Orígenes de la novela - Vol. III

By Marcelino Menéndez y Pelayo

The Project Gutenberg eBook of Orígenes de la novela - Vol. III
    
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Title: Orígenes de la novela - Vol. III

Author: Marcelino Menéndez y Pelayo

Release date: July 7, 2025 [eBook #76459]

Language: Spanish

Original publication: Madrid: Casa editorial Bailly-Bailliére, 1905

Credits: Andrés V. Galia, Tony Browne, Santiago and the Online Distributed Proofreading Team at https://www.pgdp.net (This file was produced from images generously made available by The Internet Archive/Canadian Libraries)


*** START OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK ORÍGENES DE LA NOVELA - VOL. III ***



                        NOTAS DEL TRANSCRIPTOR

En la versión de texto sin formatear las palabras en itálicas están
indicadas con _guiones bajos_; mientras que las palabras en Versalitas
se han escrito en mayúsculas. Además, una letra precedida por el signo
“^” indica que esa letra es un superíndice. Por ejemplo ^e representa
la letra “e” en tamaño más pequeño que la escritura del resto del
texto y se encuentra ligeramente por encima de la línea de escritura.
En la obra original aparecen letras o conjunto de letras con un signo
diacrítico que muestra una línea horizontal (macrón) en la parte
superior de esas letras. Algunos de esos signos no pueden representarse
en la versión sin formatear y en consecuencia están representados con
la marca [=texto]; es decir que ese signo representa la palabra “texto”
con una línea horizontal superior sobre dicha palabra.

La obra incluye una Introducción de Menéndez y Pelayo y una segunda
parte donde se presentan obras del período analizado en este
tomo. Estas obras no sólo ilustran las temáticas elegidas por sus
autores, sino el estilo, el lenguaje, modismos propios de la época,
la ortografía e, incluso, las características de las impresiones
tipográficas de ese entonces.

Para la Introducción escrita por Menéndez y Pelayo, el criterio
utilizado para llevar a cabo esta transcripción ha sido el de
respetar las reglas de la Real Academia Española, vigentes cuando la
presente edición de esta obra fue publicada. El lector interesado
puede consultar el Mapa de Diccionarios Académicos de la Real Academia
Española.

Para el texto citado de otros autores y las novelas incluidas en la
segunda parte, el criterio fue privilegiar que el texto coincidiese
con el que figura en la imagen utilizada para llevar a cabo la
transcripción. Este enfoque fue tomada para respetar la intención
de Menéndez y Pelayo, que al final de la introduccion menciona: "En
todos los textos seguimos fielmente las ediciones originales (salvo la
puntuación) y conservamos la antigua ortografía, no sólo por razones
filológicas, sino por la conveniencia de cercar con una especie de
vallado ó seto espinoso estas producciones, alejando de ellas al
profano vulgo". Por esa razón, de las obras presentadas en la segunda
parte sólo se han corregido errores evidentes de impresión.

El Índice y la Fe de Erratas han sido reubicados al comienzo de la obra.

La cubierta del libro fue modificada por el transciptor y se ha
agregado al dominio público.


                   *       *       *       *       *


                         ORÍGENES DE LA NOVELA
                               Tomo III


                 Nueva Biblioteca de Autores Españoles
                         bajo la dirección del
              Excmo. Sr. D. Marcelino Menéndez y Pelayo.

                                  14

                            [Ilustración]


                         Orígenes de la Novela


                               Tomo III


             Novelas dialogadas, con un estudio preliminar
                                  de

                        D. M. Menéndez y Pelayo
  Director de la Biblioteca Nacional y de la Academia de la Historia.

                            [Ilustración]

                                Madrid
                    Casa Editorial Bailly/Baillière
                     Plaza de Santa Ana. núm. 10.
                                 1910




                            ÍNDICE GENERAL

                                                                    PÁG.

INTRODUCCIÓN

  X. La _Celestina_.--Razones para tratar de esta obra dramática
     en la historia de la novela española.--Cuestiones previas
     sobre el autor y el texto genuino de la _Tragicomedia de
     Calisto y Melibea_.--Noticia de sus primeras ediciones y de las
     diferencias que ofrecen.--Noticias del bachiller Fernando de
     Rojas.--¿Es autor del primer acto de la _Celestina_?--¿Lo es
     de las adiciones publicadas en 1502?--Fecha aproximada de la
     _Celestina_.--Lugar en que pasa la escena.--Fuentes literarias
     de la _Tragicomedia_: reminiscencias clásicas.--Teatro de
     Plauto y Terencio.--Comedias elegíacas de la Edad Media,
     especialmente la de _Vetula_, su imitación por el Arcipreste
     de Hita.--Comedias humanísticas del siglo XV: el _Paulus_,
     de Vergerio; la _Poliscena_, atribuída á Leonardo Bruni
     de Arezzo; la _Chrysis_, de Eneas Silvio (Pío II).--La
     _Historia de Euríalo y Lucrecia_, del mismo.--Otras
     reminiscencias de escritores del Renacimiento italiano:
     Petrarca, Boccaccio.--Literatura española del siglo XV que
     pudo influir en Rojas: el Arcipreste de Talavera, Juan de
     Mena, Alonso de Madrigal, la _Cárcel de Amor_.--Análisis de
     la _Celestina_.--Los caracteres.--La invención y composición
     de la fábula.--Estilo y lenguaje.--Espíritu y tendencia de
     la obra.--Censuras morales de que ha sido objeto.--Historia
     póstuma de la _Celestina_.--Rápidas indicaciones sobre
     su bibliografía.--Principales traducciones.--Su influjo
     en las literaturas extranjeras.--Influencia capital de
     la _Celestina_ en el drama y en la novela española              I

 XI. Primeras imitaciones de la _Celestina_.--_Égloga_, de D. Pedro
     Manuel de Urrea.--Su _Penitencia de Amor_.--Farsa de Ortiz
     de Stúñiga.--Romance anónimo.--Rodrigo de Reinosa y otros
     autores de pliegos sueltos.--_Celestina_ versificada, de
     Juan Sedeño.--Comedias _Hipólita_, _Seraphina_ y _Thebayda_,
     de autor anónimo.--Francisco Delicado y su _Retrato de
     la Lozana Andaluza_.--Escasa influencia del Aretino en
     España; refundición del _Coloquio de las Damas_, por Fernán
     Xuárez.--Continuaciones legítimas de la obra de Fernando de
     Rojas.--_Segunda Celestina_ ó _Resurrección de Celestina_,
     de Feliciano de Silva.--_Tercera Celestina_, de Gaspar
     Gómez de Toledo.--_Tragicomedia de Lisandro y Roselia_, de
     Sancho Muñón.--La _Celestina_ en Portugal; imitaciones de
     Jorge Ferreira de Vasconcellos: la comedia _Euphrosina_.--Su
     traducción, por Ballesteros y Saavedra.--Otras imitaciones
     castellanas de la _Celestina_.--_Tragedia Policiana_, de
     Sebastián Fernández.--_Comedia Florinea_, de Juan Rodríguez
     Florián.--_Comedia Selvagia_, de Alonso de Villegas.--_Comedia
     Selvaje_, de Joaquín Romero de Cepeda.--_La Doleria del sueño
     del mundo_, comedia alegórica de Pedro Hurtado de la Vera.--_La
     Lena_ ó _El Celoso_, del capitán D. Alonso Velázquez de
     Velasco                                                       CLX


    TRAGEDIA POLICIANA EN LA QUAL SE TRACTAN LOS MUY DESGRACIADOS
      AMORES DE POLICIANO E PHILOMENA, EXECUTADOS POR INDUSTRIA DE
      LA DIABOLICA VIEJA CLAUDINA, MADRE DE PARMENO E MAESTRA DE
      CELESTINA.                                                     1

    ARGUMENTO DEL PRIMERO ACTO.--Policiano, cauallero de illustre
      sangre, auiendo visto a Philomena, hija de Theophilon e de
      Florinarda, en vna huerta, e preso de la yerua enamorada de
      Cupido, viene a su casa dando gemidos por el dolor que la vista
      de Philomena le ha causado. Llama a Solino su criado, con el
      qual toma consejo para començar el seguimiento de sus amores.
      Solino le aconseja que escriua a Philomena vna carta: lo qual
      ansi acordado, se acaba este primero acto                      2

    ARGUMENTO DEL SEGUNDO ACTO.--Confuso Solino de se auer
      offrescido a rescebir la carta de Policiano para Philomena,
      está hablando consigo quando viene Salucio su compañero; van se
      a dormir en casa de sus amigas, e por el camino cuenta Solino
      a Salucio lo que con Policiano ha passado, e llegados a la
      puerta de sus amigas, las hallan en cierto requiebro con vnos
      rufianes, e passada la renzilla de los celos se acaba
      este acto                                                      5

    ARGUMENTO DEL TERCERO ACTO.--Salidos Solino y Salucio de casa
      destas mugeres tornan a la posada de Policiano. Van por el
      camino hablando de la renzilla pasada, e llegados a casa,
      Policiano da a Siluanico una carta para Philomena              6

    ARGUMENTO DEL QUARTO ACTO.--Salido Policiano de casa,
      conciertan Solino y Salucio de dar buelta por la calle de sus
      amigas: encuentran con Parmenia, hija de la Claudina, e van con
      ella hasta su posada, donde hallan a la vieja, a la qual dan
      cuenta de los amores de Policiano, etc.                        8

    ARGUMENTO DEL QUINTO ACTO.--Cornelia e Orosia conciertan de yr
      a la posada de Palermo e Piçarro, publicos rufianes, e yendo
      por el camino encuentran con Siluanico, paje de Policiano,
      con el qual passan sus acostumbradas puterias. Siluanico va
      adelante e habla con Dorotea, criada de Philomena, e le da la
      carta que lleua de Policiano, etcétera                        10

    ARGUMENTO DEL SEXTO ACTO.--Salidos Solino e Salucio de la
      casa de la Claudina vanse a la posada, donde siendo llegados
      viene Policiano, al qual dan relacion de lo que con la vieja
      passaron; viene Siluanico e dize lo que de la carta ha
      sucedido, etc. 12

    ARGUMENTO DEL SEPTIMO ACTO.--Cornelia e Orosia llegan en casa de
      Palermo, donde hallan a Piçarro su compañero, a los quales se
      quexan de la injuria que de Solino e Salucio rescibieron, e
      les piden que entiendan en la vengança, etc.                  13

    ARGUMENTO DEL OCTAUO ACTO.--Siluanico, viniendo a la posada,
      viene hablando consigo, donde halla a Policiano, al qual da
      relacion de lo que con la carta succedio. Viene la Claudina,
      e auiendo oydo a Policiano, le promete la victoria, etc.      15

    ARGUMENTO DEL NONO ACTO.--Claudina sale de casa de Policiano
      acompañada de Solino e Salucio, con los quales va hablando en
      los amores de su amo hasta llegar a la posada de la
      vieja, etc.                                                   17

    ARGUMENTO DEL DECIMO ACTO.--Estando Philomena bordando, en su
      bastidor, pide a Dorotea su criada un libro para leer, donde
      halla metida la carta de Policiano, e dize alterada muchas
      palabras en desmostracion de su honestidad, etc.              20

    ARGUMENTO DEL ONZENO ACTO.--Venida la mañana, Claudina se
      leuanta e determina de yr a casa de Philomena, sobre lo qual
      se tracta con Parmenia de los peligros que se pueden ofrescer;
      finalmente haze su camino, e habla con Philomena dándola parte
      de los amores de Policiano, etc.                              21

    ARGUMENTO DEL DOZENO ACTO.--Palermo [y] Piçarro van a casa
      de Cornelia y Orosia para traerlas a su estancia; van por el
      camino temiendo topar con los criados de Policiano; llegados
       a casa de estas mugeres, las traen consigo, etc.             24

    ARGUMENTO DEL XIII ACTO.--Policiano, muy penado del dolor que
      siempre le aquexa, habla consigo solo e quexase de la dilacion
      que la vieja pone en su remedio. La Claudina viene, e le
      cuenta lo que con Philomena ha pasado, etc.                   26

    ARGUMENTO DEL XIIII ACTO.--Salida la Claudina de casa de
      Policiano va hablando consigo sola e pasa por la estancia de
      Palermo e Piçarro, donde están riñendo con Orosia e Cornelia
      sobre que las quieren poner en el lugar de las mugeres
      públicas. La Claudina los pone en paz, etc.                   28

    ARGUMENTO DEL XV ACTO.--Philomena, presa de la yerba diabolica
      de Cupido, dize palabras compasibles manifestando su pena,
      de la qual dando parte a Dorotea su criada, manda que vaya a
      llamar a la Claudina, la qual siendo llamada e prometida su
      venida se acaba este acto                                     30

    ARGUMENTO DEL XVI ACTO.--Despedida Dorotea de la Claudina,
      queda la vieja hablando con Parmenia su hija, y en esto llega
      Siluanico, paje de Policiano, a llamar la, ella le promete
      su yda con breuedad, etc.                                     32

    ARGUMENTO DEL XVII ACTO.--Claudina e Parmenia hablan en los
      amores de Siluanico, e despues la vieja sale para yr a casa de
      Philomena, entra por la posada de Cornelia e Orosia para las
      traer al número de las otras; va en casa de Philomena, etc.   33

    ARGUMENTO DEL XVIII ACTO.--Salida la Claudina de casa de
      Philomena, va por el camino hablando consigo hasta llegar a
      casa de Policiano, al qual siendo llegada, da parte de lo
      acaescido con Philomena e le da su carta                      36

    ARGUMENTO DEL XIX ACTO.--Claudina sale de casa de Policiano
      e Solino va con ella hasta su posada, donde seyendo llegados
      hallan a Dorotea, criada de Philomena, a la qual la Claudina
      encarga los amores de Siluanico. Yda Dorotea, quedan Parmenia
      e Libertina, las quales se van con Solino a casa de
       Policiano, etc.                                              37

    ARGUMENTO DEL XX ACTO.--Venida la media noche, Policiano llama
      a sus criados e pide de vestir, e por consejo de Solino va
      solo al concierto que tiene hecho con Philomena; lleua
      consigo a Siluanico; Solino e Salucio se quedan en casa con
      Libertina e Parmenia, etc.                                    39

    ARGUMENTO DEL XXI ACTO.--Polidoro e Machorro, hortolanos de
      Theophilon, estan cauando en la huerta; llega Theophilon y
      encargales la labor, e dende a poco vienen Philomena e
      Dorotea a la huerta, donde Philomena dize a Dorotea el
      concierto que tiene con Policiano, etc.                       42

    ARGUMENTO DEL XXII ACTO.--Palermo e Piçarro, hallando se solos,
      acuerdan de yr a casa de la Claudina para pedirle compañia,
      donde siendo llegados la Claudina vende su hija a Palermo e
      a Libertina para Piçarro, e hecho el concierto se acaba este
      acto                                                          44

    ARGUMENTO DEL XXIII ACTO.--Theophilon, padre de Philomena,
      conosciendo en su hija algun nueuo desasosiego, habla palabras
      muy graues a Florinarda su muger sobre el descuydo que tiene
      en el castigo de Philomena, e llama a Siluerio e Panphillo
      sus criados en secreto, a los quales encarga que maten a
      palos  a la vieja Claudina, etc.                              46

    ARGUMENTO DEL XXIIII ACTO.--Venido el tiempo con Philomena
      concertado, Policiano llama a sus criados para yr a la huerta
      de su señora; embia delante a Siluanico, e lleua consigo a
      Solino e Salucio; llegados a la huerta ponen el escala e
      Policiano entra, donde halla a Philomena esperando con Dorotea
      su criada. Los perros de la huerta sienten la gente que
      anda por ella; finalmente, entrado Policiano e rescebido de
      Philomena, gozan de los vltimos dones del amor, y entretanto
      Dorotea passa con Siluanico su requiebro dende las ventanas de
      la huerta, e despedido Policiano de Philomena, Policiano se
      torna a su posada e Philomena a su cama, e se acaba este
      acto                                                          47

    ARGUMENTO DEL XXV ACTO.--Claudina, cobdiciosa del logro
      quotidiano, sale de su casa a visitar sus deuotas. Pasa por
      casa de Cornelia e Orosia, a las quales promete de dar sendos
      amigos, y en el camino, tornando a su casa, topa con Libertina
      su criada, con la qual va por la calle de Theophilon e halla
      a la puerta a Siluerio, con el qual se embia a encomendar en
      Philomena, etc.                                               49

    ARGUMENTO DEL XXVI ACTO.--Theophilon e Florinarda hablan en
      secreto sobre la guarda de Philomena su hija, y acabada su
      plática, Theophilon va a la huerta e manda a los hortolanos que
      suelten vn Leon que allí está en vna jaula para que espante las
      zorras que andan entre los arboles. Despidese de los hortolanos
      y vase a cenar, y entretanto Pamphilo e Siluerio aguardan a la
      Claudina que viene por la sortija e la dan tantos palos hasta
      que piensan dexarla muerta, etc.                              51

    ARGUMENTO DEL XXVII ACTO.--Palermo e Piçarro van a casa de la
      Claudina para traer a su estancia a Parmenia e Libertina, e
      llegados a la puerta de la vieja, la hallan en la calle, que
      avn pide confession: metenla dentro en su casa, donde manda que
      llamen a Celestina e la dexa por tutriz de sus hijos e tenedora
      de sus bienes, lo cual hordenado e por la vieja Celestina
      aceptado, da el ánima al diablo e dexa el cuerpo a los
      gusanos                                                       54

    ARGUMENTO DEL XXVIII ACTO.--Policiano con sus criados va a
      gozar de los amores de Philomena. Y entrando en la huerta sale
      el leon de entre los arboles, e sin que dél se pueda defender,
      le haze pedaços. Y luego viene Philomena al lugar determinado,
      donde halla a Policiano muerto. E despues de hazer su llorosa
      lamentacion, con la espada de Policiano da fin a sus dias     56

    ARGUMENTO DEL XXIX ACTO.--Theophilon, muy cuydoso de la
      liuiandad de Philomena, habla con Pamphilo e Siluerio, los
      quales le cuentan la muerte de la Claudina, y estando en
      el regozijo de ver acabada su mala vida, entra Machorro el
      hortolano a dezirle que Philomena su hija está bañada en su
      sangre en la huerta, e con el llanto de Theophilon se acaba
      esta tragedia                                                 58


    COMEDIA DE EVFROSINA, TRADUCIDA DE LENGUA PORTVGVESA EN
      CASTELLANA, POR EL CAPITAN DON FERNANDO DE BALLESTEROS Y
      SAABEDRA.                                                     60

    ACTO PRIMERO (Scena primera á sexta)                            62

    ACTO SEGUNDO (Scena primera á séptima)                          85

    ACTO TERCERO (Scena primera á séptima)                         102

    ACTO QUARTO (Scena primera á octaua)                           121

    ACTO QVINTO (Scena primera á decima)                           131


    COMEDIA LLAMADA FLORINEA, QUE TRACTA DE LOS AMORES DEL BUEN
       DUQUE FLORIANO CON LA LINDA Y MUY CASTA Y GENEROSA BELISEA,
       NUEUAMENTE HECHA; MUY GRACIOSA Y SENTIDA, Y MUY PROUECHOSA
       PARA AUISO DE MUCHOS NECIOS, COMPUESTA POR EL BACHILLER
       IOAN RODRIGUEZ FLORIAN                                      157

    ARGUMENTO DE LA PRIMERA SCENA.--Floriano despues de algunos
      dias ser passados, que ouo llegado al pueblo donde residia
      Belisea, descubre a Lydorio su camarero y antiguo criado en
      su casa la causa por qué dexando su señorio y naturaleza se
      vino a tan extrañas y lexos tierras, y por qué hizo parada en
      el pueblo donde a la sazon residia. Y despues de certificarle
      de estar herido de amores de Belisea, y pedirle fauor para
      su enfermedad, passadas largas razones entre los dos, y mas
      terciando Fulminato, embia por su consejo vna carta con
      Polytes a Belisea                                            159

    ARGUMENTO DE LA SCENA II.--Salidas al jardin Belisea y Justina
      su donzella, solazando Justina a Belisea, entra Polytes con
      la carta de Floriano. La qual por fauor de la Justina dexando,
      se va con buena esperança que le pone Justina. Y Justina lee
      la carta a Belisea, aunque contra su voluntad                162

    ARGUMENTO DE LA SCENA III.--En que Lydorio hace gran
      sentimiento por la perdicion de Floriano. Fulminato y Felisino
      se hazen a vna para poder medrar. Tracta de lleuar Fulminato a
      Felisino en casa de Marcelia. Polytes da a Floriano respuesta
      de su carta, y dale vn collar de oro para Justina y un jubon
      de brocado con sus calças al Polytes, y tornale a dar otra
      carta para su señora Belisea                                 165

    ARGUMENTO DE LA SCENA IIII.--Fulminato lleua a Felisino en
      casa de Marcelia. Felisino les promete vna cena por amor de
      la hija de Marcelia llamada Liberia. Felisino no puede vençer
      a Liberia, aunque haze Fulminato vn entremes para ello.
      Bueluense los dos a casa de Floriano, quedando ellas en su
      casa                                                         168

    ARGUMENTO DE LA SCENA V.--Floriano y Lydorio passan grandes
      platicas sobre la fuerça de amor. Y Polytes lleua la carta
      a Belisea                                                    172

    ARGUMENTO DE LA SCENA VI.--Polytes lleua la carta, passa
      grandes platicas con Justina; dale el collar; lleua respuesta
      de Belisea a la carta de Floriano. Polytes da cuenta de sus
      passiones propias a Justina, queda muy en su gracia y danse
      palabras de casamiento                                       178

    ARGUMENTO DE LA SCENA VII.--Felisino lleua a Fulminato y a
      Pinel a la cena aplazada, y quedanse a dormir en casa de
      Marcelia, donde Felisino alcança a Liberia y Pinel a
       Gracilia, prima suya                                        182

    ARGUMENTO DE LA SCENA VIII.--Esperando Floriano a Polytes con
      la respuesta de Belisea glosa el Romance que atras por él
      cantado auia. Dale la carta Polytes de su señora y con ella
      él se desmaya. Va Polytes por mandado de Lydorio en busca de
      Fulminato, que busque alguna alcahueta o hechizera           187

    ARGUMENTO DE LA SCENA IX.--Despertando todos en casa de
      Marcelia, yendose Marcelia a la misa del alua que solia,
      encuentranse ella y Polytes a la puerta de su casa yendo en
      busca de Fulminato. Passando sus razones, ella se va, y él
      subiendo llama a Fulminato con los demas, que se van a
      Palacio                                                      190

    ARGUMENTO DE LA SCENA X.--Lydorio halla a Floriano hablando a
      solas, y queriendo entrar le a ver, sobreuiene Fulminato, y
      tractan los dos del remedio de Floriano. Entran a él y
      hacen le leuantar                                            193

    ARGUMENTO DE LA SCENA XI.--Tractando Polytes de yr a ver a
      Justina, Felisino le lleua a casa de Marcelia, y ansi se le
      estorua su viaje                                             196

    ARGUMENTO DE LA SCENA XII.--Passando Marcelia consigo y despues
      con la hija pláticas de la bondad de la hija, el despensero
      de Lucendo les haze vn banquete de cena. Y sobreuiniendo
      Fulminato y Pinel, haze Marcelia a Fulminato guisar lo que el
      otro auia de comer. E sobre cierto achaque Fulminato se va
      huyendo y viene el despensero                                200

    ARGUMENTO DE LA SCENA XIII.--Fulminato cuenta a Lydorio el
      destroço que hizo essa noche, y entran a Floriano. Y
      encargase Fulminato de buscar alcahueta que remedie a
      Floriano                                                     203

    ARGUMENTO DE LA SCENA XIIII.--Fulminato sale de hablar a
      Floriano con la carta, y va en casa de Marcelia luego de
      mañana. Marcelia asconde al despensero en la camara;
      apazigualo al fin madre y hija. Fulminato da la carta a
      Marcelia,  en que pone ella ciertos poluos                   205

    ARGUMENTO DE LA SCENA XV.--Marcelia da la carta de Floriano con
      cierta cautela a Belisea, que yva a Prado. Y finalmente
      lleua vn anillo de Belisea a Floriano                        208

    ARGUMENTO DE LA SCENA XVI.--Marcelia yendo a su casa halla la
      hija acabando de despedir vn galan, y sobre sospecha le pide
      zelos. Despierta Marcelia a Fulminato; vanse juntos a casa de
      Floriano, al qual cuenta lo que le auino con Belisea, y dale
      el anillo, y persuadele que vaya a Prado a uerse con Belisea.
      Floriano da un anillo rico suyo a Marcelia, con otras
       mercedes. Y buelta Marcelia a su casa, Floriano se alegra y
      come, y manda adereçar para yr a Prado                       214

    ARGUMENTO DE LA SCENA XVII.--Idos Marcelia y Polytes juntos a
      su casa de la Marcelia, luego va Felisino con el paño, que no
      quiso que lleuase el paje yendo con ella, y lleuale el otro
      paje con Felisino la comida que le mandó Floriano. Felisino
      se combida para la cena con Marcelia. Floriano va a nuestra
      señora de Prado, donde habla con Belisea, segun se dirá en
       la scena que se sigue tras esta                             218

    ARGUMENTO DE LA SCENA XVIII.--Començando a penar Belisea por
      Floriano, y estando tractando con Justina de su mal,
      sobreuiene Floriano, y finalmente se hablan, declarando
      Belisea a Floriano en qué manera le ha de amar, y ansi se
      diuiden, quedando Polytes y Justina concertados de se hablar
      despues de media noche                                       221

    ARGUMENTO DE LA SCENA XIX.--Lydorio pregunta a Fulminato lo que
      passó en Prado. Floriano haze gran lamentacion de su pena y
      quiere embiar a Fulminato a su señora, el qual escusandose
      le manda llamar a Marcelia                                   226

    ARGUMENTO DE LA SCENA XX.--Belisea descubre a Justina sus
      bascas y mal, y entramas platican de dónde proceda el amor en
      el hombre. Justina descubre a su señora el concierto que entre
      ella y Polytes auia de hablarse essa noche. Y conciertan de
      que le hable Belisea al paje porque sepa de Floriauo         228

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXI.--Oyendo Fulminato lo que Pinel
      contaua a Felisino de lo que Marcelia pissaua con el
      despensero, segun se tractó arriba, al fin perdiendo el enojo
      se van Fulminato y Felisino a casa de Marcelia, donde passan
      algunos entremeses de risa                                   230

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXII.--Polytes va hablar a Justina y
      Pinel que le acompaña. Belisea sin darse a conoscer le habla.
      Justina y Polytes passan grandes platicas. Lucendo, padre de
      Belisea, oye ruydo, y leuanta se a ver a Belisea             232

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXIII.--Ydo Lucendo de la camara de su
      hija, entra Justina, y entre Belisea y ella hablan sobre lo
      que Lucendo tractó con la hija                               236

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXIIII.--Fulminato y Felisino lleuan a
      Marcelia de su casa al llamado de Floriano, el qual le
      encarga vna carta que lleue a Belisea, con la qual tambien le
      bu[e]lue juntamente el anillo que le diera Belisea, con lo
      que más passan, etc.                                         238

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXV.--Ida Marcelia a casa de Lucendo,
      despues de hauerse visto con el despensero, habla con Justina
      y con Belisea muchas y buenas razones a su propósito, quedando
      concertada la visita de Floriano a Belisea para essa noche.
      Y tratado el cómo y por dónde y la hora, se despide Marcelia,
      hauiendo dado las cartas a las dos donzellas, ama y criada   241

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXVI.--Entrando Justina halla a Belisea
      desmayada y llena de congoxas; y concertando el cómo hablar
      a Floriano essa noche, entra Lucendo, y tracta con la hija
      de lo que otras vezes le ha propuesto                        247

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXVII.--Estando Grisindo el paje de
      cámara de Lucendo con Liberia a solas, entra Marcela de
      buelta de casa de Belisea, y ella le absconde. Y estando la
      madre y la hija en sus razones, sobreuiene el despensero. Y
      estando ansi juntos, sobreuienen Fulminato y Felisino, y
      sobre  cierto entremes se absconde Fulminato de miedo en el
      establillo                                                   250

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXVIII.--Llegada Marcelia a casa de
      Floriano, llegado Fulminato, passan entre ellos y Lydorio
      grandes platicas de la amicicia                              253

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXIX.--Sabiendo Floriano que Marcelia
      viene de hablar a su señora Belisea, habla consigo a solas al
      caso muchas razones. Entra Marcelia, da le relacion de lo que
      ha hecho y saca le más dadiuas antes que le diga el concierto
      que trae de que vaya essa noche a hablar a Belisea           256

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXX.--Estando Marcelia en secreto con
      Polytes, en contando le en su casa lo que le pidio por el
      camino, sobreuiene Fulminato que le trae la comida. Va se
      Polytes. Y Fulminato, pidiendo zelos a Marcelia, vienen a
      mal reñir                                                    259

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXI.--Ido el despensero, concierta con
      Grisindo de matar a Fulminato. Justina leyendo la carta de
      Polytes, vee se la Belisea, y tomada sabe sus casamientos.
      Tractan las dos de la entrada de Floriano. Y Belisea tracta
      a solas de hazer casar a Justina y Polytes delante de ella y
      Floriano essa noche, para tomar mejor occasion a sus desseos
      y mejor color a sus hablas                                   264

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXII.--Venida la hora señalada,
      aparejado Floriano, se carea con Belisea en el jardin: entre
      los quales passan razones muy sabrosas. Desposan a Justina
      con Polytes, Floriano y Belisea, y despues Justina hace a
       los dos amantes prometer se palabras de matrimonio          266

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXIII.--Saliendo Floriano y Polytes por
      la puerta del jardin, les acometen Felisino y Pinel, pensando
      ser otros. Van se todos a casa. Floriano tracta con Polytes
      a solas de lo passado                                        272

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXIIII.--Luego de mañana va Fulminato a
      Marcelia, y cuenta le lo que le acontescio, haziendo la creer
      que dexó muerto al Despensero y a Grisindo, y pide la plata
      que auia dexado el dia antes, lleuando la cena. Va se
      Fulminato. Viene Felisino y Pinel, de los quales se informa
      mejor de lo que passó                                        274

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXV.--Belisea se quexa de sí mesma por
      lo que ha hecho. Marcelia va a visitar a Belisea, por tambien
      saber del Despensero, al qual encuentra saliendo de ver ya a
      Belisea. El Despensero y Grisindo dan relacion a Marcelia de
      lo que se hizo de Fulminato, y conciertan de yr los dos essa
      noche a cenar en casa de la Marcelia                         277

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXVI.--Yendo Marcelia, y subiendo sin
      llamar en su casa, asconde la hija vn estudiante en vna nassa
      de pluma, y haze a la madre encreyente que tiene allá la criada
      de Gracilia huyda. Vase Marcelia a reñir a la Gracilia por la
      criada: entiende lo Gracilia, y dissimula con Marcelia. Vase
      Marcelia a Floriano con su mensaje de Belisea. Gracilia va
      a Liberia, y echan el estudiante fuera de mala manera        282

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXVII.--Estando Lydorio el camarero
      tractando con Fulminato de lo que succedio a Floriano, llega
      la Marcelia, y con ella entra Lydorio a Floriano donde él
      está                                                         285

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXVIII.--Sabiendo Lydorio de Marcelia de
      lo que a Floriano le ha succedido, entran a Floriano. Marcelia
      le da un anillo que traya de Belisea, contando de lo que allá
      auino. Floriano le manda para casar la hija en albricias;
      con otras cosas que más passan de notar                      289

    ARGUMENTO DE LA SCENA XXXIX.--Fulminato, hecho el ademan de yr
      tras el que lleuaua la capa, se va a Marcelia, y passan
      muchas pláticas. Despartense con la venida de Polytes,
      Felisino y Pinel                                             291

    ARGUMENTO DE LA SCENA XL.--Hablando Belisea y Justina de sus
      cosas, sobreuiene Lucendo, y queriendo tractar con la hija de
      effectuar de casar la, ella se dize estar mala, por dilatar
      el término de la respuesta de lo que el padre le pide        294

    ARGUMENTO DE LA SCENA XLI.--Estando en palacio Fulminato y
      Felisino y Pinel, tractando de lo que acontescio a Fulminato
      con Marcelia, sobreueniendo Polytes y Lydorio, tractan de
      qué cosa sea la fortuna, y despues se desparten para yrse a
      apercebir para la jornada de la noche                        297

    ARGUMENTO DE LA SCENA XLII.--Marcelia lleua la carta y mensaje
      de Floriano a Belisea, con la qual y con Justina passa grandes
      pláticas sobre los bienes y males que ay entre los casados.
      Va se Marcelia a su casa, y queda Belisea con Justina, y lee
      el papel de Floriano. Justina torna a persuadir a Belisea
      que concluya el matrimonio con Floriano, venida la noche     300

    ARGUMENTO DE LA SCENA XLIII.--Venida la hora, va Floriano a ver
      a Belisea, y lleua consigo a Polytes. Floriano queda de pedir
      a Belisea por muger a Lucendo, como venga otro dia; y con
      esto se despiden, y concluye la comedia                      306


    COMEDIA INTITVLADA DOLERIA, D'EL SUEÑO D'EL MUNDO, CUYO
      ARGUMENTO VA TRATADO POR VIA DE PHILOSOPHIA MORAL, AORA
      NUEUAMENTE COMPUESTA POR PEDRO HURTADO DE LA VERA.           312

    SCENA 1. DEL PRIMER ACTO.--El Mundo muy entonado y vestido de
      diversas colores. Morpheo Dios d'el sueño le sale de traues
      y le hace dormir despues de algunas altercaciones            313

    COMIENÇA EL SUEÑO.--Heraclio enamorado comunica con Logistico
      sus amores, y él le persuade no fiarse de mujeres            315

    SCENA 2. DEL PRIMER ACTO.--Astasia con su criada Melania
      saliendose a vna huerta suya, veen a Heraclio y Logistico
      embeuescidos en sus razones, y sin ser vistas d'ellos, oyen
      lo que hablan                                                316

    SCENA 3. DEL PRIMER ACTO.--Astasia queda hablando con Melania
      sobre los dos amigos y dissimula su afficion                 319

    SCENA 4. DEL PRIMER ACTO.--Astasia sola lamentandose porque
      ama; despues habla con Morio que sobreuiene                  320

    SCENA 5. DEL PRIMER ACTO.--Idona, hija de Astasia, reprehende
      a Melania de la ociosidad y tratase d'el officio de las
      Donzellas y otros propositos                                 321

    SCENA 6. DEL PRIMER ACTO.--Melania sola contrapunteando los
      amores de sus amas; sobreuiene Asosio, su requebrado, que
      la espia y despues le habla                                  322

    SCENA 7. DEL PRIMER ACTO.--Heraclio va visitar a Astasia y
      pasa con ella y con Idona muchos requiebros                  323

    SCENA 8. DEL PRIMER ACTO.--Astasia tienta a su hija de
      casamiento con Heraclio, y passan sobre ello algunas
      razones                                                      325

    SCENA 9. DEL PRIMER ACTO.--Logistico acaso sin ser visto,
      halla a Astasia sola haciendo discursos                      326

    SCENA 10. DEL PRIMER ACTO.--Legistico busca a Heraclio para
      darle las buenas nueuas, y hallale con Honorio su criado
      que le buscaua assi                                          327

    SCENA 11. DEL PRIMER ACTO.--Honorio lleua la carta y buelue    328

    SCENA 12. DEL PRIMER ACTO.--Heraclio yendo a casa de Astasia,
      topa Asosio que speraua por Melania, y pasan otras damas con
      que se requiebra, no le viendo                               329

    SCENA 1. DEL SEGUNDO ACTO.--Idona a solas hablando en Heraclio
      y en sus auisos y lamentandose tambien de amor               332

    SCENA 2. DEL SEGUNDO ACTO.--Melania sola ayrada contra Asosio y
      deliberada de burlalle                                       332

    SCENA 3. DEL SEGUNDO ACTO.--Heraclio haze su visita, en la qual
      ha discursos varios entre él, Astasia y Idona                333

    SCENA 4. DEL SEGUNDO ACTO.--Morio aplica su muger al casamiento
      de la hija con cierto gentil hombre, y hablase en Heraclio a
      la postre                                                    336

    SCENA 5. DEL SEGUNDO ACTO.--Heraclio y Logistico asechan a
      Asosio que va uender sus pollos y hablan con él              337

    SCENA 6. DEL SEGUNDO ACTO.--Entrando en casa de Astasia Asosio,
      Melania se burla d'el y manifiesta a las damas su disfrace   339

    SCENA 7. DEL SEGUNDO ACTO.--Logistico, disfrazado en los
      habitos de Asosio, engaña a Amertia y ella lo disimula       341

    SCENA 8. DEL SEGUNDO ACTO.--Asosio va al concierto, y halla de
      buelta a Amertia, que se burla dél                           341

    SCENA 9. DEL SEGUNDO ACTO.--Logistico tornando de su auentura
      halla Melania y altercan sobre Asosio                        342

    SCENA 10. DEL SEGUNDO ACTO.--Apio y Metio, seruidores de
      Astasia en otro tiempo, bueluen al juego y son d'ella muy
      regalados; Logistico lleua las nueuas de lo que vee          343

    SCENA 1. DEL TERCER ACTO.--Asosio, buscando vn Nigromante,
      halla la grande magica Doleria, que le promete vengalle de
      Melania y sobreuiene Heraclio                                344

    SCENA 2. DEL TERCER ACTO.--Logistico, auiendo dado las nueuas a
      Heraclio de sus competidores, altercan sobre ellos vn buen
      rato                                                         345

    SCENA 3. DEL TERCER ACTO.--Doleria sola tractando de los
      estados enamorados y llega Melania                           346

    SCENA 4. DEL TERCER ACTO.--Asosio va en busca de Heraclio y de
       Logistico para dalles cuenta del concierto y del banquete   347

    SCENA 5. DEL TERCER ACTO.--Apio y Metio van al combite de
      Astasia, y en mascara los tres amigos a la fiesta, y passan
      entre sí algunos trances                                     348

    SCENA 6. DEL TERCER ACTO.--Quedan los del banquete motejandose
      de las Egiptianas partidas ellas, y despues se recoge cada
      vno a su posada                                              351

    SCENA 7. DEL TERCER ACTO.--Asosio va a casa de Doleria en otros
      hábitos, y ella con cierto vnguento le transfigura, y él va
      prouar sus aventuras                                         352

    SCENA 8. DEL TERCER ACTO.--Melania va al concierto de su
      cortesano y effectuase el casamiento                         354

    SCENA 9. DEL TERCER ACTO.--Heraclio va a casa de Logistico a
      consultar de sus amores, y alli scrive vna carta a Astasia,
      que lleua Honorio                                            355

    SCENA 10. DEL TERCER ACTO.--Asosio de retorno de sus bodas
      encuentra con Logistico y Heraclio, con que se burla un rato
      en su mascara y buelue Honorio                               358

    SCENA 1. DEL QUARTO ACTO.--Amertia va a casa de Mania por
       saber del cortesano; ella la despide porque le speraua      359

    SCENA 2. DEL QUARTO ACTO.--Melania buelue a casa muy vfana de
      su buena ventura y habla con su ama y con Idona              360

    SCENA 3. DEL QUARTO ACTO.--Heraclio llamado de parte de
      Astasia, Logistico le aconseja cómo se ha de auer con ella y
      va asechalles detras la huerta y oye sus razones             361

    SCENA 4. DEL QUARTO ACTO.--Asosio buelue a su figura y busca
      sus amigos para contalles sus auenturas                      363

    SCENA 5. DEL QUARTO ACTO.--Astasia sperando sus nueuos
      seruidores, llega Heraclio y sin ser visto vee lo que entre
      ellos passa                                                  365

    SCENA 6. DEL QUARTO ACTO.--Logistico topa con Heraclio, que
      desesperado se parte dél, sin querer tomar otro consejo      366

    SCENA 7. DEL QUARTO ACTO.--Heraclio trueca los vestidos con su
      criado Honorio y despedido d'el se encuentra con Asosio, que
      despues de dissimular con él se los pone de hurto            367

    SCENA 8. DEL QUARTO ACTO.--Logistico halla a Asosio con Doleria
      y deliberan entre sí lo que harán sobre la cura del amigo
      Heraclio                                                     368

    SCENA 9. DEL QUARTO ACTO.--Andronio, cortesano requebrado de
      Melania, se lamenta della y ella dél estando ambos engañados 369

    SCENA 10. DEL QUARTO ACTO.--Heraclio en habitos de hermitaño
      reposandose en vn prado dan con el Asosio y Doleria hechos
      peregrinos, a saber Doleria es Dicheo, Asosio es Synesio     371

    SCENA 1. DEL QUINTO ACTO.--Logistico halla a Heraclio ya con
      sus vestidos, y muy alegres ambos van acabar su auentura de
      Apio y Metio                                                 372

    SCENA 2. DEL QUINTO ACTO.--Astasia y Idona se salen a la huerta
      a sperar sus seruidores, y vienen Dicheo y Synesio, con quien
      se van, pensando eran ellos                                  373

    SCENA 3. DEL QUINTO ACTO.--Morio sale en busca de su muger y
      halla Melania que venia de buscar a su marido, y
      conciertanse los dos, casandose ambos por despecho           374

    SCENA 4. DEL QUINTO ACTO.--Andronio busca Melania, y halla
      Aplotis que llora por su tia y prima, y que va buscar
      Logistico su seruidor, y despues de trauar amores se
      conciertan                                                   375

    SCENA 5. DEL QUINTO ACTO.--Asosio y Doleria, transfigurados en
      Astasia y Idona, bueluen a Apio y Metio                      376

    SCENA 6. DEL QUINTO ACTO.--Astasia y Idona se encuentran con
      Apio y Metio en el bosque y ay entr'ellos grandes
      altercaciones                                                378

    SCENA 7. DEL QUINTO ACTO.--Heraclio, Logistico, Asosio y
      Doleria se van al bosque transfigurados en Astasia, Idona,
      Apio y Metio, y les hazen creer que son sus sombras y ser
      aquella la propriedad del bosque                             379

    SCENA 8. DEL QUINTO ACTO.--Aglaia y Thalia, Gracias del cielo,
      se quexan de la ingratitud de los hombres; sobreuienen dos
      Musas, Caliope y Melpomene, como Nimphas del bosque que
      fingen ser ellas                                             381

    SCENA 9. DEL QUINTO ACTO.--Astasia y su compañia confusos y
      marauillados de lo que veian, vienen Heraclio y Logistico
      dar con ellos                                                383

    SCENA 10. DEL QUINTO ACTO.--Caliope y Melpomene bueluen a
      buscar a Heraclio y a Logistico y les toman por sus esposos  384

    SCENA 11. DEL QUINTO ACTO.--Astasia y Idona quedan
      lamentándose, y vienen los saluajes, a saber, Apio y Metio
      tornados saluajes                                            385

    SCENA 12. DEL QUINTO ACTO.--Doleria declara a Asosio ser
      Nemesis, en otra figura embiada a hazer justicia, y le
      promete la Nimpha Erato                                      386

    SCENA 13. DEL QUINTO ACTO.--Buelue al principio y viene Charon
      a despertar el Mundo, al qual auia hecho dormir Morpheo
      despues de sus disputas                                      387


    LA LENA, POR D. A. V. D. V. PINCIANO.

    ACTO PRIMERO (Scena primera á novena)                          390

    ACTO SEGVNDO (Scena primera á octava)                          399

    ACTO TERCERO (Scena primera á décima)                          408

    ACTO CVARTO (Scena primera á séptima)                          420

    ACTO QVINTO (Scena primera á vltima)                           427




                     ERRATAS QUE SE HAN NOTADO

 PÁGINA   LÍNEA            DICE                          LÉASE
 ------  -------       ------------                    ----------
   XV      27        el _Zeitschrift_               la _Zeitschrift_
  XXVI     35            Londres                       Londres, 1863
  XXIX     10       debieron contribuir           debieron de contribuir
   L       15            esclavos                       esclavas
  LII      16            _fructi_                       _fruiti_
  LXII     17          Eufrosinas                       Marcelias
 LXVII     33          _produntor_                     _produntur_
 LXXXIV    15         el pueblo á él                 el pueblo á él,
                       no me satisfaze               no me satisfaze
 LXXXVI    27          apariencias                     apariencia
  XCIV     45          _ensnaer'd_                     _ensnar'd_
   C       46          _Meneschmos_                   _Menechmos_
  CVII     37           _sicerum_                      _sincerum_
 CXXIV     31          introduction                   instruction
   CL       9           tratadista                     tratadito
  CLIX      4           _Cuidosa_                      _Cuidadosa_
 CLXXIX    29        García de Villa               García de Villanueva
 CLXXIX    35       de la de Sevilla                  la de Sevilla
 CLXXX     44          _Nouvelle_                       _Novelle_
CLXXXIV    22             éxito                           estilo
 CXCVII     2           Su valor                    Su valor estético
CCXXXVII   22        peculiariamente                  peculiarmente

               ERRATAS QUE SE HAN NOTADO (continuación)

PÁGINA  COLUMNA    LÍNEA               DICE                 LÉASE
------  -------   -------       ------------------   -------------------
  2       1.ª       13                _tullit_             _tulit_
 100      1.ª       59              contribucion         contricion
 113      2.ª       17               transformé          transforme
 130      2.ª       11                maculas             moçuelas
 140      1.ª       53                 tiene                teme
 151      1.ª     16 y 17   No digais tal, señor,  No digais tal, señor,
                            que es opinion         que es opinion
                            gentilica, de los      gentilica. De los
                            buenos que estan       buenos que estan
                            prosperos. Presumese   prosperos presumese
                            que siente, etc.       que siente, etc.
 165      1.ª       28                le mande               mandé
 189      1.ª       57                 primo                proximo
 197      1.ª        3                loaran                loarán
 277      1.ª       17                 bueo                  buen
 282      2.ª       54                 esta                  está
 318      2.ª       13        si assi quieres, por  si assi quieres: por
 319      1.ª       43                quiso                 quise
 319      2.ª       29               pareste               paresce
 325      2.ª       54             Otro dia que          Otro dia, que
 330      2.ª        9          de proposito, pues    de proposito. Pues
 359      1.ª       55               salud.                 salud?
 360      2.ª       23              señora,                señora?
 366      1.ª       20              dexará                 dexara
 387      2.ª       28              lleuará                lleuara
 388      2.ª       20          Ase d'el Morpheo      Ase d'el, Morpheo,
 390      2.ª       38              la stima               lastima
 399      1.ª       15             _linguam_               _lingua_
 421      2.ª       51                los                 los hijos




                             INTRODUCCIÓN


                                   X


    LA «CELESTINA».--RAZONES PARA TRATAR DE ESTA OBRA DRAMÁTICA EN
      LA HISTORIA DE LA NOVELA ESPAÑOLA.--CUESTIONES PREVIAS SOBRE
      EL AUTOR Y EL TEXTO GENUINO DE LA «TRAGICOMEDIA DE CALISTO
      Y MELIBEA».--NOTICIA DE SUS PRIMERAS EDICIONES Y DE LAS
      DIFERENCIAS QUE OFRECEN.--NOTICIAS DEL BACHILLER FERNANDO DE
      ROJAS.--¿ES AUTOR DEL PRIMER ACTO DE LA «CELESTINA?«--¿LO ES
      DE LAS ADICIONES PUBLICADAS EN 1502?--¿FECHA APROXIMADA DE LA
      «CELESTINA»?--LUGAR EN QUE PASA LA ESCENA.--FUENTES LITERARIAS
      DE LA «TRAGICOMEDIA»: REMINISCENCIAS CLÁSICAS.--TEATRO DE
      PLAUTO Y TERENCIO.--COMEDIAS ELEGÍACAS DE LA EDAD MEDIA,
      ESPECIALMENTE LA DE «VETULA»: SU IMITACIÓN POR EL ARCIPRESTE
      DE HITA.--COMEDIAS HUMANÍSTICAS DEL SIGLO XV: EL «PAULUS»,
      DE VERGERIO; LA «POLISCENA», ATRIBUÍDA Á LEONARDO BRUNI
      DE AREZZO; LA «CHRYSIS», DE ENEAS SILVIO.--LA «HISTORIA
      DE EURÍALO Y LUCRECIA», DEL MISMO.--OTRAS REMINISCENCIAS
      DE ESCRITORES DEL RENACIMIENTO ITALIANO: PETRARCA;
      BOCCACCIO.--LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XV QUE PUDO
      INFLUIR EN ROJAS: EL ARCIPRESTE DE TALAVERA, JUAN DE MENA,
      ALONSO DE MADRIGAL, LA «CÁRCEL DE AMOR».--ANÁLISIS DE LA
      «CELESTINA».--LOS CARACTERES.--LA INVENCIÓN Y COMPOSICIÓN
      DE LA FÁBULA.--ESTILO Y LENGUAJE.--ESPÍRITU Y TENDENCIA DE
      LA OBRA.--CENSURAS MORALES DE QUE HA SIDO OBJETO.--HISTORIA
      PÓSTUMA DE LA «CELESTINA».--RÁPIDAS INDICACIONES SOBRE SU
      BIBLIOGRAFÍA.--PRINCIPALES TRADUCCIONES.--SU INFLUJO EN LAS
      LITERATURAS EXTRANJERAS.--IMPORTANCIA CAPITAL DE LA «CELESTINA»
      EN EL DRAMA Y EN LA NOVELA ESPAÑOLA.


Al incluir la _Celestina_ y sus más directas imitaciones en esta
historia de los orígenes de la novela española, y ofrecer en este tomo
algunas muestras del género, no pretendo sostener que estas obras,
y menos que ninguna la primitiva, sean esencialmente novelescas. En
trabajos anteriores[1] he manifestado siempre parecer contrario, y no
encuentro motivo para separarme de él después de atento examen. La
_Celestina_[2], llamada por su verdadero nombre _Comedia de Melibea_
en la primera edición, _Tragicomedia de Calisto y Melibea_ en la
refundición de 1502, es un poema dramático, que su autor dió por tal,
aunque no soñase nunca con verlo representado.

Por mucho que se adelante su fecha, hay que conceder que fué escrita
en el último decenio del siglo XV, y es probablemente anterior á las
más viejas églogas de Juan del Enzina, á lo sumo coetánea de algunas
de ellas[3]. ¿Qué relación podía tener aquel escenario infantil con el
arte suyo, tan reflexivo, tan maduro, tan intenso y humano? El autor
escribió para ser leído[4], y por eso dió tan amplio desarrollo á su
obra, y no se detuvo en escrúpulos ante la libertad de algunas escenas,
que en un teatro material hubieran sido intolerables para los menos
delicados y timoratos. Pero escribía con los ojos puestos en un ideal
dramático, del cual tenía entera conciencia. Le era familiar la comedia
latina, no sólo la de Plauto y Terencio, sino la de sus imitadores del
primer Renacimiento. Este tipo de fábula escénica es el que procura,
no imitar, sino ensanchar y superar, aprovechando sus elementos y
fundiéndolos en una concepción nueva del amor, de la vida y del arte.

Todo esto lo consigue con medios, situaciones y caracteres que son
constantemente dramáticos, y con aquella lógica peculiar que la
dramaturgia impone á la acción y á los personajes, con aquel ritmo
interno y graduado que ningún crítico digno de este nombre puede
confundir con los procedimientos de la novela. La _Celestina_ no es un
mero diálogo ni una serie de diálogos satíricos como los de Luciano,
imitados tan sabrosamente por los humanistas del siglo décimosexto.
Concebida como una grandiosa tragicomedia, no podía tener más forma que
el diálogo del teatro, representación viva de los coloquios humanos,
en que lo cómico y lo trágico alternan hasta la catástrofe con brío
creciente. Fuera de algunos pasajes en que la declamación moral
predomina, el instrumento está perfectamente adecuado á su fin. La
creación de una forma de diálogo enteramente nueva en las literaturas
modernas es uno de los méritos más singulares de este libro soberano.
En nuestra lengua nadie ha llegado á más alto punto; pero compárese esa
prosa con la de Cervantes, y se verá cuánto distan el estilo del teatro
y el de la novela, aunque tanto influyan el uno en el otro.

El título de _novela dramática_ que algunos han querido dar á la
obra del bachiller Rojas nos parece inexacto y contradictorio en los
términos. Si es drama, no es novela.

Si es novela, no es drama. El fondo de la novela y del drama es uno
mismo, la representación estética de la vida humana; pero la novela la
representa en forma de _narración_, el drama en forma de _acción_. Y
todo es activo, y nada es narrativo en la _Celestina_.

Pero ¿cómo prescindir de ella en una historia de la novela española?
Así como la antigüedad encontraba en los poemas de Homero las semillas
de todos los géneros literarios posteriores y aun de toda la cultura
helénica, así de la _Tragicomedia_ castellana (salvando lo que pueda
tener de excesivo la comparación) brotaron á un tiempo dos raudales
para fecundar el campo del teatro y el de la novela[5]. Y si extensa
y duradera fué la acción de aquel modelo sobre la parte que podemos
llamar profana ó secular de nuestra escena, no fué menos decisiva la
que ejerció en la mente de nuestros novelistas, dándoles el primer
ejemplo de observación directa de la vida; el primero, decimos, porque
las pinturas de los moralistas y de los satíricos apenas pasan de
rasguños, aun en las animadas páginas del Arcipreste de Talavera,
uno de los pocos precursores indudables de Fernando de Rojas. La
corriente del arte realista fué única en su origen, y á ella deben
remontarse así el historiador de la dramaturgia como el que indague
los orígenes de la novela. Y aun puede añadirse que en el teatro esa
dirección fué contrastada desde el principio por una poesía romántica
y caballeresca muy poderosa, que acabó por triunfar y dió su último
fruto con el idealismo calderoniano; al paso que en la novela, vencidos
definitivamente los libros de caballerías y relegados á modesta
oscuridad los pastoriles y sentimentales, imperó victoriosa la fórmula
naturalista, primero en la novela picaresca y luego en la grandiosa
síntesis de Cervantes, que llamaba, aunque con salvedades morales,
_libro divino_ á la inmortal _Tragicomedia_.

Estas razones justifican, á mi ver, la inclusión de la _Celestina_ en
el cuadro que venimos bosquejando. Y admitida ella, que es sin duda la
más dramática, no puede prescindirse de sus imitaciones, que lo son
mucho menos, á excepción de la _Selvagia_, la _Lena_ y alguna otra.
Aun estas mismas fueron escritas sin contar para nada con la escena; y
no lo digo solamente por las situaciones pecaminosas, pues iguales, ya
que no peores, las hay en varias comedias italianas que positivamente
fueron representadas, sino porque en todas esas imitaciones falta
aquella chispa de genio dramático que inflama la creación del
bachiller Rojas y la hace bullir y moverse ante nuestros ojos en un
escenario ideal. En las _Celestinas_ secundarias, el diálogo, aunque
constantemente puro y rico de idiotismos y gracias de lenguaje, camina
lento y monótono, se pierde en divagaciones hinchadas y pedantescas ó
se revuelca en los más viles lodazales. Sus autores calcan servilmente
los tipos ya creados, pero rara vez aciertan á hacerles hablar su
propio y adecuado lenguaje. Del drama sólo conservan la exterior
corteza, la división en actos ó escenas, pero introducen largas
narraciones, se enredan en episodios inconexos y usan procedimientos
muy afines á los de la novela. Algunas hasta carecen de verdadera
acción. _La Lozana Andaluza_, por ejemplo, no es comedia ni novela,
sino una serie de diálogos escandalosos, del mismo corte y jaez que
los _Ragionamenti_ del Aretino. Pero de los caracteres que distinguen
á algunos de estos libros y les dan peculiar fisonomía se hablará en
el capítulo que sigue. Ahora debemos atender sólo á la obra primitiva,
que por ningún concepto debe mezclarse con su equívoca y harto dilatada
parentela.


Trabajos muy importantes de estos últimos años han puesto en claro la
primitiva historia tipográfica de la _Celestina_; nos han revelado que
el libro pasó por dos formas distintas, y han levantado una punta del
velo que cubría la misteriosa figura del que yo tengo por único autor y
refundidor de la _Tragicomedia_, aunque personas muy doctas conserven
todavía alguna duda sobre el particular.

Algo de bibliografía es aquí indispensable, pero la abreviaremos
todo lo posible. La primera edición de la _Celestina_ conocida hasta
ahora es la de Burgos 1499[6]. ¿Existió otra anterior? Me guardaré de
negarlo, pero no encuentro fundada la sospecha. Lo único que puede
abonarla son estas palabras del prólogo de la edición refundida de
1502: «que avn _los impressores han dado sus punturas, poniendo
rúbricas ó sumarios al principio de cada aucto_, narrando en breue lo
que dentro contenía: vna cosa bien escusada, segun lo que los antiguos
scriptores vsaron». Es así que estas rúbricas ó sumarios aparecen ya
en la edición de Burgos, luego tuvo que haber otra anterior en que no
estuviesen. El argumento no me convence[7]. Pudo el primer impresor
hacer esta adición en el texto manuscrito, y no enterarse de ello el
autor hasta verlo impreso, puesto que no tenemos indicio alguno de que
asistiera personalmente á la corrección de su libro.

Dejando aparte esta cuestión, que por el momento es ociosa é
insoluble, conviene fijarnos en el inestimable y solitario ejemplar de
la edición de Burgos, que nos ha conservado el texto primitivo de la
_Comedia de Melibea_. Y en verdad que se ha salvado casi de milagro,
pues no sólo ha tenido que luchar con todas las causas de destrucción
que amagan á los libros únicos, sino con el ignorante desdén de
aficionados imbéciles, que le rechazaban por estar _falto_, y hasta
llegaron á dudar de su autenticidad[8].

Carece, en efecto, de la primera hoja, empezando por la signatura A--II
(_Argumento del primer auto desta comedia_). Es un tomo en 4.º pequeño,
de letra gótica, con diez y siete grabados en madera, que convendría
reproducir. En el folio 91 se halla el escudo del impresor con la
siguiente leyenda: «_Nihil sine causa. 1499. F. A. de Basilea_». Lo
cual quiere decir que el libro salió de las prensas de _Fadrique Alemán
de Basilea_, que estampó en Burgos muchos y buenos libros desde 1485
hasta 1517.

Pero este último pliego es contrahecho, según testimonio unánime de los
que han tenido la fortuna de ver el precioso incunable[9]. Quedaba,
pues la duda de si ese final fué copiado de otro ejemplar auténtico, ó
si el escudo y la fecha eran una completa falsificación. Pero tal duda
no es posible después del magistral estudio del doctor Conrado Haebler,
bibliotecario de Dresde, cuya pericia y autoridad en materia de
incunables españoles es reconocida y acatada por todo el mundo. Haebler
deja fuera de duda que los caracteres con que está impreso el libro son
los bien conocidos de Fadrique Alemán de Basilea, usados por él en casi
todas las ediciones que hizo en 1499 y 1500, é idéntico el escudo del
impresor al que aparece en otros productos de sus prensas[10].

Aparte de esta demostración tipográfica, bastaba haber examinado el
libro por dentro (lo cual no creo que hiciese nadie antes de D. Pascual
Gayangos, por quien fué redactada la interesante nota del Catálogo de
Quaritch) para convencerse de que la edición era original y auténtica
y anterior de fijo á la de 1502, que nos da ya el texto definitivo de
la _Celestina_ en veintiún actos. Los trece primeros se corresponden
sustancialmente en las dos versiones, pero á la mitad del décimocuarto
comienza una grande interpolación que dura hasta el décimonono; el
vigésimo corresponde al décimoquinto de la edición primitiva, y el
vigésimoprimero al décimosexto. Se interpolan, pues, cinco actos
seguidos, además de numerosos aumentos parciales, que unidos á las
variantes equivalen á una refundición total.

Como el ejemplar de 1499 está falto de la primera hoja, no podemos
saber cuáles eran sus preliminares; pero en tan corto espacio no se
comprende que cupiera más que el título de la obra en el anverso, y á
la vuelta el argumento general de la obra. En cuanto á la carta de _El
autor a un su amigo_, sólo podemos decir con seguridad que consta ya en
la edición de Sevilla de 1501, tenida generalmente por segunda, y única
que conserva la división en diez y seis actos.

Pero ¿puede negarse de plano que haya existido una edición de
Salamanca, de 1500? En las coplas de Alfonso de Proaza[11], que van
al fin de la edición de Valencia, de 1514, una de ellas, la postrera,
«describe el tiempo y lugar en que la obra _primeramente se imprimió
acabada_:


        El carro Phebeo despues de aver dado
      _Mil e quinientas_ bueltas en rueda,
      Ambos entonces los hijos de Leda
      A Phebo en su casa teníen possentado,
      Quando este muy dulce y breue tratado
      Despues de revisto e bien corregido,
      Con gran vigilancia puntado e leydo,
      Fue en _Salamanca_ impresso acabado».

La reproducción de estos versos en la edición valenciana de 1514
no implica, en concepto de Haebler ni en el mío, que ésta sea copia
de la salmantina de 1500, ni nos autoriza para creer que llevase el
título de _Tragicomedia_, ni que contuviese los veintiún actos y el
prólogo. Pudo tomarse el texto de otro ejemplar posterior, que acaso
estaría incompleto, y añadirle los versos del de Salamanca. Tampoco
es materialmente imposible que, después de publicada la refundición,
prefiriese el impresor de Sevilla el texto de la _Comedia_ al de la
_Tragicomedia_, por ser más de su gusto ó por tenerle más á mano. En
bibliografía hay bastantes ejemplos de primeras ediciones que no han
sido arrinconadas ni sustituídas por las segundas; que han coexistido
con ellas, y que á veces han llegado á triunfar del texto enmendado por
los propios autores. No fué éste ciertamente el caso de la _Celestina_,
puesto que desde 1502 todas las ediciones tienen veintiún actos; pero
¿es tan irracional creer que el impresor de Sevilla pudo ignorar la
edición de Salamanca? Hasta la circunstancia de haber omitido una de
las octavas de Proaza induce á sospechar que no las tomó de allí. Hubo
acaso otras ediciones de que no ha quedado memoria: recuérdese que las
nueve más antiguas que conocemos han llegado á nosotros en ejemplares
únicos, como restos de un gran naufragio. Tres de ellas son de un mismo
año, 1502, lo cual atestigua la inmensa popularidad de la obra. ¡Quién
sabe las sorpresas que todavía nos guarda el tiempo!

Absteniéndonos de conjeturas y cavilaciones sobre un punto imposible de
resolver por ahora, la que hoy hace veces de segunda edición es la de
Sevilla, 1501, ejemplar completo é inestimable que posee la Biblioteca
Nacional de París y ha publicado también el Sr. Foulché-Delbosc con
todo el primor que pone en sus reproducciones tipográficas[12].

El título es _Comedia de Calisto z Melibea con sus argumentos
nueuamente añadidos la qual contiene, demas de su agradable y dulce
estilo, muchas sentencias filosofales y avisos muy necessarios para
mancebos, mostrandoles los engaños que estan encerrados en siruientes y
alcahuetas_[13].

A continuación se lee una carta de _El Autor a vn su amigo_, en que le
manifiesta que «viendo la muchedumbre de galanes y enamorados mancebos
que nuestra comun patria posee», y en particular la misma persona
de su amigo, «cuya juventud de amor ser presa se me representa aver
visto, y dél cruelmente lastimada, a causa de le faltar defensivas
armas para resistir sus fuegos», las halló esculpidas en estos papeles,
«no fabricadas en las grandes herrerias de Milan, mas en los claros
ingenios de doctos varones castellanos formadas; y como mirase su
primor, sotil artificio, su fuerte y claro metal, su modo y manera de
labor, su estilo elegante, _jamas en nuestra castellana lengua visto ni
oydo_, leylo tres o quatro veces, y tantas quantas más lo leya, tanta
más necessidad me ponia de releerlo, y tanto más me agradava, y en su
proceso nuevas sentencias sentia. Vi no sólo ser dulce en su principal
hystoria, o ficion toda junta; pero avn de algunas sus particularidades
salian delectables fontezicas de filosofia, de otras agradables
donayres, de otras avisos y consejos contra lisonjeros y malos
siruientes y falsas mugeres hechizeras. _Vi que no tenia la firma del
auctor, y era la causa que estaua por acabar_; pero quien quiera que
fuesse es digno de recordable memoria por la sotil invencion, por la
gran copia de sentencias entretexidas, que so color de donayres tiene.
¡Gran filósofo era! Y pues él con temor de detractores y nocibles
lenguas, más aparejadas a reprehender que a saber inventar, _celó su
nombre, no me culpeys si en el fin baxo que lo pongo no expressare el
mio, mayormente que siendo jurista yo_, aunque obra discreta, es agena
de mi _facultad_; y quien lo supiesse diria que no por recreacion de
_mi principal estudio_, del qual yo más me precio, como es la verdad,
lo hiziesse; antes distraydo de los _derechos_, en esta _nueva labor_
me entremetiesse... Assimessmo pensarian, que no _quinze dias de
unas vacaciones, mientras mis socios en sus tierras, en acabarlo me
detuiesse, como es lo cierto_; pero avn mas tiempo y menos acepto. Para
desculpa de lo cual todo, no sólo a vos, pero a quantos lo leyeren,
ofrezco los siguientes metros. _Y porque conozcays dónde comiençan
mis mal doladas razones y acaban las del antiguo autor, en la margen
hallareys una cruz, y es el fin de la primera cena»._

Los metros son once coplas de arte mayor, en que _el autor_ insiste
sobre sus propósitos morales y afirma de nuevo que ha proseguido y
acabado una obra ajena:

        _Yo vi en Salamanca la obra presente_;
      Mouime á acabarla por estas razones:
      Es la primera que _estó en vacaciones_;
      La otra que oy[14] _su inventor ser sciente_,
      Y es la final, ver ya la más gente
      Buelta y mezclada en vicios de amor...

A primera vista estas octavas no tienen misterio, pero otras de
Alonso do Proaza, _corrector de la impresión_, que cierran el libro
con pomposo elogio, declaran un secreto que el autor _encubrió en los
metros que puso al principio_:

        No quiere mi pluma ni manda raçon
      Que quede la fama de aqueste gran hombre,
      Ni su digna gloria, ni su claro nombre
      Cubierto de oluido por nuestra ocasion;
      Por ende, _juntemos de cada renglon
      De sus onze_ coplas la letra primera,
      _Las quales descubren por sabia manera
      Su nombre, su patria, su clara nacion_.

Y en efecto, juntando las letras iniciales de los versos resulta este
acróstico: «_El bachiller Fernando de Royas_ (sic) _acabo la comedia de
Calysto y Melybea, y fue nascido en la Puebla de Montalvan»_.

Quién fuese este bachiller Rojas, vamos á verlo en seguida. Pero desde
luego conviene notar la contradicción en que incurren Rojas y su
panegirista. El primero se da por continuador, al paso que Alonso de
Proaza no reconoce más autor que uno.

Un año después, en 1502, aparecieron en Salamanca, en Sevilla y en
Toledo tres ediciones cuyo orden de prioridad no se ha fijado todavía.
Las tres llevan el título de _Tragicomedia de Calisto y Melibea_ y
constan de veintiún actos. Las variantes do pormenor son innumerables.
Todo ha sido refundido, hasta el prólogo y los versos acrósticos. En
el primero, después de las palabras «_vi que no tenía su firma del
autor_», se han intercalado estas otras, «_el qual, segun algunos
dizen, Juan de Mena_, e segun otros Rodrigo Cota, _pero quien quiera
que fuese, es digno de recordable memoria_. En los acrósticos se decía
al principio:

        No hizo Dedalo en su officio y saber
      Alguna más prima entretalladura,
      Si fin diera en esta su propia escriptura
      Corta, un gran hombre y de mucho valer.

En la _Tragicomedia_ se estampó:

        Si fin diera en esta su propia escriptura
      _Cota_ ó _Mena_ con su gran saber.

Tienen estas ediciones un nuevo prólogo lleno de autoridades y
sentencias[15], en que el autor nos informa de las varias opiniones
que hubo sobre su comedia y de los motivos que tuvo para refundirla.
«Vnos dezian que era prolixa, otros breve, otros agradable, otros
escura; de manera que cortarla a medida de tantas e tan differentes
condiciones, a solo Dios pertenesce... Los niños con los juegos, los
moços con las letras, los mancebos con los deleytes, los viejos con
mil especies de enfermedades pelean, y estos papeles con todas las
edades. La primera los borra e rompe; la segunda no los sabe bien
leer; la tercera, que es la alegre juventud e mancebía, discorda. Vnos
les roen los huessos que no tienen virtud, que es la hystoria toda
junta, no aprovechandose de las particularidades, haziendola cuento de
camino; otros pican los donayres y refranes comunes, loandolos con toda
atencion, dexando passar por alto lo que haze más al caso e utilidad
suya. Pero aquellos cuyo verdadero plazer es todo, desechan el cuento
de la hystoria para contar, coligen la suma para su provecho, rien lo
donoso, las sentencias e dichos de philosophos guardan en su memoria
para trasponer en lugares convenibles a sus autos e proposites. Assi
que quando diez personas _se juntaren a oyr esta comedia_, en quien
quepa esta differencia de condiciones, como suele acaescer, ¿quién
negará que aya contienda en cosa que de tantas maneras se entiende?...
Otros han litigado sobre el nombre, _diziendo que no se avia de llamar
comedia, pues acabaua en tristeza, sino que se llamare tragedia. El
primer auctor quiso darle denominacion del principio, que fue plazer,
e llamola tragicomedia._ Assi que viendo estas conquistas[16], estos
dissonos e varios juyzios, miré a donde la mayor parte acostava, _e
hallé que querian que se alargasse en el processo de su deleyte destos
amantes, sobre lo qual fuy muy importunado_; de manera que acordé,
avnque contra mi voluntad, _meter segunda vez la pluma en tan estraña
lavor e tan agena de mi facultad, hurtando algunos ratos a mi principal
estudio, con otras horas destinadas para recreacion, puesto que no han
de faltar nueuos detractores a la nueua adicion_.»

Tales son los datos externos que nos suministran las primeras ediciones
de la _Celestina_. Hemos subrayado intencionadamente todas aquellas
frases que más importancia pueden tener en este proceso de indagación
crítica. Lo primero que nos interesa es la persona del bachiller
Fernando de Rojas, autor de la mayor parte de la obra por confesión
propia, autor único según Alonso de Proaza.

No ha faltado en estos últimos años quien pusiese en tela de juicio
la existencia del bachiller Rojas, ó á lo menos su identificación con
el autor de la _Celestina_. El erudito que con más tesón y agudeza, y
también (justo es decirlo) con menos caridad para sus predecesores,
ha examinado las cuestiones _celestinescas_, preguntaba en 1900:
«¿Quién es ese Fernando de Rojas, nacido en Montalbán? ¿Dónde ha
vivido, qué ha hecho, qué ha escrito y cuándo ha muerto?» Y se reía á
todo su sabor de los eruditos españoles que habían dado por buena la
atribución á Rojas, aconsejando nominalmente á uno de ellos «que no
fuese tan de prisa, porque este género de investigaciones exigen menos
precipitación y menos credulidad»[17]. El consejo era ciertamente sano,
y el aludido tomó de él la parte que le convenía, quedando agradecido
á quien se lo daba. Pero siguió opinando que en materias de crítica,
tan peligrosa es la incredulidad sistemática como la ciega credulidad,
y que era aventurarse mucho el sostener, «hasta que hubiese pruebas de
lo contrario, que Fernando de Rojas era un personaje inventado por el
autor de la carta y de los versos acrósticos, y propuesto por él á la
admiración de sus contemporáneos y de la crédula posteridad».

La prueba en contrario vino dos años después, y pareció perentoria á
todos los que no tenían opinión cerrada sobre el asunto. El Sr. D.
Manuel Serrano y Sanz, empleado de la Biblioteca Nacional entonces, y
ahora dignísimo catedrático de Historia en la Universidad de Zaragoza,
tropezó, entre otros procesos de la Inquisición de Toledo (que hoy se
guardan en el Archivo Histórico Nacional), con uno formado en 1525
contra Alvaro de Montalbán, el cual declara bajo juramento tener una
hija llamada Leonor Alvarez, _muger del Bachiller Rojas, que compuso
á Melibea, vecino de Talavera_. Y cuando los inquisidores autorizaron
al Montalbán para nombrar defensor, «dixo que nombraba por su letrado
al _Bachiller Fernando de Rojas, su yerno, vecino de Talavera, que es
converso_».

Justamente satisfecho el Sr. Serrano con tan importante hallazgo,
publicó íntegro el proceso, acompañado de otros documentos que dan
nueva luz sobre la familia de Rojas[18]. La identificación del
personaje no podía ser más completa. La celebridad de su libro era tal,
que iba unida á su nombre, y su suegro le invocaba como un título de
honor: «el bachiller Rojas, que compuso á _Melibea_».

Tampoco ocultaba su condición de judio converso, que parece recaer
sobre su propia persona y no meramente sobre su familia, pues entonces
se hubiera dicho que venía «de linaje de conversos», según la formula
usual. Conjetura el Sr. Serrano que su madre pudo ser cristiana vieja,
y que de ella tomaría su apellido, que en la Puebla de Montalbán, en
Talavera y en otras partes del reino de Toledo era de gente hidalga, al
paso que no figura en los padrones conocidos hasta ahora de los judíos
de aquella tierra. Pero con la anarquía que entonces reinaba en materia
de apellidos y la frecuente mezcla de sangre entre gentes de ambas
estirpes, poca seguridad puede haber en esto. Lo único que resulta
averiguado es que el nombre del autor de la _Celestina_ debe añadirse
desde ahora á la rica serie de nombres preclaros con que la raza hebrea
ilustró los anales literarios y científicos de nuestra Península[19].

Resulta del proceso que Leonor Alvarez, mujer del bachiller Rojas,
contaba en aquella fecha treinta y cinco años. No consta la edad de
su marido, pero siendo ya autor de la _Celestina_ en 1499, y viviendo
todavía en 1538 según datos que parecen fidedignos, puede conjeturarse
que tenía bastante más edad que su mujer, y por mi parte no encuentro
inverisímil la de cincuenta años ó poco más, en que se fija el Sr.
Serrano[20]. A esto se objeta que una obra maestra como la _Celestina_,
que arguye tan profunda experiencia de la vida, no puede atribuirse á
un joven recién salido de las aulas, por precoz que se le suponga. Pero
el autor de la _Celestina_ era positivamente un genio, y con el genio
no rigen las reglas comunes. La intuición puede suplir á la experiencia
en tales hombres. No hablemos de los grandes poetas líricos muertos en
la flor de sus años, porque la poesía lírica tiene algo de juvenil en
su esencia. No es preciso recordar tampoco los portentos de precocidad
de Pascal, porque el espíritu geométrico se desenvuelve en condiciones
que nada tienen que ver con las experiencias de la vida. Pero buscando
en nuestra propia literatura, y muy cerca de nosotros, ejemplo bien
adecuado, ¿quién no sabe que toda la obra crítica y satírica de Larra,
no superada en nuestra lengua durante el siglo XIX, y á la cual nadie
negará amarga y honda penetración social, fué escrita antes de los
veintinueve años?

¿Qué inconveniente puede haber para admitir que la _Celestina_ sea
obra de un estudiante? Nada hay en ella que él no hubiese podido
observar directamente: no hay un solo personaje, ni el gentil mancebo
Calisto, ni su enamorada Melibea, ni Celestina y sus alumnas, ni los
criados de Calisto, ni el rufián Centurio, que salga de los límites
del mundo en que él vivía. Tipos como aquéllos debían de encontrarse
á cualquier hora en Toledo y en Salamanca. Además, el ambiente de la
_Celestina_ tiene algo de universitario. La obra de Rojas, á pesar de
su originalidad potente, es una comedia _humanística_, cuyos lances
recuerdan los de las comedias latinas compuestas por los eruditos
italianos del siglo décimoquinto: filiación que procuraré poner en
claro más adelante. Estas obras se leían en nuestras universidades,
y alguna de ellas logró los honores de la reimpresión para uso de
nuestros escolares[21]. El medio, pues, era perfectamente adecuado para
la elaboración de la _Celestina_, á la cual prestó sus elementos la
realidad castellana, y sus formas la tradición clásica en consorcio con
la Edad Media.


No es un desatino, aunque lo den á entender doctos filólogos, que
llegan á tachar de «inverisímil ignorancia» á los que opinamos lo
contrario, el decir que las expresiones «mi facultad», «mi principal
estudio», pueden aplicarse lo mismo á un estudiante que «á un hombre
provisto de un empleo ó que ejerce una profesión»[22]. A la facultad
de Derecho pertenece lo mismo el que la aprende que el que la enseña ó
la practica: todos ellos pueden decir con igual razón «mi facultad»,
«mi principal estudio». _Jurista_, según el diccionario vigente, es «el
que _estudia_ ó profesa la ciencia de las leyes». Estudiante _jurista_
se dijo siempre en nuestras aulas, para distinguirle del estudiante
teólogo ó de cualquier otra clase de estudiantes.

Además, aquellas _vacaciones_ en que dice haber acabado su obra, ¿qué
pueden ser sino vacaciones universitarias? Entonces no había vacaciones
de tribunales, y aun éstos apenas comenzaban á organizarse, ni consta
que Rojas ejerciese más oficio público que el de alcalde mayor de
Talavera en sus últimos años. Los _socios_ que «estaban en sus tierras»
serían otros estudiantes ó bachilleres como él. Quizá una detenida
exploración en el archivo de la Universidad de Salamanca podría
resolver definitivamente este punto, en que bien podían ejercitarse los
eruditos de aquella ciudad, que por no sé qué siniestro influjo empieza
á olvidar demasiado la investigación de su gloriosa historia.

En Salamanca digo, porque es para mí casi seguro que estudió allí,
y allí se graduó de bachiller en Jurisprudencia, en fecha ignorada,
pero anterior de fijo á 1501, cuando ya usa ese título en los versos
acrósticos. No había más que dos Estudios de Leyes en todo el
territorio de la corona de Castilla, y el de Valladolid estaba más
lejos de Talavera ó de la Puebla que el de Salamanca y tenía menos
nombradía que él[23].

Esta sospecha raya poco menos que en certidumbre cuando se repara en
aquellos tres versos:

        Yo vi en _Salamanca_ la obra presente:
      Movíme á _acabarla_ por estas razones:
      Es la primera que estó en _vacaciones_...

No por eso creemos que deba localizarse en aquella ciudad la escena
de la _Tragicomedia_. Pero dejando en suspenso este y otros puntos
relativos á la composición de la obra, continuemos recogiendo los pocos
vestigios que de su paso por el mundo dejó el bachiller Fernando de
Rojas. No da mucha luz la causa inquisitorial de su suegro Alvaro de
Montalbán. Es uno de tantos procesos contra judaizantes, en que pueden
adivinarse de antemano las acusaciones y los descargos. La familia
había dado un regular contingente á los registros del Santo Oficio,
que había desenterrado y quemado los restos del escribano Fernando
Alvarez de Montalbán y de su mujer Mari Alvarez, padres del procesado
Alvaro. El cual declara tener setenta años, antes más que menos, y
haber sido ya _reconciliado_ hacía más de cuarenta, por comer el _pan
cenceño_[24] y entrar en las _cabañuelas_[25] y hacer otras ceremonias
judaicas. El promotor fiscal le acusa de hereje y apóstata, no sólo
por los actos dichos, sino por haber sembrado proposiciones de mala
doctrina, dudando, como los saduceos, de la inmortalidad del alma:
«Item, que despues acá, con poco temor de Dios y en menosprecio de la
religion cristiana, hablando ciertas personas cómo los plazeres deste
mundo eran todos burla, e que lo bueno era ganar para la vida eterna,
el dicho Alvaro de Montalvan, creyendo que no ay otra vida despues
desta, dixo e afirmó que acá toviese el bien, que en la otra vida no
sabia sy avia nada». Un Iñigo de Monzón, vecino de Madrid, que había
conocido á Alvaro en casa de su hija Constanza Núñez, mujer de Pedro
de Montalván, _aposentador de Sus Magestades_, no sólo fué testigo de
este cargo, sino que añadió otros bastante graves para la ortodoxia
del procesado: «Preguntado en qué posesion es avido e tenido el dicho
Alvaro de Montalvan en esta dicha villa e en los otros lugares donde
dél se tiene noticia, dixo que en vezes ha estado en esta dicha villa,
en la perrochia de san Gines, en casa del dicho su yerno, más de dos
años, y el uno a la contina puede aver tres años, e que en el dicho
tiempo que aqui estovo nunca le veya en misa los domingos ni fiestas,
sino es alguna vez que yva con su hija, y que en entrando en la yglesia
se sentava en un poyo cabizbaxo, y que asy se estava sin sentarse de
rodillas ni quitarse el bonete; e no se acuerda ni parava mientes si
adorava el Santo Sacramento, pero acuerdase que murmuravan muchas
mugeres en la yglesia de verle asy syn devocion y syn verle rezar ni
menear los labrios; e que otras vezes se metia en una capilla, donde
estava hasta que se acabase el ofiçio, sentado; y que en el dicho
tiempo tampoco le vió comulgar ni confesarse, e que preguntandole este
testigo con sospecha al dicho cura, le dixo que con él no se habia
confesado ni comulgado». El cura de San Ginés atenuó algo los términos
de esta delación; y no se pasó adelante en la prueba testifical, sin
duda porque en la Puebla (como dijo el mismo cura) apenas había persona
que no tuviese nota de _reconciliada_. Las confesiones del reo, que
prometió vivir de allí adelante como buen cristiano, y sin duda también
su avanzada edad, mitigaron algo el rigor de la sentencia, que se
redujo finalmente á asignarle su casa por cárcel, con obligación de
traer el sambenito sobre todas sus vestiduras, y las demás penitencias
en tales casos acostumbradas.

El bachiller Fernando de Rojas no vuelve á ser mencionado en el proceso
de su suegro más que una vez sola, cuando le designó como abogado. Los
inquisidores dijeron que no había lugar y que nombrase _persona sin
sospecha_, y él nombró al licenciado del Bonillo.

Ya en 1517 había figurado _el bachiller Fernando de Rojas_ entre los
testigos de abono y descargo en otro proceso inquisitorial contra Diego
de Oropesa, vecino de Talavera, acusado también de judaizante. Ni el
triste percance de su suegro, ni los buenos oficios que generosamente
prestaba á los de su raza, parecen haberle hecho personalmente
sospechoso, si hemos de dar crédito á las noticias que en el primer
tercio del siglo XVII recogió en su _Historia de Talavera_, inédita
aún[26], el Licenciado Cosme Gómez Tejada de los Reyes, escritor
juicioso y fidedigno en las tradiciones locales que conserva, y mucho
más próximo á Rojas que nosotros, aunque no fuese coetáneo suyo. Este
pasaje, descubierto por Gallardo y dado á conocer por Cañete con una
errata substancial[27], dice así en su integridad:

«Fernando de Rojas, autor de la _Celestina_, fábula de Calixto y
Melibea, nació en la Puebla de Montalban, como él lo dize al principio
de su libro en unos versos de arte mayor acrósticos; pero hizo asiento
en Talavera: aquí vivió y murió y está enterrado en la iglesia del
convento de monjas de la Madre de Dios. Fué abogado docto, y aun hizo
algunos años en Talavera oficio de Alcalde mayor. Naturalizóse en esta
villa y dejó hijos en ella. Bien muestra la agudeza de su ingenio en
aquella breve obra llena de donaires y graves sentencias, espejo en
que se pueden mejor mirar los ciegos amantes que en los christalinos
adonde tantas horas gastan riçando sus feminiles guedejas. Cumplió bien
sus obligaciones en aquel género de escrevir, con que pueden entender
tantos autores modernos de libros de entretenimiento y de otros, que
no consiste la arte y gallardía de decir en afectadas _culturas_,
todo ruido de palabras que atruenan el viento y lisonjean el oido,
mas no hieren el alma porque les falta solida municion: vano estudio,
indecente, infructuoso, que solamente á ingenios semejantes deleita,
y a ninguno enseña ni mueve[28]. Vienen medidos a Fernando de Rojas
respecto de otros autores aquellos dos versos de Marcial, hablando de
Persio comparado a Marso:

            _Saepius in libro memoratur Persius uno
      Quam levis in tota Marsus Amazonide_;

y lo que admira es que siendo el primer auto de otro autor (entiéndese
que Juan de Mena o Rodrigo de Cota) no sólo parece que formó todos los
actos vn ingenio, sino que es _individuo_[29]. El mismo ejemplo tenemos
en nuestro tiempo en los dos hermanos Argensolas, Lupercio y Bartolomé,
insignes poetas, dos padres de un solo hijo, que sus metros más dicen
unidad que similitud».

Prescindiendo del elogio de la _Celestina_, que es uno de los más
curiosos de un tiempo en que ya comenzaba á olvidársela, nada hay en
la sencilla noticia de Tejada que pueda infundir sospechas al más
escéptico, ni que esté en contradicción con los pocos documentos
originales que poseemos. Es cosa sabida (por declaración del mismo
Rojas y por testimonio de su suegro), que era abogado, y sin gran
temeridad se le ha podido llamar _docto_, pues no hemos de suponer
ignorante y cerril en su _principal estudio_ á quien era capaz de
componer por mera recreación la _Celestina_. Que se naturalizó en
Talavera está confirmado por todos los documentos, pues ya aparece
como vecino de aquella ciudad en 1517, y á ella se refieren todas las
noticias posteriores de su vida, que alcanzan hasta 1538. Consta que
aquel año ejerció en Talavera desde el 15 de febrero al 21 de marzo
el cargo de alcalde mayor, sustituyendo al Dr. Núñez de Durango[30].
Si Cosme Gómez escribía de memoria, pudo equivocarse en cuanto á la
duración del cargo, pero esta no es variante de transcendencia. Lo del
enterramiento en la iglesia del convento de monjas de la Madre de Dios
era caso de notoriedad pública y no podía inventarse. Finalmente, es
ciertísimo que Fernando de Rojas dejó descendencia. El testamento de
su cuñada Constanza Núñez, descubierto por el benemérito y malogrado
D. Cristóbal Pérez Pastor en el archivo de protocolos de Madrid, nos
ha dado á conocer el nombre de una hija del poeta, Catalina de Rojas,
casada con su primo Luis Hurtado, hijo de Pedro de Montalbán[31]. Y
probablemente no fué única: en el archivo de la parroquia del Salvador,
de Talavera, que está próxima al convento de la Madre de Dios, se
encuentran partidas bautismales de 1544, 1550 y 1552, referentes á
varios hijos de _Alvaro de Rojas_ y de _Francisco de Rojas_, casado
este último con Catalina _Alvarez_, patronímico que llevaba también
la mujer de nuestro autor. La razón de los tiempos y el no conocerse
por entonces otros Rojas en Talavera, puede inducir á sospechar que el
_Alvaro_ y el _Francisco_ eran hijos del bachiller; lo que no parece
dudoso es que pertenecían á su familia.

No es únicamente el testimonio de Cosme Gómez el que afirma la
atribución de la _Celestina_ á Fernando de Rojas. Hay otro más antiguo
y que estaba ya indicado años antes del hallazgo de los procesos de
Toledo. Al tomar posesión de su plaza de número en la Academia de
la Historia, leyó el inolvidable D. Fermín Caballero, en 1867, un
precioso discurso sobre las _Relaciones geográficas_ que los pueblos
de Castilla dieron á Felipe II desde 1574 en adelante, contestando
al interrogatorio redactado por Ambrosio de Morales. No se olvida D.
Fermín de consignar que «del bachiller Fernando de Rojas, _coautor_
de la famosa _Tragicomedia_, hace referencia la respuesta de su lugar
natal, la Puebla de Montalbán»[32]. Y así es, en efecto, salvo lo de
_coautor_, que no es frase del documento, sino gratuita afirmación del
ilustre académico, que en eso seguía la opinión más corriente en su
tiempo. Para los naturales de la Puebla, como para Álvaro de Montalbán,
Rojas era único autor de la _Tragicomedia_. Mandaba el capítulo 37
del interrogatorio que se especificasen «las personas señaladas en
letras, armas y en otras cosas que haya en el dicho pueblo, ó que hayan
nacido ó salido de él, con lo que se supiere de sus hechos y dichos
señalados». El bachiller Ramírez Orejón, clérigo, que fué, en compañía
de Juan Martínez, ponente (como hoy diríamos) de esta Relación,
contesta que «_de la dicha villa fué natural bachiller Rojas, que
compuso a Celestina_»[33].

Aclarado ya, aunque no tanto como nuestra curiosidad desearía, el
enigma personal del Bachiller, que por tanto tiempo ha fatigado en
inútiles disquisiciones á la crítica[34], entremos en las cuestiones
verdaderamente graves y difíciles que se refieren á la composición
del libro. Estas cuestiones se han complicado con la aparición de los
ejemplares en diez y seis actos. Antes no se disputaba más que sobre el
acto primero. Ahora no basta preguntar: el bachiller Rojas, ¿es autor
único de la _Celestina_? sino que la interrogación debe formularse
así: el bachiller Rojas, ¿es único autor de los diez y seis actos
que conocemos por las ediciones de Burgos y de Sevilla? ¿Se le deben
atribuir también los cinco actos interpolados en las ediciones de 1502,
y conocidos con el nombre de _Tractado de Centurio_? ¿Le pertenecen
asimismo las variantes y adiciones que se introdujeron en los demás
actos del texto refundido?

En absoluto rigor crítico la cuestión del primer acto es insoluble,
y á quien se atenga estrictamente á las palabras del bachiller ha de
ser muy difícil refutarle[35]. Él afirmó siempre en la carta «á vn su
amigo», en los versos acrósticos y en el prólogo, que no había hecho
más que continuar una labor ajena. Los elogios que hace del primer
autor son tan enfáticos que superan á todo lo que han dicho los más
exaltados panegiristas de la _Celestina_:

        Jamas yo no vide en lengua romana,
      Despues que me acuerdo, ni nadie la vido,
      Obra de estilo tan alto e sobido,
      En tusca, ni griega, ni en castellana.
      No trae sentencia, de donde no mana
      Loable á su auctor y eterna memoria...

Él no ha hecho más que _dorar con oro de lata_

      El más fino tíbar que vieron sus ojos,
      Y encima de rosas sembrar mil abrojos.

Afecta desdeñar los quince actos por él escritos: «el fin baxo que le
pongo»; obra, al fin, de _quince días_ de vacaciones, en que anduvo
algo «distraído de los derechos». Sus _mal doladas razones_ irán
distinguidas de las del antiguo autor con una cruz en la margen al
fin de la primera _cena_. Ha de advertirse que ni en la edición de
Burgos ni en la de Sevilla (1501) aparece tal cruz, ni el texto está
dividido en _cenas_ ó escenas, sino en _auctos_, como en todas las
restantes. Un humanista como Rojas, que da tan seguras pruebas de
conocer el teatro de Plauto y Terencio, no podía ignorar que tanto
en la comedia latina como en la moderna son cosa muy diferente actos
y escenas. En la _Celestina_ misma algunos actos pueden dividirse
en escenas, atendiendo á las mutaciones de lugar y á las entradas y
salidas de los personajes[36]. Pero es lo cierto que el bachiller, por
inexperiencia acaso del vocabulario teatral, usaba promiscuamente las
dos palabras, puesto que en las ediciones de 1502 la carta termina de
este modo: «acordé que todo lo del antiguo auctor fuesse sin diuision
en vn _aucto o cena_, incluso hasta el segundo _aucto_, donde dize:
Hermanos míos...». No hay duda, pues, que la primera _cena_ coincidía
exactamente con el primer acto, y es la parte que Rojas da por ajena.

Este acto es ciertamente más largo que ningún otro de la
_Tragicomedia_, aunque no con la desproporción que se ha dicho. En la
edición más reciente ocupa treinta y ocho páginas, pero no es corto el
_aucto dozeno_, que pasa de veinticuatro. Quizá cuando el autor comenzó
á escribir no pensaba en dar á su obra el desarrollo que luego tuvo, y
creyó poder encerrar toda la materia en un solo acto. Lo que sí llama
la atención, y lo consigno lealmente por lo mismo que soy partidario
acérrimo de la unidad de autor en la _Celestina_, es que el primer acto
fué el único que se salvó de adiciones y retoques en la refundición
de 1502, como si Rojas hubiera tenido escrúpulo de poner la mano en
obra que no le pertenecía. Hay algunas variantes, pero son puramente
verbales. Hubiera sido demasiado candor en Rojas dar con su propio
texto armas contra la supuesta existencia de otro autor. Inventada ya
la fábula, tenía que sostenerla con algún color de verisimilitud.

Pero ¿qué autor era ése á quien tanto admiraba? En la primera redacción
de la _Carta á un su amigo_ no nombra á nadie, ni hace conjetura
alguna: se limita á decir que la obra llegó anónima á sus manos. En la
segunda es más explícito y consigna la atribución por unos á Juan de
Mena y por otros á Rodrigo Cota.

Nadie ha tomado en serio la primera, á excepción del editor barcelonés
de 1842, que tuvo el capricho de estampar en la portada los nombres
de Mena y Cota, ligándolos con la conjunción _y_, como si hubiesen
sido colaboradores en la tragicomedia[37]. Juan de Mena fué un poeta
superior dentro de su género y escuela, y en cierto modo el mayor
poeta del siglo XV, pero su prosa es francamente detestable, llena de
pedanterías, inversiones y latinismos horribles, que le hacen digno
émulo de D. Enrique de Villena, cuyas huellas procuró seguir. Basta
haber leído una página cualquiera del _Omero romanzado_ ó de la _Glosa_
que hizo á su propio poema de la _Coronación_, para comprender que era
incapaz de escribir ni una línea de la _Celestina_. De esa _Glosa_
decía el Brocense que, «allende de ser muy prolija, tiene malísimo
romance y no pocas boberias (que ansi se han de llamar): más valdría
que nunca pareciesen en el mundo, porque parece imposible que tan
buenas coplas fuesen hechas por tan avieso entendimiento»[38].

Esta incapacidad de Juan de Mena para usar otro lenguaje que el métrico
debía de ocultársele menos que á nadie á Fernando de Rojas, verdadero
progenitor de nuestra prosa clásica, á quien no llega ningún escritor
del siglo XV y superaron muy pocos del siguiente. ¿Cómo hubiera podido
creer ni por un momento que era obra de Juan de Mena la que dice
haber tenido entre manos? Este rasgo es uno de los que hacen dudar de
su absoluta sinceridad. Puso á bulto el nombre del poeta cordobés,
porque era una grande autoridad literaria en su tiempo y se le citaba
para todo, y el mismo Rojas estaba empapado en sus escritos, como lo
declaran de un modo palmario algunos pensamientos é imitaciones de
detalle que en la _Celestina_ se encuentran, como veremos después.

La cuestión de Rodrigo Cota es diversa y merece más atento examen.
Rodrigo Cota de Maguaque, llamado comúnmente _el Tío_ ó _el Viejo_,
para distinguirle de un deudo suyo á quien llamaron _el Mozo_, era un
judío converso de Toledo, que afectó, como otros muchos, odio ciego y
feroz contra sus antiguos correligionarios, y recibió por ello dura
lección de otro poeta judío, Antón de Montoro[39]. Á Cota han sido
atribuídas con leve fundamento diversas producciones anónimas del siglo
XV, tales como las _Coplas de la Panadera_, el escandaloso y sucio
libelo titulado _Coplas del Provincial_ y la célebre sátira política
_Coplas de Mingo Revulgo_. Pero aun suponiendo que fuera suya esta
alegórica y revesada composición, que para los mismos contemporáneos
tuvo necesidad de comento, más perdía que ganaba en títulos para ser
considerado como autor de la _Celestina_, obra sencilla y humana, y
por eso eternamente viva, la cual nada tiene que ver con una sátira
política del momento, ingeniosa sin duda, pero todavía más afectada
que ingeniosa, especialmente en la imitación del lenguaje rústico. La
verdadera joya poética que debemos á Rodrigo Cota es el _Diálogo entre
el Amor y un Viejo_, inserto en el _Cancionero General_ de 1511. Fuera
de las _Coplas_ de Jorge Manrique, no hay composición que venza á ésta
en toda la balumba de los cancioneros del siglo XV. Y no vale sólo por
su espléndida ejecución, por sus bellezas líricas, por la elegancia y
el brío de muchos de sus versos, sino también por su contenido, que
es intensamente dramático. No se trata de un mero contraste ó debate,
de los que tanto abundan en las escuelas de trovadores, sino de una
verdadera acción, de un drama en miniatura, con tema filosófico y muy
humano: el vencimiento del Viejo por el Amor y el desengaño que sufre
después de su mentida transformación. Quien imaginó este coloquio en
verso, anterior sin duda á las églogas de Juan del Enzina, no era
indigno de haber escrito algunas páginas de la _Celestina_, pero no
sabemos siquiera que cultivase la prosa. Nos falta todo punto de
comparación, y hay mucha distancia entre un sencillo diálogo de dos
personajes alegóricos y una visión del mundo tan serena y objetiva como
la que admiramos en la inmortal _Tragicomedia_.

Cota y Rojas fueron contemporáneos, aunque no de la misma generación;
los dos procedían de estirpe hebrea; los dos nacieron y vivieron en
el reino de Toledo: el uno en la Puebla de Montalbán, el otro en la
capital misma, de la cual sólo dista cinco leguas aquella villa. En
1495 debía de haber muerto ya, puesto que su nombre no consta en la
_Lista de los inhábiles de Toledo_ (es decir, de los conversos) _y
cantidades que cada uno pagó por su rehabilitación_, pero su apellido
se repite mucho: María _Cota_, mujer de Pero Rodriguez de Ocaña; Inés y
Sancho _Cota_, hijos del doctor _Cota_, Rodrigo _Cota_, joyero[40]. En
la misma lista están el suegro de Rojas, Alvaro de _Montalbán_, y otros
conversos de su apellido. ¿Cómo no suponer relaciones entre personas de
la misma raza y que habían corrido los mismos peligros y sufrido las
mismas exacciones pecuniarias? ¿Tan difícil le hubiera sido á Rojas
poner en claro esa atribución á un antiguo correligionario suyo, á
quien pudo muy bien conocer y tratar, puesto que hay versos de Cota
posteriores á 1472?

La tradición de Cota prosperó más que la de Juan de Mena, y son varios
los escritores del siglo XVI y principios del XVII que la repiten,
especialmente los toledanos, que encontraban motivo de orgullo en
tal compatriota. Así Alonso de Villegas, en los metros que sirven de
dedicatoria á su _Comedia Selvagia_, impresa en 1554:

        Sabemos de _Cota_ que pudo empeçar,
      Obrando su ciencia, la gran _Celestina_;
      Labróse por Rojas su fin con muy fina
      Ambrosia, que nunca se puede estimar.

D. Tomás Tamayo de Vargas, que nació en Madrid, pero puede considerarse
como hijo adoptivo de la imperial ciudad, consigna en su inédita
bibliografía _Junta de libros, la mayor que España ha visto en su
lengua hasta el año de 1624_[41], una curiosa tradición local,
que valga lo que valiere merece recogerse, por ser tan pocos los
testimonios antiguos sobre la _Celestina_: «Rodrigo Cota, llamado _el
Tío_, de Toledo, _escribió estando en Torrijos debaxo de unas higueras,
en la casa de Tapia_, el acto primero de _Scelestina_, Tragicomedia
de Calisto e Melibea, libro que ha merecido el aplauso de todas las
lenguas. Alguno ha querido que sea parto del ingenio de Juan de Mena,
pero con engaño, que fácilmente prueba la lengua en que está escripto
mejor que la del tiempo de Juan de Mena».

La indicación no puede ser más precisa, pero por lo mismo infunde
recelo. Tamayo de Vargas era un erudito al uso de su tiempo, novelero
y algo falsario, ó por lo menos patrocinador de falsos cronicones y
antiguallas supuestas. Pudo hacerse eco de un rumor vulgar, que acaso
se refería á Rojas y no á Rodrigo de Cota; pudo inventarlo él mismo en
obsequio y lisonja á los toledanos ó á los vecinos de Torrijos. Con
escritores tales es menester gran cautela. Sin duda por eso D. Nicolás
Antonio, que los conocía á fondo, y que manejó la _Junta de libros_,
ingiriéndola casi entera en su _Bibliotheca Nova_, se guardó mucho de
copiar esta y otras especies.

Con la única excepción acaso de Lorenzo Palmyreno en sus _Hypotiposes
clarissimorum virorum_[42], todo el siglo XVI creyó en la veracidad
de las palabras de Rojas y aceptó la _Celestina_ como obra de dos
autores. El voto más importante es el del autor del _Diálogo de la
lengua_: «_Celestina, me contenta el ingenio del autor que la començo,
y no tanto el del que la acabó._ El juicio de todos me satisfaze
mucho, porque sprimieron, á mi ver muy bien y con mucha destreza,
las naturales condiciones de las personas que introduxeron en su
tragicomedia, _guardando el decoro d'ellas desde el principio hasta el
fin_»[43].

Precisamente por haber guardado ese _decoro_ ó consecuencia de los
caracteres desde el principio al fin, que señala con fina crítica
Juan de Valdés, parece difícil admitir en el plan y composición de la
_Celestina_ más mente ni más ingenio que uno solo.

Tal es el sentir unánime de la crítica moderna, con una sola excepción
que yo recuerde, muy respetable por cierto[44], y apoyada en ingeniosos
argumentos, que no han logrado convencerme. En este punto sigo
opinando como opinaba en 1888, cuando la tesis del autor único de la
tragicomedia distaba mucho de ser tan corriente como ahora.

Prescindamos de la divergencia entre los dos textos de la _carta_ al
amigo y atengámonos sólo al segundo. La misma incertidumbre con que el
bachiller Rojas se explica, diciendo que unos pensaban ser el autor
Juan de Mena y otros Rodrigo de Cota, si no basta para invalidar su
testimonio, le hace por lo menos muy sospechoso, puesto que en cosa tan
cercana á su tiempo no parece verisímil tal discrepancia de pareceres.
Toda la narración tiene visos de amañada. ¿Quién puede creer, por
muy buena voluntad que tenga, que _quince_ actos de la _Celestina_
primitiva, es decir, más de las dos terceras partes de la obra,
hayan sido escritas ni por un estudiante, ni por un letrado, ni por
nadie, en _quince días_ de vacaciones, cuando hasta por la extensión
material parece imposible, y lo parece mucho más si se atiende á la
perfección artística, á la madurez y reflexión con que todo está
concebido y ejecutado, sin la menor huella de improvisación, ligereza
ni atolondramiento. ¿Qué especie de sér maravilloso era el bachiller
Fernando de Rojas, si hemos de suponerle capaz de semejante prodigio,
inaudito en la historia de las letras?

Porque aquí no se trata de aquellas atropelladas fábulas que Lope de
Vega se jactaba de haber lanzado al mundo _en horas veinticuatro_. Esto
en Lope mismo tenía que ser la excepción y no la regla. Él no habla
de todas, sino de algunas: «más de ciento», modo de decir hiperbólico
sin duda (como hipérbole debe de haber también en lo de las horas),
pero que, aun tomado á la letra, no sería la mayor sino la menor parte
de un repertorio que contaba ya en la fecha en que el _Arte Nuevo_
se imprimió (1609) «cuatrocientas y ochenta y tres comedias». Poseyó
Lope en mayor grado que ningún otro poeta el genio de la improvisación
escrita; pero sin recelo puede afirmarse que ninguna de sus buenas
comedias fué compuesta de ese modo. Harto se distinguen unas de otras,
aunque en las mejores hay tremendas caídas y en las más endebles algún
destello de aquel sol de poesía que nunca llega á velarse del todo por
las nubes del mal gusto. Y además, Lope era un artista dramático, un
hombre de teatro, á quien el aplauso popular estimulaba á la producción
sin tasa, y con quien colaboraba inconscientemente todo el mundo. ¡Cuán
diversa la posición de Rojas, que no veía delante de sí modelos, ni
público en torno suyo, ni podía entrever más que en sueños lo que era
la dramaturgia representada, ni podía sacar su arte más que de las
entrañas de la vida y de su propio solitario pensamiento; empresa mucho
más difícil que hilvanar comedias con vidas de santos ó con retazos de
crónicas, como solía hacer Lope en los malos días en que la inspiración
le flaqueaba.

Grandes poetas románticos, que pertenecen en algún modo á la familia
de Lope, se han gloriado también de esos alardes de fuerza. Sabido es
de qué manera explicaba Zorrilla el origen de _El Puñal del Godo_,
escrito en dos días; pero su relato es tan descabellado, que apenas se
le puede dar crédito[45]. Víctor Hugo afirmó que había compuesto el
_Bug-Jargal_ en quince días; pero su maligno comentador Biré, que le ha
ido siguiendo paso á paso en toda su carrera literaria, prueba de un
modo irrefutable que ese _Bug-Jargal_ no era la novela que conocemos
ahora, sino un esbozo de ella, un cuento muy breve (de 47 páginas),
publicado en un periódico (_Le Conservateur Littéraire_), y que pudo
ser cómodamente escrito por su joven autor en quince días, y aun en
menos, sin que haya en ello nada de extraordinario[46].

Y además, la _Celestina_ no es el _Bug-Jargal_, ni _El Puñal del
Godo_, ni una de las comedias que Lope olvidaba después de escritas.
Pertenece á una categoría superior de arte, en que todo está firme y
sólidamente construído; en que nada queda al azar de la improvisación;
en que todo se razona y justifica como interno desenvolvimiento de
una ley orgánica; en que los mismos episodios refuerzan la acción en
vez de perturbarla[47]. No es la perfección del estilo la maravilla
mayor de la _Celestina_, con serlo tanto, sino el carácter _clásico_
é imperecedero de la obra, su sabia y magistral contextura, que puede
servir de modelo al más experto dramaturgo de cualquier tiempo. La
locución es tan abundante, fluye con tan rica vena, que no parece
haber costado al autor grandes sudores. Su corrección es la del
genio que adivina y crea su lengua: no es la corrección enteca y
valetudinaria del estilo académico, sino la expansión generosa de un
temperamento artístico, la plétora sanguínea de los grandes escritores
del Renacimiento, cuando todavía la secta de la _difícil facilidad_
no había venido á encubrir muchas impotencias. Pero ni ese estilo, ni
mucho menos la concepción á que sirvió de instrumento, son compatibles
con la leyenda de los quince días, que á mis ojos es una inocente broma
literaria, un rasgo que hoy llamaríamos humorístico. Los _quince días_
fueron sugeridos por los _quince auctos_, ni más ni menos.

Á nuestro juicio, todas las dificultades del preámbulo tienen una
solución muy á la mano. El bachiller Fernando de Rojas es único autor
y creador de la _Celestina_, la cual él compuso íntegramente, no
en quince días, sino en muchos días y meses, con toda conciencia,
tranquilidad y reposo, tomándose luego el ímprobo trabajo de refundirla
y adicionarla, con mejor ó peor fortuna, que esto lo veremos luego. Y
la razón que tuviese para inventar el cuento del primer acto encontrado
en Salamanca no parece que pudo ser otra que el escrúpulo, bastante
natural, de no cargar él solo con la paternidad de una obra impropia
de sus estudios de legista, y más digna de admiración como pieza de
literatura que recomendable por el buen ejemplo ético, salvas las
intenciones de su autor, que tampoco están muy claras[48]. Este mismo
recelo ó escrúpulo le movió acaso á envolver su nombre en el laberinto
de los acrósticos y á llenar de sentencias _filosofales_ el diálogo
de la comedia, queriendo con esto curarse en salud y prevenir todo
escándalo. Si no se acepta esta explicación, que acaso no cuadra
con la gran libertad de ideas y de lenguaje que reinaba en Castilla
á fines del siglo XV, y no queremos suponer al bachiller Rojas más
tímido de lo que realmente era, dígase que la invención del primer acto
fué un capricho análogo al que solían tener los autores de libros de
caballerías, que rara vez declaran sus nombres verdaderos, y en cambio
fingen traducir sus obras del griego, del hebreo, del caldeo, del
armenio, del húngaro y de otros idiomas peregrinos[49].

La igualdad, diremos mejor, la identidad de estilo entre todas las
partes de la _Celestina_, así en lo serio como en lo jocoso, es tal,
que á pesar de la respetable opinión de Juan de Valdés, repetida
por muchos sin comprobarla, no ha podido ocultarse á los ojos de la
crítica, desde que ésta comenzó á ejercitarse directamente sobre los
textos y á desconfiar de los argumentos de autoridad. Moratín declara
en sus _Orígenes del teatro español_ que «quien examine con el debido
estudio el primer acto y los veinte añadidos, no hallará diferencia
notable entre ellos, y que si nos faltase la noticia que dió acerca de
esto Fernando de Rojas, leeríamos aquel libro como producción de una
sola pluma»[50].

D. José María Blanco (White) afirmó resueltamente, en un discreto
artículo de las _Variedades ó Mensajero de Londres_, que «toda la
_Celestina_ era paño de la misma tela», y que «ni en lenguaje, ni en
sentimientos, ni en nada de cuanto distingue á un escritor de otro, se
halla la menor variación»[51]. ¿Sería esto posible, aun suponiendo que
entre la composición del primer acto y de los restantes no mediaran
más que veinte ó treinta años, cuando precisamente estos treinta años
fueron de total renovación para la prosa castellana, en términos tales
que un libro del tiempo de los Reyes Católicos se parece más á uno de
fines del siglo XVI que á otro del reinado de D. Juan II, con la sola
excepción del _Corbacho_? Rojas está á medio camino de Cervantes, y sin
embargo una centuria entera separa sus dos producciones inmortales.

Ni Fernando Wolf[52], ni Lemcke[53], ni Carolina Michaëlis[54], ni
otros eminentes hispanistas de los que más á fondo han tratado de
la historia de nuestras letras, admiten que el primer acto de la
_Celestina_ sea de distinta mano que los restantes. La impresión
general de los lectores está de acuerdo con ellos. Por mi parte no temo
repetir lo que escribí hace veinte años: «El bachiller Rojas se mueve
dentro de la fábula de la _Celestina_, no como quien continúa obra
ajena, sino como quien dispone libremente de su labor propia. Sería
el más extraordinario de los prodigios literarios y aun psicológicos
el que un continuador llegase á penetrar de tal modo en la concepción
ajena y á identificarse de tal suerte con el espíritu del primitivo
autor y con los tipos primarios que él había creado. No conocemos
composición alguna donde tal prodigio se verifique; cualquiera que
sea el ingenio del que intenta soldar su invención con la ajena,
siempre queda visible el punto de la soldadura; siempre en manos del
continuador pierden los tipos algo de su valor y pureza primitivos, y
resultan ó lánguidos y descoloridos, ó recargados y caricaturescos.
Tal acontece con el falso _Quijote_, de Avellaneda; tal con el segundo
_Guzmán de Alfarache_, de Mateo Luján de Sayavedra; tal con las dos
continuaciones del _Lazarillo de Tormes_. Pero ¿quién será capaz de
notar diferencia alguna entre el Calisto, la Celestina, el Sempronio
ó el Pármeno del primer acto y los personajes que con iguales nombres
figuran en los actos siguientes? ¿Dónde se ve la menor huella de
afectación ó de esfuerzo para sostenerlos ni para recargarlos. En el
primer acto está en germen toda la tragicomedia, y los siguientes son
el único desarrollo natural y legítimo de las premisas sentadas en el
primero».

Claro es que este se escribió cuando no se conocían más que
_Celestinas_ en veintiún actos. El Sr. Foulché-Delbosc, que está
enteramente de acuerdo conmigo en lo que toca á la cuestión del primer
acto y de los quince siguientes[55], ha planteado con mucho tino un
nuevo y más interesante problema, que afecta á la integridad de la
_Celestina_, aunque por diverso modo. ¿Pertenecen al autor primitivo
las adiciones introducidas en 1502 (acaso antes)? ¿Pueden atribuírsele
los cinco actos nuevos ó sea el _Tractado de Centurio_? El Sr.
Foulché-Delbosc sostiene resueltamente que no. Su argumentación es
brillante y especiosa; pero en materias de gusto tales alegatos nunca
pueden convencer á todos, por mucho que sea el ingenio y la sutileza
del abogado. La crítica literaria nada tiene de ciencia exacta, y
siempre tendrá mucho de impresión personal.

Para mí las adiciones son de Rojas, aunque muchas de ellas empeoren el
texto. Prescindamos de la inverisimilitud de que nadie, en vida del
autor, se hubiese atrevido á alterar tan radicalmente su obra, sin que
él de alguna manera protestase; porque esta razón, que sería de mucha
fuerza para la literatura moderna, pierde valor tratándose de los
primeros años del siglo XVI y aun de épocas muy posteriores. Todavía
en la centuria siguiente las obras dramáticas eran objeto de la más
desenfrenada piratería: Lope, Tirso, Alarcón, Calderón vieron impresas
muchas de sus comedias en forma tal que no acertaban á reconocerlas.
Cualquier librero que compraba á histriones hambrientos unas cuantas
copias de teatro, llenas de gazafatones y desatinos, formaba con
ellos una parte _extravagante_, y la echaba al mundo atribuyendo las
comedias á quien se le antojaba. Si esto sucedía en tiempo de Felipe
IV, imagínese lo que podía pasar en tiempo de Rojas, cuando apenas
comenzaba á existir la salvaguardia del _privilegio_.

Pero las interpolaciones de 1502 tienen tal carácter, que cuesta
trabajo ver en ellas una mano intrusa. Afortunadas ó desgraciadas, son
enmiendas de autor, que se propone mejorar su libro y condescender con
el gusto común de los que le importunaban para que «se alargasse en el
proceso de su deleyte destos amantes».

Líbreme Dios de negar las ventajas de la corrección y de la lima.
Rodrigo Caro volvió tres veces al yunque la _Canción de Itálica_ antes
de encontrar la forma definitiva y perfecta de aquella oda clásica.
Moratín, cuyo gusto era tan severo, y en quien llegó á ser monomanía
el furor de las correcciones, mejoraba comúnmente sus obras; pero
no siempre el último texto de sus comedias aventaja en todo y por
todo á los anteriores. Hartzenbusch escribió tres veces _Los Amantes
de Teruel_, y la última versión supera notablemente á la primitiva,
aunque algo ha perdido de su juvenil frescura. Pero, ¿cuántos ejemplos
grandes y chicos presenta la historia literaria de obras estropeadas
por sus propios autores, con retoques que la posteridad ha desdeñado,
ateniéndose á la lección primera? ¿Quién se acuerda hoy de la
_Gerusalemme Conquistata_ del Tasso? Para nadie que no sea erudito de
profesión existe más _Gerusalemme_ que la _Liberata_. ¿Quién no se
duele de ver estropeados los mejores versos de Meléndez en la edición
póstuma, que había preparado él mismo? ¿Quién no aplica la misma
censura á la última colección que de sus versos líricos y dramáticos
hizo doña Gertrudis Avellaneda? Más cerca de nosotros, Tamayo, digan
lo que quieran sus panegiristas, sacrificó muy bellos rasgos de su
_Virginia_ en aras de una corrección fría y seca, de que en sus últimos
años se había prendado.

Siendo tan frecuentes estos ejemplos, no hay motivo para creer que las
intercalaciones de Rojas dejen de ser auténticas por ser desacertadas.
Luego veremos que no siempre lo son, y que perderíamos mucho con perder
algunas de ellas.

Estas alteraciones pueden estudiarse sin trabajo alguno, ya en el
importante estudio del Sr. Foulché-Delbosc, que las ha recogido y
clasificado antes que nadie, ya en la reciente y muy cómoda edición
de la _Celestina_, en que el Sr. D. Cayo Ortega ha distinguido,
poniéndolas entre corchetes, todas las frases añadidas en el texto de
veintiún actos.

Supresiones hay muy pocas é insignificantes. Todas ellas juntas suman
treinta y cinco líneas, según el cálculo del Sr. Foulché.

Las adiciones son de dos clases: unas recaen sobre el texto antiguo,
otras constituyen actos nuevos. De las primeras, que llegan á 439
líneas, hay poco que decir, porque casi todas obedecen al mismo sistema.

Una de las mayores novedades de la _Celestina_ (aunque tuviese algún
precursor), y una de las que más debieron contribuir á su éxito,
fué el empleo feliz y discreto de los refranes, proverbios y dichos
populares. Ya el primitivo diálogo estaba sembrado de ellos, pero en la
refundición hay abuso: tiene razón el Sr. Foulché. Parece que el autor
ha querido darnos un índice paremiológico ó verter todo el del Marqués
de Santillana. Generalmente son repeticiones excusadas de lo que ya
estaba bien dicho. «Señor (dice Sempronio en el acto VIII), no es todo
blanco aquello que de negro no tiene semejanza». «_Ni es todo oro
quanto amarillo reluze_», se añade en el texto de 1502. Decía Celestina
en sus diabólicos consejos á Areusa: «Una ánima sola ni canta ni llora;
un frayle solo pocas veces le encontrarás por la calle; una perdiz
sola por maravilla vuela». Y en la edición refundida continúa así:
«_un manjar solo presto pone hastío; una golondrina no hace verano;
un testigo solo no es entera fe; quien sola una ropa tiene presto la
envejece_» (Acto VII).

Claro que esta retahila no puede aplaudirse, y menos tomada como
procedimiento habitual, pero ¿por ventura era infalible el gusto de
Rojas? ¿Es intachable el texto de diez y seis actos? ¿Por qué no hemos
de suponer que dormitó alguna vez, á pesar de su maravilloso instinto,
un hombre que no había nacido en la edad de la crítica ni tenía más
consejero que su propio discernimiento? ¿No era fácil que cayese en la
tentación de recargar lo que un artista de tiempos más cultos, aunque
de menos lozanía, hubiese probablemente cercenado como vicioso?

La repetición de los refranes en formas diversas ofende más, porque
casi siempre es superflua. Pero en las sentencias añadidas hay cosas
muy notables, que sólo el primitivo autor ó alguno que valiese tanto
como él era capaz de escribir.

Sirvan de ejemplo estas enseñanzas morales del acto IV, que nada
pierden de su valor por estar puestas en boca de la _madre_ Celestina:
«Aquél es rico que está bien con Dios; más segura cosa es ser
menospreciado que temido; mejor sueño duerme el pobre que no el que
tiene de guardar con solicitud lo que con trabajo ganó y con dolor ha
de dexar. Mi amigo no será simulado y el del rico sí; yo soy querida
por mi persona, el rico por su hacienda; nunca oye verdad, todos le
hablan lisonjas a sabor de su paladar; todos le han envidia; apenas
hallarás un rico que no confiese que le seria mejor estar en mediano
estado ó en honesta pobreza. Las riquezas no hazen rico, mas ocupado;
no hazen señor, mas mayordomo; más son los poseidos de las riquezas
que los que las poseen; a muchos traxeron la muerte, a todos quitan el
placer y a las buenas costumbres ninguna cosa es más contraria. ¿No
oiste dezir: durmieron su sueño los varones de las riquezas, y ninguna
cosa hallaron en sus manos?»

El que haya leído en las ediciones vulgares éste y otros trozos no
dejará de echarlos de menos en la de diez y seis actos. Y todavía le
sorprenderá más que se tache de intercalación apócrifa este donoso
pasaje del acto IX, en que la mala pécora de Areusa se duele de la
triste suerte de las criadas: «Nunca tratan con parientes, con yguales
a quien pueden hablar tú por tú, con quien digan: ¿qué cenaste? ¿estás
preñada? ¿cuántas gallinas crias? llevame a merendar a tu casa;
muestrame tu enamorado; ¿quánto ha que no te vido? ¿cómo te va con él?
¿quién son tus vecinas? e otras cosas de igualdad semejantes. ¡O tia,
y qué duro nombre, e qué grave e sobervio es _señora_ contino en la
boca!»[56]. Ese diálogo intercalado, tan vivo y tan sabroso, ¿no vale
más que el texto, aquí muy seco, de la primera edición? «Assi goce de
mí, que es verdad; que éstas que sirven a señoras ni gozan deleyte ni
conocen los dulces premios de amor».

Tales excepciones, y hay otras, prueban, á mi juicio, que no siempre
anduvo torpe la mano del refundidor. Se le acusa de hacer impertinente
y pedantesco alarde de erudición histórica y mitológica; pero este
cargo, que es muy justo, debe recaer sobre toda la _Celestina_, no
sobre una parte de ella tan solo. Ya en el primer acto, Sempronio,
criado con puntas de rufián, pregunta á su amo, después de compararle
con _Nembrot_ y _Alexandre_: «¿No has leydo de _Pasifae_ con el toro,
de _Minerva_ con el can?» Y más adelante, tratando de los peligros del
amor y de las malas artes de las mujeres, tiende el paño del púlpito
como si fuera un moralista de profesión: «Lee los historiales, estudia
los philosofos, mira los poetas, llenos están los libros de sus viles
y malos exemplos e de las caydas que levaron los que en algo, como
tú, las reputaron. Oye a Salomon do dize que las mujeres y el vino
hazen a los hombres renegar. Conséjate con Séneca e verás en qué las
tiene. Escucha al _Aristoteles_, mira a _Bernardo_. Gentiles, judíos,
cristianos e moros, todos en esta concordia están». En el acto VIII el
mismo Sempronio cita á «Antipater Sidonio» y «al gran poeta Ovidio».

El conjuro archilatinizado de Celestina (en el acto III), más propio
de la maga Ericto de Tesalia que de una bruja castellana del siglo
XV, y bien diverso de los verdaderos conjuros que los procesos
inquisitoriales nos revelan, estaba ya en la primera versión, y sólo se
le añadieron en la segunda las pocas líneas que van en bastardilla y
que no alteran su carácter aunque le refuercen con nuevas pedanterías:
«Conjúrote, triste Pluton, señor de la profundidad infernal, emperador
de la Corte dañada, capitan sobervio de los condenados angeles,
señor de los sulfureos fuegos que los hirvientes ethnicos montes
manan, governador e veedor de los tormentos e atormentadores de las
pecadoras ánimas (_regidor de las tres furias Tesifone, Megera e Aleto,
administrador de todas las cosas negras del reyno de Stigie e Dite, con
todas sus lagunas e sombras infernales e litigioso caos, mantenedor
de las bolantes arpias, con toda la otra compañia de espantables
e pavorosas ydras_); yo, Celestina, tu más conocida clientula, te
conjuro, por la virtud e fuerza destas bermejas letras; por la sangre
de aquella nocturna ave con que estan escritas; por la gravedad de
aquellos nombres e signos que en este papel se contienen; por la áspera
ponçoña de las bivoras de que este aceyte fue hecho, con el qual vnto
está hilado, vengas sin tardança a obedescer mi voluntad...»

No es este el lenguaje habitual de Celestina, pero en lo restante
de la pieza se muestra tan leída en las historias antiguas como el
que más. Ponderando en el acto IV las buenas partes de Calisto, no
se olvida de las fábulas ovidianas y acota como si le fueran muy
familiares los versillos de Adriano _Animula_, _vagula_, _blandula_,
que seguramente lo serían para el escolar ó bachiller que puso en sus
labios tan donosa cita: «Por fe tengo que no era tan hermoso aquel
gentil Narciso que se enamoró de su propia figura, cuando se vido en
las aguas de la fuente...[57]. Tañe tantas canciones e tan lastimeras,
que no creo que fueran otras _las que compuso aquel Emperador e gran
musico Adriano de la partida del ánima, por suffrir sin desmayo la ya
vezina muerte_... Si acaso canta, de mejor gana paran las aves a le
oir, que no aquel antico, de quien se dize que movia los arboles e
piedras con su canto. Siendo éste nacido, no alabaran a Orfeo».

En este género de erudición, todos los personajes rayan á la misma
altura. Si los criados y las alcahuetas saben tanto y hablan tan bien,
no han de quedar inferiores los que se criaron en mejores paños,
los mancebos de noble estirpe, las ilustres doncellas, los viejos
venerables y sentenciosos. Calisto poseía á fondo la _Eneida_, y saca
de ella un cumplimiento para Celestina, que no le hubiera entendido á
no estar versada también en el poema virgiliano: «De cierto creo, si
nuestra edad alcançara aquellos passados Eneas e Dido, no trabajara
tanto Venus para atraer a su hijo el amor de Elisa, haciendo tomar a
Cupido _Ascánica forma_ para la engañar; antes por evitar prolixidad
pusiera a ti por medianera».

La lamentación del padre de Melibea, Pleberio, que llena el acto XXI,
contiene reminiscencias clásicas tan oportunas como éstas[58]: «Yo
fuy lastimado sin aver ygual compañero de semejante dolor, aunque más
en mi fatigada memoria rebuelvo presentes e passados. Que si aquella
severidad e paciencia de _Paulo Emilio_ me viniere a consolar con
pérdida de dos hijos muertos en siete dias, ... no me satisfaze, que
otros dos le quedaban dados en adopcion. ¿Qué compañia me ternan en su
dolor aquel _Pericles_, capitan atheniense, ni el fuerte _Xenofon_,
pues sus pérdidas fueron de hijos absentes de sus tierras... Pues menos
podrás decir, mundo lleno de males, que fuimos semejantes en pérdida
aquel _Anaxágoras_ e yo», etc., etc.

No negamos que en la parte añadida el abuso de citas llega al colmo y
estropea algunas situaciones que antes estaban libres de este vicio.
Pero ¿por eso hemos de suponer un autor nuevo? Más natural es creer que
Rojas, al refundirse, extremase sus defectos, lo mismo la verbosidad
declamatoria que el pedantismo infantil del Renacimiento. Grima da leer
en el soliloquio de Melibea, próxima á arrojarse de la torre, aquella
absurda enumeración de todos los grandes parricidas: Bursia, rey de
Bitinia, que _sin ninguna razón mató á su propio padre_; Tolomeo, rey
de Egipto, que exterminó á toda su familia por gozar de una manceba;
Orestes, matador de Clitemnestra; Nerón, de Agripina; Filipo, rey de
Macedonia; Herodes, Constantino; Laodice, reina de Capadocia; Medea, la
_nigromantesa_, y finalmente «aquella gran crueldad de Phraates, rey de
los Partos, que porque no quedase sucesor después de él mató á Orote
(Orontes), su viejo padre, e á su único hijo, e treynta hermanos suyos».

Todo este catálogo falta, es cierto, en la edición de diez y seis
actos; pero ¿no era muy capaz de escribirlo el que había puesto en boca
de Melibea, dirigiéndose á su padre en el momento crítico de consumar
el suicidio, una pedantería mayor que todas esas, aunque no esté
recargada de nombres propios? «Algunas consolatorias palabras te diría
antes de mi agradable fin, _collegidas e sacadas de aquellos antiguos
libros que por más aclarar mi ingenio me mandavas leer_, sino que la
dañada memoria con la gran turbación me las ha perdido».

Falta examinar el valor de los cinco actos nuevos, ó sea del _Tractado
de Centurio_. Para ello hay que tener á la vista algunos antecedentes
sobre el plan de la _Celestina_, que nos ahorrarán luego otras
explicaciones. ¿Y qué palabras serán más breves para declararlo que las
mismas palabras del _argumento de la obra_?

«Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil disposicion,
de linda criança, dotado de muchas gracias, de estado mediano. Fue
preso en el amor de Melibea, muger moça, muy generosa, de alta y
serenissima sangre, sublimada en próspero estado, una sola heredera
a su padre Pleberio y de su madre Alisa muy amada. Por solicitud del
pungido Calisto, vencido el casto proposito de ella, entreveniendo
Celestina, mala y astuta muger, con dos servientes del vencido Calisto,
engañados e por ésta tornados desleales, presa su fidelidad con anzuelo
de codicia y de deleyte, vinieron los amantes e los que les ministraron
en amargo y desastrado fin. Para comienço de lo qual dispuso el adversa
fortuna lugar oportuno, donde a la presencia de Calisto se presentó la
desseada Melibea».

Cómo empezó á cumplirse este proceso amoroso lo declara el _argumento_
del primer _aucto_, que también íntegramente transcribimos: «Entrando
Calisto en una huerta en seguimiento de un falcon suyo, halló allí
a Melibea, de cuyo amor preso, començole de hablar. De la cual
rigurosamente despedido fue para su casa muy angustiado. Habló con un
criado suyo llamado Sempronio, el qual despues de muchas raçones le
endereçó a una vieja llamada Celestina, en cuya casa tenia el mismo
criado una enamorada llamada Elicia...»

La fábula, aunque muy sencilla, está perfectamente construída. Desde
que Celestina entra en escena, ella la domina y rige con su maestría
infernal, convirtiendo en auxiliares suyos á los criados de Calisto y
Melibea, seduciendo á Pármeno con el cebo del deleite de Areusa, prima
de Elicia; á Sempronio con la esperanza de participar del botín; á
Lucrecia, otra prima de Elicia, que no desmiente la parentela aunque
criada de casa grande, con recetas de polvos de olor y de lejías para
enrubiar los cabellos. Pero estos son pequeños medios para sus grandes
y diabólicos fines. Necesita introducirse en casa de Melibea, adormecer
la vigilancia de los padres, despertar en el inocente corazón de la
joven un fuego devorador nunca sentido, hacerla esclava del amor,
ciega, fatalmente, sin redención posible. Esta obra de iniquidad se
consuma con la intervención de las potencias del abismo, requeridas
y obligadas por Celestina con enérgicos conjuros, aunque el lector
queda persuadido de que Celestina sería capaz de dar lecciones al
diablo mismo. La verdadera magia que pone en ejercicio es la sugestión
moral del fuerte sobre el débil, el conocimiento de los más tortuosos
senderos del alma, la depravada experiencia de la vida luchando con la
ignorancia virginal, condenada por su mismo candor á ser víctima de la
pasión triunfante y arrolladora. Toda la dialéctica del genio del mal
se esconde en las blandas razones y _filosofales sentencias_ de aquella
perversa mujer.

Pero tanto ella como sus viles cómplices sucumben antes que Melibea
(vencida moralmente en el auto X y concertada ya con su amante en el
XII) acabe de caer en brazos de Calisto. Riñen Sempronio y Pármeno con
la desalmada vieja, que les niega su parte en la ganancia de la cadena
de oro entregada por Calisto. Encréspase la pendencia y acaban por
darla de puñaladas y saltar por una ventana, quedando muy mal heridos.
La justicia los prende y al día siguiente son degollados en público
cadalso, con celeridad inaudita.

Con tan siniestros agüeros llega Calisto á su primera y aquí única
cita de amor con Melibea (aucto XIV). La escena es rápida y no puede
calificarse de lúbrica. Triunfa el enamorado mancebo de la honesta
aunque harto débil resistencia de la doncella; pero la fatalidad que
se cierne sobre sus amores le hiere alevosamente cuando se creía más
dichoso, al salir del huerto que había ocultado con sus sombras los
regalados favores de Melibea. Ella misma lo cuenta admirablemente en su
discurso postrero: «Como las paredes eran altas, la noche escura, la
escala delgada, los sirvientes que traía no diestros en aquel género
de servicio, no vido bien los pasos, puso el pie en vazio e cayó, e
de la triste cayda sus más escondidos sesos quedaron repartidos por
las piedras e paredes. Cortaron las hadas sus hilos, cortaronle sin
confession su vida; cortaron mi esperança, cortaron mi compañía».

Los dos últimos actos, equivalentes al XX y XXI de la edición actual,
no contienen más que el suicidio de Melibea y el llanto de sus padres.
No hay duda que en esta primera forma la _Celestina_ tiene más unidad y
desarrollo más lógico; pero ¿la intercalación de los cinco actos es tan
absurda como se pretende? ¿nada perderíamos con perderlos? ¿Son tales
que puedan atribuirse á un falsario más ó menos experto?

Por mi parte, no puedo menos de responder negativamente á estas
preguntas. La tesis que pretende despojar á Rojas del _Tractado de
Centurio_ me parece tan dura y difícil de admitir como la del que
pretendiera ser apócrifas todas las aventuras y episodios que añadió
el Ariosto á su gran poema en la edición de 1532, y se empeñase en
preferir la de 1516. Claro que un poema novelesco de plan tan libre
como el _Orlando_ se prestaba mejor á las intercalaciones; pero ¿es
seguro que todas las que hizo el Ariosto sean igualmente felices?
Bellísimos son sin duda el episodio de Olimpia y Bireno y el de Ulania
y Bradamante en el castillo de Tristán; pero no todos dirán lo mismo de
la historia de León de Grecia, de la expedición de Rugero á Oriente y
de otras cosas que alargan sin fruto el poema.

Mucho más peligro corre el interpolador de una obra dramática, y obra
tan sencilla como la _Celestina_. Acaso Rojas no debió condescender
nunca con los que mucho le instaban para que «se alargasse en el
processo de su deleyte destos amantes», exigencia muy propia de
lectores vulgares y mal inclinados á la _carnal grosería_. Pero ya que
«contra su voluntad» entró en la empresa (lo cual no creemos más que á
medias) y determinó retardar la catástrofe, haciendo que «el deleytoso
yerro de amor» durase «quasi un mes», no había para qué recurrir á una
intriga episódica é inútil, que no conduce á ninguna parte ni modifica
en nada el desenlace. Si la venganza que Areusa y Elicia quieren tomar
de Calisto y Melibea por haber sido sus amores ocasión de las muertes
de Pármeno y Sempronio llegara á cumplirse, y Calisto pereciera á
manos de asesinos y no por el accidente fortuito de la caída de la
escala, aun pudiera tener disculpa este largo rodeo, que haría la
muerte del amante más verisímil desde el punto de vista material, y
más interesante como cuadro escénico. Pero como el rufián Centurio,
buscado por las dos mozas para el caso, no hace más que proferir fieros
y baladronadas, y el otro rufián, llamado Traso el Cojo, y sus dos
compañeros, no pasan de dar cuatro voces y trabar una pendencia de
embeleco con los pajes de Calisto, claro es que tres por lo menos de
los actos intercalados huelgan por completo, aunque á nadie le pesará
leerlos, pues allí fué trazado la primera vez con indelebles rasgos uno
de los tipos que más larga vida habían de tener en nuestra literatura
dramática y novelesca, la figura del _bravo_ de profesión, del baladrón
cobarde. Centurio es uno de los personajes cómicos más vivos y mejor
plantados de la obra. Ninguna de sus innumerables copias ha llegado á
oscurecerle.

Pero hay en la parte añadida bellezas de otro orden, que pertenecen
á la más alta esfera de la poesía; que nadie, seguramente nadie, más
que el bachiller Fernando de Rojas, era capaz de escribir en España
en 1502, cuando ni siquiera habían comenzado su carrera dramática Gil
Vicente y Bartolomé de Torres Naharro. Son dos adivinaciones de genio,
que conviene reivindicar de la injusta nota que se ha querido poner á
esta continuación.

Uno de estos aciertos, salvo pedanterías accidentales, que pueden
borrarse mentalmente, es el acto XVI de la segunda versión, en que los
padres de Melibea razonan sobre las bodas que proyectan para su hija
y ella á escondidas oye su conversación. ¡Qué tormenta de afectos se
desata en su alma bravía y apasionada! ¡qué delirio amoroso en sus
palabras, tan ardientes como las de Safo y Heloisa! «¿Quién es el que
me ha de quitar mi gloria? ¿Quién apartarme mis placeres? Calisto es mi
ánima, mi vida, mi señor, en quien yo tengo toda mi sperança; conozco
dél que no vivo engañada. Pues él me ama, ¿con qué otra cosa le puedo
pagar?... El amor no admite sino sólo amor por paga. En pensar en él
me alegro; en verlo me gozo; en oyrlo me glorifico. Haga e ordene de
mí a su voluntad. Si passar quissiere la mar, con él yré; si rodear el
mundo, lléveme consigo; si venderme en tierra de enemigos, no rehuyré
su querer. Dexenme mis padres goçar dél, si ellos quieren goçar de mí;
no piensen en estas vanidades, ni en estos casamientos, que más vale
ser buena amiga que mala casada».

Pero esta mujer furiosamente enamorada y cuya pasión llega hasta la
impiedad, no es una impúdica bacante, sierva vil de los sentidos,
sino una castellana altiva y noble, en quien el yerro de amor deja
intacta la dignidad patricia. El autor lo ha expresado con un rasgo
delicadísimo. Oye Melibea decir á su madre, falsamente persuadida de
la virtud de su hija: «¿Piensas que su virginidad simple le acarrea
torpe deseo de lo que no conosce ni ha entendido jamás? ¿Piensas que
sabe errar aun con el pensamiento? No lo creas, señor Pleberio; que si
alto ó baxo de sangre, ó feo ó gentil de gesto le mandáremos tomar,
aquello será su placer, aquello habrá por bueno; que yo sé bien lo que
tengo criado en mi guardada hija». Al escuchar eso, Melibea, enemiga de
toda simulación y mentira, siente oprimido el corazón por el engaño en
que viven sus padres, y exclama dirigiéndose á su criada: «Lucrecia,
Lucrecia, corre, presto, entra por el postigo en la sala, y estorvales
su hablar, interrumpeles sus alabanças con algun fingido mensaje, si
no quieres que vaya yo dando vozes como loca, segun estoy enojada del
concepto engañoso que tienen de mi ignorancia».

«Este rasgo de carácter (dice muy bien Blanco-White), este dolor
intenso causado por alabanzas indebidas, pinta á la infeliz Melibea del
modo más interesante, y aumenta el efecto lastimoso de la catástrofe».

¿Y habremos de declarar apócrifo todo esto? ¿Lo será también la
segunda escena del jardín, que á tantos ha hecho recordar los grandes
nombres de Goethe y de Shakespeare? ¿Quién sino un poeta de primer
orden, al cual en este caso habría que declarar más eminente que el
inventor original, pudo imaginar aquel contraste de voluptuosidad y
muerte, asociando á él los misterios de la noche, las armonías de la
naturaleza, el prestigio del canto lírico, en versos que conservan
perenne juventud, como dictados por el Amor mismo, y que se parecen tan
poco á los que solían hacerse en el siglo XV? Cierto es que algunas
groserías deslucen este acto. Hay en él cierta embriaguez sensual, que
es sin duda de mal gusto y de mal ejemplo. Pero en el trozo bellísimo
que vamos á citar no hay una sola palabra que pueda suprimirse ni por
razón de arte ni por razón de decoro. La cita será algo larga, pero
no la creo inútil, porque, á pesar de las apariencias, son muchos los
españoles cultos que no conocen la _Celestina_ más que de nombre, y los
que la leen no suelen fijarse en la perfección de los detalles.


                                CALISTO

Poned, mozos, la escala, e callad, que me parece que está hablando
mi señora de dentro. Sobire encima de la pared y en ella estare
escuchando, por ver si oyre alguna buena señal de mi amor en absencia.


                                MELIBEA

Canta más, por mi vida, Lucrecia, que me huelgo en oyrte, mientra viene
aquel señor; e muy passo entre estas verduricas, que no nos oyan los
que passaren.


                               LUCRECIA

        ¡O quién fuesse la ortelana
      De aquestas viciosas flores,
      Por prender cada mañana
      Al partir á tus amores!
        Vistanse nuevas colores
      Los lirios y el açuçena;
      Derramen frescos olores,
      Cuando entre por estrena.


                                MELIBEA

¡O quán dulce me es oyrte! De gozo me deshago; no cesses, por mi amor.


                               LUCRECIA

        Alegre es la fuente clara
      A quien con gran sed la vea;
      Mas muy más dulce es la cara
      De Calisto a Melibea.

        Pues aunque más noche sea,
      Con su vista goçará.
      ¡O quando saltar le vea
      Qué de abrazos le dará!
        Saltos de gozo infinitos,
      Da el lobo viendo ganado;
      Con las tetas los cabritos,
      Melibea con su amado.
        Nunca fue más desseado
      Amador de su amiga,
      Ni puerto más visitado,
      Ni noche más sin fatiga.


                                MELIBEA

Quanto dizes, amiga Lucrecia, se me representa delante; todo me parece
que lo veo con mis ojos. Procede, que a muy buen son lo dizes, e
ayudarte he yo.


                          LUCRECIA Y MELIBEA

        Dulces árboles sombrosos,
      Humillaos cuando veays
      Aquellos ojos graciosos
      Del que tanto deseeays.
        Estrellas que relumbrays,
      Norte e lucero del dia,
      ¿Por qué no le despertays
      Si düerme mi alegria?


                                MELIBEA

Oyeme tú, por mi vida, que yo quiero cantar sola.

        Papagayos, ruyseñores,
      Que cantays al alvorada,
      Llevad nueva a mis amores,
      Cómo espero aqui asentada.
        La media noche es passada,
              E no viene.
      Sabedme si hay otra amada
              Quél detiene[59].


                                CALISTO

Vencido me tiene el dulçor de tu suave canto; no puedo más suffrir tu
penado esperar. ¡O mi señora e mi bien todo! ¿Quál muger podia aver
nascida, que desprivase tu gran merescimiento? ¡O salteada melodia! ¡O
gozoso rato! ¡O coraçon mio!...


                                MELIBEA

¡O sabrosa traycion! ¡O dulce sobresalto! ¿Es mi señor de mi alma? ¿Es
él? No lo puedo creer. ¿Dónde estavas, luziente sol? ¿Dónde me tenias
tu claridad escondida? ¿Avia rato que escuchavas? ¿Por qué me dexavas
echar palabras sin seso al ayre, con mi ronca voz de cisne? Todo se
goza este huerto con tu venida. Mira la luna quán clara se nos muestra;
mira las nuves cómo huyen. Oye la corriente agua de esta fontecica,
¡quanto más suave murmurio e ruido lleva por entre las frescas yervas!
Escucha los altos cipreses, ¡cómo se dan paz unos ramos con otros por
intercession de un templadico viento que los menea! Mira sus quietas
sombras, ¡quán escuras están e aparejadas para encobrir nuestro
deleyte!...


En resumen, la _Celestina_ de diez y seis actos y la _Celestina_ de
veintiuno pertenecen á un mismo autor, que por todas las razones
expuestas no creemos que pueda ser otro que el bachiller Fernando de
Rojas, el cual unas veces refundió con acierto y otras con desgracia lo
que de primera intención había escrito: percance en que suelen tropezar
los más discretos. Por lo demás, es imposible desconocer su mano, tanto
en la creación de las nuevas figuras como en la manera de sostener
las antiguas. De los reparos que se han hecho á esto hablaremos
más de propósito al tratar de los personajes que intervienen en la
_Tragicomedia_. La identidad del estilo no ha sido negada por nadie y
viene á reforzar todas las pruebas alegadas. Felicitémonos, pues, de
poseer dos versiones de una obra maestra, que tanta luz dan, cotejadas
entre sí, sobre los procedimientos del autor, pero no sacrifiquemos
la una á la otra y reimprimámoslas siempre juntas. No amengüemos por
mera cavilosidad nuestros goces estéticos: también la hipercrítica
tiene sus peligros; acordémonos, no ya del P. Harduino, sino de lo que
modernamente hizo el holandés Hofman Peerlkamp con el texto de las
obras de Horacio[60].

Aún no hemos agotado las cuestiones previas al estudio de la
_Celestina_. ¿Cuándo fué escrita aproximadamente? ¿En qué lugar de
España quiso poner el autor la acción del drama?

La primera cuestión es insoluble hasta ahora. El único pasaje que
puede dar alguna luz sobre ella se encuentra en el _auto_ tercero, y
ha sido interpretado de tan varios modos, que unos infieren de él que
la _comedia de Calisto_ es posterior al año 1492, otros que debió de
ser escrita en 1483 y otros que no puede fijarse con precisión fecha
alguna. Veamos de qué se trata: «El mal y el bien, la prosperidad y
adversidad, la gloria y pena, todo pierde con el tiempo la fuerça de
su acelerado principio. Pues los casos de admiración venidos con gran
desseo, tan presto como passados, olvidados. Cada dia vemos novedades,
y las oymos, y las passamos y dexamos atrás: disminuyelas el tiempo,
fazelas contingibles. ¿Qué tanto te maravillarias, si dixesen: la
tierra tembló, o otra semejante cosa, que no olvidasses luego? Assi
como: elado está el rio, el ciego vee ya, muerto es tu padre, un rayo
cayó, _ganada es Granada_, el rey entra oy, el turco es vencido,
eclipse hay mañana, la puente es llevada, aquel es ya obispo, a Pedro
robaron, Ines se ahorcó. ¿Qué me dirás sino que a tres dias passados o
a la segunda vista, no hay quien dello se maraville? Todo es assi, todo
passa desta manera, todo se olvida, todo queda atrás».

El sentido general de estas palabras de Sempronio no puede ser más
claro. Todas las cosas, por admirables que parezcan al principio,
dejan de causar maravilla con el tiempo y con el hábito. Pero los
ejemplos que se traen para probarlo ¿son de cosas pasadas ó futuras?
Evidentemente lo segundo, cuando se trata de hechos concretos como la
conquista de Granada, el vencimiento del turco, la entrada del rey; no
de cosas genéricas y que en todo tiempo acontecen, como «muerto es tu
padre[61], un rayo cayó, aquél es ya obispo, á Pedro robaron, Ines se
ahorcó». No creo que _ganada es Granada_ sea una frase proverbial, que
lo mismo pudo emplearse antes que después de la conquista, y que sólo
alude á la dificultad de la empresa. No es regla segura tampoco el que
la acción de una obra ficticia haya de coincidir con los datos de la
cronología histórica, pero el señor Foulché nota con razón que esta
coincidencia es general en las obras antiguas.

Entendido el pasaje de esta manera, sólo nos autoriza para decir que la
_Celestina_ fué escrita antes de la rendición de Granada (2 de enero
de 1492) y cuando todavía se consideraba ésta como un acontecimiento
remoto. La guerra había comenzado en 1482. Su término venturoso no pudo
presagiarse con claridad antes de la toma de Málaga en 1487, Ó más bien
hasta la rendición del rey Zagal en Baza (1489). La resistencia de la
capital se prolongó todavía dos años.

El Sr. Foulché-Delbosc, que por su tesis contra Rojas propende á
exagerar la antigüedad de la _Celestina_, la hace remontar hasta
1483, conjeturando que la alusión al vencimiento del turco es una
reminiscencia del sitio de Rodas en 1480; que «la puente es llevada»
debe de referirse al hundimiento de uno de los arcos del puente de
Alcántara en Toledo, que fué reparado en 1484; que el eclipse de
sol puede ser el de 17 de mayo de 1482, y finalmente, que la frase
«aquél ya es obispo» hace pensar en don Pedro González de Mendoza,
que comenzó á ser arzobispo de Toledo en 1482. La tal frase es de lo
más vago y genérico que puede darse, y á nadie cuadra menos que al
gran Cardenal de España, que ya en 1452 era obispo de Calahorra y la
Calzada, que en 1468 lo fué de Sigüenza y en 1473 arzobispo de Sevilla.
¿Qué podía tener de insólito, ni qué estupor había de causar á nadie
el que llegase á ocupar la silla primada un varón de extraordinarios
merecimientos, tan poderoso además por su linaje, riqueza y sabiduría
política, que llegó á ser llamado en su tiempo el tercer Rey de España?

Además estos argumentos son contraproducentes ó se quiebran de sutiles.
Si alude Sempronio á hechos pasados, hay que contar entre ellos la
toma de Granada, es decir, todo lo contrario de lo que se pretende
demostrar. Por consiguiente, no hay prueba alguna, ni indicio siquiera,
de que la _Celestina_ fuese compuesta entre los años 1482 y 1484. Más
natural es creerla del último decenio del siglo, y este parecer es
conciliable con cualquier interpretación que se dé á las palabras de
Sempronio, y con lo que podemos conjeturar acerca de la edad de Rojas.

Es tal la ilusión de realidad que la _Tragicomedia_ produce, que ha
hecho pensar á algunos que puede estar fundada en un suceso verdadero,
y ser históricas las principales figuras. Sin llegar á tanto,
sospechamos que hay algunas alusiones incidentales á cosas que el
tiempo ha borrado. Aquellas horribles palabras de Sempronio á Calisto
en el aucto I: «Lo de tu abuela con el ximio, ¿hablilla fué? testigo
es el cuchillo de tu abuelo», ocultan probablemente alguna monstruosa
y nefanda historia en que no conviene insistir más. Acaso la venganza
del judío converso se cebó en la difamación de la _limpia sangre_ de
algún mancebo de claro linaje, parecido á Calisto. También tiene visos
de cosa no inventada (y sobre este pasaje me llamó la atención el Sr.
Foulché-Delbosc) aquella _venida del embaxador francés_, á quien engañó
dándole gato por liebre la pícara Celestina del modo que Pármeno lo
cuenta en su famosa descripción de la vida y hazañas de su madrina
(acto I).

Desde antiguo se supuso personaje real á la famosa hechicera y se
enlazó su recuerdo con tradiciones locales de Salamanca, donde suponían
muchos que pasaba la acción del drama. Ya se consigna esta especie en
uno de los escritos médicos del famoso _Amato Lusitano_ (Juan Rodríguez
de Castelo Branco), que terminó sus estudios en aquella Universidad el
año 1529. Habla en su comentario á Dioscórides de una fábrica de cola
animal que había en Salamanca, junto al puente del Tormes y no lejos
de la casa de Celestina, mujer famosa de quien se hace mención en la
comedia de Calisto y Melibea: «_non procul a domo Celestinae mulieris
famosissimae et de quale agitur in comoedia Calisti et Melibeae_»[62].
Sancho de Muñón, que era natural de Salamanca y puso en la Atenas
castellana el teatro de su _Tragicomedia de Lisandro y Roselia_
(1542), da á entender que Celestina la barbuda vivió allí y también
su discípula y heredera Elicia[63]. El doncel de Xérica, Bartolomé
de Villalba y Estaña, en _El Peregrino Curioso_, obra terminada en
1577, cuenta que unos estudiantes le mostraron la casa de Celestina.
«Y ansi baxaron por la puente que es larguísima, y de ahí dieron en
las _Tenerías_, donde con gran chacota dixo uno de ellos al Pelegrino:
«veis aquí la segunda estacion; esta dicen ser _la casa de nuestra
madre Celestina_, tan escuchada de los doctos y tan acepta, de los
mozos tan loada». A lo cual riendo respondió nuestro Pelegrino:

        «Reverenciar se debe la morada
      De quien el mundo tiene tal noticia,
      Mujer que es tan heroyca y encumbrada
      ¿Qué discreto no quiere su amicicia?
      De todos los estados es loada,
      Y más de los cursados en milicia:
      Filosofo dichoso y bien andante
      Quien retrató una madre ansí elegante[64]».

Nueve años después, la casa estaba arruinada, al decir de Bernardo
González de Bovadilla, estudiante de aquella insigne Universidad, en su
libro _Ninfas y Pastores de Henares_[65], pero en cambio se enseñaba
la torre de Melibea. «Se fueron (los pastores) a pasear y a mostrar a
Florino las cosas memorables que hay en la famosa Salamanca; conviene
á saber: los insignes teatros de donde salen los eminentes varones
para gobernar el mundo y tener a la republica en pacífico estado, los
reales y innumerables colegios de doctos y letrados hombres, la cueva
cegada donde dicen haberse leido la nigromancia, _la nombrada y poco
vistosa torre de Melibea y la derribada casa de la vieja Celestina_,
los pasatiempos y recreaciones del humilde Tejares, etc.»[66].

Una tradición tan vieja y constante algún respeto merece; pero
examinada atentamente la _Celestina_, nada se ve en ella que convenga á
Salamanca más que este pasaje, que puede haber sido el único fundamento
de una localización caprichosa: «Tiene esta buena dueña al cabo de la
ciudad, _allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río_, una casa
apartada, medio cayda, poco compuesta e menos abastada». Tenerías
cerca del río había en otras partes, y lo que nunca ha podido verse
en el Tormes son los _navíos_ de que habla Melibea: «Subamos, señor,
al açotea alta, porque desde allí goze de la deleytosa vista de los
navios» (Aucto XX). Si de lo material se pasa á lo moral, parece muy
raro que en una comedia salmantina no se hable ni una sola vez de la
Universidad y que ninguno de los personajes sea estudiante. Véase,
por el contrario, cuánto los hace intervenir en la suya Sancho de
Muñón. No me contradigo al decir esto, y afirmar en otra parte que la
_Celestina_ es una obra _humanística_ y de ambiente universitario,
porque esto recae sobre los procedimientos literarios y sobre el fondo
de la comedia, no sobre la circunstancia material del lugar de la
escena. Calisto, Pármeno y Sempronio no son estudiantes, pero hablan y
piensan como tales: la indigesta pedantería de Melibea y la extraña y
abigarrada ciencia de que hace alarde Celestina son más verisímiles en
una ciudad literaria que en otra parte. Creo que en Salamanca recogió
Rojas los principales documentos humanos para su obra, pero si hubiese
querido dar á entender que la acción pasaba allí no habría dotado á la
ciudad de un río navegable, ni hubiese dejado de hacer alguna alusión á
sus escuelas.

La única ciudad de la Corona castellana desde cuyas azoteas pudiera
disfrutarse de la vista de un gran río y de embarcaciones de alto bordo
era Sevilla, y por esta sola razón sostuvo el canónigo Blanco que la
_Celestina_ pasaba en su tierra[67]. Pero bien leída la _Celestina_,
nadie encontrará en ella indicios de que su autor conociese la región
meridional de España y el habla de sus moradores, ni se hubiese fijado
en las costumbres andaluzas, todavía más pintorescas entonces que
ahora y tan distintas de las que él había visto en el reino de Toledo
y en las aulas de Salamanca. Compárese á Rojas con Cervantes en este
punto, y se palpará la diferencia. Pintores eminentemente realistas uno
y otro, no difieren mucho en la factura, y, sin embargo, los mejores
cuadros de Cervantes, hasta cuando pinta las arideces de la llanura
manchega, tienen algún reflejo de la luz de Sevilla, al paso que el
bachiller Rojas permaneció cruda y netamente castellano, con cierta
sequedad y amargura muy ajena del tono blando y misericordioso de la
sátira de Cervantes.

Queda una tercera hipótesis, la del Sr. Foulché-Delbosc, que fija
en Toledo el escenario de la _Celestina_. Pero aquí nos encontramos
también con la dificultad del río navegable. Nunca desde una azotea de
Toledo han podido verse navíos, ni esto puede pasar como una licencia
poética. La tentativa grandiosa, pero desgraciadamente efímera, de
navegación del Tajo hasta su desembocadura en Lisboa pertenece al
reinado de Felipe II. Hubo, sin duda, proyectos anteriores, alguno del
tiempo de los Reyes Católicos, pero no autorizaban á un escritor para
dar por cumplido lo que no llegó á ser ni intentado siquiera.

Si se prescinde de los _navíos_, resulta que en Toledo concurren casi
todos los pormenores topográficos citados por Rojas: las tenerías junto
al río; los nombres de las parroquias de San Miguel y la Magdalena y
de alguna calle como la del Arcediano, si es que realmente se la puede
identificar con una antigua plaza del mismo nombre. De la calle del
Vicario Gordo, mencionada también en la obra, nadie da razón hasta
ahora. Pármeno refiere haber servido nueve años en el monasterio de
Guadalupe, que pertenece á la diócesis de Toledo, aunque situado en
Extremadura.

Pero es el caso que algunas de estas cosas no son peculiares de
Toledo: tenerías junto al río había también en Salamanca (como hemos
visto), é iglesias de San Miguel y de la Magdalena allí y en Sevilla,
aunque creo, por las razones expuestas, que Rojas no pudo pensar más
que en una ciudad castellana. ¿Y por qué en una ciudad determinada?
¿No pudo crear, como suelen hacer los novelistas, una ciudad ideal,
con reminiscencias de las que tenía más presentes, es decir, Salamanca
y Toledo? El haber puesto una circunstancia que es imposible en ambas
mueve á creer que no quiso concretar demasiado el lugar de la acción,
para lo cual tendría muy buenas razones; que no es el cuento de
Calisto y Melibea de los que pueden achacarse á personas particulares,
moradoras de cierto pueblo, sin que padezca no leve mengua su buena
fama y la de su apellido.

Poco nos importa todo esto. La _Celestina_ no es obra local, sino de
interés permanente y humano. Los datos sencillísimos de su fábula: una
pasión juvenil, una tercería amorosa, una doble catástrofe trágica, han
podido reproducirse infinitas veces. En esta parte Rojas no inventó ni
quiso inventar nada, porque su arte, antítesis radical de los libros
de caballerías, no estribaba en quiméricas combinaciones de temas
incoherentes. Tomó del natural todos sus elementos y extrajo el jugo y
la quinta esencia de la vida.

Pero aunque su obra sea directamente naturalista y deba tenerse por
un original dechado de pasmosa verdad y observación encarnizada y
fría, no puede desconocerse que la armazón ó el esqueleto de la
fábula, y aun la mayor parte de los personajes, y por de contado las
sentencias y máximas que pronuncian, tienen abolengo próximo ó remoto
en la literatura clásica, y en sus imitadores de la Edad Media y del
Renacimiento, y en algunas obras también de nuestra propia literatura.
La investigación de las que en este sentido pueden llamarse fuentes
de la _Celestina_ daría materia para un libro entero, del cual ya
existe un excelente capítulo, el relativo á los «antecedentes del tipo
celestinesco en la literatura latina»[68]. Aquí nos limitaremos á lo
más esencial, insistiendo en lo menos sabido.

La influencia clásica fué reconocida, aunque en términos vagos, por
Aribau. «Sin parecerse la _Celestina_ á ninguna de las obras de la
antigüedad, en toda ella trasciende un olor suavísimo de lectura y
meditación sobre los mejores modelos»[69]. No se parece, en efecto,
á ninguna; pero tiene rasgos sueltos de muchas, y algo, capital á mi
juicio, que procede de fuente conocida.

No doy grande importancia á los nombres históricos, geográficos y
mitológicos; pedantería harto fácil y común á todos los autores de
aquel tiempo, pero merecen más atención las citas positivas de varios
clásicos que hay esparcidas por el libro y la traducción ocasional de
alguna frase ó sentencia. Desde las primeras líneas del prólogo nos
encontramos con el filósofo Heráclito y la exposición bastante clara de
un principio capital de su sistema físico: «Todas las cosas ser criadas
á manera de contienda ó batalla, dize aquel gran sabio Eráclito en este
modo: _Omnia secundum litem fiunt_».

Más adelante nos da noticias del pez _echeneis_, que parecen tomadas
de Aristóteles, Plinio y Lucano, pero que realmente lo han sido del
Comendador Hernán Núñez en su glosa á Juan de Mena: «Aristótiles y
Plinio cuentan maravillas de un pequeño pece llamado Echeneis...
Especialmente tiene una, que si llega á una nao ó carraca, la detiene
que no puede menear, aunque vaya muy rezio por las aguas; de lo cual
haze Lucano mencion diciendo:

      _Non puppim retinens, Euro tendente rudentes,
        In mediis Echeneis aquis_...

«No falta allí el pece dicho _Echeneis_, que detiene las fustas cuando
el viento Euro estiende las cuerdas en medio de la mar»[70].

Del texto de la _Tragicomedia_ sólo recordaré unos cuantos lugares,
dejando lo demás para quien emprenda el comentario perpetuo que tal
obra merece. La madre Celestina, en el aucto IV, cita con precisión un
verso de Horacio, sin nombrarle: «¿No has leydo que dizen: _verná el
dia que en el espejo no te conozcas_». El lírico latino había escrito
(Od. IV, carm. X, v. 6.):

      _Dices, heu! quoties te in speculo videris alterum_...

Sempronio nos advierte (aucto VIII) que «las yras de los amigos suelen
ser reintegracion de amor». Es sentencia muy sabida de Terencio en la
_Andria_ (v. 556): «_Amantium irae, amoris integratio est_». Pármeno,
tan leído como su compañero, traduce, embebiéndolos en el diálogo,
cuatro versos del prólogo de las sátiras de Persio (8-11):

      _Quis expedivit psittaco suum Xαῗρε
      Picasque docuit verba nostra conari?
      Magister artis ingenîque largitor
      Venter, negatas artifex sequi voces._

«La necessidad e pobreza; la hambre, que no ay mejor maestra en el
mundo, no ay mejor despertadora e abivadora de ingenios. ¿Quién mostró
á las picaças e papagayos ymiten nuestra propia habla con sus _harpadas
lenguas_[71], nuestro órgano e boz, sino esta?» (Aucto IX).

En boca de Pleberio (aucto XX) encontramos el «_degeneres animos timor
arguit_» de Virgilio (_Æn._, IV, 13): «á los flacos coraçones el dolor
los arguye». Y en su lamentación repite el «_Cantabit vacuus coram
latrone viator_» de Juvenal (Sat. X, 22): «como caminante pobre que sin
temor de los crueles salteadores va cantando en alta boz».

Éstos y otros pasajes[72], que sin esfuerzo notará cualquier
humanista, pertenecen á lo más sabido y vulgar de las letras clásicas,
y por lo mismo parecen indicar reminiscencias escolares muy frescas.
Horacio, Virgilio, Terencio, Juvenal y Persio eran de los autores que
se leían más en las aulas. Acaso las frecuentaba todavía el autor ó
había salido de ellas poco antes.

Pero entremos en otro género de imitaciones más dignas de
consideración. El primer esbozo del carácter de la tercera de ilícitos
amoríos (con puntas y collares de hechicera) puede encontrarse en la
vieja Dipsas, que figura en una de las elegías de los _Amores_ del
lascivo poeta de Sulmona (Lib. I, eleg. VIII):

      _Est quaedam, quicumque volet cognoscere lenam,
        Audiat, est quaedam, nomine Dipsas, anus_...[73]

Dipsas tiene rasgos comunes con Celestina. El primero es la
intemperancia báquica (_Lacrimosaque vino lumina_), de la cual procede
su nombre (_ex re nomen habet_), y por la cual el poeta, en sus
maldiciones, la desea perpetua sed:

      _Dî tibi dent nullosque lares, inopemque senectam;
        Et longas hiemes, perpetuamque sitim._

      (v. 113-114).

Otro, y más característico, es la pericia en las artes mágicas, el
poder de la hechicería, que no se limita aquí á la preparación de
filtros amorosos ni al conocimiento de las virtudes arcanas de ciertas
yerbas, sino que domeña la naturaleza con infernal señorío, torciendo
el curso de las aguas, disponiendo á su arbitrio de la tempestad y de
la calma, enrojeciendo la faz de la Luna y haciendo que derramen sangre
las estrellas[74]. No falta, por supuesto, el vuelo nocturno y la
evocación de los muertos:

      _Evocat antiquis proavos atavosque sepulchris,
        Et solidam longo carmine findit humum._

Por robusta que fuese la credulidad de los contemporáneos de Fernando
de Rojas, no era fácil que á una bruja castellana pudieran atribuirse
tales portentos. Sólo de la _necromancia_ ha quedado algún rastro en
la relación que Celestina hace de las diabólicas artes de la madre
de Pármeno[75]. En todo esto puede verse también el recuerdo de
las Canidias y Saganas de Horacio y del libro de Apuleyo, que está
expresamente citado en la _Tragicomedia_ (aucto VIII): «En tal hora
comiesses el diacitron, como _Apuleyo el veneno que le convirtió en
asno_».

Pero no son la embriaguez ni la hechicería las notas capitales de la
Celestina española; en lo que emula y supera á la Dipsas ovidiana es en
el oficio que ambas ejercen de concertadoras de ilícitos tratos, y en
la pérfida astucia de sus blandas palabras y viles consejos:

      _Haec sibi proposuit thalamos temerare pudicos;
        Nec tamen eloquio lingua nocente caret._

      (v. 19-20).

De esta _elocuencia_ da muestra Dipsas queriendo sobornar á la amada
del poeta en un razonamiento que recuerda mucho los coloquios de
Celestina con Areusa y aun con la misma Melibea:

      _Scis, hera, te, mea lux, juveni placuisse beato:
        Haesit, et in vultu constitit usque tuo_...
      ..........................................................
      _Ludite, formosae: casta est, quam nemo rogavit,
        Aut, si rusticitas non velat, ipsa rogat._
      ..........................................................
      _Labitur occulte, fallitque volubilis aetas;
        Ut celer admissis labitur amnis aquis._

      (v. 23-24; 43-44; 48-49).

Tal es el tipo de la _Lena_ romana, ligeramente bosquejado por Ovidio y
Propercio.

En el teatro clásico tiene otros precedentes de más consideracion
la fábula española. No los disimula Alonso de Proaza en sus octavas
encomiásticas:

        No debuxó la cómica mano
      De Nevio ni _Plauto_, varones prudentes,
      Tan bien _los engaños de falsos siruientes
      Y malas mugeres_ en metro romano.
      Cratino y Menandro y Magnes anciano
      Esta materia supieron apenas
      Pintar en estilo primero de Athenas
      Como este poeta en su castellano.

Claro es que Magnes y Cratino, poetas de la antigua comedia ateniense,
eran meros nombres para Rojas y su panegirista. Poco menos debía de
pasarles con Menandro, cuyos fragmentos no fueron impresos hasta 1553,
y de quien sólo en años muy recientes nos han revelado los papiros
egipcios algunas comedias más ó menos incompletas[76]. Pero Menandro,
á quien toda la antigüedad consideró como el más exquisito poeta de
la comedia nueva[77], vivía indirectamente en sus imitadores latinos,
especialmente en Terencio. Tanto él como Plauto eran familiares al
bachiller Rojas, según puede colegirse por varios indicios. Ya Aribau
se fijó en los nombres de algunos personajes, que evidentemente están
tomados de las comedias latinas, donde desempeñan papeles análogos.
_Pármeno_[78] (que se interpreta _manens et aditans domino_) aparece en
el _Eunuco_, en los _Adelfos_ y en la _Hecyra_. En esta misma comedia
y en la _Andria_ interviene _Sosia_, todavía más conocido por la parte
chistosísima que desempeña en el _Anfitrión_ de Plauto. El nombre
de _Crito_ se repite tres veces en el teatro de Terencio (_Andria_,
_Heautontimorumenos y Phormio_). _Traso_ es el soldado fanfarrón rival
del joven Fedria en el _Eunuco_, y probablemente la idea de llamar
_Centurio_ á un rufián ha sido sugerida por la misma comedia (v. 775),
en que se pregunta por un _centurión_ llamado Sanga: «Vbi _centurio_
est Sanga, _manipulus furum_?» La madre de Melibea (acto IV) dice que
va á visitar á la mujer de _Cremes_. Tres viejos de Terencio (_Andria_,
_Heautontimorumenos_, _Phormio_) y un adolescente (_Eunuchus_) tienen
el nombre de _Chremes_. Otros nombres de la _Tragicomedia_ parecen
forjados á similitud de éstos[79].

Si en la imposición de los nombres lleva Terencio la ventaja, en
otras cosas de la _Celestina_ se revela más el estudio de Plauto. Á
él hay que referir probablemente el título definitivo de la obra que
primeramente había llamado su autor _comedia_. La voz _tragicomedia_
(más bien _tragicocomedia_) es una invención jocosa del poeta latino en
el prólogo de su _Anfitrión_. Mercurio, que le pronuncia, dice á los
espectadores:

«Voy á exponeros el argumento de esta tragedia. ¿Por qué arrugais la
frente? ¿Porque os dije que iba á ser tragedia? Soy un dios, y puedo,
si quereis, transformarla en comedia, sin cambiar ninguno de los
versos. ¿Quereis que lo haga así ó no? Pero, necio de mí, que siendo un
dios no puedo menos de saber lo que pensais sobre esta materia! Haré,
pues, que sea una obra mixta, á la cual llamaré _tragico-comedia_,
porque no me parece bien calificar siempre de comedia aquella en que
intervienen reyes y dioses, ni de tragedia á la que admite personajes
de siervos. Será, pues, como os he dicho, una _tragicocomedia_».

        _Post, argumentum hujus eloquar tragoediae.
      Quid contraxistis frontem? quia tragoediam
      Dixi futuram hanc? Deus sum; conmutavero
      Eandem hanc, si voltis; faciam ex tragoedia
      Comoedia ut sit, omnibus eisdem versibus.
      Vtrum sit, an non, voltis? Sed ego stultior
      Quasi nesciam vos velle, qui divos siem:
      Teneo quid animi vostri super hac re siet.
      Faciam ut commixta sit tragicocomoedia,
      Nam me perpetuo facere ut sit comoedia,
      Reges quo veniant et di, non par arbitror.
      Quid igitur? quoniam heic servos quoque parteis habet
      Faciam sit, proinde ut dixi, tragicocomoedia._

Sin duda que este pasaje no puede tomarse en serio como determinación
de un nuevo género poético, porque Plauto se chancea con el público,
pero también es cierto que ninguna obra de su teatro se asemeja al
_Anfitrión_, que no es parodia trágica ni tampoco verdadera comedia. El
infortunio conyugal del jefe tebano, víctima de un poder tan absurdo
como incontrastable, no produce risa sino indignación en el lector
ó espectador moderno, y acaso también en el antiguo, ni hay en los
caracteres de Anfitrión y Alcumena nada que no sea decoroso y digno
de personas trágicas. Lo cómico se refugia en figuras secundarias.
Y como en los diez y nueve siglos que transcurrieron entre Plauto y
el bachiller Fernando de Rojas, una sola obra que sepamos volvió á
llamarse _tragicomedia_[80], nos inclinamos á admitir la derivación
plautina. Pero conviene notar que el poeta romano justifica la novedad
del título con la mezcla de personajes trágicos y cómicos, y el autor
castellano con la mezcla de placer y dolor, lo cual es mucho más
racional y filosófico: «Otros han litigado sobre el nombre, diziendo
que no se avia de llamar comedia, pues acabava en tristeza, sino
que se llamase tragedia. El primer autor quiso darle denominación
del principio, que fue plazer, e llamóla comedia. Yo, viendo estas
discordias entre estos extremos, partí agora por medio la porfia, e
llaméla _tragicomedia_».

El nombre quedó en la literatura española del siglo XVI, y fué
aplicado á obras de muy vario argumento. Gil Vicente, que en tantas
cosas fué tributario de la _Celestina_, llamó _tragicomedias_ á una
sección entera de sus obras, en que se mezclan piezas alegóricas,
como el _Triumpho do inverno_ y la _Serra da Estrella_, con dramas
caballerescos, como _Don Duardos_ y _Amadís de Gaula_. _Tragicomedia
alegórica del Paraíso y del Infierno_ se rotula la excelente
refundición castellana de una de las _Barcas_ del mismo Gil Vicente,
impresa en Burgos, en 1539. Una de las piezas de la _Turiana_,
atribuídas á Juan de Timoneda, lleva el título de _Tragicomedia
Filomena_. En la numerosa serie de las _Celestinas_, sólo una, la
de Sancho Muñón, conserva el dictado de _Tragicomedia de Lisandro y
Roselia_.

Ninguna de las comedias de Plauto y Terencio presenta una acción
análoga á la de la _Celestina_, pero hay en casi todas rasgos de
parentesco y semejanza que las hacen hasta cierto punto de la misma
familia dramática[81]. Rojas se asimiló muchos de los elementos de la
comedia latina. La continua intervención de los siervos en las intrigas
amorosas de sus amos hacen al Líbano de la _Asinaria_, al Toxilo y al
Sagaristión de _El Persa_, al redomado _Pseudolo_ que da título á una
comedia, al _Epidico_ protagonista de otra, al Crisalo de _Las dos
Báquides_, precursores remotos de Sempronio y Pármeno. Lo mismo puede
decirse del Davo de la _Andria_, del Siro del _Heautontimorumenos_, del
Geta del _Formion_, del Pármeno del _Eunuco_, que ni siquiera ha tenido
que cambiar de nombre.

Abundan también en el teatro latino los rufianes propiamente dichos
(_lenones_), que trafican con la venta de mujeres, como el Capadocio
del _Curculio_, el Labrax del _Rudens_, el Dordalo de _El Persa_, el
Sannion de los _Adelfos_ y otros varios, casi todos escarnecidos y
burlados en su torpe lucro por las estratagemas de los siervos. Cuando
desapareció la esclavitud en la forma en que la conocieron los pueblos
clásicos, tuvieron que resultar exóticas en cualquier teatro moderno
las intrigas á que dan lugar los raptos de doncellas, su exposición en
público mercado y los reconocimientos ó _anagnorises_ que las hacen
pasar súbitamente de la condición servil á la ingenua. Nuestro autor
se abstuvo cuerdamente de imitarlas, al revés de lo que hicieron
los poetas cómicos de Italia en el siglo XVI con monotonía servil y
fatigosa.

Pero había otra figura cómica en el teatro latino, que podía
trasplantarse á la escena moderna: el soldado fanfarrón, el _miles
gloriosus_, bravo en palabras y corto en hechos, que al pasar á las
imitaciones adquiere algunos de los caracteres del _leno_. No es ya
mercader de esclavos, pero vive cínicamente con el tráfico vil de
sus protegidas. Tal es el rufián Centurio, llamado así irónicamente,
no por ser capitán de cien hombres, sino por rufián de cien mujeres.
El abolengo de estos _milites_, que en los siglos XVI y XVII inundan
nuestra escena y la italiana, se remonta á aquellos otros figurones
que en el repertorio de Plauto llevan los retumbantes nombres de
_Therapontigono_ (en el _Curculio_), de _Pyrgopolinices_ (en el _Miles
gloriosus_), de _Stratophanes_ (en el _Truculentus_). Todos ellos
tienen por nota característica la fanfarronada: todos se jactan sin
cesar de sus imaginarias proezas; todo el mundo se burla de ellos y de
sus ridículos amoríos; son víctimas de los parásitos y de las rameras,
y á todos cuadra la descripción que Palestrio hace de su amo:

              ..._gloriosus, inpudens,
      Stercoreus, plenus perjuri atque adulteri:
      Ait sese ultro omneis mulieres sectarier.
      Is deridiculu'st, quaqua incedit, omnibus._

      (_M. G._, Acto II, scena I, v. 11-14).

Apenas hay comedia latina sin meretrices, porque los hábitos de
la antigua escena rara vez toleraban intrigas amorosas con mujeres
de condición libre, sino con esclavas y libertas. Pero entre estas
cortesanas hay muchos grados. Las de Terencio suelen ser enamoradas
sentimentales, que desmienten con la delicadeza de sus afectos el
oprobio unido á su nombre y oficio. La honestidad de su lenguaje es
tal, que los más severos educadores cristianos no han tenido reparo
en poner el volumen de las comedias terencianas, con muy ligera
expurgación, en manos de sus alumnos[82]. Las heroínas de Plauto, por
el contrario, suelen pertenecer al mismo mundo que Elicia y Areusa,
y aun peor. Rasgos hay de ternura, por ejemplo, en la escena de la
separación de Argiripo y Filenia en la _Asinaria_ (acto III, scena
III), pero ¿á quién no repugnan las bajas complacencias de Filenia con
el padre y el hijo simultáneamente?

Las comedias de Plauto donde más de propósito se pintan costumbres
meretricias son las _Bacchides_, la _Cistellaria_ y el _Truculentus_.
En todo esto no se ve ninguna imitación directa. Más importante es la
galería de las _lenas_, no sólo porque desempeñan el mismo oficio que
Celestina, sino porque se muestran como ella razonadoras y sentenciosas
y dan verdaderas lecciones de perversidad á sus educandas. Así Cleereta
en la _Asinaria_, Scafa en la _Mostellaria_, y más especialmente
otra _lena_ anónima que adoctrina en la _Cistellaria_ á Silenia y á
Gimnasia (acto I, scena I). Añádase el rasgo común de la embriaguez
consuetudinaria y parlante. «_Multiloqua et multibiba_» es la «_anus_»
de la _Cistellaria_. «_Multibiba_» y «_merobiba_» son epítetos que se
aplican á la del _Curculio_,

      _Quasi tu lagenas dicas, ubi vinum solet
      Chium esse._

      (Acto I, scena I, v. 78-79).

Las palabras con que celebra el vino tienen el mismo entusiasmo
ditirámbico que las de Celestina en el aucto IX de la _Tragicomedia_:

                                _Salve anime mi,
      Liberi lepos: ut veteris vetusti cupida sum!
      Nam omnium unguentum odor prae tuo nautea 'st.
      Tu mihi stacte, tu cinnamomum, tu rosa,
      Tu crocinum et casia es, tu bdellium: nam ubi
      Tu profusus, ibi ego me pervelim sepultam_...

      (Acto I, scena II, v. 3-8).

Rojas, que tan versado se muestra en las letras latinas, ¿tendría algún
conocimiento de las griegas? No sería inverisímil el caso, porque ya
en su tiempo las enseñaban en Salamanca Nebrija y Arias Barbosa, pero
no tengo ningún motivo para afirmarlo. Lo que me parece seguro es que
conoció, á lo menos en la versión latina de Marcos Musuro, que estaba
impresa antes de 1494, el poema de Museo sobre los amores de _Hero y
Leandro_[83], de donde manifiestamente está imitada la catástrofe de
Melibea.


Sólo aquel texto clásico pudo sugerirle la idea, tan poco española, del
suicidio, porque es idéntica la situación de ambas heroínas ó idéntico
también el modo que eligen de darse muerte, precipitándose ambas de una
torre:

        Παρὰ κρηπῖδα δὲ πύργου
      θρυπτόμενον σπιλάδεσσιν ὅτ' ἔδρακε νεκρὸν ἀκοίτην
      δαιδαλέον ῥήξασα περὶ στήθεσσι χιτῶνα,
      ῥοιζηδὸν προκάρηνος ἀπ' ἠλιβάτου πέσε πύργου.
      Κὰδ' Ἡρὼ τέθνηκεν ἐπ' ὀλλυμένῳ παρακοίτῃ,
      ἀλλῄλων δ' ἀπόναντο καὶ ἐν πυμάτῳ περ' ὀλέθρῳ.

        _...Apud fundamentum vero turris
      Dilaniatum scopulis ut vidit mortuum maritum,
      Artificiosam disrumpens circa pectore tunicam
      Violenter praeceps ab excelsa cecidit turri.
      At Hero periit super mortuo marito,
      Se-invicem vero fructi-sunt etiam in ultima pernicie_[84].

Versos que tradujo con valentía, especialmente el final, nuestro
orientalista D. José Antonio Conde:

        Desde los pechos rasga el rico manto,
      Y al mar se lanza desde la alta torre;
      Así murió por su difunto esposo,
      Y hasta en la misma muerte se gozaron[85].

Esta apoteosis del Amor triunfante de la Muerte es una de las cosas más
notables de la _Celestina_, y no creo que pueda referirse á otra fuente
literaria que la indicada. El delirio amoroso de los poemas del ciclo
bretón es cosa muy diferente, y el lento y torpe suicidio del Leriano
de la _Carcel de Amor_, que se extingue de hambre bebiendo en una copa
de agua los pedazos de las cartas de su amada, por ningún concepto
anuncia la arrogante y desesperada resolución de Melibea.

Pero no basta con los estudios clásicos puros para explicar la
elaboración de la _Celestina_. Tuvo el drama antiguo una continuación
erudita que nunca faltó del todo aun en los siglos más oscuros de la
Edad Media, aunque llegara á perderse el genuino sentido de las voces
_tragedia_ y _comedia_ y no quedase rastro alguno de representaciones
en público teatro. Ya no fué destinada para él (aunque sí para cierta
escena privada y aristocrática) la única obra cómica del tiempo
del Imperio que nos ha quedado: la ingeniosa y elegante comedia
_Querolus_ ó _Querulus_, que puede estimarse como una continuación
de la _Aulularia_ de Plauto, cuyo puesto y título usurpó durante los
siglos bárbaros. Esta pieza, de autor ignoto, compuesta al parecer en
la Galia Meridional á principios del siglo V y dedicada á un Rutilio,
que bien puede ser Rutilio Namaciano el autor del _Itinerarium_, tuvo
por auditorio á los comensales del mismo Rutilio, según se infiere de
la dedicatoria: «Nos hunc fabellis atque _mensis_ librum scripsimus».
Es lo que hoy diríamos una «comedia de gabinete», fruto tardío, aunque
sabroso, de un gramático de la decadencia. En su primitiva forma
esta comedia seguía las tradiciones métricas del teatro latino, pero
fué prosificada en la Edad Media, como lo fueron también las fábulas
de Fedro. Varios eruditos han trabajado en restituirla á su lección
primitiva, entre ellos Klinkhamer (1825) y más recientemente L. Havet,
que al parecer ha salido triunfante de la empresa. De su delicado y
minucioso análisis resulta que el _Querolus_ fué escrito no en un _pes
clodus_ como el que Bücheler ha notado en las inscripciones de África,
sino en tetrámetros trocaicos catalécticos y tetrámetros yámbicos
acatalectos, y con arreglo á este principio logra restaurar gran número
de versos[86].

Cinco siglos nada menos, y una transformación total del mundo, separan
el _Querolus_ de las seis comedias que en el siglo X compuso la
monja alemana Rosvita (_Hrotsvitha_) bella y simpática figura en el
renacimiento literario de la corte de los Otones. Estas seis piezas,
que forman la segunda parte de sus obras (_liber dramatica serie
contextus_), no llevan la menor indicación de haber sido representadas,
ni nadie sostiene ya que lo fuesen, aunque Magnín lo defendió con
deslumbradores argumentos[87] y sobre ellos fantaseó libremente la
crítica romántica. Por su argumento son leyendas religiosas, que sólo
en estar dialogadas se diferencian de otras varias que Rosvita trató
en narración épica. Por su forma ó estilo quieren ser imitaciones de
Terencio, y al mismo tiempo una especie de antídoto contra el veneno
de las ilícitas pasiones que representó en sus versos aquel poeta[88].
Nada á primera vista menos terenciano que las comedias de Rosvita,
que ni siquiera tienen división de actos y escenas; que no están en
verso, sino en prosa; que sólo presentan triunfos de la castidad y de
la fe, conversiones de pecadores, luchas heroicas de santos mártires,
y que en su latinidad, cuyo mérito se ha exagerado, aunque es notable
para su tiempo, poco ó nada conservan de aquella flor de aticismo y
gracia urbana que es el mayor encanto de Terencio. Pero reparando algo
se advierte que la religiosa de Gandersheim debe á la asidua lectura
del poeta cómico romano, no sólo la relativa pureza de su lenguaje y
ciertos giros marcadamente imitados de su modelo, sino la soltura y
facilidad con que llegó á manejar el diálogo y hasta algunos atisbos de
psicología sentimental y amatoria, de que ella misma parece ruborizarse
en su _prefacio_, escrito con cierta coquetería mística que no carece
de encanto[89]. Terencio, aunque sea el más casto de los poetas
antiguos, es al fin un poeta del amor. Queriendo Rosvita imitarle á
lo divino para borrar el efecto de sus pinturas, no retrocedió ante
los coloquios amatorios, ni temió penetrar con los ermitaños Abraham y
Pafnucio en los pecaminosos lugares de donde redimen aquellos santos
varones á María y á Tais[90]. Sólo en las páginas de Terencio pudo
adivinar algo de aquel mundo de las meretrices, que la inspira tan
candorosas observaciones: «Hoc meretricibus _antiquitus_ fuit in more,
ut alieno delectarentur in amore».

Las obras de Rosvita poco importan en la evolución del teatro religioso
y profano de la Edad Media, pero son un anillo en la historia de la
comedia clásica, y bastarían para probar, si no fuese tan notorio
el hecho, que Terencio es de los raros autores que tuvieron el
privilegio de atravesar incólumes la Edad Media, sin que fuese preciso
desenterrarlos en los grandes días del Renacimiento.

Rosvita parece condenada á servir de blanco á críticos excéntricos ó
imaginativos. En 1867, José Aschbach llegó á sostener, en una Memoria
de la Academia Imperial de Viena (_Roswitha und Conrad Celtes_), que
sus obras eran apócrifas y habían sido forjadas por Celtes y otros
humanistas del siglo XVI. De esta opinión dió buena cuenta Waitz
(_Goëtting. gelehrte Anzeigen_, 1867, pp. 1261 y ss.) y no ha sido
tomada en cuenta por nadie.

No acontece lo mismo con Plauto. De este padre de los donaires cómicos
sólo se conocieron antes del siglo XV ocho piezas, y aun éstas se leían
muy poco (_Amphitruo_, _Asinaria_, _Aulularia_, _Captivi_, _Curculio_,
_Casina_, _Cistellaria_, _Epydicus_). Hay, sin embargo, en la
literatura de los siglos XII y XIII un género curiosísimo de _comedias_
(así las llamaban sus autores), en que á vueltas de otros argumentos
aparecen dos ó tres de Plauto, pero tan extrañamente modificados que
es imposible ver en ellos imitación directa de las piezas originales.
Proceden, á no dudarlo, de otras refundiciones más antiguas[91].

Todas estas comedias tienen el mismo metro, que es el más antidramático
que puede darse: el dístico de hexámetros y pentámetros, á imitación
de Ovidio. Se las designa, por eso, con el calificativo de _comedias
elegíacas_. Algunas, como la _de Vetula_, están completamente
dialogadas; otras, y son las más, mezclan el diálogo con la narración,
y realmente no son tales comedias, sino cuentos en verso, que por lo
cínicos y desaforados corren parejas con los más licenciosos _fabliaux_
compuestos en lengua vulgar.

Las dos muestras más antiguas y más _plautinas_ de la comedia elegíaca
pertenecen á un mismo autor, Vital de Blois (_Vitalis Blessensis_). Á
lo menos, él creía imitar á Plauto, y se escuda con su nombre:

      _Qui releget Plautum, mirabitur altera forsan
        Nomina personis quam mea scripta notent._
      ..........................................................
      _Absolvar culpâ; Plautum sequor..._
      ..........................................................
      _Haec mea vel Plauti comoedia, nomen ab ollâ
        Traxit, sed Plauti quae fuit, illa mea est...
      Curtari Plautum; Plautum haec jactura beabit,
        Ut placeat Plautus, scripta Vitalis emunt.
      Amphytrion nuper, nunc Aulularia tandem
        Senserunt senio pressa Vitalis opem._

En realidad, no conocía ni por asomos al verdadero Plauto. La
_Aulularia_, que refundió y abrevió, era el _Querolus_. El _Anfitrion_,
disfrazado con el nombre de _Comedia de Geta_, tampoco procede del
genuino _Anfitrion_ plautino, sino de una imitación más moderna,
probablemente contemporánea del _Querolus_, puesto que á mediados del
siglo V alude á ella Sedulio en los primeros versos de su _Carmen
Paschale_:

        _Quum sua gentiles studeant figmenta poetae
      Grandisonis pompare modis, tragicoque boatu,
      «Ridiculove Geta», seu qualibet arte canendi,
      Saeva nefandarum renovent contagia rerum[92]._

En el poema de Vital de Blois, la fábula de Júpiter y Alcumena queda
muy en segundo término, y todo el interés se concentra en dos figuras
de esclavos, Geta y Birria. El primero, que sustituye al _Sosia_ de
Plauto, es la caricatura de un fámulo escolástico de la Edad Media,
cargado de libros y de presunción pedantesca. Hace contraste á su
figura la del otro siervo, Birria, grosero, lerdo é ignorante, que
triunfa de la vana dialéctica de su compañero por no haberse depravado
y entontecido en las escuelas como él. Este dato, que no carece de
ingenio, contribuyó mucho á la popularidad de esta comedia, de la cual
se encuentran rastros en todas las literaturas medioevales.

Imitación de Plauto[93] pudiera juzgarse también por el título la
_Comedia de milite glorioso_, atribuída á Mateo de Vendôme[94], pero
de la obra antigua apenas ha quedado más que el título. Los lances
son enteramente diversos y pertenecen al fondo más escandaloso de
la novelística popular[95]. Lo mismo puede decirse de la _Comedia
Milonis_, cuyo autor, que es el mismo Mateo, declara su nombre en el
verso final:

      _Debile «Mathaei Vindocinensis» opus._

Esta pieza es de origen oriental, y se deriva remotamente de un
episodio del _Sendebar_. El héroe se llama Milón de Constantinopla, y
la pieza misma se da como imitación de las fábulas griegas (_ludicra
graeca_). Y efectivamente, por la Grecia bizantina pasaron todas estas
historias antes de incorporarse á la cultura europea[96].

La _Comedia Lydia_, también de Mateo de Vendôme, es un largo _fabliau_,
cuyo principal interés consiste en ser fuente de la novela 9.ª, jornada
7.ª del _Decameron_, es decir, de la historia del peral encantado[97].
Pero la más cínica y brutal de estas composiciones es la _Alda_,
atribuída á Guillermo de Blois. Quienquiera que fuese el poeta, se da
por imitador nada menos que de Menandro:

        _Venerat in linguam nuper peregrina latinam
      Haec de Menandri fabula rapta sinu..._

Su argumento recuerda mucho el del _Eunuco_, de Terencio, salvo que
el seductor no se hace pasar por eunuco, sino por mujer: tema común de
muchos cuentos libidinosos desde la aventura de Aquiles y Deidamia. La
comedia de Terencio era una imitación del _Phasma_ de Menandro, como en
su prólogo se declara, y es muy verisímil que en alguna refundición del
Bajo Imperio se hubiese sustituído el nombre del poeta griego al del
imitador latino, con lo cual tendríamos un caso análogo al _Querolus_ y
al _Amphitrion_[98].

Completan la breve serie de las comedias elegíacas, la de _Baucis_, la
de _Babio_, la de _Affra et Flavius_ y alguna otra de menos cuenta. De
intento hemos reservado para el fin las dos que nos interesan para este
estudio: la comedia _de Vetula_ y el _Libellus de Paulino et Polla_.

No he visto en España códice alguno de comedias elegíacas, pero consta
de un modo indudable que fueron conocidas é imitadas algunas de ellas.
La de _Geta y Birria_ está aludida tres veces en el _Cancionero de
Baena_ (n. 115, 116, 117). Dice Alfonso Álvarez de Villasandino, en
su profecía contra el cardenal de España D. Pedro Fernández de Frías,
escrita hacia 1405:

        Cuenten de _Byrra_ toda su peresa,
      E las falsedades de Cadyna e Dyna...

Y en otra poesía del mismo autor y del mismo tiempo:

        Atyendan vengança del muy falso Breta,
      Qual ovo de _Birra_ su compañero (¿compadre?) _Geta_.

En otros versos, muy oscuros por cierto y revesados, de un Maestro Frey
Lopes, alusivos también á la caída del cardenal:

        Ya _Byrra_ floresció (¿floresce?) por su condicion:
      Del que por peresça de vida discreta,
      Pierde su facienda por el torpe _Geta_,
      Non ha este mundo nin la salvacion[99].

¿Estos versos se refieren al poema latino ó á alguna versión castellana
que hubiese de él? No es temerario conjeturarlo, puesto que medio siglo
antes había pasado ya á nuestro romance, mejorada en tercio y quinto,
la obra más curiosa de este género, _Pamphilus de amore_, llamada
también _Comedia de Vetula_. Intercalada en el libro multiforme del
Arcipreste de Hita, forma casi la quinta parte de él, y eso que ha
llegado á nosotros con lamentables mutilaciones aun en el manuscrito
más completo, en el que fué del Colegio Viejo de Salamanca[100].

Habiendo discurrido largamente acerca del _Pamphilus_ en el tomo
primero de estos _Orígenes_, doy por sabido todo lo que allí
expuse[101] sobre la fecha probable de esta comedia, sobre su especial
carácter y sobre la transformación genial y luminosa que de ella hizo
el Arcipreste de Hita, convirtiendo en un cuadro de costumbres lleno
de vida y lozanía lo que en el original no es más que una árida y
fastidiosa rapsodia, un centón de hemistiquios de Ovidio, una mala
paráfrasis de algunas de sus lecciones eróticas. Claro que en el fondo
el _Pamphilus_ es el _esquema_, no sólo del episodio del Arcipreste,
sino de la propia _Celestina_, pero lo es de un modo tan simple, tan
pueril, tan adocenado, que casi da pena acordarse de él cuando se trata
de tales obras[102].

No está probado, á pesar de la rotunda afirmación de Schack[103], que
Fernando de Rojas conociera el _Pamphilus_ en su forma original, aunque
precisamente en su tiempo menudearon las ediciones de esta comedia, que
llegó á ser tan rara y olvidada después; y algún uso debía de hacerse
de ella en las escuelas, como lo indica el _comento familiar_ del
humanista Juan Prot. Pero realmente no necesitaba haberla leído, porque
todo lo que de ella pudo sacar había pasado á la obra del Arcipreste,
que es sin duda uno de sus indisputables predecesores.

Este gran poeta no estaba olvidado en el siglo XV, aunque por su estilo
y su métrica se le considerase como arcaico. El marqués de Santillana
le nombra en su famosa _Carta al Condestable de Portugal_, y el
Arcipreste de Talavera, Alfonso Martínez, no sólo le cita dos veces,
sino que le recuerda cuanto es posible, dada la diferencia de géneros
que cultivaron. De los tres manuscritos que nos han conservado la obra
poética del primer Arcipreste, uno procede del más antiguo de los
colegios mayores de Salamanca, otro de la catedral de Toledo, ciudades
una y otra tan familiares á Rojas.

Pero la evidencia interna se saca no sólo de la comparación de
algunos pasajes de la _Celestina_ con otros de Juan Ruiz, en que están
manifiestamente inspirados, sino del estudio de la fábula misma y de
los cambios que en ella introdujo el Arcipreste, alongándose mucho
trecho de la _comedia de Pánfilo_ y preparando el advenimiento de la
_comedia de Calisto_.

Aunque la _Vetula_, como todas las demás elegías dramáticas, no tiene
en los manuscritos división de actos ni de escenas, tanto el antiguo
comentador Juan Prot como el moderno editor Baudouin reconocen en ella
cinco actos breves. La forma es enteramente dialogada, sin mezcla
de relato alguno, y podría ser representable si no lo estorbasen su
insulsez y la escena lúbrica del final. El Arcipreste de Hita tuvo que
acomodarla á la índole autobiográfica de su libro, y puso en relato
parte de la historia, dándose al principio como protagonista de ella,
aunque luego confiesa lisa y llanamente su origen literario:

        Sy vyllania he dicho aya de vos _perdon_,
      Que lo feo de estoria dis _Panfilo e Nason_.

      (Copla 891).

        Entyende byen mi estoria de la fija _del endrino_,
      Díxela por te dar enxiemplo, non porque _a mi avino_.

      (Copla 909).

Comienza el acto primero con un monólogo del protagonista Pánfilo, cuyo
nombre parece tomado de Terencio en la _Andria_ ó en la _Hecyra_. El
Arcipreste ha embebido este soliloquio en el diálogo del amante con
Venus, que corresponde á la escena segunda del texto latino:

        So ferido e llagado, de un dardo so perdido,
      En el coraçon lo trayo _ençerrado e escondido_.

      (Copla 388).

      _Vulneror el clausum porto sub pectore telum,
        Crescit et assidue plaga dolorque mihi._

Toda la escena está fielmente traducida, pero largamente amplificada.

        Señora doña Venus, muger de don Amor,
      Noble dueña, omíllome yo vuestro servidor;
      De todas cosas sodes vos e el Amor señor,
      Todos vos obedescen commo a su façedor.
        Reyes, duques e condes e toda criatura
      Vos temen e vos serven commo a vuestra fechura.

      (Coplas 385-6).

      _Unica spes vite notre, Venus inclita, salve,
        Que facis imperio cuncta subire tuo,
      Quam timet alta Ducum servitque potentia Regum._

      (V. 25-27)[104].

Todos los tipos salen de la fría, y sosa abstracción ética en que el
anónimo autor de la comedia latina los había dejado. En vez de la
sombra de Pánfilo, que sólo acierta á decir de su amada Galatea:

      _Est michi vicina (vellem non esse) puella..._
      ..........................................................
      _Fertur vicinis formosior omnibus illa,
        Aut me fallit amor, omnibus haud superest._
      ..........................................................
      _Dicitur (et fateor) me nobilioribus orta_

      (V. 33-39-40-47).

tenemos aquí las españolizadas figuras de D. Melón de la Huerta,
«mancebillo guisado que en nuestro barrio mora», y de doña Endrina, la
viuda de Calatayud, de quien se hace este lindo retrato:

        De talle muy apuesto, de gestos amorosa,
      Donegil, muy loçana, plasentera e fermosa,
      Cortés e mesurada, falaguera, donosa,
      Graciosa e risuenna, amor de toda cosa...
      Fija de algo en todo e de alto linaje.

      (Coplas 381-383).

El ser la heroína viuda y no doncella es nota peculiar de la imitación
del Arcipreste, que no pasa á Rojas. Pudiera sospecharse que la
concordancia que en esto guardan el _Pamphilus_ y la _Celestina_
arguye parentesco directo entre estas dos piezas. Pero no es necesario
admitirlo, porque el proceso de la seducción es más natural, y también
más dramático, tratándose de una virgen que de una mujer en quien ha de
suponerse alguna experiencia de la vida. Para el efecto artístico tal
combinación es la preferible, y creo que á Rojas se le hubiera ocurrido
aun sin tener presentes el _Pamphilus_ ni la _Poliscena_. Nadie se
imagina á D. Juan conquistando viudas.

De los consejos de doña Venus no hay que hablar: proceden del
_Pamphilus_ gallardamente traducido. También está allí, aunque sólo en
germen, el primer coloquio de los dos amantes:

      _Quam formosa, Deus! nudis venit illa capillis!_
      ..........................................................

      (V. 133).

Pero aquí es donde más se palpa la enorme superioridad del imitador.
La escena del primer encuentro de doña Endrina con D. Melón en los
soportales de la plaza está escrita con tal cortesanía, discreción y
gentileza, que los primeros versos han hecho recordar á algún crítico
nada menos que el incomparable soneto de Dante, _Tanto gentile e tanto
onesta pare_:

        ¡Ay Dios! E quán fermosa vyene doña Endrina por la plaça!
      ¡Qué talle, qué donayre, qué alto cuello de garça!
      ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buen andança!
      Con saetas de amor fyere quando los sus ojos alça.
        Pero tal lugar no era para fablar en amores:
      A mí luego me venieron muchos miedos e temblores,
      Los mis pies e las mis manos non eran de sí sennores.
      Perdi seso, perdi fuerça, mudaron se mis colores.
        Unas palabras tenia pensadas por le desir,
      El miedo de las compañas me facian ál departir,
      Apenas me conoscia nin sabia por do yr,
      Con mi voluntat mis dichos non se podian seguir.
      ..........................................................
        Paso a paso doña Endrina so el portal es entrada,
      Bien loçana e orgullosa, bien mansa e sosegada;
      Los ojos baxó por tierra en el poyo asentada,
      Yo torné en la mi fabla que tenia comenzada.
      ..........................................................
        En el mundo non es cosa que yo ame a par de vos;
      Tiempo es ya pasado de los años más de dos
      Que por vuestro amor me pena: _amo vos más que a Dios_...

      (Coplas 653, 54, 55, 661).

Tenemos aquí el equivalente de la primera escena de la tragicomedia de
Melibea, sin que falte siquiera la sacrílega expresión de «amo vos más
que á Dios», que recuerda otras no menos impías de Calisto: «Por cierto
los gloriosos santos que se deleytan en la vision divina no gozan más
que yo agora en el acatamiento tuyo». «Si Dios me diesse en el cielo la
silla sobre sus santos, no lo ternia por tanta felicidad». Hipérboles
amorosas no menos desaforadas que éstas se encuentran en los trovadores
cortesanos del siglo XV, en D. Álvaro de Luna, en Álvarez Gato, pero no
hay rastro de ellas en el _Pamphilus_, que dice con mucha moderación:

      _Gratior in mundo te michi nulla manet,
        Et te dilexi, jam ter praeteriit annus_...

      (V. 180-87).

En el primer acto de la _Celestina_, Melibea rechaza con ásperas
palabras á Calisto. En el diálogo del Arcipreste, doña Endrina comienza
por mostrarse esquiva y zahareña:

      Ella dixo: «vuestros dichos non los prescio dos piñones».
        Bien assi engañan muchos a otras muchas Endrinas;
      El ome tan engañoso asi engaña a sus vesinas;
      Non cuydedes que so loca por oyr vuestras parlillas,
      Buscat a quien engañedes con vuestras falsas espinas.

      (Coplas 664-668).

Lo cual equivale á estos versos del _Pamphilus_:

      _Sic multi multas multo tentamine fallunt,
        Et multas fallit ingeniosus amor.
      Infatuare tuo sermone vel arte putasti
        Quam falli vestro non decet ingenio!
      Quere tuis alias infestis moribus aptas,
        Quas tua falsa fides et dolus infatuent._

      (V. 178-192).

Pero luego se ablanda, y llega á otorgar grandes concesiones, que
Melibea no hace antes del acto XII, porque no lo toleraba el progreso
lento y sabio de la obra de Rojas:

        Esto yo non vos otorgo salvo la fabla de mano,
      Mi madre verná de misa, quiero me yr de aqui temprano,
      No sospeche contra mí que ando con seso vano;
      Tiempo verná en que podremos fablar nos, vos e yo este verano.

      (Copla 686).

Por eso Pánfilo y D. Melón de la Huerta pueden exclamar mucho antes que
Calisto:

        Desque yo fué naçido nunca vy mejor dia,
      Solaz tan plazentero e tan grande alegria,
      Quiso me Dios bien guiar y la ventura mia.

      (Copla 687).

En el segundo acto del _Pamphilus_ aparece el _Deus ex machina_ de la
tramoya, una vieja (_anus_), de la cual sólo sabemos que es sutil,
ingeniosa y hábil medianera para los tratos amorosos:

      _Hic prope degit anus subtilis et ingeniosa,
        Artibus et Veneris apta ministra satis._

      (V. 281-282).

Ni el ingenio ni la habilidad resaltan en las palabras de la tal _anus_
ó _vetula_. Es un espantajo que no hace más que proferir lugares
comunes. La _Trotaconventos_, cuyo verdadero nombre es Urraca[105],
es una creación propia del Arcipreste, y ella y no la _Dipsas_ de
los _Amores_ de Ovidio, ni mucho menos la vieja de _Pánfilo_, debe
ser tenida por abuela de la Madre Celestina, con toda su innumerable
descendencia de Elicias, Claudinas, Dolosinas, Lenas y Eufrosinas.
El Arcipreste se recrea en esta hija de su fantasía; no sólo la hace
intervenir en el episodio de D. Melón, sino que la asocia después á
sus propias aventuras, la sigue hasta su muerte, _fase su planto_, la
promete el Paraíso y escribe su epitafio:

        ¡Ay mi _trota conventos_, mi leal verdadera!
      Muchos te seguían biva, muerta yases señera.
      ¿A do te me han levado? non es cosa certera;
      Nunca torna con nuevas quien anda esta carrera.
      ..........................................................
        A Dios merced le pido que te dé la su gloria,
      Que más leal trotera nunca fué en memoria;
      Faserte he un epitafio escripto con estoria.
      ..........................................................
        Daré por ty lymosna e faré oracion,
      Faré cantar misas e daré oblacion;
      La mi trota conventos, ¡Dios te dé rredençion!
      El que salvó el mundo, él te dé salvaçion.
      ..........................................................
        Dueñas, ¡non me rrebtedes nin me digades moçuelo!
      Que si a vos syrviera vos avriades della duelo,
      Llorariedes por ella, por su sotil ansuelo
      Que quantas siguia todas yvan por el suelo.
        Alta muger nin baxa, encerrada nin escondida,
      Non se le detenia do fasia debatida;
      Non sé omen nin duenna que tal oviese perdida
      Que non formase tristesa e pesar syn medida.
        Ffícele un epitafio pequeño con dolor,
      La tristesa me fiso ser rrudo trobador,
      Todos lo que lo oyeren, por Dios nuestro Señor,
      La oracion fagades por la vieja de amor.

      (Coplas 1569, 1571, 1572, 1573, 1574, 1575).

Con esta libre é irreverente socarronería, que no se detiene ante la
profanación, fueron celebradas las exequias poéticas de la primera
Celestina en el extraño libro del genial humorista castellano de los
siglos medios.

Las artes y maestrías de Trotaconventos son las mismas que las de
Celestina: como ella gusta de entreverar en su conversación proloquios,
sentencias y refranes, y no sólo ésto, sino _enxienplos_ y fábulas;
como ella se introduce en las casas á título de buhonera y corredora de
joyas, y con el mismo arte diabólico que ella va tendiendo sus lazos á
la vanidad femenil:

        Si parienta non tienes atal, toma viejas,
      Que andan las iglesias e saben las callejas,
      Grandes cuentas al cuello, saben muchas consejas,
      Con lagrimas de Moysen escantan las orejas.
        Son grandes maestras aquestas panjotas,
      Andan por todo el mundo, por plaças e cotas.
      A Dios alçan las cuentas, querellando sus coytas;
      ¡Ay! quánto mal saben estas viejas arlotas.
        Toma de unas viejas que se fasen _erveras_,
      Andan de casa en casa e llamanse parteras,
      _Con polvos e afeites, e con alcoholeras_,
      Echan la moça en ojo e çiegan bien de veras.

      (Coplas 438 á 441).

Á una de estas viejas buscó el Arcipreste, que aquí distingue
claramente su persona de la de Pánfilo:

        Fallé una vieja qual avia menester,
      Artera e maestra e de mucho saber;
      Doña Venus por Panfilo no pudo más faser
      De quanto fiso aquesta por me faser plaser.

        Era vieja buhona destas que venden joyas;
      Estas _echan el laço_, estas cavan las foyas;
      Non ay tales maestras commo estas viejas troyas...
      ..........................................................
        Como lo han uso estas tales buhonas,
      _Andar de casa en casa vendiendo muchas donas_,
      Non sse rreguardan dellas, estan con las personas,
      Fasen con el mucho viento andar las atahonas.

      (Coplas 698 á 700).

También Celestina andaba de casa en casa so pretexto de vender
baratijas: «Aquí llevo un poco de hilado en esta mi faltriquera,
con otros aparejos que conmigo siempre traygo, para tener causa de
entrar donde mucho no só conoscida... assí como gorgueras, garvines,
franjas, rodeos, tenazuelas, _alcohol_, _albayalde e soliman_, agujas e
alfileres, que tal ay, que tal quiere? porque donde me tomara la voz,
me halle apercebida para les _echar cebo_, o requerir de la primer
vista» (acto III).

La _anus_ del comediógrafo elegíaco no se vale de ningún género de
encantamientos. Celestina, sí, y también Urraca, y es una de las notas
características que nunca pierde este tipo en la literatura española:

        Dixo: «yo yre a su casa de esta vuestra vesina,
      _E le fare tal escanto_ e le dare tal atalvina
      Porque esta vuestra llaga sane por mi melesina;
      Desid me quien es la dueña.--Yo le dixe: «doña Endrina».
      ..........................................................

      (Copla 709).

        Ssi me dieredes ayuda de que passe algun poquillo,
      A esta dueña e a otras moçetas de cuello alvillo,
      Yo fare _con mi escanto_ que se vengan paso a pasillo;
      En aqueste mi harnero las traere al sarçillo.

      (Copla 718).

      Començo su _escanto_ la vieja coytral...

      (Copla 756).

La sortija que puso á doña Endrina debía de tener virtud mágica. Y á
mayor abundancia leemos en otro lugar:

        Ssy la _ensychó_ o sy le dio atyncar[106],
      O sy le dio raynela[107] o sy le dyo mohalinar[108].
      O sy le dyo ponçoña o algud (¿algund?) adamar,
      Mucho ayna la supo de su seso sacar.

      (Copla 941).

La escena capital de la seducción de Melibea en el aucto cuarto de
la _Tragicomedia_ es un portento de lógica dramática y de progresión
hábil. No podía esperarse tanto del Arcipreste, que escribía en la
infancia del arte; pero baste para su gloria haber trazado el primer
rasguño de ella, con las inevitables diferencias que nacen del dato de
la viudez de doña Endrina:

        La buhona con farnero va tanniendo cascabeles,
      Meneando de sus joyas, sortijas e alfileres;
      Desia por falsalejos: «comprad aquestos manteles»;
      Vydola doña Endrina, dixo: «entrad, non reçeledes».
        Entró la vieja en casa, dixole: «señora fija,
      Para esa mano bendicha quered esta sortija»...
      ..........................................................
        Ffija, siempre estades en casa ençerrada,
      Sola envejeçedes, quered alguna vegada
      Salyr, andar en la plaça con vuestra beldat loada,
      Entre aquestas paredes non vos prestará nada.
        En aquesta villa mora muy fermosa mançebia,
      Mançebillos apostados e de mucha loçania,
      En todas buenas costumbres creçen de cada dia,
      ..........................................................
        Muy bien me rresçiben todos con aquesta pobledat,
      El mejor et el más noble de lynaje e de beldat
      Es don Melon de la Verta, mançebillo de verdat,
      A todos los otros sobra en fermosura e bondat...
      ..........................................................
        Creed me, fija señora, que quantos vos demandaron,
      A par deste mançebillo ningunos non llegaron;
      El dia que vos nasçistes fadas alvas vos fadaron,
      Que para ese buen donayre atal cosa vos guardaron.
        Dixo doña Endrina: «Callad ese predicar,
      Que ya este parlero me coydó engañar;
      Muchas otras vegadas me vyno a retentar,
      Mas de mí él nin vos non vos podredes alabar»...

      (Coplas 724-27, 730-740)

Cuando esto se lee acuden involuntariamente á la memoria aquellas
graves y sosegadas razones de Celestina: «Donzella graciosa é de
alto linaje, tu suave habla e alegre gesto, junto con el aparejo de
liberalidad que muestras con esta pobre vieja, me dan osadia a te lo
dezir. Yo dexo un enfermo a la muerte, que con sola palabra de tu noble
boca salida, que lleve metida en mi seno, tiene por fe que sanará,
segun la mucha devocion tiene en tu gentileza... Bien ternás, señora,
noticia en esta cibdad de un cavallero mancebo gentil hombre, de clara
sangre, que llaman Calisto.

«_Melib._--Ya, ya, buena vieja, no me digas más, no passes adelante.
¿Este es el doliente por quien has hecho tantas promessas en tu
demanda?».

La psicología del amor, ruda y toscamente esbozada en el
_Pamphilus_[109], tiene en el Archipreste toques tan delicados que no
serían indignos de la experta mano del bachiller Fernando de Rojas:

        «Amigo--dis la vieja,--en la dueña lo veo,
      Que vos quiere e vos ama e tiene de vos desseo;
      Cuando de vos le fablo e a ella oteo,
      Todo se le demuda el color e el desseo.
        «Yo a las de vegadas mucho cansado callo,
      Ella me dis que fable e non quiere dexallo;
      Fago que non me acuerdo, ella va començallo,
      Oye me dulçemente, muchas señales fallo.
        «En el mi cuello echa los sus blaços entramos,
      Ansy una grand pieça en uno nos estamos,
      Siempre dél vos desimos, en ál nunca fablamos,
      Quando alguno vyene otra raçon mudamos.
        «Los labrios de la boca tyenbranle un poquillo,
      El color se le muda bermejo e amarillo,
      El coraçon le falta ansy a menudillo,
      Aprieta me mis dedos en sus manos quedillo.
        «Cada que vuestro nonbre yo le estó desiendo
      Oteame e sospira e está comediendo,
      Avyva más el ojo e está toda bulliendo,
      Paresçe que con vusco non se estaria dormiendo.
        «En otras cosas muchas entyendo esta trama,
      Ella non me lo niega, antes dis que vos ama;
      Sy por vos non menguare, abaxar se ha la rrama,
      E verna doña Endrina sy la vieja la llama.»


(Coplas 801-812).


La intervención del _Pamphilus_ en la historia de los orígenes de la
_Celestina_ es muy secundaria, pero la del Archipreste es de primer
orden, quizá la más profunda de todas, y por eso nos hemos detenido en
ella todo lo que exige su importancia[110].

Las _comedias elegíacas_, que otros llaman _épicas_ por la monstruosa
mezcla de la narración y del diálogo, pertenecen todavía al
seudoclasicismo de la Edad Media, en que se había perdido la verdadera
noción del drama latino y de su métrica. Ya cuando se escribió el
curioso diálogo anónimo entre Terencio y un empresario de teatros
(_Terentius et delusor_), que Magnin atribuyó al siglo VII, aunque el
códice en que se ha conservado es del siglo XII, no se sabía á punto
fijo si las comedias antiguas estaban en prosa ó en verso:

      _An sit prosaicum nescio an metricum_[111].

La combinación esencialmente antidramática del hexámetro y pentámetro
bastaría para probar que tales obras fueron escritas sin ninguna
intención escénica; pero á mayor abundamiento tenemos un texto positivo
y terminante de Juan de Salisbury, el espíritu más culto de la primera
Edad Media, un precursor del Renacimiento, el cual confirma la absoluta
desaparición de todo género de actores trágicos y cómicos en fecha ya
remota del tiempo en que él escribía su _Policraticus_, dedicado en
1159 al santo arzobispo de Cantorbery Tomás Becket[112].

El verdadero renacimiento del arte dramático de Plauto y Terencio
se verificó en Italia, á fines del siglo XIV y durante todo el
transcurso del XV, en una serie de piezas latinas que se designan
con el título genérico de _comedias humanísticas_, importante y rara
manifestación que apenas había sido estudiada en conjunto, hasta que
Creizenach, en su excelente _Historia del drama moderno_, escribió
sobre ella algunas páginas doctas y juiciosas como suyas[113]. Pero
estas indicaciones, que para un libro general son suficientes, distan
mucho de agotar la riqueza del tema, y así lo ha estimado el ilustre
profesor de Roma, Ireneo Sanesi, que actualmente tiene en prensa una
historia de la comedia en Italia, á la cual auguramos un éxito tan
venturoso como lo merecen la ciencia, conciencia y fina crítica de su
autor, que ha tenido la rara generosidad de comunicarnos las primicias
de su trabajo, en prensa todavía. El capítulo segundo de esta obra,
consagrado á las comedias humanísticas, es una magistral monografía
que, dándome á conocer con suma precisión algunos textos inaccesibles
en España y completando mis indagaciones sobre otros, me ha puesto en
camino de rastrear algunas semejanzas dignas de notarse entre este
género literario y nuestra _Celestina_. Ya en 1900 hice una ligera
indicación, que no he visto recogida por nadie, acerca de la comedia
_Poliscene_[114]. Y me consta que mi buen amigo el eruditísimo Arturo
Farinelli ha trabajado también sobre este punto, que ilustrará sin
duda con su especial competencia, como ha ilustrado tantos otros de
literatura comparativa.

El iniciador del teatro humanístico, como de casi todas las formas
literarias del Renacimiento, fué el Petrarca, que siempre se deleitó en
la lectura de Terencio («Terentius noster»), y que seguramente le leía
con otros ojos que los de Rosvita. En su edad madura revisó y anotó el
elegantísimo texto del siervo africano. En su primera mocedad había
compuesto una comedia llamada _Philologia_, y según Boccaccio otra, el
_Philostratus_, si es que ambas no eran una misma con diverso título,
lo cual no parece probable. Hoy no existe ninguna de ellas, acaso
porque su autor mismo las destruyó como ensayos demasiado imperfectos.
Del _Philostratus_, por lo menos, consta que era imitación de Terencio.

La más antigua comedia humanística que ha llegado á nuestros tiempos,
y la única que pertenece al siglo XIV, es el _Paulus_ de Pedro Pablo
Vergerio, natural de Capodistria, á quien no debe confundirse con
otro de su mismo nombre y apellido que figura entre los protestantes
italianos del siglo XVI. El Vergerio _senior_ es importante como
historiador, humanista y pedagogo. Su libro _De ingenuis moribus_ se
leía todavía en las escuelas en tiempo de Paulo Jovio. Una rarísima
edición barcelonesa de 1481 prueba que también había penetrado en
España[115]. No sería maravilla que fuesen conocidos también otros
escritos suyos, pero me parece inverisímil que entre ellos se contase
su comedia juvenil, que hasta estos últimos años ha dormido inédita
en la Biblioteca Ambrosiana de Milán y en la del Vaticano[116]. Y,
sin embargo, esta obra presenta algún punto común con la _Celestina_,
empezando por las promesas de moralidad que el título encierra.
Vergerio pone á su obra el rótulo de _Paulus comoedia ad iuvenum
mores coercendos_, y se propone, entre otras cosas, mostrar cómo
los malos siervos y las mujeres perdidas estragan los más pingües
patrimonios: «ad diluendas opes». El autor de la _Celestina_ nos dice
desde la portada que su libro contiene «avisos muy necesarios para
mancebos, mostrándoles los engaños que están encerrados en sirvientes e
alcahuetas». Los medios empleados son de tan dudosa eficacia moral en
una comedia como en otra.

El protagonista de la comedia, Paulo, es un estudiante haragán y
desaplicado, á quien su siervo _Herotes_ arrastra por el camino del
vicio. Á esta perversa influencia se contrapone la de otro siervo,
bueno y leal, _Stichus_, que advierte lealmente á su señor de los
peligros que corre y procura apartarle de la vida disipada que lleva
en compañía de otros estudiantes tan corrompidos como él y de rufianes
y meretrices. La intriga se reduce á una odiosa tercería, en que la
inmunda vieja Nicolosa cede por dinero á Paulo su propia hija, Ursula,
que Herotes se encarga de hacer pasar por virgen después de haberla
desflorado.

Como se ve, la semejanza con la _Celestina_ es muy vaga y genérica.
Los dos criados de Paulo traen á la mente los de Calisto, pero son
diversos sus caracteres. _Stichus_ resulta constantemente bueno
en la comedia latina. Pármeno, que al principio da sanos consejos
á su amo, se pervierte con el trato de su compañero y los regalos
amorosos de Areusa, y llega á hacerse cómplice del asesinato de
Celestina. Sempronio, en la obra española, es un gentil racimo de
horca, un rufián ó poco menos, que acaba por dar de puñaladas á
una vieja para robarla una joya. Pero su perversidad no iguala de
ningún modo á las negras maquinaciones de Herotes, que se complace
y encarniza en el mal con tanto deleite como Yago, y hace alarde y
reseña de sus propios crímenes, jactándose de haber arrastrado á la
pobreza y á la infamia á muchos mancebos ilustres. Tampoco la _madre_
Celestina, aunque pertenece á la familia de Nicolosa, parece capaz del
horrendo parricidio moral que á ésta se atribuye: á lo menos en la
_Tragicomedia_ no lo comete, ni artísticamente podía cometerlo.

Por otra parte, hasta la forma exterior, que no es la prosa, como en
la mayor parte de las comedias humanísticas, sino el trímetro yámbico
acataléctico ó senario, muy incorrectamente manejado, aísla de sus
congéneres esta pieza, en que por primera vez reaparecen los nombres
clásicos de _prótasis_, _epítasis_ y _catástrofe_. De nada de esto
hay vestigio en la _Celestina_. Lo que tienen de común ambas piezas
es el ambiente escolar en que se desarrollan: «Paulo es un estudiante
universitario (dice el señor Sanesi); sus procederes, sus palabras,
y las de todos los que le rodean, nos descubren un rincón de la
vida estudiantil de aquel siglo tan remoto de nosotros. Ni la ávida
Nicolosa, ni la diestra Úrsula tienen mucho de común con las mujeres
del teatro latino; son, por el contrario, figuras copiadas del natural,
ofrecidas directamente por la realidad, y pertenecen á aquella clase
de mujeres de que no es difícil á un joven, ni habrá sido difícil á
Vergerio cuando frecuentaba los cursos de las universidades de Padua,
de Florencia ó de Bolonia, hacer conocimiento personal ó adquirir
experiencia inmediata».

Los mismos tipos pudo encontrar, y seguramente encontró, en Salamanca
el bachiller Fernando de Rojas, sin necesidad de conocer el _Paulus_.
La exacta observación del crítico italiano da nueva fuerza á la
opinión de los que hemos sostenido que la _Celestina_ puede muy bien
ser obra de un estudiante, y si no lo es, ciertamente lo parece. Los
escolares del Renacimiento solían ser muy hombres cuando frecuentaban
las escuelas, y eso que no se había llegado tadavía á los felices
tiempos en que, para disfrutar de los privilegios del fuero académico
y acogerse á la blanda jurisdicción del Rector, solían matricularse
personas que pasaban de treinta años, y hasta verdaderos vigardos
y malhechores, de lo cual en la biografía, todavía inédita, de un
dramaturgo español del siglo XVII hay un curioso ejemplo.

Comedias universitarias son en su mayor número las comedias latinas
escritas en Italia durante el siglo XV, y lo son, ya porque reflejan
costumbres meramente académicas, como la comedia anónima que Sanesi
llama _electoral_, y es obra, al parecer, de algún alemán concurrente
á la escuela de Padua; ya porque son estudiantes algunos de los
interlocutores; ya porque consta haber sido escritas y representadas
por escolares, como lo fué en el estudio de Pavía la horrible y
obscenísima comedia _Janus sacerdos_, en 1427, imitada por Mercurio
Roncio de Vercelli en la suya, no menos feroz, _De falso ypocrita et
tristi_, que se representó diez años después en la misma universidad
lombarda. Una y otra permanecen afortunadamente inéditas, y el mero
hecho de su existencia arguye la profunda depravación intelectual y
moral de la sociedad en que nacieron. Apenas se concibe que en tiempo
alguno hayan podido ser materia de chistes, pronunciados en público
teatro, en solemnidad académica, por jóvenes cultos, estudiosos,
ilustres, los vicios y torpezas más hediondas, que ni nombrarse deben
entre cristianos, y que por su enormidad misma requieren el cauterio
de la ley penal, no el de la sátira, y son incompatibles con la
representación festiva.

Por fortuna estas dos comedias, y alguna otra, como la _Conquestio
uxoris Canichioli_, son excepciones en la rica galería del teatro
humanístico, que rara vez es casto y morigerado en la dicción, pero
no ultraja, por lo menos, los fueros de la naturaleza. Su materia es
varia: hay piezas que pueden considerarse como cuentos dialogados, unos
de origen clásico, por ejemplo, la comedia _Bile_[117], otros derivados
de Boccaccio ó de tradiciones populares, que ya habían recibido
diversas formas, incluso la dramática, en lengua vulgar francesa ó
italiana.

Por la singularidad de su forma alegórica, por el prestigio del nombre
de su autor, memorable en todos los órdenes de la cultura artística
y científica, varón de muchas almas, como sólo el Renacimiento los
produjo, debe mencionarse la comedia _Philodoxus_ ó _Philodoxeos_, que
el florentino León Bautista Alberti compuso (según las investigaciones
del señor Sanesi) antes de la segunda mitad de 1426, cuando la
enfermedad y la dura pobreza le hicieron suspender los estudios
de Derecho que había comenzado en la universidad de Bolonia. Esta
comedia, bastante confusa, que su propio autor procuró aclarar con un
comentario, tuvo en el tiempo de su aparición maravilloso éxito, á
causa de que Alberti la hizo pasar por obra de un antiguo poeta llamado
Lépido, encontrada en un vetustísimo códice[118]. Nadie sospechó el
engaño; pero cuando fué declarado por su propio autor, la pieza perdió
algo de su crédito, suerte común de las falsificaciones más hábiles.
Todavía el _Philodoxos_ se leía y comentaba en las escuelas á principio
del siglo XVI. Precisamente en 1501, dos años después de la primera
edición de la _Celestina_, salía de las prensas de Salamanca la comedia
latina de Alberti, para estudio y recreo de los discípulos de un cierto
bachiller Quirós, que explicaba en aquella Universidad los poetas
clásicos[119].

El bachiller Quirós afirma, y no podemos menos de darle crédito,
que el _opus pulcherrimum_ de León Bautista Alberti era enteramente
desconocido en Salamanca hasta su tiempo. Es de creer, pues, que
tampoco le conociese el bachiller Rojas antes de esa fecha. Pero nada
importa averiguarlo, porque el _Philodoxus_ no se parece en nada á la
_Celestina_, ni en la fábula, ni en los caracteres, ni mucho menos
en la interpretación alegórica que su autor quiso darle. Hay, sí, un
joven ateniense llamado Filodoxo, enamorado de la romana Doxa, y que se
vale para conseguir sus fines de un amigo suyo llamado Fronesio. Otro
pretendiente de la misma joven, hombre rico y brutal, llamado Fortunio,
cansado de perseguirla con inútiles ruegos, se decide por el rapto,
entrando á viva fuerza en su casa; pero en vez de Doxa se lleva por
equivocación á su hermana Femia. Al fin todo se compone merced á la
oportuna intervención de una especie de comisario de barrio, jefe de
los centinelas ó vigilantes nocturnos (_Chronos, excubiarum magister_),
el cual decide que Fortunio se quede con la doncella raptada y Filodoxo
se case con su amada Doxa. Pero esta es la corteza del drama; en el
fondo hay una idea simbólica, á la cual responden exactamente los
nombres de los personajes. _Filodoxo_, el amante de la gloria (_Doxa_),
llega á desposarse con ella. _Fortunio_, el favorecido por la fortuna,
cree conquistar la Gloria y se queda con la Fama (_Femia_), que es
cosa no despreciable, pero de calidad inferior. _Chronos_ es una
personificación del tiempo, y á este tenor todos los personajes. La
moralidad es fácil de inferir: sólo la sabiduría y la prudencia pueden
conquistar la verdadera gloria; la fortuna y la riqueza tienen que
contentarse con la fama. La comedia de Alberti está en prosa y consta
de doce escenas. En la larga serie de las _Celestinas_ sólo encontramos
una y muy tardía, la _Doleria del Sueño del mundo_, que tenga el
carácter alegórico de la obra de Alberti. Una y otra son lánguidas y
fastidiosas, aunque de intachable honestidad.

Las comedias humanísticas que verdaderamente pudieron influir en la
_Celestina_ se reducen á tres: la _Philogenia_, de Ugolino Pisani;
la _Poliscena_, atribuída á Leonardo de Arezzo, y la _Chrysis_, de
Eneas Silvio Piccolomini. Daré á conocer rápidamente estas obras en
lo que tienen relación con la nuestra. Son tres historias de amor,
pero tratadas de muy diversa manera. He aquí cómo expresa Sanesi el
argumento de las primeras escenas de la _Philogenia_, únicas que
á nuestro asunto interesan: «Epifebo, que ama á Filogenia y desea
violentamente poseerla, va de noche bajo sus ventanas y tiene con la
doncella un largo y apasionado coloquio. La joven, en quien luchan el
amor y el deseo con el freno del pudor y de la educación, se muestra
al principio indiferente é incrédula. Pero Epifebo habla con tanta
dulzura, suplica con tanto calor, invoca la muerte con tanta angustia,
manifiesta los propios tormentos con tanta viveza y sinceridad de
palabra y emplea tanto arte en disipar sus temores y sus dudas, que
finalmente la doncella cede al destino y abandona ocultamente la
casa paterna. El joven, acogiéndola entre sus brazos, la conduce sin
dilación á su propia casa, donde (como él dice) _pasarán todos los días
al modo de los epicúreos_»[120].

Los sucesivos lances de la comedia, que ya pueden inferirse por tal
principio, pertenecen enteramente al género de Boccaccio y recuerdan
la historia de la hija del Rey del Algarbe, tan traída y llevada por
diversos amadores. Epifebo, perseguido por los parientes de Filogenia,
acaba por casarla con un rústico, tan codicioso como crédulo y necio.

Sólo en el coloquio de la ventana, en la intervención episódica de las
dos cortesanas Servia é Irzia, y en el noble carácter de los padres
de Filogenia (Cliofa y Calisto), que un tanto recuerdan á Pleberio y
Alisa, cuando se despiertan sobresaltados al sentir ruido en la cámara
de su hija, puede verse algo que se parezca á la _Celestina_. Tengo por
muy dudosa esta fuente.

No así la _Poliscena_, atribuída generalmente (acaso con error) al
célebre humanista Leonardo de Arezzo, á quien, por no confundirle con
su infame homónimo del siglo XVI, no llamaremos Aretino. Esta comedia,
que se conoce también con los nombres de _Calphurnia_ y _Gurgulio_,
corrió impresa desde 1478 y tuvo la honra de ser explicada en cursos
universitarios, hasta en la remota Polonia[121]. Es de suponer que
llegase á España antes que el _Philodoxus_, y todo el que atentamente
la lea notará sus semejanzas y diferencias con la _Celestina_.
Creizenach advirtió ya que el contenido de la _Poliscena_ se parecía
mucho al del _Pamphilus_. En pocas líneas, pero muy exactas, da idea
Gaspary, en su excelente _Historia de la literatura italiana_[122],
del argumento de esta comedia: «Un joven, llamado Graco, encuentra á
la joven Poliscena que volvía con su madre Calfurnia de oir un sermón
en la iglesia de los frailes menores. Enamórase súbitamente de la
doncella, y ésta de él. Graco se vale de la mediación de su esclavo
_Gurgulio_ (nombre tomado de una comedia de Plauto) y Poliscena acude
á su esclava Tharatántara, hábil en todo género de tercerías. El
parásito, después de haber tentado inútilmente á la madre con promesas
y ofrecimientos, va una mañana á ver á Poliscena, mientras Calfurnia
está en la iglesia, y con bellas palabras, y pintando muy al vivo los
tormentos de su amador, induce á la joven á concederle una entrevista.
Graco se vale de la ocasión sin ningún escrúpulo; sobreviene la madre,
enfurecida, y amenaza con citarle á juicio; pero el padre de Graco,
Macario, pone remedio á todo permitiendo que su hijo se case con
Poliscena».

Tal es el asunto de esta pieza, brutal y refinada á un tiempo, pues,
aunque escrita en prosa, remeda con suma habilidad la lengua de
los poetas cómicos latinos. Si en la comedia humanística hay algún
prototipo innegable de la fábula de Rojas, éste es sin duda alguna. La
semejanza consiste, no sólo en la acción, sino en los tipos del siervo
_Gurgulio_ y de la vieja _Tharatántara_. Esta última, sobre todo,
parece abuela de Celestina. Como ella se lamenta de los males de la
vejez y recuerda los perdidos goces juveniles: «_Memini ego me quondam
a multis amari, memini etiam me multis egregie saepius illudere ac fune
quasi ligatos trahere. Verum heu! me jam effaetam manent fata ultricia,
non ita ut pridem ambior, nec ullis artibus pristinum vigorem possum
reparare_». Como ella tiene fama de hechicera: «_Non verentur etiam me
veneficam nuncupare ac blanditiis fallacibus me palpare ipsos incusant,
ac magico carmine vitam auferre conati_». Y el mismo Graco, después de
hacer un horrible retrato de la vieja, añade como último improperio:
«_Suspecta etiam admodum es veneficii nomine_».

El diálogo de Tharatántara con Poliscena tiene también rasgos
celestinescos, especialmente en lo que toca á la recomendación de las
prendas del amante y al encarecimiento de los extremos de su pasión:
«_Ita me juvet Jesus, posteaquam te amare coepit, nunquam vidi ipsum
hilarem, placidum nemini, satago obsonia ac pulpamenta quae scio omnia,
demulceo verbis quantum possum, at nequit esse, inquit, neque potare,
noctes ducit insomnes, ingemiscit perpetuo_...». La semejanza continúa
en el acto ó escena en que Tharatántara da cuenta á Graco del desempeño
de su comisión[123]. Pero en la _Poliscena_ todo marcha por la posta,
sin rastro de estudio psicológico y sin recato ni comedimiento alguno.
Poliscena otorga una cita á las primeras de cambio, aprovechando la
ausencia de su madre, que está en la iglesia, y el nudo se desata por
los procedimientos más brutales y menos complicados. Si de esa comedia,
así como del _Pamphilus_, pudo aprovechar algo Fernando de Rojas,
nunca con tan humildes materiales se levantó edificio tan grandioso y
espléndido[124].

Si la _Poliscena_ fué la primera imitación consciente y deliberada
de la dramaturgia plautina, la _Chrysis_, compuesta en 1444 por el
futuro Pío II (Eneas Silvio Piccolomini) cuando asistía á la dieta de
Nuremberg, es la primera tentativa formal de reproducir el metro propio
de la comedia, el senario yámbico de los latinos, abandonando la prosa
en que habían escrito todos sus predecesores, con la única excepción de
Vergerio. En la _Chrysis_ no hay verdadera acción, sino una serie de
escenas que pintan muy al vivo las costumbres de las meretrices y de
los jóvenes disolutos. Hay coincidencias con la _Celestina_, pero todas
ellas se refieren á pasajes que están antes en Plauto: «Ningún amante
(dice Casina á Crisis) me agrada por más de un mes; siempre las nuevas
calendas me traen amores nuevos». Y Crisis la replica: «Tu constancia
es excesiva, porque conviene celebrar también con nuevos amores las
nonas y las idus, ó, como hago yo, procurarme á cada nuevo sol nuevos
amantes». La misma doctrina inculca Celestina á Areusa en el acto VII:
«Nunca uno me agradó, nunca en uno puse toda mi afficion. No hay cosa
más perdida, hoy, que el mur que no sabe sino un horado; si aquel le
tapan, no avrá dónde se esconda del gato; quien no tiene sino un ojo,
mira a quánto peligro anda... ¿Qué quieres, hija, deste número de uno?
más inconvenientes te diré dél que años tengo acuestas; ten siquiera
dos, que es compañia loable... E si más quisieres, mejor te yrá, que
mientra más moros más ganancia».

En uno y otro pasaje se ve la imitación de los consejos que Scapha
dirige á Philematium en la _Mostellaria_ de Plauto (v. 188-90):

      _Tu ecastor erras, quae quidem expectes unum atque illi
          Morem praecipue sic geras atque alios aspernere.
      Matronae, non meretricium est, unum inservire amantem._

Hay también en la _Chrysis_ una _lena_ llamada con toda propiedad
_Canthara_ por su insaciable amor á la bebida. Eneas Silvio, que lleva
muchas veces la imitación hasta el plagio, pone literalmente en su boca
el mismo ditirambo que pronuncia la vieja del _Curculio_.

Puede tenerse por cierto que Rojas desconocía la existencia de la
_Chrysis_, obra que todavía está inédita á estas horas, y que su sabio
autor, cuando llegó á las altas dignidades eclesiásticas, y por fin
á la cátedra de San Pedro, procuró destruir con suma eficacia, lo
mismo que otros escritos suyos, no enteramente juveniles[125], pero
compuestos cuando hacía vida secular y profana. Era el principal entre
ellos la célebre _Historia duorum amantium_, de la cual ya hemos
dicho algo en el primer tomo de estos _Orígenes_[126], por haber sido
muy bien traducida á nuestra lengua en el siglo XV y haber influído
grandemente en la _Cárcel de Amor_ y en otras ficciones sentimentales.

Traducida ú original, la había leído de seguro Fernando de Rojas,
y no fué de los libros que menos huella dejaron en su espíritu y en
su estilo. La novela del futuro pontífice es, como la tragicomedia
española, una historia de amor y muerte de dos jóvenes amantes. En una
y otra se mezcla el placer con las lágrimas, y una siniestra fatalidad
surge en el seno mismo del deleite. Pero es diversa la condición de
las personas, puesto que Eurialo y Lucrecia son amantes adúlteros, y
diversa también la catástrofe, que en la obra de Eneas Silvio pertenece
al orden moral, y se cumple, no por ningún medio exterior, sino por
el fuego de la pasión, que consume y aniquila á la mísera enamorada.
«Esta nuestra, como vido a Eurialo partir de su vista, cayda en tierra,
la lleuaron a la cama sus sieruas hasta que tornasse el espíritu. La
qual como en sí tornó, las vestiduras de brocado, de púrpura y todos
los atavios de fiesta y alegría encerró y de su vista apartó, y de
camarsos y otras vestiduras viles se vistió. Y de alli adelante nunca
fue vista reyr ni cantar como solia. Con ningunos plazeres, donayres
ni juegos jamas pudo ser en alegría tornada, e algunos dias en esto
perseverando, en gran enfermedad cayó, de la qual por ningun beneficio
de medicina pudo ser curada. Y porque su coraçon estaua de su cuerpo
ausente y ninguna consolacion se podia dar a su ánima, entre los braços
de su llorosa madre y de los parientes que en balde la consolaban, la
indignante ánima del anxioso y trabaxoso cuerpo salió fuera»[127].

En lo que la historia de Eurialo y Lucrecia pudo servir de modelo á
la _Celestina_ fué en la elocuencia patética de algunos trozos y en
aquella especie de psicología afectiva y profunda que el culto, gentil
y delicado espíritu de Eneas Silvio adivinó quizá el primero entre
los modernos. Porque aquí no se trata del amor místico, dantesco ó
petrarquista, que toma las perfecciones de la criatura como medio para
ascender á otra perfección más alta; ni tampoco del amor cortesano,
que es mero devaneo en la lírica de Provenza y en sus imitadores; ni
tampoco de la pasión desenfrenada y furiosa, pero declamatoria, que
se exhala en las quejas delirantes de Fiammetta, sino de un género
de pasión más apacible y humano, ni enteramente sensual, ni reducido
á lánguidas contemplaciones. Este amor, finamente estudiado con una
penetración que honraría al más experto y sagaz moralista de cualquier
tiempo, constituye el mérito principal de las epístolas que contiene el
tratado de Eneas Silvio, que, al revés de tantas otras composiciones
artificiales, no es más que la interpretación estética de un suceso
real acaecido en Siena cuando entró en ella triunfante el emperador
Segismundo.

Hay pasajes de la _Celestina_ que inmediatamente traen á la memoria
otros del _Eurialo_. La descripción de la hermosura de ambas heroínas
se parece mucho[128].

Eurialo envía á Lucrecia su primera carta por medio de una vieja
tercera, y las palabras con que la recibe son tan ásperas como las de
Melibea en el principio de sus amores:

«Como la alcahueta recibió la carta de Eurialo, luego a mas andar se
fue para Lucrecia, y fallandola sola le dixo: «El más noble y principal
de toda la corte del César te envia esta carta, y que ayas dél
compasion te suplica».

«Era esta mujer conocida por muy pública alcahueta: Lucrecia bien lo
sabía; mucho pesar ovo que muger tan infame con mensaje le fuesse
embiada, y con cara turbada le dixo: «Qué osadía, muy malvada henbra,
te traxo a mi casa? Qué locura en mi presencia te aconsejó venir? Tú en
las casas de los nobles osas entrar y á las castas dueñas tentar, y los
legitimos matrimonios turbar? Apenas me puedo refrenar de te arrastrar
por essos cabellos y la cara despedaçar. Tú tienes atrevimiento de me
traer carta? Tú me fablas? Tú me miras? Si no oviesse de considerar lo
que a mi estado cumple más que lo que a ti conviene, yo te facía tal
juego, que nunca de cartas de amores fueses mensajera»...

«Mucho temor oviera otra qualquiera; mas ésta que sabía las costumbres
de las dueñas, como aquella que en semejantes afrentas muchas vezes se
avia visto, dezia consigo: «Agoras quieres que muestras no querer», y
allegando más a ella dixo: «Perdóname, señora; yo pensaba no errar y
tú aver desto plazer. Si otra cosa es, da perdon a mi ynocencia. Si no
quieres que buelva, hecho he el principio, en lo ál yo te obedeceré.
Mas mira qué amante menosprecias».

No prolongaré este cotejo haciendo notar otras semejanzas de detalle
que en las entrevistas de los amantes pueden encontrarse. Lo principal
es el ambiente novelesco análogo, la suave y callada influencia que en
la concepción de Rojas ejerció un escritor digno de inspirarle.

Volviendo sobre nuestros pasos, creemos inútil mencionar otras
comedias _humanísticas_, ya por ser de fecha algo posterior á la
_Celestina_, ya por no tener con ella más que conexiones remotas. Por
lo tocante á la comedia italiana del Renacimiento, las fechas dicen
bien claro que no pudo influir en la _Celestina_, la cual es anterior á
todas las obras de Maquiavelo, Ariosto y Bibbiena[129].

Nació la _Celestina_ en pleno clasicismo, cuando el teatro de Plauto,
que no constaba ya de ocho comedias, sino de veinte, había surgido
del vetusto códice descubierto en Alemania por el cardenal de Cusa,
y embelesaba y regocijaba la fantasía de los humanistas, que no
se limitaban á transcribirle y comentarle y á añadirle escenas y
suplementos, sino que le hacían objeto de públicas representaciones
en su lengua original. Los actores solían ser escolares, pero
estas fiestas del arte antiguo no eran meramente universitarias.
Se celebraban con gran pompa y magnificencia en los palacios de
príncipes y cardenales, ante el auditorio más aristocrático y selecto.
Así en Roma aquel Pomponio Leto, tan sospechoso de paganismo, hizo
representar en fecha ignorada la _Aulularia_ bajo los auspicios del
cardenal Riario, sobrino de Sixto IV; en 1499, algunos actos de la
_Mostellaria_, en casa del cardenal Colonna; en 1502, los _Menechmi_,
en presencia de Alejandro VI, para festejar las bodas de su hija
Lucrecia con Alfonso de Este.

Otras representaciones, algunas muy anteriores, hubo en Florencia,
en Mantua, en Ferrara, en Pavía, en todos los grandes centros de la
vida intelectual y cortesana del Renacimiento. Si alguna noticia de
éstas llegó á oídos de Fernando de Rojas, ¡cómo debió agrandarse en
su mente la visión del teatro y soñar con otro igual para su patria,
y encenderse en el anhelo de superar, no ya los pobres remedos de la
comedia latina que tenía delante, sino al mismo Terencio y al mismo
Plauto, que habían sabido menos que él de la vida y del corazón humano!

¿Se compusieron ó representaron en España comedias _humanísticas_
durante el siglo XV? No podemos afirmarlo ni negarlo. Hasta ahora el
género parece exclusivamente italiano. Sólo en tiempo de Carlos V,
cuando la comedia latina empezaba á decaer en Italia, cediendo su
puesto al teatro vulgar, la vemos aparecer en nuestras escuelas con los
mismos caracteres y á veces con la misma pompa de representación que en
su patria[130]. Y durante todo el curso del siglo XVI la encontramos
más ó menos ingeniosamente cultivada: en Alcalá por Juan Petreyo
(Pérez), que puso en latín tres comedias del Ariosto; en Salamanca
y Burgos por Juan Maldonado, cuya _Hispaniola_ no figuraría mal en
la serie de las _Celestinas_[131]; en Sevilla por Juan de Mal-Lara;
en Valencia por Lorenzo Palmireno; en Barcelona por Juan Cassador y
Jaime Cassá, y hasta en la isla de Mallorca por Jaime Romanyá, autor
del _Gastrimargus_, que se representó en la plaza pública ante un
concurso de más de ocho mil espectadores[132]. Por fin, este género,
cada vez más abatido y escuálido, cayó en manos de los jesuítas, que le
morigeraron, convirtiéndole en comedia de colegio. Así nació y murió
el teatro humanístico en España, con poco brillo siempre y con poca
influencia en el drama nacional.

¿Pudo encontrar Rojas en la dramaturgia vulgar de su tiempo, en
el infantil teatro de la Edad Media, algún punto de apoyo para su
creación? Difícil es responder categóricamente á esta pregunta. De los
_juegos de escarnio_, que llegaron á penetrar en la iglesia y á ser
representados por clérigos, apenas sabemos más que lo que dice una
ley de Partida. De la Corona de Aragón tenemos un documento aislado,
pero muy curioso, sobre el cual llamó la atención D. José María
Quadrado[133]. Es la queja presentada en 1442 á los Jurados de Mallorca
contra los abusos introducidos en las representaciones que solían
hacerse en las fiestas del primer domingo después de Pascua y el lunes
inmediato, las cuales no versaban ya, como al principio, sobre materias
devotas y honestas, sino sobre amores y alcahueterías.

«E en qual manera per solemnitat e honorificentia de la dita festa se
acostumavan en temps passat fer en semblant dia diverses entremeses
e representacions per las parroquias, devotas e honestas, e tals que
trahien lo poble a devoció; mes empero d'algun temps ensá quasi tots
anys se fen per los _caritaters_ (encargados de las fiestas de la
Caridad) de las parroquias, qui los demés son jovens, _entremeses de
enamoraments, alcavotarias e altres actes desonests e reprobats_,
majorment en tal dia en lo qual va lo clero ab processons e creu levada
portans diverses reliquies de sants, de que lo poble pren mal exempli e
roman scandalizat».

Yo no me atreveré á decir, con mi inolvidable amigo Quadrado, que
«aquí tenemos ya el drama secularizado en Mallorca medio siglo antes
de la aparición de la _Celestina_; los temas devotos sustituídos por
los profanos; el _auto_ suplantado por la _comedia_». Sería preciso
que la casualidad nos descubriese algún fragmento ó muestra de tales
representaciones para que pudiéramos inducir su carácter. De todos
modos, el documento es singular, pero en Castilla tenemos otro muy
análogo: los decretos del Concilio de Aranda, que en 1473 mandó
celebrar el arzobispo de Toledo D. Alfonso Carrillo. Uno de ellos da
testimonio del escandaloso abuso de las representaciones profanas
dentro del templo en las fiestas de la Navidad, de San Esteban, de San
Juan y de los Inocentes, y en las solemnidades de misas nuevas: «_Ludi
theatrales, larvae, monstra, spectacula, necnon quam plurima inhonesta
et diversa figmenta in ecclesiis intro lucuntur, tumultuationes quoque
et «turpia carmina» et «derisorii sermones» dicuntur»_. Pero dudamos
mucho que esta inculta y bárbara manifestación dramática hubiera podido
influir en un espíritu tan culto como el de Fernando de Rojas.

Los orígenes de la _Celestina_ no son populares, sino literarios, y
de la más selecta literatura de su tiempo. Aún no hemos apurado el
catálogo de sus reminiscencias. Leía mucho su autor, como todos los
hombres estudiosos de su generación, á los dos grandes maestros del
primer Renacimiento italiano, Francisco Petrarca y Juan Boccaccio.
Las obras latinas del primero le eran tan familiares, que desde las
primeras líneas del prólogo encuentra ocasión de citarle, para probar
que «todas las cosas son creadas á «manera de contienda y batalla».
«Hallé (dice) esta sentencia corroborada por _aquel gran orador é poeta
laureado, Francisco Petrarca, dixiendo: Sine lite atque offensione
nihil genuit natura parens_: sin lid e offension ninguna cosa engendra
la natura, madre de todo. Dize más adelante: _Sic est enim, et sic
propemodum universa iestantur: rapido stellae obviant firmamento;
contraria invicem elementa confligunt, terrae tremunt; maria fluctuant;
aer quatitur; crepant flammae; bellum immortale venti gerunt; tempora
temporibus concertant; secum singula, nobiscum omnia_, que quiere
dezir: «En verdad assi es, é assi todas las cosas desto dan testimonio;
las estrellas se encuentran en el arrebatado firmamento del cielo; los
adversos elementos unos con otros rompen pelea; tremen las tierras;
ondean los mares; el ayre se sacude; suenan las llamas; los vientos
entre sí traen perpetua guerra; los tiempos contienden é ligan entre
sí, uno a uno é todos contra nosotros»[134].

El pasaje que Rojas alega está en el prefacio del libro 2.º _De
Remediis utriusque fortunæ_; pero lo que nadie ha advertido hasta
ahora, que yo sepa, es que continúa traduciendo sin decirlo; de
suerte que todo el segundo prólogo es un puro plagio, como puede
verse por el texto latino que pongo al pie, subrayando las frases
que más literalmente copió Rojas[135]. ¿Qué explicación puede tener
un procedimiento tan extraño, mucho más si se recuerda que el _De
Remediis_ andaba en manos de todas las personas letradas, y existía ya
una traducción castellana anterior á la de Francisco de Madrid, tantas
veces impresa desde 1510? ¿Á quién podía engañar Rojas, apropiándose
con tanta frescura la doctrina y las palabras ajenas, que además venían
traídas por los cabellos al propósito de su libro? ¿Para qué necesitaba
un escritor de su talla ajeno auxilio en la redacción de un sencillo
prólogo? Quizá por eso mismo. Recuérdese el caso bastante análogo,
aunque en menores proporciones, de la dedicatoria de la primera parte
del _Quijote_, tejida en parte con frases de otra dedicatoria de
Herrera en sus _Anotaciones á Garcilaso_, y del maestro Francisco de
Medina, en el hermoso prólogo que llevan. Á los grandes escritores
suele resistírseles más la correspondencia familiar ó la redacción de
un documento de oficio que la composición de un libro entero. Uno de
esos apuros debió de pasar el bachiller Fernando de Rojas, y para salir
de él apeló al extravagante recurso de echar mano del primer libro
que sobre la mesa tenía y traducir de él unas cuantas páginas, que lo
mismo podían servir de introducción á cualquier otro libro que á la
_Celestina_. Cervantes todavía necesitó menos para zurcir cuatro frases
de cortesía.

Más interés tiene este plagio directo que las vagas reflexiones
morales sobre la próspera ó adversa fortuna que hay en varios pasos
de la _Tragicomedia_, registrados ya por Arturo Farinelli: «O fortuna
(exclama Calisto en el aucto XIII) quánto e por quántas partes me has
combatido! Pues por más que siguas mi morada, e seas contraria a mi
persona, las adversidades con ygual ánimo se han de sufrir, e en ellas
se prueua el coraçon rezio o flaco». Y antes había dicho Celestina
(aucto XI) convirtiéndose en eco de las palabras del Petrarca: «Siempre
lo oí dezir, que es más diffícil de suffrir la próspera fortuna que
la adversa; que la vna no tiene sossiego, e la otra tiene consuelo».
Aunque hoy nos parezca tan vulgar el contraste entre una y otra
fortuna, su filiación petrarquista no puede ocultarse á quien esté
versado en la literatura de nuestro siglo XV, que había convertido en
una especie de breviario moral la obra _De Remediis_, y aplicaba á
todos los momentos de la vida sus poco originales sentencias diluídas
en un mar de palabrería ociosa[136].

Pero no es sólo en el libro de los _Remedios_, sino en otros varios
del Petrarca, donde hay que buscar el origen y la explicación de
algunos lugares de la _Celestina_. Dice Calisto á la vieja en el
aucto VI: «Qué más hazia aquella tusca Adeleta, cuya fama, siendo
tú viva, se perdiera? la qual tres dias ante su fin prenunció la
muerte de su viejo marido e de dos hijos que tenia». Esta alusión, á
primera vista oscura, se descifra con una advertencia de la edición
de Salamanca del año 1570, hecha por Matías Gast, en la cual sospecho
que anduvo la mano del Brocense por el género de las enmiendas:
«Atrevíme con consejo de algunos doctos a mudar algunas palabras que
algunos indoctos correctores pervirtieron... En el acto sexto corregí
_Adelecta_. Fue esta Adelecta (como cuenta Petrarca) una noble mujer
toscana, grandísima astróloga y mágica. Dixo muchas cosas á su marido
e hijos, Eternio y Albricio. Pero principalmente estando á la muerte,
en tres versículos, anunció a sus hijos lo que les había de acaecer,
especialmente a Eternio, que se guardase de Cassano, lugar de Padua.
Siendo al fin de sesenta años vino a Milan, adonde por sus obras era
muy aborrecido de los longobardos: fué de ellos cercado, y pasando un
puente con gran fatiga, supo que aquel lugar se nombraba Cassano. Luego
da espuelas al caballo, y lánzase en el rio diciendo a grandes voces:
Oh hado inevitable! Oh maternales presagios! Oh secreto Cassano! Al fin
salió a tierra; mas los enemigos, que la puente y entrambas riberas
tenían tomadas, allí le acabaron».

Lo que se le olvidó advertir al corrector salmantino fué el lugar de
las obras del Petrarca en que se encontraba la mención de _Adelecta_, y
como en el índice de la edición de Basilea no se consigna tal nombre,
tuve que internarme con verdadero empeño en la lectura del primer
tomo, hasta que di en el libro 4.º, _Rerum Memorandarum_, cap. V,
_De Vaticiniis_, con la historia de Adelheida ó Adelaida de Romano,
madre del célebre tirano Ezzelino (no Eternio) y de Albricio, que es
la _tusca Adeleta_ de nuestro poeta, la _fatídica de Hetruria_, que
no pudo explicar su comentador Gaspar Barth[137]. Y allí muy cerca
encontramos otra anécdota de Alcíbiades, que también está repetida
fielmente por Calisto en el mismo acto de la _Celestina_: «Entre sueños
la veo tantas noches, que temo que me acontezca como a Alcíbiades,
que soñó que se veya embuelto en el manto de su amiga, e otro dia
matáronlo, e no ouo quien lo alçase de la calle, sino ella con su
manto»[138].

Fuente indudable, aunque secundaria, de la Celestina son también las
_Epístolas familiares_ del Petrarca. Hay dos, sobre todo, que por
cierto están inmediatas, tanto en las ediciones antiguas como en la
moderna de Fracasseti (la 1.ª y 2.ª del libro 2.º), de donde está
tomada punto por punto toda aquella impertinente erudición que estropea
el desconsolado razonamiento de Pleberio. También aquí puede hacerse
la comparación con el texto latino que pongo en nota: «Que si aquella
seueridad e paciencia de Paulo Emilio me viniere a consolar con pérdida
de dos hijos muertos en siete dias, diziendo que su animosidad obró que
consolasse él al pueblo romano, e no el pueblo a él no me satisfaze,
que otros dos le quedauan dados en adopcion. ¿Qué compañia me ternán en
mi dolor aquel Pericles, capitan atheniense, ni el fuerte Xenofon, pues
sus pérdidas fueron de hijos absentes de sus tierras? Ni fue mucho no
mudar su frente e tenerla serena, y el otro responder al mensajero que
las tristes albricias de la muerte de su hijo le venia a pedir, que no
rescibiesse él pena, que él no sentía pesar... Pues menos podrás decir,
mundo lleno de males, que fuimos semejantes en pérdida aquel Anaxágoras
e yo, que seamos yguales en sentir, e que responda yo, muerta mi amada
hija, lo que él a su único hijo que dixo: como yo fuesse mortal, sabía
que avia de morir el que yo engendraua...

«Ninguno perdió lo que yo el dia de oy, aunque algo conforme parescía
la fuerte animosidad de Lambas de Auria, duque de los athenienses
(_ginoveses_ corrigió la edición de Zaragoza de 1507, y está bien), que
a su hijo herido con sus braços desde la nao echó en la mar...»[139].

Por los trozos transcritos se ve claro que la lectura del Petrarca no
sirvió al bachiller Rojas para nada bueno, sino para alardear de un
saber pedantesco; pero valga lo que valiere esta influencia, es de las
que pueden documentarse de un modo más auténtico é irrefragable.

Boccaccio, lo mismo que el Petrarca, influye en Rojas, como en todos
los españoles del siglo XV, más como humanista y erudito que como poeta
y novelista, más por sus obras latinas que por las vulgares. Contra
todo lo que pudiera esperarse, no es el _Decameron_, ni siquiera el
_Corbaccio_, sino el libro _De casibus Principum_ (lectura favorita de
nuestros moralistas, desde el tiempo del Canciller Ayala) la obra de
Boccaccio que ha dejado positiva é innegable huella en la _Celestina_.
Alusión muy clara á ella son estas palabras de Sempronio en el aucto
I: «Lee los historiales, estudia los philosophos, mira los poetas;
llenos están los libros de sus viles y malos exemplos e de las _caydas_
que levaron los que en algo, como tú, las reputaron». _Las Caydas
de Príncipes_ y el _Valerio Máximo_ estaban sin duda entre aquellos
«antiguos libros» que «por más aclarar su ingenio» mandaba su padre
leer á Melibea, y que ojalá no hubiesen leído nunca ni ella ni el poeta
que la inventó.

Nada he encontrado en la _Celestina_ que indique conocimiento de las
_Cien novelas_.

En realidad, Boccaccio y Rojas no son ingenios del mismo temple, aun
cuando parece que describen escenas análogas. Hay en Boccaccio una
alegría sensual, un pagano contentamiento de la vida que contrasta
con el arte profundo, y doloroso á veces, de Rojas. El _Surgit
amari aliquid_ de Lucrecio nos asalta involuntariamente en muchas
de sus páginas. Todas las catástrofes trágicas, que no faltan en el
_Decameron_, no son suficientes para quitar al libro su carácter
risueño y jovial. Las visiones lúgubres pasan tan rápidas, que no
pueden entristecer á nadie, y la sátira misma es más amena que
sangrienta: _circum praecordia ludit_.

Tampoco discierno imitaciones del _Corbaccio_ italiano. Si alguna hay,
habrá pasado por intermedio del Arcipreste de Talavera[140]. Pero es
imposible dejar de reconocer en la retórica sentimental de la obra,
en los apóstrofes y exclamaciones patéticas, al lector asiduo de la
_Fiammetta_, que fué el tipo de todas las novelas amatorias de nuestro
siglo XV. La _Fiammetta_ es un tejido de declamaciones y pedanterías;
pero aquel interminable monólogo trajo al arte moderno una novedad
psicológica, la revelación de un alma de mujer furiosamente enamorada.
La lección no fué perdida para Rojas, y aunque en general prefirió el
arte de suaves matices y el fino proceso psicológico de Eneas Silvio,
se inclinó más bien en las últimas escenas á la manera vehemente y
ampulosa de la _Fiammetta_[141].

Deudas tiene también el autor de _Melibea_ con la literatura castellana
anterior á su tiempo. Ya hemos hecho mención de la más importante de
todas, la del Arcipreste de Hita, que se completa y refuerza con la
del Arcipreste de Talavera, Alfonso Martínez. Hay entre estos tres
ingenios, nacidos en el antiguo reino de Toledo, un hilo misterioso,
pero innegable, mediante el cual se transmite del siglo XIV al XVI
la corriente naturalista. El Arcipreste de Hita la recoge en un
poema multiforme, que es á la vez sátira, descripción de costumbres,
autobiografía, novela picaresca y expansión libre y caprichosa del
numen lírico. El de Talavera la deja correr por las páginas, en
apariencias graves, de un tratado didáctico; le sazona de picante
humorismo, como quien se entretiene en sus propios escarceos y lozanías
más que en la enseñanza moral que pretende difundir; transcribe por
primera vez en forma literaria la lengua pintoresca y cruda del pueblo;
sorprende la vida con enérgica inspiración; siembra un tesoro de
modismos y proverbios; forja el gran instrumento de la prosa familiar y
satírica.

Esta fué su verdadera creación, y por esto más que por nada es el más
inmediato precursor de Rojas, á quien estaba reservada la gloria de
fijar esa prosa en su momento clásico, de dramatizarla, de reducirla
á un cauce más estrecho y profundo, represando aquella abundancia
generosa, pero despilfarrada, en que la ardiente imaginación del
arcipreste talaverano se complace sin freno ni medida.

Pero además de esta relación general entre la _Reprobación del amor
mundano_ y la _Celestina_, que fácilmente percibirá quien pase de
un libro á otro y se fije en la copia de refranes y de modos de
decir sentenciosos y castizos que en ambos libros reaparecen, hay
imitaciones de pormenor, que la crítica ha señalado varias veces y que
comienzan desde el acto primero[142]. Los ejemplos y doctrinas de que
Sempronio se vale para prevenir á su amo están sacados del arsenal del
_Corbacho_, nombre con que generalmente es conocida la _Reprobación_.
«E non pienses en este paso fallarás tú más fermeza que los sabios
antyguos fallaron, expertos en tal sçiencia o locura mejor dicho.
Lee bien cómo fué Adan, Sanson, Davyd, Golyas, Salamon, Virgilio,
Aristotiles e otros dignos de memoria en saber e natural juyzio» (Cap.
V). Compárese también el capítulo XVII, «cómo los letrados pierden el
saber por amar», donde están las donosas historias de los amores de
Aristóteles y de Virgilio[143].

Aquellas enumeraciones sonoras y pintorescas del _Corbacho_,
tan intemperantes como las de Rabelais, sólo una que otra vez se
encuentran en la _Celestina_. Recuérdese la descripción que Pármeno
hace del laboratorio en que la vieja prepara los untos y drogas para
sus parroquianas: «En su casa hazía perfumes, falsaua estoraques,
menjuy, animes, ambar, algalia, polvillos, almizcles, mosquetes.
Tenía vna cámara llena de alambiques, de redomillas, de barrilejos
de vidrio, de corambre, de estaño, hechos de mil faciones; hazía
soliman, afeyte cozido, argentadas, bujelladas, cerillas, lanillas,
unturillas, lustres, lucentores, clarimientes, alualinos; e otras
aguas de rostro, de rasuras, de gamones, de corteza de espantalobos,
de teraguncia, de hieles, de agraz, de modo destillados e açucarados.
Adelgazaua los cueros con çumos de limones, con turuino, con tuétano
de corço e de garça, e otras confaciones. Sacaua agua para oler, de
rosas, de azahar, de jazmin, de trébol, de madreselua e clauellinas
mosquatadas e almizcladas, poluorizadas con vino; hazía lexias para
enruuiar, de sarmientos, de carrasca, de centeno, de marruuios, con
salitres, con alumbre e millifolia, e otras diversas cosas. E los
vntos e mantecas que tenía, es hastio de dezir: de vaca, de osso, de
cauallos e de camellos, de culebra e de conejo, de vallena, de garça,
de alcarauan e de gamo, e de gato montés, e de texon, de harda, de
herizo, de nutria. Aparejos para baños, esto es, una maravilla; de las
yervas e rayces que tenía en el techo de su casa colgadas: mançanilla
e romero, maluaviscos, culantrillo, coronillas, flor de sauco y de
mostaza, spliego e laurel blanco, tortarosa e gramonilla, flor salvaje
e higueruela, pico de oro e hoja tinta. Los azeytes que sacaua para
el rostro, no es cosa de creer: de storaque e de jazmin, de limon, de
pepitas, de violetas, de menjuy, de alfócigos, de piñones, de granillo,
de açofeytos, de neguilla, de altramuces, de aruejas y de carillas, e
de yerva paxarera...». (Aucto I).

Esta curiosa página de perfumería y farmacia cosmética está
evidentemente calcada sobre otra que hay en el libro del Arcipreste
(Parte 2.ª, cap. III): «Pero despues de todo esto comiençan a entrar
por los ungüentos, ampolletas, potecillos, salseruelas, donde tienen
las aguas para afeytar; unas para estirar el cuero, otras destiladas
para relumbrar, tuétanos de çiervo e de vaca e de carnero, e non son
peores estas que diablos, que con las reñonadas del ciervo fazen ellas
xabon?... Mesclan en ello almisque e algalia e clavos de girofre
remojados dos dias en agua de azahar, o flor de azahar, con ella
mezclado, para untar las manos, que se tornan blancas como seda. Aguas
tienen destiladas para estirar el cuero de los pechos e manos, a las
que se les fazen rugas... Fazen más agua de blanco de huevos cochos
estilada, con mirra, canfora, angelores, trementina, con tres aguas
purificada e bien lauada, que torna como la nieue blanca. Rayzes de
lirios blancos, borax fino; de todo esto fazen agua destilada con que
reluzen como espada, e de las yemas cochas de los huevos azeyte para
las manos e la cara ablandar e purificar...»[144].

El tipo celestinesco está muy secamente delineado en el _Corbacho_ (2.ª
parte, capítulo XIII): «Desto son causa unas viejas matronas, malditas
de Dios e de sus santos, enemigas de la Virgen Santa Maria, que desque
ellas non son para el mundo... e ya ninguno non las desea nin las
quiere, entonçe toman ofiçio de alcagüetas, fechiceras e adevinadoras,
por fazer perder las otras como ellas. ...Empero, dime: estas viejas
falsas paviotas, ¡quántos matan e enloqueçen con sus _maldades_ de
_byenquerencias_! ¡Quántas divysiones ponen entre maridos e mugeres, e
quántas cosas fazen e desfazen con sus fechizos e maldiciones! Fazen a
los casados dexar sus mugeres e yr a las extrañas; esso mesmo la muger,
dexado su marido, yrse con otro; las fijas do los buenos fazen malas;
non se les escapa moça, nin biuda, nin casada que non enloquecen. Asy
van las bestias de ombres e mugeres a estas viejas por estos fechizos
como a pendon ferido»[145].

Sin exagerar la influencia que un libro doctrinal y satírico, en que no
hay acción dramática ni desarrollo novelesco, pudo ejercer en una obra
de arte puro como la _Celestina_, es imposible desconocer el parentesco
estrecho que liga al Arcipreste y á Rojas en la historia de la lengua y
en la pintura de costumbres.

De otros tres autores del siglo XV se advierten reminiscencias,
puramente formales, en la inmortal _tragicomedia_. Juan de Mena, cuyo
temperamento artístico se asemeja tan poco al del bachiller Rojas,
era sin embargo uno de sus poetas predilectos. Son varios los pasajes
en que le imita. El muy docto filólogo americano D. Rufino J. Cuervo
ha advertido que la idea y aun la forma de estas palabras: «No quiero
marido, no quiero ensuciar los ñudos de matrimonio, ni las maritales
pisadas de ageno hombre repisar», se encuentran en el poema de _Los
siete pecados mortales_:

        Tú te bruñes y te aluzias,
      Tú fazes con los tus males
      Que las manos mucho suzias
      Traten limpios corporales.
      _Muchos lechos maritales
      De ajenas pisadas huellas_,
      Y sienbras grandes querellas
      En deudos tan principales.

El Sr. Foulché-Delbosc, por su parte, ha hecho notar la semejanza
del conjuro de Celestina con el de la hechicera de Valladolid, en un
célebre episodio del _Laberinto_, que está imitado principalmente
de Lucano. Hay coincidencias verbales: «Heriré con luz tus carceres
tristes y escuras» (_Celestina_).

      E con mis palabras tus fondas cavernas
      De luz sempiterna te las feriré.

      (Juan de Mena).

En las octavas acrósticas del principio hay versos copiados del
_Laberinto_, v. gr.:

      A otro que amores dad vuestros cuidados[146].

Puede añadirse otra reminiscencia evidente del aucto I: «Mucho seguro
es la mansa pobreza».

No ha sido reparada hasta hoy, aunque me parece obvia é innegable,
la imitación de cierto tratadillo _del amor_ que compuso, siendo
estudiante, el famoso Alfonso Tostado de Madrigal, bien conocido
después como fecundo autor de obras de muy diverso linaje[147]. Ni
aun en ésta que parece tan liviana prescinde enteramente el método
escolástico. Dos son las conclusiones que propugna el Tostado: Primera,
«ser necesario los omes amar a las mujeres». Segunda, «que es necesario
al que ama que alguna vez se turbe», es decir, se trastorne y salga
de seso. El autor habla por propia experiencia y dirigiéndose á un
condiscípulo: «Hermano, reprehendiste me porque amor de muger me turbó
ó poco menos desterró de los términos de la razon, de que te maravillas
como de nueva cosa... E por cierto non me pesa porque amé, aunque
dende non me vino bien, si non que me certifiqué de cosa que me era
dubdosa, é acrecenté en saber por verdadera espirencia. E por esto
me pena en mayor grado el amor, que es á mí nueva disciplina, como
acaesce á los que son criados libres é delicadamente, é despues vienen
a servidumbre». Los argumentos son vulgarísimos, y están confirmados
con muchas historias: Sansón, David, Salomón, Tereo, Tiestes, Píramo y
Tisbe, Scila, Medea, Tamar, Fedra, Deyanira y otras varias; erudición
muy semejante á la que gastan los personajes de la _Celestina_. Toda
la doctrina del _Tractado_ puede decirse que está compendiada en
estas palabras del acto primero: «Has de saber, Pármeno, que Calisto
anda de amor quexoso; e no le juzgues por esso por flaco, que el
amor _impervio_ todas las cosas vence; e sabe, si no sabes, que _dos
conclusiones son verdaderas. La primera, que es forçoso el hombre amar
a la muger, e la muger al hombre. La segunda, que el que verdaderamente
ama, es necessario que se turbe con la dulçura del soberano deleyte que
por el hazedor de las cosas fue puesto porque el linaje de los hombres
se perpetuase, sin lo qual peresceria_».

Aquí están literalmente transcritas las dos conclusiones del Tostado y
uno de sus principales argumentos: «E ciertamente, para sustentacion
del _humanal linaje_, este amor es nescesario por esto que diré.
_Cierto es que el mundo perescería_ si ayuntamiento entre el ome y la
muger non oviese, e pues este ayuntamiento non puede aver efecto sin
amor de amos, siguesse que necesario es que amen». Se ve que la _madre_
Celestina era tan puntual en sus citas como un erudito profesional:
nunca pensaría el Abulense en tener tan rara casta de discípulos y
lectores.

Fernando de Rojas, como otros grandes ingenios, se asimilaba rápida y
fácilmente todo lo que leía. La lamentación de Pleberio después de la
muerte de Melibea tiene su indudable modelo en el llanto de la madre
de Leriano con que termina la _Cárcel de Amor_. La situación es casi
idéntica, pero no era menester que lo fuesen tanto las palabras. En
la novela de Diego de San Pedro leemos: «¡O muerte, cruel enemiga,
que ni perdonas los culpados ni asuelves los inocentes... _Más razon
avia para que conservases los veynte años del hijo moço, que para que
dexases los sesenta de la vieja madre._ Por qué volviste el derecho al
revés? Yo estava harta de estar viua y él en edad de beuir...»[148]. Y
en la _Celestina_: «O mi hija e mi bien todo! Crueldad sería que biua
yo sobre ti. _Más dignos eran mis sesenta años de la sepultura que tus
veynte._ Turbóse la orden del morir con la tristeza que te aquexava. O
mis canas, salidas para aver pesar! Mejor gozara de vosotras la tierra
que de aquellos ruvios cabellos que presentes veo». Apresurémonos á
advertir que cada una de las dos lamentaciones tiene sus bellezas
propias: la de la madre de Leriano es más sobria; más concentrada, más
clásica, y emplea con fortuna el elemento sobrenatural de los agüeros y
presagios. La de Pleberio, cercenadas las pedanterías que la deslucen
por culpa del Petrarca, tiene todavía más fuerza patética y llega á lo
sublime del sentimiento en dos ó tres rasgos.

No faltará quien tache de vano alarde de investigación todo lo que voy
escribiendo sobre los orígenes de la _Celestina_. El método histórico
comparativo, lento y minucioso de suyo, tiene pocos prosélitos en
España. Por no someterse á su rígida disciplina, que requiere como
auxiliares otras muchas si ha de convertirse en hábito constante del
espíritu, suelen perderse los esfuerzos de nuestra crítica en vagas
consideraciones de estética superficial ó de psicología recreativa.
Y sin embargo, ¿puede haber cosa más interesante que seguir paso á
paso la elaboración de una obra de genio en la mente de su autor;
asistir si es posible á la creación de sus figuras; deslindar los
elementos que por sabia combinación ó por genial y súbita reminiscencia
se concertaron para formar un nuevo tipo estético? Y si se trata de
un personaje como el bachiller Fernando de Rojas, que no ha dejado
detrás de sí más que su nombre y el eco de su voz, todos los medios de
indagación parecen pocos para descifrar el enigma de su genio. Bien
lejos estoy yo ni de intentarlo siquiera, pero abriré camino á los que
vengan después, sin temor á las detracciones de los críticos amenos, ni
de los impresionistas, ni de los transcendentales.

Ni la naturaleza ni el arte proceden por saltos. Todo se une, todo
se encadena en la historia literaria; no hay antecedente pequeño ni
despreciable; no hay obra maestra que no esté precedida por informes
ensayos, y no sugiera, á quien sabe leer, un mundo de relaciones cada
vez más complejas y sutiles. Los más grandes ingenios son los que han
imitado á todo el mundo: Shakespeare, Lope de Vega, Molière, deben á
sus predecesores la primera materia de sus obras, y algo más que la
primera materia. No hay producción humana sobresaliente y dominadora
que no sea la resultante de fuerzas que han trabajado en la oscuridad
durante siglos. Ni Dante, ni el Ariosto, ni Cervantes, ni Goethe, se
eximen de esta ley. Su grandeza procede de la misma amplitud, vasta
y luminosa, de su genio, que da hospitalaria acogida á todas las
manifestaciones precedentes en su raza, en su pueblo, en su siglo, en
la humanidad entera.

No podríamos, sin nota de exageración, aplicar tales conceptos al
bachiller Fernando de Rojas, que ni por la elevación ni por la
fecundidad de su obra está á la altura de los colosos citados. Pero
en su obra solitaria, concebida y escrita antes de la madurez del
arte, demostró tales condiciones, que nadie en el siglo XV mereció en
tanto grado como él la calificación de grande artista literario. La
_Celestina_ no es un libro peculiarmente español: es un libro europeo,
cuya honda eficacia se siente aún, porque transformó la pintura de
costumbres y trajo una nueva concepción de la vida y del amor.

Bellamente lo dijo Gervinus en su _Historia de la poesía alemana_:
«Esta obra marca propiamente la hora natal del drama en los pueblos
modernos. No es, en verdad, un drama perfecto en la forma, sino una
novela dramática en veintiún diálogos; pero si prescindimos de la forma
exterior, es una acción dramática admirablemente trazada y desenvuelta,
con reflexiva conciencia de la verdad poética, y con tal maestría
para caracterizar á todos los personajes, que en vano se buscará nada
que se le parezca antes de Shakespeare. Mucho del contenido de _Romeo
y Julieta_ se halla en esta obra, y el espíritu según el cual está
concebida y expresada la pasión es el mismo»[149].

Profunda verdad encierran las palabras de Gervinus. _Calisto y
Melibea_ es el drama del amor juvenil, casi infantil, menos casto
que el de _Romeo y Julieta_ en palabras y situaciones, pero no menos
apasionado y candoroso que el de los inmortales amantes de Verona[150].
No es la _Celestina_ obra picaresca, ni quién tal pensó, sino
_tragicomedia_, como su título definitivo lo dice con entera verdad;
poema de amor y de exaltación y desesperación; mezcla eminentemente
trágica de afectos ingenuos y poco más que instintivos, y de casos
fatales que vienen á torcer ó á interrumpir el desatado curso de la
pasión humana y envuelven á los dos amantes en una catástrofe que no se
sabe si es expiación moral ó triunfante apoteosis.

¡Poder inmenso el de la sinceridad artística! Las bellezas de esta
obra soberbia son de las que parecen más nuevas y frescas á medida
que pasan los años. El don supremo de crear caracteres, triunfo el
más alto á que puede aspirar un poeta dramático, fué concedido á su
autor en grado tal, que no parece irreverente la comparación con el
arte de Shakespeare. Figuras de toda especie, aunque en corto número,
trágicas y cómicas, nobles y plebeyas, elevadas y ruines; pero todas
ellas sabia y enérgicamente dibujadas, con tal plenitud de vida que nos
parece tenerlas presentes. El autor, aunque pretenda en sus prólogos y
afecte en su desenlace cumplir un propósito de justicia moral, procede
en la ejecución con absoluta objetividad artística, se mantiene fuera
de su obra; y así como no hay tipo vicioso que le arredre, tampoco hay
ninguno que en sus manos no adquiera cierto grado de idealismo y de
nobleza estética. Escrita en aquella prosa de oro, hasta las escenas de
lupanar resultan tolerables. El arte de la ejecución vela la impureza,
ó más bien impide fijarse en ella.

La misma profusión de sentencias, aforismos y citas clásicas; aquella
especie de filosofía práctica difundida por todo el diálogo; aquella
_buena salud_ intelectual que el autor seguramente disfrutaba, y de
la cual, en mayor ó menor grado, hace disfrutar á sus personajes más
abyectos, salvan los escollos de las situaciones más difíciles, y
no consienten que ni por un solo momento se confunda esta joya con
otros libros torpes y licenciosos, que son pestilencia del alma y del
cuerpo. Digno será de lástima el espíritu hipócrita ó depravado que no
comprenda esta distinción.


Y en la parte seria de la obra, poco estudiada y considerada hasta
nuestro tiempo, ¡con qué poesía trató el autor lo que de suyo es puro
y delicado! Para encontrar algo semejante á la tibia atmósfera de
noche de estío que se respira en la segunda escena del jardín hay que
recordar _el canto de la alondra_ de Shakespeare ó las escenas de la
seducción de Margarita en el primer _Fausto_. Hasta los versos que en
ese acto de la _Celestina_ se intercalan:

        ¡Oh, quién fuera la hortelana
      De aquestas viciosas flores!...

tienen un encanto y un misterio líricos, muy raros en la poesía de los
cancioneros del siglo XV.

Tres cosas hay que considerar principalmente en la _Celestina_: los
caracteres, la invención y composición de la fábula y, finalmente, el
estilo y lenguaje. Algo diremos sobre cada uno de estos puntos, sin
someternos á un orden rigurosamente escolástico.

Sobre todos los personajes descuella la vieja _Celestina_, hasta
el punto de haber impuesto nuevo título á la tragicomedia, contra
la voluntad de su autor, y haber convertido su nombre de propio en
apelativo, dando una nueva palabra á nuestro idioma. La excelencia del
tipo fué reconocida ya por el autor del _Diálogo de la lengua_:

«_Martio._--¿Quáles personas os parecen que stan mejor exprimidas?

«_Valdés._--La de Celestina, sta, á mi ver, perfetísima en todo quanto
pertenece a una fina alcahueta»[151].

Este juicio de la crítica antigua es atinado, pero insuficiente.
Celestina no es una alcahueta vulgar como la Acanthis de Propercio ó
la Dipsas de Ovidio. Tipos de _lenas_ finamente representados hay en
la comedia latina y en muchas obras cómicas y novelescas del siglo XVI
italiano. En Francia es célebre la _Macette_ de una de las sátiras de
Regnier. Y de nuestra casa no hablemos, porque las hijas, sobrinas
y herederas de Celestina fueron tantas que por sí solas forman una
literatura en que hay cosas muy dignas de alabanza bajo el aspecto
formal. Todas esas copias son muy fieles al modelo, y, sin embargo,
ninguna de ellas es Celestina, ninguna tiene su diabólico poder ni
su satánica grandeza. Porque Celestina es el genio del mal encarnado
en una criatura baja y plebeya, pero inteligentísima y astuta, que
muestra, en una intriga vulgar, tan redomada y sutil filatería, tanto
caudal de experiencia mundana, tan perversa y ejecutiva y dominante
voluntad, que parece nacida para corromper el mundo y arrastrarle,
encadenado y sumiso, por la senda lúbrica y tortuosa del placer. «A las
duras peñas promoverá e provocará a luxuria si quiere», dice Sempronio.

En lo que pudiéramos llamar _infierno estético_, entre los tipos de
absoluta perversidad que el arte ha creado, no hay ninguno que iguale
al de Celestina, ni siquiera el de Yago. Ambos profesan y practican la
ciencia del mal por el mal; ambos dominan con su siniestro prestigio
á cuantos les rodean, y los convierten en instrumentos dóciles de
sus abominables tramas. Pero hay demasiado artificio teatral en los
crímenes que acumula Yago, y ni siquiera su odio al género humano está
suficientemente explicado por los leves motivos que él supone para su
venganza. En Celestina todo es sólido, racional y consistente. Nació
en el más bajo fondo social, se crió á los pechos de la dura pobreza,
conoció la infamia y la deshonra antes que el amor, estragó torpemente
su juventud y las ajenas, gozó del mundo como quien se venga de él, y
al verse vieja y abandonada de sus galanes vendió su alma al diablo,
cerrándose las puertas del arrepentimiento.

Y no se tengan por pura metáfora estas últimas expresiones. Hay en
Celestina un positivo satanismo, que también apunta en el Yago de
Shakespeare[152]. No importa que el bachiller Rojas creyese ó no en
él. Basta que lo haya expresado con eficacia poética. Es cierto que
por boca de Pármeno se burla del ajuar y laboratorio de la hechicera:
«Tenía huessos de coraçon de cieruo, lengua de bíuora, cabeças de
codornizes, sesos de asno, tela de cauallo, mantillo de niño, haua
morisca, guija marina, soga de ahorcado, flor de yedra, spina de erizo,
pie de texon, granos de helecho, la piedra del nido del aguila, e otras
mill cosas. Venian a ella muchos hombres e mugeres; e a unos demandaua
el pan do mordian; a otros de su ropa; a otros de sus cabellos; a otros
pintaua en la palma letras con azafran; a otros, con bermellon; a otros
daua unos coraçones de cera llenos de agujas quebradas, e otras cosas
en barro o en plomo fechas, muy espantables al ver. Pintaua figuras,
dezia palabras en tierra; ¿quién te podra dezir lo que esta vieja
hazia? e todo era burla e mentira».

Puede creerse también que la misma Celestina habla en burlas cuando
hace aquél donoso panegírico de las _virtudes_ de la madre de Pármeno:
«O qué graciosa era! o qué desembuelta, limpia, varonil! tan sin
pena ni temor se andaua a media noche de cimenterio en cimenterio,
buscando aparejos para nuestro officio, como de dia; ni dexaua
cristianos, ni moros, ni judios, cuyos enterramientos no visitaua; de
dia los acechaua, de noche los desenterraua. Assi se holgaua con la
noche escura, como con el dia claro; dezia que aquella era capa de
pecadores... Pues _entrar en un cerco mejor que yo e con mas esfuerzo_?
aunque yo tenia harta buena fama, más que agora, que por mis pecados
todo se oluidó con su muerte; ¿qué más quieres, sino que los mesmos
diablos le auian miedo? atemorizados y espantados los tenía con las
crudas bozes que les daua; assi era dellos conocida como tú en tu casa;
tumbando venian unos sobre otros a su llamado; no le osauan dezir
mentiras, segun la fuerça con que los apremiaua; despues que la perdí,
jamás les oy verdad» (Aucto VII).

Podía Celestina, para deslumbrar á los imbéciles y acrecentar los
medros y ganancias de su oficio, fingir un poder sobrenatural que no
poseía. Pero hay pasajes en que no cabe esta interpretación, porque son
monólogos y apartes de la misma Celestina, que revelan con sinceridad
sus más escondidos pensamientos: «Todos los agüeros se adereçan
favorables, o yo no sé nada desta arte (va diciendo al acercarse á casa
de Melibea)... La primera palabra que oy por la calle fue de achaque
de amores; nunca he tropeçado como otras vezes. Las piedras parece que
se apartan e me fazen lugar que passe; ni me estoruan las faldas, ni
siento cansancio en andar; todos me saludan; ni perro me ha ladrado, ni
aue negra he visto, tordo ni cueruo, ni otras noturnas» (Aucto IV).

Y aún es más singular lo que pasa en la conversación con la pobre
doncella. De vez en cuando, Celestina, para cobrar ánimos, invoca por
lo bajo la asistencia del demonio: «Por aqui anda el diablo, aparejando
oportunidad, arreziando el mal a la otra. Ea, buen amigo, tener rezio;
agora es mi tiempo o nunca; no la dexes, lleuamela de aqui a quien
digo»... «En hora mala acá vine, si me falta mi conjuro; ea, pues, bien
sé a quien digo; ce, hermano, que se va todo a perder». ¿Y puede darse
más efusiva acción de gracias al enemigo malo que el soliloquio con
que principia el aucto V? «O diablo a quien yo conjuré! cómo cumpliste
tu palabra en todo lo que te pedí! en cargo te soy; assi amansaste la
cruel hembra con tu poder, e diste tan oportuno lugar a mi habla quanto
quise, con la absencia de su madre... O serpentino azeyte! o blanco
hilado! cómo os aparejastes todos en mi fauor! o yo rompiera todos mis
atamientos hechos e por hazer, ni creyera en yeruas, ni piedras, ni en
palabras».

Estos pasajes son terminantes: el autor quiso que Celestina fuese
una hechicera de verdad y no una embaucadora. Ciertos rasgos que en
la _Tragicomedia_ sorprenden y pueden parecer falta de arte, sobre
todo la rápida y súbita conversión del ánimo de Melibea, que hasta
entonces no ha manifestado la menor inclinación á Calisto y que tanto
se enfurece cuando la vieja pronuncia por primera vez su nombre, sólo
pueden legitimarse admitiendo que Melibea, al caer en las redes de la
pasión como fascinado pajarillo, obedece á una sugestión diabólica.
Ciertamente que nada de esto era necesario: todo lo que pasa en la
_Tragicomedia_ pudo llegar á término sin más agente que el amor
mismo, y quizá hubiera ganado este gran drama realista con enlazarse
y desenlazarse en plena realidad. Pero el bachiller Rojas, aunque
tan libre y desenfadado en otras cosas, era un hombre del siglo XV y
escribía para sus coetáneos. Y en aquella edad todo el mundo creía en
agüeros, sortilegios y todo género de supersticiones, lo mismo los
cristianos viejos que los antiguos correligionarios de Rojas, como en
el monstruoso proceso del Santo Niño de la Guardia puede verse. La
parte sobrenatural de la _Celestina_ es grave y trágica: nada tiene de
comedia de magia. Prepara el horror sombrío de la catástrofe é ilumina
el negro fondo de una conciencia depravada, que pone á su servicio
hasta las potestades del Averno. «La figura demoníaca y gigantesca de
Celestina, verdadera y propia heroína del libro (ha dicho el traductor
alemán E. de Bülow) no tiene, á lo que recuerdo, término de comparación
en toda la moderna literatura, y bastaría por sí sola para marcar á su
creador con el sello de los grandes poetas»[153].

Estas representaciones del mal llevado al último límite, que llaman
los estéticos «sublime de mala voluntad», ofrecen para el artista no
menores escollos que la representación de la pura santidad, aunque por
opuesto estilo. Nadie los ha vencido tan gallardamente como Rojas,
en cuya obra Celestina es constantemente odiosa, sin que llegue á
ser nunca repugnante. Es un abismo de perversidad, pero algo humano
queda en el fondo, y en esto á lo menos lleva gran ventaja á Yago.
La lucidez de su inteligencia es pasmosa, y la convierte á veces en
el más singular de los diablos predicadores. Si sus intenciones son
abominables, sus palabras suelen ser sabias, y no siempre miente su
lengua al proferirlas. De sus dañadas entrañas nacen los pérfidos
consejos, las insinuaciones libidinosas, la torpe doctrina que Ovidio
quiso reducir á arte y que ella predica á Pármeno y á Areusa con
cínicas palabras[154]. Pero no es esa la noción del amor, que con
suavidad y gota á gota va infiltrando en el tierno corazón de Melibea:

«_Melibea._--Cómo dizes que llaman este mi dolor, que assi se ha
enseñoreado en lo mejor de mi cuerpo?

«_Celestina._--Amor dulce.

«_Melib._--Eso me declara qué es, que en solo oyrlo me alegro.

«_Celest._--Es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso
veneno, una dulce amargura, una delectable dolencia, un alegre
tormento, una dulce e fiera herida, una blanda muerte».

De un modo habla á las nobles y castas y retraídas doncellas; de otro
á las cortesanas atentas al cebo de la ganancia. Su ingenio, despierto
y sagaz como ninguno, la hace adaptarse á las más varias condiciones
sociales y penetrar en los recintos más vigilados y traspasar los muros
más espesos. El sinnúmero de oficios menudos que ejerce, no ilícitos
todos, la dan entrada franca hasta en hogares tan severos como el de
Pleberio, á ella, vieja maestra de tercerías y lenocinios, encorozada y
puesta en la picota por hechicera.

El poder de Celestina sobre cuantos la rodean consiste en que es un
espíritu reflexivo y horriblemente sereno, en quien ninguna pasión
hace mella, salvo la codicia sórdida, que es precisamente la causa
de su ruina. Es la inteligencia sin corazón aplicada al mal con tan
insistente brío que resultaría peligrosa su representación, si no
apareciese templada por la propia indignidad de la persona (que la
aleja de todo contacto con el lector honrado) y por los aspectos
cómicos de su figura, que son fuente de inofensivo placer estético.
No sabemos si el público la resistiría en escena: nos inclinamos á
creer que no; pero en el libro es tan deseada su presencia como lo
eran sus visitas por Calisto, y casi nos indignamos con la barbarie de
Sempronio y su compañero, que atajaron en tan mala hora aquel raudal
de castizos donaires y de elegantes y pulidas razones. Los discursos
de Celestina contienen en sentenciosa forma una filosofía agridulce
de la vida, en que no todo es falso y pecaminoso. Porque no sólo de
amores es maestra Celestina, sino que con gran ingenio discurre sobre
los males de la vejez, sobre los inconvenientes de la riqueza, sobre el
ganar amigos y conservarlos, sobre las vanas promesas de los señores,
sobre la tranquilidad del ánimo, sobre la inconstancia de la fortuna,
y otros temas de buena lección y aprovechamiento, que no por salir
de tales labios pueden menospreciarse. Claro es que la socarronería
de la perversa vieja quita mucho de su gravedad y magisterio á estos
aforismos; pero de aquí se engendra un humorístico contraste, y no es
éste el menor de los méritos en la creación de este singular Séneca
ó Plutarco con haldas luengas, que parece una caricatura de los
moralistas profesionales.

Elicia y Areusa son figuras perfectamente dibujadas, aunque episódicas
en la _Tragicomedia_. Sirven para completar el estupendo retrato
de Celestina, mostrando los frutos de su enseñanza. Ni ellas ni
su maestra pertenecen al mundo triste y feo de la prostitución
oficial y reglamentada, de las públicas mancebías, sobre las cuales
guardan nuestros archivos concejiles tan peregrina cuanto lamentable
documentación. Elicia y Areusa no son mozas del partido, sino «mujeres
enamoradas», como por eufemismo se decía; que viven en su casa y
guardan relativa constancia á sus dos amigos y los lloran con sincero
duelo y procuran vengar su muerte. No tienen el sentimentalismo de las
rameras de Terencio ni el ansia y la sed de ganancia que distingue á
las de Plauto. Más verisímiles que las primeras, son menos abyectas que
las segundas. No han pasado por la dura esclavitud, y en el arranque y
la fiereza con que tratan á sus rufianes y en los rasgos de generosidad
instintiva bien se muestran mujeres libres y españolas. Pero el autor
no ha querido idealizarlas por ningún concepto. Son menos perversas que
Celestina, porque son más jóvenes y están haciendo el aprendizaje del
vicio. No llegarán nunca á su grandeza satánica, pero cuando la flor de
su juventud se marchite, ellas heredarán los trebejos de la hechicera
y conservarán la casilla de la cuesta del río, que «jamás perderá el
nombre de Celestina». Porque Celestina es un símbolo, y Elicia y Areusa
y Claudina nunca serán más que reflejos suyos, aunque alguna se atreva
á usurpar su nombre.

Los dos criados de Calisto tienen particular importancia en la
historia de la comedia moderna, porque en ellos acaba la tradición de
los Davos y los Siros, y penetra en el arte el tipo del fámulo libre,
consejero y confidente de su señor, no sólo para estafar á un padre
avaro dinero con que adquirir una hermosa esclava, sino para acompañar
á su dueño en todos los actos y situaciones de la vida, alternando con
él como camarada, regocijándole con sus ocurrencias, entremetiéndose
á cada momento en sus negocios, adulando ó contrariando sus vicios y
locuras, haciendo, en suma, todo lo que hacen nuestros _graciosos_
y sus similares italianos y franceses, derivados á veces de los
nuestros[155].

Pero esta representación, que con el tiempo llegó á ser tan
convencional, es en Rojas tan verídica como todo lo demás, si se tienen
en cuenta las costumbres de su siglo y la intimidad en que vivían los
grandes señores, no sólo con sus criados (palabra que tenía entonces
más noble significación que ahora), sino con truhanes, juglares y
hombres de pasatiempo.

Rojas, gran adivinador de las combinaciones escénicas, ha presentado
por primera vez el paralelismo entre los amores de amos y criados,
repetido luego hasta la saciedad en nuestras comedias _de capa y
espada_. El apetito groseramente carnal de Pármeno y Areusa hace
resaltar por el contraste la pasión, no ciertamente inmaculada ni
casta, pero sí vehemente y tierna, de los protagonistas, que no sólo es
impura llama de los sentidos, sino también amor de las almas y frenesí
y delirio romántico, en que carne y espíritu padecen y gozan juntamente.

No hay personaje alguno de la _Celestina_, aunque rara vez aparezca,
que no muestre propia é inconfundible fisonomía. La tienen hasta Sosia
y Tristanico, los pajes que acompañan á Calisto en su última é infausta
visita al jardín de Melibea, muertos Pármeno y Sempronio. Nada digamos
del rufián Centurio, que es el personaje más plautino de la pieza.
Compárese con Pyrgopolinices, que le ha servido de original, y el
personaje más antiguo parecerá una débil caricatura del más moderno.
Y no porque le falte gracejo de muy buena ley. Las sales de Plauto no
se reducen, como algunos piensan, á amontonar palabras sexquipedales y
rimbombantes, que sólo pueden hacer reir á la inculta plebe:

        _Quemne ego servavi in campis Gurgustidoniis,
      Ubi Bombomachides Cluninstaridysarchides
      Erat imperator summus, Neptuni nepos?_

      (V. 13-15).

Es de buen efecto cómico que el vanaglorioso capitán se haga
referir sus soñadas proezas por su taimado siervo Artotrogo; pero
en el desarrollo de esta idea se traspasan todos los límites de la
verisimilitud. Citaré algo de la primera escena, aprovechando la
ocasión para dar una breve muestra de la elegante traducción castellana
de esta comedia, publicada en Amberes por autor anónimo en 1555:

«_Pyrgopolinices._--Moços, poned diligencia en que mi coselete esté
más claro y limpio que suelen estar los rayos del sol, quando es muy
sereno, porque siendo necesario entrar en el campo, la mucha claridad y
resplandor del acero quite la vista al enemigo, porque yo harto terné
que hazer en consolar esta mi espada, que no se quexe y desespere,
porque ha tantos dias que la hago holgar, y que no saqué fruto de mis
enemigos; pero ¿dónde está Artotrogo?

«_Artotrogo._--Aquí estoy, señor, cerca de vn varón fuerte y bien
afortunado, y de una disposicion real, con el qual Marte, dios de las
batallas, no osara competir ni comparar sus virtudes.

«_Pyrg._--¿Cómo fue aquello del que salvé la vida en los campos
Cutincalidonios, adonde era capitan general el gran nieto de Neptuno?

«_Art._--Muy bien me acuerdo; dizes lo, señor, por aquel de las armas
de oro, cuyas batallas tú desbarataste con solo tu soplo, como vn gran
viento desbarata las ojas secas.

«_Pyrg._--Pues todo eso no es nada.

«_Art._ (_aparte_).--No por cierto en comparacion de otras cosas que
yo podria dezir que tú nunca heziste. Si uviere en el mundo quien aya
visto otro más perjuro ni más lleno de vanaglorias que este hombre,
téngame por esclavo perpetuo suyo.

«_Pyrg._--Oyes, ¿dónde estás?

«_Art._--Aqui estoy, señor, acordandome cómo en la India de una puñada
quebraste un braço a vn elefante.

«_Pyrg._--¿Qué dizes braço?

«_Art._--No sé qué dezir, señor, sino la espalda, y avn osaria
jurar que si pusieras vna poca de más fuerça pasaras el braço al
elefante por el cuero y por las entrañas, y se lo sacaras por la
boca. ..........................................................
«_Pyrg._--¿Tienes ay libro de memoria?

«_Art._--¿Quieres me preguntar algo? Sí tengo, y la punta para escrevir
en él.

«_Pyrg._--¡Qué graciosamente sabes aplicar tu ánimo á mi voluntad!

«_Art._--Conviene me tener muy conocidas todas tus costumbres, y que no
ayas bien pensado la cosa quando ya yo esté contigo.

«_Pyrg._--Pues dime, ¿no te acuerdas?

«_Art._--Muy bien, señor, tengo en la memoria que en vn solo dia
mataste en Cilicia cient salteadores, y ciento y cincuenta en Sicilia,
y treynta en Cerdeña y sessenta en Macedonia.

«_Pyrg._--¿Qué número de hombres será ese?

«_Art._--Siete mil.

«_Pyrg._--Tantos han de ser, muy buen cuenta tienes.

«_Art._--Pues no los escreví, pero acuerdo me muy bien dello.

«_Pyrg._--Por los dioses, que tienes excelente memoria.

«_Art._--El mantenimiento me la haze tener.

«_Pyrg._--Mientras hizieres lo que hasta aqui, nunca te faltará de
comer ni yo te negaré mi mesa.

«_Art._--Pues quán mejor fue, señor, aquello de Capadocia, donde si
no tuvieras bota la espada, de un solo golpe mataras quinientos, y
la gente de pie si viniera fuera para ti poca presa. Pero para qué
tengo de gastar tiempo en contar aquello que es tan notorio en el
mundo, y que saben todos, que viue Pyrgopolinice en la tierra, varon
excelentisimo en virtud, y gesto y hazañas. Todas las mugeres te aman,
y con mucha razon, pues te ven tan fermoso. ¡O qué dezian aquellas que
ayer me tirauan de la capa!

«_Pyrg._--¿Qué te dixeron ayer, por mi vida?

«_Art._--Preguntauan me: ¿es este Achilles? Respondía yo: no, sino su
hermano. Entonces la una dellas dixo: Por cierto muy fermoso me parece
y muy bien dispuesto; mirad cómo le asientan bien los cabellos y la
barba. ¡O quán venturosas son las que alcançaren su amor!

»_Pyrg._--¿Mas de veras que assí lo dezian?

«_Art._--Antes entrambas me rogaron que tuviesse forma cómo passases oy
por su calle.

«_Pyrg._--Tambien es gran pesadumbre ser vno demasiadamente gentil
hombre»[156].

Enfrente de este figurón graciosamente descrito, pero imposible,
pongamos algunas bravatas de nuestro Centurio, auténtico temerón y
jayán del siglo XV, rebosando de aquella vida y fuerza cómica que al
capitán del rey Seleuco le falta:

«_Cent._--Mándame, tú, señora, cosa que yo sepa hazer, cosa que sea
de mi officio; vn desafio con tres juntos, e si más vinieren, que no
huya por tu amor; matar vn hombre, cortar una pierna o braço; harpar el
gesto de alguna que se aya ygualado contigo, estas tales cosas antes
serán hechas que encomendadas. No me pidas que ande camino, ni que te
dé dinero, que bien sabes que no dura conmigo, que tres saltos daré
sin que me se cayga blanca... Las alhajas que tengo es el axuar de la
frontera: vn jarro desbocado, vn assador sin punta; la cama en que me
acuesto está armada sobre aros de broqueles; un rimero de malla rota
por colchones; una talega de dados por almohada; que avnque quiero dar
collacion, no tengo qué empeñar, sino esta capa harpada que traygo a
cuestas...

«Si mi espada dixesse lo que haze, tiempo le faltaria para hablar.
¿Quién sino ella puebla los más cimenterios? ¿quién haze ricos los
cirujanos desta tierra? ¿quién da contino que hazer a los armeros?
¿quién destroça la malla muy fina? ¿quién haze riça de los broqueles de
Barcelona? ¿quién reuana los capacetes de Calatayud sino ella? que los
caxquetes de Almazan assi los corta como si fuessen fechos de melon...
Veynte años ha que me da de comer; por ella soy temido de hombres e
querido de mugeres, sino de ti; por ella le dieron Centurio por nombre
a mi abuelo, e Centurio se llamó mi padre, e Centurio me llamo yo.

«_Elicia._--Pues ¿qué hizo el espada por que ganó tu abuelo ese nombre?
Dime, ¿por ventura fue por ella capitan de cient hombres?

«_Cent._--No, pero fue rufian de cient mugeres.

«_Areusa._--No curemos de linage ni hazañas viejas; si has de hazer lo
que te digo, sin dilacion determina, porque nos queremos yr.

«_Cent._--Más desseo yo la noche, por tenerte contenta, que tú por
verte vengada, e porque más se haga todo a tu voluntad, escoge qué
muerte quieres que le dé; allí te mostraré un reportorio en que ay
sietecientas e setenta species de muertes, verás quál más te agradare.

«_Elicia._--Areusa, por mi amor, que no se ponga este fecho en manos de
tan fiero hombre; más vale que se quede por hazer, que no escandalizar
la ciudad, por donde nos venga más daño de lo passado.

«_Areusa._--Calla, hermana; diganos alguna que no sea de mucho bullicio.

«_Cent._--Las que agora estos dias yo vso e más traygo entre manos
son espaldarazos sin sangre, o porradas de pomo de espada, o revés
mañoso; a otros agujero como harnero a puñaladas, tajo largo, estocada
temerosa, tiro mortal. Algun dia doy palos por dexar holgar mi espada»
(Aucto XVIII).

Este solo ejemplo mostrará cómo transforma Rojas sus originales hasta
cuando más de cerca imita.

Si admirables son los personajes secundarios y cómicos de la
_Celestina_, ¿qué diremos de la pareja enamorada, que en la historia
de la poesía humana precede y anuncia á la de Verona? Nunca el
lenguaje del amor salió tan férvido y sincero de pluma española como
no fuese la de Lope de Vega en sus más felices momentos. Nunca antes
de la época romántica fueron adivinadas de un modo tan hondo las
crisis de la pasión impetuosa y aguda, los súbitos encendimientos y
desmayos, la lucha del pudor con el deseo, la misteriosa llama que
prende en el pecho de la incauta virgen, el lánguido abandono de las
caricias matadoras, la brava arrogancia con que el alma enamorada
se pone sola en medio del tumulto de la vida y reduce á su amor el
universo, y sucumbe gozosa, herida por las flechas del omnipotente
Eros. Toda la psicología del más universal de los sentimientos
humanos puede extraerse de la _tragicomedia_ de Rojas si se la lee
con la atención que tal monumento merece. Por mucho que apreciemos el
idealismo cortesano y caballeresco de D. Pedro Calderón, ¡qué fríos
y qué artificiosos y amanerados parecen los galanes y damas de sus
comedias, al lado del sencillo Calisto y de la ingenua Melibea, que
tienen el vicio de la pedantería escolar, pero que nunca falsifican
el sentimiento! También Shakespeare pagó tributo al _eufuismo_, y en
_Romeo and Juliet_ muy particularmente; versos hay allí de innegable
mal gusto, y alguno habremos de citar, pero ¿quién se acuerda de ellos,
cuando la tormenta de la pasión estalla?

Retórica hay también en los personajes de Rojas; pero no toda retórica
debe proscribirse en estos casos, porque el amor es retórico de suyo
y se complace en devanear largamente sobre nonadas. No seré yo quien
tache de afectación los cándidos extremos que hace Calisto cuando
recibe el cordón de Melibea (aucto VI): «¡O mi gloria e ceñidero de
aquella angélica cintura; yo te veo e no lo creo! ¡O cordon, cordon!
¿fuésteme tú enemigo? Dilo cierto... Conjúrote me respondas, por la
virtud del gran poder que aquella señora sobre mí tiene... ¡O mezquino
de mí! que assaz bien me fuera del cielo otorgado, que de mis braços
fueras hecho e texido, e no de seda como eres, porque ellos gozaran
cada día de rodear e ceñir con deuida reuerencia aquellos miembros que
tú, sin sentir ni gozar de la gloria, siempre tienes abraçados...»

Involuntariamente se recuerda que también Romeo, en la escena del
jardín, envidiaba el guante de su amada, porque podía tocar su
mejilla[157]. Otras expresiones de ambos mancebos se parecen de un modo
extraordinario:

«_Sempronio._--¿Tú no eres christiano?

«_Calisto._--¿Yo? Melibeo so, y a Melibea
adoro, y en Melibea creo, e a Melibea amo».
..........................................................
«_Romeo._--¡Que me bauticen de nuevo; desde ahora no quiero ser
Romeo!»[158].

Romeo, como envuelto en una intriga más complicada, es carácter más
rico de matices, es también más lírico, romántico y soñador. Su
lenguaje, constantemente figurado y poético, eleva el pensamiento á
una esfera superior á la del puro realismo. Pero su amor carece de
la virginidad del de Calisto, para el cual ni antes ni después de la
posesión existe otra mujer que Melibea. Las primicias del alma de Romeo
no pertenecen á Julieta, porque antes de ella ha amado á Rosalina con
los mismos extremos y prodigando en honor suyo las mismas hipérboles.
«¿Puede haber alguna más hermosa que mi amor? Ni aun el sol que lo ve
todo ha visto otra igual desde que alumbra al mundo»[159]. Pero un
momento después, en la escena del baile, Julieta borra instantáneamente
el recuerdo de Rosalina: «Esta sí que puede enseñar á las antorchas á
arder. Resplandece sobre el oscuro rostro de la noche como rica joya
en la oreja de un etiope. ¡Belleza demasiado rica para ser poseída,
demasiado excelente para la tierra! Parece entre las otras damas como
nívea paloma entre grajos. ¿Por ventura mi corazon ha amado hasta
ahora? Negadlo con juramento, ojos míos, porque no he contemplado
belleza verdadera hasta esta noche»[160].

En el alma de Romeo, ardientemente apasionada como es, hay un germen
de ligereza é inconstancia. Sin las nupcias sepulcrales sabe Dios cuál
hubiera sido su fidelidad á Julieta, mientras de Calisto no podemos
dudar que nació para servir á Melibea y ser suyo en vida y en muerte.
Calisto no hubiera merecido nunca que Fr. Lorenzo le llamase, como
llama á Romeo, «débil mujer con aspecto varonil, irracional furia
de bestia»[161]. En cambio Melibea y Julieta parecen de la misma
familia: audaces, impulsivas las dos, cándidas en el desbordamiento
de su pasión y marcadas por el sello de la fatalidad trágica desde el
primer instante. En Julieta, el enamoramiento es todavía más súbito
que en Melibea, y no necesita intervención de Celestinas, puesto que
no puede calificarse de tal á su nodriza, que honradamente la presta
lícitos aunque poco prudentes servicios. Basta que por primera vez
se encuentren sus ojos con los de Romeo, á quien todavía no conoce
ni de nombre, para que exclame: «Si es casado, el sepulcro será mi
lecho de bodas»[162]. Y cuando sabe que es un vástago del linaje de
los Montescos, tan odiado por los suyos, parece que con terrible
imprecación quiere atraer sobre sí los manes de la venganza: «¡Mi sólo
amor, nacido de mi único odio! ¡Harto tarde te he conocido! Quiere
mi negra suerte que consagre mi amor al único hombre á quien debo
aborrecer»[163].

Tanto en _Romeo y Julieta_ como en la _Celestina_ son dos las
entrevistas amorosas, y hasta en el pormenor de la escala aplicada
al muro se mantiene el paralelismo de las situaciones, en medio
de la profunda diversidad moral con que Shakespeare y Rojas las
interpretan[164]. La doncella italiana pone su amor de acuerdo con
la ley moral y canónica; la tempestuosa enamorada castellana procede
como si ignorase tales leyes ó se hubiese olvidado de su existencia.
La primera es sin duda más ejemplar, y la emoción trágica que su fin
produce no va mezclada con ningún pensamiento de torpeza ó rebeldía,
pues hasta del suicidio es casi irresponsable[165]. Melibea, por el
contrario, muere desesperada é impenitente: «¿Oyes lo que aquellos
moços van hablando? ¿Oyes sus tristes cantares? rezando lleuan con
responso mi bien todo; muerta lleuan mi alegria. No es tiempo de yo
biuir» (Aucto XIX). «De todos soy dexada; bien se ha adereçado la
manera de mi morir; algun aliuio siento en ver que tan presto seremos
juntos yo e aquel mi querido e amado Calisto. Quiero cerrar la puerta,
porque ninguno suba a me estoruar mi muerte; no me impidan la partida;
no me atajen el camino, por el qual en breue tiempo podré visitar en
este dia al que me visitó la passada noche. Todo se ha hecho a mi
voluntad; buen tiempo terné para contar a Pleberio, mi señor, la causa
de mi ya acordado fin. Gran sinrazon hago a sus canas, gran offensa a
su vejez; gran fatiga le acarreo con mi falta; en gran soledad le dexo,
pero no es más en mi mano.

Tú, Señor, que de mi fabla eres testigo, vees mi poco poder; vees quán
cativa tengo mi libertad; quán presos mis sentidos de tan poderoso amor
del muerto cauallero, que priua al amor con los biuos padres...» (Aucto
XX).

Melibea no intenta justificar con sofismas su pasión culpable y
desordenada; al contrario, acumula sobre su cabeza todos los males que
resultaron de la muerte de Calisto y se ofrece como víctima expiatoria
de todos ellos: «Bien vees e oyes este triste e doloroso sentimiento
que toda la ciudad haze; bien oyes este clamor de campanas, este
alarido de gentes, este aullido de canes, este strépito de armas; de
todo esto fuy yo causa. Yo cobrí de luto e xergas en este dia quasi
la mayor parte de la ciudadana caualleria; yo dexé muchos siruientes
descubiertos de señor; yo quité muchas raciones e limosnas a pobres e
enuergonçantes; yo fuy ocasion en que los muertos toviessen compañia
del más acabado hombre que en gracias nascio; yo quité a los biuos el
dechado de gentileza, de inuenciones galanas, de atauios e bordaduras,
de habla, de andar, de cortesia, de virtud; yo fuy causa que la tierra
goze sin tiempo el más noble cuerpo e más fresca juuentud que al mundo
era en nuestra edad criada».

El desenlace, pues, aunque éticamente condenable, es el único que podía
tener el drama, so pena de degenerar en una aventura ridícula. ¿Quién
concibe á Melibea sobreviviendo á Calisto? Estas grandes enamoradas
no tienen más razón de existir que el amor mismo; llevan enclavado
el dardo ponzoñoso de la venganza de Afrodita: «Su muerte conbida a
la mia; conbidame e fuerça que sea presto, sin dilacion... E assi
contentarte he en la muerte, pues no toue tiempo en la vida... ¡O padre
mio muy amado! Ruégote, si amor en esta pasada e penosa vida me has
tenido, que sean juntas nuestras sepulturas, juntas nos fagan nuestras
obsequias». (Aucto XX).

Grave reparo puso al carácter de Melibea Juan de Valdés, y por ser suyo
no debe pasarse en silencio. Dice que la persona de Melibea pudiera
estar mejor, porque «se dexa muy presto vencer, no solamente a amar
pero a gozar del deshonesto fruto del amor»[166]. Y ciertamente que es
así, pero no sin circunstancias, unas muy humanas y otras diabólicas,
que aceleren su caída y la expliquen dentro de la verisimilitud
dramática. La misma Melibea ha contestado anticipadamente á su crítico:
«Mi amor fue con justa causa: requerida e rogada, cativada de su
merescimiento, aquejada por tan astuta maestra como Celestina, seruida
de muy peligrosas visitaciones, antes que concediesse por entero en su
amor». Mucho más rápido procede el enamoramiento de Julieta, aunque no
sea deshonesto el fruto de su amor ni trabajen por él los espíritus del
Averno.

El Sr. Foulché-Delbosc, que niega la autenticidad de las adiciones
de 1502, opina que en manos del adicionador «han perdido los tipos
algo de su valor y pureza primitivos» é insiste principalmente en el
de Melibea. En la primitiva forma son recatados é irreprensibles sus
discursos á Calisto; en toda la escena del jardín (acto XIV) no se
encuentra ni una palabra equívoca. Compárese con la Melibea del acto
XIX: ¡qué metamorfosis en un mes!

Podían ser, con efecto, más honestas algunas expresiones de este
acto, y nada hubieran perdido el arte y la moral con ello; pero la
segunda Melibea, que tan desaforada parece al erudito francés, no es
una falsificación, sino un desarrollo naturalísimo de la primera. Basta
con un mes, y bastaría con menos tiempo para producir este cambio
psicológico, porque entre el acto XIV y el XIX median nada menos que la
desenvoltura de Calisto y el goce reiterado de varias noches. Melibea
no puede hablar lo mismo en la segunda escena del jardín que en la
primera. Antes era la virgen tímida y enamorada que cede á la brutal
sorpresa de los sentidos; después la mujer ebria de amor y enajenada
de su albedrío. La _madre_ Celestina, muy ducha en la materia, nos
explicará esta metamorfosis: «No te sabré dezir lo mucho que obra en
ellas aquel dulçor que les queda de los primeros besos de quien aman;
son enemigas del medio; contino están posadas en los extremos».


¿Cómo negar que en la primera Melibea está el germen de la segunda,
cuando la oímos exclamar en un monólogo del aucto X: «¡O género
femenino, encogido y frágile! ¿Por qué no fue tambien a las hembras
concedido poder descobrir su congoxoso e ardiente amor, como a los
varones?» O cuando dice tan enérgicamente á Celestina: «¡Madre mia,
que comen este coraçon serpientes dentro de mi cuerpo!... ¡O mi
madre e mi señora! haz de manera como luego le pueda ver, si mi vida
quieres». ¿Son por ventura muy ajustadas á la modestia virginal estas
palabras del aucto XII?: «Las puertas impiden nuestro gozo, las quales
yo maldigo, e sus fuertes cerrojos e mis flacas fuerças, que ni tú
estarias quexoso ni yo descontenta». ¿Y no es formal entrega de cuerpo
y alma la que termina el aucto XIV en su forma primitiva? «Señor, por
Dios, pues ya todo queda por ti, pues ya soy tu dueña, pues ya no
puedes negar mi amor, no me niegues tu vista, de dia passando por mi
puerta, de noche donde tú ordenares». Pero basta ya sobre este punto,
que en realidad es secundario.

Si por la perfección de los caracteres está la _Celestina_ á la altura
de las obras más clásicas de cualquier tiempo, no puede decirse lo
mismo respecto del arte de composición, en que el poeta no pudo menos
de pagar tributo á la época primitiva en que escribía. No era posible
á fines del siglo XV construir una fábula tan ingeniosa y hábilmente
combinada como la de _Romeo y Julieta_; pero Shakespeare no era sólo
un genio dramático, sino un hombre de teatro, un _profesional_ de la
escena, y además iba siguiendo paso á paso las peripecias del cuento
italiano, que le daba la armazón de su drama[167]. En tiempo de Rojas
no había escenario ni apenas materia dramática preexistente, fuera de
la que podían suministrarle algunos libros de la antigüedad y algunas
novelas de la Edad Media.

No se crea por eso que Rojas, en medio de su inexperiencia y de la
soledad en que escribía, dejase de adivinar con pasmosa intuición las
grandes leyes de la composición dramática y se sujetara á ellas en
todo lo esencial. El plan sencillo, claro y elegante de la _Celestina_
merecería todo elogio si el autor no hubiese escrito su obra en dos
veces, lo cual le llevó á intercalar un episodio parásito. Aparte de
este lunar, la _Tragicomedia_ castellana corrobora la profunda doctrina
de Lessing en su _Dramaturgia_: «El genio gusta de la sencillez, el
ingenio gusta de las complicaciones... El genio no puede interesarse
más que por aventuras que tienen su fundamento unas en otras, que se
encadenan como causas y efectos. La obra del genio consiste en referir
los efectos á las causas, en proporcionar las causas á los efectos, en
ordenar los acontecimientos de tal manera que no puedan haber sucedido
de otra». Toda la enmarañada selva de las comedias de capa y espada de
Calderón y sus secuaces[168] no vale tanto como esta única pieza, que
es también una intriga de amor, con criados confidentes, con escenas
nocturnas y coloquios á la puerta ó á la reja, pero sin disfraces,
ni empeños del acaso, ni damas duendes, ni galanes fantasmas, ni
confusiones en la oscuridad de un jardín y hasta sin la duplicación
forzosa del galán y la dama, y el no menos indispensable arbitrio
del rival celoso y del padre ó hermano guardador de la honra de su
casa, que por diversos caminos se oponen al logro de la felicidad de
los dos amantes. Todo esto es sumamente entretenido y demuestra gran
poder de invención en los que crearon este género de fábulas y las
impusieron á Europa; pero es sin duda arte inferior al que, ahondando
en las entrañas de la vida y en la conciencia de los hombres, logra sin
ninguna complicación escénica darnos la ilusión de la existencia actual
y hacer de cada personaje un tipo imperecedero. Todas esas lindas
comedias llegan á confundirse entre sí: la _Celestina_ no se confunde
con nada de lo que se ha escrito en el mundo. «Hay en la _Celestina_
(dice D. Juan Valera) cierto misterioso encanto que se apodera del
alma de quien la lee, embelesándola y moviéndola á la admiración más
involuntaria».

El gran maestro cuyas son estas palabras suscitó una importante
cuestión que atañe al fondo de la _Celestina_, y es ética y estética á
un tiempo. Á primera vista encuentra inverisímiles, hasta rayar en lo
absurdo, algunos casos de la tragicomedia: «Melibea y Calisto son ambos
de igual condición elevada, así por el nacimiento como por los bienes
de fortuna. Entre la familia de ambos no se sabe que haya enemistad,
como la hubo, pongamos por caso, entre las familias de Julieta y de
Romeo. Ni diferencia de clase, ni de religión, ni de patria los divide.
¿Por qué, pues, no buscó Calisto á una persona honrada qué intercediese
por él y venciese el desvío de Melibea, y por qué no la pidió luego
á sus padres y se casó con ella en paz y en gracia de Dios? Buscar
Calisto para tercera de sus amores á una empecatada bruja zurcidora de
voluntades y maestra de mujeres de mal vivir, tiene algo de monstruoso,
que ni en el siglo XV ni en ningún siglo se comprende, no siendo
Calisto vicioso y perverso y sintiéndose muy tierna y poéticamente
enamorado»[169].

Admirablemente dicho está esto, y á primera vista convence. Alguien
dirá que si Calisto hubiese tomado el camino recto y seguro en casos
tales, no habría comedia ni menos tragedia, sino uno de los lances más
frecuentes de la vida cuotidiana entre personas honestas y morigeradas.
Así es la verdad; pero esta respuesta no absuelve al artista, que
pudo trazar su plan de otra manera ó escoger medios más adecuados á
sus fines. Los que crean en la sinceridad del fin moral que afecta
Rojas podrán añadir que le extravió su propósito docente, llevándole
á poner en contacto dos distintas esferas de la vida. Pero el talento
agudísimo de D. Juan busca una explicación más honda, y resuelve la
antinomia que en la _Celestina_ existe, considerándola como una obra
altamente idealista, en que «Fernando de Rojas hace abstracción de
todo menos del amor, á fin de que el amor se manifieste con toda su
fuerza y resplandezca en toda su gloria. Y no es el amor de las almas,
ni tampoco el amor de los sentidos, cautivo de la material hermosura,
sino tan apretada é íntima combinación de ambos amores, que no hay
análisis que separe sus elementos, apareciendo tan complicado amor con
la irreductible sencillez del oro más acendrado y puro».

El espíritu helénico y serenamente optimista de mi glorioso maestro
llega á calificar de triunfante apoteosis la muerte trágica de los dos
amantes y á no ver en ella nada de tétrico y sombrío. El razonamiento
del insigne literato no me ha convencido del todo, á pesar de mi
natural tendencia á adherirme á los dictámenes de quien tanto me quiso
y tanto me enseñó. No es la _Celestina_ libro tan alegre como podría
inferirse por las palabras de D. Juan Valera. Á pesar del gracejo
crudo y vigoroso de la parte cómica, la impresión final que la obra
deja, á lo menos en mi ánimo, es más bien de tristeza y pesimismo. La
suerte de los dos amantes no puede ser más infausta, ni más espantosa
la soledad en que Pleberio y Alisa quedan: «¡O duro coraçon de padre!
¿Cómo no te quiebras de dolor, que ya quedas sin tu amada heredera?
¿Para quién edifiqué torres? ¿Para quién adquirí honrras? ¿Para quién
planté árboles? ¿Para quién fabriqué navíos? ¡O tierra dura! ¿Cómo me
sostienes? ¿Adónde hallará abrigo mi desconsolada vejez?... ¿Qué faré
quando entre en tu cámara e retraymiento e la halle sola? ¿Qué haré de
que no me respondas si te llamo? ¿Quién me podrá cobrir la gran falta
que tú me hazes?».

Si la tragedia terminase con las últimas palabras de Melibea y con
arrojarse de la torre, podría creerse que el poeta había querido
envolver en luz de gloria á los dos infortunados amantes, haciendo
lo que hoy diríase la apoteosis del amor libre. Ni puede rechazarse
tal idea por impropia de la literatura de aquel tiempo, puesto que,
mezclada con impulsos de dudoso misticismo, late en el fondo de los
poemas del ciclo bretón cuya materia épica, transformada en prosa,
era tan familiar á Rojas como á todos sus contemporáneos. Verdadera y
triunfante apoteosis del amor adúltero son la muerte y las exequias de
Tristán é Iseo, y es imposible evitar aquí su recuerdo: «E desque vuo
dicho estas palabras (D. Tristan), luego besó a la reyna, y estando
abraçados boca con boca, le salió el ánima del cuerpo, e la reyna,
quando lo vió assí muerto en sus braços, de gran dolor que vuo le
rebentó el coraçon en el cuerpo, y murió alli en los braços de Don
Tristan; y assi murieron los dos amados, e aquellos que los veyan assi
estar, creyan que estauan amortescidos, y como los cataron, fallaronlos
muertos ambos a dos.

«E quando el rey Mares[170] vio muertos a Don Tristan y a la reyna,
en poco estuuo que no murio por el gran dolor que ouo de su muerte, y
començo a dezir: «¡Ay mezquino, y qué gran pérdida he yo auido, que
he perdido aquellas cosas que más en el mundo amaua, y nunca fue rey
que tan gran pérdida oviesse en vn dia como yo he avido, e mucho más
valdria que yo fuesse muerto que no ellos!» Luego se començo a fazer
gran llanto a marauilla por todo el castillo, y tan grande fue, que
ninguno lo podria creer, y luego vinieron todos los grandes hombres
y los caualleros de Cornualla y de todo el reyno, e todos començaron
a fazer mucho duelo a marauilla, e a dezir entre sí mesmos: «¡Ay rey
Mares! fueras tú muerto antes que no Don Tristan, el mejor cauallero
del mundo...». Y quando en toda Cornualla se supo que Don Tristan y la
reyna Yseo eran muertos, fueron muy tristes, e marauillauanse mucho
y dezian: «Todo el mundo fablará de su amor tan sublimado». Y quando
todos los caualleros fueron allegados, e muchos perlados e clerigos,
e frayles, alli donde estaua Don Tristan e la reyna muertos, el rey
fizo poner sus cuerpos, que estauan abraçados, ambos en unas andas
muy ricamente, con paños de oro, e fizolos lleuar muy honrradamente,
rezando toda la clerezia con muchas cruces y hachas encendidas, a
Tintoyl. E quando entraron por la ciudad, los llantos fueron muy
grandes a marauilla de grandes e de pequeños, e pusieronlos en vna cama
que las dueñas auian hecho, y fueron sepultados en vna rica sepultura,
en la qual escriuieron letras que dezian: «Este el premio que el amor
da a sus seruidores»[171].

Así acaba el libro de _Tristán de Leonis_, y es muy poético y gentil
acabamiento, salvo la triste figura que hace el pobre rey Mares de
Cornualla á los ojos de todo el mundo y á los suyos propios, que es lo
más lamentable. Pero no acaba así la _Celestina_, porque el concepto
del amor es radicalmente diverso en ambos libros, sin que por eso sea
más ortodoxo en uno que en otro. Para Rojas el amor es una deidad
misteriosa y terrible, cuyo maléfico influjo emponzoña y corrompe
la vida humana y venga en los hijos los pecados de los padres. Se
alimenta del llanto y de la sangre de cien generaciones, trituradas
entre las ruedas de su carro. No es sólo el exceso de la desesperación
ni el flujo retórico, sino una convicción arraigada la que dicta las
últimas palabras del venerable Pleberio, que contienen, á mi juicio, la
filosofia del drama: «¡O amor, amor! ¡Que no pensé que tenias fuerça
ni poder de matar á tus subjectos! Herida fue de ti mi juuentud; por
medio de tus brasas pasé: ¿cómo me soltaste, para me dar la paga de
la huyda en mi vejez? Bien pensé que de tus laços me avia librado,
quando los quarenta años toqué; quando fuy contento con mi conyugal
compañera; quando me vi con el fruto que me cortaste el dia de hoy.
No pensé que tomauas en los hijos la venganza de los padres... ¿Quién
te dió tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te conuiene? Si amor
fuesses, amarias a tus siruientes; si los amasses, no les darias pena;
si alegres biuiessen, no se matarian, como agora mi amada hija. ¿En qué
pararon tus siruientes e tus ministros? La falsa alcahueta Celestina
murió a manos de los más fieles compañeros que ella para su seruicio
emponçoñado jamás halló. Ellos murieron degollados; Calisto despeñado;
mi triste hija quiso matar la misma muerte por seguirle; esto todo
causas; dulce nombre te dieron; amargos hechos hazes. No das yguales
galardones; iniqua es la ley que a todos ygual no es. Alegra tu sonido,
entristece tu trato. Bienauenturados los que no conociste, o de los
que no te curaste. Dios te llamaron otros, no sé con que error de su
sentido traydos. Cata que Dios mata los que crió: tú matas los que te
siguen. Enemigo de toda razon, a los que menos te siruen das mayores
dones, hasta tenerlos metidos en tu congoxosa dança. Enemigo de amigos,
amigo de enemigos, ¿por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego
te pintan, pobre e moço; pónente un arco en la mano, con que tires a
tiento; más ciegos son tus ministros, que jamás sienten ni veen el
desabrido galardon que se saca de tu seruicio. Tu fuego es de ardiente
rayo, que jamás haze señal do llega. La leña que gasta tu llama son
almas e vidas de humanas criaturas» (Aucto XXI).

Y no es sólo el anciano Pleberio quien prorrumpe en tan doloridos
acentos. Es el mismo Calisto, en quien las primeras caricias de Melibea
no llegan á borrar el sentimiento de la muerte afrentosa de sus criados
y de su propia deshonra y vilipendio. ¡Qué triste lenguaje en quien
acaba de salir de los brazos de su amada!: «¡O mezquino yo! quánto me
es agradable de mi natural la solitud e silencio e escuridad. No sé si
lo causa que me vino a la memoria la traycion que fize en me despartir
de aquella señora que tanto amo, hasta que más fuera de dia, o el
dolor de mi deshonrra. ¡Ay, ay! que esto es; esta herida es la que
siento agora que se ha resfriado; agora que está elada la sangre que
ayer heruia, agora que _veo la mengua de mi casa, la perdicion de mi
patrimonio, la infamia que a mi persona de la muerte de mis criados se
ha seguido_... ¡o mísera suauidad desta breuissima vida! ¿quién es de
ti tan cobdicioso, que no quiera más morir luego que gozar un año de
vida denostado e prorrogarle con deshonrra corrompiendo la buena fama
de los passados? mayormente que no ay hora cierta ni limitada, ni avn
un solo momento. Deudores somos sin tiempo, contino estamos obligados a
pagar luego» (Aucto XIV).

El sentido de las últimas frases no puede ser más cristiano; pero en
las primeras, ¿cómo no ver un reflejo de la amarga y terrible doctrina
del libro IV de Lucrecio? (v. 1113 y ss.):

        Adde quod absumunt vires pereuntque labore;
      Adde quod alterius sub nutu degitur aetas,
      _Labitur interea res_, et vadimonia fiunt;
      _Languent officia, atque aegrotat fama vacillans_.
      ..........................................................
      Nequidquam; quoniam medio de fonte leporum
      Surgit amari aliquid, quod in ipsis floribus angat;
      _Aut cum conscius ipse animus se forte remordet,
      Desidiose agere aetatem, lustrisque perire_.
      ..........................................................

No sólo en el concepto general sino en las palabras encuentro analogía.
Y que Rojas conociese el poema de Lucrecio parece seguro, puesto que en
los versos acrósticos imita aquella famosa comparación del principio
del libro IV (v. 11 y ss.):

        Nam veluti pueris absinthia tetra medentes
      Cum dare conantur, prius oras, pocula circum,
      Contingunt mellis dulci flavoque liquore.
      ..........................................................
        Como el doliente que píldora amarga
      O la recela, ó no puede tragar
      Métela dentro de dulce manjar:
      Engáñase el gusto, la salud se alarga...

Claro es que en la juvenil inexperiencia de Calisto y en la pasión
que absorbe todo su sér no pueden ser muy continuas las reflexiones
melancólicas á que se entrega el gran poeta epicúreo. Acaso sin
la catástrofe de sus criados no se le hubiera ocurrido exclamar:
«¡Oh, mi gozo, cómo te vas disminuyendo!» (Aucto XIII). Pero este
desfallecimiento es pasajero, y acaso de los sentidos más que de la
voluntad. El grito de la pasión vuelve á levantarse cada vez más
impetuoso y enérgico: «No quiero otra honrra ni otra gloria; no otras
riquezas, no otro padre ni madre, no otros deudos ni parientes; de dia
estaré en mi cámara, de noche en aquel parayso dulce, en aquel alegre
vergel, entre aquellas suaues plantas e fresca verdura». (Aucto XIV).
Pero basta que tales ráfagas pasen por su cabeza, para convencernos de
que la _Celestina_ no es libro de alegre frivolidad, sino de profunda
y triste filosofía, y que su autor tuvo ciertamente un propósito
moral al escribirle. Singular parecerá esto á quien sólo de oídas ó
por algún fragmento conozca la renombrada _tragicomedia_, pero no lo
parecerá tanto á quien la haya estudiado con sosiego crítico. No han
sido hombres de laxa moral sus más fervientes panegiristas, aun sin
acudir al místico Clarus (Guillermo Volk), amigo y prosélito del gran
José de Görres[172]. Fernando Wolf, que no era sólo eminente erudito,
sino varón muy respetable y de severas costumbres, se indignaba contra
los que achacan á la _Celestina_ tendencias inmorales y sentido vulgar.
Aun las escenas que hoy nos parecen libres y desenvueltas tenían á
su juicio menos peligro que la ambigüedad y la velada concupiscencia
de los modernos. No dejaba por eso de convenir en que no es obra muy
adecuada para los colegios de señoritas[173].

Puede haber algo de candor germánico en esto, y las consecuencias
nos llevarían demasiado lejos. Pero en el fondo tiene razón Wolf.
Dada la libertad (él la llama _ingenuidad_) con que la literatura de
la Edad Media representaba las relaciones sexuales, la _Celestina_
parece menos escandalosa que otras muchas obras. No llega á los torpes
lenocinios y á la impura sugestión de los cuentos de Boccaccio. Las
escenas libidinosas no son el objeto principal ni están detalladas con
morosa delectación, sino que nacen del argumento y eran inevitables
dentro de él. Las conveniencias sociales y el decoro de las palabras
cambian según los tiempos, y no hay que hacer un capítulo de culpas al
bachiller Rojas por haber estampado en su libro frases y conceptos que
hoy nos parecen indecorosos ó de baja ralea, pero que entonces usaba
sin escrúpulo todo el mundo. Á un hombre tan severo como Zurita le
parecía la _Celestina_ libro escrito con honestidad.

Pero, aun concedido todo esto, la _Celestina_ puede tener sus peligros
para quien no esté muy seguro de contemplar las obras de arte con amor
desinteresado. Cuanto más vigorosa y animada sea la representación de
la vida, más participará de los peligros inherentes á la vida misma.
Rojas, observador vigoroso, grave y lúcido[174], no pensó ni podía
pensar en la emoción personal de cada lector; pero esta emoción no
en todos puede ser sana, por razones de edad, sexo y temperamento.
Es claro que los tales no deben abrir la _Celestina_, y tengo por un
grave error hacer ediciones populares de ella. La _Celestina_ no puede
ser nunca un libro popular, porque la misma perfección y hermosura de
su forma, los largos discursos y la sintaxis arcaica ahuyentan á los
lectores vulgares y á los mozalbetes distraídos. Por otra parte, á tal
grado de desenfreno ha llegado la novela moderna, y de tal modo han
viciado el gusto y el corazón sus abominables producciones, que obras
como la _Celestina_ parecen ya sosas, cándidas y primitivas á los que
se regodean con la pintura de las más innobles aberraciones de la carne.

Pero, en suma, la _Celestina_ no es irreprensible ni mucho menos
en sus detalles. No lo es siquiera en su concepto general, por lo
mismo que se presta á varias interpretaciones. Aun admitida la que
yo propongo, es cierto que se cumple, exteriormente al menos, la
ley de expiación; pero lo que se halla en el fondo es un pesimismo
epicúreo[175] poco velado, una ironía transcendental y amarga. La
inconsciencia moral de los protagonistas es sorprendente. Viven dentro
de una sociedad cristiana, practican la devoción exterior, pero hablan
y proceden como gentiles, sin noción del pecado ni del remordimiento.
Calisto y Melibea van atraídos el uno al otro por irresistible impulso.
Ni una sola vez hablan del matrimonio en sus coloquios. Para ellos
no existe, ó le consideran, según la errada casuística provenzal y
bretona, como una institución por todo extremo inferior á la libre y
delirante unión de sus almas y de sus cuerpos. Pero al mismo tiempo
hacen una monstruosa confusión de lo humano y lo divino. Véase, por
ejemplo, lo que dice Calisto en el aucto XII: «¡O mi señora e mi bien
todo! ¿Por qué llamas yerro a aquello que por los santos de Dios me
fue concedido? Rezando oy ante el altar de la Magdalena me vino con
tu mensaje alegre aquella solícita muger». No son menos sorprendentes
estas palabras del mismo Calisto cuando Sempronio va á llamar por
primera vez á Celestina: «¡O todo poderoso, perdurable Dios! tú que
guias los perdidos e los reyes orientales por el estrella precedente
a Belén truxiste y en su patria los reduxiste, humildemente te ruego
que guies a mi Sempronio en manera que convierta mi pena e tristeza en
gozo, e yo indigno merezca venir en el desseado fin» (Aucto I).

No sabemos si este trastorno de ideas puede atribuirse al escepticismo
religioso y moral en que solían parar las conversiones forzadas ó
interesadas de los judíos; pero tales profanaciones y blasfemias se
explican, aun sin eso, por la espantosa anarquía de ideas y costumbres
en que vivió Castilla durante el reinado de Enrique IV, que el
bachiller Rojas refleja fielmente en su obra.

Su condición de converso debía hacerle más cauto que á otros en la
pintura de tal libertinaje cuando recaía en gentes de iglesia, y, sin
embargo, la sátira anticlerical es frecuente y muy cáustica en la
_Celestina_. Sólo Gil Vicente y Torres Naharro, cristianos viejos los
dos, dicho sea de pasada, le superan en esto. No quiero insistir en
citas poco edificantes, aunque necesarias para mostrar este aspecto
importante de la tragicomedia, y me limito á poner en nota un pasaje,
que es por cierto de los mejor escritos que salieron de la pluma de
Rojas[176]. El que haya leído los cánones del Concilio de Aranda
(para citar un documento solo) no se escandalizará de la libertad
de la pintura, ni la tendrá por calumniosa, dentro de los ensanches
hiperbólicos de la poesía satírica.

Téngase en cuenta, además, que es una corrompida y abominable mujer
la que habla, y que se refiere á sus años juveniles, cuando el Santo
Oficio no había comenzado todavía su obra de depuración por el hierro y
el fuego, ni Cisneros había acometido la reforma de los claustrales, ni
el espíritu profundamente religioso de la Reina Católica había impuesto
su sello al gran siglo que alboreaba.

Éticamente considerada la _Celestina_, se comprende muy bien que
fuese mirada como libro de mal ejemplo por los graves moralistas
de aquella centuria, que no eran por cierto frailes oscuros muchos
de ellos. Sabido es el anatema de nuestro gran pensador Luis Vives
en el cap. V, lib. I, de su tratado _De institutione christianae
feminae_, que contiene una especie de catálogo de las novelas más
leídas en su tiempo (1520). Allí juntamente con el _Amadís_, el
_Esplandián_, el _Don Florisando_, el _Tirante_, el _Tristán_, el
_Lanzarote_, _Páris y Viana_, _Pierres y Maguelona_, _Melusina_,
_Flores y Blanca Flor_, _Curial y Floreta_, _Leonela y Canamor_, y
en general toda la literatura caballeresca, figuran como en tabla
censoria las _Cien novelas_ de Boccaccio, el _Eurialo y Lucrecia_, las
_Facecias_, realmente indecentísimas, de Poggio, la _Cárcel de Amor_
y la _Celestina_, «_Celestina lena, nequitiarum parens_». Todos estos
libros quiere que sean cuidadosamente apartados de manos de la mujer
cristiana, y á nadie parecerá excesivo rigor respecto de algunos,
aunque otros hay bien inocentes. Lo que resulta injusto y durísimo es
calificar, en montón, de hombres ociosos, mal ocupados, ignorantes
y encenagados en los vicios (_homines otiosi_, _male feriati_,
_imperiti_, _vitiis ac spurciciae dediti_) á los que tales libros
compusieron, como si no figurasen entre ellos los insignes humanistas
Boccaccio y Eneas Silvio[177].

Pero ¡cosa singular y poco advertida! El filósofo valenciano, que
en 1529 incluía la _Celestina_ en su edicto de proscripción, la
celebraba en 1531 como obra más sabiamente compuesta que las fábulas
de los poetas cómicos de la antigüedad, sobre todo por lo ejemplar
del desenlace que pone al goce de los amantes acerbo y trágico fin,
y no festivo y alegre como en el teatro greco-latino[178]. En esta
observación, que no es sólo de literato, sino de moralista, ¿hemos de
ver una retractación del juicio anterior? De ninguna manera. Luis Vives
pudo seguir creyendo, como toda persona sensata, que la _Celestina_,
con su fin moral y todo, no es libro para andar en manos de doncellas.
En el _De institutione feminae_ consignó su criterio pedagógico. En el
_De causis corruptarum artium_ habló como crítico, puesta la atención
en la _Tragicomedia_ y no en la clase de lectores que podía tener. No
veo incompatibilidad alguna entre ambos textos.

Inútil es citar otros de autores menos famosos que reprueban las
livianas escenas de la _Celestina_ ó _Scelestina_, como la llamaba
el maestro Alejo de Venegas, para dar á entender que todo género de
perversidad se encerraba en ella[179]. Pero el gusto nacional triunfó
de todo, y la _Celestina_, considerada desde su aparición como una obra
clásica, disfrutó de aquella especie de franquicia que á los clásicos
de Grecia y Roma otorgan los más severos censores _propter elegantiam
sermonis_. En el notabilísimo dictamen sobre prohibición de libros que
redactó como consultor del Santo Oficio el sabio y austero historiador
Jerónimo Zurita, después de dejar á salvo toda la literatura antigua
y las mismas novelas de Boccaccio en su original italiano, aplica la
misma indulgencia á la _Celestina_, distinguiéndola cuidadosamente de
sus imitaciones: «Ay tambien algunos tratados que, aunque _escritos con
honestidad_, el subjecto son cosas de amores, como _Celestina_, _Carcel
de Amor_, _Question de Amor_ y algunos desta forma, _hechos por hombres
sabios_; algunos, quiriendo imitar éstos, han escrito semejantes
obras con menos recato y honestidad, como la _Comedia Florinea_, _La
Thebayda_, _La Resurrection de Celestina_ y _Tercera y Quarta_, que
la continuaron; estos segundos todos se deben vedar, porque dizen las
cosas sin arte y con tantos gazafatones, que ningunas orejas honestas
los deben sufrir. _De los primeros destos digo lo mismo que de los de
latin_». Y lo que había dicho de los latinos pocos renglones antes era
lo siguiente: «Paréceles a algunos hombres pios que estos autores se
veden, lo qual hasta aora ningun hombre docto ha dicho, a lo menos para
quitarlos de las manos de todos, pues _aun a los niños se puede hoy muy
bien leer Plauto y las más comedias de Terencio; para los prouectos no
puede aver cosa más consideradamente escrita_... Y pues estas materias
no las han de dexar los moços, mejor es que tengan estos buenos
auctores, donde ceuandose en la elegancia y virtudes de la poesia
dellos se resfrien para otras... _Resoluiendome, digo, que ninguno de
los sobredichos autores latinos se debe vedar_»[180].

Antes y después de este prudente consejo del príncipe de nuestros
analistas, la Inquisición dejó correr libremente la _Tragicomedia_,
que se imprimió en España treinta y cuatro veces por lo menos en todo
el curso del siglo XVI y primer tercio del siguiente, sin contar
con las numerosas ediciones hechas fuera[181]. Sólo en la centuria
siguiente se decidió á expurgarla, castigando con cierto rigor las
alusiones satíricas á las costumbres de los eclesiásticos y las
hipérboles amorosas que frisaban con la blasfemia. Todo lo demás quedó
intacto. La _Celestina_ fué respetada como texto de lengua, y nuestra
censura se hubo mucho más benignamente con ella que la italiana con
el _Decamerón_. En realidad, no hay más edición expurgada que la de
Madrid de 1632. Sus variantes son de poquísimo momento, y no afectan
á nada sustancial; después se hicieron algunas más, especialmente en
el Expurgatorio de 1747. Sólo á fines del siglo XVIII y á principios
del XIX, cuando se iban perdiendo todas las tradiciones castizas,
los jansenistas hazañeros y mojigatos, que eran entonces dueños
del moribundo _Santo Oficio_, prohibieron totalmente el libro, por
edicto de 1.º de febrero de 1793, reproducido en el último índice de
1805[182]. Por lo visto, los Arces, Llorentes y Villanuevas eran más
fáciles de escandalizar y tenían los oídos más pudibundos que los
Valdeses, los Quirogas, los Sandovales, los Pachecos y demás famosos
inquisidores de la época clásica.

De la excelencia de la _Celestina_ como obra de arte y tipo y modelo
de prosa castellana, toda alabanza parece pequeña[183]. El moralista
no puede menos de hacer muchas salvedades; el crítico apenas tiene que
hacer ninguna:

        Libro en mi entender divi-
      Si encubriera más lo huma-

dijo Cervantes por boca del _donoso poeta entreverado_[184]. Y el
mismo severísimo Moratín, á pesar de su criterio rígido y estrictamente
clásico, ó quizá por la fuerza de este criterio mismo, habló de la
famosa _Tragicomedia_ en términos de entusiasmo que muy rara vez
se escapan de su pluma: «Como la tragicomedia griega se compuso de
los relieves de la mesa de Homero, la comedia española debió sus
primeras formas á la _Celestina_. Esta novela dramática, escrita en
excelente prosa castellana, con una fábula regular, variada por medio
de situaciones verosímiles é interesantes, animada con la expresión
de caracteres y afectos, la fiel pintura de costumbres nacionales y
un diálogo abundante en donaires cómicos, fué objeto del estudio de
cuantos en el siglo XVI compusieron para el teatro. Tiene defectos que
un hombre inteligente haría desaparecer, sin añadir por su parte una
sílaba al texto, y entonces, conservando todas sus bellezas, pudiéramos
considerarla como una de las obras más clásicas de la literatura
española»[185].

Y aun sin eso ¿quién ha de negarle semejante título? ¿Ni qué obra de la
literatura española habrá que le merezca, si de buen grado no se otorga
á la _Tragicomedia_ del bachiller Fernando de Rojas? La meticulosidad
académica del gusto de Moratín le hizo dar excesiva importancia á esos
defectos de la _Celestina_, que, por lo mismo que son tan obvios y
pueden borrarse de una plumada, poco significan para la apreciación del
libro. Aun las pedanterías y citas absurdas sembradas en el diálogo,
lejos de desagradarnos hoy, contribuyen al efecto cómico de ciertas
escenas y al delicioso carácter de época que tiene todo el cuadro,
mostrándonos cuáles podían ser los estudios y preocupaciones habituales
de un bachiller aventajadísimo de las aulas salmantinas á fines del
siglo XV, y cómo se fundían armoniosamente en su ingenio la observación
directa de la vida contemporánea y el prestigio de la antigüedad
clásica, que entonces parecía resurgir con segunda vida. Tales defectos
son de los que, andando el tiempo, llegan á convertirse en excelencias,
á lo menos para el curioso historiador de las vicisitudes de la cultura.

Si Cervantes no hubiera existido, la _Celestina_ ocuparía el primer
lugar entre las obras de imaginación compuestas en España. El juez más
abonado del siglo XVI, el primer maestro de la prosa castellana en
tiempo de Carlos V, declaró con fallo inapelable que «ningún libro hay
escrito en castellano adonde la lengua esté más natural, más propia ni
más elegante»[186].

El estilo y la lengua de la _Celestina_ no son para tratados
incidentalmente. Hoy la Estilística no es una dependencia de la
Retórica, sino parte integrante y la más ardua y superior de la
Filología. Para estudiar formalmente el estilo de un autor es preciso
conocer á fondo el material lingüístico que emplea y haber agotado
previamente todas las cuestiones de fonética, morfología y sintaxis que
su obra sugiere. Nada de esto ó casi nada se ha intentado respecto de
la _Celestina_, cuya gramática y vocabulario exigen un libro especial.
Sólo cuando la historia de nuestra lengua esté hecha por el único que
puede y debe hacerla, por el que nos ha dado, con aplauso de propios y
extraños, el primer manual de Gramática histórica, tendremos base firme
para un estudio de tal naturaleza. Ni mi vocación ni mis particulares
circunstancias me permiten emprenderlo, y así tendrá que ser vago y
sucinto lo que en esta parte diga.

La prosa no tiene orígenes populares como la poesía, á lo menos en
las literaturas derivadas. Nace á veces de la poesía épica, y es su
transcripción degenerada (nuestros _cantares de gesta_ convertidos en
fragmentos de crónicas). Pero con más frecuencia se amolda á un tipo
literario preexistente en la lengua madre ó en alguna otra que sostenga
sus primeros y vacilantes pasos. Así nació la prosa castellana, con
un visible dualismo entre el elemento oriental, muy influyente al
principio, casi nulo después, y el elemento latino-eclesiástico,
educador común de todos los pueblos de Occidente. En la gran labor de
traducciones y compilaciones que nos legó la corte literaria de Alfonso
el Sabio, no importan menos los libros del _saber de Astronomía_, el
_Calila y Dina_ y los _Engannos de mugeres_, los libros de proverbios
y consejos, traducidos del árabe, que las _Partidas_ y las dos
_Estorias_, cuyas principales fuentes son latinas, sin duda alguna.
Y como las versiones solían hacerse muy literales, y el organismo
gramatical del árabe y del latín difieren tanto, no es maravilla que
el tránsito del uno al otro, que á veces puede estudiarse en una
obra misma, resulte violento y desmañado. Con todo eso se percibe ya
en esta variadísima literatura _alfonsina_ cierto conato de unidad,
la aspiración á un tipo de lengua culta y cortesana. No en vano se
preciaba el mismo rey de «endereszar él por sí» el estilo de sus
colaboradores.

Este tipo persistió en sus rasgos fundamentales durante los siglos XIII
y XIV, no sin recibir también notable influjo de la lengua francesa,
mediante la cual se nos comunicaron obras de tanta importancia como
la _Gran Conquista de Ultramar_, el _Tesoro_ de Brunetto Latini y la
_Crónica Troyana_. En medio de este período de tanteo y aprendizaje
surge como por encanto la figura del primer prosista español digno de
este nombre, del primero que estampó su individualidad en la prosa.
No fué verdadero innovador D. Juan Manuel: la lengua que habla es
la de su tiempo, pero la habla mejor que nadie, con cierto gusto
personal é inconfundible, con talento de narrador ameno y fácil, con
elegante y cándida malicia. La construcción lenta y embarazosa de sus
antecesores parece que se aligera en él y que va á romper las trabas
conjuntivas. Faltó á don Juan Manuel la educación de humanista que
tuvo su contemporáneo Boccaccio, y no pudo dar ambiente á su estilo ni
amplitud á su dicción, ni mucho menos adivinar el ritmo del período
prosaico, tal como le habían forjado los latinos y comenzaba á imitarse
en Italia. Pero esta imitación tenía mucho de viciosa y pedantesca, y
por haberse librado de ella D. Juan Manuel conservan sus escritos una
sabrosa llaneza y dulce naturalidad, que suelen echarse de menos en las
redundantes cláusulas del novelista de Certaldo.

La orientación propiamente clásica tuvo un precursor en el canciller
Ayala, no sólo en lo que toca á la materia y forma de la historia,
sino en el estilo mismo, que denuncia á veces al asiduo lector de las
_Décadas_ de Tito Livio, aunque no pudiese disfrutarlas en su lengua
original. Las traducciones hechas bajo los auspicios de aquel magnate
abren una larguísima serie de ellas, que se dilata durante todo el
siglo XV, derivadas unas del latín, otras del toscano y aun del
catalán, útiles todas como instrumento de vulgarización, pero ninguna
como ejemplar de estilo. Con ellas cambia la faz de nuestra prosa,
invadida y perturbada por el hipérbaton latino, de que hacen grosero
y servil calco los alumnos de la detestable escuela de D. Enrique
de Villena, al mismo paso que inundan sus escritos de pedantescos
neologismos, so pretexto «de non fallar equivalentes vocablos en la
romancial texedura, en el rudo y desierto romance, para esprimir los
angélicos concebimientos virgilianos». Sigue tan extraviada dirección
Juan de Mena, que considerado como prosista es de lo peor de su tiempo,
pero que por el prestigio de sus obras poéticas contribuyó á autorizar
la obra de los latinizantes. Y no se puede negar que ésta trasciende
más ó menos á todos los escritores de entonces, pero con diferencias
muy esenciales, nacidas del ingenio de cada cual y de las diversas
materias en que ejercitaron su pluma. D. Alonso de Cartagena, que con
el trato de los humanistas de Italia se había acercado más que ninguno
de sus compatriotas á la recta comprensión del ideal clásico, muestra
un latinismo inteligente y mitigado, sobre todo en sus versiones de
Séneca, de quien supo decir con mucha lindeza que, «puso tan menudas y
juntas las reglas de la virtud, en estilo elocuente, como si bordara
una ropa de argentería, bien obrada de ciencia, en el muy lindo paño de
la elocuencia». Noblemente se inspiró en la literatura filosófica de la
antigüedad el bachiller Alfonso de la Torre en su _Visión Delectable_,
donde hay facundia y armonía y número más que en ninguna prosa de
su tiempo. Juan de Lucena, en la _Vita Beata_, imitando, ó más bien
traduciendo á Bartolomé Fazio, pero con entera libertad de estilo,
ensayó una nueva manera, muy viva, rápida y animada, desmenuzando la
oración en frases concisas y agudas.

Pasada la crudeza del primer momento, no fué estéril, sino muy fecundo,
el impulso latinista. La vía era larga y fragosa pero segura, y la
torpeza de los operarios que comenzaron á abrirla no podía comprometer
el éxito de la empresa. Si en los moralistas y didácticos, que suelen
ser meros repetidores de lugares comunes, prevalecía la construcción
afectada é hiperbática, en los historiadores, que trabajaban sobre
materia viva y presente, la realidad actual penetraba dentro del molde
antiguo y creaba páginas imperecederas, como algunas de la _Crónica de
D. Alvaro de Luna_, y sobre todo las estupendas _Semblanzas_ de Fernán
Pérez de Guzmán, llenas de pasión y de brío.

Pero toda nuestra prosa anterior al Arcipreste de Talavera, sean cuales
fueren los orígenes y fuentes de cada libro, es prosa erudita. La
lengua popular no había sido escrita hasta entonces más que en versos
de gesta y en la epopeya cómica del Arcipreste de Hita. Era necesario
transfundir esta sangre fresca y juvenil en las venas de la prosa,
para que adquiriese definitivamente carácter nacional y reflejase el
tumulto de la vida. Tal fué la empresa del autor del _Corbacho_, y no
insistiremos en ella, puesto que ya en páginas anteriores procuramos
caracterizar su estilo, cuya influencia sobre el de Rojas es tan
notoria. Pero como antecedente necesario de la evolución lingüística
que Alfonso Martínez de Toledo realizó con instinto genial, es
imposible omitir aquella compilación que el Marqués de Santillana formó
de los _Refranes que dicen las viejas tras el fuego_. Si ese libro no
hubiese existido, acaso ni el _Corbacho_ ni la _Celestina_ tendrían el
carácter _paremiológico_ que de tan singular modo los avalora. Aquellas
reliquias del saber vulgar, aquellos aforismos de ignorados y prácticos
filósofos, que por raro capricho recogió el poeta más aristocrático y
culto del siglo XV, el más desdeñoso con la poesía del pueblo, vinieron
á incrustarse en las más egregias obras del ingenio castellano, desde
la _Comedia de Calisto_ hasta el _Quijote_ y la _Dorotea_. Pero no se
niegue al Marqués de Santillana la gloria de haberse fijado antes que
nadie en estas silvestres florecillas, ni al Arcipreste talaverano la
adivinación del valor artístico que podían tener entretejidas en la
maraña gentil de su prosa.

Lo que había sido en la corte de D. Juan II preparación y ensayo,
llegó en tiempo de los Reyes Católicos á adquirir la clásica firmeza de
un verdadero Renacimiento, preparado por la disciplina gramatical de
los humanistas italianos y españoles y engrandecido por la maravillosa
expansión de la vida nacional. No es definitiva casi nunca la lengua de
los escritores de entonces, pero contiene en germen todas las buenas
cualidades que han de llegar á su punto más alto en la edad que, por
excelencia, llamamos de oro. Y lo que la falta acaso de perfección
técnica lo compensa con cierta gracia primaveral, que no suele darse
más que una vez en las literaturas. Rojas es el mayor escritor de su
siglo, y la _Celestina_ tiene algo de grandioso y aislado; pero al
mismo período corresponden otros monumentos de nuestra prosa: los
_Claros Varones_ y las _Letras_ de Hernando del Pulgar, la _Cárcel de
Amor_ de Diego de San Pedro, en que á veces la expresión sentimental
raya muy alto, y el _Amadís de Gaula_, que para la posteridad sólo
existe en la forma que le dió el regidor Montalvo.

No se escribía ya por mero instinto ó por imitación servil como en
épocas anteriores. La lengua castellana, al fenecer el siglo XV,
contaba ya con un código gramatical que no poseía ninguna otra de las
vulgares, incluso el italiano. Claro es que los escritores de genio
se crean su propia gramática, y la _Celestina_ estaba escrita muy
probablemente antes de 1492, en que apareció el _Arte de la lengua
castellana_ del Maestro Nebrija; pero la enseñanza oral de aquel gran
varón, á quien Rojas conocería de seguro en el estudio salmantino,
había empezado en 1474, y su método filológico, aplicado al latín,
al griego y al castellano, no podía ser indiferente á persona tan
culta como nuestro poeta. En todo el libro se percibe el deliberado
propósito de escribir bien y con la mayor corrección posible. Pero esta
corrección no es la de los tiquismiquis retóricos que pueden aprenderse
por receta, sino la corrección fuerte y viril de quien es dueño de su
estilo, porque domina la materia en que le emplea, no deformándola
arbitrariamente, sino ajustándole á ella como se ajusta el vestido
á los contornos de una estatua. Porque el estilo de la _Celestina_,
con ser tan trabajado, no tiene trazas de afectación más que en los
discursos y razonamientos; en el diálogo fluye natural y espontáneo, y
aunque nos parezca un asombro que todos los personajes hablen tan bien,
no por eso somos tentados á creer que pudiesen hablar de otro modo. No
diremos que hablan como el autor, porque el autor es para nosotros un
enigma. Hablan cada cual según su carácter, con la expresión exacta,
precisa, impecable; pero todos propenden á la amplificación, que era el
gusto de aquel tiempo y quizá el tono habitual de las conversaciones.
El Renacimiento no fué un período de sobriedad académica, sino una
fermentación tumultuosa, una fiesta pródiga y despilfarrada de la
inteligencia y de los sentidos. Ninguno de los grandes escritores de
aquella edad es sobrio ni podía serlo. Rojas lo parece por la prudente
parsimonia con que enfrena y rige el corcel de su fantasía, por el
tejido compacto de su dicción, por lo cortante de las réplicas y el
hábil tiroteo de sentencias y donaires, por el uso continuo de frases
cortas y desligadas que dan la ilusión del estilo conciso. Pero en
realidad amplifica y repite á cada momento: toda idea recibe en él
cuatro, cinco ó más formas, que no siempre mejoran la primera. Esta
superabundancia verbal se agrava considerablemente en la segunda forma
de la tragicomedia, pero existía ya en la primitiva. Pondré un ejemplo
tomado del aucto X: «Más presto se curan las tiernas enfermedades en
sus principios, que quando han hecho curso en la perseueracion de su
officio; mejor se doman los animales en su primera edad, que cuando es
su cuero endurecido para venir mansos a la melena; mejor crecen las
plantas que tiernas e nueuas se trasponen, que las que fructificando
ya se mudan; muy mejor se despide el nueuo pecado, que aquel que por
costumbre antigua cometemos cada día».

Los símiles son elegantes y apropiados, pero tanta repetición de una
misma idea enerva el diálogo dramático. Juan de Valdés, que cifraba
gran parte de su estilística en esta máxima: «que digais lo que
querais con las menos palabras que pudieredes, de tal manera, que
splicando bien el conceto de vuestro ánimo y dando a entender lo
que quereis dezir, de las palabras que pusieredes en una clausula
o razon, no se pueda quitar ninguna sin ofender o a la sentencia
della o al encarecimiento o a la elegancia»[187], conoció que este
era el punto vulnerable de la _Celestina_, «el amontonar de vocablos
algunas veces fuera de proposito». El otro defecto que señala no
es tan frecuente: «Pone algunos vocablos tan latinos que no se
entienden en el castellano, y en partes adonde podría poner propios
castellanos que los hay». Estas eran las dos cosas que él hubiera
querido corregir en la _Celestina_ para dejarla perfecta, y uno de
los interlocutores del diálogo aconsejaba que lo hiciese[188], idea
que tuvo también Moratín, como queda dicho. Pero, con perdón de tan
severos jueces, los latinismos no son tantos que empalaguen. Cualquier
autor de aquel tiempo tiene más que Rojas. Los que éste usa están
generalmente puestos en trozos y discursos de aparato, cuando los
personajes quieren levantar el estilo, como el conjuro de Celestina y
los últimos razonamientos de Melibea y de su padre. Entonces es cuando
aparecen el _pungido Calisto_, la _cliéntula_, el _incogitado dolor_,
la _menstrua luna_, copiada de Juan de Mena, la fortuna _flutuosa_, el
verbo _incusar_ varias veces repetido, la _castimonia de Penélope_,
las _palabras fictas_, la _asueta_ casa y otras pedanterías, si bien
las tres últimas no deben achacarse al autor, sino al que redactó las
rúbricas ó sumarios que van al principio de cada aucto.

Otros leves defectos tiene también esta prosa, nacidos, no de incuria,
sino de inexperiencia, y acaso de un error técnico. El oído del
bachiller Rojas estaba tan avezado á la cadencia de los versos de arte
mayor de su predilecto poeta Juan de Mena y al octonario doble de los
romances viejos, que á cada paso reaparecen estas dos medidas en su
prosa. De ambas daremos algunos ejemplos:

        Pone su estudio--con odio cruel...
      Pasos oigo; acá desciende--haz, Sempronio, que no lo oyes...
      Tener con quien puedan--sus cuytas llorar...
      Ensañada está mi madre--duda tengo en su consejo...
                          La dádiva pobre...
      De aquel que con ella--la vida te ofrece...
      E arrepentirse del don prometido...

Todo esto sin salir del acto primero. En cualquiera de los otros
puede hacerse la misma experiencia. En cambio son rarísimos los
endecasílabos, y éstos no á la manera italiana, sino con la acentuación
que tienen los del _Laberinto_, que tanto han hecho cavilar á la
crítica:

      Todo se rige con un freno ygual,
      Todo se prueva con igual espuela.

      (Aucto XIV)

Estos versos ocasionales pueden ser involuntarios, porque no están
libres de ellos los prosistas más atildados y académicos. Pero lo que
seguramente es intencionado en Rojas, y lo afecta como gala, es el
aconsonantar la prosa en algunos trozos:

«_Melibea._--Por Dios, sin más dilatar, me digas quien es esse
_doliente_, que de mal tan perplexo se _siente_, que--su passion e
remedio--salen de una misma _fuente_» (Aucto IV).

«_Areusa._--Assi que esperan _galardón_, sacan _baldón_; esperan salir
_casadas_, salen _amenguadas_; esperan vestidos e joyas de boda, salen
desnudas e _denostadas_... Obliganse a darles _marido_, quítanles el
_vestido_» (Aucto IX).

La influencia de los refranes, y sobre todo la del Arcipreste de
Talavera, que se perecía por la prosa rimada, explican la afición de
Rojas á este ornamento, que en el primer ejemplo es de mal gusto y en
el segundo se tolera y aun hace gracia por estar en un diálogo cómico.

Á despecho de esos leves lunares, que sólo por curiosidad notamos,
la _Celestina_, en su estilo y lenguaje, tiene un valor no relativo
é histórico, sino clásico y permanente. Bastantes trozos de todos
géneros hemos tenido ocasión de citar para que se forme idea de sus
innumerables bellezas. Es el dechado eterno de la comedia española en
prosa, y ni Lope de Rueda en el siglo XVI, ni el gran poeta que compuso
la _Dorotea_ en el XVII, ni Moratín en el XVIII, ni mucho menos los
dramaturgos modernos (incluyendo al celebrado autor del _Drama Nuevo_),
han llegado á mejorarle. Para todos guarda aún ejemplos y enseñanzas,
que hoy más que nunca son necesarias si queremos impedir que bárbaras
traducciones y adaptaciones perviertan el gusto de los autores
originales y den al traste con nuestra prosa dramática, que, por raro
privilegio, fué perfecta desde su cuna.

Si el autor de la _Celestina_ pagó tributo alguna vez al gusto de su
tiempo, enamorado todavía de lo crespo y ampuloso, esto es accidental y
exterior en él: no imprime carácter. Él mismo se burla donosamente de
tales retóricas á renglón seguido de incurrir en ellas. El buen sentido
del criado corrige las extravagancias del amo.

«_Calisto._--Ni comere hasta entonces, avnque primero sean los cauallos
de Febo apascentados en aquellos verdes prados que suelen, quando han
dado fin á su jornada.

«_Sempronio._--Dexa, señor, essos rodeos, dexa essas poesias, que
no es habla conveniente la que a todos no es comun, la que todos no
participan, la que pocos entienden. Di: «aunque se ponga el sol»,
e sabran todos lo que dizes; e come alguna conserva, con que tanto
espacio de tiempo te sostengas». (Aucto VII).

Cuando se leen tales palabras y se recuerdan otras del _Diálogo de
la lengua_, se comprende que Juan de Valdés, á pesar de su ascetismo,
fuese tan _amigo de Celestina_. Allí está adivinada y practicada en
parte, aunque con una exuberancia que él condena, su propia teoría
del estilo. «El que tengo me es natural, y sin afetazion ninguna
escrivo como hablo; solamente tengo cuidado de usar de vocablos que
sinifiquen bien lo que quiero dezir, y dígolo quanto mas llanamente
me es possible, porque a mi parecer en ninguna lengua sta bien el
afetacion»[189]. Afectación hay en los personajes de Rojas cuando
declaman ó moralizan, como la hay en los episodios sentimentales del
_Quijote_ y en muchos alambicados conceptos de Shakespeare; pero en
todo lo demás es sincero y verídico intérprete de la naturaleza y sabe
encontrar muchas veces la expresión adecuada y única.

Parte interesante en el estudio de toda obra maestra es su
bibliografía, porque nos da á conocer el grado de su difusión é influjo
en el mundo. Pero la de la _Celestina_ es tan vasta y compleja, que por
sí sola reclama un libro, como el que prepara el señor Foulché-Delbosc
hace años. Entretanto sólo muy imperfectamente pueden suplir su falta
el _Catálogo_ de Salvá y el del malogrado Krapf, que es más completo
y noticioso y comprende las traducciones extranjeras, omitidas por su
predecesor. Aquí me limitaré á recordar algunos textos, que no sólo por
su rareza sino por alguna curiosidad literaria ó tipográfica son dignos
de especial mención.

Hasta ochenta ediciones en lengua castellana ha catalogado el Sr.
Krapf, á cuya lista habría que añadir algunas de que no tuvo noticia y
cercenar otras que no existen ó son muy dudosas, pero no creo que la
cifra total pueda cambiar mucho. De estas ediciones, 62 corresponden al
siglo XVI: número enorme y muy superior á las que tuvo el _Quijote_ en
la centuria de su aparición, pues sólo llegan á 27 las catalogadas por
Rius.

Largamente hemos tratado, en el presente estudio, de las primitivas
ediciones de 1499, 1501 y 1502, que son las que tienen verdadero
interés para fijar las dos formas del texto. No hemos conseguido ver
la de Zaragoza, 1507, de la cual se dice copia (y no dudamos que lo
sea, aunque descuidada y modernizada en la ortografía) la reimpresión
barcelonesa de Gorchs (1842). La más antigua de las que nuestra
Biblioteca Nacional posee es la de Valencia, 1514, por Juan Joffre:
ejemplar único, procedente de la librería de Salvá, y que reproduce,
como es sabido, el colofón del hipotético volumen de Salamanca de 1500.

Grupo muy curioso forman las tres ediciones de Toledo, 1526; Medina del
Campo, sin año, y Toledo, 1538, porque en ellas la _Celestina_ tiene
veintidós actos, según se anuncia desde la portada: «con el tratado de
Centurio y _Auto de Traso_». Este auto, aunque no mal escrito, es cosa
pegadiza é impertinente, en que para nada intervino Fernando de Rojas.
El nombre de su verdadero autor se declara en el _argumento_ de dicho
_auto_, que en esas ediciones tiene el número XIX: «Entre Centurio e
Traso, publicos rufianes, se concierta una leuada por satisfacer a
Areusa e a Elicia, yendo Centurio a ver a su amiga Elicia. Traso pasa
palabras con Tiburcia, su amiga, y entreviniendo Terencia, tia de
Tiburcia, mala e sagaz muger, entrellos trayciones e falsedades de una
parte e otra se inuentan, como parece en el proceso de este auto: _El
qual fue sacado de la comedia que ordenó Sanabria_». No sabemos quién
fuese este Sanabria, ni se ha descubierto hasta ahora su comedia, que á
juzgar por este _auto_ debía de ser una imitación bastante servil de la
_Celestina_, escrita en prosa como su modelo.

Hasta 1531 no encontramos fuera de España ediciones de la _Celestina_,
á no ser que fuese estampada en Venecia, como por todo género de
indicios tipográficos parece, la que lleva el colofón de Sevilla,
1523, notable, entre otras cosas, por haberse suprimido, ignoramos
con qué fin, la quinta octava de Alonso de Proaza que indica el modo
de encontrar el nombre del autor. Las ediciones incuestionablemente
venecianas, que fueron cuatro por lo menos, empiezan con la de 1531,
en que hizo oficio de corrector el clérigo Francisco Delicado, famoso
autor de la _Lozana Andaluza_. Él mismo nos declara su patria, aunque
no su nombre, en el colofón, sobremanera curioso, de la citada
_Celestina_: «El libro presente, agradable a todas las estrañas
naciones, fue en esta ínclita ciudad de Venecia reimpreso por miscer
Juan Batista Pedrezano, mercader de libros, que tiene por enseña la
Tore (_sic_): iunto al puente de Rialto, donde está su tienda o botica
de diversas obras y libros, a peticion y ruego de muy muchos magnificos
señores desta prudentissima señoria. Y de otros munchos forasteros, los
quales como el su muy delicado y polido estilo les agrade y munchos
mucho la tal comedia amen, maxime en _la nuestra lengua Romance
Castellana que ellos llaman española_, que cassi pocos la ygnoran; y
porque en latin[190] ni en lengua Italiana no tiene ni puede tener
aquel impresso sentido que le dio su sapientissimo autor; y tambien por
gozar de su encubierta doctrina encerada (_sic_) debaxo de su grande
y marauilloso ingenio; assi que auiendo le hecho coregir (_sic_) de
munchas letras que trastrocadas estauan (ya de otros estampadores),
lo acabó este año del Señor de 1531, a dias 14 de Otobre. Reinando el
inclito y serenissimo Principe miscer Andrea Griti Duque clarissimo. El
corrector, que es de la Peña de Martos, solamente corrigio las letras
que malestauan». Parece que tomó por texto la edición de Sevilla,
1502, cuyo colofón métrico conserva. No es cierto que introdujese
variantes caprichosas ni en esta edición ni en la de 1534, «reimpresa
por maestro Estephano da Sabio imprressor d' libros griegos, latinos y
españoles muy corregidos». Lo que hizo en la segunda fué añadir, dando
ya su nombre, unos rudimentos de ortología para uso de los italianos:
«Introduccion que muestra el Delicado a pronunciar la lengua española».

Las ediciones de Delicado son todavía de letra de tortis, y llevan
grabados en madera tan toscos y sin expresión como los españoles que
les sirvieron de modelo. Las dos de Giolito de' Ferrari (1553 y 1556)
carecen de ellos y están impresas en lindo carácter cursivo, con la
novedad de haber sacado al margen los nombres de los interlocutores y
poner en versalitas algunos de los refranes. Cuidó de ambas ediciones,
que en rigor son una misma, el español Alfonso de Ulloa, traductor
ambidextro y fecundo editor de libros castellanos é italianos.
Es singular que en el prólogo hable únicamente de Juan de Mena y
Rodrigo Cota y no mencione para nada á Rojas, á pesar de reimprimir
el acróstico y las octavas de Proaza. Pondera demasiado su propio
trabajo, que no pasó de enmendar algunas erratas[191]. En el prólogo
anuncia pomposamente «una Gramática y un Vocabulario en Hespañol, y en
Italiano, para más introduction de los que studian la lengua». Pero
lo que llama _gramatica_ son las reglas de pronunciación de Delicado,
á quien plagia sin nombrarle. Lo que sí le pertenece, y es trabajo
curioso que da realce á esta edición, es «un vocabulario, o exposition
Thoscana de muchos vocablos Castellanos contenidos casi todos en la
Tragicomedia de Calisto y Melibea», de la cual dice que «es en nuestro
idioma lo que las novellas de Juan Boccaccio en el Thoscano».

Así como el mercado de Venecia surtía á Italia de _Celestinas_, el de
Amberes las difundía por el centro de Europa. Se conocen, por lo menos,
ocho de aquella ciudad flamenca, siendo la más antigua la de 1539, que
sigue el texto de las de Delicado. Las restantes, impresas en casa de
Nucio ó de Plantino, forman una familia distinta, que se prolonga hasta
1599 por lo menos, y que tuvo el mérito de conservar el texto íntegro
cuando ya en España comenzaba á expurgarse. Son de elegante aspecto,
pero tienen bastantes erratas.

Sevilla y Salamanca son las ciudades españolas donde más veces se
imprimió la _Celestina_; once por lo menos en la primera, ocho
en la segunda. Siguen Barcelona y Alcalá de Henares con cinco
respectivamente, Valencia, Toledo y Zaragoza con cuatro, Burgos con
tres, Medina del Campo con dos, Cuenca, Tarragona y Lisboa con una sola.

Todas, sin excepción, son raras y deben guardarse con aprecio. Las
posteriores á 1563 se dicen «corregidas y emendadas de muchos errores»,
pero es muy poco lo que enmiendan, salvo la de Matías Gast (Salamanca,
1570), que parece hecha con algún cuidado[192].

Esta profusión de ediciones en el siglo XVI contrasta con la pobreza
del siguiente, que sólo nos ofrece siete, tres de ellas extranjeras:
una de Amberes, una de Milán[193] y otra bilingüe de Ruán, acompañada
de traducción francesa (1633). La que se dice de Pamplona, por Carlos
Labayen, es esta misma con falso pie de imprenta para introducirla
en España. Quedan como únicas ediciones positivamente españolas,
la de Zaragoza, 1607, y tres de Madrid, en 1601, 1619 y 1632. Esta
última tiene dos circunstancias dignas de repararse: la de haber sido
formalmente expurgada _conforme al Expurgatorio nueuo de 1632_, y la
de consignar en la portada el nombre del bachiller Fernando de Rojas,
ejemplo que siguió inmediatamente el editor de Ruán.

En todo lo restante de aquel siglo no volvió á imprimirse la
_Celestina_, fenómeno que puede atribuirse á varias causas. Algo
pudo influir en ello la Inquisición, pues aunque dejaba correr con
leve expurgo las ediciones del siglo XVI, quizá se hubiera opuesto
á que siguieran multiplicándose. Pero la principal razón hubo de
ser el cambio del gusto, la exuberancia de la producción dramática
y novelesca, que había llevado al ingenio español por otros rumbos
y ofrecía á los hombres del siglo XVII alimento más adecuado á sus
inclinaciones. La _Celestina_ era todavía compatible con el arte de
Cervantes, de Quevedo, de Lope, de Tirso, puesto que le contenía
en germen, pero no era compatible con los Góngoras, Calderones y
Gracianes. Cuando triunfaron los cultos, los discretos y sutiles, y se
prefirió el estilo almidonado á la ejecución franca y vigorosa, pocos
paladares pudieron gustar con deleite aquel fruto sabrosamente agrio
del árbol nacional[194].

Y menos todavía en el siglo XVIII, cuya labor científica es tan
respetable, pero que en literatura produjo poco bueno, y eso en sus
postrimerías. Los eruditos preceptistas y críticos que más nombre
tuvieron en aquella centuria, Luzán[195], Nasarre[196], Mayans[197],
Velázquez[198], el mismo Jovellanos[199], tuvieron palabras de justo
aprecio para la _Tragicomedia_, aunque deplorando el daño que podía
producir su lectura. Las ideas que entonces generalmente dominaban
sobre preceptiva dramática eran más conciliables con la _Celestina_
que con la comedia llamada por excelencia española; pero nadie antes
de Moratín fijó con precisión el carácter de aquella fábula inmortal
ni su puesto único en la historia del teatro. Prescindiendo de estas
simpatías literarias[200], no hay duda que la _Celestina_ había dejado
de ser un libro popular. Los ejemplares de las antiguas ediciones,
con haber sido tan numerosas, escaseaban mucho, y sabemos por algún
testimonio contemporáneo que no faltaban beatos imbéciles que se
dedicasen á destruirlos[201]. La libertad de su lenguaje contrastaba
con la blanda mojigatería reinante que, sin fuerza para impedir la
invasión de las malas ideas, tenía la suficiente para llenar la vida de
molestias pueriles. El Expurgatorio de 1747 acrecentó el rigor de los
anteriores, y así paso á paso se llegó á la absoluta prohibición del
edicto de 1793, reproducida en el Índice de 1805.

Pero á la Inquisición le quedaban pocos días de vida, y sus edictos,
cada día menos acatados, sólo servían para despertar la codicia del
fruto prohibido. Así fué que en el segundo período constitucional, á
la sombra de la omnímoda libertad de imprenta, resurgió la _madre_
Celestina después de un enterramiento de siglo y medio. La edición
de 1822, impresa por D. León Amarita, fué meritoria para entonces, y
algún tacto crítico revela en la elección de las variantes, pero son
pocos los textos antiguos que se tuvieron presentes y no los mejores,
siguiendo por lo general el de Salamanca, 1570, por Matías Gast. Fué
autor del prólogo, y dirigió la parte literaria de la publicación,
no el impresor Amarita, como generalmente se cree, sino el famoso
traductor de Horacio D. Francisco Javier de Burgos, según me aseguró D.
Aureliano Fernández-Guerra habérselo oído al mismo Burgos en Granada.

Esta edición, que con más ó menos precauciones siguió vendiéndose
durante el reinado de Fernando VII, fué reimpresa por el mismo Amarita
en 1835 y copiada servilmente en el tomo tercero de la _Biblioteca_ de
Rivadeneyra, 1846, de la cual se derivan otras varias que es inútil
citar. Más apreciable que este texto ecléctico es el de Barcelona,
1841, por D. Tomás Gorchs[202], que al parecer nos da, aunque con
ortografía modernizada, la lección de uno de los ejemplares más
antiguos, el de Zaragoza, 1507, que poseyó D. Manuel Bofarull. El
prólogo y las notas fueron escritos por el literato tortosino D. Jaime
Tió[203]. En 1899, para festejar el centenario de la aparición de
la _Celestina_, reimprimió lujosamente en Vigo el malogrado editor
suizo D. Eugenio Krapf la edición valenciana de 1514, con aparato de
variantes, copiosa bibliografía y apéndices útiles. En 1900 exhumó el
señor Foulché-Delbosc la edición de 1501, y en 1902 la de 1499. Cuando
esté reimpreso con la misma exactitud el texto de 1502, tendrá base
enteramente sólida la reconstrucción de la _Celestina_, y podrá hacerse
de ella una edición crítica y filológica.

Las traducciones que en varias lenguas se hicieron de este drama
inmortal, ya en los siglos XVI y XVII, ya en tiempos modernos, tienen
grande interés, no sólo como testimonio del universal aprecio del
libro, sino por ser algunas de ellas insignes monumentos de sus
respectivas literaturas. La _Celestina_ ejerció, por medio de ellas,
positiva influencia en los orígenes del teatro y de la novela, y
convirtió en clásicos á algunos de sus intérpretes, como Wirsung y
Mabbe.

La más antigua de estas traducciones, y fuente de varias otras, es
la italiana del español Alfonso Ordóñez, familiar del papa Julio II,
hecha por invitación de la _Illustrissima Madonna Gentile Feltria de
Campo Fregoso_. Fué acabada de imprimir en Roma, á 29 de enero de 1506,
y compite en rareza con las más peregrinas ediciones españolas[204].
Aunque su título diga «de lingua casteliana in italiana nouamente
traducta», no basta para que podamos inferir que hubiese otra
traducción ó edición anterior, porque el _novamente_ puede tener aquí,
como en otros casos, el sentido de _nuper_ (poco ha, recientemente).
Tampoco es argumento para probar que hubiese una edición de 1505 la
última octava del traductor, con que termina la de 1506:

        _Nel mille cinquecento cinque appunto
      Despagnolo in idioman italiano
      E stato questo opuscul trasunto
      Dame Alphonso de Hordognez nato hispano._
      Aistanzia di colei cha in se rasunto
      Ogni bel modo et ornamento humano
      Gentil feltria fregosa honesta e degna
      In cui vera virtu triumpha e regna.

Estos versos sólo dicen que Alfonso Ordóñez hizo la traducción en 1505,
y seguramente en aquel mismo año comenzaría á imprimirse, aunque se
acabara en los primeros días del siguiente. La versión de Ordóñez,
notable por su fidelidad, se ajusta, con leves diferencias, al texto
de las ediciones de 1502, en veintiún actos, sin que por ningún motivo
pueda afirmarse que el intérprete conociera la forma primitiva de la
tragicomedia, ni mucho menos aprovechase sus variantes.

El haber aparecido esta traducción bajo los auspicios de una ilustre
señora, que expresamente encargó de ella á un familiar del Papa[205],
indica que la _Celestina_ no había de encontrar obstáculos para su
difusión en la Italia del Renacimiento, que mal podía escandalizarse
de nada. Hasta once veces fué reproducida en aquel siglo por las
prensas de Venecia y Milán[206]. Su estudio hubiera podido ser muy
útil á los dramaturgos del _Cinquecento_, pero los italianos de aquel
siglo desdeñaban las literaturas vulgares y no reconocían más modelos
que Terencio y Plauto, á los cuales sacrificaron su originalidad,
que sólo conservan en los detalles de costumbres[207]. Ni siquiera
puede sostenerse con probabilidad que el admirable rufián Centurio y
las innumerables copias que hay de él en todas las imitaciones de la
_Celestina_ influyesen directamente en la creación del tipo grotesco
del capitán fanfarrón y matamoros que invadió la escena italiana, si
bien tengan algunas semejanzas, derivadas de su común origen, que ha
de buscarse en los Pyrgopolinices y Trasones de la antigüedad. Además,
ni Centurio, ni Galterio, ni Pandulfo, ni Brumandilón, ni Escalión
son capitanes, ni sus bravezas, fieros y rebatos tienen que ver con
la honrada profesión militar, sino con la torpe vida lupanaria. La
verdadera pintura de las costumbres del campamento está en la _Comedia
Soldadesca_, de Torres Naharro, que precisamente fué escrita y
representada en Italia. El tipo italiano, que degeneró muy pronto en
caricatura grotesca del soldado español, el más temido y más odiado en
aquella península, se explica por sí mismo y por las circunstancias
históricas en que nació. Generalmente habla en castellano, y lleva
nombres archirretumbantes, como «el capitán Cardona Matamoros,
Rajabroqueles, Sangre y Fuego». Era, en suma, un género equivalente á
las _Rodomontadas_ españolas, tan gratas á los franceses[208]. Algunos
de los que componían estas farsas habían leído la _Celestina_ y plagian
frases de Centurio. Así, por ejemplo, el cómico napolitano Fabricio de
Fornaris, en su _Angélica_, representada en París el año 1584, hace
hablar así al capitán Cocodrilo, ponderando las virtudes de su espada:
«Quién puebla más los cimiterios d' esta tierra sino ella? Quién ha
hecho ricos los cyrugianos del mundo?


Quién da de contino que hazer á los armeros? Quién destroza la mala y
fina?» (_sic_, por malla fina), etc., etc.[209].

De la traducción italiana procede la muy famosa alemana de Máximo
Wirsung, publicada en Augsburgo en 1520 y reimpresa con algunos cambios
en 1533; ediciones rarísimas entrambas y cuyo precio se acrecienta
por los artísticos grabados en madera de Hans Burgkmair, célebre
colaborador de Alberto Durero[210]. Es bajo todos aspectos un hermoso
libro del Renacimiento, del cual España carecería, probablemente, si
algún antiguo jesuita alemán no hubiese traído el ejemplar que se
conserva en la Biblioteca de los Estudios de San Isidro[211]. Tenía Max
Wirsung veintiún años cuando publicó su traducción, que dice hecha del
«lombardo» (_lumbardisch welsch_), lo cual indica que trabajó sobre una
de las dos ediciones de Milán, 1514 ó 1515, á no ser que considerase
como parte de Lombardía á Venecia, donde declara haber pasado algunos
años y adquirido el conocimiento de la lengua. En la dedicatoria á su
primo Ernesto Mateo Langen de Wellenburg, que termina recomendándose á
la benevolencia del Cardenal arzobispo de Salzburgo, repite con otras
palabras las prevenciones de Rojas sobre el fin moral del libro y
sobre su carácter mixto de trágico y cómico: «Tragedia, como tú sabes,
es un género que tiene alegre comienzo y término triste. Tal es el
presente libro. También se le puede llamar comedia, porque nos muestra,
entre burlas y veras, unos amores de dos jóvenes que se valen de sus
criados y doncellas; y describe, en especial, la perversa seducción
de rufianes y alcahuetas, y otros diferentes lances y negocios de los
hombres... Te envío esta tragedia, querido primo, como un presente
muy adecuado á tu florida edad y á la mía, pues aquí podemos aprender
lo que por experiencia no sabemos todavía, y librarnos del peligroso
mar de las sirenas y desconfiar de las malas mañas de los falsos
servidores y de las engañosas palabras de las viejas hechiceras, que
quieren arrastrarnos á la relajación y hacernos perder la flor de la
juventud, que nunca se recobra, y enajenarnos de la voluntad propia y
convertirnos en siervos de la ajena»[212].

La traducción está hecha con el mismo candor del prólogo, y con gran
viveza y frescura, según declaran los críticos alemanes. No podía ser
enteramente fiel no siendo directa, pero la versión italiana que le
sirvió de norma es poco más que un calco. Wirsung procede con libertad
de artista, y según el genio de la lengua en que escribe, añade ó
modifica algunos pasajes, pero ninguno es de verdadera importancia, más
que las pocas palabras puestas como conclusión del acto XXI y de toda
la obra. Sabido es que en el original se cierra con la lamentación de
Pleberio y el _in hac lachrimarum valle_, que falta, por cierto, en las
ediciones de 1499 y 1501. Wirsung da más animación dramática al final y
hace intervenir en el diálogo á la madre de Melibea[213].

A pesar de su excelencia literaria, esta traducción cayó muy pronto
en olvido, puesto que sólo una vez fué reimpresa[214]. Es enteramente
inverisímil que Goethe la conociera. Si Marta hace pensar en Celestina,
y las escenas de la seducción de Margarita evocan las del jardín de
Melibea, es por una coincidencia remota y casual. El romanticismo
alemán fué el que desenterró la obra de Wirsung, diciendo de ella,
por boca de Clemente Brentano, en una de sus cartas á Tieck: «Es tan
original, tan llena de vida, tan propia en el lenguaje, que jamás
he visto cosa igual; hacer una traducción mejor, es completamente
imposible»[215].

No debió de pensarlo así Eduardo de Bulow, quien en 1843 publicó una
nueva _Celestina_ traducida del original, que Wolf declara estar hecha
con la mayor precisión y elegancia posibles, aunque el mismo traductor
reconoce que, por acomodarse al gusto de su nación, tuvo que hacer
una «seca atenuación germánica» de ciertos discursos y expresiones
demasiado libres.

No puedo asegurar, por no haber tenido ocasión de verla nunca, si la
primera y rarísima traducción francesa de 1527, reimpresa en 1529 y
1532, procede del original ó de la italiana de Ordóñez, pero no cabe
duda que á ésta se atiene el segundo traductor Jacques de Lavardin,
Señor de Plessis Bourrot, en Turena, á quien su padre confió el encargo
de ponerla en su lengua para «beneficio singular» de sus hermanos,
por ser un claro espejo y virtuosa doctrina que enseña á gobernarse
bien en los casos de la vida»[216]. Como se ve, la ejemplaridad de la
tragicomedia tenía muchos partidarios y las declaraciones de Rojas se
tomaban al pie de la letra. Wirsung, Gaspar Barth y Salas Barbadillo
dicen en sustancia lo mismo, pero ninguno de ellos era padre de familia
como el viejo caballero de Turena, lo cual da más peso á su testimonio,
que hoy nos parece tan extraordinario[217].

Esta versión hecha en la sabrosa lengua del siglo XVI tuvo tres
ediciones, la primera de París en 1578 y las dos siguientes de
Ruán en 1598 y 1599. La interpretación francesa que acompaña al
texto castellano en la edición, también de Ruán, de 1633, está
hecha directamente del castellano, pero vale poco. A todas las
antiguas supera, y es sin duda una de las mejores traducciones de la
_Celestina_, la que Germond de Lavigne publicó en 1841 y reimprimió con
algunas enmiendas en 1873[218]. El _ensayo histórico_ que la precede
contiene graves errores, lo mismo que las notas; pero tiene Germond de
Lavigne el mérito de haber sido uno de los primeros que reconocieron la
unidad de la obra y la atribuyeron totalmente á Fernando de Rojas. Sus
conocimientos en historia literaria eran superficiales y confusos, pero
entendió y tradujo bien ciertas obras, sobre todo la _Celestina_, que
admiraba con franqueza.

No ha tenido la _Celestina_ acción directa sobre la literatura de
nuestros vecinos, pero se encuentra mencionada en varios autores del
siglo XVI, el más antiguo Clemente Marot:

        Or ça, le livre de Flammete,
      _Formosum Pastor_, «Celestine»,
      Tout cela est bonne doctrine
      Et n'y a rien de deffendu[219]

Buenaventura Desperiers, en el cuento décimosexto de sus _Nouvelles
Récréations et Joyeux Devis_, la cuenta entre las lecturas favoritas
de los elegantes de París: «_Et avec cela il avoit leu Bocace et
Celestine_»[220].

Cuando se lee la famosa _Macette_ de Maturino Regnier, que Sainte Beuve
llamaba «nieta de _Patelin_ y abuela de _Tartuffe_», nos sentimos
inclinados á emparentarla con la _madre_ Celestina. En el fondo, la
sátira del poeta francés no es más que una imitación de la elegía de
Ovidio sobre _Dipsas_, cuyos principales rasgos conserva y traduce
libremente. Pero suprime uno, el de la magia, y añade otro, el de
la hipocresía. Creo que éste ha sido tomado de las costumbres de
su tiempo, sin ningún intermedio literario. Celestina conviene con
_Macette_ en lo que una y otra tienen de _Dipsas_ y de _Acanthis_,
pero _Macette_ es muy poca persona al lado de Celestina. _Macette_ es
gazmoña y beata, afecta una devoción fingida para encubrir sus malas
artes. También Celestina tiene sus devociones, y de ellas se vale para
sus añagazas; pero escarbando en el fondo de su alma se encuentra,
no una ruin y apocada mojigatería ó _tartufismo_, sino una cínica y
monstruosa confusión de lo religioso y lo diabólico. La hipocresía
de _Macette_ es epidérmica; á la de Celestina ni aun el nombre de
hipocresía le cuadra, porque se trata de algo mucho más tenebroso y
espantable.

De todos modos, la sátira de Regnier prueba, aunque por otro camino, la
influencia española en Francia:

        Elle lit Saint Bernard, la _Guide des Pecheurs_,
      Les _Meditations_ de la Mère Thérese...[221].

Fué la _Celestina_ el primer libro español traducido al inglés, aunque
en detestables condiciones. Se trata de una adaptación en pésimos
versos, publicada por los años de 1530, y atribuída por algunos á
Juan Rastell, del cual sólo consta que la hizo imprimir. Comprende
únicamente los cuatro primeros actos y está hecha sobre la versión
italiana de Ordóñez[222]. Consta también que en 5 de octubre de 1598,
un cierto William Aspley solicitó y obtuvo privilegio para imprimir una
obra titulada _The Tragicke Comedye of Celestina_, pero no queda de
ella más noticia[223].

Apareció, por fin, en 1631, _The Spanish Bawd_, de James Mabbe, «el
mejor traductor que ha tenido la lengua inglesa, á excepción de Eduardo
Fitz-Gerald», según el parecer de Fitzmaurice-Kelly. Mabbe, que no sólo
tradujo la _Celestina_, sino _El Pícaro Guzmán de Alfarache_, algunas
de las novelas de Cervantes y un tomo de sermones del padre Cristóbal
Fonseca, era un conocedor eminente de nuestra lengua y un prosista
clásico en la suya. Desde 1611 á 1613 había vivido en Madrid, como
secretario del embajador Sir John Digby, después Conde de Bristol, y á
su vuelta á Inglaterra prosiguió cultivando sus aficiones hispánicas,
en que le estimulaba y acompañaba su amigo el profesor de Oxford,
Leonardo Digges, excelente traductor de _El Español Gerardo_.

La versión de la _Celestina_ se publicó anónima, pero la dedicatoria
va firmada por _Don Diego Puede-ser_, juego de palabras con que Mabbe
quiso disimular su nombre ligeramente alterado: _James May-be_.
Á diferencia de otros traductores confiesa ingenuamente que la
_Celestina_ es un libro _non sine scelere_, pero que puede tener
utilidad: _non sine utilitate_. «La heroína es mala, pero sus preceptos
son hermosos; sus ejemplos son perversos, pero su doctrina es buena; su
traje es roto y andrajoso, pero su mente está enriquecida con muchas
sentencias de oro»[224]. Y prosigue haciendo en estilo ligeramente
_eufuístico_ una gran ponderación de los méritos de la obra: «Aquí
encontraréis sentencias dignas de ser escritas, no en frágil papel,
sino en cedro ó en perenne ciprés; no con pluma de ánsar, sino con
la del Fénix; no con tinta, sino con bálsamo; no con letras negras,
sino con caracteres de oro y azul; sentencias dignas de ser leídas, no
sólo por el lascivo Clodio ó el afeminado Sardanápalo, sino por los
más graves Catones ó severos estoicos». «No se me oculta (añade) que
este libro tendrá algunos detractores, que como perros que ladran por
costumbre, condenarán toda la obra, solamente porque alguna frase de
ella es más obscena que lo que tolera el estilo culto y urbano; lo cual
yo no he de negar, aunque esos pasajes están escritos para reprender el
vicio, no para insinuarle. No veo razón para que se abstengan de leer
una gran cantidad de cosas buenas porque tengan que entresacarlas de
las malas. Que no se ha de desdeñar la perla, aunque se pesque en agua
turbia, ni el oro, aunque se arranque de una mina infecta...»

Después de haber comparado á los tales detractores con el escarabajo
de la fábula, dice que cuantos sabios han podido leer la _Celestina_
en su lengua la han estimado como «el oro entre los metales, como el
carbunclo entre las piedras preciosas, como la palma entre los árboles,
como el águila entre los pájaros y como el Sol entre las luminarias
inferiores; en suma, como lo más escogido y lo más excelente. Pero así
como la luz del gran Planeta ofende á los ojos enfermos y conforta á
los sanos, así la _Celestina_ puede ser un veneno para los que tienen
el corazón dañado y profano, pero para los ánimos castos y honestos es
un preservativo contra tantos escándalos como ocurren en el mundo»[225].

Mabbe, que nunca fué puritano, defiende en este notable prólogo la
legitimidad de las representaciones del mal, así en Pintura como en
Poesía: «_Non laudare rem sed artem_: no se aplaude la materia de la
imitación, sino la pericia y destreza del artista que ha representado
tan al vivo el objeto que se proponía. De parecido modo, cuando leemos
las viles acciones de rameras y rufianes y su bestial modo de vivir, no
las aprobamos por buenas ni las aceptamos por honestas, pero admiramos
el juicio de los autores que han desarrollado su argumento de un modo
tan propio y adecuado á los caracteres»[226].

Recuerda el ejemplo de los lacedemonios, que emborrachaban á sus
esclavos para hacer aborrecible la embriaguez, y aconseja al lector
de la _Celestina_ que imite «al generoso corcel que se solaza donde
hay dulce y saludable pasto, y no al perro hambriento, que agarra y
despedaza sin elección todo lo que encuentra en su camino». En suma,
recomienda la _Celestina_, pero no sin distinción á toda clase de
personas.

Su traducción es clásica y magistral, á juicio de los críticos
ingleses, y en nada adolece del conceptismo y culteranismo que
campean en sus prólogos. El docto hispanista Fitzmaurice-Kelly, que
ha hecho de ella una lindísima reimpresión[227], dice en su prólogo
que «mucho del vigor, de la pasión y del fuego de Rojas, y mucho
también de aquella _gravitas et probitas_ que en él reconocía Barth,
han pasado á la copia, y si sus colores no son siempre los mismos del
original, ostentan sin embargo no común brillantez y belleza». «La
fina sencillez, el ritmo y la música de esta versión, la amplitud y la
urbanidad del estilo, llevan el sello de la edad heroica de la prosa
inglesa. Ningún escritor de su tiempo le aventajó en la descripción
directa, ninguno tuvo mejor oído para la cadencia de la frase».

Solamente de la fidelidad podemos juzgar los españoles, y hay que
reconocérsela en el conjunto, aunque no tanto como á Ordóñez y á
Wirsung, precisamente porque Mabbe hizo una traducción más literaria.
Su propio gusto y el de su tiempo le llevaba á la amplificación, y
pareciéndole sobria la _Celestina_, aunque sólo en apariencia lo
sea[228], la llenó de redundancias y pleonasmos. Pero sus adiciones son
meramente verbales, y en cambio no suprime nada ó casi nada, cumpliendo
lealmente sus obligaciones de traductor, salvo en un punto muy curioso.
Por escrúpulos protestantes evita todas las alusiones al culto
católico, sustituyéndolas con disparatadas reminiscencias clásicas. Así
en vez de «estaciones, procesiones de noche, misas del gallo, misas
del alma y otras secretas devociones», habla intrépidamente de «los
misterios de Vesta y de la Buena Diosa». En lugar de la iglesia de
Santa María Magdalena cita la «arboleda de los mirtos»... Un abad se
convierte en un _flamen_, las monjas en _Vestales_ y todo lo demás á
este tenor. Pero estos son ligeros é imperceptibles lunares en una obra
maestra que honra por igual á las literaturas inglesa y española.

Shakespeare había muerto catorce años antes de publicarse esta versión,
y ningún provecho hubiera podido sacar de la antigua en verso, que
sólo comprende cuatro actos. Pero aun admitiendo, lo cual dista
mucho de estar probado, que no supiese el castellano, pudo leer la
_Celestina_, y es muy verisímil que la leyera, en la versión italiana,
tan difundida, de Ordóñez, ó en alguna de las francesas. De este modo
tendrían fácil explicación las semejanzas con _Romeo y Julieta_,
notadas desde antiguo por la crítica alemana y admitidas á lo menos
como posibles por los hispanistas ingleses[229].

Sólo por mera referencia bibliográfica nos es dado citar las cuatro
ediciones en holandés ó flamenco que salieron de las prensas de Amberes
en 1550, 1574, 1580 y 1616, y pertenecen, al parecer, á dos distintas
traducciones, cuyo origen no podemos fijar. Acaso haya otras en lenguas
vulgares, que no han llegado á nuestra noticia.

Faltaba á la _Celestina_ la consagración suprema que un libro del
Renacimiento podía tener: el ser traducido á la lengua sabia, y
comentado y puesto en manos de los doctos como un autor de la clásica
antigüedad. Tal fué la empresa que acometió y llevó á término el
célebre humanista de Brandeburgo Gaspar Barth (_Barthius_), tan
famoso por su ciencia como por sus extravagancias, aunque no fuese
ni con mucho el prototipo del Licenciado Vidriera, como han supuesto
ineptamente algunos cervantistas. Gaspar Barth, que había viajado por
España después de 1618, era el más ferviente admirador de nuestra
lengua y de nuestra literatura que puede darse. No sólo tradujo y
publicó en latín la _Celestina_, la _Diana Enamorada_ de Gil Polo
y la refundición española que Fernán Xuarez había hecho de uno de
los _Coloquios_ del Aretino, sino que dejó inéditas otras novelas
latinizadas, una de ellas la _Diana_ de Montemayor y más de _treinta_
volúmenes de fábulas milesias, tomadas de varios idiomas[230], entre
las cuales sabemos que figuraban los _Cuentos de la Reina de Navarra_
y las _Noches de Invierno_ de Antonio de Eslava[231]. Todo ello estaba
traducido antes de 1624, en que salió de las prensas de Francfort el
_Pornoboscodidascalus Latinus_, pedantesco título que dió Barth á su
traducción de la _Celestina_, calificándola desde el frontispicio de
_Liber plane divinus_[232].

Son tantas y tan curiosas las especies que en los prolegómenos y en las
_animadversiones_ ó notas de Gaspar Barth se consignan, y tan singular
la versión en sí misma, que no puedo menos de detenerme algo en ella,
aunque todavía merecen más amplio estudio esta y las demás traducciones
latinas que en el siglo XVII hicieron de nuestras novelas y libros de
pasatiempos algunos humanistas germánicos. Ellos fueron á su modo los
primeros _hispanizantes_ de su nación.

Precede al libro una larga _Dissertatio_, que contiene uno de los
más interesantes juicios que se han escrito sobre la _Celestina_.
Después de tratar en general de la utilidad de las fábulas dramáticas
y novelescas, que considera más instructivas y verdaderas que la
Historia misma, y de la razón que el mismo Barth tuvo para dedicarse
al moderno hispanismo (_ad Hispanismum hodiernum_), buscando en él
novedades que no podían ofrecer ya las obras de griegos y latinos, tan
familiares á todos los eruditos, trata en particular del libro que
quiso precediese á todos, porque la juventud puede encontrar en él
los documentos más necesarios para la cautela y prudencia de la vida.
«Son tantas (prosigue) y tan oportunas y capitales las sentencias
sacadas del mismo fondo de las cosas, que quien las fije en su ánimo
como reglas para dirigir la vida y asiduamente las practique, tendrá
bastante con ellas solas para merecer no vulgar opinión de sabiduría
entre todos los buenos jueces. Añádase la excelencia del estilo, que en
su lengua original es tan elegante, pulido, exacto, numeroso, _grave y
venerable_, que según confesión unánime de los españoles, pocos pueden
encontrarse iguales en todo el campo de la literatura. Nada diré de
aquel genio particular que tuvo este escritor para caracterizar las
personas y hacerlas hablar adecuadamente, en lo cual es cierto que
supera á todos los monumentos que nos han quedado de la antigüedad
griega y latina. Sus sentencias, que hieren y penetran con admirable
energía en los espíritus más vulgares, como si para ellos solos fuesen
escritos, son materia de meditación para los sabios de más profunda
doctrina»[233].

El humanista alemán reconoce finamente, aunque en los términos de la
crítica de su tiempo, aquella especie de objetividad serena, que es
uno de los encantos de la _Celestina_: «Su autor tiene conciencia de
la verdadera filosofía, pero no afecta indignación alguna contra los
vicios, conserva en todas las situaciones la tranquilidad de su alma,
va al fondo de las cosas, y con cierta suavidad divina cumple entre
tanto su papel de castigador»[234].

Gaspar Barth, á pesar de ser humanista de profesión y haber comentado
á innumerables autores clásicos, estaba por los modernos contra los
antiguos. El siglo en que había nacido le parecía mucho más fecundo en
ingenios que todos los anteriores, y las lenguas modernas mucho más
ricas en obras de amenidad. Pero entre todas descollaba á sus ojos la
lengua española, cuya «gravedad y propiedad» se habían manifestado
en numerosas ficciones, tan útiles como deleitables, que cada día
salían á luz. Y si en otras lenguas, principalmente en la francesa, se
encontraba este género de libros, eran trasunto en gran parte de las
invenciones ó ilustraciones de los españoles[235].

Entre todas estas invenciones el autor da la palma á la _Celestina_,
sin hacer ninguna alusión al _Quijote_, lo cual es verdaderamente
extraordinario, porque desde 1615 había podido leerle completo él que
andaba siempre á caza de novelas españolas.

Es muy curioso, aunque demasiado largo para transcribirse aquí, lo
que Barth observa sobre cada uno de los personajes de la _Celestina_,
«tan divinamente inventados (dice), que parece que el autor los
conoció vivos y los llamó á su tribunal». Analiza muy bien el coloquio
de Celestina con Melibea, haciendo notar que eran superfluos los
encantamientos, pues apenas ninguna doncella hubiera podido resistir
á tales asaltos[236]. Toda esta página es de una crítica enteramente
moderna, á pesar de la exótica vestidura que á su autor plugo darle.
Barth había estudiado profundamente la _Celestina_, y este análisis
psicológico de los caracteres lo prueba. Su entusiasmo era grande, pero
se fundaba en razones técnicas que arguyen rara penetración para un
crítico del siglo XVII.

Barth, como otros muchos, supone que la _Celestina_ es un libro
de utilidad moral, pero entiende esta utilidad de un modo asaz
extravagante. No se trata de los puros preceptos de la Ética, sino
de cierta sabiduría práctica y mundana, llevada á tan alto punto,
que quien posea á fondo este libro no podrá ser engañado por nadie,
triunfará de todos sus adversarios, ganará amigos y los conservará;
todo el mundo le será adicto por amor ó por temor, y tendrá siempre
próspera fortuna en sus negocios. En suma, una verdadera ganga, lograda
sin más trabajo que la frecuente lectura de un libro tan chico y
tan ameno. Y todo esto no lo dice de oídas el grave humanista, sino
que procura corroborarlo con el caso de un amigo suyo, muy astuto y
sagaz, que labró su fortuna en el mundo aplicando, con oportunidad, á
todos los lances de la vida, ya una ya otra de las sentencias de la
tragicomedia que tenía recogidas y clasificadas en su memoria[237].
Cuando se lee tan extraño pasaje, no puede menos de darse algún crédito
á la antigua leyenda de la locura que temporalmente afligió á Gaspar
Barth.

Pero su traducción hízola sin duda en un intervalo de plena lucidez,
y no de la manera extemporánea é improvisada que él da á entender,
queriendo imitar aun en esto al autor primitivo. Dos semanas de
trabajo dice que le costó: afirmación poco menos increíble que la de
Rojas[238]. Gaspar Barth tenía una asombrosa facilidad de trabajo, y
sus particulares aficiones le habían familiarizado con la lengua de
los poetas cómicos Terencio y Plauto y de los novelistas Petronio y
Apuleyo, lo cual le proporcionó grandes recursos para interpretar la
_Celestina_ con el sabor clásico que en su original tiene, restituyendo
de este modo á la lengua madre lo que remotamente procedía de ella.
Pero aunque la obra de Rojas tenga mucho de comedia humanística, tiene
todavía más de indígena y castizo, lo cual dificulta su versión,
sobre todo en una lengua muerta. El latinista alemán, que tenía plena
conciencia de sus deberes de traductor, hizo cuanto humanamente era
dable para vencer esta dificultad, ciñéndose al texto lo más cerca
posible, sin permitirse apenas amplificación alguna, pues no llegan
á diez, según su cálculo, los lugares en que añadió algo _studio
delectationis_ ó por amor á la claridad de la locución, que quiso que
fuese tanto ó más perspicua que en el original. La mayor dificultad
consistía en los proverbios, y ésta la sorteó como pudo, dejándolos
sin traducir unas veces y dando otras el sentido, aunque no en forma
paremiológica. Trasladarlos palabra por palabra hubiera sido absurdo,
pero no era tan difícil encontrar equivalentes de muchos de ellos, aun
sin salir de los _Adagios_ de Erasmo, ya que no existía entonces la
socorrida colección hispánica del Dr. Caro y Cejudo[239].

No esquivó la traducción de los versos, honrándose con ser el primero
que había adaptado á los metros antiguos la poética de nuestra lengua.
Véase alguna muestra de estos peregrinos ensayos, en que predomina la
estrofa sáfica. Canta Lucrecia en la escena del jardin:

        Laetus est fontis lepor, unda vivens:
      Grata torrenti site macerato:
      Gratior vultus tamen est Callisti,
                      Mi Melibaee.
      ..........................................................
        Gaudio exultant tenerae capellae,
      Matris advisae gravidas papillas,
      Sponsi in adventum Melibaea toto
                  Pectore laeta est.
        Nemo tam charae fuit umquam amicae
      Gratus adventor; neque visitata est
      Ulla nox umquam simile lepore
                  Inter amantes[240].

El contraste del metro horaciano con el ritmo corto y gracioso de los
versos originales no puede menos de parecer violento, tanto en esta
canción como en la de Melibea, excepto en los eptasílabos finales, que
remedan bastante bien el rápido giro de la copla de pie quebrado:

        Iam noctis it meridies,
      Differt adesse Adoneus!
      An ille vinctus alterâ
      Amasiam hanc fastidiet.

Aunque Barth no pasaba de mediocre poeta, tenía tal flujo de
versificar, que después de haber traducido en prosa el razonamiento de
Melibea antes de suicidarse, volvió á ponerle en versos hexámetros, que
se leen por apéndice en su libro[241].

Su prosa es abundante y ecléctica, no muy limada, pero exenta de las
fastidiosas afectaciones ciceronianas del siglo anterior, no menos
que de aquel refinado culteranismo que en el siglo XVII tuvo por
principal representante á Juan Barclay, célebre autor de las dos
novelas _Argenis_ y _Euphormio_. La _gravedad_ y _probidad_ del estilo
de la _Celestina_, que Barth tanto encomia, le ha salvado de los dulces
vicios y vana frondosidad del humanismo decadente, á los cuales no deja
de propender en otras obras.

En cuanto á fidelidad tiene pocas tachas. Raras veces equivoca el
sentido, y sólo en dos ó tres casos se permite expurgar levemente un
texto que miraba con veneración supersticiosa. Estas supresiones no
recaen, ni en lo que se dice de las gentes de iglesia, puesto que
Barth era protestante; ni en las blasfemias amatorias de Calisto, que
la Inquisición mandó tachar en el _Pornoboscodidascalus_, lo mismo
que en el original; ni mucho menos en las escenas de amores, sino en
la enumeración de algunas de las drogas, ungüentos y confecciones de
que se valía Celestina para sus dañadas artes, y que al traductor no
le parecían materia propia para ser divulgada, aun siendo vanas en sí
mismas.

Como ligera muestra del brío y la elegante soltura con que en general
está hecha esta versión, copio en nota un breve pasaje del acto XIX
(segunda escena del jardín), que el lector puede cotejar fácilmente con
el texto castellano citado pocas páginas más atrás[242].

Acompañan al _Pornoboscodidascalus_, con el título de _Animadversiones
tralatiae_, cerca de doscientas páginas de notas, que son hasta la
hora presente el único comentario de la _Celestina_, ya que no puede
calificarse de tal un centón inédito de reflexiones morales, escrito
en España hacia mediados del siglo XVI, y que no conceptuamos digno
de salir del olvido en que yace, puesto que ninguna luz proporciona
para la inteligencia de la tragicomedia, á lo menos en la parte hasta
donde ha alcanzado nuestra paciencia[243]. Cosa muy distinta son las
notas de Barth, doctas y prolijas al modo de las que solían ponerse
á los clásicos de la antigüedad. No puede negarse que hay en ellas
mucha erudición impertinente y falta á veces la necesaria. Basta que
en el prólogo de Rojas se nombre á Heráclito para que el traductor se
crea obligado á darnos un extenso artículo sobre la vida y opiniones
de dicho filósofo. Sobre el basilisco, sobre la víbora, sobre el pez
equino y el ave _Ruch_ ó _Roc_ nos regala sendas disertaciones, llenas
de citas y testimonios que prueban su enorme é indigesta lectura.
Pero de este fárrago pueden entresacarse curiosos rasgos críticos que
completan el juicio expresado en el preámbulo; observaciones sobre
algunos lugares difíciles del texto y sobre su propia traducción;
curiosas noticias literarias, incluso algunos versos castellanos de
autor desconocido. En cambio confiesa su ignorancia en cosas tan
sabidas como la historia de Macías, y muy rara vez indica la fuente
de alguna sentencia ó expresión. De todos modos, no perderá el tiempo
quien repase con algún cuidado estas notas, olvidadas en un libro
rarísimo. ¡Tiene tan pocos aficionados la latinidad moderna!

Tal fué el triunfal camino que por Europa recorrió la _Celestina_,
dejando en todas partes alguna huella de su paso. Pero su influencia
más directa y profunda se ejerció, desde el momento de su aparición,
en nuestras letras nacionales. Ora se la califique de novela, ora de
drama, ora se diga con Wolf, y es acaso el parecer más cierto, que la
cuestión de nombre es ociosa, puesto que la obra de Rojas nació en un
tiempo en que los géneros literarios apenas comenzaban á deslindarse
y la dramática moderna no existía más que en germen[244], es tan rica
la materia estética de la _Celestina_, tan amplia su objetividad, tan
humano su argumento, tan viva y minuciosa la pintura de costumbres, tan
espléndida la lengua y tan vigoroso el diálogo, que no pudo menos de
acelerar el desarrollo de las dos grandes formas representativas de la
vida nacional, y aun puede decirse que en el teatro obró antes y con
más eficacia que en la novela[245].

Cuando apareció la inmortal tragicomedia, apenas comenzaba á
secularizarse nuestra poesía dramática en algunas sencillas églogas
de Juan del Enzina, impresas en su _Cancionero_ de 1496 y que apenas
pasan de diálogos sin acción. Pero esta su primera manera aparece
profundamente modificada en las piezas que compuso durante su larga
residencia en Roma, no precisamente por la influencia de modelos
italianos, que hasta ahora no podemos afirmar ni negar, sino por el
estudio asiduo de dos libros castellanos en prosa: la _Cárcel de Amor_
y la _Celestina_. De uno y otro se asimiló algunos elementos y los
incorporó bien ó mal en su naciente dramaturgia. La pasión de Melibea
le sirvió de modelo para las ardientes imprecaciones que pone en labios
de la celosa y desesperada _Plácida_. Tanto la Égloga que lleva su
nombre unido con el de _Vitoriano_, como la de _Fileno y Zambardo_,
terminan con un suicidio que tiene visos de apoteosis gentílica en la
primera y de canonización cristiana en la segunda: tal era entonces
la licencia y relajación de las ideas[246]. Pero en general el vate
salmantino no acertó á remedar sino la parte ínfima de la tragicomedia,
las escenas lupanarias de bajo cómico, que por su grosería misma habían
de ser las que tentasen más á los lectores vulgares y á los imitadores
de corto vuelo. Los chistes más que deshonestos de Eritea y Fulgencia
en la ya citada _Égloga de Plácida y Vitoriano_[247] bastan para
caracterizar esta triste manera de imitación, que alcanza monstruoso
desarrollo en el curso del siglo XVI. Prescindiendo de este falso rumbo
que llenó de torpezas nuestra literatura, lo que Enzina hubiera debido
aprender principalmente de Rojas era el artificio de una fábula más
complicada, el estudio de los caracteres, la viveza y nervio de la
expresión. Pero en todo esto adelantó muy poco el patriarca de nuestro
drama, porque sus fuerzas no eran para tanto, aun asistidas por tal
modelo.

Mucho más lo hubieran sido las del gran poeta portugués, que es la
mayor figura de nuestro primitivo teatro. También Gil Vicente debe á
la _Celestina_ escenas de las más picantes, y sobre todo el tipo de la
alcahueta Brígida Vaz, que tan desvergonzadamente pregona sus baratijas
en la _Barca do Inferno_, pieza que (dicho sea entre paréntesis) fué
representada en la cámara regia «para consolación de la muy católica y
sancta reina Doña María, estando enferma del mal de que falleció»[248].
Sin llegar á la imitación directa, como en este caso, hay en el
teatro de Gil Vicente, sobre todo en las farsas, muchos elementos
celestinescos, y aun verdaderas celestinas; verbigracia, Branca Gil
en _O Velho da Horta_[249], la bruja Ginebra Pereira en el _Auto das
Fadas_[250], la Ana Dias en _O Juiz da Beira_[251]. Pero la genialidad
lírica del autor le lleva á la creación de un arte diverso, en que
la observación realista no es lo esencial, sino lo secundario. En la
riqueza de lenguaje popular, en la curiosidad con que recoge lo que
hoy llamaríamos material _folklórico_, y especialmente las creencias
supersticiosas, los ensalmos y conjuros, las prácticas misteriosas y
vitandas, el autor de la _Comedia Rubena_ y del _Auto das Fadas_ es un
continuador de la _Celestina_, pero en todo ello se mezcla un elemento
poético fantástico que nos recuerda á veces la comedia aristofánica.

Inferior á Gil Vicente como poeta, pero superior en la técnica
dramática, el extremeño Bartolomé de Torres Naharro fué el primero
que llevó al teatro la parte sentimental y amorosa de la _Celestina_.
D. Alberto Lista, cuyos trabajos sobre el antiguo teatro español,
aunque pobres de erudición no son tan anticuados é inútiles como creen
algunos, advirtió, á mi juicio con razón[252], que Naharro había tenido
muy presente la _Celestina_, con la cual coincide, tanto en la pasión
de la enamorada Febea como en las astucias de que se valen los criados
de Himeneo para ocultar su cobardía, cuando acompañan á su señor á la
calle de su dama. Basta, en efecto, cotejar estos pasajes para advertir
la semejanza. Y limitándonos á las quejas que pronuncia Febea en la
quinta jornada, cuando su hermano la persigue con la espada desnuda y
va á ejecutar en ella la venganza de su honor, que supone mancillado,
no hay sino leer las dolorosas razones que profiere Melibea antes de
arrojarse de la torre, para ver que Torres Naharro, como todos nuestros
dramáticos del siglo XVI sin excepción, bebió en aquella fuente de
verdad humana, y se aprovechó de sus aguas, más saludables que turbias.
Dice Febea:

      Hablemos cómo mi suerte
      Me ha traido en este punto
      Do yo y mi bien todo junto
      Moriremos d' una muerte.
        Mas primero
      Quiero contar cómo muero.
      Yo muero por un amor
      Que por su mucho querer
      Fue mi querido y amado,
      Gentil y noble señor,
      Tal que por su merescer
      Es mi mal bien empleado.
        No me queda otro pesar
      De la triste vida mia,
      Sino que cuando podia,
      Nunca fui para gozar,
      Ni gocé
      Lo que tanto deseé;
      Muero con este deseo,
      Y el corazon me revienta
      Con el dolor amoroso;
      Mas si creyera a Himeneo,
      No moriera descontenta
      Ni le dejara quejoso...
       ¡Guay de mí,
      Que muero ansi como ansi!
      ..................................
        No me quejo de que muero,
      Mas de la muerte traidora;
      Que si viniera primero
      Que conosciera á Himeneo,
      Viniera mucho en buen hora.

      Mas veniendo d' esta suerte,
      Ya sin razon á mi ver,
      ¿Cuál será el hombre o mujer
      Que no le doldrá mi muerte?...
        Yo nunca hice traicion:
      Si maté, yo no sé á quién;
      Si robé, no lo he sabido;
      Mi querer fue con razon;
      Y si quise, hice bien
      En querer a mi marido.

        Cuanto más que las doncellas,
      Mientras que tiempo tuvieren,
      Harán mal si no murieren
      Por los que mueren por ellas...
      Pues, muerte, ven cuando quiera,
      Que yo te quiero atender
      Con rostro alegre y jocundo;
      Qu'el morir de esta manera
      A mí me debe plazer
      Y pesar a todo el mundo...[253]

No pondré estos apasionados versos al lado de la prosa de Melibea.
Diversa es la situación de ambas heroínas: culpable la una y arrastrada
por la fatalidad de su ciega pasión al suicidio; víctima inocente
la otra del furor de su hermano, pero tan enamorada, que con menos
vigilancia, y á no intervenir tan oportunamente el sacro vínculo,
hubiera podido decir, como su antecesora: «Su muerte convida a la mía;
convídame, y es fuerza que sea presto sin dilacion... Y así contentarte
he en la muerte, pues no tuve tiempo en la vida».

Nadie puede negar la evidente semejanza entre los principales pasos
de la _Comedia Himenea_ y los de la comedia de amor é intriga del
siglo XVII, que adquirió bajo la pluma de Calderón su última y más
convencional forma. Un caballero que ronda la casa de su amada
con acompañamiento de criados é instrumentos; una noble doncella
ingenuamente apasionada, no menos que briosa y decidida, que á pocos
lances franquea con honesto fin la puerta de su casa; un hermano,
celoso guardador de la honra de su casa, algo colérico y repentino,
pero que acaba por perdonar á los novios; dos criados habladores y
cobardes; músicas y escondites, pendencias nocturnas y diálogos por la
ventana. Pero todo esto, ó casi todo, si bien se repara, estaba en la
_Celestina_, salvo el tipo del hermano, que parece creación de Torres
Naharro. Pármeno y Eliso son Calisto y Sempronio, la criada Doresta es
Lucrecia, todos un poco adecentados. Porque es muy singular que autor
tan liviano y despreocupado como suele ser en su estilo el autor de
la _Propalladia_, se haya creído obligado á tanta circunspección en
esta obra excepcional, y haya tenido la habilidad de transportar al
teatro la parte de la _Celestina_ que en su género podemos llamar ideal
y romántica, prescindiendo de la picaresca y lupanaria. De este modo
consiguió borrar las huellas de origen, y ha podido pasar por inventor
de un género de que no fué realmente más que continuador feliz, con
gran inteligencia de las condiciones del teatro y del arte del diálogo,
que llega á la perfección en varios pasajes de esta comedia.

En mi monografía sobre aquel poeta, de la cual he transcrito las
reflexiones anteriores, hago constar que durante la primera mitad del
siglo XVI coexistieron dos escuelas dramáticas. Una, la más comúnmente
seguida, la más fecunda, aunque no por cierto la más original é
interesante, se deriva de Juan del Enzina, considerado no sólo como
dramaturgo religioso, sino también como dramaturgo profano, y está
representada por los autores de églogas, farsas, representaciones y
autos, que debieron de ser muy numerosos, á juzgar por las reliquias
que todavía nos quedan y por las noticias que cada día se van
allegando. La otra dirección dramática, que produjo menos número de
obras, pero todas muy dignas de consideración, porque se aproximan más
á la forma definitiva que entre nosotros logró el drama profano, nace
del estudio combinado de la _Celestina_ y de las comedias de Torres
Naharro, sin que por eso se niegue el influjo secundario del teatro
latino, ya en su original, ya en las traducciones que comenzaban á
hacer los humanistas, y el de las comedias italianas, cada vez más
conocidas en España, particularmente las del Ariosto, que llegaron á
ser representadas en su propia lengua con ocasión de fiestas regias.

Si el título no nos engaña, la más antigua imitación dramática de la
_Celestina_ fué la _Comedia llamada Clariana, nuevamente compuesta,
en que se refieren por heroico estilo los amores de un cavallero moço
llamado Clareo con una dama noble de Valencia, dicha Clariana_. El
autor anónimo, que era «un vecino de Toledo», dedicó al duque de Gandía
su obra, impresa en Valencia por Juan Jofre, en 1522. Los traductores
de Ticknor, que la mencionan, nada dicen acerca de su actual paradero,
ni dan más noticia de ella sino que está escrita en prosa, mezclada de
versos. Juan Pastor, natural de la villa de Morata, declara al fin de
su _Farsa ó Tragedia de la castidad de Lucrecia_ haber compuesto otras
dos llamadas _Grimaltina_ y _Clariana_, pero no nos atrevemos á afirmar
que la última sea esta misma.

De Naharro y la _Celestina_ combinados proceden las dos desaliñadas
comedias del aragonés Jaime de Huete, _Tesorina_ y _Vidriana_, impresas
hacia 1525[254]. La división en cinco jornadas y la versificación en
coplas de pie quebrado las entroncan con la _Propaladia_, de la cual
imita Huete otras cosas, entre ellas el tipo grotesco de _Fr. Vejecio_,
que dió motivo, sin duda, á la prohibición de la _Tesorina_ en el
_Indice_ de 1559. La intriga de amor, en ambas farsas, especialmente
en la _Vidriana_, es celestinesca, pero sin intervención de ninguna
Celestina: todo pasa por manos de criados, y las dos terminan en boda.
Vidriano y Tesorino, Leridana y Lucina son pálidas copias de Calisto
y Melibea; los criados Pinedo, Secreto y Carmento cumplen el mismo
oficio que los mozos de Calisto; la doncella Lucrecia está repetida
en la Oripesta de la _Vidriana_; Citeria en la _Tesorina_ tiene algún
rasgo de Areusa; los padres de Melibea resucitan en Lepidano y Modesta,
padres de Leridana, y tienen las mismas pláticas sobre su casamiento.
Todo ello calco servil y sin ingenio de ninguna clase. El lenguaje es
tosco y abunda en curiosos provincialismos. Al mismo género pertenece
la _Comedia Radiana_, de Agustín Ortiz[255], otra pequeña _Celestina_
sin Celestina y con casamiento en el jardín. Nada puedo decir de la
_Comedia Rosabella_, de Martín de Santander, impresa en 1550, porque no
he llegado á verla, pero su portada indica que tenía un argumento muy
análogo[256].

Del mismo año (si es que no hay edición anterior, como puede
sospecharse) es la _Comedia llamada Tidea, compuesta por Francisco de
las Natas: beneficiado en la yglesia perrochial_ (sic) _de la villa
Cuevas rubias, en yglesia de Santa Cruz de Rebilla cabriada. En la
qual se introduze un gentil hombre cavallero llamado don Tideo y dos
criados suyos, el vno Prudente, el otro Fileno, y una vieja alcahueta
llamada Beroe, y una doncella noble llamada Faustina, con vna su criada
Justina. Dos pastores, el vno llamado Damon, el otro Menalcas. Vn
alguazil con sus criados. El padre y madre de la donzella, el padre
Riffeo, madre Trecia. Tratanse los amores de don Tideo con la donzella,
y cómo la alcançó por interposicion de aquella vieja alcagueta; y en
fin por bien de paz fueron en uno casados. Es obra muy graciosa y
apacible, 1550_[257]. Salvo la inoportuna aparición de los pastores,
que pertenecen al repertorio de Juan del Enzina, el beneficiado de
Covarrubias no hizo más que poner en malas coplas el argumento de la
_Celestina_, á la cual dió placentero desenlace, según era costumbre
en estas farsas representables, que rara vez son trágicas. En la
versificación y número de jornadas sigue á Naharro.

No en cinco, sino en tres jornadas (novedad que á fines del siglo XVI
se atribuyeron Virués y Cervantes); está compuesto el _Auto llamado de
Clarindo, sacado de las obras del Captivo (?) por Antonio Diez, librero
sordo, y en partes añadido y emendado; es obra muy sentida y graciosa
para se representar_, pieza rarísima, que por meros indicios se supone
impresa en Toledo hacia 1535[258]. Clarindo y Clarisa son una nueva
repetición de Calisto y Melibea, pero esta intriga de amor está cruzada
por otra entre Felecín y Florinda. Los padres de las dos doncellas
las encierran en un monasterio de que era abadesa una tía suya, pero
logran fugarse de él gracias á la diabólica intervención de una bruja
que hechizándolas á entrambas las hace cautivas de la voluntad de sus
enamorados.

Más interesante como pintura de costumbres es la _Farsa llamada
Salamantina_, compuesta por Bartolomé Palau, estudiante de Burbáguena
(1552), de la cual debemos una excelente reimpresión al señor
Morel-Fatio[259]. Este largo entremés es «obra que passa entre
los estudiantes en Salamanca», como se anuncia desde el frontis;
y el _introyto_ tampoco nos deja duda de que fué representada por
estudiantes y ante un auditorio universitario. El escolar perdido
y buscón, que es héroe de la pieza, atestigua la popularidad de la
_Celestina_, único libro que afirma poseer, juntamente con un tratadito
de derecho:

        Libros? pues vos lo veed:
      Una _Celestina_ vieja
      y un _Phelipo_ de ayer (¿de alquiler?).

Las escenas bajamente cómicas del bachiller Palau están tomadas de la
realidad misma, con franco y brutal naturalismo, sin ningún género
de selección artística. Sería injusto considerarlas como imitación
de la obra de Rojas, pero todavía son prole suya, aunque bastarda y
degenerada.

La influencia del gran modelo no se manifiesta sólo en estos adocenados
y torpes ensayos, sino en obras de más elevado fin, de intención moral
y de asunto que á primitiva vista nada tiene de celestinesco[260]. Tal
es el de la excelente _Comedia Pródiga_ del extremeño Luis de Miranda,
impresa en Sevilla en 1554[261]. Esta obra es una dramatización, á la
verdad bastante profana, de la parábola evangélica del Hijo Pródigo
(San Lucas, cap. XV, v. 11-32), pero la portada misma es un plagio
intencionado de la _Celestina_, sin duda para atraer lectores á la obra
nueva:

«_Comedia Pródiga... compuesta y moralizada por Luis de Miranda,
placentino, en la qual se contiene (demas de su agradable y dulce
estilo) muchas sentencias y avisos muy necesarios para mancebos que van
por el mundo, mostrando los engaños y burlas que están encubiertos en
fingidos amigos, malas mujeres y traidores sirvientes_».

D. Leandro Fernández de Moratín, que en sus _Orígenes_ fué el
primero en llamar la atención sobre esta rara pieza, hace de ella
extraordinario encarecimiento, mucho más digno de notarse dada la
habitual acrimonia de sus juicios: «Está muy bien desempeñado el fin
moral de esta fábula, que es, sin duda, una de las mejores del antiguo
teatro español: bien pintados los caracteres, bien escritas algunas de
sus escenas; las situaciones se suceden unas á otras, aunque no con
particular artificio dramático, siempre con verisimilitud y rapidez».

Lástima que á todos estos méritos y al grandísimo de la verdad
humana en los diálogos y en las situaciones no pueda añadirse el de
la cabal originalidad, puesto que la comedia de Luis de Miranda es
sobre todo una imitación libre y muy bien hecha de la _Commedia d'il
figliuol prodigo_ del florentino Juan María Cecchi, transportada de
las costumbres italianas á las españolas, y hábilmente combinada con
los datos de la _Celestina_. Á estas dos fuentes hay que referir las
andanzas del Pródigo, que sigue como soldado aventurero al capitán que
pasa por su pueblo levantando bandera, y corre por ferias y mesones
malbaratando su dinero entre rufianes y mozas del partido. Olivenza, el
baladrón cobarde, las dos rameras Alfenisa y Grimana, la criada Florina
y sobre todo la vieja alcahueta Briana, son tipos que no desmienten su
origen.

Cambió el gusto en la segunda mitad del siglo XVI: triunfó la comedia
italiana, nacionalizada por Lope de Rueda, Timoneda, Sepúlveda y Alonso
de la Vega; triunfó la prosa en el teatro, y con ella la imitación
formal de la _Celestina_, que hasta entonces sólo por su materia y
argumento, personajes y situaciones, había influído en las obras
representables.

Lope de Rueda, en quien esta imitación tomó propio y adecuado
carácter, no era, á pesar de su humilde condición y errante vida, un
poeta primitivo, como el vulgo imagina, ni era posible que lo fuese
después de una elaboración dramática tan larga. Hábil imitador de
los italianos, á quienes saqueó sin escrúpulo para los argumentos y
trazas de sus comedias y coloquios[262], fué maestro de la lengua
y del diálogo cómico, no por ruda espontaneidad, sino por arte
refinado. La fábula en sus obras es lo de menos, ni tiene una sola
que pueda llamarse propia. Pero triunfa en la representación de
costumbres populares y en el manejo siempre hábil de ciertas figuras
escénicas, que repite con fruición, ya en sus pasos ó entremeses,
ya episódicamente en sus obras de más empeño. Entre estos tipos hay
uno conocidamente tomado de la _Celestina_ y de sus imitaciones, el
rufián Centurio, que es el lacayo Vallejo de la comedia _Eufemia_, el
_Gargullo_ de la comedia _Medora_, el _Madrigalejo_ y el _Sigüenza_
de dos de los pasos del _Registro de Representantes_. Era uno de los
papeles en que como actor sobresalía Lope de Rueda, según atestigua
Cervantes en el prólogo de sus comedias: «Aderezábanlas y dilatábanlas
con dos ó tres entremeses, ya de negro, ya de _rufián_, ya de bobo y
ya de vizcaíno; que todas estas cuatro figuras y otras muchas hacía el
tal Lope con la mayor excelencia y propiedad que pudiera imaginarse...
Sucedió á Lope de Rueda, Navarro, natural de Toledo, el cual fué famoso
en hacer la figura de un _rufián cobarde_».

Pero no es esta imitación parcial y directa lo que hace de Lope
de Rueda un discípulo del autor de la _Celestina_. Lo es también
por su sentido realista de la comedia, que se abre paso á través de
los argumentos más inverisímiles y extravagantes, por sus dotes de
observador de costumbres, aunque aplicadas en pequeña escala y sin
aquel aspecto de grandeza que á la obra de Rojas caracteriza. Lo es
por la viva y natural expresión de los afectos, cuando obedece á su
buen instinto y no se pierde en enfáticos discursos y afectaciones de
falsa poesía pastoril, como en los _Coloquios_. Lo es sobre todo por
el jugo sabrosísimo de su prosa, que es un venero de sales castizas
inimitables. La lengua de Lope de Rueda, á quien tanto admiraba
Cervantes, no es más que la lengua de la _Celestina_ descargada de su
exuberante y viciosa frondosidad y transportada á las tablas por un
hombre de verdadero talento dramático, que la hizo más rápida, animada
y ligera, no sin que perdiese algo, quizá mucho, de su fuerza poética y
honda energía.

¿Fué Lope de Rueda el primero que escribió en prosa comedias
representables y representadas? Hay algún motivo para dudarlo y aun
para negarlo. Juan de Timoneda, en el prólogo de las tres comedias
que hizo imprimir en 1559, se atribuye categóricamente la innovación:
«Quán aplazible sea el estilo comico para leer puesto en prosa, y quán
propio para pintar los vicios y las virtudes... bien lo supo _el que
compuso los amores d' Calisto y Melibea y el otro que hizo la Tebaida.
Pero faltauales a estas obras para ser consumadas poderse representar
como las que hizo Baltasar d'Torres y otros en metro. Considerando yo
esto quise hazer Comedias en prosa, de tal manera que fuessen breues
y representables; y hechas, como paresciessen muy bien assi a los
representantes como a los auditores, rogaronme muy encarecidamente que
las imprimiesse_, porque todos gozassen de obras tan sentenciosas,
dulces y regocijadas»[263].

Sólo la extraordinaria rareza del libro de las _Tres Comedias_ ha
podido hacer que no se fijase la atención en este pasaje, que, si
Timoneda dice verdad, como creemos, algo cambia de la relación que
generalmente se establece entre el librero de Valencia y el batihoja
de Sevilla, considerando al primero como simple discípulo y editor del
segundo. Pero con ser excelente la prosa en las comedias de Timoneda, y
mucho más racional y bien urdida la fábula, nunca fueron tan populares
como las de su amigo, sin duda porque hay en ellas menos sabor
indígena. Dos son imitaciones de Plauto y otra del Ariosto, y siguen la
corriente del teatro italiano más bien que la de la _Celestina_ y la
_Tebaida_, aunque él mismo las cita y confiesa su influjo.

Pero aquella escuela dramática tuvo muy corta vida. La comedia en
verso volvió á imponerse y fué en adelante la única forma del drama
nacional. Virués, Juan de la Cueva, Rey de Artieda y otros ingenios
de menos cuenta hicieron triunfar en el último tercio de aquel siglo
una especie de tragicomedia lírica, medio clásica, medio romántica,
en la cual se incorporaron elementos históricos y tradicionales,
cuya vitalidad fué tanta que, unida al genio de un inmenso poeta,
hizo surgir del caos fecundo de la antigua dramaturgia la forma
definitiva de la comedia española. Pero aun en las obras novelescas y
extravagantes del período de transición se nota de vez en cuando la
influencia siempre provechosa de la _Celestina_, contrastando con las
aberraciones de los nuevos autores. Sirva de ejemplo la _Comedia de
El Infamador_, una de las más interesantes de Juan de la Cueva, hasta
por la supuesta semejanza que algunos han querido encontrar entre su
protagonista Leucino y D. Juan Tenorio. En esta pieza monstruosa,
conjunto de escenas mitológicas y de lances familiares, el tipo de la
alcahueta Teodora, que es el único medianamente trazado, pertenece al
género celestinesco, y la relación que hace del mal recibimiento que
tuvo en casa de la doncella Eliodora está calcada punto por punto en el
acto IV de la tragicomedia. Pero en Juan de la Cueva la heroína es de
una virtud inexpugnable. Teodora, como todas sus congéneres en materia
de tercerías, practica la magia y evoca á los espíritus del Erebo en
elegantes versos clásicos imitados de Virgilio é indirectamente de
Teócrito[264].

Lope de Vega tributó á la _Celestina_ el más alto homenaje, imitándola
con magistral pericia en aquella «acción en prosa», que era una de
sus obras predilectas (_por ventura de mí la más querida_). Su fecha
(1632) saca de nuestro cuadro actual esta confesión autobiográfica
de juveniles extravíos, hoy descifrada por la crítica sagaz é
ingeniosa de un malogrado erudito, que vino á confirmar en parte las
adivinaciones de Fauriel[265]. Hay mucho de personal en la _Dorotea_,
y por eso interesa profundamente y se aparta del trillado camino
de las Celestinas, pero intencionalmente las recuerda, sobre todo
á la de Rojas, no sólo por el cuño de su admirable prosa, sino por
la creación del tipo de «Gerarda», único que puede medirse sin gran
desventaja con la primitiva Celestina, aunque la intriga de amor en que
interviene tenga distinto proceso. Los rencores personales del poeta,
vivos todavía á pesar de los años, se combinaron aquí con la imitación
literaria y dieron á la figura una pujanza y un relieve que no habían
logrado ni Feliciano de Silva, ni Sancho Muñón, ni el autor de la
_Selvagia_, ni otro alguno de los imitadores que examinaremos en el
capítulo siguiente.

Lope adopta todos los procedimientos de la _Celestina_, incluso
la afluencia de sentencias y proverbios, los largos y á veces
impertinentes discursos, la afectación de citas pedantescas, que llega
al colmo; pero su Gerarda no es ya el tipo convencional de la alcahueta
que mecánicamente repiten los otros. Es Celestina, que vuelve al mundo
con su antigua y persuasiva elocuencia y su caudal de tercerías y malas
artes: es una genial _resurrección_, bien distinta de aquella otra que
toscamente inventó el autor de la historia de _Felides y Polandria_.
Los demás personajes de la pieza no están sacados de la tragicomedia
antigua: son el mismo Lope, sus amigos, sus rivales, sus dos enamoradas
Dorotea y Marfisa (preciosos retratos entrambas); todo un mundo de
pasión loca, de mundana alegría y de acerbo, aunque mal aprovechado,
desengaño.

No se escribió la _Dorotea_ para ser representada, ni en su integridad
podía serlo, aunque no ha faltado algún curioso ensayo para llevarla
á las tablas, muy en compendio[266]. Pero es poema intensamente
dramático, que en la historia del teatro, más bien que en la de la
novela, debe ser considerado. No es la única muestra tampoco del
profundo estudio que Lope había hecho de la obra del más grande de
sus precursores. Muchas son las comedias de su inmenso repertorio que
presentan caracteres, situaciones y diálogos celestinescos. Basta
recordar _El Anzuelo de Fenisa_ (aunque el argumento esté tomado de un
cuento de Boccaccio), _El Arenal de Sevilla_, _El Rufián Castrucho_,
cuadro naturalista de los más entonados y vigorosos; _El Caballero de
Olmedo_, que su autor llamó _tragicomedia_, y es, con efecto, deliciosa
comedia de costumbres del siglo XV en los dos primeros actos, admirable
tragedia, llena de terror y sublime prestigio, en el tercero. Hay en
esta pieza, una de las mejores del teatro de Lope, muchas imitaciones
felices y deliberadas de la _Celestina_, y lo es, sobre todo, en sus
obras y palabras, la hechicera Fabia, gran maestra en tercerías[267].

El arte de Lope y de Tirso[268] se complace todavía en la imitación
de la _Celestina_, aunque beba en otras innumerables fuentes que no le
hacen perder su sabor realista. Pero conforme avanza el siglo XVII y
surge otra generación de dramaturgos, menos populares que cortesanos,
los fulgores de aquel astro van apagándose, y la estrella de Calderón,
«el más grande de los poetas amanerados», se levanta triunfante sobre
el horizonte. Consta, sin embargo, que aquel preclaro ingenio había
compuesto una comedia con el título de la _Celestina_, que se ha
perdido como algunas otras[269]. ¿Quién sabe si algún vestigio de ella
habrá quedado en la ingeniosa y amena pieza de un discípulo suyo,
el doctor D. Agustín de Salazar y Torres, terminada y sacada á luz
por otro discípulo, biógrafo y editor de Calderón, D. Juan de Vera
Tassis, con el rótulo de _El encanto es la hermosura y el hechizo sin
hechizo_, pero mucho más conocida por _La segunda Celestina_?[270].
Hay, prescindiendo de esta hipotética relación, otras dos piezas de
nuestro antiguo teatro, _El Astrólogo fingido_ del mismo Calderón y _El
familiar sin demonio_ de Gaspar de Ávila, cuyo pensamiento, aunque muy
diversamente tratado, tiene alguna analogía con el de esta comedia, que
es una discreta y sazonada burla de la supersticiosa creencia en brujas
y hechiceras:

        Y no que tengan te asombres
      Con los necios opinión;
      Porque los brujos lo son
      Porque son tontos los hombres.

El enredo hábil y entretenido de esta comedia honra á su autor, no
menos que la sal y agudeza de los diálogos y la limpieza general del
estilo, salvo algún resabio culterano, de que nadie podía librarse
entonces. Pero lo más curioso es el tipo de la nueva Celestina, que
conserva muchos rasgos de la antigua, y es una especie de adaptación
morigerada, para los cosquillosos oídos del tiempo de Carlos II:

        Hay en Triana una mujer,
      Que puede ser que ahora viva
      Donde yo la conocí,
      Que es hija de Ceslestina
      Y heredera de sus obras;
      Esta, no hay dama en Sevilla
      Que no conozca, porque,
      Con las más introducida,
      Está, por su habilidad;
      Pues vendiendo bujerías,
      Como abanicos, color,
      Alfileres, barcos, cintas,
      Guantes y valonas y otras
      Semejantes baratijas,
      Se introduce, y con aquesto
      Por el ojo de una tía
      Meterá un papel, y hará
      Con tan rara y peregrina
      Maña un embuste, que muchos,
      Siendo así que eso es mentira,
      La tienen por hechicera.
      ..........................................................
        Celestina, entre las raras
      Mañas con que se introduce,
      Es la que más se le luce
      Ser remendona de caras...
        Pule cejas y pestañas,
      Y ella introdujo el estilo
      De pegar la tez con hilo
      Y dél hacer sus marañas.
        Friega un rostro de manera,
      Con una y otra invención,
      Que una cara de Alcorcón
      La vuelve de Talavera...
        Hace tan raro jabón
      Con el sebo y con la hiel,
      Que hará mano de papel
      Una mano de tejón.
        Es del amor mandadera,
      Mas su mayor interés
      Sólo se funda en que es
      Tan grandísima hechicera
        Que á un hombre, desde Carmona
      Le puso en el Preste Juan,
      Y otro trajo de Tetuán
      Como pudiera una mona.
        Pero entre una y otra tacha
      Tiene, hablando la verdad,
      Una buena habilidad,
      Que es grandísima borracha;
        Pues en esta historia breve
      Que mi ingenio te describe,
      Si es asombro como vive,
      Es un pasmo como bebe.
        Y en fin, aquesta embustera
      Tiene en amor tal poder,
      Que si quiere, ha de querer
      Uno, que quiera ó no quiera...

Esta comedia conservó su popularidad hasta tiempos relativamente
modernos, y todavía en los últimos años de Fernando VII se representaba
con aplauso, según testifica algún viajero[271]. De ella procede aquel
dicho tantas veces citado, y atribuído caprichosamente á otros autores:

        Es esto de las estrellas
      El más seguro mentir,
      Pues ninguno puede ir
      A preguntárselo á ellas.

Total fué el eclipse de la _Celestina_ durante el siglo XVIII. Ni
siquiera en los sainetes, que son la única forma viva del teatro
de entonces, es apreciable su influjo. El que la había estudiado
profundamente, como espejo de la vida humana y como dechado de
lengua, era aquel reflexivo y terenciano ingenio, maestro intachable
de la técnica severa, que restauró á fines de aquella centuria la
olvidada comedia de costumbres, vistiendo (según su dicho) á la
Musa de Moliére de «basquiña y mantilla». Ya hemos visto cómo juzgó
la obra de Rojas en sus _Orígenes del teatro_. Pero además alude á
ella en aquel esbozo de poética dramática que encabeza como prólogo
la edición definitiva de sus obras: «La comedia pinta á los hombres
como son, imita las costumbres nacionales y existentes, los vicios
y errores comunes, los incidentes de la vida doméstica... Imitando,
pues, tan de cerca á la naturaleza, no es de admirar que hablen en
prosa los personajes cómicos; pero no se crea que esto puede añadir
facilidades á la composición. _Difficile est proprie communia dicere._
No es fácil hablar en prosa como hablaron _Melibea_ y _Areusa_, el
Lazarillo, el pícaro Guzmán, Monipodio, Dorotea, la Trifaldi, Teresa
y Sancho. No es fácil embellecer sin exageración el diálogo familiar,
cuando se han de expresar en él ideas y pasiones comunes; ni variarle,
acomodándole á las diferentes personas que se introducen; ni evitar
que degenere en trivial é insípido, por acercarle demasiado á la
verdad que imita»[272]. La prosa dramática de Moratín, cuyo primor
es incontestable, aun para los que no hacen la debida justicia á su
ingenio cómico, se formó con el estudio de los castizos modelos que
indica, á los cuales hubiera podido añadir los personajes de Lope de
Rueda, que también le eran familiares.

Todo esto debió á la _Celestina_ el teatro español, aun en sus
postreras evoluciones[273]. Y no es menor la deuda que con el numen de
Fernando de Rojas contrajo nuestra novela. Aparte de las imitaciones
directas, en cuyo estudio vamos á entrar y que por su número y su valor
son una de las más curiosas y ricas manifestaciones de la literatura
del siglo XVI, no hay obra alguna fundada en el estudio del natural
que no tenga en Rojas su ascendencia, aunque sea remota é invisible.
Pero no conviene exagerar esta tesis, porque nunca es uno solo, son
muchos los hilos de que se teje la historia literaria, muchas las
acciones y reacciones que toda obra de arte implica, muy profunda, á
veces la diferencia entre cosas que á primera vista parecen análogas.
Sólo en el sentido vago y general que hemos indicado puede admitirse el
parentesco entre la _Celestina_ y las novelas picarescas. Puede haber,
y hay, analogía entre ciertos tipos cómicos; la hay más segura en la
crudeza franca y brutal del procedimiento, en la objetividad impasible,
en la falta de misericordia con que está presentado el espectáculo de
la vida, en aquella especie de pesimismo desengañado y sereno que se
cierne sobre la miseria social y en cierto modo la idealiza. Pero aquí
paran las semejanzas, porque el mundo de la novela picaresca, aunque
confina con el del drama lupanario, no se confunde jamás con él. La
novela picaresca nunca fué novela de amor, ni siquiera de lujuria; al
contrario, uno de sus caracteres es la poca importancia que concede
á las relaciones sexuales. Es un género esencialmente _misogino_,
en que la expresión es á veces cínica, pero el pensamiento rara vez
puede tacharse de licencioso. Hubo en el siglo XVII novelas picarescas
de mujeres como _La Pícara Justina_[274], _Teresa de Manzanares_,
_La Garduña de Sevilla_, pero más bien que rameras y alcahuetas son
estafadoras y ladronas; lo que importa al autor y lo que con fruición
describe son sus hurtos, no sus deshonestidades, que sólo sirven de
anzuelo ó cebo para pescar incautos. La novela picaresca, no ya en
estos productos degenerados de arte compuesto, sino en sus primeras
y enérgicas personificaciones, en Lazarillo, en Guzmán de Alfarache,
en el Buscón D. Pablos, es la epopeya cómica de la astucia y del
hambre, la expresión de un feroz individualismo que no carece de cierta
grandeza humorística. Para tales héroes, estoicos de nuevo cuño, los
deleites carnales no pasan de un apetito grosero, tan pronto satisfecho
como olvidado; en su vida holgazana y errante, cuajada de aventuras que
siempre tienen una base _económica_, la áspera y viril pobreza los hace
relativamente castos, no por virtud, sino por falta de sensualidad. Los
livianos y fugitivos lances de amor nada pesan en su destino ni en su
carácter. Si la mancebía se columbra, es bajo su aspecto más odioso y
nada festivo.

Pero dejando aparte este género, del cual trataremos ampliamente en su
día, basta para la gloria del autor de la _Celestina_ haber inspirado
más de una vez á Cervantes. No me refiero á _La Tía Fingida_, pues cada
vez me persuado más de que esta excelente novela no salió de su pluma,
á pesar de los eruditos alegatos que hemos leído en estos últimos años.
Doña Clara de Astudillo y Quiñones es una copia fiel de la _madre_
Celestina, pero tan fiel que resulta servil, y no es este el menor
de los indicios contra la supuesta paternidad de la obra. Cervantes
no imitaba de esa manera que se confunde con el calco. Un autor de
talento, pero de segundo orden, bastaba para hacerlo. Quizá el tiempo
nos revele su nombre, acaso oscuro y modesto, cuando no desconocido del
todo; que estas sorpresas suele proporcionar la historia literaria, y
no hay para qué vincular en unos pocos nombres famosos los frutos de
una generación literaria tan fecunda como la de principios del siglo
XVII.

Pero hay en las novelas auténticas de Cervantes, y más todavía en
sus entremeses, tantos vestigios del libro que él llamaba _divino_,
que sin recelo de contradicción podemos afirmar que de todas las
obras compuestas en nuestra lengua, ninguna influyó tanto en el arte
y estilo de Miguel Cervantes como ésta. _Rinconete y Cortadillo_,
_El Celoso Extremeño_, _El Casamiento Engañoso_ y el _Coloquio de
los Perros_ acreditan por varios modos esta influencia, que no es
necesario puntualizar, puesto que está á la vista de cualquier persona
medianamente versada en nuestras letras. Todavía percibo más sabor
celestinesco en algunos entremeses, tales como _El Viejo Celoso_, _La
Cueva de Salamanca_, _El Rufián Viudo_, _La Guarda Cuidosa_ y _El
Vizcaíno Fingido_, obrillas de picante y sabroso donaire, que por la
alegre desenvoltura con que se escribieron recuerdan la manera libre y
desenfadada de principios del siglo XVI más bien que el estilo habitual
de Cervantes.

Contra lo quo pudiera esperarse, no abundan en D. Francisco de Quevedo
las referencias á la _Celestina_. Sólo recuerdo ésta en el prólogo que
puso á la _Eufrosina_ castellana, traducida por su amigo D. Fernando de
Ballesteros y Saavedra, que va reimpresa en este tomo: «Pocas comedias
hay en prosa de nuestra lengua, si bien lo fueron todas las de Lope de
Rueda; mas para leídas tenemos la _Selvagia_, y con superior estimación
la _Celestina_, que tanto aplauso ha tenido en todas las naciones».
La manera profundamente original, pero artificiosa y violenta, del
gran satírico, contrasta con el apacible y llano decir de la antigua
tragicomedia; pero hay una obra de su juventud, escrita en diverso
estilo, donde se encuentran palpables reminiscencias de fondo y forma.
Casi todo lo que el Buscón D. Pablos nos cuenta de su madre en el
capítulo primero de su historia, y lo que se contiene en la estupenda
carta de su tío el verdugo de Segovia, Alonso Ramplón, trae á las
mientes algunas páginas de la _Comedia de Calisto_:

«Hijo (dice Celestina á Pármeno)... prendieron quatro veces a tu
madre, que Dios aya... e avn la vna le levantaron que era bruxa,
porque la hallaron de noche con vnas candelillas cojiendo tierra de
una encruzijada, e la tovieron medio dia en vna escalera en la plaça
puesta, vno como rocadero pintado en la cabeça; pero no fue nada:
algo han de suffrir los hombres en este triste mundo para sustentar
sus vidas e honrras... _En todo tenia gracia: que en Dios y en mi
consciencia, avn en aquella escalera estava e parescia que a todos los
debaxo no tenia en vna blanca, segun su meneo e presencia_... Todo lo
tuvo en nada; que mil vezes le oya dezir: si me quebré el pie, fue
por mi bien, porque soy más conocida que antes» (Aucto VII). Quevedo
retoca el cuadro con feroz humorismo, pero no hace olvidar la intensa
socarronería del bachiller toledano.

Entre los autores del siglo XVII ninguno admiraba tanto la _Celestina_,
y nadie, salvo Lope de Vega, llegó á imitarla con tanta perfección
como Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo. Pero este peregrino ingenio
y agudo moralista, cuyo nombre renace en nuestros días más por codicia
bibliománica que por afición sincera, merece atento y particular
estudio, que pensamos dedicarle cuando el orden cronológico le traiga
á esta galería de novelistas. Ahora sólo le citamos para recordar el
notable elogio que en la dedicatoria de _El Sagaz Estacio_ (1620) hizo
de la _Celestina_, mostrando por cierto singular ignorancia respecto
de sus continuaciones: «En Castilla no tenemos mas que una (comedia en
prosa), que es la _Celestina_, bien que esta, aunque vnica, es de tanto
valor, que entre todos los hombres, doctos y graues, aunque sean los de
mas recatada virtud, se ha hecho lugar, adquiriendo cada dia venerable
estimacion, porque entre aquellas burlas, al parecer livianas, enseña
vna doctrina moral y católica, amenazando con el mal fin de los
interlocutores a los que les imitaren en los vicios»[275].

De las imitaciones directas de la _Celestina_ trataremos ampliamente en
el capítulo que sigue.


                                NOTAS:

[1] Véase el estudio crítico que precede á la edición de Vigo, 1899,
tipografía de Eugenio Krapf. De aquel trabajo sólo conservo en el
presente algunas frases, que por razones particulares no he querido
modificar. Todo lo restante ha sido escrito de nuevo, conforme á los
descubrimientos é investigaciones de estos últimos años y al minucioso
estudio que he hecho de la _Tragicomedia_ y de la copiosa literatura
que con ella se relaciona.

[2] Ninguna de las ediciones españolas que hoy se conocen anteriores
á la de Alcalá de Henares, 1569, lleva este título, pero sí todas las
reimpresiones de la traducción italiana de Alfonso Ordóñez desde la de
Venecia, 1519, en adelante. Y así debía designársela en el uso común,
puesto que Luis Vives la cita dos veces con tal nombre en 1529 y en
1531, y también Fr. Antonio de Guevara en los preliminares de su _Aviso
de privados y doctrina de cortesanos_ (Valladolid, 1539).

[3] La primera edición del Cancionero de Juan del Enzina, en que están
sus más antiguos ensayos dramáticos, es de 1496, anterior tres años no
más á la _Comedia de Melibea_.

[4] Hay un pasaje del prólogo que parece indicar lo contrario: _quando
diez personas se juntaren a oyr esta Comedia_. Pero, á mi ver, no se
trata aquí de verdadera representación, sino de lectura entre amigos,
y en tal interpretación me confirma una de las octavas de Alonso de
Proaza.

«Dize el modo que se ha de tener _leyendo_ esta tragicomedia:

Si amas y quieres a mucha atencion, _Leyendo á Calisto, mouer los
oyentes_, Cumple que sepas hablar entre dientes, A vezes con gozo,
esperança y passion; A vezes ayrado con gran turbacion. Finge _leyendo_
mil artes y modos, Pregunta y responde _por boca de todos_, Llorando y
riyendo en tiempo y sazon.»

Son verdaderas reglas de declamación, pero no para un actor, sino para
un lector que habla por boca de todos los personajes de la pieza. No
recuerdo que nadie después de Wolf (_Studien_, pág. 280) y antes de
Creizenach (_Geschichte des neueren Dramas_, I, 34) se haya fijado en
este curioso pasaje. Es probable que las comedias elegíacas de la Edad
Media se recitasen así, y antes de ellas lo había sido el _Querolus_,
según todas las trazas.

El carácter de _drama ideal_ que la _Celestina_ tiene fué perfectamente
comprendido en el siglo XVII por su traductor latino Gaspar Barth, y
aun por eso aplaudía que su autor la hubiese escrito en prosa contra
el uso de los antiguos y el de su propio tiempo. «Hic vero Ludus
nulli Theatro affixus erit, nec diludiis factus unius ant alterius
Reipublicae, Civitatisve: sed generatim totum Orbem Christianum ad
lectionem vocat et velut spectaculum.»

[5] Fernando Wolf la consideraba como un poema épico-dramático, lo
cual es decir en sustancia lo mismo: «Seine Form ist in der That
eine episch-dramatische. In ihr zeigt sich das Drama zwar noch in
den weiten, faltenreichen epischen Gewanden, aber schon in Begriffe
dieser hemmenden Hüllen sich zu entledigen, um in freierer Bewegung
rascheren Schrittes die Bühne zu besteigen. In der Wahl, Anlage und
Gliederung der Fabel, in der composition der _Celestina_ im Ganzen
waltet allerdings noch das Epische vor; es ist darin noch das breite
Sichgehenlassen, die Redseligkeit des Erzählers, das Zerfahren der
Handlung und Hemmung ihres rascheren, dramatischeren Verlaufs durch
Episoden, das Vorwalten der Situation, die minutiöse Ausmalung, kurz
die Epische Breite und Behaglichkeit. Dennoch hat diese _Tragicomedia_
schon dramatischen Grundton, dramatisches Leben und-abgesehen von der
mehr äusserlichen Form des durchgehenden Dialogs und der Eintheilung in
(21) Acte, nicht nur Acte, sondern auch Action, dramatische Handlung
und vor allen in der und durch die Handlung drastisch dargestellte
Charaktere; ja gerade durch die meisterhafte Zeichnung, consequente
Entwickelung und den kuntsvollen Conflict der Charaktere, durch die
darin bedingte tragische Katastrophe zeichnet sie sich so sehr aus,
dass sie Prototyp und classisches Muster des sogenannten _género
novelesco_ des spanischen Nationaldramas geworden und hierin von
wenigen späteren, wenn auch dramatisch ausgebildeteren Stücken der Art
erreicht, von keinem übertroffen worden ist». (_Studien zur geschichte
der Spanischen und Porgiesischen Nationalliteratur von Ferdinand Wolf_,
Berlin, A. Asher, 1859, pág. 280).

[6] Aribau, en la introducción del tomo de _Novelistas anteriores á
Cervantes_, citó una edición de Medina del Campo de 1499, que nadie ha
visto. Acaso se atribuyó á Medina la edición incunable, que no consigna
realmente el punto de impresión. Pero no consta que Fadrique Alemán
imprimiese más que en Burgos. En Medina no se encuentra impresor alguno
antes de 1511, en que Nicolás de Piemonte estampó el _Valerio de las
historias_. Vid. _La Imprenta en Medina del Campo_, por D. Cristóbal
Pérez Pastor (Madrid, 1895), p. IX.

[7] Tampoco ha convencido al erudito italiano Mario Schiff (_Studi di
filologia romanza pubblicati da E. Monaci e C. de Lollis_, Turin, 1892,
fasc. 24, pág. 172).

La edición de Sevilla, 1501, anuncia que los argumentos están
_nueuamente añadidos_, lo cual si se entiende como suena es una
falsedad, puesto que la edición de 1499 tiene los mismos _argumentos_.
Lo que quiere decir, á mi juicio, es que los argumentos habían sido
añadidos al primitivo texto poco antes, nuevamente (_nuperrime_).

[8] No carece de curiosidad la historia de los precios que en ventas
públicas ha obtenido. Apareció por primera vez en Londres en la subasta
de la biblioteca de Ricardo Heber (1836), y fué tal la insensatez ó
ligereza de los bibliófilos (desencantados quizá por la circunstancia
del pliego falso) que fué vendido en la irrisoria cantidad de _dos
libras y dos chelines_. El afortunado comprador fué Mr. de Soleinne,
y en la venta de su riquísima colección dramática (1844) alcanzó ya
esta _Celestina_ el precio de 409 francos, que pagó el Barón Taylor.
Procedente de la biblioteca del Barón Seillière, fué subastada
nuevamente en París (1890), llegando al precio de 2.700 francos.
No sabemos si en aquella ocasión la adquirió el librero Quaritch,
de Londres, que en su catálogo de 1895 la anunció en _145 libras
esterlinas_. El bibliófilo inglés Mr. Alfredo W. Pollard es el actual
poseedor de esta joya, que afortunadamente podemos disfrutar todos en
la lindísima reimpresión que de ella ha hecho el Sr. Foulché-Delbosc, á
quien se deben los mayores progresos que el estudio de la _Celestina_
ha logrado en estos últimos años. _Comedia de Calisto ᘔ Melibea_
(Burgos, 1499). _Reimpresión publicada por R. Foulché-Delbosc, 1902_
(_Macon, Protat hermanos, impresores_). En la _Revue Hispanique_, tomo
IX, págs. 185-190, está minuciosamente descrito por el Sr. Foulché el
incunable de Burgos.

[9] Brunet, en la quinta edición de su _Manuel du Libraire_ (1860),
dice que la filigrana del papel en la última hoja deja leer la fecha
de 1795. Pero en su estado actual no tiene tal fecha ni señal alguna,
según asegura el Sr. Foulché-Delbosc, que le ha examinado más despacio
que nadie.

[10] _Bemerkungen zur Celestina_ (_Revue Hispanique_, 1902, págs.
139-170).

[11] Siendo Alfonso de Proaza personaje de bastante importancia
á principios del siglo XVI, especialmente como propagandista de
la filosofía luliana, y habiendo sonado tanto su nombre en las
controversias sobre la _Celestina_, parece natural que le dediquemos
algunas líneas, en que procuraremos recoger, siguiendo el orden
cronológico, las noticias que de él andan esparcidas en varios libros.

Su apellido indica que era natural ú oriundo de Asturias, aunque D.
Nicolás Antonio le llama, y él propio se llamaba, _Asturicensis_, lo
cual, en rigor, quiere decir natural de Astorga. Pero debe de ser
una falta de latinidad, como observó bien el autor de la _Biblioteca
Asturiana_, publicada por Gallardo (_Ensayo_, I, art. 457). Este
manuscrito, fechado en 1782 y remitido al conde de Campomanes,
no es más que el primer bosquejo de las _Memorias históricas del
Principado de Asturias y Obispado de Oviedo_, que empezó á publicar en
Tarragona, 1794, el canónigo D. Carlos González de Posada, no pasando
desgraciadamente del primer tomo. Es fácil cerciorarse del común
origen de ambos libros, sin más que cotejarlos. En su primer artículo,
González Posada apenas había hecho más que traducir las breves líneas
que Nicolás Antonio dedica á Proaza en la _Bibliotheca Nova_; pero
en el segundo habló con mejores datos, que le proporcionó el erudito
valenciano D. Francisco Borrull(A).

(Nota A: _Memorias Históricas del Principado de Asturias y Obispado de
Oviedo. Juntábalas el Dr. D. Carlos González de Posada, canónigo de
Tarragona, de la Real Academia de la Historia_... Tarragona, por Pedro
Canals, 1794, pp. 120-124).

El nombre de Alfonso de Proaza suena por primera vez en sus coplas
encomiásticas de la _Celestina_, ora se pusiesen en la hipotética
edición de Salamanca, 1500, ora en la de Sevilla, 1501.

«Consta de los libros de Ayuntamiento de la ciudad de Valencia,
llamados _Manuales_, que en 21 de octubre de 1504 fué nombrado por
dicha ciudad catedrático de Retórica Alfonso de Proaza; que en 7
de mayo de 1505 se le reeligió para el año siguiente; que en 8 de
septiembre del mismo año la ciudad loó y aprobó la obra que hizo en
alabanza de la misma el reverendo Alfonso de Proaza, bachiller en Artes
y familiar del obispo de Tarazona, D. Guillén Ramón de Moncada, y mandó
que ninguno pudiera imprimir dicha obra sino la persona que quisiese
el mismo Proaza...; que en 8 de enero de 1506 proveyó la ciudad que
se le diera y colara el primer beneficio que vacare en la misma al
reverendo Mosén Alfonso de Proaza, presbytero, etc.; que en 30 de mayo
del mismo año fué reelegido catedrático de Retórica». (Nota comunicada
por Borrull á González Posada.)

D. Francisco Ortí y Figuerola, en sus _Memorias históricas de la
fundacion y progressos de la insigne Universidad de Valencia_ (Madrid,
1730), pág. 143 y siguientes, añade que «fué secretario del obispo de
Tarazona, D. Gislenio (Guillén) Ramón de Moncada, y uno de los más
fuertes defensores de la doctrina de Raymundo Lulio, que entonces se
leía públicamente en la Universidad, y había en ella cátedra instituída
para su lección con el honorario correspondiente, la cual duraba aun
después de la mitad del siglo XVII, como lo escribe el Regente D.
Lorenzo Mateu... El Maestro Proaza promovió esta doctrina con el mayor
esfuerzo, haciendo varias ediciones de muchas obras de Raymundo Lulio,
entre las quales imprimió la disputa que tuvo con Homar Sarraceno, y
en su conclusión añadió unas actas del examen de la doctrina del mismo
Raymundo. Hizo también el catálogo de sus obras, del qual, y del que
formó después el juicioso Wadingo..., se valió D. Nicolás Antonio,
añadiendo varias noticias que adquirió... Diferentes de estas ediciones
dedicó el Maestro Proaza al Venerable Arzobispo Cardenal... Cisneros, y
la última que hallamos dirigida por su cuydado es del año de 1519. Por
esta fecha, y porque dice Escolano que leía Retórica en Valencia cerca
del año de 1517, supongo que estuvo en esta enseñanza hasta el de 1517,
en que entró _Alonso Ordóñez_, tal vez á instancia y proposición suya,
y por haber sido substituto suyo en los años antecedentes, pues las
ocupaciones de Proaza eran muchas y graves».

Hasta aquí Figuerola, el cual añade en otra parte que Alfonso Ordóñez
fué reelegido para la cátedra de Retórica en 20 de mayo de 1518 y en
el mismo mes de los años 1520 y 1521. Siendo tan vulgares el nombre y
el patronímico, no hay que reparar mucho en su coincidencia con los
del primer traductor italiano de la _Celestina_, pues nada tiene de
verisímil (aunque no sea imposible) que quien en 1506 era familiar
del papa Julio II fuera diez años después á desempeñar una cátedra de
Retórica en el Estudio de Valencia.

Como meros apuntamientos cronológicos, citaré aquí las publicaciones
que conozco de Alfonso de Proaza:

1505. _Oratio luculenta de laudibus Valentiae_... (Colofón: _In eadem
inclyta urbe Valentia. Per Leonardum Hutz alemanum... anno messie
incarnati MCCCCCV quarto idus novembris_). (Vid. Serrano Morales,
_Diccionario de impresores valencianos_, p. 224). Entre las papeletas
inéditas todavía de D. Bartolomé Gallardo, con las cuales ha de
formarse el quinto tomo del _Ensayo_, hay una descripción muy detallada
de este rarísimo opúsculo con algunos extractos. Contiene, además de
la _Oratio_, algunas poesías latinas de Proaza (_Alphonsi de proaza ad
divos Valentinae vrbis patronos Vincentium martyren invictissimum: et
Vincentium Ferrer confessorem, Carmina saphica adonica atque dimetra
iambica_); otras, también latinas, de un Gonzalo Ximenez, cordobés,
bachiller en ambos derechos, y del balear Miguel Cossi; y finalmente,
el _Romance heroico del mesmo Alonso de Proaza en lengua castellana
sacado de la ya dicha latina oracion_, que es el mismo que luego se
imprimió en el _Cancionero General_. Al fin del volumen se hallan
unas estancias de arte mayor, de las cuales sólo transcribiremos la
última, por la gran similitud que tiene con otra de las que puso en la
_Celestina_:

DESCRIPCIÓN DEL TIEMPO EN QUE SE ACABÓ

En tiempo que el padre del triste Feton Por nuestro horizonte muy raudo
pasaba, Y en frígido albergue hospicio le daba El Tésalo arquero,
Centauro Quiron, Y retrogradando por otra region Mil y quinientas
jornadas hiziera Con cinco despues que Cristo naciera, Fraguose el no
bien fraguado sermon.

En el privilegio se llama á Alonso de Proaza «Bagiller en Arts,
familiar del molt Reuerent don Guillem Ramon de Moncada, bisbe
de Taraçona». Gaspar de Escolano, en su _Historia de Valencia_,
tomo I, lib. V, cap. 29.º, col. 1117 y ss. de la primera edición
(Valencia, 1610), pone traducidos varios trozos de este panegírico,
pero equivocando el apellido y, al parecer, la patria del autor, á
quien llama «Alfonso _Peraza_, Cathedratico de Retorica, _de nación
Andaluz_». Acaso procederá la equivocación de haber un Luis de Peraza,
historiador de Sevilla; pero tampoco tendría nada de extraño que Alonso
de Proaza, asturiano de origen, hubiese nacido en Andalucía.

1510. _Disputatio Raymundi Lulli et Homerii Saraceni, primo habita
inter eos in urbe Bugiae Sermone Arabico, postea translata in Latinum
ab eodem Lullo... Valentiae, per Ioannem Gofredum_ (Juan Jofre). Cuidó
de esta edición Alonso de Proaza, y escribió la epístola dedicatoria al
noble genovés Bartolomeo Gentili (el Bertomeu Gentil del _Cancionero
General_). Contiene además este raro libro otros dos tratados lulianos,
el _De Demonstratione per aequiparantiam_ y la _Disputatio quinque
hominum sapientum_.

A este mismo año de 1510 corresponde la más antigua de las ediciones
hasta ahora conocidas de las _Sergas de Esplandián_, famoso libro de
Caballerías, del regidor Montalvo. Esta edición, acabada de imprimir
en Sevilla por maestre Jacobo Cromberger á 31 de julio de 1510, está
descrita con el núm. 3331 en el _Registrum_ de D. Fernando Colón. Por
esta descripción sabemos que el libro tenía al fin, como todas las
ediciones posteriores, unas coplas de Alonso de Proaza, que comienzan
«Los claros ingenios...». Estas coplas son seis octavas de arte mayor,
análogas en todo á las que puso en la _Celestina_:

Aquí se demuestran, la pluma en la mano, Los grandes primores del alto
decir, Las lindas maneras del bien escrebir, La cumbre del nuestro
vulgar castellano; Al claro orador y cónsul romano Agora mandara su
gloria callar, Aquí la gran fama pudiera cesar Del nuestro retórico
Quintilïano.

También en este caso se titula Alonso de Proaza «corrector de la
impresión»; pero ¿qué edición del _Esplandián_ es la que corrigió
verdaderamente? No creo que fuese la sevillana de 1510, sino otra más
antigua, porque él en ese tiempo residía en Valencia.

1511. En el _Cancionero General_ de Hernando del Castillo, impreso en
Valencia por Cristóbal Hofman, hay seis poesías del bachiller Alonso
de Proaza, que tienen los núms. 25, 35, 477, 778, 791 y 793 en la
reimpresión de los Bibliófilos Españoles. La más curiosa es el _Romance
en loor de la ciudad de Valencia_, que reprodujo Durán en su _Romancero
General_, tomo II (núm. 1369). Es un resumen de su oración latina, con
la cual fué impreso. El colector Castillo, que dirige á Proaza dos
preguntas rimadas, da testimonio de la reputación científica de que
gozaba entre sus contemporáneos:

A vos que soys prima de los inuentores Y todo saber en vos
resplandesce: A vos a quien grandes, medianos, menores, Vienen
pidiendo de vuestros fauores, Y lleuan cumplido lo que les fallesce...
.......................................................... Discreto,
prudente en metros y prosa, A quien s'endereçan mis simples razones,
A vos qu'en el texto desnudo sin glosa, Sin que se pueda sentir otra
cosa, Moueys grandes dubdas y altas quistiones.

1512. Publicó en Valencia, imprenta de Jorge Castilla, el _Liber
correlativorum innatorum_ de Raimundo Lulio (Vid. N. Antonio,
_Bibliotheca Vetus_, tomo II, lib. IX, cap. III, párrafo 89).

1513. Se hace mención de Alonso de Proaza en una carta interesantísima
del Cardenal Cisneros á los Jurados de la Ciudad y Reino de Mallorca:
«El _Secretario_ Alonso de Proaza me embió su carta, y el traslado de
los títulos y privilegios de aquella doctrina del Maestro Ramon Lull,
Doctor Iluminadissimo, y he avido mui grande plazer de verlos, y de
todo lo que sobre esto me escriven; porque de verdad yo tengo mucha
aficion á todas sus obras, porque son de mucha dotrina y provecho; y
assi crean, que en todo quanto yo pudiere las tengo de favorecer y
trabajar cómo se publique y se lea por todos los Estudios... Y porque
_al bachiller Proaza escrivo más largo sobre todo_, no digo aqui más de
remitirme a lo que él de mi parte les escriviera: yo les ruego que le
den entera fé. De Alcalá, á 8 de octubre de 1513».

Esta epístola, sacada del libro de _Cartas Missivas_ del Archivo
municipal de Mallorca y registrada en el proceso de beatificación de
1612, fué publicada por el P. Custurer en sus _Disertaciones históricas
del Beato Raymundo Lulio_ (Mallorca, 1700, pág. 364). Además de lo
que importa para la historia del lulismo, nos presenta á Alonso de
Proaza como hombre de confianza del gran Cardenal, que sostenía con él
correspondencia directa.

1514. En la segunda edición del _Cancionero General_, hecha en Valencia
por Jorge Costilla, se añade una poesía de Alonso de Proaza en loor de
la bienaventurada Sta. Catalina (núm. 25 en el apéndice de la edición
de los Bibliófilos).

1515. _Ars inventiva veritatis. Tabula generalis. Commentum in easdem
ipsius Raymundi... Prima impressio per Didacum de Gumiel in inclyta
civitate Valentia die XII mēsis Februarii. Anno vero christianae
salutis decimo quinto supra millesimum._

Estos tres libros lulianos, de los cuales el tercero se conoce también
con el título de _Ars expositiva, seu lectura super artem inventivam
et tabulam generalem_, fueron publicados por Alonso de Proaza en un
solo volumen, en folio, á dos columnas, de 219 hojas numeradas y 7 de
preliminares. Está dedicado al Cardenal Cisneros, bajo cuyos auspicios
se hizo la edición. Alonso de Proaza tradujo al latín la _Lectura_, y
añadió un catálogo metódico y por materias de las obras de Lulio. (Cf.
Littré, tomo 29 de la _Histoire Littéraire de la France_, pp. 182-183,
196-197.)

1519. A este año pertenecen, según D. Nicolás Antonio, otras dos
ediciones lulianas, impresas en Valencia por Jorge Costilla, el _Liber
de ascensu et descensu intellectus_ y la _Logica Nova_. Pero el P.
Custurer (_Disertaciones_, p. 603), á quien como especialista en la
materia hemos de suponer más enterado, las atribuye al año 1512, y cita
un ejemplar existente en la Biblioteca de Montesión (hoy Provincial
de Mallorca). Pudiera tratarse de ediciones distintas, pero no parece
creíble, porque en 1518 Jorge Costilla había trasladado sus prensas á
Murcia, y no volvió á establecerse en Valencia hasta el año de 1520.

Alfonso de Proaza fué también autor dramático.

En el _Registrum_ de D. Fernando Colón figura con el número 12.987
_Alfonsi de Proaza, Farsa, en coplas S._ (¿Sevilla?). Empezaba:

O qué valles tan lucidos. O qué chapados pradales...

De esta pieza, como de tantas otras, no queda más memoria que el
apuntamiento de Colón (véase la magnífica edición en facsímile
del _Registrum_ publicada por el benemérito hispanista Mr. Archer
M. Huntington). Los dos primeros versos de la _farsa_ de Proaza
corresponden exactamente á los de otra farsa de Alonso de Salaya, que
afortunadamente existe, y de la cual tenemos copia. ¿Serían ambas
obrillas una misma, atribuida á dos autores?

Estos datos, con ser tan exiguos, aclaran un poco la fisonomía del
personaje. En su juventud, como otros humanistas trashumantes, tuvo
que ganarse la vida corrigiendo pruebas de imprenta. Más adelante, su
cátedra de Retórica, el oficio de secretario del obispo de Tarazona,
su ferviente lulismo, que no pudo menos de hacerle grato á los
mallorquines, y sobre todo la protección de Cisneros, mejoraron sin
duda su condición, pero no le harían perder sus antiguas aficiones.
Sin nota de temeridad puede sospecharse que no fué ajeno á la edición
valenciana de la _Celestina_, salida en las prensas de Juan Jofre
(utilizadas por él mismo para alguna de sus tareas), y que no sólo
consintió, sino que probablemente sugirió la idea de reproducir el
colofón de Salamanca, donde se «descriue el tiempo y lugar en que la
obra _primeramente se imprimió acabada_». Todo esto me parece natural y
sin visos de superchería.

[12] _Comedia de Calisto y Melibea_ (_Unico texto auténtico de la
«Celestina»_). Macon, Protat hermanos, impresores, 1900. Forma parte de
la _Bibliotheca Hispanica_.

[13] Después de los versos acrósticos hay un segundo título, que no
sabemos si es anterior ó posterior al primero: «Siguese la comedia de
Calisto y Melibea, compuesta en reprehension de los locos enamorados,
que vencidos de su desordenado apetito a sus amigos llaman z dizen ser
su dios. Assi mesmo fecha en auiso de los engaños de las alcahuetas ᘔ
malos ᘔ lisonjeros siruientes».

[14] Entiéndase _oí_.

[15] El origen de este prólogo se dirá cuando tratemos de las fuentes
de la _Celestina_.

[16] En vez de _conquistas_ es probable que el autor escribiese
«_conquestas_» (disputas).

[17] _Revue Hispanique_, 1900, pág. 42.

[18] _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, tercera época, tomo
VI. Enero á junio de 1902, páginas 245-299. _Noticias biográficas
de Fernando de Rojas, autor de la Celestina, y del impresor Juan de
Lucena._ Con un facsímile de la declaración de Alvaro de Montalbán, y
un calco de la firma autógrafa de Catalina de Rojas.

[19] Hombre de temple debió de ser el bachiller Rojas, y que no se
recataba de manifestar sus convicciones. En la misma _Tragicomedia_
(aucto VII) alude con intensa ironía á los procedimientos
inquisitoriales y manifiesta su predilección por la justicia ordinaria.
Después de contar Celestina cómo salió á la vergüenza castigada por
bruja su amiga Claudina, la madre de Pármeno, la interrumpe éste:
«Verdad es lo que dizes, pero _esso no fue por justicia_», y Celestina
le replica. «Calla, bouo; _poco sabes de achaque de iglesia, e quánto
es mejor por mano de justicia que de otra manera_; sabialo mejor el
cura, que Dios aya, que viniendola a consolar, dixo que la sancta
Escriptura tenia que bienaventurados eran los que padescian persecucion
por la justicia, e que aquéllos poseerian el reyno de los cielos. Mira
si es mucho passar algo en este mundo por gozar de la gloria del otro;
e mas que, segun todos dezian, _a tuerto e sin razon, e con falsos
testigos e recios tormentos, la hizieron aquella vez confesar lo que
no era_... Asi que, todo esto passó tu buena madre acá, deuemos creer
que le daria Dios buen pago allá, si es verdad lo que nuestro cura nos
dixo».

Esta genial y desenfadada libertad no es incompatible con la más
exquisita prudencia, y á Rojas, que como escritor es tan vigoroso
y tan sereno á un tiempo, no podían faltarle en la vida las mismas
condiciones que tuvo en el arte. Gracias á ellas pudo esquivar, aunque
no _sin sospecha_, la persecución de los de su raza.

[20] Acaso no está puesta sin misterio la edad de Calisto en el _aucto
IV_: «Podra ser, señora, de _veynte e tres años_, que aquí está
Celestina que le vido nacer y le tomó á los pies de su madre».

[21] Véase lo que más adelante decimos de la _Comedia Philodoxos_.

[22] Vid. A. Morel-Fatio (_Romanía_, 1897, págs. 324 á 326), con
ocasión de dar cuenta de un artículo de C. A. Eggert (_Zur Frage
der Urheberschaft der Celestina_ en el _Zeitschrift für romanische
Philologie_).

[23] Son raras en la _Celestina_ las alusiones á costumbres jurídicas,
pero he notado dos ó tres bastante curiosas.

«Es necesario (dice la misma Celestina) que el buen procurador ponga
de su casa algun trabaxo, algunas fingidas razones, algunos sofísticos
actos; yr e venir a juyzio, avnque resciba malas palabras del juez,
siquiera por los presentes que lo vieren, no digan que se gana holgando
el salario.» (_Aucto III._)

El monólogo de Calisto en el _aucto XIV_ contra el juez que mandó
tan ejecutivamente descabezar á sus criados, testifica en su primera
parte el desprecio de la justicia que hacían en los días anárquicos
de Enrique IV los hombres poderosos y turbulentos, convirtiéndola en
función doméstica de viles paniaguados suyos; en la segunda, el autor,
como hombre de ley, restablece la verdadera noción de las cosas y
da la razón al juez, por boca del mismo irritado mancebo: «O cruel
juez, e qué mal pago me has dado _del pan que de mi padre comiste!
Yo pensaua que pudiera con tu fauor matar mill hombres sin temor de
castigo_, iniquo falsario, perseguidor de verdad, _hombre de baxo
suelo_. Bien diran de ti, que te hizo alcalde mengua de hombres buenos.
_Miraras que tú e los que matastes, en servir a mis passados e a mí,
erades compañeros_; mas quando el vil está rico no tiene pariente ni
amigo. ¿Quién pensara que tú me auias de destruyr?... Tú eres público
delincuente e mataste a los que son priuados...

«Pero qué digo? Con quién hablo? Estoy en mi seso? Qué es esto,
Calisto?... Con quién lo has? Torna en ti; mira que nunca los absentes
se hallaron justos; oye entrambas partes para sentenciar. _No vees
que por executar la justicia no auia de mirar amistad, ni deudo, ni
criança? No miras que la ley tiene de ser ygual a todos?_ Mira que
Rómulo, el primer cimentador de Roma, mató a su propio hermano porque
la ordenada ley traspassó. Mira á Torcato, romano, cómo mató á su hijo
porque excedió la tribunicia constitucion; otros muchos hizieron lo
mismo».

Quizá este monólogo es inoportuno en la situación en que Calisto se
encuentra, pero no lo es para el conocimiento de las ideas de su
autor, y aun las mismas citas clásicas delatan al alumno ó profesor de
jurisprudencia romana. Este trozo es de los añadidos en 1502.

[24] Esto es, pan ázimo, sin levadura.

[25] Fiesta de los tabernáculos.

[26] _Historia de Talavera, antigua Elbora de los Carpetanos, póstuma:
escribióla en borrador el Lic. Cosme Gomez de Tejada de los Reyes.
Sacóla en limpio Fr. Alonso de Ajofrin, profeso del Monasterio de Sta.
Catalina, orden de S. Gerónimo_ (Ms. 2039 de la Biblioteca Nacional).

[27] _Salamanca_ en vez de _Talavera_, lo cual ha extraviado á los
investigadores por no encontrarse en Salamanca ningún alcalde mayor que
llevase el nombre de Fernando de Rojas. Vid. Cañete, en su prólogo á
las _Farsas_ y _Églogas de Lucas Fernández_ (Madrid, 1867), pp. VIII y
IX. El error de copia procede de Gallardo, según he comprobado en sus
papeletas autógrafas.

[28] Alusión evidente á los prosélitos del culteranismo, á quienes
satirizó el mismo Tejada en su _León Prodigioso_ (1636).

[29] Indivisible.

[30] Noticia comunicada al Sr. Serrano por D. Luis Jiménez de la Llave,
correspondiente de la Academia de la Historia en Talavera, y fundada
probablemente en documentos del Archivo Municipal.

[31] _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, 3.ª época, tomo VI,
pp. 295-299.

[32] _Discursos leídos ante la Real Academia de la Historia, en la
recepción pública del Excelentísimo Sr. D. Fermín Caballero._ Madrid,
Imp. del Colegio de Sordo-Mudos, 1866, pág. 30.

[33] Ha tenido la bondad de enviarme la transcripción de este pasaje
el R. P. Fr. Guillermo Antolín, O. S. A., dignísimo bibliotecario del
Escorial, donde existe el códice original de las _Relaciones_, del cual
tenemos copia en la Academia de la Historia.

[34] Algunos le han confundido con un _Fernando de Rojas, vecino de
Toledo_, que se encuentra entre los exceptuados de la amnistía ó lista
de perdón que dió Carlos V en 28 de octubre de 1522. Puede verse dicho
documento en los apéndices de la traducción que D. José Quevedo,
bibliotecario del Escorial, publicó en 1840 de los diálogos _De Motu
Hispaniae_ de Juan Maldonado, pág. 346. El nombre de _Fernando de
Rojas_ está á continuación del de otro Rojas (Francisco), vecino de
Toledo. Nuestro Rojas era ya vecino de Talavera en 1517, y continuaba
siéndolo en 1525. Aunque no es materialmente imposible colocar entre
ambas fechas el episodio revolucionario, todo induce á creer que se
trata de distinta persona.

Nada podemos decir de un _Fernando de Rojas_, autor de una
insignificante poesía contenida en un códice de la Biblioteca del Real
Palacio (publicada en la _Revue Hispanique_, IX, p. 172).

[35] Aún en el siglo XVI reinaba tal incertidumbre sobre esto, que
el primer acto de la _Celestina_ y aun toda ella fueron atribuídos
caprichosamente á diversas personas. El portugués Juan de Barros dice
en su _Espelho de Casados_ (1540, p. 12): «Ho que fez a _Celestina,
qualquer que foy, ora fosse nosso mestre Loarte, ora outro_, nam foy
outro seu fim senam dezer mal das molheres». (Nota comunicada por doña
Carolina Michaëlis de Vasconcellos).

Del _encubierto aragonés_ de Gracián hablaré más adelante.

[36] Así lo ha hecho el Sr. D. Cayo Ortega Mayor en su reciente
edición, aunque sin dar título á esas subdivisiones (_Biblioteca
Clásica_, tomo 216, 1907).

[37] Ya D. Nicolás Antonio había dicho con muy buen sentido, en su
_Bibliotheca Nova_ (artículo de Rodrigo de Cota): «Qui enim Ioanni de
Mena Cordubensi... hanc (Comoediam) tribuunt, parum animadvertunt Menae
stilum, _imo illius saeculi_, quo Mena floruit, ab hoc poematis nostri
toto coelo diversum».

[38] _Epistolario Español_, de la _Biblioteca_ de Rivadeneyra, II, p.
33.

[39] Vid. el tomo 6.º de mi _Antología de poetas líricos castellanos_
(pp. 376-382). Una poesía muy curiosa de Rodrigo Cota publicó el Sr.
Foulché-Delbosc en el número primero de la _Revue Hispanique_ (marzo de
1894). Son unas coplas contra el contador mayor de los Reyes Católicos,
Diego Arias de Ávila, con motivo de haber casado un hijo ó sobrino suyo
con una parienta del gran Cardenal Mendoza, y haber convidado á la
boda, que se celebró en Segovia, á todos sus deudos, excepto á Rodrigo
Cota, que se vengó con este burlesco epitalamio, _leyendo el cual la
Reyna Isabel dijo que bien parescia ladrón de casa_. Esta composición
es de 1472 ó poco después, según de su contexto se infiere.

En sus _Anales de Literatura española_ (1904), preciosa miscelánea
que deseamos vivamente ver continuada, publicó D. Adolfo Bonilla
en facsímile una nota autógrafa de un doctor Cota, puesta en la
última hoja de una de las obras jurídicas de Bartolo (ejemplar de
la Biblioteca Nacional), donde el susodicho Dr. Cota declara haber
comprado aquel libro en Toledo á 15 días de abril de 1485. No parece
que este Dr. Cota sea el autor del _Diálogo entre el Amor y un Viejo_.
Se trata, según toda probabilidad, de un Dr. Alonso Cota, que tuvo, por
cierto, al año siguiente, muy desventurado fin. «Miércoles 26 dias de
Agosto del dicho año de 86 (1486) quemaron (los primeros inquisidores
de Toledo) 25 personas, 20 hombres y 5 mujeres: entre las quales
_quemaron al Dr. Alonso Cota, vecino de Toledo_, e a un Regidor de esta
cibdad, e a un Fiscal, e a un Comendador de la Orden de Santiago e a
otras personas que fueron en honra». (Biblioteca Nacional, ms. Aa--105,
fol. 88. _Varias cosas curiosas manuscritas, por el Lic. Sebastián
de Horozco_). En la _lista de los inhábiles de Toledo y cantidades
que cada uno pagó por su rehabilitación_ (Archivo Histórico Nacional,
Inquisición de Toledo, leg. 120, núm. 92), figuran Inés Cota y Sancho
Cota, hijos del _Dr. Cota_ y de Margarita de Arroyal.

En el mismo número de la _Revue Hispanique_ (pp. 85-87) imprimió el Sr.
Foulché-Delbosc dos cartas inéditas de la Reina Católica, tomadas de
la colección del P. Burriel (Dd--59 de la Biblioteca Nacional). Estas
cartas, fechadas en 1472, dan alguna luz sobre la familia de los Cotas,
pero no es seguro que el Rodrigo Cota, hijo del jurado de Toledo Sancho
Cota, y hermano del Bachiller Alfonso de la Cuadra, alcalde de Ávila,
sea la misma persona que el poeta.

Véase también el _Cancionero de Antón de Montoro_, reunido, ordenado y
anotado por D. Emilio Cotarelo y Mori (Madrid, 1900), pp. 344-347.

[40] Vid. _Revista de Archivos_, 3.ª época, tomo VI, pág. 248.

[41] Manuscrita en la Biblioteca Nacional (Ff. 23 y 24).

[42] La frase de Palmyreno es ambigua, é indica que dudaba entre la
atribución del primer acto á Juan de Mena ó de toda la tragicomedia á
Rojas. «Finge que oyes este thema: En todas partes es conoscida esta
mala vieja. El que essa proposición oye, bien entiende lo que le dizes;
pero no se le mueuen los affectos a aborescerla o á apartarse della.
Mira la _Hipotyposis del excelente Joan de Mena o del Bachiller Rojas
de Montaluan_... (_Phrases Ciceronis, Hypotyposes clariss. virorum,
Oratio Palmyreni post reditum, eiusdem fabella Ænaria. Valentiae, ex
officina Pet. a Huete, 1574_), pág. 24 vta.».

[43] Sigo la edición de Eduardo Boehmer, que es la más correcta
(_Romanische Studien... Sechster Band. Bonn, Eduard Weber's Verlag_...,
1895, pág. 415).

[44] Aludo á D. Adolfo Bonilla y San Martín, á quien pudiera llamar,
con menos autoridad que el Maestro López de Hoyos, pero con la misma
efusión, «mi caro y amado discípulo». Véase el estudio que con el
modesto título de _Algunas consideraciones acerca de la Celestina_
campea al frente de sus _Anales de la Literatura Española_, Madrid,
Imp. de Tello, 1904, pp. 7-24.

[45] _Recuerdos del tiempo viejo_, Barcelona, 1880, tomo I, pág. 90 y
ss.

[46] _Victor Hugo avant 1830_, par Edmond Biré. París, 1883, pp.
389-394.

[47] Hay una sola excepción: el episodio, evidentemente ocioso, de la
venganza de Elicia y Areusa encomendada al rufián Centurio. Pero este
no formaba parte de la obra primitiva, y fué intercalado á última hora.
Más adelante nos haremos cargo de él.

[48] ¿Cómo pudo creer Ticknor que Fernando de Rojas se abstuvo quizá
de dar su nombre á toda la _Celestina_ por respetos á su _posición
eclesiástica_? ¿Qué tendrá que ver un bachiller en leyes con un
eclesiástico? Esta peregrina ocurrencia subsiste aún en las últimas
ediciones de su obra: «It is that the different portions attributed to
the two authors are so similar in style and finish, as to have led to
the conjecture that, after all, the whole might have been the work of
Rojas, who, for _reasons, perhaps, arising out of his eclessiastical
position in society_, was unwilling to take the responsibility of being
the sole author of his» (_History of Spanish Literature, by George
Ticknor_, Londres, Trübner, tomo I, pág. 237). Un erudito como Ticknor
no debió haberse fiado del prologuista de la edición de Amarita, que
fué el primero en consignar este disparate: «no le parecía la obra
ocupación propia de un _eclesiástico_».

[49] Pudo ser también un rasgo de timidez literaria, propia de un
escritor novel. Al principio dió el libro como anónimo. La edición de
1499, en su estado actual, no tiene los versos acrósticos, ni pudo
tenerlos nunca porque no hubiesen cabido en la hoja primera que falta,
y además sin la clave difícilmente se habrían fijado los lectores en
su artificio. No es creíble tampoco que esa hoja que hacía veces de
frontis contuviese ningún otro indicio para reconocer al autor, porque
hubiera pasado á alguna de las ediciones posteriores. Alentado Rojas
por el buen éxito de su obra, se descubrió á medias en el acróstico de
1500 ó de 1501, en connivencia con Alonso de Proaza, que dió la clave
para descifrarle.

[50] _Obras de D. Leandro Fernández de Moratín_, edición de la Real
Academia de la Historia, 1830, tomo I, pág. 88.

[51] _Periódico trimestral, intitulado Variedades ó Mensagero de
Londres. Lo publica R. Ackermann, núm. 101, Strand, Londres._ Tomo I,
núm. 3.º (abril de 1824, p. 228).

[52] _Studien zur Geschichte der Spanischen und Portugiesischen
Nationalliteratur_... p. 296.

[53] _Handbuch der Spanischen Literatur... von Ludwig Lemcke._ Leipzig,
Fr. Fleischer, 1855.

P. 150: «Denn zwischen dem angeblich von Cota oder Mena herrührenden
ersten Akt und den folgenden ist so ganz und gar keine Verschiedenheit
des Styls sichtbar, der im ersten Akte angelegte Plan is so consequent
durchgeführt, das Ganze überhaupt so aus einem Gusse gearbeitet, dass
es rein undenkbar ist, _ein Fortsetzer habe sich in diessem Grade in
die Intention seines Vorgängers hineindenken und seine Manier in so
vollkommenem Maase nachahmen können_. Die neue Kritik hat sich daher
fast allgemein dafür entschieden, _die Celestina für das Werk eines
einzigen verfassers zu halten, nämlich des obengenannten Fernando de
Rojas_».

[54] Véanse los dos artículos acerca de las ediciones de Krapf y
Foulché-Delbosc, en el _Literaturblatt für germanische und romanische
Philologie_ (tomo XXII, 1901). En el segundo dice: «Ein einziger
Verfasser aller 21 Akte, wie Menendez y Pelayo und wie ich selber
annehme». Tal sufragio vale por muchos. Verdad es que la insigne
romanista deja en duda si tal autor fué Fernando de Rojas ú otro, pero
ha de tenerse en cuenta que cuando escribió su artículo no se conocían
todavía los documentos que prueban indisputablemente la existencia de
Rojas y le declaran autor de la _Celestina_.

[55] _Revue Hispanique_, VII, p 57.

[56] He aquí uno de los lugares en que la prosa de la _Celestina_
recuerda más la del _Corbacho_.

[57] Involuntariamente se recuerdan los versos de Fernán Pérez de
Guzmán, que acaso estarían presentes á la memoria de Rojas:

El gentil niño Narciso En una fuente gayado, De si mismo enamorado Muy
esquiva muerte priso...


[58] Más adelante veremos de dónde están tomadas.

[59] _Que lo detiene_, dicen la edición de Valencia, 1514, y otras
muchas. Por evidente razón métrica prefiero el texto de Gorchs, tomado,
al parecer, del de Zaragoza, 1507.

Creo enteramente casual la coincidencia entre los últimos versos que
canta Melibea con el célebre fragmento de Safo:

Δέδυκε μὲν ἁ σελάννα Καὶ Πληΐαδες, μέσαι δὲ Vύκτες, παρὰ δ' ἔρχεθ' ὥρα,
Ἔγω δὲ μόνα χαθεύδω.

(_Poetae Lyrici Graeci_, ed. Bergk, Leipzig, 1843, pág. 612.)

La semejanza de la situación ha inspirado la misma frase al bachiller
Rojas y á la poetisa de Lesbos, pero la imitación hubiera sido
imposible, puesto que antes de 1550 no fueron coleccionados los
fragmentos de Safo, y antes de 1526 no fué impreso el texto del
gramático Hefestión, que nos ha conservado esos cuatro versos, débil
pero fielmente traducidos por nuestro Castillo y Ayensa:

Ya sumergióse la luna, Ya las Pléyadas cayeron, Ya es media noche, ya
es hora, ¡Triste! y yo sola en mi lecho!

(_Poesías de Anacreonte, Safo y Tirteo_... Madrid, Imp. Real, 1832,
pág. 192).


[60] La paradoja del erudito director de la _Revue Hispanique_ ha
hecho pocos prosélitos. Entre los críticos que disienten de ella
debemos mencionar (además de nuestro Bonilla) á doña Carolina Michaëlis
de Vasconcellos (_Literaturblatt für germanische und romanische
Philologie_, n.º 1.º, 1901) y á Mr. E. Martinenche (_Bulletin
hispanique_, tomo IV, 1902, pp. 95-103), _Quelques mote sur la
Célestine_. «Je dois ajouter (dice Martinenche) que, s'il a vraiment
existé, cet _adicionador_ est en tout cas fort loin d'être l'écrivain
maladroit que suppose M. Foulché-Delbosc. Il est, en effet, dans la
_Célestine_, une scène qui a fait songer à Shakespeare, et qui mérite
cet honneur. Cet immortel duo d'amour, ce n'est pas celui de l'acte
XIV, c'est celui de l'acte XIX. J'ai presque autaut de peine à refuser
à Pierre Corneille la seconde entrevue de Rodrigue et de Chimène».

[61] Aunque las palabras de Sempronio van dirigidas á Celestina, sería
ridículo entenderlas del padre de ésta, que debía estar enterrado hacía
muchos años.

[62] _In Dioscoridis Anazarbei de materia medica libros quinque
enarrationes eruditissimi Doctoris Amati Lusitani. Venetiis, apud
Gualterum Scotum_, 1553, lib. III, en. 99, pág. 1907.

Llamó por primera vez la atención sobre este texto el Dr. Pedro Dias,
_Archivos da historia da medicina portugueza_, 1895, pág. 6.

Véanse la preciosa monografía del Dr. D. Maximiano Lemos, ilustre
historiador de la Medicina en Portugal, _Amato Lusitano. A sua vida e
a sua obra_ (Porto, 1907), pp. 35-38, y el erudito folleto del Dr. D.
Ricardo Jorge, _La Celestina en Amato Lusitano, contribución al estudio
de la famosa comedia_, traducido para la revista _Nuestro Tiempo_ por
el Dr. D. Federico Montaldo (Madrid, 1908).

[63] «¿Qué más claro lo quieres? No tienes ya por qué dubdar; y _si
vas a San Laurencio, junto á la pila de baptizar hallarás sobre su
sepultura este epitafio_:

Las mientes empedernidas De las muy castas doncellas, Aunque más altas
y bellas, De mí fueron combatidas; Y ablandadas y vencidas Con mis
sabrosas razones, Pusieron sus corazones En mis manos ya rendidas...

(Siguen otras dos estrofas).

Claro es que ni la sepultura de Celestina en San Lorenzo, ni su
epitafio, pueden tomarse en serio, pero son un nuevo documento de la
tradición salmantina. (Vid. _Tragicomedia de Lisandro_..., tomo III de
_Libros Raros ó Curiosos_, p 35.)

[64] _El Pelegrino Curioso_ y _Grandezas de España... Publícalo la
Sociedad de Bibliófilos Españoles_. Tomo I. Madrid, 1886, pág. 310.

[65] Tanto este pasaje como el de _El Pelegrino_ fueron ya acotados por
el Sr. Foulché-Delbosc.

[66] _Primera Parte de las Nimphas y Pastores de Henares. Diuidida en
seys libros. Compuesta por Bernardo Gonçalez de Bouadilla, Estudiante
en la insigne Universidad de Salamãca... Impressa en Alcalá de Henares,
por Iuan Gracian, Año de M.D.LXXXVII_, fol. 178.

[67] En el ya citado articulo de las _Variedades ó Mensajero de
Londres_, p. 246.

[68] Vid. el artículo de D. Adolfo Bonilla y San Martín, en la _Revue
Hispanique_, tomo XV (1906), pp. 372-386.

[69] _Discurso preliminar sobre la novela española_ (en el tomo III de
la colección de Rivadeneyra), p. XIV.

[70] Comentando un verso de la copla 252 del _Laberinto_

Allí es mesclada gran parte de echino...

había citado el Comendador los mismos textos de Plinio, Aristóteles y
Lucano, traduciendo este último en los mismos literales términos que
Rojas: «No falta ally el pez dicho echeneis, que detiene las fustas en
mitad del mar quando el viento euro estiende las cuerdas». El plagio no
puede ser más completo, aunque nadie se había fijado en él antes del
Sr. Foulché-Delbosc. La _Glosa_ del Comendador se imprimió en 1499, el
mismo año que la _Celestina_, pero sabido es que su prólogo no aparece
hasta 1502 en las ediciones refundidas. De la fuente general de este
prólogo se tratará más adelante.

[71] Estas _harpadas lenguas_ pasaron á Cervantes.

[72] No he podido encontrar en las obras de Séneca la sentencia que
Celestina le atribuye en el _aucto_ I: «Que, como Séneca dice, los
peregrinos tienen muchas posadas e pocas amistades, porque en breue
tiempo con ninguno pueden firmar amistad, y el que está en muchos
cabos, está en ninguno»; aunque el filósofo cordobés dice cosas muy
análogas en el segundo capítulo del libro _De Tranquillitate animi_.
Tampoco la encontró Gaspar Barth, que en las _Animadversiones_ que
acompañan á su versión latina de nuestra _Tragicomedia_ (p. 351) dice:
«Loca Senecae non pauca memini vituperantia peregrinationem propter
animi motus institutam, et laudantia Socraticum illud; quid juvat
te mutare loca, cum te ubi ibis circumferas? Hoc tamen dictum non
occurrit; puto sententiolam aliquam esse Publii, aut alterius Poetae
quales olim plurimae Senecae titulo commendatae fuerunt».

[73] Es anterior, sin duda, y sirvió de modelo á Ovidio, el _Carmen_
V del libro 4.º de Propercio, _Lena Acanthis_, que es una serie de
imprecaciones contra el túmulo de una alcahueta.

_Terra tuum spinis obducat, lena, sepulcrum, Et tua, quod non vis,
sentiat umbra sitim_...

Pero dudo que el bachiller Rojas la tuviese presente, porque en su
tiempo se leía muy poco á Propercio. El tipo de Acanthis conviene en
muchas cosas con el de Dipsas, especialmente en la magia:

_Illa velit, poterit magnes non ducere ferrum... Audax cantatae leges
imponere lunae, Et sua nocturno fallere terga lupo... Consuluitque
striges nostro de sanguine et in me Hippomanes foetae semina legit
equae_,

(v. 9, 13-14, 17-18).

Acanthis procura seducir á la querida (_puella_) de Propercio y le da
los mismos consejos que Dipsas á la de Ovidio.

[74]

_Illa magas artes, Æaeaque carmina novit. Inque caput rapidas arte
recurvat aquas. Scit bene quid gramen, quid torto concita rhombo Licia,
quid valeat virus amantis equae. Quum voluit, toto glomerantur nubila
caelo; Quum voluit, puro fulget in orbe dies. Sanguine, si qua fides,
stillantia sidera vidi: Purpureus Lunae sanguine vultus erat._

(v. 5-14.)


[75] «O qué graciosa era! o qué desenvuelta, limpia, varonil! tan sin
pena ni temor se andaua a media noche de cimenterio en cimenterio,
buscando aparejos para nuestro officio, como de dia; ni dexaua
cristianos, ni moros, ni judios, cuyos enterramientos no visitaua;
de dia los acechaua, de noche los desenterraua. Assi se holgaua con
la noche escura como tú con el dia claro; dezia que aquella era capa
de pecadores. ¿Pues maña no tenia, con todos las otras gracias? Vna
cosa te diré, porque veas qué madre perdiste, aunque era para callar;
pero contigo todo passa: siete dientes quitó a un ahorcado con unas
tenazicas de pelar cejas, mientras yo le descalcé los çapatos. Pues
entrar en un cerco mejor que yo e con más esfuerço, avnque yo tenía
harta buena fama, más que agora, que por mis pecados todo se oluidó con
su muerte; qué más quieres sino que los mesmos diablos le auian miedo?
atemorizados y espantados los tenía con las crudas bozes que les daua;
assi era dellos conocida, como tú en tu casa; tumbando venian vnos
sobre otros a su llamado; no le osarian dezir mentira, segun la fuerça
con que los apremiaua; despues que la perdi, jamas les oy verdad».
(Aucto VII)

[76] El más importante de estos descubrimientos ha sido hecho en 1906,
cerca de la antigua Afroditopolis, por Gustavo Lefebvre. El papiro
descubierto y publicado por él contiene los restos de cuatro piezas,
tres de las cuales han podido ser reconstruidas conjeturalmente, aunque
con grandes lagunas. (_Fragments d'un manuscrit de Ménandre, découverts
et publiés por M. Gustave Lefebvre, inspecteur en chef du service des
Antiquités de l'Egypte._ Impreso en el Cairo, 1907.)

Lo que hoy poseemos de Menandro, además de los simples fragmentos,
son partes más ó menos extensas de seis comedias (_El Labrador_, _El
Adulador_, _El Héroe_, _El Juicio de Albedrío_, _La Sannia_, _La Mujer
Pelona_).

[77] Los versos con que Ovidio caracteriza el teatro de Menandro
(_Amorum_, I, XV, 17) incluyen tres de los principales tipos de la
_Celestina_:

Dum _fallax servus_, durus pater, _improba lena_ Vivent, dum _meretrix
blanda_, Menandros erit.


[78] Tal es la legítima acentuación de este nombre, confirmada en
cuanto al castellano por estos versos de un soneto de Bartolomé
Leonardo de Argensola contra el esgrimidor Pacheco de Narváez:

Cuando los aires, _Pármeno_, divides Con el estoque negro, no te
acuso...

Como este nombre llegó á nosotros por via erudita, se conservó
el nominativo latino y se dijo _Pármeno_ en vez de _Parmenón_,
contraviniendo á la ley general. Lo mismo se observa en _Crito_ y
_Traso_ que son también nominativos grecolatinos; _Critón_ y _Trasón_
hubieran sido las formas naturales en nuestra lengua.

[79] No es imposible que _Celestina_ tuviese ya en la mente del autor
el sentido de _Scelestina_ que le dieron algunos de sus censores
morales. Pero pudo ser sugerido también por el _Libro del esforzado
caballero D. Tristán de Leonis_, como ha notado el Sr. Bonilla en el
tomo I, pág. 410 de su colección de _Libros de Caballerías_. En el
capítulo LII de _Don Tristán_ se lee: «Dize la historia que quando
Lançarote fue partido de la doncella, ella se aparejó con mucha
gente, y _fuese con ella su tia Celestina_». El nombre de _Lucrecia_
parece inspirado, más que por el recuerdo de la matrona romana, por
la reciente lectura del libro de Eneas Silvio. _Tristán_, no hay que
decirlo, se deriva del ciclo bretón. _Alisa_ nos trae á la memoria
cierta fábula de la ninfa _Cardiama_ convertida en fuente por amores
del gentil _Aliso_, que trae Juan Rodríguez del Padrón en el _Triunfo
de las donas_. El nombre de _Sempronio_ (eterno compañero de Ticio)
no puede ser más natural en un bachiller legista. El _Melibeo_ de las
églogas virgilianas pasó a nuestra tragicomedia cambiando el sexo. Nada
hay que advertir en cuanto á Calisto (no Calixto, como muchas veces se
ha impreso), derivado del superlativo griego κάλλιστος (hermosísimo).

En algunos de los nombres, no en todos, se ajustó el autor de la
_Tragicomedia_ á la práctica de los cómicos latinos, según la explica
el gramático Donato comentando los primeros versos de los _Adelfos_
de Terencio: «Nomina personarum, in comoediis duntaxat, habere debent
rationem et etymologiam. Etenim absurdum est, comicum aperte argumentum
confingere: vel nomen personae incongruum dare, vel officium quod sit a
nomine diversum (Lessing, en el número 90 de la _Dramaturgia_, propone
que se lea _et nomen_, y no _vel nomen_, para que resulte más clara la
frase). _Hinc servus fidelis Parmeno_: infidelis vel Syrus vel Geta:
miles _Thraso_, vel Pole non: _juvenis Pamphilus_: matrona Myrrina,
et puer ab odore Storax: vel a ludo et gesticulatione Circus, et item
similia». (En el _Terencio_ de la colección de Valpy, pág. 1392).

De antiguo viene reparándose en la intención con que están aplicados
los nombres de la _Celestina_. Covarrubias en su _Tesoro de la lengua
castellana_ (2.ª ed. 1674, p. 184) dice á este propósito: «_Çelestina_,
nombre de una mala vieja que le dió á la tragicomedia Española tan
celebrada, Dixose assi _quasi scelestina a scelere_, por ser malvada
alcahueta embustidora; y todas las demás personas de aquella comedia
tienen nombre apropiado á sus calidades. _Calixto_ es nombre griego,
_pulcherrimus_; Melibea vale tanto como dulçura de miel, _mel et
vita_», etc.

[80] Esta excepción, muy curiosa por tratarse de una pieza fundada en
argumento histórico español y contemporáneo (el frustrado regicidio
de Fernando el Católico en Barcelona, 7 de diciembre de 1492), es el
_Fernandus Servatus_ de Marcelino Verardo de Cesena, sobrino de Carlos
Verardo, camarero y secretario de Breves durante los pontificados
de Paulo II, Sixto IV, Inocencio VIII y Alejandro VI, y autor de la
_Historia Baetica seu de expugnatione Granatae_, drama en prosa latina,
excepto el argumento y el prólogo, que están en versos yámbicos.

El _Fernandus Servatus_ está en versos hexámetros, y en rigor los
versos son lo único que pertenece á Marcelino, puesto que el plan fué
de Carlos, que es el que escribe la dedicatoria al Cardenal Mendoza:
«Materiam ipsam Marcellino nepoti et alumno meo, qui Poesi mirifice
delectatur, versu describendam, poeticisque coloribus salua rerum
dignitate ac veritate pingendam exornandamque tradidi».

Tanto la _Historia Baetica_ (cuyo asunto es la conquista de Granada)
como el _Fernandus Servatus_ son curiosas muestras de la tragedia
humanística, y una y otra fueron representadas con gran pompa. La
primera en el palacio del Cardenal Riario y en fecha conocida: «Acta
ludis Romanis, Innocentio VIII in solio Petri sedente, anno a Nat.
Salvatoris MCCCCXCII, undecimo Kalendas Maii». Del _Fernandus Servatus_
sólo sabemos, por la dedicatoria de Verardo, que patrocinaron la
representación los prelados españoles D. Bernardo de Carvajal, obispo
de Badajoz, y D. Juan de Medina, obispo de Astorga, y que fué oída con
gran aplauso por el Papa, muchos cardenales y obispos y otra porción de
egregias personas: «Tanto autem fauore et attentione ab ipso Pontifice
Maximo, pluribusque Cardinalibus ac praesulibus (ut inferiores
taceam...)».

En este prólogo es donde Verardo aplica á su obra el dictado de
_tragicomedia_, olvidado desde Plauto. Y la llama así por tener triste
el principio (la herida del Rey) y alegre el desenlace, en que se le ve
restituido á la salud: «_Potest enim haec nostra, ut Amphitruonem suum
Plautus appellat, Tragicocomoedia nuncupari, quia personarum dignitas
et Regiae maiestatis impia illa violatio ad Tragoediam, iucundus vero
exitus rerum ad Comoediam pertinere videantur_».

Ambas tragedias fueron impresas en Roma, con otras poesías latinas
de ambos Verardos, en 1493, _per Magistrum Eucharium Silber alias
Franck_. Hay otras varias ediciones de la _Historia Baetica_, entre
ellas la famosísima de Basilea, 1494, que contiene la carta de Colón
«_de insulis in mari Indico nuper inventis_». Del _Fernandus Servatus_
no conozco más reimpresión que la de Strasburgo de 1513, unida á otros
opúsculos latinos de varios autores (_Argentorati, Ex officina Matthiae
Schurerii Selestensis Mense Aprili Anno M. D. XIII_).

Me parece fuera de duda que Fernando de Rojas conocía la obra de
Verardo, que por su asunto debió de divulgarse bastante en España,
y quizá la lectura de su prólogo le sugirió la idea de cambiar el
título de _Comedia_ que había dado á la _Celestina_ en _tragicomedia_.
Obsérvese también que la explicación que da del nombre conviene con la
de Verardo y no con la de Plauto. Pero puede admitirse la influencia
simultánea de los dos textos. Tengo por seguro que la _Celestina_
estaba escrita antes del _Fernandus Servatus_, pero en su primitiva
forma no se llamaba _tragicomedia_, sino _comedia_.

[81] La derivación terenciana está indicada ya por el más antiguo
imitador de la _Celestina_, don Pedro Manuel de Urrea, en el prólogo
de su _Penitencia de amor_ (1514). «Esta arte de amores está ya muy
vsada en esta manera por cartas y _por çenas que dize el Terencio, y
naturalmente es estylo del Terencio_ lo que hablan en ayuntamiento».
(Pág. 3 de la reimpresión de Foulché-Delbosc).

[82] Bien conocido es el pasaje de Bossuet en su carta al Papa
Inocencio XI sobre los estudios del Delfín de Francia: «Quid memorem,
ut Delphinus in Terentio suaviter atque utiliter luserit: quantaque se
hîc rerum humanarum exempla praebuerint, _intuenti fallaces voluptatum
ac muliercularum illecebras, adolescentulorum impotentes et caecos
impetus; lubricam aetatem «servorum» ministeriis atque adulatione per
devia praecipitatam, tum suis exagitatam erroribus, atque amoribus
cruciatam_, nec nisi miraculo expeditam, vix tandem conquiescentem ubi
ad officium redierit. Hic morum, hic aetatum, hic cupiditatum naturam
a summo artifice expressam; ad haec personarum formam ac lineamenta,
verosque sermones, denique venustum illud aut decens, quo artis opera
commendetur. Neque interim jucundissimo poetae, si quae licentius
scripserit, parcimus: sed e nostris plurimos intemperantius quoque
lusisse, mirati, horum lasciviam exitiosam moribus, severis imperiis
coercemus». (En el _Terencio_ de Lemaire, I, p. CLXVIII.)

La ejemplaridad moral que Bossuet encuentra en las comedias de Terencio
es por el estilo de la que afectaba el bachiller Rojas y celebran sus
panegiristas. Las palabras subrayadas convienen extraordinariamente
con el encabezamiento de la _Celestina_. En realidad, Terencio no es
ningún severo moralista, pero, aunque gentil, es muy casto y morigerado
en la expresión, y por eso, y sin duda también por el prestigio de la
antigüedad, le otorgó Bossuet la indulgencia que negaba á Molière, tan
castigado por sus episcopales anatemas. A la fortuna de Terencio en las
escuelas cristianas puede aplicarse aquel dístico de Ovidio (_Trist._
II, I, 369):

Fabula jucundi nulla est sine amore Menandri, Et solet hic pueris
virginibusque legi.


[83] Véase lo que sobre este particular digo en mi reciente libro
acerca de Boscán (p. 344). El poemita de Museo es uno de los dos
primeros libros griegos impresos en España (Alcalá de Henares, ¿1514?);
fecha, como se ve, muy posterior á la _Celestina_; pero su autor pudo
conocer las ediciones de Venecia y Florencia, que se remontan á 1494 ó
1495.

[84] Ed. de Dübner en la colección Didot, pág. 9.

[85] _Poesías de Safo, Meleagro y Museo, traducidas del griego_...
Madrid, 1797, pág. 133.

[86] _Le Querolus, comédie latine anonyme. Texte en vers restitué
d'après un principe nouveau..._ París, Vieweg, 1880.

[87] _Théâtre de Hrotsvitha, religieuse allemande du X^{eme} siècle..._
París, 1845, págs. VI y XLI de la introducción y en varios lugares de
las notas. Esta insostenible paradoja, aventurada primero por Villemain
y monstruosamente exagerada por Philarète Chasles, fué victoriosamente
impugnada por Du Méril en sus _Origenes latines du théâtre moderne_
(pp. 16-19) y por otros críticos posteriores, entre los cuales no debe
omitirse á nuestro Fernández Espino, autor de un extenso y juicioso
trabajo sobre Rosvita, inserto en sus _Estudios de literatura y de
crítica_ (Sevilla, 1862, pp. 181-266). Hoy todo el mundo admite que
los dramas de Rosvita fueron escritos únicamente para la lectura. Vid.
especialmente Köpk, Hrotsuit von Gandersheim. _Zur Literaturgeschichte
des 10. Jahrhundert_, Berlín, 1869, y A. Ebert, _Historia General de
la Literatura de la Edad Media en Occidente_ (traducción francesa de
Aymeric y Condamin, tomo III, 1889, pp. 310-357). Posteriores á la
edición de Magnin hay dos por lo menos, la de Benedixen, que se contrae
á la parte dramática (_Hrosvithae Gandershemensis Comoedias VI ad fidem
codicis Emmeramensis typis expressas edidit..._ Lübeck, 1857), y la de
Barack, que se extiende á todas las obras (_Die Werke der Hrotswitha_,
Nuremberg, 1858).

[88] «Plures inveniuntur catholici, cujus nos penitus expurgare
nequimus facti, qui pro cultioris facundia sermonis, gentilium
vanitatem librorum utilitati praeferunt sacrarum Scripturarum. Sunt
etiam alii sacris inherentes paginis, qui licet alia gentilium
spernant, Terentii tamen figmenta frequentius lectitant, et, dum
dulcedine sermonis delectantur, nefandarum rerum notitia maculantur.
Unde ego, _clamor validus gandershemensis_, non recusavi illum imitari
dictando, dum alii colunt legendo; quo, _eodem dictationis genere, quo
turpia lascivarum incesta feminarum recitabantur_, laudabilis sacrarum
castimonia virginum, juxta mei facultatem ingenioli, celebraretur». (P.
6 de la ed. de Magnin.)

[89] «Hoc tamen facit non raro verecundari gravique robore perfundi,
quod, hujus modi specie dictationis cogente, detestabilem inlicite
amantium dementiam et male dulcia colloquia eorum, quae nec nostro
auditui permittuntur, accomodari dictando mente tractavi et stili
officio designavi.» (Pág. 5.).

[90] «_Amicus._--In domo cujusdam lenonis habitationem elegit, qui
tenello amore illam colit; nec frustra: nam omni die non modica illi
pecunia ab ejus amatoribus adducitur.

«_Abraham._--A Mariae amatoribus?

«_Amicus._--Ab ipsis.

«_Abraham._--Qui sunt ejus amatores?

«_Amicus._--Perplures». (_Abrahamus_, sc. IV.)
..........................................................
«_Stabularius._--Fortunata Maria, laetare, quia non solum ut hactenus
tui coaevi, sed etiam senio jam confecti te adeunt, te ad amandum
confluunt.

«_Maria._--Quicumque me diligunt aequalem amoris vicem a me recipiunt.

«_Abraham._--Accede, María, et da mihi osculum.

«_Maria._--Non solum dulcia oscula libabo sed etiam
crebris senile collum amplexibus mulcebo». (Ib., sc. VI.)
..........................................................
«_Maria._--Ecce triclinium ad inhabitandum nobis aptum; ecce
lectus haud vilibus stramentis compositus. Sede ut tibi detraham
calciamenta, ne tu ipse fatigeris discalciando...». (_Abrahamus_,
sc. VII.) ..........................................................
«_Paphnutius._--Tu isthaec intro, Thais, quam quaero?

«_Thais._--Quis hic qui loquitur ignotus?

«_Paphn._--Amator tuus.

«_Thais._--Quicumque me amore colit, aequam vicem amoris a me recipit.

«_Paphn._--O Thais, Thais, quanta gravissimi itineris currebam spatia,
quo mihi daretur copia tecum fandi, tuique faciem contemplandi.

«_Thais._--Nec aspectum subtraho, nec colloquium denego.

«_Paphn._--Secretum nostrae confabulationis desiderat solitudinem loci
secretioris.

«_Thais._--Ecce cubile bene stratum et delectabile ad inhabitandum».
(_Paphnutius_, sc. III.)

No deja de ser una de las curiosas ironías que suele ofrecer la
historia el que las primeras escenas lupanarias del teatro moderno
hayan sido trazadas por la pluma castísima de una religiosa que en su
mismo atrevimiento revela la pureza de su alma y la rectitud de su
intención.

[91] Aun á riesgo de incurrir en digresión, me extiendo algo sobre las
comedias _elegíacas_ y las comedias _humanísticas_, por ser géneros
poco conocidos en España.

[92] _Caelii Sedvlii Opera Omnia..._ (ed. del P. Faustino Arévalo),
_Romae, 1794, apud Antonium Fulgonium_, p. 155.

Du Méril fué el primero que llamó la atención sobre estos versos en sus
_Origines Latines du Théâtre Moderne_, p. 15.

[93] Vid. _Histoire Littéraire de la France_, tomo XV, pp. 428-434, y
tomo XXII, pp. 39-50 (artículo de Victor Le Clerc); Bozon, _De Vituli
Blesensi_ (_Rothomagi_, 1880); Müllenbach, _Comoediae elegiacae_ (Bonn,
1885).

[94] Publicada por Edelestand Du Méril, _Origines Latines du Théâtre
Moderne_, París, 1849, pp. 285-297. Sobre Mateo de Vendôme vid.
_Histoire Littéraire_, tomo XV, pp. 420-428, y tomo XXII, pp. 55-64.

[95] Victor Le Clerc notó la semejanza del desenlace con la fábula 4.ª
de la Noche 4.ª de Straparola.

[96] El _Milo_ fué publicado por Mauricio Haupt en sus _Exempla poeseos
latinae medii aevi_ (Viena, 1834).

[97] La _Comoedia Lydiae_ fué publicada por Du Méril en la tercera
serie de su colección de textos latinos de la Edad Media (_Poésies
Inédites du Moyen Age, precedées d'une histoire de la fable ésopique_,
París, 1854, pp. 359-373).

La atribución de la _Lydia_ y del _Miles gloriosus_ á Mateo de Vendôme
ha sido impugnada por críticos más modernos, que sólo atribuyen á
Mateo el _Milo_ y consideran las otras dos comedias como de autor
desconocido, aunque uno mismo, según se infiere de los primeros versos
de la _Lydia_:

Postquam prima _Equitis_ ludentis tempora risit, Mox acuit mentem
musa secunda meam; Ut nova _Lidiades_ veteres imitata placeret, Finxi
femineis quoque notanda dolis.

Vid. Cloetta, _Beiträge zur Literaturgeschichte des Mittelalters und
der Renaissance. I. Komödie und Tragödie im Mittelalter..._ Halle,
1890, p. 79.

[98] Publicada por Tomás Wright para la _Percy Society_ (1842) en
tirada de cortísimo número de ejemplares; después por Du Méril en
el citado tomo de _Poésies Inédites du Moyen Age_, pp. 421-422, y
últimamente por E. Lohmeyer, _Guilelmi Blessensis Alda_, Leipzig, 1892.
Sobre Guillermo de Blois, vid. _Histoire Littéraire_, tomo XXII, pp
51-55.

[99] _El Cancionero de Juan Alfonso de Baena..._ Madrid, 1851, pp. 115,
116 y 118.

[100] El episodio comienza en la copla 580 (ed. de Ducamin). Al códice
de Salamanca le faltan, después de la cuarteta 659, seis hojas, que
debían contener treinta y dos cuartetas, las cuales se suplen con el
manuscrito llamado de Gayoso (hoy de la Academia Española), exceptuando
los dos primeros versos de la 660. Pero lo que desgraciadamente no
puede suplirse de ninguna manera es la pérdida total de otros dos
folios, LVIII á LXI, que fueron sin duda intencionalmente arrancados
_pudoris causa_, y contenían gran parte del desenlace de la historia:
_De cómo doña Endrina fue a casa de la vieja e el arcipreste acabo lo
que quiso_.

Citaré constantemente el texto del Arcipreste por la edición
paleográfica de Juan Ducamin, única que hoy debe manejarse (_Juan Ruiz
Arcipreste de Hita, Libro de Buen Amor, texte du XIV^e siècle, publié
pour la première fois avec les leçons des trois manuscrits connus..._
Tolosa de Francia, ed. Privat, 1901).

[101] _Orígenes de la novela_, tomo I, pp. XCVII-C.

En 1900 reimprimí el _Pamphilus_ con una advertencia, en el tomo II de
la _Celestina_, de Vigo, conforme al texto de Adolfo Baudouin (París,
1874), que es el de la edición parisiense de 1499.

[102] El primer erudito que señaló la _Comoedia de Vetula_ como fuente
del Arcipreste de Hita fué D. Juan Antonio Pellicer en la curiosa nota
que comunicó a D. Tomás Antonio Sánchez, y publicó éste en el tomo
IV de su _Colección de Poesías Castellanas anteriores al siglo XV_,
Madrid, 1790, pp. XXIII á XXIX. Después se han hecho cargo de esta
imitación casi todos los que han escrito sobre el gran poeta castellano
del siglo XIV. Véase, como último estudio importante, el de D. Julio
Puyol y Alonso, uno de los jóvenes de más sólida cultura que tiene
España (_El Arcipreste de Hita_, Madrid, 1906, pp. 266-279).

[103] _Geschichte der dramatischen Literatur und Kunst in Spanien. Von
Adolf Friedrich von Schack_, 2.ª edición, Francfort, 1854, tomo 1.º,
pág. 157. Cf. la traducción castellana de D. Eduardo de Mier (Madrid,
1885), tomo 1.º, p. 275.

[104] Conservo en los diptongos y en todo lo demás la ortografía del
original.

[105] Como apelativo está usado en la copla 441:

E busca mensajera de unas negras pecas(A), Que vsan mucho frayres,
monjas e beatas; Son mucho andariegas e merescen las çapatas; Estas
_trota-conventos_ fasen muchas baratas...


(Nota A: Verso sin rima y evidentemente estragado, pero no nos
atrevemos á corregirle. ¿Acaso _picazas_, por el mucho hablar?).

Pero las rúbricas de los manuscritos del libro del Arcipreste prueban
que el apelativo se convirtió muy pronto en nombre propio, puesto que
nunca lleva artículo en ellas, aunque se remontan al siglo XIV.

El nombre de Urraca consta en el epitafio:

_Urraca_ so que yago so esta sepultura...


(Copla 1576).


Reaparece la palabra _trotaconventos_ en el Arcipreste de Talavera, al
parecer como nombre propio: «Llámame á _Trotaconventos_, la vieja de mi
prima, que vaya de casa en casa» (_Reprobación del Amor mundano_, parte
2.ª, capítulo I, pág. 120 de la edición de los Bibliófilos Españoles),
y luego en la _Celestina_ (aucto II), donde dice Pármeno: «e lo que más
dello siento es venir a manos de aquella _trotaconuentos_, despues de
tres veces emplumada». No recuerdo ningún texto intermedio.

[106] _Atincar_, goma de un árbol índico llamado comúnmente _borraj_.
Es voz para nosotros de origen arábigo, transmitida al árabe por el
persa y oriunda del sánscrito (Vid. Eguilaz (D. Leopoldo), _Glosario
etimológico de las palabras españolas de origen oriental_, p. 307).
Dozy la confundió con la crysocolla, pero ya desde el siglo XVI el
Dr. Andrés Laguna, en sus anotaciones á Dioscórides, había notado la
diferencia entre ambas drogas: «Todos aquellos se engañan que toman por
la tal chrisocolla el _Atincar_, llamado borax en las boticas».

[107] Ignoro qué especie de hechizo sea la _raynela_, aunque el nombre
indica que se trata de alguna raíz.

[108] Aunque _mohalinar_ parece nombre árabe, no consta en los
glosarios de Engelmann, Dozy y Eguilaz. Sánchez salió fácilmente del
paso diciendo que era «cierto hechizo». Urge un vocabulario completo y
razonado de la lengua del Arcipreste. Ningún autor de la Edad Media lo
necesita tanto.

[109] Véanse los versos del _Pamphilus_ que corresponden á los del
Arcipreste, y se juzgará de la diferencia:

Dum loquor ejus adest michi mens animusque loquenti, Dulciter omne meum
suscipit eloquium, Curvat et ipsa suos circum mea colla lacertos, A te
missa sibi dicere verba rogat. Dumque tuum nomen rationis nominat ordo,
Nominis ammonitu fit stupefacta tui. Dum fruitur verbis pallet rubetque
frequenter, Fessaque si taceo, me monet ipsa loqui. His aliisque modis
cognoscimus ejus amorem: Non negat ipsa michi quin sit amica tibi.

(V. 507-516).

[110] Otra comedia elegíaca existe, de la cual creemos que tuvieron
conocimiento nuestros dos autores, aunque no la utilizaron en nada
esencial, sino en meros detalles. Se trata del _Libellus de Paulino
et Polla_, gracioso poemita bastante bien versificado, y de una
latinidad muy elegante para su tiempo, que fué el del emperador
Federico II (1212-1250). Su autor fué el italiano Ricardo, juez de
Venosa (_Venusium_), la antigua patria de Horacio. El argumento son los
cómicos amores de dos viejos, Paulino y Pola, y sus ridículas bodas
efectuadas por mediación del casamentero Fulco:

_Materiam nostri, quisquis vis, nosce libelli; Haec est: Paulino nubere
Polla petit. Ambo senes; tractat horum sponsalia Fulco: Cujus adit
tremulo corpore Polla domum_(A).

(Nota A: Edición de Du-Méril, en el tercer tomo de las _Poésies
inédites du Moyen Age_ (pp. 374-416)).

En la obra de Rojas hemos notado una que nos parece reminiscencia de
esta comedia. Dice la _madre Celestina_ en el _aucto_ IV: «Las riquezas
no hazen rico, mas ocupado;--no hazen señor, mas mayordomo;--más
son los perseguidos de las riquezas que no los que las poseen». El
_Libellus_ expresa idénticos conceptos:

_Hi non sunt domini, sed servi divitiarum, Illas prodesset non habuisse
magis._ .......................................................... _Hi
dum divitiis retinendis, non potiendis Intendunt, servi constituuntur
opum._

La idea es tan vulgar que ha podido ocurrirse á los dos autores con
independencia, pero el giro de la frase es idéntico. Acaso tengan una
fuente común.

La imitación del Archipreste puede estar, si no me engaño, en el
célebre pasaje sobre _la propiedad que el dinero ha_ (cop. 490 y ss.),
á cuyo espíritu corresponden bastante exactamente algunos versos del
_Paulinus_:

_Denario castella simul produntor et urbes, Denario falli saepe puella
solet... Denario sedes maculatur pontificalis Cum non ex meritis, sed
magis aere datur._

Pero son tantos los lugares comunes que en la Edad Media se escribieron
sobre este argumento, que no afirmo, ni mucho menos, que esta sea la
fuente, y de seguro no es la única.

[111] Este diálogo fué publicado por Magnin en la _Bibliothèque de
l'École des Chartes_ (t. I, p. 524).

[112] «Et quidem histriones erant, qui gestu corporis arteque verborum,
et modulatione vocis, factas aut fictas historias, sub aspectu publico
referebant, quos apud Plautum invenis et Menandrum, et quibus ars
nostri Terentii innotescit. Porro comicis et tragicis abeuntibus,
cum omnia levitas occupaverit, clientes eorum videlicet et tragoedi,
exterminati sunt».

(_Johannis Sarisberienses Policraticus sive de nugis Curialium et
vestigiis Philosophorum libri octo..._ Amsterdam, 1664, p. 32, cap.
VIII del libro I).

[113] _Geschichte des Neueren Dramas von Wilhelm Creizenach... Erster
Band. Mittelalter und Frührenaissance._ Halle, Niemeyer editor. 1893.
_Abtes Buch. Die ersten dramatischen Versuche der Humanisten_, pp.
529-578. Véanse además el libro de Chassang, _Des essais dramatiques
imités de l'antiquité au 14.^{me} et 15.^{me} siècle_ (París, 1852),
y los trabajos de Cloetta, _Beiträge zur Literaturgeschichte des
Mittelalters und der Renaissance_. I. _Komödie und Tragödie im
Mittelalter._ II. _Die Anfänge der Renaissancetragödie_ (Halle,
1890-92).

[114] En el segundo tomo de su obra, publicado en 1903, Creizenach
afirma en términos demasiado generales el parentesco de la _Celestina_
con las comedias humanísticas: «Es ist ein Lesedrama in der Art der
lateinischen Frührenaissancekomödien» (_Geschichte des Neueren Dramas_,
II. _Renaissance und Reformation_, pp. 153-157).

[115] De este libro, impreso en Barcelona por Pedro Posa y Pedro
Brun, y terminado en 3 de septiembre de 1481, no se conoce más que un
ejemplar en la Biblioteca Municipal de Tolosa de Francia (Vid. Haebler,
_Bibliografía Ibérica del siglo XV_. La Haya, Nijhof editor, pág. 326).

[116] La publicó K. Müllner en los _Wiener Studien_, a. XXII, pp. 236
y ss., valiéndose para establecer el texto del códice Ambrosiano C. 12
sup. y del Vaticano Lat. 6878, que afirma ser el mejor.

[117] Es una _facecia_ que se encuentra en Ateneo y otros antiguos, y
también en el _Fabulario_ de nuestro Sebastián Mey, en los _Cuentos de
Garibay_ y en la _Floresta Española_ de Santa Cruz, como puede verse en
el tomo II de estos _Orígenes de la Novela_, pp. CIX y CX.

[118] Todavía lleva su nombre en la edición de Luca de 1588, descrita
por Brunet: _Lepidi comici veteris Philodoxios fabula, ex antiquitate
eruta ab Aldo Manucio_. El texto impreso por Amico Bonucci (_Opere
vulgari di Leon Battista Alberti..._ Florencia, 1843-1849, tomo I, pág.
CXX) difiere bastante de éste.

[119] Gallardo (_Ensayo_, tomo III, núm. 3.559) es el único bibliógrafo
que ha descrito esta edición, de la cual posee un ejemplar la
Biblioteca de la Universidad de Salamanca, y creo que otro la de
Oviedo. He creído oportuno, tratándose de pieza tan rara y curiosa,
hacer una descripción más detallada, en la cual pongo íntegros el
prólogo del Bachiller Quirós, el argumento de la comedia y la lista de
los personajes:

_Comedia Philodoxeos leonis baptiste._ (A la vuelta): _Bachalarius
quirosius Alfonso ticio titulos assecuto et Salmanticensis academie
grammatico atque praeceptori suo. S._--Quum diebus superioribus,
praeceptor suavissime: nonnullis ex auditoribus meis quibus publica
lectione Vergilium enarro, quibusque privatim et Iuvenalis Satyras
et Lucani pharsaliam interpretor: philodoxeos fabulam: quam Baptista
albertus singularis ingenii: summa cum elegantia ac venustate
composuit: ostendissem: quamprimum a me efflagitare caeperunt: ne tam
pulcherrimum opus _et hic omnibus incognitum_ apud nos amplius latere
permitterem: quorum ego etsi honestissimis studiis tamdiu abnuendum
esse existimavi quo [ad] tibi ipsi qui id mihi mandaveras morem
gerere fuit necesse: tuo itaque ductu et auspicio comoediam ipsam
imprimi curavimus: quod tamen illi et dignitatem allaturum puto et
auctoritatem. In qua re si gratum tibi laborem nostrum fuisse sensero:
forsitan tecum maioribus agam: id autem una potissimum re iudicabo:
si dabis operam: ut apud scholasticos ipsos quam gratiosum me tua
commendatione factum esse cognoscam. Vale longissimis praeceptor annis:
et hunc tibi mancipatum discipulum amare non desinas. Iterum vale.

«_Incipit Philodoxeos. Leo. Bap._ Philodoxus atheniensis adolescens
doxiam romanam civem amat perdite. Atqui habet fide optima et singulari
amicitia coniunctum Phronisim, qui cum sua consilia conferat. Dat
operam Phronisis amici causa: ut Ditonum libertum convicinum amate
benivolentia sibi advinciat. Homo fidem praestat rebus defuturum se
nunquam. At interim Fortunius civis insolens adolescens, dynastis
suasu hanc ipsam Doxiam cupere occipiens lepidissima Phronisis
astutia depulsus est: quo adamans non nihil sese verbis commendatum
fecit mulieribus. Denique irrisus Fortunius adolescens per vim edes
ingreditur, Simiam sororem Doxie rapit. Tandem Mnimia ancilla, cum
virum suum Phronisim comperisset atque Tichia Fortunii mater precibus
exorarunt ut Cronos excubiarum magister omnia componeret. Ex quo hic
raptam tenuit, is vero amatam duxit. Explicit argumentum».

Personajes de la comedia:

_Philodoxus_, adolescens. _Phronisis_, amicus Philodoxeos. _Ditonus_,
libertus. _Dynastes_, senex, libertus. _Fortunius_, adolescens. _Doxa_,
puella. _Phymia_, soror Doxae. _Mnimia_, ancilla. _Alithya_, ancilla.
_Cronos_, excubiarum magister. _Thychia_, mater Fortunii.

--Io. Francisci Poggii Florentini ad Alexandrum VI. Pont. Maxim. in
expeditione contra Turcas Episto'a.

--In Turcos Porcia Declamatio (precedida de una dedicatoria á Alejandro
VI).

(Colofón): «Hieronymi Porcii Patricii Romani Bas. Prin. Ap. Canonici
Rote primarii Auditoris. Hundrensis Episcopi in Turcos Christiani
Federis Compilatio lubente Alexandro Borgia Sexto Pontifice Maximo:
totius sacri Senatu Reuerendissimis Cardinalibus ac Regum et Principum
Oratoribus adstantibus universis inter divina publicate foeliciter.

_«Impressum Salmanticae per Ioannem Gysser Alemanum de Silgenstat Anno
domini M.CCCCCI, die vero XX decembris_».

Todos estos opúsculos forman un solo volumen con signaturas seguidas
(_a.d._ IV). La comedia llega hasta la _c._ VII.

[120] «Della _Philogenia_ del Pisani ricorda due antiche edizioni il
Bahlmann in _Centralblatt für Bibliothekswesen_, a. XI, fasc. 4, pag.
175. Ma a me rimasero inaccesibili; e io mi valsi, per l'esame della
commedia, del cod. Laurenziano Ashb. 188». (Nota que me ha comunicado
el Sr. Sanesi.)

[121] Tanta boga tuvieron en su tiempo algunas comedias humanísticas,
que se insertaron fragmentos de ellas, al lado de los de Plauto y
Terencio, en una célebre compilación retórica, formada en Alemania, la
_Margarita Poética_, de Alberto de Eyb (Nuremberg, 1472), de la cual
hemos manejado en nuestra Biblioteca Nacional las siguientes ediciones:

_a_) _Margarita poetica de arte dictandi ac practicandi epistolarum
opus clarissimum incipit._

Incunable, sin año ni lugar. 4.º

_b_) _Oratorum omnium Poetarum: Hystoricorum: ac Philosophorum
eleganter dicta: per clarissimum virum Albertum de Eiib in unum
collecta faeliciter incipiunt._

(Colofón): _Summa Oratorum omnium: Poetarum: Historicorum: ac
Philosophorum Autoritates in unum collectae per clarissimum virum
Albertum de Eyb Vtriusque doctorum eximum: quae Margarita poetica
dicitur: faeliciter finem adepta est. M.CCCC.LXXXXIII. Kalen. Ianuarii._

Fol.

_c_) _Margarita Poetica._

(Colofón): _Explicit opus excellentissimum in se continens omnium fere
Oratorum Poetarum Historicorum ac Philosophorum Autoritates: collectum
p. Clarissimum vir. Albertum de Eyb utriusque Iuris doctorem, quod
Margaritam poeticam inscripsit: Impressum Basileae per magistrum
Ioannem de Amerbach. Anno domini. M.CCCC.XCV._

_d_) _Margarita poetica de arte dictandi ac practicandi epistolarum
opus clarissimum feliciter incipit._ Incunable, en 4.º, sin año ni
lugar.

_e_) Edición en folio de 1503.

(Colofón): _Explicit opus excellentissimum in se continens omnium
fere Oratorum: Poetarum: Historicorum ac Philosophorum Auctoritates:
collectum p. Clarissimum virum Albertum de Eyb utriusque Iuris
doctorem. quod Margaritam poeticam inscripsit: Impressum Basileae
p. magistrum Ioannem de Amorbach Ioannem petri et Ioannem froben,
consocios Anno domini. M.CCCCC.III._

_Secundae Partis: tractatus I._ Cap. XVI.

Nunc vero aliquas extraordinarias item Comoedias: et quidem numero tres
prosequendas ex ordine duxi. Et imprimis Philodoxios: quae est Caroli
Aretini: sese fert Comoedia admodum iucundissima.

_De auctoritatibus ac sententiis ex Comoedia philodoxios Caroli Aretini
collectis._ Cap. XV.

_De auctoritatibus ac sententiis sumptis ex Comoedia de falso Hypocrita
et tristi: Mercurii Roncii Vercellensis._ Cap. XVI.

_De auctoritatibus ac sententiis receptis ex Comoedia Philogenia
Ugolini Parmensis._ Cap. XVII.

[122] _Storia della letteratura italiana di Adolfo Gaspary, tradotta
dal tedesco da Vittorio Rossi._ Turin, Loescher, 1891, tomo II, pág.
196.

[123] «_Gracchus._--Nisi me fallit spes bona, bonum refert modo nuncium
Tharatantara, nam aedepol venit hilarior, seque ocius movet ac solet...
Triumpho hercule si quid jussi impetravit, eb obviam, heus, heus,
Tharatantara, quae nova, quae nova?

«_Tharatantara._--Bona, bona.

«_Gracch._--Non sum apud me, successit oportune?
»_Tharat._--Laetare, laetare inquam Grache, omnis res
in vado est, nihil me fefellit, quod in mentem venerat.
..........................................................
«_Gracch._--Si defessa es, mea mater, sede modo, atque enarra sedulo
prout sese res habuere, primum cave ne me in gaudium conjicias
frustra. ..........................................................
«_Tharat._--Sede propius ne quis audiat nos.

«_Gracch._--Sedeo.

«_Tharat._--Principio ubi pulso foros aperitur illico, postea quae
poscit omnium rogat Poliscena quid rei est secum.

«_Gracch._--Timeo.

«_Tharat._--Dico illam verbis tuis alloqui si lubet, stupe, squalor
nascitur faciei, primum utor circuitione, laudibus extollo virginis
formam, subridet ubi te nomino, rubet faciem...»


[124] Hay de la _Poliscene_ varias ediciones, todas de suma rareza. La
más antigua, con el título de _Calphurnia et Gurgulio_, es de 1478,
y probablemente sería la que leyese el bachiller Rojas, puesto que
las demás que Brunet y otros bibliógrafos citan son posteriores á la
impresión de la _Celestina_ (Leipzig, 1500, y otras cinco tiradas más
hasta 1515; Krakau, 1509; Viena, 1516; todas con el título de _Comedia
Poliscene per Leonardum Aretinum congesta_). No habiendo podido
encontrar en España ninguna de ellas, he tenido que valerme de la
reproducción incompleta que por casualidad hallé en un curioso librillo
cuya portada dice así:

«_Equitis Franci et Adolescentulae Mulieris Italae Practica Artis
Amandi, insigni et jucundissima historia ostensa. Cui praeterea, quae
ex variis autoribus antehac annexa sunt, alia quaedam huic materiae non
inconvenientia jam primum accesserunt, eaque singularia; et ad Praxim
hujus saeculi potissimum accommodata. Auctore Hilario Drudone Poëseos
studioso. Amstelodami, apud Georgium Trigg. 1651_».

Comienza con la novela de Eneas Silvio, pero contiene otras muchas
piezas, en prosa y verso, de varios autores, algunas de ellas muy
singulares y difíciles de hallar.

Las escenas de la comedia _Poliscene_ no llevan nombre de autor y sólo
este caprichoso título: _Idea clandestinarum desponsationum, quae fiunt
mediantibus mulieribus vetulis_ (págs. 147 á 158).

[125] No se conoce más que un manuscrito de esta comedia, el códice
462 de la biblioteca del Príncipe Lobkowitz, de Praga. Tanto la
_Chrysis_ como la _Historia de Eurialo y Lucrecia_ fueron escritos en
1444, cuando Eneas Silvio contaba treinta y ocho años. Había nacido
en 1405. En 1447 fué Obispo de Trieste; en 1450, de Siena; en 1456
entró en el Colegio de Cardenales, y fué electo Papa en el Cónclave de
1458. Tuvo corto pontificado puesto que falleció en 1464: La obra, muy
extensa y erudita, pero no siempre imparcial, de Voigt (_Enea Silvio
de Piccolomini als Papst Pius der Zweite und sein Zeitalter_, Berlin,
1856-1858) da cuantas noticias puedan desearse acerca de este Papa, una
de las más dulces y simpáticas figuras del Renacimiento (Cf. Pastor,
_Historia de los Papas_, tomo III de la traducción francesa, 1892).

[126] (Pág. CCCIII). Á lo que allí se dice sobre la bibliografía de
esta novela debe añadirse que la edición segunda, mencionada por
Nicolás Antonio y Gallardo como de Sevilla, 1533, acaso sea la de 1530,
de que he visto un ejemplar en la biblioteca del Duque de T'Serclaes:

_Hystoria muy verdadera de dos amantes Eurialo Franco y Lucrecia Senesa
que acaecio en la ciudad de Sena en el año de Mil y CCCC y XXXiij
años en presencia del emperador Fadrique. Fecha por Eneas Silvio, que
despues fue elegido papa llamado Pio Segundo._

(Al fin): _Fin del presente tractado de los dos Amantes Eurialo Franco
y Lucrecia Senesa. Fué impreso en la muy noble y muy leal ciudad de
Sevilla por Juan Cromberger. Año de Mil y quinientos y treynta._

El Sr. Foulché Delbosc ha hecho una lindísima reimpresión de este
librito, tomando por texto la edición de Sevilla, 1512, de la cual
existen dos ejemplares, uno en la Biblioteca Nacional de Madrid, otro
en el Museo Británico.

[127] PP. 57 y 58 de la edición de Foulché.

En las últimas palabras se habrá notado la imitación del último verso
de la _Eneida_:

_Vitaque cum gemitu fugit indignata sub umbras_.


[128] «Era la estatura de Lucrecia algo más que de sus compañeras; su
cabelladura roxa en abundancia; la frente alta y espaciosa, sin ruga
alguna; las cejas en arco tendidas, delgadas, con espacio conueniente
en medio; sus ojos tanto resplandecientes que, a la manera del sol, la
vista de quien los mirasse embotauan, con aquellos a su plazer podia
prender, herir, matar y dar la vida; la nariz, en proporcion afilada;
las coloradas mexillas, con ygual medida della apartadas; ninguna cosa
más de dessear ni más deleytable a la vista podia ser, la qual como
reya, en cada vna de aquellas vn hoyo hendia, muy desseoso de besar
de quien lo viesse; su boca, pequeña en lo conuenible; los beços como
corales asaz codiciosos para morder; los dientes, pequeños y en orden
puestos, semejauan de cristal, entre los quales la lengua discurriendo,
no palabras mas suaue armonia parecia mouer. Qué dire de la blancura
de la garganta? Ninguna cosa era en aquel cuerpo que no fuese mucho de
loar...». (Pág. 4).

Cf. la descripción que Calisto hace de su amada en el _aucto_ primero:
«Los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas, las cejas _delgadas_
e alçadas, la nariz mediana; la boca _pequeña_, los dientes _menvdos_
e blancos, los labios _colorados_ e grossezuelos; el torno del rostro
poco más luengo que redondo; el pecho alto.»

Pero una y otra descripción quedan eclipsadas por la pintura que se
hace de la reina Iseo en el último capítulo de _Don Tristan de Leonis_,
justamente elogiada por el señor Bonilla (_Libros de Caballerías_,
tomo I, pág. 456). No dudo que también la tuvo presente el autor de
la _Celestina_, porque coinciden en algunas frases: «Otrosí tenia muy
amorosa e graciosa y muy _pequeñita boca_, cuyos _labrios_, delgados
quanto cumplian, eran _colorados_, que parescian de color de la
resplandesciente mañana quando el sol encomienza a salir. Los quales
labrios, segund su apostura, bien parescia no rehusar los dulces
besos... La guarda e cobertura de los cuales tenian los muy _menudos
dientes_, que parescian ser de fino marfil, puestos en orden no más uno
que otro, puestos affirmados en las muy coloradas enzias, que parescian
ser de color de rosa...».

El gracioso rasgo de Rodrigo de Reinosa ó quien quiera que sea el autor
del romance de «La gentil dama y el rústico pastor»;

          Las teticas agudicas--que el brial quieren romper,

está tomado de este lindísimo retrato de Iseo: «Tenia otrosí muy
espacioso e blanco pecho, en que eran dos tetillas a manera de dos
mançanas, eran _agudas que parescian romper sus vestiduras_».

[129] _La Cassaria_ y _Gli Suppositi_, primeras comedias del Ariosto,
son de 1508 y 1509. La _Amicizia_, del Nardi, fué escrita entre 1509
y 1512. La _Calandria_, del cardenal Bibbiena, fué representada por
primera vez en la Corte de Urbino en 6 de febrero de 1513. No se sabe
la fecha precisa de la _Mandragola_, pero sí que no pudo ser anterior
á 1512; fechas todas muy tardías comparadas con la de la _Celestina_,
que ya estaba traducida al italiano en 1505. No hay para qué hablar
del _Orfeo_, de Poliziano (1471), ni del _Timon_, de Boyardo (¿1480?),
porque no tienen la menor relación con el género de la Celestina ni son
tampoco verdaderas comedias.

Vid. Arturo Graf, _Studi drammatici_ (Turín, ed. Loescher, 1878), pp.
281, 282.

[130] En los Estatutos de la Universidad de Salamanca (1538),
título 61, «de los Colegios de Gramática», se dispone que «en cada
Colegio cada año se representará una comedia de Plauto ó Terencio ó
_tragicomedia_, la primera el primero domingo de las octavas de Corpus
Christi, y las otras en los domingos siguientes; y el regente que mejor
hiziere y representare las dichas comedias ó tragedias se le den seis
ducados del arca del estudio, y sean juezes para dar este premio el
rector y maestre escuela».

(_Memoria histórica de la Universidad de Salamanca..._ por D. Alejandro
Vidal y Díaz. Salamanca, 1869, pág. 94.)

[131] _Ioannis Maldonati Hispaniola (Comedia) nunc denique per ipsum
autorem restituta atque detersa; scholiisque locis aliquot illustrata_,
1535. (Al fin): _Burgis in officina Ioannis Iuntae mense octobri anno
M.D.XXXV_ (Biblioteca Nacional).

Esta edición, única que he visto, es probablemente la última. El
autor, según nos informa en el prólogo, había escrito esta comedia
en 1519. Corrieron copias de ella, se representó en Portugal ante la
reina de Francia D.ª Leonor, y fué impresa dos veces (una de ellas en
Valladolid) sin anuencia suya. También habla de una representación en
Burgos _in aula Principis_. La comedia tiene cinco actos en prosa, y
está dedicada al Corregidor de Córdoba D. Diego de Osorio. La fábula es
original y poco ingeniosa, pero en el estilo quiere remedar á Plauto:
«Rapuit me tunc feriatum a bonis studiis, Plautus suis deliciis ac
jocis; et extra vitae institutum longe prolusit. Commentus sum novum
argumentum; sed nostris annis magis accommodum; nam in hoc nihil mihi
juvavit Plautus; coeterum inter meditandum, sales et joci Plautini
circumsonabant aures meas».

Maldonado da á entender que ya iba pasando en Italia la moda de las
comedias humanísticas: «Videbantur auditores et spectatores admirari;
et frontem corrugare _quod esset in Hispania qui Comoedias componeret,
cum Italia jamdudum Comicos non producat_».

Sobre la _Hispaniola_ vid. Gallardo, tomo 3.º, núm. 2.878, y Bonilla,
en una nota á su traducción castellana del _Manual de Literatura
Española_ de Fitzmaurice-Kelly (p. 230).

[132] «En 1562 se representó en la plaza pública una comedia latina
sobre el rico epulón, titulada _Gastrimargus_, miserable parodia de las
de Terencio, con sus criados locuaces, sus desvergonzadas rameras y sus
máximas morales, pero sin numen, sin agudeza y casi sin versificación.
Asistían á ella dos Obispos, el virrey, multitud de autoridades,
teólogos y caballeros, y un concurso de ocho mil personas...»

(Artículo de D. José María Quadrado en _La Palma_ (1840), pág. 232.
Ignoro el paradero actual del manuscrito del _Gastrimargus_ que poseía
Bover y leyó Quadrado.)

[133] Artículo publicado en _La Unidad Católica_, periódico de Palma de
Mallorca, 1871, y reimpreso en el tomo VI de las _Obras Completas de D.
Manuel Milá y Fontanals_ (Barcelona, 1895), página 323.

[134] Vid. _Francisci Petrarchae Florentini, Philosophi, Oratoris et
Poetae clarissimi... Opera quae extant omnia... Basileae excudebat
Henrichus Petri_ (1554), tomo I, pág. 121.

«Ex omnibus quae mihi lecta placuerint vel audita, nihil penè vel
insedit altius, vel tenacius inhaesit, vel crebrius ad memoriam
redit, quam illud Heracliti: Omnia secundum litem fieri, et sic esse
propemodum universa testantur. Rapido Stellae obuiant firmamento, etc.»

Sigue el pasaje copiado por Rojas.

[135] «_Ver humidum, aestas arida, mollis autumnus, hyems hispida, et
quae vicissitudo dicitur pugna est. Haec ipsa igitur quibus insistimus,
quibus cirumfouemur et vivimus, quae tot illecebris blandiuntur,
quamque si irasci ceperint sint horrenda, indicant terraemotus et
concitatissimi turbines, indicant naufragia atque incendia seu coelo
seu terris saevientia, quis insultus grandinis, quaenam illi vis
imbrium, qui fremitus tonitruum, qui fulminis impetus_, quae rabies
procellarum, qui feruor, qui mugitus pelagi, qui torrentium fragor,
qui fluminum excursus, _qui nubium cursus et recursus et concursus_?
Mare ipsum praeter apertam ac rapidam vim ventorum, atque abditos
fluctuum tumores, incertis vicibus alternantes, certos statutosque
fluxus ac refluxus habet... _quae res dum manifesti motus latens causa
quaeritur, non minorem Philosophorum in scholis, quam fluctuum ipso
in pelago litem movit. Quid quod nullum animal bello uacat? pisces,
ferae, volucres, serpentes, homines, una species aliam exagitat, nulli
omnium quies data, leo lupum, lupus canem, canis leporem insequitur...
Basiliscus angues reliquos sibilo, adventu, visu perimit_... Qui
et littoreae volucres, aquaticaeque quadrupedes, aequor, stagna,
lacus et flumina rimantur, exhauriunt, et infestant, ut mihi omnium
inquietissima pars rerum aqua videatur, et suis motibus et incolarum
perpetuis acta tumultibus, quippe quae nouorum animantium ac monstrorum
feracissima esse non ambigitur, usque adeo, ut vulgi opinionem, ne
docti quidem respuant, _omnes prope quas terra vel aër animantium
formas habet, esse in aquis, cum imnumerabiles ibi sint_, quas et aër
et terra non habet...

«_Maris caput sua quadam naturali sed effrenata dulcedine, in os
viperae insertum, illa praecipiti feruore libidinis amputat, inde
iam praegnans vidua, cum pariendi tempus advenerit, foetu multiplici
praegravante, et velut in ultionem patris uno quoque quamprimum
erumpere festinante, discerpitur, Ita duo animantium prima vota, proles
et coitus, huic generi infausta penitusque mortifera deprehenduntur_,
dum marem coitus, matrem partus interimit.

«_Echineis semipedalis pisciculus navim quamvis immensam, ventis,
undis, remis, velis actam, retinet._» (Aquí Rojas añade de su cosecha ó
de la del Comendador Griego las citas de Aristóteles, Plinio y Lucano.)

«_Esse circa mare Indicum inauditae magnitudinis auem quandam quam
«Rochum» nostri vocant quae non modo singulos homines, sed tota insuper
rostro praehensa navigia secum tollat in nubila, et pendentes in aëre
miseros navigantes, advolatu ipso terribilem mortem ferat_...

«_Homo ipse terrestrium dux et rector animantium_, qui rationis
gubernaculo solus hoc iter vitae, et hoc mare tumidum turbidumque
tranquillè agere possi videretur, quam continua lite agitur, non modò
cum aliis sed secum... _Quid de communi vita deque actibus mortalium
loquar? vix duos in magna urbe concordes, cum multa tum maxima
aedificiorum habituumque uarietas arguit... Iam quae infantium bella
cum lapsibus, quae puerorum rixae cum literis... quaenam insuper
adolescentium lis cum voluptatibus dicam verius, immo quanta secum lis
affectuumque collisio._»

_F. Petrarchae Operum_, ed. de Basilea, pp. 121-124.

[136] Vid. A. Farinelli, _Sulla fortuna del Petrarca in Ispagna nel
Quattrocento_, Turin, Loescher, 1904 (Extracto del _Giornale storico
della letteratura italiana_, tomo 44, pp. 297-350).

[137] _Adelheidis de Romano_.

«Fama est et quidam scriptores asserunt Ezzelinum de Romano, et
Albricum fratres, cruentos et immanes homines, matrem habuisse
Adelheidam ex nobili Tuscorum sanguine foeminam, alti ingenii
consiliique et tam astrorum coelique studio, quam magicis arcibus supra
fidem venturi praesciam. Haec cum saepe multa tam viro quam natis,
turn praecipue euidens unum, circa diem suae mortis, oraculi more
tribus versiculis pronunciasse dicitur. In quibus quidem et filiorum
potentiam, et exitum, _et utrique_ suae mortis locum ita cecinit, ut
ipsis euentibus nihil et vaticinio demeretur, quia etiam ut Albricum
sileam, cum Ezzelinus ipse monitus Cassanum canere, ignobilis vici
nescius, Cassanum castrum in Paduanorum ac Hetruscorum situm finibus
fatale ratus... omni semper studio vitasset, tandem post septuagesimum
aetatis annum, dum summa vi Mediolanum petit, ab omnibus ferme
Longobardis, quibus trux et insolens spiritus, odiosum illum fecerat,
circumventus est, iam pontem adhuc fluminis transiverat, illic in
extremis sese casibus videns, loci nomen sciscitatus, ubi Cassanum
audivit, confusionem nominum recognoscens, adacto calcaribus equo,
in oppositum sese flumen injecit. Heu fatum inevitabile, heu materna
praesagia, heu arcanum Cassanum horrendo murmure vociferans, ac vix
terrae redditus adversae, ab innumerabili hostium exercitu, qui iam
pontem et utranque ripam occupaverat opprimitur».

_F. Petrarchae Opera_, ed. de Basilea, tomo I, pág. 536.

Sabido es que Ezzelino y su madre son personajes capitales en uno de
los más antiguos ensayos trágicos de Europa, la _Eccerinis_ del paduano
Albertino Mussato, contemporáneo del Petrarca.

[138] Alcibiades paulo prius quam e rebus humanis repelleretur, se
amicae suae veste contectum somniaverat, alias fortassis sperare licuit
illecebras amanti, sed enim brevi post occisus, et nullo miserante
insepultus iacens, amicae obvolutus amiculo est».

_F. Petrarchae Opera_, I, p. 532.

[139] Dice el Petrarca consolando á un amigo suyo en la muerte de su
hermano:

«Et tamen, ut intelligas quorum ego te numeris adscribo, tantoque
fretus comitatu haereas in incepto, quantum memoria complecti
potuero... aliquot nobiliora exempla et omni copia vetustatis
interseram. _Æmilius Paulus_, vir amplissimus et suae aetatis ac
patriae summum decus, ex quatuor filiis praeclarissimae indolis,
_duos, extra familiam in adoptionem aliis dando, ipse sibi abstulit:
duos reliquos intra septem dierum spatium mors rapuit_». (Aquí Rojas
trastrocó el sentido, pues lo que el Petrarca dice no es que á Paulo
Emilio le quedasen dos hijos dados en adopción, sino al contrario, que
los perdió para su familia por habérselos dado en adopción á extraños).
«Ipse tamen orbitatem suam tam excelso animo pertulit, ut prodiret
in publicum, ubi, audiente populo Romano, _casum suum tam magnifice
consolatus est, ut magis metuere ne quem dolor ille fregisset, quam
ipse fractus esse, videretur... Pericles, Atheniensis dux_, inter
quatuor dies duobus filiis orbitus non solum non ingemuit, sed nec
priorem frontis habitum mutavit... _Xenophon_, filii morte nuntiata,
sacrificium cui tunc intererat, non omisit... _Anaxagoras mortem filii
nuncianti: Nihil_ inquit, _novum aut inaxpectatum audio: ego enim, cum
sim mortalis, sciebam ex me genitum esse mortalem_.»

(_Liber secundus. Epistola I. Philippo Episcopo Carallicensi._)

El caso de Lambas de Auria está referido en la carta siguiente á
persona desconocida sobre el tema «Facilem sapienti iacturam esse
sepulchri»:

«Unum de multis exemplum illustre non sileo. _Lambas de Auria_, vir
acerrimus atque fortissimus, _dux Januensium_ fuisse narratur eo
maritimo praelio quod primum cum Venetis habuerunt, omnium memorabili,
quae patrum nostrorum temporibus gesta sunt... Cumque in eo congressu
filius illi unicus, florentissimus adolescens, qui paternae navis
proram obtinebat, sagitta traiectus, primus omnium corruisset, ac
circa iacentem luctus horrendus sublatus esset, accurrit pater, et
_Non gemendi_, inquit, _sed pugnandi tempus est_. Deinde versus ad
filium, postquam in eo nullam vitae spem videt: _Tu vero_, inquit,
_fili, nunquam tam pulchras habuisses sepulturam, si defunctus esses
in patria_. Haec dicens, armatus armatum tepentemque complexus,
proiecit in medios fluctus, ipsa, ut mihi quidem videtur, calamitate
felicissimus.»

(Libro II, epist. II, _Ad ignotum_.)

_Francisci Petrarcae, Epistolae de rebus familiaribus et variae...
studio et cura Josephi Fracasseti. Florentiae, typis Le Monnier, 1859._

(Tomo I, págs. 81, 82 y 85.)

[140] Vid. A. Farinelli, _Note sulla fortuna del «Corbaccio» nella
Spagna Medievale_, en la _Miscellanea Mussafia_, Halle, 1905, pág. 43.
«Non dipende invece, a mio giudizio, del _Corbaccio_ la tirata contro
le donne che Sempronio regala a Calisto nella _Celestina_ (I.º atto)
per guarire la sua struggente passione d'amore. E suggerita dalla
_Reprobación_ dell Arciprete, come intendo dimostrare altrove trattando
delle fonti della _Celestina_». Si esta promesa se hubiese cumplido, me
hubiera ahorrado mucho trabajo.

En otro eruditísimo estudio suyo (_Note sul Boccaccio in Ispagna
nell' Età media_, publicado en el _Archiv für das Studium der neueren
Sprachen und Literaturen_, de L. Herrigs, Braunschweig, 1906) recuerda
Farinelli que «la povera Melibea... negli estremi frangenti apre il
libro delle _Caydas_ per leggervi i fatti di Nembrot, del «magno
Alexandre», di Pasifae, di Minerva, di Mirra, di Semiramide e d'altri
illustri» (Pág. 33).

[141] Léase, sobre todo, el capítulo VIII: «Nel quale madonna Fiammetta
le pene sue con quelle di molte antiche donne commensurando, le sue
maggiori che alcune altre essere dimostra, e poi, finalmente a suoi
lamenti conchiude» (_Opere Volgari di Giovanni Boccaccio_... Florencia,
ed. Moutier, 1829, tomo VI, pág. 181 y siguientes).

[142] Vid., entre otros, el elegante libro del Conde de Puymaigre,
uno de los más simpáticos cultivadores que han tenido en Francia los
estudios hispánicos, _La Cour Littéraire de Don Juan II_, París, 1873,
tomo I, pág. 166.

[143] «Verás quién fue Virgilio e qué tanto supo; mas ya avrás oydo
cómo estuvo en un cesto colgado de una torre, mirandolo todo Roma; pero
por esso no dexó de ser honrado, ni perdió el nombre de Virgilio».
(_Celestina_, aucto VII.)

«¿Quién vido Vergilio, un hombre de tanta acucia e ciencia, cual nunca
de mágica arte nin ciencia otro cualquier o tal se sopo nin se vido
nin falló, _segund por sus fechos podrás leer, oyr e ver_, que estuvo
en Roma colgado de una torre a una ventana, a vista de todo el pueblo
romano, sólo por dezir e porfiar que su saber era tan grande que mujer
en el mundo no le podia engañar». (_Arcipreste de Talavera_, ed. de la
Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1901, pág. 49.)

Me parece que el Arcipreste en las palabras subrayadas alude al
libro popular _Les faits merveilleux de Virgile_, del cual existen
traducciones en inglés, en alemán, en holandés y hasta en islandés,
y es muy verisímil que la hubiera en castellano (Vid. Comparetti,
_Virgilio nel Medio Evo_, Liorna, 1872, tomo II, pág. 151 y ss.).

[144] Páginas 130-131.

[145] Páginas 181-182.

[146] _Revue Hispanique_, IX, p. 297.

[147] Ha sido publicado por D. Antonio Paz y Melia en un tomo de
_Opúsculos Literarios de los siglos_ XIV _á_ XVI, que forma parte de la
colección de los Bibliófilos Españoles (Madrid, 1892).

Pgs. 219-244: «Tractado que fizo el muy excelente é elevado Maestro en
Santa Teología e en Artes, D. Alfonso, Obispo que fué de Avila, que
llamaban el Tostado, estando en el Estudio, por el qual se prueba por
la Santa Escriptura cómo al ome es nescesario amar».

[148] Vid. la _Cárcel de Amor_, en el tomo II de estos _Orígenes_, pág.
28.

[149] _Geschichte der deutschen Dichtung_, 4.ª edición, Leipzig, 1853.
Reproduzco la elegante traducción que ocasionalmente hizo de este
pasaje D. Juan Valera (_Disertaciones y juicios literarios_, 1878, pág.
320).

[150] La comparación con Shakespeare ha llegado á ser un lugar común
en la crítica alemana sobre la _Celestina_. Ya Clarus había escrito en
1846: «Der Contrast zwischen Liebesglück und Liebesleid ist auf eine so
bewundernswürdige Art benutzt, dass man in der Gallerie der Tragödien
der Liebe die Melibea dreist in der Nähe von Romeo und Julia aufstellen
darf. Diese Tragödie ähnelt in vielen Zügen dem 150 Jahre ältern Werke
des Spaniers, in welchem sich überhaupt, wie ich näher belegen werde,
vielfach eine Anlage zu einem pyrenäischen Shakspeare hervorthut, an
dessen Kraftmanier so mancher Witz, so manches Bild und so manche
Empfindungsform erinnert. Ich glaube wohl, dass der im oben angeführten
Titel ausgedrückte didaktische Zweck dem Verfasser mehr gegolten hat,
als die unvergleichliche Darstellung von der Liebe Lust und Leid,
welche sich selbst als den Kern des Stückes bleibend geltend zu machen
gewusst hat».

(_Darstellung der Spanischen Literatur in Mittelalter von Ludwig
Clarus. Mit einer Vorrede von Joseph v. Görres. Zweiter Band, Mainz_
(Maguncia), 1846, tomo II, pág. 358.)

Con este magnífico elogio concuerdan el de Lemcke (_Handbuch_, I,
152) y el de Fernando Wolf (_Studien_, p. 287), que no se fija sólo
en _Romeo y Julieta_, sino que declara shakespirianos otros rasgos,
como el de Melibea, cuando oye á sus padres ponderar su inocencia,
ó la escena en que el rufián Centurio, cuyo humor compara con el de
Falstaff, promete á Elicia y Areusa darles cumplida venganza de la
muerte de su _madre_.

Finalmente Klein, de cuyo enorme trabajo, tan interesante, aunque
tan desordenado y de tan raro estilo, no se hace el debido aprecio,
desarrolla más extensamente que nadie el paralelo entre _Romeo y
Julieta_ y _Calisto y Melibea_, y se inclina á admitir que Shakespeare
conoció la _Celestina_ de cualquier manera que fuese, original ó
traducida:

«Wenn Shakespeare dem Italïenischen Drama Motive für die äussere
Structur seines Fabel absah, wenn er einzelge Züge italienischer
Charactertypen in seine Figuren aufnahm: so war die «Celestina»
von der wir nun künhlich annehmen dürfen, dass er sie gekannt,
für ihn eine Studie psychologischer Charaktervertiefung und
Leidenschaftsentwickelung, eine Studie des tragikomischen Kunstyls, und
er musste eine innere Verwandtschaft seiner Compositionsweise, seiner
Ausdrucksfärbung und seines Kunsthumors...»

(_Geschichte der Drama's von J. L._ Klein, VIII. _Das Spanische Drama_,
Erster Band. Leipzig. T. O. Weigel, 1871, p. 927.)

[151] Edición de Eduardo Boehmer en los _Romanische Studien_ (_Heft
XXII, sechsten bandes viertes heft_). Bonn, 1895, p. 415.

[152]


OTHELLO

_I look down towards his feet--but that's a fable--
If that thou be'st a devil, I cannot kill thee_
.......................................................... Will you, I
pray, demand _that demidevil_, Why he hath thus ensnaer'd my _soul and
body_?

(Ac. V. sc. II).


[153] Citado por Wolf en sus _Studien_, pp. 287-288. Traducción de D.
Miguel de Unamuno con el impropio título (debido meramente al editor)
de _Historia de las literaturas castellana y portuguesa_, tomo I, pág.
318.

[154] «Por Dios, pecado ganas en no dar parte destas gracias a todos
los que bien te quieren; que no te las dió Dios para que passasen en
balde por el frescor de tu juventud, debaxo de seys doblezes de paño e
lienço. Cata que no seas auarienta de lo que poco te costó; no atesores
tu gentileza, pues es de su natura tan comunicable como el dinero; no
seas como el perro del ortolano... Mira que es pecado fatigar e dar
pena a los hombres, pudiéndolos remediar»... (Aucto VII).

Cf. _Artis Amatoriae_, lib. III:

Venturae memores jam nunc estote senectae: Sic nullum
vobis tempus abibit iners. Dum licet, et veros etiam nunc
editis annos, Ludite: eunt anni more fluentis aquae.
.......................................................... Nostra sine
auxilio fugiunt bona: carpite florem; Qui, nisi carptus erit, turpiter
ipse cadet.

(V. 59-63, 79-80).


[155] Dice Sempronio á Calisto en el aucto II: «O de muerto o loco no
podrás escapar, si siempre no te acompaña quien te allegue plazeres,
diga donayres, tenga canciones alegres, cante romances, cuente
hystorias, pinte motes, finja cuentos, juege a naypes, arme motes;
finalmente, que sepa buscar todo género de dulce passatiempo para
no dexar trasponer tu pensamiento en aquellos crueles desvios que
recebiste de aquella señora en el primer trance de tus amores».

En sus amoríos con Elicia quiere remedar chistosamente la gentileza y
gala de su señor, y habla en su mismo lenguaje, jactándose de haber
hecho proezas y festejos caballerescos, seguramente imaginarios:
«Señora, en todo concedo con tu razon; que aqui está quien me causó
algun tiempo andar fecho otro Calisto, perdido el sentido, cansado
el cuerpo, la cabeça vana, los dias mal dormiendo, los noches todas
velando, dando aluoradas, haziendo _momos_, saltando paredes, poniendo
cada dia la vida al tablero, esperando toros, corriendo cauallos,
tirando barra, echando lança, cansando amigos, quebrando espadas,
haziendo escalas, vistiendo armas e otros mill autos de enamorado,
haziendo coplas, pintando motes, sacando inuenciones» (Aucto IX).

Á pesar de tan fanfarrón lenguaje, la cobardía es una de sus notas
características, y no la disimulan ni él ni Pármeno cuando acompañan,
á razonable distancia, á su amo en el aucto XII. Allí está la célebre
frase: «Apercibete, a la primera boz que oyeres, _tomar calças de
Villadiego_». Hasta en esto son precursores de los lacayos y graciosos
de las comedias del siglo XVII.

El profesor de la Sorbona, E. Martinenche, en su tesis latina, que
es uno de los juicios más razonados que se han escrito sobre la
tragicomedia de Rojas, ve también en los mozos de Calisto el primer
tipo de criados del teatro moderno:

«Illi famuli industriosi simul et solertes et quibus nihil sancti
erat, cum in Italiam devecti fuisent, solertiores dolorum et comicarum
machinarum artifices paulo post facti sunt, saporemque rusticum quem
apud Hispanos habuerant exuere. Mox in Galliam penetravere, ibique sub
variis seu Scapini seu Mascarilli nominibus praeclaras vel potius in
primas partes, in his comoediis quas exemplaria Italorum secuti nostri
poetae ediderunt. Attamen vera eorum proles intra fines Hispaniae
permansit non solum in fabulis ad scenam accommodatis, sed etiam in his
ubi legentibus seu ignobilium, seu nequam hominum facta narrantur... Ex
illa prosapia evadunt illi apud populum notissimi quibus inclytum nomen
_Gil Blas_ et _Figaro_ indictum est. Ad _Celestinam_ igitur, si quis
verum originem illorum recentiorum famulorum... respicere necesse est».

(_Quatenus Tragicomoedia de Calisto y Melibea vulgo Celestina dicta ad
informandum Hispaniense Theatrum valuerit. Thesim Facultati Litterarum
in Parisiensi Universitate proponebat._ Nimes, 1900, pp. 55-56).

En las últimas palabras del distinguido crítico hay algo de
exageración. Tanto los héroes de nuestras novelas picarescas como Gil
Blas y Fígaro tienen una psicología mucho más complicada que la de los
sirvientes de Calisto. Tampoco encuentro en éstos ninguna clase de
sabor rústico, lo cual más bien cuadra al _bobo_, que es figura casi
obligada en nuestro teatro popular del siglo XVI. Sempronio y Pármeno
son evidentemente criados de ciudad.

Cronológicamente preceden á los de la comedia italiana del siglo
XVI; pero ésta se formó sobre la imitación de Plauto y Terencio, sin
intervención de la _Celestina_. Se ha de tener en cuenta, además, que
ya en algunas comedias humanísticas, por ejemplo el _Paulus_, aparece
el fámulo ó doméstico moderno emancipado de la condición servil.

[156] _La Comedia de Plauto, intitulada Milite glorioso, traducida en
lengua Castellana. En Anvers. En casa de Martin Nucio. M.D.LV._ (En el
mismo tomito, y con paginación seguida, aunque con distinta portada,
está la versión de los _Meneschmos_). Fol. 5 vto. á 8.

[157]

_O, that I were a glove upon that hand, That I might touch that
cheek_...

(Act. II. sc. II).


[158]

_Call me but love, and I'll be new baptized; Henceforth I never will be
Romeo._

(Id. íd).


[159]

_One fairer than my love! the all-seeing sun Ne' er saw her match,
since first the world begun._

(Act. I. sc. II).


[160]

_O, she doth teach the torches to burn It seems she hangs upon
the cheek of night Like a rich jewel in an Æthiop's ear: Beauty
too rich for use, for earth too dear! So shows a snowy dove
trooping with crows, As yonder lady o' er her fellows shows._
.......................................................... _Did my
heart love till now? forswear it, sight! For I n'er saw true beauty
till this night._

(Act. I. sc. V).


[161]

_Art thou a man? thy form cries out, thou art: Thy tears are womanish!
thy wild acts denote The unreasonable fury of a beast._

(Act. III, sc. III).


[162]

_Go, ask his name:--if he be married, My grave is like to be my
wedding-bed._

(Ac. I, sc. V).


[163]

_My, only love sprung from my only hate! Too early seen unknown, and
known too late! Prodigious birth of love is it to me, That I must love
a loathed enemy._

(Act. I, sc. V).


[164] El origen del segundo y bellísimo dúo shakespiriano (Act. III,
sc. V):

            _Wilt thou be gone? it is not yet near day_...

se encuentra, según recientes investigadores, en el poema de Chaucer
_Troylus and Cryseide_ (Vid. E. Koeppel, _Juliet Capulet and Chaucer's
Troylus_, en el _Jahrbuch der Shakesp. Gesellschaft_, 1902, pp. 238
y ss.). Pero este poema, á su vez, está imitado del _Filostrato_
de Boccaccio y de la _Crónica Troyana_ (Vid. G. C. Hamilton, _The
indebtedness of Chaucer's «Troilus and Criseyde» to Guido delle
Colonne's «Historia Troyana»_, New York, 1903). Ambas obras eran
seguramente familiares á Rojas, y pueden explicar algunas semejanzas
entre él y Shakespeare.

En el _Bursario_, traducción de las _Heroidas_ de Ovidio, atribuída,
creo que con fundamento, á Juan Rodríguez del Padrón, se encuentran
algunas epístolas añadidas por el traductor, y entre ellas dos muy
notables de _Troylo y Bresayda_ (_sic_, por _Criseyda_). En la primera
se lee este pasaje, verdaderamente poético, que coincide en gran manera
con los de Chaucer y Shakespeare: «Miémbrate agora de la postrimera
noche que tú e yo manimos en uno, é entravan los rayos de la claridat
de la luna por la finiestra de la nuestra cámara, y quexávaste tú
pensando que era la mañana, y decias con falsa lengua, como en manera
de querella: «Oh fuegos de la claridat del radiante divino, los quales
haziendo vuestro ordenado curso, vos mostrades y venides en pos de
la conturbal hora de las tinieblas! Muevan vos agora a piedat los
grandes gemidos y dolorosos sospiros de la mezquina Breçaida, y cesat
de mostrar tan ayna la fuerza del vuestro gran poder, dando logar a
Bresayda que repose algun tanto con Troylos, su leal amigo!» E dezias
tú, Bresayda: «Oh quánto me ternia por bienaventurada si agora yo
supiese la arte mágica, que es la alta sciencia de los mágicos, por la
qual han poder de hazer del dia noche y de la noche dia por sus sabias
palabras y maravillosos sacrificios!... ¿E por qué no es a mí posible
de tirar la fuerza al dia?» E yo, movido a piedat por las quexas que tú
mostrabas, levantéme y sallí de la cámara, y vi que era la hora de la
media noche, quando el mayor sueño tenía amansadas todas las criaturas,
y vi el ayre acallantado, y vi ruciadas las fojas de los arboles de la
huerta del alcazar del rey mi padre, llamado Ilion, y quedas, que no se
movian, de guisa que cosa alguna no obraban de su virtut. E torné a ti,
y dixete «Breçaida, no te quexes, que no es el dia como tú piensas».
E fueste tú muy alegre con las nuevas que te yo dixe...». (_Obras de
Juan Rodríguez del Padrón_, publicadas por la Sociedad de Bibliófilos
Españoles, Madrid, 1884, pp. 303-304).

Palabra por palabra se encuentran repetidas algunas frases de este
trozo en el _Tirant lo Blanch_ (ed. de Aguiló, tomo II, p. 365,
_Resposta feta per lo Conestable a la letra de Stephania_... «Recordam
aquella darrera nit que tu e yo erem en lo llit, e tu pensant fos lo
dia, deyes en manera de querella... E mes deyes: O quant me tendria yo
per benaventurada si yo sabes lart magica que es lalta sciencia dels
magichs en la qual han poder de fer tornar del dia nit»).

¿Existirían también en catalán estas epístolas ó las traduciría del
castellano Juan Martorell? De todos modos, resulta oscuro para mí el
origen de estas cartas, que no se explican sólo con el canto ó parte
quinta del _Filostrato_. Mucho más se parece el segundo capítulo de la
_Fiammetta_, pero las principales bellezas tampoco están allí. Otro,
con más datos que yo, resolverá este punto, que aquí es incidental.

[165] Se ha de advertir, aunque la _Celestina_ pasa por obra impura y
_Romeo y Julieta_ por un poema de amor casto é inocente, que en las
escenas culminantes de pasión el lenguaje de las dos heroínas se parece
mucho. Recuérdese el ardiente soliloquio de Julieta en el acto tercero:

Spread thy close curtain, love-performing night, That runaways' eyes
may wink, and Romeo Leap to these arms, untalk'd of and unseen. Lovers
can see to do their amorous rites By their own beauties; or, if love be
blind, It best agrees with night. Come, civil night, Thou sober-suited
matron, all in black, _And learn me how to lose a winning match, Play'd
for a pair of stainless maidenhoods_.

(Act. III, sc. II).


[166] _Diálogo de la lengua_, ed. Boehmer, pág. 415.

[167] Así y todo, no le falta razón á Klein cuando escribe (_Geschichte
des Drama's_, VIII. _Das Spanische drama_, erster Band, pág. 914):
«Wir wären zu glauben geneigt, dass die, einige Decennien nach der
«Celestina» von Luigi da Porto zuerst (1524) und dann von Bandello
verfasste Julia--und Romeo--Novelle, einen Widerstrich dem analogen
Motive in der Celestina bieten dasselbe zu dem Zwecke veredeln
sollte, um das Geschick der baiden Liebenden für christliche Herzen
mitleidwürdiger als abschreckend erscheinen zu lassen».

[168] Claro es que aquí no pretendo caracterizar el riquísimo y variado
teatro cómico de Lope, Tirso y Alarcón, ni tampoco el de Rojas y
Moreto, sino únicamente el de Calderón, y en una parte sola, que no es
la más importante. Hay que guardarse de la exageración realista, ya que
hemos pasado de la exageración romántica. Algo lejos va en este camino
de reacción el señor Martinenche en su tesis latina ya citada: «Quod
exemplum (_el de Rojas_) si Lope de Vega ejusque discipuli assecuti
essent, multum fortasse profecissent. Sexto enim decimo in saeculo
nescio quem sicerum poetae saporem fundunt quo multo magis delectamur
quam fucatis horum odoribus qui ab illis profecti sunt. Secundum
naturam sermonem tum scriptores enuntiant qui, velut Rojas noster,
simplicem atque in promptu positum dicendi modum ad vividissimas res
ingenue exprimendas adhibent. Qui contra septimo decimo in saeculo
ingenium jactant, dum fictis et veritatem excedentibus fabulis
inserviunt, arcessitis utuntur sententiis et jam deflorescentem et
deminutam hispaniensis theatri speciem ante oculos nostros obversant».
(Pág. 111).

[169] _El Superhombre y otras novedades, artículos críticos sobre
producciones literarias de fines del siglo_ XIX _y principios del_ XX.
Madrid, 1893, pág. 228 (artículo escrito con ocasión de la _Celestina_
de Vigo).

Algo semejante había indicado D. Alberto Lista en sus _Lecciones de
Literatura Española_.

[170] El marido de la reina Iseo.

[171] _Libros de Caballerías_ (primera parte), publicados por D. Adolfo
Bonilla (tomo VI de la presente _Biblioteca_), pág. 455.

[172] Fué de los primeros que en Alemania hicieron plena justicia á
la _Celestina_, dedicándola un extenso análisis con traducción de
varias escenas, y una característica muy interesante, en su Manual, que
traducido á tiempo hubiera evitado muchos tropiezos á los historiadores
de nuestras letras.

_Darstellung der Spanischen Literatur im Mittelalter von Ludwig Clarus.
Mit einer Vorrede von Joseph v. Görres._ Mainz (Maguncia), 1846. PP.
357-406.

[173] «Es ist wahr, dass ein Werk, worin eine Kupplerin die Hauptrolle
spielt, worin mehrere scenen ihren Verkehr mit liederlichen Dirnen
schildern, sich nicht für ein Mädchenpensionat schickt. Wenn man aber
bedenkt, mit welcher Naivetät das Mittelalter überhaupt geschlechtliche
Verhältnisse darstellt, wie bei den Südländern insbesondere noch jetzt
selbst ehrbare Frauen keinen Anstoss nehmen, in dieser Beziehung _pan_,
_pan_ und _vino_ _vino_ zu nennen, so wird selbst durch einzelne
stellen und scenen, die darin nach unseren jetzigen Ansichten allzu
frei und allzu nackt wären, ein wahrhaft sittliches gefühl sich minder
beleidigt fühlen, als durch die sanctionierten Zweideutigkeiten und die
verhüllte Lüsternheit der Modernen». (_Studien_, p. 288).

[174] Palabras con que perfectamente le caracteriza el señor
Fitzmaurice-Kelly en su bello prólogo á la _Celestina_ inglesa de
Mabbe: «The work is the product of a mind vigorous, grave, lucid,
shackled by few prejudices or opinions, alert to impressions, stored
with a large experience of life and men, their occasions, foibles, and
pitfalls.... Richly dowered with the sense of the romance, the mystery,
and the passions of existence, Rojas stands apart from the buoyant hope
of youth and from the ecstasy of love: he describes and analyses from
without» (PP. 25-26). En lo que va un poco lejos es en suponer que
Rojas era un artista puro, que no se proponía ningún fin moral: «he
is an artist, not a moralist», comparándole con algunos modernos como
Flaubert y Guy de Maupassant. No es fácil concebir un artista de este
género á fines del siglo XV, ni siquiera en Italia. Bueno ó malo, tiene
su fin moral la _Celestina_, y el autor no pierde ocasión de inculcarlo.

[175] Junto de intento esas dos palabras, porque la filosofía de
Epicuro, de la cual suele hablarse de oídas, es profundamente triste,
sobre todo en los versos de su gran intérprete romano, que es uno de
los precursores más legítimos de la melancolía romántica.

[176] «_Lucrecia._--Trabajo ternias, madre, con tantas moças, que es
ganado muy penoso de guardar.

«_Celest._--¿Trabajo, mi amor? Antes descanso e aliuio; todas me
obedescian, todas me honrrauan, de todas era acatada, ninguna salía de
mi querer; lo que yo dezia era lo bueno, a cada qual daua cobro... Mio
era el prouecho, suyo el afan. Pues seruidores, ¿no tenia por su causa
dellas? caualleros viejos e moços, abades, de todas dignidades, desde
obispos hasta sacristanes. En entrando por la Iglesia via derrocar
bonetes en mi honor, como si yo fuera vna duquesa: el que menos auia de
negociar conmigo, por mas ruyn se tenia. De media legua que me viessen,
dexauan las Horas; vno a vno, dos á dos, venian a donde yo estaua, a
ver si mandaua algo, a preguntarme cada vno por la suya. En viendome
entrar se turbauan, que no hazian ni dezian cosas a derechas. Vnos me
llamauan señora, otros tia, otros enamorada, otros vieja honrrada...

«_Sempronio._--Espantados nos tienes con tales cosas como nos cuentas
de essa religiosa gente e benditas coronas. Si que no serian todos.

«_Celest._--No, hijo; ni Dios lo mande que yo tal cosa leuante: que
muchos viejos deuotos auia con quien yo poco medraua, e avn que no me
podian ver; pero creo que de embidia de los otros que me fablauan.
Como la clerezia era grande, hauia de todos, vnos muy castos, otros
que tenian cargo de mantener a las de mi officio; e avn todavia creo
que no faltan. Y embiauan sus escuderos e moços a que me acompañassen,
e apenas era llegada a mi casa, quando entraban por mi puerta muchos
pollos e gallinas, ansarones, anadones, perdizes, tórtolas, perniles de
tocino, tortas de trigo, lechones; cada qual como recebia de aquellos
diezmos de Dios, ansi le venia luego a registrar, para que comiesse yo
e aquellas sus deuotas. Pues vino, ¿no me sobraua de lo mejor que se
beuia en la ciudad, venido de diuersas partes: de Muruiedro, de Luque,
de Toro, de Madrigal, de Sant Martin, e de otros muchos lugares? e
tanto, que avnque tengo la diferencia de los gustos e sabor en la boca,
no tengo la diuersidad de sus tierras en la memoria, que harto es que
vna vieja como yo, en oliendo qualquiera vino, diga de donde es. Pues
otros curas sin renta; no era ofrecido el bodigo, quando en besando
el feligrés la estola, era del primer boleo en mi casa. Espessos como
piedras a tablado entrauan muchachos cargados de prouisiones por mi
puerta». (Aucto IX).

La Inquisición dejó intacto este trozo aun en las ediciones expurgadas
del siglo XVII, por lo menos en la de Madrid, 1619, que es la penúltima
de las antiguas hechas en España.

[177] _Joanis Ludovici Vivis Valentini Opera Omnia_, tomo IV de la
edición de Valencia, 1783, pág. 87. He transcrito el pasaje en el
primer tomo de estos _Orígenes_, pp. 151 y 182.

[178] «Venit in scenam poesis, populo ad spectandum congregato, et
ibi sicut pictor tabulam proponit multitudini spectandam, ita poeta
imaginem quandam vitae; ut merito Plutarchus de his dixerit, «Poëma
esse picturam loquentem, et picturam poëma tacens», ita magister est
populi, et pictor, et poeta: corrupta est enim haec ars, quod ab
insectatione flagitiorum et scelerum transiit ad obsequium pravae
affectionis, ut quaecunque odisset poëta, in eum linguae ac stili
intemperantia abuteretur: cui injuriae atque insolentiae itum est
obviam, primum a divitibus potentia sua, et opibus, hinc legibus,
quibus cavebatur ne quis in alium noxium carmen pangeret: tum
involucris coepit tegi fabula; paullatim res tota ad ludicra et in
vulgum plausibilia, est traducta, ad amores, ad fraudes meretricum, ad
perjuria lenonis, ad militis ferociam et glorias; quae quum dicerentur
cuneis refertis puerorum, puellarum, mulierum, turba opificum hominum
et radium, mirum quam vitiabantur mores civitatis admonitione illa,
et quasi incitatione ad flagitia, praesertim quum comici semper
catastrophen laetam adderent amoribus, et impudicitiae; nam si quando
addidissent tristes exitus, deterruissent ab iis actibus spectatores,
quibus eventus esset paratus acerbissimus. _In quo sapientior fuit
qui nostra lingua scripsit Celestinam tragicomoediam; nam progressui
amorum, et illis gaudiis voluptatis, exitum annexuit amarissimum,
nempe amatorum, lenae, lenonum casus et neces violentas: neque vero
ignorarunt olim fabularum scriptores turpia esse quae scriberent, et
moribus juventutis damnosa_».

(_De Causis Corruptarum Artium liber secundus_).

_J. L. Vivis Opera_, ed. de Valencia, 99.

[179] Por ser de los más antiguos no debe omitirse el de Fr. Antonio
de Guevara en el argumento de su _Aviso de Privados y Doctrina de
Cortesanos_ (Valladolid, por Juan Villaquirán, 1539), hoja 7ª sin
foliar.

«Vemos que ya no se ocupan los hombres sino en leer libros, que es
afrenta nombrarlos, como son «Amadis de Gaula», «Tristán de Leonis»,
«Primaleon», «Carcel de amor» y _Celestina_, á los quales y á otros
muchos con ellos se debria mandar por justicia que no se imprimiesen ni
menos se vendiesen, porque su doctrina incita la sensualidad á pecar y
relaxa el espiritu a bien vivir».

[180] _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, tercera época, tomo
VIII, 1903, págs. 219-220.

[181] La _Celestina_ no figura ni en el Índice de Valdés (1559), ni en
el de Quiroga (1583). Sólo la Inquisición de Portugal, que procedía con
más rigor que la nuestra en estas materias, puso en su Índice de 1581
todas las Celestinas, «assi a de Calisto e Melibea, como a Resurreiçāo
ou Segunda Comedia». Sin duda por eso no se conoce más edición hecha
en aquel reino que la de Lisboa, 1540. Vid. la reimpresión de los
antiguos Índices, con que ha prestado gran servicio á la bibliografía
la Sociedad Literaria de Sttutgart (tomo 176), _Die Indices Librorum
Prohibitorum des sechzehnten Jahrhunderts gesammelt und herausgegeben
von Fr. Heinrich Reusch_, Tübingen, 1886, pág. 358.

[182] _Suplemento al Índice Expurgatorio del año de 1790, que contiene
los libros prohibidos y mandados expurgar en todos los Reynos y
Señoríos del Católico Rey de España el Sr. D. Carlos IV, desde el
edicto de 13 de Diciembre del año 1789 hasta el 25 de Agosto de 1805,
Madrid, en la Imprenta Real, año de 1805._

P. 9. «Calisto y Melibea (tragicomedia), impresa en Madrid en 1601, sin
nombre de autor.»

Adelantados estaban los inquisidores en la bibliografía de la
_Celestina_. No se equivocaban más que un siglo justo en cuanto á la
fecha de su aparición.

[183] Es sabida, aunque poco segura, la anécdota de D. Diego Hurtado
de Mendoza, que cuando fué de embajador á Roma no llevaba en su
portamanteo más libros que el _Amadís_ y la _Celestina_. Vid. tomo I de
estos _Orígenes de la Novela_, pág. 237.

[184] Sobre la inmoralidad de la _Celestina_ se han escrito verdaderos
desatinos, aun en libros de crítica literaria que han gozado de
cierta nombradía. Adolfo de Puibusque, en su _Histoire comparée des
Littératures Espagnole et Française_ (París, 1843), premiada por la
Academia Francesa, y que fué en su tiempo el Manual del hispanista
á la violeta, llega á decir que la obra de Rojas «es una amalgama
de _comedias_ y _tragedias_ de un cinismo repugnante», que «ninguna
pluma, por hábil que fuese, podría honestamente analizar las escenas
subalternas», y, en suma, que el libro es «una _enciclopedia del
libertinaje_». Cualquiera creería que se trataba de las obras del
Marqués de Sade ó de la _Aloisia_ de Nicolás Chorier. Asegura
Puibusque, muy formal, que, á pesar de eso, hay _dos mil_ sentencias
morales sepultadas en este monstruoso drama, y que el autor mismo las
había contado, por lo cual no puede dudarse de sus buenas intenciones.
«Pero el escándalo fué tan espantoso que _los rayos de la Iglesia
estallaron en seguida_. Algunas impresiones _clandestinas_ (!) burlaron
la vigilancia de la censura religiosa, pero por mucho tiempo _no pudo
verificarse ninguna representación en público_». No dice claro si de la
_Celestina_ ó de cualquier otra pieza (Tomo I, págs. 195 y 201).

De este modo se escribía en Francia sobre nuestras cosas hace medio
siglo. ¡Cuánto camino se ha andado desde entonces y cuántos hispanistas
de verdad han surgido!

[185] _Obras de D. Leandro Fernández de Moratín_, edición de la
Academia de la Historia, 1830, tomo I, pág. 88.

[186] Juan de Valdés, _Diálogo de la Lengua_, ed. Boehmer, pág. 415.

[187] _Diálogo de la lengua_, ed. Boehmer, pág. 405.

[188] «_Martio._--¿Por qué vos no tomais un poco de trabajo y hazeis
esso?

_Valdés._--Demas estava.

[189] _Dialogo de la lengua_, ed. Boehmer, pag. 402.

[190] De este pasaje puede inferirse que existió una versión latina
anterior en un siglo á la de Gaspar Barth, pero no encuentro ningún
otro dato que compruebe el dicho de Francisco Delicado.

[191] «Y al cabo de hauerla visto y notado bien, hallé que ni en
Hespaña, ni en Flandes, ni en otras partes no la hauian dado al mundo
como conuenia. Porque la vi oppressa de dos faltas muy principales:
la una mal corregida, y sin ninguna ortographia (que es por cierto
falta muy grande en un libro), y la otra, siendo comedia como lo es,
que la hayan impreso, no como comedia, sino como historia, o otra cosa
semejante; prosiguiendo siempre desde el principio del Aucto hasta el
fin, sin poner en la margen los interlocutores, que de passo en passo
uan hablando: que a mi uer es un importante error en el tal libro, y se
le ha hecho gran sin razon; pues veemos que las comedias de Terencio y
de Plauto y d'otros han sido y están impressas con muy gentil orden,
es a saber, que cada persona que en la comedia va hablando, tiene su
nombre puesto en la margen, y donde acaba el uno, no prosigue alli
luego el otro, sino que comiença nueuo renglon con el nombre a fuera
(dado que aquellas sean Latinas y que por sus auctores hayan sido
escriptas en verso), y esto mesmo han usado y usan los Italianos en
las suyas... Por lo qual, ya que nadie no ha mirado en esto, o si
lo ha, no ha puesto remedio, me atrevi yo a tomar la mano, y ser el
primiero (_sic_) que en tal guissa la hiziesse imprimir, creyendo (como
creo) hazer grato seruicio a mi nacion, y assi hallandome en Venecia
la corregi en todo lo que convenia, no digo que le haya mudado ningun
uocablo antiguo, que todos se los he dexado como los compuso el auctor,
juzgando ser temeridad haziendo al contrario, sino que la he emendado
de los errores de la stampa, y con summa diligencia hecho imprimir a
manera de comedia, a fin que de todos fuesse bien lehida y entendida
como conuiene».

[192] Algunas enmiendas de nombres clásicos son felices, porque el
corrector tomó el buen camino de recurrir á las fuentes. Así, en el
acto primero, en vez de _Eras e Crato_, médicos, que dicen las primeras
ediciones, ó de _Crato y Galieno_, como se enmendó caprichosamente en
algunas de las sucesivas, puso _Erasistrato_, y en vez de _piedad de
Silencio_, _piedad de Seleuco_, «porque allí toca la historia del Rey
Seleuco, que por industria del médico Erasistrato concedió por paternal
piedad su propia mujer al unico hijo que por amores della casi al punto
de la muerte habia llegado. Cuéntalo largamente Luciano en su _Dea
Syria_, y tócalo Valerio Máximo, lib. V, cap. VII».

Amarita hizo mucho uso de esta edición para la suya.

[193] Es de 1622, «á costa de Juan Baptista Bidelo». Tiene una curiosa
dedicatoria del editor italiano, en que se nota la influencia de la
Celestina en la novela picaresca: «Aunque muchas vezes oy alabar de
grandes y letrados varones a la Tragicomedia de Calisto y Melibea,
y por esso yo touiesse inclinacion muy de veras a la imprimir, con
todo esso estoruauame mucho ser ella escrita en habla extrangera, que
acarreaua algunas dificultades... y verdaderamente es este libro el
abundante fuente de que se derramaron aquellos limpios arroyos de la
vida del Picaro Guzman, la Picara Montañesa y la Hija de Celestina;
luego si ellos tanto agradan a todos los que entienden essa lengua, y
tienen doctrina, cómo no mucho más agradará esse tan lleno de moral
filosofia y dichos tan sentenciosos y sabios?»

[194] Pobremente apreció la _Celestina_ Baltasar Gracián, aunque no
deja de colocarla en el _Museo del Discreto_ (crisis IV, parte 2.ª de
_El Criticón_): «De la _Celestina_ y otros tales, aunque ingeniosos,
comparó sus hojas á las del perejil, para poder pasar sin asco la
carnal grosería». En el discurso 56 de la _Agudeza y Arte de ingenio_
vuelve á citar «la ingeniosísima Tragicomedia de Calisto y Melibea»,
llamando á su autor con evidente despropósito «el encubierto aragonés».
¿Le confundiría acaso con su primer imitador D. Pedro Manuel de Urrea,
cuya _Égloga_ pudo leer en su _Cancionero_, imaginando que era uno
mismo el autor de los dos textos en verso y en prosa? De todos modos,
Gracián demuestra muy poca familiaridad con la _Celestina_, cuando la
menciona en compañía de libros tan heterogéneos como los _Raguallos del
Parnaso_, de Boccalini, y las _Carrozas de las Heroidas_, de don Álvaro
de Luna, que supongo que será el _Libro de las claras y virtuosas
mujeres_, confundido en la memoria del jesuita aragonés con el _Carro
de las donas_, de Eximeniz.

Aunque en términos tan extravagantes, Gracián es acaso el último
crítico del siglo XVII que habla de la _Celestina_, olvidada por
completo en la _República Literaria_ de Saavedra Fajardo (donde también
se hace caso omiso del Quijote), y lo que es más singular, en el
_Hospital das lettras_ de don Francisco Manuel de Melo, la más copiosa
revista bibliográfica que de aquella época conocemos.

[195] Manifiesta conocer, además de la primitiva, la _Segunda
Celestina_, de Feliciano de Silva, la _Tragicomedia de Lisandro
y Roselia_, la _Policiana_, la _Florinea_ y la _Selvagia_. «La
_Celestina_ (añade) se imprimió muchas veces dentro y fuera del Reyno,
y sin embargo es rara; las demás, que se han impreso menos veces ó una
sola, rarísimas: y conviene lo sean todas, porque su misma _pureza
de estilo, facilidad del diálogo y expresión demasiado viva de las
pasiones de los enamorados, y de las artes de rufianes y alcahuetas_,
hacen sumamente peligrosa su lectura».

(_La Poética ó Reglas de la Poesía en general y de sus principales
especies..._ 2.ª edición, imprenta de Sancha, 1789, tomo II, pág. 43).

[196] En la extraña _Disertación_ que antecede á las _Comedias de
Cervantes_, reimpresas en Madrid, 1749, por Antonio Marín, escribió
Nasarre lo siguiente: «Los hombres de juicio, que leían y observaban la
naturaleza y los primores de los autores Griegos y Romanos, conocieron
quán apartados estaban del buen gusto y de la cordura, y detestaron del
abuso que se hacia del Diálogo para corromper el corazon y el juicio.
Por esso escribieron Diálogos que llamaron Comedias, pero muy largos é
incapaces de representarse. Los portugueses se aplicaron mucho á esta
composicion(A), pero no nos faltan Comedias de este jaez, de las cuales
se pueden sacar pinturas y retratos al natural: caracteres y pinturas
puestas á todas luces para reprehender agradablemente lo vicioso y
ridículo de los hombres, y apartarlos assi del mal camino, enseñando la
moral buena é introduciéndola suavemente; avergonzando al vicio, que
se pinta en otros, y tal vez es el mismo retrato de quien lo rie. Las
comedias _Florinea_, _La Selvagia_, _La Celestina_, _La Eufrosina_, son
admirables en esta clase, y pudieran tener buen uso si se enmendassen
algunos passages de ellas demasiadamente lascivos y malignos, en los
quales se muestra la deshonestidad del todo desnuda, con el pretexto de
azotarla».

(Nota A: No sé que nadie la cultivase más que Jorge Ferreira de
Vasconcellos, puesto que las comedias en prosa de Sá de Miranda y
Antonio Ferreira son meras imitaciones de las italianas).

[197] «Las mejores comedias que tenemos en español, que son _La
Celestina i Eufrosina_, están escritas en prosa (_Vida de Miguel
Cervantes Saavedra_, 5.ª impresión. Madrid, 1750, pág. 185).

Es singular que en su _Retórica_ no cite Mayans la _Celestina_, aunque
sí la _Eufrosina_ y la _Ulisipo_ de Jorge Ferreira, y _El Celoso_, de
Velázquez de Velasco, á quien llama D. Alonso de Uz(!).

[198] «Tal es la famosa _Celestina_ ó tragicomedia de Calisto y
Melibea, en que hay descripciones tan vivas, imágenes y pinturas tan al
natural y caracteres tan propios, que por eso mismo serían de malísimo
exemplo si se sacasen al teatro».

(_Orígenes de la Poesía Castellana_, por D. Luis Josef Velázquez...
Segunda edición, Málaga. Por los Herederos de D. Francisco Martínez de
Aguilar. Año de 1797, p. 83).

Sabido es que el insignificante librillo de Velázquez fué enteramente
refundido por su traductor alemán Juan Andrés Dieze, profesor y
bibliotecario de la Universidad de Gottinga, que hizo en sus notas la
mejor historia de la literatura española que entonces podía escribirse.
Sobre la _Celestina_ tiene una nota muy interesante (fué, según creo,
el primero que citó la edición de 1501). Da razón también de las
primeras continuaciones, por lo cual tendremos que volver á mencionarle.

(_Don Luis Joseph Velazquez Geschichte der Spanischen Dichtkunst. Aus
dem Spanischen übersetzt. Von Johann Andreas Dieze. Göttingen_, 1769,
pp. 306-312).

[199] «Bástenos decir que á los fines de aquel siglo (el XV) teníamos
ya en la _Celestina_ un drama, aunque incompleto, que presenta no
pocas bellezas de invención y de estilo, dignas del aprecio, si no
de la imitación de nuestra edad» (_Memoria sobre los espectáculos
y diversiones públicas de España_, en el tomo I de las _Obras de
Jovellanos_, ed. Rivadeneyra, p. 488).

[200] No las encontramos sólo en Moratín, sino en algunos escritores
de la escuela sevillana que representaban á principios del siglo XIX
la más sensata y adelantada crítica española. Además del artículo de
Blanco (White), impreso en 1823, aunque pensado seguramente mucho
antes, merece algún recuerdo la 4.ª de las _Lecciones de Literatura
Española_ de D. Alberto Lista (Madrid, 1836, tomo I, pp. 49-62). Estas
primeras tentativas de la crítica indígena no son para desdeñadas
como algunos suponen. Menos disculpa tienen los eruditos posteriores,
que cuando ya existían los brillantes juicios de Clarus, de Wolf,
de Schack, de Lemcke, se limitaban á decir por todo elogio de la
_Celestina_, que «estaba bien hablada» ó que «tenía virtudes nada
vulgares de estilo y lenguaje», lo cual puede decirse de tantos libros
adocenados.

[201] En una carta del poeta salmantino Iglesias á Forner, publicada
por D. Leopoldo Augusto de Cueto (_Poetas líricos del siglo XVIII_,
tomo I, pág CXV), leemos el siguiente rasgo de un poetastro llamado
D. Ramón Caseda, hombre fanático y estrafalario: «Prestó un tal
Villafranca un libro á Caseda, éste á Meléndez, y Meléndez hízose
prenda de él, _porque Caseda le destruyó una Celestina, que tampoco era
de Meléndez, sino del Maestro Alba_. Caseda desafió á Meléndez porque
no le daba el libro, y Meléndez por fin se lo dió á Caseda».

El Maestro Alba, dueño de la _Celestina_ destruida por Caseda, era un
religioso agustino «muy apreciado por su grande instrucción, su gusto
delicado y su ática urbanidad», según dice Quintana en la biografía de
Meléndez.

[202] Hay ejemplares que llevan la fecha de 1842 y la indicación de la
librería de Manuel Sauri, pero es una mera variante comercial.

[203] El prólogo contiene algunas ideas críticas que tenían novedad
entonces, como la comparación de Celestina con Yago: «En la
_Celestina_, que no es más que un pensamiento, un boceto delineado en
quince días por una mano inexperta, y el primer crepúsculo de un sol
que se deja morir en su oriente, vemos un carácter como el de Iago en
la perversa tercera que se presenta á Melibea, virgen que pierde su
pureza por Celestina, como Otelo pierde por Iago á Desdémona. Ambos
caracteres pertenecen á un mismo género, y ambos están sostenidos
con tanto acierto, que no sabríamos á quién dar la preferencia si la
composición de Rojas no llevase más de dos siglos y medio de antigüedad
sobre la del poeta inglés» (Pág. VIII).

[204] Poseo un ejemplar falto de la portada y de la cuarta hoja. El del
Museo Británico está completo.

[205] Así se consigna en la dedicatoria: «V. S. quale mossa da virtuoso
desiderio non per miei meriti ma per sua vista se degnata uolerme
pregare douesse io tradure la presente tragicocomedia intitulata di
Calisto & Melibea de lingua castigliana in italiano idioma acio che V.
S. insieme con questa degna patria doue questa opera non e diulgata
se possa allegrare di tante e cosi degne sententie & auisi che sotto
colore di piaceuolezze ui sonno. Io adunque, uedendo che legitima
obligazione di ubidire suoi preghi mi constringe: quali a me sonno
stati acceptabili commandamenti: e per satisfare in parte al desiderio
che di seruir quella continouamente mi sprona: meritamente me hanno
obligato a la executione di questa impresa: quantunque sia tenuto
manifestare ogni opera virtuosa maggiormente che per il presente
tractato a quelli che lo leggeranno retenendo per se le sententie
necessarie & le lasciue lassando grande utile ne uenga: e como gia sia
considerata mia insufficientia e le curiali e familiari occupationi».

[206] La de Milán, 1514, se dice: «nouamente revista e correcta e a
piu lucida venustate reducta per _Hyeronymo Claricio, Immolese_». La
de 1515. también de Milán, que por cierto fué hecha á expensas de un
eclesiástico «impensis venerabilis presbyteri Nicolai de Gorgonzola»
nos declara el nombre de otro corrector: «nouamente reuista e correcta
per _Vicentio Minutiano_, con quanta magiore diligentia se la metterai
a parangone con l'altre editioni senza dubio el conoscerai». No he
cotejado ni ésta ni las demás que llevan anuncios no menos pomposos,
pero dados los hábitos de los editores de aquellos tiempos, puede
sospecharse que esas correcciones tendrán tan poca importancia como las
de Delicado y Ulloa. La última _Celestina_ italiana es de 1543.

[207] Son muy raras las alusiones á la _Celestina_ en los eruditos y
humanistas de Italia, pero un curioso pasaje de Giraldi Cinthio parece
indicar que tuvo imitadores: «In questo errore mi pare che trascorresse
l' autore della _Celestina_ spagnuola, mentre volle ella imitare la
comedia _archea_, già sbandita come biasimevole da tutti i teatri;
ne pure incorse in questo errore, ma in molti altri, non solo nell'
arte ma nel decoro ancora, degni da essere fuggiti da chi lodevolmente
scrive, ancora _che non vi siano mancati di quelli che la si hanno
proposta per esempio_, intendendo più a quei giuochi spagnoli, che alla
convenevolezza della favola».

El error que achacaba Giraldi Cinthio al autor de la _Celestina_ era
que dejaba demasiado patente el artificio dramático: «portando negli
occhi e nelle orecchie degli ascoltanti l'artificio, il quale vuole
essere celato sotto il naturale, che altrimenti diviene egli tedioso e
spiacevole».

_Scritti Estetici di Giambattista Giraldi Cinthio_ (Milán, 1864, en
la _Biblioteca Rara_ de Daelli), tomo II, _Discorso ovvero Lettera...
intorno al comporre delle Comedie e delle Tragedie_ (escrito en 1543),
pág. 99.

En otro lugar de la misma disertación, desgraciadamente mutilado por la
cuchilla del encuadernador en el ejemplar de la Biblioteca de Ferrara
que ha servido de texto para ésta (pág. 31), vuelve á insistir Giraldi
Cinthio en la peregrina idea de considerar como imitador de la antigua
comedia ateniense (que es la que llama _comedia archea_) á Fernando de
Rojas, que seguramente no conocía á Aristófanes ni tiene con él ningún
punto de contacto: «delle quali convenienze è stato imitatore sovra
tutti gli altri l' autore della Celestina...».

[208] _Orígenes de la novela_, tomo II, pp. LXXXV y LXXXVI.

[209] _Angelica, Comedia di Fabritio de Fornaris napoletano, detto il
Capitano Coccodrillo, Comico confidente. In Parigi, appresso Abel l'
Angelier_, 1585.

Sobre el tipo del capitán español en la comedia italiana, y sobre la
Celestina en Italia, deben leerse las dos memorias presentadas á la
Academia Pontaniana por el ilustre napolitano B. Croce (_Ricerche
Ispano-Italiane_, I y II. Nápoles, 1899) y el erudito artículo de
A. Farinelli, _Salle Ricerche di Benedetto Croce_ (en la _Rassegna
Bibliografica della Letteratura Italiana_. Pisa, año 7.º, 1899).

[210] Estas ilustraciones, apenas conocidas en España, y que son
realmente de Hans Burgkmair, _Senior_ (1473-1532), y no de su hijo,
artista muy inferior á él, pueden verse en la obra de Jorge Horth,
_Les Grands Illustrateurs_ (I, N.^{os} 8-25), y en la _Zeitschrift für
Bildende Kunst_, de Lützkow, 1881, vol. XIX, pág. 392.

[211] Está perfectamente descrito y estudiado á fondo en un artículo de
D. Lorenzo González Agejas publicado en _La España Moderna_, julio de
1894, pp. 78-103.

[212] Abrevio este prólogo, que puede leerse íntegro en los _Studien_
de Wolf (pág. 300) ó en la traducción que de ellos ha hecho el Sr.
Unamuno (tomo I, pág. 330).

[213] Véase este trozo, traducido por el Sr. Agejas, remedando el
hipérbaton antiguo:

«_Pleberio._--Corre, oh Lucrecia, corre y trae presto agua con que
reviva el aletargado espíritu de esta mujer mia! ¡oh Alisa, da á ti
algun consuelo á fin de que mi lastimada vida conserve; causa no des á
que mi alma tan infeliz prontamente de mí salga!

«_Alisa._--¡Ay, ay, desconsolada mujer! ¡Ah! ¿qué mi muerte desvia ó
qué mi espíritu retiene en este cuerpo lleno de todo dolor? ¡Oh, tú ha
poco eras mi hija! ¡Mísera yo, que para tan gran pesar nuestro la vida
te diera, para ver agora esta tu lamentable muerte!

«_Pleberio._--Levántamela, Lucrecia, y ayúdame, que de aquí la aparte y
la lleve a nuestra cámara, donde ambos angustiado el corazon esperemos
nuestro fin contemplando á nuestra hija, mientras consideramos lo que
hacerse haya de su noble cuerpo».

[214] Tanto la primera edición, de 1520, como la segunda, de 1533,
también de Ausburgo (únicas que hasta ahora se conocen), eran ya
rarísimas en el siglo XVIII. No quiere esto decir que las ignorasen
algunos curiosos eruditos. En una obra reciente, de gran trabajo y
erudición, donde es lástima que investigaciones nuevas y sólidas estén
mezcladas con acerbas notas de agresión personal contra hispanistas
muy beneméritos (_Contributions à l'étude de l'Hispanisme de G. E.
Lessing_, p. Camilo Pitollet, París, Alcan, 1909, pp. 221-224), se
menciona un artículo sobre la _Celestina_ de Wirsung, incluído por
el famoso preceptista clásico Gottsched en su _Nothiger Vorrath zur
Geschichte der deutschen dramatischen dichtkunst_ (Leipzig, 1757, pp.
52 y ss.), y citas de menos importancia en otros compiladores, como
Löven.

[215] _Briefe an Ludwig Tieck, ausgewählt und herausgegeben von Karl
von Holtei_, Breslau, 1864, tomo I, pág. 106-107, sexta carta de
Brentano á Tieck, sin fecha.

Sobre la traducción de Wirsung véanse especialmente la tesis de
Guillermo Fehse: _Cristof Wirsung deutsche Celestinaübersetzungen_
(Hallische Inaug. Dissertation. Halle, 1902), y la recensión de Arturo
Farinelli en la _Deutsche Literaturzeitung_ de 1.º de noviembre del
mismo año, sin olvidar otra del mismo Farinelli sobre el libro de Adam
Schneider _Spaniens Anteil an der Deutschen Literatur des 16 und 17
Jahrhunderts_ (Strasburgo, 1898), publicada en la _Zeitschrift für
vergleichende Literaturgeschichte_ de Koch (febrero de 1900).

Schneider habla poco y mal de la _Celestina_ (p. 277) y da por
desconocido el nombre del traductor alemán.

[216] «Depuis quelques mois que ie me suis trouué l' esprit libre,
et de repos, après l' heureuse fin des troubles et miseres communes
de ce Royaume (_escribía en 1578_) qui durant le cours de tant de
tristes années m' avoyent à mon tres grand regret desrobbé l'esperance
de plus frequenter ces bonnes lettres: ie m'estois vn jour mis en
opinion de visiter encore les muses de mon cabinet, comme y estans
de retour apres un si long et ennuyeux exil. Et à cet effet remuant
mes livres encore tous noiriz, de bonne rencontre m'en tomba un entre
mains, intitulé _Tragicomedie de Celestine, traduicte pièce de langue
castillane en Italien_. Lequel soudain par moy recogneu, pour autrefois
m'auoir esté donné par deffunct monsieur nostre pere (que Dieu absoluë)
a mon premier retour d' Italie, notë de sa main, és endroits plus
memorables (comme il estait l'un des plus practics gentils hommes
de son temps esdictes langues, et de non moindre iugement, pour le
continuel maniement des grands affaires, ou il a esté employé jusques
à son extreme vieillesse) me remist en memoire la recommandation que
ce bon et prudent pere m'en avait faicte; m'enjognant par expres de la
communiquer en nostre langue à vous tous aussi ses enfans, pour uotre
bien singulier. Car c'est à la verité, un clair mirouër et vertueuse
doctrine à se bien gouuerner... où ie recontray en son gentil subiect,
tel contentement, quoy que fort mal correct, faute de la impression,
que ie ne me peu contenir de le relire plusieurs fois...»

El libro está dedicado á Juan de Lavardin, Abad de L' Estoile, y
Antonio de Lavardin, Señor de Rennay y Boessoy, hermano del traductor.

[217] Lavardin dice en el prefacio de su versión «qu' il l' a repurgée
de plusieurs endroits scandaleux qui pouvaient offenser les religieuses
oreilles». Pero ninguno de los trozos realmente escandalosos de la
_Celestina_ ha sido expurgado por el traductor. Todo se reduce á
haber puesto _officier_ en vez de «fraile», _gros officier_ en vez de
«canónigo» y otras cosas por el estilo.

[218] Sobre esta segunda edición véase un artículo del conde de
Puymaigre en la _Revue Critique d'Histoire et de Littérature_ (n.º 19,
9 de mayo de 1874).

[219] En la poesía titulada _Du coq à l' asne. A Lyon Jamet_ (1535).

Vid. _Œuvres complètes de Clément Marot_ (ed. Jannet), tomo I, pág. 224.

[220] _Nouvelles Récreations et Joyeux Devis de B. des Periers_, ed.
Jouaust. Paris, 1874, pág. 85. «Et puis il avoit reduict en memoire et
par escript les ruses plus singulieres que les femmes inventent pour
avoir leur plaisir. Il sçavoit comme les femmes font les malades, comme
elles vont en vendanges, comme parlent à leurs amis qui viennent en
masque, comme elles s' entrefont faveur soubz ombre de parentage. Et
avec cela il avoit leu Bocace et Celestine».

[221] _Oeuvres de Math. Regnier_, ed. Delarue, pág. 121.

[222] _A new comedy in English in manner of an interlude right elegant
and full of craft of rhetoric: wherein is shewed and described as
well the beauty and good properties of women, as their vices and evil
conditions with a moral conclusion and exhortation to virtue. John
Rastell me imprimi fecit. Cum privilegio regali_ (Folio, let. got.).

El único ejemplar conocido de esta obra pertenece á la Biblioteca
Bodleyana de la Universidad de Oxford. Está reimpresa en «_A Select
Collection of Old English Plays, originally published by Robert Dodsley
in the year 1744_, reimpresa por cuarta vez en Londres, 1872, tomo I,
pp. 53-92.

[223] Garrett Underhill (John), _Spanish Literature in the England of
the Tudors_, New York, 1899, página 402.

[224] «Her life is foule, but her Precepts faire; her example naught,
but her Doctrine good; her coate ragged, but her mind inriched with
many a golden sentence» (P. 3 de la reimpresión).

[225] «Yet they that are learned in her language, have esteemed it (in
comparison of others) as Gold amongst metalls, as the Carbuncle amongst
stones; as the Rose amongst flowers; as the Palme amongst trees; as the
Eagle amongst Birds; and as the Sunne amongst Lights; In a word, as the
choicest and chiefest. But as the light of the great Planete doth hurt
sore eies, and comfort those that are sound of sight: So the reading
of Celestina, to those that are prophane, is a poyson to their hearts;
but to the chaste, and honeste minde, a preservative against such
inconveniences as occurre in the world» (P. 7).

[226] «And for mine owne part, I am of opinion that Writers may as
well be borne withall, as Painters, who now and then paint those
actions that are absurd. As Timomachus painted Medea killing her
children; Orestes, murthering his mother Theo, and Parrasius; Ulyses
counterfeited madnes, and Cherephanes, the immodest imbracements of
women wit men which the spectators beholding, doe not _laudare rem,
sed artem_; not commend the matter which is exprest in imitation, but
the Art and skill of the workeman, wich hath so lively represented wat
is proposed. In like sort, when we reade the filthy actions of whores,
their wicked conditions, and beastly behaviour, we are neither to
approve them as good, nor to imbrace them as honest, but to commend the
Authors judgement in expressing his Argument so fit and pat to their
dispositions» (Pág. 7).

[227] En la colección de Henley _The Tudor Translations_ (t. VI).

_Celestina or the tragicke-comedy of Calisto and Melibea englished
from the spanis of Fernando de Rojas by James Mabbe anno 1631 with an
Introduction by Iames Fitzmaurice-Kelly. London, published by David
Nutt..._ 1894.

El prólogo (en 36 páginas) es una de las mejores apreciaciones críticas
que conocemos de la _Celestina_. El Sr. Fitzmaurice-Kelly ha tratado
con predilección de esta obra maestra, no sólo en estas páginas,
escritas con mente artística y fino gusto, sino en las varias ediciones
de su _Manual de Literatura Española_ (1.ª ed. inglesa en 1898,
traducción castellana de Bonilla en 1902, traducción francesa de Davray
en 1904), y en un interesante artículo bibliográfico en la _Revista
Crítica de Historia y Literatura Españolas_ (febrero de 1896), con
ocasión del insignificante libro de don J. de Soravilla (_Rodrigo Cota
y Fernando Rojas, La Celestina... Juicio crítico de la obra._ Madrid,
1895).

[228] «Our Author is but short, yet pithy: not so full of words as
sense; each other line, being a Sentence; unlike to many of your other
Writers, who either with the luxury of their phrases or superfluity of
figures, or superabundance of ornaments, or other affected guildings of
Rhetorick, like indiscreet Cookes, make their meats either too sweet,
or too tarte, too salt, or too full of pepper» (P. 4).

[229] «In any case it is scarce an exaggeration to say that, after the
creation of Calisto and Melibea, the appearance of Romeo and Juliet
was but a question of time. Where in the Plautine and Terentian comedy
there was appetite, where in their late derivatives there was rank
lubricity, where in the writers who immediately preceded Rojas there
were symbolism and mystical transport, the _Celestina_ strikes the note
of rapture, passion, the love of love...». (Fitzmaurice-Kelly, en el
prólogo ya citado, p. XVIII).

«If we did not know of the Italian origin of _Romeo and Julieta_, we
might think that Shakespeare had been inspired by _Celestina_; and,
indeed, it is likely that he knew of Mabbe's translation of it in
manuscript from Mabbe's friend Ben Jonson». (Martin Hume, _Spanish
influence on English Literature..._ Londres, 1905, pág. 126).

[230] «Non alia itidem ratione paris genii opus, Georgii de
Monte-Maiore, Pastoralia, translata sunt proximis his diebus. Eâdem
inductus insignia _Milesiarum plus quac Triginta Volumina ex omnium,
Idiomatum selectis fabulis et Historiis, summa, qua fieri potuit
sermonis aequabilitate et hilaritate, composui_». (En la _Dissertatio_
que precede á la _Celestina_, pliego 5, hoja 4 sin foliar).

En su furor de traducirlo todo al latín, pensaba hacer la misma
operación con la _Segunda Celestina_ de Feliciano de Silva, aun sin
haberla visto más que de paso, según dice en sus _Animadversiones_ (p.
321): «Indicare hic lectori volo _secundam_ interea dum haec universi
litterati orbis plausibus excipitur, _Celestinae partem_ in Hispaniâ
fabricatam esse, quam exinde delatam tum recens vidi in manibus egregii
viri Sebastiani Mederi Brisgovii, Illustrisimo tum Principi Badensi a
Consiliis, nunc vero non habeo in potestate; ubi indeptus fuero non
dubitabo et illam Latino Orbi proponere».

[231] «Hujus autem generis fabulae sunt apud Antonium Eslavam in libro
Hispanico qui _Noches de Invierno_ inscribitur, quarum nos quasdam
etiam indidem in Milesiarum nostrarum Narrationes retulimus» (P. 317).

[232] «_Pornoboscodidascalus Latinus. De lenonum, lenarum,
conciliatricum, servitiorum, dolis, veneficiis, machinis plusquam
diabolicis, de miseriis iuvenum incautorum qui florem aetatis Amoribus
inconcessis addicunt; de miserabili singulorum periculo et omnium
interitu. Liber plane divinus, lingua Hispanica ab incerto avctore
instar ludi conscriptus Celestinae titulo. Tot vitae instruendae
sententiis, tot exemplis, figuris, monitis plenus, ut par aliquid
nulla fere lingua habeat, Gaspar Barthius inter exercitia linguae
Castellanae, cujus ferè princeps stilo et sapientia hic Ludus habetur.
Latio transcribebat. Accedunt Dissertatio eiusdem ad Lectorem cum
Animadversionum Commentariolo. Item, Leandris ejusdem, et Musaeus
recensiti. Francofurti, apud Danielem et Davidem Aubrios et Clementem
Schleichium. Anno M.DC.XXIV_».

Una interesante noticia bibliográfica de este libro puede verse en los
_Anales de la literatura Española_ del Sr. Bonilla (p. 167-172).

El _Pornoboscodidascalus_ es muy raro, á lo menos en España. La
Biblioteca Nacional no le poseía hasta que adquirió los libros de
Gayangos. Mi ejemplar procede de la colección de D. Valentín Carderera.

[233] «Maluimus autem primo istum, quem alium quemlibet interpretari,
quoniam et materia ei talis est, ut Iuventus nostra, praecipue in
hanc voluptatum partem peccans hinc vel maxime necessaria documenta
haurire, vitae caute instituendae, possit, et tot interspersae huic
brevi scripto, tam ex mediis rebus petitae, tamque capitales, insint
sententiæ, ut qui vel solas has animo fixerit, et velut regulas
dirigendae (praecipue peregre vivens) vitae, edidicerit, usuque
adhibuerit, non vulgarem sapientiae opinionem apud omnes boni iudicii
adepturus certò videatur. Accedit, quod et dicendi genus tam comtum,
politum, exactum, numerosum, grave atque venerabile est in suo,
huic libello, idiomate, ut pares per universa ejus spatia paucos
inveniri consensus ipsorum Hispanorum fateatur. Taceo nunc peculiarem
quemdam Genium, affingendis Personis, quibuslibet moribus, et ex his
sermonibus, huic scriptori datum; a quo certè longè abest quicquid
Graecorum aut Latinorum monumentorum ad nos pervenit... Et sententiarum
quidem ea est comitas et eruditio, ut vulgarium hominum animos non
minus, atque si ipsis solis scriptae forent, mirificè penetrent, et
opinione melioris doctrinae, ipso quasi ictu percellant... Eruditorum
autem vel principes penitissimae Sapientiae et Antiquitatis profundae
hic monita percipient...». (Pliego 5, hoja 2, sin foliar).

[234] «Hoc vult verae doctrinae sibi conscium pectus, nil indignationis
in ipsa etiam vitia sibi permitiere sed tranquillitate animi per omnia
stabili servatâ, ire in medias res, et suavitate illa divina, undique
relucente, parteis tamen interim castigatoris agere».

[235] «Quoquò regionum aut locorum te vertes omnibus hodiernis
Idiomatis linguarum hoc genus scriptorum excellere videbis. Ut autem
Hispanicae seu Castellanae Linguae gravitas et proprietas, hodie
caeteris ferè amplior est, ita et in hac licet plures auctores id
genus observare, qui iuncta utilitati venustate, fictionum in publicum
prodesse connitantur; adeo quidem ut si qua in caeteris, Gallica
praecipue, delectabilia simul et utilia talia scripta prodeant,
pleraque vel inventionibus Hispanorum vel illustrationibus debeamus».

[236] «Ipsa verò, artifex Lena, quamquam toto opere nimium quam pulchrè
personae suae indolem efferat, nullo tamen loco omnia sua artificia
melius exercet, quam ubi cum Melibaea colloquium habet. Illic videas,
mulierem malarum artium doctissimam, omnis experientiae suae technas
accersere, ut miseram nobilitati, opibus, Amori Parentum, suo denique
ipsius honore, et existimatione, in foedum Amorem excutiat. Minimum
sanè hic incantationes egerunt, quamquam et hnius sceleris crimini anum
veneficam illigarunt; quibus etiam demtis, vix quaequam puella caeteris
talibus assultibus restiterit. Norat nimirum, tot annorum Lena, ex
tempore omnia consilia, atque ad animum cuiusvis puellae expugnandum,
ex re ipsa vertere...»

[237] «Quod si exemplo res et clarior facienda erit, dicam
novisse me hominem astutissimum, capitalem emolumentorum suorum
artificem, nequaquam ullis simulationibus decipi valentem, ipsum
astutâ quadam urbanitate et comitate, cum patientia et pertinacia
coniuncta, nihil non ferè a quovis impetrantem. Huius ego, etiamnum
adolescentibus annis, cum vitam impense semper mirarer, observarem
negotia, dissimularem noticiam, ad extremum, multorum mensium usu et
conversatione, eò inductus sum, ut cum primis hominem perspicacem
atque astutum, prudentemque arbitrarer tum, et nunc quoque putem. Non
iam disputo utrum bene ille semper suo ingenio, et acumine sensuum,
et spirituum vivacitate, usus fuerit, hoc potius affirmare velim,
tam accuratâ cautione, omnes adversarios et amicos suos vicisse, ut
et diligeretur, et caveretur ab omnibus: nemo vero auderet ferè illi
quippiam secus atque res erat, credendum proponere. Diu multumque
mores hominis observans, nihil non illum huic libro tribuere,
multa licet cura, tandem percepi. Nullus in hoc aspexerat, nulla
sententiae vestigia quae non in numerato haberet, et utilitati suae
accomodare nosset, quae cum mirificam homini sagacitatem et prudentiam
conciliassent, hoc unum illi non cesserant, ut a commodis, seu lucris
potius, suis, aliorum incommoda desecare posset, quin etiam, cum
detrimentis nonnunquam amicorum, rem suam augere velle videretur. Hoc
demto cetera ingeniosissimum nemo non dixisset. Neque diffitebatur sanè
ipse, cum alioquin mihi innotuisse videret, maximam partem sese huic
libro prudentiae debere; certè cum vellet, nulli non rei, nulli non
loco sententiam hinc accommodatam reipsa ostendebat, vel cavendi vel
aggrediendi negotii consilium utile praebere...».

[238] «Ad hujus autem Celestinae meae interpretationem nescio quo
fato meo raptus fui, tanta certè celeritate totum descripsi, ut nec
_integris duabus dierum hebdomadis integram absolverim_...».

[239] «_Refranes y Modos de hablar Castellanos con Latinos, que les
corresponden, juntamente con la glosa y explicacion de los que tienen
necesidad de ella... Compuesto por el Licenciado Geronimo Martin Caro y
Cejudo, Maestro de Latinidad y Eloquencia en la villa de Valdepeñas de
Calatrava su Patria, con titulo del Consejo Supremo de Castilla_...».
En Madrid, por Iulian Izquierdo, año de 1675 (Hay una reimpresión de
1792).

[240] PP. 266 y 267.

[241] P. 295. «Vltima verba Melibaeae ad parentem Pleberium priusquam,
post casu mortuum amasium suum Callistonem, se turri praecipitaret. Ex
Hispanico Ludo, Celestinâ.»

[242] «Superavit me dulcedo suavissimi cantus: non est mihi ultra
tolerabilis amantis animi tui expectatio. O Domina mea unica, o omnis
spes et omnis felicitas mea! Quae mulier nata talibus sit Gratiis, ut
tua merita non omnes illas ultro confutet? O improvisa auribus meis
cantionis suavitas! O tempus deliciis uberans! O anima mea, o pectus,
o corculum meum! Et quomodo non potuisti ulterius aliquid temporis
insumere isti suavissimae vocis tuae suavitati, cur non porro etiam
amborum desideriis canendo satisfacere.

«_Melib._--O exoptatissima deprehensio, o insidiae spectatissimae,
o suavissima superventio! Es tu hîc mei animi Domine, anima ipsa
et corculum meum? Es tu ipsemet? non possum credere. Ubi absconsus
eras, lucidissime Sol? Quo recondideras claritatem illam immensam
tuam? Quamdiu factum est quod ausculstasti nos? Cur me raucam et
absurdam meâ instar Cygni voce frustrà aerem verberare passus es?
cur exsensis verbis instrepentem audire sustinuisti? Totus hic
hortus noster adventu tuo novâ laetitiâ inducitur. Vide Lunam inter
innumerabilia sidera prolucentem; etiam suaviorem suam lucem coelo
exserere videtur. Vide nubes illae quam per coeli spatium diffugere
properant; audi decurrentem hanc aquam de fontis hujus meditullio, quam
longè suaviori nunc murmure per viridarium hoc florescentium herbarum
properat? Attende celsas istas cyparissos quo pacto rami invicem sibi
abblandiuntur, alius alium arridet et alloquitur velut interprete
compositissimo illo vento, qui summa temperie omnia permulcens voces
mutuas foliorum perferre hinc inde occupatus est. Vide omnium arborum
placidissimas istas umbras, quam obscuritates suas condensare laborant,
ut furtivis nostris voluptatibus gratissimum tegmen inducant» (pp.
268-269).


[243] N.º 674. _Celestina Comentada._

«Comentario á la _Tragicomedia de Calisto y Melibea_, por un escritor
anónimo de mediados del siglo XVI.

«Comienza por el folio 14, está falto de los folios 18 á 21 é
incompleta por el fin, terminando en el fol. 221.»

(Vid. _Catálogo de los Manuscritos que pertenecieron á D. Pascual
Gayangos, existentes hoy en la Biblioteca Nacional, redactado por D.
Pedro Roca._ Madrid, 1904. Publicado por la «Revista de Archivos», pág.
231.)

[244] «Daher scheint der streit müssig, ob man sie zur Gattung der
Novelle oder des Dramas rechnen soll; sie entstand ja eben in einer
Zeit, who sich die Dichtungsgattungen erst schärfer zu sondern
begannen, who eben aus den übrigen das Drama sich entwickelte».
(_Studien_, p. 281).

[245] La influencia de la _Celestina_ en el drama español es el
principal asunto de la excelente y poco conocida tesis latina del Sr.
E. Martinenche, _Quatenus Tragicomedia de Calisto y Melibea, vulgo
«Celestina», dicta ad informandum hispanense theatrum valuerit_, que ya
en otra ocasión hemos recomendado.

[246]

                               ZAMBARDO

No rueguen por él, Cardonio, que es sancto, Y asi lo
debemos nos de tener. Pues vamos llamar los dos sin carcoma
Al muy santo crego que lo canonice; Aquel que en vulgar
romance se dice Allá entre groseros el Papa de Roma.
..........................................................
                                  GIL

¿Qué es lo que queréis, oh nobres pastores?

                               ZAMBARDO

Queremos rogar querais entonar Un triste requiem que diga de amores.

Así se encuentran estos versos en la rarísima edición suelta en letra
de Tortis. Fueron suprimidos en el _Cancionero_ de Juan del Enzina, ed.
de 1509, única que incluye esta égloga.

(Vid. _Teatro completo de Juan del Encina_ (ed. de la Academia
Española), Madrid, 1903, página 226.)

[247] _Teatro de Juan del Encina_, pp. 286-292. Esta desvergonzada
escena sólo tiene par en algunas de _La Lozana Andaluza_.

[248] _Obras de Gil Vicente, correctas e emendadas pelo cuidado e
diligencia de J. V. Barreto Feio e J. G. Monteiro._ Hamburgo, _na
officina typographica de Langhoff, 1834_, tomo I, p. 232.

Eu sou Brizida a preciosa, Que dava as moças ós mólhos; A que criava as
meninas Pera os conegos da Sé. Passae-me por vossa fé, Meu amor, minhas
boninas, Olhos de perlinhas finas: Que eu sou apostolada, Angelada, e
martelada, E fiz obras mui divinas. Sancta Ursula não converteo Tantas
cachopas, como eu; Todas salvas polo meu, Que nenhūa se perdeo...

Tanto este pasaje como otros muchos aparecen mejorados en la
refundición castellana de este auto, que lleva el título de
_Tragicomedia alegórica d'el Paraiso y d'el Infierno. Moral
representacion del diverso camino que hazen las animas partiendo de
esta presente vida, figurada en los dos navios que aqui parescen: el
uno d'el Cielo y el otro del Infierno. Cuya subtil invencion y materia
en el argumento de la obra se puede ver._ (Al fin) _Fue impresa en
Burgos en casa de Juan de Junta, a 25 dias del mes de Enero, año
de 1539._ (Ejemplar de la Biblioteca Nacional, procedente de la de
Campo-Alanje). El de la Biblioteca de Munich, descrito por Wolf, es de
otra edición sin año ni lugar. Hay extractos de esta refundición en el
_Ensayo_ de Gallardo (tomo I, n.º 1012) y en las notas de Aribau á los
_Orígenes_ de Moratín (p. 194).

[249] «A seguinte farça he o seu argumento, que hum homem honrado e
muito rico, ja velho, tinha hūa horta; e andando hūa manhan por ella
espairecendo, sendo o seu hortelão fóra, veio hūa moça de muito bom
parecer buscar hortaliça, e o velho em tanta maneira se namorou della,
que por via de hūa alcoviteira gastou toda sua fazenda. A alcoviteira
foi açotada, e a moça casou honradamente». (_Obras de Gil Vicente..._
tomo III, pp. 63-90).

[250] _Obras de Gil Vicente..._ tomo III, pp. 91-120.

Eu sam Genebra Pereira, Que moro alli á Pedreira, Vezinha de João de
Tara, Solteira, ja velha amara, Sem marido, e sem nobreza; Fui criada
en gentileza Dentro nas tripas do Paço, E por feitiços qu' eu faço,
Dizem que sam feiticeira.

Porém Genebra Pereira Nunca fez mal a ninguem; Mas antes por querer
bem Ando nas encruzilhadas Ás horas que as bem fadadas Dormen somno
repousado; E estou com hum enforcado Papeando-lhe a orella: Esto
provará esta velha Moito melhor do que os diz.


[251] _Obras de Gil Vicente..._ tomo III, p. 172.

Vase la vieja al molino, Entra muy disimulada, Muy honesta cobijada,
Como quien sabe el camino. Tanto escarva, tanto atiza Por tal arte y
por tal modo, Que hace un cielo ceniza Hasta ponella de lodo.


[252] _Lecciones de Literatura Española..._ tomo I, pág. 51.

[253] _Propaladia de Bartolomé de Torres Naharro_ (edición de los
_Libros de Antaño_), tomo II, pp. 60-63.

[254] _Comedia intitulada Thesorina, la materia de la qual es unos
amores de vn penado por una señora, y otras personas adherentes. Hecha
nueuamente por Jayme de Guete. Pero si por ser su natural lengua
Aragonesa no fuere por muy cendrados terminos quanto a esto merece
perdon._

_Comedia llamada Uidriana, compuesta por Jayme de Gueta_ (sic) _agora
nueuamente; en la qual se recitan los amores de vn cauallero y de vna
señora de Aragon a cuya peticion por serles muy sieruo se ocupó en la
obra presente: el sucesso y fin de cuyos amores va metaphoricamente
tocado justa el processo y execucion de aquellos._

Los ejemplares que la Biblioteca Nacional posee de estas dos rarísimas
farsas proceden de la biblioteca de Salvá y están descritos en su
_Catálogo_ (tomo I, núms. 1279 y 1280).

[255] _Comedia intitulada Radiana: compuesta por Agustin Ortiz; en la
qual se introduzen las personas siguientes. Primeramente un cauallero
anciano llamado Lireo z su criado Ricreto, z una hija deste cauallero
llamada Radiana z su criada Marpina z vn cauallero llamado Cleriano z
su criado llamado Turpino, z tres pastores Lirado z Pinto z Juanillo,
z un Sacerdote. Reparte se en cinco jornadas breues e graciosas e de
muchos exemplos._

El ejemplar, al parecer único, de Salvá (Cf. _Catálogo_, I, 1337) pasó
también á la Biblioteca Nacional.

[256] _Comedia llamada Rosabella. Nueuamente compuesta por martin de
Santander. En la qual se introduzen un cauallero llamado Jasminio, y
dos criados: es vno un Vizcaino, y es otro un Negro, y vna dama llamada
Rosabella y su padre de la dama llamado Libeo, vn hijo suyo y vn
alguacil con sus criados, y vn pastor llamado Pabro. En la qual tracta
de como el cauallero por amores se desposo con ella, y la saco de casa
de su padre. Es muy graciosa y apazible._ 1550.

(N.º 4495 del _Ensayo_ de Gallardo, nota comunicada por D. Pascual de
Gayangos). Un ejemplar de esta obra salió á la venta en Roma en enero
de 1884. Ignoro quién le adquirió.

[257] El único ejemplar conocido de esta farsa pertenece á la
Biblioteca de Munich, y fué dado á conocer por Fernando Wolf en 1852,
en los _Sitzungberichte_ de la Academia de Viena (clase filosófica
histórica, tomo VIII). De esta memoria sobre varias piezas dramáticas,
á cual más peregrinas hay traducción hecha por D. Julián Sanz del
Rio, en el tomo XXII de la colección de _Documentos Inéditos para la
Historia de España_, 1853.

Tanto la _Tidea_ como la _Thesorina_ figuran en los índices del Santo
Oficio desde 1559.

[258] Dieron la primera noticia de él los traductores de Ticknor en
1851 (tomo III de la _Historia de la Literatura Española_, pp. 525 á
527). Tengo copia entre los manuscritos de Cañete.

[259] _Bulletin Hispanique_, octubre á diciembre de 1900.

[260] Aun en la notabilísima _Tragedia Josefina_, de Miguel de
Carvajal, con ser bíblico el argumento, la verdad humana, la expresión
viva y enérgica de los afectos, hacen pensar en la _Celestina_ más que
en ningún otro modelo. El monólogo de Zenobia, la mujer de Putifar,
en el acto II, bastaría para comprobarlo. Es curiosa la advertencia
que hace el _Faraute_ sobre estas escenas: «El auctor, como es tosco y
grosero y sabe poco de amor, en esta segunda parte, á algunas personas
socorridas, quiero decir hábiles en estos acaecidos y venéreos casos,
se encomendó: vuestras mercedes lo tomen como cosa de prestado».

_Tragedia llamada Josefina, sacada de la profundidad de la Sagrada
Escritura y trobada por Micael de Carvajal, de la ciudad de Placencia_
(ed. de la Sociedad de Bibliófilos Españoles), con una erudita y
brillante introducción de D. Manuel Cañete (Madrid, 1870), pág. 71.

[261] Reimpreso en Sevilla, por la Sociedad de Bibliófilos Españoles,
1868.

[262] Vid. especialmente el trabajo de A. L. Stiefel, _Lope de Rueda
und das italianische Lustspiel_ en la _Zeitschrift für Romanische
Philologie_, tomo XV, 1891, pp. 182 y 318.

[263] _Las tres Comedias del facundissimo Poeta Juan Timoneda,
dedicadas al Illustre Señor don Ximen Perez de Calatayū y Villaragut._
Año 1559 (En la epístola de _El autor a los lectores_).

Los dos únicos ejemplares conocidos de este rarísimo libro pertenecen á
la Biblioteca Nacional. Tengo reimpreso, y publicaré en breve, todo el
teatro profano de Timoneda como primer tomo de sus _Obras_, que saca á
luz la Sociedad de Bibliófilos Valencianos.

[264] Es rarísima la _Primera_ (y única) _Parte de las Comedias de
Ioan de la Cueua dirigidas a Momo_ (_Sevilla, en casa de Ioan de Leon,
1580_), y urgente la necesidad de su reimpresión, honor que han logrado
tantos libros baladíes, cuando éste de tanta curiosidad en la historia
de nuestra literatura dramática es de tan difícil adquisición. Sólo he
manejado dos ó tres ejemplares, incluso el de la Biblioteca Nacional.

La _Comedia del Infamador_ puede leerse en el tomo I del _Tesoro del
Teatro Español_, de Ochoa (Baudry, 1838), pp. 265-285.

En la jornada primera leemos:

Bien negoció la _nueva Celestina_...

En la jornada tercera encontramos una alusión á la madre de Pármeno:

¿No estuviste agora aquí Con las dos _viejas Claudinas_?

Hay también un curioso pasaje sobre el Arcipreste de Talavera y
Cristóbal del Castillejo:

PORCERO

¿En qué te has entretenido En su ausencia estos tres días?

ELIODORA

En cien mil melancolías, Con dos libros que he leído.

PORCERO

¿Tan grande letora eres?

ELIODORA

Sí, mas éstos me han cansado, Porque todo su cuidado Fué decir mal de
mujeres.

PORCERO

Suplícote que me nombres Los nombres de esos autores Que ofenden
vuestros loores.

ELIODORA

Son dos celebrados hombres.

PORCERO

¿Qué hay que celebrar en ellos Si ofenden vuestra bondad? Mas, dime,
con brevedad, ¿Quién son? para conocellos.

ELIODORA

El uno es el arcipreste Que dicen de Talavera.

PORCERO

Nunca tal preste naciera, Si no dió más fruto que éste.

ELIODORA

El otro es el secretario Cristóbal del Castillejo; Hombre es de sano
consejo, Aunque á mujeres contrario.

PORCERO

Cuánto mejor le estuviera Al reverendo arcipreste, Que componer esta
peste, Doctrinar á Talavera; Y al secretario hacer Su oficio, pues dél
se precia, Que con libertad tan necia Las mujeres ofender.

ELIODORA

Cierto que tienes razón, Y en eso muestras quién eres; Que decir mal de
mugeres Ni es saber, ni es discreción.


[265] Aludo al interesante libro de D. Cristóbal Pérez Pastor, _Proceso
de Lope de Vega por libelos contra unos cómicos_. Madrid, 1901. Allí
está la clave de la _Dorotea_, pero todavía quedan puntos oscuros
y difíciles, que acaso con el hallazgo de nuevos documentos puedan
resolverse.

[266] _La Dorotea, comedia original en tres actos, por D. F. E.
Castrillon, representada en el Teatro de los Caños del Peral el día 13
de Junio de 1804. Madrid, en la imprenta de Repullés. Año 1804._

Aunque la pieza se titula «original», y en cierto sentido no puede
negarse que lo es, el autor pone al reverso de la portada la siguiente
advertencia: «El argumento de esta Comedia está tomado de la
_Dorotea_ de Lope de Vega; pues como el fin de su autor era imitar la
versificación de aquel excelente ingenio, quiso seguir sus huellas en
cuanto al plan de la obra». Esta imitación es á veces feliz.

[267]

La fruta fresca, hijas mías, Es gran cosa, y no aguardar
Á que la venga á arrugar La brevedad de los dias...
.......................................................... ¿Veisme
aquí? Pues yo os prometo Que fué tiempo en que tenía Mi hermosura y
bizarría Más de algún galán sujeto. ¿Quién no alababa mi brío? ¡Dichoso
á quien yo miraba! Pues ¿qué seda no arrastraba? ¡Qué gasto, qué plato
el mío! Andaba en palmas, en andas, Pues ¡ay Dios! si yo quería, ¡Qué
regalos no tenía Desta gente de hopalandas! Pasó aquella primavera, No
entra un hombre por mi casa; Que como el tiempo se pasa, Pasa también
la hermosura.

(Jornada primera.)

Cf. _Celestina_, aucto IX.

Véase mi estudio sobre _El Caballero de Olmedo_ en el tomo X de las
_Obras de Lope de Vega_, publicadas por la Academia Española, pp.
LXXV-XCVIII.

[268] Este gran poeta es el que, no sólo por el picante desenfado de su
lenguaje, sino por la franca objetividad, por el nervio dramático, por
el poder característico, sugiere más el recuerdo de la _Celestina_, y
alguna vez parece que la imita. En _Por el sótano y el torno_, comedia
de corte bastante clásico, donde está refundida una parte de la intriga
del _Miles Gloriosus_ de Plauto, el gracioso Santarén, para servir las
intrigas amorosas de su amo, se introduce en casa de doña Bernarda y
doña Jusepa fingiéndose buhonero, y pregonando su mercancía en términos
análogos á los de Celestina cuando se vale del mismo recurso para
penetrar en casa de los padres de Melibea.

[269] La cita él mismo en la lista de sus comedias que envió al Duque
de Veragua, y publicó don Gaspar Agustín de Lara en el prólogo de su
_Obelisco Fúnebre, Pirámide funesta á la inmortal memoria de D. Pedro
Calderón de la Barca_ (Madrid, 1684).

[270] Con el primer título está en la Segunda Parte de la _Cythara
de Apolo_, colección general de las obras dramáticas y líricas de
Salazar y Torres, publicada por su amigo Vera Tassis (Madrid, 1694).
Con el de _La Segunda Celestina_ corre en ediciones sueltas, en que
la segunda mitad del tercer acto difiere por completo. Creemos que ni
una ni otra conclusión pertenecen á Salazar, que dejó incompleta su
comedia, escrita para festejar los días de doña Mariana de Austria,
terminándola, cada cual por su parte, D. Juan de Vera y un poeta
anónimo. En la colección de _Dramáticos posteriores á Lope de Vega_ de
la Biblioteca de Rivadeneyra, tomo II, p. 240 y ss., se ha seguido el
texto de Vera Tassis. Pero el mérito de la comedia justificaría una
nueva edición con las variantes de ambos.

[271] _L'Espagne sous Ferdinand VII, par le Marquis de Custine._
Bruxelles, 1838. Tomo I página 232. La carta á que corresponde este
trozo lleva la fecha de 25 de abril de 1831.

[272] _Obras dramáticas y líricas de D. Leandro Fernández de Moratín,
entre los Arcades de Roma, Inarco Celenio._ París, imprenta de Augusto
Bobeé, 1825, tomo I, pág. XXIII.

[273] No han faltado en estos últimos años algunas curiosas tentativas
para refundir la _Celestina_ en forma representable. Impreso corre el
libreto de una ópera del maestro catalán D. Felipe Pedrell no cantada
hasta ahora: _La Celestina, tragicomedia lírica de Calisto y Melibea_
(Barcelona, 1903, tipografía de Salvat). Y al tiempo mismo de corregir
estas pruebas ha sido representado en el _Teatro Español_ de Madrid un
_arreglo_ dramático de la _Celestina_, debido á la pluma del juicioso
y elegante crítico D. F. Fernández de Villegas. Enemigo, como soy, de
toda clase de refundiciones, no puedo aprobar estos ensayos, pero sí el
loable entusiasmo y la buena conciencia artística de sus autores.

[274] Fr. Andrés Pérez, ó quienquiera que sea el autor de este
curiosísimo libro publicado bajo el nombre del licenciado Francisco
López de Ubeda, marca perfectamente su carácter en el _Prólogo al
lector_: «No es mi intencion, ni hallarás que he pretendido contar
amores al tono del libro de _Celestina_; antes, si bien lo miras, he
huydo de esso totalmente, porque siempre que de esso trato, voy á la
ligera, no contando lo que pertenece á la materia de deshonestidad,
sino lo que pertenece a los hurtos ardidosos de Justina; porque en
esto he querido persuadir y amonestar que ya en estos tiempos las
mugeres perdidas no cesan sus gustos para satisfacer a su sensualidad,
que esto fuera menos mal, sino que hacen desto trato, ordenandolo a
una insaciable codicia de dinero. De modo que más parecen mercaderas,
tratantes de sus desventurados apetitos, que engañadas de sus
sensuales gustos. Y no solo lo parece assi, pero lo es; demas que a
un hombre cuerdo y honesto, aunque no le entretuvieran lecturas de
amores deshonestos, pero enredos de hurtillos graciosos le dan gusto,
sin dispendio de su gravedad, en especial con el aditamento de la
resumption y moralidad... Y deste modo de escriuir no soy yo el primer
Autor, pues la lengua latina, entre aquellas a quien era materna,
tiene estampado mucho de esto, como se verá en Terencio, Marcial y
otros, a quien han dado benebolo oido muchos hombres cuerdos, sabios
y honestos». (_Libro de Entretenimiento de la Picara Iustina, en el
qaal debaxo de graciosos discursos se encierran prouechosos auisos...).
Impreso en Medina del Campo, por Chritoual Lasso Vaca. Año M.DC.V._
Hoja 2 del prólogo.

Á pesar de eso, en otro prólogo sumario, cuenta la _Celestina_ entre
sus modelos: «no hay enredo en _Celestina_, chistes en _Momo_,
simpleças en _Lázaro_, elegancia en _Guevara_, chistes en _Eufrosina_,
enredos en _Patrañuelo_, cuentos en _Asno de oro_, y generalmente no
hay cosa buena en romancero, comedia ni poeta español, cuya nata aqui
no tenga, cuya quinta esencia no saque».

En la lámina alegórica que va al frente de esta primera y rara edición,
la _madre_ Celestina navega en el mismo barco que el Pícaro Guzmán de
Alfarache; Lazarillo, en un barquichuelo.

[275] _El Sagaz Estacio marido examinado... Autor Alonso Geronimo de
Salas Barbadillo. Año 1620... En Madrid, por Iuan de la Cuesta_, hoja
11 de los preliminares, sin foliar.




XI

          PRIMERAS IMITACIONES DE LA «CELESTINA».--«ÉGLOGA»,
          DE D. PEDRO MANUEL DE URREA.--SU «PENITENCIA
          DE AMOR».--FARSA DE ORTIZ DE STÚÑIGA.--ROMANCE
          ANÓNIMO.--RODRIGO DE REINOSA Y OTROS AUTORES DE
          PLIEGOS SUELTOS.--«CELESTINA» VERSIFICADA, DE JUAN
          SEDEÑO.--COMEDIAS «HIPÓLITA», «SERAPHINA» Y «THEBAYDA»,
          DE AUTOR ANÓNIMO.--FRANCISCO DELICADO Y SU «RETRATO DE
          LA LOZANA ANDALUZA».--ESCASA INFLUENCIA DEL ARETINO EN
          ESPAÑA: REFUNDICIÓN DEL «COLOQUIO DE LAS DAMAS», POR
          FERNÁN XUÁREZ.--CONTINUACIONES LEGÍTIMAS DE LA OBRA DE
          FERNANDO DE ROJAS.--«SEGUNDA CELESTINA» Ó «RESURRECCIÓN
          DE CELESTINA», DE FELICIANO DE SILVA.--«TERCERA
          CELESTINA», DE GASPAR GÓMEZ DE TOLEDO.--«TRAGICOMEDIA DE
          LISANDRO Y ROSELIA», DE SANCHO MUÑÓN.--LA «CELESTINA»
          EN PORTUGAL; IMITACIONES DE JORGE FERREIRA DE
          VASCONCELLOS: LA COMEDIA «EUPHROSINA».--SU TRADUCCIÓN,
          POR BALLESTEROS Y SAAVEDRA.--OTRAS IMITACIONES
          CASTELLANAS DE LA «CELESTINA».--«TRAGEDIA POLICIANA»,
          DE SEBASTIÁN FERNÁNDEZ.--«COMEDIA FLORINEA», DE JUAN
          RODRÍGUEZ FLORIÁN.--«COMEDIA SELVAGIA», DE ALONSO DE
          VILLEGAS.--«COMEDIA SELVAJE», DE JOAQUÍN ROMERO DE
          CEPEDA.--«LA DOLERIA DEL SUEÑO DEL MUNDO», COMEDIA
          ALEGÓRICA DE PEDRO HURTADO DE LA VERA.--«LA LENA» Ó «EL
          CELOSO», DEL CAPITÁN D. ALONSO VELÁZQUEZ DE VELASCO.


El más antiguo de los imitadores de _La Celestina_ fué el prócer
aragonés D. Pedro Manuel de Urrea, hijo segundo de los condes de
Aranda y autor de un notabilísimo _Cancionero_ impreso en Logroño en
1513[276], que sale mucho de la monotonía de los libros de su clase,
y anuncia, á lo menos en esperanza, un poeta sincero y humano. Ya en
otra ocasión[277] hemos procurado trazar los rasgos característicos
de su simpática fisonomía, que dan tanto precio á algunos de sus
_villancicos_ y á sus composiciones de índole personal y doméstica.
Aquí sólo nos incumbe tratar de las dos obras (desconocida una de
ellas hasta nuestros días) en que ensayó la imitación de la famosa
_Tragicomedia_, catorce ó quince años después de publicada.

La primera de estas imitaciones se halla al fin de su Cancionero con
el encabezamiento siguiente:

_Égloga de la Tragicomedia de Calisto y Melibea, de prosa trobada en
metro, por Don Pedro de Urrea, dirigida á la condesa de Aranda, su
madre._

Es muy probable que este fragmento se representase en alguna fiesta
de familia; á lo menos el autor le tenía por representable, según las
prevenciones que hace en el _Argumento_:

«Esta egloga ha de ser hecha en dos vezes: primeramente entra Melibea,
y luego despues Calisto, y pasan ally las raçones que aquí parescen,
y al cabo despide Melibea a Calisto con enojo y salese el primero; y
despues luego se va Melibea, y torna presto Calisto muy desesperado a
buscar a Sempronio, su criado, y los dos quedan hablando, hasta que
Sempronio va a buscar a Celestina para dar remedio a su amo Calisto.
Está trovado esto hasta que queda solo Calisto, y ally acaua; y por no
quedar mal vanse cantando el villancico que está al cabo».

El título de _égloga_ y la forma metrificada han sido sugeridas, á
no dudarlo, por el ejemplo de Juan del Enzina. Urrea mismo indica
la división en dos escenas cortas que contienen menos de una cuarta
parte del texto original del primer acto[278]. No puede creerse de
ningún modo que este solo le fuese conocido, ni que trabajase sobre
un manuscrito, puesto que en 1513 existían ya siete ú ocho ediciones
castellanas de la _Celestina_, unas con el texto en diez y seis actos
y otras con el definitivo de veintiuno. Si levantó Urrea la mano del
trabajo, bien excusado, de versificarla, sería por cansancio ó por
haber encontrado más dificultades que al principio, ó sencillamente
porque creyó que bastaba con aquella pequeñísima parte para construir
una sencilla fábula ó más bien un diálogo semidramático, sin acción,
nudo ni desenlace, como los que entonces se estilaban.

Entendemos que á Urrea alude, y no á otro, el P. Baltasar Gracián
cuando atribuye toda la _Celestina_ á un _encubierto aragonés_:
desatino de marca, pero que puede tener explicación. Gracián, que
era hombre de mucha y varia lectura, pero no erudito de profesión,
conocía probablemente el _Cancionero_ de Urrea, y al encontrarse allí
con un fragmento de la _Celestina_ en verso, en que nada se dice del
autor primitivo, pudo pensar que el hijo de la condesa de Aranda había
versificado su propia prosa. En los versos acrósticos no se fijó, ó no
les dió valor, y acaso su ejemplar careciese de ellos, como carecen
algunas _Celestinas_ tardías. Por lo demás, con decir que Urrea,
nacido probablemente en 1486, tendría á lo sumo doce ó trece años
cuando se publicó por primera vez la _Celestina_, queda demostrada la
imposibilidad física de tan extravagante atribución[279].

Lo que prueba su _Égloga_, que no creemos muy anterior á la fecha
del _Cancionero_[280], es la inmensa popularidad de que ya gozaba la
obra original de Fernando de Rojas y el carácter dramático que todos
la atribuían. Y prueba también la facilidad y soltura de rimador que
tenía Urrea, puesto que en sus coplas octosilábicas se ciñe de tal
suerte al texto de Rojas, que más bien le calca que le traduce, con
cierto desaliño sin duda, pero mostrando verdadero instinto del diálogo
escénico. Véase la primera escena de la _Égloga_, y cotéjese con el
texto de la _Celestina_ que va al pie[281]:

      CALISTO

        Veo en esto, Melibea,
      La _gran grandeza de Dios_.

      MELIBEA

        ¿En qué, Calisto, veys vos
      Cosa que tan alta sea?

      CALISTO

        En dar poder á natura
      Que de perfeta hermosura,
      Acabada, te dotase,
      Y a mí que verte alcançasse
      Sin merecer tal ventura.
        Y en lugar donde me viese
      Gozar de tanto fauor,
      Que mi secreto dolor
      Manifestar te pudiesse.
      Sin duda tal galardon
      Es mayor en deuocion
      Que obras de sacrificio,
      Aunque por tal exercicio
      Espero yo saluacion.
        ¿Quién vió nunca en esta vida
      Un cuerpo glorificado
      Como el myo, que ha mirado
      Vna cosa tan sentida?
      Por cierto, todos los santos,
      Donde gozan de sus cantos
      Mirando a nuestro señor,
      No tienen gloria mayor
      Que yo en ver plazeres tantos.
        Somos en esto apartados:
      Que la gloria que poseen
      Por muy perpetua la veen,
      Sin ser de alli derribados:
      Mas yo me veo alegrar
      Con recelo de dexar
      Tu vista y acatamiento,
      Recelando el gran tormento
      Que en absentia he de pasar.

      MELIBEA

        ¿Por gran premio, por tu fe,
      Tienes aqueste, Calisto?

(Nota _a_: _Mísero_ leen desatinadamente muchas ediciones. Las
primitivas dicen _mixto_ ó _misto_, y así debe de ser, puesto que
Calisto compara sacrílegamente su estado, en que se mezclan la
bienaventuranza y el recelo, con el _puro_ estado beatífico).


      CALISTO

        Por tanto, en esto que he visto,
      Como agora te diré:
      Que si Dios me diesse arriba
      A esta mi alma catiua
      La gloria del alto cielo,
      No tendría más consuelo
      Que con esto que me aviua.

      MELIBEA

        Pues avn más galardón
      Te daré si perseueras.

      CALISTO

        Mis orejas placenteras
      Bien aventuradas son,
      Que indignamente an oydo
      Palabra de gran sonido.

      MELIBEA

        Mas serán desventuradas
      Tus orejas bien aosadas,
      Despues de averme entendido...
        Vete ya, torpe, de ahí
      Cual onbre mucho liuiano,
      Que en un coraçon humano
      No cabe servir a my.
      Que no tomo con paciencia
      Que, en absencia ni en presencia,
      Un muy ylícito amor
      Piense ningun amador
      Comigo alcanzar de eçencia...

      _Agora se va Calisto, y sálese Melibea, y
      luego vuelve buscando sus criados._

No faltan en esta versión métrica ripios é incorrecciones graves,
palabras impropias y algunos barbarismos, ó si se quiere formas
dialectales, en la conjugación:

        Y las caydas que _daron_
      Los que como tú amaron...
      _Pusiéndome_ inconvenientes.

Urrea era un improvisador y no se paraba en barras, pero el efecto
general de sus versos es agradable[282].

Mucho menos vale su prosa en la única muestra que conocemos de ella, y
que también se enlaza con la _Celestina_ por derivación muy inmediata.
Esta pieza rarísima, indicada por Brunet, que por cierto equivoca
dos veces el apellido de su autor[283], es la _Penitencia de Amor_,
estampada en Burgos por Fadrique Alemán de Basilea, en 1514[284].

El antiguo impresor de la _Comedia de Calisto_ conservó en el
frontispicio de la _Penitencia_, cambiando los nombres de los
personajes, uno de los grabados de la obra que Urrea imitaba, fácil,
en efecto, de transportar de una composición á otra, puesto que
Finoya y Darino, en la novelita del ingenio aragonés, corresponden á
Melibea y Calisto, y los criados Renedo y Angis á Sempronio y Pármeno.
Faltan Areusa, Elicia, Lucrecia y sobre todo Celestina, es decir,
la salsa del pescado de la tragicomedia, que sin intervención de la
vieja barbuda será insípida siempre. La parte cómica se reduce á unas
octavas de arte menor que el poeta llama «pullas honestas», y son un
pugilato de groseras desvergüenzas cambiadas entre dos lacayos. Todo lo
restante está en prosa. El fin de la obra quiere ser ejemplar, aunque
por distinto rumbo que el de la _Celestina_, para lo cual se altera
el desenlace de la manera que veremos; pero hay, no sólo detalles
licenciosos, sino una escena de brutalidad sin ejemplo, esmaltada con
sentencias como ésta: «El mayor plazer es pecar mortalmente; los que no
gozan desto no tienen descanso». Ninguna de las blasfemias de Calisto
llega á ésta[285].

¡Extraños tiempos aquellos en que un caballero tan distinguido
como Urrea, que en varias poesías de su _Cancionero_ muestra haber
sido capaz de las más sanas inspiraciones y de los más delicados
sentimientos, osaba hacer presente de tal farsa como la _Penitencia_
á su madre la condesa de Aranda, con la leve salvedad de decir en el
prólogo: «Esta obrezilla, por ser toda su calidad cosa de amores,
parece que se aparta de la condicion y virtud de vuestra señoria; pero
porque todo lo que yo hiziere no puede ni deve yr dirigido a otri,
embio tambien esto como lo otro que de mí tiene vuestra señoria».

Esta dedicatoria ofrece otros puntos curiosos. El autor no hace
profesión de originalidad, sino todo lo contrario. «Ya no va nadie a
infierno syno por lo que otros an ydo; ninguno puede hazer ni dezir
cosa que no paresca a lo dicho y hecho; nadie puede trobar sino por
el estilo de otros, porque ya todo lo que es a sido». Se remonta á
Terencio como padre del género en que ejercita su pluma. «Esta arte
de amores está ya muy vsada en esta manera por cartas y por çenas
(escenas) que dize el Terencio, y naturalmente es estylo del Terencio
lo que hablan en ayuntamiento; mas esta es cosa quel estylo no se puede
quitar ni vedar, pues que las mismas razones no sean.»

Pero en verdad no fué Terencio su modelo, ni era posible que lo fuese.
Urrea, aristocrático aficionado, que á ratos aparentaba desdeñar
la «trabajosa vanagloria de la pluma, pues ay otras cosas en que
mas cavalerosamente se puede exercitar el entendimiento con otros
passatiempos seguros de reprensiones», no tenía más que leve tintura
de estudios clásicos, á pesar del alarde que hace de sembrar por su
diálogo sentencias de Séneca tomadas de alguno de los florilegios
morales que entonces se manejaban tanto[286]. En lo que estaba
positivamente versado era en la poesía italiana, sobre todo en la del
Petrarca[287], y en la literatura española de su tiempo. Dos libros se
hallaban entonces en el momento culminante de su éxito: la _Celestina_
y la _Cárcel de Amor_. Urrea, sin hacerse cargo de la radical oposición
del sentido artístico de ambos libros, ni de la profunda desemejanza de
su plan y estilo, intentó fundirlos en uno solo, no olvidando tampoco
sus hábitos de poeta cortesano. Resultó de aquí una producción híbrida,
de la cual puede formarse idea por el _argumento_ con que el mismo
autor la encabeza:

«Hubo vn cauallero llamado Darino, hijo de Galmaux y de Volisa, el
qual andando vn dia solo a cauallo, paseando, llegó a vn castillo
y casa fuerte en muy gentil acatamiento puesto. Vió a la ventana a
Finoya, muy gentil dama, hija de Nertano y de Solona, donde con mucho
contentamiento y turbacion llegó a hablar con ella, y acabadas sus
razones partióse della muy cativado de su amor, y sin reposo voluiendo
á su posada procuró con dos criados de los suyos de quien él mas fiaua
(al vno llamauan Renedo y al otro Angis) para que con todas sus fuerças
y mañas hiziesen que Finoya recebiese vna carta de Darino. Fue tal la
diligencia y astucia de sus criados, que alcançó Darino al principio
reçebir cartas de Finoya y al cabo goçar de su persona; y aunque las
cosas que algun tiempo duran de continuo son sabidas y descubiertas,
esto en breue tiempo fue sabido; por donde Nertano, padre de Finoya,
sabiendo esto, aguardó a Darino y tomóle. La segunda vez que entró en
su casa halló a los dos juntos tomando sus retraydos deleytes, el cual
metió en vna torre a Finoya con sus doncellas, y en otra a Darino con
sus criados, y todos hicieron penitencia allí en aquellas torres hasta
el cabo de sus dias.»

La obrita de Urrea no es enteramente dramática, ni tampoco novelesca.
Ninguna parte de ella está en narración, sino toda en razonamientos y
cartas. En los primeros imita algunas veces á Fernando de Rojas[288];
pero el tipo de Diego de San Pedro es el que predomina, no sólo en la
parte epistolar, sino en la retórica culta y alambicada del estilo.
La acción, que es de suma pobreza, está desarrollada con simétrica
monotonía. A cada una de las cartas de Darino á Finoya y viceversa
se agrega un presente simbólico, que por lo común es una joya de oro
labrado, acompañada de un mote en verso. Algunos son ingeniosos, y del
mismo gusto galante y amanerado que otros que se leen en el _Cancionero
general_. Envía Finoya á Darino una vihuela sin cuerdas, y dice la
letra:

        No tienes más esperança
      De alcançar lo que concuerdas,
      Que esa de tañer syn cuerdas.

Envía Darino á Finoya unos ruiseñores y dice la letra:

        Cantarán éstos de amores;
      Yo, avnque callo,
      Lloro por los desamores
      Que en ty hallo.

En el desenlace, sugerido indudablemente por la _Cárcel de Amor_,
se nota la misma falta de originalidad y brío. «En la torre de mano
derecha (dice Nertano) estareys vos, Finoya, con vuestras doncellas...
y vos, Darino, estareys en la torre de mano izquierda, y vosotros
tendreys cargo de la manera que se a de regir. No he querido daros
muerte a vos, hija, porque el coraçon no lo ha çufrido; y a vos,
Darino, no he querido mataros, porque peneys mas. La fama que se pondrá
a de ser que Finoya mi hija es muerta, y assi le haremos las onrras;
y de Darino se dirá que se a ydo al cabo del mundo: vnos creeran que
por veer tierras, otros que de desesperado se a ydo por la muerte de
mi hija, que ya sabian que la queria. Vamos, que ello será tan secreto
quanto él fue traidor». Aquí vemos apuntar ya la máxima de _A secreto
agravio_...

Algunos trozos de la _Penitencia_ están bien escritos en su género
sentimental y retórico[289], pero otros son mortalmente fastidiosos y
el conjunto revela una pluma inexperta en el difícil arte de la prosa,
á pesar del gran modelo que tenía á la vista. La locución claudica á
veces por el sentido incierto de las palabras[290], y el vocabulario no
es ni muy selecto ni muy rico[291].

Á pesar de su medianía, la _Penitencia de Amor_, que en España fue
completamente olvidada hasta que en nuestros días la exhumó el Sr.
Foulché-Delbosc de una biblioteca particular que no expresa, tuvo en
el siglo XVI los honores de una traducción francesa ó más bien de un
verdadero plagio.

El supuesto autor original de _La Penitence Damour_, Renato Bertaud,
señor de la Grise, secretario del cardenal arzobispo de Tolosa Gabriel
de Gramond Navarre, cambia los nombres de los personajes, llamando
_Lanzarote_ al caballero, _Lucrecia_ á la dama y _Themot_ y _Michellet_
á los criados. Traslada íntegro el texto de Urrea, pero le añade un
final de su cosecha, en el cual, pasados siete años del cautiverio
de los amantes, consiente el padre de Lucrecia en darles libertad y
celebrar sus bodas. Todo es al principio regocijo y fiestas, justas y
torneos, pero la dama muere al poco tiempo y su marido determina hacer
penitencia durante el resto de su vida junto al sepulcro de la mujer
á quien se lamenta de haber seducido y en cuya temprana muerte ve un
castigo de la justicia divina[292].

No fué Urrea el único poeta que intentó llevar al naciente teatro
español una parte del argumento de la _Celestina_. Poco posterior á
su _Égloga_ hubo de ser otra de Lope Ortiz de Stúñiga, de la cual no
conocemos hasta ahora más que su título y encabezamiento en el núm.
15,139 del _Registrum_ de D. Fernando Colón: «_Farsa en coplas sobre la
comedia de Calisto y Melibea. Inc._

        Hi de san y qué floresta
      Y qué floridos pradales,
      Qué compaña...

En el mismo _Registrum_ (núm. 4.083) se citan otras producciones
poéticas de Lope Ortiz (suponemos que sea la misma persona), adquiridas
por el hijo de Cristóbal Colón en Medina del Campo, á 25 de noviembre
de 1524[293], lo cual puede servir para conjeturar aproximadamente la
fecha de la _Farsa_, sobre cuya procedencia y coste nada se indica.

En un pliego gótico, de dos hojas en folio, á cuatro columnas, que
acaso es ejemplar único, encuadernado con otros igualmente rarísimos
del primer tercio del siglo XVI, poseo un compendio en verso de la
_Celestina_, cuyo título dice de esta suerte: _Romance nueuamente hecho
de Calisto y Melibea que trata de todos sus amores y de las desastradas
muertes suyas y de la muerte de sus criados Sempronio y Parmeno y de
la muerte de aquella desastrada mujer Celestina intercesora en sus
amores_[294]. Habiendo reproducido esta curiosa pieza en mis adiciones
á la _Primavera_ de Wolf[295], no creo necesario insistir sobre su
carácter juglaresco y sobre la habilidad con que su incógnito autor
va fundiendo en el molde narrativo las principales situaciones de la
tragicomedia, conservando en todo lo que puede las mismas palabras del
original:

      Un caso muy señalado--quiero, señores, contar,
      Como se iba Calisto--para la caza cazar.
      En huertas de Melibea--una garza vido estar,
      Echado le habia el falcon--que la oviese de tomar,
      El falcon con gran codicia--no se cura de tornar:
      Saltó dentro el buen Calisto--para habello de buscar,
      Vido estar a Melibea--en el medio de un rosal,
      Ella está cogiendo rosas--y su donzella arrayan...

En el mismo apacible estilo prosigue todo el romance, que demuestra en
el poeta que le compuso verdadero sentido de las bellezas de la obra
que imitaba.

Urrea había metrificado, aunque no íntegramente, el primer acto de
la _Celestina_: el romancerista abarcó todo el cuadro, reduciéndole á
mínima escala. Tarea mucho más ardua, y tan prolija como impertinente,
emprendió Juan Sedeño, natural y vecino de la villa de Arévalo,
trasladando toda la _Celestina_ en desaliñadas coplas de arte menor,
que sólo sirven para enaltecer por el contraste la divina prosa de
Rojas. Este esfuerzo de paciencia y de mal gusto cayó muy pronto en
el justo olvido que merecía, y no ha vuelto á ser impreso después
de la rarísima edición de Salamanca, 1540[296]. Juan Sedeño es
principalmente conocido por autor ó compilador de un diccionario
biográfico que tituló _Summa de varones ilustres_[297], obra de corto
mérito y ninguna originalidad; pero merece serlo con más razón por sus
elegantes _Coloquios de amores y bienaventuranza_[298], los cuales,
dicho sea de pasada, nada tienen que ver con la historia del teatro,
como da á entender un moderno académico[299], ni pueden calificarse
de desconocidos, puesto que en libro tan corriente como el Manual de
Ticknor se da exacta idea de ellos, colocándolos en el grupo á que
realmente pertenecen, es decir entre los diálogos filosóficos y morales
de Hernán Pérez de Oliva, Francisco Cervantes de Salazar y otros
prosistas didácticos de la centuria décimasexta[300]. Tampoco se ha de
confundir á Juan Sedeño, como hizo Nicolás Antonio, con un homónimo, y
probablemente deudo suyo, que fué alcaide ó castellano de Alessandria
della Paglia, y publicó en 1587 la primera traducción española de la
_Jerusalem_ del Tasso.

Antes de llegar á las imitaciones propiamente dichas de la
_Celestina_, no podemos menos de hacer notar el influjo que la parte
picaresca de la tragicomedia ejerció en los poetas semipopulares de
la primera mitad del siglo XVI, cuyas composiciones se registran
en pliegos sueltos góticos de extraordinaria rareza. El principal
representante de este género, que llegó á los últimos límites del
cinismo, es Rodrigo de Reinosa, émulo de los más licenciosos poetas
del _Cancionero de Burlas_[301]. A propósito de sus _Coplas de las
comadres_ escribió Gallardo: «Es una pintura al fresco, viva y
colorada, de las costumbres de aquel tiempo. Pocas poesías se leerán
impresas en España más libres y licenciosas que estas coplas. Son
además graciosísimas». En lo primero no hay duda, porque las _Coplas_
son verdaderamente desaforadas; pero lo segundo dista mucho de ser
cierto, porque son groseras, toscas y llenas de incorrecciones
métricas. Citaremos algunos versos de los menos malos, en que saltan á
la vista las reminiscencias de la _Celestina_:

        Allá cerca de los muros,
      Casi en cabo de la villa,
      Cosas haz de marauilla
      Vna vieja con conjuros,
      Porque tengamos seguros
      Los plazeres cadal dia,
      Llámase Mari Garcia,
      Sabe encantaderos duros.
        Una casa pobre tiene,
      Vende hueuos en cestilla,
      No ay quien tenga amor en villa
      Que luego a ella no viene...
        Está en missa y processiones,
      Nunca las pierde contino,
      Missas dalva yo esmagino
      Son las más sus deuociones;
      Jamas pierde los sermones,
      Bisperas, nona, completas,
      Sabe cosas muy secretas
      Para mudar coraçones...
        Ciertas agujas quebradas
      Lança en ciertos coraçones,
      Con muchas encantaciones
      De palabras endiabladas,
      Rayces de cardo sacadas;
      Y a todas las que a ella van
      Escriue con açafran
      En las palmas ciertas fadas[302].

A Rodrigo de Reinosa atribuye, con bastante probabilidad, Gallardo
otra composición mucho más escandalosa que ésta, pero mejor escrita
y de carácter netamente dramático, pues salvo algunas palabras
de introducción narrativa, puede considerarse como una pequeña
farsa lupanaria ó rufianesca, en coplas de arte mayor[303]. Tanto
en ella como en el _Coloquio entre la Torres-Altas_ y _el rufián
Corta-Viento_[304], hizo alarde Rodrigo de Reinosa de emplear la
jerigonza llamada _germanía_, nombre que por primera vez aparece en sus
obras, y es por tanto más antiguo de lo que generalmente se cree[305].

El desenfreno que tales composiciones arguyen es un signo de los
tiempos, que importa al historiador registrar y considerar maduramente.
La disolución social de las postrimerías de la Edad Media, contenida
por la férrea mano y el alto pensamiento de los Reyes Católicos,
fermentó tumultuosa durante el efímero reinado de Felipe _el Hermoso_
y el nominal de su infeliz consorte; y no llegó á ser vencida y
domada hasta que el César Carlos V, que no era ya el inexperto y mal
aconsejado joven de su primer viaje á España, entró en la plenitud
de su misión histórica. Anarquía fué ésta de la cual participaron
nobles y plebeyos, eclesiásticos y legos, seculares y regulares;
anarquía de palabras, de ideas y de costumbres, que si no hizo vacilar
los fundamentos de la creencia tradicional, dió calor á la secta
indígena de los iluminados místicos, favoreció los progresos del libre
pensar erasmista, que llegó á nacionalizarse en alto grado, y abrió
en parte los caminos de la Reforma, aunque por otro lado fuese su
antítesis. Y de la misma suerte, en el orden político produjo á un
tiempo tardías reivindicaciones aristocráticas; generosos aunque mal
concertados esfuerzos por la libertad municipal, corona de las ciudades
castellanas; insurrecciones que, sin perder el carácter de los antiguos
bandos y hermandades, parecían agitadas por un soplo revolucionario más
ardiente é impetuoso; y hasta en algunos espíritus turbulentos, sueños
de repúblicas al modo de Génova y Venecia, y en la masa popular de
aquellas tierras donde la industria y el comercio habían madrugado más,
una agitación hondamente socialista, de que los agermanados de Valencia
y Mallorca fueron terribles definidores é intérpretes.

La libertad ó más bien la licencia de la imprenta no tuvo cortapisa
en aquellos años. La Inquisición, atenta sólo á la persecución de los
judaizantes, que había sido el primordial objeto de su introducción
en Castilla, no se cuidó hasta mucho más tarde de intervenir en la
censura de libros, y aun el primer Indice no se hizo en España, sino en
la Facultad teológica de Lovaina, como es notorio. Bajo este aspecto
puede decirse, habida consideración á los tiempos, que la literatura
del reinado de Carlos V (es decir, de casi toda la primera mitad del
siglo XVI) se desarrolló con pocas trabas, lo cual explica su libertad
y audacia, su desordenada y juvenil lozanía que tanto contrasta con el
tono grave, reflexivo y maduro que todas las cosas fueron tomando en
tiempo de Felipe II.

Dejando aparte lo que toca al desarrollo general de las ideas y al
fondo de la literatura didáctica y polémica del Renacimiento, materia
no bien tratada aún y en que conviene hacer muchas distinciones, el
genio poético de aquel principio de siglo habló mordaz y cáustico por
boca de los grandes satíricos Torres Naharro, Gil Vicente, Cristóbal
de Castillejo, en quienes la valentía del pensamiento se junta
con la gracia de la dicción. La sátira lo invadió todo, desde las
farsas teatrales hasta la acicalada prosa de los hermanos Valdeses
y la pintoresca y sabrosísima del médico Villalobos. La corriente
naturalista derivada de la _Celestina_ fué engrosando sus aguas,
cada vez más turbias, al pasar por el bajo fondo social, y paró en
representaciones monstruosas, con que ingenios mediocres halagaban una
profunda depravación social.

Esta depravación, que en el centro de España era más bárbara que
refinada hasta que por los puertos secos se comunicó á Castilla el
contagio, tenía su principal asiento en las ciudades marítimas y
populosas, enriquecidas por la navegación y el tráfico, especialmente
en las del Mediterráneo, abiertas de antiguo á la influencia italiana,
que juntamente con los primores de sus artes les comunicaba aquel
género de viciosa elegancia que suele ser fatal é inevitable cortejo
de la opulencia y del lujo. En esta parte ninguna ciudad tuvo tan
extraña reputación como Valencia, por lo mismo que ninguna del
litoral la aventajaba en el arreo y gala de sus moradores, en la
belleza de sus mujeres, en las comodidades y deleites de la vida
y en la alegría y pompa de sus fiestas y regocijos populares. Del
estado de las costumbres en el siglo XV tenemos peregrinos datos en
los sermones todavía inéditos que en su nativa lengua predicaba San
Vicente Ferrer[306]. Si se comparan con las pinturas que en su famoso
libro satírico trazó Jayme Roig[307], el orador sagrado y el poeta
se completan mutuamente, y el testimonio del uno y del otro puede
corroborarse con documentos legales y notariales, libres de toda
sospecha de hipérbole.

Á principios del siglo XVI Valencia estaba considerada como la ciudad
de la galantería, la metrópoli del placer:

        Os jardins de Valença de Aragāo
      Em que o amor vive e reina, onde florece,
      Por onde tantas rebuçadas vāo.

decía el poeta portugués Sá de Miranda[308]. _Jardín de placeres_ la
llamaba en 1505 Alfonso de Proaza.

        De damas lindas hermosas
      En el mundo muy loada...
      Rico templo, donde Amor
      Siempre haze su morada[309].

Esta equívoca nombradía traspasaba los aledaños hispánicos, y en
verdad que pasma encontrar acusaciones de afeminada molicie bajo la
pluma de escritores italianos que no tenían grande autoridad para
mostrarse muy severos. _Plerique Valentini cives tum senes tum iuvenes,
amoribus dediti ac delitiis_, dice el gran humanista Pontano, gloria
de la honestísima Nápoles[310], con ocasión de mencionar á un Rodrigo
Carrasco (¿Carroz?) que á los ochenta años había caído en la inofensiva
chochez de tocar la flauta ó él pífano y de ir cantando su amor por las
calles: «_e media scilicet Valentia delatum hoc est_»[311]. Pontano
tenía el buen gusto de no alborotar la calle con músicas y cánticos,
pero en cambio confiesa que daba malos ratos á su mujer con los amores
de cierta _puella gaditanula_[312]. De los conventos de monjas de
Valencia escribió horrores; la relajación era evidente[313], pero no
mayor que la que podía ver en su tierra.

Dos veces aparece en el _Orlando Furioso_ el nombre de nuestra ciudad
levantina, y siempre con el mismo concepto tradicional y en gran parte
injusto que de ella se tenía.

Pinta el Ariosto á Rugero encantado y sumergido en las delicias del
jardín de Alcina:

        Umide avea l'inanellate chiome
      De' piú _soavi odor_ che sieno in prezzo:
      Tutto ne' gesti era amoroso, come
      _Fosse in Valenza a servir donne avvezzo_.

      (Canto VII, est. 55).

La heroína del pícaro cuento de Giocondo y del rey Astolfo era también
valenciana, según el maligno poeta de Ferrara:

        Una figliuola d' uno ostiero ispano,
      Che tenea albergo al porto di Valenza,
      Bella di modi e bella di presenza.

      (Canto XXVIII, est. 52).

Lo de los _soavi odori_ requiere alguna explicación. Ya en el siglo
XV eran buscados en Italia con predilección los objetos de perfumería
procedentes de Valencia. De ello da testimonio uno de los cantos de
Carnaval del tiempo de Lorenzo _el Magnífico_, titulado en algunas
colecciones _La canzone dei galanti_ y en otras _Canto dei profumieri_:

        Siam galanti di Valenza
      Qui per paggi capitati,
      D'amor già presi e legati
      Delle dame di Fiorenza...
      Secondo i nostri costumi
      Useremo anchor con voi;
      Usseletti, olii e profumi,
      Donne belle, abbiam con noi...[314]

Los guantes de España, pero muy especialmente de Valencia, eran los
más estimados, y en agosto de 1506 hacía especial encargo de ellos la
elegante y sabia princesa Isabel de Este, recomendando que los viese
antes algún español, «porque son los que mejor entienden de la bondad
de estas cosas»[315].

Tales industrias, sin ser pecaminosas en sí mismas[316], requieren
para desarrollarse un ambiente epicúreo y sibarítico, como era el
de Valencia al decir de los viajeros de aquel tiempo, que la pintan
como una nueva Capua, aunque no hayan de tomarse al pie de la letra
todos sus dichos, que pueden nacer de observación superficial ó son
manifiestas calumnias. Desde el tudesco Nicolás de Popplau, que viajó
por España en 1484 y 85, y el flamenco Antonio de Lalaing, señor de
Montigny, que acompañó á Felipe _el Hermoso_ en 1501, hasta el libro
tan grave y estimado de las _Relaciones universales del mundo_, de
Juan Botero (1596), para no hablar de otros posteriores, persiste
esta mala nota de la gentilísima ciudad que fué en todos tiempos
emporio de riqueza y de cultura[317]. En los italianos llega á ser
un tipo convencional _il signor Lindezza de Valenza_, aludido en _La
Cortigiana_ del Aretino[318]. «No hay más lasciva y amorosa ciudad en
toda Cataluña», dice Bandello al comenzar una de sus más trágicas é
interesantes novelas[319]. Y á este tenor pudieran acumularse otras
citas, si ya no nos hubieran precedido en recogerlas los eruditos
Croce, Farinelli y Mele[320]. Las alusiones á la mancebía de Valencia
abundan en todas las _Celestinas_ secundarias, sin excluir _La Lozana
Andaluza_, compuesta en Italia[321].

La corrupción había llegado á su punto máximo en los años que
precedieron á las Germanías[322] y en los inmediatamente posteriores
á aquellos tumultos. No es mera coincidencia que en 1519 y en 1521
saliesen de las prensas valencianas los dos libros más deshonestos de
la literatura española: el _Cancionero de obras de burlas provocantes
á risa_, que estampó Juan Viñao[323], y las tres comedias _Thebayda_,
_Hipólita_ y _Seraphina_, impresas por Jorge Costilla[324].

Esta publicación no se hizo á sombra de tejado, sino con todas las
circunstancias de la ley, consignando el impresor su nombre y el día
en que terminó su trabajo y el privilegio de la Cesárea Majestad, que
por diez años le aseguraba la propiedad de la obra en los reinos de
Castilla y Aragón. Y un magnate de tan elevada alcurnia como el duque
de Gandía, D. Juan de Borja y Llansol, padre del tercer general de la
Compañía de Jesús, que hoy veneramos en los altares con el nombre de
San Francisco de Borja, fué la persona escogida por el desvergonzado
autor de la _Thebayda_ para Mecenas de su obra, en que como él dice
«había sacado de madre la cómica prosa».

En ninguna parte del libro se dice claramente que las tres comedias
sean de la misma mano, pero la hermandad de la _Thebayda_ y de la
_Seraphina_ parece innegable, aunque la segunda tenga más chiste y
mejores proporciones que la primera.

De la _Comedia llamada Hipólita nuevamente compuesta en metro_
fácilmente podemos descartarnos, pues aunque plagia servilmente la
fábula de la _Celestina_, salvo el personaje principal y el desenlace,
que no es trágico sino festivo y placentero y por consiguiente
inmoralísimo, su corta extensión, que no es mayor que la de las farsas
de Jaime de Huete y Agustín Ortiz, su versificación en coplas de pie
quebrado á estilo de Torres Naharro y todas sus condiciones externas,
en suma, hacen de ella una pieza dramática y de ningún modo novelesca.
Para darla á conocer basta copiar su _argumento_:

«Hipólito, caballero mancebo de ilustre y antigua generación de la
Celtiberia (que al presente se llama Aragón), se enamoró en demasiada
manera de una doncella llamada Florinda, huérfana de padre, natural
de la provincia antiguamente nombrada Bética (que al presente llaman
Andalucía); y poniendo Hipólito por intercesor á un paje suyo llamado
Solento, estorbaba cuanto podía porque Florinda no cumpliese la
voluntad de Hipólito; pero ella, compelida de la gran fuerza de amor
que á la continua le atormentaba, concedió en lo que Hipólito con tanto
ahinco la importunaba, y así ovieron cumplido efecto sus enamorados
deseos, intercediendo ansimesmo en el proceso Solisico, paje de
Florinda y discreto más que su tierna edad requería, y Jacinto, criado
de Hipólito, malino de condición, repunó siempre; y Carpento, criado
ansimesmo de Hipólito (hombre arrofianado), por complacer á Hipólito,
no solamente le parecían bien los amores, pero devotó que el negocio
se pusiese á las manos; é así todas las cosas ovieron alegres fines,
vistiendo Hipólito á todos sus criados de brocado y sedas, por el
placer que tenía en así haber Florinda (doncella nacida de ilustre
familia) concedido en su voluntad, seyendo la más discreta y hermosa y
dotada en todo género de virtud que ninguna doncella de su tiempo.»

Tanto esta comedia como las otras dos no está dividida en actos,
sino en escenas, que aquí son cinco. Es pieza muy endeble, y sobre
ella hay que estar al juicio de Moratín, casi siempre inapelable
en las cosas que estudió por sí mismo. «La acción es lánguida y la
entorpecen impertinentes discursos, tendencias pedantescas y rasgos
de erudición histórica puestos en boca de los criados de Hipólito y
en la de Florinda, que, estimulada de indomable apetito, habla de
Popilia, Medea, Penélope, Sansón, Electra, David, Clodio, Salomón,
Lamec, Masinisa y el rey D. Rodrigo, todo para venir á parar en abrir
aquella noche la puerta á su amante. Esta indecente farsa está escrita
con muy mal lenguaje y muchos defectos de consonancia y medida en los
versos»[325].

La _Seraphina_ (que no ha de confundirse con las piezas del mismo
título, pero de muy diverso asunto, compuestas por Torres Naharro y
Alonso de la Vega) es ferozmente obscena, pero mucho más ingeniosa
que la _Hipólita_ y la _Thebayda_. Ni siquiera puede considerarse
como imitación de la _Celestina_, con la cual no tiene más parentesco
que el de su prosa, que sería excelente si no la deslustrasen
tantas afectaciones y pedanterías en la parte seria, tantas citas
impertinentes de filósofos y Santos Padres, Aristóteles, Platón,
Séneca, San Jerónimo, San Bernardo... puestas indistintamente en boca
de todas personas, y que contrastan de un modo grotesco con los lances
y situaciones de la comedia. Moratín incluyó su título en el catálogo
que acompaña á sus _Orígenes del teatro_, fundándose en las palabras
con que termina: «Quedad y holgaos entre esta gente de palacio, é
regocijaos bien, que yo, Pinardo, acabo de _representar_ la comedia
_Seraphina_ llamada». Pero basta leer la comedia para convencerse
de que se trata de una pura fórmula y que el autor no pudo pensar
seriamente en que tal monstruosidad se representase.

Su tema, que lo ha sido de innumerables cuentos verdes, desde las
colecciones orientales hasta la novela afrentosamente célebre del
convencional Louvet de Couvray, es el mismo que en la antigüedad
sugirió la fábula de Aquiles y Deidamia y en los tiempos modernos un
episodio del canto 6.º del _Don Juan_ de lord Byron: las aventuras
amorosas de un hombre disfrazado de mujer[326]. La _Comoedia Alda_
de los tiempos medios, que ya hemos tenido ocasión de mencionar,
nos ofrece una variante semidramática del mismo argumento, y no es
inverisímil que el autor le tomase de fuente italiana, aunque eran
pocos los _novellieri_ impresos (Boccaccio, Sabadino degli Arienti,
Massuccio y pocos más)[327].

El enredo de la _Seraphina_ apenas puede exponerse en términos
honestos. Un caballero portugués, Evandro, se enamora en Castilla de
una dama principal llamada Serafina, mujer de Filipo, «el qual era
de natura frío». Y como el mucho recogimiento de la dama y la guarda
cuidadosa de su suegra hacían muy difícil toda conversación con ella,
un paje llamado Pinardo, disfrazado en hábito de mujer, se ofrece
á penetrar en casa de Filipo; logra la mayor intimidad y favor con
la vieja Artemia, dueña de malas costumbres, y con la desenvuelta
Violante, doncella de Serafina, y persuade á ésta á condescender con la
voluntad de Evandro, interviniendo en tan abominable tercería todos los
personajes de la pieza, y muy señaladamente la perversa Artemia, que
arrastrada por su senil lascivia se presta sin reparo á la deshonra de
su hijo.

Si por un momento pudiera vencerse el disgusto y repugnancia que tales
escenas infunden, si realmente pertenecieran á la literatura obras
como ésta, en que el autor convierte el noble arte de la palabra
en instrumento de vil sugestión, la _Seraphina_ sería una de las
rarísimas producciones de su género que pudiera salvarse del desprecio
que todas ellas merecen. Pero el innegable talento de escritor que
muestra quien la compuso agrava el crimen social que cometió y el
daño que todavía puede causar su lectura, porque la _Seraphina_ está,
no sólo perfectamente escrita, salvo en aquellos pasajes en que los
interlocutores declaman ó profieren sentencias, sino conducida con más
arte y habilidad que la mayor parte de nuestras comedias primitivas.
Y aun siendo tan inmoral y lúbrica como es, nunca apela su autor
al grosero recurso de estampar los _verba erotica_, como hicieron
Francisco Delicado y los poetas tabernarios del _Cancionero de Burlas_.

Una riqueza grande de proverbios y de idiotismos familiares; una
locución constantemente pura, aunque no muy aliñada; un sabroso y
natural gracejo, que se manifiesta en mil expresiones rápidas y
felices, son prendas que nadie puede negar á la _Seraphina_, y que
duele ver tan torpemente empleadas. Algunos versos contiene sobremanera
inferiores á la prosa, todos de la antigua escuela trovadoresca y
llenos de tiquismiquis amatorios:

        El qual siente lo que siento,
      Y siente qu'el mi sentir
      Ya no siente,
      Y siente qu'el sentimiento
      Del sentido y consentir
      Bien consiente...

      (Pág. 316).

El poeta estaba tan satisfecho de esta ridícula jerigonza, que no se
cansa de admirarse á sí mismo por boca de sus personajes: «Oh alto
y maravilloso fabricador de las cosas criadas, y qué gran manera de
metrificar: por cierto los[328] _Sonetos del Serafino Toscano_ no se
igualaron, con harta parte, en la sentencia ni en la gentileza; menos
se pueden equiparar los metros del galano Petrarca».

Engañado vivía el anónimo de Valencia en cuanto á los quilates de
su ingenio, que nada tenía de lírico. Su verdadera fuerza estaba en
la observación realista, en la pintura de costumbres, aunque fuesen
malas y abominables. Cuando quiere levantar el tono y «trastornar con
circunloquios las filosóficas cartas», no dice más que desatinos y se
pierde en un galimatías ampuloso. Todos los defectos de impertinente
erudición que la _Celestina_ tiene están subidos de punto en esta
comedia, donde Evandro se pone muy de propósito á relatar á sus criados
la historia del ateniense Foción (_cena_ 2.ª). Pero cuando la vena
abundante y fácil del estilo va empujada por la corriente del diálogo
ó se explaya en largas enumeraciones, que son como alarde y muestra
de un pintoresco vocabulario, muchas de las excelentes cualidades de
la prosa de Fernando de Rojas reaparecen en su imitador. Véase un
corto pasaje, que algo interesa á la historia del arte culinario en la
España de Carlos V, y es de los pocos que pueden citarse sin reparo.
Trátase de los regalos que hacía el vejestorio de Artemia («estantigua
y fantasma de la noche») á sus interesados galanes: «Pues los presentes
que envía por año ¿quién los podría contar? Las cargas de ansarones
enteros, de pollos, de anadones, de lechones, de capones, de palominos,
de gallinas, las cestas de huevos frescos, la docena de las perdices,
el par de los carneros, la media docena de los cabritos, la ternera
entera, las ubres de puerca en adobo, las piernas de venado en cecina,
los jamones de dos y de tres años, las cargas de vino tinto, blanco,
aloque, clareas, _vin grec_, otros qu'ella hace hacer adobados en casa
con mil aromatizados olores. Pues las frutas que les envía, á cada uno
en su estado, ya es cosa de locura: codoñate, calabazate, citronate,
costras de poncil, nueces moscadas, limones en conserva, pastas de
confaciones de cien mil maneras, priscos, peras, membrillos de diversas
maneras confacionados y cocidos en el azúcar, y á las vueltas muchas
frutas de sarten de mil cuentos de maneras, trayendo las mujeres de en
cabo la ciudad diestras en aquellos menesteres»[329].

Muy inferior á la _Seraphina_, aunque parece del mismo autor[330],
es la _Comedia llamada Thebayda_, libro de prolija y fastidiosa
lectura, que en la reimpresión moderna ocupa la friolera de 544
páginas de letra bastante menuda. Muy tentados de la risa debían de
ser nuestros progenitores cuando no les encocoraban tales libros,
por muy licenciosos que fuesen. La acción, aunque diluída en largos
razonamientos y alargada con episodios parásitos, se reduce en el fondo
á muy poca cosa. Véase el argumento que el mismo autor antepuso á su
fábula:

«Don Berintho, caballero mancebo y dotado de toda disciplina, así
militar como literaria, fué hijo del duque de Thebas, y conmovido de
exercitar la fuerza de sus varoniles miembros y la fortaleza de su
ánimo y la prudencia de que estaba asaz instruto, así de su natural
como adquisita mediante la doctrina de preceptores, vino en las Españas
con propósito de servir al rey que al presente la monarquía del mundo
gobierna, después de haber andado peregrinando por otros reinos de
diversas naciones; y en el reino de Castilla fué tocado y encendido más
de lo que á su grandeza de ánimo convenía del amor de una doncella,
huérfana de padres, llamada Cantaflua, dotada de extremada hermosura
y de incomparable honestidad y virtud, muy rica de posesiones, nacida
de ilustre generacion y acompañada de muchos parientes y nobles. La
cual, asimismo presa en el amor de Berintho, sufrió grandes trabajos,
competida de las fuerzas de su honestidad, á cuya causa el proceso de
sus amores se prorrogó más de tres años. Y al fin, sin consejo de sus
parientes, intercediendo Franquila, mujer de un mercader y persona
discreta, concedió en la voluntad de Berintho, otorgándole su amor, y
se desposaron secretamente, estando Cantaflua en una ermita teniendo
novenas. Lo cual sabido por los parientes se aprobó, y así todas las
cosas de su historia y lo á ella concerniente tuvieron prósperos y
alegres fines, como de la escritura parece.»

Este plan se desarrolla en quince interminables escenas. Las ridículas
lamentaciones de Berintho, interpoladas con medianos versos que los
demás interlocutores ponen en las nubes[331]; el desenfrenado apetito
de Cantaflua, que se manifiesta en los términos más indecorosos y
grotescos; las proezas eróticas del pajecillo Aminthas con Franquila,
la esposa del mercader, con la muchacha Sergia, con Claudia, la
doncella de Cantaflua, y con cuanta mujer encuentra en su camino;
los fieros, baladronadas, embelecos y fingidas pendencias del rufián
Galterio y de su amigote «el padre de la mancebía», son los principales
ingredientes de esta bárbara composición. Como libro obsceno no es
sinónimo de libro ameno, la _Thebayda_, que es en alto grado lo
primero, poco ó nada tiene de lo segundo. A no ser por el interés
filológico que realmente ofrece, sería imposible acabar la lectura de
su pesadísimo texto. La procacidad de las palabras corre parejas con
la inverecundia de las acciones, y el desatino llega á veces hasta la
blasfemia y el sacrilegio. Las vinosas y desvergonzadas lenguas de los
rufianes profanan á cada paso las advocaciones más santas, jurando por
«Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza», por «la Verónica de Jaen», por
«los Corporales de Daroca», por «las reliquias de San Juan de Letrán»,
por «la Vera Cruz de Caravaca», por «el cuerpo de San Ildefonso que
está en Zamora», por «el Crucifijo de Burgos», por «la Casa Santa de
Jerusalén», etc., ejemplo que luego siguieron Feliciano de Silva y
otros, no por verdadera impiedad, según creo, sino por una absurda
mezcolanza de lo más profano con lo que sólo debe inspirar acatamiento
y reverencia. Cuando Galterio sugiere á Berintho la idea de valerse de
Franquila como tercera en sus amores, exclama asombrado el protagonista
de la obra: «Este consejo no ha procedido de Galterio, pero sin duda de
la inmensa Trinidad fué guiado, y espíritu de profecía inspiró en él,
y alumbrado de la Divina Justicia, con la primera flecha que dió en el
blanco». (Pág. 54). «Que el Señor que guió en Belen los tres Reyes de
Oriente te guíe» dice Claudia á Aminthas después de una noche de amores
(pág. 464). A este tenor hay otros pasajes increíbles, que me guardaré
muy bien de indicar, porque causarían más escándalo que provecho.

La deshonestidad y la pedantería son las notas características de la
_Thebayda_, sin que se pueda decir cuál predomina. En la primera no
hay que insistir, pues tanto á esta comedia como á la _Seraphina_
(y aún más á la _Thebayda_, por ser cinco ó seis veces más larga)
les cuadra lo que desgarradamente escribió Gallardo en una de sus
notas bibliográficas: «Es toda ella un continuo _fornicio_ á ciencia
y paciencia del público espectador». El autor creyó componerlo todo
con un matrimonio final, que, lejos de destruir, agranda, dejándolos
impunes, el mal ejemplo de tantas situaciones y discursos indecentes.
¡Qué lejos estamos de la lección grave y pesimista que en el fondo
entraña la _Celestina_, donde la ley moral, violada un momento, se
restablece vengadora por el conflicto trágico!

El éxito de la _Thebayda_, que en las escenas bajamente cómicas tiene
fuerza y naturalidad, es ridículamente enfático en la parte que quiere
ser oratoria y sentimental. A cada paso se tropieza con párrafos de
este jaez, puestos sin distinción en boca de todo género de personas:

«_Galterio._--¿No miras que la corona del hijo de Latona ya no
resplandece, y también en la octava esfera, en el sublunar mundo está
dividiendo la luz de las tinieblas, y Vulturno con el aliento de la
húmeda noche anda corrusco?...». (Pág. 50).

«_Aminthas._--Ya el arrebatado Boreas con el poco temor por el ocaso de
los atentos(?) del basis procedentes, y con las fuerzas nuevamente en
él infusas, á causa de la lumbre del primer planeta está predominante,
anda despojando los árboles de sus frondas, y á los dulces campos de la
apostura de sus hermosos cabellos». (Pág. 451).

«_Claudia._--No pienses, mi verdadero amigo Aminthas, que descanso
hallándome falta de ti, que eres mi verdadero bien; ni pienses... que
los rayos piramidales procedentes del lucido Febo resplandecen más en
el sublunar mundo, ni pienses que la hermosa cara de Apolo es tan grata
á toda potencia vejetativa, cuanto más agradable a mí la vista de tu
graciosa persona; ni la festividad de las mieses es tan delectable al
ministro de la agricultura; ni la sombra del frondoso árbol en el estío
es más conveniente al que viene cansado; ni fuente ni arroyo del agua
que va saltando es más apacible al que quiere matar la sed, que á mí
es dulce tu conversa y los razonamientos de tan gentiles y graciosas
sentencias, que de la elegancia de tu lengua y claro y maravilloso
entendimiento proceden...». (Pág. 408).

Berintho y Cantaflua se enamoran en párrafos astrológicos y
metafísicos, de dos ó tres páginas de andadura, que darían envidia á
cualquiera de los más gárrulos oradores modernos:

«_Ber._--¡Oh mi señora! ¡Oh mi verdadera felicidad! Ni la luciente
cara de Apolo resplandece tanto en el hemisferio, cuando con los
rutilantes y encendidos rayos fuga la congregacion de los globos
(¿lóbregos?) vapores; ni el rostro de la fermosa Diana se muestra más
claro en el signo de Libra ó Acuario, cuando su vista y clarífico
rostro resplandece en mi entendimiento, enseñándole las verdaderas
líneas de tu tan inmensa excelencia y de tu tan incomparable poderío,
con el cual, acompañándole la beldad sin comparacion que tanto florece
en tu persona, pusieron en prision mi cautiva libertad, dándole leyes
de perpétua servidumbre, de la cual, más áspera que la causada por
la culpa del postrimero rey de los israelitas, fuera imposible tener
esperanza de libertad, si no fuera con el mando de la misma primera
causa, de donde procedió la privacion de los sentidos corporales
juntamente con el del libre albedrío; pero este tan primario y
supremo poder, acompañado de su demasiada clemencia, usaron de tanta
benevolencia, de tanta mesura, de tanta piedad, que certificadas las
potencias de la razon, ya tan privadas de las sus obras, y certificado
el ya tan apasionado entendimiento del remedio que de la su alta bondad
les venía, en un instante, en un improviso se verificaron y unieron
de tal manera, que la mucha y grande esperanza y tan entera noticia
y notoria _certeriorizacion_ que venían á _obtemperar_ y á gozar en
especulacion de su clarífica vista, dieron ocasion que cobraran de
nuevo aliento, para que las partes y potencias de menor dignidad,
ejerciendo el fin de su composicion, trujesen en su presencia á este tu
verdadero súbdito, tu fiel servidor, tu tan aherrojado cautivo; pero
gran mudanza, gran novedad se les representa, en haber tan de súbito
perdido la vista, con la tan demasiada lumbre que sienten proceder de
los clarores de tu seráfica y alta mesura» (pp. 354 y 355).

Además de este detestable gusto, entre retórico y escolástico, que hace
al incógnito comediógrafo un precursor de las peores extravagancias
del siglo XVII, como el Aretino lo es de muchos de los vicios del
_secentismo_ italiano, hay que notar en la _Thebayda_ un gran número
de latinismos inútiles, de los cuales ya hemos visto algunos; á los
cuales pueden añadirse _permisa_ por «permitida», _vaco_ por «vacío»,
_blandicias_ por «halagos ó caricias», _proditor_ por «traidor»,
_demulcir_ por «ablandar», _solercia_ por «discreción ó prudencia»,
_currículo_ por «curso de estudios» y otros que es inútil citar. De
mitología é historia no se hable. Todos los personajes han leído á
Quinto Curcio y á Valerio Máximo y saben al dedillo las _Genealogías de
los Dioses_ de Boccaccio. Menedemo dice á su señor que oirá el cuento
de sus amores «con más atención que el Tarquino Prisco los tres libros
de la prudente sibila». (Pág. 29). Franquila, que es una Celestina de
corto vuelo, dice á su rufián: «Siéntate, Galterio, y tu venida sea con
tanta prosperidad y tan en buen hora como fué la de Furio Camilo á los
romanos, cuando, elegido dictador, alzado su destierro, vino á remediar
el Capitolio». (Pág. 71).

Nada tenía de ingenio lego el que compuso la _Thebayda_; más bien
pecaba de erudición farraginosa é impertinente. No sólo abusa de las
citas de autores clásicos, especialmente de Séneca, Cicerón, Virgilio,
Ovidio, Persio y Juvenal, sino que se complace todavía más en las de
los Santos Padres y doctores de la Iglesia, cuya doctrina aplica al
redropelo, formando extraño contraste con la profunda inmoralidad de la
obra. Hay verdaderas disertaciones teológicas sobre el sumo bien, sobre
las excelencias de la virtud y el corto número de los elegidos, sobre
el pecado original, sobre el sacramento de la penitencia. Menedemo,
criado grave y sentencioso de Berintho, cierra la última escena con un
largo y edificante sermón, en que recopila toda la historia sagrada
desde la creación del mundo hasta la venida del Antecristo y el Juicio
Final. Y adviértase que en todo esto hay propiedad de lenguaje y suma
ortodoxia en los conceptos. Sólo á la pluma de algún estudiante de
Teología puede atribuirse tan híbrido y escandaloso maridaje de lo más
profano con lo más sagrado.

Los personajes de la _Thebayda_, sin ser verdaderos caracteres
literarios, viven con cierta vida brutal y fisiológica. El mejor
trazado es, sin duda, el rufián Galterio, que conserva todos los rasgos
esenciales del admirable Centurio de la _Celestina_, pero abultados
monstruosamente hasta la caricatura, y añade otros nuevos, muy curiosos
para la historia de las costumbres. En la _Thebayda_ se aprende la
intimidad en que este género de facinerosos vivía con los ministros
de justicia, alguaciles y porquerones, que entraban á la parte en sus
robos, denuncias y estafas[332]; la especie de barato que cobraban en
los _hostales_ y tablajerías; la protección vergonzosa que les daban
los grandes señores, asalariándolos como _bravos_ de profesión ó como
activos corredores de sus vicios. El repugnante tipo del «padre de la
mancebía», el _rey Arlot_ de los tiempos medios[333], viene á dar los
últimos toques á este horrible cuadro.

La _Thebayda_, como todos los libros de su género, es un rico depósito
de lenguaje popular, y abunda en proverbios é idiotismos, especialmente
cuando habla Galterio. Allí se repite el célebre refrán «topado ha
Sancho con su rocín». (Pág. 247), que ya había recogido el marqués
de Santillana en esta forma: «fallado ha Sancho el su rocín»[334].
Reminiscencia probablemente de algún cuento y gérmen de una creación
inmortal.

Las tres comedias que acabamos de analizar fueron no sólo impresas
sino compuestas en Valencia, de cuyo lenguaje conservan algún rastro
en ciertas palabras, tales como _gañivetes_ por cuchillos, _tastar_ la
fruta nueva por catarla ó probarla, _codoñate_ por carne de membrillo
ó mermelada, _citronate_ por cidra confitada, _rondallas_ por cuentos,
_hostal_ en el sentido de mancebía, y en algunas alusiones locales,
v. gr. «ir al tálamo virgen «como el _portal de Cuarte_»[335]. Pero
no puede admitirse sin otra prueba que el autor fuese valenciano,
porque no había en Valencia á principios del siglo XVI ningún escritor
indígena que dominase la lengua castellana hasta el punto de poder
escribir la prosa abundante y lozanísima de la _Seraphina_ y la
_Thebayda_. Aunque el influjo del castellano hubiese ido penetrando
en los géneros poéticos desde fines del siglo XV, en la prosa, que
es un instrumento mucho más difícil de manejar, apenas se mostraba
todavía. Los más insignes escritores valencianos del tiempo de Carlos V
escribieron en latín; algunos continuaron escribiendo en catalán. Hasta
fines de aquella centuria no hubo en Valencia prosistas castellanos
dignos de competir con los de la España central y Andalucía, aunque
hubiese ya muchos excelentes poetas líricos y dramáticos. Algunos
cronistas, como Viciana y Beuter, se habían traducido á sí mismos, pero
lo hicieron con suma tosquedad y rudeza. Un vocabulario tan rico, una
sintaxis tan gallarda y libre como la de la _Thebayda_ presuponen un
autor que había mamado con la leche la pureza de la lengua castellana.

Avanzando más, puede tenerse por seguro que el tal autor era andaluz.
Á cada paso habla de cosas propias de aquella región. En la _Seraphina_
(pág. 379) se menciona «el lienzo sevillano y el lino de Guadalcanal,
que cuesta á moneda de oro la vara». En tierra andaluza había hecho su
aprendizaje el Galterio de la _Thebayda_: «Yo he sido prioste de juego
de esgrima, y en San Lúcar de Barrameda serví un hostal por el mismo
señor de la casa, y en Carmona tuve casa de trato, y en algunas partes,
como ya te es notorio, he sido _padre_». (Pág. 64). Una de estas partes
había sido Lucena (pág. 48): «Seyendo mancebo y hijo de vecino en
Ecija, me afrentó la justicia» (pág. 81). _Afrentar_ está tomado aquí
en el sentido de azotar. «Estábamos en Cabra, en la posada de Pedro
Agujetero». (Pág. 92). El mismo Galterio hace el panegírico de su
invencible espada en estos términos: «De treinta años á esta parte no
se ha hecho desafío en toda la Andalucía donde ella no se haya hallado,
porque de Córdoba, de Cádiz, de Jerez, de Málaga y de otras muchas y
diversas partes, donde suceden algunos desafíos entre los amigos, luego
me envían por ella, y con ésta fué con la que mataron al tablajero de
Sant Lúcar, y con ésta cortaron entrambos los muslos á Navarrico, el
soldado del duque, y con ésta Rabanal hizo las grandes cosas en Toledo,
y al tiempo que Solisico mató el vizcaíno en Alcázar de Consuegra, no
fué otra cosa la causa salvo tener esta espada». (Págs. 132-133). El
Potro de Córdoba había sido teatro de sus proezas: «Por cierto fué gran
osadía la mía, que estando en el Potro, Francisco Guantero hizo muestra
que iba á hacer mano contra mí, y no se hubo acabado de desenvolver,
cuando ya le tenía con su mismo puñal cortada la mano derecha clavada
encima del bodegón de Gaytanejo; pero ni por eso perdí la tierra ni
dejé de pasearme». (Pág. 176). El vino que los protagonistas beben no
es el de Murviedro, tan grato á Celestina, y que debía de ser el que
principalmente se consumiese en Valencia, sino de la vega de Martos,
de Luque ó de Lucena (págs. 326-27). La «tabernilla del Alcázar, el
Caño quebrado» y otros sitios que en el libro se mencionan, pertenecen
á la topografía de Córdoba, según el decir de los expertos en ella;
pero no creemos que eso sea suficiente motivo para tener á su autor por
cordobés. Lo mismo podría suponérsele hijo del reino de Jaén ó de los
Puertos, puesto que de todas partes tiene recuerdos picarescos: «¿No me
has oído decir de cuándo fuí al desafío, que maté á Francisco Cordonero
en Arjona?... Pues ese fué mi padrino, y el tiempo que en Moguer nos
quisimos embarcar, cuando doce por doce tuvimos la cuestion, de cuatro
que quedamos vivos ese es el uno, y el otro el ventero de la Guarda
Cabrilla y el otro el que agora es Padre en Estepa». (Págs. 424-425).
Pudieran añadirse otros pasajes, pero no hacen falta para comprobar lo
que salta á la vista de cualquier lector un poco atento.

El mejor de los prosistas castellanos que por aquellos años escribía
en Valencia es el bachiller Juan de Molina, aunque no nos haya dejado
más que traducciones, tan notables algunas como la de los _Triumphos
de Apiano_, encabezada con una narración de la guerra de las Germanías
(1522); la _Crónica de Aragón_ de Marineo Sículo (1523) y la muy
excelente de las _Epístolas de San Jerónimo_, cuya primera edición
es de 1520, dedicada á doña María Enriquez de Borja, duquesa de
Gandía, un año antes de que su marido recibiese la dedicatoria de las
tres empecatadas comedias. Pero Juan de Molina no era andaluz, sino
manchego, de Ciudad Real, según dice Nicolás Antonio; y además el
género de literatura en que principalmente se ejercitó, interpretando,
además de las obras citadas, el _Homiliario_ de Alcuino, el
_Confesonario_ de Gerson, el _Gamaliel_ catalán atribuído á San Pedro
Pascual y otros textos análogos, parecen excluir la sospecha de que
manchase nunca su pluma en composiciones tales como la _Thebayda_ y la
_Seraphina_, que sería temerario atribuir por livianas conjeturas á un
hombre honrado.

En su tiempo y aun algo después no debieron de escandalizar tanto como
ahora. No sólo fueron reimpresas en 1546, sino que Juan de Timoneda, en
el prólogo de sus _Comedias_, que son de 1559, citaba sin ambajes la
_Thebayda_, poniéndola al nivel de la _Celestina_, como obra de «muy
apacible estilo cómico, propio para pintar los vicios y las virtudes».
La Inquisición, que tratándose de este género de libros solía padecer
extraños olvidos, no la prohibió nunca, á pesar del dictamen de Zurita,
que opinaba lo contrario[336].

Pero aún cabía descender más en pendiente tan resbaladiza y
escandalosa. La corrupción española, agravada y complicada con la
italiana, produjo un singular documento que lleva la siniestra y
trágica fecha del saco de Roma. Uno de los fugitivos de aquella
catástrofe, refugiado en Venecia, hizo estampar allí en 1528 un libro,
con todas las trazas de clandestino, cuyo rótulo, á la letra, dice así:
«_Retrato de la loçana Andaluza: en lengua española muy clarissima.
Compuesto en Roma. El qual Retrato demuestra lo que en Roma passaua y
contiene munchas_ (sic) _mas cosas que la Celestina_». Un solo ejemplar
de la Biblioteca Imperial de Viena nos ha conservado esta obra[337], y
Fernando Wolf dió la primera noticia de él en 1845[338].

La _Lozana_ estaba escrita desde 1524[339], según al folio tercero se
declara: «Comiença la historia o Retrato sacado del Jure cevil natural,
de la Señora Lozana: compuesto el año mill y quinientos y veinte e
quatro; a treynta dias del mes de junio; en Roma, alma cibdad, y como
auia de ser partido en capítulos va por mamotretos, porque en semejante
obra mejor conviene». _Mamotreto_ quiere decir, según el autor, «libro
que contiene diversas razones ó copilaciones ayuntadas», y el número de
estos mamotretos llega á sesenta y seis.

Aunque por todo el libro dejó sembradas bastantes noticias de su
persona, en ninguna parte declara su nombre, para lo cual no le
faltaban buenas razones: «Si me decís por qué en todo este Retrato no
puse mi nombre, digo que mi oficio me hizo noble siendo de los mínimos
de mis conterráneos, y por esto callé mi nombre, por no vituperar el
oficio escribiendo vanidades con menos culpa que otros que compusieron
y no vieron como yo; por tanto ruego al prudente lector, juntamente con
quien este retrato viere, no me culpe, máxime que sin venir á Roma verá
lo que el vicio della causa; ansimismo por este Retrato sabrán muchas
cosas que deseaban ver y oir, estándose cada uno en su patria, que
cierto es una grande felicidad no estimada» (página 334).

Pero algunos años después no tuvo reparo en descifrar el enigma en la
introducción que puso al _tercer_ libro del _Primaleón_, corregido
por él para la edición de Venecia de 1534: «Como lo fuí yo quando
compuse la _Loçana_ en el comun hablar de la polida Andalucía». Al
fin del volumen se expresa que los tres libros de _Primaleón_ «fueron
corregidos y emendados de las letras que trastrocadas eran por el
vicario del valle de Cabezuela _Francisco Delicado_, natural de la Peña
de Martos».

A D. Pascual de Gayangos se debe este descubrimiento, con el cual se
aclaran y fijan todas las noticias sueltas que hay en la _Lozana_ y en
otras publicaciones de Delicado, aunque no sea hacedero trazar de él
una completa biografía.

No había nacido en la villa de Martos, aunque la consideraba como su
patria por las razones que alega en el mamotreto 47.

«_Loz._--Señor Silvano, ¿qué quiere decir que el Auctor de mi retrato
no se llama Cordovés, pues su padre lo fué y él nació en la diócesis?»

«_Silv._--Porque su castísima madre y su cuna fué en Martos, y como
dicen, no donde naces, sino con quien paces». (Pág. 239).

Cordobesa hizo á su heroína: «La señora Lozana fué natural compatriota
de Séneca» (pág. 5). Y del mercado de aquella ciudad se acuerda
ella misma con cierta melancolía, repitiendo el viejo cantar de los
Comendadores:

«En Córdoba se hace los jueves, si bien me recuerdo:

        Jueves era, jueves,
      Dia de mercado,
      Convidó Hernando
      Los Comendadores.

¡Oh, si me muriera cuando esta endecha oí». (Pág. 72).

De la Peña de Martos, que nunca perteneció á la diócesis de Córdoba,
sino á la de Jaén, hace una curiosísima disertación, consignando
algunas leyendas locales: «Los atautes de plomo y marmóreos escritos
de letras gódicas é de egipciacas»; «la fuente con cinco pilares á la
puerta de la villa, edificada por arte mágica en tanto espacio cuanto
cantó un gallo»; la fuente, todavía más salutífera, de Santa Marta,
donde «la noche de San Juan sale la cabelluda, que quiere decir que
allí muchas veces apareció la Madalena, y más arriba está la peña
de la Sierpe, donde se ha visto Santa Marta defensora, la cual allí
miraculosamente mató un ferocísimo serpiente, el cual devoraba los
habitantes de la cibdad de Marte, y ésta fué la principal causa de su
despoblación» (pág. 237).

Todo este capítulo, perdido entre los horrores de la _Lozana_, hace el
efecto de un idilio que sosiega apaciblemente el ánimo, y algo dice
en pro de su autor. No debía de ser enteramente malo y corrompido el
hombre que en medio de su vida loca y desenfrenada sentía la nostalgia
del «alamillo que está delante de la iglesia de Martos», y á quien el
espectáculo de la perversión de Roma y Venecia traía á la memoria por
contraste la honestidad y devoción de las mujeres de su tierra. «Y si
en aquel lugar, de poco acá, reina alguna envidia ó malicia, es por
causa de tantos forasteros que corren allí por dos cosas: la una porque
abundan los _torculares_ (lagares) y los copiosos graneros, juntamente
con todos los otros géneros de vituallas, porque tiene cuarenta millas
de términos, que no le falta, salvo tener el mar á torno; la segunda,
que en todo el mundo no hay tanta caridad, hospitalidad y amor proximal
cuanto en aquel lugar, y cáusalo la caritativa huéspeda de Christo
(Santa Marta)». Indudablemente algún jugo de alma conservaba el que
escribió estas cosas: válganle en atenuación de tantas otras.

En el prólogo de su edición del _Amadís_ se precia de haber sido
discípulo de Antonio de Nebrija, á quien también menciona en la
_Lozana_: «Eso que está escrito, no creo que lo leyese ningún poeta,
sino vos, que sabéis lo que está en las honduras, y _Lebrixa_ lo que en
las alturas, excepto lo que estaba escrito en la fuerte peña de Martos,
y no alcanzó á saber el nombre de la cibdad, sacrificando el dios
Marte, y de allí le quedó el nombre Martos á Marte fortísimo». (Pág.
264).

Pero no creo que se aprovechase mucho de la doctrina de tan excelente
maestro, ni que llegase á ser nunca un verdadero humanista. Su
arqueología es popular y del gusto de la Edad Media[340]; su estilo,
el de la conversación, no el de los libros: rara vez cita autores
clásicos. Quizá su relativa incultura le libró de pedanterías y
afectaciones, que en su tiempo eran frecuentes, pero en cambio rebajó
su ideal artístico hasta un punto que apenas pertenece á la literatura.

Durante el pontificado de Julio II[341], probablemente siendo ya
clérigo, pasó como tantos otros á Roma en busca de algún beneficio, y
allí debió de obtener ese vicariato del valle de Cabezuela, que según
la relajada disciplina de aquel tiempo sería nominal y no le privaría
de la residencia «_in curia_». De sus ocupaciones en Roma, del género
de sociedad que frecuentaba y de los achaques que su vida pecadora le
produjo, hay largos y nada edificantes detalles en la _Lozana_, donde
el autor interviene á cada momento como grande amigo y confidente de
la heroína. El vicio tenía entonces su castigo inmediato y terrible en
aquella nueva peste que apareció con horrendo estrago á fines del siglo
XV, cebándose en los ejércitos franceses y españoles que lidiaban en
el reino de Nápoles. Sobre esta dolencia hay en la _Lozana_ algunos
detalles que pueden interesar á la historia médica[342]. Su autor
adoleció, como tantos otros, de las _pestíferas bubas_ (ni eran para
otra cosa los pasos en que andaba), y para entretener ó consolar la
_pasión melancólica_ que su enfermedad le produjo, compuso un tratado
_de consolatione infirmorum_, que al parecer fué impreso, pero del
cual sólo conocemos el título[343]. Y habiendo logrado cierto alivio
con el cocimiento del _guayaco_ ó palo santo de las Indias, que,
introducido en España en 1508 y en Italia en 1517, había suplantado
en la terapéutica al mercurio, desacreditado por el brutal empirismo
con que se administró en los primeros momentos, determinó convertir en
beneficio de sus prójimos y juntamente de su bolsa aquella preparación
farmacéutica, y compuso un cierto electuario, que vendía como un
específico, aunque la Lozana no tenía mucha fe en su eficacia. «Di que
sanarás el mal francés, y te judicarán por loco del todo, que esta es
la mejor locura que uno puede decir, salvo que el legno es salutífero»
(página 280).

El rarísimo opúsculo, escrito en italiano, en que Delicado expuso su
plan curativo, reservándose el secreto de su composición, se ocultó
á la diligencia de Nicolás Antonio, pero no á la del erudito médico
de Montpellier Astruc, famoso especialista en esta materia, ni á los
historiadores de nuestra Medicina, Morejón y Chinchilla[344], que
parecen haber tomado de él sus noticias. Uno y otro llaman al autor
Francisco _Delgado_, y así le denomina también el privilegio que le
concedió Clemente VII para la impresión de su libro en 4 de diciembre
de 1526. Acaso fuese éste su verdadero apellido, ligeramente alterado
por él para acomodarle á los oídos italianos; pero es lo cierto que en
todas sus publicaciones usó constantemente el de Delicado.

Graves y tremendos sucesos impidieron que el tratadillo sobre _il mal
franceso_ fuese publicado por entonces. No se imprimió hasta 1529, en
Venecia, un año después de la _Lozana_, sin duda para que el segundo
libro sirviese como de preservativo ó antídoto del primero[345]. La
entrada del ejército imperial en Roma, con todas las atrocidades que
acompañaron á su estancia de diez meses, le pareció providencial
castigo de anteriores abominaciones, y repitió, como Alfonso de Valdés
y tantos otros, el _vae tibi civitas meretrix_. «¿Quién jamás pudo
pensar, oh Roma, oh Babilonia, que tanta confusión pusiesen en ti estos
tramontanos occidentales y de Aquilon, castigadores de tu error?...
¿Pensólo nadie jamás tan alto y secreto juicio como nos vino este año
á los _habitatores_ que ofendíamos á su majestad?... ¡Oh cuánta pena
mereció tu libertad, y el no templarte, Roma, moderando tu ingratitud á
tantos beneficios recibidos, pues eres cabeza de santidad y llave del
cielo, y colegio de doctrina, y cámara de sacerdotes y patria común!...
¡Oh vosotros que vernés tras los castigados, mirá este retrato de Roma,
y nadie ó ninguno sea causa que se haga otro!...» (páginas 337-338).

Las últimas páginas que sirven de apéndice á la _Lozana_ están escritas
bajo la impresión de aquella catástrofe y tienen un vigor que recuerda
á veces el _Diálogo_ de _Lactancio_: «Sucedió en Roma que entraron
y nos castigaron y atormentaron y saquearon catorce mill teutónicos
bárbaros, siete mill españoles sin armas, sin zapatos, con hambre y
sed, italianos mill y quinientos, napolitanos _reamistas_ dos mill,
todos estos infantes; hombres darmas seiscientos, estandartes de
jinetes treinta y cinco, y más los gastadores, que casi lo fueron
todos, que si del todo no es destruida Roma, es por el devoto femenino
sexo, y por las limosnas y el refugio que á los peregrinos se hacía:
agora á todo se ha puesto entredicho, porque entraron lunes á dias seis
de mayo de mill e quinientos e veinte e siete, que fué el escuro dia
y la tenebrosa noche para quien se halló dentro, de cualquier nacion
ó condicion que fuesen, por el poco respecto que á ninguno tuvieron,
máxime á los perlados, sacerdotes, religiosos... Profanaron sin duda
cuanto pudiera profanar el gran Sofí si se hallara presente...». (Págs.
344-45). «¡Oh gran juicio de Dios! venir un tanto ejército _sub nube_ y
sin temor de las maldiciones sacerdotales, porque Dios les hacía lumbre
la noche y sombra el día para castigar los _habitatores_ romanos, y
por probar sus siervos, los cuales somos muncho contentísimos de su
castigo, corrigiendo nuestro malo y vicioso vivir, que si el Señor no
nos amara no nos castigara por nuestro bien; ¡mas guay por quien viene
el escándalo!» (pág. 346).

Con esta inesperada lección acaba un libro de tan frívolas apariencias
y vergonzoso contenido. Las ideas que en estos párrafos se apuntan no
eran peculiares del grupo llamado _erasmista_, aunque lograsen bajo la
pluma del elegante secretario de Carlos V su expresión más atrevida.
Otros españoles de no sospechosa ortodoxia abundaban en el mismo
sentir. «Es la cosa más misteriosa que jamás se vió... (decía el abad
de Nájera, comisario del ejército del duque de Borbón). Es sentencia
de Dios: plega á él que no se _desdeñe_ (italianismo por _indigne_)
contra los que lo hacen». En otra relación anónima y dirigida también
al Emperador leemos: «Esta cosa podemos bien creer que no es venida por
acaecimiento, sino por divino juicio, que muchas señales ha habido...
En Roma se usaban todos los géneros de pecados muy descubiertamente, y
hales tomado Dios la cuenta toda junta»[346].

Delicado salió de Roma con el ejército español á diez días de febrero
de 1528, «por no esperar las crueldades vindicativas de los naturales»,
y desde entonces parece haber fijado su domicilio en Venecia. Los
_mamotretos_ que había llevado consigo fueron su tabla de salvación en
aquel naufragio. Entonces publicó la _Lozana_ y el tratado del _leño
de la India_. «Esta necesidad me compelió á dar este retrato á un
estampador por remediar mi no tener ni poder, el cual retrato me valió
más que otros cartapacios que yo tenía por mis legítimas obras, y éste,
que no era legítimo, por ser cosas _ridiculosas_, me valió á tiempo,
que de otra manera no lo publicara hasta despues de mis dias, y hasta
que otrie que más supiera lo enmendara». (Pág. 347).

En Venecia vivió dedicado principalmente á la corrección de libros
españoles, que entonces tenían muchos aficionados en Italia. Son
conocidas y gozan de grande estimación bibliográfica sus ediciones
del _Amadís de Gaula_ (1533) y del _Primaleón y Polendos_ (1534).
Hizo también dos de la _Celestina_ en 1531 y 1534, y creo por varios
indicios que se le puede atribuir también una rarísima de la _Cárcel de
Amor_[347]. Acaso con el tiempo se descubran otras.

Previas estas noticias, muy incompletas sin duda, pero que nos
permiten columbrar la extraña psicología de Francisco Delicado,
digamos algo de la _Lozana Andaluza_, sin entrar, por supuesto, en su
análisis, que no es tarea para ningún crítico decente. La _Lozana_,
en la mayor parte de sus capítulos, es un libro inmundo y feo, aunque
menos peligroso que otros, por lo mismo que el vicio se presenta
allí sin disfraz que le haga parecer amable. Es un caso fulminante
de naturalismo fotográfico, con todas las consecuencias inherentes á
este modo de representación elemental y grosero, en que la realidad
se exhibe sin ningún género de selección artística y hasta sin plan
de composición ni enlace orgánico. Con saber que llegan á ciento
veinticinco los personajes de esta fábula, si tal nombre merece, puede
formarse idea del barullo y confusión que en ella reina. No es comedia,
ni novela tampoco, sino un retablo ó más bien un cinematógrafo de
figurillas obscenas, que pasan haciendo muecas y cabriolas, en diálogos
incoherentes. En rigor puede decirse que la _Lozana_ no está escrita,
sino hablada, y esto es lo que da tan singular color á su estilo y
constituye su verdadera originalidad.

Aunque muy admirador de la _Celestina_, que cita desde la portada y
vuelve á mencionar en otras partes[348], Delicado no pertenece á la
escuela de Fernando de Rojas, ni era capaz de comprender siquiera el
arte tan profundo y humano de la tragicomedia de Calisto y Melibea.
Sólo podía asimilarse los elementos picarescos de aquella creación, y
ni aun esto hizo, porque las costumbres que describe son más italianas
que españolas, y él mismo era un español italianizado. El tipo de
la protagonista Aldonza carece de la grandeza y de la perversidad
transcendental del de Celestina. Una sola seducción y tercería de
ésta significa más que todas las acciones indignas y vituperables
que comete la Lozana y todos los disparates que pronuncia su cínica
lengua. La «parienta del Ropero, conterránea de Séneca, Lucano,
Marcial y Averroes» (página 184), no pasa de ser una moza desenvuelta
y atolondrada, de mala vida y buen humor, de natural despejo y fácil
labia, que trabaja por cuenta propia y ajena en aventuras escandalosas,
pero que se guarda mucho de corromper la virtud de las doncellas ni
de inquietar con mensajes y tercerías á las mujeres honradas. Su
conciencia moral está atrofiada por la vileza de su oficio, pero su
índole nativa no parece tan abominable como sus costumbres.

Se ha supuesto que Delicado pudo tener otros modelos, ya en la
literatura clásica, ya en la italiana de su tiempo, para la forma de
coloquios desligados que dió á su obra. Los _diálogos meretricios_
(ἑταιρικοι διαλογοι) de Luciano ofrecen una serie de escenas que, salvo
dos ó tres verdaderamente monstruosas, tienen una gracia ática digna
del elegantísimo sofista de Samosata. Pero dudamos mucho que hubiesen
llegado á noticia del autor de la _Lozana_. Francisco Delicado, lo
mismo que Pedro Aretino, con quien algunos le han comparado, pertenece
al Renacimiento, no por su cultura, sino por sus vicios. El Aretino
escasamente sabía latín, cosa que apenas se concibe en un literato
italiano del siglo XVI. Y aunque de nuestro Delicado, que se preciaba
de discípulo del Nebrisense, no pueda decirse otro tanto, su libro no
indica familiaridad alguna con las letras clásicas, salvo con el _Asno
de Oro_ de Apuleyo, que parece haber manejado mucho, ya en el original,
ya en la elegante versión del arcediano de Sevilla, Diego López de
Cortegana[349].

Otros han supuesto que la _Lozana_ era una imitación de los
_Ragionamenti_ del Aretino, á los cuales se parece, en efecto, de una
manera extraordinaria[350]. Pero hay una razón cronológica que impide
admitir esta imitación. La _Lozana_ estaba escrita desde 1524 y fué
impresa en 1528. Todas las obras del Aretino análogas á la novela
española son posteriores á esa fecha. El _Ragionamento della Nanna e
della Antonia_ es de 1533; el _Dialogo della Nanna e della Pippa sua
figliola_ es de 1536; el _Ragionamento del Zoppino fatto frate... dove
contiensi la vita e genealogia di tutte le cortegiane di Roma_, que
algunos han señalado como modelo de la _Lozana_[351], no se publicó
hasta 1539. Si imitación hubo, sería, pues, del Aretino y no á la
inversa, y así lo han conjeturado algunos críticos italianos tan
competentes como Arturo Graf[352]. Pero no creo en semejante imitación,
que por otra parte ningún honor haría á nuestra literatura. El Aretino
no necesitaba recibir lecciones de nadie en semejante materia, y menos
del autor oscurísimo de la _Lozana_, á quien nadie cita ni en Italia ni
en España durante aquella centuria[353]. Las semejanzas que entre los
dos autores existen nacen de la materia misma y de los procedimientos
de vulgar realismo que uno y otro emplean.

En rigor, la _Lozana_ no tiene antecedentes literarios. Nació de la
vida y no de los libros: fué un producto mórbido de la corrupción
romana. Su valor es nulo, pero su importancia como documento histórico
es grande, con ser tantos los que existen sobre la prostitución en
el siglo del Renacimiento. Extraño y singular mundo aquel en que nos
hace penetrar la _Lozana_. No es el de aquellas cortesanas cultas y
literatas como Tulia de Aragón y Verónica Franco, en quienes renació
hasta cierto punto el tipo de las _heteras_ griegas[354], sino el mundo
abigarrado y confuso, en gran parte de importación extranjera, que
llenaba los prostíbulos de Roma y que ya en 1490 alcanzaba, según el
_Diario_ de Esteban Infessura, la formidable cifra de 6.800 mujeres,
«exceptis illis quae in concubinatu sunt et illis quae non sunt publice
sed secreto»[355]; cifra inferior, sin embargo, á la de Venecia,
donde al comenzar el siglo eran, según Marino Sanudo, 11.654 en una
población de 300.000 habitantes[356]. Toda casta de gentes y naciones
se mezclaba en este ejército del pecado, y el autor de la _Lozana_
hace una curiosa enumeración geográfica de ellas[357], aparte de otras
clasificaciones y distinciones en que no hay para qué entrar. Á veces
nombra á meretrices opulentas y pomposas, como la célebre Imperia la
aviñonesa[358] y _madona Clarina, la favorida_; pero principalmente
habla de sus paisanas, que parece haber tratado más de cerca y de cuyas
andanzas estaba mejor informado: «la de los Ríos, que fué aquí en Roma
peor que Celestina y manaba en oro». (Pág. 160); «la Xerezana, la Garza
Montesina, la galan portuguesa, que mandaba en la mar y la tierra, y
señoreó á Nápoles, tiempo del gran Capitán, y tuvo dineros más que no
quiso, y verla allí asentada demandando limosna á los que pasan!».
(Pág. 248).

Todos estos nombres tienen traza de ser históricos: acaso lo es
también la heroína Aldonza; á lo menos su carácter tiene grandísimo
parecido con aquella Isabel de Luna de quien en las ingeniosas
y desenvueltas novelas del obispo dominico Bandello queda tanta
memoria[359]. Así como la _Lozana_ había peregrinado no solamente
por España, Francia é Italia, sino por todas las escalas de Levante,
haciendo estancia con su amigo Diomedes «en Alexandría, en Damasco, en
Damieta, en Barut, en parte de la Siria, en Chipre, en el Cairo, en
Constantinopoli, en Corinto, en Tesalia, en Boxia, en Candía» (pág.
15), también Isabel de Luna había corrido medio mundo, había estado en
Túnez y la Goleta, había seguido la corte del Emperador en Alemania
y Flandes, y pasaba en Roma por la más astuta é ingeniosa mujer que
podía encontrarse, la de más entretenida conversación y dichos agudos,
prontísima en las réplicas mordaces y en tomar desquite de quien la
ofendía. Pero tanto Isabel de Luna como otras cortesanas españolas de
que la literatura italiana guarda memoria, la Beatriz, que cuando tuvo
que cortarse la hermosa cabellera fué consolada en elegantes versos
latinos por el Molza, su amante y su víctima; otra Beatricica, de quien
habla el Aretino; la Ortega predilecta de abogados y procuradores,
parecen haber _florecido_ en años posteriores á la composición de la
_Lozana_.

No es sólo el mundo lupanario el que Delicado retrata ó _retrae_
(como él dice), aunque sea el centro de su obra. Otros bajos fondos
de la sociedad romana tenía igualmente conocidos y explorados: las
«camiseras castellanas» que moraban en Pozoblanco, las napolitanas
que tenían por oficio «hacer solimán, y blanduras, y afeites, y
cerillas, y quitar cejas, afeitar novias, y hacer mudas de azúcar
candi y agua de azofeifas» (pág. 21), aunque todavía las aventajaban
en el arte cosmética sus maestras las judías, como Mira la de Murcia,
Engracia, Perla, Jamila, Rosa, Cufra, Cintia y Alfarutia: un tropel
de ensalmadores y curanderos, charlatanes y sacamuelas y de otros
mil extravagantes oficios que invadían el _Campo de Fiore_. Sobre la
situación de los judíos en Roma tiene algunos pasajes interesantes:
«Esta es sinoga de catalanes, y allí son tudescos, y la otra franceses,
y ésta de romanos é italianos, que son los más necios judíos que todas
las otras naciones, que tiran al gentílico y no saben su ley; más saben
los nuestros españoles que todos, porque hay entre ellos letrados y
ricos, y son muy resabidos». (Pág. 76).

Gran parte del interés de este libro consiste en los elementos
_folklóricos_ que encierra, y los hay de todas especies. Abundan
los relativos á _abusiones_ y supersticiones, que el autor reprueba
severamente, pero que la Lozana practicaba sin escrúpulos, comerciando
con la necedad ajena: «Yo sé ensalmar, y encomendar y santiguar, cuando
alguno está aojado, que vieja me vezó, que era saludadora y buena como
yo; sé quitar ahitos, sé para las lombrices, sé encantar la terciana...
Sé sanar la sordera y sé ensolver sueños, sé conocer en la frente la
phisionomía, y la chiromancia en la mano, y prenosticar». (Pág. 216).
El _ensalmo del mal francorum_, puesto en boca de Rampin «el pretérito
criado de la Lozana», es una parodia de los supersticiosos conjuros
populares:

        Eran tres cortesanas,
      Y tenian tres amigos
      Pajes de Franquilano...

      (Pág. 88).

La relativa antigüedad de la _Lozana_ da importancia á las menciones
que en ella se hacen de varios tipos tradicionales, como _Pedro de
Urdemalas_, _Juan de Espera en Dios_ (nombre español del judío errante)
y principalmente _Lazarillo_ (pág. 180), que según se deduce de este
texto era ya protagonista de algún cuento oral antes que un grande
ingenio anónimo le hiciese inmortal en nuestra literatura.

La lengua de la _Lozana_ es tan singular como su argumento y estilo.
Aunque ridículamente haya sido calificada en nuestros días de «joya
de la literatura española» y su autor del «mejor hablista de su
tiempo», no hay libro del siglo XVI cuya prosa sea más impura ni más
llena de solecismos y barbarismos. Pero su misma incorrección la
hace muy curiosa. Lejos de estar escrita en «lengua castellana muy
clarísima», como anuncia el frontis, lo está en aquella lengua franca
ó jerigonza italo-hispana usada en Roma por los españoles de baja
estofa que llevaban mucho tiempo de residir allí, y que, sin haber
aprendido verdaderamente la lengua ajena, enturbiaban con todo género
de italianismos la propia: pícaros y galopines de cocina, rufianes,
alcahuetas y rameras, valentones de la hampa, soldados mercenarios y
otra chusma por el estilo. Ya Bartolomé de Torres Naharro, ingenio más
decoroso y de otro fuste que Delicado, había plagado intencionadamente
de voces exóticas algunas escenas de sus comedias _Soldadesca_ y
_Tinelaria_. Pero en él fué capricho pasajero, nacido de la ocasión
y lugar en que se representaron sus comedias para un auditorio
principalmente italiano[360]. Por el contrario, la jerga mestiza y
tabernaria en que está escrito el _Retrato de la Lozana_ es constante
y sistemática, como trasunto de lo que el autor oía por las calles.
El mismo Delicado lo confiesa: «y si quisieren reprender que por qué
no van munchas palabras en perfeta lengua castellana, digo que siendo
andaluz y no letrado, y escribiendo para darme solacio y pasar mi
fortuna, que en este tiempo el Señor me había dado, conformaba mi
hablar al sonido de mis orejas, que es la lengua materna y el común
hablar entre mujeres, y si dicen por qué puse algunas palabras en
italiano, púdelo hacer escribiendo en Italia, pues Tulio escribió
en latín y dixo muchos vocablos griegos y con letras griegas; si me
dicen que por qué no fui más elegante, digo que soy iñorante». (Pág.
333). Pero las innovaciones de Delicado no eran del género de las de
Marco Tulio. No sólo algunas palabras, sino más de un centenar de
ellas jamás oídas en Castilla, y lo que es peor formas estropeadas
de la conjugación, y una sintaxis flotante y anárquica, que no es ni
española ni italiana, impiden que tal libro pueda ser considerado como
texto de lengua. No me refiero, claro es, á las frases correctamente
italianas que Delicado pone en boca de personajes de aquella nación
para mejor caracterizarlos: recurso permitido á todos los dramaturgos y
novelistas. Trato sólo del lenguaje que usan todos los interlocutores
de la pieza, comenzando por el autor mismo. A cada paso se tropieza
con locuciones como éstas: «_parentado_» (por parentela), «_es estada
mundaria_», «_sois estada_ en Levante», «quizá que trae _guadaño_»
(por ganancia), «_canavario_ ó _bostiller_ de un señor», «cuando
comen parece que _mamillan_», _chambelas_ por pasteles, _mancha_ por
aguinaldo ó propina, _famillos_ por criados, _patrones_ por señores
ó dueños, _fantescas_ por criadas, _forcel_ (de _forziere_) por arca
ó cofre, _buturo_ por manteca, _romeaje_ por romería, _contenteza_
por contento, _no os amaleis_ por no os enferméis, _locanda_ por casa
de posada, _travestidos_ por disfrazados, _judicar_ por juzgar, _tal
vuelta_ (_tal volta_) por á veces, _refuta_ por remendada, _escátula_
por caja, _grávida_ por preñada y á mayor abundamiento el verbo
_engravidarse_, _estaferos_ por palafreneros y otras innumerables que
sería prolijo relatar, algunas de las cuales sólo se encuentran en este
libro y allí pueden quedarse.

A pesar de este vocabulario de acarreo tiene la _Lozana_ un fondo
castizo, por las reminiscencias que el autor conservaba del «común
hablar de la polida Andalucía». Véase, por ejemplo, el trozo siguiente,
en que Aldonza enumera los primores de cocina y repostería en que
era maestra conforme al gusto de su tierra, que no era precisamente
el de Ruperto de Nola y otros tratadistas clásicos. Es materia en
que Delicado insiste con gran riqueza de palabras y cierta sensual
delectación: «Por amor de mi agüela me llamaron á mí Aldonza, y si
esta mi agüela viviera, sabría yo más que no sé, que ella me mostró
guisar, que en su poder deprendí hacer fideos, empanadillas, alcuscuzu
con garbanzos, arroz entero, seco, graso, albondiguillas redondas y
apretadas con culantro verde, que se conocían las que yo hacía entre
ciento... ¡Y qué miel! pensá, señora, que la teníamos de Adamuz y
zafrán de Peñafiel, y lo mejor de la Andalucía venía en casa de esta
mi agüela. Sabía hacer hojuelas, pestiños, rosquillas de alfaxor,
textones de cañamones y de ajonjolí, nuégados, xopaipas, hojaldres,
hormigos torcidos con aceite, talvinas, zahinas y nabos sin tocino y
con comino, col murciana con alcarabea, y olla resposada no la comía
tal ninguna barba. Pues boronía ¿no sabía hacer? por maravilla, y
cazuela de berengenas moxies en perficion; cazuela con su ajico y
cominico, y saborcico de vinagre, ésta hacía yo sin eme me la vezasen.
Rellenos, cuajarejos de cabritos, pepitorias y cabrito apedreado
con limon ceuti, y cazuelas de pescado cecial con oruga, y cazuelas
moriscas por maravilla, y de otros pescados que sería luengo de contar.
Letuarios de arrope para en casa, y con miel para presentar, como eran
de membrillos, de cantueso, de uvas, de berengenas, de nueces y de la
flor del nogal, para tiempo de peste; de orégano y hierba buena, para
quien pierde el apetito; pues ¿ollas en tiempo de ayuno? éstas y las
otras ponía yo tanta hemencia en ellas, que sobrepujaba á Platina, _De
voluptatibus_, y Apicio Romano, _De re coquinaria_». (Págs. 8-9).

Además de las curiosidades de lengua y extraños detalles de costumbres
que un lector serio puede entresacar de la _Lozana_, tiene para la
historia de la novelística el interés de algunos cuentos, en general
muy conocidos, como el del tributo pagado por los médicos á Gonella,
famoso truhán del duque de Ferrara[361], y el del asno de Micer
Porfirio, á quien la Lozana enseñó á _leer_ poniéndole cebada entre
las hojas de un libro, con lo cual pudo sin obstáculo graduarse de
bachiller ó _bacalario_. Esta vieja _facecia_ se encuentra en el
_Esopo_ de Waldis, en el libro alemán _Eulenspiegel_, en las _Nouvelles
Recreations et joyeux devis_ de Buenaventura des Periers, en el
_Fabulario_ de nuestro Sebastián Mey y en otras colecciones[362]. Pero
en la _Lozana_ tiene más gracia, porque está puesto, no en narración,
sino en acción[363].

Quizá nos hemos detenido más de lo justo en dar razón de este libro,
por lo mismo que su lectura no puede recomendarse á nadie. Es de
los que, como decía D. Manuel Milá, «no deben salir nunca de lo
más recóndito de la necrópolis científica». Las tres reimpresiones
modernamente hechas hubieran podido excusarse, y el ejemplar de Viena
bastaba para satisfacer la curiosidad de los filólogos, que ya hubieran
sabido encontrarlo y á quienes su misma profesión acoraza contra el
contenido bueno ó malo de las obras cuyo vocabulario y gramática
examinan.

Por lo demás, el _Retrato de la Lozana_ es una producción aislada, que
ninguna influencia ejerció en nuestra literatura ni en la italiana,
aunque se haya pretendido lo contrario. Nadie la cita en el siglo XVI.
Ni siquiera consta su título en el _Registrum_ de D. Fernando Colón,
que con amplio eclecticismo bibliográfico recogió toda la literatura de
su tiempo, desde la más mística á la más licenciosa.

Por otra parte, el género á que pertenecía, y que de ningún modo ha
de confundirse con las _Celestinas_, era exótico para nosotros, y se
comprende que no tuviera imitadores. La _Thebayda_ y la _Seraphina_ son
obras desenfrenadas, pero no contienen un doctrinal teórico y práctico
del libertinaje como la _Lozana_. Por la misma razón nunca fueron
populares aquí el nombre ni los escritos de Pedro Aretino. Sus mismas
comedias, que valen más que su fama, no fueron imitadas por nadie, y
es caso muy raro verlas mencionadas con elogio. Sólo recuerdo este
pasaje del prólogo de la _Comedia de Sepúlveda_, fechada en 1547: «¿Y
qué diremos de Pietro Aretino, á quien por la excelencia de su juicio
tienen por epíteto en su nombre _el Divino_? Pues notorio es que lo
principal de sus obras son las comedias que hizo»[364].

De los _Ragionamenti_ sólo se tradujo uno, el que forma la tercera
_giornata_ de la primera parte[365] y aun este sumamente expurgado.
Hizo la versión ó arreglo el beneficiado Fernan Xuarez, vecino y
natural de Sevilla, dándole el título celestinesco de «_Coloquio de
las damas, en el qual se descubren las falsedades, tratos, engaños
y hechizerías de que usan las mujeres enamoradas para engañar á los
simples, y aun á los muy avisados hombres que de ellas se enamoran_».
La primera edición, sin nota de lugar, es de 1548; la segunda lleva
el pie de imprenta de Medina del Campo y la fecha de 1549[366]. El
traductor tomó todo género de precauciones para hacer pasar aquel
diálogo, que él mismo empieza por calificar de «abominable cieno
corrompedor de toda salud de la casta limpieza». Pero la misma
insistencia y extravagancia de sus excusas hace dudar de la pureza de
su intención, porque los libros de historias profanas, como las de
Amadis y Tristán, de que habla en uno de sus prefacios, nada tienen
que ver con la literatura á que pertenece el _Coloquio_. Lo que no
puede negarse es que le adecentó bastante[367], quitándole algunas
obscenidades, aunque todavía quedaron las suficientes para que fuese
con mucha razón prohibido en los Indices del Santo Oficio[368]. Otras
cosas alteró, procurando españolizar el libro. La traducción no es de
las peores que por entonces se hacían del toscano, pero es apelmazada
y carece de la viveza y gracia del original. Sin embargo, de ella se
valió, con preferencia al texto italiano, el erudito y extravagante
humanista Gaspar Barthio, cuando tradujo al latín este _Coloquio_ con
el nombre de _Pornodidascalus_[369].

Todas las obras citadas hasta aquí, excepto las paráfrasis en verso,
tienen con la _Celestina_ una relación indirecta y genérica. Las tres
que, por orden cronológico, se ofrecen ahora á nuestra consideración,
no sólo imitan deliberadamente la tragicomedia de Rojas, sino que
continúan su argumento y vuelven á sacar á la escena á algunos de
sus personajes. Hubo, pues, segunda, tercera y cuarta parte de la
_Celestina_. Sus autores, de muy desigual mérito, son Feliciano de
Silva, Gaspar Gómez de Toledo y Sancho de Muñón.

Feliciano de Silva es aquel caballero de Ciudad Rodrigo, fecundísimo
productor de libros caballerescos, que la sátira de Cervantes ha
inmortalizado. _La segunda comedia de Celestina, en la qual se trata de
los amores de un caballero llamado Felides y de una doncella de clara
sangre llamada Polandria_, impresa en 1534[370], es la única de sus
obras que merece sobrevivirle, aunque no sea una obra maestra. Tal como
es, sería grande injusticia medirla con la misma vara censoria que al
_D. Florisel de Niquea_ ó al _D. Rogel de Grecia_.

Singular parece á primera vista la idea de continuar la _Celestina_
donde casi todos los personajes sucumben al final: Celestina á manos
de los criados de Calisto, éstos degollados en la plaza pública,
Calisto rodando de la escala y Melibea arrojándose de la torre. Pero
tal obstáculo no era para detener á Feliciano de Silva, que tenía una
brava imaginación de novelista de folletín. Si Celestina estaba muerta,
¿había más que resucitarla?

Bastante le había importado á él que el bachiller Juan Díaz, en su
segundo _Lisuarte_ (1526), diese por muerto á Amadis de Gaula y
celebrase sus exequias.

La farsa de la resurrección de Celestina está presentada con bastante
habilidad é interés y tiene el mérito de que no se descifra hasta
la última escena con estas palabras de Felides: «Pues sabed, que
una persona honrada y quien á Celestina es en gran cargo la tuvo
escondida todo el tiempo que se dijo que era muerta, y ella con sus
hechizos hizo parescer todo lo pasado para se vengar de los criados de
Calisto, porque le querían tomar lo que su amo le había dado; y hizo
con sus encantamientos parescer que era muerta, y agora fingió haber
resucitado... Y sea en gran secreto, porque el Arcediano viejo me lo
dijo, que con esto le quiso pagar muchas deudas de cuando era mozo que
desta buena mujer había rescibido». (Pág. 514).

El arte de excitar la curiosidad con situaciones sorprendentes no
podía faltar á un novelista tan ducho como Feliciano. La reaparición
de Celestina en la séptima _cena_ ó escena de la obra; el tumulto y
algazara con que la acompaña el pueblo, formando un verdadero coro;
el asombro y pasmo con que la reciben sus discípulas Elicia y Areusa,
están presentados con mucha amenidad y chiste:

«_Celest._--Válame Dios, y ¡qué de gente paresce y viene á mí, como si
fuese lechuza ó buho que camina de día! Quiérome meter presto en mi
casa, si no aquí me sacarán los ojos.

_Pueblo._--Vala el diablo! á aquella Celestina, la que mataron los
criados de Calisto paresce, ¿ó es alguna vision? por cierto non es
otra; y qué priesa que lleva que paresce que va á ganar beneficio. ¡Oh,
gran misterio, que ella es!

_Cel._--¡Válalos el diablo, y qué mirar que tienen! Hora, sus, yo digo
que la puerta de mi casa está abierta; bien paresce á osadas el poco
cuidado que con mi absencia hay. Acá están Elicia y Areusa, espántanse
de verme, santiguándose están; quiéroles hablar, que dan gritos y se
abrazan la una con la otra, pensando que soy fantasma. Oh, las mis
hijas y los mis amores, no hayais miedo, que yo soy vuestra madre, que
ha placido á Venus tornarme al siglo...

_Elicia._--¡Ay hermana mía, que mi madre Celestina paresce! ¡Ay válame
la Virgen María, y no sea alguna fantasma que nos quiera matar!...».
(Pág. 75).

La peregrina intervención del coro, única, á lo que creo, en libros de
esta clase, da carácter muy dramático á algunos pasos de la _segunda
Celestina_, y es profundamente cómico, aunque toca en irreverencia,
lo que la vieja cuenta de su estancia en el otro mundo y el alarde de
fingida devoción y arrepentimiento con que logra embaucar al mismo
pueblo que había sido testigo de su licenciosa y diabólica vida[371].
Este matiz de la hipocresía en ella y de la credulidad y ligereza en
los otros está muy bien marcado al principio, pero luego el autor se
contradice, no saca partido de un dato tan ingenioso y estropea su
más feliz creación á fuerza de chafarrinazos. Feliciano de Silva era
un improvisador con relámpagos de talento, pero le faltaban cultura y
gusto y le sobraba una facilidad superficial, que es el mayor obstáculo
para la perfección en nada.

Dos finos estimadores de los antiguos libros españoles han dado á
la _Segunda Celestina_ más encomios que los que merece. Uno fué D.
Bartolomé José Gallardo, que en los apuntamientos bibliográficos que
hacía al correr de la pluma exclama entusiasmado: «En esta comedia,
ó llamémosla novela dramática, brilla un profundo conocimiento del
corazón humano y de las costumbres del siglo. Contiene escenas y
caracteres trazados de mano maestra. Celestina es un personaje
sublime, que no desmiente en nada el carácter creado por Rodrigo Cota
(?) y sostenido por el bachiller Rojas, de Montalbán»[372]. El voto
de Gallardo puede ser sospechoso, porque sabido es que para aquel
insaciable catador de literatura añeja no había libro malo en siendo
raro ni libro bueno en siendo moderno. Pero su opinión se refuerza
aquí con la de D. Serafín Estébanez Calderón, que no era sólo erudito,
sino hombre de gusto y artista de estilo. _El Solitario_, pues, en
un delicioso artículo, que viene á ser una _Celestina_ en miniatura,
imitación feliz del lenguaje de las antiguas, comienza aseverando que
«Feliciano de Silva, para llevar á buen cabo los amores del caballero
Felides y de la hermosa Polandria, supo resucitar y tornar al mundo,
con más caudal de astucias, con mayor raudal de razones dulces y con
número más crecido de trazas y ardides, á la famosa Celestina»[373].

Nada de esto puede admitirse. No hay más Celestina _sublime_ que la
primera, cuya negra profundidad no acierta á comprender ni por asomos
el imitador. Así y todo, es la figura mejor trazada del libro, y á
veces el remedo es tan fiel y ajustado al modelo de Rojas, que puede
producir la pasajera ilusión de que Celestina ha resucitado. Pero
pronto se ve que es inconsistente toda esta tramoya. Celestina no vive
más que con vida ficticia y prestada. Ni siquiera es el centro de la
comedia. Sin ella hubieran podido llegar á feliz término los lícitos
amores de Felides y Polandria, que nada tienen de la impetuosa pasión
de Calisto y Melibea, y acaban desposándose en secreto por una razón
de conveniencia que expone así la discreta doncella Poncia: «aunque él
es tan rico y de muy buen linaje, ya sabes que tu mayorazgo no puedes
heredallo casándote fuera de tu linaje». (Pág. 303).

La obra de Feliciano de Silva es, pues, una _Celestina_ muy morigerada
en lo que toca á su fábula principal, aunque muy desenfrenada en
los episodios. No faltan en ella afectos nobles, pero expresados
casi siempre de un modo enfático y ampuloso por los dos amantes. Hay
verdadera delicadeza moral en el tipo de la criada y confidente Poncia,
alegre y chancera, honestamente jovial, virtuosa sin afectación,
llena de buen sentido no exento de cálculo. Ella salva á su ama de
muchos peligros, la precave contra las imprudencias de su propio
corazón, la alecciona en las situaciones difíciles, se defiende ella
misma contra los arrebatos amorosos del paje Sigeril y ella es, y no
Celestina, quien verdaderamente prepara el desenlace, en que la moral
queda á salvo, y todavía más íntegramente respetada por la doncella
que por la señora. Esta ligera y graciosa creación recuerda algunas
heroínas shakespirianas, como la Porcia de _El mercader de Venecia_,
pero no conviene abusar de los grandes nombres tratándose de obras
medianas[374].

La parte cómica de la _Segunda Celestina_ está monstruosamente
recargada. Lo accesorio ahoga á lo principal y la cizaña no deja
medrar el trigo. Las escenas de la germanía[375] y de la hampa, en que
Feliciano parece más experto y curtido que lo que pudiera esperarse
de un cronista de caballeros andantes, que «vivió encantado diez y
ocho años en la torre del Universo» (según la zumbona frase de D.
Diego de Mendoza), son de una prolijidad espantable y de un _verismo_
tosco y brutal. El rufián Pandulfo es un plagio servil del Galterio
de la _Thebayda_, con la misma mezcla de cobardía y fanfarronada,
con las mismas bravezas y desgarros, con las mismas interjecciones
y juramentos: «por las reliquias de Roma», «por el _Corpus damni_»
(corruptela de _Corpus Domini_); «por nuestra dueña del Antigua»
(aludiendo á la iglesia de este nombre en Valladolid), y á este
tenor otros infinitos disparates. Este figurón insoportable, que
tanto se precia de haber «corrido á ceca y á meca y á los olivares
de Santander»[376] (pág. 174), y de poseer á fondo la «retórica del
burdel». (Pág. 125), sólo tiene un momento original y curioso, el de
su fingida conversión por excusarse del peligro de acompañar á su
amo Felides en una ronda nocturna. La escena en que aparece trocado
en ermitaño, rezando con cuentas de agallones, es una fina sátira de
la hipocresía[377], contra la cual hay punzantes dardos en todo el
libro[378]. También Molière prestó veleidades de hipócrita á su D.
Juan; pero lo que es natural y hace reir en un baladrón cobarde como
Pandulfo, es indigno del burlador de Sevilla y contradice radicalmente
su carácter.

Dignos compañeros de Pandulfo en bellaquerías y truhanadas, y en vil
y descocado lenguaje, son los dos pajes de Felides; Corniel, el mozo
de espuelas; Barañón, el mozo de caballos; el rufián Crito, amante de
Elicia; su rival Barradas, el despensero Grajales, Albacín el paje
del infante (D. Fernando de Austria, hermano de Carlos V), mancebo de
rubios cabellos y poquísima vergüenza; y descendiendo todavía más,
el tabernero _Montón de oro_, los rufianes _Tripa en brazo_ y Traso
el cojo, el viejo primo de Celestina Barbanteso, y la inmunda ramera
Palana, daifa de Pandulfo. Toda esta canalla está tomada visiblemente
del natural: no son tipos convencionales como el de Pandulfo. Tienen en
sus hechos y dichos una animación endiablada. Constituyen, por decirlo
así, el bloque informe y tosco del cual por magia del arte surgirá en
su día el grupo clásico del patio de Monipodio.

Atento Feliciano de Silva, como novelista de oficio que era, á dar
variedad á su libro con todo género de salsas é ingredientes, introdujo
el ridículo episodio pastoril de Acays y Filinides, que es una de las
primeras apariciones del bucolismo en la novela castellana[379], y
remedó la media lengua de los negros de Guinea en los coloquios de dos
esclavos, Zambrán y Boruca. Esta segunda novedad tuvo más éxito que
la primera y fué imitada por muchos. No faltan, por supuesto, en este
centón (que de tal puede calificarse la _Segunda Celestina_) bastantes
versos menos que medianos, y varios cuentos, de los que sólo merece
recordarse por su interés _folklórico_ la siguiente versión de una de
las parábolas más conocidas del _Barlaam y Josafat_[380]: «Pues has de
saber que un rey mandó á un sabio que enseñara á un hijo suyo dende
que nasció adonde no viese más que al sabio, y despues que ya hombre
llevólo adonde pasaban muchas cosas, y pasando unos y otros y el hijo
del rey preguntando cada cosa qué era y el sabio diciéndoselo, pasaron
unas mujeres muy hermosas, y preguntó el hijo del rey qué cosa era
aquello, y el sabio dijo que diablos, pues tales hacían á los hombres;
y respondió el hijo del rey: si éstos son diablos, yo quiero que me
lleven á mí. Y así, señora, me lleva tú á mí si eres diablo, que yo por
ángel te tengo». (Pág. 373).

El estilo de esta _comedia_ es muy desigual, como en todas las obras
de Feliciano de Silva. Excelente á veces, sobre todo en las reposadas
pláticas de Celestina con el arcediano viejo y cou su ama Zenarra;
pintoresco y expresivo, pero arrufianado y soez, en las escenas de
mancebía y taberna, es alambicado, sutil, ridículamente hinchado y á
ratos ininteligible cuando el autor quiere remontar su rastrera pluma á
las etéreas regiones, para él vedadas, de la poesía y del sentimiento.
Ya desde el primer folio nos encontramos con aquellas _entrincadas_
razones, que parecían de perlas á D. Quijote. Dice así el enamorado
Felides: «Oh amor, que no hay razon en que tu sinrazon no tenga mayor
razon en sus contrarios! Y pues tú me niegas, con tus sinrazones, lo
que en razon de tus leyes prometes, con la razon que yo tengo para amar
á mi señora Polandria, para ponerte á ti y casarte con la razón que en
ti contino falta, el consejo que tú niegas en mi mal quiero pedir á mi
sabio y fiel criado Sigeril». (Pág. 8). De este modo suelen expresar el
amor los personajes de la pieza cuando quieren hablar por lo fino.

Dice Gallardo[381] que «leyendo esta obra salta continuamente á la
memoria el nombre de Cervantes, unas veces por expresiones que él usa
mucho y aquí estaban ya usadas á menudo: _para mi santiguada, andaos á
decir donaires, entendérsele á alguno de alguna cosa ó de achaque de
alguna cosa_, ya por tal cual peloteo de palabras al símil de la _razón
de la sinrazón_». Esto último no se puede negar, pero burlarse del
estilo de un autor es precisamente lo contrario de imitarle. En cuanto
á las demás expresiones que se citan, pertenecen al vocabulario común
del siglo XVI y no al particular de nadie. Tenemos, pues, por quimérica
esta influencia lingüística de Feliciano de Silva en Cervantes,
escarmentados como estamos por la facilidad con que Gallardo y otros
eruditos de su escuela descubrían _á tiro de ballesta_ cervantismos en
todos los libros que topaban[382].

Tampoco creemos que tuviese razón el insigne erudito en suponer que
la escena de la _Segunda Celestina_ pasa en Salamanca. Cuando él, tan
conocedor de aquella ciudad, donde había hecho sus estudios, no acertó
á encontrar más alusión local que la _Horca del Teso_, que según él
corresponde «á un altillo que en el día llaman el Teso de la Feria»
(como si la voz _teso_, en el sentido de cima de un cerro ó collado, no
fuese genérica y usada en todas partes), poca fuerza podemos dar á esta
conjetura, que se aviene muy mal con los varios pasajes en que se hace
referencia al mar como presente ó muy vecino. Dice Celestina á Felides
en la vigésimaoctava _cena_: «Que tú vayas esta noche allá á la una, y
por una escala puedes entrar _á la parte que la mar bate en el jardín_,
y él está tan apartado, que sin que se pueda oir, puedes cabe las rejas
de dentro hacer las señas tañendo y cantando para hacer parar las aguas
y venir las piedras con las aves, junto con el corazón de Polandria,
á te oir». (Pág. 328). Va en efecto Felides á la cita amorosa, y dice
á uno de sus criados: «Llega, Corniel, y pon aquí el escala _cabe la
mar_». (Pág. 355). Luego canta un romance que principia así:

        La luna resplandecía,
      El cielo estaba estrellado,
      Los árboles se bullían
      Con el aire delicado,
      _Con golpes de los riberas
      Del sordo mar concertado_...

«_Polandria._--Oh válame Dios, qué suavidad de voz y qué garganta; y
_con el son del ruido de las ondas del mar_ y el regocijo delicado de
los aires en los cipreses, como él dice, no parece sino cosa divina».
(Págs. 356-357).

«_Polandria._--Hermosa noche hace, y gloria es estar debajo de la
sombra de estos cipreses, á _los frescos aires que vienen regocijando
las aguas marinas por encima de los poderosos mares_». (Pág. 498).

Parece que nada de esto puede aplicarse al Tormes. Sin duda Feliciano
de Silva, aunque nacido tan cerca de sus riberas, se acordaba más bien
de Sevilla y de Sanlúcar, donde pasó su juventud como paje de los
condes de Niebla. Ciertos personajes picarescos, y aun la especie de
germanía que usan, pueden ser indicio de esto.

La _Segunda Celestina_ debió de ser bastante leída en su tiempo,
puesto que tuvo dos ediciones en España (1533 y 1536); otra en Venecia,
corregida por Domingo de Gaztelu, secretario de D. Lope de Soria,
embajador de Carlos V, y otra en Amberes, sin nota de año, pero que
no parece posterior á 1550. La tendencia anticlerical, que ya apunta
en algunos lugares de la _Tragicomedia de Calisto y Melibea_, llega á
ser insolente y agresiva en el libro de Feliciano, en que no faltan
proposiciones que frisan con la heterodoxia y que pueden ofender al
lector menos timorato. Y aunque en libros de pasatiempo se disimulaba
todo, no es maravilla que el Santo Oficio, cumpliendo por esta vez con
su obligación, tomase cartas en el asunto prohibiendo la _Resurrection
de Celestina_ en el Índice de 1559, de donde pasó la prohibición al de
1583 y á todos los posteriores[383].

Aunque la _Segunda Celestina_ no deja ningún cabo suelto, no debió de
parecérselo así á un oscuro escritor toledano, llamado Gaspar Gómez,
que escudándose con el nombre de Feliciano de Silva, y dedicándole
su obra, aunque dudamos que fuese con su anuencia, estampó en 1536
una _Tercera Parte de la tragicomedia de Celestina_[384], que es la
más rara de esta serie de libros, aunque á esta rareza se reduce todo
su mérito. Como los pocos bibliógrafos que han llegado á verla se
han limitado á copiar su portada, me ha parecido curioso dar algunas
noticias más, poniendo íntegras en nota la dedicatoria y la tabla
de los _cincuenta_ actos en que se divide[385], con lo cual puede
excusarse la lectura, enteramente inútil, de tan necia y soporífera
composición, que termina con las bodas de Felides y Polandria y con
la muerte de Celestina, la cual corriendo á lograr las albricias que
esperaba de los novios, tropieza y se cae de los corredores de su casa,
haciéndose pedazos en la caída. La fábula es insulsa y deslavazada,
el estilo confuso, incorrecto y á veces bárbaro. Todos los personajes
é incidentes de la obra de Feliciano de Silva reaparecen en la de su
imitador, que apenas pone nada de su cosecha. Apuntaré sólo algunas
curiosidades.

El acto tercero, en que interviene un hortelano, es el precedente
seguro de las escenas del mismo género que luego hemos de encontrar en
la _Tragedia Policiana_.

«_Penuncio._--A fe que hallo muy garridas estas albahequeras, y estos
claveles con el rocio desta madrugada: que no parescen estas goticas de
agua sino perlas: loado sea el que lo riega con tan buen orden...».

Aunque los detalles de costumbres no son muchos ni de gran novedad,
merece recordarse la descripción que el paje Corniel hace de los trajes
y atavíos preparados para la boda de Felides: «Las colores de nuestra
librea son sayetes hechos a la tudesca de grana colorada, que dello
a carmesi no ay differencia: con vnas faxas de terciopelo verde de
tres pelos tan anchos como cuatro dedos, con vnas pestañas angostas
de damasco blanco y las mangas izquierdas son de terciopelo verde
con dos subtiles coraçones en cada manga de carmesi, que casi estan
juntos con vna saeta que entra por el vno y sale por el otro. Las
calças son de grana con vna luzida guarnicion en los muslos, del mismo
terciopelo verde y con sus taffetanes de la misma color, que salen por
las cuchilladas. Los jubones son de raso carmesi: los çapatos de vn
enuessado blanco asaz picados. Las gorras de terciopelo verde con sus
plumas coloradas y con alguna argenteria. Las capas de grana con las
faxas y guarnicion de los sayetes. Los pages de la misma arte: excepto
que los sayos son cumplidos y no lleuan cosa de paño mas de las capas».
(Aucto IV.)

Son varias las jerigonzas usadas en esta pieza. Además de la negra
_Boruga_, que ya estaba en Feliciano de Silva, hay un vizcaíno,
Perucho, mozo de caballos de Felides, que habla siempre en castellano
chapurrado y entona una canción que al parecer está en vascuence, y
cuyo estribillo recuerda el del famoso _Canto de Lelo_, que antes de
la falsificación erudita del escribano Ibargüen fué acaso un canto de
cuna. Entregamos á la sagacidad de los expertos en aquella lengua la
canción de Juancho, que quizá no ofrezca ningún sentido, y de seguro
estará mal transcrita por el escritor toledano que la recogió á oído.

«O Perucho, Perucho, quan mala vida hallada te tienes: linage hidalgo
tu cauallo limpias: no falta d'comer un pedaço _oguia_ sin que trabajo
tanto le tengas, iuras á mi siempre cauallo a suzio mi amo le haze: y
Perucho almohaçando, él nada le pena por carreras hazer en amores que
tienes: entre tanto busco otro, aderezar le tengo si pide, y cantarle
empiezo biscuença».

        Lelo lirelo çarayleroba
      Yaçoe guia ninçan
      Aurten erua
      Ay joat ganiraya
      Astor vsua
      Lelo lirelo çarayleroba.
        Ayt joat ganiraya
      Aztobicarra
      Esso amorari
      Gajona chala
      Y penas naçala
      Fator que dala,
      Lelo lirelo çarayleroba.

«_Sig._--Precioso borrico es este, que se quexa de la vida que passa y
dize estar desesperado y pone se a cantar: y tal le dé Dios la salud
como yo le entiendo: aunque no dexaré de responder a algunos vocablos
comunes que en bizcueuçe dice...». (Aucto decimosexto.)

El tedio que la insípida rapsodia de Gaspar Gómez infunde se disipa
como por encanto con la sabrosa lectura de la _Tragicomedia de Lysandro
y Roselia_[386], que es la mejor hablada de todas las _Celestinas_
después de la primitiva, de cuyo aliento genial carece, pero á la
cual supera en elegancia y atildamiento de dicción, como nacida en un
período más clásico de la prosa castellana.

El autor de esta joya literaria procuró ocultar su nombre con más
complicado artificio que sus predecesores, y aun afectó ó simuló que el
libro se imprimía sin su consentimiento, lo cual se explica bien por
las particulares circunstancias de su persona. Al fin del colofón van
tres cartas y unas octavas de arte mayor que contienen su nombre como
en cifra.

La primera carta es de un amigo del autor, que le pide perdón porque
hizo imprimir la obra sin su licencia. «No fué pequeña merced para mí
la que recebí de su liberalidad con inviarme aquella obra que llama
_Elicia y cuarta parte de Celestina_, que con sutil juicio compuso,
porque por ella veo ser verdadera la estimacion que de su entendimiento
siempre tuve, pareciéndome que pues _en una materia tan fuera de su
experiencia_ tanto se aventajó sobre todos los que han escripto, no
es de maravillar que en las cosas de peso todos se queden muy atrás
de su saber. Gran consuelo recibí leyéndola, y gran edificacion para
el ánimo notando la manera de su proceder, y con cuánto ingenio y
sotil elocuencia pinta las cosas que más á pecar nos atraen, y los
engaños de las vanas gentes, y las adulaciones de los servidores, y
la hipocresia de los esforzados... Pero como mi voluntad sea de la
condicion del fuego, que nunca dice bástame, no me contento con la
merced recebida sin pedir otra mayor, la cual será tan provechosa á
todos los hombres cuanto señalada para mí. Esto es pedirle perdon del
atrevimiento tan osado que tuve en hacer imprimir sin su licencia esta
obra, pareciéndome que con _su gravedad_ no podria acabar que con su
licencia se hiciera, y tambien que emprimiéndola, todos quedarian muy
aprovechados, y yo glorioso con haber alcanzado que esta merced, por mi
atrevida diligencia, á todos se les comunicase, y para esto le suplico
mire ser dicho de la Suma Verdad, que ninguno encienda la candela y la
ponga debaxo del celemin, pero sobre el candelero, para que todos vean
la luz...». Esta carta anónima está fechada en Madrid á 22 de noviembre
de 1542.

De la respuesta del autor a su amigo se deduce que habían sido
condiscípulos desde los primeros estudios hasta los de Teología,
cursándola juntos bajo el magisterio de un insigne varón, que por el
tiempo y la nombradía pudo muy bien ser Francisco de Vitoria, el más
célebre de los teólogos de la época de Carlos V. «Si la estrecha y
antigua amistad que entre vuestra merced y mí hay desde los primeros
principios de gramatica, donde con gran exercicio de las artes
liberales aprendidas de unos mesmos maestros y preceptores, venimos
despues juntos a estudiar _aquella tan alta sabiduria y tan escondida a
los entendimiento humanos, cuan bien enseñada de un tan famoso varon,
lux de las Españas_, no terciara entre nosotros, bien creo que vuestra
merced habia dado no pequeña ocasion de enemistad, pues quiso que los
varios juicios de los hombres, de hoy mas, discanten en mí al son de
la liviandad que hace imprimir mucho a mi pesar. Nadie mirará que
cuando me ocupé en esa niñeria estaba yo ocupado de una muy trabajosa
terciana, la cual no me dejaba emplear en mis principales estudios;
y asi fue necesario tomar alguna recreacion en cosas de pasatiempo y
no fatigar mi ingenio, pues mi cuerpo estaba tan cansado de frío y de
calentura.»

Para vengarse de algún modo determinó entregar al impresor de
Salamanca Juan de Junta un poema que su amigo le había confiado, y del
cual hace los más pomposos encomios. «Yo leí el libro de las espantosas
hazañas que el esforzado Hector hizo camino de Panonia, que vuestra
merced con tan sobrada elocuencia compuso, y me hizo merced de inviar
con el mesmo mensajero que recibió mis borradores... Y mientras más
lo leia, más necesidad me ponia de lo tornar a pasar; la majestad de
las palabras, la grandeza de los hechos de un tan animoso varon, las
sotiles imaginaciones, la artificiosa invencion, las sentidas canciones
derramadas por esos cuatro libros con tan subida trova y alto estilo,
me ponian admiracion, aunque, a la verdad, siempre esperaba de su más
divino que humano entendimiento que saldrian obras tan primas como esa,
pues tal era la forma y el dechado de donde salian las labores. Asi
que, por vengarme del atrevimiento que vuestra merced tuvo en sacar a
luz esos borradores sin mi licencia, he entregado a Juan de Junta los
libros de Hector, en lugar de inviallos a vuestra merced, para que los
impriman, que bien creo que como el sol con su luz escurece la claridad
de la luna, asi estas obras de vuestra lumbre escurecerán esa _enojosa
recua de libros de caballerias_, y no lo tenga vuestra merced a mal,
pues la mesma razon me guia á mí para vengarme que a él para atreverse».

En una segunda carta, pedantesca por extremo, donde en pocas líneas se
trae á colación á Aristóteles, á San Agustín, á San Pedro, á Lactancio
Fimiano, á Plinio el Naturalista, á Salustio, á San Jerónimo, á Valerio
Máximo, á Tito Livio, á Dionisio Areopagita, el amigo se resigna con
su suerte, y da por bien empleado que sus libros de las hazañas de
Héctor se divulguen á trueque de que salga á ver la luz del mundo la
_tragicomedia de Lisandro_.

Nadie ha visto los tales _libros de Héctor_, y toda la correspondencia
tiene visos de amañada. Las cartas del amigo están fechadas en Madrid,
y como la _Tragicomedia_ no consigna punto de impresión, han supuesto
algunos que allí pudo cometer su inocente abuso de confianza. Pero tal
suposición es inadmisible, porque está probado que en Madrid no hubo
imprenta hasta 1566[387]. Además el libro tiene todas las trazas de
estar impreso en Salamanca por Juan de Junta, cuya cifra ó monograma,
compuesto de las letras _J. A._ primorosamente enlazadas, campea á la
vuelta de la portada, y es idéntico al que usó en otros libros como el
_Tractatus perutilis Martini de Frias_ (Salamanca, 1550) y el _Remedio
de jugadores_ de Fr. Pedro de Cobarrubias (1543).

En la última de las octavas de arte mayor se da la clave para descubrir
al enmascarado poeta:

        Si el nombre glorioso quisierdes saber
      Del que esto compuso, tomad el trabajo
      Cual suele tomar el escarabajo
      Cuando su casa quiere proveer.
      Del quinto renglon debeis proceder,
      Donde notamos los hechos ufanos
      De aquel que por nombre entre los humanos
      Vengador de la tierra pudo tener.

Á la sagacidad de D. Juan Eugenio Hartzenbusch estaba reservada la
solución de este acertijo. El texto dice claramente que se ha de partir
del quinto renglón de una copla donde se alude á las hazañas de un
héroe, que por ellas mereció que se le llamase _vengador de la tierra_.
Son varios los textos de Ovidio y Séneca el trágico en que Hércules,
por otro nombre Alcides, es calificado de _vindex terrae_. Hércules
está mencionado en el verso 7.º de la 4.ª octava:

      Alcides al mundo con hechos gloriosos...

Contando, pues, desde el verso quinto de dicha copla hacia atrás, ó
cuesta arriba á semejanza del escarabajo, y tomando las primeras letras
de cada verso (una, dos ó tres), resulta la siguiente cláusula: «Esta
obra conpuso _Sancho de Munino_, natural de Salamanca»[388].

Pero siendo tan exótico el apellido de _Munino_, y no encontrándose
noticia de ningún sujeto que por aquellos tiempos le llevara, ocurrió
á los modernos editores de la _Tragicomedia_ (Fuensanta del Valle y
Sancho Rayón) que sin violentar el acróstico pudiera leerse el nombre
de otro modo, y en efecto también se lee _Muñón_, juntando las primeras
letras de los tres versos en que está el apellido, de la manera
siguiente: _Mu-n-non_ dando á la _n_ doble el valor de _ñ_.

Completado de esta manera el descubrimiento, pudo comprobarse la
personalidad, de un _Maestro Sancho de Muñón, teólogo_, del cual hay
noticias en la colección de Estatutos de la Universidad Salmantina
impresos en 1549 por Andrés de Portonariis. Allí consta que Sancho de
Muñón asistió en 31 de agosto de 1549 á un solemne claustro pleno,
presidido por el rector D. Diego Ramírez de Fuenleal, con objeto de
formar ciertas constituciones relativas al entierro de los señores
Rector, Maestreescuela, Doctores y Maestros de dicha Universidad. En
9 de octubre del mismo año concurrió á otro para resolver que no se
diesen tratados _in scriptis_ bajo ciertas penas, y finalmente, en 9 de
noviembre se le cita nada menos que en compañía de Melchor Cano como
uno de los asistentes al claustro en que se formaron nuevos estatutos
sobre el examen de los estudiantes artistas antes que pasasen á cursar
Medicina y Teología[389].

Después de esta fecha no se ha encontrado en España dato alguno de
Sancho de Muñón, pero todo induce á creer que es la misma persona
que un Dr. D. Sancho Sánchez de Muñón que en 26 de abril de 1560
tomó posesión de la plaza de Maestrescuela de la Catedral de México,
ejerciendo en tal concepto el cargo de Cancelario de aquella naciente
Universidad, donde recibió ó incorporó el grado de Doctor en Teología
en 28 de julio de dicho año. En 1570 hizo un viaje á la Península
como solicitador de las iglesias de Nueva España. En 1579 visitó por
comisión del Arzobispo de México, D. Pedro Moya de Contreras, las
escuelas de niños, y notando algún descuido en la enseñanza religiosa,
compuso é hizo imprimir una _Doctrina Cristiana_, de la cual se conoce
un solo ejemplar falto de portada[390]. Las noticias de su vida
alcanzan hasta 1601. El último cabildo eclesiástico á que asistió fué
el de 31 de octubre de 1600. La identidad de este personaje con el
Sancho Muñón de Salamanca parece segura, aunque nada dice de ella el
eruditísimo García Icazbalceta, á quien debemos estos peregrinos datos.

Natural es que un eclesiástico de respetable carácter y autoridad
como el Maestro Sancho de Muñón tuviese algún reparo en confesarse
autor de una obra de tan liviana apariencia y desenfadado lenguaje
como la _Elicia_. Pero no se arrepentía de haberla compuesto, por
estar «llena de avisos y buenas enseñanzas de virtud sacadas de muchos
autores santos y profanos, con celo de la utilidad pública». (Pág.
XVI). «Dicen que la mandrágora tiene tal virtud, que si nasce cerca
de las vides hace que se ablande la fuerza que el vino habia de tener
para embriagar; asi la poesia toma de la philosophia la doctrina, y
juntándola con la mandrágora del cuento fabuloso, hácela más blanda y
facil para ser percibida». (Pág. XI). En su prólogo esboza una teoría
del arte docente, y en la dedicatoria á D. Diego de Acevedo y Fonseca
justifica la materia misma de su libro, aunque vuelve á declarar que le
escribió á manera de pasatiempo: «Y como ya los años pasados tuviese
vacacion de graves y penosos estudios, en que he gastado los tiempos
de mi mocedad... compuse esta obrecilla que trata de amores, propia
materia de mancebos. Cuando digo de amores no digo cosa torpe ni
vergonzosa, sino la más excelente y divina que hay en la naturaleza.
Dejo los loores que del amor dice Platon en su _Simposio_, dejo lo que
en la _Theogonia_ escribe Hesiodo, que el amor es el más antiguo Dios
entre todos los dioses; dejo lo de Ovidio, que el amor tiene dominio
universal y reina sobre los dioses y sobre los hombres, y dejo otras
infinitas auctoridades que hablan en esta materia, porque sería nunca
acabar. Sólo quiero decir que si alguno pareciere no ser la obra digna
de mi profesion y estudios, se acuerde que casi no hubo illustre
escriptor que no comenzase por obras bajas, y de burlas y chufas,
tomadas de en medio de la hez popular». (Pág. 1).

Para evitar todo peligro de mala inteligencia, la _Tragicomedia_ está
sembrada de reflexiones morales, y aun de verdaderos sermones, muy
bien escritos, como todo lo demás, pero prolijos é impertinentes. El
papel de personaje predicador le desempeña á maravilla Eubulo, «hombre
de honestas costumbres», criado de Lisandro, que constantemente está
dando consejos á su amo y procura apartarle de su perdición. La segunda
_cena_ del cuarto acto es una disputa entre ambos, defendiendo Eubulo
contra su señor que el sumo bien no consiste en el deleite. En la
cuarta del mismo acto le da diez remedios contra el amor, tomados en
parte de Ovidio, pero mucho más de la filosofía cristiana. Cuando se
consuma la catástrofe del malogrado mancebo, el piadoso ayo cierra la
pieza con una declamación contra el amor, atestada de lugares comunes
y de una pedantería escolástica que supera á la de Pleberio, á la de
Melibea y á todo lo creíble: apenas hay nombre de la antigüedad que
no figure en aquella enumeración descabellada. Pero hay, en medio de
este fárrago, trozos que tienen verdadera elocuencia sentimental: «Oh
mi señor y mi bien! ¿eres tú aquel que yo llevé recien nacido a la ama
que te criase? ¿Eres tú al que volví niño destetado a casa de tu padre?
¿Eres tú el que empuse en buenas doctrinas y crianza, que parecias un
ángel cuando chico? ¿Eres tú el que enseñé a los doce años a correr
caballos y otros muchos exercicios, asi de letras como de armas? ¿Eres
tú el que hasta los veinte y un años fue muy dado á la virtud, amigo
de religion, enemigo del vicio, amador del culto divino? ¡Ay, ay, que
nuestros pecados quisieron que te juntases con caballeros viciosos y
distraídos y te acompañases con ellos, y de esta manera se te pegasen
sus malas y perversas costumbres!» (pág. 269).

Eubulo no es sólo un moralista profesional que alecciona á la juventud
contra los peligros del loco amor. Sancho de Muñón le hace intérprete
de su propio pensamiento en materias mucho más graves y pone en su
boca las más audaces ideas del grupo llamado _erasmista_, al cual
indudablemente pertenecía como casi todos los humanistas españoles y
no pocos teólogos del tiempo de Carlos V. Véase, por ejemplo, esta
valiente invectiva, que parece un compendio del terrible _Diálogo de
Mercurio y Carón_: «¡Cuán muchos se condenan, y cuán pocos se salvan, y
cuán abierta está de día y de noche aquella puerta del triste Pluton;
cuán ancho, cuán pasajero y cuán real camino es el que guia a la muerte
eterna! Por él se van espaciando los reyes, los duques, los condes,
los caballeros, los hidalgos, los oficiales y pastores. Por ahí se
pasean los pontífices, los cardenales, los arzobispos y obispos, los
beneficiados y sacristanes, con un descuido, como si nunca hubiesen de
llegar allí donde los halagos de la vida, los regalos del cuerpo, las
honras, las riquezas, los favores y todos sus pasatiempos se volvieran
en lamentaciones y lloros perpetuos. Ahi serán atormentados muy
cruelmente los papas que dieron largas indulgencias y dispensaciones
sin causa, y proveyeron las dignidades de la Iglesia a personas que no
las merecian, permitiendo mil pensiones y simonías. Ahi los obispos
y arcedianos que proveen mal los beneficios, teniendo respecto a
sus parientes y criados, y no a los doctos y suficientes. Ahi los
eclesiásticos profanos y amancebados. Ahi los reyes que tiránicamente
gobernaron sus reinos, y los que no dieron los oficios y cargos, que
suelen proveer, a personas de merecimiento. Ahi los duques y condes, y
los grandes señores que a sus tierras y vasallos con muchos tributos
molestaban. Ahi los caballeros enamorados. Ahi los letrados que no
juzgaron conforme a derecho y verdad, y no obraron segun sus letras les
enseñan. Ahi los logreros y usureros, los oficiales, los mercaderes y
tratantes que llevan más del justo precio por la cosa que venden, y con
juramentos falsos cambian sus haciendas. Ahi los criados lisonjeros que
con lisonjas quieren ganar las voluntades de sus amos, conformándose
con ellos en bueno y en malo. ¡Oh terrible descuido en los hombres! ¡Oh
desvario loco! como si no hubiese otro mundo, y no hubiesen de fenecer
todas las cosas dél, asi hacemos hincapie en lo que presto habrá fin»
(pp. 245-247).

Esta libertad y energía de lenguaje iba á perderse muy pronto en
España, pero todavía el gran Quevedo supo conservarla dentro del siglo
XVII. La sátira clerical es tan libre y desnuda en la _Tragicomedia de
Lisandro_ como en las _Celestinas_ anteriores, pero de seguro mejor
intencionada. Hay rasgos que sacan sangre, como lo que dice Elicia de
la amiga del cura Bermejo (pág. 42). Pero en el fondo Sancho de Muñón
es un teólogo severo, que tiene la conciencia, y aun pudiéramos decir
el orgullo de su profesión, y mira con sumo desdén á los canonistas que
«saben poco en casos de conciencia» (pág. 141) y «andan atados a las
glosas como asno a estaca». (Pág. 139). Según él, todo obispo debe ser
teólogo, porque «a su oficio compete predicar la doctrina evangélica al
pueblo; que el púlpito agora está usurpado de frailes... Y para esto
les es necesario saber la Sagrada Escriptura y Santa Teologia, donde
se aprenden tambien los textos de cánones que tocan a la salud de las
ánimas, cuanto más que los cánones fueron fundados de varones teologos
como conclusiones sacadas del manantial de las letras divinas». (Pág.
141). A lo cual le objeta maliciosamente el Provisor: «Dexaos, por mi
vida, de eso, señor doctor, que nunca hareis mayorazgo si os ateneis
mucho a los teologos». Lo cierto es que no obispó nunca, y tuvo que ir
a morir de Maestrescuelas en México. Todo el donosísimo episodio del
pleito en que el Provisor absuelve al estudiante Sancías de la demanda
que por Angelina le fué puesta sobre caso de ser su esposo y marido
(_cena_ quinta del segundo acto) es una parodia desembozada del estilo
y modo de razonar de los letrados, en la curia eclesiástica.

La acción de esta tragicomedia pasa indisputablemente en Salamanca, y
por cierto que Sancho de Muñón no anda muy galante con sus paisanas:
«Ya sabes que en Salamanca pocas hermosas hay, y esas se pueden
señalar con el dedo». (Pág. 92). Calventa, émula de Elicia, tenía su
principal clientela entre los cursantes de la Universidad, que en su
casa empeñaban los libros: «Si no traen dineros, que dexen prendas...
¿No miraste la rima que tenia llena de Decretos y Baldos, y de Scotos
y Avicenas y otros libros?». (Pág. 41). Hay también alusiones á
costumbres estudiantiles, algunas de ellas tan peregrinas como la
fiesta de Panza, que acaso no fué ajena al nombre que dió Cervantes á
su escudero, como tampoco lo fué el antiguo proverbio de Sancho y su
rocino. Sobre esta fiesta platican así dos mozos de espuelas, Siro y
Geta:

«_Geta._--Panza es un sancto que celebran los estudiantes en la fiesta
de Santantruejo, que le llaman sancto de hartura.

«_Sir._--¿Dónde aprendiste tanto?

«_Get._--En el general de Phisica, cuando llevaba el libro a un popilo,
oí al bedel de las escuelas echar _la fiesta de Panza_». (Pág. 24).

El gusto que domina en la obra es el de las antiguas comedias
humanísticas, y de él proceden sus principales defectos, que se
reducen á uno solo, el alarde de erudición fácil y extemporáneo. No
necesitaba alegar á cada momento aforismos y centones de poetas y
filósofos antiguos quien se mostraba tan de veras clásico, no sólo en
el estilo jugoso y en la locución pulquérrima, sino en la composición
sencilla, lógica y perfectamente graduada. El buen gusto con que borra
ó aminora muchos defectos de las _Celestinas_ precedentes, y el manso
y regalado són que sus palabras hacen como gotas cristalinas cayendo
en copa de oro, bastarían para indicar la fuente nada escondida donde
él y los hombres de su generación habían encontrado el secreto de la
belleza. Tal libro, por el primor con que está compuesto, es digno
del más glorioso período de la escuela salmantina, en que salió á
luz. Pero algo le perjudica el haber sido concebido y madurado en
un ambiente erudito y universitario y no en la libre atmósfera en
que andando el tiempo había de desarrollarse el genio de Cervantes.
La prosa de la _Tragicomedia de Lisandro y Roselia_, perfecta á
veces, revela demasiado el artificio retórico, y no está inmune de
afectación. Su autor escribía demasiado bien, en el sentido de que era
un prosista de los que _se escuchan_ y se complacen ellos mismos con
la suavidad y galanura de sus palabras y con la pompa y armonía de sus
cláusulas. Dice Lisandro en la primera escena del cuarto acto: «¿No me
pusistes las escalas de arriba para descender al jardin do mi señora
baxó? ¿No la besé ahi con mil retozos entre unos floridos jazmines y
unas hermosas clavellinas? Los lirios, las alegrias, los tréboles y
alegres alhelises, las frescas azucenas, las olorosas albahacas, los
toronjiles y artemisas, las rosas y violetas, ¿no fueron testigos de
aquel azucarado rato? ¿No nos paseamos despues asidas las manos junto a
una fontecica con una dulcísima plática? ¿Y cabe unos camuesos no nos
despedimos con dos reverencias y sendos besos, cuando los paxaritos
mensajeros de la alborada comenzaban a cantar con un suavisimo ruido,
cuando la mañanica con sus arreboles lo sombrio de los cipreses
ilustraba y esclarecia y las hierbecicas de rocío bordaba?». (Pág.
206). Cuando se abusa de este estilo es fácil empalagar á los que no
gustan de tanta dulcedumbre.

Hay lujo y alarde de palabras en todo el libro. Para hacer una sola
comparación, apura Celestina todos los términos de cetrería: «¿Qué
girifaltes, qué sacres, qué neblíes, qué esmerejones, qué primas, qué
tagarotes, qué baharíes, qué alfaneques, qué azores, qué alcotanes, qué
gavilanes, qué águilas tan subidas en alto vuelo bastarán á abatir en
tierra con sus uñas la páxara escondida en las nubes, como yo, sabia
Celestina, con mis palabras cautelosas abati a mi peticion al muy
encerrado proposito de Roselia?». (Pág. 103). Poco después hace una
larga enumeración de los pájaros cantores, otra de los instrumentos
músicos, «sacabuches, chirimias, atambores, trompetas, rabeles,
flautas, dulcemeles, guitarras, vihuelas, arpas, laudes, clarines,
dulzainas, añafiles, órganos, monacordias, clavecinbanos, clavicordios
y salterios». (Pág. 104). Esta intemperancia de vocabulario divierte á
veces, como divierte en Rabelais, pero es un procedimiento vicioso y en
suma bastante fácil.

En las situaciones culminantes, en los monólogos de la hechicera, en
los coloquios de Celestina y Roselia, hay cosas dignas de ponerse al
lado de lo mejor de la _Celestina_ antigua, aunque con la desventaja
de haber sido escritas medio siglo después. Lástima que el talento del
maestro salmantino no se hubiese ejercitado en un argumento de pura
invención suya, que siempre le hubiese dado más gloria que una labor de
imitación, por primorosa que sea. Pero le fascinó el prestigio de un
gran modelo, y renunció á su originalidad ó por excesiva modestia ó por
la presunción de igualarle.

Aunque en la primera carta del amigo se da á la tragicomedia el
título de _Elicia_ y _cuarta parte de Celestina_, que es el número
que realmente la corresponde en esta serie de libros, en la portada
se califica de _quarta obra_ y _tercera Celestina_, sin duda porque
Sancho de Muñón desdeñaba profundamente la obra de Gaspar Gómez de
Toledo, á la cual no hace ninguna alusión. Tampoco se propuso continuar
á Feliciano de Silva, pero tomó algunos rasgos felices de su Pandulfo
para acomodarlos al rufián Brumandilón. La idea de resucitar á
Celestina, el embuste de su muerte supuesta, le parecían invenciones
ridículas, que condena por boca de sus personajes, especialmente de
Eubulo, á quien «no parecía esta segunda Celestina tan sabia como la
primera». Celestina había muerto verdaderamente á manos de los criados
de Calisto, y la que intervino en los amores de Felides y Polandria
«no era la barbuda, sino una muy amiga y compañera desta, que tomó el
apellido de su comadre». (Pág. 37). Otro tanto había hecho su sobrina
Elicia, á quien generalmente se llama Celestina en el libro de Sancho
de Muñón. Pero Elicia pica más alto que la vulgar comadre de la
_resurrección_, y no quiere que nadie la confunda con ella:

«_Drionea._--¿Qué respuesta daré á Sigiril, escudero de Felides, si te
buscare, que ayer vino acá y no te halló?

_Celest._--Dile que vaya con Dios ó con el diablo, que no soy yo
casamentera, ni menos es ese mi oficio; allá a la amiga de mi tia vaya
él con esas embaxadas, o a los parientes de Polandria, que concierten
el casamiento, que para ese caso no es menester el estudio de mis
artes, ni mucho menos que mi tia resucitara o apareciese como holgaron
de mentir». (Pág. 80).

Al revés de la _Segunda Celestina_, tan informe y mal compaginada,
tiene la _Tragicomedia de Lisandro y Roselia_ un plan sencillo y claro,
imitado en parte del de Fernando de Rojas, pero con un desenlace nuevo,
que basta para dar alta idea del talento dramático de quien le concibió.

La fábula de los amores de Lisandro y Roselia, que son los de Calisto
y Melibea trocados los nombres, podía recibir tres soluciones. Es
la primera la que dió el bachiller Rojas, con sentido hondamente
pesimista, envolviendo á todos los personajes en una catástrofe
trágica, determinada principalmente por el caso fortuito de haber caído
de la escala Calisto al salir de las delicias del jardín de Melibea. Es
el segundo la pedestre solución matrimonial, que parece casi una burla
sacrílega en la _Comedia Thebayda_, y que presentaron con más decoro,
aunque no con mucha eficacia artística ni gran escrúpulo en los medios,
Feliciano de Silva, el autor de la comedia _Florinea_ y otros varios.
Quedaba todavía otro desenlace eminentemente teatral, que Bartolomé
de Torres Naharro había apuntado ligeramente en su _comedia Himenea_,
donde aparece el tipo de un hermano vengador de la honra de su casa,
aunque tal venganza no llega á consumarse en la desvalida Febea, que
logra el honesto fin de sus amores, parando todo en regocijo y boda.

En esta solución se fijó el Maestro Sancho de Muñón, pero dándola su
verdadero carácter trágico y vindicativo. No es un accidente casual el
que lleva á la muerte, desde el seno del placer que apenas comenzaban á
gustar, á Lisandro y Roselia, sino la fiera ley del pundonor familiar,
que ordena contra secreto agravio secreta venganza, y arma las
ballestas de Beliseno y sus escuderos para asaetear á los dos amantes
y á cuantos habían sido cómplices en la deshonra de su hermana. La
escena es verdaderamente terrible, y su efecto se acrecienta con las
supersticiosas invocaciones de los asesinos pagados.

«_Rebollo._--Yo tengo aqui en el seno una nomina que me dió mi abuela
la habacera, que quien la traxere consigo, no podra morir a cuchillo.

«_Dromo._--Tambien mi tia, la Luminaria, me rezó unas palabras, que
en cualquier tiempo que las dixere les caerán luego de las manos las
espadas de los que se estuvieren acuchillando.

«_Rebollo._--Es verdad. Otra oración muy aprobada me enseñó la
hortelana amiga de mi madre, para que donde hobiere ruido, si se
rezare, no se saque sangre...». (Pág. 252).

Nadie antes de Sancho de Muñón había empuñado con tanto brío el puñal
de Melpómene, y no puede negarse que en su obra está adivinada y
practicada por primera vez la que fué luego solución casi única de los
conflictos de honra y amor en nuestro drama romántico del siglo XVII;
singularidad en que no se ha parado hasta ahora la atención de la
crítica.

Menos original que en el desenlace se mostró el autor de la
tragicomedia en la pintura de los caracteres, donde parece que su
único empeño fué beber los alientos al autor de la _Celestina_, hasta
confundirse con él. Roselia es una linda repetición de Melibea, pero
sin la llama del genio que hace inmortales los ardores de aquélla:

      _Vivuntque commissi calores
      Æoliae fidibus puellae._

Lisandro es una figura más apagada. Sus criados tienen carácter y
fisonomía propia, que impide confundirlos con Sempronio y Pármeno.
Eubulo, el hombre de buena voluntad ó de buen consejo, es una verdadera
creación, que no se desmiente en obras ni en palabras, y que encarnando
el sentido moral y aun ascético de la pieza, es el único que se salva
de la universal desolación, y cumple probablemente la resolución de
hacerse fraile, que más de una vez insinúa.

Las mejores figuras del libro son sin disputa Elicia y su protector
el rufián Brumandilón. Elicia no es Celestina, aunque haya usurpado su
nombre, pero es una sobrina digna de su tía y la más legítima heredera
de todo el caudal de sus malas artes. «Y muchos extrangeros que no
conocieron á Celestina, la vieja, sino de oídas, piensan que esta es
aquella antigua madre, porque vive en la mesma vecindad, y tienen razon
de creello, ca ninguna remedó tan bien las pisadas y exemplos, la vida
y costumbres de la vieja, como ésta, que en la cuna se mostraba á
parlar las palabras de que ella usaba para sus oficios; de manera que
con la leche mamó lo que sabe». (Página 34). El reposado y sentencioso
hablar de Celestina, su ciencia diabólica y secreta[391], su astucia
refinada y cautelosa, su aparejo de trapacerías y maldades no se
desmienten en su alumna, cuya psicología está seriamente estudiada.

Brumandilón es un tipo más en la galería inaugurada por la efigie
clásica de Centurio, á la cual no llega ciertamente, pero supera en
mucho á las bárbaras copias de Galterio y Pandulfo. Sancho de Muñón,
como delicado humanista que era, le ha conservado el sabor plautino
del original, y pone en su boca chistes de muy buena ley. Se habla
de las hazañas de Diego García de Paredes, y replica muy satisfecho:
«Aquí está Brumandilón, que siendo maestro de esgrima en Milan, le
enseñó a jugar de todas armas, de espada sola, espada y capa, de espada
y broquel, de dos espadas, de espada y rodela, de daga y broquel
grande, de daga sola con guante aferrador, de puñal contra puñal, de
montante, de espada de mano y media, de lanzon, de pica, de partesana,
de baston, de floreo y de otros muchos exercicios de armas; y él
viendo mi esfuerzo en los golpes, mi osado atrevimiento para acometer
seis armados, rebanar brazos, cortar piernas, harpar gestos, hender
cabezas y otros miembros, con mi exemplo salió tan diestro y animoso
como veis». (Pág. 102). En otra parte exclama: «La diversidad y gran
variedad de las hazañas que por mí han pasado por diversos reinos
y ciudades, me privan de memoria a que no me acuerde de los casos
particulares que tengo hechos por todo el mundo». (Pág. 163).

Pero demos paz á la pluma, porque para copiar todo lo bueno que hay
en la _tragicomedia de Lisandro y Roselia_ necesitaríamos de mucho
espacio. D. Juan Eugenio Hartzenbusch la calificó perfectamente en
estos términos: «El libro es de lo mejor que en su tiempo se escribió
en castellano. El autor se muestra doctísimo en todo género de letras,
conocedor profundo del corazón humano, hábil pintor de costumbres y
personaje por muchos títulos distinguido».

La caprichosa injusticia de la suerte sepultó en olvido su obra apenas
nacida.

Un solo contemporáneo alude á ella: Alonso de Villegas en su _Comedia
Selvagia_. Y ya en el siglo XVII debía de ser rara, puesto que D.
Nicolás Antonio sólo cita un ejemplar que guardaba entre sus libros D.
Lorenzo Ramírez de Prado, sin duda como cosa peregrina. Hartzenbusch
supone que Maximiliano Calvi tuvo muy presente esta tragicomedia cuando
escribió su _Tractado de la hermosura y el amor_ (1576). «Trozos hay en
él (dice) con los mismos pensamientos, con el propio lenguaje casi que
otros de la tragicomedia». Así será cuando tal maestro lo afirma; pero
aunque tengo muy manejado el curiosísimo infolio de Calvi, que es la
más completa enciclopedia de cuanto especularon sobre la filosofía del
amor y de la belleza los neoplatónicos del Renacimiento, no he podido
encontrar esas coincidencias verbales, aunque sí algunas ideas comunes,
que por serlo tanto en las escuelas de entonces no necesitaba Calvi
tomar directamente de la tragicomedia[392].

Mientras estas «_Celestinas_» se publicaban en Castilla, un ingenio
portugués digno de mayor nombradía que la que logra en su patria y
fuera de ella, componía tres largas comedias en su lengua nativa,
tomando por modelo en todas ellas, y especialmente en la primera,
el libro incomparable de Fernando de Rojas, pero sin calcarle tan
servilmente como otros. Las comedias _Euphrosina_, _Ulyssipo_ y
_Aulegraphia_, de Jorge Ferreira de Vasconcellos, atestiguan, á la
vez que el talento original de su autor, la influencia profunda que
ejerció en Portugal la tragicomedia castellana desde el momento de su
aparición. Ya hemos visto hasta qué punto penetró en el teatro de Gil
Vicente. Es inútil hablar de poetas menores. «Raras son las comedias
portuguesas (dice Teófilo Braga) que no aluden á esta comedia, que
se tornó proverbial en la lengua de nuestro pueblo. Aun en las islas
Azores se habla de las _artes de la madre Celestina encantadora_, sin
saber á qué gran fenómeno literario se refieren»[393]. En vano fué
que severos moralistas como Juan de Barros protestasen contra ella
y hasta considerasen como un timbre de la lengua portuguesa el ser
tan honesta y casta que «parece no consentir en sí una tal obra como
_Celestina_»[394]. Ya Gil Vicente había demostrado, contra monjiles
escrúpulos, que la lengua portuguesa lo toleraba todo, como las demás
lenguas del mundo, cuando diestramente se las maneja.

Dos testimonios muy singulares, cada cual en su línea, tenemos de
la enorme popularidad, no ya literaria, sino social, que alcanzaba
la _Celestina_ entre los portugueses á principios del siglo XVI. El
primero, cuya indicación debemos á nuestra sabia y generosa amiga doña
Carolina Michaëlis de Vasconcellos, prueba que antes de 1521 el drama
de Rojas había dado asunto para trabajos de orfebrería. En el ajuar
de la infanta doña Beatriz, que en dicho año se casó con el duque de
Saboya, había _una taza de plata con la historia de Celestina_[395].

Precisamente en el mismo año Francisco de Moraes, futuro autor del
_Palmerín de Inglaterra_, fué testigo en Braganza, su patria, de
la inaudita profanación de un Diego López, herrero, que en viernes
de Dolores estaba en la iglesia de San Francisco, ante el Sagrario,
leyendo á un corro de mujeres la _Celestina_, «y paréceme que era en el
auto que habla de Centurio»[396].

A tiempos poco menos remotos que éstos han querido referir algunos la
composición de la primera comedia de Jorge Ferreira, sin razón á mi
juicio, y hasta con evidente imposibilidad cronológica. Hubo un Jorge
de Vasconcellos (á quien también se llama Jorge de Vasco Gonçelos),
insignificante trovador del _Cancionero de Resende_[397], el cual
frecuentaba ya la corte de D. Manuel en 1498, y está citado en 1519 por
Gil Vicente[398]. Para admitir que este poeta cortesano fuese la misma
persona que el autor de la _Eufrosina_, como pretende Teófilo Braga,
habría que rechazar la fecha hasta hoy tenida por cierta de la muerte
de Jorge Ferreira de Vasconcellos en 1585 ó suponer que vivió más de
cien años, pues hemos de creer que tendría por lo menos diez y seis
cuando poetizaba en los saraos de palacio.

Aun prescindiendo de esta confusión de dos personas, que pueden ser
fácilmente deslindadas, quedan grandes oscuridades en la biografía
de nuestro autor. Ni siquiera consta con seguridad la tierra en que
nació, que unos quieren que fuese Coimbra, otros Montemor o Velho,
sin que falte quien le suponga hijo de Lisboa[399]. Ninguno de los
antiguos biógrafos se fijó en el dato capital de haber sido Jorge
Ferreira de Vasconcellos mozo de cámara del infante D. Duarte, hijo
de D. Manuel, á cuyo servicio estaba en 1540, fecha de la muerte de
aquel príncipe, nacido en 1515. De aquí dedujo con excelente crítica
doña Carolina Michaëlis que debía de ser joven entonces, no de mayor
edad que Francisco de Moraes, el cual también figura en la lista de
los servidores del infante[400]. No se sabe á punto fijo si Ferreira
siguió formando parte de la casa de la viuda y del hijo póstumo
de D. Duarte, ó pasó á la de D. Juan III, como indica su yerno en
el prólogo de la _Ulyssipo_[401]. En este caso sería destinado al
servicio del príncipe D. Juan, heredero de la corona, puesto que á
él dedicó las primicias de su ingenio: la comedia _Eufrosina_ y el
_Sagramor_, entre 1550 y 1554 probablemente. Muerto el infante en
1564, siguió al servicio del que fué luego rey D. Sebastián. El único
puesto oficial que consta de un modo positivo haber logrado es el de
«escribano del Tesoro», con _quince mil reis_ de sueldo al año (!!).
Tal destino no era ciertamente para enriquecer á nadie, y es posible
que espontáneamente le renunciase, puesto que por un albalá de 10 de
julio de 1563 tomó posesión de él un Luis Vicente (hijo acaso del gran
poeta), mozo de cámara del rey D. Sebastián, en los mismos términos en
que le había tenido Jorge Ferreira, que debía de estar vivo, puesto que
no se usa respecto de él la frase sacramental «_que Deus perdoe_»[402].
Además, el prólogo con que en 1567 apareció el _Sagramor_ tiene todas
las trazas de estar escrito en aquel mismo año. Tampoco debe negarse
crédito á Barbosa Machado, cuando afirma que Ferreira falleció en 1585
y fué enterrado con su consorte doña Ana de Sousa en el crucero del
convento de la Santísima Trinidad de Lisboa. Escribiendo Barbosa en
1747 es muy probable que tomase esta fecha del epitafio que existiría
en dicho convento, destruído, como tantos otros, por el terremoto de
1755[403].

Otras noticias que el mismo Barbosa da tienen igualmente sello de
verisimilitud y no han sido hasta ahora contradichas por ningún
documento, aunque tampoco hay ninguno que las confirme. Le llama
caballero profeso de la orden de Cristo y uno de los más distinguidos
criados de la casa de Aveyro[404] y afirma que fué «tesorero de la casa
de la India». De su matrimonio con la ya referida doña Ana de Sousa
tuvo dos hijos, Pablo Ferreira, que en edad juvenil perdió la vida
en la jornada de África con el rey D. Sebastián, y doña Briolanja de
Vasconcellos, que se casó con Antonio de Noronha.

No sólo fué hombre de ingenio agudo y gracia nativa, dotes que en
sus composiciones resplandecen, sino verdadero y culto humanista. La
_Eufrosina_ parece documento irrecusable de haber hecho sus estudios en
Coimbra, lo cual no pudo ser antes de 1537, fecha de la traslación de
la Universidad desde las orillas del Tajo á las del Mondego[405].

Parece singular que con tales condiciones y con el positivo mérito de
sus escritos, un solo contemporáneo suyo le mencione, Diego de Teive
en un elegante epigrama latino[406], que en parte nos da la clave del
enigma, pues hace notar que Ferreira jamás ponía su nombre en las obras
que compuso:

      _Non tua subscribis, sed latitare cupis._

Este amor á la oscuridad y al anónimo, y quizá todavía más la
circunstancia de no haberse prestado al cambio de elogios mutuos,
puesto que ni se encuentran versos suyos en loor de ningún ingenio de
su tiempo, ni sus libros llevan panegíricos de mano ajena, explican
su aislamiento respecto de la literatura de su época y el olvido en
que cayó muy pronto su nombre, hasta el punto de ser atribuida á otros
autores su mejor obra.

Además, sus gustos parecen haber estado en discordancia con esa misma
literatura. Era, como Cristóbal de Castillejo, un rezagado de la
escuela del siglo XV. Á ella pertenecen todos los poetas que elogia:
Macías, Juan Rodríguez del Padrón, Garci Sánchez de Badajoz, el
Bachiller de la Torre, Juan de Mena, el Ropero, Jorge Manrique, Juan
del Encina, entre los castellanos; D. Juan de Meneses, Gil Vicente,
Bernaldim Ribeiro, entre los portugueses[407]. De los poetas de la
escuela nueva menciona á Boscán, Garcilaso y Sá de Miranda.

Hasta aquí las noticias biográficas de Jorge Ferreira, que no he tenido
ni siquiera el trabajo de recoger, puesto que juntas y depuradas
las ha puesto á mi disposición la doctísima escritora doña Carolina
Michaëlis, ornamento al par de la erudición germánica y de las letras
peninsulares, á quien me complazco en dar este público testimonio de
gratitud por su admirable compañerismo literario.

No todas las producciones del ingenio de Jorge Ferreira han llegado
á nuestros días. El conde da Ericeira, al dar cuenta en 1724 á la
Academia Real Portuguesa de los manuscritos que contenía la biblioteca
del Conde de Vimieiro, cita con el núm. 79 unas _Obras Moraes_ de Jorge
Ferreira de Vasconcellos compuestas en 1550 para la educación del rey
D. Sebastián. La primera de ellas era un _Diálogo das grandeças de
Salomāo_, y la otra un coloquio sobre el psalmo 50. La librería de
Vimieiro fué de las que perecieron en el terremoto. Barbosa Machado,
que escribió antes de aquella catástrofe, menciona, no sólo el _Diálogo
de las grandezas de Salomón_, dedicado al rey D. Sebastián en su
infancia, sino también el _Peregrino_, «libro curioso escrito en el
estilo de la _Eufrosina_ (lo cual hace creer que se trataba de una
nueva comedia en prosa), y los _Colloquios sobre Parvos_ (coloquios
sobre los tontos), en respuesta á una pregunta que le hizo una prima
suya religiosa, «_que cosa era parvoisse_». De ninguno de estos
manuscritos queda, al parecer, rastro.

Como obras impresas tenemos las tres comedias, y un libro de
caballerías, del cual existen dos redacciones, al parecer distintas. La
primera, que con el título de _Triunfos_ _de Sagramor_, fué impresa en
1554[408], se enlaza artificialmente con el ciclo del rey Artús y de
la Tabla Redonda, pero su principal objeto fué describir las fiestas
ó torneo de Xabregas con ocasión de haber sido armado caballero el
príncipe D. Juan, á quien servía, mozo estudioso y protector de las
Musas, ensalzado como tal por todos los poetas de su tiempo, incluso
Luis de Camoens (en la égloga 1.ª). Más ó menos refundida esta obra
con el título de _Memorial das proezas da segunda Tavola redonda_, y
dedicada al rey D. Sebastián, volvió á imprimirse en 1567[409]. El
editor de la _Aulegraphia_ en 1619 habla de una segunda parte inédita,
que al parecer se ha perdido. Los versos que el _Memorial_ contiene no
desmienten las aficiones arcaicas y enteramente hispanistas de Jorge
Ferreira. Son casi todos romances, algunos de ellos de asunto clásico,
como la guerra de Troya, los amores de Sofonisba y la batalla de
Farsalia; otros enlazados con la acción de la novela, y algunos de tema
histórico portugués, como la muerte del príncipe D. Alfonso, hijo de D.
Juan II, y la del mismo príncipe D. Juan, mecenas del autor[410].

No puede negarse que Jorge Ferreira, sin dejar de ser ingenio
genuinamente portugués, y el que después de Gil Vicente nos ha dejado
más fieles pinturas de la sociedad de su tiempo, tenía puestos los
ojos en nuestra literatura del siglo anterior, y especialmente en
la obra insigne que glorificó las postrimerías de aquella centuria.
Sus comedias lo comprueban, sin que el autor trate de ocultarlo, y
no pueden confundirse de ningún modo con _Os Estrangeiros_ y _Os
Vilhalpandos_ de Sá de Miranda, con _Bristo_ y _O Cioso_ de Antonio
Ferreira, que son también comedias en prosa, pero de pura imitación
latino-itálica, de moderada extensión y de forma representable.
Ferreira de Vasconcellos, por el contrario, es un imitador deliberado
de la _Celestina_, y sus comedias son extensos libros, destinados á la
lectura únicamente[411].

La más antigua de estas obras, y la que principalmente nos interesa, es
la _Eufrosina_. En el proemio al príncipe D. Juan, el autor la llama
_primicias de meu rustico engenho, primeiro fructo, que delle colhi
inda ben tenro_. Y en el prólogo, puesto en boca de _João de Espera
em Deus_, la anuncia como _cousa nova, invenção nova nesta terra_.
Tenemos, pues, en ella, no sólo las primicias del ingenio de su autor,
sino las primicias de un género: «o novo autor em nova inuençāō».

La acción pasa en Coimbra, y hay continuas alusiones á las
costumbres de los estudiantes, aunque no lo son los dos principales
personajes[412]. En el prólogo de _Juan espera en Dios_ se declara
expresamente que allí fué compuesta: «Na antiga Coimbra, coroa destes
Reynos, á sombra dos verdes sincerais de Mondego, nasceo a portugueza
Eufrosina». ¿Pero en qué tiempo? No es posible admitir la fecha de
1527, propuesta por Teófilo Braga. Su único apoyo está en una carta
fechada en Goa á 28 de diciembre de 1526, que se lee en la escena
quinta del acto segundo de la obra. Pero en esta fecha tiene que haber
error tipográfico, puesto que en la misma carta se alude á la fortaleza
de Diu, no construída hasta 1535. La verdadera fecha de la comedia
debe rebajarse, por consiguiente, en diez años, y esta fecha cuadra
perfectamente con todo lo que sabemos de la vida del autor.

La _Eufrosina_ corrió mucho tiempo manuscrita, estragándose en las
copias, hasta que el autor, doliéndose de verla andar _por muitas māōs
deuassa é falsa_, determinó colocarla bajo el real amparo del Príncipe
D. Juan, heredero de la corona. Si se la dedicó impresa, como parece
muy creíble, esta primera edición es desconocida hasta ahora. Pero
existen otras dos del siglo XVI, ambas sin nombre de autor, únicas
que nos dan el primitivo y auténtico texto de la comedia. Una es de
Coimbra, 1560; otra de Évora, de 1561[413]. Sus ejemplares son de
extraordinaria rareza. A ello contribuiría sin duda la prohibición
inquisitorial, que aparece por primera vez en el Índice portugués de
1581[414], pero que no pasó al castellano de 1583.

Como á pesar de la censura, ó quizá por virtud de ella, seguía
leyéndose con aprecio la _Eufrosina_, un buen ingenio de principios
del siglo XVII, poeta y novelista, Francisco Rodríguez Lobo, determinó
obsequiar con una reimpresión de ella á su mecenas D. Gastón Coutinho,
que había mostrado deseo de leerla, entre otras razones porque todas
las cosas prohibidas obligan á la voluntad á procurarlas, más que
otras á que no pone precio la dificultad, y siempre nuestro deseo se
esfuerza á lo que le prohiben». Y doliéndose él, por su parte, de
que una obra tan digna de loor por la excelencia de sus palabras, la
galantería de sus conceptos, la verdad de sus sentencias, la agudeza
y sal de sus gracias, estuviese fuera del uso común y no pudiese ser
leída libremente, se determinó á quitar «algunos descuidos y yerros que
en ella había», y es de creer que fuesen alusiones satíricas sobre las
costumbres de clérigos y frailes, que nunca faltan en esta casta de
libros.

Corregida de esta manera por Rodríguez Lobo, la _Eufrosina_ volvió á
ser impresa en 1616 con permiso del Santo Oficio, que autorizó esta
edición sola en el Indice de 1624, continuando la prohibición de las
anteriores: _Euphrosina impressa antes de 1616; Author Jorje Ferreira
de Vasconcellos_. Los inquisidores sabían el nombre del autor, pero
Lobo no le consigna, y la tradición fué perdiéndose, hasta el punto de
decir Faria y Sousa en su _Europa Portuguesa_[415]: «El primer libro
que se escrivio con la mira de ensartar refranes y dichos graciosos
fue (con admirable acierto) el que llaman _Eufrosina_, malissimamente
traducido en castellano: _no se le sabe autor_; diole ultimamente
a luz Francisco Rodriguez Lobo, muy diminuto». Por su parte, D.
Francisco Manuel de Mello, en el _Hospital das Lettras_[416], habla
dubitativamente de la paternidad de la _Eufrosina_, aunque no de las
otras dos comedias: «O illustre Jorje Ferreira, auctor da _Ulysipo,
Aulegraphia e dizem que Eufrosina_. Nuestro D. Nicolás Antonio escribió
con mejores informes, catalogando la _Eufrosina_ á nombre de Jorge
Ferreira y dando á Lobo por mero editor[417].

Como anónima se había presentado en la traducción castellana del
capitán D. Fernando de Ballesteros y Saavedra, regidor de Villanueva
de los Infantes (1631), que en la dedicatoria al infante D. Carlos,
hermano de Felipe IV, dice textualmente: «Bien pudo la modestia del
autor desta comedia ser hazañosa en quitarse la gloria que de averla
escrito le resultará en los siglos». D. Francisco de Quevedo, que
apadrinó esta traducción con una curiosa advertencia, conocía, no sólo
la edición de 1616, sino las antiguas, pues hace notar que «su original
no cercenado por Lobo es difícil por los idiotismos de la lengua y los
Proverbios antiguos y que ya son remotos a la habla moderna». Pero
ignoraba por completo quién fuese el autor primitivo. «Esta comedia
_Eufrosina_, que escrita en Portugues se lee sin nombre de autor, es
tan elegante, tan docta, tan exemplar, que haze lisonja la duda que la
atribuye a cualquier de los más doctos escritores de aquella nación.
Muestra igualmente el talento y la modestia del que la compuso, pues
se calló tanta gloria que oy apenas la conjetura halla sujeto capaz a
quien poder atribuirla».

El juicio que aquel grande escritor formó de la _Eufrosina_ no puede
ser más honroso para las intenciones morales de su autor: «Mañosamente
debaxo el nombre de comedia enseña a vivir bien, moral y políticamente,
acreditando las virtudes y disfamando los vicios con tanto deleyte como
vtilidad, entreteniendo igualmente al que reprehende y al que alienta;
extraña habilidad de pluma, que sabe sin escandalo ser apacible, y
provechosa condicion que deuen tener estas composiciones». Iguales
elogios repiten los aprobantes. Así el maestro José de Valdivielso:
«La fabula es sentenciosa y exemplar: despierta avisos y avisa
escarmientos; deberá al traductor Castilla estos divertimientos y
Portugal estos honores». Y Bartolomé Ximénez Patón: «Aunque fábula,
es de muy delicada corteza, con substancia y copia de sentencias y
consejos». En efecto, el carácter doctrinal y sentencioso está marcado
en la _Eufrosina_ más que en ningún otro libro de su clase, y no es
el menor de los defectos que hacen cansada su lectura, no obstante la
agudeza de muchas de sus reflexiones morales.

La traducción de Ballesteros, que va reimpresa en el presente volumen
á título de curiosidad literaria, difícil de hallar, no sólo en la
edición príncipe de 1631, á cuyo texto nos ajustamos[418], sino en
la reimpresión de 1735, que dirigió D. Blas Nasarre, oculto con el
seudónimo de D. Domingo Terruño Quexilloso[419], dista mucho de ser
tan mala como Faria y Sousa da á entender. Está, sí, algo abreviada,
y en algunos puntos el traductor no penetra bien el sentido de los
proverbios portugueses, pero generalmente es fiel, está escrita con
soltura y da idea bastante aproximada de los méritos y defectos
del original. Hacer la comparación de ambos textos es tarea que
peculiarmente incumbe á los eruditos portugueses, así como otra más
importante, la de reimprimir críticamente la primitiva _Eufrosina_ de
las ediciones del siglo XVI, para que sepamos á ciencia cierta cuáles
son las variantes que en ella introdujo Lobo.

Mucho antes de salir á luz la edición expurgada de 1616 era conocida y
celebrada entre nosotros la obra de Jorge Ferreira, que en Castilla no
estuvo prohibida nunca. Prueba irrecusable de su popularidad nos ofrece
_La Pícara Justina_, novela impresa, como es notorio, en 1605. Su autor
enumera en el prólogo las principales obras de entretenimiento, y allí
están citados los chistes de la _Eufrosina_, al lado de _El Asno de
Oro_, la _Celestina_ y el _Lazarillo de Tormes_. Tratando Justina en
el primer libro, capítulo tercero, «de la vida del mesón», empieza
por decir que nadie había escrito sobre ella, pero luego se retracta:
«Dígolo por un librillo intitulado _La Eufrosina_, que leí siendo
doncella, que se refiere de un _discrépito_ poeta, que para alabar el
meson dijo que Abraham se preció en vida de ventero de ángeles, y en
muerte de mesonero de los peregrinos y pasajeros del limbo, los cuales
tuvieron posada en su seno. Pero este escritor _monobiblio_ no advirtió
dos cosas: lo uno, que es necedad traer tales personas en materias
tales, y lo otro, porque Abraham dió de comer á su costa en su casa á
los vivos y á los del limbo no llevó blanca de posada, lo cual no habla
con los mesoneros de este mundo, ni tal milagro acaeció en casa de mi
padre. Demás que yo no me quiero meter en historias divinas, no porque
las ignoro, sino porque las adoro». El pasaje á que se alude debió de
ser por lo irreverente uno de los cercenados en la refundición de Lobo.

Un género de interés, para nosotros secundario, tiene la _Eufrosina_,
y es su gran valor _paremiológico_. En todas las _Celestinas_, desde
la de Rojas hasta la _Dorotea_ de Lope, abundan los proverbios y
los idiotismos familiares; pero en la _Eufrosina_ se encuentran en
tal copia, que muchos trozos y aun escenas enteras son un tejido de
refranes y de frases hechas. En este sentido fué el modelo primero,
aunque indirecto (porque no creo que nadie la imitase de propósito) de
las _Cartas en refranes_ de Blasco de Garay, del _Entremés de refranes_
de autor anónimo, de _El Perro y la Calentura_ de Pedro de Espinosa,
del _Cuento de Cuentos_ de Quevedo, de la _Historia de Historias_ de
D. Diego de Torres, y de las dos _Rondallas_ valenciana y mallorquina
de Fr. Luis Galiana y de D. Tomás Aguiló; obras de ingeniosa taracea
en que puede aplaudirse el mérito de la dificultad vencida, pero que
principalmente valen como repertorios de frases, no como diálogos ó
cuentos.

Sería injusto decir lo mismo de la _Eufrosina_, á pesar de lo
artificial del procedimiento, que por otra parte no es tan sistemático
como en las obras citadas. En la comedia portuguesa lo esencial es
el argumento de la comedia, aunque importen mucho los proverbios y
sentencias de que el diálogo está materialmente tejido, con menoscabo
de la naturalidad, primera condición de toda obra que afecta formas
dramáticas. Los interlocutores casi nunca usan la expresión directa y
sencilla; todos ellos presumen de ingeniosos, agudos y sutiles: mezclan
la pedantería de las escuelas con el tono galante y amanerado de las
conversaciones de palacio; son cultos y conceptistas en profecía, y
hasta cuando remedan el habla popular lo hacen con dejos y resabios
cortesanos. Hay una continua afectación en el estilo, afectación que no
siempre desagrada, porque se ve que es trasunto del buen tono de una
época gloriosa y de una sociedad elegante, como lo fué la portuguesa
de los reinados de D. Manuel y don Juan III. Pero tanta metáfora
rebuscada, tanta alusión fría é impertinente, tanta mitología pueril,
tantas reminiscencias de los poetas clásicos, especialmente de Ovidio,
tanto _doctrinaje_ insípido, vicios que más ó menos afean todas estas
comedias y tragicomedias, no van compensados aquí, como en otros casos
hemos visto, con la verdad plástica del detalle, con la representación
franca y enérgica, aunque á veces brutal, de la realidad. Todo
es pálido y atenuado en la _Eufrosina_: los tipos tienen algo de
abstracto, y la obra entera se resiente de cierta frialdad seudoclásica.

Pero en esto mismo consiste su relativa originalidad. Un vago
sentimentalismo, que no hemos visto hasta ahora, penetra calladamente
en algunas escenas, y modifica el concepto del amor, llevándole por
rumbos idealistas y en cierto modo platónicos. La psicología del autor
no es profunda, genial y avasalladora como la de Fernando de Rojas: no
llega á producir criaturas inmortales. Pero es ingeniosa, delicada y de
suaves matices, como cuadra á una acción familiar y honesta, en que no
hay grandes conflictos de pasión y llegan todas las cosas á un término
sereno y apacible. El seso y la gravedad campean en esta producción
juvenil, con cierto elevado y noble sentido de la vida, que hace
simpático al hombre y al moralista.

El mérito principal de la _Eufrosina_ estriba en el contraste entre
los dos jóvenes _Zelotipo_ y _Cariofilo_, representante el primero
del amor exclusivo, caballeresco y respetuoso, que hace un ídolo de
la persona amada, y el segundo del apetito sensual, frívolo, ligero
y veleidoso. Uno y otro logran su condigna recompensa, obteniendo
Zelotipo por premio de la pureza y constancia de su afecto la mano de
la noble y rica Eufrosina, única hija y heredera de D. Carlos, señor de
las Povoas, y viéndose Cariofilo, de resultas de una de sus vulgares
aventuras, obligado á casarse por fuerza con la hija de un platero,
á quien había dado, como á otras varias, promesa de matrimonio. Los
contrapuestos caracteres de los dos amigos se reflejan fielmente en sus
palabras: «Quando segui amores que no estimé dexar (dice Zelotipo), a
todo me aventuraua; aora que tengo hecho empleo del alma, no ay cosa
que no tema, y esto juzgo por lo mejor, porque me lo enseña vn puro y
verdadero amor, que es propio maestro de virtudes, y quien muda la mala
condicion en buena, el escaso en liberal, el ignorante en discreto,
el inconsiderado en prudente, el cobarde en osado». (Pág. 69 de la
presente edición). «Las almas contemplativas tienen los gustos muy
diferentes de la otra gente... No ay contento general que valga la
sombra de una tristeza particular. De mí os sé dezir que no trocaria
el estar triste dos horas por quantos placeres ay en la vida, porque
estas viuo para mí y las otras para el mundo. De donde se sigue que
me enfadan las fiestas públicas y es a mi propósito el pasatiempo
solitario, y no me conformo, antes aborrezco los amigos de regocijos
públicos y que son comunes con todos en holgarse» (pág. 92).

Antítesis de este contemplativo personaje es Cariofilo, que, sin la
grandeza trágica del burlador de Sevilla, profesa una filosofía del
amor muy parecida á la suya, y responde á los sanos consejos de su
amigo con frases análogas al _Tan largo me lo fiais_: «Atengome á
sacudillas y dexallas, que assi hazian los dioses de la gentilidad; lo
demas es burla, porque es tan mala ralea la de mugeres, que ya ninguna
quiere bien si no es por el interés, y en quanto ay que darles; yo
conózcolas por el diente, y en tanto, lo que la loba haze al lobo le
place, y a vn ruin ruin y medio. Amor enseña mil caminos de engañar;
prometiendo con franqueza, de promessas las hago ricas; al tiempo de
la paga no faltan escapatorias...». (Pág. 98). «Quando alcanço fauor
de una muger de calidad, que me es de gusto y provecho, en teniendola
rendida y señalada de mi señal, por no aficionarme mucho y venir a
ser esclauo de mi gusto, procuro diuertirlo, por no criar cuerbo que
me saque el ojo, y ocúpome en hazer empleo en otra y en otras. Desta
manera juego con cartas dobladas, y no puedo perder, y aseguro mi
mercaduria por no estar pendiente de la cortesia de la fortuna, y en
esto me escuso grandes disgustos». (Pág. 99).

Pero todavía es más _donjuanesco_ el diálogo siguiente, que no quiero
abreviar por su importancia, desatendida hasta ahora:

«_Cariofilo._--Sabeis lo que os digo, amigo mio? O tuerto ó derecho,
mi casa hasta el techo; aun no estoy _a porta inferi_; allá vendran
los aborrecidos ochenta años; dexadme aora lograr mis años floridos,
en quanto tengo tiempo; despues no faltará la merced de Dios y la
misericordia, de que la tierra está llena. En poco espacio se saluó el
buen ladron.

«_Zelotipo._--Essa es una gentil cuenta. Por qué cédula teneis vos
assegurado esse momento y esa condicion que basta para merecer en
él? Pues cómo os acogeis á la misericordia, considerando que anda de
compañia con la justicia, la cual no se dobla como la del mundo?

«_Cariofilo._--Aunque dezis verdad y os lo concedo, yo vine al mundo
para lograr mi vida, pues tengo tan cierta la muerte, que no es pequeña
pena y descuento éste; y si aora no la logro, quando la edad lo pide y
permite, el tiempo se me va huyendo, y yo no querria que me dexasse a
buenas noches, sin dexar fruto ni señal de la jornada con la congoxa
de quién tal pensara. Si yo tuuiera vida de nouecientos años, como los
antiguos, anduvierame regalando? Todo era dos dias más o menos, porque
avia paño para cortar y desperdiciar; mas vida de quatro negros dias, y
estos inciertos y alternados en mal y bien, y que los passe llorando,
mala Pascua a quien tal hiziere, y no fuere moço quando moço para ser
viejo cuando viejo.

«_Zelotipo._--Essa es vna mala conclusion. Essos esfuerços juveniles
y essas quentas vanas tienen muy cierto el castigo; guárdeos Dios de
pecador obstinado; las más vezes se ven desdichados fines á tales
distraymientos. El hombre discreto ninguna cosa ha de temer tanto
como á su gusto; nunca os precieis de culpas, porque desmerecereis el
perdon; hazed siempre la cuenta de cerca, y no perdereis de vista el
arrepentimiento... Mirad por vos, que quien se guardó no erró, y el
Señor mandó velar a los suyos por la incertidumbre de la hora; y yo
tengo sin duda que a excesos sensuales no dilata Dios la paga para el
otro mundo, y assi se han visto muy grandes castigos.

«_Cariof._--No me canseis aora; mirad vos vuestra alma y no tengays
cuidado de la mia; yo dare cuenta de mí quando llamen a mi puerta, y
no me faltará vn texto para hazerle a vna ley que venga a mi proposito
y me ponga en salvo. Y Monseñor Ouidio dize que se rie Jupiter de los
amantes perjuros...

«_Zelot._--... Ninguno presuma que engaña, porque siempre él queda
engañado; y por amor de mi, que nunca hagais essos juramentos, porque
son segun la intencion de quien los oye. En quanto Dios, estais
obligado á essa moça en todo lo que le prometistes; mirad lo que aueis
hecho, no engañeis vuestra alma...

«_Cariof._--... Yo os digo que las enredo y las sé burlar; ellas tratan
siempre engaños, yo nunca les digo verdad ni tengo ley con ellas; ellas
interessadas, yo escaso; ellas mudables en el amor, yo desamorado;
ellas libres, yo raposo; assi nos damos en los broqueles, mas yo quedo
siempre en pie como gato» (pp. 100-101).

Este tipo del libertino, que lo es más por atolondramiento y ligereza
que por perversidad, es uno de los mejores aciertos de la _Eufrosina_.
El autor le castiga blandamente y con catástrofe que tiene más de
cómica que de trágica, porque en el fondo se trata de un tonto, cuyas
ridículas empresas sirven de diversión á las mozas de cántaro y á todas
las _raparigas_ del Mondego. Pero si se prescinde de sus actos y se
atiende sólo á su cínica profesión de inmoralidad amatoria, ningún
personaje se hallará en nuestra primitiva literatura dramática y
novelesca que en este punto concuerde tanto con las máximas y palabras
de D. Juan.

En los amoríos de Cariofilo interviene, como era natural, una
Celestina de bajo vuelo, Filtria, mucho menos chistosa que sus comadres
castellanas. Pero en los de Zelotipo prescinde el autor cuerdamente
de tan vil sujeto, y quien sirve de medianera es una prima del mismo
enamorado, Silvia de Sosa, amiga y confidente de Eufrosina, aunque
constituída en cierto género de dependencia familiar respecto de ella.
La figura de Silvia tiene finos toques y recuerda algo la doncella
Poncia de la _Segunda Celestina_, aunque es menos razonadora que ella.
Por su intervención se efectúan los secretos desposorios de Zelotipo
y Eufrosina, aprovechando una ausencia del señor de las Povoas, que
tiene que resignarse al fin con los hechos consumados, á pesar de la
indignación que manifiesta en los primeros momentos y de su graciosa
consulta con el doctor Carrasco.

Aunque Jorge Ferreira brilla más en lo serio que en lo cómico, es de
gran mérito esta escena como pintura de costumbres universitarias, y
recuerda el pleito del estudiante en la _Tragicomedia de Lisandro y
Roselia_. Así como Sancho de Muñón, que era teólogo, tenía entre ojos
á los canonistas y se burlaba de ellos á su sabor, Jorge Ferreira, que
era humanista y hombre de mundo y de corte, profesaba especial aversión
á los letrados y profesores de Derecho civil, á su erudición farragosa,
á su pragmatismo huero. «Si no son prudentes (dice), las letras en
ellos son peores que lepra, porque _quieren medir por las leyes de
Iustiniano, que ha mil y tantos años que se hizieron, las costumbres de
aora, y no consideran que el tiempo lo hace todo de su color_» (pág.
143). Palabras verdaderamente notables para escritas á principios del
siglo XVI por un poeta que no hacía profesión de reformador de los
estudios jurídicos.

Otras dos comedias en prosa compuso Jorge Ferreira, que generalmente
pasan por inferiores á la _Eufrosina_, aunque la verdad es que apenas
han sido estudiadas hasta ahora. La comedia _Ulyssipo_ fué escrita en
1547 ó poco después, según las alusiones que en ella se contienen á la
campaña de Mazagán, atacada en aquel año por los moros. Rápidamente,
pero con acierto, caracteriza esta obra Teófilo Braga: «La _Ulyssipo_
es un cuadro de las costumbres portuguesas en el siglo XVI: locuciones
familiares, más de 386 refranes que todavía andan en la tradición oral,
juramentos, juegos, diversiones, todo se encuentra reproducido allí.
Es un tesoro de lenguaje. La acción no tiene condiciones escénicas,
por las grandes é infinitas mutaciones y la falta de rapidez de los
diálogos, que están diluídos en consideraciones morales atestadas de
proverbios. Actos extensos que tardarían dos días en representarse,
flaca intriga bajo grandes y poco interesantes accesorios, hacen de
la _Ulyssipo_ una obra secundaria. Crece su mérito, no obstante, si
tenemos en cuenta que es una de aquellas comedias que se escriben
solamente para ser leídas. En los saraos de palacio la leería Jorge de
Vasconcellos delante de D. Juan III á su hijo y heredero el príncipe D.
Juan, apasionado por el arte dramático, como lo fueron todos sus tíos y
su abuelo. Mirada de esta suerte, no carece de vida la _Ulyssipo_. Los
caracteres acentuadamente delineados, las situaciones bastante cómicas
y la filosofía del sentido común, son cualidades que revelan un grande
artista, que si hizo una comedia defectuosa fué por no haberla escrito
intencionadamente para la escena».

Ni Barbosa Machado, ni Inocencio de Silva, ni ningún otro de los
bibliógrafos portugueses que he visto, indican el año ni el lugar
en que fué impresa por primera vez la _Ulyssipo_. Pero consta la
existencia de una edición del siglo XVI, no sólo por el Indice
inquisitorial de 1581, donde aparece prohibida, sino por los
preliminares de la edición corregida y expurgada de 1618[420]. La
principal enmienda que mandó hacer el Santo Oficio fué quitar el hábito
de beata á la viuda Constanza d'Ornelhas, personaje celestinesco.

La última comedia de Jorge Ferreira, titulada _Aulegrafia_, no fué
impresa en vida suya, ni siquiera dentro del siglo XVI, «por un
disgusto general de este reino», según indica su yerno D. Antonio de
Noronha[421]. Algunos suponen que este disgusto fué la muerte del
príncipe D. Juan, pero más natural parece que se aluda al desastre de
Alcazarquivir en 1578, en que pereció el único hijo varón de Jorge
Ferreira, si son exactas las noticias de Barbosa. La pérdida del
príncipe en 1554 no pudo influir para nada en las publicaciones de
Ferreira, puesto que de 1560 y 1561 hay ediciones de la _Eufrosina_, y
en 1567 dedicó á D. Sebastián el _Memorial de la Tabla Redonda_.

No existe de la _Aulegrafia_ más que la edición póstuma publicada por
D. Antonio de Noronha, yerno del autor, en 1619, treinta y tres años
después de su fallecimiento[422]. De las tres comedias de Ferreira
es la más rara y la que más precio ha tenido siempre en el mercado
bibliográfico. A pesar de eso, nadie se ha decidido á reimprimirla, ni
siquiera en la forma ruin y mezquina con que lo fueron la _Eufrosina_ y
la _Vlyssippo_ en el siglo XVIII. Tan ingratos y olvidadizos han sido
los portugueses con un escritor de tanto ingenio y cultura, de tan
rica y sabrosa locución y tan útil para la historia de las costumbres
peninsulares.

La _Aulegrafia_, que consta de cinco actos como las otras dos
comedias, y no de cuatro como dice Barbosa, es, según indica su título,
una pintura de la vida de la corte y especialmente de los amores de
palacio. En este sentido puede ofrecer curioso tema de comparación con
el _Cortesano_ de Castiglione, con el de Luis Milán, con el _Arte de
galantería_ de D. Francisco de Portugal y otros libros análogos. Uno
de los personajes de la _Aulegrafia_, el aventurero Agrimonte, habla
siempre en castellano.

Pero tanto la _Vlyssipo_ como la _Aulegrafia_, sobre todo esta última,
tienen con la _Celestina_ una relación no directa y específica, sino
genérica. Atendiendo á esto, y también á la circunstancia de no haber
ejercido influencia alguna en nuestra literatura, dejemos intacto su
estudio para los críticos del reino vecino. Hora es ya de volver á las
_Celestinas_ castellanas, aunque tengamos que acelerar el paso para
poner fin á este larguísimo tratado.

En 1547 salió de las prensas de Toledo la _Tragedia Policiana_[423],
cuyo autor declara su nombre en cuatro estancias de arte mayor
dirigidas «a los enamorados». Las iniciales de los versos, leídos de
arriba abajo, dicen: «El bachiller Sebastián Fernández». Es cierto
que en una segunda edición, también toledana, de 1548, descubierta
por Fernando Wolf en la Biblioteca Imperial de Viena[424], hay otras
estancias de «Luis Hurtado al Lector», de las cuales dedujo aquel
insigne erudito que este era el verdadero autor de la _Tragedia_:

        Lector desseoso de claras sentencias,
      Aquí debuxa la madre Claudina
      Debaxo de gracias sabrosa dotrina,
      Para guardar del mal las conciencias:
      Verás los auisos de mil excelencias
      Que a los virtuosos son claro dechado;
      Y si su autor se haze callado,
      Es por el vulgo, tan falto de ciencias.
      ..........................................................
        Y si algun error hallares mirando,
      Supla mi falta tu gran discrecion,
      Pues yerra la mano y no el coraçon,
      Que aqueste lo bueno va siempre buscando.

A mi ver, Luis Hurtado no habla aquí como autor, sino como mero
corrector de imprenta, que era al parecer su oficio en los años
juveniles. En la primera octava elogia al autor como persona distinta,
y dice de él que «se haze callado», es decir, que oculta ó disimula su
nombre; lo cual no puede entenderse de Hurtado, que estampa el suyo
con todas sus letras al principio de los versos. Los errores ó faltas
por las cuales pide perdón son sin duda las erratas tipográficas. En
el mismo sentido deben entenderse las octavas acrósticas que puso en
el _Palmerín de Inglaterra_ impreso en el mismo año y en la misma
oficina, pues ni le pertenece la obra original, que es del portugués
Francisco de Moraes, ni la traducción castellana, que reclama por
suya el mercader de libros Miguel Ferrer[425]. No faltó entre sus
contemporáneos quien formulara contra Luis Hurtado acusaciones de
plagio. Pedro de Cáceres y Espinosa, en su biografía de Gregorio
Silvestre, acusa al poeta toledano de haberse apropiado el _Hospital de
Amor_ del licenciado Jiménez[426]. En todas sus obras anda mezclado lo
ajeno con lo propio, y no siempre pueden discernirse bien. Dotado de
más estilo que inventiva, gustaba mucho de continuar y remendar obras
ajenas, como hizo con las _Cortes de la Muerte_ de Miguel de Carvajal
y con la _Comedia Tibalda_, de Perálvarez de Ayllón. Pero ni siquiera
esta parte de refundidor pudo tener en la _Policiana_, puesto que
el texto de la segunda edición es idéntico al de la primera, que la
antecedió en un año, cuando Luis Hurtado sólo contaba diez y ocho[427].

Creemos, por las razones expuestas, que el bachiller Sebastián
Fernández fué único autor de la _Tragedia Policiana_, pero ninguna
noticia podemos dar de su persona. El famoso libro de caballeros _D.
Belianis de Grecia_, impreso precisamente en 1547, el mismo año que
la _Policiana_, se dice «sacado de la lengua griega, en la cual le
escribió el famoso sabio Friston, por _un hijo del virtuoso varón
Toribio Fernández_»; pero siendo tan vulgar el patronímico, ninguna
relación nos atrevemos á establecer entre ambas obras.

El autor de la _Tragedia Policiana_ no aspiraba ciertamente al
lauro de la originalidad. Desde el título mismo declara la estrecha
dependencia en que su obra se halla respecto de la tragicomedia de
Rojas, mediante la introducción de un personaje episódico en aquélla,
que pasa á ser capital en la obra del bachiller Sebastián Fernández:
«la diabólica vieja Claudina, madre de Pármeno y maestra de Celestina».
La _Policiana_ no se presenta, pues, como continuación, sino más bien
como preámbulo de la _Celestina_; pero es lo cierto que la sigue al
pie de la letra, con personajes idénticos, con la misma intriga y á
veces con los mismos razonamientos y sentencias. Policiano y Philomena
corresponden exactamente á Calisto y Melibea; Theophilon y Florinarda
á Pleberio y Alisa; Solino y Silvanico á Sempronio y Pármeno; Parmenia
á Areusa; Dorotea á Lucrecia, y á este tenor casi todos los restantes.
Los rufianes son dos, Palermo y Pizarro, uno y otro copias de Centurio,
recargadas con presencia de la _Segunda Celestina_, de Feliciano
de Silva, donde también se encuentra el germen de las escenas de
hortelanos, que son una de las partes más curiosas de la _Tragedia
Policiana_.

Según costumbre de los autores de este género de libros, el bachiller
Fernández hace grandes protestas de la pureza de sus intenciones y de
su «voluntad virtuosa».

«En el processo de mi escriptura no solamente he huydo toda palabra
torpe, pero avn he euitado las razones que puedan engendrar desonesta
ymaginacion, porque ni mi condicion jamas se agradó de colloquios
suzios ni avn mi profession de tratos dissolutos... E si algo
paresciere que a los oydos del honesto e casto Lector haga offensa,
crea de mí que no lo digo con ánimo desonesto, sino porque el phrasis y
decor de la obra no se pervierta».

No puede negarse que el _phrasis_ y _decor_ de la obra, entendidos
por el autor con aquella especie de bárbaro realismo que entonces
predominaba, le han llevado muchas veces, especialmente en los
coloquios de rufianes y rameras, á una licencia de expresión
desapacible para oídos modernos. Pero esta licencia es relativa, y de
seguro menor que la que se encuentra en ninguna de las _Celestinas_
anteriores. Las escenas de amor están tratadas con cierto recato y
miramiento. Y aun en la parte lupanaria y bajamente cómica hay más
grosería de palabras que deshonestidad de conceptos. La blasfemia y el
sacrilegio ó desaparecen del todo ó están muy velados. Los reniegos y
porvidas de Palermo y Pizarro son extravagancias inofensivas si se los
compara con los de Galterio, Pandulfo y Brumandilón: «¡Por los huesos
de Aphrodisia madre!», «Voto al pinar de Segovia», «Descreo del puerto
de Jafa», «Reniego de las barbas de Barrabás», «Despecho del galeón
del Rey de Francia», «Descreo del memorable Golías», «Juramento hago á
las calendas de Grecia», «Pese á las barbas de Júpiter», «Descreo de
Placida e Vitoriano», y otros no menos estrafalarios.

Fuera de algunas leves variantes que apuntaré después, la _Policiana_
es la primitiva _Celestina_ vuelta á escribir. Este servilismo de
imitación la reduce á un lugar muy secundario, pero no la quita sus
positivos méritos de rico lenguaje y fácil y elegante composición.
Es la obra de un estudiante muy aprovechado, aunque incapaz de volar
con alas propias. La contemplación de un gran modelo embarga su ánimo
y no le deja libre para ningún género de invención personal. Se
limita á calcar, pero no desfigura los tipos, y si la tragicomedia de
Calisto se hubiese perdido, ésta sería de todas sus imitaciones la
que nos diese una idea más fiel y aproximada de ella, aunque nunca
pudiese sustituirla. Las obras de genio no se escriben dos veces, y su
pesadumbre anonada las frágiles construcciones que quieren levantarse á
su sombra y remedan en pequeño su traza exterior.

Pero aun este género de reproducción tiene su mérito cuando es
inteligente y no mecánica tan sólo. El autor de la _Policiana_
comprendía lo que imitaba y se esfuerza por conseguir algo de la rica
plasticidad, del franco y sabroso diálogo y aun de la intensa virtud
poética del drama de Rojas. Un eco de la apasionada elocuencia y del
rendimiento amoroso de Melibea resuena, aunque muy atenuado, en las
palabras de Philomena: «Cauallero, ya no es razon que se dissimule
y passe en secreto lo que mis apassionados desseos tan á la clara
publican; porque si las tinieblas de la noche no impidieran tu vista,
en mis señales públicas conoscieras mis congoxas secretas. Algunos dias
han passado despues que tus cartas e amorosos mensages recibi, en que
mis captivas fuerças han rescebido muy rezios golpes e yo varonilmente
contra ellos he peleado. Pero al fin, si como tengo el coraçon de carne
le tuuiera de un rezio diamante, no dexara de caer de mi voluntad en la
tuya: tal ha seydo el combate que en mi coraçon he sentido. Finalmente,
estoy rendida a tu querer, porque eres quien en mis ojos más meresces
de los nascidos. Ordena, Señor mio, como nuestros apassionados desseos
ayan aquel effecto que dessean, porque hasta esto ningun momento
passará que para mí no sean mil años de infernal tormento. Las fuertes
rexas de estas ventanas impiden el remate de nuestros sabrosos amores.
La mañana paresce que comiença a embiar sus candidos resplandores por
despidientes mensajeros de nuestro gozo. Toma, señor mio, la possession
de mi voluntad, e della e de mí ordena de manera que mi passion se
afloxe y la tuya se acabe, e si te paresciere, para la noche venidera
se quede el concierto por las cercas de esta nuestra huerta, por la
parte donde el rio bate en ellas[428], que es lugar más sin sospecha e
donde yo estaré esperando tu venida no menos que mi desseada libertad»
(Acto XX).

En las escenas del jardín, la musa lírica contribuye, como en Rojas, á
idealizar el cuadro misterioso y poético de la entrevista nocturna. Es
muy feliz, sobre todo, la evocación del romance viejo de _Fontefrida_,
que canta el paje Silvanico, y al cual se alude en otro pasaje de la
tragedia: «Veemos que entre los animales que de entendimiento carescen,
este amor matrimonial está esculpido, pues las tortolicas passan su
vida contentas con una sola compañia. E si aquélla muere, la que queda
no beue más agua clara, ni se pone en ramo verde, ni canta ni haze
señal de alegria, señalando la cuitadica quán dura cosa es perder su
dulce compañia» (Acto XI).

Poco hay que advertir en cuanto á los caracteres. Claudina no merece
el título de maestra, sino de humilde discípula de Celestina. Tiene un
grado más de perversidad, puesto que hace infame tráfico con su propia
hija Parmenia, y parece más rica, puesto que alardea de sus «sábanas
randadas», de sus «manteles de Alemania», de sus «tapices de Flandes».
En las artes diabólicas es fiel trasunto de su amiga. Tiene como ella
un demonio familiar á quien invoca con horrendos conjuros y pavorosos
sacrificios: «Ora, hijo Siluano, es menester que me traygas, para hazer
vn conjuro, una gallina prieta de color de cueruo, e vn pedaço de la
pierna de un puerco blanco, e tres cabellos suyos cortados martes de
mañana antes que el sol salga, e la primera vez que cabe ella te veas,
despues que los cabellos la ayas quitado, pondras tu pie derecho sobre
su pie izquierdo, e con tu mano derecha la toca la parte del coraçon,
e miranla en hito sin menear las pestañas la diras muy passo estas
palabras: Con dos que te miro con cinco te escanto, la sangre te beuo y
el coraçon te parto[429]. E echo esto, pierde cuydado, que luego verás
marauillas» (Acto XVI).

Hay un personaje de la tragicomedia antigua que está presentado con
cierta novedad en la _Policiana_. Es Theophilón, el padre de Philomena.
No se duerme en la ciega confianza de Pleberio, sino que se muestra
desde el principio receloso guardador de la honra de su casa, y muy
sobre aviso de los peligros que puede correr la virtud de su hija:
«Hija mía, lumbre de mis ojos, báculo de mi cansada vejez, más noble es
preservar al hombre para que no cayga que ayudarle a levantar despues
de caydo. No permita Dios, hija de mi coraçon, que en tus costumbres yo
aya conoscido alguna falta que de castigo sea digna, pero no te deue
dar pena si yo como padre y viejo y experto en los trabajos que el
tiempo cada día descubre, te dé auiso como sepas defenderte de ellos,
sin lesion del ánima _y de la fama que tus pasados cobraron_» (Acto X).

El sentimiento del honor, que es el alma de tantas creaciones de
nuestros poetas dramáticos del siglo XVII, tiene en Theophilón uno
de sus primeros intérpretes. Sentencia suya es que «la mácula de las
illustres doncellas todo un reino deja manchado de infamia» (Acto X).

En el notable diálogo que tiene con su mujer (acto XXIII) habla como
un personaje calderoniano: «El crimen de liuiandad en la mujer no se ha
de castigar sino con la muerte, e qualquier castigo que éste no sea no
es sino una licencia para que sea mala con la facilidad de la pena».

Los sobresaltos de su honra tienen á veces muy enérgica expresión: «Oh
canas ya caducas! Oh años desdichados! Oh pobre viejo, para que veniste
al mundo?... Qué haré? Si descubro lo que siento y lo quiero castigar,
poco castigo es que esta ciudad se abrase. Pero si lo dissimulo por
quitar los paresceres del vulgo, vendrá en términos mi honrra que se
acabe con mi vida. Oh mis fieles criados, dezid me qué haga o tomad
este puñal e dad con él fin a mis dias!» (Acto XXVI).

D. Gutierre Alfonso de Solís y D. Lope de Almeida se encierran en
impenetrable monólogo y no dan parte de tales cuitas á sus criados,
pero el fondo de su alma es idéntico, salvo la diferencia que va del
padre al marido. «Qué bien tiene quien de honrra caresce? pues qué
honrra tiene quien liuiana hija ha criado? pues un hombre deshonrrado
como biuirá sossegado?».

Theophilón interesa en su calidad de padre vengador, pero la
catástrofe es disparatadísima. El buen viejo tenía enjaulado un
león, como pudiera tener un perro, y sus hortelanos le sueltan por
la noche «para que espante las zorras que andan entre los árboles».
Acude Policiano á la segunda cita con su amada, y el león le hace
pedazos. Cuando Philomena encuentra muerto á su amante, hace una
prolija lamentación sobre su cadáver y se mata con la propia espada de
Policiano.

Todo este pasaje es una mala imitación de la fábula de Píramo y Tisbe,
tal como se lee en el libro IV de las _Metamorphoses_ de Ovidio (v.
55-165). El bachiller Fernández, que debía de estar recién salido de
las aulas con la leche de la retórica en los labios, creyó que esta
historia trágica cuadraba á maravilla para final de la suya, y sin
vacilar transportó á Toledo la leona de los campos de Babilonia, cuyas
huellas cerca de la tumba de Nino indujeron á fatal error á los dos
enamorados jóvenes prez de Oriente:

                          Venit ecce recenti
      Caede leaena boum spumantes oblita rictus,
      Depositura sitim vicini fontis in unda.

      (V. 96-99).

La imitación es visible, sobre todo en las últimas palabras de
Philomena comparadas con las de Tisbe:

      Pyrame, clamavit, quis te mihi casus ademit?
      Pyrame, responde: tua te carissima Thisbe
      Nominat: exaudi, vultusque attolle iacentes.
      ..........................................................
      Quae postquam vestemque suam cognovit, et ense
      Vidit ebur vacuum; Tua te manus, inquit amorque
      Perdidit infelix. Est et mihi fortis in unum
      Hoc manus: est et amor, dabit hic in vulnera vires.
      Persequar extinctum: letique miserrima dicar
      Causa comesque tui: quique a me morte revelli
      Heu sola poteras, poteris nec morte revelli.
      Hoc tamen amborum verbis estote rogati,
      O multum miserique mei illiusque parentes,
      Ut quos certus amor, quos hora novissima iunxit,
      Componi tumulo non invideatis eodem.

      (V. 142-157).

Los versos de Ovidio son bellísimos y tienen una concisión rara en él.
A su lado hace pobre figura la prosa del imitador, pero su filiación no
puede negarse[430].

Otra de las curiosidades de la _Tragedia Policiana_ es la introducción
de dos hortelanos, Machorro y Polidoro, que hablan en lenguaje rústico,
con extraños modismos y formas villanescas, que creemos dignas de la
atención del filólogo; como también el vocabulario agrícola que ellos y
su amo Theophilón usan, y que habrá de confrontarse con el de Gabriel
Alfonso de Herrera y demás autores clásicos en esta materia. Reimpresa
en el presente volumen la _Policiana_, que era punto menos que
inaccesible, podrán hacerse sobre ella los estudios analíticos que cada
uno de estos libros requiere, y que de ningún modo caben en el estrecho
marco de una introducción.

Un solo año, el de 1554, vió aparecer dos nuevas _Celestinas_, una
en Medina del Campo, otra en Toledo. Titúlase la primera _Comedia
Florinea_, y fué su autor el _Bachiller Joan Rodriguez Florián_, según
declara la portada de algunos ejemplares, y la dedicatoria de todos,
aunque suprimido el _Florián_: «El Bachiller Ioan Rodriguez endereçando
la comedia llamada Florinea a vn especial amigo suyo, confamiliar en
el estudio, absente»[431]. Tarea predilecta de bachilleres parecía la
de componer _Celestinas_, sin duda por asemejarse á Fernando de Rojas
en el empleo de sus vacaciones. Pero no bastaba el grado universitario
para comunicarles la virtud poética de aquel bachiller primero y único,
y fué Rodríguez Florián de los que menos se acercaron al insuperable
modelo. Su labor, toda de imitación y taracea, revela un talento muy
adocenado y es de una prolijidad insoportable. Nada menos que cuarenta
y tres actos ó escenas larguísimas tiene, y todavía promete una segunda
parte, que afortunadamente no llegó á escribir ó á publicar.

        Las bodas del buen Floriano esperando
      Para otro año de más vacacion,
      Adonde la historia tendrá conclusion,
      A Dios dando gracias, allá nos llegando.

De la primitiva _Celestina_ aprovechó menos que otros, salvo los
datos capitales de la fábula y algunos rasgos en el carácter de la
alcahueta Marcelia[432]. Todo lo demás procede ó de la _Comedia
Thebayda_ ó de la _Segunda Celestina_ de Feliciano de Silva, aunque sin
la brutalidad de la primera ni el interés novelesco de la segunda. El
don Berintho, duque de Thebas, se encuentra puntualmente reproducido
en el caballero Floriano, duque también y poderoso señor de vasallos,
venido de lejanas tierras, que tiene á su servicio «catorce mozos de
espuelas y quince escuderos, y otros tres tantos continos y otros
tres tantos oficiales y una chusma de pajes»[433], personaje, como
se ve, de más categoría que Calisto. Enamorado románticamente de la
doncella Belisea por la fama de su hermosura y por un retrato que en
secreto manda sacar de ella, cae en una extraña pasión de ánimo, busca
en la soledad y en la música alivio á sus melancolías, y retraído
continuamente en su aposento, cierra los oídos á las advertencias y
consejos de su viejo criado Lydorio, que es el personaje predicador de
la pieza, como el insoportable Menedemo de la _Thebayda_, puesto que
sería demasiado favor compararle con el sabio y prudente Eubulo de la
_Tragicomedia de Lisandro_. Floriano tiene á sueldo, por de contado,
varios rufianes de lengua soez, manos cortas y pies de liebre, entre
los cuales sobresalen dos, llamados Felisino y Fulminato, copias
serviles de Galterio y Pandulfo, sin más originalidad que algunos
juramentos y bravatas nuevas[434]. Manceba de Fortunato es cierta
viuda depravada é hipócrita[435], la cual viene á representar en la
nueva fábula un papel más semejante al de la Franquila imaginada por
el anónimo de Valencia que al de Celestina, harto machucha para ser
heroína de amorosos tratos y no solamente medianera en ellos[436].
Marcelia, que tal es el nombre de la equívoca tercera, con visos de
primera en ocasiones, toma por su cuenta los amores de Floriano y
encamina la intriga por los mismos pasos que hemos visto hasta la
saciedad en este género de comedias novelescas. La romería de Nuestra
Señora de Prado recuerda inmediatamente una situación análoga de la
_Thebayda_. Pero el bachiller Florián procede con mucho más decoro
y pulcritud. La noble Belisea, cauta y reflexiva, se defiende bien
en las dos entrevistas del jardín, mostrando menos pasión que deseo
de un casamiento ventajoso[437]. Su doncella Justina, pizpireta y
desenvuelta, procede con menos recato en sus coloquios con el paje
Polites, pero todo tiene feliz y apacible término con los matrimonios
clandestinos de ama y criada, por lo cual la pieza se intitula
_comedia_ y no _tragicomedia_, al revés de los libros de Rojas, Sancho
Muñón y Sebastián Fernández.

El carácter mejor trazado de la obra es sin disputa el de Lucendo,
padre de Belisea. Así como el Theophilón de la _Policiana_ representa
la desconfianza, el punto de honra vindicativo y celoso del honor
doméstico, así Lucendo, no menos honrado y respetable que él, fía
ciegamente en la virtud de su hija, y el amor paternal se sobrepone en
él, de un modo tierno y simpático, á todo interés, á toda sospecha, á
todo recelo (escenas XXII y XXVI).

Los aciertos en la parte seria de la _Florinea_ no son raros, aunque
tengan poco de originales. Como todas estas comedias de estudiantes
y bachilleres, abunda en temas retóricos, desarrollados con pueril
alarde, pero no llega á las horribles pedanterías de la _Thebayda_. Ya
en la escena quinta encontramos «grandes pláticas» sobre la fuerza del
amor y sobre los vicios y virtudes de las mujeres. En la escena XXVIII
hay un largo razonamiento sobre la _amicicia_ en estilo que recuerda
mucho el de Fr. Antonio de Guevara[438]. Entre Belisea, Justina y
Marcelia pasan largos razonamientos «sobre los bienes y males que ay
entre los casados» (escena XLII). Y á este tenor otras digresiones, que
se leen sin fastidio por el buen sabor de la lengua, pero que son una
sarta de lugares comunes. Algunos pasajes, como aquel en que Lydorio se
queja de la triste condición de los servidores de los grandes y del mal
pago que sus amos les dan (escena XXXVII), pueden tener, sin embargo,
algún interés histórico[439].

Las cartas de amor que la _Florinea_ contiene son afectadas y
declamatorias, como casi todas las que se hallan en nuestras novelas
antiguas. Quizá el gusto de la _Cárcel de Amor_ influía en esto. El
diálogo es mejor, pero comienzan á notarse síntomas de flojedad y
cansancio, sobre todo en la parte cómica, que es pesada, insípida
y fríamente indecorosa. Los chistes son forzados, las situaciones
vulgarísimas, y el ánimo menos severo acaba por empalagarse de tanta
prostitución y bajeza. Si la _Florinea_ no contuviese más que las
repugnantes aventuras de Marcelia, de su hija Liberia y su sobrina
Gracilia, de los dos rufianes, del despensero de Floriano, de los pajes
Grisindo y Pinel y del estudiante escondido en la nasa, por ningún
concepto podría disculparse su exhumación. Pero no todo es de tan
depravado gusto. La fábula principal, aunque de endeble contextura,
está presentada con cierto arte, y las escenas entre los dos amantes
respiran cortesía y gentileza. Rasgos hay en la salida matinal de
Belisea al campo que recuerdan _El Acero de Madrid_ y otras comedias
análogas de Lope[440], de cuyo teatro es digna también la bizarra
escena en que Floriano mata un toro á vista de su amada[441].

Hay en la _Florinea_ algunos versos líricos, bastante mejores que los
de la _Thebayda_, pero del mismo género y estilo, que es el de las
antiguas coplas castellanas, sin mezcla de endecasílabos. Figuran entre
ellos romances, letras y motes con sus glosas, una _lamentación_ en
coplas de pie quebrado á manera de las de Garci Sánchez de Badajoz
(pág. 203) y una _contemplación de Floriano en absencia de su señora_
trovada en quintillas dobles con mucha soltura:

        Vos, dama, soys mi esperança,
      Vos mi muerte, vida y gloria,
      Vos mi bienauenturança,
      Vos de mis males bonança,
      Vos pinzel de mi memoria.
      Yo sin vos soy el perdido,
      Yo sin vos el que más muero,
      Yo sin vos el mesmo olvido,
      Yo sin vos el mal nascido,
      Yo sin vos quien mal me quiero.

        Vos sin mí de más valer,
      Vos sin mí más sublimada,
      Vos sin mí soys de querer.
      Vos sin mí soys de temer,
      Vos sin mí soys adorada.
      Yo por vos soy muy dichoso,
      Yo por vos quien resuscita,
      Yo por vos vanaglorioso,
      Yo por vos el más gozoso
      Que en casa de amor habita...

Pero la más notable de estas poesías, bajo el aspecto métrico y
musical, es una danza ó _pavana_ que Floriano compone y tañe á la
vihuela en celebridad de sus bodas. La estrofa, que suponemos inventada
por el bachiller Rodríguez, es anterior en diez años á las tentativas
de rimas provenzales y francesas de Gil Polo. Consta de cuatro versos
de doce sílabas, dos de seis y uno de nueve. Véase este curioso
_specimen_ de ritmo _modernista_:

        Vos soys, Belisea, mi gloria cumplida,
      Mi bien todo entero, mi nueva esperanza;
      Por veros ya muero con tanta tardança,
      Por ver que la hora aun no es ya venida;
                Al tiempo maldigo,
                Pues vsa conmigo
            Con su tardança de enemigo.

        Ay, quándo podré yo verme en la gloria
      De aquel parayso de vuestro vergel!
      Dichosas las plantas que vos veys en él,
      Mas yo más que todos en vuestra memoria,
                Mas ay, que hora veo
                Que muy poco creo
            Del bien que en vos halla mi desseo.

        Vos sola soys gloria por vos merescida,
      Pues otro ninguno no ay que os merezca;
      Vos soys de las damas la más escogida,
      Dichoso el amante que por vos padezca;
                Mas ay, si yo fuese
                Quien solo os siruiesse
            Y solo quien por vos muriesse.

        Vos soys el retracto del summo poder,
      Que Dios ha mostrado en las criaturas;
      Angélica imagen que acá en las baxuras
      Ensalçais a Dios en tal os hazer;
                Soys solo una
                A quien fortuna
            Obedece desde la cuna.

        Vos soys mi prision y mi libertad;
      Yo vuestro captiuo, y tan venturoso,
      Que es tanta mi gloria, que hablarla no oso
      Porque es offendida vuestra majestad;
                Ansí yo callo
                El bien que hallo
            En ser vuestro libre vasallo.

        Vos soys paradero de mis pensamientos;
      Vos soys el pinzel con que mi memoria
      Esculpe en mi alma tal contentamiento,
      Que en vos halle objecto de su mayor gloria,
                Pues con gran razon
                El mi coraçon
            Descansa en tal contemplacion.

      (Pág. 307).

El autor de la _Florinea_ era valisoletano, ó por lo menos en
Valladolid residía cuando compuso esta obra dramático-novelesca, cuya
acción se desarrolla en aquella ciudad, con gran copia de alusiones
locales: á la Puerta del Campo, á la Cal Nueva, á San Benito, San
Pablo, Nuestra Señora del Prado, San Julián, la Trinidad y otras
iglesias. También se habla de «la estatua de Don Pero Añiago (ó Miago),
del hospitalejo de Sanct Esteuan». (Pág. 261), curiosa antigualla
folklórica que sirvió de tema á una comedia de Luis Vélez de Guevara,
atribuída por error á D. Francisco de Rojas. Aun en el lenguaje se nota
algún modismo propio del habla familiar de aquella parte de Castilla la
Vieja, como el uso transitivo del verbo _quedar_[442].

El estilo de la _Florinea_ es terso y puro, pero carece de vigor y
animación, no sólo comparado con la _Celestina_ primitiva, como ya
observó Ticknor, sino con la mayor parte de las secundarias. No iguala
á la _Selvagia_, ni siquiera á la _Policiana_. La prosa del bachiller
Florián es demasiado fácil, redundante y desaliñada. Pero la riqueza
de su lenguaje familiar y el desenfado de su sintaxis la hacen digna
de salir del olvido, y en tal concepto la hemos reimpreso, no como
libro de amena recreación (que ciertamente no lo es), sino como pieza
de estudio para gramáticos y lexicógrafos, que encontrarán en ella un
caudal no despreciable de idiotismos.

Mucho más vale la _Selvagia_[443], y de seguro la hubiéramos preferido
á no existir ya una reimpresión moderna, bastante correcta y fácil de
adquirir[444]. El estudiante toledano que á los veinte años la compuso
era escritor de raza, y ya en este ensayo juvenil y algo liviano
manifiesta las excelentes dotes que habían de darle muy señalado lugar
entre los prosistas del mejor tiempo de nuestra lengua. Llamábase el
tal Alonso de Villegas Selvago, siendo quizá el Selvago un sobrenombre
meramente poético, pues no volvió á usarle en las obras de su edad
madura, y coincide además con el del protagonista de su comedia, en
quien manifiestamente quiso representarse á sí propio, como á su amada
en la heroína, á la cual ni siquiera cambió el nombre. Ya en la portada
estampa el suyo, acompañado de la calificación de «estudiante». Seríalo
probablemente en la modesta Universidad de Toledo, algo oscurecida
por el radiante foco de la vecina Alcalá, aunque tuvo sus días de
esplendor con preceptores tan doctos como los Cedillos y Venegas, y más
adelante con los Scotos y Narbonas. En unos versos acrósticos puestos
al principio del libro, según la costumbre de sus predecesores, constan
la edad, la patria y otras circunstancias de nuestro autor: «Alonso de
Villegas Salvago compuso la _Comedia Selvagia_ en servicio de su señora
Isabel de Barrionuevo, siendo de edad de veinte años, en Toledo, su
patria». Habría nacido, por consiguiente, en 1534, y al mismo resultado
nos conducen otras fechas que fué consignando en sus obras posteriores,
como luego veremos.

Aunque el autor de la _Selvagia_ imita muy de propósito á Fernando
de Rojas[445], también paga largo tributo al «magnífico caballero
Feliciano de Silva, radiante luz y maravilloso exemplar de la española
policía», cuya influencia se siente ya en las disparatadas coplas
preliminares:

        Gozando sus gozos te muestra gozoso,
      Y goza los gozos que goza su parte,
      Adonde gozando por gozo tal arte,
      En gozo te goza con gozo sabroso.

Cuanto hay de malo en el estilo de la _Selvagia_ puede atribuirse al
contagio de la prosa de Feliciano, cándidamente admirado por el joven
escolar. Pero le sirvió de saludable antídoto la lectura reflexiva
del admirable original primero, y el ejemplo más reciente de la
_Tragicomedia de Lisandro y Roselia_, en la cual él solo parece haber
fijado la atención[446]. El rufián Escalión de la _Selvagia_ se declara
hijo de Brumandilón (pág. 237) y lo parece tanto en sus hechos como en
sus palabras. También se alude á la muerte de Elicia (pág. 236).

Titúlase la _Selvagia_ comedia, y no tragicomedia, lo cual tratándose
de este género de obras, quiere decir tan sólo que tiene el final no
trágico ni lastimero, sino matrimonial y festivo. Pero con más razón
que otras pudo llamarse _comedia_, porque es más dramática que ninguna
de las _Celestinas_, á excepción de la primitiva, y precisamente
en serlo se cifra su mayor mérito y su relativa novedad. Alonso de
Villegas imaginó una fábula propia del teatro, la dió ingenioso
principio é inopinado desenlace, la exornó con agradables peripecias
y en desarrollar su plan se mostró más hábil que sus contemporáneos
Sepúlveda, Lope de Rueda, Timoneda y los demás autores de comedias en
prosa influidas por el arte italiano. Puede decirse que adivinó mejor
que ninguno de ellos lo que había de ser la futura comedia de capa
y espada. La _Selvagia_, que es una de las _Celestinas_ más breves,
pues consta sólo de cinco actos, divididos en corto número de escenas,
hubiera podido sin gran esfuerzo reducirse al marco teatral, y su
autor la creía representable, como se infiere de las últimas palabras
que pronuncia el enano Risdeño: «Yo, Risdeño, hombre de bien aunque
chiquillo de cuerpo, amigo de todos aquellos que mi bien desean y mi
provecho procuran, pidiendo por las faltas cometidas el debido perdón,
acabo de representar la comedia llamada _Selvagia_» (página 291).

El _argumento de la comedia_ dice de esta suerte:

«Un caballero llamado Flerinardo, generoso y de abundante patrimonio,
vino de la Nueva España en esta ciudad, donde un dia por ella ruando,
como acaso pasase por casa de un caballero anciano llamado Polibio, de
una fenestra della vido una fermosa doncella, de la qual excesivamente
fué enamorado. Pues como le fue dicho el tal Polibio tener una muy
apuesta hija, cuyo nombre era Isabela, y la tal fenestra fuese de
su aposento, creyendo ser la mesma Isabela la que visto habia, por
caballero de su amor se intitulaba. Donde, dando parte a un gran amigo
suyo, caballero de ilustre prosapia, llamado Selvago, de su crescida
pena, sucedió que el mesmo Selvago, teniendo deseo de ver quién á su
amigo tan subjeto y captivo le tenia, cumpliendo un dia su propósito
y viéndola, no pudiendo su libertad someter á lo que á la verdadera
amistad de Flerinardo debia, grandes culpas y mortales deseos á su
causa padesce, tanto que fue puesto en grave enfermedad. Pues veniendo
su gran amigo Flerinardo en presencia de su hermana Rosiana llamada,
á visitarle, conoció que la tal Rosiana era la que en la fenestra de
Polibio habia visto, y no Isabela, como se pensaba, porque acaso, como
hubiese amistad entre las dos doncellas, aquel dia se habian juntas
recreado; lo cual como á Selvago fuese dicho, con excesivo placer,
porque abiertamente osaria amar á Isabela, de su tan grave enfermedad
fue sano, donde poniendo en el negocio una vieja astuta, cuyo nombre
era Dolosina, cumplieron enteramente sus deseos, siendo primero
desposados por palabras de futuro, lo que de á poco, con licencia
de sus padres, se puso por obra, pasando lo mesmo de Flerinardo con
Rosiana. Pues estando el dia que las bodas se solenizaban con gran
regocijo, vino un maestro de la Nueva España, que habia sido de
Flerinardo, el cual declaró cómo el mesmo Flerinardo era hijo único
de Polibio, padre tambien de Isabela, que de chico, con un tio suyo,
en aquellas tierras se habia partido; con las quales nuevas todos muy
gozosos, quedando dos hermanos con dos hermanas juntos en matrimonio,
se dará fin á la comedia».

Tenemos aquí, como se ve, los principales incidentes de una comedia
de amor é intriga del siglo XVII, que si por la crudeza de algún
detalle no cuadraría bien á la severa musa de Calderón, pudiera
figurar sin violencia en el repertorio de Tirso de Molina, donde
abundan los desposorios clandestinos y los matrimonios consumados
entre bastidores. Dos parejas enamoradas, confusión de una dama con
otras, galantes coloquios por la ventana, historias novelescas de hijos
perdidos y encontrados, intervención de personas que han estado en el
Nuevo Mundo. La combinación de estos recursos con los que ofrecía la
tradición celestinesca remoza un tanto el viejo y ya gastado tema. El
reconocimiento ó _anagnorisis_ final procede del teatro de Plauto ó de
las comedias italianas del Renacimiento.

No puede negarse, sin embargo, que la mayor parte de las escenas de
la _Selvagia_ son copia diestra y bien entendida, pero copia al fin,
de la tragicomedia de Calisto. En los caracteres es poco lo que se
añade ó modifica, salvo la duplicación del caballero y de la dama y la
aparición de dos figuras secundarias trazadas con bastante acierto,
Valera, el ama de leche de Isabela, y el enano Risdeño.

El ama Valera, que se parece poco á la nodriza de Julieta, salvo en su
locuacidad impertinente, es una embaucadora que explota á la enamorada
doncella, sacándola muchas y ricas joyas so pretexto de un fingido
conjuro. Pero su papel es muy secundario al lado de la famosa hechicera
Dolosina, hija de Parmenia y nieta de Claudina, por donde esta pieza
viene á enlazarse con la _Policiana_. Para dar alguna novedad á este
tipo obligado, el autor, que relata su historia por boca del rufián
Escalión, la hace viajar por diversas partes y regiones «hasta que
teniendo su asiento en Milán, la buena vieja (Parmenia) dió fin á
sus días, quedando la hija huérfana y en extraña tierra, aunque no
por eso perdió la realeza de su ánimo, que con lo que al presente de
hacienda tenía, dió consigo en París, abriendo su tienda y mostrando
sus mercaderías á la Corte francesa. Tomando, pues, allí conocimiento
con cierto nigromántico, su arte muy por entero la enseñó, saliendo en
él tan famosa maestra quanto el delicado entendimiento de una mujer
es bastante. No contenta mucho con tal nacion, en España pretende
tornar, y visitando las principales ciudades della, aquí en su propia
tierra fué tornada; donde habiendo salido muy niña y fermosa, vieja y
disforme volvió. Fué, pues, desde poco aquí casada con un fanfarron
llamado Hetorino, mi amigo especial, con quien agora bien contenta y
gozosa vive. Tienen allí cerca el rio una casa con dos puertas y dos
moradas, donde él enseña á esgrimir algunos gentiles-hombres en la una,
y ella á labrar mozas en la otra, ordenándose, entre las dos casas
de discípulos, no pocos (antes muchos y muy grandes) malos recaudos
entre dia. Es asimesmo la vieja la más subtil y taimada alcahueta
hechicera que en nuestros tiempos, ni aun creo que en los pasados, se
hallará; pero no sólo con sus palabras y conjuros ablanda los muy duros
corazones, mas aun con su meneo y visaje os hace venir las manos atadas
á conceder en su propósito y voluntad. Muchas veces, como su marido me
ha dicho, con el arte de nigromancia que aprendió, delante dellos se
torna invisible, y desde algun tiempo da señas verdaderas de lo que
pasa en muy diversas tierras; tiene tambien poder de convertirse en
animales y aves, con que no sólo hace sus hechos, mas aun se defiende
de quien su mal procura, porque, como dicen, ó _demo_ á los suyos
quiere. Es fama que tiene muy gran tesoro, aunque el lugar está celado,
mas por ello la insaciable hambre de la codicia nunca olvida, antes
siempre, confesándose por pobre, por una moneda de plata hará, como
dicen, ciribones (?). Tiene á la continua en su casa dos mozas de buen
parecer para alivio de cuitados que sus aventuras buscan, que tan bien
amaestradas la dueña honrada las tiene, aunque de pocos dias, que al
triste que en sus manos cae, no solo con sus fingidos halagos lo que
encima tiene le da, mas aun la palabra por prenda de más les dexa
empeñada. Esta, pues, de quien, señores, habeis oido, es la dueña por
quien me habeis preguntado, de quien con razon se podría decir que lo
que en la leche mamó, en la mortaja mostrará» (pp. 115-116).

El tipo, como se ve, está gallardamente trazado, mezclando
reminiscencias del _Asno de oro_ con otras de la _Celestina_. Pero
en el desarrollo de la intriga para nada se aprovecha la idea de las
transmutaciones mágicas. El conjuro es tan pedantesco y tan remoto de
las auténticas supersticiones populares, como todos los que hemos visto
en obras anteriores, exceptuando la _Lozana_, que en este punto, como
en todos, tiene la exactitud material de la fotografía. La _Dolosina_
de Alonso de Villegas se atiene á la farmacopea tradicional en las de
su oficio, desde la maga Erichto de Lucano: «el olio infernal, las
candelas del cerco, el ídolo de arambre juntamente con la bujeta del
ungüento serpentino, la lengua del ahorcado, los ojos del lobo cerval,
la espina del pez rémora, los testículos del animal castor, el pedazo
de carne momia, y las taleguillas de las hierbas del monte Olimpo que
truxiste el dia de Mayo». (Pág. 151). ¡Buen aparato para una bruja
toledana del siglo XVI! Fernando de Rojas había pecado en esto, y sus
discípulos se creyeron obligados á seguirle al pie de la letra, aunque
padeciese la verisimilitud material y moral que casi siempre observan
en la pintura de costumbres.

El enano Risdeño es creación bastante donosa, que parece sugerida
por análogos personajes del _Amadís de Gaula_ y otros libros de
caballerías, aunque á veces no tengan más carácter cómico que el que
nace de la pequeñez de su estatura en contraposición con los gigantes,
endriagos y vestiglos que en tales narraciones pululan. La figura
poética y aérea de Risdeño; su jovialidad fresca y viva; su infantil
afectación de valor[447], más positivo, sin embargo, que el del rufián
Escalión; la sutileza de ingenio con que hace la apología de los de
su talla y enumera metódicamente sus excelencias[448], prestan cierto
encanto humorístico á las escenas donde interviene, que son las mejores
de la obra.

D. Bartolomé Gallardo, demasiado severo en esta ocasión, tacha de
afectada y relamida la prosa de la _Selvagia_, y Ticknor dice que el
diálogo abunda en ridículas pedanterías. Esto último es innegable,
y se explica bien por los pocos años del autor, por su condición de
estudiante ávido de ostentar su corta ciencia y por el ejemplo de las
_Celestinas_ anteriores, todas más ó menos contaminadas de pedantismo.
Desde la primera _cena_ encontramos citadas la _Ulixea_, la _Eneida_ y
los _Metamorfoseos_, y además á Platón, á Valerio Máximo, al Petrarca
y á Boccaccio. Pero el autor predilecto es Ovidio, de cuyos _Remedia
Amoris_ se presenta un extracto[449], añadiendo un remedio más, tomado
de la _Silva_ de Pero Mexia. El rufián Escalión jura «por la metafísica
de Aristóteles» (pág. 31) y se jacta de haber dado muerte á dos
contrarios suyos «con dos heridas terribles, que Héctor, ni aun su hijo
Astianax, el que Ulixes despeñó de una torre, no las hicieran». (Pág.
50). Apéase Selvago en el zaguán de la casa de su amigo Flerinardo, y
éste exclama: «Tan saludable sea para mí su venida como la de Cincinato
al afligido pueblo». (Pág. 56). La doncella Isabela discurre sobre los
cuatro elementos y sobre la creación del _soma_ ó cuerpo humano (pág.
66).

En esto no cabe excusa, pero puede haberla en cuanto á la prosa, que si
es enfática y amanerada en los trozos de aparato, como razonamientos
y cartas, es viva, natural y sabrosa en la mayor parte del diálogo,
sobre todo en boca de los personajes secundarios. Es cierto que hay
páginas enteras donde un hipérbaton violento y risible, acompañado de
estúpidos juegos de palabras y metáforas incoherentes, enmaraña la
sintaxis de Alonso de Villegas y le hace en sus declamaciones digno
émulo de Feliciano de Silva. ¿Quién esperaría nada bueno de un libro
que comienza así?:

«Resuenen ya mis enormes y rabiosas querellas, rompiendo el velo
del sufrimiento con que hasta hoy han sido detenidas. Penetren los
encumbrados cielos mis fuertes y congojosos clamores, forzando su
fuerza sin ella por haber sido forzada con acaescimiento tan desastrado
y fuerte. Maticen los delicados aires mis muchas y dolorosas lágrimas,
de miserables y profundos suspiros esmaltadas. Descúbranse los
furibundos alaridos, quebrantando los claustros y encerramientos que
tanto tiempo han tenido; esparzan con su ligero ímpetu las delicadas
exhalaciones de que el no domable corazón solie ser cercado... Dolor,
angustia y pena procuren de hoy más mi compañía; quieran con querer
lo que mi contraria ventura no queriendo quiso. Apercíbase mi pequeña
fortaleza para tan horrenda batalla como comenzar quiere; descubra
sus insignias y estandartes de clemencia, poniéndose los soldados de
servicios en alarde de rompimiento. Resuenen los roncos atambores
con querellosos zumbidos; los tiros mensajeros penetren con fuertes
dislates los túrbidos vientos y municiones de majestad contraria;
los ligeros dardos y tajantes espadas con desvíos consuman los
míseros combatientes; inquira el fuerte caudillo del ingenio nuevas y
exquisitas maneras de combates, para que pueda venir en algún próspero
suceso su fluctuoso partido» (pp. 1 á 3).

La primera carta de amor de Selvago á Isabela consta sólo de dos
cláusulas: la primera tiene treinta líneas. «Así como los pequeños
hijos de la caudalosa real ave, puestos á los radiantes rayos del
lúcido Febo, para que verdaderamente sean tenidos por legítimos y
propios hijos de la tal madre, con grande admiración ocupan la vista
en aquella prefulgente luminaria, sin tener parte para de allí ser
apartados por el crecido amor mezclado de grande admiración, que tan
fijo en ella pusieron, de la mesma manera, excelente señora, mi flaco
y débil entendimiento puesto delante tu claro y lúcido aspecto, para
que su sér claramente demostrase que parte de humano en sí tenía,
de temeroso y crecido temor ocupado, los líquidos y delicados aires
con profundos alaridos esmalta, sin que las continuas suasiones de
su madre, la Razón, de tal espectáculo apartarlo puedan, no dexo de
sentir, como humano, seráfica dea, la cruda y muy temerosa contienda
que dentro de mí siento encrudelecerse, despues que mis ojos fueron con
tu divina vista clarificados, etc., etc.».

Si toda la _Selvagia_ estuviese escrita en semejante estilo, sería
por cierto una rapsodia abominable, aunque curiosa para demostrar que
las peores aberraciones del culteranismo tenían antecedentes en la
literatura del siglo anterior. Afortunadamente, no todo es de este
gusto. A renglón seguido de la lectura de la carta entra en escena el
ama Valera, hablando en el puro y castizo romance de Toledo:

«Enhorabuena vea yo la cara de oro y perlas preciosas, fresca como las
flores de Mayo. Hija Isabela, en Dios y en mi conciencia, que de cada
dia más te vas tornando una emperatriz en fermosura. Santa Pascua fué
en domingo si no me pareces una Verónica y retrato de San Miguel, el
ángel que está en mi perrochia en unas andas de oro». (Pág. 75).

¡Con qué suave maña sonsaca á la enamorada Isabela lo que necesita
para el supuesto conjuro!: «Lo primero son necesarias dos palomas de
color de ñeve para sacarles la hiel, que es cosa en esto muy aprobada;
ansimesmo un cabrito tierno y de buen tamaño; dos gallinas prietas
cresticoloradas; dos quesos de Mallorca ó de los de Pinto; dos docenas
de huevos de ánsar con algunas madrecillas; dos cangiloncillos de
hasta cuatro ó seis azumbres de lo de San Martin ó Monviedre, y ansí
finalmente, dos monedillas de oro bermejo; que si tú desto me provees,
verás maravillas». (Pág. 87).

Los personajes nobles, como Polibio y Senesta, padres de Isabela, y
la madre y la hermana de Selvago, expresan sus afectos con la grave
dignidad propia de la antigua familia castellana:

«_Funebra._--Hijo mío, descanso de mi atribulada vejez, ¿qué sentis?
¿qué mal es el vuestro, que mi ánima, despues de lo saber, ningun
descanso ha tenido? Por vuestra vida, mi amor, que me lo digais, que
si vos en el cuerpo lo sentís, yo en el ánima lo padezco, por causa de
ser vos en quien mi vida, despues de la muerte de vuestro padre, está
pendiente...

«_Ros._--Señor hermano, si por ser yo la persona que más en esta vida
con razon os ama, la causa de vuestra poca salud me descubriésedes, no
sería pequeña la merced que de vos recebiría, porque no sólo tendríades
en mí quien en igual grado que vos vuestro mal sintiese, mas en ello
hasta la muerte trabajaría, buscando la medicina en vuestra pena más
conveniente». (Pág. 103).

Tal es el estilo habitual de la _Selvagia_, y por él debe juzgársela.
Todo lo demás son _arias de bravura_ que se repiten mecánicamente. A
tales altibajos hay que acostumbrarse en nuestros libros antiguos,
y quien no vea el anverso y el reverso de la medalla no llegará á
estimarlos rectamente. Alonso de Villegas, sazonado y picante en las
burlas, discreto y á veces afectuoso y tierno en las veras, muestra
una madurez de juicio muy superior á su corta edad, pero no podía
tener formado su gusto. Lo que hay de bueno en la _Selvagia_ honra su
ingenio; lo demás es culpa del artificio retórico estudiado en pésimas
fuentes.

Los versos que intercala en su comedia son pocos y malos. En esto
tiene razón Gallardo. Sólo merece indulto de la condenación general
un romance alegórico-amatorio á estilo de trovadores, con algunas
reminiscencias de los viejos y populares:

        A los montes de Parnaso
      A caza va mi cuidado,
      Vestido de ropas verdes
      Que la esperanza le ha dado,
      De canes, que son servicios,
      Viene todo rodeado;
      Los monteros pensamientos
      Vienen cerca de su lado;
      En una cueva metida,
      Lugar solo y apartado,
      Descubierto han una cierva;
      Tras ella todos han dado;
      Las cornetas de gemidos
      Fuertemente han resonado;
      El cuidado y un montero
      Los primeros han llegado;
      La cierva, sin tener miedo,
      Muy contenta se ha mostrado;
      Los perros se parten della
      Que tocalla no han osado,
      Porque con sola su vista
      Los ha muy mal espantado.
      Ellos estando en aquesto,
      Un caballero ha llegado,
      Armado de ricas armas,
      Con señales de morado;
      En la mano trae blandiendo
      Un dardo bien afilado,
      Que, como al cuidado vido,
      Con soberbia le ha hablado:
      «Por tu muy gran osadía
      De mí serás maltratado».
      Diciendo estas palabras
      El venablo le ha tirado,
      Por medio del corazon
      De parte á parte ha pasado;
      No contando con aquesto,
      A la cueva le ha llevado,
      Echale fuertes prisiones
      Do le dexa encarcelado.

      (Pág. 139).

Desde 1554, fecha de la _Selvagia_, hasta 1578 hay una gran laguna
en las noticias biográficas de Alonso de Villegas. Es probable que
los amores del joven estudiante con «su señora Isabel de Barrionuevo»
no tuviesen tan dichoso fin como él en su poética fantasía imaginaba,
adelantándose á los acontecimientos en el desenlace de su comedia.
Lo cierto es que veintidós años después le encontramos convertido en
respetable eclesiástico y capellán de los mozárabes de Toledo. Acaso
para borrar recuerdos profanos prescindía del apellido _Selvago_, si
es que en realidad le tuvo, y añadía á su nombre el calificativo de
_licenciado_, probablemente en Sagrada Teología. Su persona había
experimentado la misma transformación que su siglo, pasando desde la
bulliciosa y franca alegría de los tiempos del Emperador á la austera
disciplina del reinado de Felipe II. Un nuevo período se abría á su
actividad literaria, y durante el resto de su vida, que fué bastante
larga, ejercitó sin cesar su fácil y castiza pluma en argumentos
religiosos y propios de la gravedad de su estado. Por este camino llegó
á ser uno de los escritores más populares, especialmente en materia
hagiográfica. Los cinco abultados volúmenes de su _Flos Sanctorum_,
compilados de las obras de Lipomano y Surio, con muchas adiciones
de santos españoles, vinieron muy oportunamente á sustituir á las
viejas y rudas traducciones de la _Legenda Aurea_. Y aunque nuestro
Villegas, como casi todos los que trataron de vidas de Santos antes de
la grande obra de los Bolandistas, adolece de nimia credulidad y falta
de crítica, es tan fervorosa la piedad con que escribe, tan patente
su celo por el provecho de las almas y tan notoria su buena fe, que
se le pueden perdonar sus defectos, casi inevitables, en gracia de la
pureza y sencillez de su estilo, que parece reflejo de la ingenuidad
de su corazón. El crédito persistente de sus libros, muchas veces
reimpresos y traducidos al italiano y á otras lenguas, no cesó del todo
aun después de la aparición del _Flos Sanctorum_ del P. Rivadeneyra,
escritor toledano como Villegas, pero muy superior á él en corrección
y gusto. Ambas obras compartieron durante el siglo XVII el favor de
las gentes inclinadas á la piedad, y fué gran lástima que en el XVIII,
en que todas las cosas, hasta la devoción, se afrancesaron en España,
fuesen arrinconadas tan elegantes páginas, usurpando su puesto el _Año
Cristiano_ del P. Croisset, que llegó á ser lectura predilecta de las
familias. En la prolija tarea de traducirle invirtió el P. Isla mucho
tiempo y trabajo, que hubieran estado mejor empleados en composiciones
originales, y aunque la versión resultó menos galicana que otras,
el mérito del texto no compensaba ni con mucho el sacrificio que
voluntariamente se impuso uno de los últimos ingenios que con entera
propiedad merecieron el nombre de españoles. En vano quiso hacer la
competencia á la obra del jesuita extranjero el erudito valenciano D.
Joaquín Lorenzo Villanueva con su _Año Cristiano Español_, digno de
aprecio por su crítica en general sana y aun por el estilo, que es
bastante limado, pero seco y pobre. Las sospechas de jansenismo que
pesaban sobre el canónigo Villanueva perjudicaron, bien injustamente,
á la difusión de su obra, y resultó casi estéril su tentativa
hagiográfica, que apenas ha tenido continuadores.

Pero de la saludable reacción en favor de las lecturas castizas dan
testimonio las varias reimpresiones totales ó parciales del _Flos
Sanctorum_ del P. Rivadeneyra hechas durante la centuria pasada. Alonso
de Villegas no ha tenido tanta fortuna. Sus infolios son de difícil
adquisición y rara vez se encuentran juntos.

Apareció el primero en 1580, y en él, como en varios de los siguientes,
hizo constar el autor la fecha en que los iba terminando. «En el qual
puse postrera mano Domingo seys dias de Enero, en que la Iglesia
Católica celebra fiesta de los Reyes, del año del nascimiento de
Christo de mil y quinientos y setenta y siete: teniendo la silla de
Sant Pedro Gregorio decimotercio, y reynando en España el catholico Rey
don Phelippe, segundo deste nombre»[450].

De la _segunda parte_, que comienza con la Vida de la Virgen, no
conozco edición anterior á la de 1588, que se presenta ya adicionada
y corregida. Villegas se titula en la portada, además de capellán de
mozárabes, beneficiado de San Marcos[451].

Del mismo año es la _tercera parte_, que contiene las vidas de «santos
extravagantes» (es decir, que están fuera del rezo común) ó de personas
virtuosas no canonizadas. Villegas, que ningún tropiezo había tenido
con el Santo Oficio cuando imprimió la _Selvagia_, le encontró mucho
más riguroso con sus historias de Santos. La _adición_ relativa á los
varones ilustres en virtud se mandó quitar del libro, conforme á las
sabias prescripciones de la Iglesia, que prohiben calificar de beatos
por mera creencia pía á los que ella no ha declarado tales[452].

También en las dos primeras partes se mandaron borrar «algunas cosas
apócrifas é inciertas», según se advierte en la edición toledana de
1591, obligando al autor á hacer una especie de refundición de su obra,
en la cual salió muy mejorada. Puso la última mano á este trabajo á
treinta días de mayo de 1595[453].

En el intervalo se había publicado en Madrid, 1589, la _cuarta parte_,
que contiene discursos y sermones sobre los Evangelios de todas las
Dominicas del año, ferias de Cuaresma y Santos principales[454].

Cuéntase como _quinta parte_ del _Flos Sanctorum_, aunque en rigor no
lo sea, el _Fructus Sanctorum_, del cual sólo conocemos la edición de
Cuenca, 1594[455]. Es, sin disputa, la más rara de todas las obras de
Alonso de Villegas, y la más útil para el estudio de las leyendas y
tradiciones piadosas. Contiene una selva numerosa de ejemplos morales,
á la manera del _Prado Espiritual_ de Santoro y otras colecciones
análogas para uso de los predicadores y edificación de los fieles.

El tomo sexto de las obras de nuestro autor es la _Vitoria y Triunfo de
Iesu Christo_, terminado en 1.º de marzo de 1600, «siendo de edad de
sesenta y seis años», é impreso en Madrid en 1603[456].

En varios tiempos publicó otros escritos más breves, todos de
análoga materia. En 1592 dedicó á la villa de Madrid una _Vida de
San Isidro labrador_[457], que viene á ser la misma incluida en el
_Flos Sanctorum_. En 1595 publicó en Toledo la _Vida de San Tirso_,
acompañada de una carta al corregidor D. Alonso de Cárcamo sobre
ciertas antiguallas descubiertas en la imperial ciudad, á las cuales
presta ciega fe, lo mismo que á la supuesta carta del rey Silo, cayendo
incautamente, como tantos otros, en las redes del gran falsario Román
de la Higuera[458]. En 1600 tradujo un libro ascético de D. Florencio
Harleman, monje cartujo de Lovaina; pero este trabajo, que dedicó
á doña María de Zúñiga, monja en San Clemente de Toledo, permanece
manuscrito[459]. Entre los «_sermones predicados en la beatificación de
la B. M. Teresa de Jesús Virgen..._» (Madrid, 1615) hay uno que Alonso
de Villegas pronunció en la catedral de Toledo. Es la última noticia
que tenemos de su persona.

D. Nicolás Antonio le atribuye equivocadamente dos libros más: el
tratado de los _Favores que hace á sus devotos la Virgen nuestra
Señora_ (Valencia, 1635) y _Soliloquios Divinos_ (Madrid, 1637). Uno
y otro pertenecen al ilustre ascético jesuita Bernardino de Villegas,
natural de Oropesa.

En un cuadro del toledano Blas de Prado, existente en nuestro gran
Museo Nacional, que representa á la Virgen con el niño Jesús y varios
santos, está representado Alonso de Villegas[460], cuya efigie nos han
conservado, por otra parte, varias ediciones del _Flos Sanctorum_.

Es tradición consignada por D. Tomás Tamayo de Vargas en su _Junta
de libros_[461], y repetida por D. Nicolás Antonio[462], que Alonso
de Villegas, arrepentido de haber compuesto la _Selvagia_, hizo los
mayores esfuerzos para recogerla y destruirla. Nada de particular tiene
que un eclesiástico tan grave, entregado á ejercicios de piedad y á la
composición de obras espirituales, mirase con ceño aquella producción
algo liviana de su primera juventud. Pero no hemos de extremar las
cosas hasta el punto de creer que se _horrorizase_ de ella, como dice
el erudito librero D. Pedro Salvá, movido en parte por sus prejuicios
anticlericales, y todavía más por el deseo de acrecentar el valor de
su mercancía, exagerando la rareza de la _Selvagia_[463]. El caso no
merece tantas alharacas.


La _Selvagia_ es una de las _Celestinas_ menos desenvueltas en su
lenguaje y menos escandalosas en sus lances. Y aun siendo rarísima,
no es de las más raras, puesto que hemos visto de ella cinco
ejemplares[464] sin salir de España. De todos modos, á los escrúpulos
quizá nimios de Alonso de Villegas se debió que quedase inédito, y
probablemente se perdiera, un libro suyo de _cuentos varios_, que
serían apreciables de fijo, dadas las condiciones narrativas que el
autor mostró en bien diversa materia.

No debe confundirse con la _Selvagia_ otra obra de parecido título,
impresa treinta años después, y que también pertenece á la galería
celestinesca, la _Comedia Salvaje_ de Joaquín Romero de Cepeda, vecino
de Badajoz, inserta en el rarísimo tomo de sus _Obras_ (Sevilla,
1582)[465]. Fué Romero de Cepeda mediano poeta, más feliz en los metros
cortos que en los de importación italiana; imitador á veces hábil
de Castillejo y Gregorio Silvestre, pero no un ingenio de relevante
personalidad ni mucho menos. Así lo testifican su poema _El infelice
robo de Helena_, su colección de romances sobre _La antigua, memorable
y sangrienta destruyción de Troya_ (Toledo, 1583), su _Conserva
Espiritual_ (Medina del Campo, 1588), su traducción de las _Fábulas de
Esopo_ y otros (Sevilla, 1590) y un libro de caballerías, que fué de
los últimos de su género, no descrito aún por los bibliógrafos.

La comedia _Salvaje_ (no _Selvaje_, como han escrito algunos) no
pertenece al género novelesco, sino al dramático. Es perfectamente
representable, y puede darse por seguro que fué representada. Consta
de cuatro jornadas muy breves, escritas en redondillas dobles, y se
asemeja del todo en su sencilla traza y artificio á las imitaciones de
Torres Naharro que hicieron Jaime de Huete, Agustín Ortiz y otros, más
bien que á las fábulas complicadas y aparatosas de Juan de la Cueva,
que debían de estar en su mayor auge cuando Joaquín Romero de Cepeda
ofreció al público sevillano las suyas.

La relación muy estrecha en que la _Salvaje_ está respecto de la
_Celestina_ puede colegirse por su mismo título, que es casi un
plagio, cometido también por Luis de Miranda: «_Comedia Salvaje, en la
qual, por muy delicado estilo y artificio, se descubre lo que de las
alcahuetas a las honestas doncellas se les sigue, en el proceso de lo
qual se fallarán muchos procesos y sentencias_».

Todavía es más explícito el _argumento_: «Anacreo[466], caballero
mancebo de mediano estado, enamórase de Lucrecia, hija de Arnaldo y
Albina, única heredera de sus padres, muy rica y hermosa, la qual por
medio de Gabrina, famosa alcahueta, viene a condescender a los ruegos
de Anacreo; descúbrese el hecho, prenden a Gabrina, ahorcan a Rosio,
criado de Anacreo. Huye Lucrecia; van sus padres en su busca; a Arnaldo
matan salteadores, y a ellos Anacreo, que va en busca de Lucrecia.
Roban a Albina dos salvajes, defiéndela Anacreo, sale Lucrecia al ruido
en hábito de pastora, mata los salvajes, dase a conocer, perdónalos
Albina, despósanse Anacreo y Lucrecia».

Dos partes hay que distinguir en esta composición. La primera, que
comprende las dos primeras jornadas y parte de la tercera, es una
imitación ó más bien una _versificación_ de la _Celestina_, tan servil
que puede ponerse al lado de las traducciones literales de Urrea y
Sedeño. Pero los versos son fáciles y no desnudos de elegancia, como ya
advirtió Moratín. Júzguese por este soliloquio de Gabrina, cuando va á
casa de Lucrecia (jornada segunda):

        La madre que me parió
      Haya mal fin y quebranto,
      Que á hija que quiso tanto
      Tan mal oficio mostró.
      De contino el manto á cuestas,
      Con las haldas arrastrando,
      Por callejas rodeando
      Y otras partes deshonestas.
        Contino por monesterios,
      Por ermitas, por cantones;
      De noche como ladrones
      Cercando los cimenterios,
      Por sepulcros de finados.
      Y por lugares desiertos,
      Buscando huesos de muertos
      Y narices de ahorcados.
        Y á la fin muy bien pagado
      Al cabo de mis afanes!
      Por servir á estos galanes
      Dos veces me han emplumado;
      Pues agora una coroza
      O algun jubon sin costura.
      Triste de tu hermosura,
      Gabrina, cuando eras moza!
        Ora en fin yo quiero ir,
      Por demas es este lloro,
      Que esta cadena de oro
      Me hará a veces reir.
      Llevo perfumes y olores,
      Tocas de lienzo delgado,
      Seis madejas de hilado
      Y otras yerbas para amores.
        La carta quiero guardar,
      Porque el ir no me sea en vano,
      Que en tomándola en su mano
      Le haré a Anacreo amar.
      Quiero ir, que ya me espera
      De Lucrecia el hermosura.
      ¡Que buen principio y ventura
      Que sus padres salen fuera!
        Conjúrote, gran Pluton,
      Emperador de dañados,
      Rey de los atormentados
      Y de la infernal region;
      Señor del sulfúreo fuego,
      Capitan del rio Leteo,
      Molestador de Fineo
      Y veedor del reino ciego.
        De las infernales furias,
      Hidras, harpias volantes,
      De las ánimas penantes,
      Señor de las tristes curias;
      Yo, Gabrina, antes que parta,
      Te conjuro, pido y ruego
      Que con tu sulfúreo fuego
      Te encierres en esta carta.
        Y cumpliendo mi deseo,
      Que tanto tu nombre precia,
      Hagas que muera Lucrecia
      Por amores de Anacreo;
      Y siempre te serviré
      Con fe muy firme y constante,
      Y sino con luz radiante
      Tus cárceres heriré.

El resto de la pieza es un purísimo desatino, en que se amalgaman
confusamente incidentes del drama novelesco y del pastoril. Moratín
hizo de mano maestra su análisis, con aquella especial habilidad que él
tenía para contar los argumentos de las comedias ridículas.

«Lucrecia, acompañada de la vieja alcahueta Gabrina, abandona la
casa de sus padres y se va á la de Anacreo su amante: los padres de
Lucrecia, echándola menos, van á casa de Gabrina con la justicia, y de
allí á la de Anacreo; pero éste y Lucrecia han huído descolgándose por
una ventana. Presos Gabrina y el criado Rosio, los llevan á la plaza:
allí aparece la horca á vista del auditorio; suben al reo y le cuelgan;
á Gabrina la empluman, le ponen una coroza, y sentándola en la escalera
del suplicio queda abandonada á merced de los muchachos, que á porfía
le tiran brevas, berenjenas y tomates, le remesan los pelos y le dan
puñadas; hecho esto dice el juez:

        Quiten luego á esa muger,
      Y entierren al ahorcado.

«En la cuarta jornada sale por un monte Lucrecia con arco y saetas y
llora la mala ventura de sus amores; luego que se retira, sale por otro
lado Anacreo lamentándose igualmente de la desdicha en que se ve. Salen
después Albina y Arnaldo, padres de Lucrecia, vestidos de peregrinos,
en busca de su hija; descansan un rato de la fatiga del camino, y
al querer proseguirle los sorprenden dos ladrones llamados Tarisio
y Troco; el viejo Arnaldo quiere defenderse y muere á sus manos;
sobreviene al ruido Anacreo y mata á Tarisio; su compañero Troco se va
huyendo; sigue el reconocimiento de Anacreo y Albina, y cuando tratan
de enterrar el cadáver de Arnaldo, vienen dos salvajes, entre los
cuales se ve Anacreo en mucho peligro de perder la vida; pero Lucrecia,
que se aparece muy oportunamente, dispara una flecha y cae muerto uno
de los salvajes. Anacreo en tanto consigue matar al segundo; la madre y
el amante, sin reconocer á Lucrecia, le agradecen el socorro que les ha
dado; ella al fin se descubre, y con el regocijo de los tres acaba la
fábula».

Sólo por tener forma de comedia en prosa é intervenir en ella una
hechicera puede contarse entre las _Celestinas_ la _Doleria del Sueño
del Mundo_, que pertenece en realidad al género alegórico-fantástico,
más cultivado en el siglo XVII que en el XVI, á cuyas postrimerías
corresponde esta obra, tan singular por su título como por su
desarrollo. Fué su autor Pedro Hurtado de la Vera, cuyo apellido
indica origen extremeño, al paso que ciertas rarezas de su lenguaje
puedan hacer sospechar que fuera nacido ó criado en Portugal. ¿Sería
por ventura algún judío portugués cuyos ascendientes hubieran pasado
de Extremadura al reino vecino? De su persona nada más podemos decir
sino que en 1573 publicó traducida del italiano, una de las más tardías
versiones del _Sendebar_, conocida con el nombre de _Erasto_[467].
Algo de influjo italiano se columbra también en la _Doleria_[468],
que recuerda, hasta cierto punto, la _Circe_ de Juan Bautista Gelli
y otros diálogos satíricos, sin ser positiva imitación de ninguno
de ellos. El autor se muestra versado en todo género de literatura,
especialmente en los libros de caballerías y en los poemas de Boyardo
y del Ariosto[469]. Cita con frecuencia y oportunidad trozos de
romances viejos[470], como antes de él lo había hecho Jorge Ferreira,
á quien se parece también en lo cortado y sentencioso del estilo. En
el pensamiento de su obra y en algunas de las alegorías de que se vale
percíbese la acción eficaz de los moralistas y satíricos antiguos,
sobre todo de Luciano, tan imitado en España durante nuestro siglo de
oro[471].

La _Doleria del sueño del Mundo_ es una invención francamente
alegórica. Todos los personajes tienen una doble representación real
y simbólica; pero la primera es muy tenue y borrosa y queda casi
enteramente anulada por la segunda, lo cual comunica extraordinaria
frialdad al diálogo y reduce á mínimo valor la intriga, tan confusa y
enmarañada que á duras penas se entiende en la primera lectura. Todos
representan alguna virtud ó vicio, pero no siempre los actos que en
la tragicomedia se les asignan van de acuerdo con lo que sus nombres
griegos anuncian. Hay en esta parte notables incongruencias y falta de
solidez en los caracteres, si tal nombre merecen.

El autor amonesta que se lea su _Comedia_ «como cosa moral y traslado
de la vida humana. Amor es el argumento d' ella, por ser en el mundo
Amor la causa de todo mal y bien. Duerme _el Mundo_ y sueña ser
_Heraclio_ amor de virtud y fama, con el contrapeso de vanagloria,
que es _Honorio_ su criado. _Logistico_, la Razón que manda sobre
ella, la cual cae alguna vez para levantarse con más fuerça como
Antheo y reconoscer la fuerça soberana. _Astasia_ es la sensualidad y
hipocresia en habitos de virtud. El deleyte, _Idona_, hermosa de cara,
de obras fea. _Melania_, la malicia, cuyo fruto es el trabajo, que la
color d' el negro significa, y a la postre queda subjecta á _Morio_,
que es la ignorancia, y con él casada. _Asosio_, la carne vagabunda,
pero al spirito reduzida con el castigo y experiencia. Las Egypcianas
son las tentaciones, que procuran de ajuntar los buenos a los malos.
_Andronio_, la ciuil costumbre que declina de la malicia a _Aplotis_,
la simplicidad. _Apio_, _Metio_, _Amercia_, _Mania_ son los vicios.
_Doleria_, la casamentera d' ellos, engaño y castigo juntamente. El
bosque de las sombras, la vanidad de las cosas d' esta vida. _Aglaia_,
_Thalia_, _Caliope_, _Melpomene_, las sciencias y virtudes que
voluntariamente se presentan a sus amadores. Los Salvages, penitencia
y contino remordimiento de la conciencia. _Nemesis_, la justicia que
yguala todo y manifiesta lo que hizo dissimuladamente y disfraçada con
_Asosio_, tomando despues por instrumento de castigar los malos a los
malos, de remunerar los buenos a los buenos. Es _Charon_ la Muerte, que
despierta al Mundo y da principio de vida a unos, de muerte a otros.
Si el argumento o estilo no te contenta, hagalo el desseo, que es de
contentar los auisados; si no, casate con la hermana de Melania, mujer
de Morio, y sereys cuñados»[472].

Estas últimas palabras de Hurtado de la Vera, que con tanta llaneza
declara tonto de solemnidad al que no guste del artificio de la
_Doleria_, indican lo satisfecho que hubo de quedar de este alarde
de su ingenio. Pero algo había de temerario en su presunción, no
justificada por las medianas dotes de su inventiva y estilo. El
pensamiento de la obra era ingenioso, aunque no muy original, y,
desarrollado con eficacia artística, hubiera podido ser el germen de
una gran concepción fantástica. Hacer dormir al Mundo durante seis
mil años y desarrollar en las visiones de un sueño el espectáculo de
la vida humana, con sus ilusiones y sus desengaños, para destruir
luego esta aérea fábrica al son de los remos de la barca de Carón, era
empresa digna de un gran poeta, y debe contarse entre los precedentes
de obras análogas, como las de Grillparzer y el Duque de Rivas. No
puede negarse tampoco á Hurtado de la Vera cierto talento agudo y
sutil, que de puro sutil se quiebra, en algunas de sus alegorías,
como el banquete en casa de Astasia y el diálogo de las fingidas
gitanas (escena 5.ª del tercer acto); la transfiguración de Asosio por
las mágicas artes de Doleria en la persona de un cortesano llamado
Andronio, y las equivocaciones y lances cómicos (un tanto análogos
á los del _Anfitrión_ de Plauto) que esta transformación ocasiona
(escenas 7.ª y 8.ª del mismo acto; 1.ª, 2.ª, 4.ª y 9.ª del acto
cuarto); los engaños del bosque encantado, donde las sombras se hacen
cuerpos y los cuerpos sombras, y toda persona se duplica y llega á
perder la conciencia de sí misma (escenas 6.ª y 7.ª del acto quinto);
la aparición de las Gracias, de las Musas y de la justiciera Némesis,
que ahuyentan con serena luz clásica las visiones de aquella _noche de
Walpurgis_ (escena 8.ª del quinto acto).

No era ciertamente pensador vulgar el que _interpretaba_ el mundo
diciendo que «de lo bueno no hay en él más que la sombra, y de lo malo
todos son cuerpos». (Pág. 383). Pero le faltó aquel extraño poder de
dar vida á las abstracciones de la mente, que por tan diversos caminos
mostraron, casi á un tiempo, en España el autor del _Criticón_ y en
Inglaterra el autor del _Viaje del Peregrino_. En la _Doleria del
sueño del Mundo_ se ve una imaginación pobre y apocada, que lucha con
un argumento muy superior á sus fuerzas; que no llega, ni por asomo,
á convertir en personaje real ninguno de sus fantasmas alegóricos, y
se pierde con ellos en un laberinto de disfraces y embrollos pueriles.
Obra, en suma, que sólo por curiosidad puede leerse y que no deja en el
espíritu ninguna impresión duradera.

El estilo es tan artificioso y revesado como el argumento. Todos los
interlocutores hablan por sentencias y alusiones; todos aguzan el
pensamiento en forma de epigrama. No faltan rasgos felices, que el fino
amador de nuestra lengua debe estimar y recoger; pero el conjunto es
de gran monotonía. Hurtado de la Vera, que carecía del genio brillante
y á veces hondo de Baltasar Gracián, había adivinado, y aplicaba en su
parte peor, medio siglo antes que él, aquella doctrina del estilo que
el jesuíta aragonés teorizó en su libro de la _Agudeza_, y llevó al
último extremo en _El Héroe_, el _Oráculo Manual_ y _El Discreto_. Hay
conceptos en la _Doleria_ que son verdaderos enigmas, y cuando se llega
á descifrarlos rara vez compensan el trabajo que cuestan.

Pero obra curiosa lo es, sin duda, hasta por sus particularidades
de lenguaje, como el empleo de ciertas formas de la conjugación, ya
arcaicas y desusadas á fines del siglo XVI, á no ser que se estimen
como netamente portuguesas[473]. Acaso Hurtado de la Vera saldría de
la Península muy joven, lo cual puede explicar la persistencia de
estas locuciones, aprendidas en la infancia, al paso que su residencia
en Flandes pudo dar ocasión á un corto número de galicismos y frases
exóticas que de vez en cuando salpican su texto[474]. Todo el libro
revela una cultura algo pedantesca. «¿Qué mal hago yo en obseruar
las letras de la entrada de la escuela de Platon, no entrando sin
Geometria?... Hize prouision, en casa, de un guante lleno de artes
liberales». (Pág. 331). En la escena 3.ª del segundo acto se intercala
extemporáneamente una disertación sobre los nueve cielos, con todos los
errores de la antigua cosmografía.

Dudo mucho que D. Pedro Calderón conociese la _Doleria_, nunca impresa
en España; pero el título y el pensamiento general de la comedia
alegórica de Hurtado traen á la memoria el título y la idea moral de
_La vida es sueño_, si bien no hay en la ejecución ningún punto de
contacto. No hemos de entrar en la cuestión, bastante compleja, de
los orígenes del drama calderoniano, que muy pronto ha de ser tratada
exprofeso por un erudito norteamericano; pero no podemos menos de
llamar la atención sobre frases tan significativas como éstas de la
_Doleria_: «¿Y a la postre no pára todo en sueño? no hablamos d'ello, o
no recordamos d'ello como de sueño?». (Pág. 315).

Muy distinto género de interés nos ofrece _La Lena_ ó _El Celoso_, obra
lindísima del valisoletano D. Alfonso Velázquez de Velasco y última de
las que se ofrecen á la consideración del lector en el presente tomo.
Impresa en 1602, tres años antes que el _Quijote_, marca el punto
extremo de nuestro trabajo, no porque el siglo XVII dejara de producir
otras _Celestinas_, sino porque la de Velasco pertenece enteramente
al gusto del siglo anterior, dentro del cual la suponemos compuesta,
aunque fuese algo tardía la impresión. Los pocos datos que tenemos del
capitán _pinciano_ (como entonces solían llamarse por error geográfico
los hijos de Valladolid) nos inducen á creer que era hombre de madura
edad cuando dió á luz esta producción suya tan sabrosa y picante. Y
debía de ser persona de consideración en la milicia, puesto que le
honraron con su íntima confianza dos de los grandes soldados españoles
del tiempo de Felipe II: el coronel Francisco Verdugo, hijo ilustre
de Talavera de la Reina, primer sargento mayor de los tercios de
Flandes y heroico gobernador de Frisia, donde resistió catorce años
á los rebeldes holandeses, y el perínclito D. Bernardino de Mendoza,
capitán de caballos ligeros en el ejército del Duque de Alba, imperioso
embajador del Rey Católico en Inglaterra y en Francia y árbitro de
París durante los tumultos de la Liga, á la cual apoyó con su brazo y
su consejo[475].

Fué nuestro D. Alfonso editor, y quizá algo más, del _Commentario_ ó
Memorias militares del coronel Verdugo, impresas en Nápoles (1610),
si bien cinco años antes corría ya de molde una versión italiana de
Jerónimo Frachetta[476]. Preceden y siguen á la edición castellana[477]
varios elogios poéticos de Verdugo, que había fallecido en 1597,
gobernando las armas de España en el Estado de Luxemburgo, después
de haber hecho victoriosa entrada en Francia, llegando hasta las
puertas de Sedán. En un prólogo muy bien escrito, como suyo, recopila
D. Alfonso una parte de las hazañas de su amigo, y se queja de
la envidia que oscureció sus proezas y dejó sin el debido premio
tan extraordinarios servicios. Y en la dedicatoria nos da estas
noticias del libro que publica: «Confieso haberme pesado de ver este
_Commentario_ traducido e impreso en lengua italiana antes que en
la natural que lo escribió su autor, el cual, como á su familiar
servidor, me le dio de su mano en Bruselas, y asi, estimandole por
de no menos sustancia, en su tanto, que cualquiera de los de Julio
César, le he traido como un breviario despues acá siempre conmigo...
No he querido dexar de sacarle de la tiniebla en que le he tenido, y
asi lo comunico ahora a mi patria y nacion en su idioma, sin alterar
cosa ninguna d' él, ni añadir las postilas o glosas que suelen notarse
en semejantes obras, por saber de cierto que la intencion del coronel
no fue señalarse en la pluma (aunque podia) como en las armas, antes
decir sucintamente los sucesos de Frisa, sin más afectacion de la que
trae la pura verdad consigo, manifestando su integridad y proceder para
confusion de sus emulos»[478].

Con ser tan explícitas estas palabras, no faltó en su tiempo persona
bien informada de las cosas de Verdugo que atribuyese al capitán
Velasco la redacción de sus _Comentarios_. Así, el autor de la
biografía anónima descubierta y publicada por D. Antonio Rodríguez
Villa: «Lo sucedido en ella (la guerra de Frisia) desde el año de
1581 hasta el de 1593 o 94, anda ya escrito en tantas relaciones y
en diferentes lenguas, y últimamente en libro particular que desto
ha sacado a luz de poco tiempo a esta parte don Alonso Velazquez de
Velasco, que lo imprimio en Napoles... Remito a quien fuere curioso
o afortunado al libro referido y a los demas que, aunque cortos, dan
luz de lo que pasó en los catorce años que el Coronel gobernó la dicha
provincia, y quede a cargo de quien ahora hace esta relacion sacar
a vista de todos, con mucha brevedad, todos los sucesos de Frisia,
dando razon dellos muy particularmente y comprobandolos con papeles
y ordenes de que no so puede recibir duda; porque _aunque es cierto
que el dicho don Alonso Velazquez de Velasco escribio el dicho libro
imitando a Julio César, fue tan solamente lo que el propio Coronel le
comunicó_»[479].

Páginas hay en el _Comentario_ de Verdugo que, como otras muchas de
nuestros clásicos militares del siglo XVI, recuerdan la manera de
Julio César[480]; pero el Coronel era muy capaz do escribirlas, puesto
que, como dice su compañero de armas D. Carlos Coloma, «tuvo este
insigne caballero _elocuencia natural grandísima_, y todas las partes
que para ser gran soldado y gran gobernador convenían»[481]. Fuera de
estos pasajes, que fácilmente se destacan del resto, el estilo del
_Comentario_, que más bien debería llamarse memorial ó alegato en causa
propia, tiene poco de literario, y á veces es tan desaliñado y confuso,
que por ningún concepto puede atribuirse á la elegante pluma del autor
de la _Lena_. Cuando prestó á su antiguo jefe el gran servicio póstumo
de divulgar su triunfante vindicación, respetó, sin duda, el manuscrito
que tenía entre manos, creyendo muy bien que cualquier enmienda ó
retoque alteraría el carácter personalísimo de aquellas Memorias y
haría sospechosa su veracidad.

También D. Bernardino de Mendoza confió á Diego Alfonso Velázquez
de Velasco un ensayo poético suyo, que Velázquez publicó juntamente
con sus propios versos. Trátase de una oda _sobre la conversión del
pecador_, compuesta con fervorosa unción en liras bastante fáciles,
aunque poco limadas. Velasco encabezó con ella otras que él tenía
escritas á imitación de los siete salmos penitenciales, y formó con
todo ello un breve y elegante volumen, estampado por las famosas
prensas Plantinianas, en 1593, bajo los auspicios del gran Conde de
Fuentes, D. Pedro Enriquez[482]. En la dedicatoria dice Velasco: «El
Señor don Bernardino de Mendoza, siendo Embajador en Francia, me envió
de Paris a Napoles las _Odas_ que al principio de las mias he puesto;
por haberme incitado, como todas las demas cosas de su divino ingenio,
a seguirle en la imitacion de estos _Salmos_, a los cuales me incliné,
por continuar la materia de conversion, y tener en particular tantos
devotos de nuestra nacion que ordinariamente los dicen. Y puestos ya
en la forma de más facil inteligencia que con humilde entendimiento
he podido alcanzar, con poco más de mi caudal que decirlo en mi
lengua; sin apartarme de la luz de algunos recibidos Interpretes,
confiriendolos con personas doctas, persuadido, o cuasi forzado de los
mismos, he resuelto imprimirlos.»

Las imitaciones de Velasco van tan ceñidas al sagrado texto, que casi
pueden calificarse de traducciones parafrásticas, aunque desmayadas y
sin brío. Tanto él como Mendoza procuran imitar á Fray Luis de León, no
sólo en el metro, sino en el estilo; pero lo que es sabrosa y poética
llaneza en el primero, es indigencia, falta de color y prosaísmo en las
odas de los dos capitanes, que parecen haber atendido únicamente á la
edificación de los devotos.

Pasar desde estos ejercicios espirituales á la composición de una
comedia tan desenvuelta y libre como la _Lena_, parecería extraño
en nuestros días; pero en el siglo XVI á nadie podía sorprender ni
escandalizar. Nuestros grandes ingenios ofrecen á cada paso estos
contrastes, siendo igualmente sinceros en las veras y en las burlas,
sin rastro de los hipócritas melindres y afectada gravedad que hoy se
estilan. El caso de D. Francisco de Quevedo se ha repetido con mucha
frecuencia, y puede tomarse como típico y normal de la sociedad en que
vivía. No sabemos cuándo escribió su comedia D. Alfonso Velázquez; pero
es tan literaria y pulida, demuestra un gusto tan formado é indica
tanta experiencia y conocimiento de la vida, que de ningún modo podemos
creer que fuese una improvisación juvenil, sino el fruto muy maduro de
los viajes, campañas, devaneos y aventuras de su autor. Impresos los
_Salmos_ en 1593 y la _Lena_ en 1602, parece seguro que la obra devota
antecedió á la picaresca, al revés del caso de Alonso de Villegas y de
lo que parece más natural y lógico en el proceso de la vida humana.

Tuvieron ambas obras el mismo Mecenas en el insigne capitán D. Pedro
Enríquez de Acevedo, conde de Fuentes, gobernador de Lombardía, á cuyas
órdenes estaba Velázquez cuando publicó en Milán su comedia[483]. Pero
algo singular debió de ocurrir, puesto que del mismo año y del mismo
impresor encontramos otra edición, con el título cambiado, que aquí no
es _La Lena_, sino _El Celoso_, con dedicatoria á distinta persona y
con algunas variantes de palabras que en general mejoran el texto[484].
La modificación del título pudo tener por objeto alejar la infundada
sospecha de que la comedia española fuese una imitación de la _Lena_
del Ariosto, con la cual nada tiene de común más que el nombre y la
remota analogía de encerrarse un amante en un arca, así como en la
pieza del poeta ferrarés le ocultan en una cuba ó tonel[485]. Tampoco
es inverisímil que Velázquez cayese en la flaqueza de lisonjear
simultáneamente á dos magnates, dedicándoles una misma obra con dos
títulos, aunque el procedimiento no dejaba de ser peligroso tratándose
de persona tan culta y literata como el Condestable de Castilla, bien
conocido por la controversia que sostuvo con Hernando de Herrera
titulándose el _Prete Jacopin_ y por otros papeles satíricos, de uno
de los cuales hay reminiscencias en la _Lena_[486]. Acaso buscó su
sombra nuestro autor por no haber encontrado en el conde de Fuentes el
galardón que esperaba.

Sea de esto lo que fuere, y quizá el tiempo lo aclare, la _Lena_ no
tiene trazas de ser fábula de pura invención, sino pintura de algún
caso de la vida real, poco edificante por cierto. La misma Lena dice
en el _Prólogo_, contando sus andanzas: «De lance en lance fui a dar
conmigo en Napoles... y al cabo de pocos dias me resolui de tomar casa
de por mí, y puse tienda abierta de cortesana... _El que estuvo alli
en tiempo del buen Duque de Osuna se acordará de la Buiza, que asi me
llamauan entonces_» (pág. 391).

La figura del marido celoso, en la cual se encarniza nuestro D.
Alfonso con vindicativo ensañamiento, también parece tomada del
natural, y él mismo lo indica hablando con el conde de Fuentes y con
los lectores: «El jocoso concepto que en mi ocio he formado, _rompiendo
lanzas_ en un frenético y desesperado celoso...». «Hallando en mi
ociosidad empeñada la melancolia en diuersos pensamientos _de los
graciosos tiros que muchas mugeres del tiempo viejo hizieron_, y en la
consideracion d' el ardiente furor de aquel triste que siente el mortal
veneno de una celosa desconfianza (_de cuyos rauiosos desconciertos me
ha tocado gran parte_), me puse por mi pasatiempo, _como en vengança
del daño recebido_, a componer esta ridiculosa comedia, en que algunos
ratos he refrescado los espiritus de cierta seca tristeza mia». (Pág.
389).

Este pasaje es importante para mostrar la verdadera filiación de
_El Celoso_, que, siendo una de las más perfectas imitaciones de la
prosa dramática de la _Celestina_, es al mismo tiempo una de las
más originales ó independientes en su traza, argumento, caracteres
y estilo. No hay que tomar al pie de la letra lo que el autor dice:
«consideren que hablo en el papel como al primero que encuentro en
la calle». Esto era lo que había hecho Francisco Delicado, pero un
ingenio tan culto y fino como el de Velasco no podía satisfacerse con
tan vulgar procedimiento. Fué realista, pues, de la grande escuela
española, como lo había sido el autor de la _Celestina_, como iba
á serlo Cervantes, de quien parece, no inmediato predecesor, sino
imitador y discípulo á veces: tan grande es la fuerza de la semejanza.

Pero con ser la _Lena_ tan castiza en el fondo, tiene mucho de comedia
italiana en su técnica. Aunque escrita para la lectura y no para la
representación, está concebida en forma de comedia y no de novela: es
un poema esencialmente _activo_, en que conocemos á los personajes, no
sólo por sus palabras, sino por sus hechos. Hasta cuatro intrigas se
cruzan en él, ingeniosamente combinadas, sin daño de la claridad ni
perjuicio del desenlace. En el artificio dramático, en la solidez de la
construcción, en el vigor de los caracteres, vence con mucho á todas
las comedias, bastante informes, que habían compuesto Timoneda, Lope
de Rueda, Sepúlveda, Alonso de la Vega; y en las gracias del diálogo
no cede á ninguna, con la ventaja de ser su humorismo de calidad más
honda. Es pieza larga, pero no de tales dimensiones que la hagan
irrepresentable, pues apenas llega á la tercera parte de la _Celestina_
primitiva y no excede á la de varias fábulas que positivamente fueron
representadas en Italia. En suma, la _Lena_ es la mejor comedia en
prosa que autor español compuso á fines del siglo XVI.

Pero ¿será enteramente original? Hasta ahora no he encontrado motivo
para dudarlo. Pertenece á una escuela conocida: los medios y recursos
que emplea recuerdan de un modo genérico los procedimientos del teatro
italiano, y quizá más las astucias y estratagemas de amor que tanto
repiten los _novellieri_ ó cuentistas. El mismo Velasco nos llama la
atención sobre esto: «No puede dexar de ser ésta de las más solenes
burlas _que se hallan escritas en el Bocacio_». (Pág. 418). Pero entre
las historias de maridos burlados, que abundan en el _Decameron_,
ninguna concuerda exactamente con el principal enredo de la _Lena_,
es decir, el entenderse los amantes por medio del canto ó recitación
de ciertos versos, ardid que vemos repetido con alguna frecuencia
en nuestros dramaturgos del siglo XVII, especialmente en Tirso,
Calderón y Moreto. Del lance del arca ya hemos indicado que trae á
la memoria otro del Ariosto, y algo semejante hay en la _Calandra_
del cardenal Bibbienna; pero se trata de un tópico vulgarísimo, que
lo es también de varias novelas italianas y españolas, como la del
_médico de Cádiz_ que insertó en su _Teatro Popular_ D. Francisco de
Lugo y Dávila[487]. El tipo del dómine Inocencio, si bien tratado con
deliciosa novedad, pertenece á la familia de los _pedantes_ de la
comedia italiana (recuérdese, por ejemplo, _Il Candelajo_ de Giordano
Bruno). Otras semejanzas podrá reconocer, sin duda, la erudición de
algún especialista, como el doctísimo Stiefel. Natural parece que
un hombre tan leído como D. Alfonso Velázquez, que no hacía alarde
de originalidad, puesto que adoptó por divisa aquella sentencia de
Terencio: _Nullum est iam dictum, quod dictum non sit prius_; que se
complace en citas textuales de los autores clásicos, especialmente
de Propercio y Ovidio[488]; que repite fábulas y cuentos de origen
conocido[489], aprovechara en la rica mies del arte toscano lo que le
pareciese útil, con el mismo desenfado que tenía en explotar á sus
propios contemporáneos españoles, hasta el punto de haber prosificado
parte de una escena y un coro de la _Nise lastimosa_ de Fr. Jerónimo
Bermúdez, traducción libre, como es sabido, de la _Castro_, tragedia
portuguesa de Antonio Ferreira[490]. Por tan extraños y tortuosos
senderos camina á veces la imitación literaria, y tan raras sorpresas
suele proporcionar la comparación de libros de materia y estilo muy
diversos. Pero estas imitaciones ocasionales, aunque fuesen más, poco
importarían en el conjunto de una obra escrita con tanto ingenio y
tanta bizarría como la _Lena_.

Lo que en ella parece más italiano es el espíritu. No pudo menos
Velasco de contagiarse del ambiente que por tantos años había
respirado en Milán y en Nápoles. Si la _Lena_ no fuese obra de puro
pasatiempo y burla, comedia _ridiculosa_, como su autor la llama,
habría que calificarla de inmoral en alto grado, puesto que en ella
queda triunfante el adulterio y vilipendiado y escarnecido el honor
conyugal. Ninguno de los autores de _Celestinas_ se había atrevido á
tanto, salvo el anónimo de la _Seraphina_, que escribía en época de
desenfrenada licencia. Su comedia es monstruosa en las situaciones y en
el lenguaje, y de ningún modo puede compararse su grosera lubricidad
con el arte refinado y la intensa malicia de la _Lena_, donde es mucho
más lo que se sobrentiende que lo que realmente se expresa: obra, en
suma, más bien picante que lasciva, pero de un cinismo cómico, que
convierte en materia de risa las más aflictivas flaquezas y desventuras
matrimoniales. Hasta los nombres de los interlocutores corresponden,
casi todos, á la _maldita y descomulgada región de Cornualla_ (pág.
422). Uno se llama Aries, otro Morueco, el de más allá Cornelio, el
protagonista Cervino, una dama doña Violante de Cabrera, un paje
Bezerrica, un barbero Ramiro Cornato. Y en el curso de la pieza se
habla del médico doctor Cornejo; del licenciado Cervera, letrado; del
licenciado Bicornis, juez; del trompeta Juan Cornier, y del auditor
Monseñor Cornaro, á quien piensa acudir el Sr. Aries en el pleito de
divorcio de su impotente yerno. La astuta y redomada Lena da las señas
de su casa al simple de Inocencio diciéndole que vive «pared en medio
de un oficial de tinteros, peines, calzadores, mangos, lanternas,
peonzas y macetas de sellos». (Pág. 404). Ni Quevedo apuró tanto la
letra en esta materia. La _lira de Medellin_, pulsada por la diestra
mano de Velasco, _sonaba siempre á cuerno_, como en su tiempo la del
festivo Iglesias.

Claro es que no faltan en el libro protestas de moral, aunque ligeras
y poco sentidas. El autor quiere que su comedia sirva «no sólo de
entretenimiento, sino tambien de util consejo y exemplo, para excusar
la terrible pasion de los celos, que consume en su propio fuego al
insensato a quien toca». (Pág. 398). Y ciertamente que alguna moralidad
puede sacarse de ella, aunque no sea muy sublime, sino practica y
mundana, mostrando en acción el viejo aforismo «no puede ser guardar
una mujer», tema que desde Lope y Moreto hasta Molière, Beaumarchais y
Moratín ha sido fuente inextinguible de donaires cómicos, no siempre
bien avenidos con la autoridad familiar y el sosiego doméstico. Los
celos, por detestables y ridículos que sean, nacen de un sentimiento
extraviado de amor ó de honor, y suelen ser menos peligrosos en sus
consecuencias sociales que la indiferencia ó laxitud contraria. Pero
ya hemos visto que nuestro don Alfonso no escribía para moralizar en
ningún sentido, sino para burlarse á sus anchas de un celoso con quien
tenía particulares motivos de resentimiento: «Ahora acabo d'entender
ser los celos de las más violentas y bestiales passiones que pueden
tocar a un hombre, porque si una vez se assientan en la cabeça d'el
que se consume y seca intentando vna tan escura verificacion, le haze
cometer tan ridiculossos desatinos. Bien dixo aquel qu'el celoso es
loco de arte mayor, pues como tal, tiene miedo hasta de su mesma
sombra, y de cosas nunca vistas, oydas ni pensadas; mirandolas como en
espejo de alinde, que se las representa muy mayores de lo que son».
(Pág. 434).

Toda la comedia es irónica en grado superlativo; pero donde el autor
remacha el clavo es en el pregón del faraute Cornelio con que el último
acto termina: «De parte del señor Ceruino, guarda mayor de los montes,
se hace saber a todo el insigne auditorio que los que no se fiaren
de sus consortes estarán tan seguros como de no caer las ojas d' el
arbol en fin de otoño. Porque los celos son contra el natural ingenio
de las mugeres: cosolete de araña para los arcabuzazos; la curiosidad
en todas partes viciosa, y en esta más perniciosa. Y assi (movido de
piedad y celo fraterno) amonesta que ninguno (de qualquiera calidad que
sea) los tenga, dentro ni fuera de casa, so pena de que no le podrá
faltar mala ventura. Antes, que todo el mundo se arme de la quieta y
mansa paciencia. Porque la esperiencia le ha hecho tocar con la mano
que todas las sutilezas y vigilancia de los espantados Lépidos (que
no quieren dexar hacer su curso a la Natura) son açadones con que los
cuitados sacan de los centros de sus sospechas las inuisibles cornetas
de la Fama. Y aduierte que se burlan mas d' el que se fatiga en poner
remedio que d' el pacífico que lo dissimula o ignora, y qu' es menester
gran ingenio para evitar tan inutil y enojosso conocimiento. Por lo
qual aconseja (sobre su conciencia) que cada vno renueue en su casa
la costumbre de los prudentissimos Romanos (a quien deue imitar), que
quando bolvian a las suyas lo embiaban delante a auissar a sus mugeres
para no cogerlas de sobresalto, descuidadas y mal compuestas». (Pág.
435).

Claro que no ha de tomarse al pie de la letra tan desvergonzada
exhortación á la mansedumbre conyugal, sino entenderse del revés y
como legítima sátira; pero el tono escéptico y maleante de Velasco es
un síntoma de ligereza moral, que no encontramos, por ejemplo, en la
primera _Celestina_, cuyo fondo es grave y amargo.

Todo es, por el contrario, vivo, jovial y risueño en la _Lena_, aunque
no sea fruto primaveral sino muy tardío del Renacimiento italiano. Un
buen humor constante; una profunda socarronería, que se divierte en
la invención de lances grotescos y de personajes estrafalarios; un
chiste no verbal ni epidérmico, sino nacido de los caracteres y de las
costumbres; una frescura excesiva y desahogada, pero que no llega á los
límites de lo torpe, prestan singular encanto á este ameno librillo. El
diálogo, aunque muy recargado de picantes especias y frases de doble
sentido, es tan pintoresco como dramático, lleno de brío y fuerza
cómica y de ocurrencias felices. La locución es purísima y correcta, á
pesar de haber residido el autor tantos años en extranjeras tierras.
Entre los excelentes prosistas que dió Valladolid en nuestro siglo de
oro ninguno aventaja á D. Alfonso Velázquez en la propiedad de las
palabras y en la elegancia de la construcción. El doctor Suárez de
Figueroa, comparado con él, parece redicho y almidonado, á pesar de
sus admirables dotes. Velasco tiene la espontaneidad de los grandes
escritores, sin que le falte el aliño de las letras humanas, que
comunica al estilo cierta distinción aristocrática. El inconfundible
matiz de su ironía, si por una parte nos hace pensar en Italia, por
otra nos recuerda el gracejo fuerte y sabroso de León y Castilla la
Vieja; modalidad muy digna de tenerse en cuenta en el rico museo del
humorismo peninsular, aunque sea distinta de la gracia andaluza.

Españoles son ó parecen todos los personajes. La acción pasa en
Valladolid, y no faltan toques de color local muy oportunamente dados.
Se habla de los abogados de la Chancillería. Inocencio va á decir sus
devociones al _Cementerio de la Magdalena_ (pág. 399). Lena lava _por
su devoción_ paños del _hospital de Esgueva_ (pág. 403). El barbero
Ramiro anda por _la acera de San Francisco_, buscando nuevas que contar
á sus clientes (pág. 404). Vigamón compara la dureza y estrechez de su
cama con la del _guardián del Abroxo_ (pág. 412). Marcia y Casandra
fingen ir á vísperas _en las Huelgas_ (pág. 419). También se mencionan
la romería de Nuestra Señora de Prado y la de Cerveros, la renta de
Toro y la de Boezillo (pág. 421), la plazuela de San Llorente, la casa
de Orates y el paseo del Espolón. Cervino, «acompañado de diez ó doce
escapados de la horca», asalta á los hijos de doña Violante «en aquel
passo estrecho que va de la Boheriza al Rio, entre las casas del duque
de Bexar y la Rondilla». (Pág. 427). Hay alusiones nominales, como
en el teatro aristofánico, á personas conocidas de aquella ciudad:
«¿Era por ventura vuestro pariente Corcuera, Maestresala del Conde de
la Gomera, que vino á ser Tesorero del de Oñate y murió Contador del
Marqués de Falces?». (Pág. 400).

Todas las _Celestinas_ abundan en datos de _folk-lore_, y no hace la
_Lena_ excepción en este punto. Algunos son por extremo peregrinos.
Allí encontramos á los de la tierra de Babia, «que siegan el trigo
con escaleras»[491] (pág. 394); á «los soldados de Trencha, que eran
treinta y seis a arrancar un nabo». (Pág. 415), y á los habitantes de
«la gran ciudad de Cestiérnega, fundada al pie d' el alto monte de San
Cristoual, media leguecita de aqui (Valladolid), que no tiene alcalde,
alguazil, porqueron, escriuano, medico, boticario, cura ni sacristan
(falta para biuir en paz y con salud mil años), abundantissima de
quixones y turmas de tierras, que son bonissimas para los avogados y
mejores para los novios». (Pág. 429). Frisa en lo rabelesiano esta
última fábula, y bien pudiera ser invención de nuestro desenfadado
autor.

Aunque tenga la _Lena_ tanto detalle español y aun regional; aunque
la Valladolid alegre, pródiga y viciosa que nos presenta sea la misma
que nos dan á conocer los poetas, novelistas, viajeros y autores
de relaciones que la describieron durante el breve período en que
llegó á ser transitoria corte de la monarquía española[492], la
_Lena_ es comedia de interés humano y sus caracteres tienen algo de
universal. Quizá el mayor mérito del autor estriba en eso. Gracias á
él desaparecieron los tipos parásitos y convencionales, que habían
llegado á ser el _caput mortuum_ de las _Celestinas_ secundarias: el
insoportable rufián baladrón y perdonavidas, y las palomas torcaces
de la casa llana. Desembarazado el teatro de tales figuras, sólo
quedaba del cuadro antiguo Celestina, es decir, la Lena, tratada
con la posible novedad, sin el intento temerario de competir con el
inaccesible modelo, sin el plagio inocente que tantos cometieron
queriendo arrancar á Hércules su clava. Todo el maleficio sobrenatural
que envuelve la creación de Rojas ha desaparecido. La _corredora_ Lena
Corcuera de Cienfuegos no es más que una vieja hipócrita y taimada,
que á costa de la simplicidad del bachiller Inocencio, y sin tener que
zurcir voluntades ajenas, puesto que cuenta desde el principio con la
complicidad de Marcia y de su hijastra, conduce á su fin dos intrigas
escandalosas, y acaba por contraer grotesco matrimonio con el barbero
Ramiro: última bufonada de la obra. No hay seducción de ningún género,
ni podía haberla, porque las dos damas rinden desde el primer momento
la fortaleza de su honor, y sólo se trata de burlar la vigilancia
del celoso. «Ya murió Calisto, y nuestra Melibea se da tanta priessa
a sacarnos de pena, que la mercancia vendra a salir poco más que de
balde», dice Cornelio (pág. 411), marcando con esto sólo la diferencia
entre ambas obras.

Pero aun siendo tan subalterno el papel de la Lena, que aquí no ejerce
ninguna sugestión psicológica, son tantos los donaires que el autor
pone en sus labios, especialmente cuando habla con el Bachiller, y
tanta la viveza y gracia de sus réplicas, que bien mereció dar su
nombre á esta comedia, con más justicia que el Celoso, cuya semblanza,
trazada por la mano del rencor, tiene mucho de caricatura. Cervino es
una especie de bestia, sin ningún rastro de sentimientos generosos,
y aunque las necias precauciones de que se vale recuerdan algo las
del _Celoso Extremeño_[493], no hay en la licenciosa farsa del poeta
_pinciano_ nada que remotamente pueda compararse con la honda y severa
tristeza que infunden las últimas páginas de la historia de Felipe
de Carrizales. Este ejemplo bastaría para probar cuánto va del genio
al ingenio, por muy despierto y hábil que éste sea. Las sales de la
_Lena_ son de las que no sólo en la mesa de Plauto sino en la de
Miguel de Cervantes pudieran servirse. Si el portentoso novelador tuvo
conocimiento, como es muy probable, de una obra que en Valladolid debía
de ser muy leída cuando él residió allí, pudo aprovecharla ciertamente
para el estilo, porque aquella prosa está muy vecina á la suya, pero
nada hallaría que aprender de lo que es más humano y profundo en su
arte.

Todos los caracteres secundarios de la _Lena_ están presentados con
mucho garbo y viveza. El viejo enamorado Aries, la honesta dueña doña
Violante, que con toda su severidad esconde bajo las tocas y el monjil
una juventud todavía fresca y la codicia de nuevos amores; los dos
hermanos Damasio y Macías, enamoradizos, pendencieros y díscolos, como
hijos de viuda rica, criados con toda libertad y regalo; el barbero
Ramiro, charlatán entremetido, con sus puntas y collares de alcahuete;
su hija Policena, tipo de precoz y salaz desenvoltura, que recuerda un
poco ciertas heroínas de los _Entremeses_ de Cervantes... todos son lo
que deben ser en el conjunto de la fábula, y todos hablan en el estilo
más adecuado á sus respectivas condiciones.

Pero entre tantos personajes felices, ninguno llega al bachiller
Inocencio, que es la gran creación cómica de Velasco y uno de los más
graciosos pedantes que en el teatro ó en la novela pueden encontrarse.
Lo de menos es la copia de latines que ensarta y la disparatada
aplicación que les da. Lo fundamental es su carácter bonachón y simple,
que no ve mal en nada, que se resiste á la evidencia más palmaria, que
cree á pies juntillas cuanto embuste le dicen, y colabora cándidamente
en la deshonra de la casa de Cervino, que tal vigilante había buscado
para su mujer. Chistosísima es, bajo este aspecto, la escena en que
se descubre el engaño del arca por una infantil travesura del paje
Bezerrica:

«_Inocencio._--¿Qué maldad puede cometer un hombre encerrado en un
arca? tuviessemos assi todos los malos y podriamos dormir a sueño
suelto, sin temor de ladrones.

Quanto más que son cosas de mozos, y auran querido hazer alguna burla
al barbero y a su hija...

«_Cervino._--¡Mirá a quién he yo encomendado mi honra!

«_Inocencio._--No está mal guardada quando el que la podría quitar
viene debaxo de llaue.

«_Cervino._--Quitaosme de delante, insensato, no me hagais...

«_Inocencio._--Mire V. md. que se deue tener respeto a un hombre
graduado como yo, porque d' este palo nascen los Oydores y Presidentes
que mandan el mundo. Si, que yo no soy zahori para ver lo que está
en las arcas cerradas; por qué no lo adevinó V. md. quando la hizo
descargar en casa? _Auctor horum malorum praeter te nemo fuit_» (pp.
424-425).

Las cándidas distracciones del Bachiller Inocencio sugieren á Ticknor
el recuerdo de aquel incomparable dómine Sámsom que pinta Walter-Scott
en su novela _Guy Mannering ó El Astrólogo_; pero la semejanza es
aparente y exterior, porque Inocencio es tonto de capirote, aunque
simpático por su misma bobería, y el dómine Sámsom, rico de otra bondad
más alta, sólo hace reir por lo torpe y desmañado.

Tal es esta comedia magistral, aunque frívola y liviana, que, si no fué
la última de las _Celestinas_, por haberse publicado todavía durante el
siglo XVII algunas muy notables, señala el término de la primera serie
y anuncia la transformación del género, libertándole de la servidumbre
de los lugares comunes en que había caído, restituyéndole el nervio
dramático y trayendo nuevos elementos á la pintura de costumbres. Por
esta senda caminaron otros ingenios, especialmente Salas Barbadillo
en _La Sabia Flora_ y en _El Sagaz Estacio_, obras en que me parece
evidente el influjo de la _Lena_ juntamente con el de la comedia
italiana. Pero de esto se hablará en otro lugar.

Por ahora aquí termina el estudio analítico y minucioso que nos hemos
impuesto de una de las más singulares manifestaciones de nuestro arte
dramático y novelesco, pues á los dos se extiende su influjo y sirve
de puente entre los dos géneros. La especial índole de estos libros
exige todo género de precauciones en su exposición, pero creo haberla
realizado con decoro literario y sin hipocresía, persuadido como estoy
de que la ciencia purifica todo lo que toca y tiene derecho á invocar
todo género de testimonios, interpretándolos con desinterés absoluto.
Consecuencias muy importantes, no sólo de historia literaria, sino de
historia social, se deducen de estos libros, que son además un tesoro
de lengua castellana; y no me arrepiento, por tanto, de la tarea nada
leve que este volumen me ha costado, ni juzgo que desdiga de mis años y
de la severidad de los estudios que profeso.

Á continuación de este prólogo van reimpresas cinco obras del género
_celestinesco_: la _Tragedia Policiana_, la _Comedia Florinea_, la
_Eufrosina_, la _Doleria del Sueño del Mundo_ y la _Lena_. Las dos
primeras son de la más extraordinaria rareza; la _Doleria_ lo es
mucho menos, pero sólo podía leerse en las ediciones primitivas. La
_Eufrosina_ castellana escasea bastante, aun en la reimpresión del
siglo XVIII. De la _Lena_ hay edición relativamente moderna, pero poco
satisfactoria, y el valor literario de la obra es tal, que por ningún
concepto puede faltar en una Biblioteca do Autores Españoles.

No he reproducido la _Tragicomedia de Lisandro y Roselia_ y la
_Comedia Selvagia_ (aunque lo merecían) por estar ya incluídas en
la colección de _Libros Raros y Curiosos_, donde figura también la
_Segunda Celestina_ de Feliciano de Silva. En la misma colección se
hallan la _Thebayda_, la _Seraphina_ y la _Lozana_, que bajo ningún
pretexto hubieran debido exhumarse.

Con esta colección y la nuestra queda casi completa la serie de las
_Celestinas_, pues apenas falta otra que la de Gaspar Gómez de Toledo,
tan absurda y mal escrita que nadie ha de pensar en sacarla del olvido.

En todos los textos seguimos fielmente las ediciones originales (salvo
la puntuación) y conservamos la antigua ortografía, no sólo por razones
filológicas, sino por la conveniencia de cercar con una especie de
vallado ó seto espinoso estas producciones, alejando de ellas al
profano vulgo. Las obras que este tomo encierra son ciertamente de
las menos libres y más morigeradas de su clase: lo son hasta en
cotejo con la tragicomedia primitiva; pero así y todo no deben correr
indistintamente en todas manos. El precio relativamente elevado de
esta colección, el aspecto arcaico del texto, el aparato crítico y
bibliográfico que le acompaña, bastarán, según creemos, para conjurar
todo peligro.

Una deuda de gratitud me resta cumplir con mi sabio y cariñoso amigo
el eminente literato D. Francisco Rodríguez Marín, que con su bondad
acostumbrada y su pasmoso conocimiento de la lengua del siglo XVI
me ha ayudado en la corrección de pruebas de estas comedias, cuya
recta lección ofrece no pocas dificultades. Aun con tal auxilio no me
lisonjeo de haberlas vencido todas, pero seguramente habré disminuído
el número de las erratas, y las que queden sólo á mi descuido deben
achacarse.

En el cuarto y último tomo de estos _Orígenes de la novela_ trataré
especialmente del género picaresco, y también de otras formas
novelísticas ó análogas á la novela, como los coloquios y diálogos
satíricos[494].


NOTAS:

[276] _Cancionero de las obras de D. Pedro Manuel de Urrea._

Fol. Let. got. de XLIX hojas foliadas y dos más sin foliatura, una al
principio con la Tabla y otra al fin con el colofón: «Fue la presente
obra emprentada en la muy noble y muy leal ciudad de Logroño a costa y
espensas de Arnao Guillen de Brocar, maestro de la emprenta en la dicha
ciudad. E se acabo en alabança de la Santisima trinidad a siete di-as
del mes de Julio. Año del nascimiento de nuestro Señor Jesucristo mil y
quinientos y trece años». El texto está impreso á dos y tres columnas.

Es una de las impresiones más elegantes y primorosas de aquel tiempo,
como cuadraba á la condición aristocrática del poeta. La _Égloga_
empieza al dorso del folio XLIV y llega hasta el XLIX.

Hay una reimpresión moderna en la _Biblioteca de escritores aragoneses_
costeada por la Diputación Provincial de Zaragoza. (_Cancionero de
D. Pedro Manuel Ximenez de Urrea..._ Zaragoza, imprenta del Hospicio
Provincial, 1878). Escribió el prólogo D. Martín Villar, antiguo
profesor de la Universidad cesaraugustana. PP. 453-479 está la _Égloga_.

[277] _Antología de poetas líricos castellanos_, tomo VII, pp.
CCLIV-CCLXXX.

[278] En la primera reproducción hecha por Foulché-Delbosc de la
_Comedia de Calisto y Melibea_ (1900) este acto ocupa desde la pág. 6 á
la 37. El trabajo versificatorio de Urrea no alcanza más que hasta la
pág. 17.

[279] Consta por sus propios versos que Urrea se casó á los diez y
nueve años. Sus capitulaciones matrimoniales llevan la fecha de 1505.

[280] La Tabla lleva este encabezamiento: «Tabla de las obras que hay
en este Cancionero, trobadas por D. Pedro Manuel de Urrea, _acabado
todo lo que en él se contiene hasta XXV años_».

[281] _Calisto._--En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.

_Melibea._--En qué, Calisto?

_Calisto._--En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te
dotasse, y fazer a mí inmerito tanta merced que verte alcançase, y en
tan conueniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiesse.
Sin duda incomparablemente es mayor tal galardon que el seruicio,
sacrificio, deuocion y obras pias que por este lugar alcançar tengo
yo a Dios offrecido, ni otro poder mi voluntad humana puede complir.
Quién vido en esta vida cuerpo glorificado de ningun hombre como agora
el mio? Por cierto los gloriosos santos que se deleitan en la vision
diuina, no gozan más que yo agora en el acatamiento tuyo. Mas, o
triste! que en esto diferimos: que ellos puramente se glorifican sin
temor de caer de tal bienauenturanza, y yo mixto (_A_) me alegro con
recelo del esquiuo tormento que su absencia me ha de causar.

_Melibea._--Por gran premio tienes esto, Calisto?

_Calisto._--Téngolo por tanto en verdad, que si me diesse en el cielo
la silla sobre sus santos, no lo ternia por tanta felicidad.

_Melibea._--Pues aun más ygual galardon te daré yo, si perseueras.

_Calisto._--O bienauenturadas orejas mias que indignamente tan gran
palabra aueis oydo!

_Melibea._--... Vete, vete de ay, torpe, que no puede mi paciencia
tolerar que aya subido en coraçon humano comigo el ylicito amor
comunicar su deleyte...

[282] El villancico con que termina la _Égloga_ es de los más endebles
de su autor, que los compuso primorosos, pero se inserta aquí por ser
lo único original que Urrea puso en su imitación:

Téngase siempre alegría Do puede auer esperança, Que todo hace mudanza.
La rueda de la ventura Siempre anda en su mouer, En vna mano el
plazer Y en la otra la tristura. No desmaye la cordura Do puede auer
esperança, Que todo haze mudança. Do el descanso haze asiento El pesar
hace morada, Que ventura está fundada, En sus hechos, sobre viento. Muy
poco dura el tormento Do puede auer confiança, Que todo haze mudança.

_Fin._

Y así que nunca el consuelo Se tarda ni durará, Que lo que en ventura
está Todo se pasa de vuelo. Pues no tengamos recelo Do puede auer
esperança, Que todo haze mudança.


[283] En el tomo IV del _Manuel du libraire_, p. 478, le llama _Vebra_;
en el V, p. 1146, _Verrea_.

[284] _Penitencia de amor_ compuesta por don pedro manuel de Vrrea.

(Colofon): «Fue la presente obra emprentada en la muy noble y muy leal
ciudad de Burgos a costas y espensas de Fadrique, aleman de Basilea,
maestro de la emprenta en la dicha ciudad. E se acabo en alabança de la
sanctissima trinidad a Viij dias del mes de Junio. Año del nascimiento
de nuestro Señor jesuchristo de Mil y quinientos y quatorze años».

Á la _Penitencia_ siguen poesías de Urrea, que ninguna relación tienen
con ella, y pueden considerarse como un pequeño suplemento de su
_Cancionero_.

No conozco este rarísimo opúsculo más que en la reproducción de la
_Biblioteca Hispánica_ (tomo X). _Penitencia de Amor_ (Burgos, 1514).
_Reimpresión publicada por R. Foulché-Delbosc_ (Barcelona, tipografía
«L'Avenç», 1902).

Vid. además _Revue Hispanique_, 1902, pp. 200-215.

[285] Su efecto no se destruye ni con el inmediato castigo de los
amantes, ni mucho menos con una piadosa oración que pronuncia Darino,
porque ésta se halla al principio de la obra (pág. 8) y la escena de la
violación de Finoya al fin (pág. 66), después de los chistes de cuerpo
de guardia con que se obsequian Renedo y Santoyo.

Por lo demás, no puede dudarse de la ortodoxia de Urrea, y aun del
recelo que le inspiraba las especulaciones filosóficas. Así lo indica
este curioso pasaje:

«_Darino._--Dexa de hablar en la filosofia natural: todos los filosofos
se perdieron; Dios es sobre natura. Como harás tú creer a un filosofo,
que cree las cosas naturales, que Dios esté en la ostia que es carne
suya y el vino sangre? No creen lo que Dios manda, syno lo que ellos
pueden comprender. Saben la fisica y no saben en lo de Dios; el mayor
filosofo dixo que el mundo nunca tuvo principio ni tendria fin: mira
qué grande eregia! No hables de filosofos falsos, que materia tenemos
entre manos de qué hablar». (Pág. 58).

[286] Hasta siete veces, salvo error, está alegado Séneca. De Ovidio
hay una cita (_Art. Amat._, I, 3-5): «Que, como dice Ouidio; por arte
de los remos y velas van las fustas por la mar, por arte son ligeros
los carros y carretas y por arte se a de regir el amor». De Juvenal
otra que parece corresponder á la sátira décima (328-329): «Y Juvenal
dize: las mugeres o aman ardiendo o aborrecen mortalmente.»

[287] No sólo le imita á menudo en sus versos, sino que le cita en la
_Penitencia_ (pág. 9): «Bien dize Petrarcha quel morir es un salir de
presion, y que no es triste syno para los que tienen puestos los vanos
cuydados en el lodo deste mundo.»

También alude á Seraphino Aquilano (pág. 58): «No sabes lo que dize
Serafino, poeta aquilano? que aunque sean dos ombres de vna condicion
no son de vna ventura, syno que pueden ser muy diferentes. De vn mismo
arbol, de la vna rama hazen un crucifixo que todo el mundo lo adora, y
del otro hazen vna horca o lo hechan en el tajo; y en un mismo campo
sembrada vna misma simiente, la metad della comen los ganados y del
otro se haze una ostia y viene Dios a estar en ella.»

[288] Esta imitación es á veces casi literal en el concepto y en
la frase: «Salamon, que fue tan sabio, no se enamoró de vna de las
gentiles, y ella le hizo ydolatrar? y Virgilio no estuuo colgado en vn
cesto que lo puso su amiga vn dia que passó por allí una _procession_?
Todos los papas, emperadores y reyes, gente de yglesia y del mundo, an
peccado en esto más que en otro». (Pág. 55).

[289] Véanse dos ejemplos breves:

«_Darino._--Yo te beso, carta, que traes razones pensadas del gentil
entendimiento de aquella que no tiene comparacion, o palabras escriptas
por aquella mano blanca y delicada, o papel guardado en aquella
arquilla donde tiene aquella dama el espejo y atauios sin los quales
ella puede pareçer donde quiere y ninguna delante della...». (Pág. 23).

«_Angis._--O, quánto me pareçen mejor las trompetas en el campo que
las músicas en la calle! mucho mejor las armas que los brocados, los
quales se gastan más cauallerosamente en los campos batallando que en
los destrados diziendo donayres. No han de ser los ombres todos en
burlas, que se avezan a çufrir injurias, mas las más veces vestidos
de fieltro y de cuero, y morir en el campo y no en la cama, lleuar la
barba creçida, porque en todas las cosas que el ombre se puede apartar
de parecer muger es razon que lo haga...». (Pág. 37).

[290] «Ya trayo _aconuerto_ de muerte: en la hora que acordé venir
aqui, dexé todo quanto tenia sin esperança». (Pág. 14).

«Mi _aconuerto_ va luchando con mi peligro: no me puede venir cosa que
ya no la tenga ensoñada» (pág. 40).

«Suele venir el _aconuerto_ de cosa que no hay alegria». (pág. 66).

«Todas tus palabras son para aconfortarme, mas no me dan _aconuerto_
quando pienso el desamor de Finoya y mi poca ventura». (Pág. 55).

«Ya trayo mis _aconuertos_ hechos. Dios nos guie: a él encomiendo esto,
y venga lo que viniere» (pág. 51).

Sólo en el cuarto de estos ejemplos está usada la palabra _aconuerto_
en el sentido de «consuelo» ó «alivio», que es el que cuadra á su
derivación del verbo _aconhortar_.

[291] No faltan insulsos juegos de palabras que anuncian á Feliciano de
Silva, v. gr. «Porque vea más de cerca tu gentil _figura_ que me tiene
_desfigurado_». (Pág. 48). «Yo contra ti no puedo ganar, porque no me
queda con qué _aventurar_, y no aprouecharia ser _auenturero_, pues que
soy _desuenturado_» (pág. 35).

La lengua no ofrece particularidad notable. Los aragonesismos son
raros. Sólo he notado un _por tú sola_ (pág. 52).

[292] _La Penitēce Damour, en laquelle sont plusieurs Permasiōs et
respōces tresutilles et prouffitables, Pour la recreatiō des Esperitz
qui veullēt tascher a hōneste conuersation auec les Dames. Et les
occasions que les Dames doibuēt fuyr de cōplaire par trop aux pourchatz
des Hommes, et importunitez qui leur sont faictes soubz couleur de
Seruice, dont elles se trouuent ou trompees, ou infames de leur
Honneur, R. B._

(Al fin): Cy fine la Penitence Damour nouuellement Imprimee. Mil. D.
XXXVII. En 16.º.

El único ejemplar conocido de este libro pertenece hoy á la Biblioteca
Nacional de París, y procede de la de Mr. Méon, conocido colector de
los _Fabliaux_ de la Edad Media.

(Vid. Foulché-Delbosc, _Revue Hispanique_, 1902, pp. 203-205).

[293] Coplas sobre la toma de Fuenterrabía, hechas por Lope Ortiz. It.
«Hágase mucha alegria». D. «Á la contina os va mal». It. un villancico.
It. «Pues no quereis tener paz». It. se siguen unas coplas del mismo
á una señora, porque trovó una glosa sobre _Maldito sea Mahoma_. It.
«Señora muy noblecida». D. «tan ligera me vencí». It. un Codicillo de
amores del mismo. It. «Sepan los enamorados». D. «Y por amansar su
pena». Es en 4.º Costó en Medina del Campo 3 blancas, á 23 de Noviembre
de 1524.

[294] A este romance sigue un _villancico_:

Amor, quien de tus plazeres Y deleites se enamora, Á la fin cuytado
llora...

y un _Romance que fizo un galan alabando a su amiga_, del cual se
conoce otra lección publicada por Wolf (_Sammlung_, 276), tomada de un
pliego suelto de la Biblioteca de Praga.

[295] Tomo IX de la _Antología de poetas líricos castellanos_, pp.
339-350.

El ejemplar que Salvá (_Catálogo_, t. I, p. 394) ocasionalmente
describe, es, según toda probabilidad, el mismo que hoy pertenece á mi
colección, y que el bibliófilo valenciano vería en Inglaterra, en la de
Mr. Samuel Turner, cuyo _ex libris_ conserva.

[296] _Síguese la tragicomedia de Calisto y Melibea, nueuamente trobada
y sacada de prosa en metro castellano, por Juan Sedeño, vezino y
natural de Areualo..._ 4.º let. gót. 114 pp.

(Colofón): «Acabose la tragicomedia de Calisto y Melibea: impressa en
Salamanca, a quinze dias del mes de deciembre, por Pedro de Castro
impresor de libros. Año de mil y quinientos y quarenta años».

El ejemplar de la Biblioteca Nacional, que no es por cierto el
bellísimo que perteneció á D. Agustín Durán, carece de portada y está
expurgado por Fr. Alonso Cano, calificador del Santo Oficio, en Madrid
28 de julio de 1639.

En el _prólogo al lector_ se leen algunas especies curiosas, de las
cuales pudiera inferirse que algo había descendido la popularidad de la
_Celestina_ en 1540, si no tuviésemos tantas pruebas de lo contrario.
Es probable que Sedeño exagerase las cosas para justificar de algún
modo su inútil trabajo de refundición.

«Escudriñando y buscando en qué mi grosera pluma exercitar pudiese,
ocurriome a la memoria la no menos sutil y artificiosa que util y
provechosa tragicomedia de Calisto y Melibea. La cual como algunas
veces fuese por mí leida, siempre me hallaba nuevo en ella, hallando
cada vez cosas dignas de ser vistas y notadas; consideraba el gran
provecho que a los que (no parando en la corteza) sacan y toman el
meollo de ella se sigue. Vi asi mismo que siendo un compendio tan
fructuoso, como todas las novedades aplazen más; a causa _de algunas
nuevas cosas que en depravacion de las antiguas, de poco tiempo acá son
salidas; de esta ya como raída y apartada de la memoria por olvido de
la gente, están las públicas tiendas de los mercaderes y libreros tan
solas como las secretas librerías de los sabios desamparadas; y que
nadie cura de leerla_ para sacar de ella la utilidad que lícitamente
podía conseguir... Muchos toman gusto en las cosas nuevas, y pocos
(aunque algunos) toman sabor en las cosas antiguas; y al fin cada
uno de diverso modo, y por esto, viendo que _este breve libro por su
antigüedad que entre las modernas cosas tenía, a muchos era odioso y
cuasi a ningun favor acepto; quise dalle favor con alguna novedad en
que los lectores se deleitasen, y esto no quise que fuese adicion de
algun auto como algunos han hecho..._(a). Y como esta obra estuviese
del todo cumplida, y de ninguna cosa falta, no me pareció justo añadir
en ella cosa alguna. Mudar la orden de su proceder, era en agravio
de sus primeros autores, a quien tanta reverencia se debe. Pues
considerando que todas las cosas que en metro son puestas traen a sus
autores dos grandes provechos. Lo uno ser así a los oyentes como a los
lectores más aceptas, y lo otro que más facilmente a la memoria de las
gentes son encomendadas: aunque con trabajo de mucho tiempo me dispuse
a lo hacer con determinada voluntad de no adicionar ni disminuir las
sentencias y famosos dichos. I por tanto al discreto lector (a cuya
correccion me someto) suplico si coplas o versos de esta mi obrilla
el debido sonido no tuvieren, no por eso me culpe, pues no se sufria
menos, para que la sentencia del verso de la prosa no discrepase;
principalmente en obra de tanta fatiga y trabajo; antes su elocuencia
emiende aquello que emienda requiere, y lo demas ampare con las alas de
su prudencia y discrecion».

(a): Alude sin duda al de Traso.

Como muestra del trabajo de Sedeño, copio los primeros versos del acto
primero, para que se comparen con los de Urrea:

CAL. En esto veo, Melibea, la grandeza de mi Dios cuán sublime y grande
sea.

MEL. Decid, porque yo lo vea, Calisto, en qué lo veis vos.

CAL. En dar poder á natura que tan linda te hiciese y dotasse tu figura
de tan alta hermosur que ninguna igual te fuese. Y a mí quisiese hacer,
indigno, merced tamaña, que te alcanzase yo a ver en lugar do mi querer
descubra mi pena estraña. Y para mi gran pasion juzgo yo, señora mía,
ser mayor tal galardon que toda mi devocion ni cualquiera otra obra
pia. Dime, si en ello has mirado, señora de mi alvedrio, quién ovo
jamás hallado un cuerpo glorificado de la suerte que está el mio. Por
cierto los muy gloriosos ante la viva existencia no se hallan tan
graciosos, tan contentos ni gozosos como yo con tu presencia. Mas hay
esta diferencia de su gloria a mi placer: que ellos gozan la apariencia
de la divina excelencia sin temor de la perder; yo me alegro con recelo
del tormento tan esquivo que tu ausencia y mi gran duelo dan a mí gran
desconsuelo en grado muy escesivo.

MEL. Tienes este galardon por muy grande y muy crecido?

CAL. Júzgale mi corazon por tan alto y claro don cual otro jamás ha
sido. Si en la gloria Dios me diese, y esto te digo en verdad, una
silla en que estuviese, no pienso que lo tuviese por tanta felicidad.


[297] _Svmma de varones ilustres: en la qual se contienen muchos
dichos, sentencias y grandes hazañas y cosas memorables, de Docientos
y veynte y quatro famosos, ansi Emperadores, como Reyes y Capitanes,
que ha auido de todas las naciones desde el principio del mundo hasta
quasi en nuestros tiempos por el orden de A. B. C. y las fundaciones
de muchos Reynos y Prouincias... La qual recopiló Johan Sedeño, vezino
de la villa de Areualo. Año de 1551..._ En Medina del Campo, por Diego
Fernandez de Cordoba. Hay otra edición de Toledo, 1590.

[298] _Siguense dos coloquios de amores y otro de bienauenturança en
el qual se trata en qué consiste la bienauenturança de esta vida,
nueuamente compuestos por Juan de Sedeño, vezino de Areualo. M. D.
XXXVI._ Sin lugar de impresión. 16 páginas en 4.º.
[299] _Catálogo de obras dramáticas impresas pero no conocidas hasta el
presente... Por Don Emilio Cotarelo y Mori_, 1902, pág. 30.
[300] «Juan de Sedeño published, in 1536, two prose dialogues on Love
and one on Happiness. The former in a more philosophical spirit and
with more terseness of manner, than belonged to the age» (t. II de la
ed. de 1863, pág. 10).

[301] No existe ningún estudio especial acerca de este fecundo y
desvergonzado versificador. En Usoz (_Cancionero de obras de Burlas_,
pp. 237-241), en el _Romancero General_ de Durán (ns. 285, 1252, 1845),
en el _Catálogo_ de Salvá (tomo I, pp. 14 y 15) y sobre todo en el tomo
IV del _Ensayo_ de Gallardo (pp. 42 á 59, 1406 á 1422), se encuentran
varias piezas poéticas suyas y noticias bibliográficas de otras. Dos de
sus pliegos góticos fueron reproducidos en facsímile por D. José Sancho
Rayón.

[302] _Aquí comiençan vnas coplas de las comadres. Fechas a ciertas
comadres no tocando en las buenas: saluo de las malas y d' sus lenguas
y hablas malas, y de sus afeytes y sus azeytes y blanduras; z de sus
trajes z otros sus tratos, Fechas por Rodrigo de Reynosa_ (Facsímile
de Sancho Rayón). El original que sirvió para ella pertenece á la
inestimable colección de pliegos góticos que posee la Biblioteca
Nacional, procedentes de la de Campo Alanje.

[303] _Gracioso razonamiento, en que se introducen dos rufianes, el
vno preguntando, el otro respondiendo en germanía, de sus vidas z arte
de vivir: quando viene vn alguacil; los quales como le vieron, fueron
huyendo, z no pararon fasta el burdel a casa de sus amigas: la vna de
las quales estaua riñendo con vn pastor, sobre quel se quexaua que le
auia hurtado los dineros de la bolsa. Y viendo ella su rufian hazese
muerta, y el se haze fieros, y dize al pastor que se confiese, el qual
haziendo asi, acaua._ Reproduje este _Razonamiento_ en el _Ensayo_ de
Gallardo (t. IV, cols. 1418-1422), excepto las seis últimas estrofas
(_confesión del pastor_), que no me atreví á incluir por estar llena de
horribles obscenidades.

[304] _Comiença vn razonamiento por coplas, en que se cōtrahace la
germanía z fieros de los rufianes z las mugeres del partido, z de vn
rufian llamado Cortauiento y ella Catalina torres altas, con otras dos
maneras de romance y la Chinigala. Fechas por Rodrigo de Reinosa_ (n.º
4487 de Gallardo). Otras composiciones de muy diverso estilo tiene
Rodrigo de Reinosa, feliz imitador de Juan del Enzina en la poesía
pastoril y aun en la lírica popular de asunto religioso. Pero no me
incumbe tratar de ellas aquí, reservando para otro lugar el estudio de
este peregrino poeta, que acaso fué oriundo de la villa montañesa de su
apellido, pues no hay otro pueblo homónimo en España.

[305] Incidentalmente fué imitada la _Celestina_ en otros pliegos
sueltos que relatan fierezas y desgarros de jaques y rufianes, pero
tienen menos curiosidad que los de Rodrigo de Reinosa. Un solo rasgo de
la tragicomedia, el ditirambo que pronuncia Celestina en el acto IX,
escandecida por el mosto de Luque ó de Munviedro, fué origen de una
serie de _Villancicos muy graciosos de unas comadres muy amigas del
vino_. Tienen verdadera gracia, y en Gallardo (t. I, n.º 1272) pueden
leerse. Uno de ellos tiene por tema inicial una frase de la vieja
dipsómana:

          La letra dice que beban
        Tres veces a la comida; Mas debe
        estar corrompida...

«_Pármeno._--Madre, pues tres vezes dizen que es bueno e honesto todos
los que escriuieron.

«_Celest._--Hijos, estará corrupta la letra, por treze tres.»

[306] Véase el interesante estudio, con extractos copiosos, que de
estos sermones, los cuales se conservan manuscritos en la Biblioteca
de la Catedral de Valencia, ha publicado su digno archivero D. Roque
Chabás en la _Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_, tercera
serie, tomos VI, VII, VIII y IX (1902 y 1903). Conviene advertir que
muchas de las cosas que San Vicente dice sobre los vicios y escándalos
que afligieron á la cristiandad durante el largo cisma de Occidente son
de aplicación general y no circunscrita á Valencia, pero otras tienen
un carácter local muy marcado.

[307] _Spill o Libre de les Dones. Per Mestre Jacme Roig. Edición
crítica con las variantes de todas las publicadas y las del Ms. de
la Vaticana, prólogo, estudios y comentarios por D. Roque Chabás._
Barcelona y Madrid, 1905. (Forma parte de la _Biblioteca Hispánica_).

[308] _Poesías de Francisco de Sá de Miranda_ (ed. de D.^a Carolina
Michaëlis), Halle, Niemeyer, 1885, pág. 250.

[309] En el _romance heroico_ que acompaña á su _Oratio luculenta de
laudibus Valentiae_, recogido luego en el _Cancionero General_.

[310] _De Sermone_, lib. III, pág. 1651 de las obras de Pontano en la
edición de Basilea.

[311] «_Senex praeterit, octogenarius, cantitans amore insaniens..._»
(En el diálogo _Antonius_, fol. 36 vto. del tercer tomo de la edición
de Florencia por los herederos de Felipe Iunta, 1520). Sospechamos que
se trata de la misma persona que en el pasaje anterior.

[312] En el mismo diálogo _Antonius_ (fol. 65 vto.) hace decir
Pontano á su mujer: «_Maritus meus amat ancillulas si quas facie
liberali vidit, sectatur ingenuas puellas. Anno superiore Tarenti
cum esset, congnovit non unam, anno ante in Hetruria cum Gaditanula
deprehensus fuit. Iocatur etiam domi cum Æthiopissis, nec pati possum
eius intemperantiam_». Tales costumbres no autorizan á nadie para
convertirse en censor de las ajenas, pero Pontano, aunque fiel servidor
de la dinastía aragonesa, había dado en la manía de atribuir todos
los males del reino á su trato con los catalanes y demás españoles:
el uso del puñal, las blasfemias y juramentos, la prostitución y todo
género de horrores. Así lo dice en el mismo diálogo _Antonius_ (p.
33): «_Ideoque innocentissimus olim populus dum à Catalonia reliquaque
Hispania comportandis gaudet mercibus, dum gentis eius mores admiratur
ac probat, factus est inquinatissimus_».

[313] _Valentine in Hispania citeriore aedes quaedam sacrae,
Vestaliamque monasterio ita quidem patent amatoribus, ut instar
lupanariorum sint._ (En el tratado _De immanitate_, tomo II de
la referida edición florentina, fol. 217 vto.) Esta escandalosa
noticia puede ponerse en cuarentena respecto de la época en que
escribía Pontano, pero de tiempos anteriores hay documentos que,
desgraciadamente, la confirman. Véase una carta de los Jurados
de Valencia á 5 de septiembre de 1414 sobre el monasterio de San
Julián extramuros, que estaba fet _spluga e niu de vicis e peccats_
(Carboneres, _La Mancebía en Valencia_, 1876, pág. 57). Cf. Danvila (D.
Francisco). _El robo de la judería de Valencia en 1391_, tomo VIII del
_Boletín de la Academia de la Historia_, pp. 370 y 387. En una visita
eclesiástica del monasterio de Bernardas de la Zaidia de Valencia del
año 1440 (Archivo Histórico Nacional) se manda por el Visitador que
ninguna religiosa lleve «_manteta, mantonet, paternostres daur ni de
coral... que no s'pelen las celles, los polsos, ni vajen pintades, ço
est, de blanquet, argent e color e di ferse luors en la cara_ (_Revista
de Archivos_, 3.ª época, tomo VIII, página 293).

[314] _Trionfi, carri, mascherate o canti carnacialeschi_, Florencia,
1559. En esta rarísima colección formada por Lasca se atribuye el
Canto de los perfumistas á Messer Jacopo da Bientina Cf. _Canti
carnacialeschi_, ed. Guerrini, Milán, 1883, pp. 116-17.

[315] «_Ma il vorressimo in tutta bontà, e di quelli de Valenza che
sono ben zaldi de dentro e se vedono pigati col reverso de fori.
Pregamovi ad volere ben examinarli et farli vedere a qualche altra
persona, et maximae a spagnoli che se ne intendono et cognoscono la
bontà loro et come voleno essere per uso de donna._» (Luzio Renier, _Il
lusso d' Isabella d' Este_, en la _Nuova Antologia_ de 1896).

[316] «El traer olores y el preciarse de ungüentos preciosos, aunque
no es gran pecado, es a lo menos sobrado regalo, y aun vicio bien
excusado; porque el caballero mancebo y generoso como vos, más honesto
le es preciarse de la sangre que derramó en la guerra de Africa, que
no de la algalia y almizcle que compró en Medina». Así escribía fr.
Antonio de Guevara en 1529 á su amigo Micer Perepollastre (_Epístolas
familiares_, 2.ª parte, XX). Esta donosa letra, _en la cual se toca
cuan infame cosa es andar los hombres cargados de olores y pomas
ricas_, confirma el exceso que en esto había. Los guantes adobados se
vendían á seis y á diez ducados.


[317] _Viajes de extrangeros por España y Portugal en los siglos XV,
XVI y XVII_, colección de Javier Liske (año de 1878), traducida y
anotada por F. R. (Félix Rozanski). Viaje de Nicolás de Popielovo,
pp. 54-57. La costumbre, sin duda de origen francés, de besar á las
damas, que llamó la atención del viajero alemán, es una de las que San
Vicente Ferrer reprueba en uno de sus sermones inéditos: «Si aliqua
est mulier juvenis quae osculetur juvenes, dicent et laudabunt eam
tanquam bonam, et «dico ego quod est putana talis» (Ms. del colegio
del Patriarca, fol. 209, sermón predicado en Villarreal. Apud. Chabás,
_Revista de Archivos_, VIII, 293). «Au regard des dames, elles sont les
plus belles et plus gorgiases et mignongnes que on sçace, car le drap
d'or et le satin brochié et le velour cramoisy leur est aussy commun
que velour noir et satin en nostre pays» (_Voyage de Philippe le Beau
en Espagne en 1501, por Antoine de Lalaing, Sr. de Montigny_, en el
tomo I de la _Collection des voyages des souverains des Pays-Bas_,
publicada por Gachard (Bruselas, 1876, p. 211). El mismo Lalaing hace
una detallada descripción «de l' admirable bourdeau dudit Valence» (pp.
213-214). Al año 1571 pertenece el viaje de Venturino da Fabriano,
que acompañó al Cardenal Alejandrino legado de San Pío V en España.
De este viaje, todavía inédito en la Biblioteca de Dresde, publicó
algunos extractos E. Nunziante, _Un viaggio in Europa nel secolo XVI_,
y de ellos copia E. Mele (_Revista crítica_, III, p. 288) un pasaje
muy curioso relativo á Valencia: «Le donne di Valenza sono più belle
dell' altre sinora viste in Spagna, e più invernisate o lisciate e
liberissime nella vita loro. Vanno a spasso con cavalieri a piedi,
in groppa alle mule, in cocchio, con troppa licenza... Li cavalieri
similmente... vestono con ogni sorta di lindezza e ornamento, ben
spesso piuttosto muliebre che virile, e le donne con tutta la lascivia,
con abito como quello di Barcellona, e de più si coprono il volto,
forse per andar più libere, col mantello o con la ventarola, che tutte
portano; usano pianelle dette _chiappines_, altissime, nella foggia
di zoccoli d'Italia; sono variamente dorate e dipinte». Omito otras
citas de viajeros, que nada añaden, como no sea alguna insolencia, y
termino con la frase, seguramente hiperbólica, de Juan Botero, que por
lo menos debiera haberse acordado de Venecia antes de escribirla: «Non
é città in Europa, oue le donne di mal' affare siano più stimate; cosa
ueramente indegna, conciosia che quiui e d' habitazione, e di uestito,
e di servitù la libidine avanza l' onestà» (_Le Relazioni Vniversali di
Giovanni Botero_, Venecia, 1599, pág. 6).

[318] Act. I, sc. X. «Ho letto il cartello, che manda Don Cirimonia di
Moncada al Signor Lindezza de Valenza».

[319] Novela 42 de la Primera Parte. _Il signor Didaco Centiglia sposa
una giovane, e poi non la vuole e da lei è ammazzato._ «Valenza, quella
dico di Spagna, è tenuta una gentile e nobilissima città, dove, siccome
più volte io ho da mercadanti Genovesi udito dire, sono bellisime e
vaghe donne; le quali si leggiadramente sanno invescar gli uomini, che
in tutta Catalogna non é la più lasciva ed amorosa città: e se per
avventura ci capita qualche giovine non troppo esperto, elle di modo
lo radono, che le Siciliane non sono di loro migliori ne più scaltrite
barbiere...». (_Novelle di Matteo Bandello_, Milán, 1813, tomo III,
pág. 124).

[320] Croce (B.), _Ricerche Ispano-Italiane, II. Noterelle lette all'
Accademia Pontaniana._ (Nápoles, 1898, pp. 1-4). Farinelli (Arturo).
_Sulle Ricerche Ispano-Italiane di Benedetto Croce_ (En la _Rassegna
Bibliografica della Letteratura Italiana_, Pisa, tomo VII, 1899, pág.
284). Mele (Eugenio). Sobre las _Ricerche_ de Croce, en la _Revista
Critica de Historia y Literatura_ de Altamira, tomo III, 1898, pp. 280,
292.

[321] «Más ganaba yo (dice Divicia) que p... que fuese en aquel tiempo,
que por excellencia me llevaron al _publique de Valencia_, y allí
combatieron por mí cuatro rufianes». (Pág. 260).

[322] «Desde el fallecimiento de la Reina Católica había ido
agravándose la dolencia moral que afligía al pueblo valenciano. Los
asesinatos, impunes muchas veces; las violencias, los cohechos de los
jueces y oficiales de justicia, las infidencias de los depositarios
de la fe pública, los raptos de mujeres, los amancebamientos de los
clérigos, la creciente apertura de tabernas, el próspero estado de la
mancebía; la multitud de _enamorados_, rufianes, vagamundos, paseantes
(_picatons_), pendencieros y mendigos que inundaba la ciudad; la
infame y repugnante asociación de libertinos, cuyo título y objeto no
permite el decoro que se recuerden, y otros muchos justificados hechos
que es innecesario consignar, trazan gráficamente el sombrío cuadro
de aquella sociedad desquiciada y revuelta. Las crónicas, manuscritos
coetáneos, disposiciones de los Jurados y Consejo General, registros
de los establecimientos piadosos, procesos de la Inquisición y de los
Justiciazgos civil y criminal, las homilias y otros muchos documentos
públicos y privados, lo atestiguan de una manera irrefutable». Danvila
y Collado (D. Manuel), _La Germanía de Valencia_, pág. 31. Escolano
(_Historia de Valencia_, tomo II, lib. X, col. 1449) atribuye el
desbordamiento de las malas costumbres á «personas estrangeras de
allende, que a ocasion de mercadear, la moravan».

[323] Sabido es que este libro inmundo y soez, cuyo único ejemplar
conocido existe en el Museo Británico, fué reimpreso en Londres, 1841,
por D. Luis de Usoz y Rio, con el extravagante propósito de mostrar la
educación que el clero había dado á la sociedad española. Para Usoz,
fanático protestante, era cosa fuera de duda que todas las indecencias
del _Cancionero_ habían sido escritas por clérigos y frailes. Tesis
igualmente disparatada que la de los que suponen á tontas y á locas que
toda nuestra literatura de los siglos XVI y XVII está informada por el
espíritu católico y es una escuela práctica de virtudes cristianas.
La composición más extensa y brutal del _Cancionero de burlas_, es
decir, la parodia de las _Trescientas_ de Juan de Mena con su glosa,
tiene algún interés para ilustrar las Celestinas secundarias y la
historia anecdótica de la prostitución á principios del siglo XVI.
Todos los nombres que en ella se citan tienen traza de ser reales. Fué
escrita, ó á lo menos terminada en Valencia, á la cual se refieren las
últimas glosas; pero el autor debía de ser castellano por la soltura y
desenfado con que maneja nuestra prosa y por las muchas noticias que
trae de Salamanca, Valladolid, Guadalajara y otros pueblos del interior
de España.

[324] Esta rarísima edición existe en el Museo Británico, procedente
de la Biblioteca Grenviliana. Salvá (_Catálogo_, I, 517) la describe
en estos términos: «El frontis tiene una ancha orla por sus cuatro
lados, y dentro hay un grande escudo de armas del Duque de Gandía. En
la parte superior de la portada se lee: _Con preuilegio_, y debajo del
escudo: _Síguese la Comedia llamada Thebayda, nueuamēte compuesta,
dirigida al illustre y muy magnifico señor él Señor Duque de Gandia..._
Al dorso se halla la dedicatoria titulada _Prefaction_, y en el fol.
II otra dedicatoria en verso, después de la cual viene el argumento
de _La Thebayda_. Esta comedia en prosa principia en el folio III y
concluye al fin del XLV. En el blanco del XLVI se lee: _Síguese la
comedia llamada Ypolita nueuamente compuesta en metro._ Esta termina en
el fol. LII vto. Siguen después foliación y signaturas nuevas para la
_Comedia nueuamente compuesta llamada Seraphina, en que se introducen
nueue personas. Las quales en estilo comienço_ (sic. por _cómico_) _y
á vezes en metro van razonando hasta dar fin á la comedia_. Finaliza
ésta en el reverso del fol. XIII, marcado por errata como si fuera
el XII. Después leemos: _Aunque_ (_¿Nunque?_) compuesto por el mismo
autor. Sigue á esta especie de epígrafe una colección de sentencias
en pareados de ocho sílabas, las que principian á la vuelta de la
penúltima hoja y ocupan casi todo el blanco de la última, dejando
solamente lugar para lo que copio á continuación: _Fue impresa la
presente obra en la insigne Cibdad de Valencia por matre_ (sic)
_George Costilla, impresor de libros; acabose a XV del mes d' febrero
del año mil y D. XXj_ (1521). _Otorgo su cesarea magestad al presēte
libro gracia y Priuilegio que ninguno lo pueda imprimir en todos los
reynos de Castilla ni aragon ni traer de otra imprimido por tiempo de
diez años so las penas en él contenidas._ Fol y vo. 4.º como dice el
Catálogo de la _Biblioteca Grenv._ Letra gótica con unas figuritas al
principio de cada escena de los interlocutores de ella. Tiene foliación
que se renueva al principio de la _Seraphina_, y las signs. A-Iiiij.
Viene luego Aj hasta Cij. Cada cuaderno es de seis hojas». Hasta aquí
el bibliógrafo valenciano. Ignoro si este ejemplar, único de que tengo
noticia, es el mismo que poseyó Moratín, y al cual se refiere varias
veces en sus cartas familiares. En 9 de junio de 1817 escribía desde
Barcelona á D. José Antonio Conde: «Ha parecido en Lutecia un librote
que me enviarán sin falta, y cuando venga no trueco mi opulencia por
la de Midas el de las _aures asininas_. Es nada menos que las tres
citadas, y vueltas á citar y nunca vistas, comedias _La Thebayda_, la
_Tolomea_ y la _Serafina_, impresos en Valencia en el año de 1521, esto
es, cuando Lope de Rueda jugaba á la rayuela y al salta tú con otros
chicos como él en el arenal de Sevilla. Con esta nueva adquisición
tengo ya material para unos ocho tomos de piezas dramáticas del primer
siglo del teatro español, comenzando en Juan de la Enzina y acabando
por Juan de la Cueva». (_Obras Póstumas de don Leandro Fernández de
Moratín_, tomo II, 1867, pp. 284-285). Moratín, por distracción sin
duda, puso en vez de la _Hipólita_ la _Tolomea_, que es una de las tres
comedias de Alonso de la Vega, impresas en 1566. Las otras dos son la
_Serafina_ y _la Duquesa de la Rosa_. En carta al mismo Conde (9 de
agosto de 1817) añade: «Hoy mismo tendré en mis manos pecadoras el
libro que contiene aquellas comedias antiguas de que hablé á Vd., y él
me consolará por algunos días de los desabrimientos que continuamente
me molestan». (Pág. 288). La compra se hizo por medio del abate D.
Juan Antonio Melón, á quien escribía Moratín desde Montpellier, en 10
de septiembre de 1817: «Me han acompañado en mi viaje aquellas tres
rancias comedias que me adquiriste, de las cuales aún no he podido leer
más que la mitad de la primera. Es una novela en diálogo, imitación de
la _Celestina_ y muy inferior á aquel excelente original» (pág. 960).
Antes que Moratín diese breve cuenta de estas piezas en sus _Orígenes
del teatro español_, sólo se encontraba la escueta noticia de sus
títulos y del año y lugar de impresión en Nicolás Antonio (_Biblioteca
Hispana Nova_, tomo II, pág. 338), que duda por cierto si el autor
es uno solo: «sive unum sive plures». Velázquez, en sus _Orígenes de
la poesía castellana_ (traducción alemana de Dieze, p. 310), copió
la indicación bibliográfica de Nicolás Antonio, que repitieron luego
García de Villa (_Origen, épocas y progresos del teatro español_, p.
251), Pellicer (_Tratado Histórico de la Comedia y del Histrionismo_,
I, pág. 16) y otros autores, ninguno de los cuales da el menor indicio
de haber visto tales comedias. Es muy dudosa la existencia de las dos
ediciones que algunos bibliógrafos suponen hechas en Valencia por el
mismo Jorge Costilla en 1524 y 1532. Nadie las ha descrito, y puede
haber error en los guarismos. La única reimpresión positiva y auténtica
es de la de Sevilla, 1546, de la cual se conocen tres ejemplares más ó
menos completos. Ninguno de ellos contiene la _Hipólita_, sino solas
la _Thebaida_ y la _Seraphina_. Nuestra Biblioteca Nacional posee
el magnífico ejemplar que fué de Salvá y le sirvió para el cínico
análisis inserto en el tomo II de su _Catálogo_. Brunet describe el
de la Biblioteca Nacional de París, que está falto de las últimas
hojas, y Wolf (_Studien_, pág. 290) cita el de la Biblioteca Imperial
de Viena. Esta edición de Sevilla no es en folio, sino en 4.º Lleva
en la portada y al principio de las escenas figuritas que supongo que
serán las mismas de la edición príncipe. Carece de foliatura y tiene
las signaturas a-r, todas de ocho hojas. Al fin dice: _Fue impressa
la presente obra, llamada Thebayda, en Seuilla en casa de Andrés de
Burgos. Acabose a diez de Mayo. Año de mil y quinientos y quarenta y
seys años._ La extremada rareza de estas comedias hizo que algunos
eruditos sacasen copias de ellas para su estudio. En el departamento
de Manuscritos de la Biblioteca Nacional existen la _Thebayda_ y la
_Seraphina_ copiadas del ejemplar de Viena por Böhl de Faber, y la
_Hipólita_, transcrita de la edición de 1521 por D. Agustín Durán.

[325] _Obras de Moratín_, ed. de la Academia de la Historia, I, pág.
152.

[326] En la introducción que Du Méril puso á su edición de la comedia
_Alda_ (_Poésies inédites du Moyen Age_, 3.ª sección, París, 1854,
pág. 423) dice que este asunto se encuentra con algunas diferencias
en el _Mischle Sandabar_, colección de cuentos hebreos, traducida por
Carmoly, y con identidad completa en un poema francés inédito del siglo
XIII, _Floris y Lyriope_, y en el _fabliau_ de Trubert, colección de
Méon, tomo I, pág. 192.

[327] En dos de las _Settanta Nouvelle Porretane_ del boloñés Sabadino
(fols. XII y Liiii de la edición de 1510) intervienen hombres
disfrazados de mujeres. Ambas novelas son muy licenciosas pero nada
tienen que ver con el argumento de la _Seraphina_. Más se parece el de
la novela XII de Masuccio Salernitano (_Il Novellino_, ed. Setembrini,
Nápoles, 1874, pp. 150 á 162).

[328] Trátase de Serafino Aquilano, célebre músico y poeta napolitano
(1466-1500), muy dado á sutilezas y conceptos, por lo cual se le
considera como uno de los precursores del _seicentismo_. En España
debía de alcanzar mucho crédito á principios del siglo XVI, pues ya
hemos visto que también Urrea le cita con elogio.

[329] Pág. 379-380. Cito por la reimpresión que los señores Marqués de
la Fuensanta del Valle y D. José Sancho Rayón hicieron en el tomo V
de su _Colección de libros españoles raros ó curiosos_ (Madrid, 1873)
que comienza con la _Comedia Selvagia_. De la _Seraphina_ se tiraron
también algunos ejemplares aparte.


[330] «Estilo, frases, traza, todo es idéntico», dice Gallardo
(_Ensayo_, I, col. 1184). Algo habría que objetar á esto, pero en
realidad prevalecen las semejanzas.

[331] «_Menedemo._--En verdad te digo, si hubieses visto las cosas
que en prosa y en metro tiene compuestas, te pondría espanto». (pág.
41). «_Franquila._--¿A quién en el mundo visteis vosotros hablar ni
trobar por tan alto y limado estilo? ¿E adónde se hallará su abundancia
de vocablos, e la facundia que tiene en la lengua?». (pág. 104).
«_Franquila._--¿Y en el arte de la oratoria, parécete que se queda
atrás? «_Menedemo._--Muy mejor escribe en prosa que en metro». (pág.
108). «_Galterio._--Oh cancion digna de estar escrita con letras de
oro! y cierto aquel Florentino Petrarca, en su galana toscana lengua,
no declaró su pasion con sentencia ni metros tan altos, ni pudo por tal
estilo, aunque mucho se trabajaba, representar en público lo que en el
alma sentía, en el tiempo que él, como muchas veces afirma, más fuego
tuvo encerrado en el pecho; ¡oh quién la tornase á oir otra vez! ¿Qué
me dices, Menedemo, que te veo helado? «_Menedemo._--Por la Sagrada
Escritura te juro que daría mi caballo con el jaez por tener la cancion
escrita, porque pienso que cosa semejante á ésta nadie hasta hoy la
compuso». (pág. 137). «_Menedemo._--¡O santo Dios! qué maravillosa
manera de metrificar, e qué medida en los pies, y qué sentencia tan
comprehensible en su propósito». (pág. 258). Como no es de suponer
que el autor de los versos sea uno y el de la prosa otro, habrá que
convenir en que ningún poeta ha llegado á la frescura de este anónimo
en lo de elogiarse á sí mismo. Todas sus composiciones son á estilo
de los cancioneros del siglo XV. Las más curiosas son dos glosas de
romances, _Rosa Fresca y Por el mes era de Mayo_.

[332] «_Galterio._--Mi principal intencion es, como ya sabes, ser
amigo de todos los ministros de la justicia, porque éstos contentos,
puede hombre desollar caras en medio de la ciudad como cada día ves
que se hace; y esto con poco trabajo se alcanza, porque con dar...
algunos avisos de hombres facinerosos, y de algunos que juegan juegos
devedados, y de algunas mancebas de casados, ó frailes ó clérigos
pobres, que de los demás otro norte se sigue, como luego y tambien
acostumbro acompañar algunas noches al corregidor ó teniente, y
con llevalle alguna vez un presentillo liviano de cualquier par de
perdices, y con otros servicios de pelillo semejantes á éstos puedes á
banderas desplegadas matar moros...». «Esto dejado, tambien procuro de
tener contentos los caballeros de la ciudad, en algunas cosas como en
acompañallos de que hombre los encuentra en la calle, que es cosa de
que ellos mucho se honran; y tambien loar sus cosas á persona que se lo
hayan de decir el mismo día, como á criados y familiares de su casa...
Otra forma no pensada tengo tambien para con los señores de la Iglesia,
etcétera» (pp. 180-183).

[333] D. Pedro IV de Aragón mandó extinguir este _oficio_, por carta
real dada en Valencia á 6 de marzo de 1337 (vid. _Aureum Opus regalium
privilegiorum_, p. CIII. _De revocatione officii regis Arloti_, VIII,
citado por Carboneres en sus curiosos apuntes históricos sobre _La
mancebía en Valencia_, Valencia, 1876).

[334] _Obras del marqués de Santillana_, ed. de Amador de los Rios,
pág. 513.

[335] Vid. sobre estos valencianismos de la _Seraphina_ (que son mucho
más raros en la _Thebayda_) una indicación de D. Cayetano Vidal de
Valenciano en _Lo Gay Saber_, segunda época, año IV, 15 de mayo de 1881.

[336] La _Thebayda_ fué reimpresa por el marqués de la Fuensanta del
Valle en el tomo XXII de la _Colección de libros españoles raros ó
curiosos_ (Madrid, 1894). Esta edición es incorrectísima; se hizo por
una mala copia del ejemplar de la Biblioteca Nacional, y se ve que no
fué cotejada ni corregida por nadie. Hay erratas monstruosas, que hacen
á veces impenetrable el sentido. Á ella nos referimos, sin embargo, por
ser la única accesible á la mayor parte de los lectores.

[337] Es un tomo en 4.º, sin lugar ni año, 54 folios, signaturas
Aij-Niij, con grabados en madera. Hay tres reimpresiones modernas de la
_Lozana_, una en el tomo primero de la _Colección de libros españoles
raros ó curiosos_, de Sancho Rayón y Fuensanta del Valle (Madrid,
1871); otra de París, 1888, en que acompaña al texto castellano una
traducción francesa de Alcides Bonneau, y la última de Madrid, en la
_Colección de libros picarescos_ del difunto editor Rodríguez Serra
(1899). Todas estas ediciones, que en rigor se reducen á una sola,
proceden de una copia que Gayangos hizo sacar del libro de Viena, y que
nadie se ha tomado el trabajo de cotejar.

[338] En su artículo sobre la _Celestina_ reimpreso en sus _Studien_
(pág. 290).

[339] El autor indudablemente la retocó antes de imprimirla, añadiendo
algunas cosas de fecha posterior, porque no hemos de atribuirle don
de profecía. «_Rampin._--Los cardenales son aquí como los mamelucos.
«_Lozana._--Aquellos se hacen adorar. «_Ramp._--Y éstos tambien.
«_Loz._--Gran soberbia llevan. «_Ramp._--El _año de veinte y siete_
me lo dirán. «_Loz._--Por ellos padeceremos todos». (Pág. 45 de la
ed. de _Libros raros_). «_Lozana._--¿Qué predica aquél? Vamos allá.
«_Ramp._--Predica cómo se tiene de perder Roma, destruirse el ano del
XXVII, mas dícelo burlando» (pág. 73). «_Anctar._--Pues año de veinte
é siete dexa á Roma y vete. «_Comp._--¿Por qué? «_Anct._--Porque será
confusion y castigo de lo pasado. «_Comp._--A huir quien más pudiere.
«_Anct._--Pensá que llorarán los barbudos, y mendicarán los ricos, y
padescerán los _susurrones_, y quemarán los públicos y aprobados ó
canonizados ladrones. «_Comp._--¿Cuáles son? «_Anct._--Los registros
del Jure Cevil» (pp. 131-132).

[340] Véase una muestra: «_Lozana._--Mira, no te ahogues, que este
Tiber es carnicero como Tormes, y paréceme que tiene este más razon que
no el otro. «_Sagüeso._--¿Por qué éste más que los otros? «_Loz._--Has
de saber que esta agua que viene por aquí era partida en munchas
partes, y el emperador Temperio quiso juntarla y que viniese toda
junta, y por más excelencia quiso hacer que jamás no se perdiese ni
faltase tan excelente agua á tan magnífica cibdad, y hizo hacer un
canal de piedras y plomo debaxo á modo de artesa, y hizo que de milla
á milla pusiesen una piedra y escrito de letras de oro su nombre,
Temperio, y {andaban dos mil hombres en la labor cada día; y como los
arquimaestros fueron á la fin que llegaban á Ostia Tiberiana, antes
que acabasen vinieron que querían ser pagados. El Emperador mandó
que trabajasen sin entrar en la mar; ellos no querían, porque si
acababan, dubitaban lo que les vino, y demandaron que les diese su hijo
primogénito, llamado Tiberio, de edad de diez y ocho años, porque de
otra manera no les parecía estar seguros; el Emperador se lo dió, y por
otra parte mandó saltar las aguas, y ansí el agua con su ímpetu los
ahogó á maestros y laborantes y al hijo, y por eso dicen que es y tiene
razon de ser carnicero Tiber á Tiberio» (pp. 262-263).

Ignoro el origen de esta leyenda, que no encuentro en el precioso libro
de Graf, _Roma nella memoria e nelle inmaginazioni del Medio Evo_.

Otros rasgos de esta arqueología infantil hay en la _Lozana_: «Os
puedo mostrar al _Rodriguillo español de bronce_; hecha fué estátua en
Campidolio, que se saca una espina del pie y está desnudo» (pág. 48).

«_Lozana._--¿or dó hemos de ir?

«_Rampin._--Por aquí, por plaza Redonda, y vereis el templo de Panteon,
y la sepultura de Lucrecia Romana, y el aguja de piedra que tiene la
ceniza de Rómulo y Rémulo, y la coluna labrada, cosa maravillosa».
(Pág. 69).

[341] «_Auctor._--Y á vos no conocí yo _en tiempo de Julio segundo_ en
plaza Nagona, quando sirviedes al señor canónigo?». (Pág. 84).

La acción de la _Lozana_ pasa en 1513, puesto que se menciona la
coronación de León X:

«_Loz._--Yo venía cansada, que me dixeron que el Santo Padre iba á
encoronarse. Yo, por verlo, no me curé de comer.

«_La Sevillana._--¿Y vístelo por mi vida?

«_Loz._--Tan lindo es, y bien se llama Leon décimo, que así tiene la
cara». (pág. 23).

De las cosas del tiempo de Alejandro VI se habla en la _Lozana_ como de
oídas: «Ya es muerto el duque Valentin, que mantenía los haraganes y
vagamundos». (Pág. 254).

[342] «_Loz._--Dime Divicia, ¿dónde comenzó ó fué el principio del mal
francés?

«_Divicia._--En Rapolo, una villa de Génova, y es puerto de mar; porque
allí mataron los pobres de San Lázaro, y dieron á saco los soldados del
rey Carlo Cristianísimo de Francia aquella tierra y las casas de San
Lázaro... y luego incontinenti se sentían los dolores acerbísimos y
lunáticos, que yo me hallé allí y lo vi, que por eso dicen el Señor te
guarde su ira, que es esta plaga que el sexto ángel derramó sobre casi
la metad de la tierra.

«_Loz._--¿Y las plagas?

«_Div._--En Nápoles comenzaron, porque tambien me hallé allí cuando
dicían que habían enfecionado los vinos y las aguas; los que las bebían
luego se _aplagaban_, porque habían echado la sangre de los perros y
de los leprosos en las cisternas y en las cubas, y fueron tan comunes
y tan invisibles, que nadie pudo pensar de dónde procedían. Muchos
murieron, y como allí se declaró y se pegó, la gente que despues
vino de España llamábanlo mal de Nápoles, y éste fué su principio, y
_este año de veinte y cuatro son treinta é seis años que comenzó_. Ya
comienza á aplacarse con el legno de las Indias Occidentales, cuando
sean sesenta años que comenzó, al hora cesará» (pp. 273 y 274).

[343] «Y si por ventura os veniere por las manos un otro tratado _de
Consolatione infirmorum_, podeis ver en él mis pasiones, para consolar
á los que la fortuna hizo apasionados como á mí; y en el tratado que
hice del leño del India, sabreis el remedio mediante el cual me fué
contribuida la sanidad, y conocereis el Auctor no haber perdido todo
el tiempo, porque como vi coger los ramos del árbor de la vanidad á
tantos, yo, que soy de chica estatura, no alcancé más alto, asenteme el
píe hasta pasar, como pasé, mi enfermedad». (Pág. 334).

[344] _Historia bibliográfica de la Medicina EspaÃ} {±ola, obra póstuma
de D. Antonio Hernández Morejón_, tomo II, Madrid, 1843, pág. 219.

_Anales Históricos de la Medicina en general, y
biográfico-bibliográficos de la española en particular, por D.
Anastasio Chinchilla. Historia de la Medicina Española_, tomo I,
Valencia, 1841, página 186.

Las donosísimas coplas de Cristóbal de Castillejo «en alabanza del
palo de las Indias, estando en la cura del», cuya fecha es lástima no
conocer, prueban el entusiasmo y avidez con que fué recibido el nuevo
remedio.

[345] _Il modo de adoperare el legno de India occidentale, salutifero
remedio a ogni piaga et mal incurable, et si guarisca il mal Franceso;
operina de misser prete Francisco Delicado._ (Al fin): _Impressum
Venetiis sumptibus vener. presbiteri Francisci Delicati Hispani de
Oppido Martos, die 10 Februarii 1529._ 4.º, ocho folios de letra gótica.

[346] Vid. el tomo II de mi _Historia de los Heterodoxos Españoles_,
pág. 113.

[347] Está descrita con el número 4568 en las adiciones al _Ensayo_
de Gallardo (t. IV, cols. 1563-64). Las palabras con que termina este
volumen son exactamente las mismas que Delicado solía usar, aunque
no se expresa su nombre. «Estampado en la ynclita ciudad de Venecia;
hizo lo estampar miser Juan Batista Pedrezano, mercader de libros:
por importunacion de muy munchos señores a quien la obra y estilo y
lengua Romance Castellana muy muncho plaze. Correcto de las letra que
trastrocadas estavan: se acabo año del Señor 1531. A dias 20 Novembris.
Reinando el inclito serenissimo príncipe miser Andrea Griti, Duque
clarissimo. Cum gracia y privilegio del inclito prudentissimo Senado; a
la libreria o botecha que tiene por enseña la Torre junta al puente del
Rialto».

[348] En el prólogo habla del «arte de aquella mujer que fué en
Salamanca en tiempo de Celestino segundo». Claro que es broma lo de la
época de Celestino II, cuyo breve pontificado pertenece al siglo XII
(1143-1144), pero la indicación de Salamanca es uno de los más antiguos
testimonios que pueden encontrarse en favor de la tradición que pone
allí el teatro de la tragicomedia de Rojas. Ya que me olvidé de citarlo
en su lugar propio, subsano aquí la falta.

Pág. 187: «Monseñor, esta es _Cárcel de Amor_, aquí idolatró Calisto,
aquí no se estima Melibea, aqui poco vale Celestina».

Pág. 255: «Dicen que no es nacida ni nacerá quien se la pueda comparar
á la Celidonia, porque Celestina la sacó de pila».

La Lozana se hacía leer por los amigos, entre otras composiciones
literarias, la _Celestina_: «Quiero que me leais, vos que teneis
gracia, las coplas de Fajardo y la comedia Tinelaria y á Celestina, que
huelgo de oir leer estas cosas mucho.

«_Silvano._--¿Tiénela vuestra merced en casa?

«_Loz._--Señor, vedla aquí, mas no me la leen á mi modo, como hareis
vos». (Pág. 239).

La _Comedia Tinelaria_ es de Bartolomé de Torres Naharro. Las coplas
de Fajardo no deben de ser otra cosa que la bestial _C... comedia
del Cancionero de Burlas_, dedicada, como en ella se dice, al «noble
caballero Diego Faxardo, que en nuestros tiempos en gran luxuria
floreció en la ciudad de Guadalaxara».

[349] «_Lozana._--Andate ahí, p... _de Tesalia_, con tus palabras
y hechizos, que más sé yo que no tú ni cuantas nacieren, porque he
visto moras, judías, zíngaras, griegas y cecilianas, que éstas son
las que más se perdieron en estas cosas, y vi yo hacer munchas cosas
de palabras y hechizos, y nunca vi cosa ninguna salir verdad, y todas
mentiras fingidas, y yo he querido saber y ver y probar como Apuleyo,
y en fin hallé que todo era vanidad, y cogí poco fruto, y ansí hacen
todas las que se pierden en semejantes fantasías». (Pág. 267).

«_Loz._--Como dixo _Apuleyo_, bestias letrados». (Pág. 303).

«_Porfirio._--¡Oh Dios mío y mi Señor! como Balán hizo hablar á su asna
¿no haría Porfirio leer á su Robusto, que solamente la paciencia que
tuve cuando le corté las orejas me hace tenelle amor? pues vestida la
veste talar, y asentado y bello, como tiene las patas como _el asno de
oro de Apuleyo_, es para que le diesen beneficios, cuanto más graduallo
bacalario». (Pág. 324).

El mismo Porfirio dice de su asno que «no sabe leer, no porque le falte
ingenio, mas porque no lo puede expremir por los mismos impedimentos
que _Lucio Apuleyo, cuando, siendo asno, retuvo siempre el intelecto_
de hombre racional». (Pág. 324).

[350] Esta semejanza fué advertida primeramente por los señores
Fuensanta del Valle y Sancho Rayón en la advertencia preliminar de su
edición de la _Lozana_, pág. 7.

[351] Th. Braga, en un artículo muy interesante de la _Bibliographia
Critica_, de F. Adolpho Coelho, tomo I (y único). Porto, 1875, pág. 99.

Es cierto que en la _Lozana_ se cita más de una vez á _Zopin_, pero
no como personaje literario, sino como tipo popular, como uno de los
rufianes más conocidos en Roma (pág. 203). La _Lozana_ se indigna de
que la comparen con él.

[352] _Giornale Storico della letteratura italiana._ Turín, 1880, tomo
XIII, pág. 317. Ya el traductor francés Alcides Bonneau había notado la
prioridad cronológica de la obra de Delicado sobre los _Ragionamenti_
del Aretino.

[353] «E discutibile e discutibilissimo che l'Aretino abbia foggiati
i _Ragionamenti_ e la _Puttana errante_ sul tipo della sfrontata ed
accorta _Lozana Andaluza_ di Francesco Delgado, come pare inclini ad
ammetere il Graf. Nella vita licenciosa delle cortigiane e femmine di
postribolo l'Aretino, esperto di tutto, ne sapeva un punto di piú del
Delgado... nè a me consta che la _Lozana_, benchè composta a Roma,
godesse grande diffusione a'tempi dell'Aretino.»

(A. Farinelli. En la _Rassegna Bibliografica della letteratura
Italiana_, tomo VII, pág. 281. Pisa, 1900).

[354] Vid. el precioso estudio de A. Graf, _Una cortigiana fra mille:
Veronica Franco_, en su libro _Attraverso il Cinquecento_ (Turín, 1888,
pp. 217-355).

[355] Apud Eccard, _Corpus historicorum medii aevi_, tomo II, pág.
1997. Apud Graf, pág. 284.

[356] _Diarii_, tomo VIII, col. 414. Apud Graf, pág. 286.

[357] «Hay de todas naciones; hay españolas castellanas, vizcaínas,
montañesas, galicianas, asturianas, toledanas, andaluzas, granadinas,
portuguesas, navarras, catalanas y valencianas, aragonesas,
mallorquinas, sardas, corsas, sicilianas, napolitanas, brucesas,
pullesas, calabresas, romanescas, aquilanas, senesas, florentinas,
pisanas, luquesas, boloñesas, venecianas, milanesas, lombardas,
ferraresas, modonesas, brecianas, mantuanas, raveñanas, pesauranas,
urbinesas, paduanas, veronesas, vicentinas, perusinas, novaresas,
cremonesas, alexandrinas, vercelesas, bergamascas, trevijanas,
piedemontesas, saboyanas, provenzanas, bretonas, gasconas, francesas,
borgoñonas, inglesas, flamencas, tudescas, esclavonas y albanesas,
candiotas, bohemias, húngaras, polacas, tramontanas y griegas.

«_Lozana._--Ginovesas os olvidais.

«_Bolijero._--Esas, señora, sonlo en su tierra, que aquí son esclavas ó
vestidas á la ginovesa por cualque respeto» (pp. 107-108).

[358] La Imperia Romana, manceba del célebre banquero Agustín Chigi,
murió en 1511, según lo publicaba su insolente epitafio en la capilla
de Santa Gregoria. «Imperia Cortisana Romana quae digna tanto nomine,
rarae inter mortales formae specimen dedit. Vixit a. XXVII, d. XII.
Obiit MDXI, die XV Augusti».

La Imperia Aviñonesa que aparece en el _Retrato de la Lozana_
(mamotretos 60-62) debe de ser una cortesana posterior, que tomó el
nombre de la primera, según acostumbraban las de su oficio: «Y como
vienen, luego se mudan los nombres con cognombres altivos y de gran
sonido, como son: la Esquivela, la Cesarina, la Imperia, la Delfina,
la Flaminia, la Borbona, la Lutreca, la Franquilana, la Pantasilea,
la Mayorana, la Tabordana, la Pandolfa, la Dorotea, la Oropesa, la
Semi-dama, y doña tal, y doña Adriana, y así discurren, mostrando por
sus apellidos el precio de su labor» (pág. 109).

[359] Vid. especialmente la novela 51 de la 2.ª parte: _Isabella da
Luna, spagnuola, fa una solenne burla a chi pensava di burlar lei_.

«Fra l'altre che a Roma sono, ce n'e una; detta Isabela da Luna,
Spagnuola, la quale ha cercato mezzo il mondo. Ella andò alla Goletta
e a Tunisi; per dar soccorso ai bisognosi soldati, e non gli lasciar
morir di fame. Ha anco un templo seguitata la Corte dell' Imperadore
per la Lamagna e la Fiandra e in diversi altri luoghi... Se n' è
ultimamente ritornata a Roma, dov' è tenuta, da chi la conosce, per
la più avveduta e scaltrita femmina che stata ci sia già mai. Ella è
di grandissimo intertenimento in una compagnia, siano gli uomini di
che grado si vogliano, perciocchè con tutti si sa accomodare e dar la
sua a ciascuno. E' piacevolissima, affabile, arguta, e in dare à tempi
suoi le risposte a ciò che si ragiona prontissima. Parla molto bene
Italiano; e se è punta, non crediate che si sgomonti, e che le manchino
parole a punger chi la tocca; perchè è mordace di lingua, e non guarda
in viso a nessuno, ma dà con la sue pungenti parole mazzate da orbo. E'
poi tanto sfacciata e presuntuosa, che fa professione di far arrossire
tutti quelli che vuole, senza che ella si cangi di colore». (_Novelle
di Matteo Bandello_, Milán, 1814, tomo VI, pp. 518-519).

Todas las señas de este retrato convendrían perfectamente á la Lozana,
si la cronología lo permitiese. Pero no siempre fueron afortunadas las
andanzas de Isabel de Luna en Italia. Véase la novela 17 de la parte
IV del mismo Bandello, _Castigo dato a Isabella Luna meretrice, per la
innobedienza ai comandamenti del Governatore di Roma_. (tomo IX, pp.
283-290).

[360] Vid. el estudio crítico sobre aquel poeta, que publiqué al
principio del segundo tomo de la _Propaladia_ (Madrid, 1900, en la
colección de los _Libros de antaño_).

Torres Naharro tiene algunas afinidades con Delicado, especialmente
en una composición bastante licenciosa que no se atrevió á incluir en
la _Propaladia: Concilio de los Galanes y cortesanas de Roma invocado
por Cupido_ (pliego suelto de la Biblioteca de Oporto). De su contexto
parece inferirse que fué compuesto en 1515.

En el _prohemio_ de la _Propaladia_ dice Torres Naharro: «Ansí mesmo
hallarán en parte de la obra algunos vocablos italianos, especialmente
en las comedias, de los cuales convino usar, habiendo respecto al lugar
y á las personas á quien se recitaron. Algunos dellos he quitado, otros
he dejado andar, que no son para menoscabar nuestra lengua castellana,
antes la hacen más copiosa» (pp. 10-11 de la edición moderna).

[361] «Demandó Gonela al Duque que los médicos de su tierra le diesen
dos carlines al año. El Duque, como vido que no avia en toda la tierra
arriba de diez, fué contento. El Gonela ¿qué hizo? atóse un paño al pie
y otro al brazo, y fuese por la tierra. Cada uno le decía ¿qué tienes?
y él le respondía: tengo hinchado esto, e luego le decían: va, toma la
tal hierba y tal cosa y póntela y sanarás; despues escrevía el nombre
de cuantos le decían el remedio, y fuese al Duque, y mostróle cuantos
médicos habia hallado en su tierra, y el Duque decía: ¿Has tú dicho
la tal medicina á Gonela? El otro respondía: señor, sí; pues pagá dos
carlines, porque sois médico nuevo en Ferrara» (pág. 272).

Esta anécdota, ú otra muy análoga, se repite en varias colecciones de
_facecias_ italianas y españolas. Es el primero de los _Doce cuentos_
de Juan Aragonés, que acompañan al _Alivio de caminantes_, de Juan de
Timoneda, en algunas ediciones.

[362] Vid. el tomo II de estos _Orígenes de la novela_, pág 110.

[363] «_Lozana._--Micer Porfirio, estad de buena gana, que yo os lo
vezaré á leer, y os daré órden que despachés presto para que os volvais
á vuestra tierra; id mañana, y haced un libro grande de pergamino, y
traédmelo, y lo vezaré á leer, é yo hablaré á uno que si le untais
las manos será notorio, y os dará la carta del grado, y hacé vos con
vuestros amigos que os busquen un caballerizo que sea pobre y jóven...
y desta manera venceremos el pleito, y no dubdeis que de este modo
se hacen sus pares bacalarios. Mirá, no le deis á comer al Robusto
dos dias, y cuando quisiere comer, metelde la cebada entre las hojas,
y ansí lo enseñaremos á buscar los granos y á boltar las hojas, que
bastará, y diremos que está turbado, y ansí el notario dará fe de
lo que viere, y de lo que cantando oyere. Y así _omnia per pecuniam
facta sunt_, porque creo que basta harto que lleveis la fe, que no os
demandarán si lee en letras escritas con tinta ó con olio ó iluminadas
con oro...». (Páginas 324-325).

[364] _Comedia de Sepúlveda_ (edición de D. Emilio Cotarelo), Madrid,
1901, pág. 15.

[365] _La Prima Parte de Ragionamenti di M. Pietro Aretino, cognominato
il Flagello de Prencipi, il veritiero, e'l divino, divisa in tre
giornate_, MDLXXXIIII (1584).

PP. 141-219: «Comincia la terza et ultima giornata de capricciosi
ragionamenti de l'Aretino, ne la quale la Nanna racconta a l'Antonia la
vita de le Puttane».

[366] _Coloquio de las Damas, agora nueuamēte corregido y emendado M.
D. XL. VIII._

8.º, letra itálica, 94 hs. foliadas, inclusas las preliminares, y
una sin foliar y otra blanca. El bello ejemplar que tengo á la vista
perteneció á la biblioteca de Ternaux Compans.

Edición seguramente clandestina, que algunos suponen hecha en
Salamanca, por Juan de Junta. Pero el género de las erratas, y hasta el
tipo de letra, muy parecido al de los _Diálogos_ de Luciano, estampados
en Lyon, 1550, por la imprenta del Grypho, hacen sospechar que salió de
esta ú otra oficina extranjera.

La edición de 1549, descrita por Brunet, tiene la portada de rojo y
negro: _Coloquio de las damas. Nueuamente impreso año de 1547._ Es de
letra gótica, y lleva el siguiente colofón: _Fue impreso el presente
tratado intitulado: Coloquio de las damas, en la noble villa de Medina
del Campo, por Pedro de Castro, impresor. Acabóse á q[=r]o dias del mes
de Enero. Año d' mil y quinientos y quarenta y nueue años._

La omite D. Cristóbal Pérez Pastor en su excelente monografía sobre
_La Imprenta en Medina del Campo_, acaso por considerar apócrifa la
subscripción final, aunque no lo parece.

--_Coloquio de las Damas, Agora nueuamente corregido y emendado. 1607._
8.º, 141 pp. de letra redonda.

Una nueva y bien excusada reimpresión hizo en Madrid, 1900, el difunto
editor Rodríguez Serra en el segundo tomo de la que llamó _Colección de
libros picarescos_.

[367] «Si por ventura alguno, más furioso de lo que conviene,
murmurando acusase al tradutor deste Coloquio, diziendo no averlo
romançado al pie de la letra de como está en Toscano, quitando en
algunos cabos partes, y en otros renglones, e assi mesmo mudando
nombres y alguna sentencia y en algun otro lugar diziendo lo mesmo que
el autor, aunque por otros modos: A esto respondo, que en diversos
lugares deste Coloquio fallé muchos vocablos, que con la libertad que
hay en el hablar y en el escrivir donde él se imprimio se sufren,
que en nuestra España no se permitirian en ninguna impresion, por la
desonestidad dellos. De cuya causa en su lugar acordé de poner otros
más honestos, procurando en todo no desviarme de la sentencia, aunque
por diferentes vocablos, excepto en algunas partes donde totalmente
convino huyr della: por ser de poco fructo, y de mucho escándalo y
murmuracion». (Fol. XI de la primera edición).

[368] Consta ya la prohibición en el Indice de Valdés, 1559. (Vid.
la reimpresión de Reusch, _Die Indices librorum prohibitorum des
Sechzehnten Jahrhundertes..._ Tubinga, 1886, tomo 176 de la Sociedad
Literaria de Stuttgart, pág. 233).

[369] _Pornodidascalus, sev Colloquium Muliebre Petri Aretini
ingeniosissimi et ferè incomparabilis virtutum et vitiorum
demonstratoris: De astu nefario horrendisque dolis, quibus impudicae
mulleres juventuti incautae insidiantur, Dialogus. Ex italico in
hispanicum sermonem versus à Ferdinando Xuaresio Seviliensi. De
Hispanico in latinum traducebat, ut juventus Germana pestes illas
diabolicas apud exteros, utinam non et intra limites, obvias cavere
possit cautius, Gaspar Barthius... Francofurti. Typis Wechelianis,
sumptibus Danielis ac Davidis Aubriorum, et Clementis Schleichii. Anno
M. DC. XXIII._

8.º, 124 pp. y tres de erratas sin foliar. Fué reimpreso una ó dos
veces.

[370] Hay quien cita una edición de 1530, pero hasta ahora no se conoce
ejemplar alguno ni es verisímil su existencia.

--_Segunda comedia de Celestina: en lo_ (sic) _que se trata de los
amores de vn cauallero llamado Felides, y de vna donzella de clara
sangre llamada Polandria. Donde pueden salir para los que lieren muchos
y grandes auisos que della se pueden tomar. Dirigida y endreçada al muy
excelente e ilustrissimo señor don Francisco de Çuniga Guzman, y de
Soto mayor: Duque de Bejar: Marques d'Ayamonte, y de Gibraleon. Conde
de Belalcaçar, y de Bañares. Señor de la puebla de Alcocer con todo su
vizcondado y d' las villas de Lepe: Burguillos, y Capilla, y justicia
mayor d' Castilla. La qual comedia fue corregida y emendada: por el muy
noble cauallero Pedro d' Mercado: vezino y morador en la nobla_ (sic)
_uilla de Medina del Campo. M. D. xxxiiij_.

(Al fin): «Acabose la presente obra en la muy noble villa de Medina
del Campo. En casa de Pedro touans (_Tovans_), en el coral (sic por
_corral_) de boeys. Año de M. D. xxxiii (1534) a XXX de Octobre».

4.º, let. gót. Sin foliatura, signaturas _a q._ Cada una de ocho
hojas. La orla de la portada es la misma que llevan las _Coplas de las
comadres_, de Rodrigo de Reinosa.

Esta primera edición era enteramente desconocida hasta que la describió
Salvá (n.º 1.414 de su _Catálogo_).

Pedro de Mercado declara al principio el nombre del autor en la
penúltima de las coplas de arte mayor que escribe en loor de la obra:

Aqueste excelente tan buen Caballero A quien de su casta s'esmalta el
saber, La sciencia es esmalte de tal rosicler, La casta el fino oro
ques el verdadero: De casa y linaje de Silva heredero, Felice en sus
obras, pues es Feliciano, Al cual yo suplico que mi torpe mano Perdone
guiada por seso grosero.

--_Segunda comedia de Celestina._ (Al fin): «Salamanca, por Pedro de
Castro... Año de M. D. XXXVI a doze dias del mes de Junio». 4.º, let.
gótica, signaturas _a-o_, con grabados en madera. Citada por Brunet. No
la he visto.

--_Segunda comedia de la famosa Celestina, en la qual se trata de
la Resurrection de la dicha Celestina, y de los amores de Felides y
Polandria, corregida y emendada por Domingo de Gaztelu, Secretario del
Illustrissime_ (sic) _Señor don Lope de Soria, embaxador Cesareo acerca
la Illustrissima Señoria de Venecia. Año 1536 en el mes de Junio._

(Al fin): «El libro presente, agradable a todas las extrañas naciones,
fue en esta inclita ciudad de Venecia reimpreso por maestro Estephano
de Savio, impresor de libros griegos, latinos y españoles, muy
corregidos con otras diversas obras y libros. Lo acabó este año del
Señor del 1536, a dias diez de Zunio (sic)». Hace juego con las dos
ediciones de la primera _Celestina_ corregidas por Delicado. Let. gót.
Viñetas en madera, sin foliatura y con las signaturas A-X, de ocho
hojas cada una.

--_Segunda comedia de Celestina... Agora nueuamente impresa y
corregida... Vendese la presente obra en la ciudad de Anvers, a la
enseña de la polla grassa, y en paris a la enseña cabe sant benito._
Sin ano (¿hacia 1550?) En 16.º, 228 hs. sin foliar. Esta edición,
de muy lindo aspecto, es la menos rara de las antiguas, pero la más
incorrecta.

--_Segunda Comedia de Celestina, por Feliciano de Silva_, Madrid,
imp. de Ginesta, 1874. Es el tomo noveno de la _Colección de libros
españoles raros ó curiosos_. Cuidó de esta edición, que está bastante
limpia, D. José Antonio de Balenchana, tomando por texto la de Venecia,
pero sin hacer uso de la primitiva de Medina del Campo, que no llegó á
ver hasta después de impreso el volumen.

[371] «_Pueblo._--Oh madre Celestina, ¿qué maravilla tan grande ha sido
esta de tu resurreccion?

«_Celest._--Hijos, los secretos de Dios no es lícito sabellos á todos,
sino á quien él los quiere revelar, porque ya sabeis que lo que encubre
á los sabios descubre á los pequeñuelos como yo. Sabed, hijos míos,
que no vengo á descubrir los sucesos de allá, sino á enmendar la vida
de acá, para con las obras dar el ejemplo, con aviso de lo que allí
pasa; pues la misericordia de Dios fué de volverme al siglo á hacer
penitencia. Y esto baste, hijos, para que todos os enmendeis, como en
la predicacion de Jonás, porque no perescais; que las cosas de la otra
vida no bastan lenguas á decillas, y por tanto todos vivamos bien, para
que no acabemos mal...

«_Pueblo._--Madre Celestina, tú seas muy bien venida, y Dios quede
contigo. Parécenos que la vieja viene escarmentada. Trato le deben
haber dado por donde quiere mudar el natural, que no se dirá agora que
mudó la piel la raposa, mas su natural no despoja; pues con mudar la
piel, viene mudadas las obras. No de valde se dice que el loco por la
pena es cuerdo. Aquí podremos con razon decir, que de los escarmentados
se hacen los arteros. Por cierto, caso de predestinacion paresce, pues
la quiso Dios sacar de los infiernos para tornalla á hacer penitencia
de sus pecados» (pp. 89-91 de la ed. de _Libros raros y curiosos_).

[372] _Ensayo_, tomo IV, col. 614.

[373] _Escenas Andaluzas_ por _El Solitario_. Madrid, Imp. de D. B.
González, 1847, pp. 131-149. _La Celestina._ Este artículo se había
publicado antes en _Los Españoles pintados por sí mismos_.

[374] Es curioso, sin embargo, notar ciertas coincidencias.

En la escena del jardín, con que la obra termina, hallamos este diálogo
entre Polandria y su criada:

«_Pol._--Hermosa noche hace, y gloria es estar debajo de las sombras de
estos cipreses, á los frescos aires que vienen regocijando las aguas
marinas por encima de los poderosos mares.

_Poncia._--Señora, ¿cuál te paresce mejor, esta música que dizes destos
airezicos en las hojas de los árboles ó la de la voz y cantar de
Felides?

_Pol._--Ay, Poncia, la de Felides; tanto cuanto va y no menos de la
mezcla de la razon que con las consonancias viene mezclada, al regocijo
que estos aires naturalmente hacen, sin ornamento de más razon de
aquella que ellos guardan en su naturaleza; porque esta música pone
descanso al cuerpo y la otra al ánima, porque goza el entendimiento en
las palabras que en los oídos suenan». (pp. 498-99).

Involuntariamente se recuerdan las palabras de Lorenzo á Jéssica sobre
el prestigio de la música en el acto V de _El Mercader de Venecia_:

How sweet the moonlight sleeps upon this bank! Here will we sit, and
let the sounds of music Creep in our ears: soft stillness, and the
night, Become the touches of sweet harmony. Sit, Jessica: look, how the
floor of heaven Is thick inlaid with patines of bright gold: There's
not the smallest orb which thou behold'st, But in his motion like an
angel sings, Still quiring to the young-ey'd cherubins: Such harmony is
in immortal souls; But whilst the muddy vesture of decay Doth grossly
close it in, we cannot hear it.


[375] Feliciano de Silva es, después de Rodrigo de Reinosa, el
primer autor en quien encuentro esta palabra en el sentido de lengua
rufianesca.

«Calla ya, mal aventurado, con tus _girmanías_». (Pág. 41).

«Yo querría, par Dios, antes topar á Pandulfo para reir... y irnos
mano á mano á un bodegon donde bebiésemos el alboroque y hablásemos
algarabía como aquel que bien la sabe, _germanía_ digo» (pág. 270).

«Así que, hermano Albazin, aun agora bisoño eres en este colegio, y
poco experimentado en esta guerra; y pues no la sabes, aprende de tal
doctor como yo los misterios de la santa _germanía_» (pág. 446). En el
mismo lugar habla de _las leyes de la santa gualteria_, con probable
alusión al Galterio ó Gualterio de la _Comedia Thebayda_.

El rufián Centurio, que sólo en el nombre recuerda al de Rojas, nos da
algún _specimen_ de esta jerigonza: «Desto no me quejo, que no sé tan
poco de las tramas destas tales, que no sepa yo _enchilar las canillas_
y aun tiramar los _liñuelos_ sin quebrar los hilos, y hacerme bobo,
y pasar en el alarde el _gayon_ por _primo_, y haciendo que creo del
cielo cebolla y que no hay otro sino yo. Que viejas son para mí todas
roncerías, que bien sé aguardar los tiempos de la iza y cuáles son,
como sé los de la _guadra_ y del _rodancho_». (Pág. 445).

[376] Estos _olivares_ están citados otra vez en la _Segunda
Celestina_, cuando la vieja proyecta el casamiento de su sobrina Elicia:

«_Pandulfo._--Ha, ha, ha. ¿Agora la quiere casar, despues de haber
corrido á ceca y á meca y á los _olivares de Santander_?». (Pág. 192).

También en la _Tragicomedia de Lisandro y Roselia_ (pág. 55) se
encuentra la misma frase: «Descreo de tal... que haya yo corrido la
casa de ceca y meca, y los _cañaverales y los olivares de Santander_, y
pasan ya de cien mujeres las que me han sustentado en mi estado y honra
en públicos burdeles, y todas me han tenido acatamiento con obediencia,
y que esta hechicera al cabo de mi vejez, despues de traídos treinta
años los atabales acuestas, burle de mí con menosprecio!».

Trátase casi seguramente de la mancebía de la villa, que, á pesar de
su escaso vecindario en tiempo de Carlos V, es muy probable que la
tuviera como puerto muy frecuentado por marineros gascones, ingleses,
flamencos y de todo el Norte de Europa. Pero á fines del siglo XVI
había desaparecido del mapa picaresco de España. Cervantes no la
cuenta entre las diversas partes del mundo por donde había buscado
aventuras el ventero. También debió de haberla en Bilbao, y de ella
guardaba recuerdo el rufián Palermo de la _Tragedia Policiana_: «Medio
ojo me arrebataron en Bilbao, y este rascuño me dieron en Jerez de la
Frontera». (Pág. 44).

[377] «_Sigeril._--Pues si lo vieses, señor, cuál anda con unos
agallones, que no parece sino ermitaño rezando toda esta mañana...

«_Pandulfo._--Señor, ¿qué es lo que demandas?

«_Felides._--¿Qué santidad es esta tan súpita, Pandulfo?

«_Pand._--Señor, el espíritu donde quiere espira. Quien convirtió a
Sant Pablo y a Sant Agustin y a María Magdalena, es mucho que dé gracia
á un hombre pecador como yo he sido?

«_Felid._--Por cierto que la gracia no sé si te la dió, mas es gracia
la que veo en verte con esas cuentas.

«_Pand._--Señor, las cuentas como á sólo Dios se han de dar, no me pena
que te parezcan gracia; porque á solo Dios se ha de satisfacer, que los
hombres de nada se satisfacen; y ándeme yo caliente en su servicio y
ríase la gente cuanto quisiere, pues sabes que bienaventurados sereis
cuando los hombres dijeren mal de vosotros mintiendo por mí.

«_Felid._--En fin, que ya no son tus misas cosas de armas ni de
afrentas como hasta aqui?

«_Pand._--Señor, no soy tan necio que no entiendo algaravía, como aquel
que bien la sabe; mas sabé que en cosas justas que ninguno me echará el
pié adelante, ni en cosas injustas quedará más atrás que yo.

«_Felid._--Bendito sea Dios que tan presto te mudó. ¿Mas qué llamas
cosas justas, para que sepamos lo que te hemos de encomendar?

«_Pand._--Guerra contra infieles; tomar armas en defension de tu
persona.

«_Felid._--¿Pues cómo anoche no las quisiste tomar para ir en defension
de mi persona?

«_Pand._--Porque ibas en ofensa de tu persona y ánima, y no tenemos los
servidores de Dios tanta licencia! que si á ti te viniesen á matar,
estonces yo tomaría las armas.

«_Felid._--Mas estonces no las llevarías para estar más suelto; que el
peso de las armas empide mucho» (pp. 384-386).

[378] «_Celestina._--Más me precio, hija, de dar consejos que de tales
vencejos; de un rosario, digo, hija, y sus misterios, de una oracion
del Conde ó de la Emparedada: esto te podré yo amostrar, mi amor, si lo
quieres aprender». (Pág. 218).

Estas dos oraciones supersticiosas _del Conde y de la Emparedada, en
romance_, fueron prohibidas en el Indice del inquisidor general Valdés
(pág. 237 de la reimpresión de Reusch) y en el de Quiroga de 1583 (pág.
438).

De las irreverencias y profanaciones que en el templo se cometían da
idea lo que Polandria cuenta de Felides: «Al tiempo que llegué á tomar
el agua bendita, hizo él que tomaba la agua, y apretóme un dedo; y
despues en la misa toda ponía las manos hácia mí como que pedía piedad,
cuando vía que no miraba naide; estando alzando el fraile, hacía él
señas que no adoraba la hostia, sino á mí; y desto no pude estar que no
me sonriese de su necedad y herejía» (pp. 151-152).

[379] Vid. el tomo primero de estos _Orígenes de la novela_, pp.
431-432.

[380] De algunas versiones de este cuento hemos tratado también en los
_Orígenes_, pág. XXXII, nota.

[381] _Ensayo_, tomo IV, col. 614.

[382] Más fundamento tiene esta otra observación del insigne erudito:

«Aquel donoso pasaje de _El Celoso Extremeño_, en que antes de
llegar Loaisa á verse con la incauta Leonora le exigen tan solemnes
juramentos, está sin duda imitado de la escena XXVI, al fin, donde
entre las prevenciones que hace _Polandria_ á _Celestina_ como
requisitos para haber de recibir á su amante al concierto á que se
presta, la dice:

«_Polandria._--Madre, mira que le tomes muchos juramentos, y que mire
de quién se fía; porque si mi señora (madre) algo barrunta, todo irá
borrado.

«_Celestina._--¡Ay hija! ¡angelito, angelito! En Dios y en mi ánima
¿qué, no te queda más en el estómago? ¿Y á Celestina avisas tu de
secreto? ¡Dolor de mí, que este es el primer secreto que en este mundo
yo he sabido encubrir! Calla, señora, que eres boba; ¡nora mala! que
así te lo quiero decir, y perdóname.

«Antes ya hay otros juramentos graciosos sobre que no cuenten á Felides
cómo Polandria ha leído un billete suyo.

«_Quincia._--¡Guárdeme Dios, señora! ¿y de decirlo había?

_Polandria._--Pues poné aquí la mano en la cruz, y tú también, Poncia.
Y agora oid: señora mía, tu merecer y mi atrevimiento te darán á
conocer...»

El pasaje á que Gallardo alude es aquel en que Loaisa jura por «la
intemerata eficacia donde más santa y largamente se contiene, y por las
entradas y salidas del Santo Líbano monte, y por todo aquello que en
su proemio encierra la verdadera historia de Carlomagno, con la muerte
del gigante Fierabrás, de no salir ni pasar del juramento hecho y del
mandamiento de la más mínima de vuesas mercedes...»

En el primitivo borrador de la novela juraba además por «el espejo de
la Magdalena» y por «las barbas de Pilato» (ed. crítica de Rodríguez
Marín, pp. 72 y 73). Estos juramentos son análogos á los que usan los
rufianes en la obra de Feliciano de Silva, y generalmente en todas las
_Celestinas_.

[383] Vid. los índices de Valdés y Quiroga en la edición de Reusch (pp.
238 y 439).

[384] No he visto la primera edición que cita Brunet copiando á Panzer:

_Tercera parte de la tragicomedia de Celestina... agora nueuamente
compuesta por Gaspar Gomez._ (Al fin): «Acabose la presente obra en la
muy noble villa de Medina del Campo. A seys días del mes de Julio. Año
de mil y quinientos y treinta y seis». 4.º letra gótica.

Sólo conozco la de 1539, cuyos ejemplares son rarísimos. El que tuvo
Salvá (n.º 1269 de su Catálogo) pertenece hoy á nuestra Biblioteca
Nacional. Existe también en el Museo Británico y en la Universidad de
Leyden.

_Tercera parte de la tragicomedia de Celestina: ua prosiguiendo en los
amores de Felides y Poladria: concluyense sus desseados desposorios y
la muerte y desdichado fin que ella uvo: es obra de la qual se pueden
sacar dichos sutilissimos_ (sic) _sentencias admirables: por muy
elegante estilo dichas: agora nueuamente compuesta por Gaspar Gomez
natural de la muy insigne cibdad de Toledo: dirigida al magnifico
cauallero Feliciano de Silva. Impreso. Año de M. D. XXXIX._

(Al fin): _Acabose la presente obra en la muy noble e Imperial ciubdad
d'Toledo. A veynte dias del mes de Nouiembre. En casa de Hernando de
Santa Catalina. Año de nuestro Señor Jesu christo: de mil quinientos y
treynta nueve años._

4.º let. gót. Sin foliación. Signaturas A-2, todas de ocho hojas, menos
la última que tiene seis.

[385] _Prologo del autor. Al noble cauallero Feliciano de Silua al qual
va dirigida la obra._

«Noble y muy magnifico señor: Como en los tiempos antiguos no era
digno de memoria: sino el que exercitando su vida en algun notable
exercicio despues de sus dias la dexaua: quise forçar a mis fuerças:
a que siendo fauorecidas con el fauor que de v[=r]a. merced espero:
tomassen ocupacion en se ocupar algunos ratos en poner en obra a hacer
esta obrezilla: la qual va tan tosca en sus dichos quan sutil es en sus
sentencias subtilissimas la pasada que es la de donde ésta depende. E
presuponiendo que la mar provee a los rios que della salen: acordé esta
como mínimo arroyo pedir socorro a quien socorrer la puede: e yo como
su _administrador_ y muy cierto sieruo de v[=r]a. merced en su nombre
pido ayuda a vuestra merced como a persona que tiene poder de poder
la dar, e si se marauillare del sobrado atreuimiento que me conmovio
atrever pidiendo mercedes a quien jamas hize seruicios: A la verdad no
sera tanta la admiracion quanta la causa que tuve y tengo para se lo
suplicar: porque como yo fue informado de la veniuolencia que v[=r]a.
merced tiene con los que esffuerçan a pedir esffuerço a vuestra merced,
pareciome que no dexaria de ser comigo veniuolo: como lo es con los
demas. E si acaso algunas partezicas en esta obra se hallaren que de
notar sean: las quales sin auer conuersado con v[=r]a. merced tengan
los lectores por imposible auerlas notado: siendo el autor tan friuolo
e inhauil, puede se responder que assi como el que está de hito mirando
al sol su gran resplandor le ciega: por el consiguiente si mi torpe
lengua con la subtil y elegante de v[=r]a. merced vuiera conuersado:
hallo por muy cierto que vuiera enmudecido de arte: que no digo
escriuir lo escrito, mas pensar de pensarlo no osara. Pues qué medio
an tenido mis sentidos para poder sentir cosa que tanto sentimiento
de necesario se requeria para effectuarlo? Creera vuestra merced que
sus calidisimos rayos dieron vigor a mi tibia inteligencia porque
entendiesse en se ocupar al presente con la esperança futura de vuestra
merced a se oponer a lo otro mas abil era licito. E ansi vuestra merced
puede iuzgar que ni las razones que entre Felides y Polandria por
razon avian de ser primas no van con el primor que se requiere: ni el
fundamento de los dichos de los demas tan fundados: ni las sentencias
de Celestina tan sentidas. En conclusion, que no lleua otra cosa
vtil sino la vtilidad que de vuestra merced como de señor a quien va
dirigida cobrare. E como no aya quien conociendo mejor los hierros
(_sic_) los ponga con buen concierto más concertados: quise suplicar
al querer de vuestra merced lo acepte, y no mirando la osadía affirme
la voluntad muy recta que de seruirle tiene este su verdadero criado:
la qual se empleará en lo que vuestra merced le mandare: agora no me
falta despues de tener la merced concedida de vuestra merced, sino
rogar al lector que esto leyere lea primero la segunda que es antes
desta: porque avn que yo me condeno en esto, que cotejar la vna con la
otra se verá la diferencia que ay, gano mas fama con ser trobada de
historia tan subtil que infamia con hallar en ella las palabras toscas
e inusitables que hallarán. E ansí porque el vulgo note la historia de
donde procede, Suplico a v[=r]a. merced se lo encargue».

«Primer auto. Felides recuerda y empieça a razonar como que halla ser
impossible auer estado la noche passada con su señora Polandria y
afirmandolo por sueño llama a Sigeril para que le diga la certenidad
de aquella duda que tiene. En lo qual passan muchas razones. E Sigeril
declara por muy ciertas señales como auia estado con ella. Y Felides
por mas se satisfacer determina de emviar le a la posada de Polandria.
E introduzense.

«Auto segundo. Sigeril como sale de con Felides para yr a casa de
Polandria: va consigo razonando: y en el camino topa a Pandulfo con el
qual pasa diversas platicas: y como se despida dél acuerda no yr a casa
de Polandria: y con esta determinacion se buelue a su posada a do dexó
a su amo...

«Acto III. El hortelano de Paltrana llamado Penuncio anda por el vergel
escardando la hortaliza: y platicando consigo de ver por allí pisadas
halla entre las yeruas un tocado de Polandria: y pareciendo le mal
determina mostrarle a Paltrana. Y él estando en este acuerdo entra
Poncia a cojer unas rosas: y pasan entre los dos diuersas razones sobre
el mismo caso, en que al fin da el tocado a Poncia e pierde el enojo...

«Aucto quarto. Sigeril como se despidió de Pandulfo, viene consigo
razonando: y vee a la puerta de su posada a Corniel paje de Felides: y
como an hablado entrambos, entra a dezir a su amo que viene de casa de
Polandria: y que habló con Poncia, en que acuerdan que vayan a dar una
musica en la noche: y por este plazer Felides le manda para quando se
casare trezientos ducados...

«Aucto quinto. Polandria llama a Poncia para que le dé las rosas que
trae del vergel: y ella le cuenta todo lo que con el Hortelano allá
passó, y estando en estas pláticas las dos entra Borruga la negra
que las a estado escuchando: y amenaza a Polandria con su señora: en
conclusion que Poncia la acalla con dalle una cofia...

«Aucto sexto. Sigeril viendo que es hora de yr a dar la música habla
con Felides: y luego van al concierto lleuando consigo a Canarin:
y dicha vna cancion, como quieren poner la escala, Polandria se
pone a la ventana y escucha (_sic_) la subida donde causa para ello
inconvenientes: y ansí se despide Felides della y Sigeril de Poncia muy
tristes...

«Aucto VII. Quincia se quexa de su ventura por se auer salido con
Pandulfo: y estando en esto entra él y dize la que se apareje para se
partir: porque ha comprado una azemila: y para pagarle le pide una
faldila, en que sobre este caso allegan a reñir: y passa por allí
Rodancho rufian, el qual es compañero de Pandulfo: y los pone en paz,
con que haze de arte que ella le da vn manto, y otras cosas: todos tres
comen en plazer: y queda acordado entre Pandulfo y Rodancho de castigar
a Celestina por los diez ducados que no le prestó...

«Aucto VIII. Felides estando solo, entra Sigeril a dezirle: que ponga
medio en hablar a Polandria: el qual le manda que llame a Celestina
para que lo negocie: y Sigeril le aconseja que embie vna carta primero:
y que la dara a Poncia, y segun Polandria respondiere ansí hará: y con
este acuerdo lleva Sigeril la carta...

«Aucto nueue. Como Polandria viene a reposar á la noche, halla en su
aposento a Poncia, la qual la da la carta de Felides: y como la ha
leydo, pasan las dos algunas pláticas sobre ello: en conclusion que
queda acordado de le responder...

«Aucto X. Sigeril buelue a dezir a su amo lo que negoció con Poncia, y
Felides le torna a embiar por la respuesta de la carta: el qual va, y
Polandria misma se la da...

«Aucto XI. Felides manda a Corniel que salga a ver si viene Sigeril: y
estando en esto Sigeril entra y cuenta a su amo lo que con Polandria
passó: y como los dos leen la carta quedan con acuerdo que Celestina
provea en ello. Y Sigeril determina que la llame...

«Aucto XII. Pandulfo dice a Rodancho que pongan en effecto su
determinacion: que es castigar a Celestina, y él dice que es contento.
Y como lo van a cumplir topanla con un jarro de vino: y en la misma
calle se vengan muy bien della. E ansí la dexan llorando y se van...

«Aucto XIII. Areusa viene a ver a Elicia: y despues que an passado
algunas pláticas: Areusa la pregunta por Celestina. E como Elicia la
dize que es yda por vino: viendo cómo tarda la van las dos a buscar: a
la cual hallan tendida del arte que la dexaron Pandulfo y Rodancho: y
lleuanla con grandes lastimas á su casa...

«Aucto XIIII. Sigeril como va a casa de Celestina oye a la puerta
a Elicia y Areusa platicar con Celestina sobre su desuentura: y
marauillado se de tal caso entra por se informar d'llo: e dize la
embaxada que de Felides trae. Y avnque Celestina se escusa de yr
concluyen en que le trayga en que vaya y que irá...

«Aucto XV. Felides espantandose de Sigeril como tarda tanto llama a
Caluerino su moço d'espuelas, el qual finge de rufian algunas vezes: y
los dos salen a passear: y en el camino topan con Sigeril: y como él
cuenta a Felides lo que dexa acordado, despidese con yr a lleuar lo
necessario para traer a Celestina...

«Aucto XVI. Perucho vizcayno, que es moço de cauallos de Felides está
alimpiando un cuartago d' su amo: y quexasse de la vida que tiene. Y
como empieça a cantar por despedir su enojo, entra Sigeril y los dos
van por Celestina. Y despues de auer reydo con ellos Areusa y Elicia la
traen...

«Aucto XVII. Castaño alguazil va platicando con Falerdo su porqueron
que andan a rondar: y topan con Celestina como la lleuan Sigeril y
Perucho: y por ser la hora vedada y por verla yr en mula la quisieran
lleuar a la carcel. Perucho como lo vee huye: y estando en esto passa
Martinez racionero: y despues de dar ciertos auisos del guardar de la
justicia a Castaño la dexa yr por su intercession...

«Aucto XVIII. Felides dize a Eruion su escudero que le dé un libro de
leales amadores para sobrelleuar la pena entre tanto que Sigeril trae
a Celestina: estando los dos en diuersas platicas tocantes al mismo
caso llega Sigeril con la vieja: y Felides le dize lo que ha de hazer:
aunque á los principios se escusa ella despidese con yr a negociarlo
con Paltrana el dia siguiente...

«Aucto XIX. Albazin que es amigo de Elicia dize que la quiere yr a ver:
a la qual halla sola: estando los dos holgando viene Areusa: y pasean
entre todos diuersas platicas: en que Elicia le dize otras cosas: todos
tres comen en plazer: y queda acordado entre Pandulfo y Rodancho de
castigar a Celestina por los diez ducados que no le prestó...

«Aucto VIII. Felides estando solo, entra Sigeril a dezirle: que ponga
medio en hablar a Polandria: el qual le manda que llame a Celestina
para que lo negocie: y Sigeril le aconseja que embie vna carta primero:
y que la dara a Poncia, y segun Polandria respondiere ansí hará: y con
este acuerdo lleva Sigeril la carta...

«Aucto nueue. Como Polandria viene a reposar á la noche, halla en su
aposento a Poncia, la qual la da la carta de Felides: y como la ha
leydo, pasan las dos algunas pláticas sobre ello: en conclusion que
queda acordado de le responder...

«Aucto X. Sigeril buelue a dezir a su amo lo que negoció con Poncia, y
Felides le torna a embiar por la respuesta de la carta: el qual va, y
Polandria misma se la da...

«Aucto XI. Felides manda a Corniel que salga a ver si viene Sigeril: y
estando en esto Sigeril entra y cuenta a su amo lo que con Polandria
passó: y como los dos leen la carta quedan con acuerdo que Celestina
provea en ello. Y Sigeril determina que la llame...

«Aucto XII. Pandulfo dice a Rodancho que pongan en effecto su
determinacion: que es castigar a Celestina, y él dice que es contento.
Y como lo van a cumplir topanla con un jarro de vino: y en la misma
calle se vengan muy bien della. E ansí la dexan llorando y se van...

«Aucto XIII. Areusa viene a ver a Elicia: y despues que an passado
algunas pláticas: Areusa la pregunta por Celestina. E como Elicia la
dize que es yda por vino: viendo cómo tarda la van las dos a buscar: a
la cual hallan tendida del arte que la dexaron Pandulfo y Rodancho: y
lleuanla con grandes lastimas á su casa...

«Aucto XIIII. Sigeril como va a casa de Celestina oye a la puerta
a Elicia y Areusa platicar con Celestina sobre su desuentura: y
marauillado se de tal caso entra por se informar d'llo: e dize la
embaxada que de Felides trae. Y avnque Celestina se escusa de yr
concluyen en que le trayga en que vaya y que irá...

«Aucto XV. Felides espantandose de Sigeril como tarda tanto llama a
Caluerino su moço d'espuelas, el qual finge de rufian algunas vezes: y
los dos salen a passear: y en el camino topan con Sigeril: y como él
cuenta a Felides lo que dexa acordado, despidese con yr a lleuar lo
necessario para traer a Celestina...

«Aucto XVI. Perucho vizcayno, que es moço de cauallos de Felides está
alimpiando un cuartago d' su amo: y quexasse de la vida que tiene. Y
como empieça a cantar por despedir su enojo, entra Sigeril y los dos
van por Celestina. Y despues de auer reydo con ellos Areusa y Elicia la
traen...

«Aucto XVII. Castaño alguazil va platicando con Falerdo su porqueron
que andan a rondar: y topan con Celestina como la lleuan Sigeril y
Perucho: y por ser la hora vedada y por verla yr en mula la quisieran
lleuar a la carcel. Perucho como lo vee huye: y estando en esto passa
Martinez racionero: y despues de dar ciertos auisos del guardar de la
justicia a Castaño la dexa yr por su intercession...

«Aucto XVIII. Felides dize a Eruion su escudero que le dé un libro de
leales amadores para sobrelleuar la pena entre tanto que Sigeril trae
a Celestina: estando los dos en diuersas platicas tocantes al mismo
caso llega Sigeril con la vieja: y Felides le dize lo que ha de hazer:
aunque á los principios se escusa ella despidese con yr a negociarlo
con Paltrana el dia siguiente...

«Aucto XIX. Albazin que es amigo de Elicia dize que la quiere yr a ver:
a la qual halla sola: estando los dos holgando viene Areusa: y pasean
entre todos diuersas platicas: en que Elicia le dize cómo Celestina
la mandó que no entre en su casa: y él como lo oye se despide dellas
jurando que la vieja se lo ha de pagar...

«Aucto XX. Perucho vizcayno entra muy de priessa en casa de su amo
Felides: y pregunta a Sigeril por Celestina: y despues de contarle él
lo que les passó entra a dezir a su señor como aya (_sic_ por «avía»)
venido. Y Felides le manda entrar: y como ha reydo con él sobre la
deligencia que puso en defender la vida del Alguazil le embia a la
posada de Celestina a que le acuerde que vaya a do está concertado...

«Aucto XXI. Celestina dize a Elicia que mire quién llama a la puerta.
Y ella como ve que es Perucho le baxa abrir: con el qual rien
escarneciendo le sobre el caso passado: y Areusa de sus amores: en que
se detiene vn rato: y él por se d'spedir dize a la vieja a lo que fue
su venida. Y luego ella como él se va dexa la casa encargada a Areusa y
a Elicia: y pone por obra d'yr a hablar a Paltrana...

«Aucto XXII. Poncia estando a la ventana vee a Celestina venir
coxeando: la qual le pregunta por Paltrana: y la ruega que le haga
saber como está allí, que viene a pedir unos vntos para curar su
pierna: y Ponzia lo dize a Paltrana: y la manda entrar: en conclusion,
que despues que la buena vieja la cuenta sus duelos: declara la por
cifras lo que Felides le encomendó acerca de los casamientos de
Polandria: y oye la respuesta muy fuera de su proposito: y ansi se
despide. Y Poncia se entra a dezir a su señora lo que ha oydo...

«Aucto XXIII. Polandria llama a Poncia y la pregunta si ha oydo las
platicas que passaron entre Celestina y su señora Polandria: la qual
como dize la summa de todo, Polandria la manda que dé una carta a la
vieja para Felides, sino es yda. Y ella la hace entrar en el apossento
de su señora: y dassela Polandria mesma...

«Aucto XXIIII. Celestina viene hablando consigo del despacho que trae
a Felides: y topale en camino ya Sigeril con él: al qual despues de
contarle lo que passó con Paltrana le da la carta de Polandria: y es
(¿el?) con sobrada alegria, aunque con la primer nueua tuvo tristeza,
da a la vieja honrrada cincuenta ducados...

«Aucto XXV. Elicia estando a la ventana ve a Albacin que passa por su
puerta: y ella le habla de arte que él sube: y como estan retoçando,
Barrada llama y dize que viene a hablar a Celestina: y Elicia responde
que no está en casa: y oyendo que Albacin está con ella se va jurando
de hazer vn buen castigo a la vieja y cobrar sus quatro ducados:
Albacin riñe con Elicia por celos de Barrada y entroduzense.

«Aucto XXVI. Celestina sale de con Felides muy contenta razonando de
los cincuenta ducados que le dió: y topa con Barrada: el qual la hace
vn estremado castigo: y queriendo la sacar de la bolsa sus quatro
ducados la halla los cincuenta, y se los toma: y ella queda llorando y
pidiendo justicia...

«Aucto XXVII. Grajales yendo a ver a su amiga Areusa topa a un rufian
llamado Brauonel que es compañero suyo. Y como van los dos hablando
veen a Celestina de la manera que la dexó Barrada. A la qual lleuan a
su casa iurando que la an de vengar: y hallan a Elicia y Areusa allá. Y
despidiendo se Brauonel, Grajales queda a holgar con Areusa...

«Aucto XXVIII. Felides llama a Sigeril para que se apareje que quiere
yr a hablar a Polandria. Y ansi van los dos: hallando un postigo
abierto entran en el vergel a do está Polandria esperando sola. Y
Felides haze venir allí a Poncia que con su señora no auia salido: y la
da cien ducados para ropas. Y de esta manera acaba con ella que Sigeril
cumpla su voluntad. Y despues de auer holgado amo y criado con sus
señoras se despiden muy alegres...

«Aucto XXIX. Brauonel como se enamoró de Areusa quando fue con
Grajales a lleuar a Celestina propone de la yr a hablar: y con esta
determinacion va a la posada de Celestina a do la halla: y hablando
sobre el caso a la vieja: dala ciertos dineros: por los quales
concierta con Areusa que le dé la palabra de lo hazer: y ella avnque se
escusa le promete que lo hará...

«Aucto XXX. Poncia dice a Polandria que se prouea en como se negociarán
los casamientos: y su señora responde que no ay otra sufficiente que lo
haga sino Celestina. Y con este acuerdo Poncia dize que dirá a Sigeril
que la diga que buelua a hablar a Paltrana.

«Aucto XXXI. Sigeril passando por la puerta de Paltrana vee a Poncia
que está en una ventana. Y despues de aver passado entre los dos
diuersas platicas ella le declaró que tenian acordado que Celestina
tornase a entender en los casamientos. Y el dice que lo dira a Felides
para que lo ponga por la obra...

«Aucto XXXII. Felides pregunta a Canarin su paje por Sigeril. El qual
le responde que no sabe dél: y que le vee andar pensatiuo. Y sobre esto
como estan riendo entra Sigeril: y despues (que) ha reñido con Canarin,
dice a su amo lo que Poncia le dixo. Y Felides le embia luego a casa de
Celestina con vn buen presente...

«Aucto XXXIII. Elicia dize a Celestina que trayga de comer: y ella le
responde que no tiene blanca. Y estando en estas platicas llega Sigeril
con el presente que Felides embia a la vieja: y dize la que luego vaya
allá, y ella se lo promete: y haze con él que coma con ellas antes que
se vaya...

«Aucto XXXIIII. Celestina pregunta a Poncia por Paltrana, la qual
despues de rogar la que negocie bien los casamientos la dize que entre,
que desocupada está. Y la vieja entra con son de pedir la vnos paños
para su herida: y trasmuda la voluntad a Paltrana que antes tenia con
sus razones, para que (_sic_) diziendo la lo que toca a Felides en los
casamientos, y oye la respuesta y de confiança (_sic_)...

«Aucto XXXV. Brauonel yendo a cumplir su concierto con Areusa topa con
Celestina que viene d'hablar a Paltrana: y vasse con ella platicando
hasta su casa, do halla a Areusa con Elicia. Y como Brauonel está con
él holgando, allega Recaxo a buscar a Grajales que es su amigo: y
oyendo a Brauonel allá dentro buelue sin llamar, iurando que él podra
poco o serán castigados los amores.

«Aucto XXXVI. Sigeril va a saber de Celestina lo que negoció con
Paltrana: la qual no se lo quiere dezir por ganar de su amo las
albricias, y los dos van juntos, y como lo cuenta a Felides él se las
da de gran valor...

«Aucto XXXVII. Albacin yendo a vengar se de Celestina la vee estar
llamando a su puerta, y alli la da una cuchillada por el rostro: la
qual da tales bozes que se llegan las vezinas. Y él con el ruydo buelue
disfraçado: y saca a Elicia d'entre la gente: y ansi se la lleua...

«Aucto XXXVIII. Paltrana embia a llamar a Dardano con Guzmanico su
page: el qual venido ella le ruega que vaya a estar con Felides: y le
hable en lo de los casamientos: de manera que no se desconcierte: y
Dardano se despide para yr a negociarlo...

«Aucto XXXIX. Felides dize a Sigeril que saque unas pieças de brocado
y de seda de las armas para cortar ropas, y ellos estando las mirando
entra Canarin a dezir cómo está alli vn cauallero: y sabiendo Felides
que es Dardano tio de Polandria, sale a hazerle entrar: y despues de
se auer hecho los recebimientos pertenecientes a quien son, Dardano le
declara su intento: y Felides avn que al presente le rehusa diziendo
como le traen a la otra, concluye con que antes que diga el sí quiere
saber la voluntad de Polandria...

«Aucto XL. Recuajo yendo consigo razonando en la vellaqueria de Areusa
en tener a Brauonel topa con Grajales, al qual se lo cuenta todo. E
los dos van a casa de Celestina a vengar aquel hecho: y hallan allá a
Brauonel con Areusa: y allí dan el fin a ella, y él se escapa muy mal
herido...

«Aucto XLI. El corregidor passando por casa de Celestina oye la
barahunda que ay con la muerte de Areusa: y como entra y haze la
pesquisa manda luego a Galantes alguazil que viene con él que llame al
Pregonero para hazer justicia de la vieja encubridora: y ansi desde su
posada la sacan açotar juntamente com emplumarla, a donde burlan della
los mochachos hasta que la quitan de la escalera.

«Aucto XLII. Paltrana estando sola entra Dardano y cuenta le lo que
negoció con Felides: y como quedó la cosa en que diga Polandria de sí:
con las quales nueuas Paltrana huelga mucho. Y embia a llamar a su hija
con Frunces page al iardin para concertarlo...

«Aucto XLIII. Polandria estando en el jardín platicando con Poncia
sobre los casamientos: allega Frunces a llamar la de partes de su madre
y de su tio Dardano. Y ella va: y como la hablan para que conceda en
recebir a Felides rehusa mucho de lo hazer: dando causas sufficientes
para sus dissimulaciones: en conclusion, que viendo cómo Paltrana y
Dardano la dizen que en todo caso lo ha de hazer otorga en ello.

«Aucto XLIIII. Brauonel va a casa de vna muger que tiene a ganar, con
el braço cortado de la manera que huyó de casa de Celestina; y despues
d' la auer pedido cuēta la da de coces: porque ella no le da una
perdiz. Y estando riñendo entra Solarcia, compañera de Ancona: que es
del mismo officio: y pone los en paz.

«Aucto XLV. Antenor arcidiano que es sobrino de Paltrana, yendo a saber
de su tia lo que se hace en los casamientos, topa a Dardano que va a
casa de Felides a lleuarle la respuesta de lo que negoció, y como lo
cuenta a su sobrino van los dos a estar con Felides: y despues de se lo
auer dicho él da las manos a Dardano por cosa hecha: y Antenor las da
por Polandria: y ansí se despiden dexandole con Sigeril platicando...

«Aucto XLVI. Sigeril como va a casa de Polandria vee a Poncia a la
ventana: y despues de la contar las nueuas con sobrada alegria llama
ella a su señora Polandria: la qual le da muy buenas albricias. Y
Sigeril se despide d'ellas lleuando a cargo que rogará a Felides
declare sus desposorios secretos...

«Aucto XLVII. Felides pregunta a Sigeril si estan las libreas
apareiadas, y como le dize sí, va con doze pajes y otros tantos moços
de espuelas a besar las manos de Paltrana y a recebir a su señora
Polandria: a donde despues passar diuersas platicas con ellas declara
él los conciertos d' Sigeril y Poncia a la que como es llamada da
Felides dozientos ducados para su dote...

«Aucto XLVIII. Antenor arcediano dize a su tia Paltrana que ora es
de hazer los desposorios: y los dos entran en la sala a do hallan
a Felides con Dardano, y a Poncia con Polandria, y luego lleuan a
Sigeril, y como los desposa Antenor, entran los menistriles y tocando
los instrumentos canta Canarin...

«Aucto XLIX. Celestina como sabe que los desposorios son hechos, dize
que no perderá las albricias. E yendo muy apriessa a las pedir con el
sobrado gozo no mirando cómo va cae de los corredores de su casa abaxo
y allí fenecen sus tristes dias. Y entrando los vezinos a socorrerla
por los gritos que dió la hallan hecha pedazos. Y ansí se van a contar
a Felides aquella muerte de la desdichada...

«Aucto L. Felides como le an informado de la muerte de Celestina llama
a Sigeril: y con gran pena le cuenta lo que passó: y le da veynte
ducados para que honradamente la entierren y hagan sus obsequias: y
Sigeril lo lleua a cargo y lo va a hazer: y con este ultimo aucto se
acaba la obra...».

[386] _Tragicomedia de Lisandro y Roselia llamada Elicia y por otro
nombre quarta obra y tercera Celestina._ 1542 (Al reverso de la portada
el escudo del impresor Junta, y una figurilla de la Muerte con la hoz
al cuello y un ataúd debajo del brazo). La dedicatoria, el prólogo al
lector y el texto de la tragicomedia ocupan los 89 primeros folios. En
el que debía ser 90, numerado por equivocación 100, se halla el colofón:

«Aquí se acaba la tragicomedia de Lysandro y Roselia... nueuamente
impressa. Acabose a veynte dias d'l mes de deziembre. Año del
nascimiento de nuestro Saluador Jesu christo de mil y quinientos y
quarenta y dos años».

Los folios siguientes hasta el CVI contienen las dos cartas y las
octavas de arte mayor.

4.º let. gót. con viñetas. Es libro de la más extraordinaria rareza.

Por una esmerada copia que había pertenecido á D. Serafín Estébanez
Calderón le reimprimieron los señores Fuensanta del Valle y Sancho
Rayón, y es el tercer tomo de la linda _Colección de libros raros y
curiosos_ (Madrid, Rivadeneyra, 1872).

[387] Vid. Pérez Pastor (D. Cristóbal), _Bibliografía madrileña del
siglo XVI_ (Madrid, 1891), pág. 1.

[388] Carta á los editores de la _Colección de libros Españoles raros
ó curiosos_ en los preliminares del tomo cuarto que contiene el
_Cancionero de Stúñiga_ (pp. XXXIII á XLII).

[389] Carta de Sancho Rayón y Fuensanta del Valle á Hartzenbusch, en
los preliminares del tomo quinto de _Libros raros ó curiosos_, que
contiene la _Comedia Selvagia_ (pp. XIII á XVI).

[390] _Bibliografía Mexicana del siglo XVI_, por D. Joaquín García
Icazbalceta. México, 1886, páginas 232-233.

En la dedicatoria al arzobispo dice el Dr. Muñón que esta doctrina «se
ha cogido de las fuentes de algunos escritores graves, que á mi parecer
en esta materia hablaron bien, en especial de una Doctrina Cristiana
que se trató de hacer por la memoria y papeles de Pío V de gloriosa
memoria». Hay también un prólogo «A los muy reverendos Padres Curas
del Arzobispado de México», en que les recomienda la enseñanza de la
doctrina.

[391] A la infernal botica de Celestina había añadido Elicia «otras
cosas muchas que con mi buen trabajo y propio sudor y mayor esperiencia
he yo adquirido, conviene a saber: hieles de perro negro macho y de
cuervo, tripas de alacran y cangrejo, testículos de comadreja, meollos
de raposa del pie izquierdo, pelos priapicos del cabron, sangre de
murcíelago, estiércol de lagartijas, huevos de hormigas, pellejos
de culebras, pestañas de lobo, tuétanos de garza, entrañuelas de
torcecuello, rasuras de ara, _ciertas gotas de olio y crisma que me dio
el cura_, zumos de peonía, de celidonia, de sarcocola, de tryaca, de
hipericon, de recimillos y una poca de hierba del pito que hobe por mi
buen lance; tengo tambien _la oracion del cerco_ que no tenía mi tia
que Dios haya, que es esta: _avis_, _gravis_, _seps_, _dipa_, _unus_,
_infans_, _virgo_, _coronat_; y si todo lo de mi tienda acabase de
contar, sería cosa para nunca acabar... Este oficio me bastaba, éste
mantiene mi casa, sustenta mi honra, y me hace ser temida y acatada de
todos, y afama mi nombre por la ciudad, que nadie hay que me vea que
no me llame: madre acá, madre acullá, el uno me dexa, el otro me toma,
el vicario me convida, el arcediano me llama, que ningun señor de la
iglesia me ve que no quiera ganar por la mano cuál me llevará primero á
su casa» (pp. 74-75).

Ciertamente que los que fuesen entonces vicario y arcediano de
Salamanca quedarían muy agradecidos al Maestro Muñón por el modo de
señalar.

[392] _Tractado de la Hermosura y del Amor compuesto por Maximiliano
Calvi. En Milán... Por Paulo Gotardo Poncio, el Año MDLXXVI._

Cada uno de los tres libros en que la obra se divide forma un volumen
con paginación diversa.

[393] _Historia do Theatro Portuguez_, II, _A comedia classica e as
tragicomedias_ (Porto, 1870), p. 29-30.

[394] _Grammatica_ (1536), pág. 73 de la edición de 1785. «Verdade he
ser (a lingua portugueza) em si t[-ao] honesta e casta que parece nā
consentir em sy h[~u]a tal obra como Celestina».

[395] _Historia Genealogica da Casa Real portugueza, por D. Antonio
Caetano de Sousa... Lisboa Occidental_, 1738. Provas. II, pág.

[396] «Em sexta feira de Endoenças do anno de 1521 vi no mosteiro de
Sam Francisco en bragança un Diogo Lopes, ferreiro, vestido em manto
bérneo e touca foteada, estar ante o Sacramento en roda de mulheres
lendo por _Celestina_, e parece-me que era no auto que falla do
Centurio». (Ms, tal vez autógrafo, que poseía el conde de Azevedo, y
hoy debe de estar en la Biblioteca de Oporto.)

Vid. C. Castello Branco, _Narcoticos_, I, Porto, 1882, pág. 66.

[397] Tomo III de la ed. de Stuttgart, pp. 114, 120, 129, 215 y
222 En la pág. 632 hay unos versos de García de Resende á Jorge de
Vasconcellos «porque nam querya escreuer humas trovas suas».

[398] En la tragicomedia de _Las Cortes de Júpiter_ (_Obras de Gil
Vicente_, tomo II de la ed. de Hamburgo, pág. 404).

[399] Jose Joaquim da Costa e Sá, editor de la traducción de Terencio
de Leonel da Costa en 1788, dice haber visto un ejemplar de la
_Eufrosina_ de 1561, que tenía en el reverso del pergamino las
siguientes palabras de letra antigua: «O Autor d'este livro foi Jorge
Ferreira de Vasconcellos, natural de Lisboa, tamben Author da Tavola
Redonda e d'outras obras (Tomo I, pág. XXI, nota 9).

[400] En la _Vida de D. Duarte_, escrita en 1565 por Andrés Resende,
que había sido su maestro de latinidad, se hace mención de Francisco
de Moraes, pero no de Jorge Ferreira de Vasconcellos. Tampoco en el
testamento del Infante, publicado en las _Provas_ de la _Historia
Genealogica_. Pero está citado en el _Rol dos Moradores do Infante_,
redactado poco después de su fallecimiento. (Vid. Caetano de Sousa,
_Hist. Geneal. Provas_, II, 615.)

[401] «Das comedias que Jorge Ferreira de Vasconcellos compos, foy esta
_Vlysippo_ a segunda estando ja no seruiço del Rey nesta cidade».

[402] Vid. Brito Rebello, _Ementas Historicas_, II, _Gil Vicente_, pág.
114.

El título exacto del cargo era «escrivão da receita e despesa do
tesoureiro da casa real».

[403] Barbosa Machado, _Bibliotheca Lusitana..._ Lisboa, 1747. Tomo II,
pp. 805-807.

[404] Acaso en este punto haya confusión con el Dr. Antonio Ferreira,
autor de la _Castro_. El ducado de Aveiro fué creado en 1547 para D.
Juan de Lencastre, nieto de D. Juan II.

[405] Vid. Teophilo Braga, _Historia da universidade de Coimbra..._
Tomo I, Lisboa, 1892, cap. V, pp. 449 y ss.

[406] Estos dísticos se encuentran en la comedia _Aulegrafia_, pero no
al fin, como dice Barbosa, sino al principio, antes del folio primero é
inmediatamente después de la dedicatoria:

Inscribunt alii morituris nomina chartis Cumque illis cernunt nomina
obire sua. ..........................................................
Tu, bone Ferreri, victuris nomina chartis, Non tua subscribis, sed
latitare cupis. Est tibi sat saeclis prodesse aliquando futuris Quamvis
nulla tui nominis aura sonet. Nil agis, insequitur fugientem fama,
sequentem Aufugit, ad superos et volat alta polos.

Siendo tan raros los elogios antiguos de Jorge Ferreira, no debemos
omitir el de Juan Soares de Brito (_Theatr. Lusit. Lit._, let. G.),
citado por Barbosa: «Vir ingenio promptissimo et lepidissimo».

[407] Las coplas de Jorge Manrique le eran tan familiares que desde la
primera escena de la _Eufrosina_ intercala varios versos en el diálogo:
«Dexemos a los troyanos que sus males no los vimos». «Recuerde el
alma dormida». Y á continuación dos pedazos de romances que él mismo
califica de antiguallas: «Por aquel postigo, viejo», «Buen Conde Fernán
González». Dos veces está citado Macías en la misma escena, y poco
antes el «Huid que rabio» de Juan Rodríguez del Padrón, páginas 63, 64
y 65 de la presente edición). Nueva reminiscencia de Jorge Manrique
en la escena 2.ª: «Todo tiempo pasado fué mejor». (Pág. 71). De los
_elevamientos de Garci Sánchez_ se habla en el acto 3.º, escena 2.ª
(pág. 105).

De la popularidad de los pliegos sueltos que contenían romances es
buena prueba lo que dice Cariofilo á Zelotipo en la segunda jornada del
acto tercero: «Partios a Castilla y dexad a Portugal a los castellanos,
pues les va tan bien en ella. Poned tienda en Medina del Campo y
ganaréis de comer con glosar romances viejos, que son apacibles, y
poneldes por título «obra nueva sobre mal huvistes los franceses la
caza de Roncesvalles»; mas temo que ande ya allá el trato tan dañado
como acá, donde lo censuran todo estos críticos, que no medran ya
chocarreros». (Pág. 106).

En el mismo acto hay tres canciones castellanas, puestas en boca de
Zelotipo. El traductor sólo ha conservado la tercera: «Aora quiero os
dezir unas coplas que hize poco ha en castellano, por ser más recebido
y menos glosado». Las otras dos tienen los siguientes principios,
que bastarán para mostrar su directa filiación de la poesía de los
Cancioneros:

De grado en grado ha sobido La pena a la fortaleza, Del ansia y mayor
tristeza Que ay en el mundo. Cayó se me hasta el profundo Con dolor el
pensamiento, Del más subido cimiento De la esperanza... En mal punto
fue nacido Un corazon desdichado, Qual el mio[A], que ha querido Ser
más vuestro desdeñado Que de otra favorescido...

(Nota A: _El niño_ dice la incorrectísima edición de Sousa Farinha,
1786, pág. 172).

Tiene en portugués otras composiciones del mismo gusto. La mejor es un
villancico que canta Silvia de Sousa en la escena 1.ª del acto 4.º:

Aquelle cavaleiro, Que d' amores me falla, Querolhe bem na alma...

(Pág. 229 de la ed. de 1786).

El capitán Ballesteros traduce estos versos, pero omite ó mutila
arbitrariamente otros, así castellanos como portugueses, en todo el
curso de la obra. No tiene disculpa, por ejemplo, la supresión de esta
linda cantiga que entona Eufrosina en el acto 4.º, escena 5.ª:

Castigado me ha mi madre Por vos, gentil cauallero, Mandame que no os
hable: No lo haré, que mucho os quiero. Fuerça me por vos amor, Venceme
vuestro deseo: Cuanto me riñen, si os veo, Se me olvida, y el temor.
Defiende me lo mi madre, Que no os vea, cavallero, Mandame que no os
hable, Y yo por hablar os muero. ¿Qué valen consejos sanos, Quando está
mal sana el alma? Si el amor lleua la palma, Vencen los cuidados vanos.
Que me mate la mi madre Por vos, gentil cavallero, No quitará que no os
hable, Pues sin vos vida no quiero.


(Pág. 248 de la misma edición).

El nombre de Jorge Ferreira debe añadirse al _Catálogo de los autores
portugueses que escribieron en castellano_ formado con tanta erudición
y diligencia por mi difunto é inolvidable amigo el Dr. García Peres, no
sólo por estas y otras piezas poéticas, sino por una parte del diálogo
de la comedia _Aulegrafia_.

No encuentro citadas en la _Eufrosina_ más obras en prosa que el
_Clarimundo_, libro de caballerías de Juan de Barros (pág. 110 del
presente volumen), la novela de Diego de San Pedro y el _Marco Aurelio_
del obispo Guevara: «En esta materia pocos aciertan y todos reprehenden
y no dexan de aferrarse con _Carcel de Amor_ en lugar solitario, y
tienen por tanto convertillo en portugues como si fuese Homero; mas
pues llegamos a tratar de antiguedades, qué malo sería hablar por
_Marco Aurelio_, que tiene gran copia en el dezir?». (Pág. 111).

De Petrarca y aun de Dante hay indudables reminiscencias: «De la señora
Eufrosina no se puede hablar como de cosa deste mundo, sino como de
_una muestra que Dios nos quiso dar de su poder_» (p. 137). «_La
mayor congoja en estas adversidades es acordarme que fui algun tiempo
venturoso_» (p. 140).

En la _Vlysippo_ (fol. 149 vuelto de la ed. de 1618) se encuentra un
soneto, único tributo que pagó á la métrica italiana. No sabemos si
puede tomarse por expresión de su propio pensamiento ó meramente de la
persona que habla, el siguiente pasaje de la _Aulegrafia_ (act. II,
sc. 10, fol. 78 vuelto). En el primer caso habría que creer que cambió
de rumbo en sus últimos años, como lo hizo también Gregorio Silvestre:
«Eu, senhor, tenho minha poesia nova e faço minha viagem _por fora da
rota de João de Lenzina_, e terzo-me da vitola dos antigos como de
espirro: porque são musicas le fantasia sem arte, e não alcançam o bem
d' agora, que tem furtado o corpo a idolatrias contemplativas quando
lhe dizia: _En tus manos la my vida encomiendo condenado_, etc., e
então logo morrem e vinhan os _Testamentos, os Infernos do amor, e tudo
era ayre_».

Poco antes se había quejado del abandono de la lengua portuguesa y del
predominio de la nuestra: «Somos tāō incrinados á lingua castelhana,
que nos descontenta a nossa, sendo dina de maior estima, e nāō ha antre
nós quem perdoe a hua trova portugueza, que muytas vezes é de vantagem
das Castelhanas, que se tem aforado comnosco, e tomado posse do nosso
ouvido, que nenhumas lhe soan melhor: emtanto que fica em tacha
anichilarmos sempre o nosso, por estimarmos o alheyo» (fol. 66 vuelto).

[408] Inocencio da Silva no llegó á ver los _Triunfos de Sagramor_, y
se limita á copiar la escueta noticia de Barbosa:

_Triunfos de Sagramor, em que se tratão os feitos dos Cavalleiros da
segunda Tavola Redonda. Dirigido al Principe D. Juan. Coimbra, por Juan
Alvares. impresor del Rey._ 1554. fol.

D.ª Carolina Michaëlis me escribe: «Infelizmente nunca vi o _Sagramor_.
Nem vive quem o visse! Apenas ha boatos vagos sobre un exemplar
guardado na Torre do Tombo. Creio que o _Memorial_ é 2.ª ed. do
_Sagramor_, apenas com o titulo mudado por improprio. O melhor teria
sido _Memorial das Proezas dos Cavaleyros da (Segunda) Tavola Redonda
do Rei Sagramor_. No prologo ha no fim a oraçāō seguinte: «nāō me
disculpo dos erros e atrevimentos de que nesta tresladaçāō do _Triumpho
del Rey Sagramor_ posso ser reprendido, nem os nego». No cap. 26 diz
que «Foroneus... nāō foy sua tençāō tratar de hum soo cavaleyro...
antes pretende fazer huma viva memoria de tudo o que alcançou saber dos
da Tavola Redonda del Rey Sagramor».

[409] _Memorial das proezos da segunda Tauola redonda. A o muyto alto e
muyto poderoso Rey dō Sebastiāō primeyro deste nome em Portugal, nosso
senhor. Con licença. Em Coimbra. Em casa de João de Barreyra, 1567._
4.º 240 hs. dobles.

Barbosa cita otra del mismo año en folio, pero debe de ser la misma.

De esta edición rarísima sólo se conocen dos ejemplares en Portugal
(según Inocencio): el de la Biblioteca Nacional de Lisboa, procedente
de la librería de D. Francisco de Mello Manuel, y el de la biblioteca
de Braga. En el _Suplemento_ de Brito Aranha se cita otro que
perteneció al conde de Azevedo.

Hay una edición moderna del _Memorial_, dirigida por Manuel Bernardes
Branco (Lisboa, na tip. do «_Panorama_», 8.º grande).

Vid. _Diccionario bibliographico portuguez, estudos de Innocencio
Francisco da Silva applicaveis a Portugal e ao Brasil_. Tomo IV Lisboa,
na Imprensa Nacional. 1860, pp. 167-171. Y el _Suplemento_ de Brito
Aranha (tomo XII del Diccionario, 1884).

[410] Vid. Th. Braga, _Floresta de varios romances_, Porto, 1868, pp.
36-53.

[411] Basta leer la _Eufrosina_ para convencerse de que no pudo ser
representada á lo menos en su forma actual; pero algunas frases del
prólogo de _Juan de Espera en Dios_ parecen indicar que su autor la
destinó á alguna recitación ó lectura pública, como creemos que lo fué
también la _Celestina_. En este caso los oyentes serían estudiantes ó
profesores de Coimbra, y á ellos aludirá la frase _neste anfitrioneo
convento_.

[412] Por cierto que Jorge Ferreira no se muestra nada blando con
ellos, especialmente con los legistas: «Estos son gente sin ley ni Rey,
todo su cuydado es buscar recreacion; la ciencia está en los libros;
el estudiar, ir y venir á su tierra, y despues de largo tiempo mal
gastado: bachiller soy, bien votado ó mal votado, y dan sentencias de
golpe, como palo de ciego, que lleua el pelo y el pellejo, y el mal es
para quien les cae en las manos». (Pág. 88).

«El enfado del estudio no se puede sufrir si no es a fuerza de
necesidad... Rico es mi padre, lograrme quiero con su trabajo... quanto
más que yo podré graduarme por suficiencia, y con estar dos dias en
Sena ó en Bolonia, espantaré toda esta tierra, y con dos sentencias que
traiga de la Rota pensará mi padre que vengo hecho un oráculo». (Pág
89).

[413] Debajo de una viñeta con tres figuras que representan á Zelotipo,
Eufrosina y Silvia de Sousa, se lee este título:

_Comedia Eufrosina. De nouo reuista & em partes acrecētada. Impressa
em Coimbra. Por Ioāō de Barreyra, Impresor da Universidade; Aos dez de
mayo M. D. LX._

(Colofon): «Foy impressa a presente obra, em a muy noble & sempre Real
cidade de Coimbra, por Ioāō de Barreyra empressor da Universidade. Com
privilegio Real que nenhūa pessoa a possa imprimir, nem vender, nem
trayer doutra parte impressa, sob as penas conteudas no Privilegio.
Acabouse aos dez dias do mes de mayo. De M. D. LX».

8.º, 347 pp. Láminas en madera. Letra redonda, excepto la lista de las
figuras de la Comedia, que va en letra gótica.

Las palabras «revista e em partes acrecentada» apenas dejan duda de la
existencia de una edición anterior.

Esta de 1560 es rarísima. El ejemplar que poseyó Salvá y describe en su
_Catálogo_ (núm. 1254) pertenece hoy al Museo Británico. Allí mismo hay
un ejemplar incompleto de otra edición, que parece ser la siguiente:

_Comedia Eufrosina. De nouo reuista, z em partes acrecentada. Agora
nouamente impressa. Dirigida ao muito alto z poderoso principe dom Joam
de Portugal._

(Colofon): «Foy im[-p]ssa em Euora en casa de Andree de Burgos,
im[-p]ssor e cavaleiro da casa do Cardeal Iffante. No fin dabril de
1561». 8.º let. gót.

«Había un ejemplar excelentemente conservado en la librería del
hospicio de la Tierra Santa, el cual pasó después al Archivo Nacional
de la Torre do Tombo» (Inocencio da Silva). Otro existe en la librería
que fué de D. Fernando Palha (núm. 1.206 de su _Catálogo_).

D. Blas Nasarre, que reimprimió en 1735 la _Eufrosina_ castellana, dice
en la advertencia «al que leyere», tratando del original portugués:
«Imprimióse este libro la primera vez en Evora el año 1566 por Andrés
de Burgos, impresor y cavallero de la Casa del Cardenal Infante». Pero
como esta edición no parece por ninguna parte, puede sospecharse que el
1566 sea errata por 1561.

--_Comedia Eufrosina. Nouamente impressa e emendada. Por Francisco Roiz
Lobo. Em Lisboa, Antonio Aluares, 1616._ 8.º 4 hs. prls, y 223 fols.

--_Comedia Eufrosina. De Iorge Ferreira de Vasconcellos, nouamente
impressa, e emendada por Francisco Roiz Lobo. Terceira ediçam fielmente
copiada por Bento Ioze de Sousa Farinha, professor regio de Filozofia,
e Socio da Academia Real das Sciencias de Lisboa. Lisboa, na off. da
Academia Real das Sciencias, anno MDCCLXXXVI. Con licença da Real Mesa
Censoria._

Es pésima edición, lo mismo literaria que tipográficamente considerada.

[414] Pág. 359 de la reimpresión de Reusch.

[415] Tomo III, part. 4ª, cap. VIII, núm. 67, pág. 372 (2.ª ed, Lisboa,
1680).

[416] Pág. 30 de la edición de Mendes dos Remedios. El _Hospital_ fué
escrito en 1657.

[417] «Georgius Ferreira de Vasconzelos, Lusitanus, Conimbricensis,
urbanitate vir ac disertis salibus suo tempore in pretio habitus,
scripsit comoedias tres prosaicas, quae magni aestimantur a civibus
ejus, et omnibus his qui lusitanae linguae suavitate ac delitiis
delectantur, nempe: _Comedia Euphrosina_; quae ut prima exiit ab
auctoris ingenio, ita aliis quae sequutae sunt, excellentiae palmam
praeripuit. Edita est saepius in Portugallia, et tandem recognita a
Francisco Rodriguez Lobo &» (_Biblioth. Hisp. Nova_, I, pág. 538).

[418] _Comedia de Eufrosina traducida de lengua portvgvesa en
castellana. Por el Capitan D. Fernando de Ballesteros y Saavedra. Al
serenissimo Señor Infante don Carlos. Con Privilegio. En Madrid en la
Imprenta del Reyno. Año de 1631. A costa de Domingo Gonçalez._ 8.º De
la forma que Gallardo llamaba de _Astetes viejos_. 12 hs. prls. sin
foliar y 251 pp. dobles.

[419] _Comedia Eufrosina. Traducida de lengua portuguesa en castellana
por el Capitán D. Fernando de Ballesteros y Saavedra. Con licencia. En
Madrid, en la oficina de Antonio Marin, año de 1735._ 8.º 12 hs. prls.
y 422.

Dedicatoria «á la Señora Doña Sophrosina Pacheco, mi señora», firmada
por _D. Domingo Terruño Quexilloso_. «Dedico una comedia en prosa; pero
poetica, y con sus primores y harmonia; libro raro, y de exquisito
gusto, de invencion dichosa, de composicion elegante, y que pinta con
vivos colores las personas que representa, poniéndolas sobre el Theatro
al natural, y con decencia, y enseñando con ellas los principios y
progressos de la galanteria, que no son fáciles de conocer ni por
los mismos que se hallan presos de sus lazos. Enseña las señales y
symptomas del suave veneno, casi incurable despues de aver ganado el
corazon».

[420] _Comedia Vlysippo de Iorge Ferreira de Vasconcellos. Nesta
segunda impressão apurada e correcta de algãs erros da primeira, con
todas as licenças necessarias. Lisboa, Pedro Craesbeck, 1618, con
Privilegio Real._ 8.º 4 hs. prls. 278 foliadas y dos blancas al fin.

Hay una reimpresión de Lisboa, 1787, hecha por Benito de Sousa Farinha,
tan poco apreciable como la de la _Eufrosina_.

[421] En la _advertencia ao Leitor_ que precede á la comedia _Vlysipo_,
y que seguramente salió de su pluma, aunque no lleva su nombre:

«Das Comedias que Jorje Ferreira de Vasconcellos compos foy esta
_Vlysipo_ a segunda, estando ja no serviço del Rey nesta cidade...

«E a derradeira a sua _Aulegrafia_ cortesam em que cantando _cygnea
voce_, como dizem, melhor que nunca, a nāō imprimio por hum _desgosto
geral deste Reyno_, que nella se contará[a], se no bom trato que a esta
se fizer, quizerdes mostrar o gosto que tereis destoutra sair, que está
da pena do seu autor, e assi aprovado ja e com todas as licenças pera
logo se poder imprimir... A outra comedia (es decir la _Aulegrafia_)
nāō tratando da _Eufrosina_, como _a primeira parte da Tavola Redonda
que pera a 3.ª impresão emendou o autor em sua vida, de sorte que do
meyo em diante em tudo ficou differente. E assi mais a 2.ª Parte da
mesma historia podeis começar a esperar muito em breve_, que quiza
ordenou o Ceo differirselhe a impressāō para este tempo, pera com ella
se tornar a ouvir nelle a boa memoria deste Portuguez...».

(Nota A: Claro es que no en el texto de la comedia, sino en el prólogo
ó advertencia de ella. Pero al imprimir la _Aulegrafia_ nada se dijo de
esto).

Nada de lo que aquí se promete, excepto la _Aulegraphia_, llegó á
publicarse.

[422] _Comedia Aulegrafia, feita por Jorje Ferreira de Vasconcellos.
Agora novamente impressa a costa de D. Antonio de Noronha. Dirigida
ao Marquez de Alemquer, Duque de Francavilla, do Conselho de Estado.
Lisboa, por Pedro Craesbeck, 1619._ 4.º IV 186 hs.

Desde la 179 hasta el fin del volumen se inserta una _carta que se
achou entre os papeis de Jorje Ferreira de Vasconcellos_, composición
de 344 versos en redondillas octosilábicas.

[423] (Portada en rojo y negro, con un grabadito que representa á un
caballero ofreciendo una flor á una dama).

_Tragedia Policiana. En la qual se tractan los muy desdichados amores
de Policiano z Philomena Executados por industria de la diabolica vieja
Claudina Madre de Parmeno, z maestra de Celestina._

(Al fin): _Acabose esta Tragedia Policiana a XX dias del mes de
Nouiēbre a costa de Diego Lopez librero, vezino de Toledo. Año de
n[=r]a. Redēpcion de mil z quinientos z quarenta y siete. Nihil in
humanis rebus perfectum._

4.º let. got., 80 hojas foliadas.

Á cada uno de los 29 actos precede una viñeta con las figuras de los
interlocutores.

El ejemplar de la Biblioteca Nacional (fondo antiguo) es el que nos ha
servido para esta reimpresión.

Los traductores castellanos de Ticknor (Madrid, 1851, tomo I, págs.
525-528) dieron un resumen del argumento de la _Policiana_.

[424] Esta edición es de Toledo «en casa de Fernando de Santa
Cathalina» y se acabó «al primero día del mes de Março, año de 1548».

Véase lo que de ella dijo Wolf en su opúsculo sobre _La Danza de la
Muerte_ (Viena, 1852), traducido al castellano por D. Julián Sanz del
Río en el tomo XXII de la _Colección de documentos inéditos para la
Historia de España_ (Madrid, 1853), págs. 522-524.

[425] Vid. _Orígenes de la Novela_, tomo I, pág. 280.

[426] «El licenciado Jiménez hizo el _Hospital de Amor_, que imprimió
por suyo Luis Hurtado» (_Discurso sobre la vida de Gregorio Silvestre._)

Se refiere sin duda á «El hospital de galanes enamorados, con el
remedio y cura para nueve enfermos que en él están», y á «El hospital
de damas de amor heridas, donde son curadas otras nueve enfermas de
amorosa pasion», insertos en las _Cortes de casto amor_ de Luis Hurtado.

[427] Se deduce esta fecha de su poema de las _Trecientas_, acabado en
1582, donde declara haber cumplido cincuenta años.

[428] La acción de la _Policiana_ pasa en Toledo, según todos los
indicios.

[429] Sobre esta invocación de la perversa bruja me comunica mi
querido amigo el admirable escritor D. Francisco Rodríguez Marín las
curiosísimas noticias que van á leerse, y que son pequeña muestra de
lo mucho que ha descubierto su tenaz investigación en el campo de las
supersticiones populares.

«La fórmula de conjuro:

                        Con dos que te miro...

que Sebastián Fernández insertó en el acto XVI de la _Tragedia
Policiana_, parece tomada, más bien que de la tradición oral
inmediatamente, de una de las _Epístolas familiares_ de Fr. Antonio
de Guevara, de la IV de la segunda parte de su colección, único lugar
en donde encuentro tal fórmula con el que del verso primero y con
el verbo _escantar_ del segundo. Este conjuro era comunísimo entre
las hechiceras, y así, aparece citado con frecuencia en los procesos
inquisitoriales, unas veces como fórmula completa y otras como
fragmento de otras de mayor extensión.

«En la causa seguida en 1600 contra Alonso Berlanga (Archivo Histórico
Nacional, Inquisición de Valencia, legajo 28, núm. 1), figura entre
los papeles que se hallaron en la casa de su manceba, uno en que los
versillos en cuestión se dirigen á la valeriana, como remate de un
conjuro hecho á esta hierba:

        Valeriana hermana,
        Yo te conjuro con Dios y con Santa María;
        Valeriana,
        Yo te conjuro con la luz del alba;
        Valeriana,
        Yo te conjuro con la claridat del dia;
        Con el libro misal
        Y con el cirio pascual...

«Y termina de esta manera:

        Con tres te miro (_sic_),
        Con cinco te ato,
        Con sangre de leon tu vertut te pido,
        Que seas en mi favor de contino.

«Esta última parte de la fórmula se empleaba no sólo para hacerse
querer, sino también, y cerca andaba lo uno de lo otro, para hacer
mansos y sufridos á los hombres. Así, entre los cargos que se enumeran
en la sentencia contra Isabel Bautista, año de 1638 (Inquisición de
Toledo, legajo 82, núm. 28), figura el siguiente: «Y enseñó esta
oración á dichas personas, que quando viniese su marido ó su galán,
dixesen:

        Con dos te miro,
        Con tres te tiro,
        Con cinco te arrebato,
        Calla, bobo, que te ato.

«Y dándose una puñada en la rodilla, dixesen:

        Tan humilde vengas á mí
        Como la suela de mi çapato,

y que con esto quedarían desenojados y como un borrego». Y en otra
causa, seguida en 1645 contra Francisca Rodríguez, por el mismo
tribunal toledano del Santo Oficio (legajo 94, núm. 230), dice acusando
el Fiscal: «En otra ocasión dixo á cierta muger que si quería que un
conjunto suyo callase aunque la viese hacer qualquier cosa, que lo
haría; y quiriendo la dicha muger ir á consultar á otras hechizeras,
esta rea (_sic_) la advirtió dello y la enseñó el conjuro siguiente:

        Con dos te miro,
        Con una te hablo,
        Con las pares de tu madre
        La boca te tapo.
        Señor San Silvestre, encántalo.

con que el conjunto se amansaba». Á idéntico fin, Bautista Hernández,
procesada en 1723 por la Inquisición de Valencia (legajo 25, núm. 14),
hacía tres nudos en una cinta, diciendo:

        Con dos te miro,
        Con tres te sigo,
        Con cuatro te ato,
        De tu sangre bebo,
        El corazón te parto,
        Con las parias (_sic_) de tu madre
        La boca te tapo.

«Más interesante que todas las lecciones transcritas es otra para
_ligar_ á las personas, conservada asimismo en un proceso seguido en la
Inquisición de Valencia por los años de 1639 (legajo 28, núm. 3). Entre
los papeles que se recogieron en la casa de la procesada Juana Ana
Pérez y que están unidos á los autos, hay uno que dice así:

        Con dos te miro,
        Con cinco te ato,
        Tu sangre bebo,
        Tu corazón te arrebato,
        Con las pares de tu madre y mía
        La boca te tapo.
        La garfia del fiero león
        Que te ligue y te ate el corazón.
        Asno, mira que te ligo
        Y te ato y te reato y te vuelvo á reatar,
        Que no puedas comer ni beber,
        Ni armar ni desarmar,
        Ni en campo verde estar,
        Ni en campo seco pasear,
        Ni en casa de nenguna mujer entrar,
        Ni con ella holgar,
        Ni en viuda ni en casada
        Ni en doncella ni en soltera á efeto llegar,
        De aquí delante de mis ojos vengas atado,
        Hechizado, conjurado,
        Á quererme, [á] amarme;
        Todos tus dineros vengas á darme.
        Que vengas, que vengas, que vengas;
        Que hombre ni mujer te me detenga.

[430] También el autor de la primitiva _Celestina_ se había acordado
de este pasaje, aunque se me olvidó notarlo en su lugar oportuno (pág.
105): «E assi contentarte he en la muerte (dice Melibea), pues no
toue tiempo en la vida... ¡O padre mio muy amado! Ruégote, si amor
en esta pasada e penosa vida me has tenido, que sean juntas nuestras
sepulturas, juntas nuestras obsequias» (Acto XX). Es el mismo sentido
de los últimos versos de Ovidio. Véase cuán antiguo y clásico abolengo
tiene el grito _que los entierren juntos_ de nuestros días.

[431] _Comedia llamada Florinea: que tracta de los amores del buen
duque Floriano, con la linda y muy casta y generosa Belisea, nueuamente
hecha: muy graciosa y sentida, y muy prouechosa para auiso de muchos
necios. Vista y examinada, y con licencia impressa._ (Escudo del
impresor.) _Vendese en Medina del Campo en casa de Adrian Ghemart,
1554._ (Título en rojo y negro.)

(Al fin): _Acaba la comedia no menos util que graciosa y compendiosa:
llamada Florinea nueuamente compuesta. Impressa en Medina del Campo en
casa de Guillermo de Millis, tras la iglesia mayor. Año de 1554._

4.º, 4 hs. pres. sin foliar, y CLVI folios, let. gót.

El escudo del impresor Adrián Ghemart tiene la conocida divisa
del halcón, con el mote _post tenebras spero lucem_, que algunos
estrambóticos comentadores del _Quijote_ han creído inventada por
Cervantes para la primera edición de _El Ingenioso Hidalgo_, en 1605.

Hay algunos ejemplares que difieren de los restantes en llevar
impresas con tinta negra, después de la palabra _necios_, estas
otras: _Compuesta por el bachiller Ioan Rodriguez Florian_. Uno con
esta portada tuvo D. José Sancho Rayón, y para hoy, según creo, en la
biblioteca de la _Hispanic Society_, de Nueva York. También uno de los
dos ejemplares que posee nuestra Biblioteca Nacional, y nos ha servido
para la presente reimpresión, pertenece á esta clase.

En el que describen los adicionadores de Gallardo (_Ensayo_, IV, núm.
3656) estaba manuscrito, al final, de letra antigua, el siguiente
soneto, que sólo á título de curiosidad bibliográfica reproducimos:

Hermanos, Floriano i Belisea, Grandes burros os hiço la natura, Al vno
en no goçar la coniuntura I al otro en dilatar lo que dessea. Ausente,
la beata cacarea, Rabia, muere, apetece i se apresura, I quando amor
le muestra su uentura Se engroña, se desdeña i lo arrodea. Polites i
Justina me contentan, Que á la segunda cuenta remataron, I de durables
poco se atormentan; Estotros, matracones, no gustaron. A Lucendo por
árbitro presentan: Dios sabe si despues se concertaron.

De la _Florinea_ habla breve pero atinadamente Ticknor, que también
la poseía (tomo I de la traducción castellana, pág. 220). Antes de él
había fijado su atención en esta pieza el malogrado erudito sevillano
D. Juan Colom y Colom en sus _Noticias del teatro español anterior á
Lope de Vega_ (_Semanario Pintoresco Español_, Madrid, segunda serie,
tomo II, año 1840, pp. 163-166).

En el inventario de los libros que á su fallecimiento dejó en su tienda
Juan de Timoneda (Valencia, 26 de octubre de 1583) figura la siguiente
partida:

«Item cinquanta comedies intitulades _Floranteas_ a cinch plech tenen
una ma».

(Vid. Serrano Morales, _La Imprenta en Valencia_, 1899, pág. 553).

Estas _Floranteas_, que sólo tenían cinco pliegos, no pueden
confundirse en modo alguno con la _Florinea_, que es muy voluminosa.
Trátase, pues, de otra comedia desconocida hasta ahora.

[432] A veces, sin embargo, cae en el plagio literal, por ejemplo
(escena quinta), cuando Lydorio habla mal de las mujeres, repitiendo
los mismos conceptos y ejemplos de Sempronio: «Y porque no me digas que
hablo de coro y que las infamo por mi cabeça, no acotando qué digan los
que las conoscieron y qué vieron de ellas los que las trataron, mira en
lo primero al sabio Salomon, que tanto las amó y tanto daño le vino por
ellas, lo que de ellas dize en sus escrituras, quando se le offresce
hablar de mugeres. Lee al Mantuano en una egloga, mira al Petrarcha,
escucha al Ouidio y atiende al Juuenal, e finalmente quantos sabios
Gentiles, Judios, Christianos, Moros, Paganos, offreciendoseles en sus
escritos materia en que hablar de mugeres, afanan y se desvelan en como
avisar á los leyentes que se guarden en sus conuersaciones». (Pág. 175).

[433] Pág. 306 de la presente edición.

[434] En todos ellos, lo mismo que en los de la _Policiana_, se nota
menos irreverencia que en las _Celestinas_ más antiguas, ó está velada
con eufemismos, porque los tiempos eran otros y la censura comenzaba á
mostrarse más rigurosa. Véase alguna muestra de los disparatados fieros
y bravatas de Fulminato: «Descreo del agareno y de toda la ley del
Alcoran», «Descreo de los adoradores del becerro», «De Saturno ayuso
reniego», «Descreo de los adoradores de Mars», «Descreo del inventor de
la idolatria», «De todos los Talmudistas reniego», «Descreo de quantos
adoran el sol», «Reniego de los Jebuseos», «Por el santo cerrojo de
Burgos», «O, pesar de los Moabitas», «O, descreo de Jason y aun de
Medea», «O, pesar de la casa santa de Mecha», «Descreo de los quiciales
de la puerta del cielo», «Reniego del sepulcro de Absalon y del sceptro
de Roboan», «Reniego del hijo de Latona», «Voto al santo Calendario
Romano». Una sola vez jura «por las reliquias de San Salvador de
Oviedo», otra por «la espada de Sant George y aun por la escriuania de
Sant Lucas», y usa la expresión malsonante «descreo de la vida de los
condenados». (Pág. 166).

[435] «Tú sabrás cómo la fortuna, que favorece á los osados, me dio
ventura en ganar trauacuenta con una viuda de hasta treynta y quatro,
que en aspecto está como de diez y ocho. Esta no tiene en casa padre
ni madre, ni can que la ladre, más de sola vna hija bonita y harto
muchacha, de diez y siete para menos: ésta le sirue en casa de moça, y
fuera de hija y authorizada doncella» (pág. 169).

[436] El rasgo de la hipocresía está finamente acentuado en Marcelia
más que en ninguna otra de las Celestinas secundarias, incluso la de
Feliciano de Silva. Véase singularmente la escena nona:

«_Gracilia._--Pues dónde con manto y sombrero tan de mañana?

«_Marcelia._--Á Nuestra Señora de los Remedios; luego en oyendo la
missa primera soy de buelta...

«_Liberia._--Gran cosa es ésta, que no ha de faltar mi madre esta
missa. Pero haze bien, que siempre trae su par de panecillos, y algo
para ayuda de costa.

«_Grac._--Ya ves, prima, por tal señora lo haze. Pero no en balde dize
ella tanto bien del sacristan, y agora veo que tiene razon...»

En el camino se encuentra con el paje Polytes, que no quiere creer que
ella vaya á la misa del alba:

«_Polytes._--Ni aun soy tan bouo como esso, que agora passé por junto á
la Trinidad, y no ay sueño de abrir puerta.

«_Marc._--Y aun esto quiero.

«_Polyt._--Peor es de entender una muger que un Concejo. Pero atento
que vas a missa donde no ay puerta abierta, las que como tú he topado
disfraçadas, cruzando callejuelas, dime, van contigo a representar
autos de comedias en cas de los abades o van por las llaues para
abrirte la puerta donde tú vas?...

«_Marc._--Calla ya, no apures tanto las cosas, que con algo se han de
mantener en honra las que se defienden de la pobreza, de lo que a mí
cabe gran parte por mis pecados.

«_Polyt._--Y aun creo yo que tú y las otras andays estos passos en
busca de los tales pecados.

«_Marc._--Ay, qué dizes? alguna malicia, asuadas.

«_Polyt._--La mesma. Pero digo que me agradas en darme a entender que
andays estas andolencias a partir con los encerrados las quentas del
rezar, y las obladas con los sacristanes, y las raciones y capellanias
y los beneficios con los clérigos». (Pág. 192).

En la escena XV se vale de su fingida devocion para hacer llegar á
manos de Belisea una carta de Floriano: «Por mi vida, pues que no hay
una criatura en la yglesia, que quiero auenturarme a poner esta carta
en la grada del altar de la Madre de Dios; porque si ellas son, no
dexará Belisea de llegar la primera a hazer su oracion». (Pág. 208).

En cambio, la parte de hechicerias es insignificante en esta pieza.
«Quiero echar unos polvillos del cabron en esta carta, que ya los
he hallado aprobados», dice Marcelia poco antes. No hay rastro de
evocaciones ni de conjuros ni de fórmulas supersticiosas.

[437] «Pero mira, Floriano, que si tú como hombre buscas tu desatinado
descanso, yo como donzella mamparo mi delicada honra. Y si tú buscas
la consecucion de tu infectionada voluntad, yo defiendo mi libertad.
E si tú quieres guiar tras tus venenosos y no limpios desseos, con tu
amor desamador de mi honestidad, yo tengo de cerrar la puerta a todo lo
que ni a mi ánimo trayga limpieza ni a mi spiritu reposada castidad.
Por tanto como a hermano en tal amor te ruego me ames, y me quieras
bien para mi bien, y no de suerte que queriendo me, quieras mal para
ti y peor para mí. E con hazer tú esto, podras ganar en mí un amor que
como a bien queriente de mi honra te tendre. De otra guisa, desamarte
he como a enemigo de virtud, y perseguidor de mi honra, y menoscabador
de mi limpieza, y matador de mi innocencia, y derramador de mi fama,
y destruydor de mi reposo, y asolador de la casa de mi padre, y
ensuciador de mi alta sangre. E si te han mentido de mí otra cosa,
desapega la de tu imaginacion» (pág. 224).

«Agora que te hallo buen obediente, determino, para hazer más por ti,
mandar te lo segundo, y es que en este cenadero, al sonido destas
fuentezitas, te sientes en este poyo, y luego, porque vaya cumpliendo
mi palabra de hacer algo por ti, me quiero yo sentar en el mesmo poyo
par de ti. Pero mira que al ver me sentar tan cerca de ti pienses que
es más para mejor oyr te y responder te sin sonido de voz, que para
despertar en ti algun atrevimiento de los que soleys tener los hombres
en semejantes trances puestos que agora tú». (Pág. 269).

Belisea, aunque inferior en prosapia al duque Floriano, era de muy
noble linaje: «Y quiero que sepas que Lucendo, el padre della, con ser
cauallero de tanta estima y casta y poder en el reyno, y con ser uno
de los más sabios que oy tienen ditado en España, quiere y tiene en
tanto a la hija, que no pensará que errará en cosa que haga; y hecho,
qualquier cosa la perdonará ligeramente» (pág. 289).

[438] En la escena 2.ª alude expresamente á un célebre capítulo del
_Marco Aurelio_: «Mira lo que Faustina hizo por la llave...». (Pág.
163).

[439] «De Floriano, pues, yo tengo lástima a su honra y gravedad y
hazienda y alma. Lo primero, porque le comiençan a cobrar en opinion
de poco assentado y mal concertado en sí y en su casa. Lo segundo,
porque da parte de las flaquezas y tracta y comunica un duque Floriano,
y en ojos de corte imperial, con vn paje y unos moços de espuelas. Lo
tercero, he lástima a su hacienda, que la veo andar baylando en manos
de amigos públicos de ella y enemigos secretos dél. Y veo le yr tras
chismosos, tras rufianes, tras p..., tras alcahuetas, y con gente
que con sus dones se honran, y de la honra dél despedacen camino de
los burdeles, do se gaste mal la hacienda del que la heredó bien, y
la posee bien, y la dispensa y gouierna mal... Y vereys que no dará
audiencia ni crédito a vn criado antiguo, leal, seruicial, amador de su
honra, defensor de su persona, augmentador de la gloria de su estado,
y aun lo que peor y más peligroso es, que os cobrará enemiga porque le
retraeys de los vicios, le desseays la salud, y le procurays por la
hacienda, y le tractays de ensalçar su orden. Y esto es el porqué ay oy
en dia pocos criados antiguos fieles bien medrados en las casas de los
señores... Y aquellos por fieles van se con quitarles la racion porque
no asisten, y darles a más librar (más por verguença que compelle al
señor que por voluntad que le combide) el medio acostamiento, porque se
van como buenos, y lleuanle doblado los livianos que asisten, porque
se pican de andar más galanes que graues... y ansi se han tornado
los palacios acorro de viciosos, porque se despueblan de viejos y se
acompañan de moços, y porque ay poca audiencia de verdades y gran gula
de mentiras... Y por esto con poca autoridad de los palacios, los
seruientes de pelillo, los mentirosos, chismosos, malsines, truhanes,
decidores maliciosos, chocarreros, como hallan audiencia en el Señor,
ansí los tornan de su talle, si Dios y la buena condicion no los
defiende de enviciarse» (pág. 211).

[440] Vid. escena XV (pág. 211).

[441] Vid. escena XVIII (pp. 223 y 224).

[442] Abundan los ejemplos de esto: «Y en lugar del anillo _te quedo mi
coraçon_ en este abraço» (pág. 182). «Bien dices; ve luego y buelve,
que _me quedas sola_». (Pág. 201). «Ay mezquina yo, ¿quién _quedó
abierta la puerta_?» (ibid). «Y como Fulminato _os quedó solos_». (Pág.
277).

[443] _Comedia llamada Seluagia. En que se introduze los amores
d'un cauallero llamado Seluago, con vna ylustre dama dicha Isabela:
efetuados por Dolosina, alcahueta famosa. Cōpuesta por Alōso de
Villegas Seluago, Estudiante._

(Al fin): _Fue impressa la presente obra en la Imperial Ciudad de
Toledo: en casa de Joan Ferrer. Acabose a diez y seys dias del mes de
Mayo. Año de mill y D.L.iiij._

(Esta portada tiene un grabado en madera, que representa una de las
escenas de la tragicomedia).

4.º let. gót. 76 hojas foliadas.

[444] Está en el tomo quinto de la colección de _Libros raros ó
curiosos_ (Madrid, Rivadeneyra, 1873), el mismo que contiene la
_Seraphina_.

[445]

Osado se puede sin duda llamar, Miradas sus faltas y pocos primores,
Pues quiere sin fuerzas con otros mejores Valer, siendo pobre de baxo
lugar: Sabemos de Cota que pudo empeçar Obrando su ciencia la gran
Celestina; Labróse por Rojas su fin con muy fina Ambrosia, que nunca se
pudo estimar.

Sin duda por haber puntuado mal estos versos, creyó Ticknor que la
frase «pobre de baxo lugar» aludía á Cota, cuando por el contexto es
visible que se refiere al autor mismo.

[446] Gran parte de lo que en la primera cena dicen Flerinardo y
Selvago en loor y en vituperio del Amor está servilmente copiado de la
obra de Sancho de Muñón, con los mismos ejemplos históricos.

[447] «_Risdeño._--Sabed que con vos tengo de ir, y lo que de vos
fuere será de mí; ni quiero que penseis que aunque el cuerpo no es muy
aventajado, que me faltará corazon para cualquier caso de afrenta,
especialmente en vuestro servicio...

«_Flerinardo._--Por mi fe, Risdeño, si fueras del tamaño de San
Cristóbal y tuvieras esfuerzo conforme al que con ese pequeño cuerpo
demuestras, que tú solo tuvieras más aventajada fortaleza que todo el
mundo.

«_Risd._--¿Cómo, señor, y tan á pocas hablas en mi gran valentía? Pues
yo os aseguro que sin que San Cristóbal me prestase su cuerpo, osase
entrar en campo sobre un caso de honra con quatro tales como vuestro
criado Escalion, y aun pensaria de les llevar los despojos.

«_Flerin._--Por mi vida, Risdeño, que si fueras en tiempo de los
epimeos, á quien tú pareces, que dellos fueras en rey elegido, porque
los defendieras de las grullas, que con ellos tienen batalla» (pp. 210
á 211).

[448] Este elogio de los enanos (pp. 261 á 263), que al parecer se
funda en otro más antiguo compuesto en verso («En metro os las podria
decir, porque así me las enseñaron á mí»), recuerda enteramente el
gracejo de las _Epístolas familiares_ del obispo Guevara.

[449] PP. 16 á 19. Expuesta la _doctrina de Nasón_, continúa: «Otro
remedio cuenta para el amor el magnifico caballero Pero Mexia en
su _Silva_, con el cual sanó Faustina, mujer de Marco Aurelio; la
cual como excesivamente amase á un esgrimidor de los que hacían los
regocijos públicos, y viéndose en peligro de muerte, por esta causa los
médicos mandaron matar y quemar al esgrimidor, y los polvos bebidos por
Faustina fué libre de su amor inhonesto».

[450] _Primera parte de Flos Sanctorum nueuo: hecho por el Licenciado
Alonso de Villegas, capellan en la Capilla de los Moçaraues de la
Sancta Iglesia de Toledo. Toledo, por Diego de Ayala, en treze dias de
Mayo, de mil y quinientos y setenta y ocho años._

[451] _Flos Sanctorum, segunda parte y Historia general en que se
escriue la vida de la Virgen Sacratissima madre de Dios, y señora
nuestra; y las de los Santos antiguos que fueron antes de la venida de
nuestro Saluador al mundo: collegidas assi de la diuina escriptura,
como de lo que escriuen acerca desto los sagrados doctores, y otros
autores graues y fidedignos. Ponese al fin de cada vida alguna
doctrina moral, al proposito de lo contenido en ella con diuersos
exemplos. Tratase de las seys edades del mundo, y en ellas los hechos
más dignos de memoria que en él sucedieron. Puesto en estilo graue y
compendioso... Por el Maestro Alonso Villegas, Capellan en la Capilla
Moçarabe de la Santa yglesia de Toledo, beneficiado de San Marcos, y
puesto otra vez en mejor estilo por el mismo Autor... Toledo, por Juan
Rodríguez, 1588._

[452] _Flos Sanctorum. Tercera parte. Y Historia general en que se
escriuen las vidas de Sanctos estrauagantes y de varones ilustres
en virtud: de los guales, los unos por hauer padecido martirio por
Iesu Christo ó auer viuido vida Sanctissima, los tiene ya la Iglesia
Catholica puestos en el Catalogo de los Sanctos. Los otros que aun
no estan canonizados, porque fueron sus obras de grande exemplo,
piadosamente se cree que estan gozando de Dios en compañía de sus
bienauenturados... Toledo, por Juan y Pedro Rodriguez, hermanos,
impressores y mercaderes de libros, 1588._

Ejemplar de la Biblioteca Provincial de Toledo, descrito por Pérez
Pastor, núm. 386. Este eminente investigador publicó en otro libro
suyo (_Bibliografía Madrileña_, parte tercera, 1907, pp. 516 y 517) el
curioso documento que sigue:

«Recibimos la de V. S. de XIII del pasado á los 27 del mismo, en que V.
S. manda se recoja la tercera parte del _Flos Sanctorum_, ordenado por
el maestro Villegas, impreso en Toledo año de 1588, y en cumplimiento
della se leyó aquí ayer domingo edicto para recoxerla, y han comenzado
hoy a traer algunos libros destos, ansi de los impresos en el dicho año
de 1588 y en los deste año de 1589, y porque en entrambas impresiones
está el principio y fin de las razones que V. S. manda borrar, y en los
deste año de 89 falta lo de la monja de Portugal, dudamos si faltando
esto en otra impresion, se ha de quitar lo demas de las llagas de San
Francisco y otras cosas a este propósito, y hasta tener respuesta de
V. S. de lo que en esto se haga, habemos suspendido el enviar por el
districto. Suplicamos a V. S. nos mande avisar de su voluntad, porque
habiéndose de quitar lo uno y lo otro, es necesario poner otros edictos
que exiban los de entrambas impresiones... En Toledo, XII de Junio de
1589». (Archivo Histórico Nacional. Inquisición de Toledo. Cartas para
el Consejo, fol. 211.)

Como se ve, uno de los motivos que tuvo la Suprema para recoger este
tomo tercero fué lo que en él había estampado el cándido Villegas
sobre las llagas y demás embelecos de la célebre monja portuguesa Sor
María de la Visitación. Si los falsos milagros de aquella embaucadora
llegaron á sorprender por un momento la mente angelical de Fr. Luis de
Granada, ¿qué mucho que también tropezase el hagiógrafo toledano? Pero
la Inquisición, en este caso como en otros análogos, desempeñó un papel
contrario al que vulgarmente se le atribuye, castigando con rígida mano
la impostura y oponiéndose á su divulgación.

[453] _Flos Sanctorum y Historia general de la vida y hechos de Iesu
Christo, Dios y Señor Nuestro, y de todos los Santos de que reza y haze
fiesta la Iglesia Católica, conforme al Breuiario Romano, reformado por
el decreto del Santo Concilio Tridentino; junto con las vidas de los
Santos proprios de España y de otros extrauagantes. Quitadas algunas
cosas apocrifas e inciertas. Y añadidas muchas figuras y autoridades
de la Sagrada Escritura, traydas a proposito de las historias de los
Santos. Y muchas anotaciones curiosas, y consideraciones prouechosas.
Colegido todo de autores graues y aprouados... En esta vltima
impression van añadidas algunas cosas, y puestas otras en mejor estilo,
por el mismo autor... Toledo, por la viuda de Juan Rodriguez, 1591._

--_Flos Sanctorum. Segunda parte. Toledo, por Iuan Iaure, a costa de
los herederos del dotor Francisco Vazquez. Año de 1594._

(Al fin): «Yo el Maestro Alonso de Villegas, emende esta segunda parte
del _Flos Sanctorum_ de muchas erratas y palabras trocadas que tenia:
especialmente en las cotas marginales que estauan muy deprauadas. Y
assi seruira de original para que por él se hagan otras impressiones. Y
en testimonio de verdad la firmé de mi nombre.»

En 18 de julio del mismo año de 1594 puso Alonso de Villegas una nota
marginal en el códice que poseyó de la _Coronyca de las antigüedades
de España_ de Fr. Juan de Rihuerga, y existe hoy en la Biblioteca
Nacional. Villegas declara que le acabó de leer siendo de edad de
sesenta años.

[454] _Flos Sanctorum. Quarta y ultima Parte. Y Discursos, Sermones
sobre los Evangelios de todas las Dominicas del año, ferias de
Quaresma y de santos principales: en que se contienen exposiciones
literales, doctrinas morales, documentos espirituales, auisos y
exemplos prouechosos para todos estados. Dirigida al Principe de España
don Felipe segundo deste nombre. Por el Maestro Alonso de Villegas,
sacerdote Teologo y predicador, capellan en la capilla moçarabe de la
Santa Iglesia de Toledo y beneficiado de San Marcos, natural de la
misma ciudad de Toledo... Madrid, en casa de Pedro Madrigal: MDLXXXIX._

Lleva un retrato del autor con esta inscripción, que naturalmente no se
refiere á la edad que tenía Villegas al tiempo de hacerse esa edición,
sino que está tomada de otra anterior: «Alfonsus de Villegas Tolet.
Theol. Vitarum Sanctorum Scriptor. Annos agens 49».

[455] No la menciona D. Fermín Caballero en su opúsculo _La Imprenta en
Cuenca_ (Cuenca, 1869), pero sí la _Cuarta_ parte impresa allí mismo,
en casa de Juan Masselin, á costa de Cristiano Bernabé, mercader de
libros, en 1592. Así en el colofón; pero en el frontis se puso, por una
superchería ó convenio editorial, la indicación de Madrid, en casa de
Pedro Madrigal, 1593.

Sería impertinente aquí apurar la extensa y algo complicada
bibliografía del _Flos Sanctorum_ de Alonso de Villegas. La última
edición de las muchas que la Biblioteca Nacional posee es la de Madrid,
1721 á 1724.

[456] «_Vitoria y triunfo de Iesu Christo, y libro en que se escriuen
los Hechos y milagros que hizo en el mundo este Señor y Dios nuestro,
doctrina que predicó, preceptos y consejos que dio: conforme a como
lo refieren sus Evangelistas y declaran diversos Doctores. Ponense
conceptos y pensamientos graues, exemplos y sucessos marauillosos,
consideraciones y contemplaciones piadosas: de lo qual con el diuino
fauor los Letores pueden sacar importante prouecho. De modo que, a
imitacion del mismo Iesu Christo, alcancen Vitoria de los demonios y
vicios que les hazen continua guerra; y assi adornados de virtudes y
obras meritorias, subiran triunfando al gozo de los bienes eternos de
la Gloria... Por el Maestro Alonso de Villegas... Es sexta parte de sus
obras. En Madrid, por Luis Sanchez, 1603_».

[457] _Vida de Isidro Labrador, cuyo cuerpo está en la Iglesia
Parroquial de San Andrés de Madrid; escrita por el Maestro Alonso de
Villegas, toledano. Dirigida a la muy insigne villa de Madrid. Madrid,
por Luis Sanchez, 1592._ 27 hs.

[458] _Traslado de la carta y relacion que embió a su Magestad el señor
don Alonso de Cárcamo, corregidor de la imperial ciudad de Toledo.
Relacion que hizo a su magestad Esteban de Garibay su coronista.
Dificultades i obiecciones cerca de la opinion que el bienauenturado
martyr San Thyrso fué natural de Toledo. Apologia en que se responde a
algunas obiecciones y dubdas puestas asi contra la carta del Rey Silo,
como contra la verdadera declaracion del hymno gothico de San Thyrso,
embiada al rey nuestro señor, por don Alonso de Cárcamo, su corregidor
en Toledo. Planta y alzados de las ruinas descubiertas. A don Alonso de
Cárcamo, corregidor de Toledo, el maestro Alonso de Villegas. Vida de
San Thyrso martir, colegida de diversos autores por el maestro Alonso
de Villegas. En Toledo, por Pedro Rodriguez, 1595._ Fol. 38 hs.

[459] _Via Vitae. Libro que contiene instituciones y exercitaciones
espirituales para el christiano, en que se enseña de qué manera ha
de comenzar y proseguir el camino de las virtudes hasta llegar a ser
perfecto, hecho por Don Florencio Harlemano, monje cartuxo en Lovaina.
Traduxole de la lengua teutónica en latin Tacito Nicolao Zegero, del
orden de los menores, y en español el maestro Alonso de Villegas,
toledano._ Ms. al parecer autógrafo, que poseyó D. José Sancho Rayón.

Esta versión es un nuevo dato para apreciar la influencia que pudieron
tener los místicos alemanes en los nuestros.

[460] _Catálogo Descriptivo é Histórico de los Cuadros del Museo del
Prado de Madrid, por D. Pedro de Madrazo, Parte primera_, pág. 519.

[461] «_Selvagia_, comedia al modo de _Celestina_, para remedio de
los estudiantes mundanos, que después, y aplicado á cosas sagradas
solamente, procuró recoger con gran diligencia. He leido de su mano un
_libro de cuentos varios_.»

[462] «_Selvagia_ Comedia: ad _Celestinae_ imitationem olim confecerat,
quam tamen supprimere maxime voluit curavitque jam maior annis totusque
studio pietatis deditus. Prodiit haec Toleti.

«_Libros_ (sic) _de qüentos varios_, quem Ms. se vidisse refert
D. Thomas Tamajus in magna _Collectione librorum Hispanorum_»
(_Bibliotheca Hispana Nova_, tomo I, pág. 55).

[463] _Catálogo de la Biblioteca de Salvá_, I, núm. 1497. «Horrorizado
sin duda Alonso de Villegas de su primera producción, procuró recoger y
destruir cuantos ejemplares le vinieron á las manos, y á esto se debe
indudablemente el que sea una de las comedias más raras de nuestro
antiguo teatro.»

[464] El que poseyó el mismo Salvá, el que fué de D. Pascual Gayangos y
hoy pertenece á la Biblioteca Nacional, el del Marqués de Pidal, el de
D. Isidoro Urzaiz y algún otro.

[465] _Obras de Ioachim Romero de Cepeda, vezino de Badajoz. Dirigidas
al muy ilustre señor don Luys de Molina Barrientos, del Consejo de
su Magestad en la Real Audiencia de Seuilla. Com_ (sic) _preuilegio.
En Seuilla. Por Andrea Pescioni. Año de 1582. A costa de Francisco
Rodríguez, mercader de Libros._

4.º, 140 hojas, contando las tres primeras de preliminares.

La _Comedia Salvaje_ ocupa los folios 118 á 138. Al fin de cada jornada
se pone la lista de las personas de ella.

Va en el mismo tomo otra pieza dramática de Romero de Cepeda, la
_Comedia Metamorfosea_ (folios 130 á 137). Pertenece al género
pastoril, y consta de tres jornadas muy breves. Moratín, que
caprichosamente la asigna la fecha de 1578, la da como anónima en sus
_Orígenes del Teatro_ (número 131), refiriéndose á un ejemplar que
existía en la biblioteca del Convento de dominicos de Santa Catalina
de Barcelona. Acaso sería una edición suelta ó la comedia estaría
desglosada del tomo de las _Obras_. El mismo autor (núm. 156) cita una
edición de la _Salvaje_ (_Selvaje_ dice) de Sevilla, 1582, que alcanzó
á ver en la misma biblioteca barcelonesa y sobre la cual nos cabe la
misma duda.

El tomo completo de las _Obras_ de Joaquín Romero de Cepeda es muy
raro. Nuestra Biblioteca Nacional posee el ejemplar que fué de D.
Agustín Durán. Existe también en la Escurialense y en la Nacional de
París.

Tanto la _Salvaje_ como la _Metamorfosea_ fueron reimpresas con
bastante desaliño por D. Eugenio de Ochoa en el tomo primero del
_Tesoro del Teatro Español_ que publicó el editor Baudry (París,
1838), págs. 286-308. Y muy recientemente lo han sido en el _Archivo
Extremeño_, erudita revista que se publica en Badajoz.

[466] El poeta escribe unas veces _Anacreo_ y otras _Anacreon_, según
cuadra á la medida de sus versos.

[467] _Historia lastimera d' el Principe Erasto, hijo del Emperador
en la qual se contienen muchos ejemplos notables y discursos no menos
recreativos que provechosos y necessarios, truduzida de Italiano en
Español, por Pedro Hurtado de la Vera. En Anvers, en casa de la Biuda y
herederos de Iuan Stelsio, 1573._

8.º 113 pp. dobles.

El original italiano se titula, en la edición que tengo á la vista:
_Erasto dopo molti secoli ritornato al fine in luce. Et con somma
diligenza dal Greco fedelmente tradotto in italiano. In Vinegia apresso
Agostino Bindoni l' anno M. D. LI_ (1551). La 1.ª edición es también
de Venecia: _Li compassionevoli auuenimenti d' Erasto, opera dotta et
morale di greco tradotta in volgare_ (1542).

[468] _Comedia intitulada Doleria d' el Sueño d' el Mundo, cuyo
Argumento va tratado por via de Philosophia Moral: aora nuevamente
compuesta por Pedro Hurtado de la Vera_ (Escudo del Mecenas). _En
Anvers. En casa de la Biuda y herederos de Iuan Stelsio. Año de M. D.
LXXII. Con gracia y priuilegio._

(Al fin): _En casa de Daniel Veruliet, año 1572_.

12.º 2 hojas sin foliar, de portada y principios, y 142 páginas dobles.

--_En Ambéres, en casa de Guslenio Iansens, al Gallo vigilante, 1595.
Con gracia y privilegio._ Edición idéntica en todo á la anterior.

--_La Doleria del sueño del Mundo. Comedia tratada por via de
Philosophia Moral. Iuntamente van aqui: Los Proverbios morales. Hechos
por Alonso Guajardo Fajardo. París. Ivan Foüet, M D. C. XIIII._

12.º 6 hs. prls. y 193 folios para la comedia. Los proverbios tienen
paginación diversa, que llega hasta el folio 47, numerado 46 por errata.

Estos _Proverbios_ son doscientos ochenta. César Oudin reprodujo en su
colección 49 acompañados de versión francesa.

No podemos adivinar por qué motivo se suprimió en esta edición de la
_Doleria_ el nombre de Hurtado de la Vera, y se añadió un escrito ajeno
y muy anterior á él, como son los _Proverbios_. La primera edición de
esta obrita moral se había publicado en Córdoba.

_Proverbios morales. Hechos por vn cauallero de Cordoua, llamado
Alonso Guajardo Fajardo. Dirigido al excellentísimo Señor don Gonçalo
Fernandez de Cordoua, Duque de Sessa y de Vaena, Conde de Cabra,
Governador y Capitan General de Milan y estados de Lombardía. Con
Priuilegio. En Cordoua. Por Gabriel Ramos Bejarano, 1586_ (al fin,
1587).

8.º 51 hs. y una blanca al fin. Precede al texto una «Carta de
Sebastian de Leon, vecino de Cordoua, clérigo, al Sr. Pedro Guajardo
de Aguilar, hijo mayor del autor, y uno de los veinticuatros del
Regimiento de Cordoua».

«Illustre Señor. De muchas cosas que el señor Alonso Guajardo, padre de
V. merced y señor mio, escriuio, así _en lengua Latina y Griega como
en la Toscana y Española y aun Francesa, porque en todas tuuo general
erudicion_, los Proverbios Morales son los que mas se frequentan y
andan en el vso, y se estiman de todo género de gente por la doctrina y
christianos auisos de que tratan. Y como por los _traslados de diversas
manos que dellos ay_, se ha perdido y venido en corrubcion la primera
verdad en que fueron escritos, que _ha mas tiempo de sesenta años, pues
el de mil y quinientos y veynte y quatro, en la ciudad da Palermo en
Sicilia, siendo el Señor Alonso Guajardo Capitán y Alguacil mayor de
la sancta inquisicion de todo aquel reyno y yslas adjacentes, parece
por el borrador antiguo que los escrivió_, hize muchas veces con su
merced, para preuenir los yerros venideros, la instancia que bastaron
mis fuerças, suplicandole los mandase o consintiese imprimir, y no lo
pudiendo acabar, ni otras personas muy graues que como yo deseauan su
seruicio, lo bolví a intentar en la _ausencia que hizo desta ciudad
siendo Corregidor en la de Huescar_, pareciéndome menor daño que el de
mi castigo quando se supiesse, aunque fuesse grande, el que se seguiria
de oscurecer y perderse obra tan universalmente buena, y tan dina de
memoria larga; pero esto no pudo ser tan secreto que no llegase antes
a su noticia, y con correo a diligencia agradeciendo mi voluntad,
me mandó que en contradicion de la suya no prosiguiese mi intento,
fundando esta defensa en que _el excellentísimo Duque de Sessa don
Gonçalo Fernandez de Cordoua, a quien los dedicó_, no pudo acabar con
él que sacase a plaça con titulo de su nombre obra tan corta, y de tan
pocos renglones, y asi paró mi denuedo, hasta que con su fin y muerte
le he cobrado de nuevo, y a mis solas he ganado licencia para hazer
imprimir un traslado que vino a mi poder, que más que todos los otros
parece fiel. Suplico a vuestra merced no se desirva de ello, y tenga
por bien que a esta ciudad de Cordoua, a quien tanta parte toca de la
honra de tal hijo, se comuniquen impresos precetos tan dinos de ser
sabidos, y hechos de un tan christiano y discreto cauallero que siempre
puso por obra la virtud que aconsejó...».

Vid. Valdenebro y Cisneros (D. José María), _La Imprenta en Córdoba_,
obra premiada por la Biblioteca Nacional. Madrid, 1900, pp. 19 á 21.

En 1623 D. Carlos Guajardo Fajardo obtuvo licencia del Consejo para
reimprimir estos _Proverbios_ por tiempo de cuatros años, pero esta
reimpresión no llegó á efectuarse.

Hay una moderna lindísima, de cien ejemplares, publicada en Sevilla,
1888, por el bibliófilo D. Agustín Guajardo Fajardo de Torres,
descendiente del autor.

He aquí el primero y el último de los _Proverbios_ de Guajardo,
manifiestamente imitados de Gómez Manrique y otros poetas del siglo XV:

Por el agosto la nieue Parece contra razon, Viene
el agua sin razon Quando en el estio llueue.
.......................................................... Guarnezcala
de alto muro Virtudes en derredor, Y morará el fundador De toda virtud
siguro.

En este género de poesía _paremiológica_, Alonso Guajardo supera á
Alonso de Barros y á Cristóbal Perez de Herrera, más conocidos que él,
pero es inferior al catalan Setantí, autor de los _Avisos de amigo_.

Las dos ediciones que poseemos de la _Doleria_ (Amberes, 1572, y
París, 1614) son incorrectísimas, como impresas en país extranjero;
pero como no tienen exactamente las mismas erratas, sirven á veces
para corregirse la una á la otra. Con ambas va cotejado el texto de la
presente reimpresión.

[469] «Por tener compañía al gran Rugiero». (Pág. 318). «Mejor sería
hallar las fuentes de Merlin de amor y desamor para poner la vna
al opposito de la otra y hazer morir Angélica por Reynaldos, y él
que huyese de ella como del diablo». (Pág. 345). «No sea ella la de
Ferraguto viuo, que llevaua a Ferraguto muerto». (Pág. 379). «Esto
es lo bueno para entrar y salir, como hazia Malgessi ayudando sus
doze pares». (Pág. 379). «Deues hauer soñado con _Carcel de Amor_ ó
_Guarino Mezquino_» (pág. 331). «Estava en la _gloria de Niquea_, con
los amores de Amadis». (Pág. 332, alusión á Feliciano de Silva). «Y
encantar más tierras que el sabio Alquife». (Pág. 354), «Y no podrias
darme mejor fiesta por discantar a mi plazer los ademanes de Zirfea,
Reina de Cartas, esclava de Argenes» (pág. 361). «Mal año para don
Galaor o cualquiera de los doze Pares». (Pág. 363). «Nuestro primo
Heraclio... nos mete en trabajo aora de buscar Astolpho de Inglaterra
con su hypogrifo, que le vaya por el meollo al cielo como hizo al de
Orlando». (Pág. 369). «Quise tanto a vna que passara _el arco de los
leales amadores_, pensando ser no menos querido della; mas a la postre,
porque no me reyesse de los otros, uve de descender al _infierno de
Anastarax_». (Pág. 372). Todavía hay otras alusiones á la literatura
caballeresca italiana y española, común recreo de entonces.

[470] Pág. 331. «Por la calzada va el moro,--por la calzada
adelante». (Pág. 356). «Y tu merced _no sabe quándo es de dia, ni
quándo las noches sone_, como dezia el prisionero». (Pág. 364). «Y
dile _recibí cartas que Alfama era tomada_». (Pág. 372). «Madre y
hija son entrambas,--y esta noche se nos _vone_: palabras que yban
diziendo--monedas de oro _sone_, que se mataron por dos,--que no valen
medio _none_». (Pág. 339, parece contrahecho de burlas á imitación de
los antiguos). «Yerros hechos por amores--dignos son de perdonare»
(id.). «Parildo, infanta, parildo,--que assi hizo mi madre a my». (Pág.
351). «Vuelta, vuelta, los franceses--con corazon a la lid». Cita
tambien las coplas de Jorge Manrique (pág. 345), y algún cantarcillo
popular: Vuélvete á tu majada, pastor,--toma tu zurron,--que no hay más
dongolondron (pág. 364).

Los pocos versos que hay en la _Doleria_ son casi todos de la antigua
escuela, salvo algún pésimo soneto. En los versos cortos tiene más
soltura y gracia:

Damas, si soys tristes, Vos lo merescistes. De ser muy risueños
Lloran vuestros ojos, Tengan sus enojos Como vos los sueños. Damas,
mal dormistes, Pues tan mal soñastes, Si assi recordastes, Bien lo
merecistes (pág. 386).


[471] Ya en la dedicatoria al Duque de Medinaceli alega Pedro Hurtado
ciertas palabras de Alcibíades en el _Simposio_ platónico: «V.
Excellencia la defienda (esta comedia), y tome, no por liuiana o
sensual como paresce, sino por los Sylenos que dizen de Alcibiades
(eran estos Sylenos ciertas caxuelas pintadas por de fuera, con figuras
de Satyros y otros animales desprezibles (sic) y ridiculos, mas lo de
dentro no tenía precio)». (Pág. 312).

Del _Enchiridion_ de Epicteto procede este pasaje:

«_Astasia._--Conviene representar tu parte d' esta comedia con los
habitos que el maestro lo ordenare.

«_Idona._--No lo entiendo.

«_Astasia._--Yo te lo declararé; este mundo es el Theatro, nosotros las
figuras, Dios el que ordena la comedia; en ser Rey en ella, Monarcha,
o capitan, no está la gloria, sino en representar bien su figura cada
vno, o sea de loco, de cozinero, labrador, pastor o moço de cauallos.
Es menester obedescer al hado y no extrañar lance ninguno, porque viene
de alta mano». (Pág. 326).

Las escenas en que intervienen Morpheo y Charon parecen sugeridas por
los diálogos de Luciano, que está nominalmente citado más de una vez:
«Llamaríamos a _Luciano_ en nuestra ayuda o a _Charon_, que es el
verdugo d' estas burlerias». (Pág. 329).

Hay también algunas reminiscencias del _Asno de Oro_, leído en la
traducción de Cortegana, como lo prueba la sustitución del nombre de
la criada de la hechicera (_Photis_ en el original latino) por el de
_Andria_.

«_Asosio._--Hablas como reyna; esa es la más cierta experiencia. Pero
no sea éste el de _Apuleyo_, y tú _Andria_ para mí? No amala acá,
vernia a ser asno toda mi vida.

«_Doleria._--No ves que estamos en el mes de mayo, y que terniamos a la
ora rosas?

«_Asosio._--O pese al mundo, en mayo fue lo otro; pero el asno primero
huvo ciertos palos, y seruió mil amos con cien mil lazerias.

«_Doleria._--Sí, mas ya estamos aduertidos, y esso fue en Thesalia.

«_Asosio._--Doyle al diablo, que en cualquiera parte se hallan ya
Milones y ladrones». (Pág. 352).

[472] Pág. 313 del tomo presente.

[473] Pág. 336: «Todavia quiero que me prometas trabajar de contentarte
y _creresme_». Pág. 339: «Hasta _la teneres_ en la mano». Pág. 353:
«Para _acabares_ a las dos». Pág. 357: «_Dexareste_ engañar». Pág.
363: «En qué te offendí para _me offenderes_? en qué te burlé para _me
burlares_?». Pág. 369: «Es una salsa para _comereste_ los dedos de
sabrosa». Pág. 370: «_Burlareste_ de mí y _hazeresme_ morir con tus
descuydos?».

[474] «_Bandida_ de sí la carne» por «desterrada». (Pág. 328). «Pero no
hazes _que_ irme a la mano rústicamente» (pág. 357). «Los officiales
haziendo el _reporte_ de lo que por las manos passa» (p. 382). «No hay
en él _que_ la sombra». (Pág. 383).

También se nota algún italianismo, como _escabello_ (pág. 350),
_estriega_ por bruja (pág. 375), y bastantes latinismos, entre ellos
_colligantia_ (pág. 371) y _parentes_ en vez de parientes (pág. 336).
Algunas voces, como _tristoño_ (pág. 360) y _amadiosa_ (pág. 361), que
tienen visos de portuguesas, pueden ser extremeñísmos ó leonesismos. La
primera se encuentra en las farsas pastoriles compuestas en tierra de
Salamanca á principios del siglo XVI.

[475] La vida militar y política de Mendoza merece un libro que no ha
sido escrito aún, y cuya base debe ser su riquísima correspondencia
diplomática, aprovechada ya, aunque no completamente, por los
historiadores franceses. Dos preciosos artículos del Sr. Morel-Fatio,
publicados en el _Bulletin Hispanique_ de 1906 (_Don Bernardino de
Mendoza. I, La Vie. II, Les Œuvres_), son, hasta ahora, la más cabal
biografía del autor de los primeros _Comentarios de los guerras de los
Paises Baxos_.

[476] _Li Commentari di Francesco Verdugo delle cose sucese in Frisia
nel tempo che egli fu Gobernatore e Capitan Generale in quella
provincia. Non mai prima messi in luce et tradotti della lingua
Spagnuola nell'Italiana. Con la vita del medesimo Verdugo. Dedicati
da Girolamo Frachetta all Illustris. et Eccellentis. Sig. Don Giovan
Alfonso Pimentelo d'Herrera, Conte di Benevento, Vicerè & Capitan
Generale del Regno di Napoli. In Napoli, nella Stamperia di Felice
Stigliola, à Porta Reale. M. DCV_ (1605).

[477] _Comentario del coronel Francisco Verdugo, De la guerra de
Frisa: en XIIII Años que fue Gouernador y Capitan general de aquel
Estado, y Exército, por el Rey D Phelippe II. N. S. Sacado a luz por D.
Alfonso Velazquez de Velasco. Dedicada a D. Francisco Ivan de Torres,
Comendador de Museros, de la Orden de Santiago; Alcayde perpetuo de la
Casa Real de Valencia, del Consejo Colateral de S. M. &. En Napoles.
Por Iuan Domingo Roncallolo, 1610. Con licencia de los superiores._

8.º 18 hs.

Reimpreso por los Sres. Fuensanta del Valle y Sancho Rayón en su
_Colección de libros españoles raros ó curiosos_, tomo II (Madrid,
1872).

[478] PP. 1-2 de la reimpresión.

[479] _Curiosidades de la Historia de España. Tomo III. El Coronel
Francisco Verdugo (1537-1595). Nuevos datos biográficos_ (Madrid,
Rivadeneyra, 1890), pp. 39 y 40.

[480] Véase, como muestra, el principio de una de las narraciones más
felices: «El invierno entraba áspero, y nuestra gente, por lo que habia
padecido en el sitio y la extrema necesidad que pasaba, estaba muy
descontenta, por lo cual invié á llamar á Tassis para que recogiendo
el trigo que se pudiese hallar en la Tuvent, lo llevase dentro de la
villa. Y considerando que habia mucho tiempo que no llovia, y que
ordinariamente hácia la fin del otoño, como no llueva, el Rin está más
baxo que en todo el año, y por consiguiente los demás brazos dél, y
más con los vientos orientales; venido, le ordené que buscase vado,
no dudando de que le hallaria (por tener alguna experiencia de aquel
rio, del tiempo del Duque de Alba, el cual me invió de guarnicion á
Deventer con el coronel Mondragon), y hallándole, que pasase y tentase
si por detras podria ganar los fuertes que el enemigo habia dexado,
y en caso que no, se entrase por la Velluva adelante a executar las
contribuciones que habian prometido y no pagado y para este efecto
le proveí de más gente de la que él tenia. Avisóme que habia hallado
el vado, y que pasaba y seguia la orden que yo le habia dado. Hubo
dificultad en el pasar, porque por el rio venian ya los hielos
grandes, por los cuales se perdieron algunos de nuestra caballeria;
la infanteria pasaba en barcas y a ancas de caballos, muy poco a poco
y con mucho trabajo. Hacía una niebla tan espesa, que impedia que los
de los fuertes del enemigo no los viesen, mas oyendo algun ruido,
inviaron cuarenta o cincuenta soldados a reconocer, y hallaron que los
primeros de nuestra infanteria habian pasado, y que, hecho fuego, se
estaban calentando alrededor de él, y por la escuridad de la niebla
estuvieron muy cerca unos de otros antes de verse. Nuestros soldados
desesperadamente cerraron con ellos, sin capitanes, porque todos
estaban de la otra parte del rio ocupados con Tassis en hacer pasar la
gente, fuéronlos siguiendo hasta hacerlos meter en su fuerte, y con el
mesmo ánimo cerraron con él, y ayudandose los unos a los otros con las
picas y alabardas lo mejor que pudieron, le entraron y degollaron más
de cien hombres». (Pág. 83).

[481] Pág. 106 de la ed. de Rivadeneyra (_Historiadores de sucesos
particulares_, tomo II).

[482] _Odas a imitacion de los siete salmos penitenciales del Real
Propheta David, por Diego Alfonso Velazquez de Velasco. Al Ilmo. y
Excmo. Señor D. Pedro Enriquez, Conde de Fuentes, d' el Consejo d'
Estado d' el Rey Catolico nuestro Señor. En Amveres. En la Emprenta
Plantiniana. Año M. D. XCIII._

8.º 67 pp. inclusos los preliminares, un soneto con que termina y dos
hojas más con un _Preuilegio_ y tres aprobaciones. Lleva dos escudos de
armas, el del impresor Plantino y el del Mecenas, y una lámina del rey
David, todo ello grabado en cobre.

Fueron reimpresas estas odas por D. Francisco Cerdá y Rico, en el
curioso volumen titulado: _Poesías Espirituales escritas por el P. M.
Fr. Luis de Leon, del Orden de S. Agustin; Diego Alfonso Velazquez de
Velasco; Fr. Paulino de la Estrella, del Orden de S. Francisco; Fr.
Pedro de Padilla, del de N. S. del Carmen, y Frey Lope Felix de Vega
Carpio... En Madrid: en la Imprenta de Andrés de Sotos. Año de M. DCC.
LXXIX_ (1779).

8.º pp. 61-120.

[483] La identidad entre el autor de las _Odas_ y el de la _Lena_,
admitida por Barrera, Salvá y otros bibliógrafos, no creo que esté
sujeta á contradicción alguna, aunque nunca falta quien arme caramillos
sobre fútiles temas. En la dedicatoria de la segunda obra parece que
se alude con bastante claridad á la primera: «Con fin de aliviar á V.
S. algun rato en la vacacion de sus graues ocupaciones, _renouando_
el reconocimiento de su seruicio»... «sus heroicas virtudes... llaman
a celebrarlas al _humilde talento que antes de ahora he dedicado a V.
E._» Y, en efecto, la _Lena_ era la segunda obra que Velázquez dedicaba
al conde de Fuentes.

Las iniciales _D. A. V. D. V._ que campean en la portada lo mismo
pueden interpretarse _Diego Alfonso Velázquez de Velasco_ (forma usada
en las _Odas_) que _Don Alfonso Velázquez de Velasco_. La dedicatoria
nos deja en la misma perplejidad, pues aunque está firmada con los
apellidos enteros, los hace preceder de la inicial _D_.

Son verdaderamente extrañas las transformaciones que ha sufrido el
nombre de este autor. Don Luis José Velázquez, en sus _Orígenes de la
poesía castellana_ (2.ª edición, pág. 99), le convierte en D. Alfonso
_Uz_ de Velasco, y lo mismo Mayans en su _Rhetorica_. Otros le han
llamado eclécticamente _Uz_, _Vaz_ ó _Velázquez de Velasco_. ¡Tanta
confusión puede nacer de una sencillísima abreviatura!

[484] _La Lena por D. A. V. D. V. Pinciano. Ilustriss. y Excellentiss.
S. D. Pedro Enriquez de Azebedo, Conde de Fuentes, d' el Consejo d'
Estado, Gouernador del de Milan y Capitan General en Italia, por el Rey
Católico N. S._ (Escudo del impresor). _En Milan. Por los herederos del
quon (quondam) Pacifico Poncio et Iuan Bautista Picalia, compañeros,
1602. Con licencia de los Superiores._

16.º 5 hs. prls. y 276 páginas.

La dedicatoria está firmada en Milán á 1 de abril de 1602.

--_El Celoso, por D. Alfonso Vz. de Velasco. A D. Iuan Fernandez de
Velasco, condestable de Castilla y Leon, duque de Frias &., del Consejo
d' Estado, y presidente d' el de Italia por el rey nuestro señor. En
Milan, por los herederos del q. (quondam) Pacifico Poncio y I. Baptista
Piccalia, compañeros, año 1602. Con licencia de los Superiores._

8.º 278 páginas. La nueva dedicatoria al Condestable está firmada á 15
de septiembre de 1602, en Milán.

--_El Celoso, por D. Alfonso Vz. de Velasco. Barcelona, por Sebastian
Cormellas, 1613._

12.º 14 hs. prls. y 134 foliadas.

La aprobación de Fr. Tomás Roca es del 20 de noviembre del mismo año.

_El Celoso_ fué reimpreso por D. Eugenio de Ochoa, siguiendo, al
parecer, la edición de Barcelona, en el tomo I del _Tesoro del Teatro
Español_ de la colección de Baudry (París, 1838).

Al reproducir nuevamente la _Lena_ con su primitivo título hemos tomado
como texto el de la primera edición de Milán, anotando las variantes de
_El Celoso_.

[485]


PACÍFICO

Or mi torna in memoria C'ho in casa una gran botte, che prestatami
Quest' anno al tempo fu della vendemmia Da un mio parente, acciocchè
adoperandola Per tino, le facessi l'odor perdere Ch' avea di secco:
egli di poi lasciata me L' ha fin adesso. Io vô lo vo nascondere Tanto
che questi che verran con Fazio, Cercato a lor bell'agio ogni cosa
abbiano.

CORBOLO

Vi capirâ egli dentro?

PACIFICO

Ed a suo comodo.

(_La Lena_, a. III, sc. VII).

_Opere Minori in verso e in prosa di Lodovico Ariosto, ordinate e
annotate per cura di F. L. Polidori._ Tomo II. Florencia, ed. Le
Monnier, 1857. (Pág. 320).

[486] «_Ramiro._--Vea yo á Vs. ms. señores de dos grandes ciudades.

«_Macias._--Qué tan grandes, por vida mía?

«_Ramiro._--Por lo menos, como la de Sumtien de la China, que (si no
miente el que lo escriue) ha menester un hombre, para atrauessarla de
puerta a puerta, caminar con buen cauallo todo vn dia sin pararse (esto
sin los arrabales, que son otro tanto), y es de tanta gente, que en
media hora pueden juntar doscientos mil combatientes, los cien mil a
cauallo». (Pág. 429).

Parece clara la alusión satírica á la _Historia de la China_ del
P. Mendoza, y á la carta del _Soldado de Cáceres_, que contra ella
escribió el Condestable.

[487] _Teatro popular. Novelas Morales para mostrar los géneros de
vidas del pueblo y afectos, costumbres y passiones del animo cō
aprouechamiento para todas personas... Por D. Francisco de Lugo y
Dávila. En Madrid. Por la viuda de Fernando Correa Montenegro. Año M.
D. C. XXII. A costa de Alonso Perez._

(Reimpreso por D. Emilio Cotarelo en su _Colección Selecta de Antiguas
novelas españolas_, Madrid, 1906, t. I.)

La novela del médico de Cádiz es la sexta de las incluídas en el tomo.

[488] Vid. pp. 392, 396 y 407: «No soñaua el que pintó niño á Cupido,
porque propiamente el amar es de los moços...».

Quicumque ille fuit, puerum qui pinxit Amorem, Nonne putas miras hunc
habuisse manus...

(Propert., Lib. II, eleg. IX).


[489] Como la siguiente, que es de origen esópico y también está en los
_Cento Novelle Antiche_:

«Acuerdome ahora de qu'estando un malhechor en la escalera, le
presentaron vna moza perdida coxa, para librarle si se quisiesse casar
con ella; y al punto que la vio, boluiendo al verdugo, dixo: Hazé
presto, hermano, vuestro oficio, que renquea». (Pág. 408).

[490] Compárese el monólogo de Macías (pág. 393) con el final del
primer acto de la _Nise lastimosa_:

«Con quánta fuerça, o Amor, arrojas las inuisibles flechas, cuyas
heridas se sienten en medio del coraçon, donde con ser ciego tan
incierto aciertas, derramando por las venas el oculto veneno, con
que enciendes la pureza de los más elados. Qué cetro ay que te pueda
hazer resistencia, teniendolos todos a tu dominio sujetos? Quién puso
a Troya en tanta ruina y desuentura, que d'ella no dexó casi cenizas?
Quién afeminó el robusto y fuerte braço de Hercules, y puso en sus
vengadoras manos, en lugar de la pesada maça, vna ligera rueca? Si no
tú, que escudriñando los más escondidos senos del mar, en su profundo
abismo a los mudos peces enciendes, a las aues en la region del aire
no perdonas; ni menos a los brutos animales, a quien traes en continua
guerra. _Qué braueza muestran los feroces leones, los crueles tigres,
los fuertes toros y los ligeros cieruos, quando se sienten heridos de
su flecha! Al fin, todo este mundo, y el que no vemos, no es otra cosa
sino una vnion y suaue liga con que todas estan trauadas; tú las crias,
conseruas y entretienes; por ti respiran y no se acaban; serian los
hombres peores que las fieras si tú no fuesses el cebo y alimento de
sus coraçones_». (Pág. 393).

¡Oh con cuánta crueza y osadía Sus flechas contra todo el mundo
arroja! ..........................................................
En el medio del alma siempre acierta, Este joven cruel, cruel
y ciego, De alli derrama por las altas venas, Su tósigo
mortal, su fuego vivo... ...Todos á su yugo Están sujetos,
sabios, altos, fuertes, Del poderoso rey el ceptro rico...
.......................................................... O
Troya, Troya, ¿quién te puso fuego, Y no dejó de ti ni aun las
cenizas? ..........................................................
Y tú, de Alchimena hijo valeroso, ¿Por qué la piel
dejaste leonina? ¿Por qué la fuerte maza, las saetas?
..........................................................
¿Por qué aviltaste con mujeril traje Aquel robusto cuerpo,
y ocupaste con huso y rueca aquellas crudas manos?
..........................................................


                                 CORO

Tambien el mar sagrado Se abrasa en este fuego... Tambien las ninfas
suelen, En el húmido abismo De sus cristales frios, Arder en estas
llamas; Tambien las voladoras Y las músicas aves, Y aquella sobre todas
De Júpiter amiga... ¡Qué guerras, qué batallas Por sus amores hacen Los
toros; qué braveza Los mansos ciervos muestran! Pues los leones bravos
Y los crueles tigres, Heridos desta flecha, ¡Cuán mansos que parecen!
¿Qué cosa hay en el mundo Que del amor se libre? Antes el mundo todo,
Visible, y que no vemos, No es otra cosa en suma, Si bien se considera,
Que un spirito inmenso, Una armonía dulce, Un fuerte y ciego nudo, Una
suave liga De amor, con que las cosas Están trabadas todas. Amor puro
las cría, Amor puro las guarda, En puro amor respiran, En puro amor
acaban!... Seriamos peores Los hombres que las fieras Si Amor no fuese
el cebo De nuestros corazones...

El origen remoto de este pasaje está en Virgilio (_Georg._, III, v. 242
y ss.):

Omne adeo genus in terris hominumque, ferarumque Et genus aequoreum,
pecudes, pictaeque volucres, In furias, ignemque ruunt. Amor omnibus
idem...

Pero el desarrollo pertenece á Antonio Ferreira, y de su imitador
Bermúdez le tomó Velázquez de Velasco, como lo prueban las frases que
he subrayado.

[491] Vid. Milá y Fontanela, _Obras Completas_, tomo V, pág. 322:

«Se ve que los habitantes de Babia (en Asturias) pasaban por hombres
de pocos alcances y que se les atribuían costumbres ridículas, como
de los de otros pueblos se cuenta que quisieron secar velas al horno
ó pescar la luna reflejada en un charco, etc. La circunstancia de
ser Babia país en todo ó en parte montuoso conviene con tan extraña
siega y con la errada opinión de los habitantes de tierras llanas que
miran como lerdos á los montañeses... _La Crónica_ ó _Estoria general_
atribuída á D. Alfonso el Sabio, al explicar el origen del nombre del
famoso caballo Babieca, habla, como de cosa sabida, de la significación
despectiva que ya se daba á la misma palabra».

[492] Véase el precioso folleto de D. Narciso Alonso Cortés, _Noticias
de una corte literaria_ (Valladolid, 1906), que en breve espacio
contiene gran suma de datos nuevos, expuestos con notable discreción y
amenidad.

[493] «_Lena._--Este es el más sospechoso animal que sabemos, y al
presente está tocado de tan rauiosos celos, que se le comen biuo.
Ha sido casado dos vezes, y de primera muger tiene vna hija llamada
Casandra, de diez y seis a diez y siete años, encerrada en vn aposento
como vna muda, tan oscuro que a medio dia se la pueden dar buenas
noches, sin consentir que trate con nadie; diziendo que la donzella es
como flor cubierta de rocio, que por poco que la toquen se marchita...
No quiere que coma bocado de carne fresca, porque halla que solicita
y despierta el apetito de la salada; y de la miseria que la embia
para sustentarse haze antes anotomia, temiendo no aya dentro alguna
contraseña. Si meten alguna cesta de paños o de otra cosa, lo rebuelue
de abaxo arriba; porque vna Reyna de Escocia (dize) s'enamoró de
su enano, y que dentro de vna canasta se le metieron en su cámara.
Quiere que los criados hablen como por señas, porque no los oyan las
mugeres, guardandolas como si fuesen yeguas del relincho y salto del
cauallo«(pág. 391).

Hay también una remota analogía con _El Celoso Extremeño_, en lo que
cuenta Vigamón, criado del avaro Aries: «De manera, hermano, que soy
medio biuo, sin más conversacion que la de _vn negro boçal_ que cura el
cauallo, con quien passo mis ratos, hartandonos ambos de _zinguerrear
en una guitarra_ más destemplada que discante de ramera». (Pág. 413).

[494] Aunque en la página LVII digo que no he visto en España ningún
códice de _comedias elegíacas_, existe por lo menos uno que contiene la
_de Vetala_. Es el CCLXXXVIII de la biblioteca del Cabildo de Toledo,
manuscrito en vitela, del siglo XIII, procedente de la librería del
Cardenal Zelada. Empieza con los libros _de Ponto y de Remedio Amorís_,
de Ovidio, y prosigue desde el folio 63 al 73 con el _Pamphilus de
Amore_.

Vid. _Catálogo de la librería del Cabildo Toledano, por D. José María
Octavio de Toledo. 1.ª Parte. Manuscritos_, pág. 141. (Publicado por la
_Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos_).

Advertiré finalmente, ya que esta sola nota me queda para hacerlo, que
la cuestión relativa á la parte que pudo tener D. Alfonso Velázquez
de Velasco en la redacción de los _Comentarios_ del Coronel Verdugo
parece resuelta, después de la excelente edición crítica que de este
libro ha publicado el profesor Enrique Lonchay, bajo los auspicios
de la Comisión Real de Historia de Bélgica (_Comentario del Coronel
Francisco Verdugo... publié par Henry Lonchay_, Bruselas, 1899). El
inteligente editor restaura el verdadero texto de la obra, tomando por
base la edición de 1610, cotejada con un manuscrito de la Biblioteca
Nacional de París, que contiene importantes pasajes suprimidos en el
texto impreso, como ya hizo notar el Sr. Morel-Fatio (_Catalogue des
manuscrits espagnols de la Bibliothèque Nationale de París_, pág.
79, núm. 187, París, 1892). Además de estas supresiones, que recaen
principalmente sobre los lugares en que Verdugo se queja de Alejandro
Farnesio, pueden atribuirse á Velázquez muchas correcciones de estilo,
si es que el mismo coronel no las había hecho ya en el original que le
entregó en Bruselas, y que debemos suponer mejor que ninguna de las
copias. La de París, única que hoy se conoce, es mala é incompleta.

M. MENÉNDEZ Y PELAYO.




                          TRAGEDIA POLICIANA

         EN LA QUAL SE TRACTAN LOS MUY DESGRACIADOS AMORES DE
         POLICIANO E PHILOMENA, EXECUTADOS POR INDUSTRIA DE LA
        DIABOLICA VIEJA CLAUDINA, MADRE DE PARMENO E MAESTRA DE
                               CELESTINA


                    EL AUCTOR[495] A VN AMIGO SUYO

          Si la soledad de mi vida, muy noble señor, no ouiera
          faborescido a vuestro desseo, dandome tanta copia de
          oçiosidad en este desierto, ni yo cumpliera con esta
          obra aunque començada, ni vos señor gozarades desto que
          con tanta insticia[496] (_sic_) tantas vezes me aueys
          pedido. Porque despues que los dias passados puse en
          ella la primera pluma he tenido tantos desaguaderos para
          no acabarla, que solamente el desseo de satisfazeros me
          hizo tornar a la primera ymaginacion, la qual infinitas
          vezes tuue condenada al fuego. Pero, ocasion de gastar
          el tiempo, de quitarme de guardar los cantones, e de
          hazer mi persona vagabunda, junto con daros a vos este
          plazer, ha seydo parte para que ella se acabe: rescebirla
          heys con mi voluntad, quitando de las sobras de vna para
          cumplir las faltas de la otra.


                         A LOS ENAMORADOS[497]

              El falso Cupido, por quien padescemos
            Litigios y enojos que no sé dezillos,
            Burlando, burlando nos echa[498] sus grillos,
            Adonde metidos salir no podemos.
            Captiuos, subjectos, sus graues extremos
            Humillan, e baten el seso e razon,
            E quando amor finge soltar la prision,
            La pena es tan dulce, que más la queremos.
              Los casos fallaçes que amor vrde e trama
            Estando el amante ya puesto en cadena,
            Rebueltas que causa, passiones que ordena,
            Sospechas, recelos que pone en la dama,
            Eclipsan la vida y enturbian la fama,
            Borrando lo illustre con vicios muy feos.
            Abaten y allanan los altos desseos.
            Si amor da vn descanso, mil cuentos derrama.
              Tan gran negligencia, tan cierta locura,
            Juzgad si meresce castigo menor.
            Andando el mundano siguiendo al amor,
            Ni espera sossiego ni avn hora segura.
            Fallesce en la casa de amor la cordura.
            Está transformada memoria en oluido.
            Razon no paresce y ausenta el sentido.
            Notad, amadores, qué es vuestra holgura.
              Andays tras vn viento de amor acossados,
            Ni el alma descanssa ni el cuerpo reposa,
            Dezís que es amor y es muerte rauiosa.
            Estays ya mortales con gustos dañados.
            Zelosos del cielo, dexad los pecados
            Y en solo buscarle poned la memoria.
            Porque si aueys del mundo victoria,
            De gloria e honor sereys coronados.
              Amen.


                          EL ACTOR AL LECTOR

          Doctrina es del apostol sant Pablo, y escriuelo a
          Timoteo, que vendra vn tiempo en que no se esperará el
          consejo sano, e será estimado el maestro que halagare
          a las orejas de los malos, e que apartados los oydos
          de la doctrina de verdad se conuertiran los hombres a
          oyr las fabulas e fictiones. Considerando yo que esta
          prophecia apostolica del todo en nuestros tiempos con
          nuestras maldades se va cumpliendo, e que a causa de
          la malicia tan encastillada en el mundo, la caridad
          está muy resfriada, acordé, no tanto por faborescer la
          opinion[499] de los malos quanto por seguir el exercicio
          de algunos escriptores buenos, ocuparme en componer
          esta escriptura: con la qual, aunque debaxo de algun
          color ridiculo, tomen auiso los malos mançebos de los
          desastres que el amor encubre con el çeuo del deleyte
          mundano. Verdad es que todo lo que en este caso yo
          puedo dezir, está tan dicho e por tan graues varones
          tan repetido, que paresce demasiado y aun malgastado
          el tiempo en que yo me he desuelado buscando nueuas
          inuenciones de auisar. Pero si mi principal intento
          caresciesse de buen fructo, a lo menos conseguire lo
          segundo, que será gozar de algun tiempo recogido e
          libertarme del nombre de ocioso. Agradóme esta manera de
          escreuir, ansi porque conozco estar açepta en el vulgo,
          como por estar alabada por antiguos Poetas e oradores,
          e por Horatio en su arte de poesia no menos autorizada
          por estas palabras: _Omne tullit punctum qui miscuit
          vtile dulci. Lectorem delectando pariterque monendo_.
          Las quales palabras tienen esta sentencia: aquel dió en
          el blanco e lleuó el nombre de bien escreuir e de tal
          manera mezcló lo prouechoso con lo dulce que juntamente
          dió auiso e deleytó las orejas del oyente. Pues aunque en
          esta mi obra no falten palabras graciosas, e apazibles
          donayres, tampoco la hallarán tan desnuda de erudicion
          que si para mientes el auisado Lector no halle tocados en
          ella los sobresaltos, las angustias, las affrentas, los
          sinsabores, las poquedades, los abatimientos, los gastos
          e prodigalidades, e finalmente el total perdimiento de
          los professores del amor. Los quales con su caliginosa
          enfermedad biuen tan çiegos, que todo el mundo los
          escarnesce, e los murmura, e los engaña e finalmente anda
          con ellos en assechanças, e nunca los malauenturados
          llegan a ver su abatimiento hasta que como çiegos sin
          guia dan de ojos en el hoyo de vergonçosa pobreza[500]
          en esta vida y en el lago de eterna condenacion en la
          otra. Quál de los hombres si no está desanimado, no teme
          aquel Diabolico embeuescimiento, e aquel no comer de dia,
          e velar de noche, e aquel esperar de ventana con aquel
          si sale, no sale, cata que assoma, escondete que viene
          su padre, o su marido, daca el manto para la alcahueta y
          el dote para su hija, aquel poco concierto en la casa,
          e menos cuenta con la conciencia; aquel no poderse
          arrepentir de su afficion, e aquel continuo mentir en
          confession. De lo qual se viene a hazer en el hombre vn
          habito tan endurescido, que viene el tiempo de la vejez,
          y avn el dia de la no esperada muerte, e ansi como acá
          fueron martyres del diablo, por justa sentencia seran
          coronados de eterno fuego en el infierno. Pues si en
          alguna manera para alumbrar a los amadores del mundo de
          vna çeguedad tan notable esta mi obra fuesse prouechosa,
          paresce me que antes se deue tener por saludable pildora
          embuelta y engastada en oro apazible, que por çaraça
          mortifera con pan blanco dissimulada. E si alguno con su
          parescer, mi obra quisiesse condenar por sospechosa, a lo
          menos no me puede negar ser mi voluntad virtuosa. Pues
          en el processo de mi escriptura no solamente he huydo
          toda palabra torpe, pero avn he euitado las razones que
          puedan engendrar desonesta ymaginacion, porque ni mi
          condicion jamas se agradó de colloquios suzios ni avn mi
          profession de tractos dissolutos. Si alguna cosa aqui se
          hallare digna de algun mundano loor, suplico al discreto
          Lector no lo atribuya a mi, que soy tal que de mi cosecha
          no tengo sino todo mal, saluo aquel que es la fuente
          manantial de todo el bien. E si algo paresciere que a
          los oydos del honesto e casto Lector haga offensa, crea
          de mí que no lo digo con animo desonesto, sino porque el
          phrasis e decor de la obra no se peruierta. Vale.


                                NOTAS:

          [495] _Alctor_, en el original.

          [496] _Sic_, por _iusticia_.

          [497] Las iniciales de estos versos dan el nombre del autor,
         _El Bachiller Sebastián Fernández_.

          [498] En el original, _no echa_.

          [499] Suplida la _i_ primera de esta voz.

          [500] _Popreza_, en el original.




                      ARGUMENTO DEL PRIMERO ACTO


          Policiano, cauallero de illustre sangre, auiendo visto
            a Philomena, hija de Theophilon e de Florinarda, en vna
            huerta, e preso de la yerua enamorada de Cupido, viene
            a su casa dando gemidos por el dolor que la vista de
            Philomena le ha causado. Llama a Solino su criado, con
            el qual toma consejo para començar el seguimiento de sus
            amores. Solino le aconseja que escriua a Philomena vna
            carta: lo qual ansi acordado, se acaba este primero acto.


                  INTRODUZENSE EN ESTA TRAGEDIA[501]

          POLICIANO, SOLINO _e_ SALUCIO _sus criados e_ SILUANICO
          _su paje_. CORNELIA _e_ OROSIA, _rameras_. PALERMO _e_
          PIÇARRO, _rufianes_. CLAUDINA, _alcahueta, e_ PARMENIA
          _su hija, e_ LIBERTINA _su criada_. THEOPHILON _e_
          FLORINARDA, _e_ PHILOMENA, _e_ DOROTEA _su criada_.
          MACHORRO _e_ POLIDORO, _hortalanos_. PAMPHILO _e_
          SILUERIO, _criados de Theophilon, y_ CELESTINA.


                        POLICIANO. SOLINO[502].

          [_Pol._]--Despues que mis ojos temerariamente miraron
          aquella diana figura, ante quien no eran dignos de
          parescer, ay de mí, que siento en lo secreto de mis
          entrañas continua guerra, sin rostro de ninguna paz. O
          desdichado de ti Policiano; ¿qué es de ti, adónde pusiste
          tu libertad? Es possible[503] mitigarse con los diluuios
          de mis lagrimas el fuego que mi corazon abrasa.

          O amor, insanable enfermedad, o seuero e cruel cupido,
          pues con tanta crueza hieres a quien te sirue, qué será
          de aquel que te enojare? O infelix nocturno dia en que
          mis ojos te miraron, Philomena, pues me succedio junto
          mirarte y el perdimiento de mi libertad. O eclipsado de
          mí, a quién boluere mis ojos en absencia de Philomena
          que es la lumbre dellos? Con quién me consolaré, pues me
          mata todo género de consuelo? Quién dara rastro de vida á
          quien biue con tan dulce muerte? O Philomena, Philomena,
          si supiesses mi dolor imposible es que mouida con piedad
          no dixesses: cuytado de ti Policiano. Pues si de mí
          tienes compassion en la muerte, para qué quiero yo de oy
          más[504] la vida? pues cuytado yo, si muero, que sé yo si
          tú mi señora te sirues o te desplaze? por fe tengo que el
          subjecto e fuerças que me ha dado naturaleza, no son para
          más que padescer por ti mi señora. Pues bienauenturada
          passion que tan alto tiene el objecto. Moços, moços.

          _Sol._--Señor.

          _Pol._--Ven acá, amigo Solino, ayudame a sentir mi mal.

          _Sol._--Y qué mal tan grande tienes que a solas no le
          puedas passar?

          _Pol._--O loco insensible, pues en las piedras haria
          sentimiento lo que mi solo coraçon padesce.

          _Sol._--Mas de veras, señor, qué mal es el que tanto te
          duele? dimelo, que si es dolor affable, no puede faltarle
          remedio. Ha te mirado algun basilisco? o aojote alguna
          hechizera?

          _Pol._--Quien tiene poder en la vista para sanar la
          enfermedad de la muerte puso los ojos en mí y ha puesto
          en cuentos mi vida.

          _Sol._--Pues al hombre dichoso la puerca le pare perros.
          Yo juro al sancto martilojo que has topado con alguna
          putilla.

          _Pol._--Qué es esso que dizes?

          _Sol._--Ya es dicho, señor. Por la fe en que creo, que
          estás dessemejado. Dime tu mal, si a ti te paresce que
          tiene remedio y no me tengas suspenso con tu callar.

          _Pol._--Qué remedio puede tener dolencia que sana con la
          muerte?

          _Sol._--Arriedro vaya tan mala cura, pues si con morir se
          sana, que será el fin peor de tu enfermedad.

          _Pol._--Lo más malo que ay en mi mal es quedar con la
          vida que yo biuo.

          _Sol._--Y lo mejor?

          _Pol._--Morir en seruicio del amor.

          _Sol._--Y esse amor qué premio da a quien por seruirle
          pone la vida?

          _Pol._--Satisfaze la voluntad del amante, que de penar
          toma sabor, y al fin corona sus martires de aquella
          gloria suaue que para ellos tiene aparejada, cuyos
          fructos son dignos de todo precio.

          _Sol._--Ora pues a tu sabor; finalmente quieres dezir,
          señor, que eres enamorado?

          _Pol._--Sí, y con la más alta afficion que en coraçon
          humano pudo caber.

          _Sol._--Saluo el guante.

          _Pol._--Cómo es esso?

          _Sol._--Digo, señor, que dichoso tan buen amante; y tiene
          nombre la señora?

          _Pol._--Nombre de tanto merescimiento, que no ay hombre
          digno de traerle en su boca.

          _Sol._--Ora pues, señor, hablando con honor de nombre tan
          reuerendo, me di quién es essa dama, y entendamos en tu
          remedio, que por los euangelios es lástima uer tu gesto
          despues que andas en esso enbeuido.

          _Pol._--O mi Solino: quánto es mayor mi sentimiento que
          las señales que en mí parescen; dime, Solino, dueleste de
          mi mal?

          _Sol._--O, pese a la fe de los moros, si me duele me
          preguntas? más me pesa tu pena que si fuesse propia mia.

          _Pol._--O pue[505], y cómo es poco el sentimiento que en
          ti paresce!

          _Sol._--De puro discreto no te doy a entender la pena que
          rescibo, porque mi sentimiento no enternezca tu dolor.
          Cuenta me, señor, qué fue el principio de tu mal e mira
          lo que yo puedo y dexarás todos temores.

          _Pol._--O Solino, mi fiel criado, pues ya me determino
          de poner en tu pecho mi tan profundo e secreto dolor,
          ruego te por la fidelidad que me deues, no como temeroso
          criado, sino como muy fiel amigo, que siempre en ti sea
          tan secreto quanto en mi pecho hasta agora secretamente
          me ha dado tormento. E mira que oy siendo señor me hago
          tu esclauo, pues en dar te mi secreto no te doy menos
          que mi libertad; y debaxo desta confiança has de saber,
          mi Solino, que ha pocos dias que passando yo a la huerta
          de los cipresses por mirar la ribera que muy apazible
          estaua, entre los naranjos y limones, vi acompañada
          de ciertas donzellas vna que a mi parescer priuaua al
          Sol de su resplandor phebeo: de cuyo ojos y aspecto
          inuisiblemente salio vna saeta que trauessó e rompio lo
          secreto de mis entrañas, e dexó tal mi coraçon, qual mi
          debilitado aspecto con enfermos indicios publica. He
          tolerado mi pena con el silencio posible, pero quién
          tendrá el fuego en su seno sin que se abrase e le duela,
          y el dolor no le consuma? vn rezio diamante se ouiera
          quebrantado con los golpes que este mi triste coraçon
          ha padescido, e no sé si mi mal tiene termino en que se
          acabe.

          _Sol._--Ora, señor, todo amor es vn pleyto ordinario que
          al fin tiene sentencia: e como sea muger en cuyas manos
          tu justicia se aya de sentenciar, o viento, o ventura, o
          dineros, o ruegos, sé cierto la haran torcer la vara, por
          muy derecha que la tenga.

          _Pol._--O mi Solino, que tan firme la hallo en
          aborrescer, quanto yo me siento en amar.

          _Sol._--Esfuerça, señor, no desconfies por semejantes
          disfabores, que no ay cosa tan facil que de su grado
          se caya ni tan difficil que con la perseuerancia no
          descubra alguna facilidad. Mayormente que los fauores
          del amor estan cubiertos con essos sin sauores, para que
          los enamorados estimen las dulçuras quando vengan. De
          manera que nunca amor dio plazer sin çoçobra, ni descanso
          sin trabajo, ni avn fauor sin azedia. Dime por mi vida,
          señor, el nombre de la dama, no temas de mi fidelidad.

          _Pol._--O coraçon mio!

          _Sol._--Grande es la pena que muestras en nombrar a quien
          tienes por señora. En opinion contraria biues de todos
          los que bien aman.

          _Pol._--Ansi mi dolor enamorado es contrario del que mata
          a todos.

          _Sol._--Cómo ansi?

          _Pol._--Quanto es contrario el fuego que me abrasa del
          agua que a los otros enfria, porque no ay amor sin
          refrigerios, ni avn trabajo sin esperança de premio, sino
          este que a mi triste coraçon atormenta.

          _Sol._--Señor, pues no me dizes cómo ha nombre tu señora,
          dime cómo se llama tu pena?

          _Pol._--Philomena.

          _Sol._--Sancto dios, con buenos ojos la miraste, pues tan
          bien[506] te parescio.

          _Pol._--Qué dizes, asno? paresce que mi afficion cubra
          algun defecto que en ella aya.

          _Sol._--No digo yo tal. Pero más fuerte era Troya, y fue
          pisada de los Griegos: agora confiesso que tengas razon
          de tener passion, pero no de estar desconfiado.

          _Pol._--Si ay algun rastro de confiança en mi salud,
          conozco ser yo pusillanimo; di, nescio mal mirado, qué
          proporcion hallas de mí a Philomena sino la misma que ay
          de lo finito a lo infinito e de lo soñado a lo verdadero,
          e de lo biuo a lo que está pintado?

          _Sol._--No dara vna sin otra.

          _Pol._--Qué dices?

          _Sol._--Digo, señor, que a vna muger derribarla con otra.

          _Pol._--Cómo es esso? quién ay tan fuerte como
          Philomena, para que en sus ojos offensiuos pueda poner
          resistencia?

          _Sol._--Mira, señor, la fortaleza feminil. Porque muchas
          hembras vimos, conoscimos[507] cuyas honestidades de
          grandes muros e contramuros fueron guarnescidas y
          torreadas, y del primero o segundo tropel batidas y
          aportatilladas: lee las escripturas antiguas y hallarás
          notables cuentos de hembras por amores infamadas cuya
          honrra[508] dende la cuna començaron a estar guardadas.
          Mira a la hermosa Helena con Paris, a Dalida con Sanson,
          a Bersabe con Dauid. Estas todas matronas illustres
          fueron o tan recatadas y miradas como Philomena, pero
          heridas de la saeta enerbolada de Cupido mostraron bien
          su femenil flaqueza. Comiença, señor, a poner artilleria
          contra el muro que tan fuerte te paresce, y bate con
          destreza e confiança la torre que más se te deffendiere,
          que ansi se batio y assolo la fuerte ciudad de los
          cartaginenses y la famosa Roma fue abrasada, cuyos
          contrarios y enemigos con sola tu pusilanimidad boluieran
          las manos en la cabeça.

          _Pol._--Mira, nescio, esse Paris, y esse Sanson, y esse
          Salomon que dizes, acometieron con armas yguales, e sin
          que de la vna parte ouiesse[509] conoscida ventaja; no
          auia entre ellos la disparidad tan grande como entre
          mí e mi señora, pero cuytado yo, qué castigo ay en el
          mundo con que yo pagasse la temeridad de solo mi loco
          pensamiento?

          _Sol._--O sancto dios, y cuánto tienes abatidas las
          inclinaciones, despues que el amor te hirio! Si Philomena
          es illustre, tú no eres Cauallero? si ella hermosa, a ti
          falto te naturaleza? si copiosa en patrimonio, andas tú
          de puerta en puerta? o, por Dios, señor: no te confundas
          con la ymaginacion muy alta, ponla en vna medida
          razonable para que como varon tengas osadia de acometer,
          e acometiendo sepamos a quántos estados ay agua.

          _Pol._--Dios te consuele, Solino, que tanto me has
          consolado. Pues dime tu parescer, tú que hablas con
          libertad. Dame consejo, pues vale mas errar[510] por el
          tuyo libre, que acertar por mi parescer apassionado.

          _Sol._--Señor, el primero acometimiento desta batalla
          deues hazer con una carta en la qual procura de pintar
          alguna parte de tu dolor, aunque no tan al natural quanto
          en el ánima le sientes. Haziendo lo que es possible para
          que sepa Philomena ser la causa de tu mal. E daremos vn
          sano remedio, como esta venga a tus manos; y no se diga
          por ti que eres enamorado y que no lo sabe ella.

          _Pol._--O dificultoso remedio. Qué sé yo si mi carta
          que es la suma de mi secreta passion, andará en manos de
          quien me cause mayor dolor con infamia que el primero que
          hizo el amor?

          _Sol._--Cómo ansi?

          _Pol._--Alterada mi señora con carta mia, vendra mi
          secreto en el vulgo.

          _Sol._--No temas, señor, de caer en semejante peligro.
          Porque las damas illustres son de naturaleza recatadas,
          e si Philomena no lo fuesse, por el mismo caso deue ser
          aborrescida. E siendo ella tal, tendra más auiso de
          callar, quando más alterada, que tú de no gemir quando te
          sientas penado. Escriue, señor, que aunque aprouechasse
          poco hacerlo, menos aprouecharia dexarlo.

          _Pol._--Ora yo me determino de te dar auctoridad, viendo
          que compasion te ha mouido a remediarme. Yo me entro a
          escreuir, y tú vete a reposar, pues para mí solo se ha
          quedado el tormento.


                                NOTAS:

          [501] Esta lista de personajes va en el original según
          aqui se copia, ó sea después del argumento del 1.º acto,
          orden de colocación no el más lógico, pero que respetamos
          para que el lector disfrute del texto en su primitiva
          forma.

          [502] En el impreso original que nos sirve para esta
          reimpresión, hállase á la cabeza de cada uno de sus actos
          un grabado que representa las figuras que en él entran.

          [503] _Possble_, en el original.

          [504] En el original se lee un _las_ después del _mas_,
          que suprimimos por creer sea yerro de la impresión.

          [505] _Sic._

          [506] En el original, _tambien_.

          [507] Así en el original. Quizás deba leerse _vimos e
          conoscimos_.

          [508] _Hanrra_, en el original: ¿cuyas honrras?

          [509] _Ouisse_, en el original.

          [510] En el original, _herrar_.




                      ARGUMENTO DEL SEGUNDO ACTO


          Confuso Solino de se auer offrescido a rescebir la carta
            de Policiano para Philomena, está hablando consigo quando
            viene Salucio su compañero; van se a dormir en casa de
            sus amigas, e por el camino cuenta Solino a Salucio lo
            que con Policiano ha passado, e llegados a la puerta
            de sus amigas, las hallan en cierto requiebro con vnos
            rufianes, e passada la renzilla de los celos se acaba
            este acto.


         SOLINO. SALUCIO. PALERMO. CORNELIA. OROSIA. PIÇARRO.

          [_Sol._]--Agora que mi amo está reposando, e yo en mi
          libertad para considerar este negocio, paresce me será
          discrecion mirar bien si de las palabras que le offresci
          y de las poner en effecto, se me puede recrescer alguna
          pelazga nueua; porque quien de prissa se determina, muy
          despacio se arrepiente. Las cosas no consideradas, e
          con discrecion no preuistas, jamas tuuieron ordenados
          effectos. Qué sé yo si a esta señora le cayra en tanta
          desgracia el mensage de Policiano, que antes que de allá
          saque el pie me hagan dexar la cabeça? no quiero por
          falta de prouidencia hazer algun desconcierto que por lo
          menos me cueste la vida. Aqui viene mi compañero Salucio,
          bien será que lo sepa, y en todo rescebir su consejo,
          que mas veen dos ojos que vno; todos somos de casa e de
          fuerça lo entiende todo.

          _Sal._--Vamos, Solino hermano, a dar por ay vna gatada,
          veremos aquellas moças y quiça dormiremos en buena cama.

          _Sol._--Comigo estás a fe de hidalgo; molido estoy de
          dormir en essos poyos; vamos, e por el camino sabras vn
          secreto que de nuestro amo he sabido.

          _Sal._--Di lo que quisieres, que ya viejo es Pedro para
          cabrero; más sé de essos secretos que pueda contar en
          diez años; no hay en la ciudad quien no sepa de Policiano
          hasta el menor de sus pensamientos, y a todos dize que lo
          cuenta en confession.

          _Sol._--Pues a mí, pese a tal, no en confession mas en
          confusion suya y mia me ha dado parte de su pena, y de la
          causa della, confiando que yo tengo de ser medianero de
          sus amores. Teniendo respecto al pan que en su casa he
          comido, plega a Dios no se pague con setenas, no le pude
          perder verguença, y me determiné a lleuar vna carta suya
          a Philomena. Despues que en mi libertad me he hallado, he
          considerado quién es Philomena; no piense el pobre Solino
          yr por lana y boluer tresquilado, o apaleado.

          _Sal._--Mira, Solino, mi amigo eres y soy obligado a
          serte fiel y verdadero. Porque es flaca la fe del amigo,
          que ningun accidente la torna en lisonja ni falsedad.
          Quando te determinaste a oyrle, auias de yr aparejado
          para no caer en algun hoyo o barranco de negligencia.
          Porque viendo primero la piedra no hiere tanto como la
          que viene de improuiso.

          _Sol._--Pues para eso te lo he contado, para que
          errado[511] me corrijas.

          _Sal._--El rapaz de Siluanico me paresce que tiene
          platica con vna moça de Philomena, por donde creo tendra
          esse negocio mejor corte.

          _Sol._--Descreo de la ley del quaderno si no apunctas
          como letrado. Dexa me hazer, que yo le hecharé a
          Siluanico el gato a las barbas, y avn sacaré desta hecha
          el ascua con mano agena. Oye oye, Salucio, no creo en la
          fe de Mahoma, si no ay requiebro con las damas.

          _Sal._--A la sombra desta pared oygamos lo que passa;
          conosces a los galanes?

          _Sol._--Descreo de tal si no es Palermo el padre de las
          putas y Piçarro su compañero.

          _Sal._--Ora escucha vn poco la plática.

          _Pal._--Ola ola, damas, no cesse el fabor al pobre gentil
          hombre, que descreo de el hijo de la Magdalena, si aya en
          el Reyno dama más bien seruida que la que por seruidor
          me tomare; dos estays, y dos estamos, cada vna escoja a
          sabor de paladar.

          _Cor._--Mira, señor Palermo, no te engañe la sombra, cata
          que somos viejas, y no valemos nada para tu servicio.

          _Pal._--Vieja te me hazes, traydora? por el cuerpo sancto
          de la rehoyada, si aca abaxo te apañasse, yo te embiasse
          que la madre Bereçinta no te conosciesse.

          _Piç._--No es justo, hermosas, que tengays en poco
          nuestras personas, que despecho del mar e las arenas si
          no ay damas en la ciudad que se hallassen dichosas de nos
          tener por amparo, porque si al seruicio de qualquiera
          cumpliesse hazer campo con diez ó quinze aunque fuessen
          Diablos, descreo de tal si ay aqui quien les huya la cara.

          _Oros._--Gentiles hombres, ya es muy noche y paresce
          deshonesto estar a tal ora a la ventana; mañana de dia a
          la ora que mandaredes, mi prima e yo holgaremos que deys
          por aca la buelta.

          _Pal._--O linda gracia de muger, voto a tal. Qué te
          paresce, señor Piçarro? quién no perdera mil vidas por
          ganar tan graciosa joya?

          _Piç._--Hola, señora Cornelia, mi compañero va perdido
          por tus amores, e yo no menos por los de la compañera;
          suplico te, señora, que pues nos vamos me seas buena
          tercera.

          _Cor._--Ve, señor, en buena ora, que mañana ay tiempo
          para todo.

          _Sol._--O vellacos rufianes, e esta es hora de andar
          rondando?

          _Pal._--Huye, huye, Piçarro.

          _Sal._--Dales, mueran los ladrones, mueran.

          _Piç._--Aliuia, aliuia, que vienen cerca, sancta Maria
          val me.

          _Sol._--Dexalos, dexalos yr a los couardes e tornense
          por acá de mañana. Qué te paresce, Salucio hermano, del
          tracto que se traen con nosotros estas damas?

          _Sal._--Ansi binen todas; no ay quien más tenga fe con
          hombre de quanto buelue las espaldas.

          _Sol._--Dexa hazer agora: llegarémos a la posada, que tú
          veras en qué para.

          _Sal._--Ora vamos callando, que ya estamos a la puerta.
          Tha, tha, tha.

          _Sol._--Ya dormiran las dueñas. Llama con el pomo del
          espada. Descreo de tal con las putas. Tha, tha, tha.

          _Cor._--Qué porradas da el asno, sea se quien se fuere,
          quién llama?

          _Sol._--Abri, dueña.

          _Cor._--Donosa es la venida a la ora de los borrachos.

          _Sal._--O, descreo de la çuratica[512] piscina; e hazes
          del ventero? toma porque os echeys con tiempo.

          _Cor._--Justicia, justicia, que me mata este vellaco.

          _Sal._--Hablas, mala muger?

          _Sol._--Dala, acabala, despecho de la condicion; pues
          cómo es esto, hermosa? tan cansada os dexó el requiebro
          que tan presto caystes dormida?

          _Oros._--Requiebro o qué? donoso vienes[513] por mi
          salud: oxala, que he estado todo oy de esta negra madre
          que he pensado espirar.

          _Sol._--Leuantad, leuantad, señora; tiradme de aqui estas
          botas, que en todo se entendera.

          _Oros._--Quita te allá, Solino, descalçate tú o acuestate
          calçado, essos duelos me faltauan!

          _Sol._--Ea, dueña, por vida de la vellaca!

          _Oros._--Si por tu vida, el azemilero de tu padre lo
          soño, mala pasqua le de Dios a quien tal nescedad
          hiziere[514].

          _Sol._[515]--Haz lo ya, señora, no des lugar a más enojo,
          que boto a los corporales de Daroca que basta vna muger a
          perder vn reyno entero.

          _Sol._--Que no os quereys leuantar? o, descreo de tal con
          la vellaca.

          _Sal._--Da la, da la, acaba ya con ella.

          _Oros._--Justicia, justicia, señores, justicia, que me
          matan.

          _Sal._--Salta presto, vamonos antes que se llegue gente.

          _Sol._--Corre, toma la puerta, si no aqui somos todos
          muertos.

          _Cor._--Ansi, vellacos, rascamulas, azemileros, que ansi
          se tratan las mugeres honrradas?

          _Oros._--Justicia de Dios descienda sobre mí si yo no me
          vengare de ti.

          _Cor._--Que te paresce, prima? por los huessos de
          Aphrodisia madre y de la leche que mamé reniego, si no
          les vrdo vna trama que en ella dexen la vida; andar, pago
          es de mundo, yo me lo merezco; pero quien no cae no se
          leuanta.


                                NOTAS:

          [511] En el original, _herrado_, consecuentemente con
          llamar _hierros_ á los _yerros_ siempre que sale esta
          palabra.

          [512] _Sic._

          [513] En el original, _bienes_.

          [514] _Hieciere_, en el original.

          [515] Debe ser _Salucio_.




                      ARGUMENTO DEL TERCERO ACTO


          Salidos Solino y Salucio de casa destas mugeres tornan
            a la posada de Policiano. Van por el camino hablando de
            la renzilla passada, e llegados a casa, Policiano da a
            Siluanico una carta para Philomena.


                SOLINO. SALUCIO. POLICIANO. SILUANICO.

          [_Sol._]--Qué te paresce, hermano Salucio, en quántas
          trapaças nos meten estas señoras?

          _Sal._--Hermano Solino, jamás me paresció bien, por
          grande que fuesse la ocasion, que ningun hombre en la
          muger pussiese manos. No quiero dezir que agora yo no fui
          demasiado, pero al fin conozco que fue grande nuestro
          yerro[516].

          _Sol._--Donoso estás para sermonador. Dime por qué las
          tales no merezcan peor tractamiento?

          _Sal._--Yo te lo dire; porque si a la muger le das
          materia de aborrescimiento, aunque muy poquita sea,
          tiene qué gastar toda la vida. Quieren ser tractadas
          como animales ferozes, más con ronces e halagos que con
          vituperios e palos. Es muy flaco género, e las cosas
          fragiles muy facilmente se quiebran.

          _Sol._--Cree me, hermano Salucio, que todas las cosas
          naturales tienen su contrario, y el hombre no tiene otro
          sino a la mala muger.

          _Sal._--Nunca oyste dezir a los sabios de nuestro tiempo
          que es más segura la habitacion con los dragones que con
          la mala hembra? Sabe, Solino, si no lo sabes, que la
          muger en todas las cosas tiene extremo. Quiero dezir, que
          si es buena, es corona de su género, e la que es mala no
          tiene cosa buena.

          _Sol._--Ora yo mal suffrido soy para tolerar vna muger e
          no sé cómo biuen los hombres que largos años las tractan.

          _Sal._--Maldito seas, asno, e no sabes que el amor todas
          las faltas encubre? e las cosas azedas haze suaues e
          dulces? En el estado del matrimonio da Dios amor tan
          abundante que haze de dos coraçones vna voluntad, y como
          aya vnidad entrellos cessa todo género de discordia.
          Estas malas mugeres, como de amor verdadero tengan
          carestia, si el interesse falta no son para bien ninguno.

          _Sol._--Ya ya, hecho ha Orosia comigo para quanto biua,
          puesta lleuo ya la sal en la mollera.

          _Sal._--No más en esta plática, que llegamos a la posada.

          _Sil._--Es buena hora esta de venir a casa?

          _Sol._--Qué te toma el diablo, rapaz vellaco? qué haze
          nuestro amo? Ha pedido de vestir?

          _Sil._--Ay está en esta cama que no haze más ruydo que vn
          muerto.

          _Sal._--No has entrado a ver qué haze?

          _Sil._--Casa es de locos esta por la fe en que creo. El
          amo troba, los moços van a rondar, pues algun dia no ha
          poder que no sea la mia.

          _Sal._--Troba por auentura el triste de Policiano?

          _Sil._--Doy al diablo otra cosa haze sino dezir
          disparates; llora como niño, da bozes como loco, no sé
          qué se tiene.

          _Pol._--Oyes, paje.

          _Sil._--Señor.

          _Pol._--Es de dia?

          _Sil._--E muy gran parte passada.

          _Pol._--O desdichado de mi, que despues que mi coraçon
          se escurescio, no sé qué cosa es ver claridad. Yo no
          entiendo quándo amanesce, si a caso no es por oydas.
          Estan ay essos moços?

          _Sil._--Sí, señor.

          _Pol._--Pues aderescen me vn cauallo con vn jaez negro.
          Entretanto que en mi pena busco algun rastro de reposo.

          _Sol._--Qué dize nuestro amo, paje?

          _Sil._--Que se aderesce presto vn cauallo.

          _Sal._--Y él pienssa leuantarse oy?

          _Sil._--No que pienssa para trobar.

          _Sol._--Por tu vida, Siluanico, que escuches si debanea.

          _Sil._--Avn me paresce que está trobando.

          _Pol._   Bienauenturada pena,
               e alegre tal padescer,
               pues de todo quiso ser
               principio mi Philomena.

          _Sil._--Corre, corre, Solino, e oyras las locuras de
          Policiano.

          _Sol._[517].--Passo, passo, rapaz; no le cortes la vena.

          _Sil._--Aqui detras de esta antepuerta le oye, que aun no
          lo ha dexado.

          _Pol._   Aunque piensse mi passion
               combatir mi sufrimiento,
               de mi más graue tormento
               nasce mi consolacion:
               ser tan sabrosa mi pena,
                tan dulçe mi padescer
                es la causa el merescer
                de la linda Philomena.

          _Sal._--Juro por los euangelios que disparata
          concertadamente el desdichado; cata, cata, Solino, no
          has oydo al asno como blasona del metro? o hideputa, qué
          Virgilio, o qué Homero, para metrificar de improuiso.

          _Sol._--Calla, dexale con su dolor al desdichado, que yo
          te digo, Salucio, que tiene harto mal.

          _Sal._--Cómo? e qué tanto mal pienssas que tiene? Tan mal
          estómago haze el amor?

          _Sol._--No le tuuo tan estragado Apuleyo con el veneno.
          Poco has estudiado en las escuelas de Cupido, porque si
          de amor verdaderamente supiesses, verias muy a la clara
          el desorden de sus accidentes. No ay entre los animales
          alguno tan insensible como el hombre que está herido de
          la amorosa flecha de Cupido, porque adormescido con el
          sueño de aquella sabrosa yerba que en el coraçon[518]
          del amante se pega, ni siente gusto en lo que come,
          ni avn sabe responder a quien algo le pregunta. No
          quiere compañia con el plazer, e quéxase que se muere
          de tristeza: e por esta variedad que el amor trae de
          passiones, le llaman los doctores de esta facultad muerte
          sabrosa, porque de la misma passion nasce siempre vn no
          sé qué sin nombre, y avn sin subjecto, que da mayor dolor
          e causa mayor pena al enamorado, quando en el dolor se
          siente más resfriado.

          _Pol._--Moços.

          _Sol._--Señor.

          _Pol._--Entra acá, descansso mio. No me preguntas por mí?
          No me dizes cómo me ha succedido en esta noche con mi
          alegre tristeza?

          _Sol._--Señor, avn no he tenido lugar de saber dónde
          estás? No te marauilles si no te pregunto cómo estás.

          _Pol._--O, mal fuego te consuma, vellaco insensible,
          estoy me yo abrassando y estás tú philosophando? Vete
          de ay al amalauentura y plega a Dios que vna de mis
          ardientes centellas te abrase para que sientas parte de
          mi triste sentimiento: anda, vete con el diablo.

          _Sol._--Harto tiene agora que hazer contigo.

          _Pol._--O desconsolado de mí. O dia aziago en que tuuo
          principio mi mal. O atreuidos y desatinados ojos, qué
          hezistes? De vosotros me quexaré todos mis dias y años,
          pues otros miran para ver, y vosotros vistes para cegar
          me. Solino, oyes.

          _Sol._--Señor.

          _Pol._--Entra acá; para qué me dexas?

          _Sol._--Pensé que te dexaua bien acompañado. Aqui estoy.

          _Pol._--Dónde está Salucio?

          _Sol._--Señor, aqui en esta sala.

          _Pol._--Ha sentido algo de mi mal?

          _Sol._--Y avn la causa dél mucho mejor que yo.

          _Pol._--Cómo es esso, Solino? quién dize que se lo dixo?

          _Sol._--Quién, señor? tú, que se lo has contado y avn le
          has lleuado mil vezes por la calle de Philomena, sino que
          ya no tienes dello memoria.

          _Pol._--No me pidas, Solino, memoria ni entendimiento,
          que ya con mi dolor todo se conuertió en voluntad:
          llégate aqui, Solino. Cata aqui vna carta mia que por
          tu parescer escreui para aquella Reyna de mi vida, en
          la qual va alguna e la más pequeña parte de mi pena
          relatada. Pido te por el amor que te tengo, que en ella
          me pongas aquel recaudo con aquella discrecion e secreto
          que sientes que ha menester mi passion.

          _Sol._--O, señor, descreo de la bruta de Hércules, que
          soy más conoscido ya por aquel barrio que tauernero en
          aldea. No quieras, pese a mi pecado, que por falta de
          prouidencia cayamos en algun yerro[519]. Siluanico me
          dizen que tiene cierta trabacuenta con vna moçuela de
          essa dama; mándale, señor, llamar, que en ser mochacho es
          libre de sospecha, y puede con la rapaza negociar quanto
          quisiere.

          _Pol._--Auisado eres: la vida me has dado con tu buen
          seso. Llama me acá a Siluanico.

          _Sol._--Oyes, paje?

          _Sil._--Quién llama?

          _Sol._--Entra acá.

          _Pol._--Ven acá, hijo Siluano, tú sabes la casa de
          Philomena mi señora?

          _Sil._--Mucho bien, señor.

          _Pol._--Y conosces por auentura alguna de sus criadas?

          _Sil._--Señor, una criada suya me habla por ser de mi
          tierra, e me dize que hará lo que yo la encomendare.

          _Pol._--O negocio bien acertado. Pues mira, hijo mio, no
          menos me va que la vida en que tengas manera con essa
          moça que dé esta carta mia a mi señora Philomena. E si
          mi voluntad tan alto premio meresciesse, tuuiesse yo con
          breuedad de aquella angelica mano respuesta, que si en
          esto, mi Siluano, tú me pones diligencia, yo gratificaré
          tus pasos y essa doncella será muy bien pagada.

          _Sil._--Pues, señor, pierde cuydado.

          _Pol._--Esso no, sin que se pierda la vida. Pero tengo
          confiança que por tus manos tengo de auer el remedio
          de mis penas. Confio que donde tú vas voy yo, y que en
          procurar[520] mi salud no hará falta mi presencia. Ve
          luego, y los ángeles te acompañen. Oyes, Salucio?

          _Sal._--Señor.

          _Pol._--Saca me vn cauallo á la puerta, e dexa me yr
          solo, pues tan bien[521] me hallo con la soledad.


                                NOTAS:

          [516] En el original, _hierro_.

          [517] _Sil._ en el original; pero sin duda debe leerse
          _Solino_, como nosotros corregimos.

          [518] _Coroçon_, en el original.

          [519] En el original, como antes y siempre, _hierro_.

          [520] En el original, _emprocurar_.

          [521] En el original, _tambien_.




                       ARGUMENTO DEL QUARTO ACTO


          Salido Policiano de casa, conciertan Solino y Salucio de
            dar buelta por la calle de sus amigas: encuentran con
            Parmenia, hija de la Claudina, e van con ella hasta su
            posada, donde hallan á la vieja, a la qual dan cuenta de
            los amores de Policiano, etc.


                 SOLINO. SALUCIO. PARMENIA. CLAUDINA.

          [_Sol._]--Nuestro amo es ydo, y a nosotros nos sobra el
          tiempo. Paresce me, Salucio[522] hermano, que demos vna
          buelta por la calle de aquellas damas e tomaremos viento
          para saber qué mundo corre.

          _Sal._--Vamos donde quisieres, que nuestro amo a missa
          va, e no lleua pensamiento de tornar con sol a casa,
          pero antes que de aqui salgamos demos vn golpe en la
          despenssa; pongamos algo en cobro de lo que Policiano
          pierde; endure él, que nosotros gastaremos, e avn juro
          a la casa sancta no ayune él tanto en vn año quanto yo
          desgarre en vn dia.

          _Sol._--De aquel tocino magro, que digo hao.

          _Sal._--Ya te entiendo, y avn el mosto que no dize mal
          de nadie.

          _Sol._--Contigo me entierren, hola que digo? andese
          Policiano en garçonia, que nosotros roçaremos de goderia.

          _Sal._--O hi de puta nescio, qué bocadillo se pierde en
          este jamoncete. Desto que toca al roço, en casa ay buen
          recaudo, y en nuestro amo maldicta la cuenta; pesame
          que aquellas pellejas no estan agora en gracia para que
          lleuaran su parte del despojo.

          _Sol._--Digo algo, Salucio? el buen vino haze buena
          sangre.

          _Sal._--E la buena sangre buena condicion.

          _Sol._--E la buena condicion haze al hombre virtuoso, y
          por las virtudes se gana el reyno de Dios.

          _Sal._--Ora, hermano Solino, esto basta para vn buen
          rato; demos por essa ciudad vna gatada, e boluamos con
          tiempo al rancho. Dame de essa cuerda mi capa y essa
          espada. E toma la vereda que sea más apazible. Por aqui
          por la posada del duque, y saldremos por la puerta falsa.

          _Sol._--Ojo, ojo. No ves la yça?

          _Sal._--Bien se huella la traydora. Descreo de tal si no
          tiene buena gracia. Vaya en buen ora la fresca.

          _Par._--Norabuena vayan los galanes.

          _Sol._--Ho, por los euangelios, señora Parmenia, que no
          te conoscia. Dónde bueno vas que tanta prissa lleuas?

          _Par._--Voy por aqui adelante a buscar quien bien me haga.

          _Sal._--O perla de oro, cómo eres graciosa. Voto a la
          Veronica de Olmedo, más te preciara poco ha en la posada
          que a todo quanto me dexó mi padre. A fe que gozaras de
          vna tajada de tocino de la lunada, e beuieras vna taça
          que los angeles cantaran con ello.

          _Par._--Esse me paresce el combite del Toledano: si
          obierades comido, beuierades comigo.

          _Sal._--O traydora, cómo dizes tus malicias. Pues por la
          Cruz de Carauaca que si tú eres seruida no falten dos
          reales para gastar en tu seruicio.

          _Par._--Gran merced[523]: que ya sé yo que de tales
          galanes no se esperan menores fabores. A mi puerta
          llegamos, e mi madre nos mira, bien será que deys la
          buelta, que yo agradezco la compañia.

          _Sol._--No, no, señora, voto al pinar de Segouia que
          auemos de hablar a la madre vieja, que avn nosotros no le
          somos poco afficionados. Salue y guarde, vieja honrrada.

          _Claudina._--Jesu, Jesu, Jesu, hijo de mis entrañas,
          mejor aya buen fin que yo te conoscia. Entra y abraça me,
          Solinico. Yesu, e qué aproado estás, e qué hombre hecho
          e derecho; llegate más á mí, mallogradillo vayas, que no
          solías tu huyr de mí quando Dios queria.

          _Sal._--Paresce, madre señora, que ha dias que le
          conosces.

          _Clau._--Si le conozco me dices, hijo? Aqui está la
          Claudina que le vido nascer, y en estas manos pecadoras
          dió los primeros gritos. Ay qué padre tuuo tan honrrado,
          no paresce sino que agora le veo. Jesu, Solino, más
          nalgadas te di en este mundo que tengo canas en la
          mollera.

          _Sal._--Por cierto, madre, yo me hallo dichoso en auer
          te conoscido, porque el conoscimiento de agora será para
          que muchos dias nos tratemos. E dexado aparte lo que tu
          honorable vejez representa, el merescimiento de la señora
          Parmenia es digno de toda gentileza.

          _Clan._--Bien te ha parescido la rapaza, landre que te
          dé, traydor enamoradizo. No me toques en ella, mira que
          es mi hija.

          _Sal._[524]--E aun por esso, madre mia, se le deue todo
          seruicio. E descreo de la leche de cabras, si no tocara
          tanto a Solino mi compañero, si yo no la siruiera a pesar
          de todo el resto.

          _Par._--No se vende la moça, por vida de quien sossegare
          el rostro. Mira por vida mía cómo hablan en mí como en
          cosa que anda en venta.

          _Sol._--Esso voto yo a tal que si vale mi puja, no dé la
          parte mia por menos que toda tú.

          _Clau._--Calla, hijo Solino, que ya que todo el mundo
          pujasse, como cosa mia se te dara por el tanto. Dexala
          dezir, que es mochacha e boua.

          _Por._--Sí, sancto Dios, bouilla es la moça, metedle el
          dedo en la boca para ver si paladea.

          _Clau._--Mira, hijo Solino, esta casa es tuya, y el
          mismo derecho tienes a quien en ella mora. Calla y no te
          fatigues, que todas las cosas tienen su tiempo. Agora,
          hijo mío, no entendamos en más que en saber de tu vida.
          Con quién biues? cómo te va? qué ay agora nueuo en que yo
          aprovechar te pueda?

          _Sol._--Madre mía, yo soy criado de vn gentil cauallero
          que tú bien conosces, que ha nombre Policiano.

          _Clau._--Sancta Catalina sagrada, que con esse señor
          moras? mira si le conozco, landre me dexe si no le
          conozco, y avn sé de qué pie coxquea. O hi de puta,
          y cómo es bienenamorado; no sé yo si la dama le ha
          seydo fauorable, que dias ha grandes que le tengo en
          mi registro, e avn estoy espantada cómo no ha venido a
          mis manos. Que, mal pecado, como este sea mi principal
          officio, ansi me pesa del galan que de mis artes no se
          aprouecha como al pobre pescador quando a su red no
          acude el pescado. Porque estas damas çahareñas y estos
          galanes porfiados hazen a las de mi arte casas nueuas con
          sobrados.

          _Sol._--Señora Claudina, pues se ha mouido esta plática,
          no dexaré de dezirte lo que ay en este caso, con
          protestacion del secreto necessario. Tú sabrás, madre,
          que Policiano mi señor muere de amores de Philomena, y
          el mayor mal de su enamorada passion es la difficultad
          que ay en la entrada de su casa, ansi por el recatamiento
          de Theophilon su padre, como por la clausura[525] y
          ençerramiento de la dama, e de semejantes inconuenientes
          ha nascido tanta dubda en el buen fin de estos amores,
          que Policiano ha venido a desconfiar de qualquier género
          de remedio. Si tú, señora Claudina, tanto confias de tus
          astucias, que pienssas poniendo en este negocio la mano
          salir a buen puerto con esta peligrosa dolencia, demos
          parte a Policiano de tu voluntad, que yo sé no auer en su
          casa mejor dia que quando se ofrezca camino para entrar
          en el remedio de su mal.

          _Clau._--Paresce, hijo mío, que tienes más confiança en
          la cerradura de Philomena que en la ganzua de la vieja
          Claudina? Donoso eres; pues esto digo para en mi casa, e
          no quiero que salga de entre nosotros, que si Policiano
          abre bien la bolsa, yo haga a Philomena que le abra la
          puerta por bien que la tenga cerrada. Cata, cata, mal
          conosces a la Claudina. Quién sino yo en el mundo ablanda
          los duros coraçones de las hembras y avn quebranta las
          cerraduras de las más honestas moradas? para qué piensas,
          bouillo, que aprouecha en casa del herrero la lima, y
          el azeyte serpentino en casa de la Claudina? sino para
          limar los candados de hierro y enternescer las entrañas
          desamoradas. Anda ve, Solino hijo, y a tu señor daras
          noticia de mi abilidad, y avn le diras lo que sientes
          de mi voluntad, que aunque sea Philomena quien es, yo
          batire su muro con tan bastante artilleria que a pocos
          recuentros venga rendida en mis manos. E porque en este
          caso las obras daran testimonio de lo que yo puedo, ve,
          hijo mio, con Dios, que yo quedo esperando tu venida con
          tan buena respuesta, que no me valga menos que diez pares
          de doblas.

          _Sol._--Pues, madre señora, nosotros nos vamos, e con lo
          que nuestro amo acordare yo soy muy presto de buelta.
          Señora Parmenia, ten me por tuyo, que yo a fe de hidalgo
          soy tu cierto seruidor.

          _Par._--Tú, señor, puedes mandar, e yo te tengo de
          seruir.

          _Sal._--Gentil dama, los angeles te acompañen a ti y a la
          madre vieja.

          _Clau._--Amen, e con vosotros vaya.


                                NOTAS:

          [522] _Siliceo_, en el original.

          [523] _Meced_, por errata, en el original.

          [524] En el original, sin duda por yerro, _Soli_. (Solino).

          [525] _Clausara_, por errata, en el original.




                       ARGUMENTO DEL QUINTO ACTO


          Cornelia e Orosia conciertan de yr a la posada de Palermo
            e Piçarro, publicos rufianes, e yendo por el camino
            encuentran con Siluanico, paje de Policiano, con el qual
            passan sus acostumbradas puterias. Siluanico va adelante
            e habla con Dorotea, criada de Philomena, e le da la
            carta que lleua de Policiano, etc.


                 CORNELIA. OROSIA. SILUANICO. DOROTEA.

          [_Cor._]--Qué te paresce, Orosia hermana, del buen pago
          que el mundo da a las que en vellacos ponen su voluntad?
          Pues para ésta que en la cara tengo, don vellaco
          azemilero, que yo te dé a beuer vn xarope tan amargo que
          no se te quite el azedia en quantos dias biuieres.

          _Oros._--Vayan para vellacos, pues no saben conoscer
          lo bueno; que para la muerte que deuo a Dios más me
          cuesta aquel suzio de Solino que valen las diez mejores
          alhajas que tengo. Cada dia daca la calça, daca dineros
          para juegos, daca el çapato picado y las camisas vnas
          mejores[526] que otras. Todo lo passaua como loca, e al
          fin tengo mi Sant Martin como nescia: no ay en el mundo
          mayor mal que captiuar la voluntad en poder de hombre
          nascido; sino con vn poco de cautela hazer a todos buen
          rostro, e que cada vno piense que él es e otro no, e a
          buelta de cabeça que aquél sea más amigo que mejor nos lo
          pagare.

          _Cor._--Hablas, amiga, como sabia; que si yo, prima,
          ouiera tomado tu consejo, no estuuiera yo toda mi vida
          atada a las mercedes de Salucio, e qué me puede él a mí
          dar sino el poluo del almohaça? e sobre todo, que vea yo
          mi rostro señalado de mano de un moço de cauallos? Comida
          me vea yo de mala rabia si no le hago que le cueste la
          vida: toma hora tu manto e vamos a la posada del aquel
          rufianazo de Palermo, que ya viste quánto fue obligado a
          hazer lo que yo le mandasse y pongamos[527] en sus manos
          el castigo destos vellacos, que no auemos menester otro
          más cruel verdugo.

          _Oros._--Vamos donde mandares, que otra hallarás más
          perezosa; reboça te bien el rostro porque no seamos
          conoscidas.

          _Cor._--A punto estoy, guia por donde quisieres.

          _Oros._--Por aqui, por la plaça del Conde, que es el
          camino más corto.

          _Cor._--Ce, ce, hora, Orosia: como nasci para la muerte,
          este paje es de Policiano, dél podemos saber dónde quedan
          Solino e Salucio. Norabuena vaya el galan.

          _Sil._--Salve Dios a las hermosas.

          _Cor._--Dónde bueno tan de prissa, Siluano? paresce que
          vas a ganar beneficio.

          _Sil._--Señora, ya que el beneficio no se gane, alomenos
          merescer le ha el criado que con diligencia siruiere. Yo
          voy a entender en vn recaudo que de Policiano mi señor
          lleuo, ved, señoras, en qué os puedo seruir porque no me
          puedo detener.

          _Cor._--Passito, no te apressures por mi vida, señor
          Siluano, que ansi goze de mí como no tienes tú en esta
          ciudad quien te sea tan afficionada como yo. Di me,
          señorito, por vida mia, Solino e Salucio dónde quedan?
          qué hazen? no sabes tú, mi amor, que somos sus amigas?

          _Sil._--Señora, en la posada quedaron con Policiano mi
          señor, e no tengo yo a mucho que ya anden por acá fuera.

          _Oros._--Dime, amor mio, son enamorados? salen de casa de
          noche? a qué hora buelven a dormir?

          _Sil._--Por mi fe, señora, lo que puedo dezir cierto es
          que ninguna noche duermen en la posada; de la hora a que
          tornan no te sabré dar razon.

          _Cor._--Pues por mi vida, Siluano, me digas la verdad de
          vna cosa en que tengo dubda. La noche passada salieron
          a la hora acostumbrada? Porque me dixeron que antes
          que anocheçiesse los auian visto en cierta parte donde
          sus personas pueden rescebir peligro, e si ansi es, mi
          amor, será bien auisarlos que miren dónde entran, no les
          succeda algun daño de que todos tengamos que llorar.

          _Sil._--Por cierto, señora, no estás bien informada,
          porque ellos no pueden salir de casa hasta que mi señor
          sea acostado; mira cómo puede alguno dezir con verdad
          semejantes palabras.

          _Cor._--Pues, señor Siluano, yo creo lo que de tu boca
          he oydo más que lo que me puede dezir ninguno que venga
          con malicia; por vida mia que no les digas que nos viste,
          porque vamos mi prima e yo a un negocio de secreto.

          _Sil._--Bien pueden, señoras, yr seguras, que yo no les
          dire cosa que os cause enojo.

          _Oros._--Pues, amor mio, Dios te guie, porque vamos de
          prissa.

          _Sil._--Y a vosotras acompañe, que yo no voy muy de
          espacio: estos nescios de mis compañeros, con estas
          cantoneras deuen estar hechizados. E piensan dellas
          que no tuvo tanta castimonia la casta Penelope como
          ellas les muestran quando les tienen delante. O
          malauenturada confiança la que de las tales se tiene, y
          más malauenturado el hombre que de semejantes confia. A
          buen puncto soy llegado[528]: a Dorotea veo a la puerta
          de su casa, plega a Dios que me espere y no se me entre
          huyendo. Salue Dios a la hermosa.

          _Dor._--El galan sea bien venido. Cómo es esto, señor
          Siluano? Dime la causa de absencia tan larga.

          _Sil._--Señora mia, ya sabes que quien sirue a otro no
          tiene para sí libertad. Mi señor Policiano está muy
          apassionado, e tanto que por huyr el plazer no quiere
          salir donde rescebirle pueda; pues estando él en casa
          mira tú, mi reyna, cómo puedo yo visitarte. Suplico te no
          me culpes[529] ni me trates como ausente, pues siempre e
          donde quiera te tengo delante de mis ojos.

          _Dor._--Di me agora, señor, qué milagro fue este que
          veniste por estos barrios?

          _Sil._--Señora Dorotea, tú sabras que Policiano ha
          tenido noticia de cómo yo soy tanto tuyo, e me mandó que
          de su parte y mia te pidiesse que con todo el secreto
          e discrecion que es menester diesses a Philomena tu
          señora esta carta, de la qual si fauorable respuesta se
          ouiesse[530], todos seríamos bien gratificados; yo por
          cumplir con la obediencia que como a señor le deuo, e
          teniendo confiança[531] de rescebir de tí estas mercedes,
          tomé atreuimiento para semejante peticion. Suplico te, mi
          señora, en esto pongas la diligencia que yo pienso poner
          en lo que á tu seruicio tocare, porque yo cumpla con la
          deuda que deuo de criado, e tú con la que me deues de
          hazerme mercedes como señora.

          _Dor._--Ay cuytada de mí, señor de mi coraçon, e quánta
          dificultad ay en lo que me mandas hazer, porque la
          honestidad de Philomena mi señora, su graue y estraña
          condicion, no consienten que yo tenga semejante
          atreuimiento. Como nasci para morir, si yo llegasse con
          tal embaxada creo que mis palabras y mi vida fenesciessen
          en vn punto. Solo vn remedio puedo dar para que tu venida
          tenga algun fructo, que haré hechadiza essa carta donde
          forçado venga a sus manos, sin que pueda saber para
          siempre quién aya sido el mensagero.

          _Sil._--Peligroso me paresce esse remedio, e si la carta
          se pierde ante que a sus manos venga?

          _Dor._--En esso seré yo cuydosa e tú puedes yr descuydado.

          _Sil._--Ora pues, señora mia, esta es la carta de
          mi señor; en tus manos la encomiendo, que yo voy tan
          confiado quanto á mi voluntad se deue. Yo me voy; los
          angeles queden contigo.

          _Dor._--Y contigo vayan, e mira, señor, que no me olvides
          tanto.


                                NOTAS:

          [526] _Mejoras_, dice el original.

          [527] En el original, por errata, _pāgamos_.

          [528] _Lledo_, en el original.

          [529] _Culpas_, en el original.

          [530] _Ouisse_, en el original.

          [531] _Confinça_, en el original.




                       ARGUMENTO DEL SEXTO ACTO


          Salidos Solino e Salucio de casa de la Claudina vanse
            a la posada, donde siendo llegados viene Policiano, al
            qual dan relacion de lo que con la vieja passaron; viene
            Siluanico e dize lo que de la carta ha succedido, etc.


                SOLINO. SALUCIO. POLICIANO. SILUANICO.

          [_Sol._]--El passo tendido, hermano Salucio, porque
          lleguemos antes que nuestro amo a la posada.

          _Sal._--Bien dizes, hermano, por vida de mi amiga; que si
          sabe nuestra tardança, ni con él acabaremos renzillas ni
          avn faltarán en casa dolores.

          _Sol._--Qué te paresce que se haga en lo que con la buena
          vieja dexamos concertado?

          _Sal._--Venido Policiano, lo primero que haremos sera
          hazer le entender lo que a nuestro prouecho haze:
          dezirle que estos negocios de amores más seguros andan
          en manos de vna muger marcada que en poder de hombres no
          experimentados; que tenemos noticia de vna vieja astuta,
          y en esta arte de alcahueta examinada maestra; que
          procure hablarla y prometerla el premio de su trabajo,
          y ella pondra la diligencia que nosotros no podemos por
          mucha que pongamos.

          _Sol._--Ello está bien acordado. A nuestro amo veo venir
          por aquella calle, alarguemos el passo, no nos halle
          fuera de casa.

          _Sal._--Ya no puede, que dentro estamos.

          _Pol._--Moços, moços. Dónde estan estos diablos?

          _Sal._--Qué prissa trae el diablo, rabiando viene por
          saber nueuas! Pues mándote yo, que no basta el amo
          diligente para que el moço pierda su natural negligencia.

          _Pol._--Que dizes entre dientes?

          _Sol._--Digo, señor, que si supiesses el buen recaudo que
          tengo en tus amores me darias el jubon que traes vestido.

          _Pol._--Buen recaudo dizes? hablas segun tu opinion, e
          no sientes dónde llega mi desseo. Contentas te con poca
          agua como no te abrasas en el fuego que yo, porque si
          sintiesses mi dolor, no llamarias buen recaudo sino a
          ser me mi señora fauorable, y esto es impossible segun
          es baxa mi ventura y alta la causa de mi mal, pero dime
          algo con que mi dolor amansse, y despues comiençe como de
          primero.

          _Sal._--O hi de puta neçio, qué hechizado esta con
          aquella putilla de Philomena, e juro a los euangelios no
          ay mayor rabosa en el reyno.

          _Pol._--Quién habla alli fuera? estoy yo hablando en mi
          pena, y no falta quien me impida la medicina?

          _Sol._--Señor, Salucio es, que está muy angustiado de
          verte tal.

          _Pol._--Pues por qué no entra? qué haze alla apartado?
          Salucio?

          _Sal._--Señor.

          _Pol._--Entra acá, dime qué sientes de mi mal.

          _Sal._--Señor, siento que eres enamorado y que tienes
          razon de ser constante en amor.

          _Pol._--Pues no me dices qué hare para hallar camino en
          mi remedio?

          _Sal._--Par Dios, señor, lo que yo con mi poco saber
          te puedo consejar es que pongas este negocio en manos
          de vna mujer sagaz e auisada en toda ruindad, porque
          con las tales, si estas damas del amor están tocadas,
          muy facilmente descosen su secreto; y pues por éstas
          se suele dezir que quien las sabe las tañe, a éstas
          encomienda tus amores e no hagas cuenta de la diligencia
          que nosotros podemos poner aunque desseosos de seruirte,
          si no te dispones a esperar con vn barril de lenguados,
          ciento e veinte de azedias. Por vna uez que la fortuna
          nos fauorezca como a osados, nos alançará cinco mil por
          no experimentados. El principio de todas las cosas se
          requiere cauto, para que lo dependiente succeda firme
          y estable. E quando el fundamento falta, mal se deue
          esperar la duracion del hedificio. Todo esto e más que te
          puedo dezir si el dolor que tanto te aquexa te prestase
          atencion es justo que mires en los principios de vna cosa
          tan ardua como esta, para que en la prosecucion della no
          vengan a nascer desuariados effectos.

          _Pol._--Pues qué te paresce a ti que haga yo, amigo
          Solino? á quién me encomendaré que no sé dónde ay
          fidelidad?

          _Sol._--Señor, ymaginando con cuydado los instrumentos
          con que esta tu llaga pudiesse cauterizar, entre muchas
          que el coraçon desseoso de agradarte me ha ofrescido, me
          truxo a la memoria vna vieja mi conoscida, maestra de
          hazer perfumes, que vn tiempo fue partera en esta ciudad,
          que tiene por nombre Claudina, sagacissima en quantas
          maldades el entendimiento del hombre puede ymaginar
          y en ellas criada, y no menos encanescida; la mayor
          hechicera que se ha hallado dende el principio del mundo
          hasta oy. Tiene tanta abilidad en casos que requieran
          artificio sobre natural, que a todo el infierno junto
          trae consigo con sola su boz. E aunque para este negocio
          no sea menester tanta herramienta, no empeçe al artificio
          la demasiada astucia del artífice. Procura, señor, de
          hablarla e poner este negocio en sus manos, e si se las
          vntas con algun interesse, aunque no muy calificado,
          puedes confiar en ella, que aunque Philomena fuesse tan
          dura como vn rezio diamante, con solas sus palabras la
          prouocará a que su desseo y el tuyo se executen con la
          breuedad que verás.

          _Pol._--O prestantissimo remedio: cómo? que ay tal muger
          nascida e no la conozca yo? ve Solino e llamala, e dende
          aqui te doy auctoridad para que la ofrezcas no solamente
          los bienes que ay en mi casa, pero avn todo mi patrimonio
          pon en su mano, del qual y de mí hordene a su voluntad.
          Pues dime la verdad, Solino, que de ueras te paresce a ti
          ser necessario dar parte a esta muger?

          _Sol._--Señor, no cosa más.

          _Pol._--Pues en vuestras manos encomiendo este mi
          spiritu atribulado, tractadle como soys obligados segun
          verdaderos misericordiosos, que yo quedo tan acompañado
          de tristeza quanto solo de vuestra compañia, yd e
          llamadme a essa dueña honrrada e no tardeys si biuo me
          quereys hallar.

          _Sal._--Pues vamos.

          _Pol._--E yo quedo.

          _Sol._--Allá quedaras con todos los diablos cargado
          de locuras e vazio de entendimiento; qué te paresce,
          Salucio, de la perdicion deste perdido?

          _Sal._--Enfermedad comun es la suya, e si el dolor le ha
          llegado a lo secreto del coraçon, más te deues marauillar
          de su paciencia que de su sentimiento.

          _Sol._--O feminil flaqueza, que eres bastante a robar
          de vn hombre robusto la joya más estimada, que es la
          libertad. Bien dizen los sabios que deste adamantino
          dolor escriuieron que tiene la propriedad del azero en
          la dureza e crueldad. Porque consideradas sus robustas
          fuerças, e los pechos tan esforçados que amor con sus
          crudas flechas ha rompido, no amor sino tirano enemigo,
          mortal offenssor deue ser llamado. Lee las historias
          Romanas e hallarás estar llenas de los desatinos que este
          amor ha causado. Aquel emperador africano que hauiendo
          seydo en el senado tenido por el más victorioso monarca
          que en el mundo se hauia hallado, el amor de vna pobre
          labradora de tal manera le puso en baxeza, que no sólo
          de la gente noble de senadores, pero de la república y
          gente plebeya fue tenido en tan baxa estimacion quanto
          su hystoria testifica. Pues en la escriptura sagrada,
          quién fue causa de aquel notable pecado que el Rey Dauid
          cometió en la muerte de Urias su capitan, sino ser el
          mismo Rey tocado del amor de Bersabee? Pues si contarte
          quisiesse los desastrados acaescimientos de muchos reyes
          e varones illustres apassionados desta dulce ponçoña,
          seria començar vn cuento que no tuuiesse fin. Solamente
          resta que la libertad con ningun thesoro se compra, e
          si nuestro amo halla sabor en esto en que todos los
          que algo entienden tanta azedia e amargura an hallado,
          con su pan se lo coma e mal prouecho le haga. Tengamos
          auiso sus criados de dezir dende afuera: a saluo está
          el que repica, e si porfiare diziendo: ve acá, torna
          acullá, dezirle que bien se está sant Pedro en Roma. Ya
          me entiendes, no aya alguna trampa donde no penssamos.
          Y pues él comió los agrazes, no padezcamos nosotros la
          dentera. Esto que toca a llamar la vieja, cosa es que
          cumple, en lo demas tengase auiso qué mande y haga, qué
          digo?

          _Sal._--Hao, comigo estás, auisado eres.

          _Sol._--Cata, cata, juro al cuerpo de tal, Siluanico
          viene: regocijado llega. No sé cómo ha negociado.

          _Sil._--Ansi, Solino hermano, vnos hazia vn cabo e otros
          hazia otro, porque no se acueste el mundo.

          _Sol._--Cómo vienes, Siluanico? qué nueuas tenemos?

          _Sil._--Alla dexo la carta en poder de Dorotea, tomela el
          diablo e oxala la quemasse.

          _Sal._--Ora, Siluanico, ve presto a la posada, que queda
          solo nuestro amo, e no digas que nos topaste, porque ha
          gran rato que salimos a llamar a vna vieja hechizera a
          que nos embió; en siendo venida ella tomará a cargo estos
          mensages, e quitar nos ha Dios de peligro.

          _Sil._--Dios lo haga como no paguemos los que no auemos
          comido el escote. A casa voy, la Magdalena os guie.

          _Sol._--E a ti acompañe hasta la buelta.




                      ARGUMENTO DEL SÉPTIMO ACTO


          Cornelia e Orosia llegan en casa de Palermo, donde hallan
            a Piçarro su compañero, a los quales se quexan de la
            injuria que de Solino e Salucio rescibieron e les piden
            que entiendan en la vengança, etc.


                  CORNELIA. OROSIA. PALERMO. PIÇARRO.

          [_Cor._]--Estan en casa los galanes?

          _Pal._--Ce, ce, hermano Piçarro, despecho de la media
          nata si no ay garulla en la posada; quién anda ay? Ya,
          ya, señoras, no es menester tanta dissimulacion.

          _Piç._--Descúbrete, dama, pese a la ley del quaderno, que
          para quien bien conosce la nariz le basta.

          _Cor._--Y avn a quien tanto vee, la mitad de la vista le
          sobra.

          _Pal._--O galana, cómo eres graciosa, quita te el reboço
          por mi vida. Muchacho, corre, toma aquel jarro.

          _Cor._--No, no, señor Palermo, no venimos de tanto
          espacio.

          _Piç._--O, descreo de la peña de Martos, qué tan
          pressurosa vienes? Pues no has de salir de la estancia
          sin que rescibas colacion.

          _Oros._--Ay, prima, por mi amor no nos detengamos, que ya
          sabes lo que tenemos de hazer.

          _Pal._--Digo, señora Cornelia, paresce que quiero
          conoscer a esta dama.

          _Cor._--En cargo de mi ánima que tú estás donoso, pues
          agora sabes que es Orosia mi prima?

          _Pal._--O, perdona, hermosa, que por mi vida con el
          reboço te desconoscia. Que avn por vida del resto, que
          tienes en casa quien te dessea seruir, sino que no te lo
          osa dezir por no darte enojo. Hola, señor Piçarro, por
          qué no hablas a esta dama? Pues que no le eres tú poco
          afficionado.

          _Piç._--Es la señora Orosia? O descreo del puerto de
          Jafa; perdóname, señora, que voto a tal agora te acabo de
          conoscer.

          _Oros._--Señor Piçarro, agrauio me hazes con tan poco
          conoscimiento, siendo yo tanto tu seruidora.

          _Piç._--O perla de oro, no me culpes que descreo de la
          leche de Olofernes si con el reboço que traes el mismo
          diablo no te desconozca; descúbrete por vida mia, corre
          muchacho, eres venido?

          _Oros._--Señor Piçarro, no te pongas en trabajo, que por
          mi vida venimos muy de priessa, e necessidad de hablar al
          señor Palermo truxo por acá a Cornelia mi prima, e yo por
          tenerla compañia acordé venir con ella.

          _Pal._--Pues qué es esto, coraçon mio? Ay algun embaraço
          en que yo pueda poner la vida en tu seruicio?

          _Cor._--Pues qué pensauas, señor? que era mi venida a
          lumbre de pajas? Enojadas venimos mi prima e yo, e con
          mucha razon, porque de vnos vellacos moços de espuelas
          auemos seydo afrentadas, e quien bien nos quisiere
          nuestra injuria ha de tomar por suya, porque mi amigo es
          otro yo, e ansi deue sentir mis enojos.

          _Pal._--O reniego de las barbas de Barrabas, e tal cosa
          me dizes? Oyes, mochacho, arroja me acá essa cota, dime
          quién son los que te enojaron, e dexame tomar mi hatillo,
          que no creo en la fe de los Tartaros si handrajos no te
          los lleue hechos y la sangre me beua por dexarte más
          vengada.

          _Piç._--Y este embaraço, señora Orosia, es cosa que a ti
          toca?

          _Oros._--Comun ha sido la injuria e tal ha de ser
          el castigo. Descreo de la leche que mamé si la fe no
          renegasse por verme vengada. Dos criados de Policiano
          entraron la otra noche en nuestra posada, e porque con
          vosotros estauamos hablando nos dieron tantos bofetones
          en nuestro rostro que los dientes nos dexaron bañados en
          sangre, y esta afrenta tan grande no se nos hiziera a
          nosotras si tuuieramos fabor de hombre; triste es la casa
          donde falta la compañia del varon. Yo me lo merezco, yo
          tengo mi pago, porque como nescia no tomo yo consejo de
          quien bien me quiere.

          _Piç._--Señora Orosia, no llores ni te acuytes por vna
          cosa que passada no puede dexar de ser passada; pero da
          gracias a Dios que tienes por amparo al señor Palermo e a
          mí, que seremos verdugos de quien tu çapato offendiere,
          y no digo yo con dos que en fin es meaja en capilla de
          frayle para lo que mi espada corta; pero si quinze fueran
          los contrarios, hombre ay en el estancia que no mudara
          el color para acometerles, y avn reniego de los montes
          claros si no tengo vna hojuela en la mano que no haze
          más de los hombres hechos malla que si fuessen hechos de
          manteca.

          _Pal._--Orosia señora, poca noticia tienes del señor
          Piçarro, mal informada estás del nombre que su espada
          tiene en el reyno, pues quiero, dama, que sepas que quien
          más agora floresce en las armas ninguna ventaja le haze,
          y el dia que no se embuelue en negocios de poner la vida
          en condicion, no piensa auer hecho hazienda; su tracto es
          cincuenta mugeres repartidas por las mançebias del reyno,
          y la que más fama tiene huelga de le tener por amparo.
          Mas yo te juro al Sepulchro Sancto de la rehoyada, e ansi
          aya yo uentura con damas, como le vi oy hazer vn hecho
          que Rebeca en su tiempo no le hiziera.

          _Oros._--Ora, señor Palermo, dexemos las alabanças deste
          gentil hombre para otro[532] dia; nosotras venimos de
          priessa, e no a más que daros parte de nuestra injuria;
          si pensays poner en ello la mano, yremos mi prima e yo
          descuydadas, e si no tan bien nos auisad, que como nasci
          para la muerte que ay gentiles hombres en la ciudad que
          no veran otro Dios sino que nosotras les mandemos.

          _Pal._--Mirad, damas, reniego de tal si no me corro de
          la dubda que en mi voluntad se pone, y si no estoy ya
          desseando el tiempo para que sepays lo que desseo hazer
          por seruiros. Dexadme el cargo e dormid sin pena, e no me
          tengays por Palermo, hijo del merino de ronda, si juntos
          no los embio a çenar con Lucifer. Mira, señora Cornelia,
          qué tanto desseo su servicio, que juro a los sanctos
          quatro elementos entre sueños piensso cómo tenerte
          contenta. Ellos salen de noche?

          _Cor._--Cada noche salen despues de acostado su amo.

          _Pal._--Pues bien, puedes mañana dezir: perdone los Dios.

          _Piç._--Ora descuydad, hermosas, que yo reniego de
          las que en la cara tengo, si no os dexaremos tan bien
          satisfechas quanto jamás afrenta se satisfizo.

          _Cor._--Señor Piçarro, con tal confiança nos vamos a la
          posada.

          _Piç._--No yrás, por vida de mi amiga, que no puede
          tardar el moço con la colacion.

          _Oros._--Señor, aqui lo damos per rescebido, porque no
          nos podemos más detener.

          _Pal._--Pues, damas, rescibid la voluntad del pobre
          gentil hombre, que otro dia se abrá la obra.

          _Oros._--A Dios, galanes.

          _Piç._--Vayan de Dios las pellejas. O pese te tal con
          las çurraticas adobadas, y esta pelazga nos tienen agora
          guardada? Escaponos Dios e nuestra diligencia la noche
          passada, e quieren nos tornar a meter en el garlito?
          Mira, hermano Palermo, el remedio más sano para que
          destas pellejas nos defendamos, porque de mí te hago
          saber que no saldre de casa a negocio[533] de tanto
          peligro, e auiso te que si a sacar me porfiares, al
          primer repiquete de broquel no me hallarás en toda la
          ciudad.

          _Pal._--O, pese a la fe de los moros, Piçarro hermano.
          Que el diablo nos topó con putas tan reboltosas! Dios
          sabe quánto estoy fuera de asir quistion con nadie; sino
          que mis pecados me quieren ya lleuar arrastrando al
          cimenterio. Vn braço tengo más yerto que si fuesse de
          madera. Yo no traygo espada tanto para reñir, quanto para
          hazer mamparos mientras me pongo[534] en huyda.

          _Piç._--Pues de mí no hagas cuenta, que despecho de la
          puta que me parió si las carnes no me están ya temblando
          con sólo el pensamiento; mañana quiero fingir vn camino y
          estarme encerrado doze o quinze dias, y entre tanto estas
          borrachas abaxarán vn poco la colera.

          _Pal._--Bien has acordado; amanescerá y medraremos.
          Pero no me paresce mal que andemos sobre el auiso, y si
          vieremos tiempo en que a nuestro saluo podamos hazer una
          leuada, que no monte más de vn cumplimiento, bastará para
          salir de cargo, e si mal nos suscediere, a los pies nos
          encomendemos, que son aliuio de pecadores.

          _Piç._--Ora Dios lo encamine por camino más seguro, que
          a mí no me paresce que deuemos ponernos en tal peligro.
          Vayan para vellacas.

          _Pal._--Ora reposemos e tomemos consejo con el tiempo.


                                NOTAS:

          [532] En el original, _otra_.

          [533] En el original, _negacio_.

          [534] _Puogo_, en el original.




                       ARGUMENTO DEL OCTAUO ACTO


          Siluanico, viniendo a la posada, viene hablando consigo,
            donde halla a Policiano, al qual da relacion de lo que
            con la carta succedio. Viene la Claudina, e auiendo oydo
            a Policiano, le promete la victoria, etc.


           SILUANICO. POLICIANO. CLAUDINA. SOLINO. SALUCIO.

          [_Sil._]--Quien no se auentura no alcança ventura, e
          quien no acomete meresce nombre de couarde. Yo con la
          necessidad atreuime á Dorotea, y con mi atrevimiento
          descubri rastro de victoria. Bueno ua: con vn camino he
          hecho dos mensajes, puse a recaudo la carta de Policiano,
          conosci en la moça que no me tiene oluidado. Por esto
          dizen que barba a barba verguença[535] se cata, e que
          quien no paresce padesce. A lo menos si a Dorotea yo
          la digo mi pena sin tercero, ni me engañará la vieja
          Claudina con sus conjuros, ni Solino e Salucio con
          sus mentiras. Buen enamorado hago, bien me va con los
          primeros amores; andar me quiero en estos passos, pues
          todos en mi casa andan enamoradizos. A la posada llego;
          aquellos vellacos dexaron la puerta juntada y el perdido
          de mi amo yo juraré que troba.

          _Pol._--Mucho tarda mi remedio, no soy digno de ningun
          bien, todas las cosas me son contrarias, muy cerca está
          mi desesperacion, ya mi mal me tiene consumido, no tengo
          fuerças ni subjecto para padescer, no sé qué haga de mí,
          toda tristeza me es agradable y toda alegria enojosa,
          toda soledad apazible y toda compañia tan odiosa como la
          misma sepultura. A mal va mi partido. Si ay algun moço en
          esta casa? Moços, mozos!

          _Sil._--Señor.

          _Pol._--Entra acá, hijo Siluano, cómo me dexas solo? por
          qué no me dizes cómo te fue con mi carta? Creo que mi
          desventura te lo ha impedido, porque yo no goze de aquel
          plazer que tu venida me trae.

          _Sil._--Señor mio, esfuerça e ten confianza en el amor,
          que si el buen fin de tu desseo consiste en aquella carta
          yo te certifico que esta es la hora que Philomena la
          tiene en sus manos.

          _Pol._--Sancto Dios, mira lo que dizes, cata que yo no
          soy digno de tan gran merced.

          _Sil._--La muy alta consideracion que tienes de Philomena
          te causa el menosprecio con que tu merescimiento has
          abatido.

          _Pol._--Cómo es esso? paresce que mi afficion aya
          enturbiado en mí algun quilate de mi razon?

          _Sil._--Hi, hi, hi.

          _Pol._--De qué te ries, vellaco rapaz?

          _Sil._--De cómo eres enamorado, e no sabes los accidentes
          del amor. Dizen los que dello saben que el amor no es
          otra cosa sino vn oluido de la razon e vna especie de
          locura que turba el entendimiento e aparta el ingenio,
          priua de la memoria, destruye las fuerças, consume la
          hazienda, estraga la hermosura, quebranta los altos e
          generosos desseos, y los remontados hace abatir a cosas
          rastreras e viles; encierra en un subjecto mil contrarios
          accidentes, ansi como plazer y enojo, tristeza e alegria,
          guerra continua e tregua enojosa, accidental claridad e
          essenciales tinieblas, descontento e contentamiento.

          _Pol._--Pues, desdichado de mí, el triste coraçon que
          tantos e tan discordes huespedes tiene, cómo puede medir
          con libertad de juyzio?

          _Sil._--Tú te lo dirás todo.

          _Pol._--Qué dizes?

          _Sil._--Digo, señor, que, a mi parescer, entre los
          amantes e los locos sola ay esta diferencia, que los vnos
          son locos quando aman e los otros quando hazen locuras.

          _Pol._--Aunque priuado de seso, bien conozco que dizes
          más de lo que tu hedad te enseña, pero esta es vna
          dolencia que se rescibe de grado e con trabajo mortal se
          despide. Pues entretanto que con el accidente peleo, me
          di cómo te succedio con aquella breue relacion de mi mal.

          _Sil._--Señor, yo di tu carta a vna criada suya que a
          causa de ser de mi tierra me tiene alguna afficion, e a
          ésta encargué que con secreto e discrecion la pusiese en
          manos de Philomena. Dexada aparte la difficultad con que
          me lo otorgó, queda obligada a poner recaudo en que tu
          carta venga a manos de tu señora, e si respondiere, darme
          a mí la respuesta.

          _Pol._--Dios te consuele que ansi me has consolado; llama
          luego vn sastre y corta de aquella grana que para mí se
          sacó vnas calças e capa.

          _Sil._--Beso te las manos por esta merced, e más que de
          tu magnificencia espero.

          _Pol._--Corre, da me aquella harpa e tañeré vna cancion
          con que mi dolor se encienda.

          _Sil._--Señor, si ansi es, para qué quieres tañer?

          _Pol._--Para acabar la vida como el cisne con musica
          lamentable.

          _Sil._--Señor, hela aqui.

          _Pol._--Cierra me essa puerta, que quiero magnifestar
          cantando lo que mi ánima siente penando.

                Venid, gemidos mortales,
              con las ansias del morir,
              pues alli está mi bibir.
                Venid, ansiosos sospiros,
              fenesced mi triste suerte
              e hasta darme la muerte
              no penseys en despediros;
              ved que salgo a rescebiros
              sediento por el morir,
              pues alli está mi biuir.
                Ven ya muerte, qué es de tí?
              que esperando desespero,
              e porque tanto te quiero
              te apartas tanto de mí.
              Ven ya, que te espero aquí,
              ansioso por el morir,
              pues alli está mi biuir[536].

          _Sil._--Qué es aquello que veo? mal año me dé Dios si
          Solino e Salucio no vienen con la vieja, que paresce que
          la traen presa por hechizera. Señor, señor.

          _Pol._--Qué es esso, loco mal criado? No te mandé que me
          dexasses?

          _Sil._--Solino e Salucio vienen por aqui, e traen en
          medio a vna puta vieja.

          _Pol._--Soberano Dios. Corre, perezoso maldiziente, abre
          la puerta, que yo quiero yr a besar la tierra que essa
          depositaria de mi vida pisare. Corre, no te tardes.

          _Clau._--Es esta la posada, hijos mios?

          _Sil._--Entra, señora, que, segun eres desseada, a
          saber cierto tu venida saliera mi amo en procession a
          rescebirte.

          _Clau._--Paz sea en esta casa.

          _Pol._--O canas bienauenturadas, o vejez bien fortunada,
          o thesorera de mi remedio, o mi reuerenda e digna de
          todo acatamiento Claudina, sólo tu aspecto ha dado vida
          a mi desseo, tu rostro de misericordia ha enternescido
          las duras cadenas que mi triste corazon sobre sí tiene;
          rompe, madre mia, mis carnes para conoscer el dolor que
          secretamente padezco, porque con la lengua es impossible
          manifestarle.

          _Clau._--O, señor Policiano, qué poco esfuerço es este?
          qué quexas tan debilitadas e tan sin confiança son
          las tuyas? en semejantes adversidades se conoscen los
          animos valerosos. Torna, señor, en ti, qué es esto? pues
          aunque de todo punto a tu mal faltara medicina, tu sola
          discrecion, tus varoniles fuerças e tus acostumbradas
          astucias auian de bastar a rescebir cualquier infortunio
          por graue que fuesse, mayormente estando yo en medio, que
          soy maestra vieja e me obligo a darte salud si tú, señor,
          no te dexas vencer de la sombra. Mira, señor, que es cosa
          vergonçosa que vn cauallero como tú se confunda con la
          ymaginacion de vna muger.

          _Sol._--Assomate, hermano Salucio, e verás a nuestro amo
          de rodillas delante de la mayor puta vieja que nascio de
          las mugeres. O malauenturado de ti, quánta honrra das a
          tus passados ydolatrando y dando obediencia a las más
          maldictas canas que jamás salieron al mundo!

          _Pol._--Madre mia, esperança mia, la causa de mi mal bien
          creo te abrá sido relatada por alguno de mis criados que
          como yo la saben, e ansi confio que la sienten. No pienso
          será menester que de nueuo sepas en este caso otra cosa,
          pues no la ay más de lo que ellos de mí han sabido. Por
          tanto, madre mia, pido te por reuerencia de la tremenda
          passion que me atormenta, des a mi coraçon la medicina
          que vieres ser conueniente para que algun poco descanse
          del continuo fuego que me abrassa.

          _Clau._--Por cierto, hijo Policiano, muchos dias ha que
          el passado conoscimiento de tus padres y tuyo ha sembrado
          en mi coraçon vn desseo muy grande de gozar de tu noble e
          graciosa conuersacion, e vn dia por otro lo he dilatado
          esperando se ofresciesse causa para mostrar me en tu
          seruicio. Ha sido mala mi dicha, que ya que se cumplio
          mi deseo, fuesse en tiempo de enfermedad tan penosa, que
          ni mis palabras se entiendan, ni la voluntad con que se
          dizen por ellas se pueda conoscer. Porque a la verdad
          este dolorçillo que agora, hijo mio, sientes no deja
          potencia que no ocupa, y avn lo primero que arrebata es
          la atencion del paciente. En conclusion, señor Policiano,
          yo tengo muy entera noticia de tu enfermedad y aquí
          soy venida a ponerle medicina. Lo que al presente es
          necessario te dire. Tú, señor, rescibe vn poco de aliuio
          entretanto que yo en mi casa aparejo algunos instrumentos
          que para entender en esta cura son necessarios, lo qual
          pues yo he rescibido a mi cargo te prometo no apartar
          della la mano hasta ver el fin, con la victoria que yo e
          todos tus criados para tu remedio desseamos.

          _Pol._--Aquel soberano dador de mercedes te dé,
          madre mia, lo que en este caso yo no puedo, por ser
          insufficiente para gratificar tan grande beneficio.

          _Sol._--Essas come la otra, a osadas cierra la boca e
          abre la bolsa.

          _Sal._--Escucha, que ya se desembuelue.

          _Pol._--E porque conozcas la voluntad que tengo de
          satisfazer tus passos, toma diez doblas con que al
          presente me hallo, e confia de mí que seras bien pagada.

          _Clau._--En ynfinitos quilates, señor Policiano, excede
          tu magnificencia la poquedad de mi merescimiento, pero tú
          heziste como cauallero, e yo quedo obligada a perpetuo
          seruicio.

          _Pol._--Ora, pues, madre mia, contigo lleuas mi coraçon.

          _Sal._--E avn las entrañas a bueltas del dinero.

          _Pol._--Mira que mi ánima va tras ti e yo quedo en el
          número de los muertos esperando resuscitar con tu jocunda
          venida.

          _Clau._--Hijo mio, dexa hazer a la Claudina, que mal me
          andarán las manos ó tú saldras a luz con tus amores.

          _Pol._--Con tal confianza biuire si biuo me hallares a la
          buelta.

          _Clau._--A Dios, hijo mio, que es ya noche.

          _Pol._--Moços, sacad ay vna hacha, yd con mi madre a su
          posada, e dexad me aqui solo, pues soy amador de soledad.


                                NOTAS:

          [535] En el original, _vengança_, evidentemente por yerro
          de la imprenta.

          [536] En el original, estos versos, como los otros de
          páginas atrás, están impresos á renglón tirado, cual si
          fuesen prosa.




                        ARGUMENTO DEL NONO ACTO


          Claudina sale de casa de Policiano acompañada de Solino o
            Salucio, con los quales va hablando en los amores de su
            amo hasta llegar a la posada de la vieja, etc.


            SOLINO. SALUCIO. CLAUDINA. PARMENIA. LIBERTINA.

          [_Sol._]--Qué sientes, madre mia, de este dolor que
          á Policiano da pena? Paresce me aver te obligado a
          dificultoso remedio, cuyo fin yo no osara esperar sin
          notable peligro de mi persona.

          _Clau._--A la he, bouo, a la he, poco sabes de leyenda,
          mal conosces a la Claudina; poco has tractado mi
          casa, pues en los negocios altos, donde todos pierden
          confiança, quiero yo mostrar quánto puedo, que en las
          cosas de poco subjecto poca abilidad se requiere. Mis
          redes, bouillo, sabe te que no prenden lagartijas, quanto
          la cosa es más alta, tanto con mejor ánimo la intento, y
          jamás acometi donde no ouiesse victoria.

          _Sal._--A semejante género de acometer locura la llaman
          en mi tierra, e no por virtud, sino por vicio la tienen
          canonizada.

          _Clau._--Boçalejo eres, hijo mio, más pense que sabias
          del mundo. Donde el premio se espera grande, alli se deue
          el mayor trabajo, e el esperança del galardon diminuye
          qualquier pena, mayormente que como sea con mugeres moças
          la mayor parte de mi contienda, no creas, hijo Salucio,
          que pueden dar herida que de la ropa adentro passe: bien
          pudiera Policiano poner sus amores en otras manos que
          o con temor o con poca astucia al primero golpe dieran
          con todo a mal cabo; porque ay tan pocas que algo sepan
          deste mi oficio, que a quien más pensays que entiende,
          la falta más para discipula que tiene de sobra para
          buena maestra. Sola ay vna deste tracto en la ciudad que
          en mi arte tiene nombre, y es mi comadre Celestina la
          de la cuchillada, e lo que sabe poco o mucho aqui está
          con vosotros quien se lo enseñó. E ansi goze yo desta
          ánima que ha oy menos de seys años que no sabia hazer vn
          conjuro, y agora aureys sabido la buena fama que alcança,
          que si yo agora çerrase el ojo, no quedaua en el reyno
          otra que fuesse su ygual. Acuerde me Dios a bien hazer,
          que no lo dexaré de contar, pues ha venido agora en
          habla, que vna noche escura tuue yo necessidad de quitar
          a vn ahorcado los dientes, y ella no menos de quitarle
          los çapatos, porque tal menester se ofresce que tal
          material demanda, e ansi como llegamos le dio vn temblor
          de muerte, e se me cayó en el suelo cubierta de vn sudor
          más frio que la nieve, que ansi goze yo de Parmenico mi
          hijo como pensé que entre manos se me finara. Finalmente,
          tornada en sí, entretanto que con vnas tenazicas de pelar
          çejas le quité yo siete dientes, avn ella no tuuo espacio
          de quitarle los çapatos.

          _Sol._--Grandes cosas me cuentas de tu poder; pero suelen
          dezir que la feminil astucia en el mal se manifiesta.

          _Clau._--Si el mundo no fuesse tan grande, me enojaria
          de cómo no entiendo sino en doctrinar modorros, e cada
          dia ay quien diga necedades. Cómo, hijo Solino, por tan
          grande maleficio tienes remediar a vn cauallero en vna
          necessidad como esta, que si le dexamos a beneficio
          de natura no fenezca su mal sino con la muerte? Dime,
          bouillo, tan grande hierro[537] te paresce remediar vna
          donzella que por vn desastre dexó de serlo, e hazer
          de manera que quando se case su marido no lo sienta y
          acortar enojos durante el matrimonio? Y esto no es obra
          pia, neçuelo? Poquito sabes del mundo. Pues yo te hago
          cierto que lo mucho que valgo con este mi oficio, aunque
          vieja e pobre, e no de la merced de Dios, no se me sabe á
          mí pagar, que si el Señor quisiera de otra suerte auia yo
          de ser tractada.

          _Sal._--Ya auias de estar emplumada.

          _Clau._--Cómo, hijo?

          _Sal._--Digo, señora, que persona tan sancta meresce ser
          canonizada.

          _Sol._--Esso estaua agora por proueer. Acuerdo me,
          madre, del dia que te canonizaron[538] como de lo que oy
          he hecho, que aquel dia yua yo con el despensero de las
          monjas, siendo mochacho, a comprar hueuos al mercado,
          y te vi puesta en la picota con más majestad que vn
          papa, assentada en el postrero passo de vna muy larga
          escalera con alta e autorizada mitra en la cabeça, que
          representauas vna cosa muy venerable. Y acuerdo me que
          inquiriendo yo la causa de aquella solemnidad, que para
          mí era cosa nueua, vi vnas letras que a la redonda de
          aquel como rocadero tenias en la cabeça que dezian por
          alcahueta e hechizera. Mochachos te fatigauan, vnos con
          pepinos, otros con verengenas, otros con troncos de
          verças, que no te dexauan reposar.

          _Clau._--Cosas son que acontescen, hijos, por mi
          vida. Cada dia lo verás si sales al mercado, pero no
          me aprouecharán tanto los amores de Policiano quanto
          aquella afrenta me ha dado de prouecho, porque hasta
          entonces, aunque algunos por secreta noticia que de mí
          tenian encargauan algun negocio, despues de passado aquel
          tranquillo ansi venian a mi casa personas necessitadas,
          como quien va a ganar indulgencia. Vino la cosa en tal
          estado, que no pudiendo sola dar recaudo a los muchos
          negocios que se me ofrescian, aunque conosci ser ocasion
          de desaperrochar mi casa para adelante, procuré de
          imponer en el oficio a mi comadre Celestina, con tal
          condicion que durante la prissa partiessemos la ganancia.
          Y para la muerte que a Dios deuo, que ay está biua e
          sana que no me dexará mentir, que en vna temporada que
          estuuo en esta ciudad el embaxador de Francia ella por
          su parte vendiendo la sangre de vna bonica moça que auia
          criado tres o quatro vezes, e cada vez por fresca, e yo
          aprouechandome del mueble de aquella rapaza que oy viste
          en la posada, aunque entonces no auia cumplido doze años,
          más ahorramos de cada veinte doblas, y el papo hecho,
          como a mesa de alemanes. Ansi que, hijos mios, no es
          malo el oficio que da de comer á su dueño, que por essos
          fuegos de afrentas auemos de passar para venir despues
          a gozar del refrigerio. En el tiempo de la moçedad se
          deue ganar con diligencia el estado e las riquezas, con
          que a las vezes tenga hombre vida descanssada. Entre
          los animales, la hormiga es más pequeña de cuerpo, e
          mayor en la prouidencia, y el hombre que no quiere ser
          vituperado por negligente en la muerte, a ésta deue
          imitar en el discurso de la vida. Athesorando los granos
          del mantenimiento en el verano de la juventud para el
          tiempo steril de la cansada vejez quando crescen las
          necessidades e mengua la bolsa del perezoso.

          _Sol._--Madre señora, a tu posada llegamos; si nos das
          licencia entraremos a ver a la señora Parmenia.

          _Clau._--Entrad, hijos, en buen hora, vosotros e años
          buenos, que no es nueuo mi casa estar acompañada de
          galanes. Hija Parmenia, alumbra vn candil para subir esta
          escalera.

          _Par._--Por mi vida, madre, que tú vienes a buena hora.
          Mejor fuera quedarte allá esta noche, e tuuieras andado
          el camino para mañana.

          _Sal._--Salue Dios a la hermosa.

          _Par._--Bien sea venido el gentil hombre.

          _Sal._--Cómo es esto, señora Parmenia, vn dia que a tu
          casa venimos estás tan mal acondicionada?

          _Par._--Tengo razon, señor Salucio, que ha más de seys
          horas que está aqui vna doncella esperando e quando mi
          madre sale no pienssa tornar a casa.

          _Clau._--E quién es, hija, la que me espera?

          _Par._--Libertina, la que lleuaste al racionero.

          _Clau._--Llamala e conoscer la he, que por mi vejez no
          caygo por quién dizes.

          _Lib._--Vengas en buen hora, madre de mis entrañas, por
          cierto que ha gran rato que estoy esperando tu venida.

          _Clau._--Hija mia, perdona me por mi amor, que son tantos
          mis negocios que no sé dónde tengo el sentido. Pues,
          hija Libertina, cómo te fue con aquel señor? Hizolo bien
          contigo?

          _Lib._--Madre mia, despues sabras mi venida, pues agora
          ay embaraço en la posada. Yo me quiero yr e boluer me he
          en la mañana.

          _Clau._--Qué miras, putico? parescete bien la moça? Dilo,
          no ayas verguença, que al moço vergonçoso el diablo le
          trae a Palacio.

          _Sal._--Señora, voto al pinar de Segouia que si la dama
          fuesse contenta, yo no fuesse perezoso en su seruicio.

          _Sol._--Mira, señora Claudina: descreo de tal si no tengo
          las mañas del lobo, que donde la noche me toma, alli hago
          manida. Si en casa ay aparejo, manda a estas damas que
          nos acompañen, y no consientas que tornemos a casa a tal
          hora. Somos hombres enemistados, e no es cordura andar de
          noche.

          _Clau._--O traydorcito, cómo te lo dizes: mallogradillo
          vayas. Hija Parmenia, Solino te quiere bien e viene
          porque le conozcas para delante. Libertina está sola e
          Salucio ha puesto los ojos en ella: todo viene medido
          mejor que lo queremos; por mi amor que tú le quieras e
          tractes bien, pues sabes que es persona con que no se
          perdera nada; tú, Libertina hija, tracta me bien a este
          mochacho; mira que le quiero yo mucho y con él no biuiras
          engañada.

          _Par._--Por Dios, madre, que tú vienes agora con donosos
          mercados.

          _Clau._--Pues qué te pensauas, loca? que auia de venir
          sola a tal hora de la noche?

          _Par._--Vinieras tú con tiempo, e no siempre con los
          murçielagos.

          _Clau._--Calla, boua, que no es tan noche como pienssas:
          avn agora dio las diez el relox.

          _Lib._--No sé, señora, por qué: que toda mi vida te
          conozco comigo de andar con la escuridad.

          _Clau._--Calla, loquilla, que como agora biues descuydada
          de la mocedad, no has tomado sabor en los trabajos de
          la vejez. Tú llegarás a mis dias, e sabras qué cosa es
          mantener casa e honrra, e no dessearás tanto la noche
          para dormir quanto el dia para trabajar, que mal pecado,
          hijas, la cama que vosotras desseays de viciosas cobdicia
          la triste vieja de canssada, que quando a casa vengo los
          huessos me suenan como saco de nuezes, y avn con todo
          esto me pesa quando Phebo acaua su curso diurno. Anda,
          ve presto, apareja me aquel aro de cuba, e las candelas
          que sobraron de la otra noche, e saca me aquella soga
          de ahorcado que te mandé guardar quando estaua aqui el
          despensero del Conde; saca de aquel caxon del arca el
          coraçon de çera que tiene las más agujas, e dexalo todo
          a punto, e andad todos luego a dormir. Tú, hijo Solino,
          yrás con essa rapaza, é tú, Salucio, con la señora
          Libertina, e parad mientes, moças, que no me hagays
          milagritos, no me hagays yr allá con vn açote.

          _Sol._--Ora sus, hermosas, no ocupemos a la madre; toma
          la mano, señora Parmenia, y vamonos a reposar, que es muy
          noche.

          _Sal._--Hola, Solino hermano, que en la mañana todo el
          mundo haga pino.

          _Sol._--Ora durmamos, que todo tiene su tiempo.

          _Clau._--A ti, tenebroso y astuto Satan, principe de la
          monarchia de los spiritus condenados, eterno sustentador
          de las tinieblas continuas que en los caliginosos
          e sombrios chaos infernales abundan; Señor de las
          tarthareas e dañadas cateruas, morador en las horribles
          grutas donde los sulphureos vapores incessablemente
          manan: Regidor e gouernador de las lagunas e hedificios
          mortales, assistente de la profundidad e obscura region
          de la muerte: Yo, tu más familiar e compañera Claudina,
          te conjuro por la grauedad de la palabra que de ti tengo
          rescebida, e por los resplendecientes fulgores que
          estas antorchas candidas entre las tinieblas nocturnas
          produzen, e por la fortaleza con que estas ereas agujas
          este fingido coraçon penetran, vengas con repentino
          sonido a obedecer mi mandado, e venido, de tal manera te
          occultes debaxo de los aureos accidentes deste anillo que
          en mi dedo anular tengo puesto, que dél no te apartes
          hasta que Philomena le ponga en su dedo, dende el qual
          por las secretas venas que dél van al coraçon, se le
          dexes tan llagado de la cruda saeta de amor, que todo
          su remedio sea el que esta tu familiar le quisiere dar,
          y ansi se someta a mi ley e ordenacion que otra cosa no
          dessee saluo el cumplimiento de mi voluntad. Segunda e
          tercera vez te conjuro e confiando quedar con migo, me
          voy a dormir a mi cama.


                                NOTAS:

          [537] _Sic_, por «yerro».

          [538] En el original, _cañonizaron_.




                       ARGUMENTO DEL DECIMO ACTO


          Estando Philomena bordando en su bastidor, pide a Dorotea
            su criada un libro para leer, donde halla metida la
            carta de Policiano, e dize alterada muchas palabras en
            demostracion de su honestidad, etc.


                 PHILOMENA. DOROTEA. THEOPHILON[539].

          [_Phil._]--Dorotea, dónde estás?

          _Dor._--Aquí estoy, señora.

          _Phil._--Mejor estarias en mi compañia que metida por los
          rincones de casa; toma allá este bastidor, que ya rescibo
          pena con este contino bordar.

          _Dor._--Señora, es verdad que en la vida no ay cosa
          tan agradable que tomada por officio no canse, ni avn
          obra tan dessabrida que no tenga algun sabor quando por
          exercicio se rescibe.

          _Phil._--En esto conozco la variedad de las cosas
          temporales, que aquello que algun tiempo tomaua por
          deleyte e recreacion ya me da sobrada pesadumbre. Dame un
          libro y leere vn poco hasta que sea hora de reposar.

          _Dor._--Señora, helo aqui.

          _Phil._--Jesu, e qué carta es esta?

          _Dor._--Carta, señora?

          _Phil._--Sí por cierto; quién la metio aqui, Dorotea?

          _Dor._--Por mi salud, señora, yo no lo sé.

          _Phil._--No saberlo es impossible, quién tiene la llave
          de mi aposento sino tú? quién entra e sale en mi camara
          sino tú, Dorotea?

          _Dor._--Señora, ya puede ser alguna carta vieja que por
          señal ayas tú metido en esse libro. Antes que sepas lo
          que contiene no rescibas alteracion.

          _Phil._--Abre la e mira lo que dize, que yo sospechosa
          estoy de esta carta.

          _Dor._--Señora, no tiene firma.

          _Phil._--Creolo, que en todo viene llena de sospecha. Ora
          mira lo que dize.

          _Dorotea._


                                 CARTA

          Si el dolor que tus ojos me causaron dentro de lo
          secreto de mi ánima de todo punto fuera mortal no me
          quedara tan poca vida e tan martyrizada con tan mortales
          desseos de los quales si la muerte me hiziesse libre, no
          me puede librar de querer te. O angelica Philomena, si
          boluiesses tus ojos de misericordia sobre este tu captiuo
          Policiano, bienauenturado tormento digno de tan ineffable
          remedio. Solamente te piden mis letras e mis suspiros que
          tengas memoria que dende la hora que te miré y alçaste
          tus ojos a mirar me, de tal manera me tienes contigo, que
          aunque te quiera oluidar no puedo[540] ni con la muerte,
          la qual estoy esperando si tu natural misericordia no
          determina que yo biua. Mas biuiendo o muriendo soy tuyo
          sin esperar que jamas sere mio.

          _Phil._--Ya, ya. Dorotea, que me maten si essa carta no
          es de aquel loco desuariado que el otro dia viéndo me
          en la huerta de los cipreses se arrimó a vn laurel, e
          començo a mostrar señales de muy apassionado, boluiendo
          los ojos a mí quando mi padre se descuydaua. Pues dime,
          Dorotea, quién puso aqui esta carta sin que tú lo
          viesses? Este libro no está en tu poder? Cómo pudo ser
          esto?

          _Dor._--Señora, moços ay en casa que ay la pueden auer
          metido, porque mil vezes descuydadamente me dexo este
          retraymiento sin llaue, y algun criado de casa la puso en
          este libro.

          _Phil._--Vaya se el desatinado, qué atreuimiento es tan
          vano penssar alguno que en amor deshonnesto yo ocupe mi
          entendimiento? si yo agora no temiera el escandalo de la
          casa de mi padre, yo le hiziera al liuiano que no pagara
          esta locura con menos que la vida.

          _Dor._--Passito, señora, que viene Theophilon mi señor.

          _Theo._--Qué hazes, hija mia?

          _Phil._--Señor, enojada con este bastidor començaua a
          leer un poco, pero çessará agora con tu venida.

          _Theo._--Siempre, hija mia, trabaja de estar noblemente
          ocupada porque el demonio, enemigo de naturaleza, no
          halle entrada en tu coraçon. A todos generos de estados
          es defendida la ociosidad, e más al flaco linaje de
          las mugeres, por ser más dispuestas a cayda. Pues si
          todas deste vicio deuen biuir recatadas, mayormente las
          illustres donzellas, cuya macula de infamia todo vn reyno
          dexa manchado.

          _Phil._--Padre mio, graue reprehension es la tuya;
          paresce que hablas sobre penssado.

          _Theo._--Hija mia, lumbre de mis ojos, baculo de mi
          cansada vejez, más noble cosa es preseruar al hombre para
          que no cayga que ayudarle a leuantar despues de caydo. No
          permita Dios, hija de mi coraçon, que en tus costumbres
          yo aya conoscido alguna falta que de castigo sea digna,
          pero no te deue dar pena si yo como padre y viejo y
          experto en los trabajos que el tiempo cada dia descubre
          te dé auiso como sepas defenderte de ellos, sin lesion
          del ánima y de la fama que tus passados cobraron.

          _Phil._--No piensses, padre mío, que con la falta de la
          hedad me aya faltado el conoscimiento para ver clara e
          abiertamente a quánto peligro se pone quien sin remos de
          discrecion se mete en el varco de esta vida miserable,
          porque o viento de liuianos penssamientos o rrocas de
          mala conuersacion siempre nos procuran naufragio. Pero
          tambien conozco que no ay temptacion tan poderosa á
          quien la municion del hombre racional con discrecion no
          destruya, mediante el fabor del Cielo; mayormente quando
          el hombre viene a sentir que tiene los enemigos de sus
          puertas adentro, e que la más cruda palea[541] tiene
          consigo mismo, deue aprouecharse de las armas deffensiuas
          que en el alcaçar de la razon tiene para esto guardadas.
          Estos e otros muy sanctos auisos, señor mio, he leydo
          en los libros que dende mi niñez por la nobleza del
          exercicio literal me has mandado leer, con los quales
          e mi natural condiçion piensso dar a tu senectud aquel
          descanso que con mi juuentud has desseado.

          _Dor._--Doy al diablo tan largo sermon.

          _Theo._--Qué dizes tú, Dorotea?

          _Dor._--Digo, señor, que he holgado de tu noble
          reprehension.

          _Theo._--Hija Philomena, anda acá, que ya tu madre querra
          comer, no la hagamos estar esperando.

          _Phil._--Vamos, señor. Dorotea, pon en cobro esse libro:
          entiendesme?

          _Dor._--Mucho bien. Ay te duele? Valale el diablo al
          viejo e a qué tiempo entró predicando. Por mi salud, el
          ánima le daua el negocio en que entendiamos. Bien predica
          la raposa a las gallinas. En mi ánima estos viejos no son
          sino vn terron de molestia; como veen que se les acaba
          la candela, acuerdan de dar a Dios las heces de su vida
          loca, haziendo del perro del hortelano. Pues andate hay
          con tus sermones, que Dios no come palabras, e si piensas
          hazer sancta a tu hija Philomena, más vale vna traspuesta
          que dos assomadas.


                                NOTAS:

          [539] _Thephilon_, dice erradamente el libro original.

          [540] En al original, _poede_.

          [541] Así en el original, quizás por _pelea_, ó quizás,
          abreviado, por _palestra_.




                       ARGUMENTO DEL ONZENO ACTO


          Venida la mañana, Claudina se leuanta e determina de yr a
            casa de Philomena, sobre lo qual se tracta con Parmenia
            de los peligros que se pueden ofrescer; finalmente haze
            su camino, e habla con Philomena dándola parte de los
            amores de Policiano, etc.


          CLAUDINA. PARMENIA. LIBERTINA. DOROTEA. FLORINARDA.
                        PHILOMENA. THEOPHILON.

          [_Clau._]--Son los rayos del sol los que entran por esta
          ventana? sancto Dios e cómo he dormido a sabor, despues
          que tomé la palabra á aquel demonio mi familiar, pero con
          mucha razon, pues en este negocio no es menor la honrra
          que el prouecho. Hija Parmenia.

          _Par._--Qué mandas, señora?

          _Clau._--Qué hora es? fueron se aquellos locos?

          _Par._--Agora estauan ay.

          _Clau._--Y Libertina, es leuantada?

          _Lib._--De mañana en buena fe, tia. Agora tengo por
          dormir el sueño de la salud.

          _Clau._--Bien hazes, gozate, pues agora tienes tiempo,
          que venida a la senectud, y todo es vna hedad de
          trabajos. Ya aquellos pica cantones, no dexarian algo
          para la costa?

          _Par._--Mejor landre se los lleue, que estos tales,
          madre, no quieren sino llamate mio e busca quien te
          mantenga.

          _Clau._--Anda, hija, que de golpe o de recudida, yo les
          sacaré el escote. Yo me voy a casa de Philomena, a dar la
          primera puntada en vna labor trabajosa. Mochachas, rogad
          á Dios que yo salga con ella a luz, que no me acuerdo
          auer intentado cosa de que tanto aya desconfiado.

          _Par._--Madre señora, ya conosceras si desseo tu prouecho
          como el mio, assi por la ley natural como por mandamiento
          de Dios; pero tú andas en tales tractos que en ellos no
          puedes ahorrar sino de las narizes, y aun plega a Dios
          no dexes alguna vez la vida, porque es ley de Dios que
          quien ama el peligro peligrosamente muera. Mira, madre,
          quién es Philomena, e no pienses ganar saya de londres
          e barates vn jubon de açotes. Mira que donde agora vas
          lleuas el cuchillo a la garganta, y avn como suelen
          dezir, la soga arrastrando, porque te hago saber que los
          viejos padres de essa dama son tan zelosos de su honrra
          y avn tan cautelosos en guardarla, que si vna vez te
          sienten, sin que lo entiendas e estando segura te pondran
          en cuentos la vida. Mira lo que hazes, e ordena tus
          passos de manera que tu vida e honrra esté segura.

          _Clau._--Confusa estoy. No sé en qué me determine:
          diformes inconuenientes se me ofrescen de tu auiso, e no
          puedo boluer atras en este camino, porque tengo prometido
          el acometimiento, e avn dada mi palabra de la victoria.
          Notable deffecto es la inconstancia, e tanto que se tiene
          por indicio de locura.

          _Lib._--Tia señora, no biuas engañada con vna mala
          opinion, que tanto es más mala quanto más vsada e
          guardada. Digo te de verdad que oyendo el otro dia al
          padre presentado, le oy affirmar que la perseuerancia en
          el vicio no meresce nombre ni galardon de constancia, e
          que quien del vicioso camino se buelue, no inconstante,
          sino firme en virtud deue ser llamado. No tengas la
          condicion del arroyo, que jamas supo tornar atras.

          _Clau._--Quedaos a Dios, hijas mias, que yo voy
          determinada de morir en esta demanda, e nunca a la osadia
          vi que fallesciesse fortuna. Yo me voy; si a hora de
          comer no ouiere dado la buelta a casa, no tengays dubda
          que me la abran dado por el mercado. Acudireys a la
          carcel, que alli será el paradero. Agora que voy sola
          quiero mirar con auiso este discreto temor que a mi
          Parmenia le queda, porque a la buena speculacion jamas
          vi carescer de buen fructo. Qué hare? si voy allá, a
          peligro pongo mi vida; si dexo de cumplir lo prometido,
          no puedo escapar de muerta ó apaleada, e lo que es más de
          estimar, el mal nombre que de falsaria puedo cobrar. Pues
          si el credito pierdo acabada es la grangeria. Ora venga
          lo que viniere, que aparejado está donde cayga. A casa
          de Theophilon llego, aqui traygo en la faltriquera no
          sé quántas franjuelas e cabeçones; en achaque de trama,
          vamos a hablar a nuestra ama. A Dorotea veo a la ventana,
          buen aguero hallo para mi venida. Esfuerça, esfuerça,
          Claudina, que en otros peligros te has visto.

          _Dor._--Valala el diablo a esta vieja espanta perros, e
          qué rezar trae consigo. Quál arroyo la echó por estos
          barrios? no me medre Dios si tú vienes en buenos passos.

          _Clau._--En hora buena y en buen punto vea yo tu cara de
          oro: qué hazes, hijita mia? desciende acá e abraçame, que
          me gozo de ver te; ansi goze yo la vejez descansada.

          _Dor._--No os digo yo? las palabras de beata e las vñas
          como gata. Vengas en buena hora, tia de mi coraçon.
          Quánto ha que no vienes por estos nuestros barrios? Por
          cierto mi señora Florinarda ha tenido memoria de ti e aun
          me ha preguntado si te he visto.

          _Clau._--Acuerde se Dios de su merced y él le pague la
          que yo rescibo en que me conozcan por criada vieja de
          esta casa, porque este es el principal título con que yo
          me honrro despues de ser muger de Alberto, que Dios aya.
          Pues por mi salud que aunque yua a otro negocio en que no
          me yua a mí poco no tengo de passar sin ver a mis señoras
          vieja e moça. Dilas, hija, que está aqui la Claudina, que
          si mandan sus mercedes que suba.

          _Dor._--Espera vn poquito, madre, que yo boluere
          corriendo. Señora, la vieja Claudina está aqui, si mandas
          que suba, que te quiere ver.

          _Flo._--Dila que suba; con qué viene agora el diablo?

          _Dor._--Sube, tia, si mandas.

          _Clau._--Con el pie derecho delante, porque no tropieze
          a la entrada. Paz sea en esta casa. Señora Florinarda,
          salue Dios tu venerable presencia.

          _Flo._--Vengas en ora buena, madre, qué nouedad es esta
          que te acordaste desta casa?

          _Clau._--Afficion grande, desseo de seruir te, apetito
          de offrescer me por tu muy fiel criada, para que como a
          tal me mandes lo que a tu seruicio cumpliere.

          _Dor._--Debaxo de la buena palabra está el engaño.

          _Flo._--Pues, comadre mía, cómo te va? Vieja te vas
          haziendo; muy desffigurada estás despues que no te he
          visto.

          _Clau._--E cómo, señora mia, burlando lo dizes? Tal
          ha passado por mí despues que deste barrio me passé;
          trabajos he padescido que el menor dellos bastara a
          acabar tan poca vida como la mia, pues si el principal se
          considera, la misma muerte no es tan penosa.

          _Flo._--Qué mal es el que tanto te duele, madre?

          _Clau._--No será mal de amores, mal pecado, que con las
          muelas le he dexado, sino biudez, señora de mi alma, que
          no ay dolor que se le yguale: Dios te guarde a aquel
          Señor, e nunca te veas sin él, amen, que por mi vejez la
          que buen marido pierde no sé yo por qué no le acompaña so
          la tierra.

          _Flo._--No lo digas burlando, comadre, nunca oyste lo que
          dicen de los getas? que vn tiempo las mugeres biudas no
          dubdauan de hazer se matar sobre los cuerpos muertos de
          sus maridos? y avn porque entre ellos alguno tenia muchas
          mugeres, aquella era más estimada que con su marido se
          sepultaua.

          _Clau._--Sancto vínculo es el del matrimonio, e como sea
          vnion intrinseca e espiritual, con lo más biuo del ánima
          se deue sentir la diuision.

          _Flo._--Veemos que entre los animales que de
          entendimiento carescen, este amor matrimonial está
          esculpido, pues las tortolicas passan su vida contentas
          con vna sola compañia. E si aquélla muere, la que queda
          no beue más agua clara, ni se pone en ramo verde, ni
          canta ni haze señal de alegria, señalando la cuytadica
          quán dura cosa es perder su dulce compañia.

          _Clau._--Ay, ay, quántos daños acarrea la falta del varon
          en casa; no los sabe sentir sino la triste que passa por
          ellos.

          _Flo._--Trabajoso dolor deue ser, pero quando el Señor
          da semejante llaga, tambien prouee de remedio para ella.
          Trabaje la honrrada biuda de ser honesta de costumbres, e
          guarde la limpieza que las tales son obligadas, que para
          sus necessidades Dios es el verdadero marido.

          _Clau._--No lo niego yo, mi alma, pero guardete Dios de
          pobreza con soledad, que esta es muy ruyn tramojo de
          roer. De alli nascen los cuydosos pensamientos, e avn
          a vezes no muy sanctos; alli se toma licencia para las
          dissolutas palabras, e avn para los desonestos tratos, e
          avn se deprenden los officios deshonrrados. Ay del solo,
          que quando en tales hoyos cayere no tiene quien le dé la
          mano.

          _Flo._--Verdad es, madre, que mejor se passan las penas
          quando para lleuarlas ay compañero. E quedaron te hijos
          de Alberto tu marido?

          _Clau._--Sí, mi reyna; e vn varon que ha siete años que
          salió desta ciudad e no he sabido dél ni biuo ni muerto,
          e otra donzella que en casa tengo.

          _Dor._--Donzellita es el diablo.

          _Flo._--Qué dizes?

          _Dor._--Digo que es vna muy bonita moça.

          _Clau._--Dizes, hija, tu virtud, aunque en ella no lo
          aya, pero en fin como huérfanos sin castigo de padre,
          faltos de doctrina e cargados de pobreza. Y a todo esto
          se obliga la muger aquel triste dia que cobra nombre
          de viuda. O señora de mi vida, quán pesada carga es de
          llenar el hijo crescido de cuerpo e menguado de castigo,
          que en cabo del año pienssa la pobre madre tener buena
          vejez, e ha criado vn cueruo que le saque el ojo. Pues
          todo esto es nada en respecto de lo que con hijas se
          passa, que como, mal pecado sea vn ganadillo tan malo
          de guardar, a buelta de cabeça, y a vn encierra ojo e
          abre, hallays la casa a mal recaudo, e la honrra de las
          moças beuida en gostaduras. No hay cosa oy en el mundo
          tan fragil e delicada como la honrra de la donzella, que
          no paresce sino que de vn cabello está colgada. Nunca
          por buena que sea le faltan ocasiones para ser mala,
          ni avn por bien que se guarde caresce de murmuradores.
          Si habla poco es tenida por grossera; si mucho, por
          liuiana; a los que no saben les paresce nescia, e a los
          ressabidos, maliciosa; si luego no responde, tienen la
          fantastiga, e si a todos da respuesta, a peligro de caer;
          si está assentada con reposo, nunca le falta un nombre
          de traydora dissimulada; si alça los ojos e mira, luego
          dizen que allá miran ojos, etc. O señora Florinarda, e
          quien solo vn juyzio tiene, cómo hará guisados que a
          tantos haya de contentar?

          _Flo._--Poca necessidad tiene la donzella de poner su
          honrra en tal discrimen; mi hija retrayda ha de estar
          hasta que quien la merezca se precie de yr delante della.

          _Clau._--Jesus, Jesus e pienssas, mi señora, que con
          nuestra platica no auia oluidado de preguntar por
          Philomena? No yre de aqui sin ver a su merced, ansi goze
          yo de mí.

          _Flo._--En buena fe, comadre, que esta noche passada se
          sintio mal dispuesta e no he consentido que se leuante de
          la cama.

          _Clau._--Pues, señora de mis entrañas, da me licencia
          para que la vea, que avn a mí algo se me entendera de
          estos dolorcillos.

          _Flo._--De muy buena voluntad, por cierto, madre mia.
          Corre, Dorotea: entra con la madre vieja al aposento de
          mi hija, e perdona me por mi amor que no voy contigo, que
          tengo por acá en que entender.

          _Clau._--Huelga con salud, señora mia, que yo bien sé ya
          esta casa más ha de mil dias. Dónde está mi señora?

          _Dor._--Entra madre, en este retraymiento.

          _Clau._--Gozo bueno vea yo de essa cara de alegria.

          _Phil._--Bien seas venida, madre.

          _Clau._--Jesu, coraçon mio, e gesto es esse de enferma?
          Tal sea mi salud e se me torne mi vejez; qué es esto,
          hija de mi alma? qué sientes? yo juraré que deue ser
          regalo.

          _Phil._--No, madre, que no soy tan regalada, sino que
          dende anoche he sentido vn dolor en este lado izquierdo,
          que, ansi goze de mí, no me dexa reposar.

          _Clau._--Pues, señora mia, manda salir allá a Dorotea
          porque quiero tentar el lugar donde te duele, y plazera
          al Señor que quedes con mejoria.

          _Phil._--Dorotea, sal allá fuera.

          _Dor._--Todo va bueno; plega a Dios que yo mienta, e que
          esto sea agua limpia.

          _Clau._--Descúbrete, entrañas, veamos la parte del dolor.

          _Phil._--Mas arriba lo siento, sobre el coraçon.

          _Clau._--Ya, hija mia, lo he visto, y avn conoscido
          la causa de donde nasce el dolor: que por mis pecados
          maestra vieja soy de curar estas passiones. Quiero
          saber, coraçon mio, si antes que este dolor sintiesses
          resciuiste por auentura alguna alteracion. E mira,
          señora, que al médico y al confessor se deue dezir la
          verdad.

          _Phil._--Por cierto, madre, es verdad que con essa moça
          yo rescebi passion, de donde pienso aver se causado mi
          indisposicion.

          _Clau._--Verás por mi vida si conosci yo luego ser tu mal
          de turbacion. No será nada, hija, yo tengo la mediçina
          para sanar estos dolores. Aunque por mucho que la passion
          te aquexe no es de marauillar, hija mia, porque es ley de
          Dios que quien a hierro mata con hierro pierda la vida.

          _Phil._--Burlas, madre, como me ves con dolor?

          _Clau._--O angelica ymagen, y qué graciosa eres. Mas
          dime por mi vida, entrañas, a quántos en esta vida abrás
          tu sido causa de dolor de coraçon? Pues justicia es que
          padezcas alguna de las penas que a otros has tú causado;
          toma, señora, este anillo, que tiene virtud contra todo
          dolor cordial, e mira, hija mia, que no me le pierdas,
          que no es más mi vida de quanto comigo le tengo.

          _Phil._--En gran cargo me pone tu tan buena voluntad,
          aqui estoy para hazer todo lo que te cumpliere.

          _Clau._--Tal confiança tengo yo de tu graciosa cara, que
          siempre me has de hazer muy señalados fauores, e para
          principio dellos te suplico, mi alma, tengas atención a
          mi breue mensage, el qual, aunque te parezca culpable,
          te ruego no me hagas cargo de culpa, pues no ay en mí
          otra sino ser yo la mensagera, y esta ya sabes que es
          digna de indulgencia. Un cauallero gentilhombre, doctado
          de toda disciplina, no menos militar que literaria, cuyo
          nombre sabras a su tiempo, me mandó llamar con vno de sus
          siruientes, e como yo cumpliesse con la obligacion que a
          los semejantes deuo, fui a su casa, donde le hallé en vna
          cama, e tan en el extremo de vna enfermedad del coraçon
          que a tu causa dize que padesce, que sin dubda yo penssé
          que hablandome la vida se le acabara. Finalmente, con la
          mayor fuerça que fingir pudo me dio parte del principio
          de su mal, e me pidio que le pussiese remedio. Pues como
          sea mayor virtud consolar al atribulado que substentar al
          hombre próspero, acordé de tomar a mi cargo su medicina,
          poniendo me en este peligro, porque tengo por mejor
          perder obrando virtud que ganar dexandola de hazer.

          _Phil._--E quién es esse cauallero que dizes?

          _Clau._--Ya te sientes?

          _Phil._--Qué rezas entre dientes? qué tengo yo que hazer
          con las enfermedades agenas? Dime ya quién es el enfermo,
          que me tienes suspensa, o vete con Dios, que harto tengo
          que ver en mi mal.

          _Clau._--O perla mia, dasme licencia por mi vida?

          _Phil._--Di lo ya, no seas pesada, sea quien fuere.

          _Clau._--Pues tu rostro de paz me da atreuimiento, no
          quiero ser couarde en obra tan piadosa. Bien conosceras,
          mi coraçon, vn cauallero de illustrissima sangre que biue
          en esta ciudad que se llama Policiano.

          _Phil._--Anda, anda, vieja maldicta, con la malauentura,
          y agradesce a Dios el sufrimiento que el zelo de mi
          honestidad me pone, que yo te hiziera yr al infierno a
          pedir las albricias de tu menssage.

          _Dor._--Passo, passo, señora, no alborotes la casa, qué
          cosa es esta? qué has hecho, madre señora?

          _Clau._--No hize nada, hija mia, sino que mi mala dicha
          quiere que por buen seruicio resciba mal galardon.

          _Phil._--Avn lloras, vieja ruyn? mala fin ayas tú e
          tus maldictos passos. Echame de ay a essa vieja, si no
          quieres que ay la mande matar a palos.

          _Flo._--Qué es esto, comadre? qué dizes del mal de
          Philomena?

          _Clau._--No rescibas pena, señora, que vn dolorcillo es
          causado de tristeza del coraçon. Ay la dexo vn anillo
          con que vera mejoria muy presto: no consientas, señora,
          que se le quite del dedo; yo me voy, porque me he mucho
          detenido. Señora Philomena, si para tu salud yo fuere
          menester algun dia, bien sabe esta donzella mi posada, no
          dexes de embiarme a mandar, que yo vendré de voluntad.

          _Flo._--Essa se te agradesce por cierto, comadre.

          _Clau._--A Dios, a Dios, mis señoras.

          _Phil._--Ve en buen hora, madre mia.




                       ARGUMENTO DEL DOZENO ACTO


          Palermo [y] Piçarro van a casa de Cornelia y Orosia para
            traerlas a su estancia, van por el camino temiendo topar
            con los criados de Policiano; llegados a casa de estas
            mugeres, las traen consigo, etc.


                  PALERMO. PIÇARRO. CORNELIA. OROSIA.

          [_Pal._]--Hola, Piçarro hermano, salgamos ya de casa
          pesar de Lucifer, y vamos a traer aquella gentezilla a la
          estancia.

          _Piç._--A boca de sorna me paresce más seguro, porque si
          escandalo ouiere podamos tomar calças, ya me entiendes?
          que despecho del galeon[542] de Francia si me querria
          asir con nadie. El espada tengo hecha vn assador, vn
          broquel traygo sin aro, el guante paresce arañuelo; pues
          el casquete sirve agora de orinal. Blanca para comprar
          armas, rape el diablo la que yo mando, que por vn real me
          pueden agora ahorcar.

          _Pal._--No me cuentes plagas, descreo de la vida en que
          biuo sino vamos a casa de aquellas putas, e veamos si por
          allá ay algun cayro. Sepamos si quiera qué moneda corre.
          Pese a tal con dayfas tan sin prouecho, e tan amigas de
          poner a hombre en ruydo. Yo, descreo de la torre mocha,
          toda mi vida fui más amigo de tomar cuenta a la yça a
          tercera noche, e abrir el ojo que no eche dado falso,
          que de buscar pendencias donde se ponga el pellejo en
          condic[i]on. Mira bien dónde vamos, que si estos moços de
          Policiano allá nos apañan nos quitaran el puto del cañon
          sin que aya quien se lo estorue.

          _Piç._--Ora las pelosas vayan a punto, porque si por caso
          valiere huyda no se queden [en] poder de vellacos.

          _Pal._--Nunca otra prenda me arrebaten, que por el
          peligroso passo en que vamos, en toda mi capa no se ate
          vn quartillo de trigo.

          _Piç._--Pues que la mia, por el cuerpo de la tramulla, no
          vale quatro sueldos.

          _Pal._--Ora la Magdalena nos guie. Mira, Piçarro, el
          passo más sin peligro.

          _Piç._--Cerca llegamos, e mira, Palermo hermano, que
          suelen dezir que los hombres de honra precian más la
          muerte dichosa que la vida deshonrrada. No te engañe a
          ti esta opinion de locos, sino da al diablo la honrra e
          pongamos en cobro la vida.

          _Pal._--Pospuesto que auemos de ser más ligeros en los
          pies que en las manos, tambien es menester que para que
          estas piltrafas no nos tengan en poco, hagas, hermano,
          del feroz, e hables de la hermania el espada en la mano,
          el passo en primera, los ojos en arco, la boca medio
          torcida e hablemos los acostumbrados desgarros, pues aqui
          somos tenidos por hombres de seguida. E mira que no me
          dexes de contar algun contezuelo. Ya me entiendes.

          _Piç._--Bien dizes, marcadamente hablas; pues ya que
          llegamos, lo que se hablare sea cosa de tomo.

          _Pal._--Hola, Piçarro, marcha delante, mira si ay dentro
          quien nos defienda la entrada.

          _Piç._--Deffender o qué? O despecho del anima de
          Berzebuy, escucha, veamos quién suena dentro, e si hombre
          es biuo mandale confessar.

          _Pal._--Quién está en su casa?

          _Cor._--Quién es el que llama? Sube, señor Palermo. Tú
          seas bien venido con la buena compañia.

          _Oros._--Jesu, señor Piçarro, y acertaste a venir por
          esta calle?

          _Piç._--Descreo de tal, señora Orosia, si el señor
          Palermo que está presente no me hiciera fuerça, si yo
          escampara por aca por toda esta semana. Harto tiene
          hombre que hazer agora en buscar armas e andar a punto
          para castigar aquellos garçones, sin embaraçar nos en
          visitaciones de damas. Pero por agradar al compañero se
          ha de hazer toda gentileza.

          _Pal._--Señora Cornelia, ya sabes quántas vezes te
          he rogado que tú e la compañera passeys el hato a la
          estancia, porque en nuestra compañia no se puede perder
          nada; no te has determinado hasta saber la voluntad de la
          señora Orosia tu prima: porque ella agora está presente,
          será bien, dama, que sepas que es mi voluntad que luego
          te determines a venir comigo a mi estancia, e ayudar me a
          passar mis trabajos, pues no me dexas solo en mis mayores
          passatiempos; e si en esto pensares no contentar me, haz
          cuenta que me perdiste para todos los días que biuieres.

          _Oros._--Señor Palermo, aunque mi prima me perdone en
          tomar la mano a responder en su presencia, despues que
          ella se ha determinado a hazer contigo esta jornada,
          yo la he dicho como a amiga e parienta lo que de su
          yda siento. Pero como ella está penada, ni rescibe mis
          palabras, ni conosce la voluntad con que se las digo,
          porque ni los ojos enfermos pueden mirar la luz, ni
          los animos apassionados la razon. Pero como lo poco
          que yo sé del mundo me dé a conoscer que mi prima no
          lo acierta, no puedo dexar importunamente de dezirle
          lo que siento, porque a ti, señor Palermo, conozco, e
          avn tu voluntad entiendo mejor que a mí me sé entender;
          nosotras, como tú sabes, somos vnas mugeres de seguida
          que substentamos honrra haziendo seruicio a los buenos.
          De nuestros passados no heredamos otra hazienda, e si
          esta nos falta, la vida nos sobra. Pues metidas con vn
          hombre en vn rincon de la Ciudad, perdemos los amigos e
          no ganamos dineros. Lo que por ti, señor, digo a mi prima
          que haga es tenerte por amigo para reñir sus quistiones,
          e quando menester la ouieres que te ayude con dos doblas,
          acuda a tu estancia, prouea lo que cumpla, pero no soy de
          parescer que se desaperroche nuestra casa.

          _Cor._--Prima, bien conozco tus razones endereçadas en mi
          prouecho, e ansi las rescibo como Dios resciba esta ánima
          quando deste mundo vaya. Mas por ver me vengada de aquel
          moço de espuelas, me yre con vn negro donde llevar me
          quisiere.

          _Pal._--Señora Orosia, de la voluntad que yo tengo a
          Cornelia tu prima Dios y el señor Piçarro son buenos
          testigos; y en lo que toca a sus quistiones, quexando
          se ella a mi, e dando me parte de ellas, no seria yo
          Palermo, hijo del merino de Ronda, si no pusiesse por
          ella la vida e todo el resto, porque sin lo que a su
          persona se deue es ley de gentiles hombres hazer por las
          mugeres quando rescibieren agrauios e demasias. Yo la
          pienso poner donde sea conoscida e tenida por quien es.

          _Oros._--En la puteria.

          _Pal._--No hables entre dientes, señora, que yo lo haré
          no menos que lo digo: e de vn pan que hombre aya, la
          mitad no puede mancar; pero si a ti, señora, paresce que
          cumple otra cosa, hagase como ordenares, que como aya
          provecho passará hombre su soledad.

          _Piç._--Señora Cornelia, bien abrás sentido que yo del
          tiempo viejo te solia ser amigo, y agora por causa del
          parentesco que con esta dama tienes, y el amistad que
          ay entre mí y el señor Palermo, estoy determinado a
          morir por lo que a tu honrra tocare; y en esto, señor,
          al tiempo hago testigo. Pero si a tu honor e prouecho
          impide hazer mudança, ordena como vieres que cumple á
          los amigos. En casa dexamos la olla hirviendo, e solo al
          mochacho soplando los tizones; por mi vida, damas, que
          allá nos vamos a comer.

          _Oros._--Essas cosas, amigo, antes seran hechas que
          mandadas. Prima, toma tu manto, e vamos donde quisieren.

          _Cor._--Vamos si quisieres, que yo estoy a punto.

          _Pal._--Echate vnos manteles en la manga, que boto a tal
          no ya[543] en qué nos limpiemos sino es a las barbas.

          _Oros._--Ora galanes, andad delante, que nosotras muy
          presto llegamos.


                                NOTAS:

          [542] En el original, _gaLeon_.

          [543] Así en el original, probablemente por _hía_
          contracta de _había_.




                        ARGUMENTO DEL XIII ACTO


          Policiano, muy penado del dolor que siempre le aquexa,
            habla consigo solo e quexasse de la dilacion que la vieja
            pone en su remedio. La Claudina viene e le cuenta lo que
            con Philomena ha passado, etc.


           POLICIANO. SOLINO. SALUCIO. SILUANICO. CLAUDINA.

          [_Pol._]--O ánima mia tan desierta de plazer quanto
          acompañada de cuydosos pensamientos, qué será de ti? En
          qué ha de fenescer este triste auiso que has comendado?
          Cada momento estoy esperando quándo mi carne, canssada
          de suffrir tantos dolores, ha de apartar la vnion que
          contigo tiene; mas ay de mí, que biuo, e biuiendo muero,
          e muriendo no satisfago a aquella cruel e sangrienta
          lamia, que con su fferidad despedaça sus hijos, con cuya
          muerte queda contenta, e Philomena no con la mia. O vieja
          Claudina, qué hazes? En qué te detienes? No te duele a ti
          donde a mí, si no tú apressurarias los passos. Maldigo tu
          perezosa solicitud, que para todos tienes obras, e a mí
          me çeuas con tus palabras. O mi angelica Philomena, si te
          acuerdas algun tiempo del dia deste tu captiuo Policiano?
          Dónde estás, mi alma? En qué estás agora ocupada? Por
          qué no alças tus ojos para embiar algun rayo de claridad
          sobre este caliginoso coraçon? Moços, moços.

          _Sal._--Señor.

          _Pol._--Entra aca, qué se suena de mi remedio? En qué
          estado está el processo que amor contra mi vida haze? Si
          ha dado ya sentencia contra mí el coraçon de aquella que
          puede matar me con quererlo, e dar me la vida con querer
          me?

          _Sal._--No temas señor, ser condenado, que quien padre
          tiene alcalde, seguro va a juicio.

          _Pol._--Qué a mí con quien me juzga?

          _Sal._--Basta que seas nascido de muger para que confies
          no morir por feminil consentimiento, mayormente que
          Philomena es misericordiosa, e la Claudina solícita, e no
          ay piedra tan dura a quien la instante gotera no penetre.

          _Pol._--O Claudina, qué hazes? No sé si tenga tanta
          quexa de tu tardança quanta de mi poco suffrimiento, pues
          no rescibo menor agrauio de tardarte tú que de penar me
          yo. No osaré sospechar que te descuydas por no acabar la
          vida con ymaginacion dubdosa, pero mal sabor tiene tu
          tardança o yo tengo dañado el apetito.

          _Sal._--Señor no sé si lo causa que delicadamente siento
          tu pena, pero mayor dolor siento porque padesces que en
          poner mi vida porque descansses. Qué hare yo, señor, para
          que tu mal tenga algun refrigerio?

          _Pol._--Mira, Salucio, tengo tan abatidos mis cuydosos
          pensamientos, que sólo mi abatimiento bastaria para
          causar en vn coraçon libre vergonçosa confusion; pero
          siento me tan vencido, que aquello que a la voluntad sana
          suele apocar la fe, a mi coraçon apassionado acrescienta
          el amor. O Claudina, grauissima prouisora de mis
          ansiosos cuydados, como creo que tendras más tiempo para
          arrepentir te por tu negligencia que para remediar me con
          tu solicitud, porque me siento tal, que si algun fabor
          Cupido piensa darme, sola mi fe que le meresce tengo biua
          para sentirle, pero grande quexa lleuaré del amor si se
          me acaba la vida sin algunas arras de mi gloria.

          _Sil._--Señor, la vieja Claudina viene por esta calle del
          Conde muy passo a passo, e la cabeça baxa sanctiguandose
          algunas vezes como quien de poder del diablo se ha
          escapado.

          _Pol._--Viene sola?

          _Sil._--Sí, señor, que ninguno viene con ella.

          _Pol._--Corre, espera la a la puerta, e rescibe la
          con mucha alegria, porque no enturbie la que yo estoy
          esperando con ninguna accidental tristeza. Qué haze? No
          llega?

          _Sil._--Señor, no, que está hablando con un despensero.

          _Pol._--Ay del triste que la espera, mal fuego semejante
          al mio los abrase, para que con mi sentimiento no pongan
          dilacion en mi remedio. Corre, llamala, e dila que aqui
          la espera vn cauallero, que no se detenga.

          _Sil._--Señor, esta vieja es sospechosa, e yo soy algo
          conoscido, temo no aya sospecha de ver me hablar con ella.

          _Pol._--Bien has dicho, pues no fuera más mi vida que
          derramar mi cuydoso secreto con descuydada negligencia.
          Dexala venir, e plega a Dios que antes fenezcan mis dias
          si su respuesta viene vazia de remedio. O negligentes
          canas, o años caducos, acaba ya, que se me consumen las
          fuerças con tu espaciosa venida. Assomate, mira si viene.

          _Sil._--Señor, el despenssero se va y agora llega vn paje
          del Duque, e segun la tiene asida de la halda creo que se
          la lleuará antes que de la mano la dexe. Señor, señor,
          que se va.

          _Pol._--Corre, negligente, perezoso y llamala; finge
          estar aqui vna dueña que la espera, dila que llegue aqui,
          que luego puede dar la buelta. Mira no seas sentido de
          aquel paje.

          _Sil._--Señora Claudina, vna dueña me mandó que te
          llamasse porque a la puerta de mi possada ha gran rato
          que te espera.

          _Clau._--Ya sé, hijo, por quién dizes. Dila a essa señora
          que luego voy, quanto dé recaudo a este paje, que no con
          menor necessidad me ha buscado.

          _Sil._--Madre mia, no yre sin ti, por esso mira que te
          espero.

          _Clau._--Pues, hijo mio, vete tú en ora buena, e a tu
          señor diras que su negocio está en buen estado e que
          aquella dama me dió esse torçal que ponga en el bonete, e
          que lo demas le dire quando desta dueña me aya apartado.
          Vamos, hijo Siluano, que aquel Rey de lo alto sabe la
          pena que me ha dado auer me detenido: tengo muchos
          negocios, e aurora sobre todo aquel paje del Duque me
          lleuaua por fuerça. Sancta Maria del cielo, con tantos
          trabajos como este mi officio me acarrea; Jesu, Jesu,
          señor Policiano, sino paresce auer passado por ti vn año
          de enfermedad. Jesús, e qué poco esfuerço el tuyo! Mala
          dicha fue la mia.

          _Pol._--Madre mia, más me consumen tus tibios e
          descuydados oluidos que las memorias ardientes de mis
          continuos dolores. Toma, madre mia, este puñal, e en
          lugar de la vida dulce que con tu venida esperaua, dame
          la más cruda muerte en que tu ymaginacion pueda caber,
          porque pues en tu nombre e fama e solicitud faltó para mi
          ventura, no quiero esperar la en más que en la sepultura.
          Pero antes que yo muera te suplico oyan mis orejas sola
          vna palabra de aquella seraphica boca salida, con cuyo
          dulce sabor mi spiritu fatigado se esfuerçe para el
          riguroso tránsito que tan vezino espera.

          _Clau._--Señor Policiano, aunque tu passion sea muy
          biua no deues descuydarte en mortificar algun rato la
          ymaginacion que della tienes, si no quieres que mi venida
          sea más para llorar tu muerte que para remediar tu vida.
          Yo tengo tan presentes tus penas, que por sentir las no
          tengo cuydado de las mias, que son, aunque menores en
          qualidad, no menos en quantidad, que ansi goze yo de mi
          vejez y a tí bea yo en braços de quien yo agora digo,
          como si mi venida he dilatado no ha sido otra la causa
          sino auerme lleuado el manto por el tercio de la casa,
          donde por falta de dinero se abrá de quedar por el tanto.

          _Pol._--Pues cómo, madre mia, tan poca[544] confiança
          tienes de mi voluntad e fuerças, que essa necessidad e
          otra mayor no proueyera yo con hazer melo saber? Oyes,
          Salucio.

          _Sal._--Señor.

          _Pol._--Ve luego a casa del mercader e trae para mi
          madre quatro varas de paño fino, e llama vn sastre y
          cortenla presto un manto.

          _Clau._--Por la liberalidad del don beso, señor,
          tus manos, que la quantidad e otra mayor se deue a
          mi voluntad y avn a la obra que no ha faltado en tu
          servicio, aunque penssé que me costara la poca vida que
          tengo. Pero ya soy de prueua, no me espantan golpes
          semejantes. Hijo Policiano, viniendo agora a lo que a
          nuestro caso haze, el cuydado que en mi pecho lleué de la
          pena en que te dexé, de tal manera penetró mis entrañas,
          que negara yo el natural de muger si no pusiera mi vida
          por tu remedio, e ansi por compasion como por hazer mi
          officio confiando ser gratificado, fuy a casa de aquella
          perla de Philomena, donde si con temor entré, no sali muy
          esforçada a causa de los peligros que allá estuuieron en
          las manos. Abreuiando razones, yo busqué oportuno tiempo
          qual conuenia, e puse en su pecho[545] mi mensage y tu
          congoxa, de la qual, o yo no seria la Claudina muger del
          que Dios aya, o ella tiene tanta parte de sentimiento
          como tú.

          _Pol._--Sancto Dios estoy yo aqui?

          _Sol._--Mira, Salucio, cómo tiembla el desdichado de
          nuestro amo, e quán atento está oyende las mentiras de
          aquella tructaconuentos!

          _Clau._--No interrumpas, señor mi platica, e manda a
          estos moços que se aparten allá fuera, si breuemente
          deseas saber lo que tenemos.

          _Pol._--Moços, apartaos allá, mal criados; dexad me solo
          gozar deste remedio, pues a solas siento el dolor.

          _Sal._--Mándote yo que ella te dira más falsedades que
          tienes cabellos en la cabeça.

          _Pol._--Señora mia, coraçon mio, reposo mio.

          _Sil._--Corre, corre, Solino, que las manos está besando
          a la vieja.

          _Pol._--Aliuio mio, si no quieres que tu mensaje e mi
          vida fenezcan en un momento, dame licencia para que por
          menudo te pregunte los passos de mi vida o muerte, porque
          no tiene menos fuerça para matar el subito plazer de mi
          gloria que la repentina pena de mi nueuo daño: qué le
          dixiste? con qué començaste? con qué rostro te oyó? e
          finalmente lo que te respondió, e yo propongo de estar
          a tu razonamiento no menos atento que deuoto, pues sin
          soberana reuerencia no es virtud oyr tu embaxada.

          _Clau._--Para la entrada de su casa no fue menester
          ocasion sophistica, a causa de la antigua amistad que
          yo en semejantes casas he procurado, porque si tal
          necessidad se offresce, no sea yo tractada como extraña.
          Mi aspecto, mis canas, mi autoridad, mis doradas
          palabras, quitan todo género de sospecha, mayormente en
          tales casas donde si me conoscen, no por el tracto que
          traygo, sino por la grauedad de mis largas tocas e de mi
          faz arrugada, siempre me hazen venerable tractamiento.
          De manera que Florinarda su madre, libre de mi fingida
          necessidad de visitarla[546], me rescibio con alegre
          semblante porque por mi larga ausencia mi visitacion
          auia seydo desseada. Passado el deuido preambulo, yo
          tomé licencia de Florinarda para entrar al aposento de
          Philomena, donde la hallé indispuesta de vn dolorcillo
          del coraçon. Yo fingi saber medicinar su dolor, e dixe
          ser necessario estar á solas, donde tuue lugar para
          darle muy entera parte de tu continua congoxa, causada
          de auerla mirado con ojos afficionados. Las cosas que
          durante mis razones alli passaron ni entonces las acerte
          a entender, ni agora te las sabre dezir, porque si mil
          vezes sus ojos me mostraron tu salud, otras tantas en
          su rostro vi aparejada mi muerte y tu sepultura; vi sus
          aparencias de muger no libre, e dixome palabras de hembra
          desamorada. Oyó mis razones con indifferente semblante, e
          respondio me con muy crudas amenazas de muerte.

          _Pol._--O desuenturados oydos que tal oyen.

          _Clau._--No me marauillo que te assombres, porque si con
          ella en tal articulo me consideras, antes te faltarán
          ymaginaciones para pensar lo que ocasiones para no
          esperar salud en coraçon tan crudo como el de Philomena;
          pero si mis reglas no son fallibles, no es mala señal
          su tan delicado sentimiento. E de aqui resulta, señor
          Policiano, que no te congoxes ni desconfies por lo que
          con tu señora he passado, porque a la segunda monicion
          o ella vendra a obediencia o yo fulminaré[547] contra
          ella mis çensuras. E rescibe mi palabra en prendas desta
          victoria. Pero si entretanto tus acidentales dolores
          te acudieren, grande nombre ganarás si quando más te
          aquexaren mostrares mayor suffrimiento.

          _Pol._--O dilatada muerte, o prolixo tránsito, o
          negligente fin, qué es de ti? Por no dar me este descanso
          te tardas? Pues vn plazer entre tantos enojos breuemente
          es anegado. Ve, Claudina, con Dios, e yo me quedaré con
          mi mal e sin esperança de salud, pues para mí no la ha
          guardado el amor.

          _Clau._--Señor, suplicote con tu seso esfuerçes lo que tu
          dolor enflaquesciere, e no te apresures tanto a padescer,
          que dexes tus huessos para gozar de lo que desseas. Yo
          me voy con esperança de boluer con tan buenas nueuas que
          merezcan soberanas albricias.

          _Pol._--Vete ya, madre, que ni yo espero bien, ni soy
          capaz dél.


                                NOTAS:

          [544] En el original, _tampoca_.

          [545] En el original _en suspecho_.

          [546] En el original, _libre mi de fingida necessidad_.
          Así no hace sentido, ni aun lo hace bueno y claro como lo
          enmendamos en el texto.

          [547] _Fielminare_, en el original.




                       ARGUMENTO DEL XIIII ACTO


          Salida la Claudina de casa de Policiano va hablando
            consigo sola e passa por la estancia de Palermo e
            Piçarro, donde están riñendo con Orosia e Cornelia
            sobre que las quieren poner en el lugar de las mugeres
            públicas. La Claudina los pone en paz, etc.


             CLAUDINA. CORNELIA. OROSIA. PALERMO. PIÇARRO.

          [_Clau._]--O soberano Dios y a quántos trabajos se pone
          quien con torpe vida quiere ganar de comer, quánto deue
          biuir recatado quien mala vida biue. Mirad agora quántos
          desdenes, quántas desgracias e sinsabores he rescebido
          en esta vida de personas a quien con este mi officio he
          seruido, e a quántas afrentas publicas e secretas estoy
          cada dia aparejada, y en vna me vi que jamas se me cayra
          el nombre de encoroçada, e agora Policiano pienssa que
          a la primera vista le tengo de traer a su enamorada.
          O mundo mentiroso y en quán baxa moneda pagas a quien
          mejor te sirue; pero andar, que por substentar esta negra
          honrra e por no venir en tiempo de pedir a los amigos
          prestado, a más que esto me tengo de poner, e si mal
          hago, para mí es el daño, e si a otros dañare con mi
          interessal doctrina, cada vno mire por sí, que por esso
          da Dios libre el aluedrio para reprobar o aprobar. Yo
          hago mi officio, mire cada qual lo que haze. Conoscida
          soy, no se quexará nadie de mí que con fingida sanctidad
          le engañé; tambien me conoscen como yo me conozco; a
          quien con mi consejo venciere no deuo nada, pues mi
          público tracto me relieua de todo cargo. Qué bozear es
          este que estos locos tienen? Si no me engaño, muger es la
          que da gritos; oyr quiero para entender la materia.

          _Cor._--Ansi, don ceuil apocado, y en tan baxa estimacion
          tienes tú mi persona que por ti me auia yo de poner en
          tal biuienda? Qué te paresce, prima? A esto nos truxo
          nuestra ventura?

          _Oros._--Pues qué pensauas, Cornelia? Quien a los tales
          se llega, tal galardon espera. Pues cómo, Piçarro, tal
          pensamiento tenias quando de casa me sacaste? Yo en el
          burdel con las mugeres publicas? Que yo auia de vender
          para ti mi persona? Ay de mi moçedad passada en tanto
          regalo e de otros a quien tú no meresces descalçar.

          _Cor._--Mira, Palermo, no me hables en tal cosa, que por
          los huessos de aquel padre que so tierra pudre, antes me
          echasse en vn pozo que tal por mí passasse.

          _Pal._--Pues pese a tal con la çurratica piscina, soñólo
          el vellaco de vuestro agüelo que os auia yo de tener
          estrado? Descreo de las barbas de Barrabas si no aueys de
          hazer lo que hombre os mandare o aueys de pitar el roço e
          tomar luego la puerta.

          _Piç._--Dezid, pellejas, pese al burdel de Pamplona,
          quando al estancia venistes qué penssamiento era el
          vuestro? Pensauades por auentura que auiades de ensartar
          aljofar? Aqui no queremos sino muger que ruede por donde
          la mandaren e gane el gouierno, e tenga la casa abasto.

          _Oros._--Ay desdichada, que en mi seso estaua yo en no
          salir de mi casa! Yo en la mancebia? Yo? Cata que pierdo
          el seso, cata que me fino en pensarlo. E cómo, Piçarro,
          faltauan me a mí dos pares de vestidos e dos pieças de
          oro en mi arca? En tanta lazeria nos hallastes? Tantas
          necessidades nos cubristes? No lo haré, para el dia
          sancto que nos cubre.

          _Clau._--Quién está en su casa?

          _Pal._--Tenga se alla quien viene.

          _Clau._--Gente de paz es, no te alteres, hijo Palermo.
          Jesu de la cruz, hijos mios, e qué gritos son éstos, que
          teneys alborotada la vezindad?

          _Piç._--O, pese a la fe de Tremescen, madre, que estas
          damas no se criaron sino para biuir en los palacios de
          Galilea. Pues descreo del memorable Golias si no an de
          ganar el gouierno, e an de dar cuenta del resto o tomar
          las haldas en la cabeça, y avn primero an de escotar lo
          que an roçado en el estancia.

          _Cor._--Parescete, ay señora Claudina? Parescete qué pago
          del mundo? Ay justicia del cielo, pues de la tierra no me
          vale! Dame mi manto, Palermo, que no comere más bocado en
          esta casa, si no de mal cancer sea yo comida.

          _Oros._--Justicia de Dios venga sobre estos vellacos.

          _Clau._--Hijos mios, mal me paresce por mi vejez lo que
          agora en vosotros conozco tan contrario de lo que yo
          pensaua, y entre mis yguales auia publicado. Las mugeres
          han de ser de los hombres amparadas e no mal tractadas.
          Deueys os, hijos, acordar que de ellas nacistes, para que
          ninguna por baxa de ley de vosotros sea deshonrrada.

          _Pal._--O pese a las barbas de Jupiter con quien tal
          oye y no haze vn hecho de los que suele! Pues descreo
          de la ley del quaderno, si no me pensara aprouechar del
          mueble, si antes no las despernara que ellas supieran mi
          estancia. Ellas han de hazer lo que hombre les mandare
          trompicando, e vengan Solino e Salucio en la demanda si
          dessean ser moços de espuelas de Barrabas.

          _Clau._--Que no, hijos, por mi vida, sino pues son
          mugeres de honrra, y en ella han biuido hasta agora,
          que vosotros ayudeys a substentarlas en ella, y aun que
          siempre vayan adelante, pues se llegaron a los buenos.

          _Oros._--Toma, prima, tu hato, e daca mi manto e vamonos
          con la madre, que no aosadas para en quanto viua, nunca
          más perro a molino.

          _Pal._--O pese al gorjal de Nembroth, yr o qué? Juramento
          hago a las calendas de Grecia, si por las nubes no se me
          salen, si el mismo[548] Satanas las saque de mi poder
          hasta que paguen lo comido.

          _Cor._--Cómo, que esto ha de passar? Daca mi manto.

          _Pal._--Descreo de tal, doña buena muger, sino os doy
          guantazo que dientes e malla escupays todo junto.

          _Oros._--Justicia, señores, que nos roban estos rufianes
          en tierra del rey.

          _Clau._--Por mi bida, hijos, que les deys su hato, e las
          dexeys yr a su posada, que si alguna costa han hecho,
          mugeres son para pagarla[549], e quando no lo hizieren,
          yo me obligo por todo.

          _Piç._--Que no estamos en la paga, despecho de la vida
          mala, sino porque estas dueñas quieren hazer de las
          marquesas, despues de auer trotado los bancos de Flandes,
          y el potro de Cordoua y el aduana de Seuilla. Pues
          descreo de Placida e Vitoriano si no os hago conoscer
          quién son Palermo e su compañero. Tomad, damas, los
          mantos e agradesceldo[550] a la madre vieja, que de otra
          arte se gouernará este embaraço.

          _Cor._--Ansi Palermo? Que tal cosa se sufre en la Ciudad?
          Pues dexa tú hazer a Cornelia, que para la que tengo en
          la cara yo te la dé a beuer si bibo.

          _Clau._--No las escucheys, hijos, que van agora enojadas,
          e ansi me quiera Dios como ellas a vosotros. Quedaos a
          Dios, locos.

          _Pal._--Vayan de Dios las mohosas.

          _Clau._--Sancta Maria del cielo, hijas mias, quál pecado
          os engañó a tomar contienda con estos rufianejos? Siendo
          moças, e no tan feas que qualquier hombre no huelgue de
          vuestra compañia, tomays amistad con hombres de tal arte?

          _Cor._--Ora, madre mia, quien no cae no se leuanta. A mi
          posada llegamos, si tú eres seruida entra e rescebiras
          colacion.

          _Clau._--A Dios, hijas mias, que voy de passo a mi casa.


                                NOTAS:

          [548] _Mismos_, en el original.

          [549] _Padarla_, en el original, á causa de haberse
          trastrocado algunas letras del molde al principio del
          folio 39 vuelto.

          [550] _Agradescedo_, en el original.




                         ARGUMENTO DEL XV ACTO


          Philomena, presa de la yerba diabolica de Cupido, dize
            palabras compassibles manifestando su pena, de la qual
            dando parte a Dorotea su criada, manda que vaya a llamar
            a la Claudina, la qual siendo llamada e prometida su
            venida se acaba este acto.


                PHILOMENA. DOROTEA. CLAUDINA. PARMENIA.

          [_Phil._]--Amiga Dorotea, despues de aquel trançe
          riguroso que con aquella buena vieja passé ningun momento
          ha dejado mi mal de me poner en el vltimo término de
          la vida, e cada ora me siento más alcançada de fuerças
          para resistir vna muy grande que de mi propria guerra
          rescibo. La discordia que interiormente contra mí se
          leuanta, la hueste de enemigos que nueuamente siento en
          mi contrario, no soy yo parte para desecharlas de mí,
          porque las fuerças de mi discrecion con que antes me
          defendia hallo robadas, e las memorias de mis passados
          recatamientos me han faltado. El entendimiento con que
          los males aborrescia e las virtudes abraçaua[551], hallo
          destruydo. Tan debilitada me siento en la parte sensitiua
          de mi coraçon, que ya no puedo resistir al huesped que
          en él quisiere tomar aposento. Estas entrañas[552] se me
          abrassan, sin esperança de su primera salud. Ay de mi!
          Ay corazon mio, que te despedaçan hambrientas biuoras!
          Ay entrañas mias! Ay ánima mia, quién te puso en poder
          ageno? Ay mi libertad, qué es de ti? Ay mis fuertes
          muros e torres de mi castidad, quién os ha batido e
          puesto en la baxeza de sensual ynclinacion? quién fabricó
          las escalas que para emprender tan alta empresa fueron
          bastantes? Ay mi Dorotea! Ay mi fiel thesorera de mis
          secretos! qué será de mí? que me siento tal, que me
          es forçado oluidar mi sangre tan illustre, mi copioso
          patrimonio, la nobleza de mis tan altas costumbres, el
          temor del cruel castigo de mi padre, y el amor que hallo
          auer tenido a mi tan amada madre sin auer rescebido
          ningun momento de engaño. Ay mi coraçon, ay que se me
          acaba la vida sin esperança de remedio!

          _Dor._--Señora mia, la ora en que Policiano te miró
          maldigo.

          _Phil._--No consiento tal.

          _Dor._--Por qué?

          _Phil._--Porque no sufre mi delicado dolor tan aspera
          medicina. Si mi salud desseas, no reprueues la triaca de
          mi ponçoña, pues conosces nascer de vn principio mi mal e
          su medicina.

          _Dor._--Pues si ansi es, mira tú mi señora el horden
          más conueniente para la consecucion de tu salud, sin
          detrimento de tu fama, e puesto en mi secreto pecho yo
          dare tal corte en tu pena, con que se alcançe tu libertad.

          _Phil._--Libertad dizes? ni la quiero ni la espero.

          _Dor._--Por qué, mi señora? la captiuidad no se remedia
          con su contrario?

          _Phil._--Todas sí, e la mía no, porque en mi prision
          consiste mi libertad, en mi pena mi descanso y en mi
          tormento está ençerrado mi remedio. Finalmente, en mi
          muerte está mi vida dissimulada.

          _Dor._--O varia enfermedad, que tanta variedad incluye
          de acidentes. Y a semejante hiebre, cómoda llaman los
          medicos en esta tierra?

          _Phil._--Diuersos diuersamente la nombraron, pero lo
          que yo dire por experiencia es que mi mal es vn dolor
          apazible e vna triste alegria, vna passion amorosa e vna
          sabrosa muerte.

          _Dor._--De manera que esta tu dolencia agradulçe es como
          granada? Si tan difficultosa es de remediar como de
          entender, Erato[553] ni Galeno no se obligaran a la cura.

          _Phil._--Mi Dorotea, en la mano de vn solo médico está mi
          salud depositada.

          _Dor._--Está muy bien. Y esse tal biue en la tierra?

          _Phil._--En la tierra biue y yo muero en ella.

          _Dor._--Pues dexa methaphoras aparte, e dime claramente
          en cuyo poder está el remedio deste tu mal, e mandame
          como señora, yo obedescere como criada.

          _Phil._--Ay mi honestidad.

          _Dor._--Essa deffenderas en su tiempo, e de mí que no te
          la puedo quitar no te recates, porque lo que desseas no
          resciba dilacion.

          _Phil._--Lo que al presente conuiene para que yo recobre
          mi vida es que con el secreto necessario vayas a casa de
          la Claudina, e la digas que no dilate su venida, sino
          que en acabando de comer, al tiempo que mis padres estén
          reposando, venga por la puerta falsa, e que tú estarás
          esperando para entrar con ella de manera que en casa no
          sea sentida, e haz esto con brevedad, que entretanto
          yo proueere lo que resta para la consecucion deste mi
          apassionado desseo.

          _Dor._--Pues yo voy.

          _Phil._--E yo quedo tan triste quanto basta para morir de
          tristeza.

          _Dor._--O juyzios secretos de Dios. Yo creo que la
          diuina misericordia permite que buenos e malos anden
          agora juntos en esta vida los hombres, e no quiere que
          la zizaña se arranque porque el trigo se conserue.
          Pero a mi parescer esta vieja hechizera tan dañosa
          entre las donzellas nobles como el lazo del paxarero
          entre las aves, ni el cielo la hauia de alumbrar ni
          la tierra substentar. Porque de quantos males en esta
          ciudad se hazen esta sola es la inuentora, e aun la que
          incita a que se executen e faboresce los malhechores;
          quantos stupros se han cometido, quantos inçestos se
          han intentado, quantos sacrilegios e adulterios se
          han executado, de todos esta vieja mala ha sido el
          fundamento. A su puerta llego, e por mi salud que temo
          de entrar en su casa, porque toda deue ser vn abismo de
          pecados. Dios sea comigo, tha, tha.

          _Clau._--Corre, Parmenia, mira que llaman á la puerta.

          _Par._--Ay, desdichada fuy yo, que estoy destocada.

          _Clau._--Echate algo sobre la cabeça, e tú, señor
          Jusquino, mete te presto detras de essa cama.

          _Par._--Quién anda ay?

          _Dor._--Si anda, madre mia. Tú eres, hermosa? mandame
          abrir por mi vida.

          _Par._--Madre, la criada de Philomena viene, quieres que
          abra?

          _Clau._--Corre y entre, que no vale tanto mi saya como su
          venida.

          _Par._--Nora buena venga la galana, y qué buena venida es
          ésta, señora Dorotea?

          _Dor._--Bueno es esso, hermosa. Es nueuo ser yo
          afficionada a esta casa? Está en la posada la madre
          Claudina?

          _Par._--Sí, mi rosa, sube que arriba está.

          _Clau._--Jesus, Parmenia, quién sube que tanto plazer
          tengo sin saber de qué?

          _Dor._--Quien no te quiere mal, señora madre.

          _Clau._--En ora buena y en buen punto, e en mil oras
          buenas vea yo tu cara de angelito. Jesus, hija Dorotea,
          si no ha más de media hora que sin penssar tan buena
          causa estaua regocijada, y en bien se me ha vuelto con tu
          venida. Pues, hijita mia, cómo estan tus señoras vieja e
          moça?

          _Dor._--Buenas estan, madre, e a lo que mandares.

          _Clau._--Tu señora Philomena, cómo está de aquel
          dolorçillo del otro dia?

          _Dor._--Mal dolor te dé, puta vieja.

          _Clau._--Cómo dizes, hija?

          _Dor._--Digo, madre, que deben ser dolores de vieja.

          _Clau._--A osadas mal ora. Tal se me tornasse mi caduca
          vejez qual es la suya. En mi verdad, hija Dorotea, que
          yo truxe el otro dia tanta pena de ver aquella cara
          de alegria con doler, que nunca la he oluidado en mis
          ymaginaciones, y avn en mis oraciones.

          _Dor._--Dios te lo pague, madre, que todo le ha hecho
          prouecho. Más aliuiada se siente, e mandó me que te
          dixesse que tiene de ti necessidad, e te ruega vayas allá
          oy en acabando de comer, y entres por la puerta de abaxo,
          que yo estaré alli esperando que vayas.

          _Clau._--Pues por qué despues de comer, hijita? a osadas
          por mi vejez que deue ser mi señora Philomena escassita
          de coraçon; por no dar me vna comida, guay de mi casa.

          _Dor._--Todo está a tu seruicio, mas ya sabes que eres
          sospechosa, e has menester guardar tiempo descuydado.

          _Clau._--Burlando lo digo, boua, que ya conozco essa casa
          más ha de cinquenta nauidades. A mí me plaze, hija, de
          grado e de voluntad de hacer lo que su merced me manda, e
          mira si mandas otra cosa, porque está Parmenia destocada
          e quiere labarse la cabeça.

          _Dor._--Pues no quiero estoruar tan buena obra; quedate,
          madre, con Dios.

          _Clau._--E contigo vaya.

          _Dor._--O hi de puta e qué casa de contractacion aquélla!
          Aosadas qual la madre tal la hija. Lauarse quirie la
          donzella! Con quién hablauan para arrojar dado falso?
          Los ojos meti hechos candiles, y entrando vi vna espada,
          e detras de la sarga a su dueño. No me marauillo, que
          de esto biuen y dello se mantienen, pero maldicto sea
          el officio que trae el cuerpo canssado y la hacienda
          empeñada por los bodegones, y el ánima metida en los
          infiernos. Mi señor Theopilon está a la puerta e temo no
          sea conoscida. Al aposento de mi señora la vieja paresce
          que se entra; antes que dé la buelta me quiero entrar en
          casa; vala me Dios, dónde esta mi señora Philomena?

          [_Phil._]--Eres tú, mi Dorotea?

          _Dor._--Yo soy, señora. Esfuerça, no te congoxes, que
          presto viene la Claudina.

          _Phil._--Ay mi coraçon.

          _Dor._--Señora de mi alma, esta vieja es más diabolica
          que humana, e quisiera[554] yo más que tu salud tuuiera
          otro remedio que el desta hechizera. Pero pues tu
          enfermedad tal instrumento requiere, no te descuydes con
          ella en el recatamiento de tu bondad, y el mayor auiso
          que tendras será en dissimular la pena que padesces,
          porque en saco tan descosido no pongas tu delicado
          secreto.

          _Phil._--Ay coraçon mio, quándo serás contento? Dorotea,
          amiga mia, auisadamente hablas, ansi lo haré como tú lo
          has acordado, dexa me agora reposar si mi passion lo
          consintiere.


                                NOTAS:

          [551] _abrrçaua_, en el original.

          [552] En el original, _entraañs_.

          [553] Asi está en el original; pero parece que debe
          decir _Erasistrato_, nombre de un médico famoso de la
          antigüedad.

          [554] _que sera_, en el original.




                        ARGUMENTO DEL XVI ACTO


          Despedida Dorotea de la Claudina, queda la vieja hablando
            con Parmenia su hija, y en esto llega Siluanico, paje
            de Policiano, a llamar la, ella le promete su yda con
            breuedad, etc.


               CLAUDINA. PARMENIA. SILUANICO. POLICIANO.

          [_Clau._]--Pares ceme, hija Parmenia, que con buen çeuo
          cierta está la caça en el palomar. Aunque tú burlas
          e escarnesces de mi officio, e siempre le has tenido
          enemistad, no te hiziera daño para el tiempo de la uejez.
          No pienses, Parmenia hija, que siempre has de tener la
          tez del rostro tan lisa para caçar modorros ni aun te
          ha de biuir la vieja que te los trayga a la cama, que,
          mal pecado, corren los dias como cauallo de posta, e
          quando la senectud se llega qualquier hermosura de cuerpo
          queda estragada e sin prouecho; no me paresciera mala
          prouidencia que despues de mis dias en esta arte quedaras
          enseñada, de donde sacaras mejor dos doblas que de vn
          guijarro, porque a buena fe, hija, si bien lo sé contar,
          más me valen los amores de Policiano de veinte doblas, e
          estan por caer las albricias de la victoria.

          _Par._--Mira, madre, buen prouecho te hagan tus
          ganancias, que yo no las quiero con tus continuos
          sobresaltos; toda mi vida fui enemiga de este officio, e
          jamas me supieron bien sus sabores. Moça soy, e cuando
          envejezca Dios me hará merced como a todo el mundo haze.

          _Clau._--Ora pues, anda a tu placer. Ce ce, Parmenia,
          corre, mira si es este que aqui viene el paje de
          Policiano.

          _Par._--El mismo es, sancto Dios, e qué ay de nueuo?

          _Clau._--Rauia e qué putico peynadico viene el paxarito.
          Biuora que te lo pique, Siluano, e qué bonito vienes. No
          miras, Parmenia, qué cabello cria este rapaz?

          _Par._--Madre, paresce que se te van los ojos a la carne
          nueua.

          _Clau._--Hija, nasci para crescer e cresci para
          enuejecer, y enuejesci para morir, e morire para
          renouarme, de manera que por ser ley natural aborrescer
          hombre su fin, de ay nos nasce a los viejos contentarnos
          con toda nouedad.

          _Par._--Los hijos deste siglo, los amadores del mundo,
          éstos dessean biuir por no dar fin a su vida mala; pero
          tú vieja eres, madre, y el mundo te va dexando, dexa el
          amor del niño para quien tiene la sangre moça.

          _Clau._--Vieja te parezco, hija? y avn mala pasqua me dé
          Dios si debaxo de la çeniza no tengo escondida la brasa.
          No me deshonrres, Parmenia, que no soy tan vieja como me
          hazes. Duelos me tienen traspassada, trabajos en criarte
          y en ponerte en honrra, que no los muchos años. Ay dolor
          de mí.

          _Par._--Madre, no aya más, que sube acá este paje.

          _Sil._--Beso te las manos, madre señora.

          _Clau._--La gracia de Dios venga contigo, Siluano; ven
          aca, hijito, abraçame por mi vida. Jesu, Jesu, e cómo me
          gozo contigo.

          _Sil._--Passo, madre, no te me llegues tanto, que eres ya
          muy vieja para nada de esso.

          _Clau._--Ay, pollito encaramado, landrezilla que te dé, e
          tan vieja te parezco? pues por mi salud que vienes elado.
          Jesu e qué frio estás, atienta me a mí, verás si soy
          vieja; más abajo, hijo.

          _Sil._--A la mi fe, madre, no sé de qué te precias, que
          más pliegues tienes que reclamo de codornizes.

          _Clau._--En fin, Siluanico, que no te agradan los viejos?

          _Sil._--Por cierto sí, mas no las viejas.

          _Clau._--Dolorcillo que te dé, mal logradillo vayas.
          Quién cree que no andas tú requebradito como tu amo, ey?
          dimelo, no ayas verguença. Rieste, traydorcito? algo es
          lo que yo digo.

          _Par._--Donosa es la dubda, quál es el hombre que la
          moçedad no passa en amor e la vejez con dolor?

          _Sil._--En buena fe, madre, que no ha muchos dias que yo
          burlaua de ver a mi amo enamorado, e que esta es la hora
          que pueden burlar de mí.

          _Clau._--Ay, angelito, que de verdad lo dizes? pues a
          quién puedes tú contar tus males que ansi les ponga
          remedió, bouito?

          _Sil._--Si pudiesse procurar mi salud sin medico, ya
          sabes, madre, que se haze a menos costa y más prouecho.

          _Clau._--Escassito eres? en menudencias miras? no moriras
          de estocada. Qué me daras por que te haga yo aver vna
          mochacha de tu hedad, bonita como vna clauellina, que me
          bendigas cada vez que con ella te veas?

          _Sil._--Sola vna desseo, pero no ay precio para comprarla.

          _Par._--Tan altos pones tus pensamientos, Siluano?

          _Sil._--Si tan alta tuuiese la ventura, no ay hombre tan
          dichoso que donde yo llegasse.

          _Clau._--Sancta Trinidad complida, hijo de mi alma, y
          redes son las mias que no pescarán á essa serena? pues
          yo te juro, mi coraçon, que si me la pones delante no la
          pierda de vista sin que la trayga presa o muerta, y al
          tiempo de la paga veremos en quánto la estimas.

          _Sil._--Cumple, madre, tu palabra, que yo hare más de lo
          que pienssas.

          _Par._--Di nos ya quién es la dama que tan soberuio
          renombre tiene.

          _Sil._--Bien conosceras, madre mia, á vna donzella de
          Philomena.

          _Clau._--Yuy, landre me dexe si no está gracioso el
          pajezito, que essa es cierto?

          _Sil._--Pues ay otra en la ciudad que se le yguale?

          _Clau._--Pues dexa hazer a la Claudina, para que veas
          cuánto con las tales puedo.

          _Par._--Sabes que veo, madre, que a quien no te quiere
          para herradura porfias de seruir para clauo?

          _Clau._--Harre aca, mi bestia. Tan buena soy para silla
          como para en cerro; vieja en el consejo, mas no en el
          aparejo.

          _Sil._--Dexemos, señora, estas competencias, é dime qué
          haremos para ver esta donzella.

          _Clau._--Ora, hijo Siluano, es menester que me traygas
          para hazer vn conjuro vna gallina prieta de color de
          cueruo, e vn pedaço de la pierna de un puerco blanco, e
          tres cabellos suyos cortados martes de mañana antes que
          el sol salga, e la primera vez que cabe ella te veas,
          despues que los cabellos la ayas quitado, pondras tu pie
          derecho sobre su pie yzquierdo, e con tu mano derecha la
          toca la parte del coraçon, e mirandola en hito sin menear
          las pestañas la diras muy passo estas palabras: Con dos
          que te miro con cinco te escanto, la sangre te beuo y el
          coraçon te parto. E hecho esto, pierde cuydado que luego
          verás marauillas.

          _Sil._--Esso se queda a mi cargo, e al tuyo lo que
          resta. Cada qual haga lo que en sí fuere, e entendamos
          en mi mensage, no hagamos lo principal acessorio. Mi
          señor Policiano me mandó que te hiciesse saber su vida
          desesperada e aparejada para subita muerte, y te pide le
          pongas tal remedio con que o su passion se mitigue o su
          vida se acaue.

          _Clau._--Hijo Siluanico, este nuestro enamorado al moço
          del escudero me paresce, o él pienssa que yo tengo a
          Philomena en el arremango o que ella es alguna muger del
          partido. Ni Philomena está tan pressa, ni yo tan pagada,
          para que Policiano pida lo que por derecho no meresce.
          Solamente le diras que yo he seydo oy llamada con vna
          criada de Philomena, e creo que su pleyto deue estar ya
          concluso, e yo tengo acuestas el manto para yr luego a su
          casa. Que sabido lo que se negocia, yre a visitarle oy en
          todo el dia.

          _Sil._--Pues, madre, de camino, ya me entiendes.

          _Clau._--Yaya, hijo, meçer el ojo sobra. Acude te hazia
          acá e mira, que lo que en la faltriquera cupiere haga mal
          prouecho a tu amo.

          _Sil._--Lo dicho basta por agora. Yo me voy, los angeles
          te acompañen.

          _Clau._--E contigo vayan.

          _Sil._--O hi de puta, qué Sodoma abreuiada, qué Gomorra
          está aqui en dos renglones, qué burdel tan dissimulado.
          Por los sanctos de Dios que me paresce ympossible salir
          de semejante conuersacion el hombre libre sino captiuo,
          el sabio muy nescio y el casto muy vicioso. Y avn creo
          que a las piedras duras penetra su abominable consejo;
          pero andar, aliuio es de apassionados, desemboltura de
          vergonçosos, lengua de enamorados boçales y capa de
          pecadores. De su officio biue, como otros de amores
          mueren; con mi amo e otros tales mantiene la vieja[555]
          el jarro e la moça el çamarro. Gallina me pidio, mas
          gallinaza comera, o mala vieja llena de falsedades y
          engaños. Mirad agora quién son hechizeras, considerad
          sus liuiandades, notad sus supersticiones hereticas, e
          guardaos desta los que estays apassionados. Sancto Dios,
          si abrá mi amo acabado de roer los altares? Entrar me
          quiero por sant Martin, que aqui me dixo que me esperaua.
          Vala me Dios e qué devoto publicano, los ojos en el
          retablo y el coraçon en casa del diablo.

          _Pol._--O mi Siluanico, qué grande tiempo has tardado.
          Cómo te ha ydo? Qué dize aquella medicina de mi enamorada
          dolencia?

          _Sil._--Señor, yo creo para mí que este tu negocio anda
          en buenos terminos, porque si la vieja no miente o dilata
          la cura, Philomena la ha mandado oy llamar, y ella
          estaua de camino para yr a su posada, y esto me dio por
          respuesta, e que con lo que negociare vendra luego por la
          posada. Esfuerça, señor, no desmayes, qué poco animo[556]
          es el tuyo; torna en ti, señor, que para gran bien tuyo e
          descansso de tus criados será este camino. Mira me aca,
          señor.

          _Pol._--O mi coraçon, cómo me dexaste. O ánima mia no te
          me ausentes hasta que oygan mis orejas esta tan cruda
          sentencia, e me dexes condenado para la sepultura. Vamos
          a casa, Siluanico, que no tengo esfuerço para biuir, ni
          quiero con pública muerte descubrir tan secreta ocasion.




                        ARGUMENTO DEL XVII ACTO


          Claudina e Parmenia hablan en los amores de Siluanico, e
            despues la vieja sale para yr a casa de Philomena, entra
            por la posada de Cornelia e Orosia para las traer al
            número de las otras; va en casa de Philomena, etc.


       CLAUDINA. PARMENIA. CORNELIA. OROSIA. DOROTEA. PHILOMENA.
                              TEOPHILON.

          [_Clau._]--Paresce te, hija Parmenia, si el pajezito se
          deja engañar de nadie? no embalde dizen que ni de potro
          sarnoso, etc.

          _Par._--O amor que hazes hermoso lo feo, e lo nescio
          auisado, lo torpe que de agudo se despunte, e finalmente
          todas las faltas encubres. Con quánta afficion dezia
          Siluanico ser su amiga Dorotea vnica en todo el mundo.
          Ojos hay que de las tales se pagan, y a quien ama feo
          hermoso le paresce, porque amor e fealdad no caben en
          subjecto.

          _Clau._--Calla tú, embidiosica, que otras ay más dignas
          de desechar y a quien muchos no pueden alcançar. Dorotea
          es muy mochacha, es polida, está bien tractada, e bastale
          ser moça para que no sea fea.

          _Par._--Calla ya, madre, en mi ánima verguença es oyrte:
          si de los atauios haces cuenta, tan hermosa es la tienda
          de la Valenciana. No me medre Dios si no soy más hermosa
          que ella, mirad qué negros duelos.

          _Clau._--Ea ea, neçuela de banear[557] agora procura tú
          de ser virtuosa, que sobrada tienes la hermosura. El
          ánima esté adornada de virtudes, e no hace al caso que al
          rostro le falten los colores.

          _Par._--No lo digo, madre, sino porque dizes que es
          polida. Estoy me yo todo el año que no salgo donde pueda
          ser vista por no tener vna saya que me echar ençima,
          hauiendo tú ganado más gallofas comigo que con cabeça de
          lobo, e tengo yo de ser polida con vn verdugadillo que
          aqui tengo en que estoy metida como en arañuelo?

          _Clau._--Pues quién tiene de esso la culpa? he te yo
          comido lo que tú has ganado, Parmenia? por qué no te
          vistes e te aderescas? lo que yo tengo tú no lo mandas?
          no deshonrres mis canas, que me yre por esas calles dando
          gritos como una loca.

          _Par._--Buelue, buelue acá, madre, no des bozes en la
          calle, casa tienes donde te metas; vaste? pues anda en
          buena ora, que algun dia haré yo de veras lo que tu
          finges cada rato.

          _Clau._--Ansi es menester tractar a estas rapazas, porque
          no se atreuan a desacatar a sus mayores. Yo la haré
          morder en el freno, y avn abaxar la colera si biuo.

          _Cor._--Ce ce, prima, assomate y verás a la Claudina qué
          haldear trae por esta calle adelante; segun el passo
          lleva, paresce que va a dar quexa.

          _Oros._--O por mi vida, metamosla acá dentro que ha dias
          que la desseo. Dale una voz antes que se passe.

          _Cor._--Espera, que hablar la quiero. Ha, señora Claudina.

          _Clau._--Salue y guarde a la hermosa, piensas que te
          auia visto? mejor me vea Dios con su piedad.

          _Cor._--Sabe, tia, si mandas, e no lleues mucha prissa,
          que ha mil años que no te vemos.

          _Clau._--Esso haré yo de mil amores en buena fe, hijas.
          Dios bendiga esta casa, la bendicion de Jacob descienda
          sobre ella. Jesu y qué atavio. Jesu y qué blancura.
          Jesus e qué asseo. Bien paresce la mocedad dónde haze su
          morada. Sancta Maria del cielo e quántos años ha que no
          entré por estas puertas.

          _Oros._--Aun este dia passado que en aquel embaraço nos
          hallaste no fuimos dichosas que entrasses en esta casa, e
          no sé yo, tia, por qué lo hazes ansi, que de mí te hago
          cierta que me paresces tan bien que donde oygo tu nombre
          se consuela mi ánima.

          _Clau._--Por mi vejez, mis hijas, que no rescibis engaño,
          antes es dar vuestra voluntad a logro. Pero yo soy vieja,
          e mal pecado no muy entremetida. Pensando que os daria
          enojo no os he tractado hasta agora, aunque siempre he
          procurado de saber de vosotras, e holgar me de vuestro
          prouecho, e aun no sé qué me dixeron vn dia destos de
          cierta desgracia que con unos criados de Policiano
          tuuistes, de cuya causa os pusistes en poder de Palermo
          e su compañero; y pesó me por mi vejez, porque el tracto
          e biuienda de vosotras no es para con los tales, que
          son vnos rufianes pelados. Bien está hecha la buelta,
          porque al fin fin, Solino y Salucio son hombres de honra
          e siruen a un señor que siempre los tendra en ella.
          Reposad, mis hijas, e no andeys como dizen de aquel en
          aquel, si quereys tener vida descansada.

          _Cor._--Madre señora, cada pieça tiene su jarrete, e aun
          cada peso su contrapeso.

          _Clau._--Ansi es, ansi es, mis hijas, donde quiera ay
          trabajo. En esta vida no busquemos descanso; de nuestro
          primero padre heredamos el sudor e cansançio, e de
          nuestra madre Eua el dolor y el angustia. E pues son tan
          naturales las penas que por natural herencia nos vienen,
          hagamos les buen rostro, pues donde fuerça viene, etc.
          Mala dentadura tienes, acudete hazia casa e dar te he
          vnos poluos de encarnar que no me oluides.

          _Cor._--Yo te beso las manos, señora, e rescibo la merced
          e la voluntad con que se me haze.

          _Oros._--Madre, pues a mí no me ves qué sin color estoy?

          _Clau._--Ya lo he mirado, hija, y avn sé la causa dello,
          alguna faltilla de purgacion deue ser. El torouisco,
          hija, el marrubio, la yerba buena, la doradilla, algun
          sahumerio de romero, e avn los tallos dello cozidos en
          buen vino, todo esto es muy sancta cosa. Pero vete a
          casa, que yo te dare vna medicina que es mejor que todo.

          _Oros._--En buena fe, tia, ansi lo haga.

          _Clau._--Pues, hijas, a Dios que me he detenido.

          _Cor._--El te guie e te acompañe.

          _Clau._--Aun no se ha echado mal lançe en coger estas
          moças debaxo de mi vandera, porque mientras más déstas,
          más caudal en mi tienda, e mientras más moros más
          ganancia. Dexaldas vna vez saber la posada e tomar amor
          con ella, que no dare mis mangas por doze piezas de oro.
          Dorotea está a la puerta, yo juraré que ha rato que me
          espera; biuo anda el fuego, obra haze el anillo.

          _Dor._--Ce, madre, por aqui.

          _Clau._--Jesu, hija, no te via en mi ánima, qué hazen en
          casa? puedo entrar segura?

          _Dor._--Todos estan reposando, pero quitate los chapines
          e alça un poco las faldas por que no seas sentida.

          _Clau._--Ansi sea como dizes. A dónde está mi señora
          Philomena?

          _Phil._--Passito, madre, llegate aqui, que aqui estoy.

          _Clau._--O mi señora é mi descansso. O mi rostro de
          alegria. Cómo te va, mis entrañas? qué tal te sientes,
          coraçon mio?

          _Phil._--Madre de mi alma, muy angustiada, muy afligida,
          muy alcançada de fuerzas y muy abundante de tristezas.

          _Clau._--Qué sientes, mi señora? qué dolor es el tuyo?
          adónde sientes la pena? dime lo a mí en secreto, que yo
          le pondre luego remedio.

          _Phil._--Madre mia, este lado yzquierdo paresce que
          tigres hambrientas me le despedaçan. Angustias mortales
          siento, que cada vna me acaba la vida; mis ojos estan
          cansados de velar y çiegos del continuo llorar; todas mis
          fuerzas tengo enflaquescidas y mis sentidos ocupados. Qué
          hare, que me fino, madre de mi coraçon?

          _Clau._--Hija mia, primero que nada te diga te suplico
          rescibas en descargo de la pena que con mi menssaje
          rescebiste la muy grande que yo lleué de ver te tan
          penada, e mi ynoçente intencion de donde nascio tu
          sentimiento, porque es mi natural condicion de hazer
          seruicios antes que de causar enojos. Pues quando aquel
          cauallero tuvo noticia de tu acelerada respuesta causada
          de passion repentina, más sintio tu sentimiento que su
          enamorada congoxa, y avn me dize que el mayor dolor que
          ay en su mal es aver te alcançado parte de su acidente, é
          que dessea suffrir por no enojarte, e por no padescer no
          puede dexar de quexarse. Pido te, señora, por reuerencia
          del cuchillo que a ambos coraçones atormenta, que si
          Policiano meresce algun fabor con su fe, no sea tanta mi
          desdicha que por mi causa lo pierda.

          _Phil._--Madre mia, asi como tus razones fueron atreuidas
          e sin razon, asi no fueron dignas ni capazes de perdon,
          y si como eres vieja e criada de mis passados fueras
          estraña e no tan caduca, tu embaxada e tu vida se
          acabaran en vn tiempo; pero tuue miramiento que si tu
          osadia merescio cruel castigo, el zelo de mi honestidad
          me deuia poner suffrimiento, porque si a noticia de mis
          padres viniera tu demanda, no creyeran que te moviste por
          la pena que en esse cauallero conosciste, sino por la
          liuiandad que en mí hallaste. Justo es que se piensse, e
          digna soy de castigo por el tiempo que en esta platica me
          detengo contigo, pero mi passion ha sido tan importuna,
          e la causa della tan secreta, que más te embié a llamar
          para prouar si con tu consejo tengo algun aliuio que por
          darle a esse que dizes que está tan desconsolado. Mi
          padre ha gran rato que duerme, e mi madre creo que está
          leuantada. Toma esta carta para esse tu cauallero, que en
          ella sabra las causas que para escreuir le he tenido, e
          la voluntad que agora tengo para su remedio.

          _Dor._--Señora, presto te ve o te esconde por ay, que
          viene acá Theophilon mi señor.

          _Phil._--Ay desdichada de mi, toma presto, madre, esta
          carta, y vete porque mi padre no te halle comigo en
          secreto.

          _Theo._--Qué venida es esta, buena vieja?

          _Clau._--A enssalmar a mi señora Philomena que se siente
          mala de la cabeça.

          _Theo._--Peor siento yo de estos secretos en tiempos e
          lugares sospechosos. Mira, vieja honrrada, no me vengas
          más a mi casa si no quieres que te mande matar a palos.

          _Clau._--Pidote perdon, señor mio, que yo me voy.

          _Theo._--Anda, vete en buen ora. Hija mia, no creo que
          deues conoscer a esta vieja, pues tan sin cautela te
          pones a hablar con ella.

          _Phil._--Señor, essa moça la vido passar por la puerta, e
          pusieronse en platicas e entrose nos en casa. Començome a
          dezir cómo haria vna lexia para los cabellos, e no pensse
          que oy acabara.

          _Theo._--No la des audiencia si otra vez aqui viniere.

          _Phil._--No haré, señor, pues no hay para qué.

          _Clau._--Hija Dorotea, de prissa voy. E lo mejor se me
          oluidaua. Contigo tengo un poquito de negocio, que vn tu
          requebrado me encargó; ansi goze yo de ti, que te llegues
          a mi casa porque es cosa que te cumple.

          _Dor._--A mí plaze, madre, vete presto, que viene mi
          señor.


                                NOTAS:

          [555] _viejo_, en el original.

          [556] _animos_, en el original.

          [557] Querrá decir _vanear_ ó _devanear_.




                       ARGUMENTO DEL XVIII ACTO


          Salida la Claudina de casa de Philomena, va por el camino
            hablando consigo hasta llegar a casa de Policiano,
            al qual siendo llegada, da parte de lo acaescido con
            Philomena e le da su carta.


           CLAUDINA. POLICIANO. SILUANICO. SOLINO. SALUCIO.

          [_Clau._]--O liberal trabajo, o vtil e prouechosa
          affrenta. O turbacion necessaria, o discreta paciencia.
          Si en trance tan yracundo y en salto tan peligroso se
          afloxaran los ñudos de mi sufrimiento e mi discreta
          respuesta no templara la furia de Theophilon, yo quedaua
          sin vida, mis hijos sin madre, Policiano sin amiga, los
          garçones desta ciudad sin amparo, las moças todas sin
          abrigo, e mi honra por plaças y ayuntamientos destruyda.
          Aunque Theophilon estuuo corto en las palabras, mostrosse
          compendioso en el enojo, e aun colerico en sus amenazas.
          Ladreme el perro y no me muerda. Plega al señor que la
          sentencia desta carta sea diffinitiva e por nosotros,
          que de otra manera, auiendo lugar [a] apelacion, seguir
          tengo el pleyto hasta auer la victoria. Bien pensará
          la golosita de Philomena gozar de la possession de mi
          anillo, pues dexeme Dios sacar de haron a Policiano, que
          yo saldre de quexa y ella de pecado. O carta carta que en
          ti está oculta la voluntad de aquella princesa, la vida
          o muerte de Policiano, y el salario de la vieja Claudina
          y el descanso de Solino e Salucio. Plega a Dios, carta,
          que si bazia vas de mi prouecho, mal fuego te queme y
          a Philomena consuma. A casa llego de Policiano, muy
          çerradas estan las ventanas: o es por plazer de la siesta
          o por luto de la pena. Llamar quiero, sea lo que fuere.
          Tha, tha.

          _Pol._--Oyes, paje?

          _Sil._--Señor.

          _Pol._--O, mal fuego de muerte te acabe, mal sueño mortal
          durmiesses o de arrebatado dolor mueras rauiando. Corre,
          vellaco perezoso, mira quién llama a essa puerta.

          _Sil._--Señor, la Claudina viene.

          _Pol._--O torpe negligente, abre las puertas de par en
          par. Moços, moços.

          _Sol._--Señor.

          _Pol._--Qué hazeys, dormilones? ven acá, Solino, mete
          aqui una silla.

          _Sol._--Mejor pidieras vna albarda.

          _Pol._--O rostro de paz bienauenturada. O aspecto de
          alegre misericordia. O venerable forma de fortaleza.
          Abraça me, vieja tan desseada.

          _Clau._--Passito, señor Policiano, que estoy vieja e
          flaca, no me aprietes ni maltractes, si para tu seruicio
          soy de algun prouecho. Cómo te va, señor mio? Bonito
          estás e alegre, Dios te bendiga. Amarillito vn poco, mas
          gentil hombre por mi vejez. Ay si tan cerca tuuieras a
          aquel angel de Philomena como a este espantajo de vieja,
          qué tal la pararas?

          _Pol._--Madre mia, no enternezcas mi dolor, si bienes
          desierta de mi remedio? Mi señora Philomena merece
          ser tractada con venerable acatamiento, e quando más
          communicable se me diesse, con mayor reuerencia e temor
          la tractaria. Yo estoy con tu venida indifferente, con
          tu aspecto e señales regozijado. Dime ya con breuedad tu
          embaxada, en quien mi vida o mi fin consiste, pues no con
          menor desseo he desseado tu presencia que el mundo su
          dichosa reparacion.

          _Clau._--Hijo mio, porque de culpa e pena es releuado
          quien sin juyzio libre a otro haze offensa, no quiero
          reprehender tus aceleradas priessas, tus pocas
          confianças, tus violentas presumpciones, y avn tus
          molestas importunaciones, porque el amor te haze dessear,
          y el desseo te causa sperança, y el esperança te haze
          dubdar, y la dubda te causa temor, y el temor sospecha, y
          ésta siendo continua te puede traer en desesperacion.

          _Pol._--O madre mia, pues si el esperança que en ti he
          tenido me falta, en quién mandas que confie para que mi
          desastrado principio tenga fin venturoso?

          _Clau._--En quién, hijo Policiano? en mis años, en mis
          cautelas, en mi sagaçidad, en mis astucias y en mi
          voluntad. Esfuerça, esfuerça, cauallero. Dame albricias e
          dar te he la sentencia de tus amores escripta de aquella
          mano e sellada con aquel sello de quien tiene la llaue de
          tu secreto cuydado.

          _Pol._--Sancto Dios. Si tal cosa es verdad, pide, madre
          Claudina, que no ay precio en el mundo para comprar joya
          tan bien[558] auenturada. Cata aqui las llaues de mi
          casa; cata aqui el cofre de mi thesoro, toma, madre mia,
          la possession de lo que yo tengo, e damela tú de aquello
          sin lo qual mi vida e mis riquezas son escorias de la
          fragua.

          _Clau._--No tan largo, hijo, que es indicio de quedar
          corto al tiempo de la obra. Bastame çamarro e saya, e de
          lo demas te hago gracia.

          _Pol._--Saya e çamarro dizes? y todo lo que ay en mi
          casa está, madre, a tu seruicio, e confia en mí que lo
          gratificaré como cauallero aunque tú pediste como bien
          comedida.

          _Clau._--Con tal confiança, hijo Policiano, cata aqui
          vna carta que tu señora Philomena escribio con sus
          manos eburneas. Y no quiero encarescerte lo mucho que
          de afrentas e peligro de muerte me ha costado, porque
          yo ya estoy pagada. Lo que resta es que para que yo
          goze del fructo de mi trabajo seas servido de leer essa
          carta en mi presencia para que yo sepa si esta sentencia
          es interlocutoria o diffinitiua, que en lo que toca al
          secreto, más guardado estará debaxo de mis tocas viejas
          que entre las cuchilladas de tu jubon de brocado.

          _Pol._--O mensagera de mi remedio, o medicina de mis
          cuydosos dolores. O papel bienaventurado. O letras
          escritas por aquella seraphica mano. Plugiera a Dios que
          con la sangre de mi coraçon fuerades esculpidas, para que
          al tiempo de cerrar el processo de mi vida o muerte me
          fuerades fauorables.

          _Clau._--Baste ya, señor Policiano, mira que con tus
          lagrimas de plazer rompes y estragas la carta, e despues
          sentiras más trabajo en leer la que plazer rescibes en
          besar la. Lee ya, señor, que me tienes colgada de la
          lengua.

          _Pol._--Ora sea como tú mandares.


                                 CARTA

          La noticia de tu passion atreuida llegó a tal tiempo
          a las puertas de mi coraçon desamorado, que si no se
          junctaran en tu fabor tu dicha e mi piadosa condicion,
          más justo fuera ocupar mi saña en tu castigo que mis
          manos e pluma en tu remedio. Pero con tan lastimada
          molestia se me notificó tu passion, causada de tu
          presumpcion enamorada, que he seydo forçada a auer piedad
          de tus dolores, o a negar la misericordia de illustre
          doncella; e para que conozcas que te escribo no tanto
          porque con este fabor estés vfano quanto porque tu pena
          tenga algun refrigerio, quiero que esta noche despues
          de la media passada, vengas muy secreto a las ventanas
          que desta mi huerta salen a la ribera, e alli dare orden
          contigo para que o tu passion afloxe o tu vida enamorada
          de todo punto se acabe. No digo más porque me he mucho
          alargado.

          _Clau._--Qué te paresce, hijo Policiano, de lo que deues
          a la Claudina, cuya vida en tu seruicio mil veces se
          ha puesto al tablero? y todo por librar te del desamor
          que Philomena en su pecho tenia escondido. El qual no
          templado con mi discreta diligencia bastaua para quitarte
          de la compañia de los biuos, e ponerte como a desdichado
          amador en la region e sombra de los muertos. No estimo en
          tanto la satisfacion de mi trabajo quanto la estimacion
          de mi persona e nombre. Porque quiero, hijo, que sepan
          tus yguales que yo sola nasci en esta vida para hacer
          tiernos los coraçones diamantinos, e que de mis manos
          nunca salieron sino semejantes labores. Tú, hijo mio,
          quedas alegre e yo voy de tu contentamiento muy contenta.
          Mira, señor, qué me mandas, porque es hora de acudir a mi
          posada.

          _Pol._--Madre mia, lo mucho de que tus obras te han
          hecho merescedora merescen mucho más de lo que yo
          puedo gratificarte; pero si tus obras son de tanto
          merescimiento que excedan mis flacas fuerças, haziendo
          yo lo que puedo salgo de toda deuda. Yo estaba triste,
          e con tu jocunda venida me has alegrado, e me dexas
          con seguridad de no conoscer jamás tristeza. Estaua
          captiuo e quasi muerto, y en todo has proueydo como fiel
          administradora. Cata ay quinientas monedas de oro en
          señal de lo mucho que te deuo, y lo que demás desto te
          he mandado embiaré luego con mi paje. Perdona, madre, la
          poquedad de la obra, que si rescibes en pago mi deseo me
          quedarás siempre deudora.

          _Clau._--Señor Policiano, yo voy muy gratificada con el
          copioso galardon presente e quedo obligada para seruirte
          quando en esta arte o en otra de mi tengas necessidad. E
          porque antes que sea tarde es bien recoger me a casa, yo
          me voy, e suplico te, señor, que te guardes e mires cómo
          vas e por dónde, e te proueas de muy fiel compañía e me
          informes si fueres seruido de lo que en este viaje se te
          ofresciere.

          _Pol._--Todo se hará como dizes, madre; vete, e los
          angeles te acompañen.

          _Clau._--E contigo queden.

          _Pol._--Moços, acompañad a mi madre.

          _Sol._--Señor, yo voy con ella.


                                NOTAS:

          [558] En el original, _tambien_.




                        ARGUMENTO DEL XIX ACTO


          Claudina sale de casa de Policiano e Solino va con ella
            hasta su posada, donde seyendo llegados hallan a Dorotea,
            criada de Philomena, a la cual la Claudina encarga
            los amores de Siluanico. Yda Dorotea, quedan Parmenia
            e Libertina, las quales se van con Solino a casa de
            Policiano, etc.


          CLAUDINA. SOLINO. PARMENIA. DOROTEA. LIBERTINA. SALUCIO.

          [_Clau._]--Solino hijo, holgado he por mi vejez que
          este negocio de Policiano tu señor aya auido tan dichosa
          conclusion, no tanto por mi interesse, porque no ha seydo
          tan grande, quanto por el bien de vuestro amo y el reposo
          de vosotros. Mira, Solino hijo, Policiano es cauallero
          noble, mançebo, liberal, enamorado, sabe le seruir,
          sabe le agradar, que no está en más la liberalidad del
          señor que en la diligencia del criado. Entre todas las
          cosas que como varon virtuoso deues tener, el secreto
          te recomiendo, que es virtud suprema en dignidad. Cata,
          hijo Solino, que la vida e la muerte puso naturaleza en
          las manos de la lengua, e que no ay espada que tanto
          corte como la lengua desenfrenada. Quiero dezir, hijo
          Solino, que este caso que Policiano tu señor ha intentado
          e yo acabado, es de su natural tan peligroso, que la
          vida de muchos e la honra de todos nosotros consiste en
          estar secreto, y éste te encomiendo como ves[559] que es
          necessario. En lo demás, yo he sabido cierto enojuelo que
          entre vosotros e vuestras amigas ha passado por alguna
          palabrilla azeda que ellas hablaron como moças; a ellas
          les ha pesado por mi vejez, e yo lo sé muy de veras.
          Resciba yo de vosotros tanta gracia que lo passado sea
          passado sin que dello se tenga más memoria, e que tú,
          hijo Solino, huelgues de tener a Orosia por amiga, e
          Salucio tenga amistad con Cornelia, e todos a la vieja
          Claudina por madre, pues los enojos de los que bien se
          aman suelen ser mayor vinculo de amistad. Esto aueys de
          hazer ansi por lo que a mi amor deueys como por lo que
          aquellas moças merescen, que ansi goze yo de mí que he
          sentido dellas que por bien que las ameys nunca salgays
          de su deuda.

          _Sol._--Madre señora, despues de tener en mucho tu
          consejo e la voluntad de donde nasce, huelgo que hayas
          sabido la renzilla de nosotros e de esas mujeres, para
          que veas a quánto trabajo se dispone el hombre que a
          estas tales haze rostro amigable. Estas son vnas malas
          mugeres escandalosas e sin vergüença y a quien ningun
          hombre de honrra deue tener amistad, pero con todas sus
          faltas las auemos sufrido porque somos estranjeros y
          en esta ciudad no conoscidos. Ya que con ellas auemos
          desbaratado, no mandes, señora, que tornemos a su
          amistad, porque tan dañoso es el amigo reconciliado como
          el manjar dos veces guisado. Lo que por nosotros harás en
          pago de lo que en tu honrra desseamos, es que nos busques
          un par de moças de prouecho e con quien no tengamos
          rebueltas a cada passo, que Orosia e Cornelia no son para
          nosotros que no queremos quistion con nadie.

          _Clau._--Pues si esso desseas, hijo, por qué no te
          declaras comigo? dexa hazer a la Claudina, que yo dare
          buelta a mis registros y os dare dos mochachas tan a
          vuestra condicion, que por peso y medida vengan como las
          quisiéremos. A mi puerta llegamos, sube, hijo Solino,
          veras a mi Parmenia, descansarás vn rato y boluer te has
          a dormir. Vala me la cruz, e cómo está abierta mi puerta
          a tal hora? quién está en esta casa?

          _Par._--Sube ya, madre, que desesperar es esperar tus
          venidas cada noche.

          _Clau._--Nunca Dios te dexe callar, qué tenemos de nueuo?

          _Sol._--Paz sea en esta casa. Qué es esto, señora
          Parmenia? nunca dexas de reñir?

          _Par._--Está aquí Dorotea esperando a mi madre más ha de
          dos horas. Jesus y qué fastio.

          _Clau._--Ay mi doncellita de oro, y aca estás, mi
          coraçon?

          _Dor._--Sí, madre, grande rato ha que te estoy esperando.
          Mandaste me venir de prissa y has me hecho esperar de
          espacio.

          _Clau._--No te marauilles, hija, que tengo muchos
          negocios, y el que contigo agora se me offresce te quiero
          dezir en secreto. Desciende te, hija, aqui abaxo, porque
          te vayas corriendo, que es noche. Hija de mi alma, para
          contigo no he menester prolixo preambulo, sino que sepas
          que te quiero como a la luz de mis ojos. Mochacha eres,
          hermosa estás, sin cuydado biues. Ea loquitas, tengo de
          subir allá? A quantos te miran dexas perdidos de amores.

          _Dor._--Aosadas, madre, mejor me ayude Dios que ay quien
          de mí se acuerde.

          _Clau._--Calla en mal ora, que eres muy niña, e sabes
          poco del mundo. Pues hago te saber que un gentilhombre,
          no menos que tú para muger, muere por tus amores. E me
          ha rogado que te hable no para más que si te hablare le
          respondas, e si te mirare le mires, e si te siguiere le
          esperes. Yo le prometi de te lo rogar, e aun ansi, hija,
          te lo aconsejo. Tu señora Philomena quiere a Policiano;
          por mi amor, hija Dorotea, quieras a Siluanico, su paje,
          que es como hecho de oro, pues sabes que tal para qual,
          que ansi casan en Dueñas.

          _Dor._--Madre, por mi vida que de esse paje he sido
          algunas vezes requestada y aun importunamente seguida.

          _Clau._--A, locos, aueys me de echar la camara encima?

          _Dor._--Pero como la hedad no me aya dado a conoscer qué
          cosa es amar de coraçon, hablar me en amores es para mí
          muy escura algarabia. Bien me ha parescido Siluano, pero
          no me da pena la demasia del amor.

          _Clau._--Pues, hijita mia, preciate de mujer atauiate,
          enrrubiate, ponte un poquito de color en esse rostro y
          adelgaza un poco essa çeja. Arreate[560] de ser seruida
          de galanes e requestada de gentiles hombres, e si mal te
          fuere con mi consejo, no me tengas por buena maestra.
          Esse pajezito te quiere agora, aprouechate dél en lo que
          pudieres, y entretanto dexame el cargo, que yo te daré
          tu ygual o mal me andarán las manos. Mira, hija, que si
          Siluanico te hablare le tractes bien y le digas que yo te
          le encomendé, y le muestres fauor, pues a mí me puso en
          este ruego.

          _Dor._--Yo te lo prometo, madre, e porque es noche da me
          licencia, que me esperará mi señora e no sabe que estoy
          fuera de casa. Un poco de lexia me mandaste; mira, madre,
          que no te lo perdono.

          _Clau._--Esso tengo yo muy bueno, quando quisieres
          puedes venir por ello.

          _Dor._--Yo lo seruire todo, los angeles queden en esta
          casa.

          _Clau._--E contigo vayan. Sancta Maria del cielo, e qué
          diablo trauessito eres, hijo Solino. Jesu, Jesu, e qué
          tropel aueys traydo, diablos loquitos.

          _Sol._--No sabes, madre, qué auemos concertado? que
          Parmenia e Libertina se vayan esta noche comigo a la
          posada.

          _Clau._--A osadas, yo lo creo que essos conciertos e
          otros tales hareys vosotros. Landre que te dé, Parmenica,
          e has me de dexar aqui sola?

          _Par._--Por cierto, madre, que es grande marauilla a cabo
          de cient años salir vna noche de casa.

          _Lib._--Anda, madre, dexanos yr, que ansi goze de mí,
          antes que amanezca estemos a la puerta.

          _Clau._--Dime agora, loquito, si tu amo sale fuera esta
          noche, no has de yr con él a tenerle compañia?

          _Sol._--Ansi biua el puto de mi padre, por vida del resto
          que le hagamos entender que para estos negocios es dañosa
          la mucha gente, y que se ha de yr solo si algo quisiere
          hazer. Ay está Siluanico, que yrá con él, e avn sobra.

          _Clau._--Ora pues alto, moças, adereçaos e tomad la
          puerta ante que más noche sea, e en la mañana no venga
          nadie las manos en el seno.

          _Lib._--Suso, Parmenia, que yo a punto estoy.

          _Par._--Anda delante, Solino.

          _Sol._--Madre, quedate a buenas noches.

          _Clau._--Dios os guie, puticos.

          _Sol._--Boto a tal, señoras, que he seydo venturoso en
          atornar a mi casa tan bien acompañado. Qué digo, damas?
          mientras Policiano anduuiere guardando los cantones
          descreo de la vida mala si no auemos en casa de guardar
          bien los colchones.

          _Par._--Bao, contigo me entierren, esto ha que entra
          en sabor e haze buen prouecho, y no andar de noche en
          garçonerias como gatos en Hebrero.

          _Lib._--En cargo de mi alma caros amores son los amores
          que passan estos escuderotes, e al fin e al cabo por vna
          haldraposa que tiene más celestres en la cara que el arco
          del cielo, que ansi goze de mí de asco no hay quien al
          rostro las ose mirar.

          _Sol._--A la posada llegamos. Esperad vn poco, yre
          delante a llamar a la puerta. Tha, tha.

          _Sal._--Quién llama ay?

          _Sol._--Abre, hermano Salucio, qué haze nuestro amo?

          _Sal._--Gran rato ha que reposa.

          _Sol._--Podemos entrar seguros, que traygo comigo vnas
          moças?

          _Sal._--Entren passito, pese al mundo malo, que no hay
          agora embaraço en casa.

          _Sol._--Ce, ola, damas.

          _Par._--Salue Dios al gentil hombre.

          _Sal._--Vengan en buen ora las frescas. Entrad muy quedo
          porque estas moças de casa no os sientan.

          _Lib._--Adonde mandays, que no seamos sentidas?

          _Sal._--Hola, hermano Solino, arriba en la camarilla de
          las escobas entretanto que nuestro amo recuerda.

          _Sol._--Bien dize este nescio, vamos, que leuantado
          Policiano descreo de tal si no auemos de entrar en su
          lugar, porque no aya nada bazio en las cosas naturales.

          _Par._--Jesus, Salucio, qué es esto, adónde entramos?

          _Sol._--No pidas agora essa cuenta, que en la mañana lo
          sabras.

          _Lib._--Calla, hermana, assienta te donde hallares, que
          no se dize embalde qual el tiempo tal el tiento.


                                NOTAS:

          [559] _e vees_, en el original.

          [560] ¿Alégrate?




                      ARGUMENTO DEL XX ACTO[561]


          Venida la media noche, Policiano llama a sus criados,
            e pide de vestir, e por consejo de Solino va solo al
            concierto que tiene hecho con Philomena; lleua consigo a
            Siluanico; Solino e Salucio[562] se quedan en casa con
            Libertina e Parmenia, etc.


           POLICIANO. SOLINO. SALUCIO. LIBERTINA. PARMENIA.
                    SILUANICO. PHILOMENA. DOROTEA.

          [_Pol._]--No sé si mi importuno desseo tiene mi
          ymaginacion temerosa, pero o yo estoy desatinado o más de
          la media noche es passada. Quiero llamar a mis criados,
          e sabré si es tiempo para adereçar este bienauenturado
          camino; pero si es avn temprano para acostar, no es mucho
          que me incusen de am[a]dor molesto. Ansi lo acostumbro
          hazer con la pena que me acuçia, que siempre hago mis
          cosas quándo tarde quándo muy de prissa. Llamaré? Sancto
          Dios, no sé qué haga. Moços, paje.

          _Sil._--Señor.

          _Pol._--Qué hora es?

          _Sil._--Señor, las doze ha dado el relox.

          _Pol._--O qué ora tan a mi voluntad. Llama presto a essos
          moços, diles que me den de vestir. Aderescen armas y lo
          necessario para este mi concertado viaje.

          _Sil._--Oyes, Solino?

          _Sol._--Qué, te toma ya el diablo tan temprano?

          _Sil._--Alto de ay, que llama Policiano mi señor.

          _Sol._--Aun enoramala madrugaremos a morir mala muerte
          martes de mañana. Hola, Salucio.

          _Sal._--Qué nueuas ay?

          _Sol._--Nuestro amo pide de vestir y manda que nos
          armemos. Segun Dios le hizo de asno, penssará que auemos
          de yr con él.

          _Sal._--Donoso recaudo tiene, en tus manos lo encomiendo,
          Solino, que por la Trinidad de Gaeta allá no vaya.

          _Sol._--Ora dexame tú con él, que yo le embiare solo y
          avn penssará que va más a rrecaudo.

          _Pol._--Moços, teneys adereçado?

          _Sol._--Todo está a punto, señor; quién mandas que te
          acompañe? porque a mi parescer antes deues yr solo que
          muy acompañado. Mira, señor, que en tales casos como este
          suele dañar la demasiada compañia, porque ay vezinos
          que miran por las ventanas e viendo gente de noche a la
          puerta de vna dama, no dexarán de sospechar algo con que
          se derrame nuestro secreto.

          _Pol._--Creo que no es malo tu auiso. Di a esse paje
          que tome un montante, y dame a mí mi espada e rodela, e
          quedaos vosotros en casa para aguardar me a la madrugada.

          _Sol._--De muy buena voluntad. Allá yrás con el diablo a
          hazer conjuros por las encruzijadas. Si amores tienes,
          buen prouecho te hagan, y malo, porque sepas de todo. Qué
          te paresce, Salucio? Qué buena maña me he dado para que
          no le estorue el requiebro la sobra de la compañia.

          _Sal._--Descreo de la playa de Valencia si no lo has
          hecho de capitan; qué digo, moças? Començad a dexar las
          faldetas, que la cama no estará mal mollida.

          _Sol._--Digo, hermano Salucio, en la cama de nuestro amo
          no me hablas? que descreo del diablo si no la he ganado
          por mi lança.

          _Sal._--Nunca por esso reñiremos, hermano, que en casa
          llena presto se guisa la cena; todo lo haze sacar quatro
          colchones, y esta noche que nos cabe hazer cama de
          canónigos, pese a tal. Prissa, damas, que se passa el
          tiempo, e lo que se pierde tarde se cobra.

          _Par._--Digo, señor Solino, o hi de puta, traydor de
          Policiano, cómo tiene garrida cama; ansi goze de mí, cada
          noche quiero ser tu conuidada.

          _Sal._--Ora, damas, mientras que nuestro amo vela
          trabajemos en dormir, porque creo estamos muy cerca del
          dia.

          _Pol._--Siluanico hijo, muy cerca llegamos de la
          huerta de mi señora, y el silencio grande me haze tener
          sospecha de ser nuestra venida muy temprana. Llegate a
          las ventanas, y estaras atento si oyes alguna señal de mi
          remedio.

          _Dor._--Señora, bullicio oygo de esta parte de la huerta.
          Mira si mandas que me assome para ver qué es lo que passa.

          _Phil._--Muy passo por entre las puertas, mira si es mi
          señor Policiano, e no hables si no te certificas de su
          venida.

          _Sil._--Ce ce, señora, es mi señora Dorotea?

          _Dor._--Soy tu muy cierta seruidora. Soy la que por ser
          tuya no tengo memoria de ser mia.

          _Sil._--O mi luzero del alba, no penssé que tan presto
          amanesciera, siendo el punto de la media noche. Mi señor
          Policiano está aquí. Manda, señora mia; dezir a Philomena
          que vea lo que quiere que se haga, y entretanto que ellos
          estuuieren en su plática, daremos conclusion á la nuestra.

          _Dor._--Sea como tú mandares, pues yo voy.

          _Sil._--E yo contigo.

          _Dor._--Señora, aquel cauallero está esperando, e con vn
          su paje mandó que supiesses su venida.

          _Phil._--Llégate aquí comigo, no me dexes hasta que dél
          sea despedida.

          _Pol._--Es angel dissimulado el que ante mis ojos veo?
          O es sueño el que padezco para quedar más burlado?
          Estoy despierto? O no soy yo Policiano? Pues si soy yo,
          impossible es caber en tan immerito subjecto tantos
          quilates de gloria.

          _Phil._--Passito, señor, no hables tan alto, porque
          duermen aqui los ortolanos desta huerta, e sería grande
          mal si a tal hora fuesse hallada en tan sospechoso lugar.

          _Pol._--O mi señora e mi bien todo, qué llengua puede
          callar lo que mi ánima siente de gloria delante de tu
          bienauenturada presencia? Por cierto yo creo que Paris
          con la hermosa Elena, ni el desconoscido Jasson con
          Medea, ni el cruel Turquino con la castissima Lucrescia,
          ni Eneas con Elisa Dido, no gozaron del bien que yo en
          tu acatamiento posseo. Agora que mis ojos vieron lo que
          jamás penssaron merescer, a cualquier tiempo que mi fin
          viniere no rescibo agrauio con su venida.

          _Phil._--Señor Policiano, si creyesses la pena que tus
          males me han causado quánto ha seydo excessiua a mis
          fuerças feminiles, esta sola deue ser recompensa de tus
          trabajos, sin que otra jamás me pidiesses. Y si mayor
          la quieres porque otra mayor meresce tu firmeza, pide a
          tu voluntad de mi patrimonio e riquezas sin que pongas
          lesion en mi honrra tan delicada. Ninguna cosa de la
          vida me hiziera consentir en tu mal, sino mi bondad
          sola, a quien más que a tu vida soy obligada. E ansi la
          natural compassion mia de que te pienssas aprouechar,
          porque es enemiga de mi fama te auiso que te ha sido muy
          contraria. Por tu carta e mensagera me certificas de la
          afficion grande que me tienes; pues si esto es verdad,
          antes deues dessear tu pena con mi honrra que tu remedio
          con mi culpa. No me juzgues[563] ser inconstante porque
          començé a faborescer te y agora te niego el fabor, pues
          te auisé por mi carta del respecto que tube a tu salud,
          sin acordar me de cosa que fea paresciesse.

          _Pol._--Señora de mi vida, si como fui dichoso en
          mirarte lo fuera en no auer te mirado, aunque perdiera
          el mayor bien de esta vida, que es auer te visto, fuera
          bienauenturado en no ver a quien con dura sentencia
          me condena a muerte, sin merescerla más que con mi
          atreuimiento en amar. Acostumbrado estaua ya a biuir
          triste, tanto que con las tristezas tomaua recreacion,
          por ser tú la causa dellas; pero agora que de mí las auia
          desterrado con el descanso que de esta merçed esperaua,
          agora que en mis debilitadas fuerças auia conualescido
          con la ymaginacion de esta diurna noche, ni mi mal
          rescibe consuelo, ni mi pena admite el reposo, ni mi
          coraçon apassionado consiente ningun sossiego.

          _Phil._--Mira, señor, que me matas con tus quexas
          apassionadas, e no soy parte para amanssarlas, sin que
          mi infamia comiençe quando tu quexa se acabe. No pongas,
          señor, con este acidente en peligro tu vida, y en disputa
          mi honrra, porque si a noticia de mis padres viniesse, no
          que te hablo, sino que de ti ni de otro tengo memoria,
          solamente mi fin te quedaria por aliuio de tus trabajos.

          _Dor._--Nunca yo medre si más aquí espero; poco a poco se
          va todo a perder.

          _Pol._--No consiento que se piense que el temor entibie
          lo que amor encendio con su fuego. Manda tú, señora, que
          yo resista e allane qualquier fuerça, que yo acabaré
          la vida con quedar en el mundo mi nombre por espejo de
          fortaleza. Mira, reyna mia, que el valor de tu persona
          haze osado mi atreuimiento, porque ningun seruicio puedes
          rescebir que en quilates suba a la alteza de lo que
          meresces.

          _Dor._--Ce, señor Siluano.

          _Sil._--O mi señora Dorotea, no sé si meresce perdon el
          agrauio que esta noche he rescebido, pues creo que de
          voluntad me has dexado esperar hasta agora. Pero dexadas
          aparte mis quexas, qué sientes de mi dolor causado de mi
          afficion?

          _Dor._--Señor mio, lo mismo que de mí siento deuo sentir
          de tu pena, pues con una misma saeta están heridos dos
          coraçones. Como me amas te amo, como me quieres te
          quiero. Despues que aquella buena madre Claudina me
          nombró tu apazible nombre, huyó de mí mi libertad, e no
          soy parte para querer más de aquello que de mi quisieres
          ordenar.

          _Sil._--O mi señora, que nunca me burló mi confiança.
          E pues estas redes duras impiden agora nuestro gozo,
          nuestro final requiebro se dilate hasta que Policiano mi
          señor acabe con Philomena estos sus prolixos amores. E
          porque me parece que se despiden, yo me aparto a esperar
          a Policiano e los angeles queden en tu guarda.

          _Dor._--Y a ti acompañen como yo desseo.

          _Phil._--Cauallero, ya no es razon se dissimule y passe
          en secreto lo que mis apassionados desseos tan a la
          clara publican, porque si las tinieblas de la noche no
          impidieran tu vista, en mis señales públicas conoscieras
          mis congoxas secretas. Algunos dias han passado despues
          que tus cartas e amorosos mensages rescebi, en que mis
          captiuas fuerças han rescebido muy rezios golpes, e
          yo varonilmente contra ellos he peleado. Pero al fin,
          si como tengo el coraçon de carne le tuuiera de un
          rezio diamante, no dexara de caer de mi voluntad en
          la tuya: tal ha seydo el combate que en mi coraçon he
          sentido. Finalmente estoy rendida a tu querer, porque
          eres quien en mis ojos más meresce de los nascidos.
          Ordena, señor mio como nuestros apassionados desseos
          ayan aquel effecto que dessean, porque hasta esto ningun
          momento passará que para mí no sean mil años de infernal
          tormento. Las fuertes rexas de estas ventanas impiden el
          remate de nuestros sabrosos amores. La mañana paresce
          que comiença a embiar sus candidos resplandores por
          despidientes mensageros de nuestro gozo. Toma, señor mio,
          la possession de mi voluntad, e della e de mí ordena
          de manera que mi passion se afloxe y la tuya se acabe,
          e si te paresciere, para la noche venidera se quede el
          concierto por las cercas de esta nuestra huerta, por la
          parte donde el rio bate en ellas, que es lugar más sin
          sospecha e donde yo estaré esperando tu venida, no menos
          que mi desseada libertad.

          _Pol._--Pues, señora mia, angel mio, descanso mio, la
          claridad del dia causa el eclipsi de mi coraçon, con la
          forçosa partida de tu presencia: yo acepto la merced a la
          hora e por el lugar por ti determinado. Yo me voy, e la
          gracia de Dios te acompañe.

          _Phil._--E contigo vaya, e te me dexe ver con la breuedad
          que yo desseo. Muy passito, Dorotea, al passar del
          retraymiento, porque no seamos sentidas de mi señor
          Theophilon, pues Dios me ha librado de las manos destos
          cauadores; qué te paresce que hagamos?

          _Dor._--Que aunque no sea para más de dissimular,
          nos tornemos a la cama hasta que sea la ora en que
          acostumbras leuantarte.

          _Phil._--Bien has dicho, pero cómo reposará quien su
          reposo tiene en poder ageno? Cómo dormira quien tiene el
          coraçon captiuo? Ydo mi señor Policiano, mi ánima lleuó
          consigo. O mi angel, o mi señor, por qué te consenti
          apartar de mí? Por qué te dexé de la mano al tiempo
          que te posseya? O rexas, rexas, mal fuego os consuma,
          que solas vosotras defendistes mi refrigerio e toda mi
          gloria. Pero si en otra tal me veo, no lloraré mi daño
          que causare mi negligencia.


                                NOTAS:

          [561] En el original se numera equivocadamente _XXII acto_.

          [562] _Saulcio_, en el original.

          [563] En el original, _suzgues_.




                        ARGUMENTO DEL XXI ACTO


          Polidoro e Machorro, hortolanos de Theophilon, estan
            cauando en la huerta; llega Theophilon y encargales la
            labor, e donde a poco vienen Philomena e Dorotea a la
            huerta, dende Philomena dize a Dorotea el concierto que
            tiene con Policiano, etc.


          POLIDORO. MACHORRO. THEOPHILON. PHILOMENA. DOROTEA.

          [_Polid._]--Hola hola, Machorro, alto, adereça las
          açadas e almocafre, porque antes que nuestro amo venga
          el açequia esté limpia, los naranjos descubiertos, e
          cogeremos el azahar de los çidros, e aun escauaremos vn
          buen rancho de limones.

          _Mach._--Yo tomo de coto aporcar el cardo, regar la
          verengena, escardar la yerua buena e torongil, trasponer
          vn tablar de col murçiana. Esto hata que sea hora de la
          beuedilla, que soncas en ayunas mal se puede her hazienda
          de mas al jobo.

          _Polid._--Dom'a Dios sino me leuanto esta mañana mas
          laçio que col trasnochada, no se me yergue ell aliento
          para her hazienda. Para calonigo estó aora bueno.

          _Mach._--Prissa prissa, que no engorrará el zagal con ell
          aparato, y entretanto ell açada ande derecha, que acabada
          mi tarea te ayudaré a rregar el lechuguino, que ay en
          ello bien que afanar.

          _Polid._--Antañazo trabajé con Teodosio su hermano de
          nuestro amo, mas algo que de mejor jornal sacaba hombre
          que no agora.

          _Mach._--Ansi me dizen; que da buena soldada a los que
          andan en su hazienda, e aun par Dios ques m'antojado
          de coger me con él vna temporada, son por no enojar a
          Theophilon que es hombre de bien.

          _Polid._--No era Dios alboreado quando mos embiaua la
          bota hata las empulgueras, la cedra llena de hogaça, que
          auie bien que desbastar; ortaliza no marraua, a la noche
          olla e quarenta de jornal pagados en somo la tabla.

          [_Mach._][564].--Prissa, diziendo e haziendo, como la
          borracha al jarro, pues aun nuestro amo no paga mal por
          buena fe: a rreal e olla a medio dia, e pan abasto e
          ortaliza quanto hombre puede desgarrar, e ver a nuestra
          ama la moça sobre comida, que vale más que todo.

          _Polid._--Esso ha, boto yo al ciego. O hi de puta, e cómo
          se despeluzan los pelos[565] desque ensoras la veo.

          _Mach._--Cata cata, que tambien presumes tú de garçonia
          como ell otro çanquiuano que la festejea?

          _Polid._--Par Dios, amorio la tengo que ensoras me medio
          fino desque la estoy desmaginando.

          _Mach._--Bueno va, e avn para ti como dizen se peyna la
          otra. Par Dios, vn zagalon anda por alderredor de casa
          todo este verano que cuydo que deue ser su requebrado,
          segun que las bueltas da por estas entreçercas.

          _Polid._--Ora nuestro amo viene, no hablemos mas en este
          causo.

          _Theoph._--Cómo anda la labor, Machorro? Cómo estan los
          çidrales despues de aquel nublo de antenoche?

          _Mach._--Por Dios, nuestro amo, que se han agastado
          mucho, y el malhojo que les cae me da mala espina dellos.
          Estan plantados en tierra arenisca, avn donde no ay
          acogidas de las luuias, mal caletre tienen, dame en qué
          pararan.

          _Polid._--Vale que estan como en ladera, e los vnos
          defienden a dellelisco a los otros, que de otra manera no
          vuiera quedado brusco.

          _Theoph._--La ortaliza se cure, que esté bien escardada
          de yerua y espina e cardo, y esto se haga a tiempo que la
          tierra tenga humedad e esté bien temporizada.

          _Mach._--Bien deue de entender nuestro amo de hancio de
          agrecoltura, pues a mosotros el cargo, que la huerta
          estará qual cumple.

          _Theoph._--Paresce me que estos laureles estan estragados
          de sauandijas; soltad los perros algun rato para que un
          rato con otro las espanten.

          _Polid._--Do yo al diabro el barzino si en toda esta
          noche paró su ladrido, e asmo que se deuen recelar de
          zorras que en esta huerta se entran por los albollones y
          estragan lo que hombre afana, mas yos boto a Lucifer que
          yos les arme alguna noche qualque trampa que tengamos
          caça maguer que se engorra.

          _Theoph._--Pues, Machorro, donde tú andas yo estoy cierto
          que abrá buen recaudo.

          _Mach._--A buena huzia, nuestro amo, ell almuerzo venga,
          que en lo al pierde cudado. Qué digo, Polidoro hermano,
          comol suenan acos chamelotes a nuestramo, allentos
          me toman de emplear el jornal de dos semanas en otra
          gauardina como aquélla.

          _Polid._--Mira, Machorro; par Dios que estoy por dezir
          que es mejor hato el gauan que aquellos pellejos de gato,
          al menos si haze ventisco mejor abriga las coradas. Si
          el sol resprendea en demasia, debaxo del gauan se escapa
          hombre. Pues si se desmanda el pedrisco, mi capote hara
          lo que no haze su chamelote.

          _Mach._--Mia fe. Polidoro hermano, no les tengo embidia
          [á] sus mangotes. Quantis que aquestos que enfingen de
          escoderia no tienen son mucha veleza e poca salud. Yo
          ha que biuo del afan de estas manos y a la ley de Dios.
          Estoy contento con mi trabajo, e no hago mal a mi vezino.

          _Polid._--O Machorro hermano, no hay tal como ganar
          hombre el gouierno con el sudor de la cara, la olla
          podrida, y el gauan no muy roto, y el testamento en la
          vña. Todo lo al es echar ell alma a los perros.

          _Mach._--Aquestos escoderotes, mal pecado, comen de lo
          que hombre suda, e visten de lo que hombre afana. Estan
          llenos de dineros, y avn no menguados de cordojos.

          _Polid._--Dalo a huego, Machorro, biuamos como Dios
          manda, que esto mi fe es lo que vale. Coman se ellos sus
          perdigones e dexen me a mi con mi hogaça e macho, que me
          sabe como Dios hizo la nieue.

          _Mach._--Prissa, que te oluidas el golpe dell açada, y
          allego yo al cabo del tablar viejo, e a ti no te luze la
          labor que a cargo tomaste.

          _Polid._--Basta que me crezca la gana de beuer, aunque se
          me acabe la que tengo de cauar. Dios me liembre a bien
          hazer. Di, Machorro, liembrase te de Collaço, el capataz
          de Caldorio el viejo?

          _Mach._--Y avn de Lamberta su zagala, que más de quatro
          noches me ha dado malas.

          _Polid._--Pues abonda que el sacristan la festejea, y a
          ella que nol pesa mucho por auer nascido.

          _Mach._--Dola ya al diabro, que a la contina fue ganosa
          de manteles. Tambien antañazo anduuo aqui medio de
          puntillas con Frontino el cogedor de la humazga: no hará
          ya aquella moça cosa que buena sea. Prissa, prissa, que
          sube el sol por el ventanaje, e no está llena ell alberca
          de los adoquines.

          _Polid._--O hi de puta, qué açada esta para reboluer
          vassura entre estos mançanos nueuos! Tal sea mi uejez
          qual ella es, si la bota cumpliesse las marras.

          _Mach._--Ox, ox, ojo a la puerta, verás a nuestrama la
          moça qué resplendiente viene de mañana. O hi de puta, y
          chen la sobase aca pechadura, e le assentase media docena
          de nalgadas en acas llunadas muertas.

          _Polid._--Calla, que viene cerca. Do te al demoño
          enalbardado.

          _Phil._--Dorotea amiga, despues de la passada noche y
          de aquel açucarado rato con aquel cauallero passado, no
          he auido oportunidad para te dezir lo que con él tengo
          concertado.

          _Mach._--Alleguese acá, señora nuestrama, tome de la
          verdura.

          _Polid._--En secreticos andas? Cabal anda la cuenta; en
          tres pies deue de estar la domenica.

          _Dor._--Señora, habla passo, que estos villanos son
          maliciosos.

          _Phil._--Amiga mia, mi sola secretaria, aquel cauallero
          se fue, e consigo llenó mi coraçon e mi alma, y si alguna
          parte dexó en mi, más fue para amar que para animar. Su
          fidelidad de amor es tanta e tan fiel, que no bondad
          sino ingratitud fuera dexarla de conoscer, e con el
          conoscimiento no gratificarla. Pues como mis fuerças han
          seydo antes de agora combatidas, e con tan rezios golpes
          de amor mis entrañas quedassen aportilladas, fue el
          impetu amoroso que de su vista rescebi tan bastante, que
          destruyó mi verguença, robó mi honestidad, e finalmente
          tomó la verbal possession de mi captiuo consentimiento.
          Dile mi sí de le aguardar la noche que viene en esta
          huerta de mi padre, y aunque el temor despues acá me
          ha hecho algun tanto de resistencia, es el amor tan
          poderoso, y está tan encastillado en mis tan pocas e
          flacas fuerças, que ningun inconueniente basta para
          estoruar mi enamorado concepto. Dime, amiga mia, lo que
          te paresce, con condicion que en caso de impedir mi
          determinacion no gasto tiempo porque será mal gastado.

          _Mach._--Ha, señora nuestra ama, de guis que no chere de
          la fructa? De a rauia su mecé tanta filosomia con la moça
          y tome dell albahaca.

          _Phil._--Luego, Machorro.

          _Polid._--Ea, pues, ata me si ha gana, que está hombre
          parado por atendella.

          _Mach._--Prissa, prissa, que ella se llegará si le
          pluguiere.

          _Dor._--Señora mia, en el coraçon determinado dizen
          los que algo entienden que mal se rescibe el consejo;
          pero ya que este mal ha de venir en effecto, bien será
          que miremos cómo se haga menos mal, e que de dos daños
          el menos rescibamos por bien. Estos villanos duermen
          en esta huerta, e tienen el dormitorio en los poyos de
          aquel jardin, e pues se cree que el cansançio del dia
          e la çena de la noche los dexará presos del sueño, el
          tiempo de esta visitacion sea al punto de la media noche
          y por la parte más secreta de esta huerta. Plego a Dios
          que los perros no uenteen y acometan a hazer su officio,
          porque si tal cosa fuesse, todo tu gozo en el pozo, e
          tu concierto seria desconcierto, e muerte de muchos e
          infamia de la casa de tu padre.

          _Phil._--En mi coraçon estás, e como yo lo siento lo
          sientes, pues lo que yo temo has apuntado que temes. El
          concierto está hecho al punto de las doze por la parte de
          la cerca donde bate el rio en la huerta. En manos de la
          fortuna encomendemos nuestros apassionados desseos, que
          donde ésta no fauoresce nunca ay succession venturosa. E
          porque estos cauadores no sospechen mal de nuestro largo
          secreto, no se hable más en esta materia.

          _Mach._--O gozo bueno vea della la que la pario, quan
          roçagante fegura trae su meçé.

          _Dor._--Di, Machorro, por tu vida, paresce te bien mi
          señora?

          _Mach._--O, pese a quien me hizo el sayo con la
          parescida, si el rato que la está hombre oteando no me
          semeja son que los memoriales estan en passamiento.

          _Phil._--Miras me con buenos ojos, Machorro, e parezco te
          más de lo que soy.

          _Mach._--Con buenos ojos dizes, señora? Boto a la
          coronica de Olmedo que me escantas la condicion con sola
          tu catadura.

          _Polid._--O, vala te la maldicion, e qué ensenito
          enamorado enfinges.

          _Mach._--Tome, señora, este ramo de limon con que se
          espacie, e perdone que se le do con la mano.

          _Dor._--Deuias con el pie.

          _Phil._--Yo te lo agradezco, Machorro, e queda te a Dios,
          que nos vamos.

          _Mach._--Yda buena vaya con ella.


                                NOTAS:

          [564] Del contexto se deduce fácilmente que este trozo,
          á guisa de réplica, corresponde á _Machorro_, nombre que
          suplimos por faltar en el original.

          [565] En el original, _palos_.




                        ARGUMENTO DEL XXII ACTO


          Palermo e Piçarro, hallando se solos, acuerdan de yr
            a casa de la Claudina para pedirle compañía, donde
            siendo llegados la Claudina vende su hija a Palermo e a
            Libertina para Piçarro, e hecho el concierto se acaba
            este acto.


          PALERMO. PIÇARRO. CLAUDINA. PARMENIA. LIBERTINA.

          [_Pal._]--Descreo de la playa de Valencia y avn de la
          vida de Barrabas torno a descreer, con tanta soledad
          como aqui passamos. Vida es esta? no creo en la ley del
          quaderno, si no me determino de perder la vida que tengo
          por auer vna yça que me ayude a ganar el roço. Esto ya el
          diablo se lo quiere, no tengo la vida en tres sueldos,
          harto estoy ya de comer pan con corteza.

          _Piç._--Descreo del tabernaculo viejo si tú no andas
          tramando algo con que demos ell alma al diablo y el
          cuerpo á los alanos; demos vna gatada en casa de aquella
          puta vieja de la Claudina, e hagamos la que nos muestre
          su martilojo de putas, e si alguna vuiere no muy marcada
          que tenga razonable gesto e mejor adereço de mueble,
          echalle hemos la garra y daremos con ella en el estancia,
          donde descreo de la vida en que biuo si la misma muerte
          me la desengarrafe de mi poder.

          _Pal._--O, reñego de la ribera de Tajo, pues no es
          afrenta grande uer vn hombre de honrra yr cada dia con
          su jarro al bodegon? sino que cueste lo que costare, e
          vna daifa en casa que sirua de ama e moça y avn passe por
          dueña.

          _Piç._--Bien lo has acordado, pues alto; pon los pies
          en el camino. Oyes, mochacho, mira por la casa, por las
          paredes digo, que, Dios sea loado, no tropeçará nadie en
          el axuar.

          _Pal._--O ventura. Boto a tal no sé en qué se va:
          treynte años ha que toco los atambores e hago el son
          en la puteria, e mas ha de quinze que ando hecho[566]
          estantigua por los çimenterios e a sombra de tejados, y
          encomiendo al diablo otra cosa he ahorrado sino desta
          mano derecha. Medio ojo me arrebataron en Bilbao, y este
          rascuño me dieron en Xerez de la Frontera. Blanca, si no
          es en la cabeça, do yo a Lucifer la que yo mando. El vn
          lado me hiede a çimenterio, y el otro a espital pobre: no
          es vida esta passadera.

          _Piç._--A casa de esta vieja llegamos, procuremos de
          metella el diablo en el cuerpo, que de grado o de fuerça
          nos dara qualque putana.

          _Pal._--Quién está en su casa?

          _Par._--Quién llama ya de mañana? No pudieramos agora
          passar la siesta sin huespedes?

          _Pal._--Ho salue y guarde a la madre vieja y la compaña.

          _Piç._--Descreo de tal si no venimos a tiempo que aunque
          esté comida la pulpa no mancarán vn par de huessos.

          _Clau._--Jesu, Jesu, hijos de mi alma, quál nublado os
          aportó por estos barrios? Llegate, hijo Palermo[567],
          ay par de essa mochacha, e tú, Piçarro, sientate ay con
          Libertina, e alcançad sendos bocados.

          _Par._--Qué has auido, señor Palermo, vienes con algun
          embaraço?

          _Pal._--O descreo del cuerpo de mi amiga con quien tal
          pregunta, e quándo suelo yo biuir sin quatro dezenas de
          tramas, que la menor me cueste la vida? No creo en la fe
          del soldan si hallasse con quien matarme, si pudiesse
          auer en casa mejor pasqua.

          _Lib._--Jesu, defiende me tú, Señor, de hombre tan
          arrebatado.

          _Clau._--Qué aueys auido, hijos, que tan ganoso viene
          Palermo de morir? Jesu me libre y me defienda; ten paz,
          hijo, con todo el mundo e biuiras alegre y moriras bien
          logrado.

          _Piç._--O, pese a tal con la puta vieja, despues de bien
          puta haze se nos candelera. Danos, descreo de la vida en
          que biuo, sendas putas que nos siruan, e nos socorran en
          nuestra pobreza, y el consejo dale por allá a quien más
          le ha menester.

          _Clau._--Andá noramala, hijos, no seays vellacos. No
          podeys dezirme vuestras necessidades sin amenguar mis
          tristes canas? Como he dado recaudo a otros a quien menos
          soy obligada, no os dare a vosotros dos e tres moças, y
          más quantas por derecho deua?

          _Par._--Ce, madre, ya me entiendes, a tiempo vienen.

          _Clau._--Ya ya, no mas.

          _Pal._--No hables en secreto, madre; si no reniego del
          pilar de Victoria si no lo encomiendo todo al diablo.

          _Clau._--Hijo Palermo, ten seso e paciencia e ganarás
          comigo dineros. Descendid acá abaxo, locos, que os quiero
          hablar un poco en secreto.

          _Piç._--Vamos, pese a tal, siquiera sea en casa de
          Barrabas.

          _Clau._--Sentaos, hijos, en essa escalera, e hablad
          passo, no nos entiendan estas rapazas. Mirad, hijos mios,
          ya sabeys que es mi officio ganar de comer entre los
          buenos, e que quien fuere mi amigo me ha de acarrear mi
          prouecho. Yo tengo an[568] casa estas dos moças frescas
          como vnas rosas e mochachas para todo, e ansi goze yo mi
          vejez como a mi Parmenica me pid[i]o oy vn cauallero con
          quien no se perdiera nada si yo dar sela quisiera, y a
          essotra rapaza me han pedido muchos, sino que por no ver
          me sola no me he determinado; pero porque conoscays la
          voluntad y amor que os tengo, yo os las quiero dar por vn
          cierto tiempo hasta que veamos cómo lo hazeys con ellas,
          e ha de ser con esta condicion: que mireys por ellas e
          os tengan por amparo, os siruan la casa, e las tengays
          por amigas, mas si algun lançe se les offreciere con que
          ganen dos doblas, de la parte que os cupiere tengo yo de
          aver la mia, pues que, mal pecado, para esso he criado a
          la vna y a la otra he aluergado en este rincon para que
          me ayuden a passar esta vida. Y esto que aqui queda entre
          nosotros concertado ha de ser tan secreto que la tierra
          no lo sienta.

          _Pal._--Ora, madre señora, gran merced rescebimos con lo
          que por nosotros hazes. E si ellas van a la estancia,
          descreo de la tierra de Fez si no les valga más vn dia
          que ciento de quien más haga por ellas. Ellas procuren
          de ser las que deuen e no nos rebueluan cada dia nueuas
          trapaças, e en lo demás en caso de buscar quien les
          dé diez doblas, hagan lo que quisieren, que aqui las
          ayudaremos.

          _Piç._--Yo las faborescere con mi persona y lo que
          tuuiere, y aqui el señor Palermo, que es amigo del tiempo
          viejo, todos las auemos de seruir e poner la vida por lo
          que a su chapin tocare.

          _Clau._--Pues, hijos de mi alma, en esto no se entienda
          más por agora. Vosotros os podeys yr con la bendicion de
          Dios, porque yo quiero tocar el pulso a las moças, e no
          que vosotros esteys delante: mañana en la noche dad por
          acá la buelta, que ellas estaran a punto y lleuar las
          heys en buen hora.

          _Piç._--Ora, pues, madre Claudina, lo dicho dicho.

          _Clau._--Yd, hijos, con Dios, que yo haré lo que digo.
          Qué hazeys, loquitas? Aora aueys mirado, qué feroces
          venian aquellos diablos? Qué es esso, Parmenia? Qué
          ojos son essos que tienes? Qué has auido despues que yo
          descendi?

          _Lib._--Madre, ella ha entendido lo que dexas concertado,
          y despues que de aqui fuiste no haze sino llorar.

          _Clau._--Ea, ea, bonita, lagrimitas agora, qué me
          agradan! pues qué te pensauas? que toda tu vida te auia
          de tener a un lado? No me faltauan otros duelos. Muger
          eres ya hecha y derecha, e bien sabes ya el pan con que
          te has de hartar. Ya he trabajado con mi vejez e pobreza
          hasta ponerte en hedad y en estado que sepas ganar de
          comer. Biue, hija, por tu pico, e no seas niña toda tu
          vida. Cata aqui a tu compañera Libertina, que no ha seydo
          toda su vida sino como una martir, donde quiera que la
          he lleuado, siempre muy conforme con lo que yo la mando;
          tuerto o çiego, el amigo que la doy esse tiene ella por
          perlas orientales.

          _Lib._--Qué quieres, madre, que haga? Quando a tu casa
          me llegué yo vine pobre e desnuda, que en mi camisa no
          ataran blanca de cominos; agora, Dios loado, cayendo e
          leuantando, no faltan dos reales e vn razonable vestido.
          Veo que si quiero comer no ay quien me lo estorue, e que
          duermo descuydada con no faltar la comida; mientras esto
          durare, ahorquen a todo el mundo.

          _Par._--Qué quieres, madre, que sienta? Pues que me veo
          moça y afligida e con desseo de gozar mi alegre moçedad,
          e toda mi vida encerrada hecha mesonera de vellacos, y
          agora que en tu vejez esperaua algun buen pago, has me
          vendido a un rufian, que no sé lo que de mí querra hazer.
          Veome sola, e huerfana de padre, e desamparada de ti, que
          en fin eres mi madre, en quien he puesto mi amor toda
          mi vida. Si mayor mal quieres, si a muger tan temprano
          persiguio la fortuna como a mí, tú, madre mia, lo mira, e
          ansi me pon el remedio.

          _Clau._--Mira, Parmenica, haz lo que yo te mando, toma
          mi consejo, e no te pongas comigo en disputa si hago
          bien o mal. Más vieja soy que tú, más sé del mundo que
          tú, e más se me entiende que a ti. Si vas en compañia de
          Palermo, no vas a tierra de Moros, muestra te a dexar la
          teta, que ya duro es el alcaçel para çampoñas.


                                NOTAS:

          [566] En el original, _heccho_.

          [567] En el original, _Parlermo_.

          [568] Así en el original




                       ARGUMENTO DEL XXIII ACTO


          Theophilon, padre de Philomena, conosciendo en su hija
            algun nueuo desasosiego, habla palabras muy graues a
            Florinarda su muger sobre el descuydo que tiene en el
            castigo de Philomena, e llama a Siluerio e Panphilo sus
            criados en secreto, a los quales encarga que maten a
            palos a la vieja Claudina, etc.


              THEOPHILON. FLORINARDA. SILUERIO. PANPHILO.

          [_Theoph._]--Florinarda amiga, muchas uezes he desseado
          auisarte que como honrrada matrona enmiendes algunos
          descuydos en la gouernacion de nuestra casa y en la
          guarda de nuestra honrra, porque con muchas e muy biuas
          ocasiones a esto soy compelido; pero considerando que la
          flaqueza feminil no deue ser molestamente tractada, e que
          las negligencias que no nascen de malicia con facilidad
          son corregidas, he acordado de callar hasta que veo
          nuestra honrra dando baybenes y a punto de caer en algun
          hoyo de immortal infamia. Muy escusado me fuera a mí,
          que soy padre, desuelarme en el castigo de Philomena mi
          hija, si como tú eres dueña noble fueras madre cautelosa.
          Pero semejante[569] exercicio de corregir donzellas, al
          varon es vergonçoso quanto a la muger más honesto. En
          confusion tuya, y en demasiada pena mia, te doy auiso que
          de algunos dias a esta parte conozco en Philomena nuestra
          hija alguna nueua desemboltura causada de tu muy notable
          descuydo. He conoscido en ella ser amiga de la ventana,
          e avn no muy enemiga de ser vista, que es en la donzella
          vn gusano para su nombre tan delicado. Tambien me dizen
          que vna mala vieja que dizen la Claudina frequenta mucho
          nuestra calle, y avn nuestra criada Dorotea no dexa de
          visitar su casa; en el tiempo que Philomena nuestra hija
          fue templada en sus palabras, honesta en el aspecto,
          recatada en su persona, e retrayda en su exercicio noble,
          ninguna nouedad que yo en ella conosciera causara en
          mí deshonesta sospecha, porque la muger virtuosa donde
          quiera es buena hasta que viene a dar señales de mala. No
          piensses, mi Florinarda, que por lo que en nuestra hija
          siento de nueuo se me aya entibiado el amor paternal,
          sino que la experiencia que tengo del mundo me causa
          cautela, e la cautela temor, y el temor me da pena, e
          la pena produze en mí semejantes effectos; solamente
          quiero que sepas, si no lo sabes, que ay en las mugeres
          tanta fragilidad, que con muchas guardas apenas se
          guarda vna, e con vn pequeño descuydo pueden venir todas
          en perdimiento. Nuestra hija es noble, pero es muger;
          es illustre en sangre, pero muy moça en los dias, y
          aunque el natural y la nobleza la hagan buena, puede se
          peruertir con el aparexo de ser mala. Mira, Florinarda,
          por nuestra hija, e castigala con amor en secreto, porque
          no venga a tiempo que se digan en público sus maldades.

          _Flor._--Theophilon, señor mio, admiracion grande me
          causa tu plática sospechosa, e la materia della me acaba
          las fuerças de pena, porque en nuestra vnica e tan amada
          hija no solamente no he conoscido maldad, pero jamas
          senti en ella indicio ni aparencia de liuiandad. Si ama
          estar a la ventana, e yo no se lo defiendo siendo madre,
          no procede de mi descuydo, sino de la confiança que tengo
          en su honesta condicion. Bien veo que se alegra con mirar
          como moça, pero tambien piensso que es tal su honesto
          recatamiento, que alançara qualquier pensamiento liuiano;
          ni nuestra hija es tan astuta, ni yo tan descuydada, que
          ella pueda mirar sin que yo la vea ni hablar sin que yo
          lo sienta. En todos los actos y exercicios suyos hasta oy
          no me acuerdo auer visto alguno que merezca algun género
          de castigo; pero si yo como muger, aunque vieja, no tengo
          astucia bastante para velar semejante castillo, e tú como
          uaron e padre conosces que algun descuydo notable he
          cometido que deba emmendar, manda me con auiso, que yo
          obedescere con el amor que a ti deuo é a nuestra hija soy
          obligada.

          _Theoph._--Mira, Florinarda, si como eres incauta hembra
          fueras varon cauteloso, ni me pidieras la causa de mi
          reprehension ni quisieras otra más para guardar tu hija
          de conoscer la muger e moça, por lo qual es inclinada
          a todo linage de vanidad. No te pido que dexas a tu
          hija que sea mala, sino que puedes con tu descuydo dar
          la ocasion que no sea buena, porque de ser la madre
          descuydada viene la hija á ser desvergonçada, e quando
          tal la conoscieres, o tú deues procurar de perder la
          con darla la muerte o aparejarte al perdimiento de
          vida é honrra tan delicada. Qué más ni mayores señales
          quieres de la nueua liuiandad de Philomena sino verla
          sin reposo en el bastidor e en su rostro postizo color,
          amiga de andar en secretos con la moça e muy fácil de
          visitar la puerta? Grandes señales veo en ella de su
          perdicion, e ningun remedio para remediarla sino con la
          sepultura. A mi parecer deuemos tomar por vltimo remedio,
          porque es el mejor, que tú, pues eres su madre y mas
          continua compañera, biuas en auisada cautela de aqui en
          adelante con ella, sin darla a sentir que de su mudança
          de costumbres auemos tenido nueuo sentimiento; y esto
          porque el crimen de liuiandad en la muger no se ha de
          castigar sino con la muerte, e qualquier castigo que
          este no sea no es sino una licencia para que sea mala
          con la facilidad[570] de la pena. En esto, amiga mia, te
          encomiendo seas tan cuydosa quanto hasta agora has sido
          descuydada, porque no menos se puede adobar nuestra hija
          e mitigar nuestra pena con el auiso futuro que agora está
          dañada con el descuydo passado, e porque este negocio
          e lo que dél tengo secreto, por su grauissima qualidad
          no requiere tantas palabras quanto poner las manos en
          el remedio e venir a las obras, tú, amiga, harás de tu
          parte lo que con tanta pena te tengo encargado, que yo de
          la mia haré como padre lo que a mi honor soy obligado.
          Ve, señora, a entender en tu hazienda, que yo me quiero
          quedar solo a rezar mis acostumbradas deuociones. Solo
          estoy y apassionado porque la honrra de mi hija, en quien
          la mia consiste, veo puesta en el postrero remate. Qué
          haré? con quién me aconsejaré? El coraçon apassionado
          para ningun negocio arduo tiene saludable consejo. Llamar
          quiero a Panphilo e Siluerio mis criados para que con su
          libre entendimiento reparen el mio que está con la pena
          dañado. Oyes, Siluerio, Pamphilo, dónde estás?

          _Sil._--Aqui estamos, señor.

          _Theoph._--Entrad acá, e çerrad essa puerta del
          retraymiento, porque quiero que mi plática sea secreta.
          Dezidme, vosotros no comeys mi pan? vosotros no estays
          en mi casa? no mirays mi honrra como criados, pues yo
          procuro vuestro prouecho como señor? Cómo, no parays
          mientes que mi honrra e fama anda destruyda? quién entra
          en mi casa? quién habla con mi hija? quién le da ocasion
          para ser liuiana? dime, Siluerio, qué sientes de su
          liuiandad?

          _Sil._--Señor, la grauedad de tus palabras e la nouedad
          de tus reçelos me tienen atonito e sin sentido, y la
          sospecha que pones en mi fidelidad me tiene de todo punto
          corrido. Nunca Dios quiera que en Philomena mi señora yo
          haya conoscido liuiandad, e si la conosciesse, en mí no
          auria falsedad para encubrir secreto tan delicado. Porque
          tú eres mi señor, e como tienes obligacion de gratificar
          mis seruicios, tienes poder para castigar mis deffectos.
          Verdad es que mi señora Philomena se alegra como donzella
          moça, pero conozco que se recata como persona illustre.

          _Theoph._--Dime, Pamphilo, tú no has visto entrar en casa
          una vieja falsa que llaman la Claudina?

          _Pamph._--Señor, sí algunas vezes.

          _Theoph._--E ha hablado en secreto con mi hija Philomena?

          _Pamph._--De esto no tengo noticia. Porque siempre que
          essa vieja ha venido aquí, mi señora Florinarda ha estado
          en la posada.

          _Theoph._--Pues la conclusion de mi platica sea que yo
          estoy sentido de la nueua conuersacion de aquella vieja
          con mi muger e hija, e la he mandado que no entre en mi
          casa so pena de perder la vida. Cumple a la mia y a mi
          honrra que vosotros como fieles criados y en quien tengo
          dende vuestra niñez puesto mi amor, mireys cautelosamente
          los passos de mi hija e andeys en assechança con esta
          vieja falsificada, e donde quiera que la pudieredes auer,
          viniendo a mi casa pública o secretamente, le acabeys la
          vida a palos, que yo gastaré mi patrimonio e pondre mi
          vida por lo que sobre ello se os offresciere.

          _Sil._--Señor, hacer lo hemos como a tu seruicio se deue,
          aunque yo no quisiera que la primera cosa de afrenta que
          me mandas fuera poner las manos en una muger e vieja,
          pero no quiero poner escusa porque no pienses que niego
          tu mandamiento.

          _Pamph._--Ora, señor, a nosotros el cargo, que la
          embiaremos a çenar al infierno antes que tenga remedio de
          buscar quien de nuestras manos la defienda.

          _Theoph._--Pues, mi Pamphilo, en lo dicho no aya más.

          _Sil._--Señor, pierde cuydado, que no lo has dicho a
          sordos ni descuydados.


                                NOTAS:

          [569] En el original, _por semajante_.

          [570] En el original, _faclidad_.




                       ARGUMENTO DEL XXIIII ACTO


          Venido el tiempo con Philomena concertado, Policiano
            llama a sus criados para yr a la huerta de su señora;
            embia delante a Siluanico, e lleua consigo a Solino e
            Salucio; llegados a la huerta ponen el escala e Policiano
            entra, donde halla a Philomena esperando con Dorotea su
            criada. Los perros de la huerta sienten la gente que
            anda por ella; finalmente, entrado Policiano e rescebido
            de Philomena, gozan de los vltimos dones del amor, y
            entretanto Dorotea passa con Siluanico su requiebro dende
            las ventanas de la huerta, e despedido Policiano de
            Philomena, Policiano se torna a su posada e Philomena a
            su cama, e se acaba este acto.


           POLICIANO. SOLINO. SALUCIO. SILUANICO. PHILOMENA.
                     DOROTEA. POLIDORO. MACHORRO.

          [_Pol._]--Moços, moços.

          _Sol._--Señor.

          _Pol._--Dame mi espada e rodela, e adereçad vuestras
          personas, si os paresce que es hora de yr este
          bienauenturado camino. Toma, Siluanico, essa escala de
          cuerda debaxo de tu capa e vete delante a dar nos auiso
          de la gente que anda por la calle.

          _Sol._--Señor, todo está a punto, vamos quando fueres
          seruido.

          _Pol._--Vamos, y los angeles sean en nuestra guarda.

          _Sal._--Oyes, Siluanico, anda delante dissimuladamente
          hazia la huerta de Theophilon, e si alguna persona vieres
          de quien podamos ser sentidos harás vna seña para que nos
          pongamos en cobro; e mira que lo hagas a tiempo, ya me
          entiendes.

          _Sil._--Muy bien. O dichosa venida. O plazer incogitado.
          O camino deleytoso. O cómo se me haze mejor que a Dios
          lo pido. O mi señora Dorotea, si como yo te desseo me
          esperas, bendicto pensamiento tan bien gratificado.
          Cantar quiero vn cantarçillo para recordar á quien duerme:

              Páreste á la ventana,
                niña en cabello,
              que otro parayso
                yo no le tengo.

          _Sol._--Oye, oye, señor, cómo canta Siluanico. Por los
          euangelios que es deleyte de oyrle con el silencio de la
          noche.

          _Pol._--Oye te que canta.

              _Sil._ Fonte frida, fonte frida,
                   fonte frida e con frescor,
                   do todas las auezicas
                   tomauan recreacion,
                   sino es la tortolica,
                   que está sola e sin amor,
                   que ni posa en rama verde
                   ni en arbol que tenga flor,
                   ansi biuo yo cuytado
                   por amar vn nueuo amor[571].

          _Phil._--No oyes, Dorotea, qué voz tan apazible es la que
          suena? Conosces algo en aquel cantar?

          _Dor._--Sí, señora, mucho conozco: aquel es el paje de
          Policiano, seña deue ser de su venida.

          _Phil._--Los angeles todos le acompañen e libren de
          mal. Mira, Dorotea, despues que mi señor Policiano aya
          entrado, dexa me sola gozar dél, no impidas mi gozo tan
          desseado: no quiero testigos de mi vergonçoso deleyte.
          Estaras atenta e mira si en el retraymiento de mi padre
          suena alguna sospecha de mi secreto yerro, e no te
          descuydes si algo sintieres en dar me auiso con breuedad
          antes que seamos sentidas.

          _Dor._--Está segura, señora, que no ay agora en casa
          semejante sospecha.

          _Pol._--Poned, moços, essa escala por esta parte que
          dize mi señora que es el lugar más sin peligro, y esperad
          me en vna parte donde no seays conoscidos e auidos por
          sospechosos.

          _Dor._--Señora, ya sube Policiano, yo me aparto a esta
          ventana.

          _Phil._--Ve, que yo bien acompañada quedo.

          _Pol._--Es mi señora Philomena? es la thesorera de mis
          plazeres? soy yo Policiano? O mi gloria e mi descansso,
          quanto me hallaria bienauenturado si creyesse que esto no
          es sueño.

          _Mach._--Huera aqui, Manchado, que te toma el diabro a
          media noche.

          _Polid._--Maginado tengo que andan zorras entre estas
          arboledas segun que esta noche se despepitan estos perros.

          _Mach._[572]--Huera aqui, Bardino, avn el diabro cro que
          ha de auer parte en él esta noche.

          _Phil._--Passito, señor mio, que duermen cerca estos
          hortolanos, e temo que estos perros nos han de impedir
          este gozo tan desseado. O mi señor e mi solo descansso,
          o mi bien e mi soberana alegria, toda esta noche me he
          desuelado con la ymaginacion plazentera desto que contigo
          posseo, e agora que en mis braços te tengo, dos terribles
          cuydados enturbian mi mezclado gozo: temor que auemos
          de ser sentidos e que el alba ha de partir esta vnion
          enamorada. Tu presencia da luz a mi coraçon, e si de mí
          te apartas, no menos ecclipsada que la luna, absente de
          Phebo, quedará esta tu captiua con tu ausencia.

          _Mach._--Huera day, Bardino: si arrebato vn garrote.

          _Polid._--La rabia tienen esta noche, que no pára su
          ladrido. Si las paredes fueran baxas no dexara hombre de
          penssar qualque ruyndá. Torna aqui, Manchado.

          _Sol._--Por tu fe, Siluanico, que cantes vn poquito al
          falsete, que huelgo mucho de oyrte cantar.

              _Sil._

                       Lagrimas de mi consuelo
                     que aueys hecho marauillas
                         e hazeys,
                     salid, salid sin recelo
                     a regar estas mexillas
                         que soleys.

          _Sal._--Par Dios, Siluano, graciosamente lo cantas. Di
          por tu vida otro poco, que me espacia el alma tu suaue
          melodia.

              _Sil._

                       Mis ojos pues que miraron
                     a quien más que a ssí quisieron,
                     paguen pues lo merescieron[573].

          _Sol._--Oye, oye, Siluanico, ojo a la ventana.

          _Sil._--Qué te toma el diablo? Antojasete?

          _Sal._--Juro a los Euangelios, cata la moça assomada.

          _Sil._--Es mi señora Dorotea?

          _Dor._--Soy tu muy cierta seruidora.

          _Sil._--Con esso haze tan lustrosa noche. Con esso no
          puede entrar en mis ojos ningun quilate de tiniebla.

          _Sol._--O, descreo de la puta que le pario al rapaz. Juro
          a la casa Sancta, otro çeloso ay en la posada.

          _Sal._--Ora oygamos el requiebro hasta el cabo.

          _Sil._--O mi señora, cómo me has dexado dezir devaneos
          con mi boz desatinada? por qué no atajauas mi canto con
          tu bienauenturada presencia?

          _Sol._--Qué te paresce, Salucio, de la plática del
          mochacho?

          _Sal._--Qué diablos[574] quieres que no sepa dezir;
          estando todo el dia e la noche en la camara de essotro
          madre de la luxuria, algo auia de deprender.

          _Sol._--Ora oye.

          _Sil._--Cómo estas, mi reyna? En qué lugar tienes
          aposentado mi coraçon, señora mia?

          _Dor._--Señor mio, la suauidad de tu musica no tuuo
          menor virtud atractiua que la harpa de Orfeo, pues en mi
          coraçon insensible hizo tanto sentimiento que me truxo
          forçada para gozar de tu presencia.

          _Sol._--O descreo de la putilla e avn de la madre que la
          pario, e cómo acierta a dezir philosophia de amor.

          _Sal._--Sí, sí, en las escuelas de Ouidio deue de auer
          estudiado la rapaza. El arte de bien parlar la deuen auer
          leydo. No me medre Dios si ella sabe tan bien[575] el
          Credo.

          _Dor._--Señor mio, la indisposicion del lugar, junta con
          la breuedad del tiempo, no me dexan gozar de tu graciosa
          conuersacion. Creo que tu señor Policiano se va, e mi
          señora me haze señas que nos vamos. Para la primera noche
          que Policiano venga a esta tan dichosa visitacion, yo
          dare orden cómo con más espacio e no menos descanso nos
          veamos.

          _Sol._--No la oyes, hermano? En buenos terminos queda el
          negocio.

          _Sal._--Ya lo veo. De rruyn a ruyn quien acomete vençe.
          Descreo de la madre que me pario si aunque la moçuela
          me ha parescido bien, yo he osado dezirla nada. Llegó
          Siluanico, y ya ues cómo anda. O ventura!

          _Dor._--Señor mio, yo me voy. El angel de la paz te
          acompañe.

          _Sil._--Reyna mia, e contigo vaya.

          _Phil._--Mi señor e lumbre de mis ojos, pues has tenido
          por bien de me pribar del don más estimado que rescebi de
          naturaleza, pues ya del todo has tomado la passion[576]
          de esta tu sierua, pues te vas e me dexas a mí sin mí por
          lleuar mi ánima en tu compañia, suplicote, mi coraçon,
          que no dexes de acordarte, que si en tu ausencia puedo
          biuir, será en confiança de gozarte con muy continuas
          visitaciones. Quando ordenares que yo resciba esta merced
          tan copiosa, por este lugar, aunque peligroso, hallo yo
          el aparejo más conueniente, atenta la clausura de esta
          casa.

          _Pol._--Reyna mia e mi verdadero descanso.

          _Polid._--Ora yos boto a sant Alberto, que el diabro deue
          de andar esta noche entre estos naranjos. Huera aqui,
          Manchado.

          _Pol._--Coraçon mio, estos hortolanos estan sospechosos,
          y el temor de este peligro que está muy en las manos
          acorta por el presente el hilo de mi alegria, y pienso
          que ha de ser parte para que mi vida se acorte a causa de
          los males que pienso padescer en tu ausencia. La noche
          que viene, por este mismo lugar, si tú, mi señora, fueres
          seruida, será mi venida muy cierta. Yo me voy e me quedo
          verdaderamente contigo. Angustiado voy con la breuedad de
          mi gloria, e con mortal angustia estaré hasta tornar me a
          poner en esta verdadera possession de plazer. Los Angeles
          sean en tu guarda e te me dexen ver con el descansso que
          yo desseo.

          _Phil._--E a ti, mi señor, acompañen e te tornen a mis
          braços para que descanse mi coraçon. Dorotea amiga, qué
          ha seydo de ti? en qué has entendido este tan açucarado
          rato de mi gloria? has dormido?

          _Dor._--Si cierto, dormilona es la moça. A la puerta
          del retraymiento de mi señor Theophilon me he estado
          assentada.

          _Phil._--Pues muy passo nos entremos a la camara, e
          dormiremos lo que resta hasta que sea de dia; pero cómo
          dormirá quien tan triste queda? qué sueño no quebrantara
          mi soledad? qué coraçon no inquietara mi tan atreuido
          yerro? O padre mio, si sintiesses mis tan desonestas
          pisadas, cómo acabarias mi vida, por no gustar de tu
          desonrra. O hembras hembras, nunca deuiades de nascer,
          pues soys tan mal inclinadas e tan potentes para
          effectuar vuestros apassionados desseos.


                                NOTAS:

          [571] Como los de páginas atrás, estos cantares están
          impresos á renglón tirado, cual si fuesen prosa.

          [572] En el original, _Polid._; pero como acaba de
          hablar, el que habla ahora debe de ser Machorro.

          [573] Están impresos estos cantares como si fuesen prosa.

          [574] En el original, _diables_.

          [575] En el original, _tambien_.

          [576] Así en el original, quizás por _posession_.




                        ARGUMENTO DEL XXV ACTO


          Claudina, cobdiciosa del logro quotidiano, sale de su
            casa a visitar sus deuotas. Passa por casa de Cornelia
            e Orosia, a las quales promete de dar sendos amigos, y
            en el camino, tornando a su casa, topa con Libertina su
            criada, con la qual va por la calle de Theophilon e halla
            a la puerta a Siluerio, con el qual se embia a encomendar
            en Philomena, etc.


           CLAUDINA. CORNELIA. OROSIA. LIBERTINA. SILUERIO.

          [_Clau._]--Agora que voy sola quiero mirar el prouecho
          que con mi Parmenia tengo, e parar mientes el daño que
          puedo auer con su ausencia. Lo primero tengo con ella
          ganancia que monta más moneda que media calongia. Ella lo
          gana con su persona e yo lo gasto como señora; mi casa
          está aperrochada de mançebos a su causa, y avn por su
          buena conuersacion siempre acuden moças de buen fregado
          con que al cabo del año siempre caen modorros. Con su
          ausencia, mal pecado, la pérdida es muy cierta y la
          ganancia dubdosa. Poniendo mi hija en poder de Palermo,
          en lugar de ganancia puede ser que escotemos lo ganado:
          no dizen embalde que la cobdicia mala el saco rompe. Si
          a mi hija saco de mi compañia, para quién quiero mis
          alhajas? para quién guardo mis sauanas randadas, mis
          manteles de Alemania, mis tapices de Flandes e mi tinaja
          de harina? pues de ningun bien la possession es agradable
          sin compañia. Vna ánima sola ni canta ni llora. Qué
          tengo yo de hazer entre quatro paredes sola? si me duele
          la cabeça, quién me pondra medicina? si mi dolencia me
          acude, a quién boluere mi cara? mal consejo ouiera tomado
          si de casa la ouiera embiado. Este se, huelgue se, goze
          de su moçedad, que ansi hize yo de la mia. En mi casa no
          le faltarán media dozena de amigos ni vna de reales que
          coma. Mala vejez yo aya si Palermo me la lleuare. A casa
          de Cornelia llego, quiero entrar a visitarla a ella y a
          Orosia, que el cañal que no se requiere no da de comer a
          su dueño. Quiero llamar, si quiera por la criança. Tha,
          tha.

          _Cor._--Quién llama de mañana?

          _Clau._--Abre, hijita, que la Claudina es.

          _Cor._--Vengas en ora buena tú y los buenos años.

          _Oros._--Jesus, madre de mi alma, e qué milagro fué éste
          que nos tuuiste en memoria?

          _Clau._--Andad, loquillas, que agora que he començado
          a conosceros e visitaros, cada dia me tendreys en esta
          casa. Cómo estays, mis hijas? Moças e hermosas, ansi sea
          buena mi vejez.

          _Cor._--Aosadas, madre, no sé pues la causa, ansi goze de
          mí, que nunca me vi tan triste ni tan afligida despues
          que me conozco.

          _Clau._--Mirad, hijas mias, pues estays en hedad alegre,
          no busqueys ocasiones de tristeza. Mirad que el ánimo
          triste es vn fuego que consume e acaba la vida.

          _Oros._--En buena fe, madre, que auiamos penssado yo e
          Cornelia mi prima de yrnos vn dia a tu casa y holgarnos
          contigo e con la señora Parmenia. Darte parte de nuestras
          penas, pues te tenemos por madre e amiga verdadera.

          _Clau._--Sancta Catalina del cielo, hijas de mi alma,
          e qué passiones son las vuestras que tanto las ayays
          sentido? Aosadas, por mi vejez que sea buena, que
          barrunto yo algo de lo que a vosotras duele. Digo algo?
          Qué dizes, bouita? a perro viejo no cuz cuz. E a quien
          cueze y amassa no le hurtes[577] hogaça.

          _Cor._--Madre de mis entrañas, bien sé que lo entiendes
          todo e por esto te quiero dar parte de lo que nos da
          tanta pena. Ya ves, madre, que nuestra hedad ni nuestro
          estado ni condicion ni coxas[578] que, ninguno por gentil
          que sea, nos venga a escupir en la cara, e si aquellos
          vellacos rufianes supieran tractarnos como quien somos,
          a fe de muger de bien que otro gallo les cantara. Pero
          no es la miel para la boca del asno, ni el anillo de oro
          para la nariz del puerco. Finalmente, madre Claudina, que
          a ti toda la verdad se te deue dezir, aunque tengamos
          en nuestra arca dos pares de doblas e tres de vestidos,
          bien vemos que no han de durar para siempre: que el
          tiempo y el dinero corre[579] como el viento. Nuestro
          alcohol, nuestras camisas labradas, nuestros aromaticos
          olores, ya sabes, madre, quántos dias ha que se pagan de
          vazio. No queremos por necessidad yr a morir al espital.
          Queremos, madre mia, pagar te muy bien tu trabajo, e que
          nos pongas en poder de hombres[580] que no solamente
          sustenten nuestro fausto y honrra, pero que nos saquen de
          qualquier trabajo que se nos offresciere, porque aunque,
          loado Dios, no nos faltan modorros que acuden con este
          pie de altar quotidiano, auemos menester quien tome a
          cargo la costa ordinaria, porque lo demas son nuestras
          adahalas e lo que nos ahorramos. Esta heredad sola nos
          dexaron nuestros padres, y desta, como sabes, nos auemos
          de mantener.

          _Clau._--Mirad, hijas mias, no os quiero consejar como
          a mugeres honrradas, pues honrra e prouecho no caben en
          vn saco. Pero bien quisiera yo, ansi goze de mí, que con
          Solino e Salucio se hiciera algun cumplimiento, aunque
          fuera como dizen dar a torçer vuestro braço. Son mançebos
          gentiles hombres e que os tuuieron en honrra el tiempo
          que os conoscistes, e ya puede ser que tornando a su
          amistad aya otra nueua vida.

          _Oros._--Dalos al diablo, madre, no me los mientes ni
          oyga yo su nombre, que ellos salieron de aqui para cuanto
          ellos biuieren.

          _Clau._--Pues, hijas de mi alma, yo lleuo a mi cargo
          buscaros lo que os cumple. Pero mirad que si tal cosa
          hallare, que quiero que me lo agradezcays; ya me
          entiendes Cornelia?

          _Cor._--Ya ya, madre, a fe [he] de darte un çamarro que
          condessa no le tenga tal.

          _Clau._--Pues a Dios, a Dios, mis hijas.

          _Oros._--El vaya contigo.

          _Clau._--Andar, vamos adelante. Con este viaje no se
          ha perdido mucho; para estas dos moças[581] yo buscaré
          dos moços de espuelas de vn canonigo que acudan con el
          mollete hurtado, el pedaço del toçino en la manga e avn
          la ristra de cebollas en la capilla, que estos tales son
          los que a éstas han menester, e al cabo ellos yran sin
          pluma e la vieja Claudina sin quexa. Vala me Dios del
          cielo, es Libertina la que viene por esta calle? Ella es
          si los ojos no me mienten. Jesus, hija Libertina, e no te
          dexé yo en casa quando de allá sali?

          _Lib._--Pues, madre, ansi es el mundo, ya sabes qué no ay
          quien en vn estado permanezca.

          _Clau._--E de dónde vienes, hija?

          _Lib._--De casa del despensero del Conde.

          _Clau._--Acabaste ya con él tus cuentas, hijita?

          _Lib._--Sí, madre, que por esso dizen que el deudor no se
          muera.

          _Clau._--Huelgo me, hija mia, ansi por tu prouecho como
          porque mios o agenos aya en casa dineros; vamos por esta
          calle, y passaremos por la puerta de Philomena, e si
          paresciesse su criada Dorotea cobraria el anillo de la
          concordia. No piense aquella señora que me ha de heredar
          en vida.

          _Lib._--Ay desdichada, Siluerio está a la puerta.

          _Clau._--Cubre, hija, la cabeça, que no puedo dexar de
          hablarle vna palabra. Siquiera porque si en su casa
          alguna vez me hallare me haga buen tratamiento. Esté en
          ora buena el galan.

          _Sil._--O madre mia, perdona que no te conoscia.

          _Clau._--El señor Theophilon, hijo mio, cómo está? e
          señora la vieja e toda su casa?

          _Sil._--Todos están buenos para lo que a tu honrra
          cumpliere.

          _Clau._--Guarde Dios a sus mercedes, que en mi verdad a
          toda esta casa por su nobleza soy muy afficionada. Señora
          la donzella, hijo? hermosa como siempre?

          _Sil._--Sí, madre mia, no es cosa nueua ser mi señora
          linda dama.

          _Clau._--Tal sea mi vejez. Ay qué honestidad. Ay qué
          mesura. Ay qué cara de oro. No en balde la dotó Dios de
          tales señales de fuera, sino para manifestar las virtudes
          de que el ánima está adornada de dentro. Resciba yo tanta
          gracia, que cuando con ella te veas sea de mi parte
          saludada, e la digas en secreto que aquella sortijuela
          que a su merced dexé quando se sintio mal dispuesta que
          me haga gracia de ella, porque es de un gentil hombre que
          cada dia me la pide. E perdoname, hijo, el atreuimiento,
          que el amor que te tengo me haze atreuer a tal demanda.
          Mas aqui estoy yo, hijo mio, para lo que cumpliere, ya
          me entiendes? paresce te algo de la moça? cuando algo
          quisieres, no has menester más de meçer el ojo.

          _Sil._--Nora buena, madre, yo lo dire a mi señora
          Philomena, e bueluete por aqui esta noche en anocheciendo
          si quieres saber la respuesta. Essotro que dices no es
          vianda para mi estomago.

          _Clau._--A, noramaça, hijo, qué santito te me hazes. Pues
          avn yo sé algo que te dire algun dia, y a Dios, que nos
          vamos.

          _Sil._--Ansi aya el diablo parte en la puta vieja como
          yo estoy bien con sus tramas, pues yo te juro, doña
          hechizera, que si esta noche tornas, e por acá te
          apañamos, que tú salgas si acertares la puerta. O mala
          vieja, quién cree que ella no trae sus tractos ciertos
          y avn secretos conciertos con Philomena mi señora? pues
          calla, que yo te armaré vna trampa donde des el pellejo
          a los perros y el alma a los diablos. Dexame hablar a
          Pamphilo mi compañero, que yo te pescaré o malo andará mi
          anzuelo.


                                NOTAS:

          [577] En el original, _huertes_.

          [578] Así en el original. ¿Querrá decir _son cosas_?

          [579] En el original, _corro_.

          [580] En el original, _hombre_.

          [581] _moços_, en el original.




                        ARGUMENTO DEL XXVI ACTO


          Theophilon e Florinarda hablan en secreto sobre la guarda
            de Philomena su hija, y acabada su plática, Theophilon va
            a la huerta e manda a los hortolanos que suelten vn Leon
            que allí está en vna jaula para que espante las zorras
            que andan entre los arboles. Despidese de los hortolanos
            y vase a cenar, y entretanto Pamphilo e Siluerio aguardan
            a la Claudina que viene por la sortija e la dan tantos
            palos hasta que piensan dexarla muerta, etc.


         FLORINARDA. THEOPHILON. MACHORRO. POLIDORO. SILUERIO.
                          PAMPHILO. CLAUDINA.

          [_Flor._]--Theophilon señor mío, despues de nuestro
          passado razonamiento, en lo que á la honrra e guarda de
          nuestra hija toca, yo como madre, y a quien a lo biuo
          de las entrañas llega qualquier macula de su desonor,
          he inuestigado por diuersas vias si nuestra tan amada
          hija aya intentado algun delicto de liuiandad como moça;
          y avida toda la possible relacion de los criados e
          donzellas de casa no he hallado indicio por donde deua
          con razon castigar la como culpada, porque pública e
          secretamente sus exercicios son de donzella illustre e
          honesta e bien mirada, sin que aya alguno que en ella aya
          visto señales de hembra apassionada.

          _Theoph._--Amiga Florinarda, yo doy credito a tus
          palabras y assi confio ser verdad, pues nuestra
          generacion tan noble jamas admitio macula ni discolor de
          infamia, pero siempre te encomiendo no te descuydes en
          su guarda e zeloso miramiento. Porque si dizes que no
          la has visto hablar con alguno, e con esto tomas alguna
          confiança, hago te saber que los que de ueras se aman,
          cosidas las bocas, se hablan con los coraçones. Yo no te
          he dicho que nuestra hija es mala, sino que mires por
          ella, porque con el aparejo puede dexar de ser buena.
          Oyes, Siluerio, di a Pamphilo que me traiga mi libro, y
          entretanto que es hora de çenar visitaré mis hortelanos y
          allí rezaré mis acostumbradas deuociones.

          _Pamph._--Señor, vamos, que a punto está todo.

          _Theoph._--Venid vosotros comigo, que os quiero hablar
          aquí en esta huerta.

          _Mach._--Hola hola, Polidoro. Cara acá viene nuestramo
          cargado de mas cordojos que tiene hojas vn mançano.

          _Polid._--O cuerpo de la casa sancta, qué desmaginatiuo
          viene.

          _Mach._--Prissa prissa, porque si viene sañudo no quiebre
          en mosotros ell enconia. Echa por esse tablar del colino
          e yo desmollire las godenes, que es fructa apazible para
          viejos.

          _Theoph._--Aun me parece, Machorro, que estos arboles
          quieren más labor.

          _Mach._--Agora, mi padre señor nuestramo, dom'a Dios que
          en todo el dia dexa hombre ell açada de la mano. Ellos mi
          fe son de mal vidueño; que no les cunde cosa que hombre
          les haga, que en lo al no a que her.

          _Polid._--Si su mecé otease acos fructales que alcançan
          mejor terruño, e avn son vn cacho más castizos, cuydo que
          viesse bien lo que hombre afana.

          _Theoph._--Estos çidrales estan roidos, e siempre he
          temido que andan animales que de noche los estragan.
          Vosotros dormis a sueño suelto. Si no les poneys remedio
          camino van de perderse.

          _Mach._--Los canes abondarien si algo de esso anduuiesse
          en la huerta, que en toda la sancta noche con su ladrido
          no escampan: yo desmagino que algunos holgazanes dende
          afuera tiran piedras a las mançanas, segun que los alanos
          ventean.

          _Theoph._--La jaula deste leon me paresce que está
          desclauada; en vn rato que ande fuera tened cuydado de
          echarle vn buen clauo.

          _Polid._--De las mientes me ha salido que no haria daño
          soltar de noche esta alimaña por la huerta, que al menos
          no andarian raposas ni sabandijas donde él anduuiesse.

          _Theoph._--Si no fuesse dañoso para la ortaliza, no me
          paresce mal tu consejo, porque en estas cercas parescen
          señales de auer entrado por ellas.

          _Mach._--A todo hará prouecho si el leon anda de noche
          suelto, que aunque mosotros andemos con él no ayas miedo
          que él resciba pabura.

          _Theoph._--Ora, pues ansi os paresce, tened cuydado de
          soltarle en siendo de noche, e dexad abierta la caxa para
          que entre y salga quando quisiere, que al leon no hará
          daño e la huerta rescebira prouecho.

          _Mach._--A buena huzia, nuestramo, que ello se haga a
          plazer.

          _Theoph._--Prissa prissa, que yo por aquí me quiero
          apartar a rezar vn poco.

          _Polid._--Vaya a salud su meçé.

          _Theoph._--Pamphilo é Siluerio hijos, despues de aquel
          penoso razonamiento entre nosotros passado, ni yo he
          tenido lugar ni vosotros cuydado para auisar me si en
          aquel negocio aueys sentido algun indicio o señal de
          lo que yo temo. Tengo el coraçon tan leuantado y el
          entendimiento tan sin libertad para gouernar me, que
          algunas vezes consiento con la voluntad en cosas muy
          escandalosas e con la pena las pondria en effecto, si
          el zelo de mi fama no tuuiesse la rienda a mi desseo. O
          canas ya caducas. O años desdichados. O pobre viejo, para
          qué veniste al mundo, pues toda la vida mia no es sino
          vn curso de miseria, e vna hedad de cuydados y vn tiempo
          semejante al tránsito de la muerte! qué haré? Si descubro
          lo que siento y lo quiero castigar, poco castigo es que
          esta ciudad se abrase. Pues si lo dissimulo por quitar
          los paresceres del vulgo, vendra en términos mi honrra
          que se acabe con mi vida. O mis fieles criados, dezid me
          qué haga o tomad este puñal e dad con él fin a mis dias.

          _Pamph._--Señor, muy delicadamente siento tu pena, porque
          con agudo sentimiento traspassas mi coraçon. E segun lo
          que de tu plática se puede collegir, deues auer rescebido
          alguna penosa relacion, pues tales effectos produzes. Con
          astucia auemos mirado lo que como a criados nos mandaste,
          e hasta agora no auemos hallado en Philomena tu hija
          indicio que malo sea. Aunque estas contractaciones que
          esta vieja nueuamente ha trabado en esta casa bastan a
          engendrar todo género de sospecha. Este dia passado passó
          por la puerta de casa, e dió a Siluerio encomiendas para
          todos. No ay otra cosa de que se pueda formar malicia.

          _Theoph._--O padres, no deuiades de nascer los que hijas
          mal inclinadas aueys de engendrar. Qué bien tiene quien
          de honrra caresce? pues qué honrra tiene quien liuiana
          hija ha criado? pues vn hombre deshonrrado, cómo biuira
          sossegado? Ora, mis fieles criados, el principio de mi
          remedio consiste en que esta vieja muera para que por la
          rayz se comience a curar mi dolor, e despues como esto
          succediere, tomaremos nueuo consejo.

          _Siluerio._--Señor, veo te tan penado, que en qualquier
          peligro pondre mi vida por ver la tuya libre de tristeza,
          e si en solo esto que mandas que hagamos consiste tu
          contentamiento, y eres seruido que a su casa vamos e la
          saquemos el alma, alli la daremos tal muerte con que tú,
          señor, quedes satisfecho.

          _Theoph._--Todas las cosas arduas quieren maduro consejo.
          Mejor es que aguardeys a acometer en vuestra casa,
          que no yr a la agena de donde vengays offendidos y no
          satisfechos.

          _Pamph._--Señor, pues en este caso puedes perder cuydado,
          que nos sabremos dar a buen recaudo.

          _Theoph._--Ansi confio de vuestra fidelidad. Vamos, que
          me paresce ya hora de çenar.

          _Siluerio._--Vamos, señor, que ya estará aparejado.

          _Theoph._--Florinarda amiga, no se haze ora para que
          çenemos?

          _Flor._--Sí, mi señor, todo está adereçado.

          _Theoph._--Pues yo voy. Vosotros, hijos, tened cuydado de
          mirar entretanto por lo que os tengo encomendado.

          _Pamph._--De muy buena voluntad. Qué sientes, hermano
          Siluerio? quán lleno está nuestro amo de cuydosos
          pensamientos!

          _Siluerio._--El coraçon tan triste como está agora el
          suyo, es impossible no dar señales de passion.

          _Pamph._--O qué lastima tan grande es verle sus lagrimas
          derramadas por su faz tan venerable. Y cómo procura
          soledad por no descubrir su pena.

          _Siluerio._--O hembras hembras, que de tantos enojos soys
          causadoras. O vieja Claudina, Dios te trayga a nuestras
          manos para que rescibas el pago de tus pisadas. Mira,
          Pamphilo hermano, esta vieja es cobdiciosa, e ha de venir
          agora a cobrar de Philomena vn anillo que acá tiene,
          porque ansi está entre mi y ella concertado. Estemos
          sobre el auiso, e aparejemos tales leños que al primer
          leñazo no haya menester segundo. Por aqui por la puerta
          de abaxo suelen ser sus venidas secretas. Yo te digo,
          Pamphilo, que no tarda mucho en venir.

          _Pamph._--Por las reliquias de Roa que o yo me engaño o
          es ésta que por aqui abaxo desciende haldeando.

          _Siluerio._--Ella es, cierto. Mira, hermano Pamphilo, que
          todos la demos a vna, e no arrojemos golpe sino fuere
          sobre las tocas.

          _Pamph._--Ora dexala llegar. Oye qué rallo trae.

          _Clau._--Es possible? es mi Siluerio? es el que yo quiero
          como a hijo? Jesu, Jesu, aosadas, putico, que no digo yo
          en balde que eres tu enamorado. A qué hora de la noche
          está a la puerta el gallito!

          _Siluerio._--Y tú mira[582], madre vieja, en qué andas a
          tal hora con tus haldas luengas que paresces estantigua?

          _Clau._--Hijos, mal peccado, la necessidad es carrera de
          perdicion. Cómo estan tus señoras vieja e moça? yo te
          asseguro, hijo[583] Siluerio, que no tuuiste memoria de
          lo que te dexé este dia encomendado?

          _Siluerio._--Por cierto, madre, sí tuue, y a mi señora
          Philomena hablé en secreto de tu parte e holgó mucho en
          saber de ti.

          _Clau._--Huelgue se Dios con su merced. E di me, hijo
          Siluerio, no rescibiria yo de ti tanta gracia que ella
          supiesse como está aqui la Claudina?

          _Pamph._--O mala vieja, e qué cuentas tienes tú de
          aueriguar con ella a tal hora?

          _Siluerio._--Dala, Pamphilo hermano.

          _Clau._--Jesus sea comigo.

          _Pamph._--Y avn rebullis?

          _Clau._--Confession.

          _Siluerio._--Confesion o qué? O puta vieja.

          _Pamph._--Dala dala, que avn todauia rebulle. Siete almas
          tiene como gato.

          _Clau._--Conffession.

          _Siluerio._--Aun rebulles, puta vieja, canas de infierno?
          pues espera que con este leñazo yo asseguraré la honrra
          de muchos con acabar tu mala vida.

          _Pamph._--Mira, Siluerio, si rebulle.

          _Siluerio._--A mí me paresce que ya está muerta, pero
          dala otro leñazo para que pierdas la dubda.

          _Pamph._--Ora, hermano Siluerio, este negocio es
          concluso. Las tinieblas de la noche encubren esta obra
          pia que auemos hecho, porque Dios ha tenido por bien
          que tan maldictos años sean acabados. No es razon que a
          la puerta de Theophilon aya rastro de tan mala muerte.
          Arrastrando o como quiera la lleuemos hasta la puerta
          de su posada para que putas e rufianes la den honrrada
          sepultura.

          _Siluerio._--Ten de esos pies, Pamphilo hermano.

          _Pamph._--O puta vieja, e cómo pesas, qué cargada deues
          yr de pecados!

          _Siluerio._--Mejor dixeras que los pecados van cargados
          con ella.

          _Pamph._--Aqui junto a su puerta la pongamos para que
          quien primero entrare pueda lleuar las nueuas.

          _Siluerio._--Allá quedarás, vieja falsificada, que no
          es mucho que coman el cuerpo los perros, cuya ánima se
          lleuaron los diablos. Mira, Pamphilo hermano, aunque
          nuestras manos se hayan mostrado sangrientas, e con
          crudos coraçones este caso ayamos acabado, mayor es
          el bien que la republica rescibe con la muerte desta
          hechizera que el mal que nosotros hezimos en darla tan
          mala muerte: ya sabes, hermano, quánto es necessario
          que vna puta vieja muera, porque las famas e honrras de
          tantos buenos no perezcan.

          _Pamph._--Ora a nosotros perdone Dios, pues; a la
          Claudina se llevó el diablo.


                                NOTAS:

          [582] En el original, _mirad_.

          [583] _Hijos_, en el original.




                       ARGUMENTO DEL XXVII ACTO


          Palermo e Piçarro van a casa de la Claudina para traer
            a su estancia a Parmenia e Libertina, e llegados a la
            puerta de la vieja, la hallan en la calle, que avn pide
            confession: metenla dentro en su casa, donde manda que
            llamen a Celestina e la dexa por tutriz de sus hijos e
            tenedora de sus bienes, lo cual hordenado e por la vieja
            Celestina aceptado, da el ánima al diablo e dexa el
            cuerpo á los gusanos.


           PALERMO. PIÇARRO. CLAUDINA. PARMENIA. LIBERTINA.
                              CELESTINA.

          [_Pal._]--Hermano Piçarro, ya ues que nuestra pobreza
          no quiere tanta dilacion en lo que cumple al roço
          quotidiano. Si te paresce que demos vna buelta por casa
          de aquella puta vieja e traygamos aquellas piel de ouejas
          al rancho, ya sabes que no podemos hazer viaje que más
          sano sea.

          _Piç._--O hermano, hermano, cómo te hiede la vida.
          Despecho de la casa de Pilatos si tú no me hiedes a
          muerto. Estas son vnas marcadas rameras, que cada qual
          tiene vna dozena de amigos, e sobre todo: estos moços de
          Policiano son mucho de aquella casa, y aun por milagro es
          quando de allá salen; no pensemos yr por las pellejas e
          dexemos allá los pellejos.

          _Pal._--O pese a la fe de Tremeçen con hombre diuino,
          vamos, despecho de la condicion, y siquiera lo lleue todo
          el diablo.

          _Piç._--Veo te tan enojado que no cumple dar te consejo,
          mas descreo del puerto del Muladar si no estoy temblando
          como vn azogado. Qué armas te paresce que lleuemos para
          que no caygamos en falta?

          _Pal._--Espadas e capas y aun no muy costosas, pues no
          estamos ciertos de lo que nos ha de acaescer.

          _Piç._--Lo que yo te sabre dezir, no es más de que si
          en la posada ay varon no entraré allá más que en el
          Infierno. E avn que si tomo las viñas vn cauallo no me
          alcance. Mira, hermano Palermo, por sí o por no, haz como
          yo hiziere e yo pagaré por ti si murieres mal logrado.

          _Pal._--O, despecho de la peña camasia con tan pocas
          fuerças como tenemos. Pues si para este embaraço es
          menester algun desgarro, o hazer vn repiquete de broquel,
          o algun golpe de pomo, no llegaremos a un amigo que vaya
          con nosotros?

          _Piç._--Donoso estás, leydo has donde yo. Maldito seas,
          hermano; si hauemos de huyr, no vale más solos que con
          testigos? Más honrradamente haremos el salto peligroso
          yendo solos que muy acompañados. Toma, hermano, tu
          follosa e ata te la bien al cinto, porque al huyr no se
          te cayga, e si mal te succediere, assientalo a mi cuenta.

          _Pal._--Ora vamos, e Dios nos libre de traydores, que yo
          temeroso voy deste camino.

          _Piç._--Mira, hermano Palermo, cuerdo eres. No te pongas
          en auentura, sino en viendo me huyr aliuia tras mí, que
          sé muy bien los atajos.

          _Pal._--Por aqui por esta callejuela es más cerca e sin
          peligro.

          _Piç._--Cerca llegamos. Mas dime, hermano Palermo, no te
          paresce que vees vn bulto negro hazia la puerta de la
          vieja?

          _Pal._--Por el passo en que vamos que creo que dizes
          verdad. Lleguemos vn poco más adelante.

          _Piç._--A vn en ora mala acá venimos si auemos de quedar
          esta noche por estos cantones. Ora está atento, veamos si
          se menea.

          _Clau._--Ay, ay, que me fino.

          _Pal._--Escucha, que boto a tal que habla no sé qué ay.

          _Clau._--Confession.

          _Piç._--Huye, huye, Palermo. Huye, que vienen tras
          nosotros.

          _Pal._--Detente, Piçarro, detente que no es nada. Ha,
          Piçarro, buelue acá que no viene nadie, pese a la peña de
          Francia.

          _Piç._--O hermano mio, e cómo se me auia elado la sangre.
          Viste bien lo que era? certificaste te no fuesse alguna
          traycion?

          _Pal._--Calla, cuerpo de la vida mala, que lo que alli
          está ni se menea ni puede.

          _Piç._--Ora lleguemos allá, Dios e nuestra Señora nos
          guien. Quién va ay?

          _Clau._--Confession.

          _Pal._--Despecho de tal si no es la madre Claudina. Ha,
          madre señora, eres tú?

          _Clau._--Que me fino. Confession.

          _Piç_--Ella es, e descreo de tal si de su casa la han
          visto. Hola, damas.

          _Par._--Quién llama?

          _Pal._--Abri, descreo de la media nata que está aqui la
          madre vieja cuasi a punto despirar.

          _Par._--Jesus, e qué es esto que veo? Eres tú mi madre?
          Justicia de Dios, señores, que me han muerto a mi madre.
          Madre mia, madre de mi alma. Mirame acá, señora.

          _Clau._--Que me fino.

          _Lib._--Madre, mira me acá. Buelue a mí los ojos. Quieres
          algo, madre de mis entrañas?

          _Clau._--A mi comadre Celestina. Que me fino.

          _Par._--Libertina, amiga mia, por la passion del que
          se puso en Cruz, que tú vayas corriendo hasta casa de
          Celestina, y la digas lo que passa, que tome luego su
          manto, porque mi madre la quiere ver para siempre.

          _Lib._--Gentiles hombres, uno de vosotros se vaya en mi
          compañia.

          _Piç._--Vamos, señora, donde tú seas seruida.

          _Par._--Madre de mi coraçon, por qué no me quieres mirar?
          Di me lo que te ha acontescido. Cuenta me tan gran
          desuentura. Qué dizes, madre?

          _Clau._--Que me fino. A Celestina.

          _Pal._--Ya, ya, madre vieja, ya viene la madre Celestina.
          Quieres algo que se haga en tu seruicio?

          _Clau._--A Celestina.

          _Par._--Ya viene, madre mia.

          _Cel._--Paz sea en esta casa.

          _Par._--Ay, tia de mi coraçon, mira mi desdicha grande,
          mira mi madre y mi bien todo; mira su cabeça hecha
          pedaços. Justicia, señores.

          _Cel._--Paciencia, hija mia, paciencia. Qué es esto,
          comadre de mi alma? qué mal tan grande fue el tuyo? alça
          los ojos, señora Claudina, mira que soy venida a ver lo
          que mandas.

          _Clau._--Comadre, yo me voy a dar cuenta a Dios de la
          vida passada. Llegado es el remate de nuestra tan larga
          amistad. E como en la vida te aya sido leal amiga,
          maestra e compañera, quiero en este tránsito que sepas
          el amor que te tengo: lo primero para que fuiste llamada
          será encargar te esta casa con los muebles y aparatos
          della, donde hallarás muchos instrumentos e materiales
          a nuestro arte necessarios, de los quales en esta mi
          vltima voluntad te hago libre e perfecta donacion.
          Especialmente te pongo en la possession de vn arca mia,
          donde hallarás las cosas siguientes: quatro botes grandes
          de olio serpentino, e otros dos pequeños de sangre de
          abubilla, vna caxuela llena de dientes de ahorcado y otra
          caxa grande de tierra de vna encruzijada; redomas para
          azeytes, porque son en quantidad no tengo memoria de las
          differencias dellas, pero de todas, con lo que dentro
          está, te hago libre donacion. En vn pellejo de gato
          hallarás embuelto seys dozenas de agujas para costuras de
          virgos, y en vna caxa pintada todo el aparejo junto. De
          todo esto, comadre, tomarás la possession en el punto e
          hora que mi ánima salga desta carcel. Otra cosa que deues
          estimar en más que todo te quiero agora dar de mi mano
          á la tuya. Cata aqui, comadre, vna matricula e memorial
          en que hallarás ciento e quarenta e dos moças que a mí
          estavan encomendadas, e setenta e ocho despenseros a
          quien estaua obligada a proueer, e veinte e cinco virgos
          que tengo de remediar. Todo esto e a todos éstos te
          encomiendo, comadre mia, que les hagas tal tractamiento
          que ninguno dellos sienta mi falta. Mi hijo Parmenico, ya
          sabes, comadre, quánto ha que está absente. En qualquier
          tiempo que venga le tendras por hijo[584] adoptiuo, e
          hasta que sea de hedad será[s] tutriz de su hazienda.
          Esta mochacha ya queda en hedad para ganar de comer, pero
          si como moça anduuiere errada, en tu consejo e auiso la
          encomiendo. Muchas cosas se me offrescen a la fantasia
          para dezirte, pero ya mi turbada lengua no me da lugar.
          Hija Parmenia, ven acá, abraçame.

          _Cel._--Comadre, ha comadre señora Claudina. Jesus,
          Jesus. Sancta Pascua fue en domingo.

          _Par._--Madre mia, madre de mis entrañas.

          _Cel._--A esotra puerta, hija Parmenia; ya puedes dezir
          que no tienes madre.

          _Par._--Ay, madre mia. Ay, entrañas mias. Cómo me dexays
          tan sola? Cómo quedo desamparada? Ay la desdichada. O
          pérdida grande. O mal sin medicina. O arrebatada muerte.
          O salteado tránsito. O madre, mi solo remedio.

          _Lib._--Ay, mi agradable compañia. Ay, tia de mis
          entrañas, qué será de nosotras? Adónde yremos en tu
          absencia? Quién cubrira nuestras faltas? Con qué honrra
          sabremos entre nuestras yguales?

          _Par._--Ay, señora Celestina, ayudame a llorar mi
          angustia grande. Siente comigo mi perdimiento.

          _Cel._--Hijas de mi alma, no desmayeys, tornad en
          vosotras, aparejad de dar sepultura al cuerpo de mi
          madre, que aunque la pérdida fue grande, biuiendo
          os Celestina no biuireys desamparadas. Y aunque los
          coraçones lastimados pocas vezes admiten consejo,
          especialmente quando la pena está reçiente, como agora
          la nuestra, las personas cuerdas y experimentadas
          en trabajos a toda aduersidad hallan medicina. Para
          esto nascimos, para tornar a la tierra lo que della
          rescebimos. La dilacion de la muerte, el deffecto
          quotidiano de nuestra corrupcion que de dia en dia se
          dilata, no es otra cosa sino vna muerte prolixa e vn
          continuo estar boqueando. El termino de nuestros dias
          por el soberano acto[585] del uniuerso está determinado,
          y éste no puede passar el más fuerte de los que biuen.
          Esta ventaja nos lleuan los que en morir nos preceden,
          porque al fin, hijas mias, todos a este rigoroso tránsito
          estamos obligados, y a pagar a la muerte este tributo,
          qualquier hidalgo es tan pechero como quien mayor pecho
          paga. Poned, hijas, vuestra voluntad con la de aquel que
          a mi comadre crió para lleuarla, que aunque hagays, como
          dizen, de la necessidad virtud, con esta conformidad no
          perdeys vuestro galardon; e ya, pues esta desdicha es
          acaescida, no podemos los que biuimos tener la rueda a la
          fortuna que no ruede como e quando quisiere. E tú, hija
          Parmenia, no çiegues ni atormentes tus ojos llorando, ni
          te aflijas por lo que perdido es e yrrecuperable. Pon,
          hija mia, essas alhajuelas en recaudo, e tomad ambas
          vuestros mantos e vamonos a mi posada, que mientra yo
          biuiere y tú de mi compañia holgares, no te faltaré ni
          echarás menos a tu madre.

          _Pal._--Damas, muy pesantes somos desta desgracia
          acontescida; por lo que a vuestra gentileza se deue os
          somos muy obligados si algo a vuestro seruicio tocare, ya
          sabeys el estancia, e nos podeys embiar a mandar. E pues
          la madre vieja os lleua a su posada, allá acudiremos para
          ver lo que os cumpliere.

          _Piç._--A Dios, a Dios, hermosas, y él consuele vuestra
          tristeza.

          _Cel._--El os guie, hijos; andad acá, moças; cubrid bien
          las cabezas, que muy presto somos en casa.


                                NOTAS:

          [584] _Hijos_, en el original.

          [585] _Sic_, probablemente _actor_ ó _auctor_.




                       ARGUMENTO DEL XXVIII ACTO


          Policiano con sus criados va a gozar de los amores de
            Philomena. Y entrado en la huerta sale el leon de entre
            los arboles, e sin que dél se pueda defender, le haze
            pedaços. Y luego viene Philomena al lugar determinado,
            donde halla a Policiano muerto. E despues de hazer su
            llorosa lamentacion, con la espada de Policiano da fin a
            sus dias.


            POLICIANO. SOLINO. SALUCIO. MACHORRO. POLIDORO.
                          PHILOMENA. DOROTEA.

          [_Pol._]--O noche bienauenturada. O nocturno curso de mí
          tan desseado. O nocturnas tinieblas, lustrosas e llenas
          de claridad. O escuridad apazible, quánta alegria das a
          mi coraçon tan vfano. Los dias me son tan aborrescibles
          quanto las noches agradables, porque estoy ya tornado
          aue nocturna que con la claridad pierdo la vista, y en
          tinieblas estoy muy claro. Oyes, moço.

          _Sal._--Señor.

          [_Pol._][586].--Adereçad mis armas, para que vamos a ver
          a aquella hermosa diana con quien mi vida tiene luz de
          bienauenturada alegria.

          _Sal._--Señor, todo está aparejado, vamos quando fueres
          seruido.

          _Pol._--Oyes, Siluanico, ve delante, mira no hallemos
          alguno en el camino de quien seamos conoscidos.

          _Sol._--Señor, dónde mandas poner el escala?

          _Pol._--Por esta parte más secreta, e aguardadme con el
          silencio possible, pues no está en más mi perdimiento que
          en auer señales públicas de mis amores secretos.

          _Sal._--Puesta está el escala, sube y los angeles vayan
          contigo.

          _Sol._--Buen pelo trae nuestro amo. Encaramada anda la
          Luna sobre el horno.

          _Sal._--Todas las cosas puede el oro. Todos los
          hedificios soberuios allana, e avn los coraçones
          remontados abate. Dadiuas en fin, hermano, dizen que
          quebrantan peñas.

          _Sol._--Es verdad. Pero el coraçon de Philomena crey yo
          ser de vn diamante. Vn inexpunable castillo e vn rio
          caudal sin puente, todo lo ha batido, todo lo tiene
          aportillado, todo lo ha destruydo Policiano con dineros,
          e la Claudina con conjuros.

          _Sal._--Pulilla es que consume, cançer que carcome,
          ladron que en poblado saltea, la vezina mala junto a la
          casa virtuosa.

          _Pol._--Mi señora no deue ser venida, muy temprano fue mi
          camino. Pero entre estos arboles deleytosos esperaré a la
          reyna de mi vida. Jesus sancto, Dios sea comigo. O, qué
          animal tan feroz.

          _Mach._--N'os digo yo? Huera aqui, Bardino. To, to, to.

          _Pol._--Jesus, muerto soy.

          _Polid._--Huera aquí, Manchado. Qualque raposa deue de
          andar retoçando con el leon de nuestramo, segun que se
          assombran estos canes.

          _Pol._[587].--O cómo soy burlado. O mi señora, cómo muero
          sin ver te. Confession. Confession.

          _Mach._--El diabro veo que tienen esta noche estos
          allanos.

          _Polid._--Estan despauoridos con acotra[588] alimañaza;
          no escamparán de ladrar en toda esta mesada. Mas no has,
          Machorro, emaginado qué diabros de cudados le toman a
          nuestramo con esta su huerta? Que dende estotra semana
          no sel cueze el pan mirando cada dia las almenas de la
          cerca. Creo que sospecha que le hurtan la ortaliza.

          _Mach._--Ande se pues a essas, que yo te juro, Polidoro,
          que vale más vna traspuesta que dos assomadas. No busca
          él quien le hurta las berças, son que sospecha que ésta
          su hija anda en qualque pel damor, e reçela se no se
          entren los enamorados por estas paredes.

          _Polid._--Valate el diablo cara de asno. Pues por aquella
          paredaza tan grande se auie de entrar nenguno, aunque
          huesse el Gigante de cuerpo criste?

          _Mach._--Poco sabes de garçonia. Pues para alli tienen
          estos escoderotes vnos diablos de escalones de soga,
          con vnos garauatos que suben con ellos hata la torre de
          sancta Maria.

          _Polid._--El diablo me lo daua. Quiera ella, la zagala,
          que no ha menester nada de essos armandijos.

          _Mach._--Ora, durmamos vn cachuelo, pues que los perros
          han parado.

          _Phil._--Çe, çe, Dorotea, muy quedo porque no seamos
          sentidas, te leuanta y escucha si en el aposento de mi
          señora ay algun rumor o alguno está por dormir.

          _Dor._--Señora, todo está sossegado. Leuantate, que no
          tienes de qué temer.

          _Phil._--O cómo creo que nos auemos tardado. Pues si
          Policiano mi señor es venido e cansado de esperar se me
          ha tornado, no será más mi vida.

          _Dor._--Passito, señora, no sientan estos hortolanos
          nuestra venida. Tú mi señora te ve sola, e yo daré vna
          buelta por estas ventanas, e miraré si paresce alguno de
          sus criados.

          _Phil._--Ve, amiga, e si yo no te llamare no vengas
          donde yo estuuiere, que no quiero que impidas mi gozo
          tan desseado. O mal grande. O desastre sin segundo, qué
          es esto que veo? qué puede ser tan desastrado caso? Eres
          tú, mis amores? Eres tú, mi Policiano? Eres tú el que
          dauas luz a mi coraçon? Impossible es que la hermosura
          de tu cara aya afeado algun género de muerte. Quierome
          certificar, e si tú eres Policiano mi señor, no ay razon
          para que yo biua angustiada muriendo tú despedaçado. O
          desdicha sin comparacion. Mi plazer es consumido. Mi
          gloria es acabada. Mi vida desuanescio como humo. O la
          más triste[589] de las tristes. O mi Policiano e mi
          descanso: dónde está la lindeza de tu hermoso rostro?
          dónde está tu esfuerço e gentileza? O dolores que este
          mi coraçon atormentays, por qué no le rasgays por medio?
          para que mi alma acompañe en la muerte a aquel que tanto
          quise en la vida. Mas bien acertada fuera la furia deste
          animal sangriento en mí, que quedo para morir con dolor,
          que en ti, mi vida, que començauas a gozar de los premios
          del amor. O animal[590] sin conoscimiento. O sanguino
          furor, cómo pudiste executar tu saña en el origen de la
          mansedumbre? Gran sinrazon haria yo, coraçon mio, a tus
          angustias, por mi padescidas, a tus sospiros con tanta
          fidelidad continuados, a tus encerramientos de dia e a
          tus vigilias de noche, e finalmente a morir tú por mí,
          si en la misma moneda no te pagasse, muriendo yo por ti;
          e pues biuiendo con tanta voluntad te segui, justo es
          que en la muerte te siga, sin tener compassion de mí. O
          mi Policiano, espera me que quiero morir consolada con
          derramar las possibles lagrimas, e dar los postreros
          gemidos con que se hagan tus lastimosas obsequias. E
          no me incuses de hembra desconoscida, diziendo que me
          llamas para la sepultura, e me quiero yo alçar con la
          vida, porque bien conozco que sin ti el biuir es muerte
          prolixa, mar de tempestades que fortuna remueue, e que tu
          sepultura e mia son el puerto de nuestro reposo, y que a
          quien fortuna quiere ser fauorable, junta en la sepultura
          a quien juntó en las afficiones. O muerte dichosa, que tú
          sola me pondras en la possession de aquel que en la vida
          me nego ventura. Tú das morada perdurable e amorosa a los
          que biuiendo no gozaron de los premios del amor. En ti
          no moran cuydados, tú ya no me darás vanas esperanças.
          Crueldad grande es la que hago con mi viejo padre, e
          mayor la que executo con mi querida e amada madre. Pero
          mayor la haria comigo, si con la vida de acá me priuasse
          de seguir a quien me está allá esperando. Mucho quisiera
          dar cuenta desta mi repentina muerte, a lo menos a esta
          mi fiel secretaria; pero porque no impida este mi forçoso
          camino, me será forçado el silencio. Ella dará cuenta de
          mi muerte a mis viejos padres, pues sola ella queda por
          coronista de mis amores. O espada de aquel cuyo esfuerço
          ponia a los mortales ánimo y osadia, que tú serás oy
          verdugo de mi tardança en morir, e salario de lo que yo
          meresci con amar. Padres mios, quedad con Dios. Madre
          mia, perdona me si contigo soy cruel. Dorotea, mi fiel
          criada, la breuedad de mis dias no me da lugar para
          gratificar tus seruicios: perdona me por amor de aquel
          que a todos perdonó en la Cruz, y a él encomiendo mi
          ánima, y el cuerpo acompañe en la muerte a aquel que no
          pudo gozar en la vida.

          _Sil._--Mucho se detiene esta noche Policiano. No sé qué
          me sienta de su tardança.

          _Sol._--Yo juraré que está él agora tan embeuido en la
          señora, que ni se acuerda que tiene moços que le esperan,
          ni avn de sí creo que no tiene memoria.

          _Sal._--Canta, Siluano, vn poquito, e acudira la moça al
          chillido, sabremos della qué mundo corre.

      _Sil._ Rio verde, rio verde,
           más negro vas que la tinta;
           entre ti e sierra bermeja
           murio gran caualleria[591].

          _Dor._--No puede ya mi suffrimiento darme espacio para
          dexar de gozar de tu angélica conuersacion. E pues el
          tiempo perdido me causa congoxa, sin razon seria perder
          la resta si ganar se puede.

          _Sil._--O ángel mio, cómo has salteado mi turbada
          melodia, nascida de mi desseo, e continuada con el
          esperança que de mayor gloria me queda. Plega a Dios,
          Dorotea, si en mi remedio pusieres dilacion, que presto
          se acabe mi vida.

          _Dor._--Passo, passo, Siluano, que no meresce tu fe ser
          pagada con el oluido. Plega a Dios Policiano e mi señora
          por el presente, no impidan nuestro gozo, que lo que de
          mi parte se te deue tienes de mí muy ganado. Dexa me
          dar vna buelta por este jardin e veré si estos nuestros
          enamorados están en lugar donde puedas entrar por el
          escala sin ser visto, que yo te auisaré de lo que hazer
          se pueda.

          _Sil._--Pues mi señora, en tus piadosas manos encomiendo
          las penas mias.

          _Dor._--Valame Dios, tan grande es el silencio destos
          enamorados que en toda la huerta no rebulle criatura? A
          dónde estarán? Sancto Dios, qué es esto que veo? Señora
          mia, señora, oye me. Mira que soy Dorotea. O grande mal.
          O incomparable desdicha. O caso más que desdichado.
          O casa desuenturada llena de tan crudas muertes. O
          Philomena, Philomena, dechado de hermosura. Cómo pudo
          la muerte destruyr la cosa más estimada de la vida? O
          espada sangrienta, que de vn golpe tantos coraçones
          trauessaste. Heriste el de aquel viejo triste cuya luz
          oy es escurecida. Ensangrientaste las entrañas de la
          desdichada madre, que en esta hija como en espejo se
          miraua. Lastimaste a esta sin ventura que a todos excede
          en sentimiento. Mejor emplearas, muerte rauiosa, tus
          mortales sañas en mí, que a pocos diera dolor con mi
          acabamiento, que en aquella que tantos ojos alumbraua con
          su acatamiento. O Policiano, Policiano, quán desastrado
          fin tuuieron tus amores. Sola la muerte pudo darte lo que
          tan difficultoso hallaste en la vida. O amor mundano. O
          loco mundo. O variable mundo, lleno de tantos desatinos.
          Loco es quien en ti confia. Vario el que te cree. Sin
          seso quien tus pisadas sigue. No das vn momento de plazer
          sin mil años de sobresaltos. Muchos en ti confiaron y
          a todos dexaste burlados. A todos prometes descanso e
          nadie lleua de ti sino tristeza. Plega a Dios, amor, que
          a quien te creyere lo mejor de la vida le falte. Tú eres
          ciego: pues a quién puedes guiar en camino que se salue?
          Vete amor, vete mundo, vete Siluano, que quien vanamente
          ama, vanidad es su salario. Yo quiero agora dissimular
          este desastre e tornar me al aposento, que al fin el
          tiempo descubre sus obras.


                                NOTAS:

          [586] Falta aquí en el original el nombre de Policiano.

          [587] _Polidioro_, en el original.

          [588] Forma villanesca del compuesto _aquesotra_.
          Ya anteriormente hemos visto, hablando estos mismos
          rústicos, _aco_, _aca_, _acos_ y _acas_, por _aquello_,
          _aquella_, _aquellos_ y _aquellas_.

          [589] En el original, _treste_.

          [590] En el original, _amimal_.

          [591] También impresa como prosa esta cabeza de romances.




                       ARGUMENTO DEL XXIX ACTO


          Theophilon, muy cuydoso de la liuiandad de Philomena,
             habla con Pamphilo e Siluerio, los quales le cuentan
             la muerte de la Claudina, y estando en el regozijo de
             ver acabada su mala vida, entra Machorro el hortolano a
             dezirle que Philomena su hija está bañada en su sangre
             en la huerta, e con el llanto de Theopilon se acaba esta
             tragedia.


          THEOPHILON. SILUERIO. PAMPHILO. DOROTEA. MACHORRO.
                              FLORINARDA.

          [_Theoph._]--Oyes, Siluerio, alça vn poco essa
          antepuerta, veamos si es de dia, que todo esta noche he
          tenido el coraçon tan desassosegado, que en mi pena no he
          hallado vn momento de reposo; qué sientes de mi honrra,
          Pamphilo?

          _Pamph._--Señor, más deue ser al presente lo que ymaginas
          con el recelo, que lo que a tu hija passa por el
          pensamiento. No te fatigues, señor, ni con la ymaginacion
          penosa des fin a tus pocos dias, que no ay cosa que tanto
          duela que el tiempo no le dé su remedio, y para principio
          del tuyo, te hago saber que Siluerio e yo nos hallamos la
          noche passada a la puerta falsa con la vieja Claudina, e
          la hezimos tan buen tractamiento, que la embiamos a çenar
          al otro mundo. Y esto se hizo no tanto por la culpa que
          en ella hallamos quanto por cumplir lo que tú como señor
          nos mandaste.

          _Theoph._--Agora mis penas son acabadas. Ya mi congoxa
          tendra sossiego. Ya no temeré que con ocasiones malas mi
          hija tan querida será liuiana. O mis fieles criados, yo
          os prometo de gratificar vuestro seruicio como vosotros
          meresceys, e con él me aueys obligado.

          _Mach._--Hola, señor nuestramo, yergue te dende malora
          para todos nosotros acá donde esta madrugada nascimos.

          _Sil._--Qué es esso, Machorro? qué mal es el que te ha
          acontescido?

          _Mach._--Qué, señor? que nuestrama la moça Dios prega es
          finada e alli esta patitendida en medio de acos tablares,
          que es mal dolor de otealla.

          _Theoph._--Vienes por ventura loco o hablas entre sueños?
          qué dizes? mi hija no está en su retraymiento?

          _Mach._--Aora de cas de mi madre la garrida. Yergue te
          day priado, que ni caté si está comida dell alimaña ni
          si murio de qualque dolencia; que alli vide tanto del
          sangradero, que vengo medio pasmado.

          _Theoph._--Oyes, Dorotea, Dorotea, no me oyes?

          _Dor._--Señor.

          _Theoph._--Ven acá, dónde está mi hija?

          _Dor._--Señor, no sé si ha madrugado a coger el frescor
          de la huerta, que no está a mi parescer en su cama.

          _Theoph._--O dia triste. O dia aziago. O dia de mi fin
          desuenturado. Vamos, Siluerio, a ver este desastrado caso
          para mi.

          _Dor._--Yo voy a la huerta e vere si a lo fresco de algun
          limon mi señora está dormida. Ay dolor grande. Ay mal sin
          remedio. Ay lástima sin segunda. Ay desdichada sola. Ya
          no tengo quien me mire, ya no tengo quien me halagure,
          ya fenescieron mis fabores. Ay casa desdichada. Corre,
          señor, verás las arras de tus caducos años. Anda, verás
          la lumbre de tus ojos eclipsada, verás a la hija que
          engendraste bañada en arroyos de sangre que de su coraçon
          salieron. Corre, señor, rescibe el dote que la muerte te
          embia en el fin de tus antiguos dias.

          _Theoph._--O lastimada vejez. O canas mal fortunadas. O
          mi hija, lumbre de mis ojos, baculo de mi vejez cansada.
          Qué caso tan inopinado fue, hija mia, el que a ti
          trauessó el coraçon y a mi cortó el hilo de la vida?

          _Flor._--Qué es esto, señor mio? qué gemidos tan sin
          consuelo son los tuyos? Dime la causa de tus penas e
          sentirlas he como mias.

          _Theoph._--Ay dolor grande. Ay muger tan amada. Cata
          aqui mis reçelos, para mientes [en] mis temores. Cata
          aqui mis castigos no acostumbrados. Cata aqui la hija que
          tú pariste, su coraçon hecho pedaços. Cata aqui nuestra
          casa deshonrrada, y sola de la compañia para mi vejez
          mas agradable. O gentes que lastimas excessiuas aueys
          gustado, mirad si ay a mi dolor otra pena que se le
          yguale. O amor, amor, pues me priuaste oy de la cosa que
          en esta vida más amaua, pues te llamas amor a tuerto o a
          derecho, a quién has cometido que mitigue mis ansiosos
          cuydados? qué remedio pones a mi dolor tan estraño? quién
          aliuiará la cuydosa carga de mi vejez trabajada, pues
          me lleuaste oy en flor la fructa que para mi enferma
          senectud Dios e naturaleza me auian prestado. Pero aunque
          me la dieron prestada, no para tan poco tiempo: dexaras
          amor desamorado que mi hija començara a conoscer se para
          que te conosciera, e como de cossario ladrón se apartara
          de ti. Armaste le el lazo de tus amargos dulçores en la
          hedad más sin cautela para que menos te resistiesse, e
          más presto en tus escondidas trampas cayesse. Dime, amor
          tramposo, mal pagador de seruicios, quándo te offendi
          yo tanto que meresciesse tan crudo castigo? pues si por
          demeritos mios, amor falso, me castigaste, executaras
          tus sangrientas rauias en mis caducos años y en mi faz
          arrugada, e no me lastimaras en esta juuentud hermosa y
          en esta moçedad tan delicada. Si comigo tuuiste el enojo,
          por qué diste tan cruel açote a la ynocente? O amor
          loco. O amor desatinado. Maldigo tus pensamientos vanos,
          maldigo tus palabras fingidas, maldigo tus passatiempos
          lisongeros, maldigo tus enojosos plazeres, maldictas
          sean tus açucaradas çaracas, e tus deleytosos enojos,
          tus apassionados deleytes e los instrumentos de tus
          prisiones; que otros prenden para soltar, y tú captiuas
          el coraçon para matar. Mataste oy a la joya más acendrada
          que entre los mortales fue nascida. Lastimaste con mortal
          dolor a este triste viejo, cuyo fin á mi puerta está
          dando aldabadas. Pusiste en términos la vida de aquella
          madre desconsolada que alli veo entre aquellas yerbas
          medio muerta. Pues si a todos matas, e matar los hombres
          tienes, amor, siempre por officio, muerte rauiosa te
          llamen de aqui adelante y no amor halagueño. Porque si
          halagas es para mejor lastimar, e si lastimas, no más
          de para matar. Pues, mortal amor, no me puedes hazer
          ya mayor mal del passado, seguro estoy ya de tus ondas
          reboltosas, e de tus amargos desconciertos. En lo vltimo
          de potencia has executado comigo tu rigor; lastimado me
          dexas los pocos dias que en el mundo biuiere. Pues quien
          mi lástima tan grande supiere, no es possible sino que de
          ti se guarde. Si con tiento me hirieras, e tan adentro
          no me tocaras, mi pérdida no fuera tan grande, e siendo
          mi mal tolerable, mi quexa fuera templada, pues si yo de
          ti no me quejara, muchos en tus trampales cayeran. Ya,
          amor falso, de aqui adelante, porque a ninguno como a mi
          maltrates, todos huyran de tus sabores[592], con nadie
          tendras crédito, ni abrá quien de ti se fie. Amor falso
          malauenturado, tus fabores son humo, tus plazeres no son
          durables, e al fin fin amor. _Omnia pretereunt preter
          amare Deum._


         ACABOSE ESTA TRAGEDIA POLICIANA A . XX . DIAS DEL MES
        DE NOVIĒBRE, A COSTA DE DIEGO LOPEZ, LIBRERO, VEZINO DE
        TOLEDO. AÑO DE N[=R]A. REDĒMPCION DE MIL E QUINIENTOS E
                           QUARENTA Y SIETE.


                  _Nihil in humanis rebus perfectum._


                                NOTAS:

          [592] Acaso _fabores_.




                         COMEDIA DE EVFROSINA
             TRADVCIDA DE LENGUA PORTUGUESA EN CASTELLANA
                            POR EL CAPITAN
                DON FERNANDO DE BALLESTEROS Y SAAVEDRA


                AL SERENÍSIMO SEÑOR INFANTE DON CARLOS


       _Con privilegio. En Madrid, en la Imprenta del Reyno. Año
                de 1631. A costa de Domingo Gonçalez._


                          SVMA DEL PRIUILEGIO

          Tiene Priuilegio de su Magestad, Don Fernando de
          Ballesteros Saabedra, para imprimir por diez años este
          libro, intitulado _la Eufrosina_, como parece por su
          original. Despachado en el Oficio de Francisco de
          Arrieta, Escriuano de Camara, y firmado de Iuan Lasso de
          la Vega. Dado en Madrid a diez y seis dias del mes de
          Diziembre de mil y seiscientos y treinta.


                           SUMA DE LA TASSA

          Los Señores del Consejo tassaron este libro, intitulado
          _la Eufrosina_, a quatro marauedis cada pliego en papel,
          el qual tiene veinte y dos pliegos, que a los dichos
          quatro marauedis monta ochenta y ocho marauedis. Dada en
          Madrid a onze dias del mes de Agosto de mil y seiscientos
          y treinta y vno.


                             FE DE ERRATAS

          Este libro intitulado _la Eufrosina_ está bien y
          fielmente impresso con su original. Dada en Madrid a
          veinte y quatro dias del mes de Iulio de 1631 años.--_El
          Lic. Murcia de la Llana._


          APROVACION DEL M. IOSEPH DE VALDIUIELSO. CAPELLAN DE
            HONOR DEL SERENISSIMO SEÑOR INFANTE Y CARDENAL DE ESPAÑA.


                               M. P. S.

          En la comedia llamada _Eufrosina_, que me mandó ver V.
          A., que traduxo de la lengua Portuguesa a la Castellana
          Don Fernando de Ballesteros y Saabedra, no hallo cosa
          no conforme a la verdad Catolica de nuestra Sagrada
          Religion, ni contraria a las buenas costumbres. Está
          traducida con acierto y con dicha, por la dificultad de
          las frases de ageno Idioma. La Fabula es sentenciosa y
          exemplar, despierta auisos y auisa escarmientos: deuerá
          al traductor Castilla estos diuertimientos y Portugal
          estos honores. Este es mi parecer. Saluo, etcétera. En
          Madrid en veinte y nueue de Otubre de 1630.--_El Maestro
          Ioseph de Valdiuielso._


        APROVACIÓN DE D. LORENÇO VANDER HAMMEN, DE LAS OBRAS DE
                      FRANCISCO DE LA TORRE[593].

          Las obras que escriuio en verso castellano Francisco de
          la Torre, y pretende dar a la estampa D. Francisco de
          Queuedo (raro ingenio deste siglo) he visto atentamente,
          y no sólo las juzgo por merecedoras de comunicarse a
          la luz comun, sino por dignas de ladearse con las de
          aquellos celebres varones que veneramos por Principes
          de la Poesia castellana. Estan escritas con la verdad,
          propiedad y pureza que pide nuestra lengua, cosa singular
          en estos tiempos, mas escriuieronse en aquellos en que se
          sabía más bien y se hablaua mejor, y assi no hay mucho
          que admirar. Esta verdad no la confessarán los que aora
          la ignoran, pero importa poco su juyzio, sientan lo que
          quisieren. Padecieron esta misma desdicha que oy aflige a
          España casi todas las naciones, y en especial la Hebrea.
          Hablo della primero que de otra alguna por ser su lengua
          madre y principio de todos los lenguages, y la postrera
          y vnica en el mundo. Introduxeronse pues en ella por la
          larga antigüedad, por los cautiuerios, por el descuido de
          dexar oluidar las vozes propias, y por la permision en
          el vsar de vocablos estraños, algunos tan obscuros, que
          los mismos maestros y naturales de las sinagogas despues
          los desconocian. Esto que vemos en el Idioma Hebreo y
          que confiessa S. Geronimo, hallamos en la lengua Latina,
          con ser tanto más nueua y más continuamente cultiuada y
          sin estas caidas. Y assi se quexa Tulio de que a vezes
          encuentra con muchas vozes en ella que no conoce, aunque
          las vsaron Marco Varron, Caton y otros. Lo mismo pudiera
          dezir de la nuestra, porque casi hemos hecho de los
          vocablos tantas mudanças como de la ropa, y podriamos
          hazer dos lenguajes tan diferentes, que el vno al otro
          no se entendiessen, porque nos damos tanta priessa a
          inuentar vocablos (o por dezirlo como ello es) a tomarlos
          prestados de otras lenguas, que por enriquezerla hemos de
          venir a desconocerla. Esto nace de parecerles a algunos
          ignorantes deste tiempo que es humilde el lenguaje
          Castellano, si no le ponen estos afeytes de vozes nueuas
          y le pintan con este colorido, y no aduierten que el
          bueno y casto, como dize Ciceron, ha de ser el que nos
          enseñaron nuestras madres y el que hablan en sus casas
          las castas matronas y mugeres bien criadas.

          En esto, pues, está escrito este libro, aunque exornado
          con todo lo que permite el arte. Trabajo desigual a menor
          ingenio, y en que no hallo cossa dissonante a nuestra
          Santa Fee, o a las buenas costumbres. Tiene muchas
          imitaciones Italianas y Latinas, hermosas figuras y
          sentencias, y muy delgados conceptos, y assi puede vuessa
          merced, siendo seruido, mandar se dé la licencia que se
          suplica. Este es mi parecer. Madrid y Setiembre diez y
          siete de 1629 años.--_D. Lorenço Vander Hammen y Leon._


          APROVACION DEL MAESTRO BARTOLOME XIMENEZ PATON

          El libro intitulado _Eufrosina_, traducido en lengua
          Castellana de Portuguesa, por el Capitan Don Fernando
          Ballesteros y Saabedra, Regidor desta Villa-Nueua de los
          Infantes, que me cometio el señor Don Florencio de Vera y
          Chacon, del abito de San Tiago, Iuez ordinario, Vicario
          y Visitador general deste partido, he leydo con toda
          atencion y cuydado vna y más vezes, no he hallado en él
          cosa que contradiga a las de nuestra Santa Fee Catolica y
          buenas costumbres: antes con apacible estilo se notan y
          censuran muchos vicios, porque aunque Fabula, es de muy
          delicada corteza, con sustancia y copia de sentencias y
          consejos, de que me parece es justo todos participen, y
          el ingenio y trabajo de su segundo autor quede premiado
          imprimiendose. En este Estudio de Villa-Nueua de los
          Infantes a veinte y quatro de Iulio de mil y seiscientos
          y treinta años.--_El M. Bartolome Ximenez Paton._


          DEDICATORIA AL SERENISSIMO SEÑOR INFANTE DON CARLOS

          Bien pudo la modestia del autor desta Comedia ser
          hazañosa en quitarse la gloria que de auerla escrito le
          resultará en los siglos. Mas si su noticia se adelantara
          a entender mereceria venir a las manos de V. A., tengo
          por cierto que por tan esclarecida ambicion dexara tan
          rigurosa templança. De mi caudal solas ofrezco á V. A.
          la habla Castellana y la eleccion del amparo; deuerame
          en esto mas que a si propio qualquiera que fue inuentor
          desta obra; pues si fue su alabança el hazerla buena,
          es su felicidad el emplearla tan altamente. Guarde Dios
          la serenissima persona de V. A., etc.--_D. Fernando de
          Ballesteros y Saabedra._


          DON FRANCISCO DE QVEVEDO VILLEGAS, CAVALLERO DE LA ORDEN
          DE SAN TIAGO, A LOS QUE LEYEREN ESTA COMEDIA.

          Esta Comedia _Eufrosina_, que escríta en Portugues se
          lee sin nombre de autor, es tan elegante, tan docta, tan
          exemplar, que haze lisonja la duda que la atribuye a
          qualquier de los mas doctos escritores de aquella nacion.
          Muestra igualmente el talento y la modestia del que la
          compuso, pues se calló tanta gloria que oy apenas la
          conjetura halla sujeto capaz a quien poder atribuirla.

          Mañosamente debaxo el nombre de Comedia enseña a
          viuir bien, moral y politicamente, acreditando las
          virtudes y disfamando los vicios con tanto deleyte como
          vtilidad, entretiniendo igualmente al que reprehende y
          al que alienta; estraña habilidad de pluma, que sabe
          sin escandalo ser apacible, y prouechosa condicion que
          deuen tener estas composiciones. Assi lo juzgó Seneca,
          Epistola 115. Refiere que en vna Tragedia de Euripides,
          Beleforonte, que era la persona que hablaua, dixo tales
          palabras: Dexa que me llamen maldito, como me llamen
          rico; pues todos preguntamos si vno es rico, no si es
          bueno. No preguntan por qué y de dónde, sino quánta
          hazienda posee. En toda parte es cada vno tanto como
          tiene. Preguntas qué cosa nos está mal tener; respondo
          que nada, y quiero viuir rico, y si soy pobre, morirme;
          bien muere quien muriendo gana algo. Si en la cara de
          Venus resplandece cosa como la riqueza y el oro, con
          raçon enamora a los hombres y a los Dioses.

          En acabando de pronunciar estas palabras postreras,
          todo el pueblo se leuantó con impetu a apedrear al
          representante y a los versos, hasta que Euripides mismo
          se leuantó entre todos, pidiendo que aguardasen a ver qué
          fin tenia en la Tragedia este Idolatra del oro. Oyeronle,
          y Beleforonte en la Fabula tenia el castigo que merecia
          su insolencia.

          Hasta aqui son palabras de Seneca, que aprouando la
          buena composicion y exemplar de Euripides, preuino desde
          entonces aplauso y alabanza á nuestra _Eufrosina_, donde
          estan distribuidas las ruynas y las afrentas sobre los
          vicios, y los premios sobre las virtudes y meritos. No
          quede sin alabança aquel vulgo que se amotinó en el
          teatro contra la insolencia de las palabras quando no se
          lee de los Iueces y Magistrados algun enojo.

          Con grande gloria de la virtud y buen exemplo se han
          escrito en España con nombre de Comedias, fuera de las
          Fabulas, historias y vidas que a la virtud y a el valor
          enseñan y mueuen con mas fuerça que otra alguna cosa.
          Como se ve con admiracion en las de Lope de Vega Carpio,
          tan dignas de alabança en el estilo y dulzura, afectos
          y sentencia, como de espanto por el numero, demasiado
          para vn siglo de ingenios, quanto más para vno solo, a
          quien en esto siguen dichosamente muchos que oy escriuen
          este entretenimiento decente a soberanas ocupaciones;
          que el ocio de los Reyes tiene estatutos de magestad,
          y no deue admitir alibio que no sea calificado. Por
          esto tiene lugar en los oydos de los Principes este de
          las Comedias, a quien han dado su atencion contra la
          proligidad de los cuydados los más y mejores Monarcas del
          mundo, sin que a esto ofenda lo que algunos malician,
          para reprouar los ingenios que dichosamente se ocupan en
          esta composicion, ni el entretenimiento, que es gustoso,
          y docto, y exemplar, y limosnero por el socorro frecuente
          con que alimenta los espitales. Pocas Comedias ay en
          prossa de nuestra lengua, si bien lo fueron todas las de
          Lope de Rueda. Mas para leydas tenemos la _Seluaga_, y
          con superior estimacion la _Celestina_, que tanto aplauso
          ha tenido en todas las naciones. En portugues ay vna de
          Camoes, dos del doctissimo Corte Real y esta EVFROSINA,
          de que careciamos, porque su original no cerzenado por
          Lobo es dificil por los idiotismos de la lengua y los
          Proueruios antiguos, y que ya son remotos a la habla
          moderna.

          Don Fernando de Ballesteros y Saabedra con suma
          diligencia le ha traducido, de suerte que hablando
          Castellano no dexa de ser Portugues, ni deseó de
          verse cómo nació, donde empieza aora a viuir. Merece
          D. Fernando grande alabança en auer hecho que tenga
          Castilla parte en obra tan grande y digna de encarecida
          estimacion.--_Don Francisco de Quevedo y Villegas._


                                NOTAS:

          [593] Esta _Aprobación_ de las obras de Francisco de la
          Torre nada tiene que ver con la _Eufrosina_, pero se
          encuentra en todos los ejemplares que hemos visto, y
          no hemos querido defraudar de ella á los lectores, en
          obsequio á la integridad del libro, aunque seguramente se
          introdujo en él por descuido.




                         COMEDIA DE EUFROSINA


              CARIOFILO, _cortesano_.
              ZELOTIPO, _cortesano_.
              FILTRIA, _tercera_.
              ANDRADE, _criado_.
              VITORIA, _moça de cantaro_.
              ESTUDIANTE.
              DUARTE, _oficial_.
              SILUIA DE SOSA, _donzella_.
              ANDRESA, _moça de cantaro_.
              EUFROSINA, _dama_.
              GALINDO, _cortesano_.
              POLONIA, _moça de cantaro_.
              DON CARLOS, _cauallero_.
              DOCTOR CARRASCO, _legista_.
              COTRIN, _criado_.
              FILOTIMO, _ciudadano_.




                             ACTO PRIMERO


                             SCENA PRIMERA

                   CARIOFILO, ZELOTIPO, CORTESANOS.

          _Car._--Beso os las manos, Zelotipo, qué se haze?

          _Zel._--Por mi fe, Cariofilo, otro hombre aureis visto
          más contento que yo estoy aora.

          _Car._--Vos siempre fuistes amigo de andar con el tiempo,
          y de seguir el camino de los melancolicos; porque dizen
          que es nueua discrecion andar triste y ceñudo, y a mi
          entender es guarida de la poca habilidad, y assi empeçad
          a publicaros por achacoso, guardaos del sereno, huid de
          los lugares humedos, abrigaos la cabeça con virrete de
          seda, preciaos de mal regido, que es vna gran cosa.

          _Zel._--De todo esso estoy lexos; lo que no es natural
          mal se finge mucho tiempo; pues qué cosa para mi
          condicion viuir con arte, ni seguir ninguna, por más
          calificada que sea? Sabed de mí, que si alcançara el
          tiempo que se vsaua el cabello rizado, no me pusiera
          cabellera, aunque fuera muy calbo.

          _Car._--O qué enfadosa gala fue essa, pero ya passó;
          aduertid. Por dos cosas doy de ordinario gracias a Dios.
          La primera por hazerme Portugues, y no alguno de aquellos
          más barbaros de juyzio que ellos juzgan a nuestra lengua;
          y la segunda por auerme librado dessa gala de cabeça, que
          fue otro Alcoran por sí, y vna de las señales del Diluuio.

          _Zel._--Teneis razon; pero yo aora estoy poco ocioso, y
          no para ocuparme en essos discursos vanos.

          _Car._--Dias ha que os esperó vn Caton Censorino, si os
          fauoreciesse la fortuna; mas por no hurtar el viento á la
          saeta, sepamos, en qué os ocupais? ó qué hazeis?

          _Zel._--Deshago la vida con nouedades del alma.

          _Car._--Vos estais más bemolado que vna dulçayna: yo no
          estoy para tanto, porque despues que venimos de la Corte,
          ando más zafio que vn aldeano, y en quanto no boluieremos
          a ella, no espereis de mí cosa buena, ni discurrais
          conmigo en sutilezas. Aora que no es tiempo de muda,
          ayudadme a caçar estos perdigoncillos, digo estas moças
          de cantaro, que son alegres, y con facilidad se acomodan,
          y al primer reclamo caen en las perchas: despues ya
          sabeis que tengo buen natural, y soy a proposito para
          piloto de alta mar.

          _Zel._--Assi presumia yo de mí, mas toda subita mudança
          causa turbacion. El ánimo confuso no admite contento; mi
          desventura parece que esta conjurada contra mi descanso,
          y me tiene con tal suspension, que ageno de mí pienso
          que no hago poco en resistir mis pensamientos para no
          enloquecer.

          _Car._--Esso fuera malo? Dos estados me agradan por
          estremo, el de el loco y del Predicador osado, porque
          desengañan a su saluo a quien quieren vengarse sin palo
          ni piedra, viuen sin sujecion de la ley del mundo, no
          guardan fuero, que es la bienauenturança humana, que los
          Filosofos Gentiles desearon, y no alcançaron a conocer, y
          aora está llano ser esta la mayor.

          _Zel._--Otra sé yo que lo es más.

          _Car._--Tambien yo. Vencer vna batalla campal, traer a
          puerto con bonança vna naue cargada de plata y oro, aqui
          no ay duda.

          _Zel._--Essa es mayor ceguedad; errais de proa a popa.

          _Car._--Sere inocente, pero vos ni otros más discretos
          (de quien yo me burlo) no me aueis de dar fondo esta vez
          por más versados que seais en la bruxula, porque no ay
          palmo en mí en que no perdais el Norte.

          _Zel._--Parece que me juzgais en tiempo que podeis
          hazerme anotomia, y yo tengo ciertas redes para coger
          hombres o conocellos, que exceden a las de Vulcano.

          _Car._--Quereis mostrarmelas por me hazer merced? Vere
          cómo estais de estimativa[594] para astrologo.

          _Zel._--Si en esso os siruo, harelo. Hombre que se
          alegra de abatir a quien no tiene por enemigo, que burla
          de los que dél confian, que tiene animo no compassiuo
          de la miseria agena, y con cortesias disimula su mala
          intencion, creed que es naturaleza de Satanas, y profunda
          baxeza de espiritu.

          _Car._--Poned punto, que no os puedo sufrir tanta
          confiança, y de ahi a querer hazer prouerbios no ay
          mucho, y hablar bien es el más discreto proceder, porque
          ocasionado, el más humilde suele dar congoxas y el perro
          a su amo con rabia muerde. Dexemos a los Troyanos, que
          sus males no los vimos. Vengamos a nuestra intencion:
          Perdistes algunos nauios? Entraistes en alguna renta? o
          de qué os lastimais tanto de los temporales?

          _Zel._--En quanto anduuieredes por las ramas, no tocareis
          en el tronco de mi dolor: en el qual los sentidos me
          fallecen para sentir su grandeza, el coraçon para sufrir,
          el alma para padecer; en el sufrimiento espero el
          remedio, este me falta y quanto más merezco pena tanto
          más lloro la culpa.

          _Car._--Bueno estauades aora para glosar
                     recuerde el alma dormida,

          o, quán antiguo es traer vos pendencia con altos
          pensamientos, y suspirais? Aqui topa el negocio, amores
          son de alguna monja. Quisiera más algun buen empleo para
          la India. Que aueis venido á caer en essa vejez! Pues
          aduertid, señor mio, que esto ya passó, con la soberbia
          de los fanfarrones, y todas essotras antiguallas de

              por aquel postigo viejo,
              buen Conde Fernan Gonçalez[595].

          Seguid otro rumbo, si caistes en vaxio tan peligroso,
          que no perecer en él es destreza y primor de buen galan;
          demas que es contra el limite del Psalmista: _Nolite
          tangere Christos meos_.

          _Zel._--Vos direis oy más latines que vn Bedel, y
          perdereis mucho conmigo si os parece que he caydo en
          essa enfermedad. Tan hambriento de amores os he parecido
          despues que me tratais? Conocedme mejor, y sabed más de
          mis cosas, si no quereis perder el credito en que os
          tengo, porque de otra manera os desengañaré.

          _Car._--Todo desengaño es odioso: no querais competir
          con Minerua; tengamos paz y moriremos viejos; y no se
          diga por vos: Habló Roldan y habló por su mal; que yo soy
          tan buen lagarto, que si me pican, saco poluo debaxo del
          agua.

          _Zel._--Brauo venis, picado de gracioso, pero tinto en
          desabrido.

          _Car._--Si os pareciera otra cosa, me muriera. Teneis vos
          los espiritus muy groseros; los mios leuantan las pajas
          de finos.

          _Zel._--Ha mucho que aprendistes esso?

          _Car._--A seruicio de V. m. dias ha que sé quán mal
          estomago os hará, porque mirad, mi Rey, esto para vos es
          Griego; yo no os niego que sabeis muy bien de viguela y
          de canto, poner los pies en vna sala con brio y donayre,
          atrauesar el antecamara seguro y descuydado sin leuantar
          el cuello ni concertar la pretina, salir del retrete
          bufando priuança, fingir gran negocio en cosas de poca
          importancia, mostrar diligencia adonde no es necessario,
          traer comparaciones a proposito, tener puntual noticia
          de la casa de la Reyna, conocer todos los galanes de
          Palacio, entender dónde se ha de dar el golpe para hazer
          la seña, buscar ocasiones de ostentar luzimientos y
          gastos; pues seruidor de damas, no ay que hablar en esso,
          que estas y otras semejantes acciones son primores de
          vuestra profession, y de aqui no subis por más que el mar
          se leuante.

      _Zel._   Perderme fuera gloria
               Si tuuiera
               Esperança en que viuiera.

          _Car._--Burlais de todo? y respondeis _ad Ephesios_? Pues
          sabed que me cogeis en tiempo que estoy para chocar con
          un toro.

          _Zel._--Aora bien, dexemos esso, qué pajaro nueuo es éste?

          _Car._--Mucho hay que dezir.

          _Zel._--Contaldo luego.

          _Car._--Aueisme de alabar, porque soy hombre para vn
          hecho portugues, con que lo he encarecido más que si
          dixera vn hecho romano.

          _Zel._--Guarde Dios a los que allá no fueron; pero
          quántos quedan muertos?

          _Car._--Siete, y ocho heridos. El caso es éste. Paseando
          aora por la puerta de mi moça hallela hablando con vna
          vezina al pie de la escalera de adentro; y como en estos
          casos de repente yo muestro mi suficiencia, y tengo
          preuenidas cautelas para tales sucessos (porque la
          ocasion de hazer bien nunca se ha de perder), tercié el
          ferreruelo como soldado, y llegandome al umbral de la
          puerta preguntéla si estaua alli el señor su padre. La
          rapacilla estaua bonita como vn oro, con vna basquiña
          amarilla, ropa negra, en mangas de camissa, los cabellos
          trençados con vn liston encarnado, que parecia Sirena
          pintada; y para encender más el fuego, en viendome,
          se puso como vnas brasas. Dixome: Fuera de la ciudad
          está, vendra mañana en la noche. Y al despedirme hizo
          vna reuerencia con tal donayre, que me eleuó, y vengo
          suspirando, lançando más centellas de amor que ay
          estrellas en noche serena.

          _Zel._--Toda essa era la historia de la Cabra Amaltea,
          essos son vuestros huertos de Adonis?

          _Car._--Esperad, que aora empieço. Qué pensais que
          hize entonces? Parti como vn rayo a casa de mi amiga
          Filtria, escudriñé, miré los rincones; asegúreme de que
          no auia nadie, y díxela: Ea, apercebios, que aora es
          tiempo; y poniendole la boca dulce con grandes promesas,
          sin reparar en que me citasse luego de remate por ser
          passadas las ferias, y estar en tiempo de execucion de
          mis esperanças, fue al punto a tratar la conclusion deste
          negocio, y aora viene; y si la trae y me veo con la
          rapacilla en conuersacion, desde aora hago voto (porque
          no se me oluide) que me ha de pagar lo nueuo y lo viejo
          y el tiempo que me ha entretenido con largas, muerto de
          amores.

          _Zel._--Quién no lo estuuiera más!

          _Car._--Cierto será no ser vos.

          _Zel._--Pues por mí lo digo, que me veo entre el yunque
          y el martillo (como dizen) cogiendo pensamientos en los
          huertos de Tantalo, para morir de deseo. Mordiome la
          serpiente aspid, herida incurable, y se puede dezir por
          mí: Atlante se puso a sustentar el cielo, pues naci para
          gritar por Hilas, sin poder valerme. Metiome amor en
          vn laberinto de dolores, de donde desespero salir, por
          castigar en vn dia mil ofensas que le he hecho en muchos.

          _Car._--Otro Macias tenemos; pero qué lexos estais de
          passar cada noche el Mondego a nado, como Leandro el
          Helesponto, por más apassionado que os mostreis!

          _Zel._--El alto estanque Cocito, la laguna madre de
          la vitoria temida de los Dioses passara sin la barca
          de Aqueronte, y mouiera a piedad con la razon de mis
          sentimientos a Ditis y Hecate, como otro Orfeo, mas esto
          no puede remediarme.

          _Car._--Sabeis la causa? Porque sin ramo de oro ninguno
          entró allá, y en estos tiempos en ninguna parte, y
          tenerle vos, lo veo dificultoso, segun las minas de
          España se han agotado; mas no me diera Dios mayor
          vengança que veros muy rendido de amor.

          _Zel._--Si lo deseais, dalde gracias, que yo os doy por
          muy vengado en esta parte, pues me veo tan estraño, que
          me desconozco como el Sosia de Plauto.

          _Car._--Si esso es cierto, no puedo yo estar triste; mas
          sepamos quién es essa señora para ir a besarle las manos
          por tantas mercedes.

          _Zel._--Dexemos donayres, que no estoy para ellos; que
          a los desdichados hasta la risa les ofende, y acordaos
          de las desgracias agenas para compadeceros dellas, y
          que sois hombre nacido en la misma suerte y sujeto a
          tenerlas, y ninguno sabe lo por venir, ni se deue reir
          de los infelices; que la Fortuna quando halaga, entonces
          azecha, y la próspera es más de vidrio, y sospechosa.
          Quien de los mezquinos se compadece, de sí se acuerda.
          Las furias de las nouedades que en el alma siento y los
          tormentos que la opinion de mis deseos causa, exceden a
          los que dan los golpes de la[s] Eumenides y Gorgonas. En
          este dolor desesperado sólo me esfuerça contemplar en la
          ventura, que es padecer por quien tiene en la menor de
          sus perfeciones el premio de mis trabajos, aunque fueran
          mayores que los de Hercules, y lo peor de todo es viuir
          sin esperança condenado á la pena que dize la letra de la
          puerta del infierno.

          _Car._--Mucho os engañais conmigo si pensais cogerme
          con reclamo, porque naci del vientre de vn fingimiento
          dessos, y sé tanto como vos, y dos puntos más cumplir
          dessa materia. Para mí escusadas son inuenciones y dezir
          «huid, que rabio». Todos sabemos quántas son tres. Las
          Iliades de males que fingís, aunque me las dixeran cien
          Predicadores, no las creyera.

          _Zel._--En que las creais ó dexeis de creer no está mi
          saluacion; porque este mal desesperado me tiene tan sin
          sentido, que no sé resistir estas venganças de Netolemo,
          que el vengativo amor de mí toma, indignado de las
          burlas que le tengo hechas, y puedo dezir: «Donde me
          quisieron no quise, y quiero a quien no me quiere». Heme
          transformado en vn eco de vozes vanas, mis quexas son
          mas sentidas que las de Cigno por su amigo Faeton; los
          suspiros son de Polifemo por Galatea, y las lagrimas, de
          las hijas de Belo sobre su hermano.

          _Car._--Segun esso diremos:

                O Macias, o Macias,
              no llores pasiones tuyas[596].

          _Zel._--No me enfadeis con essa risa traidora, pues
          sabeis quán pesadas son las gracias sin tiempo. Estoy
          hablando cosas del alma, por darle algun descanso, y
          quereis fundar burlas sobre mi dolor. Pareceme que sois
          como los que por dezir vn dicho agudo pierden vn amigo.
          Tratemos de lo que conuiene, y no sea todo flores, si no
          me quereis matar.

          _Car._--Si va de veras, hablareos a lo cuerdo, y como
          experimentado, para que veais quién soy, y porque, segun
          voy conjeturando, vuestra enfermedad más está en tiempo
          de medicina blanda que de reprehensiones asperas, y el
          más fuerte se leuanta mejor dandole la mano. Manifestad
          al Médico vuestra llaga, si quereis remedio, que el mal
          descubierto halla la salud. Declaraos conmigo, vere de
          dónde proceden essos humores colericos, miraré las casas
          del Zodiaco, en que los doze animales tienen su assiento,
          y si en aquella ocasion estaua en ascendente el Planeta
          benevolo, y reuolvere toda el arte judiciaria, con tal
          primor, que os espantareis; porque yo en esta ciencia de
          amores puedo escriuir mejor que Tolomeo en la Astrologia,
          y con las reglas que yo os diere, reios de los aforismos
          de Hipocrates y Galeno para vuestra cura.

          _Zel._--Si yo la tuuiera, no fueran mis dolores
          impacientes; los demás que se padecen la medicina los
          sana, sino es el del verdadero Amor, que es como la
          herida de la lança Pelias.

          _Car._--Esso es por lo moral; mas por mi arte, que es de
          experiencia, os curaré como ensalmador con tres palabras,
          que traigais por nomina en vn bolsillo: _porfia_, _mata_,
          _caça_; que tanto da la agua en la piedra, etc., y
          aquella es casta que no fue rogada; guardad mi regimiento
          y yo pondre mi cabeça en vuestra salud.

          _Zel._--Esta llaga es Chironiana, mayor que la que curó
          el hijo de Febo á Hipolito despedaçado, y no tuuo tan
          gran tormento como el mio Filatetes, herido de la saeta
          de Hercules.

          _Car._--Esso es al primer impetu como Frances, el tiempo
          lo gasta todo; y assi lo pedia Dido a Eneas por remedio
          de su pasion. Este amor es accidental, vuestra condicion
          no es melancolica para estoruar el salir de vos essa
          passion; confiad que sanareis presto.

          _Zel._--Con essa esperança me consolara como Penelope,
          mas desconfio desse y otro cualquier remedio.

          _Car._--Qué coraçon de mancebo! nunca vos matareis Moro
          Ali; deseo saber si os enamorastes de vuestra figura
          como Narciso? ó de alguna estatua como Pigmaleon? o
          si está essa dama tan guardada como Danae? Qué hombre
          vos para la guerra! qué Peritoo o Teseo, que robaron á
          Proserpina y Elena; renegad de amante que no se atreue
          a todo, por dificultoso que sea. Nunca os rindais a la
          fortuna, si quereis vencer, que para todo ay remedio. El
          buen enamorado ha de acometer más de lo que le parece
          possible, y vencer el temor de las dificultades que
          la razon le ofrece, de manera que responda siempre la
          esperança a los pensamientos.

          _Zel._--Si me valiesse auenturar la vida, Piramo por
          Tisbe no se ofrecio a la muerte con tanta voluntad como
          yo lo hiziera. Los Decios no se arriesgaron por su
          patria, ni Paulo Emilio no acetó el morir con el ánimo
          que yo tengo pronto al sacrificio, de quien me arrastra
          asido al carro de sus perfeciones, como Achiles arrastró
          á Etor. Pero mi mal es de calidad, que en la osadía tiene
          condenacion desesperada, en la couardia tormento inmenso.
          Qualquiera destos estremos niega medio á mis cuydados:
          veome entre ellos con el trabajo que se vio Fineo entre
          las Harpias.

          _Car._--Pues ahorcaos como Ifis por Anaxarte. Pesar de
          mi padre, essa Diosa come niños? o es de naturaleza de
          demonios? a Lucrecia la Romana solicitara yo de amores, y
          a Penelope confiara alcançar.

          _Zel._--No come niños, mas encantalos con su persona y
          belleza, nacida para retrato de hermosura humana; porque
          la suya no admite comparacion, sino es con el Sol ó
          las Estrellas; y a ser possible alguna dar luz a las
          tinieblas, sola esta pudiera darla.

          _Car._--Pariran los montes y nacera vn raton. Dezid quién
          es? que yo no os he de creer, porque la passion hasta
          los inocentes haze mentir, y quien feo ama, hermoso le
          parece; y no temais, que os sacaré de estar satisfecho,
          que ya sé que vn engaño de aficion es mas blando que
          belludo, y vale vn tesoro para la recreacion de vn
          enamorado. No rezeleis que os la despreciare; dezid su
          nombre sin temor, que yo soy poco escrupuloso.

          _Zel._--Cómo me atreueré a poner lengua en quien mis
          espiritus contemplan indignamente como el pastor Indimion
          en la casta Luna? Su amor me tiene sujeto, sus gracias
          me vencen, su valor me cautiua. Reconuencido por tantas
          y tan superiores razones, no me atreuo a dezirlo, y lo
          quisiera encubrir, porque me parece ofendo la causa en
          tener tal pensamiento, quanto más publicalle.

          _Car._--No seais necio, y perdonadme, que quando aueis
          de ser sabio entonces dexais de saber. No hagais caso de
          hombre que no aprende de la experiencia, y del discreto
          que con prouidencia no vence los malos sucessos, porque
          discrecion sin entereza no vale nada. Yo no os he de
          consentir, ni sufrir flaquezas de voluntad, que son
          defetos de culpa; y como los Principes muchas vezes pecan
          más por lo que disimulan a otros que por lo que cometen,
          assi son los amigos que no dizen lo que sienten a los
          que tienen por tales. Sufrirles los vizios es hazellos;
          en el buen ánimo está la principal parte del próspero
          sucesso: tenedlo en esta ocasion, y no sentimiento tan
          costoso que os lo disminuya, y estorue los medios que os
          han de redimir. La ventura viene a quien la procura, y
          más ven dos ojos que vno; aqui estoy yo que hago sombra
          como qualquier hombre, con la de Iuanes _me fecit_ a la
          cinta, para ponerme por vos a riesgo de la muerte; y la
          buena Filtria nuestra comadre, que nunca se negó, ni
          negará, y por vnas chinelas que le deis, subira al cielo
          en dragones, como Medea quando fue a buscar las yeruas
          para boluer moço al viejo Eson.

          _Zel._--Poco puede ella aprouechar en esta parte; vos
          hablais con quietud de ánimo, y no considerais que tanta
          culpa es ser furioso como flaco. La prouidencia ha de ser
          desconfiada y medrosa. Es de soberuios parecerles todo
          possible. Los prudentes alaban los fundamentos de las
          acciones; los ignorantes, los sucessos que da la ventura
          y ocasion. Destos nunca es alabado el Capitan vencido,
          aunque pusiesse los medios necessarios para vencer.
          Fiarme de atreuimientos que traen consigo pena, no lo
          tengo por cordura; vos dezid lo que quisieredes.

          _Car._--Todo se estima segun dello se juzga; assi les
          sucede a mis consejos. No ay cosa que tanto daño haga a
          los buenos ingenios y leales animos como la ingratitud.
          Para aconsejar y ser aconsejado es muy necessario tener
          el juyzio desnudo de propia aficion, y libre de sus
          passiones, porque es muy falso el parecer recebido
          primero de la voluntad que del entendimiento. Si quereis
          tratar de lo que os conuiene, guardad esta regla: En las
          desuenturas y aduersidades, o tened ánimo para sufrirlas
          o amigo con quien passarlas; los sucessos preuenidlos,
          pero no afligiendo el ánimo, considerando que no
          aprouecha saber el que ha de ser malo, si no se puede
          euitar, y si es incierto, de nada aprouecha temer lo que
          está en duda, y es tormento rezelarlo, si no se puede
          huir; lo que a otro no osais comunicar, no lo hagais
          solo, que el ánimo noble es testigo de sí mismo.

          _Zel._--Pareceme bien lo que dezis; mas quien sabe
          temer, sabe acometer sobre seguro: porque de conocer el
          peligro, nace saber vencerlo. Quien no teme, acomete
          temerariamente, y no es valentia, pues no vencio
          conocimientos de riesgo, sino viciosa osadía.

          _Car._--El amante sabe lo que desea, mas no lo que le
          conuiene. Al coraçon apassionado en nada se le ha de dar
          crédito. Prudencia es conocer en el mal ageno lo que se
          ha de huir, que es lo que dizen escarmentar en cabeça
          agena. En mí teneis exemplo de amores; como acuchillado,
          me podeis dar más crédito que a los Oraculos de Delfos;
          descubridme el fuego desse rapaz Cupido antes que me
          enfade, que el enfermo impaciente haze el médico cruel.

          _Zel._--Quiero concluir en este punto, por satisfazeros,
          pues entre amigos no se consiente coraçon doblado;
          descubrireos lo que os suplico que no salga de vos en
          ningun modo, si me estimais: porque me va la vida y fin
          de mi esperança en el secreto desto que os digo, confiado
          en vuestra amistad, lo que de otro no fiara por ninguna
          cosa del mundo.

          _Car._--Para qué son historias y conjuros? Quándo
          hallastes por mí vuestras cosas en la plaça? Seguro os
          doy que seré por ellas vn Harpocrates, si importare, y
          entre nosotros escusadas son palabras de cumplimiento;
          fiad de mí, y que el tiempo testificará con obras lo que
          callo, que a él me remito.

          _Zel._--Yo os lo merezco, y creed lo mismo de mí, porque
          en buenos deseos a ninguno doy ventaja; assi que passemos
          aora desto y vamos a lo que es el caso. Bien conoceis a
          D. Carlos, Señor de las Paboas, en sangre noble y rico en
          renta.

          _Car._--En reputacion está de hombre de gran linage
          y hazienda; pienso que ha poco que enviudó, y tiene
          vna hija, preciosa joya, prenda de gran marca en toda
          hermosura y virtud.

          _Zel._--Y se llama Eufrosina, a quien las tres del
          monte Ida concedieran la mançana de la discordia de
          conformidad, si la vieran, y sus conocidas ventajas la
          libraran de inuidia.

          _Car._--Pues qué ay?

          _Zel._--Esta dama es de quien os dezia, descubriendoos lo
          que de mí encubro.

          _Car._--Y essa es la Reyna de Chipre por quien teneis
          desesperacion anticipada? los misterios que él me hizo,
          de que yo esperaua quando menos alguna Mora encantada
          o Ninfa de la fuente de los amores! Qué coraçon éste
          para librar a Andromeda o a Esiona de los monstruos
          marinos! De tales espiritus flacos como el vuestro vino
          la idolatria, y de entendimientos que se admiran de
          qualquiera cosa, como si no hubiessen visto gente. Pero
          dónde la vistes? que me dizen está muy encerrada.

          _Zel._--Silua de Sosa mi prima es muy parienta suya,
          criose con ella y está en su casa, hasta que Troilos de
          Sosa, mi primo y su hermano, venga de la India. Hame
          embiado mil recados con quexas de que no la he visto
          despues que vine de la Corte, y me ha regalado mucho, y
          por acudir a su gusto fui antedeayer a visitarla, para
          verme qual me veo: porque vi a la bella Eufrosina en hora
          que no deuiera, tan hermosa, que triunfa como vencedora
          de toda la hermosura del mundo, con vna frente serena
          como la de Diana entre sus Ninfas, compuesta de vnos
          cabellos de Febo, que si los viera Neron, los antepusiera
          a los de Popea.

          _Car._--Heregias de enamorados; essa tal en despoblado
          pareciera figura de las transformaciones de Ouidio.

          _Zel._--Vnos arcos del cielo por cejas con más primor que
          las lineas de Apeles.

          _Car._--Ay disparate como este? qué tiene que ver lo vno
          con lo otro? lo mejor es dexarlo bañar en sus pinturas, y
          veremos un Metamorfoseos dando mas bueltas que vn bolatin.

          _Zel._--Vna boca de Venus vertiendo sangre de los labios
          llenos de nectar y ambrosia, cuyas palabras, que son las
          flores de la hermosura, eran de Caliope.

          _Car._--Bueno va, bien tuuiera Zeusis que pintar aqui
          despacio; quiero dexarlo cebarse en esta imaginacion y
          dar rienda a su furia hasta su tiempo.

          _Zel._--La proporcion y alegre forma de rostro sobre
          honesto no diferencia á la Luna llena, o a la estrella
          de Venus, quando salen sobre nuestro Oriçonte, que es
          el amor que se apoderó desta alma luego que vi tanta
          perfecion.

          _Car._--Por esso tenia razon Teofrastro en llamar a la
          hermosura engaño mudo, y Xenofonte, peor que el fuego,
          el qual quema al que lo toca, y la hermosura inflama de
          lexos; y Aristoteles respondio a quien le preguntó por
          qué eran amadas las cosas hermosas, que era pregunta de
          ciego.

          _Zel._--Pues qué hará quien vio vn pecho y miembros de
          Palas, vna grauedad de Temis, labrando con vnas manos de
          Minerua y los dedos de marfil, más dignos de sentir a
          Iupiter que Heues y Ganimedes?

          _Car._--Mejor fuera dezir de carne, y hablar sin mentir;
          pero no quiero ser como algunos que estrañan los estremos
          que hizieron Hercules y otros por mujeres, siendo lo
          menos que por ellas hazemos, no solo por aficion, pero
          por apetito.

          _Zel._--Y estando assi, leuantaua de quando en quando
          vnos ojos de Iuno verdes, claros, tiernos, bañados de
          alegria, tan grandes y graciosos, que mostrauan todo
          el primor de las tres Gracias, y con razon se le puede
          llamar la quarta y primera dellas. Ponialos en mí a
          tiempos hurtados con vn mirar tan disimulado y blando,
          que me atrauesaua el coraçon, como Filomena a Tereo.

          _Car._--Ahi fuera yo hombre para obrar y no contemplar;
          más que presto la ablandara como vna cera.

          _Zel._--Pareciasele vn pie de Tetis con vna çapatilla
          amarilla, para entristecer del todo el coraçon
          desesperado del bien que veia.

          _Car._--Bonissimo sois para espia, vn lince no vee tanto,
          passando siete paredes con la vista.

          _Zel._--Estauamos mi prima y yo sentados en la
          antecamara, y Eufrosina estaua en vn valcon que cae sobre
          el rio, de manera que yo la veia por entre vna antepuerta
          de traues, y como puse los ojos en ella, nunca los pude
          apartar, y con trabajo encubria mi eleuacion.

          _Car._--Por esso se dize, las manos en la rueca y los
          ojos en la puerta; y vuestra prima, qué os dezia?

          _Zel._--Alabesela lo mejor que supe, y ella alabola de
          muy discreta y hermosa, y de singular condicion, y que se
          hallaua en su compañia como si fuera su hermana, y con
          quien se huuiera criado toda su vida.

          _Car._--Todo esso es bueno y haze a nuestro proposito,
          porque quanto me la dieredes más Merlin, tanto os la doy
          más muger para vn hecho. Guardeos Dios de muger boba, que
          no ay quien la entre en camino. Como ella sea de vnas que
          leen y más leen, muertas por discreciones, melancolicas,
          malas de contentar, eleuadas de pensamientos, tenemos el
          medio camino andado, porque con estas tales querria yo
          tener mis pendencias. Estuuistes allá mucho tiempo?

          _Zel._--Estuuiera mil años sin acordarme de venir:
          tan embelesado me tenia aquel retrato del amor, y tan
          diuertido, como quien oye el canto de la sirena, y más
          quando a tiempos la cogia mirandome, si bien hazia luego
          mas mudanças que Proteo.

          _Car._--Ni essa es mala señal, que el amor nace de la
          vista y los ojos lo parlan. Pues cómo os venistes?

          _Zel._--Aunque estaua transformado en Eufrosina, y
          eleuado como Argos con la musica de Mercurio, el temor
          de parecer importuno y prolixo, y enfadar donde deseaua
          agradar me acordó el despedirme; pedile que de mi parte
          le hiziesse grandes ofrecimientos para que me tuuiesse
          por muy suyo, porque no ay más bien que pretender ni
          desear en esta vida que ser admitido por tal.

          _Car._--Bueno está esso en essa forma.

          _Zel._--Sí, mas quién lo esperará?

          _Car._--Quien no desesperare, y para guiar bien este
          negocio hazeos amigo con vuestra prima para tener entrada.

          _Zel._--En quanto a esso mucho lo quedamos, y me pidio
          que la fuera a ver muchas vezes, y dixo que no auia
          tenido tan buen dia en su vida, y en palabras no quedé
          inferior.

          _Car._--Tanto mejor; desso mucho, que no cuesta dinero,
          y las de cumplimiento no obligan; y muy escaso es quien
          dellas tiene dolor.

          _Zel._--Antes conforme a razon deuian obligar mucho, pues
          son el gouierno del mundo; mas ya el vsar mal dellas se
          ha hecho costumbre y en que algunos ponen el caudal de su
          trato.

          _Car._--Passo, que os desembolueis mucho; dexemos estas
          melancolias para los pretendientes. Andemos con el tiempo
          aora que nos conuiene; que por esso dizen ama el Rey la
          traicion, pero no al traydor, y querer ser bueno entre
          malos es gran trabajo. Los hombres pueden reprehender
          el mundo, mas a enmendarlo solo Dios es poderoso, y de
          aquí procede mal lograrse los trabajos desta calidad;
          hazedme merced de iros con el corriente de la gente, y
          como dizen: Errar antes con los muchos que acertar con
          los pocos, porque no ay atajo sin trabajo, y dexad essos
          sutiles seguir sus intentos, con seguro que os doy que
          terneis poca embidia del fruto que dellos alcançan. Assi
          que siguiendo nuestro camino carretero, ya que dexastes
          hecho el fundamento del buen lenguaje, y quedastes
          corrientes en la conuersacion, tornad allá mañana, que
          este negocio quiere ser solicitado. Porque no seas
          pereçoso, y no serás deseoso; la diligencia es madre de
          la buenauentura, y quando os vieredes con vuestra prima
          poned la verguença a vna parte, y dezidla el sueño y la
          soltura, contandola vuestras congoxas, manifestadas con
          algunas lagrimas que hareis venir con disimulo y cera de
          los oidos; que vn repique destos es de mucha eficacia
          para con ellas, aunque pudieran no darles credito por lo
          prontas que las tienen quando las han menester.

          _Zel._--No tengo necessidad de fingir, sino tratar de mis
          dolores delante de quien más sienta y conozca los que
          son verdaderos. Pues con solo contarlos excedere a los
          sentimientos de Priamo en presencia de Aquiles.

          _Car._--Dessa manera no hay cosa que os detenga; y si
          la veis piadosa, pedilde que os sea abogada delante de
          vuestra deidad, y si os fauorece, no dudeis del sucesso a
          vuestro gusto.

          _Zel._--Y si no quiere fauorecerme seré del todo perdido,
          porque no me siento con ánimo para sufrir vn desengaño.

          _Car._--Gracioso sois. En esta causa nada os ha de
          dar escandalo; creed siempre lo que hiziere a vuestro
          proposito, y de lo demas no se os acuerde, que la tierra
          cria buenas y malas plantas, y junto a la ortiga nace
          la rosa. Mil yeruas ay que hazen mal, y mil que dan
          salud. Echad el remo por donde fueren las ondas, que
          no ay quien no tenga causas de dolor; hazeos a las
          armas del sufrimiento, que pocos passan la mar sin
          contar tormenta; no temais antes de oir la trompeta,
          reforçaos de paciencia para sufrir injurias, guardaos de
          lugares solitarios que dañan mucho a los tocados desta
          enfermedad. Acudid siempre a mí con vuestras congoxas y
          tendreis vn Pilades para Orestes; no adiuineis el mal
          anticipado, aferraos con la esperança, que quien no se
          auenturó ni perdio ni ganó. En las cosas dudosas vale
          mucho la osadia; y pues todo sucesso es incierto, no se
          ha de temer ni presumir el peor. Si quereis acertar,
          gouernaos por estos documentos. O, que moço yo para
          estas cosas, cómo lleuara de parola a vuestra prima y le
          hiziera del cielo cebolla!

          _Zel._--No está en esso la dificultad, que yo tambien
          tengo lenguage.

          _Car._--Pues en qué?

          _Zel._--Córrome de pedirle cosa tan fuera de razon.

          _Car._--No aueis oido que mejor es verguença en cara
          que mancilla en coraçon? y al pobre necessitado no le
          está bien tenerla, porque haze malauenturados, como el
          atreuimiento venturosos. La necessidad no guarda ley, y
          esta nos manda esperimentar muchas cosas, y es maestra
          de las artes y quien las conserua. Tener ánimo en las
          aduersidades es conuertir la fortuna en vuestra ayuda,
          corrida de verse vencida. En esta opinion os he hallado
          siempre, y en muchas ocasiones atreuido; aora no sé que
          mudança es esta.

          _Zel._--Amar y saber sólo á Dios se concede; y quien sabe
          temer, sabe acometer. Los negocios que me vistis tratar
          sin temor, no eran desta calidad. En este soy como el
          Espartano coxo, que preguntandole que para qué iba a la
          guerra, respondio que lleuaba proposito de no huir, y
          assi voy temeroso, porque sé que ha de cargar sobre mí
          todo error que cometiere, sin ser possible retirarme; y
          ya aureis oido dezir del soldado de Antigono, que estando
          enfermo era arriscado en acometer a los enemigos en las
          batallas, y no estimaua el viuir. Hizieronle curar y fue
          couarde, porque con la salud temia perder la vida que ya
          amaua. Quando segui amores que no estimé dexar, a todo
          me auenturaua; aora que tengo hecho empleo del alma, no
          ay cosa que no tema, y esto juzgo por lo mejor, porque
          me lo enseña vn puro y verdadero amor, que es propio
          maestro de virtudes: y quien muda la mala condicion en
          buena, el escaso en liberal, el ignorante en discreto, el
          inconsiderado en prudente, el cobarde en osado.

          _Car._--Dessa tiña os ha caido en la cabeça, que el
          cruel amor os ha enseñado a sufrir las amenazas que el
          pensamiento os pone dessa señora, y os ha dispuesto a
          consentir en mentiras; pues creed por verdad que los más
          duros pechos se vencen con blandos ruegos; despues de
          las tempestades viene el dia sereno. En las cosas arduas
          crece la gloria de los hombres. La osadia ha de ser al
          principio de la obra, despues la fortuna disponga los
          sucessos.

          _Zel._--Arquidamas, Espartano, viendo a vn hijo suyo
          pelear con los Atenienses atreuido y temerario, le
          dixo: «acrecienta las fuerças o dexa el ánimo», dando a
          entender ser peligro conocido atreuerse ninguno a más de
          lo que puede, y vos quereis que me atreua yo a declarar
          con persona tan encastillada como Eufrosina, que hallará
          tan altos casamientos y prosperos? Reconozcome indigno.

          _Car._--Y vos no os casareis con ella?

          _Zel._--Para qué es hablar en esso? no naci yo para tanto
          bien.

          _Car._--Ha, qué moço para vn pan y dos hueuos. Ruin sea
          quien por ruin se tiene; por ventura nunca vimos otros
          mayores milagros?

          _Zel._--No veis que se passó ya el tiempo dellos?

          _Car._--La necessidad los causa, nada se pierde en
          intentar, y se puede ganar mucho; más vale vn buen
          consejo que fortuna; en los principios de las acciones
          no ay que reparar en la razon, y en las de amor, menos.
          En vuestra prima teneis vn buen medio, que es el todo.
          Dexad essa nueua verguença y abraçad esta buena ventura,
          y agradecedla a Dios, y encomendaos a él, y asios a los
          cabellos de la ocasion, que si no teneis los tesoros de
          Creso, que en este tiempo dan los quilates del valor a la
          persona, segun la suma de sus toques, sin ellos enamoró
          el pastor Paris a la ninfa Enone; y más vale a quien
          Dios ayuda que quien mucho madruga; y si él os la tiene
          prometida, todos los del mundo no os la quitarán. Prouad
          vuestra estrella, que tentando rindieron los Griegos a
          Troya. Todo lo vence el continuo trabajo. No ay cosa
          en el mundo que no se pueda esperar, y a Dios nada es
          dificultoso.

          _Zel._--O quánto gusto de oiros!

          _Car._--Assi le sucede a quien habla a sabor del
          paladar. Vos imaginastes que auia de estrañar vuestros
          deseos; allá lo haga vuestro confessor, que yo, amigo
          mio, sé muy bien quán poca impresion hazen reprehensiones
          cuerdas en voluntades aficionadas. No soy cura de vuestra
          alma, de lo que entiendo os trato. Quando fueres a Roma,
          habla Romano: comunicaisme amores, no espereis que os
          los resista. Todo tiene su ocasion, y por no guardarla,
          he visto que muchos cuerdos por atajar rodearon. El amor
          en el viejo es culpa, en el mancebo fruto de la edad. Ay
          tanto trabajo en esta breue vida, que no se puede passar
          sin alguna recreacion: esta toman algunos en jugar, que
          está cerca de hurtar, y es ocasion de renegar; otros en
          caçar, y segun dan a entender las fabulas antiguas, es
          exercicio, si bien noble, que haze a los hombres brutos
          y montaraces, y gusto de mucho trabajo y peligro; pero
          en esto no doy por ley mi opinion, que todas las cosas
          tienen la estimacion segun la voluntad de cada vno. Para
          mí no me den otra cosa sino amores; sin ellos no sabré
          viuir, y assi estoy tan platico, que en mi concepto
          todo negocio desta calidad me parece possible, y más si
          me dais ocasiones, aora se hallan con facilidad, si se
          saben buscar los medios que la buena diligencia siempre
          descubrió; y si vos no os atreueis a recauar con vuestra
          prima que os sea intercesora, hazedme su conocido, que
          yo os la traere a la mano, y podria estar de caudal de
          manera que no nos desconcertassemos en el partido, que yo
          soy de á más Moros, más ganancia.

          _Zel._--Pues os certifico que no es de desechar, y el
          dote que tiene no es poco.

          _Car._--Miraldo bien, que yo no me he de negar, y como
          sea cosa que os importe, cortaré por lo sano.

          _Zel._--Nunca entendi que erades para tanto, mas ya veo
          que lleuareis por raçones las armas a Vlises.

          _Car._--Y no me alabais más? pues dexadme hazer, que yo
          os pondre del lodo.

          _Zel._--A Dios y a ventura he de hazer lo que me dezis,
          y donde va lo más vaya lo menos. Yo tengo vna carta de
          mi primo y su hermano, que embió en un[597] pliego de la
          India; auiasela de embiar, mas aora me determino a ser el
          portador.

          _Car._--Ya os veo con viento en popa, porque de ahi
          vendreis a echar cadenas, como dizen. Vamos a hablar
          á Filtria, veamos lo que dize, y desta manera haremos
          primero mi negocio y despues el vuestro, que todo tiene
          su tiempo.

          _Zel._--Vamos donde quisieredes, que ya me siento más
          alentado con la esperança que me dais.

          _Car._--Persuadios que soy grande alquimista destas
          materias: verdad es que nunca me doy a negocios que
          piden la cura a lo largo, porque soy más amigo de estar
          a sabor que a olor; mas para saberles los puestos y
          guaridas y hazerles venir á los laços, no ay perdigon que
          en llamarlos me gane, porque la experiencia me ha hecho
          maestro.

          _Zel._--Sabeis de tomar el Sol?

          _Car._--Por estremo. Allá veo assomar a Filtria; ya se
          rie, sin duda ay conclusion, vamos tras della a hablarle.


                                NOTAS:

          [594] En el original, _estimatimatiua_.

          [595] En el original, así estos dos versos como el
          anterior, de Jorge Manrique, están impresos á renglón
          corrido, como si fuesen prosa.

          [596] En el original estos dos versos están impresos como
          si fuesen prosa.

          [597] En el original dice _mi_.


                             SCENA SEGUNDA
                             FILTRIA SOLA.

          _Fil._--En fin, en fin, la verdad es seruir a quien
          os saque la barba de verguença; todos saben el refran:
          Sanpitar haze buen jantar; Sanrrogar no ha lugar; dadiuas
          quebrantan peñas. Con dar se caçan los hombres, quanto
          mejor las mugeres, menos fuertes. No ay cosa más dulce
          que recebir, y assi acerto el que arrojó las mançanas
          de oro en la carrera de Atalanta. Sabese ya muy bien
          que el Abad de donde canta de ahi yanta. Quien conmigo
          huuiere de negociar ha de ser, hazme la barba, harete
          el copete. Gente rica y poderosa saca el pie del lodo,
          y no estos mancebitos de cabello blanco con guedejas
          y copete, que los pecadores no tienen vn quarto; todo
          es por acá fue, por aculla entró. Vistete de tuyo y
          llamate mio; su credito fundan en jurar con ademanes
          a lo brauo, prometer montes de oro a plaço largo;
          quando llega os pagan con haré haré; y mal auiendo y
          bien esperando, vaseme el tiempo y no sé quándo. Aquel
          te dio, estotro te dará: mal aya quien de suyo no ha.
          Por esso no erró quien dize: Antes el mar por vezino
          que cauallero mezquino. Estos tales, ni pintados en
          pared; antes los querria perder que hallar. Depareme
          Dios siempre hombres sesudos, que traen los apetitos
          frenados, y quando les sueltan la rienda y se inclinan a
          vna muger, nada estiman: porque les grangeis vn favor,
          sin regatear dan la saya, las çapatillas y quanto pedis
          por la boca. Con ellos no hay pariente pobre, sufren
          mentiras, contentanse con esperanças. Tienen paciencia en
          las dilaciones, y siempre parece que os quedan deuiendo,
          aunque mas os den. Con estos me hallo yo mejor, con
          ellos me entierren, y nunca me conozcan embelecadores
          llenos de cautelas y desconfianças, que todo su caudal
          se cifra en lo que traen sobre sí, blasonear y fingir;
          con esto viuen, aunque les cuesta su trabajo, porque los
          tales son esclauos de su engaño. Qué es el mundo, cómo
          lo ha trastornado todo a peor! Solia ser que los hombres
          galanes y nobles tenian su pundonor en ser liberales. Con
          esto solo y un anillo sencillo enamorauan las Princesas.
          Ya tienen por el mas discreto a quien mejor guarda vn
          real. Qué es verlos escatimar; parece que en dar vn
          marauedi le lleuan los ojos de la cara, y os dizen luego:
          Comprar hombre barato es gran riqueza, comprar caro no
          es franqueza. Con esto ved qué merced puedo recebir de
          tal gente, que ni con espinas buen bocado, ni de escaso
          buen dado. Dizen los antiguos: Guardeos Dios de ira de
          señor, de alboroto de pueblo, de loco en lugar estrecho,
          de moça adiuina y de muger Latina, de tres vezes casada,
          de hombre porfiado y de persona señalada, de lodos en
          camino, de larga enfermedad, de medico experimentador
          y de asno orejeador, de oficial nueuo y de barbero
          viejo, de amigo reconciliado y de viento que entra por
          agujero, de hora menguada y de gente que no tiene nada.
          Este vltimo tengo yo por el mayor peligro, porque no se
          tiene dellos otro fruto sino importunaciones, y más aora
          que cada vno viue para sí y solo Dios para todos. Los
          señores siruense de los criados a bien te haré, y nunca
          le hazen; y como todos van por este camino, negra medra
          puedo yo tener con ellos, que no de valde se dize: Ni
          siruas a quien sirue ni pidas a quien pide. Si fuera en
          otro tiempo, quando en los méritos de la persona estaua
          el aprecio, y no en el dinero! Tuuiera yo las paredes de
          oro, segun este mi oficio es corriente y yo soy solicita:
          entonces amanecian buenos dias para todos; lo bueno se va
          perdiendo, la esperança se compra con trabajo y el buen
          sucesso con la vida. Todo tiempo passado fue mejor. En
          éste todo es interes particular, aficion propia, fingir
          verdades y hazer guerra con mentiras. Como soldados
          saqueamos el mundo, que al fin acá se ha de quedar; peor
          lo dexamos de lo que nos lo dexaron. Perdido es quien
          tras perdido anda, y assi se consuela quien sus medidas
          quema. El diablo fue henchirse la tierra de bachilleres,
          que son la misma miseria, y con sus trampas tienen hecho
          el mundo cobarde e interesado; y tan amigo cada vno de
          su prouecho, que hasta de la habla es escaso, donde no
          pretende sacar alguno. Pero en los que más nibelan la
          conuersacion, si les hazeis señas con qualquiera sombra
          de grangeria hallais afabilidad; y si no, a essotra
          puerta, que esta no se abre, por más obligaciones que
          alegueis. Esta es vna tiña muy general, y no hay donde
          no se halle un pedaço de mal camino. Yo soy aora la
          Iudia de Zaragoça, que murio llorando duelos agenos; y
          a la verdad, quien va mal contando, no puede ir bien
          obrando, y con estos galanes de voto a Christo mal puedo
          yo salir de laceria ni de mal amo; pero de aqui adelante
          no seré yo mas boba, que rompa los çapatos por quien
          no me los diere: qual el tiempo, tal el tiento. Vieja
          experimentada, aregazada va por el agua. No quiero ser
          sastre de la encrucixada, que no le pagan la hechura
          y pone el hilo de su casa; y que me digan: pues Maria
          bayló, tome lo que ganó. Que bendito es el varon que
          por sí se castiga y por otro no; dexenme el cargo, que
          mejor es tarde que nunca, y más vale bien de lexos que
          mal de cerca, y vn sí tardio que vn no vazio; y mejor es
          deseo que fastidio. Yo bolueré sobre mí, y a pan duro
          diente agudo; que en el estado que la persona se pone,
          en esse le tienen. No consiste en más el hazer cada vno
          lo que quiere de en tener poca verguença para empeçar.
          De prudente es mudar consejo, y de los escarmentados se
          hazen los arteros; yo haré caminos nueuos por atajos
          viejos. Hallanme alma de cantaro, y en tanto arde lo
          verde por lo seco, paga el justo por el pecador; alerta,
          que ya es tiempo; que quien con muchos ha de entender,
          muchos juyzios ha menester; mas el diablo, y no otro, me
          reboluio con este Cariofilo, que no me puedo librar dél
          y de sus importunaciones; todo el dia me ocupa en sus
          mensages, que no me dexa a sol ni a sombra, y primero
          que le saco vn quarto de las vñas me suda el copete. Muy
          fanfarron, promete villas y castillos, y quando viene
          el plaço, todo es vna mala ventura de vn real; y por
          esso dizen bien, que el hazer y dezir no es para todos;
          que ni es oro todo lo que reluze, ni harina lo que
          blanquea; por lo qual maldito es el varon que de otro
          fia, y más en este tiempo, en que el mundo tiene puesta
          la buena ventura en tener. Quando la embidia y cobdicia
          era del buen nombre, tenian las artes valor y la virtud
          estimacion. Entonces florecian los amores, y si aora
          fuera assi, recado lleuo yo á Cariofilo que me diera
          hasta la camisa; pero quando mucho me pagará con decir:
          Sirue a señor noble, aunque sea pobre. Pues desengañarme
          quiero con él y quedar ó bien dentro ó bien fuera; no me
          conuiene trabajo sin beneficio, ni ir a caça con huron
          muerto. Y a señor artero, seruidor reçonglero; lo mejor
          será desconcertarme del todo con él; mas es tan importuno
          que no hay quien dél se despegue; y lo que le falta de
          dineros, le sobra de palabras: y tantas vezes va el
          cantaro a la fuente, que vna o otra se quiebra, y en vna
          hora se cae la casa. Allá viene con otro tal como él; ya
          me empieça a pagar con su risa, que estas son siempre sus
          pagas: renegad de hombre de muchas cortesias.


                             SCENA TERCERA
                     CARIOFILO, FILTRIA, ZELOTIPO.

          _Car._--Besote las manos, amiga mia.

          _Fil._--Sí, besote, cabrito, porque has de ser bota.

          _Car._--Zelotipo, qué dezis a esta discrecion?

          _Fil._--Cortad con tiento, que ay poco paño.

          _Car._--No os parece que tiene arte y gracia para viuir
          con ella el mundo?

          _Fil._--Apelo desse mandato, señor juez, que si le he de
          dar de comer, he menester pan y caldo, y mal pecado, que
          aun la cena tengo mal acomodada.

          _Zel._--A ti digo, hijuela, entiendelo tú mi nuera.

          _Fil._--Piensa él que ando yo calçada, y mis çapatillas
          andan rotas; lo que importa es darme vnas, pues las tengo
          merecidas.

          _Zel._--Y las tiene sanas; pareceme que no quiere perder
          ocasion.

          _Car._--Dare yo toda la çapateria. Hombre soy yo que sé
          negar nada?

          _Fil._--Yo me contentaré con vnas, y mas si fuessen
          achineladas.

          _Zel._--Y tambien con ningunas, si Cariofilo es el que yo
          imagino.

          _Car._--Hablemos primero en lo que es de gusto, despues
          tiempo aurá para todo.

          _Fil._--Assi lo pienso yo; como no es al vuestro lo que
          se trata, mudais la conuersacion. Pues vna mano laba
          otra, y ambas la cara: hagase lo que os importa, primero,
          y despues de Maria casada, tengan las otras malas hadas.
          Lo que os digo es que no dan morcilla a quien no mata
          puerco. No diga barba lo que no haga.

          _Zel._--Esta toda es un refran: quiero ver si le valen
          sus traças, que ya caro le cuesta lo que ha de lleuar,
          pues lo porfia.

          _Car._--Amiga mia, entendamos cómo ha de ser esto? Le
          hemos de poner nombre a este hijo, si lo es?

          _Fil._--Y aun sobrenombre, si os atreueis.

          _Car._--Atreuer? dare en essa batalla vna lança de
          ventaja a Hercules.

          _Fil._--Pues sus, que hecho le tengo el oficio.

          _Car._--Por vida tuya?

          _Fil._--Assi muera yo Condesa.

          _Car._--O gran muger! aora acabo de conocer que no se
          puede tratar negocio si no es contigo, amiga de mi alma,
          doyte quanto tengo.

          _Fil._--Siempre vuestras dadiuas son como el que las da.
          Sea en buen hora, pues mirad no vengais a ser quien solo
          come su gallo solo ensilla su cauallo. Que si sabeis
          mucho, tambien yo sé mi psalmo, y mal aya el vientre que
          del bien que recibio no se acuerda.

          _Car._--Si ésta no fuera colerica, no tenia precio.

          _Zel._--No ay oro sin escoria.

          _Car._--Essa quenta hago, y soy con ella vn cordero, si
          bien cada hora me quiebra la cabeça.

          _Fil._--Todo esso es paja, no sea todo burlar á mi costa.
          El hombre de muchas gracias es indiciado de muchas
          culpas. Allá dizen que deuemos dar como queremos recebir,
          que ingrato es el que no paga lo que deue, ingrato el que
          dilata la paga y mucho más ingrato el que dissimula y
          niega la deuda; y éste sois vos, que acabado de seruiros,
          os oluidais, y no se os acuerda más que de lo que nunca
          fue; pues creedme, que quien paga bien es señor de lo
          ageno, y en el dar lo que más se estima y alaba es la
          presteza, porque reniego de tejo de oro en que he de
          escupir sangre, y antes querria comprar que rogar.

          _Car._--Pareceme que venis de mano armada; pues yo
          preciome de sufrido, porque quien calló vencio y hizo
          lo que quiso, y al mal hablador, discreto escuchador,
          que quando vno no quiere dos no barajan; y mirad que
          soy más amigo vuestro de lo que vos quereis pensar, y
          si no sabeis, sabed, pues os teneis por muy sabia, que
          quien se da prisa a pagar lo que deue más es pagador que
          agradecido, y a su tiempo vienen las vbas quando son
          maduras; ni con toda hambre al arca, ni con toda sed al
          cantaro. El discreto ha de notar y ver muchas cosas,
          y no dezir todo lo que siente; assi, mi señora, yo os
          digo lo que importa; dexad hazer a Dios, que muchos dias
          ay, y quien pierde un mes, no pierde vn año; más vale
          amigos en la plaça que dinero en el arca, porque con
          tenerlos ay riqueza; aunque el tiempo corre de manera que
          se puede dezir lo contrario, que donde ay riquezas ay
          amigos, porque el vulgo pone la amistad en el prouecho y
          se cumple lo que dezia Ouidio: Aquel santo y venerable
          nombre de amistad está puesto a ganar como ramera.
          Contraria era la opinion de los Scitas, que tenian por
          más ricos a los que tenian más amigos.

          _Zel._--O, cómo es discreta la necesidad, quán lexos
          está vn poderoso de tener tales palabras para persuadir
          su intencion, como éste vsa con tanta confiança de que
          haran efeto! Con razon se dize que la sabiduria cayó en
          suerte a la pobreça, descubridora de las artes, y por
          esta causa apartó Iupiter en la edad dorada la abundancia
          de las cosas: porque la falta dellas nos diesse industria
          para buscarlas; y es tan sagaz la necesidad, que de la
          raposa dizen que con la hambre se haze mortecina para
          caçar las aues. Tales son estos aora, el vno con el otro,
          que la pobreza de ambos les despierta los ingenios para
          engañarse en lo que pretenden.

          _Car._--Mas vos, mi señora, no veis más de lo presente, y
          no sabeis lo que va de Pedro a Pedro, y cómo yo soy para
          las mortales.

          _Fil._--Señor mio, palabras sin obras, vihuela sin
          cuerdas: siempre me prometeis esso, y yo nunca veo esse
          dia; y aunque soy tosca, bien veo la mosca. La estimacion
          de los estados es segun en quien estan, y discrecion sin
          condicion dadla al demonio. Vos pensais tenerme atada
          de vuestras esperanças, y soy ya vieja para gaytera, y
          sé muy bien quántas son tres, y quán mal estado tiene
          quien se sustenta de promessas; yo no he de comer dessa
          vizarria y lenguaje, sino de mi trabajo; y si no me
          quereis pagar, no me ocupeis, que yo no os voy a rogar,
          y vuestros cumplimientos no me satisfazen, porque mulas
          y amigos faltan en los peligros, y el harto del ayuno no
          tiene duelo ninguno. Sabeis lo que me sucedera con vos?
          lo que dicen: A mal Capellan, mal sacristan; a mal amo,
          mal moço; a mala llaga, mala yerua; que auariento rico
          no tieue pariente ni amigo. El consejo que tengo por
          saludable, y os le doy, es que en buen dia buenas obras,
          y más quiero pajaro en mano que buytre bolando.

          _Zel._--Para qué se ha de procurar oir otra Logica ni
          Retorica? aora creo lo que dize Persio, que el vientre
          halló el ingenio y que la necessidad es maestra; pero qué
          matrera es esta? mas de cosario, a cosario los barriles.

          _Fil._--Al prometer, poco es vn mundo; en el cumplir
          está la dificultad; pues yo os digo que negra y mal
          agradecida es la merced que tarda, y más parece cuydado
          que voluntad; y si cuesta verguença a quien pide, ya se
          compra, que quien rogó no recibio de gracia; el buen dar
          es preuenir el deseo, mas esto por vna oreja entra y por
          otra se os sale; sea en buen hora, que quien no da lo que
          estima, no alcança lo que quiere.

          _Car._--Aueis dicho ya, señora? pues oidme, que yo os
          respondere por los propios terminos: no aueis oido, tras
          la niebla viene el sol, y tras vn tiempo otro, y llegate
          a los buenos, serás vno dellos? mas tú, hermana, deues
          de venir melancolica de otra cosa, y buelveste contra
          mí, porque soy más paciente; pero con todo esso, mucho
          se alegra el lobo con la voz de la oueja, y assi tengo
          sufrimiento, porque al toro y al loco dalle corro.

          _Fil._--Vistis tal gracia? aueis me dado alguna saya?
          nada os deuo, que más ay quien ensucie la casa que quien
          la barra; y por mí se dize, por hazerme miel, me comieron
          moscas; porque nunca laué cabeça que no se me tornasse
          tiñosa, y soy siempre con los que más pretendo seruir,
          como la sardina, que huyendo de la sarten da en las
          brasas; y la verdad es, que en confiança de parientes
          nunca dexes de guardar que meriendes, que cada carnero en
          sus pies se sustenta.

          _Zel._--Yo me determino a no poneros en paz hasta veros
          llegar a las manos, porque tengo mucho gusto de oir essos
          amores; y bien se ve que comadres y vezinas a vezes
          tienen riñas.

          _Car._--Si a esso llegamos, malo ha de ser para mí, segun
          oy está picada; pero ladreme el perro y no me muerda.

          _Fil._--Sí, bien sé yo que muchos ladridos caben en el
          oido del lobo; mas no os burleis mucho, que si bien assi
          me veis, ya he castigado alguno por mis manos.

          _Car._--No os digo yo, señor? tened por cierto que le
          tengo miedo segun es determinada; por esso mirad por mí,
          si no me quereis ver vn Orfeo.

          _Zel._--Desengañaos desde luego, que he de ser contra vos
          por esta señora, porque a mí me negaré por seruirla.

          _Fil._--Mi voluntad lo merece, y podreis disponer de
          aquella casa; pero no querria fuesse echarlo todo a
          burlas, y dexando barajas nueuas sobre quentas viejas,
          porque quien espera desespera, si no alcança lo que
          desea, no sea lo que digo martillar en hierro frío.

          _Zel._--Esso es vna en el clauo y ciento en la herradura.

          _Fil._--Pues da ñudo y no perderas punto. Mas todo esto
          me aprouecha poco; y por demas es citola en el molino si
          el molinero es sordo, y es peor el que no quiere oir,
          pues lo cierto es que el desprecio disminuye el amor,
          la buena correspondencia y obras le aumentan: y assi me
          alcance la bendicion de la que come tierra fria, que no
          sé cómo tengo coraçon y cómo no se me quiebran los pies
          en los negocios de su honra y gusto, viendo tan claro que
          es todo caçar con huron muerto; pues con quanto le siruo,
          como todo el mundo sabe, nunca me he visto con vn manto
          mejorado.

          _Car._--Manto, vna horca.

          _Zel._--En mal monte hazeis leña.

          _Car._--Aora vayasse el diablo y venga Maria para casa;
          pues sabeis que dizen, mal amo has de agradar por miedo
          de empeorar; y yo, mi señora, soy bueno para amigo.

          _Fil._--Sí, buen amigo es el gato, sino que araña.

          _Car._--Mal Cariofilo, buen Cariofilo, al fin ninguno es
          mejor feligres que yo: y no se puede negar que más vale
          vn ruin asno que ser asno, y asno es quien asno tiene,
          pero más asno quien no le tiene.

          _Fil._--En buena fe, si esso falta, mal me fuera a mí, si
          yo no tuuiera otros de más caudal; que con vos ya sé quán
          pocos ajuares he de hazer, atengome a vuestro vezino el
          Chantre.

          _Car._--Diferencia ay de vno a otro; essos tales, amiga
          mia, no siruen más que para vn oficio, y assi es bien que
          den lo que tienen, y que no los veias[598] sino es por
          su justo precio; pero en mí aueis de mirar la calidad
          desta persona, que os autoriza en comunicaros, y que soy
          vn reclamo de crédito para este oficio, y esta honra es
          sobre todo.

          _Fil._--Más es el ruydo que las nuezes, honra sin
          prouecho.

          _Car._--Ya sabeis que no caben ambas cosas en vn saco.
          Dezidme, Reyna mía, pues quereis que hable: Quién os
          ha de librar de vn caso fortuito delante del Rey o del
          Papa? quién defender vuestra casa de vn hurto y de vna
          bateria? quién cruzar la cara al que os enojare o tocare
          al hilo de la saya? y para estas tales finezas se ha de
          sustentar y sufrir a vn hombre como yo, y no hazer caso
          de poquedades.

          _Fil._--Lo que os sé dezir es que mal de cada dia me
          llega a negros dias. Essos sucessos vienen tarde o nunca,
          y entonces sereis peor que todos.

          _Car._--Mirad lo que os digo: Veis aqui esta capa, y
          jurad que no teneis otra confiança de mí; porque holgaré
          saber en qué ley viuo, y ya sé que no ay cosa más barata
          que la que se compra.

          _Zel._--Ni más cara que lo que se pide o ruega, y assi
          estan ambos en juego. Aora veamos quién lleuará la palma,
          que la contienda por sus puntos va.

          _Fil._--Págome yo de mi amigo, que come su pan consigo
          y el mio conmigo: el escarabajo llama a sus hijos granos
          de oro. No ay Romero que diga mal de su bordon. Bien os
          alabais, mas jurado tienen las aguas, que de las negras
          no haran blancas. Yo sé muy cierto que perdido es quien
          tras perdido se anda; ya pudiera ser yo experimentada,
          que dos pajaros en vna espiga nunca se ligan, y dos
          amigos de vna bolsa, vno canta y otro llora.

          _Car._--Tened atencion, y notad qué tiene que ver vno con
          otro.

          _Fil._--Digo verdad, ois? por esso te siruo, por que me
          siruas. Puerco de a medias no es nuestro, y yo no me
          mantengo de humo de pajas. Quereis que me tengan por
          alcagueta por vos, y que no tenga que comer, y ponga las
          manos por las paredes, y dé diente con diente? Pues,
          amigo mio, cuando el bien del señor tarda, el seruicio
          del criado se enfada; yo no viuo de _bene esse_, y para
          el mal de costado es bueno el abrojo. Sabeis qué haré?
          tomaré el consejo que dize: Lo que haze el ignorante
          al fin, haze el sabio al principio. Todo lo que me
          sucediere merezco, por ser tan confiada y auerme fiado
          de palabras. Miren con qué quiere pagarme él aora. Al
          asna vieja, cincha amarilla; como si naciera yo ayer;
          quien malas mañas ha, tarde o nunca las perderá. Yo me
          entiendo: perro ladrador, nunca buen caçador. Todo es en
          fin pregonar vino y vender vinagre, y alabaros vos y más
          alabaros.

          _Zel._--Quánto sufrimiento da la pobreza y cómo abate los
          animos y cierra todos los puertos! Quán lexos estuuiera
          Cariofilo de sufrir, si tuuiera qué le dar! Lo cierto es
          que el dinero es segura aguja de los que nauegan en el
          mundo; y quando falta, haze se vsen otras traças, echando
          remiendos a la vida; y si bien la discrecion es grande
          atajo para escusar desgracias y afrentas, pero es nadar
          contra las olas del agua y a fuerça de braços salir del
          peligro, y con la riqueza se haze todo a pie enjuto, y no
          en balde se dió por maldicion: en el sudor de tu rostro
          comeras. Esto se verifica en los cuydados de Cariofilo.

          _Car._--Bien digo yo que esso es melancolia. Aora bien,
          iranse los huespedes y comeremos el gallo.

          _Fil._--No es sino el punto de la verdad, y assi amarga;
          pues aun no me aueis tenido el pie al herrar, y adonde
          las dan, las toman. Siempre oi dezir que es mejor dar
          a enemigos que pedir a amigos; ya los muertos no son
          nuestros, ni los viuos buenos amigos. Rabia me viene a
          las vezes de tomar el cielo con las manos. Ver el cuydado
          y diligencia que tengo en vuestras cosas, y a vos nunca
          os dize el coraçon que digais: Veis ahi vn escudo para
          pan. Assi que quanto más ay, más mal veo; pero este
          desengaño me pondrá la sal en la mollera, pues pensé en
          esta ocasión ensalmarme, y me quebré el pie.

          _Car._--Aora holgaos con esto que os diré, y tened
          paciencia, que no ser agradecida no se puede sufrir; y si
          el hombre es animal ingrato, más lo es la muger; y aora
          confirmareis, Zelotipo, lo que muchas vezes aueis oido,
          que de tres cosas nace la ingratitud. La vna de embidia
          de uer hazer bien a otro, no reparando en el que se
          recibe, aunque sea grande, ni acordándose dél. La segunda
          de soberuia presumiendo ser digno de más, o no sufriendo
          que otro sea preferido. La tercera de codicia, la qual
          no se apaga por más que le den, antes se enciende; y con
          la hambre de lo que apetece y pretende se oluida de lo
          que recibio; y esto sucede aora, pues desde ayer no os
          acordais que os regalé en vuestra casa.

          _Fil._--Mirad lo que me dió, y esso más de verguença
          que de coraçon, que assi lo entiendo por el ánima de
          quien más no puede, y yo no reparo en la cantidad, que
          bien se sabe que no importa que lo que se da sea mucho o
          poco, sino la voluntad con que se da; que el valor del
          beneficio más consiste en el ánimo con que se haze que en
          la cantidad. Yo me corriera de acordarme desso: porque
          quien da en cara lo que dió, parece que lo pide.

          _Car._--Gentil manera de desagradecer, pues peor es
          ser desagradecido que escaso, y yo no reparo en essa
          poquedad, ni lo digo por acordarme della, sino porque me
          quita el juyzio oir sinrazones.

          _Fil._--Digo muy bien, señor; lo que me dais, primero os
          lo tengo remerecido con sudor de mi cara. A otro huuiera
          yo seruido como a vos que teneis dinero como el mar.

          _Zel._--Como está perdida la verguença, poco ay que sudar.

          _Car._--Assi viua el diablo.

          _Fil._--Tiendo vuestro padre, que os lo atesora, mas
          si él me pidiera consejo, yo le desengañara. Que bien
          ignorante es quien no logra lo que es suyo, si puede;
          que despues de muerto, ni viña ni huerto, y negro gusto
          tendrá el alma del que está en el infierno por dexar a su
          hijo rico.

          _Car._--Dexemos las vidas agenas, que bien tiene cada vno
          que entender con la propia. Aguardad que entre a posseer,
          y tenga vn quento de renta, y vereis marauillas, que yo
          lo quiero para quien lo mereciere, y por nacer está otro
          mayor Alexandro; situacion tendreis, amiga mia, sobre mí,
          y vuestras libranças se cumpliran a letra vista.

          _Fil._--Siempre son essos vuestros remedios, y en el
          entretanto comere de estar queda.

          _Car._--No me canseis, que me pesa me deis ocasion para
          estarlo, y ninguna cosa me enfada tanto como personas
          interesadas, y si bien soy blando de condicion y gusto de
          ser engañado, en conociendoles essa falta, soy duro de
          muelles.

          _Fil._--La madre y la hija, por dar se hazen amigas,
          quanto más que bien sabeis que si no fuera por
          necessidad, de verguença no os pidiera vn marauedi.

          _Car._--Mejor tú medres que te creo.

          _Fil._--Y vos lo que me dais, malo y por mal cabo, y
          parece que el diablo os lleua, deuiendome quanto teneis,
          y no os lo he de dezir más lexos, que no sé tener dos
          caras, ni soplar la lumbre con agua en la boca; y para
          quien he de ser clara, soy agua del rio, y si no sea este
          Cauallero juez. Oyga v. m. por me la hazer señalada, veis
          aqui vn hombre a quien yo siruo de noche y de dia en
          quantas cosas ay en el mundo.

          _Car._--Paso, hermana, no digan que tratamos alguna mala
          conuersacion los dos.

          _Fil._--Y quando esso fuera verdad, era hazer moneda
          falsa? cayeran vuestros parientes en deshonra? Mas passe
          por burla, que bien sabe su merced que lo que trato son
          cosas de vuestra honra; mas vos sois aqui pega, alli
          pega, y todo embeleco, y yo apenas me dais a entender
          vuestro gusto, quando parto luego en vn pie. Veisme aqui,
          veisme alli, veisme acá, veisme aculla, lleuo villetes,
          bueluo respuestas, traygole moças a casa, auenturome a
          todo peligro por ir con sus recados, y hago de mí mangas
          al diablo.

          _Car._--Miradme aca, ojos de besugo.

          _Fil._--Si, a cabeça quebrada, vntalle el casco; no lo
          hagais, no, y no os lo diran, que cada vno cuenta de la
          feria como le va en ella; vos quereis comer cardos con
          dientes prestados, y cuesta poco a Pedro beuer sobre la
          capa de Payo; buen Rey, si quereis que os sirua dadme de
          comer, que bestia sin cebada nunca hizo buena jornada. No
          soy Camaleon, que me sustento del ayre, ni de la tierra
          como topo. El Abad de donde canta, de ahi yanta. Paga lo
          que deues, sanarás del mal que tienes. Si quereis ser
          bien seruido, no escuseis el galardon, que no ay cosa
          que tanto esfuerce en los trabajos como ver delante el
          premio, y el dolor de que se sigue algun prouecho, si se
          siente, se sufre.

          _Car._--No gastemos el tiempo en porfias, que vna hora
          es mejor que otra; yo ando estos dias algo alcançado por
          el juego, y quando no lo dan los campos, no lo han los
          Santos, y como se ha de negociar, amiga mia, es sabiendo
          guardar los tiempos, como buen esgrimidor. Con esto me
          desnudareis; y bien sabeis que no soy mezquino, antes
          a ningun género de hombres estimo en menos que a los
          miserables, porque no pueden hazer hecho bueno, y estan
          dispuestos para todo mal: y porque te quiero bien, te he
          de dar vna regla de mucho prouecho, aunque no sé si eres
          capaz de agradecermela y sentilla, mas si pegare, pegue,
          como barro en pared, y sea el presupuesto, que quien pone
          toda la esperança en el dinero, tiene el ánimo muy remoto
          de la prudencia, y se prueua con lo que dixo Platon,
          que no nacimos para nosotros solos, sino parte para la
          patria, parte para los amigos, y assi dizen los Estoycos,
          que todo lo que se engendra en la tierra es para el vso
          de los hombres, para que se aprouechen vnos a otros; no
          sé si me entendeis? Pienso que vso terminos impropios
          para vos.

          _Fil._--Si no alcança la vieja, alcança la piedra. Aunque
          no leamos libros, tambien somos gente; lo que vos dezis
          digo yo; hazeldo conmigo como os lo merezco, y culpáme si
          me quexare, y no os seruiré.

          _Car._--Pues no, que esto ha de ser proporcionado con los
          tiempos, y considerada la necessidad y la possibilidad,
          hazer cada vno de su parte lo que puede y esperar
          ocasion, que vsar daca y toma es baxo estilo.

          _Fil._--Peor es prometer y no dar, cosa indigna de sangre
          noble.

          _Car._--Antes aora lo vsa quien la tiene, hidalgo frances
          no guarda palabra, sino[599] en quanto le está bien, y
          nosotros acá, a todas las nouedades tenemos hecha ley por
          mayor; pero yo para seruiros quebraré cien leyes.

          _Fil._--Bien estoy en esso, si no se me mojare la ropa:
          de manera que ha de ser el hidalgo de Guadalaxara, lo
          que pone a la noche no cumple a la mañana. Pues los
          pusilanimos se precian de lo que tienen, y el magnanimo
          de lo que haze.

          _Car._--Pareceme que sólo andamos a buenos dichos.

          _Fil._--Mal me quieren mis comadres porque les digo las
          verdades.

          _Zel._--Razon es que siruais a esta señora y le deis
          quanto teneis, que el Rey de España no tiene tal mina.

          _Fil._--Esso no quiere creer él, como si lo que hago
          se lo deuiera de derecho; mas siempre se dize: a buen
          puerco, buena bellota.

          _Car._--Yo no os niego que os deuo la vida; mas tengola
          para perderla por vos, si os importare.

          _Fil._--Nunca me fié de haré, haré; más quiero vn toma
          que dos te daré.

          _Car._--No es el diablo tan feo como le pintan.

          _Fil._--Aun más es, señor Zelotipo; tengole solicitadas
          y vendidas moças como vnos Angeles en poco tiempo, y
          acreditado en partes que os admirarades si lo supierades.

          _Car._--Esso es por mi buena dicha, que todas me
          codician, que pocos tales como este moço en la dozena.

          _Fil._--Esso predican los Predicadores. Mantenga Dios
          muchos años y buenos a quien aqui está, que passa essas
          afrentas, que si por mí no fuesse, malos perros os
          comerian, y vos mal agradecido.

          _Zel._--Gentiles alabanças da de sí; a qué estremo ha
          llegado la malicia humana, que los malos se alaban de sus
          vicios, como los buenos se pueden preciar de la virtud!

          _Fil._--Pues sólo por solicitaros a la señora Polonia...

          _Car._--Ea, pues, acabá de desempreñar, sepamos qué
          tenemos.

          _Fil._--Primero pitareis, que ya sé vuestras mañas; gato
          escaldado del agua fria ha miedo, y lo digo assi porque a
          Clerigo mudo todo bien le huye.

          _Zel._--No pierde lance: todo va por su justo precio. El
          merecimiento ni el seruicio de las personas no lo tiene;
          todo se compra y vende; en ser caro o varato está el
          engaño.

          _Car._--Qué quereis que os dé? veisme aqui, mandadme
          poner en pregon, y vendedme.

          _Fil._--Y yo para qué os quiero? a, hi de puta y qué
          negro empleo y qué ajuar?

          _Car._--Despreciaisme, señora! en buena hora, alegrome
          desso.

          _Fil._--Paga, paga, parlero, y se hará todo bien.

          _Car._--Por estas barbas, de daros vna joya de valor si
          la nueua fuere tal.

          _Fil._--Yo lo quiero assi, mirad lo que prometeis delante
          deste Cauallero, que yo fiome de vos.

          _Car._--Mas hazedme merced que no os fieis, que con ser
          desconfiada leuantareis muchas casas de tres altos.

          _Fil._--Y yo fui y ella estaua con su madre y no pudimos
          hablar.

          _Car._--Y pues todo esso era?

          _Fil_.--No os enfadeis, que aun yo no me enfado; ella es
          atreuida, y como presumió a lo que iba, mandóme que le
          comprasse agujas para que huuiesse achaque de boluer a
          verla.

          _Zel._--Ha, mugeres; a quien nunca faltaron cautelas y
          ardides para executar su gusto.

          _Fil._--Y yo, Maria de buenos pies, fui muy corriendo.

          _Zel._--Todo mentiras y enredos, por encarecerme mas la
          atencion con que la escucha Cariofilo, aunque no le da
          credito.

          _Fil._--Bueluo antes con antes, y como boba llamela a la
          escalera; dixe que iba de prisa, que no podia subir: ella
          vio el cielo abierto, y vino como vn rayo. Relatele mi
          embajada lo mejor que supe; respondiome que la metiades
          en la mayor afrenta del mundo, y quexose de mí porque le
          dixesse tal cosa.

          _Zel._--Muchos daños se escusaran si las madres no fueran
          bobas con sus hijas, y suceden los más porque suelen
          algunas muy confiadas dexarles hazer lo que quieren, y
          despues quando aduierten el peligro es sin remedio, y
          ninguna cosa importa tanto como la madre tener cautela y
          ser sospechosa, para hazer la hija segura en la virtud.

          _Fil._--Yo la satisfize y asseguré de manera que se puso
          más blanda y me contó que estuuo en punto de reuentar de
          risa de vuestra dissimulacion.

          _Car._--Ha, qué gracia! yo lo conoci luego, y de lo mismo
          no me podia defender de reir.

          _Fil._--Aqui le repliqué que me contastes quán hermosa
          estaua con los mayores suspiros del mundo, y que venistes
          embelesado de su gala y discrecion, que os parecio mayor
          que otras vezes por no auerla visto tan de cerca hasta
          entonces.

          _Zel._--Qué capa de huerfanas, la culpa está en la muger
          moça que oye sus alabanças y presume que se las deuen de
          derecho, y assi las cree con facilidad, y sin sentir beue
          en ellas el veneno; y la ignorante madre que la consiente
          tales conuersaciones, qué disculpa tendra? pues es cierto
          que si no huuiera malos medios, de que se aprouechan
          hombres ociosos, que no se viera muger rendida, que
          engañada ninguna lo es quando ellas no quieren serlo.

          _Fil._--Y por aqui le dixe las mis benditas, como mejor
          entendía; pero qué ay que hablar en esso? con mis buenas
          razones acabé con ella me prometiesse que os hablaria
          esta noche, mas que auia de ser a puerta cerrada, como
          otras vezes.

          _Car._--Doyla quatro higas. Pesar de mi padre con la hija
          de puta! que tal se sufra en el mundo? Y vos, buena Dona,
          venis muy contenta con esso, y hazeis marauillas? pues
          idos a pasear.

          _Fil._--Escuchad, si quereis, y no me atageis y vereis
          para quánto soy.

          _Zel._--Entre punto y punto encaxa la saya, y al fin todo
          ha de ser nada: lo cierto es que no ay gusto que no se
          compre a peso de paciencia; y assi tengo por la principal
          parte de la discrecion el sufrimiento.

          _Fil._--Entonces quando me dixo esto, puseme muy enojada
          y la dixe que no meteria más los pies en su casa, y me
          lauaria las manos de todas sus cosas, porque no erades
          vos hombre con quien tal se hauia de hazer, y más mirando
          tanto por su honra.

          _Zel._--Con tal fiador segura la tiene.

          _Fil._--Dixo luego ella: esso no sé yo, que al fin es
          hombre, y todos estan llenos de engaños, y sólo andan por
          cumplir su voluntad.

          _Car._--Todas predican lo mismo, y al fin caen en la
          trampa.

          _Fil._--Muchos mueren en la guerra, y por esso no falta
          quien vaya a ella, porque ninguno piensa ha de ser el
          desgraciado.

          _Car._--Mas a la verdad, yo imagino que somos con
          vosotras algunos. Pide el goloso para el vergonçoso.
          Si los hombres fuessen tan discretos que tuuiessen
          sufrimiento, es sin duda que fueran muy rogados; y esto
          bien lo conozco yo, pero no sufre mi coraçon tener
          paciencia de codicioso, porque no me gane otro por la
          mano, y porque sé que este negocio no consiste en más de
          saber gozar las ocasioues, y perderlas es gran desdicha.
          Pues en qué quedamos?

          _Fil._--Entonces repliqué: más os quiero yo a vos que a
          él, y si no le conociera tan enamorado a ojos vistos, no
          os lo nombrara.

          _Car._--Conclusion, abreuiemos, que ya sé que no ay cosa
          rogada que no salga cara.

          _Fil._--Al fin porfiando acabé quanto quise.

          _Zel._--Bien corresponde aquel espacio de réplicas con
          la prisa de llamarla a la escalera. Por cierto tengo que
          miente ésta en quanto dize, y que son merecedores de gran
          pena los padres que presumen de sus hijas que se han
          de casar mejor de secreto, y con estas esperanças les
          consienten quanto quieren, y ordinariamente sucede que
          por donde pensaron ganar pierden.

          _Car._--Esso me declarad, porque nos entendamos: ha de
          abrir?

          _Fil._--Y recebiros con los braços abiertos, y con esto
          me vine[600] a la mayor prissa del mundo, que me sudaua
          ya el copete; mas en estas hazañas esmero yo mi saber,
          porque estas moçuelas que les hierue la sangre, vozales
          en el trato, eleuadas en amores, hazen a dos manos y
          quieren abraçar mucho en poco tiempo, y yo como las
          siento golosas, pongoles luego el cebo, y creenme como si
          todo fuera verdad; y quando se me estrañan, si me pongo
          melancolica, luego se rinden a obediencia.

          _Car._--De manera que el negocio queda assentado como
          conuiene.

          _Fil._--Y no como deue, dizen ellos allá; junto y
          apuntado; cortad por do quisieredes, esta noche de las
          onze adelante os espera, y abrira la puerta al primer
          siluo que dieredes.

          _Car._--Esso es cierto?

          _Fil._--Cierto y recierto.

          _Car._--Esse es grande punto; pues qué me dezis aora,
          amiga mia, llegaré a uer qué tiene la liebre?

          _Fil._--Yo descargo mi conciencia sobre vos, nunca en
          esso me meti. Con donzellas ni tiro ni pago: alma tengo;
          pero seos dezir que por alagos se quiere lleuar la moça
          y no por fuerça, y della y de la naranja tomar lo que
          diere. Nuera rogada y olla reposada no la come toda
          barba, y si os veis en la ocasion, aduertid que quien a
          sus enemigos popa, a sus manos muere, y estas tales se
          escandalizan mucho si les hablan buenas dotrinas, y lo
          tienen a poquedad: hazed como fuerte varon; pero en todo
          lauo mis manos y os aconsejo que mireis por su honra y
          tengais cortesia.

          _Zel._--Buen pacificador de ruidos es ésta.

          _Car._--No ay tal muger en el mundo; digote, amiga, que
          eres para consejera de vn imperio, y por éstas, y si no
          que nunca me las quite, que te he de sacar de verguença,
          y te prometo que no te llames desamparada en lo que yo
          pudiere, y que otra puede ir mejor afeitada, etcétera.

          _Fil._--Hazedlo assi y tendreis la bendicion de vuestra
          madre y la mia; y pues el negocio está concluso, cuenta
          de cerca, amigo de lexos.

          _Car._--Yo cumplire mi palabra; aora, de pobre Obispo,
          pobre seruicio; veis ahi vn escudo, otro dia Dios hará
          merced.

          _Fil._--Una mala dadiua dos manos ensuzia; mal parto,
          hija al cabo. Pusistisme la boca dulce con que me
          dariades vna joya, y mirad lo que me dais.

          _Car._--Aora no nos oiga alguno: quien te da vn huesso no
          te querria ver muerto.

          _Fil._--Si, caçador que mal tira, presto tiene la mentira.

          _Car._--Mejor es deuda vieja que pecado nueuo. Valga esso
          por señal, y lo demas vendra sobre la buena pro le haga,
          que aun tenemos mucha costura.

          _Fil._--Por esso lo tomo, y mirad que el buey por el
          cuerno y el hombre por la palabra; y si me engañais vna
          vez, no me engañareis otra; pues moça tengo yo aora a mi
          mandar gordilla, y mal vestida (como dizen), redonda como
          vna bola: mas quien huuiere de prouar el vino, halo de
          hazer bien con ella, que la muchacha vale todo el oro del
          mundo.

          _Car._--Dime, amiga, es de aqui del varrio? o ha venido
          de fuera descaminada?

          _Fil._--De aqui es, bonita como vna plata, algo bobilla,
          y tiene vna voz que os enamora si le ois vn Romance de
          sol la.

          _Car._--Dessas es? yo asseguro que ha corrido más ferias
          que vn buhonero.

          _Fil._--Luego sabeis vos lo que ay y no ay. Pues no os
          mateis, que no os ruegan con ella.

          _Car._--No tengais pesadumbre[601] de que se diga la
          verdad; con todo esso, aunque tenga carne de toro,
          assentadme allá en la Cofadria.

          _Fil._--Si pagais la entrada, y si no, no tendreis cirio,
          que por dinero bayla el perro.

          _Car._--Porque sois boba, que siempre he de enseñar yo de
          valde; no será mejor que lo que se diere sea para vos,
          y tenella como cabeça de lobo? y luego pensareis que
          todo lo sabeis; no tenemos ya concertado que de todas
          las que vinieren a vuestros puertos me deis la salua, y
          que yo haga con vos mi cortesia? No he de gozar de algun
          priuilegio por ser tributario continuo? Pareceme que
          quereis que quiebre vanco; yo no quiero más que verla en
          vuestra casa vna hora.

          _Fil._--Esso poco? No se os entiende más. Es el mal que
          no os la... no quiero dezillo; pero ahora tengo mala
          ocasion con mis vezinas, que se ponen a hilar a las
          puertas y notan quanto ven, y ya ellas estaran murmurando
          el veros conmigo.

          _Car._--Pues ahorquense las borrachas, y si hablaren,
          sepalo yo, y vereis si las pongo freno.

          _Fil._--Quando yo viuia en la plaça era el trato franco,
          porque alli todas tienen que negociar, y entran y salen
          al tiempo que quieren, sin ser notadas de ninguno.

          _Car._--No tratemos de rodeos; yo estoy apercebido para
          todas horas, y soy hombre para pagar las costas.

          _Fil._--Quien muchas piedras mueue y muchas estacas
          prende, vnas vezes gana y otras pierde; vos quereis vna
          en la mano y otra en el saco.

          _Car._--Soy Cesar, varon de todas las mugeres, y donde yo
          estuuiere no venga Proculo.

          _Fil._--Pues qué os contaré a esse proposito? oy tuue dos
          estudiantes por huespedes con dos moças aldeanas.

          _Car._--Ha, ladrones, essa es la instituta en que ellos
          estudian, y despues suplen con grauedad la falta de las
          letras desimuladas con malicia, y son los que nos escalan
          la tierra; y dime, amiga, tuuieron sala franca?

          _Fil._--Ay, ay, y cómo si tuuieron, y más que ellos eran
          hombres de hecho y beuian los años.

          _Car._--Qué açote de verdugo! y las señoras qué tales
          eran?

          _Fil._--Bonitas como vn oro. Estas aldeanas son amorosas,
          limpias, frescas, vienen aliñadas con sus cofias
          de puntas, camisas labradas, toalla con rapacejos,
          çapatillas de dos suelas, las caras sin artificio, el
          cabello negro, que no ay más que desear.

          _Car._--Y esas tales entregastis a essos lobos
          hambrientos?

          _Fil._--Ellos hizieron el concierto allá fuera, y
          vinieron sobre cosa hecha; y buena obra es hospedar a
          los peregrinos, y del mal que el lobo haze al cuerbo le
          place; ellas vienen de las aldeas al mercado; entonces
          ellos con achaque de comprar lo que traen, les dizen sus
          Latines, con que ninguna se les escapa.

          _Car._--O, nunca ellos acá vinieran para ser picaros;
          pues vn bien tienen ellas dessos señores: que guardarán
          mucho secreto. Tened por cierto que dizen más de lo que
          hazen, todo por mostrar que son como la otra gente. Lo
          que importa es que essas queden ya por perroquianas, para
          que quando bueluan sean conocidas de los dos; y de aquí
          adelante yo visitaré el mercado, que no de valde se dize
          que rio buelto (_sic_), ganancia de pescadores. Cada dia
          se sabe más.

          _Zel._--Señor, vamonos.

          _Fil._--Mas mudaos, que los muertos se van.

          _Car._--Amiga mia, essa moça te encomiendo, y tal puede
          ser, que me contente y lo haga bien con ella.

          _Fil._--No se da a cata como melon.

          _Car._--No nos hemos de desconcertar quando esso fuera.

          _Fil._--Todo se hará bien; acordaos desta vuestra
          cautiua, que todo es migaja de pan en capilla de fraile.

          _Car._--No es más necessario, yo tendre cuydado y no has
          menester a otro.

          _Fil._--Pues al pobre no prometas y al rico no deuas.
          Yo voyme por lo que dizen. Quien bien sirue y no pide,
          quanto sirue tanto pierde.

          _Car._--Quedate a Dios, hermana.

          _Fil._--Vete en buen hora, escudero; la miseria del
          escudo con que viuo! esta vez me podrá engañar, mas otra
          no.

                                NOTAS:

          [598] _Sic._ Acaso quiere decir sirvas.

          [599] En el original, _si en quanto_.

          [600] En el original, _viene_.

          [601] En el original, por errata, _pensadumbre_.


                             SCENA QUARTA
                         ZELOTIPO, CARIOFILO.

          _Zel._--Demonio es ésta.

          _Car._--No ay que buscar mejor oficial de su oficio.

          _Zel._--Y vos en el vuestro no le dareis ventaja.

          _Car._--Esso yo os lo juro, que ley con ley se entiende.

          _Zel._--Lindamente se las tuuistes tiessas, y os distes
          en los broqueles.

          _Car._--Ella se desuela por cogerme, y lleua sin
          paciencia hallarme con poco dinero. Mas muchas cosas sabe
          la çorra y el erizo vna sola, por donde nunca me coge
          descubierto; y como la tengo empeñada en lo que ha hecho
          por mí sobre mi palabra, pretende mejorarse, y sufreme,
          que el sufrimiento no lo hallareis sino en quien tiene
          necessidad; y de aqui viene que con los Principes, quanto
          más los seruimos, estamos menos libres y más prendados,
          y su obligacion es sujecion nuestra. Para con éstas, si
          quereis que buelen, comed siempre con ellas adelantado.
          Ardides son de pobreza, que todo lo alcança a fuerça de
          braços y maña; por auerla yo vsado con ella, hablaré esta
          noche a mi dama a pesar de quien le pesare.

          _Zel._--Quiteseos tal cosa del pensamiento, y persuadios
          que os miente esta borracha de Filtria.

          _Car._--Mentir, cómo? Hallado aueis el moço sufrido, pues
          con quién lo ha para no ir a sacarle vn ojo y mostrarselo
          al otro?

          _Zel._--Yo nada creo de los que tengo por mentirosos, y
          es regla que guardo con los tales.

          _Car._--Pues vos sois todo dudas. Estás tu aqui,
          Culebrina, pues por éstas que la ahorcasse de vn pie o le
          cortasse las orejas si me engañasse; y si tuuiesse culpa
          la gentil señora, le daria desde vno hasta mil açotes.

          _Zel._--Mayor castigo merece la mentira, autor de toda
          maldad, porque en la primera se abrio la puerta de
          los vicios; y para mí los mentirosos son el más baxo
          género de gente que ay, como el tiempo lo baraxa todo
          y conuierte las buenas opiniones en malas costumbres.
          Acuerdome que lei de los Lacedemonios, que pareciendo
          delante dellos vn Embaxador con cabellera, Arquidamo
          no le consintio dar su embajada, diziendo: Cómo puede
          hablar verdad quien no sólo trae la mentira en el alma
          encubierta, mas publica en la cabeça? Tanto se estrañaua
          todo fingimiento en aquella Republica, y aora se viue con
          él, y se tiene el mentir por buen arte.

          _Car._--En esso reparais? poco viuireis, porque ya el
          logro de la vida está en ser fingido y falso. Intencion
          sencilla y pura no es moneda que corre en trato del
          mundo. En el que alcançamos quiere hombre que sepa
          acomodarse a la necessidad y sazon, y tantear el retorno
          de sus ocupaciones; essotras finezas y primores son
          inutiles. Si quereis ser tenido por inhabil, tened
          palabra y dezid verdad. A quien oyeredes llamar buen
          hombre, dalde limosna y doleos dél. Seguid las pisadas
          de los que llaman Ladinos, y triunfareis, que éstos
          tienen habilidad para franquear el camino sin correrse
          de que los conozcan. De Marco Caton el primero cuentan
          que si vestia armas, parecia nacido en ellas; si trataua
          de letras, que se auia criado estudiando; quando fue
          labrador, ninguno entendio mejor la agricultura;
          quantas vezes le acusaron, tantas se defendio por sus
          razones, y que en todo fue eminente con marauillosa
          industria, teniendola ochenta y seis años que viuio en
          sus acciones, opinion que ganó por saber dar a cada cosa
          su propio ser. Pues si viniera aora a tratrar con estos
          que tienen por discretos, no viera palmo de tierra y
          pareciera rezien nacido; porque para ellos es cosa de
          ayre el contrahazer del Momo, las colores del pulpo, las
          lagrimas del cocodrilo; y quantas figuras la naturaleza
          haze respeto de los personages que representan si les
          conuiene, y traen la astucia tan por sus puntos, que si
          dizen de Iulio Cesar que era autor de adulterios, no
          tanto por el vicio, como por saber de las mugeres las
          determinaciones de sus maridos contra él, por donde atajó
          algunas conjuraciones: assi este género de gentes el
          fin a que mira su saber es a la codicia que los guia, y
          enseña a contraminar interesses; y las cautelas de Vlises
          y de Bruto, que se hizieron locos, no son comparables
          a las que vsan, porque fingirse vn hombre sin juizio,
          es luego entendido; mas hazerse inocente para venderos,
          mostrarse liberal para robaros, amigo quando pretende
          algo de vos, sufrido para lo que le conuiene; y quando
          no os ha menester descubrir su malicia y ser ingrato y
          desconocido, esta discrecion es fruta nueua y dificultosa
          de conocer, y se halla mucha en esta tierra. Aconsejauan
          los Sabios de Grecia que no se procurassen muchas
          amistades para escusar sentimientos de trabajos y enojos
          agenos, pues sobran los propios. Aora triunfa el que
          tiene muchos amigos, porque se ayuda de todos, y no haze
          sino por el que pretende retorno en prouecho propio, ni
          dize verdad más de en quanto le está bien.

          _Zel._--Pues si se averiguó delante de Dario que la
          verdad era superior al poder del Rey, de la muger y el
          vino, cómo la vemos tan despreciada y abatida?

          _Car._--Porque los ojos de la vanidad humana,
          deslumbrados con el interes propio, son ciegos para
          participar de su luz, y muy de antiguo se dize que
          engendra odios y la lisonja amigos, y por no conocer el
          precio que tiene no la estimamos.

          _Zel._--Lo contrario dezia Pitagoras, que preguntandole
          si hazian los hombres alguna cosa semejante a Dios,
          respondio: quando hablan y tratan verdad.

          _Car._--Ellos dizen muy bien a esso que quien no miente,
          no viene de buena gente, y presumo que imitan a los
          caçadores, exercicio que da mucha materia de mentir, y
          entre ellos los de más presa son vnos que escondidos en
          vna choza caçan con redes, y por ser a pie enjuto y de
          prouecho, es gustoso, como a los que no dizen verdad el
          vso de no tratarla, y assi buscan modos extraordinarios
          de hablar y dilaciones para que dure su traça, y la
          costumbre les haze cada día más diestra su naturaleza,
          porque quien entre miel anda, vntarse tiene. Entendeis
          este Latin?

          _Zel._--Ya os entiendo; no ay tal cosa como hablar con
          el estilo de los oraculos antiguos.

          _Car._--Esso es lo que digo; quereis crédito para hazer
          leyes de errores a vuestro saluo, que lo tengan mayor
          que las de Minos y Licurgo, sin que las atribuyan a los
          Dioses? pues hablad lo que no os entiendan, vsad terminos
          estraños, palabras breues y equiuocas, con vn dezir
          assi, assi, ya me entendeis; mostrad que estais adelante
          en lo que se dize. Dad a entender que reseruais más en
          el entendimiento de lo que dezis, con lo qual tendreis
          suspensa la gente del vulgo, que se eleua con qualquiera
          nouedad; y de aqui resultó el hazerse los Indigetes,
          que desapareciendo, se conuertian en estrellas; y esta
          es la causa porque los Filosofos hablauan por simbolos,
          por eternizar sus escritos y hazerlos más célebres y de
          estimacion, que se lo da el no ser claros y ocasion a que
          los interpreten por más agudos que ellos los escriuieron,
          y de ser assi ha resultado su duracion: porque a los que
          por virtud dixeron verdades si se entendieran, huuieran
          quemado sus libros: porque ya llaman truhan á quien
          desengaña; y si alguna buena dotrina se recibe, es por
          venir cubierta con regalo y blandura, que ya en el mundo
          se trata tanto dél, que hasta los preceptos que son de
          nuestro prouecho y que enseñan lo que nos conuiene,
          queremos cubiertos a manera de pildoras açucaradas para
          poderlos passar.

          _Zel._--De manera que llamais saber filosofico a la
          simulacion; nunca vos vseis della, porque los Filosofos
          que tratauan de virtud no vsaron essos rodeos, sino
          hablaron verdad con claridad, y padecieron persecuciones
          por ella, y éstos que su trato es fingir, vsan mentiras y
          viuen dellas.

          _Car._--Enseñadme vno dellos, por ver qué conocimiento
          teneis.

          _Zel._--Qué gracioso sois! entre tantos quereis que haga
          vna golondrina verano. Esta es vna tiña general, que muy
          valida anda siempre de máscara en vanquetes, de que se
          sigue no poco trabajo, por serlo comunicar con hombres
          fingidos, conuersacion que es acertado recatarla: porque
          demas de ser enfadosa, tiene peligro, y en lugar de amor
          engendra odios; y si con éstos se tiene coraçon sencillo,
          vais perdido; es necessario ir con el fuero de la tierra,
          porque lo que se vsa no se escusa, y de otra manera es
          ser fabula del pueblo, que se deue euitar, y si bien esta
          es enfermedad de nuestros tiempos, las rayces las tiene
          muy hondas, y su daño es muy antiguo: porque Iubenal
          dezia: qué haré en Roma, que no sé mentir?

          _Car._--Mas qué gran tratado se podia hazer de cosas
          desta calidad de más prouecho que otros que salen!

          _Zel._--Por esso pocas vezes me satisfazen los
          Predicadores, que no saben tomar vna materia alta y
          profunda como ésta, en que metan la espada hasta los
          vltimos tercios.

          _Car._--Pareceme que os picais, que es mal caso y término
          de negociante, que enfadado del mal despacho y poco efeto
          de su diligencia, quiere hazer Corretor al Confessor del
          Rey.

          _Zel._--Dezid lo que quisieredes, que quando sea assi y
          passe a murmurar, no es para escusarlo a tiempos, por
          espantar congoxas, aunque la mordedura sea satirica y
          llegue al coraçon; y no ay gusto ni medio para aliuiar
          cuydados como censurar y reprehender el mundo, a quien
          dél anda sentido, y más de alguna gente que ay en él, que
          se pudiera escusar mejor que moscas.

          _Car._--Triste condicion es essa y diferente de la mia:
          porque veo que los reprehendidos que dan grande ocasion
          para serlo, triunfan de los reprehensores; atengome con
          el mundo enamorado, en que se va siempre nauegando á
          costa con viento próspero y haze todo el año vn eterno
          Abril, la noche escura y tempestuosa, flores de Mayo. En
          este viaje corre todo franco, el interes y la codicia no
          vogan. Finalmente la vida enamorada es la de los campos
          Eliseos, y no tengo paciencia con que aya algunos que por
          calificarse de modestos, la anden con estremos publicando
          por vana, y passen a desacreditar y anichilar las mugeres.

          _Zel._--Essos tales son como aquel de quien se cuenta que
          siguiendo vn leon vna cierua, ella huyendo se escondio
          en vn bosque a la vista de vn pastor, al qual el leon
          preguntó por la cierua, y él con voz alta le dixo: no
          la he visto, mostrandole con el dedo dónde estaua, de
          manera que con el miedo del leon fue falso a la cierua.
          Assi los que blasfeman del amor y burlan de las mugeres,
          muestranse esforçados en resistirse en público, y con el
          alma le reconocen; quexanse dellas y son los culpados,
          contraminando su inocencia con malicia, de donde se sigue
          querer introduzir por mala la mejor cosa que tenemos, y
          quien es tan poderosa con nosotros, que no ay flaqueza
          ni mal que por su respeto no cometamos, ni peligro a que
          [no] nos dispongamos por su gusto.

          _Car._--Todo se deue a las mugeres como a lo mejor del
          mundo.

          _Zel._--Ellas se emplean mal en tan mala cosa como el
          hombre; pues porque nos creen, las engañamos; si nos
          aman, las destruimos; si se defienden, las deshonramos;
          si se rinden, no las estimamos; y para verificar lo que
          se dize contra ellas ser blasfemias en apocar su saber,
          su constancia, su verdad y perfecion, y que son más
          fuertes y constantes que los hombres y quán rendidos les
          estamos; vimos a Salomon idolatrar por complacer vna
          muger, y adorar los Dioses que ella engañada tenia por
          deidades; y no vimos a Salomon conuencella que creyesse
          en el verdadero Dios, que él claramente conocia y creia,
          y ofendia por ella. Qué saber es éste del hombre? qué
          constancia? qué verdad? qué fe? Si esta muger fuera
          Iudia y Salomon Gentil, ella le hiziera Iudio. La
          muger sustentó lo que creia, y el hombre lo nego: ella
          vencio con la sinrazon, y él con la razon fue vencido;
          de más que nos tienen tan rendidos, y sus vitorias
          contra nosotros son tantas, que pretender resumirlas
          sería imposible; y siendo esto assi, toda alabança y
          estimacion se les deue, confessando que la virtud que
          en ellas florece es natural, y si cometen errores, son
          culpas nuestras, que las solicitamos y nos desvelamos
          por engañarlas; por lo qual justamente somos merecedores
          de gran pena, y que sea condenada por baxeza, y caso
          indigno de discrecion y nobleza murmurar de mugeres y no
          reconocerlas por la mejor cosa del mundo; y es lo mismo
          que los maldizientes, que murmuran de Religiosos, siendo
          tan cierto que viuen con ordinario exercicio de virtudes;
          y si acaso alguno por los continuos combates del enemigo
          comun cae y[602] leuantase luego a continua penitencia; y
          no reparan en sí mismos, que como mundanos, libres, sin
          temor ni verguença cometen todas las horas mil pecados
          que tienen por veniales, y sin ningun arrepentimiento,
          atreuidos alaban en sí lo que estrañan en los buenos.

          _Car._--Ha llegado a tal punto el estilo cortesano y de
          los que lo siguen, que llaman discreto y gracioso al
          murmurador, y al que lo es más desenfrenado le hallan
          más sal, y lo admiten en su conuersacion, celebrando por
          agudezas lo que dize destas materias.

          _Zel._--A ningun género de gentes tengo tanta lástima,
          ni estimo menos, que a los murmuradores de Religiosos
          y mugeres, porque por sus sacrificios y virtudes me
          persuado que nos sufre Dios, y por ellas tengo por cierto
          que se sustenta el mundo, y a mi parecer sería sin juyzio
          y demasiado malicioso quien esto negasse.

          _Car._--Pues hemos llegado a censurar, sabeis quién me
          enfada? vnos hombres que de su mala opinion quieren hazer
          ley y se precian de sustentar vando por su autoridad sola
          contra lo que está muy recebido y la verdad aprueua.

          _Zel._--Dessos y de sus conuersaciones se ha de
          huir[603], y yo tengo vna regla para apartarlas y
          conocellos.

          _Car._--Dezidla, veremos qué tal es.

          _Zel._--El que no teme a Dios, burla de su discrecion;
          el que por mostrarse muy hombre pone atreuida lengua
          en jurar, tenedle por necio; y si es assi que no puede
          ser amigo de su diuina Magestad quien no le obedece y a
          su nombre tiene deuida reuerencia, culpa será graue el
          comunicarle y sufrirle.

          _Car._--Amigo mio, no os pongais en hazer el mundo
          obseruante; dexad esse cuidado a quien le pertenece
          por obligacion; conformome con que sólo aceteis
          conuersaciones que se acomoden a vuestra condicion,
          porque éstas son de gusto y sin achaques, y las demas son
          vn perpetuo enfado; y si las comunicaciones se buscan
          para entretener la vida en contento y amistad, tenerlas
          para lleuar pesadumbres, de donde nacen odios, es locura
          y necedad.

          _Zel._--No condeno yo tener muchos conocidos, lo que
          reprueuo es que la amistad no sea particular con algunos.

          _Car._--Muchos tienen por discrecion tenerla y comunicar
          con toda suerte de hombres para ayudarse dellos en sus
          necessidades.

          _Zel._--Essos no tienen amor ni verdad; el interes es su
          Dios.

          _Car._--Hora es de cenar: vamos a cumplir con nuestra
          naturaleza. Passadas las de nuestras venturas, yo ire a
          buscaros.

          _Zel._--Sea assi, que ya quisiera que amaneciera, para
          tener passada noche tan larga para mí, pues no puedo
          contentar estos ojos con la vista de otros. Para vos será
          breue, ocupandola en vuestros gustos.

          _Car._--Essas ponderaciones son viejas; voyme antes que
          os alargueis más.


                                NOTAS:

          [602] Parece que sobra aquí la conjunción _y_.

          [603] En el original dice _luzir_.


                             SCENA QUINTA
                               ANDRADE.

          _And._--Mi amo Zelotipo anda muy lastimado pocos dias
          ha; muero por saber la causa, y no la puedo entender;
          solia no encubrirme pensamiento suyo, y aora no sé
          qué demonio tiene o qué no, que no está para pedirle
          mercedes. La noche passada no cerró los ojos; vino de
          fuera quando quería amanecer, y el cuydado de Andrade
          velar como grulla para abrirle la puerta, porque no le
          sintiessen en casa, que, mal pecado, esta es siempre la
          vida que yo tengo con él, y por esso se dize: negra es
          la cena en la casa agena, y mas negra a quien la cena; y
          viuir siruiendo es más tristeza que morir, porque no ay
          señor que no tenga por razon su voluntad, y no sólo la
          aueis de sufrir, mas alabarsela, si no quereis seruir de
          valde; y yo tan necio, que perseuero con éste y no me voy
          aprender oficio, sabiendo muy bien que quien en Palacio
          enuejece, en hospital muere; pero en fin, quierole bien,
          que parece que me cortó el ombligo. Mas si por desgracia
          le huuiessen acuchillado en alguna encrucijada? que son
          los gages que lleuan los que rondan toda la noche, porque
          estos estudiantes son desesperados y andan en quadrilla
          armados como reloges, no sé qué juzgue ni qué haga; él
          entró sin hablarme palabra fuera de su costumbre; paseose
          por la sala, suspiraua, daua golpes con las manos, y
          tirauase los dedos; yo me afligia de verle con tales
          estremos, imaginando que estaua loco; en fin, despues que
          se mitigó algo la furia, rendido se acostó por buscar
          algun consuelo. Quando empeço a ser de dia, durmio sin
          despertar hasta que le llamaron para la mesa, y no comio
          dos vocados; alguna cosa le sucedio que le quema la
          sangre, y no puede ser menos; yo de muy agudo cortéme,
          preguntéselo, respondiome con darme dos golpes; y tuue
          por buena suerte no me diesse más, porque por vna paja se
          pega fuego al molino y poca hiel haze amarga mucha miel.
          Retiréme luego sacando pies, que a quien has de rogar no
          deues enojar, y al criado lo que le toca es obedecer a
          su señor y no darle consejos, que ellos sufren mal y lo
          reciben peor; lo que importa es mirar cada vno lo que le
          conuiene, y del mal ageno no tener cuydado. Experiencia
          tengo desto, aprovechéme della, apartéme como pude de la
          primera furia, porque de pequeña herida se haze grande
          llaga; hizeme mudo, consideré que quando el martillo[604]
          da la yunque sufre y no hay bien ni mal que cien años
          dure; de colera de señor y de justicia guardar el primer
          impetu, que despues en quanto la piedra va y viene,
          Dios dara de sus bienes. Embiame aora con vn recado a
          Cariofilo, otra tal cabeça como la suya; fue su compañero
          en la Corte; es hijo de vezino desta ciudad; aurá quinze
          dias que vinieron a holgarse a su tierra, porque les
          faltó la moneda que ellos gastan sin dolor, a costa de
          barba larga y sudor ageno; conuieneme bolar con los pies,
          porque no cobre lo que ayer perdi; que éstos gustan de
          quebrar sus pesadumbres en nosotros, y assi arde lo verde
          por lo seco, paga el justo por el pecador, seruis de
          noche y de dia, y más aueis de pagar su disgusto, sentir
          sus dolores como propios. Yo no siruiera a mi amo, mas
          como ha dias que estoy en su casa, no querria perder lo
          seruido, porque a piedra mouediza nunca la cubre moho;
          y como allá dizen, mal amo has de guardar por miedo de
          no empeorar, yo lo he de sufrir hasta ver dónde llega su
          ruindad; porque por otra parte passo vida de Rey, y si
          está contento, es todo buena ventura, su caudal tengo
          en mi poder y gasto sin cuenta; assi passo, fiandome de
          sus esperanças; no es segura ganancia, pero voyme por el
          hilo de las gentes; entendido he, por mis pecados, que
          no ay para ellos buen proceder ni vida tan ajustada que
          baste a que nos hagan merced, que assi llaman todos al
          pagar el seruicio, porque las conciencias son largas y
          las manos cortas; quanto mayor obligacion nos tienen,
          tanto más nos aborrecen. Si nos nacen canas siruiendo,
          dizen ellos que nos criaron y que entonces empeçamos a
          seruir; con cualquier achaque nos despiden, y si nos
          bueluen a recebir, publican que es por misericordia, y
          se ha de merecer de nueuo. Los muy justificados ponen
          el juyzio de nuestro seruicio, que ellos vieron y saben
          quál es, en el Confessor, que nunca supo el trabajo que
          es seruir; luego vienen Letrados liberales del sudor
          ageno y Harpias de su interes, y rebueluen Bartulos y
          Baldos, y hallan vna ley que les desobliga hasta de
          los mandamientos de Dios, que no sufren entendimientos
          nuevos. Assi que venga el diablo y escoja; y con razon se
          dize que el bien del amo no es heredad cierta; lo mejor
          era no seruir a ninguno, mas todos lo dizen y lo desean,
          y la codicia vence al conocimiento que tenemos de lo que
          nos conuiene ver. Los pensamientos de mi amo, el mundo
          es poco para él, dize que ha de traer de la India montes
          de oro; pues no será tan ruin que lleuandome consigo, no
          me haga bien, diziendo, como me ha dicho muchas vezes,
          que hará y acontecera; si no lo cumpliere, no me faltará
          con qué pasar la vida, Dios me ayudará y con su fauor
          confio venir con mucho dinero y comprar en mi tierra
          vn par de buenas casas, y ser más honrado que todos, y
          comer gallinas y perdizes. Esta es la casa de su padre de
          Cariofilo: quiero llamar.


                                NOTAS:

          [604] En el original, _martilo_.


                              SCENA SEXTA
                          ANDRADE, CARIOFILO.

          _Car._--Ola, ola, quién está ahi?

          _And._--Yo soy, señor.

          _Car._--Quién sois?

          _And._--Andrade.

          _Car._--O señor, V. m. es? suba su bellaqueria, llamais
          como loco, digo como priuado.

          _And._--Yo reniego de tantas honras.

          _Car._--Cubrios, señor.

          _And._--Bueno estoy assi.

          _Car._--Dónde andas, picaro, que no pareces, ni me has
          venido a ver desde que venimos de la Corte?

          _And._--Con más razon me puedo yo quexar, pues V. m. no
          da lugar que le hable despues que está en su tierra;
          en tiempo de higos no ay amigos, sea en buen hora:
          bolueremos á la Corte y mi peral tendra peras, y alguno
          me aurá menester y querra le lleue recaudos.

          _Car._--Pareceme, señor, que me amenazais; pues doyte mi
          palabra, Andrade, que tengo necesidad de tu fauor aora
          para cierto negocio de nuestro oficio.

          _And._--Ojala, mas V. m. tiene á su Cotrin.

          _Car._--Esse villano para nada es bueno; yo no confio mis
          secretos sino de ti, que fuiste siempre mi priuado, y
          somos amigos antiguos; demas que ayer se partio para su
          tierra.

          _And._--El me lo dixo y lo bien que V. m. lo vistio; no
          lo haze dessa manera mi amo con migo, y no porque me
          falta amor y fidelidad, que en esso bien sé que le lleuo
          ventaja; son venturas: en dos dias alcança vno lo que se
          deue a otro por muchos años; tambien yo querria que V.
          m. le pidiesse de mi parte licencia á mi señor para ir a
          holgarme a mi tierra quinze dias, y traere churizos para
          lleuar a la Corte, quando en buen hora boluamos.

          _Car._--Y a qué quieres ir?

          _And._--A qué, señor? a comerme una gallina solo.

          _Car._--Ha picaro, y cómo eres castizo.

          _And._--Pues, señor, tambien somos gente, y cada gallo
          canta en su gallinero.

          _Car._--Y con essa cara de Zigarra, y esse mostachillo
          determinais vos de ir allá, sin más prouision y
          passaporte?

          _And._--Que no sea possible que V. m. dexe essas burlas?

          _Car._--Bien será que te engrudemos otras barbas y te
          rapemos essas a rapazadas.

          _And._--Estas creceran, y a fe que tengo para mí que no
          me han de conocer allá.

          _Car._--Podra ser, mas vos estais muy mal azepillado y
          más ancho que largo.

          _And._--Aun he de crecer.

          _Car._--No creo yo tal, porque ya estais añudado; ha te
          nacido el diente cordal?

          _And._--No sé, pienso que sí.

          _Car._--Veis, no os digo yo? guardate si allá fueres de
          casarte, porque espero en ti vn gran cornudillo.

          _And._--Esso está muy lexos, porque yo he de ir con mi
          señor á la India.

          _Car._--Resolucion me parece de hombre de ánimo; pues yo
          sé de tu amo que te quiere bien, y lo ha de mostrar con
          obras.

          _And._--Confiança tengo de su voluntad y yo se la merezco.

          _Car._--Y pues, qué te parece desta tierra? huelgaste en
          ella?

          _And._--Bien, pero mejor me hallo en Lisboa, que es madre
          de todos, y en el mar ancho se cria el pez grande.

          _Car._--Ya sé que tienes allá vna hermosa vendedera.

          _And._--Esso nunca falta, mas en la Corte viue hombre
          a su plazer, y no siruo más que a mi señor, que le sé
          su condicion, y aqui su padre manda, la madre manda, la
          hermana manda, y no me dexan sossegar vn instante, y
          aunque aya cien moços en casa, a mí solo han de mandar,
          y muchos componedores echan a perder la nouia, y asno de
          muchos, lobos se lo comen; demas que en la Corte nunca
          me faltan dineros, y aquí no ay sino el comer hasta no
          poder más, y no puedo allegar vn quarto; y como dizen, la
          tierra que sé por madre la he. Tal es Lisboa, en quien
          nunca falta el trato y la buena ventura para todos.

          _Car._--Lo que yo sé es que no teneis aora qué comprar,
          porque ya me entendeis; que quien trae las manos en la
          massa, siempre se le pega della.

          _And._--Esso no se puede negar, la verdad Dios la amó de
          ordinario; se sisa poco o mucho, ay pieças viejas que
          vender, baratos de juego y otros percances que nunca
          faltan.

          _Car._--Qué te parece, Andrade, de nuestras damas de
          Palacio, estaran aora muy cuydadosas o tendran otros
          galanes?

          _And._--Es el mal que no: todas son muy prouidas en no
          estar fiadas en vn ancora, por no ser como el raton, que
          no sabe más de vn agujero.

          _Car._--En esso te afirmas?

          _And._--Y se lo daría yo por consejo, porque quando vna
          puerta se cierra, otra se abre, y vn ruin ido, otro
          venido, y no estan obligadas a guardar lealtad hasta el
          dia del juyzio final, y ni Sabado sin Sol, ni moça sin
          amor.

          _Car._--Segun esso, diremosles luego, que a quien Dios se
          la diere, San Pedro se la vendiga; y tu amiga Eluira de
          Almeida, tendra ya amigo?

          _And._--Menos me fiaré dessa, por mas juramentos que ella
          hizo, porque costumbre pongas que no quites, y vezerrillo
          que suele mamar, proueelle el paladar, y sea tuya la
          higuera y comame yo los higos. Lloraua quando yo fui allá
          por las camisas de V. m. y estaua con vna toalla rezia y
          negra por toca, y juróme y tresjuróme que no se auia de
          poner otra hasta que le viesse delante de sus ojos, ni
          auia de salir de aquella casa sino los Viernes, quando
          fuesse a nuestra Señora del Monte a pedirla que durasse
          poco esta ausencia; mas si ella es la que yo imagino,
          hará como viere hazer a sus amigas; y no dudo que tendra
          amparo para no morir de frio; pero yo asseguro que
          assi como vamos, que ay campo franco, porque le es muy
          aficionada, y negará por V. m. a todo el mundo.

          _Car._--Y la madre reñira aora?

          _And._--Essa tuerta par diez que es la más falsa y
          interessada vieja que vi jamas. Siempre me dezia: No dan
          morcilla a quien no mata puerco, y no estaua contenta
          sino quando la lleuaua alguna cosa. Llamauale a V. m.
          esse vñas de hambre, y a mí ladron bellaco mentiroso;
          ella no tenia verguença para dezir lo que queria, y yo
          reiame. O, lo que beue, valame Dios; y yo asseguro que no
          fuera la hija tan ruin si la madre no la hiziera a sus
          costumbres. Predicauala siempre que no se fiasse de mí,
          y mucho menos de V. m., y a la fe no sé si eran ellas
          el lobo y la bulpeja todos son en la conseja; con todo
          ambas muy llorosas mostraron sentimiento de su partida de
          V. m., pero yo voyme por lo que dizen: No cries gallina
          donde la raposa mora, ni creas lagrimas de muger que
          llora; y para mí es cierto que nunca nacio ni nacera peor
          cosa que la mala muger.

          _Car._--De mí te sé dezir, Andrade, que no las trato más
          que para mis horas de plazer; doyles poco, y nunca pago
          adelantado.

          _And._--Esso es lo que importa y no ser como su amigo
          Galindo, que las da lo que tiene y lo que no tiene, y
          ellas se burlan dél.

          _Car._--Qué me diras de nuestras vezinas las botoneras?

          _And._--O señor, qué inquieta traia a la hermana más
          moça; si no nos vinieramos, antes de muchos dias se la
          echara en las manos a mi señor, y en buena fe yo soy
          muy gran necio en no recauar para mí, que ellas todas
          me quieren, y él nada me agradece, y todo lo atribuye a
          su bizarria; pero yo me atreuia a negociar mejor por mi
          buena platica.

          _Car._--Y lo alcançaras sin duda, porque tú lo entiendes
          con ventaja, mas nunca fuiste para hablar para mí la otra
          hermana.

          _And._--Essa tenia cuyo, y era más zahareña, y zelaua
          tanto a estotra, que no la dexaua a sol ni a sombra, y
          conmigo dissimulaua por ser mi amiga.

          _Car._--Y de la tendera qué me dizes?

          _And._--Que es bonita y astuta; ninguna vi tan
          entremetida y resabida, y es la más segura y disimulada
          muger que pensé ver, y el cornudillo de su marido me
          quiso matar, porque me halló vn día hablando con ella
          dentro en su casa: escapéme con dezirle la señora que me
          enseñaua vnas camisas que le auia ido a comprar.

          _Car_.--Y si te cortara las orejas?

          _And._--Si he de hablar la verdad, yo no estaua en cielo
          ni en tierra, pero tuue siempre la mano en mi daguilla
          y él temiome; mas yo imaginé que auia hecho la ida sin
          venida como potros a la feria, y mi señor me ha dicho que
          si pusiera en mí las manos que lo hiziera tajadas. Bueno
          está lo hecho, que la vengança es tarda y es mala de
          tomar de quien se guarda, y el gusto que da es breue; y
          más vale salto de mata que ruego de buenos; porque quando
          siruas al Conde, no mates al hombre, que morira el Conde
          y pagaras el hombre, y el preso y el cautiuo no tiene
          amigo. Lo cierto es que quando me vi fuera, di gracias a
          Dios y me acordé que muchos perros lamen en el molino, y
          todo el mal es para el que cogen; ella me tenia aduertido
          de lo que auia de hazer, y como la cosa bien negada nunca
          es bien creyda, valiome la dissimulacion que tuue.

          _Car._--Y tu señor qué haze aora?

          _And._--Durmiendo quedaua en el regazo de su hermana, que
          le traia la mano por la cabeça.

          _Car._--Es hermosa?

          _And._--Al diablo! como mil angeles.

          _Car._--Por tu vida que le des vn recaudo de mi parte y
          me hagas su conocido.

          _And._--Guarda, nunca Dios tal mande; auia yo de ser
          traidor á mi señor? ni V. m. lo querra.

          _Car._--Hate hablado en mí en alguna ocasion?

          _And._--Muchas vezes ha tratado de V. m. y dize que le
          parece muy galan y de buen talle.

          _Car._--Y tú que le dizes?

          _And._--Qué le he de dezir, sino lo que en V. m. ay, y
          luego me pregunta si tenian V. ms. amores en la Corte y
          lo que hazian, y assi esto como lo demas que trata es con
          mucha discrecion: porque en todo tiene mil gracias, y lee
          y escriue estremadamente, y lo que a mí más me importa es
          que tiene muy buenas entrañas y me da regalos para comer.

          _Car._--Es enamorada?

          _And._--No sé, ella anda muy vizarra, y la muger muy
          lozana dar se quiere a vida vana, y más ésta que está
          tan regalada de su padre, que la madre no se atreue
          a hablarla; pero para aqui y para delante de Dios,
          que me parece moça cuerda y de estimacion y altiua de
          pensamientos.

          _Car._--Pues guardala destos estudiantes, que son
          sanguijuelas de conuersaciones, y con sus armas daran
          combate al Cayro.

          _And._--Dize V. m. verdad, y a fe que los temo, porque
          son tantos y tan ociosos, que no ay cosa que se les
          escape, si bien todo su deseo es comer a lo seguro, y
          nunca salen de malcocinado; mas ella está mejor con los
          Cortesanos.

          _Car._--Es muy amiga de tu señor?

          _And._--Con estremo; su mayor deseo es acertar a regalar
          a su hermano.

          _Car._--Y pues él qué dize aora?

          _And._--Ya se me oluidaua, pues bien de prissa me lo
          mandó.

          _Car._--No perderas tus mañas.

          _And._--Dize que no salga V. m. de casa hasta que sea muy
          tarde que vendra a verle; y si ha de salir V. m. que le
          embie a dezir dónde le hallará para darle á V. m. cuenta
          de lo que sabe. Ayer por la noche fue V. m. con él?

          _Car._--No.

          _And._--Yo no puedo entender lo que haze, o en lo que
          anda estos dias, porque todas las noches va fuera de casa
          y viene a dormir a la mañana, y con esto anda sin gusto
          ni juyzio.

          _Car._--Mira no le ayan hecho alguna supercheria entre
          muchos.

          _And._--Aunque más fueran, no se la harian, que es muy
          valiente, y no dexa la capa en el terrero; mas el diablo
          que sepa esso, por ninguno se puede jurar; deseo saber lo
          que es, y lo he de alcançar si no me muero. Su hermana
          anda más curiosa, y le pregunta la causa muchas vezes; él
          desimula; ella piensa que es cuydado de la Corte, y si lo
          es no espero remedio tan presto, porque su padre no tiene
          orden para embiarlo hasta coger los frutos, ni puedo.

          _Car._--Vete y dile que yo me echo a dormir la siesta,
          y le aguardaré hasta que venga; y, amigo mio, veamonos
          más vezes, que tenemos mucho que hablaren cosas de
          importancia.

          _And._--Dios delante, todo se hará bien.




                             ACTO SEGVNDO


                             SCENA PRIMERA
                               ZELOTIPO.

          _Zel._--O, quán poco reposo permite ni consiente el
          amor en el alma de que tomó possession con tirania,
          pues sólo espera el descanso de sus trabajos en la dura
          muerte: la qual si bien se considera, se ha de llamar
          blanda, pues para los desdichados no es tormento, sino
          fin de desuenturas; y assi dezia muy bien Epicureo[605]
          que no era mal el padecella, el camino para tenerla sí;
          y no hallo otro más breue para alcançarla que este por
          donde voy, segun lo que de mí siento, y la dilacion me
          aflixe y atormenta, dando bueltas sin cesar en esta rueda
          de mis varios pensamientos, como el cuytado Ixion en la
          infernal por sus amores, huyendo de mí propio, como la
          hija de Inaco de su nueua figura, y assi estoy estraño
          de lo que solia ser, siguiendo la esperança que huye de
          mí, como Inaco de Esperies. O ciego niño! con razon te
          dan este nombre, pues tus apetitos y mouimientos carecen
          della y de todo juyzio claro. Triste del que te está
          tan sujeto, que conociendo y padeciendo tus daños, los
          busca con incessables deseos, y atropellando quantos
          inconuenientes se me ponen delante, sigo la materia de
          mis culpas, de las quales mis propios sentidos me dan la
          pena, como sus perros a Acteon. No te llamen amor, sino
          comun desuentura, como dezia Sofocles, porque tú eres
          Pluton, tú la molesta y forçosa necessidad, la furiosa
          rabia, el mismo luto; en ti se encierran la verdad y la
          mentira, la inquietud y el sossiego, la flaqueza y la
          fortaleza. Tú reynas en todo género de animales, en la
          tierra y en el mar, y ninguno de los Dioses se escapó
          de tu tirania, y quien por tal no te conoce carece
          de sentido. El gran Iupiter te obedece; tienente los
          hombres por maestro; tú haces la vida gustosa, enseñas
          los ignorantes, sustentas el sufrimiento, esfuerças en
          las aduersidades, venzes la pobreza, y por el contrario,
          conuiertes los racionales en brutos, a los sabios hazes
          idolatrar, corrompes lo más puro, entristeces la alegria;
          tu esperança es desesperada, paraiso triste, pensamiento
          sin cuydado, ojos sin vista, paz con discordia, honra
          con verguença, destruydor de fuerças, engendrador de
          vicios, conquistador de ociosos, robador de libertades,
          sin razon, sin orden y sin confiança. En tanta confusion,
          qué sentirá quien ha de seguir tu vandera? O desventura
          de enamorados! a quien no llegan los males de Nioue, ni
          el peligro que mostró a su amigo el tirano Dionisio en el
          combite. O triste alma apassionada de sus furias, como
          Atamanta que está ahogada en dolores en la playa de mis
          desesperaciones, como Ceicis, sin hallar quien me ampare
          y aliente. En mis determinaciones me saltean desesperados
          rezelos, intento acometer y a nada me atreuo, quisiera
          ir a verme con mi prima Silua de Sosa, por consejo de
          Cariofilo, y no me resueluo: porque pedirla que me
          ayude en esta empressa tan ardua y dificultosa es cosa
          fuerte y demasiado atreuimiento, y me pongo a riesgo
          de perder su conuersacion; si no intento este medio
          perdere la vida; no sé qué me haga. O qué poco ánimo
          para enamorado! Atreuiose Paris a enamorar y robar a
          Elena en su Reino, Pluton a la hija de Ceres, Bulcano
          acometer a Palas, Neso huir con Deyanira, Boreas hurtar
          a Oritia; pues es menor el amor que yo tengo a Eufrosina
          para no atreuerme? Detieneme considerar que aun para
          quererla desmerezco tanto, quanto sus merecimientos
          exceden a todos los destas, consideracion que me rinde
          a que no me atreua a esperar, quanto más acometer; no
          solia yo ser desta condicion, ya no sé qué soy. La noche
          passada que estuue con Cariofilo fui acongojado de la
          embidia que tuue de sus amores, por la poca esperança
          que de los mios tenia, passela en vn suspiro despierto
          en mi dolor, y aunque desuelado no me consintieron mis
          pensamientos vn breue sueño; y si algun reposo tuue, se
          passó en visiones causadas de mis temores. Aora en fin el
          cuerbo no puede ser más negro que las alas; yo me he de
          arriesgar a tentar fortuna, pues dizen que vn palmo de
          pereza acrecienta diez de daño, y la negligencia corrompe
          el ánimo, y ser diligente lo conserua y aumenta; no
          quiero quede por mí, que no ay quien caue como el dueño
          del huron; haré de mi parte lo que pudiere, sin mirar
          inconuenientes; lo que fuere mio, a la mano se me vendra;
          querer medir las cosas de ventura por razon es demasiada
          prudencia, y hombre muy comedido nunca subió mucho. En
          el mundo, que no tiene orden, valen los pensamientos
          desordenados. César triunfó por entregarse temerariamente
          a la fortuna, y Pompeyo fue vencido por fiarse de su
          juyzio: medirlo todo por él es querer limitar el poder
          de Dios, que tiene por costumbre vencer cosas fuertes
          con debiles instrumentos; en él me encomiendo, como todo
          poderoso, y como Dauid en su nombre con vna onda y cayado
          mató a Golias, a quien temia todo vn exército armado,
          assi puedo y espero alcançar lo que pretendo con sana
          intencion, y para seruicio suyo; yo me resueluo a ir a
          ver a mi prima; no sé si será ya hora. Ola moço, Andrade.


                                NOTAS:

          [605] _Sic._, por Epicuro.


                             SCENA SEGUNDA
                      ANDRADE, ZELOTIPO, VITORIA.

          _And._--Señor.

          _Zel._--Qué labios traeis, villano, y qué monton sois de
          sueño! Ola, con quién hablo?

          _And._--Señor.

          _Zel._--En pie os dormis, sabeis qué hora es?

          _And._--Poco ha que vine de casa de Cariofilo, y dieron
          las dos.

          _Zel._--Mi vestido está limpio?

          _And._--Aora lo limpiaré.

          _Zel._--Yo no sé qué ocupaciones y negocios son los
          vuestros, que no teneis cuydado de mí despues que estamos
          en esta tierra.

          _And._--No me dan a mí esse lugar.

          _Zel._--Sea en buen hora, que no todos los tiempos son
          vnos; pero yo os prometo que os he de poner en orden de
          oy adelante, y daros leyes de viuir antes que del todo os
          hagais saluage. Vn picaro como éste, que nunca se ha de
          ver harto de dormir!

          _And._--Si yo no velasse toda la noche, no dormiria de
          dia; mas de traer quebrado el sueño a sus horas, nace
          tomarlo a todas las que puedo.

          _Zel._--Velas tú? mucha pereza y bellaqueria que tienes
          en esse cuerpo; pues miren el asseo de su persona, y
          aquella pretina cómo la trae atada. Pues yo os asseguro
          que estais lexos de ser Iulio Cesar.

          _And._--Mucho tiene Dios que dar y aun está donde solia.

          _Zel._--No sé si sabeis que sois muy feo, y nada bien
          hecho.

          _And._--Muy poco se me da a mí desso; querria más mucho
          dinero.

          _Zel._--Gran socarron me pareceis.

          _And._--Bueno está aora mi amo; no deue correr buen
          humor; mejor seria darme vnos çapatos antes que me dexen
          éstos.

          _Zel._--Por qué engordais tanto? pareceme que se os echa
          de ver el buen pasto.

          _And._--Yo me soy de buena complision, mas esto que digo:
          Estos pies no andan ya para ir con V. m.

          _Zel._--Qué ha de ser, si los teneis tan mal hechos que
          no ay herradura que os arme? yo me determino a mandar
          que os azepillen las piernas, y amoldaros essa cara, que
          me corro de dar de comer a vna bestia tan desaliñada.
          Calçaos aquellos çapatos mios y lauaos esse rostro con
          alguna legia; iremos a hablar a mi prima Silua de Sosa.

          _And._--Quando V. m. me embió a casa de Cariofilo, fui
          a lleuarle vn recado y vn poco de fruta de parte de mi
          señora, y me preguntó por V. m. y dixo que le besaua las
          manos, y que le embiasse aquella carta de la India, y que
          no se oluidasse V. m. de ir a verla.

          _Zel._--Cómo no me lo has dicho?

          _And._--Si V. m. dormia y me mandó que no lo dispertasse
          quando viniesse, cómo lo auia de dezir? Pues qué contaré
          á V. m.? Vi a la señora Eufrosina tan hermosa, que nunca
          pense ver cosa tal.

          _Zel._--Inuencion de mis hados, que a los brutos dara
          entendimiento. Dime qué hazia? o cómo la viste?

          _And._--Llegó la señora su prima a recebir el recado a la
          puerta de la antecamara, y venia abraçada con ella, con
          los cabellos trençados, con tanto donayre, que mal año
          para quantas ay en Palacio.

          _Zel._--Todos estos son soplos del fingido Ascanio para
          encender mi fuego. Y Cariofilo qué te dixo?

          _And._--Que esperaua en su casa.

          _Zel._--Limpiame estos çapatos y vente conmigo. O Venus,
          que tantas vezes consumiste el furor deste que desprecia
          las armas de Tifeo; tú que lo libraste de la prision en
          que lo atormentauan los heroycos Varones, pues voy en
          su dia y hora, guiame como guiaste en Cartago a tu hijo
          Eneas.

          _And._--Qué suspiros y murmuraciones son estas que mi
          amo tiene consigo? Que me maten si él no emprehende
          alguna quimera; mas si se le ha metido en la cabeça
          enamorar a Eufrosina? No será mucha marauilla, segun es
          loco, y en su opinion presume que por discreto y galan
          ha de rendillo todo, y yo quisiera más dinero que todos
          sus versos, porque este franquea el campo y lo demás es
          martillar en hierro frio.

          _Zel._--Qué agradable sombra tiene esta calle con el
          ayre, que ya siento más blando que el de Aurora a Zefalo
          en sólo llegar a esta puerta. O escalones de mi ventura,
          quién osará subir, entendiendo que me pongo en ocasion de
          mayor cayda! libreme Dios del aguero de la subida de los
          Franceses, que descubrieron los gansos. Sube tú, Andrade,
          y auisa a mi prima que estoy aqui. Dexa, dexa, que esta
          señora lo hará. Señora Bitoria, adónde lleua su viaje?

          _Bit._--Señor, a su seruicio, al rio.

          _Zel._--Antes que baxeis, por me hazer merced, dezid como
          estoy aqui, y perdonad este atreuimiento.

          _Bit._--Buen orden es esse, a buena dicha tengo que se
          ofrezca ocasion de hazer á V. m. este pequeño seruicio.

          _Zel._--Es mucha merced, y yo os lo seruire, y dessa
          buena persona no se podia esperar menos.

          _And._--Ladina es la fregona y á proposito para vn par de
          toques.

          _Zel._--Pues qué se perdera en trabar con ella estrecha
          amistad?

          _And._--Veremos, que aun aora yo soy nueuo en esta tierra.

          _Zel._--O coraçon vandolero, ya siento que me dexas por
          irte con quien me tiene el alma y los sentidos. Todo el
          cuerpo se me estremece en pensar que he de entrar en tan
          gran batalla, sin voluntad libre, con que todo lo solia
          acometer atreuido.

          _And._--Malo va el negocio o yo soy inocente. Mi amo está
          más palido que si entrara en desafio; de quándo acá es
          tan vergonçoso y confuso? Mucho me da que pensar; sin
          duda él viene con alguna mala determinacion; pues matenme
          si yo no lo supiere, por más que de mí lo encubra.

          _Bit._--Señor, suba, que ya le espera.

          _Zel._--Besoos, señora, las manos mil vezes; quedate tú
          aqui, Andrade.

          _Bit._--Yo las de su merced.

          _And._--Señora, quiere que la acompañe?

          _Bit._--No es necessario, ni por acá lo acostumbramos.

          _And._--Pues a fe que no es muy seguro ir sola vna cara
          como la vuestra.

          _Bit._--Hazeis burla ó cortais?

          _And._--No burlo, por este cielo que nos cubre.

          _Bit._--Esso os deuo, y aqui me tiene a su seruicio.

          _And._--Y yo, señora, estoy como muy su cautiuo con
          hierros. Contenta va la rapacilla y vfana porque la
          alabé; no es mal principio éste, pero yo muero por saber
          el intento de mi amo Zelotipo; y en quanto está con su
          prima, me parece que no será malo seguir el camino desta
          moça, y trabajar por hazerla a mi mano y de nuestro
          vando; podra ser que aproueche, pues no ay tan mala yerua
          que no tenga alguna virtud.


                             SCENA TERCERA
                     BITORIA, ESTUDIANTE, ANDRADE.

          _Bit._--Estos cortesanos son buena gente, tan comedidos,
          que os perdereis por ellos; en fin, en fin tienen
          cortesia; estotros de la villa son mal dotrinados, hablan
          siempre de tú por tú, por daca las pajas os deshonran.
          Todo es dixete y dixisteme, y andar azechando por ver lo
          que passa; si ven alguno destos de Palacio, se espantan,
          y en su ausencia lo mormuran y dizen dél las tres
          leyes, y en su presencia no aciertan a hablar palabra
          de corridos; por esso se dize que la peor gente para
          tratar es la de poco saber, y más si son aldeanos. Estos
          estudiantes buenos mancebos son, si no fueran tan locos,
          tan parleros y alabanciosos de hecho y por hazer. Ay, acá
          está mi enamorado; alguna cosa me dira.

          _Est._--Señora Bitoria, por qué lleuais tan mala vida?
          y no os cansais de ir tantas vezes al río? hazer de vos
          azacan, no es de derecho.

          _Bit._--De derecho o de tuerto, quien más no puede, morir
          se dexa. Va el Rey donde puede y no donde quiere.

          _Est._--Es verdad: _Non omnes possumus omnia_; pero
          no responde al caso ni es veresimile, porque vuestra
          impossibilidad procede de esencia de propia culpa.
          De donde podemos inferir vn predicamento, que si
          quisieredes, sin daño ni injuria de otro podeis embiar
          por essa agua a mi costa, y con esto escusar el mal
          tratamiento de vuestra persona, que yo querria muy
          descansada y regalada, y segundariamente es contra la
          mia, que de agente hazeis paciente por lo que os quiero,
          y quedo yo con dos contrarios en vn sujeto que no se
          compadecen.

          _Bit._--Sí, mandaré a mi negrilla de los pies quemados.

          _Est._--_Per Deum verum_, que me tuesta esso la sangre;
          parece que hazeis poca cuenta de los vuestros, que es
          caso de injuria en su género, porque el dinero ha de
          seruir a la persona y la persona no al dinero; y vos
          estais remota desta consideracion.

          _Bit._--Bien sé que me puede enseñar, y que lee y
          entiende.

          _Est._--Pues por tanto.

          _And._--Muy mansa veo esta señora; no sé si soy
          malicioso, ella escucha y espera; conocimiento es de
          muchos días, no estoy bien con tanta conuersacion en
          achaque de vezina, que estopas junto al fuego no estan
          seguras; quiero esconderme en aquel rincon, estare
          cerca, y sin que me vean los oire, que aqui ha de tomar
          fundamento mi negocio.

          _Est._--Tenemos vn poeta que nos da grandes reglas para
          esta negociacion, que los vulgares no alcançan ni saben
          poner en terminos.

          _Bit._--Por esso ellos, mal hora, saben tanto.

          _Est._--Es de congruo, pues estudiamos.

          _And._--Qué diablos tiene que ver el congrio con los
          amores? alli entra la malicia.

          _Est._--Yo os diré, para que veais cómo habla a proposito
          acerca de que no se ha de perder vn momento de gusto
          quien puede tenerlo, y empieça: _Creditè, eunt anni more
          fluentis aquae_, y va assi diziendo: agua que passa no se
          puede recuperar, y claro lo veis en el río, por lo qual
          dize: _Vtendum est aetate_: logrese cada vno en la edad
          que se escurre como vnto, y nunca sigue hora tan buena
          como la passada.

          _And._--Buen Consejero está éste, y aquella es la verdad;
          no ay que negar que son diablos éstos y que todo lo saben.

          _Est._--Por esso os digo yo, señora Bitoria, que teneis
          la culpa de perder las ocasiones, y yo no quiero ser
          poderoso en otra cosa sino en quitaros dessos trabajos.

          _Bit._--No mereci tanto con Dios, mas en fin sana y sin
          lision estoy, y en quanto tuuiere salud, no quiero que
          otra me sirua.

          _Est._--O, o, que no; assi Dios me haga bien que muchas
          vezes siento en el alma que seais tan poco amiga de vos
          misma, que pudiendo ser seruida querais seruir, y la
          costa no importa, pues por mi cuenta podeis estar riyendo
          y holgando en casa con nuestra ama, sin que lo sientan ni
          entiendan las aues del cielo.

          _And._--Vizcayno es el estudiante, sí por sí y no por no;
          con pies de lana quiere cogerla; mucha raposeria saben
          éstos, fiaos por amor de mí en perro que coxquea.

          _Bit._--Ay, señor, que soy tan desdichada que lo que no
          pienso se sabe, quanto más lo que hago; pues qué coraçon
          el mio para no creer que luego se publicará todo?

          _And._--La muchacha es medrosa en dia claro, a escuras
          más segura estará al herrar. Ay, amiga mia, y qué aprissa
          os veo caer.

          _Est._--Cómo sois graciosa! nada es imposible al hombre.
          _Omnia vincit._

          _And._--No vi amores de libro como éstos; qué gritos
          diera aqui Cariofilo si los oyera! los que vsan este
          lenguaje andan a qual más necedades dixere; atengome al
          mio, que es canto llano, y con él cortenme las orejas si
          no les enseñare a todos; sólo reconozco a vn amigo mio,
          que no sé qué les dize a las mugeres, que ninguna se le
          escapa.

          _Est._--Yos os poneis conmigo? hareos inuissible cada
          vez que quisiere; dareos palabras escritas que traigais
          con vos para que no os muerda perro, otras para que os
          quiera bien todo el mundo y enmudezcan todos aquellos que
          quisieren hablar mal de vos.

          _And._--Sopla, essas mañas teneis? juro a tal, que no sé
          si lo acierto en estar aqui.

          _Bit._--Quiero darme por vencida, porque sé que con essas
          artes, mal pecado, hazen ellos lo que quieren; y en buena
          fe que no le niego que holgaria hazerme inuisible para
          prouar; mas guardeme Dios, parecerame a mí que me lleuan
          por essos aires.

          _Est._--Aora callad, que yo os he de dar vna nomina muy
          aprouada para que tengais ventura con todo el mundo,
          hecha el dia de San Iuan a vista del Sol, quando bayla,
          y con ciertas yeruas cogidas antes que nazca; y no la
          tengais en poco, que yo sé que os acordareis de mí, que
          este vuestro amo parece muy celoso, y con esto le hareis
          del cielo cebolla.

          _Bit._--El diablo se lo ha dicho; enfadase que no
          halla remedio contra sus musicas, y dize, nunca estos
          guitarreros callan.

          _Est._--En verdad? pues ahorquese, que yo soy de _Viuere
          ad libitum_, y no tengo que _fare con Rey de Aragone_.

          _And._--Estos son gente sin ley ni Rey, todo su cuydado
          es buscar recreacion; la ciencia está en los libros, el
          estudiar, ir y venir a su tierra, y despues de largo
          tiempo malgastado: Bachiller soy, bien votado o mal
          votado, y dan sentencias de golpe, como palo de ciego,
          que lleua el pelo y el pellejo, y el mal es para quien
          les cae en las manos.

          _Est._--Aora bien, señora Bitoria, pues la alcançais de
          mí, siquiera por la honra no traereis vnas çapatillas en
          essos pedecillos porque no os los hieran las piedras?

          _Bit._--En buena fe que no es por falta de tenerlas, sino
          por pereza de calçarlas y descalçarlas en el río.

          _Est._--Yo sospecho que las guardais por tener paz con la
          escaseza de vuestro amo.

          _Bit._--Esso es de lo que aora él se acuerda.

          _Est._--Yo me corro de que andeis assi por lo que me
          toca; hazedme merced en recebir de mí las que pudieredes
          romper; porque, señora, no querria que otros ojos
          gozassen de lo que yo tomaria ver por fauor y gusto.

          _Bit._--Poco desso, que me corro.

          _Est._--Quereis darme la medida y las mandaré hazer?

          _Bit._--Yo las doy por recebidas, no se ponga en esse
          trabajo.

          _Est._--Hasta en essa poquedad no quereis fauorecerme?
          hazeis mal, que tengo padre rico, y soy muy regalado de
          mi madre.

          _Bit._--Pues quién mejor que él? busque quien se lo
          agradezca.

          _Est._--Y me cubren regalos de la tierra.

          _And._--Vos, amigo, no dais en el punto, que éstas con
          lo que se caçan es con pasteles y buñuelos.

          _Est._--Y más aora que espero muchas colaciones.

          _Bit._--Haganle buen prouecho.

          _Est._--Assi harán a vos, si quisieredes.

          _Bit._--Fuera va de pulla, esso es hablar con muchos
          entenderes.

          _Est._--Sabed de mí que no tengo cosa propia que no sea
          vuestra.

          _Bit._--Dios os lo agradezca, que yo no soy parte, y otra
          hallareis en quien mejor se emplee.

          _Est._--No tan a mi gusto para quien nacistis hecha y
          cortada, y voluntad es vida, y deseo mucho saber qué
          desdicha es ésta que tengo con vos, pues pienso que no
          soy de mal talle.

          _Bit._--No es sino muy gentilhombre, bendigale Dios.

          _Est._--Yo por tal me tengo y holgaria parecerlo a vos,
          y que me veais con estos habitos cumplidos _propter
          honestatem_, en tiempos escusados, quando _aliter non
          licet_. Tambien sé vestir los cortos y traer espada y
          daga, para si fuere necessario, que los estudiantes
          tambien somos hombres.

          _Bit._--Pense en buena fe que eran bestias.

          _Est._--Bien me honrais por buenas palabras; el
          sufrimiento _omnia sustinet_; si es possible, señora
          Bitoria, alcance yo algo de lo que pretendo de vos, y
          cuesteme la vida.

          _And._--Detienese tanto, que tengo miedo de perder a mi
          amo, y él anda aora muy poco cortesano; no quiero que su
          ignorancia me dé experiencia, no sé si será bien irme;
          esperar quiero vn poco, mas porque deseo tentarla por ver
          si es cetrera, y más por la necesidad que sospecho ha de
          tener mi dueño.

          _Bit._--Dexesse desso, señor, y deme licencia, que me
          detengo mucho, no me vea alguno de mi casa.

          _Est._--Esperad, no seais de mala condicion, no
          desprecieis a quien os estima; sabedme engañar, vereis
          marauillas.

          _And._--Bueno va el negocio. Estos son la misma porfia.
          Réplicas van, réplicas vienen, y con dilaciones
          consumiran cien vidas de quien espera, y ella es más
          mansa que el sueño, no dudó el salir con su intento; el
          agujero llama al ladron, y si espera como paloma zurana,
          no seré yo fiador de su abono.

          _Est._--Quereis recebir de mí vna merienda? Quándo labais?

          _Bit._--Mañana.

          _Est._--Aora le vinieron a mi compañero regalos, que
          él quiere partir con vuestra amiga; juntaos ambas en
          el tendedero y mi ama os los lleuará; iremos yo y mi
          compatriota y entraremos por entre estos vallados para
          veros, si nos quisieredes ver y hablar.

          _Bit._--Señor, dexeme ir, que tardo mucho; en lo demas
          haga lo que quisiere, que yo haré lo que concertare mi
          amiga.

          _And._--La merienda acetó, y quien toma, da; la amiga
          será otra tal como ella; ya se va, parece cosa de
          compadreria, no se me escapará la empresa: porque quanto
          a lo primero seré compañero en la merienda, si llegare a
          tiempo, porque yo me sabre entremeter de manera que con
          voluntad o sin ella me combiden, y tambien estoruaré que
          no lleguen a conclusion los seruidores de bonete.

          _Est._--No en valde llamaua Diogenes a las riquezas
          _Vomitum fortunæ_; marauillosamente dicho, por aqui la
          he de caçar. Regla es de Ouidio: _Munera, crede mihi,
          capiunt hominesque Deosque, Placatur donis Iupiter ipse
          datis_. Donde dezia bien Horacio, _Aurum per medium
          ire satelitis_; y puede ser que paguen las mis amigas
          luego el escote, para lo qual haremos vna instruccion a
          nuestra ama _in genere suasorio_, para que la cosa esté
          preparada quando vamos; si no bastare, caminaremos assi
          pian pian, _intrat amor mentes vsu, didicitur vsu_. Ella
          no se me escapará, si yo puedo: porque es vna de las
          frescas rapacillas que pensé ver, y aunque venda los
          libros, he de saber lo que es, y señalarla de mi hierro,
          y si mi padre lo supiere, consuelese con Cipion, que se
          enamoró de vna criada de su muger Emilia; y él no hizo
          milagros, que muchas vezes le oi alabarse de semejantes
          cosas, demas que mi madre lo allanará todo: porque el
          enfado del estudio no se puede sufrir si no es a fuerça
          de necessidad. Esta dio letras a mi padre, y no he de
          ir yo por sus pisadas _a fortiori_, que no todos tienen
          vna inclinacion, _tot homines, tot sententiæ_. Rico es,
          lograrme quiero con su trabajo; pues es veresimile que
          él allegó y guarda para que yo desperdicie; y no ha de
          ser todo preuenir lo futuro y guardar reglas de viuir,
          como él haze; quanto más que yo podré graduarme por
          suficiencia, y con estar dos dias en Sena o en Bolonia,
          espantaré toda esta tierra, y con dos sentencias que
          traiga de la Rota, pensará mi padre que vengo hecho vn
          Oraculo, porque él menos letras sabe que no yo; vino
          en tiempo acomodado y valiole su buena traça, y porque
          le dixo bien, quiere que no aya otro modo seguro de
          viuir. El hijo raras veces imita al padre, y pocos saben
          encaminarlos, porque quieren ajustar las inclinaciones
          de la mocedad con las flaquezas de la vejez; conformidad
          impossible, porque cada cosa sigue a su natural, y en
          el descanso y lo violento no permanece. Con Bitoria
          querria concertarme; podra ser que la lleue conmigo a
          Italia, que si yo hallo dinero prestado, con breuedad
          haré almoneda y me partire: _Homo nascitur ad laborem_, y
          más: _Per varios casus, per tot discrimina rerum tendimus
          in Latium, sedes vbi fata quietas ostendunt_. Mucho
          vale la experiencia, el hombre ha de ver el mundo. Por
          peregrinar fue Vlises tan celebrado, Platon por discurrir
          por diuersas naciones supo tanto. En fin, yo no me he de
          dexar morir en la cascara. _Dii ceptis aspirate meis_,
          que no espero más que tener dinero.

          _And._--Quiero ir dandola caça, y allá delante trabaré
          conuersacion, que ella es muger que a nadie desechará, y
          haze bien, que las personas generales son bien quistas
          y hazen su negocio, sin obligarse a lo que no quieren
          y con facilidad se apartan de lo que no les agrada. Yo
          no sé qué dexa por contraminar este estudiante, y tiene
          talle de seguilla a sol y a sombra; porque el rendilla
          tendra por la mayor dicha del mundo, y estas sus amas,
          que son como cabeças de lobos, con que piden, no tienen
          verguença, y son el propio señuelo para esta ralea; assi
          que no tengo por segura mi diligencia, mas como nada
          pierdo, vere lo que puedo, por cumplir con mi amo.


                             SCENA QUARTA
                       DUARTE, ANDRADE, BITORIA.

          _Duarte._--Ha, señora, hablad a los vuestros y guardad lo
          que es vuestro.

          _Bit._--Yo no hablo a hombres que se atufan como niños.

          _And._--Vengais muy en hora mala, bueno ando yo oy; bien
          dizen que quien por agugero escucha sus duelos oye;
          pensé que me valiera seguirla a lo largo por asegurar
          sospechas de su casa, y ella vno dexa y otro toma. Vana
          ha de ser mi diligencia, segun tiene conocidos; comanme
          perros, pues assi es. Mal le va a la raposa quando anda a
          grillos, al juez quando va para la horca; pues ver tengo
          en qué para esto.

          _Bit._--Pues qué cosa para mi condicion sufrir vidrios!

          _Duarte._--Y quien tiene razón, qué hará?

          _Bit._--Esso es, dilo antes que te lo digan; pues si la
          tienes, por qué me hablas? Ay, Duarte, Duarte, a ti se te
          entraron los sessos del asno prieto en la cabeça despues
          que aprendiste oficio, y yo riome de todo. No he de ser
          cautiua de ninguno antes de tiempo, que quien puede ser
          toda suya, está loca en sujetarse a otro, y más quieres
          aora que te diga: quien palabras en sí no detiene,
          siempre le dizen que mal sesso tiene, y no puede ser
          amado quien siempre quiere ser enojado. Todo ha de ser
          achaques: aora me veais, aora no me veais, y la verdad es
          en fin que, sea en juego, sea en saña, siempre el gato
          araña; y como allá dizen, quien no te ama en la plaza
          te difama, y por esso abrir el ojo y ahorquese todo el
          mundo, que yo no he de consentir me pisen la boca.

          _Duarte._--Pues yo tambien tengo mi fantasia como mis
          vezinos, y aun aurá más de dos que me rueguen y lo tengan
          a buena dicha.

          _Bit._--Hagales buen prouecho, que yo no se lo estoruo.

          _And._--Las colores que haze el mecanico! cómo se pone
          sobre las puntillas de los pies con sus borceguies de
          carnero! yo os digo que aueis de ser Antecuco, si yo
          puedo, porque me enfadais; que la señora Bitoria, si no
          la conozco mal, es de las que quieren vno en la mano y
          otro en el saco, por no ser como el raton que no sabe
          más de vn agugero, y aora no mira muy derecho, porque el
          villano es atestado y tiene cara de darle pesadumbres y
          pedirle perpetuos zelos, que es lo mismo que recordar el
          perro que duerme, y Alcalde, búscame aqui alguno: y con
          esto caen siempre en el laço.

          _Bit._--Para qué es andar á caça con huron muerto?

          _Duarte._--Porque el diablo lo quiere, y no podia ser
          otro el que a mí me reboluio contigo.

          _Bit._--Qué tamaña gracia! quierome reir y no puedo.

          _Duarte._--Esse es siempre tu juyzio, toda burlar. Pues
          donde hay mucha risa ay poco seso.

          _Bit._--Pues no es para reir mucho de lo que dizes? mira,
          si andas endemoniado, ó tienes el mal de ojo, vete a
          buscar vna santiguadora.

          _Duarte._--Bien lo auia menester.

          _And._--La muchacha es alegre y risueña, rapacilla es
          de traça para vn hecho; que me maten si ella no burla
          del mancebo; mas yo me puedo despedir oy, que éste no la
          ha de dexar tan presto, y mi amo no sé cómo admitirá la
          disculpa.

          _Duarte._--Bitoria, tiempo ay de tener juyzio, tiempo
          para holgar, y ya pudieras cansarte de ser loca.

          _Bit._--Poco desso, que me corro; vistes qué negros
          amores? siempre tuue yo de ti essas honras, y cada dia
          olla, amarga el caldo. Como si yo estuuiera para sufrir
          mucho!

          _Duarte._--No te enojes con el castigo, que no te le da
          tu enemigo, que por quererte como te quiero me queman la
          sangre tus cosas.

          _Bit._--Vistes aquello? y yo que hago? No me hablen dessa
          manera, que no lo sufriré, pues dessas soy; bien dizen,
          hijo ageno, brasa en seno; deme Dios contienda con quien
          me entienda.

          _And._--Pareceme que riñen, propio término destos andar
          siempre en pendencias; tornarme quiero a donde está mi
          amo, que más dias ay que longanizas, y sentaré á esta
          señora en mi catálogo, y a su tiempo la buscaré, que ella
          me parece de buena condicion, y en quanto la piedra va y
          viene, Dios dará de sus bienes.

          _Bit._--Por otra parte me alegro mucho con estos
          achaques, porque qual te dizen tal coraçon te hazen; como
          si él me hallara haziendo moneda falsa o me sacara de la
          mancebia, assi me trata: yo soy muy buena hija, aunque
          pese a ruines, ninguno me halló por casas agenas, como
          otras que yo sé, que presumen de muy honradas. Si yo rio
          y me alegro, es de mi condicion, que para todo el mundo
          tengo buenas entrañas, y el coraçon sencillo no piensa
          maldades.

          _Duarte._--De qué sirue trabar conuersacion con todos?
          pues quien mucho habla a sí se daña, y en boca cerrada no
          entró mosca, y assi dizen: ama a quien te ama y responde
          á quien te llama, andarás carrera llana. Tú, Bitoria,
          no miras sino tu gusto, y el mundo está malo y a nadie
          perdona, y quien adelante no mira atrás se queda, y por
          no reparar el daño pequeño, se haze grande.

          _Bit._--Pues qué he de hazer, llorar? de aquí adelante
          andaré siempre derramando lagrimas por la muerte de mi
          abuela.

          _Duarte._--Búrlaste? sea en buen hora, que yo siempre oi
          dezir que del ruge, ruge se hazen los cascabeles; y si
          tuuieras cuenta con lo que te conuiene repararas en lo
          que hazes, pues sabes que de los muertos dicen, cuanto
          más de los viuos; y quien se precia de buena muger, todo
          lo ha de mirar, y que es menester para serlo más que ser
          casta.

          _Bit._--Ahi topa todo, y nunca acaba con su buena muger.
          Si yo soy mala, voyte a rogar? pues a quien no te ruega,
          ni voga, no lo lleues á la boda. Pidote que me dexes
          y no me persigas, y tú porfiar; yo sé muy bien lo que
          me conuiene, y que el reir y holgar no me quita el ser
          buena, y a vezes las dissimuladas son las que Dios sabe;
          yo no he de mudar condicion; quien assi no me quisiere,
          ahorquese en buen dia claro.

          _Duarte._--Ahora, pues quieres que hable, qué ganas en
          ser amiga de Filtria?

          _Bit._--Ya me espantaua yo, essa es toda tu rabia.

          _Duarte._--Pues digo verdad, porque es vna alcagueta,
          y todo el mundo la conoce por tal, y de ruin cabeça no
          puede salir buen consejo, y no se mira con quién naces
          sino con quién paces; y lo cierto es que si no fuera por
          las tales, no huuiera tantas mugeres malas.

          _Bit._--Qué dizes, boca de maldades? triste de quien
          cobra mala fama, cuytada de la inocente juzgada de
          maldiciente, que no tienen temor á Dios; pues mire cada
          vno por sí, que tambien se dice: perdi mi honor diziendo
          mal y oyendo peor; y si quieres que digan bien de ti, no
          digas mal de nadie; mas el ladron todos piensa que son de
          su condicion.

          _Duarte._--Estas tales compañias nunca dieron buena paga,
          y quien haze un cesto hará ciento, y en el aldea más
          mal ay que se suena; y si no eres casta, see cauta, que
          quitadas las ocasiones se quitan los pecados; demás, pues
          hemos llegado a tratar de todo, bien sé yo, señora, que
          os habla vn estudiante, quando passais por su puerta, y
          le respondeis y os deteneis en conuersacion.

          _Bit._--Jesús, qué grande testimonio! hombre, hombre,
          tienes temor á Dios? lo que digo es que se ahorque todo
          el mundo, que yo aun viuo conmigo y viuiré quanto Dios
          quiere; quando vos me dieredes de comer, entonces tapáme
          la boca; nunca el diablo acaba con sus zelos; dexadme,
          dexadme viuir, que aun moça soy; haga cada vno lo que
          quisiere y lo peor ó mejor que supiere, que a mí no se me
          da nada de nadie, y lo que me huuieredes de dar assado,
          dadmelo cozido, que Dios á nadie desampara: miren a lo
          que aora se arrimó, diz que no he de hablar a un vezino
          si me habla.

          _Duarte._--La verdad amarga; pues alguna pierde más que
          yo, y quien bien tiene y mal escoge, por mal que le venga
          no se enoje, y si assi vos lo quereis, assi sea, que por
          ventura algun dia dareis dos vueltas á la oreja y no
          echará sangre; pero por demas es zitola en el molino si
          el molinero es sordo, y perdido es quien tras perdido
          anda; y en tales como tú el buen consejo es legia en
          cabeça de asno, y a la muger y a la gallina, si es mala y
          la quieres hazer buena, torcelle el cuello.

          _Bit._--Muchos amenazados comen pan; que quien amenaza,
          vna dize y otra espera; él se va enojado, doite quatro
          higas; siempre me he de encontrar yo esto, pues no me he
          de matar ni llorar: tanto me doy por vno como por otro;
          el Sol me alumbre, que de otra luz no tengo cuydado: el
          buey suelto bien se lame; yo le tostaré la sangre y él me
          rogará más de dos dias, si ya no es ésta la postrera.


                             SCENA QUINTA
                       ZELOTIPO, SILUIA DE SOSA.

          _Zel._--Ayer me estoruó vn negocio venir a besaros las
          manos, y por no parecer inobediente, vengo aora a recebir
          la pena que me dieres[606] por estas culpas, si no
          admitis mi descargo.

          _Sil._--Pues estad cierto que si con esta diligencia no
          vinierades, que os culpara, como quien estaua con ojos
          deseosos de tornaros a ver.

          _Zel._--Si por mí solo fuera, tuuiera por oficio el
          visitaros, mas temo que podria enfadar de manera que os
          fuesse doblado trabajo el desembaraçaros de mí, y me
          acuerdo de lo que dizen: adonde te quieren bien, acude
          pocas vezes, porque con esto estare libre de zeño y de
          que digan: quién traxo acá este cansado, que nunca acaba
          de irse? de que aora no estoy muy seguro.

          _Sil._--Ay Jesus! guardeme Dios, corrome de que me
          digais esso, mas bueluo en mí, porque me persuado que
          os burlais. Assi me salue Dios y a las cosas que bien
          quiero, que me alegro tanto de hablar con vos como con mi
          hermano, que Dios trayga con bien.

          _Zel._--En esse lugar me tengo yo, y él me dexó en tal
          possession, y por traeros su carta y pediros perdon de la
          tardança vine aora.

          _Sil._--Buen perdon es esse, y segun esso a la carta, y
          no a vos, deuo esta visita.

          _Zel._--Señora, no os libreis por ahi que yo sé quién se
          holgó tenerla por ocasion.

          _Sil._--Por cortesia lo quiero creer, mas si me quereis
          hazer merced, no teneis necessidad de buscar ocasiones,
          porque siempre me hallareis con los braços abiertos para
          recebiros y estimaros; y no es poco en este tiempo hallar
          quien sepa o quiera agradecer las buenas obras.

          _Zel._--Teneis razon, mas á vos qué bien os puede faltar?
          y creed de mí que os lo merezco y que estimo en mucho lo
          que hazeis.

          _Sil._--Pues empeçais a hazerme merced, dadme licencia
          que lea la carta, aunque soy mala letora de letra tirada.

          _Zel._--Como fueredes seruida.

          _Sil._--Dize que passó grandes tormentas, y que
          perecieron tantos, que ya él se contaua entre los
          muertos, y sólo tenia por consuelo mirar hazia Portugal;
          y qual otro Arion en el Delfin con su vihuela tenia
          aliento, recreandose en los cuydados de ausencia. Mi
          hermano siempre tuuo este humor, pareceme que le estoy
          viendo.

          _Zel._--Las almas contemplatiuas tienen los gustos muy
          diferentes de la otra gente. Destilase vn cuerpo en la
          contemplacion de su gusto; y no ay contento general que
          valga la sombra de vna tristeza particular. De mí os
          sé dezir que no trocaria el estar triste dos horas por
          quantos placeres ay en la vida, porque estas viuo para
          mí y las otras para el mundo. De donde se sigue, que
          me enfadan las fiestas públicas y es a mi proposito el
          passatiempo solitario, y no me conformo, antes aborrezco
          los amigos de regozijos publicos y que son comunes con
          todos en holgarse.

          _Sil._--Esso, señor primo, es de personas discretas como
          vos.

          _Zel._--No la llameis discrecion, porque es condicion
          natural, aunque no se niega que nace de sentir bien; pero
          suele auer algunos que lo vsan con arte impropia, mas mi
          primo tiene muy viuos los espiritus, y buela alto con la
          imaginacion. Lee adelante.

          _Sil._--Despues de grandes trabajos dize que llegó a
          la India, que está muy adelante en su aumento, y que
          no quiere pretender por la guerra, porque es de poco
          prouecho, sino por la mercancia, que es la más cierta y
          principal negociacion de la India, y a mi parecer tambien
          lo es ya en Portugal.

          _Zel._--A tales hombres no se permite en estos Reynos
          lo que allá está en costumbre, aunque ya muchos dan en
          vsarla, pareciéndoles lo más seguro.

          _Sil._--Mi hermano pudiera seruir al Rey, y si no se
          cansara de ser su criado, con este nombre hallara vn buen
          casamiento, con que viuiera muy descansado y honrado, y
          se escusara de tantos trabajos.

          _Zel._--Esso, señora, acaso pudiera ser en otro tiempo,
          mas en este no ay cosa que tan poco valga, ni menos
          estime la más triste muger para casamiento, porque son
          tantos y tan de diferentes calidades, que no hazen caso
          dellos, aunque den buena cuenta en lo que se les encarga;
          porque la experiencia ha enseñado que no sacan otro
          prouecho sino gastar lo mejor de su edad, tras largas
          esperanças, a la sombra de otros que la fortuna premió
          para hazerlos reclamo de los demas; y si es contraria,
          como suele serlo siempre a los merecimientos justos, por
          remate desta peregrinacion, y en satisfacion de la vida
          que han ocupado, embarcanse para las Indias, donde a
          costa de su salud purgan su engaño, y los que alcançan
          algun oficio se tienen por dichosos, y como tales son
          embidiados, y van muy contentos por pensar que mereceran
          por sus seruicios entrar en nueuos trabajos al tiempo
          del descanso, y lo consideran tan mal, que se venden por
          el precio por que deuian ser comprados. El Emperador
          Otauio Augusto ordenó lugar de reposo a los soldados
          que peleauan diez años, y aora a quien sirue veinte lo
          aposentan en guerras y peligros; y desto procede valer
          los hombres tan varatos, que ruegan en las armadas que
          los reciban, y quedan por assentar plaça la mitad, y se
          van la mayor parte dellos sin más fundamento que huir la
          crueldad destos tiempos, en que se vsa premiar a los que
          menos lo merecen.

          _Sil._--No sé quál es lo peor; vemos ir tantos y venir
          tan pocos!

          _Zel._--Assi es, pero más vale muerte con honra que vida
          deshonrada, y el camino de la guerra es profession de
          hombres de bien para prouar ventura, si bien se conoce
          que en todas las ocasiones que los hombres emprenden, el
          trabajo es de los muchos y el fruto de los pocos; pero
          cada vno piensa llegar primero y ser de los escogidos;
          mas la fortuna responde muy mal a las opiniones, y el
          mundo premia a los que menos aprueua, por desengañarnos,
          y no le basta.

          _Sil._--Lo demas lo leere despues, porque os detendre
          mucho, y este rato que puedo emplearlo tan bien, no
          quiero diuertirme en otra cosa.

          _Zel._--Yo, señora, os quiero aduertir que no me sé
          despedir de donde tengo gusto; y si os enfadare,
          despedidme antes que os llamen como ante de ayer.

          _Sil._--Pareceme essa escusa de mal entretenido, para
          iros a vuestros passatiempos de gusto.

          _Zel._--Antes hallo esta tierra de manera que todo es
          para mí enfados.

          _Sil._--Será assi para quien viene enseñado a los
          entretenimientos de la Corte.

          _Zel._--No por esso, mas yo vine sin tiempo, por hazer la
          voluntad de mi madre, y ha de costarme caro, segun me va
          de mal pocos dias ha.

          _Sil._--Pues cómo? teneis alguna enfermedad?

          _Zel._--Del cuerpo no, del alma sí, y muy peligrosa.

          _Sil._--Esso es: yo ya me acongoxaua; de amores será
          el mal, no tengo lástima de vos, porque sé que sabeis
          remediaros.

          _Zel._--Antes no podia tener dolor que assi pidiesse
          tenerla, porque esta ponçoña obra por dentro y es
          incurable, y segun me siento opilado, me voy a hetico, si
          no lo estoy ya.

          _Sil._--Callad, primo, que hombre galan y moço sois, y
          Dios os hará merced, y en este mal más son las vozes que
          el dolor.

          _Zel._--Pocas son las vozes para lo que siento, porque yo
          tengo natural de morir callando.

          _Sil._--Mucho me espanto, que os atormenten tanto essas
          ansias de ver a vuestra dama, pues la esperança aliuia
          trabajos, y os puede consolar y la podeis tener de verla
          quando quisieredes.

          _Zel._--No es cortesana como imaginais; que si lo fuera,
          no soy tan enemigo de mí que me pusiera en destierro de
          mi alma. La causa de mis nueuos y estraños accidentes es
          criada en los dulces aires de Coimbra; y mal dixe, es la
          Reina de las Ninfas de Mondego y la Deidad desta tierra.

          _Sil._--Con esso me alegro yo mucho, porque me puede ser
          ocasion de teneros más en ella, y sabe Dios que me ponia
          ya triste de rezelar vuestra partida apresurada.

          _Zel._--Cómo auia yo de tener atreuimiento para apartarme
          de los ojos que me dan vida? mas ay, que muero, y quiero
          lo que no puedo ni oso acometer.

          _Sil._--Tan fuerte cosa es, que vn hombre de vuestro
          entendimiento y partes, y con essa gallardia, no se
          atreue a intentar? pues yo soy vna flaca muger y no
          temiera tanto.

          _Zel._--Qué cierto será, si os la nombrasse, temblar como
          el leon al canto del gallo!

          _Sil._--No sé, puede ser; y desde quándo teneis essa
          passion?

          _Zel._--Desde ante de ayer, y creedme, prima, que como os
          tengo por discreta, os digo esto con gusto, porque sé que
          lo sabreis entender y encubrir, como de quien os estima
          por hermana de su alma.

          _Sil._--Mi voluntad lo merece, y me obliga la razon a
          hazerlo.

          _Zel._--Con esso escuso las que pudiera dar por mi parte,
          y por lo mucho que os quiero y la grande confiança que
          de vuestro secreto tengo, gusto deziros mi mal. Será
          possible, como muger que conoce las voluntades de las
          otras, podais valerme con vna Diosa desta vida, a quien
          no supe ni pude negar el alma, que se la deuia desde la
          primera vista.

          _Sil._--Primo, a gran ventura tendria poder seros de
          prouecho en alguna cosa, y más en essa que tanto mostrais
          sentir.

          _Zel._--Pues no muestro tanto como siento, ni me es
          possible manifestar la menor parte de mi dolor, y assi
          tengo por mejor encubrirlo y mostrar su grandeza, como lo
          hizo el pintor en el que tuuo Agamenon en la muerte de
          Ifigenia su hija.

          _Sil._--Quién fuera tan dichosa que os pudiera remediar
          esse mal, que me duele como a vos mismo?

          _Zel._--O señora, a vos esse dolor no os quita el
          aliento, mas este que yo padezco enflaqueze mis espiritus
          de tal manera, que parece tengo sobre ellos el monte
          Etna, como el Encelado Ciclope; anegóme el alma en tan
          profundo mar de rezelos y temores, que perdi de vista
          todo el esfuerço; y assi es sin duda que forzejaré
          en estas flaquezas hasta que entregue la vida a la
          desesperacion: lo qual será presto, segun el coraçon se
          me aprieta.

          _Sil._--Iesus, no digais esso, que no lo puedo oir; mejor
          lo hará Dios, y si yo os soy de prouecho, desde aora me
          ofrezco para todo lo que yo valiere.

          _Zel._--Besoos las manos por esse fauor; prometeislo con
          veras?

          _Sil._--Prometo.

          _Zel._--Mirad lo que dezis, no falteis despues a la
          palabra.

          _Sil._--Ay Dios mio, y cómo me teneis confusa y muerta
          por saber lo que es, qué cosa puede auer que yo no haga
          por vos?; pues a Hipolita Amazona, si os importasse, iria
          a quitar el cinto más atreuida que Hercules.

          _Zel._--Assi lo creo yo, y que sois para mayores
          empresas que él.

          _Sil._--Acabad ya; dezidme quién es vuestra dama, que
          pienso que estais burlando conmigo.

          _Zel._--Bueno estoy para burlas, voime consumiendo en mi
          sentimiento; y de ser leal a mi muerte, no me atreuo a
          nombrar la señora de mi vida, y vos dezisme que burlo,
          como si no se viera claro en mí el bien o mal que tengo.

          _Sil._--Ay gracia cómo esta? nunca tal se vio, conozcola
          yo?

          _Zel._--Muy bien, y la quereis y comunicais, y valeis
          mucho con ella.

          _Sil._--Iesus, Dios mio, quién puede ser? es Cremonia mi
          amiga?

          _Zel._--No.

          _Sil._--Que me maten si no es mi prima Francisca, que es
          muy vizarra y muy a proposito para vuestra condicion, y
          pienso que ayer visitó a vuestra hermana.

          _Zel._--Essa mucho menos. Mis pensamientos, señora,
          siempre pidieron grande alteza y algunas vezes me valio,
          pero todo fue sueño y burlas de amor, que me dexaua
          los deseos a mi elecion; mas aora hurtó el viento a mi
          libertad y pusola presa de pies y manos, como culpada,
          delante de quien la condenó luego a carcel perpetua con
          vna señal en el pecho que muestra la razon de mi fuerça,
          y como donde la ay, derecho se pierde, assi me perdi sin
          culpa, y quedé con tal pena, que no me dexa dezilla.

          _Sil._--Yo me rindo, no puedo pensar quién sea, y
          no estoy poco deseosa de saberlo, por ver cómo os
          empleaistes.

          _Zel._--Qué haze aora la señora Eufrosina?

          _Sil._--En la sala está haziendo deshilados por su
          passatiempo. Mas por qué lo preguntais?

          _Zel._--Por vna parte desatino y muero, por otra no sé
          qué diga ni qué haga. Ay prima mia! Aora sé qué cosa
          es amor, y pienso que se me acabó la fortuna con él, y
          me amenaça en su vengança larga desventura, y no puede
          ser mayor que auer de ser enemigo de mí. Conozco que da
          dolor alegre, razon loca, temor animoso, plazer triste,
          luz escura, gloria con pena, salud enferma, vida que es
          muerte. Todo esto lo siento ahora por experiencia, y huuo
          tiempo en que nada sentia; y assi creo que estareis lexos
          de compadeceros de mí, porque no me conocereis ni dareis
          crédito a lo que digo, y quereis enfrenar vn juyzio
          particular con la razon comun, y obligarlo a que la siga;
          mas triste del triste que muere.

          _Sil._--No os consumais, primo, y si yo os puedo
          aprouechar, os juro por vida de quanto bien quiero, y
          assi Dios trayga a mi hermano delante de mis ojos, que es
          lo que más deseo en esta vida, que haré por vos lo que
          por mí misma.

          _Zel._--No de valde se dize que la sangre no aguarda
          a ser rogada; yo, señora, en vuestra confiança saco
          fuerças de flaqueza, entregandoos la vida con quantas
          razones os obligan a defendermela; y si considerais
          por vanos mis pensamientos, dissimulad con mi intento,
          pues lo que tuuiere de malo ya es passado, y no tiene
          remedio el desistir dél, y será cruel la reprehension en
          la aduersidad; dadme consejo para lo poruenir, pues lo
          entendeis y sois tan poderosa con la señora Eufrosina.

          _Sil._--Yo, señor, no os entiendo.

          _Zel._--Ni yo sé declararme más; sólo sé padecer y sentir
          lo que se deue a una perfecion tan grande como la suya.

          _Sil._--Mucho me espanto de vos, señor primo, siendo tan
          discreto, ponerseos esso en la fantasia, y no puedo creer
          sino que os burlais; porque lo demas desdize de vuestro
          entendimiento.

          _Zel._--Pluguiera a Dios que estuuiera en mi mano hazer
          lo que entiendo, que ninguno es tan enemigo de sí propio,
          que consienta en su daño si puede escusarle; conozco que
          hablo heregias, no me puedo resistir, ni será possible
          limitar mis deseos, sino es la muerte, y dichosa suerte
          la mia si me viniesse por tal causa.

          _Sil._--Los hombres moços, como todo les parece facil
          y siempre juzgan mal de las mugeres, buscan essos
          entretenimientos, que siempre paran en mal, y más en
          partes tan peligrosas como ésta, de que no se puede
          esperar otro fruto sino grandes escandalos y tiempo
          perdido. Y si fue esta vuestra intencion, pesame mucho
          por vuestra parte y por la mia. Por la vuestra, porque no
          correspondeis a quien sois y a lo que entendeis. Por la
          mia, porque parece que me teneis en poco y no estimais mi
          honra.

          _Zel._--Ay prima mia, no me afrenteis, que no estoy para
          esso; matadme si erré, y no juzgueis por mis palabras ni
          disputeis sobre ellas.

          _Sil._--Yo no quiero hazer caso desso, aunque tengo bien
          de qué sentirme, mas considerad esto. Vos, primo, no veis
          quién es Eufrosina, tan noble, que no se le auentajan
          los Principes, tan rica, que le sobra todo, y que su
          padre trata de casarla muy aprisa; pues qué fundamento es
          el vuestro, o a qué proposito emprendeis ocupacion tan
          disparada?

          _Zel._--Yo no niego la razon de lo que dezis, mas
          amor no me consiente seguirla, si bien todos essos
          inconuenientes me dan continuos combates, porque quien
          ama sabe lo que desea, pero no ve lo que le está bien, y
          yo passo más adelante, que veo lo que me conuiene para
          viuir, y que me importa morir por lo que deseo, pues he
          conocido que no ay más vida. Una cosa podeis creer de mí,
          que quando llegué a deziros mi pensamiento, ya fue tan
          vencido de mi dolor, que no fue possible escusarlo; aora
          culpadme como quisieredes, que yo no he de huir de los
          castigos a que me condenaredes, pues el más riguroso me
          abreuiará la vida y el tormento.

          _Sil._--Qué bien me estuuiera a mí hablar en esso con
          la presuncion de Eufrosina, qué cosa para su vanidad!
          piensa la otra que está por nacer quien la merezca, y es
          de condicion tan vidriosa, despues de tenerla buena, que
          en no hablandole a su gusto quiere tomar el cielo con las
          manos; y bien veis que es fuerte caso poner yo mi vida y
          honra en el filo de su voluntad; escusad esso lo que más
          pudieredes, y podreis si quisieredes, y esto es lo más
          seguro; que todo lo demas es peligroso. No ay furia que
          al principio no se pueda resistir con buena prouidencia:
          el daño pequeño si toma fuerças, impossibilita el
          remedio; frenar apetitos es virtud animosa, y seguirlos
          peligrosa ignorancia.

          _Zel._--Prima, no me mateis, que no he hecho por qué;
          esso es a mala llaga mala yerua; bien conozco que tengo
          perdida la esperança, y sin ella os descubri lo que
          vuestras promesas quisieron; gusté de comunicarlo con
          vos solo, por lo que os quiero, y tambien por dezirlo
          en estas casas donde enterré la libertad, quedandome
          por herencia della los cuydados de mi engaño, que no
          me quereis dexar lograr. Mas pues la desuentura assi
          lo quiso, sea ella la condenada y padezca yo, que a mí
          me disculpa quien por fama y experiencia es conocido
          de todos por sin razon, ciego, y fuerte. Desdichado
          el dia en que pensé venir a esta tierra, pues hasta
          el contento que tenia con vuestra conuersacion me
          pone aora más triste, pronosticando mis males en la
          cueua de Trofonio[607], con que me falta el gusto de
          viuir. Perdonadme, señora, qualquier enojo que os dé,
          considerando la causa que me obliga; dexadme morir en las
          manos de mis deseos, que son más crueles que las Arpias y
          que las furias Eumenides; y sabe Dios quánto más querria
          seruiros que enojaros, mas parece que naci para daros
          disgustos.

          _Sil._--Veo os tan aflixido y siento vuestras congoxas
          tanto, que no sé qué hazerme; por vuestro respeto
          qualquiera cosa intentara, estorualo el temor de
          Eufrosina.

          _Zel._--Yo, señora prima, no puedo obligaros a más de
          a lo que os obligare vuestra voluntad, pero entiendo lo
          que podeis, y nunca pensé que faltarades de sustentar
          el esfuerço que me pusistis; mas bien adiuinaua mi mal
          quando no lo osaua descubrir, y vos, señora, me sacastis
          de juyzio y me hizistis mudar la resolucion que tenia de
          morir antes que confessar.

          _Sil._--Quién auia de pensar cosa tan impropia? y sabe
          Dios quánto me pesa aora de saberla, por no poderos valer
          en essa passion, que yo la tengo muy grande, por tenerla
          vos.

          _Zel._--Pues ya que assi es, yo me determino (esto solo
          para vos) irme a la sierra de la Ossa, donde el cuerpo
          pene junto con el alma, y assi ganaré la gloria eterna,
          ya que me desesperais desta, en que pende mi vida.

          _Sil._--No hagais tal, que es gran flaqueza poner en
          efeto tales determinaciones y no perseuerar en ellas
          hasta la muerte, como les sucede [a] algunos, que se
          entran en Religion, más por los afanes del mundo, que los
          oprime, que por espiritu que los mueue.

          _Zel._--El Espiritu Santo inspira donde quiere, y siempre
          acude con la gracia a quien se prepara para recebilla.

          _Sil._--Esso es para otros, mas vos sois muy delicado, y
          criado en regalo, y lleuareis mal essos trabajos.

          _Zel._--Es tan benigna y fauorable la madre naturaleza,
          que en todo nos concede y da segun nos disponemos, y aora
          conmigo no querra ser madrastra.

          _Sil._--Para qué es hablar en cosas escusadas, y menos en
          essa, que os la juzgarán a flaqueza de coraçon?

          _Zel._--Essos son los juyzios que Satanas siembra, mas
          la verdad está al contrario, y que la mayor vitoria es
          vencerse el hombre a sí mismo.

          _Sil._--Antes que os vais, he de poder yo con vos que no
          os acordeis de tal determinacion, por que tendre por gran
          culpa ser yo la ocasion.

          _Zel._--Qué quereis que haga, desengañado de que por
          todas partes me falta el amparo que me podia assegurar de
          qualquier peligro? Edipo halló vn pastor que lo saluó de
          la muerte en la edad de su inocencia. A Ciro le sustentó
          vna perra. A los fundadores de Roma crió vna loba; sólo
          yo, desdichado, no hallaré agua en el mar, pues me ha
          faltado vuestra piedad.

          _Sil._--Primo, cosas dezis, que me sacais de juyzio, y os
          quiero tanto, que me duele el coraçon; pero yo no os he
          de prometer que haré más de lo que pudiere, que será poco
          y trabajo en vano; yo le tentaré a Eufrosina la voluntad
          por el mejor modo que supiere, y segun lo que sintiere en
          ella, assi me atreuere; pero desde luego os digo que me
          parece cosa impossible; pero ninguno es obligado a más de
          lo que puede.

          _Zel._--Ay, prima mia, con menos que esso me
          sustentareis cien vidas, quanto más que con vuestra buena
          dicha no me puede faltar esperança, y con ella me quiero
          ir luego, por no enfadaros; dezidme quándo me mandais
          que os torne a ver, porque como dexo acá los sentidos,
          viuiendo allá sin ellos, pueden traerme sin tiempo.

          _Sil._--Porque desso estoy bien segura, podeis venir
          cuando quisieredes; pero para tan ardua empresa es
          necessario que me deis tiempo.

          _Zel._--Os doy el que mi sufrimiento diere; y si yo
          tardare, lo que no creo de mí, mandad de parte del amor a
          las aues enamoradas de vuestro jardin que me llamen, que
          yo las entendere.

          _Sil._--Qué cosas teneis, quién vio que entendiessen las
          aues?

          _Zel._--Aueis de saber, señora, que todo animal tiene
          sentido, memoria interior y exterior; y ya se vieron
          personas a quien la naturaleza, liberal de sus dones,
          concedio entender las aues, como fue Teresias[608]. Y de
          Apolonio Tianeo se dize que estando con amigos suyos,
          vino vna golondrina a dezir a otras que fuessen a la otra
          parte del muro, donde auia caydo vn asno con trigo, y él
          entendio lo que dixo; lleuolos allá, y hallaron ser assi.

          _Sil._--Mas si quisieredes aora hazerme creer essos
          disparates! y si teneis esa virtud, encomendadlas que
          tengan cuydado de ver lo que acá passa, y os lo digan.

          _Zel._--Sabed que tengo tal opinion del estremo de mi
          amor, que no tendre esso por milagro, que por la fe los
          montes se mudan y por amor todo se acaba, quando los
          hados no son enemigos, y ninguno me puede assegurar
          dellos como vos; assi que tened memoria de mí, si no
          quereis que se os muera quien tiene la vida para seruiros
          en lo mismo, de que os doy el tiempo por testigo.

          _Sil._--Idos en buen hora, que trabajo me ha de costar.


                                NOTAS:

          [606] ¿Diéreis?

          [607] _Trifonio_ dice el original.

          [608] _Sic_, por Tiresias.


                              SCENA SEXTA
                      ZELOTIPO, ANDRADE, ANDRESA.

          _Zel._--Algun tanto voy más alentado con la esperança
          que lleuo, mas es tan incierta, que me pone en mil
          temores. Bien dezia el filosofo Secundo que era
          refrigerio de trabajo y dudoso sucesso. Mas el otro
          Poeta llamole largo dolor: porque esperar las promessas
          del amor es trabajo y carga de gran peso: y como dize
          Ouidio, muchas vezes se engaña la buena esperança con
          presunciones de la fantasia y cae vencida del solicito
          temor; yo le tengo de la grandeza de Eufrosina y de su
          opinion; porque estas hermosas con estremo siempre lo
          tienen de locura, y no ay quien les satisfaga; y siendo
          tan altiua como todas son, no hará caso de mí. Por otra
          parte considero que la fortuna suele armarse para las
          tales y la naturaleza ninguna cosa puso tan alta, que
          el animoso trabajo no la pueda alcançar, esperimentando
          lo que otros desesperaran, y más si la voluntad es
          esforçada de su apetito: porque como la necessidad en las
          aduersidades es más eficaz que la razon, siempre descubre
          remedio con su diligencia, atropellando inconuenientes;
          mas éstos son consuelos de condenado, y como no ay
          esperança sin temor, temo lo que espero y espero lo
          que temo. Estos dos accidentes tan desconformes causan
          diuersos mouimientos, cabeças de la Idra con quien mi
          alma pelea; por esso llamaua Menandro y dezia: O Iupiter,
          qué graue mal es la esperança! a la sombra della se crió
          el amor, y éste todo es temores, mas sin él nada es
          gustoso, y me da ser, de que careceria no teniendole; y
          quando muera, como Macias, la gloria de ser por Eufrosina
          me satisfaze, quando no alcance otro premio. En fin,
          en todo se ha de esperar. A Dios todo le es facil, y
          nada impossible. Los discretos con la esperança han de
          conseruar la vida, y el hombre afortunado con ella se
          sustenta; quiero ir a verme con Cariofilo, contarele
          lo que he hecho y enseñaráme lo que deuo hazer, pues a
          todos sobra el consejo en las causas agenas, que en las
          propias falta. Quinto Curcio lo dize bien: que nuestra
          naturaleza se puede llamar corta y menguada, pues cada
          vno en su negocio naturalmente es más ignorante que en el
          ageno. De otro error vsamos muy grande, que se junta a
          éste, que siempre tenemos más cuenta con lo passado, que
          prouidencia en lo por venir. Andrade.

          _And._--Señor.

          _Zel._--Qué ay? concertaste alguna cosa con Vitoria?

          _And._--Doyla a trecientos cuerbos.

          _Zel._--Por qué?

          _And._--Fuila siguiendo, por si tenia ocasion de
          hablarla, y luego aqui a la buelta desta calle dio
          audiencia a vn estudiante, con achaque de vezino; mas
          pareceme que será como el otro, que por via de compadre
          quiere hazer la hija madre. Y acabada esta estacion,
          adelante en otra calle sale de trauiesa vn zapatero muy
          galancete, y éste le fue dando caça hasta junto al rio, y
          de lo que pude entender le pedia zelos.

          _Zel._--Qué propia condicion de picaros! y de ahi viene
          a hazer cierto su rezelo, porque despiertan al perro que
          duerme.

          _And._--Con todo, él no daua lexos del blanco con la
          saeta, porque la señora es de las de viua quien vence; y
          quando vi que la conuersacion iba tan despacio, desesperé
          de tener ocasion, y vineme por no perder a V. m.

          _Zel._--Pues mira que te encargo que la comuniques, y
          veremos de qué pie coxea.

          _And._--Yo la buscaré, y aora que sé que es golosa, la
          hablaré más atreuido.

          _Zel._--Diste mi recado a Cariofilo?

          _And._--Ya dixe a V. m. que respondio que le esperaua.

          _Zel._--Vamos a hablarle, que sospecho dormira, porque
          veló la noche passada, y más con el descanso que tiene,
          que trae sueño sin cuydados que lo despierten; llama.

          _And._--Ta, ta.

          _Andresa._--Quién está ahi?

          _And._--Sí está, gente de paz. Está en casa el señor
          Cariofilo?

          _Andresa._--Quién lo busca? O, señor, V. m. es? suba, que
          arriba está durmiendo en su aposento desde que comio.

          _Zel._--Qué vida ésta! tanto regalo no se sufre; vete a
          casa, que luego voy.

          _And._--Mas que nunca vayas; que yo tambien he de ir a
          holgarme y ahorquese todo el mundo, que no tengo vida de
          juro; y al fin, quien mejor sirue tiene peor paga.


                             SCENA SEPTIMA
                         ZELOTIPO, CARIOFILO.

          _Zel._--Ola, cauallero, es de dia? Vos sois vn liron, no
          haze aqui falta el sueño de Epaminides[609] y Endimion;
          la vida es breue, y para ayudar a serlo más, quereis
          pasarla en la imagen de la muerte.

          _Car._--Qué filosofo es, bendigalo Dios; fue gran pérdida
          que no fuessedes fisico; cómo disputarades sobre vn
          plenilunio, y qué misterios hizierades sobre los Eclipses!

          _Zel._--No perdierades en esso mucho; al menos leuantara
          figura sobre vuestro nacimiento y supiera qué fortuna os
          espera.

          _Car._--Qué grande engaño es esse y quántos nobles sé yo
          que se han perdido por dar crédito a essos prodigios;
          y si hablaran conmigo, a ojos ciegos les contara su
          historia sin errar punto, por la experiencia de sus
          condiciones, que son los más ciertos Planetas errantes
          que los hombres tienen. Mas dezidme, qué hora es?

          _Zel._--Dara las cinco, si ya no las ha dado.

          _Car._--No puede ser.

          _Zel._--Sí puede, pues es.

          _Car._--Mucho he dormido; aora bien, qué cuenta de sí
          el Monsiur de la capa roja? Vos, don traydor, contento
          venis, que yo os lo conozco en los ojos.

          _Zel._--Qualquiera flaca esperança con sufrimiento es
          poderosa para resucitar vn enamorado muerto de muchos
          dias, y la calidad del dolor humano es tener esfuerço en
          el vso dél.

          _Car._--Sentencioso es el mancebo; pareceme que sois
          como cierto género de gente que andan siempre pensando
          deriuaciones para sus propositos, y hallandose perdidos
          les ponen puntales de grandes risadas para tenerlas en
          pie.

          _Zel._--De prudentes es pensar; de necios dezir no pensé.

          _Car._--Vos, amigo, estudiais más por Caton que por
          los Meteoros. Sabeis cómo se entiende esso? ay pensar
          y acertar, y no pensarlo bien y hazerlo mal. Hazedme
          merced de no fiaros de pensatiuos solitarios, que con
          especulaciones se venden al mundo. Iuzgad siempre al
          discreto y prudente por su vida y obras, y por el
          proceder que tiene en los casos que se le ofrecen, y
          no os engañe la compostura del rostro y vestido, ni la
          abundancia de palabras; antes quando le vieredes que se
          florea con ellas para acreditar su opinion, espera dél
          menos fundamento, porque todo se le va en flores, y menos
          si se precia de dezir donayres por parecer discreto. El
          hombre prudente y cuerdo ni ha de ser triste ni gracioso,
          sino apacible y bien acondicionado, y de quien no tiene
          agradable condicion no esperes nada bueno.

          _Zel._--Vos hareis mil reglas de viuir en paz, pero aueis
          menester registrallas, y por lo menos no dexar nada de la
          mano sin que yo lo vea.

          _Car._--Dexemos esso, y dezidme de vuestro negocio: qué
          tenemos, hijo o hija?

          _Zel._--Creedme que soy para mucho, pues entré en tal
          laberinto.

          _Car._--Bien digo yo que no venis vos Portugues.

          _Zel._--Antes vengo tanto, que pues esto acometi, no
          hallo impossible que no me atreua a intentar.

          _Car._--Pues más es esso por lo moral que baxar al
          profundo Reyno de los Heroycos sin ramo de oro.

          _Zel._--Escogi vuestro consejo, como Iupiter la aguila, y
          persuadios que me fuistes la codorniz para Hercules.

          _Car._--Ahi vereis que quien me pario no pario bestia, y
          que mi cabeça no la hizo platero; en lo demas me podeis
          enseñar, mas en esta materia muy pintado ha de ser el
          que me echare el pie delante. Dad crédito a lo que os
          dixere en esta ciencia, porque a éstas les entiendo los
          pensamientos.

          _Zel._--Plegue a Dios que me aproueche, que yo por más
          cierto tengo que fui a buscar la muerte que la esperança.

          _Car._--Que será si el cielo se cayesse? lo que os
          aconsejo es que no embieis naue a Flandes ni pagueis
          renta adelantada, pues teneis tan flaco ánimo.

          _Zel._--Cómo hablais sobre seguro! si passara por vos lo
          que nos passa a los enamorados, no hallarades esta quexa
          antes de tiempo. Poco nos daña mucho y nadie viue con
          más trabajo, principalmente el amante pobre es Principe
          del amor, venciendo con sus fortunas a las de Hercules:
          porque pelear con el leon Nemeo, que ninguna arma le
          dañaua, coger el cieruo de los cuernos de oro, traer el
          puerco cuya vista dio tal temor a Eristeo[610] que se
          metio en el vaso de metal, atar el Canceruero que escupia
          veneno, vencer al transfigurado Acheloo, derribar a
          Anteo, quitar al pastor Español, que tenia tres cabeças
          y seis braços, las vacas, y despues matar a Caco, que
          se las hurtó, todo esto es nada en comparacion de los
          rezelos, sospechas, zelos, temores, cuydados, passiones,
          desuelos, desdichas, locuras, deseos, injurias, gastos
          y otros mil males que se sienten y no se dizen por los
          enamorados; y si no, considerad al mismo Hercules despues
          de tantas vitorias y ser tan animoso y sabio, cómo le
          hizo el Amor parecer otro Sardanapalo, y le quemó viuo.

          _Car._--Con esso me mecieron y cantaua mi ama:

              por amor que no conuiene
              se pierde el bien y el mal viene.

          _Zel._--Esso es lo que temo; veome delante dél sin
          merecimientos, oygo dezir que prendio a Marte y que
          sujetó a los demas Dioses, y desde entonces quedó tan
          encarniçado, que a los altos y generosos ánimos afrenta
          mucho más, como hizo al esforçado Sanson, al diuino
          musico Dauid y al sabio Salomon.

          _Car._--Ahi os esperaua, que propio es de los enamorados
          traer estos exemplos por disculpa de sus culpas y no para
          imitacion de sus virtudes.

          _Zel._--Bien parla Marta despues de harta; vos porque os
          veis en los cuernos de la Luna a vuestro saluo, hablais
          de gorja; pues en las aduersidades se conocen los hombres.

          _Car._--Cómo, os engañais conmigo, que sé más que siete,
          y si empieço os dare quinze y falta? porque, mal pecado,
          todos sabemos vn poco de albeyteria, y más quien la trae
          tanto entre las manos como yo; ya no hay inocentes;
          bien sé que es el amor vn cuydado lleno de temores,
          composicion de males para el coraçon, fuerça que la haze
          a las potencias del juyzio, quitandole la libertad,
          oluido de la razon, vezino de la locura, suaue deleyte
          para los ojos, demasiada fatiga del entendimiento, llaga
          agradable, sabrosa ponçoña, dulce amargura, deleytosa
          enfermedad, blanda muerte, mal de males infinitos. Qué
          os parece, quereis más? vos no sabeis otro tanto, con
          quanto os preciais de contemplatiuo; pues aun os dire
          adelante, porque os espanteis y veais que tengo teorica
          y prática deste negocio. Todo enamorado milita en los
          Reales deste rapaz Cupido, donde yo tengo autoridad de
          cabo de ciento, en saber como diestro africano embestir
          con estas rapacillas y ponelles el hierro, y no ando en
          escaramuzas y puntos con ellas, que son matreras y saben
          mucho, y por puntillos no hay quien las lleue, porque en
          sintiendoos aficionado, os ponen los pies en la boca, y
          os hazen mil muecas; yo no las sufro sino hasta cierto
          tiempo, y en teniendolas sujetas, tomo vengança y nunca
          me las doy a conocer tanto, que no las dexe de manera
          que imaginen que si no me contentan, que me perderan; y
          si vos lo hizieredes assi, hareis vuestro negocio, y os
          reireis dellas como yo.

          _Zel._--Dize el sano al doliente: Dios te dé salud.
          Si vos os vierades como me veo, de otra manera lo
          sintierades, que no es perfeto el amor donde el juyzio
          no se pierde. Transformarse Iupiter en toro, Neptuno en
          cauallo, Febo en pastor, qué es sino perder el sentido
          racional con el bruto apetito, segun nos enseña Apuleyo
          en su asno de oro?

          _Car._--Los pusilanimos sienten esso, pero lo contrario
          hizo Alexandro con la mujer y hijas del Rey Dario y con
          la amiga de Antipater.

          _Zel._--Y despues cómo le fue con Rojanes? tratar de la
          virtud facil es, vsalla obra de Sanson, y de lo que no se
          tiene experiencia es ignorancia hablar, y assi lo sintio
          Anibal quando derribó a Glisco de la catedra.

          _Car._--Muy poco ganareis vos con esso; atengome a
          sacudillas y dexallas, que assi hazian los dioses de la
          Gentilidad; lo demas es burla, porque es tan mala ralea
          la de mugeres, que ya ninguna quiere bien, si no es por
          el interes, y en quanto ay que darles; yo conozcolas por
          el diente, y en tanto, lo que la loba haze al lobo le
          place, y a vn ruin ruin y medio. Amor enseña mil caminos
          de engañar; prometiendo con franqueza, de promessas las
          hago ricas; al tiempo de la paga no faltan escapatorias;
          destos soliades vos ser, mas ya no os parece bien, porque
          os traxo Dios a estado de gracia, con que renunciastes
          al hábito destas artes del mundo, que las soliades vsar.
          Aora os dire, como suelen ellas dezir: perdonele Dios,
          que buen pecador era. Vos de aqui adelante hablad con
          voz baxa y traed el rostro modesto, como quien pretende
          obispar, que el buen enamorado refinado como açucar
          ha de ser, amarillo, flaco, honesto, asseado, curioso
          en galas, no afectado, en el andar graue, los ojos
          eleuados, y tan ventores, que entre las nubes descubran
          la caça, la persona segura, pronta para qualquier caso de
          repente, poca risa, mucha cortesia, afable, presuntuoso,
          constante, solitario, paciente, mortal enemigo de su
          competidor, si lo tuuiere, zeloso de los vientos, sin
          darlo a entender, graue, compassiuo, liberal, osado,
          en ocasiones temeroso, mañoso, musico, contemplatiuo,
          eleuado, inquisidor de los secretos de los galanes,
          prático entre damas. De todas estas calidades os conuiene
          hazer profession para merecer la palma y corona de los
          martires de Cupido, y ser escrito en el catálogo de los
          escogidos.

          _Zel._--Poco se le da al harto del hambriento; como me
          aueis sobrecogido, hablais dessa manera; guardad la
          buelta del toro, que a cada puerco le viene su S. Martin,
          y ninguno diga desta agua no beuere; y siempre se ha
          visto que los muy resabidos caen en el laço: porque el
          amor azecha a los más recatados y toma dellos vengança,
          como hizo Baco de Penteo y Palas de Aragnes.

          _Car._--La mona no se caza con lazo, y quando esso sea,
          lo que os digo es que no puede ser más que llouer sobre
          mojado; yo no niego que soy de los suyos, mas doile del
          pan y del palo. Pero dexadas porfias, pues más sabe el
          loco en su casa que el cuerdo en la agena; tratemos de
          nuestro negocio, qué es lo que teneis hecho? que quiero
          ver cómo os ayudastes de mis consejos.

          _Zel._--Sucediome mejor de lo que pensé, porque al
          descubrir mi passion, como yo estaua más medroso
          que Pisandro, acudio la sangre al coraçon, como a
          parte principal, por socorrer su necessidad, y quedé
          descolorido como muerto: mi prima, a lo que yo entendi,
          imaginó que era el negocio con ella.

          _Car._--Esso será possible que dañe y sea ocasion de
          mostrarse despues contraria, porque ellas a nadie quieren
          como a sí mismas, y quanto ven apetecen; y destas cosas
          son golosas en extremo.

          _Zel._--Quando yo acabé de descubrir mi pensamiento,
          despues de passados grandes coloquios, flaquezas y
          desmayos, me lo contradixo fortissimamente; y quando
          vio que por mal ni bien no desistia de mi intento,
          protestando (no sin lagrimas) morir en él, al fin
          compadeciose de mí.

          _Car._--Pues quién lo duda? soy vn inocente, no las
          conozco? y qué os dixo?

          _Zel._--Que haria lo que pudiesse, tentando el vado de
          la voluntad de Eufrosina; ahora juzgad qué bien se puede
          esperar desto.

          _Car._--El mayor del mundo; teneis subido el segundo
          escalon, porque luego como la señora Eufrosina, que
          aora está apartada dessos gustos, sepa que la quereis
          bien, lo primero dara gracias al amor, porque se acordó
          della, y cobrará nueuos pensamientos, y hallareis en las
          constituciones deste rapaz que nadie sabe que le quieren
          que no quiera poco o mucho, y lo poco el vso y tiempo
          lo haze mucho: porque todas las cosas nacen, crecen y
          se enuejezen, y si quereis triunfar desta guerra, como
          Capitan Romano, aueis de ser tan sagaz como Fabio contra
          Anibal: guardarle el tiempo y esperarlo, que el buen
          Romano, estandose quedo, vence, y el buen enamorado
          disimulando engaña; y en viendo la vuestra, sereis
          atreuido en acometer; y para serlo, presumid de vos, que
          vencereis quanto intentaredes, aunque sean brauas más
          que Iuno, más fuertes que Palas, más castas que Diana. A
          nosotros nos toca acariciarlas, á ellas obedecernos; y
          quanto al principio se muestran rigurosas, son despues
          mansas. Los soldados praticos como yo, aora que sé quando
          alcanço fauor de vna muger de calidad, que me es de
          gusto y prouecho, en teniendola rendida y señalada de mi
          señal, por no aficionarme mucho y venir a ser esclauo de
          mi gusto, procuro diuertirlo, por no criar cuerbo que
          me saque el ojo, y ocúpome en hazer empleo en otra y en
          otras. Desta manera juego con cartas dobladas, y no puedo
          perder, y aseguro mi mercaduria, por no estar pendiente
          de la cortesia de la fortuna, y con esto me escuso
          grandes disgustos. Las mujeres, por lo que deuen a sí
          mismas, quando menos, son obligadas a guardar castidad;
          si tienen amor, guardan fe, o con el coraçon o por la
          verguença, por la estimacion que de las tales hazemos,
          y assi son mejores amantes que nosotros. Los hombres no
          es necessario ser castos como Amadis, porque luego les
          achacan impotencia; y quien tal fama cobra entre las
          mugeres, dadlo por perdido, y si no preguntad a Orfeo
          cómo le fue con las de Tracia. Conuiene al que las ha de
          tratar tener fama de valiente en las ocasiones, de afable
          y muy secreto; y si tiene esto no le tengais lástima,
          que yo fiador que no se pierda por lo que a él toca, y
          no ha menester mejor gayta para pedir por las puertas.
          Y tomad de mí vna licion, que os aprouechará: nunca
          desistais de proseguir lo que vna vez empezaredes, por
          más desdenes que os hagan, que son como gestos de monos;
          y si no os cansais, cantareis al fin: ya os tengo, peces,
          en las redes, que se dixo a este proposito; y vuestra
          prima por mi cuenta que fue a pedir albricias a la señora
          Eufrosina, y essas carantoñas que hizo son como las de la
          otra esta noche passada.

          _Zel._--Pues contadme lo que passó.

          _Car._--Esta suerte es de las mias, y para escriuirse
          en la Coronica del mundo con letras de oro; aun aora
          me rio de cómo fui más determinado que Tarquino y más
          temeroso[611] que Apio Claudio.

          _Zel._--Cómo es esso?

          _Car._--Yo os lo dire; en entrando hallé a la rapaza en
          armas ligeras, sólo vn manteo y jubon açul; los cabellos
          trençados, y con vna cofia carmesi y oro, toda temblando
          y no de frio, con vna apacibilidad que amansara vn leon;
          empeço a querer hazerme arengas, pensando obligarme,
          mas yo no tuue paciencia, y lleuela en los braços, sin
          dexarla tomar tierra, y hizeme sordo y mudo; vierades
          las lagrimas cocodrilas, como si yo no huuiera oido la
          facilidad con que las fingen las mugeres; los ayes eran
          exprimidos, como siluo de culebra, los requerimientos y
          conjuros humeauan, las culpas y amenazas echauan fuego,
          y yo callar; las brauezas y fuerças hazian una bateria;
          no quiero, no quiero, mas echámelo en esta capilla. Lo
          que os digo es que no fue tan cruel la contienda del
          juego de los cestos de Hercules; huuo enojos y temas de
          parte a parte, y fue de manera que desesperé y pensé
          quedarme burlado; ella mostrando que se rezelaua de que
          la sintiessen, y yo fingiendo desuios y enojos, sin
          desaferrar. Finalmente, fuimos al monte, auenturé el
          resto.

          _Zel._--Qué, llegastis tan adelante?

          _Car._--No sino de burlas, tenganlas conmigo; toda la
          gracia fue, despues de las escaramuzas, oir sus quexas y
          malas venturas, el culparse y fingirse muerta.

          _Zel._--Y vos que le deziades?

          _Car._--Yo reiame, y echandolo todo a burla, toméla
          en los braços, beuiendole dos rios de lagrimas, y por
          consolarla, empezé a hazerle mil juramentos, que con el
          coraçon desdezia.

          _Zel._--Y esso es bueno? creed que me enfadan essos modos
          de jurar.

          _Car._--Más me enfada a mí essa vuestra obseruancia.
          Hipocresias aora, mi padre? yo reniego dellas; muy
          recoletos en las cosas que no son de su gusto y muy
          desreglados en sus apetitos. El codicioso no sufre el
          diuertimiento estragado del sensual, el soberuio aborrece
          al ladron, el homicida estraña que aya auarientos. Toda
          culpa agena es muy graue, por diminuir la propia, que
          no se ve o la dan disculpa. Todos enmiendan y murmuran
          vidas vezinas, y las suyas las abonan. Sabeis lo que os
          digo, amigo mio? o tuerto o derecho, mi casa hasta el
          techo; aun no estoy _à porta inferi_, allá vendran los
          aborrecidos ochenta años; dexadme aora lograr mis años
          floridos, en quanto tengo tiempo; despues no faltará la
          merced de Dios y su misericordia, de que la tierra está
          llena. En poco espacio se saluó el buen ladron.

          _Zel._--Essa es vna gentil cuenta; por qué cedula
          teneis vos assegurado esse momento y essa contribucion,
          que baste para merecer en él? Pues como os acogeis a la
          misericordia, considerad que anda de compañia con la
          justicia, la qual no se dobla como la del mundo.

          _Car._--Esso que vos aora contestais es la misma flaqueza
          de espiritu, y no fuera yo tan prouido por ningun
          precio; y aunque dezis verdad y os lo concedo, yo vine
          al mundo para lograr mi vida, pues tengo tan cierta la
          muerte, que no es pequeña pena y descuento éste; y si
          aora no la logro, quando la edad lo pide y permite, el
          tiempo se me va huyendo, y yo no querria que me dexasse
          a buenas noches, sin dexar fruto ni señal de la jornada
          con la congoxa de quién tal pensara. Si yo tuuiera vida
          de nouecientos años, como los antiguos, anduuierame
          regalando? Todo era dos dias más o menos, porque auia
          paño para cortar y desperdiciar; mas vida de quatro
          negros dias, y estos inciertos y alternados en mal y
          bien, y que los passe llorando, mala Pascua a quien tal
          hiziere, y no fuere moço quando moço para ser viejo
          quando viejo.

          _Zel._--Essa es vna mala conclusion. Essos esfuerços
          juveniles y essas quentas vanas tienen muy cierto el
          castigo; guardeos Dios de pecador obstinado; las más
          vezes se ven desdichados fines a tales distraymientos. El
          hombre discreto ninguna cosa ha de temer tanto como a su
          gusto; nunca os precieis de culpas, porque desmerecereis
          el perdon; hazed siempre la cuenta de cerca, y no
          perdereis de vista el arrepentimiento; y aureis oido
          dezir: tantos mueren de corderos como de carneros: pues
          mirad por vos, que quien se guardó no erró, y el Señor
          mandó velar a los suyos por la incertidumbre de la hora;
          y yo tengo por sin duda que a excessos sensuales no
          dilata Dios la paga para el otro mundo, y assi se han
          visto muy grandes castigos.

          _Car._--No me canseis aora; mirad vos vuestra alma y no
          tengais cuydado de la mia; yo dare cuenta de mí quando
          llamen a mi puerta, y no me faltará vn texto para hazerle
          a vna ley que venga a mi proposito y me ponga en saluo.
          Y Monseñor Ouidio dize que se rie Iupiter de los amantes
          perjuros.

          _Zel._--Al dar la cuenta lo vereis; y tambien ay otro
          parrafo: No siempre Iupiter se rie de los perjuros
          amantes, mas a las vezes los oye con orejas sordas.
          Por esso ninguno presuma que engaña, porque siempre él
          queda engañado; y por amor de mí, que nunca hagais essos
          juramentos, porque son segun la intencion de quien los
          oye. En quanto Dios, estais obligado a essa moça en todo
          lo que le prometistes; mirad lo que aueis hecho, no
          engañeis vuestra alma.

          _Car._--No me canseis con amonestaciones; no sabeis
          que toda la ciencia que aora se vsa es cautelas sobre
          propio interes? pues quereis que condene el saber ser vn
          hombre discreto? Estamos en tiempo de aprender _ad panem
          lucrandum_, como dizen los trampistas, que nos siembran
          la tierra de mentiras, y hallase aora derecho para
          poder robar y hazer todo lo que pide la voluntad a los
          poderosos; pues yo soy hijo de peor madre? o por ventura
          padecio Dios más por ellos que por mí? Lo que veo hazer
          hago, iré donde los otros fueren. A la rapacilla puse de
          manera con lo que le dixe, que me quedó tan obediente,
          que tuue dolor de la cuytada, viendola tan eleuada y
          aficionada de mí; y pareciendola que lo tenia todo seguro
          con mis palabras, entretuuome con mil donayres, y quando
          oyó el pito, que me despedi della, no auia remedio para
          apartarla de mí, y con grandes ansias se queria venir
          conmigo: porque éstas son como los musicos, malas de
          entrar y peores de salir.

          _Zel._--Assi se destruyen las inocentes, que se fian de
          nuestros engaños; mas esse negocio es para tener miedo
          del castigo de Dios, y vna obligacion muy para huir el no
          cumplilla: vos guardaos no os la hagan pagar y os halleis
          con el mal en casa.

          _Car._--Cómo sois gracioso! Soy yo inocente, que me ha
          de engañar vna moçuela que no tiene mas que la armaçon
          de los huesos y aquella carilla? pues aunque fuera vna
          Policena, me riyera della. El mancebo es de los que se
          aficionan de manera que dexan que lo engañen!

          _Zel._--No murmureis della, porque podria ser que os deis
          los golpes en vuestra cabeça; no os fieis de vos en estos
          casos, que a las vezes corre mas el diablo que la piedra:
          yo quitárame desse trato por escusar inconuinientes; lo
          que importa es callar, que yo no daré culpa a ninguna
          muger que se engaña de promessas de lo que desea y
          pretende, porque juzga por su coraçon el ageno; y si no
          huuiesse hombres malos y falsos, no auria mujer errada.

          _Car._--Y ellas qué hazen? Vino jamas al mundo mal
          sino por mugeres, armas del diablo, cabeça del pecado?
          preguntadlo a Salomon y vereis lo que os dize.

          _Zel._--Mas preguntadle vos cómo le fue con ellas,
          y vereis cómo les sale siempre al rostro a quien las
          murmura; y parece permission diuina que paguen por donde
          pecaron, y tambien por la sinrazon que vsa quien dellas
          dize mal, siendo dignas de toda alabança; porque la
          naturaleza no tiene cosa tan necessaria como la muger,
          y por tal la formó Dios del hombre. Y quánta sea su
          bondad, dexando las de nuestra ley, que son infinitas
          las que en virtud y constancia en los martirios no daran
          ventaja a los hombres, mirad entre las gentiles. Porcia
          comio brasas por el amor de Bruto, Hisicratea quán fiel
          compañia fue de Mitridates en todas sus aduersidades,
          Iulia de grande aficion murio viendo ensangrentada la
          toga de su marido Pompeyo, Artemisa beuió los poluos de
          los huessos de Mausolo. Ebandre tanto amó a su marido
          Capareo, que se lançó con él muerto en el fuego, Hipone,
          cautiua por sus enemigos en el mar, se arrojó[612] a él
          por saluar su castidad, y lo mismo hizo Bretona[613] por
          huir del Rey Minos; y otras muchas que huuo admirables
          en esta virtud, y en las demás que los hombres tuuieron
          en paz y en guerra, de que ay muchos exemplos, que
          testifican sus merecimientos.

          _Car._--Aunque más las alabeis, no las podeis saluar de
          que por ellas nos vienen y vinieron todos los males, como
          lo muestra la fabula de Pandora, y por esso se dize:
          Quien con damas anda siempre llora y nunca canta. Bolued
          la hoja, vereis Medea matar hermano y hijos, Clitinestra
          al marido, la muger de Anfitreon[614] vendello por vn
          collar de oro, y las de aora la imitan y son otras tales;
          Tarpea entregar la fortaleza a los enemigos; y todo lo
          dize el refran: Por mugeres van al infierno, etc.

          _Zel._--Quántos mayores males hallareis en los hombres,
          si los mirais con cuydado! y como son maliciosos,
          embidian la virtud dellas, y con esta rabia murmuran y
          procuran disfamarlas y con ocasionar escandalos; y aunque
          reciben de nosotros tantos daños, nos sufren por su buena
          condicion; mas ya muchas dicen mal y se quexan con razon.

          _Car._--Qué aprouecha, pues les falta la autoridad? yo os
          digo que las enredo y las sé burlar; ellas tratan siempre
          engaños, yo nunca les digo verdad ni tengo ley con ellas;
          ellas interessadas, yo escaso; ellas mudables en el amor,
          yo desamorado; ellas libres, yo raposo; assi nos damos en
          los broqueles, mas yo quedo siempre en pie como gato.

          _Zel._--Vos sois venturoso, que alcançais lo que quereis
          y quedais libre; plegue a Dios que sea siempre assi.

          _Car._--Yo sé echar el arpon donde aferre, y esto es lo
          cierto, y no eleuaciones y castillos de viento.

          _Zel._--Essa ley teneis los actiuos de amor, que no
          tenemos los contemplatiuos, verdaderos martires de
          Cupido, que pretendemos antes el prouecho de quien amamos
          que nuestro interes.

          _Car._--Essos tales ganan lo que ganó Paris Troyano, que
          despreció dos damas hermosas que le daua Poltis[615]
          por la gentil Elena, y yo dierala con mil gustos por
          cualquiera otra de menos peligro con algun contrapeso
          prouechoso, porque no soy de los que dizen que sabe mejor
          lo que más cuesta.

          _Zel._--Esso nace de ser muy sensual. Paris, como
          perfecto enamorado, amaua más la amorosa conuersacion
          de Elena que todo otro deleite dessotras; y así deuemos
          antes amar la hermosura del ánimo que la del cuerpo,
          porque más durable gusto es contemplar los bienes
          racionales sin el defeto que la edad causa en la más
          hermosa cara; los que aman el cuerpo más parecen
          codiciosos médicos que verdaderos enamorados, y assi
          leereis que por caricias de blanda conuersacion vencio
          Cleopatra a Iulio Cesar y a Marco Antonio.

          _Car._--Para essas tales soy yo Otauiano, y me rio mucho
          dessotras filosofias; lo que importa es saber a cada
          vna de qué pie coxea, y en esto vereis quánto más vale
          el buen natural que la ciencia. Mas quedesse assi la
          question, pues cada vno tiene su costumbre, y quantos
          hombres, tantas opiniones. Vamos a dar vna buelta a los
          puestos, que sobre tarde suele caer caça. Passaré por
          la calle de la descalabrada, veré si está amarilla del
          sobresalto de la noche passada, que creo deue de estar
          algun tanto asolanada; no me tenga por desconocido y
          desamorado, quiça querra que tornemos esta noche otra vez
          a vernos, y no quiero desacreditarme en los principios,
          que no dexo de tenerle alguna aficion a la rapaza.

          _Zel._--Vamos, y entre dos luzes daremos buelta por mi
          puesto; quiça contentaré mis ojos, dando sustento a mi
          alma con ver a la bella Eufrosina.


                                NOTAS:


          [609] _Sic_, por Epimenides.

          [610] _Sic_, por Euristeo.

          [611] Sic, por _temerario_.

          [612] En el original, _arrogó_ por errata.

          [613] En el texto portugués de Ferreira, _Britonia_.

          [614] Sic, por _Anfitrión_.

          [615] En el original, _Potis_.




                             ACTO TERCERO


                             SCENA PRIMERA
                      EUFROSINA, SILUIA DE SOSA.

          _Sil._--Qvé soberuias son éstas, señora? quién será
          poderosa con vos? ya no quereis ver a nadie, todo vuestro
          entretenimiento es con aquel primo; pues tiempo vendra
          que tendremos por acá algun pariente.

          _Sil._--Pues, señora, hago muy bien, cada vno ama los
          suyos.

          _Euf._--Es assi, pero estais tan vana, que no se atreue
          nadie a hablaros.

          _Sil._--Ay tal cosa? algo me ha visto? si me tuuiesse
          embidia, qué ventura seria, mas bien sé que burla siempre
          de todo. Truxome vna carta de mi hermano, con que me
          alegró en estremo.

          _Euf._--Y qué os dize en ella?

          _Sil._--Que espera venir muy rico de allá, y que no me
          case en su ausencia, porque todo lo quiere para mí.

          _Euf._--Traygaoslo Dios con mucho bien; mas para esso
          confío que no será necessario, que si yo tuuiere amparo,
          no faltará para vos, segun sé de mi padre, que no es el
          que menos bien desea.

          _Sil._--Assi confío yo, y con essa esperança viuo, y la
          tengo de veros Condesa; pero, señora, quanto más, tanto
          mejor.

          _Euf._--Quereis mostrarme la carta?

          _Sil._--De mil amores, y en ella vereis que os besa la
          manos.

          _Euf._--Escriue muy bien; mostrásela á mi padre, que se
          alegrará de verla; vuestro primo y él serían grandes
          amigos.

          _Sil._--Como vña y carne, y camaradas en la Corte con
          otro mancebo natural desta ciudad, criados todos del
          Rey, y vinieron ambos aqui a holgarse este verano. Mi
          primo, señora, es hombre de importancia, muy discreto,
          Poeta, musico y muy galan; en la conuersacion tan
          afable y entretenido, que os perdereis por él si lo
          comunicassedes. Ayer os vio y os alabó de muy hermosa;
          juró que no auia en Palacio dama que os igualasse, y que
          si allá fueredes, que los embelesarades a todos, mas que
          le parecia que sereis fria de condicion.

          _Euf._--Ay mal hora, tan presto me conocio? contadme más
          desso, por vuestra vida.

          _Sil._--Assi me salve Dios, que me dixo que no creyera
          que huuiera en el mundo tal hermosura; y que si la
          copiaran al natural, sólo el retrato bastaua para matar
          de repente, como la imagen de la fortuna al mancebo
          ateniense.

          _Euf._--Libreme Dios en buena fe, con vuestra licencia, y
          no lo digo porque lo quiero mal, él me parece vn grande
          bobo.

          _Sil._--Ay, ay, en qué? Esso tiene, señora mia?
          desechaldo, buen galardon es esse: bobo? O qué gracia,
          sí, desse pie se calça él! piensa el otro que las mata en
          el ayre y que no hay más bizarria en el mundo que la suya!

          _Euf._--Por pensarlo él no ha de ser luego, pues se ve lo
          contrario.

          _Sil._--Aora no más, no más; entendida sois, señora; lo
          cierto es que nos azechastis quando hablamos.

          _Euf._--Pues sí, vistis vos esto? No tenia yo aora otro
          cuydado.

          _Sil._--Cómo se haze de nueuas!

          _Euf._--Qué, me vistes? Iesus, líbreme Dios; ya oy no lo
          passaré sin falso testimonio.

          _Sil._--Assi me vea yo Reyna como la vi con estos ojos, y
          aun la oi reirse, quando él se quedó como muerto con la
          passion de vna cierta cosa.

          _Euf._--Y él qué diablos os contaua para tanto
          sentimiento?

          _Sil._--Como ella lo vio también lo oiria.

          _Euf._--Mejor me oyga Dios en su Reino; acerté a passar y
          no sé cómo miré por vna raja de la puerta, y entonces lo
          vi sin sentido.

          _Sil._--Ha, confessar sin tormento; cómo la cogi luego!

          _Euf._--Qué confiesso yo? he dicho que azeché?

          _Sil._--No a mí, que las vendo y las reuendo.

          _Euf._--Mirad, pues, qué cosa para azechar ni hazer caso
          dél.

          _Sil._--Pues bien, bien, de aquellas cosas tales tiene
          ella muchas.

          _Euf._--Qué buena ventura para desear tenello, antes lo
          querria perder que hallar; pero hablando verdad, qué os
          contaua que le hazia estar tan lastimado? Eran algunas
          necedades?

          _Sil._--Sí, necio es el moço! pues a fe que si se lo
          dixesse, que seria cierto el holgarse.

          _Euf._--Ea, pues, dezid.

          _Sil._--En buena fe no lo diré, ni me saldra por la boca.

          _Euf._--Por vida mia, Siluia[616] de Sosa, que lo digais.

          _Sil._--Señora Eufrosina, verças que no aueis de comer,
          no las procureis cozer.

          _Euf._--Si yo lo adiuinare, me lo direis?

          _Sil._--Podra ser.

          _Euf._--El más ordinario entretenimiento destos galanes
          es en amores; contariaos algunos cuydados con ansias de
          ausencia de la Corte y algunas alabanças vanas.

          _Sil._--Esso es, mas son de aqui desta ciudad.

          _Euf._--Y el cuytado tan desfauorecido anda o es de muy
          enamorado?

          _Sil._--A vos qué os va? dexadme os ruego, señora; muy
          bien dizen que las mugeres son muy inclinadas á saberlo
          todo. Vos qué teneis que ver con los amores del otro?

          _Euf._--Cómo sois inocente, amiga! qué va en esso aora o
          qué pesadumbre os da que lo sepa yo? si por saberlo le
          huuiesse yo de hazer algun mal tercio!

          _Sil._--Quiça sí.

          _Euf._--Mas á mí por vn oido entra y por otro sale.

          _Sil._--Pues, señora, descanse y repose, que no lo he de
          dezir; qué queria ella? burlar de mi primo y dezirlo a
          quien lo quisiesse oir?

          _Euf._--Bien casaré yo con essa fama; qué me vistes vos
          descubrir? ahora quiero tener enojo por la opinion en que
          me teneis.

          _Sil._--Cómo se haze de la enojada! quiere que lo diga?

          _Euf._--Quiero.

          _Sil._--Hame de jurar que a viua criatura no lo dira.

          _Euf._--Iuro por vida de mi señor padre.

          _Sil._--Assi lo promete como quien es?

          _Euf._--Prometo.

          _Sil._--Mire, señora, lo que promete.

          _Euf._--Acabad ya; Iesus, cómo sois desconfiada; yo no
          sé qué os diga; por lo que a mí toca, juro a estas letras
          con que se escriuen las palabras de Dios, pues me hazeis
          poner la boca en él.

          _Sil._--Que no lo direis?

          _Euf._--Que no lo dire. Ay cosa como ésta? aunque yo
          fuera la mayor parlera del mundo.

          _Sil._--Aueis de saber, señora, la mayor gracia que
          aureis oido; él me quiso dar a entender que era perdido
          de amores de la señora Eufrosina desde la primera hora
          que la vio; esto con grandes conjuros, que no saliesse de
          mí.

          _Euf._--Callad, no me lo digais; mas dezid, es verdad,
          por su negra vida negrecida?

          _Sil._--Assi yo viua, que estos eran sus sentimientos.

          _Euf._--Aora lo aueis mejorado. El diablo me dio adiuinar
          que él era algun gran loco. Pensará que por ser cortesano
          le he de estimar? qué de engaños que ay en el mundo!
          Pareceos qué cosa son hombres desuanecidos, que piensan
          que todo lo que les viene a la imaginacion es lo cierto,
          y que en mirando sus ojos, luego les queda el campo por
          suyo? Mirad, pues, quién para poner en mí el pensamiento;
          no puedo escusar de tener vn grande pesar de semejante
          locura. Vistes aquella fantasia de insensato? querria
          mucho saber si tiene noticia de quién soy o qué vio en mí
          para presumir esso; y vos, señora, muy desapassionada lo
          estauades oyendo hablar alto y a buen son, y fuera bien
          le dixerades que no os dixera tales locuras.

          _Sil._--Qué le auia de hazer, o qué sabe ella lo que yo
          le dixe? podiale tapar la boca ó darle con vn palo? En lo
          que yo tengo culpa y fui vna gran boba, fue en dezirselo.
          No de valde me rezelaua yo y queria callar; dixelo
          por acabar con sus persecuciones, que quando empieça
          nunca acaba, no para otra cosa sino para reirnos; bien
          adiuinaua yo esse enojo quando me escusaua.

          _Euf._--Y no es para tenerlo? qué graciosa es!

          _Sil._--Estas cosas, señora, quanto menos caso se haze
          dellas más se deshazen. Los hombres tienen ojos y nadie
          se los puede tapar, ni estoruar los pensamientos. Y las
          estrañezas de las mugeres en estos casos no se alaban,
          porque ninguno las obliga ni fuerça a lo que no quieren,
          y quanto más se descuydan destas memorias, más esfrian el
          fundamento dellas.

          _Euf._--No me aconsejeis en esto, que yo sé muy bien lo
          que me conuiene; y de tener por ligeras las cosas en los
          principios vienen despues los fines a ser muy pesados; y
          porque yo entiendo quánto importa atajar malas opiniones,
          desde aqui os lo digo, que si vuestro primo boluiere acá,
          que lo desengañeis muy bien, y le digais que no os hable
          más en esso, o no venga aqui, que no os lo consentiré, ya
          que estais en esta casa conmigo.

          _Sil._--Yo merezco todo esto y mucho más; el diablo me
          mandó a mí hablar. Siempre el callar fue bueno; no ay
          cosa más prouechosa que el silencio. Bien me temia yo lo
          que auia de ser, y pues assi lo quise, assi lo tengo; mas
          de los escarmentados se hazen los arteros; por esso si yo
          puedo, no me sucedera otra tal.

          _Euf._--Y pues qué quereis vos, señora, que él se alabe
          por la ciudad que trata amores conmigo? pareceos que será
          bien?

          _Sil._--Para qué es hablar en esso? tan ignorante soy
          yo, que no entiendo lo que va en este caso? y bien,
          señora, qué cuenta diera yo de mí dessa manera, si no
          supiera yo muy cierto que todo es en él piedra en poço?
          con mis manos me matara; quanto más que yo no alabo ni
          alabé el hecho, mas echélo a burla y passé ligeramente
          por ello, como quien no quiere la cosa, ni me acordaua,
          ni me passaua por el pensamiento pensar en lo que me
          trató, si no me hablarades en ello; mas por bien hazer,
          mal recebir, sacóme los ojos porque lo dixesse, y yo
          sencillamente no lo supe negar, y aora quiereme quitar
          que no hable con vn primo que tengo por hermano; pues
          qué parecera esso, hazer caso donde no hay de qué? mejor
          sería echarlo a las espaldas, que yo segura estoy de
          hablar más en esta materia.

          _Euf._--El loco, si viene a mano, andaralo diziendo a
          todo el mundo, y a mi fama le estara muy mal; que la de
          las mugeres más consiste en lo que dizen que en lo que
          es, pues qué cosa para llegar a los oidos de mi padre,
          qué brauezas hiziera! quedaramos bienauenturadas vos y yo!

          _Sil._--El cómo lo ha de saber? estais muy engañada,
          señora; bien podeis descansar en essa parte, porque él es
          el más callado hombre del mundo, y tiene gran pundonor
          en serlo; sabeis quánto, que quando me dixo que andaua
          aflixido, que yo le importuné que me dixesse la causa;
          dixomela por cumplir conmigo por lo que me quiere, y
          en ninguna manera me quiso dezir el nombre, diziendome
          que su mal no lo tenia; mas como nosotras somos siempre
          inclinadas a saber, hize con él lo que vos aora conmigo,
          y tanto lo conjuré, que sobre mi fe me lo dixo.

          _Euf._--Dessa manera se descubren todos los secretos, y
          de vno en otro dichos secretamente quedan más públicos
          que la plaça. Todos essos son disimulos y engaños y más
          engaños, particularmente estos Cortesanos, que tienen por
          gala ser parleros y deslenguados.

          _Sil._--Essos serán vnos que se precian de despejados,
          por lo que dizen: hombre vergonçoso, el diablo lo lleuó a
          Palacio, y todo su saber lo tienen en la lengua; mas mi
          primo es muy diferente y tiene otra capacidad.

          _Euf._--Venga el diablo y escoxa: tales son vnos como
          otros; del rio manso me guarde Dios, que del brauo yo
          me guardaré. Estos tales muestran el pan y asconden
          la piedra. Qué mayor locura y necedad puede auer que
          ponersele en la cabeça quererme bien?

          _Sil._--Aora, señora, no hablemos más en esso, y se
          quitarán quistiones.

          _Euf._--Sea assi; mas hablando verdad, qué razon le
          hallais o qué disculpa?

          _Sil._--Antes, mirandolo sin passion, pues quiere que
          le responda, es muy grande discrecion; porque vos,
          señora, sois muy noble, y los grandes espiritus siempre
          se inclinan a cosas altas; vos muy hermosa, don de
          naturaleza que tiene juridicion sobre los más claros
          entendimientos; vos muy discreta, singular excelencia y
          por lo que más se estima qualquiera persona humana; y
          finalmente, en vos, señora, estan todas las gracias. Pues
          siendo esto assi, como es, yo diria que quien no se rinde
          a tantas causas juntas, que le falta entendimiento para
          conocellas. Y como mi primo tiene tan viua discrecion,
          tuuo este conocimiento por su mal, como él repetia.
          Dezia muy bien quando yo burlaua dél y le reprehendia su
          poca razon: menos la teneis vos, prima; a vn simple que
          no alcança lo que yo entiendo, no fuera de admiracion
          enamorarse de la señora Eufrosina; pues la hermosura
          tiene tanta fuerça, que Ciro, careciendo del sentido
          natural, con ver vna muger hermosa lo cobró, y mucho
          menos será perderlo como Orestes por su Hermione, y
          la vida como el hijo de Demetrio; quanto más yo, que
          en viendola me eleué, deslumbrado de su vista, porque
          nunca vi tal resplandor, y contemplando su interior
          le consideraua vna alma de mil perfeciones que daua
          lustre a lo de fuera, publicando marauillas de la diuina
          naturaleza, de manera que sus excelentes partes traen
          consigo la disculpa y la razon de lo que causan. Si yo
          no tuuiera ojos ni entendimiento, me pudiera disculpar,
          y otras muchas razones que alegaua en su fauor, que no
          sé dónde hallaua tanto que dezir. Coucluyome y no supe
          qué responderle; sólo le dixe que se despidiesse desso
          como de vn impossible; y como he dicho, por vn oido entró
          y por otro salió, para en quanto deziroslo[617] sino me
          atormentarades, aunque tuue dolor de sus ansias, que
          parecian de grande amor.

          _Euf._--No hablemos más en essas necedades, que me corro
          de gastar tan mal el tiempo; y os auiso que os guardeis
          como del fuego de dezirle que yo lo sé, ni cosa alguna
          otra de mí.

          _Sil._--Iesus, señora, guárdeme Dios, esso le auia yo
          de dezir? mejor juyzio me dio el Señor; hallastis la
          moça parlera? antes me mostré con él tan airada, que
          desesperado de hallar en mí remedio, con rabia hizo voto
          solemne de quereros siempre bien y morir por esso.

          _Euf._--Enterraránlo, y no se perderá en él Venecia, y
          haránle lo que no hazen al caballo del Rey.

          _Sil._--Callemos, señora, que viene vuestro padre.


                                NOTAS:


          [616] En el original, por errata, _Silua_.

          [617] Aquí debe de haber errata ó está confusamente
          traducido el texto portugués: _quanto para respeito de
          volo, senhora, dizer_.


                             SCENA SEGUNDA
                     CARIOFILO, ANDRADE, ZELOTIPO.

          _Car._--Qué ay por acá? Andrade, qué haze tu amo?

          _And._--No sé, señor; despues que venimos a esta tierra
          no le entiendo, pareceme que anda muy enamorado.

          _Car._--Por tu vida, en qué lo conoces?

          _And._--Yo soy demonio y nada se me encubre.

          _Car._--Dime, aqui nueuamente en esta tierra?

          _And._--Bien lo sabe V. m., no disimule. Ellos encubrense
          de mí, y al fin lo he de saber, que todo se sabe. Piensan
          los enamorados que los otros tienen los ojos quebrados, y
          nada es tan secreto que tarde o presto no se descubra.

          _Car._--Tú, picaro, te tienes por gran Profeta; mas yo
          atendriame a Merlin; dónde está aora tu señor?

          _And._--En su aposento tañendo vna vihuela; mandóme
          que me fuesse a pasear, por quedarse solo en sus
          contemplaciones. Todo su entretenimiento aora es trobar o
          estoruar.

          _Car._--Voy a ver cómo passa esso.

          _And._--Vete, que tal cabeça es la tuya como la suya;
          doylos al diablo a todos juntos y a quanto poder en ellos
          tengo. No me sacará Dios de seruir escuderos? mas qué
          digo? éstos aun son peores que çapateros, su exercicio
          murmurar en su aposento de vnos y de otros. A vnos dizen
          que son desalentados; a otros faltos de vista, por
          dezirles inocentes; al otro desluzido, y yo no sé quál
          es lo mejor o lo peor. A los honrados llaman pobres, á
          los ricos villanos ruynes. Concertáme esta gerigonza:
          todo es locura y blasonar de hijos de sus padres, y que
          a ninguno han de sufrir nada; desprecianlo todo y son
          poco conuersables; su vanidad ponen en visitar grandes
          señores; no disimulan ni sufren nada a los criados, y
          burlanse dellos. Atengome a los que traen las bolsas de
          sus amos, que no ay oficio en la tierra que no alcancen.
          Estos pelones nunca leuantan cabeça, y todo su fin es
          ir a morir a la India y peregrinar en armadas. Fuerte
          género de gente son estos cortesanos; todos se roen vnos
          a otros como carcoma; a quien hazen más cortesias y dan
          más gorradas, desean mayor mal; aora yo he de azechar y
          escuchar lo que éstos dizen.

          _Car._--Las de su merced beso; vos estais vn Apolo sobre
          los muros de Troya, dezid alguna cosa.

          _Zel._--Ha, señor, que me muero poco a poco y no sé qué
          ha de ser de mí; siento que se me destila el alma y se me
          gastan los espiritus.

          _And._--Ya mi amo empieça a eleuarse; bueno va el
          negocio, alguna grande historia es ésta, yo no sé qué
          diablos tiene, ni qué no; solia burlarse de quien queria
          bien, sino por passatiempo, y pregonauase por más entero
          y libre que guardenos Dios; yo he de procurar entender
          dónde va esto; mas si quisiesse bien a Silua de Sosa su
          prima? y lo presumo, porque quando la va a visitar se
          limpia y adereza, y persuade a su hermana que le embie
          presentes; quiero escuchallos.

          _Car._--No sabeis qué ha de ser de vos? Yo os lo diré:
          lleuad delante las buenas obras, no espereis que despues
          de muerto os las hagan acá, que hecha la preuencion, yo
          fiador que sereis bien recebido en la diuina posada; y no
          os fieis de herederos que hagan lo que vos no hizistes,
          que les sobra escusas para no hazerlo.

          _And._--Es diablo este Cariofilo, todo de buena ventura y
          de darse al tiempo y holgar.

          _Zel._--No hablais a proposito, que aun yo no voy allá
          tan de prisa.

          _Car._--Buena señal, segun esso no os quereis morir.

          _Zel._

                  _Que pene y viuiendo muera
                Por tan honrada ocasion,
                Basta por satisfacion._

          _Car._--Bueno está, mas essa vihuela tiene las vozes
          sordas.

          _Zel._--Tales son los oidos de alguna para las mias.

          _And._--Mal pecado; esso te entrará a ti por casa, antes
          que la buena ventura; creed que al hombre pobre nada le
          sucede bien.

          _Car._--Y os tocastis en su tiempo el Conde Claros, y
          conozco de vos que lo hariades bien.

          _Zel._--Esso dexolo yo para vos, que sois todo vna
          pandorga, y más si es descantada con agallas y pitos de
          varro. Esto sí que os sonará bien.

          _Car._--Arte tuuistes aora, aunque poca; aun teneis
          necessidad de ser más dias mi platicante, porque mi
          galanteria es superior.

          _And._--Ya ellos empieçan a burlarse y de ahí vendran a
          murmurar, que es más sabroso, y por no perder costumbre.

          _Zel._--Tenemos vos y yo muy diferentes estados: a vos
          todo os corre viento en popa, y yo canto siempre el
          cantar de Telamonio.

          _Car._--Dezid algunos versos, y vere adónde llega vuestra
          lança, y mirad si os podeis hazer de rogar.

          _Zel._  _Contento con mi cuydado,
               Dado en mi pecho de assiento,
               Siento yo que me es prestado
               Estado en que estoy contento._

          _Car._--Essos ecos y diriuaciones pienso que llamais
          flores de componer y grande habilidad. A mí no me agradan
          tantas rebueltas, al menos vsadas mucho: porque yo
          querria que mis versos tuuiessen sentencias; y no me peno
          mucho que sean con harmonia ni desharmonia, porque parece
          mucha obseruancia de Poeta, y sólo el nombre me calma.

          _Zel._--No sé si os diga que essa opinion es vulgar,
          porque el verso ha de seguir arte; y este es el
          fundamento de su artificio, y si no, hablad y escribid
          prosa.

          _Car._--Si he de dezir verdad, essa es la que me
          satisfaze, sino que el lenguage Portugues ay pocos que lo
          vsen.

          _Zel._--Menos ay que lo entiendan, y nace de que todos
          se esmeran en inuentar nueuas vozes y poner tassa a los
          bocablos, y no saben ni guardan la compostura y orden
          de las clausulas, y son tan demasiados en cercenar, que
          no le queda vestido. Mas dexado esto, al verso no se
          le puede negar el primer lugar, por muchas razones, y
          tened vos la opinion que quisieres. Aora quiero os dezir
          vnas coplas que hize poco ha en Castellano, por ser más
          recebido y menos glossado.

          _Car._--Dezid, que ya sabeis que tengo buen oido.

          _Zel._  _En la falta de no veros
               Sobra a los muertos dolor,
               Los viuos en conoceros
               Reciben mortal temor.
                 Los vnos porque no os vieron,
               Y los otros en miraros,
               Yguales penas sintieron,
               Primeros, porque os perdieron,
               Segundos, por no esperaros.
                 Que quiso Dios tal hazeros,
               Que a los muertos sois dolor,
               Y a los que viuen temor,
               Por no veros y por veros._

          _Car._--Estan buenas, mas parece que van muy embueltas, y
          esse _veros_ y _no veros_ es más viejo que Sarra.

          _Zel._--Pues qué quereis, lenguage nueuo?

          _Car._--Sí, si pudiesse ser, porque estos diriuados son
          ya muy ordinarios y enfadanme mucho estos terminos,
          honrarme por deshonrarme, y son vnas guaridas más
          trilladas que el camino de la Corte.

          _Zel._--Sabeis de qué nacen essos fastidios? de estomago
          dañado, y leer sin gusto a fin de censurar, por mostrar
          discrecion, es vna purga que haze que no se logre nada en
          el pecho.

          _Car._--Con todo, no me negareis que noto bien; pero
          os dare vn remedio para assegurar vuestra mercaduria:
          partios a Castilla y dexad a Portugal a los Castellanos,
          pues les va tan bien en ella. Poned tienda en Medina del
          Campo y ganareis de comer con glosar Romances viejos, que
          son apacibles, y poneldes por título obra nueua sobre mal
          huuistes los Franceses la caza[618] de Roncesvalles; mas
          temo que ande ya allá el trato dañado como acá, donde lo
          censuran todo estos criticos que no medran ya chocarreros.

          _Zel._--Bien me honrais por buenas palabras; pero essos
          glossadores deuen de saber poco de los muchos y grandes
          Principes que vsaron el verso, no para cosas de burlas,
          sino para cosas de tanto tomo, que quando los primeros
          hombres quisieron hazer peticiones a Dios, ordenaron el
          verso por mejor, más discreto y breue modo de orar; y
          los que más fauorecieren la prosa, que vos autorizais,
          trabajarán por acabar las clausulas en consonantes.

          _Car._--Digo que teneis razon, mas yo no sé que aya cosa
          que tanto enfade como estos Poetas vulgares, ni que se
          puedan sufrir malos versos.

          _Zel._--En esso vereis quán fina es la poesia, que no
          sufre vn atomo de descuydo; y assi lo dize Horacio en el
          Arte Poetica, que no se admite mediano Poeta.

          _Car._--Y pues vos, en qué rumbo os poneis? de Poeta o de
          Porreta?

          _Zel._--No os burleis tanto conmigo, que me correre.

          _Car._--Esto es para vos agua rosada y fauores que os doy.

          _Zel._--Qué poca caricia hago yo a estos gustos, como
          quien lo tiene perdido en la vida y cosas della, sin
          poderlo emplear donde todo es bien empleado!

          _And._--Otra vez buelue mi amo a sus sentimientos, y
          Cariofilo tiene razon, que por todas sus coplas no dare
          medio real. Atenermeia yo antes a saber notar peticiones,
          y quando no, a escriuir cartas missiuas, como aquellos
          que estan en las plaças, que es dinero de cada dia.

          _Car._--Y pues, fuisteis a casa de vuestra prima o qué
          teneis sabido?

          _Zel._--Querria saber y temo.

          _Car._--Quien mucho mira los fines, nunca hizo buen
          hecho. Si Anibal considerara la dificultad de passar los
          Alpes, no enbiara tantos anillos a Cartago. Alexandro
          inconsideradamente passó el río; echa el dado como Cesar,
          que la necessidad haze la razon; id a veros con vuestra
          prima, que ya tardais: porque Alexandro ninguna cosa
          sufria menos que la tardança.

          _And._--Esso esperaua yo; con la prima es el negocio,
          como yo sospechaua; todo al fin se sabe, por más que se
          encubra.

          _Zel._--Temo hallar peores nueuas que las que rezelo.

          _Car._--Estaos ahi, que yo os pagaré lo que es vuestro.
          No aueis oido dezir que huye la muerte de quien la
          desprecia, porque ella sigue a quien más la teme?

          _Zel._--No enojé a mi prima con serle importuno.

          _Car._--Luego dezis que sois enamorado; qué cabeça para
          gouernar a Venecia!

          _And._--Dize la caldera al sarten.

          _Car._--No ay cosa para acreditaros con ella como que os
          vea con poco descanso, y que andais con dessasossiego y
          le dais prisa, porque a las mugeres lo que más obliga es
          locuras.

          _And._--Luego vos no podeis errar en valer con ellas,
          porque otro tendra menos desso y más de moneda.

          _Car._--El principio y medio dizen que es más que el
          todo; quebrastis la lança del primer encuentro; deste
          segundo la lleuareis a tierra con el arçon trasero, como
          Florestan el buen justador.

          _And._--Con la paciencia que está mi amo Cariofilo, creed
          que es determinado, y sabe de memoria estos negocios. Mi
          amo buen piloto solia ser, no sé qué es esto aora, sin
          duda que le ha dado algun mal ayre.

          _Car._--Quereis vn buen consejo de mala cabeça? escreui
          vna carta y lleuasela a vuestra prima, para que se la dé
          a la señora Eufrosina; porque destas dize el Castellano,
          la letra con sangre entra.

          _Zel._--No la ha de querer dar.

          _Car._--Qué desesperado sois! quiero enseñaros, pues
          os tornais a los dias en que nacistes y aueis menester
          maestro. Aueis de saber que las mugeres son mentiras y
          trampas en estos negocios; no creais a vuestra prima,
          que por muy amiga vuestra que sea, siempre hazen vnas
          por otras, y fingen essos miedos y encarecimientos
          por hazer mejor su partido; mas en todo tiempo estan
          dispuestas a otorgar aun más de lo que les pedis. El
          estar algunas escarmentadas de nuestra poca verdad las
          haze cauteladas y querer medirlo todo con el tiempo; mas
          quanta experiencia pueden tener de nuestros engaños, no
          basta para que se guarden dellos, antes gustan de ser
          engañadas para su disculpa. Porque a la verdad, nosotros
          nunca las acometemos a que se echen al amor, siempre nos
          vamos costeando con su voluntad; y si bien suele suceder,
          pedir el goloso para el vergonçoso.

          _And._--Yo os prometo que es Cariofilo matrero.

          _Car._--Lleuad vos la carta, que nada se pierde, y si no
          la quisiere tomar, echadla en su regazo y venios como
          quien arroja barro a pared; si pegare, pegue, y sobre mí
          que ella tendra cuydado.

          _And._--Otra historia es aquélla; no entiendo esto bien,
          mas si a mi amo se le ha puesto en la cabeça enamorar
          a Eufrosina? si asi es, mandole yo mala ventura, no le
          arriendo la ganancia. Estos ni temen ni deuen; no ay cosa
          que no intenten; mas miren ellos allá, no busquen tres
          pies al gato. Yo estoy contento de verme fuera destos
          negocios, no quiero sus gustos por sus pesares. Dios me
          ha hecho merced.

          _Car._--Este es el mes de los gatos; estamos en Abril,
          quando rebientan los arboles y crece la sangre, ya me
          entendeis, que quando la hoja de la higuera haze pie de
          gallina, etc. Estas todas se tienen por los pies como
          cerezas, y vuestra prima luego como os venistis dio con
          la lengua en los dientes, y la señora Eufrosina lloró de
          placer de auerse acordado el amor della; llaman ellas a
          esto passatiempo; hará cuenta de passarlo con vos como
          quien viue en ociosidad, que es la yesca deste fuego,
          y las armas de Cupido; que a Egisto sola esta causa de
          viuir ocioso da Ouidio para ser adultero, y la misma haze
          por vos; querra desenfadarse con ver quatro papeles de
          amores, pareciendole que todo será gracia, y nunca os
          pese destas gracias, que de las burlas vienen las veras,
          y mas éstas muy nobles, que quanto son más altas, estan
          más cerca de los estremos, y les puede llegar mejor el
          viento para mouerlas, y empeñanse poco a poco, y viene a
          ser mucho, porque no pueden limitarse en lo que hazen,
          por ser en ellas todo en los estremos, y el amor como es
          sutil se imprime mejor en los espiritus delicados.

          _And._--Ya lo he entendido todo, no he menester saber
          más; hazeis vos la cuenta sin la guespeda, guardad no
          os salga al rebes, y bien sé yo quien lleuará lo peor,
          porque Cariofilo no haze más que meter los perros en la
          mata y salirse afuera; tales son los consejeros en los
          malos sucessos: todos quieren sacar la castaña del fuego
          con mano agena; mas si mi amo sale con esta pretension,
          nunca hombre tal hizo; yo no soy amigo de esperanças tan
          dudosas; con su pan se lo coma, no le tengo embidia.
          Negocio es este de mucho secreto, y yo muero ya por tener
          a quién dezirlo, no me detendre sin parlarlo siquiera
          a su hermana; por esso mire cada vno dónde y con quién
          habla.

          _Car._--Sola una duda ay en esto y no tiene otra.

          _Zel._--Quál?

          _Car._--Tener ella otro enamorado, porque es muy
          dificultoso desarraygar voluntades; pero el Propercio,
          que fue hombre de experiencia, afirma que se muda y
          rebuelue el amor como lo demas, y que la letra de su
          rueda es venceras o serás vencido. Vn clauo con otro
          se saca, y vn amor con otro, y con porfias pudiera ser
          vencida Penelope; si me creis, no teneis que temer.
          La fortuna ayuda a los atreuidos, y en esto no pueden
          escusarse todos los inconuenientes, que amor trae
          continuas discordias, mas el tiempo haze obedecer a
          los leones, y con él se ablandan. El agua caba la dura
          piedra, y con agrado y buen seruicio todo lo vence el
          amor. Y si esto no os parece bien, amigo mio, quien
          consigo se aconseja, consigo se despene.

          _And._--Assi digo yo; hombre de chapa y determinado es
          el Cariofilo; estotro no parece que es él, porque solia
          aconsejar a todos: no es possible sino que le han dado
          algunos hechizos de los que quitan a los hombres sus
          inclinaciones.

          _Zel._--Vuestros consejos me dan la vida, que sin
          ellos no la tuuiera; y pues siempre me hallo bien con
          executallos, quiero escriuir el papel.

          _Car._--Dios delante, y mirad lo que hazeis; empeçad con
          palabras blandas, graues y de crédito, pocas y ciertas,
          que digan lo vuestro y lo ageno; y si os parece bien, no
          seria muy malo poner copla al fin con alguna cifra que
          declare vuestro intento, como vn coraçon asaeteado ó en
          vñas de leon, y otras semejantes, con vna letra que diga:

                Por amor de vos, señora,
              passé yo la mar salada.

          _Zel._--Picastes os ya en alguna llaguilla que
          tuuiessedes, vos heristes en el dedo para escriuir con
          sangre, que es caso de gran piedad, y seria buena letra:

                Coraçon de carne cruda,
              veslo tu amor aqui[619], etc.

          _Car._--Mas si quisiessedes competir conmigo sobre esta
          materia en que yo pienso que soy aguila!

          _And._--No hay cosa que ellos no glossen; todo lo que
          hazen los otros no les está bien, y no faltará quien
          haga con ellos lo mismo y descante en sus cosas por más
          resabidos que sean. Todo hombre cré de sí vna cosa y
          piensa de los otros otra.

          _Car._--Sabeis quánta destreza tengo en cartas de amores,
          que me atreuo a dezir que leeré de catedra a quantos hay
          en Paris.

          _Zel._--Pues leedme a mi alguna cosa que pueda injerir
          en ésta.

          _Car._--Soy contento, aora oid notar.

          _And._--El roer de vñas que mi amo trae, el tirarse los
          dedos, el escriuir y borrar! Acierta Iuan, piensalo bien
          y hazelo mal.

          _Car._--A esta alta y practica filosofia no le penetra
          la entrañas sino hombre tan experimentado como yo:
          porque Bartulo ni Baldo nunca passaron de saber hazer
          vna peticion y vnos articulos acomulativos, y de aqui
          viene que a sus sequazes, si les hurtais el viento al
          estilo ordinario de la facultad que tratan, deslizan
          luego con frialdades y no dexarán el discurrir por vn
          _verosimile et in rei veritate_, aunque los açameis como
          a lebreles. Pues essotros peones de Aberrois, carniceros
          de naturaleza humana, si pierden el norte a hablar por
          fimbria intonsa, apoplexia y recetar por cifras, luego
          se despeñan por vnas gracias hambrientas que a legua
          muestran el interes y la codicia, y traen muy mala
          burla: porque es con la vida, que no tiene apelacion.
          De todos éstos ay entre vosotros grandes remolinos de
          maliciosa necedad, _in vtroque iure_, como ellos dizen,
          más peligrosos que los baxios de Padua. Por esso como
          huuieredes vista dellos, id siempre con el timon en la
          mano, y desviaos de su conuersacion y trato, por escusar
          anotomias en la hazienda.

          _Zel._--Mucho os diuertis de nuestro proposito.

          _Car._--Ya soy con vos; assi que digo que son muy raros
          los que saben tratar esta materia, muchos los confiados y
          pocos los bien sabidos; porque los sufribles son musicos
          de sentido y dan mil consonancias falsas.

          _And._--Vos solo sois el que acierta; tal sea vuestra
          vida, y para mí éstos que más enmiendan son los que
          yerran.

          _Zel._--En qué tono os poneis vos?

          _Car._--No me atajeis, que no me amarro a Diapante ni a
          Diapason, porque soy más multiplicado en los puntos que
          la misma musica.

          _And._--Confiança como la mar, mas el juyzio buscaldo.

          _Car._--Mas el fundamento desta arte corre assi:
          tenemos ciertos puntos fixos o propositos confirmados;
          declarome: al principio aueis de hazer vna entrada con
          vna preparacion comedida, vn respeto obediente, vna
          sumission segura, vna fuerça sujeta, y todo se remate en
          cumplimientos más prolijos y más sueltos que los de vn
          Castellano. Exemplo: Pues mi ventura quiso y tal assi,
          no fue más en mi mano, cien muertes es poco para, etc.
          De manera que tomada la rienda por estos terminos, que
          son los elementos desta ciencia más incierta que la
          Astrologia, podeis escaramuzar por la vega de Granada,
          con todas vuestras obligaciones a modo de peticion, hasta
          llegar a poner el cuento de la lanza en P. Siguese luego
          de aqui boluer sobre lo que pretende pedir, merecer o
          tener merecido, porque quien bien sirue premio alcança;
          para lo cual son necessarias eficacissimas y obligatorias
          razones deriuadas y que tengan energia, codiciosas, mas
          desinteressadas, que son dos contrarios en vn sujeto, y
          tan blandas como lima sorda, porque amor toda su guerra
          la haze por contraminas; assi aueis de procurar que por
          lo que dezis no seais sentido hasta que le leuanteis
          la vandera en el muro, porque si os entienden antes,
          escandalizanse como pajaros de las redes, donde ojos que
          las vieron ir no les daran más alcanse. Y si les parece
          que sois buey, y que no pretendeis más que apastar en el
          prado de la obediencia, y que estareis sujeto a su gusto
          y hareis lo que quisieren, sin otro fundamento que el
          de su voluntad, fianse de vos y las lleuareis hasta el
          Cayro. Ay algunas ariscas y zahareñas que quando pensais
          que las teneis asidas se os escapan de toda obligacion;
          y si bien confiessan y acetan la voluntad, niegan la
          satisfacion. Esta es ocasion de grandes quexas al mundo,
          y se permite que llegueis a inuocar y pedir vengança al
          amor, brauear y enfureceros como endemoniado, con tal
          que con rabia no llegueis a murmurar ni amenazar, que es
          estilo baxissimo, y nunca os desamarreis de la esperança,
          porque todo lo alcança el comedido sufrimiento. En
          alabarla sereis tan continuo, que sea la salsa de quanto
          le escriuieredes, porque les haze grande apetite, y con
          la presuncion que de sí tienen no desprecian alabança
          ninguna, antes estan satisfechas que la merecen, aunque
          más leuantada sea de punto, tanto que las más feas
          quieren ser más alabadas.

          _And._--Dize verdad; doylo al diablo, y cómo las conoce!

          _Car._--Como son compuestas de vanidad, naturalmente
          desean ser alabadas, y más de hermosas, que sobre todo
          procuran y estiman; sucede tambien que se enojan y por
          daca aquella paja hazen pendencia a fuego y a sangre.
          Aqui aueis de acudir luego a pedir perdon, aunque sea de
          sus culpas, y ofrecer obediencia y sujetaros a recebir
          mil penas, culparos quando no tengais culpa, negar a pies
          juntos toda sospecha que os condena; si sois culpado,
          dalle escusa; en caso de zelos, ni confesseis ni negueis;
          porque dexallas sospechosas quanto a vos y confiadas
          quanto a sí haze mucho en vuestro fauor; quitalles la ira
          es importante, porque no dexeis, como dizen, criar la
          yerba en el trigo, y en teniendola mansa con las blandas
          disculpas, es conjuncion de mejoraros y acrecentar el
          premio de los fauores, porque la reconciliacion de los
          enamorados es con doblados gustos.

          _And._--Iuro a tal que les sabe los intrinsecos; mas
          cómo no ha de saber, que éstos de dia y de noche no
          sueñan en otra cosa? y assi contraminan a las inocentes,
          que les parece que no ay más en el mundo que dezilles
          que las adoran, y no saben que ningun hombre les habla
          verdad, por más bien que las quiera. Antes quanto
          mayor amor les tienen, más les mienten, por lo que les
          conuiene; ellas como naturalmente son aficionadas y
          locamente creen que todo se les deue, creen más de lo que
          se les dizen (_sic_), y assi lleuan siempre lo peor.

          _Car._--Sucede tambien que se os amotinan y hazen rabiar
          con echar brauatas, por prouar y tentaros de paciencia;
          a lo qual os aueis de mostrar cordero y muy deseoso de
          acertar en su seruicio: sufrid afrentas, dissimulad
          injurias, y razonad largo, que ellas siempre se rinden a
          porfias. Veis aqui toda la teorica, pero quiere prática
          y continuacion: porque tomada assi en terminos, queda
          cruda, y con el vso tiene grande espidiente. Aueis
          tambien de hazer aqui vna larga digression sobre las
          calidades de las personas, que es el sinderisis del
          alma. Distingo: si escriuieredes en ausencia a moça
          de cantaro, habladla de tú y de vos entreuerado, que
          llaman honra y media; y para ser apacible, porque no
          son capazes de los eleuamientos de Garci Sanchez[620],
          aueis de llamar mona, gata de tripera, paloma sin hiel,
          rapacilla de mi alma, pidiendola zelos de algun zurrador,
          porque piense que la quereis bien, los quales nunca
          pedireis a muger principal, a quien tuuieredes mucho
          amor, porque lo que es malo para el vientre es bueno
          para el diente; porque en estas recordais al perro que
          duerme, daislas municiones con que os hagan guerra,
          mostrais desconfiança, con abatimiento de ambos; en las
          otras humildes poneyslas en cuydado de cumplir con vos,
          por quitaros la sospecha y que creais que os quieren
          solo, y Dios sabe la verdad; y si la dais esperança de
          boluer presto a la tierra, os preuiene regalos, pela las
          sobrecejas y se apercibe para recibiros con trompetas,
          viendo que tuuistes memoria della y no fuistes como otros
          que dizen: a muertos y a idos no ay amigos; y si este
          estilo os parece de lacayos, conuiene assi por hablar
          en su lenguaje, ya que estamos tan sujetos a vsar la
          lengua agena donde quiera que vamos y despreciarnos de la
          nuestra.

          _And._--Cosas dize este Cariofilo del diablo! mas quánta
          raposeria sabe! Alomenos ganan los hombres de Palacio
          aprender estilos varios, aunque ya passó el tiempo en
          que dezian: mejor es saber que auer; aora es por lo
          contrario, mas yo atendriame al saber de nuestro Vicario,
          que lee y entiende, que estos Cortesanos todo lo traen en
          el pico de la lengua.

          _Car._--Si escriuieredes a costurera, que habla flautado,
          se muerde los labios, laua sus manos con jaboncillos,
          canta de sol fa, inuenta cantares, es perdida por tomar
          de memoria coplas, da quartos a vn muchacho de escuela
          porque le lea comedias, si quereis recabar della a pocos
          lances lo que pretendeis, escreuidla que se estime en
          mucho, porque lo merece, aconsejandola que sea honesta
          y no trate conuersaciones odiosas, dandole sospechas
          de grandes fundamentos. Esta tal es como el villano,
          toma esperanças de lo que quiere, haze castillos sobre
          lo que desea, pretende rendiros y por no perderos
          auentura su persona a quedarse burlada; y para efeto
          deste intento conuiene darle a comer el negocio por
          blandos y apacibles terminos, publicando sus gracias y
          hablandole en ellas, como Heliogabalo al esquadron de sus
          amigas, representandole más generos de deleytes que los
          de Cirena, porque ellas son naturalmente vergonçosas;
          si no las desembolueis, es alargar el tiempo; con buen
          despejo y gracia desembueltas, os tienen por de buena
          conuersacion y desean saber qué yerua es el ajo, y nunca
          les atajeis sus discursos y la cuenta que hazen; mas
          disimulad, que ellas todo lo esperan, y quando nada
          alcançan, satisfazense con quexarse de su confiança y
          de vuestra poca fe; con esto cumplen consigo y con el
          mundo; y quando queden quexosas, quedan habilitadas.
          Esto en quanto aquellas que no alcançan cómo sabe la
          pimienta y rezelan la carga, si no las arman con mañas
          y sutilezas, con que se disculpen de lo que desean.
          Mas para con las maestras experimentadas en escandalos
          son necessarias grandes cautelas y fingir de lo bobo,
          porque no se azoren, prouarla que no sois como los otros
          hombres, mostraros inocente de lo que sabeis y dispuesto
          para passar por qualquier fingimiento; aunque lo más
          cierto es con estas tales no andar en estas escaramuças;
          mas ojos por ojos y barba por barba, y ayudaros del lugar
          y tiempo, que dize el Italiano que _perduto non retorna
          may_. Estotras rapacillas, por mostrar vna carta y dar
          embidia a vna amiga suya, daran quanto tienen.

          _Zel._--Si alguno os oyera de los que yo conozco, cómo
          se riyera de vuestros preceptos y arte graciosa; muy
          poco contestais para satisfazer a los entendimientos de
          primor, que no sufren sino los escritos de dos palabras,
          y essas preñadas.

          _Car._--Ya conozco essos que tienen estilo forjado en
          breues sentencias y nunca salen fuera de la villa y su
          término, ni se apartan de los primeros trastes, donde
          lo puntean todo sobre Conde Claros; y tened por cierto
          que aunque quieran, no passarán de alli vna tilde, y por
          su poco discurso fauorecen el vando de la breuedad sin
          entenderla, y no llegan a conocer la copia de hablar y
          escriuir.

          _Zel._--Pues aun yo conozco otros de ralea más plebeya,
          que se daran en los broqueles con las virgenes Vestales
          por modos comtemplatiuos, y piensan que ponen la suya
          sobre el hito, si arremangan los pulsos a ruego de algun
          nouel que entra de nueuo en la estacada, y sus frases
          tienen más orin que aquel Romance:

                Para qué paristes, madre,
              vn hijo tan desdichado[621].

          _Car._--Pues ay otros mesurados que presumen viuir con
          tratos secretos y hazer contraminas a las sospechas
          del mundo, que proponen sus argumentos Logicos con
          autoridades de sentencias en Latin, y luego lo declaran
          en Romance, y andan muy a lo traidor con los mancebos que
          tratan de gala, que no aspiran a faldas de olanda. Estos
          escriuen amores muy a lo discreto; pero vengome dellos
          con saber que son esclauos de su gusto, y que otros
          logran sus tributos y burlan de sus donaires, porque
          siempre los vi burlados del amor, que es niño traidor
          y apartado de los que con libertad lo tratan y no le
          esperan a tiro, y a los que aficionados se le rinden, les
          haze mil pesares.

          _Zel._--Vos con quanto aueis dicho no llegais a mi
          puesto, y no os culpo, porque aqui no llegó Rui de Sandi.

          _Car._--Vna impresa como la vuestra, como es rara, assi
          tiene dificultosa la bateria; mas en tales casos muestro
          yo mi suficiencia: porque sabed que el amor que no es
          fingido mucho mejor se sabe declarar, y en las materias
          más arduas acuden razones más viuas; y por menos trabajo
          tengo escriuir a quien os entiende que a quien os aueis
          de dar a entender, y assi para essa tal que examina
          pensamientos y responde por Clarimundo[622], conuiene ir
          muy por sus puntos con introducion y argumento, tomar la
          tema de alabanças y misericordia, que éstas quieren ser
          muy alabadas y piensan que consiste en la hermosura el
          sumo bien. De donde se infiere que es muy de las hermosas
          la piedad que esperais y pretendeis; y al descuydo
          entremeted alabanças vuestras, porque os estime.

          _Zel._--Todo esto es tan comun que en cada rincon se
          halla, y no es al tiempo ni lo que se vsa.

          _Car._--Ninguna cosa podemos dezir que ya no sea dicha,
          mas el amigo se ha de sufrir con su falta, y con ésta se
          deue fauorecer lo que se dize o haze con buena intencion.
          En esta materia pocos aciertan y todos reprehenden,
          y no dexan de aferrarse con Carcel de Amor[623] en
          lugar solitario, y tienen por tanto conuertillo en
          Portugues como si fuesse Homero; mas pues llegamos a
          tratar de antiguedades, qué malo sería hablar por Marco
          Aurelio[624], que tiene gran copia en dezir?

          _Zel._--Esso es lo que no quieren aora, sino breuedad,
          saluo en tratar cada vno su negocio; y con todo creed que
          tienen en ella grande guarida, pero de qualquiera manera
          tened por cierto que no se puede escriuir carta de amores
          sin estar obligada y sujeta a censura y burla.

          _Car._--Si la materia es de locos, cómo quereis que
          carezca el argumento de poco juyzio? Mas en esto ay vn
          bien, que se trata la causa con mugeres, que la más
          cuerda es muy loca y nunca les parecio mal carta de
          amores, por más necia que vaya.

          _And._--Bien os podeis tambien meter en la cuenta de
          los locos, pues todos los enamorados lo son, ninguno se
          conoce; y mi amo todo es aora hazer principios a su carta
          y ninguna acaba.

          _Zel._--Aora ved lo que tengo escrito, en quanto aueis
          hecho la correccion.

          _Car._--Dessa manera poca dotrina lleua mia, y me parece
          que no sois de vnos que se encierran solos a escriuir,
          porque alguna mosca no los diuierta de su imaginacion.

          _Zel._--Yo estoy más diestro de lo que vos pensais.

          _Car._--Dezid, pues, que yo la he de glossar con vuestra
          licencia.

          _Zel._--Para esso estamos aqui.

          _And._--La vida que estos traen, y quieren ir al cielo!
          no creo yo en tal santo.


                                 CARTA

          _Zel._--Si para librarme de la condenacion que temo, la
          disculpa de mi atreuimiento valiesse, la razon de la
          fuerça que me hazeis da vozes por mí contra vos; mas por
          no incurrir en más culpas, escuso darla a quien sin ellas
          nacio, y para confirmacion de mi inocencia yo me la doy
          a mí con la pena de las penas que por ella mereciere. Y
          si este conocimiento con tal contricion es merecedor de
          alguna remission dellas, sea en descuento de las quentas,
          que yo de mí le cometo.

          _Car._--Nada dezis, y perdonadme, porque aquellas penas
          y aquellas culpas parece estilo de Bula, que absuelue
          de culpa y pena, y es insufrible, y essotros quentos y
          desquentos es vn guarismo de vnidad y decena, y assi lo
          errais todo de proa a popa.

          _Zel._--No juzgais bien; no veis cómo van engaçadas estas
          razones?

          _Car._--Sí, mas hazeis ahi vn[a'] lista de tres partes de
          la penitencia, contricion, confession y satisfacion, y
          son vna letania.

          _Zel._--En este negocio no se puede escusar hablar
          por pena, dolor y passion, que son los terminos desta
          ciencia, como cada vna tiene los suyos, si vos no quereis
          ponerle aora otros nombres y renouar el estilo.

          _Car._--No seria malo, si pudiesse ser, por satisfazer a
          los discretos escrupulosos.

          _Zel._--Aora veis aqui otro principio. Y conuatiendo amor
          a mi entendimiento especulatiuo, en la contemplacion
          de vn primor tan primo, por la fantasia ofrecido a lo
          prático eleuado, forçó la voluntad vencida forçosa, y
          voluntariamente obedecio a la sensualidad, a lo que la
          razon no resistio, porque la tengo en ser vencido, y
          sobre esso perder la vida.

          _Car._--Todo esso no está bueno ni haze a nuestro
          proposito; essos terminos son más escuros que los de los
          pescadores de Homero, y no los entendera Delio nadador;
          de mí os digo que no entendi palabra.

          _Zel._--No es forçoso que lo aueis de saber vos todo; y
          no me marauillo, porque sólo Dios es perfeto. El saber
          está repartido y cada vno sabe lo que aprendio.

          _Car._--Pues yo, mal pecado, qué aprendi? Reios de pensar
          que aya otro soldado más prático que yo.

          _Zel._--Sí, mas no lo sois con las desta calidad: porque
          sabed que para con estas que matan en el ayre, importa
          mucho y es el todo hablar en la carta escuro, porque
          la tienen por más discreta quanto menos la entienden;
          y va mucho en esto, y más en la primera, a que no dan
          respuesta, porque acostumbran responder á la segunda.

          _Car._--Con todo, si quereis que vaya por ambos, mudad el
          estilo, y si no vaya todo por vos, que yo lauo mis manos
          deste hecho; y quando os importare embiar vna carta muy
          refinada, hablad conmigo y pagadmelo.

          _Zel._--Dexadme aora errar por mi cabeça.

          _And._--Si el mal es que mi amo se auia de sujetar a la
          reprehension que ninguno sufre ni por ella se enmienda;
          todos piensan que lo saben todo por sí solos, y por más
          amigos que sean, menosprecian el saber de los otros
          ellos, y vnos a otros se llaman ignorantes; yo no sé quál
          es el discreto.

          _Zel._--Mirad si os agrada otra.

          _Car._--Dezid.

          _Zel._--Con justa disculpa pudiera la grandeza de mi
          dolor negarme el sufrimiento que tengo para viuir en la
          gloria dél, si yo pretendiesse otra vida; mas como no
          la siento de mayor gusto, por razon del estremo de mis
          pensamientos...

          _Car._--Essa me suena aora en la oreja; cómo lo bueno
          luego haze consonancia! dadme essa pluma, dexadme empieze
          otra.

          _Zel._--Essa va más a proposito, mas no sé si está
          cumplida.

          _Car._--Está marauillosa, todo esto se me ofrece aqui:

          Por lo que auenturo querer, antes castigo en secreto de
          vuestra mano que culpas de mi flaqueza en público por
          escusar ofenderos.

          Esta gentil clausula no hay más que pedir; yo me inclino
          mucho a estas razones, que afierran como ancoras, y acaba
          muy bien en ésta:

          Porque en saber vos sentir me sois deudor de lo que
          siento y pido consintais que sienta.

          Porque esto, señor, remata; ella no perdiera en ir más
          breue, respeto de la comun opinion, mas la mia es que se
          ha de escriuir largo a las mugeres.

          _And._--Alabado sea Dios que acabaron, qué contentos
          quedan! y yo juraré que es tal la vna como la otra, y aun
          me inclinara a la primera.

          _Car._--Vamos, os acompañaré hasta su varrio.

          _Zel._--Y despues qué aueis de hazer?

          _Car._--Ire a ponerme en la puente sobre el rio a ver
          las moças que vienen por agua, y si encontrare vna que
          ando por su rastro, darele mis toques; por ventura sacaré
          fuego, que yo no doy passo de valde. Andrade?

          _And._--Señor.

          _Car._--Limpiadme estos çapatos y por lo que deueis a
          virtud componedme el vestido; ya sabeis que teneis en mí
          vn buen amigo.

          _Zel._--No veis cómo engorda este pícaro? no cabe en el
          pellejo.

          _Car._--Trae conmigo vna cierta pretension, y hemos de
          ponerlo muy galan y embiallo a su tierra a enamorar todas
          las moças, y yo dare mi parte.

          _Zel._--Todo se hará bien quando sea tiempo, mas temo que
          se nos casse allá.

          _And._--La mayor prisa que tengo es essa.

          _Car._--Este moço es de importancia.

          _Zel._--Cierra essa puerta y vete por ahi.

          _And._--Id en buen hora, y mirad no vais por lana y
          vengais tresquilado.

          _Zel._--Ya entramos en esta calle; no hagais mudança, ni
          mireis arriba, por si acaso estuuiere Eufrosina en la
          ventana, no entienda lo que sabeis. O gran ventura! Yo la
          veo ya, ella se fue, como vió que yo la veia.

          _Car._--Buena señal; desde aqui hago juramento que lo
          sabe ya.

          _Zel._--Esse es otro nueuo adiuinar por lo Pitagorico.

          _Car._--Apuesto.

          _Zel._--Apuesto.

          _Car._--Ea, qué apostais?

          _Zel._--Idos, que es burla, ojalá fuessedes verdadero.

          _Car._--Vos lo vereis, que yo soy buen lagarto; a la
          buelta idos á ver conmigo.


                                NOTAS:

          [618] En el original _casa_, pero es errata evidente.

          [619] Así este segundo verso ni consta ni hace buen
          sentido; quizás _veslo_ es errata, por _véalo_.

          [620] Alude al poeta García Sánchez de Badajoz.

          [621] En el original estos versos están impresos como
          prosa.

          [622] Alude al libro de este título compuesto por Juan de
          Barros.

          [623] Alude al libro de Diego de San Pedro.

          [624] Alusión al libro de Fr. Antonio de Guevara.


                             SCENA TERCERA
                      EUFROSINA, SILUIA DE SOSA.

          _Euf._--Siluia de Sosa, allá viene aquella buena cabeça
          de vuestro primo, muy eleuado; yo estaua en la ventana, y
          como lo vi, quiteme luego.

          _Sil._--Pues cómo, señora, huis assi de un tan gran
          seruidor vuestro?

          _Euf._--Sealo vuestro, que sois otro tal juyzio como él.

          _Sil._--Para qué es tanto menosprecio y dezir tanto mal?

          _Euf._--No puede dezir lo que en él no haya.

          _Sil._--Pues qué remedio?

          _Euf._--Quien le viere andar con el cuello como de
          grulla, la cabeça de gabilan, que parece que no pone los
          pies en el suelo de afectado, luego dirá que muestra el
          viento que trae, como el Triton de Vitrubio.

          _Sil._--Aora me quiero reir: donde tiene la gallina los
          hueuos, allí se le van los ojuelos.

          _Euf._--Assi viua él poco y malo...

          _Sil._--Como ella querria vista en sus ojos.

          _Euf._--Quién no ha de echar de ver sus humos? No me
          guarde Dios si no parece que está embelesado quando mira,
          como quien nunca vió gente.

          _Sil._--Cómo te conozco, besugo! quierote bien y digo de
          ti mal, por dissimular. Busca siempre ocasion para hablar
          dél y luego dize que lo dira al juez.

          _Euf._--Pues vistoso es el mancebo para perderse por él.

          _Sil._--Ni es para despreciallo.

          _Euf._--Antes lo querria perder que hallar; parece milano
          hambriento.

          _Sil._--Poco desso, que me corro: graciosa está la señora.

          _Euf._--Bueno era para picota de villa, segun es largo.

          _Sil._--Dexadme, señora, os lo ruego, que me consumo con
          essas cosas.

          _Euf._--Iesus, pues no es para consumirse decirla mal
          de aquel Principe, de la alta Alemania, como si ninguna
          tuuiera primo sino ella.

          _Sil._--Pues cada vna estima los suyos.

          _Euf._--Bendigalo Dios, que no le lama el gato; no le
          toquen en su primo, ay Iesus!

          _Sil._--Aora a fe que tantas vezes me ha de dezir de
          proposito mal dél, que he de venir a dezirle que os
          aborrezca y dexe de quereros bien.

          _Euf._--Quanto á esso, nunca dire yo otra cosa; pero
          sabeis vos, señora, lo que aueis de hazer? ya que
          despertastes el perro, que estaua durmiendo, y me lo
          acordastes, desengañarlo de manera que no sepa yo que él
          habla en mí.

          _Sil._--Nadie diga desta agua no beuere; cómo entiendo yo
          estas brauatas!

          _Euf._--Pues si mi desuentura a tal llegasse, y ella
          estase riyendo!

          _Sil._--Pues qué quiere, que llore?

          _Euf._--No, mas reid y tened placer; de tal cabeça tal
          seso, y todauia os reis?

          _Sil._--Voyle aora a dezir como vos, señora, beueis los
          vientos por él.

          _Euf._--Hazedlo assi, y mirá no hagais alguna cosa que
          luzga y parezca; despachaos, no esteis allá cien horas,
          que nunca acabais quando os poneis á parlar con essa
          buena joya; no venga mi padre, que bien sabeis como es
          sospechoso.

          _Sil._--Bueno va el negocio, pues ya le duele para
          encubrirlo.


                             SCENA QUARTA
                       SILUIA DE SOSA, ZELOTIPO.

          _Sil._--No direis, señor, que no salgo á recebiros á la
          puerta.

          _Zel._--No es pequeña merced para mí.

          _Sil._--Yo estaua reboluiendo vn cofre, y Eufrosina me
          dixo que os vio venir.

          _Zel._--Yo la vi, y fue muy gran ventura para quien anda
          tan ciego, y mayor el fauor de su memoria.

          _Sil._--Ay Iesus, qué cosas teneis; yo pense que se os
          auia oluidado esso.

          _Zel._--Poco cuydado teneis del mio, segun lo que dezis,
          pues por vuestro descuydo juzgais de mí tan mal; bien
          parece que pena agena de pelo cuelga.

          _Sil._--No hablemos en essas ociosidades, pues el más
          cierto fruto que dan es disgustos, y gastar en ellas la
          vida nunca dio buen nombre, ni el crédito que de vos
          tengo me da lugar a creer sino que os burlais conmigo por
          prouarme.

          _Zel._--Más cierta burla es dezirme vos esso; y si
          creyesse que lo decis con verdad, lo sentiria mucho,
          porque me precio de tratarla con todo el mundo, quanto
          más con quien me obliga tanto.

          _Sil._--Todo lo creo de vos, señor primo; mas como he
          oido que el amor es ocupacion de ociosos, y sé que lo
          estais aora, he sospechado que puede nacer de aqui
          vuestro fundamento, y os pido que me hagais merced en
          dezirme quál es.

          _Zel._--Querer un grande bien sin ninguna esperança, de
          donde nacen los deseos homicidas del descanso, que yo
          solia tener, como se vee en mí: porque no ay saber que
          baste para acreditar mucho tiempo mentiras, y ser fingido
          no es de hombres de estimacion, antes de baxo espiritu el
          tener la malicia y engaño por industria. Y como yo sin
          ella, forçado de mi suerte, me entregué á mi pensamiento,
          padezco lo que vos no creeis; sin tener atencion a lo
          poco que sentis mi dolor, en él me deshago: porque la
          tristeça con esperança esfuerça el entendimiento, quanto
          con desesperacion lo consume.

          _Sil._--Y en todo vuestro juyzio tratais esso?

          _Zel._--Antes con ninguna parte dél: porque donde ay
          voluntad no gouierna la razon, y en grande determinacion
          no hay memoria de inconuenientes. En lobo como Licaon me
          transformé: en mí se renueuen las crueldades de Busiris
          y Diomedes: rayo de Palas me haga polvo como á Aiax
          Oileo[625].

          _Sil._--Iesus, guardeos Dios de mal; mejor estrella
          tengais, no digais esso.

          _Zel._--Si os lo dixe y os lo digo es por no poderlo
          encubrir, y tened por cierto, que muriendo con el alma
          en los dientes, confessando esta fe, he de ir suspirando
          al otro mundo por la señora Eufrosina, ministro de mi
          desuentura. Tened dolor de mí y acuerdeseos que quien no
          siente el mal ageno es castigado con no sentir ninguno el
          suyo.

          _Sil._--Más os deuiades de acordar vos que es grande
          error y vicio el apetito, y que es muy falso el parecer
          que se aceta de la voluntad y no del entendimiento, y
          me espanto mucho que pueda en vn hombre discreto más su
          gusto particular que la razon. No hagais caso dessas
          torres vanas, que cualquier viento las deshaze.

          _Zel._--Por esso tengo yo vn buen remedio, que a todo
          repique de mi dolor los leuanto con dobladas fuerças
          de mi intencion, y quanto más desesperado, tanto más
          sufrido y sujeto, como quien anticipó tanto el amor a la
          esperança, que no repara en ella, y como se hizo fuerte
          en mi voluntad, que lo recogio sencillamente, cerróse
          por de dentro con la gloria de mi tormento, y dize a los
          demas esfuerços: Afuera se abre, que en saluo está quien
          repica. Para qué sois tan cruel y inhumana que no os
          apiadais de vn estado tan miserable como el mio, estando
          en vuestra mano el remedio?

          _Sil._--Mejor me dé Dios el cielo, que en esso puedo
          nada, y si pudiera, hiziera quanto en mí fuera possible
          por no veros assi. Tan engañada me teneis, aunque conozco
          que es mal hecho.

          _Zel._--El mal para mí solo nacio, y en ser por quien
          es soy tan auariento dél, que lo zelo de qualquier otro
          bien que sea de otra naturaleza estraña de mi intencion.
          Con todo, me persuado (siquiera por viuir) que no sois
          tan poco mi señora que se os oluidasse quando menos
          de nombrarme delante del idolo de mi alma. Dezidme la
          verdad, no me la negueis, si creis que consiste en esso
          mi vida, que quiero para seruiros. Dadme algunas nueuas,
          que con qualquiera de mi fauor me pondreis tan contento
          quanto aora estoy triste. Y acordaos, señora, que la
          tristeza es causa de muchos males, y que della procede
          enloquezer y muchas otras enfermedades, de tal manera
          que llega a darse muerte el que la tiene. Imaginad que
          soy humano, sujeto a desuenturas humanas; y sucediendome
          qualquiera destas desgracias, como aora las temo todas,
          ved qué sentireis; pues yo os digo que estoy muy cerca
          de enloquecer, y que no duermo con esta imaginacion, y
          no siento enfermedad que no trocasse por la tristeza en
          que me consumo: porque más ligero es padecer qualquier
          tormento que esperallo.

          _Sil._--No sé qué os diga ni qué haga; en las cosas de
          peligro toda determinacion es ventura; vos quereis que yo
          me pierda sin aprouecharos, no sé en qué ley de amistad
          hallais que busque con mi daño vuestro gusto y que lo
          querais más que mi razon: matadme antes y descansaré.

          _Zel._--Ha, señora prima, que vos me matais con essos
          temores. Al hombre medroso todo le espanta y nunca le
          ayuda la fortuna. No os quiero yo ni estimo tan poco
          que no perdiera con facilidad cien vidas por escusar vn
          disgusto vuestro; y si por esta ocasion presumiera yo que
          os auia de suceder disgusto, no os metiera en ella.

          _Sil._--Está mal visto, y me espanto mucho de vos, que me
          pongais en tan cierto peligro, pues sabeis tanto, y el
          atreuerse mucho nace del poco saber.

          _Zel._--Antes el mucho saber haze que no se tema nada,
          conociendo lo poco que se pierde en todo; mas como no
          me quereis hazer merced, hallais dificultad, porque no
          ay cosa tan facil que hecha sin voluntad no parezca
          muy dificultosa. Muy mal cumplis conmigo lo que me
          prometistes.

          _Sil._--Vos no quereis mirar más que vuestro gusto;
          ruego a Dios que no sea cierta mi profecia. Primo,
          antes me mataré con mis manos que hablar en esso
          determinadamente: porque las cosas sin razon no las
          intenta sino demasiado despejo, y yo tengo muy poco, ni
          cabe el hazerlo sino en baxos pensamientos o en poco
          discretos. Assi que no es justo querais de mí lo que no
          soy para hazer. Verdad es que el dia que me descubristis
          vuestro pensamiento hablamos en vos, assi como os
          fuistes, y la dixe que la vistes y alabastes mucho:
          porque sé que se alegra de ser alabada, como todas; y
          passando adelante la plática, entre juego y burla, toqué
          en que me quisistes dar a entender que os enamorastes de
          su hermosura; mas esto dixelo assi ligeramente.

          _Zel._--O bienauenturado cuydado el mio, que por más
          aspero que sea, pues me subio a tal estado, no sentire
          la cayda de Faeton ni de Icaro, pues basta por dicha
          auer subido; y si muriere, ire satisfecho en saber que
          la causa sabe de que muero, que lo que más sentia de mi
          anticipada muerte era perder la gloria que se alcança de
          ofrecer la vida. Dadme essa mano, os la besaré por tanta
          merced, que con razon estaua yo satisfecho que no me
          auiades de desamparar.

          _Sil._--Mirad cómo hablais, no os oiga, que he miedo que
          nos azeche, como el otro dia lo hizo.

          _Zel._--Por vuestra vida? O, qué cosa seria para mí
          presumir esso! Vos me vereis aora turbado, que no
          acertaré a dezir palabra. Grandes cosas me contais, y
          como quien no dize nada os las dexais dezir, sin hazer
          caso dellas, siendo tales que me hallo incapaz de
          merecerlas. Sin duda deueis de ser de ánimo muy liberal,
          pues de lo que es mucho hazeis tan poco aprecio.

          _Sil._--Bien presumo tener essa condicion, si me
          aprouechasse.

          _Zel._--Pues yo en agradecido no me quedo atras, y mirad
          cómo todo viene a proposito. Vos inclinada a hazer
          mercedes y yo a saberlas estimar, parece que no ay más
          que pedir. Mas qué me dezis, que me azechó? Aora atended
          acá, esto no se puede ponderar. Vos me certificais que yo
          le di essa ocupacion? Ay, ay, no, no lo puedo creer; mas
          no os desdigais, porque ya aureis oido dezir: engañasme y
          huelgome. No me veis ya otro color? El coraçon me quiere
          saltar del cuerpo: no de valde se dize que son raros los
          que tienen juyzio en la prosperidad.

          _Sil._--Primo, no quisiera que en cosa de tanto peso
          tengais tan poco recato. No tener secreto es de animos
          vanagloriosos. Mostrais tanto alboroço, que he miedo
          que lo oya o lo note, porque nada se le encubre; y si
          ella entendiesse que os descubri que lo sabe no tendra
          sufrimiento, y si me consintio que se lo dixesse fue
          haziendola juramentos que no os diria que lo sabia.

          _Zel._--O prima mia, si yo os tuuiera de mi parte,
          quánto más atreuido que Vlises con Diomedes lo acometiera
          todo! yo, señora, no os pido ya que me sustenteis la
          vida, que si me la aborrece quien me la da, no la quiero.
          Pido os que no me quiteis la vanagloria (que assi la
          quiero llamar, pues assi lo quereis) desta muerte, y
          haga la señora Eufrosina lo que su condicion y mis hados
          quisieren.

          _Sil._--Y yo en qué soy contra vos? qué cierto es todo
          buen consejo, si no conforma con la voluntad del que lo
          ha de acetar, ser mal recebido y peor interpretado! no
          veis quán peligroso es todo lo que intentais?

          _Zel._--Ya os entiendo; dadme aora dineros y no consejo;
          fiaos de mí que sé guardar mucho secreto y que soy muy
          atentado, y que os sacaré en saluo en qualquiera ocasion.

          _Sil._--Quien bien sentado está no se leuante; y quien
          bien tiene y mal escoge, por mal que le venga no se
          enoge; no me quiero ver en esse peligro, ni vos me lo
          aconsejareis.

          _Zel._--No me quereis entender; sobre mi cabeça que no lo
          ha de saber persona viua; yo no quiero más de que me deis
          entrada, y luego salios a fuera y dexadme que me libre
          por mi justicia; y si me quisieredes hazer vna muy grande
          merced...

          _Sil._--Suplico os no me metais en estas cosas, a que no
          me acomodo ni tengo coraçon para ellas.

          _Zel._--Esta vez no más, por mi vida, y si no que mala
          muerte me lleue.

          _Sil._--Mejor suerte os dé Dios.

          _Zel._--Dadle vna carta mia, por vida de quanto más
          quereis.

          _Sil._--Iesus, guardeme Dios que tal me atreuiesse, ni
          vos, señor, me lo mandeis, que en ninguna manera lo he
          de hazer. Buen gouierno es esse, bien me gouernara yo si
          hiziera esso.

          _Zel._--Ha, señora prima, aqui del Rey, que me matais.
          No podre yo alcanzar de vos que me deis este soplo para
          poder bolar, y subir a esta fortaleza, y hazeros señora
          de ambos, como lo sereis, si la tuuiere por mia? por qué
          no quereis reparar que me va en esto el alma y honra, dos
          cosas inmortales a que todas las vidas se deuen, y muchos
          por ellas las perdieron, y que mi honra es vuestra?

          _Sil._--No sé en qué podeis fundar alcanzar cosa tan
          impossible.

          _Zel._--En mis pensamientos, que no sin causa me subieron
          tan alto, y su naturaleza es nauegar sin velas de la
          razon: porque la fortuna que los habilita no tiene en sus
          obras más respeto que obligarse a fauorecer a quien se le
          entrega, y la opinion de los espiritus es como la fee,
          que no pende de razon ni carece della, porque la tiene en
          lo que pretende tanto que lo pretende. Dios haze de los
          humildes grandes, la orden de sus obras se nos encubre a
          nuestro juyzio: porque solo assi se entiende, y ninguno
          es su consejero.

          _Sil._--Esso es edificar sobre arena. No es ya
          tiempo dessas cosas. Bien sabeis quán poco valen aora
          merecimientos; sólo en la ventura consiste todo, y ésta
          vemos que pocas vezes o ninguna ayuda a quien lo merece,
          y de los que el mundo más espera vemos más aniquilados,
          que parece que Dios deshaze la rueda de nuestra opinion.

          _Zel._--Lo mismo digo yo. Quanto más sin razon os parece
          esta empresa, tanto más cierto está el conseguilla,
          porque Dios con las cosas pequeñas confunde las grandes.

          _Sil._--Señor primo, emplead vuestros cuydados en tierra
          firme, que quien corre por el muro no da passo seguro. No
          perdais el tiempo en cosa tan fuera de razon.

          _Zel._--Vos, señora, dezid lo que quisieredes; mas vn
          desengaño os doy, que soy tan satisfecho y vano de mis
          pensamientos, porque bolaron tan alto, que si alguno de
          cobarde se me abatiesse, como a vastardo lo echaria fuera
          de mí, como la aguila arroja del nido al hijo que no mira
          derecho al Sol.

          _Sil._--Quiero tener enojo y no puedo, porque soy vna
          alma de cantaro; mas qué os parece: si se lo dixesse a su
          padre, daria yo buena cuenta de mí?

          _Zel._--No es tan necia ni tan poco amiga vuestra que lo
          dira; no quiero más de vos de que dexeis caer esta carta
          donde la pueda ver.

          _Sil._--Libreme Dios de vuestras demasias; dexaos de
          tales presunciones, que siempre suceden mal.

          _Zel._--Cómo hablais sin pena y fuera de sentir mi mal!
          vos me aueis de hazer esta merced. En todo caso veis ahi
          la carta, hazed della lo que quisieredes.

          _Sil._--No, no, no; tomad, tomad.

          _Zel._--Echalda en esse suelo, porque en ninguna manera
          la he de boluer a tomar, aunque sepa que he de perderos.

          _Sil._--Ay triste de mí, si Eufrosina la ha visto! en qué
          pendencia me aueis metido! yo he de ir luego a quemalla.

          _Zel._--Quemadme a mí tambien y acabareis conmigo y yo
          con todo.

          _Sil._--Ya no quiero oiros más, idos, idos muy en buen
          hora, que ya he conocido que me quereis mal.

          _Zel._--Más mal me quereis vos, señora. Voyme, pues
          assi lo mandais, tan fuera de irme, como de esperança
          de viuir, pues assí lo quiere la fortuna; y sabed que
          quedo aqui como Archimenides en Sicilia a la sombra que
          soy de mí. Esta se va a la compañia de los muertos sin
          sepultura, y quien aora me mata sois vos.

          _Sil._--Todo vais consumido; nunca vi muertos hablar sino
          aora.

          _Zel._--La muerte no es más que el apartamiento que el
          alma haze del cuerpo.

          _Sil._--Por esso digo que no estais vos avn muerto, pues
          teneis alma.

          _Zel._--No tengo, que el alma claro está que reside
          donde ama y no donde anima, y la mia más que todas,
          porque tiene más razon.

          _Sil._--Ay, primo, primo, dessas filosofias sabeis
          vosotros muchas para engañar a las inocentes que os
          creen. Pues cómo andais y hazeis las demás acciones como
          viuo?

          _Zel._--Quedóme vn aliento del alma que me sustenta assi
          los miembros, que por ella mueue este cuerpo mortal.
          Assi como en vuestro cofre, en que teneis almizcle, si
          lo quitais, queda el olor de manera que parece estar
          presente el almizcle.

          _Sil._--O, mala cosa, y quánto sabeis; no quiero hablaros
          más, que estoy muy mal con vos.

          _Zel._--Sea para hazerme bien, que de los buenos es no
          pagar mal con mal. No me dexeis del todo a la fortuna.

          _Sil._--Idos, que todo se hará bien; el diablo me hizo
          tan aficionada vuestra.

          _Zel._--Acordaos que viuo no más de en quanto vos quereis
          que viua.

          _Sil._--Dexadme, parlero, que nunca acabais.


                                NOTAS:

          [625] En el original, por errata, _Atix Olileleo_.


                             SCENA QUINTA
                           ANDRESA, VITORIA.

          _And._--Comadre, esperame, comadre, sorda Vitoria.

          _Vit._--Quién llama?

          _And._--O, mal pesar veais de los Moros, todo oy te vengo
          llamando.

          _Vit._--Pues yo no te oia.

          _And._--Irás pensando en la picaça.

          _Vit._--Has visto oy aquella persona?

          _And._--Menos ha de vn año que estuue con él.

          _Vit._--Y qué te dixo, por su vida negra?

          _And._--Mira, hermana, contarete muchas cosas que
          passamos.

          _Vit._--Estamos aora muy reñidos?

          _And._--Pues de ahi le viene la tos al gato.

          _Vit._--Ha, no me lo digas, ya te lo fue a dezir?

          _And._--Ay, hermana, si tú lo vieras huuieras dolor del
          cuytado, cómo se desbautizaua, ponia las manos en la
          hijada, leuantaua el cuello y decia: Dexalda vos a ella,
          que adelante lo hallará.

          _Vit._--O mal pesar, quién quiere tener vida? y dónde te
          halló, hermana?

          _And._--Venia yo del horno, y porque passaua sin verlo,
          dixo él: ni yo a vos.

          _Vit._--Poco ha que me passeó la puerta, y yo entraua;
          dixome a las espaldas: Ya no quereis hablar como
          soliades; mas yo le respondi: Quien os deuiere que os
          pague.

          _And._--Essos son siempre sus dichos. Mas qué te
          dixo[626], preguntóme si te auia visto.

          _Vit._--Y tú que le dixiste?

          _And._--Fui yo en mala hora y acerté a dezirle, pensando
          que lo contentaua: poco ha que nos reimos sobre vuestra
          persona, y en tan mala hora y negra yo se lo dixe.

          _Vit._--Por qué?

          _And._--Torna él luego como abispa muy enojado: assi lo
          pienso yo, por esso soy vn necio, que si tengo alguna
          pesadumbre con ella, no como ni duermo.

          _Vit._--Ay, mal hora, assi es, cortado está el niño de
          frio; no comera con el enojo, bien se le echa de ver en
          la cara.

          _And._--Aora escucha, hermana; dixo él hecho vn odre:
          Aora andar.

          _Vit._--Dixerale yo: quien pudiere.

          _And._--Pues assi se lo dixe yo. Él mirando al traues,
          muy ceñudo, los ojos en el suelo: No he de ser yo siempre
          bobo; sobre cuernos cinco sueldos. Algun dia me echará
          menos; entonces me creera, que el bien no es conocido
          hasta que es perdido: porque yo le digo la verdad de
          lo que le conuiene. Está ella mal conmigo y no dexa de
          hablar con quantos van y vienen, sin tener recato vna
          hora más que otra, aunque le estoy predicando siempre.

          _Vit._--Hermana, yo me rio desso. No sabe el asno qué
          cosa son alfeloas[627]. El piensa que soy su esclaua y
          que me ha de tener sujeta: qué placer, pues, de marido,
          la cera gastada y él viuo! Mejor juizio me dio a mí Dios
          que esse. Vieja escarmentada arrejazada va por el agua.
          Yo conozco a éstos muy bien; todos son aora me veis, aora
          no me veis; y quien a su enemigo popa, a sus manos muere.
          He de hablar y reir con quien a mí me diere mucho gusto,
          y él ni otro más pintado que él no me ha de quitar el
          poder que tengo. De aqui adelante no seré yo boba, que
          quien con mal vezino ha de auezindar, con un ojo ha de
          dormir y con otro velar.

          _And._--Pues escucha lo que me dixo: si yo caso con ella,
          sepa por cierto que yo no me fio de mi padre; y cornudo
          sea yo luego si no la hiziere tener juyzio a su costa, y
          andar derecha.

          _Vit._--Esso te dixo? Huelgome mucho, que qual te dizen,
          tal coraçon te ponen. Por la boca muere el pez, y la
          liebre cogen a diente; pues [por] sólo esso no me alcance
          la bendicion de mi madre, que come tierra fria, si más le
          hablare; que en fin y no de valde dizen: Sea en juego,
          sea en saña, siempre el gato araña.

          _And._--Y mañana moriras por hablarle, que quien el
          diablo conoció vna vez, siempre le queda memoria dél.

          _Vit._--Pues qué amargura y qué mercado de verças! En
          buena fe, hermana, yo te digo: vn ruin se nos va de la
          puerta y otro llega que nos consuela.

          _And._--Da al diablo tales cuentas; que quien se enoja
          en la boda la pierde toda, que a él no le ha de faltar,
          y quien boca besa, boca no desea. Peor será que él se
          enamore de otra; y sardina que el gato lleua, perdida va,
          y si él no te quisiera bien, no te dixera esso.

          _Vit._--Andar en buen hora. Pues qué bien el suyo, yo
          qué le hago? nunca el demonio acaba con rabio acá, rabio
          acullá. Dexeme, dexeme aora hablar, que boca tengo de mio
          y no la voy a pedir prestada, ni le quito la suya. El
          se podrá escusar de tratar siempre de mí, que por esso
          dicen; quien no te ama en juego, te disfama. Sea en buen
          hora, que quien muchas piedras mueue, en alguna se hiere.
          Toda su rabia es que por qué yo hablo con Filtria y soy
          su amiga; pues he de serlo y hablarle, aunque más le pese
          y amargue, y digan lo que quisieren, que donde no hay
          fuego no se leuanta humo.

          _And._--Y si el amigo[628] se enoja y se casa y te dexa a
          buenas noches?

          _Vit._--Esso querria ver; sí, en buena fe; qué pérdida!
          venga buen año de pan y vino, que tanto se me da que me
          quiera como que me dexe de querer; no he de perder por
          esso el dormir a pierna tendida; hermana, no me quiero
          cautiuar antes de tiempo; en quanto soy moça quiero
          lograr la vida, que despues no sé qué será de mí; lo que
          fuere mio, a la mano me vendra, que, en fin, quien con
          saluados se mezcla, malos perros lo comen, y quien en
          ruin sitio pone viña, en las espaldas trae la vendimia.
          Si aora anda él con este run run, despues mataráme a
          palos, que quien casa por amores viue con dolores. Algun
          angel bueno habló ahora por ti en decirme esso, y quiça
          será él. Quien todo lo quiere todo lo pierde, quien
          escupe al cielo en la cara le cae; y tanto haze el lobo
          entre semana, que el Domingo no va a Missa, y si le
          topo, yo le desengañaré de nueuo, le haré rabiar, que
          quien dize lo que quiere oye lo que no quiere, y quien
          mal habla, peor oye. El con aquella negra fantasia de
          ser ya oficial, piensa que el Rey es su porqueriço. No
          aya miedo, yo se lo aseguro, que yo le vaya a rogar, que
          si éste no me quiere, estotro me ruega. Muger soy yo
          para casarme en camissa, sana y sin lision, ni suzia, ni
          desaliñada como otras que veo, y para ayudar á mi marido;
          no me he de perder por apocada, y como dizen: antes
          quiero vn page holgado, etc.

          _And._--En buena fe, hermana, dizes verdad. En fin éstos
          de Palacio nunca salen de casa sino aliñados y luzidos,
          que es contento verlos; son tan corteses, que siempre
          tienen la boca llena de señoría.

          _Vit._--Aquellos nuestros todo el dia no entienden
          en otra cosa sino en limpiarse y peynarse; todas las
          noches dan musicas y no entra en ellos pesar. Mas sabes
          tú qué dizen? que andan siempre sobre su prouecho donde
          pretenden, y quieren mucho la conclusion.

          _And._--Conocellos y andar sobre seguro.

          _Vit._--Lo que yo te digo, que esso es lo mejor; su
          ventura les valga, pues nos dexan enteras.

          _And._--O, los enemigos te lleuen, desvergonçada.

          _Vit._--Pues digote verdad; al fin éssas vemos mejor
          casadas, estimadas y queridas, y más vale vn dia de
          placer que ciento de pesar.

          _And._--Con esso ellos oy buscan vna y mañana otra, y
          andan prouando vinos.

          _Vit._--Yo sé vno que no me dexa a sol ni a sombra, y se
          casará conmigo de bueno a bueno, y lo tendra por gran
          ventura, mas no lo puedo ver ni pintado.

          _And._--Quál, aquella cosa que nos dio la fruta quando
          lauamos, que traia los guantes muy picados?

          _Vit._--Esse tambien se me oluidaua. Anda beuiendo los
          vientos, mas empero estotro, yo sé persona a quien le
          dixo con trecientos juramentos que estaua perdido por mí,
          y que si yo quisiera, que hiziera y aconteciera.

          _And._--Sí, mas ellos no tienen sino dia y vito, y en
          fin, son pajes, que oy estan aqui y mañana en Francia, y
          en cada tierra reciben vna.

          _Vit._--No, que estotro es camarero y manda toda la casa,
          y es toda la priuança de su señor. Bien me conoces: assi
          es la moça boba, que auia de mirar moços de espuelas?

          _And._--Luego por esso desprecias estotro, nuestro
          conocido, y lo traes assi por los aires? Pues assegurote
          que todos hablan de gorja.

          _Vit._--Bien sé yo cierto que si yo quisiesse, que
          daria él gracias a Dios. Pues vno destos de cabello
          rizado, recien venido a esta tierra, que se derrite como
          alfeñique, te digo que me sigue sin perderme de vista, y
          es muy gentil hombre.

          _And._--Quál es esse?

          _Vit._--Vno que anda aqui pocos dias ha, y segun me
          dizen vino de la Corte: de muy brauo se hace corcouado;
          anda medio embozado, echa la capa a izquierdas, habla
          con la cabeça, yo hago burla dél, él me dize: luto a tal
          que os he de hurtar[629], porque essos ojos me matan.
          Veslo, aculla viene: al ruin, como lo mientan, luego lo
          encuentran.

          _And._--No digo yo assi, que éste es nuestro Cariofilo.

          _Vit._--Este es el hijo de tu señora?

          _And._--Este es.

          _Vit._--Bien parecido es a su hermana, como si lo
          pintaran; dauame el aire y no caia en esso. Poco ha que
          lo veo aqui.

          _And._--Poco ha que vino, aurá vn mes, con vn primo de
          vuestra Siluia de Sosa.

          _Vit._--Tambien esse es galan mancebo, mas tan graue y
          sesudo, que no habla palabra.

          _And._--No hables tú en estotro nuestro, que es la
          mejor persona que pensé ver en mi vida, tan afable, tan
          chocarrero; todo es el mismo entretenimiento, y en casa
          muy gracioso.

          _Vit._--Luego sera tabanillo hablador.

          _And._--Verlo con su hermana hará morir de risa con las
          cosas que le dize, las burlas que con ella haze, y luego
          vase con nosotras y nunca nos dexa.

          _Vit._--Ella lo querra mucho con esso?

          _And._--Pierdese por él, no le den otra cosa sino a su
          hermano; él tambien se mira en ella como en vn espejo,
          ruegale que le diga si es enamorada. Entonces dizeme él
          a mi: Veni aca, mi señora Andresa, vos deueis de ser la
          Secretaria; si me mostrais el galan, teneis de mí vnas
          chinelas, que lo deseo conocer para darle la obediencia y
          hazerle la cortesia cuando lo topare.

          _Vit._--Será grande amigo tuyo?

          _And._--El mayor del mundo; ver los consejos que me da,
          dizeme: Mira acá, moça, fiate de mí. Quieres vn consejo
          de amigo? no cures de enredarte con amores mecanicos,
          que hieden a zerotes, ni los vayas a buscar mas lexos,
          ya que hallaste los mios en casa; lo que has de hazer
          por vn villano ruin que te quiebre las costillas a palos
          hazlo conmigo, que te lo sabre agradecer, y más que yo
          contribuyo largamente, doy çapatillas, tocas, jubones y
          cintas; y luego dize cosas que no tienen fin.

          _Vit._--Ay, ay, algun gran desvergonçado es; pues aun a
          mi no me ha dicho tantas cosas.

          _And._--Callemos, que llega junto a nosotras.


                                NOTAS:

          [626] En el original _digo_, pero parece errata.

          [627] En la traducción castellana, _alfeolas_; en el
          texto portugués, _alfeloas_.

          [628] En el original, por errata, _amiga_.

          [629] _Huartar_, por errata.


                              SCENA SEXTA
                     CARIOFILO. VITORIA. ANDRESA.

          _Car._--Beso las manos dessa persona mil quentos de vezes.

          _Vit._--Diz que sí, librenos Dios; a ti va, suegra.

          _And._--Mas a ti, nuera.

          _Car._--Huelgo mucho con esse parentesco, con tal que sea
          yo el esposo.

          _Vit._--Lexos va su aguero, con sol passe él por nuestra
          puerta.

          _Car._--Por qué sois tan libre, señora? quién os dize
          que por ser tan hermosa estais obligada a poner los pies
          sobre todo?

          _Vit._--Pues bien, son desgracias.

          _Car._--Por estas que me nacen, que os he de hurtar,
          porque estais mal empleada en esta tierra, y yo sé otra
          en que podeis triunfar.

          _Vit._--Quereis vos? daldo por hecho. Pensais que aquello
          es poco? comed naranja y cortareis la colera.

          _Car._--Burlais de mí, señora? sea en buen hora, no es
          pequeña ventura essa. Pues sabed que no ay cosa que assi
          me rinda como estos requiebros con desdenes: porque soy
          tan sujeto a vna gracia robadora, y a vn rostro triguero,
          que por toda la vida no boluere el pie atras. Andresa,
          hija, vos me aueis de valer con esta moça, si quereis que
          seamos amigos, o al menos porque no veais mal pesar de
          mí, pues veis cómo me trae atropellado, y con quanto mal
          me haze, no le puedo querer mal, ni me lo parece.

          _Vit._--Echase muy bien de ver. No se habla en otra cosa
          en la plaça.

          _Car._--Oisme vos, amiga mia?

          _Vit._--Ay, Iesus, pues no?

          _And._--Si ella quiere, no ha de quedar por mí.

          _Car._--A proposito. No me pagueis con escusas, que no me
          está bien, y yo no quiero que haga ella por mí sino lo
          que mereciere.

          _Vit._--Sí, paja y cebada lo que basta, assentalde la
          paga.

          _Car._--Ha de vna traydora, por qué teneis essos ojos tan
          trauiessos?

          _Vit._--Mal hora y negra, vistes en lo que ha dado? pues
          qué le haremos?

          _Car._--Si vos me dierades poder sobre ellos, yo me
          atreuiera a hazellos muy mansos.

          _Vit._--San Manso que los amanse. He miedo que los hareis
          muy mala compañia, y yo quierolos como la vista con que
          veo.

          _Car._--Teneis mucha razon, y a vos os parece esso por la
          mala que me hazeis; pero yo no soy vengativo con mugeres
          hermosas, y por vn lunar en la cara, como esse que
          teneis, no ay cosa que yo no dexe; y si vos quisiessedes
          tomar experiencia de mí...

          _Vit._--Por lo que a mí toca, en esso estoy; qué me
          aconsejas tú, suegra?

          _And._--Eres vna boba, yo hizieralo: niega el sí, para
          ver lo que haze, señora.

          _Vit._--Bueno seria para él esso.

          _Car._--Señora mia, fuera de toda burla, porque soy de
          pocas palabras y cierto en las obras; por estas barbas,
          que me pareceis muy bien y que os lo deseo; y más os digo
          otra cosa, que para más cautiuarme no he visto en esta
          tierra otra que tenga talle de muger cortesana sino a vos.

          _Vit._--Suegra, holgaos con mi bien.

          _And._--Quién se aueriguará contigo? No tienes más que
          dessear, y aún mal contenta.

          _Car._--Por este rostro que os hablo verdad, y que
          teneis vn donayre cortesano que me mata.

          _Vit._--Aun nosotras por acá no hemos visto essos muertos.

          _Car._--Pesar de los Moros, aun más muerto que yo?

          _Vit._--Señor, os mentiran los ojos, que no seria yo.

          _Car._--No pueden ellos mentir en cosa tan clara.

          _Vit._--Busque V. m. las de su calidad, que nosotras
          somos gente humilde. Andamos en este río al frio y al
          sol; otras damas tendrá por allá que lo merezcan.

          _Car._--Aora me agrauias? Esso no entró en el concierto;
          demas que os engañais mucho conmigo: porque soy muy
          enemigo de paredes enjaluegadas, y más codicioso de vna
          moça sin arte que el milano de pollos, lo que aora es
          fuerça que veamos en el rio.

          _Vit._--Esso será donde ay que ver.

          _And._--Y cómo que ay!

          _Car._--Es el mal que no soy muy ignorante; tengo mal
          ojo, no puede auer en essa persona cosa mala.

          _Vit._--Buenas son ellas, pues me traen y me sacan del
          atascadero y no las he de buscar prestadas?

          _Car._--A tiempo estamos que lo veremos.

          _Vit._--Mejor placer vea mi madre de mí, que meta el pie
          aora en el agua.

          _And._--Mejor será tu alma.

          _Vit._--Mejor será ella, que lo haré como lo digo.

          _And._--Irase el diablo para el diablo, y pasarásse esse
          enojo.

          _Vit._--Yo soy assi antojadiza y estoy aora como he de
          estar.

          _Car._--Yo os dire cómo será, Andresa, no le hinchais vos
          el cantaro.

          _Vit._--Quando ella no quisiere, no faltará otra ruin.

          _And._--Hablais vos vuestras virtudes.

          _Car._--Aqui estoy yo que sin serlo, si en esso os siruo,
          assi como estoy os lo hinchire en medio de la corriente
          del rio.

          _Vit._--A, señor, cubrios, que llueue. Essas palabras
          tienen más sentido.

          _Car._--Y vos para qué sois tan maliciosa? Qué modo
          teneis para traer essas cejas tan bien hechas, que
          parecen pintadas?

          _Vit._--Para qué es tan grande honra a tan pequeño santo?

          _Car._--No sois sino muy grande para mí, que no ay cosa
          de que haga tanto aprecio como del valor de la persona; y
          los ruines que lo pusieron en tener dinero y cosas desta
          calidad, les vino de tener bazos animos, y disfrazan la
          naturaleza, mas la verdad es mi opinion, y la fundo en
          lo que veo y entiendo; y si quisieredes aora que yo os
          hinchiesse el cantaro en la voluntad, ya estoy de la otra
          parte del rio.

          _Vit._--Besole las manos por lo que ha dicho, mas antes
          lo quebraré que le daré esse trabajo.

          _Car._--Quién pudiera saber con qué intento se dize esso!
          Quál es vuestra calle, señora?

          _Vit._--Por discrecion lo sacareis: de frente de la
          nariz, no la primera puerta, sino la otra.

          _Car._--Aunque sea burlaros de mí, me alegro, pues os
          holgais, que no quiero gusto sin compañia; yo lo sabre
          por otras señales más ciertas, que es por el rastro, que
          por todo este camino y en mí dexa essa gracia.

          _Vit._--Para qué es tanto cortar?

          _Car._--Mirad el ladronicio de aquellos ojos, aquella
          risa y aquellos dientes como perlas!

          _Vit._--Vistes aquello? qué gran bien. En fin, señor, no
          se me da nada que hagais burla de mí quanto quisieredes.
          Aunque somos gente del campo, no nos echan fuera de la
          Iglesia.

          _Car._--Andressa, amiga mia, ya veo quán poco valgo
          por mí con esta moça; en vuestras manos me pongo y vos
          ponedme en su gracia.

          _Vit._--Mirad, señor, que nunca los encomendados hallaron
          bien.

          _Car._--Ha! que no pretendo más que tengais dolor de mí,
          pues sois tan compasiua; no quiero para con vos más fauor
          que a vos misma.

          _Vit._--Está muy bien assi.

          _Car._--Señora, aqui os espero, porque no sé si dais
          licencia que vaya adelante; y tú, moça, por esse arenal
          da señal de ti como endemoniada.

          _Vit._--Aparejada está la fiesta, que ya la procession
          sale.

          _Car._--Oyes tú, moça, o no?

          _And._--Oygo, y más que oygo; perro ladrador nunca buen
          caçador.

          _Car._--Placeme, porque yo tengo essa opinion, y a buen
          entendedor pocas palabras.

          _Vit._--Hasta esso es todo nada.

          _Car._--Aora quiero ver lo que hazeis por mí, que yo doy
          poder bastante para dar y donar.

          _Vit._--Esso basta con la fe de escriuano.


                             SCENA SEPTIMA
                         CARIOFILO, ZELOTIPO.

          _Car._--Voto a tal, que es valiente la moça y bien
          dispuesta, y deue de tener buenas carnes, y es rubia para
          mejor señal. Cortenme las orejas si no es golosa; podra
          ser que la cace antes de muchos dias, que si Andresa es
          la que yo pienso, ella me la traera a las manos; y si no,
          todo será tornarme al camino seguro, y al vltimo remedio,
          que es mi amiga Filtria; echaréla que me la pesque. Bueno
          ando yo aora con estas muchachas. Este juego quiere que
          se den a él y luego acude. La buena diligencia todo lo
          alcança; con esto ellas mismas se entran en los peligros,
          como lo hara ésta, que ya lleua en la cabeça la negra
          vanidad de hermosa, como si no lo fuera mucho más la
          virtud. Es vn trato muy gruesso éste de las rapacillas
          y muy sobre seguro; hazense de rogar al principio, y
          quien las conoce y perseuera en seguirlas nunca perdio
          el caudal. Yo ando ocioso, que es la yesca deste fuego,
          como dize mi amigo Ouidio, que quitar la ociosidad es
          matar la hambre al amor y quitarle las armas, y quando
          me desautorice aora vnos dias, que no puede ser menos,
          porque este rapaz de Cupido es la misma desautoridad,
          y no ay oro sin escoria, y por sus terminos se ha de
          conseguir todo, tiempo me queda para recogerme y llorar;
          no quiero casarme tan presto. Quanto más que por tachas,
          y más como ésta, ninguno perdio casamiento; dinero
          allana los montes y passa el mar. Assi que no ay que
          reparar en quentas, ni inconuenientes; quiero lograrme,
          si puedo; que para priuar con toda muger se ha de perder
          la grauedad, y hazer locuras es el mejor empleo deste
          trato. El juyzio estese a vn lado para los quarenta;
          el arrepentimiento, para los cinquenta; la contricion,
          llanto y dolor, para la miseria de los cansados sesenta,
          hasta cerrar la sepultura. El año da los frutos sazonados
          segun las mudanças de sus tiempos. Assi va nuestra vida
          por sus edades, y yo tambien, por no errar la senda,
          voime con ellos; quiero ir al paraiso por el camino
          general y contentarme con tener allá vn rincon, porque
          no soy embidioso. Essotros mis señores, que lo procuran
          con muchos ayes y eleuaciones de ojos, y sólo es por
          parecer bien al mundo, si no es otro su intento, no les
          he embidia a lo que fingen y a sus engaños. Ya viene acá
          Zelotipo; la prissa que trae por contarme lo que le ha
          passado con su prima! qué cosa tan natural es no poder
          encubrir el contento o pesar que sentimos! Por este
          respeto, demas de otros, es la amistad vn bien diuino,
          que se comunica con nosotros, sino que anda aora muy
          desvalida por malas inclinaciones, porque se baraja el
          mundo en interes. Y toda la conuersacion se resuelue en
          tener ojo al prouecho particular, no comunicar ni sufrir
          a ninguno sino es con este fin: ya no se hallará otro
          Damon, ni Pithias, ni vn Rey Dionisio, que desease su
          familiaridad. Gran desventura es la desta nuestra edad;
          en ella vemos muchos exemplos de males no vistos hasta
          aora, ni oidos, y ninguno de virtudes; y damos por escusa
          nuestra el defeto del tiempo, siendolo el de nuestro
          natural, que lo ponemos en esta opinion con nuestras
          obras. Ha, señor, vais a pedir algun oficio?

          _Zel._--O, amigo, no entendi hallaros aqui; pareciome que
          os huuierades alejado más.

          _Car._--Tengo aqui puestos laços a cierta caça.

          _Zel._--Y qué tal?

          _Car._--Aora lo sabreis. Veis aquella rapacilla de lo
          verde, que viene acá del rio con otra de mi casa?

          _Zel._--Es criada de la señora Eufrosina.

          _Car._--Por vuestra vida? Pues pagámelo y os la traere a
          lo que quisieredes.

          _Zel._--Esso cómo?

          _Car._--Por que la mando con el pie. Esta es la que os
          dixe, y quando os dexé topéla y habléla vnos brauos
          amores: tengola encomendada a Andresa, que es diablo, y
          me la ha de rendir. Esta es vna gran mina para tratar
          vuestro negocio, y lleuar y traer, que estos casos
          quieren ser assi trabados. Y todas estas ayudas son
          necessarias para poner en efeto la obra; iremos assi
          juntando nuestras municiones, y quando fuere tiempo de
          poner fuego, no seais necio, que ya sabeis que quantos
          más Moros, más ganancia.

          _Zel._--Está bien, pareceme que teneis razon; hazed lo
          que quisieredes, en vuestras manos me pongo.

          _Car._--Son estos vnos remedios acomulatiuos a manera de
          corredores de campo, poco costosos y muy importantes. La
          regla de Ouidio es picallas, porque sean diligentes. Aora
          le hablaré yo en mi particular; en el vuestro luego, que
          es más seguro. Dexadme aora con ella y vereis milagros.


                             SCENA OCTAUA
                ANDRESA, VITORIA, CARIOFILO, ZELOTIPO.

          _And._--Veslo alli, que está esperando donde lo dexamos.

          _Vit._--Ay triste de mí, y aquél que llega aora a él es
          el primo de nuestra Silua de Sosa.

          _And._--El mismo es.

          _Vit._--Ay mal hora y negra, y él contáraselo todo, y el
          otro irá luego a ponerlo en pico a su prima, que burlará
          de mí sin cesar.

          _And._--No, que yo le dire que le auise que calle.

          _Vit._--Tan grandes amigos son los dos?

          _And._--Guardenos Dios, los mayores del mundo.

          _Vit._--Será tan ruin como él.

          _Car._--Veis aqui, señor, vna señora que en aquella señal
          negra vereis luego si la pueden hazer por mí, y quiero
          que juzgueis si tengo razon en perderme.

          _Vit._--Jesus, libreme Dios! aun no está harto de
          burlarse? Señor Zelotipo, vengueme V. m., pues yo no
          puedo.

          _Zel._--Ojala pudiera yo lo que vos podeis: que el
          seruiros está en mi tan cierto como en él el obedeceros.

          _Car._--Veis aqui esta espada, y yo delante della como
          vn cordero.

          _Vit._--Guardeme Dios de mala vision.

          _Zel._--Señora Vitoria, donde vos estais no puede auella.

          _Vit._--Tambien me parece que se burla; no esperaua yo de
          V. m. esso; prometole que yo le dé mis quexas a la señora
          su prima.

          _Zel._--Holgaré mucho, con tal que le digais mi razon.

          _Vit._--Esso es lo que más me importaua para darle que
          reir; demas que quiero tanto a V. m. que no me atreuere a
          culpalle delante della, porque seria ir con vna quexa y
          venir con dos.

          _Zel._--Pues yo soy todo de V. m y de toda essa casa, y
          tan de su vando, que seré antes contra mí y contra todo
          el mundo.

          _Car._--Andresa, amiga mía, qué tenemos hecho?

          _And._--Mucha cosa.

          _Car._--Y pues, quiere?

          _And._--Quiere, en casa se lo contaré todo.

          _Car._--Está bien, señor Zelotipo, no me gasteis mi
          tiempo, dexad los cumplimientos para otro dia.

          _Vit._--No le quisiera yo tan pegajoso.

          _Car._--Con vos puedo yo dexar de serlo?

          _Vit._--No ay prisa a quien Dios no acuda.

          _Car._--Quereis hazerme merced de vn poco de agua?

          _Vit._--Toda la del cantaro os dare.

          _Car._--Cómo no he de estar perdido con estas franquezas,
          señora? aora para entre los dos os aueis de acordar de mí
          en ausencia?

          _Vit._--Ay Jesus, pues no?

          _Car._--Esto fuera de burla.

          _Vit._--Yo no sé hazer burla sino de quien la hiziere de
          mí.

          _Car._--Beso a V. m. las manos por la que me haze, que es
          para mí muy grande; y mirad que de oy adelante viuo como
          vuestro, porque os quiero y estimo mucho.

          _Vit._--No se espera menos de tal persona.

          _And._--Señores, no passen adelante, porque estamos ya en
          la boca de la calle.

          _Zel._--Dize bien, vamonos por acá, besamos las de Vs. ms.

          _Vit._--Señor, si viere que dize mal de mí, no lo
          consienta.

          _Zel._--No le conuiene a él esso conmigo.

          _Car._--Dexaldo vos, id en buen hora, que yo le cantaré
          por Mayo:

                Acá os hallo en mi Rol,
              garrido amor;

          y si mandais, vamos a la puente, y contareis vuestras
          auenturas, que yo os veo muerto por dezirlas.

          _Zel._--Vamos en buen hora.




                              ACTO QUARTO


                             SCENA PRIMERA
                            SILUIA DE SOSA.

          _Sil._--En grandes cuydados me veo con estos amores
          de mi primo, porque no les hallo camino ni fundamento.
          Por una parte me parece que es en donayre todo lo que
          dize, y creo que su intento es ennoblecerse más con
          esto: porque ya ninguno se contenta con su suerte, ni se
          quiere preciar della, y su fin es procurar más altura.
          Que aqui estoy yo que no deuo nada a la hermosura y talle
          de Eufrosina, y que no le despreciara ni le fuera tan
          costosa, antes lo tuuiera en buena dicha, por sus buenas
          partes. Mas no tienen por bueno sino lo que más cuesta;
          y deste gusto dañado nacen los trabajos: que para quien
          se quiere acomodar con la naturaleza, poco basta, y el
          gusto y el descanso consiste en el estado humilde, como
          el dessasossiego y cuydado en estado soberuio. Por otra
          parte pienso que no puede más y, tengo dolor dél: porque
          le veo tan consumido y tan diferente de lo que era,
          que no ay duda sino que muere por Eufrosina: porque lo
          fingido no dura mucho y ello mismo se descubre. Yo temo
          su muerte, si se ve desesperado de mí, segun lo mucho que
          muestra sentir, y me duele el coraçon de verlo tal. Bien
          entiendo que le puedo remediar, por lo que he conocido de
          Eufrosina, que no la pesa de saber que la quiere bien, y
          las mujeres nunca tuuimos juyzio ni le tendremos. Ella
          no ha menester más que oirse alabar de hermosa, como
          quien piensa que mata a quantos la ven; y assi no dudo
          creer que le tenia amor, y la siento eleuada, porque
          siempre busca cómo hablar en él; y toma por traza hazer
          burla de su persona, como si yo fuesse inocente y no la
          entendiesse; y de poco acá se ha hecho más ventanera que
          solia ser, con el dessasossiego que consigo trae. Algunas
          horas la hallo pensatiua, agena de la libertad y descuydo
          con que antes se reia y holgaua, como quien no tenia
          cuydados ni cuenta con nada. Quando haze labor, canta
          uersos sentidos. En los libros que lee, todo su fin es
          buscar passos de amores, y gusta mucho dellos. Repara en
          los versos tristes y en las sentencias de entendimientos
          sutiles. De noche no puede dormir y habla en cosas que
          dan a entender lo que trae en el pensamiento. Todo esto
          es nueuo en ella, y pareceme tan mal como pareciera
          bien a mi primo si lo viera. Qué flaco sufrimiento es
          el nuestro, que si no tiene particular gusto a que se
          amarre y haga fuerte, no ay inconueniente que lo enfrene.
          Hermosura, sangre delicada, ociosidad y regalo son los
          medios de todos los estremos que estas muy señoras suelen
          tener; si quieren bien, no miran sino a lo que desean.
          Todo lo que les dizen creen, por lo que de sí presumen;
          y en fin todo es viento. Viene la vejez y seca aquella
          flor, y como rosa, que en vn dia nace y se marchita, assi
          passa nuestra hermosura. Ved aora a qué proposito viene
          que se sujetasse mi primo al amor de Eufrosina la primera
          vez que la vio, de manera que la voluntad, entendimiento
          y razon se hizieron luego a la vanda del apetito, que lo
          tiene tan sin libertad, que confessando el peligro, sin
          esperança jura que no puede escusarse de seguillo, y yo
          lo creo y me compadece. Triste de mí! y quién supiera el
          fin destos tratos, que siempre son peligrosos. Si él se
          cassase con ella, no me estaria a mí mal, que no será tan
          ruin que no me lo agradezca; mas es tan incierto y está
          tan lexos, que de aqui allá no nos duela la cabeça. Quién
          me mete a mí aora en estas rebueltas? allá se auengan;
          si se quisieren bien, quieranse; yo no lo estoruaré ni
          lo aprouaré, al menos en quanto más no viere; quierome
          entretener en esta mi costura y cantar por apartarme
          destos cuydados, que quien canta sus males espanta.

                _Aquel Cauallero
              Que de amor me habla,
              Quierole en el alma._
                Sé que es mucho mio,
              Creo su verdad,
              Dios me dió en empeño
              A su libertad.
              De mi voluntad
              A su dulce habla,
              _Quierole en el alma_.
                Tieneme fe dada
              De ser mio sin fin;
              No viuo engañada,
              Ni él lo está de mí.
              Dize lo venci
              Con ojos y habla:
              _Quierole en el alma_.


                             SCENA SEGUNDA
                      EUFROSINA, SILUIA DE SOSA.

          _Euf._--Yo quiero oir esta musica, buena está aora
          vuestra alma para pedirle mercedes.

          _Sil._--Pues, señora, no hemos de estar siempre de vna
          manera.

          _Euf._--Tal sea mi vida como me parece esso; quiero
          acompañaros, quando no sea más de por oiros. ¿Quién me ha
          rebuelto mi azafate? Donde vos estuuieredes siempre ha de
          auer rebueltas.

          _Sil._--Mejor me ayude Dios que yo he puesto mis manos en
          él.

          _Euf._--Ay, si os dieran tormento, y cómo dixerades la
          verdad!

          _Sil._--En buena fe que ya estaua assi quando yo vine.

          _Euf._--Mirad qué mentira; si se os cayera vn diente cada
          vez que la decis, ya no tuuierades ninguno; y es sin duda
          que me tomariades de mis agujas, que a vos nada se os
          escapa.

          _Sil._--Mejor viua yo y me dé Dios salud.

          _Euf._--Segun esso no viuireis. Aora veis esto? Quién me
          ha quitado de aqui el alfiler grande?

          _Sil._--Su mulata ó alguna de essotras, que todo lo
          rebueluen y barajan, ó lo perderia ella, que nunca lo
          prende.

          _Euf._--Esse es buen dissimular; mostrad, que yo lo
          conocere. Ay, esse es.

          _Sil._--Lo que yo sé, señora, que en la otra sala lo
          hallé.

          _Euf._--No, sino que vos hallais más en mi agugero.
          Veamos qué teneis hecho en vuestras labores. Ay, hermana,
          y cómo sois desaliñada, y perdonadme; mirad cómo teneis
          ahajada esta costura, que no está para ver.

          _Sil._--Vistes tan grande mal? pues sí, desaliñada es
          la niña! ensucianmela essas criadas, que me la andan
          arrojando por cima de las arcas: y nunca tiene ventura de
          estar queda en vn lugar, por más que lo riña y vocee.

          _Euf._--Qué cierto es que no vereis assi la mia!

          _Sil._--Quién alabará la nouia?

          _Euf._--Mas no lo podeis negar. Graciosa es esta labor.

          _Sil._--Estos ramos le dan mucha gracia.

          _Euf._--Pues quando tengan la cenefa que los acompañe, ha
          de parecer muy bien.

          _Sil._--Bien sé yo quién ha de llorar en otra ocasion.

          _Euf._--Mirad lo que dize esta desuergonçada.

          _Sil._--Tal me sucediesse, y guardad, señora, no se
          os rebuelua el estomago; mas qué cierto es que lo
          quisierades oy antes que mañana, y os agrada tanto, que
          no lo creeis.

          _Euf._--En buena fe, que antes querria ser monja.

          _Sil._--Ya anda por aqui el amor; y quién os lo quita?

          _Euf._--Mi señor padre, que no querra.

          _Sil._--Ay, quién lo creyesse!

          _Euf._--Por qué no? pues sé muy bien quán poco dura esta
          vida, y que hoy somos y mañana no, y de vna hora a otra
          nos desconocemos. Passa el verdor de la edad en dos dias;
          y quando no pensamos estamos en la vejez, y toda nuestra
          hermosura se acaba. En el alma consiste la verdadera y
          durable belleza. Todo lo demas que tenemos es sombra, que
          passa en vn momento. Si de tanto tiempo como ocupamos
          en las vanidades del mundo considerassemos alguna hora
          quán poco dura todo y con quánto trabajo se goza, y
          conociessemos este engaño tan claro, no es possible sino
          que tuuieramos más cordura en nuestro proceder, aunque
          pienso que no aprouechan consideraciones; porque anda la
          comun inclinación tan habituada a malos exercicios, que
          los que más conocimiento alcançan del mal lo suelen hazer
          peor. Hazemos siempre las cuentas de lexos, sin reparar
          en el cargo; repartimos la vida en vanos fundamentos, que
          llorando seguimos; damos poder a la costumbre, fuerça a
          naturaleza, disculpa a nuestras inclinaciones. De manera
          que hazemos nosotros otra ley que compite con la de Dios,
          todo para mayor trabajo: que el mundo y el pecado nunca
          dieron descanso.

          _Sil._--Quién haze aora a Eufrosina predicador? pero qué
          cierto es esto de ánimos descontentos é indeterminados
          en su gusto, que como no lo tienen en lo que pretenden,
          luego tratan de consuelos espirituales. Qué lexos
          estan destas espiritualidades los ánimos diuertidos y
          enfrascados en sus apetitos!

          _Euf._--Esto es cosa llana, que vna monja buena Religiosa
          viue fuera de toda desuentura y muy contenta, siruiendo
          a Dios con muy cierta esperança de eterno premio; porque
          quien más cerca está del fuego, más se calienta, y no
          puede tener disgusto a que luego no le socorra el fauor
          diuino; y vale más un momento de consuelo espiritual que
          quantos tormentos falsos el mundo puede dar y tiene.

          _Sil._--Señora, bien parla Marta despues de harta; vos
          como estais segura desso, tratais bien del arnes. Ser
          penitente es el trabajo, que confessor quienquiera lo
          será, y el mayor parece ligero a quien no lo passa.

          _Euf._--Esso es verdad, mas no contradize serlo tambien
          lo que yo digo: porque todos venimos a este mundo a
          purgar el pecado de nuestros primeros padres, y por este
          medio habilitarnos para la vida eterna, para que fuimos
          criados, y las religiosas caminan por el atajo y se ven
          más cerca de conseguir este efeto, y no se ocupan en
          otra cosa sino en exercicios para conseguirlo. Y lo que
          á los del siglo parece más aspero en el hombre, que es
          professar pobreza, castidad y obediencia, viuir como
          encarceladas sin salir del monasterio, ir siete veces al
          coro cada dia a alabar a su Criador, bien considerado es
          el mayor descanso desta vida: porque dadme vos miserias
          como las que padece la muger casada, por más rica que
          sea, en criar los hijos, casar las hijas, sufrir y pagar
          las amas y criadas. Pues sugecion no puede ser mayor
          que la que tiene a su marido, zelada de los cuñados,
          reprehendida de sus hermanos, notada de los parientes,
          perseguida de la suegra; y el dia que sale de casa, le
          questa la licencia mil enfados y de donde fue trae otros
          tantos; y todo por el mundo que siguen, de que esperan
          por premio doblado tormento, y con tanta desuentura,
          quanta en este purgatorio ay que sentir. Pues sólo por el
          descanso de espiritu de la monja, en buena fee que tiene
          tanta ventaja seguir la Religion, y no el siglo, como la
          verdad a la mentira.

          _Sil._--Lo contrario diran algunas, que las entran contra
          su voluntad.

          _Euf._--Esso es porque ninguno viue contento con su
          suerte, si la considera con las esperanças del mundo. Mas
          quien tantea la vida con la razon de espiritu dirá lo que
          yo digo, y ojala me la dexaran seguir a mí aora.

          _Sil._--Pecado fuera comer la tierra essa hermosura y mal
          lograr essa gallardia.

          _Euf._--En esso va poco y se auentura a perder mucho.

          _Sil._--Qué cosa ha de ser quando la veamos con vn
          hermoso hijo a los pechos? que de tal arbol, tal fruto; y
          no puede ser mayor gusto que ver la simiente en grano.

          _Euf._--Y qué caro que les cuesta a las cuytadas de las
          madres! No vais más lexos de la mia, que desde que me
          pario no tuuo vn dia de salud y le resultó la muerte; y
          assi sólo por no parir, querria ser monja cien vezes.

          _Sil._--Ya otras han dicho esso y se casaron; si yo no me
          muero, no me acostaré antes que os azeche y vea lo que
          passa.

          _Euf._--Vos lo hauiades de hazer?

          _Sil._--Y como que espero hazerlo y reirme mucho quando
          oyere llorar, pesandome por no ser vos.

          _Euf._--Vuestro dia os vendra.

          _Sil._--Ya fuesse antes oy que mañana.

          _Euf._--Quien assi lo dize no lo niega.

          _Sil._--Es mal hora que me haga de rogar con lo que yo
          deseo.

          _Euf._--Qué carta es esta que teneis en el pecho?

          _Sil._--Dadlo acá, señora, dadlo acá, que no os importa.

          _Euf._--Primero veré si es de amores.

          _Sil._--Por vida mia no verá, si yo puedo.

          _Euf._--Assi yo viua como la veré.

          _Sil._--Por Dios le pido que me dé mi carta; y pues yo no
          veo las suyas, por qué ha de ver las mias?

          _Euf._--Quiero yo ver ésta.

          _Sil._--Parecele bien esto? pues deme quantos golpes
          quisiere, que no he dexar que la vea en ninguna manera
          del mundo.

          _Euf._--Pienso que quereis jugar; vos ya no me la habeis
          de quitar por fuerça, y por vida de mi señor padre que si
          porfiais, que me enoge de veras.

          _Sil._--Hazed vuestra voluntad. Yo no sé qué desgracia es
          la mia o qué cautiuerio, que todo lo ha de ver; porque yo
          soy vna necia. Algun dia he de ser señora de mí. Y si yo
          no esperara esto, con mis manos me matara; yo me ire en
          casa de mi madre por escusar estas cosas.

          _Euf._--Señora, no se deshaga por amor de mí, que no es
          el mal tan grande. Tambien yo soy para guardar secreto,
          y no sabria encubriros ninguno mio. Mas no todas son
          almas de cantaro como yo soy. Veis ahi vuestra carta tan
          preciada.

          _Sil._--Holgose mucho, riase aora y haga burla a su
          placer.

          _Euf._--Mas, fuera de enojo, quereis dezirme cuya es?

          _Sil._--Es de su dueño.

          _Euf._--Qué graciosa sois! Pensais vos que es bueno
          mostraros afrentada, como que no hizierades conmigo otro
          tanto, y yo lo sufriera?

          _Sil._--Pues assi es la moça sufrida para burlarse con
          ella quando no quiere.

          _Euf._--Teneis bien de qué quexaros; pero la carta yo os
          prometo que es muy discreta. Respondistes ya?

          _Sil._--Señora, no querais saber lo que no os importa, ni
          de ninguno más de lo que os quisiere dezir.

          _Euf._--Por qué? no soy muger para guardar secreto? poca
          confiança hazeis de mí, más fiara yo de vos.

          _Sil._--Amistad y secreto no se guarda entre desiguales,
          sino es de menor a mayor, por temor o interes.

          _Euf._--Fiad de mí, que soy muger de mi palabra.

          _Sil._--Eela aqui con sus demasiadas importunaciones como
          el otro dia.

          _Euf._--Aora no más, no más; que me maten si no es de
          aquel loco; y vos, señora, daisle ocasion para estos
          atreuimientos y recibis papeles? Bien está, ya no le
          culpo a él; holgaos y tened placer, vereis como ando
          vendida.

          _Sil._--Por cierto que no sé qué me haga ni qué le diga;
          tomóme por fuerça la carta estando yo sin pensamiento de
          darla, y luego bueluese contra mí?

          _Euf._--Essa es vna gentil escusa. Recibio la carta del
          otro cabeça de viento, y quexase de lo que le digo?

          _Sil._--Digo la verdad, que si la tomé fue que me la
          arrojó en el regazo.

          _Euf._--Por esso no fuera bien quemalla?

          _Sil._--Para hazello la traia, mas holgueme de leerla
          antes. Este fue el pecado que me engañó, mas prometo de
          irla luego a quemar con la memoria destas cosas, veremos
          si me dexa.


                             SCENA TERCERA
                            EUFROSINA SOLA.

          _Euf._--O, cómo me siento perseguida de pensamientos en
          que no puedo ni sé tomar resolucion cierta. Por esso se
          dize no ay vida sin muerte, placer sin pesar, descanso
          sin trabajo, luz sin escuridad. Triste de mí, que busqué
          el cuchillo con que me degollé, descubriendome yo misma
          a las espias del amor; sin sus cuydados estaua en quanto
          no las oí. Hirio mis oidos, alborotaron sus vientos
          el mar de mis deseos; y yo, inocente destos nueuos y
          estraños mouimientos, no osé tomar puerto. Trabaja esta
          tormenta por dar conmigo de Caribdis en Scila. Desde que
          supe la pretension de Zelotipo y su aficion conformose
          mi voluntad tanto con ella, que quanto más trabajo por
          negallo menos puedo encubrir quán inclinada estoy a su
          intento. Hurto a la memoria los pensamientos que dél me
          ofrece, cuestame mucho y valeme poco; y aora me tiene tan
          vencida con las razones desta carta, que le rindo por
          fuerça las armas de mi resistencia; porque como el amor
          reyna en el alma aficionada a la discrecion, venciose
          la mia a su modo de dezir discreto, y yo teniendo los
          sentidos eleuados en esta imaginacion, negueme por
          obedecerle, y no soy en esto la primera, ni seré la
          postrera. Fedra amó su entenado; de Pasiphe nació el
          Minotauro; Europa quiso bien el toro Cretense; Simiramis
          a su propio hijo; Canaze y Biblis amaron a sus hermanos,
          Mirra a su propio padre. Mayores monstruos son éstos que
          amar vn hombre galan y discreto que por su persona merece
          lo que otro por sus grandes rentas. Y que no sea mi
          igual, tambien Diana amó a Orion, Aurora a Zefalo, Venus
          a Adonis, pobres caçadores; porque conocieron que en la
          persona está el verdadero merecimiento: pues por qué no
          haré yo lo mismo? Demás que Zelotipo es de noble linage,
          y si no es rico, basta la hazienda que yo tengo, y no
          pretendo ni quiero riquezas, sino contento, y vn hombre
          con vna capa y espada, de condicion y entendimiento a mi
          gusto. Todos los libros que leo de antiguas y modernas
          historias estan llenos de las hazañas deste Rey de los
          humanos. Quiça si le obedezco me dara descanso, y si le
          niego el vassallage podria mudar la voluntad Zelotipo,
          que el mucho desden resfria el amor; y segun siento
          sujeta la mia, no podre resistir sus venganças y será
          peor. Por otra parte, si entro en esto, no see que será
          de mí: dare mala vejez a mi padre, que me quiere tanto;
          si me quiero escusar, ya no soy señora de mí para poderlo
          hazer. El ánimo dudoso a muchas partes se inclina. No sé
          para qué somos buenas las mugeres; los hombres pretenden
          lo que apetecen, todo les está bien. Nosotras encubrimos
          los deseos y apetecemos lo que más nos vedan. En fin,
          he de obedecer a quien todos obedecen; si me culparen,
          compañeras hallaré. Siempre oi dezir que voluntad es
          vida. El mirar mucho en los casamientos por riquezas
          haze que aya en el mundo tantas mal casadas. Puede ser
          que esto venga ordenado de Dios para más descanso mio,
          que dél viene todo el bien. Qué haré, en fin? quiero
          descubrirme a Siluia de Sosa, que es mi amiga; mas qué
          dirá aora de mis desdenes y desprecios? querráse vengar
          de los pesares que le he hecho. Triste de mí, que aun en
          esto es la fortuna mi contraria, que no sé si me hará
          contradicion; mas a todo me he de poner, pues assi lo
          quiere el amor.


                             SCENA QUARTA
                      EUFROSINA, SILUIA DE SOSA.

          _Euf._--Venis ya más mansa, señora? Estais muy enojada?

          _Sil._--No mucho, pero yo me guardaré de que tengamos más
          estas pendencias.

          _Euf._--Bien sabeis, hermana, como despues que murio mi
          madre no he tenido otra amiga ni otra conuersacion sino
          es la vuestra.

          _Sil._--Y yo, señora.

          _Euf._--Dexadme dezir; y siendo assi bien creereis la
          confiança que en vos deuo tener, y con ella os confiesso
          que no puedo ya encubrir lo que siento; perdonadme
          estos desatinos de amor, castigadme si os pareciere
          mal; y si cortesia y voluntad os obligan a hazer por mí
          alguna cosa, sea en esto, en que consiste mi vida y el
          contento della, que yo quiero con tanto estremo a vuestro
          primo, que me fuerça a hazer tan grande error como es
          confesarlo. En vuestras manos me pongo para que ordeneis
          de mí lo que os pareciere con juyzio claro y libre, pues
          yo no le tengo ya.

          _Sil._--Triste de mí, qué he hecho? aun esto ha de venir
          a más mal. Mis pecados me metieron en este laberinto.

          _Euf._--Mirad, hermana, bien para mi disculpa quán
          natural es de mugeres delicadas de ingenio y sangre noble
          ser vencidas deste tirano amor. Por él quebró Hisifele
          sus leyes, Medea mató a su hermano, Filis se mató por
          Demofon, por Hercules Dianira[630] y Dido por Eneas;
          entre las quales bien puedo passar, pero no me disculpo;
          ofrezcome a la pena que me dieredes, que será más piadosa
          que la del amor que siento.

          _Sil._--Cómo temi yo esto y cómo lo adiuiné!

          _Euf._--Luego como me dixistes que vuestro primo estaua
          aficionado de mí, pienso que burlando lo hize de veras
          dueño desta alma, y todas vuestras burlas fueron besos
          del fingido Ascanio. Aora ved qué haré.

          _Sil._--Mucho me pesa, señora, veros tan adentro en essa
          passion, y por parecerme que estauades lexos dessos
          cuydados y assegurada de vuestra condicion tan essenta,
          os hablaua burlando como vistes; y si yo considerara la
          sutileza del amor, nunca tal dixera; mas quién auia de
          imaginar que cosas de tanta burla vinieran a tantas veras?

          _Euf._--Pues qué, no es verdad que él me quiere bien?

          _Sil._--Esso no lo negaré, porque no os he de mentir;
          antes lo que yo conozco dél es que no puede llegar a más
          el amor del que os tiene.

          _Euf._--No sé si os engañais, que los hombres todos son
          engaños.

          _Sil._--Essos son para quien se han de vsar; mas con
          vos, señora, y con essa hermosura no se pueden tratar,
          pues sola la gracia de essos ojos vencerá a los brutos
          animales. Si oyessedes a mi primo dar razones sobre esso
          y dezir que ninguno os conoce sino él!

          _Euf._--Quién pudiera saber la verdad!

          _Sil._--Mala está de ver. Con mi vida asseguraré yo
          que os adora, y lo podeis creer; assi tuuiera yo lo
          que desseo. Si lo oyerades hablar en esso conmigo, yo
          asseguro que me confessarades lo que digo: porque sus
          palabras son diferentes de las de otros. Ver los suspiros
          que daua salir tan claros del alma, que parece que la
          arrancaban, el poco concierto dellos, vnas razones tan
          comedidas y sujetas, que ellas mismas mostrauan su dolor,
          vnos deseos couardes, vnas desconfianças sentidas, vnos
          pensamientos tan puros, que como os digo, señora, si lo
          oyessedes, yo fiadora que confesseis que le sois deudora.
          Mas con todo esto no querria que os metiessedes en cosas
          de que despues no podais salir.

          _Euf._--Ya aora no puedo, y si quereis que viua, no me
          aconsejeis esso, antes me holgaria mucho oirlo y que no
          me sintiesse.

          _Sil._--Facilmente se puede hazer.

          _Euf._--Como no me he visto en otra tal, para nada tengo
          traça.

          _Sil._--Mas no sea dessa manera, pues assi lo quereis,
          sino habladle.

          _Euf._--No tengo coraçon para tanto.

          _Sil._--Yo os diré cómo será, y que le parezca que lo
          hazeis acaso; quando él venga acá y estemos hablando,
          entraos conmigo, como que no sabeis que está él alli, y
          lo vereis temblar y no acertar a dezir palabra, porque
          en tratando de vos pierde el color, y tiene los ojos que
          parece que quiere llorar, y se oluida de todo.

          _Euf._--Aduertid que si le hablo, temo que luego no
          ha de hazer caso de mí: porque estas cosas cuanto más
          cuestan más se estiman.

          _Sil._--Donde ay verdadero amor no cabe desprecio, y a
          los amores las dificultades de los principios los hazen
          publicos: porque las mugeres quieren que las merezcan con
          pretensiones largas, y por esto los hombres hazen finezas
          públicas, que dañan adelante. Yo, señora, no quisiera
          hazer cosa que vuestro padre viniera a saber, antes
          morirme. Lo mejor es que dexemos esto y no nos empeñemos
          más.

          _Euf._--Hablais como libre desta passion y como quien le
          duele poco el mal ageno, pues no os lo merezco tan poco.
          Quándo esperais que vendra acá?

          _Sil._--No sé en buena fee, porque yo lo escandalicé
          tanto sobre la carta, que será possible no se atreua a
          venir tan presto.

          _Euf._--No sé si fuera bueno embiarlo a llamar, aunque en
          esto hallo inconuenientes.

          _Sil._--Harelo si vos quereis; mas ya he dicho que es
          menester gran recato, porque no nos entiendan.

          _Euf._--Yo assi querria.

          _Sil._--Vitoria va al rio, quiero embiarle vn recaudo con
          ella.

          _Euf._--Pues conocele?

          _Sil._--Bonito es él para que no le conozcan; mas no
          querria que sospechasse alguna malicia, que son estas
          moças parleras; en fin, quiero dezirselo.


                                NOTAS:

          [630] _Sic_, por «Deyanira».


                             SCENA QUINTA
                  SILUIA DE SOSA, VITORIA, EUFROSINA.

          _Sil._--Vitoria, Vitoria.

          _Vit._--Quién me llama? qué me quieren ya? nunca me han
          de dexar.

          _Sil._--Amiga, vas al rio?

          _Vit._--Voy, qué me quereis?

          _Sil._--Hermana, quieres ir a casa de mi tia?

          _Vit._--No puedo ir aora, qué camino es esse para el rio?
          qué dira quien me viere con el cantaro en la cabeça?

          _Sil._--Todo se facilita con dexarlo en vna casa de
          camino, y no es mucho el trabajo, de más que yo te daré
          vna cosa.

          _Vit._--Qué cosa?

          _Sil._--Ve tú, que no nos desconcertaremos.

          _Vit._--Me dareis de vuestro jabon frances para labar la
          cabeça?

          _Sil._--Sí daré, y del estoraque para que perfumes. Irás?

          _Vit._--Prometeislo?

          _Sil._--Prometo.

          _Vit._--Sea en buen hora, yo iré.

          _Sil._--Ruegote, hermana, mucho que no hagas otra cosa,
          porque me importa.

          _Vit._--Perded cuydado.

          _Sil._--Hermana, dirasle a mi primo que le beso las
          manos mil vezes y que si sabe alguna cosa del negocio que
          le encomendé, que le suplico me haga merced de verme,
          porque tengo que hablar con él sobre esso y que no passe
          de mañana. Se te acordará?

          _Vit._--Qué gran cosa para no acordarseme; teneisme por
          niña?

          _Sil._--Mira, amiga, que en ninguna manera hagas otra
          cosa.

          _Vit._--Ved si me lo podeis dezir otra vez; qué importuna
          sois.

          _Sil._--Ya va [a] aquel recaudo, señora.

          _Euf._--Estará en casa?

          _Sil._--Dizeme mi tia que todo el dia está recogido en
          su aposento, y su entretenimiento es tomar vna vihuela,
          que la tañe y canta marauillosamente, y haze muy buenos
          versos; y en esto se ocupa lo más del tiempo.

          _Euf._--Teneis algunas coplas suyas?

          _Sil._--El otro dia cantauan vna quartilla las moças con
          su hermana, y él le añadio otras que me embiaron, y dixo
          que las boluiesse luego; mas yo no lo he hecho, y pienso
          que las traygo.

          _Euf._--Por qué no me las mostrastes? Enseñámelas.

          _Sil._--Veislas aqui. Esta es la copla que las moças
          cantauan, y las añadidas éstas:

                Cauallero que sois mio,
              Señora no quiso Dios,
              Pues yo lloraré por vos.
                Dentro en mi pecho esculpida
              Vuestra figura poseeo:
              Acabar puede mi vida
              Primero que mi deseo;
              Con los ojos de alma os veo,
              Con los del cuerpo por vos
              Lloraré, pues quiso Dios.

          _Sil._--Qué os parecen?

          _Euf._--Muy buenas.

          _Sil._--Pues dizen que las compuso diziendo y haziendo, y
          que no tiene otro descanso ni sale de casa ni trata con
          nadie; y es con tanto estremo, que le pesa a su madre
          verlo tan melancolico, y piensa que lo causa deseos de ir
          a la Corte.

          _Euf._--Y se ha de ir tan presto?

          _Sil._--Cómo es esso? dize el otro que no ay para él otra
          muerte sino verse donde no os vea. Pareceme a mí que no
          tiene pensamiento de ausentarse.

          _Euf._--Sabeis que deseo mucho comunicar a su hermana?
          hazed que venga acá vn dia.

          _Sil._--Todas las vezes que quisieredes, y más que no os
          ha de desagradar su persona, y se parecen mucho ambos.

          _Euf._--Vamos al terrado, y dexemos la costura.

          _Sil._--Dios me ha venido a ver con esso.

          _Euf._--No veis qué gracioso está el rio aora sobre tarde?

          _Sil._--Por estremo.

          _Euf._--Y aquellos arenales solitarios y contemplatiuos a
          la orilla del agua, quién tuuiera libertad para ir aora a
          ellos a coger de sus blancas guijas!

          _Sil._--Sabeis lo que más me agrada? la harmonia que
          hazen estos paxarillos de vna parte y de otra.

          _Euf._--No ay más que desear, yo soy perdida por oir un
          ruiseñor que canta en nuestra morera.

          _Sil._--Quereis que vamos el Sabado primero a nuestra
          Señora de Esperança? Pedid licencia a vuestro padre.

          _Euf._--Sabeis adonde yo querria que fuessemos, y seria
          mejor? al Espiritu Santo, y ordenariamos que fuesse allá
          vuestra prima.

          _Sil._--Quereis hazer esso?

          _Euf._--Yo os diré cómo será: diré que me duele la cabeça
          y que prometi ir a rezar vna deuocion, y pondremos a mi
          ama por intercesora, y vos y ella ordenareis el armuerço.

          _Sil._--Esso será muy bien, y mañana embiaré a combidar a
          mi prima.

          _Euf._--Ay.

                Castigado me ha mi madre
              Por vos, gentil Cauallero.
              Mándame que no os hable,
              No lo haré, que mucho os quiero.

          _Sil._--Qué cosas hiziera aora vn alma que yo sé, si os
          oyera.

          _Euf._--Yo soy muy aficionada a esta copla por el tono.

          _Sil._--Y tambien por la letra; en la harpa la cantais
          lindamente.

          _Euf._--O si fuera yo aora hombre, para meterme esta
          noche en vn barco, y irme por esse rio a publicar mis
          ansias con mi harpa. Cautiua suerte fue la de las mugeres.

          _Sil._--En buena fe, señora, no puede ser más, pues estan
          siempre sujetas y encarceladas. No hizieran los hombres
          para sí esta ley; al diablo que los ofrezco, todos en vn
          cordel.

          _Euf._--Fuera de vno.

          _Sil._--Ya os dolia, señora.

          _Euf._--Como proximo. Qué estudiante es aquel que alli
          va, conoceislo?

          _Sil._--El diablo me lo dio a conocer; pienso que es
          aqui nuestro vezino, y preciase de muy aficionado, segun
          me quiere dar a entender Vitoria entre juego y burlas,
          y viene de ordinario a su casa vna manada de visiones
          dellos. Y con las fiestas y musicas que hazen, tales que
          parecen diablos, segun ella dize, y vuestro padre algunas
          veces se enfada de oirlos, porque confina el aposento en
          que viuen con el suyo.

          _Euf._--Bien de espacio estuuiera quien se ocupara en
          amores de estudiante, que todos son grasientos. Quién es
          el otro del cauallo y borceguies amarillos?

          _Sil._--De aquí es de la ciudad, hijo de vn arrendador
          vecino de mi madre, y dizen que es muy rico.

          _Euf._--Qué vano que va, pensará que mata a quantas ve.
          Miró acá; o gran ventura!

          _Sil._--Tengolo yo muy amartelado, señor. Otro anda aqui
          muy erguido, de cabello tan rizado, que es contento
          verlo, muy perdido por mi; quando me ve da de los pies
          al cauallo y lo corre hazia donde estoy: mas yo nunca le
          veo galan sino es el Domingo; es deudo de vnas parientas
          mias, y dizenme ellas que matará por mí su perro.

          _Euf._--Pues mirad acullá, quién es aquella de los
          escuderos tan aliñada?

          _Sil._--Es muger de vn escriuano.

          _Euf._--Grande autoridad lleua, pareceme que viue
          confiada de sí.

          _Sil._--Es muy asseada y anda siempre tocada de rodetes,
          y pienso que se alegra que la hablen, y a mí me han dicho
          que es vna gran parlera.

          _Euf._--Alli viene otra con vnas chinelas bien airosa;
          pareceme muger soltera.

          _Sil._--Es la de nuestro çapatero, y dizen allá no sé qué
          con vn estudiante vezino suyo; podria ser mentira, que,
          mal pecado, no vienen ellos a otra cosa a esta tierra
          sino a deshonrar a muchas.

          _Euf._--Siempre es menos de lo que dizen; que ellos
          precianse de acreditarse a costa de la fama agena, que es
          la mayor baxeza que vn hombre puede hazer.

          _Sil._--Señora, quereis ver vn siruiente de vuestra
          Vitoria?

          _Euf._--Quál es?

          _Sil._--Aquel de los borceguies bueltos.

          _Euf._--Mal apersonado es el picaro: talle tiene de darle
          muchos palos.

          _Sil._--El otro dia me pedia ella consejo; dezia que era
          oficial y que se queria casar con ella, sin que lleuasse
          más que su persona; mas pareceme que le quiere poco o
          nada.

          _Euf._--Son muçuelas locas, que cada dia quieren el suyo.
          Mirad que viene mi padre.

          _Sil._--Retiremonos, porque no tenga que reñir.


                              SCENA SEXTA
                         CARIOFILO, ZELOTIPO.

          _Car._--Pidiome aora mi moça zelos, y yo puseme más
          vano que vn pabon. Lleuela con traça, de manera que
          quedamos concertados. En pago desto me mandó que le dé
          a Zelotipo vn recaudo de su prima, deue de ser sobre su
          pretension. Quiero ir a buscarlo, que quiça viene esto
          por Eufrosina; mas yo, aunque lo esfuerço, no tengo
          mucha esperança del hecho, si bien con las mugeres nada
          se acaba por razon, porque nunca se inclinan sino a lo
          que más se aparta della. Demas que el atreuimiento nunca
          carecio de buen fruto, y la mayor parte de las cosas del
          mundo se hazen más por ventura que por orden de nuestro
          juizio; y assi es risa pensar ninguno que por quentas y
          reglas de discrecion ha de hazer nada, pues siempre vemos
          los efetos diferentes de lo que imaginamos. Lo cierto
          es encomendarlo a Dios, como dizen, y echarse a nadar,
          preuenirse para lo que viniere y seguir la derrota de los
          hados, que es la ordenacion diuina, y con esto dame buena
          ventura y echame en la calle. A la ventana está Zelotipo,
          voy a hablarle; qué me recomendó, señor?

          _Zel._--Pues qué ay?

          _Car._--Yo vengo a [a]diuinar, a [a]diuinar, pague pena
          quien no acertare.

          _Zel._--Quereis que esté yo siempre de humor para
          celebrar vuestras gracias?

          _Car._--Sé que no está aora la luna sobre el horno. Pues
          no va por ahi el gato a sus hijos. Primero vereis los
          libros que la vieja truxo a Tarquino Prisco que deis en
          el blanco.

          _Zel._--Mis penas me bastan para tener en qué entender.

          _Car._--Háblole yo en vno, y respondeme en otro; qué
          tiene que ver lo que respondeis a lo que yo os digo?
          dadme albricias, y nos entenderemos a coplas.

          _Zel._--Ya os digo que no estoy tan ocioso que pueda
          tratar negocios agenos; en los mios tengo bien en que
          ocuparme.

          _Car._--Y si os truxesse yo para ellos y su remedio vna
          yerua?

          _Zel._--Apolo, inuentor de la medicina, dize que no la ay.

          _Car._--No lo alcançaron todo los antiguos, aunque
          se desuelassen mucho sobre esso. Prueuolo por la
          cosmografia, que dezian que las dos Zonas vezinas a
          los polos por muy frias, y la torrida de entre los dos
          tropicos por muy calida, eran inhabitables, y nosotros
          hemos visto lo contrario; y como cada dia se descubre
          vn Piru, podria yo soñar, como Alexandro para curar a
          Tolomeo, y hallar vna yerua más prouechosa que el palo de
          la China, pues los Fisicos dizen que ay en estos barrios
          Cohimbranos muchas de gran virtud.

          _Zel._--Ninguna la tendra para mí, quanto más que si es
          para oluidar este amor, antes quiero morir con él.

          _Car._--Qué dezis? dessos sois? yo os dexaré a que obre
          en vos naturaleza; porque mal se cura quien desprecia la
          medicina y desconfia del medico; pero con todo vos me
          haueis de pagar muy bien la nueua que os traigo, porque
          es de gran precio: quedamos aora yo y la gentil Vitoria
          concertados.

          _Zel._--Hagaos buen prouecho, que yo no os tengo inuidia;
          essa era la gran nueua de mucho prouecho? cómo sois
          gracioso sin serlo y fuera de sazon!

          _Car._--Pues quereis saber quánto os importa? que me
          dixo que dezia vuestra prima que fuesedes alla, que le
          conuiene mucho hablar con vos, y sobre mí, que no es sin
          misterio.

          _Zel._--Ya os he dicho que no os burleis conmigo, pues
          sabeis lo rendido que estoy; porque si tal creyesse poco
          era perder la vida con el alboroço, como la otra Matrona
          con el contento de ver el hijo que tenia por muerto.

          _Car._--Mirad acá, monseñor, yo no puedo hazer más que
          dezir lo que me dizen; si no me creeis, id a buscar a
          Vitoria.

          _Zel._--Y es verdad?

          _Car._--Passa assi lo que os digo.

          _Zel._--O poderoso enamorado de Psichis, y tú, piadosa
          Venus, no me niegues la cinta que diste a Iuno, para que
          me salue en esta tormenta.

          _Car._--A quien Dios quiere dar bien, a casa se le viene;
          de mi consejo, quando te dan la ocasion ásela del copete;
          la tardança en todas las cosas es dañosa, si bien algunas
          vezes da opinion de prudentes, y muchas se pierde por
          pereza lo que se ha ganado por justicia; dezid esta noche
          como dizen los muchachos: dormiré, dormiré, y buenas
          nueuas hallaré, y por la mañana idos allá, Dios delante,
          que a quien él quiere ayudar, el viento le compone la
          leña, y quedaos en buen hora, que tengo que hazer; mañana
          nos veremos.


                             SCENA SETIMA
                  SILUA DE SOSA, ZELOTIPO, EUFROSINA.

          _Sil._--Beso las manos de quien viene tan gentilhombre.

          _Zel._--Yo beso las de quien espero recebir nueuas de
          mucho contento, que no se puede esperar menos de su buena
          persona, si no me engaño.

          _Sil._--En qué lo conoceis?

          _Zel._--En essa gracia y agrado diferente de otros dias.

          _Sil._--Mucho me deueis, primo.

          _Zel._--Conozco que os deuo la vida, y creed, señora,
          que me precio de muy agradecido, y os doy por testigo el
          tiempo. Contadme, señora prima, mis bienes, si los tengo,
          que aun no sé qué crea ni qué espere, antes que el deseo
          de saberlo me mate.

          _Sil._--Qué me dareis vos?

          _Zel._--No sé poner precio a cosas que no le tienen.

          _Sil._--Ya sé que sois elegante en hablar; aora en fin
          quiero fiarme de vos. Eufrosina leyó la carta; sabiendo
          que era vuestra se puso braua como Ecuba quando vio
          sacrificar a Policena, y a Polidoro muerto en la playa.

          _Zel._--Esse es el bien?

          _Sil._--Escuchadme, que mayor le tenemos de lo que
          penseis; yo tambien hizeme enojada, y fui luego a
          quemarla por escusar el peligro que muchas vezes viene
          por estos testigos.

          _Zel._--O, quién se viera alli juntamente quemado como
          Plaucio con Ostilia! matara assi vn fuego con otro.

          _Sil._--Finalmente, quando bolui me confessó no podia
          resistir el amor que os tenia.

          _Zel._--O, bienauenturados oidos que tal oyen, dichosos
          males destinados para tantos bienes! Mejor nueua es esta
          que las tres que dieron juntas a Filipo Rey de Macedonia.
          O fortuna, si me quitareis que no llegue a lograrte,
          sea con la muerte, que ya recibire contento, pues
          [he] alcançado de la vida lo más que tenia que darme.
          Contadme, señora prima, muy menudamente por estenso todo
          lo que passastes y lo que ordena de mí esta adorada mia.

          _Euf._--Silua de Sosa?

          _Sil._--Señora.

          _Euf._--Qué hazeis? O estais ocupada? perdonadme, que no
          lo sabía.

          _Zel._--Beso las manos de V. m. y ya que mi buena ventura
          me dio este dicho[so] acierto sea para alcançar de V. m.
          que me tenga por suyo.

          _Euf._--O, perdonadme el estoruaros, que en verdad que no
          sabia que estauades aqui.

          _Zel._--El perdon, señora, yo lo pido de mis
          atreuimientos, obras de essa perfecion que veo y
          contemplo, y esta tan grande deuda de mi ventura, que
          assi lo oso dezir a V. m. la reconozco para que sea
          mayor, con que me doy por obligado de nueuo, despues de
          auer mucho que lo estoy en mis pensamientos a perder
          la vida en seruicio de V. m. y no la memoria desta
          obligacion.

          _Euf._--Mirad lo que prometeis, que las palabras son
          faciles de dezir y dificultosas de cumplir.

          _Zel._--Esso es a quien no le salen del alma, mas bien
          seguro estoy que nunca en mí falte esta verdad, quanto
          más que cuando en algun tiempo pudiesse auer defeto en mi
          fe, qué mayor pena se me puede seguir que tener delante
          de V. m. culpas? y más yo, que me precio tanto de buena
          eleccion y juizio, por lo que con él he alcançado a
          sentir y sabe Dios lo que me questa?

          _Euf._--Son estas cosas de tanto peligro, que de mi
          consejo deueis escusarlas, por vuestro descanso y el mio.

          _Zel._--Voluntad determinada ningun peligro teme;
          demas, señora, que en esto no veo otro sino es que
          vuestra condicion no me sea fauorable, y si yo la viesse
          inclinada a hazerme merced no ay temor en los temores que
          para mí lo sea.

          _Euf._--Como el tiempo descubre y aprueua lo que ay en la
          voluntad, sin él mal puedo juzgar y menos conocer.

          _Zel._--Aora acabo de saber quán grande bien fuera que
          la naturaleza pusiera vna puerta en el pecho para que
          se mostrara la pureza del coraçon, para que viendolo
          no mereciera el tiempo que a él se le deue. En esta
          turbacion que se ve en mí está claro el sentimiento del
          mío; concedelde, señora, el acetarlo por vuestro, y
          dexad a mí el cargo de su lealtad, que yo os hago pleito
          omenaje de defender al mundo esta fortaleza de mi fe por
          vuestra.

          _Euf._--Sí haré, con tal que me lo agradezcais y tengais
          memoria de lo que en esto hago por vos, assi para
          estimarlo como para sepultarlo en secreto.

          _Zel._--Es tan grande mi reconocimiento, que aun passando
          desta vida (si es posible) no podré oluidar esta ventura,
          y si por mis memorias y agradecimiento que se os deue lo
          es mereceros, ya me sois deudora, porque me tiene tan
          rendido mi aficion, que el mayor trabajo que siento es
          pensar cómo afinaré con demostraciones euidentes esta
          verdad.

          _Euf._--Quiera Dios que sea como dezis, y no sean
          vuestros intentos a costa de mi inocencia. De mi parte os
          prometo hazer lo que merecieredes; voyme, no parezca mal
          hablaros tanto.

          _Zel._--Aora veo quánto la esperança de la gloria alibia
          todas las penas presentes; señora prima, mirad por mí, no
          enloquezca.

          _Sil._--Alégrome mucho de veros tan contentos; idos en
          buen hora, que ando ocupada en ordenar la reposteria a su
          padre de Eufrosina, que va a cumplir un voto a Santiago,
          y a holgarse en su encomienda; despues de su partida
          tendremos lugar para todo.

          _Zel._--Pues no se os oluide hazer recuerdo de mí.

          _Sil._--Yo tengo esse cuidado.

          _Zel._--Teniendolo me dareis la vida.


                             SCENA OCTAUA
                            CARIOFILO SOLO.

          _Car._--Esta borracha de Filtria siempre me da (como
          dizen) por vna verdad diez mentiras; quiere aora de nueuo
          darme hambre, como á gabilan, de mi muchacha; no sé con
          qué fin lo haze, ni á qué mira; parecela que me siente
          aficionado y traeme en mil quimeras, y al fin toda es
          nada: queda tan descansada y segura en mentir, como quien
          ni teme ni deue; maldita la verguença que tiene: tened
          por cierto que tratar con éstas es lo propio que con el
          mismo embuste y maraña. Escusado es pensar ningun hombre
          que ha de saber tanto como la más ignorante muger del
          mundo, pues la primera, en naciendo nos vendió, y ellas
          en lo que no quieren nunca se engañan. Las alcaguetas no
          se puede dezir quán mala ralea es y la dificultad que
          tiene conseruallas en amistad, porque tienen por ley el
          prouerbio: quien da y no da siempre, quanto da, tanto
          pierde. Aunque les ayais dado los ojos de la cara, en
          sintiendo la bolsa vacia, muerto es el ahijado por quien
          teniamos el compadrado; por esso dize Plauto con razon,
          que no ha de auer piedad que lo sea para las tales. Traen
          vn latin, _beati_ que tienen, y de otra manera aullan
          y os dizen: a essotra puerta, que ésta no se abre, que
          quien me quiere, dizeme lo que sabe y dame lo que tiene,
          y si no ay que dar, que hará? Ahorquese en buen dia claro
          y comanle lobos; con esto quién suplirá tanto como es
          menester? la dama pela por vna parte, ellas desuellan
          por la otra, y donde quitan y no ponen, mira qué será?
          Yo no puedo ya viuir con Filtria, porque soy vn Lazaro
          y ha quinze dias que me dize mal el juego, y no leuanto
          cabeça; quiero pagarle con palabras, y ella sabe más
          durmiendo que yo despierto, y no me vale mi engaño:
          pideme descaradamente y pagame con mentiras. O pesar
          de mi quinto abuelo! sirue vn hombre toda su vida á un
          Principe trabajando, porque no le eche menos vn momento,
          estirandose delante dél como melcocha, echando los bofes
          porque le vea, sufriendo mil afrentas por ponersele
          delante, mudando los pies como grulla, durmiendo con
          los ojos abiertos como liebre, y le lleua lo mejor de
          su edad, muchas vezes sin fruto, y si le paga, despues
          de dar vozes sobre su largo seruicio, dize que le haze
          merced, y es sobre su sudor, y halla razones para que aun
          le quede deuiendo; y vna perra destas os mete en peligros
          del alma y de la vida, a costa de vuestra diligencia y
          buena dicha, y nunca se tiene por pagada, y muchas vezes
          la comprais mentiras, sin valerme andar siempre preuenido
          de cautelas. Y como la necessidad haze a los hombres
          sabios, a mí nunca me faltan escusas; sé dilatar promesas
          por estremo, dar color a engaños como un Vlises; soy vn
          laberinto de colores retoricos y terminos logicos, y un
          abismo de las ideas de Platon: nada me aprouecha, y tengo
          por cierto que todo lo que se compra es más barato: pero
          si yo no supiera assi granjear en mis tratos y amainar
          sus tempestades, anduuiera á los grillos, como raposa.
          Bien sé que es cosa más real dar que recebir, mas naci
          para entender y desear, como otros muchos para tener
          y no saber lograrlo ni vsar dello; desquentos son del
          mundo, congojas generales, que á solo Dios pertenece el
          remedio: voy passando assi mi viage como mejor puedo;
          compro mis gustos con mi trabajo, como otros con su
          dinero. En estas maculas manuales hallo la ganancia más
          cierta y a menos costa, porque son boçales en mis traças:
          loquillas, elebadas y golosas, auenturan sus personas á
          qualquiera siete, todo lo creen; pagaisle con bien te
          quiero, y quando mucho, en señal de amor y reconocimiento
          con vnas memorias de plata, sortija de bufalo, cuentas
          para el cuello, y con qualquiera cosa de poca costa las
          obligais mucho. Aora estotra mi madama Laura Polinia
          me embia quanto puede hurtar a su padre, y piensa ella
          que me tiene assido para casamiento; mas yo echariame
          antes en la mar, sólo por no ver al villano ruin de su
          padre. Pues la madre, tambien es de las lindas, a mí me
          maten si no beue como tata[631] y más dinero huuo en la
          casa de los Medicis de lo que su padre deue de tener por
          más que gane en su oficio de platero, aunque lo tienen
          por muy rico; goçaréla este verano, a la entrada del
          invierno ireme a la corte, y ojos que le vieron ir no
          lo veran más en Francia. Zelotipo anda muy próspero con
          Eufrosina; fuesse su padre en romeria a Santiago aurá
          dos meses; hablale todas las noches por las rejas de
          vna ventana, escriuele cada dia, y segun me dize, ayer
          mandó hacer una llaue falsa para entrar con ella. Si el
          rapagon entra reboluerale ochenta hojas: el padre está
          caçando y holgándose, confiado en la vigilancia de vna
          vieja que tiene por aya, que no ve ni oye, y a quien ella
          y Siluia de Sosa hazen del cielo cebolla, y piensa que
          la tiene para honra y casamiento muy cerrada y guardada.
          Estas, por la mayor parte matan á sus padres antes de
          tiempo y son unos ministros de Dios con quien castiga
          las culpas que ellos cometieron: porque quien con hierro
          mata con hierro ha de morir, aunque aora ni ay padre para
          hijo ni hijo para padre, cada vno va por su parte, como
          cangrejos; en los padres falta el amor y en los hijos la
          obediencia, y no ay cosa que tanto me canse como vnos
          perdidos por hazer mayorazgos, ansiados por dexar casa
          fundada nueuamente, con grandes clausulas de firmezas:
          porque dizen queda alli su nombre viuo, y el alma quiçá
          está muerta en el infierno, padeciendo los gustos del
          heredero, que queda dandoles pocas gracias, y tal ha de
          ser la señora Eufrosina, que es la niña de los ojos de su
          padre, porque nunca hijo muy regalado dexó de ser hiel
          á los padres que en ellos ponen su gusto con demasia.
          Aora quién dirá que vna dama como Eufrosina, discreta,
          noble, virtuosa, se venciesse por un hombre desigual
          a su calidad, sin tener respeto más que a su aficion?
          en fin, son cosas que trae el mundo, venturas con que
          nacen las personas, juego de passa passa de la fortuna
          con los estados humanos: por esso ninguno desespere de
          la merced de Dios. Este es vn caso de que muchos pueden
          tomar exemplo para muchas cosas; de ninguna muger ay que
          fiar, y de todo hombre ay mucho que temer. No hay ley que
          assegure tanto como quitar las ocasiones del daño. El
          saber y la cuenta y razon humana nunca aciertan el hecho,
          si no es teniendo a Dios por padrino. Mas quién es este
          que veo venir hazia acá? dame el ayre que lo conozco:
          pareceme Galindo, mayordomo de don Tristan; quiero irme a
          él, que sin duda me traera cartas de la corte.


                                NOTAS:

          [631] Así en el original; quizás _cāta_, _canta_.




                              ACTO QVINTO


                             SCENA PRIMERA
                          CARIOFILO, GALINDO.

          _Car._--Sed preso.

          _Gal._--O, señor, besoos las manos; de vuestra posada
          vengo aora, y no me supieron dezir dónde estauades.

          _Car._--Yo soy peor de hallar que aguja en pajar.

          _Gal._--Andareis en las paranças?

          _Car._--Busca el hombre su mantenimiento por donde mejor
          puede; cuándo fue la buena venida?

          _Gal._--Aurá quatro horas.

          _Car._--Y adónde posais?

          _Gal._--Con un estudiante pariente mío.

          _Car._--Y yo no estaua en esta tierra?

          _Gal._--Sí, mas no teneis posada propia, y no os quise
          poner en cuidado: veis ai una carta de Grisandor vuestro
          amigo.

          _Car._--Si me dais licencia la leeré luego, por cumplir
          con el alboroço y obligacion de amistad.

          _Gal._--Iesus, señor, y es muy justo; yo aseguro que
          viene echando fuego, segun el se precia de saber dar
          dos toques; os reis? pareceme que gustais; aunque sea
          demasia, sepa yo lo que dice.

          _Car._--No se puede dexar de comunicar; oid.

          _Gal._--Brabo hombre es éste, yo no he podido calar su
          intencion.

          _Car._--Acá nos entendemos, que vos nauegais por los
          rumbos vulgares.

          _Gal._--Estremadamente ha dicho; y yo no juzgara que era
          deste humor.

          _Car._--Quién Grisandor? es grande hombre, y tiene un
          estilo apacible y corriente: no es de vnos retorcidos,
          amarrados a sentencias de Tulio, que inuentan vocablos de
          conserua.

          _Gal._--Aora tengo en grande opinion a Grisandor; no
          parece lo que es.

          _Car._--No aueis oido decir, debaxo de mala capa ay buen
          bebedor? a quien vos vieredes que es de mi quadrilla no
          lo estimeis en poco, porque yo no me entiendo con gente
          vulgar.

          _Gal._--Sabeis quién me dió grandes recaudos para vos, y
          os quisiera escriuir? Artian Labares.

          _Car._--Soy muy suyo; decidme, cómo le va con su
          christiana nueua?

          _Gal._--Partiose el Rey para Almerin, y quedose todo en
          esperanças.

          _Car._--Pues assiguroos que le acude ella a su gusto; y
          yo no tenia por sin duda que estauan casados: contadme
          más. En Almerin, mucha gente?

          _Gal._--En pipa, como sardinas: matónos su Alteza en
          traernos alli, porque es la más mala tierra que pensé ver.

          _Car._--No digais mal de los buenos dias de Almerin:
          aquella gracia de aquellos campos, aquellas salidas
          apacibles, y más aora quando viene el tiempo de cantar
          las aues; no ay cosa que le llegue en el mundo, ni se
          puede pintar mejor casa de placer, ni recreacion Real.

          _Gal._--Esso no tiene aora, porque en Lisboa no ay tanta
          gente, ni tanta confusion.

          _Car._--Creedme, que nuestras demasias lo destruyen
          todo; pues con ser naturalmente todos diferentes en los
          pareceres, y contrarios en aprobar el ageno, vemos en
          estos casos, que en oyendo una opinion luego van con ella
          todos; y queremos que vn Rey, que es solo vn hombre,
          satisfaga a tantos y tan diuersos juicios en todas sus
          acciones; siendo assi que no me dareis dos hombres que
          los tengan conformes. Esto se ve en nosotros, en lo
          diferente que sentimos de Almerin; mas quántas sentencias
          daran aora por aquellas posadas los escuderos?

          _Gal._--Es la suma de los gustos verlos: essos estan
          aposentados en el meson de Santaren, entre dos tizones,
          quemando botas. Vno cuenta lo que dixo al Rey, y lo
          que él le respondio; otro lo que le ha de dezir; otro
          se quexa que no se puede hablar y de aqui vienen
          discurriendo a la vida y estado Real, y dan resoluciones
          de pareceres aprouados en media hora, que el Consejo de
          Estado no se atreuiera a determinar en cien años; y toda
          su quexa es del Confessor del Rey, porque no le dice la
          verdad, y que los Predicadores no hablan con libertad.

          _Car._--Qué diferente conuersacion será la de los
          moços de monteria, ocupados en dar filos[632] a chuzos
          y cuchillas, y todo nada. Dezidme, por vuestra vida:
          sabreis darme razon si anda alli un ayuda de camara que
          llaman Amador de Frisa?

          _Gal._--Y le vi dos dias antes de mi partida, camino de
          Santaren, emboçado corriendo la posta con otros a porfia.

          _Car._--Sabeis si está despachado?

          _Gal._--Pienso que [no], porque yo le vi poco antes desto
          haziendo graues reuerencias delante de los del Consejo,
          como hombre pretendiente, y que grangeaua su favor, que
          es vn miserable estado.

          _Car._--Pues aun no lo sabeis bien. Quanto más seguro y
          menos costoso sería tratar en sardinas? Si los hombres
          considerassen lo que en esso passa, antes de empeñarse en
          el tiempo! Veis ai vn hombre que tiene muchos seruicios,
          mas nada aprouecha sin fauor. Esto no por culpa de
          quien reyna, sino por malicia de algunos, que procuran
          impedir los premios a quien los merece; y creed que
          traer pretension es la suma desuentura, porque no ay
          oficial ante quien passe que no os maltrate y aniquile
          por su gusto; y aunque al principio se muestre afable, en
          sabiendo que sois pretendiente, al mismo punto se os pone
          graue, y con presuncion de arrastraros: lo que importa
          es, si se pudiesse, tratar con la persona Real, que esta
          grangeria nunca mintió, y nunca os pone en empressa que
          no sea muy honrosa: ya passó el tiempo de amigos, fiaos
          sólo de quien Dios fió su pueblo.

          _Gal._--Sabeis quién está muy bien despachado? Frison
          Silueira: dieronle un nauio de alto borde, y viage para
          la China, y va este año.

          _Car._--Alégrome por vida mia, que él lo merece todo:
          quién lo despachó?

          _Gal._--Allá tuuo sus minas.

          _Car._--Buenas le fueron.

          _Gal._--Saueis otro que tambien ha tenido buen sucesso?
          conoceis vn criado de vn desembargador, que andaua
          alli asqueroso y deslucido, perdido por traer çapatos
          curiosos, y tenia de su mano tendera?

          _Car._--Muy bien, gran valenton: llamase Mateo Rosado.

          _Gal._--Esse lleua vn gouierno por tres años.

          _Car._--Holgaos con esso: yo juraré que no siruio dos
          años continuos. No ay que cansarnos, sino entender que
          el hombre honrado que por sí quiere medrar, es lo mejor
          hazerse tahonero, gozará vida descansada; porque la
          sugecion y el trabajo no se hizo sino para los que tienen
          nobles pensamientos y presuncion honrada, y el mundo no
          leuanta a quien lo estima poco y espera dél mucho. Mas
          dexemos estas quexas antiguas, que quando Dios no quiere,
          los santos no ruegan, y la fortuna ya tuuo otro tiempo
          más juridicion para leuantar y derribar que aora. Dadme
          nueuas de mis señoras moças de camara, gente de nuestro
          estado, aunque ellas no quieren serlo.

          _Gal._--Daros he quantas quisieredes: vine todo este
          camino con ellas, porque truge a mi cargo seruir vna
          cierta dama por don Tristan, y acompañé y parlé a cien
          mil; en mi vida he tenido dias como aquellos: anduue
          en estremo picado toda la jornada con vna del retrete.
          Alli serui tambien a vuestra dama un dia que cayó en vn
          pantano, y en vuestro nombre la acudi, y le dixe que lo
          pusiesse a vuestra quenta, hizele mil cumplimientos por
          vuestra parte, senti della que os quisiera ver alli.

          _Car._--Grandes nueuas me dais: o pese a mí, que huue yo
          de perder essa ocasion.

          _Gal._--Pues yo os certifico, que segun tomé el tiempo
          del peso cuando la subi al sillon, que es valiente moça.

          _Car._--No hay más que desear: es fuerte y rolliça, y soy
          muy aficionado a las tales.

          _Gal._--Venimos hablando en vos dos grandos horas, y os
          acredité de muy rico; hizome despues muchas amistades con
          mi dama.

          _Car._--Todas son amigas de cumplir essas obras de
          misericordia. No la hallariades boba.

          _Gal._--Qué decis? nunca hablé con muger que assi me
          contentasse.

          _Car._--La rapacilla tiene ingenio, y una suauidad en
          mirar que mata. Vistis a su criada?

          _Gal._--Mil vezes, y tiene pico; y no sé si me afirme que
          la vi inclinada a Bicho de Monteira.

          _Car._--No es en esso necia; siempre le dara algun fruto.
          Dezidme, Etor Tristan cómo anda con la suya?

          _Gal._--Dizen que estan casados de secreto; lo que me
          parece es que está muy fauorecido, porque lo vi muy
          entremetido con ella.

          _Car._--A esso auia de venir esse inocente; ninguna
          embidia le tengo, porque la señora ya passó por los
          bancos de Flandes, y no muda aora los dientes.

          _Gal._--Todo esso no importa; ellos se quieren bien mucho
          tiempo ha, y ya sabeis quán sesudas y mansas salen de
          aquel toril, y que palacio haze milagros.

          _Car._--Siempre estuuistes en Almerin desde que llegó el
          Rey?

          _Gal._--Antes poco tiempo, porque luego me bolui a
          Lisboa, donde estuue un mes, hasta que parti para aqui.

          _Car._--Contadme, pues, cómo está Floriana.

          _Gal._--Muy próspera: cogió entre manos vn Burgales;
          diola tantas joyas, que no sé que aya otra más rica;
          despues robó tambien a vn Indiano.

          _Car._--Fue dichosa siempre, y es vna picara fea, y no
          tiene más de los huesos: sólo tiene gracia y agrado, y
          canta muy bien.

          _Gal._--Saueis quién anda aora muy perdida, y dissoluta?
          una, que posaua en la Betesga, y la hablaba Troylo de
          Flores.

          _Car._--Y él, qué se ha hecho?

          _Gal._--Gastadissimo, y empeñado con estos males y otros,
          se va este año a la India.

          _Car._--Cómo se ha perdido esse mancebo, que tenia mucha
          hazienda heredada y la gastó toda con essa muger, y en el
          juego! Dezidme, señor, vna mulata muy gallarda, que viuia
          en la calle de los Cauides, que nos festejó mucho, si os
          acordais, quando fuimos a los toros de Almeida, dónde
          está? Tercia todavia por sus amigos?

          _Gal._--Poco antes de mi partida comí en su posada:
          dixele que os venia a ver; quiso escriuiros, diome mil
          recados para vos, y dixome que no auia en el mundo tal
          hombre.

          _Car._--Somos grandes compadres, y tiene ella hechos por
          mí algunos buenos negocios. Os acordais de la confitera?
          qué nueuas me dais della?

          _Gal._--Está muy buena, y quexosa de vos.

          _Car._--Ha, que no ay tierra en el mundo como Lisboa: la
          conuersacion de la gente, el donayre de las mugeres, la
          liuertad de la vida: no creais que se puede viuir en otra
          parte. Aora bien, quién os echó en esta region? teneis
          aqui algun negocio o es de passo?

          _Gal._--Queremos casar á mi amo.

          _Car._--Quién, al señor Don Tristan?

          _Gal._--Sí.

          _Car._--Y con quién?

          _Gal._--Aqui en esta ciudad, con la hija de don Carlos,
          señor de las Paboas.

          _Car._--Santa Maria, contadme cómo es esso. Venis ya
          sobre concierto o a hazer alguna diligencia?

          _Gal._--Yo os lo dire, que hombre soy de negocios. Yo
          llegué diez dias ha aqui de noche; supe que don Carlos
          fue a Santiago en romeria, pero que se estaua en su
          encomienda: partime por la mañana, por alcançarlo en ella
          antes que se alongasse: hallélo en la quinta que tiene de
          su mayorazgo, cosa estremada y lindo sitio para assistir
          en ella vn Cauallero. Dile las cartas que le traia de
          sus parientes; holgueme en la monteria, y otras caças
          con sus caseros, y él muy contento me mostró todas sus
          heredades[633]: y segun me dio cuenta, lleuo el negocio
          concertado. El se partió a su romeria para boluer luego.

          _Car._--Qué negro despacho este para Zelotypo! y sabeis
          lo que le da?

          _Gal._--Quanto possee despues de muerto, porque no tiene
          otro heredero, y sin la encomienda, de ordinario el
          mayorazgo que tiene llega a seis mil ducados de renta vn
          año con otro, y dale luego treinta mil escudos con sus
          joyas y alhajas.

          _Car._--A quánto llega la renta de don Tristan?

          _Gal._--Está aora arrendada por tres años en nueue mil
          ducados cada año.

          _Car._--Honradamente casa la señora.

          _Gal._--Conoceisla vos? dizenme que es muy hermosa.

          _Car._--Tales fuessen las pulgas de mi cama; mas es tan
          vraña, que luego como la ven huye.

          _Gal._--Un poco es esso de moça de villa; porque
          la dama que es señora, lo mejor que ha de tener es
          seguridad y confiança, sin llegar a presumir que nada
          le pueda ofender, y guardando los terminos del recato y
          honestidad, cumplir con la cortesia; pero tenga dineros,
          y sea tuerta o manca.

          _Car._--Pareceos que tardará mucho el efeto?

          _Gal._--Si vos quereis baylar en la boda, no os vais de
          aqui, que antes de dos meses vendremos a efetuarla.

          _Car._--Y quándo os ireis?

          _Gal._--Querria en la mañana, si Dios fuesse seruido; mas
          en todo caso he de ver a la señora antes que me vaya,
          para dar nueuas al galan, que está muy aficionado por la
          fama.

          _Car._--Aora, señor, yo tengo una posada, mala ó buena,
          recibira V. m. la voluntad.

          _Gal._--Beso las manos de V. m., yo la doy por recebida,
          y por tan poco no es justo dexar a mi pariente.

          _Car._--No fuera bueno que os acordarades que me haziades
          agrauio? Aunque sea por fuerza, aueis de ir a cenar
          conmigo; despues el dormir será como quisierades.

          _Gal._--Aure de obedeceros en vuestra tierra, como en
          vuestra casa.

          _Car._--Assi os conuiene, si quereis escapar de mis manos.

          _Gal._--Vos sereis hombre para darme de quien me enamore
          en esta tierra?

          _Car._--No faltará.

          _Gal._--Dessa manera sereis mi padre. En esta ciudad hay
          buena gente?

          _Car._--No es mala.

          _Gal._--Estas que topamos aquí, son de las que se vienen
          a la mano?

          _Car._--Hablad vos, que todo lo nueuo aplace.

          _Gal._--Si pegare, pegue, haré presencia por la honra de
          los Cortesanos.


                                NOTAS:

          [632] _Filios_ en el original.

          [633] En el original, por errata evidente, _herades_.


                             SCENA SEGUNDA
            POLONIA, VITORIA, GALINDO, CARIOFILO, ANDRESA.

          _Pol._--Ya vienes del rio, amiga? Pues yo voy aora.

          _Vit._--Tú eres vna perezosa: si fuera yo, que sin esta
          vez he ido otras tres.

          _Pol._--Has de boluer acá? tengo muchas cosas que
          contarte.

          _Vit._--De qué, por tu vida?

          _Pol._--Mira tú si puedes venir, que no puedo hablar
          tan de prissa. Pues a fee que te has de holgar mucho de
          saberlo.

          _Vit._--Yo tengo ya llenos todos mis cántaros.

          _Pol._--Qué boba eres, haz tú como yo: cada vez que
          quiero venir a holgarme, trastorno vn cántaro que no lo
          vea mi ama, y entonces vengo con él.

          _Vit._--Esperame aqui, que no haré más que tomar vna
          cántara y venir.

          _Pol._--Quiero ver si vienes antes que se seque esta
          saliba.

          _Gal._--Dexadme con esta que canta, vereis cómo le hincho
          las medidas.

          _Car._--Id, que si cayeredes, yo iré por vos.

          _Gal._--Bendigaos Dios, mi señora.

          _Pol._--Y a vos el diablo.

          _Gal._--Buena ventura le venga a quien parecistes bien
          cantando.

          _Pol._--Pues cada vno canta como tiene la gracia, y casa
          como tiene la ventura.

          _Gal._--Si sois tan sentenciosa, no sé cómo me he de
          atreuer a hablar.

          _Pol._--No ayais miedo, que preso va por el vendo.

          _Gal._--Vos, señora, bullireis como loca y hareis como
          moça.

          _Pol._--Tened el asno, Iuana, que no cayga.

          _Gal._--O, pesar de los Moros, y en esta tierra ay tal
          gracia?

          _Pol._--Vistes tan gran bien? y ésta qué tiene más que
          las otras? no aueis visto corça con cola?

          _Gal._--Vi os[634], señora, a vos en fuerte punto, pues
          assi me aueis muerto con essa gentileza y gallardia, sin
          tener remedio para librarme.

          _Pol._--Sin tener remedio? Vistes aquello? O, qué gran
          mal! Pero passará, acabado esso es, noche son desastres.

          _Gal._--No serian sino astres[635]: si vos quisieredes
          sauer de mí, como soy seruidor de damas.

          _Pol._--Viste aquel consuelo, mi amor? de aora, ogaño,
          que os haré este año: paguemos el vuestro, y partios.

          _Gal._--No maltrateis assi a los forasteros, que os
          desean seruir: podreis en algun tiempo ir por allá, y nos
          vengaremos.

          _Pol._--Hazeldo assi, si allá me halláredes.

          _Gal._--Mejor compañia os haré yo, si quisieredes ir
          conmigo.

          _Pol._--Assi os tome a vos aquel que passa el agua y no
          se moja.

          _Gal._--Bien parece que no me paristes.

          _Pol._--Despues que lo di a criar, nunca más me he
          acordado dél.

          _Gal._--Cariofilo, llegaos acá, me ayudareis a entender a
          esta señora, que yo no la entiendo.

          _Pol._--Ayudadle, que no puede: qué azafema de tripas de
          cabron!

          _Car._--Ellas cuando quieren hablan germania.

          _Gal._--Tambien yo la sé, si nos viessemos tal á tal.

          _Pol._--Supolo dezir, y no se le cayeron los dientes;
          cómo es bonito y dorado! miren no le den quebranto.

          _Gal._--Para esta cara, que he de viuir con vos, para que
          me enseñeis essa algarauia.

          _Pol._--Assentalde la paga.

          _Car._--Señora, no aya más, sed piadosa para con los
          vuestros.

          _Pol._--Pues hablad vos desde allá, y oiros han. Sois vos
          su tutor?

          _Car._--Sí soy, porque me pesa veros con tan poca razon
          con quien os desea seruir.

          _Pol._--La razon mata a razon, y el cayado la liebre.

          _Car._--Para qué es ser tan zahareña con quien está hecho
          vn cordero delante de vos?

          _Pol._--Yo soy de esta hechura, y luego él parece vn
          inocente sin mal: mas quien no tiene que hazer, compre un
          ganso.

          _Gal._--La anade de Mondego que comprara yo fuerades vos,
          si tuuierades precio.

          _Pol._--Ahogose en una alcuza de medio real, de noche y
          sin candela.

          _Gal._--Digo os que no me atreuo a entrar en juego con
          esta moça.

          _Car._--Pegad con estotra que viene aqui; quiça más
          apacible.

          _Pol._--Dios le ayude, no cayga en el atolladero.

          _Gal._--No quiero sino a esta gentil persona, porque le
          soy aficionado.

          _Pol._--Si verengenas ay en la villa, alcaldadas ay en la
          plaça.

          _Vit._--Madre, tardé mucho?

          _Gal._--Antes venistes que yo quisiera, hija.

          _Vit._--Aun no os llaman a vos acá: habló el buey y dixo
          mu.

          _Pol._--Desatose por la boca como odre; con su madre fue
          a los ramos.

          _Gal._--Pareceme que se han comunicado. Qué par de
          palomas para un casal! Essas piedras no tienen dolor de
          herir aquellos pies tan bien hechos; que se sufre esto!

          _Pol._--Si no fuera por la bota, cortárale la pierna.

          _Vit._--Veis alli dónde viene mi suegra Andresa!

          _Gal._--Estas vuestras muchachas son todas tan diabolicas?

          _Car._--Pues aún no vistes nada, que hallareis otras que
          no hablan sino latin: quereis que nos vamos?

          _Gal._--Despedireme de estas damas.

          _Car._--Hazeldo assi.

          _Gal._--Pues no me quereis, voy a buscar quien me quiera;
          y con todo, soy vuestro.

          _Pol._--Tengolo en merced; plegue a Dios que os suceda
          como lo deseais.

          _Car._--Andresa, decid allá en casa que ha de ir este
          señor a cenar conmigo.

          _And._--Muy grande merced es.

          _Vit._--Y de dónde vino aora aquella buena pieça?

          _And._--Qué sé yo?

          _Pol._--Comadre, lauas tú mañana?

          _And._--Si Dios quiere.

          _Vit._--Y nosotras tambien; ya vendras de hazer grande
          fiesta.

          _Pol._--Pues ya me han prometido a mí la merienda, y
          espero que no ha de ser mala.

          _And._--Oy hurté a mi ama de la masa, con que hizo una
          torta: tened vosotras cuydado.


                                NOTAS:

          [634] En el original, _Vio os_.

          [635] _Sic._


                             SCENA TERCERA
                              CARIOFILO.

          _Car._--Tengo para mí por cierto que ser de los
          fauorecidos de la fortuna es el mayor engaño del mundo:
          vna vanidad que nos cuesta el alma y vida, porque nunca
          preuenimos lo que nos conuiene contra sus halagos. Y
          quien bien considerare lo que de serlo se saca, hallará
          que es trabajo y dolor, juego de Pompuñete y vn doytelo
          viuo, que la fortuna con nosotros trae. Demas, que no
          ay quien niegue ser estas grandes glorias de mundo las
          más vezes beneficio de la ventura, antes que de la
          virtud: porque es muy raro corresponder el premio al
          merecimiento; y por esta razon ay poco que embidiar
          y mucho que aborrecer. Dizenme los que se precian de
          grandes pensamientos y se jactan de hombres de alto
          espiritu, que Hercules en el principio de su vida,
          por seguir la virtud (que era vna de las damas que se
          le apareció, y le prometio eterna fama) passó muchas
          afrentas, y aquellos tan celebrados doze trabajos. Todo
          lo confiesso, y por lo mismo me afirmo en lo que digo:
          porque el cuytado passó la vida en continuas fatigas y
          trabajos, y al fin murio en ellos, todo por dexar memoria
          de sí: pues dezidme, qué le aprouechó tanto peregrinar?
          Es como el anhelar de los Indianos, que van a ganar
          para sus herederos. Que Hercules al fin murio, y está
          en el infierno, y querria mucho saber qué gusto tendra
          allá en dezir yo acá: gran cauallero fue Hercules! Lo
          mismo digo de otros muchos con quienes la fortuna anduuo
          inquieta. Como Alexandro, que por esta negra fama nunca
          gozó de vn dia de descanso, pudiendo reynar con gusto y
          placer; y essotro Julio Cesar. No os parece que viuia más
          descansado el barquero Amiclas, a quien él fue a rogar?
          pues bien se ve quedó tan en la memoria el vno como el
          otro: y ser Cesar o ser Amiclas viene a ser todo vno; y
          quiça en el otro mundo tendra menos tormento el barquero.
          Preguntad a Aquiles qué le aprouechó su soberuia, a
          Tantalo su avaricia, a Creso sus riquezas, a Artagerges
          su numeroso exército, y a todas las vanas ocupaciones
          de los hombres el premio que les dieron? Hablad con
          el sabidor de todo, que él os lo dira: lo seguro y lo
          cierto es seguir la raçon y estar por ella; conocerse
          cada vno lo que es, y no pensar volar sin alas. Abraçarse
          con el sossiego quien lo puede tener, y contentarse con
          su suerte; porque ninguno subio a estado alto ni hiço
          cosa insigne que no fuesse a costa de su cuerpo y alma;
          y al fin, todos nacimos desnudos, y assi nos come la
          tierra, donde quedamos iguales; y quien se cansó por el
          mundo y quien descansó en él, ambos estan de vna manera
          en la muerte; y en quanto a quedar memoria dellos, qué
          les importa este premio si no lo pueden gozar? Veisme
          aqui, por venir a nuestro proposito, que no soy de los
          que tienen altos pensamientos, ni amores encerrados en
          torres: contentome con lo que puedo alcançar buenamente
          y sin peligro ni cuydado; viuo a mi gusto, y como el
          caminante sin dinero canta seguro sin temer al ladron,
          assi yo no temo a la fortuna, porque no tiene de donde
          derribarme sin que yo quede en pie, riyendome della;
          juego a hurta cordel con las muchachas que se ofrecen;
          hago mi gusto y quedo triunfando. En este modo de
          entretenerme tengo hechas algunas suertes que exceden a
          las del mejor toreador, como fue la de Polinea, que beue
          los vientos por mí, y yo riome de ella. Mi amigo Zelotipo
          es todo eleuaciones y hazer torres de viento; mirad aora
          en qué vienen a parar todos sus fundamentos: sirue a
          Eufrosina con alma y vida, solicita sus negros amores, no
          durmiendo de noche, no descansando de dia, sutiliçando
          maneras de contentarla, gastando lo que no tiene en
          presentes, y preguntad qué le aprouechó todo esto? Aora
          que le hablaua ya, y le iba bien, y estaua en estado que
          le tenia embidia, viene la fortuna de improuiso, haze el
          contrato de don Tristan, que está cien leguas de aqui,
          para que se entienda quán mal sabe el hombre de dónde
          le puede venir el bien o el mal; y las quentas que a
          nuestro parecer hazemos con todo acuerdo y discrecion,
          quán fundadas son en incertidumbre. Mirad qué aprouecha
          a Zelotipo sus continuos cuydados y suspiros ardientes,
          con pensamientos altiuos, sino de tener congoxas que
          llorar; y temo, segun en él está arraygado el amor, que
          en sabiendo lo que passa, viendose desesperado, ha de
          hazer algun desatino: fui esta noche con él; hablanse por
          vna ventana, donde goçarán lo que diere lugar la ocasion,
          y despues le veo con mayores ansias y más feruoroso que
          andaua antes que alcançasse tanto: porque en los amores
          sucede lo que en el dinero, que crece el deseo de tenerle
          quanto más el dinero crece. No me atreui a dezirle lo que
          sabia: mas es necessario dezirselo, por ver si se puede
          remediar con tiempo; pero yo no sé qué camino elija que
          bueno sea. Si lo pudiesse apartar de esta aficion era
          lo más seguro, mas será impossible; con todo, lo he de
          intentar primero, y quando no pueda diuertirle, no he de
          desampararle, que esta es la ocasion de mostrarse los
          que son amigos. Animarele y eligiremos el mejor consejo
          en quanto huuiere lugar dél: despues el tiempo dira lo
          que huuieremos de hazer, que es siempre el más cierto
          consejero. Por estas cosas digo yo que no quiero ser de
          los que la fortuna trae leuantados. Mejor es andar, como
          dizen, por donde anda la raposa: que quien es bueno de
          contentar, menos tiene que llorar. Alli viene Zelotipo
          hablando consigo: quiero oir lo que dize sin que me vea.


                             SCENA QUARTA
                         ZELOTIPO, CARIOFILO.

          _Zel._--Si es verdad que mata el contento más que el
          pesar, no sé cómo soy vivo, ni tengo mi vida por segura.

          _Car._--Pues qué si bien lo supiessedes! presto deshareis
          la rueda.

          _Zel._--Porque mi contento, assi como no huuo otro su
          igual, assi deue hazer diferentes muestras y efetos de
          los que se han visto. Ni creo que quando Hercules alcançó
          a su amada Iole, Demofonte a Phili, Paris a Elena,
          Horestes[636] a Hermione, y Marte a la hermosa Venus,
          alguno dellos tuuo la gloria que yo he gozado.

          _Car._--Grande bien tenemos con esso, todo está
          remediado. Pareceme que sereis, vno piensa el vayo, otro
          el que lo ensilla. Pero qué cierto es a los contentos
          humanos azechallos el pesar; y en llegando su ocasion,
          echar por tierra todos aquellos alborozos de alegria.
          Piensa aora Zelotipo que nunca huuo hombre tan dichoso
          como él, eleuado en el gusto presente, y de aqui a poco,
          que sepa cómo la fortuna le ha mudado la hoja, vereislo
          llorar y llamarse el más desdichado de los nacidos: tan
          ingratos somos a todo bien passado. Aora hazed fundamento
          en cosas de mundo, y vereis lo que hallais.

          _Zel._--Quando contemplo conmigo que estuue en
          conuersacion cara a cara con la señora Eufrosina, dueño
          de mi alma, que le oi aquellas dulces palabras, delicada
          pronunciacion, aquellas razones blandas y discretas,
          aquella risa de la misma gracia, aquellos temores
          honestos, los fauores escasos de voluntad liberal y los
          ojos que hazian clara la noche escura, los cabellos
          trençados con donayre, aquel rostro del mismo Sol,
          aquella presencia de Palas, y aquellos ayes tan sentidos,
          quando la tocaua en alguna arracada y la lastimaua!...

          _Car._--Veis alli en suma toda la necedad de los
          enamorados. Piensa él aora que no hay más bien en el
          mundo que auer estado con su dama, y la tiene por cosa
          diuina, y no ve más de lo que la fantasia le representa,
          y está tan cerca de idolatrar como Salomon, y aun estoy
          por dezir que lo hará si ella lo consiente, porque le
          parece que no hay más campos Eliseos que estos amores.
          Por buen discurso hallo, y es cierto, que en quanto esto
          son las mujeres más discretas que nosotros, y tienen más
          claro el juicio, y mejor consejo; porque pocas ó ninguna
          dieran contra su voluntad y gusto; y si no le tienen y
          con él se vencen, es por demás persuadirlas; los hombres
          luego se entorpecen en embriagandose con su apetito y
          deleyte, como aora Zelotipo, a quien parece que no ay
          más bienauenturança que la que goza, tanto que por ella
          perdera el parayso. Tan embelesado tiene el entendimiento
          vn enamorado destos.

          _Zel._--Yo me espanto cómo en tanta gloria no me ahogué y
          perdi los espiritus.

          _Car._--Basta perder el sesso.

          _Zel._--Y por otra parte, quando imagino que tuue
          coraçon para apartarme della, me quedo elado, y nunca
          hombre acometio tal atreuimiento.

          _Car._--Assi es, o vos, o Mucio Sceuola.

          _Zel._--Quién pudiera imaginar que yo auia de alcançar el
          estado que tengo! Es sin duda que todo se alcança con el
          buen esfuerço y todo se pierde por flaqueza de ánimo.

          _Car._--Ya empieza a obrar la presuncion de coraçon;
          no ay Frances vitorioso tan soberuio, y lo causa la
          prosperidad, que siempre se haze digna y capaz de los
          sucessos y se atribuye a sí misma toda vitoria. Y estos
          regalados de la fortuna, con qualquiera aduersidad
          pierden el timon y a ningun buen consejo dan lugar, y
          hasta verlos en esto no hay sino dexarles hablar del
          arnes.

          _Zel._--Por ser los hombres pusilanimes vienen a llorar
          miserias y viuir en ellas. El hombre noble y que tiene
          honra no ha de estimar la vida por llegar a efeto sus
          deseos.

          _Car._--De tal cabeça tal sentencia. Veis alli lo que
          trae la próspera fortuna, juizios ciegos y voluntades
          desordenadas.

          _Zel._--Ha de acometer atreuido y reirse de los consejos
          cuerdos, que son armas de couardes, cerrar los ojos a
          inconuenientes y passar adelante, que esto le hizo a
          Cipion vencer a Cartago.

          _Car._--En quanto corriere este viento no venga acá
          Ector el Troyano, porque boluera vencido; quitareis la
          claue[637] a Hercules, vencereis a Medusa sin el escudo
          de Palas, sereis otro Perseo en el cauallo Pegaso; mas
          ruego a Dios no se rebuelua el tiempo.

          _Zel._--Mucho le deuo a Cariofilo, que me ha sido otro
          Diomedes para Vlises y Teseo para Piritoo.

          _Car._--Qué agradecido está aora en quanto hazen su
          voluntad y le fauorecen: assi somos todos; mas si le
          aconsejara lo contrario de lo que desea, se acabara la
          amistad.

          _Zel._--Y por esso todas las personas del mundo deuen
          trabajar mucho por alcançar vn buen amigo, sino que son
          dificiles de hallar y peores de conocer. Voime a ver con
          él.

          _Car._--Quiero salirle al encuentro.


                                NOTAS:

          [636] _Sic_, por _Orestes_.

          [637] Así está en el original, por _clava_.


                             SCENA QUINTA
                         CARIOFILO, ZELOTIPO.

          _Car._--Beso os las manos, señor.

          _Zel._--Yo las vuestras mil veces. A buscaros venia,
          como el cieruo sediento a las fuentes de las agvas, y
          aora conocereis que soy hombre de hecho para negocios de
          importancia.

          _Car._--Guarde Dios mis manos.

          _Zel._--Es verdad que yo no soy ingrato; confiesso que me
          fuistes, como dizen, Codorniz para Hercules; pero tambien
          yo merezco parte de premio, como buen luchador.

          _Car._--Si vos lo fuerades, yo os lo concediera.

          _Zel._--No quedó por mí, y bien vistes que el lugar no
          era para más; dexar que me hable donde me prometio y
          entonces vereis quién soy.

          _Car._--No se puede negar que sois hombre que hazeis
          sombra como vuestros vezinos; pero no os quisiera tan
          aficionado, porque lo tengo por grande flaqueza de ánimo
          y de entendimiento; y a mi gusto, el hombre en estos
          negocios ha de ser infatigable, astuto y diestro, y poco
          sujeto, y vos, amigo, sois muy tierno, y es necedad;
          perdonadme.

          _Zel._--Vos sois vn alarue. En qué razon cabe tratar vn
          hombre que tenga juyzio con vn Serafin y no serle muy
          aficionado? que cierto fuera, si os vierades en esta
          ocasion, estar más perdido.

          _Car._--Pues assi es el moço bouo! Hizierale más burlas
          y estuuiera más traydor sobre el amor que Sinon con los
          Troyanos; poco sabeis de condicion. La mayor poquedad que
          en vn hombre hallo es amar en juizio a ninguna muger, y
          ellas mismas lo estiman en poco, porque siempre tratan
          peor a quien les es más aficionado; qué se puede fiar del
          talento del que se sugeta a vna muger flaca y que tiene
          tantas imperfeciones?

          _Zel._--No seais herege, que no os lo he de sufrir;
          qué mayor perfecion ay en el mundo que la de vna muger
          hermosa? En qué mostró naturaleza todo su artificio sino
          en la muger, y en particular de la señora Eufrosina, de
          quien no se puede hablar como cosa deste mundo, sino como
          de vna muestra que Dios nos quiso dar de su poder?

          _Car._--Reios de esso, que es burla; otro tanto dire yo
          de mi dama Polinia, que no es de desechar, si quisiera
          hablar heregias; pero por dezirlo no será assi; creed
          siempre a quien mira de fuera; de mi consejo, tratad este
          negocio con más libertad, porque es gran cuita perderla,
          siendo vna joya que Dios nos dio para merecer con ella,
          y darla al apetito será para condenacion. Estimad de vos
          lo mejor que teneis, no os hagais esclauo de vna muger,
          que quanto os sintiere más sugeto, si es discreta, tanto
          querra ser más superior; mirad que no ay mayor riqueza
          que ser libre, y por esso dixo Diogenes a Alexandro: Tú
          eres Rey y yo soy Diogenes, no menos soberuio con mi
          libertad que tú con tus Reynos.

          _Zel._--Cómo hablais descansado y pensais que dais en
          todo lo que ay en la Filosofia! Sabeis quién se puede
          llamar libre? quien no tiene pecado: dadme vos acá aora
          vno destos. Vos pensais que la libertad consiste en no
          obedecer a otro; pues no es assi, porque todos nacimos
          con sugecion por el pecado, que se hizo señor del alma, y
          ser ella la sujeta es lo que se ha de sentir, que, como
          dize el mismo Diogenes, los leones no siruen a quien
          les trae de comer, antes son de ellos seruidos: porque
          en todas partes tiene el leon su ser propio, y assi lo
          tiene todo hombre, aunque sirua a otro, y donde quiera
          que estuuiere será libre si no tiene pecado; assi yo en
          seruir a la señora Eufrosina, aunque sea cautiuo de su
          hermosura, estoy libre de muchos pecados, en que vos que
          hablais de libertad estais enfrascado, gozando vna cada
          dia y pretendiendo otra. El amor contemplatiuo como el
          mio reduce a los hombres a grandes perfeciones, que bien
          sabeis vos como yo era distraido, y aora no me acuerdo de
          cosa desta vida sino contemplar en la señora Eufrosina,
          que me trajo a tal estado.

          _Car._--Y aun por esso reniego yo de essa opinion: porque
          el tiempo que os dio Dios para seruirle y alabarle
          ocupais en obedecer la voluntad de vna muger, en que lo
          perdeis muy al cierto, y es la mayor pérdida humana, y
          despues se sigue el arrepentimiento, pena natural de
          nuestras culpas, y luego la saluacion está incierta.

          _Zel._--En todo estado se puede saluar qualquiera
          persona, y tengo yo el mio por menos embaraçoso que el
          vuestro, que nunca os cansareis de vrdir nueuas marañas.

          _Car._--Vos no veis que si yo peco quedo amarrado en
          el pecado, y vos os enredais en él (como el nudo de
          Hercules, segun dice el prouerbio), y luego quereis hazer
          de esso virtud, como los Gentiles, que hazian sus dioses
          pecadores, para su propia disculpa; sin duda imaginais, y
          es engaño, que con dezir amor, amor, aueis de alcançar la
          corona.

          _Zel._--Bueno estais, pues me quereis persuadir ser buen
          estado el que teneis con vuestro diuertimiento y demasias
          de vicios, y juzgais por obra de misericordia tener
          deshonrada a Polinia, sin otra satisfacion.

          _Car._--Qué galante sois; pues qué, quereis que viua toda
          mi vida amancebado?

          _Zel._--No, sino casado.

          _Car._--Essa es otra! pues yo auia de casarme con aquella
          y sufrir las burlas y trampas de su padre y el son de los
          fuelles? no soy tan inocente.

          _Zel._--Pues cómo pensais satisfacer la deuda que la
          deueis?

          _Car._--Con vn _paternoster_ por su alma y la de su
          abuelo. No fuera ella golosa, que yo más obligado estoy a
          mí que a otrie.

          _Zel._--Quiera Dios no venga a ser señora de vuestra
          casa; que yo no os tengo embidia de essas suertes que
          hazeis.

          _Car._--Ni yo os las alabo, mas digo que tengo por mejor
          estado el de quien passó por el pecado que el del que
          está en él enredado y con gusto.

          _Zel._--Vos estais oy el más escrupuloso frayle que yo
          vi; quebradme vn ojo con vn milagro vuestro.

          _Car._--Hazed vos lo bueno que yo digo, y dexad lo malo
          que hago; mas creedme que vuestro estomago no digiere la
          verdad, y esto os digo porque os veo ir desamarrado tras
          vuestra voluntad, y temo que deis al trabes, porque no
          reparais en inconueniente alguno, auiendo tantos en este
          negocio.

          _Zel._--Bien sé que subo asperisima cuesta y que es
          querer sustentar el cielo como Atlante, pero no puedo
          conmigo desistir de mi intento.

          _Car._--Porque vos no quereis; mas si hazeis lo que hizo
          Cipion y Josef, vencereis esse apetito que os ciega; los
          afectos se vencen con facilidad antes que habituados
          se arraiguen en el alma, despues cobra fuerças la
          sensualidad; por esso Hercules cortó las siete cabeças de
          la hidra, porque donde la razon reyna, sugeta al hijo de
          Venus, que no es otra cosa sino flaqueza de ánimo poco
          prouido y comun inclinacion de nuestro natural: assi que
          vos mismo os sugetais y padeceis.

          _Zel._--Todos los hombres tienen algun peligro que
          passar: parece que naci yo para éste.

          _Car._--Essa escusa es heretica, y veis ai vuestro amor
          virtuoso los bienes que trae; la libertad que tuuistes
          para tomar esse pensamiento, essa teneis para dexarlo,
          que Dios ni el pecado no fuerçan de necesario, y resualar
          y no caer, como yo hago, tratando con libertad los
          amores, disposicion es para con más facilidad apartarme
          dellos.

          _Zel._--Cada vno tiene por ligera su culpa y aprueua su
          inclinacion.

          _Car._--Mas estar atascado como vos, de tales estremos no
          vemos sino estremados males. Assi se destruyó la antigua
          y soberuia Troya con la flor de Grecia indinada. Con essa
          razon paliada de virtud se ensangrentaron los Romanos
          con los Sabinos. Por desordenado amor se perdio España,
          Achiles murio por Policena, Demetrio por Arsinoe.

          _Zel._--Yo no lo niego, mas con essos me disculpo, que
          donde fuerça ay, derecho se pierde; Alcides. Socrates,
          Dante y Petrarca, pareceos que fueron discretos y sabios?
          pues yo no sé ni hago más que ellos.

          _Car._--Sabeis lo que passa, como dize el Gallego, de
          longas vias, longas mentiras; yo no creo lo que dizen de
          essos, y quando sea verdad, fue vna necedad que entonces
          estaua introducida; aora son los hombres más cuerdos y
          discretos: pretende ya cada vno más su prouecho propio
          que essas vanidades de amores que passaron; que en
          tiempo tan sagaz como éste más se sufren hipocresias
          que opiniones vanas, y assi no vereis aora de aquellos
          enamorados que andauan desuelados, palidos y ciegos.

          _Zel._--Grande y comun engaño es dezir los modernos;
          ya no ay caualleros como Troilo y Tideo, Quinto Curcio
          y Coroliano[638], filosofos como Tales y Bias, pintores
          como Apeles, enamorados como Etrusco y Berona, y assi
          todos los otros estremos que de los antiguos se escriuen,
          como si no fuera aora la naturaleza la misma que fue, y
          los Planetas y elementos nos negassen sus efetos; yo me
          rio de esse engaño. El satirico en su tiempo se quexaua
          que por falta de Mecenas no auia Flacos y Marones[639]:
          lo mismo es en el nuestro, porque el fauor auiua el animo
          y ingenio, y como aora la virtud no tiene premio ni la
          maldad castigo, el cauallero no quiere auenturar la vida
          por sólo que digan bien lo hizo, pues luego lo tienen
          por loco; ninguno quiere ya la corona de yedra, por ser
          mostrado con el dedo, porque conocen que de sus obras
          no se saca otro prouecho sino murmuraciones de necios
          inuidiosos. Mudóse la letra en buscar leyes sobre estos
          pronombres mio y tuyo, de que vienen las contiendas, y
          quien mejor ladron es del derecho ageno mete honra y
          prouecho en su casa. A estos llaman ellos los discretos:
          mas tambien ay aora como siempre animos para qualquiera
          cosa, pero la sed de dinero el dia de oy lo perbierte
          todo y no consiente vsar otro derecho sino el suyo, y
          assi reios de los muy enamorados, si bien es la principal
          inclinacion Portuguesa, y de tenerla y estimar a las
          mugeres más que todos le vino la cauallerosa opinion en
          que se auentaja a las demas naciones: porque el ingenioso
          Italiano disimula el amor, alaba su dama con versos; si
          la alcança, luego la incierra (_sic_) y la tiene como
          cautiua; si desespera de alcançarla, dize mal della y
          la aborrece. El alegre Francés trabaja por contentarla
          y procura agradarla con seruicios, músicas y fiestas;
          si se ve sugeto, llora; si alcança, desprecia y busca
          otra; si no la puede rendir, la amenaza; se venga si
          halla ocasion. El frio Aleman ama templadamente, pretende
          con engaños y dadiuas, y si desea, no sosiega; en
          consiguiendo su intento, se enfria; si halla resistencia
          prolija, se oluida y desestima. Solo el Portugues, timbre
          de los Españoles y arbitrio de todas la naciones, como
          discreto, galan y noble, incluye en sí todos los efetos
          del amor puro, estima a su dama, no sufre el verse
          ausente della, solicita de noche y de dia ocasiones
          donde y como la pueda ver, querria estar siempre en su
          presencia, los cuidados y fatigas lo enflaquecen, muda
          toda mala condicion en buena, abrasase interiormente
          en pensamientos, que representa humilde con lagrimas y
          suspiros, señales de verdadero dolor; tiene su voluntad
          regresada en la de quien bien quiere; es constante en su
          fe; defiende á su dama de quien la pretende ofender; si
          la alcança, no se aparta della hasta la muerte, y assi la
          haze señora de sí mismo; no pretende otro prouecho sino
          el della, y assi acomete atreuido todos los peligros,
          no pierde su memoria aun durmiendo, antes en esso se
          deleita, determinado de viuir o morir con ella; si
          desespera de alcançarla, mátase o haze estremos mortales.
          Todo esto y mucho más se halla por natural constelacion
          en el Portugues verdadero enamorado, como lo fue el Rey
          Don Pedro, que aun despues de muerta su amada doña Ines
          quiso confirmar su aficion con efetos publicos della.

          _Car._--Presto direis que quando los Portugueses se
          preciauan de buenos enamorados valia el pan varato en el
          Reyno y se ganauan los lugares a los Moros de aliende.

          _Zel._--Pues creedlo assi.

          _Car._--Ai os esperaua, y dizen los que tienen essa
          opinion entonces auia verdad y mercedes en los señores,
          lealtad y seruicio en los criados, y hazen vna letania
          de culpas presentes con más ruido que los truenos, y
          yo juraré que las pasadas fueron mayores; por más que
          nos digan del tiempo passado y por más que dissimulemos
          estaremos iguales.

          _Zel._--Yo no me inclino a vna ni a otra parte, mas sé
          por cosa cierta que hombre muy enamorado jamas hizo
          baxezas.

          _Car._--Luego quereis sustentar que sin amor todo es
          nada? Vos inuentais vna nueva y graciosa seta[640], que
          se diferencia poco de la comun que se leuantó en Olanda.
          No hay quien no viua engañado con su opinion, y vos
          teneis tanta elegancia y hazeis argumentos tan aparentes,
          que no me atreuo a intentar deshazer vuestras razones, si
          bien se fundan sobre falso, demas que será quebrarme la
          cabeça en las piedras; mas sabe Dios que procuro vuestro
          descanso: y pues no quereis dexar de proseguir vuestra
          derrota, aperciuios para sufrir los contrastes que os
          sucedieren, y quiero ver si teneis tan buen ánimo en
          ellos como lo mostrais en la prosperidad.

          _Zel._--Ya no puede venir mal que no le tenga por bien,
          ni desgracia que no reciba con sufrimiento, pues tengo
          por mia a la bellissima Eufrosina, que será esfuerço y
          consuelo en mis aduersidades y me ayudará a tolerarlas.

          _Car._--Esso quiero yo ver, y mirad lo que dezis, que a
          mí muy bien me está esse ánimo, si dura; porque aueis de
          saber que ha venido a esta tierra Galindo, mayordomo de
          don Tristan, que conoceis bien, a tratar de casarle con
          Eufrosina, y lleua efetuados los contratos con su padre
          sin saberlo ella.

          _Zel._--Burlaisos, Cariofilo, o qué me dezis?

          _Car._--Passa lo que os digo puntualmente, y ayer lo supe
          de el mismo Galindo, que me dio esta relacion.

          _Zel._--Cómo no me lo dixistes luego?

          _Car._--Por no perturbaros el gusto de la noche passada.

          _Zel._--Yo estoy bien despachado, desuenturado de
          mí; nunca he visto el fin de algun mal que no me sea
          principio de otro. Soy vn pielago de desuenturas. Qué en
          breue se me abatieron mis esperanças vanas! mostróme la
          fortuna lo falso por cierto: pensé que tenia tesoro, y
          eran carbones.

          _Car._--Veis aqui quien ha poco que no estimaua a todo
          el mundo, con esfuerços de poca esperiencia! qué cierto
          es que todos los que festejan mucho a la prosperidad
          desmayan en las aduersidades. No hay que fiar de
          espiritus regalados.

          _Zel._--O infelizes dias de mi vida! cómo es cierto lo
          que se dize, que aquella parte della es más peligrosa que
          con descuido tenemos por más segura. Qué fuera estaua yo
          de temer daño de tan lexos; gran necedad mia, pues no es
          propio lo que se puede mudar. O muerte, socorro de los
          afligidos, no tardes ya; ven que yo te recibiré con mayor
          ánimo que Caton Vticense, Anibal y Mitridates.

          _Car._--Morir assi no es fortaleza como imaginais. Seralo
          acometer peligro de que tenemos noticia, y no la teneis
          de la muerte para saber si es de temer, y es cobardia
          desearla para euitar otro mal, porque temiendo el menor,
          forçosamente temereis el mayor. Pues Dios para vengar la
          primera ofensa que le hizo nuestro primero padre no halló
          más aspero castigo. No se puede negar ser más trabajosa
          que quanto se puede sentir en la vida.

          _Zel._--Buena es la muerte que mata los males de la
          vida; y desta dizen los sabios que es vna breue ora,
          y mucho menos en comparacion de la que esperamos, que
          entendimiento discreto tiene mucho: las cosas de poco
          valor, lo que sucede fuera de naturaleza se puede
          temer, mas la muerte no, pues es natural, y el que
          fuere libre de culpa tendrá el deseo de San Pablo por
          este conocimiento. Platon dize ser la muerte el menor
          de todos los males. Licurgo y Socrates la eligieron
          voluntariamente.

          _Car._--Pues sabed que mayor esfuerço es sufrir el
          esperarla que recibirla. Yo me conformo con los que
          dizen: viua la gallina con su pepita. Mejor ánimo era
          el del mancebo de Rodas, que con las narices cortadas,
          la cara acuchillada, en vna cueba donde le sustentauan
          como a vna bestia para ajusticiallo muy presto, le dezian
          sus amigos que se dexasse morir de hambre y acabaria con
          tantos trabajos. Respondió: en quanto el hombre viue no
          deue desesperar; no como vos, que os ahogais en poca agua.

          _Zel._--Pues qué puedo hazer, me dezid?

          _Car._--Que no deis espaldas a la fortuna temblando antes
          de oir la trompeta. Sois otro Pisandro, que temia no se
          passasse su propia alma en otro y lo dexasse viuo.

          _Zel._--Confiesso que temo esso.

          _Car._--Luego teneis triste vida?

          _Zel._--Quien poco sabe, poco teme: todo lo que pende
          de la fortuna no es estable. Para crear desuenturas
          qualquier rumor basta, quanto más la certeza, y la
          ventura más facilmente se adquiere que se conserue. La
          mayor congoja en estas aduersidades es acordarme que fui
          algun tiempo venturoso, y ver que me quitan de entre las
          manos lo que yo pensaua tener ganado con auer visto en
          el Oriente la Cabra Celeste. Mas ya veo que a quien la
          fortuna pintó negro ningun tiempo lo hará blanco. Pero
          qué ay que tratar desto? naci en la quarta luna, traigo
          siempre el anillo de Gergis[641], y assi es trabajo vano
          pensar que nada me puede suceder bien. Yo quiero secar la
          idra y hazer cuerdas de arena en lo que pretendo. Mas qué
          hará quien más no puede? que el imperio de la costumbre
          es otra naturaleza.

          _Car._--Sí, mas se puede resistir mejor. Pero dexado
          esto, porque la reprehension en la aduersidad aflige y
          no aprouecha, lo que me parece es que no os consumais,
          que no ay cosa tan dificultosa que el buen ánimo no la
          alcance, y ninguno viene a tener honra sin trabajo,
          gloria sin tribulacion, alteza sin varios sucessos,
          dulce felicidad humana sin amargura. Mirad a Vlises cómo
          peregrinó antes de llegar al puerto de su tierra, Eneas
          quántos peligros passó antes de alcançar a Lauinia;
          Roma, los Camilos, Patricios[642], Fabios, Metelos,
          Decios y Cipiones que perdio, primero que consiguiesse la
          Monarquia. No se vence peligro sin peligro; qué coraçon
          el vuestro para ofrecerse a defender a Italia, estando
          Anibal soberuio con la vitoria de Canas, pues al primer
          acometimiento desmayais assi!

          _Zel._--No sé qué haga, inconstante es la fortuna, y
          presto pide lo que dio; quando la vida está en ocasion
          de perderse, en la tardança de su fin consiste el
          sentimiento: todo peligro despreciado viene más presto.
          Para qué he de viuir si casan a Eufrosina? Para sufrir
          que otro logre por riqueza lo que yo merezco por amor?

          _Car._--Dizen que del rico es dar remedio y del sabio
          consejo, y que la discrecion es propia en la pobreza,
          lo qual obliga a los hombres a inuentar muchas cosas; y
          aunque os digan que el pobre no puede hazer nada bien,
          fiaos de mí y vereis para quánto más soy que vos. No
          desmayeis, que yo os pondre en puerto seguro si tomais mi
          consejo.

          _Zel._--Bien sé que las letras Efesias no fueron tambien
          afortunadas como vuestros consejos lo son para mí en
          todas ocasiones, y pues assi es, guiadme en ésta: que
          resistir a los Etruscos mientras se cortó la puente,
          hazer como los Decios por la patria, y Zopiro por Dario,
          todo es nada para lo que yo haré contra todo el mundo en
          defensa de mi Eufrosina.

          _Car._--Estad, pues, conmigo, y consultemos esto bien,
          que las cosas bien pensadas, si no suceden bien, no
          perecen. Dios ayuda á los diligentes; el comunicar lo que
          conviene sea despacio, mas la execucion de lo resuelto
          presta, y más vale el buen consejo que fortuna, y la
          mayor priessa a los deseos es tardança, por lo qual
          es necessario miremos primero lo que importa hazer y
          abreuiemos el executarlo. El padre de Eufrosina está
          concertado con don Tristan, como os dixe; su buelta será
          breue, acabada su romeria, para aperciuirse y dar quenta
          a su hija. Ella, aunque os quiera bien, en viendo essotro
          partido tan fauorable, es muger moça, y como las mugeres
          todas tienen mucha atencion al interes propio y al gusto
          más siguro, la obediencia y el temor del padre de vna
          parte, la razon del prouecho de otra, luego la vereis en
          otro bordo, que las mujeres son hojas de alamo, y con
          qualquiera contraste se pierden y niegan toda fee que
          tengan dada, tan libres y siguras que os espantareis:
          por lo qual se puede tener por cierto que luego os ha
          de oluidar y no os ha de querer ver, ni aun nombraros,
          porque con nueuo sucessor todo amor se quita.

          _Zel._--Ha, que esso me mata, esso me traspassa y me
          desespera. O embidiosa fortuna, liberal al prometer y
          escasa al cumplir: assi quieres triunfar de mí? que es
          possible, mi señora, que vos me negueis quantas palabras
          me distes? será por mi desuentura y no por vuestra culpa,
          que no nacistes vos, señora, para tenerlas, yo para
          tormentos sí. Pero pues assi es, qué me aconsejais que
          haga?

          _Car._--Yo os pondre en el camino del remedio, si le
          supieredes seguir con la guia de mi regimiento, que es
          lo que me toca; porque el consejo no assegura el buen
          fin, mas dize lo que conuiene hazer para llegar al efeto
          del negocio; y assi como los principios de las cosas no
          tienen razon, assi los fines no tienen más que ventura;
          y pues todo es incierto, para qué se ha de temer el mal
          anticipadamente, pues basta sentirlo quando venga si no
          se puede escusar? El dolor de que viene algun prouecho
          no se siente. Alentaos y tened ánimo para executar lo
          que yo os dixere; tener el premio delante es el mayor
          esfuerço en los trabajos. Vos teneis en los ojos del alma
          a Eufrosina, la qual avn no sabe nada desto, y como aora
          el afecto[643] juuenil la predomina y dessasossiega, con
          el gusto que tiene presente, no ve cosa que le dañe.
          Traeisla embelesada vos, esperais entrar esta noche con
          ella; procurad que sea cierto, y estando en su presencia
          afilad la lengua para hablarla con terneza y halago, que
          la conuersacion suaue y blanda tiene ponçoña; ayudaos
          del lugar y tiempo, y si pudieredes casaos con ella, y
          en confirmacion de las palabras matrimoniales, como buen
          hijo, dexadmela con siete crianças[644], que essas pienso
          puede concebir: y hecho esto, quando su padre venga le
          podis dezir: quien primero anda, primero yanta, y yo os
          sacaré su ligitima, por más leyes que os la quiten.

          _Zel._--Dizen que es tan terrible, que tengo miedo que le
          dé ponçoña.

          _Car._--Gracioso estais; su hija es, y le dolerá más que
          a otro. La humanidad tambien tiene su fuerça, y no ay
          mayor amor que el del padre, y aora ninguno quiere matar,
          todos se acogen al consejo de la quietud, porque dizen:
          Tengamos paz, moriremos viejos. Ya passaron Decio, Bruto,
          Casio y Birginio, que mataron sus hijos por vanidad, ó lo
          más cierto por ser brutos. Echaremosle por intercessor
          algun amigo suyo que sea el lebrel que lo caze y amanse.
          El amor de padre lo conformará con el tiempo; la vegez
          procura descanso, porque tiene las fuerças corporales
          perdidas y las del ánimo con más vigor, y como está
          experimentado y sabio, no se quiere afligir y consumir
          en lo poco que le resta de la vida; assi que en quanto a
          esta parte no ay que temer. Assegurad vos lo principal,
          que yo os hago bueno la amistad del padre, quando no
          luego, con el tiempo.

          _Zel._--Dezis bien, mas quién sabe si querrá casarse
          conmigo Eufrosina?

          _Car._--Ay razon cómo esta? Y que yo hable en juizio
          con tal hombre? buenos estauamos si no se nos mojara la
          ropa. Quereis que os ruegue ella lo que tanto os importa
          á vos? Bien digo yo que los precetos que os doy es como
          quien predica en desierto. No aueis oido dezir que se ha
          de tomar exemplo en cabeça agena? Tomaldo en mí y pues
          os he referido cómo me gouerné con Polinia, haced lo
          mismo y acrecentad vn punto, y dad el ñudo de Bulcano,
          que el buen dicipulo ha de passar al maestro. Ha, cómo
          tocara yo essa tecla si me cayera en las manos, y lo que
          hiziera della a los primeros toques! Hago yo las finezas
          que sabeis, quedando libre, y vos, con casaros, no os
          atreueis, sabiendo que es el mayor cebo para ellas y que
          ninguna escapa desta trampa, porque no quieren más que vn
          color de disculpa; que los deseos, viuos y prontos, estan
          como los nuestros.

          _Zel._--Bien me va pareciendo lo que dezis.

          _Car._--Cómo os auia de parecer mal hablando os a
          vuestro gusto? lo que yo os digo es conueniente, y habas
          contadas; si acabassedes de conocerme, hallareis que
          tengo mucho fondo; grande cabeça es la mia. Si el Rey
          tuuiera noticia de mí, sin duda me hiziera su Consejero,
          y no le errara jamas vn dedo de la verdad.

          _Zel._--Poco medrareis vos con ella.

          _Car._--Por esso bien. Por donde fueres haz como uieres.
          Que mal le va al raton que no sabe más que vn agugero. De
          prudentes es mudar consejo; hizierame luego a la buelta
          de Mozanbique y siguiera la derrota segun corrieran
          los vientos, que de otra manera, por demas es nauegar:
          porque querer ser bueno entre ruynes es nadar contra la
          corriente del agua.

          _Zel._--Dessa manera no os embarqueis, que mejor es vn
          pan con Dios que diez con el demonio.

          _Car._--No dize assi el Castellano, sino que a tuerto y a
          derecho, mi casa hasta el techo; pero no dexemos aora lo
          que importa por filosofar.

          _Zel._--No tratemos quexas del mundo, que todos somos de
          perdonenos Dios. Metamos la mano en nuestro seno y todos
          hallaremos qué enmendar: vamos a tratar lo que conuiene,
          porque se va llegando la noche.

          _Car._--Vamos, que ya me parece os veo en el talamo, y el
          dia de la boda vereis qué hombre soy de fiesta.

          _Zel._--Ya nos viessemos en esso, mas mi ánimo metido
          entre temor y esperança, no se assegura.

          _Car._--Encomendadlo a Dios, que sin él nada somos,
          y luego manos a la labor; y no seais como el que
          consultó con Minerua si saldria vencedor de la lucha y
          respondiole que sí. El se puso en la ocasion sin mouerse
          ni defenderse, y fue vencido; y por esso se dize: con
          Minerua mueue tambien las manos, y no quiere Dios que
          seamos como el que se le cayó su cauallo en vn pantano y
          no le ayudaua a leuantar, sólo clamaua por Hercules. Con
          vuestro Marte aueis de vencer, que quien para sí no sabe,
          nada sabe; quien fuego quiere, y llueue, con las vñas lo
          descubre; a quien trabaja, Dios le ayuda.

          _Zel._--El sea conmigo.


                                NOTAS:

          [638] _Sic_, por _Coriolano_.

          [639] En el original, _Marrones_.

          [640] _Sera_ en el original.

          [641] _Sic_, por _Giges_.

          [642] Probablemente es errata por _Fabricios_.

          [643] En el original, por errata, _es afecto_.

          [644] Portaguesismo: _crianças_ por _criaturas_.


                              SCENA SEXTA
                              DON CARLOS.

          _D. Car._--O fortuna, ya deues estar satisfecha,
          pues me mostraste tu cara fea y triste. Siempre tus
          subidas tienen el fin que Iacinto tuuo en las de Febo.
          Tus tratos conozco, que son el trueco de Glauco con
          Diomedes. O miserable vida, sujeta a tantas miserias y
          tribulaciones que nosotros mismos causamos. O inutiles
          trabajos humanos. O, desdichados padres, qué desventura
          tan grande es la nuestra! Gastamos los dias en adquirir;
          apocamos la vida con cuidados vanos; cansamos el ánimo
          con pensamientos vigilantes; dessasossegamos el alma de
          noche y de dia con codicia, avaricia y embidia y otras
          ocupaciones mundanas, por juntar hacienda y adelantar
          honra para los hijos, y al fin, este es el galardon
          que os dan: trabajan por enterraros más presto, con
          daros disgustos, para poder con más breuedad destruir
          vanamente lo que vos le ganastes como Dios sabe. A,
          quantas veces cria el padre en el hijo vn enemigo cruel
          y se alegra el inocente con su patricido: Qual fue
          Absalon para David, Dario para Artaxerxes, y Neron,
          que mandó abrir el vientre de su madre, para ver dónde
          estuuo. Jupiter desterró a su padre por posseer el Reyno.
          O, desventurado de aquel a quien Dios le dio vna sola
          hija, que esta es la mayor desgracia que puede suceder
          en el mundo, y más si es atreuida, como por la mayor
          parte son todas. Scila cortó el fatal cabello a Niso
          su padre, por complacer a quien tenia amor. De Madiana
          nacio el que destruyó Astiages. Tulia, no contenta
          de mandar matar a su padre, passó en una carroza por
          encima del cuerpo muerto. La hija más agradecida, por
          agradar á su amigo, negará cien padres, y es grande
          engaño hazer ningun padre fundamento en hija, y más
          si tiene hijos, que éstos todavia os tienen respeto,
          aunque su particular gusto los incline a lo contrario,
          y si yerran, tienen enmienda; y en los errores de la
          hija no ay remedio, ni en ella arrepentimiento; con
          sus regalos y blanduras embelesan el juyzio del padre
          viejo, flacamente aficionado, y en ausencia lo venden
          con sus astucias demasiadamente atreuidas. Mirad aora
          si es bien atesorar para las hijas y desheredar los
          hijos por ellas. En viniendo las canas pregoneras y los
          dolores de la vejez aborrecida, luego nos aborrecen los
          hijos que amamos; y los que más queremos y obligamos
          con mejorarlos en nuestras herencias, nos desean más la
          muerte, oluidados de sus obligaciones. De manera que los
          nuestros por lo nuestro nos hazen guerra. Fiaos con esto,
          por mi vida, de herederos y no tengais cuenta con vuestra
          alma, como lo hazen algunos, que no se acuerdan della
          por enriquecer los estraños. Mas, por qué me quexo yo,
          si lo que padecemos lo merecemos por nuestros pecados? y
          segun amamos a nuestros padres, assi nos aman nuestros
          hijos, que por esso se dize: hijo eres, padre serás; como
          hizieres, assi haran. O vida larga, qué caro cuestas! Tus
          muchos dias son grande monte de males y la mucha edad
          es carcel de mucho tiempo. En naciendo entramos en este
          laberinto. Salimos dél con el hilo de la vida, por las
          puertas de la muerte. Aqui se terminan los fundamentos
          de los hombres, metidos por vn engaño comun. Haze vn
          pecador sus cuentas y discursos como si esta fragil vida
          fuesse perpetua, y no ve que tiene el un pie sobre la
          proa de la barca de Aqueronte, para passar a la eterna,
          donde caminamos tan descuidados y poco prouidos. Veis me
          aqui, que por mí lo digo: luego como tuve esta hija, sólo
          puse mi deseo en buscar modo cómo leuantarle a grande
          honra, y su triste madre con el alma en los dientes no
          sabia hablar en otra cosa, sí en encomendarmela. Quántas
          vezes he perdido el sueño de noche, pensando en lo que
          le estaria bien, y de dia haciendo oficio de hormiga,
          no he sossegado vna hora; aora que imaginaua descansar
          de tan grande carga y honrarme con el casamiento que le
          tenia concertado, la señora acomodóse con su gusto y mi
          deshonra. Qué cosa ésta para su madre si fuera viva!
          Pareceme que sin tener paciencia la ahogara; mas pues
          mi desventura ha querido mostrarme la vanidad y ceguera
          en que viui hasta aora, yo haré con ella lo que merece.
          Meterela monja y desheredarela; y para consultar lo que
          conuiene quiero hablar con el Dotor Carrasco, que es
          hombre de grandes letras, segun dizen; él me dirá lo que
          deuo hazer. Pareceme que es aquel que se va a pasear de
          la otra parte del rio: voyme a él.


                             SCENA SETIMA
                              CARIOFILO.

          _Car._--Mvy alborotado me dizen que está el negocio
          de mi amigo Zelotipo: el padre de Eufrosina ha venido.
          Tuuimos modo como vn amigo suyo le diesse cuenta de
          lo que ha passado estos dias de ausencia de su casa.
          Recibiolo muy mal, y deuia considerar que es bien
          empleado castigo de su confiança y descuido, como lo
          merecen todos los padres que quieren passar su vida en
          vicios y deleytes, y con el mal exemplo que dan a sus
          hijos quieren que hagan milagros. Don Carlos quiere
          andar por entre Douro y Miño comprando virginidades, y
          la amiga a su lado en la encomienda, y que la hija esté
          acá siempre en oracion, con esperança de su venida, y
          que vea passar su vida martirizada de deseos, amarrada
          a la voluntad de su padre, para no casarse sino quando
          él quisiere; como si la edad estuuiesse queda y la
          ociosidad inquieta. Digo que fue muy discreta en elegir
          marido a su gusto y no perder tiempo, y a su padre aora
          amárguele lo comido y sea exemplo para otros. Voy de
          la otra parte del rio a verme con Vitoria que laua oy,
          para saber della lo que passa en casa; porque dizen que
          Eufrosina está encerrada en vn aposento y que no habla
          con ella persona, y la prima de Zelotipo se fue en casa
          de su madre, y el martir anda para caerse muerto; quiero
          ver si le puedo lleuar alguna nueua que lo esfuerce y
          dare esta carta a Vitoria para Eufrosina. Mas quién son
          éstos que veo pasear por entre estos arboles? Don Carlos
          es y el Dotor Carrasco; que me maten si no es consulta
          sobre este negocio, que estos señores no tienen otro
          refugio más cierto que hablar con Letrados; y assi les
          entregan el reparo de su alma como si fuera a S. Pablo,
          y se persuaden que los otros no saben, aunque lo que
          se comunica no toque en leyes; y de aqui vienen muchos
          errores, porque si no son prudentes, las letras en ellos
          son peores que lepra, porque quieren medir por las leyes
          de Iustiniano, que ha mil y tantos años que se hizieron,
          las costumbres de aora, y no consideran que el tiempo lo
          hace todo de su color. Quiça fue dicha venir aora: quiero
          ponerme detrás de aquella balsa, escucharé lo que dizen y
          sabremos lo que hemos de hazer, sabida su determinacion.


                             SCENA OCTAUA
                DON CARLOS, DOTOR CARRASCO, CARIOFILO.

          _D. Car._--Beso las manos del señor Dotor.

          _Dot._--_Bene valeas domine mi._

          _D. Car._--Qué se haze por acá?

          _Dot._--Vineme assi _propter recreationem_, _ad
          expellendas curas_, por estos campos verdes. _Trahit sua
          quemque voluptas._ A mí dame la vida ver esta verdura y
          estos vuestros sauces, que acá dezis que son unos prados
          Eliseos, _et campos vbi Troya fuit_.

          _D. Car._--Tales los vistes lograr y vsurpar a los
          naturales por los extraños.

          _Dot._--_Ita est profecto_; bien pueden dezir con
          nuestro Virgilio: _Impius haec tam culta noualia miles
          habebit, en queis conseuimus agros_. Son bueltas del
          mundo, que no sabe estar permanente. _Amant alterna
          camenae_; de donde se dice: Quando vna puerta se cierra,
          otra se abre, y el bien de vnos es por mal de otros.

          _D. Car._--Esso es muy cierto en lo que yo veo por mi
          casa.

          _Dot._--Y V. m. adónde venia?

          _D. Car._--A consultar con vos, señor Dotor, vn negocio
          de mucha importancia.

          _Dot._--_Audiam te libenter._

          _D. Car._--Apartemonos destos criados hazia aquellos
          setos, porque no nos oigan.

          _Dot._--_Placet quasi dicat_, que son perdidos por
          escuchar y saber todo lo que sus amos dizen y hazen: son
          espias y trompetas de nuestra vida.

          _D. Car._--Assi es, y no sabe hombre de quién se fie.

          _Dot._--_Sic res se habet: rem acu tetigisti_, ellos
          son enemigos declarados. De donde inferimos que quantos
          más criados tenemos tantos más contrarios nos cercan, y
          por esso _Paucis, minimisque, contenta est natura. Sed
          veniamus ad rem._

          _D. Car._--A mí se me ha hecho la mayor afrenta que se
          hizo jamas a hombre.

          _Dot._--Diga, _si licet_.

          _D. Car._--Anda en esta ciudad de vn año a esta parte vn
          perdulario, dizen que es criado del Rey, y será algun
          zangano de los que no llegan a saber el nombre, hijo de
          Etor de Ebreu, que bien conoceis.

          _Dot._--Muy bien.

          _D. Car._--Este, por medio de vna prima suya que yo tenia
          en casa con mi hija, trató amores con ella y se casaron
          de secreto estos dias que yo fui en romeria a Santiago.

          _Dot._--_Prodigiosam rem narras_, y no sé si estoy en el
          caso.

          _Car._--Aquí me parece que estoy bien para que no me
          vean, y podré oirlos a placer. En el negocio hablan,
          quisiera aora tener cien orejas; pareceos que buscaron
          buen sitio para no ser oidos? Oluidose el Dotor de las
          cautelas de su ciencia, porque no se las da sino para mal.

          _Dot._--Dizeme V. m. que se casó el dicho mancebo con su
          misma prima.

          _Car._--Cómo entendió el bueno del Dotor! consultad
          por amor de mí cosas de vuestra honra con semejantes
          Letrados, más cortos de la vista del entendimiento que
          de los ojos; y en aquellos antojos que trae está todo
          el crédito de sus letras, y el buen juyzio que ellas
          requieren, a essotra puerta. No niego que a los doctos
          es justo que se honren y estimen, porque son la luz de
          la Republica, y quien nos gobierna, para que tengamos
          honra, hazienda y vida segura, y los tales merecen toda
          veneracion; pero a los que son ignorantes deuian ser
          castigados como adulteros.

          _D. Car._--No, señor, sino con mi hija.

          _Dot._--_Dij vestram fidem_; y fue possible tal cosa? que
          ella misma, _scilicet_, vuestra hija se casó con la parte
          _clandestinè_...

          _D. Car._--Por mis pecados, y para ser peor, fue a tiempo
          que yo tenia tratado casarla y hechas las escrituras con
          don Tristan, vno de los buenos mayorazgos de Portugal.

          _Dot._--Esse es punto de derecho, _et valet
          consequentia_, porque dize nuestro Baldo: _Iudex debet
          speculari per coniecturas in iudicando, sicut medicus
          per vrinam infirmitatem discernit._ _Sequitur ergo_, que
          tenemos en esso mucho que investigar, porque, señor, a
          esta nuestra ciencia nada le quedó por escudriñar, _et
          lex est imponenda rebus_, y el derecho todo está fundado
          en buena razon; y assi, _lex est sanctio sancta, jubens
          honesta, prohibens contraria_.

          _Car._--Ya el Dotor empieza a desenfardelar Latin, y D.
          Carlos pensará que le dize alguna cosa; mas mejor viua
          yo de lo que el Dotor entiende lo que habla, ni si es a
          proposito; desta manera sustenta su malicia y vanidad a
          costa de nuestra inocencia y ignorancia.

          _Dot._--Y pienso, _si memini_, que tengo acotada vna
          glossa en el Codigo que trata largo sobre esso, alegando
          vna sentencia de la Rota, y en el Decreto lo da _de
          iure_. Aora note, señor, por me hazer merced, y verá cómo
          fue delicado el Iustiniano definiendo la justicia, dize:
          _Iustitia est constans, etc._: quiere dezir: La justicia
          es vna constante y perpetua voluntad que da a cada vno lo
          que es suyo, de manera que no basta tener oy voluntad y
          mañana no, mas ha de ser todas las horas _in motu_, firme
          como vn peñasco: no digo bien, como todo vn monte: porque
          el peñasco se puede mudar; para lo cual es necessario
          _iurisprudentia_, que es el conocimiento de cosas humanas
          y vna ciencia de justicia e injusticia. Toma aora,
          _domine_, como corre esta cosa, y por esso ni vn cabello
          ni vna mosca nos passa sin reboluer ochenta hojas; y assi
          _iuris precepta sunt haec_, viuir honestamente, no hacer
          daño a otro, dar a cada vno lo que es suyo.

          _Car._--Pareceos que responden bien aquellas razones a
          la necessidad del otro? Todo es por mostrar que es docto;
          y yo asseguro que quanto le dize es paja y principios de
          donde el señor Dotor nunca passó, como el médico que trae
          hecha la gracia que dezir de dos verbos Griegos, y quatro
          vocablos Arauigos, y otros poco vsados, de que a los
          primeros toques haze vn preparatiuo y ostentacion, con
          que piensa apoyar su credito entre simples. Aora veamos
          en qué para esta consulta.

          _D. Car._--Señor Dotor, si hazeis bien este negocio, toda
          mi hazienda podeis tener por vuestra: porque no ay cosa
          que aora no diera por deshazer esta maraña.

          _Car._--Yo le veo mal remedio y el Dotor lo hará llano
          en la promessa, que estos tales abogados son como los
          encantadores o hechizeros antiguos, de quien cuentan
          que hazian parar el Sol y baxar la Luna y otras
          supersticiones, y es lo cierto que no podian nada; con
          esto nos dexan como Alquimistas gastado el caudal y sin
          sacar prouechos; y su reparo es dezir que a vuestra
          reuista que apelen, glossa va y glossa viene, y el texto
          no ay quien lo entienda, ni quien quiera estar por el
          verdadero entendimiento.

          _Dot._--En buena mano está; yo os reboluere todo el
          Derecho, que no quede letra sin verla, y a pesar de
          Dotores haré que vengan los textos a plomo de nuestra
          intencion; ademas que en esse particular son las leyes
          muy fauorables, visto como _praesumptio violenta habetur
          pro lege_, y haze mucho en nuestro favor _lex Iulia de
          adulteriis, cum quis sine vi, vel virginem vel viduam,
          honestè viuentem, strupauerit_, y por aqui lo guiaremos
          hasta conuencello.

          _Car._--No os digo yo hará el Dotor juntar el cielo con
          la tierra? y en quanto no huuiere quien le contradiga,
          esgrimira con quantos Bartulos ay. Yo no entiendo
          Latines, mas juraré que son todos sin pies ni cabeça,
          y fuera de proposito: porque conozco yo a estos mejor
          que quien los pario, y en vn mismo caso hazen treinta
          derechos y otros tantos tuertos. Quien tiene la culpa
          son hombres como don Carlos, que pudiendo consultar sus
          negocios con Iurisconsultos prudentes y doctos, los
          tratan con idiotas.

          _Dot._--Y es assi ni más ni menos, porque _fauores sunt
          ampliandi odia vero restringenda_; y dizen los Dotores
          que es cosa ardua la question de la honra, _per textum
          in ratione sui in l. si inimicitae in fine, ff. de his
          quibus vt indignis_, tanto que por defensa de la honra
          se permite desafio _de iure, prout tenet Bald. in cap.
          I, circa princip. 5 col. de pace tuenda, de vsibus
          feudorum_, donde dize el texto _in l. miles, § socer,
          ff. de adult._ ser muy vergonçoso dexar ninguno de tomar
          vengança de su honra: porque cruel es consigo mismo quien
          su fama desprecia, y la honra y honestidad deuen tenerse
          en tanto precio _vt pari passu cum vita ambulent, l.
          iusta, ff. de manumis. vindicta_.

          _Car._--Todo aquello es por indignar a don Carlos para
          que prosiga su odio y dé querella, porque quantos mas
          Moros más ganancia, y estos tales letrados son enemigos
          de concordia y paz, y más sangrientos que cirujanos
          o carniceros, y nunca aconsejan que los negocios se
          concierten.

          _Dot._--Y dice Baldo _l. obseruare., §. antequam, ff.
          de offic. Proconsul. quae pro honore sustinendo, etiam
          agendum est iuiuriarum_, y sobre este punto fundaremos vn
          libelo, porque tenemos textos a la letra, _in l. singuli,
          in l. sciant, C. de offic. diuersorum iudicum_, que manda
          expressamente sin ninguna controuersia, _non administrans
          honorem, cui debetur, puniendus est_; y aqui tenemos
          accion contra él; y quando alegue que los yerros por
          amores son dignos de perdonar, _nihil sequitur in re_,
          porque si a vn médico se deue guardar cortesia, quanto
          mayor deuda será, _imo est_, a vn fidalgo, con cuyo
          amparo se sustentan las fronteras de Africa?

          _D. Car._--Yo os dire, señor Dotor, lo que querria.

          _Dot._--Ya estoy en el caso muy adelante: quereis
          descasarla?

          _D. Car._--Si fuesse possible, no deseo por aora otra
          cosa, que lo demas su tiempo tiene: porque si lo mando
          matar, él no tiene que perder y yo sí, y que me costará
          el hazerlo los ojos de la cara.

          _Dot._--_Domine_, esse es el juizio, sacar las castañas
          con la mano agena. No hay tal vengança como la de la
          justicia, que se compra con dineros en sossiego.

          _Car._--Ley es de cobardia, y ya que assi es, mejor seria
          remitirla a Dios, que satisfaze todo lo que toma a su
          cuenta. Esto es lo que veo en el mundo, aprouar cada vno
          la opinion de su inclinacion por mejor: y assi tengo
          por lo más cierto que no se puede aprouar, ni reprouar,
          ninguna accion, sino es sabiendo la ocasion o necessidad.

          _D. Car._--Pues esso querria que consultassemos, porque
          me dizen que entraua él a mi casa a hablarle a ella.

          _Dot._--_Non obstat_, aunque tuuiessen copula, si ella
          niega, porque _nemo praesumitur carnem suam odio habere_.

          _Car._--Oid aquel disparate; tienela Zelotipo poco menos
          de preñada, y él todo es Latines; para estos auia de auer
          un palo de ciego, que es el más cierto remedio para sus
          patrañas, y ellos mismos lo dizen, que donde fuerça hay,
          derecho se pierde.

          _Dot._--Y podemosle arguir en esta parte de _vi et
          fraude: Nullus enim debet ex dolo suo lucrum reportare,
          cui poena debetur_, y en quanto a ella, que es persona
          _patiens_, llamarse a menor, y está prouado. Baldo lo
          dize a la letra a pedir de boca, _quem esse stultum,
          si eligat malum, cum possit eligere bonum_; porque
          los Legistas no arguimos como Logicos, ni conocemos
          por causas, sino en autoridad de la ley hacemos la
          fuerza y todo se remata en _ita lex dicit_, y a este
          proposito dice Baldo, _cap. At haec, col. 6. de pace iura
          fiunt, quod leges non allegantur in curiis Regum pro
          auctoritate, sed pro ratione_, y de esta manera queda
          todo barajado y confusso, que no se sabra por donde entra
          ni sale, ni el mismo Bartulo, ni Iason; porque el juez
          no ha de juzgar segun su conciencia, sino conforme a lo
          alegado y prouado ha de pronunciar la sentencia _vt ff.
          de offic. Praesid. l. illicitas §. veritas_.

          _Car._--Aora holgaos allá con tal justicia, que he de
          juzgar lo que no entiendo ser assi, y tambien las más
          vezes no entender lo que juzgo.

          _Dot._--Y assi siempre vsamos _pro ratione voluntas_, que
          es lo que menos cuesta, y más comun; y assi los juezes
          son como rios, que dan y quitan a la juridicion, segun
          a la parte que se inclinan, _vt habetur, et ff. eod.
          l. ergo, § a luuio de acq_. No está en más la ventura
          de segun es la condicion del juez, porque _prodigus
          dat danda, et non danda, avarus tenet tenenda, et non
          tenenda: largas medium tenet inter vtrumque_.

          _Car._--El lo dize y él lo desdize, y todo es variar de
          acá para allá; y aquella paciencia de don Carlos basta
          para su proligidad, y piensa que está remediado con las
          muchas alegaciones. Cuytados de los que llegan a sus
          manos, y por el parecer destos tales, que es más incierto
          que el de los oráculos de los Dioses, se auentura y se
          pierde casi siempre hazienda, honra y vida! Renegad de
          negocio que tiene el remedio en mejor porfiar, y de
          ciencia que consiste en mejor saber mentir, y luego
          todos se quexan y se acusan vnos a otros de que no
          entienden los textos, y con las glossas hazen la guerra
          y palian todo el Derecho, siendo prohibido por expressa
          constitucion de su Iustiniano que ninguno fuesse ossado a
          glossar ley.

          _Dot._--De manera que por esta cuenta queda excluydo de
          las contradiciones, y nosotros con larga accion contra
          él; mas otro punto se me ofrece muy sutil cerca de la
          prima medianera: _imo a causa agens_; porque no nos pueda
          dañar en nuestra prouança intimaremosle vn escrito con
          indicios de participante, porque de todo se ha de ayudar
          el hombre, y a la primera audiencia será declarada por
          sospechosa, y de los enemigos los menos; y no es de poca
          importancia, porque queda luego el negocio seguro, no
          auiendo quien testifique de vista: porque _magis creditur
          duobus affirmantibus, quam mille negantibus_, y como
          la parte no tenga prouança, está _illico_ el derecho
          por nuestro, porque _ambigua sunt semper in meliorem et
          humaniorem partem interpretanda_.

          _Car._--Estoy por ir y quebrarle aquella cabeça.
          Bachillerad vos quanto quisieredes, _Domine Doctor_, que
          yo acá por mi lenguaje estoy descansado, si Zelotipo no
          miente; lo que me contenta es que no tratan de deseredar,
          que esto sólo temo.

          _Dot._--Iremos protestando por las costas, y yo os las
          asseguro.

          _Car._--Assi asseguró Zelotipo la moça.

          _Dot._--Y por la injuria que halle será muy mala de
          pagar, por ser de _minore ad maiorem_; porque vuestra
          hija goza de las libertades de vuestra hidalguia, _quia
          Augusta debet gaudere priuilegio Principis_, y prouado
          como es vuestra hija, que se hará con dos testigos, que
          no pueden faltar, lo haremos cierto: porque _quando
          aliquid dubitatur recurrendum est ad communem opinionem
          et vox populi plerumque repetitur_. Y assi el reo será
          condenado conforme a derecho, y desterrado perpetuamente
          fuera de la ciudad y su término, _de iure_, respeto que
          _iniuria stimatur tanto acrior, quanto dignior est res
          cui irrogatur_. Y por la ley Aquilia, _patitur autem quis
          iniuriam non solum per semetipsum, sed etiam per liberos
          suos, quos in potestate habet. Vides Domine_, como lo
          recita puntualmente?

          _Car._--Pensais que le entiende don Carlos palabra? mejor
          viua yo; y de aquella manera son todos los litigantes, y
          con esto su fin es decirles textos mal aplicados para que
          no den satisfacion ni paguen lo que deuen y para echarlos
          en el infierno, que merece quien entriega la obligacion
          de su conciencia a leyes sin ella, como si ay mejor juez
          de sí propio que el juizio de cada vno, mediante la ayuda
          del Angel de su guarda, que está siempre inspirando.
          Aora veamos en qué viene a parar el remate de sus
          despropositos, si es possible que concluya este oy.

          _Dot._--Y como la accion, _nihil aliud est quam ius
          persequendi in iudicio, quod sibi debetur_, podemos
          tambien querellarnos de hurto noturno, que es capital,
          _et tenetur ad mortem_, y por afear más el caso importa
          mucho hazello pleueyo, para lo qual es menester dos
          testigos falsos, que no faltarán.

          _Car._--Pareceos que está espiritual el Doctor? De essa
          manera, tambien yo sé leyes; y el otro buen hombre, con
          la atencion que lo escucha!

          _Dot._--Y aqui bate el negocio poderlo aniquilar, que
          es punto _de impedimentis matrimonii cum quilibet
          praesumatur bonus, nisi probetur contrarium_, de donde
          se infiere, y fue en esto el derecho muy prouido, que
          _probationes in criminalibus, esse debeant clariores luce
          meridiana_, y dexadme hazer a mí, que yo asseguraré buena
          sentencia en nuestro fauor.

          _Car._--Nunca tú medres más; atengome con Zelotipo, que
          la selló con su sello, y esto al menos le quedará. Y yo
          pregunto, el padre con descasarla qué remedia? Aunque el
          mundo está tan perdido, que por interes la tomarán por
          plata quebrada.

          _Dot._--Yo os haré vn escrito, si el negocio fuere a
          la Corte, que presentado en el Tribunal de los padres
          conscriptos se queden admirados; y esto importa mucho al
          caso, porque _Nuncio sine literis non creditur, et in
          dubiis semper debemus fauorabiliorem partem accipere_.
          Y aueis, señor, de saber y tener por cierto, como aqui
          estamos, que por la simpleza de los procuradores se
          pierde todo el derecho de las partes, donde la glossa
          sobre el título de _his, per quos agere posumus, in
          Instit. §. Procurator_, lo nota marauillosamente,
          diciendo: _Cuicumque_. Es a saber, que el procurador ha
          de ser habil y no soldado, ni muger, ni menor de veinte
          y cinco años, ni loco; donde se ve bien como el derecho
          fue en todo prouido, por lo cual dice Tulio: _A maioribus
          nostris nulla alia de causa leges sunt inuentae nisi vt
          suos ciues incolumes seruarent_. Y de andar baraxada la
          orden se peruierte el vso y padece quien Dios tiene por
          bien: porque cualquier Bachiller con dos letras quiere le
          estimen por vn Ciceron, y no saben hazer vna querella ni
          seguirla hasta dar alcance, y a costa de las partes dan
          grandes cabeçadas e inoran, _Domine mi_, que ha de ser,
          _vt contineat nomen accusantis et accusati, et annum et
          mensem, quo commissum fuit crimen, et locum vbi commissum
          fuit et consules sub quibus est admissum, item dies dati
          libelli debet inseri_. Y entonces no es necessario el dia
          ni la hora del delito cometido; y si va assi apretado, lo
          que falta es dalle bateria, y perded cuidado.

          _Car._--Don Carlos tiene necessidad de essos precetos,
          que yo asseguro que son los principios de que el mi señor
          Doctor nunca passó. Tú lo pondrás de lodo, y si no que
          me arrastren; y este no tiene culpa, pues en lo que dize
          de los otros le auisa de lo que le deue creer; mas es
          estrella de señores consumir la hazienda con Letrados y
          la vida con Médicos.

          _Dot._--Y como la causa vaya de aquí sustanciada,
          ninguna duda tengo del sucesso fauorable, _quia iudex
          damnatur cum nocens absolvitur_: porque _justitia
          virtus omnium est domina, ait noster Cicero, et regina
          virtutum_, y si no sucediere bien todo es apelar para
          Roma, señalar testigos de la India, pedir remita y
          otras trecientas cosas que inuentaremos cada hora
          para dilatarlo; _finaliter_, haremos vn processo que
          dure hasta el dia del juizio, con que él se cansará
          consumido con los gastos, que no podrá suplir, y quedará
          la apelacion desierta, y en su rebeldia lo echaremos
          en baraja. Yo os daré escriuano que dé su fe segun la
          pintáremos y ponga los términos conforme a nuestra
          intencion: y como tengais esto, lo restante del mundo no
          será poderoso para venceros, y dure lo que durare, pues
          estamos en possession, que es el todo.

          _Car._--A mi entender la possession es de Zelotipo, que
          la supo tomar con toda su solenidad. Mas si la cosa
          va tan bien traçada, esta capa no tengo yo segura.
          Desta manera triunfan éstos de nosotros, y tienen los
          escriuanos debaxo de su juridicion, como los Medicos a
          los Boticarios. Fiaos de un mal Letrado, que él os hará
          gastar la hazienda en vna injusticia y para herencia de
          hijos dexarán puesta una demanda infinita, y rara vez se
          hallará alguno tan bien inclinado que os desengañe. Al
          principio todos asseguran el derecho de sus partes, y
          quando sale la sentencia al contrario, disculpanse con
          la inorancia del juez, y que se inclinó a la otra parte,
          de quien nos libre Dios, que si le amagan con interes
          quiebran con todo. Cada vno mire por sí, que ellos dan
          golpes sin que a ellos les duela. Prometo que por el
          camino que toman, que ha de tener Zelotipo largo trabajo.
          Rezelo alguna trampa, porque quien más tiene más puede,
          y don Carlos comprará la justicia, y no faltará quien la
          venda.

          _Dot._--Mas os digo, señor, que no os daré por vuestro
          derecho aquella paja.

          _Car._--Aora dize verdad.

          _Dot._--Por lo qual auemos de lleuar otra orden muy
          diferente de la que pensais, vista vuestra nobleza, a que
          las leyes conceden grandes y extraordinarios preuilegios:
          porque los nobles hasta en el castigo son honrados, _quia
          mitius puniuntur_. Y en las promesas tienen más credito,
          _quia promissa nobilium pro factis habentur_.

          _Car._--No sé que esso sea ya cierto.

          _Dot._--Por lo qual todo juez que tuuiere respeto a la
          dicha nobleza y discerniere las calidades del actor y del
          reo, si fuere medianamente Letrado, estará por vuestra
          parte, _Quia propter excellentiam personae licitum est
          iura transgredi, imò propter libertatem transgredimur
          regulas iuris_; por donde su prouança queda nula, porque
          _quoties dubia est interpretatio, semper pro libertate
          respondendum est_, y Bartulo habla en esto altamente
          _in l. I. ff. de publi. iud._ donde dize _iniustum
          est aliquem cum alterius detrimento fieri locupletem:
          alteri enim per alterum praeiudicium inferri non debet_;
          conforma con él Baldo, diziendo: _vnum altare non
          debet denudari vt aliud cooperiatur, nec debet aliorum
          honores debent alijs nocere, nec debet aliquis, vt
          commodum alicui faciat alteri praeiudicari, nec alijs
          debet aliquid appetere, quod honor aliorum minuatur.
          Ergo sequitur per allegata_, que fue muy mal hecho lo
          que nuestro reo cometió en perjuizio del actor. Y assi,
          la prima que ayudó en el delito está conuencida por
          complice, y toda la justicia por nuestra parte. V. m. no
          se acongoje, que cosas son de mundo y han de correr su
          curso: forme su peticion querellante del dicho fulano,
          nombre procurador y paguele bien.

          _Car._--Ay está el punto: ya sufro la malicia del Doctor,
          mas no me compadezco de la boueria del cauallero que
          lo escucha y lo cree; amarrado en su tema y enojo, no
          entiende cómo es nada quanto le dize el Doctor, y que la
          verdad es conformarse con la voluntad de Dios, pues dél
          viene todo el bien y nuestra elecion es ciega.

          _D. Car._--Sabeis que quisiera yo, por vengarme della?
          desheredarla, si ay ley para hacerlo.

          _Dot._--Para esso trecientas leyes: porque es materia muy
          corriente entre los Doctores, y es bien aduertido, porque
          _facilitas veniae incendium praebet delinquenti_, y por
          ay le podemos dar tambien vna buena buelta, que no ay tal
          cosa como quitalle los mineros. _Quia sine Cerere et Baco
          friget Venus._

          _Car._--Aquello no me suena bien, porque bolsa sin
          dinero, etc.[645]. Y Eufrosina en casa, sin moneda,
          digole desuentura, por más hermosa que ella sea, que por
          éstas se dize: Quien casa por amores viue con dolores. Yo
          voy teniendo muy poca embidia a la dicha de Zelotipo, y
          nunca vi otra cosa sino que toda muger que piensa ataxar
          con amores para alcançar más presto su gusto, rodea, y
          es verdad que no ay atajo sin trabajo. Yo les asseguro
          que han de vomitar lo comido, y ella pudiera no ser tan
          golosa; mas todas coxean deste pie desde la primera, que
          cierto es los gustos humanos no ser cumplidos.

          _Dot._--Aora mire, por me hazer merced, cómo está fundado
          en derecho, _quidquid enim ligatur solubile est_; por
          tanto, hijo que está _sub potestate patris_, muerto el
          padre queda libre de su sugecion.

          _Car._--Esso vn asno lo dixera.

          _Dot._--De donde inferimos ser el hijo cautiuo en quanto
          el padre viuiere.

          _Car._--Tal puede ser el padre, que sea peor que cautiuo.

          _Dot._--_Ergo sequitur_ que es cautiua vuestra hija.
          Hizo el matrimonio contra vuestra voluntad, podeis
          quitarle lo que es vuestro contra la suya, _et sic, par
          pari referam, et valet consequentia_: porque tal de mí,
          tal de ti, es derecho natural. Assi, que podeis hazer
          vuestro testamento, que se interpreta testificacion
          de vuestra voluntad, _quia testamentum est voluntatis
          nostrae iusta sententia de eo quod quis post mortem suam
          fieri voluit vt, ff. eod. l. I._ Y no importa que lo
          hagais en tablas, papel o pergamino, o en otra qualquiera
          cosa.

          _Car._--De grande duda me quitais, y si lo escriuiesse en
          las ondas del agua, qué remedio entonces?

          _Dot._--Y queda claro ser desheredado aquel por quien
          digo desta manera. _Titius filius meus est haeres, esto
          por quanto cessante causa cessat effectus._ Y porque en
          lo que toca a testar quasi la mayor parte de los hombres
          yerran, hazerlo hemos V. m. y yo con las solenidades que
          se requieren para [que][646] quede de cal y canto[647] y
          el reo se vaya a holgarse y cantar al sol.

          _Car._--De quanto dize el Doctor en fin nada ata, porque
          el engaño está en dilatar la cura al paciente.

          _D. Car._--Aora, señor Doctor, yo estoy de vuestro
          parecer; mañana os uere y resolueremos cómo se ha de
          poner en execucion: porque no he de sufrir que triunfe
          este rapaz de mí, y os confiesso que estuue inclinado a
          mandarlo matar, y aun no estoy muy lexos de esso.

          _Dot._--No, no, para qué es más vengança que la que
          podeis tomar por justicia y el derecho os permite? lo
          demas seria tirania y contra todas las leyes, no ay cosa
          que [no] llegue a uengarse sin palo ni piedra.

          _Car._--Es nuestro padre y madre el Doctor, buen padrino
          tenemos aquí; mas quán propio es destos vengarse con
          los oficios! Naturalmente las letras son cobardes, y
          tal hizieran a la tierra: porque la locura es parte de
          valentia y el mucho juizio se acouarda con pensar y
          tantear mucho los inconuinientes. Ellos se van, y don
          Carlos muy firme en seguir la opinion del Doctor, que
          es dar querella que dure sin fin. Quiero ir a verme con
          Zelotipo, trataremos de hablar a Philotimo mi pariente,
          que es muy amigo de don Carlos y cauallero muy honrado,
          de buena intencion, discreto y platico en los sucessos
          del mundo, hombre de mucho seso y desengaño de toda
          apariencia, sabio para bien y libre de fingimientos para
          mal. Quiça le templará aquella furia, que no es de los
          que dizen vna cosa y hazen otra, y en vez de confirmar
          amistades siembran ciçaña y tienen por gran discrecion
          vsar estas virtuosas mañas.

          _Dot._--_Domine_, V. merced me crea, y persuada con
          toda solicitud a su hija que niegue a pies juntos, y
          luego echese a dormir, y sobre mí el sucesso: porque
          ella en esta parte queda rea _a fortiori_, y es regla
          infalible _cum iura partium_ _sunt obscura reo potius
          est fauendum quam actori_. Y tenemos para esto los
          juezes dos textos que nos dan grandes mangas para lo
          que queremos, que es _iudices promtiores debent esse ad
          absoluendum quam ad condemnandum, et melius est redargui
          de nimia misericordia quam de nimio rigore. Finaliter_,
          yo estudiaré el caso de raiz y daré vna buelta a los
          Doctores, y de mañana vayase a mi casa, que todo se
          hara como conuiene, _Deo volente_, y no ha de perder de
          su derecho vna migaja de lo que yo entendiere. Pues el
          fauor, que es el sello desta causa, no nos ha de faltar,
          y en el interin ensanche esse coraçon.


                                NOTAS:

          [645] El refrán completo es: «Bolsa sin dinero, dígole
          cuero». Sabido esto, se explica bien la expresión
          siguiente.

          [646] Suplimos este _que_, que parece necesario para el
          buen sentido de la frase. Suplido se halla también en la
          edición de 1735.

          [647] En el original como un solo vocablo: _calicanto_.


                              SCENA NONA
                           ANDRADE, COTRIN.

          _And._--Siempre temi el sucesso de los amores de mi amo.
          Bien despachado está: su prima fuera de casa de don
          Carlos; Eufrosina encerrada como emparedada: él temeroso
          que lo mande matar el padre, segun está indinado desde
          que lo supo. Y yo no sé que tan seguro estoy, que muchas
          vezes paga el justo por el pecador y la soga siempre
          quiebra por lo más delgado. Aora tomara yo de buena gana
          ir a mi tierra, en quanto anda la cosa assi baraxada, que
          quien se guardó, no erró. Podia el diablo hazer más que
          meterme en esta rebuelta, en que no soy parte para gusto
          ni prouecho? y querra mi pecado, segun soy desgraciado,
          que lo sea en lleuar lo peor. Mejor lo hizo Cotrin el de
          Cariofilo, que se fue con tiempo a su tierra, y estará
          aora repleto de churiços, en tanto que yo ando en este
          enredo. Mas qué estoy diziendo? Si es aquel que allí
          viene? No es otro, quiero ir [á] abraçallo, sabré algunas
          nueuas de mi gente, con que me consuele en este peligro.
          Sea bien venido, señor Cotrin.

          _Cot._--O señor Andrade, esteis en hora buena.

          _And._--Quándo fue la venida?

          _Cot._--Aun aora vengo de camino.

          _And._--Pues cómo queda toda la gente?

          _Cot._--Con salud; vnas cartas pienso que traigo para
          vos, con no sé qué lienço para camisas, y viene con el
          harriero.

          _And._--Alegrome con essa nueua. Aora bien, contadme si
          os holgastes mucho?

          _Cot._--Diablo eres, yo te prometo que tuue dias de mucho
          contento: porque no auia alli sino buena ventura, comer
          hasta no poder más, y tan bien hallado estaua, que no
          podia arrancar de allá.

          _And._--Trataste de amores?

          _Cot._--Con treinta, y si estuuiera más dias hiziera de
          mi señal la entenada del Prioste.

          _And._--No es muy pequeña?

          _Cot._--Mal hora para ella, creció como mala yerua y
          se ha hecho muy discreta. Sabes tambien a quien no
          conocerás? a Marica la del Iurado.

          _And._--Essa no es niña aunque lo parece, y siempre tuuo
          buen pico. De manera que dexarás allá grandes ansias y
          cuidados de ausencia?

          _Cot._--Las que no puedo dezir; contarete despacio cosas
          que admirarás. Mas qué ay por acá? Cómo estan nuestros
          amos?

          _And._--Dolo al diablo, ay grandes rebueltas.

          _Cot._--Quenta por tu vida.

          _And._--A tu amo hallaron una destas noches passadas
          con vna hija de vn platero, que dizen que es rico,
          mas ya creo en Dios; la moça en cogiendolos dixo que
          estaua con su marido, y tu señor no lo negó, o con
          miedo o con voluntad, o con todo, que en estos casos
          es muy cierto hablar a lo cuerdo. En fin, dexaronlos
          juntos por entonces, y otro dia como se vio en saluo
          determinose a negar. Apartose de la conuersacion de su
          dama, y entendido por el padre de la señora no curó de
          más historias sino de lleuallos delante del Vicario, y
          a la primera audiencia le mandó recibilla por muger. El
          padre de tu amo está para tomar el cielo con las manos
          y no lo quiere ver, y assi anda retirado fuera de casa
          y se recoge con mi amo; dizen que lo deshereda y le da
          toda la hazienda a la hermana, y yo assi lo creo, porque
          ay padres que empobreceran cien hijos por enriquecer vna
          hija.

          _Cot._--Bien remediado está mi amo, y en esso vino a
          parar el pensar que las mataua en el aire! Mas fuerça
          era caer en alguna quien hazia tantas trampas: por esso
          dizen, quien con hierro mata, etc.

          _And._--Pues si tú lo vieras antes burlarse della y
          desdeñarla, apodar la suegra y despreciar el suegro!

          _Cot._--Nunca vimos otra cosa.

          _And._--Y sobre todo me parece á mí que no quiere mal a
          la moça, aunque dize della las tres leyes.

          _Cot._--Y ella qué tal es?

          _And._--Vna feguela, que no tiene más que los huessos,
          y no se quita de la ventana: lo que te asseguro es que
          tienes en ella ama y zanfonia.

          _Cot._--Y esso vino acá a hacer de la Corte? toda su vida
          se burló de todo el mundo, y aora dio en su cabeza. Y tu
          amo qué dize a esso?

          _And._--A él sus duelos le bastan.

          _Cot._--Por qué? también cayó?

          _And._--No sé quál fue peor, y siempre oi dezir que
          quien quiere subir de priessa, de priessa cae. Casóse
          de secreto con vna hija de vn gran cauallero, rica y
          hermosa, que lo es tanto, que no ay más que pedir. El
          padre de la señora dize que la matará antes que dársela.
          Ha dado aora querella y jura que le ha de hazer ir a
          Roma. Tiene la hija encerrada, que no ve a persona viua,
          y afírmase que ha de entrarla monja, si no halla por otro
          camino mejor salida; mas sospéchase que lo detiene el
          rezelarse que tendra ella en el monasterio más ocasion de
          tener correspondencia con mi amo, y lo peor es que dizen
          que pretende mandarle matar quando no tenga otro remedio.

          _Cot._--Muy malo es esso; grandes cosas me quentas, pero
          di tú lo que quisieres. Yo estoy de parecer que tu amo lo
          hizo galantemente, si asseguró el negocio, y todo essotro
          es brauear del cauallero y vn poco de viento. Despues que
          el mal recado es hecho en vano es porfiar, que si ella es
          suya el Vicario se la dará. Assi sucedio aora en nuestro
          lugar al hijo de Pedro Alfonso carpintero con la hija del
          escriuano; anduuo y anduuo, y por más que hizieron, al
          fin se la entregaron.

          _And._--Y si el cauallero lo manda matar?

          _Cot._--No ayas miedo.

          _And._--No he miedo, mas rezelo, y no tanto por su cabeça
          como por la mia, porque me temo que lo cojan a tiempo que
          yo vaya con él; y en estas pendencias a las vezes padecen
          los que tienen menos culpa, porque el culpado se preuiene
          con tiempo.

          _Cot._--Anda tú siempre apercebido.

          _And._--Bien dizes si ellos acometiessen por delante, mas
          de recuentros de trabiessa me libre Dios, y assi ando
          asombrado.

          _Cot._--Burlate de esso, que yo te doy seguro. Ya no se
          acostumbra matar, y estos más ricos lo escusan más por
          lo mucho que pueden perder; y tambien has de saber que
          es inmenso trabajo tomar vengança, y hazesse muy pocas
          veces, sino es en aquel instante que se recibe el agrauio.

          _And._--No sé; yo de mí te confiesso que me quisiera
          alexar de aqui; y si veo que el negocio no se encamina
          bien, por sí ó por no he de irme á mi tierra con algun
          achaque, y no venir de allá hasta ver en qué para.

          _Cot._--Y pues aora qué medio se trata?

          _And._--Antes de anoche, delante de la puerta, anduuo
          nuestro viejo largas tres horas con Filotimo su amigo,
          y tambien lo es grande del cauallero, y yo escuché y
          oy[648] que concertaron que hablasse al padre de la dama,
          porque ha estado todos estos dias fuera de la ciudad y
          vino antes de ayer. Con esto me animo yo aora, aunque
          flacamente; y porque oy se auia de ver con el cauallero
          para saber su determinacion, voy a acordarselo y saber si
          está el negocio en tiempo de verse él y mi amo el viejo,
          que no descansa por assegurar el hijo.

          _Cot._--Notables historias me quentas; por esso dezia
          bien Iuan de Espera en Dios, que caça, guerra y amores,
          etc. Ahora vete en buen hora, y veamonos oy, que tengo
          que contarte de la tierra mil cosas con que te has de
          holgar.

          _And._--Yo te buscare.

          _Cot._--Digote de verdad que si yo allá supiera lo que
          passaua de mi amo, que no huuiera venido, y no sé con qué
          cara seruire yo aora a quien hizo tal necedad.

          _And._--Siempre sucede que estos que burlan de todo el
          mundo son los burlados.

          _Cot._--En fin iremos a essa India.

          _And._--Yo essa quenta hago, despues hablaremos.


                                NOTAS:

          [648] _Sic_ por «oí».


                             SCENA DECIMA
                         DON CARLOS, FILOTIMO.

          _D. Car._--Seais bien venido, y sabe Dios quánto os
          deseaua ver.

          _Fil._--Señor, yo quise venir luego tras de V. m., mas
          aquel dia que partio de su quinta llegó a la mia vn
          pariente mio que va a ganar el jubileo de Santiago, en
          compañia de otros cortesanos; festejélos alli con caças y
          pesqueria, y esta fue la causa de dilatar mi venida más
          que yo pensé y dixe quando nos apartamos.

          _D. Car._--Señor y amigo, si bien nos holgamos los dias
          que alli estuue, acá lo he descontado bastantemente con
          mayores disgustos.

          _Fil._--Orden es del mundo no dar buena comida sin mala
          cena. Pues qué ay aora?

          _D. Car._--Desdichas que siguen a los hombres, segun
          nuestros pecados, que nos dan el fruto conforme sembramos.

          _Fil._--Con essa consideracion las deuemos sufrir, pues
          para todo dolor el remedio más cierto es la paciencia,
          con la qual deuemos siempre dar gracias a Dios, que
          escoge los suyos en las batallas de los contrastes y
          fatigas humanas, experimentando assi si son capaces y
          habiles para subir a los muros de la alta fortaleza de
          su gloria. Y si vemos a los malos prosperos y a los
          buenos abatidos, es porque reciben aqui su premio; mas
          despues se hallarán, como dizen, de la otra parte del
          agua: porque las mercedes de la fortuna sin merecimiento
          son tales espias, que guian y echan en la emboscada de
          su perdicion quien va tras dellas ciego y engañado con
          vanas esperanças. Haze a los hombres ignorantes, porque
          la prosperidad entorpece el ingenio, y los males y la
          aduersidad lo auiuan; y quien quisiere viuir más seguro
          y con menos sobresaltos, euite y desprecie los vanos
          beneficios con que ceba y caça nuestra vanidad a los
          inocentes humanos, y trae por juego dar a quien quita
          y quitar a quien da. Los virtuosos acrisolanse en las
          miserias y desuenturas, y con la esperiencia de los
          trabajos. Hazense sabios conociendo la facilidad humana;
          assi, que los buenos son los que por la mayor parte
          pelean con los infortunios de la vida.

          _D. Car._--Muchos malos vemos tambien padecer
          aduersidades dignas y deuidas a sus culpas, y muchos
          buenos descansados y libres de desassosiegos, que a la
          prosperidad no le está negado ser premio de la virtud.
          Assi, que por esse discurso mal se puede hazer la
          diferencia de malos y buenos. Yo hallo, cotegeando los
          sucessos de las cosas, que todo consiste en ventura o
          desgracia.

          _Fil._--No digais tal, señor, que es opinion gentilica,
          de los buenos que estan prosperos. Presumese que siente
          la prouidencia diuina en ellos tal flaqueza, que caeran
          con las persecuciones; y sobre esto dize el Apostol:
          Fiel es el Señor, y no permite seamos tentados por
          su gran bondad más de en lo que podemos, y los males
          nos siguen con tal orden, que los podamos vencer con
          sufrimiento y evitar con prudencia, y a los que vemos muy
          perseguidos son más fuertes: porque es propio del grande
          ánimo despreciar las injurias y ofensas de soberuios y
          gouernarse por la razon del espiritu y no por las leyes
          que el demonio puso en el mundo, como fortalezas desde
          donde nos haze guerra; y es cierto que teniendo nosotros
          claras señales de la fee que professamos y creemos para
          passar este cañal de la ley de Dios seguros, puede tanto
          vna mala opinion del mundo contra nuestra flaqueza, que
          tiene leyes contrarias a la nuestra, mucho más costosas
          y más guardadas. Y si nos sucede bien lo que pretendemos
          por la liberal voluntad diuina, atribuimoslo a cuenta de
          nuestra dicha; y si erramos los medios para conseguirlo,
          acusamos a la fortuna de lo que nosotros las más vezes
          somos causa por nuestro mal gouierno.

          _D. Car._--Entended que todo se rige por los hados, que
          es vna disposicion de la inclinacion de los cuerpos
          celestes, dirigida a causas inferiores, que por su
          influencia se mueuen en tantos efectos varios; por lo
          qual el hombre no puede alcançar a saber los sucessos, y
          destos dizen que guian a quien los sigue y arrastran a
          quien los resiste.

          _Fil._--Guardenos Dios de tal proposicion. Cómo,
          señor, dezis tal cosa? Tambien a vos puede la passion
          hazeros gentil? Dexad esso para las condiciones flacas
          y regaladas. Si tal fuesse verdad, todo lo que acontece
          seria de necessidad y no auria merecer y desmerecer, y
          dessa opinion a la que afirma que no ay sino nacer y
          morir ay muy poco. Y si el bien no tiene premio ni el mal
          castigo, peor es la suerte de los buenos que la de los
          malos.

          _D. Car._--Pues qué dezis de tanta desorden como uemos en
          las cosas humanas?

          _Fil._--Assi lo juzga nuestro flaco juizio por su
          natural defeto, y es vana ocupacion la de la criatura
          en querer comprehender los juizios y obras del Criador,
          sino es en lo que él quiere dar a entender. Si vn hombre
          comunicandose en continua conuersacion cien años, nunca
          se acaba de conocer, qué osadia puede ser mas ciega que
          conjeturar por terminos humanos los secretos diuinos? y
          lo peor es que siendo sieruos inutiles y dignos de mucha
          pena, queremos ser muy regalados del Señor, a quien
          ofendemos cada hora. Con el fauor y la prosperidad todos
          somos justos, en quanto la justicia no viene por nuestra
          casa; mas en visitandonos, con cualquier indicio que
          muestre de ser castigo de nuestra vida passada, luego es
          todo perdido, y tenemos a Dios por escaso y que se oluida
          de nosotros, borramos la obligacion del bien passado con
          la quexa del mal presente. Atribuimos nuestras culpas a
          desgracia y no la tiene. Sabeis qué llamamos hado? que
          de fuerça ha de ser la orden del mundo correr el Sol por
          los doze signos del Zodiaco, haziendo los seis dellos dia
          y los otros noche, y los aspectos del cielo solamente
          son vnas señales y auisos de poder ser lo que muestran,
          pero no es de fuerça que nos ponga en obligacion: porque
          la diuina prouidencia nos dio arbitrio propio para vsar
          dél segun nuestra voluntad y distinto, y tenemos natural
          eleccion del mal o del bien; por lo qual dize Iubenal: No
          tiene la fortuna ni los hados deidad si nos gouernamos
          con prudencia. Nuestras quexas la hizieron diosa.
          Nosotros la ponemos y colocamos en el cielo con el bruto
          sentido de nuestras aficiones. Mas si nos conformamos con
          el claro entendimiento, que es en nosotros Presidente
          diuino, por él seremos semejantes a Dios. El sabio y
          prudente sabe sufrir lo que le sucede siempre, constante
          en qualquier lugar, y la que llamamos comunmente fortuna
          es buena para quien la sufre para enmienda de sus errores
          y mala para quien la toma por pena y desespera. Mas
          boluiendo a vuestra passion, señor, qué causa es esta que
          assi desassossiega vuestro sufrimiento?

          _D. Car._--Estoy el más triste hombre del mundo, y el
          caso no es para que ninguno que le suceda dexe de estarlo.

          _Fil._--De qué? Si se puede dezir.

          _D. Car._--Ya os comuniqué allá[649] en la quinta el
          casamiento que tenia concertado para Eufrosina.

          _Fil._--Sí, y a mi parecer es muy bueno para vuestra
          honra y descanso, y para el suyo.

          _D. Car._--Por esso me quexo de la fortuna o de mis
          pecados, que me guardaron para esta vegez deshonrada. No
          sin causa dizen que quien más viue más causas de pesar
          le suceden, como al viejo Rey Priamo de Troya. Velé el
          quarto de mi vida como mejor pude: gouerné el timon de mi
          proceder y el remo que me tocó con mucho sudor. A ninguno
          di ventaja en los exercicios de virtud y caualleria;
          gané por mi lança lo que tengo, a fuerça de mi trabajo
          y cuydado. Passé hasta aqui mi derrota de vna onda en
          otra. Aora que me parecia que iba assegurando el puerto,
          entrando por esta barra a vista dél, con que pensé acabar
          el viaje contento, se me anegaron todas mis esperanças y
          fundamentos de tan lexos tanteados, como naue que toca en
          las rocas.

          _Fil._--Bien, cómo es esso?

          _D. Car._--Ya vistes cómo dexé nuestras recreaciones por
          venir a hazer apercebimientos para este negocio. Sabed,
          pues, que llegando a mi casa, al segundo dia, que no
          aguardaron mas, fui informado que en este tiempo que yo
          he andado ausente se me casó Eufrosina de secreto con vn
          hijo de Hetor de Abreu vuestro vezino.

          _Fil._--No puede ser esso.

          _D. Car._--Parece que puede, pues es.

          _Fil._--Santa Maria valme! Esse es el más raro caso que
          yo vi en mis dias, ni pensé ver, ni lo puedo acabar de
          creer: porque esse mancebo ha poco tiempo que reside en
          esta ciudad, y ha estado muchos años en la Corte, y ella
          es muy retirada, y en sus costumbres y vida no parece
          moça.

          _D. Car._--Pues por esso digo yo que quando han de
          suceder desgracias, nunca falta modo. Las ocasiones todo
          lo facilitan: tuuieronla grande, y parece se enamoraron
          con los medios que él puso de su parte, siguiendo el
          entretenimiento que tienen todos los hombres moços y
          ociosos, que no hay cosa que no intenten. Y si las
          mugeres no se guardan a sí mismas, no ay quien las pueda
          guardar: si bien a mi parecer pocas yerran, sino es por
          persecuciones de insolentes atreuidos, y luego las malas
          consejeras, que no ay peste más eficaz para dañar que
          el familiar amigo engañoso; y el mayor enemigo que el
          hombre tiene es otro hombre, y por el consiguiente la
          muger, cuya lengua es ponçoña. Siluia de Sosa, prima
          deste mancebo, con su comunicacion traçó estos enredos y
          vino a efetuar la maldad. Y para que sepais que Dios es
          justo Iuez, y no dexa triunfar a los malos, parece que
          por pagarle la buena obra tenia concertado casarla con vn
          Cariofilo su compañero.

          _Fil._--Yo lo conozco, criado tambien del Rey y hijo de
          vn ciudadano muy honrado.

          _D. Car._--Será assi; vna destas noches passadas amanecio
          casado con vna hija de vn platero, que lo cogió en su
          casa.

          _Fil._--Grandes cosas me dezis; aora acabo de creer
          que todos los tratos de amor se efetuan segun ay los
          medios, y que al grande amor todo le es facil y nunca
          respeta inconuinientes. Mirad essa historia: Cariofilo
          pensó engañar y quedó engañado, y siempre lo vi en estos
          negocios, y Zelotipo juraré que no empeçó su pretension
          con esperança de lo que sucedio. Mas son tan solicitos
          los hombres en sus engaños, que parece que ninguna muger
          tiene culpa de dexarse vencer, si bien dellas en estos
          casos no ay que fiar, y vnas que se precian de parecer
          hermosas y agradar a todos, dificultosamente se guardan,
          y las más confiadas de sí y que libremente pueden hablar,
          caen primero. Muger desconfiada y que teme el peligro
          nunca erro mucho, mas quántos exemplos de desengaños nos
          da el mundo en sus obras si supiessemos aprouecharnos
          dellos! Aora dezid, cómo lo venistes a saber?

          _D. Car._--Por Galaor Falcon mi compadre, que sospecho
          que tiene con el galan alguna comunicacion, y segun
          entendi vino por su orden a dezirmelo porque parece que
          alcançó a saber que yo queria casar esta desdichada.
          Entró a contarme el caso con grandes preambulos y
          razones; diome consejos, diziendo que pues ya era
          sucedido hiziesse mis cosas con prudencia y cordura,
          porque los medios ajustados a equidad siempre eran
          loables.

          _Fil._--Jesus, esso me dezis de Eufrosina? Absorto me he
          quedado, ya en ninguna creeré. Desconfiado estoy de las
          mugeres, porque son flacas, y más perseguidas; pero sobre
          mi conciencia jurara por Eufrosina, porque siempre me
          parecio cuerda y de juizio assentado, aunque pienso que
          en éstas se imprime más eficazmente el amor que en las
          despejadas y parleras.

          _D. Car._--Si hizo mal, para sí lo hizo más que para
          otro. Yo aun no me he declarado con ella, esperando
          vuestra venida, por no hazer nada sin vuestro consejo;
          lo más que hize fue embiar a Siluia[650] de Sosa a casa
          de su madre y encerrar a Eufrosina en vn aposento donde
          no hable con ella sino su tia: a la qual le confessó
          todo el caso, y por mucho que la importunó, no la pudo
          conuencer a que lo negasse. Dize que nunca Dios quiera
          que ella niegue la verdad, y estoy resuelto de ponerla
          vna daga en los pechos y hazerla negar por fuerça, sino
          que me hallo tan indignado y conozco de mi condicion que
          la mataré si me pierde el respeto; y negando ella me haze
          cierto el Doctor Carrasco, con quien lo he comunicado,
          el descasarla por pleito, y quando no la pueda conuencer
          por temor, determino de lleuarla secretamente a Jesus de
          Aueiro a que sea monja, y hazerla professar y dexar mi
          hazienda a mis parientes, pues quiso ella desmerecerla;
          y a ninguna destas cosas me determiné sin vos. Ved aora
          lo que os parece mejor, y esso hagamos luego, que bien
          sabeis que de vos solo confio mis resoluciones.

          _Fil._--Yo, señor don Carlos, como me tengo por el
          mayor amigo y servidor que teneis, y esta voluntad pienso
          tendreis por muy cierta, tendria por mala correspondencia
          y yo mismo juzgaria mal de mí si en caso que tanto os
          importa no dixesse sencillamente lo que entiendo, no
          procurando complaceros, como hazen los falsos amigos
          deste tiempo, hablandoos a gusto, sino proponiendoos
          la verdad desnuda de lo que siento, la qual aunque sea
          aspera a los oidos es saludable para el alma. Vos, señor,
          podeis hazer lo que quisieredes, mas aueis de hazerme
          vna merced, que os resoluais sin passion; porque toda
          cosa hecha con ella pocas vezes dexa de tener fines de
          mayor daño y doblados errores. Señal de ser sabio es
          poder enseñar y regir y no ser regido. En vos ha lucido
          esto siempre, sobrandoos buen gobierno en vuestras
          acciones y sano consejo para vuestros amigos. Lo que en
          mí sembrastes quando fué tiempo que lo huue menester y
          me conuino, esso cogereis aora, que os importa. No os
          falte para vos lo que para otros teneis; haced ageno
          este negocio y trataldo como si no fuessedes parte.
          Acuerdeseos que la afliccion entorpece la naturaleza, el
          amor y el odio peruierten el juizio; y como los quatro
          vientos de las quatro partes del mundo demas de sus
          colaterales alborotan la mar, assi son nuestras almas
          conmouidas y perturbadas de quatro furias o passiones,
          que son esperança, miedo, dolor y temor; y como los aires
          ocasionan truenos y lluuias, escondiendo el sol, assi
          las passiones cegando la razon con nubes y turbaciones
          del ánimo, no derraman los rayos del entendimiento para
          poder gouernar las velas de la sensualidad, y quien no
          está libre destas Sirtes y Ciclades, peligros del mundo,
          y se halla en el eterno descanso, no puede librarse
          de sus mouimientos ni viuir en reposo; y assi no me
          admiro que esteis aora ciego con esse dolor: porque
          siempre al primer rebato rinde el sufrimiento, por no
          estar preuenidos en la bonança para los peligros de la
          tempestad; y para no caer en tal desorden conuiene no
          perder el norte regimiento superior: porque la vida
          humana deue gouernarse por la semejança de la orden
          de arriba, y como las esferas inferiores, obedeciendo
          a la superior, son gouernadas por su mouimiento, assi
          deuen ser regidos nuestros sentidos por la virtud
          racional; y pues aora repugna la sensitiba, segun la
          carne al espiritu, mirad que vencida la racional queda
          vil y bruta, por lo qual deuemos sobre todo procurar no
          tenga imperio la fuerça de nuestros deseos y pasiones,
          porque ocupada el alma en cuidados de cosas temporales,
          carece del conocimiento de la verdad, y por este camino
          de engaños se va al infierno, donde no ay redencion,
          y nuestra ciencia es tan limitada, que sabemos en qué
          lugar nacemos e inoramos dónde auemos de ir; y la vida
          es sombra que passa: fue Ilion y los Troyanos, fueron
          otro tiempo los Milesios grandiosos. Todo es assi; lo
          futuro es lo que deuemos preuenir. Si de quanto tiempo
          ocupamos en vanidades, en alguna hora considerassemos
          lo poco que dura y mucho trabajo que cuesta todo, y
          conociessemos el engaño en que estamos, quiça viuieramos
          con más aduertencia. Mas ay, que ni considerallo pienso
          aprouecha: porque anda la comun inclinacion tan abituada
          a malos exercicios, que lo suelen hazer peor los que más
          noticia alcançan del mal. Hazemos las quentas siempre de
          lexos, estando tan cerca de dar las finales. Repartimos
          la vida en vanos fundamentos, que llorando seguimos.
          Damos poder a la costumbre, fuerça a naturaleza, disculpa
          a las inclinaciones, de manera que hazemos nosotros
          otra ley que quiere competir con la de Dios, todo para
          mayor fatiga nuestra, que el mundo y el pecado nunca
          dieron descanso, y digamoslo claro. Vos, señor, sois de
          la edad que sabeis (Dios os la aumente); lo que más os
          conuiene es estar bien con Dios, que os espera de dia
          en dia, no con el mundo: porque oy somos y mañana no
          somos. Viene la muerte siempre de prisa, y conuiene estar
          apercebido para acudir a su llamamiento. Tomad exemplo en
          el Rico Auariento, que nos enseña que importa no estar
          descuidado. Quanto a Dios, viuir como si huuiessemos de
          morir luego; quanto al mundo, como si la vida fuesse
          perpetua; en las cosas del alma muy escrupulosos, en las
          del mundo muy prouidos, que aquel se llamará sabio que
          se sabe saluar. Pensad aora en esto por mi amor: vuestra
          hija es ya esposa de esse mancebo, y libreos Dios de lo
          que llaman hecho es. No se la podeis quitar sin hazer
          pecado mortal y[651] estar en el es el mayor peligro:
          porque perder hazienda, honra y vida es nada, pues al
          fin se ha de perder. El peligro del alma es el que se
          deue temer, porque es como la piedra, que si la echamos
          de las manos no la podemos recoger. Somos Christianos,
          ninguna cosa deuemos de traer tanto delante de los ojos
          como guardar los estatutos de nuestra profession. Esta
          es la caualleria, esta es la honra, esta es la nobleza
          verdadera, y si no, idos al infierno por falsas honras
          del mundo, que es vna niñeria.

          _D. Car._--Vos me poneis en vna gran confusion, porque no
          os puedo negar que no es suma inorancia tener más respeto
          á las leyes que Satanas puso al mundo que con la clara
          y pura que nos dio el Hijo de Dios, y tenemos recibida.
          Pero respondiendoos a lo que dezis, que es su muger, digo
          que lo sea muy en hora buena, no se la quiero quitar;
          por lo que conuiene a mi conciencia, lleuesela con la
          bendicion de Dios donde quisiere, mas de mi hazienda no
          espere vn real. Esto me lo podeis quitar, ó ay ley que me
          obligue a dar lo que es mio a quien me lo desmerece?

          _Fil._--Bueno va: pues se ha rendido en lo más
          dificultoso, presto vendra a la razon. Aora venid aca,
          señor; muy bien me parece esso de vos, obra es en que
          no solo mostrais ser buen Christiano, mas aprouais la
          noble sangre de que os preciais, que los tales parece
          que tienen más obligacion que los demas a guardar essa
          lealtad a su Criador. Y les está bien por el exemplo
          que dan al pueblo; y como a la nobleza le es propio
          tener liberalidad, y más en las obras de Dios, en que
          se deue vsar della siempre con presteza, ya que lo es
          ésta, y por su respeto la hazeis, no la disminuyais en
          nada: porque no darle vuestra hazienda es más tema que
          gusto, y se puede juzgar a poco saber y a menos virtud,
          pues está fuera de tenerla el ánimo furioso. Y todas
          las cosas guiadas por buena orden llegan a perfeccion.
          El hombre abariento de la hazienda es pródigo de la
          honra, y quien tiene su pundonor en mucho, deue tener
          su dinero en poco. Rico es el que nada desea, y pobre
          el abariento por mucho que tenga, y mayor virtud es
          obrar bien que dexar de hazer mal, porque del bueno es
          hazer bien; siendo assí, y que la buena opinion se ha
          de preferir al dinero, no es justo la perdais y dexeis
          de obrar bien por él: lo que no se puede euitar hase
          de sufrir y no culpar, y el mal no se ha de vencer con
          mal. Ya esso sucedio a vuestra hija como a otras muchas
          ha sucedido, que no fue ella la primera: qué le aueis
          de hazer, sino remediarla con toda cordura? Obra de
          prudencia es poder hazer daño y no hazerlo, y de loco no
          poder vengarse y desearlo. De sabios esforçados es hazer
          con gusto lo que es fuerça, porque los trabajos tomados
          de voluntad, no lo son; y assi a solo a el prudente le
          sucede no hazer nada forçado, porque se conforma en todos
          los casos con el corriente del tiempo, y como dicen:
          mejor es llorar con los sabios que reir con los necios.
          Al ánimo generoso nada le haze injuria: si essa moça
          erró, al fin es hija, y aunque el pecado sea grande,
          el padre ha de dar ligero castigo. Fuluio absoluió de
          culpa a su hijo, que lo quería matar despues de cometer
          adulterio con su madrastra. Qué hizo vuestra hija?
          Venciose de amores de vn mancebo galan y discreto; cada
          día vemos esso por otros de menos partes. No os falte
          aora el juizio y cordura de Alexandro, que fauoreció a
          su hermana enamorada; cosas tan naturales y vsadas no se
          deuen estrañar. Segismunda Tarentina fue perdonada de
          su padre hallandola delinquiendo. Mal hizierades vos,
          como Seleuco, que dio su propia muger Estratonica[652] a
          Antioco su hijo, porque supo que estaua enemorado della
          siendo su madrastra. Pisistrato, tirano, perdonó a vn
          mancebo que publicamente le besó su hija, diciendo: Si
          matamos a los que nos aman, qué haremos á los que nos
          quieren mal?

          _D. Car._--Bien hablais si no huuiera de cumplir sino
          conmigo; mas qué diran mis parientes de mí, viendo que no
          sólo sufro, mas fauorezco tan grande deshonra?

          _Fil._--Buena conclusion es essa; hermosura agena, sin
          la propia, a ninguno hizo hermoso; aquel es de clara
          sangre que sus obras lo hazen claro, y como dizen: Hasta
          vn cabello haze su sombra; todo hombre tiene su ser; la
          virtud da nobleza, y no la opinion que cada vno tiene
          de sí; de honrado soy yo, y mi abuelo, tal, y mi primo,
          fulano. Todo esto concedo que incita y ayuda para la
          virtud, pero si vos no la vsais, tengo yo por mí que
          deshonra más. Sabeis qué son los parientes? si sois
          rico van a vuestra casa, por lo que de vos pretenden;
          si pobre, os desprecian. Pocos o ninguno dan ya de su
          hazienda; consejos, quantos quisiéredes, mas de manera
          que si huuiera peligro queden ellos fuera dél: y es
          engaño conocido sugetarse al parecer de los parientes
          y en todas las cosas seguir su opinion, sin reparar
          en lo conueniente, porque de ordinario se inclinan a
          la parte próspera. No niego ser muy bueno tenerlos, y
          cumplir con ellos las obligaciones naturales y las de
          buena correspondencia, y en todo lo possible conseruar
          buena amistad, auenturando por ellos la hazienda y vida
          conforme a lo que se pratica en este mundo; pero en el
          Reyno eterno tambien teneis diuinos parientes, con quien
          es más necessario cumplir, y éstos son de parecer que
          hagais siempre lo que os obliga la ley en que viuis, y
          es justo la sigais, y que no dexeis de hazerlo por la
          honra del mundo, que quien pone en Dios su esperança y
          su fundamento, y no en los hombres, tiene a Dios y a
          los hombres. Y mucho mayor deshonra y afrenta hazeis a
          vuestra alma no cumpliendo con ella, pues por su respeto
          os dieron esse cuerpo, que podeis hazer incorrupto que
          passe las nubes y los cielos y resplandezca más que el
          sol[653]. Este es el verdadero punto de la honra, y
          considerad esto. Si se honra vn cauallero de mostrar las
          heridas que recibio en la batalla, quánto mayor honra
          será mostrar vn cuerpo sin las corruciones[654] humanas
          el dia del juizio? Casóse vuestra hija pobremente, para
          sí lo hizo; si le viniere mal, ella lo sienta, y vos no
          os condeneis. Aueis de hazer bien a los estraños, hazeldo
          a los vuestros; porque desheredar los hijos y heredar los
          parientes es gusto culpable.

          _D. Car._--Pues cómo se ha de sufrir en el mundo casarse
          mi hija sin mi licencia con hombre tan inferior suyo,
          teniendo yo tratado para ella vn casamiento tan noble y
          rico?

          _Fil._--Pareceme que no era suyo, pues Dios quiso
          estotro, aunque este y todos los demas sucessos que
          tienen los hombres mal se pueden juzgar; porque la
          inorancia es en dos maneras: natural como en los mancebos
          por falta de esperiencia, que no se puede alcançar sin
          tiempo, y es madre de las cosas y vn conocimiento de
          particularidades, que la poca edad no comprehende, porque
          no juzga sino lo presente. Puede tambien auer inorancia
          en los muy viejos por fallecimiento de los sentidos. La
          otra procede de la negligencia de los hombres quando
          nos entristecemos de las cosas humanas. Sin razon ni
          entendimiento, dos asquas que sustentan nuestra luz, los
          mortales atreuense a pedir lo que desean, que assi nos
          lo dixo Christo quando orando en el huerto representó la
          flaqueza de nuestra humanidad: Dios lo oye todo, y da
          lo que ve que es mejor. Dexad a los vientos mouer las
          velas, tomad el puerto que os dieren, que por ventura
          os aconseja mejor el viento que os guia. Dexad essa ira
          que teneis, no os ocupe y rinda el dolor las torres de
          vuestro ánimo. Dize Iubenal muy bien: si quieres consejo
          da lugar a los Dioses que te le den, pues que saben
          lo que nos conuiene y es más prouechoso, y por cosas
          gustosas te daran otras más necessarias, que mucho más
          aman ellos al hombre que se ama él a sí mismo. Nosotros
          mouidos por ciego deseo pedimos casamiento, parto de la
          muger y otras cosas que nos parecen de gusto y prouecho,
          pero ellos saben quál ha de ser la mujer y el hijo y
          lo demas: pues si este gentil conocia esto, quien se
          precia deste tan grande apellido de Christiano mucho
          más le conuienen las obras que lo confirmen en este
          grado. Por esso el que lo es deue conformarse en todo
          con la voluntad de Dios. Assi lo hizo Dauid, llorando
          el hijo en quanto estuuo enfermo; muerto, vistióse de
          gala. Contentaos, señor, con el marido que vuestra hija
          escogió, pues ella está contenta, que nada se haze sin
          permission diuina. Mirad la fabula del mar de Galilea,
          que viendo las nubes cargadas de agua, mouidas de los
          vientos, pensando serian montes que podian caer sobre
          él y secarle, fuese retirando lo más que pudo, pero
          deshaziendose las nubes sobre él convertidas en agua
          crecio con doblada corriente. Así que de donde temia el
          daño le vino mayor prouecho, porque la diligencia de
          los hombres siempre se engaña en las cosas dudosas. Mal
          pueden los coraçones adiuinar lo que les puede suceder,
          aunque se diga que no hay cosa más leal que el coraçon, a
          quien muchas vezes hieren rezelos de lo que sucede, pero
          esto es incierto; de manera que vos, señor, os deueis
          consolar con muchos que gustaron esse acibar. El fin de
          las cosas se ha de medir con prudencia; no os falte ésta
          para agradecer a Dios el cuidado que tuuo de vos, que yo
          espero que ha de ser para más descanso vuestro, porque
          yo conozco el mancebo, y es discreto, muy cuerdo y de
          gentiles partes, y os ha de saber grangear la voluntad y
          conserbar la vida, que essotro quiça deseara quitarosla
          más aprisa; y podria ser de algunos locos vanos que
          acabado de gastar el dinero que les dan en dote, con
          juegos y otros diuirtimientos (para los quales no ay
          tesoro que baste) desprecian el suegro y dan triste
          vida a la muger. Estotro tiene en vos toda su honra y
          continuamente os ha de tener obediencia. Mirad si es
          mejor tener yerno a quien mandeis o que presuma mandaros.
          Vuestra hija ha de ser muy estimada, y señora dél;
          quierense bien y seran bien casados; conforme a la ley de
          Dios y del mundo es suya por derecho; si dexais vuestra
          hazienda a otro agradeceraoslo poco y no dará vna limosna
          por vuestra alma. Hazeis mal a vuestra hija y encargais
          vuestra conciencia. Segun esto, ved lo que os conuiene: a
          mí me parecia mucho mejor recoger vuestro yerno, pues lo
          es ya forçosamente, y con vn beneficio forçado sugetais
          dos voluntades. Echad de vos el odio y la opinion del
          mundo, y considerad que no puede ser mayor desuentura
          que negar el merecimiento a la persona por darlo al
          dinero, y que sea la pobre virtud tan aniquilada. Este
          es, señor, mi parecer, y esse Doctor Carrasco que os
          aconseja essotras marañas y querellas quiere triunfar
          con vuestro dinero a costa de vuestro trabajo, y tales
          consejos son para destruir hazienda, vida y alma; y de
          aqui procede auer tan poco sossiego, tanto odio, tanta
          cudicia. Quántas letras de mal zelo estan sembradas
          en esta tierra? Las armas que la ganaron y honraron
          conuirtieronse en leyes que la destruyen; las demandas
          son tantas, que ninguno trae la capa segura: porque de
          vn ladron os podeis defender y de vn mal legista no,
          que tiene hechos dos testos que son contraminas para
          assegurar robos y destruir la verdad. Assi lo entiendo;
          hazed, señor, lo que deueis a virtud, que es la propia
          nobleza, sin tener atencion a los injustos fueros del
          mundo, que las leyes se hizieron para castigar malos y
          no para destruir buenos. No os desassossieguen malos
          consejeros; segui antes el consejo malo de buen zelo que
          el consejo bueno de mal zelo, pues sabemos la quenta que
          Dios tiene con las buenas intenciones: la mia es de ueros
          descansado los dias que os restan de vida; conformaos con
          la voluntad Diuina y lo demas passe por donde pudiere.

          _D. Car._--Señor amigo, concluisme tanto con la razon,
          que yo sería de mal juizio si hiziesse[655] della, y con
          esto os confiesso que el amor de padre me lleua quanto
          puedo a vuestro parecer: porque a la verdad, mi hija
          es para mí tan obediente, que no tengo de qué quexarme
          della. Si erró, como vos dezis, es muger como las otras.
          El consejo del Doctor Carrasco ya veo que es para mucho
          desassossiego, y que el vuestro es lo cierto y qual yo de
          vos esperaua. Aora conozco quánta razon tenia Alexandro
          en dezir que era bien empleado gastar vn Principe sus
          tesoros por conquistar vn Reyno, por comunicar vn hombre
          discreto, si en él lo huuiesse. Esto no se entenderá si
          el sabio es mal inclinado, porque en la mala inclinacion
          no puede auer sabiduria; y es sin duda que en esta
          vida no ay cosa tan preciosa como el verdadero amigo.
          O, quánto vale el buen consejo, a quien dél tiene
          necessidad; tal beneficio puedese agradecer, mas la paga
          a solo Dios compete. O, gran fuerça la de la verdad, que
          contra todos los ingenios, sagacidades, malicias y espias
          del mundo facilmente passa venciendo; y assi lo que más
          nos conuiene es tratar con amigos fieles, y quando nos
          engañamos en la eleccion dellos, basta por vengança dexar
          la conuersacion de los falsos y sustentar la de los
          buenos. Mi honra, alma y vida os deuo, pues me quitastes
          de mil ceguedades con que me destruia, y assi nunca Dios
          quiera que yo salga de vuestro parecer. Venid conmigo,
          vamos a buscar a mi yerno Zelotipo y lo traeré a mi casa
          con la bendicion de Dios, y pues le fuistes tan buen
          padrino, quiero que os deua el consejo y a mí agradezca
          el executarlo liueralmente, y mis parientes digan lo que
          quisieren, que grande engaño es no usar de virtud por lo
          que puede dezir el mundo. Señores, no espereis lo que
          resta para la conclusion de las bodas, que dentro se
          harán.


            _A la censura de nuestra Santa Madre Iglesia._


                                  FIN


                 EN MADRID, EN LA IMPRENTA DEL REYNO.
                             AÑO M.DC.XXXL


                                NOTAS:


          [649] En el original «hallá», como en algunos otros
          lugares.

          [650] En el original, _Silua_.

          [651] En el original, _ó_, pero el sentido de la frase
          pide _y_.

          [652] En el original, _stEratonica_.

          [653] _Son_ en el original.

          [654] En el original, por errata, _conuciones_. En la
          edición de 1735 se lee _conexiones_, pero es enmienda
          desacertadísima.

          [655] Parece errata, ¿acaso _huyese_? En la edición de
          1735 dice lo mismo.




                       COMEDIA LLAMADA FLORINEA


        QUE TRACTA DE LOS AMORES DEL BUEN DUQUE FLORIANO CON LA
        LINDA Y MUY CASTA Y GENEROSA BELISEA, NUEUAMENTE HECHA:
        MUY GRACIOSA Y SENTIDA, Y MUY PROUECHOSA PARA AVISO DE
                             MUCHOS NECIOS


          COMPUESTA POR EL BACHILLER JOAN RODRIGUEZ FLORIAN


          _Vista y examinada, y con licencia impresa._


        (Escudo del librero con sus iniciales A. G. en la base.
       Representa al halcón sujetado por una mano de persona, y
                          debajo la leyenda:

                 _post_, _tenebras_, _spero_, _lecem_)


       _Vendese en Medina del campo en casa de Adrian Ghemart._
                                 1554


          EL BACHILLER IOAN RODRIGUEZ ENDEREÇANDO LA COMEDIA
            LLAMADA FLORINEA A VN ESPECIAL AMIGO SUYO, CONFAMILIAR EN
            EL ESTUDIO, ABSENTE.


          Como sea ansi que el amor no compadezca ocio, para del
          que ama al que es amado, ansi en mí esta tal fuerça ha
          hecho a mi mano sacar osadia de temor, y fuerças de
          flaqueza; para que en aquello que el coraçon desseoso
          de vuestro seruicio, y hambriento de vuestra buena
          presencial communicacion de amigo no puede exercitarse
          estando tan distantes en las moradas: a lo menos desde
          acá os signifique la memoria que tengo de vos. Y pues
          las obras son pregonero de la voluntad (segun atestigua
          la sentencia del diuino Gregorio) quise con esta
          pequeña obra (vista por los leyentes la pequeñeza de mi
          possibilidad para os seruir) veays vos la integridad
          de mi amorosa voluntad, en representaros como mejor mi
          pluma me permitiere aquello que, aunque aqui por comedia
          leeran los leyentes, vos vistes parte de ello, antes que
          vuestra partida me experimentasse en soledad de vuestra
          buena familiaridad, y mi descontento me acompañasse de
          ociosidad, y la ociosidad me diesse nombre de historiador
          comico, si a los leyentes les paresciere, que por sola
          vuestra causa le merezco.--_Vale felix._


         COMIENÇA VN PROEMIO DEL AUTOR DE LA COMEDIA FLORINEA:
            DANDO EN ELLA AUISOS POR EL PROEMIO AL LECTOR.


              _Muy gran daño pare la mala compañía_[656].

                O sabio lector, recoge tu mente
              aquesta comedia queriendo leer,
              do flores de dichos podras escoger
              y auisos de males que ay en la gente.
              Aqui podras ver el inconueniente
              que suelen causar malas compañías
              y las vanidades de las mocerias:
              recoge lo bueno con seso prudente.


                 _El amor todo lo postpone y nada vee
                    sino como ame y goze del amor._

                Del buen Floriano illustre y amante
              tendras buen auiso, si fueres señor,
              que mires qué daños le traxo el amor,
              qué bascas y gastos y mal tan pujante:
              Ni honra ni estado ya pone delante,
              en todo pretende cumplir su cobdicia,
              ni oye a Lydorio fundado en justicia,
              escucha a malsines creyendo los ante.


          _Muy poco se deue la hembra fiar de sí mientras fuere
             moça, y ansi ha de ser recatada de todo lo que oye y vee._


                Pues miren las damas en la Belisea,
              tan sancta y honesta y tan recogida,
              que puesto que en todo no dio de caida,
              amor tal la puso que ya vacilea:
              Ya tiene por bueno amar lo que afea;
              Marcela y Iustina con su mal consejo
              la hazen que niegue al buen padre viejo,
              no dando le el sí en lo que el dessea.


          _Mucho afan y peligro ahorra el padre que, en siendo para
             ello la hija, la da a su marido o dispone de su estado._

                Auisen los padres tener más cuidado
              de dar a sus hijas de presto marido,
              que pierden congoxa y ganan oluido
              de algun gran desmancho que den a su estado:
              No duerman diziendo que Dios les a dado
              las hijas muy castas, honestas, santeras,
              que al fin ya se viendo que son casaderas,
              si anda Marcelia, tendran mal recado.


          _La floxedad en los señores haze de fieles sieruos,
            malos, y de leales ladrones, donde no ay buen
            conoscimiento._

                Entienda cualquiera en bien gouernar
              a sí y a su casa que Dios le aya dado;
              no pierda con ocio lo que es allegado
              con grandes congoxas y grande afanar:
              Que vn floxo señor más suele dañar
              con ser descuidado a los sus siruientes,
              pues mala cobdicia despierta las gentes
              de entrar en lo ageno que no veen guardar.


          _La nobleza de la casta mucho ayuda a la virtud. Del
            vicio de la carne, huyr es lo más seguro, las occasiones._

                Los vicios y embustes de gente ociosa
              a quien noble casta no da soffrenadas
              aqui descubiertas verás bien asuadas
              si notas muy bien, lector, cada cosa:
              Verás la luxuria de carne ceuosa
              que oy tiene en el orbe muy grande poder,
              verás el peligro de pobre muger
              a do no la guardan si es moça y hermosa.


          _Las mugeres naturalmente son escasas y pedigüeñas._

                Verás los embustes que saben vrdir
              por guardar su honra y cumplir apetito
              del vicio en que puestas es muy infinito
              ansi en luxuria como en el pedir:
              Ni a todas las taches por mí tal dezir,
              mas todas las teme y estaras guardado,
              que para en los vicios no andar cenagado
              orar bien por todas, y de ellas huyr.
                Tendras gran auiso quando esto leyeres
              guardar la manera que cada qual quiere
              o que graue o triste, o alegre, o qual fuere
              hablar alto, o baxo, segun que entendieres:
              Y entre las malicias, risadas, plazeres
              verás las verdades de lo que ora passa
              de amos y moços y gentes de casa,
              segund al estado de cada qual vieres.
                Y quando encontrares en cosas lasciuas
              no tomes lecion de malos desseos,
              mas piensa que en baxo de sus casos feos
              ay grandes auisos por donde bien viuas:


                            _Comparacion._

        Que estando en las eras el pan si lo acribas,
      la paja va fuera que el grano cubria;


                            _Comparacion._

      tambien so las hojas, la fruta se cria;


                            _Applicacion._

      reprocha tú el mal, y el bien bien recibas.


       _Concluye con el lector. Promete para otro año continuar
                             la comedia._

                Con tanto concluyo, lector, te rogando
              que des por lo bueno a Dios los loores
              y suplas las faltas de los escriptores,
              de lo que te escriuen te aprouechando:
              Las bodas del buen Floriano esperando
              para otro año de más vacacion,
              adonde la historia tendra conclusion
              a Dios dando gracias, allá nos llegando.
                                  Amen.


                                NOTAS:

          [656] Esta reflexión, como las demás que se ven al
          frente de cada estrofa, hállanse en el impreso original
          colocadas á los márgenes, en letra redondilla.


           INTRODUZENSE EN LA PRESENTE COMEDIA LAS PERSONAS
                              SIGUIENTES

              FLORIANO, _cauallero_.
              LYDORIO, _su camarero_.
              POLYTES, _paje_.
              FELISINO, }
              FULMINATO,} _criados de Floriano_.
              PINEL,    }
              LUCENDO, _cauallero, padre de Belisea_.
              BELISEA, _donzella_.
              IUSTINA, _donzella_.
              DESPENSERO DE LUCENDO.
              GRISINDO, _paje de Lucendo_.
              MARCELIA, _alcahueta_.
              LIBERIA, _donzella_.
              GRACILIA, _donzella_.
              VN ESTUDIANTE.

          Diuidese la presente obra en quarenta y tres scenas o
          actos.


                     ARGUMENTO DE LA PRIMERA SCENA
                 QUE ES COMO PROEMIO DE TODA LA OBRA.


          Floriano despues de algunos dias ser passados, que ouo
            llegado al pueblo donde residia Belisea, descubre a
            Lydorio su camarero y antiguo criado en su casa; la
            causa por qué, dexando su señorio y naturaleza, se vino
            a tan extrañas y lexos tierras, y por qué hizo parada
            en el pueblo donde a la sazon residia. Y despues de
            certificarle de estar herido de amores de Belisea, y
            pedirle fauor para su enfermedad, passadas largas razones
            entre los dos, y mas terciando Fulminato, embia por su
            consejo vna carta con Polytes a Belisea.


           FLORIANO, LYDORIO, FELISINO, FULMINATO, POLYTES.

          [_Flor._]--Ahora que el fin del caminar a dado principio
          a nuestra quietud, te quiero, Lydorio, declarar el
          intento de mi venida: porque sabida la causa, sepas
          ayudarme a buscar los más sufficientes medios para que
          mi enfermedad halle remedio y mis altos pensamientos el
          complimiento de mis difficiles y arduos desseos. Pero
          quiero que seas auisado de dos cosas, para conseguir este
          fin muy menesterosas y vtiles. La vna es, que acompañando
          el silencio de tu lengua a tus oydos para me oyr, y
          atencion para me entender, y voluntad para me fauorescer,
          y amor para la diligencia en el obrar, tus zelosos
          y castos desseos no contradigan a lo que sintieren
          inclinada mi voluntad. La segunda será, que a tu libre
          y sagaz prouidencia la acompañe diligente presteza y
          auisada solicitud para buscar mi remedio.

          _Lyd._--Señor, para hombre tan sin pliegue a tu voluntad
          y tan obligado a tu seruicio seria escusado tan obscuro y
          largo proemio: sino luego al descubierto me di como yo te
          entienda lo que quiere tu voluntad, pues que sabes que a
          de ser en tu seruicio el niuel de mis obras.

          _Flor._--Siempre tu buen seruicio me ha sido testigo del
          desseo que a mis cosas tengas. Por tanto sin más rodeos
          te quiero aclarar mi voluntad, porque la claridad de mi
          hablar ponga obligacion en tu fidelidad, para que ponga
          cuidado tu libre juyzio en buscar aliuio a mi subjecion.
          Y pues mi pena exterior publica bien el ay del captiuo
          coraçon, no será menester descubrirte más mi mal.

          _Lyd._--Antes te veo tan nueuo en la manera de viuir, que
          ni de antes te entiendo, ni agora sé lo que me quieras
          mandar.

          _Flor._--No sin causa es dicho ser mal animal de
          conoscer el hombre y difficil de entender su coraçon, a
          Dios tan solo manifestado. Y pues tus palabras protestan
          no saber tú la causa de mi mal, sabras que el salir yo
          de mi casa y de mi naturaleza, y el venir adonde agora
          estamos, todo ha sido por la fuerça y poder de aquella
          que par no tiene oy en el mundo en hermosura y todo buen
          atributo.

          _Lyd._--Y quién tal podra ser que baste a mudarte muy en
          otro del que solias?

          _Flor._--Aquella cuyo merescimiento me da gran loor en
          solo nombrarme y ser su captiuo.

          _Lyd._--Mucho derogas a tu nobleza en te rendir sin auer
          quien baste a prenderte.

          _Flor._--No me atajes en la sentencia y no errarás en el
          juzgar. Porque allá antes que la viesse, como su fama
          de bondad y hermosura hinchiendo el mundo viniesse a mi
          noticia, dudoso de tanto valor y incredulo de lengua
          vulgar, embié por un criado de mi casa en secreto a verla
          y sacar su retracto. Por el qual, visto por mí, conosci
          ser nada lo que nadie me podia allá contar. Porque no
          menos ventaja haze la grandeza de mi señora a la fama
          que las no amantes lenguas me lleuauan, quanto excede lo
          viuo a lo pintado, y lo existente a lo por formar. Visto,
          pues, el retracto de su incomparable hermosura, me rendio
          alla por tan suyo, que ya como a perfection de mi sér no
          platicaua mi desseo sino de dessealla, y mis ojos sino de
          vella, y mi coraçon sino de amalla, y mi entendimiento
          sino de contemplalla. Y como por la muerte de mi padre me
          halló el amor más libre, luego me mandó dexar el gouierno
          del estado a mi madre y que viniesse a darle las llaues
          de mi dichosa prision. Vine, vila, y conosci ser nada lo
          que de ella se me podia dezir en absencia. Y finalmente,
          tengo hecho pleytesia a su vassallaje, y tengo tan
          inclinada mi memoria a pensar en ella, y mi entendimiento
          por tan suyo, que no puedo saber otro bien ni otra gloria
          sino de Belisea, a la qual de libre voluntad amo, con
          firme fe la adoro, y como gloria de mi coraçon, no es
          possible apartar de ella mi memoria ni desprender mi
          voluntad. Y pues sabes lo que querias, prouea tu libre
          prudencia en lo que mi captiua voluntad no puede sino
          amar la muerte y descansar con el tormento. Cata, pues,
          suelto el enigma: mira cómo estamos ya, como dizen, las
          manos en la masa.

          _Lyd._--Aunque vea tu querer muy afixado en tu perdicion,
          el mio, que muy firme está en tu seruicio, no me
          consiente callar donde tu señorio y mi poco atreuimiento
          no me dan suelta al dezir.

          _Flor._--Pues sé que no bastaras a sacarme de mi acertado
          parescer en amar, yo quiero libertarte a que me digas el
          tuyo. Y sé bien que tú mismo aprobarás por mí contra ti,
          si contra mi desseo piensas proceder.

          _Lyd._--De tu nueua licencia me nasce para te hablar
          nueua osadia, acompañada con el deuido acatamiento que mi
          persona a la tuya deue: empero porque auiendo testigos
          tus cosas iran en plaça antes que el tiempo (que aclara
          todas las cosas) lo pida, y tambien porque a tus criados
          no se les dé motiuo de atreuimiento para con tu persona,
          porque viendo me hablar contigo tan de asiento, sin saber
          la licencia que para ello me tienes dada, vendran a
          perder algo del reuerencial temor que inferiores deuen a
          su señor, porque la mucha familiaridad pare menosprecio,
          por tanto, será bien que mandes (si te paresce) aquellos
          moços salir de la sala.

          _Fel._--No ves, Fulminato, en qué precio de almoneda nos
          trae Lydorio?

          _Ful._--Yo lo he oydo: que descreo del agareno y de
          toda la ley del Alcoran si no estoy por yr a él, y en
          presencia de mi amo echalle la lengua a los pies, para
          que sepa cómo se habla de Fulminato. Y aun si, lo que yo
          querria, se me pone en defensa, dexarsela por pieça mayor
          de todo su cuerpo. Y aun espera y verás la obra comer a
          vn plato con mi dezir.

          _Fel._--Y calla, está quedo, no te oya Floriano, e oyamos
          en qué se determina.

          _Flor._--Ya me paresce, Lydorio, que buscas de corrido de
          lo que as pensado cómo te escabullir sin ser conoscido
          tu yerro. Y por tanto quiero que aya testigos de tu
          confusion y mi mucho acertamiento, los quales atribuyan
          la victoria a quien la mereciere. Oyslo, Fulminato y
          Felisino? llegaos acá. Agora tú, Lydorio, procede, y
          vosotros oyd quán armado está contra mí de argumentos.

          _Lyd._--Aunque de ser contra ti me guarde Dios, y
          pues hazes juezes de tu causa los que de ti an de ser
          juzgados, digo que me paresces muy aborrecedor de tu
          descanso: pues sin muy manifiesto por qué, te matas con
          tus manos.

          _Flor._--Y cómo no causa hallas tú el morir yo por quien
          tan justa, deuida y necessariamente muero? Agora te
          digo que sobre tal fundamento podras leuantar muy falso
          edificio.

          _Lyd._--Veo, señor, tan firmado tu parescer en tu daño,
          que hallo menos inconueniente el seguirte que prouecho
          en el contrariarte. Y aunque el consejo no se deue donde
          no ay voluntad al recebirle, ni se espera fructo en el
          effectuarle, no empero callaré a que mi sana voluntad
          te auisa pongas delante en lo que tu alto merescimiento
          se deua estimar, y la nobleza de tus antepassados, y la
          limpieza de tu sangre, y la qualidad de tu estado, y el
          cuento de tu persona. Y mira, señor, que no te dexes
          gouernar por la libertada y fauorescida juuentud, sin
          que con el freno del preuenir de las cosas le des tales
          sofrenadas, que puedas lleuarla subjecta a la razon; en
          especial no te deues fiar como mancebo de ti mesmo en
          este caso de cobdicia sensual de la lasciuia y ardor
          libidinoso de la cenagosa y limosa carne, enemigo tan
          pujante y tan notorio y continuo nuestro: porque en la
          pelea de este vicio de la luxuria, muy pocos acometedores
          vimos gozosos del triunpho de victoria, ni aun pocos
          acometidos escapar de muerte, o cayda, o herida. Y si en
          lo dicho te soy molesto, mandame callar en lo por dezir.

          _Flor._--Cómo que tan presto piensas derrocar mi firmeza
          de que no busque mi desseo la consecucion de su gloria?
          Cata que el amar es al hombre natural, porque el amor es
          obra de la virtud concupiscible.

          _Lyd._--Amor virtuoso.

          _Flor._--Bien dize: porque por fuerça y atraydo de la
          virtud, ama hombre lo bueno. Y ansi por esto quiere Dios
          por solo amor ser seruido, y como bien nuestro ser amado:
          esto no es ansi?

          _Lyd._--La mesma verdad.

          _Flor._--Pues ansi a mí me es necessario endereçar mis
          desseos, como a vltimo fin, en la gloria de mi señora
          Belisea.

          _Fel._--Atame essa christiandad.

          _Flor._--Y es me no menos necessario confessar su poder,
          y en mí la nobleza, y todo lo demás que tú pones por
          estoruo para no la amar y querer y adorar: pues en ella
          está mi vida y en su mano las llaues de mi muerte. Esso
          mesmo me demuestra que hago aleuosia gastar algun momento
          de mi triste vida sino en pensar en ella: porque si con
          sólo auer oydo en absencia la fama de su valor no fuera
          su captiuo, fuera muy de vituperar, quánto más, auiendo
          merescido mis ojos verla, no se rendirá mi coraçon en
          amarla y morir por ella? Y si todo hombre naturalmente
          busca la gloria como a vltimo fin y descanso, pues por
          qué yo menos y no más que todos amaré y querré aquella
          gloria, a cuyo desseo soy tan lleuado y tan justamente
          forçado?

          _Ful._--O hi de puta, y qué diuinidad para dar gloria! no
          basta loco, sino herege?

          _Flor._--Dizes algo, Fulminato? calla, calla, dexa hablar
          a Lydorio. Di, di, no enmudezcas: que yo sé, Lydorio,
          que mi mucha justicia ha puesto freno a tus demasias
          y silencio a tus reproches, y enmudescimiento á tus
          argumentaciones. Confiessa, confiessa conmigo la potencia
          de mi señora. Y pues con tus consejos sabes que no as
          de ganar tierra en lo que, yo acertando, tienes tú por
          error, prudencia será hazer de la necessidad virtud y de
          los morales consejos venir a los actuales hechos.

          _Lyd._--Qué es, señor, lo que me mandas, que lo haré,
          pues que ansi quieres?

          _Flor._--Quiero que, como libre tú de tal passion,
          busques algun vado por donde a mi tormento pueda venir
          aliuio.

          _Ful._--Cómo, señor, que vna sola muger ha de bastar a
          darte pena? calla por Dios, que afrentas a los que tu
          pan mantiene. Descreo de quantos en Dios no creen y a ti
          no an temor, si no me as dado más pena que en mandarme
          hazer pieças. Auisen me quién ella es y guienme a su
          casa, que aunque pese a todo el mundo, te la traygo a la
          cama; y dame licencia yre a tomar algunas armas; y si
          aun en esto ay tardança, muestrenme su casa, y comiença
          me a esperar con ella de la mano, y veamos si abrá quien
          diga a Fulminato blanco as el ojo, sino tú, que huyes de
          conoscer a quien tengas en tu casa.

          _Flor._--O, cómo es otra cosa el hablar a saluo de la
          experiencia en los peligros!

          _Ful._--Y pones duda en mi palabra?

          _Flor._--Quiero que no hables lo que deroga al poder de
          mi señora Belisea.

          _Fel._--No te marauilles, señor: porque su esfuerço
          le haze a Fulminato sobresalido en algunas cosas. Y
          el camino más sin rodeos para que de tu descanso le
          ganemos todos, es que tú, señor, escriuas de tu mano,
          declarando a tu señora tu pena: porque por ventura tú
          penas por ella, y ella o no lo sabe o no te conosce: que
          yo te juro, a pena de mentiroso, que si ella sabe quien
          tú eres y sabe tu mal, y sabe ser ella la causadora,
          que ella venga muy presto a lo bueno. Porque la muger
          es yesca muy dispuesta adonde el tal fuego prenda, y
          preso no se apaga tan ayna, porque no saben tener medio
          en el amar, como tan poco en el aborrescer. Y pues tú
          estas determinado de seguir tu voluntad, y tu voluntad
          es de amar a essa señora, ni los consejos de Lydorio
          virtuosos aqui quadran, ni el arriscado parescer de
          Fulminato es cumplidero. Porque en aquello se deue poner
          el hombre de honra, con que presuma no descaer de su
          estima, no saliendo con su intento. Y aunque el camino de
          mensajerias que yo digo parezca en sí más largo, pero si
          Dios pone la mano, suele ser muy breue, porque a quien
          Dios quiere ayudar, la casa le saue.

          _Flor._--O, cómo as acertado! bien paresce que tú ayas
          visto el inspirante rostro de mi señora, pues de ella te
          fue infundido tal consejo.

          _Fel._--Infundí por ay: qué spiritu sancto para embiar
          inspiraciones! nunca el diablo le sacará de dezir
          heregias y de adorar por Dios vna muger.

          _Flor._--Qué dices de merescer?

          _Fel._--Trastroca me essas razones. Digo, señor, que el
          merescer de tu señora no se deue ansi tratar.

          _Flor._--De su merescer hablas, y tan a sobrepeyne?
          Y cómo no miras que hablando de mi señora se an de
          premeditar las palabras y ser muy de peso las razones?
          Y quien osará mirar su rostro sin quedar conuertido en
          nueuo ser?

          _Fel._--En ser de asno.

          _Flor._--Quién pensará merescer el menor de sus fauores?
          quién sabra estimar su gracia? su compostura, su
          gentileza, su donayre, su semblante ayrado, su alegria,
          su grauedad, su honestidad, su poder, su proeza de sangre?

          _Lyd._--Tú, Felisino, le has metido en cosa que no tendra
          fin.

          _Ful._--Por mucho hablar mucho errar. El diablo te hizo
          tan reagudo, pues por tu causa no cesssara oy de loar
          vna muger: que solo con el buen vestido le ha visto buen
          parescer, que tambien le tiene vn palo atauiado, pues
          dizen dame vestido y darte he vellido. Pues loela quanto
          se pagare: que al fin es muger, y por menos perfecta fue
          hecha para el hombre, como la silla para el cauallo.

          _Fel._--Calla calla, que yo lo soldaré: que él ni oye ni
          entiende, y tengo por mí que ya no sabe si estamos aqui.
          A, señor, cata que en la tardança suele auer peligro en
          cosas que estan en fauor de fortuna, y que quien passa
          punto que passa mundo; escriue luego y no dilates tu
          salud.

          _Flor._--Bien dizes, den me aparejo y quedate tú que la
          lleues.

          _Ful._--Como esso cierto es lo que yo buscaua: y di te el
          consejo y aun quieres me el pellejo?

          _Flor._--Qué dizes? que hablays muy baxo o yo estoy sordo.

          _Fel._--Digo que a no ser yo allá tan conoscido, que
          holgaria de lleualla. Pero si como conoscido en aquella
          casa, y sospechoso con mis entradas y salidas, me piden
          qué quiero? a no dar tal respuesta, tus hechos van en
          plaça: y será la primera en piedra, y lo segundo, va mi
          vida jugada.

          _Lyd._--Ay te esperaua; y aun tienes rason de querer
          viuir.

          _Flor._--Qué dizes, Lydorio, qué te paresce a ti?

          _Lyd._--Que Felisino da bastante razon en su escusa.

          _Flor._--Pues vaya Fulminato, porque no diga que no me
          siruo de su persona.

          _Ful._--Esso seria yr yo por carne al hambriento leon.

          _Flor._--Qué dizes de leon?

          _Ful._--Que me voy a armar mientras escriues y sea
          presto; porque yo á los de Lucendo no les huyre mas el
          rostro que a los caçadores el animoso y real leon. Y aun
          sepas que si allá me tuercen ojo, que aure de hazer de
          las mias: porque no me sufre el coraçon, ni es en mi mano
          desenuaynar sobre colera despierta, sin manchar la espada
          en sangre.

          _Lyd._--Señor, no hagas mensajero sino de quien no aya
          sospecha, y a quien no le sea injuria una mala respuesta.
          Polytes, como sabes, es paje callado y cuerdo y
          hombrezito para todo cobro, y también ya él tiene noticia
          de aquella casa.

          _Fel._--Y aun cómo ansi? que pocas vezes que falte en
          casa le hallarán sino por allá.

          _Flor._--Pues salios fuera, y embiadme le a mi recamara
          luego; y no me entre negocio ninguno.

          _Ful._--Allá quedaras. Oy, Felisino, contemos este dia
          con piedra blanca; y digamos que oy nascimos, y con dicha.

          _Fel._--Qué, tambien guardas el stylo de los antiguos,
          que los dias prosperos contauan con piedras blancas, y
          aquellos solos dezian que auian viuido; y los de mal
          successo, con piedras negras, y aquellos hallauan auer
          muerto?

          _Ful._--A la fe no en balde he estado yo en Cordoba, y
          hallé madre en Carmona, y me llaman Fulminato. Oy en dia
          seruir de pelillo, buena parola, facto ninguno.

          _Fel._--Tú eres el que yo buscaua, que oy mis buenas
          cautelas me hizieron nascer.

          _Ful._--Buena cosa es la conformidad de las voluntades
          en los que conforman en la librea: porque la paz entre
          nosotros, y la guerra con la hazienda de nuestramo, y al
          señor oy en dia pelo y pelon, y vnguento en los caxcos.

          _Fel._--Y aun esso es lo más seguro para pelechar, en
          especial que oy la justicia con quien no tiene pluma
          juega a luego pagar.

          _Lyd._--Ea, concluyd las consejas y buscad a Polytes.

          _Ful._--Vamos, Felisino, abaxo, que he alli al paje. A,
          hermano Polytes, Floriano te llama de priessa.

          _Pol._--Alguna parleria de mastresala tendremos: allá
          voy, que si no hay testigos, negar y auisar para otro
          dia, y entro en nombre de Dios.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA II

          Salidas al jardin Belisea y Justina su donzella,
            solazando Justina a Belisea, entra Polytes con la carta
            de Floriano. La qual por fauor de la Justina dexando, se
            va con buena esperança que le pone Justina. Y Justina lee
            la carta a Belisea, aunque contra su voluntad.


                      BELISEA, JUSTINA, POLYTES.

          [_Bel._].--Descendamos, Justina, vn rato al cenadero,
          ya pues va cayendo la siesta; pues agora es el proprio
          tiempo de gozar de su frescura, y del armonia de las
          auezitas, que en su possibilidad alaban al Criador.

          _Just._--Por mi vida que huelgo en extremo de verte de
          tal parescer; porque me paresce que ha mill años que allá
          no baxé, y gozanlo los pajes a su proposito. Y aun para
          mi santiguada, que si en mi mano estuuiesse, que más me
          hallarian entre los claueles y frutales dél que no como
          tú estás tras treynta puertas pudiendo gozarlo.

          _Bel._--Donosa guarda harias tú de la fruta.

          _Just._--Cómo no nos hemos de ver en esso, passando por
          ello? Torno a dezir que me espanto de tu poco salir a
          te solazar, en especial pues tienes padre que todo lo
          haurá en dicha. No sé cómo ansi eres tan differente en
          condicion a todas las mugeres, mayormente señoras y
          donzellas: no lo haurian conmigo ansi, que más amiga me
          hizo Dios de soltura y libertad.

          _Bel._--Y aun ay verás qué pocas vezes ay dos coraçones
          humanos en todo concordes: porque si essa es tu condicion
          y de todas las mugeres, la mia es muy contraria. Porque
          no me da plazer sino el recogimiento. Y en tanto me
          aplaze esto, que no sólo la mala conuersacion me es
          aborrescible, pero aun la buena me es molesta, por
          sólo no quadrar con mi voluntad. Y tambien más ayna se
          pierde Dios entre las gentes, y se halla en la fuga y
          apartamiento del mundo. Y por esso haze ventaja la vida
          contemplatiua, que lo ha con Dios, a la actiua, que lo ha
          con las gentes, aunque por Dios.

          _Just._--Bien estoy en esso, pero todavia tengo por mí
          que si en esso que tú quieres, que es la soledad, fuesses
          contradicha y te mandassen no salir, que lo desseasses;
          empero porque está en tu querer, por tanto no te da pena
          el no te solazar; y si te priuassen dello, lo buscarias
          de rincon en rincon. Porque la priuacion de vna cosa
          incita el apetito a ella, mayormente en las hembras, y
          muy más en las encerradas doncellas. Porque ansi como
          se les vieda más, ansi dessean más. Y por lo contrario
          aquello que de facil se nos concede, de facil lo dexamos
          perder, y auido, lo tenemos tan en menos, quanto menos
          nos cuesta. Y que sea esto ansi, mira lo en el baxar
          deste jardin; que tú que puedes cada rato, nunca baxas a
          él, e yo que no se me concede, siempre querria hallarme
          en él.

          _Bel._--Por manera que segun tu sentencia la falta de
          la libertad abre camino al peccado y es occasion al mal.
          Por donde, a ser lo que dizes ansi como aprueuas, hierran
          los zelosos padres en priuar de muchas libertades a las
          recogidas doncellas, las quales, libertadas en aquello,
          podrian perder la honra y la honestidad con lo demas.
          Pues la donzella, sin estas dos cosas, deuiera ser
          antes enterrada que nascida. Y la quiebra de la hembra
          no es como la del varon, porque ella cayendo en este
          deslizadero, o se leuanta tarde, o pocas vezes, o nunca.
          E dado que se leuanta, jamas le falta vn sino en la honra
          y vna promptitud al retorno del vicio; lo que al varon,
          por ser más libre de su condicion natural, no le queda
          señal de auer caydo. Y aun lo que más es, que muchas
          vezes a ellos les da honra el mundo en hazer cosas en que
          la triste de la muger jamas dexa de perderla. Por manera
          que, pues tanto inconueniente y tan abierto peligro y tan
          notorio y gran daño se le siga a la muger de la libertad,
          mira quán sin razon va fundada tu razon.

          _Just._--Lo dicho por muy bien dicho loando; digo, como
          de primero, que el vedarnos vna cosa nos pone a la auer
          más cobdicia; porque muchas cosas, a no se nos vedar, no
          las traeriamos a la memoria, y, vedadas, nos perdemos por
          ellas. La causa desto denla los letrados, que yo antes lo
          probaré con exemplos que con razones.

          _Bel._--Dame vna.

          _Just._--Mira lo que Faustina hizo por la llaue, y aun lo
          que más es, lo que hizo Eua con solo vn arbol que Dios le
          prohibio, pospuestos todos los del parayso que Dios les
          concedio comer; y ansi concluyo mi intento.

          _Bel._--Bien me huelgo que sepas tales exemplos, y
          determino de no tratar contigo más en esta materia, pues
          te veo tan del vando de los hombres contra las mugeres. Y
          pues baxamos a nos solazar, holguemonos.

          _Just._--Sea como mandares; pero no podemos (hablando
          la verdad) negar que los extremos más vanderizan en las
          mugeres que no en los hombres, y aun que a ellos les
          hemos de afirmar y defender lo contrario por nuestro
          abono. Y en lo demas, mira si mandas que llame las
          donzellas para que te den plazer.

          _Bel._--No quiero sino que me cantes alguna cosa, porque
          me cae muy en gracia tu voz, y para mí no ay otro
          semejante solaz mundano que oyr musica.

          _Just._--Auia de ser de buena garganta.

          _Bel._--Con la tuya me contento por el presente, y
          no lo vendas más caro, pues haziendo lo que te ruego
          liberalmente ganas gracias.

          _Just._--Aunque en ello no pienso sacar vanagloria,
          quiero dezir vno que me viene a la memoria, pues que
          pidiendo la cosa de presto obligas te a suplir todas las
          quiebras.

          _Bel._--Di, que a todo me offrezco.


          CANCION DIRIGIDA A BELISEA, MUY CONFIADA EN SU BONDAD

          _Just._  En la lucha del amor
                nadie viua descuidado,
                pues al muy más confiado
                suele tratar muy peor.

          _Bel._--O, cómo es cosa sentida, y buena, y nueua, y bien
          sonada; di, di más si sabes.

          _Just._--Ya pensé que con esto te enhadaras; pero pues
          ansi mandas dire la buelta de la cancion:

                Sólo sale victorioso
              quien con él no se ha tomado
              y el que es dél más oluidado
              se llame vanaglorioso;
                Mas al cabo es muy mejor
              nadie viuir descuidado,
              pues al muy más esforçado
              suele llagar muy peor.

          _Pol._--O, qué buena oportunidad! abierto está, y no ay
          quien me impida el paso. En nombre de Dios entro con el
          pie derecho.

          _Bel._--O, cómo me pesa que acabaste, que la buelta fue
          aun mejor. Acuerdate que me des essa letra, que la quiero
          aprender. Pero mira que viene no sé quién: ve, mandalo
          salir, y harás al jardinero poner mejor cobro en la
          puerta.

          _Just._--Señora, vn paje es; ya pues nos a visto, y el
          vee que le hemos visto, sepamos qué quiere. Porque o yo
          mal conozco, o él es de Floriano, aquel cauallero de gran
          estima que por tu seruicio ha hecho grandes gastos y
          fiestas y cursa mucho la calle.

          _Bel._--Ay ay, no quiero saber qué busca, sabido cúyo es,
          y tú sepas que recibo pena en verle.

          _Just._--No seas agora tan estraña de condicion, pues
          la tienes tan buena. Por qué quieres ansi asconderte
          del mundo? mira que te dio Dios muchas causas para te
          mostrar, e ya que te recates, no de vn paje, con quien no
          quadra en ti la sospecha.

          _Bel._--Buena estaria la honra de la mujer si sólo
          guardasse su honra de las manifiestas sospechas y los
          notorios daños de su bondad.

          _Just._--En cosa de bondad no alterco contigo, pues tengo
          clara tu victoria.

          _Pol._--Por Dios, bien me ha succedido, que he alli a
          Belisea y a Justina. Esta negra carta no sé cómo la de:
          pues hazer del no conoscido, es por de más, pues aun
          de los perros desta calle lo soy. Ya quiero a Dios y a
          ventura llegar, pues a los osados fauoresce la fortuna.
          Y quien no se auentura, no nauega. Allá llego, que como
          viere que me hablan yre respondiendo.

          _Just._--A, el galan, qué buscays por la huerta?

          _Pol._--Quiero hazer del bobo sobre sello, y hablar como
          quien no conosce. Señora hermosa, entré con sólo intento
          de ver esta frescura; pero los ojos occupados en la
          vuestra, se olvidan de mirar otra cosa.

          _Just._--Qué te paresce, mi señora?

          _Bel._--Todas las cosas nueuas aplazen: pero dexale
          dar más de sí, y veremos qué tal sea; porque al primer
          razonar no es conoscido vn hombre.

          _Just._--Pues alegrate, que el solaz tenemos en las
          manos, y verás cómo por te dar alegria me tengo de
          requebrar con él. Dezidme, pues, con cúya licencia
          entrays en lo ajeno?

          _Pol._--Señora hermosa, al principio tomé la licencia de
          la puerta, que hallé abierta; pero agora tomandola de
          vos, pido la enmienda de mi excesso, aunque a la verdad
          tal no acertar como el mio presente, notorio acertamiento
          es, y tal pérdida mia sera contada por auentajada
          ganancia, y muy venturosa fortuna.

          _Just._--Luego ganancia y acertamiento llamas el venir
          por yerro tuyo y ventura nuestra a ponerte en manos de
          quien te tome la prenda?

          _Pol._--En ser prendado tuyo me contaré por bienandante,
          mayormente si con verme tú tal mirasses en tratar bien la
          prenda que ya tienes en tu poder.

          _Bel._--Y qué prenda es? que yo te la haré tornar.

          _Pol._--Por tu piadosa bondad te beso pies y manos, que
          gran confiança a puesto essa respuesta a mi desconfiada
          venida.

          _Just_.--Bien me paresce, señora, que por sola su
          confession se le puede pedir el daño que otras veces
          haurá hecho en lo ajeno.

          _Pol._--Antes de agora he sido yo prendado y aun por
          entero preso de vuestra hermosura; pero nunca tuue
          ventura de ponerme en vuestras manos hasta este punto,
          adonde vuestra lindeza puede como en cosa propria
          aprouecharse del despojo del sentenciado de vuestro poder.

          _Bel._--Andate, Justina, a essas, y ganarte as ser
          motejada de fea; valierate más no auer hablado, para no
          auer errado, y tras el yerro lleuar el pago que merescio
          tu locura. Baste, pues, ya lo hablado, y tú, hermano,
          vete con Dios.

          _Pol._--La majestad de vuestra presencia pone pasmo en mi
          torpe lengua y temor en mi atreuimiento a os pedir vna
          merced.

          _Just._--Di lo que querras, que pues tanto eres mio, soy
          obligada a te fauorescer ante mi señora.

          _Pol._--Con tal esfuerço tomando osadia, te suplico tomes
          essa carta.

          _Bel._--Bien creo que ni tu mensaje me será vtil ni tus
          passos te dexarán de acarrear algun castigo a ti y a
          otros exemplo. Quitamelo delante, Justina, que ya yo me
          adeuinaua lo que podria ser, y harás poner mejor cobro en
          la puerta, que el jardinero no quedará sin su merescido.
          Anda, hermano, vete de mi presencia, que en saber cúyo
          eres adeuino tus costumbres, y en saber cúyo eres
          sospecho quien te embia, y en saber cúyo eres entiendo
          cúya sera la carta, y en saber cúya ella sea, sé que
          busca de mi enojo su daño y tu perdicion por mensajero;
          dado que diz que los mensajeros no merescen culpa, pero
          en tales casos no ay quien les escuse. Cata que no seas
          tú el Vrias Hetheo. Y dirasle por respuesta del mensaje,
          que no oyre a esse atreuido de cauallero; que se precie
          de traer con otras tales tratos, y que conmigo procure
          todo desuio, porque ni mi honra con él gana ni mi
          honestidad se satisfaze con sus embaxadas.

          _Pol._--Por qué tu magnifica nobleza condena mi
          innocencia antes de oyr mi justicia?

          _Bel._--Sea el oyrte que no parezcas más delante mí.

          _Just._--Ay, mi señora, no te muestres furiosa hasta
          saber el por qué. Cata que como la honestidad de la
          donzella padesce detrimento y peligra entre los hombres,
          ansi la nobleza corre riesgo y aun se pierde con la
          furia. Y aun el demasiado sentimiento tuyo pone sospecha
          de tu bondad y limpieza y casto sentimiento delante de
          quien no te conozca muy bien. Y nunca condenes sin oyr
          las partes, para no tener de qué presto te arrepentir con
          el tan de improuiso te determinar. Veamos la carta, y
          vista, verás qué tanto ayas de soltar la rienda al enojo:
          aunque a tu nobleza y estado de persona en pocos tiempos
          y en ninguna sazon paresce bien el tan apitonado y
          furioso impetu. Cúya es la carta, gentil hombre? y perded
          todo temor.

          _Pol._--Qué atauio para perdelle! quiero empero soldarlo
          como pudiere. Hermosa, he visto la ira de essa señora
          contra mi innocencia, la qual con la culpa que en mí
          publica su pena me añade temor de offender a quien se
          deue todo seruicio. La carta es ésta, y es de vn preso.

          _Bel._--Ni sé qué pueda preso (cosa no duecha) pedirme,
          ni puedo no recatarme del anzuelo encubierto en tus
          reposadas razones. Y porque no tengo por oro todo lo que
          en tu muestra reluze, ve con Dios.

          _Just._--Pues yo tomo, señora, la carta a todo mi
          risgo, y tú ve con Dios, que a la primera vista te dare
          respuesta: en que descargaré la tempestad, que quiça se
          resoluera toda en solos truenos.

          _Pol._--Con vuestro fauor yendome lleuo buena nueua a
          Floriano, y triste para este mi vuestro coraçon.

          _Just._--Anda, harás lo que digo, y tú perseuera, pues la
          perseuerancia gana la corona del vencimiento en la pelea.

          _Pol._--Los angeles queden en tu compañia, pues yo
          no puedo yr sin la tuya en mi memoria. Esto queda aun
          razonable para primera audiencia. Agora, loando a Dios
          por mi ganancia, me voy, pensando cómo satisfazer a
          Floriano para ganar albricias: aunque a la verdad más las
          deuo yo que no él de lo que queda tramado.

          _Bel._--Qué hablauas con aquel al despedirle?

          _Just._--Hinchele de viento por cumplimiento de buena
          criança.

          _Bel._--De tales comedimientos es libre la donzella, sin
          caer en caso de mala criança: porque burlando ni de veras
          la donzella con ningun hombre en tales coloquios gana
          honra si no es su marido, y aun ha de ser puesta en su
          poder. Porque el hilo de la honra es más delgado que el
          de Portugal con que tú labras, y guardate de todo hombre
          te torno a dezir.

          _Just._--De hombre bien dizes; pero este es muchacho.

          _Bel._--De essa manera, hombre llamarás tú a mi señor,
          que está ya en lo más alto de la edad, quando a vn
          mancebo tan grande como su padre, y tan astuto como
          mercader, y más hablado que relator llamas muchacho.
          Pues andate, Justina, a esso con tus buenas entrañas,
          y hallarte as burlada. Cata que dize el vulgar dicho:
          que de los necios, los infiernos; y de los perezosos,
          los hospitales: y de las mugeres mal auisadas y menos
          remiradas, se pueblan los públicos burdeles.

          _Just._--Mas vao; y si supiera la verdad, cómo le mande
          perseuerar?

          _Bel._--Qué dizes de perseuerar? y mira que con persona
          particular hablar entre dientes es especie y señal de
          traycion.

          _Just._--De tal me guarde Dios; sólo dixe que el
          perseuerar en los malos propuestos acarrea los daños
          contados: que agora, loado Dios, a saluo está quien
          repica. Y dexando esto, leamos la carta, y no te me
          encojas, que por vida de mi señor y tu padre Lucendo, que
          ya que yo la lea, que la tienes tú de oyr, porque quiça
          aurá en ella con qué riamos.

          _Bel._--Malas coxquillas de burla son las que lo han
          con la honra y honestidad, pero haz como quisieres, que
          dos oydos tengo: vno para abrirle al oyrla, y otro para
          cerrarle al consentimiento en no aceptarla.

          _Just._--Pues oye qué dize el sobrescrito.


                      CARTA DE FLORIANO A BELISEA

          A la muy suprema en todo merescimiento, tan libre señora
          de su querer quanto yo captiuo de su beldad, mi señora
          Belisea.

          Si el affligido coraçon que me dio osadia para os
          publicar mi intolerable tormento, causado por vuestro
          libre poderio, me diera fuerças para poder lleuar con
          sufrimiento mi tan graue pena, nunca con la presente
          osara molestaros, no meresciendo de vos aun audiencia
          para mi libertad. Pero a vuestra clemencia pido que
          se apiade y fuerce a vos mesma a leer ésta, en parte
          declaratiua de la graue pena que por vos este vuestro
          Floriano siente. Y aunque mucho pido, pero suplico os por
          la respuesta; y sea si mandays, que vuestra mano me dé,
          en castigo de mi loco atreuimiento, la accelerada muerte
          o algun aliuio a mi padescer. Y si deliberays, señora
          mia, que yo pene y viua para que en mí executeys con saña
          vuestra justicia, mostrando en mí vuestro poder, con el
          mesmo poder me dad el poderlo ya sufrir: que soy contento
          de os contentar, pues por vuestra voluntad vino, vuestro
          querer me sustenta y mi vida pende de vuestras manos. Las
          quales humildemente besando, quedo por vuestro cautiuo,
          _Floriano_.

          _Bel._--Bien era yo adeuina de lo que podria dezir carta
          tan loca.

          _Just._--Antes me paresce que es para tornar a leer, pues
          aqui poco menos que por diosa te confiessa.

          _Bel._--Ay, dexame de essas vaziedades, que me llamas la
          ira, que aun no querria tomar por cosa tan sin ningun
          tino ni ser, ni entidad, ni concierto. Vamos, vamos
          arriba, que ya el sol nos ha priuado por oy de sus rayos,
          demostrandonos las estrellas.

          _Just._--Dexadas essas metaphoras, vamos donde mandares.

          _Bel._--Cierra essa puerta, y dad me la mano a esta
          escalera, y subamos.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA III

          En que Lydorio haze gran sentimiento por la perdicion de
            Floriano. Fulminato y Felisino se hazen a vna para poder
            medrar. Tracta de lleuar Fulminato a Felisino en casa de
            Marcelia. Polytes da a Floriano respuesta de su carta, y
            dale vn collar de oro para Justina y un jubon de brocado
            con sus calças al Polytes, y tornale a dar otra carta
            para su señora Belisea.


           LYDORIO, FELISINO, FULMINATO, POLYTES, FLORIANO.

          [_Lyd._]--O alto y sapientissimo Dios, qué profundos
          son tus secretos juyzios! O quánta lastima es ver perder
          tan a vela suelta vn tal cauallero, mancebo y dotado de
          tantas gracias y poder mundano! Grande daño es este, si
          el saber diuino no saca algun mayor bien deste grande
          mal: pues que a Dios es ligera cosa sacar buenos fines
          de malos principios y peores medios. Pero en tanto
          que Dios lo remedia, duelome con lo que veo, pues no
          le basta dexar su estado y su naturaleza, pero que a
          bueltas de todo oluide a sí mesmo por sola vna muger. No
          en vano dixo Adan, vista la muger: que por ella dexaria
          el hombre el padre y la madre. Pues por otra parte veo
          el desassossiego de toda la casa, y la perdicion de
          la hazienda, y con esto ardo entre dos fuegos. Porque
          aconsejar a Floriano es pensar de poner luzio el adobe
          lauandole. Pues seguir tras su querer, no hago lo que
          deuo a la lealtad que a sus padres di. Los de casa a
          todos les paresce que la hazienda de Floriano les es
          comun: lo vno malo y lo otro peor; de manera que con lo
          que Pedro sana, Maria enferma. Porque con lo que Floriano
          ha de satisfazer a su appetito, él pierde el alma lo
          principal, pierde la honra, la vida en condiciones, el
          patrimonio se disminuye, la hazienda anda en manos de
          enemigos de su dueño y amigos de ella; porque quanto
          menos guarda ay en la casa y en la hazienda, tanto los
          criados oluidan de la fidelidad y cobran del saber de lo
          ajeno. Porque el aguijero llama al ladron, y la occasion
          combida al pecado.

          _Fel._--Ansi que, hermano Fulminato, ya me haurás bien
          entendido y tendrás bien ojeado el camino para nuestra
          medra.

          _Ful._--Calla ya, que descreo de la vida de los
          condenados si de plazer de nuestra conformidad para el
          descorchar de la colmena no estoy como fuera de mí, pues
          más quatro manos que dos lleuan y pueden.

          _Lyd._--En lo que estamos, benedicamos. Esto es lo que yo
          lloro: porque si a Floriano lo auiso, tendra me más por
          enemigo que por fiel.

          _Fel._--Pues aun tú no pienses que lo sabes todo:
          porque para ruindades, gran prouecho me hizo ser vn año
          estudiante y otro moço de cura.

          _Ful._--Pues calla, que creo que todo nos será menester
          tu sciencia y la mia: porque Lydorio es sabio y virtuoso
          y leal, y antiguo criado de casa; y con saber todos los
          rincones della, si nos huele, nos tiene de hazer daño
          para nuestro pellechar.

          _Fel._--Para esso guardalle los passos, y el uno
          sobarcado y el otro en vela. Porque si un hombre
          apercebido vale más que dos descuidados, sí que más
          valdremos y más podremos y más haremos dos recatados que
          vno seguro.

          _Lyd._--Pues allá os espero al freir de los ajos.

          _Ful._--Pues vamos a ver a nuestramo y aseguremos el
          campo, desmintiendo espias. Y aun tambien, si Floriano
          quiere, le dare en las manos vna muger que, pagandoselo,
          le traera a su amiga a las vñas, por más encerrada y
          guardada que esté. Y aun dello me cabria mi ganancia, si
          la fortuna endereçasse bien.

          _Fel._--Dime, dime, qué, tienes nido?

          _Ful._--Mas vao. Y cómo ouiera yo escapado del inuierno
          sin algun hogar? y tú, tan bisoño eres que te mantiene
          sola vista?

          _Fel._--Pues qué quieres? que harto çanqueo y ando y
          rodeo, pero no hallo cosa de asiento.

          _Ful._--Aun no tan mal si hazes como el cuclillo en
          ajeno nido; pero encomiendate a mí si quieres, y duerme
          seguro. Pero ó descreo de los recabitas y si no creo que
          nos ha oydo todo quanto hablamos Lydorio, que veslo está
          en el corredor.

          _Fel._--No haurá; pero si ouiere, hecho es: haga como se
          pagare.

          _Ful._--No eres auisado en esso: antes agora le
          halaguemos a sobrepeyne, porque la prudencia muchos males
          y daños preuiene.

          _Lyd._--A, Fulminato.

          _Ful._--Quién me llama?

          _Lyd._--Busca al paje Polytes y sube acá.

          _Ful._--El que llega acaso, que aguardó que le mentasen.

          _Pol._--Qué se trataua de mí?

          _Lyd._--Sube presto. Adónde andas al cabo de vn hora que
          pide Floriano por ti, que no ay quien te saque de rastro?

          _Fel._--No ay ygual trabajo, sin penar y morir, que es
          esperar.

          _Ful._--Y aun por esso dizen, y bien, que quien espera
          desespera.

          _Fel._--Señor Lydorio, lleguemos á la puerta todos,
          pues no es traycion escuchar, sabiendo lo que se ha de
          platicar de los que hablan.

          _Lyd._--Escuchad, pues que tañen.

          _Ful._--Y aun qué negro de bien. Que si él tanto
          sintiesse de mugeres y supiesse tanto de ser enamorado
          como de la musica sabe, él se guardaria más dellas, y las
          tendria en lo que se deuen tener, y aun acortaria su pena.

          _Lyd._--Calla, dexa esso, que cada vno haze segun es y
          segun con quien lo ha. Y escucha, que comiença a cantar.


                GLOSA DEL MOTE «QUIEN ESPERA DESESPERA»

          _Flor._  Mi pena manda que muera;
                dame aliuio mi esperança;
                para que mi querer quiera
                esperar, venga de fuera
                nueua de mi buena andança.
                Y ansi con tal diuision
                mi morir se suspendiera
                esperando redempcion,
                por do con justa occasion
                _quien espera desespera_.

          _Lyd._--Qué te paresce, Fulminato, qué vida ha dado al
          refran que tú alegaste poco ha, que no paresce sino que
          adeuinó auer le tú dicho a su proposito?

          _Fel._--La capa diera por la glosa.

          _Ful._--Calla, que en disposicion está que no parará en
          sola vna copla, pues dizen que quien haze vn cesto, hará
          ciento.

          _Pol._--A, señor, mira que te aguardo con la respuesta de
          la carta que lleué á tu señora Belisea.

          _Flor._--O nombre de toda suauidad, que en lo oyendo
          viuificó mis ya muertos sentidos! Dime, dime, mi querido
          y secretario de mi bien, ha mucho que eres venido y me
          aguardas? para que yo me castigue de mi tardança en te
          oyr tal nombre.

          _Pol._--Señor, porque tengo pocas palabras: aunque
          passaron y precedieron a la respuesta muy duros
          empellones y gran peligro de mi vida; pero con el fauor
          de vna su donzella, todavia le dexé tu carta. Y sabe que
          si no fuera por aquella donzella no era possible ni yo
          parar ante su furioso y honesto sentimiento. Pero todavia
          si a la donzella no la afloxa falta de gualardon, me
          mandó tornar por respuesta.

          _Flor._--Gualardon? para tan gran beneficio no le ay;
          pero lleuar le as mañana de la pieça de altibaxo azetuni,
          que saqué para las fiestas passadas, diez varas para vna
          ropa, rendiendole de mi parte las gracias por lo hecho, y
          conoscimientos grandes para gratificar lo por venir como
          yo pudiere.

          _Lyd._--Ansi, ansi, que por esse camino haurá de yr esso,
          y lo al todo con el diablo, pues se gasta en su seruicio.

          _Pol._--Señor, no podre lleuar le tanto bulto sin ser
          visto y aun descubierto, en que no ay poco peligro.

          _Flor._--Muy bien dizes; pues lleuar le as el collar de
          los esmaltes morisco, que yo algunas vezes traygo.

          _Ful._--O, descreo del que de Dios desconfia con tal
          desmallar; no se hizo él con cien castellanos. Ya ya
          no es de sufrir esto, que por ser yo negligente, me he
          perdido este lançe, que me sacara de lazeria.

          _Fel._--Calla, no gruñas tanto, que te oyran.

          _Ful._--O, pesar de quien te cosio la ropa, y cosa es de
          callar ésta?

          _Flor._--Agora pues me di: con qué semblante te recibio
          por mio?

          _Pol._--Con vn tan gracioso enojarse, que por ver la
          claridad que su rostro enojado mostraua, y sus ojos
          resplandecientes llenos de rayos de amor, holgaras de
          verla enojada.

          _Flor._--Pues que confiança me das?

          _Pol._--Mandóme que no paresciesse ante ella.

          _Flor._--O sin ventura Floriano: para qué nasciste en
          esta vida, acompañado de tanto atreuimiento y desnudo de
          algun merescer? Pero qué digo? que bastame a mi que sepa
          ya mi señora sepultarse mi coraçon en tormentos por ella,
          para que me sea muy grande precio de mis trabajos. Pero
          dime, dime, mi Polytes, dónde la viste? con quién estaua?
          qué hazia? qué semblante mostraua oyendo mi nombre?

          _Pol._--O, pesar de la vida con tal interrogatorio: aun
          creo que me haurá de coger en palabras.

          _Flor._--Dime, dime, pues, algo.

          _Pol._--Digo que para primera entrada que está ganado
          mucho, si no perdemos aquella donzella suya. Y ansi me
          profiero que lleuandole el collar, te traere mañana
          respuesta de otra carta, si luego me la dieres, aunque es
          tarde.

          _Flor._--A mucho te offresces; pero al fin hazeslo por
          mí, que te lo he de agradescer, Dios queriendo. Y luego
          escribo: ve tú y llámame al camarero, y tú toma cuidado
          de salir con tu promessa.

          _Pol._--Quien tiene el cuidado andará el camino. A, señor
          Lydorio, ya oyste como te llama Floriano.

          _Lyd._--Agora lo oyo y entro.

          _Ful._--Ola vos, don muchacho, maestro haureys de salir
          desta buelta. Pues guardaos de tomar los grados del
          magisterio sobre el scalera con vn açumbre de miel y la
          vestidura de vn paxaro[657].

          _Pol._--Essas mercedes se dan a los tales como tú, que
          yo siruo a mi señor. Y si más me tratas ansi, sabralo
          Floriano: porque más es la afrenta suya que no mia, que
          soy mandado y le deuo seruicio.

          _Ful._--Qué qué? Y cacareays en el caxcaron? de Dios no
          descreo si no os despierno.

          _Fel._--Buelue acá, hermano Polytes, no des enojo a
          Floriano.

          _Pol._--Que él ha de saber si se me ha de atreuer vn
          rufian por yo hazer su mandado.

          _Ful._--Qué vays gruñendo? esperá.

          _Fel._--Por Dios, lleuas talle de medrar enojando al que
          adora Floriano.

          _Ful._--Pues sólo esso me haze detener: aunque el pesar
          del collar yrá conmigo a la sepultura.

          _Pol._--Brabear, panfarron.

          _Fel._--Qué dizes hermano? sea este nublado agostizo, y
          calla, que todos somos compañeros.

          _Pol._--No lo quiere él conseruar.

          _Ful._--Y creo, hermano, que lo tomauas de veras?

          _Pol._--Pues cómo se auia de tomar, sino como se dezia?

          _Ful._--Más palacio pense que auia en ti.

          _Fel._--Baste ya, que todo fue burla, y vamos abaxo.

          _Pol._--Idos vosotros, que yo quiero esperar al camarero.

          _Flor._--Estás ay, Lydorio?

          _Lyd._--Señor, sí, rato ha.

          _Flor._--Pues quiero que sepas mi alegria, porque el gozo
          conmunicado cresce.

          _Lyd._--En todo recibo merced.

          _Flor._--Pues sabras que mi señora, por fauor de vna su
          donzella, despues de sus enojos está aplacada, y le quedó
          mi carta allá que me aconsejastes que le escriuiesse.
          E porque la donzella no desmaye en me ayudar, con otra
          carta que quiero escreuir a mi señora, lleuará Polytes
          a la donzella el collar de los esmaltes moriscos, y a
          él darle as el jubon de brocado bordado con las calças
          que saqué para estas fiestas. E aunque no sea paga, será
          principio de lo que pienso darles. Porque la prueua
          del amor son las obras, y el que recibe, cargase de
          obligacion o al pagar, o al seruir, o al ser desconocido.

          _Pol._--Bueno va esto; veamos cómo tercia el camarero.

          _Lyd._--Señor, la liberalidad es anumerada por virtud;
          pero quiere por compañera la temperancia, para no ser
          prodigalidad, que es vicio.

          _Flor._--Cata, Lydorio, que para tachar vn acto de suyo
          bueno muchas causas ha de auer. Porque ni en dar yo esta
          miseria allego a lo que a mí mesmo deuo, sin respecto a
          otro alguno, ni tú en defender esso vas fundado.

          _Lyd._--Bien sé que si de tu parte es de permitir el
          magnifico dar, pues contigo han de medrar los que te
          siruen. Pero bien sabes que el copioso dar y sobrado
          recebir no merescido suele acarrear desconocimiento e
          ingratitud a Dios, y a las gentes vicio intolerable. E
          satisfacion ni es de parte de la donzella el dar vna
          carta por vn tal collar, ni de parte del paje (aunque más
          meresce) el hauella lleuado, para lo demas. Porque con
          tales portes y por tan poco camino muchos se hallarian
          por dichosos mensajeros. Y tambien el premio al que
          afana, suele se dar al fin de la jornada; porque siempre
          vi: a dineros pagados, braços cansados.

          _Flor._--De mayor precio es mi contentamiento que toda la
          hazienda.

          _Lyd._--Ansi es.

          _Flor._--Pues luego dar yo quanto tengo es muy poco a
          trueque de vn contentamiento tal: porque la hazienda
          se ha de tomar como por medio para ganar la holgança
          del spiritu. Y en tal caso antes ouieras de aprobar el
          excesso en el dar (aunque agora no le ay) que no la
          auaricia en el retener; porque el mucho dar es vigilia
          del mucho recebir, ya que a esto mires. Quanto más que
          siempre se atiende a la largueza del que da y no a la
          condicion del que recibe.

          _Lyd._--Ansi dizen del franco Alexandro, que dando vna
          ciudad a vn hombre baxo que le pidio merced, y él quiso
          darsela, siendo retraydo del que la recibia por ser tan
          excessiuo a él, diz que dixo el monarcha: Si para ti que
          lo recibes es mucho, para mí que lo doy es muy poco.

          _Flor._--Pues luego oye y aprueua y ponlo por obra, y
          haurás gualardon de quien te manda.

          _Pol._--Este diablo es el perro del ortolano. Quiero
          atajar la plática escusada con mi presencia a mí
          prouechosa: porque viendome delante juegue a luego toma,
          e yo a luego daca; y pues me dan la vaca, acudo con la
          soga. A, señor, el maestresala ha llegado dos vezes con
          el manjar.

          _Flor._--Y es ya hora de comer?

          _Lyd._--Dadas eran las doze quando yo entré; mira, señor,
          lo que haure estado contigo y verás qué hora sera.

          _Flor._--Pues por el relox que gouierna los compases
          de mi vida, aun no es amanescido: porque hasta que la
          luz de mi señora despida las tinieblas de mi coraçon,
          acompañadas de mortal tristeza, jamas haurá dia para mí.

          _Lyd._--Cata, señor, que con esso tal matas a ti,
          desconciertas tu casa y desasosiegas los tuyos; y si
          miras en ello, ni podras conseruar la vida sin comer,
          y perdida la vida, pierdes tú la esperança del gozo de
          tu señora. E aun tu señora no podra ni aliuiarte ni
          atormentarte, porque si se ha de seruir de ti, ha de ser
          viuo, porque muerto seruiras a la sepultura. Ansi que
          tratate bien, si no por ti como tuyo, sea por tu señora,
          cúyo te dizes ser. Pues que quanto más la amares, has de
          amar y tractar mejor sus cosas: pues dizen que quien bien
          quiere a Beltran, bien quiere a su can.

          _Flor._--Por te ver tan del vando de mi señora, quiero
          hazer lo que me aconsejas, por tratar bien las cosas de
          mi señora. E pues yo suyo soy, por ella viuo, su amor me
          sustenta el spiritu, traygan me de comer para el cuerpo:
          y tú ve, da a Polytes lo que mandé, y entiende en que me
          den de comer luego.


                                NOTAS:

          [657] En el original _paxo_, por falta de la tilde propia
          de la abreviatura.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA IIII

          Fulminato lleua a Felisino en casa de Marcelia. Felisino
            les promete vna cena por amor de la hija de Marcelia
            llamada Liberia. Felisino no puede vençer a Liberia,
            aunque haze Fulminato vn entremes para ello. Bueluense
            los dos a casa de Floriano, quedando ellas en su casa.


                FULMINATO, FELISINO, MARCELIA, LIBERIA.

          [_Ful._]--Agora que, hermano, nos hallamos desembaraçados
          de ruyn compañia, te quiero dezir algo de lo que me
          apuntaste en la sala, adonde el lugar estoruó a tu
          desseo. E pues en casa entienden en lleuar el manjar,
          demos vn arremetida y bolueremos a la racion de palacio.

          _Fel._--Y dónde yremos?

          _Ful._--A la cal nueua, adonde si algun dia faltare en
          casa, me puedes hallar más cierto que por las estaciones
          de la semana sancta, porque las andan todos.

          _Fel._--Agora confirmaste el amistad que me tenias en
          darme parte de tus cosas, pues que entre los amigos el
          plazer y el pesar ha de ser de por medio: vn sí en el
          sí y vn no en el no. E pues voy con quien me entiende,
          precede y guia.

          _Ful._--Tú sabras como la fortuna, que fauoresce a los
          osados, me dio uentura en ganar trauacuenta con vna viuda
          de hasta treynta y quatro, que en aspecto está como de
          diez y ocho. Esta no tiene en casa padre ni madre ni
          can que la ladre, más de sola vna hija bonita y harto
          muchacha, de diez y siete para menos: ésta le sirue en
          casa de moça, y fuera de hija y authorizada donzella. Y
          porque en todas las cosas la esperiencia saca maestro,
          encaminemos[658] allá y verás mi buena posada, loando mi
          felice ventura. E aun si yo puedo y tú te das maña, tú
          hallarás allá presa y jugaremos dos á dos mofando de los
          desnudos.

          _Fel._--En lo que de mí dizes te agradezco, pero no te
          ofrezcas a más de lo que puedas en casa ajena.

          _Ful._--Calla ya, no tengas essos escrupulos: a la
          prueua, buen amor, que verás que en su casa, donde yo
          asomo con la voluntad, luego lo acompaña la obra, y donde
          yo pongo el pie pone ella los ojos para contentarme.
          Que no pienses que estoy tan de emprestado, que voto
          a la casa de Mecha, que no faltan sino las palabras y
          bendiciones para pacífico matrimonio. Pero de esto,
          guarda fuera: horro Mahoma.

          _Fel._--Cata, Fulminato, que estos amores tan fundados
          suelen ser muy costosos.

          _Ful._--Ya te entiendo. A la fe, vna vez en la semana,
          como viernes, y aun entonces de priesa, y aun que lo
          tenga por fiesta: porque si andays a su contento, son
          insaciables.

          _Fel._--Por la bendicion de mi padre que eres marcado:
          mira cómo me entendio! que no digo que son costosos sino
          de parte del dar.

          _Ful._--Ya, ya, dar o qué? Ansi se puede secar esperando
          que se me caya blanca de la bolsa, que tras un quarto doy
          quatro ñudos. Antes sabras que ha de pitar con ruegos y
          dineros si quiere tablaje.

          _Fel._--Toda via te digo que si recibes aurás de dar;
          porque dizen: manos que no dades, qué esperades? y el
          amor quiere liberalidad; y no me hagas entender que tú
          solo tengas las cubas llenas y las suegras beodas.

          _Ful._--Malo eres de persuadir; pues vamos, que a la
          vista te espero.

          _Fel._--Bien que sea como dizes; pero yo por mí juzgo
          que las mugeres tienen la lengua larga en el pedir y las
          manos abiertas al recebir: que a todo dizen _adveniat_,
          porque pensemos que rezan el _Pater noster_ por nosotros.

          _Ful._--Cómo! y porque tú seas boçal lo ha de ser
          Fulminato? quieres tú ser don Ximeno, que por su mal
          juzga el ajeno? pues calla, que estamos a la puerta, que
          yo te enseñaré a viuir a vso moderno.

          _Fel._--Dentro hablan: huespedes deue de auer en tu
          absencia.

          _Ful._--No me digas esso si quieres mi amistad.

          _Fel._--Anda ya, que no serás tú solo: que dolencia es
          muy vsada, y que oy se tiene en menos que el mal de
          las bubas, que otro tiempo espantaua las gentes. E aun
          tambien mira que tú ni tienes título de prescripcion
          por antiguedad, ni te han dado el sí de matrimonio para
          que como eres vn huesped no pueda auer otro y otro si
          menester fuere, y aun tú que te has de hazer a la malla.

          _Ful._--No te piques de jurista y escucha lo que passa,
          que yo ya sé lo que me tengo.

          _Mar._--Dime por qué quieres dar alguna afrenta de ti y
          de mí: no te tengo retraydo el ser tan ventanera?

          _Lib._--O desuenturada yo, si ha de auer dia de paz? pues
          tanto me hará que le haga sospechar sobre hecho fue.

          _Ful._--Y aun a esso te espero.

          _Fel._--Bien dizen que no hay mejor cirujano que el bien
          acuchillado. La madre como deue de bardar su vergel,
          piensa que planta la hija.

          _Ful._--Al fin es madre; y aunque le dé mal exemplo, es
          bien que le dé buen castigo.

          _Fel._--A la fe ansi es, y fue, y será, que en la
          enmienda agena todos sabemos mucho, y podemos mucho, y
          hablamos mucho, y en la propria las manos atadas.

          _Ful._--No quiero contigo argumentos. Llamo. Ta, ta, ta.

          _Mar._--Ve, mira, hija, quién llama a tal prisa.

          _Lib._--Ay, madre, que es Fulminato y otro que viene con
          él.

          _Mar._--Ve, abre la puerta, y en tanto pondre en cobro
          este par de perdizes que nos embió el despensero de
          Lucendo, porque en mesa de viuda pobre este manjar
          engendra sospecha.

          _Lib._--Ay, Jesus, y quán mala es de abrir esta aldaua;
          como se abre pocas veces.

          _Ful._--Mas creo que, como se cierra menos, abre de mala
          gana y cierra de peor. O, qué norabuena estés, hermana
          Liberia, con quién eran las questiones?

          _Lib._--Ni sé qué te diga, ni estoy para esso.

          _Ful._--Pues subo, que yo haré las amistades. E tú,
          hermano Felisino, mira qué pieça de paño para el inuierno
          que vendrá: por esso no quede por ti.

          _Lib._--A la he. Dios lo guarde al gracioso; anda ve,
          sube tu escalera y calla.

          _Ful._--Ansi lo hago.

          _Fel._--Señora de mi vida, quién os enojó? que yo os
          dare vengança.

          _Lib._--Anda, gentil hombre, tras el compañero y calla,
          que quiero cerrar esta escalera, porque quien viniere
          llame antes que salude.

          _Fel._--Todo me paresce de oro: subo por no te enojar.

          _Mar._--A, Liberia, en qué te detienes?

          _Fel._--Señora, seguro soy; quedó a cerrar la puerta.

          _Ful._--Anda, señora, dexate de essos enojos y comamos.

          _Mar._--Los manteles nos quedaron en la mesa como ves,
          que acabamos de comer essa lazeria que tenemos, más que
          a Dios merescimos. De manera que trayendo qué, sientate.
          Pero dexando una razon por otra, di, cómo hallaste
          la huella del camino? que si hierua ouiesse nunca la
          quebrarias mucho con tus pisadas.

          _Ful._--Si dizes que vengo tarde, pues vengo, no tardo. Y
          aun agora ten en mucho cómo me pudo traer aca Felisino,
          que por le hazer plazer, que desseaua verte y conoscerte
          y saber tu casa, vine.

          _Mar._--Bastame por testigo de que sea ansi tu desamor, y
          ansi a él agradezco la visita.

          _Fel._--Por Dios, señora, que está burlando, que con solo
          desseo de verte, y con gran razon, viene, y a mí trae por
          testigo de su buena ventura en tener te por señora.

          _Mar._--Dios lo mejore todo, que por dezir lo tú passaré
          por ello.

          _Lib._--A la fe, madre, él viene a ver si le aguardauamos
          a la mesa con el pan y queso que hemos comido.

          _Ful._--Ni te dan tormento, ni lo riñas a mí, que yo paz
          quiero, y como dizen, a la boda vengo.

          _Fel._--Mas no tuuiesses paz con ella, que no faltaria
          quien te lo retraxesse.

          _Mar._--Calla, boua, ya que viene tarde, no digan que con
          mal.

          _Lib._--Yo con Fulminato lo he, que a estotro galan
          desseo seruirle.

          _Fel._--E aun yo me preciaré de seruirte por mi señora.

          _Mar._--Ea, no passe más adelante la plática.

          _Ful._--Y calla, no seas tan zelosa, y no lo quieras todo
          para ti, ni muestres pesar del plazer ajeno. A la fe
          harias mejor en darnos con que beuiessemos.

          _Mar._--El qué trae tú, que el con qué, por mucha pobreza
          que aya en casa, no faltarán vn par de vidrios, aunque no
          sean de Venecia.

          _Fel._--A la fe, señora, para tal combidado sobran de
          Cadahalso, y aun que fue la respuesta qual la pedia la
          peticion. Quién jamas vio venir hombre y galan a comer
          vianda en casa de hermosa, si no la ouiesse él mandado? y
          aun entonces auia de ser combidado y rogado.

          _Ful._--Si te bulle la bolsa, haz de las tuyas para
          ganar tierra, que yo en mi possession me estoy.

          _Fel._--Ni voluntad ni poder faltará, a Dios merced,
          mientras ouiere este real de a dos en la bolsa.

          _Ful._--Cómo hablas en derecho de tu dedo! E dime, quién
          de todos quatro puede yr por nada a la plaça, que no
          quede el tercero solo? Mira que no somos más de dos por
          dos, y guarda tu rucio para otro alarde, que no faltará
          su san Martin si antes no te desmancha.

          _Mar._--Pues por mi salud que me hallo muy sola, sin
          moça para semejantes casos; que Liberia e yo en nuestro
          ordinario, el lunes nos proueemos para toda la semana.

          _Fel._--Mucho es no se corromper las viandas ansi añejas.

          _Lib._--Las que éstos de palacio comen delicadas
          corromper se han; pero, madre, el pan y queso de nuestro
          ordinario no se corrompe ansi.

          _Fel._--Esse es manjar de ratones.

          _Ful._--O Felisino, cómo te engaña Liberia: cata que más
          auisado pense que eras.

          _Mar._--Miralde el saco de malicias, que siempre viene
          con alientos de pupilo de mesa pobre.

          _Lib._--Tú, madre, tienes la culpa en tenerle mal vezado
          a sufrirle sus malicias.

          _Ful._--Agora, Liberia, no ay quien pueda contigo. Pero
          dime, eras tan braua antaño?

          _Lib._--Y aun tanto más, que te espantaras; y guarte de
          furia de muger.

          _Fel._--Que por Dios, señora, que tienes justo, y que a
          tales palabras peores abrian de ser aun las respuestas.

          _Ful._--Y que qué? nascente alas con el calor de la dama?
          pues sey mejor comedido, si no, medirse ha la amistad con
          los filos del espada. No pienses que será por ti dicho:
          de fuera venga quien de casa nos eche.

          _Fel._--A lo menos será esto; que si a estas señoras das
          penas con tus parlas, que las has de cortar, y que la
          amistad nuestra ha de ser en lo honesto, y no que en mi
          presencia enojes a estas hermosas.

          _Ful._--Y cómo, no sabes que soy Fulminato? Descreo de
          los adoradores del vezerro y destas que tengo en la cara,
          y de Dios no me aparto, si echo mano, si no te hago el
          juego que hize a Furnil el temeroso en Barcelona: que de
          un reues le puse la cabeça par de los çapatos, sin perder
          el passeo por la ciudad, por ser Fulminato.

          _Fel._--Ya tengo decorado essos refranejos. E sepas que a
          esse Furnil que tú quitaste la cabeça de vn reues yo se
          la auia puesto de un tajo, y ansi haré a ti agora.

          _Mar._--Ay Felisino, por vn solo Dios que mires la honra
          de mi casa.

          _Fel._--Pues el callar yo por esse respecto da occasion a
          Fulminato de hazer del boto a tal. Y suelta me si mandas,
          que yo vere oy quién sea Fulminato.

          _Ful._--Aun creo que el diablo me metio oy aqui. Y quán
          de veras ha tomado el necio lo que yo hazia por solo
          diuidir mesa. Pero cumpleme hazer del fiero, porque me
          teman estas mugeres: que ellas le tienen de suerte que
          aunque le pese estará quedo.

          _Mar._--Y detente agora, Fulminato, por vn solo Dios: no
          llamemos testigos donde no ay para qué.

          _Ful._--E sueltame, que de Saturno ayuso reniego si no le
          hago.

          _Mar._--Pues por mi vida que no te suelte, y que as de
          venir a mi cámara.

          _Ful._--Y aun esso quiere el moço.

          _Mar._--Qué gruñes, mal acondicionado?

          _Ful._--Mira que me as rasgado la cuera y quebrado los
          talabartes y cierrasme? descreo si tal passa.

          _Lib._--Quién no se las entendiesse a mi madre: aun,
          aun si haure yo de començarlo oy? que acá está quien
          no se rogará mucho. Cierra le, cierra le, madre, que a
          estotro yo le tengo. Agora a mí el cargo que ellos dos se
          auengan; y estotro algun asno deue ser, que me ve sola
          y abraçada consigo y aguarda a que yo le desempañe y le
          combide: lo qual aun haria si más le conosciesse de oy.

          _Fel._--Por Dios que se han quedado los dos a hazer las
          pazes, quantes que esto de Dios ha uenido. Quiero dar vn
          tiento a la muchacha, que desembuelta me parece y de buen
          pegar.

          _Lib._--Agora que, señor, te falta el aduersario, me
          quiero tornar vn poco a mi almohadilla, porque en esta
          casa si no lo trabajamos no lo comemos.

          _Fel._--Señora, ansi es en todas; pero si alguna
          necessidad al presente tienes, auisamelo, como a quien
          dessea seruirte. E con todo esso no me dexes solo, porque
          no sabes si hurtaré algo.

          _Lib._--Por nuestros peccados, aunque fuesses ladron,
          mala medra tendria tu officio en esta casa. Pero con
          todo, porque no digas que no hago por ti algo, me siento
          en esta ventanilla a labrar.

          _Fel._--O, qué gran merced, y cómo descubres al
          manifiesto no estar en ti la perfecion de hermosura sola.

          _Lib._--Dios enmiende las faltas. E sabe te que, aunque
          más mofes, tal me quieren en mi casa.

          _Fel._--E aun en la mia si me valiesse.

          _Lib._--Muy de cosplaz (_sic_) estás por mi salud. Pero
          mira que aprendas en esta casa a estar quedo con las
          manos. Y si vienes mal vezado de con mugercillas de al
          pregon, aqui sólo se da licencia a la lengua a que hable
          lo que sufre buen palacio. Cata que mi buen comedimiento
          y mi soledad no enciendan fuego a tu cobdicia. Aprende,
          señor, a guardar en cada tierra sus vsanças y leyes, y
          auisa para adelante, si esta casa te aplaze para más de
          vn dia, que acá no se vsan essas desembolturas ni aun a
          los de casa, quanto más para ti, que esta es la primera
          entrada. E tambien te sé dezir que ni tú as visto en
          mí soledad por que te me atreuas, ni mi honestidad te
          sufrira para otro dia: excepto si no quieres esta casa
          para tan sola esta entrada, que si ansi es, luego la da
          por concluyda y puedes tomar la puerta.

          _Fel._--Mi señora, no te enojes, y perdona, que miraua
          el cabeçon de tu camisa: que esso poco que descubren las
          tocas se muestra gallarda labor.

          _Lib._--Bien que sí, guardele sant Anton el inocente
          como zorra, y aun essa deue ser ella. El hurtar de que
          me auisaste deue ser éste, que no pequeño despojo de la
          casa de mi madre seria á robarme tú mi limpieza. Pues
          por demas es la citola al molino: que para responder al
          llamado de tu dañada intencion as aportado con quien no
          oye, y ansi puedes reposar y auer plazer.

          _Fel._--O, cómo me condenas por malicioso sin por qué:
          que si algo hize que no deuiera, segun me condenas, manda
          me lo tu hermosura, que como fuera de mí, en tus amores
          trasportado, no sé lo que hago.

          _Lib._--De marauilla eres bouillo. Pues sabete que si
          quisiste comer con mi innocencia, que yo almorzaré antes
          con tu malicia con oyr te la lengua, y mirar te las
          manos, y preuenirme de guarda a tus desseos.

          _Fel._--Ay vida mia, y qué robadora de coraçones soys!

          _Lib._--Ay, Jesus, y qué desuerguença, y no miras quál me
          tienes parada? si mi madre saliesse a la sazon! y valga
          le el diablo, y otra vez a doze: qué porfia que tiene!
          Pues yo te seguro por oy que te quedes del agalla.

          _Fel._--O, mi señora, y qué sacudida soys sin por qué!
          Pero yo te juro para estas que en la cara tengo que o
          yo reuiente por los yjares o tú me cayas al sello de mi
          marca antes de seys dias; y aun quiza que a no salir ya
          los encamarados, aun aun.

          _Mar._--A señor Felisino, ya bien osaremos salir sin
          miedo de tu espada. Mas qué te paresce de nuestra
          tardança?

          _Fel._--Que tengo por más venturoso a Fulminato que a
          mí: que aun la señora Liberia, que está más hazendosa
          que desposada, de mal acondicionada se ha huydo a los
          rincones, dexando me sólo encomendado al sueño, guardando
          os los cuerpos como en monumento.

          _Mar._--A la fe hemos menester afanarlo para tenerlo en
          esta casa. Por esso perdona: que con estas condiciones
          ha de hallar mi casa el que viniere a ella, si le fuere
          dada entrada como a ti. Y en lo demas que dixiste, aunque
          hablaste con malicia, te la perdono por el enojo que has
          auido con la muchacha. Pero quiero deshazer tu sospecha,
          que no caya en juyzio, con certificarte que no hizimos
          sino escriuir vna carta: sino que con estar tan furioso
          estotro galan, no podia acabar con él.

          _Fel._--Ansi seria, señora; pero al goznear de la cama lo
          pregunten.

          _Mar._--De qué te ries? que me afrentas si no me crees.

          _Fel._--Que sí creo el Euangelio. Pero a, Fulminato,
          torna por tu color allá dentro y marchemos, que se nos
          passará la mesa, y perderemos racion y hauremos mal
          grado. Y mañana nos ten, señora Marcelia, por combidados,
          quedando a mí de proueer el con qué.

          _Ful._--Bien digo yo que te bulle el argen: que él, ni
          amores y diablos y locura, mal se dissimulan.

          _Fel._--Anda, que ni al gastador falta que gastar, ni
          al jugador que jugar, ni al escaso que endurar; y con
          esto te queda a Dios, señora Marcelia, y tú, mi señora
          Liberia, pues ya seran deshechos tus nublados, qué me
          mandas?

          _Lib._--Que vayas con Dios. Alla yrás diablo, importuno
          moledor. Pero cómo me queda abrasado el coraçon en su
          amor! o, cómo fuy mal auisada y descomedida en no le
          aplazer! o, cómo si él me oluida yo soy muerta! Bien dire
          yo cierto que no conosci el bien hasta perderle.

          _Mar._--Qué hazes, Liberia, allá baxo?

          _Lib._--Heme aquí; que por cerrar la puerta me detuue,
          que luego se fueron y de priesa.

          _Mar._--Pues que en paz quedamos, loado Dios, sin
          embaraço, entendamos en algo.

          _Ful._--Bien será sanearme con Felisino, que aun me mira
          de concha. Y agora ni nunca me agradó el tener enemistad
          de veras con nadie. Porque aun no me hallo tan enemigo
          del biuir que le quiera arriscar, y traer el cuerpo
          cargado de hierro y el coraçon de sobresaltos.

          _Fel._--Qué vienes hablando a solas? que paresce hagas
          inuocaciones. Si tienes algo más de lo passado, di me lo,
          que a todo me hallarás.

          _Ful._--Agora me sacaste verdad lo que venia hablando
          entre mí.

          _Fel._--Si de mí es, di me lo.

          _Ful._--De quán de veras lo ouiste en denantes.

          _Fel._--O, pese a tal; y era cosa que yo pude menos, so
          pena de no ser hombre?

          _Ful._--Luego no me entendiste?

          _Fel._--Entendite, que si no ouiera partidores fuera el
          diablo.

          _Ful._--Pues toma lecion de mí, que soy Fulminato:
          que por diuidir los partidores, y que la diuision la
          ouiessemos con ellas y nos cayessen debaxo, como ya me
          cayó Marcelia, lo hize. Y aun tu asuadas[659], que no
          heziste menos con la moçuela, segun que os oya de dentro
          el gruñir.

          _Fel._--Ya, ya, mira quién te auia de entender, por esso
          eres tú ya marcado, e yo por boçal aprendere de ti de oy
          más. Pero dexando esto: cómo te fue? que gran goznear de
          tablados passaua.

          _Ful._--Tú me di a mí qué heziste, que yo no anduue
          camino que ya no supiesse de otras vezes lo auer caminado.

          _Fel._--No sé qué te diga de moça tan indomita.

          _Ful._--Pero con todo creo que te podré llamar yerno y
          tú honrarme por suegro, porque ella mucho gruñía como
          primeriza. Ansi que sabe agradescer la honra a quien te
          la haze. Y sufre y calla, y guiate por quien sabe, si
          quieres medrar.

          _Fel._--Esso te agradesco con tu buena voluntad. Pero
          tampoco pienses que se hizo la copula, aunque o yo podré
          poco o ello se concluyra presto.

          _Ful._--Pues mira que al sangrar no la manques, y tú
          desmayes.

          _Fel._--Aunque bouo, no pienses que lo soy en todo: yo
          sabre qué haga, visto en el caso. E pues estamos en casa,
          callemos, y dexa me entender en mi prouision.

          _Ful._--Pues mira que aunque seas auisado, jamas hizo mal
          consejo de amigo. Lo que te auiso es que salgan del cuero
          las correas, y a buen entendedor no más.

          _Fel._--Ansi será: porque bastará poner yo vn real para
          aloxa si fuere menester; y en todo lo demas que me
          acorran despensa y botillería, pues yo en seruicio de mi
          amo me gasto.

          _Ful._--Ya te podras graduar de maestro de baratar;
          y ansi sea, que a los amos y a los enemigos comellos
          y roellos, y despues sisar para dos reales para
          componernos. E con todo esso en este caso más es menester
          hazer que no dezir.

          _Fel._--Entremos, que al cabo lo verás, Dios queriendo.


                                NOTAS:

          [658] En el original, por errata, _encaminenos_.

          [659] Manera vulgar de decir, por _aosadas_ ó _ausadas_,
          como solía escribirlo Santa Teresa de Jesús.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA V

          Floriano y Lydorio passan grandes platicas sobre la
            fuerça de amor. Y Polytes lleua la carta a Belisea.


                FLORIANO, LYDORIO, POLYTES, FULMINATO.

          [_Flor._]--O omnipotente hazedor de todo compuesto,
          y cómo sapientissimamente gouiernas todas las cosas,
          a la consecucion del fin para que fueron criadas las
          inclinando. E con saber yo esto añado a mis flacas
          fuerças confianças de esperar, comprehender y alcançar
          cosa de tan sobrado merescimiento para mí, como es mi
          señora Belisea; y en mí tal perseuerancia donde falta
          merescimiento. Conozco que me crió Dios para seruir a
          mi señora Belisea. Porque de uer que mi desseo y mi
          voluntad y mi entendimiento y memoria van dirigidas a
          ella, ansi por la fuerça del delicado amor con que la
          amo y desseo, soy violentado por mi querer a querella,
          pues para tal me crió Dios. E como para tal bien mio
          me da natural inclinacion del amor, como por objeto de
          mi contentamiento. Pero ay de mí, que como esta gloria
          que yo sigo, y amo, y procuro, y tengo como por último
          fin, excede tanto a la capacidad del supuesto de mi
          flaqueza, temo, como no capaz de tanta gloria, ser para
          siempre priuado de ella. O amor falso, o halaguero, o
          engañador, o inconstante: que con saber tus amadores y
          los que son de tu valia y siguen tu estandarte que eres
          largo en promesas y muy abreuiado en el pagar, tienes
          tantos debaxo tu vandera que muy sin difficultad serian
          contados los que auiendote conoscido se han escapado de
          tu subjection. O, cómo te muestras en tus hechos muy
          villano, que a los que te siguen mas subjectos, a essos
          tratas más asperamente. E como villano suez muestras tus
          fuerças contra los más abatidos y menos resistidores.

          _Lyd._--Di, Polytes, duerme Floriano o qué haze?

          _Pol._--Está haziendo consigo tanta variedad de cosas
          differentes de hombre sin ningun sossiego, que no te
          sabre dezir qué es lo que haze. Pero oye oye, que ya
          torna a tocar la vihuela, y escucha e oyras marauillas y
          nouedades como yo he oydo en poco rato que ha que estoy
          aguardando coyuntura para entrar.

          _Lyd._--Pues está atento.


             ROMANCE O DISCANTE DE LOS AMORES DE FLORIANO

          _Flor._  Quando con menos cuidado
                mis cuidados yo sentia,
                me conosci ser lleuado
                por nueva guia guiado
                do mi desseo queria;
                ajeno de compañia
                sino solo mi querer,
                sin atras passo torcer,
                sali tras quien me guiaua:
                vime puesto donde estaua
                un sol que el sol obscuresce,
                d'una dama que meresce
                de nadie ser merescida,
                do, mi libertad perdida,
                hice punto a mi jornada,
                de mi bien siendo mirada
                siempre via más que ver;
                propuesto pues de saber
                nombre de tal hermosura,
                en pago de mi locura
                y sobrado atreuimiento
                fui lançado en vn momento
                en carcel tenebregosa,
                do con gran morir reposa
                mi coraçon affligido,
                que aunque se siente perdido
                se dessea más perder,
                pues siente no merescer
                más premio del conseguido.

          _Lyd._--O, quán en alto stylo a discantado en principio
          de sus amores, mostrando bien su pena y señalando bien la
          causa!

          _Pol._--Pues oye, oye, que ya torna a la deshecha.


                          DESHECHA AL ROMANCE

          _Flor._  No se compara mi pena
                con qualquier mal desta vida,
                ni hay pena más merescida.


                                 LETRA

                Es mi pena tan sobrada
              quanto en mi falta poder
              del poder do esta encumbrada
              la gloria de mi querer:
              que aunque sobra mi perder
              a qualquier mal desta vida,
              _no hay pena más merescida_.

          _Lyd._--Bien dizen los philosophos que la vexacion o
          necessidad[660] (si no se toma con sobradas fuerças)
          que abiua el entendimiento, y que los amores hazen
          eloquentes aun a los mudos. Entrar quiero, que no es
          razon de no comunicar contino con vn hombre de tan
          viuo entendimiento, y tan claro juyzio, y tan buen
          razonamiento; y tal, que aunque enferma y daña a si,
          aprouecha a los oyentes.

          _Flor._--Está alguno ay fuera?

          _Lyd._--Señor, agora llego yo a ver si mandauas alguna
          cosa.

          _Flor._--Quiero, si tú me quieres bien, que me ayudes a
          dar fin a mi tan penada vida.

          _Lyd._--Quitar la querria yo a tus enemigos y dar te la a
          ti, y todo descanso, si en mi mano estuuiesse.

          _Flor._--O, qué bien dizes si estuuiesse en tu mano:
          pues quiso Dios que mi viuir pendiesse de Belisea, y mi
          muerte está en su querer, y mi descanso en su libertad,
          y mi salud en su deliberacion y aluedrio, y todo mi bien
          en su disposicion. Pues tiene vniuersal dominio en este
          inferior mundo que da habitacion a los mortales.

          _Lyd._--Mira, señor, que hablas fuera del lenguaje de la
          fe, que affirma (como es ansi) ser Dios principio y causa
          y gouierno de todo lo causado, inferior y superior.

          _Flor._--Dime, Lydorio, tú no sabes que en el disponer
          de las cosas subjectas al criador, que es Dios, y a las
          celestes influencias, que ay causa primaria y general,
          que es Dios, y causas segundarias? y no sabes que a estas
          que llamamos secundas causas, con darles Dios poder
          de influir sus qualidades en lo elementado, tambien a
          las veces les dexa el gouierno de algunos particulares
          effectos: para que despues del concurso general de Dios
          estas segundas causas se puedan llamar principio o causa
          en algun compuesto?

          _Lyd._--Sé bien que, segun philosophia, algunas vezes
          causas segundas produzen algun compuesto, pero con tanto
          que el tal ser dependa del de la primera causa, que es
          Dios, como paresce al sentido que la reuolucion del
          sol y planetas y elementos produze la alegria de los
          campos en la seca tierra, trayendo el verano. Pero todo
          esto y otros effectos que haze la influencia del sol lo
          dispone aquel primer principio que todo lo crió con la
          palabra. Pero esto a qué fin: para prouar tú, señor, que
          vna muger, que en género de criatura es menos perfecta
          que tú, te pueda ser causa de vida ni alegria, ni las
          demas qualidades o accidentes que en ti pueden causar
          las celestes influencias, que como segundas causas te
          disponen a lo que Dios te quiere inclinar y ordenar de
          ti? Ansi que no sé cómo puedes dar a tu señora poder de
          algun effecto causal.

          _Flor._--Aunque auia otras cosas que resultan de tu
          departir, a que te podia responder, reprouando tu hablar,
          en ser (si fuesse como dizes) menos perfecta mi señora o
          no, porque sé que el tú dezillo fue solo yerro de lengua,
          callando en esto, passo a lo que de principal dudas cómo
          sea mi señora la que despues de Dios disponga en mí
          su querer. Ya sabes que en quanto mi sér sea deriuado
          de Dios, del qual no menos emana mi señora, que ansi
          entramos (aunque en gran desigualdad) tenemos respecto a
          Dios como primera causa y hazedor. Pero yo, que conozco
          que todo quanto en mí puso Dios lo puso con obligacion y
          debaxo de condicion que fuesse gouernado por mi señora,
          ansi por no faltar de la ley natural como del querer de
          Dios que en mí quiso esto, quiero, y amo, y desseo, y
          adoro a Belisea.

          _Lyd._--Ay, por Dios, señor, que te moderes en tal
          desenfrenamiento de hablar: pues basta ser ella muger y
          tú ser hombre.

          _Flor._--E aun como hombre y tan buen entendimiento y
          ley como tú me dizes, conozco bien lo que affirmo ser
          ansi. Porque ni tú en ello para me incusar tienes razon,
          ni yo excusable excusa, sino confiesso que consiste mi
          felicidad en la memoria de Belisea. Ansi es, y ansi lo
          affirmo, y ansi lo confiesso. Agora di contra mí todo
          lo que te pluguiere, pues me conosces ya bien firme en
          la fe de mi señora. Y aun más te digo, que si el sér
          de hombre dize perfection (como tú dixiste), que en
          ninguno la ay tal ni tanta como en mi señora, que para
          mayor manifestacion del poder de Dios, que puede poner
          las perfectiones donde quiere, y como le plaze, por
          particular priuilegio fue hecha muger y en ella asentó el
          criador sus perfectiones, y la comunicacion de las mias y
          el retracto de las del orbe.

          _Lyd._--A la fe, señor, guialo como te plaze: pero la
          necessidad haze conoscer quién sea el varon para tener
          ánimo generoso, y en esto muy al descubierto discrepa el
          varon de la hembra. Porque en tener buen dezir, buena
          muestra, dorados meneos, en presteza de lengua, en viueza
          de juizio para de repente, mayormente para mal; en pensar
          insultos, en inuentar trayciones, en hablar maldades, en
          descubrir sotilezas de engaños, en forjar mentiras, en
          hazer embaucamientos, en querer abominaciones, en cometer
          insultos, en tractar adulterios, en dessear homicidios,
          en amar crueldades, en tener soberuias, en affection
          de glotonias, en sin freno en luxurias, en caminar por
          estremos, en querer siempre la suya en pie, si me dizes
          que en estas y otras tales consiste el ánimo y fuerça o
          perfection del ser varon, pocos varones ay tanto como
          ellas, si a lo menos no en el ser natural, en el ser
          vicioso.

          _Flor._--Anda, que essas vniuersales siempre admiten
          algun excepto. Y aun tambien como la perfection de que
          tú dizes ser dotado el varon ha de ser de género de
          virtudes. Y vemos comunmente auer más bondad moral en
          las mugeres, quanto más que algunas van en la cumbre en
          esto; y ansi lo está mi señora Belisea en todo atributo
          de bondad.

          _Lyd._--Bien te confiesso, señor, que a lo comun las
          mugeres son más deuotas, más rezadoras, más estacioneras,
          más molles de coraçon para en quien se imprima la piedad,
          y de entrañas más compassibles y tiernas para con los
          affligidos, y más sermoneras, y finalmente más ductiles
          para ser persuadidas a deuocion y a la virtud exterior.
          Pero esto las que no lo hazen de fingido hazenlo porque
          Dios y naturaleza las hizo subjectas, y a los hombres más
          libres. Pero ansi como son blandas para la impression
          del bien, ansi son tambien más flexibles al mal. E la
          que cae de veras y al descubie[r]to, más daño haze que
          vn hombre; por la inclinacion que puso Dios y naturaleza
          para la amar, y amandola seguilla, y siguiendola
          imitarla. E tornando a mi intento sin dezir de ninguna
          en especial, hallarás muchas veces grandes maldades e
          insultos e embustes debaxo de las largas y honestas
          tocas y faldas. E ansi dize el vulgar: que grandes males
          encubren faldas. Porque si las miran a defuera yendo
          parescen vnas senadoras, con gran grauedad de cuerpo y
          con gran terneza de pies, y descaymiento de piernas:
          que paresce que han menester cuentos para se tener como
          casa vieja, y ver las heys con vna grauedad y serenidad
          de rostro, que no ay que pedir más ni que poder tachar.
          Pero tengan lugar y tiempo y libertad y occasion (o si
          no, ellas la buscan) que alli os digo yo que no ay (en su
          possibilidad) gamo por collados, ni hardica por montes,
          ni conejo hasta el viuar, ni pega de rama en rama, ni
          rebeço de peña en peña, que ansi se desembueluan. Y aun
          si ay arboleda o frutales, que no ay mona tan trepadora,
          ni oruga tan destruydora. Pues a los hombres que las
          han de sustentar son tan costosas, que si las quieren
          complazer, todo el tiempo se yrá en daca el verdugado,
          la saboyana, la vasquiña, la mantillina, el volante, la
          toca, la gorguera, la crespina; finalmente, no ay más
          que decir, pues no se acabará de escriuiar (_sic_) lo
          que ellas jamas acaban de imaginar e inuentar e vsar
          y engañar. Pues si miras en ello como curioso, verás
          que con los verdugados cubren quiebras y defectos del
          cuerpo, y con sus lagrimas someras dissimulan y encubren
          males de la voluntad, y falsias de ánimo deliberado:
          que contra los que más muestran amor suelen tener en el
          pecho. Y porque no me digas que hablo de coro y que las
          infamo por mi cabeça, no acotando qué digan los que las
          conoscieron y qué vieron de ellas los que las trataron,
          mira en lo primero al sabio Salomon, que tanto las amó
          y tanto daño le vino por ellas, lo que de ellas dize en
          sus escrituras, quando se le offresce hablar de mugeres.
          Lee al Mantuano en vna egloga; mira al Petrarcha; escucha
          al Ouidio, y atiende al Juuenal, y finalmente quantos
          sabios Gentiles, Judios, Christianos, Moros, Paganos,
          offresciendoseles en sus escritos materia en que hablar
          de mugeres, afanan y se desuelan en cómo auisar a los
          leyentes que se guarden de sus conuersaciones. Porque
          si os han menester, se os muestran muy humildes, muy
          halagueras, muy amorosas, muy ductiles, muy affables, muy
          conuersables, muy subiectas y muy temedoras de enojaros.
          Pero si salen con su facto y tienen la suya en hito,
          viendo la vuestra discayda, luego tornan muy altiuas, muy
          çahareñas, muy mandonas, muy mal suffridas, muy señoras,
          muy sacudidas, muy esquiuas; finalmente, si os sienten
          molleja, luego piensan comeros. E si os les subjectays
          vn poco, vos les days el dedo, y ellas toman la mano en
          todo y por todo, porque os quieren dar a entender que
          las ayays menester. Pues hablando de lo que refieren de
          ellas los escriuientes, qué vieron de hechos muy atroces
          y feos! mira quán canina fue a todo el humano linage la
          golosina y soberuia de la mujer primera del mundo! Pues
          quién por cobdicia de oro hiziera lo que Tarpeya, en dar
          el Capitolio Romano a los enemigos? en género de luxuria
          torpe, quién hiziera lo que Pasiphae ni Minerua? quién
          perpetrara lo que Scylla, hija de Lizo[661] en matar a su
          padre? Pues quién se atreuiera a lo que Judit, ni a lo
          que Jael, puesto que lo aprueua la escritura sacra? y si
          no fuese fastio recopilar males agenos, seria no acabar
          de contar cosas atroces y feos hechos de audacissimas
          mugeres. Pero concluyendo mi plática prolixa a su breue
          intento, digo que atiendas que en te affectionar a vna
          muger has de mirar que tú eres hombre y criado para
          mandar, y ella es muger y criada para seruir.

          _Flor._--Ya no puedo suffrir ni oir las blasphemias que
          tu dañada y canina intencion declara por tu lengua contra
          las mugeres, por sólo dañar a la que yo tengo por angel
          en forma de muger, a la qual amo, y adoro, y estimo, y
          temo reuerencialmente.

          _Pol._--O hi de puta el diablo, y cómo ha entretexido
          alta y compendiosamente muchas cosas Lydorio a un fin!
          pero quiero oir qué dirá Floriano, que está hecho vn
          ciego de amor.

          _Lyd._--Pues que por aqui empeora y se pone más obstinado
          y dize más errores, quiero, tomando de dos males el
          menor, hablalle en cosas de amor.

          _Flor._--Qué dizes del amor?

          _Lyd._--A la fe, do el coraçon, ay las mientes. Señor,
          no digo sino que he oido hablar a muchos y escriuir a
          muchos contra las mugeres; los quales dexando sus dichos
          y mirando sus hechos, veo que se perdieron vnos y otros
          fueron puestos del lodo por su amor. Y espántome cómo
          auisando sabiamente a otros, ciegamente yuan ellos
          cayendo.

          _Flor._--E aun yo huelgo que tú te vayas leuantando de tu
          tesonia, y mires quán grande sea el poder del amor.

          _Lyd._--Dizen los que le discantan que tiene poder sobre
          todo hombre, y aun sobre todo el hombre.

          _Flor._--Los que lo dizen ansi, en lo primero
          hablaron como sabios y en lo segundo escriuieron como
          experimentados. Porque el que es tocado del tal poderio,
          ninguna potencia tiene que no sea más del amor que no del
          proprio cuyas son las tales potencias: porque está de sí
          mesmo ajeno.

          _Lyd._--Vna cosa tengo por aueriguada, y es, que el libre
          aluedrio del hombre no admite subjection sino á Dios. Y
          ansi tengo por difficil que vna buena aparencia de vna
          muger baste a priuar a vn libre hombre de su propria
          libertad, en la qual Dios, aun de ordinario poderio,
          vemos que no quiere meter la mano. A muchos lo he oydo
          y en muchos lo he leido, y en ti, señor, veo esto, y no
          puedo persuadirme a que no aya otra cosa que al hombre
          fuerce más que el amor, en quanto solo amor.

          _Flor._--Bien muestra la desemboltura de tu lengua no
          auer sido tocado tu coraçon de su flecha. Porque si
          supiesses del poder del amor, sabrias que contra él ni ay
          letras, ni astucias, ni fuerças, ni artes, ni cosa que
          estoruar pueda su querer.

          _Lyd._--Oydo he que todas las cosas vença y subjecte a
          su poder toda viuiente criatura elemental. Pero como los
          dichos remueuan menos que los exemplos, refierome todavia
          en creer lo que veo. Porque si vn hombre tiene cuenta de
          tornar por la honra de su nobleza y libertad con que fue
          del criador adornado, que no caera al primer tras pie, si
          no quiere enfermar su propria voluntad.

          _Flor._--O, Lydorio y quánta suauidad trae el hablar de
          la guerra en la quietud de la paz, que donde interuiene
          el amor ni ay honra, ni fama, ni libertad, ni antojo,
          ni parescer proprio, ni negar, ni conceder, ni odio,
          ni amistad, ni muerte, ni pérdida de la vida que se le
          anteponga para que no haga lo que quiere y nosotros no
          le obedezcamos. De manera que te digo, que si fuesses
          suyo como eres agora tuyo, verias cómo del tu dezir al
          su hazer ay mucho, y verias que vno es dar documentos
          estando sano al que está doliente para que sane, y otro
          es poder y saber se aprovechar de ellos mesmos en el
          mesmo menester puesto.

          _Lyd._--Oydo he, señor, discantar, y a muchos discantar
          del poderio del amor, pero en nadie le he hallado con
          tantas fuerças como contigo.

          _Flor._--Bien creo yo, Lydorio, que essos que
          escriuiendo lo discantauan y diffinian como maestros,
          que aun no deuieron entrar en su escuela del amor como
          discipulos; quiero dezir, que tractan del amor como
          letrados e ignoranle como experimentados. E ansi dizen
          que no ay más sabio cirurjano que el bien acuchillado.
          E ansi digo que el que no fuere tocado de su dorada
          flecha mal sabra conoscer la fuerça que el amor haga en
          las voluntades, y cómo enagene toda libertad y mude todo
          humano querer, y ocupe todo el entendimiento.

          _Lyd._--Holgaria saber de plática algo de su poderio para
          ver si me podré persuadir a tenerle por tan poderoso y
          brauo como le pintan, aunque deue ser la pintura del
          leon: que quanto más fiero le pintan paresce mejor leon.

          _Flor._--Puesto que te falten principios en esto, que
          quieres saber ya como maestro, pues no eres tocado de
          su rabia, pero lo que del amor yo te puedo declarar,
          por tu contentamiento y mi deleyte en tractar en él, es
          que aquesto que en nosotros los amantes llamamos amor
          no es otra cosa sino vn familiar y secreto enemigo. Es
          vna rabia, de la qual todo humano entendimiento tocado,
          se trastroca y desencasa de su proprio ser y querer y
          libertad. Por cuya razon, siendo el hombre el mesmo,
          dexa de ser el que era antes de ser herido de tal
          poder. Es vna commixtura de males contrarios que para
          más presto fenescer la vida, guian contra el coraçon, y
          alli parando, tiene fin la tal muerte. Es vn poder que
          fuerça las potencias del alma y captiua la voluntad,
          y desarrayga la libertad del libre aluedrio. Es vn
          sello de muerte impresso en el ánima; vna muerte que,
          sin quitarnos el viuir, haze nuestra vida vn contino
          desfallescimiento; vn tan entricado enredamiento, que
          el más sabio no se sabe dél desenredar. Es vn cossario
          robador de todo plazer; vn amigo cuya amistad es muy
          desseada y muy prejudicial; vn confactionado veneno de
          cosas delectables; vna suaue delectacion a la vista y vn
          sobrado trabajo al entendimiento; vn embaydor que nos
          muestra las cosas al contrario de lo que son; vn astuto
          tahur, con quien mientras más jugamos más desseamos y
          más perdemos; vn ladron casero; vn amado enemigo; vna
          voluntariosa subjection, que sin quererle nosotros dexar
          nos subjecta; vn flechero acertado que tiene por blanco
          nuestro coraçon y heriendole lo dexa hecho ceniza; vn tan
          poderoso, que quiere y puede juntamente, por cuya causa
          annumerandole vno de los sus dioses, le dauan poder sobre
          todos ellos.

          _Lyd._--Y aun ansi creo yo que como essos fingian dioses
          sin lo ser, ansi él deue tener más sér en atributo que en
          existencia, ni potencia, si no fuere imaginada; porque al
          fin ni él es tan artero que si no queremos nos engañe, ni
          él es cosa actual ni corporea.

          _Flor._--O Lydorio! que ni ay quien se le absconda ni
          defienda, porque es vn sagaz negociante, que se sabe a
          su saluo hazer tosco con los toscos, con los encerrados
          habita, a los solitarios no oluida, a los fuertes
          se muestra poderoso y con los abatidos se acompaña.
          Finalmente, es tan vniuersal para todo lo que quiere, que
          se sabe hazer todo con todos, para todo lo tener. A nadie
          desdeña, desde el pastor en su aprisquero y cabaña, que
          se acompaña con solo su hato y caramillo, al tal caça, y
          dél passa al emperador. Ansi que todo lo tiene, y todo
          lo comunica, y todo lo prende, y a nadie perdona, y a
          ninguno concede ventaja. Varía la forma, ansi que aun a
          los irracionales no da desuio; pero con toda sensible
          criatura tracta de su poder, sin dexar aun las moradas de
          los peces en las profundas aguas.

          _Pol._--O, qué bien discantado ha el poderio del amor;
          quán bien gastado es el tiempo con tal entendimiento de
          hombre.

          _Lyd._--Por mucho tengo su poder; pero por más estimo no
          ser conoscido de los que le tractan, porque quien obra
          tan en contradiction, vna vez que otra no puede dexar de
          ser conoscido su engaño.

          _Flor._--Para esso, quién te podra contar los differentes
          estilos que tiene en hazer sus hechos? qué ayrado se
          muestra con los humildes? quán halaguero, quán soportador
          de injurias con quien le resiste? qué ligero cuando
          quiere? qué graue quando es menester? qué fuerte quando
          siente que le temen? qué franco prometedor hasta auer
          prendado, y qué auariento despues quando le piden? Vnos
          le hallan piadoso, otros cruel; vnos manso, otros seuero;
          vnos muy comunicable, otros muy çahareño. Qué rhetorico,
          qué sabio, qué enbaydor? y con todo esto, es querido, y
          seguido, y reuerenciado, y estimado, y loado de todos, y
          desseado del vniuerso?

          _Lyd._--Dessearle han hallar los que a sí dessearen
          perder; buscarle han los que a sí no se hallaren, y
          ganarle ha el que fuere perdido.

          _Flor._--Qué dizes de perdido?

          _Lyd._--Digo que harto es perdido el que, hallandole, con
          conoscelle no le pierde.

          _Flor._--O, Lydorio, cómo hablas de talanquera! no ay
          medio para alcançar sus estremos. Porque si lo desseays
          hallar ayrado para resistille y tomar occasion de le
          dexar, entonces le vereys muy subjecto y muy halaguero
          hasta que os pesca. Pero despues torna tan altiuo,
          tan enojoso, tan coxquilloso, que perdemos de nuestra
          justicia, por no perder su amistad. Finalmente, es tan
          amigable su conuersacion, que quando más pena nos da
          a los que le seguimos, entonces es de nos más amado y
          codiciado. Y quando viuimos sin la continua muerte los
          que le siguimos, entonces nos juzgamos por más muertos. Y
          quando más nos hallamos de muerte heridos, nos hallamos
          con vida vana gloriosa.

          _Lyd._--De manera que concluyes, señor, que no tiene
          el amor más ser de quanto le da el que le sustenta; y
          ansi no aurá que temer el hombre de ser derrocado de su
          libertad de libre aluedrio.

          _Flor._--Mas quiero perdiendo de mi justicia callar que
          respondiendo no te acabar de satisfazer. Que pues tan
          casto estás en tu firme libertad, ruega a Dios por buenos
          temporales, y no digas desta agua no beuere. Porque si
          te tocare tal rabia, al cabo de tu libre vencimiento te
          dare la corona de la victoria, y el pregon público de
          alabança; aunque me temo que si te vieres como yo, que
          harás como los muchos.

          _Pol._--Y aun quiça entrará tarde y prenderá ayna; porque
          si el amor viene a braços con él, o él caera como otros
          hombres más fuertes que no él, o él será angel entre los
          hombres.

          _Lyd._--Ni quiero, señor, justificarme en lo que dizes,
          ni condenarme: porque como libre de razon sé lo que
          deuria hazer; pero no sé lo que haria por no perder mi
          libertad, aunque más hiziesse el amor, si Dios fuesse de
          mi valia.

          _Flor._--Al fin tú hablas de la feria como te ha ydo en
          ella, y tractas del amor como hombre oluidado dél. Y pues
          yo no le puedo negar subjecion, llamame a Polytes: darle
          he esta carta, de la qual no te doy parte por ver tu poco
          gusto en lo que yo me como las manos y aun las entrañas
          de goloso tras ello.

          _Lyd._--Del no me dar cuenta más me hazes merced: pues en
          ello no te sé ni puedo seruir, y voy a llamar al paje.
          A, Polytes! entra dentro, y ruegote que mires los pasos
          que andas, porque se traen las veneras segun do son las
          romerias, y mira que por nueuo al mundo, aun no sabes
          quexar donde te duele.

          _Pol._--Señor, todo lo entiendo y te lo agradezco: pero
          al fin cada qual a de saluarse por su justicia, y salir
          por sus cauales como las ánimas del purgatorio, que
          ni ando caminos que ya no anduuieron, por quien puedo
          guiando auisar, y si cayere, quien me da el empellon al
          caer me dara la mano al leuantar. E ya que no, el caer de
          otros muchos consolará mi daño, y con tanto entro.

          _Flor._--A, Polytes, qué oluido tienes de la promessa!

          _Pol._--Mas aguardaua a entrar llamado a sazon, que no
          por oluido de lo que tengo en memoria, y muy de voluntad.

          _Flor._--Pues toma esta carta, y por no detenerte no te
          doy auisos.

          _Pol.-_-El buen desseo de seruirte me auisará; yo traere
          respuesta.

          _Flor._--Para mucho serías. Pero vete luego y lleua
          contigo los moços que quisieres.

          _Pol._--Señor, como mi buen negociar consista más en
          buena diligencia y dicha que en fuerças, mejor ire solo
          secreto que acompañado público.

          _Flor._--Pues no te detengas: sigue como te plaze, y
          auisa que me den cenar.

          _Pol._--Señor, esso está a punto: voy me de tu mandado.

          _Ful._--A, hermano, vas perdido? dónde a tal hora, y
          mudado el vestido?

          _Pol._--A un negocio.

          _Ful._--Creo que yrás a los parrales del morisco; pues
          guarte del mastin.

          _Pol._--Hallado has el goloso de vuas tan caras; y aun yo
          hallé el adiuino.

          _Ful._--Todavia no puedo acabar con el amor que te tengo
          de dexarte yr solo, en especial si vas a la puerta del
          campo; que en tales estaciones siempre hallarás algun mal
          encuentro a tales horas.

          _Pol._--Agora te digo que lo acabaste de adobar; como si
          me viesses yr mucho a tales pasos y faltassen por acá
          mugeres?

          _Ful._--Aya argen, que en cada calle hallarás cobro; pero
          assegurame dónde vas, porque veas si has menester mi
          persona, pues te quiero para mas de vn dia.

          _Pol._--Pues yo me quiero para más de diez; pero voy
          por mandado de Floriano, y aun mandóme que te lleuasse
          conmigo.

          _Ful._--Pues escusaste te de ello por mostrar couardia en
          mi?

          _Pol._--No por cierto, pero dixele que iria mejor solo
          que sin ruido.

          _Ful._--E aun acertaste en no me lleuar, si no ha de auer
          sangre, como yendo yo no faltara, y vete con Dios, pues
          que ansi cumple.

          _Pol._--A Dios quedes hasta la buelta.

          _Ful._--Siquiera bueluas como el trigo que passa en
          Asturias, que no sabe retorno; pero o, hi de puta y qué
          necio buen comedimiento el mio, y aun él si lo acceptara,
          y qué neciamente lo hiziera él en pensar que yo hablaua
          de veras, e yo mucho más en hazerlo, aunque lo mandaran
          siete Florianos. Aunque al fin como tuue el sí fingido,
          si le viera que lo acceptaua, tuuiera el no dissimulado.
          E con tanto me subo arriba, que ya lleuan el manjar:
          quiça se me pegará algo con que más medre que con la yda
          con estotro. Que dudo yo si él de allá buelue sino en
          lengua de quien diga que queda muerto. Y contento pues
          que yua él, quiero afufar, no se arrepienta y buelua por
          mí: pero seríe ya escusado, y tampoco lo hará: porque se
          pica de gallillo loquillo, que le hierue la sangre, que
          aun nunca espada agena le ha sacado: Dios le guie, allá
          se auenga, y a nos no oluide acá.


                                NOTAS:

          [660] En el original, _necescidad_.

          [661] _sic_, por «Niso».


                       ARGUMENTO DE LA SCENA VI

          Polytes lleua la carta, passa grandes platicas con
            Justina: dale el collar; lleua respuesta de Belisea a la
            carta de Floriano. Polytes da cuenta de sus passiones
            proprias a Justina, queda muy en su gracia y danse
            palabras de casamiento.


                      POLITES, JUSTINA, BELISEA.

          [_Pol._]--Agora que voy en mi cabo quiero preuenir con
          el entendimiento los passos desta jornada; porque segun
          el delicado sentimiento de Belisea, y lo que de ella este
          dia pude collegir en sus palabras sangrientas, no está en
          más mi vida de antojar se le a ella que no ando en passos
          de su seruicio, ni le busco su honra, ni tracto de su
          ganancia. Porque estas señoras y donzellas muy recogidas,
          la honra las suele tornar tan timidas y sospechosas, que
          en lo que a ellas se les assienta vna vez, tarde salen
          de tal scrupulo, y con tal alteracion, la pulga les
          paresce toro. Pues si mis passos y tramas salen en luz,
          descreo de la vida si al mejor librar sobre justo vel
          injusto mientras saben cuyo soy, y mientras conoscen que
          soy pariente de Floriano, y de mientras acude Floriano
          por su honra y mi fauor, si no me atacan las calças de
          color con algun jubon incarnado bordado de la tigneria y
          pespuntado por algun gurrea, pues guardeos Dios, de hecho
          es, que no me lo quitará Floriano. No en balde dizen: que
          estando con el conde, no mates al hombre: ni en huzia del
          fauor, no seas malhechor: porque quien adelante no mira,
          atras se halla. Pues querer yo librar a Floriano tan a
          mi costa, es boueria; porque por otro tengo yo y deuo
          poner lo que él pondra por mí: y por Floriano perder yo
          o arriscar lo que perdido me podria él restaurar, justo
          era; pero la vida ni la honra mala suelda tienen: peor
          es que vidrio: que al fin quedan las pegaduras a mejor
          librar. Pues pensar que me hiede ya el viuir quando aun
          apenas comienço, no es razon. E tambien yo sé que por
          librarme no dara Floriano muchos passos, aunque yo doy
          hartos por él y con assaz peligro de la persona. E oy
          en dia siempre en los palacios quieren los señores los
          criados sanos, bulliciosos, atreuidos, trabajadores,
          callados y no pedidores. Pero si tantico afloxays con
          el trabajo, o mostrays cansancio de la carga, al punto
          no vale el criado nada. Y junto con esto paganle los
          seruicios atrasados con vna desgracia presente, y aun a
          las veces con embiarle[662] al hospital, si no tiene de
          proprio heredado y confia en lo ganado. E si por auentura
          por sus buenos y muchos seruicios passados la razon les
          calla la lengua en el despedirle, tambien la ingratitud
          les ata las manos en el darle, y les tulle la memoria en
          el acordarse dél para acorrerle. Por manera que de las
          ningunas mercedes, tome él causa para se yr. Y ansi no
          le dizen que se vaya, mas hazenle obras con que él se
          commida: y ellos huelgan de tomar occasion para escusar
          su ingratitud, diziendo que él se fue. Ansi que, mancaos
          en su seruicio, que no faltará quien eche menos vuestro
          trabajo, aunque no aya quien mire en hazeros algun
          beneficio. Pero yo qué digo? con quién lo he? yo no voy
          solo? quién me hizo a mí tan timido en el daño que o será
          o no? Yo mesmo me paresce que llamo al desastre, pues lo
          lloro ya por presente. A la burla, que mientras el hombre
          hallare donde poner los pies, siempre yr adelante: que
          si cayere, buscar el remedio, y en tanto holgar, pues
          Dios sabe lo que será: que los males si han de venir,
          no se escusan: en tanto tomar plazer, que el pesar el
          verná sin buscalle. E aun quiça que primero que venga, o
          morirá (dizen) la burra o quien la tañe. E la obligacion
          que yo más que ninguno de casa tengo a Floriano y su
          liberalidad es razon que quite mi tibieza. Y lo que más
          me deue animar es la buena esperança que tengo de auer a
          Justina, y de ambas partes me viene la ganancia al ojo.
          La muchacha es como vn oro, y su señora la ama; ansi
          que si cuajassen estas cosas, todos podriamos ganar y
          gozar. Porque con el gozo de entrambos, crescer les ya la
          franqueza en el dar, y a nosotros en el recebir la medra:
          porque a rio buelto, ganancia de pescadores. A la puerta
          estoy, y no sé qué camino tome; gran temor me rodea; quán
          cierto es acompañar el temor al mal hazer! pero si ello
          ha de ser para seruirse Dios, él me encaminará, pues
          muchas vezes de malos amores salen sanctos matrimonios.
          E aun agora va Dios delante, porque ay combidados de
          cena en casa de Lucendo, que gran tauahola passa. Entro,
          encomendando me al nieto de santa Anna, que entre muchos
          no sere yo echado de ver. Ea, Polytes, si quieres honra
          y prouecho, cata que a los osados ayuda la fortuna, y el
          que no auentura no passa mar, ni aun se toman truchas a
          bragas enxutas. Quiero buscar algun paje que me llame
          a Justina; dire me ser su pariente: que basta que lo
          seamos de parte de Adam. Pero, o, qué buena ventura la
          mia, que alli la veo por so el corredor a vna reja de los
          entresuelos baxos, y aun creo que me ha visto y conoscido
          con la clara luna que reuerbera del patio acá en lo
          abscondido de sombra. Allá voy, que me llama.

          _Just._--Hola paje, a, gentil hombre! con perdon del
          atreuimiento, dadme vn guante que se me cayó en el suelo.

          _Pol._--Poco es daros vuestro guante quien os tiene dado
          su coraçon.

          _Just._--Ay, mala landre me mate si no es el paje de
          Floriano; quiero escusar me con ser obscuro, para mejor
          y más sueltamente hablarle, pues él es bien razonado, y
          haré que no le conozco. Ay Jesus, y quién soys, que tan
          suelto hablays, sin saber con quién?

          _Pol._--Más sin medida es vuestra crueldad contra quien
          por conoscer os no conosce a sí mesmo.

          _Just._--No siento quién soys, ni si me cumple sabello,
          ni sé qué responder a tales pláticas.

          _Pol._--Vuestra hermosura me tiene tal parado, que no es
          mucho no sepa yo deziros quién soy, ni vos desconoscerme:
          porque por vos mil vezes me hallo ser muerto, y sin jamas
          despedir la vida, siempre ando a los braços con la muerte.

          _Just._--Ay, valas me Dios, y si soys algun cuerpo
          fantastico?

          _Bel._--Qué hazes ay, di?

          _Just._--O, qué buen salteamiento! oye, oye marauillas de
          aquel mi requebrado, que a caso llegó aqui.

          _Bel._--Mas quién es?

          _Just._--El paje de Floriano, de la carta de ayer del
          jardin.

          _Bel._--Ay ay, quita te acá; vamos que ya cenan los
          combidados.

          _Just._--Por tu vida que oyas si buscas plazer: y oye,
          que llama, no sienta que estás tú aqui.

          _Pol._--A, mi señora, no quereys el guante?

          _Just._--Ya le quisiera en la mano, y aun a vos absente,
          pues no me dezis quién soys.

          _Pol._--Tomad, señora, vuestro guante, y perdonad que os
          le doy en la punta del espada, pues quedé tan baxo de
          cuerpo quanto en merito ante vos.

          _Just._--E cómo puedo saber vuestro merito sin conoscer
          vuestra persona?

          _Pol._--Soy el que tiene puesta su vida en vuestras manos.

          _Just._--Ay, que no miraua en ello; pues deuo de ser
          medico, o sy no, cómo dezis que estays enfermo y está en
          mis manos vuestra vida?

          _Pol._--Verdaderamente con solo vuestro querer me podeys
          quitar del todo la vida y tornar me la a restituyr;
          pues vos sola bastays a hazer mouimiento en todas mis
          potencias y sola podeys dar remedio a mi mal.

          _Just._--Qué te paresce, mi señora, si me puedo loar de
          tal requebrado?

          _Bel._--Digo que bien sabe encarescer su pena.

          _Just._--Pues espera te, que yo le hare desbastar más.
          Dezid, galan, conosceys me por ventura? o cómo me veys
          con las tinieblas de la noche?

          _Pol._--Porque la claridad de vos procediente tiene
          lumbroso el circunstante ayre donde yo ando.

          _Just._--Lo que entiendo de lo que dezis es que deueys de
          tener ojos de mochuelo, que veen de noche.

          _Pol._--Como yo siempre ande en la noche del penar, y en
          la obscuridad de mi tormento; como a vos os contemplo en
          mi memoria, y os hallo en mi coraçon, por la passion que
          por vos padesce, viendoos, pues, en tal manera no puedo
          sino veros en la noche; porque quanto más os contemplo,
          más por vuestro amor soy puesto en obscuro tormento.

          _Just._--Como no os entiendo, no sé qué responder a
          esso, mas de que, pues sin más me conoscer os mostrays
          tan penado por mí, que no me marauillo que ansi engañeys
          a las no auisadas y recatadas mugeres con vuestras
          lástimas, que los hombres decorays para las dezir, dentro
          de las quales va como anzuelo en ceuo abscondida su
          perdicion.

          _Pol._--Tanto yo, mi señora Justina, os conosco, quanto
          por vos, oluidando a mí, no sé cómo llamarme, sino
          vuestro; ni quiero sin vuestro conoscimiento conoscer me
          a mí.

          _Just._--Ya, ya. Jesus, Jesus, y qué ciega he estado en
          este punto; porque en la desemboltura del hablarme te
          vuiera de auer conoscido. Pero y qué mandas a tal hora
          donde a caso te vi, cosa no acostumbrada?

          _Pol._--Queria hablarte, señora, sin pregon, y tambien
          traygo vna carta.

          _Just._--Pues no tengo de quién me recele, bien puedes
          hablarme, porque el que anda sin malicia (dizen) que anda
          sin temor. Ansi que para quién o cúya es? que no nos oye
          nadie.

          _Pol._--Señora, perdoname el declararme más en cosa que
          a otro toca, y si no me has entendido, entiende que las
          paredes suelen oyr; mayormente de noche, donde la vista
          no anteuiene la distancia del sonido de la voz.

          _Just._--Ea, mi señora, da me licencia para que entre por
          esta portezuela del entresuelo, aqui tan solo en esta
          sala.

          _Bel._--Anda, dexame, que ni ya puedo oyr las vaziedades
          de aquel sandio, ni a ti te querria tan golosa de tal
          habla. Pero porque no acabaremos oy contigo, y tambien
          porque quiero auisar a esse paje que no aborrezca su
          juuentud con tales venidas, anda, abrele.

          _Just._--A, gentil hombre, tocad a essa portezuela, que
          la dexó vn paje en denantes sólo apretada, que salio por
          ay, y tornando la, pasito a apretar, subid. E tú, mi
          señora, esfuerçate a forçarte en hablarle y responderle,
          pues ya oyste que te trae carta.

          _Bel._--Mucho deroga a su bondad la honesta muger en
          admitir mensajes semejantes, como quiera que vengan, y
          no menos abre puerta a su perdicion en parar se a dar
          respuestas. Porque en estas cosas lo mejor es tapar los
          oydos, y baxar los ojos, y tapiar la lengua, y huyr el
          cuerpo. Porque ansi como el fuego de vna morceña en otra
          se atisa y sube llama, ansi no menos de vn mirar toman
          occasion de hazeros señas, y de atendelles las señas en
          hablaros, y de oyrles las sus hablas, vienen por ventura
          a ser abrasada la hembra y él enloquecido.

          _Just._--Anda, señora, que al fin, aunque oya y él
          sea atreuido, la hembra con dura respuesta despide la
          importuna peticion y el duro aduersario amansa las furias.

          _Bel._--Bien dizes, cierra essa ventana y descubre
          aquella vela porque nos veamos.

          _Pol._--Dios prospere vuestra magnifica gentileza y
          prosperidad de estado.

          _Bel._--Vengas, paje, en buen hora: y porque de ley de
          mensajero no meresces pena, aunque no te limpias de la
          culpa, quiero acortar razones contigo. Yo sé que me traes
          carta, y aunque me vuiera de escarmentar tu mensaje e
          innocencia de raposo en lo passado, pero por ver que
          nunca acabarás, quiero concluyr tus mensajes no buenos.
          Da la carta a essa donzella, que yo ni la tomaré, ni la
          leere, y espera luego por la respuesta. E tú, Justina,
          alumbrame a este retretillo: y darasme alguna huelga con
          ver que hago lo que tú quieres. Agora por contentarte,
          me lee essa carta, que de mi prouecho ni bien yo sé que
          vendra desnuda.

          _Just._--E calla ya, mi señora, que ni tú eres ya vieja
          para no holgar y passar semejantes palacios, quedando
          entero tu señorio, y bondad sana, y honra sin quiebra, y
          honestidad limpia. Cata que estos y otros tales suelen
          ser los seraos de las damas, que rien y mofan de los
          galanes de corte; pero por esso son tenidas algo en
          menos? E tú mira que ni has de ser monja, pues no querra
          tu padre perder su heredera de mayorazgo. E dado que lo
          fuesses, aun no te estrañarias tanto si no fuesse a más
          no poder, como passa entre las que se conoscen para ello.
          Y dexando estas razones, te leo la carta, que trae buena
          letra.


                     CARTA DE FLORIANO A SU SEÑORA

          Es ya tan intolerable mi tormento, que con dolorosos
          sospiros que el mi tan penado vuestro coraçon os embia,
          y con penosos alaridos y grandes vertientes de lagrimas,
          que lançan de sí los ojos por mandado del triste coraçon,
          las duras y secas piedras insensibles tienen ya blandas,
          y las indomitas irracionales fieras tienen inclinadas a
          mansedumbre y llenas de piedad y dolorosas de compassion
          de la poca que yo tengo de mí mismo por vos mi señora.
          Empero con todo esto, como el gran estado de vuestro
          merescimiento mora tan en la cumbre, y mi baxeza y poco
          merescer me tiene a mí tan submergido en el profundo, no
          alcançan las vozes de mis alaridos, ni las muestras de
          mis dolores a subir al audiencia de vuestra misericordia.
          Porque de otra suerte, bien sé que oyendome vuestra
          nobleza, en oyrme os despertaria a benignidad: y sabiendo
          vos tan gran daño no sufriria vuestra generosidad no
          remediarme; y esto solo alcançaria para mí en vos vuestra
          bondad, sin tener atencion en mis atreuimientos, viendome
          tan perseverante en pedir os fauores con la gran fe que
          en amar os tengo. E pues las passadas peticiones no
          tuuieron audiencia, merezcala esta con más algun fauor.
          No porque agora me piense ser más ante vos, pero porque
          en el merito de la tolerancia de la pena me juzgará el
          amor por martyr vuestro. E porque vuestra misericordia se
          vea tan al claro como vuestra hermosura, de aqui confio
          en vos que, respondiendome, me mandareys vn sí de que o
          viua para más penar, y en ello más os seruir, o vn no al
          mi viuir, para que se concluya la passion de este que se
          osa firmar por vuestro, _Floriano_.

          _Bel._--Paresce te, Justina, que a vn tan público
          aduersador de mi honra y honestidad, que le deuo de oyr
          ya más? Dame, dame tinta y papel, y salte fuera: que no
          quiero que se me passe la ira, para con ella le dar su
          merescida respuesta.

          _Just._--Aqui todo a punto. Y mira, mi señora, que
          la passion es vn género de embriaguez que ciega las
          potencias. Y el ciego aun lleuando guia, no va bien
          seguro por llano que sea y trillado el camino. E no te
          digo mas: y salgome hasta que llames a esta sala.

          _Bel._--Pon cobro allá fuera, y mira que no vean esse
          paje, y no entre acá nadie hasta que yo salga.

          _Just._--En todo tendre cuydado, Allá quedaras: que agora
          de Dios me ha venido este rato que lo hauremos Polytes e
          yo: y vere qué tiene tras el buen razonar.

          _Pol._--O, qué gran merced ha sido ésta en no me dexar
          sin tu presencia en estos obscuros palacios.

          _Just._--Pues agora que ay candela, no te congoxarás.
          Pero dime, en mucho tienes esto que hago por ti?

          _Pol._--Por gran parte de mi gloria.

          _Just._--Anda, que plaziendo a Dios y andando el tiempo,
          más hare y más podré, pues mucho más tú meresces.

          _Pol._--O, qué alegria me ha puesto tal esperança! porque
          tu valor y mi baxeza quebrauan las alas de mis altos
          pensamientos, para esperar de ti algun fauor.

          _Just._--Anda, señor, como sea amor no ha de estar ocioso
          en que no obre algo el que ama por el que es amado. E
          pues por tu bondad yo te amo de vn amor limpio y casto y
          seguro, no puedo no te seruir y hazer todo plazer: con
          tanto me di cómo le va a Floriano? y dime si está ya con
          más esperança de sus deseos?

          _Pol._--Toda su esperança tiene él en ti, e yo toda mi
          gloria.

          _Just._--Pues por mi salud que puedes tú dezir lo que
          te pagares; pero que me es él bien en cargo, aunque más
          lo es a ti; porque por ser tú el tercero, soy yo acá de
          contino su abogada.

          _Pol._--Pues por la solicitud tuya, para primera vista
          del processo, te embia mi señor este collar de oro, no
          de poco precio, ni menos galano; y embiate a dezir por
          mí que le perdones, que para más dias le tienes, y a mí
          para siempre por tuyo. E por tal te pido essas manos, y
          licencia para ponerte le por mi mano al cuello.

          _Just._--Al señor Floriano daras mis copiosas regracias
          de agradescimiento por tan magnifica merced. E tú tampoco
          te atreuas con mi soledad y buen amor a ser descomedido.

          _Pol._--Perdoname, que miraua cómo paresces vna reyna.

          _Just._--Sí que bien, pues que te encomiendas para
          alcançar perdon?

          _Pol._--Aqui me pongo de rodillas hasta que me perdones,
          y me des essas tus manos por mi señora.

          _Just._--Algo es bouo el moço; estamos a solas y pone se
          en cortesias?

          _Pol._--Qué dizes, vida mia?

          _Just._--Que no hagas essos estremos tan sobrados y te
          sientes luego en tu silla.

          _Pol._--No quiero desobedescerte.

          _Just._--Pues menos me deues de destocar. Cata, amigo,
          que andas por quedarte solo. Mira que te quiero bien,
          y tú no tienes razon ni occasion de enojarme, ni lo
          aciertas, y descubrirte ansi tan al primer golpe, no
          viendo en mí por qué.

          _Pol._--De enojarte me guarde Dios. Cata me aqui hecho vn
          cordero.

          _Just._--Mucho necio ha comido el mancebo, que luego me
          cree que digo que me enojo. Y él creo que piensa que le
          tengo yo de dezir que se desembuelua!

          _Pol._--Qué dizes, mi vida? que temo enojarte, y tu
          hermosura me engolosina a ello.

          _Just._--Pues está quedo ya, y baste, que aunque mi
          hermosura dizes que te dé licencia, mi honestidad
          te vieda tales atreuimientos, quando no ouiesse muy
          descubiertas occasiones en mí.

          _Pol._--Señora, esta ha sido la fruta de palacio, y las
          señales de tenerte yo en obligacion por señora, y en amor
          perpetuo por esposa; pues que en tal vinculo o a ti o a
          ninguna dare el sí.

          _Just._--Pues yo a ti no menos. Y pues tal ha querido
          Dios, de aqui adelante te llamo de verdad mi señor, pues
          que con el hazerte yo todo plazer has querido que mi
          honra no tomasse quiebra, tomando me por muger.

          _Pol._--Digo que soy el dichoso en llamarte mi muger, y
          por tal como en rehenes te pido y tomo este abraço.

          _Just._--Ay, por Dios, que te baste ya: pues agora me
          has de querer para más de vn dia. Y déxame de quebrantar
          más, que sale ya mi señora. E pues no ay más tiempo
          agora, toma éste en señal de marido, y para otro dia que
          ordenares nos veamos.

          _Pol._--En todo me hazes merced.

          _Just._--Apartate, que pues para lo hecho no llamamos
          testigos, no los tomemos en mala sospecha.

          _Bel._--Toma, paje, daras esta carta a el tan sobrado de
          tu amo, y tú no veas más mi cara con tales embaxadas.
          Cata que la furia más alcança a los cercanos; digolo
          porque huyas de darme enojo, y ve con Dios. E tú,
          Justina, cierra la puerta baxa, y vente tras mí a mi
          recamara, que te aguardo.

          _Just._--A, señor, no sé qué lleuas en essa carta allá,
          que las muestras de lo que acá queda no son de bien.

          _Pol._--Lo que yo sé que lleuo es que lleuo respuesta
          a Floriano, y voy yo amenazado de tu señora, y de ti
          muerto, y aunque muy favorido. E ansi me tendras cada dia
          por acá, si tu voluntad no me lo vieda.

          _Just._--Yo no podré quitar tus venidas, pues seran
          descanso mio. Pero ruegote que como por cosa tuya mires
          ya por mi honra. Porque quiça el amor que te tengo me
          pondra a mi en esto descuydada alguna vez. E pues ya de
          mi bien y de mi mal es tuya la parte, encargandote el
          silencio en lo hecho y el miramiento en lo por uenir,
          te digo que no afloxes en tus embaxadas. Porque con el
          curso de los tiempos se mudan a las vezes los paresceres
          a las personas: y con mucho se tractar vna fruta se
          haze madurar o ablandar antes con antes: y concluydo
          lo principal, aurá lugar nuestra ganancia, y aun la
          publicacion de lo que hemos hecho con nuestra honra. Y
          pues eres cuerdo, no pidas más para entenderme. Y en pago
          del collar, y en señal que doy contigo por aprouado todo
          lo hecho, te doy este anillo de oro con este jacinto,
          el qual quito agora de mi mano y le pongo en tu poder,
          para que quando tú te ouieres entregado en mí de todo en
          todo de lo que queda, me le tornes. Y en tanto sepas que
          este te sea memoria de que traes contigo mi coraçon, y
          acá quiero me quedes el tuyo; y ve con Dios, que viene
          lumbre por el patio, no encamine acá, y se borre lo bien
          escrito, por ser tan al fresco. E no des en mí mal cobro
          de aquello que para te seruir yo tanto amo, que es mi
          honra.

          _Pol._--Las entrañas se me arrancan en esta partida.
          Pero donde fuerça hay, derecho se pierde. Y en lugar del
          anillo te quedo mi coraçon en este abraço, y tracta me le
          bien como cosa tuya.

          _Just._--Ay, señor mio, no te querria tan oluidadizo
          ni tan atreuido. E pues en el despedir aure yo de hazer
          comienço, me perdona que cierro la puerta. E quando
          vinieres, o sea por este lugar, o por la puerta, y ve
          con Dios. Pero agora que se va resfriando la herida,
          veo, captiua yo, quán desmandadamente me he gouernado
          como mal preuenida donzella. Pero pues a lo hecho no ay
          enmienda, y no lleua más de voluntad y palabra, aun no es
          de llamar yerro el mio, pues el matrimonio Dios le manda
          y él lo encamina. Y encomendandolo a su magestad todo, me
          voy a mi señora bien descuydada de mis cosas. Y ansi veo
          en mí que de pocas mugeres es de fiar su honra propria,
          libertadas.

          _Pol._--Desde aqui a casa en mi cabo quiero retornar
          sobre las palabras tan sangrientas de Belisea; porque
          a lo que ella mostró y dixo e yo veo, yo ando el más
          cercano al peligro. E ansi si mal sale, luego es en
          mi casa, y el mal que a otros costaria hazienda, a mi
          costará la vida: que no hallará en otra cosa donde tope.
          Pues ay de quien muere si no va al cielo, y el yr al
          cielo no es de todos los que mueren, aunque el cielo se
          hizo para todos los que viuieren con razon de hombres.
          Pero dexando esto al saber diuino, boueria mía es querer
          yo calças y jubon si los tengo de atacar con la vida.
          Pues yo muerto, para qué quiero huerto? Pero tambien
          que dexe yo de venir a gozar de mi Justina? y que huya
          yo la cara al fauor de la fortuna? quiero seguir tras
          mi venturosa dicha, y buscarla, y amarla, y tenerla, y
          morir por ella. O, mi Justina, no creas a lo que este tu
          anillo te dixere, de lo que agora en mí haurá sentido.
          Fuera estaua de mí, no pensando en tu gracia en hablar,
          y donaire en el meneo, y auentajada hermosura. Nunca
          pense ganar de ti lo que oy; nunca pense ser recebido a
          tu seruicio; y que agora lleuo el sí de muger al estilo
          de nuestra Christiana yglesia, y que de oy más pueda
          verte, y hablarte aun sin offensa de Dios ni tuya, ni del
          mundo. O, qué semblante de tristeza de amor me mostró al
          despedirme! Fuera, fuera ingratitud: que pues Dios me
          busca, quiero salirle al camino. Y con esta deliberacion,
          pues ya estoy en casa, me acojo a buscar de cenar, que
          la respuesta mañana la dare a Floriano: pues duelo ageno
          del pelo cuelga. Y pues racion de palacio quien la pierde
          no ha grado, entro al hilo y bullicio de la gente, que a
          buen tiempo llego, que si me echaron menos a la mesa en
          el servicio, no me echarán menos en la mesa agora al mi
          prouecho.


                                NOTAS:

          [662] En el original, por errata, _embiale_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA VII

          Felisino lleua a Fulminato y a Pinel a la cena aplazada,
            y quedanse a dormir en casa de Marcelia, donde Felisino
            alcança a Liberia y Pinel a Gracilia, prima suya.


         FELISINO, FULMINATO, PINEL, MARCELIA, LIBERIA, GRACILIA.

          [_Fel._]--A, hermano, segun veo que tan de re mi fa
          sol aparejas el sentarte a cenar agora, no deues tener
          memoria que será tarde para lo que tenemos que hazer?

          _Ful._--Y qué es? que juro al sancto calendario que se
          me ha colado de la memoria, que traigo diuidida en cosas
          que penden de mi. Di, di, que pienso que es el tracto
          que se ha de dar al bodegonero de la plaçuela vieja por
          la demasia de su lengua en lo que ayer se dexó descoser.
          Pero reposa, que todas las cosas tienen tiempo. Y en
          esto está seguro, que está en manos el pandero, que le
          sabra tañer; y cata que tambien quien no assegura no
          prende. Ni pienses que más de mi espada y braço solo
          tengo de embaraçar en tan poca pesca, como él y toda
          su casa, ni aun me lleuará vanagloria de cuchillada,
          porque espaldarazos, o palos, o coces, o talegazos, le
          han de dar castigo, y aun quiça que muerte, y a otros
          escarmiento. Que ni pienses que ni tú con aquel borrachon
          perderas sueño, ni mi espada la vayna.

          _Fel._--Agora te digo que no vamos por vn camino todos.

          _Ful._--Y cómo agora adeuinas: que vno piensa el vayo, y
          otro el que lo ensilla; pero dime qué es, antes que la
          cholera más reyne en mí, sin saber el de qué.

          _Fel._--En mí auia ella de reynar contra tu desacuerdo:
          en lo que sabes que se ha embiado a donde sabes.

          _Ful._--Que de Dios no me aparto si te entiendo, que en
          mi lenguaje no ay más de pan por pan.

          _Fel._--O, qué memoria de Aristotil! anda ya, que es
          tarde para yr a la cal nueua.

          _Ful._--Ya, ya, al cabo estoy, no nombres más: que es
          noche y ay muchos oydos. Vamos, que tal puesto no es de
          perder: que para esso lleuarme has por vn cabello sin
          quebrarle. Peor dime, qué has embiado?

          _Fel._--Porque no vayas con temor de auer hambre, te lo
          dire. Allá están dos pares de perdizes, y tres aues, y
          vna pierna redonda de carnero, y vn solomo de vaca, y vna
          gran puesta de pernil para hazer la olla.

          _Ful._--Vianda ay para diez abbades. Pero si no ay más,
          no voy allá.

          _Fel._--Ya te entiendo. Allá tengo de lo bueno de Toro,
          que passa de dos açumbres, tintillo, y de Madrigal blanco
          poco menos.

          _Ful._--Pues marchemos: que la fruta de ante y pos yo la
          perdono con tales çumos.

          _Fel._--Pues aun de esso, ay prouision de dos dozenas de
          camuessas.

          _Ful._--Fino hombre eres. Pero mira que con tales
          embiones presto desmancharás el partido: aunque mal
          pagado y bien seruido.

          _Fel._--Anda, vamos, e ire te leyendo vna lecion de
          baratar, porque veas que no lo sabes tú solo todo.

          _Ful._--Pues dime, tienes de acá algun tercero?

          _Fel._--Porque no creo que tendrá allá compañia de plato
          no le lleuo.

          _Ful._--A la fe, no creas, hermano, en tal sancto. Hi
          de puta, pues qué cosa mugeres, para en oliendo vn tal
          ceuo, no acudir como moscas a la miel! y nunca faltará vn
          dezir es mi vezina, es mi sobrina, es mi prima, que nos
          vino [á] ayudar a el adereçar para vosotros. Porque bien
          sabes, y si no lo sabias sabraslo, que ay primas que son
          para continuar el parentesco, y primas para trauar nueua
          parentela: y estas llamo yo en mi lenguaje primas para en
          baxo de grado.

          _Fel._--Primas de solo plato y cama, deues de dezir.

          _Ful._--Tales las hallan, pues, estas mugeres que buscan
          vida gananciosa. E ya que no pueden vender os las por
          primas, vendenlas por parientas o (como dixe) por vezina
          llamada para en vuestro seruicio. En manera que quieren
          que les agradezcays lo que ellas hazen por vuestra costa
          y su prouecho. En especial que como en aquella casa vean
          que entran mancebos, luego acudiran como buytres al ceuo.
          Pues despues que las veys en torno de la mesa, no es
          gentileza no dezirles que alcancen del plato, y aun del
          hato.

          _Fel._--Caladamente hablas; pero sean las que fueren, que
          mientras más moros más ganancia. A Pinel, que me ayudó a
          leuallo de acá, será bien llamar, que es mancebo de bien,
          y de hecho.

          _Ful._--Es lo cierto; pero ya ellas no sabran allá que
          para él, que ha de auer compañia? pues allá lo veras si
          no hay tercera, y llamale y mouamos, que son cerca de las
          diez y tañeran a queda.

          _Fel._--Pues qué tienes tú con las campanas? temes quiça
          al aguazil?

          _Ful._--Hallado has quien no dessea hallalle.

          _Fel._--Pues de mí ve seguro, que te acompañaré.

          _Ful._--E aun pues por saber yo de ti esso, y por
          conoscer me, que si lo topamos, con que presuma
          estoruarnos el passo, que con la vara le tengo de quitar
          juntamente la vida, por tanto no querria necessitarme a
          que se dilatasse la cena vn hora por mi espada. E aun
          esto, si bien sabes no es couardia, mas antes fortaleza:
          porque a la fortaleza acompaña la prudencia.

          _Fel._--Es ansi: que no es de sabios y fuertes todo
          acometer, ni aun de necios ni couardes todo huyr, quando
          el esperar no espera victoria.

          _Ful._--Pues esso sabes, vamos, que cata alli a Pinel a
          solas.

          _Pin._--Qué se tractaua de mí? y dónde bueno?

          _Ful._--Que vamos a hazer cierta riça en vnos contrarios.

          _Pin._--Pues a mí me teneys a todo, con persona, espada
          y capa, y buena voluntad, y vamos.

          _Fel._--Pues ha de ser adonde ayer me ayudaste a
          desembarcar, y acá a hurtar.

          _Ful._--Agora que vamos fuera, me aclara esse punto.

          _Fel._--El botiller y despensero te lo diran al echar de
          su cuenta.

          _Ful._--Que por Dios, que escotaron!

          _Pin._--Mas pagar dixeras mexor; porque si en todo lo
          que allá está ellos estan confiados para el gasto de
          acá, saldran del agalla con el sueño del perro, buscando
          tocinos donde no tienen estacas. Aunque al cabo todo lo
          paga Floriano, y del cuero salen las correas: sólo les
          costará vn item más de otros dos renglones.

          _Ful._--Descreo de los adoradores de Mars si no soys los
          que yo buscaua. Agora te digo, Felisino, que aurá tercera
          y aun quinta donde vamos: porque de la miel del modorro,
          a cucharonadas.

          _Pin._--A la fe, a la cuenta de sobre mesa, si ouiere más
          de para cada sendas, seremos tres a tres, y a las demas
          dalles señal para otro dia vaco. Pues todos los dias no
          son yguales, ni todos los años abundosos.

          _Fel._--Hablas al punto.

          _Pin._--A la fe, hablo a vso de mi tierra.

          _Ful._--Y aun al vso de cuerdos. Porque necedad es poner
          cartel quien no piensa salir con el campo: ni con mugeres
          es bouo el que aun de lo que puede no les quita algo para
          tener que les dar otro dia.

          _Fel._--Anda ya, que dando lo que puedo, cumplo: pues ley
          humana ni diuina no obligan a más del poder.

          _Pin._--De ley ansi es y de razon, pero no con las
          mugeres: que en tal desseo les falta ley y razon, porque
          no quanto puedes, sino quanto quieren te pidiran. Porque
          despues de ser amigas de todo extremo, aun en recebir y
          ganar el tal extremo, ya que salen con lo que quieren, de
          mal contentadizas, pocas vezes muestran que hazeys lo que
          y como lo dessean, por quedar fuera de obligacion de os
          dar gracias.

          _Ful._--No aguarda Fulminato a que me den gracias, sino
          tomo las yo en cessar a la obra: mayormente en esta
          tecla: porque dizen que antes la muerte que la hartura
          hallan a la muger carnal.

          _Pin._--Yo no jugaua tan al descubierto: pero pues tú
          guiaste, baste que en el comer y en el vestir son tan
          altas de pensamientos y de tan reales estimaciones de
          su merescer, que jamas hallan causa de satisfazerse de
          lo que les days, por parescerles todo menos de lo que
          quieren y merescen, y siempre en sus cosas querrian
          ser solas: solas en gouernar, solas señoras de todo
          passatiempo, solas no ser contradichas, solas en su
          parescer, solas en mandar nos, solas en salir con sus
          temosas porfias donde les vale el porfiar, solas en
          buscar arreos, aposturas, inuenciones, para enbaucar los
          sandios hombres; y en todo lo que hazen quieren solas el
          loor, solas la estima, solas el seruicio, solas el dar
          consejo; pero en vn caso, a mi ver, nunca se querrian
          solas.

          _Ful._--En la cama.

          _Pin._--Ay sí la compañia, y no de muger, por temor de
          las fantasmas, pero de varon: y tal varon que no las dexe
          dormir toda la noche; y si él se descuyda, ellas como son
          tan medrosas, de puro miedo se meten en él, de manera
          que le sacan de aron. Pues despues desque os hallan el
          que quieren, luego os acuden con: O, el diablo y qué
          importuno; Jesus y qué moledor; ay, Dios me libre de vos;
          por mi vida que esta y nunca más. De manera que al cabo
          de la labor le pagan al pobre su afan con vn sobreçejo
          enojoso e ingrato.

          _Fel._--Bien dizen: que del agua mansa me guarde Dios.
          Espantado me tienes, Pinel, con lo que sabes.

          _Ful._--Ansi han de ser los hombres de seguida.

          _Pin._--A la puerta estamos.

          _Ful._--Ya te paresce que querrias verte en la colacion
          de sobre cena.

          _Pin._--Oxala ya estuuiesemos en la color del paño, que
          todo seria, a faltar tiempo, acompañar parte de la mañana
          con la noche. Pero temo de quedar lauando mis manos
          mientras vosotros amolays los gañiuetes. Porque vosotros
          ya traeys ojeados solos dos platos de vianda que ay en
          esta casa, y entonces a mí paparme han duelos, y vosotros
          vestidos, mofareys de mí desnudo, diziendo: pesa me de
          vos el conde[663].

          _Fel._--Anda que no hizo Dios a quien desmampare: que a
          donde ouiere dos camas o dos platos para nosotros, no
          faltará algun escaño o salsereta para ti.

          _Pin._--Ansi te honren tus hijos desque los tengas.
          Pero pues que no me embiaste al establo a despollinar
          pesebreras, me heziste honra. Pues auisa, que carne
          assan: que te digo que tengo tanto y más mullida y segura
          la cama que tú, y no de peor ropa.

          _Ful._--Mas vao: que venias tan a lumbre de pajas.

          _Pin._--Anda que todos sabemos la cal nueua, y escucha
          si ay dentro caça, porque de tales no ay que fiar si os
          hazeys del bueno.

          _Mar._--No es possible, hijas, que no les ha succedido
          algun embaraço, que ansi tardan.

          _Gra._--Ea, mira, prima, por essa gelosia.

          _Lib._--Ay, a la puerta estan tres: pero no seran ellos,
          que no auian de ser tantos.

          _Gra._--Anda ya, que tambien somos acá tres: que Pinel el
          vn compañero suyo será, que es un angelonazo.

          _Lib._--Bien me daua a mí el coraçon que algo esperauan
          tus rodeos.

          _Gra._--Qué dices entre dientes?

          _Lib._--Digo, prima, que todas andamos tras vna pesca.

          _Gra._--Pues qué quieres, prima? que, guardando la honra,
          con algo ha de mantenerse oy la persona. Y aun esto haze
          a tu madre acoger a estos moços, que más ayna desgajan
          el real que el hidalgote peynado que os paga con largo
          haré. E tú, prima, pues me entiendes y tienes tiempo, no
          aguardes allá a la vejez al caer de la hoja, quando entra
          el arrugado y triste y encogido frio. Y mira que con sola
          essa verdugada cada dia pocos inuiernos harás.

          _Lib._--Pues ansi me remedie Dios, esto para contigo: que
          con entenderlo todo y ver la poca renta que nos quedó
          de mi padre, hago de la boua con mi madre. Porque bien
          mantenernos oy, no pueden sola rueca y almoadilla. Y
          buen vestido y pobreza[664], no compadescen limpieza. Y
          la pública necessidad apregona lo que haze y no haze la
          muger. Por tanto, dessimulo, por ver que quiere mi madre
          que reluzgamos al mundo, que no sabe perdonar cosa.

          _Fel._--Miras algo, Fulminato?

          _Ful._--Pense que venia el aguazil y quise me yr a él.

          _Fel._--Con la justicia, que tiene horca y cuchillo, no
          te burles; porque al fin buscan cómo se mantengan de
          hazienda de bouos.

          _Ful._--Mala la tienen con migo, que no me para blanca.

          _Pin._--Mal de muchos es esse; pero si no con la bolsa,
          pagar lo yas con la gorja, y al fin la soga quiebra por
          lo más flaco.

          _Ful._--Sea lo que fuere: llamo, y quitaremos achaques de
          calle. Ta, ta, ta.

          _Mar._--Anda, anda, Liberia; abre sin llamar sospechosos
          vezinos, veladores sobre vidas agenas, durmiendo las
          suyas.

          _Gra._--Anda, que yo voy a abrir; apareja tú la mesa.

          _Ful._--Oye, oye, que esta voz no es de mis ouejas.

          _Pin._--Anda, calla, entra, sea quien fuere, que dentro
          podras tomar tu racion, y cada qual al tanto.

          _Gra._--Nora buena vengan los galanes, aunque tarde.

          _Ful._--Esso me dizes?

          _Fel._--Pues yo te sigo, Pinel acompañará a esta hermosa
          y cerrarán la puerta.

          _Gra._--Ay, señor, que me heziste caer la candela de la
          mano. Ay, por tu vida que me dexes, que dare gritos.

          _Pin._--Dare yo vozes. Y tú gruñe, que al fin eres muger.

          _Gra._--Asuadas, que otro dia que yo me guarde de ti,
          y qué tan atreuido eres. Sube por amor de Dios; no des
          cuenta de ti y de mí a quien la podemos escusar.

          _Pin._--Perdoname y sigueme. Buenas noches, señores.

          _Mar._--En buen hora vengas, y cómo subis a escuras?

          _Ful._--Calla, entendamos en cenar, que se correra la
          hermosa.

          _Pin._--Pesate? o que te va a ti de los otros?

          _Ful._--Que te digo que eres hombre de chapa; sientate: y
          tú, señora Marcelia, oy sea campo franco.

          _Mar._--Por amor de Florisino yo huelgo de todo lo que
          la mesa altar permite. Pero pues la mesa es grande y no
          ay quien sirua, todo estará en la mesa, y cada vna coma
          con el suyo. E cata ay los plateles: corte cada vno lo
          que más le agradare, pues que sabeys que donde ay hombre,
          siempre ha de seruir de trinchar.

          _Ful._--E la muger ha de seruir de plato de corte.

          _Lib._--Ya dizes malicias acostumbradas.

          _Ful._--E tú que no la entendiste.

          _Pin._--A la fe, la señora Marcelia haze bien, que anda
          tras el vino.

          _Mar._--No dizen que toda buena cena del beuer comiença?

          _Ful._--Ansi dizen. Pero el vino, más templado y no tan
          empinado: porque ansi pudrir te ha los higados, siendo
          tan rezio.

          _Mar._--Bien sabes de médico. E tú no sabes que la muger
          que es de su naturaleza fria y que por tanto ha menester
          calor? y ansi verás que vsamos chapines todas, y los
          hombres si traen corcho, son pocos y necessitados de
          calor.

          _Pin._--Yo de mala gana traeria corcho. Pero menos me
          atreueria a ygualarte en essa corrida. Porque con tres
          bocados de assado as beuido ya dos reuentones: no sé qué
          harás al cabo de tanta cena.

          _Mar._--Aunque oueja que bala bocado pierde, no dexaré
          de te satisfazer. Y sepas que el vino más cumple a la
          muger que no al hombre, que es más fuerte. Porque a la
          muger conforta le la virtud natural flaca, ayuda a la
          digestion, cria nueua y limpia sangre, alegra el coraçon,
          quita mal de madre, conforta la vista, sanea la memoria,
          haze buena tez, pone color viua al rostro, limpia la
          dentadura, da buen anhelito, ayuda al calor natural para
          el parir, cria leche y alegra la cria de las que dan teta
          a los niños.

          _Fel._--Luego tú deues de andar en essas occupaciones.

          _Pin._--Calla ya, que la virtud sin el acto no hazen
          effecto.

          _Fel._--Bien dizes, Pinel: que no miré que era casada la
          señora Marcelia, para el parir o criar.

          _Mar._--Tambien tú eres malicioso?

          _Lib._--Anda, madre, que algo le ha de pegar con quien
          tracta.

          _Ful._--Haga las pazes entre mí y ti, hermana Liberia,
          esta taça de tinto, que beuas por amor de mí: porque te
          ayude al parir.

          _Lib._--Si no por la mesa, dixerate que pariré para ti.

          _Gra._--Graciosamente das antes que amagues, Liberia
          prima.

          _Lib._--Más gracia tienes tú en empinar.

          _Pin._--Hazelo por cortar bien las flemas y dormir mejor.

          _Fel._--Veo que el que peor lo haze no ha menester yr a
          Francia.

          _Mar._--Anda, que el buen instrumento saca maestro, y el
          buen vino él se beue; y éste que anda por la mesa es tal,
          porque tiene buen olor, y buen color, y buen gusto, y mal
          dexo.

          _Pin._--Antes lo que mejor ha de tener es buen dexo.

          _Mar._--Pues qué no me entendeys lo que digo? mal dexo
          quiero dezir mal lo dexo: que de mala gana se dexe por
          ser tal.

          _Lib._--Y aun por ser él tal y nosotros guardalle essa
          condicion, nos ha dexado antes que le dexemos.

          _Mar._--Pues yo limpio este escamocho por assentar la
          cena.

          _Ful._--Siempre buscays achaque para lo que os cumple.

          _Gra._--Dexemos las pláticas, pues ya la vianda está
          parada.

          _Ful._--Pues aun cuerpo de mí, que de los mal librados tú
          fuiste ya la mejor, y aun ya se te haze tarde?

          _Mar._--Ea, digo, todo el mundo quedo. E tú, Felisino, no
          te desmandes con Liberia, y tú, Pinel, no te quiero tan
          retoçon de mi sobrina, que soy muy zelosa, mayormente que
          aun estamos a la mesa.

          _Pin._--Pues si la mesa le estorua, yo acá me aparto:
          buena pro haga.

          _Gra._--Ea, prima, guardemos todo esto, cada cosa en su
          lugar.

          _Ful._--Pues por que la fiesta sea entera, oye, señora
          Marcelia, vna puridad al oydo.

          _Mar._--Qué dizes?

          _Ful._--Que como al plato, seamos tres por tres al lecho.

          _Mar._--Ay, Dios me guarde: no, no, tal cosa no en mi
          casa. Basta me que yo peque contigo, sin que dé a otros
          causa, en especial que Liberia seria por demas, aunque yo
          quisiesse, porque no imagina ella cosa de varon en tal
          manera.

          _Ful._--Pues mal seria yrse a la calle, y yo con ellos, a
          tal hora.

          _Mar._--A Dios gracias, para esso camas aurá en mi casa:
          que aunque pobre, no faltarán vn par de camas.

          _Fel._--A, Pinel! qué secretos de sobre cena son éstos de
          los dos? y las muchachas, que se nos trasportaron?

          _Pin._--Luego no as entendido como Fulminato gana la
          voluntad a la huespeda, para que nos dé las muchachas?

          _Fel._--Pues terciemos jugando de mala, que por Dios que
          es marcado compañero Fulminato. A, señora Marcelia, da
          nos licencia al compañero y a nos, que es tarde.

          _Mar._--Esso me estaua diziendo Fulminato: que no se
          quiere yr; ni aun seria hora de abrir la puerta ya,
          porque tenemos vezinos sospechosos. Hija Liberia,
          aposentareys a essos dos galanes en la cama del
          entresuelo, y tú y tu prima en estotra camaretra de
          arriba par de la mia.

          _Ful._--Pues qué a mí me dexas solo? enseñame la cama,
          que luego marcho.

          _Mar._--Y espera, que sólo eres para ti; dare cobro a
          estotros.

          _Lib._--Cuydados agenos matan a mi madre sobre tener ella
          su cobro, pues mando te yo...

          _Mar._--Qué dizes, hija?

          _Lib._--Que pierdas cuidado, que todo se hará bien.

          _Mar._--Pues tú, sobrina, mira por la casa, y [á] acostar
          todo el mundo: no oya yo más a nadie.

          _Gra._--Mira, prima, lo que ha de ser conuiene que sea;
          tú alumbra abaxo a Felisino, que yo lleuo a Pinel a
          estotra cama, y despues allá cada vno hará como viere.

          _Lib._--Ay, Jesus, no osaré yr sin ti.

          _Gra._--A, señor Felisino, mi prima te yrá [á] alumbrar y
          enseñar la cama, y sea luego, y no la dexes subir sola,
          que es medrosa, y tú, señor Pinel, sigueme.

          _Fel._--Cómo vas ansi tan rostri tuerta y de mala gana
          con migo, sabiendo quánto soy tuyo, mi señora?

          _Lib._--Esta es la cama, ay queda essa vela, y quedate a
          buenas noches.

          _Fel._--Mi señora, perdona me, que me auisó tu prima que
          eras medrosa.

          _Lib._--Pues ya que yo soy medrosa, y para qué tú cierras
          la puerta? y esso, señor Felisino? y forçarme quieres en
          mi casa?

          _Fel._--Perdone tu hermosura mi atreuimiento, pues me
          fuerça tu amor a te forçar, sin poder hazer menos.

          _Lib._--Ay, por un solo Dios que me dexes.

          _Fel._--Perdona me, pues aun tú no me lo tendrias a bien
          en tal tiempo comedimientos, pues bien sé que te has de
          quexar.

          _Lib._--Ay, cuitada de mí, o deshonrada de mi madre,
          y qué mala hija tienes ya en mí, y qué mal huesped en
          Felisino, qué mal te ha pagado el buen hospedaje!

          _Fel._--Pues que yo estoy desnudo, y tú, vida mia, no
          te has de yr esta noche desta camara, y lo hecho ya es
          hecho, para en lo por hazer te ayudo a desnudar, que es
          tarde.

          _Lib._--Pues mi madre dio la occasion, y tú, Felisino,
          tienes de mí lo mejor, e yo soy forçada, y donde fuerça
          ay derecho se pierde, no te quiero negar lo restante. Y
          cata me aparejada a cumplir toda tu voluntad, en todo mi
          daño y perjuyzio.

          _Fel._--Pues sobre tan soberana merced, mato la vela; a
          buenas noches.


                                NOTAS:

          [663] Alusión al romance del _Conde Claros_.

          [664] En el original, _probreza_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA VIII

          Esperando Floriano a Polytes con la respuesta de Belisea
            glosa el Romance que atras por él cantado auia. Dale la
            carta Polytes de su señora y con ella él se desmaya. Va
            Polytes por mandado de Lydorio en busca de Fulminato, que
            busque alguna alcahueta o hechizera.


                      FLORIANO. POLYTES. LYDORIO.

          [_Flor._]--O el más triste de los tristes, y el más sin
          ventura de los caualleros! dime, muy confiado Floriano,
          qué esperança te promete tu atreuida confiança? O mi
          fiel mensajero, cómo te veo en gran afan para complir
          tu palabra! O, cómo tu buen desseo te hizo no mirar
          primero el ningún fauor que para tu mensajeria te
          daua[665] mi poco merescimiento! Bien veo que vas más
          acompañado de lealtad para seruirme que de justicia
          para librarme con buena nueua. Mira, mira que desconfio
          de la vida por pensar que no aurás reuocacion de quien
          me condena a la muerte. O, cómo pienso y temo que
          negociarás solicitamente! pero alcançarás lo que vn
          desfauorido puede en arduos e importantes negocios. O,
          mi señora, o mi vida, o más que humana Belisea! a qué
          has de mirar para el librar mis negocios cometidos a
          solo vn fiel paje? qué te ha de obligar, al responder
          a mi peticion, algo de lo que pide tan atreuidamente?
          Porque si miras a mí, falta me merescer; si a tu alteza,
          no podras humillarla tanto; si a mi justicia, tengo mala
          probança; pues mire tu poder a tu sola misericordia, y
          a la innocencia del medianero y abogado. Porque aun asi
          hallará entrada tu piedad delante el acatamiento de tu
          majestad, para dar la vida a este muerto.

          _Pol._--Agora que he cenado y compli con migo, voy a
          cumplir con Floriano. E si duerme, ay está el dia de
          mañana; porque en males agenos, poco ay del lunes al
          martes.

          _Lyd._--Qué haze?

          _Pol._--Aun agora llego a esta puerta de la camara, y
          segun me paresce está tañendo.

          _Lyd._--Pues oye si cantasse algo de bueno.


        GLOSA AL ROMANCE DE LA SCENA QUINTA: «QUANDO CON MENOS
                            CUIDADO», ETC.

          _Flor._  La gloria que me esperaua
                del morir por quien ya muero,
                quando en mí solo miraua,
                porque bien no me empleaua,
                me mudó mi ser primero:
                y ansi me vi ser robado
                del poder que en mí tenia
                y fuy de muerte llagado
                _Quando con menos cuidado
                mis cuidados yo sentia_

          _Lyd._--Oye, oye, que me paresce que glosa el Romance que
          compuso este dia.

          _Pol._--E aun me paresce que va para merescer atencion.

          _Flor._  Llagado, pues, de tal suerte,
                alegre con ser herido,
                con ser el golpe muy fuerte,
                holgaua llamar la muerte,
                del viuir ya despedido;
                y ansi puesto en tal estado
                que nada de mí sabia,
                _Me conosci ser lleuado
                por nueua guia guiado
                do mi desseo queria_.
                  Sin punto saber do fuesse,
                jamas vn passo torci,
                y aunque mi dolor cresciesse
                y mi fuerça fallesciesse,
                de mi fe no fallesci,
                pero sin perder la guia:
                con verme más fallescer,
                proseguí con mi porfia
                _Ageno de compañia,
                sino sólo mi querer_.
                  Y aunque senti inconueniente
                caminar sin ver do fuesse,
                con desseo muy feruiente,
                a todo mal consenciente,
                quise ver lo que viniesse,
                por do con tal parescer,
                pues de mí ya me oluidaua,
                puesto a todo padescer,
                _Sin atras passo torcer,
                sali tras quien me guiaua_.
                  De las penas que sentía,
                lo que más pena me diera
                era ver que, aunque moria,
                ni la causa bien sabia
                ni el origen do saliera:
                yo, que en tal pena penaua
                menos que mi mal meresce,
                para ver de do manaua
                _Vime puesto donde estaua
                vn sol que el sol obscuresce_.
                  Cuyo nueuo resplandor
                alumbró mi entendimiento
                para ver claro y mejor
                que fue poco mi dolor
                para tal restauramiento:
                pues si el coraçon padesce
                pena tan cruda y sabida,
                con la gracia se engrandesce
                _De vna dama que meresce
                ser de nadie merescida_.
                  Y aunque vi la que buscaua,
                con verla me vi perder,
                porque vi quán alta estaua
                la gloria que desseaua
                por dar fin a mi arder:
                de nueuo perdi la vida,
                mi muerte ya desterrada,
                pues subiendo di caida
                _Do, mi libertad perdida,
                hize punto a mi jornada_.
                  Hize punto al caminar,
                faltoso de atreuimiento
                de poder imaginar
                ni me osar determinar
                ver su gran merescimiento;
                la fuerça de amor sobrada
                muriendo me dio atreuer,
                aunque con vista turbada
                _De mí más siendo mirada
                siempre via más que ver_.
                  De mí con vn nueuo oluido,
                oluidado mi tormento,
                me mostré ser atreuido,
                subir do nadie ha subido
                los ojos solo vn momento:
                hufano de tal me ver
                en tanta gloria y altura,
                yo que lo arrisqué a perder
                _Propuse, pues, de saber
                nombre de tal hermosura_.
                  Mas por que más[666] mi castigo
                dilatado me perdiesse,
                aquesta dama que digo
                no luego se vuo conmigo
                segun que yo meresciesse:
                su silencio con mesura
                pagó mi mal miramiento,
                porque calló con cordura,
                _En pago de mi locura
                y sobrado atreuimiento_.
                  Mas porque yo no llamasse
                su tal callar consentir,
                sin que punto más tardasse,
                me vi, sin que tal pensasse,
                condenado a no viuir;
                y por más saneamiento
                de mi muerte tan rabiosa,
                dando yo consentimiento,
                _Fuy lançado en vn momento
                en carcel tenebregosa_.
                  Vime puesto en compañia
                de otros que se atreuieron
                a seguir do yo seguia,
                sin más fuerça ni valia,
                y ansi tambien perescieron:
                alli mi alma gozosa,
                que el penar siempre ha querido,
                huelga en muerte tan rabiosa,
                _Do con gran morir reposa
                mi coraçon affligido_.
                  Pues nasci para penar,
                siento gozo en tal muerte
                y esso llamo descansar,
                con que siento más pesar
                de pena rabiosa y fuerte:
                pues viue tan sin sentido
                el coraçon a mi ver
                de muy penado affligido,
                _Que aunque se siente perdido,
                se dessea más perder_.


                               CONCLUYE

                Que mirando la alteza
              de aquella por quien padesce
              y la su propria baxeza,
              se propone con presteza
              a qualquier mal que se offresce:
              ansi que el más padescer
              mi coraçon tan herido
              llama gloria al parescer,
              _Pues siente no merescer
              más premio del conseguido_.


                               DESHECHA

                Que yo bien me lo sé
              que a tus manos moriré.
                Soy ambicioso de gloria,
              y ansi busco el tal tormento
              que me da merescimiento
              de ser puesto en tu memoria;
              esta es mi mayor victoria,
              por cuya ganancia sé
              _que a tus manos morire_.

          _Lyd._--Por Dios, que si los amores no diessen tal
          inquietud en este hombre, que por oyrle tales cosas
          auriamos de dessear que siempre ansi penasse. Pero pues
          ya calla, quiero entrar a despertarle de su desacuerdo,
          que passa de las dos. Veamos si quiere oy dormir, porque
          si con tanto desconcierto, y cabiendonos tanta parte, su
          mal turasse, antes que él sane enfermaremos todos.

          _Pol._--Entra, entra, señor, que ya todos duermen, e yo
          que no me quedo en la posada pero guardo la puerta.

          _Flor._--Quién me despertó del sueño del oluido de todo
          el mundo, y de la vela del acuerdo de mi señora?

          _Lyd._--Dexate ya, señor, de esso y duerme antes que el
          sol amanezca a otro dia.

          _Flor._--No busques en mí otro sueño sino el de la
          muerte. Porque como mi viuir sea vn sueño de muerte,
          viuiendo en mí su contrario, que es la vida, auria de
          deshazerse la vnion deste compuesto para ser de nueuo
          gouernado con gouiernos de vida. E ansi te digo que,
          si quieres que no muera, no me apartes del gouierno de
          muerte con que agora mi viuir se sustenta. E si quieres
          mi descanso, incita y despierta y auiua mis passiones ya
          cansadas de affligirme. Porque mientras más cedo éstos me
          acabaren, más ayna hará punto en mí mi presente morir, y
          començará la vida de mi gloria en morir por Belisea.

          _Lyd._--Mira, señor, lo que hablas.

          _Flor._--Esto que oyes.

          _Lyd._--Pues mira que esso es contra la razon, porque
          matarte poco a poco, o matarte en vn punto, causandote tú
          la muerte, todo es homicidio que llaman voluntario.

          _Flor._--Pues dime, ya que esso, segun sentencia de
          la razon, sea matar me, cómo podria yo executarla sin
          sentencia o licencia de mi señora? Sí, que Belisea me
          sostiene, Belisea me da el ser de glorioso penado de amor
          que tengo; por Belisea viuo; por Belisea tengo de morir.

          _Pol._--Adoba me essa christiandad.

          _Lyd._--A, señor, mira que lo que hablas deroga a tu
          catholica nobleza.

          _Flor._--Pero no contradize a la voluntad de Belisea.
          Porque yo, que tengo el viuir de su mano, no puedo sin
          su expresso consentimiento poner mi vida en las manos de
          la actual muerte; porque esto seria hurtando quitar a
          nadie lo que es suyo. Lo qual es (como sabes) contra todo
          derecho, ciuil y canonico, diuino y humano.

          _Lyd._--Scrupuloso se me tornara entre manos. Este es el
          pecado de la lentejuela. No haze caudal de la charidad
          para con Dios y consigo, en hazer o no hazer lo que Dios
          manda o vieda, y haze hincapie en la charidad, o (por
          mejor dezir) locura para con el primo, en lo que no le
          toca sino por sus imaginaciones.

          _Flor._--Estás ay, Lydorio?

          _Lyd._--Esso sí, esso sí, para que la locura te salue en
          las heregias. E cómo? estoy, señor, persuadiendo te al
          sueño, de que tienes y tenemos necessidad, y dizes me si
          estoy aquí?

          _Flor._--O, cómo no miras más de lo presente! Cómo
          podré para dormir despedir los ansiosos y temerosos
          cuidados que de auer acontescido a Polytes estoy lleno?
          porque yendo él a lo que me cumplia, si le auino algun
          desastre por donde, peligrando su vida, mi honra ande a
          la verguença por las plaças, y a donde de mi señora se
          pudiesse dezir alguna quiebra. Esto pensado, quieres que
          duerma?

          _Pol._--En tal coyuntura entro, porque seremos más en
          ayudalle a la pena: y tomará aliuio, porque el dolor
          quanto en más partes es repartido, es menos en cada
          parte, y el gozo comunicandole cresce. Cómo está tan
          callado?

          _Lyd._--Está tal que le temo y he compasion.

          _Pol._--A, señor, toma esta carta escrita de mano de
          Belisea.

          _Flor._--Quién me nombró a Belisea? o mi mensajero, y tú
          eres? qué carta es ésta? es la mia, que no la pudiste
          dar? desengáñame luego. Mira que no te creo sino que es
          la mia. Cata, amigo, que no estoy para suffrir burlas.

          _Lyd._--O perdido de hombre! Di me, señor, no conosces tú
          la tu letra? cata que esta letra es de muger.

          _Pol._--Es de Belisea.

          _Flor._--De Belisea?

          _Pol._--Sin falta.

          _Flor._--Mucho dizes.

          _Lyd._--Abrela y veraslo.

          _Flor._--Bien hablaste. Pero ya, ya en el temblor de mis
          carnes, que del temor reuerencial del papel que deue auer
          estado en manos de mi señora es. Dime, dime, dichoso
          papel, quién te hizo de tanto merito?

          _Pol._--Por mi fe, que pienso que aunque a solas se
          viesse con ella que no hiziesse sino adoralla.

          _Flor._--Qué dizes, mi Polytes? mucho te deuo cierto;
          pero dezid, por qué no os gozays con mi tal huesped?

          _Lyd._--No sin causa dizen ser de temer la próspera y no
          pensada fortuna tanto y más que la aduersa. A, señor,
          mira, por Dios, que con tanto llorar, a ti consumes y la
          carta deshazes.

          _Flor._--Calla, que el gozo obra en mí más de lo que yo
          siento. Y tambien temo que sea sueño esto o illusion del
          demonio, que muestra vna cosa por otra, por engañarnos.

          _Lyd._--Amuestra; leer te la he, y verás y creeras.

          _Flor._--Ay, que el nombre de mi señora no ha de andar en
          todas manos. E aunque yo no lo meresca, la leo; alumbrame
          essa vela.


                      CARTA DE BELISEA A FLORIANO

          Es ya tanta tu demasia en ser atreuido perseguidor
          importuno de mi honra, que me ha confirmado del todo en
          tu aborrescimiento. E ansi con tal intencion forcé a mí
          mesma a te escriuir ésta de mi mano. Y no la tomes como
          fauorescido, en respuesta de tus vanas palabras y locas
          peticiones, pero como aborrescido la toma por despedida
          a tus deuaneos. Y el sí que me pides, sea: que si más
          cosa tuya viene delante mí, que con darme a mí pena, tú
          no ganarás honra, porque te tengo por manifiesto enemigo
          de mi descanso y destruydor de mi honra, y en esto podras
          saber con quánto tu desamor quedo por tu mortal enemiga.

          _Pol._--O, valas me Dios, señor! señor! A essotra puerta:
          tan muerto es como mi abuelo.

          _Lyd._--O, gran desastre y brauo mal; no sin causa temia
          leerla; bien dizen que pocas vezes el coraçon se engaña:
          echale dessa agua de azar, que desmayo es. O, qué sospiro
          tan de las entrañas!

          _Flor._--A, mi señora Belisea, o angel mio, quién te
          indignó contra mí? mucho te engañó quien te me vendio por
          destruydor de tu honra. Pero pues no puedo no te amar, ni
          tú quieres sino aborrescerme, a lo menos podré seruirte
          vltimamente con matarme.

          _Lyd._--A, señor, despide essas congoxas.

          _Flor._--No puedo, porque alegria no aurá lugar en mí. E
          tú, Polytes, acabadas son tus leales pisadas en molestas
          mensajerias. Salios fuera, y cerrad puertas y ventanas, y
          no me entre luz hasta que la muerte acabe lo començado.

          _Lyd._--Anda acá, Polytes, cierra essa puerta: qué
          gran mal es este? Llama, llama [á] Fulminato y a essos
          continos y gente, y armados acometasse la casa de
          Belisea, y traygase a Floriano, que mejor se deliberará
          despues con la justicia que agora con la tan determinada
          muerte.

          _Pol._--Mas yo voy en busca de Fulminato, que es registro
          viejo de males, y sabra de alguna alcahueta hechizera que
          esto negocie con el demonio, pues que Dios no quiere en
          ello parte.

          _Lyd._--Pues a tuerto o derecho haz como ya se remedie,
          y no me digas más en ello hasta ver lo que allá
          acordaredes, pues esta cosa es peor encaminalla por
          via de buen juyzio. Y entiende en esso, que yo me voy
          a descabeçar el sueño, que ya amanesce; y quando fuere
          menester, me llamarás.


                                NOTAS:

          [665] En el original, por errata, _deua_.

          [666] En el original, _Mas que por mas_, que no hace
          buen sentido. Tenémoslo por errata.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA IX

          Despertando todos en casa de Marcelia, yendose Marcelia a
            la missa del alua que solia, encuentranse ella y Polytes
            a la puerta de su casa yendo en busca de Fulminato.
            Passando sus razones, ella se va, y él subiendo llama a
            Fulminato con los demas, que se van a Palacio.


       FULMINATO, MARCELIA, FELISINO, LIBERIA, PINEL, GRACILIA,
                               POLYTES.

          [_Ful._]--O, quán intolerable es el calor destas noches,
          y en ser largas, no creo lo fue más la en que Hercules
          fue engendrado.

          _Mar._--Dime essa historia por mi vida, que hasta hoy no
          la sé cómo fue.

          _Ful._--Tan poco soy poeta; pero dizen que Jupiter,
          enamorado de Alcmena, muger de Amphytrion, estando
          con ella, por parescelle pequeña la noche, la hizo de
          espacio de veynte y quatro horas. Y de aquel juego salio
          concebido el Hercules.

          _Mar._--Alomenos, si esso fue ansi o no, poco te
          aprouechas dello, porque a media noche andada nos
          acostamos, y agora toda la noche es de siete horas, y aun
          con apenas alborescer ya te querrias ver mil leguas de mí.

          _Ful._--No te marauilles, que el fuego mucho gasta.

          _Mar._--Pues qué fuego hallas so las sauanas?

          _Ful._--Que qué? hazeys de la boua? pues oy cerradas son
          velaciones.

          _Mar._--Que aun responder no me quieres? pues espera, que
          yo te quedare a solas.

          _Ful._--Alla yrás diablo, qué caro me cuesta la cena de
          anoche, y ella mal pagada; quiero agora dormir vn poco.

          _Fel._--O, cómo es ya gran mañana.

          _Lib._--Por mi vida, señor, que te he manzilla, que no
          has pegado ojo. Voyme arriba de presto, que ya siento
          pisadas de algun leuantado: no nos halle aqui mi madre.

          _Fel._--Pues, mi coraçon, aprieta la puerta, y no me
          oluides.

          _Lib._--Ya por demas es, pues me tienes por tuya; pero o,
          cómo me hallo muy fuera de mí por Felisino! o, qué robado
          ha mi coraçon! o, cómo me hallo agena de mí! y como tal
          no puse más guarda en mi honra! o, cómo he mirado mal lo
          que he hecho! pero pues yo lo desseaua, y he ganado vn
          tal amigo, perdiendo mis quexas por demas, voy a ver a
          Gracilia.

          _Grac._--Ay, señor, y desame ya, que entraua mi prima, y
          creo que de empacho se tornó.

          _Pin._--Más deue de andar al regosto por acá.

          _Lib._--Duermes, prima? que aun andays en esso? donosa
          boua he sido yo con mi madrugada!

          _Grac._--Ay, espera, que me despertaste.

          _Lib._--Mejor te ahorquen que tú dormias. Pero de presto
          remediese cómo mi madre, que ya se viste rato ha, los
          halle a los dos juntos.

          _Pin._--Pues espera, que como vn trueno me voy con el
          hato a cuestas con Felisino, porque ayamos el dia en paz.

          _Lib._--Mas no viste quán liberalmente nos desembaraçó
          con todo su hato?

          _Grac._--Ansi han de ser los hombres.

          _Fel._--Cata, cata, cómo vienes huyendo?

          _Pin._--Porque no nos halle juntos Marcelia, que ya es en
          pie.

          _Fel._--Bien acordado fue, echate presto y durmamos si
          nos dexaren, que creo que lo auremos menester.

          _Mar._--Buenos dias, qué hazeys, hijas? bien me paresce
          veros desembaraçar la casa; y aquellos galanes?

          _Lib._--E tal qué sabemos, más de que deuen dormir? que
          abaxo algo está aparejado al no madrugar, y ellos que no
          lo han de costumbre.

          _Mar._--A la fe, hija, yerua pasce quien lo paga, dizen.
          Ellos siruen buen amo, son muchachos, al mundo tienen
          en nada. Quien les quitará el sueño vna noche que acá
          se quedan, sino que duerman y se harten? y vosotras
          durmistes bien juntas?

          _Grac._--Antes muy mal.

          _Mar._--De miedo.

          _Grac._--Parte de esso, pero yo de dolor de estomago, que
          me ahogaua.

          _Mar._--Hi, hi, hi.

          _Lib._--Cómo se rie mi madre del mal ageno!

          _Mar._--Anda, boua, que fue la madre que se te alteró con
          el cenar tarde, y acostaros luego, y salir de ordinario
          en el estomago, que andando se te quitará, y no te
          desarropes.

          _Grac._--Pues dónde con manto y sombrero tan de mañana?

          _Mar._--A nuestra señora de los Remedios; luego en oyendo
          la missa primera soy de buelta. No te vayas oy, quedate
          con tu labor hasta la noche, pues sobró vianda en abundo,
          y aun para parte de la semana.

          _Grac._--Sea como mandares; ruega allá por todos.

          _Lib._--Gran cosa es ésta, que no ha de faltar mi madre
          esta missa. Pero haze bien, que siempre trae su par de
          panezillos, y algo para ayuda de costa.

          _Grac._--Ya ves, prima, por tal señora lo haze. Pero no
          en balde dize ella tanto bien del sacristan, y agora veo
          que tiene razon. Ay, prima, prima, qué boçal eres; pero
          verás, y sabrás, y harás; que las que no tenemos otra
          renta si[no] la labor, es menester que lo çanqueemos para
          sustentarnos. Pero dexando esto, entendamos en algo.

          _Pol._--Aun quál será, si pierdo el tino a la casa? Pero
          aquella que se abre es, que quiça madrugan para salir sin
          testigos. Cata, cata por Dios, que la ensombrerada es la
          amiga de Fulminato, y aun que no le hiede el huelgo. Pues
          que ya ella me conoscera, allego. Buenos dias dé Dios a
          tu loçania, señora Marcelia.

          _Mar._--O, qué buena venida la tuya! pues agora no dudaré
          salir de casa, pero hazer quiero vna señal de tu venida.

          _Pol._--Voluntad no falta para seruirte, pero quien sirue
          a otro no es libre; ni aun agora, si no viniera en busca
          de Fulminato, no tuuiera esta libertad.

          _Mar._--Pues qué ha de hazer acá y a tal hora?

          _Pol._--El qué essotro lo sabe.

          _Mar._--Gracioso eres.

          _Pol._-Hi, hi, hi.

          _Mar._--Y qué es lo que te dio occasion de reyr? por mi
          vida que me lo digas, si es de ver me yr ansi. Voy de
          mañana a vn poco, por no ser de todos conoscida, y por
          ser de ninguno juzgada; y aun tambien porque voy más a mi
          contentamiento tan endelgada.

          _Pol._--Y aun al mio, que aun te querria más desnuda.

          _Mar._--Y tú eras? pense que eras vn sanctillo.

          _Pol._--De Pajares, que ardia él y no la paja. Pero aun
          creo que lo lleua a las veras; pues cómo dexas la gran
          prisa y te entras a dentro?

          _Mar._--Y ven acá, que no te comeré, que aun es gran
          mañana, y para todo tengo tiempo.

          _Pol._--Yo que te las entiendo, pues espera.

          _Mar._--Ay mezquina de mí, que estan durmiendo en este
          entresuelejo. Y dexa me agora, que asuadas que yo mire
          otro dia de quien me fio: pues yo tengo el mal que
          merezco, en sentarme contigo en este escaño por buena
          criança.

          _Pol._--Todas teneys esse gruñir y desagradescimiento.

          _Mar._--Ay, qué dizes? que con espanto de tu atreuimiento
          y mi daño no te entendi.

          _Pol._--Si no me entendiste al dezir, baste que me
          esperaste al hazer. Pero dixe que me perdones y vayas
          con Dios. Pero no sé dónde vas tú y otras muchas que he
          topado, vna vez que he madrugado, que van de la suerte
          que tú.

          _Mar._--Esso ellas lo saben, yran a lo que yo.

          _Pol._--Tan poco sé esso, y tú dónde vas?

          _Mar._--A la missa de nuestra señora de los Remedios.

          _Pol._--Ni aun soy tan bouo como esso, que agora passé
          por junto a la Trinidad y no ay sueño de abrir puerta.

          _Mar._--Y aun esso quiero.

          _Pol._--Peor es de entender vna muger que vn concejo.
          Pero atento que vas a missa donde no ay puerta abierta,
          las que como tú he topado disfraçadas, cruzando
          callejuelas, dime, van contigo a representar autos de
          comedias en cas de los abbades o van por las llaues para
          abrirte la puerta donde tú vas?

          _Mar._--Asuadas que no eres tú todo bueno, maguera muy
          mansito. Ay, ay, ouejita de Dios, el diablo te tresquile.

          _Pol._--No te rias tú de mi malicia, y no me confirmarás
          en el desseo de lo que te pregunto.

          _Mar._--Algunas yran a lo que yo, y otras en estaciones.

          _Pol._--Y van a rezar las con los abbades a las camas?

          _Mar._--Y calla ya, no apures tanto las cosas, que con
          algo se han de mantener en honra las que se defienden
          de la pobreza, de lo que a mí cabe gran parte por mis
          peccados.

          _Pol._--Y aun creo yo que tú y las otras andays estos
          passos en busca de los tales peccados.

          _Mar._--Ay, qué dizes? alguna malicia asuadas.

          _Pol._--La mesma. Pero digo que me agradas en darme a
          entender que andays estas andolencias a partir con los
          encerrados las quentas del rezar, y las obladas con
          los sacristanes, y las raciones y capellanias con los
          clerigos, y los beneficios con los clerigos.

          _Mar._--Reyr me hazes con tus malicias. Pero y dónde
          dexas los canonigos y dignidades?

          _Pol._--No, que essos son bienes de por vida. Porque
          aunque las de essos, aunque gastan más ropas en casa, no
          riesgan tantos chapines en yr y venir, pero estan a pan y
          mantel, y en éstos se sufre mejor que en los otros, ansi
          porque la furia del prouisor y justicia no alcança a los
          tales, como tambien porque la renta suple para todo el
          vicio toda la costa; que en los desseos pienso que todos
          corren las parejas, quál menos quál más a ello inclinado.

          _Mar._--Malicioso eres.

          _Pol._--Tu madrugada de herrero me da por qué: como si
          tuuiesses grandes tractos que proueer, ni las otras
          grandes males que remediar, para anteuenir el dia.

          _Mar._--Y di agora, sabes que el madrugar que no es para
          los ricos ni los viejos? porque los vnos con el no tener
          necessidad y los otros con no poder más, guardan las
          camas hasta medio dia.

          _Pol._--Antes[667] hallo yo por mi cuenta que el
          madrugar es para los viejos, porque con la falta de
          virtud, no durmiendo quando quieren, toman el sueño
          quando pueden. E ansi leuantanse de mañana para occasion
          de cansarse para despues poder dormir, y tambien por
          temor de no tomar sepultura en la cama. E aun porque,
          como crezca en ellos la cobdicia, y falta la virtud
          natural para ganar la hazienda, leuantanse de mañana
          para no perder la acaudalada. Y en esto son como el
          sapo, que piensan que les faltará la tierra. E aun creo
          que lo hazen porque, como ya viejos, han conoscido el
          mundo y sus engaños, y ansi temen que quando ellos le
          han más menester que no él a ellos, los dexará en vazio
          la hoja de todo lo en él adquirido. Pues los ricos, el
          temor de ser robados les quita el sossiego, y el poco
          sossiego no les da holgura en la cama, y el no reposar
          en la cama los desuela, y la mucha vigilia les quita el
          sueño, y la falta de sueño les añade congoxa y solicitud,
          y ansi anteuienen el dia por hazer perder el sueño
          sabroso y desseado, y aun necessario a los de su familia
          y trabajadores, para que su trabajo más largo de ellos
          y sudor les dé a los ricos más con que poder regalar
          los cuerpos que despues seran saco de gusanos. Pues los
          malhechores tambien anteuienen el día por perpetrar los
          males e insultos que las rondas de las justicias les
          estoruan de noche, como tambien sabiendo que el alguazil
          se pagará del sueño a la mañana por lo que quitó el
          rondar de ante noche, y ansi los malhechores hurtan les
          el cuerpo con madrugar. Y por tanto creo que madrugan las
          arreboçadas, y no lo digo por ti.

          _Mar._--No quiero más altercar contigo; mira si acá
          buscas algo, que me voy.

          _Pol._--Que me saques a Fulminato de rastro de so el
          cielo.

          _Mar._--No sé qué te dizes.

          _Pol._--Digo, porque me entiendas, que me saques de so el
          cielo de tu cama a Fulminato.

          _Mar._--Muy suelto eres en todo.

          _Pol._--Mal me quieren mis comadres porque les digo las
          verdades.

          _Mar._--Que ya por demas es andar contigo sino a las
          claras, pues todo lo entiendes, y en todo soy tuya: sube
          y llama primero, y hallar le has. Y quedate a Dios hasta
          que nos veamos más de assiento, que me tardo.

          _Pol._--Bien hazes en ser apresurada en el seruir a
          Dios, pero al diablo la doy, qué pegadiza es. Ya, ya acá
          está la vezina? asuadas que ouo capirotada, y guay de
          la despensa de Floriano que lo suda todo. Buenos dias,
          hermosa.

          _Grac._--Vengas en buena alborada.

          _Pol._--Dónde está Fulminato y los demás?

          _Lib._--Asuadas que aun duermen, que no se les pega más
          cuidado a estos de palacio sino holgar en la mocedad y
          poblar los hospitales en la vejez.

          _Pol._--Por muchos acontece esso, pero helo sale quien
          tiene las culpas.

          _Ful._--Buenos dias. E tú, Polytes, a qué tan de mañana
          por acá?

          _Pol._--A ver estas hermosas, y en busca tuya, que eres
          bien menester.

          _Ful._--O, descreo del inuentor de la idolatria: y qué me
          dizes? son muchos? o estan muy armados? o está puesto a
          saco el palacio?

          _Pol._--Será de ti y essotros, segun yo barrunto.

          _Ful._--Gran mal deue de hauer, pues no me lo osas dezir,
          y bien paresce que falto yo de casa. Dimelo ya, porque
          llame la ira, para dar a conoscer mi espada a los que no
          la conoscen.

          _Pol._--Panforrear.

          _Ful._--Qué dizes? habla claro, que me pones perplexo.
          Guia y dime por qué calle comience a descabeçar.

          _Pin._--No oyes, Felisino, qué obra passa Fulminato con
          Polytes?

          _Fel._--Vamonos, que no tienen cabo las cosas de
          Fulminato, y despidamonos de las muchachas, y dexemos a
          este hombre.

          _Ful._--Pues no dizes qué calle començaré?

          _Pol._--Dexate de tanto orgullo delante de mugeres, y
          vamonos, que ya van abaxo los compañeros.

          _Ful._--Pues sepamos si lleuas las armas competentes al
          caso, para que no nos escape nadie.

          _Pol._--Anda ya que basta solicitud y cordura para que
          viua Floriano, y tú medres.

          _Ful._--Esso me aclara agora que las moças se baxaron.

          _Pol._--Que es menester que busques de tu mano alguna
          muger hechizera o alcahueta que acorra a Floriano, que ya
          sabes quál está, y siempre empeora.

          _Ful._--Ya, ya, esso es? pues dalo por hecho. Pero mira
          que el prouisor anda riguroso, y la usticia es mucha, y
          cumple que esto se sienta, no se diga, porque en Dios val
          afrentan vna muger de bien.

          _Pol._--Al cabo estoy. Vamos, y verte has con Floriano,
          que te embia a buscar.

          _Ful._--Alto, hermanos, marchar para casa, que ay bien
          que hazer. Y las hermosas perdonen por agora.

          _Pol._--Señora Liberia, perdoname, y tú, señora Gracilia,
          que Pinel e yo daremos buelta en concluyendo estas prisas.

          _Grac._--Señor Felisino, y todos, vays con Dios.

          _Ful._--Alto, vamos con reposo, porque si hay alguien
          recatado, no le auisemos.

          _Grac._--Prima, ellos son ydos, y bien sé que te pesa
          y me pesa; pero vn dia viene tras otro. Vamos arriba y
          cierra essa escalera, y aderecemos estas camas y casa,
          que paresce meson. Pero dime, cómo te fue con la compañia?

          _Lib._--Y quál? luego no me sentiste tornar anoche luego
          a la alcobita de la chimenea?

          _Grac._--Yo otra cosa pensaua. Pero si ansi es como
          dizes, restituyote la honra, aunque bien dizen que se
          toma antes el mentiroso que el coxo. Y estas sauanas qué
          dizen, prima? agora te digo que te auias guardado mucho,
          pues hasta esta noche no estropeçaste donde hiziesses
          sangre. Y dichoso Felisino que tal joya se lleua.

          _Lib._--Ay, que me afrentas, que no es sino lo que suele
          auenir a las mugeres.

          _Grac._--Mas mira qué duda, y no mires en esso ni te
          corras de mí, que tambien como muger passé por lo que tú
          esta noche. Mas ni aun por tanto al nombre de las gentes
          donzella me llama, y ansi me diran mientras la persona
          hiziere, pero guardare la honra. E mira, prima, que oy en
          dia muchas son donzellas, y aun de alta guisa, y pocas
          lo son. o muchas no son virgines, aunque se casan por
          ello. Y ansi lo seras tú, y por tan donzella te tendrá tu
          madre como ayer. Y cata que mejor es esto que no andarte
          deshaziendo de dentera de lo que hazen tus vezinas, y no
          te me vayas, que quisiera aqui a Felisino, para que me
          vengara de esse tu empacho. Guarda bien essas sauanas,
          que dixeron la verdad que tú me encubrias, no las vea tu
          madre, que a mí el cargo que presto la sigas sus passos,
          porque bien aya el que a los suyos paresce.

          _Lib._--Calla ya, que me hallo confusa.

          _Grac._--Agora te digo que eres boua: sobre hecho es
          tomar plazer mientras turare esta triste vida.


                                NOTAS:

          [667] En el original, _Ante_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA X

          Lydorio halla a Floriano hablando a solas, y queriendo
            entrar le a ver, sobreuiene Fulminato, y tractan los dos
            del remedio de Floriano. Entran a él y hacen le leuantar.


                LYDORIO, FLORIANO, FULMINATO, POLYTES.

          [_Lyd._]--Quiero yr a ver a Floriano, porque no seria
          justo desmamparalle en tal coyuntura. El es mancebo,
          dotado de bienes de fortuna y de natura, y está tocado
          de gran rabia. E pues en las afrentas se ha de ver la
          buena voluntad, vestida de buenas obras, porque obras
          son amores, que no buenas razones; aunque, por Dios
          que quisiera no ser le tan obligado por gozar de sus
          desatinos que haze, y de los dichos delicados que dize.
          Cata, cata, razonando está: oyr quiero el con quién antes
          que entre no llamado.

          _Flor._--Cómo es possible, mi señora, que con vuestras
          tantas y tan altas virtudes quepa vna tanta indignación?
          Mira que en lastimar me a mí eres a ti enemiga. Mira que
          pensar tú matarme pierdes tiempo, porque a no me conoscer
          por muerto por ti desde que a ti conozco para te amar, en
          vengança tuya seria verdugo mio yo mesmo.

          _Lyd._--O, qué lástima es verle tan ciego, que piensa él
          agora que está delante de la señora.

          _Flor._--Y aunque a mi baxeza deua tu merescimiento
          silencio en respuesta, a ti mesma deues de satisfazerte,
          respondiendo a esto que digo. Pero yo quiero responder
          sin tu licencia por ti, a mi poca justicia, como no
          merescedor de oyrte. E digo y confiesso que justamente es
          castigado mi atreuimiento. Pero sea ansi que me libertes
          para vengarte de mí en mi mesmo, porque no seas tenida
          por cruel en poner fuerças contra tu captiuo y en matar
          al muerto ya de tu hermosura. Y ansi yo ganaré honra y
          loor de los que supieren que yo fuy merescedor de vengar
          tus injurias. Pero pidote vna sola condicion y merced, y
          es que sepa yo que tú sabes mi muerte ser por ti, para
          que yo me apressure al morir por ganar antes la gloria
          para que el amor me tiene. E tú firmarás la sentencia que
          yo execute para más certinidad mia de que tú sabes el
          por qué de mi morir, porque ansi el clamor del verdugo
          publicará delante tu magestad el por qué de tu justicia
          y mi pena, y ansi sabras ser tú el tal por qué, y ansi
          sabre yo que muero para descansar.

          _Lyd._--O, qué bien trauado razonamiento! pero ya toca la
          vihuela: oyo.

          _Flor._  Belisea, di me, di
                si en saber que por ti muero
                si te acordarás de mí.


                                 LETRA

                Con aquesto soy contento
              del dolor que por ti passo:
              con que sepas mi tormento
              y el gran fuego en que me abraso;
              pero dime si en tal caso
              que aquesto pido de ti,
              si en saber que por ti muero
              si te acordarás de mi?
                Otro gualardon no quiero
              en pago de lo seruido
              sino que sepas que muero
              y el dolor con que he viuido;
              mas dime lo que te pido,
              que es vida saber de ti
              si viendo que por ti muero,
              si te acordarás de mi?
                Aunque sé que mucho pido,
              pues que pido tu memoria,
              dame lo, pues me despido
              con este bien de más gloria;
              pues muriendo más victoria
              no espero sacar de ti,
              lleue cierto, pues que muero,
              el quedar viuiendo en ti.
                No pido que no me mates,
              pues no puedes no lo hazer,
              mas pido que me rescates
              de tan largo padescer:
              questo puedes lo creer,
              que muero solo por ti,
              y ansi pido, Belisea,
              viua Floriano en ti.

          _Lyd._--O, qué lastima es ver perder vn tal
          entendimiento! Fulminato viene, quiero dar le espuelas en
          buscar algo. Porque aunque sea por malos medios, si Dios
          de ello se ha de seruir, lo endereçará en bien.

          _Ful._--He tardado con mi acorro?

          _Lyd._--Anda allá por essa sala vn poco, y luego sabras
          esso.

          _Ful._--Pues de presto, y concluye con que sea por via de
          espada.

          _Lyd._--Pues aun no estoy muy lexos de ello.

          _Ful._--Pues estarlo he yo si puedo.

          _Lyd._--Qué dizes?

          _Ful._--Digo que no acabaremos de otra guisa, porque la
          fortuna es de los osados.

          _Lyd._--Y aun a vezes contra ellos. Pero dexando esto: ya
          sabes la falta de sosiego que ay en casa, porque faltando
          la salud en la cabeça no pueden estar los miembros buenos.

          _Ful._--Todo lo alcanço, y en todo te entiendo: que
          hartos ratos hurto a mis occupaciones para pensar qué fin
          ha de auer esto y qué remedio se podría dar, y no siento
          sino vno de dos.

          _Lyd._--Essos me dí.

          _Ful._--Lo primero, entrar en casa de Lucendo, porque
          aurá para Floriano qué goze y para nosotros qué robemos.
          Y para esto, si a mí me encargan el facto y me conceden
          el saco, ni la dama me quedará por traer, ni arca por
          mirar. Y aun si fuessen menester dos dozenas de espadas
          como éstas, presto las hallará para tales hechos
          Fulminato. Ansi que boqueame esto tenerlo por bueno, y
          presto verás hazañas, pues éstas son mis missas.

          _Lyd._--Desuario seria pensar tal cosa, pues en esso se
          han de poner los hombres, con que piensen poder salir.

          _Ful._--Mas no, sino ponte á ello, y piensa que me
          tendras! que en balde te confiarás en mí.

          _Lyd._--Dizes algo?

          _Ful._--Digo que para qué pides mi parescer, pues me
          conosces, si no me has de tomar el consejo? mas no, sino
          esperate a ydas y venidas de vn muchacho para que la
          tempestad veniendo de golpe, nos atrampe a todos.

          _Lyd._--Pues qué quieres? va se Floriano tras esto sin
          freno, y al cabo del tiempo y aun la hazienda no sé qué
          cogeremos de la sementera.

          _Ful._--Pues a peor librar, si mi primer consejo de ser
          por armas no se toma, algo más haria yo, pues con el
          argen en la mano hallaré alcahueta o hechizera que se la
          ponga en las vñas.

          _Lyd._--Si esse era el segundo camino, no sé de qué me
          asga. Floriano se va a la muerte, su casa se desasosiega,
          su hazienda se dissipa; mal aquí, peor allí; sospecha
          me pone todo. Pero al fin dé do diere, y guialo por do
          quisieres tú, Floriano[668], que si de Dios es, él sacará
          de malos principios buenos fines.

          _Ful._--No sé lo que Dios querra. Pero yo digo que vale
          más buena espada y mala possession que sólo buen derecho.

          _Pol._--Mucho me he detenido en no entrar a Floriano.
          Porque si ay más mensajes con tal porte como los
          passados, presto caera el pelo malo.

          _Ful._--Pues, señor Lydorio, si no te determinas en lo
          que yo desseo, entremos a esperar el parescer de Floriano.

          _Lyd._--Mal differencia el ciego los colores. Pero ay
          viene Polytes; entre a ver qué haze, o si acuerda de
          comer oy.

          _Flor._--Pajes?

          _Pol._--Señor?

          _Flor._--Di, Polytes, qué buscas? que ya concluyeronse
          tus mensajerias?

          _Pol._--Señor, entro a ver a quién llamas.

          _Flor._--Yo? a Belisea llamo, a Belisea inuoco, a Belisea
          apellido, por Belisea sospiro, por Belisea viuo, por
          Belisea muero, por Belisea doy vozes, aunque no espero
          ser oydo. Pero dime, qué hora es?

          _Pol._--Las doze.

          _Flor._--Del dia o de la noche?

          _Pol._--Señor, medio dia es.

          _Flor._--Ay! que aun a mí no me ha amanescido por
          la claridad de mi señora. Pero pues ansi es, di al
          cauallerizo que me apareje vn cauallo, que quiero yr a
          Sant Pablo a missa, y encomendaré el alma tan perdida a
          Dios, pues el coraçon tan ganado tiene mi señora. Y ve,
          di al camarero que me trayga vna ropa que vista.

          _Pol._--Donosa será la madrugada; a la muger del pastor,
          que a la noche se compone, me paresce Floriano. Y mira
          pues a qué hora y dónde busca missa! que no salen más
          de círculo por sus compasses los frayles que relox
          bien regido, y viuen más a punto en su recogimiento y
          cerimonias que gente de vela. A, señor Lydorio, Floriano
          pide vestido a gran priesa, y manda ensillar vn cauallo
          para yr a Sant Pablo a missa.

          _Ful._--Quiça yrá a tener nouenas o meterse frayle,
          porque a missa, si no es para con visperas, no sé a qué
          vaya oy a Sant Pablo.

          _Lyd._--A, señor, aquí traygo el vestido, mira si mandas
          abrir las ventanas de la quadra?

          _Flor._--Abre las, porque más claro veas mis tinieblas,
          pues no es essa la luz que a mí me alumbra.

          _Lyd._--Mucho te eres, señor, enemigo.

          _Flor._--Antes lo sería si no conosciesse esto, y me
          tractasse mal, pues mi señora se sirue de mi pena.

          _Lyd._--Mi fe, si ella se quiere vengar de ti: si tú te
          matas, mal podra executar en ti su furia. Y ansi te digo
          que te deues buscar la vida, si quieres bien a tu señora,
          y a ti por ella, para que le des lugar con que en tu
          paciencia con su persecucion se sirua de ti, executando
          en ti su rigurosa justicia.

          _Flor._--Bien dizes. Pero cómo sabre yo que ella, como
          cruel, aun se acordará de mí para matarme? pero ay, que
          me hezistes llamar cruel á la misericordia! Perdona,
          perdona, señora, el solo yerro de lengua, pues tan
          proprio tuyo es el perdonar como mio el offender tu
          merescimiento, pues que sola tú te meresces, y sola
          tú te conosces, y sola tú puedes hablar de ti mesma
          sin que se te haga injuria y te sea gran baxa andar tu
          nombre en lengua agena, si no fuere tú lo queriendo,
          que daras, en tal caso, con la occasion, meritos, y tú
          perdonarás los defectos, pues obligas a ellos, porque no
          ay entendimiento humano que te entendiendo no sea rudo,
          ni memoria que no sea faltosa, ni voluntad que baste, ni
          lengua que no enmudezca, ni manos que no tiemblen, ni
          seruicio que no te sea poco.

          _Lyd._--O, qué encarescimiento tan bien trauado, aunque
          sin razon, porque por perfecta que ella sea, al fin es
          muger!

          _Flor._--Qué dizes? no te parece, Lydorio, que
          occasionalmente y con razon me culpo? Di lo, di lo, que
          pues yo cayo en mi yerro, holgaré oyrte la verdad.

          _Lyd._--Quiero otorgar con él; quiça por aqui le guiaré
          mejor. Bien veo, señor, que tienes razon. Pero tambien
          querria que mirasses que, pues eres de Belisea, aunque
          por ser tuyo te obligauas a te tractar mal, siendo, como
          te publicas, suyo, deues te tractar bien por ella cuyo te
          conosces. Pues aun dize el vulgar: que quien bien quiere
          a Beltran, bien quiere a su can.

          _Flor._--Bien veo que aciertas en esso. Porque como todo
          yo sea suyo, yo me deuo auer bien comigo, porque ella no
          reciba agrauio en mí. Y por tanto me leuanto y quiero yr
          a Sant Pablo.

          _Lyd._--Señor, dexa los frayles agora en su acostumbrado
          y loable recogimiento, y concierta tu casa y sustenta
          la vida (que dizes tener por tu señora) y come, que es
          aun tarde para ello, quanto más para yr a missa a donde
          tractan ya de yr a visperas.

          _Flor._--Pues anda allá fuera, y lleuenme al cenadero
          de comer, para gozar de la musica de las auezitas, que
          cantan con el mal que yo lloro.

          _Ful._--En el nombre de señor san Julian, y qué risueño
          sale Floriano; quiero yr por parte de su risa, porque con
          el plazer quiça se emburujará algún pedaço de medra. O,
          señor, y cómo el coraçon no me cabe de plazer de verle ya
          en ti!

          _Flor._--Yo te lo agradezco. Pero por qué no me vees?

          _Ful._--Como por acá ande en tu seruicio, la falta de
          merescimiento me quita la osadia al entrar, esperando ser
          llamado: lo que no haria en el acometer diez offensores
          tuyos.

          _Lyd._--Señor, siempre tiene más negocios que buen
          solicitador de causas.

          _Ful._--A la fe, siempre me precié ser vno entre los
          buenos, y hazer por todos.

          _Flor._--E dime, tienes ya algun conoscimiento en el
          pueblo?

          _Lyd._--Y cómo ansi, que en faltando un rato de casa, le
          buscan más gentes de espada y broquel, que me espanto.

          _Flor._--Y qué gente es essa?

          _Lyd._--Los que acompañan los alguaziles, que llaman acá
          porquerones.

          _Ful._--Alguno que tiene embidia a su officio les llama
          tal nombre. Porque por él les hazen el buz más de diez
          peynadetes. Y por su temor no osan andar de noche hartos
          valientes de nombre. Pero Fulminato y aun los de su
          librea por su causa no les molestarán passo.

          _Lyd._--Y aun ansi les desbarretas tú por ti y por todos.

          _Ful._--E tacha hallas la buena criança, que a tantos
          haze bien?

          _Flor._--En cargo te son mis criados, y ternan por qué te
          acatar.

          _Lyd._--Y aun cómo, y con razon, como a padre de
          desconsolados, y a remediador de huérfanas, le vienen a
          buscar más hijas de maldicion, que es vna admiracion.
          Y ansi como a las tales hijas les halla tales hiernos;
          todos le honran como tal padre de su consolacion, y aun
          perdicion.

          _Ful._--A la fe, por más que digas malicias, si hijas
          tengo, no con lo que tú les dotas.

          _Flor._--Pues que aueys bastado a me hazer reyr, quedese
          para otro dia la plática ansi apuntada y den me de comer.
          Y tú, Fulminato, ve que me adereçen de gineta vn cauallo.

          _Ful._--Señor, yo voy á cumplir tu mandado, y con desseo
          que nos mandes presto tornar a la plática trauada.

          _Lyd._--Ve, que en casa me hallarás para cada y quando.


                                NOTAS:

          [668] ¿Tal vez yerro por _Fulminato_?


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XI

          Tractando Polytes de yr a ver a Justina, Felisino le
            lleua a casa de Marcelia, y ansi se le estorua su viaje.


                 POLYTES, FELISINO, MARCELIA, LIBERIA.

          [_Pol._]--Algun buen _Pater noster_ se habrá oy rezado
          por mí, pues que con ya no yr Floriano fuera oy, el
          desseo con que oy me leuanté de visitar a Justina, creo
          que aurá sazon y effecto. Quiero agora dar comigo en casa
          de Lucendo.

          _Fel._--A dónde tan cogitatiuo?

          _Pol._--Si ouiera qué te comunicar, creeme que a ti antes
          que a otro. Pero aca pensaua con migo cómo hazer cierta
          cosa.

          _Fel._--Ya sabes que essa manera de no te me declarar es
          combidarme a más querer saber lo que sea. Porque si es de
          las puertas adentro, te sere amigo, y si de las puertas
          afuera, acompañaré tu persona con mis armas y presta
          voluntad.

          _Pol._--Dios te lo pague, e yo lo agradescere en
          semejante menester; que si no es la moneda, no sé quién
          mal me quiera. Pero mira si tienes dónde yr, y guia.

          _Fel._--A lo que dizes de la moneda, dolencia de muchos
          buenos es, agora tan vsada como el mal frances; y a lo
          segundo, no tengo, por mis peccados, dónde me aluergar.
          Pero querria yr a la cal nueua por vn guante que oluidé
          en la posada de Fulminato ayer.

          _Pol._--Anda, vamos, que calçar deues de querer el
          guante. Pero guarda, no te desuelles las manos con el
          menudear.

          _Fel._--Pues me entendiste sin me declarar: sabes ya,
          hermano, que, si quiera por cobrar buen crédito á los
          principios, es menester orgullo. Pero despues de bien
          posseyda la heredad, vna vez en la semana, como pan
          bendito.

          _Pol._--Para contigo basta y aun sobra. Pero cómo tomas
          pleyto con quien sobre tal hazienda no sabe tener medio,
          ni perder hambre de tal mantenimiento? Piensa que tendras
          trabajo. Y mira que entras a nadar en pielago donde
          otros más expertos nadadores que tú no hallaron vado. Y
          auisa que competidor tienes que pocas vezes le hallarás
          satisfecho; no sólo con lo suyo, pero aun con todo tu
          caudal, y tiempo, y fuerças, porque aun harás todo lo
          que puedes, y si descaes del ordinario, y que sea harto
          ordinario, te meterán a ojos vistas otro en la heredad,
          y te harán que la veles, y el otro desfrute, y tú no
          lo creas. Cata que no te contentes en esta feria, si
          compras, con solo marcar la mercaduría, y aun esto no sé
          si aurás hecho.

          _Fel._--Andando hazia allá, te diré cómo me pienso auer.
          Abezar el estomago a poca vianda, y ansi, quando tuuieren
          extraordinario, tomándolo loaran a Dios por poco que sea,
          como pupilos de plato tassado.

          _Pol._--Hi, hi, hi, qué ordinario quieres tú donde
          quantos escriuieron desto no hallan en mugeres
          medio, sino vno, que en esto las pone en extremos de
          contentamiento?

          _Fel._--Pues yo no lo que los libros, pero lo que mis
          fuerças basten les daré; y aun de alli quitando algo, y
          si más quisieren, que musen.

          _Pol._--Si ansi lo guias, tú serás vezino de Cornualla, y
          tendras possession en Ceruantes conoscida, adonde andes a
          caça de cuclillos.

          _Fel._--Por esso bien que no tienen mi palabra por más de
          quanto turare el vso y fruto; que por temor de essas aues
          temo el perpetuo vinculo. Y ansi más quiero andar a lo
          fresco, oy aqui, mañana alli, que perpetuar casta.

          _Pol._--Si ansi te sabes auer, serás sabio, porque gran
          afan es buscar carretas y requas a cada passo andando
          en estos palacios, para lleuar hijos quiça que hechos a
          medias.

          _Fel._--No no, horro Mahoma, todo mi axuar a cuestas como
          el caracol, porque buey suelto bien se lame. E ya que aya
          de tomar estado, será en mi naturaleza, porque cada gallo
          canta en su muradal, y en la tierra agena la vaca acuerna
          al buey.

          _Pol._--Y aun ansi es lo acertado. Porque el que se casa
          en tierra agena, toma la muger mala y hazensela buena.
          Y aunque vea el gayon, que calle el cornudo y vaya a
          trabajar: y aun siempre le diran que todo lo huelga y
          todo lo gasta. Y aun, hermano, en esta tierra vende la
          tienda la hermosura de la muger que te dieren de dia,
          y despues a la noche desnudando se quando le pidieres
          virgo, dar te ha la verdugada o emprestada o alquilada, y
          a la mañana todo lo paga la sangre de un palomino, y lo
          ha de llorar el triste paciente.

          _Fel._--No creas tal cosa.

          _Pol._--Si estos principios no sabes, presto venderas
          cestos, y aun quemarás en tu casa cuernos, y te lo harán
          olor de ambar gris ó menjuy. Y pues estás a la puerta,
          mira por ti, y queda te a Dios, y mira que llamen antes
          que saludes, si no quieres ser mal recebido en estas
          casas de tracto secreto, con presumpcion de buena
          fama y humos de honra; en especial que arriba ay gran
          trastauillar de pies; que te auran visto y aurá algun
          trasparamento, o puerta falsa (si la tiene esta casa) y
          voyme.

          _Fel._--Perdona, que has de ser testigo de lo que ouiere;
          y llamo, ta, ta, ta.

          _Mar._--Presto acaba, hija, pon en cobro esse galan, que
          no escusamos abrir a Felisino y Polytes.

          _Lib._--Anda, abre les la puerta, madre, y detenlos
          algo, mientras le echo por la puerta del corralejo.

          _Pol._--Cata que, aunque me llamas sospechoso, la
          tardança en abrir y el bullir del sobrado saca mi malicia
          cierta y mi sospecha verdadera.

          _Mar._--Quién llama a la escalera tan apriesa? O qué buen
          encuentro por cierto!

          _Fel._--Bueno le es para nosotros en verte; pero pensauas
          auerlo a solas?

          _Mar._--De tal compañia huelgo yo en mi casa. Pero dónde
          te subes?

          _Fel._--Señora, quedo se me vn guante este dia, y aunque
          no tiene adobo, pero porque no aprouechará éste a mí ni
          el otro solo a nadie, le voy a buscar, y con achaque dél,
          vine a te ver.

          _Mar._--Bien parescen vnos guantes a vn galan. Pero tú,
          señor Polytes, buscas guante?

          _Pol._--Sí buscaría, si me aprouechasse.

          _Mar._--Pues cata que muchas vezes hallan vnos lo que
          pierden otros. Pero qué priessa es essa, Felisino? y
          espera que todos nos subiremos.

          _Pol._--A mí me perdona, que me voy a vn negocio de prisa.

          _Mar._--Pues sabe que en esta casa ni comen los hombres
          ni te quieren mal. Y tú, Felisino, sube, que tras ti me
          voy, y ten en mucho fiar se te la casa ansi.

          _Fel._--Ansi lo tengo por cierto; pero mejor te ahorquen
          que no te las entiendo. Pues anda, que sendas nos
          tendremos, que si a ella le contenta el muchacho de
          abaxo, a mí la muchacha de arriba.

          _Lib._--O, bendito Dios que me libró de hombre tan
          moledor; pero buen albalá de quatro reales me queda en
          las vñas, sin lo que dió a mi madre. Bonica, pues, me
          estuuiera yo royendo con hambre de mi casta honestidad,
          molestada de mil deseos de lo que agora me viene a manos
          llenas. Y pues que mi madre con su dissimular aprueua
          mi hecho, andemonos a ellas. En cargo soy a Felisino,
          que con pensar que me robaua me libertó, para que siendo
          suya de nombre pueda[669] vestirme de tales ropas como
          la que agora desnudé. Pero o, qué dicha la mia, que
          helo venia ya tras mí, y por poco no me topó viendo su
          possession que él primero labró. Pero ha se de hacer a
          la carga, y aun que lo vea y no lo crea, sino que piense
          que sueña. Pero algun embaraço tiene mi madre que ansi le
          dexó subir, aunque no se me da nada; que ésta, que es la
          primera y no será la postrera, no me la quitarán ya.

          _Fel._--A, mi señora Liberia; vengo a verte porque no
          sossiego sin ti; qué hazias por allá abaxo?

          _Lib._--Norabuena vengas; no sé si te crea: essas
          entradas qué decoradas teneys todos para embaucar a las
          que os atienden lealtad. Y vosotros, ésta os mata, y la
          otra os mata, y todas os matan, y nunca morys, ni aun os
          acordays sino de lo que gozays por el momento que tura.

          _Fel._--Anda, que no me acuerdo de mí por tu causa.

          _Lib._--Pues ya que digas lo que quieres, dexa estar mis
          tocados, y mira que estamos solos, y subira mi madre.

          _Fel._--Y que esso me dizes, y entraste a la cámara? pues
          espera.

          _Pol._--Señora Marcelia, sube a poner cobro en tu casa, y
          perdona mi priessa.

          _Mar._--O, valas me Dios, qué desamorado eres; quitemonos
          ya de la puerta y subamos a este entresuelo, que te
          quiero preguntar vn poco mientras baxa tu compañero con
          el guante.

          _Pol._--Al fin aurá de salir con la suya.

          _Mar._--Mucho te agradezco esto. Pero mira que no
          seas tan atreuido como este dia, y toma de mí la sana
          intencion y llana conuersacion.

          _Pol._--Ya no puedo con honra dissimular más, pues que
          harto se me declara en dichos y meneos. Señora, perdona
          mi pesadumbre, porque no quiero que taches mi couardia.

          _Lib._--Parescete pues, señor, que si mi madre agora
          subiera, que dauas donosa cuenta de mi?

          _Fel._--Anda, mi señora, que ya me querrias ver fuera,
          porque tendras otro que más ames que a mí.

          _Lib._--Ay, perdida yo por quererte, pues ya me juzgas
          por muger comun. Vete, vete [de] delante de mí, que
          aunque quede escarnida mi innocencia en te amar, auisará
          mi malicia en tener de ti el crédito que devo.

          _Fel._--Anda, vida mia, que me burlaua.

          _Lib._--Y aun ansi lo veo yo que te burlas de mí.
          Desdichada, que me robaste mi limpieza, y por ti engaño a
          mi madre, que piensa que soy la que ella me tenía. Anda,
          anda, engañador, destruydor de mi honra, y de oy más no
          te fies en mi llaneza y fidelidad que te he tenido.

          _Fel._--Agora que tu sentimiento me pregona tu bondad, te
          tendre y querre más. E ya sabes que los amigos ciertos
          son los prouados.

          _Lib._--Vete luego [de] delante de mí.

          _Fel._--Pues di que me perdonas y no quedas enojada, e
          yreme.

          _Lib._--Vete y no quedo.

          _Fel._--Pues a Dios quedes.

          _Mar._--Ay, cómo te as auido mal comigo; pero yo me tengo
          la culpa, que conosciendo te me fié de ti sola.

          _Pol._--Donoso tirar de alesna es esse.

          _Fel._--A, hermano, baste ya, y vamos; y tú, señora
          Marcelia, perdona y haz las pazes de arriba.

          _Mar._--Doy al diablo el majadero derramasolazes. Ay,
          señor Felisino, no te escandalizes de que a solas
          estaua preguntando a Polytes vn poco; pero qué son las
          enemistades?

          _Fel._--A dónde le acudio? Digo que nos hagas amigos a mí
          y a Liberia, que le pedi vna aguja por tomar mi guante.

          _Mar._--Traele vna dozena y hechas seran las pazes.

          _Fel._--A Dios quedes, que yo lo haré.

          _Mar._--Dios os guie. Y tú, señor Polytes, no oluides
          esta casa.

          _Pol._--Pierde cuydado. Allá quedarás, diablo bagassa,
          que para tu hambre, ésta y no más, si puedo.

          _Fel._--Pues para yr ya tú a otra parte no tendras
          tiempo, encaminemos para palacio. Y dime cómo te fue, que
          demudado saliste de color.

          _Pol._--Que quisiera que baxaras antes; pero creo que
          tambien huyes tú la compañía.

          _Fel._--Y aun que si bien lo supieses, aregañarias, dixo
          el Bizcayno. Pero la viuda de buen fregado es, y en ti
          que hallaria buen coçadero para su comezon.

          _Pol._--No sé qué se hallo en mí, pero sé que en el
          pueblo no la aurá muger tan lasciua. Y no tengo en nada
          ser amiga de Fulminato, sino como no es ropa comun; pues
          no seran menester rethoricas para halagarla, ni fuerças
          para derrocarla.

          _Fel._--Pues no piensa el otro sino que tiene thesoro en
          caxa.

          _Pol._--Bien mantendria estotra con palabras huecas del
          otro su grauedad, y con sólo su pasto su hambre.

          _Fel._--Aun creo que te abrió la bolsa?

          _Pol._--Abrio para echarme en ella este real de a quatro
          con que me compró, y aun barato, y para nunca más.

          _Fel._--Esso no diga nadie, que no caera otra y otra vez,
          si Dios no le guarda. Pero esse yo se le vi a Fulminato,
          con que ayer hazia alarde. Y segun veo, pagate sus
          cuernos con los quatro sueldos.

          _Pol._--Pues no tengas esto en nada que me diessen para
          comprar ropa tan basta y de balde costosa. Pero mira
          que tú no los pagarás con los quarenta, si el otro con
          quatro. Porque el pato ya te costó vna cena; y aun apenas
          entraste en la confradia de los de esta casa, porque la
          hija ha de aprender de la madre.

          _Fel._--Anda, hermano, que si me costó caro el pato,
          compréle, y degolléle, y comíle fresco, y trinchéle de mi
          mano.

          _Pol._--Dichoso fuyste, pues con essos adherentes
          compraste barato. Y aun creo que te vendieron lo que
          tenian gana de echar de sí, y que aparaste vianda que
          otros te coman del mesmo plato, y abriste por donde te
          entren al melonar. E ruega a Dios por salud, que verás
          como en casa del herrero todos aprenden a majar hierro, y
          en casa del escriuano a escreuir, y la hija aprendera el
          officio de la madre.

          _Fel._--Calla ya, que no entiende ella más las algarauias
          de su madre que si nunca la conosciera.

          _Pol._--Ay, peccadora de la bouilla! Tú eras proprio
          para casado, porque en tu opinion siempre fuera buena tu
          muger, y viuieras con las hechas, sin las sospechas.

          _Fel._--Mal me conosces. Antes por prouarla la pedi zelos
          sin por qué, y ansi saltó como granizo de aluarda.

          _Pol._--Y aun por ay me confirmas en mis sospechas;
          porque quien se quema, ajos ha comido.

          _Fel._--Anda, que quando ay algo, malo es de encubrir.

          _Pol._--Tú deues llamar algo el hallarle en la cama.

          _Fel._--Di tú lo que quisieres, que yo bien sé lo que me
          tengo en Liberia.

          _Pol._--Vna trabajosa guarda, si ella no quiere ser
          guardada.

          _Fel._--Y aun porque conozco yo en ella muestras de muy
          buena, no dudo de su seguridad.

          _Pol._--Pues si tú crees las muestras y compras el paño
          por la lista, yo dudo de las obras. E si tú eres cierto
          de su seguridad, yo no seguro de su bondad; porque al
          fin es hija de madre, y de vnas puertas adentro; de
          manera que con quien pasce y de quien nasce. Pues mirá
          si bastando lo vno a que se le pegassen de sus maternas
          costumbres, qué será viendola y entendiendola, siendo ya
          para lo que ella, sin mancarse ya en la labor?

          _Fel._--Anda ya, que es tan buena que no la derrocará la
          madre aunque sea más peor que tú la pintas.

          _Pol._--Pues mira que si buena fuera la hija, que no se
          diera a ti, y si no aprendiera de la madre, no supiera ya
          cumplir contigo. E al cabo dame la tu muger, y dar te la
          he inconstante; damela moça, daretela peligrosa; damela
          que se vea algo hermosa y no sea muy guardada, que yo
          te la doy por perdida; damela loquilla y golosa, que yo
          te la doy por barata; damela nouicia o principiante en
          el officio o lauor que tu la enseñaste, que yo te digo
          que para ver si podra cansar y por ver si podra matar
          su desseo, ella busque cómo experimentar sus fuerças,
          y obrar sus desseos, y aprouechar sus mañas, y cumplir
          su nueuo apetito experimentado, aunque viejo en ser
          desordenado.

          _Fel._--Aun dirás algo que me pusiesse temor, pero es muy
          desapegada y çahareña. Lo qual como no tenga su madre,
          veo que cada vna sigue por su natural inclinacion: la vna
          al vicio y la otra a la virtud.

          _Pol._--Y cómo agora sabes que por muchacha que sea, que
          quando les cumple, sacan de las del saco? y ansi se saben
          mostrar buenas, y honestas, y çahareñas, y halagueras, y
          amorosas, y muy pegajosas, y muy sacudidas y desamoradas.
          Y quiero que sepas, si no lo sabes, y si lo sabes oye mi
          opinion, y es: que las que más sacuden de sí los hombres
          y hazen de las honestas y turbadas, de vergonçosas, essas
          por la mayor parte con la turbacion estropieçan y caen,
          no de manos como el gato, pero de lomo. Y más te digo,
          que lo querria yo auer (tractando en lo que tractamos
          agora dellas) con las que a los primeros golpes son más
          sacudidas, porque todo lo que tienen de furia lo muestran
          luego, y como se acceleran en el combate y gastan la
          municion de colera que tienen, al segundo tiento, si vos
          como boçal no desmanchays a los primeros golpes, como no
          ay que hablar que no ayan hablado, ni que reñir que no
          ayan desembolsado, ni colera furiosa que no ayan gastado,
          quedan vnas flematicas turbadas para caer, y sanguinas de
          bien acondicionadas para conceder; y aunque la melancolia
          de mala inclinacion les haga huyr, los chapines y faldas
          las hazen estropezar sin que aya en qué, más de las duras
          piedras que ellas os tiraron a los principios.

          _Fel._--Mouerme yan tus maliciosas y caladas razones
          viuas si no supiesse yo que ella no espera aun las
          primeras palabras. Porque aun conmigo, que tiene por qué
          conoscerme ya, no quiere sufrir de tres palabras arriba
          estando solos; que luego me dize: ay, señor, mi honra;
          ay, vete, no des sospecha; ay, por Dios, que vendra mi
          madre; tanto que ya me da pena verla tan sentible.

          _Pol._--No la has aun entendido: no querria tres
          palabras, sin luego obras. Y no querria que no se
          quebrasse su honra, porque si con el hazer no pierde el
          buen crédito, haze y goza, y mete moros, y siempre es la
          que era, y descuyda los otros de que miren por ella, y
          con los otros se descuydar, quedan le a sus apetitos más
          lugar. Y si teme el venir la madre, es porque quiere que
          no dilates el pleyto, sino que luego concluyas, y pongas
          los tus testigos a la prueua; y enséñate que el que ha de
          pleytear no ha de temer el gasto, y ha de hablar poco y
          obrar quanto pudiere. E ansi dizen las tales allá entre
          sí en sus audiencias, blasonando y mofando de los que en
          esta causa somos pleyteantes; que gato muy miador, nunca
          buen murador. E si no digo la verdad, dime tú si puesta
          en juego si se pone mal al jugo, y entonces condename.

          _Fel._--No sé: peligroso eres. Yo te prometo que, aunque
          no por antiguo, pero que por maestro podras ya bien leer
          en esta escuela, y ser abogado en estos pleytos que dizes.

          _Pol._--Pues que ya estamos en casa y en esta plática
          recibes pena, entiende en buscar las agujas, y ata bien
          la bolsa, y mira bien por el amigo; y perdona, que yo
          marcho para arriba ver qué aya.


                                NOTAS:

          [669] En el original, _puedo_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XII

          Passando Marcelia consigo y despues con la hija pláticas
            de la bondad de la hija, el despensero de Lucendo les
            haze vn banquete de cena. Y sobreueniendo Fulminato y
            Pinel, haze Marcelia á Fulminato guisar lo que el otro
            auia de comer. E sobre cierto achaque Fulminato se va
            huyendo y viene el despensero.


          MARCELIA, LIBERIA, DESPENSERO, FULMINATO, PINEL, GRACILIA.

          [_Mar._]--O, mezquina yo y cómo se me abrasan las
          entrañas y me acompaña gran soledad en la absencia de
          Polytes! O, quán sin ventura soy, pues siento que no me
          ama, e yo me aborrezco a mí, y mi honra, y casa, y a
          todos por él! O amor, qué grande es tu poder! O, cómo si
          la honra no contradixesse a la voluntad y me atasse los
          pies, tras él yria desbalida como tras cosa necessaria
          a mi descanso! Pero o, desacordada de mí, yo qué digo?
          quiero subir a ver qué haze esta muchacha. Porque si la
          mano de Dios no la sostiene, y ella no es muy inclinada
          a virtud, con mi perdicion, o ella es perdida tras mí, ó
          no escapa de serlo. Porque el no poderla yo proueer como
          yo querria y mi honra pide, me haze dissimular con ella
          en algunas desembolturas, con la conuersacion de éstos
          que tractan en casa. Y quiera Dios que no aya tomado
          para su mal las libertades que yo le doy, y que mi mal
          hazer no la aya enseñado a perder la simplicidad y a
          abrir puerta a la deshonestidad. Porque el mi no hazer
          con qué enmendarla me ata la lengua al corregirla, ni
          puedo castigarla; donde mi vida me muestra a mí digna
          del castigo, y me embaraça el poderla yo a ella abonar.
          Porque poco monta ser madre reprehensora de lengua, con
          vida y obras viciosas y occupacion reprehensible, porque
          el enseñar ha de ser obrando y platicando bien yo.

          _Lib._--Mi madre sube: quiero ganar por la mano en mi
          abono, para que de quantas ella haze, que haziendo yo
          alguna errada, o no la vea, o no la crea, como ella
          piensa que no la entiendo yo sus vrdiembres. Ansi, ansi,
          y no vistes quán de reposo se anda mi madre de iglesia
          en iglesia, y dexa la casa franca a quantos van y
          vienen? Dios me libre de tan buen crédito como tiene de
          todos, que piensa que son como ella a las buenas. Y no
          vistes qué descuydo? que harto tengo que sacudir de mí
          importunidades de locos, que con la buena confiança de mi
          madre a mí querrian robar de mi limpieza, y estragar mi
          innocencia, y deshonrar su casa, y amenguar la a ella.

          _Mar._--Buenas nueuas de mi hija son éstas. Pero quiero
          halagarla, pues mi vida no me permite reprehender su
          innocente vida. Calla, hija, no me reñas por tu vida, que
          vengo de encomendarme a nuestra señora. Pero dime, fuese
          el de endenantes?

          _Lib._--Y aun despues, que no deuiera, vino Felisino.

          _Mar._--Esse como por de casa le dexé subir, que le
          encontré á la puerta. Y fuese ya?

          _Lib._--Tal venia él para parar mucho con él yo en casa!
          y anda ya, madre, dexame allá con tus confianças que de
          todos tienes, que éstos son hombres y de palacio, y oy
          aqui y mañana alli. Ansi como no paran en lugar, ansi no
          dexan cosa de intentar, ni aun mujer por burlar.

          _Mar._--Y qué hizo?

          _Lib._--Qué? qué hiziera me di, si yo le dexara! que lo
          que hizo fue poco en rasgar me la lauor y perderme vn
          aguja, que segun lo que quisiera fue nada.

          _Mar._--Dexalo, que él lo pagará, que es vn burlon; pero
          calla, que llaman: suba quien es.

          _Desp._--Dios guarde la honra y gentileza desta casa.

          _Mar._--E tú eras? perdona el no te auer respondido
          antes. Pero no sé por qué oluidas tanto esta casa do no
          te dessean mal?

          _Desp._--Mis occupaciones impiden mi voluntad en te
          seruir.

          _Mar._--Y aun por vna onça de libertad que tengo en
          mi casa suffro vna arroba de pobreza; porque la vida
          arriscan los hombres por la libertad. E ansi dizen, que
          mi casa y mi hogar cien sueldos val. Pero qué es lo que
          mandas agora?

          _Desp._--Tengo vn poco de Olanda y vengo a saber si me
          podras vestir de tu mano de vnas camisas al moderno.

          _Mar._--Por cierto sí para otros; pero no faltará tiempo
          y voluntad para lo que tú quisieres.

          _Desp._--Pues, señora, porque este es para mí tiempo
          muy occupado en mi officio, me perdona que luego embio
          el lienço, y mandaré con que cenes. E si mandas vendre,
          sossegada la gente, a te ayudar a quitar los manteles,
          para que sobre mesa me cortes las camisas.

          _Mar._--Por tu seruicio huelgo de ello, con que mires que
          ay vezinos que velan vidas agenas en este varrio.

          _Desp._--Yo proueere de venir en quietud de todos, y
          por señal que soy yo, tiraré tres piedrezuelas a esta
          ventanilla, por no pararme a llamar. Y con tanto me da
          licencia, y perdonando mi pobreza, toma esse real de a
          quatro, para que se aya proueydo de fruta.

          _Mar._--No le tomara a no incurrir en mala criança. Ve
          con Dios, que en todo se proueera. Allá yrás, majadero,
          que acá dexas para la lampara de los necios, y despues
          daras para la vela de los cornudos. Cata, hija, que a
          quien Dios ama, la casa le sabe. Mira qué haze este
          hombre de hazernos bien: darnos ninguna molestia. Pon,
          hija, esse hogar a punto, que yo seguro que no tarde en
          embiar, y aun que sea menester desemboluerte.

          _Lib._--Yo bien tengo para mí que él proueera de suerte
          que aya para nos y aun las vezinas; pero no te congoxes,
          madre, que para todo aurá tiempo. Yo voy a mi prima que
          se passe acá; y con ayudarnos al trabajo, ahorrará ella
          la costa.

          _Mar._--Bien dizes; ve luego y buelue, que me quedas
          sola. O, bendito el que lo gouierna todo, y quán sin
          resabio de malicia anda mi hija sobre tantos estropieços
          como yo le pongo por esta negra de honrilla y ganancia,
          que pocas veces son de vna mesa estas dos cosas. Pero
          cata, cata, y qué presto y que gimiendo viene! asuadas
          que trae cobro. Qué es esso, loquilla, que si fueras
          casada pensara que te hazia gimir tanto la preñez?

          _Lib._--A la fe, ya que nos libró Dios de essos afanes,
          catanos aqui en otros de más prouecho y ganancia; y plega
          a Dios que tales gemidos nos visiten cada dia; pero no
          veys qué prisa se da mi madre viendo que no puedo con la
          carga?

          _Mar._--Anda, boua, que de alegria no miraua en tanto;
          pero muestrame essa bota de buen año. O, qué cosa de
          ángeles! por tu vida que es de Madrigal, y aun de más de
          tres hojas.

          _Lib._--Ansi, ansi, madre; si truxera ponçoña, del lodo
          estauas.

          _Mar._--Bien sé yo que tan buen liquor no podria
          suffrirla. Pero desembaraçate ya, y assese vn capon de
          essos, y essa ternera ençorça, que harto aurá.

          _Lib._--Anda, madre, que el dia de mañana no le vimos,
          y no diga que lo hurtó el moço, mayormente que ya verna
          Gracilia, y aun de aqui a la noche acudira alguien más al
          buen olor.

          _Mar._--Dizes bien; pero qué fue del lienço?

          _Lib._--Como que no entiendo yo que sabe mi madre qué
          corte de camisas busca el otro!

          _Mar._--Qué dizes, hija?

          _Lib._--Que no pudo el moço traello todo.

          _Mar._--Nunca y no que la paga acá está. Ay viene tu
          prima, desembolue esso; yre yo por vna ropa limpia de
          mesa a mi arca.

          _Ful._--Tienes, hermano Pinel, qué hazer?

          _Pin._--No lo aurá para no occupar la persona y las armas
          por ti.

          _Ful._--Pues vamos a vn salto.

          _Pin._--Pues espera me quanto visto vn jaco de malla y
          tomo vna rodela.

          _Ful._--Anda, que aqui va mi Valenciana.

          _Pin._--Pues porque no temas que busco escusas, guia.

          _Ful._--O, descreo de los desconfiados de Dios, y miedo
          en Fulminato? Pues sigueme, que tú verás esta noche quién
          es Fulminato, y cómo por ser tú no lo tomo por injuria.

          _Pin._--Al diablo encomiendo tal hombre aun oy. Pero si
          me pusiere en más de lo que puedo, que lo haga a solas:
          tomar viñas, porque otro dia auise en lo que mete a los
          amigos.

          _Ful._--Ya creo que te arrepientes de venir.

          _Pin._--No quieras de mí más de vn sí.

          _Ful._--Pues guio por tras sant Julian, que me salieron
          esta noche vnos tres a quitar la capa; pero a no tener
          buenos pies, pagauan me el pato.

          _Pin._--Pues por essas callejuelas lugar es para esse
          officio. Pero cómo te libraste?

          _Ful._--No quisiera que me lo acordaras por el enojo que
          de mi poco correr tengo.

          _Pin._--Dizen que el que va a hazer mal, que ya va medio
          herido.

          _Ful._--Por el sancto molde de la Litanía que a no
          me conoscer en el denuedo del desenuaynar, que auia
          acometido con buen semblante.

          _Pin._--Si ello fue ansi, tenian la vida en los pies, y
          ansi dizen que vale más salto de mata.

          _Ful._--Mal me salio la peroña, pues sin presa estoy ya a
          la entrada de la cal nueua.

          _Pin._--Y aun ay serian las tus bregas. Pero en esta
          calle quando Dios amanesce, aun hallo yo dia.

          _Ful._--Y aun yo os descubri este Peru, y vosotros mal
          agradescidos.

          _Pin._--De Dios aurás lo bien hecho. Pero pues ya estamos
          a la puerta de tu manida, cata que ay bullicio arriba; no
          sea que los que te huyeron aculla se te acogieron aqui.

          _Ful._--Pues por esso solo subo sin llamar, a puerta
          abierta.

          _Mar._--Ay, mezquina yo, quién quedó abierta la puerta,
          que no sé quién sube?

          _Ful._--Sí suben, que por tanto me llaman a mi Fulminato.
          Y ésta qué burleria es?

          _Mar._--Ay, qué fiero viene el desuellacaras, triste de
          mi! Pero reniego de la leche que mamé si sobre hazerle oy
          cornudo no le hago que guise la cena al otro.

          _Pin._--No te turbes, señora, con los de casa.

          _Lib._--Y cómo no nos hemos de turbar de la voz de hombre
          de subito, viniendo tan descuydadas a la llana?

          _Ful._--Y esta qué boda es?

          _Mar._--No tuya.

          _Ful._--Pues cúya en esta casa?

          _Mar._--Oyste, necio, y no veys qué señor de la posada?

          _Ful._--Sacame desta duda antes que haga algo.

          _Mar._--Y qué has de hazer? a la fe en mi casa no deuo si
          [no] a Dios y al rey tributo; que aunque pobre, de todos
          sino de ti soy honrada.

          _Pin._--Ni aun pienses que Fulminato te haga desaguisado,
          sino que viene enojado de vnos que se le fueron por pies.

          _Mar._--Pues nadie se deue ensañar, si no tiene buen
          desensañadero. Y vayase allá, que aqui no le deuen
          centeno.

          _Grac._--Y calla, señora tia, que estos de palacio son
          ansi maliciosos.

          _Lib._--No es sino el diablo que reyna en ellos como
          ociosos, y ansi son tan absolutos y aun dissolutos.

          _Grac._--Caya ya, prima, que vendra el señor tu tio y no
          hallará la cena hecha.

          _Mar._--O astuta moça!

          _Lib._--En cargo me eres, prima, llamarte a tomar enojos
          escusados.

          _Pin._--Anda, señora, que no hay nublado que ture vn año;
          que si no me tuuiessedes por de casa, nunca acá asomaria,
          ni seria amigo de quien tal no fuesse, aunque Fulminato e
          yo seamos de vn señor.

          _Ful._--E aun por tanto paso yo por tus desafios, y en
          presencia de amiga.

          _Grac._--Todas le queremos bien, no digas esso.

          _Ful._--Bien paresce que hazes la salsa, que te quemas
          con ella.

          _Pin._--Mas con todo, no seamos, Fulminato, estoruo donde
          no traemos pro.

          _Ful._--Baste que esta confradia nos trayga a nosotros
          pro.

          _Mar._--Mejor te ahorquen.

          _Pin._--Dexemos las, que será alguna apuesta de comadres.

          _Ful._--Pues seamos nos compadres.

          _Grac._--Qué por demas es tener la boca llena de agua,
          sino dezirles la verdad; que esto se adereça para vn
          hermano de mi tia, que vino oy de fuera, que es tutor de
          mi prima y uendra agora, que anda a visitas de parientes.

          _Mar._--O, bendicion de Dios en tan sagaz moça.

          _Ful._--Pues para hombre tan de casa yo quiero assar
          estos capones; y si viniere, conoscerme ha por amigo.

          _Pin._--Pues yo rodearé las perdizes, y quiera Dios que
          no sea afan de caçuela que dizen, guisarla y no comella.

          _Grac._--Pues qué te paresce, tia, quál estan los
          pacientes?

          _Mar._--Que eres como as de ser, y ansi temo que Liberia
          nunca valdra nada. Pero mira que a Pinel tengas tú cobro
          dél, que al otro yo le mostraré la puerta, y aun el
          cuerno al ojo.

          _Pin._--O, pesar de la vida con los vellacos! dos
          pedradas han dado en la ventanilla.

          _Ful._--Aun si han de tener los abbades oy responsos,
          si son los que te dixe, Pinel! Baxa, baxa, defiendeles
          la escalera, que yo salto por la puerta del corral a
          tomarles el passo, antes que sepan que yo estoy acá y se
          acogen.

          _Pin._--Pues anda, que nuestros son, que en el portal
          suenan.

          _Ful._--Pues calla, no me sientan, si no, yr se me han
          como la otra vez. Pero aun el diablo aurá parte oy en
          estas bagassas, si no creo que nos han vendido. Pero
          si yo llego a mañana, no se me yran sin el pago. No ay
          nadie, bien está; yo me acojo para palacio, que despues
          todo será dezir mañana a Polytes, si no muere de bouo
          agora, que se me acogieron por pies.

          _Mar._--Ya se fue aquel panfarron; deten sobrina, a
          Pinel, que va muy denodado, pues ya sabes quién llama. Y
          tú, Liberia, ve, cierra el corralejo, que el esforçado no
          le esperemos por agora.

          _Pin._--Dónde vas, hermana Liberia? espera, yo voy
          contigo, que aun por Dios no entiendo esto de estos
          entremeses, aunque con todo no sé si me tienen por seguro.

          _Grac._--Anda ve, que la bondad de mi prima assegura las
          partes.

          _Lib._--Aun pues no seria mucho que te burlasses para
          mi sanctiguada; porque el buen aparejo abre la dañada
          voluntad a las vezes.

          _Pin._--Por Dios, que agora a solas me paresce mejor la
          moçuela. Y aun que si no fuesse por la parentela suya y
          de Gracilia, que aun, aun.

          _Desp._--Buenas noches, señora Marcelia; y perdona que no
          esperé que me alumbrassen, por deslumbrar sospechosos.
          Pero dime, quién salio de la puerta del corral de tu
          casa? porque es el más suelto de pies que jamas vi;
          porque pense que fuesse algun ladron, y seguile como le
          vi salir de corrida, pero como alcançar vn galgo, ansi le
          pudiera yo alcançar ogaño, si ansi corre siempre.

          _Mar._--Mal peccado, aunque fuera ladron, no tenia qué
          lleuar, si no nos lleuasse los mantos. Pero dime, viste
          le la cara?

          _Desp._--Por Dios que aunque reconoscio que yo solo le
          seguia, que no parescio sino aue: hazia sanct Benito me
          desaparescio.

          _Grac._--Asuadas que era él valiente, que mejor se
          amañaua a assar que a defender lo assado. Pero pues no
          soy ya menester, me da licencia.

          _Desp._--No consiento que te vayas porque yo vengo.

          _Grac._--Ya sabe mi tia que tengo huespedes. Voyme por
          la puerta del corralejo, porque la cierre mi prima, y
          perdona me.

          _Mar._--Ya, ya, agora te entiendo. Dize bien, que tiene
          con quien cumplir.

          _Desp._--Pues porque no me consentiran acompañarte, no
          porfio a ello; pero lleua vn capon déstos que cenes, y
          perdona.

          _Grac._--Muchas mercedes, y a buenas noches.

          _Mar._--Mira, sobrina, al oydo. Tractame bien al galan.
          Diras a essa muchacha que cierre bien la puerta y se suba
          luego, y anda con Dios.

          _Lib._--Dónde te vas, prima, por aquí?

          _Grac._--A mi casa. Sube presto, que está tu tio
          aguardando para cenar. Y tú, Pinel, pues acá no seras
          menester, te allega conmigo a mi casa.

          _Pin._--De muy buena voluntad.

          _Lib._--Hasta la puerta dize? yo seguro que sea hasta la
          cama. Y aunque ésta es más venturosa que yo; pero algun
          dia vendrá Dios por mi consuelo; voy me arriba.

          _Mar._--Ay, señor, qué mal lo has hecho conmigo! sientate
          y dissimulemos con comer, que sube mi hija.

          _Desp._--Por mi fe, señora hermosa, que con poco más no
          os aguardaramos a la mesa.

          _Lib._--Haga buena pro, que yo ya he comido dos bocados,
          que me bastan agora.

          _Mar._--Ni aun yo puedo passar bocado, sino a poder de
          beuer, que pensando que tardaras más comimos sendos pocos.

          _Desp._--Pues yo alla cené; por mí no se detenga la
          vianda.

          _Mar._--Sueltamente lo hazes; pues no pienses yrte assi.
          Anda acá, que te quiero dezir vn poco a esta mi camara. Y
          tú, hija, pon en cobro esso como te paresciere.

          _Lib._--Asuadas que agora se corten las camisas; pero
          allá lo aya mi madre, que yo quiero cenar de mi espacio
          e yrme a dormir, que mi madre ya tiene occupacion hasta
          el dia. Y aun para mi santiguada, que si yo puedo que me
          tengo de entregar, que no me lleue de oy mas (pues ansi
          juega) carta de más ni embite que no se le rebide, Dios
          queriendo.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XIII[670]

          Fulminato cuenta a Lydorio el destroço que hizo essa
            noche, y entran a Floriano. Y encargase Fulminato de
            buscar alcahueta que remedie a Floriano.


                     FULMINATO, LYDORIO, FLORIANO.

          [_Ful._]--O, reniego de Venus y aun de mí si aquellas
          bagassas no me lo pagan, y si no tengo por mí que me
          tenian entrampado, que por secreto que sali, aun vuo
          gente para mí. Pinel como visoño haria rostro y harianle
          criba. Perdonele Dios, que era buen mancebo. Y aunque él
          fue por mi causa allá, no tengo yo culpa de su muerte,
          pues no deuiera él de hazer más que el compañero. Ya, ya,
          no más de noche, que aunque bien sé que no me alcançaron,
          aun pienso que me hirieron. Muchos me parescieron; nunca
          en tal peligro me vi de veras. Quiero oy llamar mi dia
          primero, y buscar cómo mi huyr no menoscabe a mi estima,
          pues ya bien me atreuere a correr el palio. He alli a
          Lydorio y muy denodado. Aun el diablo seria si acá saben
          ya de la muerte del triste de Pinel y de la huyda del
          gozoso Fulminato.

          _Lyd._--O, qué malo eres de descubrir, Fulminato!

          _Ful._--Si es cosa de armas dime el qué, y por dónde
          comience, que verás si halla defensa esta Valenciana.

          _Lyd._--Anda, que pones gran dubda en tu ánimo con andar
          tan preuenido en acometimientos de armas. Porque pocas
          veces vi perro que bien apresasse que mucho ladrasse.

          _Ful._--Agora lo vieras qué passé.

          _Lyd._--Qué fue?

          _Ful._--En el doblar de campanas lo sabras, por vnos tres
          que no conosciendo mis golpes, me acometieron solo.

          _Lyd._--Si ansi es bien te fue, pues solo y sin armas te
          libraste; pero vamos a Floriano, que ya ouiera de auer
          cenado y espera a ti para encargarte sus negocios.

          _Ful._--Vamos, que descreo de Mars si no se concluyan
          presto estos negocios, y a aun costa de más de tres
          cabeças.

          _Lyd._--De aues seran; pero entra passo hasta ver si
          duerme.

          _Ful._--Agora os digo que estamos todos de vn son; y
          cantando está, oye, oye.


        LAMENTACIÓN DE SU PENA, DIRIGIDA Á SU SEÑORA, LLAMANDO
                          FLORIANO LA MUERTE

                Salga la voz lastimera
              publicando mi passion
              y tormento;
              salgan mis sospiros fuera,
              que riesguen mi coraçon
              al momento;
              abranse ya mis entrañas
              si tú, dama, eres seruida,
              y verás
              las mis bascas tan estrañas
              y dolor tan sin medida
              que me das.
                En el campo del amor
              yo sin armas desafio
              al que dixere
              auer tan ygual dolor
              ni tormento como el mio,
              ni se espere;
              porque yo, triste, penando
              ni espero gualardon
              ni soy creydo,
              y mi pena publicando
              siempre cresce la occasion
              de ser perdido.
                Toda pena desta vida
              con la mia comparada
              gloria es.
              O, muerte no fenescida,
              o, vida desesperada,
              qué me quiés?
              Di me en qué te aya offendido,
              muerte buena para mí,
              pues me huyes;
              pide licencia a Cupido
              que a él vengas y a mí
              si concluyes.
                Ya me falta sufrimiento,
              pues tanto cresce mi fuego
              tan rabioso;
              ya mis dolores no siento,
              y a tino voy como ciego
              sin reposo;
              porque do quier que ya fuere
              yre la muerte buscando
              con clamores,
              pues mi tan querida quiere
              estar se siempre ceuando
              en mis dolores.


                               CONCLUYE

                No sé qué remedio halle
              para de mí más vengarte,
              mi señora;
              si el remedio es que yo calle,
              callaré por no enojarte
              desde agora;
              que aunque yo quiera otra cosa,
              pues tú mi lengua gouiernas,
              no podré;
              o linda más que la rosa,
              con que mires que me infiernas
              callaré.

          _Ful._--Ya calla; y mal aya hembra que a vn tal
          hombre se niega, que es para mouer a compassion a las
          fieras. Que de las que en la cara tengo y de todos los
          Talmudistas reniego, si Floriano quiere, si no le traygo
          la dama a las vñas, que todo es ayre andar ruando, y
          trobando, y sospirando, sino dezir y pegar. Que descreo
          de quantos adoran el sol, si me vuiera yo puesto en
          amar a Belisea, si no la vuiera yo hauido, y aun quiça
          aborrescido; porque al fin donde las otras lo tendra, y
          de carne.

          _Lyd._--Calla, que si te oye esso no cabremos en casa;
          porque la tiene por dechado de hermosura, aunque a la
          verdad ella es joya tal.

          _Ful._--Pues si con la hermosura no tiene cordura, la tal
          cae más ayna; y las tales caydas son peores de leuantar,
          y aun de hartar.

          _Flor._--Pajes, meted me vna vela, o abrid las ventanas
          si es de dia.

          _Lyd._--A, señor, mira que arden dos velas y es media
          noche. Y aqui está Fulminato, que mandaste llamar.

          _Flor._--Y para qué?

          _Lyd._--Para que te buscase remedio.

          _Flor._--No le hay, sin el de Dios, fuera de aquella que
          me mata.

          _Ful._--Si no quedassen más muertos los que me
          acometieron, bien les yrá.

          _Flor._--Muerte corporal para mi vida es. Pero qué fue
          esso?

          _Ful._--Que haze Fulminato de las que suele.

          _Lyd._--Holgarás oyr las cosas de Fulminato de su boca.

          _Ful._--A la fe qualquiera que diga verdad te contará
          que de los seys que me salieron, los cinco les valieron
          buenos pies; pero el vno, que por sus pecados alcancé,
          aunque por no afrentar la espada le di de llano, por
          tener la mano cargadilla le hize a seys golpes perder la
          habla. Y aun yo seguro que ya le esten llorando, si tiene
          quien le duela.

          _Lyd._--Doy a la muerte este lebron, que ansi descose
          mentiras.

          _Flor._--Qué dizes, Lydorio?

          _Lyd._--Que él me auia dicho poco ha que eran solos tres,
          y agora ya son seys, y mañana seran diez.

          _Ful._--Y qué, los bocados me cuentas? pues no sabes que
          no trae contradicion de antes tres y agora seys, pues que
          tres es la meytad de seys? Y a ti bastaua dar cuenta de
          lo medio que yo hago, pero a mi señor de todo, y con esto
          te quiero tapar la boca y soldar tus malicias.

          _Lyd._--Más me la taparas con la verdad; porque ya sabes
          que el que en mentira es asido, quando dize verdad no es
          creydo.

          _Flor._--Cata, Fulminato, que no quiero los de mi casa
          reboltosos; basta mi desassosiego, sin que le aya en mi
          casa. Y tú no andes solo hasta que esso se aplaque, en
          especial que estás en tierra estraña.

          _Ful._--A la fe, señor, mis obras me la hazen ser tierra
          propria. Y por esso te suplico no encomiendes ni fies
          tus cosas de muchachos, pues yo pondre la vida por tu
          sosiego, y piensa que lo que me encargares, que saldre
          con ello.

          _Flor._--Mira lo que dizes.

          _Ful._--A la prueua buen amor; porque al fin ya yo
          sé dónde ay la puta, y la buena, y la alcahueta, y la
          hechizera en el pueblo; y aun sé por qué canales ha de
          venir el agua que amate tu fuego.

          _Flor._--Di, serás para traerme retorno de vna carta?

          _Ful._--Y aun a la dama si menester fuere. Pero ha de ser
          con que me hagas vna merced.

          _Flor._--Pide.

          _Ful._--Que luego me desembaraces, y tú que cenes, que es
          media noche, y duermas a sueño suelto.

          _Flor._--Qué te paresce, Lydorio?

          _Lyd._--Que te aconseja como leal, y que cumplira lo
          que dize como animoso; en especial si tú le animas con
          alegrarte.

          _Flor._--Luego me traygan de cenar, y en tanto escriuire.
          Y tú vete en tanto a cenar, y cenen luego los que tú
          quisieres que vayan contigo. Y tú, Lydorio, daras a
          Fulminato la mi cuera de bufano con la guarnicion de
          carmesi, pelo y passamanos de hilo de oro, y daras le
          para calças quatro pieças de oro, y daras le de mis
          espadas la que él quisiere, con que me dexes la que al
          presente anda en los talabartes, que agora yo suelo
          ceñir, y a la respuesta le haré las mercedes.

          _Ful._--Pues yo espero con mi buen negociar recuperarte
          el alegria y salud.

          _Lyd._--Luego voy a entender en que te den de cenar y a
          todo lo que más mandastes.

          _Flor._--Pues yo escriuo luego. Tú, Fulminato, buelue
          luego acá.

          _Ful._--Señor, ni me detengas ni escriuas, sino sí por sí
          lo que quieres de allá, que yo me voy a poner a punto.

          _Lyd._--Mira, Fulminato, que salgas con lo que te has
          encargado, pues las mercedes ya anteuienen al seruicio;
          por tanto, huye de la ingratitud, y vamos, darete lo que
          me mandó. Y sabete que no me pesara que fuera más: pero
          no se hizo Roma en vn hora.

          _Ful._--Pues cree me, señor Lydorio, que has de pensar
          que labras tu heredad, porque en mí no perderas tu buena
          voluntad y trabajo. Y piensa (dexando vno por otro) y
          que bien veo, que si no fuesse por tu cordura, que yua
          de cayda la casa de Floriano; porque la cabeça enferma
          no les puede yr bien a los miembros. Y aun esto veo por
          los que andamos en lo suez del mundo, que no podemos
          rehusar algunas no buenas compañias algunas vezes, y de
          ellas, con la ayuda de nuestra peruersa inclinacion, más
          nos damos a lo vicioso que a lo virtuoso. Y ansi proueyó
          Dios que en vna casa donde ay tanta juuentud y tan suelta
          a los malos apetitos con estar la mano que nos auia de
          castigar enferma, que aya en ti vn seso más viejo en
          saber que experimentado por los dias, para que a los
          vnos como yguales vayas a la mano, y a otros mandes como
          inferiores, y a otros ruegues como mayores, y a otros
          aconsejes como sabios, y a otros loes como virtuosos, y a
          otros reprehendas como viciosos.

          _Lyd._--Dios lo remedie todo de su mano, que Dios sabe el
          temor y lástima que tengo a Floriano: vno de la perdicion
          presente, y otro del temer que aun vaya a peor, y que se
          pierda rocin y mançanas[671]. Por esso me di qué remedio
          piensas tú poner?

          _Ful._--Contenta te que tienen manos el pandero que le
          harán sonar, y no me pidas más hasta que veas al claro
          quánto puedo yo con ayuda de Dios.

          _Lyd._--Pues no quiero sino dexarlo nadar como corcho en
          agua. Toma lo que te mandó dar Floriano, y no tengas en
          poco la merced, que es más de lo que piensas. La cuera
          ella dize su valor, pero esta espada vale vn cauallo, y
          toma las pieças de oro, y no falte tu seruicio, porque
          sobrara tu ingratitud.

          _Ful._--En esso dexa hazer. Pero en lo que dizes de la
          espada, quiero que sepas que no suffre qualquier hoja los
          golpes de mi braço, y que ha de menester el ser tal para
          turar conmigo. Y aun la cuera que quiça aurá de mandar
          vna dozena a Ceruantes por mis caseros tras los que
          allá tengo: que gran marauilla será si esto colorado no
          entorpece oy alguna bouilla, para que desmayada me cayga
          en los braços.

          _Lyd._--Pues luego entra a Floriano y desembaraça le
          presto porque cene.


                                NOTAS:

          [670] En el texto original se numera XII indebidamente.

          [671] En el original léese este vocablo, trastrocadas sus
          letras, así: _mçaanas_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XIIII

          Fulminato sale de hablar a Floriano con la carta, y va
            en casa de Marcelia luego de mañana. Marcelia asconde
            al despensero en la camara; apaziguanlo al fin madre y
            hija. Fulminato da la carta a Marcelia, en que pone ella
            ciertos poluos.


               FULMINATO, MARCELIA, DESPENSERO, LIBERIA.

          [_Ful._]--O, reniego de ti, Mahoma, con hombre tan
          sin cabo como Floriano; por más tengo verme ya libre
          de sus importunidades que el salir anoche de en casa
          de Marcelia. Por donoso concierto de casa es este si
          va adelante, que ya es amanescido y aun no he podido
          coger sueño. Bien dicen que vn loco haze ciento, y vn
          desconcertado regidor desconcierta vn pueblo. Yo no he
          dormido, pero passé cochura por hermosura; oy tomemos
          la medra por sueño, que al contrario cada rato passa el
          poder dormir y el mal medrar. En la ropa voy hecho vn
          cardenal, ceuo de bouillas, y en la bolsa voy vn papa,
          pues lleua oro, qual es muy raro en mi posada.

          Por la sancta Letanía que si agora yo fuesse a lleuar
          la carta a Belisea, que presto recaudasse la dama para
          mí, y los cuernos para mi amo, y aun que no me curasse
          de mucho dezir, porque me entendiesse, y aun porque se
          contentasse; sino llegando y pegando, y a Dio madona.
          Pero tornando en lo que me podria costar la ropeta,
          descreo del que a Dios desama si no temo que esto, barato
          dado, me salga caro llorado. Porque yo quedo obligado a
          ser alcahuete de mi amo, porque este es nombre que tiene
          el tal officio que yo lleuo. Y aun quiera Dios que este
          bermejo no annuncie algun derramamiento de sangre de
          Fulminato. Pues si muero por esto, ni me enterrarán con
          ello, ni aun por ello me diran más missas que en Cordoua,
          porque diran que no es mio, para venderlo y gastarlo por
          mí; y aun oxala que me digan Dios le perdone, que buen
          seruicial era. Pero a mí quién me mata? que agora bueno
          va el dos vale con dos doblones con bolsa, que no son
          ya buenos de auer, que paresce que ellos y los virgos
          han aborrescido ya el reyno. Agora que yo ando bien y
          estoy pagado, mirar por mi persona, y con los negocios y
          mensajerias, a Marcelia; y como dizen: echese a doze y
          nunca se venda. Porque con lo poco que ella solicitare y
          lo mucho que yo mintiere, entrará en la fiesta de loco
          Floriano, pues ya está en la vigilia. Y con la locura y
          mi buen embaucar, vendra le la franqueza, y lo que a mí
          me cupiere mio y lo que a Marcelia, la primera y mejor
          parte de Fulminato. Y desta manera aurá medra; porque
          esperar al partido, ello es poco, y pagase mal y gastase
          bien; por manera que a la vejez, hospital. Con esto, pues
          ya es dia claro y podré yr seguro, doy comigo en casa de
          Marcelia, y vere si enterraron a Pinel, y qué se diga
          de mí. Y si viere la mia, dare vn tras pie a Marcelia y
          harán se las amistades; porque todos los enojos de la
          mujer aplaca el hombre en la cama. Y con tanto, salgo en
          nombre de Dios.

          _Mar._--O, quán en vn soplo se ha ydo la noche!

          _Desp._--No sé si ha sido soplo, que aun con no me auer
          vacado para soplar las manos un momento; y aun mal
          contenta la señora.

          _Mar._--Qué dizes?

          _Desp._--Que es tarde.

          _Mar._--Anda, que será el lunar.

          _Lib._--Valas me, Dios, y quán sin perro he dormido,
          aunque no sin pena, porque esta cama me auezó a querer
          compañia en la cama, y por tanto, nunca me cuadró mongia,
          porque a cada vno inclina Dios para lo que es. Pero,
          dexando esto, me voy [a] abrir la puerta de la calle,
          que a mi madre no la espero tan ayna. Y tambien, por el
          empacho de no les ver salir juntos de la camara, me baxo
          al portal, que quiça en tanto me deparará ventura alguna
          buena dicha.

          _Desp._--Señora, tarde es, y Belisea a de yr oy en
          romeria a Prado, y tengo de dar cobro para ella y sus
          mugeres, que no lleua hombre ninguno, y madrugarán, que
          querran yr disfraçadas; por tanto perdona para de más
          espacio.

          _Mar._--Holgara de yr con ella. Pero dizen me que la
          sirue vn cauallero.

          _Desp._--No me meto en essas cuentas; allá lo aya, que
          muger es, y no le faltará vn hombre; leuanto me.

          _Ful._--Bien me ha ydo, que ya estoy a la puerta, y
          aunque de mañana, está ya abierta. Estas mugeres en
          durmiendo solas luego madrugan; allá subo, que Liberia va
          por la escalera arriba.

          _Lib._--O, valga le el diablo de mañana; siempre vendra
          quien no cumpla. En pleyto veo la casa si Dios no
          remedia, y saldran las cosas de mi madre a plaça. Quiero
          hablar alto por auisar a mi madre, y que vea si le cale
          dormirse en pajas. Ay, valas me Dios, bien paresces
          ladron de casa, Fulminato, que ansi subes sin llamar.

          _Ful._--O, pesar de la vida; no sé de mí, y quieres que
          mire en essos puntos a tal tiempo? Y qué fue del galan,
          aun duerme?

          _Lib._--Y qué galan? no ay hombre en esta casa para
          dormir, despues que mi padre faltó de ella.

          _Ful._--Qué maestra está ya la muchacha! A la fe,
          hermana, quando tú nasciste ya yo sabía la Litanía; y
          piensa que adonde agora tú vas, yo ya vengo.

          _Lib._--Dexate de burlar con tus malicias y refranes
          viejos.

          _Ful._--A otro perro, hermana, que agora no tienen sazon
          las burlas.

          _Mar._--O, mezquina de mí, y si no está allí vn primo
          mio. Y cómo no quiere Dios que queden los males sin
          castigo, y el castigo en la honra es muerte.

          _Desp._--Y calla, señora, no llores; cómo se llama esse
          primo?

          _Mar._--Ay triste yo, que Fulminato.

          _Desp._--Oylda a la puta: es den cas del diablo el otro,
          y agora primo? y aun él tiene tal fama, que el diablo
          quiça me empasteló oy aquí.

          _Mar._--Qué dizes, señor?

          _Desp._--Que salgo a él a sacalle el alma.

          _Mar._--Ay deshonrada yo! no hagas tal; espera oyamos en
          qué para la muchacha.

          _Ful._--Ea, pues, dexame y respondeme.

          _Lib._--Y a qué te he de responder, pues no sé si
          preguntas; y calla, que duerme mi madre.

          _Ful._--Pues y el hermano?

          _Lib._--Miralde, y qué escarnio haze! a la fe luego en
          cenando le lleuaron unos parientes consigo, sin poderse
          descabullir de ellos.

          _Ful._--Y aun pese a tal con tal gente; pero voy á ver
          qué ay dentro. Y dexame, que me riesgas la ropa, sino aun
          atreuerse ha hombre a la parentela.

          _Lib._--Ay, Dios le guarde de mal! pues no yrás de aqui
          agora, aunque más gruñas y digas malicias.

          _Mar._--O, mezquina yo! escóndete, señor, tras essa
          puerta; y si entrare a abrir la ventana, saldras te y
          perdoname. E salgo allá, no se nos entre de rondon.

          _Desp._--Allá irás diablo; pero por Dios que aunque este
          diz que es vn matasiete, que Dios lo ha de remediar todo.

          _Mar._--O, qué buena venida tan de mañana! pero ay cómo
          me dexaste sola anoche? bien paresce que no amas en mí
          sino tu interes.

          _Ful._--Qué, qué? o, reniego de los Jebusces y quién sino
          yo tiene tu honra en pie?

          _Mar._--A la fe, gracias á Dios y a mi buen viuir; y si
          no veldo en lo de anoche, aun sin auer porqué, Dios loado.

          _Ful._--Aun será el diablo si sabe que huy; pero quiero
          hazer del brauo y atemorizalla, porque no se me atreua.

          _Mar._--Qué hablas entre dientes, que es género de
          traycion?

          _Ful._--O, reniego de quantos a Dios perdieron, y palabra
          es essa para dezir á Fulminato?

          _Mar._--Ya[672] mezquina, y qué fiero está; quiero
          halagalle, no salga el otro y tengamos que llorar. Ay, no
          le hableys, que ha de salir a los toros con su carmesi.

          _Ful._--Y aun allá verás en lo que hago; que si hombre
          fueras agora, no quedara tu palabra sin castigo de la
          vida.

          _Mar._--Y calla, mi amor, que me leuanto descontenta.

          _Ful._--Ya te entiendo; pesate porque fuy anoche tras
          aquellos y no torné; pues anda allá, direte el porqué.

          _Mar._--Ay, perdida yo, y torna acá; y qué buscas? no me
          abras la ventana. Anda tú, señor Despensero, salte de
          presto.

          _Desp._--Voyme, y bien burlado de ti, que si no por mi
          honra, oy nos oyeran los sordos; pero más dias ay que
          longanizas.

          _Mar._--Alla irás, necio.

          _Ful._--O, descreo de Mahoma, y quién botó fuera? y tal
          traycion, doña bagassa? pues espera, que yo te hare
          pieças al gayon.

          _Mar._--Ay, mezquina y deshonrada y sola; que ansi me has
          de parar en mi casa?

          _Ful._--Qué lágrimas de puta!

          _Lib._--Dónde vas la espada sacada, tan demudado? qual
          hará si te mordio aquel perrazo que va huyendo, que no me
          dexó gota de sangre; porque pensando que rabiaua me venia
          huyendo para ti.

          _Ful._--Sueltame.

          _Lib._--Mas, por mi vida, mordiote? y si mordio a mi
          madre? que yo no sé cómo durmiste, madre, sin sentirle;
          él paresciome al perro de mi tio, que era grande, que
          desque anoche hartó se echaria debaxo tu cama.

          _Mar._--A Dios gracias, que aclara las cosas y salua los
          sin culpa. Mezquina yo, que no vea este hombre lo que
          padezco por sustentar la honra, y que hago quiebra en mi
          casa por complazerle, y que me lo paga con malas palabras
          y peores injurias!

          _Lib._--Y calla ya, madre; entremos a ver si hizo el
          perrazo algun daño en tu camara.

          _Ful._--Aun aurá de ser perro, aunque me pese.

          _Mar._--Qué murmuras entre dientes? ya estás confuso de
          tus malicias.

          _Ful._--Que digo, que pues no me aprouecha lo que veo,
          que te he de lleuar por testigo a que aueriguemos el daño
          que hizo el perro.

          _Mar._--Ay, dexame, dexame; que no osaré yr con tal
          hombre.

          _Ful._--Aunque ya gruñas, tú vendrás a la melena, y con
          el llouer se aplacarán essos terremotos.

          _Lib._--Ansi, ansi con el diablo, que no paresce oy
          mi madre sino mortero de concejo: pero al muy auisado
          vendisele por perro; a la fe, auezesse a suffrirlos al
          ojo, y aun el otro triste qué aguijar lleua, y aun que
          vendia mal estoraque. Pero pues éstos están conjurando
          las nubes passadas, voy a hacer la cama del entresuelo,
          porque me da el coraçon que la aure oy menester.

          _Mar._--Paresce te, amor mio, que despues de auerme
          injuriado que agora me tienes donosa?

          _Ful._--Y qué, aun ay enojos?

          _Mar._--No los tengo sino de mí, porque aunque la
          sensualidad me halaga, la honra me punge aun en medio del
          deleyte.

          _Ful._--Y calla, que más enojo y deshonra mía es, que se
          me fueron por pies los que anoche por tu seruicio oxeé de
          tu casa.

          _Mar._--Antes me dixo mi hermano anoche que vido un
          hombre huyr sin que nadie le siguiesse, y aun que por las
          señas que dió eras tú. La affection que me haze no ver
          la perdicion de mi honra me quita el aduertir en cosas
          que sean contra ti; porque el amor deshaze las faltas del
          amante y ensalça sus loores. Ansi que conmigo puedes tú
          meter moros a tu saluo. Pero dime, quién te dio esta ropa
          tan rica?

          _Ful._--Floriano, por lo que anoche hize, aunque fue en
          tu seruicio.

          _Mar._--Algun porqué más auria, porque estos señores
          distilan mercedes y quieren a cantaros los seruicios.
          Pero dime, en qué son andan los amores de tu amo?

          _Ful._--Si no me lo nombraras no me acordara dél, porque
          pena por necio. Pero con todo, porque veas si te siruo
          y me acuerdo de ti, sabete que te tengo tan acreditada
          con Floriano, que te manda esta carta, rogandote que
          la lleues a Belisea en su mano. Y sabe que trayendole
          respuesta, que la ganancia tuya será tal con que
          entrambos pelechemos.

          _Mar._--Donoso adobo es esse, que sobre hazerme alcahueta
          de tu amo partes ya mi ganancia incierta. Pero porque no
          puedo no complazerte, y agora ay peligro en la tardança,
          pues que va a Prado Belisea, y la podré hablar a solas,
          duerme un poco, que voy a ponerlo en obra, con tanto que
          no me tengas por alcahueta, sino por mujer que te haze
          plazer.

          _Ful._--Anda, cierra essa puerta, que esse mal nombre le
          ponen las malas gentes, y Dios te encamine y a mí dé buen
          sueño.

          _Mar._--Pues que ya me encargué desto, y no cumple
          tardarme, quiero echar unos poluillos del cabron en esta
          carta, que ya los he hallado aprouados. Para que si
          Floriano ama a Belisea, y ella lee la carta, ella le ame
          a él, y si no quedarse ha libre; que al fin estas cosas
          sólo Dios las ha de saber. Y siempre aurá alguna ganancia
          más que con la almohadilla. Y con esto, pues mi hija está
          recogida y esto está hecho, me voy.


                                NOTAS:

          [672] Acaso deba leerse _ay_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XV

          Marcelia da la carta de Floriano con cierta cautela a
            Belisea, que yua a Prado. Y finalmente lleua vn anillo de
            Belisea a Floriano.


                  MARCELIA, JUSTINA, BELISEA, PINEL.

          [_Mar._]--Agora que voy en mi cabo, quiero loar a Dios
          que me libre de tan peligroso trance para la honra como
          el de anoche, y de oy más poner más cobro en mi vida,
          porque quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda.
          Pero gran ceguera fue la mia en encargarme tan sin más
          pensar de esta cosa que tantas difficultades trae en la
          salida, y tantos peligros descubre en el effectuarse,
          y tan jugada trae mi honra, si los puntos desta carta
          de más con que yo juego son descubiertos. En especial
          que Belisea tiene con la bondad tanta altivez, y tanto
          descuydo de mis telas, que como no experimentada, ni
          herida, ni vsada en estos tractos tan comunes a señoras,
          y tan publicos a las mugeres plebeyas, que si me alcança
          de razones, yo voy perdida a remate. Pero mezquina de
          mí, que tomé por medio para librar me de la ferocidad
          de aquel desuellacaras con razon sentida, con sospecha
          cierta de lo que mi obra occulta le auia errado, venir
          a dar en tan gran extremo que yo por huyr del fuego
          me lancé en las brasas! Pero pues él como de burla me
          encargó este negocio, yo tambien haré como viere la mia
          en seguro; porque duelo ageno del pelo cuelga; aunque
          la charidad me pondrá espuelas al remediar vn tan
          eminente cauallero como Floriano. Y la esperança del
          buen gualardon para desterrar necessidades de mi casa me
          necessitará a que haga todo mi deuer y me atreua a todo
          trance; pues no se gana el pan sin afan, ni se toman
          truchas a ropas enxutas.

          _Just._--Ea, señora, que bien puedes salir, que vas tan
          disfraçada, que no serás conoscida, y aun es tan de
          mañana, que no ay de quien seas vista.

          _Bel._--Pues vayan se todas essas mugeres por sí por otra
          calle, y tú sola ve conmigo por guia, y encamina por san
          Llorente, que quiero alli encomendar me a nuestra señora.

          _Just._--Pues en nombre de tal señora salgo.

          _Mar._--Aun es gran de mañana para ser leuantada Belisea;
          quiero de passo yrme a recomendar a nuestra señora de
          los Remedios. Pero o, cómo creo que son mis passos
          meritorios, pues o yo conozco mal, o son las tan tapadas
          mis ouejuelas. Y aun la delantera cierto es Justina, y
          la que la acompaña como inferior o criada es la señora;
          porque el buen donayre y apuesto suyo la apregona por la
          que es. Y pues me paresce que guian hazia sant Llorente,
          allá me voy a atenderlas y el tiempo me dirá qué haga.
          Por mi vida, pues que no hay viua criatura en la yglesia,
          que quiero auenturarme a poner esta carta en la grada
          del altar de la madre de Dios; porque si ellas son, no
          dexará Belisea de llegar la primera a hazer su oracion.
          E visto el papel, como son inquisitiuas estas señoras, y
          saben leer, tomar le ha; y si le lee, mi hecho va bueno,
          y entonces podré darme a conoscer si viere por qué, o si
          no, a peor librar, si ellas no entran, tomaré mi carta y
          buscaré otro camino. E si a dicha la criada llega y toma
          la carta, dar se la ha; y si mal huuiere, descargarán los
          ñublados sobre ella, y podré yo llegar a poner las pazes
          sobre auer sido la guerreadora.

          _Bel._--Muy de mañana deue ser, pues no ay nadie en la
          iglesia, ni aun es tiempo de yr solas al campo; quiero
          llegar me al altar de la virgen soberana a offrescersele
          vn Aue Maria.

          _Just._--Señora, yo me voy a otro altar a hazer lo mesmo.

          _Bel._--Alguna nomina deue ser ésta, que echaron aqui a
          nuestra señora.

          _Mar._--Bien está, la carta ha guardado. Quiero agora yr
          me assentar par de la donzella, como que entro agora,
          pues no me han visto.

          _Just._--Ay Jesus, y qué mal comedimiento de muger,
          quien quiera que es, apartá os allá, señora, que harto
          vazio ay en el templo, sin que os me pongays delante,
          pues no deueys ser vos el sancto a quien yo vengo a
          encomendarme.

          _Mar._--Perdone, señora, que no la auia visto.

          _Just._--Cata, cata, y tú eras, señora Marcelia? perdona
          mi demasia.

          _Mar._--Quién es? perdone me que no la conozco. Ya, ya,
          o mi hermana y señora Justina! razon fuera, pues que
          el amor que te tengo me dixera ser tú. Pero aquélla es
          Belisea? porque tal joya como tú nunca la dexaran tales
          madrugadas salir sin gran guarda, y con razon, porque
          para tal thesoro qualquiera atreuido ladron.

          _Just._--Ay, habla passo, no nos oya alguno, porque vamos
          a Prado sin gana de ser conoscidas, y nunca acabará
          mi señora de visitar altares. Y a lo que dizes de mi
          poco salir, yo nascí en signo de seruir toda mi vida, y
          quien a otro sirue, no es libre. Y aunque yo sea poco
          de cobdiciar, en estos palacios, a viejas, y moças,
          y hermosas, y las que no lo somos, todas andamos más
          veladas que fortaleza cercada de enemigos, y más puestas
          tras llaues que el thesoro de Venecia.

          _Mar._--Y aun por todo esse thesoro no querria yo ver mi
          libertad tan al sombrio entre paredes, porque buey suelto
          bien se lame, y aun quiero más pobre libertad que rica
          prision.

          _Just._--Quien más no puede, comporta la carga. Y aun
          tambien en mí la costumbre al encerramiento me tiene en
          hábito de no lo sentir por pena, pues desde niñez estoy
          en tal exercicio.

          _Mar._--E aun esso es lo que peor yo veo; que lo que
          aurás ganado en esse exercicio que tú llamas será tener
          agora menos libertad que quando començaste de niña esse
          vso.

          _Just._--La mesma verdad dizes; porque más subjection
          tengo agora que diez años aurá, que la niñez me libertaua
          y la innocencia me acreditaua en no me vedar las entradas
          y salidas, ni me contar los momentos, ni me señalar los
          passos; de manera que agora ando como quien aprende a
          dançar, que assienta los pies a querer ageno y mide los
          passos por compases.

          _Mar._--Pues asuadas que aunque dances quanto quisieres,
          que no miren que eres ya tan para dançar con compañia,
          que el no te auer casado te priua ya de vn hijo que
          temple los pesares passados y trayga cuydados presentes.
          Aunque, Dios te guarde y el angel sant Miguel te bendiga,
          tu hermosura y juuentud no aurá menester dote, por el
          qual ahorrar te dexarán cargar de dias y de desseos.
          Porque naturalmente tales como tú las crió Dios para los
          hombres. Y porque hablemos a solas más al descubierto,
          la hembra ansi cobdicia al varon como la tierra al agua
          para produzir. Y las donzellas y gallardas, llenas de
          sangre feruiente, como tú hermosas, quanto soys agenas
          de experiencia, tanto soys más combatidas de desseosos
          pensamientos de lo que por el sagrado lugar me queda por
          dezir te.

          _Just._--De toda tu larga platica, porque sólo entendi
          el dezir que ya soy vieja para dexar de casarme, aunque
          sin gran carga de dote, pocos aurá que me cobdicien; pero
          no hay memoria de casar la heredera de la casa, que me
          lleua más de quatro años, y sus romerías creo que andan
          pidiendolo, y su hermosura no lo desuia, y quieres que la
          aya de mí para más de acordarse de me mandar en qué la
          sirua toda mi vida?

          _Mar._--A la fe, sabete que en palacio anduue, y sé
          que si te duele la muela, tú te has de buscar quien te
          la bote fuera. Porque, aunque sobre los diez y ocho
          que puedes a más largo auer, aunque estés otros tantos
          años, siempre aurá de nueuo en qué seruir, y siempre
          te hallarán más obligada a ello, y siempre te querran
          donzella, y siempre de nueuas fuerças para el trabajo, y
          siempre con el tú acá, tú acullá como niña, y siempre de
          menos ganancia en el crédito y confiança de tu persona.
          Por manera que aunque te amen como a buena y honesta,
          no te zelen como a hermosa, y te guarden como a moça,
          y te riñan como a sospechosa de ser quien me callo por
          tu respecto. Y ansi, porque concluyamos razones, digo y
          quiero de lo dicho aconsejarte, que pues ya yo te auiso
          y tú tienes experiencia de que passa por allá como yo
          lo digo aquí, haz, amiga, lo que te cumple, pues los
          hombres desde la mocedad han de granjear y buscar y tomar
          el estado en que querrian que les hallase la tardia y
          cansada vejez.

          _Just._--Pues me dizes lo que haga, dime el cómo sin
          derogar á mi estado ni quebrar el hilo delgado de la
          honra, pues antes sin la vista que sin ésta me desseo.

          _Mar._--A buen entendedor poca plática, que tú, bouilla
          innocentilla, quando en tan buen ceuo como tú traes
          cayere algun pez de ganancia para el estado y de contento
          para la persona, si te faltaren mangas, ó no cupiere
          en ellas, a la fe, alça las faldas y cogele, y cogido,
          tenle, y tenido, amale, y amado, halagale, y halagado,
          contentale para que se te affectione. Porque siempre fue
          y será que quien tiempo tiene y tiempo atiende, tiempo
          viene que se arrepiente.

          _Just._--Aunque mejor azertaras en llamarme peccadora,
          pero pues me das officio de pescadora, qué ceuo es el que
          dizes que tengo?

          _Mar._--El primer nombre oy en dia, desde el papa
          hasta el que no tiene capa, le puede quedar, pues todos
          peccamos en Adan, dize la escriptura. Pero pues quieres
          que te torne a llamar hermosa, digo que de tu hermosura
          se haze el ceuo que dixe, y de lo ál que tienes ya
          me entiendes, que la verguença de ver que es más tu
          appetitoso desseo que lo que yo digo, te haze baxar los
          ojos y cobrar color viua. Pues creeme que si quando yo
          anduue al palacio no me desposara a hurtas, que nunca
          de allá vuiera salido a gouernar casa por mí y tener
          algun libre reposo. E aun tu señora, que allí está muy
          rezadera, me da por testimonio si al cabo de muy guardada
          no ha de venir como cierua en tiempo de brama. Y aun las
          tales, tarde prende el fuego y tarde despues se apaga.

          _Just._--Más temor tendrias aun si supiesses quán seguida
          es; pero no ay mella en ella.

          _Mar._--Todo lo sé; las justas, musicas y aun los toros
          de oy creo yo que por ella mueren.

          _Just._--Si son por ella corridos no lo digo, pero sé que
          huyendo de no se obligar á los ver, vamos esta romeria.

          _Mar._--Y cómo va sola?

          _Just._--Adelante van las mugeres, que hombre no va
          ninguno, y a mí sola me lleua en lugar de ama, por no ser
          conoscida.

          _Mar._--Mi fe, tan mal se cubre su hermosura con manto
          pobre como la liebre con la cola, porque el oro más
          reluze acompañado de baxo metal. Y esto no lo digo por
          menoscabar tu gentileza.

          _Just._--Baste, baste; y escucha que no sé qué tardar es
          éste, ni sé qué ha hallado en aquel papel que tanto ha
          que está mirando.

          _Mar._--Será oracion de amor.

          _Just._--Qué dizes?

          _Mar._--Que será la oracion del saluador, que es larga.
          Pero por mi salud que la deue de auer leydo, y que deue
          de obrar, porque gran robador de amor es vna carta bien
          ordenada, que hasta que ha dicho todo lo que tiene no es
          possible mandar la, callar. En especial que los adobos
          que yo le puse no deuen de ser poco menos que buen
          ruybarbo, para conmouer en tal dolencia.

          _Bel._--O, soberana virgen sin manzilla, y qué es esto
          que en vuestro templo ansi me desasossiega? quiero ya,
          pues, salir con lo que el appetito pide, y acabar de leer
          del todo este papel, que ni a él ni a mí bien entiendo.


                      CARTA DE FLORIANO A BELISEA

          Fvente de mi descanso, principio de mi gloria, vltimo fin
          de mis desseos; la que tiene las llaues de mi vida, la
          que es posseedora de mi coraçon y señora de mi libertad;
          angel en forma humana, mi señora Belisea.

          Antes de publicar mi querella delante tu justicia,
          inuoco tu piadosa clemencia para que despierte los oydos
          de tu libre señorio a oyr este tu captiuo Floriano, el
          más dichoso de los caualleros y el más penado de los
          sieruos de amor. Bien veo, señora mia, que tengo llenas
          de fastio tus orejas con mis continuos y tan importunos
          clamores. Pero tambien deues tú de aduertir en que,
          para tan flaco suppuesto como es el mio, ya son muy en
          excesso los tormentos. Y ansi con el pedirte perdon por
          el atreuimiento, te pido que cortes el hilo de mi mortal
          viuir, o aliuies la mano en el atormentarme. O si mandas,
          porque no seas notada de cruel executora de amor, asienta
          te audacia de mis querellas, para que oyendo tú mi
          justicia, oya yo la sentencia de tu voluntad. Porque te
          prometo que, si me mandares matar, que por más te seruir
          yo sea el executor de tu sentencia, pues en medio de mis
          tormentos tendre tu voluntad por retracto de mis obras;
          porque sepas, si no lo sabes, que no es mi viuir por ti
          otra cosa que vn contino tormento muy a mí voluntarioso.
          Y ansi te auiso, mi señora, que si no propones de me
          acorrer, que no te determines de me oyr, ni deliberes
          poner en mí tus ojos. Porque si me miras, aunque de rigor
          de justicia yo meresciesse muerte, la misericordia tuya
          te inclinaria a mandarme aliuiar, sin oyr allegacion de
          mi parte, mas de que tú, viendo que yo moria, fuesses
          sabidora ser tú la causa; en quien confiando, quedo por
          tuyo.

          _Mar._--Ay, corre, corre Justina, que tu señora se ha
          tendido, no sea algun desmayo.

          _Just._--Ay, Jesus, Jesus! o, mi señora y mi bien, y qué
          es esto?

          _Bel._--Ay, captiua de mí!

          _Just._--Qué sientes, señora! leuantate por vn solo Dios,
          que te hazen mal estas piedras, y vamos antes que seas
          conoscida, que comiença ya a venir gente.

          _Bel._--Calla, que yo me esforçaré si pudiere, que fue
          vna congoxa de coraçon.

          _Mar._--Pon, señora, la palma desnuda sobre él y aliuiara
          se te el mal.

          _Bel._--Creo yo que montará esso poco. Pero quién eres tú?

          _Just._--No conosces, señora, a Marcelia?

          _Bel._--Conozco; pero qué hazes por acá?

          _Mar._--Entré a hazer oracion; pero cómo te sientes? y
          cata que nos vamos por ay abaxo hazia el rio, que te hará
          gran bien ver las frescuras.

          _Bel._--Vamos luego, no se nos llegue gente.

          _Mar._--Anda, señora, que yo me quiero yr contigo; que
          como vienes (Dios te guarde) muy endilgada[673], y la
          mañana es fresca y tú no acostumbras madrugar, y tambien
          la frialdad destas piedras, todo esto junto te aurá hecho
          esse daño. Dame acá la mano, si mandas que te acompañe, y
          andemos.

          _Pin._--O, dichoso tú, Pinel, que tan a tu contento as
          gozado de vna tal dama, y tambien llega se te a este gozo
          vna alegria de saber que ansi queda el campo por mio,
          que de oy más no tenga puertas la casa de Gracilia para
          mí. Aunque si cada visita me ha de costar tanto afan,
          para pocos dias me quieren, si no me pongo en ceua, por
          no perder honra y tener aliento. Pues Fulminato anoche
          fue para no boluer, no quiero agora entrar en casa de
          Marcelia: qué de mañana tiene la puerta abierta! Allá se
          lo ayan; quiero colarme hazia el rio, que por aqui abaxo
          siempre suele auer buenos encuentros por las mañanas. Y
          quiero dar contentamiento a los ojos, pues naturalmente
          deleyta la vista del objeto hermoso, mayormente de
          mugeres. Pero helas van tres y las dos muy de las manos,
          y aun que paresce ropa de pelo. Cata, cata, por Dios
          que es mi comadre Marcelia. Y que me maten si no deue
          lleuar aquellas ouejuelas al matadero, o quiça las trae
          de la charqueria, y aun que la que lleua de mano que
          paresce de lustre. Pues la buena criança siempre paresce
          bien, quiero hablarlas, pues ya Marcelia me ha conoscido
          y pensó de se me desconoscer. Por demás es, señora
          Marcelia, el querer te me encubrir, que la luz de essa
          señora ha alumbrado mi vista al conoscerte. Y ansi con
          su licencia te beso las manos, y mira si mandas algun
          seruicio.

          _Bel._--Ay, por tu vida que le mandes passar de largo,
          que temo que me ha conoscido, pues me differenció de ti
          en el acatamiento.

          _Mar._--Mala es de ver la differencia de las dos. Pero
          espera, que yo le haré presto dexarnos.

          _Pin._--Di, señora, si mandas alguna cosa? pues por el
          acatamiento de la compañera no llego a te compañar.

          _Mar._--Mas antes a ella harás seruicio y a mí plazer
          grande en que passes luego de largo.

          _Pin._--Por cumplir la voluntad de essa señora y hazer
          tu mandado te beso las manos y a essa dama los pies, y
          perdona mi atreuimiento. O, hi de puta el diablo; y qué
          ojos y media frente descubrió, y qué albura de mano sacó
          del guante por descuydo, y qué loçania de cuerpo de dama!
          Doy a la maldicion esta Marcelia, y si no creo que sabe
          quanto bueno ay en el pueblo. Voy me por sí o por no a
          la posada; quiça yrá a desembarcar con aquel flete alla
          en busca de algun merchant, que si ansi fuesse, venderse
          [ha] hombre por comprar tal joya.

          _Bel._--Quién era aquel tan bien criado, y que ansi te
          conoscia, y que tan presto te obedescio en yrse?

          _Mar._--Es vn criado de vn cauallero, el más agraciado y
          más de los de tomo que agora pueblan la corte, y de más
          gloriosa fama de quantos yo aure visto.

          _Bel._--En cargo te es, que ansi le loas. Pero dime el
          nombre del criado y quién es esse su amo.

          _Mar._--Este que agora va de aqui se llama Pinel, criado
          de vn cauallero cuyo loor no tiene par; mancebo, gentil
          hombre, y muy poderoso y de muy alta sangre.

          _Bel._--O él no tiene nombre ó le tiene tal que no deue
          ser para oyr.

          _Mar._--Para nombrar y loar por cierto es, señora mia,
          aquel sin par de Floriano. Ay, por Dios, Jesus, Jesus, y
          de qué te me desmayas? o, qué poco esfuerço para lo que
          ha de ser, si por bien es!

          _Bel._--Ay, que no es nada, sino que se me torcio el pie
          en el chapin.

          _Mar._--Pues qué tal te hallas ya?

          _Bel._--No te lo sabre dezir; pero sentemonos vn poco en
          este prado.

          _Just._--Cata, cata, y qué de reposo se sienta con
          Marcelia, y qué oluidada está Belisea de la priessa de yr
          muy de mañana. No sé qué me diga destos secretos: Dios
          quiera que paren en bien; allá lo ayan, que aqui apartada
          me siento, pues en no me llamar, lo quieren auer a solas.

          _Bel._--Agora me di, Marcelia, por qué me visitas tan mal
          y tarde; pues sabes que no se muestra pesar con tigo en
          casa, y aun estás bien acreditada en la reputacion de mi
          padre.

          _Mar._--Con la enmienda en lo por venir soldaré, señora
          mia, las quiebras passadas; aunque yo siruo a vna señora
          que me da menos vagar y tiempo que yo querria para pagar
          semejantes deudas de visitaciones.

          _Bel._--Ay, que no lo hazes bien en seruir a nadie sino a
          mí, ni yo lo consiento.

          _Mar._--Y aun ansi confio yo en Dios que agora en tu
          seruicio, como al presente ando occupada, las mercedes
          tuyas me harán libre de la señora que digo.

          _Bel._--Y quién es?

          _Mar._--La señora pobreza, que tiene don de la honra;
          ansi que se llama doña pobre honra.

          _Bel._--Ayna me pudieras hazer reyr con tu señora; dos
          me parescen a mí essas, y aun que pocas cosas pueblan
          juntas: porque de la honra tambien soy yo sierua. Y aun
          con sus importunidades de cosas differentes que manda,
          pierdo yo con el cuydado de cumplir las el sueño grandes
          y muchos ratos.

          _Mar._--Pues a mí me trae en vela de contino; pero quál
          es la otra?

          _Bel._--La pobreza, á la qual tú podras seruir, pero yo
          no la siruo: Dios sea seruido en ello y en todo.

          _Mar._--Mi fe, señora, pobreza a solas, sin el don que yo
          le doy, no la hallo yo seruidumbre, porque no ay oy en el
          mundo gente más libre que la pobre, que de honra y todo
          lo es. Porque con no tener el tal o los tales que perder,
          no se dexan de arriscar tras lo que les da el appetito,
          ni ay cosa que les sea vedada, sino las que contradizen
          a la virtud; que a éstas la natura las aborresce. Y
          los ricos andan obligados a sustentar la loçania y
          fausto y gala del mundo, que con ser vn señor muy mal
          contentadizo, es tan costoso, que muchas vezes tras las
          grandes rentas les haze empeñar las almas, y vender las
          virtudes, y arriscar los contentamientos, y jugar con las
          vidas, por vestirle de honra; y al cabo ni esta honra
          sabreys en qué ó de qué es, ni qué color saque, ni en qué
          consista; porque vnos le visten de lo que otros la acaban
          de desnudar, y otros la honran y defienden donde otros la
          arrastran y blaspheman. Y ansi andan los ricos tras el
          mundo como personages sin son, perdidos por contentar:
          vno que los pobres traen por los pies, y le pierden a
          cada passo, porque a la verdad ni haze mercedes más de
          por vida, ni las dadas dexa gozar sino por su antojo, ni
          ensalça virtud, ni perdona alguna falta, ni oluida jamas
          el vituperio. Por manera que los señores que los pobres
          llamamos, que porque más le siruen más entrada tienen en
          sus bienes, ni nunca bien le tienen ganado, ni dexan de
          tener el cielo quasi perdido; porque como tengan mayor
          carga, caminan menos, y como tengan más negocios, tienen
          menos quietud. Y ansi dize la escriptura que los ricos
          caen en tentaciones; aunque no lo digo por ti, pues toda
          general regla tiene sus excepciones.

          _Bel._--Aunque no hables contra mi persona, porque
          hablas contra mi estado, que voy en el cuento de los que
          vosotros allá llamays ricos, quiero, tornando por mí,
          desengañarte, que no dize la escritura que los ricos caen
          en tentaciones, sino que caeran en tentacion los que
          quieren ser hechos ricos.

          _Mar._--Pues qué me da más ocho que ochenta, si los
          ochos son diezes? que no me daras rico que con serlo no
          huelgue, y que no le pese con el descaer del estado.

          _Bel._--Dado que te conceda esso, aun no caes en el punto
          de la razon.

          _Mar._--Pues suplico te me la digas: porque es descanso
          verte sabiamente tractar lo que quieres. Y aun huelgo de
          tener en qué ocupar tu entendimiento en otra cosa que tu
          mal.

          _Bel._--Ay, amiga, que al fin allá quedan las rayzes. Y
          esto, aunque sea mondar las ramas, pero entiendo que ay
          ricos, y ay desseosos de ser ricos. Los primeros llamo
          yo los que lo son desde sus antecessores, como los que
          tienen estados y señorios de majorazgos o herencias
          seguras y rayzes. Y los tales, como desde que son o
          fueron fueron ricos, con no tener que dessear ser ricos,
          pueden occuparse en hazer grandes bienes, con estar
          contentos con la suerte que les dio el mundo. Pero los
          que son ricos no de auolengos, sino por industria y
          fortuna y mala ganancia, que van poco a poco, o mucho
          a mucho augmentando el caudal para hartar el auaro
          appetito, éstos caeran en tentaciones de vsuras, logros,
          robos, engaños, mentiras y oluido del diuino culto por la
          adoracion de la moneda. Y ansi, adonde los primeros que
          dixe, en sustentar su estado, no empeñando a Dios por la
          hazienda, ni haziendo desafueros, sino con lo que tienen
          por proprio, pueden seruir a Dios, alli los segundos, que
          quieren a tuerto o derecho (como dizen) alçar casa y fama
          y acaudalar hazienda, hazen mil offensas a Dios y dos mil
          agrauios a sus proximos.

          _Mar._--Altamente has prouado tu intencion. Pero dime si
          te sientes ya mejor, que te vi en la iglesia endenantes
          que estauas tan embarada, que jamas pude sacarte vn papel
          de la mano.

          _Bel._--Ay, amiga, qué grande fue mi mal no pensado! Pero
          dime, viste lo que era el papel o sabes qué dezia?

          _Mar._--Bueno va el recado.

          _Bel._--Qué dizes?

          _Mar._--Que, mal pecado, no sé leer; pero por qué me lo
          preguntas?

          _Bel._--Porque le hallé en la grada del altar, y no sé lo
          que es, y temo no sea algun mal, porque luego me senti
          con las bascas que me viste.

          _Mar._--No será sino alguna nomina de algun enfermo, que
          la pondria delante nuestra señora para que tomasse virtud.

          _Bel._--Ay de mí, que bien creo yo que si alguno sanó con
          ella, que empeoré yo.

          _Mar._--Mas qué tacha; ay, Dios te guarde de enfermar;
          pero dime, sientes algun mal?

          _Bel._--Dexame de preguntar lo que dicho no sabras
          remediar; y dime, mudando plática, porque me da pena
          ésta: de dónde conosciste tú aquel mancebo?

          _Mar._--Quál, mi señora, a Floriano?

          _Bel._--Que no, sino el de endenantes.

          _Mar._--Tan sólo en ser criado de aquel valeroso y gentil
          cauallero de Floriano; pues ay, señora, y de qué te
          turbas?

          _Bel._--No te menees, está queda: que más mal se me
          va aparejando, y desde agora començare a esforçar mi
          flaqueça y a forçar mi voluntad.

          _Mar._--Y aun ansi te cumple, y Dios y ayuda.

          _Bel._--Qué dizes? no me hables tan entredientes.

          _Mar._--Hablo ansi porque no sabe la persona si passará
          alguien que de palabra saque la razon, y declare la
          persona lo que quiere encubrir. Pero digo que yo te tengo
          de alegrar oy con mi compañia.

          _Bel._--Ansi lo guie Dios. Pero dime, cómo tienes tú
          noticia de su amo de aquel mancebo?

          _Mar._--Quál, Floriano?

          _Bel._--Que ya le sé bien el nombre; dime lo que más
          sabes dél, y piensa que sólo me mueve curiosidad y
          occasion de tener que hablar contigo.

          _Mar._--Ay, mi angel, y cómo en nombre del buen Floriano
          te quiero besar essas manos.

          _Bel._--Ay, amiga Marcelia, cómo aunque me huelgo de te
          oyr, no me suena bien esso; cata que ya sabes quánto
          abomino estas cosas.

          _Mar._--O, qué gracia tienes aun en el enojarte; puesto
          que no tienes por qué culpar mi simplicidad en el hablar.
          Porque si te besé las manos (lo que agora torno a hazer),
          más en nombre de Floriano que de nadie, es porque con
          parescerme que a las damas deuen los galanes seruir,
          no le ay quien a ti merezca si Floriano no. Porque de
          algunos que en mi casa entran de los suyos oyo dezir,
          y no acaban de contar de sus loores, su llaneza, su
          señorio, su liberalidad; pues la edad, que es de veynte
          y cinco para veynte y seys, que en seso paresce de
          ochenta. Y agora, mi señora, me dizen que anda tan malo
          que me ponen los criados duda en el escapar. Y si él (lo
          que Dios no quiera) muere, se cierra vna gran puerta a
          menesterosos; porque, a la verdad, a mí me haria grande
          mal, y a mis necessidades se quitaria vn gran acorro. Y
          esto te digo como a mi señora, á quien, desengañadamente
          amando, doy cuenta de mis flaquezas.

          _Bel._--No viues engañada con migo; pero dime, qué mal es
          el desse cauallero? que cierto tú lo cuentas de suerte y
          lo encaresces tanto, que me has mouido a gran lastima.

          _Mar._--A otro perro con ese huesso. Señora, no me
          saben dezir sus criados más de que huye toda alegria, y
          aborresce la conuersacion humana, y ama la soledad. Y
          puesto a solas, tañe como lo sabe bien hazer, y canta
          como el que tiene linda gracia nouedades y canciones en
          declaracion de su mal.

          _Bel._--Y de qué en especial se quexa, si dizen?

          _Mar._--Pues no me lleuarás por ay. Señora, no sé más de
          que dizen que son bascas del coraçon, que algunas vezes
          le priuan los sentidos.

          _Bel._--Por mi vida, pues, que si este mi anillo se
          pusiesse al dedo, que le fuesse bien; porque tiene esta
          piedra muy apropriada contra esse mal.

          _Mar._--Mejor anillo le serías tú, si quisiesses, y él te
          tuuiesse.

          _Bel._--Qué dizes si me tuuiesse? y habla me claro.

          _Mar._--A buen entendedor poca parola. Señora, digo que,
          si no me entendiste, que si le diesses esse anillo y él
          le tuuiese, que con el sanar te deueria todo seruicio.
          Pero como ni yo osé pedirte le, ni el buen Floriano esté
          tan en tu gracia que se le quieras dar, ansi con temor
          lo hablé entre dientes. Pero, al fin, combidarte ha tu
          misericordia a que le fies de mí, con tal seguro, que en
          él sanando o sintiendo aliuio, te le tornaré, o él mesmo
          te yrá a besar las manos y darte le de su mano a la tuya;
          porque a todo esto saldre yo fiadora.

          _Bel._--Ay, calla, que de ti sola lo fiaré, y te lo dare
          para que él se aproueche tan solo por ti.

          _Mar._--Yo le tomo con tal presupuesto, y te beso las
          manos, y se le lleuo luego de tu parte al cauallero.

          _Bel._--Ay, ay, que no quiero que le lleues en essa
          manera.

          _Mar._--Que no digo que se le dare en tu nombre, sino que
          por tu mandado; pues sola lo fias de mí, yo mesma se le
          yre a lleuar, aunque en mi vida le hablé. Pero más que
          tanto haré yo por seruir te, y tornar tele en tu mano
          como me le das.

          _Bel._--Ansi lo haz, y cierto que holgara de verle, por
          saber si es tanto su mal, y ver lo que obra el anillo.

          _Mar._--Esso, señora, no se lo aure dicho, quando vaya de
          ojos por tu seruicio él.

          _Bel._--No quiero dezir lo que entiendes, sino que
          holgara de que se offresciera occasion de verle, porque
          en el rostro le conosceré yo si tiene el tal mal.

          _Mar._--Ya, ya, entendida eres; todo lo haré por tu
          contentamiento. Pero dónde vas por acá oy que ay toros,
          segun me dizen, y aun bien sé por quién se corren.

          _Bel._--No quiero más saber de ti; pero voy a nuestra
          señora de Prado, por huyr de no me hallar a los toros.

          _Mar._--Pues si mandas, acompañar te he, aunque tenia
          bien que hazer: y si has de yr, no aguardes a que entre
          el sol y ande más gente.

          _Bel._--Anda, vete, y no dexes de yrme a ver, y ponme
          cobro en el anillo, que le estimo en mucho por su virtud.

          _Mar._--Los angeles vayan contigo, que yo cumplire mi
          palabra.

          _Bel._--A, Justina, dame la mano y vamos de aquí, que ya
          se fue Marcelia y vase haziendo tarde.

          _Just._--Sin duda que ya me dormia; pero huelgo que te
          alegraste con Marcelia.

          _Bel._--Por cierto que tengo de mirar de oy más por ella,
          porque creo que padesce necessidades y es buena muger y
          diligente.

          _Just._--Buena obra harás, señora, en fauorescerla;
          porque con el mal que te sobreuino en la iglesia
          endenantes luego que tomaste aquel papel, ella mostró
          tanto sentimiento, que mostró bien el amor que te tenga.

          _Bel._--Ay, mi Justina, que no te puedo encubrir lo que
          se trasluce, porque en leyendo aquel papel me senti y
          siento otra que solia, e inclinada a lo que poco antes
          aborrescia. Y consentir el mal no es más ya en mi mano,
          ni sé qué mal es el mio.

          _Just._--Ay, mala landre me dexe si no deue ser mal
          de aquel cauallero, y que esta Marcelia lo ha vrdido.
          Pero si este mal fuere, él se descubrira, porque mal se
          asconde el fuego en el seno, ni el amor en el pecho.

          _Bel._--Qué vas diziendo? toma me estos chapines agora
          que vamos ya por el campo, y dexa me hasta allá yr a
          solas, porque yre rezando mi rosario.

          _Just._--Hagase como tú fueres seruida.


                                NOTAS:

          [673] En el original, _en delgada_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XVI

          Marcelia yendo a su casa halla la hija acabando de
            despedir vn galan, y sobre sospecha le pide zelos.
            Despierta Marcelia a Fulminato; vanse juntos a casa de
            Floriano, al qual cuenta lo que le auino con Belisea, y
            dale el anillo, y persuadele que vaya a Prado a uer se
            con Belisea. Floriano da vn anillo rico suyo a Marcelia,
            con otras mercedes. Y buelta Marcelia a su casa, Floriano
            se alegra y come, y manda adereçar para yr a Prado.


          MARCELIA, LIBERIA, FULMINATO, LYDORO, POLYTES, FLORIANO.

          [_Mar._]--O, quán rica voy para mi casa. No en balde
          dizen que a quien Dios ama que la casa le cata. Y si
          vale más a quien Dios ayuda que quien mucho madruga, más
          valdran estas dos cosas juntas: que por quererme Dios a
          mí encaminar me hizo aceptar tan de facil el cargo de
          Fulminato en la carta. Y en deliberando hazerlo, puse
          pies en camino, y a pocos passos he andado gran jornada,
          y ansi confio en Dios que sacará buenos fines en este
          negocio, aunque los principios no sean tales. Ya estoy en
          mi casa, loado Dios; arriba subo de rondon, despertaré a
          Fulminato, y luego voy a desembarcar con mi buena nueua a
          Floriano, que lo ha de oyr de mi boca primero que nadie,
          porque el alma me da que tengo abierta oy buena ventana
          de claridad a mi casilla. Qué hazes, hija?

          _Lib._--Aqui me estoy velando el sueño a Fulminato.

          _Mar._--Pues quién salio agora de casa de priesa, que le
          vi asomando yo a la punta de la calle?

          _Lib._--No sé, madre.

          _Mar._--Ansi, hija, por tu vida que siempre mires por la
          honra, pues ves quánto yo ando aperreada por traer alguna
          ganancia. Ve, cierra la puerta, que yo entro a despertar
          este dormilon.

          _Lib._--Ya deue mi madre venir picauienta; que auria de
          auer ya mal empacho de sí y no pedir me á mí zelos de
          lo poco que hago para lo mucho que ella me enseña. Pero
          dichosa fuy en despedir aquel galan al punto, que a lo
          menos por mucho que diga mi madre, ni me quitará ya ésta,
          ni me lleuará el realejo de a dos. Y asuadas que, si yo
          puedo, de oy más que pocas me haga mi madre que no me las
          pague, ni aun me lleue la delantera, si plaze a Dios, que
          todo es burla el estar siempre en vn hito que enhada. Y
          el mudar de manjares más despierta el apetito al comer,
          si todos ellos son buenos. Yo quiero mientras ellos salen
          almorzar algun bocado, porque de oy más antes me lleuará
          mi madre harta a la missa que ayuna a las visperas.

          _Mar._--O, Jesus, y qué dormido está; pero al fin
          quierole quebrar el sueño.

          _Ful._--O, despecho de la vida con tales burlas, y tú
          eres?

          _Mar._--Leuantate ya, que es tarde.

          _Ful._--A la he, bien que leuantate, y echase me encima:
          pues espera.

          _Mar._--O, valasme Dios, y qué pesado eres en todas tus
          conuersaciones.

          _Ful._--Mucho vienes gruñidera; pues qué me mandas agora?

          _Mar._--Ay, Dios, y qué bonito, y qué obediente. Viste
          te presto, que ay mucho que hazer; que tú para la tierra
          donde no ay dia eras bueno, que dormirias a posta.

          _Ful._--Pues qué quieres? que andando hombre haziendo
          esgrimas de noche y cargado de armas, el cansancio de
          la noche alo de pagar el dormir de dia; que la medicina
          manda dormir siete horas. Pero vees me a punto, y aun con
          gana de roçabillar.

          _Mar._--Pues cubre te y vamos a Floriano, que le lleuo
          este anillo de la mano de Belisea, y le di su carta,
          que harto mal será si no nos manda dar de almorzar de
          alboroque, pues que yo bien lo he merescido.

          _Ful._--Vamos, vamos, pese a la vida, que con tal
          entrada medra tendremos entrambos con que poblemos las
          bolsas, si lo que dizes es verdad.

          _Mar._--De ser ello ansi no dudes tanto como en el partir
          mi ganancia.

          _Ful._--Qué dizes de ganancia? que con el gozo de la
          medra que espero no aduerti.

          _Mar._--Digo que mi perder oy de sueño meresce buena
          ganancia.

          _Ful._--Anda, que para que los dos medremos, algo has de
          perder del dormir, pues yo por contentar te pierdo mucho
          del reposo.

          _Mar._--Mas oxte, necio, y aun no tenemos hijo y poneys
          le vuestro nombre? pues al freyr lo vereys.

          _Ful._--Qué gruñidora vas, y qué passo de frayle
          combidado, y quán en silencio vamos!

          _Mar._--Y calla ya, que no miras los inconuenientes; voy
          como de huyda; porque en verme ansi yr contigo no sé qué
          diran gentes, en especial que si de la plática cogiesse
          algun passagero alguna razon, no nos haria prouecho.

          _Ful._--Qué negros escrupulos de vergonçosa desposada.
          Dime ya qué heziste de la carta de Floriano, y si la
          diste a Belisea? para que sepa yo responder al punto sin
          que me hallen desapercebido.

          _Mar._--Por mi salud que lo adobauas. Vamos por la calle
          y nombras las personas para manifestar los hechos?

          _Ful._--Muy secretaria vienes, pues mandote yo que en el
          mensaje tú podrás saberlo sola, pero en la ganancia mi
          mano la primera, y aun mi porcion la mayor.

          _Mar._--Que vas enojado? pues calla, que allá verás como
          tú y tu amo y todos vosotros me deueys mucho, pues que os
          dexé ya llano el camino y la guia puesta.

          _Ful._--Dessa manera ganancia aurá, que para mí es lo
          principal, y lo al, vaya o venga, en casa estamos. Mira
          que no te entiendan lo que traes, porque no nos ganen
          nuestras albricias.

          _Lyd._--Cata, cata, qué paje trae Fulminato; aquel
          deue ser el ceuo de su ropa de color, que él dixo. Di,
          Polytes, conosces la?

          _Pol._--Como a mí; es la huespeda y amiga del galan. Y
          asuadas que si no son alcahueterias, que deuen ser quexas
          de los que allá entran, mayormente si son de la sangre de
          su hija, que es a cargo Felisino (segun se suena) y quiça
          vendra a poner le la demanda del dote.

          _Lyd._--Calla ay, mal hora, que ésta no tiene talle de
          tener essos tractos.

          _Pol._--En esta tierra a dos manos juegan las tales,
          porque de muchas partes les nazca ganancia.

          _Ful._--Nora buena esten los caualleros.

          _Lyd._--Bien venga la señora y el galan, y qué es lo que
          manda por acá?

          _Ful._--Viene a hablar a Floriano.

          _Lyd._--Anda, Polytes, y auisa a Floriano; y tú, señora,
          me alegra con buenas nueuas, porque aunque te parezca
          nueuo el hablar sin conoscerte, tengo muy gran lengua de
          tu bondad y gentileza, de los que allá entran en tu casa.

          _Mar._--Por el buen cumplimiento te beso las manos. En
          lo demas vengo con vn recaudo al señor Floriano, con que
          confio en Dios de dexar toda alegria.

          _Lyd._--Esse tal señor la dé a ti y a todos, que es él
          poderoso.

          _Pol._--Mi señor te manda entrar, señora honrada.

          _Lyd._--Pues si el escudero no me lo quita, yo te quiero
          acompañar.

          _Ful._--Señor, como esta señora sea libre e yo sea tuyo,
          queriendo ella, a mí se me hará merced.

          _Mar._--Señor, beso tus manos, que ni me temo entrar
          sola, ni soy tan vieja que no me vaya por mi pie.

          _Lyd._--Pues guiala, paje.

          _Mar._--O, mi señor Floriano, cómo salen cumplidos
          mis desseos tan antiguos de que se me offresciesse
          occasionada oportunidad, tan buena como agora, para que,
          aunque con atreuimiento, a lo menos sin verguença y sin
          por qué de ser me retraydo por tu mucho merescimiento y
          mi mayor baxeza y pobre aparato, te pudiera venir (como
          vengo) a besar tus manos. Pero no lo he dexado por negar
          seruicio a tu magnifica persona y amor grande que tengo a
          tu bondad, lo qual los más del mundo, a mi parescer, te
          deuen con razonable título. Mas ya sabes, señor, que a la
          muger del estado de viudez no todo ni aun lo menos de lo
          que dessea le es concedido por el dezidor y maldiziente
          mundo, aunque sea de género suyo bueno y encaminado a la
          virtud. E con tanto, recibiendo mi sana voluntad a tu
          seruicio, me perdona en lo passado, con la enmienda en
          lo venidero. Y ansi de oy más quiero que me culpes por
          remissa en tu seruicio, si hallando en qué te seruir de
          mí y manifestando me tu voluntad, hallares en la obra
          negligencia.

          _Lyd._--Y valga la la maldicion, si no se pica de
          rhetorica.

          _Flor._--Mucho te agradezco la tan buena voluntad como
          publicas, y perdonando mi desabrimiento que la poca salud
          me causa, porque tu venida no vaya sin gratificacion de
          la honra que meresciere, me di qué es lo que me quieres
          pedir.

          _Mar._--O, cómo se manifiesta tu illustre generosidad
          y magnífica largueza, pues que sin esperar a saber mis
          seruicios me combidas con las mercedes. Pero tambien
          quiero que sepas que, aunque yo pobre y tú señor y rico,
          primero te vengo a buscar a tu casa para darte que para
          pedirte hasta su tiempo.

          _Flor._--Qué me puedes tú dar?

          _Ful._--Darte ha respuesta de lo que tú me mandaste, lo
          qual ella por te seruir y a mí quitar del cuydado de las
          armas, me quitó del tal afan.

          _Flor._--Si algo fue, haria lo por ti, que por mí no.

          _Mar._--Dado que yo deua buena voluntad a los tuyos, pero
          como ellos te deuan seruicio, ya que algo yo por ellos
          hiziesse, seria endereçado a fin de te seruir con ellos.
          Y porque sé que te arrepentiras de me auer occupado sin
          me oyr mi embaxada, manda me la dezir.

          _Flor._--Aunque desconfiado de que sea cosa que me pueda
          dar algun contentamiento, pero por ser la primera cosa
          que me pides, salios vosotros todos a la sala, y dexadme
          con esta dueña, si ella se osa fiar de mí.

          _Ful._--Aun no del todo, voto a la consagracion de mi
          corona, porque tu enfermedad de hambre de tal vianda es.

          _Pol._--Qué sales gruñendo? No deuen de contentar a
          Fulminato aquellas puridades.

          _Ful._--A la fe, su alma en su palma.

          _Lyd._--Alto a oyr missa, que ya no saldra Floriano por
          agora a oyr la, y hazese tarde, y aun el capellan ha rato
          que esta reuestido. Tú, Polytes, te queda a essa puerta,
          para si llamare.

          _Flor._--Agora estamos solos, y antes que me digas lo que
          quieres, me di tu nombre.

          _Mar._[674].--Llamo me a tu seruicio Marcelia: soy vna
          pobre viuda, amadora de los nobles y buenos, y con tal
          desseo de te seruir, vengo a darte vna embaxada.

          _Flor._--Cúya?

          _Mar._--Dime, señor, tú no diste vna carta a Fulminato?

          _Flor._--Y para quién?

          _Mar._--O, qué grande es el poder del amor, que ansi
          le tiene desacordado! Que digo al punto, sin te tener
          suspenso el entendimiento, que Fulminato me dio en tu
          nombre vna carta tuya para tu señora Belisea.

          _Flor._--O viuifico nombre, que ansi me ha tornado de las
          puertas de la muerte a la vida! Dime, por Dios, si ay
          buena nueua, que agora sé que sí di.

          _Mar._--Pues yo se la vi en su mano.

          _Flor._--Que se la viste tú en su mano?

          _Mar._--Que se la vi vna vez y otra vez.

          _Flor._--No lo creo.

          _Mar._--Pues porque en conoscerme que entiendo yo en tus
          negocios, y porque tengas en poco esso, sabete que ella
          queda con harta parte de tu pena.

          _Flor._--Que sabe mi señora que yo peno por ella?

          _Mar._--E aun que penará ella presto por ti, si yo no
          muero.

          _Flor._--Agora me desconfiaste del todo.

          _Mar._--Pues mira que soy yo, Marcelia, la que, si me das
          palabra de tornarme lo que yo te diere, quando yo te lo
          demandare, te dare vna joya suya.

          _Flor._--Luego te la doy.

          _Mar._--Pues pon te tú esse anillo suyo en el dedo del
          coraçon, que ella tiró del suyo, y por su mano me le dio
          para ti, porque le dixe quán malo estauas. Pero con dos
          condiciones. La vna, que yo se le tornasse en mejorando
          tú; y la otra, con que no te dixesse que ella te le
          embiaua, sino que yo te le traya.

          _Flor._--Perdona me, que dizes tanto, que no puedo
          persuadir el entendimiento a creerte.

          _Mar._--Pues pon le en el dedo y trae le hasta mañana que
          te le tornaré a pedir, y en el obrar verás si te miento.

          _Flor._--Pues pon te tú esse de esse diamante mio en el
          tu dedo, no en prenda, sino por tuyo, y estotro te le
          dare pidiendo me le, y no en pago de tu trabajo, sino en
          trueque de que tú me truxiste estotro. Y tambien porque
          no es razon que ande en mi mano a la ygual de joya tan
          sublime.

          _Mar._--Bueno va esto; que si la piedra es fina, buenas
          veneras lleuo de mis romerias.

          _Flor._--Qué dizes, mi hermana, qué dizes, mi amiga?
          por qué no me das parte de todas tus palabras, que a mí
          me han resuscitado? Y por qué no te gozas de mi gozo? O
          joya que meresciste andar en tales manos como las de mi
          señora: perdonad la injuria y baxa que se os da en ser
          puesta en las manos deste captiuo y sieruo de aquella
          cuya vos soys. Y pues sé (que agora lo creo) que ella os
          mandó venir a mi poder, con su voluntad venistes, y con
          su palabra me traereys conseruada vuestra virtud, y en su
          fe os pongo en su memoria en mi dedo. Ya, ya sano soy,
          vida tengo: resuscitado he. Bien paresce[s] auer (o joya)
          otra virtud más que la tuya natural, por ser tú cuya eres
          y querer ella que yo viua, pues tan en punto veo effectos
          de tu virtud en mi salud, dada por el poderio de mi
          señora.

          _Mar._--O, qué hermoso encarescimiento y qué bien
          encadenado hablar!

          _Flor._--Qué dizes, almario de mis consuelos?

          _Mar._--Digo que si me acabas de oyr, que verás quánto me
          deues.

          _Flor._--Más que tengo fuera del coraçon; pero di, di, si
          puedes traer más.

          _Mar._--Pues para que digas con verdad quánto estas ropas
          pobres te pueden dar antes que te pidan, sepas que aun te
          puedo dar más, y más, y más.

          _Flor._--Que no es possible suffrirme, aunque estoy
          desnudo, desde la cama no te abraçar, y perdonar me has.

          _Mar._--A la fe, esto y lo al te perdonaria de buena
          voluntad.

          _Flor._--Qué dizes, thesoro de mi salud? no te me enojes.

          _Mar._--No es tiempo que reyne enojo en mí, viendo tu
          alegría; pero digo que quisiera tener espacio para contar
          te las particularidades que passé con mi tan peligrosa
          y dudosa mensageria, porque viesses el peligro en que
          me vi, por ti bien empleado. Porque sé yo bien que te
          dara más plazer la buena ventura que uve, que tristeza
          te diera mi perdimiento. Pero al fin lo que es hecho con
          sana voluntad por tal señor como tú, nunca se pierde.

          _Flor._--La paga dexando para despues, más por dar
          primero aliuio a mi coraçon que porque la dilacion trayga
          en oluido lo que te deuo, dime, dime, cómo la vistes?
          dónde estaua? qué hazia? qué semblante mostraua oyendo te
          hablar de mí?

          _Mar._--Señor, ansi como sientes pena en el tardar me
          en te contar lo que yo hize por tu seruicio, tambien te
          pesará de que con estas tardanças se te passe el tiempo
          para lo que has de hazer más.

          _Flor._--Pues dimelo presto.

          _Mar._--Que tu señora, con sola la compañia de sus
          mugeres, está en Prado.

          _Flor._--Y a qué va, mi hermana, si sabes? y si no es
          venida, perdona me que a pie me voy y ansi desnudo tras
          ella, como tras la causa de mi viuir.

          _Mar._--Y aun por eso te dixe que era tarde; no me
          detengas, hasta que me oyas mi plática, con el estoruo de
          tus encendidos desseos. Y sepas que con gran agonia me
          dixo que tiene desseo de verte; pero no me dio licencia
          que te lo dixesse de su parte. Por tanto, siguiendo
          mi consejo, ve tú allá de la mia, o por lo que te
          paresciere, que despues yo me pondre a la pena por tu
          seruicio.

          _Flor._--Qué es esto que oyo? moços, moços, den me de
          vestir; si no ansi me yre.

          _Mar._--Cata que la próspera fortuna quiere miramiento,
          ansi como la aduersa suffrimiento. Come, porque vayas
          con más color de rostro, para que muestres lo que ha
          obrado la virtud de su empresa, y no lleues sino poca
          gente, y de arte, porque es muger muy sentida. Y si te
          vee con aparato, por no perder su grauedad tú perderas tu
          ganancia y ella le saldra en vano su desseo. Y porque no
          te quiero quitar la alegre ganancia de que te ha vestido
          este mi pobre vestir, come luego e yreme a mi casa a
          hazer lo mesmo si tuuiere qué. Porque allende de mi
          pobreza, que a las vezes no ay con qué lo comprar, oy no
          aurá cosa ni comprada ni guisada, porque anteuine oy el
          dia en tu seruicio, y en él no he parado hasta agora, que
          he rompido más chapines que en dos meses.

          _Flor._--Pues yo quiero comer luego, y no te quiero
          compeller a que comas conmigo; pero espera. Pajes?

          _Pol._--Señor.

          _Flor._--Llama me luego al camarero, y tú, señora y
          amiga, por amor de Dios, que pues me has començado a
          curar, que no pares hasta ver me sano, que la paga no
          será como meresces, pues allende de ser poco quanto tengo
          para lo que te deuo, como soy forastero no te podre dar
          lo que pide mi voluntad. Pero no me despidiendo de te
          fauorescer, te aurás de contentar con lo que suffriere la
          oportunidad.

          _Lyd._--Qué es lo que, señor, mandas?

          _Flor._--Que luego des a esta dueña diez varas del refino
          que este dia sacaste para mí, para que se vista, y daras
          le para chapines veynte pieças de oro, y tendras cuydado
          de mandar la cada dia a su casa racion. Y en el cuydado
          que de ella tuuieres quiero ver la gana que tienes de
          hazer me plazer; y a mí me traygan de comer luego, y den
          me el vestido azetuni altibaxo. Y tú, señora Marcelia, ve
          con Dios, que de mi plato te mandaré que comas agora que
          no lo tendras guisado en tu casa. Y tú, Lydorio, manda
          con ella dos escuderos.

          _Mar._--Por todo beso tus illustres manos; pero basta que
          este paje se vaya conmigo, porque me lleue el paño, que
          por lo de más bien me sé yr sola, pues no puedo mantener
          quien me acompañe, y encomendando te a Dios me voy.

          _Pol._--Al diablo encomiendo la bagassa si no la entiendo
          mejor que a mí, pero montarle han poco sus mañas por oy,
          si puedo.

          _Flor._--Que sientes, Lydorio, de mi buena alegria? agora
          no me diras que no como, y bien! Pero dime, diste lo que
          te mandé a aquesta dueña?

          _Lyd._--Señor, todo lo lleua a su contento.

          _Flor._--Bien heziste, porque más meresce aun. Y mandale
          luego este par de perdizes ansi calientes de presto,
          con otros dos platos differentes. Y manda me adereçar
          de brida vn cauallo de los Franceses el mejor y mejor
          guarnescido que a ti paresciere. Y a Fulminato le daras
          de vestir, o luego diez ducados para ello, con que se
          vista a su contento, y manda le comer luego, por que se
          vaya conmigo.

          _Lyd._--Mira, señor, que para lleuar solo vn moço aurias
          de yr más disfraçado.

          _Flor._--Bien me acordaste; pues caualguen los continos
          todos, y tú y los pajes y más gente que tú ordenares vaya.

          _Lyd._--Come, señor, con reposo, porque mejor te preste,
          que yo voy a que de todo esso no falte vn punto, segun
          que cumple y tu voluntad lo pide.


                                NOTAS:

          [674] En el original dice equivocadamente _Floriano_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XVII

          Idos Marcelia y Polytes juntos a su casa de la Marcelia,
            luego va Felisino con el paño, que no quiso que lleuasse
            el paje yendo con ella, y lleua le el otro paje con
            Felisino la comida que le mandó Floriano. Felisino se
            combida para la cena con Marcelia. Floriano va a nuestra
            señora de Prado, donde habla con Belisea, segun se dirá
            en la scena que se sigue tras esta.


          MARCELIA, POLYTES, LIBERIA, FELISINO, FLORIANO, LYDORIO.

          [_Mar._]--Qué te paresce, mi señor Polytes, quán
          conuertido en alegria queda por mi causa Floriano y toda
          su casa? y tú vas tan mustio, que paresce que te deuen
          centeno. Cierto que yo soy desdichada contigo en querer
          te como al viuir, tanto que ha podido en mí la fuerça del
          amor compeller me a que yo te acometa a ti en te publicar
          que te amo y quiero tanto, que el desseo de complazerte
          me priue del cuydado de la guarda de mi honestidad y
          honra. Y lo que peor veo en mi mal es que con hazer yo,
          atreuida y desuergonçadamente como muger en acometer te
          y requerir te, lo que tú como hombre deuieras licita y
          honrosamente hazer a ley de hombre galan, amante mancebo,
          yo me quedo con mi desuerguença y tú con mi desamor. Y
          mira quánta sea en mí la fuerça de tu amor, que contra
          la ley comun de mugeres, que aunque penen y mueran con
          dissimulado desuio, aun siendo requeridas, muestran no
          tener memoria de lo que les dessea el coraçon y les pide
          la voluntad, yo empero anteuengo te con ruegos amorosos.
          Y aunque esto para en vna muger que quiere que la tengan
          en algo sea gran tormento, muy mayor es a mí uer tu
          desamor con que me pagas; y la carestia de tu habla y el
          ceño con que me miras me ponen en vna firme sospecha de
          tu desamor, y en vna sospechosa duda de que te inclinarás
          a quererme, y en vna certinidad del tu mi menosprecio,
          que es vna de las cosas más odiosas a las mugeres.

          _Pol._--Donosa, pues, viene estotra vendiendo me su tan
          jugada y aun perdida honestidad, que como ya me cuesta
          tan caro su hambre, la he cobrado temor de entrar en su
          poder.

          _Mar._--Qué vienes hablando, amor mio, que aun la vista y
          habla, que no se niega sino a los notorios enemigos, no
          quieres darme?

          _Pol._--Al fin entrar auremos en juego. No sé por qué,
          señora Marcelia, condenas en mí lo que vuieras de loar
          por buen miramiento; ya sabes (si amas como dello te
          precias) que el amor no sabe tener medio. Y como vamos
          tan en público, no oso hablar, porque como tu amante temo
          caer en algun amoroso descuydo que sea pregonero de lo
          que hay entre nosotros dos. Ansi que la razon, acompañada
          del amor que te tengo, tiene en mí tal fuerça, que
          posponen lo que quiere mi sensual desseo a lo que toca a
          tu honra. Que por lo de más, ya sabes que la ley vulgar
          comun dalo a los mancebos amantes bien empleados, aunque
          en ningun caso lo aprueuan esto en la muger, pues siempre
          le da quiebra el crédito.

          _Mar._--Ay, angel mio, que con ser como tú dizes, bien
          veo que me quieres hazer creer sagazmente que lo que en
          ti causa el desamor y oluido que me tienes me digas que
          es por mirar por mi honra, que yo por ti traygo muy al
          traste, y quieres me tú dezir que el dexarme de hablar,
          que lo causa el no me amar, lo hagas por zelo de lo que a
          mí me cumple. Ay de mí, que te amo tanto, que aun viendo
          me engañar de ti no puedo desechar tus razones, porque
          todo en ti me paresce bien. Pero mira cómo lo que yo digo
          es ansi: que agora que estamos ya en mi casa, donde no
          tenemos a quién dar cuenta sino a Dios, pero ni aun por
          esso sales de lo que tienes en la voluntad, que es no
          amarme.

          _Pol._--Bien me culparas de veras si tu hija no baxara
          ya, que nos vio luego.

          _Lib._--O, loado Dios, que vienes, madre, a esta casa,
          que ni sé qué piensas de qué nos hemos de mantener; que
          hoy no se ha callentado el hogar en esta casa.

          _Pol._--Picado deues tener el molino; mala serias para
          palacio, que a las visperas aun es temprana la comida.

          _Lib._--Allá haria como allá, y no se me haria graue;
          porque dizen que en Roma como en Roma, y en palacio como
          tal, y en mi casa segun mi ordinario.

          _Pol._--Y aun porque agora sales de compas ya desmayas?
          bien dizen que mudar costumbre es a par de muerte.

          _Mar._--Asuadas que no está ella para matar el sapo con
          la saliua ayuna.

          _Lib._--Y aun mi madre canta como bien harta.

          _Mar._--Por tu vida y de todos tres, que oy no me he
          desayunado sino de peccados, que salen en vn guiñar del
          ojo.

          _Lib._--Pues bien ha vn hora que tengo los manteles
          puestos.

          _Mar._--Por tu vida veamos qué tendrá que nos dar, que vn
          combidado puede combidar a otro.

          _Pol._--Sentareme sin mirar que aya, porque veas quán de
          veras pretendo complazerte, mayormente en mi prouecho,
          que ni miro a lo que se me pueda dar, sino con qué
          voluntad.

          _Mar._--Por cierto con la que se dara en esta casa a mi
          hija.

          _Fel._--Ea, paje, date priesa, no se enfrie esso. Y
          pesse a tal con la bagassa, perdoneme que es mi suegra,
          si despues de puta, no medra agora por alcahueta. Y aun
          que ella presto quiere (segun veo) echar el pelo malo,
          aunque toda via algo cabra al yerno de este paño, que
          es lástima verlo condenado a cubrir tan putas carnes.
          Y el necio, pues, de mi amo, que por mensaje de vna
          alcahueta da lo que tiene, y por todo el sudor y vida de
          vn criado daran vn mal mes, y otro para ellos, y solo
          del diamante y anillo es verdad: ay os digo yo que como
          se vea con pelo, que luego se haga delicada y ociosa. Y
          si la ociosidad entra vna vez en la casa destas tales
          mugeres, ansi solas y libres y no viejas, yo os baptizo
          por burdel la morada, aunque ya le lleua los tenores.
          Pero a la puerta estoy, llamar quiero, que en estas casas
          ansi cumple, porque a las vezes ay dentro quien ni ellas
          ni vos querriades encontrar. Ta, ta, ta.

          _Mar._--Sube, sube, Felisino, que ya eres conoscido.

          _Fel._--Quiero yo tomar a este paje esto, porque no sé
          que ay arriba; daca, hermano, essos platos, y da luego la
          buelta, que serás allá menester para el alçar de mesa;
          que yo lleuaré la plata. O, hi de puta, y qué buena viene
          la comida; en mala pro les entre a solas. Buena pro haga,
          señoras. Cata, cata, y tú eres el patron de la casa?

          _Pol._--Y pesa te de ello?

          _Fel._--Por cierto no me pesa a mí de todo tu bien; pero
          aunque vengo tarde, pues traygo cobro, bien me recebirás,
          señora Marcelia, y manda me tomar esto; pesan estos
          platos vn arroba. Y mira que te manda mi señor de su
          mesmo plato, aunque el vino hasta otro dia lo aurás de
          perdonar, que allá en el beuer contaronte por muger.

          _Mar._--Pues más quiero entrar en el numero de los
          hombres en el beuer el vino, y estar sana, que andar
          guayando y desseando; pero bien paresce de cuya mano
          viene la merced, cuya vida Dios prospere y prolongue, y
          tú, hija, que me reñias por mi descuydo de no proueer te
          de comer, cata, boua, que donde no anda la persona no
          haria tal sombra como esta que vees; que ya se te rie el
          ojo.

          _Lib._--Pues no te paresce que me deuo de holgar con la
          visita de Dios presente, que desterrará la hambre de
          nuestra casa oy, y la misericordia suya, que espero que
          adelante desterrará nuestras miserias? pero acaba ya
          Felisino, y descubre lo todo.

          _Fel._--La comida ya la tienes y no me combidas; y ansi
          no lleuarás estotro hasta que se me manden albricias.

          _Mar._--Si me truxeras cosa que ya la palabra de tu amo
          no vuiera hecho mia (como es vn poco de paño, que han de
          ser diez varas para vestirme), bien fuera que me pidieras
          albricias. Pero aunque esso ya lo tenía por mio antes que
          a ti lo diessen que lo truxesses, porque no quise que
          Polytes lo truxesse veniendo conmigo, y aun que de lo
          incierto se deuen las albricias, pero por lo auer traydo,
          algo aurás.

          _Fel._--A, pese a tal con la mercaduria; pedistes man to
          antes que tuuiesses nada, y agora que tienes para dobles
          vestidos haze se te poco?

          _Mar._--Anda, bouillo, que toda esta casa es de vosotros;
          que si pedí poco, pedí segun mi pobreza. Y si tu señor
          me dio, diome aun poco, segun él quien es, aunque sea
          mucho a mí. Y mira que no me lo pidas antes de ver si lo
          he menester; porque como tú no vistes con sola la capa,
          ni aun yo con solo manto, y allende que yo toda ando
          como desnuda, y no miras que essa muchacha, que no me
          la vistes ni mantienes tú, ya que tambien ha menester
          una saboyana; mira lo tú, hijo, que como a tal te tengo
          en esta casa, y tú, señor Polytes, juzga qué me podrá
          sobrar, aunque no quiero que me conozcays auarienta con
          ver me pobre; tomad sendos cruzados en oro, desto que
          agora me dieron para chapines quien Dios guarde como a
          mí, y pensad que lo quito de la boca; porque tiene la
          persona en su casa mil redrosacas, que vosotros, libres
          y moços, Dios os guarde, no teneys de cumplir, porque no
          manteneys carga de casa. Y sentaos y comencemos a comer,
          y no se hable más.

          _Pol._--Dios te lo pague, señora. Y por vida de Floriano,
          que no consintiera que sacaras para entramos cosa, sino
          por no te enojar. Y tú, Felisino, ni pidas a muger
          hermosa, ni prometas a pobre, ni deuas a rico, ni tomes
          de nadie, no te lo deuiendo, más de lo que te quisiere
          dar de si.

          _Lib._--Asuadas que luego se publica la virtud donde está.

          _Fel._--Pues, cuerpo de tal, no quiebres tú las treguas
          de tu madre en obligar me a que torne por mí; que si me
          notas de mal cumplidor de mi palabra, yo te traere las
          agujas, que aun no soy muerto, y porque agora no puedo
          parar me más, yo lo emendare todo con venir de assiento
          a la cena, adonde lo soldaré todo, y con tanto con tu
          perdon y licencia nos despide, pues sabes que en comiendo
          ha de yr a Prado Floriano.

          _Pol._--Pues de essa romeria ya sabes, señora Marcelia,
          que no puedo yo hurtar me, y en el tardar haremos falta,
          y la falta resultará en nuestro enojo, de que tú no
          holgarías. Por tanto, a Dios hasta otro dia que de más
          assiento nos veamos, y tengas vino que beuamos.

          _Fel._--Y aun la falta de esso, y que estoy que me ahogo
          de sed, me haze que sin más salvas os quedeys a Dios.

          _Mar._--Pues no da hombre más de lo que tiene; prouee a
          la cena de lo que agora faltó, e yd con Dios.

          _Pol._--O hermano, cómo te quedo en obligacion, más en
          me auer librado de Marcelia que no por el ducado del
          alboroque!

          _Fel._--Y aun porque te entendi busqué cómo te escabullir
          de sus vñas, que la matrona, como te halla barbiponiente,
          pegar se te ha.

          _Pol._--Ella se me puede pegar a mí, pero yo huyre de
          ella, y ansi mal conuernemos. Pues do vno no quiere, dos
          no barajan.

          _Fel._--Alarguemos el passo, que muero de sed; y allá se
          lo hayan ellas, pues nos libramos y comimos y ganamos.

          _Mar._--Agora que, hija, son ydos aquellos, te quiero
          dar a entender cómo deues loar a Dios con el dia de hoy,
          y hazer cuenta que oymos buena missa. Y mira, boua, quán
          de buen pie entró esta gente en mi casa, aunque tú pocas
          vezes te satisfaze cosa que yo haga, lo qual conozco
          que nasce en ti por falta de experiencia[675]. Pues
          calla, hija, que andarás por los dias y gustarás de las
          necessidades, y cargarte han los cuydados, y començará el
          mundo a brumarte, y como el çapato te vaya mordiendo, y
          el dolor de la miseria te comiençe a sujetar, aprenderas;
          y la experiencia te mostrará cómo te deuas oy en dia
          subjectar por la ganancia a todo el mundo. Porque esta
          trae a los más ricos merchantes[676] passando los mares y
          andar acosados de feria en feria. Y aun verás que el mal
          tiempo no les haze dilatar la partida del regalo de sus
          casas, porque andan al son que les haze la ganancia en
          las ferias. Y ver los has, hija, aqui poner tiendas y por
          el mercado de un dia desplegar sus fardeles, abrir sus
          caxas, estar presos a la tienda, esperando y combidando
          a cada qual que les vaya a ella. Pues si miras en ello,
          verás que a todos les van, acogen y halagan, y al dicho
          de cada qual plega y desplega sus mercancias, aunque los
          menos de los que paran le dan ganancia. Ansi tú, hija,
          a todos los que vienen a tu casa muestra buen rostro, y
          guarda tu hazienda, y echando tras la suya, echales en el
          regaço vna honesta risa y dales vna buena palabra, porque
          no sabes por dónde te tiene Dios encaminado el bien.
          Por esso, hija, te ladro cada dia que a estos criados
          de grandes señores les hagas solaz o hospedaje, porque
          son moços, y viendose delante sus amos todo lo parlan,
          porque en algo les contenten. Y si no, mira lo, hija,
          que Floriano sin me auer hasta oy visto, ya tenia tal
          crédito de mí, que por auerle oy yo visitado, mira qué
          visita embió luego tras mí, con que comimos y cenaremos
          si a Dios plaze. E oy me visto de manto y mongilon, y
          para ti, por no vender mi palabra, vna saboyana. Pues
          para la hechura y para darte botines y chapines, mira
          qué moneda no vsada corre agora por mi bolsa. Pues tras
          esto me queda este anillo, que si la piedra es la que
          yo pienso que será fina, mira si con tal diamante aurá
          para ayuda de casarte! que la costa de entre año ya la
          tenemos segura con ayuda de Dios y de Floriano, y de mi
          industria; porque me mandó dar racion cada dia, y asuadas
          que siempre sea tal, que aunque excedamos de nuestro
          ordinario, nos sobre para ayuda de otras baratijas de
          por casa. Y tú andate ay, no me creas, y tengas paz con
          todos, y allegate a los buenos, y serás vno honrado de
          ellos. Daca, daca mi anillo, que ni pienses de te me
          alçar con él, ni comiences ya a guardar le por dote,
          porque aunque más se te ria el ojo, los casamientos salen
          como los guia Dios, tarde o temprano. Qué dizes, qué me
          hablas, boua?

          _Lib._--Que como veo subida tan repente y tan alta, y no
          veo escalon por donde nos ayamos encumbrado, temo, y con
          razon, mayor cayda.

          _Mar._--Donosa judia de Çaragoça, que cegó llorando
          duelos por venir, ansi me paresces, que tú antes de
          gozar, llorar. Siruamos a Dios, y antes esperemos el
          bien que el mal; porque Dios da, y siempre da, y da como
          quien es. Y con esto ve, cierra la puerta y dormire vn
          rato yo, que los cuydados del dia me quitaron el sueño
          desta noche, y tú reposa tambien, que ganada tenemos ya
          la cena, y el combidado, que no faltará, nos proueera del
          vino que nos ha faltado.

          _Pol._--Ya estamos, Felisino hermano, en casa; ve, da los
          platos al repostero, que yo quiero hablar a Fulminato que
          nos viene al encuentro.

          _Fel._--Con esse hombre allá te auen, porque no tiene
          plática para que yo espere sin beuer.

          _Pol._--A, hermano Fulminato, qué ha sido de ti, que no
          he tenido vagar para preguntarte qué fue lo de anoche?

          _Ful._--Y qué?

          _Pol._--Que segun diz que anoche corrias, ouo algunos que
          pensaron que yuas a tu tierra a recobrar herencia, y aun
          que estarias ya allá.

          _Ful._--Por qué dizes esso?

          _Pol._--Porque diz que corrias de suerte que bien ganarás
          el palio si le corres.

          _Ful._--Pues ay verás quién es Fulminato; que los que
          fueron, en sintiendo me desenuaynar, y en reconosciendo
          ser yo, toman las viñas, de suerte que por bien que yo
          corro hallé anoche mi ventaja.

          _Pol._--Y a quién querias tú alcançar, pues los quedauas
          atras?

          _Ful._--Quedaron se me a vna buelta de calle, e yo quando
          aduerti y bolui sobre ellos, sólo vno que no corrio tanto
          alcancé, que con humildes palabras se me escabulló de una
          bareada de espaldarazos.

          _Pol._--Bien dizen que la mansa respuesta quebranta la
          ira.

          _Ful._--Mas por vida de tu amiga, quién te lo conto?
          porque si no fue persona que te lo vuiesse de dezir de
          buena tinta, tornando yo por mi honra, te diga yo la
          verdad del caso muy de pe a pa, porque en summa es lo que
          yo conté.

          _Pol._--Y aun ansi será, y el resto se quede para de más
          vagar, porque baxa ya Floriano.

          _Flor._--Ya, Lydorio, me tendras entendida la razon en lo
          que quiero que allá se haga, y cómo essa gente se quede
          esperando me cómo y adonde ya te dixe.

          _Lyd._--Señor, entendiendo en lo que mejor te paresciere
          en tus negocios, puedes perder cuydado en lo que me
          mandaste, que se hará como mejor y más seas seruido.
          Moços, llegad esse cauallo, y no falte nadie; y
          encaminemos a la buena ventura.


                                NOTAS:

          [675] En el original, _experincia_.

          [676] Se suple la _t_ de esta palabra.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XVIII

          Començando a penar Belisea por Floriano, y estando
            tractando con Justina de su mal, sobreuiene Floriano, y
            finalmente se hablan, declarando Belisea a Floriano en
            qué manera le ha de amar, y ansi se diuiden, quedando
            Polytes y Justina concertados de se hablar despues de
            media noche.


            BELISEA, JUSTINA, FLORIANO, POLYTES, FULMINATO,
                              FELISI[NO].

          [_Bel._].--O soberana madre de Dios, virgen sancta Maria,
          por reuerencia deste tu sancto templo te suplico me
          valas. O, qué gran basca siento en el coraçon! o, cómo me
          siento muy tierna en la memoria del nombre de Floriano!
          Ay de mí, que ni sé qué mal es el mio, ni sé dónde me han
          abscondido mis antiguos castos pensamientos! No solia yo
          tractar de amor de hombre sino por Dios, como a proximos.
          Pero agora, por la via que aun no entiendo, ni sabria
          decir, me veo implicada en varios pensamientos. Quiero
          platicar con Justina este de mí no salido mal, porque
          allende de ser honesta y sabia donzella y querer la yo
          bien, sabe oyr lo bueno para loarlo y fauorescerlo, y lo
          malo para deshazerlo y no lo descubrir. Ven acá, Justina,
          vete conmigo a la iglesia, y esotras mugeres desque ayan
          todas comido sin salir de la ribera se espacien y tomen
          plazer.

          _Just._--Todo está puesto en cobro: vamos donde mandares.

          _Bel._--Pues dame la mano y vamonos por en torno de la
          cerca desta huerta de los monges; porque me congoxo a la
          sombra desta ribera.

          _Just._--Y aun por cierto, mi señora, que andas tan
          achacosa, que no sé si lo haze tu venida.

          _Bel._--Antes que acá viniesse estaua ya tal.

          _Just._--Que no digo essa.

          _Bel._--Pues quál?

          _Just._--La venida acostumbrada, que es enemiga de la
          hermosura a las mugeres.

          _Bel._--Ya te entiendo, que aun para esse mal faltanme
          dias.

          _Just._--Pues si en algo te puedo ser buena, te suplico
          te me declares.

          _Bel._--Por la confiança de tu buen secreto te quise
          comunicar los principios, que mi mal no lo entiendo, y
          es, que desque esta mañana leí vna carta, me siento muy
          otra que solia.

          _Just._--Cúya era o qué tenia? no tuuiesse, mal peccado,
          algunos hechizos!

          _Bel._--Creo que tenia mi perdicion. Ay, mi Justina, qué
          hare? que ya siento mi voluntad inclinada a tomar gusto
          y deleytarme en pensar lo que de antes aborrescia aun
          oyr. Ya desmayan (por mi mal) mis castos pensamientos,
          y mi meditacion de Dios se me deshaze; ya los cuydados
          muy veleros de la honra se me han adormescido; ya,
          finalmente, como por fuerça de sensualidad me siento ser
          trayda a recrear me en vanos pensamientos. Y ansi quiero
          por vna via lo que siempre aborresci por otra; que no
          sabre dezirte qué quiero, ni qué amo, ni qué aborrezco,
          ni qué busco conseguir y hallar, ni qué desseo euitando
          huyr, y esto por hallar me rodeada de mil contrariedades
          acerca de una sola cosa, que juntamente amo, y temo, y
          busco, y huyo, y desseo, y aborrezco.

          _Just._--O, gran mudança de muger! siempre me temi de
          Marcelia. Pero pues ya es hecho, y en lo hecho no ay
          enmienda, proueamos en lo porvenir; que si su mal es de
          amores, ella dara más señal, y si es de enfermedad otra,
          no le faltará quien la cure, ni medicinas ni regalos. O,
          poderoso Dios, y qué sospiros tan de las entrañas alança!
          o, qué alteracion de rostro! o, qué oluido de compostura!
          ya, ya! asuadas que yo adeuine; mirad qué acuerdo, que me
          llamó para hablar conmigo, y apostaré que no se acuerda
          ni de sí ni de mí. Bien dizen que mal vezino es el amor.
          Jesus, Jesus, y cómo se ha tendido! qué desmayos son
          estos, mi señora?

          _Bel._--Ay, que de la muerte. Y lo con que más muero,
          es desconfiar que no me matarán, porque ansi pensaria
          descansar, pues el morir es necessario a todos los
          mortales.

          _Just._--Ay, por tu vida, que te esfuerces, y mira que
          viene gran tropel de gente.

          _Bel._--Pues tornemonos a la ribera con las mugeres.

          _Just._--Anda, que no hay quien nos conozca si a dicha no
          son los escuderos que vienen por ti.

          _Bel._--Yo dixe a mi padre que no viniessen por mí: que
          me bolueria como vine.

          _Just._--Pues huelga, que la gente se queda atras, y
          viene solo vno de a cauallo y dos de a pie, y ansi será
          vn cauallero que vendra a hazer oracion.

          _Flor._--Di, Fulminato, qué mugeres son aquellas dos que
          alli estan a la sombra de aquellas paredes del monesterio?

          _Ful._--Voy [a] hazer las venir a que las conozcas; pero
          si alguien que ciña espada presumiere de defenderlas,
          dasme licencia que le saque la vida?

          _Pol._--O, maldito sea este panfarron, amen.

          _Flor._--Qué dizes tú?

          _Pol._--Que parescen gente de pelo; pero ya, ya! acá está
          Belisea.

          _Flor._--No lo creas.

          _Pol._--A la vna he reconoscido, que es Justina, a la
          qual tú eres muy en cargo, porque te es muy seruidora en
          tus negocios.

          _Flor._--Pues donde essa está, bien podre yo llegar. Tú,
          Fulminato, no te partas de ay, por si fueres menester.
          Y tú, Polytes, te ve a la puerta de la iglesia, y mira
          quién entra y sale, con auiso.

          _Ful._--Aun el diablo creo que aya parte oy en la
          venida: que aquella deue ser la dama, que las dos ya
          parlan entre sí. Yo seguro que ella que debe de buscar
          manteles, y que si el asno de mi amo me creyesse, que no
          deuria de hazer sino llegar y embarrar; porque al fin,
          aunque gruñen con la boca, con el cuerpo se tienden, y
          luego las vñas de gato. Pero, pesar de la vida, si aure
          oy de comprar el vestido que mandó al camarero darme,
          con perder aqui la vida? No sé quién me haze a mí querer
          honra tan costosa y blasonar del valiente! que Floriano
          para esso me llama en tales trances, pensando que diran
          mis hechos con mis dichos para guardar le las espaldas; y
          él está mal en la razon, porque al primer desenuaynar, y
          aun quiça antes, le muestro las suelas del calçado, que
          oy calcé nueuo con esperança de romperlo. Porque ni pare
          mi madre, ni me parira otra vez, ni mi amo me restaurará
          la vida si de necio la pierdo por él. Y en estos
          palacios, si os mancays por ellos, el aliuio que os hazen
          es en el partido, que no lo dan sino a quien lo suda, y
          las mercedes, en la sierra de Gata. Yo bien tengo por mí
          que tal donzella como ésta que no vino sin escuderos,
          con quien me guarde Dios tomar contienda de dia, ni aun
          de noche, y éstos en lo sintiendo, son con Floriano. Y
          él (segun es loco) pensará que con tenerme al lado y la
          dama delante, que no hay más que temer; y quando mirare
          por mí, hallarse ha del agalla, que a la fe, pues busca
          la carne, y solo la querra trinchar, y solo comer, que
          solo la compre. Que quien solo come en el plato, que solo
          guarde el hato.

          _Just._--No has mirado, señora, qué lindezas ha hecho
          aquel cauallero? y qué saltos haze dar al cauallo? y qué
          entero anda en la silla? que por mi vida que algunas
          vezes de ver el cauallo tan enarmonado me pone pauor
          no le auenga algun desgayre; porque es cauallo muy
          desapoderado y paresce vn elephante.

          _Bel._--Ay, guardar lo ha Dios, que holgado me he de
          verle, y quán sin tacha y quán gentil hombre le hizo
          Dios, y aquel vestido le arma muy bien, y aquella cadena
          de oro le adorna mucho.

          _Just._--Y aun ella, que es harto rica y grande. Pero ya
          sé quién él es, y si no te enojas, direlo.

          _Bel._--No creo que ay por qué enojarme, que él me ha
          parescido hasta agora bien. Dime, quién es?

          _Just._--Es aquel gran cauallero, tu seruidor Floriano.
          Ay, por Dios, no te desmayes ansi; qué tal te sientes?

          _Bel._--Ay, que no sé; pero dexa me, que el lugar tan
          público, y mi honra, y mi honestidad, me mandan sacar
          fuerças de flaqueza, y ansi me esforçaré más que puedo,
          por no dar señales de mi mal.

          _Flor._--Toma este cauallo, Fulminato, y passeale un rato.

          _Ful._--Pues si en algo más me vuieres menester, mandas
          que le suelte?

          _Flor._--Anda, que solo yo deuo tener temor por ver me
          ante tanta majestad.

          _Ful._--Pues a la obra verás si ay temor en mí; pero
          allá yrás. Qué buen achaque tengo agora para escabullir
          me; porque si algo fuere, dire que con el passear del
          cauallo no lo vi, y con el rixar suyo, no lo oy. Y aun
          si viere que son muchos, suelto el cauallo, y él por los
          campos a huyr de mí, e yo tras él a huyr destotros, y
          otra vez auisará mi amo, si escapare viuo, en no echar
          las cargas todas a vno. Pues esperar socorro de la gente
          es por de mas; porque todos se han tendido por los campos
          a buscar sombras; que Floriano está tal, que ni sabe si
          haze calor, si frio. Ea, pues, vos, don cauallo, tambien
          teneys el mal de vuestro amo? Quiero me yr a vna sombra
          por aqui donde a mi seguro pueda huyr en despertando si
          algo vuiere; y alli dormire a mi sabor, que Floriano y
          las damas ya se van encontrando, e yo seguro que tienen
          plática para tres horas.

          _Just._--Señora, el cauallero se viene hazia nosotras
          con su varica en la mano. Y pues os haueys visto
          entrambos, habla le, que la buena criança entre los más
          nobles reluze más. Y pues ya está cerca, yo quiero mouer
          la causa de la plática, no como más sabia, pero como más
          atreuida y más libre. A, cauallero, no passeys adelante
          sin licencia desta señora, que yo os defenderé el passo.

          _Flor._--Por cierto si como es essa señora la que con
          justo título posee mi voluntad, y tiene el sí y el no
          de mis obras en su querer, fuera yo el tal posseedor
          (aunque posseyera mal) yo os obedesciera luego. Y ansi
          os ruego no me tengays a mal el esperar esse mandamiento
          de su boca, desacatando se mi atreuimiento a vuestro
          libre mandar; y en esto no pretendo injuriar vuestro
          merescimiento en no me subjectar a vuestro dicho; pero
          por no quitar la obediencia a quien sobre todas las
          del mundo todo buen entendimiento de hombre conoscera
          ser le deuda forçosa, y a quien más que todos y sobre
          todos y solo entre todos amorosamente soy subjecto, y
          esforçadamente defendere por sola mia la deuda del tal
          seruicio. Y ansi a vos, hermosa, por muchos respectos
          desseo hazer os plazer, fuera del presente discrimen.

          _Just._--Pues cómo tan ayna conosceys quién sea cada vna
          de nos, posponiendo a mí y anteponiendo a esta señora,
          auiendo os yo hablado la primera?

          _Flor._--Dexando muchas causas que me han mouido en lo
          hecho, si algo ha sido contra vos, y respondiendo, no en
          excusacion de lo que tan acertadamente yo dixe, pero para
          sólo dar razon de lo que me pedis, digo: que el temor
          reuerencial que mis potencias han mostrado en mí tener
          a essa señora, me abrio la ciega vista de mi enajenado
          entendimiento, y alumbradas mis potencias con rayos
          de tanta gloria presente, ni tanta majestad se podia
          occultar a mi vista, ni mi voluntad, que a ella hizo
          homenaje sola, permitiera hazer tal aleuosia, que a nadie
          diera otra obediencia. Y ansi por el gozo que siento en
          hablar en esto, torno a me declarar cuyo soy, porque vos
          veays a quien sola deuo de obedescer. Porque en llegando,
          la presencia desterró mi tristeza, y diome nueua alegria,
          y la tal alegria auiuó mis sentidos, despertó mi memoria,
          abrio la clausura de mi entendimiento. Y vi luego las
          prisiones de mi coraçon y el gozo de tanta gloria,
          haziendo me atreuer a leuantar de mi baxeza los ojos de
          mi tan irradiado e illuminoso y claro entendimiento, vi
          el de dónde procedia mi tal alegria. Y finalmente vi
          en las manos del querer de essa señora las llaues con
          que quando perdi mi captiua libertad vi aprisionar mi
          glorioso y libre llagado coraçon por suyo. Cuyo desque
          le conosci, le vi tan altiuo, y tan grandioso, y tan
          estimado, y lleno de tanta hufania con su prision, y
          tan gozoso con su herida, y tan alegre con sus mortales
          dolores, que ni quiere buscar cómo salir de ellos,
          ni hazer semblante de acatamiento menos que a tanta
          majestad. E ansi ni vos tendreys en mucho el no auer
          os yo obedescido, ni essa señora me culpará en ansi me
          auer en su presencia (como absorto y oluidado de mí)
          desacatado con desenvoltura en el hablar, y firmeza en
          el llamar me por suyo, y a ella por mi señora, aunque
          ella de esto sea injuriada, pues en ello soy yo el
          bienauenturado y gozoso.

          _Just._--A, señora, pues no oso delante deste cauallero
          sino llamar te mi señora, ni yo puedo suffrir que en
          tu presencia tal me tracten, ni delante de quien ansi
          me deshaze osaré parar más, por esso me da licencia e
          yre por vnas horas que oyendo missa esta mañana se me
          quedaron en la capilla, porque viene gente y no me las
          tomen. Y vos, cauallero, mirad que aun no os doy entera
          soltura para que sin mi licencia hableys a otra dama.

          _Bel._--Anda, maldita seas, chocarrera, y estate queda,
          que pensará esse cauallero que hablas de veras.

          _Flor._--Ni yo sé, mi señora, con más de sola vna que
          tiene mi coraçon tener veras, ni con vos puedo tratar
          debaxo de alguna burla.

          _Just._--Ay, señora, señora, mezquina yo, qué toro tan
          lleno de garrochas viene de hazia el rio! Huye, huye,
          acojamonos a la iglesia, que yo no oso parar aqui más.

          _Bel._--Cauallero, por vuestra fe que passeys vuestro
          camino, que mi compañera se me ha ydo, e yo me voy a
          poner en saluo, aunque las piernas me ha cortado el temor
          de tan feroz animal; aun que viene algo lexos.

          _Flor._--Mi señora, el toro se ha passado a nado huyendo.
          E pues los otros en vuestra ausencia han muerto por vos,
          este morira en vuestra presencia por el que los dio a la
          muerte, más muerto que ellos, por vos.

          _Bel._--Ay sola de mí, que soy muerta, que hazia acá
          encamina!

          _Flor._--Más solo me hallo y más muerto sin vos, aunque
          me sustenta la fuerça de vuestra hermosura. Pero porque
          veas, mi señora, qué fuerças son las tuyas, que ansi
          temes a vn bruto animal, y a mí tienes tan sin temor tal
          parado, suplico te veas cómo las fuerças del tu vencido
          quitarán la vida al que ha puesto temor a quien sola yo
          tanto temo.

          _Bel._--Ay, por vn solo Dios, que no tomes debate por mí,
          que me puedo acoger a seguro, tan a tu peligro con quien
          no sabe hazer differencia de merescimientos.

          _Flor._--Hará la, aunque no quiera, del poder; y sin te
          mudar, me perdona antes que más llegue, porque se viene
          hazia nosotros, y muy denodado.

          _Pol._--Anda, anda, mi señora, que agora el temor del
          toro te puso en la prision del que tú tienes tan muerto.

          _Just._--Sin falta que son grandes y muy a cada passo
          vuestras muertes. Pero dexame, triste yo, que ni sé qué
          fue de mi señora, que pense qne venia tras mí, y dexo la
          sola, y lo hize mal, y tampoco yo me recataba de ti.

          _Pol._--Anda, mi vida, acojamonos a la iglesia, que ella
          allá tiene quien le va más que juramento en guardar la.

          _Ful._--Cata, cata, qué fiero toro! y por las reliquias
          de sant Saluador de Oviedo, que es Floriano con él. O, hi
          de puta, pues qué animalejo! que no hay cosa de que yo
          más tema en esta vida, despues de temer a las superiores
          potestades. Pero pongo me a cauallo por sí o por no, que
          este quatrupeo me pondra tierra en medio. Pero o, hi de
          puta el diablo, qué soltura y destreza y coraçon y fuerça
          de hombre que ansi le esperó, y de solo un golpe le ha
          desjarretado. Pero tal mirador tiene! muerto le deue de
          quedar, que ya se torna limpiando la espada. Agora que sé
          que el toro no vendra por acá, me torno a mi officio la
          barba sobre el hombro y los pies en primera.

          _Bel._--O, qué hazaña y soltura de cauallero! o, cómo no
          sé por qué vias soy violentada más y más de cada momento
          a le amar! Y pues él se torna para acá, y no excuso
          rendir le gracias por lo hecho, y tengo buena occasion
          para le hablar, quiero intentar de saber sus desseos, que
          tanto en todo y por todo publica ser en mi seruicio. O,
          bendito el Señor que te libró! En merced tengo, señor, lo
          hecho, por la parte del temor que me quitaste, y pena que
          tenia de te ver yr a tanto peligro.

          _Flor._--Nunca pensé merescer, mi señora, tanta piedad de
          vos, ni verme tan viuo delante de quien me mata.

          _Bel._--Y quién es la persona que ansi se ha con vos?

          _Flor._--Ay, angel mio! que si tal merced de ti me
          atreuiera a pensar de alcançar como es el hablarme,
          tuuiera pensado el cómo responder a tu pregunta.

          _Bel._--No tengas en tanto la habla, que a nadie
          aborresciendo la niego.

          _Flor._--Por merced grande tengo el hablar me;
          pero por principio de mi aliuio tengo el saber que
          a nadie desamas, porque ansi pienso que no ha sido
          tu intencion en lo passado que yo muriesse, pues tu
          clemencia a todos querria dar vida. De donde pienso
          que si fueras antes sabidora de mi pena, y supieras el
          ser por ti, y conocieras el ser tú la causa, que si
          no por yo lo merescer, a lo menos me vuieras acorrido
          por tu benignidad, sentiendo pesar de la pena de mi
          atreuimiento. Porque a yo más acabar de morir, mi
          tormento atreuido fuera pregonero de mi culpa e tu
          innocencia.

          _Bel._--Pues tan al descubierto me dizes que yo te doy
          pena, querria saber tu nombre, para conosciendo te
          conoscer si tú tienes la culpa de la pena que dizes que
          tienes.

          _Flor._--La pena que yo he padescido, confiesso que ha
          sido merescida, por el atreuimiento deste tu Floriano;
          pero pues tu hermosura dio alas a mi atreuimiento en te
          yo amar, suplico te, como por cartas te pedi, que en el
          gualardonar mis tormentos, no teniendo respecto a mi
          culpa, la tengas[677] a tu misericordiosa compassion,
          y con ésta detengas las fuerças de tu justicia no
          executando tu riguroso castigo. Y si quieres castigar me
          más y más, si mayor castigo puede auer en las carceles
          de amor, propon de me dar en el suffrimiento mio mayores
          fuerças tuyas para que, en mí tu indignacion executando,
          seas más vengada, si tu merced en me atormentar es
          seruida, e tu benigna misericordia no injuriada.

          _Bel._--Antes de agora vuiera yo de conoscer, Floriano,
          quién fuesses, cuyo nombre tus atreuidas cartas me
          auian dicho. Pero mira, Floriano, que si tú como hombre
          buscas tu desatinado descanso, yo como donzella mamparo
          mi delicada honra. Y si tú buscas la consecucion de tu
          infectionada voluntad, yo defiendo mi libertad. E si tú
          quieres guiar tras tus venenosos y no limpios desseos,
          con tu amor desamador de mi honestidad, yo tengo de
          cerrar la puerta a toda habla que ni a mi ánimo trayga
          limpieza ni a mi spiritu reposada castidad. Por tanto
          como a hermano en tal amor te ruego me ames, si me
          amas, y me quieras bien para mi bien, y no de suerte
          que queriendo me, quieras mal para ti y peor para mí.
          E con hazer tú esto, podras ganar en mí vn amor que a
          bienqueriente de mi honra te tendre. De otra guisa,
          desamarte he como a enemigo de virtud, y perseguidor de
          mi honra, y menoscabador de mi limpieza, y matador de
          mi innocencia en mala inclinacion, y derramador de mi
          fama, y destruydor de mi reposo, y asolador de la casa
          de mi padre, y ensuziador de mi alta sangre. E si te han
          mentido de mí otra cosa, desapega la de tu imaginacion. E
          si te han dicho que me pesa de tu mal, si tú lo entiendes
          como yo quiero y pretendo que lo entiendas, sey cierta
          que tú me tendras que agradescer, e yo occasion con
          que más y más te mostrar por las obras el limpio amor
          de mi voluntad senzilla. Y si eres hombre, yo muger,
          y entramos hechos para Dios y formados a su imagen, y
          criados para gozalle, y obligados a amarle, y en él a
          nosotros, y a nosotros por él y para él. Y si holgué de
          verte, fue por desengañarte. Y en esto (concluyendo mi
          plática) verás quán en limpio amor te amo, que tu bien
          vees me he esforçado a forçarme a te hablar sola sin te
          auer aun conoscido. E pues te consta mi voluntad, si
          te guiares por ella, procuraré tu salud, holgaré de tu
          bien, buscaré tu descanso, acceptaré tu conuersacion,
          oyre tus mensajes, respondere a tus castas peticiones.
          Pero de otra manera, aborrescere tus costumbres, huyre
          tu persona, blasphemaré tu nombre, euitaré tus hablas,
          quitaré tus visitas, perseguiré tus fuerças por assegurar
          mi flaqueza, y desamaré y oluidar me he de tu salud
          exterior, por no perder la mia interior.

          _Flor._--No menos sabia te has mostrado, mi señora, en
          el hablar, que honesta en el rehuyr me, y hermosa en
          el mal herir me, y poderosa en el matar me, y señora
          en el mandar me, y paciente en el oyr me, y sagaz en
          el despedir me. Yo me doy por pago de lo que padezco
          con el dezir que me amays, aunque no es el amor que yo
          pido, pues es más del que yo os merezco. Pero todavia te
          suplico que, pues ausente, como a proximo necessitado,
          me mandastes este tu anillo, cuya virtud por solo ser
          tuyo me reuocó de las puertas de la muerte, que agora que
          me has visto presente no permittas que mi gran fuego de
          pena me consuma, siquiera porque se vea, mi señora, que,
          como pudiste herir me y matar me, puedes tambien sanar
          me y dar me vida; y de oy más sustenta mi vida para que
          en mí executes tu saña con el castigo, si otra cosa no
          te merezco. Y esto siquiera porque, pues yo me publico
          por tuyo, vean los que no lo son quán bien sabes tractar
          a los tuyos, para que todos lo cobdicien ser, aunque yo
          solo lo querria tener por mio, porque solo me tuuiesses
          por tuyo.

          _Bel._--Ya te di seguro del amor que te tengo y tendre,
          mientras tu mal gouierno no lo perdiere de mí. Y con esto
          te ve con Dios, que sale Justina y vendra mi gente, y no
          quiero sospecha donde yo no tengo occasion, ni la quiero
          en ti.

          _Flor._--Sin más altercar a tu mandado, quiero hazer
          vuestra voluntad en me yr bien contra mia, pues jamás
          saldra de tu seruicio: cuyas manos besando, me despido
          de tu presencia, encomendando se te en ausencia este
          tu Floriano, que agora que me encomende a ti, me voy
          al templo a encomendar a Dios el alma, y a ti, a quien
          encomiendo mi coraçon.

          _Just._--Anda ya, señor, que estas no son cosas para
          tractar en este lugar. Baste, que en el jardin, y a la
          hora que te aplaze, hablaremos lo que queda. Y mira que
          viene tu amo acá; yo quiero dexarle entrar, e yrme sin
          que me vea para mi señora.

          _Pol._--Pues con esperança de la yda me voy a la puerta
          de la iglesia, do él mandó esperar le.

          _Bel._--Anda ya, Justina, maldita seas, y cómo me dexaste
          sola?

          _Just._--Mi señora, fue tanto el temor que cobré al toro,
          que con pensar tambien huyeras conmigo me acogi; pero y
          el toro?

          _Bel._--Anda, vamonos a la ribera con las mugeres y dame
          la mano, porque tractemos de yrnos para casa.

          _Just._--Pues si mandas, daca, y vamos; pero ay, que está
          alli el toro.

          _Bel._--No le ayas temor, que aquel cauallero le mató, y
          aun muy desembueltamente.

          _Just._--Pues vamonos por par de él y veremos le.

          _Flor._--Dy, Polytes, vino gente alguna mientras alli
          estuue?

          _Pol._--Señor, no.

          _Flor._--Y qué hora será?

          _Pol._--Señor, seria poco más de la vna quando llegamos,
          y los monges han dicho sus visperas ya, y aun ha dado las
          quatro el relox.

          _Flor._--Pues no me paresce que ha media hora que
          llegamos. Di a esse moço que me trayga el cauallo.

          _Pol._--Señor, ya viene con él, que siempre ha estado
          alli cerca Fulminato.

          _Ful._--Boto a la sancta Litanía que se acogieron las
          damas; y helo sale muy deuoto Floriano; alla voy con el
          cheuao (_sic_).

          _Pol._--Por Dios, que barrieron presto las señoras, y
          Floriano no sé qué ha negociado, que va mustio, y aun él
          que tuuo harto tiempo, si fue para ello. Aunque quiça que
          hizo algo, no le quiero condenar para poco, pues yo fuy
          para harto menos, aunque a la verdad la reuerencia del
          sancto lugar me ató las manos donde andaua bien suelta la
          voluntad.

          _Ful._--Cómo va hecho mudo nuestramo; di, hermano Polytes?

          _Pol._--Y con quién ha de yr hablando, pues con nosotros
          la disparidad de las personas lo estorua?

          _Ful._--O, pesar de la Berberia! y cómo, no soy yo hombre
          que por mi persona puedo hablar con el rey? Cata que
          la sangre todos la tenemos bermeja; pues la casta? de
          Adam baxamos todos, que no está en más la disparidad
          que llamas sino en el tener. Sí que el yr a cauallo, y
          lleuar ropa de seda, y cadena de oro, no nascio con el
          hombre; y como lo tiene aquél, lo podia tener yo. Pues si
          por hazañas se gana la casta y valor, ya puede Fulminato
          tener más blasones que cabran en vn paramento. Pero al
          fin, como no me conosce ni estima el rey y el mundo, ansi
          me yre a pie.

          _Fel._--A, hermanos, qué ha passado por allá? que yo
          dormido he vn rato atendiendo, y aun por poco que fuera,
          como los más lo hizieron desque hartos de aguardar.

          _Ful._--A la fe, si tú y ellos estuuierades en vela como
          Fulminato, guardando el cuerpo a Floriano, no os enhadara
          la ociosidad con el cuydado de las armas y el peligro de
          la vida; pero al fin todo es dicha este mundo.

          _Fel._--Alguna razon tienes; pero por tanto eres de a
          par del asa. Aunque si mal vuiera de hauer, nosotros
          estauamos los primeros en el passo por donde auia de
          venir.

          _Ful._--Essa disputa más tiempo pedia para dezir se; pero
          ya estamos en casa, y entendamos en apear a nuestramo.

          _Flor._--Oyes lo, Fulminato? de aqui a vn rato sube a mi
          camara.

          _Fel._--Cata, Fulminato, como yo acerté en que eras de
          a par de el asa; pues alto, cada vno entienda en lo que
          deue.


                                NOTAS:

          [677] Asi el original, quizás sea errata; por _lo tengas_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XIX

          Lydorio pregunta a Fulminato lo que passó en Prado.
            Floriano haze gran lamentacion de su pena y quiere embiar
            a Fulminato a su señora, el qual escusandose le manda
            llamar a Marcelia.


                     LYDORIO, FULMINATO, FLORIANO.

          [_Lyd._]--Dime, Fulminato, qué nueuas tenemos? cómo ha
          venido tan mustio Floriano? qué successo vuo la yda?

          _Ful._--No sé por Dios; porque quando solo me vi, y alla
          vi la dama...

          _Lyd._--Qué dama?

          _Ful._--La que nos trae dansantes sin son: y digo que
          quando conosci la cosa como yua, se me alegró el ojo, y
          juro por las bendiciones de la letania que ya me bullia
          la espada en la vayna, y al cabo mi gozo en el pozo,
          porque no vuo persona de resistencia.

          _Lyd._--Y Floriano habló ya con la dama?

          _Ful._--Y cómo ansi; que bien dizen que a los bouos se
          aparesce la virgen Maria.

          _Lyd._--Calla en mal punto; no desmandes la lengua contra
          quien te mantiene.

          _Ful._--Digo lo porque da Dios hauas a quien no tiene
          quixadas. Porque si en mi poder la viera, en la meytad
          del tiempo que él gastó con ella en circunloquios, la
          tuuiera yo encinta; porque al fin yo juro por ella que le
          querra más buen obrador que buen parlador: porque dizen
          que gato miador nunca buen murador.

          _Lyd._--Mira que todas las cosas quieren sazon y tiempo.

          _Ful._--Y aun ansi es, que quien tiempo tiene y tiempo
          atiende, tiempo viene que se arrepiente. Y mejor es
          buscar suelda para lo hecho que tiempo para lo por hazer,
          porque el ser mejor es en las cosas, que no la potencia.

          _Lyd._--Dizes bien en las bien guiadas.

          _Ful._--A la fe, todo hombre obra por el fin. Y el fin
          de Floriano es venir a lo que yo començara por la obra,
          porque excusados son rodeos donde ay llano atajo.

          _Lyd._--Nunca verás atajo sin trabajo.

          _Ful._--Ni aun rodeo sin desseo; al fin, de dos males,
          mejor es el yerro en el hazer que no el yerro por
          esperar. En especial que, segun la troba, los yerros por
          amores son dignos de perdonar.

          _Lyd._--Dexando pues esto, yo seguro que deue de hauer
          algun aliuio, pues sobre hauer precedido esso, te manda
          llamar de prisa. Ve, pues, a ver qué te quiere.

          _Ful._--Voyme a armar; que él no me querra sino que le
          vaya por la dama allá sobre noche.

          _Lyd._--Lo que fuere allá lo sabras; entra dentro.

          _Ful._--Pues porque aya tiempo para me apercebir, voy.

          _Flor._--O captiuo amante, cómo ahora del todo has
          conoscido tu poco valor, pues tan despedido vienes de tu
          señora, y tan sin confiar remedio en lo que esperauas!
          O mi señora, o mi bien, o, qué gracia mostrauas en la
          compostura de tu honesto semblante! o, qué señorio en la
          persona, o, qué grauedad y majestad en el retraerme, o,
          qué compendio en las palabras y qué elegante facundia en
          las razones! Ay de mí, que el tú despedirme me lleva más
          para ti, y el combidarme a la guarda de tu honestidad,
          con tus dulces y amigables palabras, me pone mayor
          desseo de te ser en esto enemigo. Porque o tú me tienes
          de acabar la tan penada vida, o has de perdonar mis tan
          importunas querellas; porque mientras más virtudes y
          gracias veo en ti, más de la razon soy lleuado, y más
          la voluntad me combida quererte, y adorarte, y seguirte
          como a objeto final de mis presentes desseos. Bien puedo
          morir en el campo del amor, pero no dexaré, mi señora, de
          publicar me por dichoso tu captiuo, y a ti declarar por
          injuriada en ser mi señora, y ansi, vida mia, huelgo que
          me acabes de matar, porque gane mi victoria el triunpho
          de mi pelea, y la gloria en acabar la vida en seruicio
          de quien me le da. Y ansi yo muriendo haré fin a mi
          penar, y tú, mi señora, quedarás libre de mi captiuerio,
          que en tu prision dulce passo, pues ya no tendre en qué
          te ser molesto. Pero qué digo? qué hablo? de qué me
          querello? de quien tanto fauor me ha mostrado en querer
          me hablar? Perdona me, vida mia, que gozoso de tu vista
          se me ha desmandado la lengua a dezir lo que no le dieron
          licencia, ni yo ingrato le vuiera de dexar pronunciar.

          _Ful._--O, pesar de Mahoma con hombre tan sin acuerdo,
          que haze de passear, y sin verme a mí presente habla con
          la otra, por auentura bien sin memoria de el que está
          ausente. Agora deue hablar con ella lo que ayer lleuaba
          pensado y no osó en verse delante ella. Quiero despertar
          le de su oluido, si no aquí me estaré oy. A, señor, mira
          que ha rato estoy esperando tu mandado.

          _Flor._--O Fulminato, y ay estauas? mira quál deuo estar
          yo que aun no te auia visto; pero qué quieres?

          _Ful._--Otra vez a doze; vengo a ver para qué me llamaste.

          _Flor._--Ya sé que te llamo para ver qué sientes de mi
          mal y qué esperas de mi remedio.

          _Ful._--De lo primero, por sentir tanto, quisiera que me
          vuieras dexado libre, y ansi supiera responderte a tu
          remedio.

          _Flor._--Y qué licencia quieres?

          _Ful._--Para dexarme hazer a mi modo, que allá donde
          estaua ayer contigo te tomara la señora y te la pusiera
          a ancas del cauallo. Y con poco que la ayudaras a
          tener, ella fuera buena de aplacar; y en guardar te el
          passo[678] dexarasse a mí, pues estas son mis missas.

          _Flor._--Y tú no miras que en esso se offendia la
          libertad de quien a mi me aprisiona?

          _Ful._--Anda, señor, no te captiues tanto, que ella, como
          muger, hecha fue para el hombre.

          _Flor._--En las otras ansi es, pero a mi señora criola
          Dios solo para sí, y a mí solo para ella; y como Dios
          sapientissimo inclina cada cosa para su fin, a la piedra
          en yr a lo baxo, y el fuego a lo alto, y la tierra
          para ser pisada, y el mar para habitacion del pece, y
          el mundo para seruicio del hombre, y al hombre para
          la bienauenturança, y como para mí, por particular
          priuilegio, como por tal fin en lo desta vida me deputó
          Dios a mi señora por objecto, ansi la amo, ansi la busco
          y ansi la quiero, como cada cosa busca su conseruacion.

          _Ful._--Ni a mí me crió Dios para tantas rhetoricas,
          ni a ti para menos que Dios; y ansi me di luego lo que
          quieres que haga, porque tambien me dio Dios por natural
          el poco hablar y el mucho obrar; y si mandas concluyda la
          prouança, sea luego la sentencia el mandarme que te vaya
          por ella.

          _Flor._--Esse tan libre hablar no es para contra tal
          poder como el de mi señora; pero dexando de hablar como
          mi pena y la razon lo pide, y hablando segun tu supuesto
          requiere, te querria me supiesses cómo queda mi señora
          conmigo.

          _Ful._--Bien digo yo que este hombre agora habla lo que
          lleuaua pensado entonces. Dime, y quién mejor que tú
          sabra esso, pues que la hablaste ayer?

          _Flor._--Sí que no luego se conoce vn coraçon humano.

          _Ful._--Pues si mandas que en su retraymiento lo sepa de
          ella, dame licencia.

          _Flor._--Pues antes que sea más tarde la noche, ve y sabe
          qué tal vino, y todo lo que tú más pudieres.

          _Ful._--Bien sé yo que ella quedó descontenta, si no
          quedó dueña, si, con todo, otro no auia ya madrugado
          antes; porque al fin damas: el que antes llega y más da,
          la lleua.

          _Flor._--Qué dizes? no vayas de mala gana.

          _Ful._--Bien me has conoscido y entendido; antes dixe que
          me hazes merced en lo mandado, y seria cumplida la merced
          en darme ya lugar; porque por el sancto cerrojo de Burgos
          que no escuso oy de darme a conoscer con los de su casa,
          que me traen ya sobre ojo: e yo pica viento por tener la
          oportunidad que agora para que del todo me conozcan y aun
          ayunen.

          _Flor._--Pues mira que esta cosa no ha de yr por via de
          fuerça.

          _Ful._--Pus para esso, el paje Polytes ha de yr allá
          esta noche sobre concierto de la su donzella. Pero al
          fin, acudiendo a lo que haze al caso, voy [a] hallarte a
          Marcelia, que ya sabes para quánto es, y aunque ya ella
          no saldra de su casa por agora, pero luego por la mañana
          te la hago venir dando de manos.

          _Flor._--Pues ansi lo pon por obra, y ve luego, llama me
          a Polytes.

          _Ful._--Alla quedarás diablo, y qué pensado tenia que
          auia de yr yo donde me mandaua. A la fe, auise el pelo,
          que a mi saluó de honra y persona y ganancia, y aun sin
          offensa de Dios, seruirele porque me lo paga. Y en lo
          demas, él con su locura e yo con mi prouecho y vida. Y
          pues por el presente me libró Dios deste moledor, será
          bien yr a dar vn ojeo a la cal nueua, porque la presencia
          del hombre quita a la muger de muchas occasiones de
          deslealtad. Pues dizen que al molino y a la muger, andar
          sobre él. Y despues desto, tractaré con Marcelia destas
          cosas de Floriano, y si ella queriendo entender en ello
          piensa sacar algun fructo, yo le dare soga de libertad;
          pero de lo que sacare, a medias, y aun mi parte la
          primera, que, si yo puedo, con las manos de aquella boua
          sacaré yo agua con que me yo refresque. Que pues ya la
          cosa se va vrdiendo, yo haré que por mal recatado no me
          alcançe algun torbellino. Y en lo de mas, pues me tengo
          buen arrimo en Marcelia, y aun no tan viejo que no me
          sustente este año todo, para el otro, si viuos somos y
          acá estamos, Dios proueera de algun fresco. Y en tanto,
          pues ella me guarda lealtad (que tan poco le cale menos)
          pues bien ha de madrugar quien a mí engañe, porque dizen
          que no hurtes hogaça a quien cueze y amasa, quiero
          lleuarla a sobre peyne, porque dizen que el que mucho
          exprime saca la sangre. Y ansi yo tanto la podre acossar,
          que me pierda el temor al castigo, y la verguença al
          offender me, y entonces perderse ya rozin y mançanas;
          porque quien todo lo quiere, todo lo pierde. Quiero ver,
          pues, si Felisino querra encaminar para allá, porque ni
          lo quiero aguardar para más noche, ni aun sé bien si
          Felisino perdio bien el enojo de estotro día, que aun
          no me mira catholicamente; que paz querria con todos, y
          más con las tauerneras. Y con todos querria a mi saluo
          mi ganancia, que tambien Pinel aun anda algo de costana,
          porque alli los vi estar hablando a solas los dos, y
          tengo por ruin señal que en verme se traspusieron. Voy
          los buscar para ver en qué ley viuimos.


                                NOTAS:

          [678] Así el original, mas parece que debiera decir _y el
          guardarte el passo_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XX

          Belisea descubre á Justina sus bascas y mal, y entramas
            platican de dónde proceda el amor en el hombre. Justina
            descubre a su señora el concierto que entre ella y
            Polytes auia, de hablarse essa noche. Y conciertan de que
            le hable Belisea al paje, porque sepa de Floriano.


                           BELISEA, JUSTINA.

          [_Bel._]--O donzella triste y la más sin ventura de las
          mugeres! Ay de mí, que no sé en qué han de parar estas
          mis vascas: que si quiero dar alguna razon de mi mal,
          no la conozco, ni la alcanço; si propongo dissimularlo,
          no es possible. Mi recogimiento, mi honestidad, mi
          limpieza me hazen no saber cómo pueda, ni ose, ni sepa
          hablar la lengua lo que el afligido coraçon le manda.
          Pues la razon acompañada de mis antiguas virtudes me da
          sofrenadas para que lo que la concupiscencia platica y
          representa a mi memoria, mi limpia voluntad lo despida,
          y mi castidad lo destierre, y mi honestidad lo huya,
          pero ay de mí, que con la memoria de aquel cauallero
          me siento muy acouardada y perezosa y soñolienta a la
          virtud. Ya mis desseos dan lugar a mi entendimiento para
          que se esté ceuando en su contemplacion, mis ojos lloran
          por verle, y todos mis sentidos exteriores pierden su
          officio para no estoruar a las potencias interiores que
          se harten, y ceuen, y sustenten en aquella meditacion que
          la voluntad toma por final descanso. Y esta meditacion
          y esta gloria no me prouiene sino de parte de aquel
          cauallero: que mi voluntad ansi le ama, que manda a
          mi memoria no partir de sí, aunque mi honestidad algo
          resista; pero no como de primero, porque ya se halla muy
          debilitada de sus primeras fuerças. Pero grande es mi
          mal, pues ansi me siento affectionar a lo contrario a mi
          honestidad y honra, y pues ya la razon en mí predomina,
          quiero obedes er y seguir tras la sensualidad, y ansi
          sanaré lo acessorio, que es el cuerpo, con la muerte de
          lo essencial, que es el alma. Determino me de no lleuar
          tanto mal a solas; pero descubrirme a Justina, para que
          como cuerda me encubra, y como fiel y libre de tal rauia
          me busque algun remedio, o a lo menos aliuiarme en algo,
          pues el mal conmunicado con el amigo se disminuye, y el
          bien y alegria cresce.

          _Just._--Grande es el mal de Belisea, pues ya discae
          la guarda de su honestidad; y pues ella (como he oydo)
          quiere comunicar me sus cosas, quiero le salir al camino,
          porque, yo preguntando a ella, tenga occasion de me lo
          dezir con menos empacho. A, señora, qué hazes a solas?
          por tu vida que te pongas a esta rexa deste jardin, y
          oyras el armonia de las aues con el frescorcito de la
          noche. Y mira que andas muy descaida y te haze daño toda
          soledad y tristeza, porque dizen que el espiritu triste
          seca los huesos, y el ánimo jocundo haze la edad florida.

          _Bel._--Ni yo puedo tener atencion a la armonia de las
          auezillas, por tener yo como absortos y muy occupados los
          sentidos en la contemplacion del suaue sonido que hazen
          mis pensamientos en la cosa que más me deleyta. Y tambien
          no pienso que ay mal que mal me haga, pues tengo vn mal
          que con le tener por gran bien, me tracta de muerte.

          _Just._--Veo te tan agena de ti, que no sé qué te diga,
          mi señora.

          _Bel._--Ay, Justina, qué gran llaue de mi mal tocaste,
          que es no estar yo en mí. Y pues te tengo por secretaria
          de mis congoxas, las quales dan exterior muestra y muy
          clara de no ser yo la que gouierno en mí mesma, excusado
          será callar lo que querria saber dezir te.

          _Just._--Esso, pues, si mandas me aclara cómo sea ansi
          que no te gouiernes tú a ti mesma, aunque bien sé que
          Dios es general causa y concurso de todo acto de vida; y
          ansi él es el que en nosotros nos gouierna. Pero junto
          con esto proueyó al hombre (sobre todo otro animal)
          de vna razon discursiua, que al hombre gouierne como
          un ayo, guiandole a la conseruacion del natural ser y
          vida, y junto con esto para encaminalle en el camino de
          la inmortalidad de gloria. Y a este amor y para este
          gozo inclina Dios al hombre como para el fin porque fue
          criado. Y ansi la concupiscible voluntad o potencia
          regulada por la razon inclina y guia y lleua al hombre
          para Dios por vna manera de fuerça de amor.

          _Bel._--Pues bien sabes tú que vna de las obras de essa
          virtud que tú llamaste concupiscible, que al hombre
          inclina a buscar descanso, es el desseo. Y desseo no es
          otra cosa saluo vn querer el hombre lo que no tiene.

          _Just._--Oydo he que esta virtud concupiscible tiene
          obras en tres maneras, que son: desseo, gozo y amor. Y el
          desseo, en quanto obra desta virtud, encamina el bien con
          voluntad de delectacion.

          _Bel._--Tú me vendras a lo que yo digo; por manera, que
          el desseo ha de ser de delectacion, y de cosa que la
          persona que dessea no tenga. Y porque yo querria lo vno,
          y lo otro me falta, de aqui es que por buscar el tal
          bien con delectacion o gozo, amo el oluidarme de mi, por
          acordarme de...

          _Just._--Dilo, dilo, mi señora, que yo tambien soy muger.

          _Bel._--Ay, Justina, que ya bien veo que ha de poder
          más en mí la necessidad que la honestidad. Y pues son
          escusados contigo rodeos, sino que sepas que ha querido
          mi ventura que desseo ya oyr nombrar el nombre del que tú
          me trayendo algunas vezes a la memoria, fuiste retrayda
          de mí, como perseguidora de mi libertad, la qual yo he
          perdido.

          _Just._--Cúyo nombre, mi señora? el de aquel buen
          cauallero Floriano? Ay, Jesus, y cómo desmayas ansi?

          _Bel._--Porque enflaquescen ya las virtuosas fuerzas
          de mis castos y limpios desseos y firmes propositos, y
          leuantan su estandarte en mi homenaje muy victoriosos mis
          enemigos malos desseos con la memoria de ese cauallero.
          Al qual por vna violenta fuerça que me haze la virtud
          concupiscible (de que me hablaste) soy forciblemente,
          queriendolo yo, lleuada y compellida a le dessear y amar,
          y no sé cómo, ni de dónde, ni en qué, ni por qué, ni para
          qué.

          _Just._--A la fe, esse tal concupiscible apetito no
          le baptizes ansi, que no se llama desseo, porque el
          desseo, en quanto es obra desta virtud, si es guiada por
          la imperante razon, llámase como tú le llamas desseo.
          El qual ordinariamente se toma por cosa buena y de
          virtud. Pero quando al tal apetito le faltan estas tales
          condiciones, no se llama desseo, ni lo es.

          _Bel._--Pues yo nunca le supe en mí otro nombre.

          _Just._--Pues mira, señora, que te auiso que quiero que
          sepas, o ya que lo sabes (hablando más claro), que al
          tal lo llames de oy más amor, o porque mejor en ti le
          conozcas, y conosciendole le aciertes el nombre, porque
          trae en ti desordenacion de la voluntad y va perdiendo
          el amor de la virtud, tambien tú en ti le quita el tal
          nombre, y llama le amores. Y perdona me que voy poniendo
          la habla en singular en ti, que no lo digo sino para
          declarar mi intento, y no para injuriarte ni darte pena.

          _Bel._--Anda, que ni me das pena, ni aun siento injuria;
          porque no sé por qué llamas a un acto solo de amar nombre
          de muchos, que es amores; que aunque me paresce que
          aciertas a lo que yo siento, pero no me declaras lo que
          yo entiendo.

          _Just._--Puesto que no lo podré mejor que tú dezir
          como más sabia ni experimentada, pero por hazer lo
          que me mandas dire lo que supiere, como más libre y
          desembaraçada de tal dolencia.

          _Bel._--Y qué dolencia es ésta?

          _Just._--Diz que el desorden que acarrea la declara ser
          vna enfermedad spiritual, propiamente mal de la voluntad,
          y esta ponçoña ciega endereça sus venenosos rayos contra
          los ojos del alma, que son el entendimiento. Y ansi diz
          que pintan sin vista el amor, porque vno de sus effectos
          y daños que haze en el paciente o herido es ceguedad de
          entendimiento.

          _Bel._--Mucho me huelgo en te oyr hablar tan
          delicadamente; pero querría me declarasses más qué cosa
          es esse amor.

          _Just._--Señora, si lo dicho no basta, la experencia
          (según voy viendo) te sacará maestra en lo de más.
          Porque ni para entender tu mal he menester maestros,
          ni consiento que más te hagas fuerça a ti mesma en me
          descubrir tus penas; porque sepas que estoy muy al
          cabo de lo que es, y tambien presumo lo que ha de ser.
          Y ansi te prometo buscar aliuio a tu mal y alegria a
          tu tristeza, y despues tomarás tú el remedio que tu
          enfermedad pidiere y a ti paresciere mejor.

          _Bel._--Gran consuelo es esse; pero cómo lo cumpliras?

          _Just._--Embia, señora, a llamar la que tramó la tela,
          que essa mesma la texerá.

          _Bel._--Por tu fe que, pues no soy ya la que solia, y tú
          dizes que mi mal cegó el entendimiento, que no me hables
          por figuras lo que quisieres que te entienda.

          _Just._--Digo que mandes por Marcelia, que podra hazer
          mucho a tu caso. Ya bien me entenderas, y entiendes que
          te entiendo.

          _Bel._--Ay, mezquina yo, que ni me deues dezir lástimas,
          ni querria me diesses pena sobre pena. Y si quieres
          dar me la con que más me aliuies, dame la muerte. O si
          quieres granjear me la vida, trae me á Marcelia, y muy en
          secreto y muy en breue, porque no espero llegar a la luz
          de mañana.

          _Just._--Pues tanto te congoxas por lo que luego no será
          possible hazer se, te quiero, por aliuio desta noche,
          descubriendo mis secretos, fiarme de ti, aunque como
          señora mia me deurias castigar mis defectos. Y sabras
          como a gran importunidad de aquel paje de Floriano, del
          qual como su muy allegado él se fia, le mandé me viniesse
          hablar esta noche por vna destas rexas, y ha de ser de
          media noche arriba, quando el sueño asegura las partes;
          entonces le podras hablar sin que te conozca, y saber dél
          lo que quisieres, pues ya viste que fue con su señor a
          Prado.

          _Bel._--Ay, Justina, que si yo (como te he dicho) me
          gouernara a mí mesma, ni tú en hazer esso sabiendolo yo
          me fueras sin castigo, ni aun de ti jamas confiara cosa.
          Pero agora, ya que yo quiera soltar la lengua en el
          retraerte, sabiendo que hazes mal, la voluntad me manda
          que te dé licencia para no más del honesto hablar, con
          que se haga lo que tú has dicho de mí sin quiebra de mi
          grauedad y dislate de mi honra.

          _Just._--Anda, señora, que Dios mediante no se tractará
          cosa que mal lustre tenga, porque ni yo lo haria, ni las
          rexas darian lugar a que las voluntades se comuniquen,
          por más de las lenguas en el solo parlar. Y tú yendo
          dissimulada sola le podras hablar, o si no, yendo
          conmigo, dexa hacer a mí como allá verás...

          _Bel._--Pues que yo ya no puedo guiar me a mí sin errar,
          quiero errar por tu parescer, y hagase como tú ordenares.

          _Just._--Pues tú dexa hazer a mí y entrate a entender en
          cenar, porque te recojas más antes, y ansi daras lugar a
          que las mugeres anticipen la hora del dormir, e yo tenga
          más desembaraçado lugar para lo que quiero, y tú más
          segura tu grauedad y honra.

          _Bel._--Pues que hemos de procurar euitar toda occasion
          de mal sospecha, quiero hazer lo que me dizes. Di que
          enciendan velas y entiende en que se me dé de cenar
          quando te paresciere hora; y mira que dexo en tu
          prudencia mi gouernacion.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXI

          Oyendo Fulminato lo que Pinel contaua a Felisino de lo
            que Marcelia passaua con el despensero, segun se tractó
            arriba, al fin perdiendo el enojo se van Fulminato
            y Felisino a casa de Marcelia, donde passan algunos
            entremeses de risa.


                FULMINATO, FELISINO, MARCELIA, LIBERIA.

          [_Ful._]--O, descreo de los retajados, con tantas
          trayciones como ay en el mundo, y que tal ha de passar
          como a Felisino ha contado Pinel? Vida es ésta? que se
          me ha de echar aquella bagassa con quantos despenseros
          ay, y aun que les asse yo la cena? A ella yo le cruzaré
          la cara, porque viua con su castigo, y al Pinel yo le
          cortaré las piernas, porque sepa atar la lengua. Pero al
          fin el diablo me mete en pleytos excusados; que ella no
          es mi muger, y como es conmigo puta lo será con quien le
          agradare, en especial que deue ser todo mentira; pues
          estotro es moçaluillo y arriscado, no quiero pleyto con
          él, mayormente que ni ellos me vieron quando lo hablauan,
          ni él sabe que yo sé que él lo ha dicho, para que en no
          se lo demandar me tenga por couarde. Alli sale Felisino;
          quiero dar le vn tiento, y como viere, ansi haré. Adónde
          bueno, hermano?

          _Fel._--Sigue me y verlo has, como vieres la racion que
          agora lleua vn moço de despensa a la cal nueua.

          _Ful._--No te aclares más, que lleuar me has para esso
          por vn cabello, aunque los tengo cortos, y sigue. Pero
          agora que vamos fuera, me di si me confessarás vna verdad?

          _Fel._--Si lo es y deuo dezirla, sí.

          _Ful._--Qué te dezia Pinel de mi?

          _Fel._--Con que te aseguro que no se hablaua de tu daño
          no me pidas más.

          _Ful._--Con esso me has quitado de le no quitar las
          narizes o la vida. Pero porque a dicha passando quando
          él te hablaua oy que me nombró, me di lo que ay, pues la
          amicicia sabes que la pintauan descubierto el corazon.

          _Fel._--No me pidas de vidas agenas, que jamas supe ser
          chismero, en especial que no se tractaua sino de quán
          bien te diga la ropa del colorado, y que quiça embiaras a
          Ceruantes alguno por ella. Pero dexando esto, me di como
          discantaua el amicicia, porque es cosa que a muchos oyo
          asomar y a ninguno oy el cabo.

          _Ful._--Aunque en mí más has de pedir obras de amigo que
          relacion de la figura, pero dire lo que he oydo a otros.
          Diz que la tenian los Patricios pintada en el senado
          Romano entre las otras memorables antiguallas en forma
          de hombre, y en edad de mancebo, con alegre rostro, con
          presencia robusta, la cara exempta y sin algun sobrecejo
          ni ruga, la cabeça descubierta, la ropa aspera y corta
          y no rica, los pechos abiertos, y con la mano diestra
          enseñando el coraçon descubierto, del que procedia vn
          letrero matizado de fino oro que dezia: muerte y vida; de
          la parte de los pies por baxo yua otro del mesmo matiz,
          que dezia: cerca y lexos, y por alli diz que conoscian
          qual era buen amigo o no.

          _Fel._--Pues declara lo significado.

          _Ful._--Ya te digo que me pidas a mí las obras, y las
          significaciones pide a Lidorio, que lo oy de su boca
          todo, y no se me acuerda ya.

          _Fel._--Pues con todo esso, ya estamos en la calle. Pero
          cata, cata, quién será el que salio de allá y tomó a
          passo largo la banda de arriba?

          _Ful._--Espera me, que cortando le las piernas le haré
          que te espere y tú le preguntes lo que quisieres.

          _Fel._--Qué determinado va el diablo! y al cabo si algo
          ay, yo me aure de quedar solo, aunque él no ha corrido
          como quien quiere pescar; quiero al fin detener le, pues
          veo que ama la vida como yo. A, hermano, y ansi me has de
          hazer correr por no te dexar solo?

          _Ful._--O, pesar de los Moabitas[679] contigo, y no me
          riesgues la ropa, que de ver tengo que vellaquerias son
          éstas.

          _Fel._--Anda, está quedo; que ni todas las cosas se han
          de apurar, ni todos los amigos de prouar, ni todos los
          enemigos de descubrir.

          _Ful._--Sí, que no acometo yo con esperar acorro de otro
          que Dios y mi espada.

          _Fel._--Bien lo veo; pero tampoco soy yo hombre que te
          auia de dexar solo. Y otra vez asegura te más si quieres
          prender, porque madre e hija nos han sentido, y si algo
          han hecho, has las preuenido para buscar suelda y trapos
          con que encubrir la herida.

          _Ful._--Y qué escusa le quitará que yo no las marque?

          _Fel._--Habla sin mote, que si marcares, sea tu ganado.

          _Ful._--Hi, hi, hi.

          _Fel._--Ries te? ansi lo haz siempre, y enoja te tarde,
          si no quieres tener siempre de qué te arrepentir.

          _Ful._--En cosa de honra no ay paciencia sino escrita.

          _Fel._--Bien dizes que los primeros mouimientos no son en
          mano del hombre; pero hemonos de ayrar sin peccar.

          _Ful._--Por ay me entras? con las ouejas me aprisco.

          _Fel._--Pues donde no te deuen sustentacion, no entres
          con enojo, ni entres sin llamar a la puerta de fuera,
          porque no te obligues a dar pesar, o ver con que le
          recebir.

          _Ful._--Pues llamo. Ta, ta, ta.

          _Mar._--Mira, ve quién llama.

          _Lib._--Felisino y Fulminato son.

          _Mar._--Pues el despensero fuese? o encontraronle?

          _Lib._--No le alcançó Fulminato que corrio tras él,
          porque le detuuo Felisino.

          _Mar._--Ve, abre la puerta, que el agudo a los ojos
          los verá, y le haré que se le antoja, porque no sea
          tan sentible y se haga a la carga. Porque éstos que
          lo blasonan todo, ansi los sé yo domar que lleuen el
          albarda, y aun suffran el aguijon, y no gruñan; y dar
          les hemos de cenar, pues nos viene de bobilis bobilis
          y en tanta abundancia que lo hemos de lançar a mal, y
          aun esto no es seguro, porque no gana la honra nada de
          la muger pobre y sola quando tales viandas rebosa por
          las ventanas. Y tú mira que muestres mejor cosplaz a
          Felisino, pues huelga de te hablar, pues comiença ya a
          bullir la ganancia.

          _Lib._--Voy, madre, aunque de mala gana, que más
          quisiera que tractaramos de acostarnos; pero asuadas que
          no lo haya con sorda ni perezosa mi madre, que pues ella
          con Fulminato y con vn hato, que yo ansi con Felisino,
          porque bien aya (dizen) quien a los suyos semeja.

          _Ful._--O, descreo de Jason y aun de Medea con tal
          tardança; aun aun si ay algun vasiadero de puerta falsa?
          pero ya baxan. Quiero ablandar con Marcelia, porque de
          las ganancias me acuda con tercio y quinto.

          _Fel._--O, alabado Dios, que no nos amanescera ya en la
          calle; pero con tal encuentro, facilmente se perdera la
          quexa.

          _Lib._--Mas no, sino venid muy mendoças, tarde y
          gruñendo; aun agradesced que se os abre puerta.

          _Ful._--Y por qué, hermana? esse galan lleue la pena que
          tiene la culpa.

          _Lid._--Y aun porque paguen justos por peccadores, a
          todos hiziera yguales.

          _Ful._--Yo arriba me acojo, que vosotros a la lucha
          aureys de venir, y aun bien sé yo quién caerá debaxo, y
          aun quién quedará vencido.

          _Lib._--Nunca desborona sino malicias.

          _Fel._--Pues que nos dexó perdona le. Pero dime si me has
          perdonado el enojo destotro dia?

          _Lib._--Mas te turan a ti essas mañas que a mí el enojo;
          pero está quedo, y dexame, que está sola mi madre.

          _Fel._--Anda, mi señora, que allá va quien la despierte
          si dormia.

          _Ful._--Buenas noches, señora Marcelia. Mas pesar de
          quantas piedras y junturas y aun roturas ay en la casa
          del Turco, y es cosa de passar que estés en acuerdos, é
          yo quebrando la puerta? aun aun si mis sospechas han de
          salir ciertas!

          _Mar._--Y de qué? que vienes muy reñidor.

          _Ful._--De que si no pisas llano, para estas que en la
          cara tengo...

          _Mar._--Ay, el diablo lleue este rufian; quiero le
          halagar, no se me atreua. A la fe, sí; bien piensas que
          no te entiendo, que vienes corrido por el que se te fue
          por pies? pero quién era?

          _Ful._--Esso me di tú.

          _Mar._--Y qué sé yo, mi amor, que por tu vida no sé más
          de quanto aquella muchacha te conoscio en el correr y
          habla. Pero ay, que no ha subido Liberia. A, hija, qué
          hazes alla?

          _Ful._--Quedaua reñiendo con Felisino.

          _Mar._--O, maldita sea tal boua, que nunca acaba, por vn
          aguja que le perdio.

          _Ful._--Mas no le dé el otro la suya y se rompa la tela!

          _Mar._--Qué dizes, mis ojos? que me huelgo en ver te sin
          enojos alegre ya.

          _Ful._--No te espantes, pues por allá los coge hombre.

          _Mar._--Pues no los descargues donde no te lo deuen: pero
          espera, vere cómo no suben.

          _Ful._--Anda, no seas sospechosa, que pies tienen y todos
          son seguros.

          _Mar._--Sí, pero ha de dar cuenta la persona de sí, y
          dexame. Dónde vas, a la camara? que no ay allá candela.

          _Ful._--Pues ansí es menester para nuestra cuenta.

          _Lib._--Ay, Felisino, cómo no me deuiera yo fiar ya de ti.

          _Fel._--Perdona, pues tu hermosura y mi pena me dan
          occasion de enojarte.

          _Lib._--Bien sabes que la muger (mayormente donzella)
          que haze quiebra en la honra, que amortigua su fama
          y menoscaba su honestidad, e pues tú te sirues de mi
          honestidad para tu apetito, has de no lastimar mi honra.

          _Fel._--Anda, señora, que ni soy tal que todos pierdan
          conmigo honra, ni a ti te tendre en menos porque
          liberalmente me hagas semejantes mercedes. En especial
          que donde fuerça ay, derecho se pierde.

          _Lib._--Huelgo yo de te seruir, y porque tengo madre
          y renzillosa, agora no oso subir, lleuando mi delicto
          delante los ojos.

          _Fel._--Asuadas que no ayan estado ellos ociosos, y si
          algo fuere, yo responderé.

          _Lib._--Mas dexa me subir delante, y tú de aqui a vn poco
          subiras, ya que veas que yo aure puesto la mesa, porque
          piense mi madre que entonces llegastes.

          _Fel._--Pues anda, que en tanto haré yo vn poco que por
          aca me cumple.

          _Lib._--Cata, cata, y ascondido se han, y dexaron acá la
          candela! Buena se anda mi madre, vno ydo y otro en casa;
          yo pues, como boua, con vno y tarde me congoxo ayna. A la
          fe creo que de oy más auremos de jugar al descubierto.
          Quiero, pues, allegar en torno del fuego esta vianda en
          tanto que concluyen.

          _Mar._--Ea pues, dexa me salir, que anda Liberia fuera y
          no nos haya sentido.

          _Ful._--Donosos scrupulos te matan a cabo de rato; pero
          vamos donde mandares. A, hermana Liberia, y Felisino?

          _Lib._--E yo qué cargo tengo dél? pues que si no quiso
          subir, suya la culpa.

          _Ful._--Por Dios que aun sospecho que el asno nunca ha
          osado llegar a ella, como la deue hallar coxquilla como
          potranca nueua.

          _Mar._--Qué dizes, Fulminato?

          _Ful._--Acá lo ha Marta con sus pollos. Digo que está
          bueno este guisado, y que seria bien ablandar a Floriano,
          porque se le desgaje con que siempre medremos. En
          especial que agora vengo de su parte a llamar te, que
          luego por la mañana le vayas a ver, y asuadas que siempre
          se nos pegue de tu yda alguna ganancia.

          _Mar._--Pues confia en essa estaca, y verás adonde paras.

          _Fel._--Buenas noches, y haga buena pro, que a buen
          tiempo vengo, si la señora Liberia no está tan braua como
          endenantes; que de miedo de su enojo he dado dos bueltas
          a la rua, hasta que desflemasse la cholera.

          _Mar._--No hagas cuenta de sus renzillas, que de boua
          aun no sabe mostrar amor a quien le tiene. Sientate, que
          está el pastel grande y marauilloso, y esta cena a ti
          se agradesce, aunque Fulminato entra en ella primero.
          Y tú, hija, anda en vn salto, cierra la puerta, que la
          dexaria Felisino de par en par, y luego vente a sentar, y
          cenaremos de nuestro plazer todos juntos, loando a Dios
          que nos lo dio.


                                NOTAS:

          [679] En el original, por errata, _Maobitas_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXII

          Polytes va a hablar a Justina, y Pinel que le acompaña.
            Belisea sin darse a conoscer le habla. Justina y Polytes
            passan grandes pláticas. Lucendo, padre de Belisea, oye
            ruydo, y leuanta se a ver a Belisea.


              POLYTES, PINEL, JUSTINA, BELISEA, LUCENDO.

          [_Pol._]--O immenso Dios, y si en más no tengo ver me
          escabullido de Floriano que hauer hecho vna gran hazaña!
          y quán en su seso y quán importuno estaua en el querer
          se yr conmigo! Descreo de tanto parlero como ay en esta
          casa, que apenas he dicho que auia yo de yr esta noche,
          e ya lo sabia Floriano. Paresce que ansi como ay hombres
          que tienen cuenta con la virtud para el obrar, ansi ay
          otros que tienen cuenta con lo que oyen para medrar. E
          ansi como el virtuoso meresce lo que gana por sí mesmo,
          ansi el chismoso, visto que no es para ganar con sí o
          por sí, acuerda de ganar con contar lo que otros hazen,
          para esperar lo que el señor le dé. Y al fin, como el
          señor no le contenta el mal que haze su criado, tampoco
          toma buen crédito del traydor que le vende los criados. Y
          ansi con negar lo que a Floriano auian dicho de verdad,
          él me creyendo, a ellos quedé por mentirosos y a mí por
          libre. Y es castigo justo que a los mentirosos que les
          cuentan mil mentiras, quando despues les contaren verdad,
          no tengan más crédito que la Cassandra con sus naturales
          Troyanos. E yo aunque mentiendo condené delante de
          Floriano la verdad de los otros, suya la culpa, porque ni
          todas las verdades se han de dezir en todo tiempo, ni a
          los amos y señores ha de dar hombre cuenta de todas sus
          cosas. Porque él sabiendo vuestros secretos de vuestra
          boca, sabe que ansi sabran los otros los suyos tambien
          de la vuestra, y ganays que ni se fie de vos y que os
          trayga muy sobre ojo. Pero buelto a mi negocio, él me
          mandó agora que fuesse y lleuasse algunos criados de casa
          en mi guarda, de manera que yo yendo en su nombre, hago
          mi facto. Y lleuo compañia la que me paresciere, sin me
          obligar con ellos a otro tanto, pues al fin cumpliendo
          el mandado de quien los mantiene, hazen lo que yo les
          pido y a mí cumple. Y pues yo ya tengo las armas que me
          cumplen y el caso pide, aunque vale más yr solo que mal
          acompañado, pero quiero lleuar algun moço, porque al fin
          el solo da occasion a que más se le atreuan. Bien está,
          he alli a Pinel, que es determinado a todo. A, hermano,
          es despues de cena?

          _Pin._--A tu mandado y a mi prouecho. Por esso mira si ay
          en qué conozcas lo que haré por ti.

          _Pol._--Yo te agradezco tu liberal offerta. Y sepas que
          me envia Floriano a vn mandado, y mandó me que no vaya
          solo.

          _Pin._--Pues no quiero que busques otro, y espera, en vn
          salto subo a la camara por algo que lleue con la espada.

          _Pol._--Y cómo, ya vienes? bien paresce que tengas obra
          con la palabra.

          _Pin._--Alomenos tendre voluntad buena; y sin más
          aguardar, guia.

          _Pol._--Mucho me obligas, hermano.

          _Pin._--Esto que es acompañarte deuolo al mandado de
          quien a ti te manda yr. En lo demas, hasta que veas en la
          necessidad (si la vuiere) mis obras, no me las antepagues
          con gracias. Porque menos se amaña hombre a hazer por lo
          ya pago que por lo que espera ser pago; y ansi dizen que
          dineros pagados, braços quebrados.

          _Pol._--En todo hablas bien, y fio que obrarás mejor. Y a
          la mano de Dios vamos de aqui, porque yendo sin testigos
          no tendremos juezes de nuestra yda, ni sentenciadores de
          nuestra tardança.

          _Pin._--Tú guia o dime por dónde, que hasta caer no
          torceré, y despues de verme caydo, harás como te
          paresciere en defender mi cuerpo, que muy al mando de tu
          voluntad lleuas en mi.

          _Pol._--Aunque confio en Dios de nuestra seguridad,
          pero porque a tu voluntad buena deue mi lengua no tener
          callado cosa, como porque tambien preuendras en lo que
          deuamos hazer, sabiendo donde ymos, y porque no seria
          buena amistad communicar al amigo los trabajos, y no le
          dar parte en los plazeres aquella que se suffre, y los
          que no pueden ser communicados, darle cuenta de ellos, lo
          qual haré yo agora.

          _Pin._--Mas antes, con hazer me plazer, cumple que
          preuenga el entendimiento para guiar los passos de los
          pies, y preuenir los peligros del cuerpo, porque hombre
          apercebido medio combatido.

          _Pol._--Es pues el paradero de nuestra jornada en casa de
          Lucendo.

          _Pin._--Ya, ya, no busques más testigos en contar lo
          que sea, pues sabiendo dónde vamos, adeuino el a qué. Y
          tú allá puedes hazer quanto te permitieren, que yo te
          aguardaré quanto tardares.

          _Pol._--Ansi lo tengo yo de ti creydo. Pero pues estamos
          acá, qué medio tendre en la entrada?

          _Pin._--En esso me perdona, que no sé essos passos. Pero,
          si miraste, luz ascondieron en aquella ventana que cae
          hazia la esquina de la huerta, y quiça que hazen alli
          llamamiento de sangre. Por esso, si vienes llamado, será
          bien que hagas como sepan que eres venido, porque no se
          pierda tiempo.

          _Pol._--Bien dizes; pero cata que aun el relox no ha dado
          las doze.

          _Pin._--Pues qué, es menester el relox para la entrada?
          lo que me paresce es que mires dónde y quándo te mandaron
          venir, porque en estas cosas pierde se mucho en vn punto.

          _Pol._--Pues ansi, te digo que por esta huerta a las doze
          me mandaron venir.

          _Pin._--Pues entrar dentro? la puerta no te dara lugar,
          excepto si no eres cuerpo glorioso, o te ayudasse el
          demonio. E ansi digo que te subas sobre esta pared, y de
          aquella ventana donde vi la lumbre os podreys hablar,
          que viene a dar con el canto del muro de la huerta, o
          si vuiere para qué daras alli orden en descendir abaxo,
          aunque esto, sea muy sobre seguro.

          _Pol._--Tu consejo quiero tomar; pero las armas me ayudan
          mal a trepar la pared, e yo quedé algo baxo para alcançar
          arriba.

          _Pin._--Anda, que quando hombre auentura la vida por
          acompañarte, poco se auentura en que me enlodes la ropa
          con los pies, en que te aproueches deste mi hombro para
          escalera. Y despacha presto, que otra vez vi lumbre de
          passo, y quiça te hazen despertadores para que acuestes
          hazia alli.

          _Pol._--Pues perdona, y alto, a la mano de Dios.

          _Just._--A, señora, toda la gente duerme; por esso mira
          si te determinas[680] a yrle a hablar por aquella rexa de
          la esquina que cae más sobre el muro del jardin. Y luego,
          que da el relox las doze.

          _Bel._--Miraste si duermen todos?

          _Just._--Ve segura de esso.

          _Bel._--Pues sin chapines y en vasquiña me voy.

          _Just._--Echa te essa saboyana de grana, siquiera por el
          sereno.

          _Bel._--No podré suffrir la, que se me hará pesada.

          _Just._--Pues agora has de andar al prouecho y no al
          contento: porque ropa de seda, que es liuiana, haze mucho
          ruydo para en tales casos.

          _Bel._--Avisadamente hablas; pero paresce me que ay ruydo
          en el jardin.

          _Just._--Mala eras para yr a hurtar; espera, abriré los
          lienços y veré qué ay.

          _Pol._--Dame, hermano, la espada y rodela mia, y
          perdoname por un rato, que bullicio oyo a esta ventana de
          sobre este muro.

          _Pin._--Toma; desque concluyas, dame vn siluo, que por
          al rededor destas paredes andaré. Y no dilates tanto la
          plática que te halle ay el dia, y por ser visto pierdas
          lo mucho por no perder lo poco.

          _Pol._--En todo te entiendo, y lo haré como verás.

          _Just._--Hala[681], quién anda sobre las paredes? entrays
          a hurtar fruta?

          _Pol._--Donde vuestra lindeza estuuiere, mi señora, ni ay
          otra cosa que buscar, ni quien con tal guarda se atreua a
          hurtar.

          _Just._--Ay, señora, llega, llega, que él es, si quieres
          hablar le a solas.

          _Bel._--Ay, que querria y ni oso, ni tampoco tengo qué le
          hablar, mas de que holgaria saber si está bueno su amo;
          pero para qué?

          _Just._--Anda, señora, que obra pia es embiar a visitar
          los enfermos y saber de ellos. Pero llega, no le
          detengamos como espantajo sobre la pared. Y mira que no
          dilates la plática de manera que seas vista, que yo me
          pongo por guarda de aquella puerta de la quadra, y tú
          llega sin temor.

          _Pol._--A, señora mía, no me quereys hablar?

          _Bel._--O, mezquina y cómo soy forçada á hazer lo que no
          puede dexar de parescerme a mi mesma mal! Pero quiero
          condescender a esta mi passion en esto, para ver si
          contenta dará lugar a que en lo de mas me gouierne la
          razon. Quiero, pues que torna a llamar, hablarle, que él
          no me conoscerá.

          _Pol._--Por Dios que temo que soy burlado; pero qué digo?
          que de mano de mi señora vine, y por ella no puede salir
          me mal successo. A, señora mia?

          _Bel._--Quién soys, que ansi llamays, y a tal hora, y en
          tal instancia?

          _Pol._--Es el obediente de vuestro mandado.

          _Bel._--Pues dezidme vuestro nombre.

          _Pol._--Para qué de nueuo preguntays a este vuestro
          Polytes por su nombre, pues acordandose de vos se oluida
          de sí?

          _Bel._--Y quién pensays que yo soy, que ansi os llamays
          tan mio?

          _Pol._--Vos soys mi señora y la que puede mandarme
          auenturar la vida. Soys la que despues de Dios me puede
          quitar el viuir y tornar me le. Soys la que tiene las
          llaues de mi querer, y en cuya mano está mi coraçon, y
          en cuya libertad mi subjecion, y en cuya hermosura mi
          memoria, y en cuya misericordia mi libertad; soys a mis
          ojos la flor del mundo, y en quien la hermosura está más
          encumbrada; pues vos, mi señora Justina, soys espejo
          donde todas las damas conoscen ser faltosas, y cualquier
          amante halla mil causas de se os rendir por captiuo de
          vuestra hermosura.

          _Bel._--Sin duda que essa dama que ansi loays os deue
          mucho, y a ella todas las mugeres deuen loor, por ser
          ella muger entre ellas, y que ansi pone en ella el estado
          mugeril gran corona de gloria. Y dado que yo y las demas
          os deuamos poco seruicio, pues a sola essa que vos amays
          days la gloria, y a las demas los defectos; pero porque
          os conozco que estays bien empleado, y por ser cuyo os
          publicays, holgaré hazer os todo complazimiento.

          _Pol._--O, cómo la affection no da lugar al entendimiento
          todas vezes a hacer su operacion! y ansi yo agora he
          hablado sin saber con quién, aunque la fe que tengo en
          la palabra de mi señora no me da lugar a sospechar que
          me pueda succeder auiessamente, y porque ésta con quien
          hablo me paresce Belisea, quiero saber con quién lo he.
          A, señora, si mal he hablado, os suplico por el perdon,
          con dezirme quién soys.

          _Bel._--Ni a vos haze mucho al caso mi perdon, ni el
          saber mi nombre, pues no me conoscereys; baste que
          me conozcays por muy seruidora de la que tanto y con
          razon vos loays. Y porque sé yo lo que ella vale, tengo
          por cierto que en ser vos tan suyo aurá ella escogido
          conforme a su valor. Y ansi os quiero hazer tal seruicio,
          que os quiero auisar que no penseys que os ha burlado
          quien os mandó venir, pero por estar ella aun occupada,
          que Belisea la ama tanto que no la parte de sí, me embió
          a mí a que os auisasse no tomeys pena con su tardança,
          porque ella será luego que se desembarace de con Belisea
          mi señora, que anda algo mala. Y pues yo hize mi mensaje,
          porque conmigo no gasteys tan mal empleado tiempo, me dad
          licencia, yreme.

          _Pol._--Señora, fuera del merescimiento que vuestra
          persona en el hablar representa, por venir en cuyo nombre
          venis me tendreys a vuestro seruicio, y tengo por muy
          buena occupacion la mia en semejante gastar de tiempo;
          pero suplico os me digays: qué mal es el de la señora
          Belisea?

          _Bel._--No ay quien entienda su mal.

          _Pol._--Pesame de ello; pero pluguiesse a Dios que
          fuesse del mal de Floriano, por su mal apiadarse de los
          pacientes.

          _Bel._--Por vuestra fe que me digays qué mal tiene
          vuestro señor, para ver qué mal es el de mi señora.

          _Pol._--El está enfermo porque ella está tan sana, y él
          está sujecto y captiuo por ser ella tan libre.

          _Bel._--No penseys qne tengo tal entendimiento que os
          entienda si más no me hablays claro.

          _Pol._--Por Dios que toda via digo que es Belisea!

          _Bel._--Pues no quereys dezirlo?

          _Pol._--Señora, no sé si abrá más orejas de las vuestras,
          pues las paredes suelen oyr a ratos.

          _Bel._--Ved vos si de allá ay seguridad, que acá todo
          está saneado esse temor; por esso me dezid del mal de
          esse cauallero, que acá todas pesaria dél, aunque los
          hombres sabeys dezir que moris y moris, y deste mal que
          os quexais los menos entierran; ansi que, mientras viene
          la que esperays, pues no tenemos en qué, occupemos el
          tiempo yo en oyros y vos, galan, en dezirme esto.

          _Pol._--Bien creo yo, señora, que deueys de ser tan cruda
          como las otras; pero por no tachar lo que no sé loar, por
          no os conoscer, digo: que en Floriano, con tener tantas
          gracias repartidas de Dios y tanta prosperidad de bienes
          naturales y adquisitos, pero veo que todo le es nada en
          comparacion del daño que le haze acá essa señora Belisea;
          porque ni le oyen hablar sino de ella, y todo es loarla,
          y todo es morir por ella. Tanto que si yo a ella no viera
          ser tan hermosa, a él tuuiera por sandio en pasar tal,
          como a ella tengo por cruel en dexar perder ansi la flor
          de la caualleria, aunque no ay quien sepa bien su mal,
          porque él se tiene por tan ganancioso en padescer, que
          si no es a quien tiene muy gran necessidad, no dira qué
          siente, pero a todos loará lo que ama, y ansi no sé,
          señora, qué os dezir de Floriano y Belisea, sino que él
          es su martir de ella, y ella la más libre y cruel para
          él, que a no ser mal nombre para tal dama, dixera que era
          verdugo de amor.

          _Bel._--Pues aun si bien supiessedes qué entera y libre
          muger es! Pero por qué la culpays? pues quiça o ella no
          sabe su mal, ni deue de caer en obligacion a le socorrer.
          Pues que passe nadie por mí lo que yo no le mando, ni
          soy occasion, qué culpa le tendre? mayormente que esse
          cauallero fingira esse mal por mi señora: porque tales
          son las condiciones de los que saben estimar la honra de
          vna muger, y tal muger como Belisea.

          _Pol._--Por Dios que me desatina esta muger, y que no
          creo que es la que yo sospechaua; pero quiero dar razon
          de mí, sea quien fuere. No penseys, señora, que pongo
          culpa yo a essa señora porque sea buena y honesta y
          de tanto merito en todo lo que de ella se dize; pero
          porque, guardado todo esto, pudiera ella a su saluo,
          sin se mostrar tan sacudida, atraer con su hermosura, y
          con su cordura ser siempre señora de sí, y como honesta
          guardarse donde no la auian de forçar, que ya no se vsa
          como solia, dado que se dessee más que nunca. Y tambien
          vsança de corte es seruir los caualleros a las damas, y
          todo es honesto y todo es bueno. Y siempre vi que las
          çahareñas más ayna caen si las siguen, y si caen, con
          más deshonra suya; porque ellas se auian vendido por muy
          fuertes.

          _Bel._--A esso no sé qué os responder, pues cada qual
          mirará por sí, y Dios por todos. Pero dezidme, quánto ha
          que está tan malo esse señor?

          _Pol._--Cada dia anda tal que no sé peoria en su mal,
          pues siempre está dél peor; pero de ayer acá, que
          pensamos (con auer porqué) que le fuera mejor, no sé
          si podra escapar segun anda el pobre, que es lástima,
          que tengo para mí que si ella lo viesse, aunque fuesse
          vna leona, ablandaria, pues sus lagrimas pienso que
          ablandarian las piedras, quanto más los coraçones. Y todo
          lo que dize a solas es razonar con ella y ansi está por
          ella, que presto pienso que rogará ella por su alma, pues
          tan desapiadada le ha sido del coraçon.

          _Bel._--Perdonad me, galan, que oyo no sé qué acá dentro;
          quiero ver si viene la que esperays.

          _Pol._--Pues, señora, por merced que en su venida presto
          me seays fauorable. Ida es, y por Dios que aun me estoy
          en mis treze en sospechar ser Belisea.

          _Pin._--O, hi de puta el diablo, y quien no tuuiera
          buenos pies! el diablo traxo a cabo de rato al aguazil
          por aqui, y tan acompañado; algo deue de barruntar o auer
          olido. Pero quiero saber qué fue de Polytes, que si alli
          le topó, sera bien menester que se auise Floriano luego;
          paresceme que aun está allí; bien fue; torno me a mi
          passeo.

          _Bel._--O sin ventura de mí, o, qué gran mal es el mio!
          A, Justina, duermes?

          _Just._--Sí dormia; pero qué mandas?

          _Bel._--Que vayas y le despidas presto, y en ningun caso
          le digas que era yo, y mira que te aguardo; luego ven
          tras mí, que me hallo mala.

          _Just._--Yo voy, que asuadas que te hizo mal el sereno.
          Hola, quién estay (_sic_) a tal hora?

          _Pol._--Soy tu captiuo; y agora bien conozco que tú eres
          de verdad quien yo amo.

          _Just._--Perdoname, que no pude antes auer venido; pero
          ha mucho que veniste? y quién traes en tu guarda?

          _Pol._--Poco a sido mi aguardar, pues meresci ver os, y
          en guarda de mi coraçon traygo a ti, que sabras quál está.

          _Just._--O mi buen querido, y cómo con justa causa
          pongo yo la honra en condicion por verte y hablarte,
          aunque no te quisiera gozar a tanto trabajo tuyo y tanto
          apartamiento mio, en especial con tan poco tiempo como al
          presente la necessidad me concede.

          _Pol._--Pues qué cosa haurá que, vos no queriendo, os
          compella a yr os?

          _Just._--Es que va de aqui muy mala mi señora.

          _Pol._--Luego con ella he departido hasta agora? que me
          dixo que venia en tu nombre.

          _Just._--Ay, que no quise dezir sino que vine de con ella
          agora, y la dexo mala, y me espera ya.

          _Pol._--Anda, señora, dexala padezca, en especial si
          padesce el mal que yo por ti y Floriano por ella. Pero
          dime si era la que va de aqui? que cierto en todo me
          parescio ella.

          _Just._--Escusado es negarte lo que tú conosciste.

          _Pol._--Y qué me queria?

          _Just._--Esso me di tú a mí.

          _Pol._--No hizo sino preguntarme vna vez y otra por
          Floriano, y al cabo que le dixe que estaua muy malo, ansi
          me dexó tan en seco, que pensé que ella yua tambien mala,
          y ansi la dexé yr.

          _Just._--Agora confirmaste mi sospecha. Y tú sepas de
          cierto que Belisea está muy rendida al amor de Floriano.
          Y ansi ella no me dexó a mí hablar te, por te preguntar
          por el que ella ama. Y porque agora oyo arriba bullicio
          te ve presto, con perdonar me, y espera de mí auiso que
          te mandaré para quando nos veamos más a nuestro saluo, y
          ve con Dios, que oyo hablar a Lucendo mi señor.

          _Pol._--Los angeles queden en tu guarda.

          _Pin._--Qué hazes, hermano, baxas te?

          _Pol._--Anda, vamos a la mano de Dios, y di me qué ruydo
          fué vno que oy endenantes?

          _Pin._--Pues que tú tuuiste ventura de que ni a ti viesse
          el aguazil ni a mi cogiesse, encaminemos para casa antes
          que torne, y allá communicaremos los idiomas.

          _Luc._--Qué hazes, hija? Cómo tan tarde estás por
          acostar? asuadas que deuias de andar en tus acostumbradas
          deuociones; mira que te haze mal desuelarte. Y tambien,
          como otras vezes te he dicho, más quiere Dios el
          obedescer que el sacrificar. Y pues sabes que es mi
          voluntad que te temples más el rigor en estas cosas,
          porque sin la prudencia, aun las virtudes se tornan en
          vicios.

          _Just._--O, mezquina yo, y si no está mi señor Lucendo
          con la hija! quiero oyr si tractan de casamiento, para
          ver qué esperança tendre en mis cosas.

          _Bel._--Ay, señor, y cómo, mal peccado, no soy tan deuota
          que no sea más menester espuela que freno para mí en esse
          caso; y si no estoy durmiendo, es más falta de salud que
          sobra de deuocion.

          _Luc._--Pues ansi yo vea gozo de ti, que no me calles
          cosa tuya, porque como tengo crédito de tu cordura, fíome
          de tu poca experiencia, en que pienso que me granjearás
          toda buena vejez, con tu descanso y contentamiento y
          salud.

          _Bel._--Bien veo, mi señor, que como tantos regalos no se
          den ni se deuan a todos hijos, que ansi tú obras conmigo
          como padre, y amoroso padre, y regalador padre, en más de
          lo que yo te merezco, sino es en ser tu hija. Y como esto
          se me represente, ansi temo el darte algun enojo, que
          toda mi vida me querria ver en tu mamparo.

          _Luc._--Esso, hija, será como Dios fuere seruido. Pero,
          por tu vida, que ansi me siento atado del amor con que
          te amo, que por gozar de tu vista como bien querida
          me descuydo en lo que deuo como padre, al buscar la
          permanencia de tu estado. Y bien sé que lo yerro, porque
          tu estado y mi edad ya piden que yo te diesse tal marido
          que fuesse contigo hijo para mi vejez, y señor para mi
          casa, y gouernador para mi estado, y sustentador de la
          nobleza de nuestros progenitores, y augmento de gozo
          para mis canos dias. Pero a esto me estoruan dos cosas:
          lo vno, el temor que al partir te de mí me pone el amor
          que tengo a tu virtud, y lo segundo, que como las cosas
          de casamiento, fuera de ser guiadas por Dios, consisten
          en vn delicado punto, temo intentar aquello que asido
          es malo de soltar, y mal vnnido peor de suffrir; por
          manera que desseo no te quitar de mí, y deuo y querria
          verte puesta en tal descanso, que diesse descansado fin
          a mis tan canos dias. Y aunque no es dado a las hijas el
          hablar en esto, como te tengo por tan cuerda, que sin
          affection ni pasion hallaré tu buen parescer, y porque
          antes de decir te quál sea en esto mi parescer quiero
          oyr el tuyo y tu voluntad, y agora es muy tarde para
          esto, tú te acuesta y piensa sobre ello y declara me tu
          querer, para que de tu voluntad y mi desseo se haga vn
          acertado consejo, y del consejo yo tracte del hecho. Y
          porque agora te veo con rostro de honesta turbacion de la
          plática, ni quiero tu sí tan sin pensarlo, ni desuelarte
          más, sino por mi vida que luego te desnudes y duermas con
          reposo; y hasta que yo te hable más en esto te descuyda y
          reposa, y queda te con mi bendicion y la de Dios.


                                NOTAS:

          [680] En el original, por errata, _determimas_.

          [681] Así en el original. _¿Hola?_


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXIII

          Ydo Lucendo de la camara de su hija, entra Justina, y
            entre Belisea y ella hablan sobre lo que Lucendo tractó
            con la hija.


                           JUSTINA, BELISEA.

          [_Just._]--O, quán gran cosa es el amor del padre!
          o, cómo me paresce que ni las cosas van del talle que
          él piensa encaminallas con la hija, ni aun pienso que
          ha de faltar algun grande mal, si Dios no lo remedia!
          Porque Belisea ya declina en el amor de Floriano, y él,
          que no afloxa en el seguirla, y Marcelia, que tercia,
          e yo, que fauorezco; de manera que somos muchos contra
          vn herido y descuydado de nuestras tramas, tan a su
          costa. Y aunque hasta agora ella se ha mamparado con la
          honra y honestidad, por mi salud que si el amor leuanta
          estandarte contra ella, y comiença de tirarle al coraçon
          sus doradas flechas, que todo se le rinda: porque no ay
          poder, sin el del muy alto, que oy en la tierra a tal
          potencia resista. Entrar quiero como que no sé nada de lo
          que ha passado, para que si ella me lo contare todo, vere
          que se acredita de mí, y si algo me callare, tambien vere
          yo qué es lo que tengo de dezille, o hazer por ella, que
          ha de ser a mi saluo, y siempre guardando algo para mí.

          _Bel._--A, Justina, acaba ya de entrar, que te has
          tardado mucho, y no sé si mi padre te vio allá.

          _Just._--Pense, señora, que aun dormias, y ansi no
          entraua, ni pienses que me vio mi señor allá, porque en
          le sintiendo me puse en cobro, y todo se ha hecho bien, a
          Dios gracias.

          _Bel._--Llegate acá, y sientate sobre esta cama: que me
          siento con tantas penas y tan rodeada de congoxas, que no
          querria que me dexasses sola vn momento. Pero dime, oyste
          la plática de mi padre?

          _Just._--Y con quién?

          _Bel._--Conmigo; que vino desnudo con sola vna ropa, con
          dezir que oyó no sé qué ruydo en su cámara, y vino a
          verme con pensar no sé qué.

          _Just._--Ay, señora, y cuentame esso, y riñó te a dicha?

          _Bel._--Ay, Justina, y cómo creo que para el descanso de
          su vejez, y para mi mayor guarda y honestidad, a él y aun
          a mí fuera bueno hauer me él retraydo mis desasosiegos,
          antes que aprouar mis obras.

          _Just._--Anda, que bien sabe él lo que tiene en ti; pero
          dime, qué fue?

          _Bel._--Bien querria contartelo punto por punto;
          pero dixo me tantas cosas, que no te sabre más de
          en substancia dezirte: que tiene tanta confiança de
          mi bondad, sin poner freno como zeloso padre a mis
          desenfrenados hechos. Y como veo yo que en esto él no
          acierta, ansi no sabre dezirte cómo dexa en mi querer y
          voluntad suelta toda la voluntad suya para en mis cosas,
          porque en ver yo esta confiança buena de mi padre bueno
          de su hija estimada buena totalmente, en mis obras al
          reues a mí con obligar me más a la virtud, me redarguyo
          de mis vicios. Y ansi pienso que como forçada soy lleuada
          a las manos del amor, y como confusa huyo de las puertas
          de la virtud.

          _Just._--Mira, señora, que soy Justina: que no caben en
          mi entendimiento tantos retruegados, y ansi, si quieres
          hablarme a fin que te entienda, habla como con tu criada
          y como con tu fiel seruiente, y como con la que pondra la
          vida por tu mandado y honra, y finalmente, hablame claro,
          para que entendiendote no yerre en lo que cumpliere a
          ti y a mi cargo fuere de obrar, o si no, como señora
          puedes guardar tus cosas y cozellas en tu pecho si no te
          hizieren daño a la voluntad.

          _Bel._--Bien veo que con tener tú tanta prenda de mis
          secretos en tu confiança depositados por mí, hazes
          porque quieres como quieres de mí potajes a tu modo. Y
          esto porque bien adeuinas de mí que quien te ha dicho
          el origen de mi pena, y todo lo que a mí me es penoso,
          a mi honestidad afrontoso, y a mi honra vergonçoso,
          que tambien en todo lo demas tocante a mis fatigas no
          te podre encubrir cosa. Porque ya de mí tengo menos
          confiança, conosciendo mis manifiestos defectos, que
          de ti temiendo algunas sospechosas so las sospechas. Y
          por esto nunca los hombres aurian de dar tanta parte
          a nadie de sí, que no les quedasse para sí de sí algo
          guardado. Pero como tú me vayas ya a cada passo, por
          mis obras, dando alcance a mis pensamientos, no seria
          buen callear te lo que o has de oyrme tú despues de mí
          como descuydada, sin tener que me agradescer porque
          te lo digo, y tambien por lo que tú auisada verás en
          mis descuydos lo que mi notorio y gran mal no podra
          encubrirte. Ansi que, veniendo al punto, te digo que ya
          bien tú verás y sabras cómo no sé cómo ni por qué via me
          hallo tan mudada de mí, que aunque veo que hago contra
          lo que deuo, me siento desseosa de oyr nombrar el nombre
          de Floriano, de mí antes tan huydo. Y junto con esto
          siento ya pena de su pena, y pesa me de su mal. Y ansi
          me turbó tanto aquel paje endenantes en dezirme que está
          muy malo, que de desmayada me fue forçado dexar le tan
          secamente, que pienso que en mis preguntas y alteraciones
          entendio mi turbacion. Ansi, pues, veniendo me a mi
          camara sola de sosiego, y acompañada deste mal, acudio
          mi señor padre con su buen crédito (sin por qué) que de
          mí tiene, y comiença me a dezir que querria casar me, y
          que lo dessea. Y segun las condiciones que él me puso del
          casamiento y lo que él querria que tuuiesse quien fuesse
          mi marido, ni yo sé cómo de mi mal yo pueda sanar, no
          se cumpliendo lo que al presente me pide la voluntad,
          pues de otra manera es escudado ni tan poco sé cómo le
          responda quál sea mi voluntad. Porque si digo lo que
          quiere mi voluntad, he de dezir (que no te lo puedo a
          ti encubrir) que quiero y amo a Floriano. Y dezir esto
          va muy fuera de lo que él querria; pues dezir otra cosa
          contra mí y mintiendo, ni lo haré ni podré.

          _Just._--Y qué es lo que él quiere en el que querria por
          yerno?

          _Bel._--Quiere le como hijo, quiere le natural; quiere le
          que, allende los bienes de fortuna y natura, que sea de
          tanta obediencia para mi padre como yo que soy hija, y
          que no me saque por la vida de mi padre de su presencia,
          ni de su casa y plato como agora.

          _Just._--Y en esso te atas? y por esso te congoxas?
          y calla, mi señora, que para todo pone Dios remedio,
          queriendo lo él, en especial en esta. A la fe, si a ti
          te paresce que está bien a lo que tú desseas y meresces,
          cierra con ello: que ello vna por vna hecho, él lo tendra
          por bueno, visto que no se puede deshazer. Pero y dime,
          mi señora, tu padre quiere cierto casarte?

          _Bel._--El ansi me lo ha platicado agora, y aun tambien
          sé que lo ha intentado dias ha con quien a mí jamas cayó
          en voluntad, y temo que cierre con ello, porque de allá
          le combaten. Y si lo haze sin pedir mi consentimiento
          primero, presupuesto lo que él cree de mí que no le
          saldre de obediencia, yo me veo perplexa. Porque, por
          vna parte, como a tal padre le deuo toda subjection, y
          por otra parte es cosa muy agra tomar la muger compañia
          perpetua contra su voluntad.

          _Just._--Todo esto va bueno; agora creo yo que Dios
          encamina mis negocios.

          _Bel._--Qué dizes?

          _Just._--Digo que no tomes estas cosas tan por el cabo.
          Tracta primero con Marcelia, que lo tramó primero, e
          informate de quién sea este cauallero; sabe si es libre,
          que de ser te merescedor, aunque tú merezcas mucho, no
          lo dudo yo. Y si la cosa es la que cumple y desseamos,
          hagase, y despues buscar la suelda y los remedios. Porque
          muchas veces haze daño tomar las cosas y pensar las de
          tan atras, porque suelen al medio y al cabo variar los
          successos.

          _Bel._--Ay, no digas tal cosa, porque siempre el
          entendimiento ha de anteuenir y guiar a la voluntad,
          para que el entendimiento proponga y la voluntad elija,
          y las manos acompañen despues a la obra. Porque las
          obras preuenidas y meditadas, las menos vezes se yerran,
          excepto o si el entendimiento es muy torpe o la potencia
          para el obrar poca.

          _Just._--Todo como lo dizes es ansi. Pero ha de ser que
          el pensamiento o el entendimiento en su meditar la tal
          obra ha de tomar principios de ella mesma, para preuenir
          los medios y los fines. Pero agora aun no hemos entrado
          en el juego, y quieres que alcemos ya las tablas? y (como
          dizen) hija no tenemos y nombre le ponemos. Ya que yo sé
          tu voluntad, te suplico que, pues quesiste communicarme
          tus cosas, tambien tengas por bien de en algo te dexar
          guiar por mi poca capacidad y menos juyzio, aunque en
          esto, a Dios gracias, libre. Y aunque te pareszca (lo que
          es) que yo no tenga saber para tan gran empresa, ya sabes
          que a las vezes el simple sin passion es mejor juez que
          el sabio apassionado, mayormente quando a de juzgar en
          sus proprias causas, y tambien tanto por tanto menos veen
          dos ojos que quatro. Y ansi podria ser que yo, como ando
          más, y bullo más, y puedo, con no perder punto de honra
          ni grauedad como tú, bulliendo entremeter me en más cosas
          que tú, por donde, tú estando a tu seguro queda, te podré
          yo yr descubriendo todo el juego.

          _Bel._--Ay, que estas cosas son tan delicadas, que no son
          para entre todas manos.

          _Just._--Pues tambien sabes, señora, que el muy delicado
          y fragil vidrio con hierro se rebuelue, y con hierro
          se bruñe y hace, y con hierro se tracta de los que lo
          labran; pero si son buenos los que lo labran, lo menos se
          quiebra, y ansi la honra no en todos peligros peresce,
          porque lo que de Dios está ha de yr al cabo. Y con tanto,
          pues comiença a amanescer, te quiero dexar dormir,
          porque dexemos de dar occasion a las que leuantandose
          te vieren ansi, y te juzgaren a mal tal estada toda la
          noche en vela. Y yo te haré venir a Marcelia veniendo el
          dia, y tractando con ella despidirás los ñublados de tus
          tristezas, Dios mediante, para todo bien. Y suplícote que
          duermas y pongas tus cuydados en mi pecho.

          _Bel._--Con la confiança de tu buen zelo me esfuerço a
          forçar me a mí para confiar me de ti en todo y por todo.
          Y ansi como a mi aya te tengo de seguir en todo y por
          todo, pues yo tal estoy, con que mi honra y honestidad
          esten muy enteras, y quiero lo desde luego començar y
          dormir si pudiere; por esso cierra essa puerta y quita
          essa vela, pues no es menester.

          _Just._--Pues yo tambien voy a pasar vn sueño por aliuiar
          el cuerpo, para que tome más fuerças para en tu seruicio,
          y encomiendo te al señor del mundo y criador de los
          cielos.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXIIII

          Fulminato y Felisino lleuan a Marcelia de su casa al
            llamado de Floriano, el qual le encarga vna carta
            que lleue a Belisea, con la qual tambien le bu[e]lue
            juntamente el anillo que le diera Belisea: con lo que más
            passan, etc.


         MARCELIA, FELISINO, FULMINATO, LYDORIO, FLORIANO, POLYTES.

          [_Mar._]--Pues que ya estamos todos a punto, mouamos
          antes que sea más tarde, y vere qué me quiera Floriano.

          _Fel._--Poco más o menos todos lo adeuinamos ya.

          _Ful._--Por los sepulchros de mis antepassados, que es
          verguença ver cómo tan sin porqué pene y muera este
          hombre.

          _Mar._--Pues bulle poca gente, me ve declarando qué
          llamas sin por qué? pues que si tú sabes qué cosa es ser
          hombre, y aun si yo lo fuera como él, me preciara de
          perder me por tal dama.

          _Fel._--Todos hariamos esso mesmo por tal joya, aunque
          al cabo, como sea vna, vno la ha de lleuar, y los otros
          quedarán descontentos y no pagos de hauer penado por ella.

          _Ful._--Qué cosa, pues, mugeres, que les bastará vno?
          aunque no lo digo por ti, Marcelia.

          _Mar._--Por sólo que voy presente te agradezco la
          cortesia, aunque despues de enlodada. Pero pues hablas
          lo que tu pensamiento malicioso te dize y siente. Y ansi
          no te pido sino porque pena (a tu parescer) sin por qué
          vn hombre, que por de buen entendimiento supo escoger
          una muger que cierto no es digna lengua tan maldeziente
          como la tuya aun de loarla, quanto más poner la en tacha;
          que muy fuera va de su sangre, y nobleza, y bondad, y
          honestidad, y honra. Y guardate de juzgar a nadie si no
          quieres condenar a ti mesmo.

          _Fel._--Y aun muchas vezes, ansi como por los meneos
          de gesto saca un buen entendimiento por conjectura lo
          que otro tenga en el pensamiento, como agora la señora
          Marcelia entendio que tachauas a Floriano y Belisea,
          ansi tambien muchas vezes atreuidamente se sueltan los
          hombres a juzgar lo que no alcançan por alguna cosa que
          veen, que no basta para hazer los acertar; como agora
          tú, Fulminato, menos acertaste en tachar al amante
          mancebo cauallero Floriano, que es enamorado al modo de
          caballero, y paresce te a ti que a menos costa (como tú a
          otra que has debalde, porque debalde es muy comprada) que
          ansi él pudiera hauer vna señora tal a menos costa suya.

          _Ful._--Mas dime si no es ansi que por su dinero hallará
          oy quinientas que le rueguen?

          _Fel._--Y ansi no hallará otra que le merezca.

          _Mar._--Bien da a entender Fulminato quán pegadizo sea
          en el aprouechar se de mugeres, y quán desamorado en
          querer a ninguna. Pues ruega a Dios que no vengas a ser
          constante en amar, y tan herido de amor, que sientas y
          entiendas cómo amor no se alcança sino con amor. Y ansi
          como tú por dinero aurás oy en el pueblo quinientas de
          que gozar como dizes, ansi las mesmas, por el mesmo gozo
          y por la moneda, buscarán cada vna otros quinientos, y ni
          por esso amarán a ninguno, porque las cosas que se ponen
          en venta, vendense segun son los compradores, y segun la
          variedad de los tiempos.

          _Fel._--Y aun tengo por aueriguado que si se saca, que
          como el sólo tenga ojo a la moneda, que le harán confrade
          de san Corniel.

          _Ful._--Y aun por esso como yo de emprestado. Pero aunque
          seays entramos contra mí, sí que Floriano todo el fin de
          lo que haze es por gozar de la que ama.

          _Fel._--Ansi es.

          _Ful._--Pues luego, qué diablo son menester essos rodeos,
          ni cartas, ni plantos? que por el sancto relox de Roma,
          que soy mas quisto y estimado de mugeres que Floriano,
          y que tengo por derramar la primera lagrima por alguna,
          y que ninguna se me a escapado. Y por qué, si pensays,
          soy quisto tanto de ellas? a la fe, porque hago y callo,
          y todas quieren esto, y las más de valor, y las más
          guardadas, y las más honestas, hauiendo de tractar desto,
          más quieren vn hecho que veynte haré, porque dizen: que
          haré, haré, mala casa comporné.

          _Mar._--O, cómo quisiera que no estuuieramos ya a la
          puerta del palacio, para darte a entender cómo, si te
          loas de muchas gozadas (lo que no creo), no te loarás
          ser de muchas querido. Y que si (como dizes) caen las
          buenas (lo que no es sino en las menos), que de las muy
          pocas, las muy menos vienen a esso, y si vienen será por
          flaqueza, y porque se atreuen a dexar se vencer de la
          tentacion graue, con la oportunidad encubierta, por no
          dar quiebra en el crédito público; y entonces las tales
          en tal hecho no buscan el ser amadas, sino el librarse de
          la furiosa concupiscible, que a muchos sauios y fuertes
          basta a derrocar, y aun los hombres dados a esto, con la
          facilidad que ganan lo que buscan, con essa la oluidan;
          y ansi tanto aman quanto les cuesta lo ganado. De donde
          prouiene que, con ser engañadas las recogidas mugeres de
          los hombres burladores y mentirosos y desamorados, ellos
          son de muchas amados, porque cada vna le ama, porque cada
          una se le rendio por bien querer, y ellos a ninguna aman,
          porque ninguna les costó amor de las voluntades, sino que
          las amaron por el amor de los cuerpos de las escarnidas.

          _Fel._--Altamente lo has prouado, señora Marcelia; pero
          ya se ataja la platica con la venida del camarero.

          _Ful._--Y aun pese a tal porque él viene, que yo saliera
          de algunos scrupulos que me quedan del razonamiento; pero
          otro dia nos dara Dios.

          _Lyd._--Buenos dias, señora, y los escuderos te
          agradezcan que no les reño, porque ansi desaparescen. Y
          tú, Felisino, ve presto en busca del paje Polytes, que
          tambien pide por él Floriano, que agora me escabullí
          dél, que me ha tenido toda la noche contandome cosas
          que, colegidas, he cogido que o pierde el seso o él es
          de muerte. Yo me voy vn rato a reposar; si me llamare,
          buscad me en mi aposento; y tú, señora Marcelia, perdona.

          _Mar._--Señor, ve a descansar; nosotros entremos a él,
          que no es possible que el mal ture mucho, si Dios le
          quiere dar remedio.

          _Ful._--Pues quiero ver si duerme; pero ya ya por de mas
          es, que cantando está devaneos.

          _Flor._--Pajes, quién está ay?

          _Ful._--Señor, Fulminato es, que no durmiendo en tu
          seruicio te trae a Marcelia, que mandaste llamar.

          _Flor._--Ni sé quién es, ni para qué la mandé llamar.

          _Mar._--Espera, vere le, y verá me. A, mi señor Floriano,
          que vengo a saber cómo te fue en la romeria de Prado.

          _Flor._--O, la mi Marcelia, que agora te conozco y con
          razon, porque a no te ser tan contraria en mí la fortuna,
          mucho te deuia yo en me auer presentado delante de mi
          señora, y hauerme traydo este anillo, sin el qual yo
          fuera ya defuncto.

          _Mar._--Anda, señor, no desmayes, que más espero hazer
          por tu seruicio si me lo mandas, que agora que tengo
          manto, sin verguença osaré parescer por tu seruicio
          donde gane mayores mercedes, con tanto que no me mandes
          yr descubierta a parte de afrenta, porque traygo malas
          sayas, que me corro de verme.

          _Flor._--Anda, hermana, que si tú me vistiesses a mí
          de alegria, poco es a mí hazer te despedir todas tus
          necessidades y vestir te de sayas y más sayas.

          _Mar._--Con besar tus illustres manos, por tan magnificas
          promesas, porque no se vaya la mañana en balde, me di,
          qué mandas?

          _Flor._--Querria restituyr este anillo a cuyo es, y saber
          de mi señora.

          _Mar._--Pues quieres que se desempeñe mi palabra con
          lleuarle? Dame le luego, y voy, que tambien me han
          embiado a llamar de su parte, y lo que de mi yda te
          prometo traer es alguna joya que tengas en más que ésta.

          _Ful._--O, pese a la tierra con esta embaydora, y si no
          creo que ha de robar a este hombre; pero saque y pele,
          que yo con quatro manos a la particion.

          _Flor._--Qué dizes, Fulminato? ve, llama me a Polytes,
          que tambien quiero saber vn poco de él delante desta
          dueña.

          _Ful._--Aun si lo quiere a solas con estotra? porque
          dizen que el perro con rabia de los palos traua, y aunque
          no voy muy satisfecho, pero allá se lo ayan, que si algo
          fuere, ay se me quedan las paredes, y aun la heredad, y
          tambien aurá más ganancia que partir.

          _Pol._--Qué haze?

          _Ful._--Entra y verás los secretos que tiene muy de
          mañana con Marcelia, que yo yua en tu busca.

          _Pol._--No creo que te come donde te agora rascas.

          _Ful._--Anda ya, que más me come la hambre, que voy a
          buscar con qué me desayune. Y por tu fe, que aunque pidan
          por mí, que no me sientes ganancia, no me vayas en rastro.

          _Pol._--Entro, que ansi lo haré.

          _Flor._--Di me, Polytes, por qué no me has venido a dezir
          cómo te fue anoche, y si viste a mi señora, pues ansi
          te lo mandé? y dime lo luego, que alegre me paresce que
          vienes.

          _Pol._--Yo la vi y buena; otras cosas muchas ay, pero
          para su tiempo.

          _Mar._--Señor, da me licencia, y dare lugar a su embaxada.

          _Flor._--No quiero que te vayas, sino que lo oyas todo,
          porque al confessor, y al juez, y al medico, se les ha de
          dar toda relacion, porque despues no yerren; y tú no me
          calles cosa que ayas passado.

          _Pol._--Pues quieres, señor, que publique hombre de dia
          lo que passa solo en la noche, passa ansi: que yo fuy a
          hablar por vna rexa de las baxas que caen a la huerta con
          vna donzella.

          _Mar._--Y cómo se llama?

          _Pol._--No ay para qué decirlo.

          _Flor._--Di lo por mi amor.

          _Pol._--La donzella se llama Justina, de quien tu, señor,
          deurias de tener noticia, y ésta (que por su industria
          deuio ser) me hizo hablar con Belisea, la qual se me
          dissimuló ser otra, aunque luego yo la conosci.

          _Flor._--Dichoso tú, e yo bienauenturado si me vuiera ydo
          contigo, como yo queria; pero qué te dezia?

          _Pol._--Señor, todo era preguntarme por ti, y esto con
          tales palabras, y con tantos ahincos, que yo vi bien que
          ella yua sintiendo en sí el mal que yo le dixe que tú
          passauas por ella, sin pensar que era ella, sino diziendo
          el mal que passauas por Belisea, y al cabo con harto
          sentimiento, sin darse me a conoscer, me dexó.

          _Flor._--Pues no me calles cosa; y di, cómo supiste ser
          ella?

          _Pol._--Porque luego ella me embió a la que yo buscaua, y
          ella me certificó ansi de ello como de que aunque a costa
          suya e industria desta donzella; pero que su señora está
          tan otra, que huelga de preguntar por ti, y hablar lo más
          del tiempo de ti, lo qual soy yo buen testigo por el rato
          que la hablé.

          _Flor._--Anda, luego me llama al camarero.

          _Pol._--Aun no creo en la vida, si no pienso que
          sospechaua bien Fulminato, porque aunque Floriano tenga
          el amor en Belisea, el aparejo le incitará al gozo
          destotra, porque dizen que el aparejo haze a muchos
          castos luxuriosos, y a muchos fieles ladrones, y a los
          justos peccadores, si Dios no accorre. Pero allá se lo
          ayan, que ella bien se lo sabra pegar, y aun le sabra
          pelar, y aun que no es tal que le hieda el huelgo:
          mayormente que a hambre no ay mal pan.

          _Mar._--Aun si le toma, pues, a estotro dentera con
          mi sola presencia, porque no haze sino despedirlos a
          todos! Pues a la fe, vea lo que le cumple: que yo con
          hazer de la que se ruega, no le quebraré los braços, ni
          descorcharé los chapines huyendo, porque al fin aqui me
          vendrian honra y prouecho. Pero cata, qué buscar haze
          entre las almohadas? si busca la bolsa? pues venga, que
          a todo dire _adueniat_; pero mi gozo en el pozo, que
          papeles saca, alguna carta de deuaneos será para Belisea.
          Y él paresce me que se oluida que estoy con él; pues
          quiero jugar de mala y traerle a la memoria que estamos
          solos, para que si algo se le antoja concluya en breue.

          _Flor._--Dizes algo, Marcelia? perdona, que buscaua vn
          papel.

          _Mar._--Todo perdon te diera; pero pues no me entiendes
          por señas, quiero hablar te alto y más claro. Mira si me
          quieres algo en secreto antes que venga alguien, pues
          estamos solos.

          _Flor._--Sólo encargarte que me vayas a saber de mi
          señora, si es lo que el paje me dixo, y lleua le este su
          anillo, y lleua le este joel de esta fina esmeralda, para
          que si la quisiere tomar como cosa mia, si no, tomela por
          tuya, con que sepa que yo te la di para ella, y lleuar le
          has este papel, y pon le en su mano ansi cerrado. Y mira
          que si mi ventura fuere que yo le vea traer essa joya, tú
          lleuarás de mí las mercedes. Y para luego que me vengas
          con buena respuesta de todo, te haré tener aqui el sastre
          que te vista toda, y di al que te paresciere de mi parte
          que se vaya contigo. Y mira que no te tardes, si quieres
          que, yo muerto, tú pierdas tu buen gualardon e yo la vida.

          _Mar._--Agora os digo yo que no salimos todos a vn camino.

          _Flor._--Qué dices?

          _Mar._--Que luego tomo el camino.

          _Flor._--Pues ve con Dios.

          _Pol._--Qué relamiendo que se sale la señora! aun quiça
          que labraron la heredad de Fulminato. A, señora Marcelia,
          mandas que te acompañe?

          _Mar._--Si fuera para mi casa, grata me fuera tu offerta;
          pero voy donde no creo que te aure menester, aunque bien
          tengo entendido ya el por qué tan tarde y de mala gana
          asomas a mi casa.

          _Pol._--Sin falta que es porque jamás me dexa Floriano.
          Pero dexando enoxos aparte, te ruego que si allá se
          offresciere en qué donde vas, que me seas buen tercero,
          y si me quieres hazer la merced por entero, sea que des
          esta carta en su mano a Justina.

          _Mar._--Anda, Polytes, que aunque te quieras aprouechar
          de mis fuerças para contra mí, pero porque veas quán sin
          interes ni doblez te amo, haré lo que me mandas, y te
          daré el recaudo de lo que me dixeren, y quedate a Dios,
          que no quiero dar que dezir a los que nos vieren, ni
          tardar me en mi mensajeria.

          _Pol._--San Miguel vaya contigo, que voy yo tambien en
          busca del camarero. Allá va el diablo; y qué faldear
          lleua! Asuadas que o lleua ya ganancia o la espera,
          porque ni ella da passo sin porqué, ni Floriano haze sino
          hazer le mercedes. Pero allá se auenga; cada qual corte
          su ropa como la boca le pidiere y la bolsa le mandare.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXV

          Ida Marcelia a casa de Lucendo, despues de hauerse visto
            con el despensero, habla con Justina y con Belisea muchas
            y buenas razones a su proposito, quedando concertada la
            visita de Floriano a Belisea para essa noche. Y tratado
            el cómo y por dónde y la hora, se despide Marcelia,
            hauiendo dado las cartas a las dos donzellas, ama y
            criada.


                MARCELIA, DESPENSERO, JUSTINA, BELISEA.

          [_Mar._]--Agora que voy en mi cabo desde aqui a la
          casa de Lucendo, quiero yr pensando en lo que allá me
          podra succeder, porque ya de entramas partes va tramada
          la tela segun veo, pues que de entramas partes me han
          buscado tan apriesa para que se la texa. Pero no sé qué
          medio me tenga en los comienços de la claridad, en el
          descubrir mis gramalleras, porque estas donzellas son tan
          espantadizas, que temen antes del golpe. Mas lo que a mí
          me paresce más acertado y para mi prouecho mejor será,
          que si la veo picadilla, vender me caro, porque pite
          tambien para la lumbre del candil con que yo alumbro, y
          aun encandilo, a tales bonos como los que al presente
          traygo entre manos. Y aun para mi santiguada, que aunque
          a ella no le viene de casta el ser dadiuosa, que si la
          hallo en el garlito, que en pago de lo que le lleuo,
          y lo que yo le sabré mentir, y que ella querra creer,
          que ella me ha de dar las tocas y camisas, pues el otro
          me da las ropas por las quales le boluere luego con la
          respuesta. Y aun que de acá sea mala, que la oya él de
          mi boca buena, porque la buena nueua es hermana de la
          alegria, y la alegria, prima de la liberalidad, porque,
          a la fe, despues que ellos juntos, ni aurá Marcelia, ni
          aun racion, ni más mensajes; porque oy en dia todos dan
          porque les den. Pues yldos a ver desque ellos contentos
          y juntos; que haziendo de los graues, os daran con vn
          tan seco vos en ojos, y con vn quién sois tan sin sal, y
          vn qué quereys tan sin çumo ni gracia, que a vos se os
          pegue la lengua al paladar para no les pedir; y ellos
          atando las manos al dar, sueltan la lengua a dilataros la
          venida para otro dia, con mandaros por algun paje dezir
          que estan sus señorias occupados, y aquel dia ellos le
          tienen tan oluidado luego como el del juycio; por tanto
          agora me cumple a mí al primer descorchar tener presta la
          lengua al pedir, y abiertas las manos al asir; porque más
          vale verguença en cara que lástima en coraçon. Y en estos
          palacios, con no medrar los comedidos ni vergonçosos al
          pedir, tambien diz que no oye Dios a quien no le llama.
          Que pues yo le traygo a él en mi poder, y aun ella ya me
          viene a las vñas, mientras estan enfermos del mal que
          yo les curo, a la fe, dilatando la cura, pedir para las
          vnturas; porque mientras ellos más dolientes, mi bolsa y
          mi casa sanará más. Y ellos hauiendo me menester, con lo
          que a ellos les paresciere y yo les haré encreyente, aurá
          más occasion a que me vengan siempre a mis manos, sueltas
          al tomar, con las suyas embaraçadas con el traerme, con
          que su enfermedad rica sane mi necessidad pobre. Y aun
          el majadero de Fulminato, si me ha cogido en opinion de
          boua, para esperar de mí ganancia, y en tal parescer haze
          ya del voto tal, y como se sueña rico, se quiere mostrar
          ya mandon? pues ande se tras mí, que dél me aprouecharé
          para suplir soledades, y despues qualquier occasion me
          bastará para dexarle soplar sus manos, mientras yo lauo
          las mias. Que estos tales ha los de tomar la persona
          de manera que siempre se tengan por desasidos, porque
          con darles el dedo no os quieran el braço; porque en
          viendo que se hinchan con vn fauor, dar les vna coz de
          desuio con que reuienten, y tractarlos como quien los
          ha menester, porque quien sus carros vnta, sus bueyes
          ayuda, pero de manera que no se os atreuan. Porque
          quien de mucho mal es duecho, poco bien le empalaga;
          en especial que creo yo que éste en toda su vida salio
          de cauallerizas y burdeles, sino en mi casa, y agora
          piensa ya el don duelo que de ruin se cae a la persona
          el pelo, y que ayer entró rogando, y que oy se ha de
          assentar mandando. Pues aguarde que se me caya el bocado
          de la boca por boua, que quando más se quisiere llamar a
          possession, le haré yo que se quede del agalla. Y aun le
          tengo de enseñar que mientras labrare en la heredad que
          agora labra, siempre ha de pagar las rentas adelantadas,
          y aun no se descuydar en la labrança; porque ha de saber
          que dare mi tierra a quien mejor me la barbechare. Y aun
          por mi vida que para en esto he alli el despensero de
          Lucendo sale, que con ruegos y dineros, y aun no menos
          labor, se tendria por dichoso de tener la possession.
          Y aun por mi salud que creo que aure de aguardar en su
          camara a que sea de dia allá adonde voy, porque en estos
          palacios ya está harto el sol de alumbrar a los otros
          quando a ellos les amanesce. Porque paresce que es estado
          de caualleros no se recoger al compas del sol como los
          otros, sino hazer del dia y de la noche partes para
          hazer su dia. Y esto, a mi ver, o porque mejor cuenten
          sus patrañas a la luz de las velas, porque de menos sean
          oydas sus necedades y de más sean aprouadas sus bouerias.
          Porque entonces, como son veedores de sus dichos y juezes
          de sus obras sus criados, no osan desengañar los en lo
          que yerran, por no perder de ellos la medra que esperan.
          Y ansi no ay oy en dia quien menos sea desengañado
          ni menos verdad le sea dicha que vn señor, porque la
          cobdicia de los que esperan de lo que él tiene, y el
          acatamiento de los inferiores, tapa las lenguas a los que
          los podrian desengañar. Cata, cata estotro, qué plazer
          le ha tomado con verme! A la fe, pues abra él la boca al
          reyr, que yo la bolsa al recebir. Y sepa que en la fe de
          mi casa que él se saluará, si él lo haze siempre como ha
          començado.

          _Desp._--No te me encubras, que ya eres conoscida; pero
          dónde bueno tan de mañana?

          _Mar._--A verte.

          _Desp._--Dios te visite tan de mañana; pero qué es lo que
          ay por acá?

          _Mar._--Vengo huyendo de la justicia: a me acoger con mi
          señora Belisea.

          _Desp._--Pues en tanto que arriba se leuantan me da la
          mano y sube esta escalerita de mi camara, que tambien
          está sagrada para tu temor, con que perdones el mal asseo
          de la posada, pues que donde no pisa muger no ay cosa
          compuesta.

          _Mar._--Bendito Dios, que las hallays para algo
          prouechosas. Pero perdoname la subida, porque entran y
          salen en estos palacios, y oy en dia de todos se ha de
          guardar la persona y a ninguno offender. Pero hablando al
          punto me di si será leuantada Belisea, porque vengo de la
          missa del alua y antojó se me de visitarla antes que me
          torne a encerrar en mi cassa; porque a la verdad se lo
          deuo, y tú tambien, dónde yuas tan de mañana?

          _Desp._--A visitarte tambien, y a ver si me querrias oy
          por combidado.

          _Mar._--La memoria que tienes de mí te agradezco; pero ya
          sabes que, aunque no falte voluntad, mal puede vna viuda
          pobre hazer essos cumplimientos faltando el con qué.

          _Desp._--Esso, mio era de proueer; pero pues no aurá
          lugar agora, embiaré para la noche para mí y vn paje de
          cámara de Lucendo, que tambien tiene desseo de te seruir,
          y aun querria cortar vnas camisas de tu mano, porque en
          esto tienes loa.

          _Mar._--Pues para esso en todo tiempo podra yr; porque ya
          que yo falte, queda Liberia mi hija, que ya haze mejor
          labor que yo, y mira qué mandas otra cosa, que me quiero
          yr arriba.

          _Desp._--Y anda estos pocos passos, que tambien te seran
          de romeria. Y mientras miras mi aposento, tal qual le
          hallares, embiaré un muchacho a saber si arriba han
          abierto ya las puertas. Moço, pon aqui sillas, y ve
          arriba, y sabe si es leuantada Belisea, y mira si verás a
          la donzella Justina, que te lo dira, y no vengas sin buen
          recaudo.

          _Just._--O, cómo deuo de hauer dormido poco, pues con
          ser ya todas las mugeres acostadas anoche muy antes que
          yo, agora ninguna anda en pie. Quiero salir fuera a los
          corredores; veamos si hallo algun paje con quien tornar
          a embiar por Marcelia, porque Belisea en pensar en estas
          sus cosas me paresce que ha passado la noche, pues agora
          la oy estar sospirando, y a mi ver ella començo tarde a
          caminar, y veo que ha corrido tanto, que Dios quiera que
          no desmaye antes del fin de la jornada: porque en todas
          las cosas el medio es de tener siempre. Pero qué moço es
          aquel que ansi va corriendo en verme? creo que de verme
          tan mal atondada (_sic_) me cobró temor con verme sola.

          _Mar._--Ay, Jesus, aparta te allá, señor, que sube no sé
          quien.

          _Desp._--Pues perdona en lo passado, y voy a ver quién
          sube.

          _Mar._--Alla yrás diablo, y qué pegadizo es, aunque bien
          se le cae la moneda, que con este real de a quatro bien
          haré yo la costa de dos dias; pero ya torna.

          _Desp._--Señora, diz que en este punto queda Justina en
          el corredor.

          _Mar._--Pues perdona, que no puedo tardar punto, y tú
          yrás a hora competente a mi casa, y podras lleuar al que
          me nombraste para ver qué quiere.

          _Desp._--Ansi se hará. Cata qué faldear lleua el diablo:
          que la más insaciable de apetitos es que la tierra en el
          recebir agua. Pero quiero mandar lo que tengo de mandar
          allá antes que aya testigos, y avisaré al paje Grisindo
          que se vaya con mi moço quando lleuare la vianda para
          que dé vna tentatiua a la muchacha, mientras la madre
          anda por acá en estaciones. Y aun a esto aurá de ser
          presto, porque no le preuenga otro, y halle ya la posada
          occupada; porque aunque pienso que la muchacha aun nunca
          se sangró, pero tales leciones le lee la madre, que
          pienso que ya deue de andar buscando hallar desoccupacion
          para entrar al officio de la madre; pues bien aya quien
          a los suyos sale. Y porque Grisindo y ella pienso que se
          auendran bien, voy a auisarle, antes que pierda punto
          por mi tardança, pues es obra de charidad auisar a los
          proximos lo que les cumple.

          _Just._--Quiero me acoger adentro antes que el ama me vea
          y tengamos que gruñir. Pero cata, cata y qué reboçada
          viene la dama; ya, ya el lobo anda en el rebaño; que
          Marcelia es! quiero hacer que no la he visto, porque
          no se leuante a mayores con pensar que la estaua yo ya
          aguardando.

          _Mar._--No huyas, que vista eres, mi Justina hermana.

          _Just._--Ay, Jesus, y qué saltear es este tan de mañana?
          que vengo tan desnuda, que he verguença aun de verme yo
          a mí mesma; que mi mal dormir de esta noche me ha hecho
          anteuenir tanto la mañana.

          _Mar._--Anda ya, que si yo fuera quien te quitó el sueño
          esta noche, aun más desnuda te quisiera, porque al fin el
          oro bien paresce sin esmaltes, y aun a las vezes mejor.

          _Just._--Porque no te entiendo, me sigue a mi cámara,
          para que te me declares donde no nos vea sino Dios.

          _Mar._--Y a mí qué me va que me vean todos? cata que
          no entraria en esta casa si pensasse que no holgauan
          conmigo, porque en mi casa me verás algun dia, donde toda
          soy mia, y de Dios, y del rey, y de los buenos, y donde
          no estoy tan encogida como tú, aunque en menor casa, pues
          viuo con más libertad para hazer honra a quien la deuo,
          sin essos sobresaltos ni escondrijos. Pero qué tal está
          Belisea?

          _Just._--Quiça tú lo sabras mejor; pero no me taches por
          encogida en no yr a tu casa. Y en lo demas que dizes,
          alcança tú licencia, y verás allá si soy encogida; porque
          en cada parte se han de guardar los estilos de la tierra.

          _Mar._--Pues por vida tuya y del tu galan Polytes, que yo
          busque occasion con que te vayas conmigo.

          _Just._--Ay, cata que me corro en llamar a nadie mi
          galan; pero dime, quién es esse que me nombraste?

          _Mar._--Ya, ya, que tan bouilla te me tornas? Pues
          porque sepas que sé quién a ti ni a Belisea no dexó
          dormir esta noche, toma esse papel tan cerrado como él me
          le dio que te le diesse, y si te puedo lleuar conmigo,
          allá le verás, y verás que no hablo de coro. Y porque
          tengo mucho que hazer, me mira si duerme tu señora,
          porque quiero ver qué me quiere, y saber cómo le fue en
          Prado con el toro. Que contigo que te me corres y eres
          vna simplezilla, no quiero nada, pues tú más lo querras
          con Polytes, y tienes razon, porque a la verdad él es
          joya para tal engaste. Y ve presto, porque te quede
          tiempo para leer tu carta, que si yo supiera leer, quiça
          te hurtara la bendicion en ver la, y en responder a ella
          el sí que tú aurás de dar, pues al fin ello se aurá de
          hazer, tarde o ayna; ya me entiendes.

          _Just._--No oso altercar contigo, que estás muy puntosa;
          espera, que luego torno. Y valgala el diablo si no pienso
          que es adeuina, que ansi sabe ya lo que tan poco ha que
          passó.

          _Bel._--Entra, Justina, que no duermo; qué hora es?

          _Just._--De mañana es; yo tampoco he dormido en tu
          seruicio, que aqui está ya Marcelia esperando.

          _Bel._--Y han la visto las mugeres?

          _Just._--Ninguna.

          _Bel._--Pues luego te entra acá con ella.

          _Just._--Y aun esso es lo que busco? sino verme con
          el gozo de leer mi carta, que me parescen coplas, que
          es cosa muy a mi gusto si son buenas, y tambien aure
          menester dar la respuesta a Marcelia.

          _Bel._--Anda, meneate presto; qué dizes de Marcelia?

          _Just._--Que te quiere muy en secreto.

          _Bel._--Pues entre sola; y tú abre vn quartel de aquessa
          ventana, y mira que no entre acá nadie en tanto.

          _Just._--Ansi lo haré, voy; y aun que si mi carta no me
          impide, tengo de oyr lo que entramas passaren, por auisar.

          _Mar._--Ya vienes?

          _Just._--Poca detenencia auia en mi mensaje, segun con la
          priesa que te llama Belisea. Y no te oluides de mi yda, y
          entra hasta su cama.

          _Mar._--En todo tendre cuydado; a buen entendedor poca
          plática.

          _Bel._--Quién entra?

          _Mar._--Es tu sierua Marcelia, desseosa de tu bien. Pero
          sacame, señora, de la alteracion qué me pone en te ver
          en la cama con dezirme que tal estás, y sea dezirme que
          estás buena.

          _Bel._--Buena venida sea la tuya; y cómo, di, no me
          visitas más a menudo? pues sabes que no verás cosa en
          toda esta casa que te quite la occasion de la venida.

          _Mar._--Ay, mi angelito, y quánta gracia puso Dios en
          ti, para poner en admiracion a los mayores, y atraer los
          iguales, y con graciosa grauedad despertar a todos los
          inferiores a tu seruicio. Pero dime, cómo te va agora?

          _Bel._--Por cierto tú me preguntas aquello que menos
          sé de mí; porque ni estoy tan mala que guarde la cama,
          pues aun es gran mañana, ni tan poco estoy tan buena
          que en la cama esté por dormir ni descansar, ni menos
          leuantada me aliuio, ni sentada reposo, ni andando no
          me desmayo, porque me paresce que mis miembros gouierna
          ageno imperio. Y con todo esso he sentido esta noche vnas
          basquas en el coraçon, que me hazen anteuenir el dia con
          el dormir.

          _Mar._--A la fe, mi angel, aunque yo bien duermo sin
          perro, como tú le tienes, pero con el ladrar grande de
          mis necessidades no es para mí tan de mañana agora, que
          no vengo de oyr la missa del alua de nuestra señora de
          los Remedios. Pero como tú (Dios te me guarde) no lo has
          de ganar ya para el comer, duermes con más sosiego. Pero
          dexando mis necessidades, que todos me las hará dexar la
          falta de salud que tú tienes, me di algo de tu mal, ya
          que estoy acá; porque si no es vno que ya tú sabes, podra
          ser otro que yo sospecho.

          _Bel._--De entramos essos no te entiendo; pero dimelos
          tú, para que yo entendiendo me, me puedas tú entender, e
          yo a ti.

          _Mar._--El primero, señora, será el acostumbrado;
          porque aun que yo te acuerdo bien niña, y no me tengo
          yo por vieja, asuadas que sepas ya qué es, pues suele
          traer semejantes descontentos, aunque por ser nos tan
          ordinario, no lo tenemos por enfermedad; en especial que
          nos es euacuacion de muchas postemas de malos humores.

          _Just._--Mi fe, escusado me es por agora leer mi carta,
          para gustar la como es razon, pues estoy en sobresalto de
          los que passan, y tanbien me cumple oyr lo que hablan las
          dos, para andar sobre auiso.

          _Mar._--Y no te me encojas tanto; no vistes de que ha
          empacho? sí que mal es que, con ser costumbre en mugeres
          y no perdonar ninguna que viua sana y ser euacuacion
          natural, más es defecto de natura que vicio de particular
          culpa; por donde con él ninguna en particular se ha de
          sentir agrauiada más que otra. Pues en quanto al ser
          mugeres, todas somos yguales.

          _Bel._--Anda ya, que ni tengo esse mal, ni menos querria
          ser subjecta a él. Pero di el que sospechas, que soy más
          inclinada a saber lo que no estotro.

          _Mar._--Siempre nos paresce más lo que no tenemos, y
          menos lo que sabemos. Y de aqui dizen que naturalmente
          dessea el hombre saber. Pero buelto a lo que me pides,
          antes que te diga qué mal es en ti el que dize mi
          sospecha, te suplico que me digas qué sientes, y a
          qué parte del cuerpo carga más el dolor; porque ni yo
          precipitando sentencia diga lo que no alcanço, ni tú con
          pensar que yo acierto te quieras curar del baço, teniendo
          enfermo el coraçon.

          _Bel._--Ay, que ay está la raiz de mi mal.

          _Mar._--Pues de qué piensas que se te ha recrescido?

          _Just._--Mejor la quemen a la hechizera que no sabe ella
          el mal que es! pues ella se lo acarreó, y otro se lo da.

          _Mar._--A, mi señora; por qué no me respondes? quiero te
          cubrir de ropa, porque quiçá el friezito de la mañana te
          dara alteracion de madre.

          _Bel._--Ay, que no es frio, sino fuego que me abrasa, y
          no es madre, sino hija, que solia ser mi regalada, que yo
          llamaua honesta pudicicia, y ésta la auia engendrado en
          mi voluntad vn amoroso y pujante amor de la virtud. Pero
          agora, hermana y amiga mia, este tal amor se va desuiando
          de mí, y sin saber cómo, ni de dónde, ni para qué, se
          van entrexeriendo estrañas occupaciones de las que mi
          casta temperancia y mi fuerte limpieza solian traer a mi
          memoria, para delectacion de la voluntad y contentamiento
          del entendimiento muy dado a la virtud. Ansi que te he
          dicho de mí más de lo que sé, sin te hauer dicho mi mal;
          porque es esta dolencia en mí tan moderna, y tan al punto
          me tiene toda mudada en nueuo ser, que con no saber lo
          que es, aun lo que sé no oso publicar por mi corrimiento,
          por ver que me oyan querellar de mal tan delicado, y tan
          sin señales de calentura, a la estimacion de los otros,
          y a mi sentir ser vn fuego que pienso que me tiene ya
          abrasado el coraçon, segun las basquas que en él he
          sentido hasta este punto. Y si agora calla, o pienso que
          es por ser ya consumido, o que descansa para más penar.

          _Mar._--Dentro estays, pues, doña leonaza!

          _Bel._--Qué dices? y di, para qué me pides relacion de mi
          mal, pues que sabiendo que todo está en el coraçon, no me
          curas si puedes?

          _Mar._--Pues porque veas cómo Dios lo encamina todo, cata
          aqui la tu sortija, que me diste para aquel tan herido
          y tu buen cauallero Floriano. Ay, Jesus, Jesus; señora,
          señora!

          _Bel._--Calla, calla, no des vozes, que yo tornaré.

          _Mar._--Pues toma; ponte la en el dedo del coraçon,
          que en ella te embia el suyo sano por ti el tu enfermo
          Floriano, y ten más suffrimiento, si quieres que vaya
          adelante la cura.

          _Bel._--Ay, que ni essa sortija puede curarme, ni es mi
          mal de remedio, si no sabes más en él; porque ya te dixe
          que las rayzes nascen de la voluntad, y en ésta no puede
          causar mouimiento terrestre compuesto. Ya te dixe tambien
          que se me yua enflaquesciendo en mí el amor casto, y
          en el amor ya sabes que no cabe violencia, pues es
          virtud que haze asiento en la voluntad, por donde fuerça
          exterior de un compuesto corporal elementado no podra
          disponer en lo puro espiritual, y ansi no te confies que
          essa sortija sane el mal de la voluntad.

          _Mar._--Agora que algo más te me aclaraste, quiero que
          sepas lo que sé de tu mal y la cura que tenga.

          _Bel._--Pues sea luego.

          _Mar._--Sepas que essa tu hija que llamaste honesta
          pudicicia, de pocos tan amada, como oy en dia de muy
          pocos conoscida, engéndrase en la voluntad y limpieza de
          la voluntad, o la ay en pocos, o tura tan poco, que no
          basta a engendrar nada. Y esta tal hija en ti engendróse
          con vn amor, y agora essa tu voluntad, que siempre la
          engendraua en ti, hizo punto, y en haziendo punto, paró
          a la rectitud, y en parando a la rectitud, faltó la
          virtud, y en faltando la virtud, nascio el desorden, y en
          nasciendo el desorden, en lugar de la hija vna virtuosa
          primera han se engendrado en la desordenada tu voluntad
          dos hijos, y estos llamanse amores lasciuos. Y como
          éstos agora nascan en ti de nueuo, quiere tu voluntad
          conoscerlos para amarlos. Y como sean más de vno en
          apellido, aunque no en ser, y muchos en effecto, aunque
          ninguno en ser substancial, ama los la voluntad. Lo vno,
          porque todas las cosas nueuas aplazen, y lo otro, porque
          éstos, con ser en el nombre más de uno, y hijos, y la
          primera vna e hija y cansada y quasi oluidada en ti ya, y
          tambien con que tienen la sensualidad éstos de su valia
          contra la honesta prudencia, y la carne no los rehuye, y
          la voluntad no los despide, de aqui es que la hija que
          dizes, teme, y los hijos nueuos que digo, preualescen.

          _Just._--O, hi de Dios, y qué altamente han hablado
          debaxo de sus figuras entramas; pero quiero ver en qué
          paran.

          _Bel._--Tantas contrariedades de mi salud me has
          propuesto, que más desconfio de sanar, y aun que agora
          pienso que sé menos de mi mal. Pero dime, cómo son
          differentes en effectos? pues diziendo que son dos, dizes
          que nascen de vn principio, y dizes que no tienen actual
          ser?

          _Mar._--Señora, estos dos que ansi engendra la voluntad
          desordenada por la concupiscible, en quanto nascen de la
          voluntad llaman se amor, y en quanto es desregulada, por
          no ser ya la voluntad vna, llamanse amores. Y en quanto
          al primer nombre, su effecto es amar, y en quanto al
          segundo, como falta la regla y niuel de la razon, ansi
          son más de vno por sus effectos. Por manera que donde hay
          esta cosa intellectual, que ansi llamamos amor, o amores,
          ni ay concierto en el querer, ni en el aborrescer, ni
          en el viuir; porque vnas vezes el tal paciente ama lo
          que ya aborrescio; en tanto que en sí paresce que desama
          la virtud que algun tiempo mucho le deleytaua. Y el que
          deste mal está herido, dessea la muerte, por acabar la
          pena, y busca la vida, por prolongar su tormento, y
          siente se mucho el tal tormento, y es tan dulce, que
          entonces se llama dichoso el penado quando más y con
          mayor razon pena; de manera que este mal, con siempre
          matar, nunca acaba de quitar la vida. Tiene en las
          potencias del ánima otros effectos; porque paresce que os
          muda la voluntad, queriendo lo que más os mata; quita la
          memoria, por manera que ni os querays acordar de vos, ni
          podéys acordaros de Dios, ni oseys acordaros del mundo,
          ni sepays acordaros de la vida, ni os desmandeys a la
          memoria de la muerte, ni os entremetays en la memoria
          de la honra, ni de los amigos, ni de los padres, ni os
          vaque lugar para os acordar del descanso del proprio
          contentamiento. Pues en el entendimiento obra tanto,
          que os haze auiuar en cosas jamás pensadas, y haze que
          no sepays otras vezes aun entender de vos mesmo qué tal
          estays, ni apenas quién seays.

          _Just._--O, y cómo que aquella habla maestralmente con
          experiencia de lo que es ansi! pero veamos qué dirá
          Belisea.

          _Bel._--Ay, mi Marcelia, y cómo que eres sabia, pues me
          has descubierto el venero de mi mal. Pero dime, de qué se
          engendra essa tal ponçoña.

          _Mar._--Mi señora, como esta virtud que es amar siempre
          presuponga, allende del subjecto donde está, otra cosa
          por objecto, ansi se comiença en vno y haze parada y
          fiel y assistencia en otro; y despues torna a parar en
          el mesmo de donde salio. Y ansi dizen: que el coraçon
          amante más está donde ama que donde habita, porque
          quando amamos vna cosa, aquel amor que hay de nueuo en
          nuestra voluntad fué causado por estraña y agena virtud,
          que lleuó y atraxo para sí nuestra voluntad. Y ansi nos
          mouemos a amar la tal cosa, porque nos paresce digna de
          nuestro amor, y ansi despues no la querriamos partir
          de la memoria, por el gozo que en ella halla nuestra
          voluntad. Pero estas cosas amadas son differentes: porque
          el auariento ama las riquezas, y en ellas pone su fin,
          y el soberuio la soberuia, y el goloso el comer, y el
          hombre amante a la muger que ama, y la muger amante al
          hombre que ama. Y el que ansi ama, siempre querria que le
          nombrassen la cosa que ama. Y la muger que ama, como de
          menor virtud, ansi hazen más impression estos effectos
          en ella; porque con amar tanto al amigo, siempre le
          querria presente; y visto, se turba; y oyendole nombrar,
          se demuda; y esto es, o por tristeza de la absencia del
          que ama, o por el temor reuerencial que en ella pone el
          amor del tan amado. E de aqui verás tú, mi señora, quánto
          poder tenga en el amante aquella cosa que es amada, que
          trayda a la memoria, altera el supuesto del paciente,
          como haria, pongo exemplo, que si tú estuuiesses
          enamorada de aquel tan galan y próspero cauallero
          Floriano, en oyendole nombrar absente te alterarias y en
          viendole delante ti te turbarias. Pero qué hazes? qué
          sientes, angel mio? por qué ansi lloras? ay, por amor de
          Dios, que te me esfuerces; que, por tu vida, mi perla
          preciosa, que no querria sino ser agora vn Floriano para
          aqui te retoçar, por quitarte essa tristeza.

          _Bel._--Ay, buena amiga, que agora veo que auia en mí
          mucha razon para tener tantas bascas, pues hallo en mí
          que la absencia de esse cauallero me tiene triste, y
          el nombrar me le causa nueuas turbaciones. Porque aun
          essa tan grande rauia de amor que tú llamas, aun no ha
          consumido las fuerças de mi honestidad, para que no me
          altere con las nueuas pláticas. Pero pues ya conozco
          mi mal y no te le puedo encubrir, y pues tú le juzgas
          tan peligroso, e yo le hallo tan poderoso, buscame el
          remedio con que sane este coraçon tan triste y poco
          experimentado a suffrir tales afanes, o si no, lleua se
          le a esse que me le tiene y se está ceuando en él, para
          que, pues yo no puedo ya no le amar, a lo menos muriendo
          de presto pudiesse no dar tal quiebra en la honra de
          la casa de mi padre. Y torna le la sortija que para él
          sanar yo te dando enfermé; pues ni yo sanaré con ella,
          ni él dexará de enfermar sin ella. Y si con su salud ha
          de hauer remedio en mi mal, remedie se primero la suya,
          como principal causa, y despues la mía, como accessoria y
          causada y dependiente.

          _Mar._--Anda, señora, pontele en el dedo del coraçon, en
          memoria que Floriano le traxo, y verás la mejoria que
          sientes. Y suplico te que juntamente te pongas este rico
          joyel desta esmeralda, que ansi con su cinta verde la
          traya el tu Floriano, y toma essa carta, y mira qué me
          respondes, pues quieres tractar de tu salud.

          _Bel._--Ay, Marcelia, qué grande es la virtud deste mal
          mio (que tu llamas) de amor, que todo esto amo, y todo lo
          quiero, y todo lo tomo, y no puedo no le tomar, y veo que
          hago mal en tomarlo. Y porque ya andan las mugeres por la
          casa, quiero que te vayas luego, que la respuesta yo te
          la daré quando pudiere.

          _Mar._--Cata, angel mio, que, como no experta en este
          mal, no caes en la cuenta del daño que te hará essa
          dilaccion.

          _Bel._--Pues cata que no puedo tan de presto ahogar mi
          honestidad, para que del todo gouierne la sensualidad;
          pero qué te paresce a ti?

          _Mar._--Que le hables, para que entramos deys el orden
          que os pluguiere en vuestros males.

          _Bel._--Las carnes me tiemblan en pensar lo, aunque la
          sensualidad me dice que lo haga.

          _Mar._--Pues mira que en los males furiosos es peligroso
          pasar vn punto; por esso manda le venir esta noche, y
          habla le lo que te parezca.

          _Bel._--Paresce te?

          _Mar._--Digo lo que te cumple.

          _Bel._--Llama me a Justina.

          _Just._--Quiero entrar antes que me llamen.

          _Bel._--Di, Justina, qué te paresce que haga en lo que me
          aconseja Marcelia?

          _Just._--Señora, aunque no sé lo que es, pero
          presuppuesto que no te dira cosa que no sea de tu bien,
          me paresce que el consejo siempre es bueno, y mayormente
          del amigo.

          _Bel._--Pues allá os concertad las dos, que yo quiero
          guiarme por lo que entramas vieredes mejor. Y di le que
          venga esta noche a la hora que a las dos os parezca, y
          adonde y como más vieredes cumplir a mi honra.

          _Mar._--Pues has me de otorgar vna merced.

          _Bel._--Di qué es.

          _Mar._--Que me dexes lleuar conmigo a Justina, porque
          agora aure empacho de yr sola disfraçada, y fiala de mí,
          que yo la tornaré a traer.

          _Bel._--Ella es para fiar por sí, porque en más la tengo
          yo que tanto; pero agora no puedo escusar la: otro dia
          aurá para todo. Pero tú, Justina, en pago del tiempo
          que has occupado a Marcelia de su lauor, le da la pieça
          de Holanda que sobró de mis camisas: y da le vno de mis
          sayuelos de terciopelo, el que quisieres, para su hija, y
          vno de mis volantes de los mejores, y dale para chapines
          dos pieças de oro; y tú perdona, que vna donzella no
          tiene que dar, pero algun dia tendre.

          _Mar._--La merced es grande, y por todo te beso las
          manos, que bien sabes dónde hazes que no lo sabra
          oluidar, aunque no lo pueda seruir.

          _Bel._--Anda, Justina, da le cobro luego, y ven me a dar
          de vestir.

          _Just._--Todo se hará a punto. Agora, mientras saco lo
          que te he de dar destas arcas, me di, qué tal queda
          Belisea?

          _Mar._--Mira, hermana, no me entres por ay; a quien cueze
          y amassa, no hurtes hogaça; todo lo oyste, y cuerda eres,
          y a ti no va menos que a tu señora; por esso en dos
          palabras concluyo: en que pues queda en tu gouierno el
          hecho y en mi consejo, yo les mandaré a los requebrados
          de entramas que vengan juntos esta noche a la vna, que
          es propria hora de reposo. Por esso dime por dónde y de
          presto, que ciernen estas mugeres en torno de nosotras,
          no nos entiendan, y di me qué venia en el papel de tu
          galan, y qué respuesta le embias.

          _Just._--Toma ya todo lo que te mandaron dar y ve con
          Dios; que a esso que me pides, pues han de venir, vengan
          por el jardin, que si yo pudiere, les tendre abierta
          la puerta entre doze y vna; o si no, suban se por las
          paredes, porque ansi dire yo que ellos se entraron: y
          despues de hecho, yo lo aure bien con mi señora, aunque
          se torne a mí; porque si se lo digo, no baxará allá.

          _Mar._--Pues tú y Polytes asuadas que no ayays menester
          liga para asir os; porque, Dios os guarde, la mocedad os
          ayuda, y la semejança es causa de amor.

          _Just._--Anda, que no quiero altercar contigo, que todo
          lo calas y nada callas; pero mira que les auises que son
          las paredes muy altas por de dentro más que de fuera.

          _Mar._--Bien paresce que como amas, temes: yo lo tramaré
          todo allá, y voy me.

          _Just._--Dios vaya contigo. Pero al diablo la no
          encomiendo, y qué taymada y auisada está en todo, y qué
          desembuelta va; yo seguro que no le deue yr mal a ella
          en estas romerias; que quando de acá lleua tanto, qué
          sera de allá? Pero buena pro le haga, que con los buenos
          han de medrar los siruientes menesterosos; porque si el
          gualardon no terciasse, ni auria señor seruido, ni pobre
          subjecto. Yo quiero acudir a Belisea, por desembaraçar
          me, para tener a punto alguna buena colacion para sobre
          plática en el jardin, aunque yo sé que ella no baxaria
          allá si supiesse que ellos han de estar dentro, porque
          ella por entre las puertas del jardin a la calle le
          quiere hablar. Pero porque aquello no es tan seguro, más
          quiero que se torne a mí, y despues me loe lo hecho, que
          no hazer lo que manda sin mirar lo que le cumple, aunque,
          si por bien es, ellos se concertarán, y quedará todo
          apaciguado.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXVI

          Entrando Justina halla a Belisea desmayada y llena de
            congoxas: y concertando el cómo hablar a Floriano essa
            noche, entra Lucendo, y tracta con la hija de lo que
            otras vezes le ha propuesto.


                      BELISEA, JUSTINA, LUCENDO.

          [_Bel._]--O soberano Dios y quán rodeada me veo de
          congoxas, que cada una de ellas basta a ponerme a las
          manos de la muerte. Porque lo que tracto al presente es
          muy contra lo quo deuo a la virtud, y al estado de mi
          recogimiento, y a las costumbres de donzella, al crédito
          que de mi es tenido, al tierno amor de mi cano padre y
          a la antigua nobleza de mi sangre. Ay de mí, que no sé
          cómo ya puede estar segura la virtud en vn tan combatido
          y flaco supuesto como el mio. Ay, mi viejo padre, que si
          tú no pusieras en mí más crédito del que mi flaqueza y
          poca experiencia requeria, ni la libertad a mí me vuiera
          dado occasion a desmandar me, ni la honra de tu casa y
          el sosiego de tu vejez esperara de mí el pago que agora
          tracto de te dar. Porque bien sé que hago mal en admitir
          sin tu licencia estas mensajerias de parte del que espero
          hablar esta noche. Pero pues ya no puedo no amarle, ni
          en lo hecho ay tanto yerro que no pueda ser todo guiado
          en bien, quiero leer esta carta, para ver si él quiere
          amar me en aquel amor que yo en Prado le dixe. Porque si
          con amor limpio me ama, estendere yo las velas de mis
          desseos en querer le. Pero si toda via guia como antes
          desordenadamente, yre yo, con el diuino acorro, teniendo
          la rienda a su pasion con la guarda de mi honestidad,
          aunque no podré menos de mostrarle aquellas muestras de
          amor que me meresce su perseuerancia.


                      CARTA DE FLORIANO A BELISEA

          Ha querido vuestra misericordia, angel mio y mi señora
          Belisea, hazer tanto por mí en hauer querido ver me y
          oyr me, y tener memoria deste tan enfermo de vuestro
          amor, y tan preso de vuestra hermosura, y tan subjecto a
          vuestro poder, que mi ningun merescimiento sabe ya más
          que os pedir. Pero puesto que para mí es sobrado lo que
          hasta aqui aueys hecho, para vos es tan poco, que si más
          no hazeys por este vuestro paciente, hauiendo començado
          a poner la mano en su cura, él no puede dexar de tornar
          a empeorar, y a morir en la empeora. Porque dado que
          para mí sea el fauor muy sobrado, como mis desseos sean
          los más nobles y encumbrados de todos los amantes, aun
          el fauor no ha allegado a les dar cumplido remedio;
          porque toda cosa que sea menos que vos, no puede suplir
          la minima necessidad de mis desseos. E suplico os que,
          pues vuestro poder no suelta mi coraçon, que vuestra
          misericordia y hermosura lo acabe de sanar, o vuestra
          justicia de castigar. Allá os lleua essa mensajera
          vuestro anillo, no porque no le aya bien menester en
          vuestra absencia para sustentar la penada vida, como
          reliquia vuestra, pero como él no me sana sino da fuerças
          para esperar de vos la salud, ansi os le embio para que
          allá no haga falta. Y para que vos sepays quel vuestro
          enfermo no queda sin peligro de muerte, y ansi torneys
          por vuestra honra, en que no se os muera el que vuestra
          mano començó a dar la salud. Essotra joya que os lleua la
          mesma mensajera no os la embio por seruicio, sino para
          que en vos torne a recobrar la piedra tan rica y buena la
          virtud natural que en mí perdia. Y sepa yo, mi señora, de
          vuestra salud, para que la mia torne a auiuar se. Y no me
          atreuo a pedir os que me mandeys que os vea, pero mirad
          que la presencia de la vista del sabio y poderoso médico
          es gran parte para el aliuio del paciente. E perdonad
          me si excedo de lo que me mandastes, en mostrar que os
          amo, no como me distes licencia, porque si en ella os doy
          pena, sabed que ni de mí se puede sacar sino pena, ni
          puedo (obuiando a mi contentamiento) guiar por el aranzel
          de vuestro casto amor. Y pues si esto es peccado, e yo no
          puedo arrepentir me dél, concluyd con matarme, o perdonad
          mis importunidades. Y socorred a este que más lagrimas
          echa escriuiendo que letras lleua este papel, pues tras
          estas lluuias vienen los rayos del coraçon, que me ponen
          a la muerte.

          _Bel._--O, la más sin ventura de las mugeres! ay, que
          muero!

          _Just._--Y calla, no quiero más estar escuchando, que
          cierto ha hablado altamente. A, señora, señora! o, sin
          abrigo, mezquina yo, que está muerta! Pero qué papel es
          éste? carta deue ser de Floriano, y en estos papeles le
          deue aquella Marcelia traer algun mal. O, qué traspassada
          está! quiero echarle desta agua rosada en el rostro; ya
          comiença a tornar en sí. A, señora, esfuerça por vn solo
          Dios; cata que te tractas mal. Yo quiero yr a llamar a mi
          señor Lucendo, porque ya no cabe en razon dissimular con
          este tu mal; porque tengo temor que alguna vez te quedes
          ayslada.

          _Bel._--Buelue acá, no me dexes, que yo me esforçaré;
          dame de vestir, que no me va bien en la cama.

          _Just._--De carmesi te tengo aparejadas aqui las ropas,
          porque me paresce que has bien menester acorro para
          alegrar te oy.

          _Bel._--Ya bien pienso que me dexará primero el viuir
          que esta tristeza. Cierra essa puerta de essa quadra y
          vestireme; pero dime, diste lo que te mandé a aquella
          dueña?

          _Just._--Sí, señora, y luego se fue.

          _Bel._--Y tú oyste lo que ella e yo passamos a solas?

          _Just._--Señora, no sé más de que por mucho que le
          pregunté lo que la querias, no pude sacar le más de que
          me encargó que te regozijasse, y te hiziesse tomar todo
          el más plazer que pudiesse, y aun me encomendó que te
          vistiesse vestiduras de colorado.

          _Bel._--Y para qué fin?

          _Just._--Porque muchas vezes de la alegria exterior
          redunda alegria y aliuio al triste de coraçon; y el
          spiritu alegre haze enmocescer los viejos y refresca a
          los moços; y por el contrario, el spiritu triste consume
          el viuir, no sólo del hombre, pero de los sensibles
          brutos.

          _Bel._--Pues dime, y ella no te dio parte de lo que me
          queria?

          _Just._--Dixo me tan solamente que yua muy alegre con el
          don que le diste, y con el sí que le prometiste.

          _Bel._--Qué sí?

          _Just._--De que holgauas que aquel buen cauallero
          Floriano te viniesse a hablar de media noche arriba en el
          jardin.

          _Bel._--Ay, que nunca tal sí le di; y pues ella no lleua
          las palabras como se las dizen, tampoco yo le atendere
          aun a lo que le prometi.

          _Just._--Cata, señora, que peor es, concedida vna cosa,
          no atender la, que no el no prometerla; porque dizen
          que al buey por el cuerno, y al hombre le tienen por la
          palabra. Y pues tú le dixiste que le mandasse venir, e yo
          espero en Dios que será para bien, no te arrepientas de
          lo dicho, pues que antes no lo miraste.

          _Bel._--Cata que yo no le dixe sino que viniesse, que por
          la portezilla del jardin le oyria, y aun aquello fué por
          escabullirme de sus importunidades.

          _Just._--Pues di me: sí que para hablarle. Ya que te
          pones a ello, y él no dexará ya de venir, ni ella de se
          lo dezir, mejor es que sea donde ni él en ser visto de
          los que passan corra peligro, ni tu honra detrimento en
          que se sepa.

          _Bel._--Ay, que no es de donzellas andar a tales horas
          escondiendo los hombres.

          _Just._--Por ninguna via es licito a ti, si a esso
          miramos; pero ya que se haze, prudencia es hazer lo
          sagazmente: porque más vale que sólo sea tachada nuestra
          vida de solo Dios, que no de Dios y de las gentes, que
          nada callan y en nada perdonan.

          _Bel._--Perplexa estoy; porque negar le la habla, voy
          contra lo que prometi, y tambien (pues no te quiero celar
          cosa) no hallo sossiego en mí. Y quiero ver de dónde
          nascen estos mis desaboramientos; porque la sensualidad,
          en mí ya muy mandona, me persuade y aun fuerça a esto.

          _Just._--Anda, señora, un dia en el año dexa te gouernar
          por mi mal seso y buen desseo de tu descanso, y bien, y
          honra, y aun por ventura a mayor seruicio de Dios. Porque
          dizen: que si no fueres casto, sey cauto, y con razon,
          porque de la honra ha de hazer el hombre gran caudal.
          Pero, mudando plática, por mi salud que esse volante con
          essos pinjantes, acompañado con la saboyana y verdugado
          de carmesi, te pone tal, que quisiera ser me yo agora
          quien yo me sé, para gozar de ver cosa tan bella.

          _Bel._--Calla ya, boua, que no estoy para essas burlas.

          _Just._--Pues esfuerça te a estarlo, y escucha, que mi
          señor Lucendo está a la puerta de la quadra.

          _Bel._--Pues abre presto, y dexa me sola, que quiero
          rezar las horas de nuestra señora.

          _Luc._--Di, Justina, qué hazia mi hija?

          _Just._--Señor, queda rezando.

          _Luc._--Y qué tal está?

          _Just._--Señor, no anda muy buena; que porque anda triste
          la hize vestir de colorado.

          _Luc._--Bien heziste; pero qué siente?

          _Just._--No lo alcanço, pero deurias la de mandar a
          solazar por el jardin algunos ratos.

          _Luc._--Y quién se lo quitó nunca? que ella se tiene la
          llave, y sabe que me haze plazer. Pero anda ve, di que
          se vista el capellan para la missa, que luego salgo, que
          quiero ver a Belisea. Qué hazes tú, hija? nunca acabas de
          rezar? cata que no te haze prouecho a la cabeça.

          _Bel._--Señor, poco ha que comence las horas de la reyna
          del cielo, que rezo cada dia, que, mal peccado, no soy
          tan deuota como me pintas.

          _Luc._--Pues dizen me que no has dormido esta noche, y
          aun que no has tenido sossiego en la cama.

          _Bel._--Por pensar que lo ha hecho la calor, me he
          leuantado algo tarde.

          _Luc._--Bien estoy en esso; pero para qué permites que
          tan de mañana te entren a quitar el sueño de la vida,
          en especial mugeres de fuera? Porque ya de mañana diz
          que vino a te despertar vna vecina, y tú, de bien
          acondicionada, a todas das audiencia; no lo hagas, ansi
          te gozes. Pero dime: venia te a pedir alguna cosa? que
          pienso que te han olido por santera. Y si comienças a
          darles crédito, nunca acabarán de molestar te con lloros,
          diziendo que mueren de hambre, aunque a la verdad las
          necessidades de las gentes oy en dia son grandes. Pero ay
          algunas personas que el dar les para ayuda de passar su
          vida las haze holgazanas y viciosas; porque desque abren
          boca al pedir y los ojos cierran a la verguença, atan
          las manos al trabajar y los pies a la solicitud, y ansi
          vienen a caer en mil inconuenientes.

          _Just._--Agora os digo yo que el viejo está en la cuenta;
          por mi salud que creo que tiene tanta opinion de la hija,
          que aunque la hallasse el galan en la cama, no pensasse
          que era para mal; pues eche se a dormir, que quiças
          quando buscare tocinos no hallará estacas, y aun que en
          lugar de virginidad con que la case, le dara la hija un
          nieto que crie, si las cosas van adelante por los passos
          que Marcelia las encamina; pero allá lo ayan; agora me
          voy a lo que me mandó, y no quiero escuchar les más.

          _Bel._--Ay, señor, como ya te he dicho que ni soy tal que
          me tengan por tan misericordiosa, ni aun tan poco sin tu
          expresso mandado no osaria disponer de cosa.

          _Luc._--Anda, hija, que como yo te ame tanto, y tú
          sepas que lo tendre yo por bueno, basta esto para que
          sin scrupulo pueda tu prudencia hacer por tres viuos y
          defunctos el bien que yo con occupaciones y negocios no
          puedo todas vezes. Pero qué te quería aquella muger? y
          quién era?

          _Bel._--Señor, es vna que fue casada con vn criado de
          casa, que agora dias ha que embiudó, y es vna buena
          muger, por cierto, segun lo que de ella me dizen.

          _Luc._--Su nombre?

          _Bel._--Marcelia.

          _Luc._--Ya, ya, conozco la como a ti. Pues essa bien
          tiene por qué reconoscer seruicio a esta casa; que en
          no sé qué mala famezilla la rastreó la justicia agora
          vn año, y era en cosa fea, y que no librara bien si no
          entendiera yo en ello. Y piensa, hija, que de estas que
          ansi moças quedan viudas tienen trabajo y aun peligro,
          mayormente si les sabe la casa la ociosidad, madrastra de
          las virtudes y abogada y madre de los vicios.

          _Bel._--En esso ni sé cosa, ni quiero tomar cargo de
          peccados agenos; basta me que a todos tendre por buenos,
          mientras no les viere fuera del camino de la virtud, y
          aun ay lo vere. Y si suelda tiene el defecto, lo tengo de
          interpretar a la mejor parte, y no creerme por lo que el
          vulgo afama, por no tener que errar, ni hallar de qué me
          arrepentir.

          _Luc._--Pues por tu vida, hija, qué buscaua?

          _Bel._--Rogar me que le recibiesse vna su hija.

          _Luc._--Ya creo que estará grandezilla, y aun muy libre
          para lleuar tus recogimientos. Pero allá te auen, con
          tanto que ésta venga las menos vezes que ser pueda a ti,
          y a tu cama nunca, porque éstas tienen otras oraciones
          que tú ni sabes ni entiendes. Y asuadas que luego te
          buscasse la madre, que vosotras llamays, y te vendiesse
          del ojo, y otras cosas deste jaez.

          _Bel._--No vuo nada de esso; pero a la verdad dixo me
          que pensaua que tenia algun friaje que me causaua estos
          desasosiegos.

          _Luc._--Bien conozco yo vuas de mi majuelo. Pero mudando
          plática, me di, qué te ha parescido sobre lo que te hablé
          este dia?

          _Bel._--Y qué, señor?

          _Luc._--Bien muestras el poco cuydado que tengas
          deste mundo, ni aun me paresce mal ver las doncellas
          oluidadizas en cosas de casamiento. Ya tú sabes quántos
          te me piden y con quánta importunidad, y con ser de los
          principales de la corte, y aun del reyno, con ninguno he
          concluydo, por dos cosas que ya te dixe este dia. La vna,
          por no te apartar de mí, y la otra, porque en todo te
          quiero consolar y complazer.

          _Bel._--Ya pensé que era esso oluidado.

          _Luc._--Yo quisiera poder, hija mia, oluidarlo, por no me
          necessitar a te acordar al fin de mis dias partir de mí,
          visto que yo podré turar muy poco.

          _Bel._--Pues el morir a ninguno perdona, nuestro señor
          querrá que, para quitar te de essos cuydados, yo vaya
          delante en essa jornada.

          _Luc._--Dexando essos juyzios a Dios, me di en esto lo
          que te parezca, pues ya no paresce bien ni a mí ni a ti
          no te buscar vn marido, y tal compañero con que yo gane
          contigo otro hijo más. Porque hemos de disponer nos segun
          la voluntad de Dios, segun lo que la naturaleza pide, que
          yo tracte para mí de la sepultura y para ti del principio
          del viuir.

          _Bel._--Pues suplico te que ya que essa es tu voluntad,
          de querer tambien esperar la mia, que por el sí de mi
          respuesta me esperes solos otros dos meses. Y en tanto,
          que no me hables del partirme de ti, si quieres que de
          mis malas disposiciones yo sane y no vaya la soga tras el
          calderon, como dizen, de manera que lo vengas a perder
          todo con enterrar me primero.

          _Luc._--Cata que lo yerras; porque dado que, para mi
          consolacion, y aun la tuya, nos parezca bueno esso; pero
          no cumple a la razon sino que se haga, y quiero lo hazer
          de mi mano.

          _Bel._--Pues ansi lo confio yo en Dios; pero tiempo ay.

          _Luc._--Pues que ansi quieres, aunque hago mal en dexar
          me gouernar por ti en esto, pero no te quiero dar más
          pena. Y anda acá, que nos aguarda con la missa el
          capellan.

          _Bel._--Vamos donde mandares.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXVII

          Estando Grisindo el paje de cámara de Lucendo con Liberia
            a solas, entra Marcelia de buelta de casa de Belisea, y
            ella le absconde. Y estando la madre y la hija en sus
            razones, sobreuiene el despensero. Y estando ansi juntos,
            sobreuienen Fulminato y Felisino, y sobre cierto entremes
            se absconde Fulminato de miedo en el establillo.


          LIBERIA, GRISINDO, MARCELIA, DESPENSERO, FULMINATO,
                               FELISINO.

          [_Lib._]--Ay, Señor, por tu vida que te baste ya, y
          me dexes y te vayas, que pues me dixiste que quedaua
          mi madre con Belisea, no tardará ya. Y pues yo tuue
          resistencia en tu voluntad, no quieras tú quebrar mi
          honra, y especial que tengo madre, y muy zelosa.

          _Gris._--Ya por demas seran sus sospechas, ni aun la
          esperes acá de esta parte de vísperas, quanto más que ya
          te he dicho que ella dixo que yo viniesse, y sabe que
          venia a cortar camisas.

          _Lib._--Y aun la escusa será razonable no hauiendo lienço
          ni costura! Pero ay, mezquina de mí, que ya viene: yo no
          osaré parar en casa si te ve solo.

          _Gris._--Pues qué quieres que haga?

          _Lib._--Que te subas aquí a la solana y presto: mala
          landre me mate, que aun la escalera no cerré con tus
          priessas, e ya sube.

          _Gris._--Pues subo, aunque contra mi voluntad, pero por
          amor de ti.

          _Lib._--Pues mira que por poco que te menees arriba serás
          sentido, e yo perdida; que yo cierro esta portezilla
          hasta su tiempo, que tendre cuydado de abrirtela.

          _Mar._--Qué hazes, hija, que paresce que estás alborotada?

          _Lib._--Como te senti subir, turbéme, que pensé que era
          otro, y dexé la lauor.

          _Mar._--Pues por qué dexas la puerta abierta? que no
          sabes quién passa por tu calle; pero, quién esta arriba
          en la solaneja?

          _Lib._--Será algun gato a más andar, que yo no siento qué
          sea. Pero, qué traes, que ansi vienes tan sobarcada?

          _Mar._--Pense, hija, que como cerrauas aquella
          portezuela, que venias de estarte al sol ociosa; que a la
          fe, boua, este es el saber baratar la vida, que no tú que
          nunca valdras nada.

          _Lib._--A la he, bien que baratas tú la vida, y la casa
          anda sin dueño, que no te acuerdas que hemos de comer oy.

          _Mar._--Y dime, hija, la racion de palacio no vino?

          _Lib._--Qué ignorancias las de mi madre! hauiendo se
          concertado con el despensero de Floriano que se la dé en
          dinero?

          _Mar._--Por tu vida que no me acordé que me auia ayer
          dado seys reales por esta semana.

          _Lib._--Pues yo seguro que gana él bien contigo, porque
          quando la embiauan hauia para cinco personas.

          _Mar._--Calla, boua, que mejores son seys reales cada
          semana que no aquella perdicion de vianda; porque como
          lo auiamos de repartir con los vezinos, que a nosotros
          montaua poco; y ellos mesmos que lo comian, al cabo nos
          darían por gracias el juzgar de dónde o cómo viniesse;
          sí que mejor es que gane con nosotros el criado del que
          nos lo da, en especial que no se pierde nada con él. Y
          aun tambien sí que mejor es tener con qué te comprar el
          chapin, y el botin, el manto, la saya, la camisa, la toca
          y otras mil redrosacas que salen de cada dia. A la fe,
          bouilla, si no miras más de al papo, guay del saco.

          _Lib._--Bien que sea esso: pero sí que razon es que
          sintamos mejoria con el don del bueno; sino que tú, como
          deues de vntar los dientes por allá antes que vengas, con
          lleuar te los dineros en tu bolsa, quieres que espere
          yo a que se te antoje de me comprar el vestido, y en
          tanto, que me quede yo en casa royendo de la lana del
          almohadilla.

          _Mar._--Ay, landre que te dexe, y qué braua te me pones,
          porque me has visto el sayuelo de terciopelo a la
          marquesota; porque bien vees tú que esta ropa no la he de
          vestir yo; y aun con el rico volante rie se te el ojo.
          Pues toma lo, y viste lo, y asseate con ello, y sea tuyo,
          en pago de mis seys reales. Agora contento está todo el
          mundo, ya no hay hambre ni pariente pobre. Pues otro dia
          sepa callar y dexar hazer a la que te parió, y guarda me
          essa holanda, que más ay de ocho baras, y no les faltará
          para qué sean.

          _Lib._--Pues agora te quiero, madre, dar algo yo.

          _Mar._--Ya fuesses para algo!

          _Lib._--Pues otra racion ay en casa.

          _Mar._--Ya sé cúya; pero vino harto?

          _Lib._--Y cómo? harto y bueno; pero no sé quién sube.

          _Mar._--Esconde esso presto.

          _Desp._--Bien me perdonarás que subo sin llamar, que
          pensé de hallar acá vn gentil hombre.

          _Mar._--Y quién era?

          _Desp._--Grisindo, el que te dixe en la posada.

          _Lib._--No he visto sino el moço que truxo vnos aparatos
          de cena.

          _Mar._--Calla, boua, que cata aqui quien lo manda, porque
          veas quánto le deuemos. Por esso apareja presto con que
          le des de comer, y ve primero, cierra la puerta.

          _Lib._--Yo voy, pero bien piensa mi madre que no se las
          entiendo!

          _Ful._--Ya estamos a la puerta.

          _Fel._--Pues cata que arriba ay hombre, que yo oy la
          habla.

          _Ful._--Pues tambien, si miras, baxa no sé quién. Sube,
          sube, y verás quántos y quiénes son, que porque no me
          sientan y se echen por las ventanas de miedo mio, me
          quedo en este portal, para que en baxando los que fueren,
          los embie al otro mundo antes que ayan la puerta.

          _Fel._--Pues yo subo luego. Cata, cata, qué buen
          encuentro!

          _Lib._--Tú vengas en buen hora; pero está ya quedo, no me
          destoques.

          _Fel._--Por Dios, que estás hecha vna reyna con essa seda
          y tocado.

          _Lib._--A la fe, si lo estoy o no, no lo deuo á ti.

          _Ful._--Cata, cata; por Dios que ay ruydo en la escalera;
          encontrado se han con el pobre de Felisino. Y por el
          armadura de Sanctiago que le matan; bueno es tomar la
          puerta, y aun huyr; pero no es cosa, porque me haga mal
          hechor, y passa mucha gente, y de verme huyr pensarán
          algun mal. Cata, cata, seguro es el campo, que juegan al
          cubri xixa Felisino y Liberia.

          _Lib._--Anda, sube ya, pues vienes solo.

          _Fel._--Antes queda Fulminato en el portal.

          _Lib._--Pues, mezquina yo, sube llamando, porque está con
          mi madre vna vecina y no holgará que la vean.

          _Fel._--Y estan solas?

          _Lib._--Vn pariente de ella está allá que la trae.

          _Fel._--Yo subo a ver qué ay.

          _Ful._--La muchacha baxa sola; asuadas que ay cofradia,
          que baxa a cerrar la puerta; quiero me asconder en este
          establillo; pero doy al diablo estas puercas, que ansi
          hiede esta estancia.

          _Lib._--Miralde vos estotro mentiroso, que me dixo que
          estaua aqui Fulminato, aunque, con todo esso, la cosa se
          adobara si el otro diablo baxara y le encontrara aqui.

          _Ful._--Qué, qué? otro ay? pues descreo de los retajados
          si yo no me puedo ensuziar los pies y aun más adelante
          en tan feo lugar, porque no me encuentre él donde me
          ensangriente.

          _Fel._--Quién está por acá arriba?

          _Mar._--Ay, mezquina yo, que aquel es Felisino!

          _Desp._--Sea siquiera el diablo, que no me encerrarás
          otra vez.

          _Fel._--Voy me, señora Marcelia, que no quiero ser agua
          de por sanct Juan.

          _Mar._--Anda, no te vayas, que este señor es primo mio, e
          ya se queria yr.

          _Fel._--Agora no se hauian concertado la hija y la madre
          en el mentir, que discordan en sus dichos.

          _Desp._--Pues, señora, si viniere aquel mancebo, avisar
          le has que ando en su busca y quedate a Dios.

          _Fel._--A, gentil hombre, no os vays por mi causa.

          _Desp._--Tengo os lo en merced, que no me voy por esso.

          _Fel._--Pues si mandays algo, lo haré.

          _Desp._--Que soy vuestro.

          _Fel._--Por Dios, que este es el despensero de Lucendo,
          de quien se quema Fulminato, y con razon, y que si él
          está aun abaxo, que son asidos.

          _Ful._--O, pesar de la vida de los condenados, y qué
          correr trae por la escalera abaxo! el diablo me metio
          oy aqui; que bien dizen: que el andar con mal no puede
          turar. O, nuestra señora de Loreto, que si bueluo en mi
          tierra sano, yo te visitaré tu santa casa: libra me oy de
          muerte y deshonra.

          _Lib._--Pues ya te vas?

          _Desp._--No puedo más detenerme. Si aquel galan en cuyo
          rastro yo ando aportare por acá, por tu fe le digas,
          señora, que no se ande ascondiendo.

          _Lib._--Si haré; ve con Dios.

          _Ful._--Voto al chapitel de la Minerua, que este es el
          despensero de Lucendo, y aquel que busca deuia de ser
          yo. O, hi de puta, pues y quién le esperara e ouiera
          subido? Y aun que si en la calle me encontrara, me hauia
          de necessitar a huyr, porque más vale verguença en cara
          que cuchillada. Pero ya él se fue, y la Liberia se subió
          arriba; quiero salir desta hediondez.

          _Mar._--Hija, adereça que comas, y no me esperes, que voy
          a vn poco.

          _Fel._--Pues espera, subira Fulminato, que queda abaxo, e
          yr se ha contigo.

          _Ful._--Qué se tractaua de mí agora?

          _Fel._--Dónde has estado?

          _Ful._--Detuueme en la calle con vn amigo que a la sazon
          passaua; pero dónde vas, señora?

          _Mar._--Allá a palacio.

          _Ful._--Pues no querras detenerte, voy me contigo.

          _Mar._--Ay, qué mal huele por aqui!

          _Ful._--Pues yo no osaua quexarme; pero ya no podia
          suffrirlo.

          _Lib._--Cómo no hauia de oler mal? que veys quál trae los
          pies Fulminato.

          _Ful._--O, reniego de Saturno ayuso, de todos los que en
          Dios no tienen parte, con justicia que tal consiente que
          echen en las calles.

          _Fel._--Pues cómo vienes ansi llena la gorra y la capa de
          telarañas, que paresce que sales de algun establo?

          _Ful._--Que no sé lo que es, dexame.

          _Lib._--Ay, que por mi vida que agora se me aclaró el
          miedo que vue abaxo; que se me fantaseó que vi entrar en
          el establillo quando fuy a cerrar la puerta, y en el ayre
          me dio ser él, pero no lo podia creer.

          _Ful._--Voto al sancto calçado de la epiphania, que pense
          de encubrir mi necessidad; pero como no era cosa que
          podia dexar para otro dia, yendo con priessa a descargar
          el cuerpo, paresce me que cargué los vestidos. Y descreo
          de las harpias infernales si no era de poner fuego en la
          casa que tal se suffre.

          _Mar._--Anda ya, que siempre andas gruñendo. Vete a poner
          fuego en tu casa, o en la que tú dieres; que si ésta no
          te agrada, busca otra perfumada, y si te paresciere,
          antes sea oy que mañana, porque en cada casa has de
          contentarte con lo que hallares, y si no, callar y
          huyrlo, y nadie se ensañe donde no tiene desensañador.

          _Ful._--Ya, ya, muy tras picadura estás. O, hi de puta, y
          quién no viniera armado de paciencia? pero con todo, no
          te pese de oyr lo que deues hazer enmendar en tu casa.

          _Mar._--Pues que yo no te mandé entrar al establo, no
          tengo que ver en qué tal está. Y pues tú entraste a lo
          que entraron otros primero, no tengas a mucho hallar lo
          que otros obraron. Y al fin, el establo es para aquello,
          y para bestias, y los aposientos para los hombres. Y
          aquello, en ser lo que es, no paresce tan mal como esta
          saleta para lo que es, en estar sin tapizes.

          _Ful._--Anda, vamos y calla, que no dire más.

          _Lib._--El diablo no los sacará oy desta casa, que ya
          he lástima al otro pobre hecho atalaya en la solana, y
          estotro asno acá piensa de quedar se.

          _Fel._--Qué dizes?

          _Lib._--Que me espanto cómo mi madre osa yr sola con
          aquel diablo sobre lo que ha passado, y por amor de mí
          que te vayas con ellos sin que les digas nada, porque
          temo de mi madre.

          _Fel._--Pues queda te a Dios, que allá aguijo por tu
          seruicio.

          _Lib._--Allá yrás, don necio; quiero abrir al otro agora.
          Cata, y cómo ay has estado?

          _Gris._--Luego me baxé, y por entre las tablas de la
          puerta mal juntas lo he visto todo.

          _Lib._--Ay, mezquina yo, que te podian muy bien ver a
          aduertir en ello; pero espera, que no sé quién sube.

          _Gris._--Valga la el diablo y qué suelta es, que en dos
          trancos se abalançó la escalera abaxo.

          _Ful._--Dónde bajas huyendo? creo que vienes medrosa de
          quedar sola en casa?

          _Lib._--Ay, mezquina yo, que oy no sé qué ruydo, y no osé
          más parar.

          _Ful._--Si era algun alma en pena? pues anda arriba, y
          verás cómo, aunque sea el diablo, te le hago que no pare
          más; y sube presto, que no se me cueze el pan por ver lo
          que es, que tambien endenantes senti pisadas sobre la
          saleta.

          _Lib._--Ay, que esso serian gatos que saltan a la
          solanileja desde el tejado.

          _Ful._--Pues dexa me subir, que aun me paresce que siento
          arriba no sé qué.

          _Gris._--O, pesar de la vida, y si no es este aquel muy
          afamado Fulminato el barbudo, que aun con su nombre
          asombran los niños! Pues que yo no puedo ya huyr, quiero
          estar a punto y defenderle la escalera.

          _Lib._--O, mala landre me mate, y si no soy perdida si
          éste sube.

          _Ful._--Quita te me ya, pues, del passo.

          _Lib._--Ay, calla ya, que por no te dar enojo no te lo
          osaua dezir.

          _Ful._--Di lo, di lo; di quántos son, porque nadie escape.

          _Lib._--Ay, qué...

          _Ful._--Acaba ya.

          _Lib._--Sonauan muchos.

          _Ful._--Qué, qué? y dónde? o quiénes?

          _Lib._--Por la puerta del corralejo me parescieron tres.

          _Ful._--Y eran hombres?

          _Lib._--Y aun con hartas armas, y el vno dixo: presto,
          presto, que agora torno a entrar.

          _Ful._--O, pesar de la vida, y esso ay?

          _Lib._--En oyendo lo salté desbalida, que pense que yuan
          tras Felisino.

          _Ful._--Qué hare? si me abscondo en el establillo asirme
          han; quiero subir me arriba, no me tomen acá la puerta,
          que arriba haurá do me absconda.

          _Gris._--Agora yo baxo con denuedo, que la muchacha lo
          ha tramado tan bien, que él pensando que son muchos no
          esperará; y al fin, si esperare, en la escalera vno por
          vno no le he miedo.

          _Lib._--Ay, triste de mí, que baxan!

          _Ful._--Descreo si más paro; no me empañen.

          _Lib._--O, cómo corre el diablo; baxa tú, señor, de
          presto y toma por arriba de la calle, que él abaxo va.

          _Gris._--Pues Dios quede contigo.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXVIII[682]

          Llegada Marcelia a casa de Floriano, llegado Fulminato,
            passan entre ellos y Lydorio grandes platicas de la
            amicicia.


        FELISINO, MARCELIA, FULMINATO, PINEL, LYDORIO, POLYTES.

          [_Fel._]--Agora que ya llegamos al puesto, te quiero
          preguntar qué tenemos de la dama de Floriano; porque no
          sé si por el enojo de Fulminato, o si huyendo de su mal
          olor, o que si porque traes buenas nueuas, tanto te he
          visto amiga de llegar a donde estamos, que no vi sazon
          hasta agora de te preguntar sin miedo de mala respuesta.

          _Mar._--No fuera yo tan mal mirada contigo; pero quiero
          que sepas que el porqué de mi aguijar el estomago ligero
          lo causaua.

          _Fel._--Antes, segun el dicho del Vizcayno, no hauiendo
          comido hauias de venir mas pesada; porque dize que tripas
          lleuan piernas, que no piernas tripas.

          _Mar._--Ansi es, que desmaya el que no come; pero tambien
          dize el Vizcayno que tripa vazia, coraçon triste.

          _Fel._--A qué proposito [es] esto?

          _Mar._--El preguntar perdiste de tiempo, porque yo no
          tengo gana de tristeza, y ansi no tendre gana de estar
          mucho sin comer, y ansi me doy priesa por ganar presto
          dos deudas. Lo vno, a Floriano su respuesta; y lo otro,
          a mi estomago la vianda; porque oy toda mi occupacion ha
          sido en seruicio de Floriano, de manera que para mi casa
          aun lumbre no ha auido para guisar de comer.

          _Fel._--Al diablo doy tanta auaricia de muger; bien dizen
          que es vicio el pedir a quien se aueza a él.

          _Mar._--Muy presto aprendiste de Fulminato el hablar
          entre dientes.

          _Ful._--Qué se tractaua de Fulminato? que el huelgo no me
          alcança por alcançaros.

          _Mar._--Ayna cayeras en el numero de los que dizen: al
          ruyn mentalde, y luego viene. Pero quiera Dios que esse
          venir tan desblanquinado no proceda de algun mal recado
          que ayas hecho, y con todo, guarde Dios mi casa.

          _Ful._--Descreo del can ceruero y de toda la compaña de
          Pluton, con muger que luego ha de adeuinar.

          _Fel._--Pues di nos qué fue, en dos parolas; pues sabes
          que la amicicia manda que trayga el amigo el coraçon
          descubierto.

          _Ful._--Y aun tambien le manda que tenga las ropas
          cortas, porque no tarde en acorrer al amigo; pero
          guaresce Dios, que sin tu acorro dexa esta valenciana
          quatro o seys en la cal nueua.

          _Fel._--Y aun ansi quedaran más de ocho.

          _Ful._--Qué, tambien tú adeuinas? pues tantos eran, sino
          que los dos valieron les los pies sueltos como la liebre.

          _Pin._--Nora buena estés, señora Marcelia, y la compaña.
          Que es esso, hermano Fulminato? que paresce que matas
          quatro de un golpe.

          _Ful._--Pues boto al cinto de Dios padre, que tantos van
          ya en sal para la otra vida.

          _Lyd._--Qué es esso, Fulminato? y tú, señora Marcelia,
          estés en buen hora.

          _Mar._--Beso tus manos, y llega a poner paz en la
          ferocidad de la boca de Fulminato; que porque vean que
          fue solo, lo representa a solas: que todos los mata arreo.

          _Fel._--Todos somos sus amigos, y quisieramos hallarnos
          con él, si algo fue.

          _Ful._--En tanto, gracias a Dios, manos mias, y la bondad
          del espada que lo esperó.

          _Lyd._--Es la que te di?

          _Ful._--Sí.

          _Lyd._--Pues ay verás qué amigo te soy, que en dar te la
          tal, virtualmente te he ayudado en todo lo que con ella
          has hecho; porque el amigo lexos y cerca ha de ser amigo,
          segun lo declaraua la figura de los antiguos.

          _Fel._--Pues viene a coyuntura, nos declara lo que se
          platicaua entre antiguos de la Amicicia, porque lo oy
          apuntar a Fulminato y no le dio cabo este dia.

          _Ful._--A mí pide tú las obras, y al señor Lydorio las
          antiguallas.

          _Mar._--Pues en dezir lo nos hará merced, aunque el
          saberlo dezir arguye no menos saberlo obrar.

          _Lyd._--Pues huelgas de oyrlo, y todos, aunque ya otras
          vezes lo he relatado por extenso, pero agora de passo lo
          dire todo, y passa ansi. Que los Patricios antiguos de
          nuestra madre Roma, a la entrada del Capitolio, en el
          Senado, la tenian pintada a la Amicicia, donde de todos
          fuesse vista los que entrassen. Pintauan la en forma de
          hombre, y en edad de mancebo, con alegria de rostro,
          con presencia robusta, la cara exempta y manifiesta, y
          sin alguna ruga ni sobrecejo; la cabeça descubierta, la
          ropa corta y aspera y no rica; los pechos abiertos, y
          con la mano diestra enseñando el descubierto coraçon. Y
          deste procedia un letrero matizado de fino oro que dezia:
          Muerte y vida. Y por parte de lo baxo de los pies, yua
          otro letrero del mesmo matiz que el de arriba, que dezia:
          Cerca y lexos. Y quando alguno queria examinar el amigo
          en aquella muestra le labraua de las condiciones que
          hauia de tener, aunque agora si no se ouiesse de prouar
          aquella inuencion de los antiguos, de otra manera la
          pintarian al moderno.

          _Mar._--Pues de todo nos harás merced en nos hazer
          sabidores, porque aunque no he comido, no sentire la
          hambre del cuerpo por tan dulce manjar del spiritu.

          _Ful._--Si no se te acordaren, señor Lydorio, los
          escritos, mira a mis hechos y verás qué dezir bien de la
          amicicia; que voto al quicial de las puertas del cielo,
          más sé yo obrar por mis amigos que los libros pueden dar
          reglas en escrito. Pero con todo esso, huelgo de oyr todo
          buen razonamiento.

          _Pin._--En tanto, señor Lydorio, nos di de los escritos
          antiguos, para con los hechos de Fulminato contados de su
          boca.

          _Lyd._--Pues pintauan la a la entrada del Senado en el
          Capitolio, porque alli todos concurrian a sus causas, y
          tambien porque todos los que entrauan hauian de ser entre
          sí tales amigos, que todos fuessen vn enemigo para sus
          enemigos del sacro senado Romano. Y pintauan la Amicicia
          (que aunque suena nombre de hembra) como varon, porque,
          aunque perdone la señora Marcelia presente, de la hembra
          es la inconstancia, y la firmeza y immutabilidad, en el
          varon.

          _Ful._--Pues, voto al cuerpo del quarto elemento, que
          para el mal que son ellas bien constantes y extremadas.

          _Mar._--Por no atajar tan buena plática al señor Lydorio
          (que ya me hizo la salua, hablando en perjuyzio de las
          mugeres) no te respondo, Fulminato, como lo meresces;
          pero procede, señor Lydorio, que, no tomando en
          particular a ninguna muger, como quiera desseo oyr la
          descripcion propuesta, que a Fulminato sazon tendra mi
          razon guardada agora.

          _Lyd._--Pues digo que la figurauan mancebo, porque
          siempre la amistad entre los amigos ha de ser no juvenil
          por la edad, sino por la representacion y significacion;
          porque ha de ser animoso, suelto, fuerte, suffridor de
          afanes, y vengador de injurias; donde quando interuiene
          honrra o suya o del amigo, que ha de ser otro él, ha
          de ser liberal para con el amigo, lo qual más se halla
          ordinariamente en el hombre mancebo que no en el viejo.
          Tenía más el rostro alegre, mostrando que ansi le ha
          de tener el amigo en todo lo que debaxo de Amicicia
          le pudiere pedir el otro amigo. Tenía el rostro sin
          ruga ni sobrecejo, entendiendo en esto que el amigo no
          ha de tener doblez al amigo, ni le ha de ser molesto,
          excepto en cosas que derogan a la virtud. Porque el que
          no desengaña y retrae en tal caso al amigo, por sólo
          dezir que no le quiere dar pena, o, por lo que es peor,
          por aprouecharse dél, el tal más es enemigo, adulador,
          infiel, engañador, que no amigo. Porque la amistad ha de
          ser en las cosas honrosas y buenas y de virtud, y que
          no contradigan a la ley de Dios, que es el mayor y más
          verdadero amigo nuestro. Tenía el aspecto robusto, y no
          donzellil ni delicado, porque el amor del amigo no ha de
          hallar flaqueza ni floxedad en el amante amigo, ni ay de
          donde (si es amigo) busque inconueniente para que no se
          ponga a todo lo que virtuosamente y debaxo del tal amor
          de amigo le pusiere el otro amigo. La cabeça descubierta
          dezia que en ninguna manera ha de encubrir el amistad
          que tiene al amigo, agora interuenga interesse, agora
          peligro, agora verguença. La ropa corta y aspera que
          tenía dezia el poco embaraço ni inconueniente que ha de
          tener el amigo en las cosas de su amigo, lo vno; y lo
          otro, la aspereza que es menester que muestre a defuera
          el amigo al amigo, por retraer le, y conseruar le, y
          guardar le la vestidura del alma de dentro, que son las
          virtudes. De tal forma que más ha de ser amigo del alma
          que del cuerpo, y más de la razon que de la sensualidad,
          y más del spiritu que de la carne, y más de las virtudes
          del amigo ha de curar que de la beneuolencia de fuera;
          y ansi era la vestidura corta, para que no embaraçasse;
          aspera, para que pungiesse; no rica, para que no se
          mirasse al valor de la hazienda y se hiziesse gran caudal
          del valor de la virtuosa vida, porque la Amicicia, para
          que no vsurpe este nombre, presupone tener vna hermana,
          y muy en amistad de hermana, que es la Virtud. Tenia
          los pechos abiertos, mostrando el coraçon, etc., porque
          tales han de ser los pensamientos del amigo para con su
          amigo; que las obras buenas que figurauan la mano diestra
          muestren bien cómo nazca de coraçon, y de claras y sanas
          entrañas, la tal amistad. El letrero de oro procediente
          del coraçon mostraua la perseuerancia que ha de hauer
          en el amigo; porque el amigo ha de perseuerar en la
          amistad en la muerte y en la vida, en los afanes y en los
          plazeres; y ansi mostrauan las letras, en ser de oro,
          que la tal perseuerancia del amigo merescia la corona
          del vencimiento de oro. El letrero de los pies, del
          mesmo matiz de oro, que dezia cerca y lexos, demostraua
          la presteza y liberalidad que el amigo ha de tener en
          las cosas que algo importan al amigo, y esto ha de ser
          en su presencia, y en su absencia, cerca dél y alongado
          dél. Por manera que, aun que en los cuerpos absentes, en
          la voluntad, que siempre ha de ser vna, siempre esten
          presentes los amigos. Y ansi como las otras letras de
          oro, dezian éstas de lo mesmo el merito de la tal amistad
          ser de valor del oro, que es el más valeroso de los
          metales. Esta es la figura, y lo que entonces figurauan
          en ella y entendian los antiguos de la amistad.

          _Mar._--Por cierto ello ha sido cosa de notar, y dicha
          por boca de sabio.

          _Fel._--Ello es ansi cierto, y aunque en ser tan verdad,
          ay pocos amigos en nuestra tempestad.

          _Lyd._--Y aun, porque lo creas más de veras la falta que
          oy tiene el orbe de amigos entre sí, oye cómo pondera el
          sabio al buen amigo: que dize que no ay comparacion que
          se compare, ni precio a que se estime, ni thesoro con que
          se compre el fiel amigo; porque el que le halla halla más
          thesoro que en el Peru hallaron en esta nuestra edad los
          orgullosos y cobdiciosos guerreros nauegantes Españoles.

          _Pin._--Y aun ansi creo yo que, como ay poco thesoro
          por gastar de lo mucho que ay descubierto, que ansi,
          aunque se descubran a prima vista muchos amigos, que los
          examinados son pocos, o por mejor dezir quedan pocos.

          _Lyd._--La cobdicia del thesoro es oy mayor que hasta
          agora, y el posseer no quiere compañia, y la falta de la
          compañia quita la hermandad, y la falta de la hermandad
          quita la paz, y la guerra encubre los amigos y manifiesta
          los enemigos. Y ansi es mi tema, que la amicicia, si
          fueran los Romanos que fueron entonces agora, que de otra
          manera pintaran aquella figura.

          _Mar._--Pues tambien nos lo di, porque no menos nos podra
          aprouechar la sabia razon tuya que la antigua pintura
          suya.

          _Lyd._--Pues si no saliera el paje, y pidiera Floriano ya
          de vestir, yo dixera que la hauian de pintar como muger,
          y aun vieja, por la inconstancia y avaricia, y de rico
          vestido al buen parescer exterior, porque esto halla y
          descubre oy los amigos más y más ayna, y el coraçon, con
          treynta cobertizos, porque oy en dia ni ay claridad de
          amigo, ni amistad donde interuiene interes, ni ley, sino
          con la moneda; que éste tiene oy en el mundo más amigos
          que Dios, por la grande auaricia y peccados nuestros.
          Porque si el amigo sea quanto rico querays de virtudes,
          y aun de nobleza de sangre, si por desdicha es pobre,
          todos le huyen, todos le baldonan, todos se desdeñan de
          llamar se sus amigos. Pues los pies oy en dia los tiene
          la Amicicia atados, y aun las manos mancas al obrar.
          Mucho hauia que dezir en esta materia, pero no lo pide
          el tiempo agora. Yo quiero entrar a ver si se acaba de
          leuantar Floriano, y luego, señora Marcelia, le diré cómo
          le aguardas.

          _Mar._--Merced me harás a buelta de la que me has hecho
          con lo hablado.

          _Fel._--Por Dios, altamente ha salido con todo, y aun
          que en la descripcion de la moderna fortuna la pone muy
          al vso de como la tractan agora las gentes. Pero agora
          mientras sale el camarero, nos di, Fulminato, qué es lo
          que tú dizes que te acontescio.

          _Ful._--O, reniego de los epiciclos del primer planeta
          contigo, y que ansi quieres tan de arrebato oyr mis cosas?

          _Pin._--A buen entendedor, pocas razones; deue de querer
          que no le embaracemos, que querra hablar a solas con la
          señora Marcelia.

          _Fel._--Bien apuntaste, y con su licencia nos vamos a
          buscar qué moflir; que Floriano ni se leuantará de esta
          hora, ni comerá destas tres.

          _Mar._--Mas todos os podeys yr, que yo quiero entrar a
          ver a Floriano, que ya se torna a salir el camarero.

          _Ful._--Pues a Dios, que desque ayas concluydo, aqui nos
          tienes a todos. Y ve, que te llama el page con la mano
          que entres, y Dios te dé tal dicha, con que yo medre algo.


                                NOTAS:

          [682] En el original dice equivocadamente XXVIIII.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXIX

          Sabiendo Floriano que Marcelia viene de hablar a su
            señora Belisea, habla consigo a solas al caso muchas
            razones. Entra Marcelia, da le relacion de lo que
            ha hecho y saca le más dadiuas antes que le diga el
            concierto que trae de que vaya essa noche a hablar a
            Belisea.


                 FLORIANO, POLITES, MARCELIA, LYDORIO.

          [_Flor._]--Dime, mi señora Belisea, qué es lo que me
          embias a mandar que haga de mi tan penada vida? por
          ventura es tu voluntad que yo muera? Ay, que no puedo
          persuadir me a pensar que a tanta hermosura acompañe
          tanta crueldad, pues que yo tuyo so, por ti viuo, en ti
          confio, tú sola eres mi señora, mi vida, mi esperança,
          mi gloria y mi consuelo. Por tanto, no seas engañada en
          el querer matar me, pues sabes que nadie deue aborrescer
          sus cosas; o si no, será possible que mis males hallen
          algun remedio de ti, que sola me lo puedes dar? ay,
          que aunque a mí parezca que nada te merezco, muy arduo
          [es] este remedio, y muy cuesta arriba este camino para
          llegar mis meritos a ti; pero a ti es muy facil, y
          aun a tu honra muy conueniente. Porque de otra manera
          podrias cobrar renombre de cruel contra los pobres y de
          matadora de los tuyos. Ay de ti, Floriano, que destos
          dos extremos, el primero temo por mi baxeza, pero haze
          me esforçado tu misericordia, benignidad y nobleza; y el
          segundo, teniendo mi acorro por impossible, no puedo no
          me alegrar con tu potencia que en mí y de mí puede llegar
          me a la muerte y llegar me a la vida. Y mira, angel mio,
          quánta representacion de tu majestad y potencia ay en mi
          entendimiento, que en saber que viene la mensajera de
          mí tan desseada, por venir de tu parte, y hauer estado
          contigo (que en mí lo siente ya) me alegro. Pero con
          esto, en representar se me tu majestad y merescimiento, y
          en tornar a mirar mi baxeza, y en pensar que te embié a
          pedir mercedes con ella, y en acordar me que, con no te
          merescer seruir, antes te he desseruido, teme este ya tan
          tu llagado mi coraçon alguna aspera respuesta. Porque,
          aunque merescida de mi atreuida locura, pero occasionado
          por tu gran hermosura, como discaydo con la vieja llaga
          de tu amor, temo nueuo golpe de disfauor, con que, yo
          muriendo, no podré publicar me por tuyo, que es lo mesmo
          a ti, y tú serás llamada ingrata y cruel y matadora de
          los que no supieren que quisiste que yo muriesse, y
          queriendo pudiste, y podiendo lo heziste, y hecho fue
          tu voluntad; y en ser tu voluntad, es ello bien hecho,
          y de mí por tal acceptado desde agora. Y porque si esto
          de ti se dixesse el daño de tu abatimiento era a mí muy
          principal, mejor será que yo me mate, antes que venga mi
          muerte embuelta en tu aspera respuesta, porque entonces
          a mí seria pedida mi muerte como el que mató cosa tuya.
          Pero qué digo? que yo no puedo sino confessar que tú, mi
          señora Belisea, me das la vida, y bien sé que yo no puedo
          matarme sin tú querer, y si tu querer yo hago, gano gran
          gloria en el premio de tu amador. Y pues yo aun no he
          hecho obras por donde ya presumidamente te pida gloria,
          quiero aparejarme a mayor tormento, para que más crezca
          mi merescimiento. Pero solo quiero, mi señora Belisea,
          que mires a que, con esperar a la mensajera que espero
          y desseo, no puedo tanto esforçar al tan llagado mi tu
          coraçon, a que no ponga de temor grande pasmo a los
          interiores sentidos, y el entomescimiento que agora todos
          mis miembros sintiendo, no puedo seruir me de más de sola
          la lengua para el pregonar tu majestad y mi temor, y de
          los ojos para llorar mi culpa, y de los sospiros para
          manifestar a todo el mundo mi pena.

          _Pol._--No has mirado quán largo razonamiento tan dulce
          ha hecho? y qué razones tan sentidas? y qué plática tan
          bien trauada? y qué sentencias tan claras pronuncia su
          lengua en la tan gran obscuridad de su tenebrosa pena?

          _Mar._--Todo lo he sentido, y de todo me he holgado; y
          conduelo me de ver quán obscuro le tiene la pena, que no
          basta la claridad exterior a le alumbrar, para que ni nos
          aya visto, ni nos verá, si no le despertamos. Y pues que
          ya tú sabes y te he contado en lo a ti tocante todo lo
          que allá passé, con te auer dado respuesta de lo que me
          encargaste, como acabas de oyr, agora será bien me dexes
          dar a tu señor el despacho de sus negocios, pues que aun
          tambien los sabes ya antes que él.

          _Pol._--Pues mira que tractes con él que si fuere me
          lleue por compañero, porque más te tenga que seruir.

          _Flor._--Pajes, quién habla ay?

          _Mar.-_-Dexame, que yo quiero responderle. Yo soy, mi
          señor Floriano.

          _Flor._--Y quién eres, que me has despertado del sueño de
          la vida, en la contemplacion de mi gloria?

          _Pol._--Mira, señor, que es Marcelia.

          _Flor._--Quién dizes?

          _Mar._--Calla tú, dexa me con él. A, señor, oye me lo que
          tu señora Belisea te manda responder.

          _Flor._--Belisea? es mi esperança, es mi señora, es la
          que me resuscita. Ya, ya, bien te veo, bien te conozco;
          bien sé que eres tú la mi Marcelia, la llaue de mis
          secretos, la que me trae algun magnífico don del thesoro
          de mi gloria. Sienta te en esta silla par de mí, y cuenta
          me cómo te fue en el camino? qué tanto ha que veniste?
          qué me traes negociado?

          _Mar._--No cures de saber el gran afan y peligro de mi
          persona, y la afrenta y deshonra que siento ver me con
          tan ruynes sayas parescer delante buenos. Pero porque a
          más que esto me obliga tu seruicio, y ni tan poco ha de
          parar mi buena solicitud en esto, sepas que aun te vienen
          grandes y buenas nueuas debaxo de estas tan pobres y
          viejas ropas que cubren estas carnes peccadoras.

          _Flor._--Anda, mi buena amiga, que si tú tienes buen
          cuidado de cumplir tu promesa en mi seruicio, yo no
          me oluido que te empeñé mi palabra en el gualardon,
          mayormente en lo que más publica tu necessidad. Pajes,
          quién está ay?

          _Pol._--Señor, yo estoy.

          _Flor._--Ve corriendo al camarero, que luego haga venir
          el sastre que me corta mis ropas, y al camarero que venga
          aqui con él y con el refino que él tiene, para que luego
          vistan de pies a cabeça de todas ropas a mi Marcelia a su
          voluntad.

          _Mar._--Señor, cata que ni yo me desnudaré mis harrapos
          ante ti, ni tan poco ay tiempo para tanta larga, pues tú
          tienes en qué entender con lo que yo te dire que traygo,
          y aun yo ya harta razon de yr me a desayunar a mi casa,
          si hallare con qué, pues desde antes que amanezca me
          occupan las estaciones de tu seruicio.

          _Flor._--En todo veo que me vences de razon. Pues anda,
          paje, al camarero, que te dé ocho varas del refino, y
          lleuar se las has a casa desta dueña, y acompañar la has
          quando se vaya.

          _Pol._--Señor, voy a entender en ello.

          _Flor._--Agora, pues, me di qué me traes, pues ya tienes
          lo que tú pides.

          _Mar._--Y aun por tanto dilataré yo agora la cura, por
          sacar para las mechas.

          _Flor._--Qué dizes de sospechas? y sacame ya de pena, si
          no quieres verme morir entre tus manos.

          _Mar._--Que digo y te dezia, sino que no me entendiste,
          que pierdas essas penas y no tomes sospechas de ya morir,
          pues que de cierto tu señora queda buena. Dire más?

          _Flor._--Mucho es esso, pero di me lo que me ha de dar o
          quitar a mí la salud.

          _Mar._--Yo fuy por tu mandado a ella, y la vi, y hablé en
          su camara, estando ella en su cama; quieres más?

          _Flor._--Ay, que sí querria, hasta topar con que me
          sanasses.

          _Mar._--Pues más sabras que hizo por ti, que le di tu
          carta en sus manos, y la tomó con harta alegria, y la
          leyó con harta aduertencia.

          _Flor._--Ya, ya, agora pongo dubda en lo que dizes, pues
          deue ser dicho para consolarme.

          _Mar._--No me hagas mentirosa, señor mio; porque si ansi
          me afrentas, callaré lo de mas, que es el todo.

          _Flor._--Y qué más, mi Marcelia?

          _Mar._--Que ella te ama, y con holgar de tu salud (porque
          no la osé dezir que no quedauas bueno) aun me mostró gran
          pena porque te tomé el anillo suyo; porque pensó que yo
          te lo auia pedido, y que aun tendrias necessidad de él.

          _Flor._--Ay, mira, hermana, quál estoy: no me engañes
          ansi con cossas tan no de creer.

          _Mar._--O perdido de hombre, y qué haze de llorar de
          alegria! qué hará quando se halle ante ella?

          _Flor._--Pues qué me respondes, qué me hablas?

          _Mar._--Que aun traygo más.

          _Flor._--Pues mata me luego, que yo te perdono, o no me
          detengas.

          _Mar._--De matar te me guardará Dios, porque me mataria
          Belisea, que por tu enamorada tomó la esmeralda tuya. Y
          porque le dixe que la quitaste para embiarse la del tu
          braço del coraçon, ella luego la puso a su muñeca del
          braço siniestro.

          _Flor._--Agora te digo que me has de veras puesto con
          escrupulos de tu verdad, aunque me perdones.

          _Mar._--Cata, señor, que tomes las palabras como se
          dizen, y que hasta agora no te he dicho cosa que
          desembuelta no la halles por verdad. Y aun por la dubda
          que has puesto, si algo no me das, no te dare otra cosa,
          con que veas quánto deuen tus mercedes grandes a mi baxo
          seruicio.

          _Flor._--No me calles cosa, que quanto tengo es tuyo.

          _Mar._--Señor, aunque dizen que quien todo lo concede
          que todo lo niega, no pienses que pretendo pedirte, sino
          solo encarescerme; pues porque me pagues la hechura del
          vestido que me das, te diria...

          _Flor._--Haz me ya bienauenturado y toma esta bolsa con
          lo que en ella ay, que deue ser poco.

          _Mar._--Pues toma tú esto mucho de mí: que te manda tu
          señora la vayas ver y hablar al jardin de su casa.

          _Flor._--Qué dizes?

          _Mar._--Que sea esta noche, y muy a tu recaudo y su honra.

          _Flor._--Cata que no pienses de me dizir esso por pensar
          que te di de mala gana la bolsa, para contentarme.

          _Mar._--Si tú me la das de buena, yo lo tomo y la lleuaré
          de mejor, y torno a dezir: que te aguardará a la vna de
          media noche, ésta que ya viene, en el su jardin, con sola
          vna su donzella llamada Justina, de quien sola se fia;
          y no quiere que entre allá contigo sino solo aquel paje
          que allá sueles embiar con tus mensajes. Y doy te por
          seña que toques tres vezes passo a la puerta del jardin
          que sale al campo, y por ay te daran entrada, o si no
          por donde el paje que te digo te guiare por las paredes,
          aunque te auiso que me auisaron de que son muy altas por
          la parte de dentro; y en lo demas harás allá como vieres,
          y mira que no faltes.

          _Flor._--Faltar me ha la vida antes, y aun será bien
          asegurar te con yr desde luego.

          _Mar._--Cada cosa tiene sazon en su tiempo, y ansi le
          tendra que tú comas agora, y a mí me dexes yr a ver si
          hallare qué en mi casilla. Y en esto entiende luego, por
          que te esfuerçes y reposes y estés a punto para la hora,
          que cata dó viene el paje que embiaste y el camarero con
          él.

          _Flor._--Lydorio, lleuen a essa dueña el paño, y vaya se
          con ella quien la acompañe, y den me luego de comer a mí,
          y a ella le manda de comer de lo que para mí ay guisado,
          porque te digo que ella lo meresce mejor que no yo. Y tú,
          amiga, ve con Dios, que quiero obedescerte en comer.

          _Mar._--Pues haga te muy buen prouecho, que yo me voy de
          tu licencia. Allá quedarás agora, que a tales empellones
          presto echaré yo el mal pelo.

          _Lyd._--Cata ay, señora Marcelia, el paño lleua esse
          paje, y mira si quieres más compañia, que luego te mando
          el comer a punto.

          _Mar._--Señor, basta este paje, y todo lo de más te tengo
          en merced, por el cuydado de tu parte puesto con tanta
          liberalid[ad].

          _Lyd._--Pues ve con Dios, que torno a entrar a Floriano.

          _Mar._--Agora pues, hermano Polytes, alarga el passo
          para mi casa, que allá te podras quedar a comer. Y por
          el camino (aunque haga de mi daño) te contaré lo que
          passé con Justina; aunque bien veo que tienes razon de
          amar tal joya como aquélla, aunque tan poco le tienes en
          aborrescer nos acá.

          _Pol._--Pues vamos por la calle, entendamos en andar, y
          allá entenderemos en deslindar esso.

          _Mar._--Bien dizes, andemos.

          _Lyd._--Agora que es yda esta embaydora (que tal me
          paresce esta muger) quiero ver qué tal queda de sus manos
          Floriano, que ella bien deue de yr medrada de la mano
          rota dél. Que más ha medrado ésta con dos passos del
          diablo que ha dado, con treynta embustes que le trae,
          que gana vn fiel criado antiguo en toda su vida, echando
          la hiel, siruiendo honesta, y christiana, y lealmente.
          Bien paresce al descubierto la diferencia de los señores
          de nombre del mundo al señor de verdad del cielo, que
          el del cielo gualardona por justicia y misericordia a
          cada vno como meresce; mas los señores del mundo todo es
          por passion y affection su dar, porque si han de hazer
          vna obra pia, vna restitucion, vna limosna, un pagar de
          acostamiento reçagados y aun oluidados, nunca hallan
          con qué: siempre se hazen tan pobres, que quiebran las
          alas del atreuimiento a los que les querrian pedir.
          E ya que les obligue la necessidad o les cargue la
          consciencia, o se atreua el confessor a molestar los
          que paguen lo que ansi deuen, no daran el tercio que
          deuen al que les pide. Y pagan lo al criado al cabo de
          ochenta peticiones, y aguardar de sazon, y tiempo, y
          oportunidad, con vna librança en vn mercader, que con
          sus mohatras os lo paga en paños, y al doblo de lo que
          vale. De manera que el señor queda él adeudado al doblo
          con sus cambios y recambios, y vos quedays burlado con
          la ruyn paga; y vos triste y descontento, y el señor
          rostrituerto, y el mercader con ganancia de entramos, y
          borrando cuentas, y riendo se de los necios palacianos.
          Pero saliendo de aqui, si los señores han de hazer vn
          banquete, vna justa, vn serao, vn mostrarse a las damas,
          entonces ay abundancia: entonces ay qué dar a truhanes,
          a alcahuetas, aunque no se cómo lo hauran don Dios, que
          les dio más de que den cuenta. O vanidad tan conoscida, y
          tan aborrescida, y tan seguida! que sean los hombres tan
          prestos y tan a punto al seruir a vn señor mundano, y a
          Dios, cuyo es todo, y quien lo da todo (lo que algo es),
          le siruamos con lo menos. Y aun vn poco bien que hazemos
          en su seruicio es tan cacareado como el hueuo que pone la
          gallina, y queremos que sea tenido en mucho, y que nos
          lo loe el mundo, y nos lo pague Dios, y muy bien pagado!
          aunque no sé si se compadesce con nuestra floxeza esperar
          gran paga de Dios con la loa del mundo. Pero cata, cata,
          y qué gallardo sale Floriano; bendito sea Dios, que ya
          nos le dexa ver por acá!

          _Flor._--Qué hazes, Lydorio?

          _Lyd._--Señor, allá yua a entrar, que despedi el recaudo
          de aquella dueña como mandaste.

          _Flor._--Bien heziste, que lo meresce muy bien; pero
          dime, tienen puesta la mesa en la sala de los azulejos?

          _Lyd._--Señor sí, y aun creo que esperan ya con los
          platos.

          _Flor._--Pues vamos, que mientras como te contaré, si no
          ay gente de tabla, mi buena alegria, y tambien para que
          entiendas en adereçar lo que aurá de ser necessario.

          _Lyd._--Señor, presto estoy a tu seruicio y voluntad;
          vamos, que poca gente haurá oy de tabla, porque es ya tan
          tarde, que más es hora de començar adereçar de cena que
          esperar aun por la comida.

          _Flor._--Pues antes que sea más tarde, voy á comer, más
          por necessidad natural que por voluntad del appetito.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXX

          Estando Marcelia en secreto con Polytes, en contando le
            en su casa lo que le pidio por el camino, sobreuiene
            Fulminato que le trae la comida. Va se Polytes. Y
            Fulminato, pidiendo zelos a Marcelia, vienen a mal reñir.


           POLYTES, MARCELIA, FULMINATO, LIBERIA, GRACILIA,
                              DESPENSERO.

          [_Pol._]--Por nuestro Señor, que me has dicho ya tanto,
          que no puedo persuadirme a no lo tener más por sueño
          que otra cosa: ver en Belisea tal mudamiento, y tan de
          improuiso, y tan no pensado ni esperado.

          _Mar._--A la fe, mayor sueño es el tractar contigo, pues
          no hay quien halle vado en tus desamorados descuydos,
          aunque al fin, pues yo me di el golpe, soportaré el dolor.

          _Pol._--No sé por qué tornas a culparme, a donde yo te he
          respondido vna vez.

          _Mar._--Que no te culpo, pues me es por demas, pero pues
          no oyo acá esta muchacha, en tanto que paresce, quitando
          nos del portal, nos entremos en este entresuelejo.

          _Pol._--Pues aunque te entiendo la dolencia, no entiendo
          de curar te oy.

          _Mar._--Ay, mí Polytes, y quán de mala voluntad te traen
          los pies a donde yo estoy, y quán de peor te llegas a mí!
          pues aun sabe te que aun no te pegaré cinquenta años, ni
          aun quarenta.

          _Pol._--Bien demuestra tu tez y hermosura no deuen
          de ser treynta, y aun que, segun tu habla y manera de
          conuersacion, no te muestras de veinte.

          _Mar._--Pues aunque malicioso me llames moça en las
          obras, no será agora en mis palabras, pues no te parlaré
          lo que paseé oy con Justina; porque veas, como dicen, que
          a boca cerrada no ensuzió mosca; ni todo lo que se siente
          en el coraçon se deue encomendar a la lengua.

          _Pol._--Pues ni tu deurias mostrarte tan maliciosa en
          echar las simples palabras a peor sentido, ni deurias de
          ser tan puntosa con quien tanto acabas de dezir que amas,
          ni te vendas ni muestres[683] tan carera en lo que por
          buena amistad te encargaste de hazer, por quien conosces
          bien no tener con qué te pagar. En especial que no deues
          hazer carestia de lo que te encomiendan ageno, pues tú
          hazes tal barato de lo que tienes proprio.

          _Mar._--Cuytada yo, que essa pedrada merescio bien
          recebir la que por tu amor se descuydó de guardar en tu
          pelea.

          _Pol._--Pues ansi te alteras, no me deuiste entender.

          _Mar._--Mucho te entiendo de mi mal, pues tan flacamente
          me hize tu subjecta, en lo que amorosamente he hecho
          contigo.

          _Pol._--Pues aún no me entendiste. Digo que, pues tan
          francamente me heziste gracia y merced con liberales
          dones que me has dado de tu hazienda sin te lo merescer,
          por qué no me las harás con sola la lengua en mostrarte
          franca contadora de lo que otros sin auaricia quieren
          darme de sí?

          _Mar._--Mejor te cuelguen que tal hauias hablado. Pero
          porque veas quán tuya soy, sepas que, fuera y allende de
          lo que yo te conté por el camino en las cosas de tu señor
          y en algunas tuyas, pues lo que hize por ti fue procurar
          traer conmigo a Justina, para que acá os vierades.

          _Pol._--Pues no lo heziste, para qué me lo ponderas?

          _Mar._--Para que sepas mi voluntad; pues dizen que, si no
          hazes lo que quieres, quieras lo que puedas, que yo lo
          pedi y supliqué a Belisea, pero montóme poco.

          _Pol._--Y qué te montaua pedir la licencia a la señora,
          donde no sabes si la acceptará la criada?

          _Mar._--Al fin, pues andas tras saberlo todo, sepas que
          ella me lo auia rogado ya; pero, al fin, ya que no quajó
          aquello, quedé dicho a Floriano que mandaua Belisea que
          sólo tú entrasses con él.

          _Pol._--Mucho tengo que te seruir; pero a la puerta está
          Fulminato: yo me voy porque sé que nadie le haze plazer
          en hablarte, si no es en su presencia; mayormente despues
          de lo que él cuenta, que tú y tu hija teniades no sé
          quién encerrado, y que tú le sacaste a él de casa para
          que tu hija le diesse de mano, aunque al cabo diz que lo
          barruntó y le reconoscio, y se le escapó por pies.

          _Mar._--Ni esso entiendo, ni a nadie deuo en mi casa
          tributo; pero ve te por agora, siquiera porque es bien
          que quitemos occasiones sin por qué.

          _Ful._--Anda tú, moço, vete con esse cesto, que la plata
          yo la lleuaré desque me vaya. Pero cata de dónde sale
          Polytes: del entresuelo; este es vn mal rapaz, y si no
          porque como gallillo no se me atreua, aqui le daria de
          coçes, agora que no trae espada. Pero quiero dissimular,
          que si algo fuere, ella me lo pagará por entrambos.

          _Pol._--Quieres mi ayuda para esse embaraço con que
          vienes?

          _Ful._--Hasta aqui traxo lo vn moço de despensa, y agora
          yo lo subire.

          _Pol._--Pues queda te a Dios, que vine a traer vn recado,
          y bueluo de priesa con la respuesta.

          _Ful._--Pues ve con Dios. O, hi de puta, y con qué
          denuedo me miró! bien paresce que allá siente alas; y aun
          acá no sé qué ha olido, que mucho menudea esta casa con
          sus ydas y venidas. Ya, ya la dueña sale del entresuelo;
          agora haze que no me ha visto y se sube arriba. Pues
          espera, que si no ay padrinos sumaremos la cuenta.

          _Mar._--Qué es esto que aún no está acá la muchacha?
          quiera Dios que no sea oy aziago.

          _Ful._--Qué hazes a solas a cabo de rato? Pues cómo
          ¡pesar del arnes de sant George! aun vengo cargado con tu
          prouecho, y aun no te meneas ni me hablas?

          _Mar._--O, que nora buena vengas, que con la pena de que
          hallo la casa sola agora que llego, no hauia mirado en
          tanto; pero pon lo sobre esta alazena.

          _Ful._--Agora que está sola quiero dar la vn toque para
          que me cobre temor. Pues dime, al cabo que estás con
          quantos rapazes ay como y donde y quanto se te antoja,
          agora que yo vengo me quieres por guillote dexar solo?

          _Mar._--Si estoy con rapazes, con honra mia estoy, la
          que no tengo contigo, que me amenguas. Desuenturada yo,
          que con guardar te tanta lealtad, me deshonras más de lo
          que yo lo estoy contigo, que ando yo trotando calles por
          sustentarme, y tú que me quieras lleuar lo mejor y más de
          mi ganancia.

          _Ful._--Y qué te he lleuado yo? ni qué has hecho por mí?
          Cata, que tus pecados nueuos te traen a que pagues tus
          viejos vicios a mis manos.

          _Mar._--Ay, cuytada yo, si no se me ha de atreuer en
          verme sola; quiero le aplacar con dar le algo.

          _Ful._--Ea, presto, dad me cuenta de lo que os ha dado
          Floriano.

          _Mar._--Y de qué, mi amor, te dare cuenta? que, por tu
          vida, quasi todo lo di luego para salir de deudas que la
          persona haze en esta triste vida, por sustentar la honra.
          Pero porque no digas que soy toda para mí, cata ay dos
          pieças de oro que tenia para pagar el censo del solar
          desta casilla; pero lleualo, lleualo, que otro dia me lo
          daras.

          _Ful._--Pues me ha cobrado miedo, quiero le assentar la
          mano, agora que tengo tiempo y por qué, para que ni se
          ponga con rapazes a solas, y tambien por no sé qué se
          ruge allá en casa, de vn criado de Lucendo. Dónde te vas
          ya? dime, no has de hazer más mencion de mí vn dia que
          otro? Si fuera vn rapaz, entraras te tú con él en el
          entresuelo.

          _Mar._--Mezquina de mí, que no sé qué has ni te entiendo
          qué dizes.

          _Ful._--Pues yo sé que os haure oy de entender, y aun
          estender, si cobro vn palo.

          _Mar._--Qué, qué? mal mes para vos; miralde y con qué se
          viene. Cata, Fulminato, que tanto es de gronx, que no ay
          quien lo mange.

          _Ful._--O, reniego del rey Tartaro con ésta peor que del
          burdel.

          _Mar._--Vos mentis: que soy muger de más honra que vos,
          ni vuestro linaje.

          _Ful._--Mentis en mis barbas? a Fulminato? tomá, doña...

          _Mar._--Justicia, aqui del rey, que me mata en mi casa
          por me robar este traydor.

          _Ful._--Qué, qué? de solo vn bofeton os sentis? catá que
          aun no conosceys mi mano; tornaos a sentar.

          _Mar._--No quiero, sino ansi me yr delante el rey a dezir
          que eres vn...

          _Ful._--Pues esperad, echaré mano, que yo os dire quién
          soy.

          _Mar._--Ay, que ha sacado el espada; quiero hazer de
          necessidad virtud, pues no ay terceros. Dónde vas, dónde
          vas tan furioso con la espada? no te basta que me has
          deshonrado, y quebrado las muelas? por qué no miras la
          poca razon que tienes de me deshonrar y mal tractar, en
          pago de muy buenas obras que has recebido en esta casa?
          O, deshonrada de mí, sólo por quererte yo bien!

          _Ful._--Agora que me hablas manso y me quitaste de no te
          sacar el alma, pues fuiste cuerda en suffrir me, quiero
          vencer mi condicion en tornar la espada a la vayna sin
          hazer sangre. Y pues te tornaste a asentar porque te lo
          mandé, digo que de bueno a bueno seamos amigos.

          _Mar._--Mezquina y sola yo; no llegues a mí, que me
          mataré, pues por ser te yo buena me eres tú tan malo y
          cruel.

          _Ful._--Pues no llores, por mi amor, y ven a tu camara, y
          verás quán cruel soy de veras.

          _Mar._--Ya, ya, no te burlarás más de mí.

          _Ful._--Cata que te retoçaré aqui adonde estás.

          _Mar._--Aparta te allá, que ya no te puedo suffrir; anda,
          anda, que no soy yo la que tú meresces.

          _Ful._--Anda, que si mucho merezco, todo lo doy por bien
          empleado por tal perla.

          _Mar._--Quita te afuera, si no, por el siglo de mi
          madre, que te dé mayor bofetada que tú me diste. Cruel,
          desuergonçado, no esperes más amor de mí, y no ayas miedo
          que de mi voluntad ayas cosa de mí.

          _Ful._--Pues si no por la tuya, háganse las amistades por
          la mia, y anda acá.

          _Lib._--A, prima, pues son ya ydos aquellos galanes,
          vente conmigo, que será venida mi madre y tendremos
          bregas.

          _Grac._--Plaze me; pero cata que me han hecho oluidar el
          comer estos embaraços.

          _Lib._--Pues sí, que beuiendo estauas ya quando yo vine.

          _Grac._--Esso, prima, eran los dos marauedis del
          aluayalde de Madrigal con que me afeyto cada mañana, con
          vn poco de vermellon de la lunada, para que a solas no
          haga mal asiento el vino en vazio.

          _Lib._--Y aun ansi dizen que dixo el tocino al vino: bien
          vengas, amigo. Pero pues has hecho essos afeytes ya oy,
          para qué quieres más?

          _Grac._--Muy a ordinario deues tener tú el estomago.

          _Lib._--Tanto, que nunca almuerzo.

          _Grac._--Cata, prima, que esta vida la tenemos por
          emprestada. Y el comer y beuer gozamos en ella como lo
          dize la estatua de don Pero Añiago[684] del hospitalejo
          de sanct Esteuan.

          _Lib._--Ansi dizen que buey suelto bien se lame; por
          tanto, tú a solas te gozas, y a solas hazes tu voluntad.

          _Grac._--Pues por mi salud que aunque es ansi que estoy
          sola, que si sola me gozasse, y sola me acostasse, que
          sola me deseasse, y aun sola me muriesse de hambre;
          porque las lauores destos tiempos son tan engorrosas y
          tan mal pagadas, que ponen a la persona en necessidad
          (sabiendo que no lo ha de bastar el almohadilla) a que
          enrede la persona en el dia la labor para la noche, con
          que a puerta cerrada, acostando me sin blanca, me leuanto
          contenta y con ganancia para la costa del dia, y aun para
          la semana, y aun a las vezes para todo el mes, segun y
          cuya fuere la lauor. Y aun esto es (si bien miras) tener
          las cubas llenas y las suegras beodas, quiero dezir: que,
          holgando el cuerpo y con aplazimiento de la voluntad, y
          delectacion de la sensualidad, ay con qué ande la casa
          harta y la persona estimada.

          _Lib._--Aun que quanto al descanso presente y la vida
          sensual tengo esso por bueno, pero al fin no es estado
          de permanencia el tal. Porque (como dizen) yda la frisa,
          vereys la risa, e yda la jouentud falta el deleyte,
          y mengua el plazer, e oluida la salud. Y ansi a las
          vezes, por descuydo del que no mira en su estado a lo de
          adelante, pensando de adelantar camino, retarda jornada,
          y pensando acertar, pierde tiempo, y se halla burlado.

          _Grac._--Bien dizes, prima, y agora veo que bien canta
          Marta despues de harta. Essas consideraciones quisiera
          yo que ouieras hallado quando te fuy a llamar a tu casa,
          pues sabias qué te querien en la mia, para que entonces,
          mirando adelante, no vinieras a lo que ya gozado blasonas
          en lo por venir; porque ni tú sabes si haurá otra tal
          oportunidad, ni aun hauida pienso que te tornaria [a]
          amargar menos que ésta. Por esso (como dizen) calla te y
          callemos, y goza te y gozemos, que sendas nos tenemos.

          _Lib._--Sí, que, prima, más vale caer tarde y leuantarme
          aynas, que leuantar me nunca y caer siempre, y tambien
          más vale caer tarde en la razon para la enmienda, que
          nunca para la permanencia, porque quien yerra y se
          enmienda, a Dios se encomienda.

          _Grac._--Si fuera semana sancta, pensara que venias de
          san Francisco rezien contrita y rezien confessada.

          _Lib._--Pues y por qué no agora y en todo tiempo?

          _Grac._--Porque ni el nuestro cura nos dio de fiesta tu
          dia, ni aun nos mandó ayunar tu vigilia por sancta. Y
          ansi pienso que essas deuociones las dexarás (como yo)
          para la quaresma. Y aun tú de hoy más que comienças a
          gustar desta fruta que tú sabes, y sabes a qué y cómo
          sabe, a mí el cargo que, por no ayunar de ella, dilates
          la conffesion quando todo el mundo tracta de ella. Porque
          entonces es razon conformarse la persona con los otros en
          el arrepentir, y tractar de la enmienda, pues todas las
          cosas tienen su tiempo.

          _Lib._--Anda acá, prima, cierra tu puerta y loemos al
          señor; que ya sabes, y todos sabemos, que si todas las
          cosas tienen tiempo, que essa ley comprehende a los actos
          que en esta vida la humana viuienda tiene necessarios
          en este mundo embaraçoso. Pero las cosas de virtud, las
          obras por Dios, los tractos y negocios de la saluacion,
          las meditaciones del bien soberano, las dulces hablas
          de cosas del cielo, no se pueden ni deuen regular por
          refranes de viejas tras los tizones inuentados, aunque
          sean philosophales sentencias en lo humano.

          _Grac._--Ya, ya, de oy más, todo te hablo de sanctidades.
          Y aun lo que veo es, prima, que agora vas harta a missa.
          Pues quiero que agora nos vamos, con que sepas de mí
          esto mientras cierro mi puerta: que quando tú viniste a
          te asentar a este atambor, ya yo debaxo desta vandera
          era soldado viejo en esta guerra, y no presumas hurtar
          hogaça a quien tan a menudo cueze y amasa. Y aun, porque
          sepas de mí que he passado los textos viejos, y en essa
          tu nueua mercaduria soy tractante viejo, mira que dice vn
          autentico original: que de cosario a cosario no ay más
          auentura de en las vasijas.

          _Lib._--A la fe, prima, esse original en el texto de la
          ley Celestínica está estampado, y aun son palabras que
          dixo la vieja hablando con Areusa. Y aun el verdadero
          trasunto del texto no dize como le acotaste: sino que de
          cosario a cosario no se pierden sino los barriles.

          _Grac._--Huelgo que seamos discípulas de vna facultad, y
          aun para la mia que tú salgas tan maestra como tu madre,
          que arriba habla con no sé quién. Por esso, pues estás
          en tu portal, me torno, porque deue hauer arriba de las
          occupacioues acostumbradas.

          _Lib._--Ay, no te me vayas hasta que hablemos a mi madre,
          porque vea que he estado contigo, y tambien que viene
          alli el despensero de Lucendo, y ha venido en busca de mi
          madre otras dos vezes ya oy.

          _Grac._--Ya ves, prima, que traen negocios de por medio,
          en los quales ay más que hazer quanto más los menean.

          _Desp._--Dios guarde la gentileza de las damas.

          _Grac._--Si, señor, dixeras de las hermosas, pensara mi
          prima que lo hauias con ella. Pero ansi ni ella ni yo
          tenemos qué responder, pues con poca y pobre ropa mal se
          muestra la galania.

          _Desp._--Bien veo que ouiera de dezir ansi; pero tambien
          sabes que el gallardo y galan[685] arreo más consiste
          en hazer de lo poco mucho, y de lo pobre rico, con la
          hermosura de la persona, que no en traer mucho y rico mal
          asentado y peor merescido.

          _Lib._--Bien que esso no habla conmigo; por tanto, me di
          qué mandas por acá, que paresce que te yuas arriba sin
          más ni más.

          _Grac._--A la fe, prima, dio nos nuestro merescido a
          su estima, pues nos satisfizo con sola buena palabra,
          mostrando luego al punto que sus pensamientos no hazen
          presa en aues tan rastreras.

          _Desp._--Graciosa eres por el cabo.

          _Grac._--Mas por el principio dixeras bien, pues al
          principio de la platica te paresce que no ay más que
          esperar con nosotras.

          _Mar._--Ay, triste yo, que en todo tengo poca dicha
          contigo, que abaxo suena gente.

          _Ful._--Pues espera, espera, reniego del gran poder
          del Turco; yre a ver si ay con qué mi espada tenga
          que merendar, y con qué dé ganancia a mis amigos los
          espaderos y cirurjanos.

          _Lib._--Y espera, pues, señor, no lo tomes tan de veras
          en no hazer mencion sino de subir. Madre, mira si mandas
          que suba el señor despensero, que está de priesa?

          _Mar._--O, maldita sea aquella boua que ansi le nombró.

          _Ful._--O, pesar de la vida; mirad, pues, qué encuentro
          me deparó agora el diablo a cabo de rato, que me han
          auisado que no está bien conmigo; pues en tal caso, más
          quiero auenturar la honra en huyr que la vida en el
          esperar, porque él en mi rastro deue de andar.

          _Mar._--Qué turbado se ha el panfarron! pues espera, que
          yo te la armaré, si puedo, como me la pagues.

          _Ful._--Acaba ya, pues; boqueame a dezir que baxe a te le
          amontar, o sacar la vida si me esperare.

          _Mar._--Ay, mezquina yo, que me dizen que es vn diablo
          arriscado y valiente y suelto, y aun diz que anda no
          sé quántos dias[686] ha en tu busca, y no querria que
          hiziessedes algun desatino los dos oy en mi casa.

          _Ful._--De esso me guardaré si yo puedo por oy.

          _Mar._--Qué dizes de oy?

          _Ful._--Que quisiera que tuuieras por bueno ver oy quien
          es Fulminato y quánto acato se le deua. Pero porque veas
          quánto más estimo tu honra que seguir tras mi condicion,
          quiero sacar de madre agora mi gran desseo de andar a la
          espada, y dando lugar a la yra, seruir te con el officio
          de los pies en yr me por la puerta del corralejo.

          _Mar._--Ay, que ya sube; quiero le yr a detener, que le
          hauran dicho que estás tu acá.

          _Ful._--Qué, qué? no paro más; que mejor es que digan:
          por aqui se saluó bien corriendo, que aqui cayó muerto
          esperando como necio; pues con la vida y salud todo lo
          suelda el hombre auisado despues.

          _Mar._--Cata, cata, qué priesa lleua el diablo del
          valiente! O, hi de puta, y quién confiasse en su ayuda!
          Pero no me llamen a mi Marcelia, hija de Marcelio y
          de Liberina su legítima muger, si antes de mañana a
          estas horas él no me tiene pagado el bofeton. Y aun
          que, por vida del alma peccadora que me gouierna estas
          carnes tristes, y por la bendicion de todo mi linaje,
          que yo le haga que aya menester los dos ducados que le
          di como necia, para pagar cirurjanos, o que si puedo,
          que con ellos le pague adelantado el entierro, porque
          al vellaco sea castigo, y a otros enmienda, y occasion
          de miramiento, y lecion de mejor criança. Y aun que a
          estotro que sube yo le halagaré el lomo, de manera que no
          sienta que con su mano quiero yo sacar esta castaña del
          fuego. O, mi señor, y qué buena venida la tuya: en buena
          fe, y ansi yo parezca ante el rey como tú me paresces
          bien, sino que vienes muy de tarde en tarde a esta casa,
          y hazes nos mil mercedes cada dia. Ay, por amor de Dios,
          que perdones mi mala criança en no hauer baxado; porque
          he hauido cierta turbacion, porque essa muchacha me dexa
          la casa sola, y todo de par en par.

          _Grac._--Anda, tia, que conmigo ha estado.

          _Desp._--No baxes enojada, que pensaré que lo has porque
          yo vengo a ver si ay en qué te siruas desta persona.

          _Mar._--Con tales intercessores yo perdono a essa
          descuidada, aunque no perdonaré el desafuero que aquel
          lebron malauenturado moço de espuelas me ha hecho.

          _Desp._--No llores ansi, señora; mas dime quién es, que
          yo le dare su merescido oy.

          _Grac._--Asuadas que fue el panfarron de Fulminato, que
          es valiente de lengua en presencia de las mugeres, que le
          temen sus dichos.

          _Mar._--A la fe, para mí tuuo manos, en que a bofetadas
          me bañó la boca en sangre por ver me sola. Y aun si no
          fuera por ti, señor, que, aunque más le pese, has de
          entrar en mi casa, y te querré, y amaré, y seruiré, no lo
          sintiera por tanto. Y agora sobre todo me dexó amenazada,
          desuenturada de mí.

          _Desp._--Y el por qué, por mí?

          _Mar._--No sé, sino que no sé qué desgracia le acontesció
          en el establillo contigo, y quiso que lo pagasse yo,
          desmamparada de mi honra y querida y tractada de los
          buenos.

          _Desp._--Ya, ya no es de suffrir esto; pero qué fue lo
          del establillo?

          _Lib._--Que por miedo tuyo, quando baxauas este dia, se
          abscondio en el establejo, y como es el muradal de casa,
          y aun de muchos de fuera que le hallan a mano, él se paró
          tal, que quando salio, siendo ya ydo tú, salia qual él
          merescia.

          _Desp._--Por Dios, que agora cayo en la razon por que
          baxando, senti dentro rebullir, y estuue por entrar;
          pero vi tal la entrada, que me hizo perder imaginacion
          que alli estaria tal galan, porque pense que era algun
          puerco. Pero con todo esso, él conoscio me?

          _Lib._--Muy bien; porque despues de tú ydo te mató en
          seco de boca como él suele delante tales como nosotras
          brauear. Y estaua tal, que por vna parte no le podia
          aplacar y por su hedor no le osaua llegar.

          _Desp._--Pues subo arriba a él, que agora veré yo quién
          él es.

          _Mar._--Anda ya, que no es hombre que ansi espera; que
          en saber que eras tú estaua ciscado de miedo, estando de
          antes vn leon conmigo. Y en dezir le que subias, sin más
          ni más toma la puerta del corralejo, y allá va como vn
          trueno.

          _Desp._--Siempre aborresci (y agora más) estos
          desaguaderos de puertas falsas de casas. Pero descreo de
          la vida que viuo si no voy a buscarle a su casa, que ya
          me hauian dicho que parlaua en mi absencia, aunque soy
          hombre que tarde doy credito a chismerias.

          _Lib._--Y cómo, pues, que dize de verdad y no acaba? sino
          que en esta casa no tenemos estilo de derramar, sino de
          acumular la paz.

          _Desp._--Pues voy luego; que si no ouiesse castigo, no
          andaria nadie seguro.

          _Mar._--No te has de poner por mí en esse peligro.

          _Desp._--Ni tú me mandes esso, ni tan poco lo mataré, o
          él a mí por ti, sino por lo que me toca a mí en la honra.

          _Grac._--Y calla, dexa le tia; que bien es que sea
          castigado el ruin, y el bueno torne por su honra.

          _Mar._--Ansi no cumple a la mia que de dia se haga nada,
          ni que este señor sea conoscido. Esta noche tiene de yr
          con su amo por allá hazia tu barrio, que él me dixo que
          se escabulliria, y solo me vendria a ver; entonces harás,
          señor, como vieres que cumple.

          _Desp._--En esso me dexa el cargo; pero a qué hora te
          dixo que saldria?

          _Mar._--De dos a tres me dixo que vendria a ver me.

          _Desp._--De media noche?

          _Mar._--De media noche; y entonces vendra solo, excepto
          si desde agora no lleua ya el miedo cobrado.

          _Grac._--Pues por mi salud que yo y mi prima tomemos a
          cargo de auisar a Pinel y a Felisino que no vengan con él.

          _Desp._--Anda vengan, que a más moros más despojos.

          _Grac._--No es bien, sino que lo pague quien lo meresce.

          _Lib._--Y aun allende de esso, los otros son gente
          determinada y de hecho, y defenderle han si con él vienen.

          _Desp._--Pues, con tu licencia, me voy, aunque holgaria
          de saber qué señas lleua, para conoscer le y hauer lo con
          él.

          _Mar._--La capa de grana fina, y cuera de carmesi, que
          le dio su amo, pensando que yua bien empleado, me dixo
          que ha de traer, por contentarme, y por yr con su amo
          bien adereçado.

          _Desp._--De la yda de su amo allá se auenga; mientras
          no padesciere honra la casa de Lucendo, ni me va ni
          me viene; pero al de lo colorado yo le acortaré los
          passos, si pies y ventura no le valen, ó él no sale. Y
          tú, señora, si no pudiere venir a la cena aplazada, me
          perdona.

          _Mar._--Dios vaya contigo, aunque en essotro del enojo te
          ruego que lo dexes.

          _Grac._--Anda, tia, mueran los malhechores, porque de
          otra manera cada qual seria alcalde, y aun mandon en casa
          agena.

          _Lib._--Y aun, si no ouiesse castigo, los mantos nos
          hurtarian de acuestas.

          _Grac._--Y aun porque no me le hurten del arca, me voy a
          mi casa, que aunque cerre la puerta, y queda en el arca,
          oy en dia no es tiempo de esperar a comedimiento de mill
          vagamundos que de dia ojean donde roben de noche.

          _Mar._--Pues queda cerrada la puerta tuya, cerrad essa
          de essa escalera, y subamos a comer, o a merendar, o a
          almorzar, que alli ay vianda con que yo pueda almorzar,
          que estoy ayuna y bien desmayada.

          _Grac._--Pues vamos, que nosotros comida y merienda, y
          aun cena, haremos de vn golpe.

          _Lib._--Ya estara todo frio; pero quién lo traxo para ver
          si haura que guisar?

          _Mar._--Fulminato lo traxo, que dos platos de plata dexó
          alli llenos de buena vianda, de plato de principe.

          _Grac._--Pues si estuuiere frio, siendo bueno, a vianda
          fria estomago caliente, y a vianda dura, muela aguda, y a
          vino de mal parescer, cerrar los ojos al beuer.

          _Lib._--Pues cierra la puerta antes que aya huespedes,
          que todos los duelos con pan son buenos.


                                NOTAS:

          [683] En el original, por errata, _muestras_.

          [684] _Don Pero Miago_ parece ser el verdadero nombre de
          este personaje, célebre en el _folk-lore_ de Valladolid.

          [685] En el original, _gallan_.

          [686] Suplida la _s_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXI

          Ido el despensero, concierta con Grisindo de matar a
            Fulminato. Justina leyendo la carta de Polytes, vee se
            la Belisea, y tomada sabe sus casamientos. Tractan las
            dos de la entrada de Floriano. Y Belisea tracta a solas
            de hazer casar a Justina y Polytes delante de ella y
            Floriano essa noche, para tomar mejor occasion a sus
            desseos y mejor color a sus hablas.


                DESPENSERO, GRISINDO, JUSTINA, BELISEA.

          [_Desp._]--Agora que voy en mi cabo será bien pensar
          cómo salir a mi honra con lo que me encargué, porque el
          hombre ha de mirar quántas bueltas y cifras tenga vn sí,
          antes que le diga; y despues quántas razones ouiere para
          no le faltar, pues al buey tienen por el cuerno y al
          hombre por su palabra.

          _Gris._--O, gracias doy a Dios que te hallo, que peor
          eres de hallar que vn abogado.

          _Desp._--Dices lo porque ay muchos?

          _Gris._--No por otra cosa; pero dónde has estado, que no
          te he podido sacar de rastro?

          _Desp._--Tengo la condicion del rey: que donde no está,
          no le hallan.

          _Gris._--Ansi lo hazia mi padre; pero dónde has estado
          que toda la casa he andado en tu busca?

          _Desp._--Tambien fuy yo en la tuya en casa de Marcelia, y
          creo que te me negaron.

          _Gris._--Y aun no sería mucho, porque encerrado me
          tuuieron vn rato, por vnos yentes y vinientes, que por
          Dios diez puertas haurian menester para entrar y salir
          negociantes en aquella casa.

          _Desp._--Presto la conociste; mas dime por tu vida, y
          encerraron te?

          _Gris._--Y aun por la de entrambos; porque estando
          parlando con la que sabes, vino la madre, y luego otro
          diablo Centurio baladron, y, finalmente, que la muchacha
          me tuuo como thesoro tras llaue, hasta que menguó la
          cresciente.

          _Desp._--Marauillo me cómo no me oyste.

          _Gris._--Antes te vi, y te oy preguntar por mí; y despues
          de ydo tú, e yda la madre, vino aquel come siete, vn
          panfarron de vn Fulminato. Y él queriendo subir, yo puse
          me a punto a le defender la escalera, por que ya me
          hauian sacado de tras llaue para botar me fuera.

          _Desp._--Pues cómo os despartistes?

          _Gris._--No sé más de que la muchacha baxó a él,
          queriendo yo baxar a ver me con él, y no sé si huyó o qué
          fue, pero sé que tomó el passo bien largo.

          _Desp._--Agora me sacas de vna duda.

          _Gris._--Qué tal?

          _Desp._--Que no le tenia por tan hablador y por tan
          lebron; pero lo que no heziste entonces de tentar te con
          él, tienes agora tiempo, si te atreues a me acompañar
          esta noche.

          _Gris._--Pon me tú en qué, y verás si me atreuo.

          _Desp._--Pues sabe te que él ha afrontado oy a la madre y
          a la hija, e yo les di palabra de vengar las esta noche,
          y ellas me dieron auisos de cómo le conosciesse, y dónde
          le encontrasse, y a qué hora le hallasse, porque andará
          solo. Por esso, si te contentó la muchacha, agora tienes
          tiempo de ganar la por tuya, e yo con la madre, seremos
          dos a dos.

          _Gris._--Sin más causas de saber que tú te pones en ello,
          me llama quando mandares, y aun si quieres, lleuaré tres
          o quatro de los escuderos, que holgarán de acompañarme.

          _Desp._--Basta que vamos los dos yendo bien armados; por
          esso duerme a prima noche, que yo te llamaré a la vna.

          _Gris._--Pierde cuidado, que yo voy arriba, y tú
          desembaraça te de tu officio.

          _Just._--Agora que estoy a solas quiero leer otra vez
          este papel del mi Polytes, porque nunca a mi contento le
          he podido de espacio bien acabar de leer gustosamente.


                      CARTA DE POLYTES Á JUSTINA

          Señora de mi coraçon, aunque he recebido de vos más
          fauores que jamás ni pense merescer ni osé confiar de
          recebir, pero mi voluntad que os ama, y mi entendimiento
          que en sola vuestra meditacion se occupa, han leuantado
          tanto todas mis potencias, y con ellas son ya mis desseos
          tan altiuos, que os oso dezir, que soy ya tan malo de
          contentar quanto sé estimar me en más, por ser tan
          vuestro y tan fauorescido. Ansi os suplico, vida mia, que
          pues vuestro gracioso sí me hizo vuestro esposo, e yo en
          ello tuue, y tengo, y tendre tanta hufania y tan próspera
          ganancia en recebiros por mi señora y muger, en lo qual
          torno a retificarme con nueuo sí, que vos tengais cuidado
          de mirar por mí, como por cosa vuestra. Y de nueuo os
          suplico que tengays por bien de querer que aya fin mi
          tormento antes que no le hauiendo en él, le veays vos
          en mí. Todo esto digo, mi señora, porque como la noche
          passada yendo a veros con vuestra licencia y mandado, me
          parescio que me communicastes por menos tiempo vuestra
          vista, que no hauia desseosamente aguardado por os
          hablar. Y junto a esto me enviastes con algun sobresalto
          de algun descontento que tengais de mí; pues suplicando
          os me mandassedes para hora cierta que os hablasse, y
          paresciome que, como desganada, no me quesistes dar
          sí determinado. Y aunque me mandastes esperar vuestra
          determinacion, yo vine tan lleno de congoxa, que con ella
          se me ha passado lo poco que me quedaua de la noche. Por
          tanto, suplico os que, perdonando mi importunidad, me
          mandeys para quándo con toda breuedad quereis que os vea,
          porque si os dilatays y cresce mi pena, yo soy perdido.

                Porque yo viuir no puedo
              sin os ver presto, señora,
              pues os sé dezir que quedo
              tal, que me perderé cedo
              si vos me oluidays vn hora.
                Por tanto, mirad por mí,
              no por mí, sino por vos;
              mirad que a vos me offresci,
              por[687] donde, si muero ansi,
              a vos lo pidirá Dios.

                Y ansi os torno a suplicar
              que, ansi como os obedezco,
              querays vos a vos forçar
              para mi mal remediar
              por vos, por que no os merezco.

          _Bel._--Qué hazes, di, Justina? qué papel es esse que te
          tenia tan occupada, que ni me sentiste baxar, ni agora
          aun miras que estoy hablando contigo? Amuestra esse
          papel, que en ver que te turbas y le procuraste absconder
          me pones sospechosa y ganosa de ver qué sea.

          _Just._--Ay, perdona me, que ando algo mala, y el
          descontento me quitó el aduertencia en caer en mala
          criança de no me leuantar luego.

          _Bel._--Si esso te escusó del descuido, qué te escusa del
          no hazer lo que te digo en dar me esse papel?

          _Just._--No mires, señora, en esso, que son vnas gracias
          de chocarreria.

          _Bel._--Ya sabes, pues, que, aunque fuesse carta de
          requiebros, que más obligacion tienes a me la hauer ya
          dado, pues la has de dar al cabo, que no yo tenia de te
          hauer descubierto quantos secretos tengo.

          _Just._--Más quiero que, sabiendo tú mis culpas, me
          las castigues, que eres mi señora, que por encubrir te
          algo, con enojo de mí te oluides de mi remedio, y aunque
          con harta confusion mia. Pero pues este papel me ha
          de culpar, yo te quiero, confessando mi atreuimiento,
          suplicarte que mires que soy mujer y moça, y poco
          experimentada, y menos auisada; y que como atreuida podré
          hauer hecho lo que esse papel te dira. Y piensa que el
          no hauer caydo en más de lo que ay hallarás declarado ha
          sido por mirar a tu bondad, y a lo que te deuo, y a la
          honra mia. Y aunque fuy desmandada en lo que ay verás,
          sin otra cosa de más hauer de por medio, poniendo mi
          honra y todas mis cosas en tu misericordia, te pongo en
          las manos el papel de la informacion de mi liuiandad,
          esperando la sentencia que contra mi poco miramiento con
          misericordia pronunciares.

          _Bel._--Ay, ay, ay, Justina! qué te paresce desta carta?
          que, sobre leyda dos vezes, aún no puedo persuadirme
          que sea para ti, porque el credito que yo de tu bondad
          tenia no me dexa ser facil a creer que tú pudiesses caer
          en esto. Dime, Justina, qué fruto te da agora esta tan
          gran confusion? O Justina, Justina, que essas lagrimas
          que agora tú derramas por lo que yo te digo, que soy vna
          flaca donzella como tú, vuieras de hauer tú derramado
          viendo la llaneza con que yo te recibia tus palabras
          suaues, que tan llenas de ponçoña para mi quietud y mi
          honra y mi salud venian. O, qué mal pago has dado, en
          andar en piel de oueja hecha vn lobo contra mí, al viejo
          de mi padre que te ha criado, y a mí mesma en vender
          me, amando te tanto y fiando mi llaneza de tu malicia
          encubierta. Dime, Justina, qué has visto en mí que te
          desenfrenasse a soltar tu limpieza y auenturar ansi la
          perdicion de mi honra? Dime qué has ganado en perder a
          ti, perder a mí, y perder los canos y afanosos dias de
          la postrimeria de mi viejo padre, de mí tan confiado,
          y de ti él y aun yo tan descuydados? Agora veo bien
          que, quando Dios alçare la mano de los más buenos, que
          bastarán los más flacos tentadores para hazer los caer.
          Y agora veo tambien que al que el occulto juyzio de Dios
          le tiene permitido a que caya en algun mal, que montan
          poco, ni palabras de buen predicador, ni buenos exemplos
          de justo obrador, si Dios no le da acorro y obra en el
          tal. Pues es assi que todo lo vio el peruerso de Judas
          en el redemptor del mundo, pues vio buenas obras de
          exemplos, buenas palabras de doctrina, y buena potencia
          de milagros, y aun desseos en su señor de querer le
          perdonar, si él endurescido le pidiera con la enmienda
          perdon. Pero ni lo vno le retraxo de que no le vendiesse,
          ni lo otro le apartó de que no desesperasse. Pues tú,
          Justina, aunque no en comparacion del que agora referi,
          pero qué has visto en mí quanto ha que viues que no te
          aya sido ayuda para la virtud, y muy para estoruarte de
          lo que has hecho? Pero pues ya tú, o que por ignorancia
          no viendo el mal que me hazias, o que por malicia por
          querer tu gozo con sagacidad cautelosa y con cautela
          maliciosa, me has enlazado adonde, si Dios no, o por
          la muerte sobreuenir, no puedo ser libre, a lo menos
          quiero que mi nobleza se aproueche contigo para en lo de
          adelante, no en el amor que te deuo tener para me fiar
          más de ti, pero en la voluntad que te he tenido y obras
          de bien querencia que de mí tienes hasta agora. Para
          que a esto mirando como generosa, te perdone como poco
          auisada y no te condene por maliciosa. Y en esto verás la
          differencia que ay de mí a ti: que donde tú buscaste mi
          cayda, quiero yo sacar tu leuantamiento, y donde tú en ti
          buscaste y occasionaste mi muerte y captiuerio, buscaré
          yo en mí razones no sólo para perdonar te, pero tambien
          para no aborrescer te.

          _Just._--La culpa mia me pone muda al escusarme, y tu
          bondad me da confiança de tu promesa. Pero en todo te
          suplico que como señora me corrijas, y como sabia,
          mirando a mi ignorancia, no tengas dubda de mi limpieza,
          puesto que seas cierta de mi yerro.

          _Bel._--Anda ya, que basta que ni en ti ay satisfaction
          para tu escusa por tu yerro, ni en mí fuerças para te
          castigar por mi piedad. Y por la limpieza tuya que has
          guardado, me quiero persuadir a leuantar te. E ansi
          quiero que no hagas cosa de oy más sin que me des parte.
          Y digo que me fiaré de ti no menos, pero más que antes,
          y que tractes cómo lo que está concertado se haga. Y
          concluyo, para que veas en lo que te tengo, que me voy
          dexando lo todo a como tú lo ordenares. Y con tanto, nos
          subamos arriba, no venga alguien que piense otra cosa de
          te ver a ti llorosa y a mi demudada; pues en lo hecho no
          ay enmienda, remedie se lo por hazer, para seruir a Dios.


                                NOTAS:

          [687] _Pro_, en el original.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXII

          Venida la hora señalada, aparejado Floriano, se carea con
            Belisea en el jardin: entre los quales passan razones
            muy sabrosas. Desposan a Justina con Polytes, Floriano
            y Belisea, y despues Justina hace á los dos amantes
            prometer se palabras de matrimonio.


            FLORIANO, POLYTES, FULMINATO, FELISINO, PINEL,
                DESPENSERO, GRISINDO, JUSTINA, BELISEA.

          [_Flor._]--Dime, Polytes, essos moços que han de yr
          conmigo, si estan leuantados.

          _Pol._--Señor, bien haurá media hora que estan los tres
          que me mandaste apercebir en la sala a punto.

          _Flor._--Y la gente de casa, si está recogida toda?

          _Pol._--Señor, como les dieron de cenar temprano, y el
          mayordomo (como mandaste) entendio en hazer recoger la
          casa, todos estan agora a los braços con el sueño, los
          que no les cabe parte del cuydado de nuestro camino, que
          en casa lo barruntan bien pocos.

          _Flor._--Pues el reloxito de mi recamara en qué punto
          está?

          _Pol._--Un quarto passa ya de las doze.

          _Flor._--Pues si esse, como perezoso, no ha dado más de
          doze, y los grandes del pueblo han dado la vna, y mi
          señora, como presta a me hazer merced, salio ya a buscar
          por mí, e yo como tardio me he descuydado en yr a tiempo,
          qué será de mí, si mi señora se torna como burlada e yo
          quedo como perdido?

          _Pol._--Señor, yo he estado bien en vela, y aun andan
          algo más perezosos; que ha menos que dieron las doze que
          este chiquito.

          _Flor._--Pues traeme esse montante, y sin ruydo vamos. Y
          di a essos que vengan juntos, y dexen las puertas todas
          apretadas, y tú echa la llaue a mi camara, y trae tus
          armas, y vamos.

          _Ful._--A, hermanos, qué os paresce quál va agora
          Fulminato?

          _Fel._--Vas más para ruar de dia que para peligros de
          noche.

          _Ful._--Dizes lo porque no lleno armas secretas?

          _Fel._--Y no es harto esso? si que no es bien yr hombre
          a discrecion de qualquier que encontreys, que al primer
          tiento os quede ayslado, y despues de que os haya
          enclauado os dira: perdonad, que pense que era otro.

          _Ful._--No he menester yo más de que me conozcan para que
          aun la espada y capa me será peso para el no alcançar
          los, y a ellos que huyran de mí les plazera que lleue yo
          estoruo que me quite el bien correr para coger los.

          _Pin._--Yo más quiero lleuar mi cota y guante y caxco y
          broquel y espada, con algun tanto de ventura, que esse
          tu yr en condiciones si me conoscen o no. Y aun más
          querria no ser conoscido, porque si lo hago yo bien,
          a mis contrarios les tiene de yr mal, y si yo lo hago
          mal, menos affrenta me es a mí solo, quedando sano, y no
          siendo conoscido, que no llevar los caxcos quebrados y
          que a la mañana me puedan, señalando con el dedo, dezir:
          veys donde va el couarde que huyó o el necio que fue
          herido.

          _Fel._--Yo soy de voto que de noche, secreto y seguro.

          _Flor._--Hola, moços, por qué no estays callando?

          _Ful._--El gozo que lleua la persona de yr donde se pueda
          hazer conoscer haze con la risa desmandar se la voz.

          _Flor._--Pues antes que salgamos de la sala quiero ver
          cómo va cada vno. Todos vays a mi contento y bien a
          recaudo. Pero tú, Fulminato, cómo vas tan de fiesta y sin
          armas?

          _Ful._--Señor, la color del colorado demuestra el alegria
          que lleuo en yr a estas estaciones, y el no lleuar armas
          es por yr más suelto, para que los que a los armados
          se os fueren por pies, esta espada los castigue con mi
          soltura.

          _Pol._--Mejor le ahorquen al lebron, que es si no para
          huyr mejor, porque él desto nos ha de aprouechar allá.

          _Flor._--Salid todos passo, y vamos juntos sin ruydo; tú,
          Felisino, torna [a] apretar esse postigo, y tú Fulminato,
          pues quieres yr desembaraçado, te ve delante de nosotros
          siempre, porque yrás como cauallo ligero a descubrir
          campo, y si no ouiere embaraço, ya sabes por qué calles y
          adónde has de guiar.

          _Ful._--Agora lo verás quién va delante, que yo os
          aseguro que no topeys quien os llegue a la ropa. Pero
          agora que voy apartado, quiero mirar por mí; que estos
          necios bien pensaron hazer a Fulminato prueua de
          peligros. Pues yos voto a la municion de la carraca de
          la sancta religion de Malta, que al primer gruxir de
          malla yo les lleue tanta delantera, que lo ayan a solas.
          Y aun porque auisen con quién lo han, que al primer
          siluo esté yo en la cama al lado de Marcelia, porque al
          fin alli hauran de parar mis estaciones, si no me sale
          algun auieso; porque agora la tengo tal, que temblando me
          baylará delante, y no haure llamado, quando le parezca
          que es tarde para me abrir, y temprano para yo enojarme,
          y bastante causa para le dar otra tunda, porque al fin el
          fuego y la muger a cozes se han de hazer.

          _Desp._--Ya dio, hermano, la vna.

          _Gris._--Pues qué aguardas a la puerta de la calle? anda,
          guia, que más vale que por anteuenir cacemos que por
          tardar nos arrepintamos y perdamos tiempo.

          _Ful._--Ya estoy en par de Sanctiago, y aun ellos quedan
          tan atras, que podré yo sin que me vean, hurtando les el
          cuerpo, baxar por esta armeria a la plaça, y boluer me
          a la cal nueua. Pero al fin, pues no ay peligro, quiero
          yr hasta que me vean allá, que despues podran lo hauer
          a solas. Que burlando ni de veras, no quiero bregas con
          la gente de Lucendo; mayormente que en estos negocios
          todo tiempo se les haze poco, y será de dia y pensarán
          que es la luna, y aun ellos estarán dentro. Pero por las
          reliquias de Constantinopla que me paresce que viene gran
          tropel de gente de pie.

          _Gris._--A, hermano, cata que me paresce que vi meterse
          vno agora a la sombra de la iglesia de las señas del que
          tú buscas.

          _Desp._--El paresce; ve tú al ras dessas casas y ataja le
          el passo de la plaça, y presto, no se nos vaya, que él
          es, e yo enuisto con él.

          _Ful._--Sancta Maria val me, que muerto soy! por todas
          partes me han cercado; más son de diez; esto a los pies y
          a Dios se ha de encomendar, y sus, hazia la plaça, que ay
          más anchura para escapar.

          _Gris._--Nos[688] monta huyr, que aqui dexareys la vida.

          _Desp._--O, pese a tal, que toda via se le coló: yr se
          le tiene. O, hi de puta, pues y qué determinadamente le
          sigue el moço! por Dios que es vn Hector. Cata, cata,
          esta es la capa del esforçado, que aun le cargaua al
          huyr. Bien está, tras ellos sigo, que a peor librar, ya
          terné con qué crea Marcelia que hize algo, y que me le
          libraron los buenos pies, pues me dexó la capa en las
          vñas. O, mal empleada tan rica grana de capa; ni pan que
          aquel come, aun de borona.

          _Gris._--O, hi de puta, y qué pata tiene.

          _Desp._--Mas que se te fue el brauon?

          _Gris._--Alcançara le el diablo.

          _Desp._--Pues vamos derechos en casa de Marcelia, y si
          desembarcó allá, pagarálo, y si no a lo menos daremos la
          capa del Hector a la Marcelia, contando le lo que pasa.

          _Gris._--Pues lleuas su capa, guia; que lo que agora no
          ouo effecto, haurá lo otro dia, pues ya le sabra hombre
          las mañas.

          _Flor._--Ya estamos acá, y pues a esta puerta no me
          responden, guia tú, Polytes, donde es lo más baxo del
          muro. Pero qué fue de Fulminato?

          _Pol._--Asuadas que él está agora en casa, o donde yo me
          barrunto[689], porque en querer yr él delante, y en verle
          sin armas, me dio el alma lo que auia de ser.

          _Fel._--Hazia Sanctiago endenantes oy yo vn ruydo, y me
          paresce que reconosci su voz.

          _Pin._--No será mucho que aya hecho alguna caualgada de
          las que suele, o quiça se dio priesa a correr, y estara
          ya acá dentro.

          _Flor._--Sea lo que fuere, que él boluera.

          _Pol._--Por aqui, señor, podremos subir el muro, que es
          lo más baxo; pero por de dentro está tres tantos de alto.

          _Flor._--Subamos sobre la pared, que está bien segura,
          que es de piedra, y essos moços tengan essa cuerda desde
          fuera, que por ella nos guindaremos allá dentro; y
          despues al salir o nos la tornareys a echar de la mesma
          manera, o si no buscar se ha remedio.

          _Pol._--Pues estamos, señor, sobre la muralla, oye,
          veamos si ay bullicio dentro.

          _Just._--O, vala me Dios, que ya ha dado la vna, y no
          vienen, ni han hecho señal a la puerta, y mi señora que
          estara esperando por mí, que la entre a llamar, pensará o
          que yo me he dormido o la hemos burlado. Pero gente veo
          sobre la pared al puesto de la otra noche. Dos son; voy a
          llamar a mi señora, para que vea cómo quiere hablarlos, ó
          que los ayudemos a baxar.

          _Flor._--Tened la cuerda vosotros, que yo baxo, que ya he
          visto por qué.

          _Fel._--Baxa seguro.

          _Bel._--Dónde vienes tan despauorida?

          _Just._--Anda, señora, que ya es tiempo, que estan sobre
          el muro aguardando.

          _Fel._--Pues ya estan dentro, guardemos, hermano, el
          cordel para la buelta, que de Fulminato bien podemos
          descuydar por esta noche.

          _Just._--Ea, señora, cata que será mala criança hazer
          esperar tanto aquel cauallero.

          _Bel._--Ve tú, Justina, por tu vida y hablale como
          vieres; que yo no puedo acabar conmigo tal maldad y
          atreuimiento, tan fuera de mi costumbre y tan contra mi
          condicion.

          _Just._--En esso, señora, me haurás de perdonar, porque
          hay personas y lugares adonde no caben bien burlas;
          mayormente que pues este señor viene en tu nombre, no es
          como la plática del paje de la noche passada, que hemos
          de andar con disfraçes y vna por otra. Que pluguiera a
          Dios que fuera yo tú en esse casso (dexando aparte los
          merescimientos) que ya ouieras visto quán liberalmente, y
          aun sin quiebra de honra ni bondad, le vuiera hecho con
          quien tanto me amasse como él a ti, y adonde los estados
          ni condiciones de las personas no desuian mucho los que
          el solo amor hauria de bastar a ligar más y más. Pues el
          amor no se paga sino con amor, so pena de ingratitud, y
          el amor no consiste en las buenas palabras, pero, como
          dizen, obras son amores, que no buenas razones. Ansi
          que, por mi vida, que has de yr, y luego, y muy doblada
          de tu condicion natural, y muy halaguera, y muy de
          palacio, y muy llena de muestras de amor, pues sé bien
          que por mucho que te esfuerçes a mostrar que le amas,
          no te pagarás a ti mesma en la satisfacion de lo medio
          de lo que en el coraçon yo sé que tienes de su amor. Y
          perdona me en lo que atreuidamente te digo (pues ya lo
          posiste todo en como yo lo guiasse), que, por mi salud,
          que si otra cosa hiziesses, que a él ayudando, y a ti
          no obedesciendo, pues ya ni es tiempo, ni ay sazon, ni
          cumplen alteraciones ni encogimientos, que a tu cama que
          tú fuesses, a él lleuasse por la mano; y hasta cumplir
          tu palabra, que le mandó venir, y el como yo lo encaminé
          que te hablasse, que yo le dexasse contigo solo. Y en lo
          que toca al hazer tú o no, allá hiziesses como Dios te
          ayudasse. Pero mira, mira si es perezoso en buscarte, que
          dentro estan los dos, y él viene ya hazia acá. Mas huelgo
          que en tal caso que te arguyan de perezosa a la verdad,
          pero mira que en hablar le y saber te hauer con él, como
          dicho tengo, te noten de sabia y buena y honesta y del
          palacio, antes que de encogida y turbada, como quien
          desseando temes.

          _Bel._--Ay, mi Justina, que todo lo que me dizes y
          persuades lo entiendo y lo desseo, y con querer lo y
          parescer me bien ansi, estoy tan turbada y tan temblando,
          que no sé de mí.

          _Just._--Pues ya él nos ha visto, que vienen para acá, yo
          quiero como en Prado abrir el camino a tu turbacion y a
          su buena mesura. A, cauallero, quién os ha traydo a las
          manos nuestras, fiando os de quien no conosceys?

          _Flor._--La potencia de essa señora, que conmueue mis
          potencias segun su libre querer, me ha traydo a que agora
          como su captiuo me humille a le suplicar con atreuimiento
          que perdonando mis demasias, me dé las manos para que se
          las bese, como sieruo a su señora.

          _Bel._--Bien quisiera, señor Floriano, que me hallaras
          con aquella furiosa indignacion que mi honestidad y
          honra y grauedad requeria tener para en tal caso, para
          que ansi pudiera y osara reprehender tu atreuimiento
          en esta entrada, y mi descuydo de quien yo soy, en mi
          venida a te oyr en tal hora. Pero pues para esto (por tú
          me hauer salteado primero e yo acudir tarde a mirar por
          mí) no ay lugar ya, bastete que, sin dezirte las causas
          que me hauian mouido a lo que agora he hecho, sepas que
          vengo muy determinada de te oyr, pues con tan importunos
          medios lo has desseosamente procurado. Y en el dar te las
          manos, ni pedir te las tuyas, hasta que veamos por qué,
          te descuyda y me perdona. Y porque primero quise oyr te
          que començar te a pedir (pues ya te he oydo publicar tan
          por mio), agora te quiero como a tal començar a mandar, y
          sea lo primero que te tornes a poner en pie luego. Agora
          que te hallo buen obediente, determino, para hazer más
          por ti, mandar te lo segundo, y es, que en este cenadero,
          al sonido destas fuentezitas, te sientes en este poyo, y
          luego, porque vaya cumpliendo mi palabra de hazer algo
          por ti, me quiero yo sentar en el mesmo poyo par de ti.
          Pero mira que al ver me sentar tan cerca de ti piensses
          que es más para mejor oyr te, y responder te sin sonido
          de voz, que para despertar en ti algun atreuimiento de
          los que soleys tener los hombres, en semejantes trances
          puestos que agora tú; porque como a cauallero a quien se
          deue todo acatamiento y cortesia, no te tendre apartado
          para oyr te, y tambien como a mi enfermo (segun te
          publicas) te quiero tener más a mano para te curar el
          mal que en ti yo hallare ser curable. Y ansi te auiso
          que con esto que tú á tu parescer llamas gran fauor, no
          buelen con juueniles alas de mancebo los tus pensamientos
          a hazer asiento en alguna liuiandad, ni tus manos
          salgan de la compostura exterior que mi honestidad les
          mandare. Pues en lo primero te haurás contigo mesmo, como
          amante mancebo, y en lo segundo te haurias conmigo como
          desmandado sieruo, y en niuelar tu compostura y grauedad
          con la mia harás como generoso, noble, y sabio, y
          virtuoso cauallero. Y sepas que tanto estaremos sentados
          ansi juntos quanto no salieres punto destas reglas que te
          he leydo, sacadas de toda glosa que les puedas poner para
          en escusa si excedieres, ni para culpa en mí si cumpliere
          lo que digo de te dexar como libre, no obedesciendo tú
          como sieruo que se dize ser de amor.

          _Flor._--Tu tan suaue razonamiento ouiera bastado a me
          hazer conceder en quanto me mandas, y adelante mandares,
          aunque no vuiera en mí la obligacion que ay a no salir
          punto de tu querer. Por tanto, como cauallero, tu sieruo
          por merescimiento, y esclauo por tu amor, te prometo de
          no tomar de tu voluntad más de lo que me manifestaren
          tus palabras. Porque a tan grande merced como me hazes
          en darme audiencia no se puede ni deue seruir con menos
          seruicio.

          _Bel._--Pues en esto verás, señor Floriano, cómo
          (atendiendo a lo que algun dia te dixe ya) te amo con muy
          sano y llano y hermanable amor, pues que, creyendo la
          palabra que agora me diste, me descuidaré de recatarme,
          fiando me en todo de ti. Y ver lo has en que huelgo que a
          solas me propongas tu razonamiento. Tú, Justina, apartate
          a esta entrada del cenadero, y esse gentil hombre, por
          venir con quien viene, yo huelgo que hableys los dos, con
          que sea a vista mia, sin perjudicar al credito que de
          entramos se deue tener.

          _Pol._--Por mi parte te beso las magnificas manos por
          tan buen principio de las grandes mercedes que de ti
          esperamos.

          _Bel._--Agora me di, señor Floriano, qué es lo que de
          mí quieres? pues tan al cabo (me dizen) te ha puesto
          la necessidad de hablar me. Y sepas que si cosa me
          pidieres que dentro de los límites de la razon, mi
          honra en pie, te pueda y deua otorgar, ansi sabre sin
          gran encarescimiento cumplirlo, como si tambien fuere
          por auieso camino de virtud, barahustarlo y rechaçarlo,
          y negarte con vn muy libre nó cortés, lo que tu sí
          descomedido pidiere. Y junto con esto quiero que sepas
          de mí que, viendo en ti por qué, te sabré amar y mostrar
          toda obra de limpio y casto y llano amor.

          _Flor._--Bien quisiera, mi señora, que no me ouieras
          limitado los meneos, para poder y osar hincarme de
          rodillas a te pedir las manos, las quales, aun ansi
          sentado, por te obedescer, te besaré si me las das por
          tales fauores y mercedes como de mi señora.

          _Bel._--De esso aparta el cuydado, y dime si quieres
          algo más hablar me; que pues tú vienes a esto, yo quiero
          primero oyr tu razonamiento, antes que tú de mí sepas
          el intento de mi baxada a te oyr como agora estamos,
          en tal tiempo y lugar. Porque sepas que primero quiero
          oyr el cabo de tus razones que te riña tus demasias
          y importunidades passadas, y atreuimientos en tantas
          cartas y mensajerias tuyas, a mí que no te he dado
          alguna occasion a ello, más de la que tú te has querido
          occasionadamente tomar. Porque, a te començar a reñir
          antes de oyr te, quiça que la passion despertara en mí
          la gana de no te escuchar, e en ti atajaria la osadia en
          el proponer, por donde ni tú dirias lo que quieres, ni
          yo te responderia lo que deuo. Por tanto, con breuedad,
          segun lo pide el tiempo, y manso, segun lo pide el lugar,
          y libremente, segun te es concedida la occasion, di
          lo que quisieres, y ten las manos muy metidas en toda
          obediencia, segun te he pedido.

          _Flor._--Ay, angel mio, y mi señora Belisea, la más
          acabada y más perfecta en todo genero de perfection, de
          mí la más amada, la más temida, la más reuerenciada,
          qué os podre dezir de mí? porque en ver me delante
          vos, vuestra majestad ata mi lengua, vuestra alteza
          desuanesce mi juyzio, vuestro valor despide mi baxeza,
          vuestro merescer entierra mi atreuimiento. Que os diga
          que soy vuestro? injurio vuestro gran merescer. Que os
          diga que me teneys muerto? he os confessado por vida de
          mi viuir. Que os llame mi señora? no sé aún si vos me
          aceptays por vuestro. Que os diga que estoy enfermo? hago
          agrauio a vos, que soys mi salud, ante cuyo acatamiento
          no puede en cosa vuestra por amor parar mal. Pues dezir
          os, alma mia, que estoy sano? no me dexará mentir este
          mi vuestro coraçon, ni los mortales sospiros concederan
          conmigo, ni las vertientes de mis ojos permitiran que
          os engañe. Porque dado que yo huelgue penar y morir y
          passar todo tormento por el vuestro amor, y aun teniendo
          me en ello por ganancioso en dichas, y dichoso en suaues
          tormentos, no creo que querra consentir el coraçon, que
          pues es vuestro, y de la dorada flecha del vuestro amor
          está herido, sino que se diga y se publique y manifieste
          su pena, con la qual suffrir gana muy gran cumbre de
          gloria; ni aun tampoco querra dezir, ni sabra hablar la
          lengua sino el idioma y plática que supo hablar quanto
          ha que yo supe amar os. Porque despues que comencé a os
          querer, como luego se descubrio vuestro merescimiento y
          mi baxeza, luego con la demasiada fuerça de la occasion,
          cresciendo más y más la passion, nunca la lengua supo
          sino loaros y temeros, y quexarse del mal del coraçon.
          Por tanto, señora de mi libertad, pues hasta en esto
          bien sé deziros que soy tan vuestro, que en mí no tengo
          parte sin vos, suplico os que, ansi como en cosa que
          es vuestra, vos pongays aquello que vuestra voluntad
          quisiere hallar en mí, y entonces digo que no os callaré
          cosa. Mandad vos a mis sentidos y potencias interiores
          que bueluan en sí, robados de la majestad de la gloria
          vuestra, no para que se les sea hecho tanto agrauio que
          del todo dexen de ser vuestros y del todo sean mios, pero
          para que en mí sean instrumentos de vuestro querer, y
          entonces os sabré dezir qué quiero. Aunque bien sé que no
          sabre jamas dezir sino de vos, ni sabre qué pueda querer
          sino sólo bien querer os, y siempre querer os. Pero
          mirad, señora mía, que en lo que os pido no mireys al
          dezir de mi lengua, si no la gouernardes vos, pero a lo
          que dessea mi voluntad. Porque si yo sin vos me hallasse,
          no sería mio, pues me he renunciado y dedicado todo por
          vuestro. Y el querer vos apartar me de ser vuestro es por
          de más, excepto si no me apartays de la vida, y aun alli,
          si querer tuuiesse, siempre sería vuestro. Y ansi, pues
          que tan ajeno estoy de mí y tan vuestro soy de vos, no
          me pregunteys a mí de mí, pero preguntaos a vos de mí, y
          en vos sabreys qué es lo que os quiero pedir. Porque sí
          pregunta me hizierdes a mí, ha de ser de vos, pues sabre
          dezir, no lo que hay, pero lo que mi lengua bastare a
          explicar de vuestro merescimiento, hermosura, bondad,
          majestad, alteza de gloria.

          _Bel._--Agora que, señor Floriano, has concluydo tu
          largo razonamiento, y a tu proposito muy bien hablado
          por cierto, te quiero dezir y digo: que quisiera que la
          muestra tan al descubierto que te he mostrado del amor
          que te tengo, con la occasion que a conoscer esto de mí
          tienes en hauer te permitido venir, o (por mejor hablar)
          en hauer te mandado y querido que viniesses a este lugar,
          me dieran libre rienda para te hablar lo que la razon me
          mandaua, y yo sé que deuiera dezirte. Pero porque veo
          bien ya que es por de mas ni bien absconder se el fuego
          en el seno, ni aun yo tampoco poder encubrir te que
          te amo y quiero y estimo tanto, que ni yo te lo sabre
          dezir, ni sería a mí licito dezir te lo, ni tú deues
          inquirir lo de mí, vistas las muestras tan al descubierto
          del fauor presente que tienes de mí, como de mucho más
          merescedor. Pero basta que tan en auentura de mi honra,
          y tan despedido otro todo temor, he venido forçada a oyr
          tus querellas. Y porque sepas que te amo, digo que no
          digo bien en dezir que vine forçada, porque ni en ello
          meresceria delante ti, si ansi fuesse, ni tan poco (si
          culpa en mí venida ay) la quiero echar sino sobre mí,
          pues a solas me atreuere a poner por ti a toda pena. Pero
          mira como sabio cauallero que todo este gran camino de
          amor que en mí te voy descubriendo no es otro del que
          te prometi la primera vez que me hablaste y te hablé,
          aunque, porque veas quánto tienes en mí si lo sabes
          conseruar en ti, te quiero descubrir vn punto de amor
          más que tienes en mí, y es: que dado que te ame, como
          entonces te dixe, por hermano, por agora la corriente
          furiosa del amor, continuando su curso, ha hecho en mí
          vn tal remanso, donde hallo en mí vn más profundo ser
          de amor que entonces, el qual ha venido por aguaduchos
          tan secretos, que aunque casi siento que me voy anegando
          en la tal cresciente, no alcanço el cómo ni por dónde
          crescio tanto este rio de agua tan suaue de amor en mi
          tan obscuro y amargoso coraçon.

          _Just._--Ay, por vn solo Dios, que seas, señor, comedido,
          que si vuiera mirado en ello mi señora, no me fuera bien
          destos tus retoços y burlas; y tambien has me hecho
          desaduertir de las más bien habladas razones que jamás
          pensé de oyr de entramos a dos.

          _Pol._--Altamente ha hablado ella, y en tanto fauor
          dél, que no sé qué más espera sino tiempo arepentido y
          occasion perdida.

          _Just._--Y qué más hauia de hazer?

          _Pol._--Yo te lo mostrara luego a faltar terceros; pero
          con todo esso, algo se han rebullido desque callaron.
          Pues callemos nosotros, porque piensen ellos que están
          solos, porque la soledad suele ser vna de las más
          emparentadas hermanas de Cupido.

          _Just._--Si no tornaran a hablar, yo te demostrara cómo
          te he calado por muy malicioso y por más atreuido; pero,
          por amor mio, que te reposes vn rato, y oyamos.

          _Bel._--Cata, hermano y amigo mio en sano amor, que
          me paresce que deues querer perder me antes de tener
          por cierto el tener me ganada. Y cómo no te bastaua lo
          que hago contigo, ni te basta a vedar lo que te tengo
          auisado, para que no me anduuiessen tus manos con mis
          tocas?

          _Flor._--Angel mio, la sobrada gloria en que me hallo me
          tiene tan fuera de mí para mejor gozar de vos, que no
          tengo a mucho haueros injuriado Sin saberlo yo. Porque a
          certificar me vos que os he enojado, y dando me licencia
          vos para ello, como señora de mi vida, yo con este puñal
          por mi mano me castigaré luego en vuestra presencia.
          Aunque temo que no podría yo matar me por mi; por tanto,
          pronunciad el sí de que lo acceptays, y vereys cómo más
          viuire en morir vuestro que viuire en viuir mio.

          _Bel._--Ay, torna luego el puñal a la vayna, que me
          turbas. Ven acá, Justina, yr nos hemos, que me paresce
          que es tarde, y aun tambien que he oydo ruydo arriba.

          _Flor._--No me quieras quitar, mi señora, tan presto de
          la gloria.

          _Bel._--Por agora te contenta con lo hecho: con saber que
          no lo tendras otro dia si más no estás subjecto a lo que
          te yo mandare.

          _Just._--Dime tú qué castigo meresce este cauallero, que
          aunque más armado venga, te vengaré yo dél.

          _Flor._--Si vos truxessedes el mandado de mi señora, no
          hauria acero de Milan que os resistiesse, ni aun de vos
          me osaria yo defender.

          _Pol._--Cata, señor, que es más braua esta donzella de lo
          que paresce.

          _Just._--Pues aún vos no sabeys bien quién yo soy!

          _Pol._--Pluguiesse a Dios y a mi señora Belisea que lo
          pudiesse yo saber como yo desseo.

          _Bel._--Pues por cierto, paje, que, si el señor Floriano
          quiere, que yo os la entregue deuida y libremente.

          _Flor._--Que se haga todo lo que mandares.

          _Bel._--Pues luego quiero que me des de tu mano a esse
          paje, que le quiero yo gualardonar los trabajos que ha
          passado en sus mensajerias y penas en suffrir mis asperas
          respuestas.

          _Flor._--Pues él ya hizo lo que deuia en poner se de
          rodillas en tu poder, tambien con él te besaria yo las
          manos si me las diesses por la merced que a mí me hazes
          en hazer la a cosa mia.

          _Bel._--No te las dare yo a ti las mias. Pero quiero
          que hagas que estos dos se las den el vno al otro, y los
          casos de tu mano en mi nombre.

          _Flor._--Dad acá, Justina hermana, essa mano, que por
          vengar me de vuestras amenazas quiero luego que se haga
          lo que mi señora os manda. E yo os le doy como a sangre
          mia (pues lo es) de mi mano por marido, con quedar en
          obligacion, porque os lo deuo, de os dar (allende del
          proprio patrimonio y mayorazgo que el paje tiene) con
          que vivays honradamente como vos lo meresceys. Y luego
          quiero, pues tengo licencia de padrino de mi señora
          Belisea, que os abraceys como desposados, y beseys las
          manos a mi señora por la merced quo os ha hecho.

          _Pol._--Pues en todo he cumplido lo que se me ha mandado,
          os suplico, mi señora, y a ti, mi señor, que me deys
          las manos, pues confio en Dios de os las besar por mis
          señores a entramos en la mesma vnion.

          _Bel._--Leuanta os, galan, que agora os tendre yo en más;
          que al fin bien reluzia en vos ser de tan alta sangre en
          vuestro seso y prudencia, y agora quiero que vengueys a
          vuestro señor de essa leonaza.

          _Just._--Porque la turbacion de lo que me ha sido mandado
          en presencia de tanto merescimiento me escusa en hablar
          en lo hecho, callando en ello como obediente, os pido
          luego a entramos vn don, que acompañe a la merced passada.

          _Flor._--No seria razon negaros, rezien desposada, la
          primera cosa que pedis; yo os le otorgo por mí y por mi
          señora.

          _Just._--Pues tú, mi señora, no has de ser menos liberal
          en el conceder me el tu sí que fuiste en me mandar.

          _Bel._--Que digo tambien te doy el sí que me pides, pues
          tengo de ti credito que no pediras cosa que no sea buena.

          _Just._--Pues el don ha de ser que tú, mi señora, des
          esse sí que me diste agora al señor mio Floriano en la
          manera que me le mandaste dar a mi esposo Polytes. Y tú,
          señor Floriano, al tanto te pido en don, que te otorgues
          por esposo y marido, segun la ordenacion de Dios y de la
          sancta Iglesia, de mi señora Belisea.

          _Flor._--A mí me paresce que haueys jugado a luego pagar.
          Pero pues del tal juego yo salgo solo el ganancioso, digo
          que os obedezco, y doy el sí de la palabra que me pedis,
          en cuya señal os doy mi mano derecha, y tambien suplico a
          mi señora, que pues es en mi fauor lo que pedis, que os
          obedezca.

          _Just._--Anda, señor, que el sí de mi señora, yo te quedo
          por él; por tanto, confirma el vinculo del tal sí con las
          pazes del rostro, segun a mí me lo mandaste en el mesmo
          caso.

          _Pol._--O, hi de Dios, y quán hambriento abraço y beso
          que la dio! y ella que se lo desseaua, y aun quiça lo
          trayan ellas dos ansi vrdido entre si.

          _Bel._--Paresce te, Justina, que has dado buena cuenta de
          mí?

          _Just._--A la fe, señora, nadie ha de pensar desta agua
          no beuere (como dizen). Y mira que lo que está de Dios,
          él lo encamina. Y pues él es tu esposo, y tú su muger,
          de oy más tractad de vuestros cuydados, que nosotros dos
          nos entenderemos en los que nos mandastes tomar. Y agora,
          como a mis señores, os quiero hablar libremente: ya veys
          que comiençan a salir arreboles del alua, y pues esto lo
          gouernó Dios sin lo pensar vosotros, y el tiempo ni lugar
          no os dan espacio para más, aprouando entramos lo hecho,
          busque se medio para en lo de adelante: tú, mi señora,
          le manda venir otro dia, que yo y el mi Polytes nos
          auendremos. Y pues, señora (como dizen), qual por ti tal
          por mí, habla ya algo, y con el sí que digo los manda yr,
          que si te pesa que se vayan, a mí no plaze mucho. E al
          fin acá nos quedaremos, llorando a medias, y esperando a
          las parejas, pues cada qual ama su ygual y siente su bien
          y su mal.

          _Bel._--Veo te, Justina, tan desembuelta, e yo me hallo
          tan cortada, que con vn sí que he dado no sé qué te
          diga, mi señor Floriano, sino que, pues ya el dia nos
          amenaza, que es despartidor de semejantes obras, y Dios
          lo ha querido encaminar de manera que te aya de llamar mi
          señor, digo que holgando y teniendo lo por bueno, pues ya
          quedo por tuya, me bueluas a ver mañana en este lugar a
          la hora de esta noche. Y porque de lo hecho la turbacion
          me quita el saber, ni bien lo que hago, ni de poder dezir
          bien lo que quiero, te ve luego con Dios. E tú, Justina,
          toma essa llaue y abre les aquella puertezilla del
          jardin, y muy passo, porque no tornen a saltar paredes
          con peligro y bullicio.

          _Flor._--Pues, mi señora, me voy por obedescer os; los
          angeles queden en vuestra compaña.

          _Bel._--Y a ti, mi señor, lleuen seguro. Anda, Justina, y
          desembuelue te, que aqui te aguardo.

          _Just._--Mi señor Floriano, pues el tiempo no da lugar a
          largas platicas, la buelta será por esta puerta, que yo
          estare a punto en tocando con el dedo para abrir, y cata
          que vengas muy a buen recaudo, y no vengas solo.

          _Flor._--No osaré venir sin el vuestro Polytes; quedaos
          a Dios; yd luego a mi señora, que paresce que quedaua
          penada.

          _Just._--Esto está concluydo y bien hecho, pues agora mi
          señora e yo jugaremos dos por dos al descubierto, y resto
          abierto.

          _Bel._--Fuesse ya aquel cauallero?

          _Just._--Señora, sí fue.

          _Bel._--Pues di me agora: paresce te que me has puesto
          buena? E di, no fuera razon que miraras más por mi honra
          y de la casa de tu señor y mi padre, en que aunque yo
          quisiera errar no me dexaras tú?

          _Just._--Anda, señora, que ni agora ha hauido deshonra
          donde interuiene Dios, ni esta estada es ya cumplidera;
          por esso entrate, cerrare la puerta.

          _Bel._--Pues sea muy passo, y presto me da la mano por
          esta escalera, que no puedo de cortada andar, y callando
          nos vamos a mi camara.


                                NOTAS:

          [688] _Nos_, contracción de _No os_.

          [689] En el original, _barunto_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXIII

          Saliendo Floriano y Polytes por la puerta del jardin, les
            acometen Felisino y Pinel, pensando ser otros. Van se
            todos a casa. Floriano tracta con Polytes a solas de lo
            passado.


                  FELISINO, PINEL, FLORIANO, POLITES.

          [_Fel._]--O, pesar de la casa sancta de Mecha, con tal
          gente tan enboscada; que ya la hermana de Phebo comiença
          a manifestar nos al dia, y aun ellos buena que buena. Aun
          quál haria si por nuestros peccados los han empastelado
          allá dentro! porque de mugeres toda traycion se puede
          presumir. Qué haremos, hermano Pinel?

          _Pin._--Ya al principio me determiné de guiar me por ti;
          pero mira si no has oydo lo que poco ha que oy, menear la
          puerta falsa de aqui del jardin.

          _Fel._--Pues, hermano, vamos a ellos, y si ay otra gente
          fuera, saldran mis sospechas ciertas, y si no ya por
          demas es atender al passo por do entraron, que no hazen
          bullicio por aqui de querer salir.

          _Pin._--Pues vamos y muramos, o venguemos a nuestramo, si
          otros son.

          _Flor._--Mira si parescen essos moços; pero daca este
          montante, que aquellos que alli vienen me paresce que nos
          quieren acometer.

          _Pol._--Está te quedo, señor, que si no son más destos
          dos que han asomado, poco mal nos pueden hazer.

          _Pin._--A ellos, hermano; mueran, o entremos en la casa
          con ellos.

          _Pol._--No oyes, señor, qué denodados vienen Felisino y
          Pinel? que Fulminato estará guardando la posada.

          _Flor._--Anda, guarda essa capa, y dexa me entrar en
          ellos, que no deuen ser los que piensas. Quién viene?
          hablad quién soys, o defende os.

          _Fel._--A, hermano, que Floriano es éste. A, señor,
          reposate, que tuyos somos hasta la muerte.

          _Flor._--Pues qué venida es essa? venis huyendo o haueys
          visto otra gente?

          _Pin._--Señor, nuestro huyr era venir en vengança de tu
          persona, pensando que eran otros los que salian, estando
          nosotros en vela al puesto de tu entrada, aguardando te.
          Pero loado Dios, que todos estamos seguros.

          _Flor._--Pues Fulminato, qué es dél?

          _Fel._--Señor, si esse valiente no estaua dentro contigo,
          no le hemos visto.

          _Pol._--Vamos, señor, que aclara el dia; que Fulminato
          estara durmiendo, porque sus hazañas no son para en
          compañias, sino para solo.

          _Flor._--La cuerda, no la dexassedes en el muro?

          _Pin._--Yo la lleuo, señor.

          _Flor._--Vistes si queda rastro en la pared para poner
          sospechas con la claridad?

          _Fel._--Señor, no, porque el muro es de fina argamasa;
          quanto más que, quien algo supiere ponga nos la demanda.

          _Flor._--No lo he por esse temor; pero porque si ouiesse
          sospecha, en ser en casa de mi señora, temo el menor
          sonido en su quiebra.

          _Pol._--Señor, el lugar por donde vamos, que es la calle,
          no guarda secreto; por esso, andando y callando, no se
          suelte palabra de que se coge sentencia. Porque en la
          pared, aunque quede huella (si no queda çapato) más se
          dira que entrauan a hurtar fructa que a escalar la casa,
          que está despues por si con buenas paredes.

          _Flor._--Sea lo que fuere: pues estamos en casa,
          tractemos de otra cosa. Tú, Polytes, sube te conmigo,
          y vosotros yos a reposar, y por el dia buscadme a
          Fulminato, y hablad me todos tres juntos; y en lo hecho
          aya todo silencio.

          _Fel._--Señor, en todo pierde cuydado; pero agora,
          hermano Pinel, me di qué tienes determinado de ti?

          _Pin._--Yrme desarmar y dormir vn rato.

          _Fel._--Pense que me salieras a otra cosa; por esso
          tambien quiero yo hazer lo mesmo, que Fulminato, si es
          viuo, él nos buscará con alguna hazaña o patraña suya.

          _Pin._--Diga lo que se pagare; vamos de aqui.

          _Flor._--Qué te paresce, Polytes, cómo la fortuna que
          otras vezes me tornaua muy atras su rueda, agora tan sin
          pensar lo me encumbró tanto?

          _Pol._--A la fe, siempre fue ansi, que al que Dios bien
          quiere, la casa le sabe, porque vemos que, encaminando
          el hombre sus cosas por consecucion de algun fin, si
          el tal es de Dios, y Dios lo encamina, ni ay barranco
          que lo quite, ni estoruo que lo desuie. Porque Dios da
          siempre al hombre como lo meresce, y le inclina para lo
          que es y le da saber y fuerças para lo que él le crió,
          por donde cada dia acontesce que vemos vn hombre muy
          constante, muy orgulloso, muy importuno, muy desuelado
          tras alguna cosa, y otros tiempos le veremos luego tan
          dexatiuo, tan mortezino, tan oluidadizo, tan descuydado,
          que no sabiendo el por qué nos espantamos de tal extremo
          de viuir. Y esto es, a mi ver, porque de primero la
          naturaleza le empellaua hasta venir al punto de aquello
          a que Dios le tenia. Y hauido, como se quieta su natural
          inclinacion, buelue al proprio sér suyo; porque el desseo
          de vna cosa haze al hombre auiuar por hauerla, en tanto
          quanto la estima y la ama, y despues en más la tiene
          quánto, más amando la, la ouo con mayor difficultad; y
          ansi con tales variaciones que vemos en el hombre dizen
          que es mal animal de conoscer de los hombres. Y aunque
          perdones mi largo razonamiento, digo que en lo que ha
          passado esta noche deuemos de admirar nos de los grandes
          secretos juyzios de Dios, y como no sabe el hombre a
          la mañana lo que será dél al medio dia; y por tanto,
          siempre cumple andar en vela, y siempre tan aparejedos al
          querer de Dios, que se haga su voluntad en nosotros más
          por curso natural de virtud que por resistencia contra
          natural de vicio.

          _Flor._--Has hablado tan compendioso, que me has
          despertado a mirar si eres tú Polytes. Pero concluye la
          aplicacion de tu plática al por qué de la materia en que
          tractamos.

          _Pol._--Mi señor, como toda Ja sabiduria es de Dios, no
          es difficultoso a su potencia dar noticia de sus cosas,
          o por sabios o por idiotas. Porque como para ello les
          basta poner por instrumento la lengua, y aun aquella se
          la gouierna Dios a lo que él les manda dezir, ansi es que
          en baxos supuestos puso Dios muy grandes cosas, porque en
          sí pusiessen más admiracion, y leuantassen los juyzios
          de los que las oyan y vyan a tener más atencion a la
          potencia y sabiduria del Hazedor. Pero dexando si esto
          acontescio en mí agora o no, o que si me dio Dios alguna
          centellica de su saber para dezir como idiota lo que a ti
          tan sabio pusiesse en admiracion, no me hallando capaz de
          tal infusion de Dios, digo que lo dicho me ha platicado
          la experiencia, que es muy sabia madre de los hombres.

          _Flor._--Ansi es, que dize la escriptura que en los
          antiguos está la sabiduria; y el por qué, es porque ay la
          larga experiencia. Pero como tus dias no pidan esto en
          ti, quiero que declares la experiencia que tienes.

          _Pol._--Muy al juego del descubierto te viamos, señor,
          hasta agora descartar de vna inquietud que tenias
          contigo; viamos te con vn leuantamiento de juyzio; viamos
          te enfermo, triste, quexando te de llaga donde no viamos
          herida. Y viamos te, lo que más era, muy puesto en
          parescer contra el comun parescer de Dios, manifestado en
          las ordenaciones de su iglesia y sancta ley. Viamos auer
          dexado tu tierra, tu estado, tu reposo, tu gouernacion
          de señorios, a que la consciencia te deurian obligar en
          muchas cosas. Viamos te siguir por buenos y malos medios,
          muy a costa de la honra, del alma, de la salud, de la
          vida, de la hazienda, y del reposo de tu casa. Y como
          todo está visto en ti, mirando el porqué, viamos ser sola
          vna muger que, aunque de grandes partes de merescimiento,
          al parescer de los que te viamos, nos parescia que
          dauas mucho más de lo que valia la joya. Y pensauamos
          que, segun quien tú eras, a menos costa hallaras quien
          te rogasse, y con todo viamos que a más costa querias
          rogar. Y a todos, finalmente, los que algo nos doliamos
          de tus daños nos parescia que yuas muy agua arriba.
          Pero, concluyendo mi plática, segun lo que oy he visto
          yo solo de los tuyos, digo yo solo que lo que hazias lo
          obrauas tú y lo encaminaua Dios, que de malos medios saca
          buen fin; y ansi lo va començando nuestro señor en tus
          negocios, pues tan subita y no pensadamente lo ha hecho
          Dios como jamas tú lo imaginaste, y aun creo con menos de
          lo hecho te dieras tú de antes por pagado, y bien pagado,
          de tus afanes passados. Pero, al fin, Dios da quando da
          como quien él es.

          _Flor._--Has dicho tan grande verdad, que, segun lo
          que tú has dicho, has bien mostrado ser tu lengua más
          instrumento de Dios que de tu proprio entendimiento.
          Porque te digo que por tan sólo que mi señora me quisiera
          hablar diera por poco todo lo que me ha costado de costa
          temporal y spiritual, y trabajo de la propria persona.
          Y agora, viendo que van las obras en mi fauor más de
          lo que supo imaginar mi entendimiento, ni dessear mi
          desseo, aun dubdoso pienso que ha sido sueño lo que por
          mí en realidad de verdad ha passado. Pero dime tú si es
          imaginado, o fue ansi, que con dezir lo tú se asossegara
          mi espiritu affligido.

          _Pol._--Difficultosa cosa me pides, porque, cómo creeras
          a mi palabra si no crees a lo que en hecho ha passado por
          ti? y cómo tendras mi sí por no mentiroso, pues tienes el
          de Belisea verdadero por dubdoso? cómo creeras a mí, que
          fuy testigo, si no crees a tu señora, a quien y de cuya
          boca oyste tú mesmo que quedaua y se otorgaua por tuya?
          Dime, cómo creeras a mí que te diga que fue sueño, si no
          crees a los abraços y besos que como a tu esposa le diste
          con su aplazimiento? Torna sobre ti; mira que agora te
          has de tener en más; mira que has de tractar mejor; mira
          que ya Belisea tiene jurisdiction sobre ti; mira que te
          mandó boluer a ver la la noche que viene, y que, si no
          duermes parte del dia, no podras suffrir lo, ni estaras
          para que ella goze de ti. Por tanto, da vn rato de sueño
          al cuerpo, y despues, despierto, será instrumento de lo
          que tanto dessea tu voluntad, como es que ya fuesse hora
          y nunca se acabasse la hora de verte con tu señora.

          _Flor._--En todo veo que gouierna oy Dios tu lengua;
          yo quiero hazer tu parescer: yo me quiero yr a dormir,
          porque tú hagas lo mesmo. Porque de oy más, como por
          cosa que me fue encomendada de mi señora, tengo de mirar
          más por ti. Y bien me acuerdo ya que por su mandado te
          di de mi mano muger, y ansi por mi señora como por mi
          tengo gran obligacion a te fauorescer. Y con esto te ve a
          dormir, y ver me has antes de comer, y aunque no me aya
          leuantado, no dexes de entrar a verme.

          _Pol._--Señor, reposa, que ansi lo haré con el ayuda de
          Dios que nos gouierna.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXIIII

          Luego de mañana va Fulminato a Marcelia, y cuenta le lo
            que le acontescio, haziendo la creer que dexó muerto al
            Despensero y a Grisindo, y pide la plata que auia dexado
            el dia antes, lleuando la cena. Va se Fulminato. Viene
            Felisino y Pinel, de los quales se informa mejor de lo
            que passó.


            FULMINATO, MARCELIA, LIBERIA, FELISINO, PINEL.

          [_Ful._]--O, quán a mi contento y sabor he dormido, que
          ya son más de las siete del dia, y no he visto oy ningun
          bullicio de gente de casa. Que aunque la cama no ha sido
          la mejor ni más blanda del mundo, pero el desseo con que
          de dormir me eché en ella y el gran temor con que me
          acogi anoche, me hizieran no sentir, aunque fuera cama
          de galera. Pero con todo esso, a Floriano y a los que
          yuan con él, si los han ya muerto? toda la casa está muy
          en paz; no deue de hauer mal ninguno. Quiero, antes que
          nadie me gane por la mano, yr en casa de Marcelia en
          achaque de yr por la plata que allá quedé ayer; y antes
          que otro la auise de lo que passó anoche, haré la yo
          encreyente lo que quisiere, y quiça hallaré rastro de mi
          capa de grana, que perdi por ganar la vida a bien correr
          anoche, que por ser tan conoscida por mia me pesa más
          que por sólo perderla. Tambien, si a dicha tomo lengua
          de quién eran los que anoche me ojearon, miraré cómo me
          cumple andar y de quién me deuo guardar. Y si mucho fuere
          que digan que dexé la capa, como no yua conmigo quien me
          desmienta, todo será dezir que por alcançar los que me
          huyeron se me cayó. Y con esto encamino a la mano de Dios.

          _Mar._--O, qué mal he dormido esta noche! que con el
          ruydo que anoche oy a la puerta no he podido sosegar, de
          cuydado temeroso. Pero tú, Liberia, nada bastó a poner te
          cuydado que te quite sueño.

          _Lib._--A la he, bien que no; por mi salud que oue harto
          miedo; pero como turó poco el ruydo, torné me a dormir,
          aunque todo se me ha passado en vnos sueños pesados y
          desuariados.

          _Mar._--Pues, por tu vida, hija, que yo soñé que oya dar
          vozes al Despensero de Lucendo, y que despues le via
          tendido muerto a estocadas enbuelto en su sangre.

          _Lib._--Quasi lo mesmo fue de mi sueño, que soñe que via
          yr huyendo a Fulminato, y despues le via quedar muy mal
          herido. Y esto, madre, me paresce que lo ví tan claro,
          que a no ser malo dar crédito a los sueños, lo tuuiera
          por verdad.

          _Mar._--Dios quiera que no sea algun mal agüero, porque
          ayer yo vi de mal talle al Despensero en contra de
          Fulminato, que tan poco huelga mucho de que él entre
          en esta casa. Y como Floriano hauia de yr esta noche a
          ruar, Fulminato iria bien a punto y bien acompañado, y
          el Despensero, si le encontró, siendo los otros muchos,
          matar le y han[690] en fauor de Fulminato; y despues los
          malhechores vendran se a mi casa para pensar de hazerme
          plazer. De donde las gentes sospechosas tomarán esto por
          indicio para se determinar a juzgar y a dezir que desta
          casa salio el por qué del mal, y si esto es ansí, yo soy
          perdida. Y lo que más me confirma en estos escrupulos es
          que ordinariamente tras los mayores plazeres desta vida
          miserable suelen salir vnos desaguaderos por donde con
          algun mal presente se oluide todo el bien passado.

          _Lib._--Ay, calla! ay, madre, no seas (como dizen) la
          Judia de Çaragoça, que llorando duelos agenos por venir,
          cegó. Cata que lo que de Dios estuuiere ordenado se hará,
          y a lo que Dios hizíere o permitiere hemos de humillar
          la cabeça y subjectar nuestra voluntad. Pues si es cosa
          que Dios haga, nunca será síno para nuestro bien, y si
          Dios la permite, es por algun por qué que no alcançan los
          entendimientos humanos a escudríñar sin errar.

          _Ful._--Boto a mí, que aun no deue ser en pie esta gente.
          Aun, aun si se vrdio acá la tela de anoche, y ansí se
          trasnocharon, y entregan se agora que son cerca las ocho.
          Quiero llamar, que quiça tendremos algun pece en la nasa,
          y aun, boto al sancto Calendario Romano, que tengo de
          llamar con tanta priessa, que no les dé lugar de tras
          paramentos, ní de ascondrijos, sin que se sienta luego en
          la turbacion que haurá en las señoras. Ta, ta, ta.

          _Mar._--Corre, hija, pues estás vestida, que quiebran la
          puerta, y algun mal ay; quiera Dios no sea la justicia.
          Pero mira primero quién es antes que abras; porque si no
          fuere cosa que nos cumpla, mejor le diremos con cortesia,
          y por bien, que se vaya, estando en la calle, que no
          llamando vezinos para tornarle fuera, hecho algun mal
          recaudo.

          _Lib._--O, vengays, quien quiera sea, mucho en nora mala
          (_sic_) más luenga que Mayo, que tal priesa traeys tan
          de mañana; y no vistes el diablo qué importunar tiene a
          despertar vezinos? quién estay?

          _Ful._--Abre, hermana Liberia, que vengo de priesa a vn
          poco.

          _Lib._--Pues si hablaras con tanta furia como llamauas,
          pudiera ser que, como acá no tengamos gana de hauer
          enojos, ouieras de dezir tu mensaje desde la calle, o
          aguardar que bien nos vistieramos.

          _Ful._--Buenos dias, que oy poco madrugays, pues ya han
          quedado de prima.

          _Lib._--Acá no medimos el sueño al son de badajos, ni
          andamos tan a punto al tin tin de campanas, pues no
          esperamos ganar distribuciones. Pero esto te digo,
          y sube, que torno a cerrar, que nos has dado harta
          turbacion.

          _Ful._--Subo, subo, que ya deuen de hauer acudido por acá
          las nueuas.

          _Lib._--Sube, que allá nos contarás esso.

          _Mar._--Buen hora venga contigo; qué pláticas son essas?

          _Lib._--A la fe, que a la mañana y a la tarde anda lleno
          de malicias. Pero dile que nos cuente no sé qué nueuas
          que trae.

          _Mar._--Ay di lo, porque veamos si nuestros sueños se
          absueluen.

          _Ful._--Grandes soñaderas soys las mugeres cuando dormis
          solas, aunque con todo esso aún no sé si acierto en esto
          agora.

          _Lib._--Bien digo yo que todo eres malicias.

          _Mar._--Anda, hija, que la piel mudará la raposa, pero su
          natural no despoja; dexa le dezir lo que le pedimos.

          _Ful._--Ya pense yo que lo sabriades por acá, porque ya
          hauran tañido los campanas.

          _Mar._--Y a qué?

          _Ful._--A finado.

          _Mar._--Ay, Dios, y por quién?

          _Ful._--Por los que perdone Dios el alma, que el cuerpo,
          esta espada y braço se le castigó anoche.

          _Lib._--Y dinos lo ya que es.

          _Ful._--Que, descreo de los quiciales de la puerta del
          cielo, si aun hasta este punto no pense que hauia salido
          desta casa la celada.

          _Mar._--Qué celada? cata que en esta casa se tracta toda
          verdad y llaneza con quien la ama.

          _Ful._--Qué huelgo de hallar os tan sin poder se
          sospechar de vuestro sosiego nada de la alteracion grande
          que creo que haurá oy en el pueblo, y aun de la passion
          que yo tengo de vnos dos locos vellacos: pero o, que digo
          mal, perdone los Dios, pues ya a mí me pagaron, y agora
          estan pagando a Dios. Dexemos lo, que ya será público, y
          dime qué se han hecho los platos de plata que quedé este
          dia acá, que ya me muele el repostero.

          _Mar._--Anda, que en mi casa seguros y guardados
          estauan y estan. Y dime ya: estotro, qué fue? porque la
          alteracion de los sueños desta noche, con lo que agora tú
          propones, me tienen turbada.

          _Ful._--No te turbes de pocas cosas, que quien ha de
          tractar conmigo ha de acostumbrar los oydos a oyr
          destragos que este braço suele hazer. Pero sabreys que
          yendo anoche acompañando a Floriano en cierto negocio de
          harto peligro, mandandome ir delante para asegurar es
          el camino, y al cabo de toda la calle, par de Sanctiago
          salieron me vnos, no sé quántos, y pensando que lo hauian
          con otro, finalmente de todos a los que menos corrieron
          alcançé vnos dos, y tengo por mí que murieron entramos.

          _Mar._--Ay, perdone los Dios si ansi es; pero cómo osas
          andar por las calles? pues sabes que alomenos se ha de
          temer la justicia, que anda muy executora.

          _Ful._--Bien paresce que aún no me conosces; sí, que la
          justicia huelga de contentarme y dissimular mis cosas;
          quanto más que en este pueblo el padre no conosce al
          hijo, y más siendo de noche, y con la presteza que yo lo
          hize, que quando salio gente a los alaridos, ya ellos
          quedauan dando cuenta a Dios, e yo estaua en la posada.

          _Lib._--Y dime, conociste los?

          _Ful._--Hize tan poca mencion de ellos, que tuue por
          poco saber a quién dexaua tendidos, pues no eran más de
          dos los que pude coger; pero, o yo mal conosci, o eran
          criados de Lucendo, que pensaron de oxear nos de su casa.

          _Mar._--Ay, cuytada yo, si ansi es.

          _Ful._--Escozio te? pues espera que yo te la armaré de
          veras.

          _Lib._--Y cómo te parescieron de aquella casa?

          _Ful._--Porque como al apellido de los que traya heriendo
          caydos, como salieron candelas, me paresce que era el ya
          muerto el despensero de Lucendo; el otro apenas le conozo
          (_sic_). Pero qué es esso, señora Marcelia? qué turbacion
          tan de presto nascida? era tu pariente o enamorado alguno
          de los muertos?

          _Lib._--Y no digas ya malicias, que no caben en todo
          tiempo en burlas. No quieres que llore en sólo oyr dezir
          muertes de hombres, en especial de aquella casa, cuyo pan
          comio mi padre toda su vida?

          _Ful._--Agora te digo que tiene razon. Pero pues te veo,
          señora Marcelia tan triste, fuera de lo dicho, y venir
          por la plata, no te dire lo más que traya que te dizir de
          mi venida tan de mañana, que me preguntaste y con tanta
          priesa.

          _Mar._--Di ya lo que te pluguiere, pues no abres boca sin
          malicia, y dende arriba. Pero qué buscauas tan de priesa?
          que tambien tengo yo que hazer.

          _Ful._--Venia en busca de Felisino y Pinel, y aun Polytes
          y Floriano, que los dexé solos anoche adelantando me a
          hazer lo que en summa te he dicho, y despues bolui en su
          busca, y ni los hallé entonces, ni en casa hallé rastro
          de alguno destos cuatro.

          _Mar._--Ay, que no querra Dios que a Floriano y a tales
          criados como aquellos aya succedido algun mal. Daca,
          daca, Liberia, mi manto, que luego me voy a ver a
          Floriano, o saber qué es esto.

          _Ful._--Mas queda te tú en tu casa, que yo voy con
          esta plata, y allá lo que ouiere, despues te auisaré.
          Y tambien porque aperciba a los continos y gente, para
          librar a Floriano por la punta del espada. Y tú cierra
          tu puerta, que a rio buelto haurá oy grandes desmanchos,
          que yo pienso que se ha de poner a cuchillo y saco medio
          pueblo si luego no hallo a Floriano; y con esto te queda
          hasta la buelta. Allá quedareis, diablos, que agora
          con el temor en casa les dexo; y aun la señora, que le
          escozio el golpe del Despensero. Pues aun yos boto a tal,
          que le ha de amargar, si mejor no pisa, y con esto aguijo
          a buscar esta gente en casa.

          _Fel._--Qualquiera cosa de essas que me has dicho,
          hermano Pinel, podra hauer sido de Fulminato; por esso
          marchemos allá, que aún estará en folga. Y luego daremos
          la buelta con él, que nos contará alguna valentia suya de
          las que suele, y presentar nos hemos a Floriano, que con
          lo que deuio de gozar anoche en su tardada en el jardin
          de la dama deue de estar con gana de hazer nos mercedes.
          Y como dizen: quando nos dan la vaquilla, acudir luego
          con la soguilla.

          _Pin._--Pues vamos presto y boluamos ayna, que aun
          no daria yo la parte de mi ganancia por dos doblas,
          en especial que el ademan que hezimos del denodado
          acometimiento quando él salio del huerto le obligará a
          nos hazer particulares mercedes a nosotros dos, y por
          esso no perdamos por postreros lo que merescimos por
          primeros.

          _Mar._--Ay, mezquina yo, desmanparada, si qualquiera cosa
          de aquellas que aquel diablo ha contado es verdad.

          _Lib._--Ay, calla, madre, no te congoxes ansi por el
          dicho de aquél; que no es possible que tanto reposo
          ouiesse en el pueblo si a vn tal camillero ouiessen
          muerto, ni a ninguno de los otros; mayormente pues ello
          no acontescio (si ansi es) lexos desta calle, y no bulle
          justicia ni nadie; ten lo por de las que suele Fulminato
          forjar.

          _Mar._--Ay, triste yo, que mis sueños no fueron en balde!

          _Lib._--Y calla, madre, no te oya esso persona de juyzio,
          mayormente que, segun nos dizen los confessores, es gran
          peccado creer en sueños.

          _Pin._--Qué te paresce qué passo de frayle combidado
          hemos traydo?

          _Fel._--Subamos, pues está todo abierto.

          _Pin._--Anda, que vn descuydo presto se haze. Llama antes
          que saludes, porque no te reciban con nora mala, y aun
          no veas por ventura lo que no querrias, en especial que
          quiça el dexar la puerta abierta es haziendo del ladron
          fiel por asegurar el campo, porque ya sabes que muchas
          vezes vale más buena cautela que mal consejo.

          _Fel._--Antes buena cautela iguala a bueo consejo en
          muchos casos. Pero subo llamando y hablando, pues la
          madre y la hija hablan.

          _Lib._--Quién sube por la escalera?

          _Fel._--Gente de paz, que andan a robar.

          _Lib._--Si hallaredes qué, será esso.

          _Pin._--Buenos dias, señoras.

          _Mar._--O, bendito Dios, qué mejores nueuas veo que oy de
          vosotros.

          _Fel._--Y qué tales?

          _Mar._--Ay, que ya tenia el manto para yr allá; que rae
          acabó Fulminato de dezir que él se apartó anoche tras
          no sé qué gente, y que como os quedó solos, temiendo de
          vosotros ser viuos, os buscó esta mañana y no halló ni
          allá ni acá nueua de vosotros, y allá va medio corriendo
          otra vez en vuestra busca diziendo que ha de poner a
          cuchillo el pueblo. E aun me aconsejó que tuuiesse a buen
          cobro mi puerta cerrada, porque no me saqueassen la casa
          a rio buelto.

          _Lib._--Y calla, madre, que bien te digo yo que quien de
          ligero cree, de ligero se arrepiente, mayormente por boca
          de quien por jubileo habla verdad. Porque dixo que dexaua
          hechas muertes y destroços que no son para contar.

          _Pin._--Agora me guarde Dios de tal hombre.

          _Fel._--Mas no viste, hermano, forjar aquél? cómo nos
          pudo él ver matar, pues que luego nos dexó y se puso en
          cobro? y tanto que agora veniamos en su busca, porque
          despues nos mandó Floriano buscar le, y que todos le
          vamos luego a ver. Pero qué armas traya?

          _Mar._--No más de la capa negra buena cubierta, y la
          espada en la mano, y la cuera colorada rica vestida.

          _Pin._--Aun quál hará, si le tomaron la capa de grana
          anoche?

          _Mar._--Dexando esto, en que va poco, me dezid cómo le
          fue a Floriano, y qué tal está?

          _Fel._--Cómo le fue, él lo sabe, que estuuo dentro
          veynte horas; qué tal está? quedó bueno, porque segun lo
          mucho que él y Polytes estuuieron dentro, y nosotros dos,
          que aqui estamos, hartos de aguardar ya de fuera, bien
          me paresce que tuuieron tiempo para dexar las damas de
          manera que a los nueue meses nos publiquen lo que anoche
          estotros negociaron, porque este tal no es juego que
          vsando le no se pregone a sus tiempos ciertos.

          _Mar._--Pues dezid me, haueys de tornar otra vez?

          _Pin._--Señora, no nos pidas de esso lo que no sabemos:
          pero pedimos te a ti licencia y perdon, porque andamos en
          busca de Fulminato. Y es bien que le vamos a alcançar en
          casa, antes que amonte a sus negocios, que tiene más que
          vn abogado.

          _Mar._--Pues yo me voy a oyr vna missa, y dar gracias a
          Dios que quedastes buenos. E tú, hija, cierra tu puerta
          y alaba a Dios, y vosotros tomad vuestro camino, que yo
          voy por acá, y auisad me de lo que passa, si algo más
          succediere.

          _Fel._--Ansi lo haremos; ruega allá a Dios por todos,
          pues vas tan sancta. Y tú, hermano Pinel, anda acá, demos
          buelta a negociar lo que nos cumple.

          _Pin._--Encamina, que no te desmampararé.


                                NOTAS:

          [690] Así en el original, _por hian ó hyan: le matar
          hian, le matarían_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXV

          Belisea se quexa de sí mesma por lo que ha hecho.
            Marcelia va a visitar a Belisea, por tambien saber del
            Despensero, al qual encuentra saliendo de ver ya a
            Belisea. El Despensero y Grisindo dan relacion a Marcelia
            de lo que se hizo de Fulminato, y conciertan de yr los
            dos essa noche a cenar en casa de la Marcelia.


           BELISEA, JUSTINA, MARCELIA, DESPENSERO, GRISINDO.

          [_Bel._]--O alta prouidencia diuina, quán altos son tus
          secretos juyzios! quién me dixera a mí que hauia yo de
          disponer del estado de mi persona, sin el consentimiento
          de mi padre? O amor ciego, o amor niño, o amor falso,
          o amor lleno de dulce muerte y breue suauidad gustada,
          con remate de grandes bascas! O plazer leue, y veloce,
          y breue, de sensualidad, con muy largo escozimiento del
          arrepentir de la razon! Dime, amor, hasta agora de mí
          tan oluidado, y no sabido ni entendido, quién te me dio
          a conoscer dentro de mi encerramiento? quién te hizo tan
          amado de mí? quién a ti y a tus adalides y negocios te
          metio por las puertas tan cerradas de mi voluntad? quién
          te tractó tanto de mi amistad con la tuya tan trauada,
          que pospuesta la del que me engendró y tanto me ama, aya
          yo hecho lo que tú me mandaste, desobedesciendo a mi
          buen viejo padre? Ay, captiua de mi! que si te quiero
          negar, no puedo; si te sigo, niego a mi, oluido a mi
          padre. E ya que en mi daño, por te ser affectionada, te
          quiera seguir, ni sé quién eres, ni sé dónde te halle,
          ni tengo señas para te conoscer, más de en quanto a mí
          no me conosciere. Donde has estado, la castidad, mi tan
          amada compañera? porque, aunque ni te he dexado ni pienso
          dexarte, alomenos he dado gran rotura en el recogimiento
          de tu casa. Torna, torna por ti sobre mis descuydos; y si
          quieres no perderme, o desseas que del todo no me pierda
          yo por ti, no me tractes ya como a bien mandada tuya,
          con sola señal de lo que quieras; pero con agro castigo
          de lo que errare, con fuerça me compelle ya a hazer tu
          voluntad, sin dexar me en cosa hazer la mia. Cata que ya
          no me dexes salir de la compañia de las tus familiares
          siruientes, la quietud, la taciturnidad, la modestia,
          la temperancia, la occupacion de virtuoso exercicio, la
          prudencia, la simplicidad virtuosa, la buena y sincera
          sagacidad, con el ayo y guarda que a todas ellas tienes
          puesto, que es el recogimiento. Porque si como, con hauer
          dado pocos passos sin ellas, me hallo ya tan lexos de tu
          casa, que apenas y sin particular guia sabre tornar a
          ella, qué será de mí? dónde iré a parar? si te acordares
          que fuy tan tuya, y me quisieres tornar a ver, dónde me
          podras hallar, si ansi me dexas desmandar como libre?
          pero, ay de mí, qué es esto que digo? pues si me bueluen
          a mi passado encerramiento, con pensar de me apartar vn
          momento del mi Floriano, cómo será possible viuir vn
          hora? Ay, qué suya soy! pues él me quiere, yo le busco,
          yo le amo, yo le desseo, yo le contemplo, y su memoria me
          da descanso, y poco me paresce el tiempo que le veo, y
          mucha la tardança de su absencia. Y pues ya yo por él me
          he oluidado a mí, y con razon, no tengo por mucho poder
          oluidar lo que la propria malicia aparta del hombre, que
          es la virtud, y su tan amigable compañia, de que yo algun
          tiempo fuy solazada, querida, y acompañada, y honrada.
          No es gran inconueniente oluidar o negar el amor natural
          paterno, pues son otra cosa ya distincta de los hijos,
          despues que los engendran, por seguir aquello que más el
          amor haze vnos en voluntad, como son el marido con la
          muger, y la muger con el marido. Pues ansi lo dize la
          historia verdadera y sagrada: que por la muger dexará el
          hombre el padre y la madre, y lo mesmo la muger por el
          marido; pues en estos dos, que hazen vn estado, siempre
          deue hauer vnidad de voluntarioso amor. Pero, o cuytada
          de mí, y cómo estoy perdida, que ni duermo, ni velo,
          ni sé qué me hago; porque tengo los pensamientos tan
          esparzidos, que con grande dificultad los puedo combidar
          a recogimiento. Quiero, si pudiere, poner me a lidiar con
          el sueño para que tras este mi spiritual cansancio me dé
          algun poco de reposo.

          _Just._--O, cómo he dormido a mi seguro! o cómo tengo
          cuydados a parte con estar hecho lo que se ha hecho!
          Quiero agora, leuantando me, yr a dar orden en lo por
          venir con mi señora Belisea.

          _Mar._--O, bendito Dios, que acá estoy y sin que me
          haya visto nadie; quiero encaminar para arriba, pues
          veo abierto el aposento de Belisea; entraré a ver qué
          haze, aunque por ser de mañana no será leuantada, con
          el trasnochar passado, mayormente que, como primeriza
          en estos saltos, o quedará engolosinada, o al menos
          espantada, si más no ouo de sola vista y habla, aunque
          segun yo los vi a entramos en voluntad picadillos, y
          segun la edad los ayuda a ello, ya se hauran trauado los
          parentezcos (_sic_).

          _Just._--Cata, cata qué buen encuentro el mio: aquella
          me paresce la commadre nuestra Marcelia; algunas nueuas
          visitas deue de hauer, que esta no da passo sin por qué.
          Quiero hablarla, pues con me hauer ya visto no lo escuso.
          Dónde buena tan en buenos dias?

          _Mar._--Por tu vida, y ansi te gozes, que no por más de
          ver a tu señora y a ti, porque por acá no tengo otras
          ouejas que guardar.

          _Just._--Pues a nosotras bien guardadas nos tienes, para
          lo que te cumpliere. Pero ya que veniste, anda acá vn
          rato conmigo a mi camara, hablaremos a solas mientras que
          mi señora se leuanta. Y agora que estás sentada, me has
          de dezir en breue qué es lo que buscauas, y claramente la
          uerdad.

          _Mar._--Ay, maldita seas, cómo desembueltamente y con
          gracia dizes todo lo que quieres! Breuemente, vengo a
          veros; y claro, vengo a saber qué tal os fue anoche del
          juego, y la verdad, es que vengo a pedir os las albricias
          de las nueuas bodas.

          _Just._--Qué llamas bodas? esso me paresce (como dizen)
          hija no tenemos y nombre le ponemos. Y cómo? aun no está
          bien puesto a assar, e ya tú quieres lleuar empringadas?
          sí que basta (pues que ya lo adeuinaste) palabra sola de
          desposorio que llaman clandestino!

          _Mar._--Anda, hermano, que por ay van allá, quanto más
          que Çamora no se ganó en vn hora, ni Roma se fundó luego
          toda. Pero, y dime, que ya os podemos llamar desposadas?

          _Just._--Por esso te auisé que hablasses claro. Has dicho
          de bodas y desposorios, y lo que has querido dezir que
          sabes, y agora repreguntas de lo que passó?

          _Mar._--Pues ansi nos ayude a entramas Dios como si en
          algo he acertado, que lo hablé por lo que tú me dixiste,
          que no porque sepa otra cosa.

          _Just._--Agora te digo que soy poco auisada, pues
          pensando que allá te lo hauian dicho lo que paseamos y
          más lo que quisieron, yo por encubrir secretos descubri
          celada.

          _Mar._--Y anda ya, que a mí, que las vrdo y tramo, no ay
          que me encubrir, pues al fin lo he de saber; por esso en
          breue me di lo que passó.

          _Just._--Pues ya te abri el camino, quiero que lo
          sepas de mí, porque teniendo qué me agradescer, tengas
          obligacion a callar. Sabras que Belisea y Floriano nos
          desposaron a Polytes y a mí, e yo los desposé a ellos
          por vna buena cautela. En summa es esto, y no passó más,
          hasta que ellos se fueron, y nosotras nos quedamos, con
          más de que han de boluer la noche que viene. E créeme que
          no haurá más que te contar para otro dia ni otros dias,
          aunque más vengan a menudo.

          _Mar._--Muy espantada y alegre me has puesto con lo que
          me has contado. Pero espántome de que no sólo no ouo más,
          pero que aun respondes por lo de adelante. Pues cata que
          los tiempos y aun las complexiones y las condiciones se
          varian a las vezes. Pero no mira mi Justina (que entre
          nosotras puede passar) cómo sale verdadero lo que los
          hombres dizen de las mugeres: que aquella [es] casta que
          no es rogada, y aquella no es hauida que no es combatida
          de la importunidad del varon. Porque si bien miras
          en ello, quién pensara que todo el mundo derrocara a
          Belisea? quién algun tiempo la osara hablar de amor de
          varon? quién presumiera pensar inclinar la a la menor de
          las desembolturas que agora haze? qué rey ni cauallero
          pensara hallar la audiencia que agora Floriano, con las
          circunstancias que tú más haurás visto? qué te paresce?
          qué me dizes a esto? Cata que estas y otras cosas tales
          hazen hinchir a los sueltos escriuientes los libros
          de las inconstancias de nosotras las mugeres. Y pues
          haziendo lo que te mandó tu señora, no tienes culpa;
          dime, dime, no estoy en lo cierto?

          _Just._--Doy a la maldicion esta muger, que tan calada y
          ciertamente dize lo que es la mesma verdad.

          _Mar._--Anda ya, no te me corras por lo que acierto, ni
          me hables entre dientes; dime si ay en qué me retracte
          por mentirosa?

          _Just._--Que no sé qué te decir en contra de lo hablado,
          porque te prometo que pocos dias ha que tanto miedo tenia
          yo de nombrar le el nombre de Floriano, que me temblauan
          las carnes en pensar que ante ella se ouiesse de hablar
          palabra que no tractasse de cosa de sanctidad y virtud. Y
          aun para hazer la dezir el sí de lo que le pedi, aunque
          ella lo amasse, no fué tan facil que no lo oue yo de
          otorgar por ella. De manera que no creo que hay muger
          de su suerte, por que, con ser yo cierta que le ama y
          le quiere, no querria querer le fuera de amor virtuoso.
          Ansi, que quiere y no quiere; busca, y teme hallar; goza,
          y huye el gozo.

          _Mar._--Anda, que todo es no lo quiero, no lo quiero,
          etc. Y muchas vezes las mugeres negamos lo que se nos
          pide, desseando que se nos pida. Y esto es porque,
          aunque sea a costa nuestra, queremos que nos compren
          caro, a quien rogando nos, nos querriamos entregar si la
          verguença, y grauedad, y la honra, y en algunas el temor,
          no anduuiesse de por medio. Y ansi muchas querriamos que
          nos tomassen por fuerça (por desculpa nuestra) aquello
          que rogando nos y pidiendo nos, o lo negamos, o no lo
          concedemos dissimulando. E si te paresce que no digo
          bien, enmiendame.

          _Just._--Dizes tanto y tan bien en nuestro mal, que por
          mi parte no quisiera que nos oyera algun hombre por
          mucho, porque no aprendiesse a cómo nos tener en poco.

          _Mar._--E aun porque no le ay que nos oya, hablo yo a
          rienda suelta, porque más verdades se han de saber que
          dezir en todo tiempo. Pero dexando esto, mira si duerme
          Belisea, y si querra que la vea?

          _Just._--Anda acá, y ver le hemos entramas: porque si
          no duerme, esto sé de mi señora, que podras entrar sin
          portero, lo que no todos tienen con ella. Pero oye,
          que hablando está, y quiça será entre sueños, como los
          negocios importantes suelen quedar en los fantasmas y
          soñar los, y aun ablar los la persona entre sueños.

          _Mar._--Pues entra passito, oyamos, porque si duerme
          sería lástima quitar le el sueño de que deue ella, y aun
          tú, andar hambrientas.

          _Bel._--Dime, dime, pues, ya, mi señor padre, qué
          piensas hazer de mí, tan mala hija, tan descuydada, tan
          mal gouernada, tan sin acuerdo de sí mesma, en dar el sí
          suyo a nadie para siempre, sin el tuyo tener primero?
          Pero mira, mi buen piadoso viejo, que yo no lo hize;
          salteada fuy, requerida fuy, pidieron me palabra de lo
          que no pense, y aun tambien yo tengo el sí suyo de ser
          mio; pero él no tiene mi sí de ser aún yo suya. Pero qué
          digo? grande pena meresce la culpa que agora cometi en
          dezir esto, que si no le di el sí de la palabra, di le el
          consentimiento y complacencia de la voluntad. Y entonces
          lo hize, y agora lo aprueuo, y agora y siempre soy tuya;
          mi buen Floriano. Que de Floriano soy, por suya me
          confiesso, y suya sere, y por suya quedé, y por suya me
          glorificaré hasta la muerte. Perdona me, mi bien querido,
          en hauer puesto en plática por duda lo que confiesso y
          confessaré hasta la muerte. Pero ay de mí, que si tú,
          mi Floriano, me oluidas, yo soy muerta, y si doy el
          gualardon que tu buen amor me pide y meresce, yo soy
          perdida. Pero pues menos daño será en que yo muriendo por
          ti gane honra tu fiel amante, que no en dar deshonra de
          mi linaje en hacer lo que el mundo dira, que me amengué
          e abati, aunque yo pensé que ganaria, espera me, señor
          mio, recibe contigo este spiritu y voluntad, dexando este
          cuerpo para mi padre limpio e sin quiebra, y mandando
          y encomendando el alma a Dios que me la dio y compró.
          Ay, que aunque me llama la muerte, la espero y recibo
          muy alegre, por saber que les queda a mis parientes su
          sangre en mí limpia, y mi cuerpo entero, y tú me lleuarás
          esta voluntad. Ruego te que, quando vengas a me ver, que
          si me hallares muerta sin ti, pidas y lleues este mi
          coraçon que por tuyo le tengo, y a ti le mando entregar y
          restituyr, pues muriendo digo que soy del mi Floriano.

          _Mar._--O, qué razones de amante tan delicadas! o, con
          qué sospiro tan del coraçon ha callado!

          _Just._--Ay, mezquina yo, qué mal tan grande! llega,
          llega, que tan muerta está como su madre. Ay, mi señora,
          ay, mi bien, o, desmamparada yo!

          _Mar._--Calla calla, no hagas alboroto, que desmayo
          es; que si miras le está saltando el viuo coraçon, que
          paresce que se le quiere yr para donde está Floriano.

          _Bel._--Ay, quién me ha llamado de la lucha de la muerte,
          con el nombre de aquel que me da la vida?

          _Just._--Esfuerça te, señora; mira que está aqui Marcelia.

          _Bel._--Estás ay, Marcelia?

          _Mar._--Aqui estoy, mi señora; di me qué tal te sientes?
          y mira si mandas algo para Floriano, porque en dando me
          licencia tú, le voy luego a ver y a dezir le qué tal
          quedas.

          _Bel._--Ay, no le digas que me viste mala, porque le
          daras pena.

          _Mar._--Pues, por tu vida, mi angel, que si no te
          muestras más solazosa, que le diga como te vi tal, que
          temi de tu vida, y con esto él que tanto te ama, dale por
          muerto, y serás tú la causa por no te esforçar.

          _Bel._--Yo me esforçaré; calla, que buena estoy, sana me
          hallo; que no te espantes que tanta furia obre tanto en
          vn tan flaco supuesto como el mio. Pero dime, qué buscas
          por acá? y si sabes qué tal está aquel cauallero a quien
          tú deues mucho?

          _Mar._--Bueno está al que deuo mucho, y de quien espero
          de hauer muy mayores mercedes, despues que tú le des vna
          deuda que de amor y esposo que le eres obligada.

          _Bel._--Qué deuda es essa, para salir della? y cómo sabes
          tú que la deuo en essa manera de contracto?

          _Mar._--A mí, que sé muchas cosas de muchos que ellos no
          me descubrian de su buena voluntad, no preguntes cómo sé
          esto, pues sabes que la sé. La deuda que le deues, si ya
          no me entendiste, temo el dezir te la.

          _Bel._--Si es porque está Justina presente, ella se
          saldra luego fuera, aunque no ay cosa que a mí se me
          pueda dezir que ella no pueda bien oyr la.

          _Just._--Señora, antes será bien que yo salga a guardar
          que no entre nadie, porque yo huelgo que te alegres a
          solas con Marcelia. Como que yo no entendi ya la deuda
          del matrimonio, que ella entendio tambien, que le dixo la
          otra! Y aun asuadas que si Belisea toma los consejos de
          la que tiene delante, que presto sane en la sensualidad
          la concupiscible, y aun enferme la razon en la voluntad
          con la obra de fuera. Pero allá lo ayan: su alma en su
          palma. No diga, despues de resfriado el gozo: tú me
          engañaste, por ti me perdi; de manera que, salida la
          preñez a luz, lo pague Justina en tinieblas de prision o
          muerte, o deshonra, o malauentura; porque la soga ha de
          quebrar por lo más flaco. A la fe, allá se lo aburugen
          en secreto, que de tales secretos ganancia es perder la
          parte.

          _Bel._--Ea, pues estamos solas, por qué no me dizes qué
          deuda es la que deuo á Floriano?

          _Mar._--Deues le grande amor, grande voluntad, grande fe.

          _Bel._--A todo esso le tengo pagado con otro tanto;
          porque si me ama como a sí, yo a él más que a mí; si me
          tiene voluntad, yo se la di toda la mia; si me tiene fe,
          yo me negue a mí y negue a mi padre, y negaré todo el
          mundo por sólo su amor.

          _Mar._--Pues para coser esse vestido de amor falta el
          hilo de las obras?

          _Bel._--En qué más obras?

          _Mar._--En... en dar le... en dar le tú...[691]

          _Bel._--Y dilo dilo, acaba ya.

          _Mar._--No oso.

          _Bel._--Luego algun mal deue ser lo que dizes que le deuo
          de dar, pues con te lo rogar no lo quieres dezir!

          _Mar._--Ay, angelito, que no es sino la mejor, y mayor, y
          mas estimada joya que oy de ti se le podria dar. La qual
          él hauiendo y tú gozando, él seria el más felice amante
          de la casa de amor, y tú vna de las gozosas del mundo.
          Pero agora, tú enfermando más y más, él es el más penado
          de los penados, y con razon penado, hasta que le des...

          _Bel._--Dime ya el qué.

          _Mar._--La joya preciosa de tu cuerpo.

          _Bel._--Con razon lo dudauas dezir. Pero dime: quien
          le da del cuerpo el coraçon, y le da las entrañas, y le
          da la memoria, y le da el entendimiento y le ha dado la
          voluntad, y le dara la sangre toda, y le dara la vida,
          qué don le daria en dar le el desamparado muerto cuerpo
          de tierra? No te paresce que le haria injuria dar le en
          muestra de amor el cuerpo muerto, teniendo él en mí por
          suyo todo lo que en el cuerpo viue?

          _Mar._--Ay, la mi señora, que más muestran sentir tus
          respuestas viuas de mis dichos que saben dezir mis
          palabras. Pero mira que el que da parte al amante, y
          reserua para si parte, muestra que no le ama en todo.

          _Bel._--No te entiendo; porque si dizes de la
          communicacion de los que se aman, no es muestra de
          defecto en amar el no communicar lo que no suffre
          communicacion dentro los límites del tal amor.

          _Mar._--O qué plazer es hablar contigo, pues auiuas al
          entendimiento de quien te habla, para que sepa hablarte.
          Y ansi quiero dezir, pues dizes que no me entiendes, que
          o a Floriano, que te tanto ama, le amas como a hombre o
          como a angel?

          _Bel._--Amo le por hombre, y paresce me más que angel.

          _Mar._--Pues luego has le de communicar, como a amado
          hombre, lo que la amante muger tiene communicable en
          el tal amor con el tal amado. Y el amante hombre, por
          consiguiente, ha de communicar con la amada muger lo
          que el tal amante hombre tiene debaxo el tal amor
          communicable.

          _Bel._--Pues essa reflexiua communicacion, en qué
          consiste?

          _Mar._--Qué, aún hazes de la boua? pues espera. Los
          amantes entre sí han de communicar las voluntades, las
          haziendas, las hablas, las conuersaciones y las personas,
          siendo (como dicho tengo) el amor de entre hombre y
          muger. Porque si son o entramos hombres, o entramas
          mugeres, como tú e yo, mal podriamos communicar nos en
          todas estas maneras de communicacion, pues faltaua el
          vinculo de la vnion natural de los cuerpos. Pero de ti
          para Floriano, y de Floriano para ti, faltando alguna de
          las sobredichas condiciones, no ay communicable cierto
          amor, y muy menos si la communicacion ha de ser de
          amores, como la de vosotros (Dios os guarde tan para en
          vno) se permite faltar la principal, que consiste en la
          communicacion de los cuerpos y personas, de donde resulta
          la gloria ygual en los amantes. Y pues ya no creo que
          dexarás de hauer me entendido, si quieres entenderme, y
          tú sanar, digo, concluyendo, que pues tú toda te llamas
          de Floriano, y Floriano es todo tuyo, tú le deues a
          él dar quanto tienes, y él a ti quanto puede. Porque
          esta ventaja tiene la muger en el mostrar el tal amor:
          que ella, amando, puede dar quanto tiene, y él quedar
          certificado de que se le da todo lo exterior; pero él
          puede dar quanto él puede en tal caso, y no quanto ellas
          quieren. Y esto mejor te lo declarará la experiencia
          communicandolo, que no mi lengua parlandolo. Pero créeme,
          mi amor (mira Dios te guarde que eres niña, e yo ya
          tengo muchas experiencias en esto que tracto, y muchas
          lazerias en lo que viuo), que mientras te picares de
          estar te entera toda tu vida, que entera te quemarás, y
          entera te dessearás, y entera te desharás, y entera te
          comerá la tierra, y al cabo al cabo (pues no ay quien
          nos oya), esso que tú ya me entiendes, para communicarlo
          con el varon te lo dio Dios a ti, y a mí, y aun a la
          reyna. Pues allende de ser natural la tal communicacion
          para el augmento de las razonales criaturas, dizen (y
          aun digo que sé que es ansi) que en esto naturalmente
          dessea la muger al varon, como la tierra seca el agua
          para produzir, y la materia a la forma para ser informada
          de ser perfecto. Y si tú quisieres ser sana de todas tus
          indisposiciones interiores y exteriores, haz lo que digo,
          y culpa me si mal te fuere, y mal te supiere, y con esto
          callo.

          _Bel._--Tanto dizes y tanto rodeas, que aunque no quieran
          te han de entender los que te escucharen, y aun creer
          te los que te entendieren, y precipitar se los que te
          creyeren. Pero di, Marcelia, y la honra de la donzella?

          _Mar._--Que la ponga en poder y guarda de su marido cuya
          es más al proprio.

          _Bel._--Peligrosa estás; y porque veo que me derruecan
          tus persuasiones a creerte, y de tal creer saldria la
          obra, y de tal obra mi perdimiento, porque no tengo
          por muy limpias tus palabras, ni por en todo sanos tus
          consejos para mí, cesse esta plática. Y porque huelgo
          que sepas con todo esso que amo y quiero a Floriano más
          que podria dezir te, ve me le a visitar, y la visita sea
          de mi parte. Y no le digas que estoy mala, pues si lo
          estuue, fue hasta que me dixiste que él estaua bueno.
          Y lleua le este anillo que yo me quito del dedo del
          coraçon, para ver si con traer le él tornará a cobrar
          la virtud que esta piedra solia tener para el mal de
          coraçon, aunque no de los males y de la qualidad del mio,
          cuya raiz del mal procede de la infecionada voluntad,
          herida del sensual querer. Y digo que le digas que se le
          doy en señal que quedo por suya atendiendo le para el
          quando me prometio, e yo le atendere la palabra que de
          mí tiene, y agora de nueuo le torno a dar por ti. Y tú
          toma por la vista, y porque te hago embaxadora de gran
          entidad, que es del credito de mi voluntad. Y quiero que
          de mi mano llenes esta cadena de oro, con esse joyel de
          piedras ricas, y que pues le quito yo de mi cuello, le
          pongas tú al tuyo, y ve con Dios, que vendra mi padre
          como suele, y llama me luego a Justina, que me dé de
          vestir.

          _Mar._--Yo voy con tu gran merced, y con mucha mayor
          esperança, a cumplir tu mandado, pues sé que sere bien
          recebida, y aun gualardonado mi camino allá.

          _Just._--Buena sales hecha dama con tu joyel.

          _Mar._--Porque sé que no te pesa que me la hayan dado
          le saqué ansi como me le pusieron, hasta que le viesses
          tú, y luego doy con él en la bolsa. Y tú entra a dar
          vestido a Belisea, y alegra la, y alegrate, que tambien
          dare tus encomiendas, hasta que presto veas al tu joyel
          que tú tienes en tanto y más, y con razon, que yo éste.
          Pues éste cumplira mis necessidades, y aquél cumplira tus
          plazeres; y pues ansi te me acoges de vergüença, ve con
          Dios. Agora digo yo que no creo en sueños, pues tan al
          contrario me salieron en bien, de tanto mal como ellos
          me representaron. Pues aun yo seguro que el anillo que
          no me rente poco. He alli el Despensero, mi sueño del
          todo mentira, y aun la de Fulminato salio más aprouada.
          Visto me ha: quiero guardar estas joyas porque quiça no
          las conozca, ni aun no presuma cobdiciarlas, como el otro
          necio mis ganancias; porque dizen que ojos que no veen,
          coraçon no dessea.

          _Desp._--A, señora, y por acá estaua tanto bien?

          _Mar._--Bien o mal (como dizen) mi casa le sabe; pero
          gran rato ha que entré a ver a Belisea.

          _Gris._--Yo bien te vi, señora, pero pense que eras otra,
          como andays las mugeres quando quereys tan arreboçadas,
          que aun el marido no conoscera a su propria muger.

          _Mar._--Ni aun con todo esso a vosotros los hombres
          espantamos para que nos dexeys, ni aun ansi nos podemos
          encubrir de los ojos placeros vuestros.

          _Desp._--Los ojos para mirar los dio Dios al hombre.

          _Mar._--Dexemos essas pláticas agora, y digo que huelgo
          que me mintieron de vosotros vnas ruynes nueuas.

          _Desp._--Qué tales?

          _Mar._--Que os hauian muerto a entramos esta noche, y aun
          yo que auia soñado vn sueño que salia a ello.

          _Desp._--Por esso dizen que no creas en sueños. Pero
          quién te pudo dezir tal?

          _Gris._--El valiente de la capa de anoche seria.

          _Mar._--Quién era esse?

          _Desp._--Fulminato, que si le preguntas a Grisindo qué
          pies tiene, haurás plazer.

          _Gris._--Pregunten lo a él, que le valieron los pies
          que no le alcançasse, aunque me tengo por suelto. Pero
          de su valentia dara testimonio la capa que arrojó al
          Despensero, pensando que era toro.

          _Desp._--Callemos en esto, que tengo pena porque no le
          cogi.

          _Gris._--Por Dios que, segun corre, que no le tomen si no
          es con lazos. Pues dezir que él esperará a vn rapaz que
          le haga rostro, es por demás.

          _Mar._--No acabo de espantar me de ver sus embustes; que
          oy me dixo que le hauian salido vn tropel de ellos, y que
          a los dos que alcançó dexó muertos, y que al vno conoscio
          con las candelas que sacaua la gente al ruydo por las
          ventanas, y esse dixo que eras tú.

          _Desp._--Pues porque para que rias bien lo que passó, y
          comiences a creernos, muchacho, baxa essa capa de grana
          que está sobre essa mesa, y otro dia conosce quién es
          cada vno, y toma la, señora, o mira si mandas que te la
          lleue este moço. Y esta noche nos ten por combidados a
          cenar, que yo mandaré lleuar todo recado a tiempo. Y
          sobre cena oyras lo que passa, y aun con determinacion,
          que si le cojo de camino, que él me pague hecho y por
          hazer.

          _Mar._--No cures de enojos; pero ven quando mandares, con
          que no vayas con gran tropel.

          _Desp._--Grisindo e yo solos; por esso ve con Dios.

          _Mar._--Yo me voy, y lleuo la capa so el manto, porque
          si la veen al moço, es conoscida, y descubrir se ha la
          celada.

          _Desp._--Haga se como mandares; ve con Dios.

          _Gris._--Qué aguijar lleua el diablo; grandes tramas deue
          de vrdir con Belisea.

          _Desp._--Alla se lo hayan, mugeres son: ellas se
          entienden. Subamos si quieres, que se nos enfriará el
          almuerzo, que nos aguarda sobre la mesa.

          _Gris._--Vamos luego, y acuerda te de la cena que sea con
          tiempo.


                                NOTAS:

          [691] Lo que señalamos con puntos suspensivos está
          indicado en el original con comas: una coma en cada lugar.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXVI

          Yendo Marcelia, y subiendo sin llamar en su casa, asconde
            la hija vn estudiante en vna nassa dé pluma, y haze a la
            madre encreyente que tiene allá la criada de Gracilia
            huyda. Vase Marcelia a reñir a la Gracilia por la criada:
            entiende lo Gracilia, y dissimula con Marcelia. Vase
            Marcelia a Floriano con su mensaje de Belisea. Gracilia
            va a Liberia, y echan el estudiante fuera de mala manera.


            MARCELIA, LIBERIA, GRACILIA, PINEL, ESTUDIANTE.

          [_Mar._]--O, quán dichosa he estado oy en venturas. Y
          pues oy todo me va de bien en mejor, quiero aguijar tras
          la fortuna, e yr a mi casa a sólo dejar estas preseas,
          y caminar por la ganancia que espero de Floriano. Pero
          qué encerrada esta mi hijuela, y otras vezes tiene toda
          la casa de par en par. Ta, ta, ta. Asuadas que, segun
          sus cuydados, que duerme ella agora. Quiero ver si podra
          caber me la mano, y abrir esta aldaua desta escalera.
          Bien está, [a]un hasta en esto tuue dicha de abrir tan
          presto, y por tanto dizen que es peligroso el ladron de
          casa.

          _Lib._--Ay, mala landre me mate, desdichada y perdida yo,
          que mi madre suena ya arriba. Ay, señor, por la passion
          de Dios, que te metas en aquella nassa de aquel rincon
          que está a lo obscuro, porque mi madre luego entrará
          acá en la camara. Y en tanto yo salgo a detener la en
          palabras. Ay, Jesus, madre, y cómo abres ansi la puerta
          sin llamar, que toda me has turbado de miedo, que pense
          que era otro.

          _Mar._--Mas esta te tú dormiendo al cabo de medio dia,
          que ansi se haze la labor!

          _Lib._--Mejor me ayude Dios que dormia.

          _Mar._--Pero acechauas[692] los ratones. Mas con todo,
          qué suena en la camara? espera, vere quién es.

          _Lib._--Oye, madre, lo que passa, ques vna poquedad, que
          hauras verguença de oyrlo.

          _Mar._--Qué es?

          _Lib._--De mi prima, que porque le quebro la su muchacha
          vn cantaro, la dexó medio muerta, y ella se me acogio a
          casa, tal que no está de uer; que por mi vida si ella se
          fuera a los alcaldes (como quiera si yo la dexara), que
          no le fuera bien a mi prima; en especial que esta es vna
          muchacha callada, y esclaua en seruicio, y sabe quantas
          flaquezas ay en mi prima. Mira, pues, si fuesse con ellas
          a plaça, qué ganaua mi prima, que no sabe suffrir algo.

          _Mar._--Pues qué es de la moça?

          _Lib._--Ay la tengo medio por fuerça, que desque te oyó
          llamar, pensando que era su ama, se me abscondio. Pero
          como ya te reconoscimos ser tú, estaua me agora rogando
          que no te dixesse nada, y creo que se metio tras tu cama,
          más arañada la cara que no sé qué me diga.

          _Mar._--Anda, saca la acá.

          _Lib._--Ay, madre, por amor de mí y por el siglo de mi
          padre que no la afrontemos, porque se encomendo a mí que
          la encubriesse, y mejor será que por bien yo la torne a
          mi prima, que no que se nos huya de entre manos.

          _Mar._--Pues luego esté se, que yo la dexaré, y quiero
          entrar allá a desembaraçar me desto que traygo.

          _Lib._--Pues daca, que yo lo pondré allá.

          _Mar._--Y calla, boua, que pues ella está escondida e yo
          no la buscaré, mejor es que me vea entrar y que no la veo
          ni hago caso de ella, y ansi no pensará que yo sé que
          está dentro. Y luego en saliendo, yre a tu prima, y la
          daré vna mano sobre ello de lengua.

          _Lib._--O soberana vírgen sancta Maria, y guarda me oy
          con mi honra, que yo no osaré entrar con ella dentro,
          porque si halla al otro, yo no paro en esta casa.

          _Mar._--Dime, Liberia, por qué no hazes esta cama? que
          paresce que puercos la hoçaron. En toda tu vida has de
          ser para nada; cata, hija, que las moças han de ser
          calladas, y desembueltas, y suffridas, y estar en su
          casa, y no andar de vezino en vezino, y cata que dizen,
          que oy te reñire y mañana te halagaré.

          _Lib._--Por mi salud que aquella plática endereça mi
          madre a la moça, que piensa que está allá escondida.

          _Mar._--Este joyel quiero guardar en este cofre mio (que
          la capa aquí se quedará sobre esta cama hasta que yo
          buelua, que la coja y la guarde). Pero cata, qué diablo
          de loba es esta que está en este estradillo de mi cama?
          y qué porqueria tan grande! Jesus, Jesus que hedor de
          orines! que el jarro está derramado. O, maldita sea
          esta lebronaza, que de vn dia para otro se los dexa en
          el jarro, que basta a dar pestilencia tal hedentina.
          Di, maldita tú seas, que huyendo salgo de tal hedor, no
          puedes derramar los orines luego de mañana? y aquella
          loba que alli queda cúya es, o cómo está alli?

          _Lib._--Luego no te lo he dicho?

          _Mar._--Y qué?

          _Lib._--Que diz que queda vn abad o estudiante en casa
          de mi prima, y ella que dio en la moça, y la moça tomó
          la puerta, y con su loba a cuestas; a gran dicha yo que
          asomé a la puerta la vi que se yua a presentar y a quexar
          al alcalde Ronquillo, y lleuaua la loba para testigo de
          las cosas de mi prima. Por esso mire si hize chico bien
          en detener la moça, segun yua denodada y mal parada, y
          con su loba a vista de todo el mundo.

          _Mar._--Que esso passa?

          _Lib._--No te añado punto.

          _Mar._--O, maldita sea aquella loca, que nunca mirará lo
          que haze, que todo piensa que es ser de su llaneza de
          condicion! O, hi de puta, pues y a qué paxaro se yua la
          muchacha! si vna vez entrara en este barrio, por nuestros
          peccados que hallara razonable presa. Y aquella necia,
          despues de que él la eche la garra y la afrente en Dios
          val con su sentenciar en cerco, busca me por ay la suelda.

          _Lib._--Y aun por esso, madre, hize yo lo que he hecho.

          _Mar._--Heziste lo mejor del mundo. Dame acá la loba, y
          lleuar se la he so el manto, y dire le lo que no quiera
          oyr. Que, por mi vida, que a mi sombra está tenida y
          honrada y acreditada, que no es poco en este barrio.
          Y mirad vos qué cuenta diera de sí y de mí: traer me
          alcaldes (y aun tales) a mi casa y la suya.

          _Lib._--Toma la loba, aunque me paresce fuera mejor que
          por ella viniera mi prima, para que ansi por fuerça yo
          haga los perdones.

          _Mar._--Y calla, boua, y si está el dueño en casa, cómo
          saldra? en espeçial si ya ay allá enojos sobre ella, de
          manera que los vezinos sean públicos testigos de nuestros
          occultos defectos. Queda te, hija, y mira por tu casa y
          por la honra, y no me aguardes a comer; pues tienes harta
          vianda, come e alaba a Dios. Y si el despensero embiare
          algo, adereçalo todo a punto, y aun si vieres que es
          menester, llama a tu prima, o si no, essa su moça que te
          ayude.

          _Lib._--O, bendita sea la reyna de los angeles, que de
          tal pielago me ha sacado. Pero agora queda otro barranco,
          en que sepa mi prima oyr, y suffrir, y dissimular con mi
          madre. Y estotro asno, maguera polidillo, y que tanta
          ciscadera tuuo, que ni guardó loba, y quiera Dios que la
          cobremos, y tambien derramó los orines. Abaxo me voy,
          para que si torna mi madre, y allá no se hizo bien, acá
          lo tornemos a soldar de otra manera.

          _Grac._--Dónde bueno por acá tan sobarcada, señora tia?
          traes algo que comer?

          _Mar._--Traygo que reñir: que si en tu casa te hallara
          como estás a la puerta, tú oyeras oy de mí; a, veamos si
          es cosa de muger cuerda, y más teniendo el estudiante en
          tu casa, arañar la moça porque te quiebre vn cantaro; de
          manera que si tu prima no la tomara esta loba, ella yua
          buena a quexar se a Ronquillo de ti, tal que no yua para
          ver. Por tu vida, que mires más por la honra.

          _Grac._--Ya, ya, algun trasparamento deue tener mi
          prima en casa, y quiso escusarse conmigo; porque mi
          muchacha bien contenta y almorzada fue. Pero, porque no
          lo entienda mi tia, quiero yo dissimular y hazer de la
          enojada.

          _Mar._--Pues no me respondes? paresce te que ponias buena
          tu honra y aun la mia, que tengo de tornar por ti de
          audiencia en audiencia?

          _Grac._--Y que podia lleuar aquella picuda, que yo la
          quemaré oy la lengua, porque vaya con nueuas de lo que
          la persona no sospecha. Y dado que algo haga, es para
          los ojos de Dios y en su casa; pero aquella nouelera,
          golosa putilla, yo la marcaré oy, aunque en tu casa esté;
          perdona me por ello, e dexa me yr por ella.

          _Mar._--Anda ya, loquilla, no juegues ansi con la honra
          con rapazas, que diran lo suyo y lo ageno. Toma la loba
          y entra te luego en casa, y despide al dueño, y reposa
          te y loa a Dios, y despues te puedes yr con tu prima,
          que queda sola, y comereys juntas, y aun quiça cenareys,
          que yo voy a vn poco de priesa, y no sé qué espacio me
          daran allá. Y cata que no me has de dezir a la mucha ha
          peor que su nombre, por esta de agora; despues, si otra
          hiziere, que lo pague junto, como el perro los palos. Y
          queda te a Dios, y acoge te luego con esse vestido, que
          no sabes quién passara que le conozca, y te oya, y te
          entienda lo que passas dentro de tu casa; y tambien que
          ya sabes qué vezindad tenemos en este barrio, que todos
          son cintinelas de casas agenas.

          _Grac._--Agora, señora tia, ve donde vas, que boluiendo
          nos veremos, y verás que no soy tan culpante como me
          hazes, por el dicho de vna muchacha; pero al fin, por
          amor de ti, yo digo que toda mi justicia dexaré en tu
          mano, aunque mucho me violentas en no me dexar en mi casa
          hazer lo que deuo. Pero ve con Dios, que ella hará otra,
          y pagar lo ha todo. Agora que es yda, guardo por sí o por
          no la loba, que siquiera por la infamia que me cuesta no
          la lleuará con tan poco rescate el licenciado que deue
          tener mi prima; que poco más o menos, por lo que aqui vi
          este día, lo imagino. Agora voy a ver qué haze mi prima,
          que por mi salud que toma bien el officio de la madre, y
          aun que las haze y las cubre bien, y aun saca bien brasas
          con mano agena.

          _Lib._--Ya no paresce nadie, y mi madre ya la vi yr de en
          casa de Gracilia, y pues deue de quedar bien soldada la
          quiebra, pues mi madre no boluio a mí, quiero yr a echar
          le de la nassa, y aun de casa. Pero mezquina yo que no sé
          qué me haga de la loba!

          _Grac._--Qué hazes, prima? qué alboroto es este tuyo? y
          el con qué fue tu madre a mí? Qué tienes, qué tienes acá?
          que por poco lo borraramos todo, sino que quiso Dios que
          luego entendi en las pláticas de mi tia que deuias tú de
          tener algun tras paramento.

          _Lib._--Ay, mezquina de mí, que estoy tan turbada y
          cortada, que ni estoy para menearme, ni para saber
          responder te; pero qué fue de la loba?

          _Grac._--Mas di me, qué fue del asno?

          _Lib._--Ay, mezquina, que en la nasa de la camara de mi
          madre está.

          _Grac._--En aquel gran ceston que está en lo obscuro de
          la camara?

          _Lib._--En aquel donde vaziamos la pluma de vnos
          cabeçales este dia.

          _Grac._--Hermoso estara en suda y en blando. Pero asuadas
          que será el matriculado de sant Julian.

          _Lib._--El mesmo es; mala landre me mate, que de
          importuno no pude valer me dél.

          _Grac._--Pues que lo pague como asno. Por esso, pues
          [es] el gallillo loquillo de los requiebros de mi puerta
          destotro dia, dexa me con él, que la loba no la viste
          él más, y aunque es poco, por ser lo que yo creo, ya tú
          se lo haurias a él pagado, y no te me corras, que por
          mi salud que hazes bien, porque tan donzella te pediran
          agora por muger como antes. Pero dime, qué haremos antes
          que buelua tu madre? si ya ella no lo entendio o vio o
          barruntó.

          _Lib._--Ella ni poco ni mucho, sino que me creyo que
          tenia tu moça, y que le tomé aquella loba que lleuaua de
          no sé quién que quedaua en tu casa.

          _Grac._--Pues luego, por mi salud, que pues con tú
          hazerlo lo pago yo en la sospecha, que yo haga de la boua
          como si lo ouiera hauido él conmigo lo que haurá contigo,
          si él no fue muy lerdo y tú muy boua, aunque no te tengo
          por tal.

          _Lib._--Ay, dexame a mí si hize o no de correr tanto;
          pero mira que sin la loba no le echaremos de casa, ni
          aun por medio del dia no sé cómo él yra en cuerpo, donde
          todos digan: He le va nuestro licenciado. Cata que más
          hemos de mirar del interes.

          _Grac._--Agora te digo que estás restituydora del todo.
          Pero he alli a Pinel, que soldará estos embaraços.

          _Pin._--O señora Gracilia, qué mala eres de sacar de
          rastro!

          _Grac._--Donde no estoy no parezco, como el rey, pero
          ya, pues Dios te traxo a tal coyuntura, ayudanos a echar
          fuera vn loco que se le ha metido en la camara de mi tia
          a mi prima, que está tanmañita de miedo que venga su
          madre y piense otra cosa.

          _Pin._--Pues vamos luego, porque de priesa vengo a te
          hablar dos palabras.

          _Grac._--Pues dexa nos subir a nosotras, y si le
          pudieremos hazer baxar, Dios que bien, y si no, subiras a
          nos fauorescer.

          _Pin._--Aqui aguardo en el portal; sea presto.

          _Grac._--Pues mira, prima, que yo hablaré alto, de manera
          que él piense que soy tu madre, y verás lo que oy hago
          por ti. A, Liberia, di, maldita seas, no te menearás más
          vn dia que otro? acaba ya, que viene aqui el señor mi
          primo por essa nassa que está en mi camara, que ya dias
          ha que me la pide para echar trigo.

          _Lib._--Y tú no ves, madre, que está llena quasi de pluma?

          _Grac._--Anda ya, maldita seas, esté como estuuiere, que
          tal se la he mandado; desembaraça se la, no le hagas
          aguardar, que estan ay los hombres que la han de llenar,
          y tú ya sabes que él, que es vn renegado, y no cabremos
          aqui con él si luego no le desembaraçamos.

          _Estud._--O, al diablo encomiendo estas putas, y si no
          me tienen peor que pato con pluma, y aun agora que me
          aya de ver nadie! O, qué gran mal es andar el hombre sin
          armas! que yo saliera oy de manera que lo lleuara el
          diablo todo. Pero no creo en los grados que tengo si aqui
          está mi loba; pero pues yo tengo el pago de mi locura,
          con esta capa de grana me cubro, y boto a la mano de
          Dios; pero no sé por dó tengo de salir ni cómo.

          _Pin._--No me paresce que le pueden hazer baxar: quiero
          amenazar le de acá. Qué es dél, qué es dél? que no creo
          en tal si no le saco el alma si allá subo.

          _Estud._--No es cosa ésta de parar.

          _Grac._--Ya, señor, no aya más; dexa le por tu vida, no
          cures de subir, que ya va por la escalereja del corral
          huyendo.

          _Pin._--Descreo de mi si no le tengo de conoscer y sacar
          le el alma.

          _Grac._--Ten le, Liberia, ten le, no suba y le mate; que
          yo miraré por esta escalera del corralejo, que no suba
          nadie.

          _Estud._--A la fe, esto ya va de hecho; no me atrampen oy
          en esta casa puta: salgo, que más vale verguença en cara,
          etc.

          _Grac._--Ay, ay, Jesus, Jesus, el ladron, que lleua
          hurtada la capa.

          _Pin._--Esto ya va de veras; subo a ver qué es. Qué es
          esto, señora Gracilia, cómo estás tan emplumada?

          _Grac._--Ay, que va el loco y ladron con su capa colorada
          arreboçado y sembrando pluma, y veys quál me paró al
          passar, y aun me arrojó dos puntapies, sino que me quiso
          Dios librar, que matara me.

          _Pin._--Y essa capa? si es la que le falta a Fulminato!

          _Lib._--Ay, mezquina yo, que ella debe ser; y qué dira mi
          madre?

          _Pin._--Yo voy tras él, qué no se me irá.

          _Grac._--Calla ya prima, que esto está hecho. Y si Pinel
          no le pudiere cobrar, ya todos le vimos salir con el
          hurto, y delante todos se nos fue; no tienes culpa. Y
          tambien cuya es la capa la cobrará, y aun nos uengará del
          que la lleua, pues ya sabemos quién es; quanto más que
          Pinel es tal moço, que dará cobro dél. Yo me voy a mi
          casa a poner en cobro la loba, que no lo sabra si Dios y
          nosotras y della harás mañana en mi casa vna saboyana,
          porque sepa el licenciado a cómo se vende la carne en tu
          tablaje. Y agora te queda, y cierra bien tu puerta por
          sí o por no, que yo voy a aguardar a Pinel que me quiere
          hablar, y si truxere la capa, allí la tendras con la loba.

          _Lib._--Pues ve con Dios, hasta que esto lo riamos otro
          dia con más sosiego plaziendo al Señor.


                                NOTAS:

          [692] En el original, _acehauas_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXVII

          Estando Lydorio el camarero tractando con Fulminato de lo
            que succedio a Floriano, llega la Marcelia, y con ella
            entra Lydorio a Floriano donde él esta.


           LYDO[RIO], FULMINATO, MARCELIA, FELISINO, PINEL.

          [_Lyd._]--Grande es el reposo que oy veo en esta
          casa; Dios quiera que sea para mayor bien, porque veo a
          Floriano metido en vn camino, que no sé qué tal querra
          Dios que sea el paradero. Ayer tarde me paresce que se
          tractaua de que hauia de yr a verse con la que él llama
          su señora, y no me paresce que quiso acompañar se de más
          de solos tres moços y vn paje, teniendo tantos continos
          y gente de casta a su mandado, que comen su pan. Pues
          andar de noche no lo tengo por bueno ni seguro; pero
          no andar muy á lo seguro tengo lo por locura, porque
          de noche ni se conosce quál es bueno ni quál es malo.
          Pues ya que va de noche, mejor es que lo digan: quién
          passa, por ver le con autoridad y a recaudo, que no que
          digan: perdonele Dios, que le mataron pensando ser otro.
          Y lo que me paresce mal es que no ay hombre en casa, ni
          contino, ni mayordomo, ni veedor, ni otro que diga que
          le ha visto, más de que dizen que duerme. Gran descuydo
          ha sido este mio, porque dado que yo haga la voluntad
          de Floriano en dexar le solo, pues él se acompaña de
          muchachos y gente de baxa suerte, pero al fin, viendo
          yo el daño, no hago lo que deuo a la fe del buen duque
          Florineo su padre, que en buen passo[693] esté su alma.
          Cierto que de oy más la consciencia me carga, y el temor
          del daño pide que yo ande más alerta sobre las cosas de
          Floriano. Pero qué puede mi buen zelo y gran lealtad
          hazer con sólo buen desseo y poca possibilidad? Porque
          el auiso y correction fraternal deue la dar el hombre a
          donde cabe, y callarla donde con el consejo hareys mayor
          daño, y causays malquerencia, y cresce la malicia, y
          dobla se la pertinacia. De manera que lo que se hazia en
          el que erraua con sola inclinacion moça y sensual, y con
          persuasion de los aparejos, y con falta de resistencia de
          la razon, despues lo haga con doble peccado de voluntad
          maligna peccando contra Dios, con pretender de dar os
          pena a vos que le auisastes y corregistes. De Floriano,
          pues, yo tengo lástima a su honra y grauedad y hazienda y
          alma. Lo primero, porque le comiençan a cobrar en opinion
          de poco assentado y mal concertado en sí y en su casa.
          Lo segundo, porque da parte de sus flaquezas, y tracta
          y communica vn duque Floriano, y en ojos de una corte
          imperial, con vn paje y vnos moços despuelas. Lo tercero,
          he lástima a su hazienda, que la veo andar baylando en
          manos de amigos publicos de ella, y enemigos secretos
          dél. Y veo le yr tras chismosos, tras rufianes, tras
          putas, tras alcahuetas, y con gente que con sus dones
          se honren, y de la honra dél despedacen camino de los
          burdeles, do se gaste mal la hazienda del que la heredó
          bien, y la possee bien, y la dispensa y gouierna mal. Lo
          quarto, he lástima a vn alma que, con ser por sí noble,
          en ser hechura a imagen de Dios, y con hauer le dado
          Dios compañia de cuerpo no de sangre y ralea vil, pero
          noble y generosa y real, con todas estas circunstancias
          ella es peor tractada y más mal mantenida de virtuosas
          obras, que si cayera en suerte de ser vn porquero. Porque
          alli, tras su vil ganado, ella se podia saluar; y aqui
          mandando a tantos buenos y sabios, y nobles, y virtuosos,
          y generosos, ella anda aperreada y hecha estropajo a
          la disposicion de la sensualidad moça y libre y rica y
          mal aconsejada, como la ay en Floriano al presente, si
          Dios no lo remedia. Porque veo que el oydo y el creer de
          Floriano pende de las mentiras y embustes desta gente
          que con él tracta a salvo de su ganancia y a pérdida de
          Floriano. Y vereys que no dara audiencia ni credito a
          vn criado antiguo, leal, seruicial, amador de su honra,
          defensor de su persona, augmentador de la gloria de su
          estado, y aun, lo que peor y más peligroso es, que os
          cobrará enemiga porque le retraeys de los vicios, le
          desseays la salud, y le procurays por la hazienda, y le
          tractays de ensalçar su honra. Y esto es el por qué ay
          oy en dia pocos criados antiguos fieles bien medrados
          en las casas de los señores. Porque el fiel criado,
          condoliendo se del daño del señor, atreue se con buen
          zelo y amor a le auisar y retraer; y como por esto ve que
          cae en desgracia del señor, alça se a su mano, busca vn
          achaque, y el señor, que huelga que él le tenga para yrse
          a su casa con sus hijos y muger, y dexa de autorizar el
          palacio del señor moço y mal aconsejado, y ansi faltan
          las muchas canas, y sobran las muchas chismerias. Y
          aquellos por fieles van se con quitarles la racion porque
          no assisten, y dar les a más librar (más por verguença
          que compelle al señor que por voluntad que le combide)
          el medio acostamiento, porque se van como buenos, y
          lleuan le doblado los livianos que asisten, porque se
          pican de andar más galanes que graues. Y porque éstos,
          con lo no merescer, por medrar se subjectan a todo, y
          los otros, con hauer lo ya merescido, confian en su
          bondad y lealtad que merescen algo. Y ansí oy en dia la
          gente que más mentiras y más adulaciones oye, y menos
          verdades espera, son los señores, que se hazen enemigos
          de quien los ama, queriendo los sanctos y virtuosos, y
          amigos de quien los aborresce en la virtud. Porque tanto
          menos medra vn criado soberuio quanto el señor es más
          humilde, y tanto más medra vn criado luxurioso, que anda
          callejero y ventaneros los ojos a ver qué cobdiciar, y
          a ver qué poder auisar al señor de que vio acullá la
          hermosa, quanto más el señor es dado a las mugeres. Y
          ansi se han tornado los palacios acorro de viciosos,
          porque se despueblan de viejos, y se acompañan de moços,
          y porque ay poca audiencia de verdades y gran gula de
          mentiras; porque oy en dia es muy cierto el vulgar que
          mal me quieren mis comadres, etc. Y por esto con poca
          autoridad de los palacios, los seruientes de pelillo,
          los mentirosos, chismosos, malsines, truhanes, dezidores
          maliciosos, chocarreros, como hallan audiencia en el
          señor, ansi los tornan de su talle, si Dios y la buena
          condicion no los defiende de inuiciarse. Porque, como
          dize el Psalmo, con los sanctos serás sancto, y con
          el peruerso serás peruertido. Y aun en tanto es muy
          peligrosa al bueno la mala compañia, en cuanto más ayna
          se nos pega la mala costumbre, que no la buena; porque
          más daña vna viciosa palabra que aprouecha vn largo
          sermon. Y ansi dize la escritura: que corrompen las
          buenas costumbres las peruersas palabras. Y el que quiere
          guardar se del mal no deue fiar de sí mesmo, con dezir
          que tiene buena inclinación, que es sabio, y alcança lo
          que es malo, que es noble, y que la nobleza le combidará
          a la virtud. Porque donde no anda el fauor particular
          de Dios, y donde tercia la ruin compañia, y la propria
          sensualidad obra, no ay muro firme que defienda. Porque
          si el señor no guarda la ciudad (dize el Psalmo) por de
          mas vela el que la guarda. Que agora ninguno más sabio
          que Salomon, ninguno más rico, ninguno más acatado; pero
          ni le valio el ser rey, ni le mamparó la su sabiduría, ni
          se le acordó del fauor que Dios le hauia mostrado, con
          terciar la sensualidad propria, con la compañia de las
          mugeres estrangeras, que le hizieron ydolatrar, que es el
          mayor de los peccados; porque, tras el negar a Dios, nada
          queda que perder el hombre que algo sea. Pero he aquí
          asoma vna buena joya de los de la confradia; quiero saber
          dél lo que ha passado, aunque dudo si él sabra dezir me
          verdad, ni aun yo pensar que él la diga para me obligar a
          creer le, porque el que por mentiroso es tenido, aunque
          diga verdad, no es creydo. Ha, Fulminato, de dónde vienes?

          _Ful._--Vengo de la armeria, y de hazia Santiago.

          _Lyd._--Todo esso es vn camino; por qué tú lo diuides?

          _Ful._--Porque allá fuy a diuersas cosas; porque a la cal
          de Santiago fuy a buscar mi capa de grana que me auia
          dado Floriano en pago de la que me harparon los seys por
          su seruicio y honra en la cal de Francos.

          _Lyd._--El que te la dio Floriano, bien lo sé; el por
          qué, dias ha que te lo oy a ti contar, que para tus
          hazañas pocas vezes buscas tú más testigos de tu lengua
          que lo relate; pero cómo la vienes de buscar, y de alli?

          _Ful._--Luego no sabes lo que passó anoche?

          _Lyd._--Y qué?

          _Ful._--Pues porque no digas que no ay testigos de mis
          hazañas, preguntar lo has a los que iuan anoche con mi
          amo.

          _Lyd._--En tanto que ellos no parescen, dime lo tú
          breuemente; porque si lleuare camino de creer se, creer
          te lo he, y si no, oyr lo he.

          _Ful._--Ya sabras la yda de Floriano.

          _Lyd._--Bien la sé.

          _Ful._--Pues tambien sabras el a qué y a dónde.

          _Lyd._--Presumo lo; ven al punto.

          _Ful._--Pues yendo por aquella calle, yo que iua delante
          asegurando el campo, salieronme vnos quatro de traues,
          que por yr ellos bien armados, y a mí me ver con sola
          espada y capa, presumieron de se me atreuer; pero en
          dos palabras los puse en tal estrecho, que por la calle
          abaxo, tomando las viñas, se me saluaron por pura pata.
          Yendo, pues, yo tan ceuado en ellos y tan goloso de
          alcançar los, y ellos tan sueltos en el correr, me
          hizieron descuydar de la capa, hasta que oy la eché
          menos, queriendo la cubrir.

          _Lyd._--Son tus hazañas tales, y tan extraños tus hechos,
          que ni te culpo, porque yendo desarmado, y siendo tan
          buen corredor, y yendo ellos armados no los alcançaste,
          mayormente si corriades en oppuesto, vnos para huyr de
          los otros. Pero pues que en tal caso, y por tan buen
          señor perdiste la capa, quien te dio aquélla por vn hecho
          te dara otra por esta valentia. Pero a qué iuas a la
          armeria?

          _Ful._--Diziendo te lo que passé, bien deues de adeuinar
          a qué iua yo a los armeros, porque las armas quedaron
          tales, que no eran para traer, ni la espada buena para
          poder entrar en la vayna con mellas.

          _Lyd._--Di me, Fulminato, cómo diste a adobar las armas
          que yendo corriendo tras los otros desarmado no lleuauas?
          ni la espada se melló en los que por su buen correr no
          alcançaste?

          _Ful._--Cuentas me los bocados? pues espera, que yo te
          respondere por tiempo entero. Muy ganoso estás, señor
          Lydorio, de que no te calle nada; porque como aquellos
          se me fueron por pies, vine a la posada y armé me con
          boluer los a buscar; quando quise vestir me de sobre capa
          para tapar la malla, halléme sin capa, pero tomé otra. Y
          saliendo en busca de mi caça topé otros seys, que en el
          herir no me parescieron los primeros; pero como Fulminato
          yua a buen recaudo, a fieros golpes los desbaraté, y aun
          heridos [dos] de ellos, me tomaron las viñas todos.

          _Lyd._--Ya has contado de ti; agora me di, qué fue de
          Floriano y los otros?

          _Ful._--Aunque con peligro, por la falta de mi persona,
          pero con buena ventura, fueron, y negociaron, y tornaron
          se en saluo, porque yo hauia andado al ojeo.

          _Mar._--O, gracias a Dios que ya llegué acá, y me pude
          descabullir de tan importuna cosa como este mayordomo del
          Abad, que al cabo al cabo nunca veo que su arbol me da
          más de hoja de parola; y con quién lo ha!

          _Lyd._--Cata, cata, he alli la partera de los partos
          de Floriano. A buen tiempo viene para informarme de lo
          que passa, que harto mal es el nuestro, quando ha de
          preguntar hombre a vna gente tal de los secretos del
          señor que ellos no siruen. O, que norabuena vengas,
          señora Marcelia! ay algo de bueno en tus nueuas?

          _Mar._--Siempre yo las he traydo buenas a esta casa. Y
          agora, si me pones con Floriano, no las haurá menos; y
          que sé yo que en qualquier occupacion que él esté se
          desoccupará en el plazer de mi venida.

          _Lyd._--Esso creo yo antes que si fuera vn varon de Dios.

          _Mar._--Dizes algo, señor?

          _Lyd._--No más de que, pues tales nueuas traes, y con
          tanta priesa, anda acá, entremos.

          _Ful._--No mirays el majadero, que, estando hablando
          conmigo, me dexó y se va acompañando vna menos muy poco
          que pública del burdel? Pues reniego de la espada de
          sant George, y aun de la escriuania de sant Lucas, si al
          cielo no se me acoge, si no escriuo con el cuchillo del
          puñal en aquella cara puta el nombre de Fulminato porque
          quien la comprare sepa que me deue mi decima, y aun que a
          Lydorio yo le dé a conoscer cómo se despide otro dia de
          la persona.

          _Fel._--Qué es aquello que haze el valiente? qué tal
          tirar de barba tiene y dar de pie, y mirar en arco!
          quiero ver qué cuento tenemos nueuo, y si son enterrados
          los de anoche. Di, Fulminato, de qué te muestras tan
          enojado?

          _Ful._--Y cómo no lo tengo de estar? y aun de mí mesmo.

          _Fel._--De essa manera tú mesmo harás tus amistades: pero
          qué fue?

          _Ful._--De acordar me quán poco corri anoche.

          _Ful._--Herieron te?

          _Fel._--Qué herir? pluguiera a Dios que no me
          conoscieran, porque me esperaran, y aun me lo pagaran,
          porque no es menester más de que me reconozcan los que
          saben mis golpes, para que en viendo mi espada fuera me
          huyan, tanto que me pesa muchas veces porque me conoscen.
          Y ansi me dissimulo quanto me suffre la accelerada
          condicion; porque si esto no fuesse, más de tres
          gallillos traeria yo de mi mano sin las crestillas de
          orgullo que traen tan salidillas. Pero ya sabes, hermano,
          que mudar costumbre es a par de muerte; que te doy mi
          fe que si con mi condicion pudiesse acabar de ser algo
          asegurado, que yo tuuiesse más pesca, aunque no tengo
          redes, ni aun caña.

          _Fel._--Por esso dizen: cata que quien no asegura, no
          prende; pero mira quánta mentira ay en el mundo, y aun
          embidia de tus hechos: ya hauian dicho que te corrieron
          la çapata vnos dos.

          _Ful._--Di me quién lo dize; porque vna tal vellaqueria,
          quando vaya a oydos de mi amo, lleue ya el castigo a
          cuestas.

          _Fel._--No ay para qué sepas quién. Pero, mudando hitos,
          no quiero que me digas qué hiziste anoche, que luego
          disparaste a nunca más ver; porque bien presumo que
          andarias en passos de tu officio; mas ruego te que me
          digas, qué fue de tu capa de grana?

          _Ful._--Huelgo que me ayas conoscido; porque quiero, como
          amigo (que otro no lo ha sabido de mí) que sepas que
          anoche fuy en seguida de vnos no sé quántos rufiancillos
          atreuidillos, y como los amonté, valiendo les los pies,
          bolui en vuestra busca y nunca os pude encontrar. Pero
          para satisfazer me a mí mesmo, salté sobre el muro de
          la huerta de la dama, y como no senti dentro bullicio,
          dexé de saltar dentro a buscar os allá. Y ansi tornando
          a saltar al suelo para venir en vuestro rastro, por
          temor de que me tendriades menester, y hallé que al
          subir de presto se me cayó la capa, y voto a la sancta
          letra dominical deste año de quarenta y siete, que en
          tantico que fue todo ello, ni hallé rastro de quién me
          la lleuasse, ni sonido de pies a quien seguir, y ansi me
          vine en cuerpo, dando se me poco de vna capa, perdida por
          buen coraçon. Y cierto he pensado sobre ello, y hallo por
          mi cuenta que algunos ladronzillos, hijos de vezinos, se
          deuen de andar de noche siguiendo me a trecho de mí, como
          ya todos me conoscen, para que si hago algun hecho ellos
          sepan contar lo por ganar honra en que estauan a mi lado,
          y aun tambien para coger las capas de los que ya saben
          que me han de huyr, y jugar a como dizen: si me viste,
          alcéos la; y si no me viste, lleuéos la.

          _Fel._--Y aun esso deuio de ser, y cierto que ellos te
          merescen poca cortesia. Pero cata alli a Pinel, que es
          buen testigo de quánto ha que te buscamos, porque anoche,
          pidiendo por ti Floriano ya que veniamos, nos mandó
          buscar te, y que todos tres le hablassemos hoy.

          _Ful._--El tambien se huelga de saber mis hazañas; porque
          más lecion toma en mis obras para sus cauallerias que en
          quantos libros tiene de Romanos antiguos, pues en ellos
          lee de dizesse, y en mí vee de hazesse; y, como sabes, ay
          gran rato del dicto al facto.

          _Pin._--Esteys en buen hora.

          _Fel._--Cómo vienes tan alterado el rostro?

          _Pin._--Pues no lo puedo encubrir, no quiero callar que
          he corrido en seruicio de Fulminato.

          _Ful._--Cómo ansi?

          _Pin._--Porque vn ladron salio den casa de tu amiga con
          tu capa hurtada, y aun sembrando pluma. Yo que llegaua
          en tu busca y le vi salir de mala manera, y las moças
          gritando tras él, tomo su seguida, y acogiose me en
          sanct Julian; de arte que, no pudiendo hauer le, bolui a
          Gracilia, y contóme vna farsa de que uengo atonito.

          _Ful._--Pues esso quede para su tiempo, que yo voy a
          sacar le de la iglesia.

          _Fel._--Pues él va tan denodado, vamos nos a buscar de
          almorzar.

          _Pin._--Sigue, que despues lo reyremos todo, que bien ay
          de qué.


                                NOTAS:

          [693] Así en el original, pero probablemente será errata
          por _buen posso_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXVIII

          Sabiendo Lydorio de Marcelia de lo que a Floriano le ha
            succedido, entran a Floriano. Marcelia le da su anillo
            que traya de Belisea, contando le lo que le allá auino.
            Floriano le manda para casar la hija en albricias; con
            otras cosas que más passan de notar.


                 LIDORIO, MARCELIA, POLYTES, FLORIANO.

          [_Lyd._].--Por cierto tú me has contado grandes cosas, y
          aunque yo siempre pretendi apartar a Floriano desta cosa,
          pero pues ella es tal, y la cosa va tan trauada, no culpo
          a Floriano, pues como mancebo le prendio el amor, y como
          cauallero sabio se ha empleado tambien, que si el padre
          de ella huelga, todo yrá encaminado por Dios, y no tendre
          por tan vana la ganancia de nuestra jornada, en lleuar
          tal señora a los vassallos del duque.

          _Mar._--Ay verás cómo, aunque a harto peligro mio, pero
          mis passos guiaua Dios en seruicio de tan buen cauallero.
          Y quiero que sepas que Lucendo, el padre della, con ser
          cauallero de tanta estima y casta y poder en el reyno,
          y con ser vno de los más sabios que oy tienen ditado en
          España, quiere y tiene en tanto a la hija, que no pensará
          que errará en cosa que haga; y hecho, qualquier cosa le
          perdonará ligeramente. Pero bien tengo yo por mí que,
          aunque he sido yo harta parte para poner la en el grande
          amor que tiene a Floriano, que ni yo, ni él, ni todo el
          mundo la harán caer en lo que Floriano querria de ella
          luego. Y sey cierto que ella está de las enamoradas y
          penadas de amor de Floriano, que jamás amor prendio. Pero
          está la más casta y constante en el no errar en tal caso
          que oy ay donzella en el mundo, la menos combatida, y la
          más recogida, y la más guardada que sea.

          _Lyd._--Por tanto me confirmo en más pensar que nos
          la tiene Dios para que nos mande y la siruamos, y con
          razon, pues pocas tales flores tendra oy el mundo. Dime,
          Polytes, duerme aún?

          _Pol._--Mas ya se viste, y salgo a que se vista el
          capellan a la missa, que la quiere oyr.

          _Lyd._--Pues entremos, señora Marcelia, que ya ha mucho
          que te detienes.

          _Mar._--Oyamos, si mandas, qué es lo que dize, que
          hablando está, y no nos ha sentido.

          _Flor._--O venturoso Floriano, cómo es poco el plazer
          que muestras para tu tan gran gozo! O mi señora Belisea,
          y si este sospiro te fuesse a dezir como estoy en tu
          contemplacion! pero bien sé que te deuo más y más, y
          mucho deuo a Justina, en gran cargo soy a la buena
          Marcelia, y no lo perdera en mí. De manera que Polytes
          y Justina tengan bien con que me seruir, pues los casé,
          y me lo mandó mi señora, cuyo es quanto tengo, y el
          señorio con ello. Y a Marcelia yo la dare con qué en su
          casa, mientras viuiere, tenga por qué se acordar de mí.
          Y a todos los de mi casa quiero hazer mercedes, para que
          cada vno segun es ansi sienta parte de mi alegria, pues a
          todos los de mi casa tengo obligacion; que me siguieron
          sin pedirme dónde yo yua, y me han servido honrosamente.
          Yo quiero que todos vean qué señora tienen, porque yo
          la tengo. Y a mí me quiero yo tractar no como mio, sino
          como cuyo me conozco. Por manera que con la mejoria de mi
          salud y con mi buena ventura, crezca el bien y gozo de
          toda mi casa. Pajes, pajes, quién estay?

          _Lyd._--Señor, aqui estoy yo, que agora entro con
          Marcelia.

          _Flor._--Que ay está Marcelia? bien me daua el alma
          que cosa de mi señora Belisea estaua cerca de mí, de
          cuya participacion crescia tanto mi gozo. Llega te acá,
          llegate acá, que ya te veo, que como a tercera de mi bien
          te tengo de dar vn abraço; y no te me enojes, que todo
          nasce de buen amor.

          _Mar._--A la fe, sí, sus abraços me mantendran!

          _Flor._--Qué dizes, mi Marcelia?

          _Mar._--Que me paresces adeuino, pues agora vengo de en
          casa de mi señora Belisea, y aun si bien supiesses qué de
          secretos te traygo!

          _Flor._--Cata, hermana, que el coraçon amante muchas
          vezes adeuina. Pero dime, dime, qué me traes?

          _Lyd._--Da me licencia que me salga, porque te querra en
          secreto esta dueña.

          _Flor._--No quiero que te vayas, sino que, pues es cosa
          de mi señora, lo oyas todo, para que te confundas viendo
          del bien que me pretendiste siempre quitar.

          _Lyd._--Por el fauor y por la reprehension (pues veo que
          tú acertaste e yo sali errado) te tengo en gran merced lo
          que me has dicho agora.

          _Flor._--Pues oye y calla; dime, Marcelia hermana, queda
          buena mi señora?

          _Mar._--Buena, y más tuya que podras creer; porque esta
          mañana me mandó que te lo certificasse y jurasse ansi.

          _Flor._--Ay, qué poco me monta que ella lo diga, si ansi
          no es!

          _Lyd._--Oye, señor, a Marcelia, y cree a lo que tu señora
          dize.

          _Flor._--Ay, Lydorio, que muy con razon me riñes mi
          mal hablar, y aun quisiera que con peores palabras me
          retraxeras de lo que el orgulloso plazer hizo desmandar
          mi lengua.

          _Mar._--Pues oye, señor, lo segundo que te manda tu
          esposa dezir, que aunque esté Lydorio delante lo dire,
          pues son ya embaxadas de muger a su marido, aunque
          tambien hasta os besar a entramos las manos por mis
          señores no te deuria a ti llamar marido y señor de mi
          señora.

          _Flor._--Anda, Marcelia, que sin besar las a entramos
          lleuarás de mí las mercedes, y di.

          _Mar._--Pues agora que no es tiempo de hablar te por
          circunloquios, ni guardar secretos en esto, digo que tu
          esposa no ve la hora que la veas y te vea. Y ansi te
          embia a dezir que no faltes para la hora que te mandó,
          y en señal de tu esposa te embia como a su esposo este
          anillo, que yo le vi quitar del su dedo del coraçon,
          y que quiere que luego te le pongas tú, para que de
          tu mano, quando vayas, ella te le tome por tuyo. Esto
          es lo que me dixo, con otras muchas cosas. Y queda me
          aguardando, que antes de yr a mi casa tengo de boluer a
          darle cuenta de lo que he hecho, y sepas que ya me dio
          mercedes de desposada. Agora he dicho mi embaxada; dame
          licencia, porque ando desmayada de çanquear en ayunas, y
          tambien es hora que tú ya comas.

          _Flor._--Tus buenas nueuas he recebido de grande alegria,
          y quiero hazer lo que me dizes en comer, y aun quiero
          forçarte a que comas conmigo oy.

          _Mar._--Señor, aurás me de perdonar, que no soy para tu
          mesa sin grande nota, en especial que me aguardará mi
          señora Belisea; por esso mira qué mandas que le diga, y
          dame licencia.

          _Flor._--Pues que ansi quieres, te ruego que le des este
          papel, en que lea hasta que yo vaya a mi glorificacion
          a cumplir su mandado. Y quiero que le digas que esta
          mañana, en su contemplacion occupado, yendo la mano
          escriuiendo lo que la mente yua pensando, al cabo salio
          essa lauor, la qual no sé qué es, ni aun lo he leydo,
          más de como lo he contemplado y lo hallé escripto de mi
          mano, y que poco ha que lo acabé de escriuir. Y en pago
          de tus trabajos, quiero que te den (porque me dizen que
          tienes vna hija para casar ya), para en dandole marido,
          treynta mil marauedis, y tú, Lydorio, harás la cedula, y
          que le acudan con ellos el dia que la madre la entregue
          a su marido. Y más quiero que, si a dicha la casare con
          persona de mi casa, que tú, Lydorio, seas padrino, y le
          des para ayuda de los vestidos a entramos otros veynte
          mil marauedis, los quales tú tomarás de mi recamara, y
          dar se los has de tu mano a la de ellos. Y quiero que
          les hagas la costa del dia de su boda, como de tu mano,
          honrosamente. Y a Marcelia dar le has vna librança de
          veynte cargas de trigo, que se las den esta semana, para
          mantenimiento de su casa deste año, y oy la lleuen de
          comer de mi plato, porque no haurá guisado nada andando
          en mi seruicio, y luego la den cinquenta ducados para sus
          menesteres, y perdona.

          _Mar._--Tus illustres manos me has de dar por mi señor.

          _Flor._--Anda, hermana Marcelia, que no dexaré de siempre
          te fauorescer; ve con Dios. Y tú, Lydorio, dame presto
          de vestir, oyre missa, y luego me den de comer, porque
          quiero yr oy a palacio, que ha dias que no fuy allá.

          _Lyd._--Yo salgo a dar obra en todo. Tú, señora y hermana
          Marcelia, huelgo que lo ha mirado Floriano bien contigo,
          y porque por mí no lo perderas, mira quién te lleuará los
          dineros y la cedula del pan, y más la del casamiento de
          tu hija; que para buen pro, de sobremesa te lo lleuará
          Fulminato, que es mucho tuyo, si quieres.

          _Mar._--Mas antes bastará que los lleue Polytes, o si no,
          quien tú mandares.

          _Lyd._--Pues yo lo embiaré, aunque lo dexes en mi
          credito. Y tú tracta de casar la hija, que yo haré lo que
          su señoria me mandó, de muy libre voluntad por cierto.

          _Mar._--Nuestro señor te lo pague; que bien conosces
          que tengo necessidades de pobre viuda, que luego tienes
          intento de dar me la merced, asituada por el que Dios en
          todo prospere, y pues que tienes que hazer, y a mí no me
          falta, con tu licencia te encomiendo a Dios, y me voy.
          Pero o, vala me Dios, y si todo esto sale verdad, en buen
          ora entró esta gente por mis vmbrales. Yo me voy a mi
          casa a esperar la vaquilla con la soguilla (como dizen)
          y si juegan a luego toma en lo de agora, yre alegre a
          ver a Belisea, y tendre esperança de lo venidero. Y esta
          mi alegria quiero desde agora enfrenar con temperancia,
          porque de la mucha alegria y gasajado mio no sepan
          todos mi riqueza, y sabida, no me tracten de la muerte.
          Porque diz que no ay vida más contada de dias de la del
          rico, en especial de los que pretenden dél más su moneda
          que dexará que no los consejos que les dará; y es bien
          escarmentar en cabeça agena. Porque a Celestina (segun
          dizen) los dones de Calisto con la cobdicia de los que la
          tractauan, le quitaron a ella la vida, y a ellos ellos
          la justicia en castigo. Que dado que ella fue sagaz para
          los otros, alomenos no lo fue para sí en ganar y guardar;
          porque más prudencia quiere el guardar lo ganado que el
          allegar lo incierto. Y ansi los hombres que preuienen sus
          cosas, las menos vezes las yerran; porque dizen: hombre
          apercebido, medio combatido. Y con esto encamino para mi
          casa, loando a Dios.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XXXIX

          Fulminato, hecho el ademan de yr tras el que lleuaua
            la capa, se va a Marcelia, y passan muchas pláticas.
            Despartense con la venida de Polytes, Felisino y Pinel.


        FULMINATO, LIBERIA, MARCELIA, GRACILA, POLYTES, PINEL,
                               FELISINO.

          [_Ful._].--Reniego del sepulcro de Absalon y del sceptro
          de Roboan si no me burló Pinel, y que por hazer del
          valiente, y echar me a cargo que corrio tras el otro por
          mi capa, dijo que la lleuaua el ladron, etc. Bien dizen
          que ni ay que fiar en los hombres, ni son de creer todas
          palabras. Y pues fue mayor mi boueria en creer lo que su
          mentira en dezir lo, quiero que pasen, mocha por cornuda,
          a pagar en la mesma moneda. Y pues por aquí no hallo
          rastro de cosa mia, voy a Marcelia, y sabre de ella por
          qué no me habló oy quando habló al camarero, y aun si no
          me aplaca con algo de la ganancia y la hallo sola, si no
          la marco, para que sepa en qué estima me ha de tener.
          Y aun le pidire mi capa, diziendo que la dexé en su
          casa, porque ni creo que dexa de ser puta con otros como
          conmigo, ni aun de estas sus venidas tan a menudo la deue
          de hauer ydo mal. Y pues yo la meti en el juego, ha de
          partir por medio la ganancia, porque tan poco no me tengo
          por tal, que piense de albardar me sin que dé corcobos;
          porque no ay que fiar destas que han perdido la verguença
          y traen el alma en venta, porque no les da más penar por
          poco que por mucho, y ansi a todo hazen rostro, diziendo:
          preso por mil, preso por mil y quinientos. Y pues dizen
          que la tierra ni la hembra, quien no la ara en balde la
          siembra, quiero dar le vn torcedor con que me pague la
          capa, o que a lo menos por falta de no le mostrar yo el
          diente no piense de almorzar me y merendar y embaucar
          me; y al cabo diga que ladre me el perro y no me muerda,
          y echar le he la cuerda. Y de oy más, pues no me querra
          restituyr, será bien que andemos a hecho y pago. He alli
          viene la hijuela den casa de la prima: asuadas tales tres
          joyuelas para los lobos, que agora que bulle la ganancia,
          todos hazen sopas en la miel del modorro; pues veo que
          esto todo le llueue a Floriano en casa, o por mejor
          hablar, le llueue de su casa.

          _Lib._--Espantada vengo de quánto paño traen estos
          estudiantes en vn manto; que ouo saboyana en la loba,
          y aun sobró a mi prima para vn sayuelo; el diablo del
          sastre, que tambien sacó para su pendon; y maguera del
          corrillo! cómo se desasnaua el buen zabbi, y qué hazia de
          desboronar requiebros! Aunque mi prima, con sus raposias,
          ella le encestará de manera que en el hazer de las ropas
          sea el sastre de Ciguñuela, que ponia la costa y hazia de
          balde la obra. Pero he aqui el que fuera bien escusado,
          en especial si busca la capa.

          _Ful._--Qué hazeys por acá?

          _Lib._--Vengo de sacar vna lauor den casa de mi prima,
          que verna agora tras mí, porque sola he miedo.

          _Ful._--Y dó está tu madre?

          _Lib._--Es yda a la joyeria a buscar lauor de tienda;
          pero qué mandauas?

          _Ful._--Vengo por mi capa.

          _Lib._--Y adónde la dexaste, que vienes por ella?

          _Ful._--Anda, que no estoy para burlas agora.

          _Lib._--Pues si tú no vienes para mis burlas, menos estoy
          yo para tus veras, y si te ensañas, ensaña te a solas;
          que yo bueluo me para mi prima.

          _Ful._--Y valga la el diablo, y con qué raueada me dexó
          sin más ni más en blanco! Pues subo arriba y cierro esta
          escalera; que si veo en qué, yo me entregare de mis daños.

          _Mar._--Quién sube ay?

          _Ful._--Cata, cata, no ay que fiar en bagassas. Y cómo
          me dixo que no estaua acá la madre! Pues aun si tuuiese
          algun gayon en casa? pues subo, que si la hallo sola,
          quiça pelaremos el pato a medias. Parescete que te han
          tomado de sobresalto en el hurto?

          _Mar._--Siempre te armas más de malicias que despierten
          ira, que no de armas que atemorizen contrario. Pero
          cierto que mi hijuela pone tal cobro en la casa, que a
          hauer qué, tenian buena medra los que juegan de alça ropa.

          _Ful._--Lindo lançar de alesna ha sido esse, para te
          hazer pobre y para te escusar de no me dar mi capa de
          grana. Pues a la fe, tambien tiene culpa quien da la
          occasion por poner mal cobro, como el que lo hurta.

          _Mar._--Ay, sancta Maria, y si es verdad que ha entrado
          ladron en mi casa hoy?

          _Ful._--Gentil discante es esse; si tú no lo sabes,
          quieres que lo sepa yo? Da me mi capa, no se cubra oy el
          diablo con ella en esta casa.

          _Mar._--Agora que pienso que hablas de veras, di, qué
          capa pides a mí?

          _Ful._--La mia.

          _Mar._--Y dónde está?

          _Ful._--Qué renegadero para vn tal renegador como
          Fulminato! Dexando yo mi capa en tu casa, me preguntas
          dónde está?

          _Mar._--Cata que tornes en ti. Y si buscas achaques para
          reñir, no conmigo; que en paz alabo a Dios en mi casa.

          _Ful._--Agora te canonizarán por sancta! pero en tanto,
          acortemos razones, y da me mi capa que te di a guardar.

          _Mar._--Y quándo?

          _Ful._--La noche que fuy a guardar a Floriano y los
          suyos; que si no por mí, ya los comiera la tierra.

          _Mar._--Y aun anxi xexona.

          _Ful._--Qué dizes entre dientes?

          _Mar._--Que la busques por allá donde se te cayó o la
          dexaste.

          _Ful._--Aun pesará a tal con la cayda; bien sé que te la
          di por yr más suelto, para que por pies no se me fuesse
          nadie.

          _Mar._--Aun quiça lo creyera, sino que entre oy...![694]

          _Ful._--Pues dime quién te dize de mí otra cosa, para que
          te trayga en su mesma gorra su cabeça?

          _Mar._--Ya, ya, bien conozco tus blasones.

          _Ful._--Qué dizes?

          _Mar._--Digo que no querria en mi casa altercaciones sin
          por qué. Porque no puedo creer que dexasses caer la capa
          por huyr, vn tan valiente como tú, de solos dos enemigos.

          _Ful._--Essas y otras tales cosas te dirá a ti aquel
          chismoso de Lydorio. Pues no oyre missa antes que no me
          deua nada, y aun quiça vos, doña bagassa, si no os saco
          el alma, porque en mi presencia, y sin más hazer caso
          de mí, os me encerreys con nadie, y que agora vengays a
          parir antes de los nueue meses essas vellaquerias de que
          os empreñastes con aquel gayon, que se nos haze vn sancto
          de pajares, y al cabo deue de ser por ganar tierra con
          Floriano, por malsin.

          _Mar._--Calla, calla, infamador de buenos, maluado, que
          no abres boca que no sea tu lengua de viuora.

          _Ful._--No veys quán sin verguença se me torna a los ojos
          la...?

          _Mar._--Soy mejor que vos; que si no por mi, no ouierades
          descargado los piojos de acuestas.

          _Ful._--Essas palabras a mí? de las que tengo en la cara
          reniego si no os saco el alma; no os cale huyr por la
          escalera, que yo os acabaré oy los dias.

          _Mar._--Virgen Maria de los Remedios, libra me deste
          furioso.

          _Grac._--Bien te dezia yo, prima, que hauia yo visto
          entrar a tu madre en casa rato ha; pero oye, oye qué
          tropel baxa por la escalera.

          _Ful._--No os me yreys, doña mala hembra.

          _Lib._--Ay, sancta Maria, val me! qué gran mal es este,
          que a mi madre oyo en el entresuelo y la escalera está
          cerrada? Jesus, Jesus, Justicia, aqui del rey, que mata
          aquel traydor a mi madre.

          _Ful._--Pues yo reniego de todos los adoradores del sol
          si oy no quiebro la puerta, y os embio a poblar la silla
          que en el infierno os espera.

          _Pol._--Quán a buen tiempo llego, que no tendre que
          llamar; que en el portal veo a la de Pinel y la de
          Felisino. Pero qué es aquello, que dan gritos? quiero
          aguijar, que gente se allega.

          _Pin._--A, hermano Felisino: al paje que hemos traydo en
          ojo veo yr corriendo; aguija, que algo ay allá.

          _Fel._--Alarga el passo, que gente corre en cas de
          Marcelia.

          _Pol._--Apartá os afuera rapazes; a, señoras, qué es esto?

          _Lib._--Ay, señor, por vn solo Dios, que matan a mi madre.

          _Pol._--Calla, calla, que mejor lo hará Dios. Cerrad essa
          puerta, que ya conozco quién es; no será nada; mira me,
          señora Gracilia, por essa plata, que yo quebraré esta
          puerta del escalera, que tan cerrada está por de dentro.

          _Grac._--Daca, y acorre antes que la mate.

          _Fel._--Qué es esto? fuera, fuera, rapazes. Ea, gente de
          pro, que no es nada; andad con Dios, que todos somos de
          casa.

          _Pol._--Cierra, Pinel, essa puerta de la calle, no venga
          la justicia; que Fulminato no deue de estar agora en sí.
          Allá irás, diablo de puerta, qué rezia estaua.

          _Mar._--Justicia, que me mata este ladron.

          _Ful._--No os valeran vozes oy.

          _Pin._--La puerta de la calle ya la cerre: da le, da le,
          Felisino, a esse diablo, pues que tan mal mira por la
          honra de Floriano.

          _Pol._--Qué sin sentido está de passion, que le tengo la
          espada por los gauilanes, y el braço quedo, y aun no lo
          siente.

          _Fel._--Qué es esto, Fulminato? quieres que por tu locura
          hagamos aqui algun desatino?

          _Ful._--Cata, cata, y por dónde entrastes a quitarme de
          ceuar el espada en putas carnes, ya que no alcancé a los
          otros?

          _Fel._--Y calla, y subete arriba.

          _Ful._--Pues dexad me el espada.

          _Pol._--Subamos arriba, que luego te la dare en te
          viendo más manso.

          _Ful._--Dexad me, que yo acá haré oy a esta embaydora...

          _Mar._--Vos mentis como vn gran rufianazo. Ansi me han
          de tractar en mi casa? Justicia demando a Dios, y al rey
          me voy a quexar, y no tengo de parar hasta los pies de
          Floriano, para ver si por ser le yo tan seruidora, me han
          de mal tractar los suyos.

          _Pin._--Y calla, señora Marcelia, pues ya sabes que todos
          somos criados de Floriano, y por él te seruiremos, y por
          tu persona te honraremos; que bien sabes ya que Fulminato
          te ama y quiere, sino que tiene aquellos impetus primeros
          furiosos.

          _Mar._--A la fe, el malaventurado, con las de seguida
          vaya él a tractar de fieros a cada passo; que en mi casa
          estoy, y no le deuo nada, y él a mí más que vale.

          _Lib._--Ay, madre, no llores más, y adereça essos
          atuendos de tocados, que pues lo quiere nuestra
          desuentura que por hazer bien se nos atreuan como a solas
          mugeres, demos gracias al señor del cielo en todo.

          _Mar._--Tú me causas esto, en andar te me fuera de casa.

          _Grac._--Por mi vida, que no hazia sino yr me a mostrar
          una lauor. Pero pues en lo hecho no ay suelda, remedie se
          lo de adelante en mirar, tia, a quién das tu puerta y tu
          silla; y tú sube te luego arriba, y tú, prima, vamos a la
          puerta de la calle y abramos la, porque oyo de fuera gran
          tabahola, y asoseguemos lo con sentar nos seguras a la
          puerta, y no llamemos testigos de nuestras flaquezas.

          _Pin._--Bien hablas, señora Gracilia; yo me baxo con
          vosotras, por más assegurar lo todo.

          _Lib._--Mas antes os yd entramos, porque la justicia no
          entre a escodriñar nuestros rincones; que mi madre e yo
          nos iremos arriba, y lleuaré yo essos platos con que
          estás embaraçada.

          _Grac._--Pues hagan se las amistades luego.

          _Pin._--Y aun ayudaremos a descorchar los platos antes
          que la vianda se enfrie.

          _Lib._--Pues anda, madre, que subo delante.

          _Mar._--Agora que hay terceros, quiero meter las cabras
          en el corral a este panfarron, con hazer de la enojada,
          pues tengo por qué, y dezir que me voy a quexar a
          Floriano.

          _Ful._--Paresce os que haueys hecho poco mal en quitar me
          de hazer seruicio a Dios en quitar malos del mundo?

          _Fel._--Y quién te hizo a ti Justicia de Dios? calla, que
          no quieres mirar por la honra de la casa de Floriano.

          _Pol._--Por Dios, la honra estaria buena, fiada de quien
          no la sabe estimar.

          _Ful._--Qué dizes, Polytes? y da me mi espada, que no sé
          cómo te la fié.

          _Pol._--A la fe, a más no poder. Pero digo que si
          esto viene a oydos de Floriano, tú has echado oy buena
          madrugada.

          _Fel._--Y aun por esso temo yo que Marcelia no vaya con
          quexas; que no cabremos en casa con Floriano.

          _Mar._--Esperad, pues, que yo os confirmaré en esse
          temor. Liberia, da me presto mi manto, porque ansi como
          estoy me voy a Floriano.

          _Fel._--Veys lo que yo dezia? que agora tracta de yrse.

          _Ful._--Pues que no me dexastes acabar la, estorualde
          la yda; si no yo la acortaré los passos antes que allá
          llegue.

          _Pol._--Esperad, que yo lo soldaré todo; que aqui viene
          en mi manga vn paño, vn buen acalla necios. A, señora
          Marcelia, pues yo no fuy el malhechor, oye me dos
          palabras en esta alcoba.

          _Mar._--Por amor de ti más que esso haré; pero sea que me
          dexeys yr presto.

          _Fel._--Ay, señora, no te fies de esse barbiponiente.

          _Pol._--Pues mando os yo tener embidia! señora, ues este
          no es lugar ni tiempo de largas pláticas: cata aqui
          cincuenta ducados en oro todos, y más esta librança; y
          que Floriano te ruega que luego comas esso, que por amor
          de ti tomé trabajo de traer, que te embia de su plato;
          que por su mano me dio su mesmo plato que le siruieron.
          Y por amor de mí que perdones los enojos todos, y no se
          hable más en lo passado; y de aquí adelante mira más por
          tu casa, y mira que Felisino es muy tu seruidor, y harto
          ha reñido a Fulminato; por esso baste ya.

          _Mar._--Por amor de ti mucho haré, y digo que no hablaré
          más en ello; y tú toma essas quatro pieças de oro para
          guantes, y no porfies en no las tomar, y perdona lo poco.

          _Pol._--Por amor de ti las tomo. Y mira que ninguno
          destos sabe nada desto; por esso, sal a ellos, y
          dissimula, y cumple con todos.

          _Pin._--A, señora Gracilia, pues ya se ha derramado el
          tropel que estaua a la puerta, y arriba ya callan con la
          paz, subamos a comer del alboroque.

          _Grac._--Subamos luego.

          _Pol._--A, hermana Liberia, dame mis platos.

          _Lib._--En esta alazena estan como los truxiste.

          _Pol._--Señora Marcelia, Floriano te embia esto, con que
          combides a Fulminato.

          _Pin._--Esso me paresce bien.

          _Fel._--Y aun a mi me paresce que Fulminato desmanche dos
          rucios o vno de a dos reales para el vino y fruta tras la
          comida, y no se repita aqui palabra de renzilla passada.

          _Pol._--Pues que quedays apareados tres por tres, e yo
          sobro del juego, con tu licencia, señora Marcelia, me
          voy, pues ya Liberia me ha desembaraçado y aun limpiado
          los platos. Y tú, Fulminato, toma las armas, aunque de
          derecho eran de la señora Marcelia.

          _Fel._--No passe la plática adelante.

          _Ful._--Pues cata, hermano Polytes, que esto no buele en
          casa.

          _Pol._--Por mi parte queda seguro, y todos quedeys con la
          paz de Dios.

          _Mar._--Pues en pago de que he hecho todo lo que me has
          agora mandado, te ruego que bueluas por la respuesta de
          tu embaxada, pues el tiempo no da lugar a que agora tú
          te pares, e yo no haga lo que he menester, que es comer,
          pues aún estoy oy ayuna.

          _Pol._--Queda te a Dios, que todo se hará como mandares.
          Pero mejor te ahorquen que no te entiendo; ni aun mejor
          yo viua que tienes remedio conmigo.

          _Grac._--Yo voy a llamar mi moça que vaya por vino, y
          lo que fuere menester, pues ya tengo los dos reales; y
          en tanto poned la mesa, que no tardo nada, con ayuda de
          Dios, pues aún no tengo gota en los pies.


                                NOTAS:

          [694] Ha de entenderse, no _entre hoy_, sino _entreoí_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XL

          Hablando Belisea y Justina de sus cosas, sobreuiene
            Lucendo, y queriendo tractar con la hija de effectuar de
            casar la, ella se dize estar mala, por dilatar el término
            de la respuesta de lo que el padre le pide.


                      BELISEA, JUSTINA, LUCENDO.

          [_Bel._].--Dime, Justina, qué te paresce que podra hazer
          agora aquel cuya memoria tiene occupados todos mis
          sentidos? porque te hago saber (pues ya no es tiempo
          de callar te cosa) que queriendo más recoger me, para
          más quitar me de pensamientos penosos, el pensamiento
          que más me dexa atormentada es el que en otra cosa no
          me occupa, sino en memoria de Floriano: porque le amo y
          quiero, y con su memoria viuo, y su absencia me mata.
          Pero ay de mí, que no puede mi poca libertad dexarme le
          ver, ni mi recogimiento me le dexa hablar: mi castidad me
          haze illicita su conuersacion, y el amor querria siempre
          conuersar le; la honra de la casa de mi padre me cierra
          sus entradas y salidas secretas, que la sensualidad
          querria, por manera que para más bien le querer me tengo
          de aborrescer a mí y a mis cosas. Pero, al fin, yo lo
          he querido, y Dios lo tiene determinado, y ansi torno a
          dezir que soy suya, y que nunca otro será señor de mi
          cuerpo sino Floriano, que lo es de mi voluntad.

          _Just._--O, qué grande es el poder del amor, que ansi
          desencasa vn compuesto bien concertado y derrama vna
          voluntad bien ordenada!

          _Bel._--No me respondes, Justina?

          _Just._--Qué te respondere debaxo de la gran compassion
          que te tengo, por la batalla que en ti ay de la
          sensualidad contra la razon, que tiene temor de perder la
          posession de su señorio en ti?

          _Bel._--Pues con más piedad y con más razon te apiadarias
          de mi triste coraçon, que anda ya a punto de su
          perdimiento, si bien supiesses mi mal; el qual, aunque yo
          le passo, ni le sé ni le entiendo, mas de que veo que el
          tú compadescerte de mí me monta nada, si el que tiene mi
          coraçon no se apiada dél. Y como temo que me oluida, no
          descansa mi voluntad, ni cessa de pedir a mis ojos que se
          le pongan delante, para que todas las potencias se auiuen
          y reconozcan el bien de dónde les viene. E yo te digo,
          Justina, que yo bien querria que mi voluntad fuesse muy
          obedescida en esto; porque yo viendo le, pensaria que no
          me oluidaua, pues la absencia es madrastra del amor.

          _Just._--Quando el amor no es postizo, ni cresce en la
          presencia, ni mengua en la absencia, ni se varia con los
          tiempos, pues la voluntad y entendimiento de donde quiera
          buelan a ver lo que aman. Y Floriano amar te, prueua lo
          bien los tormentos que le causaua tu amor; y dessear te,
          bien tengo yo por mí que cuenta los momentos hasta verse
          en la hora; y visto delante de ti, presumo que aun apenas
          cree, porque dizen: que lo que mucho se dessea, no se
          cree aunque se vea.

          _Bel._--Pues que ansi me aseguras del temor que yo podia
          temer, e yo lo estoy bien de que él no deue tener duda de
          que le amo y jamás le oluido, qué te paresce que haremos
          en lo que esperamos de nos ver? Pues ni yo le podré dexar
          de amar como a señor y amigo y marido, ni podré hazer
          por él cosa que passo tuerça de la razon en guarda de mi
          honra y honestidad.

          _Just._--Pues que estamos a solas, para qué tendre la
          boca llena de agua, en no te dezir lo que, por hauer bien
          pensado, no será possible callarlo, vista occasion de
          dezir te desengañadas verdades?

          _Bel._--De esso huelgo, y no esperes de mí más licencia,
          sino que sin salua me digas lo que te paresce libre, que
          yo deuo hazer tan captiua.

          _Just._--Digo que no presumas tener las cubas llenas, y
          las suegras beodas. Y cata que si le amas marido, que
          toda eres suya de justicia muger. Y si te honras de
          lo vno y te huelgas de ver le y querer le, huelga de
          obedescer le. Pues mal meresceras la honra de su muger,
          sin tener él el prouecho del matrimonio, pues dizen que
          honra y prouecho no van en vn saco.

          _Bel._--Bien dixeras (que ya te entiendo tu intento) que
          honra y prouecho no van en vn saco, quando el prouecho no
          deroga a la honra, y quando la honra y el prouecho son de
          vno. Pero agora tú quieres ascribir me a mí la honra (y
          tienes razon que lo es en ser suya) y a él el prouecho en
          el gozo.

          _Just._--Pues bien sabes que quando velan los nouios les
          dizen que seran dos personas en vna sola carne. Porque
          quiero que oyas, que bien lo sabes ya, que la honra y
          prouecho de tu marido es tuya, y la tuya de tu marido
          juntamente.

          _Bel._--Bien has hablado; pero cata que la honra es cosa
          muy vedriada, y muy sotil, y muy fragil, y junto con
          esto, la que haze immortales los hombres, la que los haze
          de estima, la que les da imperios, la que los haze ser
          seruidos, pues vemos que los antiguos por sola la honra
          arriscaron quanto fuera de ella tenian.

          _Just._--Ansi es que la honra, mayor contentamiento da
          al hombre que qualquier temporal otro prouecho. Pero
          tornando a mi intento, nunca la muger pierde honra con
          su marido, debaxo deste vinculo de dos voluntades, no se
          teniendo respecto a otra disparidad, como es si él es
          de mucha estima, y ella de baxa ralea, o al contrario;
          o el vno en estremo pobre, y el otro muy rico; o en las
          qualidades del alma, quando el vno Moro o Judio, o muy
          vicioso notoriamente, y el otro notoriamente contrario
          de aquello. Pero donde no ay estos estoruos, quando
          dos personas que van a las parejas, que solo ay la
          differencia en ser el vno hombre y el otro muger, se
          ayuntan, como concurre Dios en aquel vínculo para hazer
          vna persona de dos voluntades que eran antes y despues se
          tornan en vna, alli ay mayor honra de entramos quanto más
          entramos son solo vno. Y con esto baste; porque no soy
          tan desuergonçada que tenga vocablos más claros; que más
          vale verguença en cara sobre tal vínculo hecho, que no
          manzilla en coraçon con tan no castos pensamientos y tan
          desasosegados desseos.

          _Bel._--Embuelues tantas razones para concluyr lo que
          quieres, que algunas vezes como de los cabellos traes
          la razon para que aprueue tu justicia. Y por tanto, ya
          no quiero sino que, pues siempre me lo persuadiste, me
          aconsejes cómo se concluya de manera que lo que a Dios
          es notorio que passa entre nosotros sin su offensa a mi
          parescer, sea público a las gentes sin escandalo y de
          manera que entiendan juntamente ser guiado por Dios, pues
          sabes que no sólo el buen nombre le ha de buscar hombre
          con Dios, pero aun con las gentes.

          _Just._--Y aun es ansi que el buen nombre vale más que
          toda riqueza, y que éste más tarde se cobra delante las
          gentes, y aun más presto se pierde con ellas, que no
          delante Dios, pues el vno mira más en la voluntad, y
          los otros aun calumnian las buenas obras. Pero lo que
          me paresce en estotro es: que pues a las mugeres en
          semejantes casos no se nos permite acometer, y aun se
          nos dan auisos para guardar nos de no ser acometidas
          como flacas en la resistencia y muy impugnadas en esto a
          la virtud, y al hombre como más libre, lo vno y lo otro
          le es permitido, digo que Floriano te pida por muger a
          mi señor Lucendo tu padre; que como ello ya esté hecho,
          y Dios lo ha encaminado, él lo concluyra, y hará que
          el viejo, veniendo en ello Dios, se sirua, y vosotros
          gozeys, y el mundo lo loe, pues no hay disparidad de
          las que arriba ya dixe en entramos. Y aun más digo, que
          si quieres la cosa más breue, y mandas, yo lo hablaré a
          tu padre, aunque bien sé que arrastro paño de tan alto
          negocio para tan baxo delegado.

          _Bel._--Lo que yo quiero que tú hagas, es: que tú como de
          tuyo lo persuadas a Floriano esso.

          _Just._--Que lo haré venida la hora. Pero alli viene mi
          señor solo; asuadas que venga a te hablar en casamiento;
          porque hoy han estado con él dos señores, los más altos
          del reyno, que sé que tenian hijos, que te recibiria por
          muger qualquier de ellos.

          _Bel._--Ay, Justina, si vieres que me quiere a solas,
          busca occasion con que nos diuidas presto; si no, yo soy
          perdida.

          _Just._--Pierde cuydado. Pero cobra le en estar sobre
          auiso en que no te cace en algo de Floriano; que ya sabes
          qué sabio y sagaz padre tienes.

          _Luc._--Qué hazes, hija, estás buena?

          _Bel._--Por cierto, señor, que aún no he tornado bien en
          mí desde estotro dia.

          _Luc._--No me marauillo, hija, porque tú eres delicada,
          y el mal que entra poco a poco, sale de tarde en tarde.
          Siempre ten cuydado de mirar por ti, y no salir de
          los consejos de los médicos, para no tornar a recaer.
          Sienta te, hija, en tu estrado, y tú, Justina, sal
          te allá fuera. Ya sabes, hija, cómo Dios lo manda y
          naturaleza inclina a los padres en el cuydado de la
          prouision de los hijos; en especial de aquellos hijos
          que la naturaleza más desnudó en su nascimiento. Porque
          vn paxarito, despues de sacados los hijos, en muchas
          cosas no tiene menester mirar por ellos, como es el
          vestir los, el limpiar los, ni el enseñar los hablar
          ni andar, ni dezir les lo que han de comer, porque con
          sólo traer se lo mientras no son para yr por ello,
          naturaleza y la necessidad les dize quál coman y quál
          dexen, y vn animal por su mesma manera, cada vno como
          es. Pero al hombre, con dar le Dios esta excellencia de
          tener vso de razon, le hizo en lo demás menesteroso de
          las abundancias agenas; porque de ageno viste y come y
          calça, y aun no a todos se les da el saber lo buscar, y
          hallado, guardar lo. Y si el cuydado de los hijos ansi
          pende de los padres, mucho más carga y solicita el de
          las hijas, como más menesterosas. Y como vno destos
          cuydados sea dexar en estado las hijas en que puedan
          seruir a Dios, ansi yo con esta obligacion natural, como
          por el gran amor que te tengo, quito de mis proprios
          cuydados muchos ratos del dia, para dar lugar a los
          que me vienen de contino, de verte ya en mis dias en
          estado del matrimonio puesta. Y porque ya muchos de mis
          vezinos han caminado tras el pendon de la muerte, y no
          sé quándo a mí me llamará su trompeta, cierto de que no
          he de quedar, incierto del quándo tengo de yr, querria
          te, hija, dar antes mi bendicion con tu compañero en el
          thalamo conjugal. Muchos de grande estado al mundo te me
          piden, y a ninguno (aunque muy importunado) he dado sí
          ni mano, porque te querria emplear (como thesoro que yo
          más estimo despues del alma propria) muy a mi honra y tu
          contentamiento. Porque en todas las obras politicas del
          hombre humano hauria de hauer voluntad del que las obra,
          y en especial en este estado, que con paz es de gran
          bendicion, y contra voluntad tomado, y en desgracia, es
          gran seruidumbre y vida peor que de galera. Por tanto,
          sin me detener más dias, me di tu deliuerada voluntad
          en esto, porque sobre aquella asiente yo la mia, en la
          conclusion de lo que ya tanto y tantos me molestan. Y
          cierto si en alguna cosa me paresce a mí hauian de hazer
          su querer las hijas, hauria de ser en esto; pero hallo
          que por las leyes diuinas y canonicas y ciuiles las
          constriñen a no salir de la obediencia de los padres. E
          por esso aprouando lo por bueno, tú harás mi voluntad en
          que me digas la tuya luego.

          _Bel._--Siendo yo la hija que más deue a su padre que
          de mi manera haurá en esta vida, nunca Dios quiera
          que comience en mí el exemplo de la ingratitud y mal
          consentimiento en el no te obedescer muy por entero a lo
          que me mandares. Porque si otras hijas son obligadas a
          sus padres porque son padres, yo a ti porque eres padre y
          madre, y señor y regalador y abrigo mio. Pero más pienso
          que meresceré delante de ti en hazer tu mandado en esto,
          en forçar me a querer hallarme sin ti vn hora, que no por
          otras causas que la honestidad suele mouer a las honestas
          hijas, en obedescer a sus buenos padres. Y ansi sepas que
          quando me dieres marido, le tomaré; quando me metieres
          monja, lo seré; y quando me mandares yr de tu casa, yre;
          y quando quisieres que no vaya, no yre; aunque tanto
          más mejor te obedesceré en que quieras que no te dexe,
          quanto menos regalo espero tener sin tu presencia. Pero
          más quiero como hija hazer tu voluntad, que como regalada
          dessear mi contentamiento. Y ansi como no determino de
          dezir nó a cosa que tu voluntad sea, ansi no te quiero
          sacar condicion alguna, porque en apartar me de ti hallo
          la mayor pérdida que jamás hija perdio, y en no hazer tu
          voluntad sería la más de culpar del mundo.

          _Luc._--Has hablado, hija, tan prudentemente, que con tu
          sí tan libre que me das me dexas más captiuo mi querer
          al tuyo. Y ansi te prometo al amor que te tengo: que
          tractando esto, no te mire como hija en te mandar, sino
          como a muger en no hazer cosa sin tu expresso consejo y
          contentamiento. Y por esta razon te quiero en particular
          dezir quiénes son los que te me piden, y con quién soy
          más inclinado a cerrar en esta cosa: para ver lo que de
          cada vno sientes.

          _Bel._--Ay, mezquina yo, que agora que entramos en lo
          especial temo, que hasta agora todo ha sido querer en
          general; y ansi no estaua yo tan constreñida a declarar
          me con quién quiero por nombre, y a quién no quiero.

          _Luc._--A quién dizes que te inclinas más en lo
          particular? que no te oy bien. E ya te digo que ni por
          dezir me tu parescer te tendre por más atreuida, ni por
          hablarme claro por menos buena y honesta.

          _Bel._--Señor, a Dios gracias, la poca contractacion
          que tengo fuera de con mi gente me quita del vicio que
          llaman accepcion de personas, en tachar a vnos y aprouar
          a otros, pues a todos los ignoro, y a todos quiero bien,
          y a mí tengo por no merescedora del menor, y más suez que
          tu voluntad fuere de me dar. Pero mira que viene Justina,
          y deue de querer te algo.

          _Just._--Mucho va adelante la plática: quiero
          despartirlos.

          _Luc._--Quieres algo, Justina?

          _Just._--Señor, que mires que ha rato que se apeó el
          adelantado mayor, y deue estar te aguardando.

          _Luc._--Pues voy, que esta plática se concluira para la
          obra otro dia plaziendo a Dios; queda te, Justina, con
          tu señora, y tú, hija, mira que te solazes, pues de tu
          plazer huelgo yo mucho.

          _Bel._--Yo te haré esse plazer de oy más.

          _Just._--Que te paresce, señora, quán a mano tramé la
          mentira?

          _Bel._--Ay, que peor es si sale en balde, que luego
          tornará enojado.

          _Just._--Entonces no faltará otra y otras diez; en
          especial que ya él vino endenantes. Pero como viene
          tantas vezes, no sé si se tornó a yr o no. Pero, cómo te
          ha ydo?

          _Bel._--Qué quieres que me vaya? Pues ya a lo claro
          quiere concluyr de casarme.

          _Just._--Y qué le dixiste?

          _Bel._--Que no saldre de su mandado.

          _Just._--Bien fue ansi; pero en lo particular, de quién
          te nombró?

          _Bel._--Ya lo començaua quando nos atajaste; pero quedó
          que otro dia me lo dira, para que yo escogiesse quál
          mejor me agradasse a mi parescer.

          _Just._--Agora te digo que está andado el medio camino,
          y piensa que ordena Dios esto. Yo auiso esta noche a
          Floriano, para que sea él vno de los que te pidieren,
          para que si a bueltas de los otros te lo nombrase tu
          padre, puedas cerrar con él, y ansi no se sentirá.

          _Bel._--Bien está; ansi se hara bien; encomendemos lo a
          Dios todo.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XLI

          Estando en palacio Fulminato y Felisino y Pinel,
            tractando de lo que acontescio a Fulminato con Marcelia,
            sobreueniendo Polytes y Lydorio, tractan de qué cosa sea
            la fortuna, y despues se desparten para yr se a apercebir
            para la jornada de la noche.


             FULMINATO, FELISINO, PINEL, POLYTES, LYDORIO.

          [_Ful._].--Agora que, hermanos, estamos en casa, quiero
          daros razon de lo que en casa de Marcelia vistes que
          passó, que me haueys pedido que os diga.

          _Fel._--Como ya te lo hauiamos pedido tantas vezes, ya yo
          tomaua el tu callar por respuesta.

          _Pin._--Yo porque sospeché que fue sobre la capa, callaua
          yo ya; porque veo que no lo recibe Fulminato de buen
          gusto.

          _Fel._--Agora digo que me espanto de tantos chismosos,
          y por esso dizen que el miel y la mentira para el fondo
          tira; y ansi luego es alcançado vn mentiroso. Dicho me
          auian a mí, pues, que anoche hauian capeado a Fulminato,
          y aun que si no tuuiera buenos pies, que quiça con el
          capear fuera el caparle.

          _Pin._--Tirte a fuera: esso malo era. Pero dixeron me a
          mí que el dexó la capa por huyr de dos garçones que le
          corrieron la çapata. Pero como despues yo mesmo la vi
          lleuar al ladron que yo no pude alcançar, y sacar la den
          casa de Marcelia, todo lo tuue por burleria.

          _Ful._--No en balde dijo Esopete a su amo: que no hauia
          cosa más amarga ni más aguda que la lengua. Y no en balde
          es dicho la muerte y la vida está en poder de la lengua,
          y que no ay peor cosa ni mayor pestilencia para toda
          congregacion pacífica que la lengua doblada que siembra
          discordias. Y ansi huelgo que veays qué crédito se ha de
          dar a semejantes flaquezas dichas de Fulminato de oy más.
          Pues que si dexé la capa caer, fue porque no cayesse el
          ánimo desseoso de alcançar a aquellos vellacos, que senti
          por más sueltos de pies que yo.

          _Fel._--A la fe, en tal caso poco es dexar la capa. Pero
          dexando esto, nos di, qué auias con Marcelia? que no ay
          quien os entienda a los dos vuestras algarauias; vosotros
          os enojays, y os confederays quando se os antoja.

          _Ful._--Y aun essa más gracia me dio Dios, que nunca
          muger me acabó de entender, porque con ellas siempre os
          haueys de hauer bien, vuestro derecho a saluo: de manera
          que si la castigaredes, os tema y si la halagaredes, no
          se os atreua.

          _Pin._--Y aun ansi dizen que la muger y la sardina, de
          rostros en el fuego. Y aun que la muger y el fuego para
          que luzgan, a coces, aunque esto tiene haz y enues.
          Porque si la muger se aueza al castigo, y os toma el
          pulso hasta quanto os pese la mano, tiene ya, como hecha
          a las armas, el ser castigada, por solo dar os enojo y
          salir con la suya.

          _Ful._--A la fe, no la dexar criar malas costumbres desde
          nueua; porque vna bestia mular, cobrando vn siniestro,
          ella muere, pero no le pierde: y ansi no menos es de la
          muger. Por donde digo que el ser buena o mala vna muger,
          todo consiste en saberla tractar a los principios, que la
          hazeys a la carga de vuestra voluntad.

          _Pin._--Pues dessa manera, cómo quieres tú apoderar te,
          con Marcelia, que la començaste a entrar al cabo de Dios
          os salue? porque ni le podras ya quitar la marca del
          que la selló primero, ni las costumbres en que ya se ha
          criado, y madurescido, y aun començado a enuejecer, la
          pienses quitar, pues ya en ella mudar costumbre es le a
          par de muerte.

          _Fel._--Y aun por esso me paresce a mí que haze mal
          Fulminato en querer domar ya yegua con potranca, tan
          grande como la madre; en especial que no la tiene tan por
          suya, que con tales tractos no le cambie por otro que la
          regale.

          _Pin._--Más quiça está ya hecho, porque no la veo yo tan
          buena de contentar, que con la ordinaria prebenda de
          Fulminato se mantenga. Pues hartar, bien vemos que es por
          demas, pues es muger, y no vieja, y suelta; que diz que
          buey suelto bien se lame.

          _Ful._--A la fe, en sólo el apetito hambriento de recebir
          y pedir la he hallado siempre suelta.

          _Pin._--Pues cómo, y agora sabes que la muger es
          vn género de animal imperfecto, que para suplir su
          imperfection en lo vno, siempre dessea al varon como la
          tierra al agua? y no sabes que ansi abre las manos al
          tomar, que no sabe tener rienda en el recebir? Y no me
          pidas más de que sea vna muger auarienta, que yo te la
          vendo por viciosa y confusion de toda virtud; y si esto
          no es ansi, diga lo el señor Lydorio, pues lo traxo Dios
          a tan buen tiempo.

          _Lid._--Qué es lo que tengo de dezir?

          _Fel._--Que estaua prouando Pinel que el vicio de la
          auaricia es muy peligroso, mayormente en las mugeres:
          esto te preguntan si es ansi?

          _Lyd._--Digo que dize muy gran verdad, porque ansi está
          escripto: que la rayz de todos los males es la cobdicia.
          Y aun ansi dize el sabio: que no ay mayor maldad que amar
          el dinero; y en tanto es malo el vicio de la auaricia,
          que es contado por idolatria, que es dexar de adorar al
          criador, adorando la criatura.

          _Ful._--En ley de christiano no ay peor mal.

          _Lyd._--Pues esse tan grande, le causa la auaricia en el
          hombre, como vicio más detestable de los otros vicios,
          porque donde asienta roba todas las virtudes, y donde
          él está ay tiniebla, y este vicio es vn ñublado de las
          virtudes, que todas las absconde. Y ansi aquel potente
          Marco Crasso amató en sí muchas virtudes que tuuo con
          solo ser auariento. Y aun es vicio que, con hazer robar
          lo ageno, haze al que lo ha robado ser robado y enagenado
          de sí mesmo, por ser esclauo de la riqueza que ha robado
          y tiene; y ansi dizen que el auariento más es tenido de
          la riqueza que la riqueza dél. A esta causa muchos de
          los amadores antiguos de la sciencia desterraron de sus
          academias la riqueza, por poder aposentar la sciencia;
          y de sus casas lançauan el thesoro, por encerrar el
          sosiego; y de sus personas alongauan el amor del dinero,
          por se hazer amadores ricos de la virtud.

          _Ful._--Si las cosas hauian de yr medidas por esse pesso,
          a pocos conuenia el pesso de la moneda, y menos a la
          muger, por lo que yo me sé.

          _Lyd._--Ansi es, que a todos es dañosa la auaricia, y
          a la hembra es pestilencia, y aun pestilencia de las
          modernas, que no las hallan cura los medicos. Porque
          dad me una muger auarienta, y no me nombreys virtud que
          le quadre, ni vicio que no aya en ella, o se presuma
          hauer. Porque si es moça y hermosa y auara, yo os la daré
          más comun que el pan en la plaça y los abbades en las
          iglesias; y si es fea y moça y auara, potajes haze de
          su persona, y embustes para contentar los hombres, para
          ganar les la moneda, que no se pueden nombrar, porque
          faltaria tiempo, ni se deuen dezir, por a reuerencia de
          las que son buenas.

          _Fel._--Y aun cierto oy en dia gran acatamiento se deue
          hazer a vna muger buena.

          _Lyd._--Y aun en tanto se deue estimar la cosa, quanto
          con más difficultad se halla; porque sin perjudicar
          ninguna en particular, mi opinion es: que pocas ay que
          quieran dexarse caer a la mano del hombre, que no quieran
          que es de. Y si no lo sabeys: quántas casadas y ricas,
          y que tienen hechos los maridos a mandado suyo y muy a
          su mano, y vienense a pegar a vezes con vno que es asco
          verle?

          _Pin._--Que digo, señor (hablando con perdon) que aunque
          los maridos sean muy viles, y los amigos muy loçanos,
          y muy a desseo y contento de ellas, y ellas en estremo
          ricas, siempre quieren doblada substancia, que es la del
          marido en todo, y la del amigo, en el cuerpo y en la
          bolsa. E ya que les falte buena color para pedir a los
          pobres, que lo han de lazerear por darlo a ellas, que les
          sobra, a lo menos toman achaque de pedir con dezir: dad
          me qué trayga por vuestro amor.

          _Ful._--Por el cerrojo de Burgos, que hablas como experto.

          _Fel._--Asuadas que en tales andolencias se le desgaja a
          él el partido.

          _Pin._--Sea lo que fuere, cada qual siente sus duelos,
          y Dios remedia los de todos. Y di, señor Lydorio, hasta
          concluyr tu plática, porque si no tractas de todo género
          de mugeres, injurias las vnas y abonas las otras: porque,
          a mi ver, más presa haze la auaricia en los viejos,
          aunque no alcanço el por qué.

          _Lyd._--Porque como les va faltando el mundo en el viuir,
          querrian tenerle (como dizen) por los cabeçones, y buscan
          la virtud adquisita terrena, como les va faltando la
          virtud natural, y ansi todos guardan; porque como ellos
          van faltando ya al mundo, ansi piensan que todo les tiene
          de faltar a ellos. Y por tanto bueluo a mi intento, que
          la auaricia en la muger, y muger vieja, es más peligroso
          mal, porque la haze embaidora, hechizera, alcahueta, y
          amiga y aliada del demonio.

          _Ful._--Y aun pese a tal con las que desde temprano
          aprendieron todos eassos officios.

          _Pin._--Ay te duele aún? pues con tu pan te lo comas,
          que a la verdad ello es ansi; que como ay oy en dia
          imitadores de los virtuosos passados, tambien ay
          remedadores de los viciosos antiguos.

          _Lyd._--Y aun para el remedar los viciosos más
          precipites son las mugeres; y para intentar vn vicio
          qualificado. Porque quién de los hombres intentará hechos
          procaces y nefandos y feos y malos en todo genero, como
          muchas de las mugeres de los siglos primeros? Y porque
          calle los que en historias sacras son referidos, por la
          grauedad y magestad de las sacras escrituras, quién,
          empero, yguala con la auaricia de aquella Tarpeia, siendo
          donzella y recogida, y a quien no faltaua cosa en la casa
          del alcayde del Capitolio, su padre? Pues no diremos que
          andando por el mundo aprendió tanto que con auaricia
          pudiesse poner a Roma en el estrecho que la puso. Quién
          por tan poca cosa hiziera tan gran mal como Eriphile,
          en vender al marido tan bueno y tan estimado, y que
          tanto la queria? Quién hiziera, con suzia carnalidad,
          lo que Pasiphae, muger del rey Minos? Quién con saña
          vengatiua perpetrara lo que las dos hermanas Progne y
          Philomela? Quién por solos amores, aun no gozados, ni
          aun más fundados, con solo ver el amante, y aun desde
          lexos, se dexara prender de la yerua de flecha de amor en
          la manera que Scylla, para executar su venenosa ponçoña
          en cortar la cabeça a su viejo y dormido padre el rey
          Niso? Quién se atreuiera a lo que Myrrha, enamorada de
          su padre Cinara? Quién pudiera abatir tanta gloria de
          reyes, y desolar tantos reyaos, y acocear tanta gloria de
          famas de monarchas, como el mal gouierno de la persona
          de Cleopatra en Egypto? ni Helena en Troya y Grecia?
          y si concluymos: con la nuestra Caua en España? Es
          nunca acabar escodriñar libros en buscar exemplos, para
          probacion de cosa en sí tan notoria.

          _Ful._--De aqui infiero yo, para salir de la plática, que
          tenian razon los antiguos en tener por cosa de gran tomo
          y poder a la fortuna, pues podia y bastaua a fauorescer a
          que personas tan effeminadas y suezes y flacas saliessen
          poderosamente con hechos de tanto mal y daño, como las
          antiguas que Lydorio ha contado, y como[695] muchas de
          las modernas que yo me sé, que tracto con gente que las
          sabe y las haze. Pues más agudo tiene el ingenio vna
          mala hembra para cien males[696] que diez varones para
          intentar de repente vn mal, y vn caso feo, y vn hecho
          espantoso a los buenos, y temeroso a los flacos.

          _Fel._--Pues por Dios que tú, Fulminato, leuantaste
          plática cuya consideracion muchas vezes me tiene atonito:
          ver quán dispares cosas encamina la fortuna.

          _Pin._--A la fe, los males encamina los la astucia
          del nuestro enemigo, y accepta los y aun obra los la
          nuestra propria, y los bienes encamina los el gouierno
          y prouidencia diuina. Porque si yo quiero y Dios quiere
          guardar me, ni basta vna fortuna imaginada, ni muger
          artera, ni aun el diablo tan poderoso, para derrocarme a
          vn mal que sea daño del alma, que en lo demás temporal
          callo y subjecto me al parescer de los sabios en esto, y
          a la iglesia en la fe.

          _Lyd._--Tú dizes bien, Pinel: que la escusa que no los
          escusará a los que no quieren enmendarse del mal, es
          dezir que lo hizo el demonio, que fue su hado, que lo
          gouernó ansi la fortuna, que fingidamente era deificada
          de los insipientes y ciegos antiguos, teniendo la por
          diosa, con otros muchos mentidos dioses que ellos
          inuentauan a sus propositos cada vno.

          _Pin._--Pues porque vno de los bordones comunes de
          los enamorados que hablan de sus amores escriuiendo o
          trobando, luego a mano tractan querellas de la fortuna,
          nos di, señor Lydorio, algo de la fortuna.

          _Lyd._--Digo que más querellas formaria ella de ellos si
          supiesse quexar se.

          _Ful._--Pues qué cosa es, que tanto de ella hablamos, y
          tan poco la conoscemos?

          _Lyd._--Segun el error de los antiguos, ella era vna
          de sus dioses mentidos (como ya dixe) y fingieron la
          que gouernaua a su libre querer este mundo, y traya los
          hombres en vna voluble rueda asentados, por manera que
          al que le plazia, boluiendo su rueda, baxaua, y al que
          le plazia leuantaua; a vnos daua lo que a otros primero
          quitaua, y a vnos vestía, desnudando a otros.

          _Ful._--Esso a cada passo lo vemos, que muchos que no
          merescian la sal que comen, les sobra el bien, y otros
          que lo merescen y son para ello no tienen vn pan; y vnos
          bien siruiendo no medran, y otros crescen sin por qué
          como esponja, con no ser para dar migas a vn gato, porque
          salga cierto el vulgar: que da Dios hauas a quien no
          tiene quixadas. Y ansi como parezca que estas sean obras
          de fortuna, cierto, como no guarde la justicia en su
          distribuyr, no deue de ser buena cosa.

          _Lyd._--La fortuna es vn subito y no pensado caso de las
          cosas que suelen acontescer.

          _Fel._--Y aun ansi, veo que la fortuna es vna manera de
          feria, que cada merchan habla de ella como en ella le
          fue. Porque la fortuna por muchos es llamada, por otros
          culpada, por muchos desseada y por otros huyda, por
          muchos loada y por otros muy reprehendida; por muchos
          honrada y, por otros baldonada y menospreciada y tachada;
          por vnos es tenida por ciega, vagabunda, inconstante,
          varia, incierta, fauorescedora de indignos, y enemiga
          y contraria de buenos y valerosos y animosos; y por
          otra parte, si la miramos la veremos en sus effectos
          totalmente contraria de todo esto.

          _Lyd._--Todo esso y aun más cabe en el ser sin ningun
          actual ser de la fortuna. Porque a las vezes vence la
          potencia de mil y el consejo de ciento, con sólo vno;
          y amata la juventud, y anima la edad decrepita, segun
          le plaze; y ansi la llama vn poeta inconstante, fragil,
          fementida, deleznable. Y por tanto, los antiguos, que la
          adorauan por diosa, la fingieron como donzella, ciega y
          con alas, y dauan le vn cuerno o bozina en la mano, para
          tocar le como a monteria, y con él derramaua oro por
          vna parte y esparzia sangre por la otra. Y dauan le en
          la otra mano vn gouernalle de nauio, y ponian la vn pie
          sobre el qual se sustentaua, puesto sobre vn ancora, y
          en aquello declarando sus atributos que ellos le dauan,
          entendiendo de ella que gouernaua el mar y la tierra.
          Porque tenia vn pie en el ancora, y el otro encaminaua
          a poner sobre la tierra, sin llegar con él al agua. Y
          que daua riquezas a vnos, y afanes y muertes a otros
          de los que seguian tras su llamado. Y llamaua a son de
          monteria, por la inconstancia que ella en sí tenia, y
          el poco sosiego que tienen los hombres que andan en la
          monteria occupados, y por la incertinidad que a manera de
          caça, inciertas son las ganancias de la caça, y vn muy
          engolosinado afan de incierta posession de lo que muchas
          vezes buscando, o no pueden descobrir lo, o sólo lo
          pueden ver, y las menos vezes cobrar. Pintauan más a la
          fortuna ciega, o bendauan la los ojos, significando que
          los fauores o riquezas o afanes que daua son por vn caso
          fortuyto y por vn acaescimiento no pensado. Pero esto
          que ellos llamauan fortuna, y algunos llaman por nombre
          de hado, que tambien los ciegos gentiles, cuydadosos de
          buscar dioses, y descuydados de conoscer al Dios criador
          verdadero, venerauan las hadas que ellos llamauan Parcas
          por diosas hijas de la diosa de la necessidad; porque les
          dauan poder aun sobre los otros dioses, en lo que ellas
          disponian quanto a la gouernacion de los hombres y del
          mundo. Y ansi dezian que lo que ellas tenian determinado
          entre sí, que de necessidad acontescia, y no por puro
          acertamiento. Pero esta fuerça o poder de los hados no
          tiene más ser ni más poder (como ni el de la fortuna), ni
          más eran de en quanto los que las venerauan les querian
          dar. Porque desde siempre que ay cosas causadas, han de
          tener principio en la causa primera, y todas las cosas
          que en sí tienen successo e orden natural las dispone
          naturaleza imperada por Dios. Y todo lo que se haze,
          que su ser no sea priuacion (como es el peccado), pero
          sea cosa que tenga ser, en quanto es causado, procede
          de la causa primera que es Dios, y es cosa ordenada, la
          guia, y ordena, y dispone la diuina prouidencia y saber
          infinito de Dios, o que por sí, o que por sus causas
          generales, que en él tomaron la tal virtud. Porque ni
          ay más fortuna, ni ay más hado que fuerce al hombre a
          hazer lo que en su libre poder consiste, ni es escusacion
          de los que quieren larga licencia para peccar, dezir
          que les forço el hado o la fortuna; que si bien hazen,
          por Dios lo obran, y si mal, por sí mesmos. Puesto que
          quanto á las inclinaciones naturales, variamente son en
          los hombres: que vnos son más inclinados a vn plazer
          o a vn vicio que otros, y otros más a vna virtud que
          otros; pero en solo esto, ni consiste el merescimiento
          ni desmerescimiento, ni es causa principal ni de nuestro
          bien ni de nuestro mal. E si el paje no saliera ya a
          llamar me, más dilatara en esto, porque es plática
          prouechosa a mancebos que quieren saber oyendo y acertar
          sabiendo.

          _Fel._--Y aun ansi nos pluguiera a todos de que fuera
          ello adelante. Pero desde agora te lo suplicamos para
          otra semejante coyuntura y vagaroso espacio como el que
          agora hemos tenido, que no ha sido poco.

          _Pol._--A, señor Lydorio, Floriano llama a ti y a
          Fulminato.

          _Ful._--Pues bien fuera que me embiara a dezir para qué,
          para que de camino lleuara mis armas si el caso lo pide.

          _Pol._--Anda ya, que baste la capa que dexaste caer
          huyendo, y la espada que yo te saqué de la mano algun dia.

          _Pin._--O, pese a tal, que si te oyera, no cupieramos
          en casa. Y tú anda luego a Marcelia, que te queda
          aguardando, y rogo me que te lo dixese; que creo que te
          ha hallado buen fregadero de su comezon.

          _Pol._--Pues ser le ha escusado pensar de rascar se con
          tal mano; ay está el brauo de Fulminato.

          _Ful._--Qué dizes de mí?

          _Pol._--Que entres a Floriano, porque ya ha entrado el
          camarero, y llamando os juntos, pondras sospecha en
          Floriano que te acouardas en la obra, si algo de tomo te
          quiere mandar.

          _Ful._--Pues por quitar a él y aun a vosotros de essos
          scrupulos, entro.

          _Fel._--Pues, Pinel hermano, vamos a la despensa y
          preuengamos los cuerpos antes que por ventura los hallen
          flacos las armas, si nos las mandan tomar.

          _Pol._--Y aun esso es lo acertado; yo tambien entro tras
          Fulminato; que Marcelia, aunque sea entendida, a lo menos
          no será de mí ni oyda ni creyda ni obedescida.


                                NOTAS:

          [695] En el original, por errata, _con_.

          [696] En el original, para _en_.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XLII

          Marcelia lleua la carta y mensaje de Floriano a Belisea,
            con la qual y con Justina passa grandes pláticas sobre
            los bienes y males que ay entre los casados. Va se
            Marcelia a su casa, y queda Belisea con Justina, y lee el
            papel de Floriano. Justina torna a persuadir a Belisea
            que concluya el matrimonio con Floriano, venida la noche.


                 MARCELIA, LIBERIA, BELISEA, JUSTINA.

          [_Mar._].--Pues que ya claramente he visto el desapegado
          amor que Polytes me muestra tan al descubierto, ni yo
          en le aguardar más hago mi prouecho, ni aun para lo que
          le yo quiero, ya que venga, tengo buena esperança dél.
          Y pues él tiene ya muger con quien cumplir y niña y
          apropriada a su juuentud, quiero contentar me ya dél con
          lo passado, en lo por venir perdiendo esperança. Pues si
          con no se hazer lo que queremos, esso hemos de querer
          que podamos, y ansi como ansi no lo hauia gana, dixo la
          raposa. Yo quiero dar conmigo en casa de Belisea, con
          la carta que traygo en el seno, de Floriano, porque no
          es razon que tan presto a dineros pagados le muestre
          los pies quebrados. Pero maldita sea esta rapaza, qué
          callejera se ha tornado, que no para de ydas y venidas en
          casa de Gracilia, que ni agora la veo para poder me yr,
          ni he tenido tiempo, ni ella ha parescido para preguntar
          le qué fue de la capa de aquel desuella caras. Voy me de
          aqui, que quiça de camino le dare mala ventura.

          _Lib._--O, bendito Dios, que ansi se ha hecho tambien
          que aun está mi madre arriba. Asuadas que tambien haurá
          tenido occupaciones acá, como yo en casa de mi prima
          con aquel diablo de ropauejero. Y no vistes el diablo
          quántos rodeos traxo con mi prima, hasta que la hizo
          quedar me sola con él? y aun que pienso que tambien lo
          entendio mi prima como el que lo negociaua. Y aun como
          yo, que no me pesó mucho a la verdad, porque al fin
          aquello me gané por el presente, y más mi sauoyana muy a
          mi proposito, y guarnescida, que por lo menos lleua vna
          vara de raso, y la costa de la seda de los pespuntes, y
          la hechura, que por mi salud él me pagó harto mejor que
          vn escuderote peynado; aunque al diablo lo encomiendo si
          con ser tan orgulloso, no me daua vn hedor de sí, que a
          hadafina me paresce que tengo de oler toda esta semana.
          Pero pues tiene la persona lo que le cumple, y a su
          prouecho, passar cochura por hermosura; que á mi prima,
          pues le traygo la llaue de la puerta que le cerré, quando
          venga por ella, si mi madre no está en casa, me tengo
          de mostrar tan enojada, que con hauerse hecho, yo quede
          por ser entendida, y ella quede espantada de mí. Pero mi
          madre baxa, quiera Dios que de camino no ayamos bregas
          por la capa, que sabe Dios quánto rehuso este trance.
          Pero al fin el otro se quedará sin ella, y el que la
          lleuó sin la loba, y con mi madre no faltará con qué la
          satisfazer, quanto más que pocos ñublados duran vn mes,
          ni tales renzillas allegan al año.

          _Mar._--De dónde vienes di? nunca has de parar en casa?

          _Lib._--Vengo de acabar de sacar esta lauor de en casa
          de mi prima, antes que le lleuassen vn dechado donde
          está, que es agora nueua y se la emprestaron, y muy de
          priessa, vna donzella que la hurtó a su señora por cosa
          muy preciada.

          _Mar._--Pues di me, qué fue de la capa de grana?

          _Lib._--Para qué, madre, buscas achaques de reñir
          conmigo el mal de Fulminato? ya no diste palabra a
          Polytes y a los otros de no hablar mas en ello? pues ya
          el Fulminato la da por perdida, pues en presencia de
          Pinel y de mi prima y mia se nos coló el ladron con ella,
          que Pinel no bastó a le alcançar.

          _Mar._--Pues paresee te que fuera mejor para que tú te la
          cubrieras, que no que la hurtaran por tu descuydo, ya que
          Fulminato la dexa?

          _Lib._--A la he, bien ansi: déxala él porque más no
          puede, y aun por no se afrontar en dezir que la dexó
          caer por huyr de los otros; pero por mi salud que no
          es tan franco que si él supiera que la teniamos nos la
          perdonara; y aun que si él pudiera, y gente no viniera,
          que él no lo hauia oy sino por sacarte alguna moneda
          por ella. Y aun por mi salud, dexando todo esto, que en
          ser suya no la viesse nadie a mis cuestas, porque ni
          era mi honra, ni él acabara de çaherir que fuera suya y
          me la hauia dado. Ansi que, madre, más me quiero libre
          descubierta que con capa de tanta subjection.

          _Mar._--Bien dizes, pues, hablando la verdad. No te vayas
          de casa, y cierra tu puerta, y adereça essa casa, y ten
          auisada a tu prima que no te falte a la cena, pues la
          tendremos a discrecion a costa agena. Y no te descuydes
          de la puerta quedar abierta, pues vale más que llame
          quien viniere, y no estando yo en casa, a todos puedes
          escusar la entrada, pues más hemos de tener del ser
          buenas y honestas, porque al mundo maligno y la vezindad
          sospechosa hemos de ser recatadas. Ansi que anda, cierra,
          que lo vea yo, que luego torno.

          _Lib._--Bien me ha querido Dios, pues tan a mi saluo se
          ha hecho todo; yo quiero entender en adereçar mi casa,
          que a mí se me trasluze que esta noche hauremos mi madre
          e yo tener platos y aun camas dobladas. Porque segun veo,
          el despensero, si viene, no querra yr fuera a dormir, y
          si al compañero yo le albergo como a Felisino la primera
          noche, sin que mi madre lo entienda, como aun no ha
          imaginado lo otro, yo andaré a las parejas con mi madre
          el camino del plazer, sin gastar calçado del crédito de
          mi integridad. Y si no fuere ansi, salga por do saliere,
          pues al fin ella lo ha de saber, e yo no lo tengo de
          dexar de hazer. Pues quiero, como dizen, a tuerto o a
          derecho, que mi casa vaya hasta el techo, como lo va la
          de mi madre; pues bien aya quien a los suyos sale.

          _Bel._--Qué hazias agora, Justina?

          _Just._--Estaua pensando cómo nos ha de succeder esta
          noche, y cómo diré a Floriano lo que le tengo de dezir.

          _Bel._--Y qué es esso que le has de dezir?

          _Just._--Que te pida por muger mañana en todo caso.

          _Bel._--Y que aun toda via te paresce que será bien ansi?

          _Just._--Tanto, que no me paresce consejo mejor.

          _Bel._--Cata que estas cosas suelen salir muy a otro
          puesto que las encamina el desseo de los que las tractan,
          quando a Dios le plaze.

          _Just._--Contra tal poder no ay lança enhiesta; pero aquí
          no pienso yo que vamos contra Dios, sino con él y por él.

          _Mar._--Bien me ha encaminado Dios, que no he visto ni he
          sido vista de cosa que ponga estoruo; y pues ya me sé el
          por dónde, entro en busca de Justina.

          _Just._--Señora, señora, cata dónde entra Marcelia.

          _Bel._--Pues yo me entro a mi camara; queda te y lleua me
          la allá, pues que no ay por aqui quien nos vea.

          _Just._--A la fe, señora, como ladron de casa: tan presto
          será contigo en tu camara como tú, pues ya ella viene
          dentro.

          _Mar._--O, qué buen encuentro, hermana Justina! pues y
          cómo huye de mí mi señora Belisea?

          _Just._--Calla y anda y sigue me, que te quiere en su
          camara, pues esta sala es lugar comun.

          _Bel._--O Marcelia, vengas por cierto muy en buen hora.
          Cierra, Justina, essa puerta de mi camara, y torna te
          aqui conmigo, y tú, hermana Marcelia, te sienta aqui par
          de mí en este estrado. Y di me, porque acortemos pláticas
          (pues es tiempo éste donde entran y salen las mugeres, y
          aun otros, a ver me) fuyste a lo que te rogué en casa de
          aquel cauallero?

          _Mar._--Y luego de camino, y vengo de buelta, que antes
          no me ha dexado preguntando me cosas, vine a te dar la
          respuesta de lo que hize. Que yo le di tu anillo, y él
          le puso luego con muy grande acatamiento en el dedo del
          coraçon.

          _Bel._--Pues qué hazia?

          _Just._--Torno me [a] apartar, pues que hablas en
          secreto, señora.

          _Bel._--Anda, llega, que bien huelgo que seas testigo del
          gozo que siento en hablar con Marcelia destas cosas; pero
          di me, qué hazia Floriano?

          _Mar._--Señora, toma esse papel que a la sazon que yo
          llegué acabaua de escreuir, que lo que me dixo dando me
          lo, fue: Toma, hermana, y lleua a mi señora este papel,
          para que hasta que yo vaya a ver la y cumpla su mandado,
          ella tenga en qué se occupar en leer le. E diras le que
          le suplico enmiende lo que faltare, porque yo no sé
          lo que en él va escrito, mas de que estando meditando
          en la gloria de su presencia, la mano, adestrada por
          el entendimiento, yua escriuiendo sin yo pensar qué
          escriuia, aunque bien sé que pensaua y meditaua en mi
          señora; y sé tambien que la mano no sabra escreuir cosa
          que no sea de mi señora. Ansi que en esto podras ver lo
          que Floriano hazia, y en lo que agora te doy en este
          papel verás asuadas lo que él querria que tú hiziesses
          por él. Y mira que ya te lo he dicho de mí para ti, y
          agora te pongo por testigo a Justina, que no me culpará
          Dios el no te hauer aconsejado: que mires que (por
          honesta y casta que seas) ya él es tu marido, y tú
          su muger, y entre el marido y la muger, para que aya
          perfecto vinculo de matrimonio, son menester las cosas
          que te quiero dezir si me das licencia.

          _Bel._--Antes holgaré de oyr las, y Justina no menos
          holgará, pues a ella como a mí le incumbe saber las, y
          a ti que lo has tramado, y tienes tan buen crédito de
          mí y aun de ella, compete el dezir lo, que la falta de
          experiencia a nosotras escusa no saber, y a ti obliga
          dezir.

          _Mar._--Pues que ya me paresce que, loado Dios que lo
          encaminó tambien y lo acabará mejor, lo tengo de hauer
          con entramas, digo que entre el marido y la mujer, para
          que el estado del matrimonio les sea bueno de lleuar,
          es menester lo primero, que aya la liga del amor, y lo
          segundo el sí del consentimiento de las voluntades en
          lo interior, y el sí de las promesas en las palabras en
          quanto a lo de fuera. Y es menester que tengan vn querer
          y vna voluntad y vn no para en lo malo, y vn sí para en
          la virtud. Es menester que aya paz en la habitacion:
          porque donde no ay paz, no mora Dios; y donde no mora
          Dios, no ay ni puede hauer bien de perpetuidad.

          _Just._--Por cierto, en todo me paresce que hablas
          sabiamente, y que no ay más que dezir.

          _Mar._--Pues antes quiero que sepays, pues os tengo de
          hablar al claro, que si no ay más que dezir en mí, que ay
          más que hazer en vosotras.

          _Bel._--Y qué?

          _Mar._--Los effectos del matrimonio, en quanto al ánima,
          y en quanto es sacramento, digan lo los letrados castos y
          estudiosos. Pero los effectos en quanto al ayuntamiento
          de las personas, dire lo yo, que ya, por hauer passado
          por ello, me veo con vna hija en mi casa viua y otro hijo
          que me lleuó Dios al cielo. Y creed me, aunque entramas
          os mireys más, y os concomays más, y os compongays
          más: que mientras los maridos no os descompusieren de
          virgines, que ni saldra a luz el por qué del matrimonio,
          ni aun faltará en vosotras qué dessear, y en ellos de qué
          se querellar, y por esso dizen que antes que te cases,
          mires lo que hazes. Y este refran entiendo le yo ansi:
          que antes que la muger o el hombre se casen, miren lo
          que hazen: que todo es en casa agena, y todo será con
          peccado, y todo será malo. Pero despues de dicho el sí la
          muger y el hombre, más es menester el hazer que el mirar:
          pues, como dizen, todo se cae en casa.

          _Bel._--No tengo por buena tu declaración, ni aun por
          seguro tu consejo; que ya no quiero dezir que no te hemos
          entendido adonde nos encaminan tus razones, porque esso
          ha de hazer la muger, de que no tengan que la retraher.

          _Mar._--A la fe, ya, señora, sobre mojado llouerá, segun
          veo; porque, pues tú dixiste sí, por donde te llamen
          casada, muy annexo es el dezir que hauras de salir
          preñada; pues en la preñez de la casada no se hablará de
          que se empreñó, sino de que dio sí por donde a ello se
          obligó.

          _Just._--Caro costaria si tras el dicho anduuiesse luego
          el hecho, pues más serian las arrepentidas, y aun las
          escarnescidas, que las escogidas.

          _Mar._--Y aun sin esso y con esso son más las
          arrepentidas, y quiera Dios que acabado el meollo del pan
          de la boda, y hauiendo de entrar por la corteza de los
          cuydados y sinsabores del mantener de la casa, y seruir
          al marido, y contentar a los hijos, y pagar los criados,
          no os comience a salir el descontento. Pero porque ya
          han tocado a visperas, y a mí el cuydado de la casa me
          quita el reposo, y a vosotras el regozijo que esperays
          os quitará el sueño, tú, señora Belisea, me da licencia
          para me yr, y perdon por lo hablado, si en algo tengo
          excedido, y ruego te que no te arrepientas de no te hauer
          aprouechado del tiempo, y con esto me voy, porque tú
          puedas leer tu papel, que te lleua las atenciones en lo
          que te hablan. Y para el dia de la boda no me despido
          de te venir presto a besar las manos, y aun despues a
          empañar los hijos.

          _Bel._--Esso será como Dios lo ordenare; ve con Dios.

          _Mar._--Los angeles queden en tu guarda, y Dios me dexe
          ver te como yo lo he tramado y desseo, para que me hagas
          continuas mercedes como a vna dedicada a tu seruicio.
          Y con esto, de tu licencia me voy a oyr visperas y
          encomendar estas cosas a Dios.

          _Bel._--Ansi te lo ruego que lo hagas, pues yo me tendre
          el cuydado de mirar por tus necessidades; ve con Dios.
          Tú, Justina, torna a cerrar essa camara, y ven acá. Dime
          agora qué te paresce quán al descubierto me he hauido
          con Marcelia en le oyr sus palabras, que algun dia no se
          osaran dezir delante de mí?

          _Just._--Y aun por esso dizen que de sabios es mudar
          paresceres, segun la sazon y tiempos lo piden. Porque
          creeme, señora, que aunque no le quise fauorescer en sus
          razones, pero bien veya que no yua tan fuera de camino,
          que no nos conuenciesse en sus dichos; porque ya que
          te casas, has de hazer, no lo que quieres, pero lo que
          deues. Pero porque en esto está ya harto hablado, te
          suplico que, pues estamos a solas y hauremos menester
          el tiempo que nos queda, de occuparle en dormir vn poco
          antes de media noche, porque no andemos desueladas
          despues, segun lo poco que esperamos dormir de media
          noche adelante; por tanto, me da essa carta o papel para
          que yo te le lea, y tú le vayas premeditando. Y aunque
          te parescera que pido mucho, pero pues ya te tornaste a
          encerrar conmigo, y no es razon de estar mucho sin le
          leer, y tú leyendo le querras despues darme parte de lo
          que diga, da me la luego en que yo te le lea, porque
          tu entendimiento ande más libre entendiendo lo que yo
          leyere, y lo que tu buen esposo estaua en ti meditando a
          solas.

          _Bel._--Aunque hago mal en poner su letra en otro
          poder, pero porque, como dizes, tú leyendo, yo vaya
          mejor gustando, toma, y lee me lo muy de tu espacio, y
          segun la autoridad de la escriptura lo requiere, y mi
          contentamiento dessea, y el tiempo nos da lugar a ello,
          pues no ay quien nos estorue. Y quiero, Justina, que
          agora muy del todo acabes de conoscer lo mucho en que te
          estimo, y lo mucho que fio de ti, pues te doy parte de
          mis cosas, y las pongo a tus ojos que las vean antes que
          yo, y a tu lengua que me las relate antes que yo las aya
          gustado.

          _Just._--No quiero de nueuo rendir te gracias de esto,
          pues no bastaré a ello; pero porque no se pierda tiempo,
          de que tengas que te arrepentir, oye, que la letra es
          muy buena y legible y clara, conforme al entendimiento
          del que la notó, que dize ansi la letra, que me paresce,
          señora, que es en troba.


          CONTEMPLACION DE FLORIANO EN ABSENCIA DE SU SEÑORA

                Dama de merescimiento
              a mis ojos más hermosa,
              gloria de mi perdimiento,
              aliuio de mi tormento,
              de flores de damas rosa;
              Esperança de perdidos,
              ganados en os amar,
              pues despertays mis gemidos,
              leuantad vos mis sentidos
              para que os sepan loar.
                Hizo os Dios tan robadora
              de coraçones humanos,
              que vos quedays por señora
              de aquel que os viere a la hora,
              y él se queda en vuestras manos;
              Y ansi yo, vuestro captiuo,
              pues miraros meresci,
              con dichosa muerte viuo
              y por gran gloria reciuo
              por vos me oluidar de mí.
                Porque en ver os, si quedara,
              fuera de vuestra prision,
              a mí mesmo condenara
              y de mi poder quitara
              este vuestro coraçon.
              Porque quien de vos partiere
              libre de vuestra cadena,
              no sé qué más muerte quiere
              que el rato que en sí viuiere
              fuera de carcel tan buena.
                Ansi quiero que sepays
              que no me es de agradescer
              por dezir que me matays,
              pues más gloria en mí causays
              quanto es más mi padescer.
              Pues por vos los amadores
              tendran gloria en ser vencidos,
              venturosos mis dolores,
              pues en la prision de amores
              soy de los esclarescidos.
                Hizo me Dios venturoso
              en ver vuestra hermosura;
              gano nombre victorioso
              donde quier que dezir oso
              he volado en tal altura;
              porque vista mi baxeza
              de quien ve vuestro poder,
              mirando vuestra grandeza,
              dira que vuestra alteza
              puesta en mí se va a perder.
                Y ansi ruego no mireys
              a vuestro merescimiento,
              porque no os apiadareys
              deste que morir vereys
              en tan dichoso tormento;
              Mas mirad la obligacion
              que posistes en mirarme,
              para quedar yo en prision,
              donde pide la razon
              que dessee no librarme.
                Porque más sere perdido
              quanto por mí me cobrare,
              y en más gloria soy subido
              y más soy fauorescido
              si por vuestro me nombrare.
              Pues terneys cierto de mi
              jamás os poder dexar,
              dama más linda que vi,
              no os offendays vos en mí
              queriendo me castigar.
                No me juzgueys lisongero
              por dezir que me matays;
              que de mayor muerte muero
              porque no mori primero,
              y esto os ruego me creays.
              Y si por esto os paresce
              que deueys de castigar me,
              dad la pena que meresce
              al que por vuestro se offresce,
              y luego mandad matar me.
                Porque vista la occasion
              que tengo para quereros,
              fue forçosa mi prision,
              obligando mi razon
              a ser vuestro luego en veros.
              Y ansi vos podeys hazer
              como cosa vuestra en mí;
              mas si a mí pensays perder
              sin a vos en mi offender,
              catad que no será ansi.
                Mandastes que a veros fuesse
              aunque no hauia que mandarme;
              que quien vuestro rostro viesse
              no es possible no se os diesse
              por vuestro, qual quise darme;
              Mas mirad lo que mandays
              y mirad lo que podeys;
              que si la mano no alçays
              al tormento que me days,
              muy presto me perdereys.
                Y aunque pensays que en perderme,
              linda dama, no perdeys,
              si sin vos podeys hauerme,
              facil os es deshazerme,
              mas tal no me hallareys;
              Porque yo sin vos no viuo,
              y en vos no puedo morir,
              carcel de libre captiuo,
              pena do gloria reciuo,
              dónde yre sin vos no yr?
                Vos, dama, soys mi esperança,
              vos mi muerte, vida y gloria,
              vos mi bienauenturança,
              vos de mis males bonança,
              vos pinzel de mi memoria;
              Yo sin vos soy el perdido,
              yo sin vos el que más muero,
              yo sin vos el mesmo oluido,
              yo sin vos el mal nascido,
              yo sin vos quien mal me quiero.
                Vos sin mí de más valer,
              vos sin mí más sublimada,
              vos sin mí soys de querer,
              vos sin mí soys de temer,
              vos sin mí soys adorada;
              Yo por vos soy muy dichoso,
              yo por vos quien resuscita,
              yo por vos vanaglorioso,
              yo por vos el más gozoso
              que en casa de amor habita.
                Y pues tal por vos me veys
              y sin vos yo tal me hallo,
              ni vos mi muerte querreys,
              y aun dezir que no podreys
              matarme, oso affirmallo;
              Lo vno, pues vos hallays
              en vos, dama, mi viuir;
              tambien porque os engañays
              si de nueuo vos pensays
              matar mi viejo morir.
                Por tanto, mi nueuo amor,
              despida mi nueua muerte
              tu grande nueuo fauor,
              contra mi nueuo dolor,
              de nueuo causado en verte;
              Y aunque yo por verte muero,
              más muriera en no te ver:
              que aunque asi muero, no muero,
              pues muero al viuir primero
              que viui sin tuyo ser.


                              COMPARACION

                Mi triste viuir passado,
              que tu claridad no via,
              fue vn tiempo de ñublado
              sepulcro triste y cerrado
              que mi virtud consumia;
              Vn contino nauegar
              por vn mar de pensamientos,
              con lastre de gran pesar[697],
              sin gouernalle lleuar,
              viento en popa de tormentos.
                Andar de ciego sin guia,
              comer que gusto no daua,
              caminar do no sabia,
              hablar lo que no entendia,
              buscar lo que no hallaua;
              Vn viuir muy soñoliento,
              vn ver de fiestas sin ojos,
              casa muy sin fundamiento,
              cardo corredor al viento,
              lleuado por mil antojos.
                Mas despues que la creciente
              de aguas dulces del amor,
              deriuadas de tal fuente,
              de dama tan eminente
              me mostraron su dulçor,
              La gloria de lo passado
              del todo me hazen lançar,
              del gusto dello enojado,
              bien como hombre mareado
              lance fuera el tal manjar.


                                APPLICA

                Y ansi queda el coraçon
              de lo gozado vazio
              y, con nueua alteracion,
              lleno de doble passion,
              con temor de algun desuio;
              Porque en ver le de mí ageno,
              aunque pare más salud,
              dama, aunque por vos peno,
              adoro os y a mí condeno,
              con temor de ingratitud.

                Aunque yo no condenaros
              osaré, sino seruiros,
              y con siempre dessearos
              no oso, triste, llamaros
              más claro que con sospiros;
              Porque mi tan grande gloria
              ha de ser muy embidiada,
              tened vos de mí memoria,
              y ansi saldre con victoria
              de todos, sin más espada.
                Aunque osaré affirmar,
              con que algo me consuelo,
              que nadie os sabrá amar,
              ni nadie os osa llamar,
              pues volays tan par del cielo:
              Pero yo, que merescí
              veros sin luego acabarme
              quando de vos me parti,
              contemplando a vos en mí,
              tengo por justo estimarme.
                Partime sin os dexar,
              dexando vuestra presencia;
              que si por no me alexar
              os pensays de mí enojar,
              dadme luego penitencia;
              Porque menos no podré
              de os dar tales enojos,
              ni ser vuestro callaré,
              hasta que, muerto, tendré
              la tierra sobre los ojos.
                Y aun alli, si hablar pudiesee,
              mi lengua os confessaria,
              porque el coraçon viuiesse,
              en el qual, si se abriesse,
              vuestro nombre se hallaria:
              Y ansi sé que, si quereys
              que no muera yo jamas,
              en la mano lo teneys,
              y aun muy más me matareys
              con muerte que tura más.


                               CONCLUYE

                Concluyo, dama, al pediros
              más gracias de las pedidas,
              que, si oys mis sospiros,
              vereys que en esto escriuiros
              mis ansias van esculpidas.
              Y dichoso este papel
              quando esté en vuestra mano;
              mas yo dichoso por él,
              que en lo pensar queda hufano
              este vuestro captiuo Floriano[698].

          O alto entendimiento de hombre! y dichosa tú, señora,
          que tal esposo has cobrado! porque yo me embeuesci en la
          lectura tanto, que ni he sentido ni entendido con quién
          lo hauia. Toma, toma, mi señora, que razon es que tengas
          tú vn tal papel como éste; y aun razon es que galardones
          mucho vn tal captiuo, con le dar toda libertad que en
          ti pudiere, pues no menos libertas a ti. Y porque yo te
          siento que tienes gana de le tornar a leer, y con razon,
          yo salgo a entender que te den presto de cenar, porque
          diré que te quieres luego acostar.

          _Bel._--Anda, haz lo que te paresciere, que ni estoy bien
          en mí, ni sé qué te diga de lo que siento, sino que me
          dexes, que quiero tornar a leer esta contemplacion del
          que mi coraçon ama.


                                NOTAS:

          [697] Por mera curiosidad copiamos aquí una enmienda
          manuscrita referente á este verso, que se halla en el
          ejemplar que seguimos. Dice: _con desastre y gran pesar_.

          [698] Así en el original, pero sobran sílabas al verso.
          Quizás deba leerse: vuestro captiuo Floriano.


                       ARGUMENTO DE LA SCENA XLIII

          Venida la hora, va Floriano a ver a Belisea, y lleua
            consigo a Polytes. Floriano queda de pedir a Belisea
            por muger a Lucendo, como venga otro dia; y con esto se
            despiden, y concluye la comedia.


        FLORIANO, POLYTES, FULMINATO, FELISINO, PINEL, BELISEA,
                               JUSTINA.

          [_Flor._].--O soberano poder de Dios, y que descuydo el
          mio! que ya creo que es cerca del dia; porque me paresce
          hauer vn año que me eché a dormir. Polytes, Polytes!

          _Pol._--Señor.

          _Flor._--Qué hora es?

          _Pol._--Dara las onze.

          _Flor._--Del dia?

          _Pol._--A dó va por ay? Señor, digo que aun no es media
          noche.

          _Flor._--Mira bien en ello, no te engañes y me destruyas.

          _Pol._--Todos los reloxes he contado, y aun el chico de
          la sala no ha dado más de las onze agora.

          _Flor._--Pues dime, acuerda se te bien si nos mandaron yr
          antes?

          _Pol._--Ya tornamos a las de antaño?

          _Flor._--Pues qué me dices?

          _Pol._--Señor, mandaron nos estar allá en dando la vna.

          _Flor._--Pues luego tiempo es ya de començar se a
          adereçar los que han de yr conmigo.

          _Pol._--Qué hambre tiene el diablo de lo que tengo para
          mí que no ha de ser para cobrar. Anda, señor, que aún
          ay harto tiempo; porque como todos estan ya preuenidos,
          no es menester dar les tan mala noche; basta llamar los
          media hora antes. Porque para salir antes con antes, y
          andar rondando allá la casa, ornando las calles, en lo
          primero se auentura a perder mucho, y en lo segundo no se
          gana nada.

          _Flor._--Pues dame esse discante, y en tanto apercibe
          a essos, para que en dando las doze estemos todos para
          botar; porque más vale ganar por ante mano, que perder
          por punto menos.

          _Pol._--Toma, señor, cata ay la vihuela, y las velas
          quedan ardiendo; yo voy a entender en lo que mandas. O,
          valas me, Dios! y qué adelantadizo está Floriano en el
          cuydado de ver ya a Belisea! Él se echó armado, como ha
          de yr, sobre la cama, y aun no ha hecho sino sospirar,
          que no ha pegado ojo, e ya se le haze tarde. Por esso
          dizen que es gran afan esperar, mayormente en tal caso;
          pues a mí bien pienso que no me va menos que a él en yr a
          punto, pero dormido he vn buen rato. Y aun Floriano temo
          que no va tan sobre seguro como yo, porque Belisea todo
          me paresce que lo encamina por vn amor virtuoso, si no
          buelue la hoja. Pero éstos me paresce que estan durmiendo
          de veras, como quien no les va nada en el ir o no. A,
          Fulminato, asuadas que tú buscas cómo no yr allá esta
          noche. A, Fulminato, no despiertas?

          _Ful._--O, reniego del hijo de Latona: y qué andas
          trasgueando? y qué buscas ya tan presto?

          _Pol._--Que os llama Floriano.

          _Pin._--Pues alto, demonos priessa a vestir.

          _Fel._--O, cómo agora andaua en lo mejor del sueño! y aun
          que te perdonara la muerte del Soldan, por el sueño de
          hasta medio dia.

          _Ful._--No estamos en casa de tanto sosiego. Pero el mal
          que veo es que de catorze moços despuelas que somos, y de
          quinze escuderos, y otros tantos continos y otros tres
          tantos officiales, y una chusma de pajes, y los más ya
          hombres, toda la lazeria ha de cargar sobre los que agora
          aqui estamos.

          _Fel._--Fauores son de señor echar mano del criado de
          quien más se fia.

          _Pin._--Y aun por esso llama Floriano a Fulminato a cada
          passo. Pero qué te queria anoche, qué te mandaua buscar
          de priessa? por ventura si eran quexas de la tu Marcelia?

          _Ful._--No fueran luego más sus dias.

          _Pin._--Cosa de parlerias serian.

          _Ful._--Pues no fue menos, sino que me pedia qué fuera de
          mí la noche de marras.

          _Pol._--Y habló te de la capa?

          _Ful._--Quando fuere hombre contando, dexa le acabar y no
          preguntarás sin razon; porque todo se anduuo, y todo se
          lo parlaron, pero a todo le satisfize; que desque le dixe
          que me aparté en seguida de vnos den casa de Lucendo,
          que senti que yrian a parlar a su señor, que nos haurian
          visto, por donde Lucendo reñiria con su hija Belisea,
          e yo por más correr y acortar les los passos perdi la
          capa, que aunque se me cayera vna pierna no lo sintiera,
          podiendo correr.

          _Fel._--Pues en qué paró la plática?

          _Ful._--En amonestarme que me ouiesse bien con todos, y
          en dezir me que ya tiene mandada hazer librea rica para
          toda su gente, porque quiere armar vnos torneos. Y porque
          ellos no los osara hazer sin mí, mayormente que son de
          a pie, por contentar me me manda dar otra capa de las
          suyas, la qual luego me dio anoche el camarero, que vale
          por tres de la otra; sino que por el rico recamado no la
          traere muy a la contina, siquiera porque no digan que las
          justicias no me la quitan, y que dissimulan conmigo, y
          con otros luego executan.

          _Pin._--Y aun éste es el renegadero destos palacios: que
          este por panfarron medre más que tres buenos y fieles
          siruientes.

          _Ful._--Qué dizes, Pinel, pésate de mi bien?

          _Pin._--Peccado es la embidia, que me cabe mal en la
          posada; pero digo que en todo eres venturoso.

          _Pol._--A la fe, al que Dios ha de ayudar, sabe le bien
          hallar; pero si os paresce, vamos de aqui, no salga
          Floriano.

          _Fel._--Vamos, que yo ya estoy hecho vn relox.

          _Pin._--Pues yo para tener me con dos no me falta
          heuilla, si piedras no andan, que desatinan de noche
          mucho.

          _Pol._--Pues asuadas que a todo esso vaya Fulminato con
          el faldamento de la capa por escudo, y la espada en la
          vayna.

          _Ful._--Pues no estás fuera de mi propósito; porque donde
          yo fuere, si soy conoscido, no haure menester desenuaynar
          para que nos dexen el campo franco.

          _Pol._--Oyd, hermanos, que está Floriano tañendo, y bien,
          con la vihuela.

          _Ful._--Sus cuidados y los mios todos son de vn peso. Por
          Dios, no tenga él en más que le amanezca tañendo, y dexar
          nos ansi bausanes, que yo tengo a quantos nos podran
          salir al encuentro esta noche; y si no, veldo, que ya
          comiença a cantar.

          _Fel._--Oye oye, que aun no ha dado la doze, y allá no
          hemos de estar antes de la vna, sino es para perder
          tiempo.

          _Pin._--Pues, por cierto, harto ganado tiempo será gozar
          de tal musica, aunque ni durmamos, ni comamos; oyd.


                          PAUANA DE SU SEÑORA

                              _Flor._

             Vos soys, Belisea, mi gloria cumplida,
           mi bien todo entero, mi nueua esperança;
           por veros ya muero con tanta tardança,
           por ver que la hora aun no es ya venida;
                   al tiempo maldigo,
                   pues vsa conmigo
               con su tardança de enemigo.

             Ay, quándo podré yo verme en la gloria
           de aquel parayso de vuestro vergel!
           dichosas las plantas que vos veys en él,
           mas yo más que todos en vuestra memoria;
                   mas ay, que hora veo
                   que muy poco creo
               del bien que en vos halla mi desseo.

               _Ful._--A la fe, al buen hombre acuerdan se le los passos
               del pasto que allá deuió de tener, y, como cauallo
               castizo, con aquella reminiscencia relincha.

               _Fel._--Y calla, que ni gustas, ni nos dexas oyr; que con
               tal potranca, no te paresce que qualquier potro auiuaria?


                              _Flor._

              Vos sola soys gloria por vos merescida,
            pues otro ninguno no ay que os merezca;
            vos soys de las damas la más escogida;
            dichoso el amante que por vos padezca;
                    mas ay, si yo fuesse
                    quien solo os siruiesse
                y solo quien por vos muriesse!

              Vos soys el retracto del summo poder,
            que Dios ha mostrado en las criaturas;
            angélica imagen que acá en las baxuras
            ensalçays a Dios en tal os hazer;
                    soys sola vna
                    a quien fortuna
                obedece desde la cuna.

              Vos soys mi prision y mi libertad;
            yo vuestro captiuo, y tan venturoso,
            que es tanta mi gloria, que hablarla no oso,
            porque es offendida vuestra majestad;
                    ansi yo callo
                    el bien que hallo
                en ser vuestro libre vasallo.

              Vos soy paradero de mis pensamientos;
            vos soys el pinzel con que mi memoria
            esculpe en mi alma tal contentamiento,
            que en vos halla objecto de su mayor gloria,
                    pues con gran razon
                    el mi coraçon
                descansa con tal contemplacion.

        _Pol._--O, qué alta pauana, y qué bien cantada! quiero,
          pues ya calla, entrar para que sepa que le aguardamos.

          _Flor._--Qué hora es, di, Polytes?

          _Pol._--Señor, acaba de dar las doze, y todos estan ya a
          punto.

          _Flor._--Pues alto, vamos, y cierra esta camara, y el
          postigo de la puerta principal harás le quedar apretado.
          Pero di, Fulminato, vas sin armas, por te differenciar de
          essotros que van bien a punto? o vas ansi más suelto para
          poder dar vn arremetida a tornar a mirar por la casa,
          porque en tanto no nos roben?

          _Ful._--Bien huelgo, señor, que me ayas entendido, porque
          para tantos ladrones como andan en estos tiempos no haze
          poco bien mi sagaz preuenimiento; en especial que a todo
          entiendo de acudir acá y allá. Y aun quiero dar vna cala
          a las calles hasta allá; porque podays yr sin estropieço,
          si no fuere de cosa de espinilla.

          _Pin._--Siempre el diablo ayuda a los suyos; que ya éste
          tiene con qué se nos escabullir como la otra noche, y aun
          con que se lo agradezca Floriano como gran valentia y
          ardid.

          _Fel._--Ay verás que todo es ventura este mundo.

          _Pol._--Yo seguro, pues, que, aunque él va delante, que
          antes que nos allá, él esté en la cama.

          _Ful._--Allá yran estos necios; pues ya les hurté el
          cuerpo, bueluo a guardar la casa desde mi cama.

          _Fel._--Ya no paresce Fulminato.

          _Pol._--Antes se me antojó que hizo que yua delante y se
          abscondio al rincon del portal.

          _Flor._--Ea, vosotros venid callando, que ya estamos a la
          puerta de la huerta; vosotros os apartad por ay, donde
          aguardeys más secretos.

          _Pol._--Oye, señor, que dentro hablan.

          _Bel._--O Justina, duermes?

          _Just._--Antes oyo hablar a la puerta; ya tocaron: la
          seña es aquella; allá voy.

          _Pol._--Señor, ya abren; si mandas estemos a punto, que
          más vale, por sí o por no, que estemos para dar antes que
          para recebir.

          _Flor._--Bien hablauas si yo no viniera a ver a mi
          señora, de donde no puede salir mal.

          _Just._--O, bendito el señor que te me dexó ver bueno; mi
          señora queda sola par de la fuentezica del cenadero. Por
          esso acaba, señor, de entrar; cerraré, que no la dexemos
          sola.

          _Flor._--Pues yo voy allá.

          _Just._--Señor, perdona, dexa me primero ver qué haze. A,
          señora, dame albricias, que aqui mi señor Floriano.

          _Bel._--Passo, passo, loca, que yo te las mando.

          _Flor._--Y aun yo tambien, pues de ellas mia es la
          ganancia. Y perdona me que llegué antes que me lo
          mandasses.

          _Bel._--La licencia del entrar en la huerta te escusa en
          todas essas culpas, en especial que tu persona meresce
          mucho más; y el grande amor sano que te tengo se estiende
          a hazer yo mucho más por ti que esto que es perdonar te;
          donde sobre yo bien quererte y esperar de verte, no ha
          procedido yerro de tu parte en el llegar, si primero no
          le ouo de la mia en te mandar venir. Y ansi, dexando ya
          rodeos ni proemios, te sienta donde ya otra vez te dieron
          licencia; y tú no has desmerecido en mí porque no vaya
          muy adelante. Agora, pues, que, señor mio, estás sentado
          e yo sentada, te ruego me digas; por qué tú allá en tu
          casa, en mi absencia (porque segun el papel que me dio
          Marcelia ayer tarde) ni tú deues de hauer dormido, ni
          deues de dar te vagar a ti mesmo para pensar en lo que
          a tu salud cumpla? Pues mira que ya de oy más no quiero
          sino que como cosa de mí, a mí querida y apreciada, te
          tractes bien y a los tuyos, y pongas todo reposo en tu
          casa, tomando le tú en tu persona primero. Y lo segundo
          que te pido que me digas es: para qué juntamente quieres
          que yo ni tú andemos hechos trasgos de noche, y por los
          huertos sin dormir? porque si lo hazes por obligar me a
          más amarte y a menos oluidar te, sepas que no tiene lugar
          en mí, donde el amor que te tengo pueda crescer más. Si
          lo hazes por pensar que tu cobdicia desordenada hallará
          algun momento, a bueltas de tantas muestras de amor y
          fauores, descuydo en mi cuydado sobre la guarda de la
          integridad de mi persona, piensa trabajas en vano pensar
          alcançar más de mí, mientras nuestras visitas no tuuieren
          licencia de ser más de dia y públicas que agora. Y pues
          yo a la bastarda he dicho lo que quiero, tú agora muy al
          breue me responde sobre lo dicho tu parescer. Y huelgo
          que, aunque essos ayan oydo mi tosco hablar, tu elegante
          facundia ya pueda yo oyr sola. Por tanto, por hazer te
          plazer, pues bien sé que no vienes sino por solo ver
          me, y solo hablar me, aparta te allá, Justina, ay en mi
          presencia, pues tienes tambien con quién deuas hazer otro
          tanto como yo, con tanto que no aya en ti más que retraer.

          _Just._--Pues antes que me quexe de que me pidas zelos de
          mi guarda, ni antes que yo haga lo que me mandas y lo que
          mi señor Floriano dessea, que es yo apartar me, quiero,
          si tú me das licencia y su merced me lo permite, hablar
          le yo primero delante de ti, y aun del que trae consigo,
          pues mi plática será en bien comun de todos; por tanto,
          deue se preferir al bien particular.

          _Bel._--Algun desatino será asuadas.

          _Just._--Señora, no me afrentes en presencia de tu
          querido, que tambien haurá quien torne por mí si por bien
          es.

          _Flor._--Que teneys justicia grande! dezid lo que os
          paresce, pues conmigo es la plática, que con no me
          apartar de mi señora, todo os oyré para que ella dé la
          sentencia de vuestra justicia contra mí.

          _Just._--Antes seremos todos en tu seruicio y fauor,
          y muy a lo manifiesto: pero quiero desengañar te de
          vna cosa, que por no la saber no podras preuenir la, y
          aconsejar te otra como a mi señor.

          _Flor._--Dezid, mi Justina, lo que os paresciere, con que
          no sea en daño de mi señora, ni en dissuadir me de ser
          suyo.

          _Just._--Antes todo va a parar en esso que tú desseas
          e yo querria ver muy cumplido. Pero desengaño te que,
          aunque te ama mi señora tanto como puede, y más que te
          sabe ni osa dezir, ni yo alcanço, a lo menos sé esto de
          ella: que aunque la fuerça del amor la trae a este lugar,
          y la traera todas las vezes que no aya estoruo y tú se
          lo pidas, pero en todo haze contra su condicion. Y ansi,
          pues la amas tanto y la tienes por esposa (como lo es)
          tuya, no la traygas tan a su costa a tu contentamiento,
          en especial que ni tú podras escalar los jardines cada
          noche, ni ella estar en vela esperando te, y ni tú
          lleuarás desque ydo más de saber que te ama, y oyr que
          te habla. Porque para yr más adelante tiene se ella tan
          puesta debaxo de vna llaue de guarda de su persona y
          honra, la qual llaue trae mi señor Lucendo su padre, de
          manera que si no se la pides a él, y él quiere darla, ni
          tú hallarás más thesoro del hallado, ni ay más mineros
          que romper.

          _Flor._--Por cierto, vos haueys hablado bien, y vuestro
          consejo me deue de cumplir. Y digo que qualquiera cosa
          haré que me digays, pues sé que es para mi bien. Pero no
          sé qué llaue es essa que tengo de pedir; que si es de
          oro, yo la haria tan grande como la puerta mayor desta
          casa.

          _Just._--No son menester rodeos, sino que, mi señor, pues
          tienes el sí de esposa de mi señora, que pidas el sí de
          su padre, y tendras la por muger como la sancta iglesia
          lo manda, y tú lo desseas, y ella lo querria, y su padre
          no lo desdirá. Pero cumple que sea hoy en todo caso,
          porque andan muchos tras mi señor que le han pedido la
          hija, y no lo turbes todo en ser postrero.

          _Flor._--Por cierto, si ello consiste en sólo esso, que
          antes de comer le embie de mi parte el más merescedor
          tercero y delegado que tuuiere.

          _Just._--Pues sabe que montará tanto quanto desque, ello
          hecho, confio en Dios que me lo diras antes de veynte
          dias.

          _Flor._--Pues qué me monta a mí que me lo persuadays vos,
          si mi señora no me lo manda, para que sea el consejo y el
          mandamiento todo vno en gran merced mia?

          _Bel._--Señor, no osaré salir del mandado de Justina, y
          ansi me paresce que te aconseja bien, para que nuestras
          cosas no anden siempre a lumbre de estrellas, sino a
          claridad de sol, pues de ello Dios será seruido.

          _Flor._--Pues yo digo que lo haré, como a quien tanto le
          va en ello, y por el consejo os quedo obligado, Justina,
          y por la merced, sin esperar licencia te tomo las manos y
          las beso.

          _Just._--Ya, ya; agora que me quedays buenos obedientes,
          me aparto a vsar de mi licencia a parlar contigo, señor
          Polytes; paresce te que quedan buenos? pues ya tú tornas
          a tus porfias? Di, paresce te que no has de guardar más
          tiempo, que estando delante de mi señora, y alli junto,
          no puedes poner freno a tus meneos, y tassa a tus desseos?

          _Pol._--Perdona me, señora de mi vida, que las hablaste
          tan bien cortado y tan liberalmente, y tan a punto todo
          hablado, que no sé cómo pudo la razon refrenar me en no
          te tomar en mis braços y arrebatar te delante de ellos al
          medio del razonamiento, y a ellos dar lugar que obrassen,
          y a ti tender sobre estas olientes violetas, debaxo la
          suauidad destos jazmines tan bien encañados.

          _Just._--A la fe, agora os digo que sí, por mi salud, que
          haueys dentrar por vna puerta tú y tu señor, y que hasta
          que aquella llaue que le dixe cobre, que no cobres tú más
          que él. Por esso está como honesto quedo acompañado, si
          no quieres como atreuido y desmandado quedar deshonesto
          solo.

          _Pol._--Pues el amor que te tengo me manda que no te
          obedezca, mi atreuimiento me obliga a que te suffra
          quantas injurias me dixeres.

          _Just._--Pues tan poco pienses que está todo hecho en
          que, a trueque de hablar yo lo que quiera, te dexe obrar
          lo que desseas. Que si tú no miras más por mí en que nos
          oyra Belisea, miraré yo por ti en yrme para ella, de
          manera que dañes a tu señor y a ti.

          _Pol._--Anda, mi señora, que estos jazmines nos encubren,
          y el armonia de las aues anteuiene a nuestro sonido, y el
          gargantear de la fuente atapa nuestro bullicio. Quanto
          más que ellos estan a solas y son dos, y amantes, marido
          y muger, y entenderan en sumar sus cuentas.

          _Just._--Pues por mi salud que agora no sumes tú esta.
          Ay, desdichada yo, y qué teson eres, que no oso quexar me
          de tus demasias, por no dar mala sospecha de mi deshonra
          y tu mal miramiento.

          _Pol._--Perdona, mi señora, que donde fuerça ay, derecho
          se pierde, y do ay amor, no cabe occasion, pues vale más
          buena possession que larga esperança.

          _Bel._--Agora que, señor mio, la sensualidad, con
          permitir te, lo razonable, en ti querra ser más atreuida
          para pensar que dando le el dedo ha de lleuar la mano, y
          en mí la mia me podria hazer más oluidadiza y descuydada
          de lo que me ha mandado la razon, de lo qual no osaré
          exceder, paresce me que nos salgamos a nuestra mano con
          lo hecho: tú en que gozauas y desseauas, e yo, como tuya,
          te di entrada en mi jardin para coger la que los hombres
          dezis que es fructa de palacio. Ansi que agora, amigo, te
          reposa, porque ni demos occasion de que nos juzguen[699]
          los criados donde no tienen los amos por qué, y tambien
          porque auezemos a la sensualidad yr bien enfrenada por
          la mano de la razon, de manera que, dando le la razon
          rienda, corra quanto pudiere, y dando le la soffrenada,
          pare sin más resabio ni corcobo de falta de subjection a
          quien lo manda que pare quando es justo, y que se espacie
          quando se le permite.

          _Flor._--Ay, señora de mi coraçon, que os amo tanto, que
          paresce, segun la sensualidad, que no quisiera amar os
          tanto, por no obedescer os tan liberalmente, por sólo
          no os enojar. Y junto con esto, veo os tan señora en
          fauorescerme, y tan buena y honesta en el gouernarme,
          que no tiene mi sensualidad, desmandada en el medio de
          su mayor contentamiento y gozo, atreuimiento ni fuerça
          para resistir a vuestra razon. Por donde oso dezir
          que quisiera poder os querer tanto como os quiero, y
          hallar os algo menos buena que soys, porque ansi tan al
          descubierto no se vieran ser tan contrarios vuestra gran
          bondad con mi gran ardiente sensualidad, y en hazer lo
          que hago, en parar como me lo mandays, quiero más ser
          cobarde hombre que desmandado y reprehendido vuestro
          amante.

          _Bel._--En tanto, mi señor, te tendre en más, en quanto,
          tú teniendome en más, buscares más licencias para gozar
          en mí lo que con la voluntad agora a su tiempo me tengo
          toda por tuya. Y ansi, pues que, con no hablar tanto como
          la otra noche, el obrar y occupacion de las manos paresce
          que ha dado priesa a que se fuesse la noche, y venga ya
          el dia, sin offrescer me de nueuo por tuya, me dexa entre
          los de mi casa agora mostrar me ser mia. Y con esta paz,
          de todo amor, con las lagrimas en los ojos, me despido
          contra mi voluntad, por la necessidad de la honra mia,
          que tan por tuya, es justo que me tenga en más de aqui
          adelante. Y ruego te que en lo que te he permitido tocar
          sea como cosa tuya, y en lo que me he guardado sea que me
          perdones como por cosa mia hasta que Dios lo ordene: el
          qual te guie y te me dexe ver presto como yo desseo y mi
          honra me obliga.

          _Flor._--Por yr me con la dulçura de vuestra plática
          no quiero azedar mi gusto con ya más responder os, de
          que con vuestra licencia me voy, para entender en lo que
          Justina me aconsejó.

          _Just._--Ay, señor mio, y qué mal lo has hecho conmigo!
          pero mezquina yo, que son ya despartidos, y creo que han
          visto el daño que en mí has hecho.

          _Pol._--Señora, ansi hauran visto el bien grande mio,
          y pues ya no ay tiempo para más razones, vamos con
          Floriano, por que cierres la puerta.

          _Just._--Señor Floriano, Dios vaya contigo, y cata que
          cumple que no pongas descuydo en lo que te dixe, porque
          a mi señor Lucendo le dan gran priesa, y él da la mayor
          a la hija, y mi señora resiste hasta ver conjectura,
          en que si le dize el padre que tú le pides por muger
          (pues la ama tanto que le ha de pedir su parescer y
          contentamiento) pueda ella sin nota suya dezir que quiere
          a ti, nombrando[700] entre los otros.

          _Flor._--Muy bien será ansi; yo entiendo en ello oy antes
          que coma, y tú queda con Dios.

          _Fel._--Ya salen, hermano Pinel; pues vamos.

          _Flor._--Todos callando nos vamos, que es tarde, y no
          quiero que seamos conoscidos por las calles, ni vistos
          entrar de los de casa.

          _Pol._--Señor, todo se podra hazer ansi, Dios mediante;
          mouamos.

          _Just._--Ya son ydos, Dios vaya con ellos; ya he cerrado
          la puerta y ruydo hizo más que suele, que no paresce
          sino que apregona mi mal gouierno. Mezquina yo, qué mal
          supe aprouechar me del consejo y buen exemplo de mi
          señora! Pero quiero yr allá, no sospeche algo, que agora
          me cumple a mí poner (como dizen) cuero y correas, para
          que ellos concluyan su hecho, antes que por su dilacion,
          de la honestidad de mi señora se venga a manifestar la
          presteza de la poca guarda mia.

          _Bel._--Qué has hecho allá tanto? fueron se?

          _Just._--Sí, señora, e ya cerré la puerta.

          _Bel._--Pues a ti cómo te fue con tu Polytes?

          _Just._--Señora, estaua me contando de que antes que
          partiessen esta noche cantó Floriano a la vihuela, de
          mientras los criados se armauan para acompañar le, vna
          pauana en tu loor y discantando la entrada del jardin,
          cosa muy alta y facunda.

          _Bel._--Pues por qué no se la pedias?

          _Just._--Ya no me quedó por esso, que ya me quedó de
          hauerla y traer me la para la primera vista, que Dios
          querra que sea presto, porque bien viste cómo al claro
          se lo dixe a Floriano; y aun agora al despedir le a la
          puerta le torné a hazer acordante en ello, diziendole el
          cómo se haga; y porque cumple que sea ansi, y luego, y él
          quedó que no comeria antes que te pida por muger; y hecho
          esto, yo lo doy por concluydo.

          _Bel._--Vamos, cierra essa escalera; yrme he a dormir vn
          rato, que me hallo algo descontenta.

          _Just._--Vamos, mi señora, que eso causa la absencia
          del tu esposo; pero presto se te quitará con llamar le
          marido, para que os gozeys a honra vuestra y contento de
          mi señor tu padre. Para que os dé Dios fruto de bendicion
          que perpetue vuestra casta, y ellos y todos digamos que
          loado sea Dios, que lo encaminó tan bien para su gloria
          perpetua. Amén.


      ACABA LA COMEDIA NO MENOS UTIL QUE GRACIOSA Y COMPENDIOSA:
                LLAMADA FLORINEA; NUEUAMENTE COMPUESTA.
                IMPRESSA EN MEDINA DEL CAMPO EN CASA DE
                 GUILLERMO DE MILLIS, TRAS LA IGLESIA
                          MAYOR. AÑO DE 1554.


                                NOTAS:

          [699] En el original, _juzgen_.

          [700] Así en el original; quizás fué errata, por _nombrado_.




                      COMEDIA INTITVLADA DOLERIA
                         D'EL SUEÑO D'EL MUNDO

        CUYO ARGUMENTO VA TRATADO POR VIA DE PHILOSOPHIA MORAL

                     AORA NUEUAMENTE COMPUESTA POR
                       PEDRO HURTADO DE LA VERA

        (Escudo del duque de Medinaceli, á quien va dedicada la
                     obra, encerrado en un óvalo.)

        _En Anvers. En casa de la Biuda y los herederos de Iuan
                      Stelsio. Año de M.D.LXXII._

                      _Con gracia y priuilegio._


                              PRIUILEGIO

          Concedio el Rey nuestro señor, a la Biuda de Iuan
          Stelsio, que ella sola, ó quien su poder tuuiere, pueda
          imprimir y vender la Comedia intitulada Doleria d'el
          sueño d'el Mundo, aora nueuamente compuesta en lengua
          Castellana, por Pedro Hurtado de la Vera. Y prohibio que
          ningun otro la imprimiesse o hiziesse imprimir, dentro de
          seys años primeros siguientes, sob las penas contenidas
          en el priuilegio, otorgado en Brusellas en 20 Septiembre.
          1572. Firmado, _De Perre_.


          AL MUY ILLUSTRISSIMO SEÑOR DON IUAN DE LA CERDA, DUQUE
            DE MEDINA CELI, CONDE D'EL GRAN PUERTO DE SANCTA
            MARIA, SEÑOR DE LA VILLA DE COGOLLUDO Y SU MARQUESADO,
            GOUERNADOR Y CAPITAN GENERAL POR SU MAGESTAD EN LAS
            TIERRAS BAXAS. MY SEÑOR.


          Si es verdad (como lo es) Principe Ill.^{mo}
          pesarse[701] los presentes más con la voluntad d'el
          que presenta que con su valor, ó con la grandeza de a
          quien son presentados, ni Orsines, Satrapa de Dario, a
          Alexandre, ni el Rustico a Artoxerces (saltando de vn
          extremo en otro extremo) presentaron nada, en respecto
          de lo que yo aora a V. Excellentia hago. Si no bastare
          por testigo d'ello su consciencia propria, cuyo natural
          (por oculta virtud d'el alma) es adeuinar el amor ó odio
          ageno, doy á V.

          Excellencia los de Salomon, el qual mandandonos no
          murmuremos de los principes, ni en lo secreto, porque
          las aues d'el cielo (sean aues o spiritus) se lo lleuan,
          queda entendido tambien lo hagan a nuestras affectiones
          y desseos. Siendo pues assi, yo, en virtud d'estos, me
          atreui armar esta Comedia contra toda saeta enaruolada,
          de su fauor y nombre, sperando lo que no quiero
          suplicar (por ser deuda ya de su sangre clarissima).
          V. Excellencia la defienda, y tome, no por liuiana ó
          sensual como paresce, sino por los Sylenos que dizen
          de Alcibiades (eran estos Sylenos ciertas caxuelas
          pintadas por de fuera, con figuras de Satyros y otros
          animales desprezibles y ridiculos, mas lo de dentro no
          tenia precio) o a lo menos si allá no llega, por la sal
          que haze comer y no se come sola. Poca necessidad auria
          d'esto si los estomagos y gustos fuessen en todos, como
          el de V. Excellencia, sanos y perfectos, no dañados.
          El argumento es soñar el mundo lo que suele, que son
          engaños y mentyras, y la verdad por accidente, y que
          la muerte le despierte y la iusticia alumbre todo.
          Leyendo V. Excellencia con este presupuesto, quedo yo
          libre de culpa, culpado quien me la diere; por impedir
          ó pretendello, otros impetos mayores y meyores en lo
          futuro: que es su proprio officio de la embidia: de la
          qual por su bondad inmensa, nuestro señor por muchos años
          y contentos á V. Ex.^{cia} guarde.


                               AL LECTOR

          Amonestate el autor (Lector Benigno) si no quieres
          offender los dos, leas esta Comedia como cosa moral y
          traslado de la vida humana. Amor es el argumento d'ella,
          por ser en el mundo Amor la causa de todo mal y bien.
          Duerme el Mundo y sueña ser Heraclio amor de virtud y
          fama, con el contrapeso de vanagloria, que es Honorio
          su criado. Logistico, la razon que manda sobre ella,
          la qual cae alguna vez para leuantarse con más fuerça
          como Antheo y reconoscer la fuerça soberana. Astasia es
          la sensualidad y hiprocrisia en habitos de virtud. El
          deleyte, Idona, hermosa de cara, de obras fea. Melania,
          la malicia, cuyo fruto es el trabajo, que la color d'el
          negro significa, y á la postre queda subjecta á Morio,
          que es la ignorancia, y con él casada. Asosio, la carne
          vagabunda, pero al spirito reduzida, con el castigo
          y experiencia. Las Egycianas son las tentaciones que
          procuran de ajuntar los buenos á los malos. Andronio,
          la ciuil costumbre que declina de la malicia á Aplotis,
          la simplicidad. Apio, Metio, Amercia, Mania, son los
          vicios. Doleria, la casamentera d'ellos, engaño y
          castigo juntamente. El bosque de las sombras, la vanidad
          de la cosas d'esta vida. Aglaia, Thalia, Caliope,
          Melpomene, las sciencias y virtudes que voluntariamente
          se presentan á sus amadores. Los saluajes, penitencia
          y contino remordimiento de la consciencia. Nemesis, la
          justicia que yguala[702] todo y manifiesta lo que hizo
          dissimuladamente y disfraçada con Asosio; tomando despues
          por instrumento de castigar los malos á los malos, de
          remunerar los buenos á los buenos. Es Charon la muerte
          que despierta al Mundo y da principio de vida á vnos, de
          muerte á otros. Si el argumento ó estilo no te contenta,
          hagalo el desseo que es de contentar los auisados; si
          no, casate con la hermana de Melania, muger de Morio, y
          sereys cuñados.


                               HERACLIO

                Preguntanme quién soy; no oso publicallo;
              Del poco que meresco, nasce este temor;
              Podria ser tambien, de ser nueuo pintor.
              Vos respondereys, pintura, lo que callo;
                Que yo detras me escondo, a ver si hallo,
              Demas de la correa, quien haga el reprehensor,
              O le detenga allí la embidia en lo peor,
              Para del fauor y bien gratificallo.
                Pero, sacra Musa, tú que al sacro canto
              Al alto amor y fuego tanto me inflamaste,
              Aclara las tinieblas de la enferma vista,
                O toma las armas, para herir de espanto
              Los ojos que contemplarte no dexaste
              Y á los pies que no entraron en tu lista.


                                NOTAS:

          [701] En la primera edición _pesarense_, por errata. Está
          bien corregido en la de 1614.

          [702] Por errata en la primera edición _ygualia_.
          Corregido en la segunda.


                            INTERLOCUTORES

           MUNDO.
           MORPHEO, _Dios d'el sueño_.
           HERACLIO, _Enamorado_.
           LOGISTICO, _Amigo_.
           ASTASIA, _Matrona_.
           MELANIA, _Criada morisca_.
           IDONA, _Donzella hija de Astasia_.
           MORIO, _Bobo, marido de Astasia_.
           ASOSIO, _Amigo de Heraclio y enamorado de Melania y otras_.
           HONORIO, _Bobo, criado de Heraclio_.
           AMERCIA, _Labrandera_.
           MANIA, _Labrandera_.
           DOLERIA, _Magica_.
           APLOTIS, _Donzella, prima de Idona_.
           APIO, _Competidor de Heraclio_.
           METIO, _Seruidor de Idona_.
           PAGE _de Astasia_.
           ANDRONIO, _Enamorado de Melania_.
           AGLAIA, _Gracia d'el cielo_.
           THALIA, _Gracia d'el cielo_.
           CALIOPE, _Musa d'el verso heroico_.
           MELPOMENE, _Musa de los Tragicos_.
           NEMESIS, _o Iusticia diuina_.
           CHARON, _o Muerte_.


                       SCENA 1. DEL PRIMER ACTO

          El Mundo muy entonado y vestido de diuersas colores.
            Morpheo Dios d'el sueño le sale de traues y le hace
            dormir despues de algunas altercaciones.


                            MUNDO, MORPHEO.

          [_Mun._].--Yo soy el Mundo.

          _Mor._--Qué necio, y yo el Sueño.

          _Mun._--La presencia, el hábito y la grauedad lo dizen.

          _Mor._--Grauedad? o hydeputa, falsa y contrahecha!

          _Mun._--En mí estan los Imperios, Reynos, y la diuersidad
          de los Estados, altos, medianos, baxos; las riquezas, las
          grandezas y las miserias; el saber y la hermosura; las
          fuerças y la gracia.

          _Mor._--Qué de viento trae, por qué no dize el perdido la
          mentira, la locura, la malicia y el pecado?

          _Mun._--Quién como yo?

          _Mor._--Quién como él a mengua de hombres buenos? Spera
          que yo te haré callar, o hablar menos y pensar más. Ao,
          ao, hombre honrado, ao.

          _Mun._--Qué loco será este desatinado, que assi me llama
          descortesmente? mirá el villano, qué quieres o qué dizes,
          alimaña?

          _Mor._--Que mentí, y conciertan tus disparates con las
          colores d'el vestido; eres quiça, hermano, charlatan o
          sacamuelas?

          _Mun._--Gran cosa es esta, que no está jamas vn sabio
          sin un necio; es tentacion o penitencia? qué pesada carga!

          _Mor._--La de tu cabeça con tanto viento.

          _Mun._--Sabes con quién hablas?

          _Mor._--Muy bien.

          _Mun._--Dilo, pues.

          _Mor._--Con vn loco perenal.

          _Mun._--O monstro de naturaleza, tientasme?

          _Mor._--Pues quién eres? Veamos lo que dize.

          _Mun._--Yo? soy el Mundo.

          _Mor._--El Mundo, ha, ha, ha, aora te digo que acertaste,
          tú el mundo? quál?

          _Mun._--Quál ha de ser el Mundo?

          _Mor._--Otros desuariados como tú dizen que ay muchos.

          _Mun._--Nunca yo tal consenti, si ellos me quisieran
          entender.

          _Mor._--Todavia te dura la calor, y apesar d'el seso y de
          razon quieres ser el mundo.

          _Mun._--Quién seria yo luego si no fuesse él?

          _Mor._--No te lo dixe ya?

          _Mun._--Qué enojoso y pesado eres; si no me fuera por
          ensuziar las manos, te castigara.

          _Mor._--Prueuelo su merced, señor Papagayo; veremos quién
          gana la hogaça.

          _Mun._--Quitateme de delante, no me hagas salir de curso.

          _Mor._--Ah, ah, ah! esso seria de mundo boluerte rio,
          y a la postre verás que ganarias; mas sin passion, me
          di aora qué menester es el tuyo, o de qué tierra eres,
          porque assi los habitos como el lenguaje te me hazen
          estrañissimo.

          _Mun._--Buelues a tus treze? de qué tierra será el mundo,
          o qué menester el suyo?

          _Mor._--Porfias tanto, que estoy medio embarbascado; qué
          señas me daras, o qué testigos d'ello?

          _Mun._--No embargante que tu calidad y la mia sean
          diferentes y no admitan tantos golpes y argumentos, te
          alumbraré la vista interior; pero recelo no sea capaz de
          tanta luz.

          _Mor._--Dexo uaziar aora a este cantaro; seruira despues
          de alhaja a mi hermano el Riso: e ya, pues, sé liberal y
          no te quede nada por dezir, que yo te oyre.

          _Mun._--Harta merced es essa de tan gran Rey.

          _Mor._--No te burles ni me juzgues hasta el cabo, porque
          dentro d'el vaso está la virtud d'el balsamo, no de fuera.

          _Mun._--No hablaste mal; por esso quiero començar y
          contarte de mi linaje, padres y hijos. No oyste d'el gran
          Promotheo, que se enamoró de Iuno?

          _Mor._--Sí.

          _Mun._--Mi hijo fué de los antiguos Titanes, que con su
          fuerça presumian subir al cielo.

          _Mor._--Tambien dessos?

          _Mun._--Mis hijos fueron Deucalion y Pirrha, segundos
          padres despues de la general inundacion.

          _Mor._--D'essos assi.

          _Mun._--De mí descienden Nembrot, Nino, Belo, Syro,
          Dario, Xerxes, Alexandre, Iulio, Augustos Monarchas d'el
          mundo; Hercules, Antheo, Teseo, Hector, Achiles, Aiax,
          Milon.

          _Mor._--Tambien essos?

          _Mun._--Scipion, Hanibal, Pompeo, Bruto, Metelos, Fabios,
          Camilos, Lucios, Torcatos, de my proceden.

          _Mor._--Alargaste mucho; tanto me diras que no te crea.

          _Mun._--Pues creeme; los Chaldeos, los Phenices, los
          Hebreos, los Asirios, Medos, Persas, los Griegos, los
          Romanos, mis hijos fueron.

          _Mor._--Qué llena de humo está uuestra cosina, y es
          posible?

          _Mun._--Semiramis, Cleopatra, Hecuba, Helena, Stratonice,
          Medea, Lucretia, Porcia, Sapho, y las Sibillas todas, mis
          hijas fueron; las altas, las baxas, las hermosas, las
          feas, los fuertes, los flacos, los sabios, los simples,
          los pobres, los ricos, los venturosos, los miseros, los
          locos, los cuerdos, todos son mis hijos.

          _Mor._--Donoso padre.

          _Mun._--Las Monarchias, los Imperios, los Reynos, los
          Principados, yo los doy, yo los quito; la guerra, la paz,
          los impetus, las iras, el trabajo, el sosiego, por mí se
          haze, por mí se mueue todo; el oro, la plata, los metales
          todos, las piedras preciosas, las joyas, los vestidos,
          las pompas, las galas, loçanias, los triunphos, juegos,
          las ciudades, villas, fortalezas, las artes, armas, la
          hermosura, las damas, los caualleros, en mí se halla todo.

          _Mor._--No tiene más drogas vn Boticario.

          _Mun._--Los combites, los amores, los disfraces, los
          motes, danças, justas, torneos, yo lo ordeno todo.
          Quieres más? Finalmente, que yo soy el Mundo, y debaxo
          d'este nombre se comprehende todo.

          _Mor._--Mucho es parescer tan moço siendo tan viejo:
          estoy hecho tonto y arrepentido de no creerte de
          principio; pero viendote tan desconcertado en los
          vestidos y en el andar y echando palabras por ay, pense
          otra cosa. Perdoname por tu fe, hermano el Mundo.

          _Mun._--Aora me dexarás de sinsabores y oyras de mejor
          gana, que tu simpleza y poco vso escondian mi ser y
          authoridad. De manera que yo soy el Mundo.

          _Mor._--Si que tú lo eres, no ay duda en ello; mas sabes
          qué todavia estoy pensando?

          _Mun._--Qué?

          _Mor._--Que soy tu amo yo y tú mi moço.

          _Mun._--No lo dezia yo que era este loco? aora llegó la
          conjunction.

          _Mor._--Y aun que te lo haga confessar.

          _Mun._--Di algo con que reyamos.

          _Mor._--O lloremos. Di, essos Gigantes, essos Monarchas,
          Emperadores, Reyes, essas hermosuras, fuerzas, loçanias,
          essas riquezas, sciencias y artes, dó estan, en qué
          pararon? respondeme y no te pasmes.

          _Mun._--Ya es passado todo, es el curso de las cosas,
          vnas van y otras vienen.

          _Mor._--Y a la postre no para todo en sueño? no hablamos
          d'ello, o nos recordamos d'ello como de sueño? despierta,
          que aun duermes, pan perdido.

          _Mun._--Y tú quién eres, que assi hablas denodado?

          _Mor._--Quién te paresco?

          _Mun._--Loco al comienço; aora hereje.

          _Mor._--Por qué esso?

          _Mun._--Por te hazeres Dios, siendo mi amo, que yo no
          tengo otro.

          _Mor._--Bien atinas. Pues yo te afirmo que antes de
          llegar a él ay otro despues de mí.

          _Mun._--Esse mysterio me declara.

          _Mor._--Primero me diras si te paresce sueño lo que dixe.

          _Mun._--Lo passado sueño paresce.

          _Mor._--Y lo presente, sueño presente d'el adormido mundo.

          _Mun._[703].--Sea assi, y acaba ya.

          _Mor._--Yo soy Morpheo, el Sueño.

          _Mun._--Tú? o traydor, y el otro que es tu amo?

          _Mor._--El Tiempo, el qual haze d'el Sueño lo que él hizo
          d'el Mundo; el señor d'el Tiempo es Dios omnipotente,
          que como sea sempiterno no hay tiempo en él, antes es
          principio y fin de todo; entiendes, bobo?

          _Mun._--Vete de ay, que no te creo nada.

          _Mor._--Aora lo verás, que yo te haré dormir mal que te
          pese y soñar algo con que des plazer al tiempo.

          _Mun._--Ay, ay.

          _Mor._--Seré en mis braços, y la Comedia o Tragedia o lo
          que se es, terna por sobrenombre Sueño d'el Mundo.


                           COMIENÇA EL SUEÑO

          Heraclio enamorado comunica con Logistico sus amores, y
            él le persuade no fiarse de mujeres.


                         HERACLIO, LOGISTICO.

          [_Her._].--Qué dizes a esta consideracion del sabio,
          Logistico hermano? todo tiene su tiempo y corre por sus
          spacios limitados, sin que baste saber, arte o fuerça
          humana que lo estorue.

          _Log._--Antigua es ya essa philosophia, pero holgaria de
          entenderte, que la preñez de tus palabras nunca para en
          menos que en Pithias o en Apollo.

          _Her._--No sea en ratones, segun el refran.

          _Log._--De todo ay, porque no se alabe.

          _Her._--No ayas miedo, que ya me declaró tu amigo
          Socrates las letras de Delphos.

          _Log._--Bien has trotado si no lo oluidas.

          _Her._--Soberuia seria presumillo, porque lo sensual haze
          su officio.

          _Log._--Dessa manera más puede que nos.

          _Her._--A tuerto o a derecho, ley de natura es.

          _Log._--Esso a la diuina contraria, y assi escusarnos ya
          d'el pecado, porque nadie puede seruir a dos.

          _Her._--En alguna parte, que de otra suerte poca sperança
          auria.

          _Log._--Sí, quanto al primer impeto, que es de ladron
          o salteador, que de lo pensado no ay Logica que nos
          defienda. Mas quedandose esto para más de spacio, digame
          su merced lo que pretende, para que yo mejor entienda al
          sabio y la differencia de sus tiempos.

          _Her._--Fue acaso lo que dixe; y quando ouiera otro
          mysterio, yo nunca doy a los amigos pesadumbre, todas las
          guardo para mí.

          _Log._--Mal guardas luego las circunstancias de amistad,
          que comprehenden qualquiera honesto extremo, antes les
          contrarías en dos cosas.

          _Her._--Qué tales?

          _Log._--La primera escondiendo el secreto de tu pecho, y
          la segunda dexando entrar en él hábito tan vil, como es
          no recebir por no deuer, que es enfermedad de spiritos
          baxos.

          _Her._--Muy lexos me interpretas de lo que soy, y bien
          puedes ya poner en cuenta de amistad esta paciencia.

          _Log._--Tambien yo podria retorcer esse cordon, mas la
          seda no lo sufre.

          _Her._--Mejor es que se palpe y vea de una parte á otra.

          _Log._--D'acuerdo estamos; falta aora lo principal, que
          es darme cuenta de tu necessidad distinctamente.

          _Her._--Soy contento; conosces a Astasia?

          _Log._--Aquella por quien priuauas de luz al Sol y a
          Orpheo de su musica?

          _Her._--La mesma, y aun te affirmo no auer dicho nada
          por que meresca culpa, mas la ternia no lo confessando y
          quien d'ello me culpasse.

          _Log._--No deue ser sin causa, pues tanto en ello
          perseueras.

          _Her._--La verdad, es más musica que el mesmo Orpheo,
          y enternece todo, quanto más los hombres, con cuya lira
          piensa que lo alcançó.

          _Log._--Qué peligroso es arguir con los Sophistas de amor!

          _Her._--Consiento si no es con ánimo de injuriarme.

          _Log._--Injuriar? Dios nos libre, antes te tengo embidia,
          y ay deue estar el punto de tus Philosophias.

          _Her._--Assi hallasses la cura como la llaga.

          _Log._--De suerte que amas?

          _Her._--Y amaré.

          _Log._--A Astasia?

          _Her._--A Astasia y la tierra que pisa.

          _Log._--Qué gran heresia! siempre hablaste en ella con
          essa afficion, cuya fuerça haze d'el dia noche, y te
          podria transformar en otro animal.

          _Her._--Mas en ella, que es natural d'esta passion;
          pero no pienses que guiado d'ello o de accidente supito
          me rendi, sino con la experiencia de sus gracias, que
          derrocara aquel Timon Atheniense.

          _Log._--Puede ser que el juyzio te engañasse o tu propia
          virtud.

          _Her._--De qué manera?

          _Log._--Yo te lo dire; facilmente se persuade el noble
          coraçon con un dulce mirar, vna palabra dulce, o vna
          risa, aunque sea fingido: que paresciendo nascer de
          cordial affecto, con las mesmas condiciones se rescibe
          que paresce darse, y obliga a la constancia aun despues
          d'el desengaño.

          _Her._--Más valdria ay la fortaleza para boluer atras y
          no ser pasto de villanos, que este es el nombre de la
          ingratitud.

          _Log._--Assi es, mas vn gentil spirito más ayna
          dissimulará la pena que ser hablilla de la gente, que
          atribuye generalmente estas desgracias a falta de juizio,
          y tambien estimase más la victoria auida con trabajo que
          sin él; porque vencer al enemigo con fuerça, vigilancia
          y maña es triunphar d'el tiempo y d'el y de fortuna,
          quedando con más gloria, y si no acontesce como se
          speraua o se pensó, no ay culpa, auiendose hecho ya el
          deuer. De modo que en los principios estan los yerros
          escondidos, y en el creerse o fiarse de ligero. Y tú
          quieres en quatro dias pintallo todo en tu fauor.

          _Her._--Si con mis ojos lo viesses, de otra suerte lo
          sentirias: esta es la Diotima de Socrates y la mesma
          ánima de Minerua.

          _Log._--Ya esso es más que sacrilegio, robar ánimas
          agenas.

          _Her._--Digolo por no auer en ella lugar vazio de
          aquellos quatro metales de que se compone la beatitud.

          _Log._--Para conoscellos, particularmente deuen tocarse,
          lo que no puede ser en menos tiempo que Alcibiades á
          Socrates: y enemigos ay que nos engañan disfraçados con
          sus habitos.

          _Her._--No pienso puedan hurtarselos para esse effecto.

          _Log._--Contrahacen las colores tan al natural, que
          facilmente se engañan nuestros ojos en lo que mucho no
          vsaron, que si tú no viste lo colorado, o verde más
          de vna vez, algunos dias despues tomarás por ellos lo
          encarnado o verde escuro; assi el vicio aparesce muchas
          vezes sob specie o semejança de virtud, lo que con esta
          señora te podria acontescer.

          _Her._--No oyste que en la frente y en los ojos se lee la
          letra d'el coraçon y quanto con su diuinidad las ánimas
          comprehenden?

          _Log._--Sí, pero las puras de las accidentes de la carne,
          que haze lo que la leña verde, que es amatar el fuego
          y henchir de humo toda la casa. Y pensar otro, seria
          necedad.

          _Her._--La cortez sola de mis palabras deues tomar, si
          lo de dentro paresce de mala digestion, o echame en
          destierro.

          _Log._--Alçartelo queria y sacarte de prision, que tal es
          vna porfiada phantasia.

          _Her._--Assi lo quiere el amor reciproco, mas tornemos al
          proposito.

          _Log._--Ay te speraua, que es el effecto de la phrenesia.

          _Her._--No tengo razon?

          _Log._--Siendo la causa tan justa, como lo es mi opinion
          en cosa de mugeres, te lo conffessaré sin golpes ni
          heridas: mas as de dizirmela tan de spacio como el caso,
          valor y precio de tu persona lo demandan, y auiendo que
          replicar, yo lo haré con que ambos quedemos satisfechos,
          con condicion que abras los ojos.

          _Her._--Apartemonos hazia estos arboles, cuya sombra con
          la armonia de los paxarillos meresce mi cancion.

          _Log._--Mas quedese para despues, por ser tarde ya, y
          tomarás aliento para el vltimo trago de confession.

          _Her._--Sea ansi.


                                NOTAS:

          [703] _Mor._ en el original.


                       SCENA 2. D'EL PRIMER ACTO

          Astasia con su criada Melania saliendose a vna huerta
            suya, veen a Heraclio y Logistico embeuescidos en sus
            razones, y sin ser vistas d'ellos, oyen lo que hablan.


                ASTASIA, MELANIA, LOGISTICO, HERACLIO.

          [_Ast._].--Qué agradable y deleytoso es el verano! mira
          la fresca sombra d'estos arboles, oye el ruido d'el ayre
          con sus hojas y la melodia de las aues. No paras mientes,
          Melania, cómo en respecto d'esto todo lo demas cansa y
          enfada?

          _Mel._--Assi es, señora.

          _Ast._--Qué pintura ay o obra de manos que sirua de
          más que de engañar la vista? o qué aprouecha al cuerpo
          o ánima si no es el paño con que nos cobrimos, auiendo
          proveydo de todo la natura? y aun en ello nos han
          sido harto liberales los animales con sus pellejos,
          acomodandonos segun los tiempos y necessidad, si nos
          contentassemos, o la razon mandasse al apetito como de
          principio se ordenó.

          _Mel._--Nadie se cura desso, sino de hazello todo al
          reuez y burlarse de contemplaciones.

          _Ast._--Mal pecado, y va tan adelante, que la costumbre
          está por ley.

          _Mel._--Oygante tus orejas.

          _Ast._--Qué dizes?

          _Mel._--Que no hallan ya orejas las verdades, mas de
          verdad que está lindo el campo y que tiene tu merced
          razon, que dentro de casa aora todo es humo.

          _Ast._--Melania, Melania.

          _Mel._--Señora.

          _Ast._--No ves allá a nuestro Philosopho Heraclio con
          su amigo, altercando entrambos y muy embeuescidos en
          su platica? no hariamos d'el ruyn y les assechariamos
          para ver si son los hombres en absencia como lo juran en
          presencia?

          _Mel._--Sí a la fe, mas temo que nos vean.

          _Ast._--Qué se pierde en ello, que no ganemos más en
          tener testigos de sus obras, si quieren despues hazer
          d'el graue y vender por suyo lo ageno? que tal es el que
          con habitos de Hermitaño da color de verdad a la mentira.

          _Mel._--Muchas veces acontesce, pero no toca a nos juzgar
          a nadie.

          _Ast._--Es verdad.

          _Mel._--Cómo les cargas luego de la mentira?

          _Ast._--Y si les hallo con el hurto?

          _Mel._--Ni el cielo ni la tierra nos da tanta licencia,
          antes paresce que todos nuestros actos deuen ser
          senzillos y poco ocasionados á entender malicia, que es
          la ponçoña de honestidad.

          _Ast._--Tambien vos quereys philosophar? parte es essa
          agena dessa simplicidad.

          _Mel._--Por qué? para persuadir lo bueno no ha menester
          prouallo?

          _Ast._--No tan retorcidamente, que es tan fino en lo
          interior y superficie, que nada se le yguala, y aun
          aprueuo lo que dixe para saber andar y no caer, que si
          los pies caminan y los ojos quedan atrás, el cuerpo lo
          sentira, y oxala no fuese el alma; en casa propria la
          solicitud y astucia defenden la de la lluuia y tempestad.

          _Mel._--Seria proceder muy adelante, señora, el
          replicarte, y siempre ganarias, que el saber y
          experiencia son armas de ventaja, y con esta conclusion
          sigamos nuestro proposito.

          _Ast._--Será mejor.

          _Log._--Ya aurás tomado aliento para lo que te quedaua
          por dezir, y bien paresce te sale d'el coraçon.

          _Her._--Más d'el alma, que es más noble posada, que el
          huesped todo meresce.

          _Log._--Otro pensaua yo que tú le auias dado a quien se
          deue con más razon.

          _Her._--Tambien esse consiente compañia si es conforme, o
          le antepone a todo.

          _Log._--Quién passea tan limitado?

          _Her._--Nadie, sino a tiempos, y vnos más que otros,
          siguiendo cierta mediania que con el vso se haze
          naturaleza.

          _Log._--Ora yo no quiero mouer questiones, ni menos subir
          al cielo o descender a los abismos, sino quedarme en la
          tierra con las otras criaturas, y pues que el tiempo nos
          da en ella este rincon libre de contrastes, tomemoslo,
          y la serenidad d'el cielo y suavidad d'el campo nos
          ayudarán.

          _Ast._--No oyes el tocar de declas que haze Logistico?
          tambien canta como Heraclio.

          _Mel._--Y aun por esso son tan amigos; quiça nascieron
          con los pies para delante.

          _Ast._--Veamos qué responde.

          _Her._--Plazeme que no se pierda la ocasion y nos
          siruamos d'el buen dia, que no podria ser mejor para my,
          estando entre ty y Astasia, que el vno por virtud, por
          amistad el otro, me tratareys como os meresco.

          _Ast._--Cuytada de my, comigo lo a este traydor; luego
          pensé que nos auia visto, mira cómo lo dissimula sin reyr
          ni boluer los ojos.

          _Mel._--Calla, señora, que no pueden vernos, pero de
          lexos se començo la platica, y pues la fortuna a este
          tiempo aqui nos traxo, no lo perdamos.

          _Log._--Ya te vas poniendo, segun esso, en el tercero
          cielo y determinas de visitar á Venus.

          _Her._--Pues no quieres guste d'este manjar y resciba tan
          dulce engaño como será pensar que está presente?

          _Log._--Aora doy por firme tu callentura, pues al segundo
          paroxismo desuariaste.

          _Mel._--No ves, señora, que era otro el sentido de las
          palabras? no podran vernos aunque quieran.

          _Ast._--Assi paresce.

          _Her._--Grauemente me persigues, mas ni por esso lo
          dexaré.

          _Log._--No te faltaua para buen Amadis otro capitulo.

          _Her._--Vete de ay con esse nombre, que ni mi pena ni la
          razon d'ella sufren mentiras.

          _Log._--Sea luego Leandro.

          _Her._--En mar embrauescida, sin poder llegar al puerto
          de mi descanso, faltandome la luz de sus hermosos ojos y
          la fuerça de su imaginacion, que es el piloto.

          _Ast._--Cuytado.

          _Mel._--No es ello mucho para burlar, señora, pero tú
          eres muy cruel.

          _Ast._--Más lo tengo de ser para vengar a amor y matar en
          él todos los falsos.

          _Mel._--Y si él no lo meresce?

          _Ast._--Todos son vnos.

          _Log._--Assi que speras morir en la mar de Abido?

          _Her._--Señor, sí, y que pag[u]e el cuerpo sus offensas.

          _Log._--Mucho te entonaste en esta vltima lamentacion;
          estoy en cantar algo que te alegre o entristesca más,
          que es virtud de la musica particular, y en cierto modo
          alegra al triste la tristeza.

          _Her._--Es cierto, y por tu vida, hermano, que lo hagas.

          _Log._--Plazeme.

                De vos y de mí quexoso,
              de vos porque soys esquiua
              y de mí que nunca biua
              si mi mal deziros oso.

          _Mel._--Esto tambien, señora?

          _Ast._--Qué te paresce?

          _Mel._--Que andamos a descobrir thesoros.

          _Ast._--Oye la buelta.

          _Log._  Quando estoy de vos absente
               hallo en mí tal compasion,
               que pienso que soys presente
               á deziros mi passion;
               mas vuestro gesto sañoso
               y presuncion tal altiua
               me hazen que nunca biua
               si mi mal deziros oso[704].

          _Ast._--Qué lindamente canta Logistico; sea tambien de
          los nuestros, pues tiene tal abilidad.

          _Mel._--Sea, señora.

          _Her._--Si en la fin de mi mal, mi bien no se començaua,
          el mal porqué se acabaua, ni tu cancion, la cual es harto
          a mi proposito?

          _Ast._--No dexará passar nada por la vida.

          _Mel._--Allí le duele.

          _Log._--Pues quién te lleuó a palacio en figura de
          hombre? mejor te quedaras en el campo hecho buey,
          haziendo sonetos a los arboles y mirando strellas.

          _Ast._--Qué pieça!

          _Mel._--Harto fina.

          _Her._--Hable cortés, señor, o buscaremos qué le arrojar.

          _Log._--Su merced rodaria sin trabajo.

          _Her._--Paciencia, pero dexame llegar al cabo, y hazé
          despues lo que quisieres.

          _Log._--Sea, pues, en el nombre de las tres griegas
          enamoradas.

          _Ast._--Madrugado a este moço.

          _Mel._--Aosadas.

          _Her._--As de saber que d'el primer año de mi
          peregrinacion la conosco.

          _Log._--Gran ojo tuuiste al nacer y en las manos no
          menos diligencia, pues tocaste moneda en viniendo al
          mundo, lo que no hizo Diogenes en su tonel.

          _Her._--Doyte al diablo, piensas que hablo por metaphoras?

          _Log._--Ah, ah, ah, de cómo eres todo milagros; pensaua
          los auias hecho al nascer; de manera que ha mucho que la
          conosces?

          _Her._--Mucho.

          _Log._--Con qué principio, por tu fe?

          _Her._--Ya cantas más a compas, y si me lo oyes con
          sabor, estaré en parayso.

          _Log._--En quál?

          _Her._--En el de Gnido, si assi quieres, por via de
          vn amigo que era todo suyo, passando vna vez con él y
          hablandole a su puerta me quedó este desseo de la seruir
          toda mi vida.

          _Log._--Y más si es más possible, por tener compañia al
          gran Rugiero.

          _Her._--Sea assi.

          _Ast._--Buena va la plática.

          _Mel._--No parará aqui.

          _Ast._--Silencio, que despues se glosará.

          _Log._--De suerte?

          _Her._--De suerte que su humanidad a sido la occasion
          de llegar a la experiencia que me puso en tal estado,
          oluidandome de toda otra compañia.

          _Log._--Sentias la mesma afficion en ella?

          _Her._--Natural es de amor no hazerse de rogar: bien
          sabes que se encuentran los spiritos que salen por los
          ojos y se inficionan de la sangre d'el coraçon.

          _Log._--Cómo los boluio tan presto a otra parte?

          _Her._--Ay!

          _Log._--Doliote el golpe?

          _Her._--Vn poco, mas no sabria determinarme en la razon,
          sino que mi absencia causó en ella nueua secta de amor,
          que bien considerado queda sin culpa.

          _Log._--Pues cómo absencia tiene fuerça contra essa
          fuerça?

          _Her._--Paresce que el tiempo deshaze todo.

          _Log._--En largo curso de años, pero que siendo breue
          trueque las leyes de amor y de verdad, procede de no auer
          vno ny otro.

          _Her._--Pudiera aun más la causa d'ello siendo el mesmo
          Apolo o Zoroastro con su magica.

          _Log._--Beato quien halló tan afficionado competidor, más
          lo estimara que la famosa trompeta de Achiles, por la
          qual Alexandre suspiraua.

          _Her._--En esso verás la fuerça que tiene la verdad.

          _Log._--Juzgo que por la gran preeminencia desse estremo
          y de entendello assi cayste en él, aunque tambien
          sospeché que tu amor era tibio, pues hazias con él tales
          partidos.

          _Her._--No respondo a esso, porque más adelante lo
          haré con los afectos y palabras embueltos en mi sangre:
          todavia como era huesped y residia en mi lugar, hallé a
          la tornada vazia gran parte d'ella, y me recogieron con
          las condiciones de la absencia breue que dixiste, la qual
          algunas vezes aprouecha y es más agudo clauo que el de la
          solicitud y perseuerancia.

          _Log._--De todo ay, mas no seria por muchos dias, porque
          a las espaldas de todo lo nueuo agrada, vienen otras
          desgracias ordinarias.

          _Her._--A la verdad el primer encuentro fue glorioso y de
          verano sin quedar flor en el campo que no reyesse, mas
          despues empeçó a llouer y escurescerse todo.

          _Log._--Y aora truena.

          _Her._--A lo menos dentro de mí, que soy hecho de
          contrarios, sin poder contentarme o sossegar la fantasia.

          _Log._--Cómo fue esso, por tu vida?

          _Her._--Vna tarde que estauamos en su huerno haziendo
          más anothomias que Democrito, entrando Morio a pedille
          las albricias de la venida de Sytirio, fue olido el humo
          d'ello con tanto gusto, que lleuó tras sí el ánima y lo
          demás, dexandome los ojos de sí tan llenos, que luego
          alli dieron el testimonio d'ello, y hartos dias despues
          culpando a mí y a ella.

          _Log._--No lo entiendo bien.

          _Her._--En summa, que la arrebató de alli el gran plazer
          sin despidirse ni otro cumplimiento, auiendo sido más que
          breuissima su absencia.

          _Log._--Conmigo se tomara para entregar a la mesma ora la
          fuerça al enemigo.

          _Her._--No admite la prudencia tanta colera: justo era
          tentar el vado más adelante.

          _Log._--No oyste dezir que gran paciencia causa gran
          injuria?

          _Her._--Su peso y medida tienen las cosas; speré el
          tiempo, no como hombre que le dolia nada ni entendia
          tanto d'el mundo, y continuando la conuersacion, cantando
          de mi parte lo más dulce y a compas que supe, quiso
          aplicalla la segunda o tercera vez a aquello para otros
          dias poniendole delante la conformidad de entrambos;
          rechaçóme el golpe tan de presto (diziendo que las
          oraciones de aquel santo no le dexauan oyr otras) con un
          mirar tan tibio y vna color tan diferente de la mia, que
          se me dobló la callentura y despedido maldiziendo yua al
          Rey y quantos en la corte auia.

          _Log._--Pues en qué paró?

          _Her._--En desterrarme dos años enteros.

          _Log._--Y essa fue la occasion de tu partida tan
          repentina? procurara yo otra venganza que le doliera más.

          _Her._--Ay verás quién soy, que quise esconder su
          ingratitud con mi destierro; paresce que este estremo a
          remouido aora el humor de la consciencia y triumpha la
          verdad de amor y de su plomo, mostrando de mi venida vna
          alegria singular, de la qual yo doy señal en todo quanto
          hago por no ser ingrato a la fortuna.

          _Log._--Como los endemoniados en el agua con la yerua o
          raiz de Eleazaro[705]; si todavia perseuera tienes razon,
          pero es tan vario este animal, que aun temo otra peor.

          _Ast._--Bien me trata.

          _Mel._--Es perro viejo, aunque no de dias.

          _Her._--No no, los terminos son otros; el entendimiento y
          su virtud son raros.

          _Log._--Desso me dize.

          _Her._--Qué quieres que te diga? tiene en el pecho a las
          nueue hermanas, y Diana en la cabeça hechando agua a
          Acteon para que sea comido de sus perros.

          _Log._--Mucha gente es essa; no sé si le bastará el pan
          de casa o será menester hurtalle a otros.

          _Her._--Para todo ay.

          _Log._--No dexaste nada a Idona?

          _Her._--Esse es el Sol que resplandesce por estos valles
          y embaraça la vista humana.

          _Log._--Mucho encaresces tus pensamientos; deue ser con
          el recelo de las culpas; no dare sentencia sin que me
          informe por otra parte y de otros ojos, pero seria lo
          mejor conoscer que son los de Alinde los de amor, con
          que lo poco pareste mucho y grande lo pequeño, y que
          con dificultad suple el arte adonde falta la natura,
          boluiendo la cara y los sentidos a otro Sol.

          _Her._--Ya te entiendo; este es el fuego que me enciende
          a ello.

          _Log._--Dios mande no te consuma y busquemos en la ceniza
          otro Heraclio, y pues es tarde ya, quedese el resto para
          otra fiesta.

          _Her._--Sea assi, mas yo dare la buelta por ver si gano
          alguna tierra.

          _Log._--Mira no la pierdas.

          _Her._--Todo es prouar ventura.


                                NOTAS:

          [704] En las dos ediciones antiguas están escritos estos
          versos como prosa.

          [705] De _Elezaro_, en la segunda edición.


                       SCENA 3. DEL PRIMER ACTO

          Astasia queda hablando con Melania sobre los dos amigos y
            dissimula su afficion.


                           ASTASIA, MELANIA.

          [_Ast._].--Ya d'esta vez no nos lleuais ventaja. Que
          cierto amigo es el coraçon; en viendolos lo sospeché. No
          veys este mal hombre quán sin asco descubre sus locuras?

          _Mel._--Señora, en amor no hay orden; paresce que le
          incita el demasiado fuego, y harto te meresce.

          _Ast._--No me engañará por más que sepa.

          _Mel._--A qué llamas engañar, señora?

          _Ast._--Hazerse muerto para que yo le toque.

          _Mel._--Essa seria la verdadera muerte si lo oyesse.

          _Ast._--No se passarán muchos dias que no lo oyga.

          _Mel._--Eya, señora, que correrias más que vna Leona tras
          quien te lo lleuase.

          _Ast._--Para esso es la presa.

          _Mel._--Natural cosa de quien se muere de amores.

          _Ast._--Qué dizes?

          _Mel._--Que no son amores para todos los hombres; el
          pecador arde y muere por te tener contenta, y tú estás
          elada para él.

          _Ast._--A qué proposito? otros pensamientos son los mios.

          _Mel._--Fueron; mas aora con tan cierta prueua de su fe y
          experiencia de sus gracias es impossible.

          _Ast._--Muy de veras os poneis, señora, de su parte;
          deueis de estar rogada.

          _Mel._--De my consciencia, que es d'ello testigo.

          _Ast._--No hay para qué te afficiones tanto á Heraclio.

          _Mel._--No lo digo yo?

          _Ast._--Porque es hombre, y son todos vnos.

          _Mel._--Con mal estaria el mundo si assi fuesse; nunca
          faltan diez, si no se hallaron en Sodoma, que lo permite
          Dios para salvar los otros.

          _Ast._--Pocos milagros tengo visto hasta ahora.

          _Mel._--No está dicho que de la abundancia d'el coraçon
          habla la boca, y que por el fruto se conosce el arbol?

          _Ast._--Qué parte soy para esso yo siendo muger, a quien
          no se conceden essas pesquisas? hombre fuera, que presto
          lo alcançara; algunos frutos ay que debaxo de hermosa
          vista y suaue olor amargan, y otros que sólo el gusto es
          dulce, lo demas aspero y desabrido.

          _Mel._--De todo haze el tiempo anothomia descubriendo
          neruios y huessos.

          _Ast._--Aunque tarde, por ser muy hondo el coraçon d'el
          hombre, y este tu amigo paresce sancto.

          _Mel._--Es por demás la citola en el molino; no se
          partirá d'él que la maten.

          _Ast._--No oygo lo que dizes.

          _Mel._--Digo, señora, que no será otro en que le maten.

          _Ast._--Auemos hecho vna gran jornada; esté callado hasta
          su tiempo, y vete para Idona mientras yo me passeo por
          aqui pensando en otra cosa que me sea más prouechosa.

          _Mel._--Bien harás, señora, reseruando todavia su derecho
          al proximo.

          _Ast._--Está bien; haré lo que sea justicia.


                       SCENA 4. DEL PRIMER ACTO

          Astasia sola lamentandose porque ama; despues habla con
            Morio que sobreuiene.


                            ASTASIA, MORIO.

          [_Ast._].--Tan dificil cosa es el fingir lo que no es,
          como cobrir el fuego con las pajas; triste de mí, que
          quanto más trabajo por escondello tanto más se enciende
          y me abrasa, dando en los ojos con contrario effecto
          muestras de mi mal; aora que estoy sola pensaré en él
          y en estos desuarios de Cupido que vsa comigo de sus
          tiros, estando ya desengañada d'ellos; a qué proposito,
          enemigo; qué mal te hize? quándo blasfemé tu nombre o
          accusé a nadie, no confessando estar subjecta mi flaqueza
          a qualquiera siniestro humano, o hize concierto con mis
          potencias y sentidos de no passar los limites de la
          razon, sin atribuir la resistencia a aquella suprema
          fortaleza? traidor, que si con razones euidentes prueuo
          tu sinrazon y quán a tuerto me persigues, con habitos
          largos, mesurado gesto, y palabras dulces, otra vez me
          engañas, haziendo fantasmas en el ayre, sea en el campo,
          o en poblado, sea de noche, sea de dia, con que yo me
          desconosca y oluide de mí mesma. Es virtuoso Heraclio?
          por cierto que más lo fue Dauid; es sabio? mas lo fue
          Salomon; es fuerte? fuerte fue Sanson; es continente? es
          de carne; es casto este amor? es amor cuyo nombre altera;
          si es spiritual, porque atormenta el cuerpo? los spiritus
          inuisiblemente se communican a todas oras, sin auer
          absencia para ellos, ni el vso d'estos organos, que son
          contrapesos de la carne. A esto me responde el sophista
          que no es mala la presencia ni el vso de los sentidos,
          porque con él despierta la virtud, que la vihuela si
          no tocays las cuerdas no sonará o dará de sí aquella
          suauidad y harmonia que está inuisible en ellas y en la
          mano, antes se queda muerta. Finalmente, que los oydos,
          ojos, y lenguas, den testimonio de los animos; pero esto
          no haze en mi fauor, si es necessario: las passiones
          d'el alma siendo el amor d'ella son superfluas. Si yo no
          duermo, por qué? si su absencia me da pena, por qué? si
          tanto me plazen sus burlas y alegro con su vista, por
          que? qué desuarios [son] éstos? tengo de ser yo hecha
          de extremos o ánima sin cuerpo? en el desierto fuera
          mucho. Assi es la presumption humana, que nos haze a amor
          odiosos y al mundo y a Dios algunas vezes so specie de
          virtud. Haga la casa cada vno a la medida de su cuerpo
          y no estreche tanto la consciencia o la ensanche que se
          muera de calor o frio; el pobre hombre pregona fe, zelo
          y charidad, y a mí figuranseme chimeras, que son mucho
          y no son nada. Qué fructo saca desto? no no, no le seré
          ingrata, pues todavia perseuera no le auiendo tratado
          humanamente, que es razon bastante de sus querellas; mas
          quién es este que acá viene con tan descompuestos passos?

          _Mor._--Allá veo Astasia, si los ojos no me mienten; qué
          de paradillas haze, deue auello con algun sancto.

          _Ast._--O qué norabuena vengays, madero.

          _Mor._--No lo digo yo? grande amor me quiere.

          _Ast._--Qué ay Morio? de dó vienes? nunca me hazes
          compañia.

          _Mor._--No basta de noche y al comer, muger?

          _Ast._--Ah, ah, ah, qué donoso está; pues no as verguença?

          _Mor._--No ay nadie aqui.

          _Ast._--De Dios.

          _Mor._--El no se mira por estas cosas.

          _Ast._--Cómo no? de qualquiera palabrilla ociosa se a de
          dar cuenta en el juyzio.

          _Mor._--Aun viene lexos essa muger, y podria ser que se
          le oluidasse.

          _Ast._--A quién?

          _Mor._--Al mesmo juyzio. Qué tanto aurá de aqui allá?

          _Ast._--Para vnos poco, para otros más.

          _Mor._--Quieres dezir a segun caminaren o fueren grandes
          o pequeños?

          _Ast._--No más ni menos en esso está.

          _Mor._--Para entonces quiero hazerme vnos buenos çapatos
          y prouision para el camino.

          _Ast._--Pobre animal, menester es.

          _Mor._--No ay ventas por allá?

          _Ast._--No, ni otro pan sino lo que lleuamos; por esso
          cumple trabajar por que no falte.

          _Mor._--O sancto dios, hermana, y qué pan es esse?

          _Ast._--De amor de Dios y con el proximo, de charidad.

          _Mor._--Pues, y la charidad se come, aquella madre de los
          niños hermosos?

          _Ast._--Essa mesma, hartando los hambrientos, visitando
          los enfermos, recogiendo los peregrinos, y enterrando a
          los muertos, y enseñando los ignorantes.

          _Mor._--Pecadorzilla, tantos oficios tiene?

          _Ast._--Pobre pecador, que tan poco entiendes.

          _Mor._--Mas pobre creatura que tanto quieres astrologar
          podiendo dezirlo de media vez; pero dexemos esso; di,
          hermana, el amor de Dios es hombre?

          _Ast._--Hombre, hermano, y muy honrado.

          _Mor._--No puede menos ser, porque su merced deue tener
          en casa gente de bien; pues dime, cómo lo auriamos por
          aca?

          _Ast._--Buscandolo y contemplando sus grandezas, cielo,
          tierra y mar, con todo lo criado, y pidiéndole la gracia.

          _Mor._--Qué muger es essa gracia?

          _Ast._--Hija suya muy estimada.

          _Mor._--Qué me dizes? es casada?

          _Ast._--Y rica y bien aparentada. Valgalo la mona a este
          pallo.

          _Mor._--No te entiendo.

          _Ast._--Digo, hermano Morio, que será bueno recoger la
          leña y el heno que descargó en el patio el grangero.

          _Mor._--Por tu vida, amores, que lo pensaua; allá me voy.

          _Ast._--Y yo a mi labor. O Dios, qué marauillas, quánta
          diuersidad de hombres, y cómo va todo repartido, la
          riqueza, honrra y razon con estos contrapesos y con
          otros muy differentes, sus contrarios; pero quién es tan
          rustico que no entienda que esta es la estrada y que cada
          vno en el viage tiene su carga cierta y peso que lleuar?
          si éste me cupo a mí, es menester andar y callar.


                       SCENA 5. DEL PRIMER ACTO

          Idona, hija de Astasia, reprehende a Melania de la
            ociosidad y tratase d'el officio de las Donzellas y otros
            propositos.


                            IDONA, MELANIA.

          [_Ido._].--Qué perezosa y holgazana es esta Melania;
          pues, señora, y assi se biue? d'esta manera gastays el
          tiempo?

          _Mel._--Con quién lo haueys, condesa?

          _Ido._--Oxala lo fuera, para te hazer mercedes por lo que
          hazes de labrar y coser.

          _Mel._--No veys qué sancta?

          _Ido._--No veys qué perezosa? aqui no ay sino jurar y
          mentir.

          _Mel._--Con perdon.

          _Ido._--No es verdad? no estauan las oras repartidas?

          _Mel._--Valganos Dios, y qué contrita está; pues quién
          cayó?

          _Ido._--El seso de tu cabeça; harta vernas de passear?

          _Mel._--Preguntalo a my señora.

          _Ido._--Con ella fuiste?

          _Mel._--Y vine.

          _Ido._--Desse modo perdona, amiga; pensé que au[i]as
          hecho algun viage de los tuyos.

          _Mel._--Ya murio todo esso, hermana; otros son aora mis
          cuydados.

          _Ido._--Todavia lo confiessas sin açotes; entendida eres.

          _Mel._--Todo lo meresce la causa d'ellos.

          _Ido._--Assi te lo paresce.

          _Mel._--Mucho antes me lo parescio; primero vadeé el Rio.

          _Ido._--Gran auiso, nunca ay llegó la Reyna Dido.

          _Mel._--Burlaysos, vida? llegareys vos en sueños vn poco
          más acá de ayer a noche.

          _Ido._--Como mandaredes, mis amores; mas de veras, adonde
          aueys estado?

          _Mel._--No te lo negaré por vida de tu padre.

          _Ido._--Tanto le quieres?

          _Mel._--Y no es para querer tal viñadero?

          _Ido._--No ves lo que tengo en la mano desasisada?

          _Mel._--La costura; bien creo que por poco la arrojareys.

          _Ido._--Mas, por tu fe, di.

          _Mel._--Con condicion que calles.

          _Ido._--Quándo hablé que te pesasse?

          _Mel._--Ya lo sé, pero cumple assi.

          _Ido._--Meresçe el euento tantas saluas?

          _Mel._--Y aun más.

          _Ido._--Acaba ya, no me tengas tan suspensa.

          _Mel._--Topamos con Heraclio y Logistico.

          _Ido._--Todo esso era? no veys el milagro? adonde?

          _Mel._--Junto a la huerta.

          _Ido._--Solos los dos?

          _Mel._--Solos.

          _Ido._--Qué hazian?

          _Mel._--Estuuimos vn buen rato escondidas por oyr lo que
          hablauan.

          _Ido._--Pues?

          _Mel._--Grandes cosas.

          _Ido._--La guerra de Troya o la tomada de Constantinopla?

          _Mel._--Acertaste.

          _Ido._--Mas por tu fe?

          _Mel._--De nos fue todo; ya nos trayan entre las manos;
          contaua Heraclio sus auenturas dende que conosce a mí
          señora, los fauores y diffauores, y finalmente que se
          quema.

          _Ido._--Mirá, por vida vuestra, qué locura.

          _Mel._--Son grandes amigos.

          _Ido._--Qué importa esso o qué bondad ay en esse fuego?

          _Mel._--El todo lo echa a buena parte, certificando
          que por su gran virtud y honestidad le quiere bien y
          alabandola hasta el cielo.

          _Ido._--Desdichada, pues no hizo de nos mention?

          _Mel._--Spera, que a esso voy; contigo lo remató,
          haziendo de ti la diosa Venus.

          _Ido._--Mejor fuera Pallas.

          _Mel._--Si tú fueras Panthesilea, Reyna de las Almazonas.

          _Ido._--Diana luego.

          _Mel._--Faltante los perros.

          _Ido._--Ay estás tú que los darás.

          _Mel._--Landre en tal saber.

          _Ido._--Ah, ah, pero seria contrahecho.

          _Mel._--No le vi essa color.

          _Ido._--Qué bien tamaño, que aun no estoy oluidada!

          _Mel._--Assi lo fuesse yo; no paras mientes do pone
          los ojos quando acá viene y qué de mudanças haze en te
          partiendo o asomando?

          _Ido._--Engañasme.

          _Mel._--No hago a fe; quieres que se lo pregunte vn dia?

          _Ido._--Qué desuergonçada; esso auyas de hazer?

          _Mel._--Por qué no? medio burlando, quanto más que será
          por terminos que no lo entienda.

          _Ido._--Assi es el niño bobo; adeuina lo que pensamos.

          _Mel._--Y aunque esso sea, qué mal sería?

          _Ido._--No muy grande, pero sobrada desemboltura para
          donzellas.

          _Mel._--A tan buena vista vn ojo bastaria.

          _Ido._--Y a ti la media lengua; todavia me pesaria si lo
          ha comigo.

          _Mel._--Por qué, amores?

          _Ido._--Quiero ser monja.

          _Mel._--Como yo frayle.

          _Ido._--Pues a fe que no estuuiesse mal el hábito, y
          representases en el pulpito lindamente con tus cien
          lenguas y dos mil ademanes y la color sobre morada.

          _Mel._--Ay dareys, traidora; yo me vengaré de vos dexando
          os sola, haziendo contemplaciones como vuestra madre, y a
          pesar de vos y d'ella sereys de los nuestros.

          _Ido._--Qué dizes, qué dizes? buelue acá.

          _Mel._--Que sereys de los nuestros, y que todos auemos de
          dançar al son de leuantese el pensamiento.

          _Ido._--No seria mala la cancion, aunque es vieja y no se
          vsa.


                       SCENA 6. DEL PRIMER ACTO

          Melania sola contrapunteando los amores de sus amas,
          sobreuiene Asosio, su requebrado, que la espia y despues
          le habla.


                           MELANIA, ASOSIO.

          [_Mel._].--Donosa anda la caça; mis amas vieja y
          moça ambas se mueren de amores, sin querer darse por
          condenadas, y el mochacho de Heraclio que lo entiende
          y passease a dos lados, cantando alto y baxo sin dexar
          punto, cada vna lo toma por sí, aunque las cartas, coplas
          y otros donaires vengan a la madre. Quién las viesse vn
          dia picadas de los celos andar a los cabellos, y que
          Morio las despartiesse! o qué lindo! sin duda ella es
          carcoma d'el diablo y guarda poco el parentesco, que,
          mal pecado, ya lo sé con aquel traidor de Asosio, que
          me haze mil despechos sin razon; pero amor causa estos
          desuarios, trocandolo todo a su plazer y antojo, como el
          otro dia, que de verle dezir a Aplotis vna nonada a la
          oreja me nascio vna apostema, pensando que estauan ya
          d'acuerdo y me lo lleuaua el ayre, y cayendose hombre en
          la necedad se muere de auer muerto vn inocente; que de
          otra assí, tomó frio ya y callentura al peccador, a mí
          pedian la cuenta d'él si se muriera; lo mejor es andar
          de sobre auiso en estas niñerias, sin dar occasion de
          penar a otro, o tomandola sin proposito para sí, porque
          despues no se os sossiega la consciencia. El es de los de
          Heraclio, y algunas vezes les veo de compañia; algo le
          diria, que el lobo y la bulpeja ambos son de una conseja.

          _Aso._--No es esta Melania? la mesma, voto á tal; consigo
          sola lo ha; algun huesso tiene entre dientes; qué
          embeuescida está, que aun no me vee; agora sabre si me
          miente el coraçon.

          _Mel._--Y no ay que fiar de nadie.

          _Aso._--Por ay andays?

          _Mel._--Pero tambien nos acá (si fuere menester) haremos
          conjuracion.

          _Aso._--No lo digo yo, que a este huesso nunca falta
          perro? no es tiempo de aguardar mas; contra quien,
          señora, pese al turco? entre yo en ella por amor de Dios.

          _Mel._--Bien que es esto? no veys este mal hombre?
          inuisible deuio venir; es esta la costumbre, tomar de
          sobresalto a las donzellas? peligro corria si fuera más
          antojadiza.

          _Aso._--El coraçon es la guia destos caminos, regiendo
          los passos ocultamente como amor a él, y no te pese de
          mi buena fortuna, ya que de la mala tanto te plaze; pero
          sepamos d'esta conjuracion.

          _Mel._--Y si fuesse contra ti?

          _Aso._--Pornia las manos su merced, yo las armas dandole
          esta espada luego.

          _Mel._--Cómo lo saben dizir, y las necias que todo creen.

          _Aso._--Si quieres ver la prueua, no está en más que
          en mostrarte d'ello contenta; pero ya puede ser que te
          pesasse de ver muerta la verdadera fe de Asosio.

          _Mel._--Calla, amor, que no me sufre el pecho tales
          golpes, y biue ledo.

          _Aso._--Con qué sperança?

          _Mel._--De morir.

          _Aso._--Desse modo no speres que ya más te veré ni me
          verás.

          _Mel._--Cuytado d'él, a do se yrá?

          _Aso._--A casa de mi padre; ea, ladrona, que estás
          burlandote aqui de quien te adora; descreo de la casa de
          Meca y d'el Pago de Tremel, si no estoy para arrojarme
          por esse suelo.

          _Mel._--Arrojate, que yo te leuantaré.

          _Aso._--Ora, señora, no an de ser todo burla;
          determinese su merced a que estemos vn dia solos.

          _Mel._--Para qué?

          _Aso._--Para dezirte mi passion.

          _Mel._--Ygual seria la de Christo.

          _Aso._--Para todo aurá tiempo.

          _Mel._--Empieça aora, que yo la lloraré.

          _Aso._--Doy te al diablo.

          _Mel._--No veys qué negros amores?

          _Aso._--Essa es su gracia principal, y por quien yo estoy
          conuertido en lo que soy.

          _Mel._--Por tu vida que de antes no lo estauas.

          _Aso._--Como quisieres, con condicion que me respondas.

          _Mel._--Qué más quieres? no te digo que tienes tiempo
          aora.

          _Aso._--Quedese todo por dezir, pues assi responden tus
          obras a mi fe, y voime.

          _Mel._--Spera, spera, hermano.

          _Aso._--No quiero sino desesperar; si oyes que hize
          desatino alguno, no te espantes.

          _Mel._--Esso no quiero yo, antes te dare todo lo que
          pides.

          _Aso._--Prometeslo?

          _Mel._--Sí.

          _Aso._--Quándo?

          _Mel._--Para el domingo, y vete, que ay gente acá.

          _Aso._--Pues adios, ánima mia.

          _Mel._--Contigo va.

          _Aso._--O beato.


                       SCENA 7. DEL PRIMER ACTO

          Heraclio va visitar a Astasia y passa con ella y con
            Idona muchos requiebros.

                       HERACLIO, ASTASIA, IDONA.

          [_Her._].--Tiempo es ya de ir a ver a mi señora Astasia y
          no dexar la vida a beneficio de absencia, aunque verdad
          y amor, sin los cuales no doy vn passo ni osso entrar
          en la fortaleza, me la asseguren algunas vezes, y otras
          cresciendo mi pena, no me sobre la speranza, que es el
          salario de mis engaños, y de no acabar de me entender,
          no sé por qué se me desasosiega tanto el alma; si este
          amor es limpio y honesto, cómo recelo tanto de llegar y
          despues de llegado de partirme? si este fuego es bueno,
          por qué me quema? y si el temor no es malo, por qué me
          yela? qué contrarios estos! Nadaré todavia en este golfo
          mientras el viento y las ondas me dexaren esperando la
          ventura. O más cerca estoy de lo que pensaua y me paresce
          veo vno de mis trabajos, o refrigerios a la puerta; el
          otro deue estar en emboscada; visto soy tambien, que
          ya se me rie. Quán cierto amigo es el coraçon, señora
          Astasia.

          _Ast._--Algunas vezes; mas por qué lo dizes?

          _Her._--Primero te dare los buenos dias, aunque no los
          tenga.

          _Ast._--Cómo assi? dónde los dexas?

          _Her._--Mucho ha que se me oluidaron en tu casa.

          _Ast._--Aora está peor, pues no fue de grado.

          _Her._--Esso es lo que me adiuinaua el coraçon, jugar
          siempre contigo al gana pierde; cómo podia yo, pues él
          quedaua y todo lo demas?

          _Ast._--No es gran caso? que todo eres misterios.

          _Her._--D'el primer dia que la hermosa idea de tu figura
          se imprimio en mi alma soy assi.

          _Ast._--Blando, señor, que si pretendeys venderme no
          comprareys assi, aunque metays todo el caudal.

          _Her._--No compré yo caro para vender barato, ni sé por
          qué tu saber y noble condicion consiente las chismerias
          d'el pensamiento.

          _Ast._--Si yo mirasse en ellas y las creiesse, ya hiziera
          mil desatinos.

          _Her._--Uno bastara para acabar inconuinientes.

          _Ast._--Qué tal?

          _Her._--Matarme.

          _Ast._--Cuitado d'él.

          _Her._--Soylo, y no me pesa, mientras sé d'ello te plaze;
          pero viendo la inconstancia d'este mundo y la differencia
          de los dias, no me determino.

          _Ast._--Esse enigma me declara.

          _Her._--Ni por ay te escusarás de compassion; salesme
          algunas vezes al camino tan llena de amor y d'ella, que
          me pones en la tercera sphera, tan lexos otras de los
          dos, que desseo alas de paloma para volar y reposarme en
          el desierto.

          _Ast._--Solo?

          _Her._--Con la imaginacion, pidiendole estrecha cuenta si
          te ofendi.

          _Ast._--Mejor es que esse desierto venga a nos y que la
          hagamos todos a lo cierto, quemando los ramos que no dan
          fruto.

          _Her._--Si guardaras essa ley conmigo no ardiera tanto en
          el fuego de tus oluidos, ni se secaran las hojas de mi
          sperança; pero veo que te cansas de lo bino y buscas lo
          pintado, como enfermo que dexa lo mejor por lo dañoso.

          _Ast._--Pues, y assi me tratas, deseando yo de
          complazerte en todo?

          _Her._--Está por ver el primer milagro dessa verdad.

          _Ast._--En qué se a de ver?

          _Her._--Dentro d'el alma.

          _Ast._--Tan mal ves lo qu'en ella está scripto y figurado?

          _Her._--A juzgarlo por las impresiones que haze en mí,
          o por lo que siento, ni la letra es muy legible, ni las
          figuras claras.

          _Ast._--Qué buen interprete! sé que no eres tú espejo que
          representa lo que tiene delante.

          _Her._--No por cierto, mas tú el sol de cuyo calor
          templado o excesiuo reciben mis sentidos o pensamientos
          ser.

          _Ast._--Para todo te doy licencia, sino para idolatrar.

          _Her._--Desso no me puedes accusar, pues en la tierra no
          adoro a otro sancto.

          _Ast._--Confirmada está luego la heregia, porque a Dios
          se deben los estremos, el qual haze justicia de quien no
          paga.

          _Her._--Por esso biuo yo, aunque en pena.

          _Ast._--Cómo assi?

          _Her._--Sperando que me la haga.

          _Ast._--Y de quién?

          _Her._--De ti.

          _Ast._--Por qué, mal hombre?

          _Her._--Porque me entiendes como quieres, y a mi razon y
          causa justa llamas desuario.

          _Ast._--Quando assi fuesse, passas la ley que manda
          oluidarnos las injurias.

          _Her._--Tambien ella se hizo para ti, pero rompesla como
          telaraña.

          _Ast._--Fuerça es essa de mi condicion agena.

          _Her._--Respondan las obras a tus palabras; mas por qué
          me remocaste de idolatra, si sólo por su contrario te he
          buscado y te quiero, y basta la menor centella d'este
          fuego para encenderme en biuas llamas?

          _Ast._--Por qué usas luego algunas vezes de terminos que
          tanto saben a la sensualidad?

          _Her._--Porque me rige amor como el sol al ayre, cuya
          presencia lo enciende, y el absencia yela.

          _Ast._--De manera que no hay desculpa, y yerro contigo
          todos los golpes?

          _Her._--Sino los mortales.

          _Ast._--Bien se paresce en ti.

          _Her._--Causalo tu presencia, que yeruas ay que marchitas
          y al salir d'el sol rebiuen y florescen.

          _Ast._--Y otras que la absencia d'él y el frescor de la
          noche reuerdesce con vn olor suaue.

          _Her._--De todo ay sino.

          _Ast._--De verdad.

          _Her._--Mas de amor ygual para mí, porque las sobras
          dessa contigo faltan en él.

          _Ast._--Aun buelues ay? no te tengo dicho que te amo y
          venze el pensamiento a la razon?

          _Her._--No los affectos.

          _Ast._--Ingratitud es no ver ni oyr lo que mi alma
          siente, en lo que paresce que tu amor no llega allá,
          antes se queda muy abaxo. Que si es assi, puedo dezir ser
          muerto ya todo lo que en ti biuia.

          _Her._--Quando el fuego arde, no van todas a vna parte
          las centellas, sino vnas altas y otras baxas, pero no
          pierde el nombre ni su virtud; por esso si mi graue dolor
          algunas oras rige los actos y la lengua, qué culpa tiene
          el coraçon?

          _Ast._--Está bien dicho; por esso te perdono, y ruego
          por la fuerça d'el escondido Genio que nos incita a
          estos impetos que te contentes, templando y moderando
          con la razon, que es la señora, los desconciertos de los
          criados, que yo prometo de no faltarte hasta el altar.

          _Her._--Ni yo tampoco pido más, y bien afortunada ora que
          merescio lo que los años no pudieron; confieso que passa
          todo y que me cumple merescer de nueuo.

          _Ast._--Justificandote assi, hallarás siempre piedad.

          _Her._--Y no bastaua la color y la flaqueza?

          _Ast._--Pues tambien me has de prometer de remediallo.

          _Her._--Con qué?

          _Ast._--Con huyr de celos y sospechas que perturban mucho
          los sentidos, figurandome en ellos al natural de lo que
          soy.

          _Her._--Que me plaze, con vna condicion.

          _Ast._--Qué condicion?

          _Her._--Que me des licencia que te escriua aun y me
          respondas para engañar el tiempo que no te veo.

          _Ast._--Idona lo hará mejor.

          _Her._--Sea ella.

          _Ast._--Veamos lo que dize; Idona, Idona.

          _Ido._--Señora.

          _Ast._--Sal acá.

          _Ido._--Qué mandas, señora?

          _Her._--Que me mates, pues que con menos priuilegio se
          goza de tu vista que d'el espantoso Basilisco.

          _Ido._--Dios nos guarde; más valdria luego que no me
          viesse nadie, si tan extraño nombre y natural me das.

          _Her._--Sí, pero tu matas para doblar la vida.

          _Ido._--Nunca vy muerto que resuscitasse.

          _Her._--Y todavia hablas con vno.

          _Ast._--Tiene razon, Idona.

          _Ido._--Puede ser, mas no lo entiendo.

          _Her._--Porque no quieres; la señora Astasia me a
          otorgado que respondas a mis cartas o desuarios; no pido
          más que el effecto de la obediencia que le deues.

          _Ido._--Pues a qué proposito?

          _Her._--Al de mi callentura, porque despues no te llamés
          al engaño y me condenes.

          _Ast._--Contigo lo a. Idona: no respondes?

          _Ido._--Otro dia, que me ha tomado aora muy de supito.

          _Ast._--Bien dizis, hija.

          _Her._--No spero más, porque esse es el passaporte.

          _Ast._--Contentate, que lo tienes para volver.

          _Her._--El cielo te lo pague.

          _Ast._--Y sea contigo.


                       SCENA 8. DEL PRIMER ACTO

          Astasia tienta a su hija de casamiento con Heraclio, y
            passan sobre ello algunas razones.


                            ASTASIA, IDONA.

          [_Ast._].--Qué te paresce de nuestro amigo, Idona?

          _Ido._--Que meresce el nombre que le das.

          _Ast._--En qué lo vees?

          _Ido._--En el spirito de sus palabras, donde creo que le
          salen.

          _Ast._--Tan facilmente crees?

          _Ido._--Lo que veo; mas tú, señora, hazesle desesperar, y
          no sé qué parte es essa para conseruar el amistad y buena
          conuersacion.

          _Ast._--Por tal la tienes?

          _Ido._--A mi iuyzio.

          _Ast._--En verdad que le quiero como a hermano, y que
          todo es porque diga algo a la cortesana.

          _Ido._--Tienes razon, señora, mas yo veo que te
          entristesce.

          _Ast._--Pesate d'ello?

          _Ido._--Ni me pesa ni me plaze, pero...

          _Ast._--Ya, ya, esso es passion.

          _Ido._--Antes no, pues hablo contra ti.

          _Ast._--Cosas ay que no miran en parentesco.

          _Ido._--La justicia a lo menos, si a de dar lo suyo a
          cada vno, como es su officio.

          _Ast._--Huelgome que assi lo entiendas, y quando bien
          fuesses su apassionada, él lo meresce. Dize, hija, no te
          agradaria?

          _Ido._--No sé.

          _Ast._--Mas de veras?

          _Ido._--Dexa te desso, señora, que es temprano aun, y más
          quiero ser monja.

          _Ast._--D'el monesterio de Adam; mas, por mi vida, qué te
          paresce?

          _Ido._--Con tal prenda no lo callaré, no auria
          desconformidad de conditiones segun veo, puesto caso que
          sea forastero, pero mi padre no querrá, y tú, señora,
          tentasme.

          _Ast._--No hago en buena fe, y tu padre no juega aqui con
          otras manos que con las nuestras.

          _Ido._--No, no, señora; más vale tenerte compañia.

          _Ast._--No puede ser.

          _Ido._--Por qué?

          _Ast._--Conuiene representar tu parte d'esta Comedia con
          los habitos que el maestro lo ordenare.

          _Ido._--No lo entiendo.

          _Ast._--Yo te lo declararé; este mundo es el Theatro,
          nosotros las figuras, Dios el que ordena la comedia; en
          ser Rey en ella, Monarcha, o capitan, no está la gloria,
          sino en representar bien su figura cada vno, o sea de
          loco, de cozinero, labrador, pastor, o moço de cauallos.
          Es menester obedescer al dado y no extrañar lance
          ninguno, porque viene de alta mano.

          _Ido._--A cosa tan verdadera no ay que responder; aqui
          estoy, señora.

          _Ast._--Hasta su tiempo; recogete por aora a tu stantia.


                       SCENA 9. DEL PRIMER ACTO

          Logistico, acaso sin ser visto, halla a Astasia sola
            haziendo discursos.


                          LOGISTICO, ASTASIA.

          [_Log._].--Allá veo la diosa Ceres, o qué lance se perdio
          Mercurio! entre sí habla; veamos aora qué pelo trae,
          porque no me verá aqui, aunque lo mande el Rey. Y más si
          le tura aun la fiebre.

          _Ast._--Yo con todo no me engañaua; Idona tiene buena
          voluntad a Heraclio y no le pesará de su compañia.

          _Log._--Al diablo tal adeuinar, brauo spirito tengo.

          _Ast._--Y a la verdad tiene razon, por la conformidad de
          las costumbres. Ella es mansa y mensurada[706], él no
          soberuio ni descortes; inclinada á la virtud, él apartado
          de todo vicio; si es discreto, ella no es nescia.

          _Log._--Dentro estays; a dó te lleuó el viento, hombre
          perdido?

          _Ast._--Si es hermosa, él no es feo, demas de su gentil
          gracia y ayre.

          _Log._--Qué cierta cosa de enamorados!

          _Ast._--Finalmente, él es modesto y ella no destemplada.
          Contraria a fiestas y a combites, palabras ociosas y
          trajes arrogantes; contentandose con lo honesto, que es
          de generoso coraçon y altivez de spirito.

          _Log._--Porque ves, mucho de noramala, sabeys guardar y
          no gastar o despender.

          _Ast._--Que anteponer el resto a él y componer lo mortal,
          arguye gran baxeza.

          _Log._--Qué linda esta la cartuxana!

          _Ast._--Los hombres embaraçados con el resplandor d'el
          oro...

          _Log._--Ay daras.

          _Ast._--Y diferencias de colores, toman lo negro por lo
          blanco y lo flaco por lo fuerte.

          _Log._--Y vos trays antojos.

          _Ast._--Qué lustre da a vn estado grande vn principe
          tirano? a vn cuerpo hermoso vn'alma fea? a las fuerças
          corporales, flaqueza d'ánima o cobardia? en cuerpo noble,
          spirito rustico?

          _Log._--Bien canta la señora.

          _Ast._--Yo no quiero siguir los más sino los menos, y
          tirar al verdadero blanco.

          _Log._--De Ribadauia puro.

          _Ast._--Más que engaño reciben nuestros ojos.

          _Log._--Untalos.

          _Ast._--Qué principios tuuo el mundo? quál fue la
          criacion d'el hombre? qué hizo las differencias o
          dissimilitud entrellos, sino la sciencia y discurso
          natural? quál es la cabeça d'esta scientia? la virtud.

          _Log._--Bien lo pintays.

          _Ast._--Pintemos aora.

          _Log._--No lo digo yo?

          _Ast._--Salir de dentro de la tierra hombres desnudos de
          vn parescer y gesto todos...

          _Log._--Sembrados a los dientes de la sierpe como Cadmo.

          _Ast._--Las diuersas inclinaciones los harán diuersos y
          la nobleza o villania las obras de cada vno.

          _Log._--Doyte al diablo con tanta philosophia.

          _Ast._--En verdad que si me tomara este desengaño en otro
          tiempo, no tuuiera de qué quexarme. Pero quieresse esta
          vida assi contrapesada, y que siruan algunos para exemplo
          de los otros y se rodee todo con mysterio.

          _Log._--Assi biuas como biues.

          _Ast._--Que venga de tan lexos quien assi nos quiera y
          nos agrade, no es sin causa.

          _Log._--Y cómo no es sin causa!

          _Ast._--Que Idona se le afficione no es sin causa; que le
          amemos ambas sin embidia o celos, no es sin causa.

          _Log._--Mentir, hija, mentir, y no tanto.

          _Ast._--Porque el amor es ciego y no guarda priuilegio a
          nadie. Que todos aqui le miren, conuersen y hablen de tan
          buena voluntad, no es sin causa.

          _Log._--O pese a tal con la trampona, que toda es causas!

          _Ast._--Es gracia o merescimiento particular sin duda.

          _Log._--Qué nueuas estas de Clopatra para Marco Antonio!

          _Ast._--Pues ver sus cartas, su inuencion y stilo de
          escriuir, mata de amores.

          _Log._--Algo dize.

          _Ast._--No me terne que no tiente a Morio.

          _Log._--Aora se perdio.

          _Ast._--Si fuere capaz d'ello.

          _Log._--Bien ha tornado, que carpintero él.

          _Ast._--Estare en atalaya.

          _Log._--Ojos teneys de gauilan, si os quitays las
          antifaces.


                       SCENA 10. DEL PRIMER ACTO

          Logistico busca a Heraclio para darle las buenas nueuas,
            y hallale con Honorio su criado que le buscaua assi.


                     LOGISTICO, HERACLIO, HONORIO.

          [_Log._].--Qué nueuas estas para Iupiter! Dó estara aora?
          en su ysla de Creta o transformado en toro, encomendando
          Io a Argos? Quién le topasse!

          _Her._--Honorio.

          _Hon._--Señor.

          _Her._--Viste a Logistico, o sabrias imaginar adonde lo
          hallassemos?

          _Hon._--El suele a las tardes yr passeandose hazia el rio
          y requebrarse alli con las hermosas.

          _Her._--Bien apuntaste.

          _Hon._--Señor, señor, acá viene, voto a mí.

          _Log._--Qué veo? no es otro. Ao, ao.

          _Her._--Cómo es cierto hablar en el ruyn y assomar!

          _Log._--La mesma cancion cantaua yo, y más que ruyn
          seas tú, pues no oyste la más suaue musica que dessear
          pudieras.

          _Her._--Por tu fe?

          _Log._--Y por la de Mancias.

          _Her._--A dónde o cómo?

          _Log._--En el Laberinto con Pasiphae y Dedalo. Ya estaras
          al cabo?

          _Her._--De no entenderte; no diras esse milagro con menos
          circunloquios?

          _Log._--Algo a menester que sufras, como yo, quando me
          cargas de algunos cuentos de su legua cada vno.

          _Her._--Yo? quándo? iniustamente me accusas.

          _Log._--Mal de cabeça jamas admite cómo ni quándo.

          _Her._--Gentil hombre, mesuraos, si no quereys que os
          haga bolar.

          _Log._--Podria ser, pues os sobra el viento, aunque
          falten alas.

          _Her._--Algo porná de casa su merced. Pero dexados los
          donayres, sepamos desta metaphora musical.

          _Log._--Con condicion que seas oy mi conbidado.

          _Her._--Essa es mejor; tan barato compras lo que querias
          vender tan caro?

          _Log._--Essotra es más sotil: hazer d'el graue, quiça no
          estando la olla al fuego.

          _Her._--Noramala para tal adeuinar.

          _Log._--Ah, ah, ah, ora solo esso tomo por penitencia de
          tus peccados, sin darte la de otra dilacion. Sabras que
          saliendo de mi casa con proposito de visitarte y echando
          en el Nilo la red por no perderte, tomé vn crocodilo que
          me la ouiera de romper si no me ayudara de mis artes: que
          fue a la de marras, sola, inuocando dioses marinos.

          _Her._--De verdad?

          _Log._--Paresceme que si, como es graja, fuera aguila, te
          lleuara al cielo como la otra a Ganimedes.

          _Her._--Quiça te auia sentido.

          _Log._--Sentiria mi padre; tenia yo el anillo de Giges y
          estaua vna Angelica para Orlando.

          _Her._--Pues?

          _Log._--Qué quieres mas? sino que eres tú el Neptuno de
          su mar, o el Satyro de su bosque, metiendo en la dança
          todas las Ninphas d'él. Y affirmando que sin controuersia
          te daria la corona y ceptro de la monarchia, siendo en su
          mano.

          _Her._--Vete de ay, burlon, que mientes.

          _Log._--Si tú as de salir de seso, miento, pero si me
          prometes ser magnanimo y generoso, es más aun de lo que
          digo.

          _Her._--Grandes nueuas traes; mas en qué concluyó?

          _Log._--En tratallo con Vulcano.

          _Her._--Sol y viento a menester.

          _Log._--No sino Mars su amigo, que le dé de pallos[707] o
          vna hanega de algarismo, porque el rapaz sabe de cuenta.

          _Her._--Y aun por esso ay allá tanto carbon; mas no me
          dizes particularidad alguna?

          _Log._--Que tus cartas le plazen mucho y son muy auisadas.

          _Her._--Basta, y viene a nascer vna que aqui traygo para
          le embiar con Honorio, aunque no responden.

          _Log._--No se atreueran, que tú buelas más alto que vna
          garça, y por esso te alaban, siendo ordinario entre ellas
          tener por auiso lo que no entienden, todo lo otro por
          necedad.

          _Her._--As caydo en esso?

          _Log._--Antes que nasciesses, pero cómo osaste entrar en
          sagrado sin licencia d'el Cura?

          _Her._--Ya la tenia.

          _Log._--Y assi la comiste solo, y las señoras cartas?

          _Her._--Enmendarse a, y ve aora ésta.

          _Log._--Amuestra.

          _Her._--Yo la leere, porque no pierda la reputacion, por
          falta de algun accento.

          _Log._--Muy medido andas; esso tienes de mal enamorado,
          que los finos todo son desconciertos.

          _Her._--No basta el d'el tiempo y de la vida en estas
          necedades?

          _Hon._--Assi lo digo yo, señor; mas tu merced no quiere
          creer a Honorio.

          _Log._--O qué embite!

          _Her._--Valgalo el diablo a este bobo cucharron; apartate
          allá, asno.

          _Hon._--Coces da este cauallo.

          _Her._--Qué dizes de cauallo?

          _Hon._--No nada, señor.

          _Her._--Habla, bestia.

          _Hon._--Que más quiero ser asno que cauallo.

          _Log._--Qué lindo!

          _Her._--Que lo seas norabuena; oye, hermano, y está
          atento.

          _Log._--Estoy.

          _Her._--As de coger higos, que te pones en las puntas de
          los pies?

          _Log._--Como entiendes mal, poniame de alto porque no me
          escapassen tus auisos, que está dicho buelan.

          _Her._--Estragarás medio mundo; todo an de ser burlas?
          oye si quieres.

          _Log._--En el nombre de fraudador de los ardides,
          entonate, que ya vees en qué postura estoy.

          _Her._--Mi señora la fortuna quiere...

          _Log._--Discreta entrada, porque todo esto de fortuna,
          ventura, desgracia, pensamiento, pasion, tormento y otras
          drogas assi, les quadra mucho, y piensan que no terná
          mal vino vaso con esta çapadera; adelante, hermano: la
          fortuna quiere.

          _Her._--Que siga este camino de hablar a quien no me oye
          y responder a quien no me habla.

          _Log._--Bueno, que es principio de lamentacion.

          _Her._--Y para prueba de mi constancia, con tus oluidos
          cresce mi fe, sin saber ni querer arrepentirme.

          _Log._--Pura obligacion.

          _Her._--Escucha: y tomaria por galardon que fuesses
          d'ello contenta o me dexasses pasar mi mal sin reueses:
          que aun d'él, porque de alguna manera me descansa, priuar
          me quieres.

          _Log._--Por vida d'el Rey, que tocas en el centro.

          _Her._--Pero si tu gentil spiritu, mouido de mis
          affectos, a piedad se inclina, dame cierta ley con que
          te sirua para merescer el premio de la obediencia o el
          castigo d'el peccado. Porque con bien o mal se a de
          acabar mi mal.

          _Log._--Enternesceras las piedras.

          _Her._--Y que no te lo dé Dios a prouar, sea el remate de
          tus desconfianças y mis locuras. Qué te paresce? lo mucho
          enfada y a buen entendedor, etc.

          _Log._--Sí, mas éstas no buelan tan alto, y por no
          persuadirse muchas vezes a sí y a otros que no entienden,
          arman carracas en el ayre, o de cada palabrita hazen vna
          phantasma, con tan incierta anothomia, que en vez de bien
          dan de pies en nuestro mal.

          _Her._--Aueriguado, mas aqui va de monte a monte la
          philosophia. Veamos aora lo que aprouecha. Honorio,
          llegate acá. Ve a casa de Astasia y dale esta carta, o a
          Idona, a quien primero hallares, y buelue.

          _Hon._--Mejor seria quedar allá.

          _Her._--Qué dizes?

          _Hon._--Sí, señor, que boluere.

          _Log._--Y si hallas aparejo, que retoces.

          _Hon._--No soy dessos yo, señor Logistico.

          _Her._--Vamonos por acá a sperar el fin d'esta jornada.

          _Log._--Hagase, pues todo va fuera de quicio.

          _Her._--Pero será mejor que yo dé la buelta solo y tú te
          quedes.

          _Log._--A su plazer.


                                NOTAS:

          [706] Por errata _mensuarada_.

          [707] Así en las dos ediciones, pero debe leerse _palos_.


                       SCENA 11. DEL PRIMER ACTO

          Honorio lleua la carta y buelue.


                     LOGISTICO, HONORIO, HERACLIO.

          [_Log._].--Queria que parassen estos amores en lo que
          suenan, porque no hay que fiar en pelo roxo, mas a la fin
          se canta la gloria o llora la pena. Si por razon se rigen
          los negocios, meresce mucho más: noble, auisado, polido
          y prompto para vna empresa; pues si en amor o lealtad
          estamos, en esso passa todo. Pero es vn ladron el mundo,
          sordo y ciego, que todo compra por el olor. La hipocrisia
          le huele a sanctidad, la soberuia a grauedad, a templança
          el auaricia, el saber a necedad, y los dineros a nobleza.
          Pongase de lodo, que a la postre vence la verdad estas
          mentiras. Algunos ay que ponen su bienauenturança y
          summo bien en la abundancia de bienes de fortuna, otros
          en la fuerça corporal, y otros en la hermosura o buena
          proporcion de miembros y otras gracias. Y aunque el
          Philosopho lo diga ser partes éstas de que ella se
          compone con la virtud d'el ánimo, con su licencia, yo soy
          de opinion que ésta sin las otras basta, y no las otras
          sin ésta, como dixo el otro por la castidad: y si fuere
          menester, daré testigos. Mas, boluiendo a lo vulgar, vn
          cauallo muy hermoso, bien señalado y con ricos jaezes,
          atrauessandose con cierto distincto natural, o gloria
          de aquella vanidad, no passa nunca de cauallo. La razon
          tiene otros grados, la qual bandida de sí la carne como
          cosa impropria, athesora en el alma lo que más natural
          y proprio le paresce; y como centinela en lugar alto,
          de allí oye, de alli vee, de alli come, y de alli vela
          los asaltos y engaños d'el enemigo. Logistico, esto para
          solo es ya mucho y para entre los muchos nada. Recoger
          con tiempo, porque no venga Pythagoras o Epicuro que
          tomen entre puertas. Pero qué haze al caso? llamariamos
          a Luciano en nuestra ayuda o a Charon, que es el verdugo
          d'estas burlerias; acá viene Honorio, panal, pero sin
          miel, cargado de cera para el sello de la sententia
          que trae de la corte. Paresce que dentea; si le dieron
          allá en qué morder? que las damas son liberales y muy
          complidas.

          _Hon._--Pese a tal, que buena estaua la moça.

          _Log._--Ojo.

          _Hon._--Por vida de su madre que se podria comer sin sal.

          _Log._--Oreja.

          _Hon._--O qué lance para Honorio!

          _Log._--Más o qué lança!

          _Hon._--No creo en tal, si no biuiese de señor, hermosa,
          rica y auisada.

          _Log._--Burlaros eys?

          _Hon._--Hazer d'el graue y passear cara a cara con mi
          amo, assi y assi, y si su merced no lo tragasse, domine,
          ya es muerto por quien repican.

          _Log._--Donoso está el asno.

          _Hon._--Pues paresce que me mira de buen ojo, no lo
          dudo, porque yo soy más alto que mi amo, tengo copado el
          cabello, y apuntame la barba, y más hablo con sonidos.

          _Log._--No os falta á lo menos el badajo.

          _Hon._--Quién habla aqui? o señor Logistico, aqui estaua
          tu merced? guay de mí si me a oydo.

          _Log._--Aqui está la mia; pero la tuya aun no llegó;
          deuio quedarsete por allá el ánima segun te veo demudado.

          _Hon._--No fuera mucho, señor, que angeles auia que la
          asechauan.

          _Log._--Serian de Ginea.

          _Hon._--Dios nos guarde.

          _Log._--Guardará, pues soys innocente.

          _Hon._--Tambien yo peco, señor; si no preguntenlo al cura.

          _Log._--Ora está bien; qué nos traeys? hijo o hija?

          _Hon._--Dó está mi amo?

          _Log._--Bien te puedes fiar de mí, porque él me dexó por
          presidente d'esta embaxada y no deue tardar.

          _Hon._--Pues sea norabuena; traygo madre y hija, que es
          mejor; entraremos sin licencia.

          _Log._--Cómo assi?

          _Hon._--Toda la casa es nuestra; fue bulda la carta para
          ellas; no faltó más que besarla; todo allá suena a nos, y
          todo es nos, como todos nos allá.

          _Log._--Digoos que lo concluys muy auisadamente.

          _Her._--Mantengaos Dios, señor Honorio.

          _Hon._--Pues a la fe, señor, que harto pan auria
          menester, a segun vengo desanimado.

          _Her._--No oystes dezir que no biue el hombre de sólo
          pan?

          _Hon._--Esso para los delicados, como su merced, que no
          se contentan sino con perdizes y ansarones; pero los
          moços es menester que se contenten.

          _Her._--Teneys razon, y d'el resto qué me dezis?

          _Hon._--Logistico me lo a tomado todo; faltaua solamente
          que dize su merced holgará mucho de ver mañana a tu
          merced, y que dessea ver claridad si llueue, porque es
          escura la casa sin candela.

          _Her._--Esso es enigma de pelo y medio; bueno será que
          nos vamos a casa a decifrarlo.

          _Log._--Es vna Sybilla la Gemila.

          _Hon._--Yo lo soletrearé, señor.

          _Her._--Cantando.

          _Hon._--Sea assi: amor, amor, más te pido.

          _Log._--Cebolla, pan y tocino.

          _Her._--Buena.


                       SCENA 12. DEL PRIMER ACTO

          Heraclio yendo a casa de Astasia, topa Asosio que speraua
            por Melania, y passan otras damas con que se requiebra,
            no le viendo.


              HERACLIO, ASOSIO, AMERTIA, MANIA, MELANIA.

          [_Her._].--De manera que tiene mi gloria tanta fuerça,
          que de los brutos se dexa sentir y ver. No sabe este
          necio de mi moço hablar en otra cosa que en la gracia
          y perfectiones d'estas señoras: y es lo mejor que está
          medio enamorado. Lo que me incita más a gratificar amor
          y a la fortuna tan altos dones. Yo estoy emplazado para
          aora con un criado suyo; creo que es temprano, por ser
          fiesta y auer visitas. Mas quién es éste que se passea
          por acá como figura muda? habla con todo: O d'el traydor,
          Asosio es el Melanio, y no le quieren mal. A quién se va
          tan apressurado? Amertia es la señora; de asilla[708]
          aurá: gozemos d'estos amores mientras no nos vee.

          _Aso._--Qué peccados son los mios, señora Amertia, pues
          ha vna ora que te sigo y me huyes? No seria bueno que se
          boluiesen tus hermosos ojos a alumbrar mis passos?

          _Her._--Assi te pelen como lo dizes de verdad.

          _Amer._--O señor Asosio, por vida de mi madre que no te
          conoscia; pensé que era Logistico, que no me dexa con sus
          burlas.

          _Her._--Noramala para vos, quándo las merescistes?

          _Aso._--Pues, señora, qué diras en mi absencia, si a
          esse gentilhombre, siendo dechado de los otros, tratas
          assi?

          _Amer._--Por su vida, vn dechado de burleria.

          _Her._--No está loca.

          _Aso._--Ora sea como fuere, que no es tiempo de examinar
          a nadie, ni yo quiero reñir contigo.

          _Her._--Como sesudo.

          _Aso._--Quál a de ser el fin, o quándo, de mi pena?

          _Amer._--El infierno, si allá vas.

          _Aso._--Siempre me hablas fuera de proposito, pues
          tambien tú allá yrás si me matas.

          _Amer._--Va de retro.

          _Aso._--Pues no me mates.

          _Amer._--No veys qué muerto que anda y habla? y en qué te
          mate yo?

          _Aso._--Con tus mentiras.

          _Amer._--Hablando con reuerentia.

          _Aso._--Digo mal? que jamas cumples lo que prometes, como
          en la fiesta de antaño y lo de marras del combite.

          _Amer._--En la huerta d'el amiga?

          _Aso._--Señora, sí.

          _Amer._--Pues no sabes por qué lo dexé? y que me llevó mi
          tia a otra parte?

          _Aso._--Nunca te falta vna escusa.

          _Amer._--No es por cierto.

          _Aso._--Y aora no lo emendarás?

          _Amer._--Quándo?

          _Aso._--Ayer, pese a mi padre.

          _Amer._--Es tarde ya.

          _Aso._--Sea oy.

          _Amer._--Tengo que hazer.

          _Aso._--Mañana.

          _Amer._--No sé si podré.

          _Aso._--Que te pongas de lodo[709].

          _Her._--Seria lo mejor.

          _Amer._--Essos son los regalos?

          _Aso._--Qué quieres que diga, vida mia, que la sobra de
          mi desseo causa estas locuras, y busca mi passión mil
          modos de engañarse?

          _Amer._--Si assi fuesse, algo haria.

          _Aso._--Pese a mis males, que vees arder medio mundo y
          tienes frio aun.

          _Amer._--Más fingido es esse fuego que mi frio verdadero.

          _Aso._--Ayna me harás morir con tus desconfianças.

          _Her._--De cossario a cossario los barriles.

          _Amer._--No mueras todavia, que yo lo emendaré.

          _Aso._--Quándo?

          _Amer._--Mañana.

          _Aso._--Do?

          _Amer._--Fuera.

          _Her._--D'acuerdo estan.

          _Aso._--En el sobredicho lugar?

          _Amer._--Si, o a otra parte nos yremos passear; mas qué
          diran los que nos vieren? que el tiempo es malo y la
          gente sospechosa.

          _Her._--Esso lo impide.

          _Aso._--Se[710] que no tengo yo vna yerua que haze
          inuisible.

          _Her._--Natural seria.

          _Amer._--Como lo demas, baste lo dicho, que viene gente.

          _Aso._--Cómo a de ser?

          _Amer._--Yo te haré señas.

          _Aso._--Pues adios, amores.

          _Her._--Nuestra es la presa.

          _Aso._--O hideputa, la ciudad aqui no vuo menester diez
          años como en Troya.

          _Her._--Aosadas.

          _Aso._--Pero esto es gracia gratis data, que otros ay
          que qualquiera aldea les cuesta toda la vida: yo hablo
          luego a proposito, y nunca me empleo todo en vn lugar
          por evitar estas necedades de amores, estos suspiros,
          lamentaciones y otros milagros que parescen cosa de farsa.

          _Her._--No os apartays mucho d'el camino.

          _Aso._--Quántas pensays que tengo emplazadas d'esta
          manera? no falta más de vna para la dozena. Hecho barro
          a la pared, y la negra es que todo pega, aunque de
          principio lo ponga en duda. Yo no soy de altenarias,
          porque éstas tales no se entregan sino a fuerça de
          encantamientos y cauallerias, y todo es mentira. Vntalde
          los dedos con algo de lo de Midas, y diros an bene
          veneritis, de mi reyno soys.

          _Her._--Al diablo tal acertar.

          _Aso._--Acá mis gentes contentanse con otros metales;
          hagoles creer con mis astrologias que ando a la caça de
          la piedra philosophal, y pongolas assi en la sphera de
          los camaleones, comiendo yo de lo que hay por casa.

          _Her._--Que lo creo.

          _Aso._--Pues acá viene otra de las onze; por vida d'el
          Rey que no se va sin toque.

          _Her._--Salado está el amigo, y todo le viene a dar en
          las manos.

          _Aso._--Pensareys de passar assi, señora Mania?

          _Man._--Bien, señor Asosio, qué hazes por aqui? que de
          lexos te conosci.

          _Aso._--Y yo de lexos te spero, y de hallar vn dia gracia
          contigo.

          _Man._--Comigo, hermano? búrlaste.

          _Aso._--Esse es el fruto que yo saco de te seruir,
          dexando por ti a otras sanctas.

          _Man._--Assi lo dizen todos, y cada vna es en presencia
          la diosa Venus, mas debaxo limones.

          _Aso._--Bien está, si tu quieres conoscer los coraçones y
          juzgar por conjecturas.

          _Man._--Las obras dan fe d'ello y la contina experiencia.

          _Aso._--Pese a mi aguelo, y pagarán justos por peccadores?

          _Man._--Iustos?

          _Aso._--Iustos y buenos.

          _Man._--Deues tú ser vno d'ellos.

          _Aso._--Ni tampoco de los peores. Pero dexemos este
          pleito a su juez y tratemos de lo que haze más al caso.

          _Her._--Qué pieça! tornaos con él.

          _Man._--No tan cerca, señor Asosio, ni tan desembuelto,
          que nos pueden ver.

          _Her._--En esso está.

          _Aso._--Qué menos puedo hazer con esse fuego que sale
          de tus ojos y con essa gracia de ruyseñor, sino dexar
          el seso a la natura? Por vida desse gesto, que te duela
          la pena que padesco y no dilates tanto el remedio. Y si
          quieres saber si te meresco algo, prueuame y veras mi
          acendrada y pura fe.

          _Her._--Sin el carbon.

          _Man._--Pensaré en ello.

          _Aso._--Como siempre.

          _Man._--De verdad.

          _Aso._--Dame la mano.

          _Man._--Toma.

          _Aso._--La paz tambien, pues que la guerra a durado tanto.

          _Her._--Qué diligente es!

          _Man._--No sabes dizen que el villano por el dedo toma la
          mano?

          _Aso._--No se me da; todo se acomete por reynar.

          _Man._--Quedas sin culpa.

          _Her._--A la razon se allega.

          _Aso._--Pues quándo acabaremos este hijo?

          _Man._--Vn dia.

          _Aso._--El d'el juyzio.

          _Man._--Yo lo buscaré y te daré auiso si passares por
          allá. Y no puedo negarte que me pesa quando te veo.

          _Aso._--No quiero mas, ánima mia; la Magdalena vaya
          contigo.

          _Man._--Y quede contigo.

          _Aso._--Ya son dos; presto entraremos por la tercera.

          _Her._--Ha, ha, ha, esso tengo yo de ver.

          _Aso._--Esta tiene gentil garbo y es aparejada para dar
          quantos reales tiene, que yo no busco otros enfermos.
          Pero todo lo demas seria nada, si Melania acá quisiesse
          concluyr.

          _Her._--Ay te speraua.

          _Aso._--Porque ay de vno y otro, mas sabe más la
          perra que Merlin: veremos do llegará la barra haziendo
          diligencia, la qual venze lo impossible. Por dulçuras,
          coplas, requiebros, musicas y otras obras assi de manos
          no escapará. Y si fuere menester hazer d'el valiente y
          ordenar ruydo hechizo, tambien se porna de casa, saltar
          paredes, o passear de noche en verano; que dormir al
          sereno o a la lluuia en inuierno no me lo mande vuessa
          merced, ni tampoco dar dineros, porque soy enfermo de los
          riñones. Por guantes de Valencia o d'el citrino para el
          caron no nos desauendremos.

          _Her._--Demasiadamente se conforma con el tiempo; no irá
          d'esta vez al hospital si el meollo no le dexa.

          _Aso._--Todavia esto; es ora de maytines ya, quiero ver
          si su merced es lleuantada.

          _Her._--Hasta consigo vellaquea, haziendo de la vispera
          maytines.

          _Aso._--Que si no se le a oluidado dormira con piedra
          en mano como grulla; mira que nigromante soy y ella que
          assomaua, cantaremos pues,

              por la calçada va el moro
              por la calçada adelante,

          porque la señora es entonada y dize el tenor allá.

          _Her._--Y vos todas las partidas, sino el tiple.

          _Aso._--Quién podra engañar vn amador?

          _Mel._--Cómo assi, señor Asosio?

          _Aso._--Aunque el pensamiento y natural orden de las
          cosas me representassen mil phantasmas y sospechas, amor,
          por vias ocultas, fortalescia mi sperança, dandome essos
          ojos, essa boca y dientes en rehenes d'el coraçon.

          _Her._--Ya este rio sale de madre, mas todavia bien lo
          finge.

          _Mel._--Deues hauer soñado con Carcel de Amor, o Guarino
          Mezquino[711].

          _Aso._--Antes despierto estoy en ella siempre,
          paresciendome mezquina toda otra guarida que no sea de tu
          mano.

          _Mel._--Y respondesme por Aristoteles.

          _Aso._--Qué mal hago yo en obseruar las letras de
          la entrada de la escuela de Platon, no entrando sin
          Geometria, y de como para ti tenga necessidad de todo,
          hize prouision en casa de vn guante lleno de artes
          liberales.

          _Mel._--Amuestra, amuestra, amores.

          _Aso._--Velo ay, piensas que te engaño?

          _Mel._--No son malas, si las otras assi saben y tienen
          color de datiles.

          _Her._--Qué par de pieças, ambos cantan a compas;
          quisiera estar sin mascara para tambien me doctorar, mas
          qué tragar haze la nouia!

          _Mel._--Porque no digas que no te quiero bien, como tus
          logicas de tan buena gana.

          _Aso._--Come norabuena, vida, que más quedan allá:
          o, pese al caballo con la mula, con esto auremos de
          bridalla, ya que le sabemos esta maña. Pues entraremos?

          _Mel._--No es posible aora, que hay gente de fuera, mas
          tengo pensado vn auiso de los tuyos para mañana, que nos
          dará más tiempo y menos recelo.

          _Aso._--Qué es?

          _Mel._--Aqui vienen aldeanos algunas vezes a vender
          pollos, hueuos, mançanas y otras frutas en sus cestos;
          toma d'esto lo que mejor te paresciere y los habitos
          conformes, y uernas entre nueue y diez, que seran ydos a
          la missa, y entrarás.

          _Her._--No más, no más, todo va perdido.

          _Aso._--Y esso no es peligro o podria saberse? que yo
          estimo mucho tu honrra.

          _Mel._--Ya lo veo, pero dexame hazer, que mi honrra y la
          tuya quedarán en su lugar.

          _Aso._--Pues d'el resto, no doy un higo por los doze
          Pares.

          _Mel._--Por esso te asseguro, y vete antes que venga
          nadie; pero dize si vernas?

          _Aso._--Qué duda! No creo en tal con la borracha, si
          tiene armada alguna ratonera en que me tome biuo.

          _Mel._--Callentura lleua.

          _Aso._--Pensaremos bien en ello, y si no assentare
          bien, podreys colgaros de vuestros lindos cabellos como
          Absalon, que se me da muy poco d'ellos, por seren de Saba.

          _Her._--Y yo assi os lo aconsejo; no le quiero hablar
          aora, despues se reyra por junto; mas si ello es assi, no
          ay que fiar, y pues ay gente, dare la buelta y boluere.


                                NOTAS:

          [708] _Azilla_ en la edición original.

          [709] _De dolo_ corrige la edición de 1614. De todos
          modos el sentido no está claro.

          [710] Parece que debe decir _Si_.

          [711] Alude á las dos novelas que llevan estos títulos.


                       SCENA 1. DEL SEGUNDO ACTO

          Idona a solas hablando en Heraclio y en sus auisos y
            lamentandose tambien de amor.


                                 IDONA

          Ya este mal no sufre compañia, porque sólo el
          pensamiento me descança; esto son vezes d'el tiempo, por
          cada vno an de passar sus auenturas. Bien pudiera la
          fortuna sperarme vn poco más, pues la edad y inocencia
          me escusauan, mas tuuo embidia a mi reposo. Esto es amor
          aqui entre nos, amador y amante, que él no puede estar
          muy lexos, si sus affectos no son fingidos, y tanto más
          lo entendera de mí quanto más el sexo y la honestidad
          defienden publicarse. O escondido fuego que me consumes!
          por la potencia que te mueue, que assi abrases y occupes
          a Heraclio los sentidos que no participe d'esta gloria
          con mi pena. Qué harmonia la de su carta y quán poca
          resistencia hazen los oydos al dulce canto de las
          Serenas! Despues me embió este soneto, no estando en casa
          mi señora, y yo vsé de vna cautela, que lo ley y trasladé
          y torné a embiarselo como vino. No sé de qué suerte lo
          tomará; estoy medrosa, aunque su discretion salue mi
          recelo: el tomar nada está mal a las donzellas, y peor
          el responder; con vn renglon pagué á ambos: perdoname,
          porque no sé leer otra ninguna letra que la de mi padre y
          madre; si oy viene por acá, como sospecho, en el gesto se
          lo conoscere. No puedo dexar de l'elle[712] muchas vezes
          ni de dalle su lugar, que es el que duele.


                                SONETO

                El frio que penetra en cuerpo sano
              Causa calor en él naturalmente,
              Porque pelean ambos diestramente
              Y vense vno al otro mano a mano.
                Mas vuestro hermoso gesto sobrehumano
              Sea en mi alma tan astutamente,
              Que el fuego que la enciende, al accidente
              D'el blanco y duro pecho prende en vano.
                Paresce que reconosce[713] de do viene,
              Y no quiere boluer por no offenderos
              Sino templado y menos encendido.
                Pero si en vuestros ojos se detiene
              Por ver si assi podria deteneros.
              De nueuo buelue todo a yr perdido.

          Y pues he dado al spirito su reffection, quiero boluerme
          al cuerpo y esperar el ánima, que no tardará, si no ay en
          el campo otra que la detenga.


                                NOTAS:

          [712] _Sic_ en las dos ediciones, en vez de _leelle_.

          [713] Para que conste el verso ha de leerse _conosce_, en
          vez de _reconosce_.


                       SCENA 2. D'EL SEGUNDO ACTO

          Melania sola ayrada contra Asosio y deliberada de
            burlalle.

                                MELANIA

          Nunca medre saya, ni los dientes me aprouechen si no
          doy a muchas de muchos vengança oy; o hombres, dónde
          esta la fe, la justicia, el natural amor? en el apetito
          sin otro miramiento? todo es tierra mala y el artificio
          de satan. Estaua en la gloria de Niquea, con los amores
          de Amadis, teniendolo por santo, y todas sus palabras
          por plata fina, los sueños por reuelaciones; y aora veo
          todo ceniza; quisolo Dios assi, y alumbrar mi ceguedad,
          vista la innocentia. O traydor peruerso, yo era la Nimpha
          de tu fuente por quien offrescias sangre y spirito a
          amor? y en vn momento (sin que me viesses que te veya
          representar la farsa con otras dos) te alabaste al ayre
          y a essas paredes que trayas onze en la rueda; aguzando
          para mí más el ingenio, como si fuera furia infernal. Que
          por más no fuera que por la sinceridad de mis palabras,
          deuieras franquearme y romper por otra parte de la villa.
          Bien conosco yo las damas, y aunque no sean principales,
          qualquiera d'ellas se afrentara, procurando la vengança,
          que nadie quiere ser engañado, ni que otro le prefiera;
          grande fue mi sufrimiento, pues no sali luego a dar señal
          de tal despecho, mas la razon tiene otra fuerça. Ello
          está assi bien; el cauallero d'el ardiente rauia verna
          vender sus pollos y spero que no le falten compradores
          ni retorno, y que esta ira se conuierta en risa, por el
          señor Protheo, dios marino, que llegará a saluamiento.


                       SCENA 3. DEL SEGUNDO ACTO

          Heraclio haze su visita, en la qual ha discursos varios
            entre él, Astasia y Idona.


                   HERACLIO, ASTASIA, APLOTIS, IDONA.

          [_Her._]  De mi ventura quexoso,
                 de quien me agrauia contento,
                 de mi remedio dudoso,
                 mas no de mi perdimiento.

          Nadie me puede priuar d'esta gloria de mi firmeza, aunque
          la muerte a la vida, la fortuna a lo demas lo hagan, y
          en la mayor fuerça de mi mal este bien solo me consuela:
          ni puede aquella Nimpha accusarme de descomedido en las
          circunstancias de mi afficion, que si en limpieza y fe
          deue fundarse, qualquiera della guardan mis sentidos con
          tanta vigilancia, que se oluidan de su officio, poniendo
          al fatigado cuerpo en duros terminos. Pensé que mi soneto
          exprimiendo los affectos del coraçon pudiesse más que
          los versos de Zoroastro, o las yeruas de Medea; mas el
          duro pecho, blanco de mis saetas ó de amor, no menos
          las despunta y hecha de sí que si fuera de diamante. No
          bastaua la licencia para no tomar ni responder, sino el
          oraculo dudoso, que con el sentido vario me mata, sin
          me quitar la vida para más pena. Aora veremos la color;
          puede ser que d'ella se comprehenda lo que el juyzio no
          alcança. Cerca estoy, quiero llamar. Ta ta ta.

          _Apl._--Quién llama?

          _Her._--Quien quiere paz y le dan guerra.

          _Apl._--O señor Heraclio, tu merced era?

          _Her._--Era, que ya me conuerti en otra piedra.

          _Apl._--Muchas ay que valen más que el oro.

          _Her._--Sí, mas no les sabemos tan particularmente las
          virtudes como a esse cauallero.

          _Apl._--Creolo.

          _Her._--Qué hazen por acá?

          _Apl._--Lo acostumbrado.

          _Her._--Pues yo vengo buscar más.

          _Apl._--Todo es prouar ventura.

          _Her._--D'ella soy yo bien prouado o tentado.

          _Apl._--No ay cosa que no se acabe.

          _Her._--Si antes yo no me acabo.

          _Apl._--Que no, señor Heraclio.

          _Ast._--En la oreja me sonaua tu boz, allá en mi cámara.

          _Her._--No seria en la izquierda.

          _Ast._--No, pero buenos dias.

          _Her._--No queria que tuuiessen otro nombre.

          _Ast._--Siempre vienes armado.

          _Her._--Y sin armas soy vencido.

          _Ast._--Mas no rendido.

          _Her._--Ay!

          _Ast._--Qué te duele?

          _Her._--Tu poco dolor.

          _Ast._--No lo dezia yo? entremonos si mandas.

          _Her._--Y aun para quedar toda la vida.

          _Ast._--Enfadarte ias.

          _Her._--Prueualo.

          _Ast._--Costaria caro.

          _Her._--Yo daria lo que queda.

          _Ast._--Para qué? sentemonos aqui fuera de mano, porque
          no venga alguno que nos estorue.

          _Her._--Sea assi, mas de qué te ryes?

          _Ast._--Tú lo sabes.

          _Her._--Tan clara y transparente eres!

          _Ast._--Sí, a quien me mira sin antojos que hazen major
          la letra.

          _Her._--Es al contrario en mí, pues no me muestran tu
          coraçon, ni encarescen lo que veen.

          _Ast._--No ves que te arguye la consciencia? pero
          passemos a otro proposito, cuyo principio sea preguntarte
          cómo estás.

          _Her._--Tambien yo pudiera reyrme aora y responderte que
          tú mesma lo sabias si dessearas entendello.

          _Ast._--Muy proueydo andas contra mí y sabes todauia quán
          senzilla y sin malicia soy.

          _Her._--Otra cosa me dixiste tú vna vez.

          _Ast._--Qué?

          _Her._--Que no auia malicia que no entendiesses, aunque
          lo dissimulasses.

          _Ast._--Es muy gran verdad, y aun aora te lo affirmo.

          _Her._--Qué puedo yo luego sperar de ti?

          _Ast._--No es consequencia, porque el astuto cauallero
          deue saber el lugar de la emboscada para hazer otra
          contra ella, y el diligente caçador dónde tendera sus
          redes sin errar. Qué daño hiziera entender Eua a la
          serpiente? qué pensatiuo está! qué dizes? tengo razon o
          no?

          _Her._--La que yo de amarte a pesar de todas las sierpes
          que me tientan.

          _Ast._--Qualquiera pena merescias auiendo aora juez en
          medio.

          _Her._--Por qué?

          _Ast._--Por diuertir de vn argumento bueno a otro que no
          es tal.

          _Her._--Deliberado estoy sufrirte sin culpa ni desculpa,
          porque me salua la intencion; guya pues, que yo te
          siguire.

          _Ast._--Si en mí lo dexas, no pararé hasta llegar al
          cielo: no miras qué sereno está, produziendo estas flores
          y sus alteraciones[714] con las más?

          _Her._--Essa es la mejor contemplacion, puesto caso
          que en la más pequeña parte d'ella esté vn abismo
          incomprehensible: pero en lo de fuera y do la vista puede
          llegar, ay tanta diferencia de sabores, que el menor
          d'ellos basta a sustentarnos quarenta años, quedando
          siempre el vestido nueuo y el calçado, que es en su ser
          naturaleza, que la virtud todo conserua como balsamo
          verdadero d'el spirito.

          _Ast._--No ves qué buena guya soy? y quán sin trabajo te
          lleué tan alto? pues más as de subir; no leyste alguna
          vez quán lexos sea de aqui al cielo?

          _Her._--Sy, mas deue de ser más, pues lo es tanto d'el
          cuerpo al ánima estando en él.

          _Ast._--Mas por tu fe?

          _Her._--Hállasse auer desde el centro de la tierra hasta
          la sphera de Saturno más de ocho mil años de andadura.

          _Ast._--Qué me cuentas?

          _Her._--Lo que ley.

          _Ast._--Qué marauillas, y qué tantos son los cielos o
          quál es mejor opinion? porque vuestros philosophos no
          concordan: cuyas reuoluciones holgaria de entender, que
          como sea mujer, estoy tan pobre en esto, que quando lo
          oygo me parescen cosas d'el otro mundo.

          _Her._--Ya veo que no siendo Hercules ni Atlas, pretendes
          ponerme el cielo sobre los hombros[715], porque desecho
          con el peso, se deshaga la occasion de te enfadar, mas
          yo haré como Adam, que dio la culpa a Eua en auer comido
          d'esta fruta, y tú a tus culebros maliciosos, y a cada
          vno cabrá assi su parte d'el castigo de la golosina.

          _Ast._--Cómo eres vengatiuo! mas si quieres, quede todo
          sobre mí, y tú en parayso contemplando.

          _Her._--No ves que conuerna siguir la compañia?

          _Ast._--Ora, pues assi a de ser, no temas nada.

          _Her._--Contigo no ay de qué temer, cuya vista enfrena
          toda ponçoña.

          _Ast._--Callo porque hables, y no sean todo questiones.

          _Her._--Essas no cesan dentro de mí, mas no para impedir
          seruirte. El cielo o cielos comprehenden lo criado,
          siendo comprehendidos del que los crió, a quien nadie
          comprehende, como nuestro entendimiento a las cosas
          corporales y a él ninguna dellas: aunque los sentidos,
          como medianeros y participantes de vno y otro, sean
          ministros de la razon en esto: que es comparada o
          produzida de l'ánima d'el cielo, como ella de la mente
          angelica, verdadera Venus, de quien Amor nascio, alçando
          la cara a Celio, suprema fuente de toda hermosura.

          _Ast._--Aora veo menos que de antes, pienso que quieres
          que espantada de la mucha claridad me buelua a mi primera
          sombra.

          _Her._--No hago, antes pongo vna nuue delante el sol para
          que puedas encarar en él sin offender los ojos.

          _Ast._--Menos te pidia yo.

          _Her._--Ay verás si me deues más de lo que confiessas.

          _Ast._--Prosigue, pues.

          _Her._--El noueno arrebata y lleua consigo todos los
          otros, con tal velocidad y impeto, que en veynte cuatro
          oras buelue a su primer lugar, haziendo ellos dentro del
          contrario mouimiento cada vno como le cupo en suerte,
          tardyo o apressurado, de cuya discordia nasce otra más
          suaue concordantia que esta de los elementos, que siendo
          materiales de las formas inferiores, son los cielos con
          sus planetas los instrumentos con que labran aquellos
          diuinos intellectos, repartidos tambien en nueue ordenes.
          El decimo despues del nono es el impireo imoble, forma y
          luz de toda otra forma y luz inferior y rayo de aquella
          luz inaccesible y no criada.

          _Ast._--Bien está, si tú me ouieras leydo otras lectiones.

          _Her._--Basta siendo tú el eslauon[716] y pedernal del
          fuego que ay en mí.

          _Ast._--Bien creo que qualquiera milagro haze amor,
          quando.

          _Her._--No passes de ay, que ya te entiendo. Sabete
          que el mio no se aparta de su sposa, mas tú adrede me
          persigues. Si es por acendrarle más para que meresca
          gozar d'ella, ya pagas todo: mas si con ánimo de verme
          caydo para mostrar gratitud en leuantarme, mucho más te
          apartas d'ella y de aquella modestia singular que en
          tí auia. Dessea, señora, pagarme quando yo de ti tenga
          necesidad, y no desseys para pagarme que yo la tenga;
          porque seria querer que el cielo fuesse cruel para tú te
          monstrares piadosa; y bien ves quánto en ello ganarias.

          _Ast._--Si dudas de mi intencion? aun estás muy lexos
          donde yo pensaua, y d'esta suerte pequeño inconuiniente
          seria verte caydo para ayudarte a lleuantar, lo que yo
          desseo, y no que caygas, por pagarte. Pero acaba lo que
          començaste y no te arrepientas, si no quieres que yo lo
          haga de deuerte.

          _Her._--Lo que quedaua por dezir es tanto y tal, que no
          admite lengua, y que en parte lo hiziesse es prohibido.

          _Ast._--De quién?

          _Her._--De quien trató d'ello.

          _Ast._--Aora me quexaré de ueras, pues tienes por
          prophanado lo que me dieses, sabiendo por quán prophano
          yo tenga al vulgo.

          _Her._--Engáñaste; todo fiaré de ti a la oreja.

          _Ast._--Quién está aqui que oirte pueda?

          _Her._--De la Luna para baxo todo es lleno de espias que
          nos accusan quando peccamos.

          _Ast._--Dizes bien, si ellas no entrassen tambien en casa.

          _Her._--No podran ni osarán.

          _Ast._--Assi, pues, dize.

          _Her._--Entiendes?

          _Ast._--Son grandes marauillas, pero en tu proceder y
          habla veo que te enfadas.

          _Her._--Desse modo ya conosces quán a tuerto me accusaste
          y que desseo de seruirte a tu sabor y al mio. Toma la
          voluntad que forçada passó los limites del ingenio y
          pone al juyzio en condicion de ser condenado por su loco
          atreuimiento, y auiendo hecho mi sermon, resta pidir la
          gracia que se me oluidó, por premio d'el trabajo sin otra
          oracion.

          _Ast._--Essa está en su lugar.

          _Her._--No lo dudo, y con esto seria tiempo de me dexar.

          _Ast._--Cómo?

          _Her._--Yo no me veo sino quando estoy contigo, porque
          absente estoy sin mí.

          _Ast._--Y si yo sé otro altar a do vienes hazer tus
          sacrificios?

          _Her._--Será de ti tan cerca, que la mayor parte del olor
          y fuego participes; y si andas por ay, no ay hoja en este
          arbol en que tú no estes scripta.

          _Ast._--Holgara mucho de tener que darte.

          _Her._--Nunca yo te pediré lo que no tienes, y con lo que
          me dieres seré contento, porque presumo lo harás conforme
          a tu magnanimidad y mi trabajo.

          _Ast._--Y si ruego a Dios te vea bien casado, no es harto?

          _Her._--Sí por cierto, y con tanta más instancia lo
          rogarás, quanto más prueuas que el contrario es enojoso;
          mas ya no puede ser, pues eres muerta, que si biuieras,
          sperara yo resuscitar d'estos descontentos.

          _Ast._--A lo imposible no ay que dizir, y más yo soy vna
          sombra.

          _Her._--Pues yo te affirmo no buscara otra ni la dexara
          por ningun cuerpo deste tiempo, aunque algunos me
          llamasen necio.

          _Ast._--Mal peccado, mas poco haria al caso.

          _Her._--Tan poco, que ya todo me sabe a lo que es.

          _Ast._--Essa es la salud.

          _Her._--Acá viene por quien el cielo se muestra más
          sereno, como causa efficiente de tales monstros.

          _Ast._--Quién? o mal hombre, tan prompto estauas? que ay,
          Idona?

          _Ido._--Tu compadre, señora, que quiere hablarte.

          _Ast._--No desiste que tenia compañia?

          _Ido._--Sí, y todavia quiero dezirte vna palabra
          solamente.

          _Her._--Ve, señora, que será algo que te importe.

          _Ast._--Perdonarme as?

          _Her._--Sí, haziendo la señora Idona penitencia.

          _Ast._--Iusto es; Idona ya le entiendes, trabaja por le
          engañar.

          _Ido._--No podré.

          _Her._--Ni es razon que el alma engañe al cuerpo.

          _Ido._--Ni el cuerpo al alma, como se vsa.

          _Her._--No en cuerpos glorificados como el mio, que de
          la contemplacion de tu figura todo lo malo se despide
          como neblina que la calor del sol gasta y consume. No me
          respondes?

          _Ido._--No ay a qué.

          _Her._--Harta ingratitud paresce, ya que verme no quieres
          boluiendo a otra parte tus hermosos ojos, no oyrme.

          _Ido._--Soy contraria a extremos, y suena lo que dizes a
          estos milagros ordinarios.

          _Her._--O Dios, y en qué lengua tengo de hablarte?

          _Ido._--En la mejor, pues que la sabes, y no sea honrra
          de labrios estando tan lexos d'ellos el coraçon.

          _Her._--No se dixo esso contra mí, pero quiere la suerte
          que tú lo interpretes a tu modo.

          _Ido._--La suerte es esclaua de la verdad.

          _Her._--Mucho sabes, y quien prueua lo contrario y ve el
          bien seruir al mal?

          _Ido._--No pierde todavia la virtud su natural lugar
          aunque sea herida y mal tratada por vn tiempo.

          _Her._--Qué puedo hazer sino rendirme a la dulçura de
          tu boz y resplandor de tus hermosos ojos? todauia no me
          respondes?

          _Ido._--Si perseueras.

          _Her._--Qué ingrata eres, y a eso te supo mi soneto?

          _Ido._--Podria ser.

          _Her._--Y el concierto?

          _Ido._--Yo no interuine en él.

          _Her._--Y la obediencia?

          _Ido._--No la passé: entendiase en presencia de mi
          señora, porque yo no sé leer otra letra que la suya.

          _Her._--Y yo la tuya quanto basta para morir.

          _Ido._--Hazes d'ella ponçoña?

          _Her._--Ponçoña no, mas oraculo dudoso.

          _Ido._--Poco auia que dudar en él.

          _Her._--Ora yo te perdono con que lo enmiendes.

          _Ido._--No quiero perdon.

          _Her._--Esso es peor; quieres decirme vna verdad?

          _Ido._--Si la supiese.

          _Her._--Sabes que te amo?

          _Ido._--No.

          _Her._--Ni lo sospechas?

          _Ido._--No.

          _Her._--No lo soñaste?

          _Ido._--No sueño como tú.

          _Her._--No te lo dixo algun spirito?

          _Ido._--Aun no passé la barca de Charon.

          _Her._--Cómo respondes fuera de lo que te meresco!

          _Ido._--Como me preguntas lo que no deuias.

          _Her._--Qué mal hago yo en amarte! concedeme vna merced.

          _Ido._--Qué tal?

          _Her._--Prometesla?

          _Ido._--Dize qué es.

          _Her._--Que seas contenta dello.

          _Ido._--Cómo pides tan grande sinrazon?

          _Her._--Por qué?

          _Ido._--No sabes que no es libre mi querer y que está en
          el aluidrio de mis señores?

          _Her._--Y si ellos fuessen contentos?

          _Ido._--Ay no ay que preguntar.

          _Her._--Con esso sólo me contento. Si fuesse a veros en
          hábitos de pastor al villar vn dia, pesarte ia?

          _Ido._--Ni esso deves preguntar.

          _Her._--Acá viene quien me hará justicia.

          _Ido._--Estemos a derecho.

          _Her._--Porque el juez es de tu parte.

          _Ido._--No acceptamos aqui personas ni tomamos pechos.

          _Ast._--Qué razones son estas? algun secreto deue ser.

          _Her._--Todo son sinrazones para mí.

          _Ast._--Por qué tratas mal los peregrinos?

          _Ido._--Qué meresce quien no quiere estar por las leys?

          _Ast._--Que le castiguen.

          _Ido._--Proponga su quexa y juzgalo, que yo me voy.

          _Her._--Porque sabes lo que lleuas y lo que dexas, ay.

          _Ast._--Ah, ah, ha, qué te duele, hermano?

          _Her._--La pena, y reyste?

          _Ast._--No puedo hazer menos viendo que amas y no
          determinas.

          _Her._--Si todo aquí está en que tengo de determinarme,
          no ves que voy y quedo? que corro y no me mudo?

          _Ast._--No me diras lo que piensas?

          _Her._--Lo que tú mesma, sin pensamiento que de seruirte
          pueda.

          _Ast._--Plazeme hasta su tiempo, por esso biue sin recelo.

          _Her._--A mucho me quieres obligar, haziendo vn dia solo
          algunas vezes tanta differencia en los hombres: quánto
          más los coraçones enamorados que siempre juegan a toma
          biuo te lo doy.

          _Ast._--Pues cómo a de ser?

          _Her._--Como quisiese el tiempo y la ventura.

          _Ast._--Todavia quiero que me prometas trabajar de
          contentarte y creresme.

          _Her._--A qualquiera juramento me puedes atraer dessa
          manera.

          _Ast._--Quiero ver.

          _Her._--Pues quándo bolueré?

          _Ast._--Vn dia.

          _Her._--Inciertamente quieres que pene?

          _Ast._--Mejor es que no a tiempo limitado, porque se
          spera cada ora.

          _Her._--Acuerdate de mi cuydado.

          _Ast._--Y tú de mi señora.

          _Her._--Quál d'ellas?

          _Ast._--De la razon, que otras vezes ya te dixe, sin
          la qual no deues jamas de ir acostarte, por las muchas
          phantasmas que la escuridad de la noche representa.

          _Her._--Quien a ti sirue y ama a Idona, no se parte un
          punto della.

          _Ast._--Pero sea con las circunstancias.

          _Her._--No tienes tan mal guarnescido mi concepto que sea
          de otro modo, y todavia voy por no serte más enojoso.
          Encomiendote en ella a mí.

          _Ast._--Ve en paz y buelue a vella.

          _Her._--Mas a buscarme sin visitar templo de dios estraño.

          _Ast._--Dessa manera la ternás.


                                NOTAS:

          [714] En las dos ediciones _alterationes_, por culpa de
          los impresores extranjeros.

          [715] _Hombres_, en las dos ediciones antiguas.

          [716] _Esclauon_ en las dos ediciones antiguas.


                       SCENA 4. DEL SEGUNDO ACTO

          Morio aplica su muger al casamiento de la hija con cierto
          gentil hombre, y hablase en Heraclio a la postre.


                            MORIO, ASTASIA.

          [_Mor._].--Muger, no me dexan éstos en paz por la
          respuesta, mira lo que te paresce, pues sabes leer y lo
          entiendes.

          _Ast._--No la queria[717] casar tan presto.

          _Mor._--Por qué? no es más que tiempo? Andronia, Sophia,
          Cleophila, no son más moças?

          _Ast._--No está en esso; queria cosa a mi contento.

          _Mor._--Bueno era el de antaño y mejor el de aora,
          vistoso, rico y de buenos parentes; pintado nos venia.

          _Ast._--Pintado sí, natural no.

          _Mor._--Qué tiene? mocoso es, si tan quillotra eres,
          mandemos hazer vno.

          _Ast._--Muchos ay hechos que nos no conoscemos; ya que
          no faltan bienes de fortuna y buena voluntad, trabajemos
          por auer los del spirito. Qué vale sin ánima vn cuerpo,
          sin hombre los dineros? parece la hermosura y la riqueza,
          pero la virtud no; ésta busco yo, y ésta compraria si se
          vendiesse.

          _Mor._--No te entiendo, ni sé lo que te quieres; no paras
          mientes quán estimados son los ricos? y cómo biuen a su
          plazer? comiendo quando quieren y beuiendo y dormiendo
          quando les plaze? qué más virtud o diablo es menester?

          _Ast._--Bien veo que esso te bastaria a mi despecho; no
          te digo cada dia que los ricos tienen más obligation de
          la buscar, pues son ministros y dispenseros de otro: y
          sus bienes los talentos con que deuen negociar? que desta
          vsura y interes se sirue Dios. Mas va todo muy al reues,
          porque los pobres nos hurtan esta gloria.

          _Mor._--Aun por esso los ahorcan.

          _Ast._--Mal peccados! y trabajo yo porque quando fuere al
          dar de la cuenta no tengamos tantos cargos; pero no hazes
          que irme a la mano rusticamente.

          _Mor._--No hago, amores, pero acuerdate que mires por el
          virote, pues lo ganamos con trabajo y vee cómo a de ser.

          _Ast._--No me contenta el paño.

          _Mor._--Quieres a Dareno?

          _Ast._--No.

          _Mor._--A Glafiro?

          _Ast._--Tampoco.

          _Mor._--A Dalindo?

          _Ast._--Menos.

          _Mor._--Y de más, si tienes ojo, a este que aora de aqui
          va.

          _Ast._--Seria malo?

          _Mor._--Buen hombre es, aunque no paresca muy auisado.

          _Ast._--Ah, ah, ah, y en qué lo ves?

          _Mor._--No le entiendo cosa que diga.

          _Ast._--Tambien él se quexa de no entenderte.

          _Mor._--Estamos, pues, en juego.

          _Mor._--Ni sé si tiene algo, que estos forasteros andan
          con las olas y biuen de prestado[718].

          _Ast._--No importa, nos se lo daremos, pues le sobra lo
          que yo busco, que conserua todo.

          _Mor._--Ya te entiendo; si te paresce assi, en ti lo dexo.

          _Ast._--Mas en Dios, que es el más cierto casamentero.

          _Mor._--Otra cosa se me oluidaua.

          _Ast._--Qué, hermano?

          _Mor._--Que podria ser tuuiese alguna mala opinion, que
          estos philosophos cada vno haze la suya.

          _Ast._--Quanto a esso, yo estoy segura.

          _Mor._--Esté bien, pero si quieres, yo preguntaré.

          _Ast._--No ay para qué en lo sabido, y seria hazelle daño
          y a nos poco prouecho; speraremos más vn poco, porque el
          tiempo es maestre en todas artes.

          _Mor._--Bien dizes, vida mia.


                       SCENA 5. DEL SEGUNDO ACTO

          Heraclio y Logistico asechan a Asosio que va uender sus
            pollos y hablan con él.


                     HERACLIO, LOGISTICO, ASOSIO.

          [_Her._].--Passas por la burla?

          _Log._--No ay que fiar, yo la tenia por vna sancta
          Gertruda.

          _Her._--Mi aguelo, la color se lo defiende; no oyste
          dezir, guarda de Español roxo y de Aleman moreno? sabete
          que señala naturaleza lo de dentro en lo de fuera[719]
          muchas vezes.

          _Log._--No me diras cómo passó?

          _Her._--Fuera bueno que lo vieras para lo gustar mejor.
          El vellaco tiene la proa a Melania y la massa entre
          las manos dias ha, aunque lo niegue; yo por ver en qué
          rumo yuan los amores le asechaua; quiso la dicha que la
          caça fuesse más larga, trayendo el diablo por alli a
          Amertia, con la qual concerto cierto viaje passados sus
          requiebros, y despues a Mania, nuestra amiga, que tambien
          fue mate a pocos lances.

          _Log._--Mucho me cuentas.

          _Her._--Por su vida, que borracho de los fauores se
          gloriaua auer onze en la fragua.

          _Log._--Pese a tal con el milano; dessa manera no quedará
          polla en toda la comarca; ya queria encontralle para
          dalle algunas martilladas.

          _Her._--Essas seran sus mangas: pues tambien alli se dio
          en tu pelleja.

          _Log._--Mas de veras?

          _Her._--Vete de ay, que todas te conoscen ya y por burlon
          no creen cosa que digas.

          _Log._--No ay hombre que hable más a proposito, pero como
          son todas desconfiadas de plazer, quando les hablan no lo
          creen; mas yo vestiré largo de aquí en delante y hablaré
          entonado como tu moço: haziendo concierto con la risa de
          pagalle en casa su alcauala.

          _Her._--Es ya tarde, que tienes lleno el mundo d'esta
          opinion; pero podiendo transformarte como Apuleyo, no
          seria malo.

          _Log._--Oxe, antes las lleue el diablo a todas. Mas no me
          acabas de dezir en qué paró.

          _Her._--Passados los dos bancos, entró en el puerto
          negro, y concluyó con la señora Melania de la proueer de
          pollos, y ella a él de pan, por le faltar la comodidad
          de salir fuera; spero que no los comerán sin sal, y
          de hechar el vino con que sude y no vaya sin olor a
          la señora, para que se hallen por virtud o necessidad
          hermanos.

          _Log._--No seria bueno hazer d'el tosco y tomalle la
          mercaderia?

          _Her._--Quál?

          _Log._--Quál sino los pollos? que por la gallina no le
          dare vn higo.

          _Her._--No es todauia mala ropa, a lo menos no será
          menester yr buscar el Equinoctio, qualquíera de los Polos
          más ayna si el Luzero no los esconde.

          _Log._--Nunca yo tal speraria, sino al relox.

          _Her._--Pues otros correrian los doze Signos.

          _Log._--Para dar consigo en la torrida Zona y hazer Momia
          para vender a boticarios.

          _Her._--Todo lo meresce la nauegacion y el nauio.

          _Log._--A otro perro con ese huesso, que yo he almorzado,
          señor mio, y tú, cómo estas? cantas ya todas las vozes?

          _Her._--O, soy vn Amphyon en Thebas y Arion en el Delfin.

          _Log._--O comido de los ladrones! oyga yo todauia algunos
          puntos.

          _Her._--Qué más puntos quieres que estos de mi lira? No
          tiene la piedra iman más fuerça en atraher el hierro, y
          aqui verás cómo d'el cielo vienen los nombres.

          _Log._--Antes le hazes mucha ventaja si puedes con todos
          los metales, pero recelo que tengas necessidad de otras
          magicas para el oro.

          _Her._--No estimalle es cosa natural.

          _Log._--Algo dizes, mas si fuese contra hecho esse
          desprecio, entiende Pluton la cacha y gana el juego.

          _Her._--Y tú no me conoces? no sabes que ni Diogenes para
          Alexandre, Fabricio para Pirrho, fueron más seueros?

          _Log._--Perdoneme, señor, que se me oluidaua; aunque
          habla su merced de talanquera, terniamos más experiencia
          de sus philosophias si fuesse menester hazer quaresma.

          _Her._--Otras mayores tengo de mí.

          _Log._--D'el tiempo de Marco Crasso contra los Partos?

          _Her._--De más cerca.

          _Log._--Vengamos todauia a lo que cumple; en qué clima
          estamos?

          _Her._--En el de Phenycia.

          _Log._--Ya lo entiendo, quieres dezir ser el ave Phenix.

          _Her._--No más ni menos.

          _Log._--Mande Dios no te nos bueluas el cueruo de Noe.

          _Her._--Y más aora con una lection que ley.

          _Log._--En los naturales de Aristoteles o en el Timeo de
          Platon?

          _Her._--No fue ello menos a la fe, porque no quedó
          secreto natural.

          _Log._--Qué de borrones auria en el papel, cómo cuadraua?
          no hazia milagros, y afirmaua que se auia passado a ti el
          anima de Aristipo el magro?

          _Her._--Por regla de Pythagoras. Sea como fuere, no
          me accusará de moneda falsa, aunque fuesse rara y
          antiquissima la que despendi.

          _Log._--Algo pornias tú de casa.

          _Her._--Los cayreles y pespuntos.

          _Log._--Quién dio la seda?

          _Her._--Nunca falta un charlatan polido y adobos para la
          olla.

          _Log._--A qué vino la philosophia! Manzilla tenga d'ella;
          pero con todo, vuo banquete?

          _Her._--Aura que passe a los de Lucio Luculo, y la mesma
          Arabia Felix con su Phenix como está dicho.

          _Log._--No quemen essa y nasca algun abutre, porque éstas
          al cabo dan en ello o en ratones, como la amiga del
          mancebo de Isopete, que auia sido gato.

          _Her._--Guay de orejas que tal oyen! No, que aqui ay
          exception.

          _Log._--Como en las otras. El caso es que yo te veo
          lleuar al hospital por loco; no seria malo hazer d'ello
          testamento.

          _Her._--Ah, ah, ah!

          _Log._--Reylo aora, que despues lo llorarás. Por esso
          caço yo a diestro y a siniestro sin saber el nombre a
          nadie.

          _Her._--Alguna bestia hallarás vn dia que te quite el
          tuyo.

          _Log._--Sobre auiso ando.

          _Her._--Está bien.

          _Log._--Mas consuelate con esso, o con éste que aca
          viene. El mesmo es; mira, mira, qué precioso.

          _Her._--Sí a la fe, y de más si le an tendido alguna red.

          _Aso._--Quién compra pollos, quién quiere hueuos, quién
          pide leche? Eya, hermanas, buen barato.

          _Log._--Oye, oye, o hydeputa qué figura! no me puedo
          tener que no le arroje algo.

          _Her._--Está, diablo; no heches a perder la fiesta, que
          en diez años no aurá otra tal.

          _Aso._--Eya, quién compra? o qué noramala vengays tan de
          mañana truanes, Heraclio y Logistico; con quién voy topar
          yo, Virgilio en cesto? Por acá me tengo de colar. Pese a
          tal con el viage; esto me faltaua aora.

          _Her._--Olydo nos a, que se quiere desgarrar.

          _Log._--No lo penseys bayo, que todavia aguardareys la
          silla o el albarda.

          _Her._--Cierrale el puerto por allá, y yo por acá lo
          llamaré. A de los pollos, ola hombre de la cabeça, nos
          compraremos.

          _Aso._--Caydo he, qué remedio. Tiente fuerte, Asosio, y
          ensuziate la cara con d'este lodo. Tomaos allá con los
          amores negros.

          _Her._--Buenos dias, hermano, traes capones?

          _Aso._--No, señor, mas traygo pollos de que los podreys
          mandar hazer.

          _Log._--Bien lo representa; pues cómo? con emplastros?

          _Aso._--Cortandoles los Dios nos guarde.

          _Log._--Qué Dios nos guarde? qué diablos dize este
          villano?

          _Aso._--Los hablando con saluonor.

          _Her._--Qué saluonor? Habla christiano, bestia.

          _Aso._--No lo entienden sus mercedes? pues no es Latin,
          los compañeros.

          _Log._--Qué compañeros? y de más si nos trama este
          villano traycion alguna, que somos compañeros.

          _Aso._--Assi te açoten como no lo entiendes.

          _Her._--Qué dizes?

          _Aso._--No lo sé dizir en otra lengua; compren sus[720]
          mercedes, si tienen gana.

          _Log._--Quánto el par?

          _Aso._--No más de dos reales.

          _Her._--No quereys perder, y los hueuos?

          _Aso._--A cuatro marauedis el par.

          _Log._--La leche?

          _Aso._--A tarja el açumbre.

          _Her._--Ganará en ello, si pierde en lo demas.

          _Log._--No fiareis, señor, hasta la buelta?

          _Aso._--De mil amores; adonde es la posada, mi señor?

          _Her._--Descabullirse quiere.

          _Log._--No ves cómo da este honbre el ayre de Asosio
          nuestro amigo?

          _Aso._--Guay de tal si mé conoscen.

          _Her._--Qué dizes, hermano?

          _Aso._--Digo, señor, que nunca di ayre a nadie, antes soy
          de muy buena condicion.

          _Log._--Y es de creer; aora venios con nos y si compramos
          pagarémos.

          _Aso._--Norabuena, no me engañareys, vellacos, que
          pensays me days la cuerda.

          _Her._--Qué dissimulado viene!

          _Log._--Tanto mejor; no sospecha que le conoscemos, ni tú
          mires mucho para tras. Vienes, hermano?

          _Aso._--Voy, señor, aunque despacio, porque me toma vn
          çapato el pie; no me cogereys tan presto.

          _Log._--Pues no vienes?

          _Her._--Qué es d'el?

          _Log._--Colado se nos a por la calejuela; más supo a la
          fe que nos.

          _Her._--Dexalo yr, pero hagamosle otra peor.

          _Log._--Qué, por tu vida?

          _Her._--Que te vistas a la Asosia para yr al puesto
          acordado con Amertia, haziendole de lexos señas que te
          sigua hasta la teneres en la mano.

          _Log._--Nunca mejor hablaste; más preciaria burlar d'éste
          y engañar la Nimpha que ganar vna ciudad.

          _Her._--Quedara pago de vno en papo, otro en saco.

          _Log._--Voy entender en ello.

          _Her._--Y yo contigo a ayudarte a armar.

          _Log._--Para el torneo.


                                NOTAS:

          [717] _No la quiera_, en la edición de París.

          [718] Habla dos veces seguidas _Morio_. Debe de faltar
          una pregunta de _Astasia_.

          [719] _Fuerza_ es errata en la edición de París.

          [720] _Tus_, en las dos ediciones.


                       SCENA 6. DEL SEGUNDO ACTO

          Entrando en casa de Astasia Asosio, Melania se burla d'el
            y manifiesta a las damas su disfrace.


               ASOSIO, MELANIA, IDONA, ASTASIA, APLOTIS.

          [_Aso._].--Yo os abezaré, si biuo, a burlar a costa
          agena, reuerendos. Qué bien empleado fuera dar comigo en
          vna escuela, donde no quedara rapaz que no se esforçara a
          acabar de me sacar de seso. Y cantara entonces la cancion
          de tales poluos tales lodos, aunque nunca falta quien
          responda:

              yerros hechos por amores
              dignos son de perdonare[721].

          Y este es el bueno del apetito en habitos de frayle,
          cargado de propositos de penitencia para el otro año,
          tambien cantando:

              Parildo, infanta, parildo,
              que assi hizo mi madre a my.

          Y todo despues se oluida con jura mala en piedra cayga.
          Desseo de entender la intention d'esta vellaca: el amor
          es ciego, no dé comigo en algun despeñadero do sean
          menester manos prestadas. Quanto a lo primero, ella en
          son de escoger me hará entrar en la casa de las gallinas
          sin dezir más; a mí toca entender el texto y glosallo
          conforme al lugar y tiempo. Más me quiere a lo que veo de
          lo que yo pensaua; es auisada, contentanle los donayres.
          Con estas tales teneys andado medio camino en empeçando,
          que vna necia a menester sciencia hecha de nueuo. Qué
          dispuesta y agraciada es, assi fuera el cuero; mas essa
          es la salsa d'este manjar; nunca pimienta hizo mal en
          tierra de pescado. Ya me paresce que estoy en la tela,
          segun lo traygo en antojo.

          _Mel._--Allá vienen mis amores. Qué bien le estan los
          habitos, mal año para Plauto ni Terencio quanto al pintar.

          _Aso._--Esta es; pregonemos por lo que haze al caso.
          Quién compra pollos, quién pide huevos? la leche se quede.

          _Mel._--Cómo entona el señor Iusquin! A de los pollos,
          hombre de bien!

          _Aso._--Llama, señora?

          _Mel._--Si son buenos?

          _Aso._--Buenos, señora. Pero mejor la voluntad que me
          hizo mudar el hábito y lo hará a la vida si cumpliere.

          _Mel._--Entra, señor Asosio, que no es tiempo aora desso.

          _Aso._--Soy contento, quedese para despues.

          _Mel._--Passá acá, son todauia buenos? por dissimular si
          nos vee alguno.

          _Aso._--Entiendo: tu merced escogera. O, amor mio, vida
          mia, es possible que te tengo a solas?

          _Mel._--Aqui verás quánto te quiero: Quién me llama?
          quién es? Nunca falta vn caramillo. Sperá aqui sin hazer
          mudança, que luego boluere.

          _Aso._--Pues cierra tras ti la puerta.

          _Mel._--Assi lo hago; que tal fuera yo para las
          olimpiadas, si los juegos assi fueran, no faltara risa y
          no me alaba nadie. He aqui la discrecion, la gentileza
          toda en vna gallinera: son escaueches de la malicia,
          que en fin es necia. Señora, mi señora, vea tu merced
          la compra que hize, y si puedo seruir de mayordomo y
          dispensero juntamente? Entra a ver mis pollos y vn
          hermoso gallo, que es lastima no ser capon.

          _Ast._--Qué dize esta loca, moças? que no la entiendo.

          _Ido._--De como le diste el cargo de las aues para el
          domingo, aurá acertado y no se le cueze el estomago.

          _Aplo._--Vaya tu merced.

          _Ast._--Qué dizes, Melania?

          _Mel._--Que alabes, señora, mi diligencia y buena dicha.

          _Ast._--Veamos pues.

          _Mel._--Allá las dexo y voy asechar de la otra parte.

          _Aso._--Las matronas me paresce oygo. Dios nos guarde de
          traydores; perdido soy si acá se entran.

          _Ast._--Ay, quién está aquí?

          _Aso._--No nada, señora, el gallinero.

          _Ido._--Que me maten si ésta no hizo alguna burla a éste.

          _Aplo._--No deue ser menos, porque él buelue la cara.

          _Ast._--Qué hazes aquí, hermano? no hablas?

          _Mel._--Hablará el diablo.

          _Aso._--Sí, señora, pero tomóme dolor de muelas.

          _Mel._--Ah, ah, ah, dolor de muelas!

          _Ast._--Algo es esto, amuestra, hijo.

          _Aplo._--Valas me Dios, este es Asosio.

          _Ido._--Qué dizes, loca, perdiste el seso? El mesmo es,
          qué será esto? aqui pasaron los amores?

          _Ast._--Bien, señor Asosio, dónde dexaste tu vestido? no
          trocaste, segun yo tenia la opinion?

          _Ido._--Es d'espantar adonde tanta cortesia y virtud ay
          caber engaño: que Melania no lo haria sin causa.

          _Ast._--Assi se tratan las cosas de los amigos? fiara la
          vida y la honrra del señor Asosio.

          _Aso._--Pues no ay otro remedio que accusarme del
          peccado y confessar el hurto, yo me rindo al castigo que
          ordenares: dispensando todauia con el amor y juuentud
          que dieron occasion al desuario. Y sobre todo el fiarme
          demasiado, que si no es prudencia, es vicio natural de
          nobles coraçones y no viles, como el que aqui me traxo.
          No quiero alegarte cosas passadas y a quántos esta
          passión en estremos muy mayores hizo caer: porque tu
          virtud y discretion consiente que dé la lengua lugar a su
          dolor extraño y enmudesca aora y despues. Mas spero dexar
          muy presto con el hábito la liuiandad de mi juyzio, que
          tan mal supo atinar, y darte de mí satisfacion.

          _Ido._--No aprueuo esta hazaña; para qué es tentar a
          nadie?

          _Ast._--Es assi, en esto mayormente. Señor Asosio, aunque
          la culpa sea digna de castigo, yo lo quiero por aora
          suspender hasta tomar informacion y auer oydo la otra
          parte, que te prometo sea sin passion. Y vete norabuena
          al viejo hombre, porque el moço no te quadra. Lleuando
          por penitencia el peso del desengaño de las mugeres, para
          que sepas mejor guardarte dellas de aqui en adelante.

          _Aso._--Será lo que Dios quissiere, que yo no prometo
          aora milagros; él quede contigo y con estas señoras.

          _Ast._--Y vaya contigo.

          _Aplo._--Señor Asosio, busca otra que mejor te compre la
          mercaderia.

          _Aso._--Paciencia.

          _Ido._--Risa me toma de ver el diffrace y inuencion, y
          por otra parte no estoy en mí de tanto atreuimiento, assi
          d'ella como d'él.

          _Aplo._--Allá do viene, qué heziste, satanas?

          _Ido._--El diablo lleue tanta desuerguença.

          _Mel._--Calla, que assi es menester para escarmiento de
          otros.

          _Ast._--Di cómo fue.

          _Mel._--Procuraua su merced de me engañar, diziendo que
          no auia querido más Paris a su Helena y que todo era
          honestidad y buen proposito. Estando, pues, quasi en la
          red, alcancé dél tanta verdad, que esto es lo menos con
          que pagalle. Lo que a mí vendia hazia a otras onze que se
          alabaua traer en su rueda el diamante fino. Testigo Dios
          y yo que lo oymos.

          _Ido._--Mirá por vida vuestra.

          _Ast._--No ay que fiar.

          _Aplo._--Dios te dé salud.

          _Ast._--Qué cosa son hombres! d'el mejor nos guarde Dios.

          _Mel._--Entrese tu merced y oyra el resto alla.

          _Ast._--Sea assi, llegaos vosotras al sermon y sabreys
          los articulos desta fe.


                                NOTAS:

          [721] De _perdonarte_ dicen las dos ediciones antiguas.
          Son versos bien conocidos del romance del _Conde Claros_,
          donde se lee _perdonare_.


                       SCENA 7. DEL SEGUNDO ACTO

          Logistico, disfrazado en los habitos do Asosio, engaña a
            Amertia y ella lo disimula.


                           LOGISTICO, AMERTIA.

          [_Log._].--Yo dare cima a esta auentura si no me engaña
          el coraçon. A despecho del cauallero de las onze
          (donzellas no) hecho Nereyda, por amores de la Reyna
          Buruca. No veys el disfrace que le dio? y qué tal queda
          si ay desastre en el camino. Qué lindeza y gesto para
          extremos: el Caron os matará de amores; pues la risa,
          otro que tal, con aquella boca de crocodilo. Aqui es buen
          paraje, medio reboçado, que es el ayre del amigo, y pisar
          con buena gracia, al cabo estoy. Ya queria entre manos la
          comedia.

          _Amer._--Mucho me he detenido por la calle, mas qué a
          hombre de hazer a los amigos con que topa? vno: do va,
          señora? otro: por qué se alexa de los suyos? y otro:
          beso las manos. Cumple conseruar la cortesia la qual
          adorna más la gracia y la hermosura. Y hazer prouision de
          amigos, ya que la renta no es mucha. Con todo, yo cumplo
          mi palabra; si me ama como dize, no le causará menos
          desseo la tardança. Las dos más preciadas joyas que amor
          tiene son la paciencia y solicitud: si no es otra más
          principal, por nombre pecunias, porque ésta haze baxar
          los montes y subir los valles. Asosio es buen mancebo,
          harto vistoso, y no es escaso si le hazen plazer, aunque
          sea vn poco acelerado, pero no ay cauallo sin alguna
          tacha.

          _Log._--Caydo ha.

          _Amer._--Allá lo veo; señas me haze que le siga, bueno
          será por causa de la gente, que nunca falta quien os
          conosca.

          _Log._--Ah, ah, ah, y qué de priessa viene y encandilada.
          Todo está proueydo, no estoy a lumbre de pajas.

          _Amer._--A dó me lleua? otro barrio es este de lo que yo
          pensaua.

          _Log._--Aqui la aguardaré, que no podra ya arrepentirse.

          _Amer._--Qué es esto? o yo estoy ciega o este no es
          Asosio; Logistico es; trato a sido. Pero haré, conforme
          al tiempo, de necessidad virtud, y que no sienta otra de
          mí sino que le sigo por quien es. No ay, señor Logistico,
          quien te alcance.

          _Log._--Assi medres como tal pensaste. Por alexarse de
          poblado y poder gozarte sin recelo de encuentros y otros
          desastres.

          _Amer._--Bien ves cómo te fuy obediente.

          _Log._--Qué menos puedes hacer que siguir a quien te
          sigue y todo es tuyo? Razon y amor te an inclinado a lo
          que de tantos dias te meresco. Sabete que esta noche lo
          soñé, y como sea gran interprete de sueños, lo tuue luego
          por reuelacion.

          _Amer._--Siempre su merced se burla de los mal vestidos.

          _Log._--Mal vestido llamas a essos ojos, a essa boca y a
          essa nariz tan afilada? no quiero en mi vida hazello de
          otro paño.

          _Amer._--No lo digo yo? cómo es cierto que a dos dias te
          enfadasse!

          _Log._--No es más menester, señora; en tiempo estamos de
          experiencias, y bien sé yo vn ánima que vio otra'nima a
          pocos dias hablar con vn cuerpo sin ser vista.

          _Amer._--Podria ser, con quién o adónde?

          _Log._--Entremonos, que yo te lo dire.

          _Amer._--Como mandares.


                       SCENA 8. DEL SEGUNDO ACTO

          Asosio va al concierto, y halla de buelta a Amertia, que
            se burla dél.


                           ASOSIO, AMERTIA.

          [_Aso._].--O Dios, o hombre desgraciado! por qué no te
          hechas en vn pozo? O gran traycion, engaño no pensado,
          o hombre perdido! mira por quién, o perra ladrona! no
          creo en la leche que mamé, si no se la embido de todo el
          resto y quedeme en camisa. Gallinero yo? No, no; erré el
          menester; recuero, recuero, pese a tal, con seys dozenas
          de asnos, y aun seria poco. Ora está bien, vamonos a
          comer, pues no auemos almorzado; qué mas querias necio?
          que la caça de Amertia mohosa es, vale más de noche que
          ésta de dia. O quién pudiesse rematar con ella el fin
          desta jornada y que no fuesse tragica la historia! Pero
          seria en mí bien empleado auer venido y ser ya buelta.
          Qué es esto? Qué fue de ti, Asosio? no se me quita esta
          phantasia, ni lo puedo creer, pues a osadas que no fue
          sueño. En qué cuenta me ternan, que a dos dias se sabe
          por la tierra? Qué lindo crédito terné en amores? de onze
          se quedarán en media, y oxala, pues la burla es lo mejor,
          y más si entienden que me duele. Cumple tener la barba
          tiesta y hechar el negocio a zomberia o dezir que fue
          apuesta o por darles regozijo.

          _Amer._--Quán desuiados son algunas vezes los casos o
          caminos del pensamiento. Todo por mejor, qué le falta
          para no ser en el bien empleado?

          _Aso._--Quién será esta? la mesma es; aina perdiera el
          rastro si más durara la de marras.

          _Amer._--Harto mejor por cierto que en aquel vellaco de
          Asosio.

          _Aso._--Conmigo lo ha.

          _Amer._--Quién pensara tal! gallinero por Melania? mira
          qué lindeza de donzella.

          _Aso._--Qué cosa es esta? o yo duermo, o ésta sueña, o
          algun paxaro se lo dixo. Quiero todauia certificarme. A,
          señora.

          _Amer._--O qué bueno, aquí do viene! el diablo le lleue
          si le hablo.

          _Aso._--Eres sorda? a, señora! qué a de ser esto? a se
          mudado el tiempo?

          _Amer._--Sí, pues los galanes se hazen truanes; atras la
          dexais, hermano, no os embian aqui.

          _Aso._--Cómo no, y la promessa?

          _Amer._--Digo que no es esta la puerta; no compran aqui
          pollos.

          _Aso._--Guay de tal! qué pollos, vida?

          _Amer._--Podeys tratar en otra mercaderia de oy en
          adelante, que no demandan en ésta.

          _Aso._--Qué mercaderia? detiente, amores.

          _Amer._--A otra perra que te muerda. O hydeputa, qué
          cortesano! ah, ah, ah.

          _Aso._--Ido se me ha. Quál diablo se lo dixo? Yo estoy
          encantado, o perdi el seso o duermo. Pero aqui los ojos
          abiertos, las manos, los pies, ando, hablo, tengo orejas
          y el bonete en la cabeça. Este es el vestido de ayer.
          Pues qué sera? Voyme a alguna hechizera o nigromante;
          veremos si me hallo o qué es de mí.


                       SCENA 9. DEL SEGUNDO ACTO

          Logistico tornando de su auentura halla Melania y
          altercan sobre Asosio.


                          LOGISTICO, MELANIA.

          [_Log._]--Más que cierto salió el sueño o consejo de
          nuestro amigo Heraclio. La quenta es que solamente lo
          que dexa de cometerse no se alcança. Quién viera sus
          melindres y grauedad! Guardar a éstas otro decoro es
          necedad, porque se os lleuantan a mayores, demas de no
          entendello, atribu[y]endolo más a su gentileza todo que
          a vuestra buena criança. No va triste la señora, ni creo
          trueque lo de oy por lo de ayer. En lo futuro ternemos
          vigilancia, y Asosio ladrará de fuera. No saca este año
          palabra d'ella segun yua estomagada. Pues si le encuentra
          en el camino, basta para boluelle loco. Holgaria topar
          con él para discantar vn rato sus romances. Porque su
          gloria del bellaco es hazer assi vna d'éstas; mas si él
          fue a saluamiento con sus mercaderias y halló el recaudo
          que queria, alli se aurá de quedar esbauacado sin querer
          otras ganancias. Que las señoras conuertiran en bestias
          todos sus huespedes como Circe, y Heraclio no lo cree
          hasta dar de pies en el lodo. Atrauesando por esta calle
          podria ser le hallasse en su insula poco firme. Vna
          cabeça veo allá en palacio. No será la de Helena? Toma si
          me engañé; no es ella otra.

          _Mel._--Logistico es éste que acá viene, marauíllome
          velle solo, si sabe por dicha del infortunio de su amigo;
          que es de creer fuesse a buscar con quien llorarlo.
          Porque éste, Heraclio y él son de vna camarada. Pero no
          trae semblante d'ello.

          _Log._--Media ora a que me da el ayre dessa gracia.

          _Mel._--Spera, que yo te pagaré con otra tal. Y yo, señor
          Logistico, me espantaua de la nouedad de mi alegria sin
          saber de qué.

          _Log._--No quieres, segun veo, quedar deuiendo nada.

          _Mel._--Ni el interes; pero dónde dexaste el ánima?

          _Log._--Qué pregunta a un hombre de amor tan libre!
          conmigo biene, que será parte para mejor seruirte si algo
          mandas.

          _Mel._--Arguyes tan sotilmente que no hallo ya con qué
          pagarte.

          _Log._--Tambien esso es arguir, mas no me marauillo, pues
          que en amores eres tan dichosa.

          _Mel._--Cómo assi?

          _Log._--Quien tiene por seruidor a Asosio, que es el
          primor de media villa, qué le falta?

          _Mel._--Bien lo ha mostrado dende ayer acá.

          _Log._--En qué?

          _Mel._--En vna gran canalleria.

          _Log._--Mordiote? mas de verdad, si te hizo algun
          agrauio, deues perdonalle, que de amor seria.

          _Mel._--Buena era su voluntad, pero él queda el
          agrauiado: entre damas gallinero hecho, lleno de motes y
          villancicos.

          _Log._--Pues quién lo traxo assi entrellas?

          _Mel._--Tú lo sabes ya, sino ve a dalle el parabien. Y
          assi os abezarán burlar de quien no mereceys seruir.

          _Log._--Señora, no se encienda, que si él pecó no es
          razon que sean tantos los castigados.

          _Mel._--Todos soys vnos, y a la fe que no tenia Heraclio
          por acá en mí mal auogado. Mas ya estoy deliberada no
          creer a nadie, y ay otras deste parescer.

          _Log._--Qué peligrosa es la ira en las mugeres!

          _Mel._--Más a los homhres su poca fe. Y esto, señor, le
          diga si le viere: que yo me recojo al monesterio.

          _Log._--No tengas más salud de lo que se me da de tus
          querellas; al monesterio, su ordinario hablar y engaño,
          siendo tantos los que entran y salen que podemos llamarle
          bodegon. Asosio todauia a caydo. Quien biue de engañar no
          es mucho ser engañado. Empero, si yo le conosco, a osadas
          que no vays a Roma buscar la penitencia. Quién son éstos
          que acá vienen? Ya, ya, Apio el tocho y Mecion el blanco;
          tambien han sido de los nuestros, no sé aora de qué
          tierra son; allá se van con todo, y la abeja maestra sale
          a ellos. Hecho estaua, algo aure de coger que lleue, que
          mi gloria es andar por el mundo a descobrir hurtos assi.


                       SCENA 10. DEL SEGUNDO ACTO

          Apio y Metio, seruidores de Astasia en otro tiempo,
            bueluen al juego y son d'ella muy regalados: Logistico
            lleua las nueuas de lo que vee.


               APIO, METIO, LOGISTICO, ASTASIA, IDONA.

          [_Apio._]--Qué dizes, Metio? no es razon frequentar tan
          buena calle? y la compañia destas damas?

          _Metio._--Sí, por mi vida, porque nos quieren grande bien.

          _Log._--Ya embidais? mejor juego teneys que Asosio.

          _Apio._--Algo digo yo, que allá veo vna sombra de cabeça.

          _Log._--Harto os sobra desso.

          _Apio.-_-La matrona es; vamonos a ella, y ternemos vn
          rato de passa tiempo.

          _Log._--Y lo dareys, si la boz os ayudasse, pero soys
          todos baxos.

          _Ast._--Idona, nuestros buenos amigos Apio y Metio vienen
          acá: hagaseles fiestas, que lo merescen.

          _Ido._--Tienes razon, señora.

          _Ast._--Bien, caualleros, qué fruta nueua es esta? de do
          o para do?

          _Apio._--De la tierra para el cielo.

          _Log._--Oxe, tambien metrificays, caballo de Thesalia?
          cómo agradará a la Sybilla.

          _Ast._--Qué breue y avisadamente lo dize el señor Apio.

          _Log._--Tal sea tu salud.

          _Ast._--Pues, señor Metio, por qué no hablas?

          _Met._--Spero a mi lengua.

          _Ast._--En casa la dexaste?

          _Met._--No lo digo sino por la señora Idona, que no la
          veo.

          _Ido._--Los ojos, pues, dexaste y no la lengua.

          _Met._--O angel mio, y ay estauas y no te veya?

          _Log._--O pallo mio, ay llegays? nunca lo pensara.

          _Ido._--Otro deues de tener, pues admites tanto oluido en
          tu memoria.

          _Log._--Dessas soys tambien? guay d'el amigo.

          _Met._--Oluido, señora Idona? primero bolará vn buey.

          _Log._--Ah, ah, ah, y más si fuese de su cuerpo.

          _Ast._--Buenas estan las culpas y desculpas.

          _Apio._--Por esso hago yo bien, señora, que estoy metido
          en tu poder y cada dia soy más tuyo.

          _Log._--Gentil auiso es un gauilan.

          _Ast._--Ya lo sé, hermano, y me doy por satisfecha.

          _Log._--Aquí, aquí, noramala se entienden las personas,
          que no en la Academia de Heraclio, que es todo alegorias.

          _Met._--Bueno fuera, señora Astasia, que mi proceso fuera
          ansina. Pero la parte es muy contraria.

          _Ido._--En qué lo ves, Metio?

          _Met._--En que me miras de traues.

          _Ido._--Tú eres esse.

          _Ast._--No aya más, hagamos pazes.

          _Met._--Soy contento, si toca la mano.

          _Log._--Mas el pie, que bien lo assienta.

          _Apio._--Sí haré.

          _Ido._--Si tú lo mandas, señor Apio, que eres el viejo
          amigo.

          _Apio._--Que sí.

          _Met._--Y si yo tocasse más, señora?

          _Ido._--Perderias vno y otro.

          _Ast._--Tienes razon, qué moça está!

          _Log._--Más que vieja tú.

          _Met._--Ora yo me contento con lo que mandas y quiero
          obedecerte hasta la muerte.

          _Ido._--Assi ganarás todo.

          _Log._--De acuerdo estan, voto a tal, y no ay memoria de
          otro parayso, ni Vergilio se lo pudiera pintar mejor.

          _Ast._--Qué hazemos a la puerta? entremonos y holgarnos
          emos en el vergel.

          _Log._--Qué buen pescador; ella es la que guya la dança
          sin perder punto.

          _Apio._--Es tarde ya, señora, y ora de cena; quedese para
          otro dia.

          _Log._--Esso es lo que haze al caso, si tú lo entiendes.

          _Ast._--Siempre te hazes de rogar; quedaos a cena acá.

          _Apio._--No es tiempo.

          _Ast._--Pues quándo? no me agradan amistades tan de
          passada; mal hombre, por qué no vienes cada dia a vernos?

          _Apio._--Tienes aora otras, la nuestra no es tan buena.

          _Log._--Ay te speraua, veamos qué dize Faustina.

          _Ast._--Ah, ah, ah. Por tu vida, hermano, que es todo
          burleria; haze d'el philosopho y huelgome de oylle sus
          locuras.

          _Log._--Firmada está la carta, y no era sueño lo que yo
          dezia, que soy perro viejo.

          _Met._--Assi es gran passatiempo oyr vn loco de quando en
          quando. Y tú tomaslo assi, señora Idona?

          _Ido._--Antes muy de veras.

          _Met._--Todavia me an dicho que es tu seruidor.

          _Ido._--No te paresce que meresco me siruan muchos?

          _Met._--A la fe sí, pero nadie seruirte puede como yo.

          _Ido._--Y todauia no lo hazes.

          _Met._--Ya la paz es hecha, yo lo emendaré.

          _Log._--Buen remendon, y pongase de lodo nuestro sastre.

          _Apio._--Vamonos, Metio.

          _Ast._--Vamonos, vamonos; qué priessa tienes? No te dexo
          ir si no prometes de mudar el pelo.

          _Apio._--Sí haré.

          _Ast._--Pues venios mañana a cenar acá, y no faltará
          fiesta de cantar y bailar.

          _Apio._--Norabuena, nos lo haremos; beso las manos de tu
          merced.

          _Ast._--Buenas noches.

          _Met._--Y largas, Idona, para quando seas nouia.

          _Ido._--No me hables en esso.

          _Log._--Buena va la dança, aunque ay lodo en el camino;
          fiaos y vereys. Voy con esta fruta a nuestro amigo,
          veremos a qué le sabe.




                       SCENA 1. DEL TERCER ACTO

          Asosio, buscando vn Nigromante, halla la grande magica
            Doleria, que le promete vengalle de Melania y sobreuiene
            Heraclio.


                  ASOSIO, DOLERIA MAGICA, HERACLIO.

          [_Aso._].--De manera, señora, que te affirmas que me
          harás tomar la figura de vn su requebrado?

          _Her._--Trama es esto.

          _Aso._--Y de leualla facilmente do quisieres, que quando
          bien assi fuesse, esta es el biuo diablo.

          _Her._--Qué cauallero!

          _Aso._--Y más ayna se dexará morir que engañar, y podria
          assi nuestro trabajo ser en vano y muy peor, si por mal
          de peccados se supiesse.

          _Dol._--Demasiadamente te recelas; dexa hazer a mí y
          calla. No sabes que ay artificios de tomar paxaros sin
          redes?

          _Her._--Y cómo ay!

          _Dol._--Qué diras si te la doy en la mano borracha d'el
          amor de aquella mascara o figura que as de representar,
          y assi lo hiziera de la tuya propria; pero quiero que
          tu competidor y ella se tornen locos y que no le quede
          action alguna contra ti.

          _Her._--Guay de aquel que os caie entre las manos.

          _Dol._--Mas apareja vna saya de paño fino.

          _Her._--Esse es el punto.

          _Aso._--De brocado te la dare, y lo que más quisieres;
          pero buz.

          _Dol._--A mí importa más.

          _Aso._--Cómo a de ser? por tu vida que me lo pintes.

          _Dol._--Que me plaze. Ya sabes que todo el mundo me
          conosce y tiene respeto; frequentaré la casa algunos
          dias, pues ay principio, y harela creer que el asno muere
          por ella, y a él que la mula le tiene buena voluntad.
          Porque no dexe nunca la calle, y alabandole de rico,
          auissado y otras pieças assi, trataré de casamiento, y de
          que se vean para el effecto, y no te digo más.

          _Her._--Buena orden lleuas.

          _Aso._--Maldita seas, que tanto sabes.

          _Dol._--Pero tú as de fingir amores en otra parte, como
          si nunca la ouieras visto, porque no piense que te duele
          aun la llaga.

          _Her._--Bien lo asienta todo.

          _Aso._--No dizes mal, pero no as de dormir hasta la obra
          ser concluyda.

          _Her._--De charidad.

          _Dol._--Assi no duermas tú al tiempo de la paga.

          _Her._--Ay daras.

          _Aso._--Vete de ay, que eres vna Pharisea; toma de
          caparra esse doblon para capones.

          _Dol._--Bendito seas con tal respuesta. Voy y buelo.

          _Aso._--Veamos, pues.

          _Her._--Aqui se pagan ellas.

          _Aso._--Dónde diablos resurgiste? Andas en pena por estas
          calles?

          _Her._--Todos somos d'el Merino; si no pregunten lo a
          Logistico y a mí, o a la señora Falerina.

          _Aso._--Noramala para vos, que tanto madrugastes, y para
          ella, que en tal bestia me mudó.

          _Her._--Búrlaste.

          _Aso._--O hydeputa, veys vos, gentil hombre? pues por
          vida d'este cuerpo que yo le haga hablar otro lenguaje.
          Que no soy tan Narciso como vos.

          _Her._--Bien me pesa dello, mas puede ser que tambien mi
          tiempo llegue[722].

          _Aso._--Estoylo viendo ya, porque conosco coles de mi
          huerto.

          _Her._--Pues Doleria, hará algo de bueno?

          _Aso._--Algo? verlo has; es bastante a reboluer todo
          el infierno. Bien sabes ya que auiendo _denare me_, ay
          _laudare te_. Y que en prima pagina está scripto _Pecuniæ
          obediunt omnia_.

          _Her._--Y aun en la postrera; yo he oydo el flete, no
          preciaria más ganar vn buen cauallo. Por que en forma
          estoy sentido d'el escarnio, que se deue contar por
          general.

          _Aso._--Pues calla y busquemos a Logistico para reyllo a
          tres partidas.

          _Her._--Bien dizes, hágase.


                                NOTAS:

          [722] _Llege_, en las dos ediciones.


                       SCENA 2. DEL TERCER ACTO

          Logistico, auiendo dado las nueuas a Heraclio de sus
          competidores, a tercan sobre ellos vn buen rato.


                         LOGISTICO, HERACLIO.

          [_Log._].--Finalmente que podemos ya cantar,

              maldito sea aquel dia
              que nascio mi pensamiento.

          _Her._--Mas,

              recuerde el alma dormida.

          _Log._--Y

              abiue el seso y despierte
              contemplando.

          _Her._--Todauia no creo que va esso tan de verdad; son
          damas, precianse de corteses, sin querer escandalizar a
          nadie. Essos hombres son muy familiares, por parte de
          otro a quien tienen obligacion las sobredichas. Y las
          amistades proceden de grado en grado harto lexos.

          _Log._--Consiento, por aora, que lo imagines assi, porque
          no se te gaste el estomago del todo. Pero sabete que soy
          más experimentado en estas drogas que cuantos boticarios
          ay en Paris, y doyte dello el tiempo por testigo de ocho
          o diez dias solamente.

          _Her._--En menos hizo Dios al mundo.

          _Log._--Ay verás si puede deshazello.

          _Her._--En parte holgaria que tu sospecha fuesse cierta,
          para hartarme de hablar y hazer vna larga penitencia.

          _Log._--Dacuerdo quedauan para otros dias. Y las Nimphas
          con tanta pena de vellos partir, que hasta el invierno no
          se cansaran. Porque entonces el frio yela estas calores.

          _Her._--De modo que el amor dellas anda con el tiempo?

          _Log._--Aueriguado; sino que ay fallencia en la regla en
          vna cosa.

          _Her._--En qué?

          _Log._--Que haze el vino causa como la imaginacion, el
          qual alegra el coraçon del hombre y tiene singulares
          operaciones.

          _Her._--No deues hablar sin expiriencia.

          _Log._--Aosadas que he visto sin antojos y palpado sin
          guantes calliente y frio.

          _Her._--Pues cómo haremos?

          _Log._--Yo seré la centinela y haré señal porque no
          escape cosa; entonces _operibus credite_, como el Rey
          Ramiro, y nuestro amigo Asosio que está más cerca.

          _Her._--Essa te digo fué burla intolerable; mas si él
          trae a luz su trama, quedará pago para otra vez.

          _Log._--El pandero está en buena mano; tú verás el son
          que haze, y puede ser que auiendo por qué, como yo lo
          traygo en las narizes, tambien tañamos a su modo, que en
          la señora Doleria todo ay.

          _Her._--No me podria saber bien vna vengança assi de
          tranfiguracion.

          _Log._--Mejor seria hallar las fuentes de Merlin de amor
          y desamor para poner la vna al opposito de la otra, y
          hazer morir Angelica por Reynaldos, y él que huyesse
          d'ella como d'el diablo.

          _Her._--Tan poco queria esso, ni fuerça de encantamiento
          en mi fauor.

          _Log._--Busquemos luego a Oedipo que nos declare esse
          enigma. Vistes el Sphinge? Qué poco sabes tú del mundo!

          _Her._--Confiesso que no falta a su merced para Pedro de
          malas artes vn solo marauedi.

          _Log._--Mas faltárame, que ya no ouiera pelo. No sabes
          que la prudencia tiene dos caras, vna delante, otra
          detras, y que es la razon la luz de sus quatro ojos y el
          gran Iupiter el objeto ó fin?

          _Her._--Hablas como emperador, y todo lo que sueñas
          son reuelaciones. Quedese assi la traça, para si fuese
          menester empeçar alguna obra, acudir con los materiales.

          _Log._--Dexame hazer, que no quiero pongas de casa sino
          los ojos y las orejas. Y con esto vamos a uer en qué rumo
          está la nao de Asosio.

          _Her._--Por vida tuya.


                       SCENA 3. DEL TERCER ACTO

          Doleria sola tratando de los estados enamorados y llega
            Melania.


                           DOLERIA, MELANIA.

          [_Dol._].--Esto es muger; a la fe, que tiene andado
          ya medio camino, mas la buena paga haze milagros, que
          palabras lleualas el viento como a las plumas, y maldita
          la cuenta que yo hago dellas. Con todo, despues de bien
          recuchillada. Porque algunos por consiguir sus apetitos
          os prometen luego el Arabia Felix y dan os con la Petrea
          en la cabeça: de lo que no cuesta, a montones. Ay otros
          tan tristes y pelados, y es tan raydo lo que traen, que
          tan solamente do hechar el anzuelo no hallays. A estos
          tales, pelalles más, pues no teniendo qué comer combidan
          huespedes. Los caualleros muy peynados piensan que se
          deue todo a su sangre y gentileza, y que os hazen merced
          si os encargan; y quando mucho, por mano del camarero,
          os meten diez reales en la boca, porque si acaso os
          lamentays, respondan: pese a tal con el traydor, que diez
          ducados le mandé te diesse y guardólos para sí o los jugó
          el truan. Estudiantes lo hazen muy mejor, los quales no
          tienen camareros, y de ciertas bolsas de cuero viejas
          sacan siempre la merced de Dios, o parten con vos de sus
          raciones. Carniceros, pescadores, grosseros, mesoneros, y
          toda otra suerte de aues desta pluma, son liberales, por
          traer la massa entre las manos. Mas otras ay más nobles
          que todas éstas, quien se quiera lo podria adeuinar:
          los banqueros, mercaderes gruessos o Burgaleses, que
          francamente pagan las obras y jornaleros. Diez ducados es
          el menor bocado de vn escote; sayas, mantos, chapines,
          calças o tocados, aun no lo pedis quando lo teneys. Si
          no ved que, no auiendo dado vn passo por Asosio, hecha
          vn doblon para capones, quedando mi derecho reseruado y
          entero para la buelta. El saber y diligencia os sobra
          para éstos. Yo tengo tramada ya la burla, agora la
          texeré. A la señora no se le cuece el pan ni le toca el
          trasero la camisa; mas yo por el authoridad de mi officio
          quise dilatallo, que las yeruas hazian luego operacion
          y los amigos son diligentes para todo. Y de más si es
          ésta que acá viene? Ella es, sola; paresce gruñe; será de
          dolor de dientes. Gentilhombre, poneos delante por que no
          nos vea y oyremos de qué temple viene.

          _Mel._--Triste de mí, do la hallaria yo aora?

          _Dol._--No lo digo?

          _Mel._--Que no puedo ya estar sin ella, que blanda y
          apazible es.

          _Dol._--Muchas mercedes.

          _Mel._--Y la embidia no lo puede comportar: vnos de
          hechizera, los otros de falsaria y otros de otras
          chismerias. Qué mundo este?

          _Dol._--Hazeys bien de lo sentir assi y de guardar las
          circunstancias de amistad.

          _Mel._--No ay verdad ni desengaño sino donde menos se
          presume, que todo el resto son hypocrysias. Yo buscaré
          algo de bueno que le dé.

          _Dol._--Dessa suerte siempre me terneys para vuestras
          necessidades.

          _Mel._--Quien me topará por aqui mi gentilhombre; qué
          lindo y agraciado es, qué bien hablado y qué discreto.

          _Dol._--Aun no lo sabeys del todo.

          _Mel._--Paresce que halló el coraçon por natural distinto
          o particular virtud, su semejante. En hablandome Doleria
          en él, dio el sentido y la razon lugar a mi deseo y quedó
          presa mi libertad. Do estará?

          _Dol._--No se congoxe, que presto la verá.

          _Mel._--No tengo otro descanso que hablar con ella, y
          aunque el freno de la verguença y honestidad ate la
          lengua, los affectos muestran lo que siente el coraçon, y
          el escondido fuego haze su officio.

          _Dol._--No es tiempo de más palacio; quiero apparescer
          a Tisbe, porque no se mate, y lleualla al señor Piramo.
          Señora, señora, no os vays assi.

          _Mel._--Quién me llama? O madre mia Doleria, que hasta el
          ánima me penetró tu boz, dónde estauas?

          _Dol._--A vn ora que te llamo y no me oyes.

          _Mel._--Y es posible? no te marauilles, que va hombre
          pensando en otras cosas.

          _Dol._--Pues como estás, hija?

          _Mel._--En verdad que no me hallo bien.

          _Dol._--Cómo assi?

          _Mel._--Siento dos dias ha vn dolor incomportable del
          coraçon.

          _Dol._--Tienesle otras vezes?

          _Mel._--Sí, mas no tan grande.

          _Dol._--Ordinario mal es de mugeres, y puede ser que
          venga de la madre.

          _Mel._--No lo sé; dame algun remedio si lo sabes.

          _Dol._--Y cómo que lo sé!

          _Mel._--Qué, por tu vida?

          _Dol._--A la oreja te lo diré, que no lo oyga nadie.

          _Mel._--Quién está aqui?

          _Dol._--El ayre, que fauoresce los amadores y los auisa
          de muy lexos. Los braços de aquel amigo y sus regalos.

          _Mel._--Mira qué dize; siempre te burlas, mi señora, y me
          hablas fuera de proposito.

          _Dol._--Por vida vuestra, qué quieres? soy amiga
          desengañada y médico propicio, que no procura de dilatar
          la cura, sino la salud de su paciente. Y no me lo
          agradesces.

          _Mel._--Calla, señora, que soy tuya; pero digolo porque
          sospecho no se acuerda de my esse señor, ni se le da de
          mi muerte o de mi vida.

          _Dol._--Y esso más, y ves su passear tan a menudo por
          la calle, pues de noche con qué suspiros y la color del
          gesto. Si supiesses lo del comer y del dormir, manzilla
          es ver la pena que padesce. Solia de ser vn pino de oro,
          no está aora alli la mitad dél. No sé cómo te lo sufre el
          coraçon, y más quiere tu honrra.

          _Mel._--Con esa condicion le acepté.

          _Dol._--Pues qué hazes por él, que te a de agradescer?

          _Mel._--Que no le quiera mal, mas es menester hablarse a
          mi señora.

          _Dol._--Qué necia eres, no lo hará por todo el mundo.

          _Mel._--Por qué?

          _Dol._--Ay cierto inconueniente por causa de su padre.
          Pero secretamente, si te paresce, el hará lo que yo
          quisiere.

          _Mel._--Está bien, mas temo, porque los hombres no se
          contentan sino con todo.

          _Dol._--Y quando assi sea, qué le das sino lo suyo?

          _Mel._--O cuytada!

          _Dol._--No veys qué lastima? Ora yo me voy a él y quedará
          esto para mañana; todo estara a punto y algunos menudicos
          para la nouia.

          _Mel._--Ay triste!

          _Dol._--Ay boba! que no desseas otro.

          _Mel._--Para dessear era la fiesta. Mas no podré mañana.

          _Dol._--Por qué causa?

          _Mel._--Tiene mi señora combidados.

          _Dol._--Quién son?

          _Mel._--Apio y Metio, sus amigos speciales.

          _Dol._--Speciales? Otros pensara yo.

          _Mel._--No, señora, son muy pesados essos; éstos es otra
          cosa.

          _Dol._--Creolo, que la señora Astasia es auisada; tal sea
          su vida si lo entiende assi. Será para el otro dia.

          _Mel._--Sí, madre; yo terné cuydado.


                       SCENA 4. DEL TERCER ACTO

          Asosio va en busca de Heraclio y de Logistico para dalles
            cuenta del concierto y del banquete.


                     ASOSIO, LOGISTICO, HERACLIO.

          [_Aso._].--Doy la al diablo que tanto sabe y que assi
          los trae a su mandado. Si yo llego esta empresa al cabo,
          en más lo terné que el reyno de Mandinga, su tierra de
          la señora, para que cante si de mí se reyó. Qué música
          tengo de dalle, en levantandome de dormir! Voyme a los
          amigos, porque no ay plazer si no es communicado; y
          discantaremos, y haze más al caso por la traycion que
          se nos ordena allá. Qué cosa son mugeres! pensé que era
          Heraclio el norte de la casa, y bien consideradas sus
          partes dél, solamente les agradescia no tener mal de
          ojos: mas aora veo quán enfermos son, pues por rosas
          cogen ortigas, y en lugar de pan se comen tierra, no de
          la buena. Mal fuego que las queme!

          _Log._--Este es Asosio, priessa trae.

          _Her._--Quiça anda en bisperas de Comedia y busca los
          vestidos. A de la nariz!

          _Aso._--Aqui estays, cuerpos sin cabeças? que a gran rato
          que os voy buscando y aora os hallo en emboscada.

          _Log._--Assi te lo paresce con el poluo de la caça. Pues
          qué va?

          _Aso._--No va, mas viene lo possible.

          _Her._--Mas por tu vida?

          _Aso._--Y por la tuya.

          _Log._--No sea otra como la de antaño, con que acabes de
          quedar graduado.

          _Aso._--Cerca estamos de la prueua; yo os lo haré ver y
          palpar.

          _Her._--De compañia para juzgar mejor.

          _Aso._--No se me da, que ya estos bienes son comunes; si
          no preguntenlo a la señora Amertia.

          _Log._--Dexate desso y adelante.

          _Aso._--Plazeme, aunque te pese. La señora Andromade
          estará mañana en poder de Perseo, por contemplacion de
          la cabeça de Medusa, mi señora, que tiene la virtud de
          conuertir hombres en piedras; y oy pudiera ser, si no
          fuera otra cabeça con que os porneys ambos de lodo, si no
          os buelue asnos.

          _Her._--Qué cosa, por tu fe?

          _Aso._--Dende aora las podeys encomendar a la señora mi
          huespeda.

          _Her._--Cómo assi?

          _Aso._--Quando pensé que tenias el remate de tus cuentas
          y que determinaua de pagarte, hallo que te hazen
          banquirota y son combidados oy Apio y Metio, mercaderes
          alemanes o de Coria, para tomallas y acordaros, y
          prepárase allá vna gran cena, segun lo dixieron a Doleria
          mis amores. Será el prologo de nuestras bodas. Añadieron
          más los sobredichos no auer tales angeles en Ethiopia,
          ni más queridos de damas, allá en su Grecia do son más
          venerados que el gran Dedalo y el gran Icaro, aunque
          cayó; será por buenos maestros de su officio.

          _Log._--De quán lexos he olydo yo esta vianda y quán
          sin respecto te la defendia, Heraclio, como médico
          experimentado.

          _Aso._--Soy yo dello buen testigo, y trabajaua por remar
          mi remo, aunque perdi la nao en otros bancos.

          _Her._--En qué pararon mis confianças! qué gran desgracia
          o engaño que de mi mesmo recibo! Ciertamente no soy yo lo
          que paresco, o no paresco lo que soy.

          _Log._--A proposito; ellas no son lo que parescen. Ay más
          falsa moneda que vna ropa larga y vn tocado blanco y vn
          torcer de manos, morder de labios, hablar cansado y andar
          mesurado? Es la calor y el olor del vino, que os combidan
          a gustalle muy a menudo, hasta os poner en Capricornio.
          Ya esto era viejo para su merced, pero quiso nueuas
          experiencias como si los tiempos no fuessen vnos, como
          está dicho.

          _Her._--Qué me aconsejays vosotros? porque ya se me va
          conuirtiendo este amor en otra passion. Yo lo siento.

          _Aso._--Que hagas como yo.

          _Log._--No dizes bien.

          _Aso._--Veamos, pues, tus letras.

          _Log._--Soy de opinion que lo dissimules algunos dias,
          hasta que ellas mesmas te quiten el reboço, y entonces,
          con occasion más manifiesta y sin auer lugar de otros
          argumentos, lo harás: Que éstas naturalmente siguen á
          quien las huye y huyen de quien las sigue. Acabada esta
          jornada, en que aurás tantos golpes que las señales lo
          testifiquen, viendo que lastimado y con sobra de razon te
          retiras y aborresces en vez de amar, bolueran la hoja, y
          como cieruas heridas a la yerua, daran tras ti, y quedará
          tu causa más legitima, tanto más si perseuera la falsedad
          y ingratitud en ellas. Lo que agora me paresce seria
          buscar algun disfrace con que allá fuessemos esta noche,
          trabajando todauia por encobrirnos, y no siendo possible
          tanto mejor quedando al toque.

          _Aso._--Nunca mejor hablaste; aora te digo que eres
          bachiller.

          _Her._--Qué disfrace lleuariamos?

          _Log._--Alguno con que pudiessemos hablar.

          _Aso._--Yo os lo daré excelentissimo y tomaré el trabajo
          del adereço, que será delicadissimo.

          _Her._--Veamos.

          _Aso._--A la Egiptiana, hechos ciganas, para hablar en
          falseto.

          _Log._--Spirito tienes, serás Licenciado. Por vida de
          Doleria, y assi gozes de sus promesas, que lo pongas
          luego por obra.

          _Aso._--Pierde cuydado, que yo os armaré al natural antes
          de noche.

          _Her._--Serás mi padre.

          _Aso._--Ya tu madre es muerta.

          _Her._--O vellaco!

          _Log._--Vamos todos a entender en ello, que tanto más
          presto se concluyra.

          _Aso._--No dizes mal.


                       SCENA 5. DEL TERCER ACTO

          Apio y Metio van al combite de Astasia, y en mascara
            los tres amigos a la fiesta, y passan entre sí algunos
            trances.


         APIO, METIO, ASTASIA, MELANIA, IDONA, MORIO, APLOTIS,
                  ASOSIO, HERACLIO, LOGISTICO, PAGE.

          [_Apio._].--Metio, es ora ya; no hagamos sperar las damas.

          _Met._--Vamos si te paresce, no embargante que en esto de
          banquetes es menester ser graue y hazerse hombre de rogar.

          _Apio._--Alli no, que es la casa de buena ventura y entra
          hombre quando le plaze; tanto me da en la camara como en
          la cozina, donde quiera os reciben con alegre cara, y
          antes os tienen por más familiar.

          _Met._--Y si por caso hallasses a la señora en camisa?

          _Apio._--La buena voluntad lo disculpa todo.

          _Met._--Qué buenas personas.

          _Apio._--Yo soy amigo viejo; todas me quieren mucho.

          _Met._--Quánto aurá que las conosces?

          _Apio._--Va en quatro años.

          _Met._--Otros ay más viejos, pero no llegan a tu capote
          en esso.

          _Apio._--Todo está en el saber. Yo soy de todo trance y
          hagoles mil seruicios, acompañolas a vna parte y a otra,
          embioles coplas, oliuas, cartas, castañas, baylo, lucho,
          ordeno juegos de pasatiempo.

          _Met._--En suma, que sirues de silla y de albarda.

          _Apio._--Señor, sí; voy con ellas fuera de la villa
          y estoyme allá los quatro, los cinco días, y es un
          passatiempo vernos.

          _Met._--La rapaza es hermosa; haze algo y tengamos bodas.

          _Apio._--No ves que estoy tomado ya para las cargas?

          _Met._--Es verdad, mas no auria remedio con el cura?

          _Apio._--No me curo desso; más quiero el amistad a buen
          engaño sin mala fe. Mas tú que puedes, quieres que hable
          en ello?

          _Met._--Si te paresce, despues hablaremos.

          _Apio._--Tomemos por esta callejuela, que es más cerca y
          más escusa.

          _Met._--No será malo, voto a mi, que allá veo nuestra
          gente.

          _Apio._--De reñirnos auran por la tardança.

          _Ast._--A sperardes más vn poco, haziamos llamaros de
          debaxo de la mesa.

          _Met._--Bien empleado fuera. Beso las manos de sus
          mercedes.

          _Mor._--Ya yo tenia tragado medio pan; beso las manos.

          _Mel._--Besso las manos de mi confessor, toda la fiesta
          es de beso las manos.

          _Ast._--Harto ruyn costumbre, mejor andaria Dios delante.

          _Mor._--Muger, esto es más a la cortesana. Pues qué haze
          Aplotis, que no ha besado aun?

          _Apl._--No las besaré a nadie, que esse priuilegio tienen
          las donzellas.

          _Ast._--Buena pascuas tengas, hija.

          _Apio._--No es tiempo, señora?

          _Ast._--Tiene razon el señor Apio, pues qué hazemos?
          vamonos assentar. Eya, Morio, agasaja los combidados.

          _Mor._--Eya, señores, sientense.

          _Ast._--Yo aqui por empeçar, Apio cabe mí, destotra parte
          Metio, cabe Apio Idona, Melania cabe Metio, Morio cabe
          ella, junto d'él Aplotis, y aun queda lugar para vn buen
          amigo si viniere. Moço, aguamanos.

          _Page._--Aqui está, señora.

          _Mor._--Laue V. m.

          _Met._--Laue V. m.

          _Apio._--Laue V. m.

          _Mel._--No veys qué donaire, laue V. m.?

          _Met._--Laue V. m.

          _Ido._--Las donzellas no lauan primero que los hombres.

          _Mor._--Laue V. m., señora Aplotis.

          _Apl._--Laue Dios a todos.

          _Ast._--Amen, ora yo quiero empeçar; hecha moço, y
          vosotros seguid mi orden; laue el señor Metio.

          _Met._--Por obedecer.

          _Ast._--Laue el señor Apio.

          [_Apio._].--Soy contento.

          _Ast._--Laue Morio.

          _Mor._--Que me plaze, amores.

          _Ast._--Lauen las moças aora sin reñir. Page, la
          bendicion.

          _Mor._--Yo la dire más breue.

          _Ast._--Norabuena.

          _Mor._--Dios, que lo bendixo en el campo, lo bendiga en
          el papo.

          _Apio._--Ah, ah, ah! Paresceme que tiene gana de comer el
          señor Morio.

          _Ast._--Creolo, que no a almorzado Eya, moço, venga de
          comer.

          _Page._--Aqui viene.

          _Ast._--Señor Apio, deste pernil primero mientras el
          señor Metio trincha el capon.

          _Met._--Sí haré señora, o qué tierno está!

          _Ido._--Es de los nuestros.

          _Mel._--No se podia assar de gordo.

          _Apio._--Quiere tu merced?

          _Ast._--No como salado, pero da a las donzellas.

          _Ido._--Tan poca sal tenemos, señora?

          _Mor._--Ah, ah, ah! qué bien respondió Idona; yo quiero
          to lauia.

          _Apio._--Tome tu merced.

          _Mor._--No, no; yo lo cortaré.

          _Apio._--Metio está ocupado, no le quiero dar.

          _Met._--Por la pareja.

          _Apio._--Esso no; toma, toma.

          _Ast._--Con qué gracia lo dize el señor Apio; señores,
          aqui oliuas; hecha de beuer y da al señor Apio, que tiene
          sed.

          _Apio._--Puede ser que adeuinaste.

          _Ast._--Yo lo veo.

          _Apio._--A quién tengo de beuer, si es al uso de Flandes?

          _Ast._--A quien te quiere más.

          _Apio._--Será luego a tu merced, que se acordó de mí.

          _Ast._--Buena prol te haga; qué te paresce?

          _Apio._--Buen vino es.

          _Ast._--Hecha, page.

          _Page._--Aqui, señora.

          _Ast._--A ti me encomiendo, señor Metio.

          _Met._--Haré lo que mandas, mi señora; señor Morio, a V.
          m. ruego por las donzellas.

          _Mor._--Norabuena, a ti donzellas.

          _Mel._--Esso es meternos en el saco, Morio.

          _Apio._--Qué trauiessa es la señora Melania!

          _Ido._--Buena prol te haga, padre.

          _Mel._--Muchas mercedes, Morio.

          _Mor._--Todos me dizen las mercedes, sino Aplotis.

          _Apl._--Dios se las haga: pensé que entraua con las otras.

          _Ast._--No comeys desta espalda; Morio, qué hazes?

          _Mor._--Menear los dientes.

          _Ast._--Y las manos por qué no?

          _Mor._--Tambien me ayudo d'ellas.

          _Ast._--Corta desta espalda y sirue a estos señores;
          de la ternera, señor Apio; Idona, d'aquella gallina de
          Indias, muestra tu habilidad. Llega acá los perdigones,
          Melania.

          _Mel._--Toma, señora.

          _Ast._--Estos quiero repartir yo.

          _Ast._[723]--Buenos están.

          _Apio._--Todo está como de tu mano, señora Astasia.

          _Ast._--No se va a burlar; otro dia será mejor. Qué
          oygo? antojaseme que ay mascaras.

          _Apio._--Muchas.

          _Ast._--Cómo lo sabes?

          _Met._--Ay muchas bodas y es sereno el tiempo.

          _Mor._--Tememos acá algo?

          _Apio._--Podria ser.

          _Ast._--No, no, por amor de Dios.

          _Met._--Sí, pero si vienen no es justo no les abrir.

          _Ast._--No tenemos instrumentos.

          _Met._--Puede ser que ellos los traygan.

          _Apio._--Si no, la señora Idona les hara el son para que
          nos holguemos.

          _Ido._--No estan los mios acordados.

          _Mor._--Con Aplotis dançará Morio.

          _Apl._--Con los pies será mejor, que me tratariais mal.

          _Met._--Bien acordada es la señora Aplotis a la fe.

          _Apl._--A la mesa no se a de dormir.

          _Ast._--Tiene buenos dichos.

          _Mel._--Pues Aplotis, quieres auergonçarnos?

          _Apl._--Y en qué? no os he dicho mal ninguno.

          _Ido._--Qué sotil está mi prima.

          _Apl._--No tanto que puedan coser conmigo como aguja; aun
          occupo vn escabello.

          _Mas._--Ta, ta, ta.

          _Mor._--Con nos lo an. Page, quién llama?

          _Page._--Es una mascara.

          _Ast._--Si antes lo recelaramos, antes llegara. Qué tal
          es?

          _Page._--Linda, señora.

          _Ast._--Son muchos?

          _Page._--No más de tres.

          _Ido._--Traen menestriles?

          _Page._--Paresceme que sí.

          _Apio._--Aqui somos hombres; aparejaos, moças.

          _Met._--Cómo me huelgo!

          _Ido._--Tanto rauias por dançar?

          _Mel._--Vos no?

          _Ast._--Pues cómo haremos? será bueno dezirles que
          estamos a la mesa? que perdonen sus mercedes y bueluan de
          aqui a vn rato.

          _Apio._--Será descortesia, auemos comido harto ya; manda
          quitar, señora, y entren.

          _Mor._--Mas entren sin quitar y beueran, que yo quiero
          comer aun.

          _Met._--Señor, sí, que pueden ser amigos. Cómo vienen,
          Page?

          _Page._--Como Egiptianas.

          _Ido._--O qué bueno; entren, señora.

          _Ast._--De más si son nuestros philosophos?

          _Mel._--El diablo los traeria acá.

          _Ast._--Por qué? no son tambien amigos? Abre, moço.

          _Ido._--O qué lindos vienen; no he visto cosa más galana.

          _Apio._--Gentil por cierto.

          _Met._--Muy galanes vienen.

          _Ast._--Qué buena entrada.

          _Apio._--Señores, quiten las mascaras y beueran.

          _Aso._--Buenas noches, buenas noches, hermosa eres, daca
          la mano, marido tienes, vna blanca tienes, otra negra
          tienes, vn chiquitico, buena ventura tienes.

          _Ast._--Bueno va, veamos qué dize estotra.

          _Her._--Mucho de fuera, poco de dentro, gran coraçon
          tienes, grande hombre tienes.

          _Apio._--Quién serán?

          _Ast._--Los mesmos, algo de bueno, señor Apio.

          _Apio._--Que me plaze, vn villano, señora mascara.

          _Log._--Mas sean dos, garrido.

          _Ast._--Qué bien lo haze Apio. Mira, Morio, a Apio; no
          ves, Idona, a Apio? Melania, mira para Apio. Qué gentil
          es el señor Apio!

          _Ido._--Muy gentil, señora.

          _Ast._--No ay otro Apio en todo el mundo.

          _Log._--Bien nos podemos yr, porque todo aqui es Apio; no
          comen otra salsa, a lo menos la ventera.

          _Her._--Y aun todas, mirá la fiesta; pues yo sé que nos
          conoscen.

          _Aso._--Qué linda compañia!

          _Log._--Y tú qué hazes, no relinchas?

          _Aso._--Todo lo guardo para despues del salto.

          _Mor._--Quiten las mascaras, mascaras, y haremos vna
          dança de besar.

          _Aso._--Con ellas besaremos.

          _Mor._--Oxe.

          _Apio._--Eya, señores, por cortesia.

          _Log._--Poca ay aqui.

          _Her._--Antes les sobra.

          _Aso._--La necedad.

          _Her._--Dissimulemos todauia y saquemos éstas a dançar.

          _Log._--Dizes bien.

          _Her._--Quieres dançar, señora?

          _Ido._--Como mandares, aunque es al reves.

          _Her._--Assi va todo.

          _Log._--Essa mano, señora.

          _Apl._--Y la voluntad, que todo meresce la compañia.

          _Log._--No lo miran assi todos.

          _Apl._--Es mal de ojos.

          _Log._--O de cabeça.

          _Apl._--D'ay nasce la vista.

          _Log._--Testimonio da la tuya de otra cosa.

          _Apl._--No falta el desseo, si él meresce algo.

          _Log._--No se me oluidará essa palabra.

          _Aso._--Que por fuerça tengo que encontrarme con este
          diablo? Adrede me la dexaron estos vellacos; eya, señora,
          por de mi tierra os quiero festejar.

          _Mel._--Quién eres, mascara? descubrete.

          _Aso._--El mayor seruidor tuyo.

          _Mel._--Bien te sabes esconder; conosco los compañeros y
          pensé lo hazia a ti, pero aora te desconosco.

          _Aso._--Yo espero que presto me conoscas.

          _Apio._--Yo no tengo de dançar sino con tu merced.

          _Ast._--Mirad el señor Apio. O señor Apio, no por tu
          vida, no más, no más, qué gentil gracia la de Apio, señor
          Metio!

          _Met._--No ay otro tal.

          _Mor._--No beueran todauia sus mercedes?

          _Ast._--Sí, sí; trae vino, moço.

          _Log._--No ay sed, señora; ni la aurá tan presto.

          _Ast._--Qué fina pieça! o no aueys aun comido?

          _Log._--Harto comimos, pero no estaua muy salado.

          _Ast._--Bien te entiendo, mascara; algun dia te
          responderé.

          _Log._--Y yo algun dia lo oyre.

          _Apio._--Aun no an dicho la buena dicha toda.

          _Aso._--Que vos la tengays basta, y seays tambien amado.

          _Ast._--Señor Apio, otro villano.

          _Her._--Cómo se huelga la señora con los villanos!

          _Log._--Tiene razon, que son alegres.

          _Apio._--Pláceme, señora.

          _Ast._--Qué bien lo haze; no veys la gracia, no veys el
          ayre del señor Apio? o señor Apio.

          _Aso._--Doy al diablo tanto Apio, ya me tiene medio
          borracho.

          _Her._--Buelta, buelta a los franceses.

          _Log._--Con coraçon a otra lid[724].

          _Her._--Buena dicha tengas, buena dicha tengas.

          _Ido._--Plega a Dios.

          _Her._--Hermosica, nouia serás presto, hombre que te
          quiere mucho.

          _Apio._--Pero, Cigana, no será Cigano.

          _Her._--Hombre de paja, rico de paja, muchas tierras
          tiene, baylará villano. Cigano andar a Egypto.

          _Log._--Señora, voy todo tuyo.

          _Apl._--Mio, señor? no meresco tanto.

          _Aso._--Amores, no los oluides.

          _Mel._--Oluidar? es impossible.

          _Apio._--No se vayan, señores, sin colacion.

          _Her._--Hazelda vos por nos.

          _Ast._--Pues tanta priessa.

          _Her._--Harto nos detuuimos ya.

          _Ast._--Paciencia.

          _Her._--Yo fio que no la perderas.

          _Apio._--A Dios, hermanos, pues.

          _Log._--No en las armas; buena gentezilla es esta,
          hermano.

          _Her._--Rasonable.

          _Aso._--Aora se quedan a su plazer y contrapuntearán la
          fiesta.

          _Log._--Que se pongan mucho de lodo.

          _Aso._--A fe de gentilhombre que mañana a estas oras yo
          esté satisfecho de mi parte.

          _Her._--No lo dudo, y spero que a cada puerca venga su
          San Martin, y con esto nos recojamos a reposar lo que se
          queda de la noche.

          _Log._--Bueno será, y soñemos en otras fiestas si puede
          ser.

          _Her._--O no dormir por no soñar.


                                NOTAS:

          [723] Repetido _Astasia_ en las dos ediciones, pero debe
          hablar otro personaje, quizá _Metio_.

          [724] Son versos de un romance viejo:

                  Vuelta, vuelta, los franceses,
                Con corazon a la lid.


                       SCENA 6. DEL TERCER ACTO

          Quedan los del banquete motejandose de las Egiptianas
          partidas ellas, y despues se recoge cada vno a su posada.

          MORIO, ASTASIA, APIO, METIO, IDONA, MELANIA, APLOTIS.

          [_Mor._].--Boto a qual y a tal, que fue gustosa la
          carantoña.

          _Ast._--Sí a la fe.

          _Apio._--A poco costo.

          _Met._--Aquéllo quien quiera se lo hiciera.

          _Ido._--Poco se detuuieron.

          _Met._--Ternian que hazer en otra parte.

          _Apl._--O gente sin virtud!

          _Mor._--Son buenas personas, aunque no han querido beuer.

          _Ast._--Al tercero holgara de conoscer.

          _Mel._--Bien hize yo por ello.

          _Ast._--Y de más si es Asosio tu seruidor.

          _Mel._--Mi aguelo vee en mí el diablo; en asomando por
          una calle, se buelue por la otra; ya me arrepiento,
          porque tengo menos vn seruidor.

          _Ido._--Bien lo pudieras escusar.

          _Apio._--No hagas, señora Melania, que heziste de Romana.

          _Apl._--Conforme a tu discrecion, como fauoresce el asno
          el partido de los hombres, assi lo haze Heraclio.

          _Met._--Guárdeme Dios de tal encuentro.

          _Mor._--La fiesta es acabada; vámonos acostar, muger, que
          canta el gallo.

          _Ast._--Es muy temprano.

          _Apio._--Es temprano, señor Morio.

          _Mor._--No para mí, que estoy ya medio soñando. Si
          vosotros quereys, baylad, que yo baylaré con las señoras
          sáuanas.

          _Ast._--Buelue acá, Morio.

          _Apio._--Dexale yr, señora, al costal de paja.

          _Ast._--Cortés hermano!

          _Apio._--O corto.

          _Met._--Pues qué haremos, dançaremos?

          _Mel._--Como nuestro amo.

          _Ido._--Qué dormilona.

          _Mel._--Calla, hermano, que tengo de madrugar.

          _Apl._--A algunas de las tuyas. O, si los pechos
          tuuiessen puertas, quántas cosas se verian!

          _Apio._--Las Egiptianas van corridas.

          _Met._--De qué?

          _Apio._--De la poca cuenta [que] se hizo d'ellas.

          _Ast._--Poco va en ello. Qué más se auia de hazer? La
          cuenta y la fiesta tú la remataste, señor Apio, con tus
          bayles y gracias, de que eres lleno.

          _Apl._--Bien lo alcanza, fuera buena para juez. Heraclio
          muerto vale más que estos dos biuos.

          _Mel._--Luego ternemos lamentaciones de Ieremias.

          _Ast._--Ah, ah, ah, algo le daremos porque se calle.

          _Ido._--Media ora de conuersacion, que éste es su manjar.

          _Apl._--Tambien vos? qué vergonçosa niña!

          _Apio._--Yo tomaria dello plazer.

          _Ast._--Plazer? no queria ver tales hombres.

          _Met._--Tienes razon.

          _Mel._--Sí por cierto.

          _Apl._--Sí por cierto, o traydora, y esta es la inocencia
          de que hazes profesion?

          _Ido._--El Logistico es del consejo.

          _Mel._--Esse es su Esculapio, Asosio fue Mercurio, mas
          despues de la desdicha no paresce.

          _Met._--Pésate dello?

          _Mel._--No me a de pesar?

          _Ast._--Todauia yo quiero yr acompañar a Morio, que es
          tiempo ya.

          _Apio._--Bien harás, señora, que tambien me estoy
          dormiendo yo.

          _Apl._--Quándo no dormiste tú? mira qué seruidor tiene la
          dama.

          _Ido._--Yo me estuuiera hasta ser de dia.

          _Mel._--Yo no, que se me huyen tambien los ojos.

          _Met._--Pues hagámosle la voluntad. Buenas noches tenga
          tu merced, señora, y la compañia.

          _Apio._--Yo no yré sin dar la paz en el carrillo; aora sí.

          _Ast._--Mucha licencia es essa; a Dios, hijos, a Dios.

          _Ido._--A Dios, hermanos.

          _Mel._--Mirá que no soñeys.

          _Met._--No se puede escusar.

          _Apl._--De ser tales unos y otros.

          _Apio._--Beso las manos.

          _Met._--Beso las manos.

          _Ast._--Muy adelante es esso; cierra, Aplotis, y vámonos
          acostar.

          _Apl._--D'el todo se pudiesse, mas lleua mal camino.


                       SCENA 7. DEL TERCER ACTO

          Asosio va á casa de Doleria en otros hábitos, y ella
            con cierto vnguento le transfigura, y él va prouar sus
            aventuras.


              ASOSIO, DOLERIA, LOGISTICO, AMERTIA, MANIA.

          [_Aso._].--Doleria hermana, quanto al vestido ya vees que
          vengo a la forastera; del resto por más que me prediques
          estoy vn sancto Tomas.

          _Dol._--El espejo te quitará de duda.

          _Aso._--Mi padre, no creeré en cien espejos. Qué se yo si
          estan de acuerdo contigo ellos, y daran comigo en algun
          fuesso; pensar yo que me mudarás de gesto y de figura es
          por demas.

          _Dol._--Qué desconfiado y enojoso eres; toma, vntate la
          cara y ve buscar a tus amigos y amigas, y si alguno te
          conosce mátame.

          _Aso._--Hablas como reyna; essa es la más cierta
          experiencia. Pero no sea éste el de Apuleyo, y tú Andria
          para mí? Noramala acá vernia a ser asno toda mi vida.

          _Dol._--No ves que estamos en el mes de mayo, y que
          terniamos a la ora rosas?

          _Aso._--O pese al mundo, en mayo fue lo otro; pero el
          asno vuo primero hartos pallos y seruió mil amos con cien
          mil lazerias.

          _Dol._--Sí, mas ya estamos aduertidos, y esso fue en
          Thesalia.

          _Aso._--Doyte al diablo, que en cualquiera parte se
          hallan ya Milones y ladrones.

          _Dol._--No ayas miedo, y vntate sobre mí.

          _Aso._--Sobre ti venga el fuego de Sodoma si me engañas.

          _Dol._--Valgalo el diablo a este necio, dexalo.

          _Aso._--No más, hermana, no te enojes, que ya me vnto.
          Mas, por tu vida, ello es cierto?

          _Dol._--Aun porfias?

          _Aso._--Ora yo lo haré, aquí Circe, aquí Sybilla. Pero
          di, que se me oluidaua.

          _Dol._--Qué quieres?

          _Aso._--Seria malo hazer testamento?

          _Dol._--Perdiste el seso?

          _Aso._--Si tengo de ser otro, y no Asosio, o me quedo
          assi, y no me hallan, quién heredará mis bienes?

          _Dol._--Tus males, o hombre de poco, desatinado.

          _Aso._--Nunca en mi vida tuue más seso, y esse es el peor
          señal que paresce se viene a despidir de mi.

          _Dol._--O tú d'él.

          _Aso._--Yo? pues tomo tu vntura, y todauia me engañauas?

          _Dol._--Damela acá.

          _Aso._--No, que me burlaua. Ora me encomiendo [a]
          aquella diosa enamorada y al ciego ballestero. Haze lo
          tú, hermana, y vee no dexes lugar vacio que por tantico
          seria luego conoscido, y pornianme de hurto todo lo demas.

          _Dol._--No te congoxes; mira aora si te conosces.

          _Aso._--Amuestra, no hay que dudar, esta es la cara de
          nuestro cortesano.

          _Dol._--No es sino la tuya, asno; guay de ti que no hay
          rosas ya, yo te molere aora.

          _Aso._--Maldita seas, que assi me asombras aunque te
          burles; no queria ser asno por quantas yeguas de buena
          raça ay en España.

          _Dol._--Despachate y ve hacer tus prueuas, para acabares
          a las dos de cumplir tu rameria aqui, que aqui verna la
          nouia; pero mira traygas la lengua en la bolsa y saques
          della contadas las palabras.

          _Aso._--A mí el cargo; voy, pues, y no a sido malo auer
          comido, no hauiendo de boluer tan presto a casa.

          _Dol._--Qué niño de bendicion; ve norabuena, que yo os
          dare de merendar.

          _Aso._--Toma ay otro doblon.

          _Dol._--Qué hombre eres! aun serás Rey.

          _Aso._[725].--Porque te doy en el papo. Este es
          Logistico, nunca vino tan a proposito, haré del graue
          passando sin hablar y escarraré, que es muy de corte.

          _Log._--Acá viene el cortesano del otro dia, muy entonado
          va; holgaria de hablar con él por uer si es auisado
          o conforma con los habitos el parescer, mas no hay
          conoscimiento.

          _Aso._--Mirame todauia como a estrangero.

          _Log._--Qué importa hazello y cortesmente preguntalle
          nueuas?

          _Aso._--A mí se viene, todo es burla; por coger a las
          manos la vellaca me laua la cabeça. Terné con todo tiesto.

          _Log._--Beso las manos de V. m.

          _Aso._--Y yo las de V. m.

          _Log._--Señor, perdone el atreuimiento atribu[y]endolo a
          cortesia y desseo de lo seruir. Vuessa merced viene de
          corte?

          _Aso._--Señor, sí, a su seruicio, y antes es merced,
          porque los peregrinos tienen necessidad de fauor en toda
          parte.

          _Log._--V. m. por sí vale tanto, que yo podria esperallo
          dél, y todavia me profiero.

          _Aso._--Bien va, no disimula; beso las manos de V. m.

          _Log._--Ay nueuas desta guerra, señor mio?

          _Aso._--Muchas, pero Dios sabe las más ciertas: ay
          apparato y sperasse rebuelta.

          _Log._--No deue pesar a los soldados.

          _Aso._--Essos señores ya sabemos que tienen guerra con
          la paz.

          _Log._--No hay duda en ello, y los cortesanos, señor,
          cómo lo toman?

          _Aso._--Como hombres dados a seruir damas y calçar
          guantes adobados, hacer sonetos, jugar a la pelota y a la
          francesa y otras gentilezas que hazen blandas las manos.

          _Log._--Pienso condena su suerte V. m. porque no tenga
          que respondelle. Ya está sabido que lo principal de
          la verdadera cortesania es el exercicio de las armas,
          justas, torneos, y dessear fuesse de veras y no de burlas.

          _Aso._--Essos pongo yo con los primeros, pero hablo de
          los ociosos, en el numero de los quales no me cuento.

          _Log._--Su presencia y arte, señor myo, dizen la verdad;
          vuessa merced me tenga por seruidor, que si algo se le
          offresce en esta tierra, será merced mandarme.

          _Aso._--Beso las manos de V. merced; quando esso fuesse,
          yo se lo suplicaria, porque a los nobles es hazer
          seruicio pedir mercedes.

          _Log._--Beso las manos de vuessa merced por essa honrra.

          _Aso._--Esto está assi de Emperador. Doleria es mujer
          de prol; mas porque éste es gran xabonero y podria
          dissimular o fingir no conoscerme, quiero certificarme
          más adelante y correr dos lancas muy al proposito, vna
          con Amertia, la otra con Mania. Por estotra calle será
          mejor, que las señoras no posan lexos vna de otra; a la
          puerta veo Amercia en su labor, quiero dalle vn mote a la
          forastera, y a segun que respondiere assi replicaré. Dios
          salue la gracia de tan gentil donzella.

          _Amer._--Beso las manos de su merced.

          _Aso._--En verdad, señora, que estoy en condicion de
          hazerme natural desta ciudad.

          _Amer._--Por qué, señor?

          _Aso._--Porque no veo sino angeles en ella.

          _Amer._--No burle su merced de las mal tocadas, que ya
          sabemos no ser acá de las muy lindas.

          _Aso._--En esso está lleuar el precio, serlo y hazer
          dello poca cuenta; pero assi fuessen mis seruicios y
          voluntad acceptos de alguna dama, como yo lo mostraria
          con effecto.

          _Amer._--Damas, señor? no las ay aqui, y mas quién podria
          merescer a semejante cauallero?

          _Aso._--Ya veo quiere afrentarme mi señora; pues sepa que
          la fe y amor serian tales, que supliessen la falta desso.

          _Amer._--De verdad lo digo, por mi vida.

          _Aso._--Hagame, pues, vna verdad.

          _Amer._--No soy condesa ni duquesa.

          _Aso._--Sea luego como reyna.

          _Amer._--Quántas cosas.

          _Aso._--Haga, señora, lo que le pido.

          _Amer._--Primero lo sabre.

          _Aso._--No la tengo de obligar a lo impossible.

          _Amer._--Pues sea norabuena. Qué es?

          _Aso._--Que me dé licencia que la sirua.

          _Amer._--Ay, señor, y qué gran carga seria tener tal
          criado si le ouiesse de pagar y entretener como meresce.

          _Aso._--Yo porne todo de casa, solamente con este título
          me contento, en cuya virtud me atreueria vencer el Leon
          Nemeo y la Hidra Lernea; ora vea, señora, qué podria
          nascer de la verdad, haziendo la sombra tales milagros.

          _Amer._--Bien a estudiado su merced, que tan apuntado
          anda a su proposito.

          _Aso._--Más diria si me valiesse, mas estoy viendo en
          essos ojos vnas niñas muy crueles.

          _Amer._--Qué mal le hacen, señor mio?

          _Aso._--Partir por medio mi coraçon y cegarme de todo
          punto.

          _Amer._--No tienen ellas edad para tanta fuerça.

          _Aso._--No estoy más aqui, pues mis golpes dan en vazio;
          la consciencia le dira despues cómo le meresco que me
          trate.

          _Amer._--Esse auogado basta par yr más descansado y no
          desesperar.

          _Aso._--Ay está el punto principal; beso las manos de V.
          m. hasta la buelta.

          _Amer._--Y yo las de V. m.

          _Aso._--Esta va la más donosa burla de todo el mundo; no
          podré dexar de me andar assi vn par de meses, y encantar
          más tierras que el sabio Alquife; todo será acordarme con
          Doleria o yrme a vn meson para despender doblado. Allá
          está la Nimpha de los desdenes, que conciertan bien con
          su nombre. Veamos de qué temple está. Todo en esta tierra
          son milagros; holgaria, señora, que me preguntasse V. m.
          el por qué.

          _Man._--A essotra puerta, que esta no se abre.

          _Aso._--Deue estar en casa algun tesoro.

          _Man._--Passe, señor, que si lo ay es para otro.

          _Aso._--Bien aventurado él; es natural, señora, o
          estrangero?

          _Man._--Todo tenemos aquí de casa, que lo de fuera no nos
          agrada, y por esso es tan barato.

          _Aso._--Peccador de mi, señora; de manera que nadie me
          comprará?

          _Man._--Tal puede ser el precio; á cómo da V. m. la libra
          de sy?

          _Aso._--A onça de V. m. y menos si mandare.

          _Man._--Bien se comide; ora buelua lunes, que aora no
          labran.

          _Aso._--Y esa gracia, no conuertira las oras y mudará los
          dias?

          _Man._--Pensaré en ello; cubra que llueue, o passesse a
          la sombra.

          _Aso._--Que entre? o gran favor.

          _Man._--No lo entendistes. Iuan, trae leña.

          _Aso._--Esso palos son.

          _Man._--No sperallos si no los quereys.

          _Aso._--Harto me apallean essos ojos, sin que otros me
          den.

          _Man._--Cuydado dél, que está ya muerto; todauia, señor,
          yo estoy de horno; buelua siendo el pan cozido y comera
          vna torta.

          _Aso._--Tan hermosa boca no podrá mentir, yo lo haré assi.

          _Man._--Acertará la puerta?

          _Aso._--Si algun fauor no me desatinare.

          _Man._--Pues está como estaua.

          _Aso._--Seruidor de V. m.

          _Man._--No se auenture.

          _Aso._--Esta es vna cruel bellaca. Qué haria si me
          conosciesse? El caso es, señora, que a essa garganta
          estará muy bien vna cadena d'oro que tengo en la posada.

          _Man._--Podreys ser oydo si por ay entrays. Pesa mucho,
          señor mio?[726].

          _Aso._--O traydora, cómo te conosco; quarenta ducados por
          lo más, que no es cosa que le trabaje.

          _Man._--Amuestremela mañana paseando por aquí.

          _Aso._--Sí haré, mi reyna, y todo el resto queda por suyo.

          _Man._--Beso las manos de su merced; assi haga su merced
          desta posada, y queriendo refrescarse con algun regalo,
          más merced seria.

          _Aso._--Mañana, que aurá más tiempo.

          _Man._--Como mandare; pero, señor, no se le oluide.

          _Aso._--Mal podré yo oluidarme á mí.

          _Man._--Beso las manos de su merced.

          _Aso._--Y yo la boca si me dan licencia.

          _Man._--No se emplee tan mal.

          _Aso._--Hablaremos. Maldito sea metal que assi
          enternesce, que más sangre de cabrón es menester para
          labrar diamantes, por vida de Asosio, que acabando la
          en que ando, entienda en ésta, a trueque de quarenta
          marauedis que la cadena puede costar, y verna por ducado
          a marauedi, poca es la diferencia. Pero con estas
          burlerias se me passó la ora y deuen sperarme.


                                NOTAS:

          [725] _Apl._ dice el original, pero es errata evidente.

          [726] En las dos ediciones se atribuye esta pregunta á
          _Asosio_, pero bien se ve que es yerro de imprenta.


                       SCENA 8. DEL TERCER ACTO

          Melania va al concierto de su cortesano y effectuasse el
            casamiento.


                       MELANIA, DOLERIA, ASOSIO.

          [_Mel._].--Peccadora de my si me spera ya aquel
          gentilhombre; no querria por ninguna cosa darle enojo.
          Qué bien criado es y comedido, qué bien hablado y lindo,
          qué más riqueza quiero; él muestra amor, no sea apetito
          solamente, que los hombres por complille prometen quanto
          les piden, pero en medio está el amiga que me quiere como
          a hija, y no consentirá que se me haga tuerto. Queria
          verme ya en ello, que son vanos estos temores y causan
          daño algunas vezes.

          _Dol._--Asosio, albricias.

          _Aso._--De qué, Doleria?

          _Dol._--De la venida del cauallo que sperauamos; menester
          será calçar espuelas.

          _Aso._--Gran nueua es essa; de todo vengo proueydo.

          _Dol._--Y que oluides tambien a Asosio y sus burlas y te
          hagas aora Vlisses para Circe.

          _Aso._--Sobre mí que no le valgan sus encantamientos.

          _Mel._--A la puerta veo a Doleria.

          _Dol._--Assi hazes sperar la gente?

          _Mel._--Por vida tuya que vengo cansada de apressurarme;
          no fue possible más, que es menester dissimular en casa y
          fingir vna mentira; mas qué ay, vino?

          _Dol._--Sí, y boluiose.

          _Mel._--De verdad? o triste!

          _Aso._--No lo seras tú nunca, señora, a mi poder.

          _Mel._--La burlona? y engañauasme?

          _Aso._--Hazialo por te prouar, y pues tan claramente se
          paresce la obligacion que de seruirte tengo, bastame.

          _Mel._--En buena fe, señor, ya que la verdad dezir se
          deue, yo no vengo sin amor aqui, ni es pequeño, pues me
          venia doliendo de la tardança.

          _Aso._--Tanto mayor es la deuda.

          _Mel._--Entremonos en casa, hijos, y reposaros eys;
          tambien se entendera en la comida.

          _Aso._--Y esso mas?

          _Mel._--Tantos regalos?

          _Dol._--Todo es poco para lo que yo desseo, y con el
          tiempo haré, a fe que no te quexes nunca de balde.

          _Aso._--Bienauenturado dia que assi pudo glorificarme y
          traer a mi poder la muerte y vida.

          _Mel._--Dios nos guarde, señor, de muerte.

          _Aso._--Paresce que quien la tiene no la teme.

          _Mel._--Pues tan fea soy?

          _Aso._--No es fea quien tiene fuerça para matar.

          _Mel._--Todos estan los hombres de acuerdo en esto.

          _Aso._--Esso es peor; pues, señora, a tantos as oydo?

          _Mel._--Parte de oyda, parte de vista lo alcanço.

          _Aso._--No fuesse en mi perjuizio, que te adoro.

          _Dol._--Yo quiero despartir esta contienda, hermano;
          lo mejor es no perder tiempo; esta donzella viene aqui
          a fuerça de mis ruegos y se a offrescido hazerme la
          voluntad en todo, siendo cosa de su honrra; si tú assi lo
          quieres como affirmaste, daca la mano y recibila, que a
          la ora se harán las bodas.

          _Aso._--A tal gracia y merescer cómo puede faltar
          firmeza? Digo que soy suyo aun despues de muerto, si ella
          no está arrepentida.

          _Mel._--Yo soy la dichosa, mi señor.

          _Aso._--He aqui dos manos en vez de vna que me pides.

          _Dol._--Prometes de cumplir todo lo que dixiste?

          _Aso._--Prometo.

          _Dol._--Prometes, Melania, de complazelle en todo?

          _Mel._--Prometo.

          _Dol._--Dios os haga bien; aora podeys quedaros solos.

          _Mel._--Mira, señora, lo que te digo, pues basta esto?

          _Dol._--Y sobra.

          _Mel._--No me dexes sola.

          _Dol._--Boba, no quedas con tu marido?

          _Mel._--No, por tu vida, que tengo verguença.

          _Dol._--Verguença? si algun dia auia de ser, no vale más
          aqui que en otra parte? trabaja por contentalle en todo,
          que fuiste bien auenturada.

          _Mel._--Es verdad, pero...

          _Dol._--No es pero, sino mançano; dexale coger su fruto y
          buena prol le haga.

          _Aso._--Qué secreto es este? Ay falta en mí que esta
          señora dessee ver enmendada?

          _Dol._--Sí, por esso hazele la voluntad en quanto se
          adereça la colacion.

          _Aso._--O reyna mia, ánima mia, y es possible? o dichoso
          hombre, qué boca esta, qué nariz esta.

          _Mel._--Manso, señor, que me maltratas.

          _Aso._--Calla, vida mia, que no puedo menos.

          _Mel._--Entremonos allá dentro.

          _Aso._--Esso quiero yo.


                       SCENA 9. DEL TERCER ACTO.

          Heraclio va a casa de Logistico a consultar de sus
            amores, y alli scriue vna carta a Astasia, que lleua
            Honorio.


                  HERACLIO, LOGISTICO, HONORIO, PAGE.

          [_Her._].--Quán bien empleada es en mí la tempestad
          deste viage, pues de barca tan mal adereçada quise
          fiar mi gran tesoro, sin mirar tiempo ni reuolucion de
          cielos o creerme de pylotos experimentados! Aora que
          dexé el timon y la furor del viento rompio las velas,
          los marineros con el impeto de las olas se cayeron,
          que'sperança aura de puerto? Mas pues mientras dura la
          vida no se deue dexar el arte y diligencia (con que se
          restaura muchas vezes lo perdido y el juizio y sentidos
          con mano prompta boluiendo a su officio se restituyen)
          gouernaré hacia el amigo, para que juntamente carteemos
          sin passion y trabajemos por tomar la altura. Honorio,
          adelantate, y sabe de Logistico si está en casa.

          _Hon._--Direle algo?

          _Her._--No le digas más.

          _Hon._--Qué [he] de mandalle si está en casa?

          _Her._--Doyte al diablo.

          _Hon._--Y yo a ti, porque no quedes solo.

          _Her._--Aun sea gruñendo. O Dios, y qué pesada carga es
          la de vn necio. Más queria que me engañase vn auisado.
          Este a sido parte de mis desgracias, es vn asno que por
          dezir piedra dize pallo, y quando alla le embio, quiere
          motejar tambien y requebrarse, y no pueden auelle fuera
          de casa.

          _Hon._--Quánto a de durar a mi amo la callentura, si no
          se muere della, que maldita sea la cosa que come o beue.
          Tengo me yo a Logistico, que lleua vida de Emperador y no
          entiende en otro que en pasatiempos.

          _Her._--No acabas de llegar? cantas o metrificas?

          _Hon._--No conosco, señor, tales yeruas; pero venia
          hablando en nuestro amigo, que se levantaua de dormir la
          siesta, la moça adereçaua la colacion y el page tañia
          en el clauicimbolo, cantando como vna golondrina, y tu
          merced no sabe quándo es de dia, ni quándo las noches
          sone, como dezia el prisionero.

          _Her._--Bien me las assienta el bobo, y algo dice.

          _Hon._--Todo se va en suspirar. Reñiego de los amores; yo
          les cantaria el _requiescat_ si comigo lo ouiessen.

          _Her._--Paresceme vas acertando, pues otra ay que dice;
          no son amores para todos los odres.

          _Hon._--No dire sino bien, que sean para todos los
          diablos.

          _Her._--Mucho me huelgo que te hagas auisado.

          _Log._--Qué madrugada es esta, mi señor?

          _Her._--As lo soñado; de la siesta hazes mañana?

          _Log._--Perdone su merced, señor, que de como anda
          cercado de neblina y vapores gruesos, perdí la
          concorriente.

          _Her._--Mas el sueño embaraça assi, si de antes no auia
          otro achaque.

          _Log._--Buena estaua la comida y el vino harto
          fresquissimo.

          _Her._--De ay proceden luego los vapores que me assaca,
          y haze bien, que es el tiempo peligroso de ayres
          corruptos.

          _Log._--Soy yo tú, que traes en pleyto a Iupiter sobre
          el hurto de Europa? No se me da más por toda la Asia y
          Africa que por essos paxaros que van bolando. Hermano, la
          vida es breue, el arte larga y todo se queda por acá. No
          sabes que Charon no consiente a nadie cargar ropa en su
          barquilla?

          _Her._--Qué burleria essa si bien se mira; pero no lo
          pensamos sino quando dariamos la buelta, y no ay lugar.

          _Log._--Muchos ay que por vengarse dello beuen más vna
          vez.

          _Her._--Y otros menos con essa ansia.

          _Log._--No más ni menos a segun es la philosophia,
          verde o madura, y la complexion sanguiña o melancolica,
          como de los dos que vno reya, lloraua el otro por una
          mesma causa. Pero dexadas las circunferencias por el
          centro, mande dizirme V. m. que le trae por acá a estas
          oras, que para la grauedad y compasso con que biue, es
          extraordinaria esta visita.

          _Her._--Esso es buscar sophisterias para no me lo
          agradescer. No es occasion harto bastante la de ver a su
          merced y gozar de la musica de su page? y sobre todo de
          su tan dulce conuersacion y plática?

          _Log._--O qué passo! Todo es poco, señor mio, para seruir
          la gracia con que lo dize; mas si por acá no ay tan buen
          guisado como sobra a él, pese la voluntad y hallará vn
          cuernocopia.

          _Her._--No es esse muy buen manjar quanto a la
          superficie, pero el sentido y buena intention lo suple.

          _Log._--Estays entre las dos columnas sin auer para que
          buscar _plus ultra_.

          _Her._--Ni menos lo ay donde está V. m., sino fuesse en
          sueños, y aprouecharia poco assi.

          _Log._--De acuerdo estamos, ora sientese su merced,
          mientras me lauo, y perdone la descortesia.

          _Her._--No ay de qué, señor; laue si puede.

          _Log._--Bien dize, porque algunas veces conserua la
          suziedad la gentileza.

          _Her._--Essa es otra nueua alchimia.

          _Log._--Qué necio! No as encontrado con ollas de damas?

          _Her._--Podria ser.

          _Log._--Pues qué más quieres? Aquella hiel de buey, higos
          podridos y otros mil perfumes, para qué son sino para
          dexar su agua á los cauallos? Moço, canta algo con que
          lloremos todos.

          _Page._--Romance, señor, o cantiga?

          _Log._--Lo que quisieres.

          _Her._--Sea de las vuestras, page, que yo os lo pagaré en
          el laud.

          _Page._  Para qué me dan tormento,
                aprouechando tan poco
                que suffra, mas no tan loco
                que descubra lo que siento?[727]

          _Log._--Ya vees cómo aqui todos andamos a adeuinar lo que
          te cumple, y tú no lo agradesces.

          _Her._--Si ouiesse de hazello conforme a las mercedes,
          todo se me yria en humo de gracias. Ora, page, la buelta
          dessa que es excelente.

          _Log._--Vete de ay, no cantes bueltas, que sólo por el
          nombre las aborresco; sean todo _estradas_ y adelante
          siempre; dize ay

              por amores me perdí
              y si me cobrasse un dia
              nunca más me perderia.

          _Her._--Buena pascua tengas, que de razon assi a de ser,
          y huela la casa a hombre.

          _Log._--Dame licencia y verás si te hago justicia,
          poniendo en obra alguna de mis magicas.

          _Her._--Bien sabes soy tu sombra y que no me puedo
          mouer sin ti; pero sea cuerdamente y conforme a nuestra
          profession.

          _Log._--Assi se entiende, mas vna cosa es menester
          primero.

          _Her._--Qué?

          _Log._--Ya sabes que mujeres son antojadizas sospechosas,
          desconfiadas, celosas, vengatiuas, mentirosas; que por
          todos estos escalones a de subir el triste que aya de ser
          sentenciado dellas. Veamos, pues, si en alguno dellos
          diste occasion de recibir la muerte: en el primero
          mostrando otro de lo que sentias; en el segundo, si sob
          specie de dar consejo vsaste de reprehension; en el
          tercero, si por tentar su calor mostraste frio, y en el
          quarto, si heziste oracion a alguna otra sancta o eres
          general; en el quinto, si no tomaste con alegre cara su
          desseo de satisfazerse o no diste lugar con generoso
          y manso semblante a su furor, y en el sexto, si le
          contrariaste en algo o dexaste de finxir que creias sus
          mentiras.

          _Her._--No te sabria dezir particularmente la orden del
          proceder, porque amor es figura aparte, y no conosce
          señorio de tiempo o otra fuerça humana, pero en summa
          sabe que Marco Antonio no fue más leal a Cleopatra,
          aunque me dexe solo aora en la pelea desta mar de mis
          males, como ella hizo a él.

          _Log._--Bien hacia yo el Palinuro; pero tu hechasteme
          en la mesma mar: es fuerça todauia, que aun me atreuo
          lleuar tu nao a mejor puerto. Mi consejo es que aun lo
          dissimules y le scriuas vna carta.

          _Her._--Quieres hazerme perder el seso? si nunca me
          responden, que es indicio de tenerme en poco.

          _Log._--Podria ser que no, y fuesse tentacion, que en
          fin tiene su término. Hagase aqui y lleuesele luego;
          quiza será principio d'algun contentamiento o el remate
          o cabo de todos sus contrarios, hechando las ancoras
          en otra parte _sicut et nos_. Entiendes este verso del
          _Paternoster_?

          _Her._--Demasiado; sea hecha tu voluntad en esta tierra.
          Page, traed papel y scriuanias.

          _Page._--Si haré, señor, aqui estan.

          _Log._--Vna merced queria del señor peregrino de amor o
          desamor: que contasse por los dedos sin curar de cifras
          d'esta vez, que yo prometo seruirselo de otra.

          _Her._--Soy muy contento, mas si ay negra alguna allá,
          podria ser que se corriese.

          _Log._--Proprio es de negros correr y huir, pero aqui
          estamos nos que le alcançasemos con los perros de Asosio.

          _Her._--Ah, ah, ah, esto es mejor ya de lo que será la
          carta. Empieço: Mi señora.

          _Log._--Señor, sí.

          _Her._--Ya sabes que no estando mi alma en otro cuerpo
          que en el tuyo, para biuir contento conuiene que te
          busque.

          _Log._--Vn poco va alatinado, pero vaya.

          _Her._--O, ni tambien a de ser el A. b. c. que presumen
          allá de soletrear.

          _Log._--Essa es la cuenta.

          _Her._--Mas si lo hago y el tiempo y lugar me faltan para
          recibir el acostumbrado nutrimiento, es matarme.

          _Log._--No salieras en ayunas, si lo dixieras en el campo
          de Xeres.

          _Her._--Por qué? es descortesia?

          _Log._--Señor, no; prosiga.

          _Her._--Doyte al diablo que tanto sabes de Guydo, fueras
          bueno para barbero.

          _Log._--Y su merced para montar en banco, como charlatan
          italiano, y vender pelotas de xabon y otras species;
          adelante.

          _Her._--No sea tan rigurosa la ley del Monasterio, que no
          aya excepcion en ella.

          _Log._--Aora me diste en el paladar, porque esse es el
          sexto punto de que tratado tenemos, dexareste engañar y
          tener por cierto lo incierto.

          _Her._--Nunca menos hize sino vna vez que la reprendi de
          general.

          _Log._--Entonces perdiste el juego.

          _Her._--Antes me lo agradescio.

          _Log._--Son mañas; Dios sabe que le quedó en las narizes.

          _Her._--Ya es hecho, la intencion me salua.

          _Log._--De buenas intenciones está el infierno lleno.

          _Her._--Assi lo dizen. Si tu merced me da licencia yre
          acordar oy cierta musica que tengo pensada y darle
          algunas nueuas.

          _Log._--Bueno, porque es más sentida que vn delfin y muy
          amiga de nueuas para tener en qué morder.

          _Her._--Si no, quédese para mañana, si oy no puede ser,
          que tus honestos exercicios no te dexan tiempo para otras
          cosas. Dios te conserue en ellos.

          _Log._--_Ad quam gloriam._ Andaste de capitan, cierra
          aora, y ay está Honorio que porna todo en su lugar.

          _Hon._--Assi fuesse en mi mano cómo las haria baylar al
          son.

          _Her._--Ya sé vuestra buena voluntad; yd, pues, y
          cortesmente, sin más historia, como os tengo dicho, dad
          esta carta, y mirad lo que os responden, que en casa os
          speramos o allá fuera.

          _Hon._--Si haré, señor.

          _Her._--Vamonos passeando por aqui a coger ayre.

          _Log._--No será menester yr para esso lexos, que aqui
          cerca está vn molino que da harto.

          _Her._--A do lo[da]?

          _Log._--En su cabeça de V. m.

          _Her._--Y en la vuestra ay agua y tierra. Algun dia me lo
          pagareys, vellaco.

          _Log._--Mucho aueys de sperar, hombre honrrado.


                                NOTAS:

          [727] Éstos y los demás versos que hay en la comedia
          están escritos como prosa en las ediciones originales.


                       SCENA 10. DEL TERCER ACTO

          Asosio de retorno de sus bodas encuentra con Logistico y
            Heraclio, con que se burla un rato en su mascara y buelue
            Honorio.


                ASOSIO, LOGISTICO, HERACLIO, HONORIO.

          [_Aso._].--Y vos, señora Alcumena, pensauades no auia
          otro Amphitrion y que se oluidaua Iupiter de los pollos?
          por vida de Martes el soldado, que os an de saber a
          grajos, y quedays señalada de manera que todo el Balsamo
          de Ierico no os aproueche. Qué bien le supo la comida;
          a fe que es de buena boca la señora y alegre en la
          conuersacion, sino que era el dia claro y descobria
          al Pauon los pies. Andará la burla assi algunos dias;
          alquilaré despues la mascara a otros. Entendamos aora en
          la cadena de la otra Nimpha, para ganar el precio del
          torneo y contar de la batalla, pues soy auenturero. Qué
          paxaros son éstos? ah, ah, ah, los mesmos. Asosio otra
          vez al grano y entonado.

          _Log._--Este buelue a ser mi cortesano de oy; alguna cosa
          busca por aqui.

          _Her._--Será enamorado. No tiene mala vista ni representa
          mal, si lo demas responde a ello.

          _Log._--O, es discreto y buena arte d'hombre!
          lleguemosnos a él que ya nos conoscemos. Señor, alegrome
          en pensar que lo detenga alguna cosa en esta tierra.

          _Aso._--Mucha ay, señor, si yo valiesse la menor.

          _Her._--Bueno. Beso las manos de V. m.

          _Aso._--Beso las manos de Vs. ms.

          _Her._--Cierta regla de valer mucho es ser confiado.

          _Aso._--Si yo lo soy es en el desseo, pero aqui deuen
          querer más.

          _Log._--Aqui, señor, por dinero baylla el perro, como en
          tierra de Salomon. Y sepa que si el señor Homero viene
          sin él, duerma al sereno, aunque trayga a Hector de
          rienda.

          _Aso._--En toda parte, señor mio, saben ya essa
          oracion, pero en algunas hay más cortesia y quieren los
          cumplimientos reboçados.

          _Her._--Señor sí, como si dixiessemos aora, vn hermitaño
          de vn pagode allá en la India no tomará vn quarto, mas
          otras charidades que valgan mil, dando en prendas d'ello
          la posada y sus ayunos.

          _Aso._--Aueriguado. Rehusan diez ducados por una cadena
          ó sortija que valga treinta. _Sed libera nos a malo_,
          que el oro es ya carisimo, y murieronse los Alexandres y
          Pompeos.

          _Her._--Leydo es este gentilhombre.

          _Log._--O es mucha marca.

          _Aso._--Si le conosciessedes, señores, ternan que
          platicar, ny yo tampoco quiero ser huesped enojoso.
          Accuerdense deste perigrino, que es de las obras
          encomendadas; y si lo fueren, algun dia les será pago.

          _Log._--Antes nos hazia merced muy señalada, mas si assi
          quiere como mandare.

          _Her._--Como natural será seruido, acceptando las casas y
          personas.

          _Aso._--Ya esso queda contado por merced recibida, porque
          no se escusen.

          _Log._--Señor mio, aqui todo responde a esta prenda.

          _Aso._--Beso las manos de Vs. mercedes.

          _Her._--Y nos los pies de V. merced.

          _Log._--No veys qué bien assienta sus razones?

          _Her._--De los nuestros es; no seria malo conuersalle y
          hazelle algun seruicio.

          _Log._--Mas quiero conbidalle para mañana y negociar oy
          damas y musica.

          _Her._--Passarás en esso al Cid Ruy Diaz. Acá viene la
          nao por que speramos.

          _Log._--No trae mucha carga segun paresce.

          _Her._--De mala gracia viene.

          _Log._--Pues, hermano, traes recaudo conforme a essa cara?

          _Hon._--Mala cara y mal recaudo venga por ellas y por
          ellos y por los gatos.

          _Her._--No lo digo yo? algo ay.

          _Log._--Si ay.

          _Hon._--Algo ni alga; bien puede tu merced passarse a
          otra calle, que aqui no le conoscen y hace frio demasiado.

          _Log._--Diste tú la carta?

          _Hon._--Di la carta, y leyóse la carta, y anduuo la carta
          pagando portazgos y haziendo más caminos que el Troyano
          de que leya tu merced el otro dia.

          _Log._--Quiere dezir Vlises; Griego diras.

          _Her._--En summa?

          _Hon._--En summa, señor, gente ruyn.

          _Log._--A quién la diste?

          _Hon._--A la Patrona.

          _Log._--Qué semblante hizo?

          _Hon._--De perro.

          _Log._--Qué te dixo?

          _Hon._--Spera. Pensé que yua scriuir y dixome la moça que
          no auia tiempo.

          _Her._--Viste más que a ella?

          _Hon._--Otras ellas vy, y todas ya lo son, que paresce se
          burlauan.

          _Her._--Quererias (_sic_) motejar.

          _Hon._--Para esso estaba Honorio; biuas las comiera, assi
          me despidieron y de tibio no podia llegar.

          _Her._--_Impleta est iniquitas Saul_; a otro Rey auremos
          de seruir.

          _Log._--Entremos y auremos nuestro consejo.

          _Her._--Ya no hay para qué.

          _Log._--Sí ay, y sigueme.


                       SCENA 1. DEL QUARTO ACTO

          Amertia va a casa de Mania por saber del cortesano: ella
            la despide[728] porque le speraua.


                       AMERTIA, MANIA, ASOSIO.

          [_Amer._].--Aquel gentilhombre se detuuo ayer a la puerta
          de Mania; holgaria de saber lo que passó con ella. Quiça
          donayres como por acá. Por mi vida que es auisado y tiene
          buena gracia y en su vestir paresce rico, que es lo que
          importa. Puesto caso que estos cortesanos son como el
          conejo, y toda su hazienda traen a cuestas, no auiendo en
          casa estacas ni tocinos: mas por sustentar la vanidad se
          deguellan[729] algunos dellos. Otros ay tan redoblados
          que por engañar a quantas ay no se les da vna blanca.
          Guay de quien les cae entre las manos, que le hazen ver
          las estrellas a medio dia.

          _Man._--Allá viene mi prima, qué dirá de bueno? No la
          queria aora aqui, porque viendra aquel galan, que importa
          más si trae la cadena. O, si llegasse! bien, hermana, a
          dónde bueno qué me traes?

          _Amer._--No basta esta gentileza?

          _Man._--Sí, mas es acostumbrada. No sabes que no se para
          en dessear?

          _Amer._--Es assi; pero vn rato de buena conuersacion no
          tiene precio, mayormente quando ay algun villancico que
          glosar.

          _Man._--Esse es el parayso. Pues tienes alguno que sea
          nueuo?

          _Amer._--Nunca falta. Viste aquel nueuo seruidor que ayer
          nos vino?

          _Man._--Qual? un gentilhombre de vnas piernas y cabeça,
          que anda haziendo paradillas a las puertas y todo son
          milagros lo que dize?

          _Amer._--Esse, prima, por tu vida.

          _Man._--Dónde nos vino el axuar, que paresce grulla de
          Alemaña?

          _Amer._--No sé; aqui lo vy ya otra vez; dizen que es
          persona principal.

          _Man._--Pocos moços lleua para principal.

          _Amer._--No va en esso, prima; precianse aora los
          caualleros de andar assi y dissimular su estado, y los
          que no lo son ni tienen sangre para hazer morcillas,
          hinchinlas de mulas viejas o de moços alquilados.

          _Man._--Tanto menos estimará la de quarenta assi, prima?
          qué poco sé yo del mundo!

          _Amer._--Mejor te açoten, traydora.

          _Man._--Qué dizes?

          _Amer._--Que es traydora la orden de biuir aora.

          _Man._--Bien entona sus canciones.

          _Amer._--Es auisado.

          _Man._--Qué te dixo?

          _Amer._--Muchos requiebros.

          _Man._--Qué respondiste?

          _Amer._--Al mesmo tono.

          _Man._--Y yo muy fuera dél.

          _Amer._--Por qué eres assi? No serias más humana?

          _Man._--No es tiempo ya de cortesias. Todo nos merecen
          mientras no abren la bolsa y cierran la boca, entiendes?

          _Amer._--Qué desuergonçada.

          _Man._--Más qué niña tú: bien te conosco, mejor darias
          vn salto que el ladron Caco. El natural de la raposa es
          fingirse muerta para caçar; yo soy mas a la clara, doy el
          desengaño luego sin perder tiempo, y desta suerte venci
          muchos desafios. Pues vno tengo aplazado[730] aora que
          puede ser me valga tres.

          _Amer._--Con quién, prima, assi Dios te dé salud.

          _Man._--Despues te lo diré, y perdoname que se llega la
          ora.

          _Amer._--Norabuena vayas; si bien te fuere, dame parte.

          _Man._--Todo está a tu seruicio.

          _Amer._--Si no la bolsa.

          _Man._--No seas incredula, que no me burlo.

          _Amer._--Ya lo sé, prima; a Dios te encomiendo.

          _Man._--Tus manos beso, nunca faltan diablos; si
          veniera el conde todo se gastaua; mande Dios no hallase
          estropieço alguno, a mengua de regalos no se boluera. La
          mesa puesta, la casa perfumada, dos pares de pañezuelos
          muy galanes y vn par de guantes adobados que traya
          por mi amor. Podria ser que este anzuelo pescasse más
          vna lamprea. Suspiros y ojos quebrados, que son los
          alguaciles de prender libres, de casa los tenemos;
          mientras aya que dar todo andará a punto. Allá assoma
          una cabeça, la suya deue ser. Quiero boluer la mia a su
          lugar, haziendo ademanes de soledad y cantando la cantiga
          de vn ora m'era mil años (y quando esté acá) mas aora mil
          años me es vn ora. Graue, tristoña, con mis descansos de
          pecho a ratos, que son los escaueches que aprendi de niña.

          _Aso._--Iusto es, señora, buelua por sí quien se dexó.

          _Man._--Por tan poco?

          _Aso._--Si el comer no fuesse tan ordinario, la hambre no
          mataria. Para poder biuir sin ti, es menester verte de
          quando en quando, mi señora.

          _Man._--Mira lo que dize su merced.

          _Aso._--Aqui traygo el rescate de mi palabra.

          _Man._--Esso buscamos. Cómo, señor, prometióme algo tu
          merced?

          _Aso._--O qué pieça, ya se te oluida, amores mios? no te
          dixe que queria adornar tu hermoso cuello con vna prenda
          mia?

          _Man._--Ya ya, señor, pensé que burlaua tu merced.

          _Aso._--No biuas más.

          _Man._--Yo no pretendo [más] que tu amistad y seruirte
          con la pobreza desta posada.

          _Aso._--Esso me obliga a darte lo que queda y a prenderte
          assi.

          _Man._--Guardeme Dios, y qué verguença; no señor, no la
          tomaré por todo el mundo.

          _Aso._--Será luego por amor de mí, que soy parte dél.

          _Man._--No, no señor, que no soy dessas. Si mi madre la
          viesse, matarme ia.

          _Aso._--No hará, que yo te defendere.

          _Man._--Assi, señor, con qué gracia lo dize su merced;
          entre, señor, que haze calor aqui y refrescarse a con
          algo.

          _Aso._--Dispuesto vengo a obedescerte en todo.


                                NOTAS:

          [728] Por errata _dispede_ en las dos ediciones.

          [729] _Deguallan_ en la primera edición. Está corregido
          en la segunda.

          [730] _Plazado_ en la primera edición.


                       SCENA 2. DEL QUARTO ACTO

          Melania buelue a casa muy vfana de su buena ventura y
            habla con su ama y con Idona.

                      MELANIA, IDONA, ASTASIA.

          [_Mel._].--O dulce sueño (que no es menos tan breue gozo)
          por qué te acabaste? cómo no detuuo el sol su curso y
          me ayudó a celebrar mis bodas? no fuera mejor quedarme
          allá en braços de Apollo como Daphne hecha Laurel? qué
          gracias, qué lindeza, qué buena conuersacion! Otra fuera
          que no se fiara tan ayna, pero yo fiara más si más
          tuuiera de aquel angel y de aquella palomita de Doleria.
          A la puerta está mi ama; no sé si reñiremos, pero yo no
          he tardado tanto; haré del graue, que es el defensiuo
          destos peligros y arguye consciencia sin manzilla.

          _Ast._--De dónde bueno, Melania? pues sin licencia?

          _Mel._--Dias ha la tengo de tu merced para mis visitas,
          que bien sabes quáles son.

          _Ast._--Es verdad, y esta ha sido tal?

          _Mel._--Y cómo, señora, a vn doliente que estaua en
          pensamiento.

          _Ast._--Quién es?

          _Mel._--No lo conosces? ha dias que está malo.

          _Ast._--No me lo dixieras; fuera yo tambien allá.

          _Mel._--No medres más de lo que yo le queria en tu poder.

          _Ast._--Qué dizes, hija?

          _Mel._--Que podria ser viniesse a tu poder si el mal se
          le arreziasse.

          _Ast._--Es mancebo?

          _Mel._--Y hermoso, que es vna lastima dexalle solo.

          _Ast._--Viste por allá nuestros amigos?

          _Ido._--Venistes ya, señora?

          _Mel._--A su seruicio. No vi a nadie; de quáles dizes?

          _Ast._--De los más familiares, que los otros deuen estar
          aora midiendo el cielo y contando las estrellas. Y essos
          passando la calor debaxo de algun ramo.

          _Ido._--De más si está quexoso Heraclio.

          _Ast._--No sé, presumolo.

          _Mel._--Desso me daria a mi bien poco; vistes qué gente?

          _Ast._--Con todo no ay para qué escandalizalle, que el
          buen hombre quierenos bien y es buena persona. No será
          malo saber dél, emendando lo passado y lo presente, con
          palabras y alhagos, conforme al tiempo; ternemos a lo
          menos quien nos entretenga.

          _Ido._--Nunca le respondiste a ninguna de sus cartas, y
          pensará que nasce de tenelle en poco.

          _Mel._--Y en qué más le han de tener? no veys qué
          principe?

          _Ido._--Qué sabes tú? quando no lo sea, las obras hazen
          la nobleza, que esto es tambien en fauor nuestro.

          _Mel._--Tienes razon, pero hombres tan pesados no nos
          arman. La conuersacion ha de ser alegre; biuan nuestros
          amigos Apio y Metio.

          _Ast._--Estoy contigo, que son llanos essos y de buena
          ventura.

          _Ido._--El Heraclio, a la verdad, todo queria fuesse suyo.

          _Ast._--Dios nos guarde. A mi padre ternia odio sólo por
          esso. Ya se lo dixe algunas vezes, pero el natural no se
          pierde assi liuianamente. Embia tú, hija, de mi parte a
          rogalle con el moço nos venga a ver mañana.

          _Ido._--Assi lo haré.

          _Mel._--No pudieras tener más cuenta con el Duque de
          Saxonia; nunca yo lo hiziera.

          _Ast._--Eres aun moça; el tiempo te enseñará. Está assi
          bien, entendamos aora en lo de casa.

          _Mel._--Bien sera, señora.


                       SCENA 3. DEL QUARTO ACTO

          Heraclio llamado de parte de Astasia, Logistico le
            aconseja cómo se ha de auer con ella y va asechalles
            detras la huerta y oye sus razones.


                 LOGISTICO, HERACLIO, ASTASIA, MORIO.

          [_Log._].--Mira si soy Propheta yo? quántas vezes te
          he dicho que es lo mejor hazer muy poco caso destas y
          dexallas para quien son.

          _Her._--Aun yo no sé a qué fin me llama.

          _Log._--Porfias? no es otro; mugeres nunca salen de vno
          de dos extremos, demasiada desconfiança o soberbia del
          diablo; si les huyes muerense por alcançar la causa, y si
          te mueres por ellas y las sigues, persuadense que todo
          es por su beldad y gracias, poniendose en los cuernos
          de la luna. Ya prouaste lo vno, aora prouarás lo otro.
          Bien puedes yr, oyr y ver, y si mi opinion es verdadera,
          habla como hombre libre de amor. Y viniendo a proposito
          las quexas o desengaños, asientale la capilla para
          confirmalla en su sospecha.

          _Her._--Dexa a mí el cargo.

          _Log._--Ha de faltarte el ánimo; que ata este traydor
          manos y lengua, y quedarás más embarbascado que si
          ouieras visto el lobo.

          _Her._--Para saber cómo te engañas, haré una cosa.

          _Log._--Qué tal?

          _Her._--Vete detras la huerta asecharnos, que allá
          prometo de lleuartela.

          _Log._--Si esso hazes, empieças a ser hombre y no podrias
          darme mejor fiesta por discantar a mi plazer los ademanes
          de Zirfea, Reina de Cartas, esclaua de Argenes. Mas
          haze tú otro por amor de mí, que si quisiere tratar de
          treguas, con alguna colacion de ensalada y carne fria,
          digas que ayunas.

          _Her._--Con quién se toma? no embargante que puedes estar
          seguro desso, porque cumplimientos que cuesten algo no
          los ay alli, sino con quien les cuesta mucho y vale poco.

          _Log._--Que tú por Philosopho y hombre de bien eres más
          pesado que la campana mayor.

          _Her._--No ay duda en ello. Ora, hermano, por allá te
          cuela, que en ella ha de estar en vela, como otras vezes,
          que en esto paga todo y no queria[731] nos viesse juntos.

          _Log._--Eya, pues, yo estoy en poluorosa. Acuerdese de
          sí, señor, y haga por salir del estacado con la victoria.

          _Her._--Scripto está, tomá si se detuiera más vn poco,
          allá la veo, y se me riye: maldita seas con tus engaños,
          qué palabras tiene y dissimulada es.

          _Ast._--Para bien aparesca su merced, pues, señor
          Heraclio, qué oluido es este de tantos dias?

          _Her._--Bien dizes que los dias de mí se oluidan, pero
          son accidentos d'este tiempo, y ver o no ser visto
          d'ellos viene, que yo por cierto no me escondo ni huyo a
          nadie.

          _Ast._--No, no, mal hombre, otro queda allá.

          _Her._--Todo es acá, sin auer allá ninguno.

          _Ast._--Ora entremos, que yo bien sé que durará vn rato
          esta disputa.

          _Her._--Disputa, señora? Dios nos libre; todo será a tu
          modo, y si te plaze, allá en la huerta deue estar más
          fresco por no auer sol.

          _Ast._--Dizes bien.

          _Log._--Aqui do vienen Orlando enamorado con doña Vrraca.
          Bien cumple su palabra; veremos lo demas. Qué risueña y
          amadiosa es. Pluton la bendiga.

          _Ast._--Sentemonos aqui, es más escuso.

          _Log._--Señora sopa, cayste en la miel.

          _Her._--Está lindo esto; nunca d'aqui saldria si fuesse
          myo.

          _Ast._--Pues cómo, y aora lo tienes por ageno?

          _Log._--O qué principio!

          _Her._--Cómo puede ser mio lo ageno? Si lo mio no lo es,
          y si dello me priuaste y me lo tienes, cómo creere lo que
          me dizes?

          _Log._--O pese a tal, que ya se le cae el albarda al
          asno!

          _Ast._--Hombre de poca fe, ya te arrepentiste?

          _Her._--De qué?

          _Ast._--De creer, siendo la principal estrada de la fe y
          de justicia.

          _Her._--En Dios solamente, que en los hombres ya está
          dicho ser maldicion.

          _Log._--Veamos qué responde Celestina.

          _Ast._--Bien te entiendo, y esso de que quieres
          preualerte haze más a mi proposito.

          _Her._--No me marauillo, porque las leys tuercen con las
          varas de los Corrigidores, que de blandas y delgadas
          inclinan a la parte que ellos quieren.

          _Ast._--No assi, no assi; mas si tú faltas en la
          constancia prometida y te buelues como la hoja a
          qualquiera viento de tu opinion, haziendo della juez,
          paresce que deuo de ti quexarme como de hombre.

          _Log._--No veys el entablar de juego de la señora Claudia?

          _Her._--Yo de ty como de muger.

          _Log._--Andar, en las cejas le dio con la mostaza.

          _Ast._--No podras passar de ay, que es la plaga o injuria
          general.

          _Her._--Quando a las palabras las obras no responden,
          y se prueua cosa no sperada, la disculpa más ordinaria
          es dezir: O, son mugeres; mas no lo es, porque entonces
          quedan más condenadas por muchas vias.

          _Ast._--Queria saber de qué te quexas y en qué te offendi?

          _Log._--Sancta Cecilia, y qué deuota está!

          _Her._--A, mi señora! Solo en no mandarme, que en lo
          demas passan las mercedes de cada dia por mi merecimiento.

          _Ast._--Ya en esso te apartas de la justicia, diziendo
          otro de lo que tienes en tu pecho, que no es officio de
          amistad desengañada.

          _Her._--Bien dizes, y a do la ay?

          _Ast._--En algunas partes.

          _Her._--Cómo lo sabes?

          _Ast._--Por experiencia.

          _Her._--Experiencia? ah, ah, ah!

          _Log._--Bien a proposito.

          _Ast._--De qué te ries?

          _Her._--De lo que dizes. Cómo conosces lo que nunca
          viste? Si en ti han faltado y faltan todos los terminos
          y condiciones que en ella se requirian, qué experiencia
          tienes, sino de lo falso de que vsas con quien nunca te
          engañó?

          _Log._--O hideputa[732], bien tornó mi hombre.

          _Her._--Qué verdad, qué fe, qué amor, qué obra o
          effecto de amistad ay en ti, ni en tu casa? qué as
          dexado de ver en mí, o qué viste para mudarte? esto
          era lo que me dizias y prometian tus palabras falsas,
          fingidos affectos? por quién me dexaste? a quién boluiste
          tus engañosos ojos? Do está la razon de que tanto te
          preciauas, llamandola señora de tu casa?

          _Log._--Oxe a coces ha de venir el juego, assi, noramala,
          assi, qué contrita está la nouia.

          _Her._--El amor de Dios, el temor, la charidad del
          proximo, la cortesia, la gratitud que affirmauas ser en
          tus donzellas familiares? la templança, desprecio del
          mundo, encarescer la soledad y aborrescer la compañia,
          auiendo de huyr y dexar los hombres por los brutos, y
          d'el oloroso y deleytoso campo de nuestras platicas, si
          auias de entrar en tan ahumado y escuro laberinto?

          _Ast._--Mal me tratas, señor Heraclio; muy encendido
          vienes; rompe la neblina de tu pensamiento con el sol de
          la razon, y verás quán sin ella me condenas y injurias.

          _Her._--Injuriar? Dios me guarde, no traygo esse
          proposito, ni me tengas por tan mal mirado que no aya
          estado lo que aora digo en mi pecho escondido ha mucho
          tiempo. Pero quise hazer experiencias y guardar las
          circunstancias todas antes de llegar donde aora estoy.
          Paresce que el que te di de penitencia ha seruido sólo
          de más endurescerte y doblar mi mal. Fuego del cielo
          te consuma, hembra maluada; las infernales furias te
          atormenten; manjar de fieras sean tus carnes. No se te
          acuerda que me engañaste ya otra vez? y que tu descortes
          desden y crueldad me hechó en destierro, negando a quien
          te adoraua por otro que tu adorauas, guyada de tu juyzio
          enfermo?

          _Ast._--Mesurate, señor Heraclio; si no daremos fin a
          esta cuenta.

          _Her._--Doyte menos de lo que meresces y aun te quexas?
          Yo cuento todo por acabado, ni imagines que torne al
          juego en que perdi y me ganaste con dados falsos. Esto
          es lo que speraua. No pienses que me viste, ni seas tan
          atreuida que bueluas la cara por me ver; contenta tus
          ojos, tu lengua y tus orejas tan sin respecto como hazes,
          y sigan tus pies y manos al coraçon y él a tus sentidos.
          Prueua lo que el mundo da de sí sin anteponer nada a tus
          deleytes mentirosos, que en la fin de la jornada hallarás
          mis consejos y reprehensiones vestidos de los habitos que
          les rompiste y estragaste por despecho.

          _Log._--Gran Philosopho está mi hombre; más vale colerico
          que otros mil sin colera. Y qué afilada trae la lengua!

          _Ast._--Por tu vida que me digas sin passion la culpa que
          me das.

          _Her._--No deuias preguntar mentira tan manifiesta,
          que es indicio de pertinacia y no de arrepintirte[733].
          Quántas vezes te dixe lo que te complia que
          agradesciendomelo falsamente heziste por el contrario?
          Quántas vezes no quesiste admitirme a tu conuersacion,
          teniendola guardada para otros, y dandoles las obras que
          me deuias, a mí las palabras con que les pagaras? Quántas
          vezes te escondiste o escusaste con honestas ocupaciones,
          siendo el effecto tan differente, y murmuraste en mi
          absentia con tus presentes apetitos o demonios? Quándo me
          diste lo que otros rehusan, o yo te pedí lo que no podias
          dar? Quándo me visitaste estando enfermo, o yo no te
          visité y obedescí? Quándo me diste parte de tus plazeres,
          o yo no la tomé de los pesares? En qué te offendí para
          me offenderes? en qué te burlé para me burlares? en
          qué no viste en mí amor sincero, o tú me lo mostraste
          verdadero? Qué bien empleé mis ojos, mi pensamiento y
          todas mis potencias y sentidos! Mas que merecido viene lo
          que tengo, auiendo hecho de Egipto Dios, spirito de sus
          cauallos y no carne.

          _Log._--Nunca hombre tan bien a cantado. O qué diestro, o
          qué lindo, o qué concertado! que tal está la conuertida.

          _Ast._--Ora no más, señor Heraclio, no aya más;
          perdoname, por tu fe, que yo conffiesso auer peccado;
          engañome la vanidad y esta peruersa de Iesabel; todo
          emendaré si Dios me da la gracia, y spero no me falten
          para ello tus oraciones.

          _Her._--No, pues se a mandado, pero en lo demas no ay
          que dizir está sellado en mi alma este proposito. Si yo
          dexare el mundo y sus engaños, gózate tu dellos y queda
          en paz.

          _Ast._--No consiento en tal partida; yo quiero estar en
          tu gracia y que quedes sin scrupulos.

          _Her._--Si haré, no me detengas.

          _Ast._--Pues y assi quieres dexarme? No sabes ser contra
          natura faltar perdon donde sobra penitencia y deseo de
          complacerte? yo profiero lo biuo y lo pintado, las obras
          y pensamientos para seruirte.

          _Log._--O gran passo, qué tal soy yo para alchimista; en
          dos dias hallará su Lexir o piedra philosophal, no ay
          secreto que se me esconda. Moderate, hermano, aora, que
          esso basta.

          _Her._--Pues que assi te justificas, qué menos puedo
          hazer? Aqui me tienen, corta a tu modo y despedaça.

          _Mor._--Muger.

          _Ast._--El diablo lo trae aora. Qué ay, marido?

          _Log._--O maduro; algo deue traer de bueno.

          _Mor._--O, señor, aqui estaua tu merced? Beso las manos
          de tu merced; cómo le va a tu merced; mucho ha que no
          he visto a tu merced; ha estado malo tu merced? Dios dé
          salud a tu merced.

          _Log._--Ahogado le ha con las mercedes.

          _Ast._--Qué pesadumbre!

          _Her._--Seruidor de tu merced.

          _Ast._--Pues, Morio, ay algo?

          _Mor._--Vino el grangero con la paja.

          _Her._--Tal mereciste tú.

          _Ast._--Qué dices, señor Heraclio?

          _Her._--Que no lo mereciste tú, mas que el mundo lo da, y
          voyme; vea tu merced qué manda.

          _Ast._--Que me mandes, y seamos muy amigos; será assi?

          _Her._--Como quisieres.

          _Ast._--Dios te acompañe.

          _Her._--Y a ti dé gracia.

          _Mor._--Beso las manos de tu merced; deme la mano tu
          merced.

          _Ast._--Basta, Morio.

          _Her._--Vela aquí.

          _Mor._--Rebezbeso otras millenta vezes las manos de tu
          merced.

          _Log._--Desollado le ha las manos. Acabose la comedia.
          _Valete et plaudite_ los comedores.


                                NOTAS:

          [731] _Quiera_ en la segunda edición.

          [732] _Hidiputa_ en las dos ediciones.

          [733] _Arepintirte_ en las dos ediciones.


                       SCENA 4. DEL QUARTO ACTO

          Asosio buelue a su figura y busca sus amigos para
            contalles sus auenturas.


                 ASOSIO, DOLERIA, LOGISTICO, HERACLIO.

          [_Aso._].--Mal año para don Galaor o qualquiera de los
          doze Pares que más auenturas acabasse o venciesse más
          batallas. Qué de padrones he passado esta jornada; será
          bueno aora buscar Vrganda y agradecelle de su socorro,
          para que otra vez lo dé de buena gana y boluerme al
          viejo pelo, que no embargante que el officio me agradaua
          y determinasse vsallo algunos dias, seria todauia
          mucho cauallo y a pocos trechos podria cantar el _De
          profundis_. Reposemonos aora, que más fiestas ha en el
          año, hará hombre lo que dixiere el reportorio. Estays
          aca, señora Doleria mis amores?

          _Dol._--Quién llama? o qué noraenella vengays.

          _Aso._--O qué norauellaca esteys; qué ay por acá, hermana?

          _Dol._--Los huessos de la carne que comiste.

          _Aso._--Por tu vida, hermana, que quiero empezar a entrar
          en quaresma y comer pescado, o hazer dieta para conseruar
          el apetito, porque estas aguas son muy hondas y podria yr
          la soga tras el caldero.

          _Dol._--Dessos soys? nunca medre si no os acertasse la
          vena.

          _Aso._--Nunca medre si no lo creo con tus magicas.

          _Dol._--Mas hazes bien en guardar para la vejez.

          _Aso._--Esso digo yo, hermana, y que es necedad matarse
          hombre por quien se lo agradesce tan poco tiempo. Más
          conquistado he de lo que piensas.

          _Dol._--La de marras?

          _Aso._--Marras y marranas, a la fe; la torre Mania y
          el castillo Amertio, y ganara la ciudad si siguiera la
          victoria; pero es valentia huyr y retirarse quando es
          tiempo.

          _Dol._--Tienes razon, y dessa manera más alquiler deues.

          _Aso._--Confiesolo; toma la mascara y pagate en los
          vestidos, si no basta, por el cuerpo que es todo tuyo.

          _Dol._--Los vestidos serviran en su officio; mas tú
          pagarás con otros que me armen.

          _Aso._--Por vida de Asosio que assi sea. Dissimula con
          la señora mi mujer; y dile recibi cartas que Alfama era
          tomada, y soy ydo buscar otro aposento para los dos. Que
          le ruego no se oluide de la fiesta.

          _Dol._--O, vellaco, qué tal queda, y cómo heziste la tuya!

          _Aso._--Descuente.

          _Dol._--Ven acá, toma esta agua y lauate.

          _Aso._--Para boluerme a Asosio.

          _Dol._--Si quieres.

          _Aso._--Toma si quiero; hablas como Reyna, no hay tal
          saber en Babilonia. Dame el vestido.

          _Dol._--Ay lo tienes.

      _Aso._ Bueluete a tu majada, pastor,
           toma tu çurron,
           que no ay más dongolondron.

          _Dol._--Qué concertado glosador!

          _Aso._--No lo sabes bien; vn dia haré algo en tu loor.

          _Dol._--Yo se lo agradesco; mas por cortesia, mi señor,
          que me lo dé antes en alfileres.

          _Aso._--Vete de ay, no seas tan amiga de tu prouecho, que
          no es auiso.

          _Dol._--Muchas mercedes por el consejo, mas yo no se lo
          pido, señor Doctor.

          _Aso._--Callate, que Venecia te daré.

          _Dol._--Bastará Padua, que ay en ella studios y
          studiantes.

          _Aso._--Como quisieres.

          _Dol._--Veremos, y vete, que tengo que hacer.

          _Aso._--Hablar con tus vasallos?

          _Dol._--Podria ser.

          _Aso._--Tus pies, las ochauas de la fiesta seria ahora
          topar con los amigos; tengo de yr a ver si estan en el
          templo de Lamia, que es lugar de homiziados.

          _Log._--Este es Asosio, si no me engaño.

          _Her._--No es otro.

          _Log._--Harto se detuuo.

          _Aso._--Yo soy menos supersticioso; mas qué embidia me
          ternan los vellacos quando sepan de mis tropheos?

          _Log._--No ves qué borracho viene del juego; que no nos
          vee estando cabe nos, y de vellacos nos haze fiesta?

          _Her._--Donoso está.

          _Aso._--Ya podria partir con ellos si se contentassen,
          pues voto a mí que ay carnero de cinco quartos en el
          rebaño.

          _Log._--Ah, ah, ah, noramala lo acertastes para vos.

          _Aso._--Más noramala le asecheys; con sus mercedes era la
          brega, y dexays me loquear?

          _Her._--Si tú vienes soñando en tus glorias, quién
          quieres te quite dellas?

          _Aso._--Or, andar, hermanos; el mundo es grande y vos no
          sabeys dél la mitad.

          _Log._--Basta que lo traygas por scripto, pues qué dizes?
          pario Doleria lo de que andaua preñada?

          _Aso._--Si pario preguntas? tres de un vientre.

          _Her._--Cómo assi?

          _Aso._--Es menester tomallo más de spacio y el prohemio
          sea besar las manos de sus mercedes de parte del
          cortesano de oy.

          _Log._--Dónde le dexas?

          _Aso._--En brazos de Doleria.

          _Her._--Al diaño, ay pararon los passos y contemplaciones?

          _Aso._--Cómo eres necio! Los vestidos quedan con ella
          en prendas del almuerzo, que el cortesano aqui está. De
          manera que me seruistes oy de media farsa, hablandoos y
          no me conosciendo.

          _Log._--Qué dizes? burlas?

          _Aso._--No me podia tener de risa, de veros tan
          innocentes y a Heraclio tan entonado por sustentar la
          honrra de la patria, que ayna me hablara latin y griego
          si yo diera lugar a ello, y contara algo de Sparta y
          Thebas, que su merced es todo heroico.

          _Her._--Pudiera ser, pero tú eres vn burlon y mientes.

          _Log._--Por vida de Logistico, que lo creo; este es vn
          caso estraño, tanto sabe esse diablo?

          _Aso._--Hará verguença a la infanta Melia; es vna
          alchimia lo que he hallado; no lo podia creer hasta que
          hize cien experiencias.

          _Log._--Valga la el diablo, metiote en agua fuerte o qué
          hizo?

          _Aso._--Más trabajas tú en lauarte las manos. Vamonos a
          mi posada y sabreys de spacio como Proteo se transformó
          y con qué peces lo vuo, y tambien veremos si hay en qué
          morder, porque el camino ha sido largo.

          _Her._--Desse modo no vienes medio.

          _Log._--No es tan necio.

          _Aso._--Assi lo jura tú.


                       SCENA 5. DEL QUARTO ACTO

          Astasia sperando sus nueuos seruidores, llega Heraclio y
            sin ser visto vee lo que entre ellos passa.


               ASTASIA, IDONA, APIO, METIO, HERACLIO.

          [_Ast._].--Mal viene nuestra gente, Idona.

          _Ido._--No tardan aun.

          _Ast._--Qué ora es?

          _Ido._--Las tres.

          _Ast._--No más? luego temprano es.

          _Ido._--Estás en aquel propósito, señora?

          _Ast._--No aurá tormenta que me quite dél; cansada estoy
          de tan pesada carga.

          _Ido._--No miras, señora, que es ofender a Dios?

          _Ast._--Mas lo offendo en las tentaciones de cada dia;
          buscaremos tierra conforme a mi disseño, sacando de casa
          lo que bastare para passar la vida.

          _Ido._--Sin despedirte de Heraclio?

          _Ast._--Ah, ah, ah, qué lindo!

          _Ido._--De qué te ryes, señora?

          _Ast._--De tu inocencia.

          _Ido._--Y la amistad reconciliada? faltarás de tu palabra?

          _Ast._--Fue por complir, porque no enloqueciese o
          hiziesse desatino alguno.

          _Ido._--Mayor lo hará despues.

          _Ast._--Qué se me da a mí? cumpla yo my voluntad, venga
          despues lo que viniere.

          _Ido._--Haré la buelta por acá por ver si veo mi desseo;
          allá está, paresce lo adeuinaua el coraçon. Creo me
          spera, porque la paz quedó más firme que vna peña y el
          amor con la yra reintegrado como el Comico lo dize.

          _Ast._--Acá vienen, no se les ha oluidado.

          _Ido._--Oluidado? no duermen con otros ojos que con los
          nuestros.

          _Her._--Engañado andays conmigo, mi buen amigo; éstos son
          Tito y Vespasiano, destruycion de Ierusalem; d'acuerdo
          estauan. Aora daré fin a este cuydado o principio más
          verdadero, como el gallo lo cantare. Qué dicha fue la
          mia, caerme en suerte este lugar, do no podré ser visto,
          para desengañarme de la postrera contricion!

          _Apio._--Ya tardauamos, señora, no haziamos.

          _Ast._--No tardan los que llegan.

          _Ido._--Yo bien os desculpaua, si me lo agradesceys.

          _Ido._--Quién podra agradescer tal sancto?

          _Her._--Gentil respuesta.

          _Apio._--No bastan nuestras fuerças para pagar lo que
          deuemos.

          _Ast._--Todo está pagado con vuestras gracias y buenos
          coraçones.

          _Her._--No les engañays, por cierto, ni son las
          complexiones differentes.

          _Apio._--Pues, señora ama, qué nos mandas que hagamos por
          tu servicio?

          _Ast._--Lo que desseo tanto tiempo ha y sé hareys de
          buena gana. Ya os dixe que vence la pena al sufrimiento;
          llegó la ora en que estoy deliberada, si estays en la
          promesa y os atreueys, esta noche se porna por obra.

          _Her._--Qué más ay que oyr? todo queda dicho. O mundo!

          _Ast._--Sacaremos prouision que baste para biuir
          contentos, tú conmigo, Apio, Metio con Idona; por eso,
          resolueos.

          _Apio._--Señora, sí; pues Metio?

          _Met._--Pues Apio?

          _Apio._--Qué te paresce?

          _Met._--Qué te paresce?

          _Apio._--Qué dizes?

          _Met._--Qué dizes tú?

          _Her._--Que os ahorquen a todos assi como estays.

          _Apio._--No sé si se sabria.

          _Met._--Sabria.

          _Apio._--Pues?

          _Met._--Auria peligro.

          _Ast._--No ay de qué recelaros; yo lo remediaré.

          _Apio._--Yo bien holgaria.

          _Met._--Yo tambien, mas...

          _Apio._--Es verdad.

          _Her._--O cielos que lo veys, o tierra que tragaste a
          Dathan y Abiron!

          _Ast._--No temays, amores.

          _Apio._--Sí, pero señora...

          _Ido._--De qué aueys miedo? qué verguença!

          _Met._--Sí, señora, mas...

          _Her._--El mas es el paradero.

          _Apio._--Qué te paresce, hermano?

          _Met._--Qué te paresce a ti?

          _Apio._--Buen corage. Hagamos plazer a las señoras, y más
          ternemos muy buena vida. No es assi, señora?

          _Ast._--Buena y rebuena.

          _Ido._--No podra faltarnos passatiempo.

          _Apio._--Pues, señora, saca buena summa.

          _Ast._--Yo me tengo el cargo. Ora mañana a la noche os
          speramos entre las dos y la vna; proueyos de posada para
          algun dia hasta buscar otra tierra.

          _Met._--Yo sé vna poco más o menos.

          _Her._--Y yo vn fuego en que me queme y vna mar en que me
          heche. O justicia del cielo!

          _Ido._--Mirad que no falteys.

          _Apio._--No haremos.

          _Ast._--Traed armas para si fuere menester.

          _Met._--Guay de vos.

          _Apio._--Noramala essa sería, sí, señora, aunque venga
          Golias el gigante.

          _Her._--Los huessos de vn camello como tú bastarian para
          mataros; buen recaudo lleuan.

          _Ast._--A Dios, hermano, pues hasta la buelta.

          _Met._--Aya flasquillo.

          _Apio._--Bien dizes, y algo sobre qué para esforçar.

          _Her._--Essa es la guya y el piloto.

          _Ast._--De todo aurá, porque no desmayeys.

          _Apio._--Me recomendo. Guay de nos, y todauia quieren
          éstas esto? no sea el diablo para nos.

          _Met._--No seria mucho, pero dizen que no temamos.

          _Apio._--Basta; auran proueydo los caminos, que son
          sesudas.

          _Met._--Y auisadas.

          _Her._--Si la presa fuera otra, no dexará de hazeros
          compañia para seruiros. Pero no vale sino oluidalla, y
          con ella al mundo, boluiendo la cara y el pensamiento al
          soberano bien, que hará justicia deste mal y de otros.
          Mas sepalo primero el leal amigo, porque no se quexe.
          Quién me lo hallasse en este punto!


                       SCENA 6. DEL QUARTO ACTO

          Logistico topa con Heraclio, que desesperado se parte
            dél, sin querer tomar otro consejo.


                         LOGISTICO, HERACLIO.

          [_Log._].--En qué clima estarán nuestros amores? porque
          en éste, de verano se haze inuierno, y de dia noche en vn
          momento. Quán misera es la suerte de los nauegantes desta
          mar, a do por vn ora de bonança ay ciento de tormenta,
          sin que valga el menor mal todos sus bienes. Los temores,
          las sospechas, los cuydados, las tristezas, desconfianças
          y engaños, con qué se pagan? con vna risa, vn mirar
          de traues o vna palabrilla, si se les antoja. Sol de
          inuierno finalmente, y nublado todo lo demas; lluuia,
          granizo con que se ahoga el triste sin tener lugar de
          respirar, y maldita la verguença que hay en ellas ni
          differencia; tanto me da Penelopes como diablos. Allá
          assoma, si os plaze, nuestro mareante; no trae muy buen
          gesto; consigo habla; oygamos si llora o canta.

          _Her._--La seueridad será el testigo de mi consciencia.
          Solo y apartado de pensamientos irracionales.

          _Log._--No os desuiays de la strada.

          _Her._--Que en tan pequeño término de tiempo aya tantos
          en la miseria humana!

          _Log._--Nueua cancion es ésta.

          _Her._--Quán confiado quedé yo y cómo creo lo que
          paresce justo, y mostróme la fortuna que en vn momento
          solo está la felicidad o su contrario. O mentirosos
          bienes, quebrantada fe, o falsa hembra; mas bien pagada
          está, consumidos que sean los vapores del appetito.

          _Log._--Essa es la vengança y tu remedio si te contentas.

          _Her._--O, hermano, aquí estauas tan callado?

          _Log._--Por oyr si la razon a solas te acompaña.

          _Her._--No falta conoscimiento si ouiesse obediencia,
          pero la fuerça de la carne es muy antigua.

          _Log._--Mas antiguo es el spirito.

          _Her._--Yo hize mi poder, y rendido aora a mi flaquesa,
          busco el vltimo remedio, renunciando la mentira por la
          verdad.

          _Log._--Esse seria el mejor fruto que esta planta nunca
          dio, aunque sea accidental.

          _Her._--Siempre lo bueno tiene vigor.

          _Log._--Pues qué ay? no sabremos desta tragedia?

          _Her._--Bien viste el desafio y la paz.

          _Log._--Señor, sí.

          _Her._--Oy se tornó todo vinagre. Ido al solito a
          passear, vi el más extraño flete que nunca hizo patron de
          nao.

          _Log._--De qué manera? abreuia, por tu vida.

          _Her._--De las Driadas con los Faunos, mañana a la noche
          para otros bosques y otras fuentes con lo portable y lo
          potable.

          _Log._--Qé me dizes?

          _Her._--Passada media noche lo puedes ver si quieres.

          _Log._--Búrlaste?

          _Her._--Es realmente como te digo, en lo que verás los
          disbarates desta vida y quál sea mi paciencia.

          _Log._--No estoy en my de tal pensar, ni menos procedia
          tan adelante, aunque tenga visto algo y sepa lo poco que
          de mugeres fiar se deue; acuerdese con que afficion le
          declaraua la verdad.

          _Her._--Yo dare de mi descargo con que quedemos pagados
          todos, que bien veo el daño que me hizo no obedescer a
          tus consejos.

          _Log._--Pues qué? en vez de mostrarte alegre del
          desengaño y procurar vengança? Vamonos a Asosio y todos a
          Doleria, para tender alguna red.

          _Her._--Esso no; yo no quiero ser juez y parte; cada vno
          será remunerado de sus obras, y vale más assi y es más
          loor poner los ojos a do la virtud visiua se fortifique y
          el alma se desempeñe.

          _Log._--Bien me está esso, no siendo loca la occasion,
          ni por honrra de los dos lo quiero consentir.

          _Her._--Está scripto _stilo ferreo et vnge adamantino_.

          _Log._--Su peccado della para tu bien, pero tu mal para
          más mal, no me contenta, y si no ay más amistad, voyme y
          no te hablo más.

          _Her._--Antes yo lo haré por no darte enojo. Pidote que
          no se sepa la causa desta absencia, que el tiempo hará su
          officio, ni oluides a tu Heraclio, que hasta la muerte lo
          será.

          _Log._--Y todauia va de verdad? o hombre perdido, que de
          mugeres haze cuenta y les paga tan al reues, viniendole
          aora tan a proposito vengar a sí y a otros. Deliberado
          va, no parará hasta hermitaño; tiempo es de aueriguar
          el amistad y remitir las palabras a las obras. Voyme
          a Asosio, y los dos con su amiga buscaremos inuencion
          alguna de remediar estas locuras.


                       SCENA 7. DEL QUARTO ACTO

          Heraclio trueca los vestidos con su criado Honorio y
            despedido d'el se encuentra con Asosio, que despues de
            dissimular con él se los pone de hurto.


                      HERACLIO, HONORIO, ASOSIO.

          [_Her._].--Honorio!

          _Hon._--Señor.

          _Her._--Bien sabes el amor que te tengo.

          _Hon._--Ya sé, señor, que siempre tu merced me daua de
          sus jubones y calças viejas con que yo me paraua muy
          galan y me tenian en la ciudad por gentilhombre.

          _Her._--Esso es lo menos, hermano mío; no digo sino
          quererte bien, dessear verte en estado.

          _Hon._--Pues, señor, y no andaua yo en estado, pecador de
          mí?

          _Her._--No me entiendes; quiero dezir rico y honrrado.

          _Hon._--Ya, ya, señor; tambien yo siempre lo deseé, por
          sauer que tu merced lo desseaua.

          _Her._--Pero dexemos aora esso.

          _Hon._--Dexemos, señor.

          _Her._--Ya sabes...

          _Hon._--Ya sé, señor.

          _Her._--Dexame hablar.

          _Hon._--Habla, señor.

          _Her._--Quánto tiempo serni a estas señoras y cómo me lo
          an pagado.

          _Hon._--Ya lo sé, señor, que nunca te dieron nada.

          _Her._--Ni yo lo pretendi, que amor con amor se paga.

          _Hon._--Amor, señor? es muy vieja essa moneda, cómo la
          podia conoscer gente tan moça?

          _Her._--Harto bien dizes.

          _Hon._--Mas con todo, bueno fuera dar de la nueua y no
          mentir; que prometia aquella morcielaga, acá vernemos,
          allá yremos, señor Heraclio, esto haré, estotro lo dare,
          y maldita la cosa que cumplio la mentona.

          _Her._--Es oluidadiza y tenia otro en que entender.

          _Hon._--Y el papel de tus cartas no lo pagará, señor? que
          nunca te dio siquiera vn medio pliego.

          _Her._--Empleaualo mejor.

          _Hon._--En quién, señor? en aquellos Apios y Menchiones?
          o qué buenas espaldas!

          _Her._--Para lleuar los cargos, assi es bueno, y buena
          prol les hago[734] a todos.

          _Hon._--Diria yo una soga.

          _Her._--Arrepentido aora, aunque tarde, del engaño y mal
          gastado tiempo, estoy deliberado dexar el mundo como él
          hizo a mí y hazer penitencia de mis peccados.

          _Hon._--O cuytado, para qué tierra, señor? no es mundo
          por allá tambien? pues quedaré yo solo?

          _Her._--No te congoxes, que esta es la verdadera vida y
          burla todo lo demás. Queria mandar hazer vn habito de
          hermitaño de sayal, y porque no sé cómo hazer sin que
          me entiendan, tengo pensado trocar contigo los vestidos
          y buscar sastre que no pueda conoscerme ni dar señas de
          mí; los mios te quedarán, y todo lo que en esa bolsa
          hallares. Perdoname que por ser tan lexos de mi tierra no
          puedo darte más, y no tomes pasion.

          _Hon._--O señor, y assi me dexas? malditas sean las
          vellacas. O mundo perro, o traydoras, o señor, y cómo
          podra biuir sin ti Honorio?

          _Her._--Dexate desso y dame tus vestidos.

          _Hon._--Aqui estan, señor; tengo con todo yo de ser tú y
          tú yo?

          _Her._--Quiso assi la suerte.

          _Hon._--Qué muger es essa suerte? dónde mora, señor? los
          ojos le sacaria.

          _Her._--No los tiene.

          _Hon._--Las narizes. Ay, Honorio, dónde te lleuan;
          tratale bien, señor.

          _Her._--Tú a Heraclio como quissieres.

          _Hon._--Voto a tal, que estoy hecho un alguazil. Ciñire
          la espada tambien, señor?

          _Her._--Por qué no? esso es lo principal.

          _Hon._--Ah, ah, ah, quál está mi amo! bueluase tu merced,
          oh, oh, oh, desotra parte; natural yo; camine tu merced.

          _Her._--Quieres más? ora passeate tú tambien y veremos.

          _Hon._--Yo, señor? hijo de hombre no me terna por otro.

          _Her._--Si no fuere en el cuerpo, que todo lo demás es
          mio. Ora, hermano, quiero abraçarte antes de partirme.
          Dios te haga conforme a los vestidos.

          _Hon._--Cuytado, a dó me lleuan? Peccador de ti, señor,
          dónde te quedas?

          _Her._--No más, hermano, no te fatigues y a Dios quedes.

          _Hon._--Señor, señor.

          _Her._--Qué dizes? no miras que no me has de llamar señor
          aora. Si te oye alguno, qué pensará?

          _Hon._--Perdone tu merced, que se me oluidaua. Honorio,
          Honorio, si me demanda nadie por tí.

          _Her._--Lo mejor es que no te vea nadie, porque luego
          serias conoscido.

          _Hon._--Pues desse modo tambien yo quedo fuera del mundo.

          _Her._--No, que te yrás para tu tierra, y allá es otra
          cosa.

          _Hon._--Pues sea assi. Mas primero yo dare vna vista por
          aca, y haré del gentilhombre, pues la bolsa queda.

          _Her._--Qué dizes?

          _Hon._--Que me ternan todos allá por gentilhombre.

          _Her._--Tanto mejor, que se andarán tras ti las moças.

          _Hon._--Esso está en la mano, cómo me huelgo.

          _Her._--A Dios, hermano.

          _Hon._--O, o, o, mi señor y mi amo tan querido; ya se es
          ydo. Dios le perdone, qué buen hombre era mi amo. Ora yo
          estoy brauo; vestido como vn palmito, ceñida vna espada
          que vale más que yo, y con vna bolsa llena de ducados;
          no falta más que vna buena moça. Dare la buelta por la
          otra calle, para ver si hallo en qué emplear, y auiendo
          un rato braueado, porne los pies en villa diego, y podria
          ser llegase a la corte a hazer vn ademan.

          _Aso._--Qué diablos veo yo? o estoy borracho? a Honorio
          con los vestidos de su amo. Matenme si no se los lleua
          hurtados y va huyendo; quiero fingir lo tengo por él y
          solazarme vn poco. No veys la postura del ladron asno? A,
          señor Heraclio, mi señor.

          _Hon._--Guay de mí, este es Asosio; perdido va lo que mi
          amo me encomendó si me conosce. Señor?

          _Aso._--Qué mortal se ha parado! qué priessa es essa, a
          donde bueno?

          _Hon._--Bueno va, no me conosce aun, haré del graue. Por
          aqui voy passeando.

          _Aso._--Buscar alguna moça?

          _Hon._--No quiero moças yo, pues las viejas me engañaron.

          _Aso._--Aun atinays, muy feo vienes, dónde has estado?
          no te conosciera si no fuera por el vestido.

          _Hon._--Doliame la cabeça y çahumaronme.

          _Aso._--Que diablo de çahumerio! Tomaste todo el ayre de
          tu moço Honorio.

          _Hon._--Pegase el ayre de la conuersacion.

          _Aso._--Y de mí se os pegue este coscorron, traydor
          villano, que mataste a vuestro señor y lleuays hurtado
          sus vestidos; a la ora hago que os ahorquen.

          _Hon._--Misericordia, señor Asosio; yo contaré la verdad
          a tu merced, porque no es assi.

          _Aso._--Entendamos, pues.

          _Hon._--As de saber que es ydo mi amo fuera del mundo.

          _Aso._--Y aun por esso lo digo yo d'vn traydor.

          _Hon._--Oyga tu merced.

          _Aso._--Y los vestidos!

          _Hon._--Tomó los mios por no ser conoscido allá, hasta
          hazer vn hábito de frayle, que assi dize que se vsa.

          _Aso._--Ah, ah, ah, mira la necedad en que dio nuestro
          philosopho. Villano, no mintays.

          _Hon._--Ve aqui la bolsa con los dineros por testigos.

          _Aso._--Aun me suenas a ladron.

          _Hon._--O peccador, no sabe tu merced quién es Honorio?

          _Aso._--Dixote algo?

          _Hon._--Toma si dixo, y lloramos juntos; yua muy
          lastimado de las borrachas.

          _Aso._--Esse es el punto; hombre perdido, quién me lo
          hallasse! Ora, amigo, yo lo entiendo ya: venios conmigo a
          mi posada y direys el resto de spacio allá; y consultaron
          los medicos sobre alguna medicina para esta enfermedad?

          _Hon._--Por tu vida, señor.

          _Aso._--Doleria aurá de ser la boticaria.


                                NOTAS:

          [734] Parece que debe de ser _haga_.


                       SCENA 8. DEL QUARTO ACTO

          Logistico halla a Asosio con Doleria y deliberan entre sí
            lo que harán sobre la cura del amigo Heraclio.


                      LOGISTICO, ASOSIO, DOLERIA.

          [_Log._].--Qué se hizo d'este? que no ha quedado juego de
          pelota ni de pelar, rio o fuente, ramo de Laurel o sombra
          de yedra do no le buscasse. Argel es como cauallo que
          falta en lo mejor. Yo veo todo desaliñado si por acá no
          lo remediamos.

          _Aso._--Es a punto como te digo, Doleria hermana, y si
          tus artes obran lo que saben, podria siguirsenos de aqui
          fama inmortal.

          _Dol._--Yo porne todo mi caudal por te seruir y ayudar a
          esse enfermo, pero bien sabes que...

          _Aso._--Ya te entiendo; fiate de mí como si fuesse el
          mesmo Rey Saul, vencedor y no vencido, y repartidor de
          los despojos.

          _Log._--Quién habla aqui? o qué lindo, de vn tiro he
          matado dos, de rienda la trae el cauallero, alquilada
          deue venir.

          _Dol._--Assi lo creo que no me engañes, ni menos esse
          gentilhombre de que oygo dezir mil bienes.

          _Log._--A nos me huele esta comida, no es tiempo de
          aguardar más. Para bien le hallemos, mi señor, que
          no quedó escuela de esgrima, latin y griego donde no
          embiasse mis escuchas; tengo de dar a Venus vna quexa
          destos amores, que nos han de lleuar un dia a su merced,
          como Iupiter el pescador a Europa la holgazana, y diran
          entonces que vas en los cuernos del toro.

          _Aso._--Por cortesía, señor mio, que aguarde tajo para
          mis besamanos y despues diga; y quanto a Iupiter el
          rufian y Venus la ramera, y a essa gente amores, sepa
          que estoy más percatado que Diana la caçadora para el
          bobo de Acteon y la fuente para Narciso y otros majaderos
          como nuestro primo Heraclio por Dianira, que nos mete en
          trabajo aora de buscar Astolpho de Inglatierra con su
          hypogrifo, que le vaya por el meollo al cielo como hizo
          al de Orlando.

          _Log._--Ya me paresce luego sabes la glosa de mi cancion.
          No viste qué trastornar de medidas hizo este necio? y qué
          preciosa es la mercaderia? no podra dezir que no se lo
          prophetizé.

          _Aso._--Domine, ello es hecho ya y bien sabe tu latinidad
          que es doctor de lo por hazer lo hecho. Aora es
          menester prouar las fuerças y dar señal de que no somos
          endemoniados.

          _Log._--A punto, porque amistad perfecta no cabe sino en
          animos altiuos. Pero cómo?

          _Aso._--Quiça no sabes tú del negocio tanto como yo.

          _Log._--Creo lo; di, por tu fe.

          _Aso._--Es vna salsa para comereste los dedos de sabrosa.
          Auiendo oy topado con Honorio nuestro amigo, hecho su
          amo, y dando tras él (despacio lo reyremos y de la treta
          que me declaró temblando)...

          _Log._--No passes adelante; en tu posada me lo contó aora.

          _Aso._--Assi, pues, basta. Pero qué supito accidente le
          mouio? que el moço no lo sabe.

          _Log._--Yo te lo dire: vn concierto para esta noche de
          las lobas y los perros, con los más gordos carneros del
          rebaño a las montañas, sin otro testamento.

          _Aso._--Si me lo asseguras, toma mi capa y todo el resto
          hasta la camisa.

          _Log._--Cómo assi? qué determinas?

          _Aso._--Respondele tú, Doleria.

          _Dol._--Qué quieres que responda? ordildo vos, que yo lo
          texere.

          _Log._--Tú, señora, has de hazer lo vno y lo otro, y
          con ello de nuestros bienes tuyos y de nos esclauos, no
          embargante de ser heroica la obra, y porque ternás vna
          corona.

          _Dol._--Será verguença mia no ser primero vuestro
          parescer.

          _Aso._--Por vida deste cuerpo y destotro y del cuerpo del
          ciuil derecho, que el tuyo sea el primero y el postrero,
          y que nos has de seruir aora de Iuno, Venus y Palas,
          hiriendo a diestro y a siniestro con oro y plomo y todo
          otro metal.

          _Dol._--Tú sabes quán falta estoy de todos ellos; mandad
          hazer vosotros las saetas, que yo porne de casa el arco.

          _Log._--Esse es el blanco, donde tirays negro.

          _Aso._--Bien te entiendo. Quieres a Logistico por fiador,
          no es assi?

          _Log._--Si no está en más, señora, palabra y prenda te
          daremos.

          _Dol._--No creas nada a este trugeman, señor Logistico,
          que es demasiadamente malicioso; mas pues quereys por
          mí guiaros, la historia ha llegado a los terminos que
          pudieramos pedir y tengo ya imaginado cómo pongamos cada
          cosa en su lugar y le demos mejor fin de lo que tuuo
          comienço, sin pretender otras ganancias que ser el titulo
          de mi nombre. Quanto a lo primero. Asosio y yo, hechos
          peregrinos, nos haremos con Heraclio encontradizos, y yo
          me prouere de salsa que le haga otro apetito; dél mesmo
          entenderas el resto, señor Logistico, y vete a casa, que
          allá te yrá buscar, y en ello sabras quién soy.

          _Aso._--A Aeneas no siguiera de mejor gana a los Campos
          Heliseos.

          _Log._--_In manus tuas_, señora.

          _Dol._--No son muy delicadas; mas saben adereçar muchos
          guisados.

          _Aso._--Que tales los a prouado Asosio.

          _Dol._--No perdamos tiempo.

          _Aso._--Correre si mandas.


                       SCENA 9. DEL QUARTO ACTO

          Andronio, cortesano requebrado de Melania, se lamenta
            della y ella dél estando ambos engañados.


                       ANDRONIO, MELANIA, MANIA.

          [_And._].--O anima peccadora, quándo saldras del
          purgatorio? El rio Meandro no da más bueltas que yo por
          estas calles. Sospechaua que me queria esta traydora, y
          veo que todos son engaños.

          _Mel._--Allá paresce solo mi Andronio; por algo viene;
          ya no soy más mia; cumple obedescer. Quién viesse ya el
          dia de estar en libertad! Bien, amor mio, qué hazes por
          aqui? cómo no passas adelante?

          _And._--Esta es, ay!

          _Mel._--Por qué suspiras, mi señor? ay alguna nouedad?

          _And._--Viejo es tu descuydo de mi pena y el matarme cada
          ora.

          _Mel._--Dios nos guarde, cómo lo finge mi señor!

          _And._--Mas cómo lo burla mi señora. Di, leona hambrienta
          de mi sangre, quándo estaras harta d'él?

          _Mel._--Por tu vida, amores, que esso venia desseando.

          _And._--Assi lo creo yo.

          _Mel._--No me entiendes.

          _And._--Pues qué?

          _Mel._--Libertad para gozar de tu dulce compañia, la qual
          me es más que la propria ánima chara.

          _And._--No dexas de burlar.

          _Mel._--Más tú.

          _And._--En qué moneda me pagas lo que te quiero, o qué
          obras salen de tus palabras?

          _Mel._--Donoso estás. Qué más podia darte, o qué más me
          queda?

          _And._--Segun esso, no eres más que palabras o más ayna
          burlas, ni lo serás.

          _Mel._--Palabras llamas al cuerpo y ánima y a la fe que
          te di y me diste? y demás si estoy preñada?

          _And._--Aora pienso hazes de mí loco, o tú lo estás, pues
          hablas tan de seso y con tan poco, o lo perdiste todo.

          _Mel._--No será mucho que te lo aya dado con la prenda
          que te di para no quedarme nada y estar mi seso y mi
          locura de tu mano como está. Burlareste de mí y hazeresme
          morir con tus descuydos?

          _And._--Antes yo. Nunca tan de veras te vi matarme, o
          cruel!

          _Mel._--Ora no más, amores, basta lo soñado; recuerde tu
          merced y hablemos a proposito; yo temo con todo lo que
          digo y no sé cómo hagamos, si el plazo que tomaste no
          fuesse ya complido.

          _And._--De qué temes?

          _Mel._--Otra suya, de la preñez, que no me trataste de
          manera que quedasse sin sospecha dello.

          _And._--No sé por qué me hazes rebentar. Qué preñez? qué
          diablos del infierno? quándo lo soñaste?

          _Mel._--Dizes de verdad?

          _And._--Si no que biua de mentira.

          _Mel._--Basta, basta; confirmada es la malicia; o
          traydor maluado, qué determinas? no, no, no soy quien
          piensas; con mil vidas no pagarás mi honra.

          _And._--Qué loca está!

          _Mel._--Loca, mal hombre, y tú, herege, no me
          importunaste para casar conmigo? y por el grande amor
          que publicauas, y los ruegos de Doleria, en su casa me
          tomaste por tu sposa y ay fueron las bodas; con ella lo
          as de uer; veremos si te atreues a negarselo.

          _And._--No es tiempo de sperarte más, perdida y loca
          confirmada, o beuiste demasiado?

          _Mel._--Nunca beuiera de tan villano vino y desabrido,
          triste de mi; allá me voy con esto; disbarates.

          _And._--Della serás mejor desengañada. O esto sin duda es
          sueño, o ésta ha perdido el seso, y para que mi ventura
          haga su deuer assi conuiene. Bien le dara Doleria algo
          con que le saque el mal de la cabeça, que para todo es.
          Mas qué diablos sé yo si dormiendo hize lo que ella dize
          que despierto, o si mi spirito anda de noche por do de
          dia el pensamiento, que todo ay en amores y en diablos.
          Libreme Dios de tal encuentro, estoy borracho dél; bueno
          será tambien encaminar hazia Doleria para que juntamente
          nos desencante.

          _Man._--A, gentilhombre.

          _And._--Solia yo de serlo, quién será la dama? qué manda
          mi señora?

          _Man._--Que desempeñe su cadena y prenda con ella otras
          captiuas.

          _And._--Con otro piensa auello; captiuo queria yo ser de
          tales ojos, si los braços fuessen la cadena.

          _Man._--Qué bueno! Ora, señor, pag[u]e el escote, pues
          ha merendado, y no se persuada que sus criadas biuen del
          ayre como camaleones.

          _And._--No es gran marauilla, pues esse basta para
          sustentarme, y la gracia con que lo dize.

          _Man._--Yo digo, su merced haze; pero no curemos de
          requiebros sin proposito, passen las burlas adelante;
          porque, sin los seruidores, tengo hermanos y parientes,
          que desharán estos agrauios, y no me ensañe yo.

          _And._--Tambien yo ajudaré por la parte que me cabe. Mas
          su merced está engañada, que no soy quien piensa, ni es
          mi costumbre de mojar, sino seruir las tales.

          _Man._--Qué bien lo propone, si no me cortara ya la
          bolsa. No vengo ahumada, ni haze neblina, mi señor; mande
          deshazer el yerro y guarde la joya para otra nouia; aqui
          do está, todo va perdido, ya no ay que fiar.

          _And._--Y porfiays? esta es otro como la de ogaño;
          holgara de venir de otro temple, pero trayo dolor de baço.

          _Man._--No ay que pensar en ello más, ni murmurar entre
          dientes o desculpa que le salue de burlarse de quien le
          quiere bien.

          _And._--Por mi fe, señora, que está en error.

          _Man._--Assi me lo paresce, si su merced perdio el seso o
          ha beuido.

          _And._--Gran caso es este: o los diablos andan sueltos, o
          yo estoy dormiendo; tornese, señora, que yo le affirmo no
          ser quien busca.

          _Man._--Pues quién seria luego su merced?

          _And._--Andronio hasta la muerte, y aun despues.

          _Man._--Andronio o andrajo, yo le conosco rasonablemente,
          y aun me duelen los mordicones que me dio en este braço.

          _And._--Quándo?

          _Man._--Quando en los suyos me tenia, y me vendia por
          miel vinagre, haciendole tantos regalos en mi casa. Mal
          ayan tales obras. Por vida de Mania y de su madre, que no
          lo comays sin escaueche por más peynado que seays.

          _And._--Estoy fuera de mi, qué ha de ser esto? perdido
          soy, y de mas si Doleria se me buelue vna d'estas, y
          todos son dolores.


                       SCENA 10. DEL QUARTO ACTO

          Heraclio en habitos de hermitaño reposandose en vn prado
            dan con el Asosio y Doleria hechos peregrinos, a saber
            Doleria es Dicheo, Asosio es Synesio.


            HERACLIO, DOLERIA DI[CHEO], ASOSIO SYNE[SIO].

          [_Her._].--Soberanos cielos, virtudes superiores,
          regidas por aquel summo principio, ajudadme a celebrar
          mi nueua proffession y terminar la vanidad passada en
          el perfecto número; las potencias dementadas con su
          concordancia natural me fauorescan; las aues del ayre,
          los animales de la tierra, la mar con sus pescados, den
          señal de mi alegria. Porque aora que el viejo hombre es
          muerto y las speranças vanas se acabaron, descansará el
          triste coraçon, dando comienço a otros pensamientos,
          y los sentidos de su alto objecto ternan el verdadero
          refrigerio, con el blando ayre, dulce harmonia de las
          corrientes aguas y suauidad de tan diversas flores,
          hechado sobre estas yernas olorosas. Y vos, ojos,
          occasion de tantos daños, reposareys en este prado
          deleytoso.

          _Dich._--Hijo Synesio.

          _Syn._--Padre señor.

          _Dich._--Qué hermoso está el campo esta mañana y quán
          agradable es de oyr la melodia de los paxarillos; peccado
          es no gozar d'esto de contino.

          _Her._--Aun aqui el mundo no me dexa; qué gente será
          esta?

          _Syn._--Es vn consuelo para enamorados coraçones.

          _Her._--Pues y aqui llega este nombre?

          _Dich._--Cómo lo saues? prouaste ya essa passion?

          _Syn._--No, pero oy hablarte algunas vezes della.

          _Dich._--Es assí, y harto mal me hizo esse mal.

          _Her._--Compañia tengo.

          _Syn._--Mal llamas, padre, a lo que otros llaman bien?
          siendo amor vn medio sin el qual no obra la natura, y vna
          cierta colligantia desde el cielo hasta la tierra, a la
          qual el ciego sabio dio nombre de cadena de oro.

          _Her._--Mucho te deue luego el niño ciego por esse titulo
          que le das.

          _Dich._--Verdad es, hijo, que todo se rige por amor,
          pero va en los hombres por vias differentes la orden
          prevertida, improprio el nombre a los effectos. Con este
          peliscon recordará, aunque no duerma; oyes, Asosio?

          _Aso._--Al cabo estoy, Doleria; prosigue, pues, y
          philosophemos a su modo y al nuestro, sin que parescan
          nuestros nombres.

          _Dol._--Qué necio eres, los ojos y los oydos le tengo en
          la mano. Buelue a tus coles.

          _Aso._--No sé cómo es improprio, padre, pero quando la
          yra d'amor incitada sale de curso, adquiere el nombre de
          valentia, de templança el sufrimiento, y de todos sus
          contrarios las otras virtudes compañeras.

          _Her._--No estays bien en la cuenta, porque esta mia es o
          paresce mentirosa por la occasion.

          _Dich._--Pusilanimidad no es templança, ni Dios lo
          quiera; temeridad no es fortaleza, ni lo fue nunca;
          obediencia vil o subjetion no es justicia, ni lo será;
          acertar acaso no es prudencia.

          _Her._--No lo aueys mal estudiado.

          _Dich._--Si el amor es de virtud diuino o fundado en la
          razon, podran caber en él essas condiciones todas, y no
          hablo sin experiencia.

          _Syn._--Ha sido tu merced enamorado?

          _Dich._--Mas que vna vez, y muchas engañado.

          _Syn._--Cómo, padre, no hallaste fe?

          _Dich._--Fe en mujeres, monstro sería.

          _Her._--Este es mi hombre.

          _Dich._--No ay en ellas cosa buena, sino el callar
          si callan, aunque pocas veces acontesce, si no es por
          deffecto de natura o accidente de enfermedad. El amor
          dellas es apetito solamente, sus cortesias son engaños,
          es negar su prometer, y el negar darse del todo. Mira,
          por tu fe, qué sciencia ésta para entenderse, a do los
          que más saben menos aciertan y más los que menos saben.

          _Her._--Es oraculo este hombre.

          _Dich._--Quise tanto a vna, que passara el arco de los
          leales amadores, pensando ser no menos querido della;
          mas a la postre, porque no me reyesse de los otros, vue
          de descendir al infierno de Anastarax; que por vn antojo
          solo perdi en vn dia todos mis trabajos de muchos años.

          _Syn._--Seria alguna necia.

          _Dich._--Passaua de prudencia a Sapho al parescer, de
          constancia a Portia, de fuerças a Camila; ésta me llegó
          al punto de la muerte o de dexar el mundo y biuir entre
          las fieras, si la razon no lo estoruara. Al cabo de
          muchas experiencias y de tentar si mi estado misero,
          seruicios, obediencia y promptitud la podian ablandar,
          viendo quán poco aprouechaua todo, arrebatado de
          encendida ira, supitamente se conuirtio el amor en odio y
          en ardentissimo desseo de vengança. Por esta causa sola,
          dandome al estudio de la Magica, en breue tiempo sali
          maestro y restauré con ella, assi lo passado como por
          venir: dexando al mundo vn gran exemplo, con vna burla
          que le hize, poco menor que la de Vergilio. Estás en esta
          cuenta, hijo?

          _Her._--Como que estoy en ella, padre, y quasi
          arrepentido de mi locura; pero andar.

          _Dich._--Qué es esto, quien duerme aqui?

          _Syn._--Si a la fe, padre, no lo veya.

          _Dich._--Hermitaño es.

          _Her._--Visto me han; todauia haré que duermo.

          _Syn._--Quién puede ser en lugar tan solo?

          _Dich._--El libro me lo dira. O qué gentil donayre, de
          los nuestros es.

          _Syn._--Qué nuestros?

          _Dich._--Desesperados de amor; despertalle quiero para
          saber de su fortuna.

          _Her._--No duermo, padre onrrado, antes he oydo tus
          razones todas, que no han hecho en mí pequeño mouimiento.

          _Dich._--Tanto mejor, mas por tu fe que me cuentes, si te
          plaze, la causa deste apartamiento y soledad,

          _Her._--Para qué? a quien ya dijo lo principal.

          _Dich._--Leamos, pues, un poco más. Basta, hallada es la
          mula; madre y hija son entrambas, y esta noche se nos
          vone: palabras que yban diziendo monedas de oro sone, que
          se mataron por dos, que no valen medio none[735].

          _Her._--Qué es esto? yo sueño, este es un gran saber.
          Ora, padre mio, socorreme por tu fe, que de creer es
          puedes, pues tanto sabes.

          _Dich._--Soy contento, con que tú lo seas de lo que
          hiziere.

          _Her._--Más que contento.

          _Dich._--Pues a la mesma ora te buelue por do veniste,
          y vete a tu fiel amigo, que tanta ansia tiene por ti;
          Logistico se llama.

          _Her._--Y esto más? o gran misterio!

          _Dich._--Y dexados estos habitos yreys los dos a la
          ora limitada oxear aquellos cueruos para que nos quede
          la carne desembargada y te la entreguemos tomando sus
          figuras, y tú puedas guisalla a tu plazer.

          _Syn._--No será malo, esfuerce tú merced.

          _Her._--Dios te ha embiado por mi bien aqui. Voy sin
          tardar poner en obra lo que mandas, padre.

          _Dich._--No te descuydes, pues.

          _Her._--No ayas dello miedo.


                                NOTAS:

          [735] Parece fragmento de algún romance antiguo.


                       SCENA 1. DEL QUINTO ACTO

          Logistico halla a Heraclio ya con sus vestidos, y muy
          alegres ambos van acabar su auentura de Apio y Metio.


                   LOGISTICO, HERACLIO, APIO, METIO.

          [_Log._].--Quien viesse ya esta nao en el puerto! por
          diligencia de Pyloto y marineros no quedará, y spero nos
          fauorescan todos los spiritos enamorados. Qué se hizo
          deste hombre? a qué parte de la tierra será hechado?
          hazia nuestro Polo, que le es aficionado.

          _Her._--Dicha fue hallar a Honorio para tomar otro
          vestido. El amigo falta aora, estara quexoso, pero el
          supito accidente causó el desuario.

          _Log._--Si yo no duermo, allá veo a Heraclio; paresce
          obran ya las medicinas de Doleria. Gran cosa es; a,
          señor, señor, no se alexe tanto, si no lo dura aun la
          colera.

          _Her._--Este es, o quán a propósito. No, señor, que ay
          otros humores que la contrapesan, y es de nosotros sabios
          mudar consejo.

          _Log._--Por esso solamente no puse luto, y assi speraua a
          su merced como si lo viera. Pues en qué paró el viaje y
          el nauio?

          _Her._--Aun no puedo respirar. Mouidos a compasion los
          cielos, me embiaron a Mercurio en forma humana que me
          alumbrasse en tan escura noche.

          _Log._--Cómo assi?

          _Her._--Despedido ya del mundo y de todos sus engaños,
          en despoblado, hallé dos hombres, que a cabo de otros
          chistes que despues sabras, en cierto librillo que tenia
          el vno dellos, gran nigromante, leieron mis desgracias y
          me prometieron reduzillas a otros terminos: mandandome
          luego te buscasse, que es lo que más atonito me hizo,
          para que fuesemos entrambos hazer boluer los Satyros a
          los montes. Yo desesperado de poder hallarte, acercandose
          la ora, acometia solo el auentura.

          _Log._--Mucho me cuentas, y ay verás que no se oluida
          de ti la prouidencia. Quiero abraçarte como a hombre
          resuscitado, y hagote saber que lleuaua esse proposito
          tambien, pero mejor lo reyremos en compañia, y no podran
          tardar, porque es ya dada la vna.

          _Her._--Por lo más cierto, nos lleguemos a este canton.

          _Log._--Bien dizes.

          _Her._--Aqui son; oygamos lo que hablan.

          _Apio._--Metio?

          _Met._--Apio?

          _Apio._--Qué hazemos?

          _Met._--Vna gran locura: si nos toman con el hurto, adios
          amores.

          _Log._--Bien oyes.

          _Her._--Toma si oygo.

          _Log._--Mira qué lanças.

          _Her._--Nunca las tuue por mejores.

          _Apio._--Qué escurana haze, las carnes me tiemblan; no
          seria mucho auer por aqui capeadores.

          _Met._--Comigo no aurá lid, luego doy la mia.

          _Apio._--No vale más assi? otras nos tenemos, quién lo
          aurá de saber?

          _Log._--Bien se emplearon.

          _Her._--No merescen más.

          _Apio._--Todauia, ya que se lo prometimos, es menester
          complir con ellas.

          _Met._--Doylas al diablo, que mejor se estauan. Qué
          harémos dellas? dónde diablos las lleuaremos?

          _Apio._--No faltará; ellas traen prouision.

          _Her._--Bien remediadas van.

          _Log._--No es tiempo de más palacio. A, traydores,
          vellacos, dexad las capas y las vidas.

          _Met._--Apio.

          _Apio._--Metio. Guay de vos. O, señores, por amor de
          Dios, aqui quedan y las espadas.

          _Her._--Qué priesa lleuan!

          _Log._--Eran buenos para liebres. Vamonos aora y demos
          lugar a nuestros medicos para que ordenen sus receptas
          con las señoras boticarias.

          _Her._--Lleuaremos el despojo?

          _Log._--Sí, para seruir de testimonio.


                       SCENA 2. DEL QUINTO ACTO

          Astasia y Idona se salen a la huerta a sperar sus
            seruidores, y vienen Dicheo y Synesio, con quien se van,
            pensando eran ellos.


                   ASTASIA, IDONA, SYNESIO, DICHEO.

          [_Ast._].--Es ora de speralles allá en la huerta?

          _Ido._--Cerca de la vna.

          _Ast._--Oyste algun ruido?

          _Ido._--Sí, señora.

          _Ast._--Qué seria?

          _Ido._--Gente que passaua.

          _Ast._--Paresceme que entreconosci la voz de Apio.

          _Ido._--Podria ser que speren y ayan querido burlar de
          alguno, que son mancebos y hierueles la sangre.

          _Syn._--Hermana, esto es para nos carnestollendas.

          _Dich._--Queria ya la olla entre las manos.

          _Syn._--Al fuego está.

          _Dich._--Pues yo te vntaré las barbas.

          _Syn._--Bueno es que aya de todo, pero yo estimo más la
          burla que ser Emperador de Trapizonda. Sentiste bolar a
          nuestros paxaros?

          _Dich._--De la buena suerte bien guardadas yuan; harto
          nos quedan a deuer por les quitar tal embaraço, y
          hablemos paso, que ya las veo, y ellas a nos.

          _Ido._--Aqui viene, señora, nuestra guarda.

          _Ast._--No podia faltar.

          _Ido._--En punto vienen como si ouiessen de combatir.

          _Dich._--Pues qué piensas, mi señora? esto y más es
          menester a quien thesoro tan preciado se encomienda.

          _Syn._--Tambien quiero mi parte; ha mucho que sperays?

          _Ast._--Media ora, y con recelo de aueros algo acaescido,
          porque oymos cierto rumor.

          _Syn._--Es posible, y aca llegó?

          _Ido_.--Qué cosa fue?

          _Dich._--No nada.

          _Ast._--Mas por mi vida.

          _Syn._--Dos vellacos que querian conoscernos, y vuo de
          costalles capas y espadas; pero de piedad se las boluimos.

          _Dich._--Doyte al diablo que assi lo vendes.

          _Syn._--Señoras, no es tiempo de detenernos más, traen
          todo su recaudo?

          _Ast._--Todo.

          _Dich._--Pues vamos.

          _Syn._--Dad acá.

          _Dich._--Que priesa tiene este gloton; no aun, hermano,
          que no es cordura si acontesce algo yr cargados; allá
          fuera de bancos se lo tomaremos.

          _Ido._--Mejor será.

          _Ast._--Caminemos pues.

          _Syn._--La que más quiere cada vno; yo con esta moça lo
          auré.

          _Dich._--Yo con esta señora de mis entrañas.

          _Ast._--Ya soy vieja para regalos.

          _Dich._--No es de vieja esta hazaña; mas eres vieja en
          darme la vida y en el matarme.

          _Ast._--No veys? bueno viene el señor Apio esta mañana.

          _Ido._--Estan más promptos los spiritos a esta ora.

          _Syn._--Los tuyos a lo menos, mi señora, con el vnico
          resplandor dessos ojos matadores, que hazen clara la
          noche, escuro el dia.

          _Ido._--Qué tocar de teclas, madre mia!

          _Dich._--Callando por aquí.

          _Syn._--Cómo callará el que arde?

          _Ido._--No parescia tal el señor Metio.

          _Dich._--Las tinieblas descubren muchas tachas que alguna
          vez la luz esconde.

          _Ast._--Quién lo diria?

          _Syn._--Quien lo vee y palpa.

          _Dich._--Ya estamos buen trecho de la ciudad; bueno sera
          que nos entremos en el bosque y os dexemos allá cabe la
          fuente, donde de ventura aporta nadie, mientras ymos
          proueernos de posada.

          _Syn._--Señor, sí.

          _Ido._--Y quedaremos solas?

          _Dich._--Conuiene assi y de parescer los dos allá;
          escondamos aqui detras estos dineros, para quitar las
          occasiones, y si viniesse alguno, que no fuesse tentado
          de cobdicia.

          _Ast._--Pecadora de mí, y es lexos?

          _Dich._--No, ánima mia, sino muy cerca.

          _Ast._--No haze pues al caso, norabuena vays.

          _Syn._--A Dios, vida, mas no a los aquillos[736]; passito
          no seas sentida.

          _Dich._--No sabes que soy Angelica?

          _Syn._--Diabolica te llamaria yo.

          _Dich._--Algo te va en que lo sea.

          _Syn._--Me recomendo, ya estamos en otra tierra, ay os
          guardareys, mi bien, aora en los campos verdes sola.

          _Dich._--Aun bolueremos a visitallas, y verás que no
          pudiera Arachne la sotil, ni Palas la embidiosa, ordir o
          texer tela más fina.

          _Syn._--Si traes contigo a Proserpina y todas sus
          donzellas, qué menos puede ser.

          _Dich._--Entremos por acá y haremos otra colacion.

          _Syn._--Desta vez quedo maestro.


                                NOTAS:

          [736] _Sic_, en las dos ediciones, por _saquillos_.


                       SCENA 3. DEL QUINTO ACTO

          Morio sale en busca de su muger y halla Melania que venia
            de buscar a su marido, y conciertanse los dos, casandose
            ambos por despecho.


                           MORIO, MELANIA.

          [_Mor._].--Qué es d'ella, muger, muger, amores, vida,
          riñones, coraçon, qué viento os ha lleuado? O mal viage
          haga la nao: Idona, hija, palomina, golondrina, ansaron,
          ternera, que es de ti? Si son ydas al villar a pie por
          penitencia? que mi muger queria hazer quaresma, mas los
          lobos en el camino las tragarian, que era de noche y no
          las conoscian, o, o, o, ya lloro.

          Desdichadas, cómo les dolian los dentazos de aquellas
          malas bestias, Dios les perdone; pero quién sabe si
          saldrian por no ser de buena digestion, a lo menos mi
          muger, que era un poco añeja, y mi hija por causa de las
          llaues y alfileres (que lobatos no comen hierro como
          auestruezes). Boto a mí que he apuntado como un Doctor;
          qué será d'ellas, pues? apostaré que almuerzan del pernil
          que se quedó alla anteayer: dexad para mí algo, amores,
          que tengo sed, y comeré para beuer, no beueré para comer
          como dizia el otro asno. O amiga tan querida, cómo me
          dexaste assi huerfano? Boto a tal que yo lo soñaua ha
          media ora. Quiero ver si me recuerdo. Qué soñauas, Morio?
          ya, ya, que se yuan con dos galanes las galanas y me
          casaua yo con Melania. Iuro a mí que es buena moça y no
          le falta nada, aunque sea algo morena; ella sabe amassar,
          fregar, lauar, labrar, coser, baylar, cantar, hablar,
          andar, trotar, comer, dormir, besar, soñar y es muy buena
          cozinera. Qué bueno estaba el puerco de ha seys años,
          qué linda la tortada de ayer, qué sabrosas las coles y
          el tocino del entruejo; pues vna ensaladica de nabos y
          lechugas y dos dozenas de ajos y cebollas, mal año para
          el Xarife. Mas guay de Astasia, que ya se me oluidaua la
          pecadora: oh, oh, oh, qué buena muger era; si ella no
          buelue, tengo de quexarme al alguazil. Por todo la he
          buscado y no la hallo; en la cozina, en la cámara, en el
          patio, en la sala y en la saleta, en la otra camara y
          en la otra, y en la camarilla, por los graneros, porque
          solia la pecadora hazer subir allá los gatos a visitar a
          los ratones; en la cantina, que pense quiça auria sed, y
          se le oluidó de cerrar la boca al torno y se ahogaria la
          mesquina. Por esso es bueno beuer por cangirones.

          _Mel._--Algun diablo de los suyos la ha lleuado. No estar
          de dia en casa con sus ocupaciones no era milagro, mas
          aora no puede menos ser que ellos andan de noche segun
          dizen.

          _Mor._--Gana me toma de almorzar, aunque es temprano,
          hablando en ello, mas estoy tan alterado con esta yda de
          mi muger, que beueria por otros quatro.

          _Mel._--Quién habla aqui? y de mas si es aquel traydor de
          Andronio, que no le dio reposo la consciencia, despues de
          auerse burlado assi comigo, y torna a emendallo.

          _Mor._--Esta deue ser, boto a tal; en el tocado la
          conosco, porque veo de noche mejor que un gato. Cómo me
          huelgo! a, muger, adonde diaño fuyste, amores?

          _Mel._--O desdichada, Morio es este; perdida soy, que
          me han sentido; qué dire? Ya, ya, que estaua mi prima en
          passamiento y me embiaron a llamar: Melania diras, amo.
          Pues amo, qué te hazes por aqui a esta ora?

          _Mor._--A do las dexas? ellas pense que eran.

          _Mel._--Quién?

          _Mor._--Tus amas la grande y la pequeña.

          _Mel._--Cómo assi?

          _Mor._--No las hallo, ni sé quál diablo las lleuó.

          _Mel._--Búrlaste?

          _Mor._--Para burlar es el negocio: estoy ya medio casado.

          _Mel._--No lo digo yo?

          _Mor._--Oh, oh, oh! Menester es llorar.

          _Mel._--De veras va, a la fe; entrarme quiero a saber
          deste mysterio.

          _Mor._--Llegó muy aproposito Melania, porque casados que
          seamos nos podremos yr acostar y dormir hasta la mañana,
          y si buelue Astasia, que se tome otro marido, pues se ha
          ydo sin despedirse.

          _Mel._--Más mal ay de lo que yo pensaua, qué sera esto!
          matenme si no son ydas con Apio y Metio, que yo lo
          olia ya. Qué dirán las gentes? no ternee cara con que
          parescer. Peccador de Morio, no soy yo sola el agrauiada.

          _Mor._--Pues qué te paresce?

          _Mel._--Assi no fuera.

          _Mor._--O, o, o, qué será dellas? si entraron los
          ladrones y las hurtaron?

          _Mel._--No hurtan ladrones hurtos que coman.

          _Mor._--Si son ydas al villar?

          _Mel._--A estas oras? donoso estás.

          _Mor._--Si se ahogaron las desdichadas?

          _Mel._--En qué mar?

          _Mor._--En el pozo, que aun no he ydo á ver.

          _Mel._--Ni vayas.

          _Mor._--Si son ydas a conffesarse con los frayles, para
          ajunar oy, que es dia de pescado?

          _Mel._--Podria ser, mas es temprano. O si estan en la
          huerta plantando ajos??

          _Mor._--Allá he estado. Si son ydas a Santiago que eran
          deuotas dél?

          _Mel._--Esso deue ser.

          _Mor._--Dessa manera no bueluen más, que es lexos. Oh,
          oh, oh, Astasia, mi salsa, mi culantro y mi yerua buena,
          adonde te fuyste?

          _Mel._--Consuelate, Morio, por tu vida, que muchos
          desgraciados ay por el mundo, y yo soy vna dellos.

          _Mor._--Eres, amiga, cuytadilla? pues yo no veo mejor
          remedio que casarse el desgraciado con la desgraciada, y
          no curar de los graciosos.

          _Mel._--Assi andaria todo derecho.

          _Mor._--D'aca la mano, amores.

          _Mel._--No, no, Morio, no tan ayna.

          _Mor._--Ayna dizes? y ha dos horas que se partieron.

          _Mel._--Y si boluiesen?

          _Mor._--Que se busquen otros.

          _Mel._--Si ya no los tienen.

          _Mor._--Tanto que mejor; dormiremos más a plazer lo que
          se queda por dormir. Eya, mis entrañas, que ya te quiero
          bien.

          _Mel._--En buena fe que me viene Dios a ver y dexar los
          diablos para quien son. Búrlaste, Morio?

          _Mor._--Entremonos, vida, y verás si burlo; qué le falta?
          pesa más sola que quatro Astasias.


                       SCENA 4. DEL QUINTO ACTO

          Andronio busca Melania, y halla Aplotis que llora por su
            tia y prima, y que va buscar Logistico su seruidor, y
            despues de trauar amores se conciertan.


                          ANDRONIO, APLOTIS.

          [_And._].--Doleria afirma que está loca, y no puede ser
          menos, segun sus disbarates: yo no sabía qué dezirme, y
          ayna me tornara como ella. Esto me faltaua para prouar
          de todo: adonde yre que no me acompañe la desgracia?
          Quiso mi ventura sacarme de la mar, para hecharme en este
          fuego, si me auia resfriado. Desterrado de mi tierra por
          amores, y aqui medio perdido por la perdida, y loco por
          la loca, con dolores. Qué remedio, que está ya crescida
          la rayz: yo no lo siento, si Doleria no lo halla[737]
          como promete. Lo que más me lastima y haze que la ame,
          hasta tambien enloquecerme, es que por mí se enloquecio,
          tanto me queria la pecadora. Bien se paresce en sus
          palabras; porque aquel hablar de casamiento, de preñez,
          de soñar y de velar, y otros requiebros, no es otra
          cosa que publicar aora la causa de su locura, y hechar
          fuera de rondon lo que tenia guardado y escondido el
          pensamiento como agua represada. Pero la otra labrandera
          que despues me salio al camino con otra tal, me hace
          estar en duda y confuso de qué parte esté la locura;
          porque tengo dos testigos contra mí; y yo soy solo, si
          no hay otro que me paresca y aya hurtado o comido lo que
          éstas quieren que pague. O en sueños me lleuó el enemigo
          como estriega, aunque las estriegas sueñan lo que dicen,
          y yo seria assi Stryon Doctor haziendo lo que estas mis
          amigas sueñan. Pero Doleria dize que la labrandera es
          muy refalsada, y oyendo la question de Melania sin ser
          vista, quiso despues burlar de mí para hazerme perder de
          todo el seso. Yo quiero todauia yr por allá[738]. Si la
          veo y habla más a proposito es buen señal; si no, puedo
          proueerme de vn hospital para los dos.

          _Apl._--Mesquina, qué haré? a dó me yre con tamaño
          desaliño?

          _And._--Demas si es ésta? No lo paresce; Aplotis es, qué
          desaliño trae.

          _Apl._--Mi tia Astasia y mi prima Idona se son ydas.

          _And._--Ydas? qué quiere dezir ésta?

          _Apl._--Con aquellos recueros, dias ha que lo recelo.

          _And._--Estás aqui, Andronio? atiento.

          _Apl._--Mal año para ellas y para ellos.

          _And._--Y para Melania y para mí si les hizo compañia.

          _Apl._--Mirá por vida vuestra, qué gentileza y
          discrecion, que más parecen mulos, aunque recueros.

          _And._--No acabará ésta de dormir y de soñar yo? qué
          mulas o qué mulos quiere alquilar?

          _Apl._--Igual era la de Heraclio y su intencion que a
          ambas seruia y veneraua y defendiera el passo de Tintoil
          por amor dellas. Vendianle higos maduros, danle aora por
          ellos higas verdes, y por melones a la prueua calabaças.

          _And._--Luego todos somos sanos.

          _Apl._--Lo más salado de todo está el casamiento de la
          mula con el asno; el aurá de parir, que ellas no paren.

          _And._--Qué mula es esta, pese al diablo, o qué parir de
          asno?

          _Apl._--Melania con Morio? Ah, ah, ah, reyré aora, que ya
          he llorado un rato.

          _And._--No es este muy buen verso; menester es salir de
          duda. Qué lluuia o sol es éste, señora Aplotis? o qué
          desaliño por allá!

          _Apl._--Andronio es, su parte le cabrá.

          _And._--No me respondes?

          _Apl._--Dios te guarde, señor Andronio; estaua vn poco
          enuelesada, perdonáme.

          _And._--Qué ay por allá, señora Aplotis? dizenme que está
          mala Melania.

          _Apl._--Harto mala.

          _And._--No me engañó luego Doleria.

          _Apl._--Qué te dixo?

          _And._--Que estaua loca, porque yo se lo fuy a preguntar
          por ciertas locuras que le oy.

          _Apl._--Ah, ah, ah, despues lloraremos tú y yo, señor
          Andronio.

          _And._--No te entiendo.

          _Apl._--Si la mujer es hija del marido, como dizen, ella
          está loca siendo casada con el loco.

          _And._--Cómo casada? con qué loco?

          _Apl._--Yo te lo dire, para que de oy más busques mujer:
          son ydas mi tia y prima con Apio y Metio, y con los
          dineros de la casa, para no boluer. Morio y ella guardan
          el resto, y son casados, y aun más que quedan en la cama,
          por no poder arrepintirse.

          _And._--Es possible esso?

          _Apl._--Como ser de dia aora. Escoziole y está medio
          pasmado; maldita sea ella que tal trueque ha hecho. Estas
          y las otras hazen perder el crédito a las buenas. Daria
          esta sortija por hallar en casa a Logistico y darle parte
          desta caualgada, aunque le duela por el amigo; de vna vez
          o dos que le he hablado le quiero como a mí, y segun se
          me trasluze no me engaño.

          _And._--Ay, ay, ay, que muero; socorreme, Aplotis, mi
          señora.

          _Apl._--Pues, señor Andronio, qué cosa es esta? qué animo
          es este de gentilhombre?

          _And._--Ay, ay, ay, o falsada fe, falso amor, hembra
          falsissima!

          _Apl._--Triste de mí, si se me muere entre las manos.
          Marauillome de ti, señor Andronio, morir por quien no
          meresce tu çapato? Lastima tengo, hermoso y dispuesto mas
          que vn aleman. Maldita sea la vellaca.

          _And._--Qué dizes, señora Aplotis? o qué me aconsejas?

          _Apl._--Que la des al diablo y tomes otra que te meresca;
          que no aurá ninguna que no se tenga por dichosa; y más es
          poquedad no holgarte de ser quito della.

          _And._--Bien me aconsejas, pero recelo ya que otra
          qualquiera se me torne Melania.

          _Apl._--No hará, y assi no ouiera hecho voto yo de ser
          monja.

          _And._--Monja, señora?

          _Apl._--Sí.

          _And._--Pues y no lo mudarás? yo te auré licencia.

          _Apl._--No sé.

          _And._--Si harás, señora, por quien comiença ya a arder
          por ti.

          _Apl._--Tan ayna?

          _And._--Quiere mi suerte satisfacerme, vista mi fe y
          lealtad mal empleada; por esso acceptame por tuyo y toma
          estos ojos, este coraçon y a esta mano en prendas d'ello.

          _Apl._--Qué auisadamente lo dize su merced! Auré mi
          consejo.

          _And._--Si quieres verme muerto sea assi.

          _Apl._--No, no, no, señor Andronio, he aqui la mano.

          _And._--Quede, pues, en ella el anillo de la fe hasta su
          dia.

          _Apl._--Soy contenta.

          _And._--Y yo bienauenturado.


                                NOTAS:

          [737] _Haya_ en la edición de 1572. Está corregido en la
          de 1614.

          [738] _Aya_ en la primera edición.


                        SCENA 5. DEL QUINTO ACTO

          Asosio y Doleria transfigurados en Astasia y Idona,
            bueluen a Apio y Metio.

                    ASOSIO, DOLERIA, APIO, METIO.

          [_Aso._].--Pues, Doleria, qué determinas? tenemos tú y
          yo de ser Deucalion y Pyrra y entrambos representar el
          mundo?

          _Dol._--Calla, que presto se acabará el diluuio y
          saldremos a tierra. Mas aora es menester que con sus
          vestidos dellas vamos a ellos y les demos otro asalto.

          _Aso._--En qué en los cabellos?

          _Dol._--En las capas y en las espadas, como hizieron
          nuestros hombres, porque nos lleuen menos ventaja.

          _Aso._--Y dónde los hallaremos?

          _Dol._--Aora, aora te porne con ellos.

          _Aso._--Cómo sabes que tienen ya otros vestidos?

          _Dol._--Sin más astrologia es de pensar se ayan ydo armar
          de nueuo para boluer a sus amores.

          _Aso._--Doy al diablo tal saber; si es assi, y no
          escapan, luego nos casamos.

          _Dol._--La mitad está hecho, y para el resto te pornas de
          lodo, vellaco, mesonero del consejo, o qué niño!

          _Aso._--No, que todos los huespedes conoscidos te
          seruirian y con los otros dissimulariamos por los
          despojos.

          _Dol._--Aun te quedó sed? no ves que estamos ya proueydos
          para algunos dias?

          _Aso._--Cómo eres necia! Dure el officio, que quanto más
          moros más ganancia.

          _Dol._--O Moras. Guay de Agar si le dexaste Ismael en el
          regaço.

          _Aso._--Algun angel la socorrera, y ella es para todo;
          mas por tu vida dime, qué será della en estos trances?
          marauillome de cómo tan bien no se embarcó esta marea.

          _Dol._--Para andar seruiendo por suertes la peccadora,
          ay le queda Morio o Morrion; podria ser se concertassen,
          y tanto más ayna, si trae carga, haziendole creer que se
          parescen como la cebolla con el hueuo.

          _Aso._--Y otra que alli ay por nombre Aplotis, linda y
          honesta como vna sancta?

          _Dol._--Sé por quien dizes: quedará por heredera de su
          prima, y assi estará todo acomodado; y si hombre fuera,
          nunca a otra me pegara.

          _Aso._--Marido le hallaremos tiempo andando.

          _Dol._--Qué buena pieça; tú querias hazer parentesco con
          todo el mundo y auer más hijos que Gedeon.

          _Aso._--No faltaria vno que los degollasse.

          _Dol._--Assi acaesce. Calla aora, que entramos en el
          puerto y vienen nuestros marineros; oygamos con todo lo
          que dizen.

          _Met._--Doy al diablo estas andadas; mejor fuera no las
          conocer.

          _Aso._--Assi lo digo yo.

          _Apio._--También yo tuerço las orejas; de tales caldos,
          hermano, tales pallos.

          _Dol._--Tarde caystes en la cuenta.

          _Met._--Ayna nos mataran los ladrones, si no les dieramos
          lo que pedian.

          _Aso._--Más teneys que andar.

          _Apio._--Auemos sido cuerdos; pero qué te paresce, es
          tiempo aun o auran salido solas?

          _Dol._--Aora lo sabreys.

          _Met._--Boluamos hazia allá.

          _Apio._--Los cabellos se me herizan.

          _Dol._--Aparescamosles como ánimas destotra parte.

          _Aso._--Bueno será.

          _Met._--Acá vienen dos mujeres.

          _Apio._--Ellas son.

          _Dol._--Pues, señores, qué demora ha sido ésta? ayna nos
          perdierades.

          _Aso._--Por cierto sí, qué buenos enamorados!

          _Apio._--Si supiessen, señoras, lo que passa.

          _Dol._--Cómo? tuuistes algun encuentro?

          _Apio._--Encuentro, señora? vn ora andamos a las
          cuchilladas con seys vellacos que querian nuestras capas.

          _Aso._--Ay, triste, y cómo os sucedió?

          _Apio._--Metio lo dirá.

          _Met._--Digalo Apio.

          _Apio._--Pienso quedan los dos muertos, y los otros
          huyeron mal heridos.

          _Aso._--Bien oyes?

          _Dol._--Calla, o mesquina, y vosotros venis heridos?

          _Apio._--No, mas cansadissimos; caminemos presto y
          reposaremos.

          _Dol._--Mas antes os yd luego para el bosque a sperarnos,
          porque nos tenemos de boluer a casa por lo mejor que se
          nos ha oluidado.

          _Apio._--Todos yremos.

          _Dol._--Yo no quiero, que essos heridos bueluan por los
          muertos con otra compañía y os hallen.

          _Aso._--Es assi, madre, porque podrian aun entrar en
          colera y reñir de nueuo.

          _Met._--Pues solas?

          _Dol._--No importa, lleuaremos vuestras capas y espadas
          para parescer hombres, que a mujeres quienquiera se les
          atreue, y presto somos con vos.

          _Apio._--Toma, pues, mi reyna de las Almazonas[739].

          _Met._--Toma tú, mi alma, y no me oluides.

          _Dol._--Oluidar? No son para oluidar tales amigos. Qué
          te paresce, Asosio? la vitoria para buena ha de ser sin
          sangre, y dan entonces más gusto los despojos.

          _Aso._--No lo supiera tramar mejor la hada Manto; tórnome
          loco en pensallo.

          _Dol._--No hagas, que tengo aun de ti necessidad para
          otras fiestas.

          _Aso._--Al infierno yre contigo, que allá as de yr.

          _Dol._--Será malo do tengo tanta amistad? Quanto más que
          es andar haziendo justicia esto como corrigidor de la
          comarca, y viene dispensado de la corte, y mas yo sé el
          _Miserere_ y el _De profundis_.

          _Aso._--El _De profundis_ creo yo, duerme descansada;
          pero boluiendo a nuestras cabras, qué queda aora por
          hazer?

          _Dol._--Dar auiso a los griegos de los troyanos y ordenar
          ciertas Nimphas y saluages que den fin a la comedia,
          como exemplo de gloria y pena segun las obras; tú lo
          verás y me alabarás por muger de prol, y despues dello
          reposaremos.

          _Aso._--Assi? Camina, pues.


                                NOTAS:

         [739] _Sic_, en las dos ediciones.


                       SCENA 6. DEL QUINTO ACTO

          Astasia y Idona se encuentran con Apio y Metio en el
            bosque y ay entr'ellos grandes altercaciones.


                     ASTASIA, IDONA, APIO, METIO.

          [_Ast._].--Qué espanto haze, hija, esta soledad!

          _Ido._--Yo estoy temblando y elada de puro miedo.

          _Ast._--Ya se acerca la mañana, que es gran consuelo.

          _Ido._--Mucho tardan nuestros hombres; no les aya
          acaescido desastre alguno.

          _Ast._--Mal consejo fue no quedarse vno.

          _Ido._--Triste de mí.

          _Ast._--Qué has?

          _Ido._--No sé qué me adeuina el coraçon.

          _Ast._--Qué loca está? no sabes que no deue creerse en
          sueños?

          _Ido._--Bueno fuera, señora, no auer dormido por no soñar.

          _Ast._--Qué poca fe. Ayna se acabará este trabajo.

          _Ido._--Plega a Dios.

          _Ast._--Gente ay aqui cerca, que oygo hablar.

          _Ido._--Será el echo de nuestra boz.

          _Ast._--Bien dizes, nuestros Echos son.

          _Apio._--Metio, ves algo?

          _Met._--A nuestras Nimphas.

          _Apio._--Tan ayna, cómo es possible?

          _Met._--Auran hallado alguna senda.

          _Ast._--Si más tardarades nos escondiamos y os dauamos
          por penitencia correr el bosque.

          _Apio._--Quién auia de pensar que erades aues, para
          boluer a casa como dixistes y que bolariedes!

          _Ido._--Quién lo dixo?

          _Apio._--Su merced y tu merced.

          _Ast._--Soñastelo? Pues adonde quedan las espadas y las
          capas? en prendas de la palabra?

          _Met._--O qué bueno, mas do las escondiste?

          _Ido._--Aun duerme Metio, madre.

          _Ast._--Ya lo veo: quieren burlarse los chocarreros.
          Caminemos, hijos; dexays allá[740] recaudo? que sperando
          nos moriamos de miedo, y es razon yr descansar.

          _Met._--Nos somos los burlados o encantados, que nos
          dexastes venir solos, diziendo que se os oluidaua lo
          mejor, y nos hurtastes la buelta ansina.

          _Ido._--No lo digo, madre, que aun duerme? o quiza han
          beuido demasiado.

          _Apio._--Antes pienso yo que el sereno de la noche os ha
          penetrado las cabeças.

          _Ast._--No salimos de la huerta todos? no llegamos aqui
          todos? no os partistes de nos los dos para yr buscar
          albergue?

          _Apio._--Dios del cielo?

          _Met._--Sanctos del parayso!

          _Apio._--No, señora, si porfias, no te hallamos ya de
          casa un trecho? y nos dixiste que se os oluidaua lo
          principal? y queriamos acompañaros, mas no quesistes, con
          recelo que boluiessen los heridos por los muertos? y por
          no ser conoscidas por mujeres lleuastes nuestras capas y
          espadas, embiandonos al bosque do os hallamos con este
          disbarate?

          _Ast._--Y nos con otro muy mayor venir os vemos; esta
          deue ser alguna de las milagrosas fuentes de Merlin.

          _Ido._--Ellos la traen en las cabeças; no seria malo
          templarla con ésta.

          _Met._--Cortesmente, señora.

          _Ast._--Calla, sandia.

          _Apio._--Esta es la pena del peccado.

          _Ast._--Yo lo confiesso, pues assi desatinamos todos. No
          escondistes alli cerca los saquillos? qué más testigo es
          menester?

          _Apio._--Saquillos nos? qué tales?

          _Ido._--No más, no más, confirmada está la burla.
          Traydores, assi quereys tentarnos?

          _Met._--Tentar? vosotras lo hazeys en buena fe.

          _Ast._--Saquemoslos, Idona, y hablen ellos. Do los
          pusieron, hija?

          _Ido._--Ay do estás.

          _Ast._--Aqui no ay nada.

          _Ido._--Burlas?

          _Ast._--No por cierto; busca tú más allá.

          _Ido._--Ni aqui tampoco.

          _Ast._--Ni por acá menos.

          _Apio._--No ves?

          _Met._--Toma si veo; mas qué trato es este?

          _Ast._--Ah, ah, ah, y esto más aun, que escondistes los
          dineros?

          _Met._--Nos?

          _Apio._--Nos?

          _Met._--Nunca Dios lo quiera.

          _Ido._--Ni lo quiere, basta lo burlado; no se burle más,
          hermanos.

          _Met._--Nunca yo burlé de nadie.

          _Apio._--Ni yo tampoco.

          _Ast._--Ni yo menos.

          _Ido._--Ora estemonos assi hasta ser de día claro.

          _Ast._--Do posistes los dineros, hermanos, por mi vida?

          _Apio._--En tu cabeça; no veys qué donosa está nuestra
          ama?

          _Ido._--Mas no vistes qué gentil donayre?

          _Ast._--Mas, de verdad, do los escondistes?

          _Apio._--Otra suya; de verdad que ni tan solamente los
          tocamos.

          _Ido._--Esto es perder el seso.

          _Met._--El afrenta a nos se haze.

          _Apio._--Pues no?

          _Ast._--En qué? entremonos más en el bosque y allá
          disputaremos para ver si vos encanta este lugar, o podra
          ser que hallemos otra fuente y otros nos.

          _Apio._--Sea assi, que ni vos tampoco soys las vos si
          porfiays.

          _Ido._--Podria ser que nos hallassemos todos duplicados,
          sin los saquillos, que algunos de nos deuen ser éstos.

          _Ast._--Tiene razon.

          _Apio._--No veys qué dize?

          _Met._--A esto fue nuestra salida?

          _Ast._--No sea ésta la de Ferraguto viuo, que llevaua a
          Ferraguto muerto.


                                NOTAS:

         [740] _Aya_, en la primera edición. Corregido en la segunda.


                       SCENA 7. DEL QUINTO ACTO


          Heraclio, Logistico, Asosio y Doleria se van al bosque
          transfigurados en Astasia, Idona, Apio y Metio, y
          les hazen creer que son sus sombras y ser aquella la
          propriedad del bosque.


          HERACLIO, APIO, DOLERIA, ASTASIA, LOGISTICO, METIO,
          IDONA, ASOSIO.

          [_Her._].--Guia tú, señora Doleria, pues tan diestramente
          danças.

          _Log._--Nunca tal creyera.

          _Her._--Traya el saber dissimulado.

          _Aso._--Esso es lo bueno para entrar y salir, como hazia
          Malgessi ayudando sus doze pares.

          _Dol._--Affeytadme vos aora a vuestro modo; pero sabed
          que lo principal teneys por ver; cerca estamos: quando
          paresca que nos oyen, yo lo tramaré; no aya hombre que se
          ria ó se acuerde de su nombre.

          _Ast._--Gente ay aqui.

          _Apio._--Cuytado.

          _Ido._--No temas.

          _Met._--Por las espadas solo.

          _Ast._--Estemonos queditos, que no podran vernos.

          _Ido._--Oygamos, pues.

          _Dol._--No es gran marauilla la de este bosque?

          _Aso._--Grande.

          _Her._--Qué tal, señora?

          _Dol._--Que las sombras aqui se hazen cuerpos.

          _Aso._--De los hombres solamente; no otros animales.

          _Dol._--Lo de que más es de espantar que todos los
          metales se derriten.

          _Ast._--Qué oygo?

          _Ido._--Qué veo?

          _Apio._--No estoy en mí.

          _Met._--No sé qué me diga; éstas son luego nuestras
          sombras, o nos las suyas? yo veo allá a ti, señora
          Astasia.

          _Ast._--Y yo a ti.

          _Ido._--Y yo a todos.

          _Apio._--Y nos a ti. Sancta Maria, qué cosa es esta?

          _Aso._--No vistes los saquillos que traximos, que tú Apio
          y Metio alli escondistes?

          _Her._--Estoy frio, Metio.

          _Log._--Y yo ardo, Apio.

          _Dol._--No te lo dizia yo, Idona?

          _Aso._--Señora, sí.

          _Ast._--De manera que nos somos los duplicados y los
          saquillos no parescen.

          _Ido._--Gran cosa es ésta.

          _Apio._--Y que tambien los busquen nuestras sombras.

          _Met._--Yo duermo, no es possible menos.

          _Apio._--Fregate los ojos; guay de tal sueño.

          _Ast._--Gran desuentura es ésta, que de nos mesmos
          estemos escondidos, sin saber aun lo que somos, cuerpos o
          sombras.

          _Ido._--O Dios, alumbra estas tinieblas.

          _Her._--Do piensas, señora, anden aora nuestras sombras?

          _Dol._--Por el bosque libres y sueltas de los cuerpos.

          _Log._--Podria ser hallarlas?

          _Dol._--Por qué no?

          _Her._--Y hablarán?

          _Dol._--Toma si hablarán, y aun te digo porfiarán que son
          los cuerpos.

          _Apio._--Oye, oye, señora.

          _Ast._--Estoy loca.

          _Ido._--No es para estar?

          _Aso._--No hará la mia esso.

          _Log._--Por qué, señora Idona?

          _Aso._--Terná verguença.

          _Her._--Iuro a mí que auemos de luchar si viene a esso.

          _Met._--Apio, aparejate.

          _Apio._--Tú tambien, Metio; mas sabes que veo que las
          sombras de nuestras amas traen cubiertas nuestras capas.

          _Met._--Tienes razon por cierto; desse modo sombras
          somos, pecador, porque las capas no se pueden duplicar
          sigun paresce.

          _Dol._--Quién habla aqui?

          _Her._--Seran nuestras sombras.

          _Aso._--Las mesmas son; voyme para la mia. Dónde andays,
          sombra? cómo os partis assi de vuestro cuerpo?

          _Ido._--Y vos quién soys?

          _Aso._--Idona.

          _Ido._--Quién seria luego yo?

          _Aso._--Mi sombra.

          _Dol._--Y tú la mia.

          _Ast._--Sea assí.

          _Dol._--Pues abracemonos por la bien venida.

          _Ast._--Ay, sombra, cómo aprietas.

          _Dol._--Cuerpo diras de amores; ha rato que no nos vimos.

          _Ast._--Esta es vna gran fuerça, que ayamos de ser
          sombras de nuestros cuerpos mal que nos pese, y que
          sombras nos maltraten.

          _Dol._--Callaos, sombra.

          _Aso._--Yo con mi sombra me estoy: no es assi, señora
          sombra?

          _Ido._--Tú eres sombra, que yo soy Idona; pero hagasse la
          voluntad del bosque.

          _Her._--Y tú, Metio?

          _Log._--Y tú, Apio?

          _Her._--Lleguemonos a nuestras sombras; llegaos, sombras.

          _Apio._--Qué os plaze, cuerpo?

          _Met._--Qué quieres, yo?

          _Log._--Llegaos.

          _Apio._--Aqui estamos.

          _Her._--Abracemonos tambien.

          _Met._--Ay, cuerpo!

          _Apio._--Que no soy sombra yo, pese al diablo, que assi
          me aprietas.

          _Log._--O vellaca sombra, toma.

          _Apio._--Ay qué gran bofeton me dió tu cuerpo, Metio!

          _Her._--Tenelde compañia vos.

          _Met._--Ay, cuerpo de Apio!

          _Dol._--No más, sombras, que es gran verguença; no veys
          nuestra paz?

          _Log._--Sí, pero sombras de mugeres no lo son de hombres.

          _Ast._--Ora no más, cuerpos de nuestras sombras.

          _Her._--Por seruirte, sombra de mi señora Astasia.

          _Ido._--O Dios, qué cosa es esta?

          _Aso._--De qué te congoxas, sombra vida mia?

          _Her._--No te fatigues, sombra de mi señora Idona. Idona,
          señora mia, vete para mi sombra y dexame con la tuya.

          _Aso._--Que me plaze. Apio hermano, sombra de Apio?

          _Apio._--Yo soy, señora Idona.

          _Aso._--Pues abraçame.

          _Apio._--Quién rehusaria tal merced, por más sombra que
          fuesse? Ay, ay, señora, bien paresce que no eres sombra.

          _Aso._--Cómo assi?

          _Apio._--Aprietas como cuerpo.

          _Her._--Ora bien, sombra de mi señora Idona, de qué te
          quexas?

          _Ido._--De auer perdido el cuerpo y el alma.

          _Her._--No te congoxes, vida mia, que yo te doy el mio si
          lo quieres.

          _Ido._--Y qué hará tu sombra, Apio hermano?

          _Log._--Luego le buscariamos otro cuerpo.

          _Ido._--Las sombras no tienen poder en sí.

          _Aso._--Señora sombra de mi señora, cómo estays?

          _Ast._--Como sombra, Idona.

          _Met._--Como estás, Apio?

          _Apio._--Que no soy Apio mas sombra di.

          _Dol._--Sombra.

          _Ast._--Cuerpo.

          _Dol._--Viste nuestros saquillos?

          _Ast._--Ni las sombras dellos, y estoy marauillada de
          cómo tambien no tengan sombras, ni sé qué se ha hecho de
          los cuerpos.

          _Dol._--La propriedad del bosque es derretirse todo
          metal. Apio.

          _Her._--Señora?

          _Dol._--En qué parte los posiste?

          _Her._--Alli, Metio y yo.

          _Log._--Es verdad, y demas si los tienen nuestras sombras.

          _Apio._--Ni las sombras vimos, que como sombras, sombras
          buscauamos.

          _Dol._--Era por demas.

          _Ast._--Cuerpo, no auria remedio?

          _Dol._--Preguntaremos de que seamos en poblado.

          _Aso._--No es para oluidar.

          _Met._--Yo antes quisiera perder mi cuerpo.

          _Log._--Perdido seas.

          _Apio._--Y yo el mio.

          _Her._--Y tú tambien.

          _Ido._--No yo por cierto.

          _Dol._--Ora todauia ello es gran marauilla o confusion;
          será bueno buscar vn nigromante que la deshaga.

          _Her._--Yo soy de la mesma opinion, señora Astasia.

          _Log._--No me paresce mal.

          _Aso._--A do lo hallariamos?

          _Log._--Yo sé vno.

          _Dol._--Sombra, quedate aqui con las demas sombras.

          _Ast._--Assi nos dexas, cuerpo?

          _Aso._--Mientras boluemos.

          _Ido._--Yo speraré.

          _Her._--Sombra, no te mueuas.

          _Apio._--Y cómo es possible si se va mi cuerpo?

          _Log._--Cómo eres necia, sombra de Apio; es la virtud del
          bosque.

          _Met._--Es verdad, cuerpo; a Dios vays.

          _Dol._--Todauia os queden las espadas y capas, porque si
          vienen otras sombras ayan miedo de llegarse.

          _Apio._--Bien dices; damela acá, señora Astasia.

          _Aso._--Toma tú, sombra de Metio.

          _Met._--O señora Idona, con ellas guardaremos vuestras
          sombras.

          _Dol._--Por esso es, a Dios quedays.

          _Ast._--A Dios vaiays.

          _Ido._--Más al diablo, malditos sean tales cuerpos.

          _Met._--Yo no quiero, señora sombra de Idona.

          _Ast._--No sé qué me diga.

          _Ido._--Que estamos ya en el infierno cogiendo el fruto
          de nuestras obras, porque siendo sombras tenemos hambre y
          sed, frio y calor, ira, temor, y las otras passiones de
          los cuerpos.

          _Apio._--Yo no lo puedo creer.

          _Met._--No lo viste?

          _Apio._--Deben ser diablos.

          _Ast._--Tanto peor, que quedamos siendo sombras de
          diablos; pues qué haremos?

          _Ido._--Que nos boluamos a los cuerpos si ellos no
          bueluen, y tengamos más cuenta con las ánimas de aqui en
          adelante.

          _Ast._--Bueno seria.

          _Met._--Y los saquillos?

          _Apio._--Qué preguntas tú por los saquillos, siendo
          sombra? allá se auengan con los cuerpos.

          _Ast._--Qué marauilla esta!

          _Ido._--No se ha visto otra tal; boluamonos a casa, no
          faltará vna disculpa.

          _Ast._--Donosa estás; y si hallamos allá los cuerpos que
          nos hechen con la maldicion?

          _Ido._--No miras que solamente es en el bosque la
          diuision?

          _Ast._--Tengo miedo lo sea para nos por todo el mundo;
          veamos en qué para, y si bueluen estos negros cuerpos.

          _Apio._--A la fe que no lo son sino muy blancos, y que no
          sabria yo atinar de sombra a cuerpo.

          _Ast._--Metamonos más allá dentro del bosque.

          _Ido._--Sea assi, veremos si nos hallan todavia.

          _Apio._--Podra ser que topemos con los cuerpos de los
          talegones.

          _Met._--Qué necio, siendo sombra?

          _Apio._--Ya se me oluidaua.

          _Ast._--Silencio.


                       SCENA 8. DEL QUINTO ACTO

          Aglaia y Thalia, Gracias del cielo, se quexan de la
            ingratitud de los hombres, sobreuienen dos Musas, Caliope
            y Melpomene, como Nimphas del bosque que fingen ser ellas.


          AGLAIA, THALIA, ASTASIA, APIO, METIO, CALIOPE,
          MELPOMENE[741].

          [_Agl._].--Hermana Thalia, podemos boluernos de oy más al
          cielo.

          _Tha._--Por qué lo dizes?

          _Agl._--Mas por qué lo preguntas?

          _Ast._--Qué es esto que vemos?

          _Apio._--Angeles sin alas. Metio, qué dizes?

          _Met._--Que me toma dentera.

          _Ido._--Qué desuergonçado!

          _Agl._--Qué ves acá en los hombres para no huyr dellos
          como del proprio mal?

          _Ido._--Sí aosadas.

          _Ast._--Calla y oygamos este sermon.

          _Agl._--Muerta la fe y el amor desterrado, qué verdad ay
          entre ellos? no es todo mentira? mira los ricos y todos
          los grandes, que deuian ser spejos de otros, de qué
          manera gratifican al cielo aquella preeminencia y estado?

          _Tha._--De spacio lo tomas, si por ay andas.

          _Agl._--La carne es la guya de todas sus obras; a quién
          viste valer que meresca en sus casas?

          _Tha._--A los que más saben del mal y menos del bien.

          _Agl._--Quatro maneras de hombres, a saber: los mas
          principales, que en vez de persuadilles a la justicia y
          otras virtudes, les hablan a su apetito, inclinando la
          lengua y ademanes alli do ven que ellos se inclinan.

          _Tha._--Tanto más pena merescen los tales, quanto estan
          más entre el cielo y la tierra y entienden lo de arriba,
          veen lo de abaxo y son los ojos del rico.

          _Agl._--Bien dizes, pues dan con los miseros en el
          precipicio; mas esso no los desculpa, porque el que ha de
          dar cuenta de sí y de otros es menester que conosca a sí
          y a los otros.

          _Tha._--Si no preguntenlo al griego de antaño.

          _Agl._--Si a la fe. Los grandes, para merescer este
          nombre, deuian hazerse primero pastores y guardar ganado.

          _Tha._--Buen cargo les das; desuarias?

          _Agl._--Desuaria quien otro siente.

          _Tha._--Esso queria yo entender.

          _Agl._--No sabes que el que es pastor a derechas no
          recela, por mejorar su ganado, frio o calor, lluuia,
          viento o granizo, y que no deue dormir ni comer sino a
          hurtadillas?

          _Tha._--No tanto, no tanto; por qué?

          _Agl._--Por qué? ternias por bueno dormir el pastor
          quando duerme el ganado?

          _Tha._--Esso no.

          _Agl._--Pues menos si vela, si ha de guyalle de valle
          en valle y de collado en collado, y buscar los pastos
          mejores y aguas. Y aun le conuiene que los conosca de
          antes, y sepa do ay yeruas malas y por qué parte pueden
          entrar los lobos que siempre andan rastreando tras él y
          otras fieras, si quiere conseruar lo presente y adquirir
          lo futuro.

          _Tha._--Pues todo ha de ser trabajo sin otro prouecho?

          _Agl._--Tampoco; bien puede seruirse de la leche, carne y
          lana, por la medida de lo que puede el vno ha menester el
          otro, sin dejar las ouejas desnudas y sin sangre, y dar
          todo a los perros de que se fia y sobre que descarga su
          cargo, los quales seruiendose del sueño del amo, muchas
          vezes se hacen de acuerdo con los lobos.

          _Tha._--Aora te entiendo; de suerte que querias assi
          hiziessen los ricos? Desse modo esclauos les podrias
          llamar.

          _Agl._--Ah, ah, ah, gana me toma de reyr.

          _Tha._--Por qué?

          _Agl._--Por quál carga de agua piensas se les da el
          estado? para hartarse de carne y seguir sus antojos a
          rienda suelta? engañado estás; la más aspera y trabajosa
          suerte es de todas, por lo qual Ulisses dexó escoger a
          los otros primero, tomando despues la más infima, y por
          que todos pasauan, affirmando y jurando que si mil vezes
          boluiese al mundo, tantas rehusasse la de grande que auia
          sido.

          _Tha._--Pues y las otras tres, quáles son?

          _Agl._--Valasme Dios, ya se me auia oluidado. La
          segunda, de los officiales, que éstos haziendo el
          reporte de lo que por las manos les passa al reues y
          falso, confunden las colores todas, passando lo negro
          por blanco, blanco por negro, con tener más el ojo a
          su proprio gusto y interes que a la honrra y prouecho
          licito del señor; y aun les cumple sean buenos pintores
          y anden siempre con el pincel en la mano para reboçar lo
          que está debaxo y el daño que la verdad les haria, si
          acaso paresciesse algun rayo della. De los otros me toma
          juntamente risa y verguença.

          _Tha._--Reyamos, pues, todos, hermana. Quién son essos?

          _Agl._--Los señores chocarreros.

          _Tha._--Ya me reyo tambien sin que oyga más adelante.

          _Agl._--Sentinas proprias de males, qué vicio ay que
          éstos no tengan? glotones, no en secreto sino en la
          presencia y con mucho gusto de sus proprios señores;
          borrachos, suzios, hediondos y estragadores de lo que
          falta a los pobres, los quales si tomassen todos estos
          vicios por occasion de reprehender los agenos y incitar
          sus señores a virtud alguna, entresachando col y lechuga
          (como se dize), merecerian loor, como Democrito, que se
          fingia loco para el mesmo effecto. No embargante que la
          virtud sea libre, y no ay para qué vsar destas mañas.
          Pero éstos, todo lo que hazen y dizen es tal que me viene
          asco en pensallo (aunque sus señores le hallen tal gusto)
          con tanta libertad de entrar y salir, que bien podemos
          dizir que estan siempre abiertas las puertas a los
          peccados y tan occupadas con ellos, que no entrará vna
          sola virtud aunque quiera.

          _Tha._--No fueras tú Aglaia ni no lo sintieras assi.

          _Agl._--Los quartos son de más importancia, puesto caso
          no sean tan conoscidos. Ah, ah, ah.

          _Tha._--Algo tienes no menos sabroso; dilo por tu vida,
          hermana, de presto.

          _Agl._--Las espias.

          _Tha._--Las espias? qué dizes? no son necessarias essas
          para guardarse de los enemigos?

          _Agl._--O de los amigos.

          _Tha._--No lo entiendo.

          _Agl._--Creolo, es otra suerte de espias de hermosuras.

          _Tha._--Ya, ya; dónde estaua yo?

          _Agl._--Dessean tanto la hermosura de sus señores, que se
          la ajuntan de todas partes, y para que les pueda seguir y
          vaya liviana, apartan della primero lo más pesado, que es
          la virtud, por muy pegada que ande, con sus instrumentos
          que para ello traen; porque de otra manera se quedarian
          en el camino sin poder llegar por el graue peso. De aqui
          podras colligir el resto.

          _Tha._--Entendido se está; pero, hermana, algun aliuio
          cumple que tenga el gran peso que tienen los grandes
          sobre sus espaldas.

          _Agl._--No lo ay mayor que el de la virtud, si vna vez se
          tiene por habito, el qual facilita a lo impossible; mas
          anda la peccadora tan lexos de poblado y mal vestida, que
          no ay quien la conosca ni quiera su conuersacion.

          _Tha._--A la verdad el nombre de Rey declara su
          obligacion, porque quiere dezir mensajero, de quién? sino
          de Dios.

          _Agl._--Has concluydo breuissimamente.

          _Tha._[742].--Pues los otros estados de alli para baxo
          allá van, y todos hazen el mono al natural y contra
          natura, que tanto más carga a sus amos. Pero esto no
          escusa los subditos, pues, como dizen, es cada vno señor
          de su tienda. Ora, hermana, con tan buena gracia de
          hombres, qué tienen que hazer por acá las Gracias?

          _Tha._--Y de mugeres no dizes?

          _Agl._--Todo es vna massa, mugeres y hombres; si no mira
          las alteraciones que van por el mundo, que si engaña
          Hulana a Cicrano y se burla dél, engaña despues Cicrana a
          Hulano, y cada vno se apressura a començar primero, o sea
          hombre o muger, los tratos contratos entrellos, que más
          virtud o primor tienen que los dísbarates de entrellas.

          _Ast._--Triste de mí.

          _Apio._--Lloremos, señora, y prometamos alguna romería.

          _Ido._--Ya es tarde.

          _Met._--Tambien yo estoy para pelarme las barbas. Metio,
          qué heziste?

          _Melp._--Caliope.

          _Cal._--Qué mandas, hermana?

          _Melp._--Bien oyste el discurso de nuestras dos Gracias.

          _Cal._--Toma? no me paresce andan menos aborridas de los
          hombres que nos, los quales tienen el mesmo odio a las
          sciencias que a la virtud que ellas dizen.

          _Melp._--Como sean parientas, paresce no puede amar lo
          vno quien aborresce lo otro.

          _Cal._--No les hariamos vna burla?

          _Melp._--Qué tal?

          _Cal._--Como la de los enamorados vnos con otros.

          _Melp._--Hazer dellas sombras?

          _Cal._--Sí.

          _Melp._--Comiença tu.

          _Cal._--Ola ola, sombra, por qué os partistes de mí?

          _Ast._--No veys vosotros que tambien hacen sombras las
          Gracias.

          _Ido._--Ya aora no ay que dudar; sombras somos.

          _Apio._--No lo dizia yo?

          _Met._--Ay de mi cuerpo!

          _Agl._--Cómo, sombra? qué dizes tu o quién eres? soys
          Nimphas deste bosque quiça?

          _Melp._--Qué buen dissimular; sabed, si no lo sabeys, que
          aqui en él se apartan de los cuerpos las sombras.

          _Tha._--O qué lindo! de manera que vos soys las Gracias
          y nos vuestras sombras.

          _Cal._--Pues qué pensays? Sombra de Aglaia, llegate acá.

          _Agl._--Ah, ah, ah, o tú acá presto.

          _Tha._--Y tú acá.

          _Melp._--Graciosas estan las sombras.

          _Agl._--Y desgraciadas las Gracias, aunque no sean feas.

          _Cal._--No más donayres; juntaos al cuerpo.

          _Agl._--Que soy contenta; con esta saeta.

          _Melp._--Tirá y uereys si rescibis otra mayor.

          _Tha._--Qué mysterio es este, sombras de Gracias?

          _Cal._--Sí, aunque os pese.

          _Agl._--Tienes razon, si quieres assi interpretar a este
          mundo, que de lo bueno no ay en él que la sombra, y de lo
          malo todos son cuerpos.

          _Melp._--No miras, Aglaia, qué gran doctor se ha tornado
          tu sombra?

          _Cal._--Algo deuia deprender de su cuerpo.

          _Agl._--Y vos no quereys? tomá, pues.

          _Cal._--Assi y tirays?

          _Melp._--A las saetas, Caliope, que dexamos junto a la
          fuente, porque estas no bastan.

          _Tha._--No yreys solas.


                                NOTAS:

           [741] Debe añadirse á esta lista de personajes el de
          _Idona_, que en el discurso de la escena aparece varias
           veces.

           [742] Por errata _Aglaia_ en las dos ediciones. Continúa
           en todo lo restante del diálogo la misma equivocación.


                       SCENA 9. DEL QUINTO ACTO

          Astasia y su compañia confusos y marauillados de lo que
            veian, vienen Heraclio y Logistico dar con ellos.


          ASTASIA, APIO, IDONA, METIO, HERACLIO, LOGISTICO.

          [_Ast._].--Vistes vosotros?

          _Apio._--Toma si vymos; yo no puedo creer que sea éste el
          mundo de ayer.

          _Ido._--Deue ser otro.

          _Apio._--Pero yo comeria.

          _Met._--Calla, diablo; sombras no comen.

          _Apio._--Quiça que almuerzan nuestros cuerpos aora, que
          tardan.

          _Ast._--Nadie se mueua ni porfie, pues aueys visto lo que
          ha pasado entre las Nimphas, y la furia lleuauan[743]
          tras sus cuerpos las sombras.

          _Ido._--Qué les harán por la desobediencia los cuerpos?

          _Ast._--No escapan de estrecha prision.

          _Ido._--Sombras prision?

          _Ast._--Ya ves la qualidad del bosque, que es boluerse
          cuerpos.

          _Ido._--De manera que no falta aqui compañia a los solos.

          _Ast._--No ay aqui solos.

          _Apio._--No lo viste? dos yos y dos tus, y dos vos y dos
          mundos auria si entrasse aqui el mundo.

          _Met._--Pues qué haremos?

          _Ast._--Esperar los cuerpos con paciencia y rogalles nos
          saquen de aqui.

          _Ido._--Y nos no yremos?

          _Ast._--No lo entiendes; en saliendo del bosque no ay más
          sombras; qué seria de nos?

          _Ido._--Estar en los cuerpos.

          _Ast._--Y si ellos encuentran ladrones que los maten?

          _Apio._--Oxe, mejor será sperallos; más quiero ser sombra
          biua que cuerpo muerto.

          _Met._--Como sesudo.

          _Ast._--Milagros son que no sabiamos.

          _Ido._--Nunca tal oy.

          _Her._--En mi vida he visto burla más graciosa.

          _Log._--Yo rebentaua por no poder reyr.

          _Her._--Qué soptil y prompta es nuestra Vrganda!

          _Ast._--Yo oygo hablar.

          _Ido._--Si son nuestros cuerpos?

          _Apio._--Bien vengan si nos traen que mascar, que tan
          bien lo aria yo aora como dos cuerpos.

          _Met.-_-Calla, hermano, que otros son sombras o cuerpos.

          _Her._--Habla passo, que ya los veo; veamos si parescen
          nuestras sombras.

          _Log._--No será malo.

          _Ast._--Triste de mí, este es Eraclio! qué qué sera de
          nos con tal verguença?

          _Ido._--Más valiera ser sombras muertas.

          _Met._--Guay de nos, Apio; estos son los... ya me
          entiendes: harán nos algo?

          _Apio._--No sé a la fe; diremos vayan buscar los cuerpos,
          que somos sombras nos.

          _Her._--Quién anda aqui? que veo yo, Logistico?

          _Log._--Lo que yo, a Astasia y a Idona con sus amores; y
          todo el pueblo habla dellas en la ciudad.

          _Her._--O ladrones engañadores, qué aueys robado las
          damas y los dineros; aqui morireys a nuestras manos.

          _Ast._--O desdichada!

          _Apio._--Escuche tu merced, señor Heraclio, que ya te
          conosco. Verdad es que aqui llegaron esos cuerpos y se
          boluieron; nos somos sombras, y no es razon que las
          sombras paguen los pecados de los cuerpos.

          _Log._--Cómo sabremos nos que soys vos sombras? que bien
          sabemos ya la propiedad del bosque.

          _Her._--Con buenos pallos, que siendo sombras no los
          sentiran.

          _Apio._--Ay, ay, ay, que me matan.

          _Met._--Ay, ay, huyamos.

          _Apio._--Que no soy cuerpo yo, pese al año malo.

          _Ast._--O cuitada.

          _Ido._--Bien empleado es, que teniendo espadas se dexan
          apallear.

          _Ast._--Qué haran, peccadora, siendo sombras?

          _Ido._--Que no lo sientan, si lo son, ni nos por ellos.

          _Log._--O traydores vellacos!

          _Apio._--No spero más.

          _Met._--A los cuerpos, Apio.

          _Her._--Qué correr hazen los villanos; bien paresce que
          son sombras segun la ligereza. Pues, señora, qué ha
          sido esto; sin despidir? y el amor, señora Astasia, la
          paz y las verdades, donde están? cómo lo entendiste?
          Claro se muestra lo que publican tus seruidores, que
          aueys dexado los cuerpos y las animas por siguir las
          sombras. La honrra, grauedad y honestidad, la sanctidad
          del monasterio y de las monjas dónde quedó? al bosque
          de las sombras vino a parar todo? y tú señora Idona,
          que representauas a Minerua, do estás, qué fue de ti?
          aquel mirar honesto, aquel hablar pausado y otras muchas
          gracias que tenias, sombras eran y sombra fue todo?

          _Log._--Y tú más sombra, que se lo creyas. No te lo
          dezia? no te lo mostraua como en espejo? Qué lindas
          damas! no se contentaron de robar la honrra, sino tambien
          la casa.

          _Her._--No respondeys?

          _Log._--Estan corridas las peccadoras niñas.

          _Ast._--Ay triste!

          _Ido._--Ay cuytada!

          _Her._--Tarde llegaron essas cuytas y tristezas.

          _Log._--Cayeronse las raposas, será para ordir otro
          engaño; dexemoslas y vamonos.

          _Her._--Esso no, la principal virtud es la clemencia, y
          con que más los hombres a los angeles se semejan.

          _Log._--Qué quieres, pues?

          _Her._--Que vamos por agua a essa fuente atras.

          _Log._--Y Dios permita que las torne en perras, pues han
          offendido assi a Diana.


                                NOTAS:

          [743] _Lleuan_, en la segunda edición.


                       SCENA 10. DEL QUINTO ACTO

          Caliope y Melpomene bueluen a buscar a Heraclio y a
            Logistico y los toman por sus sposos.


                CALIOPE, MELPOMENE, HERACLIO, LOGISTICO.

          [_Cal._].--Avn me rio de la yra de las Gracias nuestras
          hermanas.

          _Mel._--Harta razon tenian, sombras de Gracias. Dios nos
          guarde, qué harias si alguno te llamasse sombra de Musa?

          _Cal._--Lo mesmo que ellas, y todauia de vno y otro ay
          sombras ya.

          _Melp._--Y aun por esso quieren boluerse al cielo, y
          nosotras andamos por los desiertos, porque las sombras
          tienen lo habitado y vsurpan nuestros bienes. La mentira
          occupa el lugar de la verdad, la lisonja el de amor, y de
          toda otra virtud el vicio. No miras que llaman al fuerte
          temerario, al cobarde prudente y sagaz al malicioso? a
          tus Poetas locos y chocarreros a mis Tragicos? sin tratar
          mejor nuestras hermanas.

          _Cal._--Quántas vezes me rio dello y de la desgracia
          desta edad postrera, que de hierro se aurá de quedar
          escoria, que no aprouecha para nada.

          _Melp._--No le falta mucho; pero dada su buelta, hermana
          mia, menester es que torne al oro.

          _Cal._--Esso solamente consuela los afflictos aunque
          tarda.

          _Melp._--Natural es de lo bueno y precioso costar más.

          _Cal._--No ay duda en esso, mas que sean llenas las
          medidas, no aurá sombras ni bosques, sino todo claridad,
          y los dientes de cada vno sentiran lo agrio, el paladar
          lo amargo o dulce, y terná su lugar proprio la justicia,
          donde la hechó por vna parte la crueldad, la floxedad por
          otra.

          _Melp._--No es poco indicio dello que nos embian a
          estos hombres por sposas, en cuya compañia podria ser
          resuscitassen nuestras virtudes muertas por manos de los
          Gigantes.

          _Cal._--Ah, ah, ah, donosa está Melpomene; Enanos dize,
          porque essos Gigantes algo hallaron, pues trabajauan de
          subir al cielo, pero estos estando pegados con el suelo,
          trabajan y fatiganse por descender al centro del infierno.

          _Melp._--Pequé, mejor sentencia diste. Caydo se an las
          sombras.

          _Cal._--Ni con esso les pueden ya engañar.

          _Melp._--Agua lleuan para boluellas en su acuerdo.

          _Cal._--Officio de generosos coraçones; enemigo rendido
          ni perro muerto muerden.

          _Melp._--Bien veo que estaremos bien casadas; llega
          primero tú.

          _Cal._--Mas tú.

          _Melp._--Mas sea entrambas juntamente.

          _Cal._--El regidor del cielo os salue, hermanos, acá en
          la tierra.

          _Log._--Heraclio? qué paz es esta o qué vision? qué
          vista, qué hermosura tan estraña?

          _Her._--Estoy arrebatado de tal gloria. Nimphas deste
          bosque deuen ser.

          _Melp._--No respondeys? estays suspensos de tan no
          pensada compañia?

          _Her._--Hermosas Nimphas (que Nimphas deueys ser, segun
          los gestos Angelicos serenos) nuestro silencio dize lo
          que callamos.

          _Log._--Los ojos, almas y las potencias dellas estan en
          vos, el discurso solamente anda.

          _Cal._--Soys de nos contentos?

          _Her._--Cómo podra la lengua pronunciallo?

          _Melp._--Quereys trocar las muertas por las biuas? la
          fe por la maldad? engaño por amor? mentira por verdad?
          las sombras por los cuerpos? por desgracias gracias? por
          ignorancia sciencia? mortal por inmortal?

          _Her._--O gran Dios!

          _Melp._--Pues él lo manda.

          _Log._--O summa prouidencia!

          _Cal._--Ella lo ordena, y quiere reducir el mundo a su
          edad primera. Yo te rescibo, Heraclio, por fiel amante.

          _Melp._--Yo a Logistico por leal amigo. En esto veys,
          hermanos, quál sea el premio de la fe y quál el castigo
          de infidelidad y inconstancia. Mirad con quién tuuistes
          fe? o furias infernales.

          _Cal._--No paremos aqui más, hermana; seguidnos vos,
          amigos, pues quiso vuestra buena suerte.

          _Melp._--La suya cada vno, y en lo más espeso deste
          bosque, y entre sus más claras aguas, nos gozaremos del
          diuino Ambrosia y Nectar; aqui vernan, mugeres, las
          sombras que siguistes en cuerpos de saluajes hazeros
          compañia, y terneys tambien otros frescores, conformes
          a sus nombres; nos iremos luego dar las gracias a la
          Gracia, a su templo cerca de aqui, cantando todos.
          Empieça tú, Caliope.

          _Cal._--Pues qué cantaremos?

          _Melp._--Algo de amor; digalo Heraclio.

          _Her._--Pues lo mandays:

                El amor que no es amor,
              Iusto es que se desame
              Y que desamor se llame
              Con otra razon mayor.
              Porque el que de veras ama
              No dexa nunca de amar,
              Antes quiere desamar
              Al que esta virtud desama.
              Y con más razon se llama
              Aborrido desamor,
              Si no le quema su llama,
              O siendo amor, no es amor.


                       SCENA 11. DEL QUINTO ACTO

          Astasia y Idona quedan lamentándose, y vienen los
            saluajes, a saber, Apio y Metio tornados saluajes.


            ASTASIA, IDONA, APIO SALUAJE, METIO SALUAJE.

          [_Ast._].--Amarga de mí y desdichada, quál spirito me
          engañó, qué furor fue este mio? mal afortunado dia,
          menguada ora en que lo pensé, por qué interes, triste de
          mí? de un deleyte breue, falsa alegria? es este el remate
          de mis obras? el fructo de mis votos? a qué mundo yre
          que no me afrenten Dios y los hombres? para con hombres,
          hombres bastan alguna vez; mas para con Dios, quién basta
          o quándo? O soberana Magestad, qué sera de mí en el
          bosque de las sombras? bien tengo la sombra que busqué.

          _Ido._--Ay, no más, señora, por tu fe.

          _Ast._--Por mi fe? yo no la tengo, pues no la guardé.

          _Ido._--Dios recibira la penitencia.

          _Ast._--No sé lo que aprouecha quando es forçada. La
          justicia no dejará nunca su officio.

          _Ido._--Ni tampoco la clemencia.

          _Ast._--Qué será de nos? que ya se sabe de nuestro
          desarranjo. No viste Heraclio do nos halló? No sabes su
          verdad y mis engaños? pues la causa dellos me desculpa:
          qué prudencia, qué juyzio, por qué gracias le dexamos?
          tarde abre los ojos la neccesidad, quando al consejo o
          remedio ya no ay lugar. Qué esfuerço, qué valentia de
          hombres, dexar las armas? dónde estauan los dos muertos y
          tantos heridos desta noche?

          _Ido._--Estoy atónita.

          _Ast._--Quán differente premio tiene la fe, en qué pára
          la virtud y amor sincero, sino en perpetuo galardon? no
          has mirado la hermosura, gracia, lindeza de sus Nimphas?
          el amoroso recogimiento que hizieron a sus nueuos
          amadores? el resplandor de aquellas diuinas caras? los
          habitos, la magestad de las palabras? su contentamiento y
          gloria dellos? que de tan breue comunicacion lleuauan ya
          otros semblantes. O cielos que moueys esto de abaxo, por
          qué quesiste que nasciesse?

          _Ido._--Iusto es pagar por do peccamos y que seamos pasto
          de villanos, y que para nos esten guardados Satyros, como
          Nimphas para ellos.

          _Ast._--Yo tomaré por paga sufficiente esta espada,
          dexando aqui mi sangre en testimonio de la culpa.

          _Ido._--O señora!

          _Ast._--Nadie lo estoruará; morire por ambas, pues
          offendi a ambas. Biue tú para publicalle, y sperar mejor
          fortuna.

          _Ido._--Dessa manera, estotra hará semejante prueua en tu
          Idona. Porque no se diga que si en la vida y mal consejo
          te siguy, en la muerte no lo hago.

          _Apio saluage._--Corre, compañero, corre.

          _Metio saluage._--Corre tú, que yo vuelo.

          _Ast._--Desuenturada, que aun para morir me falta tiempo.

          _Ido._--Qué cosa es esta, madre mia? de do vienen tan
          fieros saluages? yo me muero.

          _Ast._--Soy les en cargo si vienen hazer por mí la
          execucion. Ay, mesquina, qué feas y dessemejadas
          cataduras.

          _Apio saluage._--Mas lo an sido tus obras de tus palabras.

          _Metio saluage._--Pagarán las sombras los desuarios de
          los cuerpos. Aparejaos, que Minos lo manda. Nos somos los
          cuerpos de las sombras que amastes; venimos a lleuaros do
          estan los vuestros, terneys paciencia: toma tu sombra,
          Apio, pues eres Penitencia.

          _Apio saluage._--Toma tú, Pena, la tuya.

          _Ast._--O cuytada, no eres Apio tú?

          _Apio saluage._--Apio saluaje soy, cuerpo de Apio;
          vuestros cuerpos nos lleuaron do estan aora nuestras
          sombras; cumple que las sombras allá vayan con nuestros
          cuerpos.

          _Met._--Alto, pues, que no ay spacio para arguyr.

          _Apio._--Assi es, porque Charon spera.

          _Ast._--Ay triste!

          _Ido._--Ay amarga!

          _Met._--A esse tono cantaremos o lloraremos yendo.

                Damas, si soys tristes,
              Vos lo merescistes.
              De ser muy risueños
              Lloran vuestros ojos,
              Tengan sus enojos,
              Como vos los sueños.
              Damas, mal dormistes,
              Pues tan mal soñastes,
              Si assi recordastes,
              Bien lo merecistes.


                       SCENA 12. DEL QUINTO ACTO

          Doleria declara a Asosio ser Nemesis, en otra figura
          embiada a hazer justicia, y le promete la Nimpha Erato.


                       DOLERIA, ASOSIO, NEMESIO.

          [_Dol._].--Pues, Asosio, qué te paresce de mi obra?

          _Aso._--Qué me ha de parescer? si fuera Rey, no hiziera
          otro gouernador en mi absencia. Por dicha, hermana,
          estuuiste en Salamanca o seruiste algun doctor?

          _Dol._--No serui a nadie, mas enseñé a muchos.

          _Aso._--Esso es más. Quiça que andaste por el mundo y as
          aprendido en muchas partes.

          _Dol._--O enseñado; más vieja soy de lo que piensas.

          _Aso._--Mas por tu fe, quán vieja?

          _Dol._--Tanto que me recuerdo de los sabios de Chaldea,
          de los Sacerdotes de Egypto, Magos de Persia, de los
          Gymnosophistas o Brachmanes Indianos, de los Druydas
          franceses, de los Sophistas Griegos y de todas las
          Sybillas.

          _Aso._--Ah, ah, ah, donosa está mi ama.

          _Dol._--Y harto necio mi moço; engáñaste, amigo, si
          piensas conoscerme; mirame bien aora si pudieres.

          _Aso._--Qué cosa es esta? dónde estoy yo? qué resplandor
          de cara y qué hermosura? qué estraño habito?

          _Dol._--Esta te quedó; yo soy la Nemesis de que oyste
          hablar a los Poetas viejos, que, embiada para executar
          estas venganças y galardones, tomé otra figura. Ya ves,
          hermano, cómo estan los engañados y engañadores, la
          verdad y la mentira, prudencia y ignorancia; por mí se
          dize que, aunque vaya coxa de un pie, siempre alcançaré
          los malhechores y a los buenos para dalles esta corona.
          Mira qué hermosa es.

          _Aso._--Estoy ciego de la mucha claridad; pero dime, cómo
          no tomaste otra figura?

          _Nem._--No sabes que la justicia es reputada por cosa vil
          entre los hombres y de todos desestimada? y que debaxo de
          diferente nombre a sus altissimos effectos obra las más
          ueces?

          _Aso._--Yo me callo.

          _Nem._--Ora, como yo sea Reyna de las Nimphas y tú
          ayas sido comigo ministro en esto, ternás por premio
          tambien de tu trabajo a la Musa Erato, tu amiga, y a
          los compañeros compañia, gozando todos del fruto que
          sembrastes. Vete, pues, luego para ella, que allá en el
          bosque la hallarás; quedete Doleria acá en la tierra,
          que yo me bueluo para el cielo. Y despierte el Mundo, si
          quisiere, que harto a dormido.


                       SCENA 13. DEL QUINTO ACTO[744]

          Buelue al principio y viene Charon a despertar el Mundo,
            al qual auia hecho dormir Morpheo despues de sus disputas.


                          CHARON, MORPHEO, MUNDO.

          [_Char._].--Ha, ha, ha, qué descansado duerme su merced
          d'el Mundo, y qué descuydado de su amo el Tiempo, mas qué
          asido le tiene este traydor d'el Sueño: estoy en punto
          de burlarme dellos y tomarme un rato de plazer. No acude
          el uno al freno ni el otro a la espuela. Quiero hazer vn
          cauallo de los dos, que seria para mí lo natural, por
          ser ya viejo. Qué tal aprouecha, algo auré de metelle en
          las narizes, estornudays Mundo? Si supiessedes con qué?
          Ven acá, ojos de topo, maldito sea él si está en ello.
          Bueluo al otro; a vos del Sueño, hombre de bien, hao; a
          essa puerta ni a pie ni a mano, todo está conforme, guay
          de tal sueño. Si alcançasses, pobre de ti, en qué tierra
          duermes y quán ayna no ternás ojos! Qué empanturrado está
          este villano de Morpheo. Ola, quién duerme aquí? a del
          yubon, ao de las piernas, algo siente ya, por aqui le
          hallaremos. Aao, ao.

          _Mor._--Quién llama? quién es? a, a, a.

          _Char._--B, b, b, ea pues.

          _Mor._--Qué bueno, qué bueno, y qué bien sabe.

          _Char._--Aun no lo aueys prouado bien; dormir se buelue,
          voto a mí. No, no, gentil hombre de Roncesualles o de la
          ronceria, que ya os tengo la brida en la mano.

          _Mor._--Dexame, compañero, que estoy cansado.

          _Char._--De la otra parte del rio descansareys.

          _Mor._--Qué rio o qué diablo?

          _Mun._--De todo hallareys.

          _Mor._--Quién será este? yo me quiero fregar los ojos, y
          de más si es aquel loco del Mundo que aquí jazia.

          _Char._--Otro es, si os plaze; abra su merced essas
          ventanas o puertas de cuerno por donde entran las
          verdades.

          _Mor._--Qué veo yo? este es Charon. O hermano, bien
          venido.

          _Char._--Bien hallado, primo Morpheo; bien has dormido,
          ayna te lleuará sin lo sentir.

          _Mor._--Quiero que sepas; estás ay, perdido?

          _Char._--A quién dizes?

          _Mor._--No ves al Mundo?

          _Char._--Y aun me hize una farsa de vosotros.

          _Mor._--No lo dudo, pues creeme que sabiendo que vernias
          le hize dormir, auiendo oydo tantos disbarates, que estoy
          dellos medio borracho; no viste cosa mas perdida.

          _Char._--Aora se cobrará en mi barquilla.

          _Mor._--Mas de veras! lleuarle quieres?

          _Char._--No es tiempo ya? suelta la cadena, veremos qué
          ha soñado.

          _Mor._--No lo viste? en los amores, sombras, Nimphas, en
          el bosque, y en los encantamientos, y en la Nemesis a la
          postre.

          _Char._--Todo esso vi, pero querria preguntalle si se
          acuerda dello.

          _Mor._--Mi padre, como yo del primer sueño. Ao, ao,
          gentil hombre, despierte su merced, que ya es de dia.

          _Mun._--No es possible; aora empieço yo.

          _Char._--Qué lindo, y a soñado al pie de seys mil años
          pocos menos; cuentenos algo por su fe.

          _Mun._--Quién es el de los cuentos, el torpe de Morpheo?

          _Mor._--Abre los ojos, loco, y verás tu desuentura.

          _Mun._--Qué desuentura? maldito seas, villano suzio, con
          tan buena prophecia.

          _Mor._--Cómo le saben las verdades! mira, mira esse viejo
          honrrado.

          _Mun._--Quién es? otro como tú? qué rebuelta trae la
          barba y la meleña y qué ahumado viene! Qué buscas, padre,
          eres quiça leñero deste bosque?

          _Char._--No, mas soy el piloto de vna barca en vn rio
          cerca de aqui.

          _Mun._--Y en ello ganas tu vida?

          _Char._--A su seruicio, en passar ánimas de la otra parte.

          _Mun._--Animas sin cuerpos?

          _Char._--Essos quedan acá, y los vestidos y otras
          alhajas; por esso puedes començar a desnudarte.

          _Mun._--Qué necio viejo y mal criado!

          _Mor._--Al freyr lo vereys.

          _Char._--Mal me trata su merced; pues, señor, y la
          Politica, la cortesia antigua, a do le quedan?

          _Mun._--No se hizo ella para ti, ni para estotro tal como
          tú.

          _Char._--Si no me conosce su merced, por qué causa me
          injuria?

          _Mun._--Qué ay que conoscer? no dixiste ya que eres
          barquero y en lo demas desatinaste?

          _Char._--No preguntarás como me llaman?

          _Mun._--Para qué? el Mundo no conosce tales hombres. Pero
          dilo si te plaze.

          _Char._--Yo soy Charon.

          _Mun._--Charon? noramala sea, sin otros habitos?

          _Char._--Pues abre más los ojos. No ves el rio y el nauio?

          _Mun._--Demasiado veo; pues, hermano, qué hazes por acá?

          _Mor._--Ya le duele el baço; no lo dixe yo?

          _Char._--Vengo a buscarte, que demasiado dormiste ya.

          _Mun._--A mí?

          _Mor._--Escoziole? a ti, señor de las bigarras.

          _Char._--Leuantate, pues, y vamos, que no puedo detenerme
          ni ay licencia.

          _Mun._--Cuytado de mí; y es possible?

          _Char._--Desnudate.

          _Mun._--Si lo as por el vestido, toma y dexame.

          _Mor._--Ya hazeys partidos?

          _Char._--Vos aueys de yr, señor; el vestido queda, que ya
          os dixe que mi barca passa desnudos.

          _Mun._--Y en esto auia de parar todo lo passado y lo
          presente?

          _Mor._--No te lo dizia y reyaste de mí?

          _Mun._--Ay qué sueño!

          _Mor._--Al pie de la horca lo conffiesa; ora camine su
          merced y prouará el resto.

          _Char._--Ase d'el Morpheo desotra parte y lleuemosle
          aunque le pese.

          _Mor._--Eya, pues.

          _Mun._--Pues y es forcado?

          _Char._--Ya lo veys.

          _Mor._--Aun le queda el capirote.

          _Char._--Dexelo.

          _Mun._--No, hermano, por tu fe, que soy enfermo de la
          cabeça.

          _Char._--Luego sanareys, que no ay cabeças por acá.

          _Mun._--Sea, pues, assi.

          _Char._--Entre, señor.

          _Mor._--Y antes digo que deuia remar.

          _Char._--Dexalo por aora.

          _Mun._--Maldito sea el mal sueño!

          _Mor._--No pequeys, Mundo.

          _Char._--Señor Mundo, ya veys en qué parays.


                                 FINIS


                      EN CASA DE DANIEL VERULIET,
                               AÑO 1572.


                                NOTAS:

          [744] Falta esta indicación en las dos ediciones
          antiguas.




                                LA LENA
                      POR D. A. V. D. V. PINCIANO


          AL ILLUSTRISS. Y EXCELLENTISS. S. D. PEDRO ENRIQUEZ
         DE AZEBEDO, CONDE DE FUENTES, D'EL CONSEJO D'ESTADO,
       GOUERNADOR DEL DE MILAN Y CAPITAN GENERAL EN ITALIA, POR
                         EL REY CATÓLICO N. S.


          Aquí la marca del impresor. Representa el ave Fénix
          renaciendo de sus cenizas; en medio las iniciales G B P,
          y en torno del Fénix una orla con esta leyenda bilingüe:
          «Della mia morte eterna vita io vivo. Semper Eadem».


       _En Milan. Por los herederos del quon. Pacifico Poncio et
        Iuan Baptista Picalia compañeros. 1602. Con licencia de
                         los Superiores_[745].


                     ILL.^{MO} Y EXC.^{MO} SEÑOR:

          Si bien conozco qu'el ciego Vulgo recibe con más voluntad
          el mal (por serle como natural) que la vtilidad de vna
          sabia prouidencia (tan agena dél) para dar de mano a las
          occasiones, que siempre andan llenas de inconuenientes,
          que suelen causar la inquietud de los tristes que se
          dexan lleuar de las vanas fantasmas de sus falsas
          imaginaciones, no por eso he querido dexar de lleuar
          adelante el jocosso concepto qu' en mi ocio he formado
          (rompiendo lanças en vn frenetico y desesperado Celoso)
          con fin de aliuiar á V. S. algun rato en la vacacion de
          sus graues ocupaciones, renouando el reconocimiento de
          mi obligacion a su seruicio. Y assegurado de que será
          recibido con el alegre rostro que pide mi desseo, he
          ossado sacarle a luz a la sombra de su Excellentiss.
          nombre: con seguridad de que sólo él basta para
          defenderle, y que su imperfeccion se disimule o eche
          menos de ver. Suplico a V. E. le mande poner a los pies
          de las memorias qu'el tiempo le ha de consagrar por sus
          heroicas virtudes, las quales llaman a celebrarlas al
          humilde talento que antes de ahora he dedicado a V. E., a
          quien Dios guarde.

          En Milan a I de abril. 1602, _D. Alfonso Velazquez de
          Velasco_.


                            A LOS LECTORES

          Hallando en mi ociosidad empeñada la melancolia en
          diuersos pensamientos de los graciosos tiros que muchas
          mugeres del tiempo viejo hizieron, y en la consideración
          d'el ardiente furor de aquel triste que siente el mortal
          veneno de vna celosa desconfiança (de cuyos rauiosos
          desconciertos me ha tocado gran parte), me puse (por
          mi pasatiempo, como en vengança del daño receuido) a
          componer esta ridiculosa Comedia, en que algunos ratos
          he refrescado los espiritus de cierta seca tristeza
          mia. La recompensa que pretendo es que, como será
          d'entretenimiento, sirua tambien de vtil consejo y
          exemplo, para escusar pasion tan terrible, que consume
          en su proprio fuego al insensato a quien toca. Esto creo
          bastará para que dissimulen las faltas que hallaren en la
          disposicion del conceto y estilo. Y para que mi jocosa
          intencion y simpleza halle fauorable construccion, y no
          sea juzgada sino segun su effeto, consideren que hablo en
          el papel como al primero que encuentro en la calle. No he
          querido aplicar argumentos sobre los actos, teniendolos
          por superfluos, siendo todos tan eslabonados, y assí,
          euitando la prolixidad, me remito al prologo de mi famosa
          _Lena_, a quien (qual es) os encomiendo por otra tal.
          Valete.


               EL DOCTOR IVAN TOLERANTE AL MANSO LECTOR


                               _Soneto._

                Aqui verás el fin, vida y locura
              Del celoso Antecuco impertinente,
              Que a discrecion de vn necio negligente,
              Dexa la joya que guardar procura.
                Astuta vieja; sieruo con cordura;
              Requestada mujer vana, que siente
              Desconfiança d'ella; floreciente
              Donzella con madrastra, en estrechura;
                Viuda recatada y viejo sano;
              Moços sin padre, libres y opulentos;
              Humores vanos, de diuersas gentes.
                Nota bien sus desgustos y contentos;
              Abr'el ojo, Lector, qu'está en tu mano
              Biuir en paz, sin mil inconuenientes.
                    Huye los acidentes
              Que aqui verás, seguro y sin sospecha,
              De tu metad: pues nada te aprouecha.
                    Aquel tener la estrecha
              (Pobre assombrado) menos tu recelo,
              Si ya el Cuclillo te annunció su duelo.

                     _Impatiens operabitur stultitiam_ (Prou., 25).


                                NOTAS:

          [745] A la vuelta de la portada léese esta sentencia de
          Terencio: «Nullum est iam dictum, _quod dictum non sit
          prius_». Y debajo: «_Et nugae seria ducunt_».


                            INTERLOCVTORES

          LENA, _Tercera_.
          CERUINO.
          MARCIA, =segunda muger de Cer.=
          CASSANDRA, _hija de Cer. y de otra muger_.
          MORUECO, _hermano de la primera_.
          INOCENCIO, _Bachiller, criado de Cer._
          BEZERILLA, _Page de Marcia_.
          VIOLANTE, _viuda_.
          DAMASIO}
          MACIAS } _hijos de Violante_.
          CORNELIO, _su criado_.
          ARIES, _padre de Marcia_.
          VIGAMON, _su criado_.
          RAMIRO, _Baruero_.
          POLICENA, _su hija_.

          _Damasio ama a Marcia.--Macias ama a Cassandra.--Aries
          ama a Violante.--Cornelio ama a Policena._




                             ACTO PRIMERO
                                SCENA I

                         LENA HAZE EL PROLOGO

          Terrible cosa es que no se pueda (sino por marauilla)
          hazer colada que no llueua. No ay ya biuir en este mal
          Mundo, pues, como el lobo, tanto empeora quanto más
          envegece; bien necio es quien de ti se fia[746]. Qué
          se hizo aquel cortés respecto que la buena memoria de
          mi madre de su tiempo me contaua? iziendo que como se
          via vna persona de edad, fuesse quien fuesse, andauan
          las reuerencias hasta el suelo; siendo en todas partes
          bien vista y acariciada sin nunca hallar puerta cerrada:
          porque se biuia a la buena, sin las falsas sospechas que
          ay el dia de oy. Creo que m'engendró la desgracia, y
          que si tuuiesse en las manos oro, se me bolueria plomo,
          pues no pesco con mis designos sino mordedores cangrejos
          que me destruyen. Entré (que no deuiera) en casa de
          aquel maldito Ceruino, a mostrar a la señora Marcia, su
          muger, ciertas galanterias de que suelen gustar las damas
          curiosas como ella, y al punto de concertarnos sobreuino
          el mal hombre, y sin más, ni más, llamandome de vieja
          hechizera, alcahueta, encoroçada, con otra sarta de
          injurias (que por mi crédito y honrra callo) me dió tal
          granizo de torniscones, que a sus pies cayera muerta a
          no socorrerme en la tempestad vna buena persona que le
          detuuo; mas alcançandome con vn puntillazo, dió comigo
          por la escalera abaxo, donde perdí mi hazienda, y aun la
          gana de recogerla, porque se daua tal priesa con aquellas
          manos de osso (en la picota las vea), que la fin de vna
          puñada era principio de otra mayor; y assí me salí a la
          calle del Rey más que de passo, con dolores de bolsa y
          coraçon, que aun me duran por todo el cuerpo. Mas no lo
          siento tanto como auer perdido vna recepta de agua de
          rostro que me valiera vn tesoro; porque bastara a hazer
          hermosa a la más fea de Guinea, la qual me acabaua de
          dar vna deuota persona, diziendome auersela tomado a vna
          Condesa de no sé dónde, para quemarla, y que despues,
          viendola tan perfecta, de la stima se auia arrepentido.
          O quién la supiera! Pareceos bien, señores, el daño que
          aquel descomulgado me ha hecho? Mas a fe que tiene que
          hazer con gata que trae pelada la cola. Estoy por yrme
          a la justicia (si la ay en la tierra) y querellandome
          d'el diziendo que me ha hecho fuerça y robado mi hazienda
          en su casa, hazer que me la pague con las setenas. Mas
          probe de mí, de qué me seruirá? Pues, por el maldito
          fauor, en lugar de castigarle, aunque muestre la vandera
          rota (digo las molidas espaldas), darán más crédito a su
          mentira que a mi verdad. Loca sin juizio, qué digo? Por
          qué no le daré de mi propria mano la pena y castigo que
          merece? Este es el más sospechosso animal que sabemos, y
          al presente está tocado de tan rauiossos celos, que se
          le comen biuo. Ha sido casado dos vezes, y de primera
          muger tiene vna hija llamada Cassandra, de diez y seis
          a diez y siete años, encerrada en vn aposento como vna
          muda; tan escuro, que a medio dia se la pueden dar buenas
          noches; sin consentir que trate con nadie, diziendo
          que la donzella es como flor cubierta de rocio, que
          por poco que la toquen se marchita. Cada dia visita la
          orina, dando a entender (por amedrentarla) que en ella
          conosce el humor pecante. No quiere que coma bocado de
          carne fresca, porque halla que solicita y despierta el
          apetito de la salada; y de la miseria que la embia para
          sustentarse haze antes anotomia, temiendo no aya dentro
          alguna contraseña. Si meten alguna cesta de paños o de
          otra cosa, lo rebuelue de abaxo arriba; porque vna Reyna
          de Escocia (dize) s'enamoró de su enano, y que dentro de
          vna canasta se le metieron en su cámara. Quiere que los
          criados hablen como por señas, porque no los oyan las
          mugeres, guardandolas como si fuesen yeguas del relincho
          y salto del cauallo. Con esta segunda muger se casó poco
          ha, por ser hermosa y de buen linage; y pareciendole
          temprano, aun no se atreue a estrecharla tanto como
          querria, aunque no se pudo yr a la mano quando me hizo el
          tiro que os he contado. No niego auer ydo con intencion
          de hazersele como él merece, porque vn Cauallero, que
          está apassionadissimo por ella, me encomendó que la
          procurasse dar esta carta, y aunque no lo hize, a lo
          menos cumpli con arriesgarme a lo que me vino, y assi
          él, considerando no auer quedado por mí, restaurará (sin
          duda) mi pérdida, de manera que con tan buen premio
          como el que espero me serian buenos al mes vn par de
          tales encuentros. Pero para que la suerte no me salga en
          blanco, lo que haze el caso es procurar (ya que no pude
          seruirle por mi pico) que se haga por tercera persona.
          Mas si mientras busco gato que me saque la castaña del
          fuego, y voy poniendo liga al paxaro, este gentilhombre
          muda de pensamiento (como es costumbre de los enamorados
          de ogaño) no lo perderé todo? No, pues quando no me diere
          de comer en su casa, no me faltará de cenar en otra, con
          la mesma empresa. Yo soy como la balança, que se inclina
          a la parte que más recibe, y como cera, que aunque tenga
          imagen, como se le carga sello, dexa la primera y toma
          la forma dél. Harto he biuido para saber biuir. Es lo
          bueno que al punto comprehendió la buena señora a lo que
          yo yua; que a las que son tan discretas el diablo se lo
          pone delante. Qué haré, pues, yo ahora? Piensa bien,
          Lena, piensa y repiensa, hasta que con su verguença le
          hagas andar como el que tiene pintado el baruero mi
          vezino, que fue comido de sus proprios perros; helo de
          hazer si pensasse morir en la demanda. No es persona la
          que no sabe hazer bien y mal; quien la haze la espere, y
          la metad del camino está andado, porque los celos hazen
          a la muger más facil de rendir. Mas entretanto, ya que
          (transportada de colera) he echado mis verguenças (y las
          agenas) en la calle, dandome a conocer por solicitadora,
          agente o tercera (que algunos necios llaman, a l'antigua,
          alcahueta), vituperando esta sarta que traigo al cuello,
          quiero contaros vn Erasse que s'era (y el bien para
          nosotros sea, el mal para la manceba del Abbad) digo
          de parte de lo que por mí ha passado. Ante todas cosas
          fui donzellica niña, hasta que de doze años, cegandome
          el demonio (nunca se lo perdono), me enamoré de un moço
          de casa, que era como vn pino de oro, y auiendome a los
          treze años pegado el mal de los dos baços, viendome mi
          madre ydropica, a gran priesa (por su honrra y la mia,
          que siempre la he guardado como los ojos de la cara) me
          casó con vn hombre de más edad y templança que para la
          mia era menester, y assi, no pudiendo sufrir sus buenas
          costumbres, me le desapareci, y de lance en lance fui a
          dar comigo en Napoles, donde (auiendo estado en opinion
          de donzella, como tres semanas, en compañia de cierta
          viuda muy recogida (la qual me instruyó aossadas), vn
          mercader, persona honrrada, me tomó a su cargo, y al
          cabo de pocos dias (no faltandome ya quien me alentasse
          a biuir a mis anchuras) me resolui de tomar casa de
          por mí y puse tienda abierta de cortesana; y assi
          continué la mercancia como poco más de treinta años.
          (El que estuuo allí en tiempo del buen Duque de Osuna
          se acordará de la Buiza, que asi me llamauan entonces);
          y despues de mil baiuenes, prosperidades y mudanças,
          auiendo rematado mis prendas, haziendo como el marinero,
          que facilmente echa a la mar lo que del pasagero ha
          reciuido, se me desapareció, como humo, en dos dias,
          quanto en tantos años, por medio de mi pertinaz pecado,
          auia adquirido, quedandome solamente con los achaques
          que acompañan siempre a las de aquella profession; que
          quando más bien paradas, tienen vn pie en su casa y
          el otro en el Ospital; no bastando al fin (quando más
          prosperamente se ha nauegado) quanto pueden acumular
          para emplastros y çarçaparrilla. Y assi, viendome
          pobrissima, oluidada y sola, començandome la enojosa
          vejez a amenazar[747] y saltar a la cassa, embotadas en
          ella (por mi desgracia) las herramientas del miserable
          trato, me boluí a Valladolid (mi cara y desseada patria),
          y viendo esta Corte tan destroçada y transida, que más
          me parece capitulo general de alquimistas que lo que ser
          solia, acordé de tomar este oficio, con quatro camas
          que alquilar, que me es como natural: porque siempre
          la ramera, tercera muere o mesonera. Auiendome antes
          informado de que en ningun otro trato se hazen tantos
          negocios de honrra y prouecho como en éste, aunque
          corriendo muchas borrascas de las que os he contado. Lo
          qual siento menos, viendo por este medio tan insigne
          auditorio, para lo que oyreis. Tened paciencia (os
          ruego), que no será tiempo perdido.


                                NOTAS:

          [746] Puesta de molde esta comedia por cajistas é
          impresores italianos, nada buenos conocedores de la
          lengua castellana, con frecuencia se hallan separadas
          las sílabas de algunas voces, como si perteneciesen á
          palabras diversas, ó juntas como si compusiesen una sola
          palabra las sílabas de dos. En estas primeras líneas del
          prólogo hay ejemplos de ambas incorrecciones. Dice la
          edición original: «...pues, como el Lobo, tanto empeora
          quanto más _en vegece: biennecio_ es quien de ti se fía».
          Sobre cosas como éstas no llamaremos la atención del
          lector, por evitar prolijidad innecesaria.

          [747] Para confirmación de lo dicho en la nota de la
          página anterior, véase cómo está en la edición de Milán
          el texto de esta frase: «començandome la enojosa _vejeza
          á menazar_»...


                               SCENA II
                          CERUINO, INOCENCIO.

          [_Cer._].--Ya sabeis, Bachiller Inocencio, que teniend'os
          por virtuoso y de confiança, os he metido en mi casa,
          y tambien la voluntad que tengo de hazeros bien con el
          tiempo, dand'os entretanto por prenda la guarda de toda
          mi honrra, la qual estimo más que hazienda y vida.

          _In._--_Sit modo dignitas incolumis._ No puedo, señor,
          con palabras dignas, responder a tanta merced; mas en
          reconocimiento de la confiança, con toda fidelidad y amor
          seruiré a V. m. y a mi señora, de dia y de noche.

          _Cer._--De noche no, amigo; dexáme a mí ese cargo, que no
          es poco pessado. Ahora, pues, quiero que entendais de qué
          manera os aueis de gouernar. Y n'os espanteis de auerme
          visto tan colerico con aquella mula del Diablo, que no
          sabeis quién es ni las malas burlas que suelen hazer las
          tales.

          _In._--_Rectum iuditium iudicate._ Qué sabemos si aquella
          mujer venia o no a lo que V. m. piensa? y teniendo hijos,
          o nietos, faltandoles el sustento, por no poderse valer
          de las cosas que dexó en casa, auria V. m. cargado de
          aquel peso su conciencia.

          _Cer._--Hareisme con vuestros escrupulos renegar, no sólo
          de la buena opinion que de vos tengo, mas estoy por dezir
          de otra cosa. Yo n'os quiero en mi casa para predicador;
          si quereis hazer a mi modo, aueis de oyr y callar, y si
          no, yo buscaré quien lo haga.

          _In._--Esto ha nascido, señor, de que quanto más pobre es
          vn hombre tanto más se duele de la miseria de otro. No se
          enoje V. m., que yo haré quanto fuere seruido, como no se
          atrauiesse[748] l'alma.

          _Cer._--N'os digo yo? Estad, pues, atento. Quando yo
          no estuuiere en casa, aueis vos de estar siempre en el
          portal, mirando como otro vigilantissimo Argos.

          _In._--_De hoc ita Ouidius_:


          _Centum luminibus cinctum captut Argus habebat. Inque
          suis vicibus capicbant bina quietem, Caetera seruabant,
          atque in statione manebant._


          Pero mala burla la hizo _Mercurius a Joue missus, cantus
          dulcedine_.

          _Cer._--Pues qué entendeis por eso?

          _In._--Que son peligrosas estas custodias, si anda Iuno
          celosa, pues no se puede el hombre dormir en las pajas.

          _Cer._--Huelgo mucho de que nos entendamos. No me dexeis
          entrar persona, aunque viniesse mi propria sombra; y
          sobre todo abrí el ojo a estas corredoras, ministras de
          Satanas, que traen la peste consigo. Si vos vuieredes
          menester alguna cosa, dezí a Bezerrica que la pida a las
          mugeres; y si ellas os llamaren, diganle tambien lo que
          quisieren; no tomeis trabajo de subir arriba. Si acaso
          pasaren algunos a cauallo, entraos luego en el patio;
          hazé llamar a mi muger con algun achaque, y entretenedla
          (desde abaxo) con qualque conseja, como de brujas y
          hechizeras, hasta que sintais que han pasado y que no
          bueluen: que todo es menester para que no se ponga a la
          ventana.

          _In._--Pues qué quentos sé yo para eso! tendrela dos
          horas con vn palmo de oydo escuchandome: dexeme V. m. con
          ella que _Vincam meis officiis cogitationes tuas_. No
          aurá falta en lo que yo pudiere.

          _Cer._--Pues con essa confianza de aquí adelante saldré
          seguro, y estaré fuera de casa con el ánimo repossado.

          _In._--_Magnam omnibus in rebus tuae dignitatis rationem
          habeo._

          _Cer. solo._--No pudiera hallar de Poniente a Leuante
          hombre mas a mi proposito que éste, porque realmente
          es puro y sin malicia; pero esta su sinceridad, qué me
          aprouechará para assegurarme de que no me podrá engañar?
          _Pone seram, cohibe, sed quis custodiet ipsos custodes?
          cauta est, et ab illis incipit vxor._ Guardeme Dios de
          quien me fió. La memoria de mil malos sucesos me inquieta
          y desconfia en gran manera. Mas quando d'este no aya que
          temer, me da cuidado pensar que (por mi desgracia) le
          podria engañar alguno de tantos cuclillos como siempre
          andan tras agenos nidos. Por otra parte, tiemblo de meter
          en mi casa otro más astuto, que se pueda aprouechar
          de la ocasion; y asi huyendo del monte vendria a dar
          en vn pantano, porque de los domesticos no se puede
          hombre guardar. Quán de esperimentado andubo aquel que
          tratando de casar a vn hijo cuyo moço, diziendole vno
          que no conuenia darle muger tan temprano y que debia
          esperar a que supiesse más del mundo, le respondio que
          s'engañaua, porque si le conociesse nunca se casaria.
          Casamiento y vejez corren las parejas; muchos o los más
          lo desean que en llegando lo aborrecen. Y asi dezia vn
          viejo muy sabio: Hijos, antes que casaros, ni llegar a
          viejos, dexaos comer de perros. Maldito sea el punto en
          que me vino pensamiento de meterme otra vez en semejante
          labyrinto. Qué dote ni erencia pueden recompensar
          tantos fastidios? La primera vez cortan las orejas a
          los ladrones, para que, tornando a hurtar, sean sin más
          informacion ahorcados. Lo mesmo deurian hazer al que
          auiendo enuiudado se casa segunda vez; pues, al cabo, al
          cabo, vna buena cabra, vna buena mula y vna buena muger,
          son tres malas bestias.


                                NOTAS:

          [748] En el original _atraueisse_, sin duda por errata.


                               SCENA III
                           MACIAS, VIOLANTE.

          [_Mac._].--Con quánta fuerça, o Amor, arrojas las
          inuisibles flechas, cuyas heridas se sienten en medio
          del coraçon, donde con ser ciego tan incierto aciertas,
          derramando por las venas el oculto veneno, con que
          enciendes la pureza de los más elados pechos. Qué cetro
          ay que te pueda hazer resistencia, teniendolos todos a
          tu dominio sujetos? Quién ay que no siga tu estandarte?
          Quién puso a Troya en tanta ruina y desuentura, que
          d'ella no dexó casi cenizas? Quién afeminó el robusto y
          fuerte braço de Hercules, y puso en sus vengadoras manos,
          en lugar de la pesada maza, vna ligera rueca? Sino tú:
          que escudriñando los más escondidos senos del mar, en su
          profundo abismo a los mudos peces enciendes, a las aues
          en la region del ayre no perdonas; ni menos a los brutos
          animales, a quien traes en continua guerra. Qué braueza
          muestran los feroces leones, los crueles tigres, los
          fuertes toros y los ligeros cieruos, quando se sienten
          heridos de tu flecha? Al fin, todo este mundo, y el que
          no vemos, no es otra cosa sino vna vnion y suaue liga
          con que todas estan trauadas; tú las crias, conseruas y
          entretienes; por ti respiran y no se acaban; serian los
          hombres peores que las fieras si tú no fuesses el cebo
          y alimento de sus coraçones. Mas ay de mí, que con ser
          tan benigno, me tines qual nueuo Ticyo, sin esperança de
          mejorar mi triste suerte. (_Sale Violante_).

          _Vio._--Qué deuaneos son essos, hijo mio? Buelue sobre
          ti, que si el amor te ciega, la razon te deue guiar,
          conociendo que no pretendes cosa imposible, y que la
          violencia y aspereça del deseo impide más que aprouecha
          al fin de lo que se intenta. No t'esquiues ni huyas de
          mí, pues (como tierna madre) voy (teniendo por propria tu
          pena) tratando de darte entera satisfacion, con esperança
          de hazerte en breue contento.

          _Mac._--Esso, señora mia, es (a mi parecer) vender el
          pellejo del lobo antes de caçarle. En qué funda V. m. lo
          que se promete, viendome mordido de vn aspide, sin ningun
          remedio? Estando la vida tan a punto de perderse, aumenta
          más el sentimiento y pena la tardança de la muerte, si
          ya no me diessen a beuer de aquella agua de Beocia, que
          dizen quita de todo punto la memoria. Mas la de la cosa
          tan amada, que ya está impressa en mi alma, no se puede
          borrar, si la vida no se acaba.

          _Vio._--Terrible cosa es auer de contrastar contra la
          insolencia de tu locura. Dime, por qué te afliges y
          desconfias tanto? Quien dessea sanar, descubre al medico
          la dolencia.

          _Mac._--En mal de muerte no ay medico que acierte, y assi
          la primera cosa que desampara al paciente es la esperança
          de cobrar la salud.

          _Vio._--La escura niebla de tu passion te confunde
          la vista de los ojos d'el entendimiento; que si con
          prudencia considerasses el fin de las cosas, ninguna (por
          difficultosa que fuese) te pareceria impossible.

          _Mac._--Y aun por serlo esta tanto, no pudiendo
          sanar (como Telepho) sino con el hierro que me hirió
          (lleuandome tras sí mi dolor) desespero de la vida, si
          bien no puedo dezir que biuo, pues ni amanece ni anochece
          para mí.

          _Vio._--Huelga de tener vida, que con ella mucho se
          alcança.

          _Mac._--Y quando se acaba no falta nada, y así hagan las
          tristezas a su voluntad, que entonces mi mal acabará
          comigo.


                              SCENA IIII
                      VIOLANTE, VIGAMON, RAMIRO.

          [_Vio._].--Al punto que sale el muerto marido de casa,
          se deuria la muger yr a enterrar con él biua, porque no
          lleuan tanto mal los defuntos como dexan a las viudas
          biuas. Porque, fuera de innumerables fastidios y cuidados
          que las cercan y acompañan continuamente, quedan tan
          sujetas a la ruin fama, que aunque hagan milagros se
          tiene mala sospecha d'ellas. Si andan las desconsoladas
          limpias y asseadas, luego las lenguas de oro las leuantan
          que rabian. Si van al descuido mal aliñadas, no falta
          quien diga que la ipocresia atiende más al prouecho que
          al fausto, y que ellas s'entienden. Despues d'esto,
          qué trabajo se puede comparar al que se padece en el
          gouierno de los hijos? Criandolos de pequeños, con tantos
          de los malos dias y peores noches, comportando las
          viciosas amas, guardandolos, enseñandolos, proueyendolos,
          teniendo cuidado de aumentar y conseruar la hazienda,
          que en siendo grandes dissipan y consumen con tantos
          distrahimientos, malas compañias, pendencias, juegos,
          trages y amores, con que dan siempre ocasiones a las
          tristes madres para andar fuera de sí como locas sin
          sentido, sin más bien ni consuelo de no tener[749] quien
          las vaya a la mano.

          _Ram._--Señora mía, beso las manos a V. m.

          _Vio._--Dios os guarde, Ramiro; huelgome mucho de veros
          con buena disposicion.

          _Ram._--Lo mesmo puedo yo dezir, aunque en el rostro
          muestra V. m. yr descontenta.

          _Vio._--Amarga de mí, no es mucho que s'eche de ver en
          él la passion de que el coraçon anda lleno: estoy tan
          cansada del mundo, que desseo se acabe ya esta miserable
          vida.

          _Ram._--Santo Dios, qué oyo? Puede tener ocasion para
          tanto aborrecerse vna señora principal, honrrada, rica,
          estimada, con dos hijos y vna hija que valen vnas Indias?

          _Vio._--Yo tengo más bienes de los que se parecen de
          fuera, que merezco; pero en mi espiritu, y de mis puertas
          adentro, más trabajos y desgustos que puede lleuar
          vna muger tan flaca como yo; pues pensando descansar
          quando mis hijos fuessen hombres, tengo ahora con ellos
          intolerables penas.

          _Ram._--Mucho me pesa de oyr esso. Ay alguna pendencia
          que los inquieta?

          _Vio._--No es essa la causa; más estoy por dezir que es
          otra peor.

          _Ram._--De quien ellos son, no se puede pensar cosa mala.
          Digame V. m. lo que ay.

          _Vio._--Diréoslo, como a persona tan de mi casa, y asi lo
          tendreis secreto por amor de mí.

          _Ram._--No dude V. m., porque quando es menester tengo
          menos lengua que vn pescado.

          _Vio._--No creo yo menos de vuestra persona. Aueis,
          pues, de saber que yendo Macias con Damasio (que no
          deuiera) a las bodas de Ceruino, vió alli a Cassandra
          su hija (que es, como deueis de saber, en estremo
          hermosa y agraciada), y quedó tan enamorado d'ella, que
          no pudiendo verla despues acá (por tenerla el padre de
          manera que apenas ve Sol ni Luna) ha dado en tan terrible
          melancolia, que no basta nadie a hacerle comer ni beber,
          sino a pura fuerça; haziendo tantos estremos, que temo
          no venga su mal secreto a dar en manifiesta locura; y
          para remediar esto, voy a tratar con el señor Aries, su
          suegro, que sea medio para que se la dé por muger, que
          entiendo nos estará bien a ambas partes.

          _Ram._--Essa, señora, no es cosa, a mi parecer, que aya
          de dar tanta pena a V. m.

          _Vio._--No es gran mal verme a punto de tener vn hijo
          loco?

          _Ram._--No seria pequeño; mas no deue estar en esse
          peligro, y no dudo de que el señor Ceruino no alce los
          ojos al cielo en oyendo semejante embaxada. Lo rezio
          fuera quando el señor Macias la pretendiera por otra
          via; que en tal caso le podriamos atar desde luego, pues
          seria agua hiruiendo sobre la quemadura: porque yo voy
          cada quinze dias a afeitar a su padre, y puedo dezir con
          verdad no auerla visto en dos años tres vezes.

          _Vio._--Haga Dios lo que más sea de su seruicio. No es
          esta la casa?

          _Ram._--Sí, señora. Ta, ta, ta.

          _Vig._--Quién llama?

          _Ram._--Mi señora Violante de Cabrera viene a hablar al
          señor Aries.

          _Vig._--Entre su merced si es seruida, que yo le voy a
          auisar.


                                NOTAS:

          [749] En el original, _temer_.


                                SCENA V
                           LENA, INOCENCIO.

          [_Len._].--Quiero ver si aurá salido de casa aquel
          maluado de Ceruino, que le tengo de armar vn lazo que no
          se m'escape, aunque esté más vigilante que una grulla.
          A su puerta veo, si la vista no m'engaña, aquella buena
          persona que me libró de sus malditas manos; sí, él es.
          Ahora es tiempo de emplear mis cuentas en beneficio
          de mi bolsa: quiero entrarle con el sabrosso peccado
          del'adulacion, bisbisando mis oraciones. _E ne nos
          enducas, liberenos, vita eterna amen._ Señor mio, bien
          auenturado el cuerpo que por l'anima trabaja. No piense
          que lo digo por el bien que me hizo librandome de la
          furia de aquel su Escaliote, sino porque no creerá la
          fama que corre por toda esta ciudad de sus virtudes y
          buena vida: dichosa yo si tan sola una vez al mes se
          acordasse de mí en sus deuotas oraciones.

          _In._--Yo tengo, hermana mia, tantos pecados, que no me
          bastarán para la milesima parte d'ellos; mas confio en la
          gran misericordia.

          _Len._--Ella sea loada sin fin. Digame, amor mio, ha
          salido de casa aquel turco?

          _In._--Si no fuesedes muger y apasionada, os
          reprehenderia acerbamente, porque no se puede dar ese
          nombre a ningun cristiano.

          _Len._--Y qué perro ay tan rauiosso como él fue comigo?

          _In._--Cierto que yo quedé escandalizado de ver lo que
          pasó. Son dias infaustos: otra vez mirá con qué pie
          entrais en casas agenas.

          _Len._--A la fe, no quedó por esso, pues en lunes metí
          el derecho, sin tocar al lumbral de la puerta. Y porque
          no soy nada agorera, bueluo en martes, a ver si no
          estando él (no le quiero tomar en la boca) en casa, podré
          dezir dos palabras a la señora Marcia.

          _In._--Ni él está en casa ni vos la podeis hablar.
          _Liberam non habeo facultatem_, porque me ha mandado que
          no la dexe ver a persona ninguna, aunque venga su propria
          sombra, y particularmente a bohonero ni corredora; este
          entiendo que es vuestro trato.

          _Len._--Triste de mí, que la necessidad me haze algunas
          vezes vsar d'esse oficio, por no dar en otro peor: que al
          fin es ganar el pan con el sudor que Dios manda.

          _In._--Assi, _Unusquisque propriam mercedem accipiet
          secundum suum laborem_. Pero porque os tengo lástima,
          voy procurando que se os bueluan vuestras cosas. Teneis
          familia que sustentar?

          _Len._--Familia dize, hijo mio? No menos de cinco
          pobrissimas hijas; las cuatro donzellas, como tantas
          perlas, y la mayor viuda de veinte y tres años, que se me
          ha buelto a casa con dos criaturicas, y asi biuimos con
          la miseria que puede pensar. Y por no auer hallado qué
          labrar, ni entrado bocado de carne en mi casa en estos
          tres dias, me embiaron a vender aquellas galanterias,
          algunas hechas de sus proprios cabellos (que los tienen
          como hebras de oro). Mire quáles estarán las desamparadas
          ahora, auiendolas quitado en esta casa lo que las auia de
          ayudar. Hu, hu, hu.

          _In._--_Doleo dolorem tuum._ No lloreis, os ruego,
          que me rompeis las entrañas de compassion. Y assi,
          adeuinando todo esso, lo he ya puesto en conciencia al
          señor Ceruino. Y porque _Erigere iacentem debemus_, yo le
          boluere a hablar.

          _Len._--A tan mal hombre quiere ablandar con palabras?
          Guardese de tal cosa, pues siendo vn Faraon, seria para
          más endurecerle; no le pediria el ojo derecho, aunque me
          le vuiesse sacado. Si lo pudiesse alcançar de la señora,
          bien, y si no, sobre su alma vaya, porque peor haze quien
          a perro viejo incita. Dexeme, mi bendito, besar esas
          santas manos.

          _In._--No, esso no, _absit_.

          _Len._--Veale yo alcalde de corte.

          _In._--Dios os acompañe.

          _Len._--Ahora sí que que va bien encaminada l'agua
          al molino: éste es sin duda de aquellos que cuentan
          de la tierra de Bauia, donde los trigos se siegan con
          escaleras; al fin, el que yo he menester. Benditas sean
          mis lagrimas, y rebenditos ojos, que tan a punto las
          dexais caer. Estad con buen ánimo, que y'os prometo
          tantas de las de Alaexos quantas aueis derramado; y ya
          es tiempo de cumpliros la palabra, porque no puedo más
          paladear.


                               SCENA VI
                          DAMASIO, CORNELIO.

          [_Dam._].--Crees, Cornelio, que hará Lena algun buen
          efeto?

          _Cor._--Tengolo, señor, por hecho: y si faltare, será
          más por culpa de la suerte que de su diligencia: si ya
          no haze como los maliciossos cirujanos, que no quieren
          cerrar las llagas por la ganancia que tienen d'ellas.

          _Dam._--Parecete que va buena la carta?

          _Cor._--Mal año para quantos de a real las venden en
          Lisboa. Va que ablandará vna peña. Mas si por desgracia
          no, aprouechare, que no es posible (porque las hojas
          verdes muestran no estar el arbol seco) a dos va la
          vencida: echar otra que encienda más el fuego.

          _Dam._--Asi la tengo ya a punto, a las mil marauillas;
          aunque más querria que no fuesse menester.

          _Cor._--Podrasse creer esso sin escrupulo?

          _Dam._--Sobre mi conciencia. Has visto los estremos que
          haze mi hermano con sus amores?

          _Cor._--No es marauilla, por ser los primeros, que son
          siempre como el calor de San Lorenço y el frio de San
          Vicente, que dan mucha pena y duran poco; ó fuego de
          paja, que presto da llama y muere.

          _Dam._--Cierto que no es mi amor de menos quilates que
          el suyo, aunque no m'encierro a llorar, ni doy tantos
          suspiros como él; y no creo poderse acabar, no sólo tan
          presto como tú dizes, mas en ningun tiempo.

          _Cor._--Bueno es esso para Cornelio, que por no ser
          filósofo no sabe dar más razon de que (con soportacion de
          V. m.) no lo cree.

          _Dam._--Por qué no lo cr'es?

          _Cor._--Ya he dicho que no lo alcanço; mas por auer
          estado con otros amos enamorados (a quien via oy fuego,
          mañana nieue y aborrecer un dia lo que otro amaron) me ha
          hecho la esperiencia incredulo.

          _Dam._--Sabes a quién acaece assi?

          _Cor._--A todos.

          _Dam._--Esso no, saco mi blanca. Solamente a aquellos
          que aman a mugeres de poco valor; que como para su fuego
          cortan la leña en pequeño monte, al mejor tiempo se les
          acaba. Mas cómo podré yo esperar qu'el mio se consuma,
          siendo infinita la belleza y el valor de quien es la leña
          y el fuego, donde suauemente estoy ardiendo, y puedo
          dezir que nunca bueluo a verla, que no halle en ella
          nueuas gracias?

          _Cor._--V. m. ha entrado en materia donde yo no ahondo
          vn palmo; y assi podra echar libremente por donde fuere
          seruido, y yo entretanto creeré lo que me pareciere.
          Mas, si vale dezir verdades, no veo en ella tantas cosas
          como el ciego Amor haze ver a V. m., qne segun le da a
          entender, nunca se vieron venir de la India Oriental
          tantas joyas[750] preciossas.

          _Dam._--A lo menos ninguna de tanto valor; ni ha salido
          de Vizcaya mayor asno que tú.

          _Cor._--Esse es el premio que recibe el que no sabe
          hablar a sabor del paladar.

          _Dam._--A lo menos, el que merece quien es tan grosero
          como tú, que hasta ahora me has tenido engañado con tus
          bachillerias, creyendo que sabías más de achaque de
          perfecciones; no sé cómo, o por qué, no te he sembrado
          los dientes en esa blasfema boca.

          _Cor._--Porque me saltarian d'ella hombres armados, como
          los del sembrado de Cadmo; pero no contra V. m., aunque
          más injurias me diga.

          _Dam._--Di, necio, no se ve claramente que Amor tiene
          en aquella frente su potencia y tribunal, pues con vn
          solo mouimiento desdeñoso o alegre condena a muerte
          y da vida a quien la mira? Si se apartasse la escura
          niebla de tu poco entendimiento, verias aquel cabello
          de color del sol, como encadenadas sortijas de oro,
          partido en ordenes, por el dilatado espacio de su
          frente. Las cejas ser dos enarcadas lineas, con cierta
          magestad tan vencedora, que nunca la mostraron tal los
          arcos triunfales de los Augustos de Roma. Las orejas
          pequeñas y puestas en lugar tan medido y compassado, que
          la tierra menos igualmente dista de las circunferencias
          del cielo qu'ellas d'el sitio conueniente. Los ojos de
          tan peregrina y nueua gracia, que en ellos claramente
          se ve la risa abraçada con la grauedad; tan dulces en
          el mouimiento, que el ayre circunuezino muestra quedar
          enamorado y desseosso de introducirse en ellos. La niña
          de dentro (o ojo del ojo) tan puramente negra, que
          considerando despues la luz de la plateada yema, parece
          que está la noche recogida en aquel pequeño circulo,
          por defenderse de la serenidad qu'en torno la ciñe.
          Que el parpado que los cubre es blanquissima nuuezilla
          delante de la cara del sol, o cataracta d'el cielo, que
          abriendose descubre los biuos resplendores del Parayso, y
          cerrandose queda por consuelo la mesma materia celeste.
          Que las largas y sombrias pestañas son puras violetas que
          s'espejan a la orilla de cristalina fuente. Que de las
          mexillas de su perfectissimo rostro es la tez de tanta
          blancura y lustre, que enfrena la imaginacion para no ver
          lo que falta (si falta puede llamarse aquello que, aunque
          no se tenga, no se siente faltar). El perfil de la nariz,
          que parece estar en medio de aquel hermoso teatro, como
          cuchillo debaxo de cuyo filo inclina y pone la embidia su
          cuello. Que la tierna y con dulce relieue proporcionada
          boca (pronunciadora de tantas sentencias y gracias, que
          por no dar en el infinito, no quiero contar) merece que
          algun angel la predique con las demas bellezas: como los
          dientes de perlas, el cuello de marfil y las manos de
          alabastro. Baste dezirte que la dichosa alma (regidora
          de aquella preciosa materia) la informa y mueue con tan
          dulces y alegres ademanes, que no se puede mirar sino con
          ojos de Satyro.

        _Quid laudem femur, aut femori confinia membra.
      Has tractare iuuat, potius quam ducere partes._

          _Cor._--Ahora confiesso que oyr esas cosas me ha hecho
          gemir tacita y recalcadamente en lo íntimo de las
          entrañas, como el cansado cauallo quando acaua de orinar.

          _Dam._--Ha, ha, ha. Dígote cierto que quando pienso en
          sus diuinas partes, estoy en duda si la deuo llamar muger
          o angel.

          _Cor._--No la pongamos, señor, tan alta que la perdamos
          de vista, que todauia me quedo yo en mis treze, y no me
          sacarian de aqui los doze Pares de Francia.

          _Dam._--Esso creo yo, porque tu vista no es capaz de
          cosas tan altas.

          _Cor._--Los ojos humanos no pueden (segun dizen) percibir
          las cosas sino por las formas de su conocimiento; pero no
          nace de ay.

          _Dam._--Pues de qué procede tu ignorancia?

          _Cor._--De saber qu'es muy proprio de enamorados tener a
          sus damas por más hermosas de lo que son. Y assi yo, como
          uno d'ellos (que por ruin que sea el asno tiene su cola),
          creo sin ninguna duda que la mia es (sin comparacion) la
          más bella del mundo, y que (por mi buena ventura) no aurá
          ojos que tengan virtud para conocer su rara hermosura,
          tan perfecta como ella es y yo la contemplo. Qué me dirá
          V. m. a esto?

          _Dam._--Qu'eres vn loco desatinado.

          _Cor._--A lo menos atinado en esto, y dexaré de contar
          por estenso sus estremadas gracias, porque no quiero
          poner en condicion mi salud y el reposso de V. m.

          _Dam._--Es costumbre natural de los necios celosos, que
          temiendo que lo que aman se mejore, o lo vituperan, o
          callando ocultan lo bueno que a su parecer tienen. Mas
          aunque creo que estás tambien en este engaño, holgaria de
          oyrte dezir alguna de sus gracias, como si desuariasses
          con calentura o estuuiesses endemoniado.

          _Cor._--Si Cupido es el demonio de la fornicacion, más
          merece el que le sigue esse nombre qu'el d'enamorado.

          _Dam._--Ya te ha entrado el espiritu malino; prosigue.

          _Cor._--Son tan innumerables sus perfeciones como las
          estrellas del cielo, porque de quanto Naturaleza puede
          dar, la hizo vn escogido compendio, adonde se hallan
          todas juntas en su perfecto ser. Si V. m. tuuiese ventura
          de ver la gran proporcion y orden que tan curiosamente
          osseruó en su rostro, confessaria por fuerça que el cielo
          ha derramado sobr'ella quantos tesoros de gracias tiene
          que repartir, y que merece ser celebrada por el más
          esquisito milagro de hermosura.

          _Dam._--Tente, dame la mano, no quiero que passes más
          adelante por que no cayas. Pero sepa yo ahora, quién es
          essa alhondiga de gracias?

          _Cor._--Es verdad que me auergonçaré de nombrarla. La
          señora Policena, hija de Ramiro Coruato, insigne baruero.

          _Dam._--Quándo menos? A fe de quien soy que lo
          sospechaua. Vales quanto pessas para loar una martingala.
          Ha, ha, ha. Ahora sí que puedo dezir que el deuaneo ha
          manifestado tu modorra o locura. Dala tú el nombre que se
          te antojare, que la comparacion (dexando aparte la sangre
          de la señora) ha sido cierto estremada.

          _Cor._--Luego los caualleros dan en la sangre, sin mirar
          que es la peor cosa que las mugeres tienen, pues las haze
          inutiles los seis dias del mes.

          _Dam._--Ha, ha, ha, ha. Mala pascua te venga, vellaco
          desuariado, que me hazes reir sin gana. No más, que es
          ya tiempo de yr a saber lo que mi señora aurá hecho con
          Aries, que no veo la hora de salir d'este preñado.

          _Cor._--Antes d'entrar en él.

          _Dam._--El diablo te lo dixo.


                                NOTAS:

          [750] _Iojas_ se lee en el original.


                               SCENA VII

                 RAMIRO, VIOLANTE, DAMASIO, CORNELIO.

          [_Ram._].--No ve V. m. al señor Damasio que nos sale al
          camino?

          _Vio._--Ya le he visto. Y bien, adónde vas ahora, pan
          perdido?

          _Dam._--Vengo a acompañar y seruir a V. m. Pues, señora,
          podemos esperar algo de bueno?

          _Vio._--Creo que sí, porque este cauallero, auiendole
          parecido bien, me ha prometido de tratarlo con Ceruino su
          yerno, y hazer de manera que aya effeto.

          _Dam._--Es tan estraño el humor de aquel hombre, que lo
          pongo en duda.

          _Vio._--No ay razon para desconfiar, y muchas para
          darlo por hecho; y assi con esta buena esperança, anima
          a Macias, que te cre'rá más que a mí; haz de manera que
          coma y se alegre. (_Entranse Violante y Ramiro._)

          _Dam._--Oyes, Cornelio, torna presto.

          _Cor._--Dexeme V. m. yr primero, que si no voy no podré
          boluer en un año.

          _Dam._--Digo qu'eres un Senequilla; sea assi. Ni presto
          ni tarde, mas buelue a tiempo, porque no se nos passe la
          ocasion.

          _Cor._--No hará, si yo la asgo vna vez del copete.

          _Dam._--Temo que con essas chanchas se te ha de oluidar a
          lo que te embío.

          _Cor._--Corria peligro, á no lleuar la memoria en la
          mano; detengome aposta porque me parece que no es hora de
          hallarla en casa, por ser a la que siempre anda a caça de
          bouas.

          _Dam._--Vete por donde sospechas que puede acudir y mira
          que la ofrezcas grandes cosas.

          _Cor._--Desde ahora la ofrezco al Leon del Moro y la
          encomiendo a los mochachos de la Plaçuela Vieja, a quien
          toca cañonizarla, que no la podrá faltar segun sus buenos
          passos.

          _Dam._--Haz lo que te digo, camina.

          (_Sale Ramiro._)

          _Dam._--Ramiro amigo, mañana os espero, y no se os oluide
          l'agua de olor que me aueis prometido, que no la quiero
          perder.

          _Ram._--Lo que parece V. m. al señor Curuca su padre, que
          nunca oluidó cosa que le prometiessen.

          _Dam._--Ya os entiendo: el que trae la cuerda arrastrando
          no está libre; hagamos ambos nuestro deuer, que yo me
          acuerdo, como vereis.

          _Ram._--De mi parte no aurá falta. Beso las manos a V. m.
          Assi se han de tratar estos aprendizes: cómo le he dado
          en los cascos! Mejor se los rompan qu'él me saque l'agua,
          si no viene el vino. A Policena con esso.


                              SCENA VIII
                           RAMIRO, CERUINO.

          [_Ram._].--Bien dizen que los barueros todos parece que
          comen carne de lechuza, porque no pueden guardar secreto;
          ni yo veo la hora de topar al señor Ceruino, para bomitar
          el d'el casamiento de su hija, que ya estoy rebentando;
          alli viene.

          _Cer._--Qué ay por acá, Ramiro?

          _Ram._--Vengo de acompañar a mi señora Violante de
          Cabrera, que ha estado en casa del señor Aries.

          _Cer._--En casa de mi suegro la señora Violante?

          _Ram._--La mesma en casa del mesmo; y si supiesse V. m.
          la causa, podria ser que le fuese de mucho contento.

          _Cer._--Cosa del diablo es la libertad que se toman
          estas viudas, que so color de no tener quien les haga
          las cosas, estan siempre con los mantos acuestas; no me
          quitarán de la cabeça que no es agua limpia.

          _Ram._--Es possible que vna persona tan prudente haga
          esse juizio temerario, auiendole dicho que si supiesse a
          lo que ha ydo, por ventura le daria contento?

          _Cer._--Y hasta que sepa otra cosa me estaré en mis
          treze. Pues qué ay?

          _Ram._--No me han dado tanta licencia.

          _Cer._--Ya sabeis mi humor; dezí presto lo que sabeis, no
          me hagais entrar en alguna mala sospecha.

          _Ram._--No podrá ser peor, a mi parecer, aunque me tarde;
          no es razon que yo me atreua a dezir lo que toca al señor
          Aries; mas si se contenta de entender el caso, sin las
          personas, yo lo diré.

          _Cer._--Dezímelo como quisieredes y sea luego.

          _Ram._--Que me place. Tratarán a V. m. antes de mucho
          tiempo de vn cierto matrimonio.

          _Cer._--Mirá con qué me sale, despues de muy regateado:
          todo esso era? Oxala fuesse de deshazer el mio.

          _Ram._--Si creyesse que V. m. lo entiende assi, me
          atreueria a dezirle que no tiene razon, porque es muy
          embidiado de la ventura que ha tenido en topar con vna
          señora tan principal de sangre, hermosura y virtudes.
          Pues qué labores salen de sus manos!

          _Cer._--Podriaos yo responder lo que el cauallero
          romano a vno de sus familiares, que le dixo otro tanto,
          mostrandole vn pie: Vos, amigo, solamente veis que este
          çapato es nueuo y bien[751] hecho, pero no podeis saber
          dónde me lastima. Mas quién os ha dicho lo que Marcia
          sabe hazer de sus manos? No pensé que sabiades tanto de
          su hazienda como dezis.

          _Ram._--Selo por auer seruido la casa de su padre veinte
          años, y auer traido a su merced más vezes en estos braços
          que tengo pelos en la barua.

          _Cer._--Que tan grande seria entonces Marcia, a vuestro
          parecer?

          _Ram._--Por qué lo pregunta V. m.?

          _Cer._--Por saber la edad que tiene ahora, que sobr'ella
          andamos siempre en pleito.

          _Ram._--Será (si bien me acuerdo) de veinte y tres a
          veinte y quatro años. Mas boluiendo al casamiento, mire
          V. m. que quiero mis albricias si se haze.

          _Cer._--Si las quereis ganar, aueisme de dezir de quien
          ha de ser.

          _Ram._--Yo lo diré, pero con condicion que no lo ha de
          saber otro ninguno.

          _Cer._--No ayais miedo.

          _Ram._--De la señora Cassandra, con vn cauallero que
          pierde el seso por ella.

          _Cer._--Pues de dónde le viene? Cómo o por qué la quiere?

          _Ram._--No sé, señor. Yo tengo que hazer; no quiero nada
          de V. m.

          _Cer._--Esperá, esperá, qué priessa teneis? Ay alguna
          muela que sacar?

          _Ram._--A vna señora que está rauiando, y ya me tardo.

          _Cer._--Rauia mala la mate; sacáselas todas a mi quenta.
          Mas dezíme, cómo es posible que aya quien esté enamorado
          de mi hija, no la pudiendo ver persona biua?

          _Ram._--No, sino el dia que V. m. se casó.

          _Cer._--En vna hora?

          _Ram._--En vn boluer de ojos se pega aquel mal; qu'es
          como el arcabuzazo, que antes hiere que se oya.

          _Cer._--Y quién es (Dios nos defienda dél) el galan de
          tan seco coraçon, que tan presto se encendió?

          _Ram._--V. m. lo imagine, que yo no sé otra cosa.

          _Cer._--Vais en buen'hora. Bien dixo Alexandridas que el
          dia de las bodas es el principio de muchos males. Quien
          trata con lobos traiga el perro al lado. Deurian los
          que gouiernan sus casas con tanto descuido ser puestos
          en vn palo. A dicho de este buen hombre, yo estoy qual
          digan duelos: él ha seruido a mi suegro veinte años:
          dize que Marcia tiene quatro más; que la ha tenido en
          los braços tantas vezes, y esto seria por lo menos a los
          nue[ue] o diez. El doctor Cornejo dize que halla en sus
          libros auerse empreñado algunas mugeres de aquella edad.
          Mirá (por amor de mí) qué aliño para que no le passen
          al hombre por la imaginacion mil sombras y fantasmas
          espantosas. Desdichado de quien tiene su honrra en tan
          roedora carcoma, que no le da vn momento de reposso. Mas
          quién puede ser este tan enamoradizo? No entiendo cómo
          ha sido: la donzella de suyo no es maliciosa; está bien
          guardada; Marcia es su madrastra, y no la incitará el
          amor que la tiene a sacarla de donde está para que nadie
          la vea. Pero con todo esto, no se han mouido sin causa
          estos tratos que dize Ramiro. No sé qué me pueda hazer
          más, ni qué me traigo en esta cabeça, que terriblemente
          me inquieta. _Fortis imaginatio generat casum._ No
          querria que me sucediesse lo que al otro, que por auerse
          hallado a vn juego de toros soñó aquella noche, que tenia
          cuernos, y amaneció con ellos en la frente. Si el destino
          no se puede vencer y mi cuidado no basta, deme quien es
          poderosso, para rimediar mi pena, paciencia.


                                NOTAS:

          [751] _Bin_, por errata, en la edición de Milán.


                               SCENA IX
                    CERUINO, INOCENCIO, BEZERRICA.

          [_Cer._].--Ta, ta, ta.

          _In._--Quién llama?

          _Cer._--Yo soy, llama a Bezerrilla[752].

          _Bez._--Aquí estoy, señor.

          _Cer._--Adónde has estado dende que yo salí de casa?

          _Bez._--Donde V. m. me manda que esté.

          _Cer._--Di la verdad, vellaquillo.

          _Bez._--Allí he estado, por vida de mi madre.

          _In._--Dize lo que es cierto, por esta ánima pecadora.

          _Cer._--Quién os pregunta nada? entraos allá.

          _In._--_Linguam fallax non amat veritatem._

          _Cer._--No te has quitado de aquí?

          _Bez._--Nunca, sino quando mi señora me llamó para
          limpiar el estrado.

          _Cer._--Y mientras tú lo hazias, baxó ella abaxo?

          _Bez._--No, señor.

          _Cer._--Y el Bachiller subió arriba?

          _Bez._--Tampoco.

          _Cer._--Quién ha hablado con él?

          _Bez._--Ninguno, que yo aya visto.

          _Cer._--Y oydo?

          _Bez._--Ni oydo, sino al mismo cantando sus latines.

          _Cer._--Qué vestidos traia aquel que estuuo aquí?

          _Bez._--Quién, señor?

          _Cer._--El que vino a visitar a tu ama.

          _Bez._--Yo no he visto sino aquel gatazo negro que viene
          siempre a visitar la cocina.

          _Cer._--Donosso os me hazeis, y aun esso es lo que yo he
          menester; entrá, entrá en casa, que vos soys una mala
          pieça.


                                NOTAS:

          [752] _Bezerilla_ en la edición de Milán; no esta sola,
          sino muchas veces.




                             ACTO SEGVNDO


                                SCENA I

                           LENA, INOCENCIO.


          [_Len._].--Cornelio ha venido a sacarme de casa con
          vn par de ducados. Mal año para quantos auogados ay
          en Chancilleria, y vna higa para mí, si les fuere a
          consultar la causa del señor Damasio, en la qual sé más
          que Presidente y Oydores, y aun estoy por dezir que todos
          los alcaldes quando más estan en su Acuerdo. Si aun no
          estando el horno caliente se muestra tan liberal, qué
          puedo esperar quando los fauores de la dama anden en su
          punto? Sus, Lena, manos a la labor; valgate ahora tu
          ciencia y abilidad; haz como quien eres. Mas tantas vezes
          va la cabra a las coles, que dexa el pellejo. Animo, que
          las mercancias de mucho prouecho no se adquieren sino con
          gran peligro: es esta la primera de tus hazañas? Sí, que
          tan mercader queda quien pierde como el que gana[753].
          Mas qué digo? Veisme aqui libre y escusada de yr a casa
          d'el Cauallero d'el Vnicornio, pues viene alli mi Doctor,
          con tantas letras sobre el bonete, que le haré creer que
          las anguillas no son peces. _Benedictus, benedicta et in
          secula, sed_ libranos de mal, amen. En hora buena vea
          yo a mi buen señor. Sin duda que vendrá ya de visitar
          algunas santas casas. Al fin, no vale otra cosa de esta
          vida sino el auerse empleado con caridad en buenas obras;
          qu'el bien hazer nunca se pierde. Dichosa madre que tal
          hijo parió, que yo apenas he tenido tiempo para passar
          mi corona, por auerme ocupado en remendar vnas camisas a
          ciertos romeros que van a Cerueros.

          _In._--Dig'os verdad, que estando en casa (con sobrarme
          tiempo) no puedo recorrer mis estudios, y así me voy al
          cimenterio de la Magdalena a dezir mis deuociones; por
          eso ved lo que me mandais.

          _Len._--Bueno seria mandar a quien desseo seruir de ojos.
          Hase V. m. acordado de lo que me prometió?

          _In._--Aunque no le he oluidado, no he podido hazer nada
          con mi señora, por ser su marido muy sospechoso; mas no
          perderé la ocasion.

          _Len._--Mayor caridad que essa podria hazer si quisiese.

          _In._--_Cupio rem gratam facere._ Y assí decíme en qué,
          que siendo como dezis, me emplearé (como vereis) _ex toto
          corde_.

          _Len._--Es obra tal que si en acabandola muriesse,
          granizaria el cielo angeles para lleuarle al Paraiso.

          _In._--Yo no desseo sino hazer bien.

          _Len._--Y tal bien como éste! Qué cosa ay de más
          merecimiento que escusar los escandalos que puede auer
          entre dos grandes linages! Qué digo dos linages? En dos
          ciudades, donde podrian nacer tantas enemistades, que
          muriessen personas sabe Dios quántas.

          _In._--Decíme, pues, lo que es presto, que se me haze
          tarde.

          _Len._--Es vna de las grandes cosas que aurá oydo en su
          vida; pero por el padre que l'engendró, que quando por
          euitar estos escandalos no lo quiera hazer, ni emplearse
          en tan santa obra, no diga palabra a persona del mundo:
          que si yo no supiesse con quién hablo y quánto pueda
          ayudar a remediarlo, antes me dexara coser la boca.

          _In._--_Quis est quem tibi fidum praestare possis?_
          Seguramente lo podeis dezir. Com'os llamais?

          _Len._--Tengo (con reuerencia) más nombres que vn menudo
          de[754] puerco. Lena Corcuera de Cienfuegos, natural de
          Valuerde, a su mandado.

          _In._--He conocido yo de essos apellidos personas muy
          honrradas y en grandes puestos. Era por ventura vuestro
          pariente Corcuera, Maestresala del Conde de la Gomera,
          que vino a ser Tesorero del de Oñate y murio Contador del
          Marques de Falces?

          _Len._--Al fin, como hombre de letras, ha sacado en
          limpio vn parentesco que no le hallará vna hanega de
          trigo. No fue menos que hermano de mi padre, que fue
          casado tres vezes, y a mí me vuo en la segunda, llamada
          Calidonia de Cienfuegos.

          _In._--_Copia flores propinquorum._ Mucho me huelgo de
          tratar con persona de tan buena casta, y así señora
          Llena de Cienfuegos, tornemos _ad rem nostram_, que aqui
          quedará todo seguramente enterrado.

          _Len._--Ha de saber, pues, que vna gran donzella... (mire
          que va en secreto).

          _In._--Assi lo tomo yo: _Tacitum relinquam_.

          _Len._--Prima hermana de la señora Marcia, instigada del
          enemigo malo, se huyó de su casa con vn cauallero.

          _In._--Prima hermana de mi señora? _Credibile non est._
          Mirá lo que dezis.

          _Len._--Primissima digo.

          _In._--Y que se ha huido?

          _Len._--Huido, y aportado a esta ciudad, que ni su padre
          ni deudos no saben d'ella, ni menos de quien la sacó,
          aunque los andan buscando por mil partes, haciendo
          grandes diligencias y promessas para hazer crudo estrago
          en quantos hallaren culpados; mire qué derramamiento de
          sangre se verá y quántos rencores, para nunca cesar las
          enemistades. Ahora la pobre donzella está, conociendo su
          error, arrepentida; dessea meterse en algun monasterio,
          por medio de la señora su prima, y que aquel cauallero
          se buelua a su casa a dar muestra de sí, para que no se
          entienda auerla él sacado. Y esto no se podria venir a
          saber sino por boca de V. m.

          _In._--Ya os he dicho que n'os os dé pena esso, porque yo
          hago las cosas debaxo de las faldas.

          _Len._--Tanto que mejor. Podrasse dezir que ella, por
          huir de las vanidades del mundo, se vino de su motivo al
          olor de la santidad[755] de las monjas d'esta ciudad.

          _In._--_Recte profecto. Consilium mihi tuum probatur._

          _Len._--Prouado? Si V. m. la viesse, tendria más lastima
          d'ella, porque es vna rosa de diez y seis años, aunque
          ahora está tan marchita y afligida, que parece vna
          santica.

          _In._--Pues qu'es lo que yo podré hazer por ella a
          vuestro parescer?

          _Len._--Qué? No menos que darla la vida.

          _In._--Luego es muerta?

          _Len._--Poco menos.

          _In._--D'esa manera poco haré yo en resucitar los biuos;
          mas vengamos al modo.

          _Len._--A esso voy. La cuitadita, informada de algunas
          personas espirituales, que (por su virtud) la han dicho
          ser yo la que deuria, ha hecho confiança de mis tocas,
          rogandome que lleue o embie a la señora Marcia vna carta
          en la qual se la descubre y quenta B por B y C por C el
          caso, pidiendola consejo y socorro en su tribulacion. Y
          pues V. m. dize que yo no la puedo hablar, si quisiere
          encargarse de hazerla esta buena obra[756], aqui la
          traigo.

          _In._--_Pietatem exerce._ Dadmela, hermana mia, que yo lo
          haré de muy buena gana, que cierto la obra es santissima.

          _Len._--No querria que nos vuiesse visto aquel enemigo de
          su amo.

          _In._--No tengais miedo, que nunca sale de casa si yo no
          quedo en ella.

          _Len._--Si la señora despues de auerla contado el caso
          estuuiesse dura, diziendo no tener parienta fuera de
          aqui (porque como son personas de calidad no quieren
          a las vezes, por su honrra, acetar lo que les parece
          vergonçosso), digala que bien se puede fiar de nosotros;
          y acuerdese de que la primera cosa que la ha de dezir sea
          que la dueña a quien su marido trató tan mal le ha dicho
          todo esto y dado essa carta, que creo bastará por su
          mucha bondad.

          _In._--_Praestabo quod a te mandatum est libentissime._
          Y vso del superlatiuo para daros a entender con quántas
          veras haré lo que m'encomendais; y porque, a mi parecer,
          _in hoc tota res agitur_, quiero boluerme a casa a ver si
          lo podré poner luego en execucion.

          _Len._--Los truenos y demoniaciones le acompañen.

          _In._--Ellos vayan en vuestra guardia.

          _Len._--Es posible que haga la Natura los hombres y
          que no se acuerde más d'ellos? No uerá este pedaço de
          carne con ojos vn cuerno en una barreña de leche. Bien
          aya la burra que acá le traxo, y qué bueno es el hombre;
          ya no podia sufrir más la risa. Gentil centinela para
          un antecuco como su amo; bueno se le va poniendo el
          cimero. Lena, Lena, tú si que te puedes sola llamar nata
          y flor de las mugeres del arte y aun de los doctores
          de Valladolid, pues has sabido inuentar de repente tan
          estremada conseja, y tan a punto y bien colorarla; mas
          tengo vna lengua que corta y cose; pero contra vn celoso
          qué no sale a cuento? Al fin los maestros hazen bien
          las cosas. Quiero con tan buen pie boluerme a mi casa,
          que tengo el mal del lobo en el cuerpo, y despues yre a
          buscar al señor Damasio, que no seran de oy más passos
          perdidos. Amen.


                                NOTAS:

          [753] En la edición de Milán, _cana_.

          [754] _Da_ se lee en el original.

          [755] _Sentidad_ en el original.

          [756] _Ibid_, _obre_.


                               SCENA II
                            ARIES, RAMIRO.

          [_Ar._].--Pareceme que es ya tiempo de yr a hablar a my
          yerno: holgarme ya[757] mucho de acertar a dar gusto a
          la señora Violante, que cierto no he visto muger que más
          me hincha el ojo, ni que con tanta gracia diga su razon.
          Cómo me venis, Ramiro (en buena fé), a proposito. (_Sale
          Ramiro._)

          _Ram._--Tendria a buena dicha que se ofreciesse en qué
          poder seruir a V. m. Si soy bueno para alguna cosa, aqui
          estoy como de cera.

          _Ar._--Sois bonissimo para todo. Ahora voy a tratar con
          Ceruino lo que mi señora Violante me mandó.

          _Ram._--V. m. haze como quien es.

          _Ar._--Todos somos obligados a seruir a semejantes
          personas.

          _Ram._--Y piensa V. m. hazer algo?

          _Ar._--Espero que sí. Mas dezíme (por vida mia), cómo
          teneis tanta amistad con ella? A fé que os tengo embidia.

          _Ram._--He sido todo de su marido, y lo mesmo soy ahora
          de sus hijos, que puedo dezir auerlos criado; y assi
          tengo aquella casa siempre abierta para cuanto d'ella he
          menester.

          _Ar._--Cierto que la dama es digna de ser amada de todo
          el mundo, y si yo por vuestro medio pudiesse entrar en su
          gracia y alcançar algun fauor, sé de quánto prouecho os
          seria.

          _Ram._--Cómo fauor? No se piense tal cosa, que se le haze
          muy gran agrauio. Si me dixesse V. m. que se casaria con
          ella, entonces seria otra cosa, y por ay lleuarmela. Mas
          cómo, señor, es possible oluidar tan presto la defunta?
          Bien dizen qu'el dolor de muger muerta dura hasta la
          puerta.

          _Ar._--No sabeis lo que dixo Hipponacte, que de vn
          casamiento no se pueden esperar sino dos dias buenos: el
          de las bodas y el de la muerte de la muger?

          _Ram._--Tambien dizen ellas que no ay dia malo sin marido.

          _Ar._--Dexemos esso, como quiera que sea; dald'vn tiento:
          qué sabemos? Podeis perder mas que las palabras?

          _Ram._--Vna palabra inquieta toda vna vida; y assi no
          seria pequeño daño si (como me podria succeder) las
          perdiesse con el pellejo para siempre: pues viniendo a
          oydos de sus hijos, m'embiarian a poner tienda al otro
          mundo, donde nunca he podido saber la ganancia que tienen
          los barueros, que entiendo andan todos chamuscados.

          _Ar._--Bien lo podeis hazer diestramente, que para todo
          teneis abilidad.

          _Ram._--Aqui sale a punto el señor Ceruino.

          _Ar._--Andá en buen'hora, y mirá que no me oluideis.

          _Ram._--No haré otra cosa.


                                NOTAS:

          [757] Es decir, _ia_.


                               SCENA III
                            CERUINO, ARIES.

          [_Cer._].--Señor, adónde en hora buena tan temprano?

          _Ar._--A tratar con V. m. vn negocio que nos importa
          mucho.

          _Cer._--Mandárame[758] V. m. llamar, que yo le vuiera
          escusado este trabajo.

          _Ar._--Desseaua tambien ver a mi hija; pero luego yremos,
          que lo hemos de auer a solas.

          _Cer._--Como V. m. mandare.

          _Ar._--Dizen, señor Ceruino (y es assi), qu'el que nos
          quiere por parientes nos honrra, porque no queriendo
          dezir otra cosa emparentar que hazerse pares, quien
          procura ser par nuestro presupone que nosotros somos
          mejores que él; porque, naturalmente, cada vno apetece y
          pretende su aumento, ó verdadero ó aparente. La señora
          Violante de Cabrera, muger que fué de Satyron Curuca,
          ha venido a mi casa a rogarme que proponga á V. m.
          matrimonio entre Macias (q'es el menor de dos hijos que
          tiene) y la señora Cassandra. Ya sabemos que los Curucas
          y Cabreras son de las casas más antiguas de España, y que
          su calidad y hazienda son de las mejores d'esta ciudad.
          El (a más de dessearlo mucho, por estar en estremo
          enamorado de las buenas partes de la donzella) tiene
          vna mejora de su padre de mucha importancia; es bien
          diciplinado y virtuoso (que no importa menos que el ser
          bien nascido), y así soy de parecer que se deue abraçar
          el partido.

          _Cer._--No se puede negar lo que V. m. dize (aunque
          seso, dinero y bondad no es siempre verdad). Pero dos
          cosas no me agradan: la vna, que diziendose que se la
          he dado (si se la diesse) sabiendo que estaua enamorado
          d'ella (que antes de ahora me ha zurriado en las orejas)
          seria dar a entender que mi hija vuiesse hecho alguna
          liuiandad por la qual me fuesse forçosso casarla con
          él; que a mi parecer es negocio de gran consideracion.
          Y la otra es, que yo (por hablar claro) no querria que
          su hermano, con esta ocasion, entrando en mi casa,
          intentasse qué sé yo de Marcia; que es muy proprio de los
          que biuen a costa de la comunidad.

          _Ar._--Essas son dos friuolissimas razones; antes muy
          viles escusas. Quanto a la primera, la verdad tiene
          siempre su lugar; y quanto a la segunda, digo que es gran
          vajeza pensar tal cosa, que deue de proceder de tener
          poco credito de vna muger tan principal y virtuosa como
          mi hija, cuya bondad es bien conocida en esta ciudad, y
          crea que me pessará mucho si perseuera en sus estremos.

          _Cer._--Está bien, señor, yo pensaré en ello y responderé
          a V. m. con breuedad.

          _Ar._--Dexesse de buscar el pelo en el hueuo; yo soy de
          parecer que se acete el partido y que tratemos quanto
          antes de las capitulaciones. Entremonos a ver a Marcia.

          _Cer._--Malas lançadas.


                                NOTAS:

          [758] En el original, _Mandaráme_.


                              SCENA IIII
                           CORNELIO, MACIAS.

          [_Cor._].--Crea V. m. que perdemos tiempo, porque estoy
          informado de vno que ha seruido en casa más de vn año,
          que no la dexa ver ventana sino por Iubileos, y si sale
          de casa, de manera que a penas se le pueden ver los ojos.
          Lo demás del tiempo está tan pressa, como si vuiesse
          hecho algun maleficio.

          _Mac._--Vamos, que con todo esso, quiero imitar al
          elefante, que no pudiendo nadar se contenta con pasearse
          a la orilla del rio; porque ver las paredes que guardan
          mi preciosso tesoro me será como refrescarme en
          l'ardiente sed que por verla padezco, y consuelo para los
          ojos corporales (embidiossos de los d'el entendimiento)
          que con mi gran daño la v'en siempre.

          _Cor._--No puede, señor, vno ser buen criado y adulador;
          quiere V. m. que le diga lo que entiendo?

          _Mac._--Di lo que quisieres.

          _Cor._--Con essa licencia me atreueré a dezir lo que el
          filosofo Panecio respondió a vn moço que le preguntó si
          seria bien que vn sabio fuesse enamorado: Dexemos estar
          al sabio, mas tú y yo, que no lo somos, no nos empeñemos
          en cosa tan combatida y violenta, que haze a los hombres
          esclauos de otros y menos preciados de sí mesmos.

          _Mac._--Es muy de sabios predicar las cosas más como
          siruen que como ellas son.

          _Cor._--Sea como fuere: yo no persuadi a V. m. a salir a
          espaciarse para andarnos por aquí, calle arriba y calle
          abaxo, papando viento, que es vn despropositado deuaneo;
          el suspirar, ramo de locura; el llorar, locura espresa, y
          el demasiado deseo, archilocura.

          _Mac._--Si amor, o Cornelio, fuese acto uoluntario,
          tendrias razon de reprehenderme; mas siendo forçosso,
          la reprehension es tan indiscreta como seria dezir a vn
          enfermo que haze necedad en morirse. Assi que si quieres
          ser el buen criado que dizes, deues atender antes a
          seruirme dandome ayuda que consejo[759].

          _Cor._--V. m. tome de buena parte quanto le digo, pues
          sabe que arriscaré mil vidas por su seruicio.

          _Mac._--Procura, pues, buscarme quien sepa curar de
          mal de amores, aunque sea (como se sacan los espiritus)
          a fuerça de conjuros; y si no tiene cura, déxame morir
          del mal que mi estrella me ha destinado. Piensas tú que
          desde aquel para mi triste dia de las bodas de Ceruino
          (donde mi hermano me lleuó como por fuerça) no antevi
          todo esto? Cr'e que se me representó tan claramente como
          lo prueuo ahora: pues viendo entonces las gracias de mi
          señora Cassandra, yva quanto podia deteniendo la vista y
          escusando el mago acento de su dulcissima voz. Mas ay,
          ay de mí, que mal se puede el hombre esconder de un rayo
          quando Dios quiere herirle. Es su habla tan melodiossa
          y de tan gran efficacia, que sugetaria la más rebelde
          y contraria resistencia de amor; adulçaria la aspera
          amargura; attraheria la terca rusticidad; deprauaria
          la santitad; encarcelaria la libertad, y ablandaria vn
          coraçon de diamante. No se mostró Siques[760] tan bella
          al dios Cupido su amigo, ni la diosa Venus al hermoso
          pastor Paris quando ganó la mançana. De vna sola vez que
          acaso me miró, vi salir biuamente de sus diuinos ojos
          vn espiritu de fuego, acompañado de tan gran potencia,
          que al punto se apoderó de mi coraçon y me sujetó a esta
          terrible seruitud de amor en que me veo; tanto que los
          sentidos esteriores, dexando lengua y pulsos sin vida,
          se retiraron adentro a darle soccorro; mas no pudiendo
          en aquel punto y por la mesma via, embiaron al'alma por
          embaxadora a aquellos celestiales ojos; y no imaginando
          qué poder esperar, me parti de alli, creyendo que l'alma
          me seguiria, mas en su lugar traxe comigo este tirano
          espiritu, y dende entonces no tengo nueua ninguna d'ella.
          Mira tú ahora lo que será de mí.

          _Cor._--Por menos he yo visto otros en la casa de los
          orates.

          _Mac._--Qué dizes, hermano Cornelio?

          _Cor._--Digo, señor, que bien dizen que grande amor es
          gran dolor. En mí prueuo ahora que las penas agenas
          tambien duelen a quien las oye. Nunca crey hasta este
          punto que esta passion amorosa tiene la virtud de las
          nominas que cuentan del otro negromante, que hazia andar
          en pie cuerpos sin almas. Pero no se han de comprar lutos
          a cada canto de mochuelo que se oye en el tejado. Más
          estimado es lo que con más trabajo se alcança. Veamos
          en qué para el casamiento, y quando por el camino que
          lleua no hagamos nada, pareceme que deuemos fundar toda
          nuestra empressa en Lena y en el señor Damasio; porque si
          la madrastra continúa el amor que le muestra, el negocio
          está en la mano, pues sin duda gustará de que aya quien
          tenga contenta a la señora Cassandra, que sabe ya lo que
          passa y deue estar con más ansias que Ero; porque en
          el imperio de Cupido los desseos, penas y deleites son
          iguales.

          _Mac._--Tras las grandes esperanças está el desesperar.
          Al buen consolador, amigo, no le duele la cabeça; ruega
          a Dios que se effetue el casamiento, que qualquiera otra
          cosa es hazer torres en el viento.

          _Cor._--Por qué, señor?

          _Mac._--Porque tengo por impossible que aquella señora,
          siendo quien es y recien casada, comience tan presto
          a agrauiar al marido. Ni quando (dexando esto aparte)
          quisiesse, no sé si podria hazerlo.

          _Cor._--No ha oydo dezir V. m. que donde ay mugeres ay
          modo? Quiera ella, que fácilmente le hallará; porque
          todas en esta materia son doctas, y ella (a buen seguro)
          no alcança menos que otra quanto es menester. Piensa V.
          m. que se le hará muy dificultoso engañar al marido? Es
          (por ventura) Ceruino más que vn hombre?

          _Mac._--Y parecete poco si lo es?

          _Cor._--Poquissimo, porque las mugeres son de la
          piel d'el diablo, y la más simple d'ellas engañará a
          vn colegio de Catones. Y en vn siglo tan sabio, qué
          comodidad no es suficiente? Quanto mas, teniendo dentro
          de casa la mejor tercera que podriamos dessear.

          _Mac._--Tercera en casa! Cómo nunca me has dicho tal
          cosa? Podémonos fiar d'ella?

          _Cor._--Sin ninguna duda.

          _Mac._--Dime presto quién es, que me has buelto l'alma
          al cuerpo.

          _Cor._--Luego no estaua tan lejos como pensaua.

          _Mac._--Basta que reside más donde ama.

          _Cor._--Tambien tengo yo mi rato de melancolia; pero
          siempre me estoy entero como mi madre me pario, y si
          pensasse que por amar me auia de faltar vn pelo, desde
          ahora tocaria caxa contr'amor y sus sequaces.

          _Mac._--No me quiebres la cabeça; di si quieres quién es
          aquella persona.

          _Cor._--Es la desconfiança, que es el todo en aquella
          casa.

          _Mac._--La desconfiança? Segun esso, quieres que
          desconfiando me dessespere?

          _Cor._--No me passa por pensamiento.

          _Mac._--Declarate, pues, que no te entenderia Seneca.

          _Cor._--No sabe V. m. que no ay leona ni tigre, a quien
          ayan quitado los hijos, como es vna muger ofendida de
          desconfiança? No hay cosa por que más presto se haga
          enemiga d'el marido: y esta señora me dizen que lo
          está en gran manera, y asi deue de tener más desseo de
          vengarse que quien la busca.

          _Mac._--Quando las ancoras están firmes, no falta
          consuelo presente, ni esperança de lo que está por venir.
          Boluamonos a casa, que esas son consideraciones a la
          ventura.

          _Cor._--No ay dia sin noche. No nos quexemos tan presto
          d'el amor, que por ventura será más benigno de lo que
          pensamos; y sus fructos, quanto en su flor son más
          amargos, tanto son más dulces quando maduros, y en
          teniendo saçon, de fuerça han de caer. Paciencia, señor,
          qu'el tiempo es enemigo de los que sin él se apressuran:
          él como buen consejero lo dira, y mientras no se puede
          golopear, trotemos.


                                NOTAS:

         [759] El final de este párrafo se halla corregido así en
          _El Celoso_: «Deues atender á seruirme, dandome antes
          ayuda que consejo».

         [760] En el original, al margen, _Psyches_.


                                SCENA V
                           INOCENCIO, LENA.

          [_In._].--_Grauem curam suscepi._ Dónde hallaria yo
          ahora aquella buena muger? que sin duda lo es, segun sus
          caritatiuos passos. Gran descuido ha sido no preguntarla
          adónde mora. _Anceps valde sum._ Auré de buscarla por
          essos ospitales de donde nunca sale, aunque más acude,
          segun me dixo, a la Concepcion; alli pienso hallarla.

          _Len._--Ce, ce, ce, señor Licenciado, algun buen
          espiritu le trae siempre a dond'es desseado. En este
          punto, estando cogiendo vnos paños, que por mi deuocion
          he lauado, del ospital de Esgueua, me vino vn mensage de
          aquella señora diziendo que dessea mucho saber el recado
          que he dado a su carta, y si puede esperar buen suceso
          de su negocio. Y asi, diziendo quien dexa caridad por
          caridad no peca, lo dexé todo y sali a buscar a V. m.

          _In._--Fue mi ventura echar por esta calle, viendome
          perplexo por no saber adónde os podria hallar; que soy
          tan corto, que aún no sé vuestra casa.

          _Len._--No me corro yo poco d'esso, y asi quiero que
          la sepa en todo caso; que para personas tales la tengo
          siempre abierta. Sabe, hijo mio, la casa de los locos,
          que llaman Orates?

          _In._--No sé otra cosa.

          _Len._--Pues pared en medio de un oficial de tinteros,
          peines, calçadores, mangos, lanternas, peonças y macetas
          de sellos es mi pobre abitacion, a su mandado.

          _In._--Con tantas y tan buenas señas, no podré errar ya;
          huelgo mucho de saberla.

          _Len._--Tenemos algo con que poder consolar los tristes?

          _In._[761]--Ya he dado la carta a mi señora; leyola
          delante de mí, y segun lo que pude colegir, entiendo
          auerla pesado mucho d'el mal suceso de la prima.

          _Len._--De manera que entendió V. m. lo que dezia la
          carta?

          _In._--Las palabras no, porque leia para sí; digolo por
          auer visto que mudó de color suspirando, aunque lo queria
          dissimular.

          _Len._--Qué piensa qu'es el amor de la sangre? Dezia mi
          buen marido (que era vna persona entendida) que la sangre
          se muda facilmente en agua.

          _In._--O, qu'escogida sentencia! boluemela a dezir (por
          amor de mí) que la quiero encomendar a la memoria para no
          menester.

          _Len._--Que l'agua se muda presto en sangre.

          _In._--Y como qu'es ello assi; y de ay proceden las
          alteraciones y desmayos, que llaman mal de coraçon. Nunca
          os ha tocado algo d'esto?

          _Len._--No ha auido muger que más presto se alterasse que
          yo; mayormente en mis preñados, que he sido en estremo
          antojadiza.

          _In._--Al fin el entendimiento del hombre se sustenta
          aprendiendo. Compra la buena doctrina, y no la vendas,
          porque no tiene precio. Preguntóme quién me auia dado
          la carta. Dixesselo puntualmente (como me aduertistes)
          y luego medio turuada me mandó salir diziendo: yo
          respondere, que no puedo ahora porque vendrá mi marido.

          _Len._--Y halo hecho?

          _In._--De otras empresas más arduas he yo salido con
          honrra. _Iacta sunt à nobis fundamenta rei._ Veis aqui la
          respuesta.

          _Len._--El Rey le dé, assi como me la da V. m.,

          vna Presidencia, que más de quatro Presidentes ay que no
          saben tantos latines.

          _In._--No perderiades vos nada en ello; pero _Bonae artes
          honore vacant_. Mandóme mi señora que os rogasse que
          consoleis y deis ánimo a aquella persona de su parte,
          diziendola que su merced lo remediará todo muy presto.

          _Len._--Biua mil años tan buena criatura, perfecta y
          noble señora.

          _In._--Yo me voy, que es ya tiempo; si fuere menester
          otra cosa, auisámelo, que n'os faltaré; y el Señor os dé
          salud para que por vuestro medio se hagan muchas obras
          semejantes, que cierto _Hoc tuo facto laudabuntur omnes_.

          (_Entrase Inocencio._)

          _Len._--Nunca él le falta. Sin duda que me deue de
          tener este por la segunda Puta vieja latin sabeis,
          pues me jeringonça la mayor parte de lo que habla. A
          buen seguro que aurá la maestra escrito en esta carta
          mil petrarquerias; porque (segun me ha dicho l'ama que
          la crió) sabe quanto ay en Amadis, que no hay más que
          dezir. Pues el señor Damasio, que ha poco que vino del
          estudio con las botas llenas de latin, responderá a las
          mil marauillas y aurá entr'ellos vn passatiempo del otro
          mundo; y a mí no me faltará contento, pues he de ser
          repagada del entonar estos organos.


                                NOTAS:

           [761] _Lena_ dice equivocadamente en el texto que
          seguimos. La misma errata se halla en el de _El Celoso_.


                               SCENA VI
                        ARIES, RAMIRO, VIGAMON.

          [_Ar._].--Vigamon!

          _Vig._--Señor.

          _Ar._--Qué hora es?

          _Vig._--Las nueue daran, si no han dado.

          _Ar._--Mas pensé que se le auian de oluidar al relox
          en la faltriquera. Veme a llamar a Ramiro presto; dile
          que venga a hablarme, que tengo con él vn negocio de
          importancia[762].

          _Vig._--Iré a su casa o a la plaça?

          _Ar._--Más cierto será hallarle en la tienda; mas por sí
          o por no, vete por la plaça, que podria ser hallarle en
          l'acera de S. Francisco recogiendo nueuas que contar a
          sus descansalenguas. No es el que alli va?

          _Vig._--El mesmo; Ramiro, ¡a Ramiro! no oys? Ramiro,
          esperá con la maldicion.

          _Ram._--Essa te llueua a cuestas; qué gentil criança de
          patan!

          _Ar._--Esperá, hermano Ramiro: parece que no quereis oyr;
          dónde vais tan negociado?

          _Ram._--Ando por mudar de casa, y asi voy depriessa
          a buscar al dueño de vna que me vendrá a proposito, y
          quiero acudir con tiempo, antes que otro me gane por
          la mano, que andan muchos golossos por ella; V. m. me
          perdone si no me detengo.

          _Ar._--Esperá vn poco, por amor de mí. Aueis visto más a
          mi señora Violante?

          _Ram._--Señor, no.

          _Ar._--Ya he tratado con mi yerno de aquel negocio que
          sabeis.

          _Ram._--Sea muy en hora buena. V. m. me dé licencia, que
          no me puedo rascar la cabeça.

          _Ar._--Veamonos.

          _Ram._ (_solo_).--Como me desocupe. Renegá de viejo que
          no adeuina; en effeto, a este se le ha entrado de rondon
          la sensualidad en el cuerpo. Mirá, por amor de mí, qué
          seca llamada: querria él ahora que yo tomasse el pulso al
          gato; mejor le arrastren; no haria semejante vajeza si
          me diesse quanto tiene. Es aquella señora una bendita,
          y quando no lo fuesse, menos lo haria; porque, fuera de
          ser oficio de ruines hombres, está de por medio aquel
          desenuainador de Damasio su hijo, que trae el seso (como
          los cangrejos) en la escarcela; no querria darle ocasion
          para que me matasse y que despues, entendiendo el por
          qué, dixesse toda la ciudad entonces: benditas sean manos
          que tal hizieron. Si quisiere hazerse la barua, labarsela
          he con mil aguas de olores; si sangrarse, hasta que no
          le quede gota en el cuerpo m'emplearé en su seruicio
          de mil amores; pero alcahuete yo, no es cosa. Es lo
          bueno, que quando yo pudiesse ponerlos a braço partido,
          le tendria por la misma castidad; porque quando más vn
          viejo presume hazer del valiente, es para perder antes
          con antes el pellejo. Mas dexado esto aparte, qué cosa
          es ver vn venerable anciano que pone en punto de aguja
          seso, honrra, hazienda y vida a discrecion de vna flaca
          muger? Qué pensamientos le acompañarán, quando despues
          de auer sido marido treinta años, se ve a pique de andar
          su honrra por los cantones, mostrado con el dedo, hecho
          passatiempo y fabula del pueblo, sin poderse librar del
          mercado que se haze en nuestras tiendas? Mas quién no
          mofaria de ver derramar lo que con tanta tenacidad se ha
          escasseado toda la vida, conociendo su impotencia, con
          quien presume que le puede renouar y hazer un Sampson
          (sin copete) a fuerça de sus enuaimientos y filtros
          amorossos, de los quales nos libre Dios, y a estos
          caxquiuanos, tocados de la mesma yerua?


                                NOTAS:

          [762] El diálogo está mal dividido en la edición de
          Milán. Le restituímos conforme al texto de _El Celoso_.


                               SCENA VII
                      CORNELIO, MACIAS, DAMASIO.

          [_Cor._].--Quién pudiesse adeuinar en qué casa aurá
          entrado a sembrar cuernos l'astutissima Lena! deue de
          estar emboscada, pues no la podemos descubrir en tantas
          horas.

          _Mac._--Va en mi poca ventura, para que acabe de
          abrasarme sin ningun remedio.

          _Cor._--No se congoxe V. m., que ella se nos pondra
          presto delante; y quando no se cate, le hará ver la luna
          en el pozo.

          _Mac._--En ventura el cuidado duerme y reposa; mas triste
          d'el que no sabe en quántas braças de agua se halla,
          teniendo l'alma colgada de vn hilo, sin ver dónd'está
          asido. A lo menos, supiessemos de otra que me pudiese
          dar algun remedio, para que mi fantasia, preñada de vano
          desseo, muriesse o abortasse.

          _Cor._--Resistir las pasiones viene de varonil esfuerzo,
          y a los coraçones flacos les falta en las aflicciones
          mayores.

          _Mac._--Dichoso se puede llamar en esta vida el que tiene
          dolor que se puede resistir.

          _Cor._--El enojo mata quien no l'estima. En vna noche
          nasce vn hongo: haga V. m. ánimo de leon, que con ser el
          mio de oueja, me basta para hazer que su fantasia haga
          presto treze hijos varones.

          _Mac._--Está bien; yo veré lo que hazes.

          _Cor._--Verá que soy como la higuera, que da fructo y no
          haze flor.

          _Mac._--Con todo esso, temo no seas antes como la
          lechuza, que tiene mucha pluma y poca carne.

          _Cor._--Esta carne nos destruye.

          _Mac._--Estaria en casa Lena quando dixo aquél que auia
          salido?

          _Cor._--Si vuiera ydo solo algun pobreto como yo, no
          fuera mucho negarla; mas viendo essa presencia de
          emperador (considerando el prouecho), se la quitara de
          los braços para dársela: qu'estos rufianes siempre hazen
          de semejantes viejas mulas de alquiler; y porque no
          se pierda viaje, quando ellas caminan los dexan (como
          tablilla) en casa para entretener con palabras a los que
          vinieren (_Sale Damasio_). Alli veo al señor Damasio, y a
          mi parecer alegre; deue de traernos algo de bueno.

          _Dam._--De dónde vienen los vagabundos?

          _Mac._--De buscar a Lena, que nos trae perdidos.

          _Dam._--No sois buenos podencos.

          _Mac._--Vos, hermano, teneis tanta ventura, que si
          intentassedes bolar saldriades con ello.

          _Dam._--En este punto se acaba de yr, auiendome recreado
          el coraçon con agua de angeles.

          _Mac._--Para vos es el mundo; dadnos alguna buena nueua.

          _Dam._--Y tal como la que y'os traigo. Veis aqui la
          respuesta de mi carta.

          _Mac._--Es posible? Mostrá, por vida de quien la embia;
          dexáme l'er, que me aueis resucitado.

          _Dam._--No se dan semejantes cosas en otras manos.

          _Mac._--A mí, que soy vuestro hermano y secretario, no se
          me ha d'esconder nada.

          _Dam._--Ay pocos renglones.

          _Mac._--Pocos o muchos, l'edlos ya si me quereis bien.

          _Dam._--No puede alargarse, por qu'está con mucho recelo
          de su marido.

          _Mac._--Al fin ha escrito?

          _Dam._--Quatro renglones.

          _Cor._--Mucho se puede dezir en pocos; y si esta vez ha
          tenido tiempo para escriuir quatro, la segunda será de
          ocho, la tercera de diez y seis y la quarta ya de uencida
          (estando más assegurada) será viniendo a los pactos,
          porque deue (a lo que sospecho) de andar bien cerca de
          rendirse.

          _Mac._--Ea, acabemos ya, que y'os prometo que deue de ser
          bonissima, segun la vendeis cara.

          _Dam._--Ahora quitaos los sombreros, hincaos de
          rodillas, y sin pestañear, estad atentos. Donde vas tú,
          desalumbrado? (_Haze que se va Cornelio_).

          _Cor._--Voy por vn par de candelas, para que se lea la
          epistola con todas sus ceremonias.

          _Dam._--Escucha, loco.


                                 CARTA

          No tengo (Esperança mia) ingenio ni tiempo para agradecer
          con palabras dignas el amor que V. m. en su dulcissima
          carta significa tenerme, ni el contento y satisfacion con
          que quedo de mi dichosa suerte, por tenerme est'enemigo
          con tanta tirania y recato, qu'es marauilla auer podido
          tomar la pluma; y assi (desseadissimo bien mio) diré
          cortamente, que l'aficion con que le correspondo es tan
          grande quan pequeña la comodidad para podersela mostrar
          con las obras y breuedad que desseo. A que m'esforçaré
          por todos los medios possibles. Entre tanto, note bien
          alguna persona de confiança lo que saliere cantando mi
          pagezillo: que d'esta manera yré dando auiso de mis
          pensamientos a quien será siempr'el vnico subjecto
          d'ellos; en cuya memoria me encomiendo.

          No te parece, Cornelio, qu'es carta digna de vna
          reuerencial atencion?

          _Cor._--Y avn porque lo sospechaua, y estar más
          deuotamente, queria yo encender candelas a Piedegrulla.

          _Mac._--Ahora conozco ser verdad lo que las mugeres
          dizen: que no es amor el que presto no corresponde, y
          assi el d'esta dama es (sin duda) plusquamperfecto.

          _Dam._--Todas las deudas reciben recompensa de diuersas
          maneras, sino ésta, que no se puede pagar sino con el
          mesmo amor.

          _Cor._--V. m. será pagado alomenos en gentil moneda. Qué
          le parece a V. m., señor Macias? No me concederá ahora
          que quien sabe escriuir esto sabrá tambien ponerlo por
          obra, y contentar a quien teme ahogarse en vn palmo de
          agua?

          _Mac._--No cantemos triunfo antes de la victoria.

          _Dam._--Bien has entendido, Cornelio, el auiso; a ti toca
          ahora estar alerta, para que quando el page saliere de
          casa entiendas bien sin perder vn acento lo que cantare.
          Lleua contigo vn librillo de memoria y alguna niñeria que
          darle, porque te lo diga y dexe escriuir.

          _Cor._--No perderé punto.

          _Dam._--Más contentos podemos yr ahora a saber la
          respuesta que aurá dado vuestro suegro a su suegro.

          _Mac._--Buena o mala, a lo menos vuestro negocio va en
          popa.

          _Dam._--Dezí nuestro, pues es camino infalible para
          llegar a lo que tanto desseais. Fuera melancolia, la
          libertad se nos restituye, y no aurá Historia que haga
          mencion de más dichosos amantes.

          _Cor._--Oxala, y despues a la mañana con cien moros
          peleasse. La priessa que se dan las mugeres al mal.


                              SCENA VIII
                   ARIES, VIGAMON, POLICENA, RAMIRO.

          [_Ar._].--Vigamon, Vigamon, a Villanchon; donde está este
          animalazo?

          _Vig._--Aqui estoy, señor.

          _Ar._--No oyes, porque duermes más que vn liron; no
          tienes verguença?

          _Vig._--Por Dios, señor, poca cuando estoy traspuesto.
          Verguença es andar salteando caminos, mas el dormir no
          daña a otros y aprouecha al que duerme.

          _Ar._--Razon de tu aljaba; basta que te hazes donosso
          entremanos, vente comigo. Llama allí.

          _Vig._--Ta, ta, ta.

          _Pol._--Quién est'ay?

          _Vig._--Quién manda V. m. que diga?

          _Ar._--Pregunta si está en casa Ramiro.

          _Vig._--Está en casa el señor Ramiro?

          _Pol._--Quién le busca?

          _Ar._--Yo le quiero hablar.

          _Pol._--En este punto acaba de salir: no pued'estar vn
          tiro de piedra.

          _Ar._--Corre, dile que l'estoy esperando. No pensé que
          tenia Ramiro hija tan hermosa.

          _Pol._--No lo soy poco para quien bien me quiere.

          _Ar._--Queda sola en casa?

          _Pol._--Más de lo que yo querria. Por qué lo pregunta V.
          m.?

          _Ar._--Por entrar a hablarla de más cerca. Abra, mi alma,
          la puerta.

          _Pol._--Ay gracia como esta? ya no ay viejos en el mundo.
          Espere vn poco, que mi padre le meterá en casa, alli
          viene. (_Apartasse Vigamon_).

          _Ar._--Vengais en buen'hora, amigo Ramiro; estaua
          preguntando a vuestra hija si es comoda esta casa, que me
          parece bueno el puesto.

          _Pol._--Ay embustero como éste? No le crea, padre, que ha
          querido entrar, requebrandome como si fuera de veint'y
          cinco años.

          _Ram._--Calla, picotera, qu'eres vna chorlita sin juizio.

          _Ar._--Queria entrar a esperaros en casa; fuera mal hecho?

          _Ram._--V. m. es señor de quanto yo tengo, y como tal
          puede entrar y salir quando fuere seruido.

          _Pol._--Quién oye a mi padre? y despues l'espanta su
          mesma sombra, y el menor viento que se mueue en casa. Mal
          lograda me coma la tierra si por sólo esso negare de oy
          más la entrada, venga quien quisiere.

          _Ram._--No lo digo por tanto, bachillera; no suba
          yo allá. Ha visto V. m. la colera de la rapaza? es
          pintiparada la madre que la parió; pero tras esso, la
          honestidad del mundo.

          _Ar._--Bien se le parece. Vamonos passeando vn poco, que
          tengo que deziros.

          _Ram._--Puedo seruir en algo a V. m.?

          _Ar._--Ya vos sabeis en qué me podriades hazer amistad, y
          no aueis querido; mas quiero que querais en todo caso.

          _Ram._--Todauia está V. m. en aquel proposito?

          _Ar._--Y no puedo hazer menos. Ya sabeis, Ramiro, quánto
          dessea mi señora Violante contentar a Macias su hijo,
          qu'está perdido de amores por Cassandra, hija de mi
          yerno; y está en mi mano darle la donzella en las suyas,
          o desahuciarle. Y assi tengo por cierto que si la dais a
          entender esto, se resoluerá de fauorecerme como desseo.

          _Ram._--Es posible que Ramiro Coruato aya oido de la boca
          de Caton semejante cosa? No quisiera por quanto tengo
          que vuiera llegado a mi noticia. Aunque creo qu'es por
          prouarme, o no conocer bien a aquella señora.

          _Ar._--Querria conocerla mejor.

          _Ram._--Pues si dexa de saber algo, yo se lo dire a V. m.
          de P a pa: es visnieta de don Aluar, nieta de don Beltran
          e hija de Rodrigo de Cabrera el bueno. De parte de madre,
          es...

          _Ar._--No me sé dar a entender: digo que la querria
          conocer de más cerca.

          _Ram._--Y yo respondo a esso que no soy bueno para tal
          effeto, porque nunca ha auido traidores ni alcahuetes en
          mi linage.

          _Ar._--A fe que os tenia por más amigo.

          _Ram._--No tiene V. m. mayor seruidor para qualquiera
          otra cosa. Dé vn tiento a Cornelio, criado de sus hijos,
          que me parece a proposito para semejantes embaxadas, y
          podria ser que acetasse la empresa; mas por descargo de
          mi conciencia digo que tampoco él no hará nada.

          _Ar._--Ahora bien, paciencia. Con todo esso, quiero yr a
          referirla lo que con Ceruino he tratado.

          _Ram._--Anda V. m. en contratos con ella y busca otros
          medios tan flacos?

          _Ar._--Y avn por esso he menester tercero que nos
          concierte.

          _Ram._--V. m. con su mucha prudencia y auctoridad lo
          podrá guiar todo, de manera que llegue al puerto desseado.

          _Ar._--Pues auiendome fiado de vos, no me quereis dar
          este contento, muera esto aquí. Y mirá bien que no hagais
          lo que suelen los de vuestr'oficio; que son todos orejas
          y lenguas, porque nos pessaria a ambos d'ello.

          _Ram._--Ya V. m. me conoce.

          _Ar._--Vigamon!

          _Vig._--Señor.

          _Ar._--Ve a casa de mi señora Violante de Cabrera, sabe
          si la podré besar las manos.

          (_Solo._) No soñaua el que pintó niño a Cupido, porque
          propriamente el amar es de los moços. Ahora acabo
          d'entender que la prudencia y el amor no pueden estar
          juntos, porque contra este tirano no vale edad, seso ni
          grauedad, pues donde haze pie no dexa su furor, sino con
          el açadon y la pala, cuyo plazer se acaba en vn punto,
          y la verguença acompañada de vn frio arrepentimiento
          dura para siempre. Vanas esperanças, daños más que
          ciertos, cortas alegrias, pessares perpetuos, dulçores
          contrahechos, confitados en penosa amargura; liga donde
          caen los desdichados, cruel y desesperada enfermedad,
          afistolada llaga, eterno daño, passion que enloda al
          moço y anega al viejo, y fin que deuora y consume todo
          bien, con suspiros que importunan lo poco que nos queda
          de tan miserable vida. Conociendo yo esto, he intentado
          hazer comigo como los medicos, que quando pierden la
          esperança de la salud d'el enfermo, estudian solamente
          en dar aliuio a su pena, al mal de dentro y apostema
          escondida, aplicando epithimas y fomentos, con qu'el
          dolor menos le fatigue. Mas es (o gran verguença de mis
          años) echar leña al fuego en que me abraso, pues en
          lugar de diminuir mi penosso cuidado, va por momentos
          creciendo. Pero qué marauilla, pues Socrates, hablando
          de vn subiecto amoroso, dize que estando viendo vn libro
          con vna donzella, espalda con espalda, llegando su
          cabeça a la d'ella, sintió en aquel punto vna puntada en
          vn lado, como picada de araña, que cinco dias despues,
          ormigueando, le llegó al coraçon vna começon continua.
          Mas a mí diré yo auerme mordido el ardiente apetito,
          que, sin sentir, se ha apoderado de mis entrañas, o la
          sangre feminil que sin defensa, con el dulce mouimiento
          de su vista, me assaltó; tirando inuisible sangre, que
          al punto se m'entró, por los ojos, en las venas, y no
          consintiendome tocarla, queriendose boluer por donde
          vino, me haze seguir por fuerça a quien podria sacarme de
          pena. Mas por ser mi sangre tan espessa y fria, no puede
          penetrar por aquellos diuinos ojos a mezclarse con la
          suya, purissima, sutil y dulce: de donde a más no poder
          nasce el desseo que me deseca y consume, de transformarme
          en ella. _Heu patior telis vulnera facta meis._

          (_Vuelve Vigamon_).

          Está en casa?

          _Vig._--Sí, señor, y esperando a V. m.




                             ACTO TERCERO
                             SCENA I[763]

                  CORNELIO, POLICENA, BEZERRICA[764].


          [_Cor._].--Gran contento es seruir a estos mancebilletes
          baruiponientes: porque fuera de que siempre me dan que
          reyr, son afables y de prouecho, pues caen liberalmente
          con lo que tienen. Acuerdaseme ahora (y es verdad) de
          lo que dixo vn cierto poeta o filosofo a un amo mio,
          estando en buena conuersacion, tratando de amores:
          que era de opinion ser el amor vn ramo de profecia;
          porque quando vienen aquellas frenesias o fantasias al
          enamorado, acierta a dezir cosas, que si no lo estuuiesse
          no las alcançaria. Como Macias, mi amo; que teniendo la
          cabeça como quando su madre le parió, quando le toma
          la tirria o le assalta el accidente d'el amor, le oyo
          algunas sentencias que despues de passado creo que no las
          entiende mas que su cauallo. (_Policena a la ventana._)
          Alli veo a mi linda Policena: quierola recrear con
          vn poco de viento de _Laus laudis_, qu'es el que más
          contenta a las moças, que siempre quieren más al que
          mejor las sabe engañar. Será bien hazer como que no la he
          visto.

          _Pol._--A, buena pieça! a, gentilhombre! Dios me perdone
          el testimonio que te leuanto.

          _Cor._--Perdoname tú, amores, a mí, que no te auia
          visto, por vida d'essos ojos, garfios de coraçones.

          _Pol._--Bien creo yo que no me has visto, y aun qu'es
          lo que menos disseas, porque ay otra que te haze yr
          traspuesto, pensando en ella, sin acordarte de mí.

          _Cor._--Cómo podré acordarme de otra, si desd'el punto
          que te vi, mi alma, dexando sus proprios pensamientos,
          colocó en su lugar los de tu persona? la qual no me dexa
          acordar ni aun de la mia, tanto, que aun durmiendo, la
          imaginacion para en ti, como acontecio la noche passada,
          que soñandome contigo y queriendo abraçarte, me hallé
          burlado, y assi creo sin duda que ahora despierto lo soy
          de ti.

          _Pol._--No es tiempo de burlas, embustero. Tos, amor y
          fuego no pueden estar secretos. Piensas que no sé lo que
          passa con Florina, la hija de Mastre Machin el sastre?
          ay, buena pieça, quál eres!

          _Cor._--Quién te ha echado essa pulga en la oreja, mi
          alma? Qué Machin? qué sastre? qué Florina? qué me dizes?

          _Pol._--Tal prouecho te haga como el aceite a las
          sardinas, que si hará, por ser castaña, que de fuera
          engaña, y tú buytre, pues dexando lo bueno te abates a lo
          corruto y hediondo; mas el mal frances me vengará de ti y
          de la señora Coxa.

          _Cor._--Esso tiene más la pieça? Quien no conoce Coxa, de
          Venus no goça.

          _Pol._--Qué dizes entre dientes?

          _Cor._--Acuerdome ahora de qu'estando vn malhechor en
          la escalera, le presentaron vna moza perdida coxa,
          para librarle si se quisiesse casar con ella; y al
          punto que la vio, boluiendose al verdugo, dixo: Hazé
          presto, hermano, vuestro oficio, que renquea. Qué hará
          vn hombre libre como yo? No me buelques el estomago con
          esos merdosos celos, pues podria estar antes la mar sin
          peces que yo sin amarte vn hora; y qualquiera palabra
          que enojada me dizes es un perro rauioso que me arranca
          las entrañas. Los arboles, amores, que tienen profundas
          las raizes, no se pueden trasplantar como quiera. No me
          aparto de ti el espacio de vna vña. Dime, por amor de mí,
          dónde está tu padre?

          _Pol._--Y para qué lo quieres tú saber?

          _Cor._--Para si no ha de boluer tan presto entrarme vn
          rato a desenojarte.

          _Pol._--Quierome reir sin gana. Ha, ha, ha. Entrar o qué?
          No se hizo la gragea para los puercos: ya, ya! antes te
          vea yo hazer cuartos.

          _Cor._--Mejor seria reales, pues soy todo tuyo.

          _Pol._--Ay, cara de salteador de caminos; no sé por qué
          no te tiro algo a essa cabeça de Hurdemalas.

          _Cor._--Perro hambriento, vida, no hace caso d'el palo.
          Quien se quema, se sople. Yo sé que de las injurias que
          me dizes te quedará la pena.

          _Pol._--Tú, traidor, falso enemigo, sabes que las mereces
          peores.

          _Cor._--A fe de hidalgo que no tienes razon, y que te
          hazes agrauio en pensar que ay en esta tierra otra
          ninguna por quien yo diesse vn passo, ni el menor pelo
          que traigo acuestas. Quanto más que no conozco (por los
          annales de Roma) tal hombre, ni muger; y si hallares lo
          contrario, toma esta daga y sacame la lengua con ella.

          _Pol._--Bien lo sabes fingir; mas si primero no atas,
          como dizen, el asno a la puerta, jurando de casarte
          comigo, no te cr'eré si me dixesses el credo, ni
          atrauesarás más estos lumbrales. No, por el siglo de mi
          madre.

          _Cor._--Pues tras qué ando yo? Para luego es tarde: dame
          acá essa mano. Mas escucha, amores, que oyo cantar.

          _Bez._

                   _No desmaye'l amante porque vea
                 Cerrada su esperança en fuerte muro;
                 Sea constante y fiel, que si dessea,
                 Del reciproco amor está seguro,
                 Piense que tanto más dulce'l bien sea
                 Quanto el camino por do viene es duro:
                 Que al ánimo resuelto, impedimento
                 No puede auer que sea de momento._

          _Cor._--Page, a, page!

          _Bez._--Dezis a mí?

          _Cor._--Sí, hermano.

          _Bez._--Hermano? y de quando acá? Deueis de ser de
          aquellos por quien m'embian a mi sin herreruelo a estas
          horas.

          _Cor._--Capeador querrás dezir.

          _Bez._--Maldita otra cosa.

          _Cor._--Dios me guarde; ahora veo que no me conoces.

          _Bez._--Ni vos a mí.

          _Cor._--Mas que sí?

          _Bez._--Mas que no? Quién soy yo?

          _Cor._--Eres el page de la señora muger del señor Ceruino.

          _Bez._--Es verdad; mas yo no cayo en vos; alçá el
          sombrero.

          _Cor._--No puedo, qu'estoy con vn chichon en la frente.

          _Bez._--Pues n'os conozco.

          _Cor._--No? poco dulce se deue de comer en tu casa.

          _Bez._--Poco? No deueis vos tampoco de conocer a mis amas.

          _Cor._--Pues cómo es possible que no se te acuerde
          d'el hijo del confitero flamenco, como entras en la
          Especieria, a mano izquierda.

          _Bez._--Confitero sois?

          _Cor._--Sí, amigo, a tu mandado. Quién te ha enseñado tan
          lindo cantar?

          _Bez._--Lindo, sí, por cierto. Harto mejor es la
          seguidilla que sé yo, mas no quiere mi señor que la cante
          en casa, so pena de media dozena de otra colacion que la
          vuestra, porque dize que es desonesta.

          _Cor._--Y essa, hatela oydo tu amo?

          _Bez._--Yo me guardaré d'esso como de comer soliman; mi
          señora sí, que me la ha enseñado y hecho dezir mil vezes.

          _Cor._--Quieres me la dexar escriuir y te daré vna muy
          linda pelota?

          _Bez._--Venga.

          _Cor._--Ves l'aquí.

          _Bez._--Dadmela.

          _Cor._--Di primero, que te me huirás con ella.

          _Bez._--No haré, por vida de mi madre; tenéme vos de la
          faldilla.

          _Cor._--Toma; di, pues, presto.

          _Bez._--O qué linda pelota, haseme oluidado.

          _Cor._--No querria yo más, para que fuesses a casa en
          cuerpo.

          _Bez._--Tras esso andais: ya os entiendo. Escriuí,
          escriuí a priessa. (_Escriue Cornelio_).

          _Cor._--_No desmaye'l amante porque vea_, etc.

          _Bez._--Dexáme ahora.

          _Cor._--Que me plaze; si nos encontramos otra vez, yo sé
          lo que te daré, y más si vas a mi tienda.

          _Bez._--Tom'os la palabra.

          _Cor._--D'acá la mano. Pues somos ya amigos, bien es que
          nos sepamos los nombres; cómo te llamas?

          _Bez._--Bezerrica, a vuestro seruicio; y vos?

          _Cor._--Yo Manso, a tu mandado; no te detengas, amigo.

          _Bez._--A Dios, Manso.

          _Cor._--A Dios, Bezerrica. Este mochacho y yo vendremos
          presto a hazer vn buey perfecto, porque no le faltan a su
          amo sino los cuernos, que ya me parece se los veo apuntar.

          _Pol._--Agora que tienes la cancion, la harás cantar a la
          puerta de tu Florina.

          _Cor._--Hallado has el musiquero; acaba ya, no seas boba,
          ablandate, que fuego no se mata con fuego.

          _Pol._--Pues para qué la has escrito?

          _Cor._--Para mis amos, que como son músicos, tienen el
          seso con ventanas y quieren auer quanto se canta, y assi
          me embian a media noche a caça de sonetos.

          _Pol._--Dime lo que has escrito.

          _Cor._--Cantando?

          _Pol._--No, porque no l'oyan los vezinos.

          _Cor._  El que os viesse y no cegasse
                Ciego, señora, seria;
                Quien perdido no quedasse
                Más perdido quedaria.
                  Para poder escapar
                De cegar o se perder,
                Es el remedio n'os ver
                O no saberos mirar.
                  Mas quien assi se librasse
                Presso afligido seria:
                Y si os viesse y no cegasse
                Mal, Policena, veria.

          _Pol._--Tú me das la raposa por marta y me hazes cr'er
          quanto quieres.

          _Cor._--Pues por qué no cr'es quanto te quiero?

          _Pol._--Essas son otras quinientas.

          _Cor._--Oye, amores, por vida mia, mas yo boluere a la
          hora que suelo, si gustas d'ello.

          _Pol._--Si gusto? En condicion me lo pones? Hazme rauiar
          esperandote, como sueles.

          _Cor._--Ya sabes que no soy mio.

          _Pol._--Pues cúyo eres?

          _Cor._--De mis amos y tuyo.

          _Pol._--Mio?

          _Cor._--Assi fuesses mia, que no puedo llamar assi vn
          cuerpo priuado de aficion.

          _Pol._--Troquemos.

          _Cor._--Esso no, mi alma; besote las manos. (_Solo_).
          Mirá hasta dónde encaxa los celos el demonio. Como si
          no tuviesse que hazer con los casados. Lo que remedia y
          daña una copla a tiempo! Cosa estraña es lo que me quiere
          esta moça; mas tal burla la hago, por vida d'el Marques
          de la Cornia, que no la trocasse por la más repicada de
          la ciudad. Es cosa de burla, sino andarse el hombre tras
          estas ouejitas de prima tonsura. Más estimo aquel cuello
          que me dio el otro dia, que quanto mis gallipauos esperan
          de sus emparedadas. Andense ellos a coplas, que yo me
          estare entretanto las manos en la cinta. Quierolos lleuar
          esta profecia y allá se auengan.


                                NOTAS:

          [763] Falta esta indicación en el original, como falta en
          la escena primera de todos los actos.

          [764] En el original, _Bezericca_.


                               SCENA II
                  LENA, VIOLANTE, DAMASIO, CORNELIO.

          (_Len._].--No veo persona en esta calle. El señor
          Damasio me dixo que me dexasse ver, que me queria dar
          vn regalo para mi enamorado. El diablo le ha dicho que
          le tengo. Al fin, no hay cosa secreta, por más que la
          persona mire por su honrra; a fe que tengo de abrir los
          ojos de aqui adelante, que por menos se suelen perder
          buenos casamientos. Sin duda lo aurá sacado el casquiuano
          por discrecion, entendiendo que aunque se le corta la
          cola al perro, siempre queda perro: que de otra manera
          seria imposible saberlo él ni nadie, porque no entra en
          mi casa sino secretamente (a medio dia) quando no parece
          persona biua, por euitar el escandalo de la vezindad. A
          lo menos, si no soy casta, tengo esto bueno, que de cauta
          me he preciado siempre, porque'l mal es siempre mal,
          mas peor quando con mal exemplo se comete. Si todas se
          gouernasaen con el recato que yo, no andarian hoy tantas
          honrras por los tableros. Piense lo que se le antojare,
          que tampoco él anda ahora para hazerse hermitaño: que yo
          no me emendaré mientras pudiere comer mi pan con corteza,
          y aun despues veremos. Echá la natural inclinacion a
          palos, que no por esso dexará de boluer. No sé con
          todo esto si l'espere aqui o si llegue a su casa. Si
          le aguardo, podrá ser que como moço descuidado se esté
          entreteniendo en otra parte, y que me dexe plantada hasta
          la noche'scura, y no puedo perder tiempo teniendo tantos
          negociantes, que me esperan como agua de Mayo; aunque las
          más vezes soy la de San Iuan, que quita el vino y no da
          pan. Si voy a su casa podrá la madre preguntarme lo que
          quiero, y no sabiendo qué responder, sin duda m'embiará
          jabonada. Pues no es nada soberuia la señora: dízenme que
          quando la pica la mosca no ay quien pueda esperar sus
          reziuras. Pero cómo soy necia ahora, estando más llena de
          cautelas que un hueuo de clara y yema? No sabré darla el
          pan por hogaza? No, que soy vna boba! Ea, pues, cabeça
          mia, Dios te me guarde de pan de ventana; hela aqui a
          las mil marauillas; al fin no se hizo la silla para el
          asno. En aquella casa ay tres que me conocen: Cornelio
          y sus amos; será desgracia si en llamando no responde
          alguno d'ellos; si fuere otra persona, o la mesma madre,
          diré que traigo a vender alguna cosa, la primera que me
          viniere a la boca; está que no ay más que pedir; con buen
          pie vamos. Ta, ta, ta.

          _Violante_ (_dentro de la ventana_).--Perdoneos Dios,
          amiga, esse llamar tan rezio; que toda me aueis turbado.

          _Len._--Ay, qué ligera de sangre es la señora!

          _Vio._--Qu'es lo que buscais?

          _Len._--Ayudame, lengua, si no, mira que te corto.
          Cuitada de mí, no deue ser ésta la casa que busco. El
          otro dia me encomendó vna señora que la traxesse vn
          poco de estoraque y benfuy para hazer vnas pastillas, y
          no acordandome de la casa, lo pregunté a tiento a vna
          muger que acertó a passar por aqui y me encaminó a ésta,
          diziendo que sin duda seria V. m., porque (dixo) es la
          más curiossa señora de la ciudad. Qué lamedor!

          _Vio._--Ay, amarga de mí, cómo s'engañó en todo; ya passó
          esse tiempo; mas aunque no soy la que buscais, yo tomaré
          vn poco si es bueno.

          _Len._--Es bonissimo quanto puede ser. El diablo me traxo
          a la memoria esta mercancia.

          _Vio._--Subí arriba, hermana, o esperáme ay.

          _Len._--Esperete vn toro. No lo traigo, aqui.

          _Vio._--Pues si no lo traeis con vos, para qué llamais?

          _Len._--Para saber la casa, auisar que lo tengo ya
          y boluer por ello a la mia. Tan gran pecado ha sido?
          perdoneme V. m.

          _Vio._--Andá en buen hora, que no deue de ser esso lo que
          buscais.

          _Len._--No ha sido malo el encuentro y desecha para de
          valde; qué haré ahora? Dar de la sarten en las brassas.

          _Cor._--Allá va la bienhadada.

          _Dam._--Es ella?

          _Cor._--La mesma. Daranos ahora sin duda tres ouejas
          negras por vna blanca; ya nos ha visto.

          _Dam._--Dexame con ella. Loada sea la hora en que aueis
          parecido a cabo de aueros buscado tres horas. Más teneis
          que hazer que pastelero en Carnestoliendas; bien se deue
          correr el oficio.

          _Len._--Tan bien, qu'estoy por llamarle (sino por lo que
          por seruir a V. m. traigo entre manos) peor que mecanico.
          Pobre de mí, que para poderme sustentar y mantener en la
          gracia de los que bien me hazen he de cumplir con todos
          y ser como el Sol, que assi alumbra a los buenos como a
          los malos; aunque deuen de pensar algunos (no lo digo por
          quien tanto se acuerda como V. m. de hazermela) que biuo
          como camaleon.

          _Dam._--Huelgo de no entrar en essa quenta.

          _Cor._--No? La primera partida de su Manual.

          _Len._--Aun hasta ahora no puedo dezir de qué color es la
          ingratitud.

          _Cor._--Ha hecho como el tirador de arco, que para llegar
          al punto va tomando la mira gran espacio sobr'el blanco;
          y ahora vende la salsa.

          _Dam._--Quereis yr a hazer lo que os dixe!

          _Len._--A V. m. toca mandar y a mí obedecer.

          _Dam._--Tomá este par d'escudos, y si bolueis con algo de
          bueno, yo sé lo que haré.

          _Cor._--No digo yo que nunca cantó en vano? Y con todo
          esso, haze siempre como la gata, que sin quitar los ojos
          de las manos come y gruñe.

          _Len._--Bastame la gracia de tan buen cauallero.

          _Cor._--Es a punto el medico, que diziendo no es menester
          hazer esso comigo, abre la mano y aprieta más que vna
          tenaza; pero tienen ambos esto de bueno (como el lobo):
          que nunca toman por quenta.

          _Dam._--Esta carta y anillos aueis de dar al Bachiller,
          diziendole lo que más al proposito os pareciere, para que
          llegue a buen puerto.

          _Len._--Pierda V. m. cuidado.

          _Dam._--Todo lo remito a vuestra discrecion.

          _Len._--Beso las manos á V. m.

          _Dam._--Con bien boluais.

          _Len._--Quedá en buen hora, Cornelio hijo.

          (_Vasse Damasio_).

          _Cor._--Lena madre, todos los cuclillos os acompañen;
          como ayais concluido este negocio, haremos los dos otro
          aparte.

          _Len._--Ay, loco, loco; ya no me quiere ninguno, sino
          para lo que traigo entre manos; pues siempre me dexan a
          la luna, como tablilla de meson. Mas con todo esso, ya
          hablaremos más largo y tendido; que aunque se acabó el
          vino, el barril es el mesmo.

          _Cor._--Creolo, porque la zorra muere en su pelleja si no
          la desuellan.

          _Len._--Pulla es essa; basta. Lo demás para otra vez; a
          Dios mi... no lo quiero dezir.

          (_Vasse Lena_).

          _Cor._--Pues direlo yo: fa, sol, la mayor puta vieja
          que ha estudiado en Valladolid. Burlaos y vereis lo que
          passa; tenderse quiere la niña. Con todo esso, he de
          procurar pescarla algunos realejos, contentandola, quando
          más no pueda, a ojos cerrados; acabando de comer mi pan
          con la salsa de más agradable imaginacion.

          (_Buelue Damasio_).

          _Dam._--Quán de assiento lo tomas.

          _Cor._--Tambien, señor, ando yo casi enamorado, y quiero
          tenerla contenta; qu'es aparejadissima para sacarla
          quanto alcança.

          _Dam._--La razon?

          _Cor._--Porque como estas calloncas tienen la carne tan
          mal acostumbrada, dan liberalmente lo que les queda al
          que tiene paciencia para ensillarlas.

          _Dam._--Sacaráte el vientre de mal año.

          _Cor._--Por qué piensa V. m. que se dixo: Bueno está
          Chillon, si la vieja le dura?

          _Dam._--Por lo que guarda su quiñon la vieja madura; y
          assi vendrá a salir tu desiño el sueño del perro.

          _Cor._--Todo será auenturar dos ydas y venidas; y quando
          la suerte salga en blanco, a lo menos no tendremos que
          reñir sobr'el partir de la cadenilla, porque la damos a
          comer por onças, y assi quedaremos amigos como de antes.

          _Dam._--Gran hablador eres.

          _Cor._--Lo qu'escuecen las verdades!

          _Dam._--A la fé, sospecho que deues de ser a la parte.

          _Cor._--Nunca me passó por pensamiento, porque ya murió
          Calisto, y nuestra Melibea se da tanta priessa a sacarnos
          de pena, que la mercancia vendrá a salir poco más que de
          balde.

          _Dam._--Poco precio te parece el coraçon con que la he
          dado?

          _Cor._--Es de los que se pesan en las carnecerias de
          amor, que se hallan a cada passo.

          _Dam._--No es para ti esta materia; puedo cantar con
          verdad:

              _Quisiera yo tener diez coraçones,
              Y que lleuara vno en cada dedo._

          _Cor._--Y porque no tenemos más de vno le conseruamos
          quanto podemos.

          _Dam._--Ya v'es lo que dize la estanza.

          _Cor._--Veolo, pero como soy tan grosero, no lo entiendo.

          _Dam._--Buen principio es para salir de tu necedad
          el conocerte. Dice que no desconfie por verla tan
          encerrada: que sea constante en la començada empresa:
          fiel, entiendesse secreto, qu'es la mejor parte en vn
          enamorado y que más satisface a las damas. Assegurame del
          reciproco amor; y poniendome delante que las victorias
          más trabajadas hazen el triunfo mayor, concluye con esta
          verdadera sentencia: qu'el amor rompe y allana todas las
          dificultades a quien con pecho valerosso se resuelue para
          llegar al fin que pretende. Qué te parece?

          _Cor._--Que lo ha V. m. interpretado muy a su proposito;
          pero quisiera yo que todo esso lo dixera la copla.

          _Dam._--Mucho más da a entender, que para ti seria
          algarauia.

          _Cor._--Pues qué concluye?

          _Dam._--En que está determinada de poner en execucion lo
          que la pide el desseo.

          _Cor._--Quando?

          _Dam._--Más tarde que yo querria. Esso estudiará ahora, y
          sin pensar nos lo cantará el ruiseñor.

          _Cor._--Cómo gusta la fortuna de casos tales! y para
          hazer bien no se hallará agua en Tajo[765]. Bien ha hecho
          V. m. en no dezir nada d'el cantar a esta buena muger.

          _Dam._--De semejantes no se ha de fiar sino lo forçoso,
          y esso con gran escaseza y recato. Vamonos a casa a
          consolar a Macias con esta buena nueua, que no la creerá
          segun es el viento fauorable.

          _Cor._--Yo tengo que hazer en la plaça; mandame V. m.
          algo?

          _Dam._--Que no te descuides de acudir al pagezillo, que
          ya v'es lo que nos importa.

          _Cor._--No perderé punto.


                                NOTAS:

          [765] _Agua en el Danubio_ dice _El Celoso_.


                               SCENA III
                          CORNELIO, VIGAMON.

          [_Cor._]  _Si vna es buena, es por ventura,
                 Y si mala, de natura._

          En dos palabras ha dicho la señora quanto es menester,
          más claro qu'el sol; y yo hago del aturdido, por dexar
          saborear y dar más que deuanear a mi amo. Allí veo a
          Vigamon, mi amigo viejo; quiero desentrañarle, para tomar
          vn rato de plazer.

          _Vig._--Vienes más a punto que la gracia a vn condenado
          quando está en la escalera, porque yua derecho a buscarte.

          _Cor._--Ya era tiempo de que nos viessemos; ay algo en
          que te pueda ser de prouecho?

          _Vig._--Mi amo me embia a llamarte.

          _Cor._--El señor don Galcerán a mí?

          _Vig._--Quánto ha que mudé dueño!

          _Cor._--Pues con quién estás ahora?

          _Vig._--Con el señor Aries de... par Dios, no sé de dónde.

          _Cor._--Es vn cauallero padre de vna señora que se casó
          poco ha con un Ceruino de tal, que biue a las Tenerias?

          [_Vig._].--[766]El mesmo.

          _Cor._--Pues de dónde me conoce él a mí?

          _Vig._--No te lo sé dezir.

          _Cor._--Mira no le ayas entendido mal.

          _Vig._--No eres tú Cornelio, criado de aquella señora
          viuda hermosa, que tiene dos hijos y vna hija?

          _Cor._--Qué me podrá querer?

          _Vig._--Menos lo sé: él te lo dirá; de qué te congoxas?

          _Cor._--Sabes qué cosa es ser llamado sin pensar vn
          pobre moço de personas tales? Haze reboluer en vn punto
          quanto el hombre ha hecho y pensado en toda su vida: la
          verguença me empacha y haze dezir esto; pero con todo
          esso, vamos. Como lo passas, Vigamon hermano? estáis bien
          acomodado?

          _Vig._--Casi bien, como vela a medio arbol.

          _Cor._--Quánto hazes de daño?

          _Vig._--Doze grullejas pagadas, que no ay más que pedir.

          _Cor._--La cama?

          _Vig._--De la fabrica de vnas parrillas, no la trocaria
          por la del guardian del Abroxo; mas no sé qué tiene,
          que aun durmiendo me bambaneo, sin poder hallar remedio
          (aunque he prouado ciento) para hazerla estar queda.

          _Cor._--Será sin duda algun duende.

          _Vig._--Oxalá, si fuesse como el de la otra, que se
          quexaua que vno no la dexaua repossar de noche, con
          que tenia amedrentada a su madre; hasta que se vino a
          descubrir que secretamente metia en casa vn familiar
          encarnado, que hazia sobr'ella la pessadilla.

          _Cor._--Ha, ha. No, ay[767] en casa alguna dueña que
          quiera hazer contigo de la duenda?

          _Vig._--Si esso tuuiera, medio mal, mas no ay sino vna
          viejeçuela, trasparente como lanterna, que gouierna la
          casa.

          _Cor._--Es tan sin dientes que no se la puedan sacar vn
          par de muelas?

          _Vig._[768].--No ay vieja para esse menester; mas llegate
          a herrarla: es vn Barrabas con tocas; no ha nascido
          (segun lo que muestra en el sacudimiento y aspereça) mula
          más mala d'ensillar.

          _Cor._--Aurá sido coxquillosa en su jouentud: mas si
          yo la dixesse al oydo vnas palabras que m'enseñó vn
          albeitar, verias marauillas.

          _Vig._--Como d'essas sé yo; pero tal qué aprouecha? no
          queda por esso.

          _Cor._--De manera que ya l'has tentado las coraças?

          _Vig._--Vna vez sola, que haziendo del cortés, la
          pregunté como estaua, y al punto muy escandalizada se lo
          fue a dezir a mi amo, añadiendo que la auia tocado el
          deuantal; y él (que es más seuero que Socrates) diziendo:
          Dura cosa es, hermano, andar a discrecion de un garrote,
          me puso perpetuo silencio. Y assi passo vna vida tan
          colerica y melancolica, que (de puro ahondar horizontes)
          temo al cabo de venir a dar en poeta; porque me siruo
          demassiadamente de la cabeça. De manera, hermano, que
          soy medio biuo, sin más conuersacion que la de un negro
          boçal que cura el cauallo; con quien passo mis ratos,
          hartandonos ambos de zinguerrear en vna guitarra más
          destemplada que discante de ramera.

          _Cor._--Vamos a la gula.

          _Vig._--Esso no falta quien me mantenga flaco, con poco
          gasto, fabricando siempre en seco, tanto que a cada
          bocado me veo en passamiento.

          _Cor._--Quién compra?

          _Vig._--Yo, por mi más negra ventura que la pez.

          _Cor._--No sabes la cuenta del siete y tres son treze? Ya
          m'entiendes!

          _Vig._--Demassiado, pero todo lo que se come es casi de
          su cosecha, y andan tan d'espacio los banquetes, que se
          puede hazer poca hazienda.

          _Cor._--Arrima la nauaja y rapa donde pudieres: no ues
          quánto han encarecido las cosas, que todas han crecido
          sino nuestros salarios, que no bastan para çapatos? No
          tienes algunos percances?

          _Vig._--Qué cosa buena puede auer en casa donde no se
          juega? Assi me tengo por casi enterrado.

          _Cor._--Tú qu'eres amigo de plazer, auias de estar
          con mis amos (dos puros locos de atar), que siempre me
          traen de acá para allá, haziendo el amor, dando músicas,
          en seraos, en comedias, en banquetes y en otros mil
          passatiempos. No ha Dios amanecido quando assidos de mí
          comiençan a luchar comigo, arrastrandome por aquellos
          suelos y haziendome pedaços quanto traigo acuestas.

          _Vig._--No me parece essa buena conuersacion.

          _Cor._--Qué importa, si quanto traigo es suyo y quanto
          ellos mio. El vno, toma tal jubon, y el otro, ponte
          aquellos calçones: vengan los torreznos, la fruta, el
          beuer fresco, y todo con vnas entrañas, que me tendrian
          los que no nos conociessen por su hermano mayor.

          _Vig._--No son esos caualleros como los malauenturados
          que dizen que para ser bien seruidos conuiene tener los
          criados pobres.

          _Cor._--Tras essa hoja hay otra: que no siruamos tanto
          que de puro obligados los amos no sepan con qué pagarnos;
          y assi he visto criados que lo pueden ser del Rey,
          enuejecidos y rotos, esperando los montes de oro, que
          nunca corren, con que los entretienen.

          _Vig._--Dexariame yo echar vn birote de semejantes amos
          como los que tú tienes. Llegate a ciertos confessos
          reuestidos con quatro reales que les dexaron sus padres
          (ganados como Dios sabe), que les parece matar a sus
          madres si dexan al pobre moço vn momento en reposso,
          como si los vuiesse comprado por esclavos; no lo puedo
          lleuar en paciencia. O si (como lo he desseado mil
          vezes) me tocasse por suerte vna[769], ser amo de alguno
          d'estos pelones, verias cómo me seruia d'él, haziendole
          correr, trotar, saltar, sudar y trabajar tanto, que
          no le parasse mosca encima; cada dia (por ahorrar el
          salario) leuantaria cosas nunca soñadas para descontar
          del salario, y por quitame aquella paja: hermano, otro
          poco a otro cabo. Mas es el diablo que para esto es
          menester argent, y yo no lo puedo esperar en los años de
          Matusalem: porque no ay en todo el Mapamundi tanta tierra
          como ocupa vn'hormiga que sea mia. Al fin no viene a ser
          puerro sino el que se trasplanta. Auria lugar para otro
          criado en casa d'essos señores?

          _Cor._--Es su madre tan auarienta, que antes mira a
          despedir que a recebir de nueuo.

          _Vig._--Buena ventura fué la tuya en topar con tales
          amos: daria quanto tengo por seruirlos.

          _Cor._--Con quántos ducaditos caerias si yo te metiesse
          en mi lugar? que desseo ya assentar y dexarme de tantas
          mocedades.

          _Vig._--Para esso mi amo.

          _Cor._--Pues troquemos.

          _Vig._--Oxalá, mas cómo?

          _Cor._--Concertemonos, que despues yo lo encaminaré.

          _Vig._--Burlaste o dizeslo de veras?

          _Cor._--Respondeme al quánto y dexame el cargo.

          _Vig._--No me hallo con más de quatro, y el mes que va
          corriendo (aunque no tanto que no me parezca vn año);
          darete los tres, que lo demás es para cambalachar unos
          calçones con éstos que andan por dexarme.

          _Cor._--O, esso es poco, porque te valdran más de cinco
          al mes los prouechos: mas por lo que te quiero me
          contento con quatro.

          _Vig._--Sea[770] assi.

          _Cor._--Dexame concluir vn negoçuelo en que ando, que
          será presto; yo te auisaré, y entonces haremos d'esta
          manera. Yo me despediré (resuelto) de mis amos en buena
          paz, fingiendo alguna ocasion, y les diré que en mi lugar
          les quiero dexar vn criado a toda broça, tal como bueno,
          que serás tú; y sin duda holgarán d'ello; y al mesmo
          tiempo harás otro tanto con tu amo, diziendole que soy un
          moço diligente, virtuoso, que nunca dexó el rosario de la
          mano, y tan amigo de quietud, que pienso meterme fraile.

          _Vig._--No anda él tras otro, doylo por hecho; quándo
          quieres el dinero?

          _Cor._--Esso, amigo, quanto antes será lo mejor, porque
          no nos podamos arrepentir.

          _Vig._--Veslo aqui, toca la mano.

          _Cor._--_Fiat._

          _Vig._--No nos detengamos, que t'espera mi amo con más
          desseo que las coles de Agosto l'agua. Voy a dezirle que
          estás aquí.

          _Cor._--En buen hora. No ha sido mala esta iornada;
          tendre con qué prouar la mano. Sy ganare, boluerselos he,
          y si no, trampear y a ello.

          _Vig._--Subí arriba.


                                NOTAS:

          [766] Suplimos aquí el nombre de _Vigamon_, que falta en
          los dos textos de _La Lena_ y de _El Celoso_.

          [767] Falta este nombre en _La Lena_, pero no en _El
          Celoso_.

          [768] En el original, indudablemente por errata, _Ha, ha,
          no. Ay_...

          [769] Asi en el original, quizás errata, en lugar de
          _mía_.

          [770] El impresor lo estampó en italiano: _Sia_.


                              SCENA IIII
                            INOCENCIO, LENA

          [_In._].--_Omnes in omnem culpam prolabuntur._ Gran
          peccado comete mi señor (de que ha de dar estrecha
          quenta) en tener tan encerrada y descontenta a vna mujer
          exemplo de virtud como la suya: tengo por cierto que, si
          por él no fuesse, no dexaria pobre desconsolado y que
          daria quanto tiene a quien se lo pidiesse, ocupándose
          siempre en hazer caridad. Mirá qué bondad de señora: ha
          entendido el desastre de la prima, con que otra se vuiera
          escandalizado y dicho que si ha hecho mal con su pan se
          lo coma, y en hallandose sola (con vna angustia grande)
          da cien suspiros de pena, por no poderla ver y ayudar
          como querria. Pues con qué gracia me rogó que vaya a dar
          un recado de su parte a aquella buena muger con estos
          tres ducados, por el menoscabo de su ropa, con que voy a
          cousolarla contentissimo, porque quien esto la embia no
          dexará de socorrerla adelante. Pareceme la que allí está;
          sí, ella es. El señor os tenga de su mano, hermana Lena;
          pensauades que n'os auia de venir a ver algun dia?

          _Len._--Y por qué auia yo de cometer tan gran pecado,
          pensando tal cosa de quien tiene por oficio las obras de
          misericordia, y principalmente la mayor de todas, que es
          consolar los tristes? Assi se alegre comigo quien mal me
          quiere, como yo con su gentil presencia; sin duda que mi
          ventura le ha traido aqui, porque en este punto pensaua
          yr a buscarle para lo que oyrá. Mas antes quiero saber a
          qué ha sido la buena venida; porque desseo mucho que me
          emplee en su seruicio.

          _In._--Cierto que deueis essa voluntad a l'aficion que
          yo os tengo. _Mutuo amamus inter nos._ Mi señora está
          tan afligida por la desgracia de aquella señora, que
          desde aquel punto que la di su carta anda como fuera de
          sí; fantasseando tan trocada, que me trae lastimado; y
          assi me embia a saber cómo está la buena donzella, y a
          rogaros que la vais luego a visitar de su parte, y digais
          que tenga ánimo, porque con mucho calor va tratando de
          remediar su pena; y tambien os da estos tres ducados por
          la que tomais en ser medianera entr'ellas, y dize que la
          disculpeis de no la escriuir, que no lo haze por euitar
          sospechas.

          _Len._--Bendita sea tal señora; al fin donde está la
          nobleza ay largueza; en más tengo esta memoria de su mano
          que vn tesoro de otra. Ay, hijo mio, quánto se consoló
          aquella criatura con la carta que la lleué: no pareció
          sino que via el cielo abierto. Dixome que fuesse otro dia
          a verla, como lo hize ayer; recibiome con mil caricias,
          besandome estas pecadoras manos; y despues de mil
          demandas y respuestas, me dió esta carta, con estos dos
          anillos, para la señora Marcia, con los cuales dize que
          su merced s'enternecerá; porque son los que la embió con
          el padre quando vino a sus bodas. Por caridad, que V. m.
          se los dé, encareciendola mucho la memoria que ha tenido
          d'esta su deuota y humilde criada.

          _In._--Yo lo haré muy de veras.

          _Len._--Si tiene, mi alma, algunas camisas que adereçar,
          mire que me las traiga, si no quiere que m'enoje.

          _In._--_Istam tuam voluntatem semper in ore, animoque
          habeo._ El Señor quede con vos.

          _Len._--El vaya contigo, que te sobra la bondad, como la
          cresta al gallo.


                                SCENA V
                       DAMASIO, CORNELIO, LENA.

          [_Dam._].--No se me cuece el pan por saber lo que ha
          hecho Lena de la carta y anillos, y el modo que aurá
          tenido: quieres, Cornelio, que nos vamos passeando hazia
          su casa?

          _Cor._--Si V. m. lo dessea mucho, yo muero por ello; y
          me parece cada hora más estrecha y larga qu'el mal año:
          aunque estoy casi cierto de que aurá hallado camino
          aproposito; porque no son tres asses peores qu'ella, ni
          tiene el Infierno más astuto demonio.

          _Dam._--Su oficio lo requiere. Llama, que aquí t'espero.

          _Cor._--Llegue V. m. comigo (pecador de mí), por si acaso
          está allí su rufian.

          _Dam._--Ya te entiendo; perro couarde no quiere ver lobo.
          Pareces de los soldados de Trencha, qu'eran treinta y
          seis a arrancar vn nabo.

          _Cor._--Mucho me pessa de oyr essas palabras; mal conoce
          V. m. al segundo Fierabras. Digolo porque nos la negará,
          no viendo persona de respecto.

          _Dam._--No es mala desecha.

          _Cor._--El diablo me ha metido entre el martillo y la
          vigornia.

          _Dam._--Miedo ha Payo, que reza; no lo digo yo? qué estás
          murmurando?

          _Cor._--Qu'estoi por dar al vellacon, en abriendo la
          puerta, vna cuchillada que le derribe ambas orejas,
          aunque sea otro Orlando.

          _Dam._--Alomenos, burlando. Quien leon mata en ausencia,
          del topo teme en presencia. No más, Fierabras; yo te
          marco por vn dezeno de la cama; aunque sospecho que
          tomaras tú ahora vnas paredes por Iaco, porque todo Milan
          no armaria tu miedo.

          _Cor._--Ya esso passa de burla; no haga V. m. que se me
          suelte alguna mala palabra.

          _Dam._--Antes creo que se te ha soltado otra cosa peor;
          no m'espantaria, porque perro escaldado despues tiene
          miedo del agua fria.

          _Cor._--A fe de pobre moço que si no fuesse por cierto
          respecto que yo me sé... basta; mejor es callar. Sepa
          V. m. que hast'ahora nadie me ha quebrado nueces sobre
          la cabeça. Bien dizen que la familiaridad d'el señor es
          capirote de loco para el criado.

          _Dam._--La rana haze del leon.

          _Cor._--Dexemonos de motecicos y chufetas, que por menos
          qu'esso he visto yo venir a buenas cuchilladas. Llamaré o
          no?

          _Dam._--Pues a qué venimos? de qué hablamos? Animo, ves
          me aqui para morir a tu lado; aunque como te muestras tan
          fiero, temo no hagas, en el furor de la colera, de la
          ballesta gallega, que tira a enemigos y a'migos.

          _Cor._--Ta, ta, ta.

          _Len._--Quien llama tan rezio, algo nos trae.

          _Cor._--Con qué nos recibe la maldita!

          _Len._--Señor mio, es possible que los caualleros se
          humanan tanto? Qué buena ventura ha traido este bien a mi
          pobre cabaña?

          _Dam._--La mia, si hallo lo que me he prometido siempre
          de vuestra discrecion y diligencia.

          _Len._--No puede faltar a persona dotada de tantas
          gracias. Mire V. m. lo que passa. Estando tomando el
          manto para ir a dar aquel recado, entró por mi puerta
          el buen Bachiller (que está uestido y calçado con todas
          sus letras en el Limbo) con tres ducados que me embio
          la reina de las mugeres, mandandome que fuesse luego de
          su parte a consolar, a V. m. y a assegurarle de que'n
          breue concluira el negocio muy a su gusto; con otras mil
          palabras buenas, y ceremonias de nunca acabar. Iurandome
          el cuitado que desde'l punto que leyó la carta no parece
          más la que antes era. Y como que lo creo yo, que quando,
          por mis pecados, nauegaua por los acidentes de amor, no
          repossaua hasta dar fondo. Tengase lo demas por dicho, y
          pues que está ya hecho el pico al tordo, aparejem'esas
          manos.

          _Cor._--Cómo s'encaxa la puta vieja!

          _Len._--Ay, ojos encantadores, qué tiempo se os va
          llegando! cómo se le cae al osso la pera madura en la
          boca! ya m'entiende.

          _Cor._--Harto claro lo pide: pero mi Durandarte haze
          orejas de mercader y buelue se a su negocio.

          _Dam._--Haos dado alguna carta?

          _Len._--No, señor.

          _Dam._--Qué recado distes a la mia y anillos?

          _Len._--El mejor del mundo, a mi parecer. Diziendole que
          su prima se los embia, fingiendo ser vnos que la señora
          Marcia la embió con el tio quando boluio de sus bodas.

          _Dam._--Bueno, a fe de quien soy: no ay más que hazer
          sino esperar lo que Dios hará.

          _Cor._--Ha, ha, ha.

          _Dam._--De qué te ries, insensato?

          _Cor._[771].--Riome de que quiere V. m. esperar de Dios
          lo que suele hazer el diablo.

          _Dam._--Tienes razon: por necio que vno sea acierta a
          dezir algo bueno; ya podras ser mi predicador y hazerme
          dar con los amores en vn conuento.

          _Len._--Lo que más ahora hemos menester son las bragas
          de vn motilon, que quitan los malos desseos como con la
          mano.

          _Cor._--No lo digo por tanto, yo enmudecere por quinze
          dias.

          _Dam._--Acaba ya, majadero, que no son los donaires para
          todos tiempos.

          _Cor._--Antes en este que esperamos de tanta alegria y
          consuelo, no ha de auer otra cosa.

          _Dam._--Está bien. Amiga Lena, comete al sabio y dexale
          hazer; en vuestras manos me he puesto, dadme buena quenta
          de mí.

          _Len._--Biua V. m., que todo se hará bien.

          _Cor._--O mal; otro nudico a la bolsa.


                                NOTAS:

          [771] _Damasio_ dice el original de _La Lena_,
          erradamente. El mismo yerro se encuentra en _El Celoso_.


                               SCENA VI
                 MACIAS, CORNELIO, BEZERRICA, DAMASIO.

          [_Mac._].--Ea, Cornelio, aunque creo que estás cansado,
          por auer ydo a cien partes, vamos, que quando el amo
          tiene trabajo no deue repossar el buen criado.

          _Cor._--Por mí, vamos donde y quando V. m. mandare.

          _Mac._--Es burla lo que leia anoche mi hermano en aquel
          libro? pues dize que l'alma del amor es la esperança, y
          que en faltandole muere, como la criatura careciendo de
          leche.

          _Cor._--Quien lo escriuio deuia de hablar por
          esperiencia. Porque viene a proposito, dire a V. m. vna
          estanza que cierto cauallero muy sabio embió a vn amo
          mio (y por contentarme la tomé de coro) que conforma con
          lo que dize el libro. Notela V. m., que vale más quel
          Cancionero General.

          _Mac._--No querria que fuesse de las que sueles cantar.

          _Cor._--Esta es contemplatiua.

                  _Nasce de ociosidá el Ciego Flechero,
                Que biue alimentado d'esperança:
                Quien le da leche es el desseo primero
                Y vanos pensamientos la criança;
                Ser y vigor (si bien no verdadero),
                El contento (qu'está siempre en balança),
                Es muy escaso en dar; promete largo,
                Presenta dulce, y da despues amargo_.[772]

          _Mac._--A fe qu'es buena; mas boluiendo al proposito
          digo, que prueuo en mí lo contrario: pues sin alimento
          d'esperança ha crecido, y con más fuerças que de gigante
          me atormenta y va priuando de la vida.

          _Cor._--La causa es V. m., pues le ha criado a los pechos
          de sus pensamientos, que le han seruido en lugar de leche
          d'esperança, deteniéndose en ellos sin acordarse de otra
          cosa.

          _Mac._--Dizes bien, porque l'aficion me la pintó tan
          hermosa desde el punto que la vi, que siendo defendido
          a los ojos el esterior refrigerio, la mente se retira
          dentro; y viendo impressos en sí mesma los rayos de
          aquella sobrenatural belleza, haze d'ella el manjar que
          dizes, de que se sustenta.

          _Cor._--Esto deue aquietar más á V. m.

          _Mac._--Antes al contrario, porque la figura que señorea
          y gouierna mis sentidos, enamorada de sí mesma, me fuerça
          a yr donde naturalmente reside, y no pudiendo, con
          los dientes de amor me roe el coraçon, ahogandome los
          espiritus.

          _Cor._--Passo, que oyo cantar al pagezillo; apartese V. m.


                                _Bez._

                _Vistase mi esperança como viere
              Qu'el bien d'el que más ama va vestido;
              Siga el camino al punto por do fuere,
              Y al fin se junte con quien ha seguido;
              Despues (si la Fortuna no impidiere,
              Embidiando d'Amor tan buen partido)
              Lleuará su consuelo mano a mano,
              Y el contento que pid'el caro hermano_[773].

          _Cor._--Bezerrica amigo, ya era tiempo de que nos
          viessemos: qu'es de la pelota que te di el otro dia?

          _Bez._--Veisla aquí, n'os la daria por vn Real; mirá como
          salta.

          _Cor._--No iugaremos vn poco?

          _Bez._--No tengo dineros.

          _Cor._--Yo te prestaré, no quede por esso.

          _Bez._--O, quántos reales! son todos vuestros?

          _Cor._--Pues cúyos auian de ser? toma, toma vno. Si tú
          fuesses a mi casa, yo te daria tantas de las cosas que
          tengo.

          _Bez._--Qué teneis?

          _Cor._--Qué? esso es largo de contar. Confitura de
          todas suertes[774]: maçapanes, rosquillas, mermeladas,
          turrones, passas, datiles.

          _Bez._--Datiles teneis? Traeis ay algunos?

          _Cor._--Sí, amigo.

          _Bez._--Y confites?

          _Cor._--Quieres que traiga aqui toda mi tienda? si yo
          supiera que te auia d'encontrar, no viniera sin muchas
          cosas que darte; mas otra vez yo te pondre como un
          trompo. Abre la fatriquera; no te los vea tu amo.

          _Bez._--Ver o qué? mal año; ni aunque fueran otros
          tantos, yo me los yré engullendo de dos en dos. O, si
          vsassen los datiles sin cuexcos!

          _Cor._--Luego no los has visto?

          _Bez._--Nunca.

          _Cor._--Pues yo te dare vna libra, que te comeras las
          manos tras ellos. Mas dexame escriuir lo que has cantado,
          que perdí la cancion del otro dia.

          _Bez._--Qué me plaze; aunque voy de priessa a llamar a vn
          criado d'el padre de mi señora para que vaya con nuestro
          Bachiller a acompañarla, que va fuera con la hija de mi
          amo, y él se quedará en casa, porqu'el otro dia escalaron
          vna junto a la nuestra.

          _Cor._--Di, pues, presto, que yo escriuire en vn momento.

          _Bez._ (_Lee_).--_Vistase mi esperança como viere_, etc.
          Quedá con Dios.

          _Cor._--El te guie. Esta es vna ieringonça de palabras
          sofisticas, que no las entendera vn Catedratico.

          _Mac._--Dexamelas l'er, que por ventura me pondra delante
          Amor lo que el rudo ingenio no alcançare. (_Lee_)
          _Vistase mi esperança como viere_, etc. Quán presto halla
          camino lo que ha de ser.

          _Cor._--Loado sea la d'el Villar, traenos ese enigma
          alguna buena nueua?

          _Mac._--Rebuena a lo que entiendo.

          _Cor._--No lo dezia yo? al fin las más duras se maduran,
          como las seruas, con tiempo y paja. Aqui viene el
          señor Damasio, que contrapunteará sobr'el canto llano
          marauillosamente, porque entiende de achaque de tramas
          más que quatro abogados. O, cómo llega V. m. a buen
          tiempo!

          _Dam._--Qué ay?

          _Mac._--Esto que ha cantado el mochacho poco ha.

          _Dam._ (_Lee_).--_Vistase mi esperança como viere_, etc.
          Este's canto verdadero de las Syrenas, que hará dormir
          a Vlysses; sus a ellas! No ay tal como perseuerar con
          paciencia, que con ella todo se alcança; ni castillo
          ay[775] tan fuerte, que alcabo no se venga a perder (por
          vigilante que sea el que está a la defensa) si solo ha de
          combatir contra muchos. Quién hiziera cre'r esto a Macias?

          _Mac._--N'os espanteis, hermano, que lo deue causar la
          falta que tengo d'esperiencia; fuera de que quanto más
          vno dessea, tanto más anda embuelto y atado en temores
          y dificultades; porque siempre de lo que se pretende es
          menor la esperança que el miedo de no poderlo alcançar.

          _Dam._--Ea, pues, Cornelio, ya que hasta aqui se ha
          nauegado prosperamente, no nos perdamos a la entrada del
          puerto; quenta con el timon, andame listo, echate vna
          anguilla en el cuerpo.

          _Cor._--No me faltaua sino tratarme (tras asno) de lerdo;
          más a proposito seria echarsel'a quien yo digo.

          _Dam._--Pierde cuidado. Aqui dize que tengamos quenta
          cómo sale vestida la señora Cassandra, qu'es vuestro
          bien, y vos, hermano, el que yo más amo, que me vista de
          aquella manera y las sigamos; qu'en llegando a donde van,
          me junte con ellas y alli nos trocaremos, quedandome yo
          con mi dama en lugar de la vuestra, a quien lleuareis a
          nuestra casa a ensartar aljofar; y la mia a mí dond'ella
          fuere seruida; si ya alguna desgracia no lo impidiere.
          Mirá qué suerte; sin duda aurá hallado el modo para
          que podamos seguramente pagar el diezmo al Celoso. Ea,
          Cornelio, haz ojos de Linceo, no las pierdas de vista por
          descuido; mira que no hay cosa de más ligeras alas que
          la ocasion: que mientras el lobo caga la oueja se salua.
          Ven en vn salto a auisarnos; mira dónde paran, qu'es lo
          que más importa para trocarnos. Entretanto vamos nosotros
          a rogar a Lobata que nos preste el vestido que fuere
          menester, fingiendo querer hazer vna burla a vn amigo muy
          enamorado, haziendo como que su dama le va a buscar a su
          casa.

          _Mac._--Embuste de Lena: buen dicipulo ha sacado; al fin
          quien trata con malos se haze malo. No nos viene poco a
          proposito ahora tener mi señora aun todas sus galas; no
          sé qu'es su intencion.

          _Dam._--No m'espantaria si de treinta y quatro años que
          puede tener (a su quenta) viendose parada como molino sin
          agua, y a nosotros derretidos de amor (siendo del mesmo
          humor) se le antojasse algo; ya lo veremos.

          _Cor._--Yo me voy a poner en vna saetera, cerca de su
          casa, que descubre media legua.

          _Dam._--Ya auias de ser ydo y buelto, segun mi desseo.


                                NOTAS:

          [772] Estos versos ofrecen alguna variante en _El Celoso_:

          «Nasce de ociosidad el ciego _Archero_ Que biue
          alimentado d'esperança; _Dale los pechos_ el desseo
          primero Y _pensamientos vanos_ la criança; Ser y vigor
          (_muy poco_ verdadero) El contento (qu'está siempre
          en balança). Y _siendo_ escaso en dar, promete largo;
          _Muestra ser dulce y es en todo amargo_».

          [773] En _El Celoso_ altérase en algunos versos la
          lección de esta octava:

          «_Vistase mi esperança como viere Qu'el bien del que
          más ama va vestido; Tome presto el camino por do fuere,
          Júntese a tiempo con quien ha seguido; Despues (si
          ya Fortuna no impidiere, Embidiosa de amor, tan buen
          partido) Lleuará su contento mano a mano, Y el consuelo
          qu'espera el cuerdo insano_».

          [774] En la edición original, _suertas_.

          [775] En el original, _oy_.


                               SCENA VII
                               CORNELIO.

          [_Cor._].--En conclusion, este Ceruino no merece la
          muger que tiene; semejantes hombres aurian de arar con
          aquellas simplonas que los plantan de azul vltramarino
          y oro, que a tiro de arcabuz se parecen. No como la
          señora Marcia, que se los enxerirá de verd'escuro, que
          son ciertos cuernecitos que no salen vn pelo fuera de
          los caxcos, más ligeros que'l mal frances moderno; que
          no haze aquél los espantajos que el antiguo (dand'os vn
          _leva eius_ por las narizes) y es más dulce que la sarna
          (casi gentileza tenerle) y tan poco temido, que hasta las
          damas sin miedo le acometen, y ninguno por él con ellas
          vale menos, como bullan las arenicas del rubio Tajo. No
          puede dexar de ser ésta de las más solenes burlas que se
          hallan escritas en el Bocacio. En fin, qualquiera debe
          enseñar a le'r, escriuir y hazer coplas a sus hijas;
          porque son de tanta virtud como las alcarchofas, y (segun
          dizen las comadres) de gran vtilidad contra la pudicicia,
          qu'es vna trabajossa enfermedad. Lo que haria al caso es
          que ninguna tuuiesse ojos ni orejas, que son las ventanas
          del coraçon. Dizen mil grosseros que poder escriuir los
          pensamientos es comodidad para saber ser malas. A la
          que canta por Natura (si gusta de las cosas d'el mundo)
          tanto la importa saber le'r y lo demás como no saberlo.
          No echan los necios de ver que las ignorantes, fiando los
          secretos de los criados, se hazen sus esclauas; y que se
          hallan algunos tan atreuidos, que presumen tambien yr
          a la parte, con amenazas de que descubriran sus faltas
          (o sobras), y si no lo alcançan (ellas se lo saben)
          mudando oy de vn amo y mañana de otro, van publicando las
          desgracias de las tontas inocentes. Mas estas Sibylas,
          estas doctas, saben gouernarse de manera que apenas
          ellas mesmas entienden lo que hazen. Veis aqui ahora el
          exemplo, que por tener esta señora tantas letras, ha
          sabido engañar a vn hombre tan sabio como el bachiller
          Inocencio (que le podrian poner (como dizen) _inter oues
          et boues et reliquia pecora campi_), pues siendo el
          principal ministro de la transformacion qu'esta noche se
          hará, piensa ayunar a pan y agua. Mal haya el diablo,
          que no me ha de tocar sino el escriuir simplemente los
          auisos; porque los criados somos como la campana, que
          suena para otros, y no le quedan sino los golpes d'el
          badajo. Alli salen las salidas damas: de morado va la de
          Macias; juraralo yo sin verla, porque tengo por menos
          pessado vn cosolete a prueua que vn virgo. Quiero darme
          priessa para auisar a mis amos, qu'estan espiritados.


                              SCENA VIII
                CERUINO, MARCIA, INNOCENCIO, CASSANDRA.

          [_Cer._].--Marcia, amores, ya veis que me dexais solo;
          por amor de mí que os vengais en acabando las Vísperas.

          _Mar._--Y'os lo prometo, que no me querria quedar tan
          presto en la Iglesia.

          _Cer._--Oyslo, Inocencio? n'os aparteis d'ellas; mirá no
          las pissen, que aurá mucha gente.

          _Mar._--Por cierto que pareceria tan bien el Bachiller
          entre las mugeres como nosotras en el coro.

          _Cer._--O, qué donosa razon! hazé, hermano, lo que y'os
          digo. No me contenta nada, Cassandra, esse tu manto; baxo
          les está mejor a las donzellas.

          _Cas._--Y la pragmatica?

          _Cer._--Yo pagaré la pena.

          _Mar._--Assi aurá ello de ser. No quereis que vea dónde
          pone los pies?

          _Cer._--Dexalda caer, que Inocencio la leuantará.

          _Cas._--El coraçon me dize que será ello assi antes que
          buelua a casa.

          _Cer._--Marcia, mirá que os pongais en part'escura;
          apartaos quanto más pudieredes, que andarán cien
          insolentes que os quitarán la deuocion que lleuais.

          _Mar._--No ayais miedo; en nombre de Dios vamos. Qué os
          parece, Inocencio, de la mala condicion d'este mi hombre?
          Por vuestra vida, no me teneis lástima?

          _In._--Y cómo, señora! _Summa est hominum peruersitas._
          Mil vezes he dicho entre mí qu'es V. m. martir con él;
          en verdad que no tiene razon. Auria de tener otra muger
          que le hiziesse padecer del mal que tanto teme; mas
          no lo permita Dios. Es más que verdad lo que dezia mi
          maestro: que de todo quanto la tierra produce, con alma
          vegetatiua y sensible, no ay cosa a quien la muger no
          pass'en miseria, pues sola ella ha menester comprar con
          sus bienes a quien ha de ser señor de su persona.

          _Mar._--Paciencia.

          _In._--Sí, señora, por amor del Señor. Ahora que tengo
          tiempo quiero encomendar a V. m. aquella pobre señora,
          qu'es vna obra meritoria.

          _Mar._--Y'os prometo que por esso he salido de casa, que
          no me siento con el ánimo reposado ni nada buena (Vamos
          poco a poco). No sé qué me tengo desde qu'entendí su
          desgracia. Ahora pienso hablar a vna grande amiga mia,
          prima de la abadessa del Monasterio donde pienso ponerla
          (que vendra a encontrarnos sola por no dar nota) y espero
          que todo se hará bien.

          _Cas._--Ya no puedo más, que se ha alargado vna cinta
          de'l chapin y se me sale del pie. Entremos si V. m. es
          seruida en esta casa a apretarla.

          _Mar._--N'ora buena. (_Aquí se truecan_).


                               SCENA IX
                           RAMIRO, POLICENA.

          [_Ram._].--Si me vendiesse por esclauo en vna galera,
          tengo de comprar vna casa, para no andar en estos
          alquileres. (_Policena a la ventana_). Siempre has de
          estar a la ventana, rapaza? Mirando los bencejos se junta
          el ajuar? No lo has aprendido, cierto, de tu madre.

          _Pol._--Estaua mirando, padre, si venia, para saber si se
          ha de hazer la cena en esta o en la otra casa.

          _Ram._--Confundido me has con la respuesta. De manera,
          tarauilla, que por estar a la ventana vendre más presto
          y se hará de cenar con lo que aún está en la plaça?
          Policena, Policena, mira que no se me antoje jugar de
          petrina, que si comienço me comere las manos tras ello.

          _Pol._--Esso seria de pessar de auerme castigado sin
          culpa.

          _Ram._--Antes me daria contento; no más, picotera;
          limpiame luego essos bacines y aguamaniles como vn oro,
          y metelos con los paños y estuches en l'arca grande; y
          sea presto, no me pagues hecho y por hazer. Huela la
          casa a hombre; no la tocaria a vn pelo de la ropa más
          que a las niñas de mis ojos, porqu'es la mesma bondad.
          Mas es menester aparejar la medicina antes que venga
          la dolencia, y assi (porque no se m'estrague) quiero
          procurar de sacudir la pessadumbre que traigo (por
          su causa) a cuestas; no quiero que me suceda alguna
          desgracia; que no puedo tener oficial que me ayude sin
          sospecha, y solo gano tres vezes menos de lo que solia.
          Que se puede esperar de mercancia que (como cañafistola)
          baxa ciento por ciento de precio, y que a duras penas
          (aun dando dineros con ella) hallais quien os la quiera
          sacar de casa? Sino lo que de la otra Policena, hija
          del rey Priamo; pues quanto más hermosas, tanto mayor
          es la desuentura del que ha de lidiar con ellas. Quiero
          resoluerme de tomar muger que mire por mí y por ella;
          mas (pobre de mí), quién sufrirá el infierno de daca
          la madrastra, toma la hijastra, si ya el diablo no las
          concierta? No sé qué me haga; cierto la vida que passo
          no es para llegar a nietos. Qué tentacion tomó a mi
          madre quando quitandome de sastre (por ser, como dizen,
          oficio de ladrones) me puso a baruero? Deuió sin duda
          de topar con alguno que l'acerto a poner la madre en su
          lugar (que padecia mucho d'ella), pues si esto no fuera,
          qué me faltaua a mí, dexandome libre, para venir a ser
          alguacil o mercader? Al fin, es mundo: todo anda errado,
          pues poss'en en él las cosas aquellos para quien no se
          hizieron. Como yo ahora, que con más altos pensamientos
          que vn principe de Salerno, soy vn pobre baruero. No
          acabas, Policena?

          _Pol._--No me falta sino vn aguamanil.

          _Ram._--Quando quieres todo lo hazes en vn pensamiento;
          pero es el diablo qu'eres antojadiza.

          _Pol._--Y más ahora, que me muero por vnos botines.

          _Ram._--No te faltarán.

          _Pol._--Y de cena no dize nada? Yo baxo allá.

          _Ram._--No, que voy por recado y quiero cenar en la otra
          casa.

          _Pol._--Buelua pronto, padre, que tengo miedo si no estoy
          a la ventana.

          _Ram._--Pues de quándo acá ha la niña temor del Coco? a
          buen seguro que tú le pierdas presto. Pareceme que oyo a
          la madre, que no podia estar vn momento sin compañia.


                                SCENA X
                  RAMIRO, CERUINO, MARCIA, INOCENCIO.

          [_Ram._].--Beso las manos de V. m.

          _Cer._--Dios os guarde, Ramiro; qué buscais tan tarde por
          estos barrios?

          _Ram._--Soy ya más vezino de V. m.

          _Cer._--Cómo assi?

          _Ram._--He alquilado aquella casita de la esquina.

          _Cer._--Sea en hora buena; mucho me huelgo de teneros por
          vezino.

          _Ram._--Estaré más cerca para seruir á V. m. Ya me parece
          que se va haziendo hora de cenar.

          _Cer._--Por esso espero aqui a mi muger y a mi hija, que
          han ydo a Visperas y auran topado con algunas comadres,
          que las tendran parlando quanto han soñado desde que
          nascieron.

          _Ram._--Ya no podran tardar, aunque si están en las
          Huelgas acaban muy tarde. La pobreça, señor, escusa vn
          criado; con licencia de V. m. me voy a comprar de cenar,
          que por ser recien mudado no ay nada en casa.

          _Cer._--Vais norabuena. Cómo lo entendio bien el que
          oyendo predicar ser necessario para saluarse que cada vno
          lleue su cruz, se fue a gran priessa a tomar a su muger a
          cuestas, teniendola por tal!

                _Mal entendido lazo de la gente!
              Que las más vezes junta
              Dos contrarios humores,
              Con sola vna pregunta
              Y vn sí (senzillamente
              Dado) qu'en mil cuidados y temores
              Tiene siempre despues al más valiente._

          Si no fuera por el negro respecto del mundo (que dize
          que buena muger y buen casamiento s'entiende, no de
          serlo, sino d'el que no se habla) me fuera ahora a traer
          a la mia arrastrando por aquellos cabellos, dandola mil
          puntillazos. Huelguense, pues hazen oy Carnestoliendas.
          Quiero que mi suegro se ria de mí, si puede otro dia,
          tanto comigo que las dexe oyr otras Visperas este año;
          es verdad que me quitará que no enclaue la ventana, que
          por amor d'él dexé abierta. Alli vienen; délas Dios tanta
          gota, que nunca más se leuanten, amen, amen, amen. Sin
          duda que aueis ayudado a cojer las sobrepellizes.

          _Mar._--Marauilla fuera si no me salierades[776] a
          recibir con vuestros pudrimientos; veis aqui al bachiller
          y a Vigamon, que os diran si son acabadas las Completas.

          _Cer._--Preguntá a mi compañon si yo soy ladron.

          _In._--Es cierto (por est'anima pecadora) que se
          leuantaron al _Nunc dimittis_.

          _Cer._--De aqui adelante seran las Visperas rezadas en
          casa, que no las quiero tan largas fuera.

          (_Salesse Ceruino a la calle_).

          _Mar._--Yo sufrire quanto pudiere; subios arriba,
          Cassandra.

          _In._--Ya está en su camara. Señora, no sea part'el
          marido para que V. m. pierda lo que oy con tanta deuocion
          ha ganado; que siempre el insidiador anda más solicito
          quando nos ve yr por el camino de nuestro verdadero
          descanso y contento.

          _Mar._--Dios se lo perdone a quien tan bien m'empleó.


                                NOTAS:

          [776] En la edición original, _salieriades_.




                              ACTO QVARTO
                                SCENA I

                          VIOLANTE, CORNELIO.


          [_Vio._].--Cornelio.

          _Cor._--Señora.

          _Vio._--Dond'está Damasio, que no ha dormido en casa esta
          noche?

          _Cor._--Lleuaronle vnos amigos suyos que han venido de
          Salamanca, y por ser tarde se quedó con ellos; no la
          dé pena a V. m., que'en buena parte está. Y no le aurá
          faltado regalo y contento.

          _Vio._--Pues cómo no me has dicho nada?

          _Cor._--Mandóme que no lo hiziesse. La jouentud, señora,
          ha de passar su carrera, porque quando el moço es viejo,
          es viejo moço, y lo que ahora disculpa la edad, en la
          madura da que reyr a las gentes.

          _Vio._--Ay, Cornelio, Cornelio, qué retoricadas escusas
          de traidor descarado son essas? En mal punto pusiste los
          pies en mi casa; tú, vellaco, eres el inuentor y maestro
          de los vicios de mis hijos; tú se los tramas, y me los
          has de dos palomas sin hiel buelto milanos.

          _Cor._--Nuestra señora de Prado me valga con V. m. Déme
          licencia, pues tan mal parezco ante sus ojos, y con esto
          saldremos ambos de pena. Parece que me ha visto V. m. el
          juego, porque no desseaua sino semejante ocasion para
          yrme con Dios, porque a vn moço le sobra vn amo; por esso
          V. m. mande hazer quenta comigo, y tambien yo la haré de
          auer perdido el tiempo en parte de donde pensaua salir
          con otro pelo.

          _Vio._--Esso es lo que yo he más menester; yo voy a
          missa: en boluiendo lo haré de muy buena gana; porque la
          muerte del lobo es la vida de los corderos.


                               SCENA II
                           MACIAS, CORNELIO.

          [_Mac._].--Bien me puedo (o amor, grande y benigno
          señor) dar de oy más por bien pagado de quanto por
          amar he padecido; y si culpandote (con impaciencia
          vanamente) he pronunciado algunas palabras contra ti,
          ahora (arrepentido de todo coraçon) confiesso que la
          mayor de tus penas es pequeña y muy facil de lleuar en
          comparacion de tan grandes premios; pues de la tempestad
          de los suspiros y del infierno de los afanes lleuas a la
          luz y gozo de todos los deleites d'esta vida. En este
          punto oy hablar a Cornelio y no parece; bueno es que se
          descuide quando más es menester; donde aurá ydo? No sé
          cómo podremos sacar a mi hermano y boluer a mi alma a su
          casa. Mal aya el diablo; a fe que se pudiera Ceruino dar
          con vn canto en los pechos antes que me sacara la pressa
          de las manos, a no tener tal prenda en su casa. O, qué
          terrible cosa es auer por fuerça de refrenar el apetito
          y gusto, y priuarse de su contento: mas quien siembra ha
          de compensar la esterilidad con l'abundancia. Pero lo que
          más me lastima es ver que esta pobre señora (como tiene
          en tanto la honrra) no ve la hora de boluerse a su casa,
          assegurada ya de tenerme por suyo.

          _Cor._--No estaria más vn solo dia en esta casa si me
          dorassen.

          _Mac._--Cuitado de mi, qué oyo?

          _Cor._--Es este el galardon de mis seruicios?

          _Mac._--Parece que s'está quexando Cornelio. Hermano
          Cornelio.

          _Cor._--Ya es la hermandad acabada.

          _Mac._--Vienes con vn gesto como si te vuiesse mordido
          vna biuora.

          _Cor._--Hame mordido otra peor que biuora; yo me voy,
          señor, a sacar mi hato, que estoy resuelto de no sufrir
          más insolencias de mugeres.

          _Mac._--Este veneno me faltaua, para hazer amargas todas
          mis dulçuras: bien dizen que el A B C que haze comedia,
          haze tragedia. Cómo, Cornelio, es possible que en tan
          gran necessidad nos quieres desamparar?

          _Cor._--Yo no soy bueno para necessidades, sino para
          hazer malos a Vs. ms., como acabo de oyr de boca de
          mi señora, con palabras que no se podrian dezir a vn
          capeador; y por esto me quiero alargar sin ninguna
          réplica.

          _Mac._--Estraño eres en mirar a sus palabras
          conociendola; no sabes ya quán terribl'es con nosotros
          quando s'enoja?

          _Cor._--Si ellos se quieren estar como pollos en cesta,
          yo no; porqu'estimo mi honrra (aunque pobre moço) como el
          más estirado.

          _Mac._--Por vida de Damasio (que sé que le quieres más
          que a mí) que (dexando aparte la colera) veas cómo nos
          deuemos gobernar para que salgamos bien d'este negocio.

          _Cor._--Yo no me quiero empachar más en cosa de Vs. ms.,
          pues soy (segun dize mi señora) quien los distrahe, antes
          yrme con Dios en haziendo mi quenta.

          _Mac._--No esperaua yo cierto essa respuesta de tí, ni
          menos mi hermano: pues me dixo ayer que como boluiesse a
          casa te queria dar vn vestido y diez ducados. De mí no
          digo nada.

          _Cor._--Y dónde los tien'él para darmelos?

          _Mac._--No tiene la renta de Toro y la de Boezillo, qu'es
          erencia de vn tio nuestro y ha quatro años que goza
          d'ella?

          _Cor._--Y tiene cierto los diez ducados?

          _Mac._--Y aun más de ciento y cinquenta.

          _Cor._--Pequeña lluuia gran viento aplaca: del amor del
          señor nasce la obediencia del criado, y el qu'es fiel
          nunca se mueue a hazer bien por la esperança del premio;
          y assi no lo haré, ni por diex, ni por mil, sino por mi
          buena ley y porque no se diga por mí: quando el malo
          ayuda, os dexa el pesso a cuestas, y aun oso dezir por
          dar desgusto a mi señora; perdoneme V. m. si le pessa
          d'ello.

          _Mac._--Nosotros queremos más para ti que para quantas
          madres ay en el mundo. Qué te parece que hagamos?

          _Cor._--Yo lo remediaré todo; dexem'el cargo. He pensado
          esta noche, mas no perdamos tiempo, que la esperiencia es
          maestra en los casos que ocurren. Vna cosa quiero de Vs.
          ms., y es que si acaso yo diere en manos de la Iusticia,
          me ayuden a diestro y a siniestro.

          _Mac._[777].--Por qué temes d'ella?

          _Cor._--Porque no querria dar d'el humo en el fuego, y
          qu'el verdugo me hiziesse las lechuguillas con los pies.
          Si Vs. ms. han esta noche estado en el plazer de Niquea,
          yo no he llorado mis pecados, antes gozado de mi Policena
          como vn paladin: la qual me ha dado la llaue de la casa
          donde han morado hast'ahora, y otra contrahecha, además
          de la que tiene su padre, de vn'arca grande que dexaron
          de mudar ayer por ser tarde; para que en remuneracion de
          mi trabajo tome lo que hallare dentro (effetos de amor,
          que haze a los hijos ladrones y enemigos de sus padres).
          No quiera V. m. saber mas: mi señora es ida a la Yglesia,
          y la casa está sola; lleue V. m. a la señora Cassandra a
          la casa que he dicho de Ramiro.

          _Mac._--Y si acaso él estuuiesse alli?

          _Cor._--Quien mucho mira al viento, ni siembra ni planta
          a tiempo; haga V. m. lo que le digo, que cosa hecha
          cabeça tiene. No ay otra llaue de la puerta sino ésta,
          y Policena está preuenida para que si el padre se la
          pidiere l'entretenga con aquí estaua, allí la pusse,
          acullá os la di, hasta que yo buelua y se la dé a ella; y
          estamos seguros, porque no hallará quien se la mude sino
          despues de Missa mayor.

          _Mac._--Ay, ay.

          _Cor._--No hazen al caso los suspiros quando se trata del
          remedio.

          _Mac._--Suspiro por lo que pierdo y podria suceder.

          _Cor._--Conforme a lo que viniere nos gouernaremos, que
          en el camino s'endereça la carga; haga V. m. lo que digo
          presto, pues no ay tiempo para mas consideraciones. Dios
          da hilo a tela hurdida.

          _Mac._--Yo voy por ella.

          _Cor._--Vaya V. m., qn'el palo torcido se endereça
          torciendole al reues; yo me adelanto a tener abierta
          la puerta. (_Solo._) Terrible simpleza es la de los
          que seruimos: que ponemos la vida a cada passo en mil
          peligros por nuestros amos, no esperando d'ellos otro
          galardon sino al primero descuido vn «hermano, otro
          poco a otro cabo, que no os he menester en mi casa».
          Mas gran necio seria yo si por las palabras de la madre
          dexasse los (mientras dura el granillo) que me son tan
          compañeros y liberales. Quien no soba, buen pan no coma;
          quiero cogerme ahora estos diez ducaditos (vengan de do
          vinieren), que con ellos y el vestido me pondre como vn
          Palmerin de Oliua. A fe de pobre moço, que se podra dar
          a este (si se nos logra) el precio de los tiros. Andaos
          a ser celoso, y embiaros han a donde ni el Papa ni el
          Emperador no tienen Embaxador; quiero dezir (con perdon
          de quien me oye) a la maldita y descomulgada region de
          Cornoualla. Yo prometo, si me caso, que tengo de lleuar
          a beuer mis patos quando llueua, que la violencia de
          no dexar hazer su curso a la Natura trae semejantes
          acidentes. Mas qué no acomete vna persona quando siente
          que no se fian d'ella? Quanto a mí, yo confiesso que todo
          lo echaria a doze, y por ventura que han passado las
          agrauiadas de treze, porque los gallipauos no se aurán
          dormido (yo los fio) con las purgas.

          (_Juntanse en casa de Ramiro._)

          Esta cerradura, señora mia, es de golpe y se abre por
          de dentro, tirando assi el pestillo; prueue V. m.; esté
          diestra para que no s'embarace al salir, y esto ha de ser
          en oyendo tosser. Subasse presto a su apossento: baxe al
          punto el señor Damasio y metasse en l'arca, que con el
          mesmo ardid le sacarán y será lleuado a casa de Ramiro.

          _Mac._--Mucho me quadra, mas temo no se desmaye de
          congoxa.

          _Cor._--No tenga miedo, que los ratones d'esta casa son
          enamorados y como tales nos han ayudado con agujeros que
          han hecho, para que pueda respirar, y ya yo lo he prouado
          más de quatro veces; quanto más que ha de durar poco.
          Ahora salgasse V. m., dexeme cerrar la puerta; esté a
          la mira; yo lleuaré las llaues a Policena y m'encerraré
          con ella en yendo el padre con l'arca; que vale ahora
          tanto como la de Noe, quando buscando nueuo mundo andaua
          rellena de todas las reliquias de la tierra.

          _Mac._--La de Marsella te guie.


                                NOTAS:

          [777] En la edición original, esto, por errata, lo dice
          Cornelio.


                               SCENA III
                      CERVINO, RAMIRO, INOCENCIO.

          _Cer._--La casa de Cesar no solamente ha d'estar sin
          macula, mas sin sospecha della. Digan mi suegro y quantos
          me tienen por estremado celoso lo que quisieren: que lo
          he sido, lo soy y lo sere; dando siempre gracias a quien
          me da conocimiento para serlo; en que me tengo por Rey de
          los hombres, pues sé tener a mis mugeres de manera que no
          me puedan hacer de los juegos de passa passa, que suelen
          las que tienen algunos Iuanes por maridos. Atengome al
          cantarcico Portugues que dize:

              _O homen que a moller naon garda
              Merece de trazer albarda._

          Presto s'engaña quien mal no piensa: tú que tienes
          que hacer en tu casa, no te alexes d'ella. Dizen que
          andan en vn predicamento el Celoso y el Cornudo: porque
          _actu vel potentia_, el que no lo es lo puede ser. Y si
          esto es assi (como lo es) no sé yo qué razon ay para
          que vn hombre que tiene muger moça y hermosa, como yo,
          no guarde su cabeça de tan estraña Metamorphosis. Es
          verdad que os toca vna enfermedad comunicable: sino para
          hazeros vergonçosa conseja d'el vulgo. Mejor están los
          cuernos en el pecho qu'en la frente. _Fors etiam nostris,
          inuidit quaestibus aures._ Porque a qué amigo osareis
          quexaros que, si no se rie de vos, no se aproueche de
          la ocasion, instruido y encaminado, para tomar su parte
          de la visceracion? Esta mañana en la plaça me dixo
          vno en secreto que cierta donzella principal se salio
          anoche de casa de su padre, y que se está a plazer con
          su enamorado. Qué atreuimiento del demonio? A no auer
          contado mis ouejas, descuidaos y vereis lo que passa.
          Perro viejo no ladra en vano. (_Ramiro llama a su puerta
          con l'arca._)

          _Ram._--Ta, ta, ta. Aurasse la rapaza subido a los
          desuanes. Tata, tata, tata. Por mi fe, que la tengo de
          dar en abriendo dos repelones. Tatata, tatata, tatata.

          _Cer._--Ramiro, quereis sin para qué dar con la puerta
          en tierra? Si vuiesse alguno en casa, ya os auria oydo
          aunque estuuiesse sordo.

          _Ram._--A mi hija dexé aqui poco ha; no sé cómo no
          responde. Aurá salido fuera, la loca, a buscarme. Suplico
          a V. m. mande que estos hombres descargen en su casa
          mientras bueluo, que la quiero yr a buscar.

          _Cer._--(Lo que más he yo menester)[778]. Norabuena.
          Amigos, aliuiaos, que no sabeis quánto ha de durar la
          fiesta.

          _Ram._--Ios a beuer y bolué luego a mi puerta, que y'os
          pagaré vuestro trabajo. Mande V. m. que se mire por
          ess'arca, que tengo dentro vn gran tesoro.

          _Cer._--Yo voi fuera. Bachiller, dad buena quenta d'ella.

          _In._--Ya lo guardaré como el dia del domingo.

          _Cer._--No me viene poco a proposito la vezindad de
          Ramiro, porque con vna mira apuntará a dos cosas. Quiero
          encomendarle que tenga quenta con quien entrare o saliere
          en la mia, y estoy cierto de que me será fiel espia. Mas
          como dize el Iudio: De quien me fio me guarde'l Dio; de
          quien no me fio, me guardaré yo.


                                NOTAS:

          [778] Este aparte de _Cervino_ se halla sacado de su
          lugar en _La Lena_. Lo colocamos conforme al texto de _El
          Celoso_.


                              SCENA IIII
                       MACIAS, LENA, INOCENCIO.

          [_Mac._].--Lo peor de desollar, Lena, es la cola; todo
          quanto os he visto no vale nada, si no hazeis de manera
          que Inocencio salga a la calle; que con esto la cosa
          sucedera como desseamos. Mirá qu'en teniendola fuera de
          casa, aueis de tosser; qu'es la seña que tiene para salir
          al punto.

          _Len._--Hasta aqui la mar está sossegada, pues no se oye
          rumor de marineros. No se muestre V. m.; apartesse y
          dexeme hazer mi oficio, Santo Viceto, in secula, amen.
          Señor Licenciado, cómo está V. m.? que me parecen años
          los dias que no tengo ventura de verle.

          _In._--No creo yo menos, Lena, de vuestra bondad; estoi
          bueno para lo que os cumpliere, gracias sean dadas al
          Señor. Huelgome de aueros encontrado; porque os sé dezir
          que ayer tarde, voluiendo a casa, me dixo mi señora que
          ya auia concertado el negocio de su prima, y que se auia
          puesto en manos de quien lo hará muy a su gusto, de que
          venia alegrissima; y despues acá no he sabido otra cosa,
          porque no la he visto, a causa de auer reñido con nuestro
          amo anoche sobre cena.

          _Len._--Qué me quenta? Llegueseme acá por amor de mí, no
          nos oya algun espiritu malino de allá dentro.

          _In._--Aun no auia yo mirado en tanto; teneis más que
          razon.

          _Len._--Digame, por amor de mí, qué fue la causa? Hem,
          hem, hem.

          _In._--Vinieron a tratar del bien auenturado san Iuan,
          y diziendo ella que san Iuan Euangelista es digno de
          gran veneracion, respondio él: es assi; más el de oy no
          es él, sino Baptista. A que replicó mi señora, que sabia
          bien ser el Euangelista; y aunque yo la hazia señas que
          se'ngañaba, con todo esso porfió tanto, diziendo que no
          inoraua'l Calendario, que'l (ya amostazado de auer buelto
          casi de noche a casa) se leuantó enojado, profiriendo:
          Bien dixo el sabio rey don Alonso, que para ser vno
          buen matrimonio auia de ser el marido sordo y la mujer
          ciega. _Beatus vir qui habitat cum muliere sensata_; y
          entendiendo ella que la llamaua insensata, començó más
          alterada a injuriarle. Y él entonces, buelto a mí, dixo:
          N'os parece, bachiller, ocasion esta para renegar de
          mugeres? y diola un bofetoncillo que no matara vna mosca.
          Con qu'ella s'entró grittando en la camara de la señora
          Cassandra y s'encerro con ella, donde aun s'estan juntas,
          sin auer querido salir vn passo. Mas yo sospecho que
          andaua (como los medicos) buscando'l mal, y assi quando
          yo estuuiera en lugar de su marido, quizá que hiziera más
          con ella.

          _Len._--Hem, hem, hem. Por esso dizen que es más fuerte
          el vinagre de vino dulce; pues V. m., que parece vn silo
          de paciencia, la vuiera meneado los huessos, a fe que lo
          deuia de merecer. Hem, hem, hem. V. m. la ponga en razon,
          que no la estará bien si su marido la comiença a perder
          el respecto: yo sé bien la tempestad que se leuanta
          quando el enemigo de nuestra fragil natura se mete entre
          marido y muger. Hem, hem, hem. Mas espero qu'esta riña de
          san Iuan será la paz de todo el año, porque passada la
          furia, la señora se aplacará, procediendo adelante como
          quien es, que al fin se ha de seruir al marido como a
          señor, y guardarse dél como de vn traidor. Hem, hem, hem.
          Estoy muy resfriada.

          _In._--Bien se os parece.

          _Len._--No me sabria dar algun remedio?

          _In._--Y tal como bueno. Tomareis esta noche vna
          escudilla la más caliente que pudieredes y muy arropada;
          dormí sobr'ello, que amanecereis como vna mançana.

          _Len._--Pues qué tengo que tomar caliente?

          _In._--Ya n'os lo he dicho?

          _Len._--No, por cierto.

          _In._--N'os espanteis, porque voy enucleando algunas
          arduas questiones que _nuperrime_ se me han mouido en la
          especulatiua, las quales me traen desuelado y como fuera
          de mí.

          _Len._--Mucho me pessa de su desassosiego. Y con quién
          han sido las quistiones?

          _In._--No es esso, hermana. Question viene de _quaero_,
          que es buscar, disputar, dudar, _et similia_.

          _Len._--Quistion de cuero se apacigua con sueño. Otra
          gracia querria que me hiziesse.

          _In._--Ya sabeis lo que teneis en mí. _Omnia prorsus
          officia debeo._

          _Len._--Desseo mucho saber en qué mes cae la Epifania
          este año.

          _In._--Ya es passada, mas viene siempre en Enero.

          _Len._--O, pecadora de mí, quise dezir la Ascension.

          _In._--Mucho va de vno a otro: es menester verlo en el
          Calendario o _Tabella temporaria Festorum mobilium_, y no
          oso estar más aqui; la primera vez que nos veamos os lo
          sabré dezir.

          _Len._--Alomenos digame quando haze la Luna.

          _In._--Cierto que sois curiosa, esperá. Aureo numero
          seis; Epacta 26, miercoles a las siete de la tarde; y
          esta noche passada ha auido eclypse, que començó a las
          diez y duró hasta las quatro de la mañana.

          _Len._--Grandes dolores de cabeça aurá causado. No me
          haria merced de darme alguna oracion de su mano contra
          los duendes qu'en la casa adonde biuo andan?

          _In._--Acabá por amor de mí, n'os detengais más, que aun
          no estando mi amo en casa le temo.

          _Len._--El Señor le acompañe.

          _In._--Y vaya con vos. Ay sinceridad como la d'esta buena
          muger en el mundo?


                                SCENA V
      RAMIRO, POLICENA, CERUINO [INOCENCIO], BEZERRICA, DAMASIO.

          [_Ram._].--Adónde has estado hasta ahora, chorlita? No me
          veria ya sin ti.

          _Pol._--Antes de digan, digas; y el padre dónde anda que
          no ha tenido lastima de dexarme sola en vna casa donde
          anda vna fantasma, que d'espanto me ha tenido tendida,
          desmayada más de vna hora, y como bolui en mí, le fuí
          luego a buscar a la otra casa; y n'osara tornar a ésta si
          no me vuiera encontrado Cornelio, el criado de aquellos
          caualleros, que me ha enseñado una oracion, la qual se ha
          dezir en los temores, por l'alma del postrero ahorcado.

          _Ram._--Y cómo era la fantasma?

          _Pol._--E... e... era vna cosa la... la... larga, que me
          parecio abraçarme, y me cubrió el co... co... coraçon,
          tanto que me cai de mi estado como muerta.

          _Ram._--Ta... ta... tartamuda te ha dexado el espanto;
          fue, necia, de[779] tu sombra; baxa, baxa acá, abre
          la puerta, que voy a passar l'arca de casa del señor
          Ceruino, donde la pusse hasta que pareciesses o muerta o
          biua. Seruidor, señor Doctor.

          _In._--En buen hora sea mentado.

          _Ram._--Vengo por mi arca.

          _In._--Señor.

          _Cer._--Qué ay?

          _In._--Viene Ramiro por su arca.

          _Cer._--Pareció ya vuestra hija?

          _Ram._--Sí, señor, tuuo no sé qué miedo de verse sola, y
          fue a buscarme a la otra casa.

          _Bez._--O, qué espada dorada tan linda que está en esta
          arca.

          _Cer._--Qué espada? qué sabes tú?

          _Bez._--Tienela vn señor que está dentro.

          _Cer._--Señor que está dentro? qué dizes?

          _Bez._--Sí, señor, yo le he visto.

          _Cer._--Qu'es esto, Ramiro?

          _Ram._--Mira V. m. a las palabras de los mentirosos
          niños?

          _Cer._--Pues ellos suelen dezir las verdades, y muchas se
          descubren con la mentira. A buena quenta, yo quiero ver
          lo que ay.

          _Bez._--Sí, señor, dentro está.

          _Ram._--Son mis estuches dorados y recado de la tienda;
          estás borrachito, merdosso?

          _Cer._[780].--Digo que abrais, si no quereis que nos oyan
          los vezinos.

          _Ram._--Qué me plaze. (_Abre Ramiro l'arca._)

          _Cer._--Assi, mal hombre, traidor, infame, cornudo.

          _Ram._--Qué insolencia es ésta? D'esta manera se tratan
          los hombres honrrados en esta casa; tras auerme robado
          mi hazienda? Iusticia ay en la Corte. (_Sale Damasio de
          l'arca._)

          _Cer._--Y a vos que os parece? Es buena gentileza meteros
          d'esta manera en casa agena?

          _Dam._--Hablá con quien me metió. Mas qué teneis vos que
          ver en que yo me haga lleuar como me diere gusto por toda
          la ciudad?

          _Cer._--Lleuen os a casa del diablo, pero no a la mia.

          _Dam._--Ay más, si os pesa tanto, que pagaros el alquiler
          del tiempo que ha estado l'arca en vuestro portal? (_Sale
          Damasio empuñando y vasse._)

          _Ram._--Señor Ceruino, haga V. m. que parezca mi
          hazienda, pues me ha faltado en su casa; dexemonos de
          quentos: no seamos tras cornudos apaleados.

          _Cer._--Ambos me lo pagareis con las setenas, a pena de
          ruin hombre. Al fin, la muger y el vino engañan al más
          fino.


                                NOTAS:

          [779] En _El Celoso_ no se halla la partícula _de_ que
          aquí sigue á _necia_.

          [780] En este lugar y en el inmediato hállase equivocado
          el nombre de _Cervino_ en los dos textos. Dice _Cor_.


                               SCENA VI
                    CERUINO, INOCENCIO, BEZERRICA.

          [_Cer._].--Inocencio!

          _In._--Señor.

          _Cer._--N'os he yo dexado en guarda de mi casa?

          _In._--Sí, señor.

          _Cer._--Aueis estado siempre aqui?

          _In._--Sin apartarme vn minuto.

          _Cer._--Pues cómo se ha hecho esta maldad?

          _In._--Qué maldad puede cometer vn hombre cerrado en
          vn'arca? Tuuiessemos assi todos los malos y podriamos
          dormir a sueño suelto, sin temor de ladrones. Quanto más
          que son cosas de moços y auran querido hazer alguna burla
          al barbero y a su hija. Nunca V. m. siendo estudiante
          hizo l'ánima pecadora? Cómo d'essas le podria yo contar!

          _Cer._--Mirá a quién he yo encomendado mi honrra.

          _In._--No está mal guardada quando el que la podria
          quitar viene debaxo de llaue.

          _Cer._--Quitaosme de delante, insensato, no me hagais...

          _In._--Mire V. m. que se deue tener respecto a vn hombre
          graduado como yo, porque d'este palo nascen los Oydores y
          Presidentes que mandan el mundo. Si, que yo no soy zaorí,
          para ver lo qu'está en las arcas cerradas: por qué no lo
          adeuinó V. m. quando la hizo descargar en casa? _Auctor
          horum malorum praeter te nemo fuit._

          _Cer._--O, Ramiro traidor. Ben acá, Bezerrilla: baxó
          abaxo Marcia?

          _Bez._--No, señor.

          _Cer._--Hombre'n arca en mi casa! Inocencio, yd luego
          a llamar a mi suegro (que nunca él lo fuera); dezidle
          que se llegue luego aqui, que me importa mucho. Dime,
          mochacho, cómo viste aquel hombre?

          _Bez._--Desde la ventana de la despensa.

          _Cer._--Dilo todo, no tengas miedo.

          _Bez._--Abriendosse aquell'arca, salió d'ella la señora
          Cassandra.

          _Cer._--Y quién abrió a Cassandra?

          _Bez._--No sé, señor; ella creo que venia abierta.

          _Cer._--Y qué hazia entonces el bachiller?

          _Bez._--Estauasse a la puerta de la calle hablando con vn
          fraile.

          _Cer._--Y despues qué hizo Cassandra?

          _Bez._--Subiosse arriba.

          _Cer._--Y subida ella?

          _Bez._--Baxó aquel señor con no sé que ropa en el braço,
          la espada dorada en la mano, y metiosse en l'arca.

          _Cer._--Esta ha sido vna de las mayores maldades que se
          han visto en el mundo. Sus, manos a la sangre. Quiero
          matar primero al traidor enarcado, y despues daré tras
          estas maluadas, que no se me yrán sin castigo. Estos eran
          los casamientos del señor Aries! Bezerrilla, si viniesse
          mi suegro, dile que me espere, que luego bueluo.


                               SCENA VII
                   DAMASIO, MACIAS, CORNELIO, ARIES.

          [_Dam._].--En vn punto estan dicha y desdicha, y las
          desgracias siempre aparejadas. No hay contento en esta
          vida que no traiga consigo el desgusto, ni alegria sin
          mezcla de llanto. Es tan cierto esto como seguir la
          sombra al que al sol camina. Al fin, lo que menos se
          teme es más de temer. Mas ya que nuestra mala suerte ha
          querido que aquel rapaz aya descubierto el más gracioso
          caso que de amores ha sucedido, auemos, hermano, de
          procurar que aqueñas señoras no padezcan, porque su pena
          nos seria de perpetua infamia. Es menester preuenirnos
          y començar a reparar el daño, por que las desdichas son
          como los peces, que por marauilla vienen solos en la
          redada.

          _Mac._--Cortá de mí por donde quisieredes: tengo por
          mejor obrar antes con peligro que padecer despues con
          verguença. El daño que haze la mala suerte se ha de
          remediar con valerosa mano. Haz tu deuer y venga lo que
          viniere. Vamos luego a sacarlas de su casa.

          _Dam._--Gentil emendar de auiesso: bien dizen que
          naturalmente la iouentud (como poco esperta) no mide ni
          considera los peligros, y assi no me marauillo de que
          vuestra resolucion sea más gallarda que prudente.

          _Cor._--Si vuieran considerado lo que pudiera suceder,
          a buen seguro que aún se estuuieran en los jardines de
          Tantalo.

          _Dam._--Qué dizes, Cornelio?

          _Cor._--Digo, señor, que corriendo inconsideradamente en
          negocio tan arduo, seria uestir antes el jubon que la
          camisa.

          _Dam._--Es como dizes. _Velocitatem sedendo tempera._

          _Mac._--Esso s'entiende quando el tiempo da lugar,
          y porque falta, diré antes yo: _Tarditatem surgendo
          tempera_; que no se ha de perder momento en consultas
          quando la necesidad constriñe a menear las manos.

          _Dam._--Estemos a la mira para socorrerlas, si fuere
          menester, y assi cumpliremos con ambas cosas. Qué te
          parece, Cornelio?

          _Cor._--Que V. m. habla como vn Seneca y el señor Macias
          como cauallero de la Tabla redonda, cuyo parecer se ha
          de executar quando no aya otro remedio. Mas yo espero
          ponerle, por via del señor Aries; y por ventura la
          Fortuna no nos sera tan enemiga, ni passará la cosa tan
          mal como tememos. Mas entretanto, vn ojo en la sarten y
          otro en el gato; tenganme buen animo, qu'en el templo
          de Iupiter dizen auia dos cubas de vino, vna de bueno
          y otra de malo. No nasce rosa sin espina: ya es hecho;
          busquemos vnguento que poner en la llaga, antes que venga
          a encancerarse. Yo quiero que Vs. ms. vean ahora quién es
          Cornelio Ceruantes de Pisuerga; que vn hombre a las vezes
          vale por ciento, y que muchas, ciento no valen por vno.

          _Dam._--Pues qué medio tienes tú con Aries?

          _Cor._--Por lo menos el de la señora doña Luxuria, que a
          la vejez le haze jugar de lomo.

          _Dam._--Es possible?

          _Cor._--Eslo tanto, que me ha prometido vnas Indias por
          que le sirua de tercero.

          _Dam._--Sepamos con quién.

          _Cor._--No, que s'enojarán Vs. ms. si se lo digo.

          _Mac._--No podras tú dezir ni hazer cosa de que nos
          pesse: dilo libremente.

          _Cor._--Con mi señora (quando menos), por quien beue los
          ayres dend'el dia que le habló sobre el casamiento.

          _Dam._--Ha, ha, ha, y tú qué le has dicho?

          _Cor._--No le quise dexar sin esperança, adeuinando
          que los passos en que andamos nos lleuariau a auerle
          menester; que por esso tambien tengo ya hecho con Vigamon
          su criado vn cambalache de dueños, con que se tiene más
          por Vs. ms. que de su amo. Alli viene, deue de yr a reñir
          nuestra pendencia; dexenme con él.

          _Mac._--No ay negocio tan perdido que poniendol'en manos
          de vn prudente no se pueda esperar algun remedio.

          _Cor._--Beso las manos a V. m. Qué alteracion es essa?

          _Ar._--Es por yr de priessa a casa de mi yerno.

          _Cor._--Tengo que dezir a V. m. sobr'el negocio que
          m'encomendó.

          _Ar._--Vení a hablarme a la tarde.

          _Cor._--No será possible, porque tengo mucho que hazer
          a causa de que mañana, en amaneciendo, me parto para
          Cerueros, adonde voy en romeria.

          _Ar._--Esperá vn poco. Bachiller, vayasse delante, diga a
          mi yerno que luego seré con él. Pues, amigo, qué tenemos?

          _Cor._--Tratéla (señor) del negocio en bonissima
          coiuntura, con tan grata audiencia, que quisiera (a lo
          que sospecho) que durara mi plática hast'ahora.

          _Ar._--Al fin?

          _Cor._--Podré cr'er (me dixo poniendose de mil colores)
          que ay en el mundo quien se acuerde demí? Y aunque no
          me dió el sí, ni me dixo de no, eché de ver que tiene
          perdida la mala voluntad a V. m.; pero como muger
          prudente no quiere descubrir su coraçon tan presto.

          _Ar._--Mucho contento recibo de oyr esso; bolué, os
          ruego, a darla otro tiento.

          _Cor._--No será possible, porqu'está muy enojada ahora
          contra su hijo el mayor.

          _Ar._--La causa?

          _Cor._--A V. m. todo se le puede dezir. Estando el
          señor Damasio enamorado de la hija de Ramiro el baruero,
          por orden de la moça (para lo que V. m. puede pensar)
          se metio en vn'arca que de la casa donde han biuido se
          auia de mudar ayer a otra que ha tomado, y por ser tarde
          la dexó hasta esta mañana, y lleuandola halló la puerta
          cerrada por auer salido la hija no sé a qué, y mientras
          boluia, la descargaron los ganapanes en casa de aquel
          cauallero yerno de V. m. (con su buena licencia), por no
          dexarla en la calle, y queriendo despues sacarla, no sé
          cómo se vino a echar de ver lo que auia dentro. De que mi
          señora está muy congoxada, temiendo no hayan sospechado
          que aya sido por hazer algun mal en aquella casa; mas la
          pura verdad es ésta.

          _Ar._--Es cierto lo que me aueis dicho?

          _Cor._--Ciertissimo; assi yo tenga buen viage o nunca
          d'el buelua.

          _Ar._--Luego de la hija de Ramiro andaua enamorado el
          Damasio? Y aun por esso me dixo Vigamon vn dia qu'era
          toda vuestra.

          _Cor._--En el cúya se engañó. Es como le he dicho; yo sé
          bien lo que ay entr'ellos.

          _Ar._--Al fin la inocencia es seguro escudo; y cr'er muy
          presto, ligereza. Vos me aueis dado dos nueuas vna mejor
          que otra, con que m'he alegrado mucho. Tomá este doblon
          para guantes.

          _Cor._--No, suplico a V. m.

          _Ar._--Qué cosa es no? Tomá os digo.

          _Cor._--V. m. me quier'echar vn'argolla al cuello, y yo
          me doi por su perpetuo esclauo; beso las manos a V. m. Yo
          le asseguro de que si aprieta, vendra presto al fin de su
          intento.

          _Ar._--Y vos no ayudareis a ello?

          _Cor._--Estos (señor) son dos moços muy libres (como
          todos los hijos de viudas) y quierenme mal de muerte,
          porque les digo lo que les conuiene; y assi no quiero
          estar con ellos por ninguna cosa, aunque mi señora no me
          quiere dar licencia.

          _Ar._--Pues cómo, esso tengo en vos? Tampoco yo quiero
          que os salgais de su casa, y me obligo a daros más al
          doble en ella de lo que ganais; quereis otra cosa?

          _Cor._--No he seruido tanta merced como recibo de V. m.
          Mas no es possible dexar de partirme, por la obligacion
          de cumplir el voto que hize ya ha muchos dias; y como
          soy mortal, no es justo perder la buena ocasion que se
          me ofrece ahora de vn cauallero que me quiere bien y va
          a lo mesmo, que me hará la costa yda y buelta por que le
          acompañe.

          _Ar._--Digo que n'os aueis de yr en ninguna manera;
          sufrí con discrecion, pues la teneis, sus mocedades;
          que qualquiera palabra mala que os dixeren la pondré a
          mi cuenta, y la romeria se hará otro año, y podria ser
          comigo, porque tambien pienso yr, si me caso, a Cerueros.

          _Cor._--Si V. m. me mandasse yr a Roma descalço, lo haré
          mejor que por el Rey.

          _Ar._--Y'os lo agradezco. Con esto quiero yr a sacar a mi
          yerno de la opinion que deue tener.

          _Cor._--Es tanto el odio que tengo contra el Damasio,
          que me holgaria (en alguna manera) de que aquel cauallero
          creyesse que se auia hecho lleuar assi por amor de su
          hija, para que le hiziesse matar.

          _Ar._--No suceda tal, que iria la honrra de la mia de por
          medio.

          _Cor._--Encargo a V. m. (por quien es) la de Policena,
          qu'es vna donzella honesta y muy recogida.

          _Ar._--N'os dé pena, que basta ser muger para escusar lo
          que la pueda hazer daño, y mirá que no me oluideis.

          _Cor._--Yo lo desseo como[781] V. m.


                                NOTAS:

         [781] El impresor lo estampó en italiano: _come_.




                              ACTO QVINTO
                                SCENA I

                      VIOLANTE, CORNELIO, RAMIRO.


          [_Vio._].--Sali acá, Lobata, dadme vn manto y venios
          comigo, desdichada de mí. No sé qué he oido a vnos
          que a mi puerta estauan tratando de vna pendencia que
          han tenido mis hijos. Bien me dixistes vos que auian
          salido de casa de mala manera. Estos son los embustes
          de aquel embahidor de Cornelio, que de los más modestos
          y obedientes me los ha hecho los más libres y viciossos
          d'esta ciudad. Estoy resuelta o acabar d'echarle de mi
          casa, o dexarlos con él y meterme en vn monasterio. No
          sé adonde pueden estar, cuitada de mí. (_Entran Ramiro
          y Cornelio alborotados._) Qué ruido es este? Desuella
          caras, traidor, enemigo, qué has hecho de mis hijos?

          _Cor._--Ellos quedan sanos y en saluo, y yo por
          defenderlos traigo mi pago.

          _Ram._--Es como dize Cornelio, y lo qu'él tiene no será
          nada.

          _Vio._--Dezíme (amarga de mí) adónde los dexastes?

          _Ram._--En la plaçuela de San Llorente.

          _Vio._--Venios comigo, Ramiro; dexá a esse mal hombre.

          _Cor._--No lo digo yo?


                               SCENA II
                       ARIES, MORUECO, CORNELIO.

          [_Ar._].--En effeto este mi yerno es un mal hombre; bien
          dizen las obras con el bestial nombre que tiene.

          _Mor._--Ya V. m. lo ve.

          _Ar._--Vamonos, por amor de mí, a saber cómo está el
          herido; que por ser criado de aquella casa lo siento
          mucho más. Alli nos sale al encuentro, de que no me
          huelgo poco. Cómo estais, amigo? Qué ha sido esto? Creed
          que me ha dado tanta pena vuestra desgracia, quanto
          contento recibo ahora de veros en pie.

          _Cor._--No esperaua yo menos de V. m. Iuansse (señor)
          mis amos a passear al Espolon, y sin por qué, Ceruino,
          acompañado de diez o doze escapados de las horcas,
          nos assaltó en aquel passo estrecho que va de la
          Boheriza[782] al Rio, entre las casas del Duque de Bexar
          y la Rondilla. Viendo esto, hezimos los tres vna hilera,
          y cargando los más sobre'l señor Damasio, trayendole
          acossado, y viendole yo en mal término, arrebaté d'el
          carro de vn serrano vn toçuelo (que me deparó mi ventura)
          y dime con él tan buena maña, que los hice retirar más
          que de passo, tanto que auiendome cebado en ellos, me
          hallé a Ceruino al lado, el qual a traicion me dio vn
          reues de que me ha mancado esta mano. Sobreuino luego el
          teniente y prendiole; los demás ladrones, de alguaciles y
          porquerones seguidos, s'encomendaron a sus pies; no sé lo
          que despues ha sucedido.

          _Ar._--Qué le parece a V. m., señor Morueco, de la
          temeridad d'este atronado? Que se aya ydo sin más
          verificacion a poner mano a las armas, deshonrrandose con
          tanto escandalo del pueblo.

          _Mor._[783].--Mucho ha que le tengo yo pronosticado este
          desatino.

          _Ar._--Andá, hijo, gouernaos bien, y auisáme lo que fuere
          menester, que yo tendré cuidado de saber de vos.

          _Cor._--Beso las manos de V. m.

          _Ar._--Quiero en todo caso prou'er a lo que a mi hija
          conuiene, que la sangre y su mucha virtud (en que imita
          bien a su madre) me obligan a mirar por ella y a sacarla
          de tan angustiada vida como este loco le haze passar. Y
          descubriré ahora a V. m. vn secreto, de donde conocera
          la mucha virtud de Marcia. Hame jurado que se está tan
          virgen como el dia en que nascio, porque Ceruino no es
          hombre, escusandose con que vn'amiga que ha tenido de
          viudo le ha ligado.

          _Mor._--Yo lo creo por mi fe; tengalo V. m. por
          ciertissimo, porque ha muchos dias que le veo andar
          tras Sanchez el boticario de la rinconada, y nunca me
          ha querido dezir lo que con él tiene, aunque se lo he
          preguntado.

          _Ar._--Pues para con V. m. yo quiero escriuir luego a
          Monsiñor Cornaro[784], que es todo mio, que me auise si
          la podré casar con otro, atento la impotencia d'este
          malauenturado.

          _Mor._--Haga V. m. que conste, que yo se la dare libre en
          quinze dias, sin embiar tan lexos.

          _Ar._--Tanto que mejor.

          _Mor._--Pues V. m. pretende anular el matrimonio,
          será bueno que yo tambien le apriete para que case
          a mi sobrina, pues se ofrece tan buena ocasion, y
          qu'entretanto la meta en un monasterio o casa donde esté
          tratada como quien ella es: que no querria verla caer
          por desesperacion en algun inconueniente de los que cada
          dia acontecen. Tengo por gran desatino e imprudencia no
          dar quanto antes dueño a las donzellas que quedan sin
          madre que mire por ellas; quanto más con las partes de mi
          sobrina, y la que tiene de nuestro abuelo en el monte de
          Toroços.

          _Ar._--Si le parece a V. m. vamos juntos a hablar al
          licenciado Ceruera mi Letrado sobre ambas cosas, y segun
          su consejo nos gouernaremos.

          _Mor._--Por mejor tengo al Doctor Vaca, que trata ant'el
          Prouisor de muchos casos matrimoniales.

          _Ar._--Vamos a ambos, que no dañarán dos consultas y
          pareceres; no perdamos tiempo.


                               SCENA III
                  DAMASIO, VIOLANTE, RAMIRO, MACIAS.

          [_Dam._].--No es, señora, gran indignidad venir vna
          persona como V. m. a semejante cosa?

          _Vio._--No es mucho peor que vosotros me deis ocasion
          para ello? (_Entrase Damasio._)

          _Ram._--Señora, esté V. m. muy contenta, pues la ha dado
          Dios dos hijos como leones; porque lo han hecho tan
          valerosamente, que han ganado oy mil voluntades.

          _Vio._--Querria yo (triste de mí) que esse valor se
          mostrasse siendo más virtuossos que otros, y que se
          echasse de ver en el buen gouierno de sus personas y
          de tanta hazienda como su padre los dexó y yo les he
          conseruado y aumentado. Madre desconsolada, viuda de
          veinte años, que he consumido la flor de mi joventud
          criandolos con perpetuo cuidado, sin auerme (por su
          causa) querido boluer a casar, con salirme muchos buenos
          partidos, y vltimamente el de vn cauallero que está a
          pique d'eredar el Estado de Mont'agudo.

          _Ram._--No lo ha querido Dios, porque V. m. criasse con
          más aficion a estos caualleros y a mi señora Valentina;
          él se los guarde, que si prosiguen como han començado,
          por todo el mundo se hablará dellos.

          _Vio._--Pobre de mí; si estas pendencias succeden vna vez
          bien, a la segunda o tercera salen mal d'ellas.

          _Ram._--Esta no ha sido por su culpa; yo me hallé casi
          presente, pues vi yr a quel desatinado con vna manada de
          rufianes (que robarian la peste a San Roque), y metiendo
          todos mano contra ellos, qué auian de hazer?

          _Vio._--El enojo que yo tengo es con aquel malino de
          Cornelio.

          _Ram._--Contra Cornelio, señora? Ahora digo qu'el hazer
          bien no aprouecha todas vezes; por vida de mi Policena
          que merece ser bien querido de todo el mundo, quanto más
          de V. m., porque lo ha hecho como leal y valiente criado.
          Arisgar la vida el moço por el amo ya ha mucho que no se
          vssa en Valladolid. (_Buelue a salir Damasio._)

          _Dam._--Sabe V. m. cómo ha de ser aqui adelante?

          _Vio._--Peor que peor si no ay emienda.

          _Dam._--Digo que, sinos quiere bien a mi hermano y a mí,
          ha de hazer quenta de que tiene tres hijos, poniendo en
          este numero a Cornelio, a quien tenemos más obligacion
          que a ninguno de nuestro linage. Porque al tiempo de
          las necesidades los parientes son poco fieles, los
          amigos se desaparecen, y este entonces se muestra más
          desentrañadamente, en quanto nos toca.

          _Ram._--Cierto que lo merece.

          _Vio._--Tenedle vosotros en el lugar que quisieredes, que
          yo os dexaré en su tutela, apartandome (yo sé bien de
          qué manera) de ver y oyr tantas desverguenças. (_Entrase
          Violante._)

          _Ram._--Enojada se ha entrado mi señora; V. m. es mal
          sufrido y ella impaciente, porque como tan buena madre,
          le duelen estas cosas que oye.

          _Dam._--El sufrimiento y la obediencia es muy justa y
          deuida cosa, mas no hemos de dormir (como dizen) hasta
          los treinta años con nuestra madre; ni ella ha de tirar
          tanto la cuerda, que se rompa; porque ya no somos niños y
          segun las edades han de ser los castigos.

          _Ram._--Es assi, señor, que los niños, porque no
          entienden ni temen otra cosa, se castigan con el açote;
          mas los hombres con las reprehensiones, las quales
          se deuen oyr de los padres con humildad y respecto,
          teniendolas siempre en la memoria, para guardarse de allí
          adelante de darles ocasiones de pena: porque todas sus
          asperezas van endereçadas al bien de sus hijos, y al fin,
          la cura del rigurosso cirujano es más segura que la del
          blando y piadosso medico.

          _Dam._--Hablais como vn Canton[785]; cierto que no
          he oydo sacamuelas que tan apuntadamente diga lo que
          alcança: quién pensara que de la boca de Ramiro podían
          salir razones tan acicaladas, que bastan a conuertir los
          más descaminados y perdidos! Salí acá, Macias, oyreis
          marauillas. (_Sale Macias._)

          _Mac._--Qué ay? Estamos seguros?

          _Dam._--Hame predicado Ramiro la obediencia y humildad,
          despauilandose tanto el senescacho, que con gran
          admiracion he dicho: Bendito seas tú, Señor, que assi
          como Balaam oyó la voz del que le lleuaua, me has hecho
          sentir la d'el mentecato Ramiro.

          _Mac._--Y vos qué dezis a esto? No aurá para mí algo?

          _Ram._--Vs. ms. andan de torneo; no m'espanto de verlos
          aturdidos: dexemonos de donaires; acuerdense de que
          quien deue de resto no está libre, qu'es lo que haze al
          caso; hagamos de manera que se cobre mi ropa, que no sé
          imaginar cómo me la sacaron de l'arca.

          _Mac._--Como quiera que haya sido, aqui os la pagaremos
          si se perdiesse; quereis mas?

          _Dam._--Y'os l'asseguro; vengamos a lo que os importa
          más. Ya sabeis l'amistad antigua que teneis en nuestra
          casa, la qual aueis conseruado con vuestra buena
          seruitud; y conociendo el amor que nos teneis, desseamos
          que saqueis el fructo del que os tenemos, y assi buscamos
          ocasion en que poderos aprouechar. Conoceis tambien las
          buenas partes de nuestro Cornelio, a quien tenemos en el
          lugar que aueis oydo; y d'esta manera creo que abraçareis
          la voluntad con que os daré parte de lo que mi hermano
          y yo auemos tratado: y es quán bien nos vendrá que le
          casemos con Policena vuestra hija, y para esto nosotros
          los ayudaremos, de manera que no les falte nada.

          _Ram._--Entendiendo assi lo que V. m. me ha dicho
          y propuesto, no haria lo que deuo si llanamente no
          sometiesse mi voluntad a su disposicion; y assi los
          dexo el cuidado y doy a Vs. ms. mis vezes para poder
          libremente hazer della lo que fueren seruidos. Pero con
          vna condicion.

          _Dam._--Y es?

          _Ram._--Que mi señora Violante piense tambien en casarme;
          que por sí puede juzgar la melancolica vida de los
          viudos: esto se entiende quando Vs. ms. l'ayan aplacado.

          _Mac._--Ya yo la he desenojado y está muy contenta.

          _Dam._--Todo lo que pedis está ya pensado, y assi os
          daremos vna muger que os vendrá de perlas.

          _Ram._--Vea yo a Vs. ms. señores de dos grandes ciudades.

          _Mac._--Que tan grandes, por vida mia?

          _Ram._--Por lo menos, como la de Suntiem de la China,
          que (si no miente el que lo escriue) ha menester vn
          hombre para atrauesarla de puerta a puerta, caminar
          con buen cauallo todo vn dia sin pararse (esto sin les
          arrabales, que son otro tanto) y es de tanta gente, que
          en media hora pueden juntar doscientos mil combatientes,
          los cien mil a cauallo.

          _Dam._--Essa sea la mia.

          _Mac._--Y la mia?

          _Ram._--La Cestiérnega, fundada al pie d'el alto monte
          de San Cristoual, media leguecita de aqui (porque no
          se canse), que no tiene alcalde, alguazil, porqueron,
          escriuano, medico, boticario, cura ni sacristan (falta
          para biuir en paz y con salud mil años), abundantissima
          de quixones y turmas de tierra, que son bonissimas para
          los auogados y mejores para los nouios.

          _Mac._--Agrauiado quedo; y con todo esso, quando lo
          seais, y'os haré el banquete y dare essa fruta.

          _Ram._--Como quiera que sea, no veo l'hora. Al fin es
          verdad que muger ni mal año nunca faltan. Mas de veras, a
          quién me quieren dar Vs. ms?

          _Dam._--Qué nos dareis porque os lo digamos?

          _Ram._--Quanto tengo, sino a mi hija.

          _Mac._--Essa ya se ha dado.

          _Dam._--Ahora y'os lo quiero dezir: aparejá la colacion.

          _Ram._--Sepamos antes si lo vale.

          _Dam._--Vale vn Perú. A Lena Corcuera de Cienfuegos, la
          corredora.

          _Ram._--Mucha gente es essa para tan pobre despensa como
          la mia, y más si trae cola.

          _Dam._--No, qu'es rabona, y vna Fenix que nunca ha
          parido, y fuera de ser honrrada quanto otra de su manera,
          es la mesma diligencia para hazeros de oro en poco tiempo.

          _Ram._--No sea como l'aue de caça, de quien dixo aquel
          ser bastante para mantener vna casa en hambre y lazeria
          aunque tenga veinte personas. En conclusion (señores
          mios) no me descontenta el partido, por ser de la edad
          que yo he menester para no andar assombrado dentro y
          fuera de casa, metiendo en ella alguna tortolica de las
          que ahora se vssan. Mas de hazienda, cómo está?

          _Mac._--No sabe lo que se tiene.

          _Dam._--Esso me haze poner en duda el quererlo hazer;
          pero nosotros (qu'es toda nuestra) haremos que venga
          en ello por fuerça; quanto más que no es Ramiro para
          desechar, y assi podeis perder cuidado. Pero vna cosa
          queremos de vos.

          _Ram._--Y es, señor?

          _Dam._--Que no alceis la quexa de aquel traidor de
          Ceruino.

          _Ram._--Como Vs. ms. me fauorezcan, antes haré instancia
          para que le corten la cabeça.

          _Vio._ (_dentro_).--No acabais d'entrar en casa?

          _Dam._--Ya vamos, señora.

          _Vio._ (_de la ventana_).--Por amor de mí, que de oy
          más tengais mejor assiento y seso; no andeis en estas
          rebueltas, que me quitais la vida.

          _Dam._--Ramiro, entrá a refrescaros con nosotros.

          _Ram._--Vs. ms. me perdonen, qu'es tiempo de acudir a
          casa; que aunque tengo ya buen oficial, para mi hija es
          tarde.

          _Dam._--Regalalda mucho, que presto la echaremos de casa,
          haziendo nuestro deuer con ella como buenos amigos.

          _Ram._--Con essa confiança voy; biuanme Vs. ms. mil años.

          _Mac._--Dios os guarde.


                                NOTAS:


          [782] En el texto de _El Celoso_ se lee este nombre así:
          _Bueyeriza_.

          [783] _Me_ en los dos textos.

          [784] En _El Celoso_ dice _Cornibus_.


                              SCENA IIII
                            ARIES, RAMIRO.

          [_Ar._].--Ya aureis sabido la pendencia de Ceruino con
          los hijos de mi señora Violante?

          _Ram._--Como quien se halló presente a quanto ha passado;
          y si V. m. supiesse la causa que tuuo, lo tendria por
          gran desconcierto y locura. Para dezir verdad, este yerno
          de V. m. es vn terrible hombre.

          _Ar._--Siempre he temido, viendole tan desatinado, que le
          auia de suceder alguna desgracia.

          _Ram._--Yo temo no vaya esta vez en ruina quanto tiene,
          y aun dudo de la vida. Assaltar a dos caualleros tan
          emparentados con la casa de Cabra, donde está el Rey,
          y tantos de los alcaldes, es otro que palabras. Pues
          burlense con el Licenciado Bicornis, que le prendió; a
          fe que apretandole los cordeles, le haga alargar los
          cerraderos de la bolsa, y aun de la boca. Veremos ahora
          cómo sale del insulto, de la herida del criado, del
          hurto de mi hazienda, de auerme tocado en la honrra,
          con tanto vituperio. Y de lo que más importa, que son
          las blasfemias, que se le prueuan con cien testigos tan
          honrrados como él.

          _Ar._--Yo vengo ahora de verle y hele hallado tan
          manso, que porque le ayude a salir d'este trabajo me
          ha confessado todas sus menguas. Y assi, auiendome ya
          informado de que sin litigar podré dar a mi hija otro
          marido, lo pretendo hazer quanto antes me sea possible.

          _Ram._--Qu'es lo que oyo? sueño, o qué me tengo? Casar
          con otro a la señora Marcia? Puedense ya tener dos
          maridos juntos? Qué les faltaria a las locas?

          _Ar._--No va por ay. Quiero que sepais vna cosa, de que
          os quedareis abobado.

          _Ram._--Qu'es, por vida de V. m.?

          _Ar._--Que Ceruino aun no ha podido pagar el deuito a mi
          hija.

          _Ram._--Cómo es esso? Pues a fe que es ella para hazerse
          pagar en otro que doblones! ¿Tiene acaso algun menoscabo
          en su persona, que le ha impedido?

          _Ar._--Dize que con vn hechizo le han hecho impotente.

          _Ram._--Basta, ya estoy al cabo; crea V. m. que siempre
          estos estremados celosos tienen algunos defectos que los
          traen con aquellos espantos.

          _Ar._--No tengais duda. Aueis visto a Cornelio?

          _Ram._--Sí, señor.

          _Ar._--Tiene más mal de la herida?

          _Ram._--No tiene otra cosa, y aquélla es pequeña.

          _Ar._--Cómo le podria yo ver?

          _Ram._--Ha dado a V. m. alguna buena esperança?

          _Ar._--La esperança en que me ha puesto es tan pequeña
          quan grande es el desseo; y para que sepais mi intencion,
          os digo que si por el modo intentado no ay remedio,
          quiero tratar por otra via de casarme con esta señora.

          _Ram._--Esse sí (señor) qu'es el camino real y seguro.

          _Ar._--Quierol' embiar a llamar; si le veis antes,
          dezidle, os ruego, que me hallará en las Arrepentidas.

          _Ram._--Yo se lo diré, encontrando con él.


                                NOTAS:


          [785] _Sic_ en ambos textos.


                                SCENA V
                             LENA, MACIAS.

          [_Len._].--No será bien (pues quien primero toma no se
          arrepiente) dexar enfriar el amor de mis escaramuçantes
          (porque no dura más en ellos que de Nauidad a Sant
          Esteuan). Más pierde quien más verguença tiene. Bueno
          seria auerles enseñado el camino y perderme yo en el
          bosque. No quiero (porque no ay cosa que tan facilmente
          se quiebre como la voluntad d'el hombre) aguardar más,
          a peligro de que les dé fastidio, el pedirles la buena
          pro les haga, y que vssen comigo como el que mientras
          llueue se mete debaxo del arbol, y passada l'agua le
          haze leña para su fuego. Querranseme ahora (si viene a
          mano) esconder en vn trigo segado. A punto me llega el
          menor, de cuyas palabras se puede fiar tanto como de vna
          soga pudrida. Señor Macias el enamorado, dichoso, rico y
          gentil hombre.

          _Mac._--Qué ay por acá, Lena bella, discreta y agraciada?

          _Len._--Parece que començamos a tirarnos las verdes.
          Vengan mis chapines y tocas.

          _Mac._--Rato ha que las vi passar.

          _Len._--Passador malo me atrauiesse si lo dexare passar.
          Y el señor Damasio, está tambien con modorra?

          _Mac._--Por esso vengo de tomar vn poco de aire, que me
          he sentido esta noche algo pessado.

          _Len._--No ay sordez peor que no querer responder a
          proposito. Pues no me hagan entonar tan alto que nos oyan
          los mudos.

          _Mac._--No son los tiempos siempre de vna manera: seria
          mejor atender de oy más a lo que conuiene a nuestras
          almas y pensar lo que somos y a qué auemos de venir,
          dexandonos de vanidades que tan caro cuestan.

          _Len._--Este es el primero sermon que ha hecho pollo a
          raposa, que no se hallará en Esopete. Estoy por reirme
          sin gana. Ha, ha, ha. Ahora digo que tambien se toman
          zorras viejas de las que han otras vezes dexado la cola
          en el lazo. Despues de pan y vino cogido, y lo que peor
          es, comido y beuido, damos en santitades. Antes se ha vno
          de oluidar de sí que d'el proximo. De aqui adelante yo
          ataré mejor mi dedo: quien tal haze, que tal pague.

          _Mac._--Ya me parece que os vais entonando, como dixistes
          poco ha: guardaos de oyr essa cancion a cauallo.

          _Len._--Qué me dize V. m.? Hablemos claro, no ay para
          qué mascarme las palabras. Aunque se oluiden las buenas
          obras, siempre ha de durar el respecto que se deue a las
          tocas.

          _Mac._--Y aun por no auer oluidado yo las vuestras, digo
          que os guardeis.

          _Len._--Alomenos guardarme he de tratar con gentes que
          traen las cabeças tan llenas de aquello que no es bueno
          sino para nauegar.

          _Mac._--De viento quereis dezir: mirá cómo corremos las
          parejas. Quien os sufre essa injuria, no merece algo?

          _Len._--Digo que se ha de cumplir lo prometido, porque
          d'esta manera se aumenta y conserua el credito; y vueluo
          a dezir que quiero mi buena estrena.

          _Mac._--Dos cosas son prometer y cumplir. Mas qué cosa es
          buena estrena? que antes nosotros la pretendemos de vos.

          _Len._--Y de qué norabuena? Aun seria peor esso que lo
          d'el qu'emplaça a su acreedor. Yo sé bien lo que me deuen
          y lo que por ellos he hecho.

          _Mac._--Pero no lo que nosotros pensamos hazer por vos:
          que andamos desuelados por daros contento y descanso, y
          no lo acabais de entender; la vna mano tira y la otra
          hila.

          _Len._--Señor mio, al orinar se conocen las yeguas; tanto
          me dirá, que me cosa la boca: sepa yo, pues (antes que
          muera), lo que me tiene la ventura guardado.

          _Mac._--No es poco.

          _Len._--Alomenos biene poco a poco.

          _Mac._--No aueis oydo decir: nunca mucho costó poco?

          _Len._--Con esso me destetaron. Mas no sé lo que
          m'espero; y bien que me costará ya muy caro.

          _Mac._--Esso más es que descoser la boca. Quiero's lo
          dezir, por no venir a las manos.

          _Len._--Pues tras qué ando yo? Daua la esperança por
          verme con V. m. a la melena, pagandome de mi mano en
          contado.

          _Mac._--Mas lo querriades sin contar. Dexemos esto, que
          ya son amores. Queremos casaros, ea, acabemos ya.

          _Len._--V. m. me parece que tiene en la vna mano el pan y
          en la otra el palo. Oxalá, que ya mi requebrado hizo flux.

          _Mac._--Es posible?

          _Len._--Al confessor y al médico se ha de descubrir
          todo. He descubierto que cubria vna andrajosa y que la
          tiene preñada, y como amor no puede sufrir acompañado,
          al punto le di passaporte. No ay, señor, que fiar de
          rufianes, pues auiendo yo sacado a este traidor (oliendo
          a estiercol) de rascar la mula del canonigo Frechilla,
          trayendole como vn palmito y dadole quanto tenia (a qué
          quieres boca) me ha dado este pago.

          _Mac._--Alguna secreta virtud deue tener, pues Lena
          (maestra d'estas labores) ha hecho tanto por sus pedaços.

          _Len._--Mas pensé que por sus ojos bellidos. Daria lo que
          me queda porque fuesse de veras lo que V. m. me dize,
          para oluidar a aquel vellaco. Mas a fe, burlase V. m.?

          _Mac._--Mi hermano's lo dirá. Como quien soy, que os
          queremos casar.

          _Len._--Con quién? Con quién, por vida mia?

          _Mac._--Quando menos, con Ramiro, baruero, cirujano
          y un poco fisico; hombre maduro, acreditado y bien
          acondicionado.

          _Len._--No es el de la hija bonita, donde ya me'ntiende?

          _Mac._--El mesmo.

          _Len._--No me parece mal; mas no sé si me querra con tan
          poca dote.

          _Mac._--Todo lo suple vuestra persona y buenas partes: ya
          le tenemos medio conuertido.

          _Len._--Harianme Vs. ms. su perpetua esclaua; si no me
          oluidan, no faltará en qué seruirselo.

          _Mac._--Dexanos el cuidado, y tambien de regalaros por lo
          que os aueis fatigado en guiarnos la dança, y quanto os
          he dicho ha sido por tentaros.

          _Len._--Bueno seria pensar otra cosa; no querria ser
          tenida por tan necia; todo se me alcança. Beso las manos
          a V. m.

          _Mac._--Con bien vais.

          _Lena_, _sola_.--Con esta buena esperança quiero
          començar a ordenar mi ajuar y esforzarme quanto pudiere
          a salir de pecado y huir de que se diga por mí que no ay
          ramera ni alcahueta que no venga a morir en el hospital o
          de hambre. Cómo se mejoran las horas quando Dios quiere
          y quánto aprouecha seruir a los buenos! Al fin no queda
          carne en la carneceria, por mala que sea; y en effeto,
          la muger es como la yedra, que arrimada al tronco se
          sustenta verde y fresca, y apartada se seca. Bueno será
          ponerme de veinte y cinco alfileres para echar mejor el
          garauato a Ramiro; que aunque no soy para desechar, todo
          lo auré menester, porque me parece que ha dado mucho de
          sí. Mas si cenare solamente vna ensalada, no se dirá que
          me voy a dormir ayuna.


                               SCENA VI
                      CORNELIO, ARIES, INOCENCIO.

          [_Cor._].--Dixo cierto sabio que cada vno tiene su
          defeto, y que el suyo era la muger que tenia, sin la
          qual en todo lo demás era bien afortunado. Deue (sin
          duda) de ser vn pessado inconueniente, pues vn hombre tan
          justo y prudente sentia alterada toda su quietud y vida
          por la mala cabeça de su muger. Qué deuemos pensar los
          pobretos como yo? Verdaderamente que me pone en cuidado
          el humorcillo de Policena, y assi estoy entre si me
          casaré o no me casaré, como pinaza en la mar, combatida
          de dos vientos. No querria hazer como muchos necios,
          que primero hazen las cosas y despues las piensan. Esta
          mañana al salir de casa, la primera cosa que oi, fue
          toser a un cabron, y aunque me dizen lo suelen hazer por
          la mudanza d'el tiempo, lo he tomado por mal aguero. Mas
          otra cosa me da mucho que pensar, y es auer oydo que
          los casamientos y partos del verano son muy peligrosos.
          La razon desto deue d'estar en la esperiencia, pues no
          ay astrologo que la sepa adeuinar sino con dos dedos.
          Echome a nadar a la ventura (como hizo mi padre) en el
          lago tocado d'el Vnicornio. Quiero poner las manos en el
          rostro, por no topetar con la frente, y hazer lo que mis
          amos me aconsejan: que si Ramiro no tiene casa, tampoco
          yo gozo de hogar ni viñas. Ellos me prometen lo qu'es
          bueno, y mi señora casi el ajuar entero; Ramiro no tiene
          otro heredero y hallase con granillo; la moça es cortada
          a mi medida; deuola (segun me jura) su honrra, y está
          espiritada por mi gentileza; buenos señores y amigos:
          puedome passear poco menos que a cauallo, pelando cada
          dia mis patos; qué quiero más? Ramiro me ha dicho qu'el
          señor Aries me dessea hablar; deue de labrar el fuego.
          Es, pues, burla que tendré mala rentilla en él? Quiero
          yr a buscarle y cargarl'he de palabras que sean como el
          estruz, que ni es bestia ni aue, gouernandome de manera
          que le vaya chupando sin sentir, y aumentando el desseo
          con falsas esperanças, sin acordarme d'él más que de las
          nuues de ant'año. Alli está; quiero hazer del dolorido
          para que valga más la mercancia.

          _Ar._--Vengais en buen'hora; pues, amigo, cómo está la
          mano? He entendido que la herida es pequeña, de que me
          huelgo mucho.

          _Cor._--Qué importa, si quien me la dio la haze grande,
          pues yua con ánimo de cortarme cercen el braço.

          _Ar._--El está donde lo pagará todo. Hablastes más a mi
          señora Violante?

          _Cor._--No ha media hora, haziendo vn largo razonamiento
          sobre V. m.

          _Ar._--En fin?

          _Cor._--En fin (señor) está de manera que vn ciego
          echaria de ver de qué pie coxea, pues da señales de lo
          mucho que gusta de oyr mentar a V. m.

          _Ar._--Podré cr'er esto?

          _Cor._--Bueno seria dudar de cosa tan puesta en razon;
          sí, que no se hallan a cada passo las calidades que
          mi señora ha entendido de V. m.! Ella es persona muy
          sabia, y como tal (por no mostrar ligereza) no se quiere
          declarar tan fácilmente; mas presto nos desengañará el
          coxo. Entretanto sepa V. m. que le tiene perdida la mala
          voluntad.

          _Ar._--El tiempo trae las cosas a quien con más razon
          puede'sperarlas; mas el mio es tan corto quanto larga
          en ella essa buena voluntad; y assi, no siendo para mí
          esperanças tardias, ni menos pretender inclinarla con
          los amorosos terminos, de que suelen pagarse las mugeres
          (aunque no las que son tan acuerdas como ella), estoy
          resuelto de pretenderla por via de casamiento, si ya no
          hallamos otra más corta.

          _Cor._--Essa, señor, es infalible, si no se atrauesasse
          el desseo que tiene de casar antes a la señora Valentina,
          que (dize) comiença ya a parecer mal en casa. De los
          hijos, V. m. lo sabe de su boca. Mas he pensado vna cosa
          desde que Ramiro me dixo que Ceruino es impotente, y que
          V. m. pretende dar otro marido a aquella señora, y es que
          sea el señor Damasio, si quisiesse venir en ello; pero
          pongolo en duda, por verle tan embaraçado con aquella
          donzella.

          _Ar._--No más, basta esto por ahora, que viene alli el
          Bachiller; no quiero que entienda lo que vamos tratando.
          Andá en buen'hora, y de quando en quando, vna puntadica,
          por amor de mí.

          _Cor._--Ya estoy al cabo. (_Sale Inocencio._)

          _Ar._--De dónde viene ahora el buen Inocencio?

          _In._--Ya V. m. lo puede pensar.

          _Ar._--Pues qué ay?

          _In._--Nunca le falta mala ventura al desgraciado. Ha
          ydo al Corregidor vn cauallero moço (nomine Macias
          Curuca) echando chispas, haziendo grandes requerimientos,
          diziendo que el herido tiene el pasmo y qu'está ya en las
          manos de Dios.

          _Ar._--Esso es assi.

          _In._--Por otra parte, el padre de Bezerrica (que no
          parece) pidiendole quenta d'él, y que hasta que se le
          dé, le tengan a buen recaudo. Y assi, le han buelto a
          estrechar la prision. Y hallandosse afligido m'embia
          a supplicar a V. m. que por amor d'el Señor no le
          desampare, y que se vaya tratando d'el casamiento de la
          señora Cassandra, qu'él gustará de que se effectue. Y
          qu'en lo que toca a mi señora, él mesmo hará fe bastante
          para que sin más aueriguacion la pueda V. m. dar a quien
          la quisiere. Qu'él pretende (cansado ya de las cosas del
          mundo) retirarse a vida solitaria. Encomiendosele a V.
          m., _amore Dei_.

          _Ar._--Porque se allana, y el nombre que ha tenido de mi
          yerno, yré a entender lo que ay; y si puedo, le haré dar
          en fiado vna casa por carcel (como no sea la suya).

          _In._--Esso no importa, pues no quiere entrar más en ella.

          _Ar._--Yo huelgo mucho d'ello. Vayasse, bachiller, haga
          buena compañia a las mugeres y digalas lo que passa, que
          yo yré a verlas. _Aries_ (_solo_). Ahora sí que a mi
          gusto podré traçar y juntar, a menos costa mia ya, la
          de Ceruino; quiero encaxarme adonde desseo, para passar
          mejor la enojossa vejez. Será bien acudir a Macias para
          que apriete a su hermano, y que de tres casas hagamos
          sola vna, de consuelo y alegria; no quiero dormir
          mientras está el hierro caliente.


                               SCENA VII
                      DAMASIO, MACIAS, CORNELIO.

          [_Dam._].--Hermano, adónde ha ydo Cornelio?

          _Mac._--Es tan diligente, que donde quiera es de cr'er
          que nos está siruiendo. Veisle alli.

          _Cor._--A dónde yuan Vs. ms.?

          _Mac._--A buscarte, que no sabemos estar sin ti vn
          momento, y vamos cortando de tus pedaços.

          _Cor._--No ay pocos de que assir, segun ando destroçado.
          Pagados quedamos, pues yo tambien he roido los çancajos a
          Vs. ms.

          _Dam._--Con quién las has auido, por tu vida?

          _Cor._--Adeuinelo V. m.

          _Mac._--Ea, dilo.

          _Dam._--Con el señor Aries, que anda en todo y por todo
          de nuestra parte.

          _Mac._--Qué dize?

          _Cor._--Tanto ha dicho y yo contrapunteado, que no lo
          quiero dezir.

          _Dam._--Bueno es esso; acaba d'echarlo.

          _Cor._--Que la señora Marcia será de V. m. y la señora
          Cassandra me parece que la lleuará vn cauallero de
          Tortosa.

          _Mac._--Qué dizes? Estás loco?

          _Cor._--Como se lo quento.

          _Mac._--Gentil nueua me traes para venir tan alegre; cómo
          eres necio!

          _Dam._--Dizeslo de veras?

          _Cor._--No son cosas para burlar con ellas. Assi se la
          dexarán de dar, como el señor Aries alcançar lo que
          pretende.

          _Mac._--No nos dirás qué quiere?

          _Cor._--Quando menos que mi señora le caliente la cama.

          _Mac._--De qué manera?

          _Cor._--Como la calentó a su padre.

          _Mac._--Y quando mi señora viniesse en ello?

          _Cor._--Entonces él lo trocará todo y hará que V. m.
          tenga lo que dessea.

          _Dam._--Cómo sabes tú todo esso?

          _Cor._--Porque lo ha tratado comigo y se contentará
          d'esta manera.

          _Dam._--Tú eres a punto el aliento, que ahora calienta,
          ahora enfria; o como el alacran, que hiere, y con su
          aceite sana. Gran cosa es tener criado que no haya
          menester consejo. Para dezir verdad, tú mereces mejores
          amos que nosotros.

          _Cor._--Yo los tengo mejores que sabria dessear.

          _Mac._--Entremonos, hermano, persuadamos a mi señora, que
          si yo no alcanço esto d'ella, me quiero ir a Flandes.

          _Dam._--Poco será menester para esta coniuncion, porque
          la deuemos de tener de manera (con la platica de nuestros
          amores) que no deue dessear otra cosa. Entretanto, toma
          tú, Cornelio, estos diez ducados, que ha mucho que son
          tuyos.

          _Cor._--Adeudarse haze al hombr'esclauo. Beso las manos a
          V. m. Y el señor Macias, no piensa sino injuriarme?

          _Mac._--Toma quanto tengo, que todo es tuyo.

          _Cor._--Sí, por cortesia, pero no querria yo ver siempre
          esse toma desnudo.


                              SCENA VIII
                               MORUECO.

          [_Mor._].--Ahor'acabo d'entender ser los celos de las
          más violentas y bestiales passiones que pueden tocar a
          vn hombre: porque si vna vez se assientan en la cabeça
          d'el que se consume y seca inuestigando vna tan escura
          verificacion, le haze cometer ridiculossos desatinos.
          Bien dixo aquel qu'el celoso es loco de arte mayor,
          pues como tal, tiene miedo hasta de su mesma sombra, y
          de cosas nunca vistas, oydas ni pensadas: mirandolas
          como en espejo de alinde, que se las representa muy
          mayores de lo que son. Biuiendo el cuitado siempre, en
          el mal hecho vn Argos y en el bien ciego topo, con vna
          inuengable yra, que no se le puede acabar sino con la
          vida, por ser infinito el numero de los que dessea herir
          y matar, para satisfacer la rauiosa saña que tiene contra
          todo lo que teme; temiendo de quanto imagina. Y puede
          tanto esta frenesia, que aun contra sí mesmo le buelue:
          tanto, que ha auido alguno que para saber si su muger le
          haria los husos tuertos (por si s'empreñasse, poderla
          conuencer de adulterio) se hizo (quando menos) capar.
          Poco le ha faltado a nuestro Ceruino para hazer otro
          tanto. Veis aqui lo que resulta d'estos escusados celos,
          cuya vengança más hiere que sana al que los tiene. Como
          Lepido, que vino a morir de pena. Mas bueno seria, si
          Macias, que con tanta voluntad ha pedido por muger a mi
          sobrina Cassandra, se saliesse ahora fuera. Quiero yr, a
          la ventura, a ofrecersela; que espero mirará quién es,
          y que la señora Violante considerará quán bien estará a
          ambas partes. Riome del buen viejo Aries Gonçalo, que
          estando el pie en la sepultura (para alargar la vida)
          pretende lo que (quando menos se cate) le hará cantar a
          la puerta vn _Requiem aeternam_. Porque la muger es como
          la yedra, que corrompe y arruina la pared que acaricia y
          abraça. Como le cuadra bien lo que otro viejo respondió
          a vno que le reprehendia porqu'en tal edad se casaua: No
          fuera yo viejo si tuuiera seso; basta que quando le tuue
          me tuue. De quán diferente humor está Ceruino, que dexa
          tan facilmente muger e hija (no viendo la hora d'echarlas
          de sí), y porque yo ayude y le dé mi granja para
          retirarse, me da la renta que tien'en Tordehumos, de que
          yo me contento por apartarle de mí. Y ya resuelto, voy a
          echar vn lance, donde por ventura quedaré con los demas
          enredado; que la señora Valentina es pieça que facilmente
          me hará embarcar por su seruicio.


                               SCENA IX
                             LENA, RAMIRO.

          [_Len._].--Mereceria que m'echassen en vn rio, si
          despues de auer tenido escuela de humanidad treint'años
          no supiesse mi quenta y quisiesse venir a ser esclaua,
          de señora de mi casa y anchura. Quiero ver cómo passa
          el negocio; que quando Ramiro no se contente de mi
          estar poco en casa (buscándome la escama en el cogote)
          no quiero que passe adelante nuestro casamiento. Seria
          bueno (por no saber su condicion, al cabo de mi vejez)
          dar de nalgas en vn prado de hortigas, que nunca fueron
          buenas para salsa. Tambien será bien saber lo que tiene,
          porqu'es menester más que manteles limpios a la mesa.
          Quiero capitular antes con aquellos mis señores, que
          cabeça sin lengua a calabaça se parece. Mas digamos ahora
          qu'él fuesse mal acondicionado y pobre (nunca coz de
          garañon hizo mal a yegua), ¿no me le traeré yo como leche
          a vna mano, pues va la pierna donde quiere la rodilla? Y
          quando la despensa no esté muy bastecida, dexaré yo las
          manos en el seno a Policena? Es verdad que no es la moça
          (cayendo en las mias) para que anden los regalos rodando
          por casa (aunque se case) y venga a ser la tienda de mi
          nouio la más frequentada y famosa desta ciudad! Quiero
          m'engolfar: que no puede faltar nada a quien ha sabido
          hazer de vn celoso vn satyro; qu'esto me da vn coraçon de
          elefante. Aqui viene mi velado y todo mi bien.

          _Ram._--Amores, cara de Pascua florida, ya qu'estamos tan
          adelante, bien te puedo pedir vna cosa a credito, como
          mia.

          _Len._--Tal puede ser que no aya lugar.

          _Ram._--Que me dexes besar essa boca de perlas.

          _Len._--Esso es? Dios me defienda d'el enemigo malo. La
          primera cosa que no se permite a los desposados; no haria
          por todo 'l mundo semejante pecado: hagase antes lo que
          diz'el cura.

          _Ram._--No me puedo yr a la mano, porque vienes oliendo a
          mil ambares.

          _Len._--El más perfecto olor de la muger es n'oler a
          nada. A tiempo seremos.

          _Ram._--Adónde vas, amores?

          _Len._--A buscar a mis buenos señores.

          _Ram._--Es en vano, porque están (como en consejo
          d'Estado) tratando de muchos casamientos, y ha passado
          vna cosa de risa.

          _Len._--Y es?

          _Ram._--Que proponiendo el señor Morueco el de la señora
          Violante con el señor Aries, respondio ella que antes se
          meteria monja que hazer tal agrauio a los huessos de su
          marido, porque daria que dezir a las gentes, si al cabo
          de tan larga viudez, teniendo hijos é hija para casar,
          los diesse antes padrastro. En esto saltó aquel loco de
          Macias diziendo: señor Morueco (pues lo dessea tanto) V.
          m. se casará con nuestra hermana y mi señora con el señor
          Aries, a quien nosotros holgamos de tener por padre. Y
          assi se lo podrá V. m. dezir de nuestra parte. Y que se
          tenga de oy más por señor desta casa; en lo demas no me
          entremeto, pues mi señora quiere ser forçada. Mirá si
          aurá dado bien que reir.

          _Len._--Ha, ha, ha. La señora Violante no querria salir
          de tan largo ayuno sino con carne fresca, mas no le
          faltará consolador. Qué rollo de muger! si yo fuera
          hombre, me perdiera por ella.

          _Ram._--Si supiesses lo que ay debaxo de aquel mongil, de
          veras lo dirias.

          _Len._--Y vos sabeislo?

          _Ram._--No quieres que lo sepa, si la he echado ventosas
          y sangrado de braços y touillos cien vezes?

          _Len._--Y tocado, a, no? Quitáosme de delante, que me
          rebolueis la sangre en el cuerpo. No ay cosa que más
          cuidado me dé en este casamiento que auer de tener marido
          priuilegiado para poder emplear sus cinco sentidos donde
          otros no pueden vno.

          _Ram._--No me has de ser celosa, si quieres que biuamos
          como dos palomicas sin hiel.

          _Len._--Al fin, en qué han parado las pláticas?

          _Ram._--Ya quedan todos concertados.

          _Len._--Decime cómo.

          _Ram._--El señor Aries, con mi señora Violante; el señor
          Morueco, con la señora Valentina; el señor Damasio,
          con la señora Marcia; el señor Macias, con la señora
          Cassandra; el señor Cornelio, con la señora Policena, y
          el señor Ramiro, con mi señora Lena, qu'están presentes.
          Y todos quieren pedir al Corregidor la libertad de
          Ceruino, que pues las partes se contentan, es justo que
          se halle a las fiestas y bodas de su muger, de su hija,
          de su suegro y de su cuñado. Y porque las piensan hazer
          muy solenes, me embian a preuenir los menestriles de la
          ciudad, y assi (para que se lo diga) voy a buscar al
          trompeta Iuan Cornier. Sabrásme dezir adónde le podria
          hallar?

          _Len._--Si, hermano, donde vos teneis los pies. Mirá que
          con la priessa no se os caya alguna mentira.

          _Ram._--Si me cayere, la hallaré en tu casa, donde
          començaremos a tratar de nuestros pucheros.


                             SCENA VLTIMA
                               CORNELIO.

          [_Cor._].--De parte del señor Ceruino, guarda mayor de
          los montes, se haze saber a todo el insigne auditorio
          que los que no se fiaren de sus consortes estarán tan
          seguros como de no caer las ojas d'el arbol en fin de
          otoño. Porque los celos son contra el natural ingenio
          de las mugeres: cosolete de araña para los arcabuzazos;
          la curiosidad, en todas partes viciosa, y en ésta mas
          perniciosa. Y assi (mouido de piedad y celo fraterno)
          amonesta que ninguno (de qualquiera calidad que sea)
          los tenga, dentro ni fuera de casa; so pena de que
          no le podrá faltar mala ventura. Antes, que todo el
          mundo se arme de la quieta y mansa paciencia. Porque
          la esperiencia le ha hecho tocar con la mano que todas
          las sutilezas y vigilancia de los espantados Lepidos
          (que no quieren dexar hazer su curso a la Natura) son
          açadones con que los cuitados sacan de los centros de sus
          sospechas las inuisibles cornetas de la Fama. Y aduierte
          que se burlan más d'el que se fatiga en poner remedio
          que d'el pacifico que lo dissimula o ignora, y qu'es
          menester gran ingenio para cuitar tan inutil y enojosso
          conocimiento. Por lo qual aconseja (sobre su conciencia)
          que cada vno renueue en su casa la costumbre de los
          prudentissimos Romanos (a quien deue imitar) que quando
          boluian a las suyas, lo embiauan delante a auisar a las
          mugeres para no cogerlas de sobresalto, descuidadas y
          mal compuestas. Y porque'l sereno podria hazer mal a las
          damas (que son más delicadas), las combida con su cena
          y casa, ofreciendolas que no faltará de la fruta más
          agradable a sus gustos.


                         _Valete et plavdite._


                   *       *       *       *       *


          Tetu in de Chamartin.--Imp. de Bailly-Bailliere.





*** END OF THE PROJECT GUTENBERG EBOOK ORÍGENES DE LA NOVELA - VOL. III ***


    

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Volunteers and financial support to provide volunteers with the
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Archive Foundation and how your efforts and donations can help, see
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Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation

The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non-profit
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Archive Foundation are tax deductible to the full extent permitted by
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Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887. Email contact links and up
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Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg
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